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3, 4, 5)-24-03-08
Cap. 3, 4, 5
V2.2 (24-3-08)
1
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
3.1 Introducción
En el capítulo anterior hemos reseñado la manera en que se llegó a tener una idea de la
existencia del núcleo atómico y de su tamaño. Hemos visto también que la carga nuclear
está vinculada con el número atómico Z, el cual determina la posición del elemento
correspondiente en la tabla periódica. Dicho valor puede ser determinado a partir de las
frecuencias de las rayas observadas en el espectro de rayos X. Otra manera de medir Z es a
través de la dispersión de Rutherford discutida también en el capítulo anterior. Por
supuesto, estos métodos dan valores que son consistentes entre sí y proveen una
verificación experimental del postulado de que la carga nuclear es (en modulo) igual a Z
veces la carga del electrón. Un problema que se presentó una vez que se descubrió la
existencia del núcleo fue determinar que tipo de fuerza mantiene unidas a las cargas
positivas dentro del núcleo. Las únicas dos fuerzas fundamentales de la naturaleza
conocidas hasta el momento eran la fuerza electromagnética y la gravitatoria. La primera
actúa de manera de hacer que las cargas positivas se separen entre si mientras que se
encontró que la segunda era muy débil como para justificar el hecho de que permanecieran
unidas. Por lo tanto, se llegó a la conclusión de que debía existir una tercera fuerza
fundamental, la fuerza nuclear, que mantuviera al núcleo unido. Discutiremos esta fuerza
más en detalle en el próximo capítulo. Aquí nos concentraremos en estudiar de qué están
compuestos los núcleos atómicos y en describir las propiedades generales de los mismos.
Hemos visto que cuando los átomos son calentados emiten electrones. Esto hace que se
formen átomos cargados positivamente que reciben el nombre de “iones”. Estos iones
pueden ser acelerados y luego dirigidos hacia un dispositivo similar a los utilizados para
determinar el valor de e/m del protón. Si los átomos de un elemento dado están
simplemente ionizados (es decir si cada uno pierde un solo electrón), cada ion de ese
elemento tendrá la misma carga e. Por lo tanto es de esperar que uno encuentre el mismo
valor de e/M para todos los iones de cada elemento, donde M es la masa del ion. Esto sería
correcto si las masas de todos los átomos de un dado elemento (o sea de un dado Z) fueran
idénticas, tal como fue asumido por Dalton. Aceptando esta suposición es de esperar que,
calibrando el dispositivo experimental de manera que el radio de curvatura del haz indique
directamente la masa en unidades atómicas 1 , el análisis de, por ejemplo, un haz de iones
de neón de como resultado 20.2 amu, es decir el valor determinado quimicamente. Este
tipo de experimentos fue realizado por J.J. Thompson en 1913. Encontró que en verdad
existían dos radios de curvatura distintos, uno correspondiente a aproximadamente 20 amu
y el otro a 22 amu. Actualmente sabemos que existe un tercero asociado a 21 amu cuya
intensidad es mucho más debil por lo cual no fue identificado en su momento.
Experiencias similares con otros elementos dan resultados del mismo tipo. Por ejemplo
para un haz de iones de xenón en lugar de un solo radio se encuentran nueve radios
1
Recordemos que 1 unidad atómica de masa (amu) = 1.66 x 10-27 kg = 931.49 MeV/c2.
2
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
distintos correspondientes a aproximadamente 124, 126, 128-132, 134 y 136 amu. Resulta
por lo tanto evidente que todos los átomos de un mismo elemento no son necesariamente
idénticos. La propiedad que es común a todos los átomos de un elemento y que permite
clasificarlo con un nombre químico es la carga positiva del núcleo Z y no la masa del
átomo M. También resulta de las experiencias mencionadas que no cualquier valor de
masa es posible: sólo múltiplos casi enteros de 1 amu están permitidos. Estos valores
enteros están agrupados alrededor del peso atómico relativo que se determina en forma
química 2 . Como ya se ha mencionado en el caso del neón este valor es 20.2. Como este
valor debe resultar del promedio pesado de los valores 20 y 22 (ignoramos aquí la débil
componente con masa 21) es posible determinar que fracción de cada tipo de neón está
presente en el “átomo promedio de neón”. Estas fracciones reciben el nombre de
abundancias relativas. Cada tipo de átomo de neón recibe el nombre de isótopo del neón.
Es decir que los isótopos son átomos que tienen las mismas propiedades químicas pero
distinta masa, o sea que dos isótopos tienen igual Z pero distinto M. Mediciones muy
precisas indican que las masas de los distintos isótopos de un dado elemento no son
precisamente números enteros. Por ejemplo la masa del hidrógeno es 1.0079 amu.
Introduciremos aquí el número de masa A como el número entero más cercano a la masa
de un isótopo en amu. Mostraremos más adelante que A es el número de partículas en el
núcleo. Un isótopo se designa indicando el número de masa como supraíndice del símbolo
químico. Por ejemplo, 22Ne es el símbolo para el isótopo del neón con masa
aproximadamente igual a 22 amu.
Los isótopos del hidrógeno tienen una importancia especial en la física nuclear por
lo que los núcleos correspondientes reciben nombres especiales. El núcleo de 1H recibe el
nombre de protón, el de 2H deuterón y el de 3H tritón. El hidrógeno compuesto de 2H puro
se denomina deuterio y el de 3H tritio.
Así como los núcleos de igual Z reciben el nombre de isótopos, aquellos con igual
valor de A se denominan isóbaros. Existe también, aun que no es muy utilizado, el nombre
isótonos para núcleos que tienen igual valor de N = A – Z. Un núcleo con números A y Z
determinados recibe el nombre de nucleido. Por ejemplo, 17O es un nucleido.
1 e
μN = = 3.152 × 10 −18 MeV / gauss , (3.1)
2 Mp
2
Recordemos que esta cantidad esta definida como el peso de un átomo promedio de un elemento dado
relativo a un doceavo del peso de un átomo promedio de carbono.
3
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μ p = 2.793 μ N (3.2)
Las razones para que el protón tenga este momento magnético dipolar “anómalo” aún hoy
no han sido completamente entendidas pero ciertamente este hecho está relacionado con la
estructura interna del protón en términos de quarks.
En un primer intento por describir los núcleos de A arbitrario a partir de las
partículas mencionadas hasta el momento (protones y electrones) se puede suponer que los
mismos sólo están compuestos de A protones. Por ejemplo, en el caso de los isótopos del
oxigeno podríamos imaginar que están formados por 16, 17 y 18 protones,
respectivamente. Sin embargo, como todos los átomos de oxígeno deben tener las mismas
propiedades químicas, los núcleos de los tres isótopos deben tener la misma carga nuclear
lo cual evidentemente no es posible con la suposición anterior. Una posible solución para
este problema es suponer entonces que además de protones puede haber electrones en el
núcleo. En ese caso el núcleo de, por ejemplo, el 16O debería estar formado por 16
protones y 8 electrones. Similarmente el de 17O tendría 17 protones y 9 electrones, y el de
18
O tendría 18 protones y 10 electrones. Con esta nueva hipótesis el inconveniente de la
carga se soluciona. Sin embargo un nuevo problema aparece. Como es bien sabido, el
momento angular total de un sistema de muchas partículas de espín semientero es un
número semientero de veces si el número de partículas es impar, mientras que es un
número entero de veces si el número de partículas es par. Por lo tanto si tomamos el
14
caso del N que tiene Z=7, el modelo de núcleo compuesto por electrones y protones
indica que el espín de dicho núcleido debería ser un número semientero de veces , ya
que según dicho modelo debería estar compuesto por 14 protones y 7 electrones. Sin
embargo, experimentalmente se observa que el espín del 14N es cero. Este ya es un fuerte
argumento contra el modelo propuesto. Existen también otros argumentos basados en los
momentos magnéticos dipolares, etc. .
Esta era la situación cuando, hacia 1930, se comenzaron hacer experimentos en los
cuales se bombardeaban núcleos de berilio con partículas α. Se encontró entonces que en
dichos experimentos se producía una radiación muy penetrante que tenía entre otros
efectos el arrancar protones de una delgada lámina de parafina. En un principio se pensó
que dicha radiación, que resultaba no tener carga eléctrica, era de tipo electromagnética.
Es decir que los protones eran arrancados de la parafina debido a la absorción de un fotón
muy energético. Sin embargo, rápidamente ciertos cálculos basados en balances de energía
indicaron que no era posible que en la reacción berilio-partícula α se produjeran fotones
suficientemente energéticos. En una serie de experimentos realizados en 1932 Chadwick
demostró que estas dificultades desaparecían si se suponía que la radiación estaba
compuesta por partículas neutras con una masa aproximadamente igual a la del protón.
Esta partícula neutra pesada recibió el nombre de neutrón. Haciendo la semejanza con la
situación en que una bola de billar choca frontalmente contra otra en reposo se puede
entender el hecho de que el neutrón sea tan efectivo en arrancar protones de la parafina:
como ambas bolas tiene la misma masa después del choque la bola que estaba inicialmente
quieta sale con toda la energía de la bola incidente mientras que esta última queda en
reposo. Se encuentra que la masa del neutrón es de 1.00867 amu = 939.6 MeV/c2 y su
espín igual a / 2 . Como el neutrón no tiene carga eléctrica se podría pensar que la
existencia de un momento angular asociado al espín no implica movimientos de carga y
que, por lo tanto, el momento magnético dipolar de esta partícula debería ser cero. Sin
embargo se ha determinado experimentalmente que
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μ n = −1.913 μ N . (3.3)
Nuevamente, tal como en el caso del protón, esto sólo puede entenderse si se considera
que el neutrón es una partícula compuesta 3 .
El descubrimiento del neutrón hizo posible formular una descripción consistente de
la composición del núcleo atómico. Este debe estar compuesto de protones y neutrones (y
no de electrones). Por ejemplo el núcleo del 16O esta compuesto de 8 protones y 8
neutrones. Los 8 protones dan cuenta de la carga nuclear + 8e característica del oxigeno y
los 8 neutrones proporcionan las 8 amu adicionales necesarias para hacer que la masa sea
16 amu. Los 17O y 18O tienen 9 y 10 neutrones, respectivamente. De esta manera es
posible reformular la definición de isótopos: son aquellos núcleos que tienen el mismo
número de protones pero difieren en el número de neutrones. Es de notar también que la
descripción del núcleo en término de protones y neutrones soluciona los problemas
relacionados con el espín nuclear. Por ejemplo, en el caso del 14N hay 7 protones y 7
neutrones, es decir un total de 14 partículas de espín ½ . Esto hace que el espín total deba
ser un número entero de veces , lo cual es consistente con el valor cero que se observa
experimentalmente.
3
Notar, sin embargo, que es claro que sus componentes no pueden ser un protón y un electrón ya que esto
implicaría que el espín del neutrón debería ser un número entero de veces / 2.
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ρ0
ρ (r) = .
1 + exp[( r − R ) / a ]
(3.4)
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ρ 0 ≈ 0.165 nucleons / fm 3
R ≈ 1.2 A1 / 3 fm
a ≈ 0.6 fm
Estos resultados son muy simples e indican que la densidad de nuclear en la región central
y el espesor de la superficie son aproximadamente iguales para todos los núcleos. La
dependencia en A1/3 del radio nuclear, nombre que se utiliza usualmente para designar a R
es consecuencia del hecho de que ρ o es independiente de A ya que esto implica que el
volumen debe ser proporcional a esta cantidad. Vale la pena notar el valor
extremadamente grande de ρ o , que en unidades SI resulta ser del orden de 1018 kg/m3.
Cabe finalmente señalar que estrictamente hablando lo que se determina mediante
la dispersión de electrones es la densidad de carga (que es obviamente debida a los
protones) y no la densidad de materia ( a la que contribuyen tanto protones como
neutrones). Lamentablemente la determinación experimental de esta última magnitud esta
sujeta a muchas mas incertezas.
1 ⎛1 1 1 ⎞
V= ⎜
4πε 0 ⎝ R ∫ dV ρ +
R2 ∫ dV ρ z +
R3 ∫ dV ρ (3 z 2 − r 2 ) +.... ⎟
⎠
(3.5)
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La Fig.3.3a muestra distribución con forma de “cigarro” (Q > 0, prolada), mientras que la
Fig.3.3b una distribución con forma de “disco”( Q < 0, oblada). La idea de momento
cuadrupolar es muy utilizada en física nuclear ya que indica la distorsión de un núcleo
respecto de una esfera perfecta.
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Sin embargo, este valor es mayor que la masa atómica del helio mat (4He) = 4.0026 amu.
Por lo tanto la masa del núcleo de 4He es menor que la de sus componentes, es decir que
existe un faltante de masa de 0.03062 amu. Este faltante se denomina defecto de masa.
Utilizando la relación relativista E = m c 2 este defecto de masa se puede expresar
en términos de un faltante de energía que en este caso resulta ser de 28.5 MeV. Esta es la
llamada energía de ligadura B del núcleo de helio. Esta energía indica que cuando dicho
núcleo se forma a partir de sus cuatro partículas constituyentes se liberan 28.5 MeV de
energía. Otra manera de entender la cuestión es decir que para poder romper el núcleo de
helio, de manera de liberar todos
sus constituyentes, hace falta
entregar una energía de 28.5 MeV.
En este sentido es semejante a la
energía de ionización necesaria
para separar a los electrones de un
átomo. Usualmente es más
conveniente utilizar la energía de
ligadura por nucleón B/A en lugar
del valor completo de la misma.
Para el caso del helio, B/A = 7.13
MeV. Repitiendo este cálculo para
todos los núcleos estables
conocidos resulta que todos ellos
tienen una energía de ligadura y,
por lo tanto, un defecto de masa.
La Fig.3.4 muestra el valor de B/A Fig. 3.4: Energía de ligadura media por nucleón para los
como función de A para diversos núcleos más estables como función del numero de masa
núcleos. Vemos que, salvo para los
núcleos muy livianos, la curva es relativamente plana. Esto indica que la mayor parte de
los núcleos tienen una energía de ligadura prácticamente igual, y esta resulta ser de unos 8
MeV por nucleón. Notemos también que la curva tiene un máximo para A
aproximadamente igual a 50, valor a partir del cual comienza lentamente a decrecer.
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Fig. 3.5: Forma esquemática de la tabla de nucleidos. Aparecen en ella los nucleidos estables y aquellos
que pueden decaer mediante distintos tipos de procesos. Las "drip lines" de protones y neutrones
indican los puntos a partir de los cuales el proceso de emisión de nucleones empieza a ser
energéticamente posible y, por lo tanto precede al decaimiento beta.
Otro aspecto importante es que más de la mitad de los núcleos estables que se
conocen contienen un número par de neutrones y de protones. Estos núcleos se conocen
como par-par. Alrededor de un 20 % tiene Z par y N impar, y número casi igual tiene N
par y Z impar. Sin embargo, sólo cuatro núcleos estables tienen Z impar y N impar. Los
núcleos impar-impar son 12 H, 36 Li, 10 14
5 By 7 N.
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4. La Interacción Nuclear
4.1 Introducción
Hemos visto en el capítulo anterior que el núcleo atómico está formado por
protones y neutrones situados dentro de un volumen que tiene, típicamente, algunos pocos
fm de radio. Cabe preguntarse cómo estas partículas, en particular los protones que tienden
a repelerse por la interacción Coulombiana, se mantienen ligadas entre sí dentro de un
volumen tan pequeño. Claramente esto no puede deberse a la interacción gravitatoria ya
que para las masas y distancias en juego ésta es muy débil. Debe existir por lo tanto otra
fuerza en la Naturaleza además de las dos interacciones que acabamos de mencionar. Esta
interacción debe ser más fuerte que la electromagnética (por lo que se la conoce como
“interacción fuerte”) y de corto alcance ya que sólo actúa a distancias nucleares. En este
capítulo describiremos las características de esta interacción.
Es claro que para estudiar un nuevo fenómeno conviene comenzar por la situación
más sencilla en que el mismo tiene lugar. Para el caso de la interacción nuclear esto
ocurre cuando hay solamente dos nucleones presentes. Existen dos situaciones de este
tipo, a partir de las cuales se puede obtener información de la interacción nuclear: (1)
cuando dos nucleones están ligados entre sí, como en el deuterón; (2) en las colisiones
entre dos nucleones, o sea en los llamados procesos de dispersión nucleón-nucleón. Para
comprender cómo es que se obtiene dicha información nos referimos al caso del átomo
que hemos tratado en el Cap. 2. En dicho caso sabemos que los electrones están ligados al
núcleo debido a la interacción electromagnética. Sin embargo, si no lo supiéramos
deberíamos recurrir al análisis de las dos situaciones antes mencionadas para saber como
es la interacción. Lo análogo de (1) sería utilizar el conocimiento de los niveles del átomo
de hidrógeno. Asumiendo que conocemos las ecuaciones de la mecánica cuántica
probaríamos con distintos potenciales de interacción hasta encontrar aquél que dé el
espectro de energías correcto. Lo análogo de (2) sería hacer el equivalente de la dispersión
de Rutherford. Es decir, enviar electrones de suficiente energía sobre láminas delgadas y
observar cómo se reflectan. Luego habría que ir proponiendo distintos potenciales,
calcular las correspondientes secciones eficaces y compararlas con el resultado
experimental hasta obtener un buen acuerdo. Por lo tanto, es de esperar que estudiando los
niveles de energía del sistema de nucleones ligados y midiendo la sección eficaz de
dispersión nucleón-nucleón sea posible determinar la naturaleza de la interacción nuclear.
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Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
( )
2
protón en el estado fundamental del deuterón | d > es rd = < d | rp − rn | d > = 4.2 fm .
Veamos ahora como estudiar el deuterón desde el punto de vista teórico. Si
suponemos que la interacción entre los nucleones es independiente del tiempo este
problema consiste en dos cuerpos (un neutrón y un protón) interactuando por medio de un
potencial V ( rp - rn ) . Es bien conocido de la mecánica clásica que mediante un cambio de
coordenadas el problema de dos cuerpos se puede separar en dos problemas
independientes. Uno corresponde al movimiento de traslación libre del centro de masa. El
otro consiste en el de un cuerpo de masa reducida μ dada por
M
M
p n
μ= (4.1)
M +M
p n
⎧−V , 0≤r≤ R
V pc ( r ) = ⎨ 0 (4.2)
⎩ 0 , r≥R
Por lo dicho anteriormente en el estudio del deuterón sólo estamos interesados en el estado
más bajo de energía del sistema, que debe tener l = 0. Por lo tanto en este caso
Veff0 (r ) = Vpc (r ) . Este potencial se ilustra en la Fig.4.1.a.
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⎧ A sin kr
⎪⎪ r , 0≤r ≤ R
ψ rel ( r ) = ⎨ −κ r
(4.3)
⎪ Be , r≥R
⎪⎩ r
donde
2 μ (V0 − E ) 2μ E
k= 2
y κ= 2
(4.4)
Esta función de onda se ilustra en la Fig.4.1.b. Para el caso del deuterón los valores de
μ ≈ M / 2 y E=Ed son conocidos por lo que también lo es el de κ. Por otro lado de las
p
condiciones de continuidad de ψ y ψ ' en r = R se obtiene que
κ
cot k R = − (4.5)
k
B = A eκ R sin k R (4.6)
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Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
Conociendo el valor de rd, este conjunto de tres ecuaciones nos proporciona una
segunda relación entre R y V0. Junto con la Ec. (4.5) esta segunda relación da lugar a un
sistema de dos ecuaciones para las cantidades R y V0. Resolviendo este sistema
para Ed = 2.23 MeV y rd = 4.2 fm se obtiene R = 2.4 fm y V0 = 27 MeV. Este valor de
R nos proporciona una primera estimación del rango de la fuerza nuclear, es decir que es
de corto alcance. Por otra parte, vemos que en verdad V0 es mucho mayor que el potencial
coulombiano, que es del orden de menos de 1 MeV para esas distancias. Finalmente,
vemos también que V0 >> Ed por lo que el deuterón esta apenas ligado.
El momento angular total J del sistema de dos nucleones esta dado por la suma del
momento angular orbital L y el espín S ,
→ → →
J =L +S (4.9)
→ → → →
J = S = s p + s n = 0, 1 (4.10)
14
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1
ψ (1, 2) = ⎡ψ γ (r1 ) ψ γ ' (r2 ) −ψ γ ' (r1 ) ψ γ (r2 ) ⎤⎦ (4.13)
2⎣
donde γ y γ’ representan conjuntos de números cuánticos, como por ejemplo γ =(n,l,m).
Es evidente que si intercambiamos r1 y r2 en la Ec.(4.13) tenemos que ψ → −ψ . Por otro
lado, si γ = γ’ entonces ψ (1, 2) = 0 . Este último resultado es lo que se conoce como
“Principio de exclusión de Pauli” que establece que no es posible poner dos fermiones en
un mismo estado.
Ahora bien, para estudiar el caso del sistema de dos nucleones debemos tener en
cuenta, además de las funciones de onda espaciales, las funciones de onda de espín.
15
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
Recordemos entonces cuales son dichas funciones. Dado que se trata de dos partículas de
espín ½ existen cuatro posibles estados que son
↑↑ , ↓↓ , ↑↓ , ↓↑ (4.14)
En los dos primeros casos los dos nucleones están en el mismo estado de espín ya que
ambos tienen proyección de espín +1/2 en el primer caso y -1/2 en el segundo. En el tercer
caso el nucleón 1 esta en el estado de proyección +1/2 y el nucleón 2 en el de proyección -
1/2, mientras que lo opuesto ocurre en el cuarto caso. Es claro que mientras las dos
primeras funciones de onda de espín tienen un comportamiento bien definido ante el
intercambio de los nucleones 1 y 2, la tercera y cuarta no lo tienen. Sin embargo, es
posible definir combinaciones lineales de las mismas que sí lo tengan. En ese caso se
pueden clasificar los cuatro posibles estados de espín en tres simétricos dados por
1
1 1 = ↑↑ ; 10 = ⎡ ↑↓ + ↓↑ ⎤ ; 1 -1 = ↓↓ (4.15)
2⎣ ⎦
y uno antisimétrico
1
00 = ⎡ ↑↓ − ↓↑ ⎤ (4.16)
2⎣ ⎦
En los miembros izquierdos de las definiciones que aparecen en las Ecs.(4.15) y (4.16)
hemos usado la notación S S z ya que las mismas corresponden a los distintos estados
posibles de espín total. Notar que para el caso de dos espínes ½ , las funciones de onda con
S=1 son simétricas mientras que la que tiene S=0 es antisimétrica.
Teniendo en cuenta tanto la parte espacial como de espín una posible función de
onda total para el sistema de dos nucleones es
1
ψ (1, 2) = ⎡ψ γ (r1 ) ψ γ ' (r2 ) −ψ γ ' (r1 ) ψ γ (r2 ) ⎤⎦ |1 S z > (4.17)
2⎣
1
ψ (1, 2) = ⎡ψ γ (r1 ) ψ γ ' (r2 ) + ψ γ ' (r1 ) ψ γ (r2 ) ⎤⎦ | 0 0 > (4.18)
2⎣
16
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
función de onda relativa sí puede cambiar. La manera más sencilla de ver cual es ese
cambio es escribir dicha función en la base esférica
ψ nlm
rel
(r ) = f nl ( r ) Ylm (θ , φ ) (4.19)
l par, S = 0 ⎫ l impar, S = 0 ⎫
⎬ permitidos , ⎬ prohibidos (4.20)
l impar, S = 1⎭ l par, S = 1 ⎭
Es importante recalcar que estas restricciones se aplican sólo para un sistema de dos
nucleones idénticos (pp ó nn). Para el sistema pn todas las combinaciones están
permitidas. Ahora bien, ocurre justamente que el estado fundamental del deuterón (sistema
pn) tiene l = 0 y S = 1 por lo que dicho estado esta prohibido para los sistemas pp y nn.
Recién el primer estado excitado del deuterón, que según hemos visto en la subsección
anterior tiene números cuánticos l = 0 y S = 0, está permitido para el di-neutrón o el di-
protón. Sin embargo, el mismo no es un estado ligado. Por lo tanto, el hecho de que no
haya estados ligados pp o nn no significa que la interacción nuclear depende de que las
partículas sean protones o neutrones, sino que es una consecuencia de la interacción espín-
espín y el principio de exclusión de Pauli.
Una manera más formal y elegante de formular estas cuestiones es introducir el
concepto de isospin T . Esto se basa en el hecho de que, exceptuando la carga, las
propiedades del protón y del neutrón, p.ej. la masa, espín, etc, son prácticamente iguales.
Por lo tanto es posible pensar que estas dos partículas son en realidad dos estados posibles
de una misma partícula denominada nucleón. En analogía con el concepto de espín, se
introduce el concepto de isospín, correspondiendo al nucleón el valor de isospin ½. Así, el
protón corresponde al estado de proyección de isospín ½ y el neutrón al de proyección – ½
lo que se representa como
⎛ p⎞
N =⎜ ⎟ (4.21)
⎝n⎠
Por lo tanto para el sistema de dos nucleones el análogo de isospín de los estados
simétricos que aparecen en la Ec.(4.15) es
1
1 1 = pp ; 10 = ⎡⎣ pn + np ⎤⎦ ; 1 -1 = nn (4.22)
2
17
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
1
00 = ⎡⎣ pn − np ⎤⎦ (4.23)
2
Es claro que en las Ecs.(4.22) y (4.23) la notación para los miembros izquierdos de las
igualdades corresponde ahora a | T Tz > . Vemos que, en forma análoga a lo que ocurre con
los espines, para el caso de dos isoespines ½ , las funciones de onda con T=1 son
simétricas mientras que la que tiene T=0 es antisimétrica. Por lo tanto, si tratamos los
protones y neutrones como partículas idénticas, y agregamos en consecuencia a la función
de onda total una componente de isospín, es fácil ver que sólo las siguientes
combinaciones de números cuánticos del sistema de dos nucleones están permitidas por el
“Principio de exclusión de Pauli”
l par, S = 1, T = 0
l par, S = 0, T = 1
(4.24)
l impar, S = 0, T = 0
l impar, S = 1, T = 1
Dado que según hemos visto el estado fundamental corresponde a l=0, S=1 resulta que el
estado de isospín debe ser T=0, estado que sólo contiene la combinación antisimétrica de
protón-neutrón. Recién el estado no ligado l=0, S=0 admite T=1 y por lo tanto estados pp
o nn.
Como hemos visto, para un sistema de dos nucleones el momento angular total está
dado por la suma del momento angular orbital y el de espín. Lo mismo sucede con el
momento dipolar magnético. Por lo tanto, en general tenemos
→ → →
μ = μ orbital + μ espin (4.25)
Hasta aquí hemos supuesto que el estado fundamental del deuterón es un estado puro con l
= 0. Por lo tanto el momento dipolar magnético orbital se anula para dicho estado. En
consecuencia,
→ → → →
μ d = μ espin = μ p + μ n (4.26)
Dado que además dicho estado tiene S=1, o sea que los espines están alineados, se obtiene
que
μ d = μ n + μ p = 0.8797 μ N (4.27)
18
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
componentes con l=0. Esto implica que debe existir una (pequeña) contribución a la
función de onda con momento angular orbital distinto de cero.
Otra fuerte evidencia de que deben existir componentes con l > 0 se obtiene de
analizar el momento eléctrico cuadrupolar del deuterón. Si el deuterón está en un estado
con l = 0, su función de onda espacial no tiene dependencia angular y por lo tanto sólo es
función de r. Por lo tanto, posee simetría esférica lo cual implica momento cuadrupolar
eléctrico nulo (ver Eq.(3.5)). Sin embargo, experimentalmente se encuentra que el
momento cuadrupolar del deuterón Qd es
Aunque como veremos en el Cap.5 este valor es pequeño comparado con el de otros
núcleos, es distinto de cero. Esto indica que el deuterón no es un estado simple de l = 0.
Tampoco es posible pensar tiene algún l bien definido pero distinto de cero ya que en
dicho caso el valor de Qd debería ser mucho mayor que el que se encuentra
experimentalmente. La única posibilidad que resta es que la función de onda del deuterón
sea una combinación lineal de componentes con distintos valores de l. Ahora bien, como
el momento angular total es Id = 1 y S sólo toma los valores S = 0,1 es claro que para que
se cumpla la Ec.(4.9) el momento angular orbital l sólo puede tomar los valores 0, 1 o 2.
Dado que el deuterón tiene paridad positiva el valor l=1 no está permitido, por lo que sólo
los valores l=0,2 son admisibles. En consecuencia, la función de onda espacial relativa del
deuterón debe ser de la forma
ψ rel ( r ) = a0 ψ 1s ( r ) + a2 ψ 1d ( r ) (4.29)
a0 = 0.96 , a2 = 0.04 ,
2 2
(4.30)
es decir que el 4% del tiempo el deuterón se encuentra en el estado con l = 2 y el otro 96%
se encuentra en el estado de l = 0. En ambos casos el valor del espín es S = 1.
Discutiremos ahora las implicancias de este resultado en lo que respecta a la
interacción nuclear. Está claro que el hecho de que la función de onda no tenga l bien
definido implica que el momento angular L no es una cantidad conservada (notar que
J = L + S sí lo es). Ahora bien, ésto sólo puede ocurrir si sobre el sistema actúa un torque
τ dado por τ = − r × ∇V ( r ) . Es evidente que para que el torque no sea nulo el potencial
V ( r ) no puede ser sólo función r, sino que también debe depender al menos de una de las
coordenadas esféricas θ y ϕ . Un potencial que depende sólo de la coordenada r es
llamado potencial central, mientras que uno que depende de, al menos, una de las
coordenadas angulares se lo denomina potencial tensorial. En el caso particular del
sistema de dos nucleones, la única dirección espacial privilegiada es la dirección del espín
S . Eligiendo un sistema de coordenadas tal que el eje z esté en la dirección de S el único
ángulo relevante del cual puede depender el potencial tensorial es el ángulo azimutal θ .
Alternativamente el potencial tensorial puede expresarse como función del producto
19
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
⎛ S ir S ir ⎞
VT (r ) = VˆT (r ) S12 ; donde S12 = 2 ⎜ 3 − S iS ⎟ (4.31)
⎝ r 2
⎠
20
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
r = r1 − r2 , el vector que indica la posición del nucleón 1 respecto del 2; el momento lineal
relativo p = p1 − p2 y el espín total S = s1 + s2 . Si bien estas tres cantidades ya forman un
conjunto completo de variables del sistema, para facilitar el análisis es de utilidad agregar
el momento orbital L = r × p . Podemos ahora enunciar los requerimientos generales en
cuestión:
2. Como dos protones (o dos neutrones) son indistinguibles entre sí el potencial debe
ser invariante ante el intercambio de la partícula 1 con la 2. En principio este
requerimiento no es aplicable al caso del sistema protón-neutrón, sin embargo es
de suponer que también valga para este caso. Al intercambiar 1 → 2 las variables
r y p cambian de signo mientras que L y S no lo hacen. Por lo tanto, para ser
invariante ante el intercambio 1 → 2 el potencial no puede contener contribuciones
proporcionales a los operadores r ⋅ S o p ⋅ S . Por otro lado, otros tales como el
operador ( r ⋅ S ) 2 que aparece en la contribución tensorial sí están permitidos. Es
interesante notar que los operadores de la forma (r ⋅ S ) 2 n con n entero n ≥ 2 , si bien
están permitidos, no son relevantes para la interacción nuclear dado que es posible
mostrar que ya son tenidos en cuenta por los potenciales central y tensorial.
Teniendo en cuenta estos requerimientos podemos discutir ahora qué forma general
puede tener el potencial nuclear. Conviene en este punto distinguir entre las interacciones
independientes de la velocidad, o sea las llamadas interacciones estáticas y las que no son.
Ahora bien, el operador r 2 , junto con potencias del mismo, da lugar al potencial central.
21
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
(r ⋅ S )
2
junto con su producto con potencias del operador r 2 corresponde a la
contribución tensorial VT (r ) . Como se ha mencionado al enunciar el requerimiento de
( )
2
invariancia ante el intercambio de nucleones, las potencias de r ⋅ S ya son tomadas en
cuenta por combinaciones de las contribuciones central y tensorial. Finalmente, hay que
( )
2
notar que productos de la forma S 2 r ⋅ S son irrelevantes ya que también se reducen a
operadores ya incluidos. Por lo tanto, vemos que la forma más general del potencial
estático consiste en una combinación lineal arbitraria de las contribuciones central, espín-
espín y tensorial. Dicha combinación puede depender, sin embargo, de una propiedad
adicional del estado del sistema nucleón-nucleón que es la paridad de la función de onda
relativa. La razón de la existencia de esta dependencia va a ser discutida en la sección
siguiente. Dado que la paridad de la función de onda relativa es P = ( −1) tenemos
l
distintas interacciones según l sea par o impar. Por lo tanto la forma general de la
interacción nuclear estática es
expresión que contiene seis funciones radiales arbitrarias. Es claro, que el estado ligado
correspondiente al deuterón sólo da información acerca de las funciones radiales que
aparecen en el caso l par.
22
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
( )
2
operadores permitidos de este tipo son p 2 , L2 , L ⋅ S , etc. Como el número de estos
operadores es muy grande, lo que se hace en general es considerar sólo aquellos más
simples que den lugar a un ajuste razonable de los datos.
g 2 e− μ r
V (r ) = − (4.33)
4π r
23
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
E 2 = p 2c 2 + m2c 4 (4.34)
donde c es la velocidad de la luz. Por otro lado, según la mecánica cuántica una manera
simple de obtener la ecuación que debe satisfacer la función de onda de una partícula es
hacer los reemplazos
∂
p → −i ∇ ; E → i (4.35)
∂t
Consideremos ahora el caso de una partícula sin masa, tal como es el caso de un fotón.
Utilizando Ecs. (4.34) y (4.35) obtenemos que la correspondiente ecuación para la función
de onda del fotón φ ( r , t ) (que en este contexto se suele llamar “campo del fotón”) es
1 ∂ 2φ
∇ 2φ − =0 (4.36)
c 2 ∂t 2
e
∇ 2φ ( r ) = − δ (r ) (4.37)
ε0
cuya solución es
e 1
φ (r ) = (4.38)
4πε 0 r
e2 1
V (r ) = e φ (r ) = (4.39)
4πε 0 r
Supongamos ahora que la partícula de campo tenga masa m . A partir de las Ecs. (4.34) y
(4.35) es fácil ver que la ecuación equivalente a Ec.(4.36) es
1 ∂ 2φ
∇ φ − 2 2 − μ2 φ = 0
2
(4.40)
c ∂t
∇ 2φ (r ) − μ 2φ (r ) = g δ (r ) (4.41)
24
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
g e− μ r
φ (r ) = − (4.42)
4π r
g 2 mπ3 c 2 ⎛ → → 3 ⎞ ⎧⎪⎛ → → ⎞ ⎡ 3 3 ⎤ ⎫⎪ e- μ r
VOPEP (r ) = ⎜T ⋅T − ⎟ ⎨⎜ 2 S ⋅ S − 3 +
⎟ 12S ⎢1 + + 2 ⎥⎬
(4.43)
6 M p2 ⎝ 2⎠
⎩⎪⎝ ⎠ ⎢
⎣ μ r ( μ r ) ⎥⎦ ⎭⎪ μ r
donde S12 ha sido definido en la Ec.(4.31). Utilizando las relaciones que impone el
“Principio de exclusión de Pauli” al isospín total de los nucleones interactúantes T en
términos del espín y momento angular relativo de los mismos, Ec.(4.24), es fácil ver que el
OPEP da lugar a una forma definida de las funciones Vc p ,i , Vssp ,i y VTp ,i que aparecen en
Ec.(4.32).
En cuanto al valor de constante de acoplamiento g , a partir de resultados
experimentales se encuentra que g2
4π c ≈ 0.3 . Este valor es mucho mayor que el que se
exp
25
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
momentos que van más allá de algo menos de 1 GeV/c, la descripción de las interacciones
fuertes en términos de intercambio de mesones comienza a carecer de sentido ya para esos
momentos transferidos la estructura interna de los nucleones interactúantes comienza a
hacerse evidente. De allí en más es necesario recurrir a una teoría que describa las
interacciones entre quarks. En la actualidad existe una gran cantidad de evidencia
experimental que indica que dicha teoría es una teoría cuántica de campos llamada
“Quantum Cromo Dynamics” (QCD). El estudio de QCD excede, sin embargo, el marco
del presente texto.
26
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
Fig. 4.3: (a) Distribución angular de las secciones eficaces de dispersión pp para
varias energías incidentes (en Mev). (b) Distribuciones angulares para np.
gi2 e− μi r
f (r ) = ∑ (−1)ki
i =1, N 4π r
(4.44)
y determinar el valor de los parámetros que mejor ajusten los datos para un cierto valor
fijo de N. Un segundo método, en principio más formal y ambicioso, consiste en utilizar
sólo los términos que provienen del intercambio de un mesón conocido y del cual existe
evidencia experimental, tal como por ejemplo los ya citados mesones π , η , ρ y ω . Esto es
lo que se conoce como “potencial de intercambio de un bosón” (one boson exchange
potencial, OBEP) y que ignora el intercambio múltiple de mesones. Lamentablemente
27
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
Hasta aquí hemos supuesto que las interacciones nucleares sólo son de dos cuerpos. En
general esta suposición no es completamente válida. En otras palabras, en caso de haber
tres o más nucleones presentes, estos no necesariamente interactúan de a pares. Por
ejemplo, dentro del modelo mesónico de las interacciones nucleares uno de los nucleones
puede emitir simultáneamente dos mesones, alcanzando luego cada uno de ellos un
nucleón diferente. Dentro de este esquema, dado que la energía necesaria para crear un par
de mesones es mayor que la que se necesita para crear sólo uno, el rango de la interacción
de tres cuerpos es menor que el correspondiente a la de dos cuerpos. Dado que los
nucleones dentro del núcleo están en promedio bastante separados, la interacción de más
de dos cuerpos es menos efectiva. En general se estima que las interacciones de tres
cuerpos tienen una magnitud del orden del 15 % al 20 % de la de dos cuerpos.
28
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
29
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
5. MODELOS NUCLEARES
5.1 Introducción
Tal vez uno de los primeros modelos nucleares fue el propuesto por H. Bethe en
1935. En este modelo se considera que si se desprecian las fuerzas entre pares de
30
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
nucleones y se toma en cuenta una fuerza promedio sobre cada nucleón representada por
el hecho de que todos estos están contenidos en una esfera de volumen Ω y radio R = r0
A1/3, entonces el núcleo puede tratarse como un gas cuántico.
Hay que notar que un gas cuántico de fermiones tiene propiedades muy distintas a
las de un gas clásico. En un gas clásico real las interacciones entre partículas crecen en
importancia a medida que se baja la temperatura a presión constante. Por lo tanto el
comportamiento del sistema se aparta cada vez más del comportamiento de un gas ideal.
En el caso del gas de Fermi, en cambio, todos los niveles más bajos están ocupados. De
esta manera, la transferencia de energía y momento entre partículas, que son una
consecuencia normal de las fuertes fuerzas de interacción existentes entre partículas, están
prohibidas por el principio de exclusión de Pauli. Consecuentemente, a bajas temperaturas
el sistema tiende a comportarse como un gas cuántico ideal. Este hecho da una
justificación para despreciar la interacción entre partículas en este tipo de modelo.
Para calcular la distribución de partículas vamos a suponer que las mismas se
encuentran encerradas en un cubo de lado a, y por lo tanto, de volumen Ω = a3. Las
soluciones de la ecuación de Schroedinger correspondiente son
k x a = mx π ; k y a = m y π ; k z a = mz π (5.2)
con mx, my, mz enteros positivos. Cada conjunto de enteros define una energía
2
k
2 2
Emx my mz = ⎡⎣ k x2 + k y2 + k z2 ⎤⎦ = (5.3)
2M 2M
14 Ω
n=2 π m3 = 2 k 3 (5.4)
83 3π
1/ 3
⎛ np ⎞
k max = 3π( ) 2 1/ 3
⎜⎜ ⎟⎟ (5.5)
⎝Ω ⎠
31
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
2/3
2
⎛ np ⎞
2
EF = k 2
= ( 3π )
2 2/3
⎜ ⎟ (5.6)
2M ⎝ Ω ⎠
max
2M
dn 3 n p 1/ 2
ρ (E ) = = E (5.7)
dE 2 E F3 / 2
EF
3
ε= ∫ dE E ρ ( E ) = 5 n E
0
p F (5.8)
1 ⎛ 9π Z ⎞ 1 ⎛ 9π N ⎞
1/ 3 1/ 3
k prot
max = ⎜ ⎟ y k neut
max = ⎜ ⎟ (5.9)
r0 ⎝ 4 A ⎠ r0 ⎝ 4 A ⎠
Si definimos
⎛ 9π ⎞
2 2/3
C= 2 ⎜ ⎟ (5.10)
2 M p r0 ⎝ 4 ⎠
obtenemos
2/3 2/3
⎛Z⎞ ⎛N⎞
E prot
F =C⎜ ⎟ y E neut
F =C⎜ ⎟ (5.11)
⎝ A⎠ ⎝ A⎠
ε 3 3
= ⎡⎣ Z E Fprot + N E Fneut ⎤⎦ = C 2 −2 / 3 ≈ 20 MeV (5.12)
A 5A 5
32
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
3 C ⎡ A5/ 3 ⎤
Δε = +(A− Z) −
5/ 3
Z 5/ 3
5 A2 / 3 ⎢⎣ 22 / 3 ⎥⎦
(5.13)
Δε =
1 C 1
Aδ 2 = E Fδ =0
(Z − N ) 2
(5.14)
32 2/3
3 A
Por lo que se deduce que energéticamente la situación más favorable es aquella con
N = Z . Este efecto es un efecto netamente cuántico ya que es una consecuencia del
carácter fermiónico de los nucleones.
EB la energía necesaria para romper cada ligadura. Si cada molécula interactúa con unas
B
pocas vecinas se dice que la fuerza está saturada. Es claro que en el caso nuclear este
efecto de saturación se debe al corto alcance de la interacción fuerte.
El modelo que surge de considerar que el núcleo se comporta como una gota
líquida permite obtener una fórmula que resulta muy importante para entender la
sistemática de las masa nucleares . La masa de un núcleo (A,Z) está dada por
M ( A, Z ) = m p Z + mn ( A − Z ) − B ( A, Z ) / c 2 (5.15)
donde B(A,Z) es la energía de ligadura. Tal como hemos discutido al principio de esta
sección, si suponemos que el núcleo se comporta como una gota líquida, la energía de
ligadura debe contener un término de la forma
BV = aV A . (5.16)
33
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
Por otro lado, en una gota líquida también aparece una contribución a la energía
debida al término de superficie. Esta se debe a que, en realidad, las moléculas de la
superficie tienen menos vecinos con los cuales interactuar (tensión superficial). Dicha
contribución es proporcional al tamaño de la superficie. Como la superficie de una gota
esférica es 4 π R2 en el presente caso ésta resulta ser proporcional a A2/3. Luego la
contribución a la energía de ligadura es
BS = − aS A2 / 3 (5.17)
Ahora bien, como el núcleo tiene una carga eléctrica debe existir un término que
tome en cuenta la energía coulombiana. Para una esfera de carga Z y radio R dicha energía
esta dada por
3 Z 2e2
EC = ∝ Z ( Z − 1) A−1/ 3 (5.18)
5 R
Luego
Ba = − a a
(N − Z )2 (5.20)
A
⎧− a p f ( A) impar − impar
⎪
Δ ( A) = ⎨ 0 par − impar (5.21)
⎪ a f ( A) par − par
⎩ p
Z ( Z − 1) ( N − Z ) + Δ( A)
2
B ( A, Z ) = aV A − aS A 2/3
− aC − aa (5.22)
A 1/ 3
A
34
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
Para fijar los valores de las constantes que aparecen esta formula se realiza un
ajuste a las masas determinadas experimentalmente. Un buen ajuste se obtiene con el
siguiente juego de constantes
av = 15.56 MeV
aS = 17.23 MeV
aC = 0.7 MeV (5.23)
aa = 23.29 MeV
a p = 12 MeV para f ( A) = A-1/ 2
La Ec. (5.22) permite entender, entre otras cosas, la formación del llamado valle de
estabilidad como consecuencia de la competencia entre el término coulombiano y el de
asimetría.
Es interesante observar las parábolas de masas que resultan de graficar M en
función de Z para A fijo. Algunos ejemplos aparecen en la Fig. 5.1. El número de
parábolas depende de si A es par o impar. Si A es impar Δ(A) = 0 y por lo tanto hay una
sola parábola. Si A es par, entonces hay dos parábolas. Como los decaimientos β sólo
conectan estados que difieren en una unidad de carga, resulta evidente que en el primer
caso sólo puede existir un nucleido β estable por A, mientras que en el segundo puede
haber dos o más nucleidos β estables por A.
35
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
S (N , Z ) = B( N , Z ) − B( N − 1, Z ) (5.24)
36
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
La aparición de estos números mágicos hizo que se volviera sobre los modelos de
partícula independiente. En verdad estos números parecen indicar que los nucleones se
mueven en un potencial promedio de manera muy semejante a la que los electrones lo
hacen alrededor del núcleo. Como es bien sabido existen átomos que son particularmente
estables: los de los gases inertes. El número de electrones de dichos átomos es tal que justo
alcanza para llenar una capa de los niveles de energía del potencial coulombiano. Dado
que la separación en energía entre los niveles que forman una capa es mucho menor que la
existente entre dos niveles de capas diferentes, agregar un electrón a un átomo de un gas
inerte implica un costo de energía mucho mayor que el relacionado con agregar un
electrón a un átomo cuya última capa no este llena. Este el motivo por el cuál los átomos
de un gas inerte son particularmente estables.
Se comenzaron a hacer entonces diversos intentos para predecir los números
mágicos en forma teórica utilizando potenciales promedios adecuados. Resulta ser que el
orden de los niveles no depende demasiado de la forma del pozo. Algunos potenciales que
fueron utilizados debido a su simplicidad matemática son el pozo esférico y el oscilador
armónico. Para el pozo se obtienen los valores 2, 8, 18, 20, 34, 40, 58, etc., mientras que
para el oscilador armónico tridimensional definido por el potencial
1
V ( r ) = − V0 + m ω 2 r 2 (5.25)
2
se obtienen los números 1, 8, 20, 40, 70, 112, etc. Esto se ilustra en la Fig.5.4.
Como se ve ninguno de ellos reproduce los números mágicos experimentales. Se
probó también sin éxito con potenciales intermedios, tales como el llamado “potencial de
Wood-Saxon” cuyo espectro aparece también en la Fig. 5.4. Dicho potencial sigue la
distribución de nucleones, es decir
37
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
V0 ( r ) = − V0 f ( r ) (5.26)
donde
f (r ) =
1
(5.27)
1 + exp[(r − R ) / a ]
aunque las constantes que aparecen en Ec. (5.27) no necesariamente deben coincidir con
las utilizadas para definir la densidad nuclear.
En el caso atómico este tipo de término aparece como una corrección relativista
(término de Thomas). Sin embargo, una aplicación directa de dicha corrección al caso
nuclear da una contribución muy pequeña y de signo contrario al que se necesita para
reproducir los números mágicos nucleares. En el caso nuclear el término spin-órbita
proviene, en su mayor parte, de la componente spin-órbita del potencial nucleón-nucleón.
Normalmente se utiliza para Vso ( r ) la misma relación funcional con V0 que aparece en el
término de Thomas, es decir
38
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
1 d f (r )
Vso ( r ) = V0( so ) (5.29)
r dr
pero con valor a determinar para la constante V0( ) . El espectro que se obtiene se muestra
so
en la Fig.5.5.
⎧ l / 2 ; si j = l +1/ 2
l⋅s = ⎨ (5.30)
⎩− ( l + 1) / 2 ; si j = l −1/ 2
es fácil ver que la interacción espín-órbita separa en dos todos los estados con l > 0. Por
ejemplo el estado 1p se separa en 1p1/2 y 1p3/2. La separación entre los estados depende
de V0( ) que se ajusta para obtener los valores experimentales. Es de notar que
so
dado que
d f (r )
<0
dr
resulta que, para un dado valor de l, los estados con j = l − 1/ 2 tienen mayor energía que
aquellos con j = l + 1/ 2 .
39
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
Debido al principio de exclusión resulta que, al igual que en los átomos, los
núcleos de capa cerrada tienen J = 0 y simetría esférica. Por ejemplo, el espín total J de
los nucleidos 16O, 40Ca y 208Pb (núcleos de doble capa cerrada) es cero. Por otra parte, para
aquellos de capa cerrada + 1 partícula (agujero) el J es el de la partícula o agujero en
exceso. Para el caso del 15N se tiene J=1/2, para 17O J=5/2, para 39K J=3/2, 207Pb J=1/2 y
209
Bi. J=9/2. Es de notar que el valor para el 207Pb difiere de la predicción de la Fig.5.5.
Volveremos sobre esto mas abajo.
El espín j de la última partícula puede obtenerse a partir de j = l + 1/2 o de
j = l -1/ 2 . Por lo tanto, para j fijo, ambas posibilidades difieren en Δl = 1 y, como
consecuencia, defieren en su paridad. Es decir, que para un núcleo con una partícula
(agujero) fuera de capa cerrada la paridad de todo núcleo depende del l de la última
partícula.
El modelo de capas también da información acerca de los primeros niveles
excitados de los núcleos con una partícula (agujero) fuera de capa cerrada tal como se
puede verificar comparando los datos experimentales que aparecen en la Fig.5.6 con las
predicciones que se pueden obtener a partir de la Fig.5.5.
Fig.5.6: Interpretación de acuerdo al modelo de capas de los primeros niveles del 17O y del 17F. Se
muestran todos lo niveles por debajo de, aproximadamente, 5 MeV. Notar que los niveles de paridad
positiva se pueden explicar en forma simple en términos de excitaciones del nucleón fuera de capa,
mientras que los niveles de paridad negativa tienen estructura más complicada. Para estos últimos se
muestra una sólo una configuración posible.
40
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
Fig.5.7: Energías de los niveles de partícula independiente en función del numero de masa A
Otra observación importante es que hay una fuerte tendencia de los nucleones de
un mismo tipo a acoplarse en pares del mismo (j, l) y m iguales en módulo pero de signo
opuesto (la interacción responsable de este comportamiento se denomina interacción de
apareamiento). Esto hace que la mayoría de los nucleidos par-par tengan un estado con
J π = 0+ como estado fundamental. En muchos casos se encuentra que los nucleidos
vecinos con N o Z impar tienen el espín total y paridad de la partícula desapareada. Hay,
sin embargo, excepciones a esta regla.
En los núcleos par-par todos los momentos magnéticos de los nucleones están
acoplados a cero, por lo tanto μ = 0. De acuerdo al modelo de capas, por lo tanto, el
momento magnético de los núcleos de A impar está dado por el nucleón desapareado. El
→
operador momento magnético μ es
→ → →
μ = gl l + g s s (5.31)
De la definición
41
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
μ = (l )
1 j
2 m= j
μ3 ( l )
1 j
2 m= j
(5.32)
(l )
1 j
2 m= j
= ∑ l , l3 ; 12 , m − l3 j , m Yl ,l3 (θ , φ ) 12 , m−l
l3
3
(5.33)
se puede probar que el momento magnético μ de una partícula de espín 1/2 en un estado
(l,j,m) puede expresarse como
→ →
μ = j m μ⋅ j j m ( j + 1) (5.34)
lo cual da lugar a
⎧ ⎛ 1 ⎞ gs
⎪ gl ⎜ j − 2 ⎟ + 2 j = l + 1/ 2
⎪ ⎝ ⎠
μ=⎨ (5.35)
⎪g j − 1 ( g − g ) j j = l − 1/ 2
⎪⎩ l 2
s l
j +1
⎧ g = 5.586μ N ⎧ g = −3.826μ N
protón ⎨ s neutrón ⎨ s (5.36)
⎩gl = μ N ⎩gl = 0
Los valores de momento magnético obtenidos con las Ecs.(5.35) y (5.36) reciben el
nombre de valores de Schmidt y las curvas que representan μ en función de j reciben el
nombre de líneas de Schmidt. Estas se muestran en la Fig.5.8.
Fig.5.8: Momentos magnéticos experimentales comparados con la predicción del modelo de capas
42
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
A pesar de que casi todos los valores de μ caen entre los límites dados por estas líneas
sólo unos pocos (los que están cerca de capa cerrada) caen sobre las líneas o muy cerca de
ellas. Esto implica que en general los estados correspondientes no son estados de partícula
independiente puros.
También es posible evaluar los momentos cuadrupolares eléctricos que resultan de
la existencia de un nucleón desapareado. Se obtiene
2 j −1 2
Q=− r donde j = l ± 1/ 2 (5.37)
2j+2
Fig.5.9: Momentos cuadrupolares experimentales comparados con la predicción del modelo de capas
Las líneas llenas indican los valores que surgen de emplear la Ec. (5.37). Los datos están
dentro de los límites indicados por estas líneas, excepto en las regiones 60 < Z < 80,
Z > 90, 90 < N < 120 y N > 140 donde los valores experimentales resultan ser más de un
orden de magnitud mayores que los predichos por el modelo de capas. Volveremos sobre
esta discrepancia en la Sec. 5.5.
43
Versión preliminar 2.2 (Cap. 3, 4, 5)-24-03-08
A
⎛ 2
⎞ A
H = ∑ ⎜⎜ − ∇ i2 ⎟⎟ + ∑V (rij ) (5.38)
i =1 ⎝ 2m ⎠ i > j
A
⎛ 2
⎞
H = ∑⎜ − ∇i2 + V ( ri ) ⎟ + H ' (5.39)
i =1 ⎝ 2m ⎠
donde
A A
H ' = ∑V ( rij ) − ∑V ( ri ) (5.40)
i> j i =1
Hemos visto que el modelo de capas nos permite predecir propiedades del espectro
de núcleos con una partícula fuera de capa cerrada. Sin embargo, si uno mira los estados
excitados de núcleos par-par es evidente que resulta muy costoso desde el punto de vista
energético crear una excitación por medio de un par partícula-agujero. Es más eficiente
realizar movimientos colectivos, que como veremos en esta sección pueden ser de
vibración o de rotación.
Consideremos primero núcleos cercanos a capa cerrada. Estos tienen una
configuración esférica por lo que no pueden rotar. En consecuencia, sólo podrán tener
modos de excitación vibracionales. Utilizando el modelo de la gota líquida es posible
modelar estas excitaciones pensando que ésta puede oscilar alrededor de su posición de
equilibrio. En general, la superficie de la gota puede expresarse en términos de armónicos
esféricos. Es decir,
⎡ ∞ λ ⎤
R(θ , φ ) = R0 ⎢1 + ∑ ∑ α λμ (t )Yλμ (θ , φ )⎥ (5.41)
⎣ λ =0 μ = − λ ⎦
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tanto este modo tampoco corresponde a una excitación intrínseca del núcleo. La siguientes
vibraciones son la cuadrupolar (λ = 2), la octupolar (λ = 3) y la hexadepolar (λ = 4). Estos
modos corresponden a las vibraciones que se indican en la Fig.5.10.
Fig.5.10: Momentos multipolares con λ < 5. Como se explica en el texto sólo aquellos con λ > 1
corresponden a posibles modos de vibración nucleares
es decir que las vibraciones del núcleo se pueden describir en términos de los cinco
parámetros α 2 μ ( t ) . Suponiendo que ellos dependen del tiempo es posible obtener un
hamiltoniano del tipo
• 2
1 1
H = T + V ≈ ∑ B α 2μ + ∑ C α 2μ
2
(5.43)
2 μ 2 μ
3 3 Z 2e2
B= A m p R02 C = 4 R0 as − ac (5.44)
8π 10π R0
Es posible verificar que mientras que la expresión para C conduce a resultados que están
en buen acuerdo con los valores que se extraen del análisis de los datos experimentales, la
expresión para B no lo hace. Por dicho motivo para obtener en forma teórica valores
razonables de B es necesario, en general, ir más allá de la aproximación de “fluido”
nuclear incompresible e irrotacional.
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Fig.5.11: Espectro de
bajas energías del 120Te
En los núcleos con A > 100, a medida que nos alejamos de capa cerrada el tipo de espectro
cambia tal como se puede observar en la Fig.5.12.
Fig.5.12: Espectros de bajas energías de núcleos par-par representativos con A > 120
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J k2
2
H= ∑ (5.45)
2 k ℑk
y entonces
⎛ J ( J + 1) − K 2 K 2 ⎞
2
EJ , K = ⎜ + ⎟ (5.47)
2 ⎝ ℑ ℑ3 ⎠
Para el estado fundamental de núcleos par-par resulta K = 0, ya que en este caso no hay
excitaciones intrínsecas. Por lo tanto,
2
EJgs = J ( J + 1) (5.48)
2ℑ
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Cada una tiene su banda rotacional asociada y da lugar al tipo de espectro que
aparece en la Fig.5.14.
Fig.5.14: Estados de energía más bajos del 164Er. Se observa claramente las bandas
rotacionales del estado fundamental y de las vibraciones β y γ.
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Sobre cada uno de los niveles de Nilsson puede aparecer una banda rotacional. Un
ejemplo del tipo de núcleo al cual se aplica esta descripción es el 239Pu cuyo espectro se
muestra en la Fig.5.16.
Fig.5.16: Niveles de
energía del 239Pu.
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