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Las Seis Paramitas son las Seis perfecciones (también las denominan como virtudes).

Estas
hay que cumplirlas para purificar el karma y llevar una practica de Bodhisattva libre de
obstrucciones.
Las Seis Paramitas describen la verdadera naturaleza de un ser iluminado.
1. La primera es Dāna paramita y significa la generosidad (Dāna) perfecta y se refiere a
dar incondicionalmente y sin ningún apego.
Dana Paramita: Perfección de la Generosidad

En muchos comentarios budistas sobre las seis perfecciones, la generosidad se dice que es la
puerta de entrada al Dharma. La generosidad es el comienzo del Bodichita, la aspiración a
alcanzar la iluminación.

1° Dana Paramita: La Perfección de la Generosidad.

Dana Paramita es la verdadera generosidad del espíritu. Se trata de dar con el sincero deseo
de beneficiar a otros, sin esperar recompensa o reconocimiento. No debe haber egoísmo
envuelto. Incluso el hacer un trabajo de caridad para "sentirse bien con uno mismo" no es el
verdadero Dana Paramita.

El dar es esencial para el Budismo. Dar incluye dar ayuda material a las personas en
necesidad, pero también incluye dar guía espiritual a los que la buscan y misericordia a todos
los que la necesitan. El Buda enseñó que cuando nos damos a los demás, damos sin esperar
recompensa. Debemos de dar sin tener conciencia de la ofrenda o del destinatario. Practicamos
el dar para eliminar el apego y beneficiar a todos los seres.

Algunos maestros y practicantes proponen que dar es bueno ya que acumula méritos y crea
un buen karma, lo que traerá la felicidad futura. Otros dicen que incluso esto es egoísta y fruto
del apego, ya que incluye una expectativa de recompensa. En todos los servicios budistas,el
mérito generado es dedicado a la liberación de todos los seres sintientes.

Dar con una motivación pura se llama "Dana Paramita" (sánscrito), o "dana parami" (Pali),
que significa "perfección de la generosidad." Hay listas de perfecciones (paramitas) tanto
Theravadas como Mahayanas, pero el Dana, el dar, es la primera perfección en todas las listas.

Es importante recordar que no existe un dar sin recibir, y no hay dadores sin receptores. Por
lo tanto, dar y recibir surgen juntos; uno no es posible sin el otro. En última instancia, dar y
recibir, donante y el receptor, son Uno. Dar y recibir con este entendimiento es la perfección de
Dar.

En Japón, cuando los monjes van por las calles para pedir limosnas en la manera tradicional,
llevan enormes sombreros de paja que oscurecen parcialmente sus rostros. Los sombreros
también les impiden ver el rostro de aquellos dándoles limosnas. No se da, no hay un receptor;
esto es pura entrega.
En el Budismo, tratamos de borrar las línes que dividen e uno del todo, el "yo" del "otro". El
apego sólo puede surgir cuando hay dos cosas separadas - un poseedor (el que se apega), y algo
que se posee (a lo que se apega). Pero, la clasificación del mundo en sujetos y objetos es una
ilusión.

El apego surge del hábito mental de ordenar el mundo entre "yo" y "todo lo demás." El
apego conduce a la posesividad y a la tendencia a manipular a todo, incluyendo a las personas,
para su propio beneficio personal. El no apegarse es reconocer que nada existe
independientemente del Todo.

Esto nos lleva de nuevo a la comprensión de que el donante y el receptor son uno.

Un espíritu generoso es algo más que dar a la caridad. Es un espíritu de responder al mundo
y dar lo que se necesita en el momento apropiado.

Este espíritu de generosidad es una base importante de la práctica budista en general. El dar
ayuda a derribar las paredes de nuestro ego, mientras que alivia algo del dolor del mundo. Y
también incluye estar agradecidos por la generosidad mostrada a nosotros. Esta es la práctica de
dana paramita.

2° Sila Paramita: La Perfección de la Moralidad 

Śīla se traduce normalmente por moralidad, honestidad o conducta apropiada y se refiere a la


pureza moral de pensamiento, palabra y acto.
Las cuatro condiciones de śīla son castidad, calma, silencio y apaciguamiento, es decir, no
ser susceptible de ninguna perturbación producida por las pasiones.

Sīla se refiere a todos los principios del comportamiento ético. Hay varios niveles, que
corresponden a la 'moralidad básica' (Cinco Preceptos), 'moralidad básica con ascetismo' (Ocho
Preceptos), 'moralidad de novicio' (Diez Preceptos) y 'moralidad monacal' (Vinaya o
Patimokkha).

La comunidad laica generalmente asume vivir bajo los cinco preceptos, que son comunes a
todas las escuelas budistas. Si así lo desean, pueden comprometerse a seguir los ocho preceptos,
con preceptos adicionales que suponen cierta forma básica de ascetismo.

Es además una de las tres prácticas (Sīla - Samadhi - Magadhi) y el segundo de los pāramitās
o virtudes que se deben cumplir para purificar el karma.
Los cinco preceptos son:
Abstenerse de tomar vidas (matar)
Abstenerse de tomar lo que no es dado (robar)
Abstenerse de conducta sexual incorrecta (lujuria)
Abstenerse de mentir
Abstenerse de tomar intoxicantes que llevan a la pérdida de plena conciencia

La moral no se trata de obededecer ciegamente a una lista de reglas. Existen una serie de
reglas morales llamadas los Preceptos, pero los preceptos son algo así como una ruedas de
entrenamiento. Ellos nos guían hasta que encontremos nuestro propio equilibrio. Un ser
iluminado responde correctamente a todas las situaciones sin tener que consultar una lista de
reglas. 

Sila Paramita significa la "Perfección de la Moralidad." Es el segundo paramita, o


perfección, tanto en el Budismo Mahayana como en el Theravada. Sila, es también a veces
traducido como virtud o la conducta ética y la moral. También connota el equilibrio y la
armonía. 

El Budismo esta repleto de enseñanzas sobre la moralidad, las cuales impregnan todas sus
prácticas. La moralidad es el núcleo del Discurso Correcto, la Acción Correcta, y el Vivir
Correcto del Noble Sendero Óctuple. La Recta Acción se centra en los preceptos. 

Es importante entender que la base de la moral budista no se encuentra en una autoridad


externa. En otras palabras, y como hemos dicho anteriormente, la práctica de la moral no se
encuentra en la obediencia incondicional a una lista de reglas. En cambio, la perfección de la
moralidad es la expresión natural de la sabiduría y la compasión que son generadas por la
práctica.

Usted podría preguntarse, ¿no son los Preceptos una lista de reglas? Piense en los preceptos
como algo parecido a las ruedas de entrenamiento de una bicicleta. Dicho de otra manera,
proporcionan orientación para permitir que las actividades iluminadas de la sabiduría y la
compasión se manifiesten en el mundo a través de nosotros.

Los estudiosos Mahayana identificaron tres categorías de sila: La moralidad como la


moderación, la moralidad como virtud y la moralidad como la actividad desinteresada de la
compasión. Estas categorías nos muestran una progresión en el entrenamiento. 

La moral como moderación se refleja en la "renuncia". La renuncia se entiende como la


liberación de todo aquello que nos une a la ignorancia y el sufrimiento. La palabra Pali
traducida generalmente como "renuncia", es "nekkhamma", que significa "ir adelante". Así,
comenzamos nuestro camino al renunciar a los comportamientos que nos atan, como la mentira,
el robo, y el apego al placer sensual. 
La práctica de la moral como virtud significa fundamentar nuestra práctica de la moralidad
con la atención plena y la meditación. En esta fase, la práctica de la moralidad "se da la vuelta."
Deja de sentirse como un freno a la conducta de uno, y en su lugar, surge de una preocupación
genuina por los demás. 

En la fase final, la moralidad es la actividad desinteresada de la compasión, una expresión de


nuestra sabiduría. Esta es el sila paramita, la perfección de la moralidad. 

El Karma 

La enseñanza del karma es inseparable de la enseñanza de la moral. Para entender por qué
esto es así, es importante entender lo que es el karma, y lo que no es. 

El karma no es es un sistema de justicia penal cósmica que imparte premios y castigos. No


hay un "director" del karma con inteligencia sobrenatural, que envía bendiciones a los buenos o
calamidades a los malos. Karma significa "acción", y en el Budismo, esto significa acción
volitiva, específicamente. Y su enseñanza más básica es que las acciones causan efectos. 

Lo que somos, y lo que son nuestras vidas, en un momento dado es el resultado acumulado
de nuestros pensamientos y de nuestras acciones. Esto es el karma.
Una vez aprendes la lección que un suceso kármico tenía que enseñarte, su efecto será
menor.

Otro aspecto del karma es que una vez se pone en movimiento, tiende a seguir hacia
adelante. Un efecto causa otros efectos, lo cual provoca otros efectos, y estos efectos pueden
suceder fuera de nuestra vista, e incluso más allá de nuestras vidas. Cuando prestamos más
atención al karma, nos damos cuenta de que todos y todo en nuestro planeta están unidos entre
sí en un gran nexo de causa y efecto. A medida que nuestra preocupación por los demás crece,
también crece la preocupación por el karma. 

Mantener un balance 

A menudo escuchamos acerca del Camino Medio, manteniéndonos entre los extremos. Esto
se remonta a la vida del Buda histórico. En su búsqueda de la iluminación, el joven príncipe
Siddhartha renunció a una vida de indulgencia y placer y tomó una vida de ascetismo extremo -
en un momento ayunó casi al punto de su muerte. Pero con el tiempo se dio cuenta de que su
camino estaba entre los extremos de la indulgencia y la negación. 

Por esta misma razón, se debe tener cuidado de no ser demasiado rígidos con los preceptos.
El apego a las reglas puede oscurecer el propósito mayor de la moralidad, que es el cuidado
benevolente hacia los demás. 
Si nuestras acciones están guiadas por la sabiduría y la compasión - sin rastro de egoísmo, ni
siquiera el debemos de setir el deseo de hacer el bien para "sentirnos bien con nosotros mismos"
- sólo así nuestras acciones estarán basadas en la Perfección de la Moralidad.

3° Ksanti Paramita: La Perfección de la Paciencia

Tercer paramita Ksanti es la práctica de ejercitar la paciencia hacia un comportamiento o


situación que no la merece necesariamente. Se ve como elección consciente para dar paciencia
como se da un regalo, más que como caer en un estado de opresión en el cual nos obliguemos a
no actuar

Ksanti es paciencia, tolerancia, resistencia o compostura. Literalmente significa "capaz de


soportar." Se dice que hay tres dimensiones de Ksanti: la capacidad de soportar las dificultades
personales; tener paciencia con los demás; y la aceptación de la verdad.

La perfección de Ksanti comienza con la aceptación de las Cuatro Nobles Verdades,


incluyendo la verdad del sufrimiento (dukkha). A través de la práctica, nuestra atención se aleja
de nuestro propio sufrimiento y se enfoca en el sufrimiento de los demás - el desarrollo de la
compasión.

La aceptación de la verdad se refiere a la aceptación de verdades difíciles sobre nosotros


mismos - que somos codiciosos, que somos mortales o "bonbu" (seres tontos) - y también de
aceptar la verdad de la naturaleza ilusoria de nuestra existencia (sunyata).
Ksanti paramita, la perfección de la paciencia, es el tercero de los paramitas Mahayana.
(Ksanti se deletrea a veces kshanti o, en Pali, khanti).

Triunfar sobre las Dificultades

En términos modernos, podríamos pensar en esta dimensión de Ksanti como triunfar ante las
dificultades de manera constructiva, en lugar de destructivas. Estas dificultades pueden incluir
el dolor y la enfermedad, la pobreza, o la pérdida de un ser querido. Aprendemos a mantenernos
fuerte y a no ser derrotados por la desesperación.

El cultivo de este aspecto de Ksanti comienza con la aceptación de la primera Noble Verdad,
la verdad de dukkha (sufrimiento). Aceptamos que la vida es estresante y difícil, así como
temporal. Y a medida que aprendemos a aceptar esto, también vemos la cantidad de tiempo y
energía que hemos estado perdiendo, tratando de evitar o negar el dukkha. Dejamos de sentirnos
derrotados y de sentir lástima por nosotros mismos.

Gran parte de nuestra reacción ante el sufrimiento es la negación. Evitamos las cosas que no
queremos hacer, que creemos que van a doler. Esta reacción viene de la creencia de que hay un
"yo" permanente que hay que proteger y que siente lo que esta sintiendo. Cuando nos damos
cuenta que no hay nada que proteger, nuestra percepción del dolor cambia auntomáticamente.
En los Seis Reinos de la Existencia (Samsara), y el más alto de estos es el Reino de los
Devas (dioses). Los dioses viven vidas largas, felices y agradables, pero no desean alcanzar la
iluminación y entrar en el Nirvana. ¿Y por qué no? Debido a que no sufren y no pueden
aprender la verdad del sufrimiento.

Ksanti también nos enseña a cómo manejar el maltrato de los demás. Cuando nos insultan,
engañan o somos heridos por otras personas, casi siempre nuestro ego salta y se quiere vengar.
Nos enojamos. Pero el odio es un veneno terrible - uno de los Tres Venenos, de hecho (junto a
la ignorancia y la codicia). Y muchos grandes maestros han dicho que es el más destructivo de
los tres venenos. El liberarnos de la ira y el odio, y no manifestarlos, es esencial para la práctica.

Por supuesto, todos nos hemos enojado en algún momento, pero es importante aprender a
manejar el enojo. También aprendemos a cultivar la ecuanimidad, por lo que no estamos siendo
sacudidos con fuerza por los gustos y disgustos.

Ksanti nos muestra que hay que tener paciencia con los demás. Así, llegamos a ser
conscientes de los demás y respondemos a sus necesidades con amabilidad.

Aceptando la Verdad

Ya hemos dicho que Ksanti paramita comienza con la aceptación de la verdad de dukkha.
Pero eso incluye aceptar la verdad de un montón de otras cosas - que somos egoístas; que en
última instancia, somos responsables de nuestra propia infelicidad; y sobre todo, que somos
mortales.

Y luego viene aceptar lo más difícil - que el "yo" (el ego) es sólo un proceso, un fantasma
mental, conjurado por nuestro cerebro y los sentidos de momento a momento. Los maestros
dicen que cuando las personas se están acercando a la iluminación, pueden experimentar un
gran temor. Este es el ego tratando de preservarse a sí mismo.

La práctica de la perfección de la paciencia es uno de los paramitas más prácticos, y


aplicables a nuestra vida diaria. Sólo necesitas ser más paciente hoy mismo. Dengyo Daishi nos
mostró a través de su vida y ejemplo que no puedes dejar para mañana lo que puedes hacer hoy.
Comienza ahora.

4° Virya Paramita: La Perfección de la Energía 

Virya es una palabra sánscrita que puede traducirse al español como:


vitalidad, valor, fuerza, potencia, energía.
heroísmo, acto heroico.
esplendor, lustre, dignidad.
vīryá-kāma, que desea principalmente vigor.
En el marco del budismo, vīrya es fuerza espiritual, además de:
una de las cinco facultades controladoras (indriya)
uno de los Cinco Poderes (bala)
una de las siete características que llevan al nirvana (bodhyaṅ ga)
el esfuerzo correcto del noble óctuple sendero.
el esfuerzo para alejarse de akusala dhamma (deber incorrecto, tal como abusar de la
sensualidad (lujuria, gula, codicia) y tener malas intenciones (nekkhamma).
esfuerzo para alcanzar dhyāna.

Virya es energía o coraje. Proviene de una antigua palabra india-iraní que significa "héroe".
El Virya Paramita se trata de hacer un esfuerzo valiente, heroico para alcanzar la iluminación. 
Para practicar el Virya paramita, primero desarrollamos nuestro propio carácter y coraje. Nos
involucramos en la formación espiritual. Y luego dedicamos nuestros esfuerzos valientes para el
beneficio de los demás.
Virya paramita - la Perfección de la Energía - es el cuarto de los Seis Paramitas o
Perfecciones de Mahayana. 
Virya puede referirse tanto a la energía mental como a la física. Virya paramita tiene tres
componentes. El primer componente es el desarrollo de carácter. También se trata de cultivar el
coraje y la voluntad de recorrer el camino recto, por el tiempo que sea necesario, la corrección
de malos hábitos o de dar excusas, aclarar su compromiso con la práctica y cultivar shraddha -
confianza y convicción. 
El entrenamiento espiritual incluye el estudio de las enseñanzas sagradas. Una comprensión
más clara de lo que Buda enseñó ayudará a solidificar su confianza y a darle a su práctica más
enfoque. 
El tercer aspecto de Virya es la práctica para el beneficio de los demás. El desarrollo del
Bodichita - el deseo de alcanzar la iluminación para el beneficio de todos los seres - es esencial
para la práctica Mahayana. Bodhicitta nos ayuda a liberarnos del apego egoísta a nuestros
esfuerzos. 
Cuando nuestro Bodichita es fuerte, alimenta nuestra determinación para practicar. ¿Cómo
podemos eliminar el sufrimiento en el mundo? 
Puedes comenzar justo donde estás. Desarrolla el conocimiento y fortalece tu confianza.
Dedícate a otros. Esto es Virya Paramita.

5° Dhyana Paramita: La Perfección de la Meditación 


Dhyana, o meditación, es una disciplina destinada a cultivar la mente. Dhyana también
significa "concentración", y en este caso se aplica una gran concentración para lograr claridad y
comprensión (Shamata y Vipashana).
Una palabra muy relacionada con Dhyana es "Samadhi", que también significa
"concentración". Samadhi se refiere a una concentración en un solo punto en el que todo sentido
de uno mismo desaparece. Dhyana y Samadhi son los cimientos de la sabiduría, que es la
siguiente perfección (Prajna).
La palabra sánscrita "dhyana", significa "concentración" y es casi sinónimo de Samadhi.
Otra palabra sánscrita que significa "meditación" es "bhavana", literalmente traducido como
"cultivo mental." Esto pone en relieve la comprensión de la meditación como una forma de
entrenar la mente para alcanzar la iluminación. Dhyana también se asocia con el aspecto de la
Recta Concentración del Noble Sendero Óctuple. 
En Occidente, la meditación ha sido adoptada como un medio para aliviar el estrés y tratar
los trastornos del comportamiento, pero la meditación, en el sentido profundo, es una disciplina,
no un tratamiento. 
En los Seis Paramitas, Dhyana paramita viene antes del Prajna paramita - la Perfección de la
Sabiduría. A través del Dhyana, el practicante calma y aclara su mente para permitir la
realización de la iluminación. Para muchos esto es un proceso gradual. Aunque uno puede
experimentar una sensación de felicidad al meditar, uno puede experimentar muchas otras cosas
también - frustración, somnolencia, aburrimiento, dolor y alegría. Eso no quiere decir que lo
estás haciendo mal; eso es sólo la forma en que te encuentras al momento.
En términos generales, la meditación adopta dos formas - Samatha y Vypassana. 
Samatha significa "morada en paz" o "tranquilidad". La práctica de Samatha desarrollan la
concentración hasta el punto de Samadhi - unificación única de la mente. La práctica de
Samatha suele comenzar con un enfoque en la respiración llamado "anapana-smrti" o
"anapanasati". A medida que surgen los pensamientos, son observados y puestos en libertad.
Con el tiempo, la mente se vuelve más tranquila, y no persigue los deseos y las pasiones. 
Vipassana significa "contemplación". Hay más de un enfoque de la meditación de la
contemplación, pero por lo general, el practicante se enfoca en contemplar una enseñanza en
particular, el pensamiento mismo o una perspectiva para profundizar sobre el concepto y ver la
verdadera naturaleza de la realidad. 
Una práctica de meditación diaria puede mejorar su vida de muchas maneras. El meditador
experimentado responde con mayor habilidad a las dificultades de la vida. Nos ayuda a
liberarnos de los hábitos destructivos y a superar los obstáculos. Con el tiempo, muchos de
nuestros miedos y confusiones desaparecen. 
La meditación es una manera de encontrar nuestro verdadero hogar. Si usted baja (o cierra)
los ojos, respira tranquilamente y se enfoca en el aquí y ahora, sus distracciones desaparecen y
regresa a su verdadero hogar - se vuelve uno con el Todo.

6° Prajna Paramita: La Perfección de la Sabiduría 

Prajñā (sánscrito) se puede traducir como "sabiduría", "comprensión", "discernimiento",


"agudeza cognitiva" o "saber hacer".
Se refiere especialmente a la sabiduría basada en la realización directa de las cuatro nobles
verdades y la asimilación de conceptos como el de transitoriedad, surgimiento
dependiente, anātman (insustancialidad), Shuniata (vacío), etc.
Prajñā es la sabiduría que es capaz de extinguir las klesa (aflicciones) y ocasionar
la iluminación.

En Mahayana, la sabiduría es la comprensión directa e íntima del Sunyata, o el vacío. Expuesto


simplemente, esto es la enseñanza de que todos los fenómenos carecen de esencia propia.

En las Seis Perfecciones de Mahayana (paramitas), la sexta perfección es Prajna Paramita - la


Perfección de la Sabiduría. Prajna es la perfección final que incluye todas las demás
perfecciones.

Sin embargo, esta sabiduría no puede ser entendida solamente por el intelecto. Entonces, ¿cómo
lo entendemos? A través de la práctica de las demás perfecciones - generosidad, moralidad,
paciencia, energía y la meditación.

De todas las disciplinas, Sunyata es posiblemente la más difícil - y mal entendida. A menudo es
traducido como "vacío", y es el corazón de toda la enseñanza Mahayana.

El Buda histórico, Shakyamuni, enseñó que los seres humanos están compuestos por Cinco
Skandhas, a veces llamados los Cinco Agregados. Muy brevemente, se trata de la forma,
sensación, percepción, formación mental y la conciencia.

Según consta en el Anatta-Lakkhana Sutta del Tipitaka Pali (Samyutta Nikaya 22:59), el Buda
enseñó que estos Cinco Skandhas, incluyendo nuestra conciencia, no son un "yo" (ego). Ellos
no son permanentes, y aferrarse a ellos como si fueran permanentes da lugar a la codicia, el odio
y el deseo, que son el origen del sufrimiento.

La enseñanza en el Anatta-Lakkhana Sutta se llama "anatta", a veces traducida como "no yo" o
"no ser". Anatta es una refutación de la creencia hindú en el "atman" - un alma; una esencia
inmortal de uno mismo.

Pero Mahayana va más allá que el Theravada, y enseña que todos los fenómenos carecen de
esencia propia. Esto es sunyata.

¿Vacío de qué? 

Sunyata es a menudo mal entendido en el sentido de que no existe nada. Esto no es así. En su
lugar, se nos dice que no es la existencia, sino que los fenómenos están vacíos de "svabhava",
una palabra sánscrita que significa auto-naturaleza, naturaleza intrínseca, esencia o "propio ser."

Aunque no seamos conscientes de ello, tendemos a pensar en que las cosas poseen una
naturaleza esencial que hace que sea lo que es. Así, vemos un conjunto de metal y plástico y lo
llamamos una "tostadora". Pero "tostadora" es sólo una identidad que proyectamos en un
fenómeno. No hay esencia "tostadora" inherentemente habitando en el metal y el plástico.

Una historia clásica del Milindapanha, un texto que data probablemente del siglo I AEC,
describe un diálogo entre el rey Menandro de Bactria y un sabio llamado Nagasena. Nagasena le
preguntó al rey sobre su carro, y luego le pidió que desensamblara el carro en partes. ¿Se le
puede llamar un "carro" todavía a un carro si se le quitan sus ruedas o sus ejes?

Si desmonta un carro en partes, ¿exactamente en qué momento se deja de ser un carro? Este es
un juicio subjetivo. Algunos podrían pensar que ya no es un carro, una vez que ya no puede
funcionar como un carro. Otros podrían argumentar que la eventual pila de piezas sigue siendo
un carro, aunque sea desmontado.

El punto es que "carro" es una designación que le damos a un fenómeno; no existe una
"naturaleza de carro" inherente que habita en el carro.

La cuestión es que la mayoría de nosotros percibimos la realidad como algo poblado por
muchas cosas distintas y seres. Pero este punto de vista es una proyección de nuestra parte. En
cambio, el mundo fenoménico es como un vasto campo o nexo que se encuentra en constante
cambio. Lo que vemos como partes distintivas, las cosas y los seres, son condiciones
temporales.

Nagarjuna dijo que es incorrecto decir que las cosas existen, pero también es incorrecto decir
que no existan. Debido a que todos los fenómenos existen de manera interdependiente, y son
nulos de esencia propia, todas las distinciones que se hacen entre esto y los fenómenos son
arbitrarios y relativos. Así que, "existen" cosas y seres sólo de manera relativa.

De hecho, el Tratado sobre la Perfección de la Sabiduría de Nagarjuna describe que si bien


pensamos en el universo como un plano en donde los seres y los eventos fungen en el universo,
la realidad es que el universo se manifiesta como seres y eventos que fungen en él. Esto nos da
mucho en lo que pensar.

Sabiduría y Compasión 

La sabiduría y la compasión son interdependientes. La sabiduría da lugar a la compasión; la


compasión, cuando es genuina y desinteresada, da lugar a la sabiduría. Son como dos alas de un
ave, o las dos ruedas de un carro.

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