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LA ALBOLAFIA: REVISTA DE HUMANIDADES Y CULTURA JOSÉ MARÍA GARCÍA GÓMEZ HERAS

ISSN: 2386-2491
LA RELIGIÓN EN EL MUNDO ACTUAL1

José María García Gómez-Heras


Catedrático emérito de la Universidad de Salamanca

RESUMEN:
La religión, y especialmente el cristianismo, ha estado siempre en relación con el medio socio-
cultural en el que vive. Éste, hoy en día, aparece caracterizado por la secularización, la imagen
tecnocientífica del mundo y la postmodernidad cultural. A pesar de su inadaptación a tal situa-
ción, la religión pervive en forma de precategorial "mundo vivido" por gran parte de los
humanos en un contexto sociocultural pluralista, globalizado, emotivo y moralizante, que man-
tiene la pregunta por el sentido de la vida. El hombre como animal simbólico se aferra a la ex-
periencia religiosa. Todo ello dibuja una nueva frontera entre religión y mundo a la que parecen
acercarse los gestos del Papa Francisco.

ABSTRACT:
Religion, and especially Christianity, has always been in relation to the sociocultural environ-
ment in which they live. Today, it appears characterized by secularization, the techno-scientific
picture of the world and cultural postmodernism. Despite its failure to adapt to this situation,
the religion survives as precategorial "lived world", great stop for humans in a pluralistic, glo-
balized, emotional and moralizing sociocultural context that keeps the question of the meaning
of life. Man as a symbolic animal clings to religious experience. This draws a new line between
religion and world that pope Francis' gestures seem to approach.

PALABRAS CLAVE: religión, mundo sociocultural, secularización, ciencia, postmodernidad, mundo


vivido, sentido de la vida, moralización, pluralismo, dialogo.
KEYWORDS: religion, sociocultural world, secularization, science, postmodernity, lived world, sense of
life, moralization, pluralism, dialogue.

1.- UN PROBLEMA ENDÉMICO EN NUES- durante la gestación del pensamiento


TRA CULTURA simbólico en el hombre primitivo, ya en
revisión crítica durante la era científico-
La relación entre la religión y el mun- técnica contemporánea, el binomio reli-
do –entendiendo aquella como conjunto gión-mundo delata una historia plena de
de creencias que vinculan al hombre con interferencias entre ambos. Y en modo
lo sagrado y divino y este como conglo- alguno el problema se circunscribe a un
merado sociocultural en el que la vida
humana se despliega– forma parte de la 1 Texto ampliado de la conferencia pronunciada
cultura humana desde sus orígenes. Se por el autor en el Instituto de Humanidades de la
encontrara ésta ya en fase embrionaria Universidad Rey Juan Carlos de Madrid el 10 de
febrero de 2014.

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segmento geográfico de nuestro planeta charco es profundo y por eso no se per-


ni a una cultura particular, dado que nada cibe su fondo; 2) o que el charco esta
más universal que la religiosidad presente revuelto y por este muy diferente motivo
en pueblos, lugares y épocas. Ciñéndo- tampoco se percibe el fondo. Ambas
nos, sin embargo a Occidente, espacio y posibilidades están ante nosotros.
tiempo próximos, a los que pertenecemos
los europeos actuales, el problema con-
tinúa siendo cuestión de máxima relevan- 2.- LA EJEMPLARIDAD DE LA HISTORIA
cia. Y aquí concretamos aun más: en qué
relación se encuentra el cristianismo con Baste con recordar tres episodios epo-
el mundo en donde se inserta, mundo cales de la relación entre la religión cris-
que llamamos civilización occidental. Que tiana y el mundo con el que coexiste. En
la cuestión posee relevancia suma fue ellos se ejemplifica la situación y estrate-
atestiguado hace unas décadas por el gia seguida por el cristianismo en relación
Concilio Vaticano II, que la dedicó una con su mundo o entorno sociocultural.
de sus constituciones más memorables:
1º) El cristianismo en el mundo clási-
La Gaudium et Spes. Desde entonces, sin
co grecolatino. Estimulante cuestión.
embargo, han sucedido acontecimientos y
Cómo una religión, surgida y con hondas
se han intensificado tendencias que modi-
raíces en la Palestina judía, reformula sus
fican profundamente al mundo en los
creencias y legitima sus prácticas en la
inicios del siglo XXI: la globalización, la
potente cultura grecolatina, consolidada
secularización intensiva, el intercambio de
ya en asombroso depósito de ideas, de
población, el pluralismo cultural, los nue-
valores estético-literarios, de normas lega-
vos estilos de vida, el policentrismo polí-
les y de costumbres. Qué esfuerzo de
tico-económico, la hipertecnificación, la
adaptación se exigió a los apóstoles itine-
igualdad de la mujer, el imperio de la co-
rantes, como Pablo de Tarso, o a los Pa-
municación, el pansexualismo, la cultura
dres de la Iglesia, para verter en odres
postmoderna... Hechos que invitan a re-
grecolatinos, sin desvirtuar sustancia y
pensar temas y a reorganizar valores. A lo
sabor, el vino de los evangelios, según
que habría que añadir la llegada de un
conocida expresión de A. von Harnack2.
nuevo Papa, Francisco, que con sus ges-
Y resultó un encuentro epocal entre Jeru-
tos parece querer marcar un nuevo estilo
salén y Atenas, entre unas creencias y una
de estar la Iglesia en el mundo.
ideas, que se expresaron en dogmas, valo-
res, instituciones y costumbres. Que ello
Compete a la filosofía, según conocido
fue posible lo atestigua la historia. Con
dicho de Hegel, poner la propia época en
tanto esfuerzo como sacrificio y con epi-
conceptos. Dicho de otro modo, pensar
sodios de dolor y lucha pero también con
nuestro tiempo. Aquí seguimos su conse-
empresas de creatividad fecunda.
jo, con una actitud precavida desde el
comienzo, ateniéndonos al sano escepti- 2º) El cristianismo en el mundo me-
cismo que destila aquel dicho popular, al
afirmar que cuando no se ve el fondo de 2 El resultado en palabras del famoso teólogo
los problemas, resulta aleccionador con- protestante: “Espíritu griego sobre el suelo del
tar con una doble explicación: 1) o que el evangelio”. Lehrbuch der Dogmengeschichte (Tubinga,
4ª. ed., 1909/10) I, 121 ss., 349 ss.

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dieval. A partir de Constantino, Occiden- por los grandes descubrimientos y sus


te inicia una época etiquetada como régi- gentes se proyectan sobre los mismos
men de cristiandad. La religión se relacio- durante cuatro centurias transmitiendo
na con el mundo en donde vive en forma cultura, creencias y valores.
de simbiosis. Está situada en un contexto
sociocultural que ella misma vértebra. La Preguntarse, por consiguiente, hoy en
relación-religión mundo no es la de dos día por la religión en el mundo hodierno,
ámbitos diferentes y heterogéneos. Tien- no es problema de gran originalidad. Rei-
den a identificarse en un mismo mundo tera con otro ropaje la misma pregunta
en el que ideas, instituciones, valores y que se hicieron nuestros antepasados y
normas se vertebran en interacción recí- repite situaciones en las que se encontra-
proca que, a pesar de tensiones y roturas ron aquellos cristianos del siglo I al tener
recurrentes, configuran un mismo mundo que presentarse ante la sociedad greco-
del que surgen catedrales, cruzadas, su- rromana, aquellos otros que simbiotiza-
mas teológicas y un orden sociopolítico ron sus creencias con los nuevos pueblos
en el que la religión fecunda y crea un y, por supuesto, aquellos modernos que
mundo religado a lo sagrado y divino. recorrían espacios geográficos aun no
Situación que no solo afecta al Occidente recorridos por la razón, la ciencia o la
cristiano, sino tanto o más al mundo libertad.
islámico vecino y por entonces enemigo.

3º) La religión en el mundo moderno. 3. EL MUNDO DE HOY EN RELACIÓN A LA


RELIGIÓN
La modernidad es época de rupturas y
afirmación de entramados socioculturales
¿Cual es hoy la situación del mundo en
diferentes en los que se expresa la subje-
su relación con la religión? Provoca la
tividad individual de los pueblos de Occi-
pregunta el hecho de que, desde hace
dente en forma de estados soberanos,
numerosas décadas, la imagen y el orden
lenguas modernas, conciencias nacionales
vigentes de tiempo atrás en el mundo
e, incluso, cristianismos diferenciados. En
están siendo disueltos bajo presión de
este proceso el cristianismo pierde unidad
cambios profundos, como aconteció en
en dogma y disciplina pero gana autenti-
otras épocas. El poder del cambio sitúa al
cidad en convicción y testimonio. Es
hombre religioso ante un mundo nuevo
época de grandes místicos, reformadores
que exige una forma nueva de relacionar-
e, incluso, misioneros que transfieren a
se con él. Los historiadores utilizaron la
otros mundos creencias, valores e institu-
palabra revolución para nombrar episodios
ciones en una aventura poblada de com-
históricos de cambio cruento y violento.
promisos y testimonios. También es épo-
Pero este no es el caso. No obstante,
ca de choque con valores emergentes,
nuestra época podría ser etiquetada de
tales la razón dogmática, la ciencia natural
revolucionaria. Si bien la ausencia de gue-
y la libertad revolucionaria. La iglesia ante
rras trágicas y la relativa paz mundial re-
instancias que ya no controla adopta una
bajan la etiqueta de revolución a profun-
actitud defensiva, apologética. Con una
do cambio sociocultural.
gran aventura: la Europa cristiana se ex-
pande sobre los nuevos mundos traídos

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1) Relevancia de la secularización. Al tratar históricos dejan de ser interpretados en


de poner la religión en un concepto, more clave religiosa y pasan a ser releído en
hegeliano, he recurrido a una descripción, clave secular. Ya no es la religión la que
tópica entre fenomenólogos, del hecho vertebra las relaciones sociales sino la
religioso: la religión es una forma de vida economía4. Con ello desaparece el sentido
y de creencias que vinculan al hombre y significado de lo sagrado y numinoso de
con lo sagrado y divino. El cristianismo que hablan R. Otto y el mundo deviene
cumple, con rasgos muy diferenciados, tal mundo desencantado, aunque no del todo,
definición. Al relacionarse con el mundo porque pronto, como diremos, emergen
actual, el cristianismo se topa con un las religiones sucedáneo, sustentadas por
hecho, del que todos hablan, pero que nuevos ídolos y creencias5.
aparece tan difuso en sus presupuestos
como ambiguo en sus manifestaciones: la Lo que acontecía en el tradicional or-
secularización3. Su fondo apenas se percibe den del mundo al que el hombre perte-
porque es profundo y además sus aguas necía se sustentaba sobre poderes que
están revueltas. Sobre él disertan los so- estuvieran ya insertos en la naturaleza,
ciólogos de la cultura, investigan los his- como pensaron los clásicos, ya en la his-
toriadores de la economía y meditan los toria, como creyeron los cristianos, remi-
metafísicos y los teólogos. Es al hecho a tían a un poder divino que regulaba los
que se refería Nietzsche cuando hablaba procesos de la naturaleza para unos o a
de “muerte de Dios” y de la transmuta- un Dios personal que ordenaba y regía
ción de los valores y M. Weber del “des- providentemente la historia para otros.
encantamiento del mundo”. Fenómeno Así se desplegaba la vida en forma de
que aquí definiríamos como un proceso orden y no de caos. En coherencia plena.
de expropiación y reapropiación en el que Y en ella la vida del hombre6. La seculari-
categorías, instancias y funciones a las zación cambio los horizontes de la inter-
que la religión atribuía fundamentar las pretación de las cosas. El poder de la
ideas, los valores y las normas son expro- religión como instancia donante de senti-
piadas de tal función para ser esta transfe-
rida y reapropiada por instancias munda- 4 Ver al respecto el sugerente ensayo de
LOEWITH, K.: Weltgeschichte und Heilsgeschehen =
nas, tales como el absoluto, el estado, la El sentido de la historia. Implicaciones teológicas de la
nación, el partido o la raza. Un manido filosofía de la historia. Trad. J. Fernández, Madrid,
ejemplo fue el modo como el marxismo Aguilar, 1956, pp. 51 ss. Otro ejemplo frecuente-
mente citado es el famoso ensayo de WEBER, M:
mundanizó la idea judeocristiana de sote- El espíritu del capitalismo y la ética protestante en el que
riología, historia de salvación, asignándose- muestra que el espíritu del capitalismo consiste en
una secularización de la ética calvinista puritana.
la a la lucha socioeconómica de clases 5 G. Vattimo en El fin de la modernidad. Nihilismo y
sociales. Con tal cambio los eventos hermenéutica en la cultura postmoderna, Barcelona,
Gedisa, 1996, pp. 15, 91 ss. habla de dos seculari-
zaciones: aquella que expropia funciones a instan-
3 Tratamiento actualizado y literatura abundante cias religiosas y se las reapropia a instancias me-
en FERNÁNDEZ DEL RIESGO, M.: ¿Secularis- tafísicas y una segunda, propia de la postmoderni-
mo o secularidad? El conflicto entre el poder político y el dad, en las que al desaparecer la metafísica, se
poder religioso, Madrid, PPC, 2010. Una visión carece de destinatario de la reapropiación y lo que
filosofica en BLUMENBERG, H.: Säkularisierung. resta es el vacío nihilista.
Kritik einer Kategorie des geschichtlichen Unrechts 6 GOGARTEN, F.: Der Mensch zwischen Gott und

incluido en el vol. Die legitimität der Neuzeit, Welt, Stuttgart, Friedrich V. Velag, 1967, pp. 11
Frankfurt a. M., Suhrkamp, 1966, pp. 11-74. ss., 139 ss., 161 ss.

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do y de unidad se diluye mientras emerge sí mismo de valores morales y de creen-


el por Weber llamado politeísmo axiológico, cias religiosas para asentarse en una neu-
soporte de la cultura pluralista hodierna. tralidad susceptible tanto de uso correcto
El resultado es La sociedad multiétnica, como de abuso incorrecto. Decidir entre
hecha de pluralismo, multiculturalismo y ambos compete al sujeto y a su concien-
extranjería emigrante de que nos habla G. cia, sobre la que recae la responsabilidad
Sartori7. En ella la diversidad triunfa so- de emplear la ciencia y la técnica para el
bre la unidad identitaria y la disociación y bien o para el mal. En un mundo axioló-
autonomización de las diferentes esferas gicamente neutral regido por formas
axiológicas impone que la heterogeneidad pragmatistas de racionalidad, la religión y
sobrepase a la homogeneidad. El poli- la ética dejan de planear sobre el mundo
teísmo axiológico y el consiguiente plura- para recluirse en la interioridad de las
lismo ético y religioso hace pasar a primer personas. Es en reducto inalienable de la
plano el problema del diálogo tendente al conciencia donde se decide sobre el sen-
consenso sobre religiosidad y ética de tido del mundo y de la existencia humana.
mínimos con una cesta de valores univer-
salizables (paz, libertad, justicia, dignidad Aquella segunda interpretación de la
del hombre...) y el escoramiento de la modernidad, la científico-técnica, cons-
religión hacia la tolerancia y el respeto a la truye un nuevo tipo de racionalidad
conciencia personal. práctica, la razón instrumental, que relega
la razón axiológica, base de la ética y de la
2) La ciencia y la técnica: un mundo cons- religión, al ámbito de la subjetividad, de-
truido: la segunda naturaleza. La Modernidad clarando axiológicamente neutrales am-
ha sido interpretada de dos maneras: o plios espacios de la cultura como al decir
como época del protagonismo de la sub- de M. Weber acontecería en la sociología
jetividad individual expresada en forma y la economía. La lógica de la racionalidad
de razón y libertad e incluso de emotivi- instrumental no se construye con valores,
dad romántica o como era de la instaura- convicciones y decisiones comprometidas
ción de la nueva imagen del mundo cons- sino con eficacia, éxito y resultados so-
truido por la ciencia y por la técnica. En cialmente revalidados. El hombre orienta
ambos casos el resultado es un mundo su saber hacia el dominio del mundo.
secular que se explica y se rige por una Había llegado la hora del pragmatismo, en
racionalidad inmanente a sí mismo y que la que el éxito primaba sobre los princi-
anula vínculos con cualquier otra esfera pios, los resultados sobre los valores y los
de realidad. Wittgenstein al respecto, instrumentos sobre los fines. La religión
identificada los enunciados de la ciencia es desplazada hacia futuros escatológicos
con los límites del mundo. en donde predomina el misterio sobre la
certeza y la esperanza sobre el ahora.
La imagen moderna del mundo, en el
que la matemática sustituye a la metafísica Pero son precisamente los segmentos
y la mecánica a la religión, se despoja en de ese yo, autonomía, privacidad y espon-
taneidad los ámbitos más erosionados
7SARTORI, G.: La sociedad multiétnica. Pluralismo, por la sociedad amoral. La constelación
multiculturalismo y extranjeros (Madrid, Taurus, de ideas y conductas que vertebra la rela-
2001).

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ción religión-mundo pierde su sentido entre ambas se practique una separación


clásico en una sociedad despersonalizada amistosa. Se trataría de mundos poten-
en la que el yo se diluye en la sociedad de cialmente conflictivos y para mostrarlo
masas y con él se difumina la sede de la recuerdan el caso Galileo o la antítesis
responsabilidad moral: la conciencia. Un creación-evolución. Esta situación ha
materialismo rampante frecuentemente dado lugar a una obsesión a partir de una
homologado a la sociedad del bienestar Ilustración mal entendida: focalizar la
conduce a un consumismo desbocado en religión en el conflicto ciencia-religión,
el que los sueños diurnos: vacaciones, razón-fe, con escoramiento de la religión
escaparates, viajes, diversiones concitan hacia la religión/doctrina de impronta
las nuevas experiencias de felicidad8. apologética. Basta con leer un manual de
física o de biología y contrastar sus razo-
La religión, en este caso, acumula difi- namientos con los barajados en un ma-
cultades en un mundo reconvertido en nual de ética o de religión. Estamos ante
sociedad del bienestar en el que la infor- lo que Wittgenstein llamaría sendos juegos
mación facilita la desaparición del miste- heterogéneos de lenguaje, ante dos lógicas
rio dejando sin sentido a la fe y la prima- diferentes, dominada una por conexiones
cía del egoísmo desvirtúa los compromi- causa-efecto expresadas en leyes matemá-
sos con el prójimo. La vida centrada en el ticas y en otro por nexos axiológicos de
ahora inmediato difumina el sentido del sentido y finalidad. En el primero bara-
acontecer y la existencia discurre como el jamos hechos y explicaciones causales.
camino a ninguna parte, como vida frag- En el segundo decisiones y compromisos
mentada. personales.

3) Ciencia, técnica y religión. A tenor de lo La religión, sin embargo, plantea a la


dicho, el mundo actual, el nuestro, es un imagen del mundo construida por la cien-
mundo interpretado por la ciencia y re- cia y la técnica una pregunta: ¿Se refleja
construido por la técnica. Una segunda en ambas la totalidad del mundo o ex-
naturaleza sustituye progresivamente a la tramuros de la misma se sospechan secto-
primera en todos los campos. De tener res, que la cultura llama valores, la reli-
que nombrar dos creadores del mismo gión misterios y la vida horizontes de
elegiría a la fisicomatemática clásica y a la sentido que mantienen la sospecha de que
doctrina de la evolución. El que tal mun- aquella imagen, hegemónica hoy en día,
do a primera vista, funciona al margen de se muestra alicorta e achicada e indecisa
la religión es opinión extendida entre los en circunstancias cruciales de la existencia
científicos. Laplace afirmó que para ex- humana? Porque si el mundo es la “idea
plicar el mundo no necesitaba la hipótesis de todos aquellos fenómenos susceptibles
de Dios. Para algunos, incluso, es aconse- de una posible experiencia”9 –y con tal
jable para el buen funcionamiento tanto enunciado estaría de acuerdo la ciencia–
de la ciencia como de la fe religiosa que
8 BLOCH, E.: El principio esperanza. trad. de F. 9 Con otras palabras: “la absoluta totalidad del
González Vicen, Madrid, Aguilar, 1977, I, 3ª. conjunto de cosas existentes”. KANT, I.: Crítica de
parte, pp. 337-450 y LIPOWETSKY, G.: La era la razón pura, II D.: Dialéctica trascendental, cap. II,
del vacío. Ensayos sobre el individualismo contemporáneo, sección 2ª. Trad. de P. Rivas, Madrid, Alfaguara,
Barcelona, Anagrama, 1986, pp. 5 ss. 1978, p. 391.

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¿a qué mundo remiten experiencias como alarmante: cuando los actores sociales y
el amor, el dolor, la muerte o la esperan- los sistemas de valores se separan, se
za? rompen los vínculos sociales y la sociedad
se descompone.
En un debate entre bioéticos años
atrás discutíamos sobre cómo podrían Uno de los profetas de la misma, el
construirse puentes entre la ciencia y la italiano G. Vattimo, ha visto en aquella
técnica, por un lado, y la ética y la religión una segunda secularización, a tenor de la cual
por otro. Y se impuso la opinión de que no solo habrían sido expropiados de su
la religión y la ética se hacen presentes en poder categorías clásicas de la religión
la ciencia y en la técnica cuando en la para ser transferido su poder legitimador
praxis del científico y del técnico hacen a instancias intramundanas, como ya di-
acto de presencia valores morales y cre- jimos, sino que estas, pertenecientes a la
encias, dando a la acción tecnocientífica metafísica del racionalismo moderno,
un alcance moral y un sentido último. habrían sido objeto, en nuestro tiempo,
Pongamos por caso, lo que sucede cuan- de una nueva secularización al perder el
do un experto cirujano practica una ope- poder legitimador que se las asigno en su
ración crítica en el quirófano en la que no día. No solo –según la conocida ley de los
solo muestra su pericia quirúrgica sino tres estadios comtiana10– la religión ha-
que, además, pone en su acción valora- bría sido desplazada por la metafísica,
ciones de la vida y de la muerte que él sino que esta, con Nietzsche por profeta,
aprecia como persona, tales como la jus- habría desembocado en una época, la
ticia o la responsabilidad. postmoderna, en la que los grandes rela-
tos emancipatorios y de legitimación de
4) Postmodernidad cultural. No es aún nuestra cultura, el relato de la libertad
agua pasada lo que la palabra postmoderni- burguesa, el relato de la razón ilustrada, el
dad ha querido significar. Quienes la eti- relato de la sociedad sin clases, relatos
quetaron de moda no percibieron las aguas que legitimaban o deslegitimaban verda-
profundas de donde emergía y que des y conductas, habrían perdido aquella
además de moda elitista y minoritaria fuera función. Los hombres habrían dejado de
síntoma de un malestar de la cultura creer en ellos. Y con ellos lo que llamá-
heredada. ¿Estamos en los umbrales de bamos verdad y norma carecerían de
una nueva época? El charco es profundo principio legitimador. Aquella, la verdad,
y además está revuelto. Pervive como deja de ser meta a la que aspira la razón,
clima cultural en el que prima el fragmen- para diluirse en materia informativa de un
to sobre la totalidad, la estética sobre la mundo dominado por la industria de la
ética y la religión, la diferencia sobre la comunicación. ¿Qué nos permite hoy
identidad, la autorreferencia al sujeto so- afirmar que un enunciado es verdadero,
bre el vínculo social. Conlleva relativiza- que una ley es justa o que un valor es
ción de culturas, aceptación del pluralis- legítimo? ¿Cómo diferenciamos una so-
mo, aborrece la seducción de los concep- ciedad justa de una sociedad injusta,
tos... Muestras de haber perdido la con- cómo reconocemos la calidad de vida en
fianza en la razón. Una cultura desplazada
de sus sedes originarias con un resultado 10COMTE, A.: Cours de philosophie positive, I, Paris,
1830, pp. 10 ss.

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una cultura sin criterios? ¿Dejamos que damentos13.


esa sociedad lo establezca a golpe de tec-
nologías del poder?11
4.- LA RELIGIÓN EN RELACIÓN AL MUN-
La postmodernidad nombra a un cli- DO DE HOY
ma cultural y a un estilo de vida que afec-
ta profundamente al cristianismo. Una 1) El apriori del mundo vivido. La corrien-
cultura sin centro en donde campean el te filosófica quizás más potente del siglo
triunfo del episodio biográfico y autorefe- XX, la Fenomenología, etiquetó con el
rencial, la inutilidad de los grandes rela- concepto de mundo aquel contrafondo o
tos, la aceleración de los cambios o el background en el que todos vivimos, nos
acortamiento de los tiempos de la vida movemos y somos14. Husserl utilizó un
crean dificultades a la tradición religiosa. exitoso término para nombrarlo: mundo
El pensiero debole (pensamiento débil) ero- vivido (Lebenswelt)15. Coincide con aquella
siona la fortaleza de las creencias y la facticidad, como la llamaría Heidegger, en
estabilidad de los dogmas. Y en cuanto la que nuestra existencia está situada antes
hegemonía del fragmento culmina un de que despleguemos saberes sobre la
proceso desarrollado a lo largo de la mo- misma, tales como la filosofía o la ciencia,
dernidad: el advenimiento del pluralismo antes de que la voluntad humana la jerar-
bajo presión de las dos armas del sujeto quice en valores y decisiones y antes de
moderno: la razón y la libertad. Ambas se que el derecho la codifique en normas y
astillan a sí mismas en rupturas de la uni- obligaciones. En ese mundo que llaman
dad. Ello afecta a la coherencia y estabili- vida, existencia o sociedad hay que situar la
dad de los valores y de las normas. Pala- raíz de la experiencia religiosa. La cual,
bras como totalidad, fundamento o sus- antes que doctrina, moral o derecho actúa
tancia restan diluidas en la atmosfera de como experiencia precategorial del pro-
aquella levedad del ser de que nos habla- pio mundo, mundo que confiere sentido
ba Milan Kundera12, que libera no solo de a nuestras ideas, a nuestras decisiones y a
los grandes compromisos que asume el nuestros actos. En perspectiva histórica
creyente sino de los Absolutos enmasca- podría verse en tal actitud una reacción
rados que proliferaron en forma de ideo- contra los excesos de la religión/doctrina
logías durante los siglo XIX y XX. En esa vigente en algunas épocas y que prevale-
sociedad plural la verdad también se en- ció en el intelectualismo de la apologética
cuentra afectada por la banalidad de la postilustrada en su polémica contra el
vida que encarna aquel pensamiento au-
torreferencial en el que la filosofía es des-
13 RORTY, R. y VATTIMO, G.: El futuro de la
religión. Solidaridad, caridad, ironía, Barcelona, Pai-
plazada por las interpretaciones. La razón dos, 2006, pp. 65 ss. Ver MARDONES, J.M.:
tiende, en ese caso, a fragmentarse y su Postmodernidad y cristianismo. El desafío del fragmento,
Santander, Sal Terrae, 1988.
verdad se relativiza al disolverse sus fun- 14 La expresión tiene por autor a S. Agustín. Pero

en su caso no se refiere al mundo sino a Dios.


15 HUSERL, E.: Die Krisis der Europäischen

Wissenschaften und die transzendentale Phänomenologie,


11 LYOTARD, J.F.: La condición postmoderna, Ma- La Haya, 1976, passim. Ver GARCÍA GÓMEZ-
drid, Cátedra, 2000. HERAS, J.M.: El apriori del mundo de la vida. Fun-
12 KUNDERA, M.: La insoportable levedad del ser, damentación fenomenológica de una ética de la ciencia y de
Barcelona, Tusquets, 1985. la técnica, Barcelona, Anthropos, 1989.

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racionalismo liberal. El desencanto racionalis- Pero sí de un debilitamiento de la dimen-


ta, que alimenta poderosas corrientes de sión cognitivo-doctrinal de la religión.
la filosofía contemporánea, aporta resqui- Con resabios postmodernos contra los
cios por donde brotan experiencias nunca grandes relatos y contra las construccio-
agotadas de la religión. nes sistemáticas. El factor afectivo, pa-
sional o emotivo, que las neurociencias
Puestas así las cosas va de suyo que la con tanto vigor destacan en nuestras to-
doctrina y las normas ceden su sitial prio- mas decisión, está muy presente en la
ritario a la vida religiosa, entresijo de testi- experiencia religiosa contemporánea19. Y
monio social, de vivencias místicas y de acudían a mi memoria la propuesta de
estimaciones emotivas, en desventaja de deconstrucción de Derrida y el símil del
una doctrina que reivindica conocimiento pino y del alcornoque en los que el des-
verdadero y de un derecho que despliega roñe no destruye el tronco sino que lo
normatividad. Un episodio del que fui revitaliza.
testigo ilustra la crisis de aquella religión
abstracta a que he aludido. Disertaba un 2) ¿Moralización de la religión? Existe un
Prof. de Teología ante una incisiva pre- episodio en la Ilustración tardía, que con
gunta sobre enunciados dogmáticos del reiteración traigo a cuento, porque ilustra
cristianismo. Y apretado por la lógica de la reflexión que traemos entre manos. Lo
las preguntas adelantó una respuesta in- que en él se cuenta pone de manifiesto la
esperada: el Padre nuestro es más impor- profundidad de la herida que la desmora-
tante que el Credo. Los contenidos de lización de nuestras sociedades propina a
este antes que conocimiento son miste- la religión. Me refiero a la famosa parábo-
rio16. Y salieron a relucir ejemplos como la de los Tres Anillos, que G. Lessing
la entrega de la Madre Teresa a los des- relata en el drama Nathan el Sabio20, pro-
amparados y la prioridad del Dios de los tagonista de la pieza teatral homónima. El
pobres sobre el dios de la metafísica. Creer relato es muy sencillo. Pero el problema
en Él consiste más en silencio que en es profundo porque se trata de decidir un
palabra. Teología apofática lo llamaban los dilema crucial de la filosofía contemporá-
Padres Griegos17. A este respecto no es nea: ¿Cuál es el criterio que fundamenta
adecuado hablar de una desdogmatización de la verdad? ¿Es la verdad la que avala a la
la religión, en sentido fuerte bajo presión ética o es esta la que legitima a la verdad?
de hechos culturales como la subjetiviza- La parábola responde con una tesis: es el
ción de la verdad, la hegemonía hodierna testimonio de vida lo que acredita a la
del pragmatismo o la derrota del pensa-
miento de que hablaba A. Finkielkraut18? 19 Es de remarcar que tanto el intelectualismo de
matriz socrática vigente en la tradición moral
16 S. Pablo lo recordaría en frase lapidaria: speran- como el cognitivismo hodierno de matriz científi-
darum substantia rerum, argumentum non apparientium ca siempre fueron reequilibrados por la tradición
= sustancia de las cosas que hemos de esperar; fuera mediante el adagio unusquisque iudicat prou est
argumento de lo que se mantiene oculto. affectus en el primer caso, o por la reivindicación
17 Una veta de religiosidad que arraiga en el “Dios del misterio, en el segundo.
carente de nombre” del judaísmo, en el “arretón”, 20 LESSING, G.E.: Nathan el Sabio, acto III, esce-

(lo indecible) de Plotino y la “noche oscura” de na 7ª. Ver GARCÍA GÓMEZ-HERAS, J.M.:
los místicos. Religión y modernidad. La crisis del individualismo religio-
18 FINKIELKRAUT, A.: La derrota del pensamiento, so de Lutero a Nietzsche, Córdoba, Caja de A. y
Barcelona, Anagrama, 1987. Monte de Piedad, 1986, pp. 108-109.

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LA ALBOLAFIA: REVISTA DE HUMANIDADES Y CULTURA JOSÉ MARÍA GARCÍA GÓMEZ HERAS

verdad. La sustancia del relato, por otra anillo hace a quien lo porta bueno y vir-
parte, coincide con la doctrina del con- tuoso y los tres querellantes muestran
temporáneo de Lessing, M. Kant, cuando egoísmo y carencia de amor y de virtud,
formula su programa de reducción de la ninguno de ellos posee el anillo benefac-
religión a razón práctica, es decir, a moral tor. En ese caso, váyanse a dar vueltas
y que, a nuestro entender, preludia uno por el mundo y al retorno quien más vir-
de los rasgos del mundo de hoy cuando tud y bondad haya demostrado, ese será
se relaciona con la religión. El mismo el posesor del verdadero anillo y, consi-
Goethe comparte la idea al interpretar el guientemente, el heredero.
inicio del Evangelio de Juan: “en el prin-
cipio era el Logos” no como palabra, sentido Los lectores de Nathan el Sabio, ciu-
o poder sino como acción21. dadanos de la corte imperial de los
Hohenstaufen, entonces en Sicilia, donde
El relato narra que el Sultan Saladino coexistían las tres religiones del libro,
propone al judío Nathan una pregunta cristianismo, judaísmo e islamismo, no
capciosa. Cuál de las tres religiones histó- dudarían en hacer aplicaciones22. Y el
ricas, Judaísmo, Cristianismo y Mahome- ilustrado Lessing, al tratar de legitimar la
tismo, es la verdadera. El judío, ladino y verdad de una religión histórica, recurre al
astuto, no responde en directo sino que anillo de incalculable valor, como símil
narra una parábola. Un rey, dice, tiene del tesoro que la religión es. Pero no ape-
que elegir heredero para su reino. La la a criterios teóricos para legitimar su
elección es complicada porque se presen- verdad, tales como el principio de la tra-
tan tres hijos como candidatos. ¿A quién dición, al encontrarse este en crisis a ma-
elegir? Será elegido aquel que porte un nos de la crítica histórica racionalista, ni
anillo precioso que hace a su portador tampoco a la autoridad como intérprete
bueno ante Dios y ante los hombres. Pe- de aquella verdad a causa del tsunami re-
ro, ¿quién de los tres hijos es posesor del volucionario de la libertad. Y menos aún
anillo? De momento, nada se sabe, por- a una religiosidad carente de virtud y ple-
que para no privilegiar a ninguno de los na de egoísmos por la herencia. Aparece
hijos el buen padre ha hecho fabricar a un entonces el supremo valor de la ética
orfebre dos copias exactas del anillo ver- reformada pietista: el testimonio moral
dadero. El padre llamó después por sepa- como criterio de verdad. La legitimidad
rado a los hijos y entregó a cada uno un de la religión la aporta la vida ética de
anillo idéntico. Los bendijo y murió. quien hace consistir su fe en honestidad.
Faltó tiempo a los tres hijos para reivindi- Es el testimonio y el compromiso, no la
car el trono, mostrando su anillo como teoría o la autoridad, quien legitima a la
criterio de legitimidad. Pero los anillos verdad. Consecuencia: la religión es más
eran idénticos y la perplejidad persistía. El vida moral en uso de la libertad, mediante
Juez entonces dictaminó: si el verdadero
22 Es sabido que el reino normando de Sicilia se
21 GOETHE, J.W.: Fausto. Parte primera, escena convirtió, como Toledo, en cruce de culturas con
3ª. De esa misma atmosfera respira G. Fichte al la coexistencia de cristianos, mahometanos y
definir el Yo como Tathandlung (actu-acción) y, a judíos. A finales del s. XII la corona pasó a Fede-
su manera, C. Marx al establecer la prioridad de la rico II Hohenstaufen, que trasladó allí su corte
praxis sobre la teoría, asignando a esta una fun- imperial haciendo de aquella un emporio de cultu-
ción servil respecto a la acción revolucionaria. ra y tolerancia.

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LA ALBOLAFIA: REVISTA DE HUMANIDADES Y CULTURA JOSÉ MARÍA GARCÍA GÓMEZ HERAS

decisiones y compromisos personales, tación de la era del vacío23, en la que el en-


que doctrina avalada por la tradición o tramado categorial de la conexión reli-
por la autoridad. Con Lessing la raciona- gión-moral quedó desintegrado. La diso-
lidad práctica kantiana encuentra expre- lución de la idea del bien –con el consi-
sión en el teatro. Esta tendencia de redu- guiente debilitamiento de la conciencia
cir la religión a moral está presente en del mal– condujo al ocaso del deber, de
nuestra época cuando se hace valer el los valores y de las normas de matriz reli-
principio de que la ortopraxis prevalece giosa, allanando el camino para la hege-
sobre la ortodoxia y el testimonio de vida monía del “todo vale”. Que el relativismo
sobre la doctrina. reinante facilitara la trivialización de con-
ductas y costumbres parece hecho com-
Pero la moralización de la religión no probado. Aunque sea de notar que el
carece de interrogantes. Es un hecho que relativismo como hecho sociológico co-
la religión y la moral han ido siempre de rrespondiente al politeísmo axiológico de que
la mano. La primera aportaba creencias, hablaba Weber, no tiene por qué afectar
mandamientos y normas que generaban al sujeto moral porque éste y sus creen-
ideas y decisiones sobre lo bueno, correc- cias y decisiones se trasladan a la subjeti-
to y justo, a la vez que implicaba deberes vidad personal en donde predomina la
y obligaciones. Un entramado conceptual libertad responsable.
sobre el que se fundamentaba la razón
práctica, concretándose en decisiones, 3) Religión y sentido de la vida (Sinnfrage).
elecciones y actos. Que los sentimientos y La sensación de vacío abunda en el hom-
las emociones jugaran en ese mundo un bre actual a pesar de la proliferación de
papel relevante iba de suyo. Pero aquel ofertas existentes en su derredor. La so-
proceso de moralización de la religión ciedad occidental disponía de claves para
arriba aludido cambio primero de signo a orientar la vida tanto privada como publi-
causa de la transmutación de valores ates- ca, fueran aquellas un orden inmanente al
tiguada por Nietzsche –con el subsiguien- universo, un destino fijado por la divini-
te advenimiento del nihilismo– y en nues- dad o una sociedad ideal que orientaban
tra época por el crepúsculo del deber percibi- la vida personal y la historia colectiva. Por
do por Lipovetsky. Los valores se debili- ese camino el hombre se comprendía en
taron al ser desacralizados y se allanó el relación a sí mismo y en relación al mun-
camino al nihilismo. Nuestro mundo, con do en que vivía. Pero una pregunta venía
el que la religión está en relación, al tras- de lejos. W. Shakespeare la pone en boca
mutarse y debilitarse los valores, dio al de Macbeth cuando este alude al carácter
traste con aquellos vínculos entre religión misterioso de la existencia, afirmando que
y moral, tanto más cuanto que el nihilis- la vida no es otra cosa que una sombra
mo no solo barría la metafísica platoni- cambiante24. Los individuos proclives al
zante sobre la que se sustentaba una ética nihilismo, como L. Tolstoy o S. Kierke-
racional sino también erosionaba al cris-
tianismo que fundamentaba una moral 23 Ver LIPOVETSKY, G.: La era del vacío. Ensayos
sobre el individualismo contemporáneo, Barcelona, Ana-
creyente. La consecuencia fue la implan- grama, 1986 y El crepúsculo del deber. La ética indolora
de los nuevos tiempos democráticos, Barcelona, Ana-
grama, 1994.
24 W. SHAKESPEARE, Macbeth, V, 5, vv. 26-28.

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LA ALBOLAFIA: REVISTA DE HUMANIDADES Y CULTURA JOSÉ MARÍA GARCÍA GÓMEZ HERAS

gaard lo experimentaron trágicamente. religiones históricas se han sentido vincu-


Nietzsche la reformula como pregunta ladas al sentido de la vida dado por la
por el “sentido de la existencia” y descri- revelación de Dios. Ante el individuo
be en el famoso anuncio de la “muerte de desorientado que se refugia en el propio
Dios” la perdida de referentes en la vida y yo ensimismándose, la religión ha reco-
la desorientación subsiguiente25. Esta nocido que su misión se centra en dar
pregunta por el sentido de la vida pola- sentido a su existencia. Permite pasar de
rizó en la pasada centuria la reflexión de las perplejidades, a menudo esquizofre-
la antropología filosófica y el existencia- nias, a la coherencia. Y tiene que ver con
lismo dio notoriedad a la expresión sentido la elección y decisión personales sobre el
de la existencia. A. Camus la revistió de valor supremo que uno elige para dar
tonos dramáticos al ponerla en relación sentido a su vida. Lo cual aporta la clave
con el hombre en revuelta contra el ab- para el reconocimiento de los otros. Frente
surdo26. a un nihilismo que campea por doquier, la
religión aporta una experiencia totaliza-
Todos queremos, a excepción de nihi- dora de la vida en la que la verdad, como
listas y resignados al absurdo, que nuestra diría Hegel, no reside en el fragmento
vida esté orientada por un algo que con- sino en la totalidad. El contexto de senti-
fiera sentido a nuestros actos y de co- do que permite comprender e interpretar
herencia a nuestras decisiones. Un algo en el misterio de la vida y donde la fragmen-
lo que creemos y un valor supremo que tación individualista capitula ante valores
elegimos. Que los episodios y fragmentos como la solidaridad o la justicia.
de nuestra vida encajen en un proyecto
global de vida en el que podamos dife- 4) Religión y modernidad: digestión de la
renciar el bien y el mal27. El artista con- modernidad. La modernidad sedimentó su
cretó aquel valor supremo en la experien- espíritu en una nueva constelación de
cia estética, el político lo hizo consistir en valores con el hombre como centro. Este,
el poder o el filósofo en la verdad. Las bajo el apelativo de sujeto, asume el prota-
gonismo sociocultural en forma de liber-
25 NIETZSCHE, F.: Consideración extemporánea II: tad burguesa o de razón ilustrada. Ambos
Sobre la utilidad y futilidad de la historia para la vida modifican profundamente el mundo con
(1874) y Die fröliche Wissenschaft, La Gaya Ciencia,
III, p.125. Sobre las fuentes de la parábola y para- el que la religión se relaciona. Ésta había
lelismo de fondo con el cristianismo, ver BISER, sido modelada durante siglos en forma de
E.: “Got ist tot”. Nietzsches Destruktion des christliches
Bewusstsein, Munich, 1962 , 2 ss., 40 ss. 97 ss., 218 narración y relato de episodios bíblicos o de
ss. El diagnóstico de Nietzsche sobre la situación vidas de santos. Las catedrales y las igle-
del hombre ateo es compartido por BUBER, M.: sias están pobladas de frescos y retablos
Gottesfinsternis, Zurich, 1957 y por de LUBAC, H.:
El drama del humanismo ateo, Madrid, 1967. Una que funcionan a la manera de catequesis
contextualización en GARCÍA GÓMEZ- plástica en donde se enseña y testimonia
HERAS, J.M.: Religión y modernidad. La crisis del
individualismo religioso de Lutero a Nietzsche, Córdoba,
la fe y la moral cristianas. La religión se
Cajsur, 1986, pp.189-194. plasma en el relato de una vida. La mo-
26 CAMUS, A.: Le mithe de Sisyphe, Paris, 1942.
dernidad, en cambio, irrumpe con valores
27 HEIDEGGER, con lenguaje tan preciso como

críptico, define el concepto de sentido como “en- no anclados en las narraciones de la tradi-
cuadre fundamentado sobre un tener, un ver y un ción sino en la subjetividad del individuo.
pensar previos desde donde algo se hace inteligible Sea esta la sola fides luterana, sea la razón
como lo que es”. Ser y tiempo, parag. 32.

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LA ALBOLAFIA: REVISTA DE HUMANIDADES Y CULTURA JOSÉ MARÍA GARCÍA GÓMEZ HERAS

cartesiana, sea la libertad kantiana, la cultura este mundo donde las migraciones y el
moderna consuma también su giro coperni- intercambio están produciendo un mesti-
cano. En su órbita se consolidara la cons- zaje cultural imparable, también la religión
telación de valores que aun rigen nuestro se ve afectada. El multiculturalismo reli-
mundo: dignidad de la persona, derechos gioso exige diálogo, tolerancia, respeto
humanos, democracia, igualdad, solidari- reciproco. Se ha llegado a decir que la
dad. Con ellos –recuperando esencias hostilidad entre culturas está llamada a
originarias– está emplazada a dialogar y suceder a las guerras generadas por cam-
entenderse la religión cristiana, dando por bios de fronteras o por intereses econó-
resultado una religiosidad que asume los micos.
valores de la modernidad: 1) el sujeto: la
conciencia como protagonista en las deci- En el librito ya citado, tan breve como
siones y 2) La libertad responsable frente enjundioso, G. Sartori ha descrito la socie-
al paternalismo28. dad multiétnica. La coexistencia de la reli-
gión con la misma arrastra tensiones sin
5) Globalización, pluralismo y religión. La cuento porque los inmigrantes adscritos a
información, la economía o la política una cultura teocrática plantean problemas
muestran que nuestro mundo es un mun- de diálogo y convivencia muy diversos a
do globalizado en el que los conflictos, los que proceden de sociedades en las que
antes circunscritos a sectores, afectan hoy está vigente la separación entre la religión
a toda la humanidad. Hemos devenido y el estado30. El pensamiento religioso y
una aldea global en la que las naciones y los político tradicional pensó que la diversi-
estados se hacen permeables. Europa, a dad causaba la discordia y las guerras. De
pesar del blindaje de fronteras, se está ahí que la unidad de creencias fuera im-
transformando en una sociedad de recién prescindible para el ejercicio de la religión
llegados, que traen consigo tradiciones y y de la política. Pero la Reforma Protes-
creencias consolidadas. En no tantas tante, con su revalorización de la con-
décadas, un segmento numeroso de la ciencia creyente individual, encauzó el
humanidad, el adscrito al Islam, ha regre- pluralismo religioso no sin trágicas gue-
sado a ser uno de los protagonistas de la rras. El liberalismo y la democracia modi-
historia, no solo por ser posesor de im- ficaron la misma idea de unidad canoni-
prescindibles reservas del petróleo que zando la unidad en la diferencia. Se ex-
necesita el resto del mundo. Exhibe fren- pandió así la convicción de que la unidad
te al Occidente una sólida cohesión cultu- basada en la libertad y la tolerancia es más
ral, asentada sobre la religión. El diálogo fuerte y sólida que la unidad que impone
con él y otras culturas resulta ineludible, a la autoridad del autócrata. Posee mayor
pesar de que la proliferación de conflic- capacidad para generar cohesión pacifica.
tos, llámense guerra o terrorismo, estén Sobre tal convicción el pluralismo religio-
presentes o acechen por doquier29. En so ha impulsado la separación entre esta-
do y religión y con ello desactivado ries-
28 TOURAINE, A. Un nuevo paradigma. Para com- gos y conflictos. El pluralismo presupone
prender el mundo de hoy, Barcelona, Paidos, 2005.
29 GARCÍA GÓMEZ-HERAS, J.M.: Un paseo por

el laberinto. Sobre política y religión en el diálogo entre 30SARTORI, G.: La sociedad multiétnica. Pluralismo,
civilizaciones, Madrid, Biblioteca Nueva, 2008, pp. multiculturalismo y extranjeros, Madrid, Taurus, 2001,
117-218. p.53.

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LA ALBOLAFIA: REVISTA DE HUMANIDADES Y CULTURA JOSÉ MARÍA GARCÍA GÓMEZ HERAS

que las diferentes esferas de la vida social: forma parte de lo que llegó a llamarse con
religión, política, ideología, deban de estar escaso esprit de finesse choque de civiliza-
separadas para evitar conflictos. Remar- ciones.
cando que pluralismo socio-cultural no
implica relativismo a nivel de las convic- El pluralismo afirma que la diversidad
ciones personales. El pluralismo encauza es en sí misma un valor que enriquece y
una protección de la esfera privada, tras- dinamiza. El pluralismo implica reparto
vasando competencias que anteriormente de valores, de poder y de normas. A lo
ejercían poderes públicos. En primer largo de la historia el pluralismo ha tenido
lugar la elección libre del valor supremo diferentes configuraciones: pluralismo de
que da sentido a la vida, como poder in- culturas, pluralismo político, pluralismo
alienable de la persona. religioso, pluralismo ideológico... La di-
versidad y el pluralismo no son percibi-
Nuestro mundo asiste sin sobresaltos dos como un mal sino como un valor. El
a una reordenación de la jerarquía de va- monismo es endogámico y empobrece. El
lores exigida por la libertad de conciencia, pluralismo multicultural va de la mano
la tolerancia y el reconocimiento del otro. con la tolerancia. Hablar de tolerancia
Con la tolerancia hay ideas que se reafir- presupone hablar de pluralismo, disenso,
man, tales como que el cambio es más diálogo y también consenso. Tolerar co-
valioso que el inmovilismo o que la dife- incide con respetar ideas y conductas
rencia es más aceptable que la homoge- ajenas no compartidas. La tolerancia ex-
neidad o que la alteridad es tan valiosa cluye el dogmatismo y el monopolio de la
como la identidad. En cualquier caso, la verdad. Existe una concatenación cuya
variedad es preferible a la uniformidad. secuencia transita desde el pluralismo a la
La discrepancia y el disenso dejan de ser diversidad, de aquí a la tolerancia, desde
lacras para ser percibidos como sendas ella a la libertad y de aquí al respeto y al
posibles de progreso. Las ideas y los valo- reconocimiento recíprocos. En la tole-
res, decía el pragmatista Dewey, se ase- rancia aún existen reminiscencias de de-
mejan a nubes que se pasean por el hori- valuación del tolerado, su carencia de
zonte: aparecen y desaparecen, se remo- igualdad con quien tolera, por eso prefie-
delan y engrosan, adquiriendo o perdien- ro la libertad a la tolerancia33.
do consistencia31. K. Popper contrapuso
dos tipos de sociedad: cerrada y abierta.
Ésta es plural y se caracteriza por la críti- 5.- HOMO NATURALITER RELIGIOSUS
ca racional, el ejercicio de la libertad y la (EL HOMBRE ES RELIGIOSO POR NATURA-
tolerancia. Es, sobre todo, una sociedad LEZA)
pluralista32. La religión en estos asuntos
Al relacionarse la religión con el mun-
do encuentra este revuelto y por ello ca-
31 DEWEY, J.: Teoría de la valoración, Madrid, Bi-
blioteca Nueva, 2008. Ver sobre este tema
rente de aquella claridad donde la expe-
GARCÍA GÓMEZ-HERAS, J.M.: Bioética y ecolo-
gía. Los valores de la naturaleza como norma moral, 33 Perspectivas históricas e implicaciones políticas,
Madrid, Síntesis, 2º12, pp.137-138. filosóficas etc. de la tolerancia BADILLO, P.,
32 POPPER, K.: La sociedad abierta y sus enemigos. O´FARRELL (coord.): Pluralismo, tolerancia, multi-
Trad. E. Loedel, Barcelona, Paidós, 1986, espe- culturalismo. Reflexiones para un mundo plural, Sevilla,
cialmente cap. 24. Akal, 2003.

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LA ALBOLAFIA: REVISTA DE HUMANIDADES Y CULTURA JOSÉ MARÍA GARCÍA GÓMEZ HERAS

riencia religiosa se encuentra cómoda. El de conceptualizar. Incluso hoy en día las


deseo y la esperanza coexisten con el neurociencias creen encontrar rastros de
vacío en una cultura que carece de segu- tal tendencia en sus análisis cerebrales35.
ridades pero que, no obstante, tantea
caminos. 2) La creación de nuevos ídolos: la religión
adulterada. Cuando la secularización anula
1) Homo naturaliter religiosus: el hombre lo sagrado se genera un intenso vacío y
como animal simbólico. Los datos de la fe- una necesidad que el hombre pretende
nomenología, de la antropología, incluida rellenar con imitaciones. La ausencia de
la paleoantropología, acreditan al hombre religiosidad tradicional busca compensa-
como animal simbólico que desde muy ción en sucedáneos que desempeñan fun-
temprana época expresa su religiosidad de ciones similares a las de lo sagrado y tras-
múltiples formas. A veces huyendo de la cendente. Y en una sociedad dominada
soledad, a veces aceptando el misterio, a por la secularización se multiplican las
veces atemorizado ante el mal. Siempre apariciones, los relatos sobrenaturales o
pretendiendo encontrar un sentido último las sectas que mezclan su desafección a la
a las diferentes esferas en donde despliega iglesia institucionalizada con nuevas for-
su existencia: el mundo, la sociedad, la mas de querencia de lo divino y del miste-
historia, la cultura. La sociología de las rio. Abundan las estrategias y ofertas ante
culturas nos le muestran en trato y rela- la necesidad de rellenar aquel vacío psi-
ción con lo sagrado y numinoso. Este se cológico y cultural: doctrinas ocultas,
hace presente en los momentos decisivos esoterismo, espiritismo, religiones de
de la vida: el peligro, la enfermedad, el importación... Desde las ideologías clási-
amor o la muerte. Al reflexionar sobre sí cas a los programas liberadores proliferan
mismo el hombre encuentra, al decir de nuevos “credos” y cultos: fundamenta-
K. Jaspers “cifras de trascendencia” que lismos, nacionalismos, ritos exotéricos,
remiten a los contenidos de la fe y desde conciliábulos exóticos, relatos sobre-
ellos descifran el problema del mal y del humanos... Son rellenos del vacío y de la
bien, de la perdición y de la salvación. carencia. El hombre es un recalcitrante
Descifrar esas cifras lleva al misterio, a lo creador de ídolos: dinero, consumo, es-
sagrado, a Dios y a las religiones históri- pectáculo, sexo... El ídolo suplanta a Dios
cas, que concretan aquellas cifras34. Proli- y algo o alguien es mitificado o absoluti-
feran en todos los continentes formas de zado. Tal hecho se consolida al ser insti-
aquella trascendencia en el arte, la litera- tucionalizado adquiriendo estructuras de
tura y las costumbres. La naturaleza social iglesia. A la capacidad creadora de nuevos
del hombre encuentra en sus relaciones ídolos de que da muestra el hombre, el
con lo sagrado caminos para huir de la cristianismo opone la crítica. El programa
soledad y encontrarse con el Otro, como de desmitificación que propuso Bultmann
misterio, persona o colectivo. De tal ten- hace décadas, se ha quedado corto en su
dencia natural se sedimentan vida y cultu- cosmología arcaica. Cabría preguntar si
ra que los diferentes saberes sobre la reli-
gión: historia, filosofía, psicología... tratan 35 Ver BONETE PERALES, E.: Neuro-religión:
modelos de investigación e implicaciones filosóficas en
34 JASPERS, K.: Der philosophische Glaube angesichts CORTINA, A. (coord.): Guia Comares de neurofilo-
der Offenbarung, München, Piper, 1963, p. 201 ss. sofía práctica, Granada, Comares, 2012, pp. 97-124.

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LA ALBOLAFIA: REVISTA DE HUMANIDADES Y CULTURA JOSÉ MARÍA GARCÍA GÓMEZ HERAS

no existen tentaciones de idolatría hacia la aquel desencantamiento de la razón que


técnica, el consumo, el sexo, el dinero o exige la posmodernidad. Hay que recor-
incluso la ciencia. La actitud crítica, una dar que extramuros de la razón también
de las grandes herencias de la moderni- existen experiencias autenticas de vida. La
dad, siempre tuvo abundantes seguidores revalorización actual de la afectividad y
en el cristianismo al rechazar este los ído- del sentimiento aconseja leer los famosos
los, sobre todo cuando estos se sirven de discursos sobre la religión de F. Schlei-
la religión para los propios fines36. ermacher para rescatar la emotividad en
época de arideces científico-
3) Los revival mouvements o la religión emo- 37
tecnológicas . El componente románti-
tiva. En consonancia con el subjetivismo co-idealista de la religión juvenil. Privati-
postmoderno, ¿existe una retirada es- zar la religión fue tendencia en época de
tratégica a la subjetividad? Un rechazo de crisis de las instituciones. Séneca huye
la iglesia/institución, una privatización hacia sí mismo, hacia el ensimismamien-
neorromántica de la religión en época de to, Kierkegaard encuentra la verdad en la
crisis, caracterizada por la proliferación subjetividad. Ricoeur interpreta la exis-
de episodios de experiencias religiosas en tencia como relato autoreferencial del
un mundo desacralizado, movimientos individuo, en el que cada uno responde a
carismáticos, proliferación de colectivos una pregunta ¿quién soy yo?
religiosos, apariciones, sectas, órdenes
religiosas, reaparición de los iluministas
del barroco... Sin descartar calentones 6.- ¿UNA NUEVA FRONTERA? LOS GESTOS
neorrománticos. No solo florecen en el DEL PAPA FRANCISCO
secularizado Occidente religiones de otra
procedencia como el Islamismo, el bu- A pesar de lo dicho anteriormente, la
dismo o múltiples colectivos de matriz religión cristiana, en su versión católica,
religiosa oriental. Los medios de comuni- parece estar viviendo su propia primavera
cación dejan constancia del interés por el en su relación con el mundo. En gran
misterio y lo sobrehumano en su progra- medida se atribuye tal hecho al Papa
mación. Los sociólogos de la religión han Francisco. En un momento de escasez y
llamado la atención sobre la proliferación desaparición de líderes mundiales (Ke-
de colectivos con amplio componente nnedy, Gandhi, Luther King, Mandela...),
emocional: sectas proféticas, comunitaris- Francisco asume un liderazgo moral que
tas, grupos exotéricos... que prefieren, en concita admiración y respeto. Algo pro-
fórmula luterana, la “iglesia del corazón” fundo parece estar aconteciendo en su
(ecclesia cordis) a la iglesia del derecho (eccle- estilo de vida. La puesta en práctica de la
sia iuris). Existirían correspondencias con deconstrucción entendida como sencillez,
rescata a las cosas cotidianas como prin-
cipio. Es indudable la voluntad de acer-
36 Es de recordar a este propósito el rechazo
cristiano de los mitos ilustrados de la razón (la carse al mundo cotidiano, suprimiendo
razón produce monstruos, decía nuestro Goya) y
de la libertad revolucionaria, ambas proclamadas
diosas, así como en el siglo XX las idolatrías del 37 SCHLEIERMACHER, F.D.E.: Discursos sobre la
nazismo, del comunismo, del consumismo desbo- religión. Discursos a sus detractores cultos. Trad. e in-
cado, del maimón obeso o, incluso, la diosa natu- troducción de A. Ginzo, Madrid, Tecnos, 1990,
raleza de la Deep Ecology. en especial los discursos 2º y 4º.

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LA ALBOLAFIA: REVISTA DE HUMANIDADES Y CULTURA JOSÉ MARÍA GARCÍA GÓMEZ HERAS

distancias establecidas por una tradición mundo y por la pertenencia de los cristia-
secular. nos a ese mundo. Al debatir el problema
de la desafección hacia la institución ecle-
1) Aprender las lecciones de la historia. siástica, al tópico Dios, SI, Iglesia y curas NO,
Como vimos anteriormente, la historia se reclama insistentemente la democratiza-
nos indica la conducta a seguir cuando el ción de la religión. Que la Iglesia se desplace
cristianismo se relaciona con un mundo desde la “sociedad perfecta” del jurista y
sociocultural nuevo. En la constitución desde el “cuerpo místico” del asceta, a la
Gaudium et Spes Concilio Vaticano II lee- Iglesia del “pueblo de Dios”. También
mos: “la Iglesia, desde el comienzo de su este, y no solo la Jerarquía, detenta legi-
historia, aprendió a expresar el mensaje timidades divinas. ¿Habida cuenta de la
cristiano con los conceptos y en la lengua heterogeneidad existente entre religión y
de cada pueblo y procuró ilustrarlo, sociedad, es posible tender puentes entre
además con saber filosófico. Procedió así la autocracia y la democracia, la aristocra-
para adaptar el Evangelio al nivel del sa- cia y el pueblo llano de los creyentes?
ber popular y a las exigencias de los sa-
bios en cuanto era posible. Esta adapta- 3) Del eurocentrismo al cristianismo católico.
ción de la predicación de la Palabra reve- Abolición de la iglesia cortesana. El policen-
lada debe mantenerse como ley de toda la trismo político y económico que avanza
evangelización”38. Lo cual presupone desde los comienzos del nuevo siglo afec-
perder el miedo al mundo moderno, de- ta también al protagonismo de la cultura
jarse interpelar por él. Acercarse al mun- occidental, a sus valores y tradiciones.
do no en plan de desafío sino de amigo, Entre ellas a la tradición religiosa que
Marcar cercanías en lugar de distancias, encarna el cristianismo. El cristianismo
dejar verter la propia sustancia en sus durante el último siglo se ha descentrado
moldes, coexistir y colaborar en lugar de demográficamente, desplazándose su
confrontación. centro cuantitativo desde Occidente al
Tercer Mundo. El resultado es un cristia-
2) Un clarividente teólogo del s. XX, I. nismo policéntrico en un mundo más
Congar, escribió hace décadas un magní- plural., donde un nuevo Papa viene a la
fico libro: Verdaderas y falsas reformas en la Roma centralista desde el fin del mundo.
Iglesia. Porque ambas han existido y exis- Se repiten las voces que exigen una des-
tirán. Sin embargo, nunca cuestionó el centralización de la iglesia curial a ventaja
tradicional axioma Ecclesia semper reforman- de una Iglesia federal con mayores com-
da. Porque así lo exige la historia y el petencias de las conferencias episcopales.
mundo en el que el Cristianismo se inser- Se pide una organización no vertical sino
ta. Frente a la secularización existen va- horizontal. Lo cual implicaría una aboli-
rias posturas. Por la que nunca optó la ción del vaticanocentrismo y de la corte
Iglesia fue por el enroque o el gueto, in- papal. No es de recordar que la institu-
cluso con cristianismo en minoría. La ción que llamamos corte, con su colectivo
reforma viene impuesta como exigencia y estilo de vida cortesanos ha estado aso-
por el diálogo del cristianismo con el ciado desde sus orígenes a la Monarquía.
Rey y Corte configuran un todo institu-
cional con sentido propio. Hubo una
38 Concilio Vaticano II, C. Gaudium et Spes, Nº 44.

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época aun no lejana de imperios colonia- mentos femeninos para la religiosidad


les de Occidente y de expansión religiosa (afectividad, compromiso, dedicación).
misionera. Ahora la misiones las desarro- Un día escuché a un eminente arabista
llan también en sentido inverso desde que no existirá modernización del mundo
otras religiones hacia occidente. El impe- árabe hasta el día en que la mujer recupe-
rialismo cultural occidental decae y la re la igualdad en el islamismo.
latinidad católica pierde peso y numero a
ventaja del tercer mundo. Lo cual exige 5) El dialogo, como forma fundamental de
adaptación, diálogo y simbiosis. relacionarse la religión con el mundo. El final
de la hegemonía del eurocristianismo
4) La mujer también al poder. El hecho marca el inicio de una etapa de su histo-
sociológico con mayor carga revoluciona- ria. Se abre un proceso de enculturación,
ria del siglo XXI es la emancipación de la como aconteció con el cristianismo en
mujer: con ella la mitad del mundo rei- sus primeros tiempos, con un nuevo con-
vindica igualdad. La figura de la inferiori- cepto de unidad en la diversidad. Reco-
dad y de la dependencia estaba represen- nocimiento de las otras culturas, superan-
tada en épocas no tan lejanas por la mu- do las estrecheces y muros levantados por
jer. A lo largo del siglo XX la situación la historia. En un mundo culturalmente
cambia y “media humanidad”, la mujer, plural el diálogo resulta inevitable y con él
conquista igualdad y poder. El hecho no la tolerancia y el respeto para quienes
puede por menos de afectar a la Religión, piensan de otro modo. Reacciones en
tanto más cuanto que en ella el varón contra no han de faltar. Siempre las hubo.
acapara no solo los roles de género que la La Iglesia en diálogo con el mundo abre
tradición le asigna sino también las fun- nuevos horizontes al ecumenismo. Ecu-
ciones especificas del orden sacerdotal. menismo a tres niveles: 1) intercristiano,
Pero es la mujer quien aporta el cuerpo, 2) interreligioso, 3) interhumano. Con
el amor y la maternidad. La sociedad valores en alza: dignidad humana, tole-
masculina tiende a equilibrarse con la rancia, respeto, paz, justicia, igualdad,
sociedad femenina. Con una revisión y libertad, etc. que ensamblan un mundo
adelgazamiento de fronteras que tienen transcultural. Con una nueva idea de la
en cuanta lo diferente y lo idéntico. Se unidad. Unidad no coincide con igualdad
abre paso una nueva gestión de la religión identitaria y uniformidad monótona.
y un modelo cultural en el que la mujer Unidad del respecto, del reconocimiento,
llega a ser actor de gestión. El papel de la de la libertad y de la tolerancia. Acepta-
mujer en la vida pública de la religión, las ción de religiosidad pluricultural como
relaciones hombre-mujer, sus roles en la hecho sociológico y la remisión de valo-
familia, el papel de la mujer en la repro- res absolutos al ámbito de la conciencia
ducción. De llegar a confirmarse que es- personal. ¿Es posible una unidad de
tamos en camino de una sociedad domi- mínimos, un pacto pro-religión frente a la
nada por mujeres, tal hecho exigiría mo- secularización? Unidad de la religión y
dificaciones profundas en la organización pluralidad en sus manifestaciones. Un
y gestión de la Iglesia. Un puesto para la consenso en el que todos estemos de
mujer en la vida sacra, la liturgia o la pas- acuerdo, iniciado en un consenso de
toral. Contando con un rescate de seg- mínimos, con la paz, la justicia, libertad,

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la solidaridad que responda al giro ético cartas entre las que destaca el rescate de
de la religión. Habermas reivindica lo una teología de la creación, cercana a una
común que ha de compartir los ciudada- ética de los valores intrínsecos de la natu-
nos de la sociedad multicultural con la raleza. 3) El compromiso social son los
formula unidad de la razón y multiplicidad de colectivos humanos más desfavorecidos:
sus voces. Es formula tiene su correspon- indigentes, desfavorecidos. Aquellos que
diente en la unidad de la religión y la mul- no tienen que llevarse a la boca ni donde
tiplicidad de sus voces. Con el hombre y caerse muertos.
los Derechos Humanos como preocupación
central. Se trata de una vieja idea del dia-
logo ecuménico, que se remonta a Leib- 7.- CONCLUSIÓN
niz, y que modificaría el monopolio sal-
vador del “extra ecclesiam nulla salus”, en la De los múltiples signos de los tiempos
creencia de que también otras religiones que nuestro mundo hodierno exhibe,
aportan verdad y santidad en la aldea sobresale el pluralismo y el multicultura-
global39. lismo. Con ambos está emplazada a con-
vivir la religión. Es de remarcar que plu-
6) Ejercicio de la conciencia crítica. Si algo ralismo no coincide ni con relativismo ni
adeuda nuestra época a lo que venimos con mundo secularizado. Pero se requiere
llamando modernidad, nada más fecundo valorar la idea del pluralismo no como un
que la razón critica. Ella inspiro las gran- mal sino como un valor. En ese valor que
des revoluciones que nos hicieron hom- sustenta el mundo actual, tiene un lugar
bres adultos, en fórmula kantiana. Ante- reservado la religión. El espacio que tute-
riormente hemos mencionado que la de- la la libertad. Tiempo ha que del lenguaje
construcción exigida por la seculariza- religioso han desaparecido palabras que
ción, genera campos fértiles para inespe- aun suenan en los foros políticos, tales
radas reconstrucciones de lo sagrado. En como xenofobia o racismo. La vivencia
nuestros días son de recordar tres idolatr- religiosa acontece hoy en día de múltiples
ías en curso: a) la idolatría del dinero y la formas. Lo cual da que pensar. Así las
sacralización de sus ceremonias. La crítica cosas no parece urgente para la religión
se ejerce aquí como apuesta por los po- cristina en relación con el mundo de hoy
bres y la limpieza en casa propia en pro la promulgación de nuevos dogmas. Hace
de la justicia y transparencia. b) La socie- siete décadas que eso no sucede. Los
dad del consumo y despilfarro, siempre herejes que pudieran haberlos urgido no
unida al dinero. Estamos emplazados con dejan oír sus voces. Pero si parece inelu-
el quizás mayor problema de nuestro dible un proceso de adaptación selectiva,
futuro. La destrucción de la naturaleza un contemporáneo verter el vino viejo en
que es nuestro mundo. La Iglesia llega odres nuevos, exigido por la nueva cons-
con retraso a una cita: la del problema ecoló- telación de valores que configura nuestro
gico. Teniendo en el bolsillo magnificas mundo. Seguir, simplemente, las ense-
ñanzas de la historia del cristianismo.
Ateniéndose a la regla que aún está vigen-
39Sobre el universalismo religioso y sus paralelismos
con el universalismo ético abunda la conocida obra te: reconocer la diversidad de ideas y va-
de KÜNG, H.: Proyecto de una ética mundial. Trad. lores y la necesidad de consenso en la
de G. Canal, Madrid, 1991, ver pp. 30 ss., 121 ss.

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fundamental básico de una cultura plural.


A sabiendas de que en el terreno de lo
fundamental se precisa consenso y uni-
dad. En primer lugar sobre las reglas a
seguir en la convivencia con los Otros. Un
consenso sobre el método a seguir, sobre
las prácticas procedimentales, entre ellas y
en primer lugar el diálogo, para la resolu-
ción de conflictos pacíficos40. Con una
meta innegociable: colaborar a que el
hombre consiga realizar el ideal del
humanismo41.

Con la esperanza de que la imagen del


“Dios de la metafísica” se complemente
con la del “Dios de los pobres”. Falta por
asignar a Este la nueva lista de atributos
divinos que le corresponden y que com-
pletara la que con tanta lógica y tesón
elaboró la filosofía para Aquel. Tales atri-
butos llevarían nombres como Dios de la
paz (pacificador), del diálogo (dialogante),
de la tolerancia (tolerante), de la justicia
(justificante), del respeto (respetuoso), de
la compasión (compasivo), del reconoci-
miento (comprensivo), de la migración
(solidario)... etc. Una nueva imagen de
Dios que sin duda estimularía a los artis-
tas a plasmar en color, letra, sonido y
acción, su permanente misterio.

40 SARTORI propone una excelente definición de


consenso: “un proceso de compromisos y con-
vergencias en continuo cambio entre convicciones
divergentes”, o. c., 37. La Constitución Gaudium et
Spes ( Nos. , 28, 56, 92) del Vaticano II insiste en
el dialogo como procedimiento para armonizar
valores entre las diferentes culturas.
41 VATICANO II, l. c. Nos. 3, 64,

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