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Articulo científico – Santa Muerte: origen, evolución, contexto social,

ritos y creencias.
Angélica Cristina Aparicio de Cedeño. Licenciatura de Etnología.

Escuela de Antropología e Historia

Ciudad de México

Resumen— El propósito principal de este artículo es rastrear los orígenes de uno de los cultos
actuales más controvertidos, la Santa Muerte, un culto que genera diversas reacciones, tanto
positivas como negativas; aunque prohibida por la iglesia católica dominante, la Santa Muerte
no ha dejado de estar presente en la fe de muchos de los devotos, adoptando históricamente
matices católicos y prehispánicos es un híbrido de ambas culturas. Se abarcará en lo posible la
simbología, creencias y rituales para su mejor comprensión.

Palabras Claves
Santa Muerte, México prehispánico, virreinato, devoción, simbología, creencias.

I. INTRODUCCIÓN

La muerte es un fenómeno que ha fascinado al hombre desde tiempos antiguos y cada cultura tiene
su manera de enfrentarla. Mas que un hecho biológico, se trata de un hecho social que lleva consigo
un rito de paso1 que define las maneras en que deben ser tratados los cuerpos que ya han fallecido, lo
que le espera a lo que la mayoría de las culturas llama alma, así como también el comportamiento
que deben tener los que quedan en el plano terrenal.

En Europa, antes de su conversión al cristianismo, la muerte era vista desde una filosofía romana con
matices propios de cada grupo humano que fue conquistados. Cuando Constantino se convirtió al
cristianismo aproximadamente en el año 313 e.c. reformando todo el imperio romano, cambiando una
visión pagana a la cristiana, incluyendo los ritos funerarios, la muerte era vista como algo
omnipresente en la sociedad, pero no como un fenómeno tan relevante e individual. Fue hasta la peste
negra del siglo XIV donde la muerte toma un carácter más protagónico.

1
Los ritos de paso son abordados en la antropología desde los postulados de Van Gennep, nos hablan de todas aquellas transiciones
sociales que definimos y marcamos a través de procedimientos rituales. El matrimonio, los funerales, los bautizos, las iniciaciones, etc. son
ritos de paso cuya función es transformar a quien por ellos atraviesa. Nadie es el mismo (en términos sociales y personales) después de
haber atravesado por un rito de paso. Mediante los funerales, por ejemplo, la persona fallecida deja de ser humano y se convierte en difunto.
(García Souza, 2021)
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Por otra parte, en el México prehispánico la muerte fue vista con una diversidad propia de los pueblos
que para entonces existían en la república: el Mictlán de los mexicas, el Cumiehchúcuaro de los
purépechas, el Xibalbá de los mayas, solo por nombrar las tres sociedades más grandes de aquel
entonces. Estas versiones del inframundo, eran muchas veces terroríficas y con pruebas donde los
seres humanos se ganaban su derecho al descanso eterno.

Con la llegada de los conquistadores, la mezcla de culturas se dio a todos los niveles y la muerte no
fue la excepción. muchas visiones europeas encontraron eco en la cosmovisión nativa, quienes
interpretaron a estas nuevas divinidades según sus propias creencias y sincretizándolas, como sucedió
en el resto del mundo, con sus propios dioses; así podrían seguir adorándolos sin el peligro de un
castigo por parte de sus nuevos amos.

Por ser muchas la cantidad de visiones sobre la muerte, nos limitaremos en este artículo al
pensamiento mexica, una de las más complejas y sólidas de las civilizaciones prehispánicas, además
de ser de las primeras que presentaron estas mezclas ideológicas.

II. ESTADO DE LA CUESTIÓN

El culto a la Santa Muerte ha sido estudiado por diversos investigadores, tanto sociólogos como
antropólogos, historiadores e historiadores del arte. Mi artículo se basa en varias obras escritas y
videos de acceso público que sirvieron como base para poder entender someramente el culto, poder
localizar puntos en común y de los cuales partir para esta investigación. Entre los textos que utilicé
destaca el de Perdigón Castañeda (2008), intitulado La Santa Muerte protectora de los hombres donde
se aborda el tema desde un punto de vista no solo histórico, sino también ritualístico y antropológico.
Para su realización, la autora aplicó diferentes conceptos y teorías antropológicas a distintos sectores
socioculturales, mediante una metodología cualitativa y respondiendo a entrevistas dirigidas e
historias de vida de más de 500 personas, a fin de ofrecer un panorama integral de este culto en la
Ciudad de México, rescatando tanto la voz de adeptos como la posición de la Iglesia católica
apostólica romana.

Un segundo texto de relevancia para mi investigación es El poder de la muerte en el imaginario


mexicano: de la época prehispánica al México actual de Diéguez Melo, desde una perspectiva más
artística y simbólica del tema de la muerte, orientada por la historia del arte.

Mi tercer texto de referencia es la Sagrada Biblia de Nuestra Señora Santísima de la Muerte de Caab
DeVille documento que ayuda a entender los rituales y normas del culto de la Santa Muerte, su

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relación con otros símbolos mágicos, la forma de colocar el altar, la manera que se debe adorar,
algunas mancias que se utilizan para la comunicación con la santa, etc.

Por otra parte, los videos de acceso publico se tomaron de la plataforma social YouTube y sirvieron
principalmente para entender un poco el contexto social y mítico del culto. Se recurrió a este material
por las limitaciones por la pandemia, que imposibilitó hacer entrevistas y visitas a los lugares de
veneración. Entre los videos que utilicé están:

• Historia de la muerte en la Edad Media y el Renacimiento de Dayana que ofrece un panorama


de la visión medieval sobre la muerte y los ritos funerarios.
• El Medioevo: "La sociedad." del canal History Channel, video que muestra distintos aspectos
de la sociedad europea medieval.
• La Santa Muerte: su historia y orígenes. de Necropedia en el cual se pueden encontrar
algunos aspectos interesantes que me ayudaron a redirigir mi trabajo.
• La Buena Muerte, de La Pasión, un documental para entender mejor el concepto medieval
europeo de la ‘buena muerte’, el cual fue traído a América por los españoles al momento de
la conquista.

III. PROBLEMÁTICA

El culto a la Santa Muerte es una forma de veneración apócrifa de las enseñanzas de la iglesia católica
mexicana. Aunque la institución alega que en ningún momento la iglesia ha apoyado esta práctica,
estudios historiográficos demuestran que el concepto de “Santa Muerte” y mucha de la filosofía que
hoy predican los devotos a esta figura, son, en gran parte, de origen europeo medieval y no de un
pensamiento totalmente prehispánico como se quiere presentar. Es importante que se aclare cuáles
son los orígenes de esta costumbre, así como su evolución para poder entender mejor el culto en su
forma actual, por lo que se ha recurrido no solo a fuentes de historia general sino también de la historia
del arte, para ver la simbología de la actualidad y poder revelar los orígenes de las imágenes que se
veneran en el culto. Esto nos permitirá llegar a un punto en común que ayude a entender mejor la
filosofía detrás del mismo y despejar ese velo de desconocimiento y misterio negativo que ha tenido
desde el siglo XVIII gracias a la Inquisición.

IV. PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN

• ¿Es el culto a la Santa Muerte de procedencia prehispánica o europea?

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• ¿Cómo evolucionó hasta nuestros días?
• ¿Cuál es el contexto social donde se da el culto?

V. HIPÓTESIS

Mi hipótesis consiste en que el actual culto a la Santa Muerte en México deriva de una especie de
fusión entre el culto a la muerte prehispánico y el traído por los conquistadores españoles, quienes
tuvieron hasta el siglo XVIII un devocionario y advocación religiosa respaldada por la iglesia católica.
Así ambas corrientes se fusionaron para darnos el culto que hoy conocemos y del cual muchos devotos
no conocen sus orígenes, pues tiene vida propia y se pierden las líneas divisorias entre los
componentes, a veces opuestos, que la conforman.

VI. OBJETIVOS

Los objetivos científicos de este artículo son dos. Por un lado, intentar demostrar con elementos
históricos cual es origen del actual culto a la Santa Muerte, por otro lado, rastrear su evolución a
través del tiempo tomando fragmentos de otras creencias, adaptándose a los cambios ideológicos,
culturales y sociales, transformándose en nuevas formas de veneración, pero manteniendo una misma
esencia, como la que tuvo para los creadores originales como para las nuevas generaciones de
creyentes.

VII. JUSTIFICACIÓN

El propósito de esta investigación es esclarecer la sombra negativa que tiene actualmente el culto a la
Santa Muerte debido a la mala publicidad que se le ha hecho y al desconocimiento sobre sus orígenes.
Así mismo, se quiere demostrar que muchas imágenes y creencias paganas no son del todo erradicadas
del imaginario colectivo, sino que se van transformando y sincretizando para cubrir necesidades
humanas y sociales, creando cultos híbridos con rasgos de las culturas que las influenciaron a lo largo
de su historia.

VIII. REFERENTE TEÓRICO

Los autores que utilicé para el desarrollo de la investigación tenían un referente más que todo
historicista ya que trataban de los diferentes aspectos desde un punto de vista histórico o mítico. Sin
embargo, mi artículo busca complementar el historicismo con herramientas de dos perspectivas
teóricas para construir sus argumentos, a saber, el estructuralismo y la hermenéutica. Mientras el
historicismo nos permite comprender lo que aconteció en el pasado para entender lo que sucede en el
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presente, el estructuralismo nos acerca al conflicto como un elemento crucial en el culto: mientras la
iglesia católica considera apócrifa y satánica a la Santa Muerte, los devotos se defienden, dando una
identidad muy particular a esta devoción. Finalmente, la hermenéutica nos acerca a la interpretación
de muchos escritos y visiones da como resultado una visión más amplia del tema.

IX. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN

La intención de este artículo es acercarnos al origen del actual culto a la Santa Muerte en México, así
como también establecer lazos con la época prehispánica si es que los hubiese. Igualmente se intenta
explorar la evolución del culto hasta nuestros días, los ritos que se ejecutan y el contexto social en la
CDMX en el cual se da la veneración a esta figura.

El enfoque metodológico es más bien cualitativo ya que queremos comprender este tema en
particular; por las limitantes impuestas por la pandemia, no se pudo recopilar material de primera
mano, sino que se utilizó solamente bibliografía impresa y audiovisual con una antigüedad máxima
de 15 años. Se recurrió a las consultas audiovisuales para darle un enfoque general a diversos temas
de la investigación, siendo ampliadas con las consultas bibliográficas y en la web para afinar detalles
y encontrar temas específicos.

La parte más complicada de la investigación fue la delimitación del tema, con lo cual me apoyé en
los videos para encontrar exactamente lo que quería investigar.

X. DESARROLLO

La muerte en el México Prehispánico

Los mexicas veían a la muerte como una cuestión natural conformada a partir de la observación de la
naturaleza y al igual que todas las culturas, le darían una iconografía propia; comenzando por el dios
Mictlantecuhtli quien siempre fue representado y vinculado a los cadáveres, relacionado no solo con
la muerte sino también con el tratamiento que se le daba a los muertos, de ahí los distintos epítetos
con los cuales también se le conocía: “señor del Mictlán” “señor de la noche”, “señor de la tierra”,
“sol de abajo”, “esparcidor de ceniza”, regidor de la dirección norte, etc.

Su contraparte era Tezcatlipoca, dios de la vida, pues para los mexicas la muerte estaba relacionada
con la vida, así que una no se podía concebir sin la otra.

Como en muchos casos de la cosmovisión mexica, Mictlantecuhtli era representado con su


complemento femenino Mictlancihuatl (también Mictecacíhuatl), manifestándose el pensamiento
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dual mexica, aunque la “señora del Mictlán” no tendría un impacto iconográfico tan marcado como
su esposo.

Para los mexicas antiguos la muerte no era algo morboso o destructivo, más bien se creía que a través
de la muerte se mantenía la vida, por ello se realizaban sacrificios para mantener el orden del universo.

Estos dioses tutelares iban acompañados por otros que también habitaban en el Mictlán: Nextepeua
‘el que riega las cenizas’ y su esposa Nezoxochi ‘la que arroja flores’ y Tlaltecuhtli ‘señor de la tierra’
un dios dual (masculino-femenino) devorador de carne humana pero que también podía dar la vida;
el cuerpo del difunto quedaba como alimento de este dios y su alma se dirigía a su morada final.

En la iconografía que representaba a la muerte no solo se le daba un sentido religioso, sino que estaba
presente en gran medida en la vida cotidiana, ya que existía como un día de calendario, el Miquitzli
quien se representaba como un cráneo limpio, sin carne.

Existían igualmente los mitos de espíritus y fantasmas que eran representados por cadáveres
putrefactos.

Iconográficamente la muerte prehispánica está representada principalmente como un esqueleto


completo vestido con cendal, penacho, faldellín y huaraches, a veces llevando collares y armas; en
ocasiones solo era un cráneo con tibias y en otras, una dualidad de cráneo descarnado y con carne.

La muerte estaba presente en las historias de héroes y dioses como por ejemplo el caso del mito de
creación del mundo mexica, donde Quetzalcóatl viaja al inframundo y le roba los huesos sagrados
que le habían encargado a guardar a Mictlantecuhtli, para crear a los seres humanos; Quetzalcóatl
muere en la huida y resucita para traer al mundo terrenal los huesos y poder crear a los seres humanos.

El rumbo de los difuntos

Para los mexicas, los difuntos tenían diferentes destinos dependiendo del tipo de muerte que habían
tenido, Así, el teyolía (una de las tres entidades anímicas que tenía el ser humano según los mexicas
y que se ubicaba en el corazón) podía tomar tres direcciones:

• El Paraíso del sol o Tonatiuh Ilhuíca: estaba presidido por Huitzilopochtli quien estaba
asociado al sol y en este lugar iban los que habían muerto en batalla, los sacrificados al sol
(solo los que hablaban náhuatl) y las mujeres que murieron durante el parto; era el mejor
lugar para llegar, ya que podía acompañar al sol por su camino diario. Si lo deseaban, estos
difuntos podían regresar después de cuatro años en forma de aves de plumas multicolores.
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• El Paraíso de Tláloc o Tlalocan: eran los dominios del dios de la lluvia y la fertilidad Tláloc
e iban aquellos que habían muerto por circunstancias relacionadas con el agua, los que morían
con enfermedades como la hidropesía y los niños que sacrificaban al dios.
• Mictlán: habitado por Mictlantecuhtli y Mictlancihuatl destinado a los que morían por causas
naturales, quienes tenían que pasar por 9 niveles (se cree que tiene relación con los 9 meses
del embarazo) antes de llegar a la morada de Mictlantecuhtli y así encontrar el descanso.

Rituales prehispánicos a los muertos

Por las crónicas posteriores de la conquista se sabe que los muertos eran envueltos en mantas o
petates, atados fuertemente con una piedra de jade u obsidiana dependiendo de la clase social del
difunto y una máscara sobre la cara.

Después del entierro se le celebraba al muerto una serie de fiestas para recordarlo, en las cuales la
ofrenda era parte primordial. Estas fiestas sucedían 20 días después de la muerte del difunto, se le
colocaban ofrendas de comida sobre su sepultura; luego se repetían a los 80 días hasta llegar al año
donde todo cesaba y ya no se volvía a recordar al difunto.

Fiestas

En el noveno mes del año se realizaba la fiesta de Miccailhuitotli o ‘fiesta de los muertitos’ dedicada
a la Señora de los Muertos y se daban ofrendas de flores. La gran fiesta de los muertos o el
Hueymiccaihuitl, se celebraba el décimo mes del calendario, elaborando altares con ofrendas para
recordar a los muertos.

La muerte en la Europa medieval

En la Europa medieval, antes de la peste del siglo XIV la muerte se veía con miedo y respeto, como
algo intrínseco al ser humano; pero después de la pandemia que acabó con aproximadamente el 80%
de la población, tanto la iglesia católica como los fieles cambiaron su visión de la misma. Por muchos
años la iglesia católica hizo de la “buena muerte” un concepto esencial para los devotos ya que los
alentaba a prepararse durante su vida para recibir a la muerte, cargando una vida de buen cristiano en
amor a Cristo y su iglesia y practicando religiosamente los sacramentos.

Se le enfrentó a la muerte cara a cara desde entonces y comenzaron a surgir una serie de imágenes,
ya sea en pinturas y en esculturas para recordar que la muerte viene por todos, que no perdona a nadie
y no le importa el rango de poder que tenías en vida. Comenzó a hacerse famosa la frase Mememnto

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mori2 (“recuerda que morirás”) frase que según cuentan, le dijo un esclavo a un general que se
pavoneaba de sus hazañas.

El rito funerario de la época consistía en amortajar el cuerpo, sellando todos los orificios para que no
pudiese entrar ningún demonio o espíritu al cuerpo del difunto. Luego se procedía al velatorio, donde
familiares y amigos del difunto lo acompañaban todo el tiempo para evitar que algo le pasara. En este
velatorio había danzas, cantos y se repartía comida a los asistentes.

Al finalizar el velatorio, comenzaba la procesión fúnebre desde la casa del difunto hasta su tumba,
aquí era donde se distinguía el estatus social del difunto y su familia. Junto al difunto iban el clérigo,
los amigos y la familia, cantando, rezando, llorando y tocando campanas para espantar a los demonios
que podrían estar al acecho.

Una vez enterrado el difunto, la familia ofrecía comida a los asistentes y comenzaba el tiempo de
duelo, manifestando el dolor de la pérdida a través del luto: la familia se vestía de negro mientras los
amigos y demás de blanco. Posteriormente se les hacían misas a los difuntos en la fecha de
fallecimiento o cerca de esta como recordatorio.

Para los siglos XVII y XVIII la imagen pagana no varió mucho: siguió siendo una calavera, pero se
le agregaron otros elementos iconográficos como la guadaña; se introdujo en el dogma de la pasión
de Cristo, utilizando la calavera y los fémures cruzados para simbolizar el padre Adán, la fragilidad
de la vida y el mememnto mori, aunque para la representación teatral de la Semana Santa se utilizaba
el esqueleto completo: la muerte al final de la semana era derrotada por el Cristo resucitado.

La muerte fue representada en el medioevo europeo de muchas maneras:

• En las tumbas: donde no solo se edificaba una escultura del


finado como cuando estaba vivo, sino que se incluía una
representación de su cadáver en el proceso de descomposición.

2
La frase tiene su origen en una peculiar costumbre de la Roma antigua, que quizá tenga origen Sabino. Cuando un General desfilaba
victorioso por las calles de Roma, tras él, un siervo se encargaba de recordarle las limitaciones de la naturaleza humana, con el fin de
impedir que incurriese en la soberbia y pretendiese, a la manera de un Dios omnipotente, usar su poder ignorando las limitaciones impuestas
por la ley y la costumbre. Lo hacía pronunciando esta frase, de acuerdo con el testimonio de Tertuliano: “¡Respice post te! Hominem te
esse memento!”, que traducida sería: “¡Mira tras de ti! ¡Recuerda que eres un hombre y no un Dios!” (recuperado de la página:
https://bit.ly/3hsL3nK )
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Fuente: Medievalists.net

• Como ranas, sapos, serpientes y gusanos: en muchas pinturas se le


agregaba estos elementos (que se devoraban a las personas muertas) a las
representaciones de los cuerpos muertos en proceso de descomposición para
crear un impacto más significativo en quienes lo miraban.

• La muerte reclamando y el vivo resistiendo: en varias ocasiones se


representaba una escena donde el vivo intentaba huir de la muerte, pero
esta siempre ganaba, pero al menos, el vivo intentaba escapar de ella.

Fuente: Medievalists.net

• La lucha entre ángeles y demonios por el alma del moribundo: se


creía que, en el momento de la muerte, tanto ángeles como demonios se
disputaban el alma del moribundo, por ello era tan importante, llegar a ese
momento habiendo tenido una buena vida para hacerle más fácil el trabajo
a los ángeles.

Fuente: Medievalists.net

• La Danza de la Muerte: en muchas imágenes medievales se puede


ver a la muerte y sus representantes, tocando instrumentos musicales y/o
danzando, conocida también la “Danza macabra” era una satirización a la
muerte, que siempre alegre está dispuesta eternamente a llevarte a danzar
con ella.
Fuente: Medievalists.net

El objetivo principal de todo esto era recordarle, a los pecadores que la muerte siempre está al acecho
y que era importarte arrepentirse y contemplar la eternidad, no importa si eras rey, duque o plebeyo.

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La muerte en la Nueva España

La evangelización de la iglesia católica fue una conquista ideológica larga y difícil pero importante
para afianzar el territorio, convertir a los habitantes de esta nueva tierra y enseñarles lo necesario que
era prepararse para cuando la muerte tocara a sus puertas.

Esta evangelización introduce a la visión dual mesoamericana de la vida y la muerte, una idea
moralizante de la muerte más acorde con las creencias europeas, enseñanzas: como el memmento
mori, el ars morendi3 y la vanitas barroca recordaban el paso del tiempo, lo fugaz de la vida y el alma
perdurable.

La idea de la muerte encontró en tierras mexicas un sustrato fértil, ya que los nativos de estas tierras
tenían sus propios discursos relativos a la muerte y sus dioses y mucha iconografía cristiana
encontraba una similitud muy cercana a la propia, por ejemplo, comparar el sacrificio de Cristo con
el que se le hacía al dios sol, la hendidura de un costado podría ser interpretado como la extracción
del corazón y el mismo símbolo de la cruz, que en tierras mexicas era utilizada para representar el
dios del fuego Huehueteótl.

Se cree que el nombre del actual culto “La Santa Muerte” puede haber sido un error de comunicación
entre los evangelizadores españoles y los nativos que no hablaban su lengua, al querer explicarles lo
que era tener una “santa muerte” que es lo mismo a la “buena muerte” y cuál era el proceso de
prepararse para tenerla. Probablemente se mal interpretó y se asumió como un ente aparte, un santo
más del santoral de los evangelizadores.

Como sucedió en muchas partes del mundo, los nativos siguieron adorando a los dioses, pero teniendo
una “pantalla” con algún santo o evocación cristiana, por ejemplo, los yorubas y su sincretismo de
Changó y Santa Bárbara. Posiblemente se tomó esta advocación de la buena muerte como una santa
que al ser femenina se le sincretizó con Mictecacíhuatl.

En el virreinato de la Nueva España, por el año de 1754 y durante muchos años, la Santa Inquisición
intentó erradicar el culto que los nativos comenzaron a tener a la figura de la Santa Muerte.

3
Ars moriendi es el nombre de dos textos interrelacionados escritos en latín que contienen consejos sobre los protocolos y
procedimientos para una buena muerte y sobre cómo «morir bien», de acuerdo con los preceptos cristianos de finales de la Edad Media
(recuperado de: https://bit.ly/3wihgDJ )
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La muerte en el México actual

Las fiestas de Miccailhuitotli y la gran fiesta de los muertos o el Hueymiccaihuitl no desaparecen


sino que se unen y sincretizan con la celebración católica de Todos los santos y los Fieles difuntos,
el 1 y 2 de noviembre respectivamente, aunque aún en muchas partes de la república se sigue haciendo
más allá de estas fechas comenzando el 28 de octubre con los difuntos que fallecieron de manera
violenta o trágica, el 30 con los que mueren sin ser bautizados y el 31 con los ‘muertos chiquitos’, es
decir los niños.

La muerte nunca ha dejado el imaginario mexicano. Con José Guadalupe Posada la muerte comienza
a tener un tono pintoresco y crítico, con sus esqueletos que interpretan escenas de la vida cotidiana y
actitudes habituales de los mexicanos de la época, ya no como una muerte macabra sino como un
vehículo para la crítica. Su dibujo más conocido La Catrina lleva como título original La Calavera
garbancera. Hoy en día es una de las caricaturas mexicanas más famosa a nivel mundial.

En los años sesenta comienza en Veracruz el movimiento devocionario a la Santa Muerte como se le
conoce ahora. Se piensa que las crisis económicas y las migraciones que se registraron en esa época
en el estado abrieron las puertas a la ‘Niña Blanca’ como se le conoce, en la capital de la república.
No se tiene evidencia documental de que antes de esta fecha haya existido algún tipo de devoción,
aunque se especula que quizás al ser amenazados los diferentes cultos que nativos hicieron a la muerte
en el virreinato por la Inquisición, el culto fue obligado a la clandestinidad y con ello quizás a una
tradición oral que se perdió con el tiempo.

Fue en 1997 cuando se edificó el primer santuario en la Ciudad de México, en el corazón de la zona
popular de Tepito, siendo Doña Queta su guardiana.

El culto tiene muchos adeptos en Ciudad de México, Veracruz, Guerrero y los estados fronterizos con
EEUU; sus fieles provienen generalmente de los estratos más bajos de la sociedad, sobre todo aquellos
que tienen que lidiar con la muerte a diario, adorando a la Santa para evitar peligros.

El antropólogo Carlos Garma señala que se esta afinidad se debe a que es un culto de crisis: “Las
religiones siempre han prosperado en estas situaciones porque ofrecen una salida espiritual a los
problemas que enfrentan los seres humanos cotidianamente. El culto a la Santa Muerte atrae como un
imán a las personas que se enfrentan a situaciones sin una resolución o donde deben actuar con
grandes desventajas frente a los demás. Por esta razón, el culto continuará creciendo en el futuro

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apoyándose en la persistente situación de crisis que enfrentan sus seguidores” (Garma 2017: Televisa
News).

Asimismo, el antropólogo Garma menciona que se trata de un factor de diferencia de clases, ya que
el culto de la Santa Muerte está ligado más a las clases populares, siendo algunos devotos
pertenecientes a de clases sociales más altas, pero de manera clandestina.

Ritos y Creencias

En el culto, la muerte se ve como justa y pareja, ya que todos tarde o temprano vamos a morir. Como
tiene un trabajo triste y penoso, se le debe tratar con alegría y cariño.

Dentro de sus creencias está el que es preferible no pedirle cosas negativas o hacerle daño a alguien
más, aunque esto no se cumple en su totalidad; no se le debe ofrecer nada que no se vaya a cumplir,
es preferible no ofrecerle nada cuando se le pida por un milagro.

Todo aquel que venere a la Santa Muerte debe evitar a toda costa actitudes que limiten la vida, como
por ejemplo los miedos, las tristezas, el odio, la envidia, etc.

Para los fieles la Santa Muerte es bondadosa y generosa, no es buena ni mala ya que pertenece a la
jerarquía de los ángeles, siendo un todo positivo-negativo que trata con justicia a sus devotos.

Es necesario contar con un altar para que la Santa Muerte permanezca con sus devotos, un lugar
tranquilo con buena ventilación y donde se puedan colocar veladoras, inciensos, lámparas de aceite y
las ofrendas que se le quieran ofrecer. Generalmente estas ofrendas son vinos y licores (aguardiente,
tequila, ron, mezcal, anís o cerveza), puros y cigarros, flores (de preferencia rosas, claveles, nardos,
gardenias y tulipanes), inciensos (copal, sándalo, mirra, rosa, almizcle), agua, pan, frutas, dulces,
dinero, velas y veladoras. Estas ofrendas, así como las oraciones utilizadas en los rituales de oración,
rosarios y novenas se basan en costumbres católicas. Las fechas importantes para su culto son los días
primero de cada mes y su fiesta central es el primero de noviembre.

Simbología

La iconografía de la Santa Muerte actual en México, a pesar de lo que se pueda pensar, no es una
remembranza de las divinidades mortuorias del pasado prehispánico, más bien es una visión
judeocristiana, con toques medievales; es el ángel Azrael quien en la cultura judía es el ángel de la
muerte, por ello en ocasiones la “Niña blanca” como le llaman, tiene alas; el mundo que porta en su

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mano se lo dio la iglesia medieval al nombrarla “La Señora del mundo” y la guadaña, agregada en el
siglo XVII por ser la cosechadora de almas.

Existen otros elementos iconográficos que podemos encontrar en las figuras de la santa:

• El reloj de arena: representa el tiempo inexorable de la vida de cada persona en la tierra.


• La balanza: de origen caldeo, es un símbolo místico de justicia, habla de una justicia imparcial
con la que la muerte juzga a los humanos.
• Lámpara o farol: es la luz con que la santa guía a sus adeptos.
• Búho: es el mensajero de la santa y es útil para pedirle favores.
• Resplandor en su cabeza: es el halo que caracteriza a los santos católicos.

La Santa Muerte tiene una sola forma de representación, pero dependiendo del ‘uso’ que se le quiera
dar o el aspecto de la vida que se quiera reforzar se le viste de uno u otro color:

• Dorado y/o amarilla: para el dinero y las riquezas.

• Blanca: para la paz.

• Roja: estabilidad emocional, el amor y la pasión.

• Verde: lo relacionado con la justicia

• Negra: protección sobre todo contra brujerías.

• Ámbar: para luchar contra adicciones.

Prohibiciones y oposiciones:

Desde su aparición moderna del culto a la Santa Muerte ha sido prohibida y perseguida por la iglesia
católica, ya que considera “que un católico que da culto a la Santa Muerte cae en pecado grave porque
esta falsa devoción constituye “una degeneración de la religión” y no presenta ni representa elementos
cristianos aceptables por ninguna Iglesia cristiana en sus distintas expresiones” de acuerdo con el
Consejo Ecuménico de México. Aun así, el culto a la Santa Muerte sigue más vigente que nunca.

XI. CONCLUSIONES

Desde sus orígenes, México ha tenido una cultura que le da un lugar relevante a la reflexión y la
representación de la muerte. Es por ello que todo el imaginario europeo sobre la muerte echó raíces

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profundas, ya que los nativos veían en los dioses de los conquistadores a los propios. Fueron tan
fuertes las raíces de las creencias propias y adoptadas sobre la muerte que la misma iglesia, quien
había inculcado a la población la ‘santa muerte’, tuvo que eliminar esa creencia e incluso perseguir a
aquellos que no solo la tomaron, sino que la transformaron, sincretizando a sus dioses antiguos que
se negaban a soltar, así que terminaron en la clandestinidad hasta que fuera seguro volver a salir a
flote.

La simbología de la santa es europea pero el devocionario es prehispánico. En estos tiempos de crisis,


donde todo es inestable y más que nunca necesitamos creer en una justicia divina (por falta de una
humana), sentirnos seguros a pesar de la violencia y confiar en que hay una fuerza superior que está
a nuestro alcance, la Santa Muerte brinda a sus adeptos ese rayo de esperanza.

A diferencia del culto a la virgen de Guadalupe, pura, casta y perfecta, a la ‘Niña Blanca’ le puedes
pedir lo que desees, siempre que sea con fe ya que está más cerca de los humanos, porque la muerte
siempre camina a nuestro lado, esperando que llegue nuestro tiempo de irnos con ella.

XII. AGRADECIMIENTOS

Mi primer agradecimiento va a la Santa Muerte, por servirme de inspiración y llevarme a conocer


más de este grandioso país.

Y mi más grande agradecimiento (y a quien dedico este artículo) a la profesora Paola Paloma García
Souza a quien le agradezco profundamente su paciencia y disponibilidad para ayudarme, sin ella no
hubiese podido pasar del título.

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XIII. TABLAS Y FIGURAS

Mictecacíhuatl - Fuente: Mediateca INAH Quetzalcóatl y Xólotl se confrontan a Mictlantecuhtli, el Señor de la


Muerte, pidiendo de él los huesos de los ancestros, con que can a crear la
nueva raza de humanos – Fuente: Tumblr

Colores de la Santa Muerte - Fuente: Internet

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XIV. BIBLIOGRAFÍA

• ACI Prensa, Redacción. (2015). Un católico no puede dar culto a la “Santa Muerte”, alertan
expertos en México. Junio 2021, de Agencia Católica de Informaciones - ACI Prensa Sitio
web: https://bit.ly/3dzXNYM
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