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DEFINICIÓN
Proceso inflamatorio reversible del páncreas, que se caracteriza por edema, infiltrado de
células inflamatorias y, en algunos casos, necrosis grasa, además de afección variable a
tejidos vecinos y órganos a distancia.
Para hablar de PA se requiere dos de los tres requisitos siguientes:
● Dolor abdominal sugestivo de PA (dolor de inicio brusco en epigastrio y que a
menudo se irradia a la espalda).
● Niveles de lipasa o amilasa sérica al menos tres veces por encima del límite alto de
la normalidad.
● Hallazgos característicos de PA en las pruebas de imagen, siendo el TC con
contraste la técnica de imagen de elección (menos comúnmente se emplearán la
RM o la ecografía transabdominal).
EPIDEMIOLOGÍA
La incidencia de PA varía entre 4,9 y 73,4 casos por cada 100.000 y es la 21ª causa más
común de ingresos hospitalarios, este incremento se ha observado en los últimos años
posiblemente por la creciente incidencia de la obesidad que contribuye y promueve la
formación de cálculos biliares, la causa más común de PA, otro factor importante es el
incremento de la disponibilidad y el uso de pruebas para medir los valores séricos de las
enzimas pancreáticas, que detectan los casos más leves de PA, pero también puede dar
lugar a un sobrediagnóstico.
ETIOLOGÍA
EN LAS DIAPOSITIVAS ESTÁN LOS CUADROS DE LAS CAUSAS.
● Los cálculos biliares y el alcohol ocasionan 80 a 90% de los casos.
● Los cálculos vesiculares siguen siendo la causa principal de pancreatitis aguda en
casi todas las series (30 a 60%).
● El alcohol es la segunda causa más común, propicia 15 a 30% de los casos de esta
enfermedad en Estados Unidos. La incidencia de pancreatitis en alcohólicos es
sorprendentemente pequeña (5/100 000), lo cual indica que además del
volumen de alcohol ingerido, otros factores, como el tabaquismo, modifican la
susceptibilidad de la persona a presentar daño pancreático.
● La hipertrigliceridemia es la causa de pancreatitis aguda en 1.3 a 3.8% de los casos;
las concentraciones de triglicéridos en suero por lo común son >1 000 mg/100 mL.
FISIOPATOLOGÍA
En su mayoría se cree que es causada por la activación no regulada de tripsina dentro de
las células acinares pancreáticas, lo que conduce a la autodigestión de la glándula y la
inflamación local.
En lo que se refiere al cuadro histopatológico, las pancreatitis agudas varían desde la
● Intersticial: se conserva la circulación sanguínea del páncreas, que por lo común es
autor remitente.
● Necrosante: se interrumpe el riego sanguíneo al páncreas, en la cual la magnitud de
la necrosis puede guardar relación con la intensidad del ataque y sus
complicaciones de orden general.
1. Por otro lado, los efectos tóxicos de los ácidos biliares en sí, sobre las células
acinares, juegan un papel especial en la patogenia en la pancreatitis biliar. Éstos
pueden ser llevados por las células acinares mediante transportadores situados en
la membrana plasmática apical y basolateral, o, por una acoplado a proteína G
receptor de los ácidos bi-liares (Gpbar1).
2. Una vez dentro de la célula, los ácidos biliares aumentan las concentraciones de
calcio intraacinares, inhibiendo la Ca2+/ATPasa y vías de señalización activas y
factores de transcripción tales como NF-kB, que inducen la síntesis de mediadores
proinflamatorios.
Pancreatitis alcohólica
Se sabe que el alcohol ejerce efectos tóxicos directos sobre el páncreas, pero los cofactores
adicionales parecen ser necesarios para iniciar la pancreatitis. Hay evidencia sobre el papel
en las lesiones en los pequeños conductos pancreáticos.
1. El alcohol aumenta la precipitación de las secreciones pancreáticas y a la formación
de tapones de proteínas dentro de los conductos pancreáticos debido a los cambios
de litostatina y glicoproteína (dos componentes enzimáticos no digestivos del jugo
pancreático) con propiedades de autoagregación.
2. El aumento de la viscosidad de las secreciones del páncreas por la mutación del gen
RCTFQ (regulador de la conductancia transmembrana de la fibrosis quística), los
tapones de proteína se agrandan y forman cálculos, causan ulceración de epitelio
ductal adyacente, cicatrización, mayor obstrucción y finalmente, atrofia acinar y
fibrosis.
Los individuos con la enfermedad más grave pueden tener hemoconcentración con valores
de hematócrito >44%, hiperazoemia prerrenal o ambas entidades, con una concentración
de BUN >22 mg/100 mL, que es consecuencia de la pérdida de plasma en el espacio
retroperitoneal y la cavidad peritoneal.
La hiperbilirrubinemia (bilirrubina sérica >4.0 mg/100 mL) 10% de los pacientes. La ictericia
es transitoria y las concentraciones de bilirrubina sérica vuelven a lo normal en 4 a 7 días.
Incremento pasajero de las concentraciones de fosfatasa alcalina y aspartato
aminotransferasa que pueden orientar hacia la presencia de una enfermedad vesicular o
inflamación en la cabeza del páncreas. Hipertrigliceridemia, En promedio, 5 a 10% de los
pacientes tiene hipoxemia (PO2 arterial ≤60 mm Hg) que puede anticipar el inicio de ARDS. Por
último, el electrocardiograma a veces muestra trazos anormales en la pancreatitis aguda, con
trastornos del segmento ST y la onda T, que remedan la isquemia del miocardio.
Los criterios de Atlanta revisados han destacado con nitidez las características morfológicas
de la pancreatitis aguda en una imagen de CT: 1) pancreatitis intersticial; 2) pancreatitis
necrosante; 3) cúmulos de líquidos en forma aguda en páncreas; 4) pseudoquiste
pancreático; 5) cúmulo necrótico agudo (ANC), y 6) necrosis pancreática tabicada (WON)
DIAGNÓSTICO
TRATAMIENTO
El tratamiento de la pancreatitis aguda comienza en la sala de urgencias. Una vez
confirmado el diagnóstico, se comienza la fluidoterapia intensiva, se administran
analgésicos intravenosos, se valora la gravedad e intensidad, y se buscan causas que
pudieran trascender en las medidas inmediatas o agudas. Hay que pensar en el
internamiento en una sala de cuidados intermedios o cuidados intensivos para los pacientes
que no mejoran con la fluidoterapia intensiva en la sala de urgencias, para seguir con dicha
fluidoterapia intensiva, el monitoreo hemodinámico y la corrección de la necrosis o la
insuficiencia de órganos.
Medidas nutricionales: Es posible administrar una dieta sólida con poca grasa a
personas con pancreatitis aguda leve después que haya cedido el dolor abdominal.
Hay que pensar en la nutrición enteral 2 a 3 días después del internamiento en
sujetos con una forma más grave de pancreatitis en vez de nutrición parenteral total
(TPN). La alimentación enteral conserva la integridad de la barrera intestinal, limita el
cambio de sitio de bacterias, es menos cara y causa menos complicaciones que la
TPN. Está en fase de investigación la comparación de alimentación gástrica con la
enteral nasoyeyunal.
Manejo de dolor:
•Cero por vía oral mientras el dolor sea intenso
•Enfermedad leve: acetaminofén u opioides por vía oral
•Si los agentes no opioides no brindan un alivio significativo, la administración i.v. los
opioides como el fentanilo, la morfina o la hidromorfona son eficaces y seguros si se
usan con prudencia.
°Existen también intervenciones analgésicas más complejas o invasivas, como el
bloqueo peridural lumbotorácico, con buenos resultados analgésicos, aunque aún se
espera mayor evidencia, especialmente en los pacientes con inestabilidad
hemodinámica.44 También existen alternativas terapéuticas como el bloqueo
interpleural o del plexo celíaco.
°Los AINES conforman un amplio grupo de drogas. Entre las más utilizadas para el
tratamiento del dolor agudo se encuentran el ibuprofeno, el diclofenac, el ketorolac y
los denominados AINES atípicos, dipirona y paracetamol. Son buenos analgésicos
para el dolor leve a moderado, aunque encuentran techo analgésico a dosis
máximas. Ibuprofeno 2400 mg/día, diclofenac 150 mg/día y ketorolac 90 mg/día son
las dosis recomendadas. En el caso del ketorolac no debe utilizarse más de cinco
días por el alto riesgo de complicaciones gastrointestinales (úlcera, perforación,
hemorragia) y renales. La dipirona o metamizol merece alguna consideración aparte,
es una excelente droga analgésica y antipirética, con escasa acción antiinflamatoria
y algún mecanismo de acción a nivel central en las vías de neuromodulación. Las
dosis de dipirona pueden variar de 1 a 1,5 gr cada 6-8 horas.
COMPLICACIONES
Los pacientes que presentan signos de deterioro clínico a pesar de la fluidoterapia intensiva
y la medición hemodinámica seriada deben ser sometidos a estudios en busca de
complicaciones locales.
DEFINICIÓN
La pancreatitis crónica (PC) abarca un espectro de enfermedades micro inflamatorias
caracterizadas por la lesión progresiva del parénquima del páncreas con la pérdida
subsiguiente de células acinares e islotes. El dolor abdominal puede ser permanente y está
presente en la mayoría de los pacientes; mientras que otras características clínicas pueden
fluctuar en función del grado de disfunción exocrina y endocrina. Los pacientes tienen una
calidad de vida deficiente y una esperanza de vida reducida debido a complicaciones de la
enfermedad y su asociación con otras enfermedades sistémicas y cáncer de páncreas.
EPIDEMIOLOGÍA
La PC es una enfermedad poco común con una prevalencia anual reportada de 42/100 000
y 26/100 000 casos en Estados Unidos y Europa respectivamente y una incidencia global
que ha permanecido estable a lo largo de las últimas tres décadas de aproximadamente
4/100.000 personas-año. La incidencia y prevalencia de la PC en Latinoamérica no es bien
conocida, aunque se cree que su frecuencia ha aumentado en las últimas décadas.
FACTORES DE RIESGO
FISIOPATOLOGÍA
Se caracteriza por daño irreversible del páncreas. Sea cual sea el mecanismo lesivo, se ha
podido advertir que la activación de células estrelladas que resulta en secreción de citocinas
y producción de proteínas de la matriz extracelular es la causa de la inflamación aguda y
crónica, y el depósito de colágeno en el páncreas. Sobre tal base, el trastorno se define por
la presencia de anormalidades histológicas e incluyen en forma crónica inflamación, fibrosis
y destrucción progresiva del tejido exocrino y finalmente el endocrino (atrofia). Se han
vinculado diversas causas con la pancreatitis crónica, que causa las manifestaciones
cardinales de la enfermedad como dolor abdominal, esteatorrea, adelgazamiento y diabetes
mellitus
Se creía que el alcohol era la causa primaria de la pancreatitis crónica, pero otros factores
contribuyen también a la enfermedad. Hay un vínculo neto entre el tabaquismo y la
pancreatitis crónica. El humo del cigarrillo intensifica la susceptibilidad a la autodigestión del
páncreas que predispone a trastornos de la función del CFTR de células canaliculares. El
tabaquismo es un factor de riesgo independiente pero que depende de dosis, en lo que se
refiere a la pancreatitis crónica y la pancreatitis aguda recidivante. Consumir alcohol y fumar
tabaco se vincula con fibrosis pancreática, calcificaciones y progresión de la enfermedad.
La identificación reciente de las células estrelladas del páncreas (PSC) ha ampliado los
conocimientos sobre las respuestas celulares primarias que explicarían la aparición y el
desarrollo de la pancreatitis crónica. De modo específico, se piensa que las PSC intervienen
para conservar la arquitectura normal del páncreas, que puede ser modificada a
fibrogénesis en caso de pancreatitis crónica. La hipótesis del episodio pancreático agudo
centinela (SAPE) describe de manera uniforme los fenómenos en la patogenia de la
pancreatitis crónica. Se piensa que el alcohol o estímulos adicionales inducen la destrucción
del colágeno normal en el parénquima pancreático, fenómeno mediado por la
metaloproteinasa de matriz, lo cual más tarde permitirá la remodelación pancreática. Las
citocinas proinflamatorias, el factor α de necrosis tumoral (TNF-α), las interleucinas 1 (IL-1)
y 6 (IL-6) y complejos oxidantes, tienen la capacidad de inducir la actividad de PSC y, como
consecuencia, habrá síntesis de nuevo colágeno. Las PSC poseen una vía autocrina
autoactivadora mediada por TGF-β, que podría explicar la evolución en la enfermedad en el
caso de la pancreatitis crónica, incluso después de que se eliminan los estímulos nocivos.
CONSIDERACIONES CAUSALES
En familias grandes con pancreatitis crónica hereditaria se identificó un defecto que altera
al gen que codifica el tripsinógeno. El defecto impide la destrucción de la tripsina activada
prematuramente y le confiere resistencia al efecto protector intracelular del inhibidor de
tripsina.La activación continua de las enzimas digestivas dentro de la glándula culmina en la
lesión aguda y, por último, en pancreatitis crónica.
Otros grupos de investigadores han corroborado las mutaciones de CFTR. Este gen actúa
como un canal de cloro regulado por AMP cíclico. En personas con fibrosis quística la
elevada concentración de macromoléculas bloquea los conductos pancreáticos. Las
mutaciones de CFTR son frecuentes en la población general. El conocimiento de los
defectos genéticos y las alteraciones anterógradas en la expresión de proteínas ha
permitido que se elabore una nueva geneterapia en niños de fibrosis quística que potencia
el canal de CFTR y con ello se logra mejoría en la función pulmonar, calidad de vida e
incremento ponderal.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Los motivos de consulta de los pacientes con pancreatitis crónica son dos, generalmente.
1. Dolor abdominal o digestión deficiente:
2. Pérdida de peso
Otros motivos de consulta frecuentes son la esteatorrea (en <50% de los pacientes), y
más tarde, en aproximadamente el 26 al 80% de los pacientes, la diabetes.
EVALUACIÓN CLÍNICA
Paraclínicos
● A diferencia de la pancreatitis aguda, en la variante crónica no hay incremento
extraordinario de las concentraciones séricas de amilasa y de lipasa.
● El incremento de la concentración de bilirrubina y fosfatasa alcalina en el suero
puede denotar colestasis como consecuencia de la estenosis del colédoco, causada
por inflamación crónica.
● En muchos pacientes hay trastorno de la tolerancia a la glucosa con incremento de
la glucemia en el ayuno.
● La elastasa-1 fecal y la arquitectura histológica del intestino delgado son útiles en la
valoración de personas en quienes se sospecha esteatorrea pancreática; la
concentración de la primera será anormal y la imagen de la segunda será normal en
tales pacientes. La disminución de la concentración de elastasa fecal a <100 μg/g
de heces sugiere netamente una insuficiencia exocrina pancreática profunda.
Imagenología
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
En casos sospechosos con solo probables características de imagen de la pancreatitis
crónica, los pacientes deben cumplir con dos de tres criterios: dolor abdominal superior
repetido; concentraciones anormales de enzimas pancreáticas en suero u orina (lipasa o
actividad amilasa 2-3 veces por encima del límite superior de normal); y función exocrina
pancreática anormal (concentración de elastasa fecal <200 µg / g). Una histología típica en
ausencia de cáncer de páncreas puede respaldar el diagnóstico, pero la obtención de
histologías a partir de muestras de biopsia sigue siendo un desafío.
TRATAMIENTO
El objetivo principal del tratamiento es el alivio de los síntomas (generalmente dolor y aquellos
asociados s insuficiencia exocrina y endocrina) además de prevenir la progresión de la enfermedad y
las complicaciones asociadas (obstrucción de vía biliar, trombosis de vena portal).
Manejo analgésico 🡪 escala del dolor de la OMS (de acuerdo a la potencia de los analgésicos)
I: analgésicos simples
En la mayoría de los pacientes, los analgésicos simples como el paracetamol no son suficientes y el
tramadol es el analgésico de nivel II preferido, es conveniente comenzar el tratamiento con opioides
menos potentes como el tramadol a dosis de 200 a 400 mg diarios; usualmente se requieren
medicamentos más potentes y es conveniente aumentar lentamente la dosis y frecuencia, con el
objetivo de reducir, pero no eliminar el dolor.
Analgésicos adyuvantes 🡪 antidepresivos y anticonvulsivantes (solo se ha estudiado la pregabalina
con una reducción significativa del dolor en comparación con el placebo).
INSUFICIENCIA EXOCRINA Y ENDOCRINA
Insuficiencia exocrina 🡪 Síntomas relacionados con mala digestión (como diarrea, esteatorrea,
pérdida de peso, flatulencia y distensión abdominal) y deficiencias nutricionales.
Estos síntomas pueden evitarse con el reemplazo de enzimas pancreáticas. Generalmente son una
combinación de lipasa, amilasa y proteasa; estas deben administrarse por vía oral junto con cada
comida o refrigerio. Las dosis deben ajustarse de acuerdo al volumen, la grasa y el contenido
calórico de las comidas. Se recomienda como dosis inicial la administración de 40-50 mil unidades de
enzimas con las comidas principales y media dosis con los refrigerios. Existen presentaciones con
cubierta entérica que favorecen la digestión, absorción de nutrientes y de esta manera mejoran el
estado nutricional del paciente.
MANEJO ENDOSCÓPICO
Hasta un 30-60 % de los pacientes con pancreatitis crónica requerirán algún tipo de intervención
endoscópica o quirúrgica. La indicación más frecuente para manejo endoscópico es el dolor
refractario al tratamiento (considerar este manejo antes de que los pacientes se vuelvan
dependientes a los opioides). Es esencial descartar la presencia de cáncer, antes de tratar la
estenosis del conducto pancreático. Las indicaciones más comunes para el tratamiento endoscópico,
después del dolor, son las estenosis del conducto pancreático, la obstrucción del colédoco y los
pseudoquistes pancreáticos.
La estenosis del esfínter (papilitis esclerosante), debido a la cicatrización por pancreatitis o por el
paso de cálculos biliares, puede ocasionar una obstrucción del conducto pancreático y dolor
crónicoesfinteretomía endoscópica (sección del esfínter de Oddi). Después de este procedimiento se
introducen stents en el conducto pancreático. Se ha encontrado que hasta 2/3 partes de los
pacientes que han sido intervenidos con estos procedimientos refieren reducción del dolor..
Los pseudoquistes pancreáticos pueden desarrollarse hasta en el 20-40 % de los casos. Se tratan
cuando producen síntomas o complicaciones 🡪 infección, dolor, náuseas, vómitos o complicaciones
como compresión de vasos sanguíneos o el conducto biliar común, hemorragia de los pseudoquistes
o fístula pancreaticopleural. Cuando los quistes permanecen asintomáticos, su tamaño y curso clínico
aún pueden justificar el drenaje endoscópico. Si miden> 5 cm de diámetro y no se resuelven
espontáneamente durante 6 (o 12) semanas, es probable que se presenten complicaciones y se
debe considerar el drenaje. El drenaje se puede lograr insertando un stent de plástico transpapilar
usado para quistes más pequeños ubicados más cerca de la papila o mediante la colocación
transmural de stents metálicos en cola de cerdo o autoexpandibles que se colocan en el lumen desde
el estómago o el duodeno hasta la cavidad del quiste.
El bloqueo del nervio o neurólisis con la USE. La neurólisis orientada por USE (ultrasonografía
endoscópica) es más segura y más eficaz que las técnicas guiadas por TC, se usa bupivacaína y
corticosteroides para bloquear los nervios, pero tiene una eficacia limitada en PC de
aproximadamente el 50% del alivio del dolor, con una duración de unas pocas semanas, por lo que
este método no se recomienda para PC; pero si el dolor es causado por el cáncer de páncreas que
no ha desarrollado sensibilización.
MANEJO QUIRÚRGICO
Se considera para los pacientes que no han respondido al tratamiento médico o endoscópico. La
cirugía es apropiada para el dolor, complicaciones locales, como la obstrucción duodenal o biliar, y
cuando se sospecha cáncer, que no puede descartarse en las evaluaciones preoperatorias.
Drenaje del conducto pancreático con resección localizada de la cabeza del páncreas.
Resección de la cabeza del páncreas con preservación de duodeno (DPPHR) o una
pancreaticoduodenectomía (operación de Whipple). Estos procedimientos se consideran con más
frecuencia para los pacientes con una masa inflamatoria de la cabeza del páncreas, a menudo con
obstrucción asociada del conducto biliar o duodeno. Los pacientes que se someten a DPPHR
frecuentemente desarrollan insuficiencia endocrina y exocrina, como consecuencias de la resección
quirúrgica y la pancreatitis continua en el páncreas remanente.
La pancreatectomía distal. Con resección de la cola del páncreas, rara vez se realiza, pero puede
ser apropiado para los pacientes con enfermedad limitada a la cola del páncreas (por ejemplo,
estenosis ductal de trauma, con pancreatitis crónica obstructiva en la cola). La pancreatectomía
distal para la pancreatitis crónica por lo general se realiza con esplenectomía en bloque, utilizando
una técnica abierta o laparoscópica.
La pancreatectomía total. También se realiza con poca frecuencia y se puede acoplar con
autotrasplante de células de los islotes, en este procedimiento, el páncreas resecado se digiere y los
islotes se recogen y se infunden en la vena porta; se implantan en el hígado y reducen la gravedad
de la diabetes después de la pancreatectomía; esta operación ha sido considerada como un último
recurso para pacientes que no han respondido a los tratamientos quirúrgicos anteriores, aunque se
considera cada vez más, para pacientes que no han sido sometidos a cirugía. El alivio del dolor se
produce en aproximadamente el 66%