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Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes

Departamento de Letras
Carrera: Licenciatura en Letras
Cátedra: Literatura Grecolatina
Profesora Titular: Mag. María Celina Perriot
Profesora Adjunta: Lic. María Gabriela Nebro
Monografía Literatura Grecolatina
Alumna: Guadalupe Mas

10/11/2021

La configuración de los personajes cómicos en Nubes de Aristófanes

En el presente trabajo pretendemos analizar la construcción y configuración de los personajes


cómicos en la comedia Nubes de Aristófanes, estrenada en 423 a.C. aunque el texto que se
conservó es una segunda versión que escribió entre el 417 y el 420 a.C. ya que en la pieza que
llego a nosotros explicita que ya había perdido la competencia, y se estima que es de las 11
comedias que conservamos, la única que terminó en último puesto, incluso cuando él la
consideraba una de sus mejores producciones.

El argumento de Nubes consiste en un anciano campesino llamado Estrepsíades, quien


endeudado por la afición ecuestre de su hijo Fidípides, le pide a este que acuda a la escuela
socrática para aprender las habilidades retóricas para que, mediante argumentos injustos, logre
librar a su padre de pagar a los prestamistas. Fidípides, luego del intento fallido de su padre de
aprender de Sócrates, termina yendo y aprende el argumento injusto, pero cuando retorna lo usa
para contradecir a su padre Estrepsíades, para nada como este último lo había planeado. El
protagonista indignado por como tornaron las cosas, y cuando sufre las consecuencias de esa
corriente en carne propia, cambia su primera posición frente a los filósofos y quema el
Pensadero. Esta comedia es una clara crítica a la nueva educación, a la corriente sofistica que
reinaba el pensamiento de las nuevas generaciones atenienses la cual a Aristófanes no le gustaba
para nada y la consideraba completamente inmoral.

En esta pieza cómica, Aristófanes sale de la crítica de personajes políticos como Cleón,
probablemente forzado a hacerlo, y toma como víctima de la crítica y como representante de esta

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nueva educación a Sócrates, otra autentica y conocida figura de Atenas (Macía Aparicio, 2007).
El comediógrafo lo retrata como sofista aunque nosotros desde la actualidad no lo identificamos
como uno, y que hasta incluso los criticaba. La imagen aristofánica del filósofo que se nos
presenta en esta comedia difiere mucho de la que perduró gracias a sus discípulos Platón y
Jenofonte. Se cree que esta obra tuvo cierta influencia en la condena de Sócrates más de veinte
años después.

Dicho análisis lo realizaremos basándonos en los conceptos y las categorías que teoriza el autor
Luis Gil Fernández sobre el modelado de las dramatis personae en las comedias aristofánicas, es
decir la construcción de los personajes y los efectos cómicos y significativos que producen (Gil
Fernandez, 1996). Además, recurriremos a las conceptualizaciones que la autora Jimena Schere
realiza respecto al par cómico, la construcción de nuestro héroe cómico y protagonista,
Estrepsíades; la de su antagonista y sujeto burlado, Sócrates; y además la de los personajes
alegóricos del Argumento Justo y el Argumento Injusto.

Para abordar la caracterización de los personajes cómicos, Luis Gil Fernandez (1996) va a hablar
de los representativos y de los imitativos. Al primer grupo pertenecen los personajes inventados
por el autor, los cuales intentan ser representativos, valga la redundancia, de oficios, de los
ciudadanos, de las mujeres, de estados de ánimo, etc. y es en esta categoría que vamos a
encontrar a los héroes cómicos, a los tipos cómicos de la farsa popular y a las personificaciones y
alegorías. En el segundo grupo encontramos a los individuos de carne y hueso, donde el autor
cómico toma figuras contemporáneas que el público y el pueblo conoce bien para que sean
representados en su comedia.

Respecto al par cómico, Schere lo conceptualiza como “un esquema tópico, de base tradicional,
compuesto por dos polos antagónicos y opuestos, el burlador y el burlado, que conforman el
nudo semántico de la acción y representa un discurso positivo y un discurso negativo” (Schere,
2018: 72-73). En el modelo tradicional, el discurso positivo va a estar en boca del protagonista y
el autor va a buscar que el espectador adhiera a ese discurso y que discrepe con el del antagonista
burlado, poseedor del discurso negativo. Justamente Nubes, es quizás la comedia de la primera
etapa que más se aleja del modelo tradicional del par cómico ya que en un comienzo los dos
personajes aparecen como aliados más que como oponentes.

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Estrepsíades, nuestro protagonista y héroe cómico, es un personaje inventado por el cómico. Su
nombre es un nombre parlante que viene de strépho que significa “dar vueltas, volver” por ende
podríamos decir “revoltoso o inquieto”1. El nombre parlante asignado es representativo de un
estado como antes hemos mencionado, representa el estado de inquietud en el que se encuentra el
héroe, el cual se nos presenta en el prólogo de la comedia y da inicio a la caracterización del
personaje cómico:

Pero ni aun así puedo, infeliz de mí, dormir, mordido por los gastos, la caballeriza y las
deudas a causa de este hijo mío (vv. 12-14).

En el prólogo se nos presenta el problema en boca del personaje quien nos cuenta lo que lo
aflige, la afición cara de su hijo lo tiene endeudado y esto no lo deja dormir por la noche
esperando las fechas de vencimiento de los préstamos. En este personaje y su nombre que
representa un estado, hay cierto grado de tipificación que hace posible que esas características
que se le dan al personaje se puedan trasladar a un colectivo más grande, es decir ese grupo del
pueblo ateniense que Aristófanes está intentando representar (Gil Fernandez, 1996).
Estrepsíades es un campesino anciano endeudado. El público reconoce el estereotipo del
personaje tipificado y es por eso que le causa gracia.

El primer personaje que aparece en escena es el héroe cómico, pero en el caso de esta comedia,
el personaje no va a comenzar siendo el portavoz directo del discurso positivo que el autor está
avalando en la pieza. Estrepsíades no se enfrenta desde un principio a la idea crítica como el
modelo de par cómico que reconocemos de otras comedias aristofánicas, sino que comienza
teniendo una posición afín a la sofistica y se entrega a ella ya que necesita de sus herramientas
para poder solucionar sus problemas. Sin embargo, luego de que se le vuelvan en contra sus
decisiones, va a repudiar esa postura e incendiar el pensadero, es decir que nuestro personaje,
toma directamente, hacia el final de la obra, el discurso positivo que el autor buscaba transmitir
con la comedia.

Sócrates no es un personaje inventado, al contrario, es una figura muy conocida incluso por
nosotros en el siglo XXI. Ya hemos comentado que Aristófanes venía tomando como blancos de
burla a políticos de la democracia ateniense y eso probablemente le haya traído problemas para

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También podríamos interpretarlo como el querer dar vuelta las cosas, tornando el sentido de los argumentos y
revertir la situación.

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que en esta comedia se haya visto obligado a tomar otra figura pública como personaje cómico.
Macía Aparicio reconoce que la figura de Sócrates podía llegar a ofrecer algunas ventajas:

(…) la Comedia ateniense es política, se desarrolla en el estrecho marco de la polis, y


Sócrates estaba muy a mano, vivía en Atenas, donde cualquiera podía encontrárselo a
diario; tenía, además, una apariencia física, a juzgar por los retratos que conocemos, ya
de por sí cómica y no estaba exento de un fino sentido del humor (Macía Aparicio, 2007,
pág. 11).

Es seguro que el público de la época debía reconocer sin ninguna dificultad al filósofo y que en
su caracterización el autor debía trabajar un poco menos porque ya la gente conocía ciertos
rasgos del personaje. Ya hemos dicho que el Sócrates aristofánico no es la imagen más
reconocida ni la más “fiel”, lo cual no tiene por qué serlo ya que la comedia como género no
busca hacer historia y no tiene por qué hacerlo, sino que busca hacer una representación
caricaturesca de la realidad y por sobre todo, como primer objetivo, hacer reír (Macía Aparicio,
2007).

Para configurar a este individuo de carne y hueso como personaje cómico, Aristófanes va a
acudir a la caricaturización de la figura, es decir a la exageración de sus rasgos distintivos (Gil
Fernandez, 1996), como por ejemplo la soberbia y la altanería en su posición como maestro
frente a los nuevos aprendices:

¿Está en tu naturaleza la habilidad en el hablar? (vv. 486)

¿Cómo podría aprender alguna vez a librarse de una condena o a hacer una citación o a
persuadir con vos dulce? (vv.874-875)

Esta exageración de ciertos rasgos obviamente tiene que ver con un efecto cómico, hasta la
misma incongruencia entre la versión real que conocía el público y la versión representada en el
escenario genera un efecto humorístico, igual que en la tipificación, el mecanismo funciona de
manera similar.

Aristófanes va a representar en la figura de Sócrates el discurso negativo, va a personificar en él


a esa nueva educación que critica, sobre todo a la sofistica (aunque nosotros sepamos que
Sócrates no era sofista). En el personaje deben estar condensadas y aglutinadas ciertas actitudes

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que no fueran las propias de Sócrates, sino de otros filósofos de la época como los pitagóricos y
los sofistas (Macía Aparicio, 2007: 10).

Como hemos notado, en el mecanismo de tipificación de los personajes inventados y en la


caricaturización de los personajes ya conocidos, hay un conocimiento de base en el público del
cual el autor es consciente y va a trabajar sobre él, y es probablemente ahí de donde va a
seleccionar los blancos cómicos. El autor también conoce qué hace reír a su público, sabe que
objetos son objetos de risa y cuales no, por ende el blanco tiene que ser un objeto que sea
tratable, gracioso y sobre todo compartido por el auditorio. Siempre ha sido requerimiento en el
humor una especie de acuerdo social2 sobre lo risible, el cual el autor respeta para evitar el
rechazo, y además una cuestión de complicidad autor-auditorio que intensifica el efecto cómico
(Schere, 2017).

Dijimos en un principio que Nubes se aleja un poco del modelo de par cómico tradicional
aristofánico, ya que la situación inicial se aleja del esquema binario debido a que las dos partes
forman una especie de alianza. Estrepsíades se entrega a la sofistica, se alía con ella hasta que
sufre las consecuencias y vuelve a quemar el Pensadero, retomando para el desenlace de la obra,
esta oposición entre el héroe y su antagonista, quedando bien claras las diferencias entre el
discurso positivo y el discurso negativo, en donde el blanco de burla termina derrotado.
Estrepsíades es un tonto pero que para el desenlace alcanza cierta lucidez, y Sócrates un hábil
mentiroso que termina vencido y burlado por el tonto en la destrucción del pensadero, quedando
bien clara la dicotomía del par cómico.

Los últimos personajes que buscaremos abordar en este análisis son los argumentos, el justo y el
injusto. Es recurrente en la comedia aristofánica, y probablemente en la comedia antigua en
general, que aparezcan ideas abstractas, objetos y animales como personificaciones, es decir, en
escena representados por un actor.

Argumento mejor: ¿Me destruirás tú? ¿Quién eres?

Argumento peor: Un argumento (vv.893-894)

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Lo tópico, el tópos entendido como una premisa común a toda clase de discurso, admitida colectivamente. Los
tópicos en la literatura contribuyen a la construcción de los personajes de las obras, sobre todo en la comedia que un
pilar fundamental son los personajes tópicos. (Schere, 2017)

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El argumento justo e injusto son personajes alegóricos. La alegoría Luis Gil la define como “una
personificación sostenida que deriva de una serie de metáforas” (Gil Fernandez, 1996: 49). Para
reconocerla podemos ver su carácter convencional y didáctico, y su falta de individualidad.
Sabemos que no hay ningún objeto o persona que represente a esas ideas en la realidad. La
configuración de ambos personajes el autor la lleva a cabo mediante la antropomorfización de
estas ideas abstractas de “argumento justo” y “argumento injusto” a las cuales les da vida,
apariencia, razón y sentimientos humanos (Gil Fernandez, 1996). Poco nos dice en el texto sobre
como eran representados estas alegorías en el escenario, por lo que no es posible afirmar cómo
eran construidos estéticamente, si había algo que “alegorizaba” la figura humana que
representaba la idea abstracta.

La participación y la importancia de los argumentos constituye en la obra una discusión de un


problema esencial para el pensamiento y la acción. El pleno desarrollo de los argumentos se da
justamente en el agón, parte de la comedia donde por defecto se discute el pensamiento de la
pieza. El agón de Nubes es el único de las comedias conservadas que tiene como protagonistas a
personajes alegóricos.

Podríamos decir nosotros que en los argumentos se ven representados directamente el discurso
positivo y el discurso negativo, el argumento justo sería la retórica honesta que busca avalar el
autor, y el argumento injusto es justamente la puesta en acción de lo que Aristófanes busca
criticar de esa nueva educación y esa nueva retórica inmoral que pregonan los sofistas:

Escoger la causa peor y vencer (vv.1042)

Inventando pensamientos novedosos (vv.896)

Yo lo doy vuelta y lo refuto; afirmo de manera contundente que la Justicia no existe.


(vv.901-902)

Pero si vemos en el argumento justo representado el discurso positivo, nos damos cuenta que no
ganó, que ganó el argumento injusto porque fue el que Fidípides aprendió. Entonces decir que el
argumento mejor representa al discurso avalado sería, en mi opinión, un error; pero afirmar que
en el argumento peor se ve representado directamente lo negativo de esa nueva corriente no
estaría tan mal.

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A lo largo de este camino de análisis de la configuración de los personajes cómicos en Nubes, del
cual estamos alcanzando el final, hemos podido ver como Aristófanes fue construyendo en sus
personajes esta crítica a la nueva educación que tenía cada vez más lugar en la democracia
ateniense. Cómo a partir de este acuerdo social con el público del que hemos hablado y de saber
qué lo hace reír, él mediante la tipificación, la caricaturización y la personificación da vida a esa
idea crítica y la transmite al espectador de manera graciosa, ridícula, cómica. Podemos notar
gracias a esto una profunda relación entre el humor y lo argumentativo ya que Aristófanes busca
transmitir ese discurso que hemos llamado positivo, y persuadir al público a adherir con esa idea.
El concepto de par cómico trabaja específicamente con eso, con la persuasión, ya que presenta en
primer lugar el discurso positivo, el que avala el autor buscando el apoyo del público, pero a la
vez el discurso negativo es presentado también, pero devaluado gracias al uso del humor, de
estrategias cómicas que deslegitiman esa voz antagonista, como puede ser la caricaturización de
esas características de Sócrates que hemos mencionado, la soberbia y la altanería. De esta
manera nos queda clarísima la habilidad de Aristófanes de criticar lo que consideraba inmoral o
incorrecto mediante un manejo sublime de los efectos cómicos.

Referencias bibliográficas
ARISTÓFANES. (2007). COMEDIAS II. Barcelona: Gredos.
ARISTÓFANES. (2017). Las once comedias. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Losada.
FERNANDEZ, C. (2010). La tiranía del disfraz: algunas consideraciones en torno al papel de la
vestimenta en la comedia griega antigua. Synthesis.
GIL FERNANDEZ, L. (1996). Aristófanes. Madrid: Gredos.
MACÍA APARICIO, L. (2007). Prólogo. En Aristófanes, COMEDIAS II. Madrid: Gredos.
RODRIGUEZ ADRADOS, F. (1997). Cara y cruz de los sofistas. En F. Rodriguez Adrados,
Democracia y literatura en la Atenas clásica. Madrid: Alianza Editorial.
SCHERE, M. J. (2014). El problema del héroe cómico en Avispas. Synthesis.
SCHERE, M. J. (2017). La dimensión argumentativa de los tópicos literarios: el caso de los
personajes-tipo en la comedia de Aristófanes. Alpha.

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SCHERE, M. J. (2018). El par cómico homérico y su proyección sobre el par cómico
aristofánico. Stylos.
SCHERE, M. J. (2018). El par cómico. Un estudio sobre la persuasión cómica en la comedia
temprana de Aristófanes. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Facultad de Filosofía y
Letras.

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