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LIBRO Administracion de Sangre y Hemoderivados
LIBRO Administracion de Sangre y Hemoderivados
© Los autores
ISBN: 84-482-3936-9
Depósito legal: V-4956-2004
Administración de sangre y
hemoderivados.
Compendio de medicina
transfusional
Dirección y coordinación
Elias Aguilar Ligorit
ESCUELA VALENCIANA DE
ESTUDIOS DE LA SALUD
2004
PRESENTACIÓN
7
Quisiera, por último, felicitar a todos los profesionales que han parti-
cipado en la elaboración de este libro por el magnifico trabajo que han
realizado, de la misma manera que nunca nos cansaremos de agradecer la
nobleza y generosidad de los que, verdaderamente, son los protagonistas
anónimos de esta actividad: los donantes de sangre de la Comunidad
Valenciana. A todos ellos quiero hacer llegar el agradecimiento sincero de
miles y miles de valencianos.
Vicente Rambla Monplet
Conseller de Sanitat
8
PRÓLOGO
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Finalmente una cuarta parte del libro aborda temas de especial interés
en la actualidad; desde la utilidad e indicaciones de la transfusión autólo-
ga en sus distintas vertientes y modalidades, las distintas alternativas far-
macológicas a la utilización de hemoderivados, los mecanismos de
Hemovigilancia para poder detectar los posibles efectos adversos debido
a su utilización, hasta las nuevas tecnologías que tienen como fin dismi-
nuir al máximo el potencial riesgo infeccioso, sin olvidar las indicaciones
para poder gestionar adecuadamente los productos sanguíneos almacena-
dos.
Los apéndices tienen el mérito de aportar en escasas páginas un resu-
men muy conciso de las indicaciones de los hemoderivados, así como
recopilar toda la legislación vigente relativa a la Medicina transfusional
tanto a nivel nacional, como autonómico y Europeo.
En definitiva la obra que tienen en sus manos, es un enorme trabajo
promovido desde las instituciones sanitarias de la red pública de la
Comunidad Valenciana, cuyo objetivo se ha guiado únicamente por la
vocación de servicio a los profesionales de la salud y consecuentemente a
todos los ciudadanos que utilizan los servicios sanitarios.
Finalmente deseo expresar mi reconocimiento a todos y cada uno de
los autores de este libro conocedor de su dedicación, profesionalidad, y de
las muchas horas de trabajo que han robado a su vida familiar para que los
lectores tengan en su mano una valiosísima arma de trabajo en su queha-
cer cotidiano.
Rafael Peset Pérez
Director General de la Escuela
Valenciana de Estudios de la Salud
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DIRECCIÓN Y COORDINACIÓN:
Elías Aguilar Ligorit
Servicio de Hematología. Hospital Malva-rosa. Valencia.
Conselleria de Sanitat. Generalitat Valenciana.
AUTORES:
Elías Aguilar Ligorit
Servicio de Hematología. Hospital Malva-rosa. Valencia.
Conselleria de Sanitat. Generalitat Valenciana.
Iluminada Ample Guillén
Centro de Transfusiones de la Comunidad Valenciana. Valencia.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana.
11
Fernando Gómez Pajares
Unidad de Medicina Preventiva. Hospital Malva-rosa. Valencia.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana.
12
José A. Montoro Alberola
Centro de Transfusiones de la Comunidad Valenciana. Valencia
Desamparados Moral Baltuille
FEA de Análisis Clínicos. Hospital de Sagunto. Sagunto. Valencia.
Conselleria de Sanitat. Generalitat Valenciana.
Rafael Peset Pérez
Director General de la Escuela Valenciana de Estudios de la Salud.
Conselleria de Sanitat. Generalitat Valenciana.
Guillermo Pou Santonja
Servicio de Cirugía. Hospital Malva-rosa. Valencia.
Conselleria de Sanitat. Generalitat Valenciana.
Roberto Roig Oltra
Director del Centro de Transfusiones de la Comunidad Valenciana. Valencia
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana.
Eva Romero García
Servicio de Anestesia. Hospital Malva-rosa. Valencia.
Conselleria de Sanitat. Generalitat Valenciana.
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ...................................................................................... 17
15
CAPITULO 15. MEDICINA TRANSFUSIONAL NEONATAL Y
PEDIATRICA .............................................................................................. 489
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INTRODUCCIÓN
“Yo creo que para ser escritor basta con tener
algo que decir en frases propias o ajenas”.
Pío Baroja.
“Los que escriben con claridad tienen lectores, los
que escriben oscuramente tienen comentaristas”.
Albert Camus
Los avances científicos de las últimas décadas, han cambiado de forma radi-
cal las actitudes de los profesionales sanitarios en distintas especialidades tanto
médicas como quirúrgicas, así como en gran número de enfermedades. La
Medicina Transfusional, no ha sido ajena a ellos y se ha beneficiado en distintas
parcelas tales como: el fraccionamiento de la donación de sangre, la obtención de
los distintos productos sanguíneos lábiles y su mejor disponibilidad, la detección
precoz de enfermedades infecciosas potencialmente transmisibles en los donan-
tes de sangre, y la aplicación de técnicas de inactivación de patógenos en los dis-
tintos productos sanguíneos. No obstante, la obtención de sangre humana para su
administración sigue dependiendo de la generosidad y altruismo de los donantes
de sangre, por lo que se tiene que ser muy estricto en su adecuada utilización ya
que no disponemos de “una fuente inagotable”. De ahí que todos los profesiona-
les que cuidamos la salud y bienestar de nuestros enfermos, tengamos que reali-
zar un esfuerzo en no sólo transfundir cuando es necesario, sino en transfundir
mejor y sólo aquel producto que se necesita.
Existen en la literatura médica excelentes y extensos tratados sobre la
Hemoterapia o Medicina Transfusional, que son “gigantes” ante este pequeño
manual; si bien más enfocados al médico especialista en Hematología y
Hemoterapia que al resto de facultativos; de ahí que el principal objetivo de este
libro haya sido acercar la Medicina Transfusional a las distintas especialidades
médicas y quirúrgicas.
Hemos tratado de poner al alcance de los profesionales sanitarios un manual
que sea sobre todo práctico, esquemático, didáctico, de fácil lectura y herramien-
ta útil a la hora de tomar decisiones sobre la administración de productos sanguí-
neos; y son ellos los que tienen que valorar si los objetivos que nos marcamos han
sido alcanzados.
Finalmente agradecer a todos los autores, compañeros y amigos, el esfuerzo
realizado no sólo en aunar criterios, sino en las muchas horas dedicadas a este ilu-
sionante proyecto.
Elías Aguilar Ligorit
Valencia, Junio 2004
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1. FUNDAMENTOS DE LA TRANSFUSIÓN
SANGUINEA
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A. Conceptos básicos en Inmunología
La Inmunología es la ciencia biológica que estudia todos los mecanismos
fisiológicos de defensa de la integridad biológica del organismo. Dichos
mecanismos consisten esencialmente en la identificación de lo extraño y
su destrucción. La inmunología también estudia los factores inespecíficos
que coadyuvan a los anteriores en sus efectos finales. Existen una serie de
conceptos básicos, que nos van a permitir conocer las bases de la transfu-
sión de sangre:
Afinidad: medida de la fuerza de intensidad de unión entre un determi-
nante antigénico y su sitio de unión con el anticuerpo.
Aglutinación: forma de reacción antígeno-anticuerpo en la cual son nece-
sarios anticuerpos solubles divalentes o polivalentes y antígenos celulares
o particulados.
Alérgeno: cualquier agente que provoca una reacción de hipersensibili-
dad mediada por la IgE.
Alergia: estado de reactividad inmune alterado, en un segundo contacto
con un antígeno. Usualmente se refiere a la hipersensibilidad tipo I.
Alogénico: relación genética de desigualdad entre dos individuos de la
misma especie. Usado para describir fenotipos genéticamente diferentes
presentes en individuos de la misma especie, como los antígenos de los
grupos sanguíneos o los alotipos de las inmunoglobulinas.
Anafilaxia: reacción de hipersensibilidad inmediata debida a la liberación
de mediadores desde mastocitos sensibilizados por la IgE.
Anergia: fracaso de la respuesta inmune tras la estimulación por parte de
un antígeno que posee la capacidad de provocar dicha respuesta.
Anticuerpo: son glucoproteínas que forma el organismo como respuesta
al contacto con un antígeno, y que reaccionan específicamente con él.
Antígeno: sustancia capaz de provocar una reacción o respuesta inmuni-
taria, tras su unión específica provoca una respuesta inmune.
Apoptosis: mecanismo de autodestrucción celular por fragmentación del
ADN en segmentos, debido a endonucleasas dependientes de calcio acti-
vadas por estímulos exógenos.
Atopia: manifestación clínica de una reacción de hipersensibilidad de
tipo I caracterizada por eczema, asma, rinitis y alergia.
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Avidez: intensidad de la unión entre los componentes de una reacción
antígeno-anticuerpo.
Basófilo: pertenece a los leucocitos polimorfonucleares tiñéndose por los
llamados colorantes básicos, cuya función primordial radica en la res-
puesta inflamatoria.
β2-microglobulina: polipéptido que forma parte de diversas proteínas de
membrana y que se incluye en las moléculas CMH de clase II.
Célula de Langerhans: célula presentadora de antígenos situada en la
piel que cuando emigra a los ganglios linfáticos se denomina célula den-
drítica; son muy activas en la presentación de antígenos a los linfocitos T.
Célula dendrítica: células presentes en tejidos que capturan antígenos y
migran a ganglios linfáticos y bazo donde son particularmente activas en
procesar y presentar antígenos a células T.
Célula inmunocompetente: poblaciones celulares que hacen posible la
acción del sistema inmune: son los linfocitos T, B, células K, NK, macró-
fagos y polimorfonucleares.
Célula K: célula responsable de la citotoxicidad mediada por células,
dependiente de anticuerpo, poseyendo receptores Fc.
Célula NK: es la célula de la contestación innata que reconoce y provo-
ca la muerte de las células anormales (células infectadas o células tumo-
rales, que carecen de moléculas clase I del CMH); constituyen las células
responsables de la citotoxicidad no HLA restringida.
Célula presentadora de antígenos: generalmente se refiere a células que
expresan moléculas HLA clase II en su superficie, que pueden procesar y
presentar antígenos a los linfocitos T colaboradores. Este término es poco
usado para describir células que presentan antígenos a células T citotóxi-
cas.
Citocinas: proteínas producidas por las células en respuesta a una gran
variedad de estímulos y que son capaces de alterar de alguna manera el
comportamiento de otras células. La naturaleza de las células sobre las
que ejercen su efecto viene determinada por la presencia de receptores
específicos; éstos pueden localizarse en la superficie de las células que las
producen, de células vecinas o en otros órganos y tejidos (efecto seme-
jante a las hormonas).
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CMH: Complejo Mayor de Histocompatibilidad. Es un locus genético
muy polimórfico que determina la expresión de los antígenos de histo-
compatibilidad que participan en las interacciones celulares durante la
respuesta inmune.
CMH clase I: molécula constituida por una cadena polipeptídica poli-
mórfica unida no covalentemente a la β2 microglobulina. Codificado por
HLA-A, B y C en humanos. Están expresadas en casi todas las células.
Estas moléculas presentan antígenos a linfocitos T CD8.
CMH clase II: moléculas compuestas por dos cadenas polipeptídicas (a y
b). Codificadas por HLA-DR, DQ y DP en humanos. Presente sólo en
algunos tipos celulares, relacionados con la presentación antigénica a lin-
focitos CD4.
CMH clase III: moléculas codificadas por genes situados dentro del
CMH, que no están involucradas en la presentación antigénica. Incluyen
algunos componentes del complemento.
Complemento: grupo de proteínas séricas involucradas en el control de la
inflamación, activación de fagocitos y ataque lítico a membranas celulares.
Determinante antigénico: estructura presente en la superficie molecular de
un antígeno, capaz de combinarse con una sola molécula del anticuerpo.
Epítopo: porción específica de un antígeno macromolecular al cual se une
un anticuerpo.
Fagocitosis: proceso mediante el cual una célula atrapa un material y lo
incluye en una vacuola dentro del citoplasma.
Fragmento Fab: fragmento de una molécula de inmunoglubulina que se
obtiene mediante la escisión con papaína. Se obtienen siempre dos frag-
mentos Fab idénticos, cada uno de los cuales posee un único sitio de unión
al antígeno; contienen el idiotipo.
Fragmento Fc: fragmento de una molécula de inmunoglubulina que se
obtiene mediante la escisión con papaína. En este fragmento residen las
propiedades biológicas de la inmunoglobulina; contiene el alotipo y deter-
mina la clase de cadena pesada.
Hapteno: sustancia química de pequeño tamaño capaz de unirse a un anti-
cuerpo, pero que debe estar fijada a una macromolécula para estimular
una respuesta inmunitaria adaptativa a dicha sustancia química.
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Hemaglutinación: aglutinicación eritrocitaria causada por anticuerpos.
HLA: complejo mayor de histocompatibilidad humano.
Inmunidad: conjunto de mecanismos de defensa de los seres vivos fren-
te a agentes externos extraños. Se adquiere al nacer, y va madurando y
consolidándose durante los primeros años de vida.
Inmunidad celular: inmunidad en la cual es predominante la participa-
ción de linfocitos y macrófagos.
Inmunidad humoral: respuesta inmune mediada por anticuerpos y com-
plemento.
Inmunocomplejos: productos de la reacción antígeno-anticuerpo que
además pueden contener componentes del sistema del complemento.
Inmunogenicidad: capacidad de una sustancia de suscitar una respuesta
inmunitaria.
Inmunoglobulinas: grupo de glicoproteínas estructuralmente relaciona-
das que son producidas por linfocitos B y células plasmáticas y que son
responsables de la inmunidad humoral.
Integrinas: diversas moléculas de adhesión a las superficies celulares.
Linfocito B1: son una población menor de linfocitos de B, que secretan
anticuerpos poliespecíficos de baja-afinidad de tipo IgM. La mayoría
expresa CD5 en su superficie celular y se encuentran en renovación cons-
tante.
Linfocito B2: constituyen la población principal de linfocitos de B, deri-
van de las células madre de la médula ósea, no expresan CD5, y secretan
anticuerpos muy específicos en los tejidos linfoides secundarios.
Linfocito T helper (colaborador): linfocito T (que normalmente expre-
sa CD4) que secreta varias citocinas necesarias para la actividad funcio-
nal de otras células del sistema inmune.
Linfocito T citotóxico: linfocito T (que normalmente expresa CD8) que
es la célula designada para reconocer y destruir complejos de péptidos y
moléculas del CMH en la membrana celular.
Linfocito Th1: es un linfocito T-helper (colaborador) que secreta citoci-
nas: interleukina-2 e interferon-γ (pero no interleukina-4, 5, o 6), inhibe el
tipo 2 de las células T-helper, y está principalmente involucrado en la
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inmunidad mediada por células (activación de macrófagos y de las célu-
las T citotóxicas).
Linfocito Th2: es un linfocito T-helper (colaborador) que secreta citoci-
nas: interleukina-4, 5, 6, y 10 (pero no interleukina-2 e interferon-γ), inhi-
be el tipo 1 de las células T-helper, y está principalmente envuelto en la
inmunidad humoral (en la producción de anticuerpos por las células B).
Linfocito Th3: es un linfocito T-helper (colaborador) recientemente des-
cubierto, que ejerce un mecanismo supresor de la respuesta inmune.
Macrófago: leucocito mononuclear que interviene en la captación, trans-
formación y presentación del antígeno a los linfocitos inmunocompeten-
tes y que posee capacidad fagocítica.
Mastocito: célula presente sobre todo en el tejido conectivo que posee en
su citoplasma histamina, serotonina y heparina. Tras la fijación de anti-
cuerpos tipo IgE a la membrana y subsiguiente reacción con el antígeno
específico, liberan estas sustancias.
Memoria: capacidad de responder tras un primer contacto con un rápido
aumento en el título de anticuerpos o con una acelerada proliferación de
linfocitos sensibilizados un posterior contacto con el mismo antígeno.
Órganos linfoides primarios: órganos donde los linfocitos se diferencian
a partir de células madres linfoides y proliferan y maduran hacia células
con capacidad efectora. Son la médula ósea para linfocitos B y el timo
para los T.
Órganos linfoides secundarios: son aquellos donde se disponen los lin-
focitos ya maduros e inmunológicamente competentes y donde se produ-
cen las respuestas inmunitarias frente a los estímulos antigénicos.
Incluyen los ganglios linfáticos, el bazo y el tejido linfoide asociado a las
mucosas del tracto respiratorio y gastrointestinal (MALT o mucosal asso-
ciated lymphoid tissue).
Reacción inmunitaria: actuación integrada de un gran número de meca-
nismos heterogéneos de defensa contra sustancias y agentes extraños. En
general, a las sustancias extrañas se las denomina como antígenos, y son
ellos los que desencadenan en el organismo una serie de eventos celulares
que provocan la producción de los mecanismos de defensa.
Respuesta primaria: respuesta inmune que se produce durante el primer
contacto con un antígeno.
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Respuesta secundaria: respuesta que se produce durante el segundo con-
tacto con un antígeno. Juega un importante papel la memoria inmunoló-
gica.
Tolerancia: condición en la cual clones de células responsivas han sido
eliminadas o inactivadas por un previo contacto con un antígeno dando
por resultado que no se produzca respuesta inmune cuando se administra
un antígeno.
Vía alternativa: vía de activación del complemento en la que intervienen
los factores C3, B, D, P, H, e I, originando una activación de C3.
Vía clásica: vía por la que el complejo antígeno-anticuerpo, activa el sis-
tema del complemento de forma secuencial.
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conectivos, llamándose de forma diferente según su localización
(células de microglía en el sistema nervioso central, Kupffer en el
hígado, macrófagos alveolares en los pulmones, osteoclastos en el
hueso, etc.). Son células presentadoras de antígenos, así como bue-
nas células efectoras de la inmunidad innata y adaptativa, fagocita-
doras de microorganismos y productoras de citocinas que activan
otras células inflamatorias.
• Células dendríticas: Desempeñan un importante papel en la induc-
ción de las respuestas de los linfocitos T, y la mayoría pueden deri-
var de los fagocitos mononucleares, y poseen proyecciones citoplas-
máticas. Las células dendríticas inmaduras se localizan en los epite-
lios de la piel (células de Langerhans) y de los sistemas gastrointes-
tinal y respiratorio; capturan y transportan los antígenos a los gan-
glios linfáticos, donde se convierten en células presentadoras de antí-
genos.
• Células dendríticas foliculares: No derivan de las anteriores; están
presentes en los centros germinales de los folículos linfoides de los
ganglios linfáticos, bazo y sistema MALT; atrapan antígenos unidos
a anticuerpos, o a proteínas del complemento, y se los presentan a los
linfocitos B.
A.1.1.2. Linfocitos T
Los linfocitos T tienen su origen en la célula pluripotente de la médula
ósea, de donde ésta viaja al Timo para su maduración y diferenciación, y
posterior salida a la circulación sanguínea. Los linfocitos T representan el
75-80% de todos los linfocitos; se distinguen los siguientes tipos de lin-
focitos T:
• Linfocito T helper (colaborador): linfocito T (qué normalmente
expresa CD4) que secreta varias citocinas necesarias para la activi-
dad funcional de otras células del sistema inmune. Existen varias
subclases:
✓ Linfocito Th1: es un linfocito T-helper (colaborador) que secreta
citocinas: interleukina-2 e interferon-γ (pero no interleukina-4, 5,
o 6), inhibe el tipo 2 de las células T-helper, y está principalmente
involucrado en la inmunidad mediada por células (activación de
macrófagos y de las células T citotóxicas).
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✓ Linfocito Th2: es un linfocito T-helper (colaborador) que secreta
citocinas: interleukina-4, 5, 6, y 10 (pero no interleukina-2 e inter-
feron-γ), inhibe el tipo 1 de las células T-helper, y está principal-
mente envuelto en la inmunidad humoral (en la producción de
anticuerpos por las células B).
✓ Linfocito Th3: es un linfocito T-helper (colaborador) recientemen-
te descubierto, que ejerce un mecanismo supresor de la respuesta
inmune.
• Linfocito T citotóxico: linfocito T (que normalmente expresa CD8)
que es la célula designada para reconocer y destruir complejos de
péptidos y moléculas del CMH en la membrana celular.
A.1.1.3. Linfocitos B
Producen anticuerpos. Deben el nombre a la “Bursa de Fabricius” de las
aves, donde se observó que maduraban. En mamíferos, la primera fase de
maduración lo hacen en la médula ósea. Cuando se activan, aumentan
mucho de tamaño, producen gran cantidad de anticuerpo y pasan a deno-
minarse células plasmáticas. Se distinguen dos subclases de linfocitos B:
• Linfocito B1: son una población menor de linfocitos de B, que secre-
tan anticuerpos poliesfecíficos de baja-afinidad de tipo IgM. La
mayoría expresa CD5 en su superficie celular y se encuentran en
renovación constante.
• Linfocito B2: constituyen la población principal de linfocitos de B,
derivan de las células madre de la médula ósea, no expresan CD5, y
secretan anticuerpos muy específicos en los tejidos linfoides secun-
darios.
A.1.1.4. Linfocitos NK
Los linfocitos NK (natural killer), carecen de especificidad y de memoria,
por lo que forman parte del sistema de la inmunidad natural o inespecífi-
ca. Representan el 15-20% de los linfocitos sanguíneos, y sus marcadores
distintivos son CD16 y CD57, y su maduración es extratímica. La mayo-
ría son linfocitos granulares grandes, con una mayor proporción citoplas-
mática que los linfocitos T o B. Realizan dos tipos de funciones: acción
citotóxica, y acción reguladora del sistema inmune a través de las citoci-
nas que producen.
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A.1.2. Órganos y tejidos del sistema linfoide
A.1.2.1. Órganos linfoides primarios
• Médula ósea: Es el lugar donde se generan todas las células sanguí-
neas circulantes del adulto, incluyendo a los linfocitos inmaduros, y
es el lugar de maduración de los linfocitos B; están constituidos por
islotes de células hematopoyéticas situados en el interior de los hue-
sos. Las células que maduran salen a través de la densa red de senos
vasculares para acceder a la circulación vascular. En caso de lesión,
el hígado y el bazo podrían ser reclutados como sitios de hematopo-
yesis. Todas las células sanguíneas se originan a partir de una célula
madre común que se va diferenciando hacia estirpes celulares espe-
cíficas (eritroide, megacariocítica, granulocítica, monocítica y linfo-
cítica). La proliferación y maduración en la médula ósea de las célu-
las precursoras es estimulada por citocinas como las denominadas
factor estimulante de colonias.
• Timo: Es el sitio de maduración de los linfocitos T; es un órgano
bilobulado situado en el mediastino anterior. Cada lóbulo se divide
en múltiples lobulillos con septos fibrosos. Cada lobulillo consta
de una región cortical, adonde llegan los precursores de los linfo-
citos T (denominado Timocito), y una región medular con los lin-
focitos T ya maduros, que posteriormente pasarán a la sangre y a
órganos linfoides periféricos. También se encuentran dispersas,
células dendríticas y macrófagos procedentes de la médula ósea.
En la médula hay unas estructuras denominadas corpúsculos de
Hassall, espirales de células epiteliales que pueden ser restos de
células degeneradas.
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• Sistema linfático y Ganglios linfáticos: Son los lugares en los que se
inician las respuestas inmunitarias frente a los antígenos transporta-
dos por la linfa. Son pequeños agregados nodulares de tejido rico en
linfocitos situados a lo largo de los conductos linfáticos distribuidos
por todo el cuerpo; está dividido en área cortical, con agregados de
células que constituyen los folículos, ricos en linfocitos B, área para-
cortical con los T, y médula central donde se producen todas las inte-
racciones entre células inmunocompetentes maduras para activar la
respuesta inmune. Algunos folículos contienen áreas centrales llama-
das centros germinales que se desarrollan en respuesta a antígenos y
que poseen alta densidad de células dendríticas. El líquido intersticial
absorbido, denominado linfa, fluye a través de los conductos linfáti-
cos pasando por los diferentes ganglios, que actúan como filtros.
• Sistema MALT: Se asemejan a los ganglios linfoides, pero no están
encapsulados, y suelen desencadenar respuestas inmunes del tipo
IgA, que son anticuerpos que atraviesan la membrana mucosa y pue-
den impedir la entrada de microorganismos infecciosos. Ejemplos de
este tipo de tejido son las Placas de Peyer (intestino delgado) o las
amígdalas.
• Sistema inmunitario cutáneo: La piel es el órgano inmune mayor del
organismo. Las células de Langerhans epidérmicas constituyen el
entramado del sistema inmunitario cutáneo, constituyendo un entra-
mado casi continuo que le permiten capturar prácticamente cualquier
antígeno y llevarlo a los ganglios linfáticos. También existen linfoci-
tos intraepidérmicos que pueden reconocer específicamente al antí-
geno.
A.2. Antígeno
Se denomina así toda sustancia que, introducida en el organismo, se reco-
noce como no propia y es capaz, bajo condiciones apropiadas, de provo-
car una reacción o respuesta inmune específica. Esta respuesta o contes-
tación inmune que es siempre específica frente al antígeno que la desen-
cadena, puede ser de dos tipos:
• Reacción de tipo humoral consistente en la formación de anticuer-
pos (proteínas del grupo de las globulinas) que se unen específica-
mente al antígeno correspondiente. Es el tipo de inmunidad más fre-
cuente en los procesos inmunohematológicos.
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• Reacción de tipo celular, caracterizada por la activación de linfoci-
tos o células inmunocompetentes bajo la influencia de un antígeno.
Esta inmunidad, debido a que se acompaña, de liberación de subs-
tancias vasoactivas por las células, puede dar lugar a una reacción de
tipo inflamatorio.
Los antígenos se caracterizan por poseer un poder inmunógeno o capaci-
dad de estimular la producción de anticuerpos y una estructura química
diferente según la naturaleza del antígeno que reacciona con el anticuer-
po mediante un mecanismo de complementariedad química o estérica que
reacciona con el anticuerpo. La parte del antígeno que reacciona con el
anticuerpo se denomina determinante antigénico.
Los antígenos los podemos clasificar atendiendo a diversos parámetros en
los siguientes tipos:
• En función de su origen:
✓ Xenoantígeno: un antígeno perteneciente a una especie deter-
minada, e introducido en otra especie distinta.
✓ Aloantígeno: antígeno de la misma especie, pero de indivi-
duos de distinto genotipo, por lo que es capaz de suscitar una
respuesta inmunitaria.
✓ Autoantígeno: antígeno presente normalmente en algunas célu-
las, y que es capaz de originar la formación de autoanticuerpos
al no ser reconocido como propio por el sistema inmune.
• En función de su estructura:
✓ Antígeno parcial: algunos antígenos están constituidos por
un mosaico de estructuras reactivas donde a cada una de ellas
le corresponde un anticuerpo específico. Cada una de dichas
estructuras, corresponde a un antígeno parcial.
✓ Antígeno compuesto: es el caso de que dos determinantes
antigénicos vecinos, pueden asociarse y provocar una nueva
estructura antigénica, reconocida por un “tercer” anticuerpo.
• En función de su localización:
✓ Antígeno de membrana: se localiza sobre una membrana
celular, y es directamente accesible al anticuerpo o a los linfo-
citos efectores,
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✓ Criptoantígeno: se localiza en la parte interna de una mem-
brana celular y no directamente accesible por el anticuerpo.
✓ Antígeno soluble: no se localiza en ninguna parte celular.
✓ Antígeno ubicuo: es aquel que según los casos puede estar
presente en numerosas especies diferentes, o presente en
diversos tipos celulares dentro de una misma especie.
• En función de su frecuencia en una determinada especie:
✓ Antígeno público: es un antígeno presente en la practica tota-
lidad de los sujetos de una misma especie.
✓ Antígeno privado: es un antígeno que rara vez está presente
en los sujetos de una misma especie.
A.3. Anticuerpos
Los anticuerpos son proteínas plasmáticas que se han generado en el orga-
nismo como respuesta a la entrada de un antígeno. Pertenecen al grupo de
las globulinas, se hallan situadas en la fracción denominada gamma y
debido a su relación directa con la inmunidad se conocen con el nombre
de Inmunoglobulinas (Igs). Estas Igs pueden diferenciarse en los huma-
nos en base a: su tamaño, función biológica, propiedades bioquímicas, y
actividad serológica.
De forma estructural, las inmunoglobulinas están constituidas por cuatro
cadenas: dos de ellas llamadas ligeras (denominadas kappa y lambda) y
otras dos llamadas pesadas debido a su diferente peso molecular (deno-
minadas gamma, alfa, mu, delta y epsilon); las cadenas pesadas y las lige-
ras están unidas entre sí mediante puentes disulfuro y cada cadena está
formada por una región constante (C) y otra variable (V). En la región
constante, la composición de aminoácidos es siempre la misma, mientras
que, en la región variable, el número o la disposición de los mismos puede
variar según la naturaleza del antígeno. La región constante no varía
mucho entre anticuerpos de la misma clase y subclase (constituye el iso-
tipo y el alotipo). La región variable es diferente entre los diferentes anti-
cuerpos (constituye el idiotipo).
Las 4 cadenas de las Igs se unen en forma de Y con una región central
bisagra. Con proteasas vegetales (pepsina, papaína) se liberan dos frag-
mentos proteicos:
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El tallo se denomina Fragmento cristalizable (Fc) y es la región constan-
te por donde el anticuerpo puede unirse a la célula con un receptor espe-
cífico, siendo la región que determina las propiedades biológicas de la Igs.
La parte bifurcada de la Y constituye el fragmento denominado
Fragmento de unión al antígeno (Fab: fragment antigen-binding). Es la
zona más variable y se une a cada determinante antigénico compatible.
Las inmunoglobulinas en general, tienen las siguientes propiedades:
✓ Capacidad de unirse con el antígeno. Esta unión se realiza a nivel
de las regiones variables de sus cadenas (ligeras y pesadas).
✓ Pueden unirse al complemento (C3) a nivel de una porción de las
cadenas pesadas.
✓ Las inmunoglobulinas IgG pueden atravesar la barrera placenta-
ria.
Se distinguen los siguientes tipos de Igs:
• IgM.
Es la Igs más grande y su estructura es pentamérica (5 moléculas
unidas por puentes disulfuro y por una cadena J de unión); represen-
ta el 5-10% de las mismas y es la primera inmunoglobulina que sin-
tetiza el neonato por sí mismo, y también es la primera en aparecer
durante la respuesta primaria. Debido a su gran tamaño está confina-
da en el torrente circulatorio por lo que no se extravasa a los tejidos
y al espacio extravascular.
Fija el complemento ya que para activar el componente C1q se
requieren dos moléculas de inmunoglobulinas cercanas, cosa que la
pentamérica IgM logra "por definición", y es mucho más eficaz que
la IgG en la activación del complemento y en la aglutinación. No
atraviesa la barrera placentaria.
Muchos anticuerpos de grupos sanguíneos son capaces de aglutinar
hematíes que poseen los antígenos correspondientes, si se realizan
pruebas de compatibilidad en salina a temperatura ambiente, y se
trata de anticuerpos IgM.
• IgG.
Es la Igs más abundante en el plasma, representando el 70-80% del
total de las mismas, y debido a su peso molecular muy pequeño
32
puede difundirse por los fluidos intersticiales. Existen cuatro subcla-
ses en humanos, que se diferencian estructuralmente entre sí por el
tamaño de la región bisagra y el número de puentes disulfuro entre
las cadenas pesadas, y funcionalmente por sus diversas actividades
biológicas (IgG1, IgG2, IgG3 e IgG4). Las IgG1 e IgG3 funcionan
muy bien como opsoninas: se unen a receptores Fc de la superficie
de células fagocíticas (sobre todo macrófagos), ayudándolas a fago-
citar y destruir el microorganismo. La IgG3 más que la IgG1 y más
que la IgG2 activan el complemento por la ruta clásica; cierto domi-
nio de dos moléculas de IgG se une al componente C1q del comple-
mento, para iniciar la activación de éste. La IgG1, IgG3 e IgG4 cru-
zan fácilmente la placenta, por lo que es la primera línea de defensa
en los primeros meses de vida.
La IgG es el anticuerpo predominante que se produce en la respues-
ta inmune secundaria, y por lo tanto es el de mayor importancia clí-
nica en la medicina transfusional. La gran mayoría de los antígenos
de los distintos grupos sanguíneos pueden desencadenar la produc-
ción de anticuerpos de tipo IgG que poseen las siguientes caracterís-
ticas: se detectan mediante pruebas basadas en sus características
como reacción a 37º C, aglutinación indirecta y hemólisis; de ahí que
las pruebas cruzadas de compatibilidad tengan como principal obje-
tivo detectar e identificar anticuerpos de tipo IgG.
• IgA.
Existen dos subclases de IgA: La IgA1 y la IgA2. Representa un 10-
15% del total de Igs circulantes (predominantemente la IgA1 en
forma de monómeros); pero en las secreciones seromucosas (saliva,
lágrimas, fluido nasal, tracto bronquial, tracto genitourinario, tracto
digestivo, leche materna y calostro) es muy abundante la IgA2, que
aparece como dímero, se produce en grandes cantidades y juega un
papel muy importante como línea de defensa en el tracto respirato-
rio, gastrointestinal y genito-urinario.
La IgA no atraviesa la barrera placentaria ni es capaz de fijar el com-
plemento. En medicina transfusional tiene interés las personas con
déficit de IgA que pueden desarrollar anticuerpos anti-IgA que pro-
vocan reacciones transfusionales anafilácticas severas; por lo que en
éstos pacientes hay que administrar sangre y componentes carentes
de IgA.
33
• IgE.
Es la menos abundante en suero (0.3 mg/mL). Es la mediadora de las
reacciones de hipersensibilidad inmediata (alergias), como la fiebre
del heno, asma extrínseco o el shock anafiláctico; para ello, las molé-
culas de IgE se unen a receptores específicos para Fc de IgE situados
en las membranas de los mastocitos tisulares y de los basófilos san-
guíneos. Cuando dos moléculas de IgE unidas a sus respectivos
receptores en estas células se entrecruzan con el alergeno específico,
se produce la degranulación de los mismos, lo que libera mediadores
farmacológicamente activos, como histamina y ciertas citocinas.
También se provoca la síntesis de novo de prostaglandinas y leuco-
trienos. Todo ello colabora en los síntomas de alergia.
La IgE también juega un papel fisiológico, beneficioso: confiere protec-
ción local frente a ciertos patógenos grandes, como ciertos parásitos,
reclutando células plasmáticas y efectoras a través de una reacción de
inflamación aguda. Si el parásito ha logrado atravesar la barrera de las
mucosas y la de la sIgA, puede ser reconocido por moléculas de IgE
específicas previamente unidas a receptores de mastocitos; ello desenca-
dena una reacción inflamatoria aguda en la que las aminas vasoactivas
(histamina) y diversos factores quimiotácticos atraen a polimorfonuclea-
res neutrófilos; a continuación entran en el tejido moléculas de IgG, com-
ponentes del complemento, granulocitos y eosinófilos. Estos últimos
reconocen al parásito recubierto por IgG, y colaboran en su destrucción.
• IgD.
Representa menos del 1% de todas las Igs. Es fundamentalmente una
Ig de membrana celular, que se localiza sobre todo en la superficie
de los linfocitos B. No activa el complemento ni cruza la placenta.
Se conoce poco sobre su función, y no se han detectado anticuerpos
de su naturaleza frente a las células sanguíneas, por lo que carece de
interés transfusional.
34
Las reacciones antígeno-anticuerpo (tanto “in vivo” e “in vitro”) están
sometidas a diversas condiciones del medio en que se realizan, destacan-
do entre ellas las siguientes:
• Composición del medio: proteínas, fuerza iónica, pH.
• Temperatura. La intensidad de las reacciones antígeno-anticuerpo
varía en función de la temperatura. Debido a ello se distinguen dos
tipos de anticuerpos: calientes (que reaccionan principalmente a 37º
C) y fríos (activos a 4º C). Entre ambos existe una gama de anticuer-
pos que actúan a temperaturas intermedias.
• Proporción relativa de antígeno y anticuerpo. Es fundamental para
el desarrollo y visualización “in vitro” de toda reacción antígeno-
anticuerpo. Si en una serie de tubos se coloca una cantidad constan-
te de anticuerpos y a cada uno de ellos se añaden cantidades crecien-
tes de antígeno, al valorar en el sobrenadante y en el paquete de
hematíes la cantidad de complejos antígeno-anticuerpos formados,
observaremos una curva con características distintas en función del
exceso de antígeno o anticuerpo.
Las reacciones antígeno-anticuerpo eritrocitarias “in vitro”, pueden ser de
diferente tipo, de las cuales las más importantes son:
• Hemólisis. La unión del anticuerpo al antígeno produce la lisis eri-
trocitaria en presencia del complemento.
• Aglutinación. El anticuerpo al fijarse sobre los hematíes favorece su
aglutinación. Estos anticuerpos que reaccionan en medio salino se
conocen como anticuerpos "completos" o aglutinantes.
• Aglutinación en medio macromolecular. Son anticuerpos que sólo
producen aglutinación eritrocitaria cuando los hematíes se hallan sus-
pendidos en una solución de macromoléculas (albúmina al 30%, dex-
trano u otras).
• Prueba de Coombs o antiglobulínica. Es un procedimiento útil para
poner de manifiesto la presencia de anticuerpos sensibilizantes o
incompletos, y consiste en enfrentar hematíes recubiertos de anti-
cuerpos sensibilizantes con anticuerpos dirigidos contra los propios
anticuerpos sensibilizantes.
Las reacciones antígeno-anticuerpo eritrocitarios pueden presentar “in
vivo” tres consecuencias:
35
• Aglutinación eritrocitaria y destrucción intravascular de los hema-
tíes aglutinados. En ocasiones, esta reacción es muy rápida e intensa
(hemólisis aguda).
• Hemólisis producida por la fijación del anticuerpo y acción posterior
del complemento.
• Unión del anticuerpo al hematíe, facilitando con ello la captación y
destrucción del mismo por las células del sistema mononuclear fago-
cítico.
36
• La vía clásica conecta con el sistema inmune adaptativo por medio de
su interacción con inmunocomplejos.
• La vía alternativa conecta con el sistema de inmunidad natural o ines-
pecífica, interaccionando directamente con la superficie del microor-
ganismo.
• La vía de las lecitinas es una especie de variante de la ruta clásica,
pero que se inicia sin necesidad de anticuerpos, y por lo tanto perte-
nece al sistema de inmunidad natural.
Las tres vías comparten las últimas fases, consistentes en el ensamblaje,
sobre la superficie del microorganismo, del denominado complejo de ata-
que a la membrana.
Los componentes de las primeras fases de las vías clásica y alternativa son
diferentes, pero su comparación muestra sus semejanzas estructurales y
funcionales. También existen semejanzas entre las proteínas C1 de la vía
clásica y las proteínas recién descubiertas de la vía de las lectinas. Parece
ser que las moléculas implicadas en cada vía debieron evolucionar por
duplicación génica y ulterior diversificación.
37
• La reacción inflamatoria del organismo a la lesión o injuria que se
caracteriza por: aumento del suministro de sangre al área afecta,
aumento de la permeabilidad capilar, y la migración leucocitaria al
tejido circundante a la lesión; todo ello provoca los síntomas del pro-
ceso inflamatorio: hinchazón, calor, dolor y rubor.
• La capa epitelial puede producir péptidos dotados de una función
antibiótica natural, así como existen linfocitos intraepiteliales que
son un nexo de unión con la inmunidad adaptativa.
• Otros componentes celulares son los neutrófilos (fagocitan y destru-
yen microorganismos), los macrófagos (igual que los neutrófilos y
secretan citocinas que estimulan la inflamación y presentan antígeno
para activar la respuesta adaptativa) y las células NK (lisis de células
infectadas y activación de macrófagos).
• Proteínas efectoras circulantes: Complemento (destrucción de micro-
organismos, opsonización, activación de leucocitos), Lectinas (acti-
vación del complemento), factores de coagulación (aislamiento de
los tejidos infectados).
• Citocinas: TNF, IL-1 (inflamación e inducción de fiebre), IFNa,
IFNb (resistencia a infecciones virales), IFNg (activación leucoci-
tos), IL-10, TGFb (control de la inflamación).
38
✓ Especificidad: antígenos distintos estimulan respuestas específi-
cas distintas.
✓ Diversidad: respuesta frente a una gran variedad de antígenos.
✓ Memoria: exposiciones repetidas del mismo antígeno producen
respuestas aumentadas.
✓ Especialización: se producen respuestas óptimas frente a diferen-
tes tipos de antígenos.
✓ Autolimitación: se regula el sistema inmunitario, llevándolo a un
estado de reposo después de eliminado el antígeno (homeostasis).
✓ Ausencia de autorreactividad: se impide la lesión del huésped
durante la respuesta a los antígenos.
39
pueden distinguir cuatro tipos distintos de reacciones de hipersensibilidad,
siendo las dos primeras las que tienen más relevancia en medicina trans-
fusional:
• Hipersensibilidad de tipo I: Es el caso más conocido de alergia
(polen, penicilina, picaduras de insecto, alergias alimentarias). Se
produce una respuesta de tipo IgE, que se une a los receptores Fc de
los mastocitos, sensibilizándolos. Una segunda exposición al antíge-
no activa a estas células liberándose mediadores fisiológicos como
histaminas, leucotrienos, heparina, etc. Se produce contracción del
músculo liso, vasodilatación, secreción de moco (anafilaxia). La
reacción puede ser sistémica, provocando graves trastornos (shock
circulatorio, muerte: penicilina, picaduras de insectos en casos extre-
mos) o localizada (fiebre del heno: polen, ácaros del polvo domésti-
co; alergias alimentarias con los típicos "habones").
• Hipersensibilidad de tipo II: Es el caso donde el alérgeno es o se
une a una célula (reacción tras recibir una transfusión de sangre de
diferente grupo). Recibe el nombre de reacción citotóxica o citolíti-
ca, y está mediada por IgG o IgM que, tras unirse a la superficie celu-
lar, activan las rutas del complemento.
• Hipersensibilidad de tipo III: Implica la formación de inmunocom-
plejos (por IgG) que no son eliminados de forma normal, acaban acu-
mulándose y produciendo daños en los vasos sanguíneos, riñón y/o
articulaciones.
• Hipersensibilidad de tipo IV: También se denomina hipersensibili-
dad de tipo retardada por ser más lenta que las demás (hasta varios
días). Está mediada por Linfocitos Th1. Se produce una activación
específica de estos linfocitos que conduce a un proceso de inflama-
ción y daño tisular considerable.
40
Ácidos nucléicos: moléculas formadas por macropolímeros de nucle-
ótidos o polinucleótidos, que están presentes en todas las células, cons-
tituyendo la base material de la herencia transmisible.
ADN: abreviatura de ácido desoxirribonucleico. Es la molécula que
contiene y transmite la información genética de los organismos
excepto en algunos tipos de virus (retrovirus). Está formada por dos
cadenas complementarias de nucleótidos que se enrollan entre sí
formando una doble hélice que se mantiene unida por enlaces de
hidrógeno entre bases complementarias. Los cuatro nucleótidos que
forman el ADN contienen las bases adenina (A), guanina (G), cito-
sina (C) y timina (T). Dado que en el ADN la adenina se empareja
sólo con la timina y la citosina sólo con la guanina, cada cadena del
ADN puede ser empleada como molde para fabricar su complemen-
taria.
ARN: molécula formada por un poli-ribonucleótido de longitud varia-
ble que contiene Uracilo en vez de Timina. Hay cuatro tipos: ARN
mensajero (ARNm), ARN ribosómico (ARNr), ARN transferente
(ARNt) y un ARN heterogéneo nuclear (ARNHn).
Alelos: cada una de las variantes génicas que puede ocupar un locus
cromosómico y que controla el mismo carácter.
Cariotipo: dotación cromosómica completa de un individuo o una
especie, que puede observarse durante la mitosis. El término también
se refiere a la presentación gráfica de los cromosomas, ordenados en
pares de homólogos y que se puede describir conforme a una nomen-
clatura convencional.
Cromosoma: corpúsculo intracelular que se compone de ADN aso-
ciado a proteínas y que representa una serie lineal de unidades funcio-
nales denominadas “genes”.
Delección: pérdida de un segmento de un cromosoma.
Dominante: rasgo fenotípico (y el alelo que lo determina) que se
expresa en un individuo heterocigoto. Los alelos dominantes se deno-
minan con letras mayúsculas para diferenciarlos de los recesivos.
Fenotipo: conjunto de características observables de un organismo o
grupo, fruto de la interacción entre su genotipo y el ambiente en que
éste se expresa.
41
Gen: es la unidad elemental de ADN capaz de: reproducirse por repli-
cación, transmitir un mensaje hereditario y poder sufrir modificaciones
(mutaciones); ocupa un “locus” definido en un cromosoma.
Gen dominante: aquel que solo necesita un alelo para expresarse,
enmascarando la presencia de su alelo recesivo.
Gen estructural: el que codifica la formación de un determinado pro-
ducto.
Gen mutante: gen que ha experimentado un cambio en su secuencia
de bases como pérdida, ganancia o intercambio de material genético,
lo que afecta a la transmisión normal y a la expresión del carácter para
el que codifica. Estos genes pueden convertirse en inactivos o mostrar
actividad reducida, aumentada o antagonista.
Gen recesivo: gen que sólo se expresa si están presentes dos copias,
una de cada progenitor.
Gen supresor: unidad de información genética, capaz de invertir los
efectos de un tipo específico de mutación de otros genes.
Genoma: conjunto de todos los genes de un organismo.
Genotipo: conjunto de los alelos de un individuo en uno, varios o
todos sus loci.
Haplotipo: la porción del fenotipo determinada por genes íntima-
mente ligados de un solo cromosoma heredados en un sólo proge-
nitor.
Herencia: proceso por el cual determinados rasgos o características se
transmiten de padres a hijos. Implica la separación y recombinación de
genes durante la meiosis y las posibles influencias posteriores sobre el
material genético durante la embriogénesis.
Herencia mendeliana: patrón de herencia monofactorial definido por
Mendel, puede ser autosómica (dominante o recesiva) o ligada al cro-
mosoma X.
Herencia multifactorial: Patrón de herencia de los rasgos fenotípicos
que están determinados a la vez por factores genéticos (a menudo por
varios genes) y por factores ambientales.
Herencia dominante: patrón de herencia de un rasgo fenotípico que
solo precisa un alelo de un determinado gen para expresarse. Los ale-
42
los dominantes se denominan con letras mayúsculas para diferenciar-
los de los recesivos.
Herencia recesiva: patrón de herencia de un rasgo fenotípico que pre-
cisa ambos alelos de un determinado gen para poder expresarse. Los
alelos recesivos se denominan con letras minúsculas para diferenciar-
los de los dominantes.
Herencia co-dominante: patrón de herencia de un rasgo fenotípico que se
expresan los dos alelos de un determinado gen. Ninguno de los dos alelos
es dominante o recesivo, de modo que ambos influencian el fenotipo.
Heterocigoto: se denomina así a una célula que posee dos genes ale-
los diferentes en un locus determinado de dos cromosomas homólogos.
Homocigoto: se denomina así a una célula que posee dos genes alelos
idénticos en un locus determinado de dos cromosomas homólogos.
Idiotipo: un único determinante antigénico en la región variable de un
anticuerpo.
Isotipo: variaciones genéticas dentro de la familia de proteínas o pép-
tidos.
Locus o “loci”: es el lugar de emplazamiento de un gen en un deter-
minado cromosoma.
Mutación: cambios en la secuencia de bases en el material genético.
Recesivo: rasgo fenotípico (y los alelos que lo determinan) que sólo se
expresa en el estado homocigoto o hemicigoto. Los alelos recesivos se
denominan con letras minúsculas para diferenciarlos de los dominantes.
Replicación: proceso por el que una molécula de ADN o ARN origi-
na otra idéntica a la preexistente.
Seudogen: gen inactivo.
Translocación: modificación estructural de cromosomas en la que un
segmento cromosómico cambia de posición bien en el propio cromo-
soma o en otro cromosoma.
43
membrana de los eritrocitos. Dichas sustancias, tienen un carácter antigé-
nico, por lo que existen anticuerpos capaces de reaccionar con las mismas.
Los antígenos eritrocitarios se agrupan en sistemas (Tabla 1.1.), siendo la base
fundamental que define un sistema su independencia genética. Todos los antí-
genos pertenecientes a un mismo sistema se transmiten de forma conjunta,
pero son independientes entre sí y pueden estar asociados o presentar una rela-
ción inmunológica con antígenos pertenecientes a otros sistemas (Tabla 1.2.).
Algunos antígenos no han encontrado su lugar en ningún sistema concre-
to, motivo por el cual no han recibido la denominación de sistema, y se
agrupan en función de colecciones de grupos sanguíneos (Tabla 1.26.), y
de antígenos de baja (Tabla 1.27.) o alta frecuencia (Tabla 1.28.).
Los antígenos de grupo sanguíneo pueden ser producto directo de su gen
correspondiente (caso de los antígenos del sistema Rh) o productos indi-
rectos (caso de los antígenos del sistema ABO), donde el gen determina la
producción de un enzima, que a su vez modifica una sustancia base para
dar lugar al antígeno eritrocitario correspondiente.
Los anticuerpos frente a los sistemas antigénicos eritrocitarios, suelen ser
del tipo IgG e IgM, y más raramente IgA; y pueden ser agrupados en base
a ciertas características:
• En función de su origen:
✓ Heteroanticuerpos: procedentes de otras especies animales o
vegetales.
✓ Aloanticuerpos: procedentes de la misma especie, pero de indi-
viduos de constitución antigénica diferente.
✓ Autoanticuerpos: dirigidos contra los propios hematíes del indi-
viduo.
• En función de su mecanismo de aparición:
✓ Naturales: existen sin estimulo previo demostrable.
✓ Inmunes: existe un estimulo antigénico evidente que determina
su aparición.
✓ Regulares: se hallan siempre presentes cuando el organismo
carece del antígeno correspondiente.
✓ Irregulares: no necesariamente existen en ausencia del antígeno
correspondiente.
44
• En función de su detección:
✓ Aglutinantes: también denominados “completos”, son aquellos
en los que no es necesario modificar el medio salino “in vitro”
para que se produzca la aglutinación.
✓ Sensibilizantes: también denominados “incompletos”, son aquellos
que necesitan una modificación previa del medio, capaz de variar el
potencial zeta eritrocitario para que se produzca la aglutinación.
45
Tabla 1.2. Principales antígenos de los sistemas de los grupos sanguíneos
46
Tabla 1.2. (Cont.) Principales sistemas de los grupos sanguíneos
Sistema Número de Antígeno
011 012 013 014 015 016 017 018 019 020
002 MNS Mg Vr Me Mta Sta Ria Cla Nya Hut Hil
004 RH Ew G obs obs obs obs Hro Hr hrS VS
005 LU Lu11 Lu12 Lu13 Lu14 obs Lu16 Lu17 Aua Aub Lu20
006 KEL K11 K12 K13 K14 obs K16 K17 K18 K19 Km
010 DI Moa Hga Vga Swa BOW NFLD Jna KREP Tra Fra
017 CH/RG Rg1 Rg2
021 CROM GUTI
47
C.1. Sistema ABO
El sistema ABO (número 001 en la clasificación de la ISBT) no solo fue
el primer sistema descrito (Landsteiner, 1900), sino el más importante en
Medicina Transfusional, ya que siempre existe una presencia sistemática
de anticuerpos regulares (activos a 37º C y fijadores de complemento)
dirigidos contra los antígenos de los que carece el individuo portador de
los mismos, lo que ocasiona reacciones hemolíticas graves en el caso de
una transfusión ABO incompatible.
48
débiles, A3, Ax, Am, Aend, Ael, y otras que representan menos del 1%); tam-
bién existen variantes del antígeno B, si bien mucho menos comunes que
las del antígeno A (B3, Bx, y Bel).
49
A2, y en un tercio de los A2B) raramente está activo a 37° C, y no se le
considera clínicamente significativo (no ha causado cuadros de EHRN), si
bien unidades de sangre compatibles en fase de antiglobulina deben selec-
cionarse para su administración. Productos plasmáticos con altos títulos
de anticuerpos ABO, sólo deben administrarse a receptores de grupo O.
C.2.1. Sistema Hh
El sistema Hh (número 018 en la clasificación de la ISBT), se considera
que posee dos genes (H y h), siendo los antígenos H los que actúan como
precursores moleculares de los antígenos A y B, en tanto que el gen h se
considera amorfo. Los hematíes del grupo O carecen de antígenos A y B,
y su membrana expresa el antígeno H. Existen individuos con un fenoti-
po excepcional denominado “Bombay” (Oh), que carecen de antígenos H,
y desarrollan anti-A, anti-B y anti-H potentes.
Los anticuerpos Anti-H están siempre está presentes en el suero de indi-
viduos con fenotipo Oh (Bombay, –eritrocitos H-deficientes, no secreto-
res-). Como el anti-A y anti-B; es probable que el anti-H cause una RHT
inmediata severa, por lo que unidades con el mismo fenotipo Oh
(Bombay) deben seleccionarse para la transfusión. El anti-H ha causado
ENRN severas.
Algunos fenotipos no secretores de grupo A o B tienen niveles muy bajos
de eritrocitos que exhiben el antígeno H (denominados fenotipos “para-
Bombay”, Ah o Bh). Estos individuos normalmente presentan un anti-H
sérico, aunque raramente en títulos altos. Existe escasa información sobre
la importancia clínica del anti-H en los sujetos Ah o Bh. Si están disponi-
bles, unidades con fenotipo Oh (Bombay) deben seleccionarse para su
administración, en caso contrario unidades ABO compatibles (A para Ah,
y B para Bh) pueden utilizarse.
El anti-HI está presente en el suero de individuos con algunos fenotipos
“para Bombay” (eritrocitos H-deficientes, secretores) y se encuentra oca-
sionalmente en personas de grupo A1, A1B y B. El anti-HI no es normal-
mente activo a 37° C, y unidades de sangre ABO idénticas y compatibles
a 37° C, pueden utilizarse para la transfusión. Si el anticuerpo está activo
a 37° C, unidades ABO idénticas al paciente deben usarse, en tanto que
las unidades de grupo O y A2 están contraindicadas.
50
C.2.2. Sistema Lewis
El sistema Lewis (número 007 de la ISBT) es mucho más que un sistema
eritrocitario, ya que los antígenos que lo componen están también presen-
tes en el plasma y en distintas secreciones corporales.
Los antígenos del sistema Lewis (Lea y Leb) se localizan en glucoesfin-
golípidos solubles que están presentes en la saliva y en el plasma, de
donde son posteriormente adsorbidos por la membrana eritrocitaria; deri-
van de las mismas sustancias precursoras de los antígenos ABH. Están
codificados por el gen Le (FUT3), y como en el caso de los antígenos A,
B y H, resultan de la acción de una fucosil-transferasa. Los individuos que
presentan los genes Le y Se, poseen hematíes que exhiben el antígeno Leb,
pero no el Lea; en cambio los que presentan el gen Le pero no el Se, expre-
san el Lea. Las frecuencias y los distintos fenotipos del sistema Lewis se
reflejan en la Tabla 1.5.
51
tran hematíes Le(a+). Estos pacientes con anti-Lea activo a 37º C deben
transfundirse con unidades de sangre Le(a–).
El anti-Leb es un anticuerpo natural frecuentemente encontrado en perso-
nas negras entre las que la incidencia del fenotipo Le(a–b–) es más alta;
aunque el anticuerpo puede estar activo a 37º C, no causa RHT ni EHRN
por lo que debe ignorarse, sino presenta títulos muy altos.
El anti-Lex es un anticuerpo natural, muy raro, detectado en el suero de
algunas personas con el fenotipo Le(a-b-); la mayoría de los casos se trata
de un anticuerpo “benigno” y no tiene importancia clínica; si bien existen
infrecuentes casos en los que está activo a 37º C, y puede causar una RHT.
Se recomienda transfundir a los pacientes con anticuerpo activo a 37º C
con unidades de sangre Le(a-b-).
C.2.3. Sistema Ii
El sistema de grupo sanguíneo Ii (si bien en la actualidad, propiamente el
antígeno I forma parte del sistema de grupo sanguíneo 027 de la ISBT, y
el antígeno “i” se encuadra dentro de las colecciones de antígenos), está
relacionado con los sistemas ABO y Lewis por su estructura bioquímica;
si bien sus antígenos aparecen de un modo algo distinto al de los otros sis-
temas de grupos sanguíneos; de tal manera que en el recién nacido se
encuentra desarrollado el antígeno i pero apenas se detecta el antígeno I;
con posterioridad y durante el desarrollo va aumentando la intensidad del
antígeno I mientras que disminuye y tiende a desaparecer la actividad del
antígeno i. Dichos antígenos se localizan en las porciones subterminales
de los oligosacáridos que posteriormente se convierten en los antígenos H,
A o B.
La importancia del sistema Ii, si bien es escasa en medicina transfusional,
radica más en la patología humana ocasionada por sus implicaciones en
distintas enfermedades. Los antígenos I presentes en toda la población
adulta sana, en raras ocasiones sufren alteraciones en el sentido de dismi-
nuir la intensidad de su expresión; esta disminución, que muy frecuente-
mente se acompaña de un aumento del antígeno i (del que carecen los
adultos sanos), se observa en hemopatías malignas, anemias diseritropo-
yéticas, anemias hemolíticas, talasemias, post-transplante de médula ósea,
etc. Hay que tener en cuenta que los antígenos i solo se encuentran en los
recién nacidos y en uno de cada 10.000 adultos sanos (de forma aproxi-
mada), cuya reactividad es escasa o nula.
52
El anti-I siempre esta presente como un aloanticuerpo en el suero de indivi-
duos con el raro fenotipo del adulto I-i+, aunque se encuentra más normal-
mente como un auto-anticuerpo en pacientes con enfermedad de aglutininas
frías o con anemia hemolítica por anticuerpos de tipo IgM. Unidades de san-
gre I+ transfundidas a pacientes con un aloanti-I, han causado una destruc-
ción aumentada de hematíes, por lo que unidades de sangre I-, deben admi-
nistrarse si el anti-I es activo a 37° C. Unidades I-, generalmente no se requie-
ren en los casos de autoanti-I. El anti-I no se ha implicado en casos de EHRN.
El anti-i es un raro anticuerpo frío de tipo IgM activo a bajas temperatu-
ras, que a veces se encuentra en enfermedades del sistema del retículo-
endotelial, y en la mononucleosis infecciosa. En algunos pacientes puede
causar una anemia hemolítica autoinmune por anticuerpos fríos; en éstos
casos, si la transfusión es necesaria, las unidades deben calentarse a tem-
peratura fisiológica (37º C) mediante dispositivos adecuados antes de su
administración. No ha causado cuadros de RHT ni EHRN.
C.2.4. Sistema P
El sistema P (número 003 en la clasificación de la ISBT), fue identificado
por Landsteiner y Levine en 1927, y aunque tiene escaso interés transfusio-
nal, su base estructural es similar a la descrita en los sistemas anteriores.
Los antígenos conocidos del sistema P son los antígenos P1, P, Pk y el pro-
ducto del gen silencioso, “p” (ausencia con carácter excepcional de los
tres anteriores). La frecuencia del fenotipo P1 es del 75 %, y la del feno-
tipo P2, del 25 %, siendo la del resto excepcional (Tabla 1.6.). Si bien la
ISBT, sólo reconoce al antígeno P1 como componente de éste sistema
(siendo el P2, la ausencia del P1); el antígeno “P” forma parte en la actua-
lidad del sistema Globosido, en tanto que el Pk y LKE forman parte de la
colección de antígenos Globosido.
53
Los anticuerpos frente a antígenos del sistema P son en general aloanti-
cuerpos, casi siempre naturales de tipo IgM (más raramente IgG), activos
a bajas temperaturas, si bien en ocasiones pueden ser activos a 37º C.
El anticuerpo producido por los raros individuos con fenotipo “p” (anti-P,
anti-P1, anti-Pk) también conocido como “anti-Tja”, es un anticuerpo de
naturaleza IgG, hemolítico y muy peligroso en transfusión sanguínea. Se
ha mencionado un aumento en la frecuencia de abortos espontáneos pre-
coces en mujeres portadoras de dicho anticuerpo; así como se han descri-
to casos de EHRN.
Finalmente, cabe destacar por su interés en patología hematológica, la
especificidad autoanti-P del anticuerpo de naturaleza IgG, responsable de
la hemolisina bifásica de Donath-Landsteiner, causante de la hemoglobi-
nuria paroxística a frigore.
C.3. Sistema Rh
Fue Levine en 1939 el primero que detectó un anticuerpo que aglutinaba
el 85% de las distintas sangre humanas, en el suero de un mujer, madre de
un niño afecto de EHRN; posteriormente en 1940 Landsteiner y Wiener,
a través de experimentos de inmunización en conejos y cobayas con
hematíes de monos Macacus rhesus aislaron un anticuerpo que, conve-
nientemente diluido, aglutinaba también el 85% de las sangres humanas.
Los sujetos cuyos hematíes aglutinaban con el suero anti-rhesus fueron
denominados Rh-positivos, y el 15% restante, Rh-negativos; si bien
dichas denominaciones se refieren a la presencia o ausencia del antígeno
“D” en los hematíes. El sistema Rh es en realidad un sistema muy com-
plejo, el segundo en importancia en Medicina Transfusional, y el que está
compuesto de un mayor número de antígenos.
54
Con posterioridad y durante la década de los años 40 se fueron identifican-
do cuatro antígenos adicionales: C, E, c, y e. De tal manera que éstos antí-
genos junto al D, son los más importantes en medicina transfusional, ya que
se ven implicados en el 99% de los casos de situaciones clínicas relevantes.
La distinta presencia de unos u otros antígenos, determina los llamados
complejos génicos o haplotipos del sistema Rh (Tabla 1.8).
55
“positivos”; en las personas Rh “negativas” éste gen está ausente. El gen
RhCE, determina los antígenos C, c, E, y e, mediante sus alelos corres-
pondientes: RhCe, RhCE, RhcE, y Rhce.
El fenotipo del sistema Rh, se realiza determinando la presencia o
ausencia de los cinco antígenos principales: D, C, c, E, y e. Una vez
determinados se obtiene el fenotipo existente y el probable genotipo
(Tabla 1.9.).
56
previamente sensibilizados. La importancia práctica del DU radica en
que puede sensibilizar a un receptor D negativo. Por consiguiente, es
necesaria la realización de técnicas más apropiadas para la detección
de individuos DU, al objeto de evitar la transfusión de sangre erróne-
amente clasificada como Rh negativa; por lo que a efectos transfu-
sionales las unidades de sangre DU deben considerarse con Rh-posi-
tivas y transfundirse sólo a pacientes D-positivos; y los receptores
DU deben considerarse como Rh-negativos.
• Otros antígenos D “débiles”.
Pueden tener su origen en distintas circunstancias genéticas, o bien
por “efectos de posición”. En el primer caso el gen RhD codifica la
expresión débil del antígeno D, asociándose a determinados haploti-
pos (Dce en la raza negra, y Dce o DcE en la raza blanca). En el
segundo caso las alteraciones en las posiciones “cis” y “trans” de los
antígenos, provocan la debilidad en la expresión.
• Antígenos D “parciales”.
Son el resultado de la ausencia de algunos de los epítopes que cons-
tituyen el “mosaico” del antígeno D. Tienen importancia a la hora de
la administración de sangre, ya que receptores con antígenos D par-
ciales, catalogados como D positivos, pueden desarrollar sensibiliza-
ciones.
• Antígenos deprimidos o ausentes.
✓ Fenotipo D--.
Se debe a situaciones especiales en las que los genes no codifican
la actividad del material Rh en los puntos CcEe.
✓ Fenotipo D••.
Es muy similar al D--, pero la elevación o intensidad del antígeno
D es menor.
✓ Rhmod.
El fenotipo Rhmod, supone una supresión incompleta de la expre-
sión génica del sistema Rh; el responsable sería un gen modifica-
dor recesivo denominado XQ. A diferencia de los hematíes del
fenotipo Rhnull, los hematíes Rhmod no carecen por completo de los
antígenos LW y Rh.
57
✓ Rhnull.
El fenotipo Rhnull se caracteriza por que los hematíes no expresan
antígenos del sistema Rh, así como tampoco los antígenos LW y
FY5, en tanto que la expresión de los antígenos U y s puede ser
débil. Los hematíes muestran signos de disfunción de membrana
con aumento de la fragilidad y hemólisis de grado variable.
✓ Síndrome de deficiencia Rh.
Se trata de la combinación de un fenotipo Rhmod o Rhnull con un
cuadro de anemia hemolítica debido a las alteraciones de los
hematíes secundarias a los mencionados fenotipos.
58
descrito casos de EHRN como resultado de anti-Cw; aproximadamente el
97% de donantes carecen del antígeno Cw.
El anti-E es un anticuerpo inmune bastante común que puede causar RHT
así como más raramente EHRN; ante su existencia unidades de sangre E-
negativas deben seleccionarse para su administración.
El anti-c es uno de los anticuerpos inmunes más frecuentemente encon-
trado en individuos D-positivos. Puede causar RHT severas, así como
casos graves de EHRN; ante su existencia unidades de sangre c-negativas
deben seleccionarse para su administración.
El anti-e es un anticuerpo infrecuente, pero puede causar tanto RHT como
EHRN; ante su existencia unidades de sangre e-negativas deben seleccio-
narse para su administración; alrededor del 3% de los donantes son e-
negativos.
El anti-Ce (anti-rh1) puede causar tanto RHT como EHRN; ante su exis-
tencia unidades de sangre Ce-negativas deben seleccionarse para su admi-
nistración.
El anti-f es un anticuerpo infrecuente que puede causar tanto RHT como
EHRN; ante su existencia unidades de sangre f-negativas deben seleccio-
narse para su administración.
El anti-G es un anticuerpo raro que puede causar tanto RHT como EHRN;
ante su existencia unidades de sangre G-negativas deben seleccionarse
para su administración; aproximadamente un 14% de donantes, son G-
negativos (todos ellos D-negativos).
El anti-V es un anticuerpo infrecuente que puede causar RHT, pero no se
han comunicado casos de EHRN; ante su existencia unidades de sangre V-
negativas deben seleccionarse para su administración; aproximadamente
un 25% de los donantes de raza negra y tan sólo el 0.01% de raza blanca,
son V-negativos.
El anti-Rh17 (anti-Hr0) es un anticuerpo raro que reacciona con un antí-
geno de alta incidencia. Se encuentra en el suero de los individuos inmu-
nizados con fenotipo D--. Estas raras personas carecen de los antígenos
que se asocian a los componentes CcEe del sistema Rh. El anticuerpo es
generalmente potente y puede causar RHT severas y EHRN. Ante su exis-
tencia, sólo unidades con fenotipo Rhnull (que es sumamente raro), o feno-
tipo D-- (o relacionados) son convenientes, si bien tan solo lo presentan 1
de cada 50.000 donantes.
59
El anti-Rh29 es un anticuerpo característicamente desarrollado por indi-
viduos Rhnull; éstos carecen de todos los antígenos reconocibles del com-
plejo Rh. El anticuerpo es generalmente potente y puede causar RHT y
EHRN; la transfusión ante su presencia es un problema importante, por-
que solamente la sangre con fenotipo Rhnull es compatible.
Otros anticuerpos frente a antígenos de alta frecuencia, incluyen el anti-
Hr, anti-HrB, anti-Rh46 y anti-MAR (anti-Rh51); en éstos casos sólo uni-
dades de fenotipo Rhnull o D--, serían convenientes, pero podría ser más
fácil obtener unidades carentes del antígeno específico.
El anti-hrS y anti-hrB se asemejan al anti-e y pueden encontrarse en
pacientes de origen africano. No se han descrito como clínicamente signi-
ficativos (si bien en ocasiones pueden causar RHT), pero un caso particu-
larmente potente podría causar problemas; en éste caso, hematíes
DcE/DcE (R2R2) deben de ser compatibles, pero el paciente puede esti-
mularse para producir un anticuerpo frente a un antígeno de alta frecuen-
cia (anti-Hr o anti-HrB, o anti-E). Unidades de sangre carentes de los antí-
genos hrS y hrB, sólo se obtienen de donantes de raza negra.
Se han encontrado anticuerpos contra los antígenos de baja incidencia del
sistema Rh: Cx, Ew, VS, Dw, hrH, Goa, Rh32, Rh33, Rh35, Bea, Evans, Tar,
Rh42, Rh43 (Crawford), Riv, JAL, STEM, BARC, FPTT, Rh42, y Rh43;
éstos antígenos se desarrollan bien en los eritrocitos de los recién nacidos
con el fenotipo positivo, y sus anticuerpos pueden ser una causa rara de
EHRN severa. Ante su presencia, la mayoría de donantes carecen de ellos,
y no hay dificultades en encontrar unidades de sangre compatibles para su
administración.
60
alta frecuencia. El locus que controla los antígenos del sistema Kell, el
gen KEL se localiza en el cromosoma 7
61
El anti-K es clínicamente el anticuerpo más significativo dentro de este
sistema. El antígeno K es considerado como el segundo más inmunógeno
tras el antígeno D del sistema Rh; los individuos que carecen del antíge-
no K pueden desarrollar un anti-K después de tan sólo dos exposiciones a
eritrocitos alogénicos. No obstante, dado que el 90% de los donantes son
K-, es fácil encontrar unidades de sangre compatibles. El anti-K es de
naturaleza IgG, causa EHRN y RTH (tardía), y reacciona mejor en fase de
antiglobulina tras incubación a 37º C.
El anti-k ha causado RHT inmediatas severas, así como raros casos de
EHRN; unidades de sangre k-, deben seleccionarse para su administra-
ción; si bien dada su frecuencia (de aproximadamente el 0.2% en los
donantes) es en ocasiones difícil.
En raras ocasiones el anti-Kpa ha causado RHT moderada y EHRN.
Unidades de sangre Kp(a–) deben utilizarse para la transfusión, en caso de
que esté presente.
El anti-Kpb ha causado RHT retardadas, y más raramente cuadros de
EHRN; si está presente, unidades de sangre Kp(b-) deben seleccionarse
para su administración; si bien dada su frecuencia de aproximadamente el
0.01% en donantes habituales, es en muchas ocasiones bastante difícil.
El anti-Jsa puede ser causante de forma muy rara de cuadros de RHT y
EHRN; ante su presencia unidades de sangre Js(a–) sangre deben utilizar-
se para la transfusión.
El anti-Jsb ha causado RHT retardadas, y unidades de sangre Js(b-) deben
seleccionarse para su administración, si bien tal tipo de sangre es muy rara
en la población blanca.
El anti-Ku, es un anticuerpo producido por inmunización en individuos
con fenotipo K0 o Kmod, y puede causar una RHT severa; Si es posible,
deben seleccionarse unidades de sangre de fenotipo K0, que son muy
raras.
Otros anticuerpos frente a los antígenos del sistema Kell de alta frecuen-
cia (K11, K12, K13, K14, K18, K19, K20, K22, y K26), son muy raros.
Ninguno se ha involucrado en casos de RHT, si bien se recomienda, en la
medida de lo posible, administrar unidades de sangre carentes del antíge-
no. En la mayoría de los casos, la única sangre antígeno negativa dispo-
nible será la de los individuos con fenotipo K0, pero sólo se debe reservar
a los casos en los que los títulos del anticuerpo son altos, y este tiene
62
importancia clínica. Se han comunicado casos de EHRN causada por:
anti-K11, anti-K14 y anti-K22.
De los anticuerpos frente a los antígenos del sistema Kell de frecuencia
más baja (K10, K17, K21, K23, K24 y K25), unidades de sangre carentes
del antígeno deben seleccionarse. Dado que no se han descrito casos en
los que hayan causado una RHT, la selección de unidades de sangre com-
patible en fase de antiglobulina es conveniente. En muy raras ocasiones
han causado cuadros de EHRN.
63
C.4.2.2. Anticuerpos del sistema Duffy
Los anticuerpos del sistema Duffy se observan más frecuentemente en
individuos de raza negra y en pacientes politransfundidos. El anti-Fya es
mucho más común que el anti-Fyb y más probablemente causa RHT y
EHRN; ambos son de tipo IgG, el anti-Fya puede causar EHRN y RHT
(tardía) y el anti-Fyb provoca RHT más apacibles y aunque ningún caso
de EHRN se ha informado, posiblemente podría ser causante de la misma;
reaccionan mejor en fase de antiglobulina tras incubación a 37º C y las
reacciones son destruidas por enzimas.
El anti-Fy3 es un raro anticuerpo frente a antígenos presentes en todos los
hematíes con excepción de los que presentan el fenotipo Fy(a-b-); ha cau-
sado RHT inmediatas y retardadas, y unidades de sangre Fy(a-b-) deben
seleccionarse para la transfusión.
El anti-Fy5 es un anticuerpo raro similar al anti-Fy3, pero no reacciona
con hematíes Fy(a-b-) o hematies Rhnull; ha causado RHT tardías; uni-
dades de sangre Fy(a-b-) deben seleccionarse. El fenotipo Fy(a-b-) es
raro en la raza caucásica pero muy común en personas de origen africa-
no. No se han implicado tanto al anti-Fy3 como al anti-Fy5 en EHRN
severas.
64
Tabla 1.13. Fenotipos y frecuencias del sistema Kidd
Frecuencia del Fenotipo %
Fenotipo
Blancos Negros
Jk(a+b-) 28 57
Jk(a+b+) 49 34
Jk(a-b+) 23 9
Jk(a-b-) Extremadamente raro
65
localizado en el cromosoma 19, y por más de otros 20 antígenos, la mayo-
ría de ellos de alta frecuencia. El fenotipo excepcional Lu(a-b-), puede
tener su origen mediante tres mecanismos genéticos distintos: un presun-
to gen Lu amorfo que se heredaría de ambos padres; un gen inhibidor de
segregación independiente, In(Lu) que impide la expresión normal de los
antígenos del sistema Lutheran (y de otros antígenos como P1, I, AnWj,
Ina, e Inb); y finalmente por un gen supresor recesivo perteneciente al
cromosoma X.
66
Lu20; normalmente no causan RHT, y no se han informado casos de
EHRN, salvo con una excepción, el anti-Lu6 que provocó una RHT. Si
bien sus títulos no son altos, como precaución, unidades de sangre con
fenotipo Lunull deben seleccionarse para los pacientes con títulos altos de
anticuerpo.
El anti-Lu9 y el anti-Lu14, son anticuerpos frente a antígenos de baja fre-
cuencia del sistema Lutheran; no se han implicado como una causa de
RHT, pero un caso de EHRN ocasionado por anti-Lu14 se ha descrito. La
mayoría de los donantes son antígeno negativos y no existen problemas en
encontrar unidades de sangre compatibles.
67
Tabla 1.15. Fenotipos y frecuencias del sistema MNS
Frecuencia del Fenotipo %
Fenotipo
Blancos Negros
M+N- 28 26
M+N+ 50 44
M-N+ 22 30
S+s-U+ 11 3
S+s+U+ 44 28
S-s+U+ 45 69
S-s-U- 0 <1
68
Mit, Mta, Mur, MUT, Mv, Nob, Nya, Or, Osa Ria, sD, SAT, Sta, TSEN, Vr,
Vw. Estos antígenos están bien desarrollados en los hematíes de los recién
nacidos, y cualquiera de ellos pueden ser una causa rara de EHRN. La
mayoría de los donantes carecen de los antígenos y no existe dificultad en
encontrar sangre compatible para la transfusión. Los anticuerpos frente a
estos antígenos de baja incidencia pueden ser IgG o IgM, y muchos de
ellos pueden aparecen de forma natural.
El anti-Ena es un anticuerpo inmune que reacciona con los antígenos de
alta frecuencia del sistema MNS, presentes en la glicoforina A, la princi-
pal sialoglicoproteína de la membrana eritrocitaria. Estos anticuerpos pue-
den causar tanto RHT como EHRN. Es muy difícil, si no imposible,
encontrar unidades de sangre compatibles. El anti-Ena es generalmente de
tipo IgG y se detecta mejor en fase de antiglobulina.
69
KREP, Tra, Fra, y SWI), pueden ocasionar cuadros de EHRN ya que se
encuentra bien desarrollados en los recién nacidos. Casi todos donantes
serán compatibles y no hay dificultad para encontrar sangre adecuada para
la transfusión.
C.4.6.3. Sistema Xg
El sistema Xg (número 012 de la ISBT) fue caracterizado en el año 1962,
al observarse anticuerpos que identificaban antígenos con una frecuencia
mayor en las mujeres que en los varones, dichos antígenos se denomina-
ron Xga por su relación a su herencia ligada al cromosoma X. Los fenoti-
pos del sistema Xg vienen expresados en la Tabla 1.17.
70
Los anticuerpos anti-Xga, son poco frecuentes, se detectan mejor en fase
de antiglobulina y no se han visto involucrados en casos de EHRN o RHT.
Si están presentes, unidades de sangre compatibles en fase de antiglobuli-
na deben administrarse.
71
Tabla 1.19. Fenotipos y frecuencias del sistema Dombrock
Fenotipo Frecuencia del Fenotipo %
Do(a+b-) 17.2
Do(a+b+) 49.5
Do(a-b+) 33.3
Los anticuerpos anti-Doa, son poco frecuentes pero causan tanto EHRN
como RHT y generalmente se acompañan de otros anticuerpos frente a
antígenos de otros sistemas.
Los anticuerpos anti-Dob, también son infrecuentes y en ocasiones se
acompañan de otros anticuerpos; no se han descrito casos de EHRN ori-
ginados por los mismos, pero sí casos de RHT.
Los anticuerpos anti-Gya, anti-Hy y anti-Joa son bastante raros, frente a
antígenos de frecuencia muy alta. El anti-Gya puede causar una destrucción
de hematíes Gy(a+), y EHRN moderadas; por lo que unidades de sangre
Gy(a–) deben utilizarse para la transfusión, si está presente. El anti-Hy es
muy raro y reacciona con un antígeno de alta incidencia; puede causar RHT
y EHRN moderada, por lo que unidades de sangre Hy negativas deben uti-
lizarse para la transfusión, en el caso que se detecte; el fenotipo de sangre
Hy-negativa es muy raro y sólo se ha encontrado en personas de raza negra.
El anti-Joa es un anticuerpo infrecuente que reacciona frente a un antígeno
de alta incidencia; puede causar destrucción de eritrocitos transfundidos
Jo(a+), pero no ha causado EHRN; ante su existencia unidades de sangre
Jo(a–) deben usarse para la transfusión, si bien el fenotipo Jo(a–) tiene una
incidencia de 1 cada 4000 donantes y todos ellos son de raza negra.
72
El anticuerpo anti-Coa, detecta antígenos de alta frecuencia (>99%) y es
responsable de cuadros de RHT retardadas y de cuadros severos de
EHRN.
El anticuerpo anti-Cob, es bastante raro y detecta antígenos con una fre-
cuencia alrededor del 10%; no se ha visto implicado en casos de EHRN,
y sólo se ha reportado un caso de RHT no severa.
El anti-Co3 es un anticuerpo muy raro frente a un antígeno de muy alta
frecuencia, ha causado RHT moderada y EHRN. Con suerte, unidades de
sangre Co(a-b-) deben seleccionarse para las pruebas de compatibilidad,
pero ello es sumamente raro. Unidades de sangre serologicamente incom-
patibles pueden administrarse con mucha cautela.
73
C.4.6.8. Sistema Chido/Rodgers
El sistema Chido/Rodgers (número 017 de la ISBT) se compone de antí-
genos de alta incidencia: Ch (Chido) y Rg (Rodgers), que se localizan en
el componente C4 del complemento, no siendo propios de los hematíes,
sino adquiridos (Tabla 1.22).
C.4.6.9. Sistema Kx
El sistema Kx (número 019 de la ISBT) está relacionado íntimamente con
el sistema Kell; y se compone del llamado antígeno Kx. Las llamadas pro-
teínas Kx están codificadas por el gen Xk (cromosoma 21). En los hema-
tíes que exhiben el fenotipo Kell, se detectan vestigios del antígeno Kx;
pero en los de fenotipo Ko, los niveles son elevados.
Los hematíes que carecen del antígeno Kx, presentan una disminución
importante de los antígenos del sistema Kell, un aumento de la permeabi-
lidad al agua, acantolisis, y una disminución en la supervivencia. Todo
ello constituye el llamado “fenotipo McLeod”.
El anticuerpo anti-Kx es muy raro, y se ha detectado en el suero de indi-
viduos inmunizados con el “síndrome de McLeod”, y normalmente apa-
rece junto con el anti-km. El anti-Kx + anti-km han causado RHT seve-
ras. Si es posible, unidades de sangre carentes del antígeno (“fenotipo
McLeod”) deben seleccionarse para su administración.
74
C.4.6.10. Sistema Gerbich
El sistema Gerbich (número 020 de la ISBT) está constituido por siete
tipos de antígenos: G2, G3, y G4, que son de alta incidencia, y Wb, Lsa,
Ana, y Dha, que lo son de baja frecuencia. Puede considerarse que todos
los anticuerpos frente a éstos antígenos carecen de importancia clínica, no
han causado RHT ni casos de EHRN.
El anti-Ge es un raro anticuerpo que reacciona con un antígeno de alta
incidencia; puede ser inmune o natural; mientras que en algunos casos,
éste anticuerpo ha causado destrucción de hematíes Ge+ transfundidos, en
otros este hecho no se ha producido; no ha causado cuadros de EHRN. Ya
que los donantes Ge-negativos son raros, es importante estudiar a los her-
manos de los pacientes Ge-negativos para las pruebas de compatibilidad.
Por lo menos 3 fenotipos diferentes de individuos Gerbich-negativos son
conocidos: el fenotipo Yus (Ge:–2,3,4), el fenotipo Gerbich (Ge:–2,–3,4)
y el fenotipo Leach (Ge:–2,–3,–4).
Los anticuerpos frente a los antígenos de baja incidencia del sistema
Gerbich (Wb, Lsa, Ana, y Dha) no han causado EHRN. Los hematíes de
casi todos los donantes serán compatibles y no hay dificultad en encontrar
sangre compatible para la transfusión.
Los anticuerpos frente a los antígenos del sistema Cromer, son excepcio-
nales y están mediados inmunologicamente; se detectan en sueros de per-
sonas de raza negra, no provocan EHRN ni RHT, si bien se ha observa-
75
do que su presencia puede disminuir la vida media de los hematíes trans-
fundidos.
El anti-Cra es un anticuerpo raro que reacciona con un antígeno de alta
incidencia; puede causar destrucción de hematíes Cr(a+) transfundidos, y
no se ha documentado ningún caso de EHRN; ante su presencia, unidades
de sangre Cr(a–) deben utilizarse para la transfusión.
Sobre los anticuerpos frente a una serie de antígenos de alta incidencia del
sistema Cromer: Tca, Dra, Esa, IFC WESb, y UMC, poco se conoce sobre
su importancia clínica, pero en algunos casos han causado la destrucción
de hematíes antígeno-positivos transfundidos; no se han implicado en
casos de EHRN.
Sobre los anticuerpos contra varios antígenos de baja incidencia del siste-
ma Cromer: Tcb, Tcc, y WESa, la información clínica también es escasa,
pero casi todos los donantes serán adecuados y no habrán dificultades en
encontrar unidades de sangre compatibles para su administración. Podrían
ser una causa excepcional de EHRN.
76
incompatible reduce el riesgo de enmascarar otros anticuerpos que pueden
ser clínicamente significativos. Ningún anticuerpo frente a antígenos del
sistema Knops ha causado EHRN.
C.4.6.14. Sistema Ok
El sistema Ok (número 024 de la ISBT) está constituido por un solo tipo de
antígeno (Oka), que lo es de alta incidencia. Los escasos individuos que care-
cen de este antígeno (Ok-) son japoneses y no tienen antecedentes transfusio-
nales. Solo se han detectado en estos individuos dos casos de anti-Oka. Estos
anticuerpos reaccionan en fase de antiglobulina y parecen tener importancia
en medicina transfusional ya que “in vitro” causan una destrucción rápida de
hematíes. El anti-Oka, no se ha implicado en ningún caso de RHT ni EHRN.
77
y se trata de una glicoproteína (Semaphorin 7A) que no induce la produc-
ción de citocinas en los linfocitos B o T, sino que es un estimulador poten-
te de los monocitos, induciendo la quimiotaxis y la producción de citoci-
nas inflamatorias (IL-1β, TNF-α), IL-6 e IL-8.
El anti-JMH detecta un antígeno de alta frecuencia, y el JMH- normal-
mente es un fenotipo adquirido. Es un anticuerpo que no es considerado
clínicamente significativo, por lo que unidades de sangre serologicamen-
te incompatibles pueden usarse para la transfusión. El anti-JMH no se ha
implicado en EHRN.
78
Tabla 1.26. Colecciones de grupos de antígenos (ISBT)
Colección Antígenos
Número Nombre Símbolo Número Símbolo Incidencia %
205001 Csa 95
205 Cost COST
205002 Csb 34
207 Ii I 207002 i *
208001 Era >99
208 Er ER
208002 Erb <1
209002 Pk *
209 GLOB
209003 LKE 98
210001 Lec 1
210
210002 Led 6
* pueden aparecer como antígenos de baja incidencia por pruebas serológicas normales.
79
tienen una baja incidencia en la población, y generalmente se heredan de
forma dominante. Los principales antígenos de baja frecuencia vienen
reseñados en la Tabla 1.27.
Los anticuerpos contra estos antígenos de baja frecuencia pueden ser cau-
santes tanto de cuadros de EHRN como de RHT, si bien con una escasísi-
ma incidencia, y su hallazgo suele ser casual; de tal manera que sólo se
han descritos casos de EHRN causada por: anti-JFV, anti-Kg, anti-
JONES, anti-HJK, y anti-REIT.
Tabla 1.27. Antígenos de baja frecuencia (Serie 700 ISBT)
Número Nombre Símbolo Número Nombre Símbolo
700002 Batty By 700039 Milne
700003 Christiansen Chra 700040 Rasmussen RASM
700005 Biles Bi 700043 Oldeide
700006 Box Bxa 700044 JFV
700017 Torkildsen Toa 700045 Katagiri Kg
700018 Peters Pta 700047 Jones JONES
700019 Reid Rea 700049 HJK
700021 Jensen Jea 700050 HOFM
700028 Livesay Lia 700052 SARA
700054 REIT
80
Los antígenos de alta incidencia más significativos desde el punto de vista
transfusional son:
• Antígeno Vel: los anticuerpos anti-Vel se detectan en fase de
Coombs, pero pueden aparecer en fase salina. Surgen tras episodios
inmunizantes, y se trata de una IgM que no suele causar EHRN, pero
sí RHT aguda fijando el complemento.
• Antígeno Lan: El anti-Lan, ha causado al menos un caso de RHT
inmediata. Unidades de sangre Lan-, normalmente no se requieren
para la transfusión pero deben considerarse en casos en los que exis-
tan títulos altos de anticuerpo. No hay descrito ningún caso de anti-
Lan en relación con EHRN.
• Antígeno Ata: El anti-Ata ha sido involucrado en casos de RHT.
Unidades de sangre At(a-) normalmente no se requieren para la
transfusión pero deben considerarse en casos en los que existan títu-
los altos de anticuerpo. Hay un caso descrito de anti-Ata que provo-
có una EHRN moderada.
• Antígeno Jra: hay escasa evidencia de que el anti-Jra ha causado
una RHT, y no hay ningún caso descrito de EHRN. Unidades de
sangre Jr(a-) normalmente no se requieren para la transfusión pero
deben considerarse en casos en los que existan títulos altos de anti-
cuerpo.
• Antígeno Emm: solo se han descrito cinco casos de anti-Emm, y no
hay ninguna evidencia de su importancia clínica.
• Antígeno Sda: está presente en el 91%, pero en mujeres embarazadas
puede disminuir su expresión e incluso desaparecer. Si bien ha sido
involucrado en una ocasión como causa de RHT, se cree que en la
práctica clínica no tiene interés transfusional.
• Antígeno AnWj: el anticuerpo anti-AnWj ha causado severas RHT, y
en caso de detectarse hay que seleccionar unidades que carezcan del
antígeno.
• Antígeno PEL: sólo dos casos de anti-PEL y dos anti-PEL-like se
han descrito. Estudios “in vivo” sobre la supervivencia de los hema-
tíes sugieren que los anti-PEL no causarían una RHT.
• Antígeno ABTI: sólo se conocen tres casos de anti-ABTI, y no hay
información suficiente sobre su importancia clínica.
81
• Antígeno MAM: cuatro casos conocidos de anti-MAM eran anti-
cuerpos IgG potentes. Anti-MAM no ha causado RHT, pero sí cau-
sado EHRN severa.
D. Antígenos plaquetarios
Los antígenos plaquetarios podemos dividirlos en dos grandes categorías:
aquellos antígenos que son compartidos con otras estirpes celulares, y
aquellos que son específicos de las plaquetas.
Entre los antígenos que las plaquetas comparten con otras células se
encuentran: glicoproteínas de los sistemas ABO, Lewis, Ii y P; los antíge-
nos clase I del sistema HLA, sobre todo los de los locus A y B, y en mucha
menor medida los del C.
Los aloantígenos plaquetarios “específicos” (Tabla 1.29.) vienen expresa-
dos por aloanticuerpos dirigidos contra determinadas variaciones molecu-
lares genéticas de las proteínas o los carbohidratos de la membrana pla-
quetar. La mayoría de estos antígenos pertenecen a los receptores celula-
res de adhesión, integrinas, y moléculas involucradas en la matriz celular
e interacciones celulares. Los aloantígenos plaquetarios que residen en la
subunidad de la integrina β3 (GPIIIa) también se han detectado en las
células endoteliales, del músculo liso, y fibroblastos. Los antígenos aso-
ciados con la subunidad de la integrina α2 (GPIa) también se han encon-
trado en los linfocitos T activados y en las células endoteliales. El CD109
que lleva los epítopes de los antígenos HPA-15 también se expresa en las
células T-activadas, células endoteliales y varias células de diversas líne-
as tumorales. En contra, los aloantígenos localizados en la subunidad de
la integrina αIIb y en la subunidad GPIb, parecen ser específicos del lina-
je megacariocito/plaqueta.
Desde el punto de vista de la medicina transfusional, los sistemas antigé-
nicos plaquetarios tienen interés (ver capítulos posteriores) en:
• Refractariedad a la transfusión de plaquetas.
• Púrpura post-transfusional.
• Trombocitopenia aloinmune neonatal.
82
Tabla 1.29. Sistemas antigénicos plaquetarios humanos
OTRAS FRECUENCIA
SISTEMA ANTÍGENOS GLICOPROTEINA
DENOMINACIONES ANTIGÉNICA
HPA-1a Zwa, PlA1 97.9%
HPA-1 GPIIIa
HPA-1b Zwb, PlA2 28.8%
HPA-2a Kob >99.9%
HPA-2 GPIba
HPA-2b Koa, Siba 13.2%
HPA-3a Baka, Leka 80.95%
HPA-3 GPIIb
HPA-3b Bakb 69.8%
HPA-4a Yukb, Pena >99.9%
HPA-4 GPIIIα
HPA-4b Yuka, Penb <0.1%
HPA-5a Brb, Zavb 99.0%
HPA-5 GPIa
HPA-5b Bra, Zava, Hca 19.7%
HPA-6w HPA-6bw Caa, Tua 0.7% GPIIIa
HPA-7w HPA-7bw Mo 0.2% GPIIIa
HPA-8w HPA-8bw Sra <0.01% GPIIIa
HPA-9w HPA-9bw Maxa 0.6% GPIIb
HPA-10w HPA-10bw Laa <1.6% GPIIIa
HPA-11bw Groa <0.25% GPIIIa
HPA-12bw Iya 0.4% GPIbβ
HPA-13bw Sita 0.25% GPIa
HPA-14bw Oea <0.17% GPIIIa
HPA-15a Gova 60.2%
HPA-15 CD109
HPA-15b Govb 80.5%
HPA-16bw Duva <1% GPIIIa
Vaa <0.4% GPIIb/IIIa
PlT >99.9% GPV
Vis GPIV
Pea GPIbα
Dya 38kD GP
Moua 26% desconocido
83
Desde que las plaquetas juegan un papel importante en el desarrollo de la
enfermedad coronaria aguda y de enfermedades cerebro-vasculares, un
foco de interés creciente ha sido el impacto de los polimorfismos de las
glicoproteínas estructurales de las plaquetas sobre éstas enfermedades. El
primer informe de la asociación del alelo HPA-1b sobre la GPIIIa, ha
inducido a una serie de estudios ulteriores; de tal manera que el efecto del
alelo HPA-1b como factor genético de riesgo de enfermedad vascular
isquémica puesto en evidencia en algunos estudios, no se ha visto corro-
borado en otros análisis subsecuentes.
A pesar de la controversia que rodea éstas correlaciones clínicas, las
investigaciones actuales indican que el fenotipo HPA-1 tiene un efecto
sobre la función plaquetaria; de tal modo parece conferir un umbral más
bajo para las respuestas agonistas inducidas de las plaquetas y alterar las
funciones mediadas por las GPIIb/IIIa, como la adherencia y la retracción
del coágulo. En contraste, estudios amplios no han encontrado una aso-
ciación entre los polimorfismos del HPA-3 con la enfermedad coronaria,
infarto de miocardio, o estenosis o trombosis post by-pass. Por último, se
ha encontrado una relación entre el HPA-2 y un aumento del riesgo de
enfermedad coronaria y cerebro-vascular.
E. Antígenos granulocitarios
Los primeros antígenos granulocitarios se identificaron en 1966, y se trata
de unos antígenos específicos de los granulocitos localizados en su mem-
brana, que han ido describiéndose a partir de la detección de anticuerpos
en diversas situaciones clínicas tales como: neutropenia neonatal aloin-
mune, neutropenias autoinmunes, y reacciones transfusionales febriles no
hemolíticas. Los principales sistemas antigénicos granulocitarios descri-
tos en la actualidad vienen reseñados en la Tabla 1.30.
Desde el punto de vista de la medicina transfusional, los sistemas antigé-
nicos granulocitarios tienen interés (ver capítulos posteriores) en:
• Reacciones transfusionales febriles no hemolíticas.
• Lesión pulmonar aguda asociada a transfusión.
• Neutropenia aloinmune post-transfusional.
• Neutropenia neonatal aloinmune.
84
Tabla 1.30. Sistemas antigénicos granulocitarios humanos
SISTEMA FRECUENCIA
ANTÍGENO LOCALIZACIÓN ACRÓNIMO ALELOS
ANTIGÉNICO FENOTIPO %
HNA-1 HNA-1a FcγRIIIb NA-1 46 FCGR3B*01
HNA-1b FcγRIIIb NA-2 88 FCGR3B*02
HNA-1c FcγRIIIb NA-3 (SH) 5 FCGR3B*03
HNA-2 HNA-2a gp50-64 NB1 97 CD177*01
gp45-56 NB2 32
- NC 91
- ND 98.5
- NE 23
FcγRIIIb LAN >99
FcγRIIIb SAR >99
FcγRIIIb 9 58
FcγRIIIb Five -
HNA-3 HNA-3a gp70-95 5b 99 NO DEFINIDO
HNA-4 HNA-4a CD11b MART 99.1 CD11B*01
HNA-5 HNA-5a CD11a OND >99 CD11A*01
- SL 66
85
tos se detectan por anticuerpos. La “w” después de “A” o “B” indica que
es una especificidad HLA “provisional” (aún no está claramente definida,
puede que se trate de un antígeno realmente, o de más de un antígeno, o
de una modificación de uno ya conocido).
A fines de los años 60 se describió otra región del sistema, cuyos produc-
tos no siempre se pueden detectar por anticuerpos y requiere de reaccio-
nes de linfocitos T (técnica conocida cómo cultivo mixto linfocitario), que
se conoció cómo región Ia-like, hasta que, en 1972, se identificó lo que
primero se consideró el locus D, el cual pronto se definió cómo una
región, que actualmente tiene por lo menos 3 loci conocidos: DR, DP y
DQ.
Tras muchos estudios, y actualmente gracias a la biología molecular, se
han identificado tres regiones diferentes dentro del CMH, que codifican
productos diferentes en cuanto a su estructura química, distribución y fun-
ción:
• Clase I: corresponden a los loci A, B y C, (la biología molecular
recientemente ha permitido determinar además los loci G y E, cuya
función aún no está clara) los que codifican la expresión de los antí-
genos clase I, es decir, HLA-A, HLA-B y HLA-C. Los loci com-
prenden una extensión de aproximadamente 2000 Kb y están sepa-
rados entre sí por largas fibras de ADN. El papel fisiológico de estos
antígenos es la restricción del reconocimiento antigénico por los lin-
focitos T CD8(+), citotóxico/supresor.
• Clase II: comprende los loci de la región D, que codifican los antí-
genos clase II, HLA-DR (α y β), DQ (α y β), y DP (α y β), Hay otros
loci que están aún menos estudiados. Los genes de la región D son
los llamados hasta hace poco “genes IR” (de respuesta inmune), res-
ponsables de los llamados “antígenos Ia”. Participan en la inducción
de repuesta de los linfocitos CD4(+) helper/inductor.
• Clase III: corresponden a genes contenidos dentro de la región, pero
cuyos productos no son estrictamente antígenos HLA. Originalmente
se definieron cómo genes para algunos componentes del complemen-
to (C2, C4, BF). Actualmente se sabe que contiene una cantidad de
diversos genes, como el de la 21- hidroxilasa y otras enzimas involu-
cradas en la síntesis de esteroides y otras sustancias. El hecho de que
estos genes estén dentro de la región cromosómica HLA no está acla-
rado todavía, pensándose en probables ventajas evolutivas.
86
F.1. Biosíntesis y expresión de los antígenos HLA
Al hablar de expresión de antígenos HLA, se entiende que esto se refiere
a la presencia de moléculas clase I o clase II en la membrana de las dife-
rentes estirpes celulares.
Las antígenos del CMH son traducidos desde el ARNm en los ribosomas
unidos a la membrana, e insertados en la membrana. La trascripción de los
genes y la expresión de los antígenos está regulada coordinadamente. Hay
citocinas que modulan la expresión de las moléculas clase I y clase II en
diferentes tipos celulares.
• Antígenos clase I: se encuentran en todas las células nucleadas del
organismo. Su presencia es nula en el eritrocito. Su expresión es
intensa en las células linfoides, menos intensa en hígado, riñón y
pulmón; y escasa en cerebro, músculo esquelético y trofoblasto
velloso. Su expresión es coordinada: A, B y C se expresan al mismo
tiempo en la superficie celular.
• Antígenos clase II: su expresión es más limitada. Aparecen en las
células que participan en la respuesta inmune, en especial en el
monocito, macrófago, células de Langerhans y otras células presen-
tadoras de antígenos, linfocitos B, células progenitoras hematopoyé-
ticas y linfocitos T (en algunas etapas de su activación). Pueden
expresarse en las células endoteliales y epiteliales bajo la acción de
algunas citocinas, como el γ-interferón. También, al igual que los de
clase I, expresan siempre los productos de todos los loci D.
El sistema HLA desde el punto de vista genético es codominante: ambos ale-
los se expresan en el fenotipo. Tienden a heredarse en bloque y la recombi-
nación intra-sistema HLA es poco frecuente. Por eso, se habla de herencia de
haplotipos y no de alelos. Al ser codominantes, en una progenie humana,
entre hermanos existe una probabilidad del 50% de compartir un haplotipo,
del 25% de compartir ambos y del 25% de no compartir ninguno.
87
forma no covalente a alfa-3, el tercer dominio de la cadena pesada y no
penetra en la membrana. La cadena pesada tiene tres dominios globulares
alfa: 1,2 y 3, que protruyen hacia fuera de la membrana, una porción trans-
membrana que ancla a la molécula, y una pequeña cola intracitoplasmáti-
ca en el extremo C-terminal.
Para analizar la estructura de la molécula se la puede considerar como si
estuviera formada por cuatro regiones:
• Región citoplasmática: corresponde al extremo C-terminal de la
cadena, con alrededor de 50 residuos aminoácidos, de los cuales la
mitad más o menos corresponde a aminoácidos polares, como la
serina y otros. Tendría un papel en la regulación de las interacciones
de la molécula de antígeno HLA con otras proteínas de membrana o
con proteínas del citoesqueleto.
• Región transmembrana: corresponde a unos 25 aminoácidos, que
forman una alfa-hélice. Se cree que pasa entre las porciones hidro-
fóbicas de los fosfolípidos, y ancla a la molécula en la membrana.
• Región extracelular inmunoglobulina: corresponde al dominio alfa-
3, formado por unos 90 residuos aminoácidos que van desde la región
transmembrana hasta el extremo C-terminal de alfa-2. Es un segmen-
to altamente conservado (igual en todos), con una estructura similar a
las inmunoglobulinas. Forma un “loop” con puentes disulfuro. Aquí
se une la cadena beta del antígeno, es decir, la β-2-microglobulina.
• Región aminoterminal (sitio de unión a los péptidos): son las
regiones alfa-1 y alfa 2, que incluyen alrededor de 180 residuos. Las
dos regiones forman una verdadera plataforma en la que se contiene
el lugar donde se va a alojar el antígeno a presentar. Esta región de
la molécula es variable y en ella reside el polimorfismo.
Clase II: también son heterodímeros de cadenas glicoproteícas, pero a
diferencia de los de clase I, tanto la cadena pesada alfa como la liviana
beta tienen una porción transmembrana, y en ambas existe variación. No
hay una cadena constante como la β-2-microglobulina en los de clase I y
la diferencia de tamaño entre ambas cadenas es menor. La alfa pesa de 30
a 34 Kd y la beta de 26 a 32 Kd. En ambas se distinguen dominios alfa 1,
alfa 2, beta 1, y beta 2.
• Región citoplasmática y transmembrana: se sabe menos que en
los de clase I. La región C-terminal de las cadenas alfa y beta se
88
extiende a través de la membrana, con unos 25 residuos intracelula-
res. Se sabe que de alguna manera estas regiones determinan la
movilidad de estas moléculas y su interacción con otras proteínas
celulares.
• Región extracelular inmunoglobulina: ambas cadenas tienen
regiones que son homólogas a las inmunoglobulinas y contienen
enlaces S-S internos. Aunque hay poca variabilidad, pueden haber
diferencias entre los diferentes loci genéticos.
• Región amino terminal de unión al péptido: formada por unos 90
residuos, es altamente polimórfica y, a diferencia de los clase I,
ambas cadenas participan en la formación del bolsillo.
89
• Presentación de antígeno y regulación de fase efectora de la cito-
toxicidad dependiente del linfocito T: a nivel intracelular, los antí-
genos del CMH en la célula presentadora, participan en el procesa-
miento del antígeno y, cómo ya se ha dicho, son críticos en la pre-
sentación antigénica.
• Funciones no inmunológicas: se ha asociado al CMH con fenóme-
nos tales como el peso corporal en los ratones, la capacidad de poner
huevos en las gallinas y otros hechos que están bajo control hormo-
nal, no descartándose que puedan participar de alguna manera en los
receptores para hormonas.
90
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95
2. LA DONACIÓN DE SANGRE
La donación altruista de sangre y/o componentes es, hoy por hoy, el único
mecanismo posible para la obtención de estos agentes terapéuticos. La
necesidad de la transfusión es un hecho permanente y aun creciente dentro
de las nuevas medidas terapéuticas aplicadas a la actividad asistencial; de
hecho la Hemoterapia constituye hoy en día el soporte fundamental sobre
el que se basan los tratamientos intensivos con quimioterapia, los trans-
plantes de órganos y una diversidad de procedimientos diagnósticos y tera-
péuticos que no podrían utilizarse sin la presencia de los hemoderivados.
El altruismo y la voluntariedad de los donantes son la mejor garantía de
calidad y seguridad para el donante y para el receptor, hecho que ha que-
dado especialmente patente tras el conocimiento de nuevas enfermedades
virales que pueden ser transmitidas por la sangre transfundida, y que ha
llevado a reforzar y potenciar las políticas de autosuficiencia nacional y
europea basadas en donaciones altruistas desde instituciones supranacio-
nales, como la O.M.S., C.E.E. y el Consejo de Europa.
Las garantías de calidad y seguridad de la Hemoterapia en nuestros días
se fundamentan básicamente en: la adecuada selección de los donantes,
los controles realizados sobre el producto de la donación que repercuten
97
beneficiosamente tanto sobre el receptor como el propio donante, la eli-
minación o inactivación de los posibles agentes infecciosos, y el uso
racional de la sangre y sus derivados.
98
peratura corporal, y los valores de hemoglobina y/o hematocrito. Se aten-
derá de forma especial a las siguientes circunstancias:
99
tadas por debajo de estos niveles, bajo la responsabilidad del médico res-
ponsable de la Unidad de Extracción.
A.2. El interrogatorio
Constará en una historia clínica y un cuestionario de preguntas; se formu-
larán las preguntas necesarias para averiguar si el candidato a donante está
en buen estado de salud y no padece o ha padecido alguna enfermedad
importante. Serán criterios y condiciones de exclusión a tener en cuenta
en las donaciones, las enfermedades o antecedentes de los siguientes apar-
tados.
A.2.1. Ocupación
En profesiones o aficiones peligrosas se deberá esperar un intervalo no
menor de doce horas entre donación y vuelta al trabajo o práctica de la
afición.
Tales ocupaciones incluyen por ejemplo, pilotos, conductores de autobús
o de tren, operadores de grúas, escaladores, escafandristas, patinadores,
montañeros y buceadores.
A.2.2. Alergia
Los donantes potenciales con alergia al polen deberán ser excluidos de la
donación durante la época de polinización. Aquellos que reciban vacunas
desensibilizantes no donarán hasta pasadas setenta y dos horas después de
la última inyección. Los donantes con un eccema local en el sitio de veno-
punción serán excluidos de forma temporal. Los individuos que padecen
asma en forma leve o asintomática y que requieran únicamente el uso de
aerosoles esporádicamente pueden ser aceptados. Alergia a los medica-
mentos, en particular la penicilina: Exclusión de un año después de la
última exposición.
Los individuos con historia documentada de anafilaxis, no deben ser acep-
tados como donantes.
A.2.3. Beta-talasemia
Los portadores heterocigóticos de la enfermedad pueden donar sangre
siempre que tengan buena salud y niveles aceptables de hemoglobina.
100
A.2.4. Bronquitis
No deberán ser aceptados como donantes personas con síntomas de bron-
quitis crónica grave.
A.2.5. Cirugía
A.2.5.1. Cirugía mayor
La cirugía mayor tiene generalmente un periodo de cuarentena de seis
meses.
A.2.5.2. Cirugía menor
Pacientes que hayan requerido examen endoscópico.
Pacientes que hayan requerido implantación de catéteres intravasculares.
Perforación de piel y mucosas con material no estéril.
En estas tres condiciones, exclusión durante un año.
A.2.6. Diabetes
Exclusión definitiva si está en tratamiento con insulina.
A.2.7. Embarazo
Las mujeres embarazadas no deben aceptarse como donantes, a menos
que sea en circunstancias excepcionales y a discreción del médico que las
trata durante su embarazo. Después del embarazo, el periodo de cuarente-
na debe durar tantos meses como haya durado el embarazo, o por lo
menos durante todo el tiempo que dure la lactancia.
101
A.2.10. Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob
Todos los individuos tratados con extracto de glándula pituitaria de origen
humano, han sido receptores de duramadre o de un injerto de córnea, o los
que tengan una historia familiar de enfermedad de Creutzfeldt-Jakob
deben ser excluidos como donantes.
A.2.11. Epilepsia
Las personas que la padezcan serán excluidas de forma definitiva, estén o
no sometidas a tratamiento.
A.2.14. Hipertensión
Las personas con diagnóstico confirmado de hipertensión, no deben ser
aceptadas como donantes. Todas las situaciones que no se ajusten de
forma clara a ello, serán valoradas individualmente por el médico respon-
sable de la Unidad de Extracción.
102
Convivencia con un enfermo de hepatitis B o C: Exclusión durante un
año.
Las personas que han tenido relación directa con un caso de hepatitis o
han recibido una transfusión de sangre o productos hemoderivados
deben someterse a un período de cuarentena de doce meses. Lo mismo
es aplicable en los casos de acupuntura (a excepción de la realizada
bajo estricto control médico), tatuajes y perforación del lóbulo de la
oreja.
El personal hospitalario que esté en contacto directo con pacientes de
hepatitis será aceptado a discreción del médico responsable de la uni-
dad de extracción de sangre, siempre que no haya sufrido un pinchazo
o inoculación accidental con un paciente infectado en los últimos doce
meses.
Los donantes sin marcadores demostrables de hepatitis, que hayan dona-
do sangre a dos pacientes con fuerte sospecha de haber sido inoculados
por una transfusión sanguínea, deben quedar excluidos. En el caso de un
único donante de sangre utilizado en una transfusión cuyo receptor desa-
rrolla una hepatitis, debe ser así mismo excluido.
103
A.2.16.5. Tuberculosis
Puede ser considerado apto dos años después de haber sido declarado
curado.
A.2.16.6. Contacto con enfermedades infecciosas
Período de cuarentena similar al periodo de incubación, o en el caso de ser
este último desconocido, el médico responsable de la Unidad de Extracción
establecerá la naturaleza de la exposición y el tiempo de rechazo.
A.2.16.7. Mononucleosis infecciosa
Exclusión seis meses tras recuperación total.
A.2.17. Inmunizaciones
Inoculaciones, vacunas Periodo de cuarentena
Vacunas con bacterias y virus atenuados:
BCG, varicela, fiebre amarilla, rubéola,
sarampión, poliomielitis (oral). 4 semanas.
Vacunas con bacterias muertas:
Cólera, fiebre tifoidea (TAB). 48 horas.
Vacunas con virus inactivados:
Poliomielitis (inyección), gripe. 48 horas.
Toxoides, difteria, tétanos. 48 horas.
Otras vacunas:
Hepatitis A 48 horas.
Hepatitis B. 48 horas.
Rabia (un año tras exposición). 48 horas.
Sueros de origen animal. 3 meses.
104
portamientos de riesgo que pueden exponerlos a fuentes potenciales de
infección, transmisibles por la donación. Todos los donantes que resulten
positivos y sean confirmados como tales, deberán ser informados de que
no deben realizar más donaciones.
A.2.21. Medicación
La administración de una medicación puede ser indicio de una enferme-
dad subyacente capaz de descalificar al donante. Se recomienda que se
ponga a disposición del personal que atiende a los donantes una lista de
los medicamentos de uso común, con normas para la aceptación de donan-
tes que ya han sido aprobadas por los médicos responsables del Banco de
Sangre. Los donantes en tratamiento bajo prescripción facultativa deben
de ser excluidos por el período determinado por la farmacocinética de la
droga administrada.
Los donantes tratados con Finasterida (Proscar®), o Isotretinoina
(Roactuan®) serán excluidos durante un mes tras la última dosis. Los
donantes que hayan recibido tratamiento con Eterinato (Tigason®), serán
excluidas definitivamente. La ingesta de ácido acetil-salicílico en los
cinco días previos a la extracción, lo excluye para la donación de pla-
quetas.
A.2.22. Osteomielitis
Su padecimiento acarrea la exclusión durante dos años tras la curación.
105
A.2.23. Peso corporal
A.2.26. Transfusiones
A.2.27.1. Malaria
Serán excluidos como donantes:
Durante tres años: Las personas que hayan padecido paludismo, que estén
asintomáticos y libres de tratamiento. Tras este período, serán aceptados
solamente como donantes de plasma. Posteriormente pueden ser donantes
de hematíes si las pruebas inmunológicas del paludismo son negativas.
Las personas que han nacido en zonas de endemia palúdica y han perma-
necido en ella cinco años o más.
Durante seis meses: Las personas que hayan estado en zona de endemia
palúdica, si no han tenido en ese periodo de permanencia episodios febri-
les. Si los han tenido será necesario llevar a cabo una prueba inmunológi-
ca y que ésta sea negativa. Si no se dispone de la prueba, exclusión por
tres años.
106
Las pruebas inmunológicas pueden omitirse si el donante es exclusiva-
mente de plasma.
Con objeto de conocer los países con endemia palúdica, es conveniente
disponer de un mapa adecuado en cada Centro de Donación.
A.2.27.2. Enfermedad de Chagas
Exclusión de seis meses a las personas que visiten áreas tropicales donde
la enfermedad es endémica, y si no han padecido fiebre o enfermedad no
aclarada. La permanencia en zonas endémicas recomienda la donación
exclusivamente de plasma.
De forma esquemática en la Tabla 2.1. vienen reflejadas las distintas situa-
ciones más comunes del donante, y el período de exclusión que originan.
107
PAREJAS SEXUALES ANTERIORES DE VHB+ ADMITIDAS TRAS UN AÑO
DESPUÉS DE LA ÚLTIMA RELA-
CIÓN SEXUAL
ENFERMEDAD DE CREUTZFELD-JACOB
108
PERSONAS SOMETIDAS A PROCEDIMIENTOS PERMANENTE
NEUROQUIRÚRGICOS INTRACRANEALES
ENFERMEDADES INFECCIOSAS
BABESIOSIS PERMANENTE
SÍFILIS PERMANENTE
ENFERMEDAD DE CHAGAS
– ANTECEDENTE DE ENFERMEDAD PERMANENTE
– PERMANENCIA EN ÁREA ENDÉMICA SÓLO PRODUCTOS PLASMÁTICOS
– VIAJE A ZONA ENDÉMICA 6 MESES
PALUDISMO ( MALARIA )
– PALUDISMO SINTOMÁTICO 3 AÑOS TRAS CURACIÓN Y TEST
NEGATIVO
– MÁS DE 5 AÑOS DE PERMANENCIA EN ZONA 3 AÑOS
ENDÉMICA O QUE HAYAN NACIDO EN ELLAS
FIEBRE Q PERMANENTE
109
RESFRIADO COMÚN 1 SEMANA
ENFERMEDADES ALERGICAS
CIRUGÍA PREVIA
MAYOR 6 MESES
DIABETES MELLITUS
ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES
110
ANGINA DE PECHO PERMANENTE
ENFERMEDADES RENALES
EPILEPSIA PERMANENTE
POLIGLOBULIAS
VACUNACIONES
111
VACUNAS CON VIRUS INACTIVADOS 48 HORAS (EL CONSEJO DE
– POLIOMIELITIS INYECCIÓN EUROPA LOS ACEPTA SI ESTA EN
– GRIPE BUENAS CONDICIONES)
OTRAS VACUNAS
48 HORAS (EL CONSEJO DE
– HEPATITIS A EUROPA LOS ACEPTA SI ESTA EN
– HEPATITIS B BUENAS CONDICIONES)
– RABIA EN CASOS DE EXPOSICIÓN A
RABIA: 1 AÑO
– ENCEFALITIS PROPAGADA POR GARRAPATAS
FÁRMACOS Y MEDICACION
B.1. Locales
Se debe distinguir fundamentalmente entre dos tipos de locales para reali-
zar la donación de sangre: los locales ubicados de forma permanente en los
Centros Regionales de Transfusión o en los Bancos de sangre Hospitalarios,
y los locales utilizados por las unidades móviles de los mismos, que se des-
plazan a diversas localidades que carecen de locales hospitalarios para rea-
lizar la donación, con el fin de incrementar el número de donantes.
• El tamaño y emplazamiento de los locales donde se realice la dona-
ción en un Banco de sangre o Centro de Transfusión, serán adecua-
dos para facilitar su uso, limpieza y conservación correcta conforme
a las normas de higiene, y dispondrán de espacio, iluminación y ven-
tilación suficiente para ejercer las siguientes actividades:
112
✓ Examen de las personas para determinar su idoneidad como
donantes de sangre o de componentes de la misma.
✓ Espacio que salvaguarde la confidencialidad de la entrevista.
✓ Extracción de sangre de los donantes y cuando proceda, reinfusión
de los componentes.
✓ Asistencia a los donantes y administración del tratamiento si lo
necesitarán por sufrir algún tipo de reacción adversa.
• En los casos en los que se utilicen unidades móviles para la extrac-
ción de sangre, la instalación deberá reunir las condiciones idóneas
de higiene, espacio y ventilación, para la asistencia a los donantes y
administración del tratamiento, si lo necesitarán, por sufrir algún tipo
de reacción adversa, y para evitar riesgos tanto para la sangre o los
componentes extraídos, como para el equipo encargado de la extrac-
ción. Como mínimo deben requerir espacio suficiente para garantizar
de forma adecuada:
✓ Examen de las personas para determinar su idoneidad como
donantes de sangre o de componentes de la misma.
✓ Espacio que salvaguarde la confidencialidad de la entrevista.
✓ Extracción de sangre de los donantes y cuando proceda, reinfusión
de los componentes.
✓ Asistencia a los donantes y administración del tratamiento si lo
necesitarán por sufrir algún tipo de reacción adversa.
113
Si se utilizará el procedimiento de esterilización, su eficacia no será infe-
rior a la que se logra con una temperatura de 121,5° C, mantenida duran-
te veinte minutos con vapor saturado a una presión de 103 la. (1.05 kg
1/cm) o con una temperatura en atmósfera seca de 170° C durante dos
horas.
B.3. Recipientes
Todo el material propio para la extracción deberá ser desechable y de un
solo uso. Las bolsas de extracción no deberán presentar signos de altera-
ción, ni haber sido previamente manipuladas. Se debe realizar una ins-
pección de las bolsas y tubulares del equipo de extracción para detectar
alguna anomalía o defecto, así como la fecha de caducidad del mismo.
Las bolsas de sangre actuales se fabrican en PVC de alta transparencia y
resistencia y con diseños que permiten una cómoda separación de los
componentes; disponen de una aguja estéril de 16 G, generalmente tribi-
selada y siliconada que garantice una cómoda e indolora punción. Se dis-
pone de diversos tipos de bolsas de extracción, en función del ulterior
fraccionamiento al que van a ser sometidas; las más comúnmente utiliza-
das en nuestro medio son:
• Bolsas simples CPD-A.
Son bolsas con una capacidad entre 450-500 mL de sangre con 63-70
mL de solución anticoagulante CPD-A y un tubo colector integral con
aguja de 16G. Se utiliza fundamentalmente para la obtención de san-
gre completa en los programas de Transfusión Autóloga con prede-
pósito, así como para las flebotomías terapéuticas.
• Bolsas dobles CPD-A.
Una bolsa primaria con una capacidad entre 450-500 mL de sangre
con 63-70 mL de solución anticoagulante CPD-A conectada un tubo
colector integral con aguja de 16G, y conectada mediante otro túbu-
lo a otra bolsa con una capacidad mínima de 300 mL. Se utilizan en
los programas de Transfusión Autóloga con predepósito, en los que se
realiza una separación de componentes, obteniéndose plasma fresco.
• Bolsas triples CPD-A.
Una bolsa primaria con una capacidad entre 450-500 mL de sangre
con 63-70 mL de solución anticoagulante CPD-A conectada un tubo
114
colector integral con aguja de 16G, y conectada mediante otros dos
túbulos a otras bolsas con una capacidad mínima de 300 mL, una de
ellas para el mantenimiento de plaquetas por espacio de tres a cinco
días. En la actualidad apenas se utilizan.
• Bolsas triples CPD+SAG-MANITOL.
Una bolsa primaria para recolectar la sangre con una capacidad entre
450-500 mL de sangre con 63-70 mL de solución anticoagulante CPD
conectada un tubo colector integral con aguja de 16G, y conectada
mediante otros dos túbulos a otras dos bolsas con una capacidad
mínima de 300 mL, una de las cuales contiene 100 mL de SAG-M
conservadora de hematíes, y la otra con plástico especial, se utiliza
para el mantenimiento de plaquetas por espacio de tres a cinco días.
• Bolsas cuádruples CPD-A.
Una bolsa primaria para recolectar la sangre con una capacidad entre
450-500 mL de sangre con 63-70 mL de solución anticoagulante CPD
conectada un tubo colector integral con aguja de 16G, y conectada
mediante otros tres túbulos a otras tres bolsas con una capacidad
mínima de 300 mL, una de las cuales se utiliza para el mantenimien-
to de plaquetas por espacio de tres a cinco días, y las otras dos para
conservación de hematíes y plasma pobre en plaquetas. Su uso es
escaso en la actualidad.
• Bolsas cuádruples CPD+SAG-MANITOL.
Una bolsa primaria para recolectar la sangre con una capacidad entre
450-500 mL de sangre con 63-70 mL de solución anticoagulante CPD
conectada un tubo colector integral con aguja de 16G, y conectada
mediante otros tres túbulos a otras tres bolsas trasnfer con una capa-
cidad mínima de 300 mL, una de las cuales contiene 100 mL de SAG-
M conservadora de hematíes, otra se utiliza para el mantenimiento de
plaquetas por espacio de tres a cinco días, y la tercera para contener
plasma pobre en plaquetas y preparación de crioprecipitado. Se utili-
zan en las donaciones habituales de sangre para facilitar su posterior
fraccionamiento.
• Bolsas cuádruples CPD+SAG-M BUFFY-COAT.
Una bolsa primaria para recolectar la sangre con una capacidad entre
450-500 mL de sangre con 63-70 mL de solución anticoagulante CPD
115
conectada un tubo colector integral con aguja de 16G, y conectada
mediante otros tres túbulos a otras tres bolsas transfer con una capa-
cidad mínima de 300 mL, una de las cuales contiene 100 mL de SAG-
M conservadora de hematíes, otra denominada buffy-coat se utiliza
para preparar concentrado de plaquetas obtenido del buffy-coat, y la
tercera bolsa transfer vacía para contener plasma pobre en plaquetas.
Se utilizan en las donaciones habituales de sangre para facilitar su
posterior fraccionamiento.
116
B.4. Soluciones anticoagulantes-conservantes
Se utilizarán recipientes con anticoagulantes y conservantes adecuados
autorizados por la Dirección General de Farmacia y Productos Sanitarios,
según Orden de 13 de junio de 1983, por la que se regula el material e ins-
trumental médico-quirúrgico estéril, para utilizar una sola vez.
Las soluciones anticoagulantes-conservantes más utilizadas en nuestro
medio son:
CPDA-1
• Se utiliza fundamentalmente para la obtención de sangre completa en
los programas de transfusión autóloga preoperatoria.
• Volumen de la solución: 63 mL
• Composición de la solución por cada 100 mL:
✓ Citrato trisódico: 2.63 g.
✓ Dextrosa: 3.19 g.
✓ Acido cítrico: 0.299 g.
✓ Fosfato monosódico: 0.222 g.
✓ Adenina: 27.5 mg.
✓ Agua para inyección: csp 100 mL
• Caducidad de los hematíes: 35 días tras su obtención.
CPD-SAG MANITOL
• Se utiliza para la obtención de de sangre completa y su posterior frac-
cionamiento en los diversos componentes y hemoderivados.
• Volumen de la solución anticoagulante (CPD): 63 mL.
• Composición de la solución anticoagulante (CPD) por cada 100 mL:
✓ Citrato trisódico: 2.63 g.
✓ Glucosa: 2.55 g.
✓ Acido cítrico: 0.327 g.
✓ Fosfato monosódico: 0.251 g.
✓ Agua para inyección: csp 100 mL
117
• Volumen de la solución conservante (SAG-M): 100 mL.
• Composición de la solución conservante (SAG-M) por cada 100 mL:
✓ Glucosa: 0.900 g.
✓ Adenina: 16.9 mg.
✓ Manitol: 0.525 g.
✓ Cloruro sódico: 0.877 g.
✓ Agua para inyección: csp 100 mL.
• Caducidad de los hematíes: 35 días tras su obtención
118
peccionando visualmente y por tacto la vena ingurgitada a través de la
cual vamos a obtener la sangre. El manguito de presión no debe presionar
en exceso el antebrazo (no más de 60 mmHg), ya que puede verse com-
prometida la obtención de plaquetas funcionales y la recuperación del
Factor VIII en el proceso de fraccionamiento ulterior.
La desinfección de la zona debe comprender dos etapas: una inicial para
limpiar y desengrasar la piel, mediante una solución jabonosa, y una ulte-
rior con soluciones germicidas (solución de yodo y/o similares, investi-
gando previamente al donante sobre posibles alergias a los productos
yodados). Una vez tratada la piel con soluciones antisépticas se debe espe-
rar unos treinta segundos antes de proceder a la inserción de la aguja, no
volviendo a palpar la zona desinfectada.
Canalizar el vaso elegido tras desprender la aguja estéril de su capucha
protectora, sin enhebrar la vena ya que se producirá un hematoma; debe
ser canalizada al primer intento y comprobar como fluye la sangre de
manera constante a través del tubular (en el caso de realizar una segunda
punción, se utilizará un nuevo equipo); entonces, debe ser fijada a la piel
con esparadrapo para evitar su movilización y extravasación de la vía pun-
cionada (es aconsejable preguntar con anterioridad al donante la existen-
cia de posibles alergias cutáneas al esparadrapo, y en caso afirmativo uti-
lizar materiales hipoalergénicos).
Durante el proceso de extracción y llenado de la bolsa, el flujo sanguíneo
debe ser constante así como su homogenización apropiada con el antico-
agulante, para ello hay que prestar atención a los detalles siguientes:
• Cuando la sangre comience a fluir debe entrar inmediatamente en
contacto son la solución anticoagulante, procediéndose a una agita-
ción suave (manual o mediante balanzas automáticas) y constante de
la bolsa, que nos garantice una adecuada mezcla y evite la formación
de coágulos.
• El flujo sanguíneo debe ser constante, suficiente e ininterrumpido
(ello se consigue mejor con la utilización de métodos mecánicos de
extracción, ya que se puede controlar la cantidad prefijada de sangre
que se quiere extraer). La donación de una unidad de sangre entera
no debería durar más de 12 minutos, ya que un tiempo de extracción
más prolongado afecta negativamente a la calidad de los hemoderi-
vados que se obtienen tras el fraccionamiento de la unidad (sobre
todo para preparar unidades de plaquetas), y puede causar reacciones
119
adversas en el donante. Es aconsejable que el donante realice cada
10-15 segundos y de forma suave, no violenta, movimientos de fle-
xión y extensión de la mano para favorecer el flujo constante de la
sangre.
• Cuando se utiliza el método manual para mezclar la bolsa de sangre,
ésta debe ser invertida cada 30-45 segundos, para asegurar la máxi-
ma homogenización.
Finalizada la extracción, se obtienen las muestras piloto (adecuadamente
identificadas) para realizar los estudios inmunohematológicos y las deter-
minaciones serológicas encaminadas a detectar posibles enfermedades
transmisibles.
Desinflar el manguito de presión y retirar de forma rápida y limpia la
aguja, colocando de forma inmediata un apósito sobre la zona de punción,
presionándolo hasta que se consiga una hemostasia eficaz, y no aparezcan
complicaciones locales.
La aguja debe desecharse en un recipiente especial adecuado con el fin de
prevenir posibles riesgos de pinchazos accidentales al personal sanitario.
Durante todo el tiempo de la extracción deberá estar presente personal
sanitario cualificado y con experiencia en la donación para atender con
diligencia cualquier eventualidad que se pueda presentar.
La conservación de las unidades de sangre recién extraídas destinadas a
fraccionamiento se realiza en recipientes adecuados que permitan mante-
ner las condiciones correctas de temperatura según tipo de componente.
Si no van a ser fraccionadas, deberán ser colocadas a la temperatura de
conservación (1-6° C) antes de transcurridas ocho horas.
120
tificación de todo tipo de muestra y la realización de los controles ade-
cuados para asegurar la validez de las determinaciones.
121
receptores. (Ver capítulo 5 “Estudios pretransfusionales”, en donde se
detalla la metodología y técnica de su determinación).
122
C.2. Determinaciones serológicas
Las técnicas utilizadas en estas pruebas deberán tener, en cada momento,
un nivel óptimo de sensibilidad y especificidad, y los reactivos empleados
en ellas cumplirán la normativa sanitaria nacional. Se eliminará todas las
unidades en las que haya resultado positiva alguna de esas pruebas. Se
procederá, con respecto al donante, según se indica en el apartado de
resultados de las pruebas serológicas.
123
C.2.3. Anticuerpos contra los virus de la inmenodeficiencia humana
La detección de anticuerpos contra el virus de la inmunodeficiencia
humana (VIH) se implanto tras la eclosión del síndrome de inmuno-
deficiencia adquirida (SIDA), identificar su agente causal y mecanis-
mos de contagio, y disponer de técnicas serológicas para su identifi-
cación.
La técnica más empleada en los Bancos de Sangre y Centros de
Transfusión para su detección en la actualidad es el ELISA fundamen-
talmente por: ser una técnica fácilmente automatizable, poseer una
buena reproducibilidad, tener un coste accesible, tener una larga cadu-
cidad de los reactivos, y una excelente sensibilidad con una especifici-
dad aceptable. Los ensayos de ELISA de tercera generación, que han
introducido en los reactivos anticuerpos monoclonales y proteínas
obtenidas mediante técnicas de biología molecular, proporcionan nive-
les de sensibilidad y especificidad altamente seguros. Debe detectar los
anticuerpos tanto frente al VIH-TIPO 1, como frente al VIH-TIPO-2,
indistintamente.
En determinados países se incluye como determinación obligatoria el
antígeno p24 frente al VIH-TIPO-1, como una prueba adicional para
prevenir la transmisión del VIH en donantes que se encuentran en las
fases iniciales de la infección y que no han desarrollado anticuerpos
detectables.
124
técnicas de biología molecular, proporcionan niveles de sensibilidad y
especificidad altamente seguros.
125
D. Atención al donante
126
D.2.2. Cuidados post-donación generales
Antes de abandonar las instalaciones del Banco de sangre o de local en
donde se ha realizado la donación, y tras agradecerle la misma, es conve-
niente darle al donante una serie de consejos o cuidados a realizar en las
próximas horas. Entre los mismos cabe destacar los siguientes:
• Evitar la ingesta de bebidas alcohólicas y el tabaco en las dos horas
posteriores a la donación.
• Aumentar la ingesta de líquidos (agua, refrescos) durante los tres días
siguientes a la donación, para ayudar a reponer el volumen perdido
en la donación. Es especialmente importante la ingesta de líquidos
abundante en las 4-6 horas postdonación.
• Retirar el apósito colocado en el sitio de la punción pasadas cuatro
horas desde la donación; si observara presencia de sangrado, realizar
una presión durante cinco minutos y colocar un nuevo apósito.
• Evitar durante las doce horas siguientes a la donación el ejercicio físi-
co intenso (deportes, trabajo, etc.).
• Esperar 30 minutos tras la donación para conducir cualquier vehícu-
lo.
• En el caso de encontrarse mareado o con signos de debilidad, tran-
quilícese y acuéstese con las piernas elevadas o siéntese reposando la
cabeza sobre sus rodillas; generalmente estoas síntomas guardan más
relación con estados emocionales que con reacciones adversas a la
donación.
• Si pasada una hora tras la donación no presenta ninguna anomalía,
puede reanudar su trabajo habitual, siempre que éste no requiera un
desgaste físico importante.
127
D.4. Resultados de las pruebas serológicas
En el caso de detectarse alguna anomalía en los estudios analíticos reali-
zados, deberá ser comprobada en una nueva muestra, notificándose al
donante la anormalidad observada para que la ponga en conocimiento de
su médico si se estima oportuno. A efectos de exclusión se reflejará esta
circunstancia en el registro del banco de sangre.
La utilización de algoritmos destinados a estandarizar la interpretación de
los resultados de las pruebas biológicas utilizadas en la detección de
enfermedades transmisibles por la transfusión sanguínea es uno de los
requisitos primarios para garantizar la correcta aceptación de donantes y
donaciones. El algoritmo tiene como objetivo fundamental asegurar la
adecuada actuación en las distintas fases del proceso:
• Que solo se acepten aquellas donaciones y donantes con resultados
inequívocamente negativos en las pruebas realizadas sobre muestra
de sangre individuales.
• Que se realicen repeticiones por duplicado con la misma muestra de
sangre (o procedente de la misma extracción) en aquellos casos en los
que los resultados iniciales no sean negativos.
• Que, mediante la toma de una segunda muestra, se adopten las
siguientes medidas: se realicen las pruebas básicas y de confirma-
ción; se acepte al donante, si todos los resultados son negativos; en el
caso de que el resultado sea positivo, se informe y se excluya al
donante y, en le caso de que los resultados no sean concluyentes, y
por tanto, el resultado se indeterminado, se informe y excluya tem-
poralmente al donante.
Para ello se establecen los siguientes criterios:
• Primera muestra de sangre:
✓ Cuando el resultado de la prueba de cribado sea negativo: Se acep-
tará al donante y la donación.
✓ Cuando el resultado de la prueba de cribado se positivo o dudoso:
Se procederá a la repetición por duplicado con idéntico lote de reac-
tivos al empleado en la prueba, usando la misma muestra de sangre.
1. Si el resultado es negativo en las dos repeticiones de la prueba:
Se aceptará al donante y la donación.
128
2. Si el resultado es positivo en las dos repeticiones de la prueba:
Se eliminará la unidad.
3. Cuando una de las repeticiones de un resultado positivo y la
otra un resultado dudoso: Se eliminará la unidad.
4. En el caso de que una de las repeticiones de un resultado posi-
tivo o dudoso y la otra un resultado negativo: Se eliminará la
unidad.
5. En los casos 2, 3, Y 4: Se efectuarán las pruebas de confirma-
ción con técnicas de distinto principio biológico a la que se
aplicó en la prueba de cribado, utilizando la misma muestra de
sangre:
➢ Cuando todos los resultados sean negativos: Se podrán rea-
lizar pruebas suplementarias y se aceptará al donante.
➢ En caso de resultado positivo:
– Se informará lo antes posible, y siempre antes de transcu-
rridos siete días, a los centros que hayan recibido los com-
ponentes de donaciones anteriores del mismo donante,
para la recuperación y retirada de los componentes no uti-
lizados.
– Se informará lo antes posible, y siempre antes de trans-
curridos siete días, al centro de tratamiento del plasma
sobre donaciones anteriores del mismo donante, para la
recuperación y retirada de los componentes no utili-
zados.
– Se obtendrá una segunda muestra de sangre del donante,
para confirmación.
➢ En el caso de que el resultado sea indeterminado:
– Se informará lo antes posible, y siempre antes de transcu-
rridos siete días a los centros que hayan recibido los com-
ponentes de donaciones anteriores del mismo donante,
para la recuperación y retirada de los componentes no uti-
lizados.
– Se obtendrá una segunda muestra de sangre del donante,
para confirmación.
129
• Segunda muestra de sangre del donante:
Realizar prueba de cribado y de confirmación.
✓ Si todos los resultados son negativos: Se aceptará al donante.
✓ En caso de que el resultado sea positivo:
➢ Se informará lo antes posible, y siempre antes de transcurri-
dos siete días, a los centros que hayan recibido los compo-
nentes de donaciones anteriores del mismo donante, para la
recuperación y retirada de los componentes no utilizados.
➢ Se excluirá de forma permanente y se informará al donante.
➢ Se procederá a la localización, notificación y al estudio de
los receptores pertinentes de las donaciones anteriores.
✓ Si el resultado es indeterminado:
➢ Se excluirá temporalmente y se informará al donante.
➢ Se realizarán estudios adicionales.
130
• Oxigeno y mascarillas.
• Hielo y compresas frías
• Bolsas de plástico.
131
• Lesión nerviosa.
Es excepcional, pero durante el acto de la flebotomía se puede dañar
alguna ramificación nerviosa próxima a la vena. Se caracteriza por
sensación de comezón, irradiación del dolor y en ocasiones déficit
muscular. Conviene remitir al donante para estudio neurológico ulte-
rior.
• Punción arterial.
Es una complicación local de la donación de sangre relativamente
importante e infrecuente, pero que requiere un tratamiento urgente e
inmediato, retirando inmediatamente la aguja y realizando un venda-
je compresivo intenso, manteniendo el brazo del donante alzado
durante unos minutos; el donante no debe abandonar la sala de
extracción-recuperación hasta que se haya comprobado una correcta
hemostasia de la zona y ausencia total de sangrado.
• Reacciones alérgicas.
Son debidas a una hipersensibilidad local, bien a los apósitos, a la
sustancia desinfectante, o al esparadrapo; se traduce por un cuadro
eczematoso, que puede acompañarse de prurito y que en general no
precisa un tratamiento sistémico, realizando tan sólo un tratamiento
local.
132
✓ Sudoración.
✓ Nauseas y/o vómitos.
• Reacciones moderadas (Unidas o no a las ligeras).
✓ Bradicardia.
✓ Disminución de la TA <60 mmHg.
✓ Perdida ligera de conciencia.
• Reacciones severas (Se añaden a las anteriores).
✓ Movimientos involuntarios.
✓ Perdida profunda de la conciencia.
✓ Tetania.
✓ Contracciones musculares.
✓ Respiración estertorosa.
Las medidas a tomar en caso de aparición de estas reacciones adversas
van a depender de la categoría e intensidad de las misas. De forma gene-
ral podemos actuar de la siguiente manera:
Ante REACCIONES LIGERAS: detener la donación, si es posible trasla-
dar al donante a una zona reservada y colocarlo en posición de
Trendelemburg; tranquilizarlo y aconsejarle una respiración lenta y pro-
funda; darle placebo (agua con azúcar).
Ante DEBILIDAD Y MAREO: colocar al enfermo en Trendelemburg,
holgar los vestidos apretados, aplicar compresas frías, controlar pulso y
TA así como la respiración; si se prolonga la hipotensión administrar
líquidos iv, si bien en la mayoría de los casos se resuelven espontánea-
mente.
Ante NAUSEAS Y VOMITOS: colocar al donante en posición cómoda,
de lado, aconsejarle que respire lenta y profundamente; aplicar compresas
frías en la frente y nuca y dar agua para que se enjuague la boca.
Ante REACCIONES MODERADAS Y SEVERAS CON HIPOTEN-
SION, BRADICARDIA Y/O CONVULSIONES: hay que tomar las mis-
mas medidas anteriores, llamar al médico responsable, vigilar la permea-
bilidad de las vías respiratorias y evitar lesiones por mordedura y posibles
caídas al suelo en caso de convulsiones.
133
Ante CONTRACCIONES Y ESPASMOS MUSCULARES: estos suelen
asociarse con ligera perdida de la conciencia y presentar de forma breve
débiles movimientos convulsivos de una o varias extremidades. Donantes
extremadamente nerviosos pueden hiperventilar y desencadenar estos
cuadros ó tetanias con espasmos musculares en manos y cara. Hay que
prevenirlos en donantes nerviosos y si aparecen hacerlos respirar en bol-
sas de plástico el aire espirado, no administrando nunca Oxigeno. Si es
necesario, administrar Gluconato cálcico al 10% 1 ampolla.
134
Existe la variante de Plasmaféresis terapéutica que se realiza en
pacientes con determinadas patologías
• Aféresis de plaquetas.
Consiste en la obtención de plaquetas de donante único que puede ser
o no HLA-compatible compatible con el receptor.
Así mismo se utiliza la aféresis de plaquetas como procedimiento
terapéutico en pacientes con trombocitosis importante y criterios clí-
nicos para su rápida disminución
• Aféresis de hematíes.
Consiste en la obtención de hematíes en donantes, con grupos san-
guíneos raros en los que es difícil encontrar unidades de concentrado
de hematíes compatibles (bien por procedimientos quirúrgicos pro-
gramados, o para su criopreservación en previsión de futuras necesi-
dades), en programas de erirtroaféresis autológa programada (ver
capítulo 21 “Transfusión Autóloga Programada”), y en donantes
seleccionados para obtener “neocitos” y su posterior transfusión a
pacientes con enfermedades hematológicas congénitas que requieren
de un soporte transfusional periódico, con el fin de espaciar en la
medida de lo posible la transfusión de concentrados de hematíes.
Así mismo, se utiliza la aféresis de eritrocitos como procedimiento
terapéutico, en pacientes con hiperglobulias sintomáticas, y en
pacientes con anemias sintomáticas secundarias a alteraciones en los
hematíes (anemia de células falciformes, talasemias).
• Aféresis de granulocitos.
Consiste en la obtención de granulocitos para obtener concentrados
de los mismos e infundirlos en pacientes neutropénicos con infeccio-
nes severas que no responden a la terapia antibiótica y antifúngica
administrada.
Así mismo, se utiliza la aféresis de leucocitos (en general) como pro-
cedimiento terapéutico con el fin de disminuir rápidamente la cifra
circulante elevada de glóbulos blancos (superior a 100x109/L) en el
caso de leucemias agudas antes de iniciar el tratamiento quimioterá-
pico (con el fin de disminuir la severidad del síndrome de lisis tumo-
ral), o en el caso de leucemias crónicas hiperleucocitósicas (para evi-
tar los riesgos de la leucostasis cerebral o pulmonar).
135
• Aféresis de células progenitoras.
Consiste en la separación y obtención de las células mononucleares
de la sangre periférica (células CD-34+) que tienen la capacidad de
diferenciarse y regenerar la médula ósea de un paciente sometido a un
proceso de quimio-radioterapia ablativa. Aunque se pueden obtener
de donante, es más frecuente su obtención del propio paciente al que
con posterioridad se le realiza un autotransplante de células progene-
ritoras.
136
En la primera plasmaféresis se practicará un hemograma y una dosi-
ficación de las proteínas séricas. Asimismo, se comprobará que no
existen anomalías en las fracciones globulínicas. Estas determinacio-
nes analíticas se repetirán a intervalos regulares, que no deberán
exceder de las seis donaciones consecutivas. Se suspenderá tempo-
ralmente el programa de plasmaféresis si la cifra de proteínas séricas
totales es inferior a 60 gr/l, o en el caso de una reducción en más del
10 % en la tasa de proteínas o globulinas.
En donantes habituales de plasma (una vez cada dos semanas) se
determinará de forma anual un proteinograma con determinación de
albúmina y valores de Inmunoglobulinas, es especial de IgG.
• Donantes de plaquetas.
Además de reunir todos los requisitos exigidos para los posibles
donantes de sangre total, los donantes para citaféresis deben presen-
tar el día de la extracción, una concentración absoluta de plaquetas no
inferior a 150 x 109/L.
A los donantes de citaféresis que donen para un paciente determina-
do, se les realizarán las pruebas obligatorias en la primera citaféresis
y al menos cada 10 días si vuelve a donar.
• Donantes de granulocitos.
Además de reunir todos los requisitos exigidos para los posibles
donantes de sangre total, los donantes para citaféresis deben presen-
tar el día de la extracción, una concentración absoluta de granuloci-
tos no inferior a 5 x 109/L.
A los donantes de citaféresis que donen para un paciente determina-
do, se les realizarán las pruebas obligatorias en la primera citaféresis
y al menos cada 10 días si vuelve a donar.
• Donantes de hematíes.
El donante de eritroaféresis de más de una unidad debe tener un
volumen sanguíneo estimado superior a 5 litros. La hemoglobina pre-
via a la donación debe ser al menos de 140 g/L y no debería ser menor
de 110 g/L después de la donación. La eritroaféresis de donantes
autólogos puede realizarse bajo criterio médico con valores inferiores
de hemoglobina.
137
• Donantes de células progenitoras.
La validez de los estudios serológicos es de treinta días. Además se
realizarán determinaciones encaminadas a valorar la idoneidad y
compatibilidad del donante con el posible receptor.
F.3.1. Plasmaféresis
• La frecuencia máxima será de una donación cada dos semanas. En
circunstancias excepcionales, y siempre bajo criterio médico, este
tiempo podrá acortarse teniendo en cuenta las siguientes considera-
ciones: el volumen extraído no debe sobrepasar 600 ml por sesión,
1.000 ml a la semana y 15 litros anuales.
• En caso de que a un donante de plasmaféresis no sea posible retor-
narle sus hematíes, o se extraiga una unidad de hematíes adicional,
será excluido del programa de plasmaféresis durante 2 meses.
• El intervalo entre una donación de plasmaféresis y una donación de
sangre total convencional, debe ser al menos de 48 horas.
F.3.2. Citaféresis
• Para las donaciones de plaquetas se respetará un intervalo mínimo de
dos semanas. En casos especiales, el intervalo entre donaciones
puede reducirse bajo criterio médico.
• Cuando por citaféresis sucesivas las perdidas acumuladas de hematí-
es superen los 200 ml, o se extraiga una unidad de concentrado de
hematíes adicional, deberá dejarse transcurrir un plazo de al menos
dos meses antes de realizar otra citaféresis, salvo en circunstancias
excepcionales.
• El volumen extracorporeo, en cualquier momento del proceso, no
debe exceder el 13% del volumen sanguíneo estimado.
• El intervalo entre la donación de sangre total y donación de dos uni-
dades de eritrocitos debe ser de al menos tres meses.
• El intervalo entre la donación de dos unidades de eritrocitos por afé-
resis y una unidad de sangre total o una nueva eritroaféresis de dos
unidades, debe ser al menos de seis meses.
138
• La pérdida de eritrocitos por año no debe exceder a la aceptada para
los donantes de sangre total.
139
• Reacciones vaso-vagales.
Al igual que en todo proceso de donación, las reacciones vaso-vaga-
les son relativamente frecuentes como en los programas de aféresis.
Con frecuencia se manifiestan por: palidez, vértigo, sudoración pro-
fusa, hiperventilación, bradicardia e hipotensión transitoria. En oca-
siones se puede producir una pérdida de la conciencia acompañada o
no de espasmos musculares. Estas reacciones vaso-vagales ocurren
durante el proceso de aféresis o inmediatamente después del mismo
entre un 1-2% de todos los pacientes, precisando generalmente un tra-
tamiento sintomático.
• Toxicidad por citrato.
Casi todos los procedimientos de aféresis utilizan el CDA como anti-
coagulante, que tiene las ventajas sobre otros anticoagulantes como la
heparina de no alterar los parámetros de la coagulación y no producir
reacciones alérgicas. La toxicidad por citrato en los procesos de afé-
resis guarda relación con la disminución del calcio ionizado que pede
causar sintomatología leve del tipo de parestesias peribucales y alte-
raciones gustativas, a síntomas más severos como parestesias impor-
tantes, náuseas y vómitos y calambres abdominales, que pueden evo-
lucionar hacia calambres musculares intensos, pérdida de conciencia,
hipotensión e incluso arritmias cardíacas.
• Hipotermia.
El donante puede presentar sensación importante de frío acompañada
de escalofríos y temblores debido a la disminución de la temperatura
de la sangre durante su procesamiento extracorpóreo, y posterior-
mente ser retornada al organismo sin alcanzar la temperatura corpo-
ral. No es una complicación importante y basta con abrigar bien al
donante (mantas) y subir la temperatura ambiental del cuarto donde
se realiza el proceso de aféresis.
En procesos de aféresis terapéuticos, existe un grupo de pacientes en
donde la hipotermia es mucho más frecuente y severa, pudiendo
incrementar los problemas derivados de la hipocalcemia. Este grupo
de pacientes lo forman aquellos que presentan: enfermedad de célu-
las falciformes, paraproteinemias, crioglobulinemia, enfermedad por
aglutinininas frías, y pacientes pediátricos. En todos ellos es conve-
niente la utilización de calentadores de sangre tanto para el retorno de
los componentes sanguíneos como de los líquidos de reemplazo.
140
• Hipovolemia.
Es un efecto adverso bastante infrecuente, ya que si el procedimien-
to de aféresis está siendo controlado adecuadamente el volumen
extracorpóreo no debe exceder del 15% de la volemia. Se suele pre-
sentar con más frecuencia en los equipos de flujo discontínuo.
En los procedimientos de aféresis terapéuticos la hipovolemia se
observa con más frecuencia en pacientes pediátricos y en pacientes
que sufren reemplazo plasmático.
• Embolia gaseosa.
Muchos equipos de aféresis incorporan detectores de aire en la línea
de infusión con el fin de evitar su entrada al torrente circulatorio, no
obstante es un efecto adverso que muy ocasionalmente puede presen-
tarse en los procedimientos de aféresis por entrada de aire en el cir-
cuito.
• Hemólisis.
Aunque es un hecho raro, puede presentarse sobre todo si el equipo
desechable de aféresis no se ha instalado adecuadamente, o bien por
el uso de anticoagulante no adecuados. Es conveniente vigilar conti-
nuamente la línea de retorno venoso con el fin de detectar coloracio-
nes anormales del plasma (color rosado) que sugieran la presencia de
hemólisis. En caso de detectarse signos de hemólisis, el proceso debe
ser interrumpido y no realizar el retorno del plasma hemolizado ya
que puede provocar episodios de reacción hemolítica mínima o cua-
dros de coagulación intravascular diseminada.
• Hipotensión.
Se han descrito cuadros hipotensivos acompañados de vasodilatación
y bradicardia en donantes que están recibiendo tratamiento con inhi-
bidores de la enzima de conversión de la angiotensina (IECA),
secundaria a los niveles elevados de bradiquinina generados durante
el procedimiento de aféresis.
• Reacciones alérgicas.
Se han descrito reacciones alérgicas en donantes con alergia a los
residuos del óxido de etileno presente en los equipos, y utilizado para
su esterilización. Son más frecuentes las reacciones alérgicas en
141
pacientes con procedimientos de recambio plasmático, debido a las
soluciones de reemplazo.
142
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146
3. HEMODERIVADOS. TIPOS. DESCRIPCIÓN.
INDICACIONES. CONTRAINDICACIONES.
EFECTOS SECUNDARIOS. ADMINISTRACIÓN.
EFECTOS TERAPÉUTICOS
Elías Aguilar Ligorit*, Begoña Laiz Marro#.
*Servicio de Hematología. #Servicio de Análisis Clínicos. Hospital Malva-rosa. Valencia.
Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana
147
• componente sanguíneo: es el preparado terapéutico de la sangre
(hematíes, leucocitos, plaquetas y plasma) que puede obtenerse
mediante centrifugado, filtración o congelación utilizando la meto-
dología convencional de los bancos de sangre.
• producto sanguíneo: cualquier preparado terapéutico derivado de
donaciones de sangre total o plasma humanos. Esta definición inclu-
ye tanto los componentes sanguíneos lábiles como los derivados
plasmáticos estables.
A lo largo de la historia han existido y existen una gran cantidad de hemo-
derivados. El objeto del presente capítulo es analizar y describir los que
se encuentran actualmente en uso y disponibles en la gran mayoría de
Bancos de Sangre, teniendo en cuenta las distintas denominaciones que de
forma esquemática reproducimos:
• sangre total: es el componente sanguíneo obtenido a partir de un
donante sano, mezclada con anticoagulante, conservada en un con-
tenedor estéril y que no se ha fraccionado. Su principal uso es como
producto inicial para la preparación de otros componentes sanguí-
neos.
• concentrado de hematíes: es el componente sanguíneo obtenido al
separar el plasma de la sangre total por centrifugación o sedimenta-
ción en cualquier momento antes de la fecha de caducidad.
• concentrado de hematíes sin capa leucoplaquetaria: es el compo-
nente sanguíneo obtenido al retirar de la sangre total la capa leuco-
plaquetar y la mayor parte del plasma.
• concentrado de hematíes en solucion aditiva: es el componente
sanguíneo preparado por centrifugación de la sangre total, retirando
la mayor parte del plasma y añadiendo a los hematíes una solución
nutritiva apropiada.
• concentrado de hematíes sin capa leucoplaquetaria en solucion
aditiva: es el componente sanguíneo preparado por centrifugación de
la sangre total, retirando la mayor parte del plasma y de la capa leu-
coplaquetaria y añadiendo a los hematíes una solución nutritiva apro-
piada.
• concentrado de hematíes leucorreducido: es el componente san-
guíneo obtenido tras la eliminación de la mayor parte de los leucoci-
tos del concentrado de hematíes por filtración.
148
• concentrado de hematíes lavado: es un concentrado de hematíes
lavado con solución isotónica para eliminar prácticamente todo el
plasma y la mayor parte de las proteínas que contiene.
• concentrado de hematíes congelado: es aquel concentrado de
hematíes que se congela añadiendo un agente crioprotector, que
deberá eliminarse antes de la transfusión. La congelación debe reali-
zarse preferentemente antes de los siete días postextracción y estos
concentrados serán almacenados a temperatura inferior a –65º C.
• concentrado de hematíes obtenido por aféresis: hace referencia al
método de extracción del concentrado de hematíes y sus característi-
cas dependerán de las soluciones aditivas, del anticoagulante o de los
métodos de procesamiento que se usen.
• plasma: parte líquida de la sangre en la cual se encuentran suspendi-
dos los elementos celulares. El plasma puede separarse de la parte
celular de la sangre para su utilización terapéutica como plasma con-
gelado, o para su tratamiento ulterior, a fin de obtener crioprecipita-
do y plasma pobre en crioprecipitado para transfusión. Puede utili-
zarse para la fabricación de medicamentos derivados de la sangre y
del plasma humanos, o bien para la preparación de plaquetas unita-
rias o en pool, leucodeplecionadas o no. Asimismo, puede ser utili-
zado para la resuspensión de componentes eritrocitarios para exan-
guinotransfusión o la transfusión perinatal.
• plasma fresco congelado: componente sanguíneo obtenido de
donante único a partir de una unidad de sangre total o mediante afé-
resis, tras la separación de los hematíes; debe congelarse en un perio-
do de tiempo y a una temperatura que aseguren un correcto manteni-
miento de los factores lábiles de coagulación.
• crioprecipitado: componente sanguíneo obtenido a partir del plasma
fresco congelado por descongelación y que contiene la fracción crio-
globulínica del plasma.
• plasma sobrenadante de crioprecipitado: componente sanguíneo
obtenido tras la separación del crioprecipitado del plasma; tiene redu-
cidos los factores V, VIII y fibrinógeno.
• derivado plasmático: proteína de plasma humano altamente depurada
preparada con procedimientos estándar de la industria farmacéutica.
149
• concentrado de plaquetas unitario: componente sanguíneo que
contiene la mayor parte de las plaquetas de una unidad de sangre sus-
pendidas en plasma u otras soluciones conservantes, pueden obtener-
se a partir de plasma rico en plaquetas o de capa leucoplaquetar.
• concentrado de plaquetas de varias unidades: concentrado de pla-
quetas preparado a partir de plaquetas unitarias o capas leucoplaque-
tarias procedentes de varias unidades de sangre total; en este caso el
componente final cumplirá los requisitos mínimos correspondientes
al número de unidades que integren la mezcla.
• concentrado de plaquetas obtenido por aféresis: componente san-
guíneo que contiene plaquetas suspendidas en plasma u otra solución
conservante, obtenido a partir de donante único mediante un equipo
de separación celular.
• concentrado de plaquetas criopreservadas: es el concentrado de
plaquetas que se congela añadiendo un agente crioprotector; la con-
gelación debe realizarse en las 24 horas postextracción; la tempera-
tura de almacenamiento será de –80º C o inferior.
• concentrado de granulocitos obtenido por aféresis: es el compo-
nente sanguíneo que contiene granulocitos en concentración elevada,
suspendidos en plasma y obtenido mediante un equipo de separación
celular.
A. Componentes eritrocitarios
150
• Almacenamiento y caducidad
En refrigeradores de los Bancos de Sangre, que tienen adaptados siste-
mas de vigilancia gráficos y sonoros, para advertir las fluctuaciones de
la temperatura, que debe estar comprendida entre 1 y 6º C. La caduci-
dad es de 35 días tras su obtención.
• Indicaciones
✓ Restaurar la capacidad de transportar él oxigeno a los tejidos, al
aumentar el número de hematíes circulantes, además de propor-
cionar proteínas y factores de la coagulación.
✓ Esta indicado en pacientes hipovolémicos con anemia sintomática.
Se ha comprobado que pacientes sin complicaciones hemorrágicas
pueden tolerar hemoglobinas de hasta 7 g/dL sin complicaciones;
no obstante pacientes con insuficiencia cardiaca y/o respiratoria,
grandes quemados, pueden necesitar soporte transfusional por
debajo de 10 g/dL de hemoglobina o 30% de hematocrito.
✓ En los programas de autotransfusión en cirugía programada, pre-
vio depósito
• Contraindicaciones.
✓ Anemias que pueden ser tratadas farmacologicamente, mediante la
administración de hierro, vitamina B12, ácido fólico y/o eritropo-
yetina.
✓ Anemias sin tratamiento específico, pero asintomáticas.
✓ Hipovolemias sin déficit de masa globular eritrocitaria, que pue-
den ser corregidas con soluciones coloides o cristaloides.
• Efectos secundarios y Riesgos.
✓ Reacciones hemolíticas transfusionales agudas y retardadas.
✓ Transmisión de enfermedades infecciosas.
✓ Aloinmunización del receptor.
✓ Reacciones febriles y alérgicas.
✓ Embolia gaseosa.
✓ Sobrecarga circulatoria.
151
✓ Sobrecarga férrica.
✓ Complicaciones metabólicas.
✓ Sepsis por contaminación bacteriana.
✓ Inmunosupresión.
✓ Enfermedad del injerto contra el huésped.
• Administración
Deben administrarse a través de un equipo de infusión con filtro incor-
porado (entre 170-260 micras) que impida el paso de fibrina, proteínas
coaguladas y posibles detritus celulares producidos durante su almace-
namiento.
• Efectos terapéuticos
En condiciones normales una unidad de SC aumenta el hematocrito en
un 3% y/o la hemoglobina en 1 g/dL, en un adulto de 70 Kg que no
presenta nuevas perdidas sanguíneas.
152
En nuestro medio se utiliza, CDP-SAGM como agente anticoagulante-
conservante que proporciona una caducidad de 35 días.
• Suministro
Centro Regional de Transfusiones.
• Almacenamiento y caducidad
En refrigeradores de los Bancos de Sangre, que tienen adaptados siste-
mas de vigilancia gráficos y sonoros, para advertir las fluctuaciones de
la temperatura, que debe estar comprendida entre 1 y 6º C.
La caducidad viene determinada por la solución anticoagulante-aditiva
utilizada, variando entre 21 y 42 días. En nuestro medio la caducidad
es de 35 días tras su extracción.
• Indicaciones
✓ Restaurar la capacidad de transportar él oxigeno a los tejidos, al
aumentar el número de hematíes circulantes.
✓ Esta indicado en pacientes hipovolémicos o normovolémicos con
anemia sintomática. Se ha comprobado que pacientes sin compli-
caciones hemorrágicas pueden tolerar hemoglobinas de hasta 7
g/dL sin complicaciones; no obstante pacientes con insuficiencia
cardiaca y/o respiratoria, grandes quemados, pueden necesitar
soporte transfusional por debajo de 10 g/dL de hemoglobina o
30% de hematocrito.
• Contraindicaciones
✓ Anemias que pueden ser tratadas farmacológicamente, mediante la
administración de hierro, vitamina B12, ácido fólico y/o eritropo-
yetina.
✓ Anemias sin tratamiento específico, pero asintomáticas.
✓ Hipovolemias sin déficit de masa globular eritrocitaria, que pue-
den ser corregidas con soluciones coloides o cristaloides.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones hemolíticas transfusionales agudas y retardadas.
✓ Transmisión de enfermedades infecciosas.
✓ Aloinmunización del receptor.
153
✓ Reacciones febriles y alérgicas.
✓ Embolia gaseosa.
✓ Sobrecarga circulatoria.
✓ Sobrecarga férrica.
✓ Complicaciones metabólicas.
✓ Sepsis por contaminación bacteriana.
✓ Inmunosupresión.
✓ Enfermedad del injerto contra el huésped.
• Administración
Deben administrarse a través de un equipo de infusión con filtro incor-
porado (entre 170-260 micras) que impida el paso de fibrina, proteínas
coaguladas y posibles detritus celulares producidos durante su almace-
namiento.
El ritmo de administración debe ser inicialmente lento a 1 ml/Kg/hora
(5-10 mL/minuto) durante los primeros 15 minutos, con el fin de super-
visar la aparición de cualquier reacción transfusional; pasados éstos, se
puede incrementar el ritmo de la misma, teniendo en cuenta que una
unidad de CH debe ser administrada en un plazo inferior a 4 horas.
• Efectos terapéuticos
En condiciones normales una unidad de CH aumenta el hematocrito en
un 3% y/o la hemoglobina en 1 g/dL, en un adulto de 70 Kg que no
presenta nuevas perdidas sanguíneas.
154
y un 85% o más de los hematíes originales que se encontraban presen-
tes en la bolsa de donación.
• Suministro
Centro Regional de Transfusiones. En la actualidad el Centro Regional
de Transfusiones de La Comunidad Valenciana, suministra la totalidad
de los CH sometidos a leucoreducción por filtración.
• Almacenamiento y caducidad
En refrigeradores de los Bancos de Sangre, que tienen adaptados siste-
mas de vigilancia gráficos y sonoros, para advertir las fluctuaciones de
la temperatura, que debe estar comprendida entre 1 y 6º C.
La caducidad viene determinada por el conservante, en nuestro medio
se emplea CPD-SAGM, cuya caducidad es de 35 días.
• Indicaciones
✓ Restaurar la capacidad de transportar él oxigeno a los tejidos, al
aumentar el número de hematíes circulantes.
✓ Esta indicado en pacientes hipovolémicos o normovolémicos con
anemia sintomática. Se ha comprobado que pacientes sin compli-
caciones hemorrágicas pueden tolerar hemoglobinas de hasta 7
g/dL sin complicaciones; no obstante pacientes con insuficiencia
cardiaca y/o respiratoria, grandes quemados, pueden necesitar
soporte transfusional por debajo de 10 g/dL de hemoglobina o
30% de hematocrito.
✓ Están expresamente indicados en aquellos pacientes que han pre-
sentado dos o más reacciones transfusionales febriles no hemolíti-
cas. Así mismo, son eficaces en la prevención de la transmisión de
Citomegalovirus y de la aloinmunización HLA.
• Contraindicaciones
✓ Anemias que pueden ser tratadas farmacologicamente, mediante la
administración de hierro, vitamina B12, ácido fólico y/o eritropo-
yetina.
✓ Anemias sin tratamiento específico, pero asintomáticas.
✓ Hipovolemias sin déficit de masa globular eritrocitaria, que pue-
den ser corregidas con soluciones coloides o cristaloides.
155
• Efectos secundarios y Riesgos.
✓ Reacciones hemolíticas transfusionales agudas y retardadas.
✓ Transmisión de enfermedades infecciosas.
✓ Aloinmunización del receptor.
✓ Reacciones febriles y alérgicas.
✓ Embolia gaseosa.
✓ Sobrecarga circulatoria.
✓ Sobrecarga férrica.
✓ Complicaciones metabólicas.
✓ Sepsis por contaminación bacteriana.
✓ Inmunosupresión.
✓ Enfermedad del injerto contra el huésped.
Pese a todos ellos, hay que destacar que una unida de CHLF, reduce
considerablemente la incidencia de reacciones alérgicas, reacciones
metabólicas, y sobrecarga circulatoria, ya que al reducir la cantidad de
plasma, reducimos gran cantidad de proteínas y anticuerpos, no obs-
tante, permanece invariable el riesgo de transmisión de enfermedad
infecciosa.
• Administración
Deben administrarse a través de un equipo de infusión con filtro incor-
porado (entre 170-260 micras) que impida el paso de fibrina, proteínas
coaguladas y posibles detritus celulares producidos durante su almace-
namiento.
El ritmo de administración debe ser inicialmente lento a 1 ml/Kg/hora
(5-10 mL/minuto) durante los primeros 15 minutos, con el fin de super-
visar la aparición de cualquier reacción transfusional; pasados éstos, se
puede incrementar el ritmo de la misma, teniendo en cuenta que una
unidad de CHLF debe ser administrada en un plazo inferior a 4 horas.
• Efectos terapéuticos
En condiciones normales una unidad de CHLF aumenta el hematocri-
to en un 3% y/o la hemoglobina en 1 g/dL, en un adulto de 70 Kg que
156
no presenta nuevas perdidas sanguíneas, si bien la perdida de hematí-
es en el proceso, puede disminuir dichos efectos.
157
• Contraindicaciones
✓ Anemias que pueden ser tratadas farmacologicamente, mediante la
administración de hierro, vitamina B12, ácido fólico y/o eritropo-
yetina.
✓ Anemias sin tratamiento específico, pero asintomáticas.
✓ Hipovolemias sin déficit de masa globular eritrocitaria, que pue-
den ser corregidas con soluciones coloides o cristaloides.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones hemolíticas transfusionales agudas y retardadas.
✓ Transmisión de enfermedades infecciosas.
✓ Aloinmunización del receptor.
✓ Reacciones febriles y alérgicas.
✓ Embolia gaseosa.
✓ Sobrecarga circulatoria y/o férrica.
✓ Complicaciones metabólicas.
✓ Sepsis por contaminación bacteriana.
✓ Inmunosupresión.
✓ Enfermedad del injerto contra el huésped.
Pese a todos ellos, hay que destacar que una unida de CHL, reduce
considerablemente la incidencia de reacciones alérgicas, reacciones
metabólicas, sobrecarga circulatoria, y la aloinmunización a HLA o
antígenos plaquetarios, no obstante, permanece invariable el riesgo de
transmisión de enfermedad infecciosa.
• Administración
Deben administrarse a través de un equipo de infusión con filtro incor-
porado (entre 170-200 micras) que impida el paso de fibrina, proteínas
coaguladas y posibles detritus celulares producidos durante su almace-
namiento.
El ritmo de administración debe ser inicialmente lento a 1 ml/Kg/hora
(5-10 mL/minuto) durante los primeros 15 minutos, con el fin de
supervisar la aparición de cualquier reacción transfusional; pasados
158
éstos, se puede incrementar el ritmo de la misma, teniendo en cuenta
que una unidad de CHL debe ser administrada en un plazo inferior a 4
horas, dentro de las 24 horas siguientes a su preparación.
• Efectos terapéuticos
En condiciones normales una unidad de CHL aumenta el hematocrito
en un 3% y/o la hemoglobina en 1 g/dL, en un adulto de 70 Kg que no
presenta nuevas perdidas sanguíneas, si bien la perdida de hematíes en
el proceso, puede disminuir dichos efectos.
159
Una vez descongelado, en neveras de los Bancos de Sangre, que tienen
adaptadas sistemas de vigilancia gráficos y sonoros, para advertir las
fluctuaciones de la temperatura, que debe estar comprendida entre 1 y
6º C. Su caducidad es de 24 horas y debe ser infundido como máximo
en 6 horas.
• Indicaciones
✓ Restaurar la capacidad de transportar él oxigeno a los tejidos, al
aumentar el número de hematíes circulantes.
✓ Esta indicado en paciente hipovolémicos o normovolémicos con
anemia sintomática. Se ha comprobado que pacientes sin compli-
caciones hemorrágicas pueden tolerar hemoglobinas de hasta 7
g/dL sin complicaciones; no obstante pacientes con insuficiencia
cardiaca y/o respiratoria, grandes quemados, pueden necesitar
soporte transfusional por debajo de 10 g/dL de hemoglobina o
30% de hematocrito.
✓ Expresamente se indica para: pacientes con aloanticuerpos frente
a un antígeno de alta frecuencia, en pacientes con aloanticuerpos
múltiples (congelando sus propios hematíes para transfusiones
futuras), en pacientes con sistemas antigénicos raros.
• Contraindicaciones
✓ Anemias que pueden ser tratadas farmacologicamente, mediante la
administración de hierro, vitamina B12, ácido fólico y/o eritropo-
yetina.
✓ Anemias sin tratamiento específico, pero asintomáticas.
✓ Hipovolemias sin déficit de masa globular eritrocitaria, que pue-
den ser corregidas con soluciones coloides o cristaloides.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones hemolíticas transfusionales agudas y retardadas.
✓ Transmisión de enfermedades infecciosas.
✓ Aloinmunización del receptor.
✓ Reacciones febriles y alérgicas.
✓ Embolia gaseosa.
160
✓ Sobrecarga circulatoria.
✓ Sobrecarga férrica.
✓ Complicaciones metabólicas.
✓ Sepsis por contaminación bacteriana.
✓ Inmunosupresión.
✓ Enfermedad del injerto contra el huésped.
✓ Un riesgo adicional lo constituye la hemólisis intravascular si el
glicerol no ha sido totalmente eliminado.
• Administración
Deben administrarse a través de un equipo de infusión con filtro incor-
porado (entre 170-260 micras) que impida el paso de fibrina, proteínas
coaguladas y posibles detritus celulares producidos durante su almace-
namiento.
El ritmo de administración debe ser inicialmente lento a 1 ml/Kg/hora
(5-10 mL/minuto) durante los primeros 15 minutos, con el fin de
supervisar la aparición de cualquier reacción transfusional; pasados
éstos, se puede incrementar el ritmo de la misma, teniendo en cuenta
que una unidad de CHC debe ser administrada en un plazo inferior a
4 horas.
• Efectos terapéuticos
En condiciones normales una unidad de CHC aumenta el hematocrito
en un 3% y/o la hemoglobina en 1 g/dL, en un adulto de 70 Kg que no
presenta nuevas perdidas sanguíneas, si bien la perdida de hematíes en
el proceso, puede disminuir dichos efectos.
B. Componentes plaqetarios
161
y resuspenderlas en unos 60 mL de plasma, manteniendo un pH sobre
6 a lo largo de su almacenamiento.
Cada unidad de CP contiene aproximadamente 5.5x1010 plaquetas,
entre 0.1-0.4x109 linfocitos, y cantidades pequeñas de hematíes y gra-
nulocitos en función de la técnica utilizada.
Normalmente las unidades de CP se agrupan en “pool” de 4 o 6 uni-
dades procurando que sean del mismo grupo sanguíneo y factor Rh,
indicando la fecha de agrupación y la de caducidad.
• Suministro
Centro Regional de Transfusiones.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena en agitación suave y continua a temperatura ambiente 20-
24º C, con una caducidad de cinco días después de su preparación-
obtención. No deben salir del Banco de Sangre hasta el momento de su
administración.
• Indicaciones
✓ Pacientes con sangrado activo que presentan trombocitopenia y/o
alteraciones funcionales de las plaquetas.
✓ Como profilaxis en pacientes con aplasia medular primaria ó
secundaria a la quimioterapia, que presentan cifras de plaquetas
inferiores a 20.000µL.
• Contraindicaciones
✓ En situaciones clínicas rutinarias donde la función plaquetar es
normal, y estas se encuentran por encima de 100.000µL.
✓ En pacientes con destrucción rápida de plaquetas (Púrpura trom-
bopénica idiopática, Púrpura trombótica trombocitopénica,
Coagulación intravascular diseminada), a no ser que el cuadro
hemorrágico sea grave y ponga en peligro la vida del paciente.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Transmisión de enfermedades infecciosas.
✓ Aloinmunización del receptor.
➢ Antígenos HLA.
162
➢ Antígenos plaquetarios.
➢ Antígenos eritrocitarios.
✓ Reacciones febriles y alérgicas.
✓ Reacciones hemolíticas.
✓ Sepsis por contaminación bacteriana.
✓ Inmunosupresión.
✓ Enfermedad del injerto contra el huésped.
• Administración
Deben administrarse a través de un equipo de infusión con filtro incor-
porado (entre 170-260 micras) que impida el paso de fibrina, proteínas
coaguladas y posibles detritus celulares producidos durante su almace-
namiento. Es aconsejable utilizar un filtro de leucocitos con el fin de
disminuir las reacciones febriles, la sensibilización HLA y la transmi-
sión de Citomegalovirus. No está indicado el uso de filtro de microa-
gregados. En algunos pacientes está indicada la irradiación del pro-
ducto previa a su administración (pacientes onco-hematológicos).
El ritmo de administración debe ser inicialmente lento a 1 ml/Kg/hora
(5-10 mL/minuto) durante los primeros 15 minutos, con el fin de
supervisar la aparición de cualquier reacción transfusional; pasados
éstos, se puede incrementar el ritmo de la misma e infundirse rápida-
mente.
• Efectos terapéuticos
En condiciones normales una unidad de CP aumenta la cifra de pla-
quetas en 5.000-7.000/mL en un adulto de 70 Kg. El efecto terapéuti-
co de la transfusión de plaquetas es pasajero entre 1 y 3 días y su dura-
ción va a depender de distintos factores como la presencia de infec-
ción, fiebre, esplenomegalia, aloinmunización previa, etc.
163
mático, en el que se separan las plaquetas del resto de los componen-
tes celulares sanguíneos por centrifugación, siendo recogidas en una
bolsa con plasma del donante y devolviendo al mismo los demás com-
ponentes sanguíneos.
Una unidad de CPQA contiene normalmente mas de 3x1011 plaquetas,
en un volumen que varía entre 200-400 mL; con aproximadamente
entre 1-3x109 linfocitos y escasos hematíes.
• Suministro
Centro Regional de Transfusiones y Bancos de Sangre Hospitalarios
que disponen de máquinas de aféresis.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena en agitación suave y continua a temperatura ambiente 20-
24º C, con una caducidad de cinco días después de su preparación-
obtención. No deben salir del Banco de Sangre hasta el momento de su
administración.
• Indicaciones
➢ Pacientes con sangrado activo que presentan trombocitope-
nia y/o alteraciones funcionales de las plaquetas.
➢ Como profilaxis en pacientes con aplasia medular primaria
ó secundaria a la quimioterapia, que presentan cifras de pla-
quetas inferiores a 20.000µL.
➢ El CPQA esta formalmente indicado en pacientes refracta-
rios a las transfusiones de plaquetas, sobre todo si el donan-
te es HLA compatible.
• Contraindicaciones
✓ En situaciones clínicas rutinarias donde la función plaquetar es
normal, y estas se encuentran por encima de 100.000µL.
✓ En pacientes con destrucción rápida de plaquetas (Púrpura trom-
bopénica idiopática, Púrpura trombótica trombocitopénica,
Coagulación intravascular diseminada), a no ser que el cuadro
hemorrágico sea grave y ponga en peligro la vida del paciente.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Transmisión de enfermedades infecciosas.
164
✓ Aloinmunización del receptor.
➢ Antígenos HLA.
➢ Antígenos plaquetarios.
➢ Antígenos eritrocitarios.
✓ Reacciones febriles y alérgicas.
✓ Reacciones hemolíticas.
✓ Sepsis por contaminación bacteriana.
✓ Inmunosupresión.
✓ Enfermedad del injerto contra el huésped.
• Administración
Deben administrarse a través de un equipo de infusión con filtro
incorporado (entre 170-260 micras) que impida el paso de fibrina,
proteínas coaguladas y posibles detritus celulares producidos duran-
te su almacenamiento. Es aconsejable utilizar un filtro de leucocitos
con el fin de disminuir las reacciones febriles, la sensibilización
HLA y la transmisión de Citomegalovirus. No está indicado el uso de
filtro de microagregados. En algunos pacientes está indicada la irra-
diación del producto previa a su administración (pacientes onco-
hematológicos).
El ritmo de administración debe ser inicialmente lento a 1
ml/Kg/hora (5-10 mL/minuto) durante los primeros 15 minutos, con
el fin de supervisar la aparición de cualquier reacción transfusional;
pasados éstos, se puede incrementar el ritmo de la misma e infundir-
se rápidamente siempre y cuando sea perfectamente tolerado por el
paciente.
• Efectos terapéuticos
En condiciones normales una unidad de CPQA aumenta la cifra de
plaquetas en 30.000-50.000/mL en un adulto de 70 Kg. El efecto
terapéutico de la transfusión de plaquetas es pasajero entre 1 y 3
días y su duración va a depender de distintos factores como la pre-
sencia de infección, fiebre, esplenomegalia, aloinmunización pre-
via, etc.
165
C. Componentes granulocitarios
166
tinuar un mínimo de 4 días para observar efectos beneficiosos y
debe continuar hasta que se objetiva una recuperación medular o
desaparece el proceso infeccioso.
✓ También puede estar indicado en sepsis neonatales y en pacientes
con defectos funcionales de los neutrófilos con procesos infeccio-
sos graves.
• Contraindicaciones
✓ Como profilaxis de procesos infecciosos en pacientes neutrópeni-
cos.
✓ En pacientes neutrópenicos en los que no se espere recuperación
medular.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones hemolíticas.
✓ Transmisión de enfermedades infecciosas.
✓ Aloinmunización del receptor.
➢ Antígenos HLA.
➢ Antígenos plaquetarios.
➢ Antígenos eritrocitarios.
✓ Reacciones febriles y alérgicas (frecuentemente).
✓ Complicaciones pulmonares.
✓ Inmunosupresión.
✓ Enfermedad del injerto contra el huésped.
• Administración
Deben administrarse a través de un equipo de infusión con filtro incor-
porado (entre 170-260 micras). No están indicados el uso de filtro de
microagregados y/o de leucocitos.
El ritmo de administración debe ser inicialmente lento a 2-3 mL/minu-
to durante los primeros 15 minutos, con el fin de supervisar la apari-
ción de cualquier reacción transfusional, siendo muy frecuentes las
reacciones febriles; pasados éstos, se puede incrementar el ritmo de la
misma e infundirse rápidamente, nunca en un plazo superior a las 4 horas.
167
Dado que la gran mayoría de los pacientes susceptibles de recibir una
transfusión de CGA se encuentran en un estado de inmunodepresión,
se recomienda irradiar las unidades de CGA para prevenir enfermedad
del injerto frente al huésped.
• Efectos terapéuticos
En condiciones normales una unidad de CGA no proporciona un
aumento de la cifra de granulocitos. Los granulocitos administrados
emigran hacia el foco inflamatorio con el fin de fagocitar el germen
causante del proceso, no hay que olvidar que existe una relación cuan-
titativa entre el número de neutrófilos y la severidad del cuadro infec-
cioso en los pacientes neutrópenicos.
D. Hemoderivados plasmáticos
168
• Suministro
Centro Regional de Transfusiones.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura superior a –18º C, con una caducidad de un
año después de su preparación-obtención. Una vez descongelado, debe
administrarse rápidamente (dentro de las 6 horas post-descongelación)
para obtener los mayores efectos; no obstante puede almacenarse
durante un máximo de 24 horas entre 1-6º C.
• Indicaciones
✓ Pacientes con sangrado activo, secundario a déficit de algún factor
de la coagulación que no se encuentra disponible en forma de con-
centrado para administrarlo.
✓ Pacientes con déficit documentado de algún factor de la coagula-
ción (no disponible en forma de concentrado) y que presentan INR
> 1.6 y van a ser sometidos a procedimientos quirúrgicos invasi-
vos mayores.
✓ Pacientes que reciben una transfusión masiva, para prevenir los
posibles trastornos de la coagulación.
✓ Pacientes anticoagulados con dicumarínicos, para revertir los efec-
tos de una sobredosificación, o adecuar los niveles hemostásicos
ante cirugía urgente.
✓ En el tratamiento de la Púrpura Trombótica Trombocitopénica y el
Síndrome Hemolítico Urémico, como agente de intercambio plas-
mático en los procesos de plasmaféresis.
✓ Pacientes con déficit de colinesterasa, especialmente cuando se
producen problemas asociados con el empleo de ciertos anestési-
cos.
✓ Púrpura fulminante y exsanguinotransfusión en el recién nacido.
• Contraindicaciones y Usos inapropiados
✓ Pacientes con sangrado activo, secundario a déficit de algún factor de
la coagulación que se encuentra disponible en forma de concentrado.
✓ Como expansor de volumen o para la recuperación y manteni-
miento de la presión arterial y/u oncótica.
169
✓ Como aporte nutricional en la alimentación parenteral prolongada.
✓ Como aporte nutricional, y/o de proteínas, y/o de Inmunoglobulinas,
y/o de factores del Complemento.
✓ Como parte integrante de esquemas de reposición predetermina-
dos (1 unidad de PFC por cada 3 unidades de CH).
✓ Prevención de la hemorragia intraventricular del recién nacido.
✓ Uso profiláctico en pacientes con hepatopatías crónicas y altera-
ciones en las pruebas de coagulación, que van a ser sometidos a
procedimientos invasivos menores.
✓ En pacientes con hepatopatía crónica e insuficiencia hepato-celu-
lar avanzada en fase terminal.
✓ Tratamiento de las diátesis hemorrágicas no documentadas.
✓ Como corrector del efecto anticoagulante de la heparina.
✓ Como reposición de volumen en las sangrías del recién nacido con
poliglobulia.
✓ Como ajuste del hematocrito de los CH que van a ser transfundi-
dos a los recién nacidos.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones hemolíticas (muy raras).
✓ Transmisión de enfermedades infecciosas.
✓ Sobrecarga circulatoria.
✓ Reacciones febriles y alérgicas.
✓ Contaminación bacteriana.
✓ Inmunosupresión.
✓ Complicaciones metabólicas (transfusión masiva).
✓ Daño pulmonar asociado a transfusión (TRALI).
• Administración
Una unidad de PFC se descongela en un baño de agua controlado a
temperatura constante de 37º C en un periodo de 30 minutos en el
Banco de Sangre.
170
Deben administrarse a través de un equipo de infusión con filtro incor-
porado (entre 170-200 micras). No está indicado el uso de filtro de
microagregados.
El ritmo de administración debe ser inicialmente lento a 2-3 mL/minu-
to durante los primeros minutos, con el fin de supervisar la aparición
de cualquier reacción transfusional, siendo frecuentes las reacciones
alérgicas; pasados éstos, se puede incrementar el ritmo de la misma, a
10 mL/minuto e infundirse rápidamente, nunca en un plazo superior a
las 4 horas.
• Efectos terapéuticos
En condiciones normales un mL de PFC por Kg del paciente, aumen-
tará los niveles de los factores de la coagulación en un 1%. De tal
manera, hay que esperar que una dosis de PFC de 10-20 mL/Kg de
peso, aumente los niveles de los factores de la coagulación en un 25-
30% inmediatamente tras su infusión. No obstante, la cantidad de PFC
necesaria para obtener los efectos terapéuticos deseados va a depender
de varios factores como el nivel del factor o factores de base, la exis-
tencia o no de sangrado activo y del volumen sanguíneo del paciente.
Se recomienda monitorizar los efectos terapéuticos del PFC mediante
determinaciones analíticas (Tiempo de protrombina y Tiempo de
Tromboplastina parcial activada).
D.2. Crioprecipitados
• Descripción y Preparación
Una unidad de crioprecipitado (CRI) se obtiene tras la descongelación
de una unidad de PFC a 1-6º C y su posterior centrifugación a la
misma temperatura, para obtener entre 10-15 mL de sobrenadante de
precipitado insoluble, en una bolsa satélite, y congelarlo a una tempe-
ratura inferior a –18º C en un plazo de una hora.
Una unidad de CRI tiene un volumen entre 10-15 mL y contiene
aproximadamente: 180-250 mg de fibrinógeno, 80-160 UI de Factor
VIII (VIII:C), entre un 40-70% del Factor Von Willebrand del plasma
original del donante, entre un 20-30% del Factor XIII del plasma ori-
ginal del donante, más fibronectina. Es el único hemoderivado plas-
mático que proporciona fibrinógeno concentrado.
171
• Suministro
Centro Regional de Transfusiones.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura superior a –18º C, con una caducidad de un
año después de su preparación-obtención. Una vez descongelado, debe
administrarse rápidamente (dentro de las 4 horas post-descongelación)
para obtener los mayores efectos; no obstante puede almacenarse
durante un máximo de 24 horas entre 1-6º C.
• Indicaciones
✓ Pacientes con Hemofilia A o enfermedad de Von Willebrand, como
terapia de segunda línea cuando no se dispone de ningún concen-
trado de Factor VIII y VIII:C.
✓ Pacientes diagnosticados de hipofibrinogenemia congénita o adquiri-
da, con niveles de fibrinógeno <100 mg/dL, y que presentan problemas
hemorrágicos, o van a ser sometidos a procesos quirúrgicos invasivos.
✓ Pacientes con uremia y sangrado activo, insensibles a otros trata-
mientos incluyendo la diálisis, estrógenos y desmopresina.
✓ Síndrome de Kasabach-Merritt asociado con coagulación intravas-
cular diseminada.
• Contraindicaciones
✓ Pacientes con Hemofilia A o enfermedad de Von Willebrand, défi-
cit de Factor XIII y/o fibronectina, cuando se dispone de los con-
centrados de dichos Factores adecuados.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones hemolíticas (muy raras).
✓ Transmisión de enfermedades infecciosas.
✓ Reacciones febriles y alérgicas.
✓ Contaminación bacteriana.
• Administración
Una unidad de CRI se descongela en un baño de agua controlado a
temperatura constante de 37º C en un periodo de 10 minutos en el
172
Banco de Sangre. Aunque no es necesario, se prefiere que las unidades
sean ABO compatibles, no importando la compatibilidad Rh. Es acon-
sejable resuspender las unidades de CRI con 10-15 mL de suero salino
fisiológico, para asegurar la total administración del producto. Pueden
administrarse de unidad en unidad, o realizar un “pool” de las mismas.
Deben administrarse a través de un equipo de infusión con filtro incor-
porado (entre 170-200 micras). No está indicado el uso de filtro de
microagregados.
El ritmo de administración debe ser inicialmente lento a 2-3 mL/minuto
durante los primeros minutos, con el fin de supervisar la aparición de cual-
quier reacción transfusional, siendo frecuentes las reacciones alérgicas;
pasados éstos, se puede incrementar el ritmo de la misma, a 10 mL/minu-
to e infundirse rápidamente, nunca en un plazo superior a las 2 horas.
• Efectos terapéuticos
Van a depender de la cantidad de unidades administradas y de la utili-
dad que pretendemos alcanzar con su administración.
Si se utilizó con fuente de fibrinógeno, 10 unidades deben de aumen-
tarlo en 60-70 mg/dL, en un paciente de 70 Kg.
Si se utilizó como aporte de Factor VIII, hay que evaluar el aumento
deseado del nivel del factor en función del peso del paciente, de la
severidad de la deficiencia y la magnitud del problema hemorrágico.
173
Se obtiene del plasma humano procedente de donantes sanos por com-
pañías farmacéuticas empleando técnicas de fraccionamiento de Cohn
junto con la pasteurización e inactivación vírica.
• Suministro
Farmacia. Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los
siguientes preparados comerciales: Albúmina Humana Grifols®,
Albúmina Humana Behring®, Albúmina Humana Berna®. Las formas
de presentación son soluciones al 20% o al 5%, en envases de 10 mL,
50 mL y 100 mL.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura entre 2-8º C, con una caducidad de 5 años
tras su fabricación.
• Indicaciones
✓ Reposición en pacientes con perdida importante de albúmina.
➢ Shock hipovolémico por hemorragia masiva.
➢ Cirrosis hepática aguda.
➢ Grandes quemados.
✓ Material de sustitución en aféresis terapéuticas.
✓ Síndrome nefrótico infantil con grandes edemas.
✓ Síndrome pierde-albúmina con grandes edemas.
• Contraindicaciones y Usos inapropiados
✓ Pacientes con historia de reacciones alérgicas a los preparados de
ALBH.
✓ En pacientes con anemia severa.
✓ En pacientes que presentan condiciones de riesgo para desarrollar
una situación de hipervolemia (insuficiencia cardiaca congestiva,
hipertensión, edema pulmonar).
✓ En pacientes con anuria renal y post-renal.
✓ Pacientes con varices esofágicas.
✓ Como aporte energético en las deficiencias nutricionales.
174
✓ En pacientes con procesos hepáticos crónicos, cuyas anomalías en
la producción de albúmina, no se corrigen con su administración.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones hemolíticas (muy raras).
✓ La ALBH en soluciones al 20%, aumenta rápidamente la presión
oncótica intravascular, extrayendo de los tejidos grandes cantida-
des de agua que pasan al espacio vascular y pueden provocar cua-
dros de sobrecarga circulatoria y/o deshidratación intersticial.
✓ Las transfusiones masivas de ALBH (sobre los 150 gr/día) dismi-
nuyen la síntesis de alfa, beta y gamma globulinas, así como del
fibrinógeno y otros factores de la coagulación.
✓ Reacciones alérgicas: urticaria y prurito.
✓ Reacción febril, náuseas y vómitos, aumento de la salivación.
✓ Alteraciones en la regulación de la tensión arterial.
✓ Posibilidad de transmisión de enfermedades infecciosas de agen-
tes desconocidos en la actualidad.
• Administración
Por vía intravenosa. No administrar ALBH si la coloración del pro-
ducto es turbia o existen precipitados o partículas. Una vez abierto el
frasco, la administración debe realizarse inmediatamente o en 4 horas
como máximo. No precisa filtro para su administración. La velocidad
de infusión recomendada es de 2-4 mL/minuto para las soluciones el
5%, y de 1 mL/minuto para las soluciones al 20%.
• Efectos terapéuticos
Van a estar en función del objetivo del tratamiento; en caso de situacio-
nes de hipovolemia éstos van a ser objetivados con la respuesta clínica;
en el caso de situaciones de hipoalbuminemia se requiere una monito-
rización tanto clínica como analítica para determinar sus efectos.
175
vado y trombina, por acción directa sobre el factor X activado, que es
necesario para la conversión de protrombina en trombina, y posterior
activación del fibrinógeno para formar fibrina y desarrollar el trombo.
Se obtienen por ingeniería genética, y estructuralmente son similares
al Factor VII activado derivado del plasma humano.
• Suministro
Farmacia. Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los
siguientes preparados comerciales: Novoseven®, en presentaciones de
60, 120 y 240 KUI.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de ser
reconstituido y administrado. No debe ser congelado, ni refrigerado
una vez reconstituido. La caducidad viene indicada en el vial.
• Indicaciones
✓ Tratamiento de los fenómenos hemorrágicos en pacientes afectos de
Hemofilia congénita o adquirida, que presentan inhibidores a los fac-
tores de la coagulación VII o IX en valores superiores a 10 Unidades
Bethesda (UB), o tienen valores inferiores a 10 UB pero se espera que
no tenga respuesta alta a la administración de Factores VIII y/o IX.
✓ Profilaxis en intervenciones quirúrgicas en pacientes afectos de
Hemofilia congénita o adquirida, que presentan inhibidores a los
factores de la coagulación VII o IX en valores superiores a 10 UB,
o tienen valores inferiores a 10 UB pero se espera que no tenga
respuesta alta a la administración de Factores VIII y/o IX.
• Contraindicaciones
✓ Pacientes con problemas alérgicos a las proteínas bovinas o de los
ratones hámsters.
✓ Pacientes con enfermedad arterioesclerótica avanzada, con síndro-
me de coagulación intravascular diseminada, y/o con síndrome
traumático por aplastamiento, por el riesgo de desarrollar un efec-
to trombogénico.
✓ No administrar conjuntamente con concentrados de factores del
complejo protrombínico, al potenciarse y aumentar el riesgo de
aparición de fenómenos trombóticos.
176
• Efectos secundarios y Riesgos
En general son excepcionales con una incidencia inferior al 1% de los
casos, y consisten fundamentalmente en:
✓ Reacciones cutáneas adversas (erupción, prurito).
✓ Náuseas, cefaleas y malestar general.
✓ Alteraciones de la tensión arterial.
✓ Cuadros de shock, fallo renal, alteraciones cerebrovasculares y
arritmias. Son extremadamente raros (<0.0056%).
✓ Posibilidad muy remota de desarrollar anticuerpos frente al Factor
VII (1 caso en 8.000 administraciones).
• Administración
El producto debe llevarse a temperatura ambiente o corporal antes de
su administración que es exclusivamente intravenosa, mediante inyec-
ción directa en bolo, sin mezclar con otras soluciones, entre los 2 y 5
minutos tras su reconstitución.
• Efectos terapéuticos
La dosis estimada entre 35-120 mgr/Kg de peso, y el intervalo de la
administración debe ser ajustado en función de la severidad del cuadro
hemorrágico y el grado de hemostasis alcanzado con la administración
inicial, que es de 90 mgr/Kg de peso.
177
afinidad por heparina, purificación por anticuerpos monoclonales,
etc.). Los distintos preparados comerciales difieren en términos de
pureza de proteína y en el método que se sigue para la inactivación
viral, catalogándose como de pureza intermedia y de alta pureza.
• Suministro
Farmacia. Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los
siguientes preparados comerciales: Fandhi®, Haemate-P®, Beriate-
P®, Hemofil-M®, Monoclate-P®, en presentaciones de 250 UI, 500
UI y 1.000 UI.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de ser
reconstituido y administrado. No debe ser congelado, ni refrigerado
una vez reconstituido. La caducidad viene indicada en el vial.
• Indicaciones
Concentrados que sólo poseen Factor VIII (Fandhi®, Monoclate P®,
Beriate-P®, Hemofil-M®):
✓ Profilaxis y tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacien-
tes diagnosticados de Hemofilia A.
✓ Profilaxis y tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacien-
tes diagnosticados de déficit adquirido del Factor VIII.
✓ Tratamiento y profilaxis de los episodios hemorrágicos en pacientes
con Hemofilia A y con título bajo de anticuerpos contra el Factor VIII
(inferiores a 10 UB), si siguen respondiendo al tratamiento.
Concentrados que poseen Factor VIII y Factor von Willebrand
(Haemate-P®):
✓ Profilaxis y tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacien-
tes diagnosticados de Hemofilia A y enfermedad de Von
Willebrand.
✓ Profilaxis y tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacien-
tes diagnosticados de déficit adquirido del Factor VIII.
✓ Tratamiento y profilaxis de los episodios hemorrágicos en pacien-
tes con Hemofilia A y enfermedad de von Willebrand con título
bajo de anticuerpos contra el Factor VIII (inferiores a 10 UB), si
siguen respondiendo al tratamiento.
178
• Contraindicaciones
✓ Pacientes con historia de reacciones alérgicas a los componentes
de la preparación.
✓ Pacientes con anticuerpos inhibidores del Factor VIII, superiores a
10 UB.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones hemolíticas en pacientes con grupos sanguíneos A, B
y AB.
✓ Reacciones alérgicas
✓ Reacción de hipersensibilidad
✓ Desarrollo de anticuerpos frente al Factor VIII.
✓ Posibilidad de transmisión de enfermedades infecciosas de agen-
tes desconocidos en la actualidad.
• Administración
El producto debe llevarse a temperatura ambiente o corporal antes de su
administración que es exclusivamente intravenosa. Una vez reconstituido
debe utilizarse en un plazo máximo de 3 horas. La velocidad de infusión
no debe sobrepasar los 10 mL/minuto para evitar reacciones vasomotoras,
utilizando el equipo de perfusión y el filtro que se proporciona con el vial.
• Efectos terapéuticos
La actividad de 1 UI de Factor VIII es equivalente a la actividad del
Factor VIII contenido en 1 mL de plasma citratado. Empíricamente se
estima que 1 UI de Factor VIII por Kg peso corporal, eleva la actividad
plasmática del Factor VIII entre un 1.5-2%. La dosis a administrar va a
depender de: la alteración de la función hemostásica, de la localización
e importancia de la hemorragia, y del cuadro clínico del paciente.
179
El Factor VIII de la coagulación recombinante (octocog alfa) posee
unas características estructurales y funcionales, similares al Factor
VIII humano. Es una glucoproteína secretada por células de hámster
sometidas a ingeniería genética.
• Suministro
Farmacia. Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los
siguientes preparados comerciales: Kogenate®, Helixate®,
Recombinante®, ReFacto®, en presentaciones de 250 UI, 500 UI y
1.000 UI.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de ser
reconstituido y administrado. No debe ser congelado, ni refrigerado
una vez reconstituido. La caducidad viene indicada en el vial.
• Indicaciones
✓ Profilaxis y tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacien-
tes diagnosticados de Hemofilia A, tanto en pacientes previamen-
te tratados como en los no tratados.
✓ Profilaxis y tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacien-
tes diagnosticados de déficit adquirido del Factor VIII, tanto en
pacientes previamente tratados como en los no tratados.
✓ Tratamiento y profilaxis de los episodios hemorrágicos en pacien-
tes con Hemofilia A y con título bajo de anticuerpos inhibidores
contra el Factor VIII (inferiores a 10 UB), si siguen respondiendo
al tratamiento.
• Contraindicaciones
✓ Pacientes con historia de reacciones alérgicas a los componentes
de la preparación.
✓ Pacientes con hipersensibilidad conocida a las proteínas de ratón,
o de hámster.
✓ Pacientes con enfermedad de von Willebrand.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones cutáneas adversas (erupción, prurito).
✓ Náuseas, cefaleas y malestar general.
180
✓ Alteraciones de la tensión arterial.
✓ Desarrollo de anticuerpos frente al Factor VIII.
• Administración
El producto debe llevarse a temperatura ambiente o corporal antes de
su administración que es exclusivamente intravenosa. Una vez recons-
tituido debe utilizarse en un plazo máximo de 4 horas. La velocidad de
infusión no debe sobrepasar los 1-2 mL/minuto para evitar reacciones
vasomotoras, utilizando el equipo de perfusión y el filtro que se pro-
porciona con el vial.
• Efectos terapéuticos
La actividad de 1 UI de Factor VIII recombinante es equivalente a la
actividad del Factor VIII contenido en 1 mL de plasma citratado.
Empíricamente se estima que 1 UI de Factor VIII recombinante por Kg
peso corporal, eleva la actividad plasmática del Factor VIII en un 2%.
La dosis a administrar va a depender de: la alteración de la función
hemostásica, de la localización e importancia de la hemorragia, y del
cuadro clínico del paciente.
181
reconstituido y administrado. No debe ser congelado, ni refrigerado
una vez reconstituido. La caducidad viene indicada en el vial.
• Indicaciones
✓ Profilaxis y tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacien-
tes diagnosticados de Hemofilia A, con inhibidores adquiridos del
Factor VIII.
✓ Profilaxis y tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacien-
tes diagnosticados de déficit adquirido del Factor VIII, con inhibi-
dores adquiridos del Factor VIII.
✓ Profilaxis y tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacien-
tes diagnosticados de Hemofilia B, con inhibidores adquiridos del
Factor IX.
✓ Se ha descrito su uso en pacientes no hemofílicos con inhibidores
adquiridos a factores XI y XII, y en pacientes con enfermedad de
von Willebrand e inhibidores a dicho factor.
• Contraindicaciones
✓ Pacientes con historia de reacciones alérgicas a los componentes
de la preparación.
✓ Pacientes con un mecanismo normal de la coagulación.
✓ Pacientes con cuadros de coagulación intravascular diseminada.
✓ Pacientes con trombopenia severa.
✓ No administrar conjuntamente con antifibrinolíticos.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Se recomienda determinar la cifra de plaquetas previa a la admi-
nistración.
✓ Reacciones cutáneas adversas (erupción, prurito).
✓ Náuseas, cefaleas y malestar general.
✓ Alteraciones de la tensión arterial.
✓ Posibilidad de riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas.
✓ En algunos casos se puede observar un aumento del título del inhi-
bidor.
182
✓ Pueden aparecer datos biológicos de coagulación intravascular
diseminada.
✓ Riesgo de trombosis (venosa, embolismo pulmonar, infarto de
miocardio), especialmente en pacientes con factores de riesgo
trombogénicos.
• Administración
El producto debe llevarse a temperatura ambiente o corporal antes de
su administración que es exclusivamente intravenosa. Una vez recons-
tituido debe utilizarse rápidamente. La velocidad de infusión no debe
sobrepasar las 2 UF/Kg/minuto para evitar reacciones, utilizando el
equipo de perfusión y el filtro que se proporciona con el vial.
• Efectos terapéuticos
Una solución que contiene 1 U FEIBA/mL acorta el tiempo de trom-
boplastina parcial activada de un plasma con inhibidor del Factor VIII
en un 50% del valor obtenido, cuando se utilizan volúmenes iguales de
solución FEIBA y de plasma inhibidor. La dosis a administrar varía en
función del paciente y de los valores previos del tiempo de trombo-
plastina parcial activada.
183
(Mononine®), de 600 UI y 1.200 UI (Immune Stim Plus®) y de 250,
500, 1.000 y 1.500 UI (Factor IX Grifols ®).
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de ser
reconstituido y administrado. No debe ser congelado, ni refrigerado
una vez reconstituido. La caducidad viene indicada en el vial.
• Indicaciones
✓ Tratamiento de las complicaciones hemorrágicas en pacientes con
déficit de Factor IX, Hemofilia B o enfermedad de Christmas.
✓ Profilaxis de las complicaciones hemorrágicas en pacientes con
déficit de Factor IX, Hemofilia B o enfermedad de Christmas.
✓ Profilaxis y tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacien-
tes diagnosticados de déficit adquirido del Factor IX.
• Contraindicaciones
✓ Pacientes con hipersensibilidad conocida a las proteínas de ratón u
otros constituyentes del preparado.
✓ Pacientes con alto riesgo de trombosis y/o coagulación intravascu-
lar diseminada.
✓ Pacientes con cuadros de hiperfibrinolisis.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones alérgicas cutáneas (habones, picores).
✓ Reacciones de hipersensibilidad (angioedema, urticaria generali-
zada, cefalea, hipotensión) en raros casos se han descrito casos de
shock anafiláctico.
✓ Cuadros febriles.
✓ Desarrollo de anticuerpos frente al Factor IX.
✓ Riesgo de trombosis (venosa, embolismo pulmonar, infarto de
miocardio) o cuadros de coagulación intravascular diseminada,
especialmente en pacientes con hepatopatías crónicas, en el posto-
peratorio y en personas con factores de riesgo trombogénicos.
✓ Posibilidad de transmisión de enfermedades infecciosas de agen-
tes desconocidos en la actualidad.
184
• Administración
La preparación debe llevarse a temperatura ambiente o corporal pre-
viamente a su administración. Se realiza por vía endovenosa a una
velocidad de infusión de 2 mL/minuto (225 UI/minuto) que propor-
ciona una buena tolerancia, no debiendo mezclarse con otras solucio-
nes o administrarse gota a gota. Se recomienda no administrar más de
100 UI/Kg de peso corporal.
• Efectos terapéuticos
La actividad de 1 unidad de Factor IX es equivalente a la cantidad de
Factor IX contenida en 1 mL de plasma humano, por lo que se estima
que 1 UI de Factor IX por Kg de peso corporal, eleva la actividad plas-
mática de Factor IX en un 1% sobre el valor normal. La dosis y dura-
ción de la terapia sustitutiva dependen de la alteración de la función
hemostásica, de la localización e importancia de la hemorragia, y del
cuadro clínico del paciente.
185
una vez reconstituido. Debe administrarse dentro de las tres horas
siguientes a su reconstitución. La caducidad viene indicada en el vial.
• Indicaciones
✓ Tratamiento y prevención de los episodios hemorrágicos en
pacientes diagnosticados de Hemofilia B.
✓ Tratamiento y prevención de los episodios hemorrágicos en pacien-
tes diagnosticados de Hemofilia B con presencia de niveles de inhi-
bidor del Factor IX inferiores a 5 UB, si el paciente continua res-
pondiendo clínicamente con un aumento del Factor IX circulante.
✓ Profilaxis y tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacien-
tes diagnosticados de déficit adquirido del Factor IX.
• Contraindicaciones
✓ Hipersensibilidad a las proteínas del hámster.
✓ Pacientes con anticuerpos inhibidores al Factor IX con títulos
superiores a 5 UB.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Posibilidad de desarrollo de anticuerpos inhibidores del Factor IX.
✓ Reacciones alérgicas (angioedema, escalofríos, urticaria generali-
zada, opresión torácica, parestesias, vómitos).
✓ Reacción de hipersensibilidad.
✓ Riesgo de trombosis (venosa, embolismo pulmonar, infarto de
miocardio) o cuadros de coagulación intravascular diseminada,
especialmente en pacientes con hepatopatías crónicas, en el
postoperatorio y en personas con factores de riesgo trombogé-
nicos.
• Administración
La preparación debe llevarse a temperatura ambiente o corporal pre-
viamente a su administración. Debe utilizarse inmediatamente o
como mucho dentro de las tres horas siguientes a su reconstitución.
Se realiza por vía endovenosa a una velocidad de infusión de 4
mL/minuto, no debiendo mezclarse con otras soluciones o adminis-
trarse gota a gota.
186
• Efectos terapéuticos
La actividad de 1 unidad de Factor IX es equivalente a la cantidad de
Factor IX contenida en 1 mL de plasma humano, por lo que se estima
que 1 UI de Factor IX por Kg de peso corporal, eleva la actividad plas-
mática de Factor IX en un 1% sobre el valor normal. La dosificación y
la duración del tratamiento depende del grado de deficiencia del Factor
IX, de la localización y grado de la hemorragia, del estado clínico del
paciente, de su edad y de la recuperación funcional del Factor IX.
187
• Indicaciones
✓ Tratamiento de las complicaciones hemorrágicas en pacientes con
déficit congénito de Factor IX: Hemofilia B o enfermedad de
Christmas, y en pacientes con déficit adquirido del Factor IX.
✓ Profilaxis de las complicaciones hemorrágicas en pacientes con
déficit congénito de Factor IX: Hemofilia B o enfermedad de
Christmas, y en pacientes con déficit adquirido del Factor IX.
✓ Profilaxis y tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacien-
tes diagnosticados de déficit adquirido del Factor X.
• Contraindicacioness
✓ Pacientes con hipersensibilidad conocida a las proteínas plasmáti-
cas.
✓ Pacientes con infarto de miocardio o trombosis recientes.
✓ Pacientes con historia alérgica a la heparina que han presentado
cuadros de trombocitopenia.
✓ Pacientes con alto riesgo de trombosis y/o coagulación intravascu-
lar diseminada.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones alérgicas cutáneas (habones, picores).
✓ Reacciones de hipersensibilidad (angioedema, urticaria generali-
zada, cefalea, hipotensión) en raros casos se han descrito casos de
shock anafiláctico.
✓ Cuadros febriles.
✓ Desarrollo de una trombocitopenia de origen alérgico por hiper-
sensibilidad a la heparina existente en el preparado.
✓ Desarrollo de anticuerpos frente al Factor IX y/o X.
✓ Riesgo de trombosis (venosa, embolismo pulmonar, infarto de
miocardio) o cuadros de coagulación intravascular diseminada,
especialmente en pacientes con hepatopatías crónicas, en el posto-
peratorio y en personas con factores de riesgo trombogénicos.
✓ Raramente se han descrito cuadros de hipervolemia tras la admi-
nistración de dosis muy elevadas.
188
✓ Posibilidad de transmisión de enfermedades infecciosas de agen-
tes desconocidos en la actualidad.
• Administración
La preparación debe llevarse a temperatura ambiente o corporal
previamente a su administración. El preparado debe administrarse
inmediatamente después de su reconstitución. Se realiza por vía
endovenosa a una velocidad de infusión lenta de 4 mL/minuto uti-
lizando el equipo de perfusión y el filtro que se proporciona con el
vial.
• Efectos terapéuticos
La actividad de 1 unidad de Factor IX es equivalente a la cantidad de
Factor IX contenida en 1 mL de plasma humano, por lo que se estima
que 1 UI de Factor IX por Kg de peso corporal, eleva la actividad plas-
mática de Factor IX en un 0.8% sobre el valor normal. La dosis y dura-
ción de la terapia sustitutiva dependen de la alteración de la función
hemostásica, de la localización e importancia de la hemorragia, y del
cuadro clínico del paciente.
189
• Indicaciones
✓ Graves accidentes hemorrágicos en pacientes con deficiencias
congénitas de los factores que contiene el producto, en especial
déficit de Factor IX, Factor VII y Factor X.
✓ Profilaxis de fenómenos hemorrágicos en pacientes con deficien-
cias congénitas de los factores que contiene el producto, en espe-
cial déficit de Factor IX, Factor VII y Factor X, y que van a ser
sometidos a intervenciones quirúrgicas.
✓ Reversión inmediata del efecto de los anticoagulantes orales (dicu-
marínicos) cuando existe una hemorragia severa con riesgo vital
inminente o como profilaxis ante una intervención quirúrgica
inmediata, o en casos de pacientes con grave sobrecarga circulato-
ria en las situaciones anteriores.
✓ En pacientes con deficiencia de vitamina K, donde pueden encon-
trarse niveles bajos de Factores II, VII, IX y X, ante cuadros hemo-
rrágicos o como profilaxis en intervenciones quirúrgicas.
• Contraindicaciones
✓ En pacientes con signos de fibrinolisis o coagulación intravascular
diseminada.
✓ En pacientes con alto riesgo de trombosis, angor pectoris e infarto
agudo de miocardio.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones hemolíticas en pacientes con grupos sanguíneos A, B
y AB.
✓ Reacciones alérgicas (fiebre, exantema urticariforme, náuseas y
vómitos).
✓ Reacción de hipersensibilidad.
✓ Desarrollo de inhibidores anti-Factor IX, X y VII circulantes.
✓ Riesgo de trombosis (venosa, embolismo pulmonar, infarto de
miocardio) o cuadros de coagulación intravascular diseminada,
especialmente en pacientes con hepatopatías crónicas, en el
postoperatorio y en personas con factores de riesgo trombogé-
nicos.
190
✓ Posibilidad de transmisión de enfermedades infecciosas de agen-
tes desconocidos en la actualidad.
• Administración
La preparación debe llevarse a temperatura ambiente o corporal pre-
viamente a su administración. Debe realizarse con el equipo de perfu-
sión, el filtro y la aguja, que se adjunta con el vial. Se administra por
vía intravenosa, lentamente a una velocidad máxima de infusión de 3
mL/minuto, y en plazo máximo de tres horas tras la reconstitución.
• Efectos terapéuticos
La administración de 1 unidad equivale a la actividad encontrada en 1
mL de plasma fresco normal, por lo que se estima que 1 UI de Factor
IX por Kg de peso corporal, eleva la actividad plasmática de Factor IX
en un 1% sobre el valor normal. La vida media del Factor IX adminis-
trado es de 16 horas, por lo que hay que administrar las dosis cada 8-
12 horas. Si su uso está encaminado al reemplazo de otros factores u
otras situaciones clínicas, se deberán realizar controles clínico-analíti-
cos para determinar su efectividad.
191
• Indicaciones
✓ Tratamiento de las complicaciones hemorrágicas en pacientes con
déficit congénito o adquirido, de Factor XIII.
✓ Profilaxis de las complicaciones hemorrágicas en caso de déficit
congénito o adquirido de Factor XIII cuando concurren factores
desencadenantes (cirugía, fracturas).
• Contraindicaciones
✓ Historia de reacciones alérgicas a los componentes de la prepara-
ción.
✓ Administración a pacientes que han presentado recientemente epi-
sodios de trombosis.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones alérgicas y anafilácticas.
✓ Transmisión de enfermedades infecciosas por agentes desconoci-
dos en la actualidad.
✓ Posibilidad de desarrollar inhibidores al Factor XIII.
• Administración
Se administra lentamente por vía endovenosa con una velocidad
que no debe superar los 0.8 mL/Kg/minuto. En los casos de profi-
laxis hemorrágica se administran 10 UI/Kg con un intervalo de 4
semanas; ante una intervención quirúrgica la dosis a administrar es
de 35 UI/Kg antes de la intervención y 10 UI/Kg cada 5 días hasta
la resolución del proceso. En los casos de hemorragias graves se
administrar 10-20 UI/Kg diariamente hasta el cese del cuadro
hemorrágico.
• Efectos terapéuticos
La administración de 1 unidad equivale a la actividad encontrada en 1
mL de plasma fresco normal, por lo que se estima que 1 UI de Factor
XIII por Kg de peso corporal, eleva la actividad plasmática de Factor
XIII en un 1% sobre el valor normal. La vida media del Factor XIII es
de 10 a 20 días. Es aconsejable monitorizar clínica y analíticamente los
efectos terapéuticos para ajustar la cantidad y frecuencia de las dosis
a administrar.
192
D.13. Concentrados de fibrinógeno
• Descripción y Preparación
El Fibrinógeno es una glucoproteína presente en el plasma con un peso
molecular de 340.000 daltons, sintetizada por las células hepáticas y
que participa en la hemostasia estabilizando la agregación plaquetaria
y a través de la formación del coágulo de fibrina. Es una proteína solu-
ble que se transforma en fibrina (insoluble) por acción de la trombina.
Los concentrados de fibrinógeno se obtienen por fraccionamiento
industrial del plasma humano.
• Suministro
Farmacia. Fabricado por compañías farmacéuticas. Actualmente en
España se trata de medicación extranjera. Se dispone de los siguientes
preparados comerciales: Haemocomplettan P®, Fibrinogen Immuno®,
Clottagen®, que se presentan en viales que contienen 1 gr. y 1.5 gr.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de ser
reconstituido y administrado. No debe ser congelado, ni refrigerado
una vez reconstituido. La caducidad viene indicada en el vial.
• Indicaciones
✓ Tratamiento y profilaxis de las complicaciones hemorrágicas en
pacientes con déficit congénito de Fibrinógeno y disfibrinogene-
mia (sólo en aquellos casos con hemorragia documentada).
✓ Tratamiento de las complicaciones hemorrágicas secundarias a la
disminución del fibrinógeno en distintas situaciones médicas (coa-
gulación intravascular diseminada).
• Contraindicaciones
✓ Historia de reacciones alérgicas a los componentes de la preparación.
✓ Debe usarse con precaución en pacientes con riesgo de trombosis
(enfermedad hepática, enfermedad coronaria, embarazo y trata-
miento con estrógenos).
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones febriles y alérgicas.
193
✓ Transmisión de enfermedades infecciosas por agentes desconoci-
dos en la actualidad.
✓ Riesgo potencial de desencadenar fenómenos tromboembólicos.
✓ Posibilidad de desarrollar inhibidores.
• Administración
Se administra por vía intravenosa, muy lentamente a un ritmo de infu-
sión no superior a los 5 mL/minuto sin mezclarlo con otros productos,
e inmediatamente tras su reconstitución.
• Efectos terapéuticos
Es imprescindible monitorizar clínica y analíticamente los efectos tera-
péuticos del fibrinógeno administrado para ajustar la cantidad y fre-
cuencia de las dosis a infundir. Para su administración inicial hay que
conocer el Volumen Plasmático del paciente y los niveles de fibrinó-
geno iniciales, de tal manera que la dosis de fibrinógeno a administrar
en mg, viene determinada por la siguiente fórmula:
Volumen plasmático x (Fibrinógeno deseado mg/mL – Fibrinógeno
actual mg/mL).
194
siguientes preparados comerciales: Anbin®, Anbinex® y Kybernin®,
que se presentan en viales con 500 UI o 1.000 UI.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de ser
reconstituido y administrado. No debe ser congelado, ni refrigerado
una vez reconstituido. La caducidad viene indicada en el vial.
• Indicaciones
✓ Tratamiento de las complicaciones tromboembólicas en pacientes
con déficit congénito de AT-III.
✓ Profilaxis de las complicaciones tromboembólicas en caso de défi-
cit congénito de AT-III cuando concurren factores desencadenan-
tes (cirugía, fracturas, embarazo a término, encamamiento prolon-
gado).
✓ Tratamiento de déficit adquiridos de AT-III: insuficiencia hepáti-
ca aguda con coagulación intravascular diseminada, hemodiálisis,
cirugía cardiaca con circulación extracorpórea de larga duración.
✓ En pacientes con síndrome nefrótico y perdida de AT-III, en casos
de cirugía mayor grandes hemorragias y fenómenos trombóticos
agudo, siempre que los niveles de AT-III sean inferiores al 70%.
✓ Tratamiento de la coagulación intravascular diseminada (CID) en
las siguientes situaciones:
➢ Parámetros biológicos de CID y AT-III <75%.
➢ CID severas con AT-III <50%, se debe administrar cada
8 horas previa determinación de niveles plasmáticos para
mantener una actividad entre el 70-100%.
➢ La administración concomitante de heparina sólo se realiza-
rá cuando los niveles de AT-III sean >80% y no este produ-
cida o acompañada de síndrome traumático severo.
• Contraindicaciones
✓ Historia de reacciones alérgicas a los componentes de la preparación.
✓ Asociado a la administración simultánea de heparina, pueden pre-
sentarse complicaciones hemorrrágicas.
195
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Acción vasodilatadora moderada.
✓ Transmisión de enfermedades infecciosas por agentes desconoci-
dos en la actualidad.
• Administración
Se administra lentamente por vía endovenosa con una velocidad que
no debe superar los 0.8 mL/Kg/minuto. Una vez reconstituida, debe ser
administrada inmediatamente en un plazo inferior a los 15 minutos.
La dosis a administrar depende del nivel plasmático de AT-III. Para
obtener niveles plasmáticos del 100% de AT-III puede usarse la
siguiente fórmula: 100 - concentración plasmática de AT-III (%) =
UI/kg peso a administrar.
✓ Para el tratamiento de las complicaciones tromboembólicas en
pacientes con déficit congénito de AT-III la dosis recomendada es
de: 50-60 UI/Kg, con una dosis de mantenimiento de 6-8 UI/Kg
cada 6 horas, en tanto persistan las manifestaciones clínicas trom-
bóticas y en todo caso no menos de 7 días, así como debe asociar-
se a un tratamiento antitrombótico adecuado.
✓ Para la profilaxis se administran las unidades necesarias para man-
tener unos niveles de actividad de AT-III >75%.
• Efectos terapéuticos
La administración de 1 UI/Kg de peso corporal provoca un aumento de
la actividad de AT-III en un 1%. Es aconsejable monitorizar clínica y
analíticamente los efectos terapéuticos para ajustar la cantidad y fre-
cuencia de las dosis a administrar.
196
obtienen por fraccionamiento industrial del plasma humano, purifica-
do con anticuerpos monoclonales de ratón.
• Suministro
Farmacia. Fabricado por compañías farmacéuticas. Actualmente en
España se trata de medicación extranjera. Se dispone de los siguientes
preparados comerciales: Ceprotin® , que se presentan en viales con
500 UI o 1.000 UI.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de ser
reconstituido y administrado. No debe ser congelado, ni refrigerado
una vez reconstituido, y debe utilizarse dentro de las ocho horas
siguientes. La caducidad viene indicada en el vial.
• Indicaciones
✓ Púrpura fulminante y necrosis cutánea inducida por los dicumarí-
nicos en pacientes con déficit congénito grave de la Proteína C.
✓ Profilaxis en caso de déficit congénito grave de Proteína C ante las
siguientes situaciones: cirugía o terapia invasiva inminente, al ini-
cio del tratamiento con dicumarínicos, cuando la terapia dicumarí-
nica no es suficiente o posible.
• Contraindicaciones
✓ Historia de reacciones alérgicas a los componentes de la prepara-
ción, salvo que en encontremos ante complicaciones trombóticas
de riesgo vital.
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Reacciones alérgicas y anafilácticas.
✓ Transmisión de enfermedades infecciosas por agentes desconoci-
dos en la actualidad.
✓ Posibilidad de desarrollar inhibidores frente a la Proteína C.
• Administración
Se administra lentamente por vía endovenosa con una velocidad que
no debe superar los 2 mL/minuto, salvo en niños con peso inferior a 10
kg, en los que la velocidad no debe superar los 0.2 mL/minuto. Su
197
administración provoca un aumento inmediato pero temporal de los
niveles de Proteína C, siendo su vida media de 5-16 horas, si bien
influyen factores tales como la presencia de trombosis que reduce la
vida media y el aumento en los niveles plasmáticos.
La dosis inicial debe conseguir una actividad de proteína C del 100%,
actividad que debe mantenerse por encima del 25% a lo largo del tra-
tamiento. Se aconseja una dosis inicial de 60-80 UI/Kg.
• Efectos terapéuticos
La administración de 1 UI equivale a la actividad encontrada en 1 mL
de plasma fresco normal, por lo que se estima que 1 UI de Proteína C
por Kg de peso corporal, eleva la actividad plasmática Proteína C en
un 1% sobre el valor normal. La vida media de la Proteína C es de 5 a
16 horas. Es aconsejable monitorizar clínica y analíticamente los efec-
tos terapéuticos a las 6 horas de su administración, para ajustar la can-
tidad y frecuencia de las dosis a administrar.
198
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de ser
reconstituido y administrado. No debe ser congelado, ni refrigerado
una vez reconstituido. Debe guardarse protegido de la luz. Es aconse-
jable administrarlo dentro de las tres horas siguientes a su reconstitu-
ción. La caducidad viene indicada en el vial.
• Indicaciones
✓ Tratamiento y prevención de los episodios hemorrágicos en
pacientes diagnosticados de sepsis y fallo multiorgánico, y que
reciben tratamiento intensivo de soporte vital junto con la adecua-
da antibioterapia, y tienen una expectativa de vida razonable (sin
enfermedades de base irrecuperables).
✓ Todos los pacientes candidatos a recibir proteína C recombinante
activada, deben presentar todos los siguientes criterios:
➢ Expectativa de vida razonable tras el episodio séptico.
➢ Más de tres criterios del síndrome de respuesta inflamatoria
sistémica (Tª >38º C o <36º C; taquicardia superior a 90
pmm; Taquipnea superior a 20 respiraciones/minuto; leuco-
citos <4.000 µL o >12.000 µL, o presencia de más de un
10% de cayados).
➢ Evidencia de fallo orgánico originado por la sepsis en dos o
más sistemas durante 24 horas (cardiovascular, renal, respi-
ratorio, hematológico o metabólico).
➢ Evidencia inequívoca de infección.
• Contraindicaciones
✓ En pacientes con sepsis moderada sin evidencia de fallo orgánico;
en pacientes moribundos o con muerte inminente; pacientes con
alteraciones de la coagulación no tratables; y en los pacientes en
los que tanto familiares como médicos acuerdan no adoptar medi-
das terapéuticas agresivas.
✓ Hemorragia interna activa.
✓ Accidente vascular hemorrágico reciente (<3 meses).
✓ Cirugía craneal o de columna reciente (<2 meses).
199
✓ Traumatismo craneo-encefálico reciente (<2 meses).
✓ Traumatismo severo con riesgo evidente de hemorragia grave.
✓ Catéter epidural reciente.
✓ Neoplasia intracraneal o lesión ocupante de espacio, o evidencia
de posibilidad de hernia cerebral.
✓ Debe usarse con precaución en pacientes con: trombopenia
(<30.000 µL), INR elevado (>3), hemorragia gastrointestinal reciente
(<6 semanas), reciente uso de anticoagulantes (terapia concurrente
con heparina (>15 U/Kg/hora), empleo de trombolíticos en los últi-
mos tres días, tratamiento con inhibidores de la glicoproteina IIb/IIIa
en los últimos 7 días, anticoagulantes orales en los últimos 7 días,
inhibidores plaquetarios en los últimos 7 días), accidente vascular
cerebral reciente (<3 meses), malformación arteriovenosa cerebral,
diatésis hemorrágica conocida, y enfermedad hepática crónica severa.
• Efectos secundarios y Riesgo.
✓ Posibilidad de desarrollo de cuadros hemorrágicos, sobre todo
relacionados con procedimientos diagnósticos o terapéuticos.
✓ La presencia de hemorragia severa, obliga a interrumpir el trata-
miento hasta que se resuelva la misma.
✓ Si un paciente en tratamiento con proteína C recombinante activa-
da, precisa de cirugía urgente o procedimiento invasivo, la infu-
sión debe detenerse al menos dos horas antes de la misma y reins-
taurarse tras doce horas de cirugía mayor o inmediatamente en
procedimientos invasivos menores no complicados.
• Administración
La preparación debe llevarse a temperatura ambiente o corporal pre-
viamente a su administración. Debe utilizarse inmediatamente o como
mucho dentro de las tres horas siguientes a su reconstitución. Se debe
administrar por vía intravenosa a un ritmo de infusión de 24 µg/kg/hr
para una duración total de la infusión de 96 horas.
• Efectos terapéuticos
Los efectos terapéuticos deben monitorizarse dentro del cuadro gene-
ral del estado de sepsis del paciente.
200
D.17. Concentrados de inmunoglobulinas IV
• Descripción y Preparación
Los concentrados intravenosos de inmunoglobulinas (IVIG) son solu-
ciones de Inmunoglobulina G (IgG) de alta pureza y amplio espectro
de anticuerpos frente a agentes infecciosos, con niveles muy bajos de
IgM e IgA. Se obtiene del plasma humano a partir de un pool de no
menos de 2.500 donantes mediante fraccionamiento industrial, propor-
cionando una solución que contiene más del 90% de las subclases de
IgG.
• Suministro
Farmacia. Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los
siguientes preparados comerciales: Flebogama®, Gammagard®,
Endobulin®. Las formas de presentación son soluciones al 5% y al
10% de IVIG que contienen 500, 2.500, 5.000 y 10.000 mgr.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de ser
reconstituido y administrado. No debe ser congelado, ni refrigerado
una vez reconstituido. La solución debe ser administrada dentro de las
24 horas tras su apertura. La caducidad viene indicada en el vial.
• Indicaciones
Las indicaciones para la administración de IVIG pueden dividirse en
dos grandes grupos:
Como sustitución de anticuerpos (efecto anti-infeccioso):
✓ Tratamiento sustitutivo en pacientes afectos de diversos síndromes
de inmunodeficiencia primaria, en especial: agammaglobulinemia
congénita, hipogammaglobulinemia congénita, inmunodeficiencia
común variable, síndrome de Wiskott-Aldrich, inmunodeficiencia
combinada severa.
✓ Tratamiento sustitutivo en niños con SIDA congénito e infecciones
bacterianas de repetición.
✓ En pacientes sometidos a Transplante de médula ósea para preve-
nir infecciones bacterianas y la enfermedad del injerto contra el
huésped.
201
✓ Profilaxis de las infecciones bacterianas en pacientes con
Leucemia Linfática crónica (LLC), Mieloma múltiple, e
Hipogammaglobulinemia.
202
Los pacientes que reciben por primera vez IVIG presentan una mayor
frecuencia de reacciones adversas leves, que los que mantienen una
terapia regular, y generalmente relacionadas con la velocidad de infu-
sión. De ahí que se deba vigilar estrechamente al paciente durante los
primeros 30 minutos de infusión.
Los concentrados de IVIG deben administrarse por vía endovenosa a
una velocidad de infusión de 0.01-0.02 mL/Kg/minuto durante los pri-
meros treinta minutos; si el paciente no experimenta ningún efecto
secundario o sensación de malestar, puede aumentarse el ritmo de infu-
sión a 0.04 mL/Kg/minuto; en caso de que aparezca sintomatología
adversa, deberá reducirse el ritmo de infusión a niveles tolerables por
el paciente.
• Efectos terapéuticos
Una vez administrada, las IVIG están completamente biodisponibles
en la circulación del paciente, se distribuyen con relativa rapidez entre
el plasma y el líquido extravascular, alcanzándose a los 3-5 días un
equilibrio entre los espacios intra y extravascular. La vida media se
sitúa entre 35-65 días, pudiendo variar en cada paciente, en especial en
los que presentan inmunodeficiencias primarias.
Las dosis a administrar van a depender en función de realizar un trata-
miento sustitutivo o un tratamiento inmunomodulador. En el primer
caso se debe monitorizar el nivel sérico de la IgG pre y post trata-
miento. Si se realiza un tratamiento inmunomodulador se deben eva-
luar los niveles de respuesta en la enfermedad de base sobre la que se
realiza el tratamiento.
203
Globulina Llorens anti-Rh®. Las formas de presentación son viales de
250 mgr, 300 mgr y 500 mgr conteniendo 1.250 UI, 1.500 UI y 2.500
UI respectivamente.
Existe un preparado intravenoso, WinRho SDF™, que es una gamma-
globulina estéril extraída del plasma humano y liofilizada, que contie-
ne anticuerpos Rho (D). Se presenta en viales que contienen polvo lio-
filizado para reconstituir a solución inyectable, equivalente a 1500 UI
(300 µg) y a 600 UI (120 µg) de Inmunoglobulina Rho (D). De
momento no está disponible en España.
• Almacenamiento y caducidad
Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de ser
reconstituido y administrado. No debe ser congelado, ni refrigerado
una vez reconstituido. La solución debe ser administrada inmediata-
mente. La caducidad viene indicada en el vial.
• Indicaciones
✓ Profilaxis de la inmunización contra el antígeno D (Rho) en muje-
res Rh negativas y mujeres Du positivas.
✓ Profilaxis de la inmunización al factor D (Rho) en personas Rh
negativas tras recibir transfusiones incompatibles que contengan
concentrados de hematíes Rh positivos.
✓ Tratamiento de la Púrpura trombopénica idiopática en pacientes
Rh positivos a los que no se les ha realizado una esplenectomía.
• Contraindicaciones
✓ Historia de alergia a las inmunoglobulinas homólogas.
✓ Pacientes con déficit de IgA que tengan anticuerpos anti-IgA.
✓ No administrar por vía intravascular (riesgo de shock).
• Efectos secundarios y Riesgos
✓ Dolor y sensibilidad local en el lugar de inyección.
✓ Cuadros alérgicos: fiebre, reacciones cutáneas y escalofríos.
✓ Cuadros anafilácticos: náuseas, vómitos, urticaria generalizada,
cefalea, hipotensión, en raros casos se han descrito casos de shock
anafiláctico por administración intravascular.
204
✓ Posibilidad de transmisión de enfermedades infecciosas de agen-
tes desconocidos en la actualidad.
• Administración
La RhIG debe administrase por vía intramuscular y muy lentamente. En
caso de pacientes con trombopenia o trastornos de la coagulación en los
que está contraindicada la administración intramuscular, puede utilizar-
se la vía subcutánea con posterior presión. En caso de ser necesaria la
administración de dosis elevadas (más de 5 mL), se aconseja la admi-
nistración en dosis fraccionadas y en distintas regiones anatómicas.
• Efectos terapéuticos
La administración de RhIG suprime la formación activa de anticuerpos
Rh en pacientes Rh negativos expuestos al antígeno Rh. Se estima que
una dosis estándar de 300 mgr contrarresta la acción inmunógena de
15 mL de hematíes Rh positivos.
205
• Almacenamiento y caducidad
En refrigeradores de los Bancos de Sangre, que tienen adaptados siste-
mas de vigilancia gráficos y sonoros, para advertir las fluctuaciones de
la temperatura, que debe estar comprendida entre 1 y 6º C.
Si la fecha de caducidad del componente sanguíneo es superior a los
28 días en el momento de la irradiación, esta caducidad pasa a ser de
28 días tras la irradiación. Si la caducidad del componente era inferior
a los 28 días, después de la irradiación, permanece inalterable.
• Indicaciones
Se deben irradiar los componentes y hemoderivados sanguíneos ante
las siguientes situaciones:
Indicaciones generalmente aceptadas.
✓ Receptores de transplantes de médula ósea.
✓ Pacientes con síndrome de inmunodeficiencia celular congénita.
✓ Receptores de transfusión intrauterina.
✓ Recién nacidos prematuros (peso < 1200 gr).
✓ Exsanguinotransfusión neonatal.
✓ Receptores de transfusión de granulocitos.
✓ Pacientes con enfermedad de Hodgkin.
✓ Pacientes con ciertos tumores sólidos (glioblastoma, neruo-
blastoma, rabdomiosarcoma y sarcoma inmunoblástico) o que
reciben tratamiento con fludarabina, cladrivina y 2-deoxicofor-
micina.
✓ Pacientes que reciben componentes HLA-emparentados.
✓ Pacientes que reciben componentes de parientes biológicos
directos.
206
• Contraindicaciones
✓ Receptores de transplantes de órganos.
✓ Pacientes con SIDA.
✓ Receptores de quimioterapia no ablativa.
✓ Pacientes con anemia aplásica (excepto si se realiza TMO).
✓ Pacientes con inmunodeficiencias humorales.
✓ Pacientes en tratamiento con fármacos inmunosupresores.
• Efectos secundarios y Riesgos
La irradiación de los componentes eritrocitarios puede causar una
ruptura de la membrana celular de los hematíes, por lo que los CH
irradiados pueden presentar un aumento de los niveles de potasio en
el plasma sobrenadante que acompaña a los hematíes. De ahí que se
recomiende reducir la cantidad de plasma sobrenadante en los CH
irradiados con el fin de disminuir el riesgo de hiperpotasemia en los
receptores.
Los demás riesgos y efectos secundarios, son los mismos que los seña-
lados para el componente sanguíneo no irradiado.
• Administración
Los protocolos de administración para los componentes sanguíneos
irradiados son los mismos que para los componentes no irradiados, y
descritos anteriormente para cada uno de los mismos.
• Efectos terapéuticos
La irradiación destruye de la capacidad funcional de los linfocitos
transfundidos por lo que previene la EICH-AT en los pacientes sus-
ceptibles al desarrollo de la misma, no alterando la funcionabilidad y
viabilidad de los hematíes, granulocitos y plaquetas. Los pacientes con
un sistema inmunológico funcional, destruirán los linfocitos adminis-
trados, por lo que la irradiación de los componentes sanguíneos es
innecesaria.
Los efectos terapéuticos de los componentes sanguíneos irradiados,
son los mismos que los componentes sanguíneos no irradiados y des-
critos con anterioridad.
207
E.2. Hemoderivados citomegalovirus negativos
El Citomegalovirus (CMV) es un virus de la familia herpes virus, que
reside en los leucocitos de las personas que han sido previamente infec-
tadas, por lo que puede transmitirse a través de la transfusión de sangre.
Se estima que en la actualidad entre un 40-70 % de los donantes de san-
gre son CMV seropositivos. La transmisión de CMV a los pacientes sus-
ceptibles se puede prevenir eficazmente por el uso de componentes celu-
lares sanguíneos sometidos a leucoreducción o por la obtención de tales
componentes de donantes seronegativos para el CMV. El PFC y CRI son
hemoderivados libres de células y no se han implicado en la transmisión
de CMV.
• Descripción y Preparación
Se emplean los mismos métodos y técnicas que para los componentes
sanguíneos originales, salvo que en este caso se realiza una prueba sero-
lógica para seleccionar a los donantes seronegativos frente al CMV.
• Suministro
Centro Regional de Transfusiones Y Bancos de Sangre Hospitalarios.
• Almacenamiento y caducidad
Es la misma que para los componentes sanguíneos originales.
• Indicaciones
Los componentes sanguíneos CMV seronegativos están indicados en
los receptores con grave riesgo de infección severa por CMV. Las indi-
caciones son pacientes CMV negativos en las siguientes circunstan-
cias:
✓ Recién nacidos prematuros y de menos de 4 semanas de edad.
✓ Pacientes que necesitan una transfusión intrauterina.
✓ Destinatarios de transplante de médula ósea o de órganos (si la
médula o el órgano del donante también es seronegativo para el
CMV).
✓ Candidatos a transplante de órganos.
✓ Pacientes con inmunodeficiencias congénitas.
✓ Pacientes infectados por VIH o con SIDA desarrollado.
208
✓ Mujeres embarazadas.
✓ Pacientes sometidos a esplenectomía.
• Contraindicaciones
Pacientes seropositivos para el CMV y en general las mismas que para
los componentes originales.
• Efectos secundarios y Riesgos
Las mismos que para los componentes originales.
• Administración
Los protocolos de administración para los componentes sanguíneos
CMV negativos son los mismos que para los componentes originales,
y descritos anteriormente.
• Efectos terapéuticos
Los efectos terapéuticos de los componentes sanguíneos CMV negati-
vos, son los mismos que los componentes sanguíneos originales y des-
critos con anterioridad.
209
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212
4. CONSENTIMIENTO INFORMADO.
ETICA Y TRANSFUSIÓN
A. Consentimiento informado
* Texto editado por la asociación española de Hematologia y
Hemoterapia. 2ª Edición. Octubre 2001.
El consentimiento informado consiste en la explicación, a un paciente
atento y mentalmente competente, de la naturaleza de su enfermedad,
así como del balance entre los efectos de la misma y los riesgos y bene-
ficios de los procedimientos diagnósticos y terapéuticos recomendados,
para a continuación solicitarle su aprobación para ser sometido a esos
procedimientos. La presentación de la información al paciente debe ser
comprensible y no sesgada; la colaboración del paciente debe ser con-
seguida sin coerción; el médico no debe sacar partido de su dominio psi-
cológico sobre el paciente. La información que se da al paciente y/o
familiares ha de ser sencilla, concreta y comprensible, sin exceso de
datos, cifras, o conceptos, que den lugar a que no entienda lo funda-
mental. Ha de darse de manera progresiva y desde el momento inicial en
el que se establece la relación médico-enfermo. Ha de ser siempre per-
sonalizada, atendiendo a criterios como la edad, educación, nivel socio-
cultural y otros aspectos que puedan condicionar la manera de dar la
213
información. Debe proporcionarse siempre con actitudes dialogantes,
participativas y no coercitivas.
Hay algunas excepciones en las que el médico no está obligado a pedir el
consentimiento y éstas son:
• Situaciones en que la no intervención suponga un grave peligro para
la salud pública.
• Situaciones de urgencia con riesgo de muerte o de lesiones irreversibles.
• Cuando se considera que el paciente es incompetente para entender
la información y/o para tomar una decisión.
• En circunstancias en las que haya un imperativo legal.
• Por rechazo explícito a recibir información por parte del paciente.
• Por privilegio terapéutico.
La Ley General de Sanidad recoge solamente los cuatro primeros supues-
tos. Cuando el paciente se niega a recibir la información se debe pregun-
tar si desea que se le de a otra persona, por ejemplo a los familiares. El
privilegio terapéutico se refiere a aquellos casos en los que el médico
considera que la información puede producir en el enfermo una amenaza
para su integridad psicológica, aunque estos casos deben ser solamente
excepcionales y rigurosamente justificados al igual que todos los ante-
riores.
214
✓ Riesgos y posibles efectos secundarios, especialmente los más
importantes, así como, los infrecuentes pero no excepcionales.
✓ Riesgos personalizados relacionados con las circunstancias indi-
viduales del paciente.
✓ Beneficios esperados (objetivo: para qué se hace) y efectos previ-
sibles en el caso de no realizarse el procedimiento.
✓ Posibles alternativas diagnósticas o terapéuticas, con explicación
de sus correspondientes beneficios y riesgos, así como los argu-
mentos por los que el médico elige una de éstas.
✓ Ofrecimiento del médico para ampliar la información en cualquier
momento.
✓ Libertad del enfermo para reconsiderar su decisión, así como de
renunciar a lo que se le ofrece, en cualquier momento posterior.
• La calidad de la información debe también adecuarse a cada pacien-
te. Debe informarse “en términos comprensibles” (según la Ley
General de Sanidad) de forma clara y sencilla, ya que existe una difi-
cultad objetiva en relación con la terminología científica que utiliza
el médico y una dificultad subjetiva, en función de la capacidad de
comprensión del paciente.
• La competencia, entendida como la capacidad del paciente para com-
prender la información y tomar una decisión, también es difícil de valo-
rar en ciertas ocasiones. Cuando el médico considera que el paciente es
incompetente para recibir la información y decidir, ha de informar a sus
familiares o personas allegadas, según la Ley General de Sanidad.
215
comprenderlo, discutirlo con su familia si lo desea y plantear dudas si las
tiene. El responsable de la información y quien debe hacerla es el médico
que vaya a realizar la técnica al paciente; no puede delegar en personal no
facultativo ni administrativo. Puede ser válido que sea un médico distinto
el que informa y el que realiza la técnica.
Normas sencillas para la redacción de documentos de consentimiento
informado: Escribir con frases cortas y directas procurando evitar puntos
y comas. Usar palabras cortas como las que se utilizan en lenguaje colo-
quial. Someterlos a las críticas de otros médicos o personal sanitario, pero
también de enfermos y personas sanas no sanitarias. Incluir el mínimo
posible de terminología técnica.
En el apartado de declaraciones y firmas debe incluirse lo siguiente:
• Identificación del hospital y servicio responsable de la realización de
la técnica.
• Identificación completa (nombre, apellidos y D.N.I. o número de segu-
ridad social) del enfermo y del médico responsable que da la informa-
ción, así como de los familiares o personas que reciben la información,
en el caso de incompetencia del paciente. Excepcionalmente puede
considerarse necesaria la identificación y firma de un testigo.
• Declaración explícita del médico, de haber informado conveniente-
mente al enfermo.
• Declaración explícita del enfermo de haber entendido la información
que se la ha dado y de su consentimiento para la realización del pro-
cedimiento.
• Si el enfermo no quiere recibir la información y además prohibe que
se le dé a sus familiares o allegados, debe quedar constancia escrita
en el documento con la firma del médico y algún testigo.
• Firmas de las personas que intervienen: enfermo, médico, familiares,
personas allegadas o testigo si es necesario.
B. Etica y transfusion
La filosofía moral aplica sus dos principios fundamentales en la relación
médico/paciente: el respeto a la vida humana, y después, el respeto a la
libertad informada del paciente, que debe estar subordinado. El médico
nunca debe provocar intencionadamente la muerte de ningún paciente, ya
216
sea por acción o por omisión, ni siquiera en caso de petición expresa por
parte de este último. La transfusión de sangre y hemoderivados puede ser
la principal o única terapéutica disponible para mantener la vida, motivo
por el que no es deontológico usar procedimientos que garanticen una
menor supervivencia. El profesional de la salud sólo está obligado, por
ética profesional, a utilizar prácticas validadas; mientras no haya otra
opción mejor y probada, habrá que informar al paciente para que éste acep-
te la transfusión, recurra a otro profesional, o manifiestamente la deniegue.
La International Society of Blood Transfusión (ISBT) adoptó en Viena en
el año 2000 un “Código ético para la donación y transfusión de sangre”
elaborado con el soporte de la Organización Mundial de la Salud (publi-
cado en Vox Sanguinis 2002;82:165-166), cuya trascripción reproducimos
a continuación.
El objetivo de éste código es definir los principios éticos y las reglas que
se deben observar en el campo de la Medicina Transfusional:
• La donación de sangre, incluida la de la médula ósea o células pluri-
potentes (para transplantes), debe ser, en cualquier circunstancia,
voluntaria y no remunerada; no se debe ejercer ninguna coerción
sobre el donante. El donante debe dar su consentimiento para la dona-
ción de sangre o de sus componentes, y subsecuentemente de su uso
legítimo por los Servicios de Transfusión.
• Los pacientes deben ser informados tanto de los beneficios como de
los riesgos conocidos de la administración de sangre, así como de las
posibles alternativas a la misma; y tienen derecho de aceptar o recha-
zar la misma. Cualquier decisión válida tomada, debe ser respetada.
• En el caso de que el paciente no sea capaz de proporcionar su consenti-
miento informado, la base del tratamiento mediante la administración de
sangre, debe proporcionar el mayor beneficio para el paciente.
• El interés económico no de ser la base sobre la que se establece y ges-
tiona un Servicio de Medicina Transfusional.
• El donante debe ser advertido previamente de los posibles riesgos que
comporta la donación de sangre; la salud del donante y su seguridad
deben ser protegidas. Cualquier procedimiento relacionado con la
administración de sustancias a un donante para aumentar la produc-
ción o concentración de un componente sanguíneo debe estar de
acuerdo con los estándares internacionalmente aceptados.
217
• Debe asegurarse el anonimato entre el donante y el receptor, excepto
en circunstancias especiales, así como la confidencialidad del donante.
• El donante debe entender y conocer los riesgos que implican para
otros, la donación de sangre infectada, así como su responsabilidad
ética con el receptor.
• La donación de sangre debe basarse en criterios médicos de selección,
revisados periódicamente, y que no entrañen discriminación alguna de
ningún tipo, incluyendo género, raza, nacionalidad y religión. Ningún
donante ni potencial receptor tiene derecho a que se le practique nin-
gún tipo de discriminación.
• La donación y recolección de sangre se realizará bajo la total respon-
sabilidad de un médico correctamente cualificado y autorizado.
• Todos los aspectos relacionados con la donación de sangre y los pro-
cedimientos de aféresis, deben realizarse y estar de acuerdo y ser apro-
piados con los estándares definidos y aceptados internacionalmente.
• Tanto los donantes como los receptores deben ser informados si han
sufrido algún efecto adverso.
• La administración de sangre y hemoderivados debe ser realizada bajo
la total responsabilidad de un facultativo acreditado para la misma.
• La situación clínica del receptor debe ser la única base para la terapia
transfusional.
• No debe existir ningún incentivo económico en la prescripción de la
transfusión de sangre y/o hemoderivados.
• La sangre es un recurso público y su acceso no debe ser restringido.
• Siempre que sea posible, el paciente debe recibir aquel componente
(hematíes, plaquetas, granulocitos, plasma o derivados plasmáticos)
que sean clínicamente apropiados y gocen de una seguridad óptima.
• El desperdicio de la sangre debe ser evitado con el fin de salvaguardar
los intereses de todos los posibles receptores, así como del donante.
• Las prácticas y políticas establecidas por los organismos nacionales e
internacionales de salud, y otras agencias competentes autorizadas,
deben de estar de acuerdo con éste código ético.
218
Bibliografía
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sent and religious refusal. Spine 1991;5:7-15.
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Young IF. Medical ethics in relation to transfusion medicine. Transfus
Med Rev 1996;10:23-30.
220
HOSPITAL MALVA-ROSA
BANCO DE SANGRE
DOCUMENTO DE CONSENTIMIENTO INFORMADO
Apellidos......................................................................................................................... Nombre................................................................
Nº Historia clínica............................................................................................................Fecha....................................................................
TRANSFUSIÓN DE HEMODERIVADOS
Finalidad
Reponer componentes de la sangre vitales para la supervivencia del paciente (hematíes, plaquetas, plasma, etc.).
Descripción del proceso
• Todos los componentes sanguíneos se administran a través de una vena o un catéter venoso.
• Antes de toda transfusión el médico responsable del enfermo habrá valorado el riesgo y los beneficios de dicho tratamiento.
• Con la finalidad de prevenir posibles infecciones a través de una transfusión, la sangre y sus componentes se obtienen de donan-
tes voluntarios y altruistas. Estos donantes responden a un cuestionario sobre su estado de salud y son sometidos a una explo-
ración medica antes de donar. En todos los componentes sanguíneos obtenidos se efectúan análisis para descartar la existencia
de enfermedades que se contagian por la sangre.
• Finalmente, antes de la transfusión se comprueba que el derivado sanguíneo sea compatible con la sangre del enfermo.
Efectos secundarios
• A pesar de todas las precauciones mencionadas toda transfusión comporta un mínimo riesgo (inferior a 1 por cada 60.000 trans-
fusiones) de contraer: virus de la hepatitis C, virus de la hepatitis B, virus de la inmunodeficiencia huma (SIDA) y otros virus
aún menos frecuente. Ello es debido a que existe una primera fase de la enfermedad infecciosa, llamada período ventana, duran-
te la cual existen agentes infecciosos en la sangre que no son detectables y por tanto pueden transmitir la enfermedad.
• Reacciones transfusionales leves, relativamente frecuentes y fácilmente tratables (fiebre, escalofríos, etc.).
• Reacciones transfusionales graves, infrecuentes pero que suponen un gran riesgo para el paciente (hemólisis –destrucción de
glóbulos rojos-, edema agudo de pulmón, anafilaxia –reacción alérgica grave-, etc.).
Alternativas terapeuticas
• Dados los riesgos anteriormente mencionados nunca se prescribe una transfusión sin ser totalmente imprescindible. Su médico
habrá valorado si puede emplear otros recursos terapéuticos para evitar la transfusión (autotransfusión, terapia con hierro, expan-
sores plasmáticos, etc.).
• La negativa a ser transfundido puede comprometer seriamente su vida en determinadas circunstancias.
Riesgos personalizados
.......................................................................................................................................................................................................................
.......................................................................................................................................................................................................................
DECLARACIONES Y FIRMAS
Declaración del enfermo:
• He sido informado por el médico después mencionado de:
• He comprendido la información recibida y podido formular todas las preguntas que he creído oportunas.
Nombre........................................................................................................ Firma.......................................................................................
Declaración del médico de que ha informado debidamente al paciente.
Nombre....................................................................................................... Firma........................................................................................
Declaración del familiar, persona allegada o representante legal en su caso, de que han recibido la información por incompe-
tencia del paciente.
Nombre....................................................................................................... Firma.....................................................................................
221
HOSPITAL MALVA-ROSA BANCO DE SANGRE
DOCUMENTO DE CONSENTIMIENTO INFORMADO
Apellidos......................................................................................................................... Nombre................................................................
Nº Historia clínica............................................................................................................Fecha....................................................................
AUTOTRANSFUSION
Finalidad
Donar la propia sangre para recibirla cuando se precise (generalmente con motivo de intervenciones quirúrgicas programadas), evitan-
do el riesgo de adquisición de enfermedades infecciosas y reduciendo el de presentar otras complicaciones de la transfusión.
Descripción del proceso
• Antes de la obtención de la autotransfusión se realiza una visita con el responsable del Banco de Sangre, que valora si existen
contraindicaciones a realizar este programa.
• Se programa un calendario de las donaciones y se informa al paciente de la necesidad de realizar un tratamiento con hierro
durante este periodo y los efectos adversos que puede ocasionar, como estreñimiento, gastritis, diarrea.
• En caso de ser estimulado con Eritropoyetina, también se informará de los posibles efectos secundarios de su administración.
• Si las unidades donadas no son suficientes, el paciente tendrá que recibir una transfusión convencional
Efectos secundarios
• Son los mismos que se presentan en la donación de sangre: hematoma en la zona de punción, sensación de cansancio, debido a
la frecuencia de las extracciones, y en menor frecuencia, hipotensión, palidez, sudoración, perdida de conciencia.
• La perdida de las unidades extraídas si se pospone la intervención quirúrgica o no es necesaria la transfusión..
Riesgos personalizados
.......................................................................................................................................................................................................................
.......................................................................................................................................................................................................................
DECLARACIONES Y FIRMAS
Declaración del enfermo:
• He sido informado por el médico después mencionado de:
• He comprendido la información recibida y podido formular todas las preguntas que he creído oportunas.
Nombre........................................................................................................ Firma.......................................................................................
Nombre....................................................................................................... Firma........................................................................................
Declaración del familiar, persona allegada o representante legal en su caso, de que han recibido la información por incompe-
Nombre....................................................................................................... Firma.....................................................................................
222
HOSPITAL MALVA-ROSA BANCO DE SANGRE
DOCUMENTO DE CONSENTIMIENTO INFORMADO
Apellidos......................................................................................................................... Nombre................................................................
Nº Historia clínica............................................................................................................Fecha....................................................................
ADMINISTRACIÓN DE ERITROPOYETINA
Finalidad
La eritropoyetina humana recombinante es una molécula de síntesis idéntica a la humana cuya finalidad es estimular la producción y
maduración de los glóbulos rojos en la médula ósea, con el fin de mejorar la anemia secundaria a distintas causas.
Descripción del proceso
• La administración de eritropoyetina se realiza por vía subcutánea en dosis variables según el grado de anemia y la causa de ésta.
El tratamiento puede realizarse en un centro sanitario o administrárselo el propio paciente, pero siempre bajo el control del médi-
co especialista.
• Deben realizarse controles analíticos para valorar la respuesta al tratamiento.
• Siempre es necesario añadir tratamiento con hierro durante su administración.
Efectos secundarios
• Los efectos secundarios más frecuentes son leves como el dolor de cabeza, dolores en las articulaciones, sensación de debilidad,
mareo y cansancio.
• Debe controlarse la tensión arterial durante el tratamiento, ya que puede provocar un aumento en los valores de la tensión arterial.
• No está recomendada su administración durante el embarazo y la lactancia.
• Se han descrito reacciones alérgicas a este tratamiento que pueden ser leves, con molestias cutáneas, hasta reacciones alérgicas
graves.
• NO EXISTE NINGUN OTRO MEDICAMENTO CAPAZ DE ESTIMULAR LA PRODUCCIÓN DE LOS GLÓBULOS
ROJOS.
Riesgos personalizados
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.......................................................................................................................................................................................................................
DECLARACIONES Y FIRMAS
Declaración del enfermo:
• He sido informado por el médico después mencionado de:
• He comprendido la información recibida y podido formular todas las preguntas que he creído oportunas.
Nombre........................................................................................................ Firma.......................................................................................
Nombre....................................................................................................... Firma........................................................................................
Declaración del familiar, persona allegada o representante legal en su caso, de que han recibido la información por incompe-
Nombre....................................................................................................... Firma.....................................................................................
223
5. ESTUDIOS PRETRANSFUSIONALES
225
• Selección de los componentes sanguíneos apropiados para el recep-
tor de la transfusión.
• Realización de las pruebas cruzadas de compatibilidad entre el
suero del receptor y los hematíes del donante.
• Etiquetado de los componentes sanguíneos con la información ade-
cuada del receptor de la transfusión.
No obstante, hay que tener en cuenta sobre los estudios pretransfusio-
nales las siguientes consideraciones:
• La transfusión de sangre y hemoderivados es normalmente un pro-
ceso beneficioso y seguro, pero en ocasiones pueden producirse
efectos adversos como:
✓ Destrucción acelerada de los hematíes del donante y en menos
ocasiones de los hematíes del receptor.
✓ La mayoría de las reacciones hemolíticas se producen como con-
secuencia de errores humanos en la identificación del paciente
y/o la muestra pretransfusional.
✓ Existe la posibilidad de no detectar algún anticuerpo de los gru-
pos sanguíneos mediante las técnicas serológicas habitualmente
empleadas.
✓ Los estudios pretransfusionales no garantizan la supervivencia
normal de los hematíes transfundidos.
• Siempre que los estudios pretransfusionales se hayan realizado ade-
cuadamente, hay que ser riguroso en los siguientes apartados:
✓ Asegurarse de que el paciente reciba los componentes especial-
mente preparados para él.
✓ Verificar que los componentes preparados son ABO y Rh com-
patibles.
✓ Descubrir anticuerpos inesperados con significación clínica.
La legislación actual española sobre los estudios pretransfusionales
hace referencia a los siguientes aspectos:
• Solicitud de transfusión
Las solicitudes de transfusión de sangre total o de sus componentes
contendrán información suficiente para la identificación del recep-
226
tor y del médico que la ha prescrito, así como las razones médicas
en las que se basa su indicación.
• Muestras de sangre
✓ El probable receptor y su muestra de sangre deberán estar clara-
mente identificados. Existirá, asimismo, un mecanismo que per-
mita la identificación de la persona que realizó la toma de la
muestra y la fecha de la misma.
✓ Antes de utilizar la muestra para tipificación y pruebas de com-
patibilidad, se comprobará que toda la información para la iden-
tificación de la solicitud esté de acuerdo con la información en el
rótulo de la muestra. En caso de discrepancia o duda se tomará
una nueva muestra.
• Pruebas en la sangre del receptor
✓ Tipificación ABO: se realizará de forma similar a la especificada
para los donantes de sangre.
✓ Tipificación Rh: es suficiente para el antígeno Rho (D). Es lo que
determinará si el receptor es Rh positivo o negativo.
✓ Sólo podrán omitirse la tipificación ABO y Rh en casos de extre-
ma urgencia.
✓ Se realizarán pruebas de compatibilidad antes de la administración de
cualquier componente eritrocitario homólogo, excepto en los casos de
requerimiento urgente, entendiendo por tales los que un retraso en el
suministro de la sangre pueda comprometer la vida del paciente y así
sea indicado por escrito por el médico responsable del enfermo,
debiendo, en estos casos, proseguir las pruebas de compatibilidad
nada más sea entregada la sangre. Estas pruebas incluirán las técnicas
pertinentes para descartar la incompatibilidad ABO y la presencia de
anticuerpos eritrocitarios de importancia clínica. Estos métodos debe-
rán incluir la prueba de antiglobulina humana (Coombs) indirecta, u
otra técnica de similar o superior sensibilidad.
✓ Cuando el receptor haya recibido una transfusión en los últimos tres
meses, o refiera embarazos previos, o cuando tal información sea
dudosa o imposible de obtener, para la realización de las pruebas de
compatibilidad deberá usarse una muestra del paciente obtenida
dentro de las cuarenta y ocho horas previas a la transfusión.
227
Los estudios pretransfusionales a realizar varían en función del tipo de
hemoderivado a administrar, de tal forma que según el hemoderivado en
cuestión se deben practicar los siguientes:
• Administración de concentrados de hematíes
✓ Obligatoriamente:
– Grupo sanguíneo ABO y Rh.
– Escrutinio de anticuerpos irregulares.
– Prueba de antiglobulina humana indirecta.
✓ Según los casos:
– Prueba cruzada de compatibilidad.
– Fenotipo Rh Kell.
– Fenotipo Rh completo.
• Administración de concentrados de plaquetas
✓ Obligatoriamente:
– Grupo sanguíneo ABO y Rh.
✓ Según los casos:
– Grupo HLA.
– Estudio de anticuerpos anti-HLA.
• Administración de concentrados de granulocitos
✓ Obligatoriamente:
– Grupo sanguíneo ABO y Rh.
– Escrutinio de anticuerpos irregulares.
✓ Según los casos:
– Grupo HLA.
– Estudio de anticuerpos anti-HLA.
• Administración de plasma fresco y crioprecipitados
✓ Obligatoriamente:
– Grupo sanguíneo ABO y Rh.
228
A. Muestras de sangre
229
• Sangre recogida sobre EDTA 5 mL, para la determinación del grupo
ABO y Rh.
• Sangre recogida sobre tubo seco (sangre coagulada) 10 mL, para
obtener suero y determinar el escrutinio de anticuerpos irregulares
y la prueba cruzada. Aunque pueden realizarse sobre plasma, es
preferible el suero ya que el plasma puede contener grumos de
fibrina que pueden hacer difícil valorar la aglutinación, y porque el
plasma puede enmascarar anticuerpos demostrables sólo a través de
la activación del complemento. No deben utilizarse muestras hemo-
lizadas
230
Tabla 5.1.Tiempo de obtención de muestras para estudios de compatibilidad
en función de transfusiones previas
Pacientes transfundidos entre Obtencion de las muestras
3-14 días 24 h antes de la transfusión
14-28 días 72 h antes de la transfusión
28 días hasta 3 meses 1 semana antes de la transfusión
231
ta. Hay que tener en cuenta las características de los antisueros que se uti-
lizan y seguir las instrucciones especiales que los fabricantes indican para
alguno de ellos. Rotular adecuadamente la placa, tubos, tarjeta, etc., y no
guiarse solamente por el color de los reactivos. Observar la aglutinación
con buena iluminación, pero NO en cajas calientes. Anotar los resultados
inmediatamente después de haberlos leído.
Hay que tener en cuenta las siguientes consideraciones sobre la determi-
nación del grupo ABO en todos los receptores de una transfusión:
• Los hematíes de los receptores deben ser analizados mediante sueros
monoclonales Anti-A y Anti-B.
• El suero o plasma del donante debe ser analizado mediante hematí-
es reactivos A1 y B.
232
• Añadir una gota de la suspensión de hematíes y agitar.
• Centrifugar los tubos a 2000 rpm durante 2 minutos.
• Agitar el tubo sobre el lector.
• Anotar la presencia o ausencia de aglutinación.
B.1.1.3. Determinación en tarjeta (columna de gel)
El sistema de determinación en tarjeta (DIANAGEL, DIAMED-ID) está
basado en técnicas de aglutinación en gel o microplacas con reactivos pre-
dispensados; la calidad de los anticuerpos monoclonales y los reactivos de
antiglobulina humana que se utilizan confieren un excelente nivel de sen-
sibilidad y especificidad a la técnica.
Las tarjetas se componen de un soporte de plástico con microtúbulos que
contienen gel en su interior; el tamaño de las partículas de gel es selec-
cionado cuidadosamente para establecer un tamiz que permita el paso de
los hematíes sueltos y retenga a los hematíes aglutinados.
Cada microtúbulo consta de una cámara de reacción y una columna de
gel. La cámara de reacción se sitúa sobre la columna de gel, y es donde se
dispensan las muestras y se producen las reacciones; la columna de gel
contiene una solución tamponada y los anticuerpos o antiglobulina huma-
na en función del estudio a realizar.
Las tarjetas de GRUPO ABO contienen diversos micropocillos con gel y
reactivos monoclonales Anti-A, Anti-B, Anti-AB y otros con gel neutro
que sirven de control o para la realización del grupo sérico. La metodolo-
gía es la siguiente:
• Rotular la tarjeta con el nombre del receptor.
• Depositar 30 ml de sedimento de hematíes en 1 mL de solución iso-
tónica.
• Añadir 25 ml de la solución anterior en cada micropocillo en los que
se encuentra el Anti-A el Anti-B, el Anti-AB y el gel neutro de control.
• Centrifugar, leer y anotar los resultados.
233
La preparación de las células en el laboratorio deber hacerse diariamente
con hematíes lavados tres veces y suspendidos en suero salino a una con-
centración del 2-5%.
B.1.2.1. Determinación en tubo
• Rotular 2 tubos de ensayo con las letras A y B.
• Colocar en cada tubo dos gotas del suero a estudiar.
• Añadir 1 gota de células A1 al tubo A, y una de células B al tubo B.
• Mezclar agitando suavemente. Para aumentar la aglutinación, dejar
incubar los tubos unos 5 minutos a temperatura ambiente.
• Centrifugar. Con iluminación adecuada observar el sobrenadante
para detectar hemólisis y agitando suavemente leer la presencia o
ausencia de aglutinación.
• Anotar inmediatamente los resultados.
• La presencia de complemento activo en el suero, puede dar como
resultado una hemólisis que daría una reacción de aglutinación falsa.
En este caso incubar el suero a baño de 56º C durante 10 minutos.
B.1.2.2. Determinación en tarjeta (columna gel)
• Rotular la tarjeta con el nombre del receptor.
• Rotular los micropocillos con gel neutro, una para A, otro para B, y
otro para el control.
• Añadir a cada micropocillo correspondiente 50 ml de una solución de
hematíes A1 y B al 0.8%, y de una solución isotónica al pocillo de
control.
• Añadir a cada micropocillo 50 ml de suero o plasma del receptor.
• Centrifugar, leer y anotar los resultados.
234
MO, a veces es necesario trasfundir antes de que la discordancia se haya
resuelto. En este caso OBTENER UNA NUEVA EXTRACCION antes
de la trasfusión y UTILIZAR SANGRE O, CON TITULOS BAJOS de
anti-A y Anti-B, hasta determinar el grupo definitivo.
B.1.3.1. Clasificacion de las discrepancias
Estas discordancias pueden ser debidas a: errores técnicos, problemas en
los hematíes, y problemas en el suero.
• Errores técnicos
✓ Tubos sucios, dan falsos positivos si se realiza la técnica en tubo.
✓ Concentración inadecuada de hematíes y suero.
✓ Si existe hemólisis y no se percibe, dará falsos positivos. Suele
hallarse en personas de grupo O (donantes "peligrosos" que tienen
aglutininas A ó B), cuando la determinación del grupo sanguíneo
se realiza sobre una muestra de sangre recién extraída. La mayoría
de las veces se trata de una hemolisina anti-A, que puede ocultar
en mayor o menor grado la aglutinina. Para evitar la hemólisis:
calentar el plasma y/o suero del paciente 10 minutos a 56º C y
repetir el grupo sérico.
✓ Supra o infracentrifugación, causa resultados falsos positivos y
negativos respectivamente.
✓ Falta de cuidado en la lectura, puede dar falsos positivos.
✓ Contaminación en los reactivos y/o muestras.
✓ Identificación incorrecta de la muestra, materiales.
✓ Incorrecta interpretación o escritura de los resultados.
✓ Calentar a 37º C la mezcla de suero y hematíes, que puede dar fal-
sos negativos.
• Problemas en los hematíes
✓ Que el paciente tenga un anticuerpo adherido a los hematíes,
dando un Coombs directo positivo.
✓ El paciente puede haber sido trasfundido recientemente y presen-
tar por ello una mezcla de hematíes (paciente A, B, ó AB, habien-
do recibido sangre O).
235
✓ Subgrupos débiles de A, al estar muy débilmente expresados los
antígenos.
✓ Los hematíes pueden sufrir una anormalidad en la superficie de su
membrana (genética o adquirida) que les hace aglutinar con todos
los sueros humanos; es una PANAGLUTINABILIDAD.
• Problemas en el suero
✓ Altas concentraciones de fibrinógeno o proteínas anormales, pue-
den causar fenómenos de “rouleaux” (los hematíes se disponen en
forma de monedas apiladas al observarlos en el microscopio,
dando una falsa aglutinación).
✓ El paciente puede presentar una Inmunodeficiencia y faltar o tener
escasa representación de aglutininas naturales (Anti-A ó Anti-B)
debido a los niveles bajos de inmunoglobulinas. Esto se puede pre-
sentar en pacientes con Hipoproteinemia severa, agammaglobuli-
nemia, ancianos, etc.
✓ Sangre de recién nacidos; si es de cordón lavar siempre 6 veces,
sino debido a la gelatina de Wharton pueden verse falsos positivos.
Los antígenos eritrocitarios están debilitados, por ello no realizar los
subgrupos A. Así mismo hay ausencia de aglutininas naturales, ya
que no se producen anticuerpos, como consecuencia, el grupo séri-
co no se realizará hasta los seis meses de vida. En caso de dificul-
tad con sangre de cordón, repetirlo siempre con sangre de capilar.
✓ Existencia de un Anti-A1, en los sujetos A2 o A2B.
✓ Paciente al que se le esta administrando Dextrano u otros expan-
sores del plasma, en el momento de hacer la extracción, ya que
puede causar aglutinación de los hematíes.
✓ Que el paciente tenga anticuerpos irregulares, que reaccionan con
los hematíes A y B usados en la prueba sérica; lo más frecuente en
este caso es que se trate de un Auto-Anti-I.
✓ El paciente tenga anticuerpos contra elementos usados en los pre-
servativos ó medios de suspensión de los reactivos; (Ej. la albúmi-
na habitualmente viene con caprilato y existen pacientes que tie-
nen anticuerpos anti-caprilato); se sospechará cuando al realizar el
estudio de anticuerpos irregulares, sólo sea positiva la fase de
albúmina.
236
B.1.3.2. Modo de resolver las discordancias
Muchos problemas pueden resolverse repitiendo las pruebas y lavando
bien los hematíes antes de realizar las determinaciones. Obteniendo una
nueva muestra, se corrigen las dificultades por muestras contaminadas (la
muestra debe ser inferior de 7 días).
Las causas más frecuentes en caso de persistir la discordancia son:
• Fenómenos de rouleaux.
• Presencia de anticuerpos irregulares: Anti-Lea, Anti-P, M, N.
• Presencia de Auto-Anti-I
B.1.3.3. Pruebas a determinar en caso de discordancia
• Escrutinio de anticuerpos irregulares, e identificación.
• Determinar y averiguar los siguientes datos: edad, diagnóstico, medi-
cación previa, trasfusiones previas y proteínas séricas.
• Realizar Coombs directo.
• Realizar siempre un AUTOCONTROL.
• Para diagnosticar un Anti-A1 se hará prueba sérica con hematíes B,
A1, A2 y O (no aglutinando con hematíes A2 y O).
• Para diagnosticar subgrupos débiles de A ó B se necesita:
✓ Hacer la prueba hemática con diferentes sueros Anti-A y Anti-B.
✓ La prueba hemática puede hacerse en placa con hematíes lavados
y diluidos en salina al 10%. O bien hacer la prueba hemática en
tubo incubado a 4º C durante 15 minutos.
✓ La demostración será siempre por estudios de absorción y de elu-
ción.
✓ Estudios en saliva para las sustancias H, A y B.
• Si se sospecha Poliaglutinidad:
✓ El AUTOCONTROL debe ser negativo.
✓ Aglutinarán los hematíes con todos los sueros adultos incluyendo
los del grupo AB.
✓ No aglutinaran los hematíes con suero de cordón.
237
B.2. Determinación del sistema Rh
Habitualmente solo se determinará el antígeno D, excepto que por moti-
vos específicos, tales como identificación de anticuerpos irregulares, ó
necesidad de sangre con un determinado fenotipo, sea necesaria. Los reac-
tivos anti-D utilizados para las pruebas en porta, tubo o tarjeta, contienen
macromoléculas que en determinadas circunstancias pueden dar lugar a
falsas reacciones positivas, especialmente en enfermos con problemas de
auto-inmunidad y en recién nacidos con enfermedad hemolítica.
La determinación del grupo Rh deberá realizarse en paralelo con una
determinación de control con un reactivo de idénticas características
macromoleculares pero sin contener anticuerpo.
Hay que tener en cuenta las siguientes consideraciones sobre la determi-
nación del sistema Rh en todos los receptores de una transfusión:
• Cada muestra debe ser analizada por duplicado con un antisuero
monoclonal IgM-Anti-D.
• El test de antiglobulina no debe utilizarse para determinar el Sistema Rh.
238
• Añadir a cada tubo 2 gotas de hematíes al 2-5% en salino.
• Mezclar y centrifugar durante 30 segundos a 1000 rpm.
• Resuspender suavemente y observar si existe aglutinación.
• Anotar inmediatamente los resultados; para ser interpretado como
positivo el control debe ser siempre negativo.
239
B.2.5. Interpretación de resultados: grupo Rh
El reactivo anti-D está reforzado con un medio albuminoso y potenciador
de la aglutinación. La muestra de hematíes no debe clasificarse como D-
positivas ó Du-positivas, a menos que el control sea negativo. Las reac-
ciones falsas pueden deberse a los reactivos, a factores presentes en el pro-
pio suero del paciente o a los hematíes.
B.2.5.1. Reacciones positivas falsas
• La existencia de inmunoglobulinas unidas a los hematíes ó factores
en suero del paciente, causa agregación que puede dar lugar a reac-
ciones falsamente positivas con el reactivo inerte. Los factores séri-
cos pueden ser eliminados empleando hematíes lavados. Si los facto-
res alteradores están en los hematíes será necesario realizar un test
con anti-D salino.
• Incubaciones excesivamente prolongadas producen desecación.
• Presencia de pequeños coágulos de fibrina que se desarrollan en la
sangre no bien coagulada.
• Poliaglutinación de los hematíes frente a reactivos que contenga
suero humano.
• Autoaglutinación y presencia de proteínas anormales en el suero.
Este tipo de alteraciones se pueden detectar al realizar el grupo séri-
co ABO.
• Reactivos contaminados por bacterias u otras sustancias. Se previene
cuidando la técnica y no utilizando más de un reactivo a la vez.
• Equivocaciones en la utilización del reactivo o reactivos equivoca-
dos.
B.2.5.2. Reacciones negativas falsas
• Equivocaciones en la utilización del reactivo.
• Reactivos equivocados.
• No haber añadido suero al tubo. Técnicamente debe colocarse pri-
mero el reactivo, comprobar que está en todos los tubos y añadir
luego los hematíes.
• Variaciones en los antígenos.
• Mala conservación de los reactivos
240
C. Escrutinio de anticuerpos irregulares
El escrutinio de anticuerpos irregulares (EAI) pretende detectar en el
receptor la presencia de aloanticuerpos eritrocitarios inesperados (distin-
tos de los anti-A y anti-B). Los aloanticuerpos eritrocitarios están presen-
tes en un 0.3-2% de la población, y las principales causas de su aparición
son: embarazo, transfusiones previas, y desconocida.
Una vez detectado un aloanticuerpo, debe determinarse su especificidad,
titulación e importancia clínica, antes de proceder a la realización de las
pruebas de compatibilidad transfusional.
241
• En los laboratorios que se utilizan tres tipos de células, generalmen-
te la tipo I es R1R1 (Cde/Cde), la tipo II es R2R2 (cDE/cDE) y la tipo
III es rr (cde/cde); normalmente sólo un tipo de las tres células es
positiva para el antígeno K.
242
Las ventajas de esta prueba son su simplicidad, disminuir el tiempo de
incubación y aumentar la sensibilidad para detectar los anticuerpos; entre
los inconvenientes que presenta está el aumentar la sensibilidad en detec-
tar anticuerpos clinicicamente insignificantes.
Los anticuerpos detectados con ésta prueba son: anti-M, anti-N, anti-S (en
ocasiones), anti-Lea, anti-Leb, autoanti-I y anti-P1.
243
los hematíes con la enzima durante 15 minutos; para en una segunda fase
lavar las células para quitar la enzima y ser incubadas solamente con el
suero de la forma descrita en la prueba de una etapa.
Los anticuerpos que se detectan mediante las pruebas enzimáticas son: los
anticuerpos IgG frente al sistema Rh, algunos anticuerpos fríos de tipo
IgM clínicamente significativos como anti-Lea, anti-Leb, autoanti-I y anti-
P1; y algunos anticuerpos frente al sistema Kidd, sobre todo si se realiza
paralelamente una prueba de antiglobulina.
Las ventajas de esta prueba se relacionan con ser el mejor método en la
detección de anticuerpos del sistema Rh, ser un método rápido, y ser efi-
caz en la detección de anticuerpos del sistema Kidd si además se realiza
un test de antiglobulina.
Entre sus inconvenientes se encuentran: si se realiza sólo la prueba de una
etapa, el método es relativamente insensible y una sobre-incubación
puede destruir el anticuerpo mediante las enzimas desnaturalizadas por lo
que no se pueden detectar los antígenos del sistema MNS, Fya, Fyb, Cha y
Rga; también las enzimas realzan la presencia de ciertos anticuerpos fríos
clínicamente insignificantes; y si se realiza la prueba de dos etapas, ésta
requiere un importante control de calidad.
En general las pruebas con enzimas proteolíticas tienen sobre todas las
siguientes aplicaciones:
• Ayudar a detectar e identificar anticuerpos débiles del sistema Rh y
sistema Kidd.
• Ayudar a detectar e identificar una mezcla de anticuerpos desnaturali-
zando sus correspondientes antígenos (en el caso de un paciente con
un anti-c y un anti-Fya, el suero del paciente daría positivo en todas las
células del panel en la fase de antiglobulina indirecta dificultando su
identificación, cosa que es posible mediante el estudio enzimático).
• Aumentar la eficacia de la autoabsorción de autoanticuerpos y poder
detectar posibles aloanticuerpos.
• Algunos tipos de antisueros del sistema Rh, requieren la adición de
enzimas para detectar anticuerpos.
244
(de ahí que en muchas ocasiones se denomine Test o prueba de Coombs),
es por sí sola la prueba más importante que se realiza para detectar anti-
cuerpos anti-eritrocitarios.
Dado que los anticuerpos son gammaglobulinas, un anticuerpo puede for-
mar puentes de unión entre hematíes sensibilizados a dicho anticuerpo y una
gammaglobulina, y dar origen a una aglutinación de los hematíes. Dado que
la mayoría de anticuerpos son IgG, la AGH monoespecífica contiene anti-
IgG; pero como algún anticuerpo IgG y muchos IgM pueden hacer que el
factor 3 del complemento (C3) se adhiera a los hematíes y éstos aglutinen,
el suero poliespecífico de AGH, también contiene anti-C3. El tipo de suero
de AGH más utilizado en los Bancos de Sangre para los estudios pretrans-
fusionales mediante la prueba de AGH-Indirecta es el monoespecífico, en
tanto que para la realización de la prueba de AGH-Directa se utiliza el
poliespecífico que contiene anti-IgG, anti-C3b y anti-C3d.
Existen dos modalidades de la prueba de Antiglobulina:
• Prueba de Antiglobulina indirecta (AGH-I)
La mayor parte de los Bancos de Sangre utilizan la AGH monoespecí-
fica que contiene solo anti-IgG. Esta prueba se utiliza para detectar la
sensibilización in vitro de los hematíes.
La prueba de la AGH-I consiste en incubar 2-4 gotas de suero con 1
gota de solución de hematíes al 3-5%, a 37º C durante 15-60 minutos.
Después de lavar, se añaden 2 gotas de AGH y se procede a la centri-
fugación y lectura macroscópica en busca de aglutinación, y en caso de
ser negativa se realiza una lectura microscópica.
La prueba de AGH-I detecta anticuerpos IgG de los sistemas Rh, Kell,
Kidd y Duffy, así como el anti-S, anti-s, y a veces el anti-M. Si se uti-
liza suero poliespecífico también detecta anticuerpos IgM que ligan
C3, como anti-Lea, anti-Leb, autoanti-I, y anti P1. Se utiliza para detec-
tar e identificar los anticuerpos en el escrutinio de anticuerpos irregu-
lares, y para realizar la prueba cruzada de compatibilidad.
• Prueba de Antiglobulina directa (AGH-D)
Esta prueba solo detecta la sensibilización “in vivo” de los hematíes
por IgG o C3. El método consiste en lavar bien los hematíes del
paciente o receptor y agregar dos gotas de suero poliespecífico de
AGH, centrifugar y leer macroscópicamente en busca de aglutinación,
245
que en caso de ser negativa, se hace también microscópicamente. La
principal utilidad de la prueba de AGH-D es el estudio de: la enferme-
dad hemolítica neonatal, la anemia hemolítica autoinmune, las ane-
mias hemolíticas relacionadas con fármacos, y el estudio de reacciones
transfusionales hemolíticas.
246
a temperatura ambiente, pero no a temperatura corporal. Estos anti-
cuerpos que se detectan de tipo IgM son clínicamente insignificantes,
y se trata de: anti-M, anti-N, autoanti-I, anti-P1, anti-Lea, y anti-Leb.
• Fase salina o LISS a 4º C
Muchos Bancos de sangre omiten esta fase de estudio de EAI, ya que
se descubrirán anticuerpos de tipo IgM que reaccionan a muy baja tem-
peratura, pero no a temperatura corporal. Estos anticuerpos que se
detectan son clínicamente insignificantes, y se trata de: anti-M, anti-N,
autoanti-I, anti-P1, anti-Lea, y anti-Leb.
• Fase salina o LISS a 37º C
En esta fase se detectan anticuerpos de tipo IgM que tienen un
rango de temperatura más alto y que son clínicamente significati-
vos. Se trata de: anti-M, anti-N, autoanti-I, anti-P1, anti-Lea, y anti-
Leb, que reaccionan a temperatura corporal y pueden causar hemó-
lisis.
• Fase enzimática a 37º C
En esta fase se utilizan enzimas proteolíticas como sustancia potencia-
dora para detectar anticuerpos IgG frente al sistema Rh, y algunos
anticuerpos fríos de tipo IgM clínicamente significativos como anti-
Lea, anti-Leb, autoanti-I y anti-P1.
• Fase de antiglobulina a 37º C
En esta fase se pueden detectar anticuerpos de tipo IgG en los cuatro
sistemas principales (Rh, Kell, Kidd y Duffy) así como el anti-S, anti-
s y a veces el anti-M (si es IgG); si usamos antiglobulina poliespecífi-
ca, también se pueden detectar anticuerpos de tipo IgM que se unen al
complemento, como el anti-Lea, anti-Leb, y anti-I.
• Fase de autocontrol
Consiste en enfrentar el suero del receptor con sus propios hematíes en
las mismas fases que hemos realizado el EAI. Muchos Bancos de san-
gre sólo realizan un autocontrol si el paciente presenta un anticuerpo
inesperado o irregular. Su utilidad radica en detectar aloanticuerpos
provocados por una transfusión reciente y que no se detectan en el
suero porque permanecen adsorbidos en los hematíes incompatibles
que todavía circulan por el paciente.
247
La gran mayoría de los Bancos de sangre realizan para el EAI tres fases
de las señaladas: salina o LISS a 37º C, Enzimática a 37º C, y antiglobu-
lina a 37º C; incluyendo o no la fase de autocontrol.
248
para las IgG. Es una técnica de reciente introducción, que no precisa
lavados y cuyo tiempo de incubación es de 15 minutos; posee una
buena sensibilidad y especificidad, detectando sólo anticuerpos de tipo
IgG.
249
Tabla 5.3.Selección de unidades a cruzar en función del anticuerpo
detectado
Especialidad del anticuerpo Significación clínica Selección de unidades
Anticuerpo del sistema Rh SI Antígeno-negativa
(reactivos en fase de Coombs)
Anticuerpos del sistema Kell SI Antígeno-negativa
Anticuerpos del sistema Duffy SI Antígeno-negativa
Anticuerpos del sistema Kidd SI Antígeno-negativa
Anti-S, -s SI Antígeno-negativa
Anti-A1, -P1, -N Raramente P. cruzada compatible a
37º C en fase de Coombs
Anti-M Raramente P. cruzadas compatibles a
37º C en fase de Combs
Anti-M reactivo a 37º C Ocasionalmente Antígeno-negativa
Anti-Lea, Anti-Lea+b Raramente P. cruzadas compatibles a
37º C en fase de Combs
Anti-Leb NO Sin significado
Alto título de Anicuerpos de baja Raramente Contactar con el centro
avidez (HTLA) de transfusiones
Anticuerpos contra antígenos de Depende la especificidad Contactar con el centro de
baja-alta frecuencia Transfusión
250
anti-Lea y anti-Leb. Si bien esta relación es meramente orientativa, y cada
caso debe ser examinado individualmente dadas las características pecu-
liares y condiciones clínicas de cada paciente. De forma orientativa pode-
mos clasificar los anticuerpos en función de su importancia clínica en cua-
tro grandes grupos (Tabla 5.4.).
• Grupo I: Clínicamente significativos.
• Grupo II: Sin significación clínica.
• Grupo III: Clínicamente insignificantes salvo que reaccionen a 37º C.
• Grupo IV: Ocasionalmente con significación clínica.
251
Las mismas exigencias se mantienen en cualquier otro componente dis-
tinto al concentrado de hematíes que contenga 2 mL o más de hematíes en
especial para los concentrados de plaquetas y de granulocitos.
D.2. Compatibilidad Rh
Los componentes sanguíneos Rh positivos deben destinarse a los
receptores D positivos, en tanto que las unidades Rh negativas, aun-
que sean compatibles con receptores D positivos, deben reservarse
para los receptores D negativos (ver capítulo 7: administración de
unidades O negativas).
En ocasiones y ante cuadros de urgencia y carencia de unidades Rh
negativas un receptor D negativo puede recibir unidades Rh positi-
vas, siendo consciente de que se va a producir una inmunización,
valorando los riesgos y la posible administración ulterior de inmu-
noglobulina anti-Rh. En la Tabla 5.6. se muestra la compatibilidad
ABO y Rh de los hemoderivados.
252
Tabla 5.6. Compatibilidad ABO y Rh de los hemoderivados eritrocitarios y
plasmáticos
COMPATIBILIDAD DE LOS HEMODERIVADOS
Grupo del paciente Compatibilidad Compatibilidad
Concentrado hematíes Plasma Fresco
A A A
0 AB
B B B
0 AB
0
0 0 A
B
AB
AB
AB A AB
B
0
253
Unidades compatibles en fase antiglobulina a 37º C
Anti-A1
Anti-N (activo a 37°C), -Ena, anticuerpos frente a antígenos MNS de baja frecuencia (anti-‘Mia’)
Anti-P1 (activo a 37°C)
Anti-Lua
Anti-Cw
Anti-Lea, -Leb, -Lea+b
Anti-Kpa, Ula, -K17
Anti-Wra
Anti-Ytb
Anti-Xga
Anti-Doa, -Dob
Anti-Dia
Anti-Cob
Anti-H/HI en para-Bombay, use ABO identico
Anti-HI (en pacientes con fenotipos ABO comunes)
Anti-Ina
Autoanti-I
Serologicamente incompatibles, pero antígeno negativas para títulos altos de
anticuerpo
Anticuerpos frente a otros (no anti-Lubor, -Lu3) antígenos del sistema Lutheran de alta frecuencia
Anti-Yta
Anti-Gya, -Hy, -Joa
Anticuerpos Cromer
Anti-Inb
Anti-Lan, -Ata, -Jra
Anti-Dib
ABO/D compatible, aunque serologicamente sean imcopatibles
Anti-Lwa, -Lwab (usar D–)
Anticuerpos Chido/Rodgers
Anticuerpos Gerbich
Anticuerpos Knops
Anti-JMH
Anti-Era
Anti-LKE
Anti-Emm, -PEL, -ABTI
Anti-Sda (evitar donantes Sd(a+++))
Anti-Sc3
Anti-Co3
Anti-Oka
Anti-MAM
254
Tabla 5.8.Selección de unidades de Concentrado de hematíes
Concentrado de Hematíes
Paciente 1ª Elección 2ª Elección 3ª Elección
0 0 Pos 0 Neg
0 Neg 0 Neg
A Pos A Pos A Neg u 0 Pos 0 Neg
A Neg A Neg 0 Neg
B Pos B Pos B Neg u 0 Pos 0 Neg
B Neg B Neg 0 Neg
AB Pos AB Pos o AB Neg A Pos o B Pos A Neg, B Neg u 0 Neg
AB Neg AB Neg A Neg o B Neg 0 Neg
255
E. Pruebas cruzadas de compatibilidad
Durante muchos años las pruebas cruzadas de compatibilidad eran
imprescindibles a la hora de realizar un estudio pretransfusional seguro y
completo. En el inicio de la década de los años 80, se comenzó a plantear
la importancia cínica de los anticuerpos detectados a temperatura ambien-
te o por debajo de la misma, así como la utilidad de la albúmina en el estu-
dio y la utilización de la prueba de AGH-I en las pruebas cruzadas. De tal
manera la FDA y la AABB permitieron en 1985 anular la fase de AGH-I
en las pruebas cruzadas si el EAI era negativo, recomendando además
anular la fase de autocontrol como una parte de la comprobación rutinaria
de los estudios pretransfusionales.
No obstante en todo paciente que precisa una transfusión y en aquellos
que son sometidos a procedimientos quirúrgicos en donde es muy proba-
ble la administración de sangre, se deben realizar las pruebas cruzadas de
compatibilidad, que consisten en enfrentar el suero del receptor con los
hematíes del donante.
256
E.2. Técnicas disponibles
Aparte de las técnicas clásicas en tubo, se dispone en la actualidad de
diversos métodos para su realización que son básicamente los señalados
para el EAI, es decir: técnicas en fase sólida, técnicas en columnas de gel,
y técnicas en columnas de afinidad.
257
F. Interpretación de los resultados de los estudios pretransfu-
sionales
Una vez realizado el escrutinio de anticuerpos irregulares y las pruebas
cruzadas de compatibilidad transfusional, nos podemos encontrar ante las
siguientes situaciones:
• Escrutinio de anticuerpos negativos y prueba cruzada compatible
✓ La inmensa mayoría de las muestras estudiadas van a presentar
esta situación de negatividad en el escrutinio de anticuerpos y
compatibilidad con los hematíes del donante.
✓ Esta situación no garantiza la ausencia de un anticuerpo indectec-
table por la tecnología utilizada, así como un rendimiento transfu-
sional de los hematíes inferior al esperado.
✓ En un escrutinio de anticuerpos irregulares simplemente se determina
la presencia o no de anticuerpos en el suero del receptor dirigidos con-
tra los antígenos presentes en las células utilizadas; una prueba cruza-
da de compatibilidad, compatible debe interpretarse de forma similar;
es decir, que el suero del receptor, no posee anticuerpos dirigidos con-
tra los antígenos de los hematíes de la unidad de sangre cruzada.
• Escrutinio de anticuerpos positivo y prueba cruzada incompatible
Puede ser debido a la presencia de aloanticuerpos, autoanticuerpos,
problemas con los reactivos, o a la formación de aglutinaciones anó-
malas (“rouleaux”).
✓ Hay que identificar el problema antes de la emisión de la unidad
para su transfusión, a menos que la necesidad de su administración
sea urgente y vital. Si no existe tiempo para realizar el estudio dada
la necesidad imperiosa de su administración:
– El médico responsable del Banco de Sangre debe notificar al
médico responsable del paciente los riesgos potenciales de
su administración.
– Hay que valorar el riesgo de muerte debido al transfundir
sangre incompatible con el riesgo de muerte del receptor al
no recibir la transfusión.
✓ La prueba cruzada incompatible, se debe normalmente a la pre-
sencia de un aloanticuerpo, máxime en este caso que el escrutinio
ha sido positivo:
258
– Hay que realizar un panel para identificar el tipo y especifi-
cidad del anticuerpo.
– Buscar dentro de las unidades de sangre ABO y Rh compa-
tibles, aquellas que sean negativas para el antígeno contra el
que va dirigido el anticuerpo encontrado.
– Utilizar reactivos anti-antígeno determinados, para compro-
bar la ausencia del antígeno de las unidades seleccionadas.
– Realizar una nueva prueba cruzada de compatibilidad con las
unidades de sangre seleccionadas, libres del antígeno invo-
lucrado.
– Si se detecta la existencia de anticuerpos múltiples y no se
puede detectar todas las identidades de los mismos, habrá
que realizar un estudio en los Centros de Referencia.
✓ Si al realizar el estudio de anticuerpos se detecta una positividad
en el autocontrol, hay que verificar la historia del transfusional del
paciente:
– Si el paciente ha sido transfundido en los últimos 2-3 meses,
puede existir un aloanticuerpo que este reaccionando con las
células del donante transfundidas.
– Una aglutinación mixta es frecuentemente encontrada, pero
sólo las células del donante positivas para el antígeno, reac-
cionan con el anticuerpo.
– Hay que realizar un procedimiento de elución para eliminar
el anticuerpo fijado a las células para su identificación y
especificidad.
✓ Anticuerpos fríos potentes pueden causar problemas en el tipaje
ABO y Rh, así como en el escrutinio de anticuerpos irregulares y
en las pruebas cruzadas de compatibilidad:
– La especificidad más común es un Anti-I.
– Es importante determinar si los anticuerpos fríos pueden estar
enmascarando un aloanticuerpo clínicamente significante.
– Hay que utilizar todos los elementos (hematíes, suero, solu-
ción salina) previamente calentados.
– Hay que realizar una autoabsorción en frío con el fin de eli-
minar los anticuerpos fríos.
259
✓ Anticuerpos calientes raramente causan problemas con el tipaje
ABO, pero sí frecuentemente con la determinación del Sistema
Rh; en el escrutinio de anticuerpos irregulares y en la prueba cru-
zada de compatibilidad:
– Utilizar reactivos Anti-D bajos en proteínas con su adecuado
control.
– Los anticuerpos calientes son responsables de un escrutinio
positivo y de la incompatibilidad de la prueba cruzada.
✓ La formación de “rouleaux” es una alteración sérica que origina
una aglutinación celular tanto a temperatura ambiente como a 37º
C, si bien no afecta a la prueba de aglutinación directa.
✓ Problemas relacionados con los reactivos puedan estar ocasiona-
dos por una diversidad de fármacos y aditivos presentes en los
mismos y pueden dar resultados falsos positivos.
• Escrutinio de anticuerpos negativos y prueba cruzada incompatible
✓ La causa más común es que la unidad de sangre cruzada tenga una
Test de antiglobulina directo positivo. Siempre que el escrutinio de
anticuerpos irregulares sea negativo y la unidad cruzada sea
incompatible, hay que realizar un test de antiglobulina directo a la
unidad de sangre.
✓ Raramente las reacciones positivas en las pruebas cruzadas pueden ser
debidas a anticuerpos de muy baja incidencia, presentes en los hema-
tíes del donante pero ausentes en las células del panel de escrutinio de
anticuerpos irregulares. Hay que realizar en primer lugar un test de
antiglobulina directo y en el caso que sea negativo, realizar un panel
más amplio para detectar el anticuerpo de baja frecuencia implicado.
✓ Repetir el grupo ABO en la muestra de los hematíes de la unidad
o del propio donante, por si han existido errores previos en la iden-
tificación del grupo ABO del hemocomponente.
✓ Las causas más frecuentes de que nos encontremos ante un estudio
de anticuerpos irregulares negativo y una prueba cruzada incom-
patible realizada a temperatura ambiente son:
– Hematíes del donante ABO incompatibles (repetir el grupo
ABO de los hematíes de la unidad).
– Presencia de un Anti-A1 en el suero de pacientes A2 o A2B.
260
– Presencia de aloanticuerpos reactivos a temperatura ambiente,
de muy baja incidencia (realizar una identificación con pane-
les más amplios, con incubación a temperatura ambiente).
✓ Si el escrutinio de anticuerpos irregulares es negativo y la prueba
cruzada es incompatible en la fase de Coombs únicamente, ello
puede ser debido a:
– Los hematíes de la unidad cruzada tienen un test de agluti-
nación directo positivo.
– El anticuerpo reacciona sólo con los hematíes que tienen una
alta expresión del antígeno, y las células empleadas en el
panel del escrutinio no poseen dicha expresión aumentada.
– El anticuerpo implicado reacciona con un antígeno de muy
baja frecuencia.
261
• Inspección de la unidad
La inspección de la unidad debe realizarse en el propio Banco
de Sangre antes de su salida a la unidad de hospitalización para su
administración; y se debe realizar un chequeo de la unidad en busca
de:
✓ Comprobar la integridad de la bolsa, y que no existen fugas del
componente y se encuentran sellados correctamente los lugares de
conexión al equipo de infusión. Para ello invertir y aplicar una lige-
ra presión a toda la unidad.
✓ Evidencia de hemólisis en el plasma o en la interfase del plasma
con los hematíes.
✓ Evidencia de coloración anormal del hemoderivado, o presencia de
turbidez, burbujas o grumos.
✓ Evidencia de grandes coágulos.
• Identificación de la unidad y del receptor
Este paso es esencial para prevenir los errores transfusionales huma-
nos, que son los responsables de la mayor parte de las reacciones
adversas graves que acontecen en la transfusión de sangre y/o hemo-
derivados. Hay que prestar especial atención a los siguientes aspectos:
✓ Identificación del receptor
El receptor de la transfusión debe ser identificado inequívocamente
mediante su nombre, apellidos, número de historia, y/o pulsera o bra-
zalete de identificación. Estos datos deben de coincidir con los de la
hoja-solicitud de transfusión y con los de la etiqueta adherida por el
Banco de Sangre a la unidad, relativa a la identificación del receptor.
✓ Identificación de la unidad
La unidad a infundir debe ser totalmente identificada, atendiendo a
los siguientes datos:
➢ Tipo de hemoderivado.
➢ Grupo ABO y Rh de la unidad.
➢ Fecha de extracción y caducidad de la unidad.
➢ Pruebas de serológicas realizadas y su resultado.
➢ Etiqueta, en su caso, de haber sido sometida a procedimien-
tos especiales.
262
Es fundamental comprobar que los datos referentes a la unidad, coin-
ciden con los que figuran en la hoja-solicitud de transfusión, y que
han sido rellenados por el Banco de Sangre.
✓ Identificación de la compatibilidad de la unidad
Una vez identificado inequívocamente tanto el receptor como la uni-
dad de sangre y/o hemoderivado a infundir, se debe proceder a com-
probar la compatibilidad de la unidad con el receptor, atendiendo a la
etiqueta adherida por el Banco de Sangre en la que constan:
➢ Nombre y apellidos del receptor.
➢ Grupo ABO y Rh del receptor.
➢ Resultado de las pruebas de compatibilidad.
➢ Número de la unidad.
Como comprobación final, antes de proceder al inicio de la transfu-
sión, y en función del componente a infundir se deberá realizar un
último procedimiento consistente en:
➢ Determinar el grupo ABO y Rh del receptor, así como el
grupo ABO y Rh de la unidad, para verificar su compatibi-
lidad.
263
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Cristina Hernández Solanot*, Antonia Llorens Ortells*, Josefina Chirivella Lopez*,
Cecilia García-Peñuela Pons*, Elías Aguilar Ligorit#.
*ATS-DUE. #Servicio de Hematología. Hospital Malva-rosa. Valencia.
Generalitat Valenciana. Consellería de Sanitat.
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cidas por médicos y enfermeras que bien prescriben o administran los
mismos.
A. Acceso venoso
La sangre y los hemoderivados se administran por vía intravenosa (la
transfusión intra-arterial no se utiliza debido a los graves riesgos isqué-
micos e infecciosos) y se rige por las mismas pautas y reglas de todo tipo
de perfusión venosa en relación a idoneidad, calibre, desinfección y cui-
dados generales. Las principales vías de abordaje venoso para administrar
una transfusión son:
• Venas superficiales:
Se utilizan fundamentalmente para la administración de concentrados
de hematíes en pacientes con anemia crónica (que necesitan soporte
periódico o mensual), o en pacientes que van a recibir una única
transfusión. Las más utilizadas son:
✓ Venas superficiales de los miembros superiores.
✓ Vena radial superior y accesorias.
✓ Vena cubital superficial.
✓ Vena basílica.
✓ Vena cefálica
• Venas profundas o centrales:
Se utilizan en situaciones urgentes de shock hipovolémico, y en pacien-
tes que requieren un soporte transfusional periódico y frecuente, debi-
do a sus enfermedades de base (neoplasias, hemopatías malignas, trans-
plantes, traumatismos, etc.). Las más frecuentemente utilizadas son:
✓ Vena yugular externa.
✓ Vena subclavia.
✓ Vena femoral.
• Catéteres y Reservorios:
En algunos pacientes se colocan catéteres o reservorios para admi-
nistración continua de fármacos o soluciones parenterales
(Hickman®, Portacath®), a través de los cuales se puede realizar la
268
administración de una transfusión, siempre que la permeabilidad y las
condiciones de asepsia sean las adecuadas.
B. Agujas y catéteres
El tamaño de la aguja debe ser el adecuado para mantener la proporción
de flujo deseada para cada producto sanguíneo administrado, y va a
depender en gran medida del tamaño e integridad de la vía venosa esco-
gida. Así mismo es importante que el tamaño de la aguja no produzca una
presión excesiva que pueda originar un cuadro de hemólisis, debido a su
estrechez. La medida recomendada para un adulto es utilizar agujas de
18G o 19G (que poseen un diámetro interno de 1.24 y 1.10 mm, respecti-
vamente) que permiten un flujo adecuado de infusión. En pacientes con
buen acceso venoso periférico se pueden utilizar agujas de 15G o 16G
(con diámetros internos de 1.83 y 1.65 mm, respectivamente) que asegu-
ran una buena infusión de la totalidad de los componentes sanguíneos.
C. Equipos de infusión
Todos los componentes sanguíneos y hemoderivados, deben administrar-
se a través de equipos o “sets” de infusión, especialmente diseñados y
fabricados para este fin, no siendo válida la utilización de cualquier equi-
po de infusión intravenosa estándar.
Como norma general los equipos de infusión de sangre y/o hemoderiva-
dos, deben reunir los siguientes requisitos:
• Estar elaborado con materiales plásticos o látex, flexibles, inertes y
libres de toxicidad, y debidamente esterilizados.
• El sistema tubular debe estar formado por las siguientes partes:
✓ Perforador o bayoneta en el extremo proximal del tubular que se
conecta a la unidad, con su respectivo protector que garantice su
esterilidad.
✓ Cámara de goteo, que debe ser flexible y transparente y herméti-
camente ensamblada en la línea tubular.
✓ Filtro estándar (170-260 µ) situado en el interior de la cámara de
goteo.
✓ Regulador de flujo, que permita controlar y ajustar la velocidad y
ritmo de la infusión.
269
✓ Conector de tipo Luer con su respectivo protector, en el extremo
distal del sistema tubular, que se conecta a la línea intravenosa
para la infusión del hemoderivado.
Existen diversos sistemas o tipos de equipos de infusión, en función de su
diseño, número de tubulares, número de filtros, y sistemas de conexión
y/o toma de aire.
La caducidad de los equipos de infusión viene determinada por el fabri-
cante, no debiéndose utilizar ningún equipo caducado por el riesgo de
contaminación al concluir su esterilización.
Una vez conectados al componente sanguíneo o hemoderivado no deben
de ser utilizados durante más de 4 horas, debido a los riesgos de contami-
nación; así mismo, no deben ser empleados para administrar componen-
tes distintos alternativamente pese a que no haya transcurrido dicho espa-
cio de tiempo (ya que los restos retenidos y depositados en el filtro podrí-
an impedir el paso de otros componentes, como por ejemplo las plaquetas
tras la infusión de un concentrado de hematíes).
D. Filtros
Toda unidad de sangre, concentrado de hematíes, y/o hemocomponente
debe ser administrado a través de un filtro que garantice la eliminación de
grumos, detritus celulares y acúmulos que se pueden formar durante el
proceso de almacenamiento de los hemoderivados.
La mayoría de los equipos de infusión de sangre y hemoderivados utili-
zados en nuestro medio llevan un filtro entre 170-260 micras que garanti-
za la eliminación de los mencionados productos y desechos celulares. Es
importante tener en cuenta que cada unidad de sangre, concentrado de
hematíes y/o hemoderivado, debe ser transfundida a través de un filtro
estéril y de un sólo uso, es decir, que un filtro sólo sirve para la adminis-
tración de una o dos unidades del mismo componente, si la transfusión se
realiza en plazo inferior a las 4 horas.
270
D.2. Duración del filtro
Un filtro que se utiliza para la administración de sangre o cualquier otro
hemoderivado, no debe superar las 4 horas de utilización, debido a los
riesgos de contaminación bacteriana. La mayoría de los filtros están dise-
ñados para filtrar de dos a cuatro unidades de sangre y/o hemoderivados,
pero nunca deben superar las cuatro horas de utilización, siendo aconse-
jable cambiarlos tras dos unidades aunque no haya transcurrido dicho
espacio de tiempo.
271
D.3.3. Filtros leucoreductores
Los filtros leucoreductores tienen por objeto el reducir prácticamente el
99% de los leucocitos en las unidades de concentrado de hematíes y pla-
quetas, que no han sido sometidos previamente a leucoreducción por
hemofiltración tras el procesamiento de una unidad de sangre donada. No
está indicado su uso en la transfusión de concentrado de granulocitos.
Los filtros leucoreductores utilizan un sistema de fijación y absorción de
los leucocitos impidiendo su paso al torrente circulatorio; se componen de
capas múltiples de fibras sintéticas que retienen los leucocitos de forma
selectiva y permiten el paso tanto de los hematíes como de las plaquetas.
Su uso está indicado tanto en la transfusión de concentrado de hematíes
como de plaquetas en las siguientes situaciones:
• En pacientes que han experimentado dos o más reacciones febriles no
hemolíticas.
• Como un método para disminuir el riesgo de transmisión de CMV.
• Como un método para prevenir la aloinmunización plaquetaria.
El uso correcto de los filtros leucoreductores es esencial para asegurar su
efectividad y producir la reducción leucocitaria. Ciertos filtros requieren
un cebado completado previo con el componente a infundir, en tanto que
otros requieren el cebado con suero salino; en todo caso se deben seguir
cuidadosamente las instrucciones del fabricante al respecto, así como su
validez para el número de unidades que puede filtrar.
272
Fundamentalmente existen diversos tipos de bombas o dispositivos de
infusión para sangre y hemoderivados eritrocitarios:
• Bombas electromecánicas.
Están diseñadas espacialmente para infundir sangre y componentes
eritrocitarios a unas proporciones de flujo determinadas previamente
por la persona que realiza la transfusión. Sólo hay que utilizar bom-
bas especialmente fabricadas para la administración de sangre y
siguiendo las instrucciones y normas de funcionamiento del fabrican-
te, ya que de no ser así, se corre el riesgo de producir hemólisis.
• Dispositivos de presión externa.
Los dispositivos de presión externa hacen posible la administración
de una unidad de sangre o concentrado de hematíes en escasos minu-
tos. Estos dispositivos sólo pueden usarse si la vía de administración
es de gran calibre y/o la aguja a través de la cual se administra tiene
un calibre importante (superior a 14G). Estos dispositivos aplican una
presión de forma uniforme sobre toda la unidad, que puede ser regu-
lable, siendo aconsejable no superar los 300 mmHg de presión, por el
riesgo de hemólisis de los hematíes.
• Manguitos de presión.
Los manguitos de presión utilizados para la determinación de la tensión
arterial, no deben utilizarse como dispositivos de infusión, ya que no
ejercen una presión uniforme sobre toda la bolsa o unidad, pudiendo
provocar un trauma a los hematíes y su consiguiente destrucción.
F. Calentadores
Los dispositivos calentadores de sangre y hemoderivados para su infu-
sión, sólo deben utilizarse bajo supervisión e indicación de los facul-
tativos del Banco de Sangre y con aparatos o sistemas homologados.
Normalmente no se indica su uso para la transfusión rutinaria de sangre
y/o hemoderivados.
Las indicaciones específicas para su utilización son fundamentalmente:
• Pacientes con potentes aglutininas frías.
• Casos de Transfusión masiva.
• Infusión rápida de unidades a través de catéteres centrales.
273
• Exanginotransfusión en neonatos.
Según las normas de la AABB, el calentamiento de la sangre y hemoderi-
vados debe realizarse mediante dispositivos que garanticen un proceso
homogéneo y controlado, con sistemas audio-visuales de alarmas en caso
de sobrepasar las temperaturas establecidas, ya que el calentamiento por
encima de los 42º C provoca hemólisis y alteraciones en los concentrados
de hematíes. Bajo ningún concepto se deben calentar los hemoderivados
con los siguientes procedimientos:
• Con agua caliente, o baños de agua.
• En hornos microondas.
• Radiadores de calefacción.
Existen dos tipos de sistemas homologados de calentadores de sangre para
la administración de los componentes sanguíneos:
• Calentamiento del producto a través del tubular del equipo de infu-
sión.
Se trata de dispositivos con control térmico de la temperatura del
agua dentro de la cual se dispone gran parte del tubular del equipo de
infusión, para que la sangre o hemoderivado alcance la temperatura
adecuada y sea infundida al paciente.
• Calentamiento de toda la unidad.
Utilizan un calor seco mediante placas eléctricas que rodean a la uni-
dad, alcanzando la temperatura deseada para su infusión.
G. Soluciones intravenosas
En condiciones normales, ninguna unidad de sangre o hemoderivado debe
administrarse concomitantemente con ninguna otra solución. En caso de
ser necesaria la administración simultánea de soluciones intravenosas, se
atenderá a las siguientes consideraciones:
• Soluciones compatibles.
✓ Salina o Suero fisiológico normal (Cloruro sódico al 0.9%).
✓ Soluciones electrolíticas isotónicas que no contengan calcio.
✓ Albúmina al 5%.
274
✓ Plasma fresco congelado.
• Soluciones incompatibles.
✓ Ringer-Lactato, u otras soluciones electrolíticas que contienen cal-
cio; ya que forman grumos y coágulos con los hemoderivados eri-
trocitarios que contienen citrato como anticoagulante.
✓ Soluciones glucosadas; ya que pueden provocar agregados y
hemólisis de los hematíes.
✓ Soluciones hipotónicas e hipertónicas; ya que pueden provocar
hemólisis de los hematíes.
H. Medicación
Ningún tipo de medicación debe administrarse en el interior de la unidad
de sangre o hemoderivado a infundir, así como, tampoco se debe admi-
nistrar ningún tipo de medicación a través del equipo de infusión y/o la
vía por la que se está infundiendo el producto sanguíneo.
Muchas de las medicaciones administradas tienen un pH ácido y pueden
causar hemólisis de los hematíes; en tanto que otras pueden provocar efec-
tos secundarios que pueden dificultar el reconocimiento de una reacción
transfusional y/o enmascararla.
En el caso del que el paciente sólo tenga una vía de acceso venoso, y sea
imprescindible la administración de un fármaco mientras se está realizan-
do una transfusión, hay que realizar los siguientes pasos:
• Detener momentáneamente la transfusión.
• Purgar un equipo de infusión con suero salino fisiológico.
• Lavar la vía venosa con suero salino fisiológico.
• Administrar el fármaco.
• Lavar la vía venosa con suero salino.
• Reanudar la transfusión.
En el caso que la orden facultativa de transfusión se acompañe de algún
tipo de medicación profiláctica previa, está se administrará unos 10 minu-
tos antes de iniciar la transfusión, si es por vía intravenosa, o 30 minutos
antes si es por vía oral.
275
I. Flujo y ritmo de infusión
Todos los componentes sanguíneos y hemoderivados, deben infundirse
tan rápido como lo tolere el paciente, pero con cuidado para no provocar
una sobrecarga circulatoria.
276
Las proporciones de administración varían en función del volumen circu-
lante del paciente, de su condición hemodinámica, y de su estado cardio-
circulatorio. La mayoría de los productos sanguíneos y hemoderivados
deben ser administrados en un plazo de 2 horas, tiempo que puede
ampliarse en determinados pacientes hasta las 4 horas.
El tiempo de administración y la proporción de infusión va a depender por
un lado de la condición clínica del paciente, y por otro del hemocompo-
nente a transfundir. En hemorragias agudas la rapidez y velocidad de la
infusión es vital, en tanto que en otras situaciones se puede administrar
más lentamente, pero no se obtiene ningún beneficio en prolongar una
transfusión en pacientes que la toleren perfectamente.
Básicamente se deben tomar las siguientes medidas en casos de adminis-
tración no urgente y vital de sangre y hemoderivados:
• Concentrado de hematíes.
✓ Iniciar la infusión durante los primeros 10-15 minutos a un goteo
lento, 1-2 mL/minuto.
✓ Si no aparece ninguna sintomatología adversa, y no presenta
patología cardio-pulmonar, incrementar la infusión a 5-10
mL/minuto.
✓ En pacientes con riesgo de sobrecarga circulatoria administrar a 2
mL/Kg y hora.
✓ En pacientes con anemia severa (hematocrito < 15%) la propor-
ción de la transfusión no debe exceder de 1 mL/Kg y hora.
✓ En ningún caso la duración de la administración de una unidad de
concentrado de hematíes debe superar las 4 horas.
✓ En el caso de que la unidad de concentrado de hematíes se infun-
da con lentitud no deseada hay que realizar: elevar la bolsa para
aumentar la presión hidrostática, comprobar la permeabilidad de
aguja o catéter, examinar el filtro en busca de desechos que obs-
truyan la salida, y si es posible agregar entre 50-100 mL de suero
salino fisiológico a la unidad con el fin de disminuir su viscosidad.
• Concentrado de plaquetas, plasma fresco y crioprecipitado.
✓ Iniciar la infusión durante los primeros 10-15 minutos a un goteo
lento, 1-2 mL/minuto.
277
✓ Si no aparece ninguna sintomatología adversa, y no presenta pato-
logía cardio-pulmonar, incrementar la infusión a 5-10 mL/minuto.
✓ En pacientes con riesgo de sobrecarga circulatoria administrar a 2
mL/Kg y hora.
✓ La duración de la administración de una unidad de éstos hemode-
rivados no debe exceder de las 4 horas, si bien lo recomendable es
administrarlos en un intervalo inferior a las 2 horas.
• Concentrado de granulocitos.
✓ Iniciar la infusión durante los primeros 10-15 minutos a un goteo
lento, 1-2 mL/minuto.
✓ Si no aparece ninguna sintomatología adversa, y no presenta pato-
logía cardio-pulmonar, incrementar la infusión a 5-10 mL/minuto.
✓ En pacientes con riesgo de sobrecarga circulatoria administrar a 2
mL/Kg y hora.
✓ La proporción de infusión va a depender en todo caso, del estado
de receptor en tolerar el volumen y de las reacciones adversas que
con frecuencia presenta la administración de granulocitos.
278
en mujeres (ya que son más propensas en experimentar reacciones
adversas debido a sensibilizaciones previas).
✓ Revisar la historia clínica en busca de antecedentes de enfermedad
cardiaca o renal, que aconseje un ritmo de infusión más lento del
hemocomponente.
✓ Evaluar en la historia clínica el balance hidro-electrolítico del
paciente, así como su gráfica de diuresis.
• Preparación del receptor para la transfusión.
Una vez valorado el estado general del receptor, e informado del pro-
cedimiento de la transfusión; éste debe ser preparado para recibir el
producto sanguíneo tan pronto como se disponga de la unidad y se
hallan realizado todas las acciones encaminadas a garantizar la segu-
ridad transfusional. Los pasos que hay que realizar para preparar al
receptor son:
✓ Comprobar que tiene una vía venosa canalizada y que el calibre de
aguja o catéter es adecuado para administrar el hemocomponente
en cuestión.
✓ Comprobar si en las órdenes médicas existe algún tipo de preme-
dicación, y en el que caso de tener que administrar algún fármaco,
este se debe dar 30 minutos antes si es por vía oral, y 10 minutos
antes si es por vía endovenosa.
✓ Tomar y anotar las constantes vitales (temperatura, pulso, tensión
arterial). En caso de fiebre, consultar con el facultativo correspon-
diente antes de iniciar la transfusión.
✓ Durante la transfusión el receptor podrá beber agua y líquidos. No
es aconsejable que ingiera grandes cantidades de alimentos, si bien
puede tomar pequeñas cantidades de alimentación blanda, si no se
observa ningún problema en los primeros 15 minutos de adminis-
tración y si su estado general se lo permite.
279
bles efectos adversos de su administración incorrecta a un receptor erró-
neo. De tal manera y antes de iniciar el acto transfusional en sí mismo, se
debe prestar especial atención a:
• Consentimiento informado.
El consentimiento informado para la transfusión de sangre y hemo-
derivados es un proceso mediante el cual el receptor de toda transfu-
sión es informado por parte del facultativo que prescribe la transfu-
sión, de las indicaciones médicas de la misma, de sus posibles ries-
gos y beneficios, así como de sus alternativas, y de las posibles con-
secuencias de su no administración.
Este consentimiento que debe ser aceptado y firmado tanto por el
receptor como por el facultativo que ordena la transfusión, debe
ser obtenido con la antelación suficiente y en los procedimientos
quirúrgicos se puede obtener simultáneamente con el de la propia
cirugía.
En los casos de inconsciencia o incapacidad del receptor, y en perso-
nas menores de edad, serán los responsables del mismo quienes reci-
ban la información pertinente y firmen el consentimiento.
Salvo en los casos de “urgencia vital”, no se debe realizar la trans-
fusión en ausencia del consentimiento informado.
• Prescripción y Solicitud de la Transfusión.
La prescripción de la transfusión debe ser realizada por un facultati-
vo, rellenando la hoja-solicitud de transfusión, en donde debe constar
de forma clara:
✓ Tipo de componente sanguíneo o hemoderivado a administrar,
incluyendo si ha de ser sometido a algún procedimiento espe-
cial.
✓ Cantidad a administrar, o número de unidades.
✓ Duración de la transfusión (usualmente de 2-3 horas para una uni-
dad de concentrado de hematíes, y de 30 minutos para una unidad
de concentrado de plaquetas o plasma fresco congelado).
✓ Instrucciones especiales de su administración (como medicación a
administrar previamente o durante la infusión).
280
• Inspección de la unidad.
La inspección de la unidad debe realizarse en el propio Banco de
Sangre antes de su salida a la unidad de hospitalización para su admi-
nistración; no obstante y una vez recibida en la unidad hospitalaria en
donde se va a infundir, se debe realizar un chequeo de la misma en
busca de:
✓ Comprobar la integridad de la bolsa, y que no existen fugas del
componente y se encuentran sellados correctamente los lugares de
conexión al equipo de infusión. Para ello invertir y aplicar una
ligera presión a toda la unidad.
✓ Evidencia de hemólisis en el plasma o en la interfase del plasma
con los hematíes.
✓ Evidencia de coloración anormal del hemoderivado, o presencia
de turbidez, burbujas o grumos.
✓ Evidencia de grandes coágulos.
Ante la aparición de cualquier anormalidad de las mencionadas, la
unidad debe ser rápidamente devuelta al Banco de Sangre para su
ulterior valoración, no debiendo ser transfundida.
• Identificación de la unidad y del receptor.
Este paso es esencial para prevenir los errores transfusionales huma-
nos, que son los responsables de la mayor parte de las reacciones
adversas graves que acontecen en la transfusión de sangre y/o hemo-
derivados. Hay que prestar especial atención a los siguientes aspectos:
✓ Identificación del receptor.
El receptor de la transfusión debe ser identificado inequívocamente
mediante su nombre, apellidos, número de historia, y/o pulsera o bra-
zalete de identificación. Estos datos deben de coincidir con los de la
hoja-solicitud de transfusión y con los de la etiqueta adherida por el
Banco de Sangre a la unidad, relativa a la identificación del receptor.
✓ Identificación de la unidad.
La unidad a infundir debe ser totalmente identificada, atendiendo a
los siguientes datos:
➢ Tipo de hemoderivado.
281
➢ Grupo ABO y Rh de la unidad.
➢ Fecha de extracción y caducidad de la unidad.
➢ Pruebas de serólogicas realizadas y su resultado.
➢ Etiqueta, en su caso, de haber sido sometida a procedimien-
tos especiales.
Es fundamental comprobar que los datos referentes a la unidad, coin-
ciden con los que figuran en la hoja-solicitud de transfusión, y que
han sido rellenados por el Banco de Sangre.
✓ Identificación de la compatibilidad de la unidad.
Una vez identificado inequívocamente tanto el receptor como la uni-
dad de sangre y/o hemoderivado a infundir, se debe proceder a com-
probar la compatibilidad de la unidad con el receptor, atendiendo a la
etiqueta adherida por el Banco de Sangre en la que constan:
➢ Nombre y apellidos del receptor.
➢ Grupo ABO y Rh del receptor.
➢ Resultado de las pruebas de compatibilidad.
➢ Número de la unidad.
Como comprobación final, antes de proceder al inicio de la transfu-
sión, y en función del componente a infundir se deberá realizar un
último procedimiento consistente en:
➢ Determinar el grupo ABO y Rh del receptor, así como el grupo
ABO y Rh de la unidad, para verificar su compatibilidad
282
Es conveniente tomar la temperatura y el pulso cada 30 minutos, y siem-
pre tras el inicio y fin de cada unidad administrada tomar el conjunto de
constantes vitales.
En los pacientes inconscientes, donde es más difícil supervisar la apari-
ción de reacciones adversas durante la transfusión, es conveniente contro-
lar cada 15 minutos las constantes vitales y en especial la aparición de
cuadros hipotensivos o fenómenos hemorrágicos anormales.
Tras finalizar la transfusión, el receptor debe permanecer en observación,
por lo menos durante 1 hora, ya que existen efectos desfavorables tardíos
de la transfusión que se pueden presentar en dicho lapso de tiempo. Los
pacientes que reciben transfusiones ambulatorias o domiciliarias, deben
ser conocedores de cualquier efecto desfavorable de la transfusión para
ponerse en contacto el Banco de Sangre o Servicio de Transfusión en caso
de su aparición.
M. Procedimientos especiales
283
una unidad de sangre completa puede estar fuera de la nevera termo-
metrada del Banco de sangre es de 30 minutos, no pudiendo entonces
devolverse nuevamente a refrigeración, por lo que la infusión debe
comenzarse tan pronto la unidad se encuentre junto al receptor y se
hayan realizado todos los pasos de seguridad transfusional.
3. Inspeccionar la unidad.
Independientemente de la inspección de la unidad que se ha realiza-
do en el propio Banco de Sangre, antes de su salida hacia la unidad
en donde se va a realizar la transfusión, se debe hacer una inspección
visual y manual de la unidad antes de su administración, en busca de:
• Grumos, burbujas, coloración anormal (distinta a un color rojo
oscuro).
• Laceraciones o fugas en el plástico de la bolsa.
Ante la aparición de alguna anormalidad, hay que verificar con el
Banco de Sangre la calidad de la unidad, antes de iniciar su adminis-
tración.
4. Comprobar la etiqueta de la unidad.
Leer las instrucciones de la etiqueta adhesiva colocada tanto por el
Centro de Transfusiones, en donde figuran los datos del producto,
como la adherida por el Banco de Sangre, en donde figuran los datos
del paciente, los estudios de compatibilidad, e instrucciones especia-
les. Se deberá prestar atención especial a los siguientes datos:
• Tipo de hemoderivado: Debe ser Sangre completa.
• Grupo ABO y Rh de la sangre completa.
• Fecha de extracción y caducidad de la sangre completa.
• Pruebas de serológicas de la unidad de sangre completa.
• Etiqueta, en su caso, de haber sido sometida a procedimientos espe-
ciales.
• Nombre y apellidos del receptor.
• Grupo ABO y Rh del receptor.
• Resultado de las pruebas de compatibilidad.
• Etiqueta de AUTOTRANSFUSIÓN.
284
5. Tomar las constantes vitales.
Las constantes vitales del receptor: temperatura corporal, pulso arte-
rial, tensión arterial y respiraciones por minuto; deben ser tomadas y
anotadas antes de iniciar la transfusión. Es conveniente repetirlas a
los 15 minutos de iniciar la misma, así como al final de la transfusión,
siendo debidamente anotadas en la historia clínica del paciente.
6. Comprobar la solicitud de transfusión y ordenes médicas.
Cuando se encuentre preparado y listo para iniciar la transfusión hay
que realizar el proceso de comprobación final para asegurarse que la
sangre completa correcta se va a administrar al receptor correcto; hay
que tener en cuenta que la mayoría de las reacciones hemolíticas gra-
ves ocurren como resultado de una incorrecta identificación positiva
del componente eritrocitario o del propio receptor. Este proceso de
comprobación final consiste en:
• Revisar las ordenes médicas para comprobar que se ha recibido la
unidad solicitada, si ha sido sometida a algún proceso adicional
requerido (irradiación, filtración, etc.), y si debe ser administrada
con un determinado tipo de filtro.
• Comparar el nombre del receptor con el nombre que consta en la
etiqueta de la unidad colocada por el Banco de sangre.
• Comparar que el número de la unidad que consta en la bolsa, coin-
cide con el número de la unidad que consta en la hoja-solicitud de
transfusión.
• Comprobar que el grupo ABO y Rh que consta en la unidad, coin-
cide con el grupo ABO y Rh del receptor que consta en la etiqueta
y en la hoja-solicitud de transfusión.
• Determinar el grupo ABO y Rh del receptor, así como el grupo ABO
y Rh de la unidad, para verificar su coincidencia total y su compa-
tibilidad.
7. Iniciar la transfusión.
Agitar suavemente la unidad para su homogenización; una vez conec-
tada la unidad de sangre completa al equipo de infusión adecuado y
suministrado por el Banco de sangre, se adapta a la vía venosa y se
inicia la infusión con las siguientes normas:
285
• La transfusión de sangre completa se inicia lentamente, procurando
administrar los primeros 25 mL en un período de 15 minutos, per-
maneciendo junto al receptor con el fin de poder detectar la apari-
ción de cualquier tipo de reacción adversa.
• Una vez transcurrido el período de tiempo inicial de 15 minutos, y
si el receptor tolera perfectamente la transfusión y no han aparecido
síntomas de reacción adversa transfusional, se puede incrementar el
ritmo de infusión de la sangre completa, en función del estado del
receptor (estado cardíaco, condición hemodinámica, volumen circu-
lante) a 3-4 mL/Kg/hora en pacientes sin compromiso cardiocircu-
latorio, en tanto que no es aconsejable superar 1 mL/Kg/hora en
pacientes con la mencionada patología.
• La transfusión de una unidad de sangre completa no debe superar
las 4 horas.
8. Finalizar la transfusión.
Una vez ha finalizado la infusión de la unidad de sangre completa, la
bolsa y el equipo de infusión deben retirarse, dejando la vena con una
solución de suero salino fisiológico, realizando los siguientes pasos:
• Tomar nuevamente las constantes vitales y anotarlas en la historia
clínica.
• Anotar en la historia clínica, la hora inicial y final de la transfusión.
• Remitir al Banco de sangre la unidad infundida junto con el equipo
de infusión.
286
• Asegurarse de que el paciente tiene una vía venosa canalizada y es
adecuada la aguja o el catéter de la misma para infundir el concen-
trado de hematíes.
2. Solicitar la unidad al Banco de Sangre.
Llamar al Banco de Sangre para solicitar la unidad a infundir. Del
Banco de sangre sólo deben salir las unidades que van a ser infundi-
das inmediatamente, en caso de transfundir más de una unidad, se irán
solicitando de forma correlativa. El tiempo estimado en el que una
unidad de concentrado de hematíes puede estar fuera de la nevera ter-
mometrada del Banco de sangre es de 30 minutos, no pudiendo enton-
ces devolverse nuevamente a refrigeración, por lo que la infusión
debe comenzarse tan pronto la unidad se encuentre junto al receptor y
se hayan realizado todos los pasos de seguridad transfusional.
3. Inspeccionar la unidad.
Independientemente de la inspección de la unidad que se ha realizado
en el propio Banco de Sangre, antes de su salida hacia la unidad en
donde se va a realizar la transfusión, se debe hacer una inspección
visual y manual de la unidad antes de su administración, en busca de:
• Grumos, burbujas, coloración anormal (distinta a un color rojo
oscuro).
• Laceraciones o fugas en el plástico de la bolsa.
Ante la aparición de alguna anormalidad, hay que verificar con el Banco
de Sangre la calidad de la unidad, antes de iniciar su administración.
4. Comprobar la etiqueta de la unidad.
Leer las instrucciones de la etiqueta adhesiva colocada tanto por el
Centro de Transfusiones, en donde figuran los datos del producto,
como la adherida por el Banco de Sangre, en donde figuran los datos
del paciente, los estudios de compatibilidad, e instrucciones especia-
les. Se deberá prestar atención especial a los siguientes datos:
• Tipo de hemoderivado: Debe ser Concentrado de hematíes.
• Grupo ABO y Rh de la unidad.
• Fecha de extracción y caducidad de unidad.
• Pruebas de serológicas de la unidad.
287
• Etiqueta, en su caso, de haber sido sometida a procedimientos espe-
ciales.
• Nombre y apellidos del receptor.
• Grupo ABO y Rh del receptor.
• Resultado de las pruebas de compatibilidad.
5. Tomar las constantes vitales.
Las constantes vitales del receptor: temperatura corporal, pulso arte-
rial, tensión arterial y respiraciones por minuto; deben ser tomadas y
anotadas antes de iniciar la transfusión. Es conveniente repetirlas a
los 15 minutos de iniciar la misma, así como al final de la transfusión,
siendo debidamente anotadas en la historia clínica del paciente.
6. Comprobar la solicitud de transfusión y ordenes médicas.
Cuando se encuentre preparado y listo para iniciar la transfusión hay
que realizar el proceso de comprobación final para asegurarse que el
concentrado de hematíes correcto se va a administrar al receptor
correcto; hay que tener en cuenta que la mayoría de las reacciones
hemolíticas graves ocurren como resultado de una incorrecta identi-
ficación positiva del componente eritrocitario o del propio receptor.
Este proceso de comprobación final consiste en:
• Revisar las ordenes médicas para comprobar que se ha recibido la
unidad solicitada, si ha sido sometida a algún proceso adicional
requerido (irradiación, filtración, etc.), y si debe ser administrada
con un determinado tipo de filtro.
• Comparar el nombre del receptor con el nombre que consta en la
etiqueta de la unidad colocada por el Banco de sangre.
• Comparar que el número de la unidad que consta en la bolsa, coin-
cide con el número de la unidad que consta en la hoja-solicitud de
transfusión.
• Comprobar que el grupo ABO y Rh que consta en la unidad, coin-
cide con el grupo ABO y Rh del receptor que consta en la etiqueta
y en la hoja-solicitud de transfusión.
• Determinar el grupo ABO y Rh del receptor, así como el grupo ABO
y Rh de la unidad, para verificar su compatibilidad.
6. Iniciar la transfusión.
288
Agitar suavemente la unidad para su homogenización antes de inser-
tarla en el equipo de administración. Una vez conectada la unidad de
concentrado de hematíes al equipo de infusión adecuado y suminis-
trado por el Banco de sangre, se adapta a la vía venosa y se inicia la
infusión con las siguientes normas:
• La transfusión de un concentrado de hematíes se inicia lentamente,
procurando administrar los primeros 25 mL en un período de 15
minutos, permaneciendo junto al receptor con el fin de poder detec-
tar la aparición de cualquier tipo de reacción adversa.
• Una vez transcurrido el período de tiempo inicial de 15 minutos, y
si el receptor tolera perfectamente la transfusión y no han aparecido
síntomas de reacción adversa transfusional, se puede incrementar el
ritmo de infusión del concentrado de hematíes, en función del esta-
do del receptor (estado cardíaco, condición hemodinámica, volu-
men circulante) a 3-4 mL/Kg/hora en pacientes sin compromiso car-
diocirculatorio, en tanto que no es aconsejable superar 1
mL/Kg/hora en pacientes con la mencionada patología.
• La transfusión de una unidad de concentrado de hematíes no debe
superar las 4 horas.
8. Finalizar la transfusión.
Una vez ha finalizado la infusión de la unidad de concentrado de
hematíes, la bolsa y el equipo de infusión deben retirarse, dejando la
vena con una solución de suero salino fisiológico, realizando los
siguientes pasos:
• Tomar nuevamente las constantes vitales y anotarlas en la historia
clínica.
• Anotar en la historia clínica, la hora inicial y final de la transfusión.
• Remitir al Banco de sangre la unidad infundida junto con el equipo
de infusión.
289
• Explicarle el procedimiento al que va a ser sometido.
• Asegurarse de que el consentimiento informado ha sido documen-
tado y se encuentra en la historia clínica o en la hoja-solicitud de
transfusión.
• Asegurarse de que el paciente tiene una vía venosa canalizada y es
adecuada la aguja o el catéter de la misma para infundir el concen-
trado de plaquetas.
2. Solicitar la unidad al Banco de Sangre.
Llamar al Banco de Sangre para solicitar la unidad a infundir. Del
Banco de sangre sólo deben salir las unidades que van a ser infundi-
das inmediatamente, en caso de transfundir más de una unidad, se
irán solicitando de forma correlativa. El tiempo estimado en el que
una unidad de concentrado de plaquetas puede estar fuera del Banco
de sangre es de 20 minutos, ya que debe estar en agitación suave y
continua, por lo que la infusión debe comenzarse tan pronto la unidad
se encuentre junto al receptor y se hayan realizado todos los pasos de
seguridad transfusional. Las unidades de concentrado de plaquetas
deben estar a temperatura ambiente NO SIENDO REFRIGERA-
DAS EN LAS SALAS O UNIDADES DE HOSPITALIZACION.
3. Inspeccionar la unidad.
Independientemente de la inspección de la unidad que se ha realizado
en el propio Banco de Sangre, antes de su salida hacia la unidad en
donde se va a realizar la transfusión, se debe hacer una inspección
visual y manual de la unidad antes de su administración, en busca de:
• Grumos, burbujas, coloración anormal (distinta a un color amarillo
claro, o con tintes rosáceos).
• Laceraciones o fugas en el plástico de la bolsa.
Ante la aparición de alguna anormalidad, hay que verificar con el Banco
de Sangre la calidad de la unidad, antes de iniciar su administración.
4. Comprobar la etiqueta de la unidad.
Leer las instrucciones de la etiqueta adhesiva colocada tanto por el
Centro de Transfusiones, en donde figuran los datos del producto,
como la adherida por el Banco de Sangre, en donde figuran los datos
del paciente e instrucciones especiales. Se deberá prestar atención
290
especial a los siguientes datos:
• Tipo de hemoderivado: Debe ser concentrado de plaquetas.
• Grupo ABO y Rh del concentrado de plaquetas.
• Fecha de extracción y caducidad del concentrado de plaquetas.
• Pruebas de serológicas de la unidad del concentrado de plaquetas.
• Etiqueta, en su caso, de haber sido sometida a procedimientos espe-
ciales.
• Nombre y apellidos del receptor.
• Grupo ABO y Rh del receptor.
5. Tomar las constantes vitales.
Las constantes vitales del receptor: temperatura corporal, pulso arte-
rial, tensión arterial y respiraciones por minuto; deben ser tomadas y
anotadas antes de iniciar la transfusión. Es conveniente repetirlas a
los 15 minutos de iniciar la misma, así como al final de la transfusión,
siendo debidamente anotadas en la historia clínica del paciente.
6. Comprobar la solicitud de transfusión y ordenes médicas.
Cuando se encuentre preparado y listo para iniciar la transfusión hay
que realizar el proceso de comprobación final para asegurarse que el
concentrado de plaquetas correcto se va a administrar al receptor
correcto; hay que tener en cuenta que la mayoría de las reacciones
hemolíticas graves ocurren como resultado de una incorrecta identi-
ficación positiva del componente o del propio receptor. Este proceso
de comprobación final consiste en:
• Revisar las ordenes médicas para comprobar que se ha recibido la
unidad solicitada, si ha sido sometida a algún proceso adicional
requerido (irradiación, filtración, etc.), y si debe ser administrada
con un determinado tipo de filtro.
• Comparar el nombre del receptor con el nombre que consta en la
etiqueta de la unidad colocada por el Banco de sangre.
• Comparar que el número de la unidad que consta en la bolsa, coin-
cide con el número de la unidad que consta en la hoja-solicitud de
transfusión.
291
• Comprobar que el grupo ABO y Rh que consta en la unidad, coin-
cide con el grupo ABO y Rh del receptor que consta en la etiqueta
y en la hoja-solicitud de transfusión.
• Determinar el grupo ABO y Rh del receptor, así como el grupo ABO
y Rh de la unidad, para verificar su compatibilidad, si bien en el
caso de los concentrados de plaquetas tiene interés la compatibili-
dad Rh.
7. Iniciar la transfusión.
Agitar suavemente la unidad para su homogenización antes de inser-
tarla en el equipo de administración. Una vez conectada la unidad de
concentrado de plaquetas al equipo de infusión adecuado y suminis-
trado por el Banco de sangre, se adapta a la vía venosa y se inicia la
infusión con las siguientes normas:
• La transfusión de un concentrado de plaquetas se inicia lentamente,
procurando administrar los primeros 25 mL en un período de 15
minutos, permaneciendo junto al receptor con el fin de poder detec-
tar la aparición de cualquier tipo de reacción adversa.
• Una vez transcurrido el período de tiempo inicial de 15 minutos, y
si el receptor tolera perfectamente la transfusión y no han aparecido
síntomas de reacción adversa transfusional, se puede incrementar el
ritmo de infusión del concentrado de plaquetas, en función del esta-
do del receptor (estado cardíaco, condición hemodinámica, volu-
men circulante) a 4-8 mL/Kg/hora en pacientes sin compromiso car-
diocirculatorio, en tanto que no es aconsejable superar 1
mL/Kg/hora en pacientes con la mencionada patología.
• La transfusión de una unidad de concentrado de plaquetas no debe
superar las 4 horas.
8. Finalizar la transfusión.
Una vez ha finalizado la infusión de la unidad de concentrado de pla-
quetas, la bolsa y el equipo de infusión deben retirarse, dejando la
vena con una solución de suero salino fisiológico, realizando los
siguientes pasos:
• Tomar nuevamente las constantes vitales y anotarlas en la historia
clínica.
• Anotar en la historia clínica, la hora inicial y final de la transfusión.
292
• Remitir al Banco de sangre la unidad infundida junto con el equipo
de infusión.
293
4. Comprobar la etiqueta de la unidad.
Leer las instrucciones de la etiqueta adhesiva colocada tanto por el
Centro de Transfusiones, en donde figuran los datos del producto,
como la adherida por el Banco de Sangre, en donde figuran los datos
del paciente e instrucciones especiales. Se deberá prestar atención
especial a los siguientes datos:
• Tipo de hemoderivado: Debe ser concentrado de granulocitos.
• Grupo ABO y Rh del concentrado de granulocitos.
• Fecha de obtención y caducidad del concentrado de granulocitos.
• Pruebas de serológicas de la unidad del concentrado de granulocitos.
• Etiqueta de haber sido IRRADIADO.
• Nombre y apellidos del receptor.
• Grupo ABO y Rh del receptor.
5. Tomar las constantes vitales.
Las constantes vitales del receptor: temperatura corporal, pulso arte-
rial, tensión arterial y respiraciones por minuto; deben ser tomadas y
anotadas antes de iniciar la transfusión. Es conveniente repetirlas a
los 15 minutos de iniciar la misma, así como al final de la transfusión,
siendo debidamente anotadas en la historia clínica del paciente.
6. Comprobar la solicitud de transfusión y ordenes médicas.
Cuando se encuentre preparado y listo para iniciar la transfusión hay
que realizar el proceso de comprobación final para asegurarse que el
concentrado de plaquetas correcto se va a administrar al receptor
correcto; hay que tener en cuenta que la mayoría de las reacciones
hemolíticas graves ocurren como resultado de una incorrecta identi-
ficación positiva del componente o del propio receptor. Este proceso
de comprobación final consiste en:
• Revisar las ordenes médicas para comprobar que se ha recibido la
unidad solicitada, si ha sido sometida a algún proceso adicional
requerido (irradiación, filtración, etc.), y si debe ser administrada con
un determinado tipo de filtro (Nunca con filtro leucoreductor).
• Comparar el nombre del receptor con el nombre que consta en la
etiqueta de la unidad colocada por el Banco de sangre.
294
• Comparar que el número de la unidad que consta en la bolsa, coin-
cide con el número de la unidad que consta en la hoja-solicitud de
transfusión.
• Comprobar que el grupo ABO y Rh que consta en la unidad, coin-
cide con el grupo ABO y Rh del receptor que consta en la etiqueta
y en la hoja-solicitud de transfusión.
• Determinar el grupo ABO y Rh del receptor, así como el grupo ABO
y Rh de la unidad, para verificar su compatibilidad, ya que los con-
centrados de granulocitos llevan una cantidad importante de hema-
tíes.
7. Iniciar la transfusión.
Agitar suavemente la unidad para su homogenización antes de inser-
tarla en el equipo de administración. Una vez conectada la unidad de
concentrado de granulocitos al equipo de infusión adecuado y sumi-
nistrado por el Banco de sangre, se adapta a la vía venosa y se inicia
la infusión con las siguientes normas:
• La transfusión de un concentrado de granulocitos se inicia lenta-
mente, procurando administrar los primeros 25 mL en un período de
15 minutos, permaneciendo junto al receptor con el fin de poder
detectar la aparición de cualquier tipo de reacción adversa.
• Una vez transcurrido el período de tiempo inicial de 15 minutos, y
si el receptor tolera perfectamente la transfusión y no han aparecido
síntomas de reacción adversa transfusional, se puede incrementar el
ritmo de infusión del concentrado de granulocitos, en función del
estado del receptor (estado cardíaco, condición hemodinámica,
volumen circulante) a 3-4 mL/Kg/hora en pacientes sin compromi-
so cardiocirculatorio, en tanto que no es aconsejable superar 1
mL/Kg/hora en pacientes con la mencionada patología.
• La transfusión de una unidad de concentrado de granulocitos debe
infundirse lo más pronto posible después de su obtención, ya que su
viabilidad disminuye con el tiempo, siendo aconsejable infundirla
por espacio de 1-2 horas.
• Si el paciente está recibiendo tratamiento con Anfotericina-B, debe
de existir un lapso de tiempo de al menos 1 hora entre su adminis-
tración y la infusión del concentrado de granulocitos y viceversa.
295
• Las reacciones adversas a la trasnfusión de granulocitos son muy
frecuentes y consisten en fiebre y escalofríos apareciendo entre un
10-50% de los casos.
8. Finalizar la transfusión.
Una vez ha finalizado la infusión de la unidad de concentrado de gra-
nulocitos, la bolsa y el equipo de infusión deben retirarse, dejando la
vena con una solución de suero salino fisiológico, realizando los
siguientes pasos:
• Tomar nuevamente las constantes vitales y anotarlas en la historia
clínica.
• Anotar en la historia clínica, la hora inicial y final de la transfusión.
• Remitir al Banco de sangre la unidad infundida junto con el equipo
de infusión.
296
entonces devolverse nuevamente a refrigeración, por lo que la infu-
sión debe comenzarse tan pronto la unidad se encuentre junto al
receptor y se hayan realizado todos los pasos de seguridad transfu-
sional. Hay que tener en cuenta que hay que proceder en el Banco de
Sangre a la descongelación de la unidad, y que una vez descongelada
sólo puede ser utilizada en las 24 horas siguientes si se conserva a
temperatura entre 1-6º C.
3. Inspeccionar la unidad.
Independientemente de la inspección de la unidad que se ha reali-
zado en el propio Banco de Sangre, antes de su salida hacia la uni-
dad en donde se va a realizar la transfusión, se debe hacer una ins-
pección visual y manual de la unidad antes de su administración, en
busca de:
• Grumos, burbujas, coloración anormal (distinta a un color que varia
del amarillo a verde naranja).
• Laceraciones o fugas en el plástico de la bolsa.
Ante la aparición de alguna anormalidad, hay que verificar con el
Banco de Sangre la calidad de la unidad, antes de iniciar su adminis-
tración.
4. Comprobar la etiqueta de la unidad
Leer las instrucciones de la etiqueta adhesiva colocada tanto por el
Centro de Transfusiones, en donde figuran los datos del producto,
como la adherida por el Banco de Sangre, en donde figuran los datos
del paciente e instrucciones especiales. Se deberá prestar atención
especial a los siguientes datos:
• Tipo de hemoderivado: Debe ser plasma fresco congelado.
• Grupo ABO y Rh del plasma fresco congelado.
• Fecha de extracción y caducidad del plasma fresco congelado.
• Pruebas de serológicas de la unidad de plasma fresco congelado.
• Etiqueta, en su caso, de haber sido sometida a procedimientos espe-
ciales.
• Nombre y apellidos del receptor.
• Grupo ABO y Rh del receptor.
297
5. Tomar las constantes vitales.
Las constantes vitales del receptor: temperatura corporal, pulso arte-
rial, tensión arterial y respiraciones por minuto; deben ser tomadas y
anotadas antes de iniciar la transfusión. Es conveniente repetirlas a
los 15 minutos de iniciar la misma, así como al final de la transfusión,
siendo debidamente anotadas en la historia clínica del paciente.
6. Comprobar la solicitud de transfusión y ordenes médicas.
Cuando se encuentre preparado y listo para iniciar la transfusión hay
que realizar el proceso de comprobación final para asegurarse que el
plasma fresco congelado correcto se va a administrar al receptor
correcto; hay que tener en cuenta que la mayoría de las reacciones
hemolíticas graves ocurren como resultado de una incorrecta identi-
ficación positiva del componente o del propio receptor. Este proceso
de comprobación final consiste en:
• Revisar las ordenes médicas para comprobar que se ha recibido la
unidad solicitada, si ha sido sometida a algún proceso adicional
requerido, y si debe ser administrada con un determinado tipo de
filtro.
• Comparar el nombre del receptor con el nombre que consta en la
etiqueta de la unidad colocada por el Banco de sangre.
• Comparar que el número de la unidad que consta en la bolsa, coin-
cide con el número de la unidad que consta en la hoja-solicitud de
transfusión.
• Comprobar que el grupo ABO y Rh que consta en la unidad, coin-
cide con el grupo ABO y Rh del receptor que consta en la etiqueta
y en la hoja-solicitud de transfusión.
• Determinar el grupo ABO y Rh del receptor, así como el grupo ABO
y Rh de la unidad, para verificar su compatibilidad; en el caso del
plasma fresco congelado tiene relevancia la compatibilidad ABO y
ninguna la compatibilidad Rh.
7. Iniciar la transfusión.
Agitar suavemente la unidad para su homogenización antes de inser-
tarla en el equipo de administración. Una vez conectada la unidad de
plasma fresco congelado al equipo de infusión adecuado y suminis-
298
trado por el Banco de sangre, se adapta a la vía venosa y se inicia la
infusión con las siguientes normas:
• La transfusión de una unidad de plasma fresco congelado se inicia
lentamente, procurando administrar los primeros 25 mL en un perí-
odo de 15 minutos, permaneciendo junto al receptor con el fin de
poder detectar la aparición de cualquier tipo de reacción adversa.
• Una vez transcurrido el período de tiempo inicial de 15 minutos, y
si el receptor tolera perfectamente la transfusión y no han aparecido
síntomas de reacción adversa transfusional, se puede incrementar el
ritmo de infusión del plasma fresco congelado, en función del esta-
do del receptor (estado cardíaco, condición hemodinámica, volu-
men circulante) a 4-8 mL/Kg/hora en pacientes sin compromiso car-
diocirculatorio, en tanto que no es aconsejable superar 1
mL/Kg/hora en pacientes con la mencionada patología.
• La transfusión de una unidad de plasma fresco congelado no debe
superar las 4 horas.
8. Finalizar la transfusión.
Una vez ha finalizado la infusión de la unidad de plasma fresco con-
gelado, la bolsa y el equipo de infusión deben retirarse, dejando la
vena con una solución de suero salino fisiológico, realizando los
siguientes pasos:
• Tomar nuevamente las constantes vitales y anotarlas en la historia
clínica.
• Anotar en la historia clínica, la hora inicial y final de la transfusión.
• Remitir al Banco de sangre la unidad infundida junto con el equipo
de infusión.
299
• Asegurarse de que el consentimiento informado ha sido documen-
tado y se encuentra en la historia clínica o en la hoja-solicitud de
transfusión.
• Asegurarse de que el paciente tiene una vía venosa canalizada y es
adecuada la aguja o el catéter para infundir el criopecipitado.
2. Solicitar la unidad al Banco de Sangre.
Llamar al Banco de Sangre para solicitar la unidad a infundir. Del
Banco de sangre sólo deben salir las unidades que van a ser infundi-
das inmediatamente, en caso de transfundir más de una unidad, se
irán solicitando de forma correlativa. El tiempo estimado en el que
una unidad de crioprecipitado puede estar fuera de la nevera termo-
metrada del Banco de sangre es de 30 minutos, no pudiendo entonces
devolverse nuevamente a refrigeración, por lo que la infusión debe
comenzarse tan pronto la unidad se encuentre junto al receptor y se
hayan realizado todos los pasos de seguridad transfusional. Hay que
tener en cuenta que hay que proceder en el Banco de Sangre a la des-
congelación de la unidad, y que una vez descongelada sólo puede ser
utilizada en las 24 horas siguientes si se conserva a temperatura entre
1-6º C.
3. Inspeccionar la unidad.
Independientemente de la inspección de la unidad que se ha realiza-
do en el propio Banco de Sangre, antes de su salida hacia la unidad
en donde se va a realizar la transfusión, se debe hacer una inspección
visual y manual de la unidad antes de su administración, en busca de:
• Grumos, burbujas, coloración anormal (distinta a un color blanque-
cino, nublado).
• Laceraciones o fugas en el plástico de la bolsa.
Ante la aparición de alguna anormalidad, hay que verificar con el Banco
de Sangre la calidad de la unidad, antes de iniciar su administración.
4. Comprobar la etiqueta de la unidad.
Leer las instrucciones de la etiqueta adhesiva colocada tanto por el
Centro de Transfusiones, en donde figuran los datos del producto,
como la adherida por el Banco de Sangre, en donde figuran los datos
del paciente e instrucciones especiales. Se deberá prestar atención
especial a los siguientes datos:
300
• Tipo de hemoderivado: Debe ser “crioprecipitado”.
• Grupo ABO y Rh del crioprecipitado.
• Fecha de extracción y caducidad del crioprecipitado.
• Pruebas de serológicas de la unidad de crioprecipitado.
• Etiqueta, en su caso, de haber sido sometida a procedimientos espe-
ciales.
• Nombre y apellidos del receptor.
• Grupo ABO y Rh del receptor.
5. Tomar las constantes vitales.
Las constantes vitales del receptor: temperatura corporal, pulso arte-
rial, tensión arterial y respiraciones por minuto; deben ser tomadas y
anotadas antes de iniciar la transfusión. Es conveniente repetirlas a
los 15 minutos de iniciar la misma, así como al final de la transfusión,
siendo debidamente anotadas en la historia clínica del paciente.
6. Comprobar la solicitud de transfusión y ordenes médicas.
Cuando se encuentre preparado y listo para iniciar la transfusión hay
que realizar el proceso de comprobación final para asegurarse que el
crioprecipitado correcto se va a administrar al receptor correcto; hay
que tener en cuenta que la mayoría de las reacciones hemolíticas gra-
ves ocurren como resultado de una incorrecta identificación positiva
del componente o del propio receptor. Este proceso de comprobación
final consiste en:
• Revisar las ordenes médicas para comprobar que se ha recibido la uni-
dad solicitada, si ha sido sometida a algún proceso adicional requeri-
do, y si debe ser administrada con un determinado tipo de filtro.
• Comparar el nombre del receptor con el nombre que consta en la
etiqueta de la unidad colocada por el Banco de sangre.
• Comparar que el número de la unidad que consta en la bolsa, coin-
cide con el número de la unidad que consta en la hoja-solicitud de
transfusión.
• Comprobar que el grupo ABO y Rh que consta en la unidad, coin-
cide con el grupo ABO y Rh del receptor que consta en la etiqueta
y en la hoja-solicitud de transfusión.
301
• Determinar el grupo ABO y Rh del receptor, así como el grupo ABO
y Rh de la unidad, para verificar su compatibilidad, si bien en el
caso del crioprecipitado, no tiene interés la compatibilidad ABO y
Rh.
7. Iniciar la transfusión.
Agitar suavemente la unidad para su homogenización antes de inser-
tarla en el equipo de administración. Una vez conectada la unidad de
crioprecipitado al equipo de infusión adecuado y suministrado por el
Banco de sangre, se adapta a la vía venosa y se inicia la infusión con
las siguientes normas:
• La transfusión de una unidad de crioprecipitado se inicia lentamen-
te, en un período de 15 minutos, permaneciendo junto al receptor
con el fin de poder detectar la aparición de cualquier tipo de reac-
ción adversa.
• Una vez transcurrido el período de tiempo inicial de 15 minutos, y
si el receptor tolera perfectamente la transfusión y no han aparecido
síntomas de reacción adversa transfusional, se puede incrementar el
ritmo de infusión del crioprecipitado, en función del estado del
receptor (estado cardíaco, condición hemodinámica, volumen circu-
lante) a 4-8 mL/Kg/hora en pacientes sin compromiso cardiocircu-
latorio, en tanto que no es aconsejable superar 1 mL/Kg/hora en
pacientes con la mencionada patología.
• La transfusión de una unidad de crioprecipitado no debe superar las
4 horas.
8. Finalizar la transfusión.
Una vez ha finalizado la infusión de la unidad de crioprecipitado, la
unidad y el equipo de infusión deben retirarse, dejando la vena con
una solución de suero salino fisiológico, realizando los siguientes
pasos:
• Tomar nuevamente las constantes vitales y anotarlas en la historia
clínica.
• Anotar en la historia clínica, la hora inicial y final de la transfusión.
• Remitir al Banco de sangre la unidad infundida junto con el equipo
de infusión.
302
M.7. Administración de factores de la coagulación.
Los concentrados de factores de la coagulación son elaborados por la
industria farmacéutica a partir de plasma de donantes o por medio de inge-
niería genética. Las normas para su correcta administración vienen dadas
por los propios fabricantes y fundamentalmente son::
1. Preparar al paciente para la transfusión.
• Explicarle el procedimiento al que va a ser sometido.
• Asegurarse de que el consentimiento informado ha sido documen-
tado y se encuentra en la historia clínica o en la hoja-solicitud de
transfusión.
• Asegurarse de que el paciente tiene una vía venosa canalizada y es
adecuada la aguja o el catéter para infundir el concentrado de facto-
res (21G ó 23G).
2. Solicitar el concentrado de factor a Farmacia.
Llamar al Servicio de Farmacia para solicitar el producto a infundir.
La gran mayoría de los concentrados de factores se almacenan refri-
gerados y hay que llevarlos a temperatura ambiente antes de su cons-
titución.
3. Inspeccionar y reconstituir el producto.
Inspeccionar la fecha de caducidad del producto. Llevarlo a tempera-
tura ambiente (no superando los 37º C). Con medidas de asepsia
reconstituir el vial liofilizado con el diluyente suministrado y agitar
suavemente hasta que el polvo se encuentre perfectamente disuelto
debiendo ser examinado en busca de partículas o coloración anormal.
Una vez reconstituido debe administrase antes de las 3 horas. La
mayoría de los concentrados de factores deben filtrarse antes de su
administración, por lo que se proporciona una aguja con filtro con el
producto para ser sometido a la filtración.
4. Tomar las constantes vitales.
Las constantes vitales del receptor: temperatura corporal, pulso arte-
rial, tensión arterial y respiraciones por minuto; deben ser tomadas y
anotadas antes de iniciar la infusión. Es conveniente repetirlas al final
de la administración, siendo debidamente anotadas en la historia clí-
nica del paciente.
303
5. Comprobar la solicitud de administración y ordenes médicas.
Cuando se encuentre preparado y listo para iniciar la administración
hay que revisar las ordenes médicas para comprobar que se ha reci-
bido el concentrado solicitado. Así mismo debe revisarse si su admi-
nistración se debe realizar en “bolo” o mediante infusión continua por
un período de tiempo determinado; y la cantidad de UI del producto
a administrar.
6. Iniciar la administración.
Los concentrados de Factor VIII y los concentrados purificados o
recombinantes de Factor IX pueden administrarse en “bolo” rápida-
mente, y se administran a razón de 10 mL por minuto; si bien, tam-
bién se pueden administrar en infusión continua en períodos de 6-12
horas.
Los concentrados no purificados de Factor IX, deben administrarse
muy lentamente, no superando las 100 UI/minuto, debido al alto ries-
go de trombosis y complicaciones cardíacas derivadas de su rápida
administración.
Los concentrados de Factor VIII de origen porcino, deben ser admi-
nistrados muy lentamente por espacio de 20-40 minutos.
Si cualquier tipo de concentrado de Factores se administra por vía
intravenosa en infusión continua, una vez finalizada su administra-
ción es conveniente administrar suero salino por el equipo de infusión
con el fin de garantizar de que el paciente reciba la dosis completa.
7. Finalizar la infusión.
Una vez ha finalizado la infusión de la la unidad de concentrado de
factor, el equipo de infusión debe retirarse, dejando la vena con una
solución de suero salino fisiológico, realizando los siguientes pasos:
• Tomar nuevamente las constantes vitales y anotarlas en la historia
clínica.
• Anotar en la historia clínica, la hora inicial y final de la infusión.
304
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308
7. CRITERIOS TRANSFUSIONALES DE LOS
CONCENTRADOS DE HEMATIES
309
B. La transfusión del concentrado de hematíes
La transfusión de CH tiene como objetivo primario el suplemento de
hematíes para proporcionar oxígeno suficiente a la circulación periférica
en pacientes que presentan cuadros anémicos agudos o crónicos. Para
lograr dicho resultado, la decisión de transfundir cada unidad de CH debe
estar basada en los mecanismos fisiológicos que pueden estar originando
dicho déficit de oxígeno tisular. La entrega o aporte de oxígeno a los teji-
dos depende tanto del rendimiento cardíaco como del volumen de oxíge-
no arterial, que a su vez depende de la saturación y la concentración de la
hemoglobina.
Los CH se administran para aumentar la capacidad de transporte del oxí-
geno a los tejidos y órganos en los casos de anemia severa o pérdida
importante de sangre, bien por hemorragias de origen médico o por hemo-
rragias de origen quirúrgico. Como es difícil conocer la oxigenación tisu-
lar en un determinado momento de cualquier cuadro clínico, hay que valo-
rar la presencia de signos y síntomas que pueda presentar el paciente y la
cifra de hemoglobina y/o hematocrito, para tener una acercamiento al
estado probable de oxigenación tisular, y tener así unos datos objetivos en
donde basar la indicación de la administración de CH.
Durante décadas pasadas una hemoglobina < 10 g/dL o un hematocrito <
30%, fueron los umbrales de indicación de la transfusión de CH, con inde-
pendencia de otros factores clínicos. En la actualidad no existe un acuer-
do general sobre que determinado valor de hemoglobina o hematocrito
debe ser el indicativo de una transfusión de CH, y si que existe un con-
senso general con relación a la indicación de transfusión de CH, que debe
basarse en la situación clínica del paciente, en sus patologías de base, en
los valores de la hemoglobina, los beneficios que se esperan obtener y los
posibles resultados adversos de su no administración.
En un esfuerzo por definir el uso apropiado de los CH, muchos estudios
han determinado la efectividad de su empleo, reduciendo los riesgos de
efectos adversos; de tal manera se considera que casi nunca está indicada
la transfusión de CH con valores de hemoglobina > 10 g/dL, y que gene-
ralmente su administración puede estar indicada en pacientes con valores
de hemoglobina < 7 g/dL. En pacientes que presentan valores de hemo-
globina entre 7–10 g/dL hay que valorar condiciones clínicas tales como:
signos y síntomas de hipoxia, persistencia de sangrado o perdida de hema-
tíes, alteraciones cardio-circulatorias y cerebrovasculares, y sobre todo
310
cuando los beneficios esperados de su administración prevengan o elimi-
nen los riesgos potenciales de la situación anémica o disminuyan la mor-
bosidad y mortalidad de la situación clínica. En la Tabla 7.1. vienen refle-
jadas las situaciones clínicas en función de los valores de la hemoglobina
y la estrategia general transfusional de los concentrados de hematíes.
311
Tabla 7.2. Principales causas de la anemia
Pérdida aumentada de los hematíes
• La pérdida de sangre aguda: hemorragia traumática o quirúrgica, hemorragia obs-
tétrica, gastrointestinal, etc.
• La pérdida de sangre crónica, normalmente del tracto gastrointestinal, urinario o
ginecológico, por infestación parasitaria, neoplasias, desórdenes inflamatorios, etc.
Producción disminuida de los hematíes
• Deficiencias nutritivas: hierro, B12 y folatos, desnutrición, malabsorción.
• Infecciones virales: HIV, Parbovirus B19.
• Fracaso de la médula ósea: anemia aplásica, infiltración maligna de la médula
ósea, leucemias, síndromes mielodisplásicos.
• Producción del eritropoyetina reducida: insuficiencia renal crónica.
• Enfermedad crónicas sistémicas e inflamatorias.
• Toxicidad de la médula ósea: fármacos (cloramfenicol), quimioterapia.
Destrucción aumentada de los hematíes (hemólisis).
• Infecciones: bacterianas, virales y parasitarias.
• Fármacos: dapsonas, alfa-metil dopa, penicilina, cefalosporinas.
• Enfermedades autoinmunes: anemias hemolíticas por anticuerpos fríos o calientes.
• Desórdenes hereditarios: anemia de células falciformes, talasemia, déficit de
G6PD, esferocitosis, etc.
• Enfermedad Hemolítica del recién nacido (EHRN).
• Otras alteraciones: coagulación intravascular diseminada, síndrome hemolítico uré-
mico, púrpura trombótica trombocitopénica, hemoglobinuria paroxísitica nocturna.
Demanda fisiológica aumentada de hematíes y hierro.
• Embarazo.
• Lactancia.
• Crecimiento
312
Los pacientes con anemia crónica originada en una carencia tanto de hie-
rro, vitamina B12 y/o folatos, son deficitarios en el número de hematíes
circulantes, pero presentan un volumen circulante normal e incluso eleva-
do en determinadas situaciones, por lo que un aumento rápido de los nive-
les de hemoglobina mediante la administración de CH raramente es nece-
sario.
Los criterios transfusionales de unidades de CH en pacientes con ane-
mia crónica secundaria a perdidas crónicas de sangre o a estados caren-
ciales de hierro, vitamina B12 y/o folatos, deben limitarse a las siguientes
situaciones:
• Valores de Hemoglobina < 7 g/dL
Se deben transfundir unidades de CH ante cualquiera de las siguien-
tes situaciones:
✓ Presencia de síntomas de intolerancia a la situación anémica, cau-
sados por la disminución de la hemoglobina:
➢ Taquicardia (> 100 ppm) en reposo.
➢ Cambios en el estado mental.
➢ Disnea de reposo.
➢ Cefaleas y vértigos.
➢ Angor pectoris.
➢ Cambios electrocardiográficos sugerentes de isquemia mio-
cárdica.
✓ Cirugía urgente que no puede ser programada ni aplazada, y en la
que normalmente el Banco de Sangre reserva unidades de CH.
• Valores de Hemoglobina entre 7 y 9 g/dL
Se deben transfundir unidades de CH ante cualquiera de las siguien-
tes situaciones:
✓ Existencia de patología de base sintomática como:
➢ Enfermedad coronaria.
➢ Enfermedad pulmonar.
➢ Enfermedad cerebro-vascular.
313
✓ Cirugía urgente que no puede ser programada ni aplazada, y en la
que normalmente el Banco de Sangre reserva unidades de CH.
• Valores de Hemoglobina entre 9 y 10 g/dL
Se deben transfundir unidades de CH ante cirugía urgente que no
puede ser programada ni aplazada, y en la que normalmente el Banco
de Sangre reserva unidades de CH, porque se esperan perdidas san-
guíneas superiores a los 750 mL.
C.1.1.2. Anemia crónica secundaria a enfermedades hematológicas no
neoplásicas hereditarias
Comprende un conjunto de enfermedades hereditarias (talasemias, anemia
de células falciformes, enzimopatías, etc.) en las que existe una destruc-
ción de los hematíes y una inadecuada respuesta medular a su fabricación.
Los criterios transfusionales de CH ante estas situaciones, varían en fun-
ción de la intensidad del cuadro anémico y en la causa etiológica de los
mismos. De tal manera podemos distinguir distintas situaciones. No obs-
tante, existen una serie de pautas comunes:
• Administrar siempre concentrados de hematíes fenotipados, lo más
similares posible a los del paciente (en especial de los sistemas Rh,
Kell, Kidd y Duffy), para evitar posible aloinmunizaciones.
• Realizar siempre y previamente a cada transfusión un escrutinio de
anticuerpos irregulares, junto a la prueba mayor de compatibilidad
transfusional.
• Utilizar siempre concentrados de hematíes desleucotizados (evitar
aloinmunización HLA), y los de menor tiempo de almacenamiento.
• Iniciar un tratamiento y medidas profilácticas para evitar la sobrecar-
ga férrica.
A.1.1.2.1. Talasemias
La Talasemia consiste en una insuficiencia de síntesis de una de las cade-
nas de la hemoglobina, de origen genético; según la cadena afectada se
distinguen las α, las β, y las δ talasemias. En cuanto a las formas de la
enfermedad distinguimos entre la talasemia minor (se da en personas hete-
rocigotas), la talasemia mayor o enfermedad de Cooley (en personas
homocigotas), y la denominada talasemia intermedia. Los criterios trans-
fusionales en las talasemias varían en función del grado de la misma, la
314
edad del paciente y la disponibilidad de otras alternativas terapéuticas (en
especial el transplante de médula ósea, en los casos de talasemia major).
Sus principales características clínicas vienen reflejadas en la Tabla 7.3.
315
• Talasemia minor
Los pacientes presentan unas cifras de hemoglobina tolerables, y los
criterios transfusionales son prácticamente los mismos que para los
pacientes no talasémicos, en las diversas situaciones clínicas (anemia
crónica, aguda, quirúrgica, etc.).
• Talasemia mayor o Enfermedad de Cooley
Los pacientes presentan una producción espontánea de hemoglobina
muy baja, por lo que un tratamiento precoz (ya en época neonatal)
puede evitar las complicaciones de la enfermedad e incluso la muer-
te.
Los criterios transfusionales tienen dos objetivos: corregir los sínto-
mas derivados del cuadro anémico, y suprimir la eritropoyesis del
paciente causante de las alteraciones asociadas (deformidades óseas,
esplenomegalia, etc.).
En niños y adolescentes se aconseja:
✓ Mantener la cifra de hemoglobina > 10 g/dL.
✓ Transfundir 15 mL/Kg cada tres semanas, o 20 mL/Kg cada cua-
tro semanas.
✓ Control estricto del rendimiento transfusional.
✓ Iniciar tratamiento con quelantes férricos.
✓ Valorar la posibilidad de esplenectomía ante esplenomegalia y
falta de rendimiento transfusional.
✓ Utilizar CH desleucotizados y con al menos el fenotipo Rh-Kell
idéntico.
En adultos:
✓ Mantener la cifra de hemoglobina > 8-9 g/dL.
✓ Transfundir los mL/Kg necesarios cada cuatro semanas.
✓ Control estricto del rendimiento transfusional.
✓ Continuar tratamiento con quelantes férricos.
✓ Valorar la posibilidad de esplenectomía ante esplenomegalia y
falta de rendimiento transfusional.
316
✓ Utilizar CH desleucotizados y con al menos el fenotipo Rh-Kell
idéntico.
• Talasemias homocigotas intermedias
Estos pacientes presentan una producción de hemoglobina entre los 7
y 10 g/dL, por lo que las indicaciones transfusionales se limitan a:
✓ Agravamiento de la anemia crónica (infección o eritroblastopenia).
✓ Presencia de signos de intolerancia al cuadro anémico: bajo rendi-
miento escolar o profesional, retraso en la pubertad, fatiga, etc.
✓ Durante el embarazo.
C.1.1.2.2. Anemia de celulas falcimormes
La anemia de células falciformes o Drepanocitosis, consiste en una ano-
malía de cadena µ de la hemoglobina cuyo resultado es la síntesis de una
hemoglobina anormal: la HbS. Existe la forma heterocigota donde hay un
60% de HbA y menos del 40% de HbS, que ocasiona escasos síntomas y
no requiere un soporte transfusional especial, y la forma homocigota
donde existe más de un 75% de HbS y que es sintomática desde la infan-
cia; así mismo se presentan formas intermedias (HbSC) y formas asocia-
das a síndromes talasémicos (Tabla 7.4.).
Los criterios transfusionales en pacientes afectos de anemia de células fal-
ciformes, se basan en el aporte suficiente de hematíes para que la propor-
ción de HbS sea inferior al 40%, y se corrijan las anomalías reológicas y
la formación de células falciformes; de ahí que se indique la transfusión
de CH ante las situaciones en donde se agudiza la anemia como en las cri-
sis vaso-oclusivas, secuestración esplénica, crisis aplásicas, crisis hemolí-
ticas e infecciosas (Tabla 7.5.).
• Tratamiento de la anemia
En la gran mayoría de los pacientes valores de hemoglobina de 8 ± 1
g/dL, les permite llevar un crecimiento y actividad normales, y no es
necesario transfundirles sobre la base de la cifra de hemoglobina. La
transfusión de CH se indica cuando el cuadro anémico se agrava
(hemoglobina < 6 g/dL) debido a:
✓ Crisis de eritroblastopenia.
✓ Secuestro agudo intra-esplénico, cuyo diagnóstico se basa en una
esplenomegalia importante progresiva y rápida, que debuta con
317
una anemia aguda, tratándose de una urgencia transfusional. En los
casos crónicos se puede valorar la esplenectomía.
318
✓ Embarazo entre los meses quinto y noveno y hasta el momento del
parto, para mantener hemoglobinas entre 10 y 11 g/dL.
El objetivo es mantener los niveles de HbS por debajo del 20% en las
indicaciones quirúrgicas y por debajo del 35% en los últimos cinco
meses del embarazo.
• Tratamiento de las crisis vaso-oclusivas
Las crisis vaso-oclusivas se pueden presentar en cualquier territorio
vascular; de especial importancia tienen las que acontecen sobre la
circulación cerebral, renal y pulmonar, y de menor gravedad en otros
territorios (priapismo). No obstante, independientemente de su loca-
lización, éstas crisis suelen ceder cuando los niveles de HbS son infe-
riores al 40%, por lo que la rapidez de la intervención transfusional
es esencial.
En ocasiones hay que recurrir a otras medidas asociadas como exsan-
guino-transfusión parcial, e incluso intercambio total eritrocitario
(mediante técnicas de eritroaféresis).
319
• Tratamiento de las complicaciones infecciosas
Los cuadros infecciosos severos (neumonías, sepsis, meningitis)
favorecen la producción de células falciformes, por lo que es conve-
niente la administración de CH con el fin de mantener los niveles de
HbS por debajo del 40%.
La infección por parvovirus B19, provoca un agravamiento del sín-
drome anémico en donde la reticulocitopenia conduce al diagnóstico,
y el soporte transfusional es necesario y fundamental.
Los CH a administrar, deben ser desleucocitados y es recomendable que
sean fenotipados para los antígenos de los sistemas Rh, Kell; Kidd, Duffy
y MNS, con el fin de disminuir al máximo las posibilidades de aloinmu-
nización; así mismo se aconseja administrar CH almacenados durante el
menor tiempo posible, o crioconservados o conservados en medios que
mantienen una tasa alta de 2,3-DPG.
320
Las necesidades transfusionales se presentan a menudo en la infan-
cia, previamente a la esplenectomía, procurando mantener cifras
de hemoglobina > 8 g/dL; y en aquellos pacientes adultos no esple-
nectomizados, que presentan una descompensación grave de su
cuadro anémico (litiasis biliar complicada, embarazo).
Tras la esplenectomía, las necesidades transfusionales son equipa-
rables a los de cualquier individuo normal.
✓ Déficit en glucosa 6-fosfato deshidrogenasa
Es el déficit enzimático más frecuente, y se transmite con un
patrón de herencia ligado al sexo. Desde el punto de vista de la
medicina transfusional distinguimos dos situaciones:
– Hemólisis crónica.
Es la forma menos frecuente, se descubre en la infancia tras
estudio de un cuadro de hemólisis; la anemia en general es
bien tolerada y compensada y no requiere soporte transfusio-
nal.
– Hemólisis aguda
Es la forma más frecuente de presentación, y sobreviene en un
adulto sano que presenta un cuadro hemolítico agudo y seve-
ro caracterizado por: cefalea, ictericia, hemoglobinuria y sín-
drome febril, que puede llegar a la destrucción de más de la
mitad de los hematíes circulantes, y que ha sido desencade-
nado por cuadros infecciosos (lo más frecuente), ingesta de
habas, o diversos fármacos (sulfamidas, antipalúdicos, nitro-
futantoína y ácido nalidixico). El soporte transfusional es vital
junto con la supresión del agente desencadenante, procurando
mantener niveles de hemoglobina superiores a 9 g/dL.
✓ Déficit de piruvato-cinasa
Se trata de una hemolítica congénita cuya intensidad es muy varia-
ble, si bien los casos severos se caracterizan por presentar crisis aplá-
sicas muy importantes que requieren soporte transfusional periódico
C.1.1.3. Anemia crónica secundaria a enfermedad renal
El síndrome anémico es en muchas ocasiones una complicación inevita-
ble de la insuficiencia renal crónica (IRC), y a menudo una de las com-
321
plicaciones más severas, presentándose en un 60-70% de los pacientes
con fracaso renal crónico. La anemia crónica secundaria a la IRC, es el
resultado de una serie de factores tales como:
• Síntesis disminuida en la producción de Eritropoyetina.
• Reducción de la vida media de los hematíes.
• Perdidas hemáticas asociadas a los procesos de hemodiálisis.
• Hemorragias espontáneas secundarias a los defectos plaquetarios.
• Hiperesplenismo asociado a la diálisis crónica en algunos pacientes.
El grado de anemia en los pacientes con IRC es a menudo muy severo y
limitante para desarrollar su actividad normal, sin embargo, estos pacien-
tes toleran sorprendentemente bien, niveles muy bajos de hemoglobina
alrededor de los 5 g/dL.
El soporte principal del tratamiento de la anemia en los pacientes con
insuficiencia renal crónica es el empleo de eritropoyetina humana recom-
binante (r-Hu-EPO), que proporciona una respuesta excelente y reduce de
forma importante las necesidades transfusionales de CH.
Los criterios transfusionales de unidades de CH en pacientes con anemia
crónica secundaria a insuficiencia renal crónica, deben limitarse en la
actualidad con el empleo de r-Hu-EPO, a las siguientes situaciones:
• Anemia severa que ocasiona sintomatología, como en hemorra-
gias asociadas con inestabilidad hemodinámica, y en pacientes
con angina inestable.
• Pacientes con resistencia al tratamiento con r-Hu-EPO, y perdidas
sanguíneas que hacen descender la hemoglobina a niveles críticos.
Hay que tener la precaución de no administrarles CH irradiados (debido
al riesgo de desarrollar cuadros de hiperpotasemia), y vigilar estrecha-
mente una eventual sobrecarga circulatoria.
322
Digestivas Bajas y en hemorragias agudas de origen ginecológico y/o uro-
lógico. La actitud transfusional de los CH va a depender de la severidad del
sangrado y de las condiciones clínicas subyacentes del paciente.
La administración de CH ante una anemia aguda de origen hemorrá-
gico, debe realizarse en función del volumen de sangre perdido, del
volumen total circulante y de la aparición de sintomatología clínica
derivada de la perdida tanto de hematíes como de volumen circulante
(Tabla 7.6).
323
✓ Pacientes con enfermedad coronaria, pulmonar o cerebro-vas-
cular:
El grado de perdida es mínimo y raramente ocasiona sintomatolo-
gía, por lo que es aconsejable reponer el volumen perdido median-
te la administración de soluciones cristaloides.
En estos pacientes es conveniente monitorizar los diversos pará-
metros existentes para detectar algún síntoma de hipoxemia, y en
caso de estar presente, se indica la administración de CH.
• Perdidas de sangre > 20% e < 40% del volumen circulante
✓ Pacientes sanos, sin enfermedad crónica:
El grado de perdida es importante y va a ocasionar sintomatología
del tipo de taquicardia e hipotensión. Es aconsejable reponer el
volumen perdido mediante la administración de soluciones crista-
loides o coloides, así como monitorizar los signos vitales y el
grado de oxigenación. Solo estaría indicada la administración de
unidades CH si:
➢ No desaparece la taquicardia e hipotensión con las solu-
ciones cristaloides.
➢ La perdida de sangre > 1500 mL.
➢ El descenso de Hemoglobina > 5 g/dL.
➢ El descenso de Hematocrito > 15%.
✓ Pacientes con enfermedad coronaria, pulmonar o cerebro-vas-
cular:
El grado de perdida es importante y va a ocasionar sintomatología
del tipo de taquicardia e hipotensión. Se debe iniciar la reposición
del volumen perdido con la administración de soluciones cristaloi-
des y la administración conjunta de unidades de CH si se presenta
alguna de las siguientes condiciones:
➢ Perdida de sangre > 1000 mL.
➢ TA sistólica < 100 mmHg.
➢ Pulsaciones por minuto > 100.
➢ Hemoglobina disminuida > 3 g/dL.
➢ Hematocrito disminuido > 10%.
324
• Perdidas de sangre > 40% del volumen circulante
La repercusión sobre el organismo va a ser importante, independien-
temente de los antecedentes personales y la patología asociada. Los
signos más frecuentes son el sincope, disnea de reposo, taquicardia,
hipotensión e incluso pérdida de conciencia.
Se debe proceder a la transfusión de CH, rápidamente a la velocidad
de infusión máxima de 10-15 mL/minuto, teniendo en cuenta que este
ritmo rápido de administración puede verse limitado por: complica-
ciones hemodinámicas por sobrecarga circulatoria, hiperpotasemia e
hipotermia.
La cantidad de CH a infundir, debe garantizarnos la correcta oxigena-
ción de los tejidos, procurando mantener cifras de hemoglobina > 9
g/dL, una vez se haya tratado correctamente la causa desencadenante
del cuadro hemorrágico agudo. Se deben monitorizar la cifra de pla-
quetas y el estado de la coagulación, para valorar la administración
tanto de unidades de plaquetas, como de plasma fresco congelado.
325
agudo, y la administración de agentes inmunosupresores. No obstan-
te, ante una AHAI aguda se debe tener prevista la transfusión de CH
después de que las medidas terapéuticas iniciales y sintomáticas se
muestren ineficaces para mantener una situación de oxigenación tisu-
lar estable y presenten complicaciones secundarias al cuadro anémi-
co (angor, somnolencia, confusión mental); el objetivo es transfundir
la cantidad mínima de hematíes; estas situaciones generalmente se
observan en:
✓ AHAI severas antes que el tratamiento inmunosupresor haga su
efecto (generalmente en los primeros días).
✓ AHAI resistentes al tratamiento, y con hemólisis masiva.
✓ AHAI con fracaso del tratamiento inmunosupresor, y agravamien-
to progresivo del síndrome anémico.
Clínicamente se distinguen varios tipos de AHAI: aguda y crónica; y
en función del anticuerpo en: calientes y frías. Siendo la actitud trans-
fusional variable en función del autoanticuerpo implicado.
Anemia hemolítica autoinmune por autoanticuerpos calientes.
Es la AHAI más frecuente, y generalmente se trata de autoanticuer-
pos de tipo IgG con poder aglutinante, cuya intensidad va a depen-
der de factores tales como el título sérico y la propiedad de activar
el sistema del complemento.
Los criterios transfusionales ante una AHAI por autoanticuerpos
calientes, se deben limitar a aquellas situaciones en las que el sín-
drome anémico suponga una amenaza seria para la vida del
paciente, ya que puede agravar el grado anémico existente debido a:
✓ Cuadros graves de hemólisis inmediata debido a la presencia de
aloanticuerpos no detectados en el estudio.
✓ Cuadros hemolíticos retardados debidos a la reactivación de la
síntesis de aloanticuerpos no detectados.
✓ Estimulación del cuadro hemolítico inicial al incrementarse la
síntesis de autoanticuerpos.
✓ Modificación de la especificidad del autoanticuerpo.
En los casos necesarios de transfusión de CH, éstos deben de ser
ABO, Rh y Kell idénticos (si bien en ocasiones es difícil determinar
326
el fenotipo de los hematíes del paciente), y leucoreducidos. En caso
de conocer la especificidad del autoanticuerpo se buscaran unidades
carentes del antígeno correspondiente, y si existen aloanticuerpos
identificados, unidades que carezcan de los antígenos correspon-
dientes.
Se debe administrar la cantidad mínima de hematíes que solucionen
la situación de amenaza vital, de forma muy lenta y con estricta vigi-
lancia ante un agravamiento del cuadro hemolítico.
Anemia hemolítica autoinmune por autoanticuerpos fríos
Generalmente se trata de autoanticuerpos de tipo IgM, y el cuadro
hemolítico se produce por la activación del sistema del complemen-
to, y suelen cursas con síndromes crónicos exacerbados por crisis
hemolíticas agudas.
Los criterios transfusionales ante una AHAI por autoanticuerpos
fríos, se deben limitar a aquellas situaciones en las que el cuadro
anémico suponga una amenaza seria para la vida del paciente, si
bien hay que tener en cuenta ciertas peculiaridades diferentes con
respecto a las AHAI por autoanticuerpos calientes:
✓ Existe en muchas ocasiones dificultad en la determinación del
grupo ABO y Rh del paciente, así como discrepancias entre la
prueba globular y sérica.
✓ En caso de ser necesaria la administración de CH, éstos deben
administrarse calentados a 37 ºC, mediante la utilización de bom-
bas homologadas.
✓ Es bastante complicado encontrar unidades carentes del antígeno
en caso de conocer el autoanticuerpo (es muchas ocasiones se
trata de un anti-I).
✓ En situaciones en la que existe un alto título sérico del autoanti-
cuerpo, además de las medidas farmacológicas, es necesario rea-
lizar recambios plasmáticos con el fin de disminuir la tasa de
autoanticuerpos.
• Hemoglobinuria paroxística nocturna (HPN)
También conocida como enfermedad de Marchiafava-Micheli, se
trata de una anemia hemolítica caracterizada por la sensibilidad pecu-
327
liar de una parte de los hematíes a la lisis por el sistema del comple-
mento, debido a un déficit de proteínas que se fijan a través de los
grupos fosfatil-inositol. Las manifestaciones clínicas y la severidad
del cuadro anémico varían de unos pacientes a otros, pero para la
medicina transfusional se trata de un cuadro importante en el que hay
que corregir una crisis hemolítica con: el aporte inmediato de hema-
tíes “normales”, y la disminución momentánea de la eritropoyesis
(para frenar la hemoglobinuria); y en otras ocasiones corregir el cua-
dro anémico en la fase aplásica de la enfermedad.
Las indicaciones para la administración de CH en pacientes con HPN
se dan en las siguientes circunstancias:
✓ Crisis hemolítica.
En esta situación es primordial frenar la hemólisis y aportar una can-
tidad suficiente de hematíes, por lo que hay transfundir rápidamente
y en cantidad suficiente para mantener la adecuada oxigenación de
los tejidos, manteniendo cifras de hemoglobina > 10 g/dL.
✓ Fase aplásica.
En esta situación la indicación de transfusión de CH se debe limitar
a corregir la sintomatología clínica derivada del cuadro anémico; es
decir, solo se administran hematíes en casos de anemias sintomáticas.
Se recomienda transfundir hematíes desleucocitados y desplasmati-
zados (CHL), ya que se reduce el aporte de complemento, las reac-
ciones antígeno-anticuerpo y la aloinmunización HLA, que puede
desencadenar crisis hemolíticas post-transfusionales.
• Hemoglobinuria paroxística a frigore
También conocida como enfermedad de Donath-Landsteiner, se trata
de una anemia hemolítica causada por una hemolisina bifásica (se fija
al hematíe a 4 ºC y lo lisa a 37 ºC), que suele tener una especificidad
contra el antígeno P, provoca cuadros de hemólisis intravascular
mediada por el complemento, generalmente en la infancia, y aunque
existen formas idiopáticas, se asocia a menudo con cuadros infeccio-
sos (sarampión, parotiditis, infección por micoplasma, bacterias) que
desencadenan el cuadro.
El tratamiento de elección es la administración de agentes inmunosu-
presores; pero en ocasiones si el cuadro anémico es severo, se deben
328
administrar unidades de CH para mantener cifras de hemoglobina
superiores a 8 g/dL, con la precaución de que las unidades sean antí-
geno P negativas.
329
Los criterios transfusionales de CH en los pacientes sometidos a TMO
deben guiarse por la severidad del cuadro anémico y por las condiciones
clínicas de la situación del paciente, de tal manera:
• Valores de Hemoglobina < 8 g/dL
Se deben transfundir unidades de CH ante todo paciente trans-
plantado que presente valores inferiores a los 8 g/dL con inde-
pendencia de su situación clínica.
• Valores de Hemoglobina < 10 g/dL
Se deben transfundir unidades de CH ante todo paciente trans-
plantado que presente valores inferiores a los 10 g/dL, si presen-
ta alguna de las siguientes condiciones:
✓ Infección severa o cuadro febril.
✓ Complicaciones pulmonares.
✓ Complicaciones cardiacas.
✓ Edad superior a 55 años.
Como norma general los CH administrados deben ser desleucocitados,
fenotipados al menos para los sistemas Rh y Kell, y generalmente irradia-
dos así como CMV negativos.
Existen casos particulares de TMO alogénico, donde las reglas transfu-
sionales deben tener en cuenta que el grupo eritrocitario del receptor
puede ser distinto al del donante, y plantearse problemas a la hora de ele-
gir el tipo de grupo ABO y Rh a administrar al paciente, desde la fase de
acondicionamiento al implante efectivo (Tabla 7.7.)
Hablamos de incompatibilidad mayor, cuando las isohemaglutininas del
receptor están dirigidas contra los antígenos de los hematíes del donan-
te de células hematopoyéticas; en la incompatibilidad menor, las isohe-
maglutininas del donante, se dirigen contra los antígenos eritrocitarios
del receptor; y por último en la incompatibilidad mayor y menor
(mixta), las isohemaglutininas tanto del donante como del receptor, se
dirigen contra los antígenos eritrocitarios del donante y receptor respec-
tivamente.
330
Tabla 7.7. Grados de incompatibilidad ABO en TMO alogénico
y concentrados de hematíes a administrar
Grupo receptor Grupo donante CH a infundir
Incompatibilidad mayor
0 A 0
0 B 0
0 AB 0
A AB A
B AB B
Incompatibilidad menor
A 0 0
B 0 0
AB 0 0
AB A A
AB B B
A B 0
B A 0
331
En el caso de administración de unidades de plaquetas y/o plasma fresco
congelado, en muchas ocasiones bastante frecuentes en estos pacientes,
hay que guiarse por lo referido en la Tabla 7.8.
Incompatibilidad mayor
0 A 0* / A A* /AB, B, 0
0 B 0* / A B* / AB, A, 0
0 AB 0 AB
A AB A* / 0, AB AB* / A, B
B AB B* / 0, AB AB* / A, B
Incompatibilidad menor
A 0 A* / 0 A* / AB, B, 0
B 0 B* / 0 B* / AB, A, 0
AB 0 0 AB
AB A A AB
AB B B AB
A B A* / B, 0 AB
B A B* / A, 0 AB
332
Los aspectos transfusionales en los transplantes de órganos sólidos tienen
una doble vertiente: las necesidades transfusionales (y en consecuencia el
uso de componentes sanguíneos especializados), y el manejo transfusio-
nal ante incompatibilidad ABO.
• Necesidades transfusionales
Van a depender fundamentalmente del tipo de órgano transplantado,
siendo el transplante hepático el que requiere un mayor número de
unidades de CH (así como unidades de plaquetas y plasma fresco con-
gelado), seguido del pulmonar doble, cardiaco, y cardio-pulmonar.
Las unidades de CH a administrar deben ser ABO y Rh idénticas (si
bien en ocasiones y ante la utilización de un número importante de
unidades no queden en el Banco de sangre unidades disponibles, por
lo que hay que administrar CH ABO y Rh compatibles). Dado que la
infección por citomegalovirus (CMV) es la complicación infecciosa
más frecuente en los pacientes receptores de transplante de órganos,
los CH administrados deben ser CMV-negativos en todos los pacien-
tes CMV seronegativos. Así mismo deben administrar unidades de
CH leucoreducidas, con el fin de reducir al máximo la aloinmuniza-
ción al sistema HLA.
Existe controversia en la administración de los CH irradiados con el
fin de prevenir la enfermedad del injerto contra el huésped (sólo se
han descrito 4 casos asociados con la administración de sangre), por
lo que en muchos centros no los administran irradiados.
Los criterios transfusionales de CH en los pacientes sometidos a
transplante de órganos sólidos deben guiarse por la severidad del
cuadro anémico y por las condiciones clínicas de la situación del
paciente, de tal manera:
✓ Valores de Hemoglobina < 8 g/dL
Se deben transfundir unidades de CH ante todo paciente trans-
plantado que presente valores inferiores a los 8 g/dL con inde-
pendencia de su situación clínica.
✓ Valores de Hemoglobina < 10 g/dL
Se deben transfundir unidades de CH ante todo paciente trans-
plantado que presente valores inferiores a los 10 g/dL, si presen-
ta alguna de las siguientes condiciones:
333
➢ Infección severa o cuadro febril.
➢ Complicaciones pulmonares.
➢ Complicaciones cardiacas.
➢Edad superior a 55 años.
• Incompatibilidad ABO
En los casos de incompatibilidad ABO menor (receptores de grupo A,
B, o AB, y órganos de grupo O), pueden presentarse cuadros de ane-
mia hemolítica inmune mediante diversos mecanismos:
✓ Transmisión pasiva de linfocitos con el órgano transplantado que
generan anticuerpos y destruyen los hematíes del receptor (es el
más frecuente).
✓ Producción de anticuerpos por parte del tejido linfoide presente en
el receptor, pese al tratamiento inmunosupresor administrado.
✓ Los debidos al tratamiento inmunosupresor administrado con el
fin de evitar el rechazo del órgano transplantado, en especial lo
pacientes que reciben ciclosporina A.
En estos casos la actitud transfusional, debe ser corregir el cuadro
anémico si la hemólisis es importante y significativa; se deben admi-
nistrar CH de grupo O irradiados y leucoreducidos.
334
tejidos. No existe un acuerdo sobre la cifra de hemoglobina a partir
de la cual está indicada la administración de CH, ya que diversos
estudios no han mostrado diferencias significativas entre regímenes
estrictos (mantener hemoglobinas entre 7-9 g/dL), y regímenes más
liberales (mantener hemoglobina > 10 g/dL).
No obstante parece ser admitido por parte de facultativos intensivis-
tas la indicación de administrar CH para mantener hemoglobinas > 8
g/dL, en aquellos pacientes que no presenten patologías asociadas
(infecciones severas, patologías pulmonares) que indiquen mantener
cifras de hemoglobina > 10 g/dL.
• Pacientes con patología cardio-coronaria
Dado que los mecanismos compensatorios del cuadro anémico represen-
tan un sobreesfuerzo cardiaco, en los pacientes ingresados en UCI con
patología cardiaca isquémica (infarto de miocardio, angina inestable),
insuficiencia cardiaca congestiva, o bajo tratamiento con β-bloqueantes,
se debe asegurar la correcta oxigenación tisular, manteniendo cifras de
hemoglobina más acordes con su patología de base.
La indicación de transfundir CH en estos pacientes se basa en mante-
ner cifras de hemoglobina > 10 g/dL.
En la actualidad, se está valorando la administración de eritropoyetina
(r-Hu-EPO) en los pacientes ingresados en UCI, con el fin de dismi-
nuir la transfusión alógenica, si bien se dispone de pocos estudios con-
trolados.
335
deben de incrementar en el caso de aparición de anemia importante a 180
mg de hierro y 2 mg de folatos.
Los criterios transfusionales durante el embarazo no deben basarse en la
cifra de hemoglobina, si no en la situación clínica de la paciente, consi-
derando las semanas de gestación, la existencia previa de patología cardí-
aca, la presencia de cuadro infeccioso grave, infección por VIH, y la co-
existencia de cuadros anémicos constitucionales (talasemia, anemia de
células falciformes, anemias hemolíticas hereditarias).
Desde un punto de vista genérico e individualizando en los casos de muje-
res embarazadas con cuadro anémico importante, se debe considerar la
administración de CH en las siguientes situaciones:
• Embarazo de menos de 36 semanas
✓ Hemoglobina < 5.0 g/dL incluso sin sintomatología clínica de
fallo cardíaco o hipoxia.
✓ Hemoglobina entre 5.0 y 7.0 g/dL y presencia de alguna de las
siguientes condiciones:
➢ Alteraciones cardíacas secundarias al cuadro anémico o evi-
dencia clínica de hipoxia.
➢ Neumonía o cualquier otra infección bacteriana grave.
➢ Malaria.
➢ Existencia de enfermedad cardíaca, no secundaria a la
anemia.
• Embarazo de 36 semanas o más
✓ Hemoglobina < 6.0 g/dL.
✓ Hemoglobina entre 6.0 y 8.0 g/dL y presencia de alguna de las
siguientes condiciones:
➢ Alteraciones cardíacas secundarias al cuadro anémico o evi-
dencia clínica de hipoxia.
➢ Neumonía o cualquier otra infección bacteriana grave.
➢ Malaria.
➢ Existencia de enfermedad cardiaca, no secundaria a la
anemia.
336
C.2. Indicaciones quirurgicas
337
En caso de cirugía no urgente y que puede ser demorada, se
debe posponer la intervención e investigar la etiología del sín-
drome anémico, para poder administrar el tratamiento adecua-
do.
• Valores de Hemoglobina entre 9 y 10 g/dL
Se deben transfundir unidades de CH ante cirugía urgente que no
puede ser programada ni aplazada, y en la que normalmente el
Banco de Sangre reserva unidades de CH, porque se esperan per-
didas sanguíneas superiores a los 750 mL.
En caso de cirugía no urgente y que puede ser demorada, se
debe posponer la intervención e investigar la etiología del sín-
drome anémico, para poder administrar el tratamiento adecua-
do.
338
Los criterios transfusionales de CH durante el acto quirúrgico vienen
determinados por la perdida sanguínea durante el mismo:
• Pérdidas de sangre < 20% del volumen circulante
✓ Pacientes sanos, sin enfermedad crónica:
El grado de perdida es mínimo, y raramente ocasiona sintomatología,
por lo que es aconsejable reponer el volumen perdido mediante la
administración de soluciones cristaloides.
✓ Pacientes con enfermedad coronaria, pulmonar o cerebro-vascular:
El grado de perdida es mínimo y raramente ocasiona sintomatología,
por lo que es aconsejable reponer el volumen perdido mediante la
administración de soluciones cristaloides.
En estos pacientes es conveniente monitorizar los diversos paráme-
tros existentes para detectar algún síntoma de hipoxemia, y en caso
de estar presente, se indica la administración de CH.
• Pérdidas de sangre > 20% e < 40% del volumen circulante
✓ Pacientes sanos, sin enfermedad crónica:
El grado de perdida es importante y va a ocasionar sintomatología del
tipo de taquicardia e hipotensión. Es aconsejable reponer el volumen
perdido mediante la administración de soluciones cristaloides o
coloides, así como monitorizar los signos vitales y el grado de oxige-
nación. Solo estaría indicada la administración de unidades CH si:
➢ No desaparece la taquicardia e hipotensión con las solucio-
nes cristaloides.
➢ La perdida de sangre > 1500 mL.
➢ El descenso de Hemoglobina > 5 g/dL.
➢ El descenso de Hematocrito > 15%.
✓ Pacientes con enfermedad coronaria, pulmonar o cerebro-vascular:
El grado de perdida es importante y va a ocasionar sintomatología del
tipo de taquicardia e hipotensión. Se debe iniciar la reposición del
volumen perdido con la administración de soluciones cristaloides y la
administración conjunta de unidades de CH si se presenta alguna de
las siguientes condiciones:
339
➢ Perdida de sangre > 1000 mL.
➢ TA sistólica < 100 mmHg.
➢ Pulsaciones por minuto > 100.
➢ Hemoglobina disminuida > 3 g/dL.
➢ Hematocrito disminuido > 10%.
• Pérdidas de sangre > 40% del volumen circulante
La repercusión sobre el organismo va a ser importante, independiente-
mente de los antecedentes personales y la patología asociada. Los sig-
nos más frecuentes son el sincope, taquicardia, hipotensión, taquipnea y
caida de la diuresis horaria.
Se debe proceder a la transfusión de CH, rápidamente a la velocidad de
infusión máxima de 10-15 mL/minuto, teniendo en cuenta que este
ritmo rápido de administración puede verse limitado por: complicacio-
nes hemodinámicas por sobrecarga circulatoria, hiperpotasemia e hipo-
termia; por lo que es conveniente monitorizar dichos parámetros.
La cantidad de CH a infundir, debe garantizarnos la correcta oxigena-
ción de los tejidos, procurando mantener cifras de hemoglobina > 9
g/dL, una vez se haya tratado correctamente la causa desencadenante del
cuadro hemorrágico agudo. Se deben de monitorizar la cifra de plaque-
tas y el estado de la coagulación, para valorar la administración tanto de
unidades de plaquetas, como de plasma fresco congelado.
340
➢ Disnea de reposo.
➢ Cefaleas y vértigos.
➢ Angor pectoris.
➢ Cambios electrocardiográficos sugerentes de isquemia mio-
cárdica.
➢ Perdida sanguínea por drenajes.
• Valores de Hemoglobina entre 7 y 10 g/dL.
Se deben transfundir unidades de CH tras cirugía cuando acontece
cualquiera de las siguientes situaciones:
➢ Enfermedad coronaria.
➢ Enfermedad pulmonar.
➢ Enfermedad cerebrovascular.
➢ Persistencia de hemorragia por drenajes.
• Valores de Hemoglobina > 10 g/dL
En estos casos no está indicada la administración de CH, salvo que la
situación clínica del paciente debido a su patología de base, requiera el
aporte de hematíes necesario para corregir una sintomatología evidente
y directamente relacionada con los valores de hemoglobina.
E. Dosis y administración
Deben administrarse a través de un equipo de infusión con filtro incorpo-
rado (entre 170-260 micras) que impida el paso de fibrina, proteínas coa-
341
guladas y posibles detritus celulares producidos durante su almacena-
miento.
El ritmo de administración debe ser inicialmente lento a 1 ml/Kg/hora (5-10
mL/minuto) durante los primeros 15 minutos, con el fin de supervisar la apa-
rición de cualquier reacción transfusional; pasados éstos, se puede incre-
mentar el ritmo de la misma, teniendo en cuenta que una unidad de CH debe
ser administrada en un plazo inferior a 4 horas.
342
Lesión pulmonar aguda Edema pulmonar mediado por la Desconocida
asociada a transfusión activación del complemento
Enfermedad del injerto Reacción inmunocompetente de Desconocida
contra el huésped los linfocitos del donante en el
receptor
Púrpura post- Anticuerpos desarrollados en el Desconocida
transfusión receptor frente a las plaquetas del
donante.
Sobrecarga circulatoria Aumento del volumen 1% de los pacientes
intravascular transfundidos. Más
frecuente en sujetos
con patología cardiaca.
Hipotermia, Pérdida, consumo o dilución de Relacionada con el
coagulopatía, los componentes sanguíneos volumen transfundido,
alteraciones del a partir de reemplazar
equilibrio ácido-base, >1.5 del volumen
hipocalcemia, sanguíneo.
alteraciones
electrolíticas y
toxicidad por citrato
asociada a transfusión
masiva
Sobrecarga férrica Transfusión crónica de CH (cada Variable, en relación
unidad contiene 200 mg de con el número de
hierro) unidades
transfundidas, por >20.
343
G. Utilización de unidades “O Rh negativo”
Con frecuencia, y ante situaciones de emergencia, se transfunden unida-
des de CH “O NEGATIVAS” a pacientes de distinto grupo y Rh, lo cual
hace disminuir la cantidad de unidades O NEGATIVAS que deben existir
en el almacén de los Bancos de Sangre. Las indicaciones para su utiliza-
ción las podemos resumir en:
• Indicaciones absolutas.
✓ Pacientes O Rh negativo con anti-D.
✓ Mujeres O Rh negativo en edad fértil.
✓ En Urgencias en mujeres pre-menopaúsicas con Grupo y Rh des-
conocido.
• Indicaciones recomendadas.
✓ Pacientes O Rh negativo que van a recibir transfusiones periódicas,
por presentar cuadros de hemoglobinopatías, mielodisplasias, o ane-
mia aplásica.
• Indicaciones aceptables.
✓ En situaciones de urgencia vital en pacientes cuyo grupo y Rh se
desconoce, hasta que sea determinado lo más pronto posible; por
lo que no se deben administrar más de 2 unidades, para continuar
con la administración posterior de unidades de su grupo y Rh.
✓ En niños menores de 1 año de edad si unidades específicas de su
grupo y Rh no están disponibles.
• Utilización de unidades O Rh POSITIVAS en pacientes O Rh NEGA-
TIVOS.
✓ Unidades O Rh POSITIVAS pueden utilizarse en situaciones urgen-
tes de administración masiva de sangre (más de 8 unidades) en
pacientes de grupo O y Rh Negativo, salvo en mujeres en edad ges-
tante y en varones en los que no se detecta un anti-D.
✓ Unidades O Rh POSITIVAS pueden utilizarse en pacientes de grupo
O y Rh negativo, cuando no hay disponibilidad de unidades O
NEGATIVAS, salvo en mujeres en edad gestante y en varones en los
que no se detecta un anti-D.
H. Alternativas terapeuticas
En la actualidad no se dispone de alternativas terapéuticas a la administra-
ción de CH, existen diversos suplentes sanguíneos en fases de desarrollo y/o
ensayos clínicos que se analizan en el capítulo 22.
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354
8. CRITERIOS TRANSFUSIONALES DE
LOS CONCENTRADOS DE PLAQUETAS
355
B. La transfusión de plaquetas
Las plaquetas son uno de los componentes celulares de la sangre que son
necesarios e imprescindibles para una correcta hemostasia. La transfusión
de concentrados de plaquetas se indica para la prevención y el tratamien-
to de fenómenos hemorrágicos en pacientes que presentan una tromboci-
topenia o defectos en la función plaquetaria. Su papel fundamental va a
depender de la causa subyacente que indica su administración, de tal
manera que se pueden transfundir una o dos veces para tratar una altera-
ción puntual, o bien administrarse de forma regular durante cierto perío-
do de tiempo, lo que origina en muchos casos un estado de “refractarie-
dad”, al desarrollar el paciente anticuerpos frente a antígenos plaquetarios
o frente a antígenos del sistema HLA.
Se estima que existe un riesgo de hemorragia grave y severa cuando la
cifra de plaquetas es inferior a 5.000 µL; entre 5.000-10.000 µL existe un
alto riesgo de hemorragia espontánea; y entre 10.000-50.000 µL existe un
riesgo aumentado de fenómenos hemorrágicos ante procedimientos inva-
sivos, proceso séptico con o sin fiebre y otras alteraciones concomitantes
de la hemostasia.
El uso principal en la actualidad de la transfusión de plaquetas lo consti-
tuye la prevención de hemorragias en pacientes con neoplasias hematoló-
gicas (en especial las leucemias), y en pacientes con diversas neoplasias
en tratamiento con quimioterapia, que puede provocar una fracaso medu-
lar. Los criterios en los que se debe basar la indicación de la transfusión
de plaquetas varían ampliamente, pero siempre deben ser sopesados cui-
dadosamente: la condición individual del paciente, la presencia de san-
grado activo o la tendencia hemorrágica y la cifra absoluta de plaquetas o
cualquier prueba de laboratorio que ponga de manifiesto una alteración en
su función.
La transfusión de concentrados de plaquetas debe monitorizarse para eva-
luar su efectividad, no sólo por los resultados clínicos obtenidos (cese del
fenómeno hemorrágico), sino también, determinando los recuentos pla-
quetarios tras su administración. Generalmente se determina la cifra de
plaquetas 1 hora después de finalizar su administración (en algunas insti-
tuciones lo realizan también a los 10 minutos), determinando así el deno-
minado Incremento del Recuento Corregido (IRC) en donde se tiene en
cuenta el número de plaquetas infundidas y el volumen circulante del
receptor. Se calcula de la siguiente manera:
356
IRC = (Número de plaquetas postransfusional – Número de plaquetas pre-
transfusional) × Superficie corporal (m2), todo ello dividido por el núme-
ro de plaquetas infundidas, expresado en múltiplos de 1011.
Un IRC superior a 5.000-75000 µL sugiere una respuesta adecuada a la trans-
fusión de plaquetas, en tanto que la obtención de dos IRC consecutivos con
dichos valores o inferiores, en ausencia de fiebre, infección o esplenomegalia,
es muy sugerente de refractariedad a la transfusión plaquetaria, generalmente
asociada con aloinmunización anti-HLA o frente a antígenos plaquetarios.
Otra forma de valorar el rendimiento transfusional de la administración de
unidades de plaquetas, consiste en determinar el denominado “porcentaje
de recuperación” (PR) que se calcula de la siguiente manera:
PR = Volemia (mL) × incremento observado de las plaquetas (µL) x 1000;
dividido por el número de plaquetas transfundidas × 0.62. El resultado
obtenido se multiplica por 100.
Un PR superior al 20-30% a la primera hora, y superior al 20% a las 20
horas, se considera adecuado.
Con relación a las recomendaciones sobre la transfusión de unidades de
plaquetas ABO y Rh compatibles, hay que tener en cuenta las siguientes:
• Los concentrados de plaquetas de donante de grupo idéntico ABO al
del paciente, son los componentes de elección y deben utilizarse
siempre que se encuentren disponibles.
• Las transfusiones de unidades de plaquetas ABO no idénticas, se han
asociado con incrementos menores (IRC más bajos), pero general-
mente no tiene importancia clínica en términos de eficacia hemostási-
ca. La transfusión de unidades de plaquetas ABO incompatibles es una
práctica aceptable cuando no se dispone de unidades compatibles.
• Los concentrados de plaquetas de grupo O se deben utilizar sola-
mente para pacientes de grupo A, B, o AB, si se ha comprobado que
contienen títulos bajos de aglutininas (anti-A y anti-B).
• La transfusión de concentrados de plaquetas ABO no idénticos, se
debe de considerar como una causa de refractariedad a la transfu-
sión, en ausencia de otros factores.
• Los concentrados de plaquetas Rh negativos (D negativos), se deben
administrar siempre que estén disponibles a pacientes Rh negativos,
particularmente a las mujeres no menopaúsicas o en edad fértil.
357
• Si se administran plaquetas RH positivas (D positivas) a mujeres Rh
negativas en edad fértil, se debe administrar una dosis de gamma-
globulina anti-D (250 UI), que debe ser suficiente para cubrir los
efectos de 5 transfusiones de concentrados de plaquetas durante un
período de seis semanas.
C. Indicaciones terapéuticas
Los criterios transfusionales de los CP y CPQA con fines terapéuticos
ANTE UN CUADRO HEMORRÁGICO secundario al déficit o altera-
ción funcional plaquetar son los siguientes:
• En todo paciente con MANIFESTACIONES HEMORRÁGICAS
IMPORTANTES en el que se considera que la trombocitopenia
es un factor desencadenante o que contribuye a la misma, cuan-
do la cifra de plaquetas es inferior a:
✓ 50.000 µL en el contexto de una hemorragia masiva y trans-
fusión masiva.
✓ 50.000 µL en el contexto de un cuadro de coagulación intra-
vascular diseminada.
✓ 50.000 µL en el contexto de una mielosupresión secundaria a
quimio-radioterapia o invasión tumoral.
✓ 100.000 µL en presencia de sangrado microvascular difuso.
• En todo paciente con MANIFESTACIONES HEMORRÁGICAS en
el que se considera que las alteraciones funcionales de las plaquetas
son un factor desencadenante o que contribuye a la misma, y que no
responden a tratamientos alternativos como Desmopresina, criopre-
cipitados, estrógenos y hemodiálisis.
D. Indicaciones profilácticas
Los criterios transfusionales de los CP y CPQA con fines profilácticos se
basan en las siguientes condiciones o situaciones clínicas:
• Fracaso medular para su fabricación por mielosupresión temporal
debido a quimio-radioterapia o invasión tumoral en pacientes con
recuentos de plaquetas inferiores a 10.000 µL, con o sin factores de
riesgo asociados (infección, fiebre, coagulopatía, y esplenomega-
lia); o con recuentos inferiores a 20.000 µL y presencia de alguno
358
de los mencionados factores de riesgo. En pacientes diagnosticados
de APLASIA MEDULAR o de SÍNDROME MIELODISPLASI-
CO, se aconseja no administrar concentrados de plaquetas profi-
lácticos a no ser que exista un sangrado menor o sintomático.
• En pacientes con recuentos plaquetares inferiores a 50.000 µL y
van a ser sometidos a cirugía general o procedimientos obstétri-
cos, ginecológicos y/o invasivos.
• En pacientes con recuentos plaquetares inferiores a 100.000 µL
y van a precisar neurocirugía (incluyendo la cirugía ocular) o
procedimientos invasivos neuroquirúrgicos.
• En pacientes con alteraciones funcionales plaquetarias y van a
ser sometidos a cirugía general o procedimientos invasivos, que
no responden a tratamientos alternativos como Desmopresina,
crioprecipitados, estrógenos y hemodiálisis.
E. Contraindicaciones
La transfusión de concentrados de plaquetas esta formalmente contraindi-
cada en las siguientes situaciones o condiciones médicas:
• En enfermedades en las que existe una destrucción inmune plaque-
tar como Púrpura trombocitopénica idiopática (PTI), Púrpura
trombopénica inducida por heparina, y por otros fármacos, salvo en
los casos que la hemorragia ponga en peligro la vida del paciente.
• Púrpura trombótica trombocitopénica (PTT), y Síndrome
Hemolítico urémico, salvo en los casos que la hemorragia ponga
en peligro la vida del paciente.
• Como tratamiento profiláctico en las situaciones de transfusión
masiva.
• Como tratamiento profiláctico en las intervenciones con deriva-
ción cardio-pulmonar.
• Alteración en la función extrínseca plaquetar en pacientes con
insuficiencia renal, enfermedad de von Willebrand, y estados de
hiperproteinemia.
• En general está contraindicada su administración con cifras de
plaquetas superiores a 100.000 µL, y en pacientes con pruebas de
funcionalismo plaquetario dentro de la normalidad.
359
F. Dosis y administración
La dosis usual para un adulto es de 4-10 unidades de CP, o una unidad de
CPQA. Esta variación en el número de unidades de CP, se observa según
los centros en donde se realiza la transfusión, de tal manera que en Europa
se utiliza un “pool” de 4-6 unidades, en tanto que en EE.UU., el “pool” es
de 6-10 unidades. En muchos centros se utilizan dosis de 1 unidad de CP
por cada 10 Kg de peso, o 1 unidad de CPQA.
Existen controversias entre la administración de dosis altas de concentra-
dos plaquetares que proporcionarían un incremento mayor y un intervalo
de tiempo de administración más prolongado, frente a la administración
de dosis más pequeñas y frecuentes que se mostrarían más eficaces en el
control de los fenómenos hemorrágicos. No existen estudios que demues-
tren la ventaja de un régimen de administración sobre el otro, y sólo estu-
dios futuros controlados pondrán de relevancia cual es más eficaz. No
obstante las dosis recomendadas vienen reflejadas en la tabla 8.1.
360
El ritmo de administración debe ser inicialmente lento a 2-3 mL/minuto
durante los primeros 15 minutos, con el fin de supervisar la aparición de
cualquier reacción transfusional, siendo muy frecuentes las reacciones
febriles; pasados éstos, se puede incrementar el ritmo de la misma e infun-
dirse rápidamente en un plazo de 30 minutos, y nunca en un plazo supe-
rior a las 4 horas.
361
• Reacciones alérgicas y anafilácticas.
Las reacciones del tipo urticarial, son bastante frecuentes debido
sobre todo al plasma, y se presentan alrededor de 1-2% de los
pacientes. Mucho más raras son las de tipo anafiláctico.
• Cuadros hipotensivos.
Las reacciones hipotensivas asociadas a la transfusión de plaquetas
comenzaron a describirse hace relativamente poco tiempo (1993); se
presentan con más frecuencia en pacientes que reciben la transfusión
con filtros leucoreductores aplicados a la unidad en el momento de
su infusión, y en pacientes que están tomando tratamiento con inhi-
bidores de la enzima de conversión de la angiotensina (IECA), lo que
sugiere que sea el resultado de la administración de bradiquinina que
se genera durante el proceso de filtración de la unidad.
• Refractariedad a la transfusión.
Podemos hablar de “refractariedad” a la transfusión de plaquetas
cuando por lo menos dos transfusiones de plaquetas ABO compati-
bles y con una dosis adecuada para el peso del paciente producen un
IRC bajo en ausencia de factores asociados como fiebre, infección e
hiperesplenismo. En estos casos hay que recurrir a la administración
de concentrados de plaquetas HLA-compatibles obtenidos mediante
aféresis de donantes seleccionados.
La mejor forma de prevenir la refractariedad es la utilización de pla-
quetas ABO y Rh compatibles, así como la administración de los
concentrados de plaquetas libres de leucocitos mediante leucoreduc-
ción previa, o con filtros en el momento de su administración.
H. Alternativas terapéuticas
En la actualidad se están desarrollando fármacos tanto estimulantes de la
trombopoyesis como substitutos de las plaquetas, que en un futuro próxi-
mo van a desempeñar un papel muy importante en el tratamiento del
paciente trombopénico (ver capítulos 22 y 23).
Entre los diversos productos disponibles en la actualidad para su empleo
destaca la La IL-11 recombinante humana (r-HuIL-11) denominada
Oprelvekin (NEUMEGA®, de momento no comercializada en España),
que es el primer factor de crecimiento aprobado por la FDA para el trata-
362
miento y profilaxis de la trombocitopenia, en pacientes que reciben qui-
mioterapia citotóxica para el tratamiento de neoplasias no mieloides.
I.1. Etiología
Entre las numerosas causas de refractariedad a la transfusión de plaque-
tas, podemos distinguir como relevantes, cuatro grandes grupos:
• Factores inmunológicos.
Guardan relación fundamental con los antígenos que expresan las
plaquetas, como antígenos de los sistemas ABO, Lewis, P e I; antí-
genos HLA de clase I; y antígenos específicos plaquetarios (sistema
HPA). Constituyen la causa principal de refractariedad, ya que pro-
vocan una destrucción de mecanismo inmune de las plaquetas trans-
fundidas, mediada por anticuerpos de tipo IgG o IgM, o por la for-
mación de inmunocomplejos. Entre las causas inmunes de refracta-
riedad destacan:
✓ Anticuerpos frente al sistema ABO.
Los antígenos del sistema ABO, forman parte intrínseca de la
membrana de las plaquetas, si bien con muy poca expresión. No
363
obstante algunas personas exhiben grandes cantidades de dichos
antígenos que son absorbidos desde el plasma, por lo que la trans-
fusión de concentrados de plaquetas que no son isogrupo, provo-
ca una reducción en la supervivencia de las mismas por destruc-
ción inmune de los complejos inmunitarios formados.
✓ Anticuerpos frente al sistema HLA Clase I.
La formación de anticuerpos de tipo IgG frente a antígenos del
sistema HLA Clase I, es la causa más frecuente de refractariedad
(si bien en la actualidad, su incidencia está disminuyendo de
forma considerable). Los anticuerpos HLA involucrados en la
refractariedad se dirigen frente a los antígenos de Clase I de los
locus A y B, que están expresados en las plaquetas, pero dado que
éstas carecen de antígenos de Clase II (indispensables para indu-
cir la respuesta inmune), es necesaria la intervención de las célu-
las nucleadas del donante (que sí expresan los antígenos HLA de
Clase II) para que se produzca la respuesta inmune y por tanto la
aloinmunización (de ahí la importancia de la leucoreducción para
prevenir la aloinmunización frente a antígenos HLA).
Estos anticuerpos frente al sistema HLA Clase I, suelen ser
poliespecíficos (a diferencia de los inducidos por embarazos), por
lo que resulta en ocasiones muy difícil encontrar donantes com-
patibles.
✓ Anticuerpos frente a antígenos plaquetarios (Sistema HPA).
Los antígenos específicos plaquetarios (Sistema HPA) están aso-
ciados a las glicoproteínas de la membrana plaquetar, y en la
actualidad se distinguen 6 sistemas plenamente caracterizados
(amén de otros antígenos), que son bialélicos (con un alelo de alta
frecuencia y otro de baja; ver tabla 17.2.). En la actualidad se esti-
ma que son responsables del 3-8% de los casos de refractariedad
a la transfusión de plaquetas. Los anticuerpos más frecuentemen-
te involucrados en estos casos de refractariedad, lo son frente a
los antígenos HPA-5b y HPA-1b.
✓ Inmunocomplejos circulantes.
La formación de complejos inmunes circulantes se produce en el
curso de diversas enfermedades de origen inmune e infeccioso;
dichos complejos, son capaces de unirse a los receptores FcγII de
364
las plaquetas, y ser con posterioridad destruidos en el sistema retí-
culo-endotelial.
• Factores no-inmunológicos.
En general los factores no-inmunes, son responsables de refractarie-
dad a la transfusión de plaquetas en mayor proporción que los inmu-
nes anteriormente mencionados. En ocasiones claramente uno de
ellos es el responsable, pero en otras situaciones se presentan simul-
táneamente y es difícil valorar cuál de ellos ejerce un factor prepon-
derante. Los más importantes son:
✓ Fiebre e infección.
La relación entre la presencia de un cuadro febril y/o infección con-
comitante con un consumo excesivo de plaquetas transfundidas ha
sido plenamente establecida, a pesar de que existan casos en los que
no se observe. En los cuadros infecciosos, se observa un aumento de
los niveles de IgG asociada a las plaquetas, lo que favorece su des-
trucción, disminuyendo su supervivencia. En los cuadros febriles de
origen no infeccioso, dicha relación no está claramente establecida.
✓ Esplenomegalia.
Debido a su papel de almacenamiento de las plaquetas produci-
das en condiciones normales por la médula ósea, así como de las
propias plaquetas administradas, el bazo puede albergar hasta un
tercio de las mismas; por lo que situaciones de esplenomegalia
y/o hiperesplenismo se asocian con un rendimiento más bajo en
el caso de transfusión plaquetaria.
✓ Hemorragia activa.
Se asocia más con la pérdida de las plaquetas administradas
secundarias a la propia hemorragia, que como un factor causante
de refractariedad en sí misma.
✓ Coagulación intravascular diseminada (CID).
La existencia de un cuadro de CID (provocado por cuadros infec-
ciosos, sépticos, o tumorales) provoca de per se un aumento del
consumo plaquetar, que se traduce en un estado de mala respues-
ta a la transfusión más que en una causa de refractariedad.
Eliminando el cuadro de CID y la causa subyacente, suele desa-
parecer la mala respuesta a la transfusión.
365
✓ Administración de fármacos.
Existen numerosos fármacos capaces de provocar cuadros de
trombopenia y aumentar un estado de refractariedad a la transfu-
sión de plaquetas, mediante diversos mecanismos (destrucción
plaquetar, toxicidad medular). En especial se trata de fármacos
que se utilizan de forma frecuente en pacientes con neoplasias
(penicilinas, vancomicina, anfotericina B); de todos ellos, la
administración de anfotericina B es el factor más frecuente en una
mala respuesta a la transfusión de plaquetas, contribuyendo a
incrementar el estado de refractariedad.
• Factores relacionados con el producto transfundido.
Sobre todo guardan relación con dos aspectos fundamentales: la
dosis administrada y el tiempo transcurrido desde su obtención hasta
su infusión, así como las posibles lesiones producidas en las mismas
durante su almacenamiento.
✓ Dosis de plaquetas infundidas.
El número de plaquetas transfundidas varía de forma sensible en
los diversos concentrados, así como varía en cada situación trans-
fusional en la que puede verse envuelto cada paciente. Se acon-
seja que cada “pool” de concentrado de plaquetas, o una unidad
de aféresis, contenga entre 3-6×1011 de las mismas, para obtener
una respuesta adecuada y satisfactoria (ver tabla 8.1.).
✓ Conservación y antigüedad.
El tiempo transcurrido desde su obtención, almacenamiento y
ulterior administración es un factor importante para alcanzar un
buen rendimiento transfusional. Hay que tener en cuenta la
lesión por conservación, que no es más que una alteración meta-
bólica y estructural de la plaqueta, que se traduce en una menor
resistencia y en un grado mayor de activación. Generalmente
estas alteraciones no tienen relevancia en muchos pacientes
(incluso al quinto día de su almacenamiento), pero en otros con
problemas clínicos añadidos como los mencionados en los facto-
res no inmunes, la administración de plaquetas almacenadas
durante días, se acompaña de un menor rendimiento y supervi-
vencia; cosa que no ocurre si se administran unidades “frescas”
de reciente extracción.
366
• Factores relacionados con el paciente y su enfermedad de base.
El fundamental es el estado inmunitario del receptor de las transfu-
siones de plaquetas; de tal modo que los pacientes inmunodeprimi-
dos y los sometidos a quimioterapia intensiva, tienen una incidencia
menor de aloinmunización que los pacientes con sistema inmune
indemne o padecen una anemia aplásica.
Los pacientes previamente aloinmunizados (por embarazos o trans-
fusiones previas), presentan una refractariedad mucho más precoz e
intensa que los no inmunizados.
I.2. Diagnóstico
El diagnóstico de un estado de refractariedad a la transfusión de plaque-
tas, debe establecerse cuando tras dos transfusiones de plaquetas ABO
compatibles de extracción reciente (menos de 48-72 horas) y con una
dosis adecuada para el peso del paciente, se produce un IRC bajo en
ausencia de factores asociados. Mucho más complejo y difícil es estable-
cer un diagnóstico de la causa del estado de refractariedad, para poder así
aplicar un tratamiento adecuado. Se debe de realizar:
• Confirmar la aloinmunización mediante estudios serológicos (linfo-
citotoxicidad, test de detección de anticuerpos anti-HLA, antipla-
quetares).
• En ausencia de anticuerpos: buscar otras causas de refractariedad no
inmunes presentes, existencia de autoanticuerpos plaquetarios, anti-
cuerpos anti-plaquetarios inducidos por fármacos, etc.
I.3. Tratamiento
En muchos casos es difícil precisar cual es el factor o factores que causan
la refractariedad plaquetaria, por lo que el tratamiento es complejo, y se
basa generalmente en una selección adecuada de los donantes, sobre todo
si se evidencia una aloinmunización.
• Administración de plaquetas HLA-Compatibles.
Si se descubren anticuerpos séricos anti-HLA inicialmente en los
pacientes que van a precisar soporte transfusional plaquetario,
deben usarse transfusiones de plaquetas HLA-compatibles (para
los HLA Clase I: A y B), con la gran dificultad que ello supone por
367
las combinaciones de los más de 70 caracteres conocidos de dichos
locus). El uso de transfusiones de plaquetas HLA-compatibles
también puede justificarse si no ha existido tiempo para llevar a
cabo los estudios serológicos que determinan anticuerpos anti-
HLA o si solo se ha incluido la lincocitotoxicidad, en particular
cuando la refractariedad plaquetaria se asocia con hemorragias. No
se indican transfusiones de plaquetas HLA-compatibles cuando los
estudios serológicos no han descubierto anticuerpos anti-HLA;
debe considerarse la presencia de factores clínicos no-inmunes, y si
ellos no están presentes, debe de realizarse un estudio de anticuer-
pos frente a antígenos del sistema HPA. Las transfusiones de pla-
quetas HLA-compatibles, deben administrarse siempre previamen-
te irradiadas, con el fin de evitar la enfermedad del injerto contra el
huésped.
Hay que supervisar la respuesta a las transfusiones de plaquetas
HLA-compatibles mediante la determinación del IRC o PR a la hora
y a las 20-24 horas post-transfusión; si se observan incrementos ade-
cuados, las transfusiones de plaquetas HLA-compatibles deben con-
tinuar siendo usadas para las transfusiones prolongadas o continuas.
Si hay respuestas pobres a las transfusiones de plaquetas HLA-com-
patibles, las causas deben ser investigadas incluso la incompatibili-
dad HLA que puede ocurrir en pacientes con tipos de HLA raros, con
consumo no-inmune, existencia de anticuerpos anti-HPA e incompa-
tibilidad ABO. En función de los resultados de estas investigaciones,
la selección apropiada de unidades podría ser el uso de unidades
ABO-idénticas o HPA-compatibles, si la especificidad de los anti-
cuerpos anti-HPA puede identificarse.
• Prueba cruzada de plaquetas compatibles.
El tratamiento de los pacientes con aloinmunización frente a HLA
y/o HPA sin donantes compatibles puede ser muy difícil. No existe
ninguna evidencia de que los pacientes aloinmunizados se beneficien
de transfusiones de plaquetas incompatibles, que no producen un
aumento en la cifra de plaquetas, por lo que el soporte de plaquetas
profiláctico debe interrumpirse. Si se presentan fenómenos hemorrá-
gicos, las transfusiones de plaquetas de donantes al azar o donadores
emparentados, a pesar de ser incompatibles, pueden reducir la seve-
ridad de la hemorragia aunque pueden requerirse dosis de plaquetas
más elevadas.
368
No obstante, puede realizarse una “prueba cruzada” de compatibili-
dad, en la que se identifican donantes que tienen plaquetas no reac-
tivas (carentes de antígeno) frente al suero del paciente refractario.
Esta “prueba cruzada” se realiza utilizando técnicas de adherencia en
medio sólido, enzimo-inmunoanálisis, inmuno-fluorescencia, que
son complejas; si bien, en la actualidad se dispone de kits comercia-
les que la realizan de una forma rápida y eficaz.
• Otras medidas.
Otras medidas adoptadas para tratar la refractariedad aloinmune
severa, han sido la administración de inmunoglobulinas a altas-dosis,
con el fin de bloquear el sistema retículo-endotelial o inmunoglobu-
lina anti-D, pero no se han mostrado eficaces, así como la esplenec-
tomía, y recambio plasmático.
La reducción de antígenos HLA de las plaquetas mediante trata-
miento ácido, conlleva una perdida sustancial asociada de plaquetas,
y no resulta eficaz en caso de anticuerpos plaquetarios específicos.
El tratamiento de los pacientes con un consumo elevado de plaque-
tas de origen no-inmune es igualmente problemático. La práctica
usual es continuar con transfusiones de plaquetas diarias, así como
soporte profiláctico, pero no esta claro si estas medidas son eficaces,
o si deben distanciarse las transfusiones o administrarlas a dosis más
elevadas.
369
✓ Administrar terapia hormonal en mujeres en edad de menstruación.
✓ Corregir posibles alteraciones de la coagulación.
✓ Administrar concentrados de hematíes para prevenir la anemia
severa.
✓ Evitar cuadros de insuficiencia renal.
✓ Reconocer y tratar aquellas situaciones asociadas con un alto ries-
go de hemorragia (hiperleucocitosis en leucemias agudas, leuce-
mia aguda promieolocítica, metástasis en sistema nervioso central
de melanoma) utilizando un umbral más alto para la transfusión
profiláctica.
✓ Utilizar agentes antifibrinolíticos en pacientes clínicamente
estables.
✓ Detección precoz de la aloinmunización, y utilización de donan-
tes histocompatibles.
• Medidas encaminadas a disminuir la aloinmunización:
✓ Disminución o reducción del número de donantes a los que un
paciente que precisa transfusiones de plaquetas va a estar expues-
to; ya que se ha observado que un aumento de la aloinmunización
guarda relación con el número de donantes distintos a los que se
expone al paciente.
✓ Utilización de concentrados de plaquetas desleucotizados. Tal
medida (adoptada de forma generalizada) consigue una reducción
importante de la aloinmunización, siempre y cuando la cifra total
de leucocitos administrados en cada unidad sea inferior a 1×106.
✓ Utilización de radiación ultravioleta B. Se ha observado que la
exposición de los concentrados de plaquetas a la radiación ultra-
violeta B, inhibe la capacidad de las células presentadoras de antí-
genos que juegan un papel importante en la aloinmunización.
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9. CRITERIOS TRANSFUSIONALES DE
LOS CONCENTRADOS DE GRANULOCITOS
B. La transfusión de granulocitos
La transfusión de granulocitos despertó en años pasados un gran entusiasmo
en el tratamiento de las infecciones severas en pacientes neutropénicos que no
377
respondían a la terapia antibiótica administrada. Con el paso del tiempo y los
avances en el diseño de nuevos y efectivos antibióticos, el desarrollo de nue-
vos protocolos de quimioterapia que reducen y minimizan la severidad de la
neutropenia, y la utilización de factores de crecimiento recombinantes (G-CSF,
factor estimulante del crecimiento de colonias granulocitarias), la transfusión
de granulocitos en pacientes adultos es excepcional, si bien puede jugar un
papel importante en pacientes seleccionados con neutropenia severa y cuadros
sépticos graves que no responden al tratamiento convencional antibiótico.
La neutropenia sigue siendo la complicación más grave del tratamiento qui-
mioterápico de distintas neoplasias, y una de las causas de mayor mortalidad
en los programas de transplante de médula ósea; ya que los neutrófilos ejer-
cen un papel fundamental en los mecanismos de defensa frente a la infección
de bacterias, hongos y parásitos. De hecho la transfusión de granulocitos fue
durante muchos años utilizada como tratamiento de los cuadros infecciosos
severos en pacientes neutrópenicos, si bien no resultó muy eficaz (probable-
mente por no utilizar las dosis adecuadas), y comenzó a desecharse, máxime
con la disponibilidad de nuevos antibióticos y de factores estimulantes del
crecimiento de las células hematopoyéticas.
Sin embrago, en los últimos años se ha despertado de nuevo el interés
sobre la utilidad de las trasnfusiones de granulocitos, sobre todo en base a
poder aumentar el número de granulocitos funcionantes obtenidos en los
procesos de aféresis, tras estimular a los donantes con G-CSF y/o esteroi-
des, y así suministrar a los pacientes la cantidad necesaria de granulocitos
que provoca una respuesta satisfactoria tanto clínica como analítica.
El objetivo de la transfusión de granulocitos debe estar definido antes de
iniciar su administración y como norma general, los pacientes deben reu-
nir los siguientes requisitos:
• Neutropenia severa (granulocitos <500 µL).
• Fiebre de más de 24-48 horas de evolución sin respuesta al trata-
miento antibiótico inicialmente administrado, o sepsis de origen bac-
teriano sin respuesta al tratamiento antibiótico u otros agentes.
• Hipoplasia mieloide.
• Posibilidad razonable de recuperación de la función medular.
• Los pacientes con enfermedades de la función de los neutrófilos
(enfermedad granulomatosa crónica), pueden desarrollar procesos
infecciosos severos y graves, que peden beneficiarse con la transfu-
sión de granulocitos.
378
C. Indicaciones terapéuticas
379
D. Contraindicaciones
La transfusión de concentrados de granulocitos está formalmente con-
traindicada en las siguientes circunstancias:
• Como profilaxis de procesos infecciosos en pacientes neutrópe-
nicos.
• En procesos infecciosos localizados.
• Cuadros infecciosos no bacterianos o fúngicos.
• En pacientes neutrópenicos en los que no se espere una recupe-
ración o regeneración medular.
E. Dosis y administración
La cantidad de granulocitos a administrar debe ser tan grande como sea
posible. Las recomendaciones son de administrar como mínimo 1×1010
granulocitos por unidad de concentrado (alrededor de 1×108/Kg). En neo-
natos es recomendable administrar 1×109/Kg y día en un volumen que no
debe ser superior a los 15 mL/Kg. Para aumentar el número de granuloci-
tos por unidad obtenida de aféresis, se puede estimular al donante median-
te la administración de corticoesteroides (60 mg. de prednisona o 8 mg. de
dexametasona) o de factores estimulantes de crecimiento granulocitario.
Deben administrarse a través de un equipo de infusión con filtro incorpo-
rado (entre 170-260 micras). No están indicados el uso de filtro de micro-
agregados y/o de leucocitos.
El ritmo de administración debe ser inicialmente lento a 2-3 mL/minuto
durante los primeros 15 minutos, con el fin de supervisar la aparición de
cualquier reacción transfusional, siendo muy frecuentes las reacciones
febriles; pasados éstos, se puede incrementar el ritmo de la misma e infun-
dirse rápidamente, nunca en un plazo superior a las 4 horas. En caso de
administrar Anfotericina B, esta se debe infundir cuatro horas antes o tras
el concentrado de granulocitos.
Dado que la gran mayoría de los pacientes susceptibles de recibir una
transfusión de CGA se encuentran en un estado de inmunodepresión, se
recomienda irradiar las unidades de CGA para prevenir la enfermedad
del injerto frente al huésped.
Hay que tener en cuenta que la unidad de CGA puede almacenarse duran-
te 24 horas a temperatura ambiente, pero la infusión debe realizarse lo más
380
pronto posible y es aconsejable realizarla dentro de las 6 horas siguientes
a su obtención.
Una vez instaurado el tratamiento con transfusiones de CGA, se debe
administrar una unidad diaria, como mínimo durante 4 días, tras los que
se analiza su eficacia, y debe de continuar hasta la resolución del proceso
infeccioso y/o hasta que el paciente remonte la cifra de neutrófilos y supe-
re los 1.000 µL durante tres días consecutivos.
G. Alternativas terapéuticas
La disponibilidad por parte de la industria farmacéutica de factores de
crecimiento hematopoyéticos, en especial del G-CSF (Factor estimulante
de colonias granulocitarias), y el desarrollo de nuevos antibióticos mucho
más eficaces y menos tóxicos, ha disminuido la utilización y las indica-
ciones de la transfusión del concentrado de granulocitos, sobre todo en
pacientes adultos. No obstante sigue siendo un terapia eficaz en determi-
nadas situaciones, y que en la actualidad tiene sus indicaciones concretas.
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384
10. CRITERIOS TRANSFUSIONALES DEL
PLASMA FRESCO CONGELADO
385
Tabla 10.2. Concentraciones mínimas hemostásicas de los factores de la
coagulación presentes en las unidades de plasma fresco congelado
CONCENTRACIÓN CONCENTRADO
FACTOR DE LA VIDA MEDIA
PLASMÁTICA ESPECÍFICO
COAGULACIÓN POSTRASNFUSIÓN
HEMOSTÁSICA DISPONIBLE
386
manera que su caducidad es de 12 meses siempre y cuando se man-
tenga a dicha temperatura.
• Plasma Fresco Inactivado:
Es el componente preparado, bien a partir de una unidad de sangre
total procedente de una donación estándar, o procedente de una
donación de aféresis; que ha sido sometido a un proceso de inactiva-
ción viral (en nuestro país, se emplea un tratamiento fotodinámico
con azul de metileno y exposición a luz ultravioleta) y posterior-
mente congelado. En general el proceso supone una pérdida de alre-
dedor del 25% del F. VIII presente en la unidad original. Su caduci-
dad y almacenamiento es igual al plasma fresco congelado.
• Plasma Fresco sobrenadante de crioprecipitado:
Es el componente preparado tras la eliminación del cripoprecipitado,
bien a partir de una unidad de sangre total procedente de una donación
estándar, o procedente de una donación de aféresis. Se caracteriza por
ser deficiente en F. VIII, F. vW, fibrinógeno y fibronectina, pero posee
las mismas concentraciones del resto de factores que el plasma original.
Puede ser almacenado entre 2-6º C durante 14 días, o bien durante 12
meses si es congelado y conservado a temperaturas inferiores a –30º C.
• Plasma cuarentenado:
Es el componente preparado, bien a partir de una unidad de sangre total
procedente de una donación estándar, o procedente de una donación de
aféresis, y que es congelado antes de transcurridas las 18 horas desde
su obtención. Pero se mantiene “en cuarentena” durante un período
mínimo de 180 días, tras el cual, se repiten las distintas serologías víri-
cas al donante, y en el caso de continuar siendo negativas, se distribu-
ye para su administración. Su caducidad y almacenamiento es igual al
plasma fresco congelado. Tiene la ventaja de no existir la perdida de
factores asociada al proceso de inactivación viral eliminando el posible
riesgo infeccioso del llamado “período ventana”. Su principal indica-
ción es el tratamiento de la púrpura trombótica trombocitopénica.
387
cación principal del PFC es la sustitución de un factor o factores de la
coagulación deficitarios, siempre y cuando se haya documentado
dicho déficit, y ante una situación hemorrágica o previamente a una
técnica invasiva. En la Tabla 10.2. vienen expresados las concentra-
ciones mínimas hemostásicas de los factores de la coagulación, así
como su vida media post-transfusión y su disponibilidad en concen-
trados específicos.
C. Indicaciones terapéuticas
La administración de PFC se considera que está indicada en las siguien-
tes condiciones o situaciones clínicas:
• Púrpura Trombótica Trombocitopénica.
• Síndrome Hemolítico Urémico.
• Púrpura fulminante del recién nacido, secundaria al déficit congéni-
to de Proteína C o Proteína S, siempre y cuando no se disponga de
concentrados específicos de las mencionadas proteínas.
• Exsanguinotransfusión en neonatos, para reconstituir el concentrado
de hematíes cuando no se dispone de sangre total.
• PRESENCIA DE HEMORRAGIA GRAVE y alteraciones en las
pruebas de coagulación (TP > en 1.5 veces al punto medio del rango
normal, TTPA > 1.5 veces al límite superior del rango normal, fibri-
nógeno <100 mg/dL, e INR >1.7 en pacientes anticoagulados) en:
✓ Pacientes que reciben una transfusión masiva.
✓ Transplante hepático.
✓ Reposición de factores de coagulación, cuando no se dispone o no
existen concentrados de dichos factores deficientes.
✓ Situaciones clínicas en las que existe un déficit de vitamina K, y
no se puede esperar (por la hemorragia) a la administración intra-
venosa de vitamina K, o bien hay respuesta a la administración de
la misma.
✓ Neutralización inmediata de efecto de los anticoagulantes orales,
reservando la administración de factores del complejo protrombí-
nico sólo estaría indicada en casos de hemorragia con riesgo vital
y cuando exista riesgo de sobrecarga circulatoria.
388
✓ Tras la administración de tratamientos trombolíticos, y persista la
hemorragia tras la suspensión de la perfusión del fármaco y tras
administrar un inhibidor específico de la fibrinolisis.
✓ Coagulación intravascular diseminada, una vez se ha instaurado
el tratamiento etiológico adecuado y específico.
✓ Cirugía cardiaca con circulación extracorpórea siempre y cuando
se hayan descartado otras etiologías de la hemorragia (insuficien-
te neutralización de heparina, trombocitopenia).
✓ Pacientes con insuficiencia hepatocelular grave, siempre que la
hemorragia sea microvascular y difusa, o bien suponga un riesgo
vital.
✓ Reposición de los factores de coagulación que han sido deplec-
cionados durante un proceso de recambio plasmático en el que se
ha utilizado como componente de recambio la albúmina.
• En el edema angioneurótico hereditario resultante del déficit congé-
nito del inhibidor de la C1 esterasa (proteína reguladora de la acti-
vación del complemento), cuando se produce un edema subglótico
grave.
• Pacientes con déficit congénito de proteína C o S, que se encuentran
bajo tratamiento con dicumarínicos orales y presentan cuadros de
necrosis cutánea y/o trombosis adicional, siempre y cuando no se
disponga de concentrados de Proteína C y/o S.
D. Indicaciones profilácticas
Entre las indicaciones profilácticas de la transfusión de PFC se encuen-
tran las siguientes condiciones o situaciones clínicas:
• Prevención de la hemorragia microvascular difusa en pacientes que
han recibido una transfusión masiva y presenten alteraciones signifi-
cativas en los estudios biológicos de la coagulación (TP > en 1.5
veces al punto medio del rango normal, TTPA > 1.5 veces al límite
superior del rango normal, fibrinógeno <100 mg/dL, e INR >1.7 en
pacientes anticoagulados), aunque no presenten manifestaciones
hemorrágicas.
• Prevención de manifestaciones hemorrágicas en pacientes con hepa-
topatías agudas o crónicas y transtornos importantes en las pruebas
389
de coagulación (TP > en 1.5 veces al punto medio del rango normal,
TTPA > 1.5 veces al límite superior del rango normal, fibrinógeno
<100 mg/dL, e INR >1.7 en pacientes anticoagulados), y que deban
ser tratados quirúrgicamente o sometidos a un procedimiento diag-
nóstico o terapéutico invasivo.
• En ausencia de manifestaciones hemorrágicas, pero con alteraciones
en los estudios de coagulación (TP > en 1.5 veces al punto medio del
rango normal, TTPA > 1.5 veces al límite superior del rango normal,
fibrinógeno <100 mg/dL, e INR >1.7 en pacientes anticoagulados)
en:
✓ Pacientes con déficit congénito de factores de la coagulación, en
los que no se disponga de concentrados de factores específicos,
ante la eventualidad de una actuación quirúrgica, extracción den-
tal, biopsia, y otros procedimientos invasivos y/o traumáticos.
✓ Pacientes en tratamiento con anticoagulantes orales que precisen
cirugía urgente y no puedan esperar el tiempo necesario para la
corrección del efecto anticoagulante por otros métodos.
• En pacientes quemados de más del 30-40% de la superficie corporal,
que tras instaurar el tratamiento convencional, presentan grandes
edemas en zonas quemadas y no quemadas, junto con edema alveo-
lar, y tras las 12 horas de evolución de las quemaduras.
390
✓ De Inmunoglobulinas.
✓ De factores del Complemento.
• Como parte integrante de esquemas de reposición predeterminados
(1 unidad de PFC por cada 3 unidades de CH).
• Prevención de la hemorragia intraventricular del recién nacido.
• Uso profiláctico en pacientes con hepatopatías crónicas y alteracio-
nes en las pruebas de coagulación, que van a ser sometidos a proce-
dimientos invasivos menores.
• En pacientes con hepatopatía crónica e insuficiencia hepato-celular
avanzada en fase terminal.
• Tratamiento de las diátesis hemorrágicas no documentadas.
• Como corrector del efecto anticoagulante de la heparina.
• Como reposición de volumen en las sangrías del recién nacido con
poliglobulia.
• Como ajuste del hematocrito de los CH que van a ser transfundidos
a los recién nacidos.
F. Dosis y administración
Se estima que 1 mL de PFC contiene 1 UI de factores de la coagulación,
por lo que la dosis inicial de administración de PFC es de 10-20 mL/Kg,
con lo que se espera un incremento de los niveles de los factores entre un
25-30%. La evaluación de los estudios de coagulación es esencial para
monitorizar la respuesta y efectividad de la transfusión inicial, y si hay
que continuar con transfusiones adicionales. Las unidades de PFC deben
ser ABO compatibles, recomendándose que además sean Rh compatibles
en niños y mujeres en edad fértil.
Una unidad de PFC se descongela en un baño de agua controlado a tem-
peratura constante de 37º C en un periodo de 30 minutos en el Banco de
Sangre, para ser transfundido inmediatamente, si bien puede almacenarse
a temperatura de 1-6º C en nevera termometrada del Banco de Sangre
durante 24 horas, pasadas las cuales no puede utilizarse como fuente de
factores de coagulación. Hay que tener en cuenta que una unidad estándar
de PFC además contiene: sodio 170 mmol/L, potasio 40 mmol/L, gluco-
sa 22 mmol/L, citrato 22 mmol/L, y lactato 30 mmol/L.
391
Deben administrarse a través de un equipo de infusión con filtro incorpo-
rado (entre 170-200 micras). No está indicado el uso de filtro de microa-
gregados.
El ritmo de administración debe ser inicialmente lento a 2-3 mL/minuto
durante los primeros 15 minutos, con el fin de supervisar la aparición de
cualquier reacción adversa transfusional, siendo frecuentes las reaccio-
nes alérgicas; pasados éstos, se puede incrementar el ritmo de la misma,
a 10 mL/minuto e infundirse rápidamente, nunca en un plazo superior a
las 4 horas.
392
• Toxicidad por citrato.
Cada unidad de PFC contiene aproximadamente 20 mmol/L de citra-
to, que puede provocar hipocalcemia en situaciones que se transfun-
de de forma rápida grandes cantidades de PFC.
• Transmisión de enfermedades infecciosas.
Es un riesgo presente debido sobre todo a los virus emergentes, si
bien ha sido sometido a inactivación viral. Al carecer de leucocitos,
el PFC no transmite las enfermedades infecciosas virales asociadas
a la infusión de leucocitos (CMV, Herpes virus, malaria).
H. Alternativas terapéuticas
Ante cualquier indicación para la administración de PFC, se debe de con-
siderar la posibilidad de utilizar productos alternativos que nos garanticen
los efectos terapéuticos que pretendemos alcanzar utilizando el PFC (ver
capítulo 22). Estas alternativas al tratamiento con PFC son fundamental-
mente:
• Soluciones coloides y cristaloides.
Estos productos elaborados por la industria farmacéutica, son los
productos de elección para la reposición inicial de la volemia. Como
se ha señalado con anterioridad, la administración sistemática y ruti-
naria de PFC por cada cierto número de unidades de CH infundidas,
además de constituir un uso inapropiado del PFC conlleva un incre-
mento de riesgos para el receptor.
• Otros componentes plasmáticos.
En muchas de las indicaciones del PFC, éste puede ser sustituido por
otros componentes plasmáticos, como el caso de los crioprecipitados
a la hora de reponer fibrinógeno.
• Concentrados de Factores de la coagulación.
Siempre que la indicación del empleo de PFC sea la sustitución o
reemplazo de un factor o factores de coagulación deficitarios, y se
disponga de concentrados del factor o factores implicados, es prefe-
rible su utilización como primera línea de tratamiento o profilaxis,
antes que la administración de PFC. En la actualidad, se dispone de
los siguientes concentrados de factores, elaborados por la industria
farmacéutica:
393
✓ Fibrinógeno ✓ Factor X
✓ Factor XIII ✓ Factor VII
✓ Antitrombina III ✓ Factor VIII
✓ Proteína C ✓ Factor IX
✓ Factor XI
• Productos Farmacéuticos.
El empleo de ciertos fármacos hace posible en muchas ocasiones,
disminuir, controlar o evitar los fenómenos hemorrágicos sin necesi-
dad de recurrir a los componentes plasmáticos. Entre los fármacos de
especial interés destacan:
✓ Aprotinina.
Se ha mostrado muy eficaz en la reducción del sangrado durante
y las tras la cirugía en pacientes a los que se somete a circulación
extracorpórea, transplante hepático o cardíaco, así como cirugía
ortopédica, obstétrica, ginecológica; así como en pacientes que
están bajo tratamiento con ácido acetil salicílico o presentan défi-
cit no severo de factores de la coagulación. Se cree que el meca-
nismo por el cual éste fármaco minimiza el sangrado es por su
acción sobre la función plaquetar y fibrinolisis.
✓ Desmopresina.
Está indicada en la profilaxis hemorrágicas en pacientes con
Hemofilia A moderada y en algunos de los tipos de la enfermedad
de von Willebrand, así como en ciertas situaciones en las que
existe una insuficiencia renal o hepática en pacientes que van a
ser sometidos a cirugía menor o procedimientos invasivos.
✓ Acido tranexámico y Acido epsilon aminocaproico.
Ambos principios activos han mostrado su eficacia en el trata-
miento de las manifestaciones hemorrágicas en las que existe una
activación de la fibrinolisis.
✓ Vitamina K.
Administrada por vía endovenosa, corrige en un plazo que oscila
entre las 6-8 horas, las deficiencias en los factores de la coagula-
ción vitamina K dependientes.
394
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11. CRITERIOS TRANSFUSIONALES DE
LOS CRIOPRECIPITADOS
399
B. Indicaciones terapéuticas
En el pasado el CRI fue considerado como el tratamiento de elección para
la terapia sustitutiva en la Hemofilia A y en la enfermedad de von
Willebrand y en los déficit adquiridos del Factor VIII. El desarrollo de los
concentrados de factores y su seguridad viral, han reemplazado el papel
del CRI como terapia de primera opción para tratar dichas enfermedades.
Adicionalmente la industria farmacéutica ha presentado la disponibilidad
de concentrados de fibrinógeno liofilizados (Haemocomplettan®,
Fiibrinogen Inmuno®, y Clottagen®, en determinados países), con lo que
las indicaciones del CRI como terapia de primera línea son cada vez más
reducidas.
Actualmente las indicaciones terapéuticas y los criterios para el uso de
CRI se dan en las siguientes situaciones.
B.1. Hipofibrinogenemia
La deficiencia congénita de fibrinógeno (afibrinogenemia) y el descenso
en los niveles de fibrinógeno que puede obedecer a: disminución en la sín-
tesis (enfermedades hepáticas), aumento del consumo (coagulación intra-
vascular diseminada, abruptio placentae, embolismo de líquido amnióti-
co, y otras complicaciones obstétricas), perdidas (hemorragia masiva), o a
una anomalía molecular del fibrinógeno que produce una alteración en la
formación del coágulo (Disfibrinogenemia), constituyen una indicación
terapéutica para transfundir CRI, siempre y cuando no se disponga de
concentrado de fibrinógeno.
Los criterios transfusionales de CRI en pacientes con hipo o disfi-
brinogenemia, y que presentan hemorragias activas e importantes
son:
• Cuadros hemorrágicos con niveles de fibrinógeno < 100 mg/dL.
• Cuadros hemorrágicos en pacientes con disfibrinogenemia.
La dosis a administrar es generalmente de 1 unidad de CRI por cada
10 Kg de peso del paciente en los casos de disminución de la síntesis,
en los casos de hemorragia masiva, y en los pacientes con
Disfibrinogenemia. El tratamiento debe ir encaminado a mantener una
concentración mínima de fibrinógeno entre 80-100 mg/dL y al cese del
fenómeno hemorrágico.
400
La dosis a administrar en los casos de hiperconsumo y perdida de fibri-
nógeno es generalmente de 1.5-2 unidades de CRI por cada 10 Kg de peso
del paciente, dosis que pueden repetir en caso necesario, por lo se deben
monitorizar los niveles de fibrinógeno hasta el cese del fenómeno hemo-
rrágico.
Un modo e calcular la dosis de CRI necesaria para elevar los niveles de
fibrinógeno deseado se puede establecer mediante las siguientes fórmulas:
Volemia = Peso (Kg) × 70 mL.
Volumen plasmático = Volemia × (1 – Hematocrito).
Miligramos de Fibrinógeno requeridos = Nivel de fibrinógeno deseado en
mg/dL × Volumen plasmático en dL, dividido por 100.
Bolsas de CRI a administrar = mg de fibrinógeno requeridos dividido por
250 (ya que cada Bolsa contiene de forma aproximada dicha cantidad).
401
B.3. Hemofilia A
La Hemofilia A es una deficiencia de la actividad procoagulante del Factor
VIII. La primera opción de tratamiento para hemofílicos con niveles de
Factor >5%, es la desmopresina; en tanto que para hemofílicos que pre-
sentan niveles de factor <5%, el tratamiento de primera elección son los
concentrados de Factor VIII, ya que se consideran más seguros y se cono-
ce la cantidad exacta de UI de Factor VIII que estamos administrando.
Los criterios transfusionales de CRI en pacientes diagnosticados de
Hemofilia A, o con déficit adquirido de Factor VIII, y que presentan
hemorragias activas e importantes son:
• No disponibilidad de concentrados de Factor VIII.
• Contraindicación del tratamiento con desmopresina y/o concentra-
dos de F. VIII.
La dosis a administrar va a depender del nivel de Factor VIII que pre-
senta el paciente y el incremento que deseamos obtener, teniendo en cuen-
ta que cada unidad de CRI contiene como media de unas 80 UI de Factor
VIII, hay que calcular el número de unidades de CRI a administrar, apli-
cando las siguientes fórmulas:
UI F. VIII a administrar = Volumen plasmático × (%F. VIII deseado -
%F. VIII presente) dividido por 100.
Unidades de CRI a administrar = UI Factor VIII a administrar dividido
por 80.
Puede ser necesario repetir las dosis administradas a las 12 horas si los
fenómenos hemorrágicos no han cesado, o no se han alcanzado los nive-
les esperados de F. VIII.
402
liales y macrófagos. En los casos severos de la enfermedad, el tratamien-
to de elección son concentrados de Factor VIII que además poseen Factor
von Willebrand (Haemate-P®).
Los criterios transfusionales de CRI en pacientes diagnosticados de
enfermedad de von Willebrand, y que presentan hemorragias activas
e importantes son:
• No disponibilidad de desmopresina para tratar los tipos I y IIa.
• No disponibilidad de concentrados de Factor von Willebrand.
• Contraindicación del tratamiento con desmopresina (tipo IIb), o
falta de respuesta a la misma en los otros tipos (I, IIa y III) y/o a los
concentrados que poseen F. von Willebrand.
La dosis a administrar va a depender del nivel del Factor von Willebrand
que presenta el paciente y el incremento que deseamos obtener, teniendo
en cuenta que cada unidad de CRI contiene como media de unas 80 UI de
Factor VIII, se asume que posee las mismas unidades de Factor von
Willebrand, hay que calcular el número de unidades de CRI a administrar,
aplicando la siguientes fórmulas:
UI F. vW a administrar = Volumen plasmático × (%F. vW deseado - %F.
vW presente) dividido por 100.
Unidades de CRI a administrar = UI Factor vW a administrar dividido
por 80.
Generalmente la dosis estándar es de 1-2 unidades por cada 10 Kg de peso
del paciente.
Puede ser necesario repetir las dosis administradas a las 12 horas si los
fenómenos hemorrágicos no han cesado, o no se han alcanzado los nive-
les esperados de F. vW.
B.5. Uremia
La hemorragia en los pacientes urémicos es una complicación importante
que se presenta con relativa frecuencia, diversa intensidad y gravedad,
como consecuencia de diversos factores tales como:
Factores relacionados con la pared vascular: disminución de la fun-
ción de Factor von Willebrand, producción de óxido nítrico aumen-
tada y aumento de prostaciclinas.
403
Factores relacionados con el funcionamiento plaquetar: moviliza-
ción anormal del ión calcio plaquetar, activación defectuosa de los
receptores de la glicoproteínas IIb-IIIa, inhibición de la función pla-
quetaria por toxinas urémicas.
Factores relacionados con la sangre y plasma: anemia, la alteración
de intercambio eritrocitario del difosfato de adenosina, y las tóxinas
urémicas.
Los criterios transfusionales de CRI en pacientes urémicos con
hemorragias activas e importantes son:
• Pacientes urémicos en los que han fracasado las medidas terapéuti-
cas de elección ante un cuadro hemorrágico, como son:
Hemodiálisis.
Tratamiento con desmopresina.
Tratamiento con estrógenos.
• Pacientes urémicos en los que las medidas terapéuticas con des-
mopresina están contraindicadas, o bien no responden a las mis-
mas.
La dosis a administrar es generalmente de 1.5-2 unidades de CRI por
cada 10 Kg de peso del paciente (10-12 unidades), dosis que puede repe-
tirse a las 12 horas si no han cesado los fenómenos hemorrágicos.
404
C. Indicaciones profilácticas
C.1. Hipofibrinogenemia
En pacientes con hipofibrinogenemia por déficit congénito o adquirido
(enfermedades hepáticas) y con disfibrinogenemia, esta indicada la pro-
filaxis de los fenómenos hemorrágicos en las dos siguientes circuns-
tancias concurrentes ante la no disponibilidad de concentrado de fibri-
nógeno:
• Cirugía o procedimientos invasivos potencial sangrantes.
• Niveles de fibrinógeno inferiores a 115 mg/dL.
La dosis a administrar es generalmente de 1 unidad de CRI por cada
10 Kg de peso del paciente. El tratamiento debe ir encaminado a mante-
ner una concentración mínima de fibrinógeno entre 80-100 mg/dL y evi-
tar fenómenos hemorrágicos.
C.3. Hemofilia A
La Hemofilia A es una deficiencia de la actividad procoagulante del Factor
VIII. La primera opción de tratamiento para hemofílicos con niveles de
Factor >5%, es la desmopresina; en tanto que para hemofílicos que pre-
sentan niveles de factor <5%, el tratamiento de primera elección son los
405
concentrados de Factor VIII, ya que se consideran más seguros y se cono-
ce la cantidad exacta de UI de Factor VIII que estamos administrando.
Los criterios transfusionales de CRI en pacientes diagnosticados de
Hemofilia A, o con déficit adquirido de Factor VIII, y que precisan
una extracción dental o van a ser sometidos a procedimientos quirúr-
gicos son:
• No disponibilidad de concentrados de Factor VIII.
• Contraindicación del tratamiento con desmopresina y/o concentra-
dos de F. VIII.
La dosis a administrar va a depender del nivel de Factor VIII que pre-
senta el paciente y el incremento que deseamos obtener, teniendo en cuen-
ta que cada unidad de CRI contiene como media de unas 80 UI de Factor
VIII, hay que calcular el número de unidades de CRI a administrar, apli-
cando las siguientes fórmulas:
UI F. VIII a administrar = Volumen plasmático × (%F. VIII deseado - %F.
VIII presente) dividido por 100.
Unidades de CRI a administrar = UI Factor VIII a administrar dividido
por 80.
406
• No disponibilidad de concentrados de Factor von Willebrand.
• Contraindicación del tratamiento con desmopresina (tipo IIb), o
falta de respuesta a la misma en los otros tipos (I, IIa y III) y/o a los
concentrados que poseen F. von Willebrand.
La dosis a administrar va a depender del nivel del Factor von Willebrand
que presenta el paciente y el incremento que deseamos obtener, teniendo
en cuenta que cada unidad de CRI contiene como media de unas 80 UI de
Factor VIII, se asume que posee las mismas unidades de Factor von
Willebrand, hay que calcular el número de unidades de CRI a administrar,
aplicando la siguientes fórmulas:
UI F. vW a administrar = Volumen plasmático × (%F. vW deseado - %F.
vW presente) dividido por 100.
Unidades de CRI a administrar = UI Factor vW a administrar dividido
por 80.
Generalmente la dosis estándar es de 1-2 unidades por cada 10 Kg de peso
del paciente.
D. Contraindicaciones
En el tratamiento y profilaxis de muchas enfermedades, el uso de CRI ha
sido reemplazado por los concentrados de factores disponibles. De tal
manera se considera que uso esta contraindicado en:
Déficit de Factor VIII.
Si existe disponibilidad de concentrados de Factor VIII de origen
humano o recombinante, éstos deben ser el tratamiento de primera
elección ante fenómenos hemorrágicos y en profilaxis ante inter-
venciones quirúrgicas. El CRI sólo debe ser utilizado como terapia
de segunda línea, ante situaciones urgentes y carencia de dichos
concentrados.
Enfermedad de von Willebrand.
El tratamiento de elección y de primera línea en los pacientes con
enfermedad de von Willebrand, lo constituye la Desmopresina y los
concentrados de Factor VIII con Factor von Willebrand (Haemate-
P®). En los casos de no disponibilidad de dichos factores, así como
en aquellos pacientes que no responden a los mismos, el CRI sigue
siendo la terapia de segunda línea de elección.
407
Déficit de Factor XIII.
Si existe disponibilidad de concentrado de Factor XIII pasteurizado
de origen humano, éste debe ser el tratamiento de primera elección
ante fenómenos hemorrágicos y en profilaxis ante intervenciones
quirúrgicas. El CRI sólo debe ser utilizado como terapia de segun-
da línea, ante situaciones urgentes y carencia de dichos concentrado.
Déficit de Fibronectina.
No existe ningún estudio que demuestre la utilidad del empleo de
CRI como aporte de fibronectina en pacientes con déficit de la
misma y con traumatismos importantes y/o estados de shock.
Déficit de Fibrinógeno.
Si existe disponibilidad de concentrado de Fibrinógeno pasteurizado
de origen humano, éste debe ser el tratamiento de primera elección
ante fenómenos hemorrágicos y en profilaxis ante intervenciones
quirúrgicas. El CRI sólo debe ser utilizado como terapia de segun-
da línea, ante situaciones urgentes y carencia de dichos concentrado.
E. Alternativas terapéuticas
En la actualidad se dispone de diversas alternativas a la administración de
CRI, siempre y cuando se encuentren disponibles. Entre las mismas destacan:
Concentrados de fibrinógeno.
Se dispone de los siguientes preparados comerciales: Haemocom-
plettan P®, Fibrinogen Immuno®, Clottagen®, que se presentan en
viales que contienen 1 gr. y 1.5 gr.
Concentrados de Factor XIII.
Se dispone del siguiente preparado comercial: Fibrogammin® P,
que se presentan en viales con 250 UI o 1.250 UI.
Concentrados de Factor VIII.
Se dispone de los siguientes preparados comercialesde Factor VIII
purificados: Fandhi®, Haemate-P®, Beriate-P®, Hemofil-M®,
Monoclate-P®, en presentaciones de 250 UI, 500 UI y 1.000 UI. De
Factor VIII recombinante se dispone de: Kogenate®, Helixate®,
Recombinante®, ReFacto®, en presentaciones de 250 UI, 500 UI y
1.000 UI.
408
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411
12. CRITERIOS TRANSFUSIONALES DE LA
ALBÚMINA HUMANA
413
A. Indicaciones terapéuticas y profilácticas
El uso clínico de las soluciones de albúmina humana, despertó gran entu-
siasmo en la comunidad médica, con la esperanza de que los receptores de
su administración se beneficiaran de los múltiples papeles fisiológicos
que realiza la misma en el organismo, con un nivel de seguridad vírica
bueno proporcionado por la pasteurización, y al tratarse de una proteína
humana, no provocaría las reacciones alérgicas causadas por los coloides.
Con el paso del tiempo, el abuso de su utilización, su empleo en situacio-
nes en las que no estaba indicada su administración, y su coste elevado,
ha llevado a un planteamiento más eficaz de sus indicaciones y criterios
de administración.
414
✓ Los pacientes que experimentan síntomas del shock mientras se
realiza una hemodiálisis pueden ser incluidos en esta pauta.
• Shock no hemorrágico (Maldistribución).
✓ Los cristaloides deben ser considerados como terapia de primera-
línea para el shock no hemorrágico. Los ensayos clínicos no han
mostrado que las soluciones coloides sean más eficaces para el tra-
tamiento del shock que acompaña a la sepsis.
✓ En presencia de permeabilidad capilar con edema periférico y/o
pulmonar severo, la administración de hasta 4 litros de cristaloides
en adultos antes de usar coloides, se considera apropiada.
✓ Si se contraindican los coloides no proteicos, la albúmina humana
puede ser utilizada a concentraciones del 5%.
✓ La administración de coloides no proteicos y de albúmina, debe
realizarse con cautela en pacientes con cuadros de shock séptico.
• Resección Hepática.
✓ Los cristaloides deben ser considerados como terapia de primera
línea.
✓ Si los cristaloides no tienen efecto, y están presentes cuadros de
anemia o coagulopatía, o ambos, la administración de concentra-
dos de hematíes y unidades de plasma fresco congelado, deben de
ser considerados antes que la infusión de albúmina.
✓ Administrar albúmina para mantener un volumen circulante efi-
caz durante la resección hepática mayor (> 40%) es apropiado.
✓ La Albúmina se indica cuando clínicamente se desarrolla un
edema importante secundario a la administración de cristaloides.
• Traumatismo térmico.
✓ Los cristaloides deben ser considerados como terapia de primera
línea.
✓ Si la administración de cristaloides excede de 4 litros en adultos,
en las 18 a 26 horas post-quemadura, y las quemaduras afectan a
más del 30% de la superficie corporal del paciente, los coloides no
proteicos pueden ser administrados.
✓ Si se contraindican los coloides no proteicos, la albúmina puede
administrarse.
415
• Mantenimiento de la presión de perfusion cerebral (PPC).
✓ Los cristaloides deben ser considerados como terapia de primera
línea, para mantener una adecuada PPC, en el tratamiento del
vasoespasmo asociado con hemorragia subaracnoidea, isquemia
cerebral, o traumamisto craneo-encefálico. Los pacientes con
hematocrito elevado deben recibir cristaloides primero para exten-
der volumen del intravascular. El manitol debe ser utilizado para
reducir la hipertensión intracraneal.
✓ Si el edema cerebral es una preocupación, la albúmina debe usar-
se en forma concentrada (20%) como coloide para mantener una
adecuada PPC.
✓ Si el hematocrito es inferior al 30%, se recomienda el uso de con-
centrados de hematíes para aumentar el volumen intravascular y
mantener PPC. Si la terapia sólo de volumen es ineficaz, pueden
necesitarse fármacos vasopresores.
• Administración nutricional.
✓ La Albúmina de no debe usarse como una fuente suplementaria de
calorías proteicas en pacientes que requieran un aporte nutricional.
✓ Pacientes de que no pueden tolerar una alimentación enteral pue-
den beneficiarse de la administración de coloides no proteicos si
reúnen todas las siguientes condiciones: Albúmina sérica inferior
a 2 gr/dL, tracto gastrointestinal funcionante, y fracaso de la admi-
nistración de fórmulas con péptidos de cadena corta.
• Cirugía Cardiaca.
✓ Los cristaloides deben ser considerados como el fluido de primera
opción para purgar las bombas de circulación extra-corpórea.
✓ El uso de coloides no proteicos además de los cristaloides puede
ser preferible en casos en los que es sumamente importante evitar
un shunt pulmonar.
✓ Para la expansión de volumen postoperatorio, los cristaloides
deben ser considerados como terapia de primera línea, seguida por
los coloides no proteicos, y finalmente por la albúmina.
• Hiperbilirrubinemia del recién nacido.
✓ La Albúmina no debe administrarse junto con fototerapia.
416
✓ La Albúmina puede ser una terapia adyuvante útil para la exsan-
guino-transfusión cuando se administra concurrentemente con la
transfusión de sangre, pero no debe usarse antes de la transfusión
de componentes eritrocitarios.
✓ Cristaloides y coloides no proteicos no contienen bilirrubina, por
lo que no deben ser considerados como alternativas a la albúmina.
• Cirrosis y Paracentesis.
✓ La administración de una dieta modificada (2 gr de restri-
cción/día de sodio) junto con terapia diurética, debe de ser el tra-
tamiento de primera línea, en pacientes adultos que tienen cirro-
sis con ascitis.
✓ Cuando éstos fracasan o no se toleran y se precisan paracentesis de
gran volumen (superior a 5 L), la albúmina (20% por: 6 a 8 gr por
litro extraído) o los coloides no proteicos deben ser considerados
la solución de elección.
✓ Las soluciones cristaloides deben ser consideradas como una tera-
pia adyuvante en pacientes con cirrosis cuando se extraen menos
de 3 L y la repleción de volumen intravascular es importante.
✓ Utilizar la albúmina solo para tratar la ascitis, sin realizar paracen-
tesis de gran volumen o tratar a los pacientes con hipertensión por-
tal de origen no cirrótico debe evitarse.
• Síndrome Nefrótico.
✓ El tratamiento diurético es la terapia de elección.
✓ Si la terapia diurética fracasa, el uso a corto plazo de albúmina al
20% junto con tratamiento diurético, es apropiado para los pacien-
tes con edema periférico severo o pulmonar agudo.
• Transplante de Hígado o Riñón.
✓ La efectividad de la albúmina y de los coloides no proteicos duran-
te y tras la cirugía del transplante renal no ha sido demostrada de
forma concluyente.
✓ Debido a la pérdida de sangre excesiva, expansores de volumen
como los cristaloides pueden ser necesarios junto con hemoderi-
vados eritrocitarios, coloides no proteicos, y albúmina intra-opera-
toriamente.
417
✓ La Albúmina y los coloides no proteicos pueden ser útiles para
controlar los episodios de ascitis, edema pulmonar o periférico
severo, en el post-operatorio de los receptores de trasplante hepá-
tico.
✓ La Albúmina puede usarse si se reúnen las condiciones siguientes:
albúmina sérica inferior a 2.5 g/dL, presión capilar pulmonar infe-
rior a 12 mm Hg, y hematocrito superior al 30%.
• Plasmaferesis.
✓ El uso de albúmina en el intercambio plasmático de volúmenes
grandes (mayor que 20 mL/kg en una sesión, o mayor que 20
mL/kg/semana en sesiones repetidas) es adecuado.
✓ Pueden sustituirse los coloides no proteicos y los cristaloides por
la albúmina en procedimientos del plasmaféresis terapéuticas y
deben ser considerados como soluciones de intercambio renta-
bles.
• Otros Usos considerados apropiados en base a la literatura
médica.
✓ Agente de sedimentación en Granulocitaféresis (coloides no pro-
teicos): como la solución para la colección y suspensión de granu-
locitos y para la citoreducción aguda en leucemias con hiperleu-
cocitosis sintomática.
✓ Agente de sedimentación en la obtención y separación de células
madre (coloides no proteicos) para transplantes de médula ósea
ABO-incompatible.
✓ Como solución criopreservante para el trasplante órganos sólidos
(albúmina o coloides no proteicos).
✓ Como solución criopreservante de células madre (coloides no pro-
teicos): Como parte de las soluciones preservantes para el almace-
namiento congelado de células madre hematopoyéticas.
✓ Pre-tratamiento de injertos de Dacron antes de la cirugía, con el fin
de disminuir la adhesión bacteriana.
✓ Hemodilución normovolémica aguda en cirugía (sólo se conside-
ra apropiados los coloides no proteicos).
418
• Otros usos considerados inapropiados en base a las conferencias
de consenso sobre su utilización.
✓ Hipoalbuminemia.
✓ Síndrome hepato-renal inminente.
✓ Aumentar la eficacia de ciertos fármacos.
✓ Pancreatitis aguda.
✓ Pancreatitis crónica.
✓ Expansión de volumen en neonatos, a menos que la expansión con
10 mL/kg de cristaloides sea infructuosa.
✓ Hemodilución normovolémica aguda en cirugía.
✓ Tratamiento de soporte para aumentar la tensión arterial intra-diá-
lisis.
✓ Síndrome del hiperestimulación ovárica.
419
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421
13. CRITERIOS TRANSFUSIONALES DE
LAS INMUNOGLOBULINAS INTRAVENOSAS
Y ANTI-Rh
423
las e interactúan con la IgG polimérica o los complejos inmunes. Si la
molécula de anticuerpo está unida al antígeno, se generan cambios de con-
figuración en la fracción Fc (Fracción constante), que facilitan la unión al
receptor de Fc.
Las preparaciones concentradas de IVIG, contienen gran cantidad de anti-
cuerpos capaces de reaccionar con miles de determinantes antigénicos y sus
idiotipos, debido a la experiencia inmunológica adquirida por los aproxi-
madamente 10.000 donantes, de los que se fabrican los productos de IVIG.
Además de la IgG, las preparaciones de IVIG contienen otros “factores
contaminantes”: moléculas de membrana y receptores solubilizados
(CD4, CD5, receptor del complemento CR1), antígenos de histocompati-
bilidad: HLA clase I y II; anticuerpos específicos contra determinantes del
HLA y otras moléculas de superficie de los linfocitos (anti CD4, CD8),
anticuerpos contra citoquinas y sus receptores, anticuerpos contra super-
antígenos. Estas moléculas son importantes en la regulación de las res-
puestas inmunes inflamatorias y en las enfermedades autoinmunes.
Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los siguientes pre-
parados comerciales: Flebogama®, Gammagard®, Endobulin®. Las for-
mas de presentación son soluciones al 5% y al 10% de IVIG que contie-
nen 500, 2.500, 5.000 y 10.000 mgr.
Los concentrados de IVIG deben administrarse por vía endovenosa a una
velocidad de infusión de 0.01-0.02 mL/Kg/minuto durante los primeros
treinta minutos; si el paciente no experimenta ningún efecto secundario o
sensación de malestar, puede aumentarse el ritmo de infusión a 0.04
mL/Kg/minuto; en caso de que aparezca sintomatología adversa, deberá
reducirse el ritmo de infusión a niveles tolerables por el paciente.
Una vez administrada, las IVIG están completamente biodisponibles en la
circulación del paciente, se distribuyen con relativa rapidez entre el plas-
ma y el líquido extravascular, alcanzándose a los 3-5 días un equilibrio
entre los espacios intra y extravascular. La vida media se sitúa entre 35-
65 días, pudiendo variar en cada paciente, en especial en los que presen-
tan inmunodeficiencias primarias.
Las dosis a administrar, van a depender en función de realizar un trata-
miento sustitutivo o un tratamiento inmunomodulador. En el primer caso
se debe monitorizar el nivel sérico de la IgG pre y post tratamiento. Si se
realiza un tratamiento inmunomodulador se deben evaluar los niveles de
respuesta en la enfermedad de base sobre la que se realiza el tratamiento.
424
A.1. Mecanismos de acción de las IVIG
En la actualidad se conoce el efecto beneficioso de la administración de
IVIG en diversas enfermedades y situaciones clínicas, pero existen con-
troversias entre los distintos mecanismos de acción de las mismas, de tal
manera que se han postulado como posibles los siguientes:
Inactivación de complemento.
Se ha demostrado tanto in vitro como en seres humanos que la IVIG se une
a compuestos del complemento (C3b) inactivando su cascada, así como favo-
rece la solubilización de los complejos inmunes circulantes y depositados en
los tejidos. Lo anterior tendría una especial importancia en miopatías infla-
matorias (dermatomiositis) y en neuropatías desmielinizantes como el SGB.
Acción sobre linfocitos T.
Se han demostrado cambios in vitro tanto en linfocitos CD4 como CD8,
con posible competencia en el reconocimiento de antígenos. Las IVIG
disminuyen la respuesta proliferativa de los linfocitos T (frente a estímu-
los con mitógenos y antígenos), e inhiben la activación de los mismos
mediada por superantígenos.
Acción sobre linfocitos B.
El exceso de Ig circulante provoca un bloqueo tanto anti-idiotipo como por
unión al receptor CD5 en la superficie de los linfocitos B, provocando una
regulación débil en la producción de Ig. Las IVIG inhiben la activación de
los linfocitos B, así como provocan un incremento de la apoptosis.
Bloqueo del receptor Fc e interferencia con la fagocitosis mediada por
receptor.
La porción Fc de las IVIG se une competitivamente a los receptores Fc
presentes en la superficie celular de las células fagocíticas, impidiendo la
acción de los autoanticuerpos. Además provoca una regulación débil e
inactivación de los receptores Fc que median la fagocitosis de las inmu-
noglobulinas, con lo cual al cortar su recirculación citoplasmática aumen-
ta globalmente su catabolismo. Además provocan un aumento en los nive-
les de CD16 soluble.
Bloqueo anti-idiotipo de autoanticuerpos.
La IVIG reconoce y se une a la fracción Fab de la inmunoglobulina que
actúa como autoanticuerpo, inactivándola.
425
Acción sobre citoquinas.
La IVIG contiene anticuerpos de alta afinidad contra interleukina 1a,
interleukina 6 y contra el factor de necrosis tumoral, provocando su inac-
tivación y una disminución en su producción. Además inhibe la produc-
ción y secreción por parte de los macrófagos y los linfocitos T, de sustan-
cias tales como: IL-1, IL-2, IL-3, IL-4, IL-5, IL-6, IL-10, factor estimu-
lante de colonias granulocito-macrofágicas, α-factor de necrosis tumoral,
e γ-interferón.
Provoca un aumento en la producción de IL-8, y del antagonista del recep-
tor de la IL-1, y una disminución de la expresión del receptor de la IL-2.
426
– Agammaglobulinemia ligada al cromosoma X (autosómica
y recesiva).
– Déficit de subclases de IgG.
– Déficit selectivo en la producción de anticuerpos con Igs
normales.
– Déficit de IgA.
– Hipogammaglobulinemia del lactante.
Inmunodeficiencias combinadas:
– Inmunodeficiencia combinada severa.
– Síndrome de hiper IgM.
– Déficit del complejo mayor de histocompatibilidad clase II.
– Otras inmunodeficiencias combinadas.
Síndromes de inmunodeficiencia bien definidos:
– Síndrome de Wiskott-Aldrich.
– Ataxia-Telangiectasia.
– Síndrome de DiGeorge.
La administración de IVIG se indica en cuadros de hipogammaglobuline-
mia (con IgG total disminuida o disminución de subclases de IgG) con
infecciones bacterianas recurrentes.
Las dosis recomendadas de mantenimiento son de 200-500 mg/kg cada 21
días, ajustando las dosis para mantener unos niveles de IgG >600 mg/dL
y buena respuesta clínica (ausencia de episodios infecciosos).
✓ Inmunodeficiciencias Secundarias.
Leucemia linfática crónica.
Mieloma múltiple.
SIDA pediátrico.
Transplante de médula ósea alogénico.
Estas entidades se analizan en sucesivos apartados.
427
A.2.2. Hematología
• Categoría I.
✓ Púrpura trombocitopénica idiopática (PTI).
PTI del adulto que presenta:
Hemorragia persistente o con riesgo de muerte, y recuentos de
plaquetas inferiores a 50.000 µL. PTI de la embarazada.
Para los pacientes sin hemorragia severa, la administración de
IVIG no se considera como tratamiento de primera línea. IVIG
se indica cuando el paciente no responde al tratamiento con cor-
ticosteroides y/o RhIG, o cuando estas terapias se contraindican.
Las dosis a utilizar son 1 gr/Kg/día durante dos días, o 400
mg/Kg/día durante cinco días.
PTI pediátrica en los siguientes casos:
PTI aguda: IVIG puede ser considerado como terapia inicial si
la cifra de plaquetas es < 20.000 µL, sobre todo cuando el
paciente tiene hemorragia severa o el riesgo de hemorragia es
vida-amenazante. IVIG no se indica si las manifestaciones de
sangrado son mínimas (petequias, cardenales o asintomático).
La dosis a utilizar es de 0.8-1 gr/Kg/día.
PTI crónica: IVIG esta indicada en pacientes de alto riesgo
con recuentos plaquetares bajos y asintomáticos; también se
indica tras el fracaso de otras terapias o cuando existe un alto
riesgo de sepsis post-esplenectomía (en niños < 5 años). La
dosis a utilizar es de 0.8-1 gr/Kg/día.
✓ Púrpura post-transfusional.
Descenso significativo del recuento de plaquetas (generalmente <
10.000 µL) acompañado de hemorragias importantes. La dosis a
utilizar es de 1 gr/Kg/día o 0.4 gr/Kg/día durante cinco días.
✓ Trombocitopenia asociada a infección por VIH.
Esta indicada ante cuadros hemorrágicos significantes acompaña-
dos de trombocitopenia, si el tratamiento con RhIG en pacientes Rh
positivos ha fracasado. El tratamiento con esteroides es controver-
tido. No existe una dosis concreta a administrar, se puede dar 1
gr/Kg/día durante dos días mensualmente, o 0.04 gr/kg/semanales.
428
✓ Enfermedad hemolítica del recién nacido (EHRN).
IVIG puede indicarse en niños con EHRN severa que no respon-
de a la fototerapia para disminuir la necesidad de la exsanguino-
transfusión. No existe una dosis determinada, y diversos estudios
señalan la administración de 0.5-1 gr/Kg.
✓ Leucemia linfoide crónica (LLC).
La administración de IVIG se indica en pacientes con LLC que
presentan: hipogammaglobulinemia (< 6.4 g/L) y al menos un
episodio de infección bacteriana severo en los seis meses previos.
La dosis a administrar es de 400 mg/kg cada 3-4 semanas, o 250
mg/Kg cada mes.
✓ Mieloma múltiple (MM).
La administración de IVIG se indica en pacientes con MM que
presentan: enfermedad estable, hipogammaglobulinemia (< 6.4
g/L) y al menos un episodio de infección bacteriana severo en los
seis meses previos. La dosis a administrar es de 400 mg/kg cada
3-4 semanas, o 250 mg/Kg cada mes.
• Categoría IIA.
✓ Transplante alogénico de médula ósea (TMO).
La administración de IVIG en pacientes sometidos a transplante
de médula ósea alogénico se indica en las siguientes situaciones:
Para la prevención de la enfermedad del injerto contra el hués-
ped en pacientes que reciben TMO alogénico HLA emparen-
tado y tienen más de 20 años. La dosis a utilizar es de 500
mg/Kg/semana durante 90 días, o 100 mg/kg/semana durante
10-12 meses post transplante.
Para la prevención de la infección por CMV; los mayores benefi-
cios se obtienen en los pacientes de bajo riesgo (receptores sero-
negativos que reciben hemoderivados seronegativos y ninguna
transfusión de concentrado de granulocitos). Las dosis a emplear
son variables: 150-200 mg/kg dos dosis pre-transplante, seguidas
de una dosis semanal hasta los 70 días post-transplante.
✓ Autoanticuerpos frente al Factor VIII.
La administración de IVIG en pacientes con autoanticuerpos
frente al factor VIII, está indicada en: hemorragias severas vida-
429
amenazantes, y junto a otras medidas inmunosupresoras y admi-
nistración de factores de la coagulación. La dosis recomendada es
de 0.4 gr/Kg/día durante cinco días junto con 1 mg/kg/día de
prednisona (o equivalente) y la administración adecuada de reem-
plazo de factores.
✓ Enfermedad adquirida de von Willebrand.
La administración de IVIG en pacientes con enfermedad adquiri-
da de von Willebrand está indicada en: hemorragias severas vida-
amenazantes, y siempre junto a otras modalidades terapéuticas
específicas. La dosis recomendada es de 0.4 gr/Kg/día durante
cinco días, o 1 gr/Kg/día durante 2-3 días.
✓ Síndrome de Evans.
La administración de IVIG no está indicada como primera línea
de tratamiento, pero puede formar parte en determinados casos,
de una combinación de agentes inmunosupresores, administrán-
dose junto con: corticoesteroides y ciclofosfamida.
✓ Trombocitopenia aloinmune neonatal.
Esta indicada en recién nacidos con severa trombopenia de origen
aloinmune, cuando la administración de plaquetas lavadas e irra-
diadas de la madre no es factible, o no recomendable. La dosis a
administrar es de 1 gr/Kg en dosis única, que puede repetirse a las
24 horas si no existe una respuesta adecuada.
• Categoría IIB.
✓ Síndrome hemofagocítico asociado a infección vírica.
Generalmente ocasionado por V. Epstein-Barr. Las dosis reco-
mendadas son de 0.4-1 gr/Kg/día durante cinco días, en combi-
nación con otros tratamientos (altas dosis de esteroides, antivira-
les), y monitorizando la respuesta al mismo (recuentos sanguíne-
os, reticulocitos, necesidades trasnsfusionales).
✓ Neutropenia Autoinmune.
Siempre que exista: evidencia documentada de infecciones bacte-
rianas recurrentes, fracaso o contraindicación de otras medidas
terapéuticas (antibioterapia profiláctica, corticoides), y se hayan
descartado cualquier otra causa de neutropenia (es preferible
demostrar la presencia de anticuerpos anti-neutrófilo). No existe
430
una dosis estándar, pudiéndose administrar 400 mg/Kg/día duran-
te cinco días, o 1 gr/Kg/día hasta alcanzar cifras de neutrófilos
superiores a 1.000 µL.
✓ Anemia hemolítica autoinmune (AHAI).
Cuadro clínico de AHAI importante con Coombs positivo y
hemólisis, si ha fracasado el tratamiento convencional (o está
contraindicado), y los pacientes presentan hemoglobinas inferio-
res a 7 g/dL y hepato-esplenomegalia. No existe una dosis están-
dar y se administran 400 mg/Kg/día durante cinco días, en com-
binación con otras medidas terapéuticas.
✓ Aplasia de célula roja adquirida por infección de Parvovirus
B19.
Se requiere la detección del Parvovirus B19 por técnicas de PCR,
un estudio histológico de médula ósea que descarte otros proce-
sos, la existencia de un cuadro anémico significativo o que preci-
sa de soporte transfusional, y nula respuesta al tratamiento con
esteroides.
Las dosis recomendadas son 1 gr/Kg/día durante dos días, con
opción de nuevas dosis si existe una recaída. Como dosis de man-
tenimiento se sugiere 0.4 gr/Kg cada cuatro semanas.
✓ Reacción hemolítica transfusional.
Se indica la administración de IVIG si es necesaria una transfu-
sión “incompatible” debido a la urgente necesidad de transporte
de oxígeno, más la existencia de aloanticuerpos múltiples o
hemólisis autoinmune. También está indicada en la reacción
transfusional hiperhemolítica en la anemia de células falciformes.
La dosis es el primer caso es de 400 mg/Kg dentro de las 24 horas
tras la infusión de sangre incompatible. Para el cuadro hemolíti-
co de la anemia de células falciformes, se administran 400 mg/kg
día durante cinco días en combinación con metil-prednisolona
intravenosa.
• Categoría III.
✓ Transplante autólogo de médula ósea.
✓ Coagulación intravascular diseminada.
431
✓ Anemia aplásica / pancitopenia.
✓ Aplasia de célula roja adquirida por causa distinta a infección
de Parvovirus B19.
✓ Síndrome hemolítico urémico.
✓ Anemia de células falciformes.
✓ Anemia de Blackfan-Diamond.
A.2.3. Neurología
• Categoría I.
✓ Síndrome de Guillain-Barré (SGB), incluyendo la variante de
Miller Fisher y la polineuropatía panautonómica aguda.
El SGB se caracteriza por el desarrollo de debilidad aguda, gene-
ralmente, empezando en los pies y progresando para involucrar
los músculos del brazo y el tronco. Las formas severas del sín-
drome pueden llevar a un fracaso respiratorio y requerir la admi-
sión en unidades de cuidados intensivos.
El recambio plasmático se ha mostrado muy eficaz y es actual-
mente el tratamiento de opción, junto con la administración de
IVIG. No obstante el tratamiento con IVIG debe reservarse para
los pacientes con SGB en los que no se puede realizar el inter-
cambio de plasma. Se recomienda tratar sólo los casos severos
con debilidad significativa, dificultad respiratoria, trastornos
bulbares, polineuritis craneal, o pérdida inminente o real de la
habilidad para estar de pie o caminar, y en las dos primeras
semanas de la enfermedad. Las dosis a utilizar es de 2 gr/Kg de
2-5 días.
✓ Poliradiculoneuropatía crónica inflamatoria desmielinizante,
y la variante poliradiculoneuropatía multifocal adquirida
desmielinizante.
La Poliradiculoneuropatía crónica inflamatoria desmielinizante
es una forma crónica de Síndrome de Guillain-Barré que se dife-
rencia de ella por su mayor duración y progresión de unas ocho
semanas, y por requerir un tratamiento de mantenimiento duran-
te un período de tiempo mucho más largo.
432
El tratamiento de lección es la administración de IVIG, siendo los
esteroides, el recambio plasmático y la administración de agentes
inmunosupresores, alternativas de segunda línea.
La dosis a utilizar es un inicial de 2 gr/Kg de 2-5 días, seguida de
una dosis de mantenimiento variable de 0.4-1 gr/Kg cada 3-4
semanas.
✓ Miastenia gravis (MG), incluyendo el síndrome miasténico de
Eaton-Lambert.
La MG es un desorden autoinmune de la transmisión neuromus-
cular para el que se han mostrado eficaces los esteroides, otras
drogas e intercambio plasmático. El uso de IVIG debe limitarse a
los pacientes extremamente enfermos (MG autoinmune con gra-
ves manifestaciones oculares, crisis miasténica generalizada, o
situaciones vida-amenazantes) donde los tratamientos inmunosu-
presores no están disponibles o contraindicados.
Las IVIG no están indicadas en la MG transitoria, neonatal o
congénita. Las dosis a emplear es de 2 gr/Kg de 2-5 días, y admi-
nistrándolas con cuidado en pacientes que reciben concomitan-
temente ciclosporina, sobre todo si tienen alterada la función
renal. La dosis de mantenimiento requerida es de 1 gr/Kg cada 4
semanas.
El síndrome Eaton-Lambert es una rara condición autoinmune
relacionada con ciertos cánceres que conduce a síntomas simila-
res a los de la miastenia. La IVIG es una alternativa al intercam-
bio plasmático si la debilidad es severa y no sensible a anticoli-
nesterasas y 3-4 Diaminopiridina.
La dosis a utilizar es de 2 gr/Kg de 2-5 días, y los efectos benefi-
ciosos pueden durar de 6-8 semanas.
✓ Neuropatía motora multifocal (con bloqueo de la conducción)
La neuropatía motora multifocal, es un desorden de mecanismo
inmune y progresivo que origina debilidad muscular asimétrica
que suele comenzar en extremidades superiores y afectación últi-
ma de los miembros inferiores.
Algunos pacientes responden al tratamiento con agentes citotóxi-
cos pero no a los esteroides o recambio plasmático. La IVIG es el
433
tratamiento de elección, siendo la ciclofosfamida un tratamiento
alternativo. La dosis inicial es de 2 gr/Kg de 2-5 días, y una dosis
de mantenimiento variable entre 0.4-1 gr/Kg cada 3-8 semanas.
• Categoría IIA.
✓ Síndrome Opsoclonus myoclonus.
Consiste en la aparición de movimientos oculares involuntarios,
caóticos, conjugados, de gran amplitud, asociados a mioclonias
focales. En los niños es típica la asociación a neuroblastoma, al
cual suele preceder. En un 50% de los casos de opsoclonus-mio-
clonus de la infancia se detecta la presencia de esta neoplasia. La
indicación del tratamiento con IVIG se reserva a aquellos casos
en los que hay una mala respuesta al tratamiento esteroideo o gra-
ves efectos secundarios al mismo. Al ser un proceso muy raro, no
existe una pauta establecida y se dan 2 gr/Kg de dosis inicial, y
de mantenimiento 1-2 gr/kg cada 4-6 semanas.
✓ Enfecalomielitis aguda diseminada.
Indicada solo en niños en los que el tratamiento con altas dosis de
esteroides no ha producido respuesta y los estudios radiológicos
muestran alteraciones en la sustancia blanca (TC, RMN). No exis-
te una dosis estándar a administrar, y se sugiere una dosis única de
1-2 gr/Kg inicialmente junto con administración de esteroides.
• Categoría IIB.
✓ Epilepsia resistente al tratamiento en niños.
Se incluyen en este apartado otras situaciones similares como: sín-
drome de Rasmussuen, síndrome de Lennox-Gastaut, y cuadros
convulsivos asociados a déficits de subclases de IgA o IgG . La
indicación fundamental de las IVIG es aparte de los mencionados
síndromes, la epilepsia del niño resistente al tratamiento anticon-
vulsionante. La dosis óptima y el régimen de administración no ha
sido establecido, se recomienda una dosis inicial de 2 gr/Kg y una
dosis de mantenimiento de 1-2 gr/Kg cada 4-6 semanas.
✓ Autismo.
La administración de IVIG en cuadros de autismo, requiere un
diagnóstico de certeza (DSM-III criterios), y restringir su uso sólo
para los pacientes con alteraciones inmunológicas documentadas.
434
La dosis óptima y el régimen de administración no ha sido esta-
blecido, se han reportado casos de dosis de mantenimiento de 400
mg/Kg cada 4-6 semanas durante 6 meses.
✓ Alteraciones neuro-psiquiátricas autoinmunes pediátricas
asociadas con infección por Estreptococos.
Se presentan sobre todo en forma de ticks y de síntomas obsesi-
vos y compulsivos tras infecciones por Streptococus beta-hemo-
líticos de grupo A. La indicación de las IVIG está en función de
la severidad de los síntomas. La dosis óptima y el régimen de
administración no ha sido establecido, se recomienda una dosis
inicial de 2 gr/Kg que se puede repetir cada 4-6 semanas si es
necesario.
✓ Neuropatía paraproteinemica.
La indicación de administrar IVIG se reduce a la falta de res-
puesta al tratamiento con recambio plasmático combinado con
agentes inmuno-supresores. La dosis óptima y el régimen de
administración no ha sido establecido, se recomienda una dosis
de 2 gr/Kg durante 2-5 días.
✓ Neuropatía proximal autoinmune diabética.
Se asemeja cínicamente a la polineuropatía inflamatoria crónica
desmielinizante, y se observa con más frecuencia en la Diabetes
Tipo I. El estudio muestra un aumento de las proteínas en líquido
céfalo-raquídeo y una inflamación peri-vascular en las biopsias
nerviosas junto con debilidad muscular. La administración de
IVIG no es una terapia de primera línea, pero se ha mostrado efi-
caz en determinados casos a dosis de 2 gr/Kg durante 3-5 días,
teniendo especial precaución con el riesgo de desarrollo de un
fracaso renal agudo (más frecuente en pacientes diabéticos).
✓ Síndrome de Stiff-Person.
Es una condición caracterizada por espasmos persistentes que
implican a múltiples músculos, sobre todo de los miembros y de
la parte baja del tronco. La enfermedad suele ocurrir en la cuarta
a sexta década de la vida, presentando espasmos intermitentes
que pueden llegan a ser continuos. Ciertos estímulos sensoriales
(como el ruido y la luz), pueden precipitar espasmos severos. Los
espasmos no se presentan durante el sueño y raramente implican
435
a los músculos craneales. La administración de IVIG se indica en
pacientes con diagnóstico establecido (presencia de anticuerpos
anti-GAD65), a dosis de 2 gr/Kg durante 2 días repitiendo las
dosis cada 4-6 semanas.
✓ Complicaciones del sistema nervioso central o periférico de
las vasculitis sistémicas.
La indicación de administrar IVIG se reduce a la falta de res-
puesta al tratamiento con corticoesteroides y ciclofosfamida, y
siempre que la enfermedad ponga en peligro la vida del paciente.
La dosis óptima y el régimen de administración no ha sido esta-
blecido, se recomienda una dosis de 2 gr/Kg durante 2-5 días.
• Categoría III.
✓ Esclerosis múltiple.
✓ Polineuropatía de enfermedades críticas.
✓ Adrenoleucodistrofia.
✓ Esclerosis lateral amiotrófica.
✓ Síndromes neurológicos paraneoplásicos.
✓ Mielopatía asociada a infección por HTLV-I.
✓ Miositis con cuerpos de inclusión.
✓ Síndrome de POEMS.
✓ Radiculoneuritis de Lyme.
✓ Degeneración cerebelosa paraneoplásica.
A.2.4. Reumatología
• Categoría I.
✓ Dermatomiositis.
Las indicaciones para la administración de IVIG en la
Dermatomiositis incluyen: en cualquier momento, enfermedad
agresiva que requiere hospitalización, por amenaza de muerte, o
manifestaciones que no responden a dosis altas de corticoesteroi-
des, (complicaciones esofágicas o respiratorias vida-amenazantes,
o afectación de la musculatura de bulbar); y una falta de respues-
ta o contraindicación al tratamiento con corticoesteroides,
436
Metrotexate y/o Azatioprina. Las dosis a emplear es de 2 gr/Kg
durante 2 días, mensualmente durante tres meses. Hay que moni-
torizar la respuesta para valorar una segunda tanda de tratamiento.
✓ Enfermedad de Kawasaki.
La enfermedad de Kawasaki es una vasculitis sistémica de etio-
logía desconocida que afecta fundamentalmente a niños, y que se
caracteriza por cuadro febril de al menos 5 días de duración (que
no responde a antibioterapia), conjuntivitis bilateral no purulenta,
afectación de mucosas, adenopatías cervicales, rash cutáneo poli-
morfo y alteraciones en extremidades. El curso de la enfermedad
es de unas tres semanas sin tratamiento, pero pueden presentarse
complicaciones de tipo de aneurismas coronarios y de arterias
musculares.
El tratamiento de opción en el momento de diagnóstico es la
administración de IVIG. La dosis a administrar es única y de
2gr/Kg, y aproximadamente en un 10% de los casos, no se obtie-
ne una respuesta satisfactoria por lo que una segunda dosis puede
darse para pacientes que no responden a la primera.
• Categoría IIA.
✓ Dermatomiositis juvenil.
La dermatomiositis juvenil es una vasculopatía inflamatoria de
origen desconocido, que afecta primariamente al músculo esque-
lético y a la piel, pero que en ocasiones pueden afectar al tracto
gastrointestinal y más raramente a otros órganos. La administra-
ción de IVIG no está indicada como terapia de primera línea,
pero es un tratamiento a considerar en pacientes que presentan
una falta de respuesta o contraindicación al tratamiento con cor-
ticosteroides, Metotrexate y/o Azatioprina. Las dosis recomen-
dadas son 1-2 gr/Kg/día durante 1-3 días, cada mes, al menos
durante 6 meses.
• Categoría IIB.
✓ Enfermedad de Still del adulto.
La enfermedad de Still del adulto se caracteriza por ser un pro-
ceso sistémico e inflamatorio con episodios febriles, artritis,
rash cutáneo típico y leucocitosis neutrófila. La indicación de
437
tratamiento con IVIG sólo debe considerarse en pacientes con
enfermedad grave y refractaria al tratamiento con corticoides e
inmunosupresores, o cuando éstos, están formalmente contrain-
dicados.
Las dosis a utilizar son de 1 gr/Kg/día durante dos días, mensual-
mente durante al menos tres meses, pudiendo administrar otro
nuevo ciclo de tres meses en función de los resultados obtenidos.
✓ Polimiositis.
La administración de IVIG no está indicada en la Polimiositis,
salvo en los casos refractarios al tratamiento con corticoides y/o
inmunosupresores y con severidad clínica. La dosis recomendada
es de 2 gr/Kg durante 3-5 días.
✓ Polimiositis asociada con enfermedad del tejido conjuntivo.
La administración de IVIG no está indicada en la Polimiositis
asociada con enfermedad del tejido conectivo, salvo en los casos
refractarios al tratamiento con corticoides y/o inmunosupresores
y con severidad clínica. La dosis recomendada es de 2 gr/Kg
durante 3-5 días.
✓ Nefropatía por IgA asociada a vasculitis sistémica.
No se ha establecido adecuadamente el beneficio potencial de tratar
la Nefropatía IgA con IVIG, al no disponer de estudios randomiza-
dos y controlados, no obstante la administración de 1 gr/Kg/día
durante dos días, de forma mensual durante tres meses, debe ser
evaluada para continuar con nuevos ciclos.
✓ Artritis idiopática juvenil.
La administración de IVIG no está indicada en la artritis idio-
pática juvenil, como tratamiento inicial y de primera línea, el
cual debe fundamentarse en la administración de anti-inflama-
torios no esteroideos, y metrotexate o ciclosporina (como fár-
macos de segunda línea). Sólo se indica la administración de
IVIG en aquellos casos en los que se desarrolla una toxicidad
inaceptable a las mencionadas terapias. La dosis a administrar
es de 1.5-2 gr/Kg (máximo de 100 gr) dos veces al mes, duran-
te dos meses, valorando la respuesta para una posible dosis de
mantenimiento.
438
✓ Artritis sistémica idiopática juvenil.
La administración de IVIG no está indicada en la poliartritis sis-
témica idiopática juvenil, como tratamiento inicial y de primera
línea, y sólo se ha utilizado para tratar casos resistentes a la tera-
pia sistémica estándar, sin que exista una pauta de tratamiento
establecida.
• Categoría III.
✓ Lupus eritematoso sistémico.
✓ Vasculitis sistémicas no específicas.
✓ Síndrome de Behcet.
✓ Esclerodermia.
✓ Artritis Reumatoide.
A.2.5. Dermatología
• Categoría IIA.
✓ Pénfigo vulgar.
El pénfigo vulgar es la enfermedad más severa de las que se
caracterizan clínicamente por ampollas, e histológicamente por
un desprendimiento de las células intraepidérmicas e inmunoló-
gicamente por la existencia de anticuerpos contra los antígenos de
superficie de las células epiteliales escamosas.
La administración de IVIG no está indicada, salvo en los casos
refractarios al tratamiento con corticoides y/o inmunosupreso-
res, o por los graves efectos secundarios a los mismos; junto
con un diagnóstico histológico y por inmunofluorescencia
directa inequívoco. Se administran junto con esteroides o fár-
macos inmusopresores a dosis de 0.4 mg/Kg/día durante cinco
días.
• Categoría IIB.
✓ Pénfigo foliáceo.
El pénfigo foliáceo es menos grave que el vulgar y menos fre-
cuente, siendo las lesiones más superficiales, y por lo tanto más
fácil de controlar desde el punto de vista terapéutico.
439
La administración de IVIG no está indicada, salvo en los casos
refractarios al tratamiento con corticoides y/o inmunosupresores,
o por los graves efectos secundarios a los mismos; junto con un
diagnóstico histológico y por inmunofluorescencia directa ine-
quívoco. Se administran junto con esteroides o fármacos inmuso-
presores a dosis de 2 gr/Kg por ciclo, fraccionado en tres dosis
diarias iguales.
✓ Penfigoide bulloso o ampolloso.
Es una enfermedad ampollosa crónica, que tras su ruptura cicatri-
za rápidamente; cursa de manera crónica, con remisiones y exa-
cerbaciones espontáneas, y se asocia con otros procesos malignos
o enfermedades autoinmunes.
La administración de IVIG no está indicada, salvo en los casos
refractarios al tratamiento con corticoides y/o inmunosupresores,
o por los graves efectos secundarios a los mismos; junto con un
diagnóstico histológico y por inmunofluorescencia directa ine-
quívoco. Se administran junto con esteroides o fármacos inmu-
nosupresores a dosis de 0.4 gr/Kg/día durante cinco días, dosis
más bajas se han mostrado ineficaces.
✓ Necrólisis epidérmica tóxica.
Es un trastorno raro caracterizado por una aparición brusca de
necrosis y exfoliación de importantes zonas epidérmicas, que
producen amplias zonas erosivas cutáneas que pueden presentar
complicaciones similares a las quemaduras de segundo grado. La
causa más común es una reacción de hipersensibilidad a alguna
medicación. La administración de IVIG debe instaurase rápida-
mente (no esperando los resultados de la biopsia cutánea), basa-
da en un diagnóstico clínico. La dosis recomendada es de 400-
750 mg/Kg/día durante 4 días.
✓ Epidermolisis ampollosa adquirida.
Es una enfermedad poco frecuente, caracterizada por una fragi-
lidad cutánea, producción de ampollas ante traumatismos míni-
mos que tienden a dejar cicatrices y quistes, y que hoy en día se
considera una enfermedad autoinmune. La administración de
IVIG no está indicada, salvo en los casos refractarios al trata-
miento con corticoides y/o inmunosupresores, o por los graves
440
efectos secundarios a los mismos; junto con un diagnóstico his-
tológico y por inmunofluorescencia directa inequívoco. Se admi-
nistran junto con esteroides o fármacos inmunosupresores a
dosis de 400 mg/kg/día durante 5 días, o bien 2 gr/Kg fracciona-
dos en cuatro días.
✓ Dermatitis atópica.
La administración de IVIG no está indicada en el tratamiento de
dermatitis atópica, salvo en aquellos casos en los que existe una
falta de respuesta al tratamiento sistémico con agentes inmunosu-
presores o con luz ultravioleta, combinados con tratamientos
locales en las lesiones en pacientes en los que la enfermedad cutá-
nea acarrea graves problemas sociales o laborales. Así mismo, se
pueden beneficiar aquellos pacientes que además presentan un
síndrome de Hiperinmunoglobulinemia E.
En ningún caso se indica para cuadros de dermatitis atópica aso-
ciada con otros estados de inmunodeficiencia.Las dosis a utilizar,
junto con un adecuado tratamiento local, son de 400 mg/Kg/día
durante 5 días, para un máximo de tres ciclos.
✓ Urticaria crónica idiopática.
La administración de IVIG no está indicada en el tratamiento de
la urticaria crónica idiopática, salvo en aquellos casos en los que
se ha demostrado la existencia de autoanticuerpos frente a IgE o
frente al receptor epsilonFcRI, y en pacientes en los que la enfer-
medad cutánea acarrea graves problemas sociales o laborales.
Las dosis a utilizar, son de 400 mg/Kg/día durante 5 días, para un
máximo de dos ciclos.
✓ Infección genital recurrente por virus herpes simplex.
La administración de IVIG no está indicada en el tratamiento de
la infección genital crónica y recurrente por herpes simples, salvo
en aquellos casos en los que existe una confirmación etiológica
(por detección de antígenos o cultivos), existe una falta de res-
puesta a un tratamiento correcto y diario con agentes antivirales,
y los episodios de recurrencia superan los 15 anuales.
Las dosis recomendada es de 400 mg/Kg cada 4 semanas duran-
te 6 meses.
441
• Categoría III.
✓ Otros pénfigos o penfigoides.
✓ Lupus eritematoso crónico cutáneo.
✓ Erupción polimórfica por luz.
✓ Pyoderma gangrenosum.
✓ Enfermedad cutánea del injerto frente al huésped.
✓ Esclerodermia.
442
No existe en la actualidad una pauta de dosis establecida, y la
indicación se encuentra en estudios controlados.
• Categoría III.
✓ Aborto recurrente idiopático primario.
✓ Fertilización “in vitro” con fracasos reiterados e inexplicables.
443
posible exposición, y no se disponga como alternativa de inmun-
globulina intramuscular VVZ.
La dosis a administrar es única y de 400 mgr/Kg.
✓ Profilaxis de recurrencia de VHB en receptores VHB positi-
vos de transplante de hígado.
La administración de IVIG sólo se debe considerar como una
alternativa a repetidas dosis de inmunoglobulina intramuscular
VHB. La dosis recomendada es de 1 gr/Kg mensual, durante seis
meses.
✓ Profilaxis de infecciones bacterianas en niños VIH positivos.
La administración de IVIG sólo se considera en aquellos pacien-
tes con infecciones sintomáticas, presencia de VIH (cultivo o
antígeno p24 positivo), y que no reciben profilaxis para la neu-
monía por Pneumocystis carinii. Las dosis a utilizar son de 400
mg/Kg mensuales hasta alcanzar cifras de CD4 >400 mL.
✓ Tratamiento adyuvante en las sepsis severas en neonatos.
La indicación de IVIG es de tratamiento adyuvante en casos de
sepsis severas en: prematuros (<37 semanas), y recién nacidos de
bajo peso (<2 Kg), sobre todo si presentan neutropenia o poca
respuesta al tratamiento antibiótico.
Las dosis a utilizar son de 400 mgr/Kg/día durante cinco días.
• Categoría III.
✓ Profilaxis general de infecciones en pacientes receptores de
transplantes.
✓ Profilaxis de infecciones bacterianas en adultos VIH positivos.
✓ Profilaxis de infecciones y sepsis bacterianas en niños prema-
turos y en recién nacidos de alto riesgo.
✓ Profilaxis de neumonía y sepsis en pacientes críticos tras trau-
ma múltiple o cirugía mayor.
✓ Profilaxis de enfermedad linfoproliferativa asociada a VEB
en pacientes transplantados.
✓ Tratamiento de la meningitis por Enterovirus en pacientes
con agammaglobulinemia ligada al cromosoma X.
444
✓ Tratamiento adyuvante en las sepsis severas en pacientes
críticos.
✓ Tratamiento de la infección severa y diseminada por
Enterovirus en neonatos.
445
• Baja proporción de infusión cuando una reacción ocurre.
• Tratamiento con un antipirético y un antihistamínico.
• Premedicación con las mismas medicaciones en pacientes quién ha
tenido reacciones múltiples.
• Tratamiento o premedicación con esteroides.
• Cambiar de marca de IVIG, alternándola con otras soluciones.
446
• Meningitis aséptica.
La meningitis aséptica se ha informado en pacientes con enferme-
dad neurológica y con PTI, pero sólo raramente en pacientes con
inmunodeficiencia primaria. Está asociada con dosis altas de IVIG
y puede repetirse en el mismo paciente con infusiones múltiples.
Un factor de riesgo, es una historia previa de migrañas. Los sínto-
mas de la meningitis aséptica incluyen: dolor de cabeza severo,
rigidez de cuello, fiebre de bajo grado, nauseas y vómitos, fotofo-
bia, movimiento ocular doloroso y adormecimiento o letargo. El
estudio del líquido cefalorraquídeo es estéril, y presenta un nivel
elevado de proteínas, y una pleocitosis con o sin eosinofilia. Los
primeros síntomas pueden ocurrir 24 a 48 horas post administra-
ción. Los síntomas se resuelven dentro de 3 a 5 días. El tratamien-
to es sintomático con narcóticos y antieméticos. Ninguna secuela
seria se ha informado.
• Shock Anafiláctico.
Un cuadro severo de anafilaxia puede ocurrir sobre todo en pacien-
tes con déficit de IgA y con anti-IgA presente. Éste es un evento raro
y no hay ninguna necesidad especial al prescribir IVIG en pacientes
con déficit de IgA. Si semejante reacción ocurre, el tratamiento de
IVIG puede continuarse con un producto que contenga cantidades
escasas de IgA (Gammagard®).
• Fenómenos Tromboembólicos.
Otra complicación rara de la terapia con IVIG es un evento trombo-
embólico. Sólo 12 casos han sido informados y una asociación direc-
ta con la infusión de IVIG no ha sido demostrada. La indicación para
el tratamiento con IVIG en estos casos informados, era para enfer-
medades neurológicas o PTI, en las que existian otros factores que se
sumaban a los preexistentes de riesgo. Los cuadros tromboembólicos
específicos incluyeron infarto del miocardio, trombosis venosa pro-
funda e isquemia de la médula espinal. Mecanismos postulados para
la reacción indeseable, incluyen la activación plaquetaria y/o el
aumento de la viscosidad plasmática.
• Lesión aguda pulmonar asociada a transfusión (TRALI).
Aunque solo se ha informado de un caso aislado, es una reacción
grave, que requiere un tratamiento urgente.
447
A.3.2. Reacciones adversas infecciosas
Puesto que las preparaciones de IVIG se obtienen de “pooles” de plasma
de múltiples donantes agrupados, existe un riesgo pequeño de transmisión
de enfermedad víricas con la terapia de IVIG. El estudio rutinario de las
donaciones de sangre para los anticuerpos contra VIH, y virus de hepati-
tis B y C se realiza ahora de forma ordinaria y obligatoria con lo que las
posibilidades de transmisión se han reducido considerablemente; aún más
si se utilizan técnicas de NAT para VIH, VHB y VHC, si bien dichas prue-
bas no están disponibles de momento para detectar VHA y Parvovirus
B19. Además, las unidades del plasma donadas permanecen “cuarentena-
das” durante 60 días; por si durante dicho intervalo algún donante realiza
una seroconversión en alguno de los virus analizados, con el fin de dese-
char la unidad involucrada.
El proceso industrial (fraccionamiento de Cohn) se utiliza con el fin inac-
tivar el virus B de la hepatitis y los virus VIH, no detectados en los estu-
dios realizados en las donaciones de sangre. Estos procedimientos son
muy eficaces en los virus con envoltura lipídica (VIH, VHC y VHB) pero
no es totalmente eficaz contra los virus sin envoltura (VHA y Parvovirus
B19).
Según la literatura médica, no se han detectado casos de transmisión de
VHB ni VIH a través de IVIG. Incluso en el período de 1982 a 1985,
cuando no se disponía de pruebas para detectar el VIH y los procedi-
mientos de inactivación viral no estaban disponibles; se cree que induda-
blemente, algunas partidas de IVIG que se infundieron durante dicho
intervalo procedían de unidades del plasma procedentes de donantes
infectados por VIH; es probable que el procedimiento del fraccionamien-
to de Cohn, fuera muy efectivo ya que se ha demostrado que este proce-
dimiento elimina >1015 de dosis infecciosas de VIH/mL.
En contraste, ha habido muchos casos de transmisión de VHC por IVIG.
De 1981 a 1989, tres productos de IVIG europeos se implicaron en la
transmisión de VHC. En 1993 y 1994, un producto autorizado en EE.UU.
(Gammagard®), transmitió una infección por VHC a varios cientos
pacientes en todo el mundo. También han existido casos de transmisión de
VHA y Parvovirus B19.
Hay una preocupación teórica actual sobre la posible transmisión de los
agentes causantes (priones) de la enfermedad de Creutzfeldt Jakob o su
variante (nVCJD), a través de las IVIG. Aunque los tales agentes no han
448
sido documentados para ser transmitidos en humanos mediante la trans-
fusión de sangre y/o hemoderivados, la preocupación ha surgido debido a
la falta de pruebas detectar los donadores infectados y la resistencia de
estos agentes a los procedimientos de inactivación viral. Mientras el ries-
go de infecciones víricas transmitidas con preparaciones de IVIG es muy
bajo, es no obstante un factor importante para su consideración, antes de
iniciar el tratamiento, particularmente para condiciones o enfermedades,
en las que los beneficios del tratamiento no están claramente establecidos.
B. Inmunoglobulina Anti-D
Una unidad de Inmunoglobulina Anti-D (RhIG) es una solución estéril de
la fracción globulina gamma purificada obtenida de plasma de donantes
sanos con elevado contenido en anticuerpos Rho.
Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los siguientes pre-
parados comerciales: Gamma anti-D Grifols®, Rhesogamma®,
Inmunoglob humana anti-D® Resuman Berna® y Globulina Llorens anti-
Rh®. Las formas de presentación son viales de 250 µgr, 300 µgr y 500 µgr
conteniendo 1.250 UI, 1.500 UI y 2.500 UI respectivamente.
Existe un preparado intravenoso, WinRho SDF™, que es una gammaglo-
bulina estéril extraída del plasma humano y liofilizada, que contiene anti-
cuerpos Rho (D). Se presenta en viales que contienen polvo liofilizado
para reconstituir a solución inyectable, equivalente a 1500 UI (300 µg) y
a 600 UI (120 µg) de Inmunoglobulina Rho(D), de momento no está dis-
ponible en España.
449
B.1. Indicaciones obstetricas
La principal indicación obstétrica de la administración de la RhIG, es la
prevención de la isoinmunización Rh, que es el proceso de producción de
anticuerpos por parte materna como respuesta a una activación antigénica
producida por el paso de eritrocitos fetales Rh positivos a la circulación
sanguínea de la madre gestante. En el 90% de los casos el antígeno cau-
sante de tal evento es el antígeno “D” del sistema Rh.
El antígeno D es una proteína de superficie localizada en la membrana del
eritrocito, aparece bien desarrollado a los 30 días de gestación y esta situa-
da en la fracción lipídica de la membrana entre las semanas 8 y 9 de vida
intrauterina.
Frente a una carga de antígeno D suficiente, la respuesta inmune primaria
materna posterior a la primera exposición es lenta. Suele tardar unos 6
meses y esta mediada principalmente por inmunoglobulina M.
Esta dos características, la lentitud de la respuesta primaria y el hecho que
esta sea mediada por IgM con un peso molecular elevado (no atraviesa la
barrera placentaria) hacen que la isoinmunización Rh sea extremadamente
rara en mujeres durante su primer embarazo. En presencia de una nueva
exposición, las características de la respuesta inmunológica son diferentes,
la respuesta secundaria es más rápida, su intensidad es mayor, la avidez del
anticuerpo por el antígeno D es mayor y esta mediada por Inmunoglobulina
G. Característicamente los niveles de anticuerpos se elevan rápidamente, la
IgG atraviesa la placenta generando hemólisis fetal y todos los eventos que
en mayor o menor grado caracterizan la enfermedad Hemolítica fetal o
hemolítica perinatal. De tal manera que la magnitud de la respuesta inmune
en pacientes con isoinmunización Rh depende de tres factores:
• La carga antigenica.
• La frecuencia de exposición.
• La avidez de anticuerpo por el antígeno.
La utilización de inmunoglobulina Anti-D como profilaxis de la enfermedad
Hemolítica aloinmune se fundamenta en estos conceptos inmunológicos.
Como pauta general, y para realizar una profilaxis correcta, la RhIG se
debe administrar lo más pronto posible tras el evento sensibilizante, den-
tro de las 72 horas siguientes al mismo, y tomando siempre una muestra
sanguínea de la madre antes de su administración para determinar la inten-
450
sidad de la inmunización. Una dosis de RhIG administrada a los 9-10 días
del evento, puede proporcionar la protección necesaria, pero sin total
seguridad. Las principales indicaciones obstétricas para la administración
de RhIG vienen reflejadas en la tabla 13.2.
451
✓ Amenaza de aborto.
✓ Terminación médica o quirúrgica del embarazo.
✓ Embarazo ectópico.
✓ Legrado.
✓ Embarazo molar.
La dosis de RhIG a administrar es de 250 UI en una sola dosis, que pro-
porciona protección necesaria.
452
las dosis óptimas de RhIG, en función de la cantidad de hematíes fetales
presentes en la circulación materna.
453
podrían sufrir una aloinmunización frente al antígeno D en caso de reci-
bir unidades de plaquetas D positivas.
Normalmente se transfunden unidades de plaquetas D negativas, a todos
los pacientes Rh negativos, pero en ocasiones, en función de la disponi-
bilidad y también al corto período de tiempo de caducidad de las mis-
mas, es necesario transfundir unidades de plaquetas D positivas a recep-
tores D negativos; lo cual se debe evitar a toda costa, en mujeres en edad
fértil.
Ante estos casos se debe evaluar la administración profiláctica de RhIG,
que se debe realizar por vía subcutánea (debido al riesgo de hematoma por
la trombopenia), y a una dosis completa de 500 mgr, que es efectiva para
evitar la sensibilización de los hematíes contenidos en 30 unidades de pla-
quetas de donantes múltiples, o de 3 unidades obtenidas por aféresis.
454
B.2.2. Púrpura trombopénica idiopática
La administración de RhIG en pacientes con púrpura trombopénica idio-
pática (PTI) tiene sus indicaciones en los siguientes casos:
• Pacientes adultos con PTI crónica, Rh-positivos que no han sufrido
esplenectomía.
• Niños con PTI aguda o crónica, Rh-positivos.
• Pacientes con PTI asociada a infección por VIH, Rh-positivos.
La eficacia de la RhIG es similar a la descrita para las IVIG, aunque de
acción un poco más retrasada (3-4 días), y su efecto también es más tran-
sitorio, y solamente utilizable es pacientes Rh-positivos.
La dosis recomendada es para los adultos es de 50 µgr (250 UI) por Kg,
y para los niños de 20-25 µgr (100-125 UI) por Kg, administrados en una
sola dosis, o divida en dos dosis fraccionadas, durante dos días consecu-
tivos. Se administra por vía intravenosa lenta durante unos 15 minutos.
Entre los efectos secundarios cabe destacar, la inevitable aparición de una
anemia hemolítica extravascular, que suele ser la causa principal de la
limitación de su empleo (de ahí que no se deba administrar a pacientes con
cifras de hemoglobina inferiores a los 8 gr/dL). Más raramente se han des-
crito casos de anemia hemolítica intravascular, en ocasiones de curso
fatal, con grave insuficiencia renal. Con cierta frecuencia se han descrito
reacciones adversas menores del tipo de fiebre, rash, etc.
455
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463
14. CRITERIOS TRANSFUSIONALES DE LOS
CONCENTRADOS FARMACÉUTICOS DE
FACTORES DE LA COAGULACION.
465
Tabla 14.1. Concentrados de factor VIII disponibles
466
tintos preparados comerciales difieren en términos de pureza de proteína
y en el método que se sigue para la inactivación viral, catalogándose como
de pureza intermedia y de alta pureza. El Factor VIII de la coagulación
recombinante (octocog alfa) posee unas características estructurales y
funcionales, similares al Factor VIII humano. Es una glucoproteína secre-
tada por células de hámster sometidas a técnicas de ingeniería genética.
Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los siguientes pre-
parados comerciales derivados del plasma humano: Fandhi®, Haemate-
P®, Beriate-P®, Hemofil-M®, Monoclate-P®, en presentaciones de 250
UI, 500 UI y 1.000 UI; y de origen recombinante: Kogenate®, Helixate®,
Recombinante®, ReFacto®, en presentaciones de 250 UI, 500 UI y 1.000
UI. Las características de los distintos productos, su origen y los métodos
utilizados para la inactivación viral vienen reflejados en la Tabla 14.1.
En función del grado de pureza del producto, se distinguen los siguientes
preparados:
• Concentrados de pureza intermedia: Haemate-P®.
• Concentrados de alta pureza: Beriate-P®, Fandhi®.
• Concentrados de muy alta pureza: Hemofil-M®, Monoclate®,
Kogenate®, Helixate®, Recombinante®, y ReFacto®.
467
Hemofilia A y con título bajo de anticuerpos contra el Factor VIII
(inferiores a 10 UB), si siguen respondiendo al tratamiento.
• Concentrados que poseen Factor VIII y Factor von Willebrand
(Haemate-P®):
✓ Tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnosti-
cados de Hemofilia A y enfermedad de Von Willebrand.
✓ Tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnosti-
cados de déficit adquirido del Factor VIII.
✓ Tratamiento de los episodios hemorrágicos en pacientes con
Hemofilia A y enfermedad de von Willebrand con título bajo de
anticuerpos contra el Factor VIII (inferiores a 10 UB), si siguen
respondiendo al tratamiento.
Las dosis a utilizar, así como la duración de su administración, dependen
del tipo de cuadro hemorrágico a tratar, su localización y la severidad del
mismo.
La actividad de 1 unidad internacional (UI) de factor VIII es equivalente
a la actividad del factor VIII contenido en 1 mL de plasma humano citra-
tado.
El cálculo de la dosis necesaria de factor VIII se basa en la observación
empírica de que 1 UI de factor VIII por Kg de peso corporal eleva la acti-
vidad plasmática de factor VIII de forma aproximada entre el 1.5-2 %.
De tal manera, la dosis inicial a administrar se determina mediante la
siguiente fórmula:
Unidades necesarias = peso corporal (Kg) x aumento deseado de F. VIII
(%) x 0.5.
La dosis y frecuencia de administración se establece siempre en función
de la eficacia clínica observada en cada casos; de forma orientativa en la
Tabla 14.2. se recogen los niveles mínimos deseados de F VIII en función
del tipo de hemorragia, así como la duración aconsejada en días del trata-
miento.
468
Tabla 14.2. Dosis terapéutica de Factor VIII en el tratamiento de episodio
hemorrágico
Nivel Hemostático Duración de la
Tipo de hemorragia sérico deseado Terapia de reemplazo
(% del normal) (Días)
Factor VIII
Hemorragia grave con
riesgo vital:
Sistema nervioso central. 60-100 10-14
Gastrointestinal.
Intraabdominal.
Intratorácica.
Retroperitoneal.
Fracturas.
Cirugía mayor
Hemorragia grave:
Intramuscular. 40-50 1a7
Extracción dental.
Epistaxis.
Mucosa oral.
Cirugía menor.
Hemorragia leve:
Articular. 30 1-2
469
• Concentrados que poseen Factor VIII y Factor von Willebrand
(Haemate-P®):
✓ Profilaxis de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnostica-
dos de Hemofilia A y enfermedad de Von Willebrand.
✓ Profilaxis de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnostica-
dos de déficit adquirido del Factor VIII.
✓ Profilaxis de los episodios hemorrágicos en pacientes con
Hemofilia A y enfermedad de von Willebrand con título bajo de
anticuerpos contra el Factor VIII (inferiores a 10 UB), si siguen
respondiendo al tratamiento.
Estas indicaciones profilácticas se refieren fundamentalmente a la cirugía
(mayor o menor) y a las extracciones dentales. Las dosis a utilizar, así
como la duración de su administración, dependen del tipo de cirugía y su
agresividad.
De forma orientativa en la Tabla 14.3. se recogen los niveles mínimos
deseados de F VIII en función del tipo de cirugía, así como la duración
aconsejada en días del tratamiento sustitutivo.
470
B. Concentrados de factor IX
El Factor IX de la coagulación, sintetizado en el hígado dependiente de la
vitamina K, es una glicoproteína de cadena única con un peso molecular de
56.000 daltons, y que presenta en condiciones normales una concentración
plasmática de 3-5 µg/mL. El Factor IX puede activarse por el factor XI
activado (vía intrínseca) o por un complejo constituido por Factor VII acti-
vado, factor tisular y iones de calcio (vía extrínseca). Los concentrados de
Factor IX purificados, obtenidos de plasma humano procedente de donan-
tes sanos, mediante diversas técnicas de purificación e inactivación vírica,
contienen pequeñas cantidades de otros factores de la coagulación con ape-
nas actividad tras su administración. El Factor IX de la coagulación recom-
bínate (Nonancog alfa) posee unas características estructurales y funciona-
les similares al Factor IX endógeno sintetizado en el hígado. Nonacog alfa
es una glicoproteína de cadena única con un peso molecular de 55.000 dal-
tons obtenida por ingeniería genética. El Factor IX es activado en condi-
ciones normales por el complejo Factor VII/Factor tisular en la vía extrín-
seca, así como por el Factor XI activado en la vía intrínseca de la coagula-
ción. Los Factores IX y VIII activados, activan a su vez el Factor X, dando
como resultado final la conversión de protrombina en trombina, la cual
convierte el fibrinógeno en fibrina, facilitándose la formación del coágulo.
471
Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los siguientes pre-
parados comerciales derivados de plasma humano: Mononine®, Immune
Stim Plus®, Factor IX Grifols®; en presentaciones de 250 UI, 500 UI y
1.000 UI (Mononine®), de 600 UI y 1.200 UI (Immune Stim Plus®), y de
250 UI, 500 UI, 1.000 UI y 1.500 UI (Factor IX Grifols®); y de origen
recombinante: Benefix®, en presentaciones de 250 UI, 500 UI y 1.000 UI.
(Tabla 14.4.).
472
Tabla 14.5. Dosis terapeúticas de Factor IX en el tratamiento de episodios
hemorragícos
Nivel Hemostático Duración de la
Tipo de hemorragia sérico deseado Terapia de reemplazo
(% del normal) (Días)
Factor IX
Hemorragia grave con
riesgo vital:
Sistema nervioso central. 50-75 10-14
Gastrointestinal.
Intraabdominal.
Intratorácica.
Retroperitoneal.
Fracturas.
Cirugía mayor
Hemorragia grave:
Intramuscular. 30-50 1a7
Extracción dental.
Epistaxis.
Mucosa oral.
Cirugía menor.
Hemorragia leve:
Articular. 30 1-2
473
Tabla 14.6. Dosis profilácticas de Factor IX ante intervenciones quirúrgicas
Administración de F. IX HEMOFILIA B
profilácticos
Cirugía mayor Cirugía menor
Día de la operación:
Nivel deseado de F. IX (%) 50-80 40-50
Dosis inicial (UI/Kg) 60-70 30-40
Dosis de mantenimiento (UI/Kg) 30-40 20-30
Días 2-7 postoperatorio:
Nivel deseado de F. IX (%) 40-60 30-50
Dosis de mantenimiento (UI/Kg) 30-40 15-20
474
se ha demostrado su eficacia en: reversión del exceso de anticoagulación
provocado por la administración de dicumarínicos, tratamiento de hemo-
rragias graves en pacientes trombocitopénicos, trombocitopatías congéni-
tas (Bernard Soulier) y adquiridas (Uremia y Síndromes mielodisplási-
cos), tratamiento del déficit de factor XI asociado con inhibidores secun-
darios, y pacientes con cirrosis hepática avanzada que van a ser sometidos
a biopsia hepática.
475
Recientemente (Febrero 2004) se ha aprobado su uso en pacientes con
Tromboastenia de Glanzmann que presentan refractariedad a la transfu-
sión de plaquetas.
476
rrágicos o como profilaxis en intervenciones quirúrgicas.
La administración de 1 unidad equivale a la actividad encontrada en 1 mL
de plasma fresco normal, por lo que se estima que 1 UI de Factor IX por
Kg de peso corporal, eleva la actividad plasmática de Factor IX en un 1%
sobre el valor normal. La vida media del Factor IX administrado es de 16
horas, por lo que hay que administrar las dosis cada 8-12 horas. Si su uso
está encaminado al reemplazo de otros factores u otras situaciones clíni-
cas, se deberán realizar controles clínico-analíticos para determinar su
efectividad.
477
Tabla 14.9. Concentrados de complejos coagulante antiinhibidor disponibles
Producto Fuente del Métodos de purificación Eliminación
Factor Atenuación Viral del riesgo de
infección viral
FEIBA Immuno Plasma humano Pasteurización.
TIM4® Solvente detergente. Sí
478
preparados comerciales: Fibrogammin® P, que se presentan en viales con
250 UI o 1.250 UI.
479
Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los siguientes pre-
parados comerciales: Anbin®, Anbinex® y Kybernin®, que se presentan
en viales con 500 UI o 1.000 UI.
480
✓ Parámetros biológicos de CID y AT-III <75%.
✓ CID severas con AT-III <50%, se debe administrar cada 8
horas previa determinación de niveles plasmáticos para mantener
una actividad entre el 70-100%.
✓ La administración concomitante de heparina sólo se realizará
cuando los niveles de AT-III sean >80% y no este producida o
acompañada de síndrome traumático severo.
H. Concentrados de proteína C
La Proteína C es una glicoproteína anticoagulante vitamina K dependien-
te que se sintetiza en el hígado; a través del complejo trombina/trombo-
modulina se convierte en Proteína C activada, que es una proteasa sérica
con un potente efecto anticoagulante, inactivando las formas activadas de
los factores V y VIII lo que provoca un descenso en la formación de trom-
bina. Los concentrados de Proteína C se obtienen por fraccionamiento
industrial del plasma humano, purificado con anticuerpos monoclonales
de ratón.
Farmacia. Fabricado por compañías farmacéuticas. Se dispone de los
siguientes preparados comerciales: Ceprotin®, que se presentan en viales
con 500 UI o 1.000 UI; y el concentrado de proteína C recombinante acti-
vada (drotrecogin alfa activado): Xigris®, en presentaciones de 5 mg y
20 mg.
481
Las indicaciones para su administración son:
• Púrpura fulminante y necrosis cutánea inducida por los dicumaríni-
cos en pacientes con déficit congénito grave de la Proteína C.
• Tratamiento y prevención de los episodios hemorrágicos en pacien-
tes diagnosticados de sepsis y fallo multiorgánico, y que reciben tra-
tamiento intensivo de soporte vital junto con la adecuada antibiotera-
pia, y tienen una expectativa de vida razonable (sin enfermedades de
base irrecuperables).
• Todos los pacientes candidatos a recibir proteína C recombinante
activada, deben presentar todos los siguientes criterios:
✓ Expectativa de vida razonable tras el episodio séptico.
✓ Más de tres criterios del síndrome de respuesta inflamatoria sisté-
mica (Tª >38º C o <36º C; taquicardia superior a 90 pmm;
Taquipnea superior a 20 respiraciones/minuto; leucocitos <4.000
µL o >12.000 µL, o presencia de más de un 10% de cayados).
✓ Evidencia de fallo orgánico originado por la sepsis en dos o más
sistemas durante 24 horas (cardiovascular, renal, respiratorio,
hematológico o metabólico).
✓ Evidencia inequívoca de infección.
• Profilaxis en caso de déficit congénito grave de Proteína C ante las
siguientes situaciones: cirugía o terapia invasiva inminente, al inicio
del tratamiento con dicumarínicos, cuando la terapia dicumarínica no
es suficiente o posible.
Si se utiliza el concentrado de Proteina C procedente del plasma humano,
la administración de 1 UI equivale a la actividad encontrada en 1 mL de
plasma fresco normal, por lo que se estima que 1 UI de Proteína C por
Kg de peso corporal, eleva la actividad plasmática Proteína C en un 1%
sobre el valor normal. La vida media de la Proteína C es de 5 a 16 horas.
Es aconsejable monitorizar clínica y analíticamente los efectos terapéuti-
cos a las 6 horas de su administración, para ajustar la cantidad y frecuen-
cia de las dosis a administrar.
Se administra lentamente por vía endovenosa con una velocidad que no
debe superar los 2 mL/minuto, salvo en niños con peso inferior a 10 kg,
en los que la velocidad no debe superar los 0.2 mL/minuto. Su adminis-
482
tración provoca un aumento inmediato pero temporal de los niveles de
Proteína C, siendo su vida media de 5-16 horas, si bien influyen factores
tales como la presencia de trombosis que reduce la vida media y el aumen-
to en los niveles plasmáticos.
La dosis inicial debe conseguir una actividad de proteína C del 100%,
actividad que debe mantenerse por encima del 25% a lo largo del trata-
miento. Se aconseja una dosis inicial de 60-80 UI/Kg.
La Proteina C recombinante debe administrarse inmediatamente o como
mucho dentro de las tres horas siguientes a su reconstitución. Se debe
administrar por vía intravenosa a un ritmo de infusión de 24 µg/kg/hr para
una duración total de la infusión de 96 horas.
I. Concentrados de fibrinogeno
El Fibrinógeno es una glucoproteína presente en el plasma con un peso
molecular de 340.000 daltons, sintetizada por las células hepáticas y que
participa en la hemostasia estabilizando la agregación plaquetaria y a tra-
vés de la formación del coágulo de fibrina. Es una proteína soluble que se
transforma en fibrina (insoluble) por acción de la trombina. Los concen-
trados de fibrinógeno se obtienen por fraccionamiento industrial del plas-
ma humano.
Farmacia. Fabricado por compañías farmacéuticas. Actualmente en
España se trata de medicación extranjera. Se dispone de los siguientes
preparados comerciales: Haemocomplettan P®, Fibrinogen Immuno®,
Clottagen®, que se presentan en viales que contienen 1 gr. y 1.5 gr.
La dosis a administrar, por vía intravenosa muy lentamente a razón de
menos de 5 mL/min, se debe calcular en función de los siguientes pará-
metros:
Dosis a administrar en mg = Volumen plasmático (en mL) × (Fibrinógeno
deseado – Fibrinógeno actual) expresado en mg/mL.
Volumen plasmático = N × Peso (Kg) × (100-hematocrito)/100. Donde N
es una constante que tiene un valor de 62 mL/Kg en mujeres, y 68 mL/kg
en varones.
Es imperativo monitorizar los niveles de fibrinógeno durante el trata-
miento. Como norma general, se administran de 1-2 gr como dosis inicial
de choque, la frecuencia y dosis de mantenimiento varía en función de los
483
valores séricos y la eficacia clínica, guiándose por las fórmulas mencio-
nadas.
484
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487
15. MEDICINA TRANSFUSIONAL NEONATAL
Y PEDIATRICA
489
• Una fisiología hematológica distinta y característica de esta etapa de
la vida (Tabla 15.1.), que se puede resumir en:
✓ Un volumen sanguíneo de ± 85 mL/Kg, que proporcionalmente a
su peso es superior al del adulto.
✓ Una cantidad de hematíes, que proporcionalmente, también es
superior a la del adulto, lo que ocasiona que presente valores de
hemoglobina entre 15-20 g/dL y un hematocrito entre 45-60%.
✓ Una “calidad” de la hemoglobina peor que la del adulto, en rela-
ción directa con la cantidad de hemoglobina Fetal que proporcio-
na una alta afinidad por el oxígeno.
✓ Ciertos factores de la coagulación (II, VII, X, XI y XII) están de
forma fisiológica en valores mucho más bajos que en el adulto; en
tanto que otros (I, V, VIII y XIII) lo están en los mismos valores.
• Una patología inmunohematológica propia, representada por los pro-
blemas inmunológicos de compatibilidad feto-materna.
Todo ello conlleva en la práctica transfusional de la etapa neonatal, una
serie de actitudes importantes: las reglas inmunológicas pre-transfusiona-
les propias del neonato, la elección del componente sanguíneo y del volu-
men del mismo, y considerar prácticamente toda administración de hema-
tíes, como una “transfusión masiva”.
490
A. Normas generales de administración de hemoderivados en el
paciente pediátrico
491
A.2. Selección de componentes
La selección de los componentes a administrar no difiere en gran medida
a los señalados para el adulto, salvo en las etapas perinatal y neonatal, en
las que se requiere adoptar una serie de medidas especiales.
492
✓ Seronegativos para el CMV.
✓ Con Hemoglobina S no detectable.
✓ Irradiados y transfundidos dentro de las 24 horas post-irradiación.
✓ Hematocrito inferior al 75%.
✓ Calentados a 37º C, inmediatamente antes de la transfusión.
• Concentrados de hematíes para la exanguinotransfusión (EXT).
✓ Grupo sanguíneo O, o ABO compatible con el de la madre y el
suero del neonato, RhD negativo (o RhD idéntico con el neonato).
✓ Negativo para cualquier tipo de antígeno eritrocitario determinado
mediante el escrutinio de anticuerpos en suero materno.
✓ Prueba cruzada compatible con el suero materno.
✓ Lo más recientemente obtenidos (de 5 días o menos), para asegu-
rar una función óptima del eritrocito así como unos niveles bajos
de potasio en el sobrenadante, y extraídos utilizando CPD como
anticoagulante.
✓ Seronegativos para CMV.
✓ Con Hemoglobina S no detectable.
✓ Irradiados y transfundidos dentro de las 24 horas post-irradiación. La
irradiación es esencial si el neonato ha sido sometido a una TIU ante-
rior y se recomienda en toda EXT; si bien la irradiación para EXT en
ausencia de TIU previa, no es esencial si ello provoca un retraso sig-
nificativo en su realización y por tanto repercusión clínica.
✓ Hematocrito del 50-60%.
✓ Calentados a 37º C, inmediatamente antes de la transfusión.
• Concentrados de hematíes para la transfusión neonatal.
✓ Grupo sanguíneo O, o ABO compatible con el de la madre y el
neonato, RhD negativo o RhD idéntico con el neonato.
✓ Negativo para cualquier tipo de antígeno eritrocitario determinado
mediante el escrutinio de anticuerpos en suero materno.
✓ Prueba cruzada compatible con el suero materno, en los casos que
sea necesaria su realización.
493
✓ Lo más recientemente obtenidos (de 5 días o menos), para asegu-
rar una función óptima del eritrocito así como unos niveles bajos
de potasio en el sobrenadante, y extraídos utilizando CPD como
anticoagulante.
✓ Calentados a 37º C, inmediatamente antes de la transfusión.
✓ Con Hemoglobina S no detectable.
✓ Serán CMV seronegativos y/o irradiados en aquellas situaciones
en las que se indica tal requerimiento.
494
✓ Compatibles frente al sistema HPA en los casos de trombopenia
neonatal aloinmune.
✓ Deben ser seronegativos para el CMV.
✓ Deben ser irradiados en las circunstancias en las que está indica-
do, y en tal caso transfundidos dentro de las 24 horas post-irradia-
ción.
✓ Los concentrados pueden obtenerse además de la donación de una
unidad de sangre, mediante procedimiento de aféresis (que gene-
ralmente se fracciona en 4 alícuotas utilizando un sistema cerra-
do).
✓ Deben contener >40x109/L de plaquetas en suficiente plasma para
mantener el pH entre 6.4 y 7.4.
495
• Neonatos prematuros (<37 semanas de gestación).
• Neonatos con bajo peso <1200 gramos.
• Neonatos que reciben exanguinotransfusión.
• Neonatos con riesgo a desarrollar una infección por CMV (madres
seronegativas)
• Toda transfusión intrauterina.
496
• Reducción en la aloimmunización por HLA.
• Reducción o eliminación en el riesgo de transmisión de CMV, HTLV-
I-II, y otros virus asociados con los leucocitos como VEB, VHH-6, y
VHH-8.
• Posible reducción en: transmisión de parásitos (Toxoplasma gondii),
sepsis bacteriana en los CH, transmisión de priones, y lesión pulmo-
nar aguda relacionada con la transfusión.
497
con el fin de que puedan administrar a todos los neonatos e incluso uti-
lizarlos para casos de TIU.
También pueden obtenerse alícuotas extrayendo en condiciones estériles
mediante una jeringa, la cantidad de mL necesarios de una unidad de con-
centrado de hematíes convencional, si bien una vez realizada la extrac-
ción, la unidad original tiene una caducidad de 24 horas, conservada entre
1-6º C; por lo que una nueva administración sólo se puede realizar duran-
te dicho tiempo (catéter braquial epicutáneo).
498
transfundirse en un plazo de dos a cuatro horas. Si el intervalo de la trans-
fusión se prevé que pueda exceder de cuatro horas, el componente san-
guíneo debe subdividirse y almacenarse en el Banco de Sangre hasta su
posterior administración.
Las proporciones de infusión normalmente utilizadas son:
• Concentrados de hematíes: 3-5 mL/kg/hora.
• Plasma fresco: en 30 minutos, si el volumen no excede 5-10 mL/kg.
• Concentrado de plaquetas: raramente es necesario reducir el volumen
de los concentrados de plaquetas si la dosis no excede 5-10 mL/kg;
para volúmenes superiores a 10 mL/kg, la unidad debe ser centrifu-
gada para reducirla a unos 10-15 mL.
499
por episodio, se puede utilizar la administración manual mediante una
jeringa que contiene el componente sanguíneo ya filtrado. Volúmenes más
grandes, que normalmente contienen 50 mL o más dentro de la bolsa, se
transfunden con una bomba de infusión calibrada o a través de un juego
de infusión con un depósito de cámara calibrado.
Los dispositivos de infusión electrónicos incluyen ventajas tales como la
supervisión del flujo, con una alarma para estados de baja o alta presión,
y las proporciones exactas de infusión. Las bombas de infusión requieren
una revisión periódica para determinar la exactitud de la proporción de
flujo y la existencia de una posible hemólisis.
B.2. Indicaciones
500
,QGLFDFLRQHVGH&*5QHRQDWRV\ODFWDQWHVPHVHV
501
B.2.2. Lactantes mayores de 4 meses, preescolares y escolares
Las indicaciones para administrar concentrados de hematíes en lactantes
de mas de 4 meses de edad, preescolares y escolares se dan en las siguien-
tes circunstancias:
• Hemoglobina preoperatoria menor de 8 g/dL asintomática en casos
quirúrgicos de urgencia o en cirugía electiva cuando una terapia alter-
nativa no está disponible o no es clínicamente apropiada.
• Hemoglobina postoperatoria <8 g/dL con signos o síntomas de ane-
mia.
• Pérdida aguda igual o mayor del 15% del volumen sanguíneo, o sig-
nos y síntomas de hipovolemia que no responde a la administración
de fluidos.
• Pérdida intraoperatoria de más del 15% del volumen sanguíneo.
• Hemoglobina menor de 13 g/dL (Hematocrito <40%) y cualquiera de
las siguientes condiciones:
✓ Enfermedad cardiopulmonar severa (requieren oxígeno suplemen-
tario o ventilación asistida).
✓ Cardiopatia congénita cianógena, insuficiencia cardiaca congesti-
va, sometidos a circulación extracorpórea, o hemoglobinopatía
congénita.
• En niños que reciben tratamiento antineoplásico (quimioterapia y/o
radioterapia):
✓ En un niño asintomático y estable en recuperación de anemia
inducida por quimioterapia, la transfusión de concentrados de
hematíes solo se indica con hemoglobina <8 g/dL y un recuento de
reticulocitos bajo.
✓ Hemoglobina <8 g/dL en un niño que inicia un ciclo de inducción
o mantenimiento de quimioterapia .
✓ Hemoglobina de <10 g/dL en un niño sometido a radioterapia.
✓ Pérdida aguda de sangre estimada en más del 10% del volumen
sanguíneo del paciente o concentración de Hb de menos de 8 g/dL
en niño incapaz de producir glóbulos rojos (aplasia).
502
• Hemoglobina <8 g/dL en pacientes con anemia crónica sin respuesta
a tratamiento médico y con signos o síntomas de anemia (taquicardia,
cambios en el estado mental, signos y síntomas de isquemia, o falta
de crecimiento atribuible a la anemia).
• Hemoglobina <14 g/dL en un paciente con insuficiencia respiratoria
severa que no se corrige con oxígeno suplementario o soporte venti-
latorio.
• Deficiencia severa de hierro con hemoglobina inferior a 5 g/dL.
• Complicaciones de la enfermedad de células falciformes:
✓ Accidente cerebro-vascular.
✓ Síndrome torácico agudo.
✓ Secuestro esplénico.
✓ Priapismo recurrente.
✓ Para preparación preoperatoria con anestesia general si la hemo-
globina es <10 g/dL.
• Régimen de transfusión crónica para la talasemia mayor u otras alte-
raciones en la producción de glóbulos rojos, para prevenir las conse-
cuencias de la anemia severa y la eritropoyesis ineficaz.
• Anemia crónica adquirida o congénita sin una expectativa satisfacto-
ria de respuesta al tratamiento médico.
503
ETIOLOGIA
ALOINMUNE
INFECCIÓN CONGENITA (CMV)
FETAL ALTERACIONES CROMOSOMICAS
AUTOINMUNE (PTI, LUPUS MATERNO)
ENFERMEDAD HEMOLÍTICA RH
CONGENITA (WISKOTT-ALDRICH)
INSUFICIENCIA PLACENTARIA
ASFIXIA PERINATAL
INFECCIÓN PERINATAL
COAGULACIÓN INTRAVASCULAR DISEMINADA
ALOINMUNE
NEONATAL PRECOZ AUTOINUNE
(< 72 HORAS) INFECCIÓN CONGENITA
ALTERACIONES CROMOSOMICAS
TROMBOSIS AORTICA O VENA RENAL
LEUCEMIA CONGENITA
SÍNDROME KASSABACH-MERRIT
ENFERMEDAD METABÓLICA
CONGENITA
SEPSIS NEONATAL
ENTEROCOLITIS NECROTIZANTE
INFECCIÓN CONGENITA
NEONATAL TARDIA AUTOINMUNE
(> 72 HORAS) SÍNDROME KASSABACH-MERRIT
ENFERMEDAD METABÓLICA
CONGENITA
Tabla 15.2. Principales causas de trombopenia en el recién nacido.
(En subrayado las más frecuentes)
C.2. Indicaciones
504
• En todo neonato con manifestaciones hemorrágicas importantes en el
que se considera que la trombocitopenia es un factor desencadenante
o que contribuye a la misma, cuando la cifra de plaquetas es inferior
a 100.000/µL.
• En todo neonato con manifestaciones hemorrágicas en el que se
considera que las alteraciones funcionales de las plaquetas son un
factor desencadenante o que contribuye a la misma, y que no res-
ponden a tratamientos alternativos como Desmopresina, criopreci-
pitados.
C.2.1.2. Transfusión profiláctica
µL.
• Cifra de plaquetas <30.000/µ
✓ En el recién nacido a término.
µL.
• Cifra de plaquetas <50.000/µ
✓ En el prematuro estable (< 37 semanas).
✓ En el prematuro con factores de riesgo hemorrágico (anoxia peri-
natal, CID).
✓ En el prematuro inestable, con peso < 1.000 gr, y en la primera
semana de vida.
✓ En el recién nacido a término con historia previa de hemorragia
importante (intraventricular o pulmonar), presencia de petequias o
hemorragia en las zonas de punción venosa, datos analíticos de
existencia de coagulopatía, o antecedentes de cirugía y/o exangui-
notransfusión.
✓ En el recién nacido a término al que se va a realizar alguna técni-
ca diagnóstica quirúrgica menor, o una punción lumbar.
✓ En el recién nacido a término al que se le va a realizar (por otro
motivo distinto al de la trombopenia neonatal aloinmune) una
exanguinotransfusión.
✓ En el recién nacido a término con datos biológicos de CID.
µL.
• Cifra de plaquetas <100.000/µ
✓ En el recién nacido a término sometido a un procedimiento de
cirugía mayor.
✓ En el recién nacido a término con cuadro de sepsis neonatal.
505
C.2.1.3. Transfusión en la trombopenia neonatal aloinmune
µL.
• Cifra de plaquetas <30.000/µ
Transfundir en todos los casos con plaquetas HPA-compatibles.
µL.
• Cifra de plaquetas 30.000-50.000/µ
Transfundir ante cualquier manifestación hemorrágica mínima y con
plaquetas HPA-compatibles.
µL.
• Cifra de plaquetas 50.000-100.000/µ
Transfundir ante presencia de cuadro hemorrágico severo e impor-
tante y con plaquetas HPA-compatibles.
µL.
• Cifra de plaquetas >100.000/µ
No transfundir.
506
C.2.2.2. Transfusión profiláctica
• Fracaso medular para su fabricación por mielosupresión temporal
debido a quimio-radioterapia o invasión tumoral en pacientes con
recuentos de plaquetas inferiores a 10.000 µL, con o sin factores de
riesgo asociados (infección, fiebre, coagulopatía, y esplenomegalia);
o con recuentos inferiores a 20.000/µL y presencia de alguno de los
mencionados factores de riesgo. En pacientes diagnosticados de
APLASIA MEDULAR, se aconseja no administrar concentrados de
plaquetas profilácticos a no ser que exista un sangrado menor o sin-
tomático.
• En pacientes con recuentos plaquetares inferiores a 50.000/µL y que
van a ser sometidos a cirugía general o procedimientos invasivos.
• En pacientes con recuentos plaquetares inferiores a 100.000 µL y que
van a precisar neurocirugía (incluyendo la cirugía ocular) o procedi-
mientos invasivos neuro-quirúrgicos.
• En pacientes con alteraciones funcionales plaquetarias y que van a
ser sometidos a cirugía general o procedimientos invasivos, que no
responden a tratamientos alternativos como Desmopresina, criopreci-
pitados, estrógenos y hemodiálisis.
507
las funciones disminuidas de la plaquetas, que harían a un adulto propen-
so a cuadros hemorrágicos, los recién nacidos no presentan hematomas
espontáneos, ni fenómenos de sangrado si se les somete a cirugía; esta
“discrepancia” entre los resultados del laboratorio y las manifestaciones
clínicas es objeto de discusión en la actualidad.
D.2. Indicaciones
508
✓ Reposición de factores de coagulación, cuando no se dispone o no
existen concentrados de dichos factores deficientes. En la actuali-
dad no se dispone de concentrados de F. V, y los de F. XI, están
solamente disponibles en algunos países y conllevan un alto ries-
go de complicaciones trombo-embólicas, por lo que se desaconse-
ja su administración.
• Déficit severo del Factor V (niveles plasmáticos < 5 U/100
ml): El nivel mínimo a alcanzar con la administración de
plasma es de 20 U/100 mL; debido a la corta vida media del
Factor V (12-15 h), la dosis de plasma de 20 mL/kg se debe
administrar en intervalos de 12 horas. En caso de hemorragia
severa, el intercambio plasmático pueda ser necesario para
alcanzar niveles hemostáticos del Factor V sin causar sobre-
carga de volumen.
• Déficit severo del Factor XI y la deficiencia moderada del
factor XI, se han asociado a hemorragias severas; el nivel
mínimo a alcanzar con la administración de plasma es 20
U/100 mL en la deficiencia severa, debido a la vida media
larga del factor XI (cerca de 60 horas), 20 mL plasma/kg se
deben administrar diariamente. En la deficiencia moderada
del factor XI asociada a hemorragia severa, 20 mL plasma/kg
deben transfundirse si la administración previa de antifibri-
nolíticos y desmopresina han sido ineficaces para lograr una
hemostasia adecuada.
✓ Situaciones clínicas en las que existe un déficit de vitamina K, y
no se puede esperar (por la hemorragia) a la administración intra-
venosa de vitamina K, o bien no hay respuesta a la administración
de la misma.
✓ Coagulación intravascular diseminada, una vez se ha instaurado el
tratamiento etiológico adecuado y específico.
✓ Cirugía cardiaca con circulación extracorpórea, siempre y cuando
se hayan descartado otras causas de la hemorragia (insuficiente
neutralización de heparina, trombocitopenia).
✓ Reposición de los factores de coagulación que han sido depleccio-
nados durante un proceso de recambio plasmático en el que se ha
utilizado como componente de recambio la albúmina.
509
D.2.2. Administración profiláctica
La administración profiláctica en la etapa neonatal de PFC se considera
que está indicada en las siguientes condiciones o situaciones clínicas:
• Prevención de la hemorragia microvascular difusa en neonatos que
han recibido una transfusión masiva y presentan alteraciones signifi-
cativas en los estudios biológicos de la coagulación, aunque no pre-
senten manifestaciones hemorrágicas.
• Prevención de manifestaciones hemorrágicas en neonatos con hepa-
topatías agudas o crónicas y transtornos importantes en las pruebas
de coagulación y que deban ser tratados quirúrgicamente o sometidos
a un procedimiento diagnóstico o terapéutico invasivo.
• En ausencia de manifestaciones hemorrágicas, pero con alteraciones
en los estudios de coagulación en: neonatos con déficit congénito de
factores de la coagulación, en los que no se disponga de concentra-
dos de factores específicos, ante la eventualidad de una actuación
quirúrgica, biopsia, y otros procedimientos invasivos y/o traumáti-
cos.
D.3. Contraindicaciones
Las situaciones en la etapa neonatal, en las que se considera que el uso del
PFC no está indicado y se está utilizando de forma inapropiada son:
• Pacientes con sangrado activo, secundario a déficit de algún factor de
la coagulación que se encuentra disponible en forma de concentrado,
o que puede ser tratado adecuadamente con fármacos.
• Prevención de la hemorragia intraventricular del recién nacido, en
ausencia de coagulopatía.
• Como reposición de volumen en las sangrías del recién nacido con
poliglobulia, a no ser que exista una coagulopatía concomitante.
• Como ajuste del hematocrito de los CH que van a ser transfundidos
a los recién nacidos.
• Como tratamiento adyuvante a la terapia antibiótica en infecciones
neonatales graves, en ausencia de CID.
• En cuadros de hipovolemia sin existencia concomitante de cuadro
hemorrágico y/o alteraciones hemostásicas.
510
E. Transfusión de crioprecipitados
El Crioprecipitado contiene los mismos niveles de F. VIII, F. XIII, fibri-
nógeno, F. vW, y fibronectina que el PFC, pero en un volumen mucho más
pequeño. Esta reducción de volumen (15 mL) permite un reemplazo más
rápido de estos factores específicos que una sola unidad de PFC (200 mL),
reduciendo el riesgo de sobrecarga de volumen; ésto es especialmente
importante en neonatos y prematuros de bajo peso. En los neonatos como
norma general una sola unidad de 10-15 mL es normalmente suficiente
para lograr una hemostasis normal.
E.2. Indicaciones
• Hipofibrinogenemia (<100/mg/dL) o disfibrinogenemia con hemo-
rragia activa.
• Hipofibrinogenemia (<100/mg/dL) o disfibrinogenemia en pacientes
pediátricos que van a ser sometidos a intervención quirúrgica o pro-
cedimientos diagnósticos invasivos.
• Hipofibrinogenemia (<120 mg/dL) en neonatos con oxigenación por
membrana extracorpórea.
• Déficit de Factor XIII, y hemorragia activa o realización de procedi-
mientos quirúrgicos y/o diagnósticos invasivos, si no existe disponi-
bilidad de concentrados de F. XIII.
• En casos de Hemofilia A, siempre y cuando no hayan sido tratados
previamente con unidades de F. VIII recombinante, y el crioprecipi-
tado proceda de un mismo donante conocido testado.
• En la enfermedad de von Willebrand, en presencia de hemorragia
activa, o antes de un procedimiento quirúrgico o invasivo, en las
siguientes circunstancias:
511
✓ Cuando la Desmopresina esté contraindicada, no esté disponible o
sea infectiva.
✓ Cuando no esté disponible un concentrado de F. VIII que conten-
ga F. wW.
F.2. Indicaciones
La principal indicación para la transfusión de granulocitos en neonatos
la constituye la SEPSIS NEONATAL. Los niños recién nacidos son
más susceptibles a la infección severa debido a que presentan: una
ausencia de anticuerpos específicos frente a los agentes patógenos, una
inmunidad celular y humoral poco desarrollada, y un defecto cuantita-
tivo y/o cualitativo en la función de los neutrófilos. De tal manera se
indica la transfusión de concentrados de granulocitos en las siguientes
circunstancias:
• Sepsis bacteriana que no responde al tratamiento antibiótico iniciado
previamente y tras 24-48 horas, en niños con menos de dos semanas
de vida, y con un recuento de neutrófilos inferior a 3.000/µL.
• Sepsis bacteriana que no responde al tratamiento antibiótico iniciado
previamente y tras 24-48 horas, en niños con más de dos semanas de
vida, y con un recuento de neutrófilos inferior a 500/µL.
• Sepsis bacteriana que no responde al tratamiento antibiótico iniciado
previamente y tras 24-48 horas, en niños que presentan alteraciones
512
cualitativas en la función de los neutrófilos, independientemente del
recuento de los mismos.
La principal indicación para la transfusión de granulocitos en niños pre-
escolares y escolares, no difiere en gran medida con la de los adultos, y la
constituye la SEPSIS BACTERIANA o FUNGICA en niños neutrópeni-
cos severos, en los que se espera una recuperación medular. De tal mane-
ra las principales indicaciones de transfusión de concentrados de granulo-
citos en niños son:
• Sepsis bacteriana que no responde al tratamiento antibiótico iniciado
previamente y tras 48 horas, con un recuento de neutrófilos inferior a
500/mL, y con una regeneración medular esperada.
• Sepsis bacteriana que no responde al tratamiento antibiótico iniciado
previamente y tras 48 horas, en pacientes que presentan alteraciones
cualitativas en la función de los neutrófilos.
G.1. Albúmina
La transfusión de albúmina, obtenida por fraccionamiento industrial del
plasma humano, se indica cuando existe una necesidad de expansión de
volumen y un reemplazo por coloides. No hay ninguna evidencia que la
albúmina tenga un papel relevante como un suplemento nutritivo o como
corrector para la ascitis y el edema periférico secundario a hipertensión
portal. Existe además una preocupación en su administración, ya que
puede provocar un exudado alveolar en neonatos y causar un cuadro de
distrés respiratorio. Las principales indicaciones para la administración de
albúmina en neonatos y niños son:
• Hipotensión aguda en pacientes que presentan alguna de las siguien-
tes condiciones:
✓ Fallo hepático agudo o crónico.
✓ Neonatos con sepsis y/o enfermedad de membranas hialinas.
• Para mantener el volumen sanguíneo en determinados pacientes
sometidos a:
✓ Exanguinotransfusión.
513
✓ Recambio para tratamiento de Policitemia.
• Para elevar las proteínas totales (si son <5.2 g/dL) y/o la albúmina (si
es <1.8 g/dL) en los siguientes casos:
✓ Pacientes quemados tras las primeras 24 horas.
✓ Shock no hemorrágico.
✓ Síndrome de distrés respiratorio agudo (en determinados pacien-
tes).
✓ Edema periférico severo.
• Para inducir la diuresis en combinación con diuréticos en pacientes
con sobrecarga de fluidos en:
✓ Nefropatías o enteropatías con pérdidas proteicas.
✓ Fallo hepático agudo o crónico.
• Compromiso cardiovascular secundario a hipovolemia asociado a:
✓ Cirugía con circulación extracorpórea.
✓ Shock.
✓ Taquicardia hemodinámica.
514
- Agammaglobulinemia ligada al cromosoma X (autosómica
y recesiva).
- Déficit de subclases de IgG.
- Déficit selectivo en la producción de anticuerpos con Igs
normales.
- Déficit de IgA.
- Hipogammaglobulinemia del lactante.
➢ Inmunodeficiencias combinadas:
- Inmunodeficiencia combinada severa.
- Síndrome de hiper IgM.
- Déficit del complejo mayor de histocompatibilidad clase II.
- Otras inmunodeficiencias combinadas.
➢ Síndromes de inmunodeficiencia bien definidos:
- Síndrome de Wiskott-Aldrich.
- Ataxia-Telangiectasia.
- Síndrome de DiGeorge.
La administración de IVIG se indica en cuadros de hipogamma-
globulinemia (con IgG total disminuida o disminución de subcla-
ses de IgG) con infecciones bacterianas recurrentes.
Las dosis recomendadas de mantenimiento son de 200-500 mg/kg
cada 21 días, ajustando las dosis para mantener unos niveles de
IgG >600 mg/dL y buena respuesta clínica (ausencia de episodios
infecciosos).
✓ Inmunodeficiciencias Secundarias.
➢ SIDA pediátrico.
La administración de IVIG sólo se considera en aquellos
pacientes con infecciones sintomáticas, presencia de VIH
(cultivo o antígeno p24 positivo), y que no reciben profilaxis
para la neumonía por Pneumocystis carinii. Las dosis a utili-
zar son de 400 mg/Kg mensuales hasta alcanzar cifras de
CD4 >400/mL.
515
➢ Transplante de médula ósea alogénico.
La administración de IVIG en pacientes sometidos a trans-
plante de médula ósea alogénico se indica para la prevención
de la infección por CMV; los mayores beneficios se obtienen
en los pacientes de bajo riesgo (receptores seronegativos que
reciben hemoderivados seronegativos y ninguna transfusión
de concentrado de granulocitos). Las dosis a emplear son
variables: 150-200 mg/kg dos dosis pre-transplante, segui-
das de una dosis semanal hasta los 70 días post-transplante.
✓ Púrpura Trombopénica Idiopática (PTI) en los siguientes casos:
➢ PTI aguda: IVIG puede ser considerado como terapia inicial
si la cifra de plaquetas es < 20.000 µL, sobre todo cuando el
paciente tiene hemorragia severa o el riesgo de hemorragia es
vida-amenazante. IVIG no se indica si las manifestaciones de
sangrado son mínimas (petequias, equimosis o hematomas, o
asintomático). La dosis a utilizar es de 0.8-1 gr/Kg/día.
➢ PTI crónica: IVIG esta indicada en pacientes de alto riesgo
con recuentos plaquetares bajos y asintomáticos; también se
indica tras el fracaso de otras terapias o cuando existe un alto
riesgo de sepsis post-esplenectomía (en niños < 5 años). La
dosis a utilizar es de 0.8-1 gr/Kg/día.
✓ Enfermedad hemolítica del recién nacido (EHRN).
IVIG puede indicarse en niños con EHRN severa que no res-
ponde a la fototerapia para disminuir la necesidad de la exan-
guinotransfusión. No existe una dosis determinada, y diversos
estudios señalan la administración de 0.5-1 gr/Kg.
✓ Trombocitopenia aloinmune neonatal.
Esta indicada en recién nacidos con severa trombopenia de ori-
gen aloinmune, cuando la administración de plaquetas lavadas
e irradiadas de la madre no es factible, o no recomendable. La
dosis a administrar es de 1 gr/Kg en dosis única, que puede
repetirse a las 24 horas si no existe una respuesta adecuada.
✓ Tratamiento adyuvante en las sepsis severas en neonatos.
La indicación de IVIG es de tratamiento adyuvante en casos de
sepsis severas en: prematuros (<37 semanas), y recién nacidos
516
de bajo peso (<2 Kg), sobre todo si presentan neutropenia o
poca respuesta al tratamiento antibiótico. Las dosis a utilizar
son de 400 mgr/Kg/día durante cinco días.
✓ Enfermedad de Kawasaki.
La enfermedad de Kawasaki es una vasculitis sistémica de etio-
logía desconocida que afecta fundamentalmente a niños, y que
se caracteriza por cuadro febril de al menos 5 días de duración
(que no responde a antibioterapia), conjuntivitis bilateral no
purulenta, afectación de mucosas, adenopatías cervicales, rash
cutáneo polimorfo y alteraciones en extremidades. El curso de
la enfermedad es de unas tres semanas sin tratamiento, pero
pueden presentarse complicaciones de tipo de aneurismas coro-
narios y de arterias musculares.
El tratamiento de opción en el momento de diagnóstico es la
administración de IVIG. La dosis a administrar es única y de
2gr/Kg, y aproximadamente en un 10% de los casos, no se
obtiene una respuesta satisfactoria por lo que una segunda
dosis puede darse para pacientes que no responden a la pri-
mera.
✓ Síndrome de Guillain-Barré (SGB), incluyendo la variante de
Miller Fisher y la polineuropatía panautonómica aguda.
El SGB se caracteriza por el desarrollo de debilidad aguda,
generalmente, empezando en los pies y progresando para invo-
lucrar los músculos del brazo y el tronco. Las formas severas
del síndrome pueden llevar a un fracaso respiratorio y requerir
la admisión en unidades de cuidados intensivos.
El recambio plasmático se ha mostrado muy eficaz y es actual-
mente el tratamiento de opción, junto con la administración de
IVIG. No obstante el tratamiento con IVIG debe reservarse para
los pacientes con SGB en los que no se puede realizar el inter-
cambio de plasma. Se recomienda tratar sólo los casos severos
con debilidad significativa, dificultad respiratoria, trastornos
bulbares, polineuritis craneal, o pérdida inminente o real de la
habilidad para estar de pie o caminar, y en las dos primeras
semanas de la enfermedad. Las dosis a utilizar es de 400
mgr/Kg/día, 5 días.
517
G.3. Concentrados de factores de la coagulación
La administración de los concentrados de factores de la coagulación,
actualmente disponibles, son los productos a administrar de primera elec-
ción en todas las alteraciones hemostásicas tanto congénitas como adqui-
ridas.
La mayoría de los problemas hemorrágicos considerados durante el perí-
odo neonatal tienen su origen en alteraciones hemostáticas adquiridas. Sin
embargo, las enfermedades hereditarias de la coagulación pueden mani-
festarse en el período neonatal, incluso sin existencia de antecedentes
familiares que puedan sugerir el diagnóstico. Por lo que es fundamental
realizar un diagnóstico precoz del déficit de factor o factores implicados,
para administrar el concentrado disponible adecuado, sin olvidar que
cuando existe un cuadro hemorrágico en curso, clínicamente significativo
y se sospecha pero no se ha confirmado un déficit congénito de un deter-
minado factor de la coagulación, el plasma fresco congelado (10-15
mL/kg) se puede administrar hasta disponer de los resultados de las inves-
tigaciones de laboratorio.
Más del 90% de todas las deficiencias congénitas de factores de la coagu-
lación que se diagnostican durante la infancia son déficit de Factor VIII o
IX. Las deficiencias de Factor II, V, VII y XI son raras y se heredan con
carácter autosómico, mientras que las de F XII, no suelen producir hemo-
rragias. Mención especial merece el déficit de Factor XIII, ya que se
manifiesta casi en el 80% de los casos en el período neonatal. Aunque la
enfermedad de von Willebrand es la más frecuente de las alteraciones con-
génitas de la coagulación, muy raramente se presenta en el período neo-
natal.
Los niveles del Factor VIII están dentro de los valores normales del
adulto tanto en los neonatos a término como prematuros, y por lo tanto
es posible confirmar un diagnóstico de hemofilia A en el período neo-
natal sin importar la severidad de la enfermedad y la edad gestacional.
Esto también se aplica a los déficits de fibrinógeno y de Factor V. El
déficit severo de Factor IX (<2 UI/dL) y moderado (2-5 UI/dL) en la
hemofilia B, también se pueden confirmar en el período neonatal; sin
embargo, la confirmación del déficit leve (>5 UI/dL) es problemática
debido a que se encuentra en los límites bajos de la normalidad, lo que
hace necesario la repetición del estudio aproximadamente a los 6
meses de edad.
518
La enfermedad de von Willebrand (EvW) está causada por defectos cuan-
titativos o cualitativos del factor von Willebrand (FvW). Este factor es una
proteína reactante de fase aguda y los aumentos fisiológicos de la misma,
hacen difícil el diagnóstico del tipo 1 de la EvW en el recién nacido. El
tipo 2, se puede sospechar por las discrepancias en los niveles plasmáti-
cos del antígeno del FvW y la actividad del mismo, y algunos subtipos se
pueden confirmar por el análisis de los multímeros del FvW; la EvW del
tipo 3 se puede diagnosticar en los recién nacidos que tienen esencial-
mente una deficiencia total del FvW. El conocimiento del defecto mole-
cular familiar particular tiene valor en los casos que el diagnóstico es
dudoso.
Las deficiencias homocigóticas de los Factores II, VII, X y XI se pueden
diagnosticar en el período neonatal, mientras que los déficits heterocigó-
ticos pueden plantear más dificultad al encontrarse sus valores dentro de
la gama normal, lo que imposibilita la identificación en esta etapa. La
exclusión del déficit del factor XIII se debe realizar en los neonatos que
presentan patrones hemorrágicos característicos acompañados por estu-
dios normales en las pruebas básicas de coagulación.
519
G.3.2. Concentrados de factor IX
Una vez el diagnóstico se ha realizado, los concentrados recombinantes de
F. IX (Benefix®) son el tratamiento de primera elección debido a su alto
margen de seguridad viral. Si los concentrados recombinantes no están
disponibles, un concentrado derivado de plasma humano inactivado de
alta pureza, debe ser utilizado.
520
G.3.5. Concentrados de proteína C
Los recién nacidos con déficit de la proteína C deben recibir concentrados
de proteína C en una dosis que comienza con 40 UI ⁄kg, las dosis subse-
cuentes se determinan en función de la monitorización de los niveles de
proteína C. Si el concentrado no está inmediatamente disponible, se debe
utilizar PFC 10-20 mL ⁄kg como medida temporal.
521
H.1.1. Indicaciones
522
• Venas umbilicales intrahepáticas.
La canalización del tramo intrahepático de la vena umbilical tiene
varias ventajas teóricas. Hay una incidencia más baja de bradicardia
fetal, probablemente debido a la ausencia de la arteria umbilical en
este nivel anatómico; adicionalmente, la pérdida de sangre en el sitio
de la perforación del cordón puede ser compensada a través de una
absorción subsecuente en cavidad peritoneal; sin embargo, puede
producir un grado mayor de dolor fetal, además de que el movimien-
to fetal hace más difícil el acceso.
• Intraperitoneal.
La vía intraperitoneal utiliza el principio de que los fluidos y las
células en la cavidad peritoneal libre, son absorbidas a través de los
linfáticos diafragmáticos. Sin embargo, en el feto hidrópico, un obs-
táculo funcional del sistema linfático está presente, lo que ocasiona
una absorción más pobre de hematíes. Sin embargo en fetos no
hidrópicos sigue siendo una opción viable cuando el acceso vascular
es difícil.
• Combinación de ambas.
La realización combinada (TIU intravascular seguida por TIU intra-
peritoneal) tiene la ventaja teórica de mantener unos hematocritos
fetales más estables entre los diversos procedimientos debido a la
absorción más lenta de los hematíes intraperitoneales, lo que ocasio-
na un intervalo más largo entre los mismos, y por lo tanto se precisan
menos TIU durante la gestación.
La TIU intravascular raramente tienen éxito antes de las 18 semanas de
gestación debido a la visualización limitada y al pequeño tamaño de las
estructuras anatómicas pertinentes. Tras las 35 semanas de gestación, una
TIU se considera generalmente más arriesgada que el parto prematuro
para el tratamiento neonatal de la anemia severa.
La mayoría de los centros prefiere realizar las TIU en quirófano, ya que
una complicación seria (bradicardia prolongada) puede hacer necesaria
una cesárea de urgencia si el feto tiene una edad gestacional viable.
523
Tras la primera TIU, puede esperarse un descenso del hematocrito
fetal, cifrado en un 1% diario; por lo que una segunda TIU debe reali-
zarse en un plazo de 10-14 días. El intervalo entre TIU subsecuentes
generalmente se alarga entre 3-4 semanas, sobre todo por la supresión
de la eritropoyesis fetal. El volumen a infundir depende de la vía de
acceso.
524
Dado que la vida media de las plaquetas es aproximadamente tres días, la
cifra de plaquetas fetales a alcanzar es de 300.000-500.000/µL para lograr
una cifra de plaquetas en el momento del “nadir” y de la próxima transfu-
sión de 30.000-50.000/µL.
Generalmente se recomienda comenzar las transfusiones de plaquetas a
partir de las 26 a 30 semanas de gestación, que es el período de mayor
riesgo de HIC. Las transfusiones se realizan una vez a la semana debido a
la vida media corta de las plaquetas.
H.1.4. Complicaciones
La TIU es una técnica compleja y difícil que conlleva una perdida fetal
cifrada en el 1-3% de los casos. La bradicardia fetal, que es la complica-
ción más frecuente, es normalmente transitoria y desaparece enlentecien-
do o deteniendo la transfusión, con la retirada de la aguja, con la admi-
nistración de oxígeno a la madre, y colocando a la madre en decúbito late-
ral izquierdo. Si la bradicardia persiste más de 10 minutos a pesar de estas
medidas, una cesárea electiva de urgencia, si el feto es viable, puede ser
necesaria.
Se han descrito otros riesgos que son difíciles de cuantificar:
• El movimiento fetal puede ocasionar traumas en el cordón umbilical
o lesiones viscerales; que pueden minimizarse con administración de
fármacos.
• Hematomas en el cordón umbilical secundarios a hemorragias en el
lugar de la punción; generalmente se resuelven sin secuelas fetales,
pero si son grandes pueden comprimir los vasos umbilicales con
grave compromiso fetal.
• La aguja de inserción transplacental puede producir un sangrado fetal
significativo si lacera un vaso fetoplacentario grande.
• Una hemorragia feto-materna, también puede producirse, y poten-
cialmente aumentar los títulos de aloanticuerpos, así como la severi-
dad de la EHRN.
• Transmisión de agentes víricos o bacterianos bien por las agujas o
por la sangre administrada.
• Lesiones cerebrales, relacionadas con los cambios del volumen intra-
vascular, los cambios hemodinámicos y/o la viscosidad.
525
H.2. Exanguinotransfusión
La exanguinotransfusión (EXT) es un técnica mediante la cual se retira
sangre de la circulación del neonato, sustituyéndola por la obtenida de un
donante y que reúne una serie de características determinadas, en función
de la enfermedad de base que presenta el neonato y que deseamos tratar;
generalmente es un procedimiento que se utiliza para tratar la anemia
severa neonatal, especialmente en presencia de insuficiencia cardiaca, y
para tratar la hiperbilirrubinemia asociada a la enfermedad hemolítica del
recién nacido (EHRN).
H.2.1. Indicaciones
Las principales indicaciones comúnmente aceptadas para la realización de
una EXT neonatal son:
• Enfermedad hemolítica del recién nacido.
• Hiperbilirrubinemia neonatal.
• Policitemia neonatal.
• Crisis hemolítica severa en la anemia de células falciformes.
Otras indicaciones más polémicas las constituyen una serie de circunstan-
cias en donde su utilidad y eficacia es relativa y no existen estudios con-
trolados:
• Coagulación intravascular diseminada.
• Efectos tóxicos de determinados fármacos.
• Alteraciones metabólicas graves.
• Malaria neonatal.
Los criterios que indican una EXT en la enfermedad hemolítica del recién
nacido y en la policitemia neonatal, se describen en otros apartados. En el
caso de neonatos sanos con hiperbilirrubinemia, vienen reflejados en la
Tabla 15.3.
526
esto sucede a los 7-8 cm en niños que pesan más de 2.000 gr, a los 6 cm
en los que pesan de 1.500-2.000 gr, y a los 5 cm en los de menos de 1.500
gr (existen unas gráficas que determinan la distancia óptima a la que debe
alojarse el catéter, en función de la distancia “hombro-ombligo”); es con-
veniente tomar y anotar la presión venosa central (entre 3-10 mmH2O, se
considera normal; si es >14 mmH2O, se debe retirar el catéter ligeramen-
te, unos dos cm, y volver a determinarla pasados 15 minutos). El tamaño
del catéter será del 8 fr en los de más de 2.000 gr y del 5 fr en los de menos
de 2.000 gr.
Edad (horas) µmol/L)
Bilirrubina total en mg/dL (µ
Considerar Fototerapia Exanguinotransfusión Exanguinotransfusión
Fototerapia† intensiva‡ si fracaso de y Fototerapia
Fototerapia intensiva intensiva
† La Fototerapia con los niveles señalados de Bilirrubina es una opción clínica disponible y utili-
zable bajo juicio clínico.
‡ La Fototerapia Intensiva debe reducir los niveles de Bilirrunina entre 1-2 mg/dL en 4 a 6 horas, y
debe continuar descendiendo y permanecer por debajo del nivel estimado para realizar una exan-
guinotransfusión. Si ello no ocurre, se puede considerar el fracaso de la Fototerapia intensiva.
§ Los recién nacidos de menos de 24 horas de vida que presentan una cuadro ictérico clínico, no
son considerados “sanos”, y se les aplica un protocolo distinto.
527
cada 100 mL de sangre extraída), el cual debe administrarse bien por la
arteria umbilical o por otra vía venosa periférica, y nunca por la vena
umbilical (nunca se debe administrar ante la presencia de arrtimias). El
tratamiento rutinario de la posible hipocalcemia es controvertido; sin
embargo, la hipocalcemia sintomática presente durante una EXT debe ser
tratada.
Entre los cuidados a tener en cuenta post-EXT, merecen destacarse:
• Los recién nacidos que reciben antibióticos o anticonvulsionantes
deben ser remedicados tras la EXT. La readministración de Digoxina
no se indica a menos que el estado cardiaco esté deteriorado o los
niveles de digoxina plasmáticos sean demasiado bajos.
• Aunque la infección es infrecuente después de este procedimiento, es
la complicación más frecuente del mismo, por lo que una profilaxis
antibiótica se debe considerar sobre una base individual. La ampici-
lina, gentamicina y vancomicina son los antibióticos más común-
mente utilizados tras la EXT.
• Si el recién nacido recibía fototerapia antes de la EXT, ésta debe ser
reanudada después del procedimiento, ya que un aumento de “rebo-
te” en los niveles de bilirrubina se produce de dos a cuatro horas des-
pués de la transfusión.
• La determinación del hematocrito, hemoglobina y plaquetas se debe
realizar aproximadamente a las cuatro horas después del procedi-
miento.
• Muchos centros recomiendan que la alimentación sea retrasada (al
menos durante 4 horas) después de la EXT para reducir al mínimo, el
riesgo de enterocolitis necrotizante.
528
MADRE RECIEN NACIDO DONANTE
O Rh- O Rh+ O Rh-
A Rh- A Rh+ A Rh-, u O Rh-
B Rh- B Rh+ B Rh-, u O Rh-
AB Rh- AB Rh+ AB Rh-, u O Rh-
A Rh- O Rh+ O Rh-, o A Rh-
O Rh- A Rh+, o B Rh+ O Rh-
O Rh+ A Rh+, o B Rh+ O Rh+
H.2.5. Complicaciones
La EXT, como se ha indicado, no está exenta de riesgos y complicaciones,
incluso en centros especializados en donde se realizan de forma frecuen-
te. Las principales complicaciones de la EXT pueden presentarse durante
la realización del procedimiento o con posterioridad al mismo, una vez
finalizado. Las más importantes son:
• Infecciosas: infección bacteriana (por el propio procedimiento), o por
otros agentes relacionados con la transfusión de hemoderivados
(hepatitis B y C, citomegalovirus, virus humano de la inmunodefi-
ciencia, etc.).
• Vasculares: varían dependiendo del tipo y el lugar del acceso vascu-
lar (embolia por coágulos o gaseosa, arterioespasmo, trombosis,
infarto de órganos importantes).
• Metabólicas:
529
✓ Acidosis metabólica: por la sangre almacenada que tiene un pH
ácido; ocurre menos a menudo en la sangre conservada con dex-
trosa.
✓ Alcalosis metabólica: puede ocurrir debido al claro retraso en la
eliminación del citrato por el hígado.
✓ Hipoglucemia: la sangre conservada en CPD contiene 19 mmol/L
de glucosa, y puede producirse un cuadro de hipoglucemia de
“rebote”.
• Cardíacas:
✓ Arritmias: pueden presentarse por diversas causas, incluyendo los
trastornos electrolíticos, y degenerar en un paro cardíaco.
✓ Sobrecarga de volumen: con un cuadro de insuficiencia cardíaca.
• Coagulopatías: pueden ser debidas a la trombocitopenia dilucional
o a la disminución de los factores de la coagulación; las plaquetas
pueden disminuir más del 50% después de un intercambio doble de
volumen.
• Alteraciones electrolíticas:
✓ Hipercalemia, debido a los niveles altos de K+ que contiene la san-
gre almacenada con CPD.
✓ Hipocalcemia.
✓ Hipernatremia, ya que la sangre conservada en CPD contiene nive-
les altos de Na+.
✓ Hipomagnesemia.
• Enterocolitis necrotizante.
• Hipotermia.
530
60 antígenos eritrocitarios diferentes capaces de provocar una respuesta
inmune en un receptor adecuado, este trastorno se relaciona principalmen-
te con el antígeno D del grupo Rh y con la incompatibilidad debida al sis-
tema de grupo ABO. A pesar de las medidas preventivas de la isoinmuni-
zación materna por el antígeno D del sistema Rh, la EHRN sigue siendo
una causa importante de anemia e ictericia en el recién nacido.
La incompatibilidad ABO entre la madre y el feto produce un cuadro más
leve que la incompatibilidad Rh (D) y se conoce como enfermedad hemo-
lítica ABO. Salvo rarísimas excepciones, la incompatibilidad se presenta
sólo en el caso de una gestante de grupo O con hijo A, B o AB. Esto es así
porque los individuos adultos producen de forma natural anticuerpos de
clase IgM contra el antígeno ABO del cual carecen, pero en el caso de indi-
viduos de grupo O, cierta cantidad del anticuerpo producido es de clase
IgG. Así pues, la IgG anti-A, o/y anti-B presente en el suero de una ges-
tante de grupo O podrá cruzar la placenta y unirse a los hematíes fetales.
De una manera puramente didáctica y en un función de su gravedad des-
cendente, podemos distinguir tres tipos distintos de EHRN:
• EHRN por incompatibilidad anti-D.
Es la forma más severa, y producida por imcompatibilidad frente al
antígeno D del sistema Rh, de forma aislada o en combinación con
los antígenos C y E.
• EHRN por incompatibilidad frente a antígenos de otros sistemas.
Puede variar de intensidad y gravedad; los principales antígenos
implicados vienen reseñados en las Tablas 15.5. y 15.6., siendo el
anti-c y el anti-K los encontrados más frecuentemente.
• EHRN por incompatibilidad ABO.
Es la forma más benigna y más frecuente; se observa en niños de grupo
sanguíneo A, B, o AB cuyas madres pertenecen al grupo O. No puede
diagnosticarse durante el embarazo y se detecta en el nacimiento.
H.3.1. Fisiopatología
Para que se desarrolle una EHRN, se deben dar una serie de circunstan-
cias: el antígeno responsable debe ser inmunógeno; debe estar bien desa-
rrollado en los hematíes fetales, y localizarse exclusivamente en la mem-
brana eritrocitaria; el anticuerpo producido por la madre, debe de tener la
531
Sistemas Anticuerpos
ABO Anti-A, -B, -AB
Rh Anti-D, -c, -C, -Cw, -Cx, -e, -E, -Ew, -ce, -Ces,
-Rh32, -Goa, -Bea, -Evans, -LW
Otros Sistemas Anti-K, -k, -Ku, -Kpa, -Kpb, -Jsa, -Jsb, -Fya, -Fy3,
-Jka, -Jkb, -M, -N, -S, -s, - U, -Vw, -Far, -Mv, -Mit,
-Mta, -Mur, -Hil, -Hut, -Ena, -PP1,-Pk, -Lua, -Lub,
-Lu9, -Dia, -Dib, -Yta, -Ytb, -Doa, -Coa, -Wra
Antígenos de baja incidencia Anti-Bi, -By, -Fra, -Good, -Rd, -Rea, -Zd
Antígenos de alta incidencia Anti-Ata, -Jra, -Lan, -Ge
532
capacidad de atravesar la placenta (solo lo hacen los de naturaleza IgG,
dependiendo además de la subclase, de tal manera que los que lo hacen de
forma más intensa son IgG1>IgG3>IgG4>IgG2).
El proceso de la EHRN comienza intrauterinamente donde los hematíes
fetales son recubiertos por el anticuerpo materno y eliminados de la cir-
culación fetal mediante su destrucción en el sistema mononuclear fagocí-
tico. El síndrome anémico que es el resultado de la destrucción eritrocita-
ria, se asocia con una reducción en la capacidad de transportar oxígeno a
los tejidos, lo que ocasiona un aumento de la eritropoyesis fetal que se tra-
duce en un incremento en el número de reticulocitos y eritroblastos.
533
ción de bilirrubina secundaria a la hemólisis y suele agravarse por la
inmadurez hepática.
La bilirrubina indirecta es liposoluble e insoluble en agua y circula en
plasma unida a la albúmina; cuando la capacidad de su unión con la
albúmina se ve superada, comienza a aumentar la bilirrubina libre
plasmática, la cual difunde hacia los tejidos; las membranas celulares
están compuestas por una capa bilipídica, que favorece su difusión,
pero al ser el contenido lipídico de las membranas del tejido nervio-
so superior al de otros órganos, existe una alta afinidad de la bilirru-
bina indirecta por éste, lo que ocasiona una serie de alteraciones en la
función mitocondrial neuronal que puede incluso desencadenar la
propia necrosis celular.
La acumulación de bilirrubina en el tejido nervioso da lugar al ker-
nicterus. Los neonatos afectos manifiestan signos de disfunción cere-
bral como: letargo, hipotonía e hipertonicidad, adoptan una posición
de opistótonos, desaparece el reflejo de Moro, pueden presentarse
convulsiones y finalmente una arritmia, fallo respiratorio y muerte.
Alrededor del 10 % de los recién nacidos con signos y síntomas de
kernicterus no sobreviven, los que lo hacen, luego son niños con
retraso intelectual severo, parálisis cerebral, sordera, estrabismo, etc.
• Síndrome Anémico.
El grado de anemia va a depender de la capacidad de la médula ósea
para producir hematíes en respuesta al proceso hemolítico.
Al nacer, la mayoría de los neonatos están relativamente normales,
con anemia mínima y discreta hepato-esplenomegalia. Entre el 45 y
50% de los recién nacidos afectos no requieren tratamiento, y sus
cifras de hemoglobina de cordón umbilical oscilan entre 11 y 13
g/dL y las cifras séricas de bilirrubina indirecta (de cordón) no exce-
den los 340 µmol/L (20 mg/dL). Existe un 25-30% de los recién
nacidos donde la anemia es moderada y la eritropoyesis es insufi-
ciente para mantener un adecuado nivel de hemoglobina fetal, la
ictericia es severa con riesgo de kernícterus (menos en los tratados
antes del nacimiento). Los fetos con afectación grave desarrollan
una anemia intensa (eritroblastosis fetal) con muerte fetal intraútero
o bien nacen con un hydrops fetalis (que puede ser diagnosticado
antes del parto mediante un examen ultrasonográfico). Estos neona-
534
tos son extremadamente pálidos y pueden presentar un intenso
edema generalizado, (incluyendo derrames pleurales y ascitis); el
hígado y bazo están aumentados de tamaño, a causa de la presencia
de hematopoyesis extramedular. Puede haber insuficiencia cardíaca;
debido a la anemia y la prematuridad, es más probable que se pro-
duzca una asfixia durante el parto, por lo que la cesárea suele estar
indicada. La prematuridad y la asfixia, junto con la hipoproteinemia,
predisponen a estos neonatos al síndrome de distrés respiratorio,
cuyos signos pueden ser difíciles de diferenciar de los de la insufi-
ciencia cardíaca.
Características Rh ABO
Primer embarazo 5% 50%
No hay aumento
Embarazos sucesivos Más severo
de la severidad
Hydrops/recién nacido
Aspectos Frecuente Raro
muerto
clínicos
Anemia severa Frecuente Rara
Moderada a
Ictericia Moderada
severa
Anemia tardía Frecuente Rara
Prueba de Coombs
Positiva Positiva débil
directa
Hallazgos de Prueba de Coombs Normalmente
laboratorio Positiva
indirecta positiva
Esferocitosis Rara Frecuente
H.3.3. Complicaciones
Las dos complicaciones más importantes de la EHRN, son la encefalopa-
tía bilirubínica (kernícterus) y anemia tardía de la infancia.
535
dentro de la 1ª semana de vida, mientras que un porcentaje muy pequeño
lo hacía durante el primer año de vida. Los supervivientes tenían secuelas
neurológicas permanentes, representando un 10% de todos los pacientes
con parálisis cerebral infantil.
El mecanismo por el que la bilirrubina no conjugada penetra en el cerebro
y produce el daño neuronal es incierto. La bilirrubina penetra en el cere-
bro en forma libre no unida a la albúmina debido a su afinidad lipídica,
(precipita en la membrana lipídica con pH bajo), o como un complejo bili-
rrubina-albúmina que transfiere bilirrubina al tejido por contacto directo
con la superficie celular. Una barrera hemato-encefálica dañada favorece
la entrada de todas las formas de bilirrubina en el cerebro, lo que es espe-
cialmente importante en neonatos prematuros con acidosis respiratoria y
lesión vascular.
La bilirrubina puede causar neurotoxicidad mediante cuatro mecanis-
mos distintos: por la interrupción de la neurotransmisión normal (al
inhibir la fosforilación de ciertas enzimas necesarias para la neuro-
transmisión); por trastorno mitocondrial; por deterioro de la membrana
celular e intracelular (afecta el sistema iónico de la membrana y preci-
pita los fosfolípidos mitocondriales en la membrana); y por la interfe-
rencia con actividades enzimáticas (bloqueo de receptores específicos
enzimáticos).
Los hallazgos patológicos incluyen la característica tinción amarilla y
necrosis neuronal de los ganglios basales, corteza del hipocampo, núcle-
os subtalámicos, y cerebelo. La mitad de estos neonatos también presen-
tan lesiones extraneuronales, como necrosis renal tubular, en mucosa
intestinal y en células pancreáticas.
Las síntomas clínicos de la encefalopatía bilirrubínica evolucionan
típicamente en tres fases. Una fase inicial marcada por una succión
pobre, hipotonía, y depresión sensorial; posteriormente en una segun-
da fase aparece fiebre e hipertonía, y progresa al opistótonos; por
último una tercera fase se caracteriza por llanto agudo desagradable,
anormalidades visuales y auditivas, alimentación nula o escasa, y ate-
tosis. Las secuelas a largo plazo incluyen coreo-atetosis, parálisis
cerebral, parálisis oculares, pérdidas sensitivas (audición), y a menu-
do retraso mental. En la actualidad, la proporción de mortalidad es del
50% en los recién nacidos a término, pero es casi universal en los pre-
maturos.
536
H.3.3.2. Anemia tardía de la infancia
Los neonatos con EHRN importante a menudo desarrollan una anemia
tardía en los primeros meses de vida y frecuentemente requieren transfu-
sión de CH. La etiología de la anemia parece ser una disminución en los
niveles de eritropoyetina y una producción disminuida de reticulocitos,
fruto de una disminución en el estímulo hipóxico provocado por la trans-
fusión intrauterina y/o EXT de hematíes del adulto. La destrucción conti-
nuada de los hematíes neonatales por títulos altos de anticuerpos maternos
puede contribuir en la disminución del recuento de reticulocitos y por
tanto en el síndrome anémico; de ahí, que la administración de eritropo-
yetina recombinante humana se haya mostrado muy eficaz para minimi-
zar las necesidades transfusionales de CH en estos pacientes.
H.3.4. Diagnóstico
H.3.4.1. Diagnóstico prenatal
Tiene importancia sobre todo en la EHRN por incompatibilidad anti-D, y
en menor medida frente a otros sistemas de grupo sanguíneo, excepto la
incompatibilidad ABO (la cual se diagnóstica tras el nacimiento). El diag-
nóstico de la enfermedad fetal (eritoblastosis) ocasionada por la isoinmu-
nización Rh (anti-D) se basa en: identificar las gestantes Rh negativas, y
entre las mismas, las isoinmunizadas, y demostrar el grado de afectación
fetal, que nos permite establecer el pronóstico y el tratamiento adecuado.
Para lograr estos objetivos se deben realizar las siguientes estudios:
• Determinación en todas las gestantes (primigestas incluidas) del
grupo sanguíneo ABO y el sistema Rh durante el primer trimestre de
embarazo; en los casos de gestantes Rh negativas, determinar grupo
ABO y Rh del padre, ya que si éste es positivo existe riesgo de
incompatibilidad Rh.
• Realización de un cribado de anticuerpos irregulares en el primer tri-
mestre de embarazo.
• Diagnóstico de la posible isoinmunización.
Ante un test de Coombs positivo, hay que realizar la prueba de ELAT
(enzyme-like antiglobulin technique), que cuantifica los anticuerpos (en
mg/mL o UI; una UI equivale a 5 mg) y determina la gravedad de la isoin-
munización en tres grandes grupos: leve (<1 mg/mL), moderada (1-4
mg/mL) y grave (>4 mg/mL).
537
En gestantes inmunizadas (por gestaciones previas o por cualquier otra
causa) hay que determinar los anticuerpos en sangre materna cada 3-4
semanas, a partir de las 10-12 semanas mediante las pruebas de Coombs
y ELAT.
• Manifestaciones clínicas.
Se puede encontrar palidez, ictericia, taquicardia y taquipnea debido
a la anemia, si bien esta última, puede tener su origen también en la
existencia de derrames pleurales o en una hipoplasia pulmonar; hepa-
to-esplenomegalia tanto secundaria al fallo cardíaco como a la hemó-
lisis extravascular y hematopoyesis extramedular; cuadros petequia-
les y purpúricos pueden estar presentes debido a la presencia de trom-
bocitopenia, y además dependiendo del grado de severidad, pueden
constatarse signos neurológicos de encefalopatía bilirrubínica (letar-
go, hipotonía).
• Estudios inmunohematológicos.
En la madre se realiza el grupo ABO y Rh, que incluye una prueba de
determinación de variantes débiles del antígeno D (DU) pues pacien-
tes DU pueden ser considerados Rh positivos y tratados como tal;
escrutinio de anticuerpos para determinar su especificidad e intensi-
dad; prueba de Kleihauer-Betke, para cuantificar la cantidad de san-
gre fetal en la circulación materna y técnicas de citometría de flujo
para precisar si ocurrió o no una hemorragia feto-materna y cuantifi-
carla.
En el recién nacido se realiza el grupo ABO y Rh; el test de
Coombs para demostrar la existencia de anticuerpos eritrocitarios;
hemoglobina y hematocrito de cordón, bilirrubina indirecta de cor-
dón, recuento de reticulocitos; gasometría de sangre arterial, que
puede mostrar acidosis metabólica; una elución de anticuerpos de
los hematíes y la determinación de albúmina sérica y el cociente
albúmina/bilirrubina.
538
H.3.5. Pronóstico
Una vez diagnosticada la isoinmunización, es fundamental demostrar y
determinar el grado de afectación fetal. Ello se consigue mediante la uti-
lización de diversas técnicas y procedimientos diagnósticos:
• Estudio del líquido amniótico. Se obtiene mediante amniocentesis a
partir de la semana 20-21 de gestación en los siguientes casos:
✓ Primigesta inmunizada, ante un Coombs positivo a 1/32 o un valor
ELAT 1.
✓ Antecedentes de gestaciones previas con feto vivo, pero afectado
de EHRN y con un Coombs 1/8 y ELAT 0.5.
✓ Antecedentes de fetos muertos consecuencia de incompatibilidad
Rh incluso ante una prueba de Coombs negativa.
El método de espectrofotometría, permite determinar la concentra-
ción de bilirrubina en el líquido amniótico, y por consiguiente, pre-
dice la severidad de la enfermedad sobre la base de la variación de la
densidad óptica a 450 nm (∆DO450). Este resultado se traslada a los
parámetros de Liley que lo relacionan con las semanas de gestación,
estableciéndose entonces el grado de la isoinmunización; de tal
forma que cuanto más alta es la situación del delta a los 450 nm más
grave es la afectación. Las zonas denominadas A, B, y C de Liley se
corresponden respectivamente, con los grados ligero, moderado-
grave y grave de isoinmunización.
• Obtención de sangre fetal. Se realiza cuando el estudio del líquido
amniótico sugiere la existencia de una inmunización; tiene la ventaja
añadida de mostrar el estado hematológico fetal (grupo ABO y Rh,
test de Coombs directo, hemoglobina, hematocrito y recuento de reti-
culocitos), y decidir el tratamiento más adecuado y conveniente. En
función del grado de anemia existente, se puede clasificar la afecta-
ción en grave (Hb <8 g/dL), moderada (Hb 8-11 g/dL), y escasa o
nula (Hb >11 g/dL).
• Estudios ultrasonográficos. Es un método no invasivo de inestima-
ble valor, ya que permite evaluar la función cardíaca, así como el
tamaño cardíaco, hepático, esplénico, de la placenta, así como el
volumen del líquido amniótico, que se incrementa con la hematopo-
yesis extramedular y la anemia progresiva. El número como la fre-
539
cuencia de estas exploraciones, se realiza en función de la gravedad
de cada caso. Es importante determinar de forma segura la edad ges-
tacional, el crecimiento fetal y establecer si existen o no, signos de
afectación fetal directos: ascitis, anasarca generalizada, derrame peri-
cárdico, hepato-esplenomegalia, cardiomegalia, doble halo cefálico,
etc., y/o indirectos: polihidramnios, placentomegalia, incremento del
diámetro del cordón umbilical, etc.
H.3.6. Tratamiento
H.3.6.1. Tratamiento durante el embarazo
Con títulos de ELAT inferiores a 1 mg/mL y/o test de Coombs inferior a
1/32, suele ser suficiente una vigilancia periódica mediante determinacio-
nes hematológicas (ELAT y test de Coombs), registros cardiotocográficos
y exploraciones ecográficas hasta el momento del parto; si los niveles de
ELAT son superiores a 1 mg/mL, debe efectuarse: un estudio de líquido
amniótico y la obtención de sangre fetal, para determinar el grado de afec-
tación fetal e instaurar el tratamiento adecuado. En la actualidad se dispo-
ne de diversos esquemas terapéuticos en función del grado de severidad,
antecedentes obstétricos y etapa gestacional.
• Administración de Inmunoglobulinas (IVIG) con o sin plasmaféresis
Con la plasmaféresis los niveles de anticuerpos pueden ser elimina-
dos hasta un 75%, pero a las 6 u 8 semanas los niveles de anticuerpos
tienden a aumentar, aún con plasmaféresis reiteradas. El plasma
extraído puede reponerse con albúmina o IVIG para reducir el efecto
rebote y mantener adecuados los niveles de albúmina e IgG. La plas-
maféresis es un técnica incómoda y costosa, y no exenta de riesgos
para la madre, por lo que sólo debe reservarse para casos graves y
seleccionados.
La administración de IVIG a dosis de 400 mg/kg durante 5 días a
intervalos de 3 semanas o de 1 g/kg semanalmente, puede descender
las concentraciones del anticuerpo, y mejorar el cuadro. Los meca-
nismos de acción que ejercen las IVIG, son diversos, pero se cree que
son útiles en la EHRN por: la IgG podría causar una inmunomodula-
ción de las células T y B maternas tanto en número o función y efec-
tuar una supresión de la síntesis de anticuerpos; podría saturar los
receptores Fc de la placenta; la IgG podría atravesar la placenta y blo-
quear el sistema retículo-endotelial fetal; y finalmente podría haber
540
un mecanismo de feed-back negativo a través de un mecanismo anti-
idiotipo sobre la línea celular B que produce el anticuerpo.
Se realiza antes de las 28 semanas de gestación, y está indicada en
aquellas gestantes en las que las concentraciones del anticuerpo
son superiores a 1 mg/mL, presentan incrementos bruscos de la
concentración del mismo, antecedentes patológicos, y no existe
Hydrops fetalis. El tratamiento se inicia en función de estas condi-
ciones:
✓ A las 12-14 semanas si hay antecedentes obstétricos graves (muer-
te fetal, Hydrops fetalis), o si un embarazo previo tuvo que inte-
rrumpirse antes de las 32 semanas.
✓ A las 20-22 semanas si hay antecedentes patológicos, con embara-
zos previos que fueron interrumpidos entre las 32-37 semanas.
✓ A las 26-28 semanas en caso de antecedentes de partos a térmi-
no con fetos que requirieron TIU o neonatos que precisaron
EXT.
• Transfusión intrauterina.
La TIU está indicada ante un feto hidrópico en la primera explora-
ción; inicio de un cuadro de hidropesía durante un tratamiento con
inmunoglobulinas; en los casos en los que existe una contraindica-
ción para tratamiento con inmunoglubulinas; y ante un caso de una
inmunización grave (zona C de Liley). Así mismo, se indica si el feto
es menor de 32 semanas y el hematocrito sea <30%. Antes de anali-
zar la sangre fetal, debe comprobarse su origen mediante la prueba de
Kleiauer-Betke, la cual nos asegurará que la sangre es fetal y no
materna.
La selección de unidades de sangre a transfundir, las vías de acceso,
el volumen y las posibles complicaciones se han descrito anterior-
mente.
En relación al intervalo entre las transfusiones: para los fetos no
hidrópicos es fija, relativamente de 9 a 12 días entre la primera y la
segunda transfusión, de 15 o más entre la segunda y las restantes; y
para los fetos hidrópicos, la TIU se puede anticipar si hay señales de
agravamiento.
541
H.3.6.2. Tratamiento post-natal
La EHRN leve se observa en el 50% de neonatos que presentan una prue-
ba de Coombs positiva. La mayoría de estos neonatos no tienen anemia
(hemoglobina de cordón >14 g/dL) y la hemólisis es mínima (bilirrubina
de cordón <4 mg/dL). Aparte de la fototerapia temprana, no requieren nin-
guna transfusión. Sin embargo, estos neonatos corren el riesgo de desa-
rrollar una anemia tardía severa con reticulocitos bajos a las 3-6 semanas
de vida; por lo que supervisar sus niveles de hemoglobina después del alta
hospitalaria es importante.
La EHRN moderada se da en un 25% de los neonatos afectados; se carac-
teriza por una anemia moderada y unos niveles de bilirrubina de cordón
aumentados. Estos neonatos no presentan una ictericia clínica al naci-
miento pero desarrollan una hiperbilirrubinemia indirecta de manera rápi-
da en las primeras 24 horas de vida. Los datos de laboratorio muestran una
disminución de hematíes, plaquetas, presencia de eritroblastos y en oca-
siones muestra un número grande de granulocitos inmaduros; tienen con
frecuencia hepato-esplenomegalia y corren el riesgo de desarrollar una
encefalopatía bilirrubínica sin el tratamiento adecuado. La EXT temprana
junto con fototerapia intensiva se precisa normalmente. Estos neonatos
también tienen riesgo de desarrollar una anemia hiporegenerativa tardía
de la infancia a las 6 semanas de vida.
La EHRN severa se observa en un 25% de los neonatos aloinmunizados,
que han nacido muertos o presentan un Hydrops fetalis severo al naci-
miento. La práctica totalidad de los casos que sobreviven al nacimiento
precisan de EXT precoz y cuidados intensivos.
542
La fototerapia ha reducido notablemente la necesidad de EXT en la
EHRN; sus indicaciones dependen de la edad y madurez del recién
nacido; de forma general debe aplicarse cuando los niveles de bili-
rrubina sérica están entre 250 y 300 µmol/L (Tabla 15.8.). Debe
tenerse presente que en el tratamiento con fototerapia puede haber un
factor de deshidratación, por lo que es fundamental cuidar el estado
de hidratación de estos niños.
La fototerapia no es efectiva cuando la hemólisis es severa y los nive-
les de bilirrubina se incrementan rápidamente.
Edad Bilirrubina sérica, mg/dL
Sangre de cordón >3.5
<12 horas >10
<18 horas >12
<24 horas >14
2-3 días >15
543
Una vez se han determinado en sangre de cordón umbilical los pará-
metros que nos informan de la severidad de la EHRN, si el estado del
niño es estable, una EXT precoz eliminará los eritrocitos sensibiliza-
dos y los anticuerpos antes de que la hemólisis produzca grandes can-
tidades de bilirrubina, evitando las necesidades ulteriores de nuevas
EXT. Si la gravedad de la hemólisis es especialmente intensa, casi
con toda seguridad será necesaria una EXT para corregir la hiperbili-
rrubinemia.
Los criterios que indican la posible necesidad de una EXT precoz, pero
no urgente, son: un hematocrito <40%, un recuento de reticulocitos
>15% y una concentración de bilirrubina en sangre de cordón >5 mg/dl
(>86 µmol/L) en el momento del nacimiento; la información más útil
se obtiene observando la velocidad a la que se eleva la bilirrubina séri-
ca a lo largo de varias horas. Si el nivel aumenta >1 mg/dL/h (>17
µmo/L/h), será muy probable que el neonato necesite una EXT, aunque
el tratamiento con fototerapia, puede reducir la velocidad de ascenso de
la bilirrubina y quizá prevenir la necesidad de la misma.
Cuando la EXT inmediata no está indicada, el RN puede controlarse
mediante determinaciones seriadas de bilirrubina sérica y hematocri-
to. El ascenso peligroso de los niveles de bilirrubina o el desarrollo
de una anemia importante indican la necesidad de la exanguinotrans-
fusión (Tabla 15.9.).
544
H.3.6.2.2. Incompatibilidad ABO
La Fototerapia es el tratamiento de elección, debido a que la hemólisis
suele ser menos importante que en la incompatibilidad Rh; la fototerapia
evita la realización de muchas EXT; por ello tienden a evitarse las EXT
cuando la bilirrubina indirecta es inferior a los 18 mg/dL durante las pri-
meras 24 horas de vida. Las indicaciones de la EXT en la EHRN debida
a una incompatibilidad ABO son:
• En los recién nacidos a término, con buen estado general, sin acido-
sis ni hipoglucemia, la EXT puede posponerse hasta que la bilirrubi-
na indirecta llegue a los 20 mg/dL.
• En los recién nacidos a término, con estado general afectado, acido-
sis y/o hipoglucemia, se practicará la EXT al llegar la bilirrubina a los
18 mg/dL.
• Al no existir hemólisis importante en la incompatibilidad ABO en los
pretérminos, por la misma razón que no hay enfermedad fetal en esta
incompatibilidad, la indicación viene dada por las cifras de bilirrubi-
na señaladas en la Tabla 15.9. teniendo en cuenta que la EXT, sobre
todo en los niños de menores de 1.000 g, conlleva un riesgo de
morbi-mortalidad muy alto, como el que puede derivarse de la pre-
sencia de una hemorragia intraventricular.
H.3.7. Profilaxis
La EHRN causada por incompatibilidad anti-D, es la única subsidiaria de
realizar una profilaxis y evitar su aparición; en toda mujer embarazada se
debe de conocer el grupo sanguíneo ABO y Rh, y el escrutinio de anti-
cuerpos irregulares, antes de las 16 semanas de gestación y repetirlos a las
28 semanas.
La profilaxis de la isoinmunización Rh se basa en la administración pasi-
va de un alto título de anticuerpos anti-Rh en forma de concentrado de
gammaglobulina (RhIG). En la actualidad se recomienda la administra-
ción de RhIG durante el embarazo en los siguientes casos:
• En toda mujer Rh-negativa o Du negativa, no sensibilizada que
presenta alguna de las siguientes situaciones::
✓ Aborto.
✓ Aborto incompleto.
545
✓ Amenaza de aborto.
✓ Terminación médica o quirúrgica del embarazo.
✓ Embarazo ectópico.
✓ Legrado. LQWHUYHQFLRQTXLUXUJLFDWUDVXQDERUWR
546
• En toda mujer Rh-negativa o Du negativa, no sensibilizada siem-
pre y cuando el recién nacido sea Rh-positivo, o Du positivo, o no
exista posibilidad de obtener sangre fetal.
La dosis estándar de RhIG a administrar es de 1250 UI, si bien es
conveniente determinar la cuantía de la hemorragia feto-maternal
para adecuar las dosis óptimas de RhIG, en función de la cantidad de
hematíes fetales presentes en la circulación materna.
547
ne frente al antígeno HPA-1a se asocia con la presencia de un determina-
do haplotipo HLA-II.
H.4.1. Fisiopatología
La existencia de incompatibilidad entre la madre y las paquetas
fetales/paternas parece ser necesaria pero no suficiente para que la aloin-
munización materna se desarrolle. Varios estudios han descrito una aso-
ciación entre haplotipos HLA-II específicos en la madre, y la aloinmuni-
zación contra los antígenos plaquetares específicos: el DRw52a y la aloin-
munización contra el HPA-1a (concretamente el alelo HLA-DRB3*0101),
y el HLADRw6 contra el HPA-5b.
548
H.4.3. Diagnóstico
El primer paso en el diagnóstico de TFMA es la confirmación de la trom-
bopenia aislada, seguida por la exclusión de otras causas de trombopenia
neonatal, tales como infección (sepsis), coagulación intravascular disemi-
nada, trombopenia autoimmune maternal y situaciones que alteran la
megacariopoyesis neonatal.
El estudio serológico es imprescindible para demostrar la existencia de un
aloanticuerpo frente a un antígeno del sistema HPA en el suero materno.
Se pueden emplear diversas tecnologías, todas ellas sofisticadas y no al
alcance de todos los laboratorios; desde técnicas de inmunofluorescencia,
técnicas en fase sólida basadas en enzimo-inmunoanálisis (ELISA), la téc-
nica de MAIPA (monoclonal antibody immobilization platelet antigens),
a técnicas de biología molecular con análisis mediante PCR. Los criterios
diagnósticos incluyen: la demostración de la incompatibilidad fetomater-
na para un antígeno plaquetar; la identificación de aloanticuerpos circu-
lantes maternos que reaccionan con antígenos plaquetares del niño o del
padre, pero no con las plaquetas de la madre; la supervivencia normal de
las plaquetas transfundidas antígeno-negativas (compatibles) y la vida
media acortada de las plaquetas incompatibles; y la corrección espontánea
de la trombocitopenia en pocos días o semanas, poniendo de manifiesto la
desaparición de los anticuerpos IgG maternos adquiridos.
La demostración de anticuerpos en el suero de la madre es fundamental
para hacer el diagnóstico, aunque la no detección de los mismos, no exclu-
ye la etiología aloinmune de la trombocitopenia neonatal.
H.4.4. Tratamiento
H.4.4.1. Tratamiento prenatal
La repetición de cuadros de TFMA en embarazos sucesivos es muy alta
(>85%); el riesgo depende obviamente si el genotipo plaquetario del
padre es homocigótico (HPA-1a/1a) cuando la probabilidad de repetición
es prácticamente del 100%, o heterocigótico (HPA-1a/1b) cuando la pro-
babilidad es del 50%. Si en un embarazo previo el feto o neonato ha pre-
sentado una HIC, el riesgo prenatal de la misma es alto en embarazos pos-
teriores por lo que un tratamiento prenatal es imperativo; no existiendo
ninguna técnica no invasiva para predecir el riesgo de hemorragia.
549
El único método disponible en la actualidad por evaluar la cifra de pla-
queta fetales, la determinación de las mismas es una muestra de sangre
fetal, permite establecer el diagnóstico y la severidad de TFMA intraute-
rina; sin olvidar que mediante esta técnica se puede realizar una transfu-
sión de plaquetas en los casos indicados; se debe realizar alrededor de las
20-22 semanas de la gestación.
El propósito primario del diagnóstico y tratamiento prenatal es preve-
nir la HIC intrauterina que puede ocurrir en el 2-7% de los fetos con
TFMA. En la actualidad existen dos modalidades de tratamiento prena-
tal de la TFMA, sin que exista un consenso sobre cual de las mismas es
mejor, si bien la tendencia a utilizar la menos invasiva va imponiendo
su criterio. Las opciones terapéuticas incluyen la administración a la
madre de IVIG asociadas o no con corticoides, y las transfusiones de
plaquetas fetales; sin olvidar, como se ha mencionado que para ambas
modalidades de tratamiento se requiere la valoración inicial de la cifra
de plaquetas fetal, normalmente a las 20-22 semanas de gestación, tanto
para el diagnóstico como para posteriormente supervisar la efectividad
del tratamiento.
H.4.4.2. Tratamiento neonatal
El tratamiento de elección postnatal de la TFMA con fuerte sospecha en
clínica, es la transfusión de plaquetas compatibles lo más pronto posible,
ya que el retraso en su administración puede provocar en un aumento del
riesgo de hemorragia severa; no siendo necesario esperar la confirmación
por parte del laboratorio del diagnóstico de TFMA para su infusión.
La transfusión de concentrados de plaquetas negativas para los antígenos
HPA-1a y HPA-5b produce un menor retraso del tratamiento y será eficaz
en alrededor del 95% de casos de TFMA.
Si no hay ninguna respuesta a la transfusión de concentrados de plaque-
tas HPA-1a negativas, y HPA-5b negativas, o si la incompatibilidad fren-
te a antígenos HPA es conocida y frente a otros antígenos distintos al
HPA-1a o HPA-5b, debe valorarse la administración de concentrados de
plaquetas obtenidos de la madre; en este caso el concentrado debe ser
irradiado y lavado con el fin de minimizar la transfusión de aloanticuer-
pos plaquetarios maternos que pueden por otra parte prolongar la trom-
bopenia neonatal.
La transfusión “a ciegas” de plaquetas no tipificadas frente a antígenos del
sistema HPA es improbable que sea eficaz. Ha habido sólo un estudio del
550
uso de inmunoglobulinas intravenosas para tratamiento postnatal de
TFMA a altas dosis (1 g/Kg/día, durante dos días); la tasa de respuesta fue
del 75% y el aumento de la cifra de plaquetas se constató a las 24-48
horas, tiempo durante el cual se mantuvo el riesgo de hemorragia intra-
craneal; no obstante puede ser un tratamiento complementario eficaz, y en
ocasiones ante falta de plaquetas compatibles el único disponible sobre
todo en casos no severos.
Los criterios para la transfusión de plaquetas en los casos de TFMA vie-
nen reflejados en la Tabla 15.10.
551
Las manifestaciones clínicas de la NNA incluyen: infecciones cutáneas
(celulitis), otitis medias, mastoiditis, e infecciones del tracto respiratorio
superior; más raramente neumonía, enterocolitis necrotizante y sepsis.
Las infecciones del cordón umbilical son bastante frecuentes, así como un
retraso en la separación del mismo. El estudio de la médula ósea típica-
mente suele demostrar la existencia de un stop madurativo, con abundan-
tes precursores mieloides y escaso número de neutrófilos segmentados y
formas en banda. Sin embargo, su ausencia, no invalida el diagnóstico de
NNA, pudiendo estar relacionado este hecho con el nivel madurativo en
el que se expresa el antígeno implicado.
Se debe sospechar la existencia de un proceso de NNA cuando se detecta
en un neonato una granulocitopenia aislada (neutrófilos <1.000/µL), en
presencia o no de cuadros infecciosos y con un recuento normal de gra-
nulocitos en la madre, y excluyendo las causas no inmunes de neutrope-
nia. Los anticuerpos maternos desaparecen en el neonato al cabo de días
o de semanas, recuperándose la cifra de neutrófilos; ya que las infeccio-
nes intauterinas no representan un problema clínico importante, no se pre-
cisa un diagnóstico prenatal de la NNA (al contrario de otros conflictos
inmunológicos feto-maternales).
El diagnóstico de una NNA radica en la demostración de los anticuerpos
frente a los antígenos granulocitarios, en el suero materno, si bien en oca-
siones su ausencia no excluye el diagnóstico.
Dado que la NNA es un proceso autolimitado, manteniéndose la neutro-
penia hasta la desaparición de los anticuerpos maternos, no existe un tra-
tamiento específico para la entidad. En casos de cuadros infecciosos bana-
les la administración de antibióticos incluso en regímenes profilácticos,
resuelve la totalidad de los casos. En ocasiones y en cuadros severos en
los que hay infecciones importantes, complicaciones postoperatorias o
enfermedades subyacentes graves es necesario tratar los casos de NNA
con IVIG a altas dosis (1 gr/Kg en dosis única, que puede repetirse a las
24 horas si no existe una respuesta adecuada), o mejor con la administra-
ción de factores de crecimiento mieloides (G-CSF) a dosis de 5 µg/kg/día.
La administración de concentrados de granulocitos está contraindicada.
552
coagulación vitamino K dependientes (II, VII, IX y X). En la actualidad es
preferible denominarla “Enfermedad hemorrágica secundaria al déficit de
Vitamina K” (EHVKD), ya que en ocasiones las manifestaciones hemo-
rrágicas en el recién nacido no se deben a un déficit de vitamina K (VK).
H.6.1. Etiología
Distinguimos entre la EHVKD idiopática y secundaria. En la EHVKD
idiopática ninguna otra causa más que la lactancia materna exclusiva,
puede ser demostrada. La inmensa mayoría de los recién nacidos que reci-
ben lactancia materna sin complementar, tienen un adecuado, aunque
escaso aporte de VK y no presentan manifestaciones hemorrágicas, aún
cuando no se haya administrado VK profiláctica. Probablemente existe un
factor de riesgo adicional para que los niveles de los factores VK-depen-
dientes desciendan y causen manifestaciones hemorrágicas, pero si no
existe otra motivo más que la lactancia materna no complementada, se
considera que la EHVKD es idiopática.
H.6.2. Clasificación
Se distinguen tres tipos o variedades de EHVKD en función del tiempo
de aparición y de sus mecanismos fisiopatológicos diferentes:
• EHVKD Precoz.
Las manifestaciones clínicas antes de las 24 horas de vida son raras.
Es casi exclusivamente debida a la transferencia a través de la pla-
centa de fármacos ingeridos por la madre que inhiben la actividad de
la VK en los recién nacidos. Los fármacos implicados incluyen anti-
convulsionantes (carbamazepina, fenitoína, y barbitúricos, pero no el
ácido valproico), antibióticos (cefalosporinas), agentes tuberculostá-
ticos (rifampicina, isoniazida) y antagonistas de la propia VK (ace-
nocumarol, warfarina). La incidencia de EHVKD en neonatos de
madres que toman estas drogas sin profilaxis con VK varía del 6 al
12% de los casos.
• EHVKD Clásica.
Comienza en la primera semana de vida (excluyendo las primeras 24
horas), normalmente entre los días 3º y 5º y en bebés con alimentación
inadecuada o de comienzo tardío. Su incidencia en revisiones recientes
se sitúa alrededor 0-0.44%. El sangrado normalmente es por el ombli-
553
go, tracto gastrointestinal y perforaciones cutáneas (venipunción) y
puede causar una pérdida de sangre considerable. Procedimientos qui-
rúrgicos como la circuncisión pueden desenmascarar casos subclínicos
de déficit de VK. La hemorragia intracraneal es rara pero puede causar
una morbilidad importante e incluso la muerte.
• EHVKD Tardía.
Comienza tras los 8 días de vida, a menudo entre las 2 y 8 semanas y
más raramente después de los 3 meses, si bien, se han informado
casos entre las 13 y 26 semanas de vida. Se presenta casi exclusiva-
mente en niños alimentados mediante lactancia materna (siendo más
frecuente en varones); su incidencia varía ampliamente en función de
la diversidad racial (debido a la dieta materna), y los regímenes de
profilaxis con VK utilizados. Una hemorragia intracraneal grave ocu-
rre en un 30-60% de los casos. Suelen presentarse a menudo con sig-
nos predisponentes a desarrollar la enfermedad, como ictericia pro-
longada, coluria, retraso en el crecimiento, y cuadros de malabsor-
ción, antes de las manifestaciones hemorrágicas; en ocasiones hema-
tomas espontáneos, cuadros de epistaxis, y exudados sanguinolentos
por el cordón umbilical, preceden al cuadro de hemorragia intracra-
neal. Un reconocimiento precoz de enfermedades que predisponen a
la EHVKD tardía junto con un diagnóstico y tratamiento inmediato
puede prevenir los cuadros graves neurológicos.
H.6.4. Diagnóstico
Los criterios diagnósticos de la EHVKD se basen en la presencia de hemo-
rragia y en las alteraciones de la coagulación debidas al déficit de VK.
554
La EHVKD incluye hemorragias en cualquier sitio, tanto espontáneas
como iatrogénicas. Las localizaciones espontáneas más frecuentes son
el sangrado en membranas mucosas, piel, ombligo, hemorragias intra-
craneales o retroperitoneales, y en los tractos urinario y gastrointestinal.
Las localizaciones iatrogénicas vienen determinadas por venipunción o
cirugía.
Existe un descenso de la actividad de los factores de coagulación VK
dependientes (II, VII, IX, X) mientras que el resto de factores no depen-
dientes de la VK son normales para la edad. En la práctica, un tiempo de
protrombina claramente prolongado (INR >3.5, o I. Quick <20%) en pre-
sencia de una concentración normal de fibrinogéno y un recuento de pla-
quetas normal, es muy sugestivo de EHVKD. La normalización rápida (en
unos 30-120 minutos) de estos valores tras la administración de VK es
diagnóstica del cuadro.
Un tiempo de protrombina normal para la edad, excluye el diagnóstico de
EHVKD. Ante un tiempo de protrombina prolongado, deben excluirse
distintas coagulopatías debidas a déficits congénitos. Estados de deficien-
cia de VK pueden presentarse en las coagulopatías de consumo, que gene-
ralmente muestran no sólo un tiempo de protrombina prolongado, sino
también un descenso del fibrinógeno, Antitrombina III y cifra de plaque-
tas. Las deficiencias hereditarias sumamente raras de factores V, VII, o X
pueden necesitar ser excluidas mediante la determinación de los mencio-
nados factores. En contraste con estas condiciones, sólo en la EHVKD la
administración de VK va seguida por una reducción significativa del tiem-
po de protrombina y el cese de la hemorragia.
H.6.5. Tratamiento
Cualquier recién nacido en el que se sospecha la presencia de EHVKD
debe recibir de forma inmediata vitamina K intravenosa en dosis están-
dar de 1 mg, que por lo general produce la corrección al cabo de unas
pocas horas. La vitamina K intravenosa puede provocar reacciones ana-
filácticas por lo que debe ser administrada muy lentamente; si el acceso
venoso es dificultoso o inaccesible, la administración se realiza subcutá-
neamente, la vía intramuscular no debe utilizarse en presencia de una
coagulopatía.
En los recién nacidos que presentan manifestaciones hemorrágicas.
Además de la vitamina K, debe administrarse Plasma Fresco Congelado
555
a dosis de 10-15 ml/Kg de peso; lo cual elevará en 10-20 UI los factores
de coagulación vitamino-K dependientes. El empleo de Concentrados del
complejo Protrombínico, debería considerarse en presencia de hemorra-
gias vida amenazantes o en presencia de hemorragia intracraneal cuando
es necesario normalizar los niveles de los factores de coagulación dismi-
nuidos.
H.6.6. Profilaxis
El “individuo” normal recibe VK fundamentalmente a partir de la síntesis
de las bacterias intestinales; como el intestino del neonato es “estéril” al
nacimiento y no se coloniza hasta el inicio de la alimentación, existen
unos días en el que el RN será deficitario en VK, por lo que es funda-
mental y necesaria su administración en el momento del nacimiento.
Dado que la administración parenteral de Vitamina K, se ha mostrado efi-
caz en el neonato para prevenir la EHVKD, y los posibles riesgos cance-
rígenos de su administración no han sido demostrados, se recomienda en
todo recién nacido la administración de una dosis intramuscular de vita-
mina K entre 0.5-1 mg.
En la actualidad no existen estudios concluyentes sobre la eficacia, segu-
ridad y bioavilidad de la administración oral de soluciones de vitamina K,
ni de la dosis de las mismas a administrar, para prevenir la EHVKD, sobre
todo en neonatos que son exclusivamente alimentados mediante la lactan-
cia materna.
556
Un factor propio del neonato que contribuye a un incremento de la visco-
sidad sanguínea es la disminución en la deformabilidad de los eritrocitos
fetales.
La incidencia de la poliglobuia y/o hiperviscosidad es del 1-5% en todos
los recién nacidos; del 2-4% en los recién nacidos a término que son ade-
cuados para la edad gestacional, del 10-15% en los neonatos pequeños
para la edad gestacional, y del 6-8% en los recién nacidos que son gran-
des para la edad gestacional. Es muy rara en neonatos con menos de 34
semanas de gestación.
H.7.1. Etiología
En función de las causas que originan la PN, ésta se puede dividir en dos
categorías: PN activa y PN pasiva. La PN activa, tiene su origen en un
aumento en la producción celular de hematíes tras estimulación por la eri-
tropoyetina como respuesta a situaciones de hipoxia. La PN pasiva se
debe a un aumento en el volumen sanguíneo fetal, resultado de una trans-
fusión eritrocitaria inadvertida antes o durante el nacimiento. Muchos fac-
tores se pueden asociar a la PN activa, mientras que solamente muy pocos
lo hacen a la PN pasiva.
• Policitemia activa.
✓ Factores maternos.
➢ Edad avanzada.
➢ Enfermedad cardiaca, pulmonar o renal.
➢ Diabetes.
➢ Tabaquismo.
➢ Oligohidramnios.
➢ Administración de propanolol.
✓ Factores placentarios.
➢ Placentas grandes o pequeñas para la edad gestacional.
➢ Postmadurez fetal.
➢ Hipertensión gravídica.
➢ Infarto placentario.
557
➢ Placenta previa.
➢ Infecciones virales
✓ Factores fetales.
➢ Alteraciones cromosómicas (Trisomías 13, 18 y 21).
➢ Hiperplasia adrenal congénita.
➢ Hipertiroidismo.
➢ Hipotiroidismo.
➢ Síndrome de Beckwith-Wiedemann.
➢ Asfixia perinatal.
✓ Factores neonatales.
➢ Deshidratación.
• Policitemia pasiva.
✓ Camplaje retardado del cordón umbilical (más de tres minutos).
✓ Fuertes contracciones uterinas previas al clampaje del cordón
umbilical.
✓ Transfusión materno-fetal.
✓ Transfusión feto-fetal.
558
Cuadros convulsivos y accidentes cerebro-vasculares son raros pero pue-
den presentarse, sobre todo en casos severos.
La hipoglucemia es el problema metabólico más frecuentemente asociado
con PN y ocurre en un 12-40% de neonatos afectos; puede ser debida a la
alteración subyacente (retraso en el crecimiento intrauterino, neonatos de
madres diabéticas) o secundaria a la propia policitemia. La hipocalcemia
es la segunda en frecuencia y se encuentra en el 1-11% de los casos; así
como se pueden observar situaciones de hipomagnesemia.
Las manifestaciones cardio-pulmonares en forma de taquipnea, taquicar-
dia, cianosis, cardiomegalia e insuficiencia cardiaca congestiva están pre-
sentes en las formas severas acompañadas de hiperviscosidad en el 50%
de los casos. Se ha encontrado un aumento de la resistencia vascular pul-
monar en pacientes con PN; en casos severos (hematocrito >75%) los neo-
natos aparecen más rubicundos que cianóticos debido a un relleno capilar
enlentecido.
El flujo disminuido de sangre al sistema gastrointestinal puede contribuir
a una intolerancia alimentaria, con distensión abdominal e incluso íleo; así
como al desarrollo de una enterocolitis necrotizante (EN) resultado de la
propia PN o secundaria a su tratamiento mediante exanguinotransfusión
parcial en la que se utilizan catéteres umbilicales.
Las manifestaciones renales incluyen una disminución de la tasa de filtra-
ción glomerular, con oliguria, hematuria, proteinuria, y posibilidad de
trombosis de la vena renal.
La hiperviscosidad provoca un enlentecimiento de la circulación micro-
capilar, que unida a la baja deformabilidad eritrocitaria, puede provocar
en algunos casos: cuadros de gangrena periférica, priapismo, infartos
testiculares, coagulación intravascular, trombopenia, y fenómenos trom-
bóticos.
559
SISTEMA MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Aletargamiento.
Irritabilidad.
NERVIOSO CENTRAL
Hipotonía muscular.
Temblores.
Convulsiones.
Hipoglucemia (muy frecuente).
METABÓLICO
Hipocalcemia.
Hiperbilirubinemia.
Taquicardia.
CARDÍACO Cianosis.
Insuficiencia cardiaca congestiva.
Taquipnea.
RESPIRATORIO Aumento de la resistencia vascular pulmonar.
Derrame pleural.
Reticulocitosis.
Trombopenia.
HEMATOLÓGICO Hepatoesplenomegalia.
Hiperbilirrubinemia.
Coagulación intravascular diseminada.
Oliguria.
Proteinuria.
RENAL Hematuria.
Trombosis de la vena renal.
Fracaso renal agudo.
Rechazo del alimento.
GASTROINTESTINAL Vómitos.
Enterocolitis necrotizante.
Plétora.
CUTÁNEO
Retraso en llenado capilar.
560
H.7.3. Diagnóstico
La determinación del valor hematocrito en los neonatos no se recomienda
de forma generalizada, sino que debe hacerse en neonatos con riesgo para
desarrollar una PN. Éstos incluyen neonatos pequeños para la edad gesta-
cional, neonatos de madres diabéticas, neonatos grandes para la edad ges-
tacional, gemelos monocoriónicos sobre todo si hay diferencias de tama-
ño, y neonatos con rasgos morfológicos de presentar alteraciones en el
crecimiento. Se recomienda determinar el hematocrito en neonatos de
alto-riesgo a las 2 horas de vida, un valor normal (hematocrito < 65%) no
debe repetirse a menos que el neonato desarrolle síntomas. Hematocritos
>65% a las 2 horas de vida, deben ser repetidos a las 12 y 24 horas para
valorar su evolución. Se pueden utilizar muestras capilares para evaluar el
hematocrito, pero se deben confirmar con muestras venosas.
H.7.4. Tratamiento
El tratamiento de la PN es controvertido; como norma general, todos los
neonatos con PN deben ser controlados y vigilados estrechamente, en espe-
cial para detectar complicaciones bastante frecuentes como la hipoglucemia
y la hiperbilirrubinemia. Hay que distinguir las siguientes situaciones:
• Neonatos asintomáticos.
Neonatos con PN, hematocrito venosos del 60-70% y asintomáticos,
deben de ser hidratados adecuadamente bien por vía enteral o paren-
teral, asegurando la adecuada ingestión de glucosa, y vigilando el
peso corporal y la diuresis. El hematocrito se determina nuevamente
a las 12-24 horas; si permanece por debajo del 70% y el neonato per-
manece asintomático, se continua la hidratación 24 horas más y se
vuelve a determinar el hematocrito.
Si el hematocrito es >70% y el neonato permanece asintomático
muchos centros realizan una exanguinotransfusión parcial; sin
embargo continuar con una correcta hidratación y observación puede
ser también una medida apropiada.
• Neonatos sintomáticos.
Si el hematocrito es >65% y los síntomas son atribuibles a la hiper-
viscosidad, se debe realizar una exanguinotransfusión parcial con el
fin de disminuir el hematocrito. No obstante, en diversos centros se
realiza una hidratación intravenosa durante las primeras 24-48 horas,
561
a dosis de 100 mL/Kg/día que aporte glucosa de 6-8 mg/Kg/minuto,
en neonatos monitorizados; sólo realizándose la exanguinotransfu-
sión parcial, si no mejoran los síntomas, persiste la hipoglucemia o
aparece distrés respiratorio.
La exanguinotransfusión parcial isovolumétrica reduce el hematocrito sin
causar hipovolemia. El procedimiento mejora la reducción del flujo de
sangre cerebral, el rendimiento cardíaco, y el transporte de oxígeno, atri-
buidos a la hiperviscosidad. La cantidad de volumen a intercambiar se cal-
cula mediante la siguiente formula:
Volumen del intercambio (mL) = Volemia (mL) x Peso (Kg) x
(Hematocrito actual - Hematocrito deseado) / Hematocrito actual.
La volemia se calcula en base a 80-100 mL/Kg.
En general el volumen a intercambiar es de 15-20 mL/Kg. La solución
salina normal es el fluido de reemplazo de primera opción para las exan-
guinotransfusiones parciales, ya que es eficaz y barato. Alternativamente,
puede usarse albúmina al 5%, o plasma fresco congelado. Sin embargo,
ninguno de ellos es más eficaz que la solución salina normal.
La exanguinotransfusión parcial puede realizarse de tres maneras diferen-
tes dependiendo del tipo de acceso vascular que está disponible:
• Si existe un solo catéter arterial o venoso umbilical, se usa la técni-
ca de extracción de sangre en primer lugar, y posterior administra-
ción del liquido de reemplazo. No se debe extraer más del 5% del
volumen calculado de sangre total a retirar del paciente en cada pro-
cedimiento de extracción-infusión.
• Si existen dos catéteres umbilicales (uno venoso y otro arterial), la
sangre se extrae del catéter arterial mientras el fluido de reemplazo
se administra a través del catéter venoso.
• La opción final es usar un catéter umbilical (venoso o arterial) para
la retirada de la sangre, mientras se utiliza un catéter venoso perifé-
rico para administrar una infusión continua del liquido de reempla-
zo de forma simultánea.
Sin tener en cuenta el método usado, la cantidad de sangre retirada de la
circulación no debe exceder de los 5 mL/kg, y realizarse entre 2-3 minu-
tos.
562
H.8. Reacciones adversas transfusionales de especial interés en
neonatología
Entre las diversas reacciones transfusionales (analizadas en capítulos pos-
teriores) que pueden presentarse en todo paciente que recibe hemoderiva-
dos, existen unas con una especial importancia e interés en la medicina
transfusional neonatal, que podemos esquematizar en:
• Hipocalcemia.
Los neonatos tienen una mayor probabilidad de desarrollar una hipo-
calcemia (calcio sérico <1.5 mmol/L) que los adultos, si bien las con-
secuencias clínicas de la misma son menos pronunciadas. No obstan-
te, desde el uso de CPD como anticoagulante en las bolsas de sangre
en lugar de ACD, su incidencia ha disminuido ostensiblemente.
• Toxicidad por citrato.
La toxicidad por citrato causa hipocalcemia, con contracturas muscu-
lares, ansiedad, o arritmias, dependiendo de la severidad de la reac-
ción. Este problema es poco frecuente en niños y adultos, pero en los
recién nacidos, las transfusiones representan a menudo volúmenes
grandes en relación al peso corporal de los pacientes, por lo que hay
un mayor riesgo. El tratamiento es la administración del calcio.
• Hipoglucemia
La hipoglucemia de rebote es una situación que puede presentarse
debida a los niveles altos de glucosa que tienen los anticoagulantes de
los componentes sanguíneos administrados. De ahí que sea aconseja-
ble monitorizar los niveles de glucosa en el neonato durante y tras
una transfusión.
• Enfermedad del injerto contra el huésped (EICH-AT).
Los neonatos tienen un sistema inmune tanto humoral como celular
inmaduro. En el nacimiento, cualquier inmunoglobulina presente en
la circulación es de origen materno que ha atravesado la placenta
durante la gestación. Debido a su respuesta inmunológica inmadura,
los neonatos presentan un riesgo de desarrollar EICH-AT. Sin embar-
go, este riesgo puede ser minimizado mediante la irradiación de los
componentes sanguíneos celulares antes de la transfusión.
La irradiación puede causar un aumento en los niveles de potasio de
los eritrocitos dañados por la exposición a la radiación; por lo que la
563
irradiación debe realizarse inmediatamente antes de la administra-
ción. Si se sospecha que los niveles de potasio son elevados, o ha
pasado mucho tiempo desde la irradiación, el concentrado de hema-
tíes debe “lavarse” con solución salina fisiológica con el fin de eli-
minarlos.
• Infección por citomegalovirus.
La Infección por CMV en los neonatos presenta unas manifestacio-
nes clínicas variables e inconstantes que oscilan desde la seroconver-
sión asintomática a la infección letal. La infección por CMV en el
periodo neonatal puede ser adquirida por la lactancia materna, a tra-
vés del proceso del nacimiento o más raramente mediante la transfu-
sión de sangre y/o hemoderivados. El riesgo de adquirir una infección
por CMV se aumenta en neonatos prematuros, con bajo peso, y los
nacidos de madres seronegativas. De ahí que en estos grupos, se
recomiende la administración de componentes sanguíneos seronega-
tivos para el CMV.
• Sobrecarga circulatoria.
Los neonatos son particularmente susceptibles, máxime si son pre-
maturos y de bajo peso, a desarrollar una sobrecarga de volumen
cuando se les practica una transfusión de componentes sanguíneos;
de ahí que sea imperativo monitorizarlos adecuadamente durante el
acto transfusional, y que incluso en ocasiones sea necesaria la admi-
nistración de fármacos diuréticos previamente a la transfusión.
• Reacción transfusional hemolítica en la enterocolitis necrotizante.
Los neonatos con enterocolitis necrotizante pueden en ocasiones, ser
infectados por organismos productores de neuraminidasa (como
Clostridium spp.); la neuraminidasa puede despojar el ácido siálico
de las sialoglicoproteinas de los hematíes que exhiben el criptoantí-
geno T; lo que ocasiona un estado normalmente conocido como la “T-
activación”; el término general “T-activación” fue utilizado original-
mente para describir la exposición enzimática del neoantigeno de
Thomsen-Friedenreich (antígeno T) en la superficie eritrocitaria por
la neuraminidasa bacteriana que elimina los residuos específicos de
ácido siálico. En el plasma del adulto (pero no el plasma neonatal)
casi invariablemente existe un anticuerpo anti-T, de tipo IgM, que es
potencialmente hemolítico y de aglutinación, y que puede provocar
un síndrome hemolítico post-transfusional, de intensidad y gravedad
564
variable. Los protocolos de transfusión que se han postulado para los
pacientes con T-activación incluyen el uso de concentrados de hema-
tíes lavados y desplasmatizados, los concentrados de plaquetas plas-
ma reducidos, y el uso de plasma fresco y/o crioprecipitados con títu-
los bajos de anti-T, si la administración de estos últimos es esencial.
La transfusión lenta del componente con una evaluación estrecha
ante una posible hemólisis también se ha recomendado, con la deter-
minación de hemoglobina, haptoglobina, bilirrubina total e indirecta,
y de hemoglobina en orina antes, durante y después de la transfusión.
565
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574
16. REACCIONES TRANSFUSIONALES. CONCEPTO.
CLASIFICACION. SINTOMATOLOGÍA.
NORMAS DE ACTUACIÓN
575
A. Concepto
Se entiende por reacción transfusional (RT) a cualquier efecto desfavora-
ble que se presenta durante la administración de hemoderivados, o poste-
riormente a la transfusión pero directamente relacionada con ella. Gran
parte de estos efectos derivan de la naturaleza del producto utilizado, de
las posibles alteraciones de los hemoderivados durante su proceso y alma-
cenamiento y de las condiciones clínicas del paciente sometido a una
transfusión
Hay que destacar los importantes avances que se han desarrollado en el
campo de la obtención, manipulación, fraccionamiento y almacenamien-
to de la sangre, las pruebas a la que es sometida la misma, y por último
los estudios pre-transfusionales; pese a todo ello, la utilización de los
hemoderivados conlleva unos riesgos y unos efectos secundarios que
deben ser valorados antes de indicar su prescripción, asegurándose que
está plenamente justificada su administración, que los posibles beneficios
que se pretenden superan con creces a los riesgos mencionados y que no
existen alternativas farmacológicas a la misma.
B. Clasificación
Las reacciones adversas son de etiología diversas y pueden suceder duran-
te el acto transfusional, inmediatamente después o posteriormente.
Existen varias clasificaciones de las RT atendiendo a diversos criterios
tales como a la rapidez de su presentación (aguda o retardada), al meca-
nismo productor (inmune o no inmunológico), a la gravedad potencial de
las mismas (mortales o intrascendentes). De una forma totalmente prácti-
ca las podemos clasificar en:
EFECTOS ADVERSOS INMEDIATOS.
• REACCIONES INMUNOLOGICAS ENTRE ANTIGENOS Y ANTI-
CUERPOS DEL DONANTE Y RECEPTOR.
ANTIGENOS ERITROCITARIOS (REACCIONES HEMOLÍ-
TICAS AGUDAS).
ANTIGENOS LEUCOCITARIOS.
ANTIGENOS PLAQUETARIOS (Refractariedad, Trombopenia
aloinmune).
ANTIGENOS PLASMATICOS (Grupos Gm, INv, etc.).
576
EDEMA PULMONAR NO CARDIOGENICO (TRALI).
• REACCIONES DE BASE MICROBIANA.
SHOCK ENDOTOXEMICO POR SANGRE CONTAMINADA.
REACCIONES POR PIROGENOS.
• REACCIONES DE BASE CIRCULATORIA.
SOBRECARGA CIRCULATORIA.
MICROEMBOLISMO POR ENTRADA DE COAGULOS Y/O
AIRE.
MICROEMBOLISMO PULMONAR POR INFUSION DE
AGREGADOS.
HIPOTERMIA POR INFUSION DE SANGRE FRIA.
• REACCIONES METABOLICAS.
HIPERPOTASEMIA.
HIPOCALCEMIA POR CITRATO.
HIPERAMONIEMIA.
HEMOGLOBINEMIA Y HEMOGLOBINURIA.
HEMOLISIS POR INFUSION DE SANGRE FRIA.
HEMOLISIS POR TRASFUSION JUNTO CON SOLUCIONES
GLUCOSADAS.
HEMOLISIS POR TRASFUSION DE HEMODERIVADOS
CON DEFICIT DE G-6-PD Y TRATAMIENTO CONCOMI-
TANTE CON FARMACOS OXIDANTES.
ACIDOSIS EN PACIENTES CON HIPOTENSION.
• DEFECTOS FUNCIONALES.
HIPOCOAGULABILIDAD POR INFUSION MASIVA DE
SANGRE CONSERVADA.
TROMBOPENIA POR HEMODILUCION.
HIPOXIA POR ALTERACION FUNCIONAL DE LA HEMO-
GLOBINA.
577
EFECTOS ADVERSOS TARDIOS.
• ISOINMUNIZACION A:
ANTIGENOS ERITROCITARIOS (REACCION HEMOLÍ-
TICA RETARDADA).
ANTIGENOS LEUCOCITARIOS.
ANTIGENOS PLAQUETARIOS (PÚRPURA POST-TRANS-
FUSIONAL).
PROTEINAS PLASMATICAS.
EICH RELACIONADA CON TRANSFUSION.
• TRASMISION DE ENFERMEDADES:
V. HEPATITIS A.
V. HEPATITIS B.
V. HEPATITIS C.
V. HEPATITIS G.
V. TT.
V. SEN.
HERPESVIRUS HUMANOS.
CITOMEGALOVIRUS.
V. EPSTEIN-BARR.
V. INMUNODEFICIENCIA HUMANA.
V. HTLV-I Y HTLV-II.
PARVOVIRUS B-19.
ENFERMEDAD DE CREUTZFELDT-JAKOB.
ENCEFALOPATIA BOVINA ESPONGIFORME.
VIRUS DE LA ENCEFALITIS DEL NILO.
SIFILIS.
BRUCELOSIS.
RICKETSIOSIS.
578
CONTAMINACION BACTERIANA.
PALUDISMO
TRYPANOSOMIASIS.
TOXOPLASMOSIS.
FILARIASIS.
• PRODUCCION DE HEMOCROMATOSIS-HEMOSIDEROSIS.
• EFECTO DE LA TS SOBRE LA HEMOPOYESIS.
• INMUNOMODULACION.
579
• Aumento del sangrado quirúrgico pese a correcta hemostasia.
• Hemoglobinemia, hemoglobinuria.
• Oliguria, en casos extremos anuria.
• Reacción anafiláctica.
• Anemia persistente pese al soporte transfusional.
• Shock séptico.
• Cuadro de coagulación intravascular diseminada.
• Sensación de gravedad y muerte inminente.
Para poder detectar precozmente cualquiera de los síntomas señalados, se
debe observar con frecuencia a todo paciente que recibe una transfusión.
En pacientes anestesiados que no pueden describir la sintomatología, el
sangrado difuso, las alteraciones en la tensión arterial, y el cambio de
color de la orina (hemoglobinuria) pueden ser las únicas manifestaciones
de una RT.
En las Tablas 16.1. y 16.2. se reseñan las principales reacciones transfu-
sionales agudas y retardadas, así como su etiología y principales manifes-
taciones.
580
HIPONTESIVA INHIBICIÓN DEL ENROJECIMIENTO
METABOLISMO DE LA (FLUSHING) CON
BRADICININA POR HIPOTENSION
INFUSIÓN DE ACOMPAÑADA O NO DE
BRADICININA O SINTOMATOLOGÍA
ACTIVADORES DE MODERADA
PRECALICREINA RESPIRATORIA
FEBRIL NO LEUCOAGLUTININAS, FIEBRE (GENERALMENTE
HEMOLITICA ANTICUERPOS ANTI- >1º C), CEFALEA,
PLAQUETARIOS, ESCALOFRIOS, NAUSEAS,
PIROGENOS VOMITOS, MALESTAR
GENERAL
ALERGICA ALERGIA DEL PACIENTE ERITEMA LOCAL,
AL PRODUCTO SOLUBLE COLMENAS, PRURITO,
EN PLASMA DEL COMEZÓN
DONANTE
ANAFILÁCTICA ANTICUERPOS ANTI-IGA TOS, BRONCOESPASMO,
EN PACIENTES CON CALAMBRES
DÉFICIT DE IGA ABDOMINALES,
VÓMITOS, DIARREA,
SHOCK, PÉRDIDA DE
CONCIENCIA.
SOBRECARGA SOBRECARGA DE TOS, CIANOSIS, DISNEA,
CIRCULATORIA VOLUMEN OPRESIÓN TORÁCICA,
CEFALEA
LESION PULMONAR ANTICUERPOS ANTI-HLA DISTRES RESPIRATORIO
AGUDA O ANTI-NEUTROFILOS EN AGUDO CON O SIN
EL PLASMA DEL HIPOTENSION QUE
DONANTE APARECE
GENERALMENTE ENTRE
1-2 HORAS POST-
TRANSFUSION
HIPOCALCEMIA TRANSFUSIÓN MASIVA PARESTESIAS, TETANIA,
DE CH Y DISMINUCIÓN ARRITMIAS
DEL METABOLISMO DEL
CITRATO
CONTAMINACIÓN ADMINISTRACIÓN DE FIEBRE (GENERALMENTE
BACTERIANA HEMODERIVADOS >40º C), TAQUICARDIA,
CONTAMINADOS POR SHOCK, CID, NAUSEAS Y
BACTERIAS VOMITOS, HIPOTENSION,
COLAPSO CIRCULATORIO
HIPOTERMIA INFUSIÓN RAPIDA DE CH ARRITMIA CARDIACA
FRIOS
581
HIPERKALEMIA ADMINISTRACIÓN DE ARRITMIA CARDIACA
VARIAS UNIDADES DE
CH CON NIVELES ALTOS
DE POTASIO
EMBOLIA GASEOSA INTRODUCCIÓN DE AIRE HIPOTENSION, CIANOSIS,
EN LA VIA VENOSA COLAPSO CIRCULATORIO
582
INMUNOMODULACION INTERACCION DE AUMENTO DE
LOS LEUCOCITOS INFECCIONES POST-
DEL DONANTE CON CIRUGIA, RECURRENCIA
EL SISTEMA DE NEOPLASIAS,
INMUNE DISMINUCIÓN DE
RECHAZO EN
TRANSPLANTE DE
ORGANOS
SOBRECARGA FERRICA MULTIPLES TRANSTORNOS
TRANSFUSIONES ENDOCRINOS, ARRITMIAS,
DE CH EN MIOCARDIOPATIA, FALLO
PACIENTES CON HEPÁTICO Y PANCREATICO
NECESIDADES
REITERADAS
TRANSMISIÓN DE CONTAMINACIÓN LAS PROPIAS DE CADA
ENFERMEDADES POR AGENTES AGENTE PATÓGENO
PATÓGENOS DE LAS TRANSMITIDO
UNIDADES
ADMINISTRADAS
583
• Realizar POR OTRA VIA DISTINTA a la de la transfusión, la
extracción de 10 mL de sangre con EDTA y 10 mL de sangre coa-
gulada.
• Recoger orina del paciente lo antes posible una vez producida la
reacción.
• Enviar al BANCO DE SANGRE la hoja de reacción transfusional,
la bolsa de sangre con su equipo de infusión y las muestras extraídas
(incluida la orina).
• Tomar las constantes vitales tal y como se indica en la hoja de reco-
gida de datos y seguir la gráfica de diuresis durante 48 horas.
584
probablemente otro paciente vaya a recibir o este recibiendo una unidad
equivocada.
Ante cualquier signo o síntoma sugerente de una RT, el personal médico
responsable del paciente debe realizar una exploración clínica detallada y
describir la sintomatología rellenando un formulario de reacción transfu-
sional en el que debe constar:
• Constantes vitales del paciente antes y después de la transfusión (fre-
cuencia cardiaca, tensión arterial y temperatura).
• El tipo de reacción y la sintomatología acompañante.
• El tiempo que ha transcurrido desde el inicio de la transfusión hasta
la aparición de los primeros síntomas.
• El tiempo que llevaba el componente sanguíneo o hemoderivado,
siendo administrado.
• El volumen aproximado de componente sanguíneo o hemoderivado
administrado.
• El tipo de componente sanguíneo o hemoderivado administrado.
• La proporción o ritmo de infusión del producto transfundido.
• Si el componente sanguíneo o hemoderivado, ha sido previamente
calentado.
• Si el componente sanguíneo o hemoderivado ha sido sometido a pre-
sión con manguitos para acelerar su administración.
• El tamaño de la aguja a través de la que se administraba.
• El tipo de filtro utilizado para su administración.
• Cualquier fluidoterapia o medicación suministrada, inmediatamente
antes y/o con la administración del componente sanguíneo o hemo-
derivado.
Se deberá obtener, por otra vía distinta a la que se estaba administrando el
componente sanguíneo o hemoderivado, muestras de sangre para estudios
analíticos (10 mL de sangre con EDTA, 10 mL de sangre coagulada y 4
mL de sangre con citrato). Así mismo, se vigilará la emisión de orina para
remitir la primera muestra obtenida tras el incidente transfusional, vigi-
lando la diuresis horaria.
585
E.2. Pruebas de laboratorio
586
En este caso hacer eluido si la PAD es positiva.
En caso de identificar anticuerpo en ambas muestras, se ha produci-
do un error al realizar las pruebas cruzadas de compatibilidad.
Si se detecta el anticuerpo sólo en la muestra post-transfusional, hay
que considerar una respuesta inmunitaria a una sensibilización pre-
via indetectable en la muestra pre-transfusional, o un traslado pasivo
del anticuerpo por parte de plasma del donante. Hay que realizar la
historia transfusional del paciente investigando: transfusiones ante-
riores, embarazos, transplantes de tejidos, etc., que puedan haber
producido una aloinmunización previa.
• Repetir las pruebas cruzadas con la muestra pre y post-transfusio-
nal. Debe incluirse la fase de Coombs en su realización.
La incompatibilidad con la muestra pre-transfusional indica un error
técnico o humano en la comprobación original.
La incompatibilidad con la muestra post-transfusional indica una
respuesta inmunitaria a una sensibilización previa indetectable, o la
posibilidad de un error en la identificación de la muestra pre-trans-
fusional.
• Determinar la posible existencia de hemoglobina libre en la orina
del paciente emitida tras el incidente transfusional. Un resultado
positivo indica la presencia de hemólisis; el examen microscópico
del sedimento urinario mostrara la morfología de los hematíes de
gran valor para diferenciar hematurias traumáticas o de otros oríge-
nes.
• Determinar la bilirrubina libre sérica en la muestra post-transfuio-
nal, y en otra muestra obtenida a las 5-7 horas de la reacción trans-
fusional. La bilirrubina libre es un producto de la degradación de la
hemoglobina en el torrente circulatorio, que causa un cambio de
color característico en el suero.
• Determinar tras el incidente transfusional y periódicamente la cifra
de hemoglobina y hematocrito del paciente, para valorar descensos
inexplicables.
• Examinar la unidad devuelta junto con su equipo de infusión,
para valorar la existencia de hemólisis, daño físico, contaminación o
funcionamiento defectuoso.
587
Puede existir hemólisis de mecanismos no inmunes causados por
soluciones, medicaciones, funcionamiento defectuoso de los calenta-
dores de sangre o dispositivos de infusión, que pueden ponerse en
evidencia tras el estudio de la unidad y el equipo de infusión.
• Realizar una tinción de Gram en una muestra de la unidad, así
como cultivos microbiológicos si están indicados. Sobre todo si el
examen visual de la unidad muestra una apariencia anormal con gru-
mos, burbujas y/o cambios en la coloración normal del hemoderiva-
do o componente.
• Determinar la haptoglobina sérica en la muestra pre y post-transfu-
sional. Esto puede ser útil para diagnosticar una reacción hemolítica.
Una disminución de la haptoglobina se observa cuando existe hemo-
globina libre en el plasma, ya que se une a la misma almacenándose
en el tejido retículo-endotelial.
• Determinar LDH e iones.
• Si se sospecha una RT anafiláctica, determinar la cifra de IgA.
588
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590
17. REACCIONES TRANSFUSIONALES
INMUNOLOGICAS.
591
El conflicto antígeno-anticuerpo puede conducir a una hemólisis por acti-
vación del complemento y destrucción de la membrana eritrocitaria pro-
duciendo una hemólisis intravascular que generalmente es aguda; o bien,
puede conducir a una hemólisis por secuestro y destrucción (hepática o
esplénica) de los hematíes con fagocitosis, produciéndose una hemólisis
extravascular o intratisular, que muy raramente es aguda.
• Incidencia
El riesgo estimado de una reacción hemolítica aguda es aproximada-
mente de 1 cada 6.000-33.000 transfusiones, en tanto que el de una
reacción hemolítica fatal lo es de 1 cada 250.000-600.000.
• Manifestaciones clínicas
Los síntomas de una RTHA aparecen normalmente dentro de los pri-
meros 5-15 minutos de iniciar la transfusión, van a guardar una inten-
sidad directamente relacionada con la cantidad de mL infundidos, la
velocidad de administración y el estado de las funciones renal, hepáti-
ca y cardiaca del paciente, generalmente consisten en:
✓ Fiebre.
✓ Escalofríos.
✓ Dolor y quemazón en la zona de venopunción y trayecto venoso.
✓ Hipotensión.
✓ Dolor torácico, subesternal.
✓ Dolor en zona lumbar (fosas renales).
✓ Nauseas y vómitos.
✓ Disnea.
✓ Diaforesis.
✓ Ansiedad, sensación de muerte inminente.
✓ Hemoglobinuria.
✓ Aumento del sangrado quirúrgico y shock con hipotensión, pueden
ser las únicas manifestaciones en los pacientes anestesiados.
La detención inmediata de la transfusión y la instauración de un trata-
miento urgente, pueden evitar en ocasiones, la evolución del cuadro
592
clínico hacia un fracaso renal agudo que puede acompañarse de una
coagulación intravascular diseminada.
• Etiología
Prácticamente el 80% de las RTHA son debidas a errores humanos,
bien en el rotulado de las muestras, bien en el proceso de pruebas cru-
zadas, o en el momento de la transfusión, al no identificar correcta-
mente al paciente.
La mayoría de las veces se producen a través de una incompatibilidad
ABO entre el paciente y el donante, durante la administración de
hemoderivados que contienen hematíes; en otras ocasiones son anti-
cuerpos eritrocitarios los causantes, siendo los más frecuentemente
implicados: anti-Kell, anti-Kidd (anti-Jka), y anti-Duffy (anti-Fya).
En raras ocasiones se presenta una RTHA con la administración de
hemoderivados que no contienen hematíes, como el PFC y unidades de
plaquetas. En esta situación se trata de PFC de grupo O transfundido a
pacientes de grupo A, B ó AB, que puede contener anticuerpos poten-
tes contra los antígenos A ó B de los hematíes del destinatario, y pro-
vocar una RHTA.
• Fisiopatología
El elemento primario que va a desencadenar todas las alteraciones, es
la interacción antígeno-anticuerpo eritrocitario, que va a provocar la
activación del sistema del complemento y la liberación de sustancias
mediadoras inflamatorias, responsables de las alteraciones en diversos
órganos y tejidos que se van a presentar.
En el caso de una RHTA por incompatibilidad ABO, la hemólisis va a
ser intravascular y el anticuerpo de tipo IgM, va a reaccionar con los
antígenos de los hematíes transfundidos, produciéndose una activación
del complemento de C1 a C9 por su vía clásica en el propio torrente
circulatorio. Esta activación de la vía clásica del complemento lleva a
la formación de anafilotoxinas C3a y C5a, que ejercen una acción
directa sobre la musculatura lisa, actúan sobre las células del sistema
mononuclear-fagocítico y los neutrófilos reforzando la expresión de
los receptores C3b de las mismas, producen la liberación por parte de
los mastocitos y basófilos de mediadores de la respuesta inmune
humoral (histamina, TNF, IL-1, IL-3-4-5-6, leucotrienios y prostaglan-
dinas). Además las células del sistema mononuclear-fagocítico son
593
activadas por la fagocitosis y por C5a con la secreción de nuevos
mediadores como el factor activador de neutrófilos e IL-8, que parece
ser que aumenta la liberación de tromboplastinas que activan los fenó-
menos de coagulación intravascular.
Los inmunocomplejos formados por la interacción antígeno-anticuer-
po, producen la activación del Factor XII, el cual inicia la cascada de
la coagulación y activa el sistema de las calicreinas con producción de
bradiquinina que va a provocar, un aumento de la permeabilidad capi-
lar, una activación del sistema nervioso simpático con liberación de
noradrenalina y otras catecolaminas, y una vasoconstricción de los
lechos pulmonares y renales.
La hemoglobina libre resultante de la destrucción de los hematíes se
fija a la albúmina y haptoglobina, pero una vez éstas están saturadas,
se elimina por el riñón apareciendo la hemoglobinuria.
La circulación posterior de los restos de los hematíes lisados unida a
la activación del Factor XII y a la liberación de tromboplastinas tisu-
lares, va a iniciar la cascada de la coagulación, con formación de
microtrombos en la circulación que van a producir fenómenos de
isquemia tisular y un consumo de fibrinógeno, plaquetas y factores
lábiles de la coagulación, colocando al paciente en una situación
hemorrágica conocida como síndrome de coagulación intravascular
diseminada.
El órgano que va resultar más comprometido en el curso de una RTHA
es el riñón. La lesión renal es el resultado de múltiples factores como:
depósito glomerular de fibrina, disminución de la circulación renal
debida a la hipotensión, vasoconstricción, microtrombos y depósito de
inmunocomplejos, precipitación de la hemoglobina libre en los túbu-
los renales. Todo ello conduce a una isquemia renal con la consiguien-
te necrosis tubular e insuficiencia renal aguda.
La RHTA extravascular se produce por la acción de anticuerpos que no
son tan líticos y que no activan de forma completa el sistema del com-
plemento, si no que lo activan de forma parcial hasta C3b, por lo que
las manifestaciones clínicas derivadas de la liberación de anafilotoxi-
nas van a estar ausentes. La naturaleza del anticuerpo es de tipo IgG.
En el caso del anticuerpo IgG del anti-Duffy (anti-Fya), puede activar
totalmente el sistema del complemento y que la reacción hemolítica se
produzca tanto extra como intravascularmente.
594
• Normas de actuación
✓ Detener la transfusión.
✓ Tomar las constantes vitales, anotar y describir la sintomatología.
✓ Mantener la vía venosa con solución salina fisiológica.
✓ Confirmar que en la unidad que se está administrando, constan los
datos del paciente, y que éstos coinciden con la persona a la que se
está realizando la transfusión.
✓ Confirmar que el grupo y Rh del paciente, que consta en la eti-
queta colocada por el Banco de Sangre en la unidad, coincide con
el que figura originariamente en la unidad y que es adherido a ella
por el Centro Regional de Transfusión.
✓ Notificar la incidencia al médico responsable del paciente para
valorar la intensidad de la reacción, el tratamiento oportuno y la
continuidad o no de la misma.
✓ Rellenar la hoja-informe de reacción transfusional, anotando y
describiendo todos sus apartados, remitiéndola al Banco de
Sangre.
✓ Obtener una muestra de sangre de otra vía distinta a la de la infusión
del hemoderivado o componente sanguíneo, para realizar estudios
analíticos (tubo seco, con EDTA y con citrato).
• Diagnóstico y diagnóstico diferencial
La sintomatología inicial que puede presentarse en una RTHA, es la
señalada anteriormente, si bien el síntoma más frecuente y de aparición
más precoz, es un cuadro febril acompañado de escalofríos intensos
con tan solo 10-15 mL de hemoderivado transfundido. No hay que olvi-
dar que en pacientes anestesiados las únicas manifestaciones pueden ser
un aumento del sangrado quirúrgico en el campo operatorio y/o en las
zonas de punción, shock con hipotensión, o la emisión de orina con
hemoglobinuria.
Esta sintomatología que se presenta en los pacientes no anestesiados, es
muy similar a otras reacciones transfusionales que no son tan potencial-
mente peligrosas, por ello es fundamental detener inmediatamente la
transfusión. Una forma rápida y eficaz de distinguirlas, es obtener una
muestra de sangre y realizar una centrifugación para valorar el color del
595
plasma; si éste aparece normal y no se ha presentando ninguna sintoma-
tología añadida, probablemente nos encontremos ante otro tipo de reac-
ción transfusional; en cambio si el plasma presenta un color rosado o
rojo (debido a la hemólisis) es probable que nos encontremos ante una
RTHA, ya que basta la lisis de sólo 5 mL de hematíes para que exista
hemoglobinemia y proporcione el color característico al suero.
Ante un episodio sospechoso de RHTA, aparte de las medidas genera-
les anteriormente señaladas y adoptadas se debe proceder a realizar
determinaciones analíticas encaminadas a confirmar la existencia de
una reacción hemolítica y en caso afirmativo, a detectar su etiología y
mecanismos implicados:
✓ Realizar una prueba de aglutinación directa (Test de Coombs)
en la muestra con EDTA pre y post-transfusional. Si la prueba es
positiva en la muestra post-transfusional, hay que realizarla tam-
bién en la muestra pre-transfusional para compararla.
✓ Repetir la determinación de grupo ABO y Rh en las muestras
pre-transfusionales, post-transfusionales y en el componente o
hemoderivado administrado.
✓ Determinar el Escrutinio de anticuerpos irregulares en las
muestras pre y post-transfusionales del paciente.
✓ Repetir las pruebas cruzadas con la muestra pre y post-transfu-
sional. Debe incluirse la fase de Coombs en su realización.
✓ Determinar la posible existencia de hemoglobina libre en la orina
del paciente emitida tras el incidente transfusional.
✓ Determinar la bilirrubina libre sérica en la muestra post-trans-
fuional, y en otra muestra obtenida a las 5-7 horas de la reacción
transfusional. La bilirrubina libre es un producto de la degradación
de la hemoglobina en el torrente circulatorio, que causa un cambio
de color característico en el suero.
✓ Determinar tras el incidente transfusional y periódicamente la cifra
de hemoglobina y hematocrito del paciente, para valorar descen-
sos inexplicables.
✓ Examinar la unidad devuelta junto con su equipo de infusión,
para valorar la existencia de hemólisis, daño físico, contaminación
o funcionamiento defectuoso.
596
✓ Realizar una tinción de Gram en una muestra de la unidad, así
como cultivos microbiológicos si están indicados. Sobre todo si el
examen visual de la unidad muestra una apariencia anormal con
grumos, burbujas y/o cambios en la coloración normal del hemo-
derivado o componente.
✓ Determinar la haptoglobina sérica en la muestra pre y post-trans-
fusional.
• Tratamiento
El objetivo fundamental del tratamiento de una RTHA es restaurar el
cuadro hipotensivo, manteniendo un flujo sanguíneo renal adecuado
que impida la aparición de un fracaso renal agudo de graves conse-
cuencias, conservando las constantes vitales del paciente y previendo
la aparición de un cuadro de coagulación intravascular diseminada.
Generalmente se relaciona la severidad del cuadro clínico con la can-
tidad de mL de hematíes incompatibles administrados, si bien se han
documentado casos fatales con infusiones inferiores a los 30 mL; de
ahí, que un tratamiento enérgico y precoz sea fundamental para dismi-
nuir la gravedad y mortalidad del evento.
Las líneas básicas del tratamiento son:
✓ Obtener una buena vía venosa
Un catéter en una vía central (yugular o subclavia) nos va a per-
mitir además de administrar fluidos y medicación, obtener la pre-
sión venosa central.
✓ Controlar el estado de shock y colapso vascular.
Manteniendo un volumen circulante adecuado y una Tensión
Arterial que nos garantice una correcta perfusión renal. Ello se
consigue con la administración de cristaloides (suero salino fisio-
lógico 500-1.000 mL en 1-2 horas si lo permite el estado cardíaco),
supervisando el ECG del paciente, su presión venosa central y su
diuresis con el objetivo de mantener como mínimo una diuresis
horaria superior a los 100 mL/hora.
✓ Prevenir el fracaso renal agudo.
➢ Aunque no existe ninguna evidencia que la administración
de diuréticos pueda prevenir o revertir la existencia de un
fracaso renal agudo, se deben prescribir, sobre todo en la
597
fase oligúrica agentes diuréticos del tipo de furosemida
(Seguril®) a dosis iniciales de 3 mg/Kg endovenoso, dosis
que puede repetirse a las 2-3 horas si no hay respuesta mani-
fiesta en la diuresis horaria. La administración de manitol
100 mL al 20% en bolo y continuando a un ritmo de 10-15
mL/minuto hasta administrar 1000 mL, que es un diurético
osmótico, aumenta el volumen sanguíneo y mejora el flujo
renal, puede tener interés en estas situaciones aunque su
indicación es controvertida.
➢ Los agentes vasopresores que disminuyen el flujo sanguíneo
renal están formalmente contraindicados; no obstante la
administración de Dopamina a bajas dosis, (dosis β, 1-4
µg/Kg/minuto endovenosa) puede mejorar el flujo renal al
provocar una vasodilatación arteriolar renal.
✓ Controlar la aparición de una coagulación intravascular diseminada.
El cuadro de CID debe tratarse según los protocolos establecidos
en cada Centro. No obstante como norma general cabe distinguir
dos situaciones clínicas: la existencia de datos biológicos de CID
sin fenómenos hemorrágicos y la existencia de un cuadro de CID
con manifestaciones hemorrágicas. En ésta última situación está
indicada la administración de:
➢ Unidades de plaquetas: 1 unidad/10 kg peso cada 12 horas,
o hasta que cesen las manifestaciones hemorrágicas.
➢ PFC: 20 ml/Kg peso cada 24 horas, o hasta que cesen las
manifestaciones hemorrágicas.
➢ CRI: 1 unidad/10 kg de peso cada 24 horas, o hasta que
cesen las manifestaciones hemorrágicas.
➢ Concentrados de AT-III en las siguientes situaciones:
– Parámetros biológicos de CID y AT-III <75%.
– CID severas con AT-III <50%, se debe administrar cada 8
horas previa determinación de niveles plasmáticos para
mantener una actividad entre el 70-100%.
– La administración concomitante de heparina, sólo debe
realizarse cuando los niveles de AT-III sean >80%
598
✓ Mantener la oxigenación tisular.
No hay que olvidar que si el paciente recibía una transfusión, funda-
mentalmente de CH cuando se desencadeno el episodio de RHTA,
ésta estaba justificada por la deficiente oxigenación de los órganos y
tejidos. Hay que contactar con el Banco de Sangre para que propor-
cione unidades de CH compatibles (que no posean los antígenos) tras
determinar el anticuerpo causante de la reacción, si bien en ocasiones
ello es difícil y complicado.
✓ Controlar el equilibrio hidro-electrolítico.
Sobre todo las alteraciones en el equilibrio ácido-base, administran-
do Bicarbonato en caso de acidosis (45 mEq en solución venosa).
Vigilar la cifra de potasio y el volumen de líquidos administrados en
caso de la diuresis horaria no sea la deseada.
Si pese a todas las medidas adoptadas se presenta un fracaso renal agudo,
con elevación de la urea y potasio, descenso del bicarbonato y aparición
de una acidosis metabólica y oligoanuria, es imperativo consultar con el
Servicio de Nefrología para instaurar medidas más enérgicas.
• Prevención
La identificación adecuada, correcta e inequívoca del paciente es la
medida fundamentalmente para prevenir las RHTA debidas a la
incompatibilidad ABO, ya que gran parte de las mismas tienen su ori-
gen en un error humano en la identificación del destinatario de la trans-
fusión, bien en el momento de la administración o en la toma de mues-
tras pretransfusionales para realizar las pruebas cruzadas; siendo
menos frecuentes los errores de laboratorio.
El inicio del acto transfusional es el momento crítico y último para evi-
tar un error de identificación, por lo que la determinación del grupo
sanguíneo y Rh del destinatario inmediatamente antes de la admi-
nistración del hemoderivado o componente sanguíneo, puede evitar
una reacción potencialmente fatal, en caso de no ser compatible ni
coincidir con el que figura en la unidad, pese a que en la etiqueta figu-
re el nombre del destinatario.
No hay que olvidar que pese a todas las medidas adoptadas para garan-
tizar la administración del hemoderivado adecuado al paciente para
quien se ha solicitado, se puede presentar una RTHA incluso cuando
las pruebas cruzadas han sido compatibles.
599
A.2. Reacciones febriles no hemolíticas
Las reacciones transfusionales febriles no hemolíticas (RTFNH) se obser-
van con frecuencia en pacientes politransfundidos y en mujeres con his-
toria de embarazos previos. Se presentan de forma más frecuente en la
transfusión de unidades de plaquetas que en la de concentrados de hema-
tíes; pero dado que su sintomatología inicial puede ser similar a la de una
RTHA, debe reconocerse y distinguirse de la misma, ya que no es poten-
cialmente tan peligrosa.
• Incidencia
La RTFNH es el efecto indeseable más frecuente de la administración
de sangre y hemoderivados, se presenta aproximadamente en 1 de cada
200 unidades administradas, siendo mucho más frecuente, entre el 5-
30% de los casos, si el componente administrado se trata de unidades
de plaquetas.
• Manifestaciones clínicas
Los síntomas de una RTFNH aparecen normalmente entre los prime-
ros 30 minutos y las 2 horas de iniciar la transfusión, pero pueden
incluso manifestarse hasta las 2 horas de finalizar la misma.
Generalmente consisten en:
• Fiebre (de entre 1-2º C sobre la temperatura basal).
• Escalofríos y temblores.
• Cefalea.
• Náuseas y vómitos.
• Sensación de malestar general.
No obstante, en ocasiones puede estar ausente el síndrome febril si el
paciente ha recibido fármacos antipiréticos de forma profiláctica, pero
éstos no evitaran la sensación de incomodidad y los escalofríos.
• Etiología
Estas reacciones son causadas a menudo por anticuerpos citotóxicos o
aglutinantes, anti-leucocito del paciente, que reaccionan con antígenos
HLA de los leucocitos existentes en el componente sanguíneo admi-
nistrado. En el caso de la transfusión de plaquetas, éstas reacciones
pueden ser causadas por citoquinas liberadas por los leucocitos pre-
600
sentes en el componente durante su proceso de almacenamiento. Existe
un riesgo menor de producción de RTFNH en la administración de
PFC, CRI y concentrados de factores, ya que éstos no poseen leuco-
citos, pero parece ser que las proteínas plasmáticas pueden jugar un
papel etiológico en el desarrollo de RTFNH.
• Fisiopatología
La interacción antígeno-anticuerpo va a provocar la estimulación de los
macrófagos y la descarga de pirógenos endógenos así como diversas
citoquinas que van a causar el cuadro febril (IL-1b, IL-6, IL-8 y TNF).
Se han propuesto tres posibles mecanismos para explicar la fisiopato-
logía de las reacciones febriles no hemolíticas:
✓ Mecanismo clásico
Afecta por igual a los CH y concentrados de plaquetas. La fuente
de la citoquina responsable del cuadro sería el donante. El paciente
posee anticuerpos frente a antígenos leucocitarios (HLA) que reac-
cionan con los leucocitos del donante tras la administración del
hemoderivado. La leucoreducción de los componentes evitaría la
aparición del cuadro febril por este mecanismo.
✓ Inmunocomplejos
Es más frecuente en la administración de concentrados de plaque-
tas que en CH. La fuente de la citoquina responsable del cuadro se
encuentra en el paciente que recibe la unidad. El receptor posee
anticuerpos frente a las células o proteínas plasmáticas del donan-
te, que forman complejos inmunes que desencadenan una activa-
ción inmunitaria con liberación de sustancias IL-1b, IL-6 y TNF. La
leucoreducción de los componentes no evitaría la aparición de
RTFNH por este mecanismo.
✓ Citoquinas
Se observa solo con la administración de concentrados de plaque-
tas. La fuente de la citoquinas se encuentra en el donante. La libe-
ración por parte de los leucocitos de citoquinas y mediadores de la
respuesta biológica se produciría durante el almacenamiento de los
concentrados de plaquetas, que posteriormente son infundidos al
paciente. La leucoreducción previa al almacenamiento evitaría la
aparición de RTFNH por este mecanismo.
601
• Normas de actuación
✓ Detener la transfusión.
✓ Tomar las constantes vitales, anotar y describir la sintomatología.
✓ Mantener la vía venosa con solución salina fisiológica.
✓ Confirmar que en la unidad que se está administrando, constan los
datos del paciente, y que éstos coinciden con la persona a la que se
está realizando la transfusión.
✓ Confirmar que el grupo y Rh del paciente, que consta en la eti-
queta colocada por el Banco de Sangre en la unidad, coincide con
el que figura originariamente en la unidad y que es adherido a ella
por el Centro Regional de Transfusión.
✓ Notificar la incidencia al médico responsable del paciente para
valorar la intensidad de la reacción, el tratamiento oportuno y la
continuidad o no de la misma.
✓ Rellenar la hoja-informe de reacción transfusional, anotando y
describiendo todos sus apartados, remitiéndola al Banco de
Sangre.
✓ Obtener una muestra de sangre de otra vía distinta a la de la infu-
sión del hemoderivado o componente sanguíneo, para realizar
estudios analíticos (tubo seco, con EDTA y con citrato).
• Diagnóstico y diagnóstico diferencial
La RTFNH puede ser muy difícil de distinguir exclusivamente por su
sintomatología de una RTHA. Ante cualquier síntoma sugerente de
que nos encontramos ante una RTHA la transfusión debe detenerse.
Una forma rápida y eficaz de distinguirlas, es obtener una muestra de
sangre y realizar una centrifugación para valorar el color del plasma;
si éste aparece normal y no se ha presentando ninguna sintomatolo-
gía añadida, probablemente nos encontremos ante una RTFNH; en
cambio si el plasma presenta un color rosado o rojo (debido a la
hemólisis) es probable que nos encontremos ante una RTHA.
• Tratamiento
✓ Administración de un antipirético, para disminuir el cuadro febril.
No es aconsejable la utilización de ácido acetil-salicílico
(Aspirina®) sobre todo en pacientes con trombopenia. Se puede
602
administrar: Paracetamol 650 mg vo, Metamizol 575 mg vo, o 1
ampolla de 2 gr iv.
✓ En función de la severidad de los síntomas, se indicará la reanu-
dación de la transfusión, si bien, a un ritmo más lento, y una vez
descartada la posibilidad de una reacción transfusional potencial-
mente más grave.
• Prevención
Aproximadamente un 15% de los pacientes que han presentado una
RTFNH la van a desarrollar en una próxima transfusión. Dado que la
gran mayoría de las RTFNH están causadas por la liberación de sus-
tancias mediadoras de la respuesta biológica bien por las reacciones
antígeno-anticuerpo leucocitarios, o por la liberación de las mismas
durante el almacenamiento de los hemoderivados; toda actuación
encaminada a impedir dicha liberación de sustancias, conseguirá dis-
minuir la incidencia de este tipo de reacciones.
La leucoreducción primaria o con filtros en el momento de la transfu-
sión, va a prevenir las reacciones febriles provocadas por los anticuer-
pos leucocitarios pero no reducirá las reacciones debidas a la acumu-
lación de citoquinas, que pueden verse disminuidas por la leucoreduc-
ción pre-almacenamiento.
El uso profiláctico de antipiréticos no se recomienda, ya que si bien va
a impedir la sintomatología febril, pueden enmascarar los síntomas de
reacciones transfusionales más graves como una RTHA o sepsis por
contaminación bacteriana.
603
• Incidencia
Es bastante frecuente, presentándose en un 1-5% de todas las transfu-
siones y como hemos señalado se produce prácticamente con todo tipo
de hemoderivados y componentes sanguíneos.
• Manifestaciones clínicas
En general la sintomatología clínica es apacible y se presenta sobre
todo a nivel cutáneo, con aparición de cualquiera de los siguientes sig-
nos y síntomas:
✓ Eritema y edema local.
✓ Habones y ampollas.
✓ Urticaria.
✓ Prurito.
✓ Sensación de incomodidad y ansiedad.
• Etiología
La sintomatología alérgica está causada por la reacción antígeno-anti-
cuerpo que se produce en el paciente, frente a las proteínas plasmáti-
cas del plasma del donante, provocando una reacción de hipersensibi-
lidad de Tipo I. En este caso un alérgeno (que generalmente es una pro-
teína presente en el plasma humano del donante, pero puede obedecer
a otras situaciones, como la ingesta de un fármaco o de un determina-
do tipo de alimento por parte del donante, previamente a la donación),
reacciona con un anticuerpo presente en el paciente, que previamente
ha sufrido una sensibilización a dicho alérgeno.
• Fisiopatología
La reacción antígeno-anticuerpo, que es una reacción de
Hipersensibilidad de Tipo I mediada por la IgE con expresión clínica
fundamentalmente cutánea, se inicia por una exposición primaria del
antígeno (alérgeno) que produce una estimulación de las células plas-
máticas con el fin de segregar una IgE específica frente al menciona-
do anticuerpo. Esta IgE secretada provoca una sensibilización de los
mastocitos y basófilos a través de su fragmento Fc, con lo que la futu-
ra exposición frente al antígeno va a desencadenar la degranulación de
los mismos y la liberación de histamina provocando las manifestacio-
nes cutáneas.
604
• Normas de actuación
✓ Detener la transfusión.
✓ Tomar las constantes vitales, anotar y describir la sintomatología.
✓ Mantener la vía venosa con solución salina fisiológica.
✓ Confirmar que en la unidad que se está administrando, constan los
datos del paciente, y que éstos coinciden con la persona a la que se
está realizando la transfusión.
✓ Confirmar que el grupo y Rh del paciente, que consta en la eti-
queta colocada por el Banco de Sangre en la unidad, coincide con
el que figura originariamente en la unidad y que es adherido a ella
por el Centro Regional de Transfusión.
✓ Notificar la incidencia al médico responsable del paciente para
valorar la intensidad de la reacción, el tratamiento oportuno y la
continuidad o no de la misma.
✓ Rellenar la hoja-informe de reacción transfusional, anotando y des-
cribiendo todos sus apartados, remitiéndola al Banco de Sangre.
✓ Obtener una muestra de sangre de otra vía distinta a la de la infu-
sión del hemoderivado o componente sanguíneo, para realizar
estudios analíticos (tubo seco, con EDTA y con citrato).
• Diagnóstico y diagnóstico diferencial
El diagnóstico de una RTA se realiza en base a la sintomatología cutá-
nea y la ausencia de otro tipo de manifestaciones sistémicas. No obs-
tante se debe realizar una cuidadosa evaluación de la sintomatología en
cuanto a su evolución, ya que muchas veces una reacción anafiláctica,
potencialmente mucho más grave, puede inicialmente manifestarse
solo a nivel cutáneo. La buena respuesta al tratamiento antihistamíni-
co es muchas veces el mejor método diagnóstico.
• Tratamiento
Interrumpir momentáneamente la transfusión, o disminuir el ritmo de
infusión siempre que la sintomatología no sea muy molesta.
La administración de antihistamínicos, mejora los síntomas generales
de incomodidad, así como los cutáneos. Se puede administrar:
✓ Dexclorfeniramina (Polaramine®) 5 mg (1 ampolla) endovenosa.
605
✓ Difenhidramina (Benadryl®) 50 mg vo.
✓ Clemastina (Tavegil®) 1 mg vo.
Reanudar la transfusión una vez desaparezca la sintomatología, si bien
es recomendable continuarla con más lentitud.
• Prevención
Los pacientes que han presentado dos o más RTA, se benefician de una
profilaxis de antihistamínicos administrados una hora antes de la trans-
fusión y después de finalizar la misma. Se puede utilizar,
Dexclorfeniramina (Polaramine®) 5 mg (1 ampolla) endovenosa,
Difenhidramina (Benadryl®) 50 mg vo. o Clemastina (Tavegil®) 1
mg vo.
La administración de CHL va a disminuir la incidencia de RTA en los
pacientes que han presentado más de un episodio.
Solo están indicados los corticoesteroides de manera profiláctica en
aquellos pacientes que han presentado cuadros de RTA severos y reite-
rados, y que no han cedido a la administración de antihistamínicos.
606
• Manifestaciones clínicas
Las manifestaciones clínicas de la RTAF se suelen presentar tras la
administración de escasos mililitros de cualquier hemoderivado, y su
sintomatología es progresiva en intensidad y gravedad, en función de
los órganos y tejidos dañados. De tal manera se pueden presentar:
✓ Hipotensión.
✓ Dolor torácico (respiratorio).
✓ Nauseas y vómitos.
✓ Disnea y broncoespasmo.
✓ Edema de glotis.
✓ Urticaria, prurito y eritrodermia.
✓ Calambres abdominales y episodios diarreicos.
✓ Ausencia de fiebre.
✓ Sensación de muerte inminente.
✓ Pérdida de conciencia.
• Etiología
Generalmente las RTAF están causadas por la interacción de un anti-
cuerpo, pre-existente en el paciente, frente a una proteína o alérgeno
presente en la unidad administrada. Se presenta con frecuencia en
pacientes con déficit congénito de Inmunoglobulina A (IgA), que han
desarrollado anticuerpos frente a la IgA (normalmente estos anticuer-
pos son de tipo IgG) que reaccionan frente a la IgA del donante pre-
sente en el plasma del componente administrado. En nuestro medio, el
déficit congénito de IgA afecta a 1/700 personas, y sólo en un 30% de
las mismas se detectan anticuerpos anti-IgA. En países asiáticos se han
descrito RTAF en pacientes con déficit de haptoglobina, como conse-
cuencia de anticuerpos anti-haptoglobina desarrollados en los mismos.
Dicho déficit de haptoglobina oscila entre 1/1.000 personas en China
a 1/40.000 en Japón.
• Fisiopatología
La reacción antigeno-anticuerpo provoca una respuesta de
Hipersensibilidad inmune e inmediata de Tipo I. Se inicia por una
607
exposición primaria del antígeno (alérgeno) que produce una estimu-
lación de las células plasmáticas con el fin de segregar una IgE espe-
cífica frente al mencionado anticuerpo. Esta IgE secretada provoca una
sensibilización de los mastocitos y basófilos a través de su fragmento
Fc, con lo que la futura exposición frente al antígeno va a desencade-
nar la degranulación de los mismos y la liberación de histamina, sero-
tonina, bradiquinina, anafilotoxinas (C3a y C5a) linfocinas y leuco-
trienios, que van a afectar a distintos órganos (piel, tractos respiratorio
y digestivo, musculatura lisa, etc.), provocando toda la sintomatología
que va a guardar relación con la cantidad del alérgeno administrada y
la intensidad de la respuesta inmune.
• Normas de actuación
✓ Detener la transfusión.
✓ Tomar las constantes vitales, anotar y describir la sintomatología.
✓ Mantener la vía venosa con solución salina fisiológica.
✓ Confirmar que en la unidad que se está administrando, constan los
datos del paciente, y que éstos coinciden con la persona a la que se
está realizando la transfusión.
✓ Confirmar que el grupo y Rh del paciente, que consta en la eti-
queta colocada por el Banco de Sangre en la unidad, coincide con
el que figura originariamente en la unidad y que es adherido a ella
por el Centro Regional de Transfusión.
✓ Notificar la incidencia al médico responsable del paciente para
valorar la intensidad de la reacción, el tratamiento oportuno y la
continuidad o no de la misma.
✓ Rellenar la hoja-informe de reacción transfusional, anotando y
describiendo todos sus apartados, remitiéndola al Banco de
Sangre.
✓ Obtener una muestra de sangre de otra vía distinta a la de la infu-
sión del hemoderivado o componente sanguíneo, para realizar
estudios analíticos (tubo seco, con EDTA y con citrato).
• Diagnóstico y diagnóstico diferencial
El diagnóstico de una RTAF es complicado y debe realizarse rápida-
mente ya que se trata de una reacción muy grave y que exige un trata-
608
miento inmediato. La determinación posterior de los niveles de IgA y
la presencia de anticuerpos anti-IgA en el suero del paciente confirma-
rá el diagnóstico.
El principal problema es distinguir la RTAF de otras reacciones poten-
cialmente tan graves y que presentan una sintomatología muy similar,
como la Reacción transfusional hemolítica aguda por incompatibilidad
ABO, la sepsis bacteriana por contaminación de los componentes san-
guíneos, la lesión pulmonar aguda relacionada con la transfusión y las
reacciones hipotensivas. A favor de una RTAF está la ausencia de fiebre
(generalmente) y las manifestaciones cutáneas. Una forma rápida y efi-
caz de distinguirla de una RTHA, es obtener una muestra de sangre y
realizar una centrifugación para valorar el color del plasma; si éste apa-
rece normal, probablemente nos encontremos ante una RTAF; en cam-
bio si el plasma presenta un color rosado o rojo (debido a la hemólisis)
es probable que nos encontremos ante una RTHA. Ante un cuadro res-
piratorio agudo como el que se presenta en la RTAF, deberemos des-
cartar la existencia de una lesión aguda pulmonar o de un edema agudo
de pulmón de origen cardiogénico por sobrecarga circulatoria, si bien en
éstas últimas situaciones no se presentan manifestaciones cutáneas.
• Tratamiento
Una vez detenida la transfusión y colocada una vía con suero salino, el
tratamiento debe iniciarse lo más rápidamente posible con:
✓ Adrenalina 0.4 mg subcutánea (0.4 mL de solución al 1/1000),
que puede repetirse cada 5-10 minutos si es necesario, y en fun-
ción de la evolución de la sintomatología.
✓ Mantener inicialmente el volumen sanguíneo con administración
de soluciones cristaloides.
✓ Si se presenta una hipotensión pese a la administración de solu-
ciones fisiológicas, administrar Adrenalina intravenosa 0.3 mg
(diluidos en 10 mL de suero salino); si persiste el cuadro hipoten-
sivo, administrar Dopamina a dosis de 1 µg/Kg/minuto.
✓ La sintomatología respiratoria derivada del broncoespamo debe
tratarse con administración de oxigeno y Aminofilina endoveno-
sa a razón de 0.9 mg/kg. Vigilando estrechamente la saturación de
oxigeno por si fuera necesaria una intubación traqueal urgente con
apoyo ventilatorio.
609
✓ La administración de corticoesteroides puede resultar beneficiosa
en cuadros severos, 100 mg endovenosos de Hidrocortisona.
✓ La prescripción de antihistamínicos va a mejorar la sintomatología
cutánea, se puede administrar Dexclorfeniramina (Polaramine®)
5 mg (1 ampolla) endovenosa.
✓ Bajo ningún concepto la transfusión debe reiniciarse, a pesar de la
disminución o desaparición de la sintomatología.
• Prevención
Todos los pacientes con historia de haber presentado una RTAF deben
conocer y advertir en los Servicios de Transfusión que han presentado
la misma, ya que las medidas preventivas van a ser la mejor arma para
evitar su aparición. Deben recibir todos los CH libres de plasma, trans-
fundiendo CHL, y en caso de necesitar unidades de plaquetas también
se procederá a su lavado con soluciones salinas e inmediata infusión.
Ante la necesidad de recibir PFC o CRI, éstos deben de ser obtenidos
de donantes conocidos que presente también un déficit de IgA.
Es aconsejable que todos los Bancos de Sangre, Centros de
Transfusión o Servicios de Transfusión dispongan de un listado de
donantes con déficit de IgA, con el fin de transfundir los productos
obtenidos de su donación a los pacientes que han presentado un episo-
dio de RTAF y precisan de una nueva transfusión, bien por donación
directa o bien por criopreservación de los productos obtenidos.
Así mismo, se puede realizar cuando es posible la transfusión autólo-
ga programada en estos pacientes, bien en su sentido clásico o bien
congelando los productos ante futuras necesidades.
610
La TRALI se describe mejor como una conjunto clínico de síntomas y
signos incluyendo disnea, cianosis, hipotensión, tos improductiva, fiebre
y escalofríos, junto con los hallazgos físicos de edema pulmonar bilateral.
Los síntomas comienzan típicamente dentro de 1-2 horas de la transfusión
y permanecen de 4-6 horas; su severidad puede ser diversa y asociada al
grado de hipoxemia.
• Incidencia
Su incidencia estimada es desconocida, dado que en muchas ocasiones
no se realiza un diagnóstico adecuado y puede ser atribuida a episodios
de sobrecarga circulatoria. No obstante se conoce que afecta por igual
a cualquier paciente, independientemente de su edad y/o sexo, y que es
la tercera causa de muerte en frecuencia, asociada a la transfusión de
hemoderivados.
La TRALI se asocia con la transfusión de CH y PFC, pero hay casos
descritos tras administración de CRI, concentrados de granulocitos y
concentrados de plaquetas. La estimación de frecuencia de TRALI es
de un caso por 0.014-0.02% de unidades transfundidas, y de un 0.04-
0.16% por paciente transfundido.
• Manifestaciones clínicas
La sintomatología clínica de la TRALI, se presenta normalmente entre
las 2-4 horas del inicio de la transfusión. Suele ser de inicio brusco y
agudo y caracterizada por:
✓ Disnea y cianosis.
✓ Taquicardia.
✓ Hipotensión.
✓ Cuadro febril.
✓ Escalofríos.
✓ Tos improductiva.
✓ Hipoxemia.
✓ Infiltrados pulmonares.
El principal problema, es distinguirla del síndrome de distrés respira-
torio del adulto (SDRA). La radiografía torácica muestra un edema
pulmonar bilateral severo o perihiliar e infiltración de los campos pul-
611
monares inferiores, sin aumento de la silueta cardiaca ni de los gran-
des vasos; estos hallazgos son muchas veces más importantes y noto-
rios que los hallazgos auscultatorios. En contraste con los pacientes
con un edema pulmonar de origen cardiogénico, presentan una presión
venosa central normal y una presión pulmonar de enclavamiento nor-
mal o baja. Los estudios gasométricos muestran una hipoxemia severa
con alcalosis respiratoria.
Es posible que se presenten casos de TRALI tan poco severos que pue-
dan pasar desapercibidos y no ser reconocidos como tales. Aproximada-
mente el 80% de los casos mejoran clínica y fisiológicamente en 2-3
días tras tratamiento adecuado, siendo su mortalidad global de un 5-8%.
• Etiología
Clásicamente la etiología de la TRALI se ha atribuido a la presencia de
anticuerpos anti-leucocito en el plasma del donante, dirigidos contra los
granulocitos del paciente. En muchos casos se ha demostrado la presen-
cia de anticuerpos anti-HLA (A o B) en el plasma de los donantes de las
unidades implicadas. En otros casos se han detectado anticuerpos anti-
neutrófilos específicos (anti-NA2, anti-5b y anti-NB2), que son más fre-
cuentes en mujeres con varios embarazos. Por último en algunos casos de
TRALI clínicamente probados, no se ha identificado ningún anticuerpo,
atribuyéndose la causa a la liberación durante el almacenamiento bien de
sustancias lipídicas, o bien de citoquinas liberadas por los leucocitos.
• Fisiopatología
El mecanismo preciso de la TRALI y las características de los anti-
cuerpos involucrados es todavía incierto, si bien se cree que la interac-
ción antígeno-anticuerpo desencadena una reacción inmune, causante
de las alteraciones. El factor principal de esta reacción inmune es el
secuestro de los granulocitos en la microcirculacion pulmonar que ori-
gina una aumento de la permeabilidad vascular y el consiguiente
edema pulmonar, por activación del sistema del complemento y libe-
ración de sustancias vasoactivas. En algunos casos no se ha evidencia-
do la presencia de ningún anticuerpo, por lo que es probable que varios
factores determinen la respuesta clínica del paciente, entre los que se
encontrarían: las características del anticuerpo, la naturaleza y distri-
bución del antígeno implicado, la magnitud de la activación del com-
plemento (en particular la liberación de C5a), y el estado inmunitario
del receptor de la transfusión.
612
• Normas de actuación
✓ Detener la transfusión.
✓ Tomar las constantes vitales, anotar y describir la sintomatología.
✓ Mantener la vía venosa con solución salina fisiológica.
✓ Confirmar que en la unidad que se está administrando, constan los
datos del paciente, y que éstos coinciden con la persona a la que se
está realizando la transfusión.
✓ Confirmar que el grupo y Rh del paciente, que consta en la eti-
queta colocada por el Banco de Sangre en la unidad, coincide con
el que figura originariamente en la unidad y que es adherido a ella
por el Centro Regional de Transfusión.
✓ Notificar la incidencia al médico responsable del paciente para
valorar la intensidad de la reacción, el tratamiento oportuno y la
continuidad o no de la misma.
✓ Rellenar la hoja-informe de reacción transfusional, anotando y des-
cribiendo todos sus apartados, remitiéndola al Banco de Sangre.
✓ Obtener una muestra de sangre de otra vía distinta a la de la infu-
sión del hemoderivado o componente sanguíneo, para realizar
estudios analíticos (tubo seco, con EDTA y con citrato).
• Diagnóstico y diagnóstico diferencial
El diagnostico de la TRALI se realiza normalmente tras la exclusión de
otras reacciones transfusionales agudas, en especial de una sobrecarga cir-
culatoria, de una RTAF y de una contaminación bacteriana. No hay nin-
guna prueba diagnóstica concluyente, y hay que basarse en la sintomato-
logía clínica, la exploración física y los hallazgos radiográficos, para dis-
tinguirla fundamentalmente del Edema pulmonar cardiogénico. Las deter-
minaciones de la presión venosa central, presión en arteria pulmonar, así
como realización de ECG y enzimas cardiacos (para descartar infarto mio-
cárdico) permiten diferenciar el origen cardiogénico del edema.
El diagnóstico definitivo de TRALI, se confirma mediante pruebas de
laboratorio que demuestren la existencia en el plasma del donante de
la unidad implicada, anticuerpos anti-HLA o anticuerpos anti-granulo-
cito; o bien realizando una prueba cruzada leucocitaria entre los leu-
cocitos del paciente y el plasma del donante.
613
• Tratamiento
El tratamiento fundamental de la TRALI lo constituye el apoyo respi-
ratorio y circulatorio intensivo. En todos los casos es necesario sopor-
te con oxígeno, y en un porcentaje elevado es necesaria la ventilación
mecánica. El cuadro hipotensivo debe tratarse con drogas vasoactivas
si no responde a la fluidoterapia.
Se han utilizado corticoesteroides y diuréticos para su tratamiento, si
bien éstos últimos están contraindicados debido al origen no cardiogé-
nico del trastorno, ni a la sobrecarga circulatoria, pudiendo agravar el
cuadro hipotensivo. El uso de los esteroides es controvertido, ya que si
existe un origen inmune del proceso, no parece que presenten benefi-
cio alguno, no obstante su administración junto con una profilaxis anti-
biótica puede ser adecuada.
Al ser una reacción autolimitada, la gran mayoría de los pacientes res-
ponde al tratamiento en 3-4 días sin originar secuelas.
En caso de ser necesaria una nueva transfusión, se administraran CHL.
• Prevención
Se recomienda que los donantes que han sido implicados en algún epi-
sodio de TRALI sean rechazados en futuras donaciones. No obstante
y dada la escasez de donaciones, hay autores que recomiendan que una
vez detectados y reconocidos los donantes implicados, sus futuras
donaciones se fraccionen de tal manera que los CH obtenidos sean
lavados o congelados, y que el plasma sea desviado a la industria far-
macéutica para su posterior fraccionamiento y no administrarlo en
forma de PFC, ni utilizar la unidad de plaquetas, ya que contiene cier-
ta cantidad de plasma.
614
HNA del receptor (en los casos descritos se trataba del antígeno HNA-1b),
provocando la neutropenia con un mecanismo similar al observado en los
casos de neutropenia aloinmune neonatal.
En los dos casos descritos, la neutropenia se presentó a las pocas horas de
la transfusión y lo más importante fue su detección precoz, y la adminis-
tración de factor estimulante de colonias, con lo que cifra de leucocitos y
neutrófilos se normalizó a la semana, sin presentarse complicaciones
infecciosas.
615
En otras ocasiones se presentan signos y síntomas que aparecen entre
los 2 y 14 días tras la transfusión y que fundamentalmente son:
✓ Ictericia leve.
✓ Cuadro febril o febrícula, acompañada de leucocitosis.
✓ Coluria.
✓ Anemia (con descenso rápido del hematocrito).
✓ Hemoglobinuria (más raramente).
Las manifestaciones graves del tipo de hipotensión, fracaso renal y/o
CID, no suelen presentarse, aunque se han descritos casos con hemó-
lisis importante que han ocasionado insuficiencia renal.
• Etiología
Las RTHR tienen su origen en una sensibilización previa del paciente
frente a un antígeno eritrocitario, bien provocada por una transfusión
anterior o bien por sensibilización durante el embarazo. Los antígenos
más frecuentemente implicados en una RTHR son: el Jka (Kidd), el K
(Kell), el Fya (Duffy), el E, c y D (Sistema Rh). Si bien en ocasiones,
se ven implicados más de un antígeno en el desarrollo de la reacción
transfusional, siendo las provocadas por los anticuerpos anti-Jka las
potencialmente más severas.
• Fisiopatología
La sensibilización primaria del antígeno en el paciente va a provocar
un estímulo inmunitario con la producción de un anticuerpo de tipo
IgM, que posteriormente es de tipo IgG tras la estimulación linfocita-
ria. Con el paso del tiempo la tasa de éstos anticuerpos IgG puede des-
cender y ser indetectable por las técnicas habituales de escrutinio, por
lo que al realizar los estudios pretransfusionales de compatibilidad, no
se detecta anomalía alguna.
El segundo contacto con el antígeno que se produce durante la admi-
nistración de componentes sanguíneos (fundamentalmente CH) que
contienen hematíes con dicho antígeno; desencadena una respuesta
inmunitaria secundaria produciéndose por parte de los linfocitos la
fabricación del anticuerpo tipo IgG (que en su día se sintetizo tras el
primer contacto) que va a reaccionar con el antígeno presente en los
hematíes y provocar la destrucción de los mismos. Esta respuesta pre-
616
cisa de un tiempo necesario, por lo que la reacción tiene lugar gene-
ralmente a partir de los 2 días del acto transfusional.
• Diagnóstico y diagnóstico diferencial
Ante la sospecha de una RTHR se deben de realizar una serie de deter-
minaciones encaminadas por un lado a comprobar la hemólisis y por
otro a tratar de identificar el anticuerpo responsable del cuadro.
La realización del Test de Coombs y su positividad nos confirmaran la
existencia de una reacción hemolítica; es positivo a los pocos días de
la reacción, pero puede negativizarse cuando todos los hematíes han
sido destruidos.
El estudio mediante técnicas de elución nos proporcionará el anticuer-
po implicado en la reacción hemolítica.
• Tratamiento
Normalmente las RTHR no precisan de un tratamiento específico,
solamente ante casos raros de cuadros de hipotensión o insuficiencia
renal, se tomaran medidas terapéuticas similares a las descritas en las
reacciones hemolíticas agudas. En caso de ser necesaria nuevamente la
transfusión, se realizara con unidades libres del antígeno implicado.
• Prevención
Una vez identificado el anticuerpo, se aconseja notificar al paciente,
que posee un determinado tipo de anticuerpo por si tuviera que admi-
nistrarse sangre en otro Centro. Así mismo en la ficha transfusional del
paciente debe constar el tipo de anticuerpo identificado, con el fin de
proporcionar unidades libres del antígeno correspondiente en futuras
transfusiones.
617
Estos linfocitos T viables administrados, se multiplican y no reconocen las
células del paciente como propias y desencadenan una reacción inmunoló-
gica severa contra diversos órganos y tejidos del receptor de la transfusión.
• Incidencia
La incidencia real de la EICH-AT es desconocida en tanto que al pre-
sentarse más frecuentemente en pacientes inmunodeprimidos y éstos
sufrir complicaciones que proporcionan sintomatología similar (infec-
ciones virales, toxicidad por fármacos), puede estar infravalorada, al
no pensar en ella ante cuadros dermatológicos, digestivos y hepáticos
que se presentan con alta frecuencia en dichos pacientes.
No obstante, el riesgo estimado de EICH-AT por unidad transfundida
se sitúa en 1/400.000, aunque si nos referimos exclusivamente a la
incidencia en pacientes en tratamiento quimioterápico y/o de trans-
plante de médula ósea por hemopatías malignas o síndromes linfopro-
liferativos esta se sitúa en un 1% de todos los pacientes con dichas
características. Se ha descrito con administración de CH, concentrados
de plaquetas y PFC.
• Manifestaciones clínicas
La sintomatología clínica suele comenzar a manifestarse entre los 10-
12 días post-transfusión, y los órganos y sistemas que principalmente
van a verse afectados son: tracto gastro-intestinal, el hígado, la médu-
la ósea y la piel. La intensidad y gravedad de la sintomatología va a
depender de varios factores como: el estado inmunitario del receptor,
el número y viabilidad de los linfocitos T administrados, y del grado
de similitud del sistema HLA entre donante y receptor.
La cronología de los síntomas generalmente se presenta de la siguien-
te forma, si bien puede variar en la intensidad y aparición en cada
paciente:
✓ Aparición de un cuadro febril acompañado de un rash cutáneo pru-
riginoso y eritematoso de inicio en tórax y abdomen, con posterior
afectación de cara, extremidades palmas y plantas que se transfor-
ma en una eritrodermia generalizada, que puede presentar ampo-
llas y descamación.
✓ Desarrollo de un cuadro gastro-intestinal caracterizado por: anore-
xia, náuseas y vómitos, dolor abdominal difuso, aparición de un
618
cuadro diarreico importante con perdidas de hasta 4 litros al día,
que a veces puede ser sanguinolento, así como el desarrollo de un
íleo paralítico.
✓ Lesión hepática progresiva con elevación de bilirrubina y enzimas
que expresan un patrón colestásico secundario al daño endotelial
de los canalículos biliares.
✓ Afectación de la médula ósea, con la existencia de un cuadro de
pancitopenia secundario a una aplasia medular severa, que va a
facilitar el desarrollo de cuadros infecciosos graves y de fenóme-
nos hemorrágicos severos.
Entre un 87-100% el cuadro de EICH-AT tiene un curso fatal pese al
rápido diagnóstico e instauración de un tratamiento adecuado, en un
plazo aproximado de un mes; en algunos casos que han respondido al
tratamiento o han evolucionado favorablemente se ha constatado una
evolución hacia la forma crónica de la EICH, presentando un cuadro
similar a la esclerodermia.
El curso clínico de la EICH-AT observado en neonatos no diere en
mucho al señalado, si bien destacan dos características probablemente
relaciones con la inmadurez de su sistema inmunitario: mayor tardan-
za en aparición de la sintomatología y un curso de la enfermedad más
prolongado.
• Etiología
La causa fundamental de la EICH-AT radica en la acción de los linfo-
citos T viables procedentes del donante que se administran en el acto
transfusional al paciente y que van a desencadenar todo el cuadro clí-
nico al no reconocer como propios los tejidos del receptor. Se han
comunicado casos de EICH-AT en las siguientes situaciones:
✓ Pacientes sometidos a transfusiones con un sistema inmunológico
inmaduro como es el caso de neonatos y transfusiones intrauterinas.
✓ Pacientes sometidos a transfusiones con inmunodeficiencias con-
génitas severas.
✓ Pacientes sometidos a transfusiones con un sistema inmunológico
deteriorado o dañado consecuencia de quimioterapia o irradiación
corporal.
619
✓ Pacientes no inmunodeprimidos, sometidos a transfusiones proce-
dentes de donantes homocigotos para uno de los haplotipos HLA
presentes en los mismos.
• Fisiopatología
En un paciente sin trastornos inmunitarios los linfocitos T viables admi-
nistrados durante la transfusión son eliminados merced al correcto funcio-
namiento del sistema inmune al no reconocerlos como propios. Pero en un
paciente con trastornos inmunitarios o un haplotipo HLA determinado, los
linfocitos T no van a reconocer los tejidos del mismo como propios, y van
a provocar la reacción. Estos linfocitos T presentan distintas variedades en
cuanto a su función y composición y van a proliferar y activarse en mayor
o menor medida en función de la estructura antigénica HLA del receptor,
de tal manera que las diferencias donante-receptor en las moléculas del
HLA de clase II (HLA-DR, DP y DQ) estimularán la acción de los linfo-
citos T CD4+, en tanto que las diferencias donante-receptor en las molé-
culas del HLA de clase I (HLA-A, B, C) estimularán la acción de los lin-
focitos T CD8+.
• Diagnóstico y diagnóstico diferencial
El diagnóstico de la EICH-AT se basa en la sintomatología clínica del
cuadro, muchas veces muy difícil de valorar en pacientes inmunode-
primidos y sobre todo en el estudio histopatológico de biopsias de los
órganos afectados (piel e hígado), que en el caso de las piezas cutáne-
as muestra un patrón característico con degeneración y vacuolización
de las células de la capa basal epidérmica, separación de la capa epite-
lial dérmica y formación de ampollas. No obstante el diagnóstico defi-
nitivo lo proporcionan técnicas de biología molecular que demuestran
la existencia en las biopsias realizadas de células que poseen el ADN
perteneciente al donante de la unidad transfundida.
• Tratamiento
Ningún tratamiento es eficaz contra la EICH-AT y como se ha men-
cionado la tasa de mortalidad es sumamente alta. Las terapias emplea-
das en el tratamiento de la enfermedad del injerto contra el huésped
que se presenta en los transplantes de médula ósea, han sido utilizadas
cono poco éxito para tratar los cuadros relacionados con la transfusión.
Se han utilizado las siguientes terapias con escasas o nulas respuestas:
620
✓ Corticoesteroides a altas dosis.
✓ Globulina anti-timocítica.
✓ Inmunosuprosores: Ciclosporina y Metrotexato.
✓ Anticuerpos monoclonales anti-linfocitos T.
• Prevención
En ausencia de un tratamiento eficaz, la prevención de la EICH-AT es
esencial sobre todo en pacientes con factores de riesgo para desarro-
llarla. La irradiación de los hemoderivados y componentes sanguíneos
es la única medida eficaz para destruir los linfocitos T del donante pre-
sentes en los mismos y evitar el desarrollo del cuadro inmunológico,
ya que la leucoreducción por el uso de filtros, no se ha mostrado como
una alternativa eficaz frente a la irradiación para disminuir el riesgo de
EICH-AT.
La dosis recomendada de irradiación gamma se sitúa entre los 25-30
Gy y es aplicable a todos los componentes sanguíneos celulares, por lo
que el PFC y CRI no precisan de la irradiación, si bien ciertos autores
la recomiendan.
Se deben irradiar los componentes y hemoderivados sanguíneos ante
las siguientes situaciones:
✓ Indicaciones generalmente aceptadas
➢ Receptores de transplantes de médula ósea.
➢ Pacientes con síndrome de inmunodeficiencia celular congénita.
➢ Receptores de transfusión intrauterina.
➢ Recién nacidos prematuros (peso < 1200 gr).
➢ Exsanguinotransfusión neonatal.
➢ Receptores de transfusión de granulocitos.
➢ Pacientes con enfermedad de Hodgkin y linfomas no-
Hodgkin.
➢ Pacientes con ciertos tumores sólidos (glioblastoma y neruo-
blastoma).
➢ Pacientes que reciben componentes HLA-emparentados.
621
➢ Pacientes que reciben componentes de parientes biológicos
directos.
✓ Indicaciones generalmente apropiadas, bajo revisión
➢ Pacientes con hemopatías malignas (leucemias).
➢ Receptores de tranfusiones de plaquetas HLA-compatibles.
✓ Indicaciones no aceptadas
➢ Receptores de transplantes de órganos.
➢ Pacientes con SIDA.
➢ Receptores de quimioterapia no ablativa.
➢ Pacientes con anemia aplásica (excepto si se realiza TMO).
➢ Pacientes con inmunodeficiencias humorales.
➢ Pacientes en tratamiento con fármacos inmunosupresores.
622
• Etiología
La causa de la PPT radica en la presencia en el receptor de un anti-
cuerpo anti-plaqueta normalmente dirigido contra el antígeno plaque-
tar HPA-1a (presente en el 98% de la población) que se ha originado
por sensibilización previa, bien durante el embarazo o por transfusio-
nes anteriores.
• Fisiopatología
Tras una nueva exposición al antígeno plaquetar HPA-1a en una segun-
da transfusión se produce por parte del receptor una respuesta inmune
con fabricación masiva de anticuerpos anti-plaqueta, que por mecanis-
mos diversos y controvertidos, destruye las propias plaquetas origi-
nando el cuadro trombocitopénico.
Entre los mecanismos que conducen a la destrucción plaquetar se han
sugerido tres:
✓ Formación de complejos inmunes por interacción del antígeno pla-
quetar específico presente en el plasma del donante con el anti-
cuerpo anti-plaquetario del receptor; siendo estos complejos los
causantes de la destrucción.
✓ Formación de un auto-anticuerpo como respuesta a la exposición
del antígeno plaquetar incompatible, y que destruiría las plaquetas.
✓ Reacción cruzada del anticuerpo que afectaría a las propias pla-
quetas.
• Diagnóstico y diagnóstico diferencial
El diagnóstico de la PPT se basa en la presencia del anticuerpo anti-
plaquetar en el suero del paciente, que generalmente va dirigido con-
tra el antígeno plaquetar HPA-1a. Así, como la existencia de una trans-
fusión previa de una semana a diez días. El diagnóstico diferencial
incluye, la púrpura trombopénica inmune, la coagulación intravascular
diseminada, trombopenia inducida por fármacos, y la púrpura trombó-
tica trombocitopénica.
• Tratamiento
El tratamiento de la PPT va a depender de la intensidad del cuadro, de
las manifestaciones hemorrágicas presentes y/o los riesgos de las mis-
mas.
623
✓ La mayoría de los pacientes se tratan con corticoesteroides duran-
te la fase aguda a razón de 2 mg/Kg de prednisona/día.
✓ No obstante terapias más eficaces pueden ser necesarias en casos
graves y con fenómenos hemorrágicos severos. El recambio plas-
mático con PFC, elimina gran parte del anticuerpo y permite recu-
peraciones importantes en la cifra de plaquetas. La administración
intravenosa de Inmunoglobulinas a altas dosis (0.5 g/kg durante
dos días) obtiene excelentes resultados a los 4-5 días de su admi-
nistración.
✓ Esta contraindicada la administración de plaquetas ya que solo
perpetuaríamos el cuadro clínico: no obstante pueden ser útiles, si
se administran plaquetas carentes del antígeno correspondiente
responsable del cuadro.
En líneas generales, el pronóstico es bueno con recuperación espontá-
nea en muchos casos. La tasa de mortalidad de la PPT está directa-
mente relacionada con la incidencia de hemorragias intracraneales
(aproximadamente un 9%).
• Prevención
La incidencia de repetición de una PPT en transfusiones subsecuentes
en un paciente es sumamente baja; no obstante y debido a la severidad
potencial de la reacción, los pacientes con historia documentada de
PPT deben recibir hemoderivados que no contengan el antígeno cau-
sante de la reacción.
B.4. Aloinmunación
La transfusión alogénica de sangre y hemoderivados provoca en los
receptores una respuesta inmunológica tanto de la inmunidad celular
como humoral, que como hemos visto varía en su intensidad, peligrosidad
y efectos indeseables. La Aloinmunización (ALINM) no es más que la
respuesta inmunológica humoral que se produce en los receptores como
consecuencia de reiteradas exposiciones a los antígenos eritrocitarios,
leucocitarios y/o plaquetarios.
Un receptor inmunocompetente desarrollará una respuesta inmune a los
antígenos del donante que puede provocar una variedad de consecuencias
clínicas que van a depender de factores tales como: el antígeno frente al
624
que se produce, el tipo de inmunoglobulina involucrada, la capacidad o no
de activar el sistema del complemento. Los antígenos normalmente impli-
cados en el desarrollo de una ALINM pueden ser clasificados en las
siguientes categorías:
• Antígenos eritrocitarios específicos.
• Antígenos leucocitarios humanos HLA-I compartidos por plaquetas
y leucocitos.
• Antígenos leucocitarios humanos HLA-II presentes en los granulocitos.
• Antígenos plaquetarios específicos.
El mecanismo principal de la ALINM a los antígenos presentes en las
células transfundidas del donante, es la activación en el receptor de los lin-
focitos CD8 positivos que provoca la secreción de interleucinas, la acti-
vación de los linfocitos B y el inicio de la respuesta inmune primaria, para
posteriormente memorizar dicha respuesta, que se desencadena de una
forma inmediata, ante una nueva exposición al antígeno.
B.4.1. Aloinmunización a antigenos eritrocitarios
Se estima que se produce una ALINM frente a los antígenos eritrocitarios
menores (sistemas diferentes al ABO) entre un 1-1.5 % de unidades trans-
fundidas a pacientes que reciben por primera vez una transfusión, en tanto
que se eleva prácticamente a un 20 %, en los pacientes politransfundidos.
La capacidad de producir aloanticuerpos eritrocitarios va a guardar relación
con dos factores: la capacidad de respuesta inmune del receptor y el poder
inmunógeno del antígeno. Los antígenos eritrocitarios más frecuentemente
implicados en la aloinmunización y por tanto con mayor poder inmunóge-
no, así como su significado clínico viene expresado en la tabla 17.1.
Las manifestaciones clínicas derivadas de la ALINM eritrocitaria varían
desde un cuadro de hemólisis tardía, explicado generalmente por una falta
de respuesta inexplicable al rendimiento transfusional, a ser totalmente
asintomático y detectándose solo en estudios posteriores de laboratorio.
El tratamiento de la ALINM eritrocitaria, sólo debe establecerse en los
casos en los que se produce una reacción hemolítica acompañada de sin-
tomatología clínica, que generalmente es leve y apacible. Salvo en los
pacientes que precisan soporte transfusional periódico, no se indica nin-
guna medida para prevenir una posible ALINM eritrocitaria, pero es
importante que los pacientes que presentan algún tipo de aloanticuerpo,
conozcan la presencia e identidad del mismo (independientemente que
625
figure en su ficha transfusional hospitalaria) para poder advertir de su
existencia a los facultativos que en un futuro le presten asistencia, ya que
su concentración puede disminuir a niveles indetectables por las técnicas
actuales, pero estar lo suficientemente presente como para desarrollar un
cuadro hemolítico importante en futuras transfusiones, si los componen-
tes administrados poseen el antígeno correspondiente.
En los pacientes que necesitan soporte transfusional periódico con CH
(sobre todo en los casos de talasemia, anemia de células falciformes, sín-
dromes mielodisplásicos, etc.) la posibilidad del desarrollo de una
ALINM eritrocitaria es elevada, de ahí que en muchas instituciones se
realice un estudio completo de los antígenos presentes en los hematíes de
los pacientes para transfundirles componentes eritrocitarios de donantes
que presenten los mismos antígenos (en especial, los antígenos más inmu-
nógenos y señalados anteriormente). Otros centros, sólo transfunden com-
ponentes eritrocitarios compatibles ABO y Rh, hasta que se detecta la pre-
sencia de un aloanticuerpo, y a partir de este momento se administran uni-
dades carentes del antígeno causante de la presencia del aloanticuerpo.
626
B.4.2. Aloinmunización a antigenos leucocitarios
La ALINM frente a antígenos leucocitarios se produce normalmente en
pacientes politransfundidos y en mujeres con historia de embarazos pre-
vios. La incidencia oscila según estudios entre un 33% en varones hasta
un 65% en mujeres, cifra que alcanza hasta el 70% en los pacientes con
hemopatías malignas que precisan un número importante de transfusio-
nes. El riesgo de ALINM a antígenos leucocitarios, varia también en fun-
ción de la enfermedad de base, ya que se ha constatado un riesgo mayor
en los pacientes con anemia aplásica que en los pacientes con tumores
sólidos.
La ALINM frente a los antígenos HLA va ser la responsable de diversos
cuadros clínicos tales como: reacciones febriles no hemolíticas tras admi-
nistración de concentrados de hematíes y/o de plaquetas, el cuadro de
lesión aguda pulmonar (TRALI) relacionado con la transfusión, la refrac-
tariedad a las transfusiones de granulocitos, y provocar la refractariedad a
la transfusión de plaquetas.
Las medidas preventivas encaminadas a la ALINM frente a antígenos
leucocitarios se basan en la leucoreducción de los componentes sanguí-
neos, con el fin de eliminar al máximo posible la administración de leu-
cocitos.
B.4.3. Aloinmunización a antígenos plaquetarios
La ALINM frente a antígenos plaquetarios se presenta en los pacien-
tes que por su enfermedad de base precisan la administración de con-
centrados de plaquetas, y su incidencia se sitúa entre un 30-70% de los
mismos. Las consecuencias clínicas de la ALINM plaquetaria son fun-
damentalmente dos: la refractariedad a las transfusiones de concentra-
dos de plaquetas, y el desarrollo del cuadro de Púrpura post-transfu-
sional.
La refractariedad a la transfusión de plaquetas es un grave problema clí-
nico que afecta a pacientes que necesitan un soporte transfusional perió-
dico con concentrados de plaquetas. Esta refractariedad tiene su mecanis-
mo de acción principal en la destrucción inmune de las plaquetas por anti-
cuerpos de tipo IgG o IgM, que pueden estar dirigidos contra diversos
antígenos que se encuentran expresados en la membrana plaquetar. Estos
antígenos pueden pertenecer a diversos sistemas tales como: antígenos del
sistema ABO, antígenos del sistema HLA-I, y antígenos propiamente pla-
quetarios.
627
Los antígenos plaquetarios específicos, su situación en la glicoproteina y
su frecuencia, vienen reseñados en la tabla 17.2.
En los casos de refractariedad a la transfusión de plaquetas, los anticuer-
pos más frecuentemente implicados son los de tipo IgG frente a los antí-
genos del sistema HLA-I, y en menor medida los anticuerpos frente al
antígeno plaquetario HPA-1a.
Las medidas preventivas encaminadas a disminuir la ALINM son funda-
mentales para reducir en lo posible los efectos secundarios de la refracta-
riedad a la transfusión plaquetar y básicamente consisten en: disminuir el
número de donantes a los que un paciente va a ser expuesto, la utilización
de concentrados de plaquetas leucoreducidos, y la exposición de dichos
concentrados a radiación ultravioleta B que parece ser interfiere la res-
puesta inmune.
B.5. Inmunomudulación/Inmunosupresión
La transfusión de componentes sanguíneos y hemoderivados alógenicos,
va a provocar una serie de efectos sobre el sistema inmunitario del recep-
tor tanto a nivel de la inmunidad celular como de la inmunidad humoral.
Muchos de estos efectos son desfavorables y han sido descritos en el pre-
sente capítulo, en tanto que parece ser que otros realizan un cierto benefi-
cio sobre la función inmune.
La incidencia de esta forma de reacción transfusional es desconocida en
la actualidad, ya que muchos de los efectos, tanto positivos como negati-
vos, que la transfusión provoca sobre el sistema inmune pueden pasar
desapercibidos o ser atribuidos a otras causas.
Diversos estudios han puesto de manifiesto la presencia tanto de efectos
inmunes favorables como desfavorables asociados a la transfusión, pero
muchos de ellos no han podido ser relacionados directamente con la trans-
fusión de sangre alogénica, y se han asociado también a otros factores
inherentes al propio paciente, a las técnicas anestésicas y a los fármacos
utilizados.
628
Tabla 17.2. Principales antígenos plaquetarios
Frecuencia
Sistema Antígenos Otras denominaciones Glicoproteínas
Antigénica
HPA-1a Zwa, PlA1 97.9%
HPA-1 GPIIIa
HPA-1b Zwb, PlA2 28.8%
HPA-2a Kob >99.9%
HPA-2 GPIbα
HPA-2b Koa, Siba 13.2%
HPA-3a Baka, Leka 80.95%
HPA-3 GPIIb
HPA-3b Bakb 69.8%
HPA-4a Yukb, Pena >99.9%
HPA-4 GPIIIa
HPA-4b Yuka, Penb <0.1%
HPA-5a Brb, Zavb 99.0%
HPA-5 GPIa
HPA-5b Bra, Zava, Hca 19.7%
629
No obstante, parece existir un acuerdo en relación a ciertos efectos inmu-
nes desencadenados por la transfusión alogénica y que podemos resumir
en:
• Efectos inmunes desfavorables:
➢ Aumento en el número y gravedad de infecciones bacteria-
nas post-quirúrgicas.
➢ Aumento de la severidad de las infecciones víricas.
➢ Aumenta de la recurrencia de ciertos tumores sólidos (carci-
noma colo-rectal, gástrico).
➢ Progresión más rápida de la enfermedad en pacientes HIV
positivos.
• Efectos inmunes favorables:
➢ Disminución del número de rechazos en transplantes de
órganos.
➢ Aumento de la supervivencia de los pacientes con transplan-
te de órganos.
➢ Disminución en la recurrencia de ciertas enfermedades
autoinmunes (Enfermedad de Crohn, artritis reumatoide).
➢ Disminución de la frecuencia de abortos espontáneos.
La causa del efecto inmunosupresor de la transfusión alogénica parece
estar en relación con la formación de anticuerpos frente a los antígenos
HLA-I, que serían los responsables de las alteraciones de la respuesta
inmunitaria.
El efecto depresor que la transfusión alogénica ejerce sobre la inmunidad
celular, parece estar relacionado con la formación de anticuerpos (aloan-
ticuerpos) frente a antígenos HLA-I, que están presentes en los productos
transfundidos (no siendo obligatoriamente necesaria la presencia de célu-
las leucocitarias viables en la bolsa infundida). Esta formación de anti-
cuerpos, altera las respuestas de los linfocitos T-colaboradores, que con-
lleva: una disminución de la función de la actividad “natural killer”, una
disminución de la actividad antitumoral que realizan los linfocitos T-cito-
tóxicos, una disminución de la respuesta inmunitaria del tipo de hipersen-
sibilidad retardada, y una disminución en la producción de citoquinas
como la intreleucina-2 y el interferón-γ.
630
No existe en la actualidad un tratamiento adecuado para la respuesta
inmune a la transfusión alogénica, para minimizar los efectos indeseables
y potenciar los efectos favorables.
El papel que va jugar la leucoreducción de los hemoderivados con el fin
de evitar los efectos indeseables de la infusión de leucocitos sobre la res-
puesta inmune a la transfusión, esta todavía por conocer y determinar,
necesitándose estudios que valoren si la erradicación leucocitaria de los
componentes sanguíneos va ejercer unas ventajas superiores a los posibles
efectos beneficiosos derivados de su administración.
631
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638
18. REACCIONES TRANSFUSIONALES
NO INMUNOLOGICAS
639
• Manifestaciones clínicas.
La presencia de una hemoglobinuria asintomática puede ser la única
manifestación clínica de las RTHANI. No se observan los síntomas
clínicos característicos de la RTHA, pero dependiendo de la intensi-
dad de la hemoglobinuria puede producirse daño renal por depósito
de la hemoglobina libre.
• Etiología.
La RTHANI, como se ha descrito, es de incidencia muy poco fre-
cuente pero puede presentarse por:
✓ Administración concomitante de soluciones hipotónicas como,
agua destilada, glucosa, Ringer-lactato.
✓ Administración concomitante de diversos fármacos.
✓ Administración de unidades de CH con toxinas bacterianas.
✓ Administración de unidades de CH calentadas o congeladas.
✓ Administración de unidades de CH a través de agujas de calibre
pequeño.
✓ Administración de unidades de CH rápidamente utilizando man-
guitos de presión o bombas de infusión no adecuados.
✓ Administración de unidades de CH en pacientes con alteraciones
o defectos enzimáticos eritrocitarios y/o hemoglobinopatias.
• Fisiopatología.
El mecanismo de producción de la hemólisis, va a ser distinto en fun-
ción de la causa desencadenante. La hemólisis se puede producir
antes de administrar la unidad de CH, hemólisis “in vitro”, o bien en
el momento de su administración hemólisis “in vivo”.
✓ Hemólisis “in vitro”.
Se produce como consecuencia de un calentamiento excesivo (>45º
C) de una unidad de CH, por mal funcionamiento de los calentado-
res de sangre o por utilizar métodos no adecuados para el calenta-
miento de las unidades (microondas, estufas, radiadores, etc.).
También se presenta por helado accidental de una unidad de CH,
generalmente por un mal funcionamiento del aparato refrigerador
y que no se descubre en el momento de la administración.
640
Por último, puede presentarse como consecuencia de preparar una
unidad de CHL utilizando erróneamente soluciones hipotónicas.
✓ Hemólisis “in vivo”.
Se produce por administración simultánea de unidades de sangre
con soluciones hipotónicas o hipertónicas, soluciones glucosadas
y solución de Ringer-lactato.
También algunas cefalosporinas de segunda generación puede
provocar la lisis de los hematíes si se administran conjuntamente
con las unidades de sangre.
Un trauma mecánico en el momento de la transfusión puede pro-
vocar hemólisis, ello se observa si se administran unidades con
manguitos de presión, si se administran a través de agujas de muy
pequeño calibre, o a través de las bombas de infusión en circula-
ción extracorpórea.
Ciertas toxinas bacterianas pueden desencadenar una reacción
hemolítica, al administrar unidades de sangre contaminadas por
bacterias.
Por último algunos pacientes con defectos enzimáticos eritrocita-
rios pueden presentar cuadros leves de hemólisis con transfusio-
nes de CH.
• Normas de actuación.
✓ Detener la transfusión.
✓ Tomar las constantes vitales, anotar y describir la sintomatología.
✓ Mantener la vía venosa con solución salina fisiológica.
✓ Confirmar que en la unidad que se esta administrando, constan
los datos del paciente, y que éstos coinciden con la persona a la
que se está realizando la transfusión.
✓ Confirmar que el grupo y Rh del paciente, que consta en la eti-
queta colocada por el Banco de Sangre en la unidad, coincide con
el que figura originariamente en la misma y que es adherido a ella
por el Centro Regional de Transfusión.
✓ Notificar la incidencia al médico responsable del paciente para
valorar la intensidad de la reacción, el tratamiento oportuno y la
continuidad o no de la misma.
641
✓ Rellenar la hoja-informe de reacción transfusional, anotando y
describiendo todos sus apartados, remitiéndola al Banco de
Sangre.
✓ Obtener una muestra de sangre de otra vía distinta a la de la infu-
sión del hemoderivado o componente sanguíneo, para realizar
estudios analíticos (tubo seco, con EDTA y con citrato).
• Diagnóstico y diagnóstico diferencial.
El diagnóstico se basa en la existencia de una hemoglobinuria, gene-
ralmente asintomática, y que no se acompaña de otras manifestacio-
nes clínicas. No obstante hay que determinar que no nos encontra-
mos ante una RTHA o que sea la primera manifestación de un cua-
dro de sepsis bacteriana por contaminación.
El estudio de la muestras post-transfusionales descartará la existen-
cia de causa inmune, y habrá que realizar un chequeo de las solucio-
nes administradas, medicación y uso de calentadores para detectar
que nos encontramos ante un RTHANI.
• Tratamiento.
Normalmente este tipo de reacciones no requiere tratamiento especí-
fico alguno, pero el paciente debe ser controlado por si el cuadro
hemolítico es severo. Es esencial corregir la causa que provocó la
reacción con el fin de minimizar las posibles complicaciones.
Hay que mantener una fluidoterapia adecuada y vigilar la diuresis
horaria, así como las constantes vitales del paciente con frecuencia,
por si se presentaran cuadros de hipotensión o fracaso renal, para
tomar medidas más enérgicas y similares a las adoptadas en un cua-
dro de RTHA.
• Prevención.
La correcta administración de las unidades de CH en cuanto a los
fluidos compatibles y el correcto uso de calentadores y bombas de
infusión, son las mejores medidas preventivas para evitar la aparición
de una RTHANI. Las políticas transfusionales de cada centro en rela-
ción al almacenamiento, conservación y transporte de las unidades de
sangre; así como los procedimientos de su administración deben cum-
plirse estrictamente, evitando con ello prácticamente todas las causas
que conducen a una reacción hemolítica no immune.
642
A.2. Contaminación bacteriana
La sepsis bacteriana (SB) consecuente de la transfusión de un componen-
te sanguíneo contaminado es una complicación rara, pero potencialmente
muy grave de la transfusión. Pese a todas las precauciones que se toman
en la selección de los donantes donde se valora su estado de salud median-
te un historial y un examen médico, en la esterilización de la zona de
extracción de la sangre, en su recolección estéril, y en las técnicas de frac-
cionamiento; la contaminación bacteriana de las unidades de CH y de los
concentrados de plaquetas ocurre de vez en cuando, poniendo en grave
riesgo la vida del paciente al que se le administra.
• Incidencia.
Según estudios recientes, la proporción de contaminación bacteriana
en los CH está estimada en 0.03%. En tanto que en los cocentrados
de plaquetas de “pool” se sitúa entre 0.065-0.285% y entre un 0.005-
0.03% para los concentrados de plaquetas de aféresis.
La incidencia real de SB, varía mucho de unos países a otros, y se
estima que ocurre un caso por cada 30.000 a 1.000.000 de unidades
de CH administradas. En tanto que la SB secundaria a la adminis-
tración de plaquetas, se sitúa en un caso cada 2.000 a 12.000 unida-
des de plaquetas.
En general la SB secundaria a administración de hemoderivados
contaminados es responsable de un 12% del total de las reacciones
transfusionales mortales.
• Manifestaciones clínicas.
Las manifestaciones clínicas de la SB aparecen inmediatamente tras
iniciar la transfusión, y su severidad puede depender de varios facto-
res tales como la naturaleza del germen implicado y su capacidad de
fabricar endotoxinas, del estado inmunitario del paciente, y si se
encontraba o no, recibiendo tratamiento antibiótico.
En general las SB por transfusión de CH tienden a ser rápidas y gra-
ves, en tanto que las secundarias a la administración de plaquetas,
suelen ser menos severas y manifestarse durante la transfusión o
hasta las 4 horas de la finalización de la misma.
Los síntomas que generalmente están presentes son:
✓ Cuadro febril severo (>2º C sobre la temperatura basal).
643
✓ Escalofríos intensos.
✓ Nauseas y vómitos.
✓ Síndrome diarreico agudo.
✓ Taquicardia.
✓ Hipotensión súbita y severa.
Las constantes vitales del paciente deben ser monitorizadas, y obser-
var la evolución, ya que se puede presentar un cuadro de shock hipo-
tensivo séptico acompañado de oliguria y fracaso renal junto a coa-
gulación intravascular diseminada.
• Etiología.
La contaminación bacteriana puede llegar al hemoderivado por dis-
tintas vías o mecanismos:
✓ Bacterias de la flora cutánea, que penetran en la unidad a través
de la venopunción en el momento de la donación.
✓ Bacterias ambientales que pueden penetrar en las bolsas a tra-
vés de pequeñas lesiones durante su procesado en sistemas
abiertos.
✓ Bacterias que se encuentran en los baños de descongelación de
PFC y CRI, y que pueden penetrar en el interior de los mismos.
✓ Bacterias circulantes en los donantes aparentemente sanos y aptos
para la donación.
✓ Contaminación de los equipos de extracción (con dos epidemias
comunicadas por Serratia marcenses, una en Canadá y otra en
Escandinavia).
En el caso de los CH, que se conservan entre 1-6º C, los gérmenes
más frecuentemente implicados son: Yersinia enterocolítica (la más
frecuente), Serratia spp., Pseudomonas spp., y Enterobacter spp., y
Campilobacter jenuni.
En el caso de concentrados de plaquetas, tanto de “pool” como de
aféresis, que se conservan a temperatura ambiente, los gérmenes
implicados son: Estafilococus epidermidis, Estafilococus coagulasa-
negativo, Estafilococus aureus, Estreptococus spp., Escherichia coli,
Salmonella spp., Bacillus spp. y Flavobacterium.
644
• Fisiopatología.
La entrada de bacterias en el torrente sanguíneo (bacteriemia) puede
conducir a un grave cuadro infeccioso (sepsis) que en ocasiones con-
duce a un estado de shock y fallo multiorgánico. La naturaleza del
germen implicado, su capacidad de crear toxinas, la cantidad de
hemoderivado administrado y el estado inmunológico del paciente,
son los factores que van a determinar las alteraciones fisiopatológi-
cas, que pueden provocar en el peor de los casos un shok séptico.
• Normas de actuación.
✓ Detener la transfusión.
✓ Tomar las constantes vitales, anotar y describir la sintomatología.
✓ Mantener la vía venosa con solución salina fisiológica.
✓ Confirmar que en la unidad que se esta administrando, constan
los datos del paciente, y que éstos coinciden con la persona a la
que se está realizando la transfusión.
✓ Confirmar que el grupo y Rh del paciente, que consta en la eti-
queta colocada por el Banco de Sangre en la unidad, coincide con
el que figura originariamente en la misma y que es adherido a ella
por el Centro Regional de Transfusión.
✓ Notificar la incidencia al médico responsable del paciente para
valorar la intensidad de la reacción, el tratamiento oportuno y la
continuidad o no de la misma.
✓ Rellenar la hoja-informe de reacción transfusional, anotando y
describiendo todos sus apartados, remitiéndola al Banco de
Sangre.
✓ Obtener una muestra de sangre de otra vía distinta a la de la infu-
sión del hemoderivado o componente sanguíneo, para realizar
estudios analíticos (tubo seco, con EDTA y con citrato).
✓ Determinar un estudio básico de coagulación que incluya PDF, y
cifra de plaquetas, por si se presenta un cuadro de coagulación
intravascular diseminada.
• Diagnóstico y diagnóstico diferencial.
Los síntomas de la SB pueden parecer inicialmente muy similares a
los observados en una RTHA. Por lo que lo primero es comprobar
645
que no nos encontramos ante un cuadro hemolítico agudo. Un exa-
men visual de la bolsa del hemoderivado puede delatar la existencia
de una coloración anormal, burbujas, grumos, hemólisis, y presencia
de coágulos, que son sugestivos de contaminación bacteriana. El
diagnóstico lo proporciona el cultivo del hemoderivado restante en la
bolsa y en el equipo de infusión, ya que una tinción de Gram reali-
zada en una gota del hemoderivado y que resulte negativa, no exclu-
ye la contaminación.
Los cultivos microbiológicos deben realizarse en sistemas que per-
mitan detectar bacterias aeróbias y anaeróbias, y a distintas tempera-
turas.
• Tratamiento.
El tratamiento inicial de la SB va encaminado a tratar las alteracio-
nes hemondinámicas de la toxemia y a combatir el germen causante:
✓ Administrar soluciones salinas y/o expansores de volumen para
mantener una tensión arterial que permita una correcta perfusión
renal.
✓ Administrar aminas vasoactivas, dopamina (2-20µg/Kg por
minuto) o noradrenalina (0.05-1µg/Kg por minuto), en caso de
que las resistencias periféricas permanezcan bajas, la presión
arterial sea inferior a 90 mmHg y haya signos de hipoperfusión.
✓ En caso de depresión miocárdica, puede ser útil la administración
de dobutamida (2-3µg/Kg por minuto).
✓ Administrar antibióticos intravenosos de amplio espectro, que
cubran bacterias gram negativas y gram positivas (por ejemplo
Imipenem®).
✓ Es discutible la administración de corticoesteroides, si bien éstos
pueden darse empíricamente.
• Prevención.
Las medidas encaminadas a prevenir la aparición de contaminación
bacteriana de los hemoderivados, son aquellas destinadas a eliminar en
la medida de lo posible, cualquier contacto bacteriano en el momento
de la donación, usando técnicas de desinfección severas en la piel del
donante; así como un exhaustivo interrogatorio encaminado a descu-
brir procesos infecciosos mínimos o incipientes en los donantes.
646
Un examen visual minucioso de los hemoderivados y componentes que
van a ser administrados, puede señalar la existencia de alteraciones tales
como cambio de color, grumos, coágulos, burbujas, y desechar la unidad
evitando la aparición de una SB.
El manejo con cuidado de los productos congelados, evitando daños o
microroturas en su almacenamiento y en el proceso de descongelación, así
como la limpieza frecuente, el vaciado y la desinfección de los recipien-
tes de descongelación de PFC y CRI, evitará las posibles contaminacio-
nes bacterianas de estos productos, a través del agua destilada utilizada a
tal efecto.
A.3.1. Hipocalcemia
Los hemoderivados eritrocitarios conservados entre 1-6º C, contienen
citrato que se une al calcio ionizado con el fin de anticoagular los hema-
tíes y servir como base metabólica que consume hidrógeno y genera
bicarbonato. Se considera que cada unidad de CH posee entre 1.8 y 3 gr
de citrato/ácido cítrico. Cuando se infunde una gran cantidad de citrato,
es metabolizado rápidamente y excretado tanto por el hígado como por
el riñón (en un adulto sano a razón de 3 gr cada 5 minutos). En pacien-
tes con afectación hepática, hipotensión o hipotermia, la eliminación se
ve dificultada, y por tanto aumenta la tasa de citrato en el suero del
paciente, que conlleva un descenso sustancial en el calcio sérico ioniza-
do dando lugar a un cuadro de hipocalcemia rara vez de significación
clínica. Las manifestaciones clínicas de la hipocalcemia son fundamen-
talmente:
✓ Parestesias peribucales.
✓ Temblores, más raramente crisis tetánicas.
✓ Prolongación del intervalo Q-T en el electrocardiograma.
✓ Fibrilación ventricular en casos extremos.
647
Estas manifestaciones pueden verse aumentadas y favorecidas tanto por la
insuficiencia hepática como por la hiperpotasemia y la hipotermia.
Además de al calcio, el citrato se une al magnesio, por lo que junto a la
hipocalcemia pueden observarse cuadros de hipomagnesemia.
El tratamiento, en los casos sintomáticos, es la administración de cloruro
o gluconato cálcico.
648
los hemoderivados. La alcalosis metabólica se observa con más frecuen-
cia debido a la rápida metabolización del citrato y lactato administrado,
que generan bicarbonato, y solo tiene importancia clínica en pacientes con
insuficiencia renal, pudiendo desencadenar cuadros severos que precisen
de diálisis.
Como norma general las alteraciones del equilibrio ácido-base, dependen
más del estado general del paciente y de la correcta perfusión tisular, que
de los electrolitos administrados con los hemoderivados.
A.3.4. Hipotermia
Las unidades de CH se encuentran almacenadas entre 1-6º C, por lo que
su rápida administración en casos de emergencia puede conducir a un des-
censo de la temperatura corporal e incrementar los efectos metabólicos
nocivos. Dicho descenso está directamente relacionado con el número y
rapidez de unidades infundidas, pudiendo alcanzar hasta los 5-6º C, con lo
que el paciente puede presentar temperaturas corporales sobre los 30º C.
Los efectos secundarios de la hipotermia, son potenciar las alteraciones
metabólicas y de la coagulación. De tal manera provoca: un enlenteci-
miento del metabolismo hepático que dificulta la eliminación del citrato
favoreciendo la hipocalcemia; un aumento del riesgo de acidosis; favorece
la hiperpotasemia con el consiguiente riesgo de alteraciones del ritmo car-
díaco; un aumento de la afinidad de la hemoglobina por el oxígeno con la
consecuente hipoxia tisular; y puede agravar las alteraciones de la coagu-
lación desencadenando cuadros de coagulación intravascular diseminada.
649
A.4. Sobrecarga circulatoria
La sobrecarga circulatoria (SC) se presenta en aquellos pacientes que no
pueden manejar el aumento del volumen circulatorio que supone la admi-
nistración de hemoderivados, por sus enfermedades de base, y que puede
llevar a un cuadro de insuficiencia cardiaca congestiva; o bien en el caso
de una transfusión rápida y masiva de varias unidades de hemoderivados
en pacientes sin patología cardiopulmonar.
• Incidencia.
La incidencia estimada de la SC es de un episodio cada 10.000
unidades administradas, no importando el componente o hemode-
rivado transfundido. No obstante se observa con relativa frecuen-
cia en la administración de cantidades importantes de albúmina al
20%.
• Manifestaciones clínicas.
Las manifestaciones clínicas de la SC pueden presentarse durante la
transfusión o en las 24 horas siguientes a la misma, y se caracterizan
por:
✓ Taquipnea y disnea.
✓ Tos improductiva.
✓ Cianosis.
✓ Ingurgitación yugular.
✓ Taquicardia.
✓ Cefalea intensa.
✓ Aumento de la tensión arterial.
✓ Edema periférico.
Si no se interrumpe la transfusión, o se toman medidas terapéuticas,
el cuadro clínico puede evolucionar a un fallo cardiaco congestivo y
edema agudo de pulmón.
• Etiología.
La sobrecarga circulatoria está causada por la incapacidad del siste-
ma circulatorio en manejar un aumento del volumen circulante pro-
vocado por la transfusión.
650
Se presenta con más frecuencia en neonatos, ancianos, pacientes con
patología cardio-pulmonar, pacientes con anemias severas crónicas y
pacientes que presentan un síndrome de hiperviscosisdad sanguínea
(enfermedad de Waldeström, mieloma).
• Fisiopatología.
Toda la sintomatología de la SC viene determinada por la incapaci-
dad cardiaca en manejar el aumento del volumen circulante, y la
repercusión de dicho aumento sobre el funcionamiento pulmonar.
• Normas de actuación.
✓ Detener la transfusión.
✓ Tomar las constantes vitales, anotar y describir la sintomatología.
✓ Mantener la vía venosa con solución salina fisiológica.
✓ Confirmar que en la unidad que se esta administrando, constan
los datos del paciente, y que éstos coinciden con la persona a la
que se está realizando la transfusión.
✓ Confirmar que el grupo y Rh del paciente, que consta en la eti-
queta colocada por el Banco de Sangre en la unidad, coincide con
el que figura originariamente en la misma y que es adherido a ella
por el Centro Regional de Transfusión.
✓ Notificar la incidencia al médico responsable del paciente para
valorar la intensidad de la reacción, el tratamiento oportuno y la
continuidad o no de la misma.
✓ Colocar al paciente sentado para favorecer la respiración.
✓ Rellenar la hoja-informe de reacción transfusional, anotando y
describiendo todos sus apartados, remitiéndola al Banco de
Sangre.
✓ Obtener una muestra de sangre de otra vía distinta a la de la infu-
sión del hemoderivado o componente sanguíneo, para realizar
estudios analíticos (tubo seco, con EDTA y con citrato).
• Diagnóstico y diagnóstico diferencial.
Esta basado en el reconocimiento de los síntomas y la historia del
paciente (antecedentes de patología cardio-pulmonar, anemia severa,
edad, etc.). Debe diferenciarse de la TRALI, ya que aunque la sin-
651
tomatología respiratoria es similar y no existe fallo cardiaco; tam-
bién debe realizarse un diagnóstico diferencial con el infarto agudo
de miocardio (determinando enzimas cardiacas y realizando ECG) y
en casos excepcionales con las manifestaciones pulmonares de la
RTAF.
• Tratamiento.
Normalmente no es una complicación seria ni grave, si se reconocen
los síntomas y se toman las medidas oportunas:
✓ Detener momentáneamente la transfusión.
✓ Colocar al paciente sentado para favorecer la respiración.
✓ Si los síntomas progresan:
Administrar oxigenoterapia.
Administrar diuréticos (furosemida 1mg/Kg endovenoso).
Realizar una sangría terapéutica.
✓ En caso de presentarse un edema agudo de pulmón a pesar de las
medidas terapéuticas adoptadas, valorar la administración de
morfina, aumentar las dosis de diuréticos y solicitar apoyo de
medicina intensiva.
• Prevención.
Los pacientes que presentan patologías de base susceptibles de pre-
sentar una SC, deben recibir los CH lentamente, e incluso en oca-
siones, fraccionar las unidades en alícuotas en máximas condiciones
de esterilidad y conservarlas a 1-6º C, administrándolas en las
siguientes 24 horas, de forma que la velocidad de infusión no sea
superior a 1 mL/Kg/hora. Se recomienda administrar CHL, ya que
éstos poseen una cantidad menor de plasma.
También puede ser útil, si las condiciones del paciente lo permiten,
administrar diuréticos profilácticamente, antes de iniciar la transfusión.
652
fusional en ausencia de signos o síntomas típicos de otras reacciones
como fiebre, escalofríos, disnea, urticaria. Un descenso de por lo menos
10 mmHg en la tensión arterial sistólica o diastólica sobre la tensión pre-
transfusional, se considera típico de una RTHPT.
• Incidencia.
Aunque la incidencia de este tipo de reacciones es desconocida, se
considera bastante baja, incluso rara y excepcional, pero existen
estudios que han identificado la existencia de 16 casos en un solo
centro hospitalario durante un período de tres meses.
• Manifestaciones clínicas.
La manifestación clínica primaria de la reacción es el ataque súbito
de un episodio de hipotensión severa que se presenta dentro de la pri-
mera hora de la transfusión de componentes sanguíneos o hemoderi-
vados a través de un filtro leucoreductor.
La hipotensión puede asociarse con dolor respiratorio y abdominal,
náuseas, vasodilatación, bradicardia e incluso de perdida de cons-
ciencia. La resolución rápida de la sintomatología y la recuperación
de las cifras tensionales se produce con la interrupción de la transfu-
sión.
• Etiología.
El hecho de que las RTHPT se presenten con más frecuencia en
pacientes que reciben la transfusión con filtros leucoreductores apli-
cados a la unidad en el momento de su infusión, y en pacientes que
están tomando tratamiento con inhibidores de la enzima de conver-
sión de la angiotensina (IECA), está favoreciendo la idea de que las
RTHPT sean el resultado de la administración de bradiquinina que
se genera durante el proceso de filtración de la unidad.
También se han observados cuadros hipotensivos en pacientes que
reciben derivados plasmáticos, que parecen contener un producto de
degradación del Factor Hageman, que es un activador de la procali-
creína, que induciría a la producción de bradiquinina y consecuente-
mente las manifestaciones clínicas.
• Fisiopatología.
Si la reacción ocurre como resultado de la liberación de bradiquini-
na durante la leucofiltración de la unidad, ello puede depender de:
653
✓ La naturaleza del producto transfundido.
Parece ser que es mayor con la administración de plaquetas que
con CH. Ello puede deberse a la mayor cantidad de plasma que
poseen los concentrados de plaquetas y a que éstas, almacenan en
sus gránulos quininas de alto peso molecular. Además la tempe-
ratura de almacenamiento más baja de los CH inhibe reacciones
enzimáticas activadoras del sistema de bradiquinina.
✓ El tipo de filtro usado para la leucoreducción.
Se ha sugerido que la liberación de la bradiquinina es más común
dependiendo de la superficie de contacto del filtro, y del hecho
que éste se encuentre en la unidad que se administra; ya que si se
realiza previamente la filtración las RTHPT o no aparecen o dis-
munyen de intensidad.
✓ La medicación con IECA de los receptores de la transfusión.
Los IECA previenen la degradación de bradiquinina, por lo que
los pacientes que toman este fármaco pueden ser más sensibles a
los efectos cardiovasculares de la bradiquinina.
✓ Uso de filtración en la línea de administración de la unidad.
La bradiquinina que se genera durante la filtración puede ser
degradada con el tiempo por quininas plasmáticas, lo que supone
que si se realiza previamente la leucoreducción, daría tiempo a
neutralizar la bradiquinina. De hecho, en algunas series los efec-
tos hipotensivos desaparecieron con la leucoreducción previa.
• Normas de actuación.
✓ Detener la transfusión.
✓ Tomar las constantes vitales, anotar y describir la sintomatología.
✓ Mantener la vía venosa con solución salina fisiológica.
✓ Confirmar que en la unidad que se esta administrando, constan
los datos del paciente, y que éstos coinciden con la persona a la
que se está realizando la transfusión.
✓ Confirmar que el grupo y Rh del paciente, que consta en la eti-
queta colocada por el Banco de Sangre en la unidad, coincide con
el que figura originariamente en la misma y que es adherido a ella
por el Centro Regional de Transfusión.
654
✓ Notificar la incidencia al médico responsable del paciente para
valorar la intensidad de la reacción, el tratamiento oportuno y la
continuidad o no de la misma.
✓ Rellenar la hoja-informe de reacción transfusional, anotando y
describiendo todos sus apartados, remitiéndola al Banco de
Sangre.
✓ Obtener una muestra de sangre de otra vía distinta a la de la infu-
sión del hemoderivado o componente sanguíneo, para realizar
estudios analíticos (tubo seco, con EDTA y con citrato).
• Diagnóstico y diagnóstico diferencial.
El diagnóstico fundamental se basa en las manifestaciones clínicas y
en el hecho de que se este administrando un componente sanguíneo
o hemoderivado con filtro para reducir leucocitos en la línea de infu-
sión. Puede ser de interés el conocer si el paciente se encuentra
tomando IECA en su medicación habitual.
Deben considerarse otros diagnósticos, ya que un cuadro hipotensi-
vo puede una manifestación inicial de otras RT más graves, o puede
indicar la existencia de sangrado no visible, sobre todo en pacientes
anestesiados que reciben una transfusión.
• Tratamiento.
Basta con interrumpir la administración del componente o hemode-
rivado para que el cuadro hipotensivo se resuelva espontáneamente.
En ocasiones, es necesario la administración de agentes vasopreso-
res, dopamina (2-20 µg/Kg por minuto) para recuperar unas cifras
tensionales adecuadas.
• Prevención.
Se recomienda no proceder a la leucofiltración en el momento de
administrar la unidad, y realizarla previamente en los Bancos de
Sangre. En la actualidad, casi todas las unidades ya vienen leucore-
ducidas por hemofiltración, con lo que la incidencia de RTHPT debe
desaperecer.
En caso de componentes no leucoreducidos por filtración, que se
vayan a administrar a pacientes en tratamiento con IECA, se reco-
mienda su filtración previa.
655
A.6. Reacciones oculares. “Síndrome del ojo rojo”
Las reacciones oculares adversas observadas tras la administración de unida-
des de concentrado de hematíes consisten en la aparición de un cuadro simi-
lar a una conjuntivitis hemorrágica con edema periorbitario y dolor ocular.
• Incidencia.
Alrededor de 100 casos comunicados en los EE.UU, durante los años
1997-98, si bien existen razones para pensar que es una reacción no
reportada, ya que tiene múltiples causas.
• Manifestaciones clínicas.
Las manifestaciones clínicas de éstas reacciones peculiares ocurren
dentro de las 24 horas de la transfusión y se caracterizan por eritema
bilateral de la conjuntiva y los párpados. Otros síntomas incluyen
hemorragia conjuntival, dolor ocular, cefalea, y edema periorbitario.
Los síntomas normalmente se resuelven dentro de los 5 días siguien-
tes a su aparición.
• Etiología.
La causa de estas reacciones es incierta pero en la mayoría de los
casos, el CDC informó que ocurrieron en pacientes que recibieron
concentrados eritrocitarios en los que se uso un determinado filtro
desleucocitario (LeukoNet Prestorage Leukoreduction filtration sys-
tem, Hemasure, Marlborough, Massachusetts).
• Fisiopatología.
Las posibles explicaciones incluyen respuestas alérgicas a alergenos
no identificados en el sistema de filtración, u otras reacciones a un
elemento químico, material, o producto contenido en el sistema leu-
coreductor.
• Diagnóstico y diagnóstico diferencial.
Se basa en el antecedente transfusional y la utilización de filtros leu-
coreductores; debiendo diferenciarse sobre todo de cuadros infeccio-
sos oculares.
• Tratamiento.
El tratamiento es puramente sintomático, y la sintomatología desa-
parece al cabo de los cinco días del inicio del cuadro.
656
• Prevención.
Tras la retirada de los filtros leucoreductores involucrados en las
alteraciones oculares, no se han descrito apenas casos.
A.7.1. Tromboflebitis
La presencia de dolor y signos cutáneos inflamatorios a lo largo del tra-
yecto venoso por el que se esta administrando la transfusión, son sugeren-
tes de la existencia de una Tromboflebitis; sin olvidar que ante una RTHA
los mismos síntomas pueden estar presentes y ser los iniciales de la misma.
Esta complicación del tratamiento intravenoso, más que de la transfusión,
es fácilmente evitable tomando unas adecuadas medidas de asepsia y
manteniendo la aguja o catéter el mínimo tiempo necesario.
657
A.7.3. Embolia por microcoágulos
Durante el almacenamiento de las unidades de CH se pueden producir
microagregados (compuestos por plaquetas, leucocitos, leucocitos frag-
mentados y pequeñas cantidades de fibrina), que poseen un tamaño que
oscila entre los 10-200 mm de diámetro.
Si se administran unidades de sangre sin los filtros adecuados, estos
microagregados pueden pasar al torrente circulatorio y producir micro-
embolizaciones en el lecho vascular pulmonar, pudiendo provocar cua-
dros respiratorios agudos.
La correcta utilización de filtros para microagregados y el cumplimiento
de las normas de administración para cada hemoderivado, hacen práctica-
mente imposible la aparición de esta complicación transfusional.
658
✓ Pigmentación de la piel.
✓ Ictericia secundaria a hepatopatía crónica (cirrosis hepática).
✓ Debilidad y fatiga muscular, perdida de peso.
✓ Insuficiencia cardiaca y desarrollo de arritmias.
✓ Cuadros de diabetes, hipotiroidismo, hiopoparatiroidismo.
✓ Hipogonadismo y alteraciones del crecimiento (en adolescen-
tes).
• Etiología.
Cada unidad de CH contiene aproximadamente 200-250 mg de
hierro, en tanto que la excreción diaria del mismo es de 1 mg.
Cuando se han transfundido relativamente pocas unidades de CH
y la transferrina no se encuentra totalmente saturada de hierro
éste es captado por el sistema mononuclear fagocítico donde es
poco peligroso para el organismo. Pero en enfermos que necesi-
tan soporte transfusional periódico (talasemias, anemia de células
falciformes, síndromes mielodisplásicos) al cabo de 10-15 unida-
des, la transferrina esta completamente saturada y el hierro de
futuras transfusiones se deposita en distintas células parenquima-
tosas, dañando los tejidos y provocando las manifestaciones clí-
nicas.
• Fisiopatología.
El deposito intracelular del hierro y su alta reactividad iónica, gene-
ra ganancia y perdida de electrones, que pueden dar lugar a radicales
libres dañinos que provocan daños celulares severos e incluso la des-
trucción celular y posterior fibrosis. Los órganos mas afectados por
el deposito de hierro son: corazón, hígado, pulmones, médula ósea,
y glándulas endocrinas.
• Diagnóstico y diagnóstico diferencial.
El diagnóstico de la SCF viene determinado por los antecedentes
transfusionales, y la determinación de los niveles séricos de ferritina
que se encuentran elevados, generalmente por encima de 2.000 µg/L.
En ocasiones y sobre todo en pacientes jóvenes, puede ser necesaria
la realización de biopsias tisulares para valorar los depósitos de hie-
rro intracelulares.
659
• Tratamiento.
La flebotomía, que es el tratamiento de elección para eliminar el hie-
rro del organismo y que se realiza en pacientes con hemocromatosis,
es obvio que en estos pacientes no puede ser utilizada.
El tratamiento de elección en los pacientes con SCF, es la utilización
de quelantes del hierro: Deferoxamina (Desferin®), que si bien pro-
duce una pérdida férrica considerable, trae consigo unos efectos
secundarios importantes y una administración molesta para los
pacientes. Antes de iniciar un tratamiento con Deferoxamina, hay
que valorar el estado general del paciente, el pronóstico de la enfer-
medad de base que origina los requerimientos transfusionales, y la
esperanza de vida.
Las dosis utilizadas diariamente de Deferoxamina no deben superar
los 35 mg/Kg de peso, administradas subcutáneamente (por medio
de bomba de infusión en unas 8-12 horas). Es aconsejable comple-
mentar el tratamiento con la administración de Vitamina C, a dosis
de 100-200 mg diarios, media hora después de la infusión. Los efec-
tos secundarios de la Deferoxamina más importantes son las altera-
ciones visuales, auditivas, renales y hepáticas.
En la actualidad se está ensayando un nuevo producto: la
Deferiprone, que es un quelante férrico que se administra por vía
oral, cuya eficacia no ha sido comprobada.
• Prevención.
En pacientes en los que se sospeche que van a necesitar un sopor-
te transfusional periódico con CH, debe iniciarse un tratamiento
con Deferoxamina cuando los niveles de ferritina sérica se sitúen
entre 1.000-2.000 µg/L, procurando mantenerlos por debajo de los
2.500 µg/L, ya que se asocia con una mejor supervivencia y retra-
sa la aparición de la sintomatología derivada de la SCF.
En pacientes que precisan soporte transfusional periódico y que pre-
sentan hiperesplenismo, la esplenectomía puede reducir los requeri-
mientos transfusionales y evitar el desarrollo de una SCF.
El uso de otras alternativas a la transfusión de CH, como la eritro-
poyetina en pacientes seleccionados, puede disminuir la incidencia y
gravedad de la SCF.
660
B.2. Alteraciones neurológicas
Las alteraciones neurológicas asociadas a la transfusión de sangre han
sido descritas muy raramente, tratándose de cuadros de angiopatías y
encefalopatías reversibles, observados en pacientes con anemias crónicas
severas o afectos de insuficiencia renal crónica.
• Incidencia.
Muy baja, escasos informes reportados en la literatura.
• Manifestaciones clínicas.
Generalmente aparecen en la primera semana post-transfusión; las
manifestaciones clínicas de las alteraciones neurológicas observadas
tras la administración de unidades de concentrados de hematíes, son
las derivadas de un cuadro de encefalopatía, con convulsiones gene-
ralizadas, estupor, perdida de conciencia, y en ocasiones cuadros
similares a un “status epilepticus” que puede acompañarse de foca-
lización neurológica del tipo de monoparesias o hemiparesias.
Dichas lesiones, así como la sintomatología suele desaparecer espon-
táneamente tras un tratamiento sintomático de las mismas.
• Etiología y Fisiopatología.
Los dos mecanismos sugeridos como causa de estas alteraciones son:
vasoespasmo y encefalopatía hipertensiva. El aumento rápido de los
niveles del hematocrito y la viscosidad sanguínea, puede provocar en
pacientes con anemia severa, una alteración en los mecanismos de
autorregulación cerebral, dando lugar a un cuadro de encefalopatía
hipertensiva con una tensión arterial normal; así como también se ha
sugerido que el vasoespasmo puede ser consecuencia de una disfun-
ción aguda del endotelio vascular debido al rápido incremento de la
viscosidad sanguínea.
• Diagnóstico y diagnóstico diferencial.
Se apoya en la exclusión de otras causas conocidas de angiopatía cere-
bral y encefalopatía, mediante estudios radiológicos (angiografía y
resonancia magnética nuclear) y analíticos, en la resolución espontánea
del cuadro, y en los antecedentes de anemia severa de carácter crónico.
• Tratamiento.
Es puramente sintomático, se debe realizar en Unidades de Cuidados
Intensivos, tratando de aliviar la sintomatología clínica.
661
• Prevención.
La única medida preventiva posible de éstos cuadros, en la adminis-
tración espaciada y lenta de unidades de concentrados de hematíes en
casos de anemia severa, siempre y cuando las condiciones clínicas
del paciente lo permitan.
662
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666
19. ENFERMEDADES TRANSMITIDAS POR LA
TRANSFUSIÓN DE SANGRE Y HEMODERIVADOS
667
• Están presentes en la sangre durante períodos largos de tiempo, y en
ocasiones a títulos altos.
• Pueden causar cuadros infecciosos asintomáticos o con mínimas
manifestaciones clínicas inespecíficas.
• Poseen un período de incubación muy largo (en ocasiones de años),
antes de que aparezcan las primeras manifestaciones clínicas de la
enfermedad.
• Pueden permanecer en los donantes en estado latente, en estado de
portador asintomático, o de ambos.
• Permanecen estables a temperaturas bajas como los 4 °C.
668
agente no se detecte. De tal manera aquel puede estar presente en la cir-
culación sanguínea del donante en las siguientes circunstancias:
• Libre en plasma
Es conocido con el nombre de bacteriemia, viremia o parasitemia en
función del organismo. Es la forma más común de transporte del
agente patógeno por la circulación sanguínea, de tal manera que
puede infectar a los diversos tejidos del organismo directamente o
pasar de los órganos infectados a la circulación como parte del ciclo
vital del microorganismo. Los agentes así transmitidos, penetran en el
organismo del receptor por vía parenteral (en el trayecto venoso de la
administración del producto sanguíneo) y alcanzan los tejidos en
donde realizan la infección primaria, para posteriormente pasar de
nuevo a la circulación y colonizar nuevos tejidos.
669
hematíes. Durante dicha fase el agente infeccioso procede a su
maduración y multiplicación antes de romper el eritrocito y pasar al
torrente circulatorio depositándose en el hígado o en el bazo, para
de nuevo iniciar el proceso y poder infectar nuevos glóbulos rojos
y continuar extendiendo la infección. El ejemplo más común de
tales organismos es el protozoo Plasmodium spp, agente causante
de la malaria.
670
• El agente infeccioso
En función del agente infeccioso y de sus características vitales,
puede no estar presente en el torrente circulatorio en el momento de
la donación y no originar el cuadro infeccioso en el receptor.
671
realizan ulteriores estudios serológicos a los receptores de las trans-
fusiones.
C. Enfermedades víricas
Los virus causantes de enfermedad infecciosa e involucrados en las trans-
fusiones de sangre y hemocomponentes, solo pueden ser transmitidos si
se encuentran presentes en la sangre del donante en el momento de la
donación. Esta circunstancia que presenta el donante cuando efectúa la
donación, puede darse en la práctica en tres situaciones:
672
tana” de la infección, en donde las pruebas serológicas realizadas para su
detección pueden no mostrar su positividad.
C.1. Hepatitis A
Riesgo de contagio estimado por unidad: Muy raro, 1 cada 1.000.000 uni-
dades.
El virus de la hepatitis A (VHA) es un enterovirus con genoma ARN no
encapsulado. Dado que el VHA no provoca un estado de portador cróni-
co, sólo puede transmitirse mediante la transfusión si un donante realiza
la donación en la fase de viremia previa al desarrollo de la sintomatología
de aquella. De ahí que hayan sido muy pocos los casos descritos de trans-
misión de VHA mediante la administración de componentes sanguíneos
(alrededor de 25 casos). En cambio, se han descrito más casos en recep-
tores de concentrados de factores de la coagulación e inmunogammaglo-
bulinas intravenosas, ello puede explicarse en parte por los procedimien-
tos de inactivación viral, que pueden no eliminar eficazmente los virus sin
envoltura lipídica, como el VHA.
La infección por VHA emplea la ruta fecal-oral como mecanismo princi-
pal de transmisión, produciéndose a brotes epidémicos.
Debido al riesgo prácticamente nulo de adquirir una hepatitis A mediante
la transfusión de sangre, y a la naturaleza relativamente benigna de su
infección, no se realiza un estudio serológico del VHA en los donantes de
sangre. En nuestro país, como en muchos otros, se intenta excluir a posi-
bles donantes potencialmente infecciosos por VHA mediante la encuesta
previa a la donación, en donde se pregunta sobre casos de hepatitis pasa-
dos, o sobre contactos recientes con pacientes afectos de hepatitis vírica.
C.2. Hepatitis B
Riesgo de contagio estimado por unidad: 1 caso cada 63.000-200.000 uni-
dades.
El virus de la hepatitis B (VHB) es un hepadnavirus con genoma de ADN,
envoltura lipídica y tropismo hepatocitario; muy común en todas las par-
tes del mundo, y que se transmite fundamentalmente por vía parenteral.
Todas las donaciones son analizadas para detectar la presencia del antíge-
no de superficie del VHB (HbsAg) que es un marcador de infección aguda
y crónica del VHB. Hasta los años 70 en donde se introdujo la prueba de
673
HbsAg, los casos de infección postransfusional por VHB eran bastante
frecuentes; en la actualidad la infección postransfusional por VHB toda-
vía puede ocurrir, pese a realización de las pruebas serológicas, en dos cir-
cunstancias:
• Si la donación se realiza en un período precoz de la infección por
VHB en donde no está expresado el HbsAg y no se detecta en los
análisis serólogicos. El período de incubación de la enfermedad es
variable, oscilando entre 30 y 100 días.
• Más raramente por portadores crónicos con estudios serológicos
negativos para el HbsAg.
En países en donde además del estudio serólogico del HbsAg se realiza el
estudio del anticuerpo frente al core del VHB (HbcAc) los riesgos de
transmisión son muy similares a los señalados. Los productos sanguíneos
derivados del plasma y sometidos a procesos de inactivación viral, como
inmunoglobulinas intravenosas, concentrados de factores, albúmina, etc.,
no transmiten la infección por VHB.
Se considera que sólo un 5% de los receptores que adquieren una hepatitis
por VHB mediante la transfusión de sangre y hemoderivados, no resolverán
el cuadro infeccioso y desarrollarán un estado de portador crónico, con
secuelas del tipo de hepatitis crónica, cirrosis hepática y hepatocarcinoma.
En la actualidad se dispone de diversos marcadores para valorar el estado
y/o el grado de infección por VHB. En la Tabla 19.1. se expresan los posi-
bles resultados e interpretaciones de los marcadores de infección por
VHB.
Uno de los principales problemas actuales para los sistemas de salud y
para la Medicina Transfusional, lo representan las denominadas “muta-
ciones” del VHB que se vienen describiendo en los últimos diez años.
Estas mutaciones pueden presentarse a diversos niveles: a nivel del gen
que regula los antígenos de superficie, del precore, y de la polimerasa
ADN que regula su la replicación viral. Si bien dichas mutaciones tienen
relevancia en cuanto a la respuesta al tratamiento, a la carcinogénesis, y al
desarrollo de cuadros fulminantes; desde el punto se vista transfusional lo
tienen las mutaciones que afectan a la expresividad del HbsAg
(“Mutaciones S”), ya que aunque es infrecuente pueden originar que no
sea descubierto por los métodos de detección habituales a los que se
someten las donaciones de sangre, y causar cuadros de hepatitis post-
transfusional.
674
Tabla 19.1. Significado clínico de los marcadores serólogicos del VHB
C.3. Hepatitis C
Riesgo de contagio estimado por unidad: 1 caso cada 120.000 unida-
des.
El virus de la hepatitis C (VHC) es un flavivirus con genoma de ARN y
envoltura lipídica caracterizado en 1989 después de ser conocido como
virus de la hepatitis ni-A ni-B, y causar múltiples casos de hepatitis post-
transfusional, prácticamente el 90% de los mismos. El VHC puede trans-
675
mitirse por vía parenteral y sexual (con mucha menor frecuencia). Se ha
transmitido con todo tipo de hemoderivados (concentrado de hematíes,
plaquetas, plasma y crioprecipitados) y antes del empleo de los métodos
de inactivación viral, se transmitió mediante el uso de concentrados de
factores y preparados de gammaglobulinas.
El VHC está distribuido por todo el mundo, y se considera que en los paí-
ses desarrollados es el causante del 20% de los episodios de hepatitis
aguda, de los cuales menos del 5% se asocian con la transfusión de san-
gre y hemoderivados. Se han identificado seis genotipos importantes de
VHC y múltiples subtipos en función de estudios de biología molecular.
Los genotipos 1, 2 y 3, tienen una distribución mundial, en tanto que los
genotipos 4, 5 y 6 se localizan en determinadas zonas geográficas. En
EE.UU. y Europa los genotipos 1a y 1b, son los más frecuentes, seguidos
del 2 y 3. El genotipo 4 es el más frecuente en Egipto (donde es la infec-
ción nacional más comunicada), Zaire y Africa central y del norte, el
genotipo 5 es más frecuente en Africa del Sur, en tanto que el genotipo 6
lo es en el Asia suroriental. El genotipo tipo 1 es el que más se asocia a
enfermedad hepática severa así como a un mayor riesgo de desarrollo de
carcinoma hepato-celular, y el tipo 1b no responde adecuadamente a la
terapia convencional.
El mecanismo fundamental de su transmisión es la exposición percutánea
a la sangre infectada, de tal manera que en los países desarrollados la
mayoría de las nuevas infecciones se asocia con el uso intravenoso de dro-
gas; también se puede transmitir por medio de la acupuntura, tatuaje, pier-
cing, etc.; otras vías incluyen el contagio sexual y la transmisión materno-
fetal. Se ha observado que en individuos infectados por el virus de la
inmunodeficiencia humana, estas otras vías de transmisión se ven favore-
cidas, así como presentan un curso clínico evolutivo más agresivo. Su
transmisión mediante la transfusión de sangre y hemoderivados fue bas-
tante frecuente hasta el inicio de la década de los años 90, donde se dis-
puso de pruebas para detectar la presencia de anticuerpos frente al VHC
en los donantes de sangre, lo cual disminuyó ostensiblemente su transmi-
sión.
La infección por VHC es infrecuentemente diagnosticada en la fase aguda
de la infección; las manifestaciones clínicas ocurren normalmente entre 7
y 8 semanas tras la exposición (con un rango entre 2 y 26 semanas) e inclu-
yen cierto grado de anorexia, malestar abdominal, náuseas y vómitos; la
ictericia es menos frecuente que en la infección por VHB, y los cuadros de
676
hepatitis fulminante son bastante raros. En un 85% de los casos, la infec-
ción se hace crónica, presentándose una viremia persistente, y permanece
asintomática (o con sólo movilización enzimática fluctuante) durante un
largo período de tiempo (de 15 a 20 años), hasta desarrollar cuadros de
hepatitis crónica que en un 20% de los casos evolucionan a hepatitis cró-
nica activa y cirrosis hepática (en función de la coexistencia de otros fac-
tores del tipo de abuso de alcohol, coinfección con otros virus); y aproxi-
madamente entre el 1-4% desarrolla carcinoma hepatocelular.
El anticuerpo frente al VHC se desarrolla aproximadamente a los 70 días
(rango de 54-192) tras la exposición inicial, y permanece durante toda la
vida. En la actualidad el problema de su transmisión en la Medicina
Transfusional, radica en la imposibilidad de detectar su presencia en el
“período ventana” de su infección, es decir si se realiza la donación en el
lapso de tiempo que es indetectable mediante las técnicas habituales. La
introducción de nuevas tecnologías como la amplificación de los ácidos
nucleicos (NAT) como la PCR-transcripción mediante amplificación,
puede detectar la presencia viral en dicho período ventana y reducir los 70
días, a tan sólo 10-14 días, con lo que las posibilidades de transmisión del
VHC mediante la administración de unidades de sangre contaminadas, se
reduciría de tal manera que se pasaría de un riesgo de transmisión de 1
cada 120.000 unidades, a 1 cada 1.000.000 de unidades. Es de implanta-
ción obligatoria en España a partir de 1 de enero de 2003.
C.4. Hepatitis D
Riesgo de contagio estimado por unidad: desconocido pero sumamente
raro.
El virus D de la hepatitis (VHD), conocido originalmente como “agente
delta” es un virus ARN que solamente se puede reproducir en presencia
del VHB, del que se conocen actualmente tres genotipos distintos. Se esti-
ma que aproximadamente un 5% de los portadores de VHB se infectan
por el VHD. El VHD puede transmitirse tanto por la administración de
componentes sanguíneos como de hemoderivados plasmáticos, de ahí que
una tercera parte de los pacientes hemofílicos infectados por VHB
mediante administración de concentrados de factores de la coagulación,
hayan sido infectados por el VHD.
Está distribuido por todo el mundo, pero existen unas zonas geográficas
que presentan una mayor incidencia de infección: Italia meridional, Africa
677
del Norte, Oriente Medio, la cuenca del Amazonas, y las islas del pacífi-
co suramericanas.
Dos tipos importantes de infección por VHD se conocen: la infección
simultánea de VHD y VHB cuyo curso clínico es indistinguible de cual-
quier otra forma de hepatitis, y que en un 1% de los casos provoca una
hepatitis fulminante; y la sobreinfección por VHD en pacientes con infec-
ción crónica de VHB, que se manifiesta por una recaída con un brote
agudo de hepatitis, mayor tendencia al desarrollo de cirrosis hepática y
carcinoma hepatocelular, y una hepatitis fulminante en el 5% de los
pacientes.
El período de incubación de la infección por VHD varía entre 2 y 12
semanas, siendo más corto en los individuos portadores del VHB.
Dado que la infección por VHD requiere la infección simultánea por el
VHB, los test serológicos que se realizan para detectar la infección por
VHB sirven de forma simultánea para evitar el contagio por VHD.
C.5. Hepatitis E
Riesgo de contagio estimado por unidad: ninguno conocido en países
desarrollados.
El virus de la hepatitis E (VHE) es un calicivirus con genoma de ARN que
carece de envoltura. Su transmisión es fundamentalmente entérica, y ha
causado brotes epidémicos y esporádicos en países en vías de desarrollo,
si bien se le ha involucrado como causante de una forma particularmente
virulenta de hepatitis en mujeres embarazadas. Las áreas endémicas de la
enfermedad donde se han documentado brotes epidémicos importantes
son: India, Birmania, Iran, Bangladesh, Etiopía, Nepal, Paquistán,
Republicas asiáticas centrales, Libia, México, Argelia, Somalia, China e
Indonesia.
El periodo de incubación de la infección por VHE oscila entre 2 y 9 sema-
nas. Los síntomas de la infección son los típicos de cualquier hepatitis:
ictericia, anorexia, hepatomegalia, molestias abdominales, náuseas y
vómitos, y cuadro febril acompañante, indistinguible es muchas ocasiones
del cuadro originado por el VHA. No se conoce ningún caso descrito de
su transmisión mediante la transfusión de sangre y/o hemoderivados en
los países desarrollados, si bien éste parece ser posible en las áreas endé-
micas de su infección. No obstante debido al período corto de viremia y a
678
que no provoca infección crónica su transmisión por vía transfusional es
sumamente difícil.
C.6. Hepatitis F
Riesgo de contagio estimado por unidad: ninguno conocido.
La existencia de casos esporádicos de hepatitis ni-A-B-C-D-E, hizo sos-
pechar la existencia de un nuevo virus hepatotrópico que se transmitía de
una forma similar al VHA. En 1994 un grupo de investigadores en la India
presentó partículas virales ADN aisladas en pacientes con hepatitis a las
que denominaron virus F de la hepatitis. No tomo el mundo está de acuer-
do con su presencia y existencia, pero se le sigue denominándose virus F
de la hepatitis, y no se ha detectado ningún caso de transmisión por medio
de la transfusión de sangre y hemoderivados.
C.7. Hepatitis G
Riesgo de contagio estimado por unidad: 1 cada 50-100 unidades, si bien
no se asocia con enfermedad conocida.
El virus de la hepatitis G (VHG) descubierto en 1995, es un virus con
genoma ARN con envoltura lipídica perteneciente a la familia de los fla-
vivirus. Aunque se le ha denominado VHG, su relación entre su infección
y el desarrollo de una hepatitis vírica no ha sido completamente demos-
trada. También se le conoce con el nombre de HGBV de tipo C, ya que
fue aislado del suero de un cirujano con hepatitis post-transfusional ni-A,
ni-B, ni-C, ni-D, ni-E, cuyas iniciales eran GB.
El papel del VHG como agente etiológico en el desarrollo de una hepati-
tis, o como exacerbante de una hepatopatía preexistente o coexistente se
ha investigado de manera extensa. Se ha constatado una frecuencia impor-
tante para el VHG tanto en pacientes con hepatitis clínicas como en
pacientes con sólo manifestaciones analíticas, pero no se ha constatado la
presencia del mismo en los hepatocitos, y si se replica en su interior. Los
datos disponibles sugieren que el VHG no causa una hepatitis viral aguda
(salvo en casos muy excepcionales), ni causa cuadros de hepatitis fulmi-
nante, y no parece ejercer un papel importante en el grado, severidad y
evolución, en los pacientes con enfermedad hepática criptogenética, ni se
ha demostrado que su infección adquirida en pacientes sometidos a trans-
plante de órganos afecte a la incidencia de hepatitis post-transplante o a
679
otras secuelas clínicas. Así mismo, se ha constatado que el curso clínico,
perfil bioquímico, e histopatología de los pacientes infectados por VHC
no varían en función de la presencia o ausencia de la infección concomi-
tante por VHG, así como tampoco se ve alterada la respuesta al trata-
miento con interferón.
Diversos estudios han mostrado una prevalencia alta del VHG en donan-
tes, que oscila entre un 1-2% que son virémicos, y alrededor de un 10%
que presentan anticuerpos frente al VHG. Está por demostrar su actividad
patógena y su relación causal con episodios de hepatitis post-transfusio-
nales, ya que de incluir su estudio como prueba serológica de la donación,
se excluiría a un gran número de donantes dada su alta prevalencia en los
mismos.
680
sangre infectada proviene de un donante que desarrolla aquel, poco tiem-
po después de la donación de la sangre.
La transmisión del VIH mediante la transfusión de sangre y hemoderiva-
dos a partir de la detección de anticuerpos frente al virus en todas las
donaciones y las medidas adoptadas en cuento al rechazo como donantes
de personas pertenecientes a los grupos de riesgo a desarrollar la infec-
ción, disminuyó considerablemente, de tal manera que en 1995 se estimó
el riesgo en 1 de 450.000-660.000 transfusiones realizadas. Si bien las
pruebas realizadas (detección de anticuerpos) no identificaban la sangre
infectada por el VIH en el denominado “período ventana”, cuando las
donantes no habían desarrollado la seroconversión, y por lo tanto la pre-
sencia de anticuerpos. Por ello, en determinados países se adoptó la detec-
ción rutinaria en las donaciones de sangre del antígeno p24, que es per-
ceptible de 5 a 10 días antes del descubrimiento de anticuerpos frente al
VIH mediante las técnicas de enzimoinmunoanálisis. Técnicas más sensi-
bles para la detección del virus se han desarrollado en la actualidad como
la PCR y la NAT, que han reducido ostensiblemente la posibilidad de
transmisión de la enfermedad hasta ser prácticamente de 1 cada millón de
unidades transfundidas.
El VIH se clasifica como un retrovirus (lentivirus) con un efecto citopáti-
co especial sobre los linfocitos CD4+. El VIH-1 y el VIH-2, han sido iden-
tificados como causantes del SIDA en distintas zonas geográficas. El
VIH-1 es responsable de la mayoría de los casos de SIDA en el hemisfe-
rio occidental, Europa, Asia y África Central, del Sur y Oriental; el VIH-
2 es el principal agente del SIDA en África Occidental y parece ser menos
virulento que el VIH-1. En ciertas áreas de África Occidental tienen simi-
lar prevalencia ambos microorganismos.
El VIH contiene una enzima llamada transcriptasa inversa que convierte
el ARN vírico en una copia de ADN provírico; éste ADN se integra en el
ADN de la célula huésped; los provirus integrados son duplicados por los
genes celulares normales cada vez que se divide la célula. Así pues, toda
la progenie de la célula infectada originalmente contendrá ADN del VIH.
El ADN provírico es transcrito a ARN y traducido en proteínas para pro-
ducir cientos de copias del virus infeccioso. Otra enzima, la proteasa VIH,
es crítica para la fase final del ciclo del VIH; esta enzima convierte el VIH
inmaduro, no infeccioso, en la forma infecciosa, mediante división de pro-
teínas cruciales, que se redistribuyen dentro del virus después de salir éste
por gemación de una célula humana infectada.
681
La infección por VIH es un proceso crónico, con una evolución a lo largo
del tiempo (años) que se inicia tras el episodio de infección aguda, y fina-
liza con el desarrollo de un cuadro de SIDA; si bien entre dichas situacio-
nes pueden existir períodos asintomáticos o con mínimas manifestaciones.
Las manifestaciones clínicas observadas en la infección aguda por VIH
son numerosas, y múltiples órganos y sistemas pueden ser afectados. No
obstante en un alto porcentaje de personas (50-80%) esta primoinfección
es asintomática. El cuadro clínico suele comenzar entre tres y cinco sema-
nas tras la exposición al VIH, y se caracteriza por presentar algunas de las
siguientes manifestaciones:
• Síndrome febril.
• Manifestaciones generales: incluyen malestar, sensación de cansan-
cio y fatiga, cefalea, perdida de peso, estado depresivo, sudoración
nocturna, náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal inespecífico.
• Linfoadenopatía generalizada persistente (LGP), ganglios linfáticos
agrandados (> 1 centímetro) que implican a 2 o más zonas extrain-
guinales por más de 3 meses sin una causa obvia. La LGP es a menu-
do el síntoma más temprano de infección primaria por VIH. Debido
a la marcada hiperplasia folicular en respuesta a la infección por VIH,
los ganglios linfáticos tienen concentraciones virales muy altas.
• Lesiones orales.
Incluyen: Candidiasis, leucoplasia vellosa oral, lesiones herpéticas,
ulceras aftosas, que afectan típicamente a la orofaringe posterior, y
cuadros de faringitis.
• Manifestaciones neurológicas.
Incluyen una gran variedad de síntomas que oscilan desde cuadros de
dolor retro-orbital, hasta una meningitis aséptica.
• Manifestaciones cutáneas.
En forma de sarpullido que suele ser de tipo maculo-papular.
• Manifestaciones hematológicas.
La más frecuente es la aparición de un cuadro de trombocitopenia
acompañado de linfocitopenia
• Manifestaciones osteo-articulares.
682
Son totalmente inespecíficas, y se trata de cuadros de artralgias y
mialgias.
Este cuadro de infección aguda, puede durar desde unos días hasta 10
semanas, pero lo normal es que desaparezcan los síntomas a las 6 sema-
nas; se ha observado que la severidad y la duración de la sintomatología
guarda relación pronostica en cuanto a la evolución y severidad de la pro-
gresión de la enfermedad.
En 1993 los CDC clasificaron los estadios de la infección por VIH (Tabla
19.2.), combinando tres categorías en relación a la cifra de linfocitos
CD4+, con tres categorías de sintomatología clínica.
683
C.9. Virus HTLV-I y HTLV-II
Riesgo de contagio estimado por unidad: 1 cada 641.000 unidades trans-
fundidas sin leucoreducción, prácticamente nulo en unidades leucoreduci-
das (aunque no totalmente descartado).
Los virus humanos linfotrópicos de células T (HTLV-I y HTLV-II), son
retrovirus con genoma ARN, endémicos en determinadas zonas geográfi-
cas, HTLV-I en Japón, Africa y Caribe; y HTLV-II en la población indí-
gena de ciertas zonas de América del Norte y del Sur; si bien ambos están
distribuidos por todo el mundo.
La infección por HTLV-I es la causante de dos tipos de enfermedades: el
linfoma/leucemia de células T del adulto (LTA), y la paraparesia espásti-
ca tropical o mielopatía asociada a HTLV; estas dos enfermedades sólo se
desarrollan en un pequeño porcentaje de los pacientes infectados (2-5%),
en el resto la infección puede ser incluso asintomática, permaneciendo los
anticuerpos frente al HTLV-I presentes durante toda la vida. La infección
por HTLV-II es la causante de la paraparesia espástica tropical o mielopa-
tía asociada a HTLV, pero de forma menos frecuente que el HTLV-I.
Dentro de la LTA se distinguen fundamentalmente 4 variedades distin-
tas: la ATL smoldering, la ATL crónica, la ATL linfomatosa, y la ATL
aguda. La LTA smoldering se caracteriza por la presencia de 5% o más
de células T anómalas con un recuento linfocitario normal, y que se
acompaña de lesiones cutáneas, infiltración pulmonar ocasional, y
ausencia de linfoadenopatías, visceromegalias e hipercalcemia, pudien-
do estar elevada la cifra de LDH. La LTA crónica se caracteriza por
existir una linfocitosis absoluta con más de 3.5 x 109L de células T anó-
malas, junto con la existencia en mayor o menor grado de adenopatías,
hepatomegalia, esplenomegalia, junto con afectación cutánea y pulmo-
nar. La cifra de LDH suele estar elevada como mínimo el doble de su
valor normal, pero no existe ni hipercalcemia ni ascitis ni efusión pleu-
ral, ni afectación del sistema nervioso central o gastrointestinal. La LTA
linfomatosa sólo se caracteriza por la existencia de adenopatías con
asuencia de linfocitosis y afectación histológica de los ganglios linfáti-
cos. La LTA aguda es un cuadro clínico leucémico agresivo que cursa
con hipercalcemia, lesiones óseas líticas, afectación cutánea y pulmonar
y linfocitosis, muy resistente al tratamiento.
La paraparesia espástica tropical o mielopatía asociada a infección por
HTLV, tiene generalmente un comienzo gradual y progresión lenta que
684
puede durar años hasta alcanzar su mayor gravedad. Se caracteriza por
una debilidad progresiva de los miembros inferiores acompañada de
espasticidad, entumecimiento y disestesias en los pies. Se acompaña en
muchas ocasiones de dorsalgia, disfunción vesical, estreñimiento e impo-
tencia eréctil.
Las vías de transmisión de ambos virus son parenterales, por contacto
sexual y verticalmente de la madre al niño (a través de la sangre, la leche
materna, y transplacentaria), y se desconoce el período de incubación de
la enfermedad, si bien se detecta la aparición de anticuerpos sobre los 51
días tras la exposición inicial. Se han comunicado casos de transmisión
mediante la administración de productos sanguíneos que contiene leuco-
citos (concentrados de hematíes y plaquetas), pero no con hemoderivados
acelulares (plasma fresco, crioprecipitados); así mismo, se ha observado
que la transmisión es más frecuente si se transfunden unidades almacena-
das menos de 14 días, y que los cuadros clínicos pueden aparecer varios
años después de la transfusión (en especial la paraparesia espástica tropi-
cal).
Los riesgos de su transmisión se han reducido notablemente desde el año
1988 al disponer de pruebas de escrutinio en los donantes para detectar la
presencia de anticuerpos frente al HTLV, si bien éstos no se realizan en
todos los países (se efectúan de forma obligatoria en Francia, Canadá,
EE.UU., Japón y otras naciones europeas).
685
complicaciones del tipo de: anemia hemolítica, trombocitopenia, anenia
aplásica, miocarditis, hepatitis, úlceras genitales, rash cutáneo, ruptura
esplénica, y complicaciones neurológicas del tipo de encefalitis, meningi-
tis, y síndrome de Guillain-Barré.
En determinados pacientes puede provocar un síndrome denominado
“infección crónica activa por VEB”, que es poco frecuente y viene carac-
terizado por: enfermedad severa de más de 6 meses de duración que
comienza como una infección primaria o se asocia con títulos elevados de
anticuerpos frente al VEB; evidencia histológica de afectación orgánica
(neumonitis, hepatitis, hipoplasia medular, uveitis) ; y demostración de
antígenos ADN del VEB en los tejidos.
Existe una variedad de infección por VEB, la “enfermedad linfoprolifera-
tiva ligada al cromosoma X”, que es un trastorno heriditario de los varo-
nes, que imposibilita el control de una infección causada por el VEB, y
que causa el fallecimiento de los mismos bien por cuadros mononucleósi-
cos agudos, por hipogammaglobulinemias o por linfomas malignos.
En pacientes inmunodeprimidos, el VEB puede ocasionar cuadros neo-
plásicos, incluyendo distintas variedades de linfoma y carcinoma naso-
faríngeo. El carcinoma naso-faringeo (predominante en el sur de China,
Norte de Africa y Alaska), presenta prácticamente en un 100% de los
casos genoma del VEB en las células epiteliales transformadas, amén de
presentar los pacientes títulos altos de IgA frente a las proteínas estructu-
rales del VEB. El linfoma de Burkitt (neoplasia de células B pequeñas con
un alto grado de malignidad) en su variedad africana se asocia con la exis-
tencia de malaria (que debilita las células T que controlan la proliferación
de las B) y con la infección por VEB. En ciertas variedades de la enfer-
medad de Hodgkin (celularidad mixta y depleción linfocitaria), se ha
detectado genoma del VEB en las células de Reed-Sternberg. También se
ha demostrado su relación diversas enfermedades linfoproliferativas.
En pacientes con infección por VIH, la infección o reactivación del VEB,
se asocia con diversas entidades: la leucoplasia vellosa oral, la neumoni-
tis intersticial linfoide y con linfomas no hodgkinianos (en especial se
trata de linfomas inmunoblásticos, linfomas de Burkitt, y linfomas que
afectan al sistema nervioso central).
Desde el punto de vista de la Medicina Transfusional, no se efectúan prue-
bas en los donantes para detectar la presencia de anticuerpos frente al
VEB, y su transmisión mediante la administración de sangre y hemoderi-
686
vados, sólo ocasiona enfermedad importante en pacientes inmunodepri-
midos.
C.11. Citomegalovirus
Riesgo de contagio estimado por unidad: 1 cada 7.500 unidades en recep-
tores seronegativos para el virus.
El citomegalovirus (CMV) es un virus con genoma ADN perteneciente a
la familia de los herpesvirus, que está distribuido por todo el mundo y que
causa una infección generalmente asintomática o un cuadro de síndrome
mononucleósico en un individuo inmunocompetente; pero que puede cau-
sar enfermedad importante y generalizada en individuos inmunodeprimi-
dos. Como otros herpesvirus, el CMV provoca un estado de infección
latente en el anfitrión, que puede reactivarse durante un período de inmu-
nodepresión y causar enfermedad. Existen diferentes genotipos de CMV
que se asocian a un grado mayor o menor de virulencia.
El CMV es un virus lítico que provoca un efecto citopático y puede dañar
prácticamente a todos los órganos y sistemas. Existen diversos cuadros de
infección por CMV:
La infección primaria adquirida en personas inmunocompetentes es
con frecuencia asintomática, tanto en el período postnatal como en épocas
posteriores de la vida. Puede presentarse un cuadro febril agudo, conoci-
do como mononucleosis por citomegalovirus o hepatitis por citomegalo-
virus, que en casos excepcionales puede complicarse con meningoence-
galitis, pericarditis, miocarditis y síndrome de Guillain-Barré.
La infección congénita se puede manifestar sólo por presencia de citomega-
lovirus en un lactante por lo demás normal, pero puede así mismo la infec-
ción por CMV causar abortos, parto de feto muerto, microcefalia, y muerte
postnatal por hemorragia, anemia o lesiones extensas del hígado o el SNC
En los pacientes inmunodeprimidos, los CMV son una causa importante
de morbilidad y mortalidad. La enfermedad se debe con frecuencia a reac-
tivación de la infección vírica latente. Se observan cuadros de hepatitis,
nemonía, retinitis, etc. Es posible la afectación pulmonar, gastrointestinal
y del SNC. En la fase terminal del SIDA, la infección por CMV causa
generalmente retinitis y enfermedad ulcerativa del colon o el esófago.
También se han observado cuadros severos en pacientes receptores de
transplante de órganos.
687
El cuadro de infección por CMV postransfusional puede aparecer en un
receptor normal de 2 a 4 semanas después de la transfusión de sangre o
derivados, contaminados con CMV. Se caracteriza por fiebre que dura de
2 a 3 semanas, hepatitis de gravedad variable, esplenomegalia y una lin-
focitosis atípica similar a la de la mononucleosis infecciosa. La enferme-
dad recuerda en general a la mononucleosis por CMV espontánea, si bien
la esplenomegalia es más frecuente.
En los donantes de sangre se detectan anticuerpos frente al CMV entre un
35-50%, por lo que la prevención de la transmisión del mismo para recep-
tores de alto riesgo es fundamental en la Medicina Transfusional. Se ha
informado que la leucoreducción pre-almacenamiento de todos los pro-
ductos sanguíneos puede ser tan eficaz, como la búsqueda de productos
CMV negativos para infundirlos a los receptores de alto riesgo, pero exis-
ten controversias en tal sentido.
C.12. Virus TT
Riesgo de contagio estimado por unidad: 1 cada 10-50 unidades, si bien
no se asocia con enfermedad conocida.
El virus TT (VTT) fue descubierto en Japón en 1997, a raíz de detectar
secuencias de ADN en el suero de un paciente que había desarrollado una
hepatitis post-transfusional fulminante que resultó ser seronegativa para
los distintos tipos de virus causantes de hepatitis (A, B, C, D, E, y G),
denominándose TT por ser las iniciales del paciente que desarrollo el cua-
dro.
Se relacionó com los parvovirus, pero recientemente se ha clasificado en
la familia de los Circoviridiae, y se trata de un virus esférico no envuelto,
con genoma circular de ADN monocatenario. Su epidemiologia resulta
difícil de establecer, ya que no se dispone de técnicas para detectar anti-
cuerpos, y los estudios se han realizado mediante técnicas de amplifica-
ción de ácidos nucleicos por PCR; no obstante se ha comprobado que su
incidencia varía enormemente (2-83%) según la zona geográfica analiza-
da, en EE.UU. se sitúa en torno al 7-10% de la población, en Europa se
encuentra una media del 5%, y en España alrededor del 13% (con presen-
cia de tres genotipos distintos).
El genoma del VTT ha sido detectado en células mononucleares de san-
gre periférica, plasma, y en el tejido hepático de portadores crónicos.
Todo ello indica que la infección por VTT es sistémica y que el virus
688
es capaz de replicarse en distintos tejidos. No obstante, y dejando a un
lado las primeras correlaciones y lo encontrado en una serie publicada
en Japón, la inmensa mayoría de los datos y los estudios sugieren que
no existe una relación alguna entre la infección por VTT y el desarro-
llo de hepatitis aguda, hepatitis crónica, cirrosis hepática o hepatocar-
cinoma.
Desde el punto de vista de la Medicina Transfusional las relativamente
altas prevalencias encontradas en los donantes de sangre, son suficiente-
mente elevadas como para suponer que la mayoría de los “pooles” de
plasma destinadas a la fabricación de hemoderivados contendrán material
genético del VTT potencialmente infeccioso. La capacidad de los hemo-
derivados actuales para transmitir el VTT a los receptores dependerá de
los procedimientos de inactivación viral a los que se someten los hemo-
derivados; como cabe esperar para un virus no envuelto, un alto porcen-
taje de los productos finales tratados mediante solvente-detergente, son
positivos para ADN del VTT por PCR, en tanto que el tratamiento por
calor, y la purificación por cromatografía de inmunoafinidad proporcio-
nan productos negativos en esta prueba. Por el momento, no existe evi-
dencia de que los productos positivos contengan virus infeccioso, sean
capaces de transmitirlo o puedan causar alguna enfermedad entre los
receptores. Así pues no puede afirmarse que el VTT cause enfermedad
hepática ni ninguna otra enfermedad reconocible en las personas infecta-
das. Aunque el virus puede ser un contaminante habitual de los “pooles”
de plasma destinados a la obtención de hemoderivados, no puede decirse
que suponga una amenaza real para la seguridad de la sangre y sus deri-
vados. De hecho en la actualidad es un virus “a la búsqueda de una enfer-
medad”.
689
Su infección es común, ya que se detectan anticuerpos en un 85% de los
adultos. La primoinfección normalmente ocurre en la niñez, probable-
mente por vía oral a través de la saliva. Generalmente el HVH-6 puede
estar presente en el organismo en estado latente, pero que puede reacti-
varse en situaciones de inmunodepresión. Se ha implicado al HVH-6
como el agente causal del exantema súbito del lactante (roseola infantum
o sexta enfermedad) y de otras enfermedades febriles víricas en niños y
adolescentes. La enfermedad en adultos es rara pero puede ocasionar cua-
dros clínicos diferentes como: hepatitis, síndrome mononucleósico, y se
ha implicado como agente etiológico del síndrome de “fatiga crónica”.
Aunque se le ha involucrado en otras enfermedades (esclerosis múltiple,
enfermedad de Hodgkin, linfoma de Burkitt, síndrome de Sjögren), su
relación no se ha sido demostrada, y hasta la fecha no existe ningún caso
documentado de su transmisión mediante la transfusión de sangre y hemo-
derivados, pese a que infecta a los linfocitos, sobre todo a los CD4+.
690
dos entidades neoplásicas raras, la enfermedad de Castleman (linfoma
multicéntrico) y el linfoma primario de cavidades.
La infección primaria por HVH-8 en personas inmunocompetentes suele
ser asintomática en el 95% de los casos, y tan sólo en un 5% de los casos
existen manifestaciones inespecíficas del tipo de cuadro febril, rash cutá-
neo, discreta linfoadenopatía y molestias gastrointestinales vagas; en
niños puede dar un cuadro febril inespecífico acompañado de un rash
maculopapular centrífugo junto con síntomas respiratorios altos. Esta
infección probablemente dura toda la vida en estado latente y no propor-
ciona enfermedad ni sintomatología alguna, siempre y cuando el sistema
inmunológico sea competente. El verdadero problema de la infección por
HVH-8 ocurre cuando una persona infectada entra en un estado de inmu-
nodepresión, o si la infección primaria por HVH-8 acontece en un indivi-
duo inmunodeprimido (receptores de transplantes de órganos). El cuadro
clínico de la infección primaria por HVH-8 en pacientes inmunodeprimi-
dos, da lugar a un síndrome febril importante, acompañado de cuadro lin-
foadenopático generalizado, hepato-esplenomegalia, trombocitopenía, y
desarrollo ulterior de un sarcoma de Kaposi. En individuos previamente
infectados por HVH-8, pero que se encuentra en estado latente debido a
la vigilancia inmunológica, se puede reactivar con la presencia de otras
infecciones (HIV) que provocan un estado de inmunodeficiencia, y dar
lugar al Sarcoma de Kaposi, u otras neoplasias con él relacionadas.
691
Los casos de transmisión de PVH-B19 mediante la transfusión de sangre
y hemoderivados que han provocado enfermedad clínica, se han docu-
mentado en tan sólo tres pacientes. El PVH-B19 no se inactiva totalmen-
te mediante tratamiento con solvente/detergente y por la temperatura, de
tal manera se detectado casos de seroconversión e infección asintomática
en pacientes hemofílicos, lo que indica que el PVH-B19 es transmisible
por los concentrados de factores de la coagulación obtenidos de plasma
humano, si bien solo se han documentado cuatro casos de enfermedad
importante: tres casos de eritema infeccioso y un caso de anemia hipoplá-
sica de serie roja.
692
tentes (70%) eliminarían el virus a los seis meses de su infección, perma-
neciendo latente en el resto. Sin embargo, se ha detectado en pacientes
con infección por VHC y presencia de virus SEN, una mala respuesta al
tratamiento con interferón alfa-2b.
Estudios futuros pondrán de manifiesto la importancia y relevancia de la
infección por el virus SEN en la medicina transfusional, y su papel como
agente etiológico de las hepatitis post-transfusionales.
693
Los virus causantes de la encefalitis asociados a picadura de garrapatas
(VEAPG), son flavivirus con genoma ARN y envoltura lipídica, alta-
mente contagiosos y que se transmiten al hombre mediante la picadura de
garrapatas del género Ixodes. Es una enfermedad limitada a ciertas zonas
geográficas como Asia, Europa Central, Norteamérica y Rusia. Entre las
distintas encefalitis producidas por virus transmitidos por la picadura de
garrapata destacan: la encefalitis de Powassan (en el norte de EE.UU. y
Canadá), la encefalitis rusa de primavera y verano (norte de Europa, norte
de Asia, y Rusia), la enfermedad de Louping (Islas Británicas), y la enfer-
medad de Kumlinge (Finlandia); siendo ésta última de la que se han repor-
tado los dos casos de transmisión de la enfermedad mediante la transfu-
sión de sangre, en los que los donantes desarrollaron la enfermedad tras
efectuar la donación, y los receptores la desarrollaron de forma similar a
la originada por la picadura de los insectos.
El cuadro clínico de la infección por VEAPG, se desarrolla a los 4-21 días
de la inoculación, y oscila desde ser prácticamente asintomático a un pro-
ceso febril de origen desconocido que progresa hacia una sintomatología
neurológica (meningo-encefalitis) que generalmente se resuelve sin
secuelas, pero que puede ser mortal.
Todos los hemoderivados pueden transmitir los VEAPG, ya que son rela-
tivamente resistentes a las técnicas de inactivación viral, y en los produc-
tos congelados permanece su infectividad.
694
en la actualidad, se están presentando casos en zonas geográficas distintas
a las habituales (epidemia de encefalitis por el virus del Nilo en EE.UU.
desde 1999, de la que se han documentado casos de transmisión por trans-
plante de órganos).
El período de incubación de la enfermedad, oscila según el agente causal
entre 2 y 30 días, con una media de 3 a 5 días, por lo que el riesgo teóri-
co de su transmisión mediante la transfusión de sangre está presente, si la
donación se realiza durante dicho período.
Existen diversas familias de virus causantes de EV, los más frecuentes
son:
• Familia Togaviridae (Alfavirus):
✓ Virus de la encefalitis equina del Este (EE.UU., Caribe).
✓ Virus de la encefalitis equina occidental (Oeste de EE.UU.).
✓ Virus de la encefalitis equina venezolana (sur de EE.UU.,
América central).
• Familia Flaviviridae:
✓ Virus de la encefalitis de St. Louis. (Hemisferio occidental).
✓ Virus de la encefalitis japonesa (Asia oriental, Australia,
Japón).
✓ Virus de la encefalitis del Nilo occidental. (África, EE.UU.,
Canadá, Europa).
• Familia Bunyaviridae:
✓ Virus de la encefalitis de California (EE.UU.).
✓ Virus de la encefalitis de LaCrosse (EE.UU.).
✓ Virus de la encefalitis Tahyna (EE.UU., Europa Central).
695
do por las mucosas y gastrointestinal, edema, hipotensión y shock.
Generalmente, estos virus residen en animales (roedores, mosquitos), y
son transmitidos al hombre mediante la picadura de insectos y la exposi-
ción a las secreciones de individuos infectados, lo que ocasiona brotes
epidémicos de la enfermedad, con una alta tasa de mortalidad.
Entre los agentes causantes de la FVH, destacan:
• Familia Arenaviridae:
✓ Virus de la fiebre de Lassa (África).
✓ Virus de la fiebre hemorrágica de Junin (Argentina, América
del Sur).
✓ Virus de la fiebre hemorrágica de Machupo (Bolivia, América
del Sur).
✓ Virus de la fiebre hemorrágica de Sabia (Brasil, América del
Sur).
✓ Virus la fiebre hemorrágica de Guaranito (Venezuela, América
del Sur).
• Familia Bunyaviridae:
✓ Virus de la fiebre del valle del Rift (África).
✓ Virus de la fiebre hemorrágica Congo-Crimea (Europa, Asia y
África).
✓ Virus de la fiebre hemorrágica con síndrome pulmonar
(Mundial).
✓ Virus de la fiebre hemorrágica con síndrome renal (Mundial).
• Familia Filoviridae:
✓ Virus Marburg (África).
✓ Virus Ebola (África).
• Familia Flaviviridae:
✓ Virus de la fiebre amarilla (África, América del Sur).
✓ Virus del dengue (África, Asia, America).
✓ Virus de la fiebre hemorrágica de Omsk (Siberia, Rusia).
✓ Virus de la enfermedad del bosque de Kyasanur.
696
El período de incubación de la enfermedad, oscila según el agente causal
entre 2 y 35 días, con una media de 3 a 5 días, por lo que el riesgo teóri-
co de su transmisión mediante la transfusión de sangre está presente, si
bien la donación se debería realizar en el período de incubación y no exis-
tiendo un foco epidémico de la misma, cosa que es muy infrecuente.
D. Enfermedades bacterianas
697
de extracción de la sangre, en su recolección estéril, y en las técnicas de
fraccionamiento, la contaminación bacteriana de las unidades de concen-
trados de hematíes y de los concentrados de plaquetas ocurre de vez en
cuando, poniendo en grave riesgo la vida del paciente al que se le admi-
nistra.
La contaminación bacteriana puede llegar al hemoderivado por distintas
vías o mecanismos:
• Bacterias de la flora cutánea, que penetran en la unidad a través de la
venopunción en el momento de la donación.
• Bacterias ambientales que pueden penetrar en las bolsas a través de
pequeñas lesiones durante su procesamiento en sistemas abiertos.
• Bacterias que se encuentran en los baños de descongelación del plas-
ma fresco congelado y de los crioprecipitados, y que pueden penetrar
en el interior de los mismos.
• Bacterias circulantes en los donantes aparentemente sanos y aptos
para la donación.
En el caso de los concentrados de hematíes, que se conservan entre 1-6 º
C, los gérmenes más comunmente implicados son: Yersinia enterocolítica
(la más frecuente), Serratia spp., Pseudomonas spp., y Enterobacter spp.,
y Campilobacter jenuni.
En el caso de concentrados de plaquetas, tanto de “pool” como de afére-
sis, que se conservan a temperatura ambiente, los gérmenes implicados
con más frecuencia son: Staphylococus epidermidis, Staphylococus coa-
gulasa-negativo, Staphylococus aureus, Streptococus spp., Escherichia
coli, Salmonella spp., Bacillus spp. y Flavobacterium.
La administración de componentes sanguíneos con contaminación bacte-
riana, puede causar un reacción séptica devastadora con una alta tasa de
mortalidad cercana al 25% debida al estado de shock y al desarrollo de un
cuadro de coagulación intravascular diseminada.
D.2. Sífilis
Riesgo de contagio estimado por unidad: sumamente raro.
La sífilis que está causada por una espiroqueta, Treponema pallidum, fue
una de las primeras enfermedades reconocidas y más peligrosas transmi-
698
tidas mediante la transfusión de sangre, así como la primera en la que apli-
có un test de detección en los donantes para descartar aquellas donaciones
que presentaran anticuerpos frente a su agente causal.
Su infección actual por la transfusión de sangre prácticamente ha desapa-
recido debido a tres factores: la selección cuidadosa de los donantes, los
estudios serológicos a los que se somete la unidad donada, y el almacena-
miento y refrigeración de las unidades de sangre que se realiza entre 1-6º
C, ya que a las 48-96 horas del mismo, el agente pierde su infectividad;
en el caso de las plaquetas que se almacenan a temperatura ambiente y
pueden teóricamente mantener el organismo, sólo se han reseñado dos
casos de transmisión en los últimos 40 años.
699
Existen técnicas de enzinmoinmunoanálisis (ELISA) para detectar anti-
cuerpos frente a la Borrelia burgdorferi, pero en los estudios serológicos
de la donación no se utilizan, ya que en el período de infección, el donan-
te presenta síntomas; e incluso posibles donantes con antecedentes de la
enfermedad, una vez tratados y sin síntomas son aptos para la donación.
D.4. Brucelosis
Riesgo de contagio estimado por unidad: sumamente raro.
La brucelosis (“fiebre ondulante”) es una enfermedad infecciosa origina-
da por la Brucella melitensis, normalmente adquirida a través de una fuen-
te animal infectada. Generalmente no se transmite entre individuos, pero
debido a que presenta un período de bacteriemia puede ser objeto de su
transmisión mediante la transfusión de sangre y hemoderivados.
Todas las especies del género Brucella, son potencialmente patógenas
para el hombre; la infección provoca una bacteriemia de inicio agudo o
insidioso, acompañada de fiebre intermitente, cefalea, astenia, escalofríos
acompañados de sudoración profusa, artralgias, etc. Los cuadros subclíni-
cos suelen ser frecuentes y requieren un largo período de tiempo para su
recuperación.
El mecanismo fundamental de transmisión de la enfermedad es la inges-
tión o contacto directo de la piel y membranas mucosas, con productos
animales infectados. El período de incubación es altamente variable, osci-
lando entre 5 y 60 días, y en ocasiones hasta varios meses. La enfermedad
está extendida por todo el mundo, especialmente en países mediterráneos,
América central, EE.UU., India y Asia central. Todo posible donante con
historia de brucelosis, es rechazado temporalmente durante los dos años
posteriores a su completa curación; de ahí que los casos de enfermedad
transmitidos mediante la transfusión de sangre y hemoderivados sean
sumamente raros, y de hecho sólo se han documentado muy pocos casos
en los últimos años.
D.5. Ehrlichiosis
Riesgo de contagio estimado por unidad: muy raro, sólo un caso docu-
mentado.
La Ehrlichiosis es una enfermedad infecciosa producida por unos orga-
nismos encuadrados en la familia de las Rickettsias, la Ehrlichia chaffe-
700
ensis, la Ehrlichia phagocytophila, la Ehrlichia ewingii, la Ehrlichia
canis, y la Erhlichia sennetsu. La primera afecta a los monocitos provo-
cando la Ehrlichiosis Monocítica Humana (EMH), en tanto que la segun-
da lo hace en los granulocitos originado la Ehrilichiosis Granulocitica
Humana (EGH), ya que son bacterias parásitas intracelulares, y las otras
proporcionan infecciones humanas indefinidas. Existen zonas endémicas
en EE.UU., y la transmisión fundamental de la enfermedad se produce por
picaduras de garrapatas que transmiten el agente procedente de animales.
Las manifestaciones clínicas oscilan desde cuadros prácticamente asinto-
máticos, hasta del tipo de cuadros febriles intensos acompañados de esca-
lofríos, mialgias, cefalea, artralgias y sintomatología gastro-intestinal. El
período de incubación de la enfermedad es de cuadro a diez días tras la
inoculación. Como se ha mencionado se ha documentado un caso de
transmisión de la enfermedad a través de la transfusión de sangre, como
en otras rickettsiosis, la Fiebre Q y la Fiebre de las Montañas Rocosas de
las que se han reportado escasísimos casos, ya que ambos procesos oca-
sionan sintomatología evidente en el momento de la donación.
701
en ocasiones pueden llegar a los 10 episodios, y permanecer durante dos
semanas sin fiebre. Entre las complicaciones, poco frecuentes, del proceso
cabe destacar: las neurológicas con cuadros meningo-encefalíticos y coma,
las cardíacas con cuadros de miocarditis, las pulmonares con episodios de
neumonía, y las hepáticas con cuadros de hepatitis. Tiene una alta mortali-
dad si no se trata adecuadamente (4-10%).
Su transmisión mediante la transfusión de sangre, es un riesgo teórico si
se produce la donación en el período de incubación de la enfermedad en
el que el donante no presenta síntomas, y porque las espiroquetas perma-
necen activas a bajas temperaturas e incluso en hemoderivados congela-
dos; no obstante se han descrito numerosos casos en África y China, si
bien no se han documentado casos en los países desarrollados.
702
Dadas las características de la FRTP y su forma epidémica, es bastante
imposible su transmisión mediante la transfusión de sangre, salvo en paí-
ses muy subdesarrollados.
703
Se ha documentado un caso de transmisión de FMMR mediante la trans-
fusión de sangre, en el que la donación se realizó tres días antes del inicio
de los síntomas en el donante, y tras ser almacenada a 4º C durante 9 días,
fue transfundida desarrollando la enfermedad el receptor a los 6 días de su
administración. El germen fue aislado de un segmento refrigerado de la
bolsa de sangre, tres semanas después, lo que demuestra la capacidad de
supervivencia del germen a las temperaturas de almacenamiento de los
componentes eritrocitarios.
D.9. Fiebre Q
Riesgo de contagio estimado por unidad: muy raro, sólo un caso docu-
mentado.
La Fiebre Q es el resultado de la infección de una pequeña bacteria gram
negativa, obligatoriamente intracelular, denominada Coxiella burnetti,
que aunque puede ser transmitida por picadura de garrapatas, se transmi-
te generalmente por vía inhalatoria.
La enfermedad está distribuida por todo el mundo, con la excepción de
Nueva Zelanda, y se considera que la C. burnetti es uno de los agentes
patógenos más infecciosos conocidos para el hombre.
Tras la exposición al agente el período de incubación oscila entre 18 y 30
días, tras lo cuales se presenta de forma repentina y abrupta una cuadro
febril intenso, junto con escalofríos, cefalea, dolor torácico, sudoración
profusa y malestar generalizado. Puede acompañarse de un rash cutáneo,
y de diversas complicaciones sistémicas del tipo de: pericarditis, miocar-
ditis, hepatitis, pancreatitis, menigo-encefalitis aséptica, neumonía, ane-
mia hemolítica, e infiltración de la médula ósea. La infección crónica (>
6 meses) puede complicarse con endocarditis; además se asocia con una
mayor incidencia de fenómenos autoinmunes.
Sólo se ha documentado un caso de transmisión transfusional de la enfer-
medad, en el que el receptor desarrollo la Fiebre Q, dos semanas después
de recibir una unidad de sangre; en tanto que el donante desarrolló la
misma tres días después de efectuar la donación.
D.10. Turalemia
Riesgo de contagio estimado por unidad: ninguno conocido, es un riesgo
teórico.
704
La Turalemia es una enfermedad zoonótica causada por una bacteria gram
negativa, altamente virulenta, denominada Francisella turalensis, que se
da preferentemente en zonas del hemisferio norte (Norte-américa, Europa,
Rusia, China y Japón) durante todo el año, con una mayor incidencia en
invierno y verano; también se le conoce con el nombre de “fiebre de los
conejos” y “fiebre de las moscas del ciervo”. Se reconocen dos varieda-
des de F. turalensis, el tipo A de Jellison que es altamente virulenta, y el
tipo B de Jellison que ocasiona cuadros menos severos.
El mecanismo de transmisión de la enfermedad es la picadura por garra-
patas del género Ixodes, y más raramente por inhalación de gérmenes pro-
cedentes de animales infectados.
El cuadro clínico varía en función de la vía de contagio; así tras la inocu-
lación por picadura de garrapata y tras un período de incubación entre 1-
14 días (generalmente entre 3-5 días) se produce la formación de una
pápula que posteriormente se ulcera y se acompaña de cuadro febril con
cefalea y mialgias, y linfoadenopatías regionales dolorosas, fluctuantes y
eritematosas que en ocasiones pueden drenarse espontáneamente; puede
existir bacteriemia, ya que los bacilos sobreviven en el interior de los
monocitos, dando así lugar a episodios de recaída; es la llamada forma
úlcero-glandular de la enfermedad. Si la puerta de entrada se realiza por
vía inhalatoria, se presentan las llamadas formas pulmonares y tifoídicas,
en las que además del cuadro febril, existen manifestaciones generales de
pérdida de peso, hepato-esplenomegalia, y cuadro neumónico con forma-
ción de granulomas necrosantes bronco-alveolares. Existen otras formas
de expresión de la enfermedad, como la oculo-ganglionar y la oro-farin-
gea (en función de la vía de entrada del germen).
El interés de la Tularemia en la Medicina Transfusional, radica en la
supervivencia del germen causante de la misma en sangre refrigerada y en
sangre congelada, si bien no se ha documentado ningún caso de transmi-
sión de la misma mediante la administración de sangre y hemoderivados.
D.11. Bartonella
Riesgo de contagio estimado por unidad: ninguno conocido, es un riesgo
teórico.
Las infecciones por Bartonella spp., en el hombre están originadas fun-
damentalmente por bacterias gram negativas: Bartonella baciliformis,
Bartonella henselae, Bartonella quintana, y Bartonella elizabethae.
705
Existen controversias en la actualidad sobre si en su transmisión intervie-
ne algún vector, habiendo sido involucrados mosquitos del género
Lutzomyia.
Las Bartonella spp., invaden y residen en los eritrocitos, de ahí su interés
al menos teórico en la Medicina Transfusional. El cuadro clínico que pro-
voca su infección, presenta diversas formas, que oscilan desde un síndro-
me anémico y febril (fiebre de Oroya) caracterizado por fiebre irregular,
anemia severa, linfoadenopatía generalizada y delirio; a un cuadro de
erupción cutánea (verruga peruana) acompañada de hemangiomas y mial-
gias que en ocasiones puede preceder a la sintomatología anterior, y que
dependen en gran medida del estado inmunitario del individuo infectado.
Es una enfermedad frecuente en los valles montañosos de Perú, Ecuador
y Colombia.
El período de incubación de la enfermedad oscila entre 16 y 22 días, si
bien en ocasiones puede serlo de 3 a 4 meses. No se ha documentado nin-
gún caso de transmisión de la enfermedad mediante la transfusión de san-
gre, no obstante se ha constatado la viabilidad de B. henselae en muestras
de sangre congeladas, tras su descongelación.
E. Enfermedades parasitarias
Las enfermedades parasitarias causadas por distintos protozoos mediante
la transfusión de sangre, son un problema importante en muchos países en
vías de desarrollo, ya que una gran parte de la población donante está
infectada y la prevención por tanto se hace difícil. En cambio en los paí-
ses industrializados el riesgo de transmisión de enfermedades parasitarias
mediante la transfusión es muy bajo y limitado.
No obstante, y en los últimos años, este riesgo ha aumentando en los paí-
ses desarrollados tanto por el número de donantes potencialmente conta-
giosos, como por el número de organismos involucrados; ello se debe al
aumento en el número personas que realiza viajes a zonas donde la infec-
ción es endémica o tiene importancia, y al aumento de la inmigración de
personas de zonas endémicas a países desarrollados en donde realizan
donaciones de sangre.
E.1. Malaria
Riesgo de contagio estimado por unidad: 1 cada 400.000-4.000.000 de
unidades.
706
El mecanismo de transmisión de la malaria es la picadura de un mosqui-
to Anopheles infectado por los agentes productores de la misma que se da
con frecuencia en distintas zonas geográficas en el mundo. El agente cau-
sante de la malaria son distintas especies del parásito Plasmodium, de las
cuales cuatro se reconocen como causantes de la enfermedad en el hom-
bre: Plasmodium falciparum, Plasmodium malariae, Plasmodium ovale y
Plasmodium vivax.
Es una enfermedad endémica en la mayoría de los países tropicales y sub-
tropicales, incluyendo: América del Sur y Central, Caribe, África, Oriente
medio, Asia suroriental y Oceanía. Se ha informado que aproximadamen-
te se infectan 300-500 millones de personas por año en todo el mundo (de
los cuales solo se comunican un 10%), y 1 millón de las mismas fallece a
causa de la enfermedad, y se considera que alrededor de 250 millones de
personas presentan parásitos circulantes en el interior de sus eritrocitos.
Varios factores están contribuyendo al aumento de la incidencia de la
enfermedad (sobre todo en zonas geográficas libres de la misma): el cam-
bio climático que ha provocado una expansión del vector transmisor de la
enfermedad, el movimiento de la población con el desarrollo del trans-
porte y las comunicaciones, y en último lugar la resistencia del parásito
desarrollada a ciertos fármacos.
El ciclo de la enfermedad en los seres humanos, se inicia con la inocula-
ción por parte del vector, de esporocitos de Plasmodium en los capilares
subcutáneos, los cuales circulan por el torrente sanguíneo durante no más
de una hora, e invaden las células parenquimatosas del hígado, donde pro-
liferan y dan lugar a miles de merozoitos intracelulares. Una o dos sema-
nas tras la inoculación inicial, los merozoitos rompen la célula hepática
pasando a la circulación e invadiendo los eritrocitos, con la peculiaridad
de que todas estas formas extraeritrocíticas se rompen al mismo tiempo en
las infecciones por P. falciparum y P. malariae, en tanto que en las infec-
ciones por P. vivax y P. ovalae, algunas permanecen latentes durante
meses e incluso años antes de producirse su rotura, lo que da lugar a reci-
divas de la infección eritrocitaria. Una vez los merozoitos se encuentran
en el interior de los hematíes, comienza su reproducción asexual con pos-
terior destrucción eritrocitaria y nueva liberación a la circulación sanguí-
nea, con lo que se inicia de nuevo el ciclo.
El período de incubación de la enfermedad oscila entre 8 y 30 días desde
la inoculación a la aparición de la sintomatología. Generalmente y antes
de la presentación del cuadro febril, existen manifestaciones prodrómicas
707
inespecíficas del tipo de: malestar general, mialgias, episodios de tos
improductiva y cefalea. El cuadro febril se caracteriza por ser de presen-
tación intensa y brusca, acompañado de escalofríos intensos y posterior
sudoración profusa, pudiendo alcanzar y superar los 40º C, y se acompa-
ña en muchas ocasiones de náuseas, vómitos, dolor abdominal, lumbalgia,
diarrea e incluso delirio. La periodicidad del cuadro febril guarda relación
con la ruptura eritrocitaria y liberación de nuevos merozoitos, lo cual
sucede cada 72 horas en el caso de P. malariae, cada 48 horas en el caso
de P. vivax y P. ovale, siendo más irregular en el caso de P. falciparum.
Los casos comunicados de transmisión de malaria mediante la transfusión
de sangre y derivados eritrocitarios, se deben a la donación efectuada en
el momento en los que los merozoitos intraeritrocitarios no han roto los
hematíes y por tanto no han ocasionado sintomatología alguna. Se ha
observado que los parásitos pueden sobrevivir en sangre almacenada con-
vencionalmente e incluso en concentrados de hematíes congelados.
Aunque las pruebas de laboratorio para detectar anticuerpos frente a las
especies de Plasmodium, se encuentran disponibles en la actualidad, su
especificidad y sensibilidad no son óptimas, por lo que su empleo en el
cribaje de las donaciones no son totalmente fiables, independientemente
de que no detectarían a donantes parasitémicos en los que los anticuerpos
no se han desarrollado todavía, y su coste que es elevado. En zonas no
endémicas, como España, se investiga al donante mediante cuestionario,
procediendo de la siguiente manera: se excluyen durante tres años: las
personas que hayan padecido paludismo, que estén asintomáticos y libres
de tratamiento. Tras este período, serán aceptados solamente como donan-
tes de plasma. Posteriormente pueden ser donantes de hematíes si las
pruebas inmunológicas del paludismo son negativas. Las personas que
han nacido en zonas de endemia palúdica y han permanecido en ella cinco
años o más. Se excluyen durante seis meses: las personas que hayan esta-
do en zona de endemia palúdica, si no han tenido en ese periodo de per-
manencia episodios febriles. Si los han tenido será necesario llevar a cabo
una prueba inmunológica y que ésta sea negativa. Si no se dispone de la
prueba, exclusión por tres años. Las pruebas inmunológicas pueden omi-
tirse si el donante es exclusivamente de plasma.
E.2. Toxoplasmosis
Riesgo de contagio estimado por unidad: raro, escasísimos casos docu-
mentados.
708
La toxoplasmosis es una enfermedad parasitaria causada por el
Toxoplasma gondii, que muchas veces es asintomática, pero que ocasiona
cuadros de linfoadenopatías localizadas, malestar, fiebre, molestias orofa-
ringeas, e incluso una erupción cutánea similar a un cuadro mononucleó-
sico. En pacientes inmunodeprimidos, el cuadro presenta una sintomato-
logía mas importante, acompañándose de hepato-esplenomegalia y una
diseminación general del agente infeccioso que puede dar lugar a cuadros
de miocarditis, neumonitis y encefalitis.
Es una enfermedad distribuida por todo el mundo, si bien presenta una
incidencia más alta en zonas tropicales y áridas, siendo su mecanismo
principal de transmisión la ingesta de carnes poco cocinadas, y la ingesta
de productos alimenticios (leche) que contienen formas contagiosas del
parásito. El período de incubación de la enfermedad oscila entre los 5 y
23 días, siendo los gatos y otros felinos el principal reservorio animal.
El interés de la toxoplasmosis en Medicina Transfusional, radica en la cir-
culación sanguínea de formas del agente causal en los individuos infectados,
y su supervivencia a temperaturas de refrigeración y almacenamiento de los
hemoderivados eritrocitarios. Los casos de transmisión se describieron al
inicio de la década de los años 70 a raíz de transfusiones de concentrados de
granulocitos obtenidos de pacientes afectos de leucemia mieloide crónica,
utilizados para el tratamiento de pacientes neutropénicos o con alteraciones
granulocitarias. Con posterioridad sólo se han documentado casos esporádi-
cos y en general en receptores inmunodeprimidos.
No se realizan estudios serológicos de Toxoplasmosis en las donaciones
de sangre, si bien todos los donantes con antecedentes de la misma son
excluidos durante dos años tras su recuperación, siempre que no haya
anticuerpos tipo IgM; si persisten los anticuerpos de tipo IgM, deben
detectarse los de tipo IgA, pues si éstos son negativos, no hay infección
activa. Se ha sugerido la utilización de componentes sanguíneos anticuer-
po-negativos para el T. gondii, en el caso de transfusión a mujeres emba-
razadas y pacientes inmunodeprimidos; si bien con la leucoreducción el
riesgo de contagio se reduce considerablemente.
709
La enfermedad de Chagas también conocida como Tripanosomiasis
Americana, está causada por un parásito protozoario denominado
Trypanosoma cruzi, que es endémico en México, América Central y
América del Sur, donde se cree que existen de 18-20 millones de per-
sonas infectadas, a un ritmo cercano al millón de nuevos casos por
año.
El mecanismo fundamental de transmisión de la enfermedad es a través de
la picadura de un vector generalmente del género Triatoma (chinches) o
la exposición de los excrementos del vector (con alto contenido en formas
infecciosas del parásito) a mucosas y la propia picadura.
La infección aguda por T. cruzi generalmente es asintomática o muy simi-
lar a un cuadro gripal; la manifestación inicial puede ser el “chagoma”,
que es un nódulo rojo y doloroso en el punto de inoculación; y si la vía de
contagio es la mucosa conjuntival, se produce una conjuntivitis unilateral
con edema palpebral y adenopatía satélite preauricular (signo de
Romaña). Si existe diseminación intravascular de la infección, aparecen
síntomas del tipo de: fiebre, taquicardia, linfoadenopatías, moderada
hepato-esplenomegalia, y signos de miocarditis. Aproximadamente un 30-
40% de los pacientes desarrollan la fase crónica de la enfermedad, que
puede ser asintomática durante muchos años, para luego desarrollar las
complicaciones cardiacas (arritmias, insuficiencia cardiaca congestiva,
aneurismas en ventrículo izquierdo, fenómenos tromboembólicos, y
muerte súbita), digestivas (megacolon, megaesofago) y neurológicas
(alteraciones neurovegetativas, del sistema nervioso periférico, meningo-
encefalitis) de la misma.
Los movimientos de la población, han producido la introducción de
individuos infectados en zonas donde la enfermedad no existe, por lo
que la donación de sangre de los mismos puede transmitir la enferme-
dad mediante la transfusión de unidades contaminadas por el parásito.
No obstante la leucoreducción puede hacer descender el riesgo de
transmisión.
Si bien existen pruebas serológicas para detectar posibles donantes con la
infección, en nuestro país, no se realizan y se procede a la exclusión de
seis meses a las personas que visiten áreas tropicales donde la enfermedad
es endémica, y si no han padecido fiebre o enfermedad no aclarada. La
permanencia en zonas endémicas, recomienda la donación exclusivamen-
te de plasma.
710
E.4. Tripanosomiasis africana
Riesgo de contagio estimado por unidad: excepcional, potencial riesgo en
zonas endémicas de la enfermedad.
La Tripanosomiasis Africana, es una enfermedad zoonótica producida por
dos subespecies del Trypanosoma brucei, el T. gambiense y el T. rhode-
siense, los cuales se diferencian por las manifestaciones clínicas que pro-
vocan y por el vector que los transmite. Si bien es una enfermedad limi-
tada al continente africano, puede observarse casos en cualquier país debi-
do a la inmigración y los viajes.
El reservorio de la enfermedad lo constituyen animales (perros, cerdos,
antílopes) y el vector de la misma son moscas del género Glossina
(mosca tsetsé) que la transmiten al hombre mediante mordedura. El
período de incubación de la enfermedad es de 3 días a 3 semanas en el
caso de T. rhodesinse, y de meses e incluso años en el caso de T. gam-
biense.
La infección ocurre normalmente en tres etapas: una primera de lesión o
chancro en el lugar de la mordedura, caracterizada por ser una lesión dura,
roja y dolorosa, con una duración aproximada de una o dos semanas; una
segunda etapa sistémica, con diseminación hemo-linfática, que se carac-
teriza por un cuadro febril de patrón recidivante, cefalea intensa, adeno-
patías generalizadas, y erupción cutánea pruriginosa, que puede durar
varias semanas con episodios febriles de 1-6 días de duración; y una ter-
cera etapa con afectación del sistema nervioso central, que origina una
gran variedad de alteraciones desde somnolencia, cefalea, alteraciones del
comportamiento, y coma, con una alta tasa de mortalidad, si no se admi-
nistra un tratamiento adecuado.
En el mundo desarrollado, no se han comunicado casos de transmisión de
la enfermedad mediante la transfusión de sangre y hemoderivados; no
obstante constituye un riesgo teórico debido a la emigración de individuos
infectados en zonas endémicas hacia otros países, y la posibilidad de su
adquisición en viajes.
E.5. Babesiosis
Riesgo de contagio estimado por unidad: raro, el riesgo de desarrollar
enfermedad clínica severa en receptores no inmunodeprimidos es muy
escaso.
711
La Babesiosis es una enfermedad zoonótica cuyo agente causal es un
parásito protozoario del que se conocen dos especies, Babesia microti y
Babesia divergens, transmitidas al hombre por la picadura de una garra-
pata del género Ixodes, con un ritmo estacional (generalmente de los
meses de mayo a agosto). La primera es más frecuente en EE.UU., mien-
tras que la segunda lo es en Europa. Existen zonas endémicas en EE.UU.,
donde se han informado más de 36 casos en los últimos veinte años de
transmisión de la enfermedad mediante la administración de sangre, y es
la infección parasitaria transmitida por la transfusión más frecuente tras la
Malaria. La Babesia es un parásito intraeritrocitario y que puede sobrevi-
vir durante al menos un mes en sangre infectada y almacenada a tempera-
turas entre 1-6º C.
Las manifestaciones clínicas de la enfermedad varían de ser nulas a cua-
dros febriles severos acompañados de escalofríos intensos, con malestar
general, mialgias, nauseas y vómitos, y dolor abdominal. El período de
incubación de la enfermedad oscila entre 1 y 6 semanas tras la exposición
a la picadura del vector, de ahí que exista un período en el cual un pacien-
te infectado sin sintomatología alguna pueda realizar una donación de san-
gre y transmitir la enfermedad.
En el receptor de una transfusión contaminada con Babesia, el cuadro puede
aparecer entre 2 y 8 semanas post-transfusión, siendo especialmente severo
en pacientes esplenectomizados y en pacientes inmunodeprimidos, pudien-
do causar cuadros de anemia hemolítica fulminante y fracaso renal. No exis-
te ninguna prueba para poder detectar la enfermedad en los estudios seroló-
gicos de la donación, si bien la existencia de episodios previos conocidos de
la enfermedad supone la exclusión definitiva como donante.
E.6. Leishmaniasis
Riesgo de contagio estimado por unidad: raro, el riesgo de desarrollar
enfermedad clínica severa en receptores no inmunodeprimidos es muy
escaso.
La leishmaniasis es una infección del sistema mononuclear-fagocítico, de
la que existen tres formas principales, la cutánea (con lesiones superficia-
les), la muco-cutánea y la visceral (también denominada Kala-azar). Están
provocadas por parásitos del género Leishmania, siendo las formas cutá-
neas y muco-cutáneas provocadas por L. tropica, L. mexicana y L. brazi-
liensis; en tanto que la forma visceral, que es la que tiene interés desde el
punto de vista transfusional, está originada por la L. donovani.
712
La leishmaniasis visceral es una enfermedad extendida por todo el
mundo, de la que se producen anualmente 2 millones de casos nuevos
(incluyendo las formas cutáneas), cuyo mecanismo principal de transmi-
sión es la picadura de mosquitos del género Phlebotomus infectados, sien-
do el reservorio animal variable en función de la zona geográfica, pero
invariablemente se incluyen roedores, mamíferos salvajes, y mamíferos
domésticos (perros). Los síntomas clínicos incluyen un cuadro febril,
acompañado de pancitopenia, linfoadenopatéas, y hepato-esplenomegalia,
sin embargo en ocasiones puede producir cuadros subclínicos. El período
de incubación del proceso varia ampliamente entre dos y cuatro meses.
Se han informado de varios casos de transmisión transfusional, sobre todo
en niños recién nacidos y pacientes inmunodeprimidos; así mismo se han
informado casos de leishmaniasis visceral en soldados norteamericanos
durante la guerra del Golfo Pérsico, si bien la peculiaridad estribaba en ser
causada por L. tropica, aunque no se detectaron casos de transmisión
transfusional. Las pruebas de laboratorio específicas para detectar la
enfermedad en donantes, no están ampliamente disponibles, y aunque es
potencialmente una amenaza en zonas endémicas, no se ha detectado un
aumento de casos post-transfusionales en las mismas. En nuestro país los
antecedentes de Leishmaniasis visceral o Kala-azar, suponen la exclusión
definitiva como donante.
E.7. Microfilariasis
Riesgo de contagio estimado por unidad: raro, casos documentados en las
zonas endémicas de la enfermedad.
La Microfilariasis es una enfermedad producida por la infección de un
parásito, la Wuchereria bancrofti, que es un helminto transmitido median-
te la picadura de mosquitos de diversos géneros, en zonas húmedas tropi-
cales incluyendo América latina, Caribe, África, Asia e Islas del Pacífico.
El período de incubación del proceso es variable, ya que las manifestacio-
nes inflamatorias y alérgicas pueden aparecer hasta un mes tras la exposi-
ción; en tanto que los gérmenes aparecen en la sangre entre 6 y 12 meses,
e incluso pueden persistir durante un largo período de tiempo (10 años); lo
que tiene interés desde el punto de vista de la Medicina Transfusional.
Las manifestaciones clínicas de la infección por W. bancrofti, varían desde
cuadros asintomáticos a una gran variedad de síntomas que incluyen la
fiebre filarial recurrente, linfadenitis, y linfangitis retrograda. Los proce-
713
sos de infección crónica incluyen el hidrocele, ascitis quilosa, elefantiasis
de los miembros y órganos genitales, y afectación de sistemas y órganos
dando origen al síndrome pulmonar tropical con eosinofília.
No se han documentado casos en países desarrollados y fuera de las zonas
endémicas; no obstante en zonas endémicas, se han descrito casos de trans-
misión que han provocado en los receptores reacciones alérgicas e inflama-
torias, junto con cuadros febriles y erupciones cutáneas, mostrando una
enfermedad menos severa que la adquirida por la vía convencional.
714
países. También se ha informado un número relativamente pequeño de
casos de ganado nativo en Francia, Irlanda, Holanda, Portugal, España y
Suiza; así como un número pequeño de casos en Canadá, Dinamarca,
Alemania, Italia y Omán, pero solamente en animales importados del
Reino Unido. Se acepta que la EBB surge como resultado de alimentar el
ganado bovino con carne y derivados cárnicos (huesos) de ovejas y con-
taminados con otros restos tisulares en un momento en que cambiaban las
técnicas de procesamiento alimentario.
Entre las EET que afectan al hombre se reconocen:
✓ Kuru
El Kuru (también conocido como “muerte alegre”) se transmitió
en la década de los 50 entre miembros del la comunidad indígena
Fore, en Papua Nueva Guinea a través de rituales canibalísticos
(ingesta de cerebro y músculos de los muertos). Se caracteriza por
presentar perdida de coordinación en los movimientos, debilita-
miento en las funciones corticales, parálisis y muerte rápida, con
un período de incubación más o menos largo, y con mayor inci-
dencia en mujeres y niños (que eran los que ingerían los cerebros
de los fallecidos). Debido al periodo largo de incubación se han
descrito sólo 12 casos del kuru por año hasta la actualidad, si bien
con el abandono de dichos rituales, la enfermedad prácticamente
ha desaparecido.
✓ Enfermedad de Alpers
La enfermedad de Alpers es una afección crónica degenerativa y
progresiva del sistema nervioso central, muy rara, que afecta a lac-
tantes y niños de muy corta edad. Se ha podido transmitir a anima-
les de laboratorio, y los cambios cerebrales histopatológicos son
similares a los observados en la enfermedad de CJD, si bien también
se acompaña de degeneración grasa hepática.
✓ Síndrome de Gerstmann-Straüssler-Scheinker
El síndrome de Gerstmann-Straussler-Scheinker (SGSS) es una
enfermedad familiar hereditaria con carácter autosómico dominante,
muy rara que comienza sobre la cuarta década de la vida, con inicio
lento y progresivo, manifestándose por signos cerebelosos, a los que
se suman debilidad, atrofia muscular en miembros inferiores, y con
el tiempo pueden aparecer sordera, convulsiones, transtornos de la
715
visión y rigidez extrapiramidal . Todos los pacientes presentan muta-
ciones que afectan al condon 102 del gen que codifica proteína PrP.
✓ Insomnio letal familiar
El Insomnio familiar fatal (ILF) es un desorden que presenta ini-
cialmente un insomnio rebelde acompañado de cuadros sensoriales
motores y visuales, que evoluciona hacia un insomnio intratable
acompañado de sintomatología talámica, demencia y muerte. Se ha
podido constatar su transmisión a animales (tras inyección intratecal
de homogeneizados de tejido de pacientes afectos), así como el acú-
mulo de placas proteicas y cambios espongiformes en los cerebros
de los pacientes, y en los estudios genéticos realizados en los afec-
tados, existe una mutación en el condon 178 de la PrP.
✓ Enfermedad de Creutzfeldt-Jacob
La Enfermedad de CJD se describió por los autores que le dan
nombre a la misma en 1920-1921, y también recibe el nombre de
“encefalopatía espongiforme subaguda” o “seudoesclerosis espás-
tica”. La CJD clásica tiene una incidencia de casos nuevos de 0,5
a 1 por millón de habitantes y año en varios países, con mayor
incidencia en determinados países (Chile, Eslovaquia, Hungria,
Reino Unido y EE.UU.), con una concentración superior en áreas
urbanas que rurales, pero permaneciendo estable durante los últi-
mos años.
Fundamentalmente la CJD clásica se presenta bajo tres formas.
➣ CJD Esporádica.
La CJD esporádica parece ocurrir espontáneamente y carece
de causa identificable (representa el 80-85% de todos los
casos de la CJD clásica). Afecta normalmente a individuos de
ambos sexos entre los 50 y 70 años, y se caracteriza por una
situación prodrómica que puede incluir transtornos del sueño,
apetito, conducta, y personalidad; estos síntomas son segui-
dos con posterioridad por cuadros neurológicos de deterioro
mental progresivo y evolución rápida a demencia progresiva.
Es una enfermedad mortal con un periodo de supervivencia
que oscila entre los 2 y 12 meses.
➣ CJD Iatrogénica
716
La CJD puede aparece accidentalmente como resultado de
procedimientos médicos (menos de 5% de todos los casos de
CJD clásica). Se identificaron a partir de 1994 cuando se
observó su transmisión entre seres humanos. Entre las actua-
ciones médico-quirúrgicas que pueden desencadenar su apa-
rición destacan: utilización de instrumental neuroquirúrgico o
electrodos profundos cerebrales, insuficientemente desconta-
minados; injerto de tejidos (córnea, duramadre, tímpano); y
administración terapéutica de derivados hipofisarios de ori-
gen humano (hormona de crecimiento y gonadotrofinas).
Aquí entraría el hipotético caso de su transmisión mediante la
sangre y hemoderivados.
➣ CJD Familiar o hereditaria
La forma familiar o hereditaria de la CJD clásica representa
del 10-15% de todos los casos de CJD clásico. Posee un
patrón hereditario con transmisión autosómica dominante , y
comienza a una edad mucho más temprana (tercera década de
la vida), y se asocia con mutaciones el gen regulador del
PrPc.
717
En la actualidad la principal preocupación de la Medicina Transfusional
es la posibilidad de transmisión de la NvCJD mediante la administración
de productos sanguíneos y/o hemoderivados, dicha preocupación tiene su
base en diversos estudios que han demostrado:
• La presencia del PrPsc o PrPres en la sangre además de los ganglios
linfáticos, amígdalas, hígado, riñón, bazo, pulmón y córnea, así como
en líquidos biológicos (orina y líquido céfalo-raquídeo) tanto de los
animales afectados por EEB, como en pacientes que han desarrolla-
do la enfermedad humana. Sin embargo estudios prospectivos en
sujetos receptores de sangre procedente de un donante que desarrolló
la forma clásica de la enfermedad de CJD, no han mostrado que
hallan desarrollado la enfermedad durante al menos 23 años tras la
transfusión.
• Los procedimientos de inactivación viral sobre los hemoderivados,
no tienen efecto sobre el PrPsc o PrPres. Y los que son efectivos, des-
truyen los factores de la coagulación.
• No existe en la actualidad ningún método de detección del PrPsc o
PrPres mediante pruebas serológicas, ya que no despierta una res-
puesta inmune en el organismo y los test de PCR no se pueden utili-
zar al carecer el prión de ácido nucleico.
• Basta una cantidad mínima de PrPsc o PrPres para contagiar la enfer-
medad (como se ha puesto de manifiesto al transmitir la enfermedad
clásica con la administración de hormona de crecimiento humana).
La Comisión Europea, la FDA y otros sistemas sanitarios de distintos paí-
ses, han recomendado algunas medidas preventivas como:
• Retirar los lotes de plasma y derivados del mercado si un donante de
un “pool” de plasma se sospecha o se confirma el haber desarrolla-
do la nvCJD.
• La leucoreducción de todos los productos sanguíneos, ya que los
datos actuales sugieren que en la patogénesis de la nvCJD se invo-
lucra el tejido linforeticular y posiblemente los linfocitos circulantes
en especial los linfocitos B, se verían envueltos en la neuroinvasión.
Si bien ésta medida no está exenta de polémica, ya que se eliminan
ciertos efectos inmunológicos favorables de la administración de
componentes sanguíneos no leucoreducidos, además de su elevado
coste de implantación.
718
• La selección del donante es otra de la medidas tomadas para evitar su
posible transmisión; así, hay que excluir definitivamente como
donantes a aquellos que han tratados con extracto de glándula pitui-
taria de origen humano, han sido receptores de duramadre o de un
injerto de córnea, o los que tengan una historia familiar de enferme-
dad de Creutzfeldt-Jakob.
En diversos países, se ha tomado además la medida de excluir como
donantes a todos aquellos que han permanecido una estancia acumu-
lada superior a los 6 meses en el Reino Unido, entre el 1 de Enero de
1980 y el 31 de Diciembre de 1996 (EE.UU., Canadá, Japón,
Australia, Nueva Zelanda, etc), incluso algún país como Canadá lo ha
ampliado a Francia, y en EE.UU., la FDA lo ha ampliado a los países
europeos en los que se hayan detectado casos de EEB.
• Por último la no utilización de productos farmacéuticos elaborados
con plasma procedente del Reino Unido.
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20. TRANSFUSIÓN MASIVA
737
mucho mayor que los riesgos asociados con la administración masiva de
hemoderivados, de ahí que la mayoría de las complicaciones atribuibles a
la TM, en realidad están causadas por el daño tisular y la hipoperfusión,
secundarios al cuadro quirúrgico o hemorrágico inicial.
El STM se compone de un conjunto de signos y síntomas que traducen las
anomalías que se producen a tres niveles: trastornos metabólicos, altera-
ciones de la hemostasia y coagulación, y alteraciones directamente rela-
cionadas con la “calidad” de los hemoderivados transfundidos. No debe-
mos olvidar que también pueden presentarse las reacciones transfusiona-
les comunes a cualquier situación transfusional (hemólisis, reacciones
alérgicas, etc.), que pueden sumarse a las propias del STM.
Lo más importante es reconocer cuando nos encontramos ante una TM
con el fin de prevenir las complicaciones; se define como hemorragia
masiva (HM): la perdida del volumen sanguíneo en un espacio de 24
horas, la perdida de la mitad del volumen sanguíneo en tres horas, o la
pérdida de sangre a razón de 150 mL/minuto. Ante cualquiera de estas
situaciones hay que actuar rápidamente ya que nos vamos a encontrar ante
una más que segura TM.
A.1.1. Hipocalcemia
Los hemoderivados eritrocitarios conservados entre 1-6º C, contienen
citrato que se une al calcio ionizado con el fin de anticoagular los hematí-
es y servir como base metabólica que consume hidrógeno y genera bicar-
bonato. Se considera que cada unidad de CH posee entre 1.8 y 3 gr de citra-
to/ácido cítrico. En una TM se infunde una gran cantidad de citrato, el cual
es metabolizado rápidamente y excretado tanto por el hígado como por el
riñón en un adulto sano a razón de 3 gr cada 5 minutos, no obstante en
pacientes con afectación hepática, con hipotensión o hipotermia, esta eli-
minación rápida se ve dificultada, y por tanto aumenta la tasa dé citrato en
el suero del paciente, provocando toxicidad, que conlleva un descenso sus-
tancial en el calcio sérico ionizado, provocando un cuadro de
Hipocalcemia que rara vez tiene significación clínica. Las manifestaciones
clínicas de la hipocalcemia son fundamentalmente: Parestesias peribuca-
738
les, temblores, más raramente crisis tetánicas, prolongación del intervalo
Q-T en el electrocardiograma, y fibrilación ventricular en casos extremos.
Estas manifestaciones pueden verse aumentadas y favorecidas tanto por la
insuficiencia hepática como por la hiperpotasemia y la hipotermia.
Además de al calcio, el citrato se une al magnesio, por lo que junto a la
hipocalcemia en el STM pueden observarse cuadros de hipomagnesemia.
739
conservación. Ello unido a los niveles de lactato, proporciona aproxima-
damente una carga ácida a la unidad de CH de 30-40mmol/L.
En el STM podría esperarse en base a todo ello, la existencia de una
Acidosis metabólica, pero se observa con más frecuencia una Alcalosis
metabólica. La acidosis metabólica se presenta en pacientes que mantie-
nen una hipoperfusión tisular y se debe más a la acidosis láctica produci-
da que a la toxicidad electrolítica de los hemoderivados. La alcalosis
metabólica se observa con más frecuencia debido a la rápida metaboliza-
ción del citrato y lactato administrado, que generan bicarbonato, y solo
tiene importancia clínica en pacientes con insuficiencia renal, pudiendo
desencadenar cuadros severos que precisen de diálisis.
Como norma general las alteraciones del equilibrio ácido-base en el STM,
dependen más del estado general del paciente y de la correcta perfusión
tisular, que de los electrolitos administrados con los hemoderivados.
A.2.1. Trombocitopenia
La trombocitopenia dilucional es el hallazgo más frecuente en el STM, que
se puede ver agravada, ya que las plaquetas se pierden durante la hemorra-
gia y la formación del coágulo y no se aportan con los hemoderivados eri-
trocitarios.
Esta trombopenia es la causante del sangrado microvascular en pacientes
que se les ha transfundido más de 1.5 del volumen sanguíneo, dificultando
la hemostasia quirúrgica y perpetuando la perdida de sangre. Así mismo
puede presentarse un cuadro de coagulación intravascular diseminada, con
mayor consumo de plaquetas.
740
mo de los factores de la coagulación presentes. Los niveles de factores de
la coagulación en los CH son muy bajos y disminuyen en su almacena-
miento. En los pacientes con STM, los niveles de Factor V y VIII se
encuentran en niveles hemostásicos a menos que este presente un proceso
de consumo acelerado. De hecho la agresión traumática o hemorrágica
estimula la producción de los Factores V y VIII.
En el STM, el estado de shock es la causa más frecuente de que se pre-
senten graves alteraciones en la coagulación, ya que provoca una isquemia
tisular que libera factores procoagulantes y activa todo el proceso coagula-
tivo que degenera en una fibrinolisis, presentándose un cuadro de coagula-
ción intravascular diseminada.
A.3.1. Hipotermia
Las unidades de CH se encuentran almacenadas entre 1-6° C, por lo que
su rápida administración en casos de emergencia puede conducir a un des-
censo de la temperatura corporal e incrementar los efectos metabólicos
nocivos secundarios a la TM. Dicho descenso está directamente relacio-
nado con el número y rapidez de unidades infundidas, pudiendo alcanzar
hasta los 5-6° C, con lo que el paciente puede presentar temperaturas cor-
porales sobre los 30° C.
Los efectos secundarios de la hipotermia en el STM, son potenciar las alte-
raciones metabólicas y de la coagulación concomitantes. De tal manera
provoca un enlentecimiento del metabolismo hepático que dificulta la eli-
minación del citrato favoreciendo la hipocalcemia; un aumento del riesgo
de acidosis; favorece la hiperpotasemia con el consiguiente riesgo de alte-
raciones del ritmo cardíaco; un aumento de la afinidad de la hemoglobina
por el oxígeno con la consecuente hipoxia tisular; y puede agravar las alte-
raciones de la coagulación desencadenando cuadros de coagulación intra-
vascular diseminada.
741
nidad de la hemoglobina libre por el oxígeno, desviando la curva de diso-
ciación de la hemoglobina y dificultando la liberación de oxígeno a los teji-
dos. Esta alteración no tiene una importancia decisiva en el STM, ya que
se suele recuperar rápidamente a las pocas horas tras una adecuada reposi-
ción de hemoderivados; sin embargo, puede tener trascendencia en pacien-
tes que tienen como patología de base, enfermedad vascular arterioescle-
rótica (insuficiencia coronaria, by-pass, insuficiencia vascular cerebral,
etc.) o anemias severas.
742
• Tras 4 Unidades de CH administradas
✓ Nivel de Hemoglobina.
✓ Cifra de plaquetas.
✓ Tiempo de protrombina.
✓ Tiempo tromboplastina parcial activada.
✓ Fibrinógeno.
✓ PDF (productos de degradación del fibrinógeno).
• Cada 10 unidades de CH administradas
✓ Nivel de Hemoglobina.
✓ Cifra de plaquetas.
✓ Tiempo de protrombina.
✓ Tiempo tromboplastina parcial activada.
✓ Fibrinógeno.
✓ PDF (productos de degradación del fibrinógeno).
✓ Calcio y Magnesio.
✓ Potasio.
✓ ph y gasometría arterial.
743
A partir de la perdida del 20% del volumen sanguíneo en un cuadro de
HM, se debe iniciar la administración de CH, para garantizar como míni-
mo una hemoglobina de 8 g/dL o hematocrito del 25%.
Siempre que sea posible se transfundirán unidades de CH ABO y Rh com-
patibles y cruzadas, en casos de urgencia vital se pueden administrar uni-
dades ABO y Rh compatibles sin pruebas cruzadas realizadas si se ha
podido determinar el grupo y Rh del paciente, limitando al máximo, en lo
posible, la administración indiscriminada de unidades O negativas.
744
tar; los pacientes sometidos a hipoxia prolongada, hipovolemia, hipoter-
mia, daño muscular extenso, pH inferior a 7.1, bajos niveles de Factor V,
VIII y fibrinógeno, y trombocitopénicos, son más propensos a desarro-
llarla, de ahí que la determinación seriada de los estudios de coagulación
sea primordial para su detección y tratamiento precoz.
745
• Equilibrio ácido-base.
Aunque es más frecuente observar una alcalosis metabólica que no
precisa tratamiento, los efectos nocivos de una acidosis metabólica que
se presentará solo en pacientes con hipoperfusión tisular mantenida,
deberán tratarse con la administración intravenosa de Bicarbonato
sódico.
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751
21. TRANSFUSIÓN AUTÓLOGA PROGRAMADA
A. Concepto
La transfusión autóloga programada (TAP) consiste en la recolección,
almacenamiento y reinfusión a un paciente de su propia sangre. La san-
gre autóloga es, por tanto, aquella que, procedente de un individuo, se
vuelve a introducir en la misma persona si surge la necesidad de hacer
una transfusión. La sangre puede conservarse hasta 35 días desde su
extracción hasta su administración en el caso de la modalidad de TAP
con predepósito.
La sangre autóloga tiene la ventaja, sobre la procedente de otras personas,
de que no puede estimular la formación de anticuerpos frente a los hema-
tíes, leucocitos, plaquetas o proteínas plasmáticas. También puede evitar
la adquisición de infecciones como las hepatitis, SIDA, etc., que pueden
transmitirse por medio de la transfusión de sangre.
La mayoría de los equipos médico-quirúrgicos han de promocionar los
programas de transfusión autóloga en relación con el derecho que tiene el
paciente al conocimiento de su existencia y a la elección de sus propias
transfusiones, sobre todo porque la sangre más segura es la propia sangre.
753
La TAP presenta diversas finalidades que no son excluyentes entre sí, y
que de forma esquemática podemos resumir en:
• La transfusión de unidades de sangre en pacientes donde es difícil
encontrar unidades de donante compatibles, por presentar grupos
sanguíneos raros, aloinmunización previa a antígenos eritrocitarios
públicos, etc.
• Evitar la aparición de una patología iatrogénica asociada a la trans-
fusión (complicaciones inmunológicas e infecciosas).
• Respetar las creencias religiosas de los pacientes en unos casos, y en
general los derechos de los todos los pacientes en conocer las alter-
nativas posibles ante un acto transfusional programado.
754
C.1. Indicaciones de la transfusión autóloga programada con
predepósito
La transfusión autóloga con predepósito (TAPP) está indicada en pacien-
tes que precisan una intervención quirúrgica de forma programada (no
urgente), y en los que la pérdida potencial de sangre durante el acto peri-
quirúrgico se asocia con una probable transfusión de unidades de concen-
trado de hematíes alogénicos. La mayoría de los pacientes que se encuen-
tran en condiciones clínicas saludables para someterse a una intervención
quirúrgica programa, son posibles candidatos a un programa de TAAP. La
conveniencia o no de su realización depende en gran medida de los facul-
tativos que le atienden, tanto por parte del equipo quirúrgico-anestésico
como del equipo responsable del Banco de sangre. Los pacientes apropia-
dos en los que está indicado la realización de un programa de TAPP,
deben reunir los siguientes criterios:
• Cirugía electiva que puede fijarse con varias semanas de antelación,
garantizando la fecha de intervención.
• Un procedimiento quirúrgico en el que el Banco de sangre normal-
mente reserva y cruza unidades de sangre.
• Una hemoglobina superior a 11 g/dL (o hematocrito superior al 33%).
• Ninguna contraindicación médica a la donación y/o almacenamien-
to de sangre.
Las intervenciones quirúrgicas programadas en las que se puede plantear un
programa de TAPP, independientemente de las condiciones clínicas de cada
paciente que siempre deben ser sopesadas y valoradas, son las siguientes:
• Cirugía cardiotorácica: está indicada en todos los pacientes que pre-
cisan una cirugía cardiaca con circulación extracorpórea, by-pass
aorto-coronario.
• Cirugía vascular mayor: aneurismas, by-pass de grandes arterias.
• Cirugía ortopédica: está indicada en pacientes que van a necesitar
prótesis de articulaciones (cadera y rodilla) o cirugía de columna.
• Cirugía urológica: está indicada en pacientes a los que se les va a
practicar una prostatectomía radical, nefrectomía, cistectomía radi-
cal, y adenectomía retropúbica.
755
• Cirugía ginecológica: está indicada en la cirugía del mioma y en la
cirugía oncológica pélvica.
• Neurocirugía: está indicada en resecciones de glomus arterio-venosos.
• Cirugía general: está indicada en todo tipo de intervenciones en las
que se estima una perdida sanguínea superior a los 750-1000 mL.
C.2.1.1. Edad
Pueden considerarse adecuados para una transfusión autóloga los pacien-
tes con edades comprendidas entre los 16 y 75 años, que hayan de sufrir
intervenciones programadas en los que existe una razonable expectativa
de transfusión en el acto operatorio u postoperatorio, y que en general
cumplan los requisitos mínimos indispensables para una donación de san-
gre normal.
C.2.1.3. Peso
No se extraerá durante una donación una cantidad superior al 13% del
volumen sanguíneo estimado. Se podrán extraer 450 ml a todas aquellas
personas que superen los 50 Kg; los donantes con peso inferior, si se con-
sidera oportuno, se podrán extraer volúmenes proporcionales que no supe-
ren el 10% de la volemia.
756
se encuentren tomando fármacos para el control de la tensión arterial, pero
no contraindica la extracción si esta controlada y se encuentra dentro de
los valores mencionados.
757
paciente llegue al acto quirúrgico en las condiciones adecuadas de oxige-
nación tisular, sin presentar síndrome anémico.
758
C.2.2.7. Control previo a la transfusión
Se determinará el grupo sanguíneo del paciente en el antequirofáno y su
concordancia con el que figura en las etiquetas de las bolsas de sangre, así
como la concordancia de los datos administrativos (nombre, nº historia,
etc.).
759
manera constante a través del tubular (en el caso de realizar una segunda
punción, se utilizará un nuevo equipo); entonces, debe ser fijada a la piel
con esparadrapo para evitar su movilización y extravasación de la vía pun-
cionada (es aconsejable preguntar con anterioridad al paciente la existen-
cia de posibles alergias cutáneas al esparadrapo, y en caso afirmativo uti-
lizar materiales hipoalergénicos).
Durante el proceso de extracción y llenado de la bolsa, el flujo san-
guíneo debe ser constante así como su homogenización apropiada con
el anticoagulante, para ello hay que prestar atención a los detalles
siguientes:
• Cuando la sangre comience a fluir debe entrar inmediatamente en
contacto son la solución anticoagulante, procediéndose a una agita-
ción suave (manual o mediante balanzas automáticas) y constante de
la bolsa, que nos garantice una adecuada mezcla y evite la formación
de coágulos.
• El flujo sanguíneo debe ser constante, suficiente e ininterrumpido
(ello se consigue mejor con la utilización de métodos mecánicos de
extracción, ya que se puede controlar la cantidad prefijada de sangre
que se quiere extraer). La donación de una unidad de sangre entera
no debería durar más de 12 minutos, ya que un tiempo de extracción
más prolongado afecta negativamente a la calidad de la unidad, y
puede causar reacciones adversas en el paciente. Es aconsejable que
el paciente realice cada 10-15 segundos y de forma suave, no vio-
lenta, movimientos de flexión y extensión de la mano para favorecer
el flujo constante de la sangre.
• Cuando se utiliza el método manual para mezclar la bolsa de sangre,
ésta debe ser invertida cada 30-45 segundos, para asegurar la máxi-
ma homogenización y evitar la formación de coágulos.
Finalizada la extracción, se obtienen las muestras piloto (adecuadamente
identificadas) para realizar los estudios inmunohematológicos y las deter-
minaciones serológicas encaminadas a detectar posibles enfermedades
transmisibles.
Desinflar el manguito de presión y retirar de forma rápida y limpia la
aguja, colocando de forma inmediata un apósito sobre la zona de pun-
ción, presionándolo hasta que se consiga una hemostasia eficaz, y no
aparezcan complicaciones locales; no siendo aconsejable que doble el
brazo.
760
Durante todo el tiempo de la extracción deberá estar presente personal
sanitario cualificado y con experiencia en la donación para atender con
diligencia cualquier eventualidad que se pueda presentar.
761
✓ Disminución de la Tensión arterial
✓ Palidez.
✓ Sudoración.
✓ Nauseas y/o vómitos.
• Reacciones moderadas (Unidas o no a las ligeras).
✓ Bradicardia.
✓ Disminución de la TA <60 mmHg.
✓ Perdida ligera de conciencia.
• Reacciones severas (Se añaden a las anteriores).
✓ Movimientos involuntarios.
✓ Perdida profunda de la conciencia.
✓ Tetania.
✓ Contracciones musculares.
✓ Respiración estertorosa.
Las medidas a tomar en caso de aparición de estas reacciones adversas
van a depender de la categoría e intensidad de las misas. De forma gene-
ral podemos actuar de la siguiente manera:
Ante REACCIONES LIGERAS: detener la donación, si es posible trasla-
dar al donante a una zona reservada y colocarlo en posición de
Trendelemburg; tranquilizarlo y aconsejarle una respiración lenta y pro-
funda; darle placebo (agua con azúcar).
Ante DEBILIDAD Y MAREO: colocar al enfermo en Trendelemburg, hol-
gar los vestidos apretados, aplicar compresas frías, controlar pulso y TA
así como la respiración; si se prolonga la hipotensión administrar líquidos
iv, si bien en la mayoría de los casos se resuelven espontáneamente.
Ante NAUSEAS Y VOMITOS: colocar al donante en posición cómoda, de
lado, aconsejarle que respire lenta y profundamente; aplicar compresas
frías en la frente y nuca y dar agua para que se enjuague la boca.
Ante REACCIONES MODERADAS Y SEVERAS CON HIPOTENSION,
BRADICARDIA Y/O CONVULSIONES: hay que tomar las mismas medi-
das anteriores, llamar al médico responsable, vigilar la permeabilidad de
762
las vías respiratorias y evitar lesiones por mordedura y posibles caídas al
suelo en caso de convulsiones.
Ante CONTRACCIONES Y ESPASMOS MUSCULARES: estos suelen
asociarse con ligera perdida de la conciencia y presentar de forma breve
débiles movimientos convulsivos de una o varias extremidades. Donantes
extremadamente nerviosos pueden hiperventilar y desencadenar estos
cuadros ó tetanias con espasmos musculares en manos y cara. Hay que
prevenirlos en donantes nerviosos y si aparecen hacerlos respirar en bol-
sas de plástico el aire espirado, no dando nunca oxigeno. Si es necesario,
administrar una ampolla de Gluconato cálcico al 10%.
763
• Prevención de la aloinmunización eritrocitaria.
Se efesctúa a dos niveles:
✓ Prevención primaria.
En teoría el riesgo de aloinmunización eritrocitaria es nulo en los
pacientes que son transfundidos con sangre autóloga (siempre
que los circuitos de control se cumplan estrictamente). La pre-
vención primaria de la aloinmunización consiste en proteger el
futuro obstétrico y transfusional de los pacientes, teniendo espe-
cial interés en niños y en mujeres en edad fértil. Así mismo los
programas de TAPP tienen especial interés en todo paciente por-
tador de un grupo sanguíneo raro, definido por presentar un feno-
tipo eritrocitario raro caracterizado por la ausencia de un antíge-
no eritrocitario de alta frecuencia en la población general.
✓ Prevención secundaria.
Tiene como objeto prevenir posibles accidentes inmunológicos
asociados a una aloinmunización anti-eritrocitaria previa (de ori-
gen transfusional u obstétrico) al entrar nuevamente el antígeno
causante de la misma en el organismo, mediante la administra-
ción de sangre alogénica. La puesta en marcha de un programa de
TAPP en estos pacientes, permite prevenir nuevas aloinmuniza-
ciones que complicarían aún más futuras estrategias transfusiona-
les.
• Prevención secundaria de otras aloinmunizaciones.
La TAPP debería ser propuesta cada vez que un paciente previa-
mente aloinmunizado va a ser sometido a una intervención quirúrgi-
ca programada, con el fin de evitar las consecuencias clínicas de la
reexposición del antígeno implicado. Ello tiene interés en:
✓ Aloinmunización anti-IgA en los pacientes con déficit de IgA.
✓ Aloinmunización frente a antígenos plaquetarios (HPA-1a).
✓ Aloinmunización anti-HLA en pacientes con historia de reaccio-
nes transfusionales no hemolíticas importantes anteriores.
• Prevención del efecto inmunomodulador de la trasfusión alogénica.
Es conocido el efecto inmunosupresor que ejerce la transfusión alo-
génica de sangre, al mejorar la supervivencia en el transplante renal;
764
así como el efecto inmunomodulador, al provocar un aumento en la
recurrencia neoplásica y un aumento del riesgo infeccioso bacteria-
no post-operatorio. Aunque existen estudios contradictorios, parece
ser que la TAPP disminuye la incidencia de complicaciones bacte-
rianas post-operatorias frente a la transfusión alogénica.
765
suele observar tres días más tarde que la crisis reticulocitaria. Hay que
señalar que la estimulación provocada por la eritropoyetina no surge nin-
gún efecto sin unas reservas de hierro adecuadas.
766
cifrado, según estudios, en 1 unidad por cada 30.000-50.000 unida-
des de sangre autóloga infundida.
• Transfusión de las unidades extraídas sin criterio transfusional.
Uno de los riesgos más graves e importantes de la TAPP, lo consti-
tuye el hecho de no utilizar los mismos criterios transfusionales que
los empleados para la administración de sangre alogénica. Es inne-
gable que la extracción de unidades de sangre autóloga conlleva una
anemización del paciente cuando llega al acto quirúrgico; ello suma-
do al hecho de disponer de su propia sangre, conduce a que se admi-
nistren en muchas ocasiones dichas unidades, sin un criterio transfu-
sional tan rígido como el que se aplica a la indicación de transfusión
de unidades de concentrado de hematíes alogénicos.
Los estudios de hemovigilancia han demostrado que los riesgos más
severos de la transfusión autóloga los constituyen los errores admi-
nistrativos en la transfusión de la unidad correcta (error humano en
la identificación de la unidad y/o el paciente) y las contaminaciones
bacterianas de las unidades extraídas; dos complicaciones mucho
más graves que el posible riesgo infeccioso de la administración de
una unidad de sangre alogénica. De ahí que la transfusión de sangre
autóloga se tenga que ajustar a los mismos criterios transfusionales
establecidos para la sangre alogénica.
767
go estimado del 0.5-3%. Este riesgo de contaminación bacteriana
esta directamente relacionado en el momento de la extracción de la
unidad, con un foco infeccioso en el donante, o con la presencia de
bacterias en la zona de punción venosa que no han sido eliminadas
con las medidas desinfectantes.
• Riesgos de la Administración.
El principal riesgo de la administración de una unidad de sangre
autóloga, lo constituye el error humano o administrativo, al no iden-
tificar correctamente tanto a la unidad como al destinatario de la
misma, o a ambos; administrando una unidad incorrecta, que además
puede ser ABO incompatible, originando una cuadro grave de reac-
ción hemolítica inmune por incompatibilidad ABO.
768
je compresivo intenso, manteniendo el brazo del donante alzado
durante unos minutos; el paciente no debe abandonar la sala de
extracción-recuperación hasta que se haya comprobado una correcta
hemostasia de la zona y ausencia total de sangrado.
• Reacciones alérgicas.
Son debidas a una hipersensibilidad local, bien a los apósitos, a la sus-
tancia desinfectante, o al esparadrapo; se traduce por un cuadro ecze-
matoso, que puede acompañarse de prurito y que en general no preci-
sa un tratamiento sistémico, realizando tan sólo un tratamiento local.
769
niveles iniciales entre donación y donación. Se ha observado que
para que se produzca un estímulo importante sobre la médula ósea y
consiguientemente una reticulocitosis, el hematocrito debe descen-
der por debajo del 30%, cosa que raras veces ocurre. Ello conlleva
que los pacientes en programa de TAPP, suelen llegar más anémicos
al acto quirúrgico, con lo que se aumentan las posibilidades de pre-
cisar soporte transfusional.
770
compensación simultánea e isovolémica, con fluidoterapia (suero fisio-
lógico o Ringer-Lactato) del volumen extraído. Las unidades de con-
centrado de hematíes obtenidas, son almacenadas en nevera termome-
trada en el Banco de Sangre a temperatura de 1-6º C, hasta su infusión
al paciente durante el período periquirúrgico.
Mediante la EAAP se obtienen concentrados de hematíes de elevado
hematocrito (75-80%) para autotransfusión sin alterar los parámetros de
la coagulación ni la cifra de proteínas plasmáticas del paciente.
La EAAP se realiza normalmente en las 72 horas previas a la interven-
ción quirúrgica y guarda cierta semejanza con la hemodilución normo-
vólemica aguda que se realiza en el propio quirófano previa a la inter-
vención tras la inducción anestésica, pero presenta sobre ella diversas
ventajas.
Existen protocolos de EAAP con extracción de las unidades de la misma
forma que la TAAP, es decir, de cuatro a cinco semanas previas a la
intervención, si bien los costes son muy superiores a los de la extracción
clásica de sangre total, pero puede estar indicado en pacientes seleccio-
nados.
771
• Los mismos criterios de selección en cuando a edad, exploración
física, peso, tensión y pulso arterial, que los señalados en el caso de
TAAP.
Las indicaciones quirúrgicas de la EAAP son las mismas que para la
TAAP, pero en este caso el intervalo entre la extracción y la intervención
quirúrgica es mucho menor oscilando entre 3 y 7 días:
• Cirugía cardiotorácica: está indicada en todos los pacientes que pre-
cisan una cirugía cardiaca con circulación extracorpórea, by-pass
aorto-coronario.
• Cirugía vascular mayor: aneurismas, by-pass de grandes arterias.
• Cirugía ortopédica: está indicada en pacientes que van a necesitar
prótesis de articulaciones (cadera y rodilla) o cirugía de columna.
• Cirugía urológica: está indicada en pacientes a los que se les va a
practicar una prostatectomía radical, nefrectomía, cistectomía radi-
cal, y adenectomía retropúbica.
• Cirugía ginecológica: está indicada en la cirugía del mioma y en la
cirugía oncológica pélvica.
• Neurocirugía: está indicada en resecciones de glomus arterio-veno-
sos.
• Cirugía general: está indicada en todo tipo de intervenciones en las
que se prevé una perdida sanguínea superior a los 1000 mL.
772
• Pacientes con marcadores de infección viral positivos (VIH, VHC,
VHB).
• Pacientes con acceso venoso dificultoso.
773
Sin dicha organización independiente, la EAAP presenta una serie de
riesgos generales tanto para el propio paciente, como para el resto de
pacientes que son transfundidos en un Centro hospitalario.
Fundamentalmente, dichos riesgos son:
• Transfusión de unidades alogénicas.
Otro de los riesgos potenciales que se pueden presentar en los pro-
gramas de EAAP es la administración de unidades de sangre alogé-
nicas, estando disponibles las autólogas
• Errores en la identificación y administración de las unidades
extraídas.
Es un problema grave la administración de una unidad de concentra-
do de hematíes autólogo a un paciente erróneo, por error en la iden-
tificación de la unidad o en la identificación del paciente, lo cual
puede acarrear problemas graves no solo para el paciente que tenía
sus unidades autólogas reservadas, si no para el paciente al que se
indicó una transfusión de concetrado de hematíes alógenico y fue
transfundido con concentrado de hematíes de donación autóloga pro-
cedente de otro paciente. Este riesgo está cifrado, según estudios, en
1 unidad por cada 30.000-50.000 unidades de concentrado de hema-
tíes autólogo infundidas.
• Transfusión de las unidades extraídas sin criterio transfusional.
Uno de los riesgos más graves e importantes de la EAAP, lo consti-
tuye el hecho de no utilizar los mismos criterios transfusionales, que
los empleados para la administración de sangre alogénica. Es inne-
gable que la extracción de unidades de sangre autólogas conlleva una
anemización del paciente cuando llega al acto quirúrgico; ello suma-
do al hecho de disponer de su propia sangre, conduce a que se admi-
nistren en muchas ocasiones dichas unidades, sin un criterio transfu-
sional tan rígido como el que se aplica a la indicación de transfusión
de unidades de concentrado de hematíes alogénicos.
Los estudios de hemovigilancia han demostrado que los riesgos más
severos de la transfusión autóloga los constituyen los errores admi-
nistrativos en la transfusión de la unidad correcta (error humano en
la identificación de la unidad y/o el paciente) y las contaminaciones
bacterianas de las unidades extraídas; dos complicaciones mucho
más graves que el posible riesgo infeccioso de la administración de
774
una unidad de sangre alogénica. De ahí que la transfusión de sangre
autóloga se tenga que ajustar a los mismos criterios transfusionales
establecidos para la sangre alogénica.
775
clínica, y por la mayor duración de la misma durante el proceso de afére-
sis. Estas complicaciones que se pueden presentar son:
• Hematoma local.
Se produce en el lugar de la punción venosa y puede provocar dolor
y molestias en la zona, que deben ser tratadas con una adecuada y
cuidadosa limpieza aséptica, un vendaje compresivo empapado de
solución antiséptica, y mediante la aplicación de pomadas que con-
tienen α-quimiotripsina. A ello se suma que en muchos procedi-
mientos hay que canalizar dos vías.
• Lesión nerviosa.
Es excepcional, pero durante el acto de la flebotomía se puede dañar
alguna ramificación nerviosa próxima a la vena. Se caracteriza por
sensación de comezón, irradiación del dolor y en ocasiones déficit
muscular. Conviene remitir al donante para estudio neurológico
ulterior.
• Punción arterial.
Es una complicación local de la donación de sangre relativamente
importante e infrecuente, pero que requiere un tratamiento urgente e
inmediato, retirando inmediatamente la aguja y realizando un venda-
je compresivo intenso, manteniendo el brazo del donante alzado
durante unos minutos; el paciente no debe abandonar la sala de
extracción-recuperación hasta que se haya comprobado una correcta
hemostasia de la zona y ausencia total de sangrado.
• Reacciones alérgicas.
Son debidas a una hipersensibilidad local, bien a los apósitos, a la
sustancia desinfectante, o al esparadrapo; se traduce por un cuadro
eczematoso, que puede acompañarse de prurito y que en general no
precisa un tratamiento sistémico, realizando tan sólo un tratamiento
local.
776
ten mayor gravedad. A estos riesgos, se suman los del procedimiento pro-
pio de la aféresis, siendo los principales y más frecuentes de ambos:
• Reacciones vaso-vagales.
Las reacciones vaso-vagales no son tan frecuentes como en los pro-
gramas de TAPP. Con frecuencia se manifiestan por: palidez, vérti-
go, sudoración profusa, hiperventilación, bradicardia e hipotensión
transitoria. En ocasiones se puede producir una pérdida de la con-
ciencia acompañada o no de espasmos musculares. Estas reacciones
vaso-vagales ocurren durante el proceso de aféresis o inmediata-
mente después del mismo entre un 1-2% de todos los pacientes, pre-
cisando generalmente un tratamiento sintomático.
• Toxicidad por citrato.
Casi todos los procedimientos de aféresis utilizan el CDA como anti-
coagulante, que tiene las ventajas sobre otros anticoagulantes como
la heparina de no alterar los parámetros de la coagulación y no pro-
ducir reacciones alérgicas. La toxicidad por citrato en los procesos
de EAAP guarda relación con la disminución del calcio ionizado que
pede causar sintomatología leve del tipo de parestesias peribucales y
alteraciones gustativas, a síntomas más severos como parestesias
importantes, náuseas y vómitos y calambres abdominales, que pue-
den evolucionar hacia calambres musculares intensos, pérdida de
conciencia, hipotensión e incluso arritmias cardíacas.
• Hipotermia.
El donante puede presentar sensación importante de frío acompaña-
da de escalofríos y temblores debido a la disminución de la tempe-
ratura de la sangre durante su procesamiento extracorpóreo, y poste-
riormente ser retornada al organismo sin alcanzar la temperatura cor-
poral. No es una complicación importante y basta con abrigar bien al
donante (mantas) y subir la temperatura ambiental del cuarto donde
se realiza el proceso de aféresis.
• Hipovolemia.
Es un efecto adverso bastante infrecuente, ya que si el procedi-
miento de aféresis está siendo controlado adecuadamente el volu-
men extracorpóreo no debe exceder del 15% de la volemia. Se
suele presentar con más frecuencia en los equipos de flujo discon-
tínuo.
777
• Embolia gaseosa.
Muchos equipos de aféresis incorporan detectores de aire en la línea de
infusión con el fin de evitar su entrada al torrente circulatorio, no obs-
tante es un efecto adverso que muy ocasionalmente puede presentarse en
los procedimientos de eritroaféresis por entrada de aire en el circuito.
• Hemólisis.
Aunque es un hecho raro, puede presentarse sobre todo si el equipo
desechable de aféresis no se ha instalado adecuadamente, o bien por
el uso de anticoagulante no adecuados. Es conveniente vigilar conti-
nuamente la línea de retorno venoso con el fin de detectar coloracio-
nes anormales del plasma (color rosado) que sugieran la presencia de
hemólisis. En caso de detectarse signos de hemólisis, el proceso debe
ser interrumpido y no realizar el retorno del plasma hemolizado ya
que puede provocar episodios de reacción hemolítica mínima o cua-
dros de coagulación intravascular diseminada.
• Hipotensión.
Se han descrito cuadros hipotensivos acompañados de vasodilata-
ción y bradicardia en donantes que están recibiendo tratamiento con
inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina (IECA),
secundaria a los niveles elevados de bradiquinina generados durante
el procedimiento de eritroaféresis.
• Anemia.
Se produce como consecuencia de las extracciones de unidades de
concentrado de hematíes, sin que el organismo se recupere para
alcanzar los niveles iniciales ya que no existe estimulación de la eri-
tropoyesis. Se ha observado que para que se produzca un estímulo
importante sobre la médula ósea y consiguientemente una reticuloci-
tosis, el hematocrito debe descender por debajo del 30%, y que
requiere de cierto tiempo que no se da en esta situación.
778
Es procedimiento que precisa entre 1-2 horas para su realización, durante
las cuales el donante es conectado a través de una o dos vías venosas a la
máquina de aféresis, y obtener los concentrados de hematíes.
Existen fundamentalmente dos tipos de máquinas de aféresis en función
de cómo retornan los componentes no separados y seleccionados al
donante: de flujo continuo (Baxter CS-3000®, Baxter CS-3000 Plus®,
Cobe® Spectra™), y de flujo discontinuo (Haemonetics H-30®,
Haemonetics H-30S®, Haemonetics V-50®, Cobe® Trima™), pudiendo
trabajar ambos flujos con una o dos vías venosas.
El procedimiento de la eritroaéresis debe cumplir los siguientes requisitos:
• Todo el sistema debe ser estéril, libre de pirógenos, no tóxico. Se
tendrán precauciones para evitar el embolismo aéreo.
• Antes de que la bolsa sea retirada del donante será identificada usan-
do un solo número de identificación para cada unidad y componen-
tes, así como para los tubos con las muestras para los análisis pre-
ceptivos, y colocar el anagrama de USO AUTOLOGO. Este número
debe permanecer inalterable.
• Deben existir protocolos escritos para todos los procesos. Incluirán
criterios para las dosis de los agentes usados, e instrucciones para la
prevención y tratamiento de las reacciones adversas.
• En cada proceso debe registrarse la siguiente información:
Identificación del donante.
Resultados analíticos.
Anticoagulante usado.
Duración del proceso.
Volumen del componente.
Medicación.
Reacciones adversas y su tratamiento.
779
co, mediante la extracción de al menos dos unidades de sangre completa,
siendo su volumen reemplazado mediante la administración de soluciones
coloides y/o cristaloides, con el fin de reinfundir posteriormente las uni-
dades de sangre extraídas en relación con las perdidas sanguíneas intrao-
peratorias.
La finalidad de la HNA es reducir la cantidad de hematíes perdidos duran-
te el período intraoperatorio o postoperatorio inmediato; ello se consigue
al disponer de una cantidad importante de hematíes del paciente almace-
nados en las unidades extraídas, y perderse en el campo operatorio una
cantidad de sangre “diluida”, al presentar el paciente un hematocrito más
bajo, tras reponer la perdida de volumen con las soluciones intravenosas
anteriormente mencionadas.
780
eyección con el fin de mejorar el retorno venoso. Ello proporciona
que la tensión arterial y la frecuencia cardiaca permanezcan esta-
bles, en tanto que las resistencias periféricas se encuentran dismi-
nuidas.
• La circulación regional.
Las modificaciones que la HNA realiza sobre la microcirculación
sanguínea y sobre la hemodinámica cardio-circulatoria, conducen a
un aumento del débito sanguíneo regional a nivel de determinados
sistemas y órganos; sobre todo a nivel de la circulación coronaria
(mediante una vasodilatación activa), y en una menor medida a nivel
de la circulación cerebral (por disminución de las resistencias peri-
féricas).
• La liberación de oxígeno a los tejidos.
La HNA provoca una reducción del hematocrito para obtener valo-
res alrededor del 30%, lo que conduce a un aumento del débito car-
diaco para compensar la disminución de la hemoglobina circulante.
La posibilidad de una disminución compensatoria de la afinidad de
la hemoglobina por el oxígeno en la HNA, ha sido señalada, pero
esta situación no representaría más que un papel secundario.
• La coagulación.
La HNA entraña una alteración de la actividad hemostásica y coa-
gulante de la sangre circulante. Algunas de las soluciones intraveno-
sas utilizadas para reemplazar el volumen de sangre extraído (sobre
todo los dextranos), pueden ejercer un efecto negativo sobre la
hemostasia global del paciente, que se suman a los derivados de la
retirada de plasma y factores de la coagulación que se producen con
la extracción de las unidades de sangre.
781
HNA en pacientes que van a ser sometidos a una intervención quirúrgica
y presentan las siguientes condiciones:
• Hematocrito preoperatorio superior al 34%.
• Perdida de sangre intraoperatoria estimada superior a 1.000 mL.
• Posibilidad de extracción de las unidades de sangre, tras la inducción
anestésica y previamente a iniciar el acto quirúrgico.
La selección de los pacientes, que reunen éstas condiciones señaladas, debe
ser cuidadosa y exigente, ya que los máximos beneficios de la HNA se pre-
sentan cuando el hematocrito se reduce a niveles inferiores al 30%, por lo que
en pacientes con trastornos hepáticos, cardiovasculares, cerebrovasculares y/o
pulmonares, no es aconsejable su utilización debido a los riesgos que entraña.
Las intervenciones quirúrgicas programadas en las que puede plantear un
protocolo de HNA, valorando las condiciones clínicas de cada paciente
que siempre deben ser sopesadas y analizadas, son las siguientes:
• Cirugía cardiotorácica: está indicada en todos los pacientes que pre-
cisan una cirugía cardiaca con circulación extracorpórea, by-pass
aorto-coronario.
• Cirugía vascular mayor: aneurismas, by-pass.
• Cirugía ortopédica: está indicada en pacientes que van a necesitar
prótesis de articulaciones (cadera y rodilla) o cirugía de columna.
• Cirugía urológica: está indicada en pacientes a los que se les va a
practicar una prostatectomía radical, nefrectomía, cistectomía radi-
cal, y adenectomía retropúbica.
• Cirugía ginecológica: está indicada en la cirugía del mioma y en la
cirugía oncológica pélvica.
• Neurocirugía: está indicada en resecciones de glomus arterio-venosos.
• Cirugía general: está indicada en todo tipo de intervenciones en las
que se prevé una perdida sanguínea superior a los 1000 mL.
E.2.2. Indicaciones médicas
En las indicaciones médicas de la HNA, a diferencia de las indicaciones
quirúrgicas, no se pretende la infusión de las unidades extraídas, sino
mejorar el aporte de oxígeno a los tejidos y favorecer la microcirculación,
retirando de la circulación general una cantidad importante de hematíes y
782
proteínas, en los síndromes agudos de hiperviscosidad sanguínea, que se
presentan en determinadas situaciones, tales como:
• Poliglobulias.
Con el fin de disminuir los riesgos tromboembólicos. En pacientes
con Policitemia Vera, con poliglobulias secundarias a enfermedad
pulmonar, y cuadros de Trombocitemia Esencial.
• Problemas vasculares.
En pacientes con estadíos avanzados de enfermedad arterial obstruc-
tiva, o con problemas venosos obstructivos crónicos o agudos.
783
• La sangre extraída, no sufre las alteraciones bioquímicas asociadas
al almacenamiento como las unidades de sangre o concentrado de
hematíes tradicionales.
• La perdida de hematíes durante la cirugía es mucho menor, al dis-
minuir de forma considerable el hematocrito del paciente.
• Proporciona una mejor perfusión tisular y oxigenación de los tejidos,
al disminuir la viscosidad sanguínea, que puede ser beneficiosa en
pacientes con enfermedad vascular periférica o enfermedad cerebro-
vascular.
• Disminuye de forma ostensible los errores administrativos de la
administración de sangre y /o hemoderivados, al permanecer las uni-
dades junto al paciente.
• La existencia de enfermedad neoplásica o cuadro infeccioso, que
contraindica la recuperación de sangre intra o postoperatoria, es
obviada mediante esta técnica.
784
Donde VSE es el volumen de sangre estimado del paciente, que se obtie-
ne de multiplicar el peso del paciente en Kg por 55-75 mL. Esta variación
de mL viene determinada tanto por el sexo, como por el tipo de constitu-
ción del paciente, de tal manera que se estima para los varones atléticos
75 mL, delgados 65 mL y obesos 60 mL; y para las mujeres atléticas 70
mL, delgadas 60 mL y obesas 55 mL. HCTI es el hematocrito inicial del
paciente. HTCD es el hematocrito deseado que pretendemos alcanzar.
HCTP es el promedio del hematocrito inicial y del obtenido o deseado.
Una vez determinada la cantidad de sangre a extraer, es importante loca-
lizar y disponer de un buen acceso venoso que nos permita la extracción
de sangre con rapidez y de otra línea intravenosa para poder administrar
las soluciones coloides o cristaloides y realizar extracciones para deter-
minar las cifras de hemoglobina y hematocrito. Es aconsejable disponer
en el propio quirófano de dispositivos que detectan con rapidez y fiabili-
dad los niveles de hemoglobina (Hemocue-B®), con el fin de conocer en
cualquier momento del proceso los valores de hemoglobina.
Por cada unidad de sangre extraída se deben infundir tres volúmenes de
soluciones cristaloides, o un volumen de solución cristaloide y otro de
coloide. Una vez extraídas las unidades y el paciente se encuentra en esta-
bilidad hemodinámica se inicia el procedimiento quirúrgico.
Las bolsas de sangre extraídas al paciente deben cumplir los siguientes
requisitos:
• Estar correctamente identificadas con:
Nombre y apellidos del paciente.
Número de Historia clínica.
Fecha y hora de la extracción.
Numeración cronológica de la extracción.
Número de quirófano donde se realiza la extracción.
SOLO PARA USO AUTOLOGO.
• Conservarse a temperatura ambiente en el propio quirófano.
• Transfundirse antes de las 8 horas de su extracción.
• En caso de se conservación entre 1-6º C, deben transfundirse antes
de las 24 horas siguientes a su extracción.
785
Una vez concluida la cirugía, la indicación para la transfusión de las uni-
dades extraídas en la HNA debe ser cuidadosamente valorada en función
de las pérdidas quirúrgicas y los niveles de hemoglobina tras el acto ope-
ratorio. Muchas veces hay que valorar más el riesgo de sobrecarga de
volumen que puede suponer la administración de las unidades, que el
aporte de hematíes, plaquetas y factores de coagulación que contienen
las mismas; en caso de iniciar la transfusión de las unidades extraídas es
conveniente iniciar su administración en orden inverso al de se extrac-
ción, de tal manera que la última a infundir será la que posea un hema-
tocrito, concentración de plaquetas, y factores de coagulación más ele-
vados.
786
F.1. Indicaciones de la recuperación de sangre intraoperatoria
La RSI está indicada en todo tipo de intervenciones quirúrgicas que cum-
plan una serie de requisitos comunes:
• Intervenciones quirúrgicas con campos operatorios limpios en donde
la sangre perdida pueda ser aspirada sin provocar une hemólisis
excesiva.
• Intervenciones quirúrgicas en las que la cantidad de perdida de san-
gre prevista supere el 20% del volumen de sangre estimado del
paciente.
• Intervenciones quirúrgicas para las que normalmente se reservan y
cruzan unidades de concentrado de hematíes.
• Intervenciones quirúrgicas en las más de un 10% de los pacientes
sometidos a las mismas necesitan soporte transfusional.
Con estas premisas, la RSI se puede indicar en los siguientes procedi-
mientos quirúrgicos:
• Cirugía cardiovascular.
Transplante cardíaco.
Prótesis valvulares.
Reparación de defectos o cardiopatías congénitas.
By-pass coronario.
Reparación de aneurisma ventricular.
• Cirugía vascular.
Reconstrucción de aorta principal.
Revascularización renal.
Aneurisma de aorta abdominal o torácica.
By-pass aorto-femoral, femoro-popliteo.
• Neurocirugía.
Malformaciones arterio-venosas.
• Cirugía ortopédica.
Prótesis de cadera, rodilla y hombro.
787
Cirugía de la escoliosis.
Instrumentación de columna.
• Cirugía general y traumatológica.
Heridas penetrantes en torax.
Traumatismos intratoracicos o intrabdominales.
Ruptura de embarazo ectópico.
Esplenectomía, hemi-hepatectomía.
Transplante hepático.
Prostatectomía radical.
788
• La RSI en obstetricia sólo debe limitarse a la ausencia de líquido
amniótico.
789
rable de hematíes hemolizados y hemoglobina libre, que pueden con-
tribuir a desarrollar un fracaso renal agudo, sobre todo en pacientes
con la función renal previamente comprometida. Esta hemólisis
puede ser reducida de forma considerable, disminuyendo la presión
de aspiración de la sangre del campo operatorio.
• Embolia gaseosa.
Como en toda infusión intravenosa, si no se realiza una técnica
correcta, puede presentar una embolia gaseosa, sobre todo si se apli-
can presiones inadecuadas a los sistemas de recolección que contie-
nen aire en su interior.
790
G. Recuperación de sangre postoperatoria (RSP)
La recuperación de sangre postoperatoria (RSP) consiste en la reco-
lección y reinfusión de la sangre procedente de los drenajes quirúrgi-
cos, siendo o no sometida a procedimientos de lavado, pero siempre
filtrada.
En el caso de procesar la sangre obtenida a través de los drenajes, ésta se
encuentra diluida, hemolizada y puede contener cantidades elevadas de
diversas citoquinas, por lo que la mayoría de los programas de RSP fijan
un máximo de 1400 mL de sangre recuperada y no procesada para ser
reinfundida al paciente, teniendo en cuenta que ésta debe ser administra-
da en un plazo no superior a las 6 horas tras su obtención.
791
G.2. Contraindicaciones de la recuperación de sangre post-
operatoria
La valoración de los riesgos y beneficios de la RSP debe ser determinada
sobre una base individual por los facultativos implicados en el cuidado del
paciente. La mayor parte de las contraindicaciones son relativas y rara-
mente absolutas, y deben ajustarse a las condiciones individuales del
paciente. Las principales contraindicaciones son:
• La RSP de drenajes que pueden contener células neoplásicas, ya que
no pueden ser totalmente eliminadas mediante lavado y/o filtración,
y pueden provocar metástasis a distancia.
• La RSP procedente de drenajes en donde hay signos evidentes de
proceso infeccioso.
• La RSP procedente de drenajes de campos quirúrgicos en los que se
han utilizado agentes tópicos hemostásicos, por el riesgo de desen-
cadenar alteraciones en la coagulación.
• La RSP procedente de drenajes de campos quirúrgicos que contie-
nen sustancias desinfectantes del tipo Betadine® o methylmetacry-
lato en su forma líquida, o antibióticos (del tipo bacitracina, neomi-
cina o polimixina) que no están autorizados para su administración
parenteral.
792
• Coagulopatía dilucional.
La sangre obtenida mediante RSP es deficiente tanto en factores de
coagulación como en plaquetas, por lo que la infusión de volúmenes
importantes (superiores a 1 litro) de sangre recuperada, puede pro-
vocar cuadros de hipofibrinogenemia, trombocitopenia, y alarga-
miento de los tiempos de coagulación (protrombina y tromboplasti-
na parcial activada. Sin embargo estas alteraciones, generalmente no
precisan de soporte transfusional con concentrados de plaquetas y
plasma fresco congelado, los cuales sólo deben administrarse si exis-
ten manifestaciones clínicas hemorrágicas acompañantes.
• Reinfusión del anticoagulante.
Cuando se una la heparina como agente anticoagulante, la reinfusión
de sangre recuperada no sometida a lavado puede ocasionar un esta-
do de anticoagulación sistémica, que en algunos casos puede ser
indeseable. En la infusión de sangre lavada este efecto no aparece al
eliminarse la heparina con los lavados.
• Insuficiencia Renal.
La infusión de cantidades importantes de sangre recuperada no
sometida a procesos de lavado, puede contener cierta cantidad valo-
rable de hematíes hemolizados y hemoglobina libre, que pueden con-
tribuir a desarrollar un fracaso renal agudo, sobre todo en pacientes
con la función renal previamente comprometida. Esta hemólisis
puede ser reducida de forma considerable, disminuyendo la presión
de aspiración de la sangre del campo operatorio.
• Embolia gaseosa.
Como en toda infusión intravenosa, si no se realiza una técnica
correcta, puede presentar una embolia gaseosa, sobre todo si se apli-
can presiones inadecuadas a los sistemas de recolección que contie-
nen aire en su interior.
793
miento y lavado con solución salina de la sangre obtenida antes de su
infusión.
Las unidades obtenidas por medio de la RSP deben cumplir las siguien-
tes normas:
• Estar correctamente identificadas con:
Nombre y apellidos del paciente.
Número de Historia clínica.
Fecha y hora de la obtención.
Drenaje de procedencia.
SOLO PARA USO AUTOLOGO.
• Conservarse a temperatura ambiente en la unidad de hospitalización.
• Transfundirse antes de las 6 horas de su extracción.
794
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22. ALTERNATIVAS FARMACOLÓGICAS A LA
TRANSFUSIÓN DE SANGRE Y HEMODERIVADOS
801
• Se potenciaran los programas de transfusión autóloga en sus distin-
tas modalidades: donación preoperatoria, hemodilución normovolé-
mica, recuperación de sangre intra y postoperatoria.
• Se desarrollaran y emplearan nuevos fármacos encaminados a dis-
minuir las perdidas de sangre y consecuentemente las necesidades
transfusionales
En el presente capítulo se describen las alternativas actuales a la transfu-
sión de sangre y hemoderivados, tanto desde el punto de vista farmacoló-
gico y biotecnológico, como los avances desarrollados en el ámbito qui-
rúrgico y anestésico.
A. Fluidos de reemplazo
Los llamados fluidos de reemplazo intravenosos tienen su utilidad en la
sustitución del volumen perdido de sangre, plasma o líquido extracelular
tanto en el tratamiento inicial de pacientes con hipovolemia como para
mantener una situación normovolémica en pacientes con perdidas conti-
nuadas de fluidos corporales.
Son el tratamiento de primera línea y de elección ante situaciones de hipo-
volemia secundaria a perdidas sanguíneas agudas, ya que proporcionan un
reestablecimiento rápido de las constantes vitales y tiempo suficiente para
una actuación médica dirigida a controlar la hemorragia, así como para
obtener componentes sanguíneos adecuados y compatibles ante una nece-
sidad transfusional inmediata.
En función de su composición y efectos terapéuticos, distinguimos tres
tipos de fluidos de reemplazo: cristaloides, coloides, y soluciones de albú-
mina. Cada uno de ellos posee sus ventajas, indicaciones y efectos secun-
darios, si bien el fluido de reemplazo intravenoso ideal debe reunir las
siguientes características:
• Ocupar fundamentalmente el compartimiento vascular.
• Ser fácilmente disponible y de bajo coste económico.
• No ser tóxico.
• No producir efectos secundarios alérgicos y/o infecciosos.
• Ser totalmente metabolizado y eliminado por el organismo.
802
A.1. Cristaloides
Los cristaloides se componen de una serie de soluciones electrolíticas en
medios acuosos que contienen pequeñas moléculas que atraviesan fácil-
mente la membrana capilar, y que debido a su bajo coste, ausencia de
proteínas antigénicas en su composición, y a la experiencia acumulado
a lo largo de los años en su utilización, constituyen el tratamiento de
elección de primera línea a la hora de restaurar el volumen perdido de
forma aguda. Existen diversos tipos de soluciones cristaloides en fun-
ción de su composición hidro-electrolítica, pero a la hora de escoger el
tipo de cristaloide a infundir, ante un cuadro de hipovolemia secundaria
a perdidas sanguíneas, hay que tener en cuenta las siguientes considera-
ciones:
• El cristaloide puede ser hiper, hipo, e isotónico con respecto a su
osmolaridad, y su empleo masivo puede alterar el equilibrio y la dis-
tribución de los fluidos en el organismo.
• Presenta una vida media intravascular muy corta, y se distribuye con
rapidez en el liquido intersticial.
• La sobrecarga hídrica y electrolítica puede dar lugar a cuadros de
insuficiencia cardiaca y/o renal, así como provocar alteraciones en la
coagulación o desequilibrios del sistema ácido-base.
• Carecen de efecto sobre la presión oncótica.
• Las soluciones glucosa o dextrosa no son cristaloides ni contienen
sodio, y carecen de utilidad en la reposición de volumen.
• Deben infundirse por lo menos 3 volúmenes de solución cristaloide
por unidad de volumen sanguíneo perdido.
Las soluciones cristaloides más generalmente utilizadas son la solución de
cloruro de sodio isotónica (Salina normal, Suero Fisiológico) y la solución
de Ringer-lactato.
La solución salina normal, simula el liquido extracelular conteniendo 154
mEq/L tanto de sodio como de cloro. La solución de Ringer-lactato con-
tiene 27 mEq/L de lactato, tras su administración se metaboliza fácilmen-
te en el hígado generando bicarbonato, aún administrando grandes canti-
dades los efectos del Ringer-lactato sobre el pH son mínimos.
803
Tabla 22.1. Principales características de las soluciones cristaloides
más utilizadas
Salina normal (ClNa 0.9%) Ringer-lactato
Es una solución isotónica de Similar al fluido extracelular
ClNa, en una concentración para que pueda usarse en
Composición fisiológica cercana, con 154 volúmenes grandes sin per-
mmol/L de cada uno de los turbar el equilibrio electrolí-
iones Na+ y Cl-. tico.
804
A.2. Coloides
Las soluciones de reemplazo denominadas “coloides” están compuestas
por moléculas que son de mayor tamaño y poseen un peso molecular
superior a los cristaloides, y se utilizan como reconstituyentes del volu-
men sanguíneo a corto plazo ya que permiten mantener la volemia en
niveles normales mientras se trata la causa original de la hipovolemia. De
tal manera las soluciones coloidales incrementan la presión oncótica y
aumentan el paso de fluidos desde el compartimiento intersticial al com-
partimiento plasmático, actuando como expansores plasmáticos.
Generalmente se trata de sustancias sintéticas del tipo de: dextranos, gela-
tinas modificadas y almidones.
En general las soluciones coloides de reemplazo, presentan las siguientes
características:
• Su efecto sobre la circulación es imitar la función de las proteínas
plasmáticas, por lo que su administración mantiene la presión oncó-
tica plasmática.
• Su acción es más prolongada que la de las soluciones cristaloides
debido a su mayor peso molecular, ya que su permeabilidad capilar
está disminuida y permanece durante más tiempo en el comparti-
miento intravascular.
• Su proporción de infusión es de una unidad de volumen de coloide
por la misma cantidad de volumen de sangre perdida.
Los coloides sintéticos son sistemas polidispersos donde hay grandes
variaciones en los tamaños de las moléculas dispersas. Suele utilizarse un
peso molecular medio, estimado como la media de los pesos moleculares,
para describir el tamaño medio de las moléculas dispersas. Moléculas con
pesos moleculares inferiores a 55.000 son rápidamente eliminadas por fil-
tración glomerular. Existen tres tipos de coloides comercializados:
Dextranos, gelatinas y almidones.
A.2.1. Dextranos
Los dextranos son polisacáridos de origen bacteriano (producidos por el
Leuconostoc mesenteroides) que poseen unas propiedades oncóticas ade-
cuadas. En función de su peso molecular medio, se dispone en la actuali-
dad de dos tipos de dextranos: Dextrano 40 con un pm de 40.000 daltons,
y el Dextrano 70 con un pm de 70.000 daltons, a su vez ambos pueden
805
estar reconstituidos en solución salina fisiológica o en soluciones de glu-
cosa al 5% o 10%.
Se dispone de las siguientes soluciones farmacéuticas: BAS DEXTRAN
GLOCUSADO®, BAS DEXTRAN SALINO®, DEXTRANORM GLU-
COSADO®, DEXTRANORM SALINO®, RHEOMACRODEX GLU-
COSADO®, RHEOMACRODEX SALINO®.
Las soluciones de dextranos que se utilizan para reponer la volemia, son
hiperoncóticas y tras su administración, se produce una expansión de
volumen del espacio intravascular mediante el paso de líquido desde el
espacio intersticial.
También ejercen una acción antitrombótica ya que provocan una dismi-
nución en la agregación plaquetaria y facilitan la lisis del trombo ya for-
mado; éstas acciones aparecen sobre las 4-6 horas tras su administración
y tienen un efecto de al menos 24 horas.
La eliminación de los dextranos es fundamentalmente por vía renal, median-
te filtración glomerular, si bien una pequeña parte es eliminada por vía diges-
tiva, mediante secreciones intestinales y pancreáticas, y otra mínima parte se
almacena en diversos órganos para ser degradada enzimáticamente.
Entre los efectos secundarios indeseables de los dextranos, se encuentran:
tubulopatía renal por obstrucción a nivel tubular, reacciones alérgicas e inclu-
so anafilácticas debidas a las IgG e IgM que contienen, alteraciones en el sis-
tema retículo-endotelial disminuyendo la respuesta inmune, y dificultar las
pruebas de compatibilidad sanguínea al provocar agregados de hematíes.
806
No existe un límite Dextrano 40: no debe No debe exceder 20
de dosis conocido. exceder 50 ml/Kg en ml/Kg en 24 horas.
Dosificación 24 horas. Dextrano
70: no debe exceder
25 ml/Kg en 12 horas.
Reacciones alérgicas Igual que las gelati- Mismos que las gelati-
menores debido a la nas. nas, junto con eleva-
liberación de histami- ción del nivel de ami-
na. El aumento pasa- lasa sérica, y su depó-
jero en el tiempo de sito en las células del
sangría puede ocurrir. sistema reticuloendo-
Efectos colaterales
Las reacciones de telial cuyos efectos a
Hipersensibilidad largo plazo son desco-
pueden ocurrir, más nocidos.
raramente, hay reac-
ciones anafilácticas
severas
807
A.2.2. Gelatinas
Las gelatinas son polipéptidos obtenidos mediante desintegración del
colágeno que en la actualidad se pueden agrupar en: Oxipoligelatinas,
Gelatinas fluidas modificadas, y Gelatinas modificadas mediante puentes
de urea (hay que reseñar que las gelatinas modificadas se obtienen a par-
tir de colágeno de origen bovino).
Se dispone de las siguientes especialidades farmacéuticas: GELAFUNDI-
NA® (Succinato de gelatina al 4%).
Son soluciones hiperoncóticas con alto contenido en nitrógeno, calcio y
potasio. Se eliminan fundamentalmente por vía renal, de tal manera que a
las 4 horas de su administración se ha eliminado prácticamente un 60% y
las 48 horas su eliminación ha sido total. Esto le confiere una caracterís-
tica especial como solución coloidal, es de acción y efecto corto y pasaje-
ro, pero al eliminarse rápidamente, permite su utilización en dosis más
elevadas que otras soluciones coloidales.
Entre los efectos secundarios indeseables de las gelatinas, destacan las
reacciones alérgicas y anafilácticas (más frecuentes que con los dextra-
nos) por estimulación y liberación de sustancias como prostaglandinas e
histamina.
A.2.3. Almidones
Son polímeros sintéticos derivados de un almidón máiz compuesto casi
por completo de amilopectina. Esta amilopectina es tratada mediante sus-
titución de radicales hidroxilo por otros hidroxietilo para evitar su rápido
metabolismo por la amilasa plasmática. Los radicales hidroxietilo sustitu-
yen a los hidroxilos de los carbonos C2, C3, C6 de las moléculas de glu-
cosa. A mayor grado de sustitución mayor resistencia a la degradación.
También es importante la relación entre el grado de sustitución en la posi-
ción C2 que le confiere mayor resistencia a la degradación, utilizándose
como parámetro la relación C2/C6 (relación entre el grado de sustitución
en el C2 respecto al grado de sustitución en el C6). Así pues son dos los
parámetros que nos indican la duración del efecto: el grado de sustitución
y la relación C2/C6, siendo mayor la duración del efecto cuanto mayores
sean estos parámetros.
Los efectos dependen también del peso molecular y de la concentración.
Existen almidones de alto peso molecular (450.000 daltons) de peso mole-
808
cular medio (200.000-250.000 daltons) y de peso molecular bajo (75.000-
150.000 daltons). En cuanto a las concentraciones se dispone de hidro-
xietilalmidon al 6% (isooncótico) o al 10% (hiperoncótico).
Se dispone de las siguientes especialidades farmacéuticas de
Hidroxietilalmidon al 6%: ELO HES 6%®, EXPAFUSIN 6%®, HAES
ESTERIL 6%®, HEMOHES 6%®, HES GRIFOLS 6%®, ESTÉRIL 6%
PERFUFLEX®, HIDROXIETILALMI CLNA BAXTER®, VOLUVEN
6%®. De hidroxietilalmidon al 10% se dispone de: HAES ESTERIL
10%®, HEMOHES 10%®.
Su peso molecular promediado es de 450.00 daltons, y su eliminación se
realiza por vía renal fundamentalmente y en menor grado a través del trac-
to digestivo y el sistema nononuclear fagocítico. La expansión de volu-
men que provoca su administración es muy similar a la que efectúa la
albúmina al 5%, pero mantiene una vida sérica más prolongada, de tal
manera que a las 24 horas de su administración mantiene la mitad del
efecto osmótico inicial.
Entre los efectos secundarios indeseables de los almidones destacan: reac-
ciones alérgicas (menos frecuentes que los otros tipos de coloides),
aumento en los niveles de amilasa sérica que pueden persistir durante 5-7
días (este efecto se debe a la unión de la amilasa sérica a las moléculas de
almidón lo que impide su eliminación renal), alteraciones en los valores
de las pruebas de coagulación (tiempo de protrombina, tromboplastina, y
tiempo de hemorragia), y aumento en los niveles séricos de glucosa (por
liberación de la misma con la degradación del almidón).
809
B. Fármacos estimulantes de la eritropoyesis
B.1. Antianemicos
La administración de fármacos antianémicos: sales de hierro, vitamina
B12 y ácido fólico es el tratamiento inicial y de primera línea ante todo
síndrome anémico que pueda ser corregido con la administración de algu-
no de los mismos. Así mismo en casos de síndrome anémico previo a ciru-
gía programada, hay que investigar el origen del mismo y administrar un
tratamiento adecuado con alguno de dichos fármacos, antes de recurrir a
la transfusión de concentrados de hematíes.
810
tud, pero en ocasiones con menos síntomas secundarios en especial de
tolerancia gastrointestinal.
Cuando la terapia oral falla, se debe recurrir a la administración parente-
ral, que puede ser una alternativa eficaz. Las indicaciones de su empleo
son: malabsorción férrica (sprue, intestino corto, resecciones gastro-intes-
tinales, etc.), intolerancia oral severa, como un suplemento rutinario para
sumar a la nutrición parenteral, y en pacientes con enfermedad renal que
está recibiendo eritropoyetina. La severidad del cuadro anémico o el
deseo de su corrección rápida, no justifican el empleo de preparados de
hierro por vía parenteral.
Entre los preparados de hierro parenterales, se dispone de Hierro III
sorbitex (YECTOFER®) para su administración IM, de Hierro III dex-
trano (IMFERON®) para su administración IM o IV, de Hierro III
hidróxido-sacarosa (VENOFER®) para su administración IV, y de glu-
conato férrico (FERRLECIT®) para su admnistración IV. En la actua-
lidad solo se encuentra disponible para su uso en España el VENO-
FER®.
Entre los efectos secundarios del tratamiento con sales de hierro por vía
oral, cabe destacar: la intolerancia gastrointestinal, relacionada con la can-
tidad de hierro soluble en el tracto gastrointestinal superior y de factores
psicológicos; incluyen acidez, náuseas, dolor epigástrico, estreñimiento, y
diarrea. La administración por vía parenteral puede ocasionar problemas
como dolor y pigmentación en la zona de administración (si se administra
por vía IM) y cuadros de hipersensibilidad con cefalea, hipotensión, fie-
bre, urticaria, artralgias, y dolor torácico (en caso de administración IV).
811
La preparación de opción para el tratamiento de un estado de déficit de
vitamina B12 es la cianocobalamina, que debe ser administrada por vía
intramuscular o inyección hipodérmica profunda, pero nunca por vía
endovenosa. Entre los preparados comerciales de cianocobalamina se
encuentran: CROMATONBIC B12®, OPTOVITE B12®, RETICULO-
GEN FORTIFICADO®; también existen preparados de hidroxicobalami-
na: MEGAMILBEDOCE®.
Tras la administración cianocobalamina, han habido informes raros de
exantema transitorio y anafilaxis, si un paciente ha mostrado una sensi-
bilidad anterior a las inyecciones de vitamina B12, una prueba intradér-
mica debe llevarse a cabo antes de administrar la dosis completa. La cia-
nocobalamina se administra en dosis de 1 a 1000 µgr. La captación por los
tejidos, su almacenamiento y posterior utilización dependen de la dispo-
nibilidad de la transcobalamina II. La administración de 1000 µgr tiene
valor en la prueba de Schilling que se realiza para cuantificar la absorción
de vitamina B12 y mostrar el posible mecanismo de la enfermedad.
Realizando el test de Schilling con y sin el factor intrínseco agregado, es
posible diferenciar entre déficit de factor intrínseco en sí mismo, y la
enfermedad primaria ileal. El factor intrínseco es necesario para que la
vitamina B12 sea absorbida en el tracto intestinal.
La sensibilidad del sistema del hematopoyético al déficit de vitamina
B12 se relaciona con una alta proporción en la producción celular. Como
resultado de la deficiencia de vitamina B12 se provoca una incapacidad
en la maduración celular para completar las divisiones nucleares mien-
tras la maduración del citoplasmática continúa a una proporción relati-
vamente normal. Esto produce un estado de hematopoyesis ineficaz en
el que hay producción de células anormales morfológicamente y muer-
te celular durante la maduración. Cuando la deficiencia es marcada, se
afectan los distintos tipos celulares sanguíneos y se desarrolla un panci-
topenia.
El déficit de vitamina B12 también ocasiona daño en el sistema nervioso.
Una gama amplia de signos y síntomas neurológicos puede presentarse:
parestesias en manos y pies, disminución del reflejo vibratorio, alteracio-
nes del equilibrio con inestabilidad, reflejos tendinosos profundos dismi-
nuidos, y, en fases más avanzadas, confusión, malhumor, pérdida de
memoria, y incluso una pérdida de visión central. El paciente también
puede exhibir engaño, alucinaciones, o una psicosis abierta.
812
El grado y proporción en la mejora de los síntomas neurológicos depende
de la severidad y la duración de las anormalidades. Es probable que en los
que han estado presentes durante sólo unos meses, desaparezcan relativa-
mente rápidamente tras el tratamiento, pero si han estado presentes duran-
te meses o años, el retorno a la función normal puede no ocurrir.
813
B.2. Eritropoyetina
La eritropoyetina recombinante humana (r-Hu-EPO) es una glicoproteí-
na obtenida por ingeniería genética que es idéntica a la eritropoyetina
humana desde el punto de vista bioquímico, estructural, biológico e inmu-
nológico.
En la eritropoyesis, la eritropoyetina es el regulador más importante de la
proliferación de progenitores comprometidos (BFU-E y CFU-E). La eri-
tropoyesis es controlada por un sistema muy sensible en el que un “sen-
sor” en el riñón, puede detectar cambios en la entrega de oxígeno a los
tejidos y aumentar la secreción de eritropoyetina que estimula una expan-
sión rápida de los progenitores eritroides.
La eritropoyetina se produce principalmente por las células intersticiales
peritubulares del riñón bajo el control de un solo gen localizado en el cro-
mosoma 7. El producto es una proteína que contiene 165 aminoácidos. El
péptido hormonal final es muy glicosilado y tiene un peso molecular entre
32.000-40.000 daltons. Una vez en la circulación sanguínea, la eritropoye-
tina viaja a la médula ósea donde se une a un receptor en la superficie de los
progenitores eritroides comprometidos para desarrollar su acción.
La r-Hu-EPO, se produce usando una línea celular de mamífero (células
de ovario de marmota china), y es casi idéntica a la hormona endógena.
Las pequeñas diferencias en los hidratos de carbono que dividen la molé-
cula no parecen afectar la cinética, potencia o inmunoreactividad de la
misma.
Las preparaciones actualmente disponibles son: Epoetinum-alfa:
EPREX®, EPOPEN®; Epoetinum-beta: NEO-RECORMON®;
Darbepoetinum alfa: ARANESP®; epoetinum-delta DYNEPO® (éstas
dos últimas sólo están indicadas para el tratamiento de la anemia asocia-
da a la insuficiencia renal crónica, y en tratamientos oncológicos); para la
administración hipodérmica o intravenosa. La vía hipodérmica o subcutá-
nea es la de elección. El efecto sobre progenitores de la médula se man-
tiene suficientemente por lo que no necesita más que ser administrada tres
veces por semana para lograr una respuesta adecuada. Esta contraindica-
da la administración subcutánea de epoetina alfa en pacientes con
Insuficiencia renal crónica.
El tratamiento con r-Hu-EPO puede ser muy eficaz en varios tipos de
anemias, sobre todo en aquellos que se asocian con una respuesta eritro-
814
poyética pobre. Hay una relación clara entre el nivel de respuesta obteni-
do y la dosis administrada. Se ha mostrado eficaz en el tratamiento de ane-
mias asociadas con cirugía, SIDA, quimioterapia del cáncer, y ciertas
enfermedades inflamatorias crónicas.
Varios principios hay que tener en cuenta en la administración de r-Hu-
EPO antes de iniciar el tratamiento con la misma en cualquiera de la indi-
caciones reconocidas y aprobadas para su uso:
➢ La respuesta a la EPO es dosis-dependiente, pero varía entre
pacientes.
➢ La respuesta es dependiente de la vía de administración
(intravenoso versus hipodérmico) y de la frecuencia de
administración (diaria, una vez a la semana, dos veces por
semana, o tres veces por semana).
➢ La respuesta puede verse limitada por los depósitos de hie-
rro bajos, fibrosis de la médula ósea, proceso inflamatorio
crónico, y diálisis inadecuada.
➢ La hipertensión complica frecuentemente el tratamiento,
particularmente si el hematocrito se eleva rápidamente.
815
✓ La anemia que presenta el paciente es sintomática.
✓ Los niveles de eritropoyetina endógena son inferiores a 500
mU/mL en determinadas situaciones.
✓ Tras doce semanas de tratamiento a dosis elevadas no se ha obte-
nido respuesta, se debe considerar como fracaso del tratamiento y
retirar su administración.
Las principales indicaciones para el tratamiento con r-Hu-EPO están
constituidas por los siguientes procesos:
• Anemia de la insuficiencia renal crónica
La indicación de la administración de r-Hu-EPO en pacientes con insufi-
ciencia renal crónica incluye los que están en hemodiálisis y aquellos que
no están en programa de diálisis pero presentan anemia sintomática. El
hematocrito que se pretende alcanzar tras iniciar un tratamiento con r-Hu-
EPO en pacientes con insuficiencia renal oscila entre el 30-36%.
Las dosis de inicio oscilan entre 50-100 UI/Kg tres veces a la semana,
dosis que deben ajustarse una vez alcanzado los niveles de hemoglobina
deseados.
La anemia de la insuficiencia renal crónica generalmente se considera como
multifactorial, pero la respuesta llamativa a la administración de r-Hu-EPO
indica que los otros factores son de menor importancia en su desarrollo.
La r-Hu-EPO aparte de mejorar el síndrome anémico en los pacientes uré-
micos, tiene otros beneficios hematológicos, ya que:
✓ Aumenta la cifra de plaquetas.
✓ Corrige la anormalidad en la función plaquetaria, baja el tiempo de
sangría y por ello disminuye el riesgo de sangrado en los pacien-
tes urémicos; esto probablemente explica la reducción en parte en
el número de pacientes transfusión-dependientes asociada con el
uso apropiado de r-Hu-EPO.
La administración de r-Hu-EPO parece tener efectos beneficiosos adicio-
nales (por mecanismos inciertos) tales como:
✓ El alivio de una variedad de síntomas del paciente urémico tales
como, el prurito, el trastorno sexual en los varones, y la alteración
en el metabolismo de los hidratos de carbono y en el metabolismo
del cortisol.
816
✓ La mejora de ciertos parámetros en la calidad de vida, particular-
mente en la vitalidad y en el sueño.
✓ Una reducción discreta en los niveles de colesterol total y triglicé-
ridos (7% y 11%, respectivamente).
✓ Una reducción del edema macular en los pacientes diabéticos.
✓ Un aumento de la función cognoscitiva y en el flujo de sangre
cerebral
✓ El tratamiento adecuado de la anemia también puede tener efectos
importantes en las alteraciones cardiovasculares y hemodinámicas
que acompañan a la fase avanzada de la enfermedad renal:
➢ La mayoría de pacientes en diálisis ha desarrollado una
hipertrofia ventricular; el tratamiento con r-Hu-EPO se ha
mostrado eficaz para reducir el índice de la masa ventricular
izquierda en un 10-30%.
➢ Los pacientes con anemia tienen un rendimiento cardíaco
alto en asociación con un aumento en la resistencia vascular
sistémica. Estos cambios mejoran hacia la normalidad con
corrección de la anemia.
➢ La isquemia cardiaca relacionado con el ejercicio también
mejora con la corrección de la anemia.
✓ Estos efectos beneficiosos pueden verse disminuidos o anulados
ante la posibilidad de desarrollar un aumento en las cifras de la
tensión arterial.
• Alternativa a la transfusión alogenica en cirugía programada
La administración de r-Hu-EPO en pacientes que van a ser sometidos a
cirugía programada es una de las alternativas a la transfusión alogénica
más importantes de las que se dispone en la actualidad.
Las indicaciones de su administración en pacientes que precisen cirugía
mayor programada, presenten unos niveles de hemoglobina entre 10-13
g/dL, y no tengan un déficit de hierro, presenta dos alternativas:
✓ Aumento en la producción de sangre autóloga en pacientes inclui-
dos en un programa de transfusión autóloga. La pauta de adminis-
tración preferida es la vía intravenosa tras finalizar la donación, o
bien utilizar dosis subcutáneas de 600 UI/Kg dos veces a la sema-
817
na durante las tres semanas previas a la intervención quirúrgica,
durante las que se realiza la obtención de las unidades autólogas.
✓ Disminución de la exposición a transfusiones de sangre alógenica
en pacientes en los que existe un riesgo elevado de necesidad de
soporte transfusional periquirúrgico. Existen diversas pautas de
administración por vía subcutánea: 300 UI/Kg/día desde 10 días
antes de la intervención y hasta 4 días después de la misma, o bien
administrar 600 UI/Kg/semana los días –21, -14, -7, y el día de la
intervención.
• Anemia asociada al tratamiento quimioterápico en pacientes con neo-
plasias no mieloides
Las indicaciones de administración de r-Hu-EPO en pacientes oncológi-
cos, se ciñen a los que presentan neoplasias no mieloides y que reciben
tratamiento con quimioterapia.
Se administra en pacientes con anemia, pretendiendo obtener concentra-
ciones de hemoglobina de 12 g/dL. El tratamiento inicial dura 8 sema-
nas. La dosis inicial a administrar es de 150 UI/Kg tres veces a la sema-
na, determinar la cifra de reticulocitos a las 4 semanas; si éstos no se han
incrementado en 40.000 mL y la hemoglobina no ha subido más de 1
g/dL, se incrementa la dosis a 300 UI/Kg tres veces por semana; si a las
4 semanas del incremento de dosis, los reticulocitos no se han incre-
mentado en 40.000 mL con respecto al valor inicial, o la hemoglobina
no ha aumentado 1 g/dL con respecto al valor inicial, se finalizará el tra-
tamiento, considerando que el paciente no responde al tratamiento con
r-Hu-EPO.
Si la evaluación a las 4 semanas de iniciar el tratamiento muestra un incre-
mento de la hemoglobina por encima de 2 g/dL o ésta alcanza valores de
14 g/dL, se interrumpe al tratamiento hasta que la hemoglobina se encuen-
tre en valores inferiores a los 12 g/dL, administrando un 25% menos de la
dosis inicial.
Si la evaluación a las 4 semanas de iniciar el tratamiento muestra un incre-
mento de la hemoglobina entre 1-2 g/dL y no se han alcanzado los
14 g/dL, se continuará el tratamiento con una reducción de la dosis entre
25-50%.
• Anemia asociada a infección por VIH en pacientes bajo tratamiento con
Zidovudina (AZT).
818
Las indicaciones de administración de r-Hu-EPO en pacientes con infec-
ción por VIH y en tratamiento con zidovudina, se limitan a aquellos
pacientes con anemia sintomática y que presentan unos niveles endógenos
de eritropoyetina <500 mU/mL o reciben dosis de AZT superiores a 4.200
mg/semana. (Aprobada por la FDA, hasta la fecha en España no se reco-
noce tal indicación).
La dosis a administrar es de 100 UI/Kg tres veces a la semana, y la dura-
ción prevista del tratamiento es de 8 semanas; si al finalizar las mismas
no se obtiene una respuesta satisfactoria, se incrementan las dosis en 50-
100 UI, con evaluación a las 4 semanas; si pasadas las mismas no se ha
obtenido respuesta, se administran 300 UI/Kg tres veces a la semana,
retirando la administración si la evaluación a las 4 semanas no ha mos-
trado respuesta.
En caso de obtener una respuesta al tratamiento con cualquiera de las
dosis administradas se individualizan las dosis de mantenimiento para
obtener y mantener los niveles de hemoglobina deseados.
• Anemia asociada al transplante autólogo de médula ósea tras quimiote-
rapia a altas dosis y administración de células germinales
En muchas neoplasias hematológicas y no hematológicas, se utiliza el
transplante autólogo de médula ósea con células germinales, tras quimio-
terapia a altas dosis con el fin de consolidar el tratamiento y erradicar la
enfermedad neoplásica.
La administración de r-Hu-EPO durante el período de aplasia medular y
hasta la completa regeneración de la médula ósea y autonomía en la fabri-
cación de hematíes es una medida de soporte fundamental, que puede dis-
minuir considerablemente los requerimientos transfusionales.
La dosis a administrar es de 50-100 UI/Kg diariamente tras la infusión de
las células germinales, monitorizando la respuesta con los niveles de reti-
culocitos intentando manetener hemoglobinas superiores a 10 g/dL hasta
la completa regeneración medular.
• Anemia asociada al mieloma múltiple y enfermedad de Waldestrom
El mieloma múltiple y la enfermedad de Waldeström son dos enfermeda-
des neoplásicas de las células plasmáticas y de las células linfoides de tipo
B, respectivamente, que pueden dar lugar a una hematopoyesis ineficaz,
bien por el compromiso medular o bien debido al tratamiento quimioterá-
pico de las mismas.
819
El tratamiento con r-Hu-EPO de la anemia presente en pacientes diagnos-
ticados de mieloma múltiple o enfermedad de Waldeström, se indica en
las situaciones siguientes:
✓ Hemoglobina inferior a 10 g/dL o hematocrito inferior al 30%,
junto con un nivel de eritropoyetina endógena <500 mU/mL.
✓ Pacientes que tenga una expectativa razonable de larga supervi-
vencia.
✓ Disminución en el número y frecuencia de unidades de concentra-
do de hematíes transfundidas.
El tratamiento se administra durante un período de prueba de 6 semanas,
y la dosis a administrar es de 100-150 UI/Kg tres veces a la semana, si al
finalizar dicho período la hemoglobina del paciente no se ha incrementa-
do en más de 1 g/dL, se considera que la anemia es insensible al trata-
miento con r-Hu-EPO y se finaliza su administración. Si el paciente res-
ponde se puede continuar el tratamiento hasta alcanzar la hemoglobina
valores de 12 g/dL y/o reducir las necesidades transfusionales.
• Anemia secundaria a síndromes mielodisplásicos
Los síndromes mielodisplásicos son un grupo heterogéneo de enfermeda-
des hematológicas malignas, que se caracterizan por una hematopoyesis
displásica e ineficaz, y que presentan un riesgo variable de transformación
en una leucemia aguda.
El tratamiento con r-Hu-EPO de la anemia presente en pacientes diagnostica-
dos de síndrome mielodisplásico, se indica en las situaciones siguientes:
✓ Hemoglobina inferior a 10 g/dL o hematocrito inferior al 30%,
junto con un nivel de eritropoyetina endógena <500 mU/mL.
✓ Pacientes que tenga una expectativa razonable de larga supervi-
vencia.
✓ Disminución en el número y frecuencia de unidades de concentra-
do de hematíes transfundidas.
✓ En pacientes con anemia refractaria con exceso de blastos o anemia
refractaria en transformación leucémica, que por motivos médicos
no son candidatos a un tratamiento activo quimioterápico.
El tratamiento se administra durante un período de prueba de 6 semanas,
la dosis a administrar es de 100-150 UI/Kg tres veces a la semana, si al
820
finalizar dicho período la hemoglobina del paciente no se ha incrementa-
do en más de 1 g/dL, se considera que la anemia es insensible al trata-
miento con r-Hu-EPO y se finaliza su administración. Si el paciente res-
ponde se puede continuar el tratamiento hasta alcanzar la hemoglobina
valores de 12 g/dL y/o reducir las necesidades transfusionales.
821
suficientes para disminuir los síntomas anémicos sin producir una eleva-
ción significante en la tensión arterial. Estos pacientes que desarrollan una
hipertensión, pueden tratarse con deplección de fluidos (vía diálisis, o si
el paciente tiene un fracaso renal crónico sin hemodiálisis, con diuréticos)
y la administración de agentes antihipertensivos. Los Beta-bloqueantes y
vasodilatadores deben ser considerados como agentes de primera opción.
Los calcio antagonistas y los inhibidores de la enzima de conversión de la
angiotensina también pueden ser eficaces. La dosis de r-Hu-EPO debe
reducirse o debe discontinuarse durante varias semanas en casos severos
o cuando otras medidas terapéuticas son ineficaces.
En los pacientes no renales la hipertensión también es una complicación
frecuente, si bien no tan severa como en los pacientes renales, ya que pue-
den manejar mejor el balance de fluidos.
Aparte de la hipertensión y sus problemas relacionados, el efecto secun-
dario más común del tratamiento de r-Hu-EPO es la cefalea que ocurre en
15% de los casos y un síndrome pseudogripal que afecta al 5%, con pre-
sencia de artralgias, náuseas, astenia, dolor óseo, de etiología desconoci-
da pero sensible a la administración de fármacos antiinflamatorios
La r-Hu-EPO también mejora las alteraciones hemostásicas causadas
por la uremia y aumenta la cifra de plaquetas, que puede asociarse con
un aumento en el riesgo de fenómenos trombóticos. Una tendencia
aumentada a la trombosis de la fístula arterio-venosa de acceso vascular
en pacientes de hemodiálisis también se ha informado. Cambios que
pueden contribuir al desarrollo de los fenómenos trombóticos son el
aumento del hematocrito, la mejora de la función plaquetar, y el refuer-
zo de la descarga del activador inhibidor-1 del plasminógeno por las
células endoteliales vasculares. La corrección de anemia con r-Hu-EPO
requiere un aumento en las dosis de heparina en aproximadamente un
25% de los pacientes.
Entre las reacciones adversas infrecuentes pero importantes cabe destacar
la existencia de las siguientes:
• Resistencia a r-Hu-EPO.
Algunos pacientes son relativamente resistentes a r-Hu-EPO y
requieren dosis mayor que 100 U/kg. La causa más común es una
deficiencia férrica inducida en parte por el aumento rápido del con-
sumo por el incremento de la eritropoyesis. Otras causas adicionales
de resistencia incluyen: fibrosis de la médula ósea debido a un hiper-
822
paratiroidismo secundario (debe sospecharse cuando la resistencia a
r-Hu-EPO ocurre en pacientes con depósitos de hierro repletos);
enfermedad neoplásica oculta y alteraciones hematológicas insospe-
chadas (como deficiencia del folatos). Al evaluar a un paciente para
una posible deficiencia de folatos, la concentración del mismo en los
hematíes es más fiable la concentración sérica; los procesos infla-
matorios crónicos (con inhibición posiblemente debido a la produc-
ción del citocinas reforzadas, como los niveles altos de proteína C
reactiva); la intoxicación por sales de aluminio; la desnutrición
(hallazgo común en pacientes en hemodiálisis); ciertas
Hemoglobinopatías, como pacientes con enfermedad de células fal-
ciformes o rasgo falciforme, que tienen una respuesta inadecuada a
la administración de r-Hu-EPO (con un predominio de reticulocitos
que contienen hemoglobina F); la administración de inhibidores de
la enzima de conversión de la angiotensina y/o antagonistas del
receptor de la angiotensina II, pueden producir resistencia relativa a
r-Hu-EPO.
• Eritroblastopenia.
La Erirtroblastopenia ha sido descrita como una reacción adversa
rara, observada en pacientes con insuficiencia renal crónica tratados
con r-Hu-EPO, con una incidencia de 1 caso cada 10.000 pacientes
tratados, durante meses o años. En la mayoría de los mismos se
detectaron anticuerpos anti-eritropoyetina en el suero de los mismos.
Ante un caso de Eritroblastopenia, se debe suspender el tratamiento
con r-Hu-EPO.
823
función de varios tipos célulares mieloides. Actúa sinergicamente con otro
factor de crecimiento como la eritropoyetina, a nivel del BFU. GM-CSF
refuerza la migración, fagocitosis, producción de superóxido, y la toxici-
dad de citocinas celulares anticuerpo-dependientes de los neutrófilos,
monocitos y eosinófilos.
La actividad del factor de crecimiento estimulante de colonias granuloci-
tarias (G-CSF) se enfoca más con su acción principal que es estimular la
proliferación, diferenciación y función de la serie granulocitaria. Actúa
principalmente en CFU-G, aunque también puede jugar un papel de siner-
gismo con IL-3 y GM-CSF estimulando otras líneas celulares. El G-CSF
refuerza las actividades fagocíticas y citotóxicas de los neutrófilos pero a
diferencia del GM-CS, tiene un efecto pequeño en los monocitos, macró-
fagos y eosinófilos. El G-CSF reduce la inflamación inhibiendo la IL-1, el
factor de necrosis tumoral, y el interferon gamma.
824
El r-HuGM-CSF se ha utilizado para movilizar células progenitoras
CD34-positivas y su posterior recolección de sangre periférica tras qui-
mioterapia mieloablativa, y se ha empleado para acortar la duración de la
neutropenia y reducir la morbilidad en pacientes que reciben quimiotera-
pia intensiva. También se ha observado que estimula la mielopoyesis en
algún paciente con neutropenia cíclica, mielodisplasia, anemia aplásica o
neutropenia asociada al SIDA.
El r-HuGM-CSF se administra mediante inyección subcutánea o infusión
intravenosa lenta a una dosis de 125 a 500 µgr/m2. Los niveles plasmáti-
cos suben rápidamente después de su administración subcutánea y tienen
una vida media de 2 a 3 horas. Cuando se administra intravenosamente, la
infusión debe realizarse durante 3 a 6 horas.
En dosis más bajas, la respuesta se observa principalmente en los neutró-
filos, mientras que a dosis mayores, se observa una monocitosis y una
eosinofilia.
Los efectos secundarios del r-HuGM-CSF, sobre todo a dosis altas,
incluyen dolor óseo, malestar, síntomas de “flushing”, fiebre, artral-
gias, el síndrome de permeabilidad capilar (caracterizado por edema
periférico, pleural o pericárdico), diarrea, disnea, y salpullido. No obs-
tante algunos pacientes pueden ser sumamente sensibles a la adminis-
tración de r-HuGM-CSF, las reacciones agudas a la primera dosis se
caracterizan por hipotensión, náuseas, vómitos, y disnea que se puede
acompañar de una disminución en la saturación de oxígeno arterial
debido al acúmulo de granulocitos en la circulación pulmonar. Con la
administración prolongada de r-HuGM-CSF, algunos pacientes pueden
desarrollar un síndrome de permeabilidad capilar con edema periférico,
pleural y pericárdico.
825
una línea celular humana (CHU-2) obtenida por ingeniería genética en
células de ovario de hamster chino (CHO).
La acción principal del r-HuG-CSF es el estímulo de las CFU-G para
aumentar producción de los neutrófilos, así como también reforzar sus
funciones fagocíticas y citotóxicas. El r-HuG-CSF es eficaz en el trata-
miento de la neutropenia severa que se presenta en los transplantes de
médula ósea y en quimioterapias a altas dosis. Acorta el periodo de neu-
tropenia severa y reduce la mortalidad secundaria a infecciones bacteria-
nas y fúngicas. Cuando se utiliza como parte integrante de un régimen de
quimioterapia intensiva, puede disminuir la frecuencia tanto de la hospi-
talización por los procesos febriles neutropénicos como las interrupciones
de la administración en el protocolo de quimioterapia.
El r-HuG-CSF ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de las neutro-
penias congénitas severas. En las neutropenias cíclicas, no elimina el ciclo
neutropénico, pero aumenta el nivel de los neutrófilos y acorta la longitud
del ciclo lo suficiente como para prevenir infecciones bacterianas recu-
rrentes.
El tratamiento con r-HuG-CSF puede mejorar las cifras de neutrófilos en
algunos pacientes con síndromes mielodisplásicos o fracaso medular
(anemia aplásica no severa o infiltración tumoral). La neutropenia en
pacientes con SIDA y en tratamiento con zidovudina puede verse parcial
o completamente mejorada mediante tratamiento con r-HuG-CSF.
El r-HuG-CSF se usa rutinariamente en pacientes a los que se les realiza
la recolección de células progenitoras de sangre periférica y su posterior
trasplante, ya aumenta la movilización de células progenitoras CD34-
positivas de la médula y reduce el número de procesos de aféresis nece-
sario para el trasplante.
El r-HuG-CSF es administrado por inyección subcutánea, o infusión
intravenosa en unos 30 minutos a una dosis de 1 a 20 µgr/kg por día sien-
do su vida media en el plasma de 3-5 horas para ambas rutas de adminis-
tración.
Los efectos adversos del r-HuG-CSF incluyen dolor moderado óseo y
muscular sensible a analgésicos menores y en pacientes que reciben dosis
altas en un periodo prolongado, se han descrito reacciones superficiales
locales, y más raramente una vasculitis necrotizante cutánea. Una discre-
ta esplenomegalía se ha observado en pacientes en tratamiento a largo
plazo.
826
C.3. Factor estimulante de colonias de monocitos/macrofagos
(M-CSF)
El factor recombinante humano de colonias Monocito/Macrofágicas (r-
HuM-CSF) puede jugar un papel estimulante en la producción de los
macrófagos y monocitos. El M-CSF humano se produce por varios tipos
celulares que incluyen los fibroblastos, células endoteliales y los propios
macrófagos. Se obtiene por ingeniería recombínate en una cepa de
Escherichia Coli. Se encuentra en fase de desarrollo y estudios clínicos,
aunque su principal indicación se encuentra en la neutropenia post-quimio-
terapia de las leucemias agudas mieloides, si bien se han detectado efectos
secundarios significativos como esplenomegalía y trombocitopenia.
827
je la administración profiláctica de medicación antihistamínica y bronco-
dilatadora, de 10-12 horas previas a su inyección subcutánea, y mante-
niéndola mientras dure el tratamiento.
828
La IL-11 recombinate humana (r-HuIL-11) denominada Oprelvekin
(NEUMEGA®, de momento no comercializada en España), es producida
por una Escherichia Coli, mediante técnicas de ingenieria genética ADN
recombinante.
La r-HuIL-11 es el primer factor de crecimiento aprobado por la FDA para
el tratamiento y profilaxis de la trombocitopenia, en pacientes que reciben
quimioterapia citotóxica para el tratamiento de neoplasias no mieloides.
La r-HuIL-11 se administra por vía subcutánea a una dosis de 50 µgr/kg
por día. Su vida media es de 7-8 horas, y su administración comienza 6-
24 horas después de la realización de quimioterapia y se mantiene duran-
te 14-21 días o hasta que las plaquetas en el momento del nadir superen
las 50.000 µL.
Los efectos secundarios más comúnmente observados tras su administración
son: fatiga, dolor de cabeza, vértigo, visión borrosa, dolor óseo, hipopotase-
mia, y los problemas cardiovasculares (probablemente causados por una
retención fluida secundaria a la reabsorción renal aumentada de sodio) qué
incluyen anemia dilucional, disnea como resultado de exudados pleurales, y
episodios de fibrilación auricular transitoria, todos ellos reversibles.
D.2. Trombopoyetina
La tromoboyetina humana recombinante (r-Hu-TPO) es un citocina que
selectivamente estimula la megacariocitopoyesis, descubierta en 1994,
actualmente su uso esta fase de ensayos clínicos y es investigacional; es la
versión sintética de una hormona humana natural constituida por 353 ami-
noácidos, con un peso molecular de 80.000-90.000 daltons, y cuyo gen se
localiza en el cromosoma 3 región q26-q27. Se segrega fundamentalmen-
te en los hepatocitos y en el riñón, y en menor medida en las células del
bazo, músculo, cerebro y en las células del estroma de la médula ósea.
En estudios limitados ha sido eficaz en aumentar rápidamente la cifra de
plaquetas y reducir la duración de trombocitopenia severa, así como la
necesidad de la transfusión de unidades de plaquetas.
La r-Hu-TPO es una molécula glicosilada producida en cultivos celulares
que consiste en la sucesión completa de aminoácidos humanos que cons-
tituyen la tromboyetina humana y qué tiene una vida media circulatoria de
20 a 40 horas; siendo desarrollada por los laboratorios Genetech-
Pharmacia-Upjohn y de momento no comercializada.
829
Riesgos potenciales asociados con la administración de r-Hu-TPO incluyen
la formación de anticuerpos, fibrosis de médula ósea, trombosis, inducción
de trombocitosis, y un estímulo sobre el crecimiento tumoral maligno.
E. Fármacos Hemostasicos
830
Sus indicaciones fundamentales son:
• Tratamiento de la hemorragia en pacientes con alteraciones hemos-
tásicas:
✓ Déficit congénito de α2-antiplasmina.
✓ Déficit congénito de del activador inhibidor-1 del plasmiógeno.
✓ Enfermedad de von Willebrand.
✓ Hemofilia.
✓ Enfermedad de Rendu-Osler.
✓ Otras alteraciones hereditarias hemorrágicas.
✓ Púrpura trombocitopénica idiopática.
✓ Cirrosis hepática.
✓ Trombocitopenia hiporegenerativa.
• Tratamiento de la hemorragia en pacientes sin defectos hemorrági-
cos:
✓ Hemorragias oro-faringeas y epistaxis.
✓ Hemorragia gastrointestinal.
✓ Hemorragia post-prostatectomía.
✓ Menorragias.
✓ Hemorragia subaracnoidea tras aneurisma intracraneal.
• Hiperfibrinólisis primaria.
• Ahorro de sangre en cirugía:
✓ Cirugía cardiaca.
✓ Transplante de hígado.
Entre los efectos secundarios, que son mínimos, destacan una cierta toxi-
cidad gastrointestinal, y la posibilidad de generar algún fenómeno trom-
bótico. Las contraindicaciones de su empleo son en pacientes con: enfer-
medad renal, hematuria del tracto urinario alto, hematuria asociada con
alteraciones hemorrágicas hereditarias, coagulación intravascular disemi-
nada sin fibrinogenolisis sistémica, púrpura trombótica trombocitopénica,
embarazo, y procesos trombóticos en curso.
831
Se han utilizado con éxito en el control de la hemorragia quirúrgica de
los órganos que poseen altas concentraciones de factores activadores del
plasminógeno (cerebro, mucosa gástrica, próstata), así como para evitar
y disminuir el resangrado en hemorragias subaracnoideas, gastrointesti-
nales, post-prostatectomía, y en pacientes afectos de hemofilia que van a
ser sometidos a procedimientos odontológicos. Se han utilizado para tra-
tar hemorragias de forma eficaz en varias situaciones y han sido inclui-
dos en cirugía cardiaca, oncológica, obstétrica, ginecológica, transplante
de órganos, cirugía ortopédica, traumatológica, y en alteraciones hema-
tológicas.
Se dispone de los siguientes preparados:
• Ácido Epsilon aminocaproico
Es un fármaco que se utiliza para estabilizar el coágulo y mantener
la hemostasia de una manera eficaz retardando o deteniendo la
fibrinolisis, cuando ésta contribuye a un sangrado excesivo. Se uti-
liza para el tratamiento y profilaxis de la hemorragia postquirúrgica
en cirugía cardiaca, oncológica, obstétrica, ginecológica, transplan-
te de órganos, cirugía ortopédica, traumatológica, odontoestomato-
lógica y en alteraciones hematológicas, sobre todo en las hemorra-
gias secundarias a tratamiento trombolítico. Comercialmente se dis-
pone de: CAPROAMIN FIDES®. La dosis recomendada es una ini-
cial de 4 gr., seguida de dosis de 1-1.25 gr. cada hora, y general-
mente son suficientes 8 horas de tratamiento. La dosis máxima dia-
ria es de 24 gr.
• Ácido tranexámico
Es una droga que refuerza el coagulo retardando o deteniendo fibri-
nolisis. Es una diez veces más potente que el ácido aminocaproico y
además posee una semivida de eliminación más prolongada. Tiene las
mismas indicaciones clínicas que el ácido epsilon aminocaproico.
Comercialmente se dispone de ANCHAFIBRIN®. La dosis reco-
mendada es de 10-15 mg/Kg tres veces al día, o administrar en per-
fusión contínua una dosis de 25-50 mg/Kg/día.
E.1.2. Aprotinina
Es un polipéptido obtenido de tejido pulmonar bovino que reduce el san-
grando durante y después de la cirugía. Se piensa que el mecanismo por
832
el que la aprotinina minimiza el sangrando involucra efectos en la función
plaquetaria así como en la coagulación y en la fibrinolisis. Es un inhibi-
dor de la proteasa sérica, que actúa inhibiendo la plasmina, tripsina y kali-
creina, que a su vez evitan el paso de plasminógeno a plasmina, con lo que
inhibe la fibrinolisis.
Su indicación principal está en la cirugía cardiaca y en el transplante de
hígado, proporcionando buenos resultados cuando se utiliza de forma pro-
filáctica, reduciendo considerablemente la pérdida de sangre y los reque-
rimientos transfusionales, y el número de reintervenciones por hemorra-
gia. Comercialmente se dispone de TRASYLOL®. Las dosis recomenda-
das en el caso de tratamiento de la hemorragia son 500.000-1.000.000
KIU en dosis inicial, continuando con 200.000 KIU hora hasta su control;
en la cirugía cardiaca se prefiere una dosis inicial de 2.000.000 KIU,
seguida de una perfusión contínua de 500.000 KIU/hora hasta la finaliza-
ción de la intervención.
Entre los efectos adversos de su administración, destaca la aparición de
reacciones alérgicas (en un 3% de los casos) de intensidad variable, que
aumenta con la administración previa del fármaco y que consisten bási-
camente en cuadros de hipotensión y rash cutáneo, y desarrollo de anti-
cuerpos de tipo IgG frente al fármaco. Otros efectos secundarios incluyen
una hipotética mayor tendencia a fenómenos trombóticos (oclusión del
injerto, infarto agudo de miocardio), en relación directa con la dosis y la
rapidez en alcanzar los niveles óptimos; alteraciones renales de efecto
transitorio y reversible, sobre todo en pacientes con función renal previa
normal; y ciertas interacciones medicamentosas con la administración
simultánea de soluciones de aminoácidos, emulsiones lipídicas, corticoes-
teroides, tetraciclinas, heparina, estreptocinasa y enzimas inhibidores de
la enzima de conversión de la angiotensina.
E.2. Desmopresina
Es un derivado sintético de la hormona humana antidiurética denominada
vasopresina, sin los efectos vasomotores clínicamente significativos. La
Desmopresina (D-amino-D-arginina-Vasopresina, DDVAP) causa un
aumento dosis-dependiente en el plasma, del factor VIII, VIII-C, y factor
von Willebrand por parte de las células endoteliales (almacenados en los
cuerpos de Weibel-Palade de las mismas), al tiempo que provoca una libe-
ración del activador del plasminogeno.
833
La DDVAP ha aportado grandes beneficios en el tratamiento de la
Hemofilia tipo A y la enfermedad de von Willebrand, al ser una excelen-
te opción para reducir las perdidas sanguíneas intraoperatorias. Si bien su
empelo es ineficaz en pacientes con Hemofilia B y pacientes con enfer-
medad de von Willebrand tipos III y IIB, siendo variable su respuesta en
los de tipo IIA, y en general en cualquier tipo cuyo índice de factor VIII
es inferior al 5%.
Sus indicaciones fundamentales son tratamiento y profilaxis ante procedi-
mientos invasivos en pacientes con Hemofilia A o enfermedad de von
Willebrand tipo I; en pacientes sin déficit de factores de la coagulación,
pero con alteraciones en la función plaquetaria (uremia, cirrosis, ingesta
de ácido ácetilsalicílico) su administración puede reducir el sangrado ope-
ratorio y las necesidades transfusionales.
La dosis a administrar es de 0.3 µgr/Kg diluido en 50-100 mL de solución
salina, en infundiéndolo lentamente (30 minutos) para evitar hipotensión
e hiponatremia. Esta dosis puede repetirse 1 o 2 veces cada 6-12 horas
como máximo, ya que nuevas dosis provocarían un efecto de taquilaxis,
con disminución del efecto. Una dosis de la prueba debe usarse para eva-
luar la respuesta del paciente. Comercialmente se dispone de MINU-
RIN®.
La DDVAP es generalmente muy bien tolerada, si bien su administración
intravenosa rápida produce hipotensión arterial transitoria acompañada de
rubor facial, cefalea y naúseas. más raramente se han descrito casos gra-
ves de hiponatremia tras su infusión en niños.
834
ma fresco congelado.
El efecto hemostásico de los estrógenos conjugados se prolonga durante
unas dos semanas, y no se ha relacionado con efectos secundarios impor-
tantes. Se dispone como preparado farmacéutico: PREMARIN®.
835
F. Factores recombinantes de la coagulación
Los Factores recombinates de la coagulación antihemofílicos son formas
biosintéticas de los factores endógenos de la coagulación humanos. Para
su obtención se utiliza la tecnología recombinante de ADN y producen
los mismos efectos biológicos como el correspondiente producto de la
coagulación obtenido tras fraccionamiento industrial del plasma humano.
Los productos comerciales recombinantes de los factores de la coagula-
ción se asocian con un riesgo sustancialmente reducido de contaminación
viral comparado a los productos fabricados procedentes del plasma
humano.
836
F.4. Proteina C recombinante
La Proteína C recombinante humana activada (drotrecogin alfa, activated)
proporciona un aporte de proteína C muy importante en el tratamiento de
las complicaciones hemorrágicas de los cuadros severos de sepsis. En la
actualidad no se dispone en España del producto (Xigris®, Eli Lylly and
Co.), el cual ha sido aprobado para su uso en EE.UU., y recientemente en
la CEE.
837
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844
23. SUPLENTES Y SUSTITUTOS DE LA SANGRE
845
Fue a raíz de la segunda guerra mundial cuando se iniciaron los estudios
encaminados a obtener un producto que supliera los efectos de la transfusión
de sangre (el transporte de oxígeno a los tejidos), si bien los avances tecnoló-
gicos de aquella época no contribuyeron a su desarrollo. Al inicio de la déca-
da de los años 80 y con la eclosión de la infección por el virus de la inmuno-
deficiencia humana y las hepatitis víricas, transmitidas mediante la adminis-
tración de sangre y hemoderivados, la búsqueda de fármacos o sustancias que
suplieran los efectos beneficiosos de la transfusión de hematíes, es decir el
transporte de oxígeno a las células de los tejidos sin los riesgos derivados de
la administración de hemoderivados sanguíneos, comenzó de nuevo a cobrar
interés ayudada sobre todo por el avance científico y tecnológico.
El sustituto ideal de la sangre debería ser una sustancia que: no produjera
las reacciones inmunológicas que en la actualidad pueden provocar los
hematíes, no transmitiera ninguna enfermedad infecciosa, tuviera una
duración estable y una vida media intravascular larga (semanas o meses),
no provocara efectos secundarios importantes, y fuera fácil de obtener con
un coste no excesivo para su utilidad a gran escala.
Los principales usos de los fármacos o soluciones transportadoras de oxí-
geno radican en las siguientes situaciones:
• Hemorragia aguda quirúrgica o traumática.
• Hemorragia aguda en pacientes que por motivos religiosos no acep-
tan la transfusión convencional.
• Mejorar la hemodilución normovolémica aguda.
• Shock séptico.
• Mejorar el grado de oxigenación en determinadas intervenciones
quirúrgicas (cardiacas, vasculares).
En la actualidad dos tipos principales de sustancias están en desarrollo y
algunas de ellas en ensayos clínicos fase III; se trata de soluciones de
hemoglobina y de emulsiones de perfluorocarbono. A estas soluciones
transportadoras de oxígeno, cabe añadir otros productos derivados y sus-
titutos de las plaquetas, actualmente en desarrollo con el fin de suplir la
administración de unidades convencionales de las mismas.
A. Soluciones de hemoglobina
Las soluciones de hemoglobina tienen la posibilidad de emplearse como
sustitutos de los hematíes sobre la base de ciertas características de la
846
hemoglobina como son: su alta capacidad de unión con el oxígeno, su
capacidad de saturarse completamente de oxígeno con una presión
ambiental del mismo, y su facilidad de descargar el oxígeno en los capi-
lares con una presión de liberación de 40 mmHg. Los estudios actuales
buscan una solución de hemoglobina como sustituto de los hematíes que
reúna las siguientes características o propiedades:
• Capacidad de transportar oxígeno como la hemoglobina natural.
• No producir toxicidad ni ser inmunogéna.
• Tener unas excelentes propiedades reológicas.
• Vida media intravascular suficientemente duradera.
• Ser termoestable y de fácil disposición para su uso.
• No presentar riesgos de transmisión de enfermedades infecciosas.
• Tener un coste bajo o moderado.
Las primeras soluciones de hemoglobina libre del estroma eritrocitario, se
presentaron como el sustituto ideal a la transfusión de hematíes, y de
hecho se obtuvieron de unidades de sangre caducada, pero su utilización
se vio truncada sobre la base de: su vida media corta de apenas 2-4 horas
debido a su rápida disociación y eliminación a través de filtración glome-
rular; a la perdida de la capacidad de unir el 2,3-difosfoglicerato, lo cual
repercute en la afinidad por el oxígeno (expresada en la presión parcial de
oxígeno cuando la sangre está saturada al 50% -P50-), con lo cual se difi-
culta la liberación de oxígeno a los tejidos; a los efectos hipertensivos que
ejercía debido a su unión con el óxido nítrico produciendo una vasocons-
tricción; a los efectos gastrointestinales del tipo de espasmos de muscula-
tura lisa; a los efectos nefrotóxicos derivados de su eliminación renal; y a
otros efectos tóxicos potenciales derivados de la generación de radicales
tóxicos de hierro y oxígeno.
En los últimos años, se han utilizado 4 fuentes distintas de hemoglobina:
humana, bovina, recombinante y transgénica (ésta última la menos utili-
zada). No se ha podido establecer cual de ellas es la más efectiva, ya que
la principal complicación de la hemoglobina que radica en su toxicidad,
no depende de la fuente de la misma, sino de su comportamiento en el
organismo, ya que sea cual sea su origen, la hemoglobina es un tetradí-
mero que en el interior de los vasos sanguíneos se disocia en moléculas
diméricas que originan vasoconstricción, efectos tóxicos en el riñón y en
847
tracto gastrointestinal, como se ha mencionado. Para evitar dicho proble-
ma, se han realizado diversos procesos entre otros como: conjugar el tetrá-
mero de la hemoglobina con diversas sustancias como el polietilenglicol,
realizar enlaces covalentes entre las subunidades de la hemoglobina, y
encapsularla en liposomas.
Entre las fuentes de obtención de las soluciones de hemoglobina, como se
ha mencionado se dispone fundamentalmente de cuatro:
• Hemoglobina humana.
Se obtiene de unidades de sangre donadas que han caducado en las
neveras de los Centros de Transfusión y Bancos de sangre. Presenta
dos problemas: se mantiene el potencial riesgo infeccioso de trans-
misión y es una fuente limitada para su obtención.
• Hemoglobina humana recombinante.
Se obtiene por ingeniería genética usando técnicas recombinantes en
una Escherichia Coli. Su capacidad de unión al oxígeno es similar a
la hemoglobina humana, no transmite enfermedades y su suministro
es ilimitado. El problema que plantea es si se dispone de la tecnolo-
gía suficiente para fabricarla en grandes cantidades. Recientemente
se está trabajando en obtener una hemoglobina humana recombinan-
te, mutante que presente una afinidad alterada por el óxido nítrico y
así evitar los efectos transitorios vasoconstrictores e hipertensivos.
• Hemoglobina bovina.
Es una hemoglobina de origen bovino purificada. De fácil obtención
pero con el riesgo de ser transmisora de la enfermedad variante de
Creutzfeldt-Jakob u otras enfermedades zoonóticas.
• Hemoglobina transgénica.
Se obtiene a partir de cerdos (fundamentalmente) y otros animales,
empleando técnicas de ingeniería genética a través de la introducción
de genes de hemoglobina humana en los embriones animales tras su
fertilización. Es un procedimiento costoso, que requiere la separa-
ción por técnicas de cromatografía de la hemoglobina humana, y una
considerable cantidad de animales transgénicos para su obtención.
En la actualidad se están desarrollando distintos tipos de soluciones de
hemoglobina, los más importantes y no abandonados, vienen reseñados a
continuación.
848
A.1. Tipos de soluciones de hemoglobina
849
electiva y programas de hemodilución, y en pacientes con anemia de
células falciformes. Este producto ha sido aprobado recientemente
en Sudáfrica para su empleo en pacientes con cuadros de anemia
aguda.
• Gelenpol™, es una solución de hemoglobina humana, desarrollada
en Rusia y aprobada en dicho país para su uso clínico, de la que se
poseen pocas referencias en cuanto a su composición y resultados.
850
A.1.4. Hemoglobina liposómica encapsulada
Se trata de la nueva generación de soluciones de hemoglobina, en las que se
han fabricado liposomas que contienen hemoglobina. Ello produce una serie
de ventajas importantes con respecto a las anteriores soluciones: vida media
intravascular más prolongada, no precisa de las modificaciones de las ante-
riores para garantizar su estabilidad. Sin embargo, las hemoglobinas liposó-
micas encapsuladas también presentan inconvenientes tales como: su fabri-
cación compleja debido a la uniformidad en su tamaño de los liposomas y
sus posibles efectos secundarios sobre el sistema mononuclear fagocítico.
En la actualidad hay diversos productos en desarrollo en fase pre-clínica,
y casi todos emplean fosfatidil-colina para producir las esferas que llevan
en su interior.
851
nítrico que origina espasmos de la musculatura lisa gastrointestinal,
que provocan cuadros de náuseas, vómitos, diarrea, disfagia y dolor
abdominal generalizado de tipo cólico; por lo que muchas veces se
recurre a la premedicación de los pacientes antes de su administración.
• Toxicidad plaquetaria y sobre los factores de coagulación.
Las soluciones de hemoglobina pueden provocar un aumento en la
agregación plaquetaria y su depósito sobre las lesiones vasculares,
así como reducir los niveles de los factores de la coagulación si se
infunden grandes cantidades de la misma.
B. Perfluorocarbonos
Los perfluorocarbonos (PFCS) son sustancias derivadas de los hidrocar-
bonos, en donde los átomos de hidrógeno han sido sustituidos por átomos
de fluor, presentando una alta solubilidad para el oxígeno, unas 10-20
veces superior que el plasma o el agua. Son insolubles en agua, por lo que
deben ser emulsionadas previamente a su administración intravenosa. Se
caracterizan por ser inodoros, incoloros, tener bajos niveles de tensión
superficial y gran capacidad para disolver solutos gaseosos, ya que sus
moléculas son muy difícilmente polarizables. Si bien los PFCS son bioló-
852
gicamente inertes, los agentes emulsionantes que contienen pueden pro-
vocar efectos tóxicos en el organismo. Poseen las ventajas con respecto a
las soluciones de hemoglobina, en que se pueden obtener de forma sinté-
tica y en grandes cantidades y están exentos de posible contaminación con
patógenos humanos. No se metabolizan en el organismo y son eliminados
por vía pulmonar y a través del sistema mononuclear fagocítico.
853
surfactante al 4% (Proxanol 268), que proporciona unas partículas entre
0.03-0.15 µ de diámetro, y cuya vida media se sitúa alrededor de 24
horas. Se ha utilizado en perdidas sanguíneas quirúrgicas, y en el trata-
miento de procesos vasculares cerebrales, envenenamientos o sobredo-
sis de fármacos, en grandes quemados y en cirugía cardiovascular.
• Existe otro producto desarrollado por el Instituto de Química orgá-
nica de Shanghai (China), denominado Emulsión II, del que tam-
bién se poseen escasos datos en cuanto a su composición y efectos.
854
parte los avances en el desarrollo de sustitutos de las plaquetas no deriva-
dos de las mismas.
855
trapartida se dificulta el crecimiento bacteriano. El hecho de la perdida de
sus funciones se correlaciona con la activación de las mismas y con una
serie de cambios morfológicos que se producen a dicha temperatura.
Diversas estrategias se han utilizado para prevenir e impedir el desarrollo
de la llamada “lesión plaquetaria por almacenamiento a 4º C”, entre las
que cabe reseñar: la inhibición de las proteínas del citoesqueleto plaque-
tar, el uso de segundos mensajeros inhibidores de la activación plaqueta-
ria, y el empleo de glucoproteínas anticongelantes, obtenidas de especies
de peces adaptados a soportar bajas temperaturas en regiones polares. No
existen estudios que demuestren su potencial efecto beneficioso en la fun-
ción, viabilidad y prolongación del almacenamiento de las plaquetas con-
servadas a 4º C en fase líquida.
856
C.1.5. Micropartículas derivadas de plaquetas
Las micropartículas plaquetarias son microvesículas de las membranas
plaquetares descritas hace años, y que aparecen durante el almacenamien-
to de las mismas no sólo en las unidades de plaquetas, sino también en el
plasma fresco congelado y los crioprecipitados. Estas micropartículas
poseen una actividad procoagulante, se adhieren al subendotelio vascular,
y aumentan la adhesión plaquetaria; por lo que las convierte en un per-
fecto sustituto plaquetar.
En la actualidad se ha desarrollo un producto de micropartículas plaque-
tarias denominado Cyplex™, a base de “membranas plaquetares infundi-
bles” que son microvesículas esféricas con un diámetro aproximado de
0.6 µm obtenidas de plaquetas caducadas, sometidas a procesos de con-
gelación y descongelación, y combinadas con albúmina y sucrosa, para su
posterior liofilización y conservación durante un período de 2 años a 4º C.
Se han realizado ensayos clínicos fase I y fase II, con resultados favora-
bles observándose el cese de la hemorragia en muchos casos, sin detec-
tarse efectos trombogénicos ni inmunogénicos. En la actualidad se
encuentran desarrollándose ensayos fase III, y todavía no ha sido aproba-
do por la FDA para su distribución comercial.
857
• No ser bloqueados por el sistema retículo-endotelial.
• No producir inmunosupresión.
• Ser estéril.
• Poseer una larga duración de su acción.
• Poseer una vida media larga.
• Requerir un almacenamiento simple.
• Fácilmente administrable.
858
por ADP, y en estudios preliminares realizados en animales acortarían el
tiempo de hemorragia. No se dispone de estudios en humanos, y los rea-
lizados en animales han mostrado resultados contradictorios.
859
• Factor X activado unido a vesículas fosfolipídicas. Ya que la infu-
sión de una combinación de factores procoagulantes y vesículas de
fosfatidilcolina/serina, ejerce unos efectos “in vitro” sobre el coágu-
lo hemostásico en animales hemofílicos, pero con una toxicidad
secundaria inaceptable, en los estudios “in vivo”, por lo que se está
trabajando en aminorar los efectos tóxicos eliminando el factor X
activado.
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24. REDUCCIÓN DEL RIESGO RESIDUAL
INFECCIOSO EN MEDICINA TRANSFUSIONAL
867
A. Test de amplificación de los ácidos nucleicos
El escrutinio genómico para agentes infecciosos utilizando técnicas de
amplificación de ácidos nucleicos (NAT) puede ser llevado a cabo
mediante diversas tecnologías: la reacción en cadena de la polimerasa
(PCR), la reacción en cadena de la ligasa, la amplificación basada en la
secuencia de ácidos nucleicos y la amplificación mediada por transcrip-
ción; son técnicas de amplificación genómica que utilizan diferentes
métodos para lograr la amplificación “in vitro” de los ácidos nucleicos.
Todas estas técnicas detectan la presencia de agentes infecciosos en los
donantes, amplificando secuencias específicas de ácidos nucleicos del
microorganismo en cuestión.
El uso de estas técnicas provee un mayor nivel de sensibilidad y especifi-
cidad que los métodos empleados rutinariamente (inmunoensayos enzi-
máticos, EIA). A pesar del escrutinio de rutina en los donantes de sangre
mediante EIA para la detección de antígenos (HBsAg, ag. p24 del VIH) y
anticuerpos (anti-VIH 1-2, anti-HBc, anti-VHC), existe un riesgo residual
de infección postransfusional tanto para el VIH como los distintos virus
de la hepatitis, adquirido a través de donantes que se encuentran en el perí-
odo de ventana de la infección en el momento de realizar su donación.
El NAT tiene capacidad para detectar la presencia de infección porque
detecta directamente ácidos nucleicos genómicos virales y no, indirecta-
mente, la presencia de anticuerpos; la eficacia de tal escrutinio depende de
dos factores: de la prevalencia de la infección en la población donante y
de la duración del período de ventana.
En 1999 la Agencia Europea de evaluación de productos médicos
(EMEA) implantó la determinación mediante técnicas de NAT del VHC
en las mezclas o “pooles” de plasma utilizadas en el fraccionamiento
industrial del mismo. Los Centros de donantes en EE.UU., iniciaron la
implantación de técnicas de NAT para escrutinio de donantes de sangre,
creando laboratorios centralizados en donde realizar las determinaciones
con la utilización de mezclas (“pools”) de muestras, optimizando los sis-
temas para asegurar la sensibilidad y especificidad de estas pruebas, y
entrenando el personal para llevarlas a cabo.
El uso de mezclas de muestras de donantes, reduce significativamente el
número de pruebas requeridas diariamente, el tiempo de la prueba y el
costo de la prueba por donación. La razón para usar mezclas de muestras
se originó a partir de observaciones de paneles con muestras de pacientes
868
seroconvertidos que producían la elevación de ácidos nucleicos de VHC
y VIH. La dilución de la muestra inherente en la mezcla tiene un impacto
mínimo en la sensibilidad para detectar muestras virémicas en período de
ventana. Se requiere de algoritmos para resolver las mezclas con resulta-
dos positivos, y así determinar la fuente individual del donante que causó
la reactividad en la mezcla. El tamaño de la mezcla seleccionado por los
programas de sangre de EE.UU., varía desde 24 hasta 128 donantes.
Dichos centros, adoptaron dos sistemas de mezcla básicos y una serie de
estrategias en la resolución de las mismas. Una utiliza la mezcla de 24
muestras, en la cual la resolución de una mezcla positiva requiere de prue-
bas individuales de cada muestra. En la otra estrategia, mezclas más
pequeñas (intermedias) se preparan y combinan para crear una mezcla
maestra final (“master pool”). La resolución de una mezcla maestra posi-
tiva se realiza probando primero las mezclas intermedias y luego, si es
necesario, las muestras individuales. El proceso de preparación de las
mezclas es llevado a cabo mediante sistemas automatizados, capaces de
mantener la identificación de la muestra positiva, asegurándose que todas
las muestras están representadas en la mezcla y evitando la contaminación
cruzada.
Con el paso del tiempo, diversos países europeos realizan el cribado en
“minipools” para detectar el ARN del VHC (en España a parir del 1 Enero
2003 de forma obligatoria), y sólo en Francia, Holanda, Japón, Australia
y EE.UU. (y en algunos centros alemanes), se determinan mediante técni-
cas de NAT el cribado para el VIH. Con relación al análisis del VHB, se
encuentra en fase de discusión, y tan sólo en Japón y en algunos centros
alemanes se determina.
Uno de los principales inconvenientes para la implantación de forma
genérica de las técnicas de NAT radica en la carencia de métodos total-
mente automatizados en la fase de extracción de ARN o ADN (se realiza
de forma manual, mediante técnicas complejas y duraderas), y en el coste
elevado de las determinaciones. En la actualidad existen dos sistemas
comerciales (Amplicor® y Procleix®) que pueden facilitar su implanta-
ción y fiabilidad.
Entre los beneficios potenciales del NAT destaca el acortar el período de
ventana en la detección de VIH de 16 días a aproximadamente 10 días, al
igual que el período de ventana del VHC de 70-80 días a aproximadamen-
te 10-30 días. Esto podría reducir el riesgo de transmisión de VHC por
transfusión en aproximadamente 1 cada 100.000-500.000 unidades trans-
869
fundidas. A la fecha, no hay datos que permitan apoyar el uso del NAT
como medio de incrementar la seguridad de los suplementos de sangre. Sin
embargo, la FDA ha cooperado con los bancos de sangre y ha fomentado
su participación en los ensayos clínicos de esta tecnología poderosa y pro-
metedora para el escrutinio en los donantes de sangre. Conforme la tecno-
logía evolucione, la prueba NAT de todos los componentes sanguíneos será
realizada en todos los donantes. El objetivo es progresar desde analizar
mini-mezclas (mini “pools”), a analizar las muestras individuales de cada
donación, pero parece que este cambio llevará varios años.
Las futuras aplicaciones de la tecnología NAT pueden incluir determina-
ciones que permitan una detección precoz de otros virus (virus de la hepa-
titis B y A, parvovirus B19, citomegalovirus, y nuevos virus emergentes
con demostrada patogenicidad) así como otros agentes infecciosos de
interés creciente en medicina transfusional: Trypanosoma, Babesia y
Plasmodium spp.
En resumen, la implantación de técnicas de NAT en las donaciones de san-
gre, puede disminuir la posibilidad de transfundir una unidad durante el
período de ventana virémico, al detectar la presencia de VIH y/o VHC de
forma más precoz y no detectable mediante las técnicas de EIA, en un 30-
50% para el VIH, y en un 50-98% para el VHC.
870
condiciones y cualidades de los mismos, y así obtener el efecto desea-
do tras su administración. Las técnicas, las sustancias y las aplicaciones
de las mismas, varían en función del tipo de producto sanguíneo a tra-
tar. De tal manera distinguimos entre productos sanguíneos estables y
lábiles.
871
Los principales métodos de inactivación viral más utilizados en la elabo-
ración de estos productos sanguíneos estables podemos clasificarlos en
tres grandes grupos en función de su mecanismo de acción: térmicos, bio-
químicos, y físicos.
872
• Calor seco.
Este método se utiliza en PSE ya liofilizados y depositados en el
recipiente final del producto, y consiste en calentarlo durante varios
minutos e incluso días, a temperaturas que oscilan entre los 60º y
100º C.
Su eficacia es menor que la pasteurización, si bien tiene la ventaja
de aplicarse al producto final con lo que se evitan riesgos de conta-
minación. Para asegurar su eficacia es importante mantener la homo-
geneidad de la temperatura en toda la muestra.
Puede inactivar virus con envoltura lipídica y sin ella (caso del virus
A de la hepatitis), pero no elimina al parvovirus B19.
Se utiliza fundamentalmente para la preparación de sellantes de fibri-
na y de inmunoglobulinas, ya que el proceso provoca una perdida del
20% de los factores de coagulación; si bien en la actualidad se utili-
za en otras preparaciones incluyendo las de factores de coagulación,
pero como un segundo método adicional de inactivación viral.
• Calor seco, húmedo y presión.
Consiste en aplicar calor seco y húmedo en una atmósfera libre de
oxigeno, con la presencia de vapor y un volumen de humedad rela-
tivamente alto. La eficacia depende de la temperatura alcanzada
(60º-80º C), la presión (1190-1375 mbar), y la duración del trata-
miento (10 horas).
Puede inactivar virus con envoltura lípidica y sin ella, pero se han
detectado casos de transmisión de hepatitis C y de hepatitis G, y no
logra inactivar al parvovirus B19. En la actualidad este método se ha
abandonado en la preparación de concentrados de factores de la coa-
gulación debido a los casos comunicados de transmisión de hepati-
tis ni-A, ni-B.
873
los tratamientos preferidos por anular la capacidad infecciosa vírica
al destruir la membrana lipídica o el sitio de reconocimiento del
receptor celular y mantener la función proteica sin necesidad de aña-
dir estabilizantes. Este método no inactiva los virus que carecen de
envoltura lipídica, como el VHA o el parvovirus B19.
• pH ácido (pH4).
Se emplea únicamente en la preparación de concentrados de inmu-
noglobulinas, durante el proceso de purificación. Consiste en incu-
bar a un pH 4 durante 22 horas o más, a una temperatura de 30º-
37º C.
Es efectivo contra los virus con envoltura lipídica, y sólo se puede
aplicar en la preparación de concentrados de inmunoglobulinas G.
• Sulfonación.
Se empleó junto con la pasteurización en la preparación de prepara-
dos de inmunoglobulinas con el fin de inactivar el virus C de la
hepatitis.
• β-propiolactona.
La β-propiolactona es un agente alquilante que inactiva virus actuan-
do por desnaturalización de ácidos nucleicos o proteínas. Se ha des-
crito una preparación de F. IX tratada con β-propiolactona que trans-
mitió VIH, sin que se conozca la causa exacta de este accidente.
874
B.1.3. Métodos físicos
• Nanofiltración.
Es una tecnología actualmente en desarrollo, que consiste en pasar
el producto a través de microfiltros capaces de retener elementos
víricos debido al tamaño de los mismos. Presenta la dificultad de no
eliminar virus pequeños y, al mismo tiempo, se reduce el rendi-
miento de producto, especialmente si es de peso molecular elevado
como el Factor VIII. La utilización de membranas con poros de
menos de 20 nanómetros está dando buenos resultados.
Se está empleando en la preparación de concentrados de factores de
la coagulación, y en concentrados de inmunoglobulinas.
B.2.1.1. Solvente/detergente
Se basa en la adición al preparado de un solvente orgánico (éter, tri-n-
butil fosfato -TNBP-) y un detergente no iónico (tween 80, tiocianato
sódico o tritón X-100). Ha permitido inactivar virus envueltos como
VIH, VHC y VHB sin perder actividad biológica. Es uno de los trata-
mientos preferidos por anular la capacidad infecciosa vírica al destruir la
membrana lipídica o el sitio de reconocimiento del receptor celular y
mantener la función proteica sin necesidad de añadir estabilizantes. Este
875
método no inactiva los virus que carecen de envoltura lipídica, como el
VHA o el parvovirus B19.
Las unidades de plasma son descongeladas, mezcladas en lotes de 500
litros (aproximadamente de unos 2500 donantes) y se les adiciona TNBP
al 1% y Tritón X-100 al 1%. Se dejan actuar durante 4 horas a 30º C y pos-
teriormente son retirados mediante técnicas de cromatografía en columnas
de sílice y el producto resultante es filtrado en circuito estéril, envasado y
congelado de nuevo. En estas condiciones la eliminación de los virus
encapsulados se ha revelado muy eficaz y el contenido en proteínas coa-
gulantes es similar al del producto inicial, sin que se produzca su activa-
ción durante el proceso, con lo que mantienen todas sus propiedades tera-
péuticas. El producto se puede someter a control y, hasta cierto punto, es
posible su estandarización, pudiendo conseguirse una uniformidad de los
diferentes lotes. El principal inconveniente del método estriba en que se
parte de mezclas de muchos donantes por lo que la posibilidad de infec-
ción del producto inicial es muy superior al plasma de donante único (lo
que tiene su importancia ya que hemos mencionado no es eficaz en virus
sin envoltura lipídica); la metodología es compleja y costosa y no está del
todo descartada la activación de las proteínas plasmáticas al pasar por las
columnas de sílice.
876
se estima entre un 15- 40%. Desde el punto de vista terapéutico el pro-
ducto es muy variable, sin posibilidad de uniformidad y su efectividad en
los virus no encapsulados no se ha demostrado todavía.
B.2.2.1. Porfirinas
B.2.2.1.1. Derivados de benzoporfirinas
Componente: Derivados de las benzoporfirinas.
Aplicación en PSL: Concentrados de hematíes.
Mecanismo de acción: Reacción fotodinámica con luz visible a 690 nm.
Objetivo del tratamiento: Virus con envoltura lipídica.
Situación clínica: Experiencia muy limitada en ensayos.
B.2.2.1.2. Dihematoporfirina
Componente: Di-hematoporfirina.
Aplicación en PSL: Concentrados de hematíes.
Mecanismo de acción: Reacción fotodinámica con luz visible a 630 nm.
Objetivo del tratamiento: Virus con envoltura lipídica, CMV, T. cruzzi.
Situación clínica: En fase de estudio, pero las funciones de los eritrocitos
y las proteínas permanecen intactas.
877
B.2.2.1.3. Sylsense B
Componente: Sylense B.
Aplicación en PSL: Concentrados de hematíes.
Mecanismo de acción: Reacción fotodinámica, con intercalación de áci-
dos nucleicos con luz visible >600 nm.
Objetivo del tratamiento: Virus con y sin envoltura lipídica.
Situación clínica: Experiencia muy limitada, pero no parece ocasionar
daño eritrocitario o bien éste es mínimo.
B.2.2.2. Fenotiacinas
B.2.2.2.1. Azul de metileno
Componente: Azul de metileno.
Aplicación en PSL: Plasma fresco congelado.
Mecanismo de acción: Reacciones fotodinámicas tipo II, con luz visible
a 660 nm.
Objetivo del tratamiento: Virus extracelulares con envoltura lipídica,
parvovirus B-19.
Situación clínica: En aplicación y uso clínico desde 1992.
B.2.2.2.2. Dimetil azul de metileno
Componente: Dimetil azul de metileno.
Aplicación en PSL: Concentrados de hematíes.
Mecanismo de acción: Reacción fotodinámica con luz visible (600-650
nm), con una alta afinidad para los ácidos nucleicos.
Objetivo del tratamiento: Virus con y sin envoltura lipídica, virus extra-
celulares e intracelulares.
Situación clínica: en fase experimental, pero no parece ocasionar daño
eritrocitario o bien éste es mínimo.
B.2.2.2.3. Thionina
Componente: Thionina.
Aplicación en PSL: Concetrados de plaquetas.
Mecanismo de acción: Reacción fotodinámica con luz a 590 nm.
878
Objetivo del tratamiento: Virus con envoltura lipídica.
Situación clínica: En fase de estudio y ensayos, pero parece ser que no
altera las funciones plaquetarias.
B.2.2.3. Cianinas
B.2.2.3.1. Phtalocianinas de aluminio
Componente: Phtalocianinas de aluminio.
Aplicación en PSL: Concentrado de hematíes.
Mecanismo de acción: Reacción fotodinámica con luz visible (670 nm).
Objetivo del tratamiento: Virus con envoltura lipídica, virus intra y
extracelulares.
Situación clínica: Abandonado por daño eritrocitario.
B.2.2.3.2. Phtalocianinas de silicona
Componente: Phtalocianinas de silicona.
Aplicación en PSL: Concentrado de hematíes.
Mecanismo de acción: Reacción fotodinámica con luz visible (670 nm).
Objetivo del tratamiento: Virus con envoltura lipídica, virus intra y
extracelulares. T. Cruzi, P. Falciparum.
Situación clínica: En fase de estudio y ensayos, los hematíes se alteran y
se dañan, por lo que se han abandonado su investigación.
B.2.2.3.3. Merocianina 540
Componente: Merocianina 540.
Aplicación en PSL: Concentrados de hematíes y de plaquetas.
Mecanismo de acción: Reacción fotodinámica con luz a 540 nm.
Objetivo del tratamiento: virus con envoltura lipídica.
Situación clínica: Abandonado por daño eritrocitario y hemólisis.
B.2.2.4. Psoralenos
B.2.2.4.1. 8-MOP.
Componente: 8-Metoxi-psoraleno (8-MOP).
879
Aplicación en PSL: Concentrados de plaquetas.
Mecanismo de acción: Reacción fotodinámica con rayos UVA (340-380
nm), con una alta afinidad para los ácidos nucleicos.
Objetivo del tratamiento: virus libres e intracelulares, proteínas plasmá-
ticas, bacterias gram positivas y negativas, protozoos y leucocitos.
Situación clínica: Abandonado por su baja afinidad hacia los ácidos
nucleicos.
B.2.2.4.2. AMT.
Componente: Aminometil-trimetil-psoraleno (AMT).
Aplicación en PSL: Concentrado de plaquetas.
Mecanismo de acción: Reacción fotodinámica con rayos UVA (365 nm),
con una alta afinidad para los ácidos nucleicos.
Objetivo del tratamiento: virus libres e intracelulares, T. Cruzi.
Situación clínica: Abandonado por efectos mutagénicos.
B.2.2.4.3. S-59.
Componente: Cloruro de amotosaleno (S-59).
Aplicación en PSL: Concentrados de plaquetas y plasma fresco congelado.
Mecanismo de acción: Reacción fotodinámica con rayos UVA (320-
400 nm), con una alta afinidad para los ácidos nucleicos.
Objetivo del tratamiento: VIH libres e intracelulares, citomegalovirus y
bacterias gram positivas y negativas.
Situación clínica: Ensayos fase III. Aceptado en países de la CEE.
880
B.2.2.5.2. Hypericin
Componente: Hypericin.
Aplicación en PSL: Concentrado de hematíes.
Mecanismo de acción: Reacción fotodinámica con luz ultravioleta (560-
660 nm).
Objetivo del tratamiento: Virus con envoltura lipídica.
Situación clínica: Experiencia muy limitada, pero no causa toxicidad eri-
trocitaria, pero se duda que continúen los estudios.
B.2.2.5.3. Riboflavina
Componente: Riboflavina (vitamina B2).
Aplicación en PSL: Concentrados de plaquetas, hematíes y plasma fres-
co congelado.
Mecanismo de acción: Reacciones fotodinámicas tipo II, con luz visible,
con intercalación de ácidos nucleicos.
Objetivo del tratamiento: Virus con envoltura lipídica, virus intra y extra-
celulares. S. aureus, S. coagulasa-negativo, P. aeruginosa, Bacillus spp.
Situación clínica: En fase de ensayos, con poca toxicidad preservando la
funcionalidad tanto para las plaquetas como para los proteínas plasmáticas.
B.2.2.5.4. Inactine
Componente: Inactine (etilen-iminas).
Aplicación en PSL: Concentrado de hematíes y plasma fresco congelado.
Mecanismo de acción: Unión e inactivación de los ácidos nucleicos vira-
les, sin fuente de energía externa.
Objetivo del tratamiento: Virus con y sin envoltura lipídica, virus intra
y extracelulares, Y. enterocolitica, P. fluorescens, P. putid, S. Epidermidis.
Situación clínica: En ensayos prometedores Fase III.
B.2.2.5.5. FRALEs (Frangibile Anchor-Linked Effectors).
Componente: FRALEs (S-303).
Aplicación en PSL: Concentrado de hematíes.
Mecanismo de acción: Unión e inactivación de los ácidos nucleicos vira-
les, activación mediante cambios en el pH.
881
Objetivo del tratamiento: Virus con envoltura lipídica, virus intra y
extracelulares, bacterias gram positivas y gram negativas.
Situación clínica: En ensayos clínicos fase I-II, las funciones eritrocita-
rias están preservadas. En los ensayos fase III, se ha detectado la aparición
de anticuerpos eritrocitarios en dos pacientes, por lo que se ha detenido su
estudio.
B.2.3.1. Riboflavina
La riboflavina o vitamina B2 es una sustancia capaz de inactivar virus y
bacterias, cuando se expone a luz visible o ultravioleta, por lo que se está
aplicando en tecnología de inactivación de patógenos (dentro del denomi-
nado sistema PET –Pathogen Erradication Technology–), en los tres PSL:
CH, CP y PFC (Navigant Biotechnologies, Cobe/Gambro BCT).
El mecanismo de acción de la riboflavina se basa en su fijación entre pares
de bases de ADN y/o ARN del patógeno, y tras exposición a la luz, los
modifica de manera que impide su replicación y capacidad de crecimiento.
En función del PSL a tratar, se emplean distintos métodos. En el caso del
PF, la concentración final de riboflavina es de 30 µM, seguido de exposi-
ción a luz UV durante 10 minutos. En los CP se añade a 1-9 (vol/vol)
ratio, a la unidad obtenida de aféresis o de “pool” a una concentración
final de 50 µM, siendo expuesto a luz visible con longitud de onda de 419
nm durante 4-8 minutos, no siendo necesario una posterior manipulación.
En las unidades de CH (previamente lavados, y alcanzando un hematocri-
to de 35-40% mediante adición se suero salino normal) la concentración
final a alcanzar es de 50 µM, y posteriormente expuesto a luz visible (450
nm) durante 60 minutos; posteriormente, los hematíes son concentrados
en su hematocrito adecuado y almacenados.
Los estudios pre-clínicos han demostrado su eficacia frente a diversos
virus, bacterias e incluso protozoos, y no han mostrado alteraciones en las
funciones plaquetarias y eritrocitarias, en cambio en las unidades de plas-
882
ma, se ha detectado una perdida de hasta el 15% de actividad de los fac-
tores de coagulación, con excepción del F. V (que disminuye hasta un
30%). No se han detectado toxicidades, ni efectos mutagénicos, y en la
actualidad se encuentra en el inicio de estudios clínicos.
883
incubación durante 6 horas a temperatura ambiente y eliminación del
PEN-110 residual mediante lavados con suero salino no buffer (0.2%
dextrosa y 09% cloruro sódico), usando un sistema automatizado. La
concentración residual de PEN-110 en el CH lavado está por debajo de
50 ng/mL.
Los resultados de los ensayos clínicos fase I demostraron que los hematí-
es tratados, podían ser almacenados durante 28 días y conservar su viabi-
lidad después de la infusión.
Los ensayos clínicos fase II demostraron que los parámetros críticos de
calidad de los hematíes evaluados “in vivo” a las 24 horas, es decir, recu-
peración, hemólisis, y capacidad de antigenicidad, no mostraron altera-
ciones en las unidades tratadas y almacenadas hasta 42 días. Los ensayos
clínicos fase III para evaluar la seguridad y la eficacia de los CH tratados
con INACTINE™ se encuentran en proceso, mediante un estudio multi-
céntrico controlado a doble ciego en pacientes sometidos a cirugía car-
diaca.
884
rum); también inactiva leucocitos (por bloqueo en la producción de
citocinas).
885
Los estándares de calidad de las unidades de CP tratadas mediante ésta
tecnología, son muy aceptables y similares a los de las unidades no tra-
tadas, así como los ensayos clínicos fase III, sólo han mostrado como
efectos negativos una ligera reducción en el incremento post-transfusio-
nal, sin alteración en la capacidad hemostásica. Los estudios realizados
en unidades de PF, no han mostrado ni alteraciones ni efectos tóxicos
secundarios.
886
• Escherichia coli.
• Klebsiella oxytoca.
• Klebsiella pneunomiae.
• Propionibacterium acnes.
• Providencia rettgeri.
• Pseudomona aeruginosa.
• Salmonella spp.
• Serratia marcescens.
• Staphylococcus aureus.
• Staphylococcus epidermidis.
• Streptococcus agalactiae.
• Streptococcus pyogenes.
• Streptococcus viridans.
De todos los casos descritos: aproximadamente el 30% de los organismos
se encuentran presentes en la flora cutánea normal; aproximadamente el
56% son Gram-positivos; casi todos son aerobios o anaerobios facultati-
vos; y tan sólo un raro caso de sepsis fatal por Clostridium perfringens se
ha descrito.
Diversos estudios realizados por las unidades de Hemovigilancia en dis-
tintos países, mostraron que la mayoría de las contaminaciones bacteria-
nas transfusionales sépticas mortales eran causadas por gérmenes Gram-
negativos, y ocurrieron en unidades administradas dentro de los tres pri-
meros días de su almacenamiento; en cambio, la mayoría de los cuadros
sépticos no mortales, se produjeron por contaminación bacteriana por gér-
menes Gram-positivos y en unidades administradas en el quinto día de su
almacenamiento.
Aunque la concentración de bacterias requerida en los concentrados de
plaquetas contaminados, para causar reacciones sépticas clínicamente sig-
nificativas varía en función: del microorganismo, de su capacidad en pro-
ducir endotoxinas, de la condición clínica del receptor, y de otros factores
asociados; se sabe que únicamente más de 102-103 UFC/mL, se han aso-
ciado con la presencia de fiebre y hemocultivos positivos.
887
C.2. Mecanismos y fuentes de la contaminación
Las vías por las que los microorganismos ocasionan la contaminación
bacteriana son diversas: la bacteriemia del donante, la contaminación
durante el procedimiento de colección de la sangre, la contaminación de
la bolsa (tuberías, anticoagulante, agujas) de la colección de sangre, y la
contaminación durante el fraccionamiento de la unidad de sangre y su
ulterior almacenamiento.
• Bacteriemia asintomática en el donante.
Los donantes de sangre con una bacteriemia asintomática o en la fase
de recuperación de una infección bacteriana, pueden tener episodios
bacteriémicos transitorios, al realizar una donación. Se han informa-
do aproximadamente unos 30 casos de sepsis asociada a la transfu-
sión causada por Y. Enterocolitica; éste bacilo Gram-negativo puede
causar una enterocolitis, caracterizada por diarrea, febrícula, y dolor
abdominal en el donante. Los síntomas pueden ser muy leves e inclu-
so se han documentado casos asintomáticos. En tres cuartas partes de
los casos documentados, los donantes habían tenido síntomas en los
días precedentes a la donación o en los inmediatamente posteriores.
Una bacteriemia de corta duración puede ocurrir tras una manipula-
ción odontológica, tal como la extracción dental del diente, limpie-
za bucal, y el cepillado dental. Un caso de sepsis tras la transfusión
de una unidad de plaquetas contaminada por S. aureus, se ha docu-
mentado, como el resultado de una bacteriemia en un donante de
sangre que había sufrido la reparación de un diente 3 horas antes de
la donación.
• Contaminación durante el proceso de la donación.
La contaminación en el momento de la colección de sangre es la
causa principal de contaminación bacteriana en las unidades de pla-
quetas. La mayoría de los organismos identificados en cultivos y en
los casos declarados de sepsis, están presentes en la piel y en anexos
cutáneos. Las capas epidérmicas más profundas, los folículos del
pelo, y las glándulas sebáceas abrigan las bacterias que son difíciles
de eliminar, incluso después de la preparación mecánica y antisépti-
ca cuidadosa del brazo. Debido a ello, se sospecha que durante la
punción se pueden arrancar pequeños fragmentos de piel que entra-
rían arrastrados en la bolsa de sangre, y podrían causar la contami-
888
nación. También se han descrito casos de contaminación, cuyo ori-
gen era a su vez una contaminación de la solución desinfectante.
• Contaminación por los equipos utilizados en la extracción de sangre.
Las agujas y las bolsas de los componentes sanguíneos pueden cons-
tituir otra fuente de contaminación. Con la utilización de materiales
plásticos estériles y de un solo uso se ha minimizado esta causa pero,
no obstante, se han descrito algunos casos en los que el proceso de
esterilización durante la fabricación ha fallado. Así, se detectaron
brotes en Dinamarca y Suecia, donde se aisló una Serratia marcen-
ses en la parte externa del contenedor y otro ocurrido en Canadá, que
se debió al reflujo de sangre desde los tubos de toma de muestra al
vacío, que estaban contaminados también con S. marcenses.
• Contaminación durante el fraccionamiento y almacenamiento.
Diversos equipos de los empleados en el procesamiento de la sangre
pueden estar implicados en la contaminación del producto, tales
como bolsas satélites o bolsas de transferencia.
889
minación. No obstante la presencia de grumos, burbujas, o coloración
anormal (distinta a un color amarillo claro, o con tintes rosáceos), debe
hacer sospechar la presencia de una posible contaminación bacteriana, e
indicar la aplicación de otros métodos para detectarla.
890
C.3.4. Detección de cambios en parámetros metabólicos
Cambios en parámetros bioquímicos (metabolismo de la glucosa y pro-
ducción de ácido) ocurren en los productos sanguíneos en donde prolife-
ran bacterias, lo que supondría un método indirecto de detección de con-
taminación bacteriana utilizando “tiras reactivas” para determinar la glu-
cosa y el pH. En estudios realizados evaluando los niveles de glucosa y
pH mediante “tiras reactivas” en concentrados de plaquetas contaminados
mediante inoculación, dichos niveles se alteraron cuando las concentra-
ciones de las bacterias se encontraban entre 107–108 UFC/mL.
Desde un punto de vista práctico, éste alto nivel de contaminación bacte-
riana requerido, no tiene una suficiente sensibilidad para formar parte de
la investigación rutinaria de la contaminación bacteriana de las plaquetas
en los Servicios Transfusión. Sin embargo, en ausencia de otros métodos
de investigación, el uso de tiras reactivas para medir el pH y los niveles
de glucosa inmediatamente antes de administrar una transfusión de pla-
quetas, podría prevenir la transfusión de una unidad fuertemente contami-
nada.
891
dora; realizan las lecturas continuas de los tubos y proporcionan el listado
de los resultados obtenidos automáticamente.
Los problemas planteados son dos: la cantidad de muestra a cultivar y la
posibilidad de resultados positivos falsos, con lo que se eliminarían unida-
des no contaminadas. Parece ser que se requiere como mínimo unos 10 mL
de muestra de la unidad de plaquetas, y realizar las lecturas los días 2 y 3
del almacenamiento. Estudios prospectivos y amplios podrán demostrar la
eficacia de estos sistemas.
892
C.3.6. Otros sistemas en desarrollo
C.3.6.2. Dielectroforesis
La base de esta tecnología es que las bacterias se mueven en un campo
eléctrico, mientras que no lo hacen las plaquetas. Este método utiliza 2
electrodos para proporcionar un campo eléctrico y un análisis de imagen
para identificar los elementos que emigran por el campo eléctrico. La
prueba requiere solamente muestras de 1 mL y apenas tarda una hora en
realizarse. Los límites de detección divulgados en estudios experimenta-
les para una gama de bacterias implicadas en casos clínicamente signifi-
cativos, muestran que el umbral mínimo de detección es de 105 UFC/mL.
Es un método prometedor pero todavía está en etapas experimentales muy
precoces. Una comprensión completa de los detalles de este metodología
será necesaria antes de que la utilidad para su uso rutinario pueda ser eva-
luada; por otra parte, se requieren datos adicionales sobre su especifici-
dad, sensibilidad, y confiabilidad.
893
todavía si los 2 peptidos detectarán todas la especies relevantes de bacte-
rias. Una ventaja significativa potencial de este método es su rapidez.
894
todas las posibles causas de bacteriemia y descartar a los candidatos que
padezcan alguna de ellas. Preguntas tales como si ha tenido fiebre, cata-
rro, molestias faríngeas, si ha ido al dentista, si ha presentado síntomas
gastrointestinales, o se ha practicado un tatuaje o “piercing” en los días
previos a la donación, tienen que alertar sobre una posible vía de conta-
minación bacteriana.
895
C.3.3. Durante el fraccionamiento y almacenamiento
La reducción de los tiempos de espera previos a la preparación de los
componentes y el mantenimiento de una temperatura adecuada tienen un
efecto beneficioso. Por otro lado, las medidas de asepsia de todo el mate-
rial empleado durante la obtención y posterior manipulación de los com-
ponentes sanguíneos deben ser escrupulosas.
La leucorreducción de los componentes sanguíneos parece tener un efec-
to positivo en la prevención de la contaminación bacteriana; diversos estu-
dios lo sugieren, e incluso los sistemas de Hemovigilancia así lo indican.
De hecho en Francia, tras la introducción en su país de la leucorreducción
universal, se han encontrado un número significativamente menor de sep-
sis postransfusionales.
Finalmente la inactivación de patógenos mediante tecnología
HELINX/INTERCEPT Blood System™ (Baxter Healthcare Corp. y
Cerus Corp.) que se aplica a los concentrados de plaquetas como ante-
riormente se ha descrito, puede disminuir en niveles considerables los
riesgos de sepsis bacteriana en los receptores de CP.
896
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25. HEMOVIGILANCIA
907
• La recogida, conservación y fácil acceso de todas las informaciones
concernientes a la donación, preparación y utilización de los pro-
ductos sanguíneos y hemoderivados, así como los posibles inciden-
tes derivados de su utilización.
• La prevención de los efectos indeseables secundarios a la adminis-
tración de sangre y hemoderivados, mediante el estudio y análisis de
los mencionados efectos.
908
• Reacción adversa grave: una respuesta inesperada del donante o
del receptor, en relación con la extracción o la transfusión de sangre
o de sus componentes, que resulte mortal, discapacitante, que pro-
duzca invalidez o que dé lugar a hospitalización o enfermedad, o las
prolongue.
• Conformidad del producto: procedimiento que permite liberar un
componente sanguíneo de un estado de cuarentena mediante el uso de
sistemas y procedimientos que garanticen que el producto acabado
cumple los requisitos para su distribución y posterior administración.
• Distribución: acción de expedir sangre o sus componentes a otros
centros de transfusión sanguínea, servicios de transfusión o fabrican-
tes de productos derivados de la sangre y del plasma. Este concepto
no incluye el envío de sangre o sus componentes para su transfusión.
B. Organización de la hemovigilancia
Si bien no existe en la actualidad un modelo de organización del sistema
de hemovigilancia a nivel nacional, éste debe realizarse a tres niveles:
nacional, comunidades autónomas y nivel local.
El Ministerio de Sanidad y Consumo, es la autoridad sanitaria a nivel del
estado español a la que se deben remitir todos los datos e informes relati-
vos a los estudios sobre los incidentes transfusionales por parte de las
autoridades sanitarias autonómicas, las cuales deben adoptar las diposi-
ciones oportunas relativas a los sistemas de control e información de los
mecanismos de hemovigilancia.
En la Comunidad Valenciana, un decreto del Gobierno Valenciano ha creado
el sistema de Hemovigilancia, siendo la Conselleria de Sanidad la que desig-
nará un coordinador autonómico, quien desarrollará las siguientes funciones:
• Dinamizar el desarrollo del Sistema de Hemovigilancia de la
Comunidad Valenciana.
• Servir como interlocutor entre los diferentes bancos de sangre hos-
pitalarios y autoridades sanitarias.
• Elaborar y ejecutar las conclusiones de la Comisión Técnica de
Hemovigilancia.
• Transmitir la información a las autoridades sanitarias autonómicas y
al Ministerio de Sanidad y Consumo.
909
• Establecer los sistemas de comunicación necesarios con el Sistema
de Alerta Rápido Europeo, aplicando los mecanismos correctores en
caso de ser necesarios.
• Supervisión general del Sistema de Hemovigilancia de la Comunidad
Valenciana.
A nivel local, en todos los hospitales de la Comunidad Valenciana deberá
existir un responsable del Sistema de Hemovigilancia, recayendo en prin-
cipio esta responsabilidad en la jefatura del Servicio de Hematología y
Hemoterapia o persona en quien delegue. Y además como elementos com-
plementarios para garantizar el buen funcionamiento del Sistema de
Hemovigilancia de la Comunidad Valenciana, todos los hospitales deberán
tener un Comité de Transfusión e instaurar los mecanismos necesarios que
aseguren la trazabilidad de todos los hemoderivados transfundidos, tanto
los productos lábiles como los procesados por la industria farmacéutica.
Con en el fin de mejorar los mecanismos de hemovigilancia el Comité
Hospitalario de Transfusión, debe realizar las siguientes funciones:
• Análisis y evaluación de la práctica transfusional.
• Determinar los estándares y procedimientos de la práctica transfu-
sional, autotransfusión y procedimientos especiales.
• Revisión y análisis de la utilización de sangre, componentes y hemo-
derivados.
• Elaboración de guías sobre indicaciones del uso apropiado de la san-
gre y derivados.
• Desarrollo de programas de educación de práctica transfusional.
• Colaboración con el fomento de la hemodonación y contribución a
la consecución de la autosuficiencia en sangre y derivados.
• Estudio y consideración de las implicaciones legales de la transfusión.
• Contribuir en los programas de Hemovigilancia.
910
En todos los Bancos de Sangre donde se realicen donaciones, y en los
Centros Regionales de Transfusión se deben conocer los datos que identi-
fiquen inequívocamente al donante y a su o sus donaciones, y además
debe existir una seroteca en donde se almacenen muestras séricas de todas
y cada una de sus donaciones.
911
C.5. Información obligatoria a resgistrar y conservar
Para asegurar la correcta trazabilidad de todo producto sanguíneo lábil, es
necesario registrar y conservar los siguientes datos:
• La identificación de la donación y de las unidades derivadas de la
misma, así como la del donante.
• Los resultados de los análisis hematológicos y de los estudios sero-
lógicos que se han realizado a cada donación.
• Los métodos y tecnologías empleados para el fraccionamiento de la
unidad de sangre donada.
• La identificación del Banco de Sangre al que se ha enviado el pro-
ducto sanguíneo lábil y las circunstancias de su envío.
• Las circunstancias de su transporte y de su conservación.
• La identificación del facultativo que prescribe la transfusión de todo
producto sanguíneo lábil.
• La identificación de la persona responsable de la realización de los
estudios pre-transfusionales, así como el resultado de los mismos.
• La identificación de la persona responsable de la administración del
producto sanguíneo lábil.
• La identificación del paciente al que se la ha administrado un pro-
ducto sanguíneo lábil, así como las circunstancias de su administra-
ción (fecha, hora de inicio y finalización).
• Si es necesario, la identificación del Banco de Sangre al que se le
halla podido ceder el producto sanguíneo lábil para su posterior
administración.
• Si es necesario, la fecha en la que el producto sanguíneo lábil ha sido
destruido y eliminado, y los motivos de su eliminación.
• La información de todo efecto indeseable o inesperado relacionado
o susceptible de estar relacionado con la administración de un pro-
ducto sanguíneo lábil.
912
incluir tanto la información relativa al paciente, al componente involucra-
do, al tipo de incidente, la gravedad del mismo y todos los datos relevan-
tes para su análisis.
913
Tabla 25.2. Incidentes relacionados con la donación (II)
INCIDENTES RELACIONADOS CON LA DONACIÓN (II)
CARACTERÍSTICAS DE LA DONACIÓN
- En el propio Banco de Sangre ................................................................
- En unidades móviles
Local habilitado ....................................................................................
En la propia unidad móvil ....................................................................
- Circunstancias ambientales
Calor excesivo ......................................................................................
Frío ........................................................................................................
Humedad ..............................................................................................
Local insuficiente..................................................................................
- Incidencias en la donación
Donación normal ..................................................................................
Donación alargada ................................................................................
CARACTERÍSTICAS DEL DONANTE
- Antecedentes
Bajo peso ..............................................................................................
Historia de reacciones previas ..............................................................
Ayuno superior a 5 horas ......................................................................
Otros......................................................................................................
- Tipo de donante
Primera donación ..................................................................................
Donante habitual ..................................................................................
Donante ocasional ................................................................................
Autodonante ..........................................................................................
914
• Separación de los distintos componentes de la unidad de sangre
donada.
• Transformación de la unidad de sangre donada en distintos produc-
tos sanguíneos lábiles.
• Metódos de inactivación de patógenos en el plasma.
• Conservación y almacenamiento de los productos sanguíneos lábiles.
915
Tabla 25.4. Manifestaciones clínicas, exploración física y datos iniciales
de laboratorio del paciente que ha presentado un incidente transfusional
Elevación de temperatura Escalofríos
Dolor lumbar Dolor torácico
Dolor abdominal Prurito
Urticaria Shock
Rash cutáneo, eritema Disnea
Manifestaciones
clínicas Naúseas/vómitos Petequias
Anuria/Oliguria Ictericia
Edema agudo de pulmón Diarrea
Síndrome hemorrágico difuso Hemoglobinuria
Crisis hipertensiva Edema de glotis
Otros ...............................................................................................
Pre-transfusional Post-transfusional
Exploración Temperatura °C ........................... .............................
física T.A. (mm Hg) ........................... .............................
Pulso ........................... .............................
916
Hemolítica por incompatibilidad no inmunológica.
Febril no hemolítica.
Alérgica/Anafiláctica.
Lesión pulmonar aguda asociada a transfusión.
Hipotensión.
Sobrecarga de volumen.
Contaminación bacteriana.
917
• Incidentes retardados.
Los más importantes y que deben reportarse en caso de su aparición
son las siguientes reacciones transfusionales (Tabla 25.6.):
Hemolítica retardada.
Ineficacia transfusional.
Refractariedad a la transfusión plaquetaria.
Aparición de anticuerpos eritrocitarios.
Enfermedad del injerto contra el huésped asociada a transfusión.
Púrpura post-transfusional.
Hemosiderosis post-transfusional.
Infección post-transfusional vírica:
Virus C de la hepatitis.
Virus B de la hepatitis.
Virus de la inmunodeficiencia humana.
Citomegalovirus.
Parvovirus B19.
Virus humano linfotrópicos de células T.
Herpes virus humano.
Virus de Epstein-Barr.
Otros.
Infección post-transfusional parasitaria:
Sífilis.
Paludismo.
Babebiosis.
Otros.
Infección post-transfusional bacteriana.
Los casos de incidentes transfusionales inmediatos o retardados en los que
exista una sospecha razonable de ser debidos a una contaminación bacte-
riana o se detecte una infección vírica post-transfusional, deben repor-
tarse urgentemente al Centro Regional de Transfusión que ha elaborado
las unidades implicadas.
918
Tabla 25.6. Principales incidentes retardados
INCIDENTE RETARDADO
- Infección ..........................................................................
- Serologia post-tranfusional positiva con serología
pre-transfusional negativa o desconocida........................
* VHC ..........................................................................
* VHB ..........................................................................
* VIH ..........................................................................
* HTLV I y II ..............................................................
* CMV ........................................................................
* otros virus ................................................................
indicar ..........................................................................
* sífilis ........................................................................
* paludismo..................................................................
* parasitaria..................................................................
indicar ..........................................................................
* bacteriana..................................................................
indicar ..........................................................................
- Enfermedad del injerto contra el huésped ......................
- Hemosiderosis ................................................................
- Púrpura post-transfusional ..............................................
- Ineficacia transfusional....................................................
- Hemólisis retardada ........................................................
- Otros ................................................................................
indicar ................................................................................
- Aparición de anticuerpos irregulares ..............................
919
• Cantidad del mismo administrada.
• Descripción detallada del componente incluyendo:
Tipo de componente:
Concentrado de hematíes.
Concentrado de plaquetas.
Plasma fresco congelado.
Concentrado de granulocitos.
Crioprecipitado.
Tipo de preparación y obtención:
Donación estándar.
Donación autóloga.
Aféresis.
Características adicionales:
Leucoreducido.
Irradiado.
Desplasmatizado.
Condiciones y duración de su almacenamiento.
920
(0): Ausencia de relación (efecto adverso aparentemente relacionado, pero
con evidencia de que la transfusión no es responsable).
(1): Relación posible (podría estar, o no, relacionado con la transfusión).
(2): Relación probable (efecto adverso no explicable por otra causa dis-
tinta a la transfusión).
(3): Relación segura (efecto adverso probado, o muy probablemente debi-
do a la transfusión).
921
Bibliografía
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924
MODELO DE FICHA DE INFORME DE INCIDENTE
TRANSFUSIONAL PARA EL SERVICIO DE HEMOVIGILANCIA
Paciente Nombre y apellidos (iniciales):
Fecha de nacimiento: Sexo: M F
Producto No. Unidad:
Sanguíneo Codigo:
Transfundido Tipo: concentrado hematíes plaquetas plasma
Incidente Fecha y hora de la transfusion: .... / .... / ......
Transfusional Aparición del incidente tras la transfusion: ....min / ....horas / ....días / ....años
embarazo(s), aborto(s) .............. si no desconocido
Antecedentes antecedentes transfusionales .... si no desconocido
antecedentes quirúrgicos .......... si no desconocido
inmunodepresión ...................... si no desconocido
925
26. RESERVAS DE UNIDADES DE CONCENTRADO
DE HEMATÍES EN CIRUGÍA PROGRAMADA
Guillermo Pou Santonja*, Eugenio Tejerína Botella*, Carlos Tejerina Botella**,
Rafael Villamón Fort***, Pablo Gastaldi Rodrigo****, Miguel Juantegui Azpilizcueta#,
Elías Aguilar Ligorit*****.
Servicios de *Cirugía General y Digestiva, **Cirugía Plástica y Reparadora, ***Urología,
****Cirugía Ortopédica y Traumatológica y *****Hematología, Hospital Malva-rosa. Valencia;
#Servicio de Otorrinolaringología, Hospital General de Requena. Valencia.
Generalitat Valenciana. Consellería de Sanitat.
927
rúrgicas, y aquellas intervenciones que no precisan enviar una muestra
previa al Banco de Sangre, salvo indicación médica expresa (NPM).
928
Resección abdomino-perineal 2
Resección de colon:
Colectomía total 2
Hemi-colectomía 2
Sigmoidectomía 2
Resección anterior 2
Resección segmentaria GRh+EAI
Panproctocolectomía 4
Tiroidectomía:
Parcial o total, no complicada GRh+EAI
Por neoplasia 2
Varices miembros inferiores GRh+EAI
Yeyunostomía GRh+EAI
NEUROCIRUGÍA
Biopsa esterotactica cerebral NPM
By-pass arteria temporal GRh+EAI
Cordotomía GRh+EAI
Craneoplastia GRh+EAI
Craneotomía:
Aneurisma 4-6
Hematoma agudo subdural o epidural 2-4
Tumor 4-6
Descompresión vascular GRh+EAI
Discectomía GRh+EAI
Endarterectomía carotídea 2
Fusión cervical o lumbar posterior 2
Fusión cervical anterior GRh+EAI
Hematoma subdural crónico GRh+EAI
Laminectomía por hernia discal GRh+EAI
Laminectomía por tumor 2
Reparación nerviosa GRh+EAI
Resección de odontoides (trans-oral) 2-4
Resección pituitaria (trans-esfenoidal)
Tumor < 3cm GRh+EAI
Tumor > 3cm 2
Talamotomía GRh+EAI
Simpatectomía GRh+EAI
Ventriculostomía, derivación ventricular GRh+EAI
929
CIRUGÍA OBSTETRICA Y GINECOLÓGICA
Aborto espontáneo (1er-2º trimestre) NPM
Cesárea + Histerectomía 2
Cesárea no complicada GRh+EAI
Cesárea por placenta previa 2
Clitoridotomía GRh+EAI
Conización cervical NPM
Exenteración pélvica 4
Histerectomía (abdominal o vaginal) GRh+EAI
Histerectomía radical modificada 2
Histerectomía radical y linfadenectomía pélvica 2
Laparotomía exploradora GRh+EAI
Laparotomía (masa adrenal, ooforotomía) GRh+EAI
Laparotomía (embarazo ectópico) GRh+EAI
Ligadura tubárica NPM
Miomectomía GRh+EAI
Ooforectomía GRh+EAI
Parto complicado GRh+EAI
Reparación de fístula vesicovaginal o rectovaginal GRh+EAI
Salpingostomía, salpingotomía GRh+EAI
Transfusión fetal 1
Vaginoplastia GRh+EAI
Vulvectomía radical con disección linfática 2
Vulvectomía simple GRh+EAI
930
CIRUGÍA ORTOPÉDICA Y TRAUMATOLÓGICA
Acromioplastia GRh+EAI
Amputación miembro inferior GRh+EAI
Artroscopia NPM
Artrotomía GRh+EAI
Cirugía de columna:
Laminectomía 2
Fusión Posterior 4
Fusión Anterior-Posterior 6
Descompresiones medulares 2
Discectomía GRh+EAI
Extracción de fijación interna de cadera (clavo) GRh+EAI
Fijación interna de cadera (clavo) 2
Liberación de contractura (Dupuytren) NPM
Meniscectomía medial (ligamento anterior) GRh+EAI
Osteotomía, biopsia ósea GRh+EAI
Procedimiento de Gill GRh+EAI
Prótesis de Austin Moore 2
Prótesis total de rodilla:
Primaria 2
Revisión 4
Prótesis total de cadera:
Primaria 2
Revisión 6
Reducción de fractura abierta:
Pelvis 2
Femur 2
Tibia GRh+EAI
Columna GRh+EAI
Resección de artroplastía de cadera 2-4
Síndrome del túnel carpiano NPM
Sinovectomía (rodilla) 2
CIRUGÍA OTORRINOLARINGOLOGICA
Disección de mandíbula, cuello y lengua 2
Disección radical de cuello 2
931
Etmoidectomía NPM
Glosectomía 2
Laringectomía simple 2
Laringectomía con disección radical cervical 3
Mandibulectomía (hemi o total) 2
Mastoidectomía NPM
Maxilectomía 2
Parotidectomía NPM
Reconstrucción con colgajo libre 2
Reconstrucción con colgajo mio-cutáneo 2
Reparación de hendidura palatina (colgajo faríngeo) 1
Reparación simple de paladar o labio NPM
Resección de angiofibroma 2
Resección de tumor del corpúsculo carotídeo 4
Resección de tumor acústico GRh+EAI
Resección esofágica 4
Resección de glomus yugular 6
Resección de hueso temporal 2
Resección de tumor del paladar NPM
Resección de tumor de la base del cuello 6
Tonsilectomía-adenoidectomía GRh+EAI
Traqueotomía NPM
932
Cardiomiotomía de Heller 4
Coartación aórtica 1
Derivación porto-cava 4
Ductus arteriosus persistente 1
Embolectomía 2
Endarterectomía catotídea 2
Endarterectomía femoral o paplítea GRh+EAI
Enfermedades cardíacas congénitas quirúrgicas: 4 (< 1 año)
2 (> 1 año)
Fístula arterio-venosa GRh+EAI
Mediastinoscopia, mediastinotomía GRh+EAI
Neumonectomía 4
Pericardiectomía, periocardiotomía 2
Pleurectomía 2
Prótesis vascular 2
Reemplazo valvular 4
Resección de pared torácica GRh+EAI
Resección pulmonar mayor (lobectomía) 2
Resección pulmonar (bullas o pleurodesis) 2
Timectomía 4
Toracotomía (biopsia pulmonar, resección menor) GRh+EAI
Toracoscopia GRh+EAI
Transplante de corazón, pulmón 4
CIRUGÍA UROLÓGICA
Adrenalectomía 2
Amputación de pene:
Parcial NPM
Completa 2
Biopsia de ganglios linfáticos GRh+EAI
Biopsia de próstata (incisión) NPM
Biopsia de próstata (aguja o punch) NPM
Biopsia Renal GRh+EAI
Biopsia testícular NPM
Cierre de extrofia vesical 2
Cierre de fístula vesico-vaginal GRh+EAI
Cierre de uretrostomía NPM
933
Circuncisión NPM
Cistectomía:
Parcial GRh+EAI
Parcial con reimplantación de ureter 2
Con derivación 4
Cistoplastia 2
Cistolitotomia NPM
Cistostomía NPM
Cistostomia y diverticulectomía 2
Cistorrafia GRh+EAI
Criptorquidia NPM
Disección de ganglios retroperitoneales 2
Drenaje retroperitoneal, perirenal o abceso renal GRh+EAI
Epididimectomía NPM
Epididimovasostomía NPM
Escisión de placa peneana NPM
Escisión de espermatocele NPM
Escisión de carúncula uretral NPM
Escisión de varicocele NPM
Hidrocelectomía NPM
Implante de pene NPM
Laparotomía GRh+EAI
Laparoscopia GRh+EAI
Laparoscopia (disección de ganglios pélvicos) NPM
Linfadenectomía (disección de ganglios pélvicos) NPM
Nefrostolitotomía 2
Nefrostolitotomía percutánea GRh+EAI
Nefrostomía GRh+EAI
Nefrectomía:
Laparoscópica 2
Simple GRh+EAI
Radical 2
Parcial 2
Transplante de órgano GRh+EAI
Orquidectomía NPM
Orquidopexia NPM
Prostatectomía:
Perineal 2
934
Perineal radical 2
Retropúbica radical con resección ganglionar 2
Pieloplastia GRh+EAI
Pielotomía GRh+EAI
Quistectomía renal NPM
Reducción de torsión testicular NPM
Reparación de hidrocele NPM
Resección transuretral de Próstata (RTUP) GRh+EAI
Resección transuretral de tumor vesical GRh+EAI
Suspensión uretral (Stamey) NPM
Ureterotomía NPM
Ureterolitotomía NPM
Ureterectomía GRh+EAI
Ureteroplastia GRh+EAI
Ureteroureterostomia GRh+EAI
Ureteroneocistostomia:
Unilateral GRh+EAI
Bilateral GRh+EAI
Ureteroileostomia GRh+EAI
Ureterostomía GRh+EAI
Uretroplastia:
Primer estadío (reparación hipospadias) GRh+EAI
Segundo estadío NPM
Vasectomía NPM
Vesiculectomía (seminal) 2
935
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938
APÉNDICE I
REVISIÓN RÁPIDA DE LOS HEMODERIVADOS
A. Componentes eritrocitarios
Concentrado de Hematíes (CH)
PRUEBA CRUZADA Obligatoria.
VOLUMEN APROXIMADO 340-400mL SAG-MANITOL o soluciones aditivas.
250-360 mL CPDA-1.
CADUCIDAD 35 días CPDA-1, y 42 días en soluciones aditivas.
HEMATOCRITO 55-65 % Soluciones aditivas.
70-80 % CPDA-1.
ALMACENAMIENTO 1-6° C en nevera termometrada del Banco de Sangre.
DESCRIPCIÓN Contiene los eritrocitos de una unidad de donación de
sangre entera, una cantidad pequeña de plasma y antico-
agulante, y para las unidades con SAG-MANITOL o
soluciones aditivas, aproximadamente 110 mL de solu-
ción aditiva. Se espera que la transfusión de una unidad
de concentrado de hematíes aumente la hemoglobina 1-
1.5 g/dL en un paciente de 70 Kg.
TIEMPO DE 45 minutos, siempre y cuando existan muestras sanguí-
PREPARACIÓN neas previas del paciente en el Banco de Sangre.
INDICACIONES Pacientes cuyo déficit fundamental es la capacidad de
transportar oxígeno por falta de hematíes y que no puede
ser corregido por terapia alternativa. Debe determinarse
la hemoglobina o hematocrito antes de cada transfusión
excepto en el caso de hemorragia severa. Normalmente
se indica cuando la Hb es inferior a 6 g/dL. Raramente se
administra cuando la Hb es superior a 10 g/dL.
CONTRAINDICACIONES Anemias tratables farmacológicamente. Anemias cróni-
cas sin tratamiento pero asintomáticas.
NORMAS DE PETICION En impreso de solicitud de hemoderivados, indicando
cantidad y grado de urgencia.
939
Concentrado de hematíes lavados (CHL)
PRUEBA CRUZADA Obligatoria.
VOLUMEN APROXIMADO 220 mL.
CADUCIDAD 24 horas después del procedimiento de lavado.
ALMACENAMIENTO 1-6°C en nevera termometrada del Banco de Sangre.
TIEMPO DE 12-24 horas. Este componente se pide especialmente al
PREPARACIÓN Banco de sangre.
DESCRIPCIÓN Es una unidad de CH que se ha lavado y resuspendido en
una solución salina. Si se solicitan CH Lavados para un
paciente y seguidamente se cancelan, el personal del Banco
de Sangre intentará asignar el componente a otro paciente.
INDICACIONES La prevención de reacciones alérgicas severas a las pro-
teínas del plasma, sobre todo en los pacientes con anti-
cuerpos de tipo anti-IgA, hemoglobinuría paroxística
nocturna, e hiperpotasemia.
CONTRAINDICACIONES Anemias tratables farmacológicamente. Anemias cróni-
cas sin tratamiento pero asintomáticas.
NORMAS DE PETICIÓN En impreso de solicitud de hemoderivados, indicando
cantidad y grado de urgencia.
940
Concentrado de hematíes congelados desglicerolizados
PRUEBA CRUZADA Obligatoria.
VOLUMEN APROXIMADO 200 mL.
CADUCIDAD 24 horas después de la desglicerolizacion.
ALMACENAMIENTO 1-6° C en nevera termometrada del Banco de Sangre.
TIEMPO DE PREPARACIÓN 12-24 horas. Este componente se pide especialmente al
Banco de sangre y al Centro de Transfusiones.
DESCRIPCIÓN Una unidad de CH congelado en glicerol, que es un agen-
te crioprotector y que debe posteriormente eliminarse antes
de la transfusión. Esto se consigue, una vez descongelado,
con lavados de soluciones salino-glucosadas, y resuspendi-
da en suero salino con un 2% de dextrosa. El producto final
contiene más del 80% de los hematíes originales. Si este
componente se ordena para un paciente y seguidamente se
cancela, se utilizara inmediatamente en otros pacientes.
INDICACIONES Conservación de unidades de CH en pacientes con pro-
blemas complejos de anticuerpos. También pueden guar-
darse unidades de CH en pacientes para su posterior uti-
lización como transfusión autóloga (si bien el proceso es
bastante costoso). El uso de CH congelados para preve-
nir reacciones transfusionales febriles han sido suplanta-
do por el uso de CH leucoreducidos por filtración.
CONTRAINDICACIONES Anemias tratables farmacológicamente. Anemias cróni-
cas sin tratamiento pero asintomáticas.
NORMAS DE PETICIÓN En impreso de solicitud de hemoderivados, indicando
cantidad y grado de urgencia.
941
NORMAS DE En impreso de solicitud de hemoderivados, indicando cantidad
PETICIÓN y fecha probable de intervención quirúrgica o utilización de las
unidades.
Hemoderivados irradiados
PRUEBA CRUZADA Obligatoria.
CADUCIDAD La caducidad de los hemoderivados eritrocitarios irradia-
dos se reduce a no más que 28 días tras la fecha de irra-
diación o la caducidad original si ésta lo hace más pronto.
TIEMPO DE PREPARACIÓN Un 15 minutos adicionales se exigen preparar compo-
nentes irradiados.
DESCRIPCIÓN Los componentes de sangres se expusieron a aproxima-
damente a 2500 cGy. Todos los componentes excepto los
componentes de células de progenitoras, plasma fresco
congelado y crioprecipitado deben irradiarse.
INDICACIONES Pacientes que están en alto riesgo de enfermedad del injer-
to contar el huésped. Esto incluye a pacientes que presen-
tan inmunodeficiencias congénitas, alteración del estado
inmune secundario a neoplasia, o en neonatos que precisan
una transfusión intrauterina. También puede indicarse para
los receptores de transplante de médula ósea o pacientes
que sufren tratamiento intensivo con agentes quimioterápi-
cos. Se irradian unidades de donantes dirigidos para preve-
nir la enfermedad del injerto contra el huésped.
CONTRAINDICACIONES Los concentrados de hematíes irradiadas aumentan los
niveles de potasio plasmático.
NORMAS DE PETICIÓN En impreso de solicitud de hemoderivados, indicando
cantidad de componente irradiado y el orden de su admi-
nistración.
B. Componentes plaquetarios
Concentrado de plaquetas de donación de sangre
PRUEBA CRUZADA No necesaria. Se precisa una muestra de sangre para
determinar ABO y Rh del paciente. Se deben transfundir
plaquetas Rh compatibles.
VOLUMEN APROXIMADO 30-60 mL/unidad; normalmente agrupadas como un “pool”
de 4-6 unidades para un volumen total de 200-250 mL.
CADUCIDAD 5 días tras su obtención.
ALMACENAMIENTO 20-24° C (temperatura ambiente) en constante y suave
agitación continua. No REFRIGERAR. No guardar uni-
dades en habitaciones de pacientes o en quirófanos.
TIEMPO DE PREPARACIÓN 20 minutos.
942
DESCRIPCIÓN Cada unidad de plaquetas contiene un mínimo de 5.5 × 1010
plaquetas en 50 mL de plasma del donante. Las plaquetas se
agrupan normalmente en un “pool” de 4-6 unidades que
contienen 3.0 a 5.0 × 1011 plaquetas en aproximadamente
300 mL de plasma (30-60 mL de cada donante). El produc-
to puede leuco-reducirse en el momento de preparación por
el Banco de sangre o por el uso de filtros especiales leuco-
reductores durante su administración. Esto produce la infu-
sión de menos de 8.3 × 105 leucocitos por componente.
RECUENTOS Se recomienda realizar recuentos plaquetarios, 1 hora y 24
PLAQUETARIOS horas post-transfusión, para evaluar la respuesta.
INDICACIONES Tratamiento de la trombocitopenia o defectos de la función
plaquetaria. Las peticiones deben ser corroboradas por prue-
bas de la coagulación apropiadas y los datos clínicos. El uso
profiláctico de este componente para un paciente tromboci-
topénico que no está sangrando no se indica si la cifra de
plaquetas es superior a 10 × 109/L. Pacientes que general-
mente sufren procedimientos quirúrgicos mayores deben
tener cifras del plaquetas sobre 70 × 109/L para una hemos-
tasia eficaz. Cada unidad de plaquetas de donante aumenta-
rá la cifra de plaquetas de un adulto, en aproximadamente 5-
10 × 109/L en condiciones normales, aunque la respuesta
clínica a las transfusiones de plaquetas disminuye en casos
de fiebre, hiperesplenismo, infección, y presencia de anti-
cuerpos a los antígenos de plaquetarios. Raramente se indi-
ca si la cifra de plaquetas es >100,000 a menos que hayan
trastornos del funcionamiento plaquetar.
CONTRAINDICACIONES La transfusión de plaquetas a los pacientes con púrpura trom-
bótica trombocitopénica (PTT) o el trombocitopenia inducida
por heparina, está contraindica absolutamente, excepto en
casos de hemorragia vida-amenazante, ya que puede presen-
tarse un cuadro de coagulación intravascular diseminada fatal.
La transfusión de plaquetas en pacientes con púrpura trombo-
citopénica idiopática (PTI) o púrpura post-transfusional es
ineficaz, debido al corto tiempo de supervivencia intravascu-
lar, aunque pueden usarse en el momento de esplenectomía.
COMPATIBILIDAD Se seleccionaran plaquetas ABO y Rh compatibles y se pro-
porcionarán para la transfusión. Si esto no es factible debido a
las existencias limitadas y/o la necesidad urgente por el com-
ponente, pueden administrarse ABO y/o Rh incompatibles.
INCOMPATIBILIDAD Rh Puede ser aconsejable administrar inmunoglobulina anti- D
a pacientes Rh-negativos seleccionados, que reciben plaque-
tas de donantes Rh-positivos, ya que puede presentarse una
sensibilización a los antígenos de los hematíes, que aunque
escasos, están presentes en los concentrados de plaquetas.
NORMAS DE PETICIÓN En impreso de solicitud de hemoderivados, indicando canti-
dad y grado de urgencia.
943
Concentrado de plaquetas de aferesis (donante único)
PRUEBA CRUZADA Puede requerirse en pacientes con anticuerpos antipla-
quetarios, con el fin de asegurar un buen rendimiento
transfusional.
VOLUMEN APROXIMADO 200-350 mL.
CADUCIDAD 24 horas a 5 días dependiendo del sistema de colección
ALMACENAMIENTO 20-24° C (temperatura ambiente) en constante y suave
agitación continua. No REFRIGERAR.
TIEMPO DE PREPARACIÓN 24-48 horas después de la petición inicial.
DESCRIPCIÓN Cada unidad de este componente es obtenida por afére-
sis automatizada de un donante y contiene un mínimo de
3 × 1011/L de plaquetas (el equivalente de plaquetas al
contenido en un “pool” de 5-6 unidades de plaquetas de
donación de unidades de sangre) más 200-350 mL de
plasma con dextrosa y CDA como anticoagulante. Una
vez leucoreducida contiene menos de 5 × 106 leucocitos
residuales.
INDICACIONES Tratamiento de la trombocitopenia o defectos de la fun-
ción plaquetaria. Las peticiones deben ser corroboradas
por pruebas de la coagulación apropiadas y los datos clí-
nicos. El uso profiláctico de este componente para un
paciente trombocitopénico que no está sangrando no se
indica si la cifra de plaquetas es superior a 10 × 109/L.
Pacientes que generalmente sufren procedimientos qui-
rúrgicos mayores deben tener cifras del plaquetas sobre
70 × 109/L para una hemostasia eficaz. Cada unidad de
plaquetas de donante aumentará la cifra de plaquetas de
un adulto, en aproximadamente 5-10 × 109/L en condi-
ciones normales, aunque la respuesta clínica a las trans-
fusiones de plaquetas disminuye en casos de fiebre, hipe-
resplenismo, infección, y presencia de anticuerpos a los
antígenos de plaquetarios. Raramente se indica si la cifra
de plaquetas es >100,000 a menos que hayan trastornos
del funcionamiento plaquetar. Se utilizan especialmente
en pacientes politransfundidos para disminuir la refracta-
riedad a la transfusión.
PLAQUETAS Se utilizan donantes HLA-compatibles, tras determinar
HLA-COMPATIBLES el tipo de HLA del paciente, en aquellos casos que exis-
te un estado de refractariedad a la transfusión de plaque-
tas. El diagnóstico de este estado está basado en conside-
raciones clínicas y en la falta del aumento anticipado en
la cifra de plaquetas a los 10 minutos, la hora y las 24
horas, después de la transfusión con plaquetas de “pool”
o de aféresis.
NORMAS DE PETICIÓN En impreso de solicitud de hemoderivados, indicando
cantidad y grado de urgencia.
944
C. Componentes granulocitarios
Concentrado de granulocitos de aféresis
PRUEBA CRUZADA Requerida.
VOLUMEN APROXIMADO 250-350 mL.
CADUCIDAD 24 horas.
ALMACENAMIENTO 20-24° C (temperatura ambiente) no REFRIGERAR.
TIEMPO DE PREPARACIÓN 24-48 horas después de la petición inicial.
DESCRIPCIÓN Cada unidad contiene aproximadamente 1 × 1010 granu-
locitos obtenidos de un solo donante por aféresis auto-
matizada. Este componente contiene 20-50 mL de hema-
tíes y puede contener plaquetas.
INDICACIONES Pacientes leucopénicos infectados con una cifra de gra-
nulocitos inferior a 0.5 × 109/L y que no han respondido
a las 48 horas de un tratamiento antibiótico apropiado.
Consultar al Banco de Sangre antes de pedir concentrado
de granulocitos.
CONTRAINDICACIONES En general, las reacciones severas a la transfusión de este
componente o una ausencia de respuesta terapéutica des-
pués de 14 días de administración, deben plantear su inte-
rrupción. También deben interrumpirse las transfusiones
de granulocitos cuando el paciente se vuelve afebril, o
cuando la cifra del granulocitos excede de 1.0 × 109/L.
Excepto en circunstancias excepcionales, no se indican
transfusiones de granulocitos cuando no hay ninguna
expectativa de que la médula ósea del paciente se recupe-
re para producir un número adecuado de granulocitos.
DISPONIBILIDAD Este componente estará disponible para la transfusión
una vez efectuada la aféresis y debe transfundirse inme-
diatamente para asegurar el máximo beneficio.
NORMAS DE PETICIÓN En impreso de solicitud de hemoderivados, indicando
cantidad y grado de urgencia.
D. Hemoderivados plasmáticos
Plasma fresco congelado (PFC)
PRUEBA CRUZADA No necesaria. Se precisa una muestra de sangre para
determinar ABO y Rh del paciente. Administrar unidades
de PFC ABO compatibles.
VOLUMEN APROXIMADO 200-275 mL.
CADUCIDAD 1 año congelado a más de –30º C. 24 horas después de
descongelar. Para asegurar el máximo beneficio al
paciente, el plasma debe infundirse dentro de las 6 horas
siguientes a su descongelación.
945
ALMACENAMIENTO Después de descongelar, 1-6° C en una nevera ter-
mometrada del Banco de Sangre. Devolver la unidad
al Banco de Sangre inmediatamente si no se ha uti-
lizado.
TIEMPO DE PREPARACIÓN 30 minutos.
DESCRIPCIÓN Cada unidad de Plasma Fresco Congelado (PFC),
contiene el plasma obtenido por centrifugación y
separación de una unidad de sangre entera. Contiene
aproximadamente 400 mg de fibrinógeno y factores
de coagulación en proporciones variables (V, VII, IX,
XI, Antitrombina III, y proteínas C y S). Cada unidad
de PFC se ha congelado dentro de las ocho horas de
su colección para minimizar la pérdida de los facto-
res de coagulación V y VIII. Los datos publicados
indican que después de 5 días de almacenamiento en
el congelador y una vez descongelado el plasma
retiene el 80% de actividad del Factor VIII y el 90%
del Factor V. Otras proteínas del plasma no son alte-
radas por el almacenamiento. El plasma tiene el
mismo riesgo de transmisión de enfermedades que
los componentes eritrocitarios. El PFC no contiene
plaquetas.
INDICACIONES Hemorragias activas en pacientes con una deficiencia
documentada de Factor V de la coagulación, o por
déficit de otros factores que no disponen de concen-
trados específicos, o bien éstos están contraindica-
dos. Se tratan mejor los pacientes que requieren fac-
tor VIII de la coagulación con concentrados de F.VIII
(disponible en Farmacia). En pacientes con déficit
múltiples de factores o enfermedad hepática grave,
que van a ser sometidos a intervenciones quirúrgicas.
En el tratamiento de la Púrpura Trombótica
Trombocitopénica. En el tratamiento de la coagula-
ción intravascular diseminada. También puede usarse
para la corrección del efecto de los anticoagulantes
orales en situaciones agudas.
CONTRAINDICACIONES Alteraciones de la coagulación que pueden corregir-
se farmacológicamente o por concentrados de facto-
res. Como expansor de volumen o como aporte nutri-
tivo. El plasma no se indica como uso profiláctico
cuando el tiempo de protrombina es inferior a 18
segundos
NORMAS DE PETICIÓN En impreso de solicitud de hemoderivados, indican-
do cantidad y grado de urgencia. Teniendo en cuenta
que se descongelará inmediatamente para ser utiliza-
do. No se reserva.
946
Crioprecipitado (CRI)
PRUEBA CRUZADA No necesaria. Se precisa una muestra de sangre para
determinar ABO y Rh del paciente. No es necesario
administrar unidades de CRI ABO compatibles.
VOLUMEN APROXIMADO 5-20 mL por bolsa.
CADUCIDAD 1 año congelado a más de –30º C. 6 horas después de
descongelar. Para asegurar el máximo beneficio al
paciente, el crioprecipitado debe infundirse dentro de las
2 horas siguientes a su descongelación.
ALMACENAMIENTO Después de descongelar, 1-6° C en una nevera termome-
trada del Banco de Sangre. Si bien debe transfundirse
inmediatamente.
TIEMPO DE 30 minutos. Una vez descongelado, se resuspende con
PREPARACIÓN suero salino en unos 20-30 mL.
DESCRIPCIÓN Se obtiene a partir del PFC y contiene la fracción globu-
línica del plasma. Cada unidad contiene aproximada-
mente: 80-120 UI de Factor VIII, 150-250 mg de fibri-
nógeno, 30-50 mg de fibronectina; y entre el 40-70% de
factor von Willebrand y el 30% de Factor XIII presente
en el plasma original.
INDICACIONES El tratamiento de pacientes con la enfermedad de von
Willebrand y el tratamiento del déficit de Factor XIII.
Concentrados de Factor VIII se encuentran disponibles
en Farmacia, y es el producto de elección para la mayo-
ría de los hemofílicos. CRI sirve como un aporte tera-
péutico de fibrinógeno. Puede indicarse cuando el fibri-
nógeno es inferior 100 mg/dL, y en los casos de coagu-
lación intravascular diseminada. También puede ser de
utilidad en los pacientes quirúrgicos con una diátesis
hemorrágica debida a la uremia.
CONTRAINDICACIONES Alteraciones de la coagulación que pueden corregirse
farmacológicamente o por concentrados de factores.
Alteraciones de la coagulación debidas a déficit o altera-
ciones no conocidas, de factores inexistentes en una uni-
dad de CRI.
NORMAS DE PETICIÓN En impreso de solicitud de hemoderivados, indicando
cantidad y grado de urgencia. Teniendo en cuenta que se
descongelará inmediatamente para ser utilizado. No se
reserva.
947
Inmunoglobulina inmune anti-D (Rh) (RhIG)
PRESENTACIÓN Viales de 250 µgr, 300 µgr y 500 µgr conteniendo 1.250 UI,
1.500 UI y 2.500 UI respectivamente.
ALMACENAMIENTO Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de
ser reconstituido y administrado.
NOMBRE COMERCIAL Gamma anti-D Grifols®, Rhesogamma®, Inmunoglob
humana anti-D® Resuman Berna® y Globulina Lloren anti-
Rh®. Se dispone de un preparado intravenoso: WinRho
SDF™.
DESCRIPCIÓN Una unidad de Inmunoglobulina Anti-D (RhIG) es una
solución estéril de la fracción globulina gamma purificada
obtenida de plasma de donantes sanos con elevado conteni-
do en anticuerpos Rho.
INDICACIONES Profilaxis de la inmunización contra el antígeno D (Rho)
en mujeres Rh negativas y mujeres D u positivas.
Profilaxis de la inmunización al factor D (Rho) en perso-
nas Rh negativas tras recibir transfusiones incompatibles
que contengan concentrados de hematíes Rh positivos.
Tratamiento de la Púrpura trombopénica idiopática en
pacientes Rh positivos a los que no se les ha realizado una
esplenectomía.
CONTRAINDICACIONES Historia de alergia a las inmunoglobulinas homólogas.
Pacientes con déficit de IgA que tengan anticuerpos anti-
IgA. No administrar por vía intravascular (riesgo de
shock).
ADMINISTRACIÓN La RhIG debe administrase por vía intramuscular y muy
lentamente. En caso de pacientes con trombopenia o trastor-
nos de la coagulación en los que está contraindicada la
administración intramuscular, puede utilizarse la vía subcu-
tánea con posterior presión. En caso de ser necesaria la
administración de dosis elevadas (más de 5 mL), se aconse-
ja la administración en dosis fraccionadas y en distintas
regiones anatómicas.
948
INDICACIONES Tratamiento de las complicaciones tromboembólicas en
pacientes con déficit congénito de AT-III. Profilaxis de las
complicaciones tromboembólicas en caso de déficit congé-
nito de AT-III cuando concurren factores desencadenantes
(cirugía, fracturas, embarazo a término, encamamiento
prolongado). Tratamiento del déficit adquirido de AT-III:
insuficiencia hepática aguda con coagulación intravascular
diseminada, hemodiálisis, cirugía cardiaca con circulación
extracorpórea de larga duración. En pacientes con síndro-
me nefrótico y perdida de AT-III, en casos de cirugía
mayor grandes hemorragias y fenómenos trombóticos
agudo, siempre que los niveles de AT-III sean inferiores al
70%. Tratamiento de la coagulación intravascular disemi-
nada (CID).
CONTRAINDICACIONES Historia de reacciones alérgicas a los componentes de la
preparación. Asociado a la administración simultánea de
heparina, pueden presentarse complicaciones hemorrágicas.
ADMINISTRACIÓN Se administra lentamente por vía endovenosa con una
velocidad que no debe superar los 0.8 mL/Kg/minuto. Una
vez reconstituida, debe ser administrada inmediatamente
en un plazo inferior a los 15 minutos.
Inmunoglobulinas IV (IVIG)
PRESENTACIÓN Soluciones al 5% y al 10% de IVIG que contienen 500,
2.500, 5.000 y 10.000 mgr.
ALMACENAMIENTO Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de
ser reconstituido y administrado.
NOMBRE COMERCIAL Flebogama®, Gammagard®, Endobulin®.
DESCRIPCIÓN Los concentrados intravenosos de inmunoglobulinas
(IVIG) son soluciones de Inmunoglobulina G (IgG) de alta
pureza y amplio espectro de anticuerpos frente a agentes
infecciosos, con niveles muy bajos de IgM e IgA.
INDICACIONES Como sustitución de anticuerpos (efecto anti-infeccioso):
Tratamiento sustitutivo en pacientes afectos de diversos sín-
dromes de inmunodeficiencia primaria, en especial: agamma-
globulinemia congénita, hipogammaglobulinemia congénita,
inmunodeficiencia común variable, síndrome de Wiskott-
Aldrich, inmunodeficiencia combinada severa. Tratamiento
sustitutivo en niños con SIDA congénito e infecciones bacte-
rianas de repetición. En pacientes sometidos a Transplante de
médula ósea para prevenir infecciones bacterianas y la enfer-
medad del injerto contra el huésped. Profilaxis de las infec-
ciones bacterianas en pacientes con Leucemia Linfática cró-
nica (LLC), Mieloma múltiple, e Hipogammaglobulinemia.
949
Como modulador del sistema inmune: Púrpura trombocitopé-
nica idiopática. Enfermedad de Kawasaki. Polineuropatía
crónica desmielinizante. Miopatías inflamatorias (Dermato-
miosistis y Polimiositis). Miastenia gravis. Síndrome de
Guillain-Barré. Pénfigo vulgar. Anemia hemolítica autoinmu-
ne IgG con anemia sintomática. Aplasia de célula roja por
infección de Parbovirus B19 y anemia severa.
CONTRAINDICACIONES Historia de alergia a las inmunoglobulinas homólogas.
ADMINISTRACIÓN Los concentrados de IVIG deben administrarse por vía
endovenosa a una velocidad de infusión de 0.01-0.02
mL/Kg/minuto durante los primeros treinta minutos; si el
paciente no experimenta ningún efecto secundario o sensa-
ción de malestar, puede aumentarse el ritmo de infusión a
0.04 mL/Kg/minuto; en caso de que aparezca sintomatolo-
gía adversa, deberá reducirse el ritmo de infusión a niveles
tolerables por el paciente.
950
Concentrados de factor VII
PRESENTACIÓN Viales en presentaciones de 60, 120 y 240 KUI.
ALMACENAMIENTO Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el
momento de ser reconstituido y administrado
NOMBRE COMERCIAL Novosen®.
DESCRIPCIÓN Los concentrados de Factor VII activado de origen
recombinante, aumentan la formación de factores IX
activado, X activado y trombina, por acción directa
sobre el factor X activado, que es necesario para la con-
versión de protrombina en trombina, y posterior activa-
ción del fibrinógeno para formar fibrina y desarrollar el
trombo. Se obtienen por ingeniería genética, y estructu-
ralmente son similares al Factor VII activado derivado
del plasma humano.
INDICACIONES Tratamiento de los fenómenos hemorrágicos en pacien-
tes afectos de Hemofilia congénita o adquirida, que
presentan inhibidores a los factores de la coagulación
VII o IX en valores superiores a 10 Unidades Bethesda
(UB), o tienen valores inferiores a 10 UB pero se espe-
ra que no tenga respuesta alta a la administración de
Factores VIII y/o IX. Profilaxis en intervenciones qui-
rúrgicas en pacientes afectos de Hemofilia congénita o
adquirida, que presentan inhibidores a los factores de la
coagulación VII o IX en valores superiores a 10 UB, o
tienen valores inferiores a 10 UB pero se espera que no
tenga respuesta alta a la administración de Factores
VIII y/o IX.
CONTRAINDICACIONES Pacientes con enfermedad arterioesclerótica avanzada,
con síndrome de coagulación intravascular disemina-
da, y/o con síndrome traumático por aplastamiento, por
el riesgo de desarrollar un efecto trombogénico. No
administrar conjuntamente con concentrados de facto-
res del complejo protrombínico, al potenciarse y
aumentar el riesgo de aparición de fenómenos trombó-
ticos. Pacientes con problemas alérgicos a las proteínas
bovinas o de los ratones hámsters.
ADMINISTRACIÓN El producto debe llevarse a temperatura ambiente o
corporal antes de su administración que es exclusiva-
mente intravenosa, mediante inyección directa en bolo,
sin mezclar con otras soluciones, entre los 2 y 5 minu-
tos tras su reconstitución.
951
Concentrados de factor VIII
PRESENTACIÓN Presentaciones de 250 UI, 500 UI y 1.000 UI.
ALMACENAMIENTO Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de
ser reconstituido y administrado.
NOMBRE COMERCIAL Factores purificados: Fandhi®, Haemate-P®, Beriate-P®,
Hemofil-M®, Monoclate-P®. Factores recombinantes:
Kogenate®, Helixate®, Recombinante®, ReFacto®.
DESCRIPCIÓN El Factor VIII es una proteína de la coagulación que inter-
viene como cofactor enzimático en el proceso de la coagu-
lación sanguínea. Los concentrados de Factor VIII purifica-
dos se obtienen a partir de plasma humano de donantes
sanos, mediante diversas técnicas de fraccionamiento. El
Factor VIII de la coagulación recombinante es una glico-
proteína secretada por células de hámster sometidas a inge-
niería genética.
INDICACIONES Profilaxis y tratamiento de los episodios hemorrágicos en
pacientes diagnosticados de Hemofilia A y enfermedad de
von Willebrand. Profilaxis y tratamiento de los episodios
hemorrágicos en pacientes diagnosticados de déficit adqui-
rido del Factor VIII. Tratamiento y profilaxis de los episo-
dios hemorrágicos en pacientes con Hemofilia A y enferme-
dad de von Willebrand con título bajo de anticuerpos contra
el Factor VIII (inferiores a 10 UB), si siguen respondiendo
al tratamiento.
CONTRAINDICACIONES Pacientes con historia de reacciones alérgicas a los compo-
nentes de la preparación. Pacientes con anticuerpos inhibi-
dores del Factor VIII, superiores a 10 UB.
ADMINISTRACIÓN El producto debe llevarse a temperatura ambiente o corpo-
ral antes de su administración que es exclusivamente intra-
venosa. Una vez reconstituido debe utilizarse en un plazo
máximo de 3 horas. La velocidad de infusión no debe sobre-
pasar los 10 mL/minuto para evitar reacciones vasomotoras,
utilizando el equipo de perfusión y el filtro que se propor-
ciona con el vial.
Concentrados de factor IX
PRESENTACIÓN En presentaciones de 250 UI, 500 UI y 1.000 UI (Mononine®,
Factor IX Grifols® y Benefix®), de 600 UI y 1.200 UI
(Immune Stim Plus®), y de 1.500 UI (Factor IX Grifols®).
ALMACENAMIENTO Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de
ser reconstituido y administrado.
NOMBRE COMERCIAL Factores purificados: Mononine®, Factor IX Grifols®,
Immune Stim Plus®. Factores recombinantes: Benefix®.
952
DESCRIPCIÓN El Factor IX de la coagulación, sintetizado en el hígado
dependiente de la vitamina K, es una glicoproteína de cadena
única.Los concentrados de Factor IX purificados, obtenidos
de plasma humano procedente de donantes sano, mediante
diversas técnicas de purificación e inactivación vírica.
INDICACIONES Tratamiento de las complicaciones hemorrágicas en pacien-
tes con déficit de Factor IX, Hemofilia B o enfermedad de
Christmas. Profilaxis de las complicaciones hemorrágicas
en pacientes con déficit de Factor IX, Hemofilia B o enfer-
medad de Christmas. Profilaxis de las complicaciones
hemorrágicas en pacientes con déficit de Factor IX,
Hemofilia B o enfermedad de Christmas. Profilaxis y trata-
miento de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnos-
ticados de déficit adquirido del Factor IX.
CONTRAINDICACIONES Pacientes con historia de reacciones alérgicas a los compo-
nentes de la preparación. Pacientes con anticuerpos inhibi-
dores del Factor VIII, superiores a 10 UB.
ADMINISTRACIÓN El producto debe llevarse a temperatura ambiente o corpo-
ral antes de su administración que es exclusivamente intra-
venosa. Una vez reconstituido debe utilizarse en un plazo
máximo de 3 horas. La velocidad de infusión no debe sobre-
pasar los 10 mL/minuto para evitar reacciones vasomotoras,
utilizando el equipo de perfusión y el filtro que se propor-
ciona con el vial.
953
INDICACIONES Tratamiento de las complicaciones hemorrágicas en pacien-
tes con déficit de Factor IX, Hemofilia B o enfermedad de
Christmas. Profilaxis de las complicaciones hemorrágicas
en pacientes con déficit de Factor IX, Hemofilia B o enfer-
medad de Christmas. Profilaxis de las complicaciones
hemorrágicas en pacientes con déficit de Factor IX,
Hemofilia B o enfermedad de Christmas. Profilaxis y trata-
miento de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnos-
ticados de déficit adquirido del Factor IX. Profilaxis y trata-
miento de los episodios hemorrágicos en pacientes diagnos-
ticados de déficit adquirido del Factor X.
CONTRAINDICACIONES Pacientes con con hipersensibilidad conocida a las proteínas
plasmáticas, enfermedad arterioesclerótica avanzada, infar-
to de miocardio o trombosis recientes, con síndrome de coa-
gulación intravascular diseminada, historia alérgica a la
heparina que han presentado cuadros de trombocitopenia.
ADMINISTRACIÓN El producto debe llevarse a temperatura ambiente o corpo-
ral antes de su administración que es exclusivamente intra-
venosa, mediante inyección directa en bolo, sin mezclar con
otras soluciones, entre los 2 y 5 minutos tras su reconstitu-
ción, y a 4 mL/minuto.
954
CONTRAINDICACIONES En pacientes con signos de fibrinolisis o coagulación intra-
vascular diseminada. En pacientes con alto riesgo de trom-
bosis, angor pectoris e infarto agudo de miocardio.
ADMINISTRACIÓN El producto debe llevarse a temperatura ambiente o corpo-
ral antes de su administración que es exclusivamente intra-
venosa, mediante inyección directa en bolo, sin mezclar con
otras soluciones, entre los 2 y 5 minutos tras su reconstitu-
ción, y a una velocidad máxima de 3 mL/minuto.
955
Concentrados de factor XIII
PRESENTACIÓN Presentaciones de 250 UI, y 1.250 UI.
ALMACENAMIENTO Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de
ser reconstituido y administrado.
NOMBRE COMERCIAL Fibrogammin® P.
DESCRIPCIÓN El Factor XIII es el responsable de la estabilización del coá-
gulo formado, ya que es el factor que estabiliza la fibrina, se
trata de una transglutaminasa que forma puentes entre los
monómeros de fibrina, tras ser activada por la trombina. Los
concentrados de Factor XIII se obtienen por fraccionamien-
to industrial del plasma humano.
INDICACIONES Profilaxis y tratamiento de las complicaciones hemorrágicas
en pacientes con déficit congénito o adquirido, de Factor
XIII.
CONTRAINDICACIONES Pacientes con historia de reacciones alérgicas a los compo-
nentes de la preparación. Administración a pacientes que
han presentado recientemente episodios de trombosis.
ADMINISTRACIÓN El producto debe llevarse a temperatura ambiente o corporal
antes de su administración que es exclusivamente intraveno-
sa. Una vez reconstituido debe utilizarse en un plazo máxi-
mo de 3 horas. La velocidad de infusión no debe sobrepasar
los 0.8 mL/Kg/minuto para evitar reacciones, utilizando el
equipo de perfusión y el filtro que se proporciona con el vial.
Concentrados de fibrinogeno
PRESENTACIÓN Presentaciones de 1 gr y 1.5 gr.
ALMACENAMIENTO Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de
ser reconstituido y administrado.
NOMBRE COMERCIAL Haemocomplettan P®, Fibrinogen Immuno®, Clottagen®.
DESCRIPCIÓN El Fibrinógeno es una glucoproteína presente en el plasma
con un peso molecular de 340.000 daltons, sintetizada por
las células hepáticas y que participa en la hemostasia esta-
bilizando la agregación plaquetaria y a través de la forma-
ción del coágulo de fibrina. Es una proteína soluble que se
transforma en fibrina (insoluble) por acción de la trombina.
Los concentrados de fibrinógeno se obtienen por fracciona-
miento industrial del plasma humano.
INDICACIONES Profilaxis y tratamiento de las complicaciones hemorrágicas
en pacientes con déficit congénito de Fibrinógeno y disfibri-
nogenemia (sólo en aquellos casos con hemorragia docu-
mentada). Tratamiento de las complicaciones hemorrágicas
secundarias a la disminución del fibrinógeno en distintas
situaciones médicas (coagulación intravascular diseminada).
956
CONTRAINDICACIONES Pacientes con historia de reacciones alérgicas a los componen-
tes de la preparación. Debe usarse con precaución en pacientes
con riesgo de trombosis (enfermedad hepática, enfermedad
coronaria, embarazo y tratamiento con estrógenos).
ADMINISTRACIÓN El producto debe llevarse a temperatura ambiente o corpo-
ral antes de su administración que es exclusivamente intra-
venosa. Una vez reconstituido debe utilizarse en un plazo
máximo de 3 horas. La velocidad de infusión no debe sobre-
pasar los 5 mL/minuto.
Concentrados de proteina C
PRESENTACIÓN Presentaciones de 500 UI y 1.000 UI. (derivadas de plasma
humano); 5 mg y 20 mg (recombinantes).
ALMACENAMIENTO Se almacena a temperatura entre 2-8º C hasta el momento de
ser reconstituido y administrado.
NOMBRE COMERCIAL Factor purificado: Ceprotin®. Factor recombinante: Xigris®.
DESCRIPCIÓN La Proteína C es una glicoproteína anticoagulante vitamina K
dependiente que se sintetiza en el hígado; a través del comple-
jo trombina/ trombomodulina se convierte en Proteína C acti-
vada, que es una proteasa sérica con un potente efecto antico-
agulante, inactivando las formas activadas de los factores V y
VIII lo que provoca un descenso en la formación de trombina.
INDICACIONES Púrpura fulminante y necrosis cutánea inducida por los dicu-
marínicos en pacientes con déficit congénito grave de la
Proteína C. Profilaxis en caso de déficit congénito grave de
Proteína C ante las siguientes situaciones: cirugía o terapia
invasiva inminente, al inicio del tratamiento con dicumaríni-
cos, cuando la terapia dicumarínica no es suficiente o posi-
ble. Tratamiento y prevención de los episodios hemorrágicos
en pacientes diagnosticados de sepsis y fallo multiorgánico,
y que reciben tratamiento intensivo de soporte vital junto con
la adecuada antibioterapia, y tienen una expectativa de vida
razonable (sin enfermedades de base irrecuperables).
CONTRAINDICACIONES Historia de reacciones alérgicas a los componentes de la pre-
paración, salvo que en encontremos ante complicaciones trom-
bóticas de riesgo vital. En pacientes con sepsis moderada sin
evidencia de fallo orgánico; en pacientes moribundos o con
muerte inminente; pacientes con alteraciones de la coagulación
no tratables; y en los pacientes en los que tanto familiares como
médicos acuerdan no adoptar medidas terapéuticas agresivas.
ADMINISTRACIÓN El producto debe llevarse a temperatura ambiente o corpo-
ral antes de su administración que es exclusivamente intra-
venosa. Una vez reconstituido debe utilizarse en un plazo
máximo de 3 horas. La velocidad de infusión no debe sobre-
pasar los 2 mL/minuto.
957
APÉNDICE II
LEGISLACIÓN ACTUAL EN ESPAÑA SOBRE
TRANSFUSIÓN Y HEMODERIVADOS
María Antonia Marco Artal.
Unidad de Inspección. Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana.
959
vante de aquellos la configuración de la donación siempre como un acto
voluntario de carácter altruista y desinteresado, asimismo esta regulación
tiene en cuenta las recomendaciones de la OMS y de la Asamblea Parla-
mentaria del Consejo de Europa relativas a la obtención de sangre huma-
na y sus derivados.
De otro, a la organización territorial del Estado y a la consiguiente distri-
bución de competencias, surgida de la Constitución desarrollada por los
Estatutos de Autonomía y completada por los Reales Decretos de transfe-
rencias de funciones y servicios de la Administración del Estado a las Co-
munidades Autónomas. Se contempla así una ordenación de los servicios
más acorde para la satisfacción de las necesidades descentralizando la pla-
nificación a los niveles en que éstas se presentan.
Se regula el régimen de faltas y sanciones, con referencia expresa al régi-
men de infracciones sanitarias derivado de la disposición final segunda de
la Ley 26/1984, de 19 de julio, y disposiciones dictadas en su ejecución y
desarrollo.
En su virtud, a propuesta del Ministro de Sanidad y Consumo, y oído el
Consejo de Estado, y previa deliberación del Consejo de Ministros en su
reunión del día 9 de octubre de 1985,
DISPONGO:
I. DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 1.
Ámbito de aplicación.
1.1 La presente disposición tiene por objeto regular la donación de san-
gre humana y de sus componentes, los Bancos de Sangre y sus acti-
vidades.
1.2 El tratamiento industrial de la sangre y sus derivados, los productos
farmacéuticos y especialidades farmacéuticas resultantes estarán su-
jetos a las competencias y régimen legal que le son propios.
Artículo 2.
Intervención de las Administraciones Públicas.
2.1 La obtención, preparación y conservación, almacenamiento, distribu-
ción, tráfico y suministro de sangre humana y sus componentes están
960
sujetos al control y dirección de las Administraciones Públicas sin
perjuicio de la responsabilidad profesional de los facultativos por las
decisiones o actos médicos en que intervengan.
2.2 El Ministerio de Sanidad y Consumo establecerá los patrones, méto-
dos, requisitos técnicos y condiciones mínimas para la obtención y
preparación de sangre y sus componentes y control de su calidad.
2.3 La Administración Pública expedirá, a petición del Banco de Sangre,
certificación acreditativa de que el producto ha sido preparado en
Centro que reúne los requisitos exigidos por las normas sanitarias es-
pañolas.
961
c) Facilitar la creación y perfeccionamiento de la adecuada infraes-
tructura sanitaria al servicio de la donación de sangre, así como los
demás medios materiales, sanitarios y sociales necesarios para su
organización y desarrollo.
d) Fomentar la creación y apoyar el sostenimiento y desarrollo de las
actividades de Asociaciones y Hermandades de Donantes de San-
gre, coordinando su trabajo con el de la Administración Sanitaria.
e) Establecer un sistema de incentivos culturales y sociales a favor de
los donantes de sangre, así como los que pudieran establecer las
Fuerzas Armadas para los individuos de servicio en filas.
Este sistema en particular podrá dar preferencia a los donantes en las ac-
tividades culturales, sociales, deportivas y de disfrute de la naturaleza or-
ganizadas por las Administraciones Públicas.
Artículo 5.
Se entregará al donante, previa inscripción en el Registro de cualquier
Banco de Sangre, una tarjeta de identificación en la que deberá reseñarse
cada extracción que se efectúe a su titular, con indicación del Banco de
Sangre en que se realice, cantidad extraída, fecha y firma del Médico res-
ponsable. A estos efectos se arbitrarán los mecanismos de coordinación y
de intercambio mutuo de información.
La tarjeta de identificación del donante de sangre será anulada en el mo-
mento en que se compruebe que el titular ha perdido las condiciones de
aptitud. En caso de incapacidad temporal para la donación será objeto de
suspensión por el tiempo que dure aquélla. En ambos casos, se llevarán
a cabo las correspondientes anotaciones en el Registro de Donantes de
Sangre.
Artículo 6.
1. El empleo de tiempo necesario para efectuar una donación de sangre
será considerado a todos los efectos como cumplimiento de un deber
de carácter público y personal.
2. Todos los donantes de sangre tendrán los siguientes derechos:
a) Ser objeto de reconocimiento médico, con carácter gratuito, previo
a cada extracción en el Banco de Sangre. En todo caso, el recono-
cimiento se efectuará siempre antes de cada extracción.
962
b) No sufrir otro menoscabo que el correspondiente a la pérdida de la
sangre extraída.
c) Obtener la correspondiente reparación, por parte del Banco de San-
gre, de cualquier daño o perjuicio distinto que con motivo de la ex-
tracción le sea producido. A fin de garantizar debidamente este de-
recho, los Bancos de Sangre procederán a la instauración de un
«Seguro de donante» que cubra cualquier daño eventual en la per-
sona del donante con motivo de la extracción de la sangre o hemo-
componentes.
d) A recibir información sobre anomalías detectadas en las explora-
ciones clínicas o analíticas efectuadas con motivo de la donación.
963
competente, por Entidades con fines sanitarios, públicas o privadas, sin
ánimo de lucro, conforme a los ámbitos de actuación y funciones pre-
vistas en el artículo 9.º y concordantes.
3. Los Bancos de Sangre de las Fuerzas Armadas se atendrán a la nor-
mativa especial que regule su funcionamiento, con la coordinación y
cooperación con los demás Bancos que sean compatibles con dicha
normativa.
Artículo 9.
Por su ámbito de actuación, y por las funciones que desarrollan, los Ban-
cos de Sangre se clasifican en:
a) Centros Comunitarios de Transfusión.
b) Bancos de Sangre provinciales o de área.
c) Bancos hospitalarios.
Artículo 10.
1. El ámbito de actuación de los Centros Comunitarios de Transfusión
corresponderá al espacio geográfico que comprenda, en principio, un
contingente demográfico superior a un millón de habitantes. No obs-
tante, las Comunidades Autónomas podrán adoptar el ámbito demo-
gráfico y geográfico que estimen más adecuado a su realidad.
2. Los Bancos Comunitarios de Transfusión realizarán las siguientes fun-
ciones:
a) Planificar y promover la donación de sangre y plasma dentro de su
ámbito de actuación, que comprenderá una o varias áreas de salud.
b) Efectuar, como mínimo, la extracción de sangre en el área territo-
rial que a tal fin se le asigne. Además, siempre que criterios de efi-
ciencia lo aconsejen, realizará la extracción de sangre en otras
áreas de la propia Comunidad Autónoma o de las Comunidades li-
mítrofes.
c) Realizar programas de plasmaféresis y citoféresis no terapéuticos,
basados en la donación altruista.
d) Planificar la cobertura de las necesidades y la distribución de san-
gre y hemoderivados de todos los centros sanitarios públicos o pri-
vados del territorio que le sea asignado.
964
e) Atender, de modo directo, las necesidades de sangre y hemo-
componentes de su área de actuación o de otras que se le solici-
taren.
f) Responsabilizarse del suministro de sangre y hemoderivados en los
casos de pacientes sensibilizados o para atender las necesidades en
las circunstancias de emergencia.
g) Desarrollar programas de inmunización con el fin de extraer plas-
ma para la obtención de gammaglobulinas específicas.
h) Procesar y obtener los componentes de la sangre que, en cada caso,
se precisen, cuando procedan de unidades de donante único o de pe-
queños grupos de donantes.
i) Responsabilizarse del intercambio de plasma que se realice entre
los Bancos de Sangre de él dependientes y la industria fracciona-
dora. El envío de plasma a la industria productora de plasmaderi-
vados se realizará preferentemente desde los Bancos Comunitarios
de Transfusión. En aquellos casos en los que razones de eficacia así
lo requieran, otros Bancos de la Región o Comunidad Autónoma
podrán enviar directamente el plasma obtenido a la industria frac-
cionadora, pero siempre bajo autorización y supervisión del Banco
Comunitario de Transfusión.
j) Supervisar el cumplimiento de la normativa básica de evaluación
de la calidad de todos los Bancos de Sangre ubicados en el territo-
rio que tenga asignados.
k) Ser el centro de referencia de aquellos casos de poca prevalencia en
la población, cuyo diagnóstico o tratamiento implique la disponibi-
lidad de sangre, componentes de la sangre o reactivos de uso poco
frecuente.
l) Disponer de un inventario actualizado referente a donantes, recur-
sos materiales y humanos y actividad de los diferentes Bancos de
Sangre y de las necesidades de sangre, plasma y hemoderivados del
ámbito territorial asignado.
ll) Participar en los programas de formación personal sanitario vincu-
lado a la Hemoterapia.
m) Desarrollar las labores de investigación en relación con todas las
funciones encomendadas.
965
3. Los Centros Comunitarios de Transfusión contarán con una Dirección
Técnica a cuyo frente, de conformidad con lo establecido en el artículo
14, letra c), estará un Médico especialista en Hematología-Hemoterapia.
Con el fin de asesorar al Director en las funciones que le son propias,
así como para estimular el cumplimiento de las funciones y objetivos
marcados, especialmente en lo que hace referencia a la promoción de
la donación y a la utilización correcta de la sangre y sus componentes,
existirá en los Bancos Comunitarios de Transfusión una Comisión
Consultiva cuya organización será fijada por la autoridad administrati-
va competente en cada caso, si bien en su composición habrán de estar
representados los Bancos de Sangre provinciales y hospitalarios y
Asociaciones de Donantes, a que afecte.
Artículo 11.
1. El ámbito de actuación de los Bancos de Sangre provinciales o de área
corresponderá al espacio geográfico que comprenda un contingente
demográfico inferior al establecido para los Centros Comunitarios de
Transfusión. Funcionarán en régimen de coordinación con el Centro
Comunitario de Transfusión.
2. Con carácter general y basado en los principios de eficacia y eficien-
cia, los Bancos de Sangre provinciales o de área cumplirán las si-
guientes funciones:
a) Promoción y extracción de la sangre en la provincia o área donde esté
ubicado, con la colaboración de las Asociaciones y Hermandades de
Donantes.
b) Suministro de sangre y de sus componentes a los Centros hospita-
larios de su provincia o área de actuación.
c) Preparación de componentes de la sangre total extraída, de acuerdo
con las indicaciones del Banco Comunitario de Transfusión.
d) Cuando esté ubicado en un Centro hospitalario, realizará la extrac-
ción de sangre intrahospitalaria, la transfusión y hemoterapia del
establecimiento.
e) Participará en los programas de formación de profesionales vincu-
lados a la hemoterapia.
f) Desarrollará las tareas de investigación que sean propias de sus fun-
ciones.
966
g) Dispondrá de un inventario permanente actualizado de los donan-
tes, recursos materiales, humanos y actividad de los diferentes Ban-
cos y depósitos de sangre de su provincia o área de actuación.
h) Y, en general, ejercerá todas aquellas funciones que por razones de
eficiencia le sean delegadas por el Banco Comunitario de Transfu-
sión.
3. Los Bancos de Sangre provinciales o de área, que podrán o no estar in-
tegrados en los Servicios de Hematología y Hemoterapia de los diferen-
tes Centros sanitarios, tendrán asignados el personal y material propios
necesarios para cubrir sus funciones, dispondrán de presupuestos indivi-
dualizados y de sistema de gestión económica autónoma de acuerdo con
lo establecido en el artículo 16.1, para el cumplimiento de sus objetivos.
Al frente de los Bancos de Sangre provinciales existirá un responsable
que, de acuerdo con lo previsto en el artículo 14, letra c), será Médico
especialista en Hematología-Hemoterapia, dedicado exclusivamente al
desarrollo de las funciones que deba cumplir el Banco de Sangre.
Con el fin de asesorar al responsable en las funciones que le competen,
así como para estimular el cumplimiento de las funciones y objetivos
marcados, especialmente en lo que hace referencia a la promoción de la
donación y a la utilización correcta de la sangre y sus componentes, exis-
tirá en los Bancos de Sangre provinciales o de área, una Comisión Con-
sultiva cuya organización será fijada por la autoridad administrativa com-
petente en cada caso, si bien en su composición habrán de estar repre-
sentados los Bancos de Sangre y Asociaciones de Donantes afectados.
Artículo 12.
1. Los Bancos o Depósitos de Sangre hospitalarios, ubicados en los esta-
blecimientos de esta naturaleza integrados en sus Servicios o Unidades
de Hematología y Hemoterapia, estarán dirigidos por un responsable
Médico especialista en Hematología- Hemoterapia, que podrá compati-
bilizar sus funciones con otras tareas en dichos Servicios o Unidades.
2. Los Bancos de Sangre hospitalarios desarrollarán las siguientes fun-
ciones:
a) Planificar y realizar la hemoterapia del hospital donde estén situados.
b) Llevar a cabo las extracciones de sangre intrahospitalarias, así
como su promoción.
967
c) Participar en los programas de formación de profesionales vincula-
dos a la hemoterapia.
d) Desarrollar las tareas de investigación que sean propias al resto de
las funciones encomendadas.
3. Los Depósitos de Sangre hospitalarios limitarán sus funciones a las
recogidas en el punto a) del párrafo anterior.
Artículo 13.
1. La autorización de un Banco de Sangre y su inclusión en la Red Na-
cional de Bancos de Sangre, será concedida por las Comunidades Au-
tónomas y se iniciará mediante solicitud a la que se acompañará justi-
ficación de los requisitos que, como mínimos, se detallan en el artícu-
lo siguiente.
2. Los órganos que tengan atribuida la competencia, a la vista de las ne-
cesidades existentes, resolverán sobre la concesión o denegación de la
autorización solicitada, con expresa determinación, en el primer caso
de las funciones a ejecutar y de los programas de actuación a desarro-
llar por el Banco de Sangre, dentro de la Red Nacional, de acuerdo con
los planes que, a nivel de Estado, se establezcan.
Artículo 14.
Los requisitos que habrán de justificarse para obtener la autorización y
mantener en funcionamiento un Banco de Sangre son los siguientes:
a) Dependencia de alguna de las Entidades a las que se refiere el nú-
mero 2 del artículo 8 del presente Real Decreto.
b) Disponibilidad de locales, instalaciones, instrumental adecuados a
las exigencias mínimas que se establezcan.
c) Contar con una plantilla de personal técnico que cumpla las condi-
ciones mínimas determinadas y con la dirección técnica de un Mé-
dico especialista en Hematología-Hemoterapia, cuya preparación y
experiencia previas habrán de ser debidamente acreditadas.
d) Expresión detallada de las funciones que se proyectan desarrollar de
entre las genéricas enumeradas en el artículo 7.1 y de las específicas,
según su clasificación, señaladas en los artículos 10.2, 11.2 y 12.2.
e) Determinación de las necesidades asistenciales que el Banco de
Sangre pretenda cubrir, expresadas mediante una Memoria explica-
968
tiva acompañada del programa de actividades a desarrollar y, en su
caso, con especificación y el correspondiente consentimiento docu-
mentado, de los Depósitos de Sangre y de los centros cuyas necesi-
dades hemoterápicas se propone satisfacer.
f) Los Bancos que vayan a suministrar sangre o sus componentes a
Médicos usuarios de los mismos para asistencia transfusional debe-
rán presentar, además, relaciones nominales de dichos Médicos,
con expresión de sus domicilios y números de colegiados, así como
de su título de especialización.
Artículo 15.
1. Además de cumplir las condiciones establecidas en las normas técni-
cas que se dicten y en las respectivas autorizaciones sobre instalación
y funcionamiento, en todos los Bancos de Sangre deberá existir un Re-
gistro en donde se reflejen todas las extracciones de sangre realizadas,
con expresión de los datos personales de los donantes e indicación de
la cantidad de sangre extraída, fecha y Médico responsable, indepen-
dientemente de su anotación en la tarjeta de identificación.
2. Los Directores o responsables Médicos de los Bancos de Sangre, a
través de las Instituciones o Entidades de las que dependen, deberán
presentar anualmente Memoria detallada, de acuerdo con las instruc-
ciones que dicte la Administración Sanitaria competente, del movi-
miento de aquéllos, con expresa especificación de las actividades re-
alizadas. Esta Memoria se enviará para control de la hemodonación y
hemoterapia, así como para la elaboración de los planes anuales de
necesidades.
Artículo 16.
1. Con el fin de que se pueda controlar la observancia del principio de
gratuidad de la sangre y sus componentes donados, los Bancos de
Sangre llevarán en todo caso una contabilidad separada y compren-
siva de todos sus ingresos y costes. Los gastos impugnables a la ex-
tracción, procesamiento y conservación de la sangre y sus compo-
nentes serán facturados por el Banco de Sangre en todo caso, e in-
cluso en los hospitales a que estén adscritos. Los ingresos derivados
de las actividades propias de los Bancos de Sangre estarán exclusi-
vamente vinculados a la satisfacción de sus costes y al cumplimien-
to de sus fines.
969
2. Las facturas de servicios hemoterápicos a pacientes en el sector priva-
do deberán especificar claramente desglosados, como conceptos inde-
pendientes:
a) Los gastos de elaboración, conservación y transporte de la sangre,
ocasionados y abonados al Banco.
b) Los honorarios profesionales.
Artículo 17.
La relación entre los laboratorios farmacéuticos de producción de plas-
ma derivados y los Bancos de Sangre será regulada por el Ministerio de
Sanidad y Consumo en cuanto a los productos, condiciones técnicas y
económicas, procedimientos y formas de constancia y control, garantí-
as de suministro e intercambio, de acuerdo con los principios del artí-
culo 3.
970
VI. COMISIONES DE HEMOTERAPIA
Artículo 19.
Comisión Nacional de Hemoterapia.
1. Como órgano consultivo del Ministerio de Sanidad y Consumo en la
materia regulada por este Real Decreto, se constituye la Comisión Na-
cional de Hemoterapia que tendrá como cometidos y funciones los si-
guientes:
a) Emitir informes sobre las normas técnicas y condiciones mínimas
en materia de: Selección, estudio médico, vigilancia y control sani-
tario de los donantes, pruebas inmunológicas, hematológicas y bio-
químicas de la sangre extraída; material e instrumental y demás re-
quisitos y exigencias de la extracción de sangre; condiciones técni-
cas y requisitos de funcionamiento de los Bancos de Sangre y de los
centros de producción de hemoderivados.
b) Proponer los planes de actuación de la Red Nacional de Bancos de
Sangre, de la distribución y aprovechamiento de sangre y sus deri-
vados, y de las reservas mínimas que deben mantenerse.
2. Presidida por el Director general de Planificación Sanitaria, la Comi-
sión Nacional de Hemoterapia estará integrada por los siguientes
miembros:
Un representante de cada una de las Comunidades Autónomas. Dos
Médicos especialistas en Hematología y Hemoterapia, nombrados
por el Director general de Planificación Sanitaria. Un representante
de la Sanidad Militar. Un representante designado por la Asociación
Española de Hematología y Hemoterapia. Un Director Técnico de
Centros de Producción y Plasmaderivados, designados por el Direc-
tor general de Farmacia y Productos Sanitarios. Un representante de
la Dirección General de Salud Pública. Un representante de la Direc-
ción General de Farmacia y Productos Sanitarios. Un representante
de la Secretaría General Técnica. Un representante de la Subdirec-
ción General de Atención Hospitalaria del Instituto Nacional de la
Salud.
Un representante designado por cada una de las Asociaciones de Do-
nantes de ámbito o implantación nacional. Un representante designado
por cada una de las Asociaciones de Enfermos usuarios de Hemotera-
971
pia, legalmente constituida y de ámbito nacional. Un representante de
Cruz Roja Española. La Secretaría de la Comisión será desempeñada
por los Servicios de la Dirección General de Planificación Sanitaria.
3. Para el estudio y preparación de los asuntos que haya de conocer el
Pleno de la Comisión y para el despacho de los que tenga delegados,
funcionará la Comisión Permanente de la Comisión Nacional de He-
moterapia, integrada por tres de los representantes de las Comunidades
Autónomas, uno de los Médicos especialistas en Hematología nom-
brado por el Director general de Planificación Sanitaria, un represen-
tante de la Dirección General de Farmacia y Productos Sanitarios, el
representante de la Sanidad Militar, el representante de la Asociación
Española de Hematología y Hemoterapia y los representantes de las
Asociaciones de Donantes. La Comisión Permanente elegirá por ma-
yoría de sus miembros al Presidente de la misma.
4. Por Orden del Ministerio de Sanidad y Consumo se aprobarán las nor-
mas de funcionamiento de la Comisión Nacional de Hemoterapia y de
su Comisión Permanente.
5. La composición nominal de la Comisión Nacional de Hemoterapia se
publicará anualmente por Orden que podrá incorporar los cambios o
adaptaciones que resulten precisos.
Artículo 20.
Comisión Autonómica de Hemoterapia.
Como órgano coordinador en materia de hemoterapia a nivel de la Comu-
nidad Autónoma podrán constituirse las Comisiones Autonómicas de He-
moterapia, cuyas funciones y composición serán reguladas por las autori-
dades sanitarias de las Comunidades Autónomas.
972
3. Serán conceptuadas faltas leves las infracciones de formalidades o trá-
mites administrativos de las que no se derive peligro o daño alguno
para la salud individual o colectiva, y, en general, todas aquellas in-
fracciones que no se tipifiquen como faltas graves o muy graves en los
apartados siguientes.
4. Serán calificadas como faltas graves:
a) En relación con los hemodonadores:
• La ocultación de antecedentes, circunstancias o datos patológi-
cos, relativos a las condiciones mínimas de aptitud o causas de in-
capacidad temporal o definitiva.
• La falta de declaración de la condición de titular de tarjeta de
identificación y la posesión de más de una tarjeta o su utilización
una vez declarado suspenso o anulado.
• El incumplimiento de los reconocimientos sanitarios periódicos a
que vengan obligados.
b) En relación con los Bancos de Sangre:
• El incumplimiento de las normas y requisitos relativos a recono-
cimientos previos y a cuidados y vigilancia posteriores a las ex-
tracciones.
• La ausencia de los medios necesarios de información que consti-
tuyan garantías sanitarias.
• La extracción de sangre a personas que no reúnan las condiciones
y requisitos necesarios para ello o cuyas tarjetas estén incursas en
declaración de caducidad o suspensión o que carezcan de ellas.
• La extracción de sangre en mayor volumen o con menor interva-
lo de lo que se establezca en las normas vigentes.
• La falta de anotación en las fichas o Registros del Banco o en las
tarjetas de identificación individuales de alguna de las extraccio-
nes realizadas.
• La falta de información, o la inexactitud de la misma, al órgano
competente sobre extracciones o donantes con tarjeta de identifi-
cación.
En general, el incumplimiento de órdenes concretas emanadas de la au-
toridad sanitaria dentro de su competencia y todas las infracciones que
973
constituyan un riesgo o que tengan como consecuencia un daño directo
para la salud de alguna persona, por causa de irregularidades en la ex-
tracción, conservación, transformación o suministro de sangre o de sus
derivados.
5. Serán consideradas faltas muy graves:
• El suministro de sangre o componentes de la misma cuando no se
adecué a las normas técnicas dictadas en desarrollo de este Decreto.
• La importación y exportación de sangre o sus componentes sin los
requisitos o autorizaciones necesarias en cada caso.
• El tráfico ilícito de sangre y sus componentes, en el que se entende-
rán comprendidos, en todo caso, los supuestos de establecimiento o
actividad clandestina para la obtención, preparación, fraccionamien-
to, conservación, almacenamiento o suministro de sangre humana y
sus derivados.
• El incumplimiento de los principios de voluntariedad y gratuidad a
que se refiere el artículo 3.1 del presente Real Decreto.
• Cualquier otra actividad que ocasione un riesgo o un daño directo de
carácter grave para la salud pública.
6. En el supuesto de infracciones cometidas por un Banco de Sangre o
Centro de Producción de Hemoderivados, la responsabilidad princi-
pal recaerá sobre los Directores de los mismos, sin perjuicio de la que
también pueda alcanzar a los directivos de las Entidades o Institu-
ciones titulares de los centros y sobre el personal subordinado a
aquellos.
Artículo 22.
Las infracciones a que se refiere el artículo anterior, serán sancionadas por
las autoridades que, en cada caso, resulten competentes, de acuerdo con el
régimen de infracciones sanitarias de la Ley 26/1984, de 19 de julio, con-
forme a su disposición final segunda, y normas dictadas en su ejecución y
desarrollo.
DISPOSICIONES ADICIONALES
Primera.- No obstante lo establecido en los artículos 8 a 12 el Ministerio
de Sanidad y Consumo podrá autorizar a determinados Bancos de Sangre
974
legalmente establecidos en la actualidad para proseguir la práctica de la
plasmaféresis, si bien habrán de funcionar en lo sucesivo sin ánimo de
lucro. A este fin ajustarán su actual estructura jurídica separando en todo
caso el patrimonio afecto a dicha práctica.
Segunda.- Las Comunidades Autónomas, en la materia de este Real De-
creto regulada, comunicará al Ministerio de Sanidad y Consumo, siste-
máticamente y con la periodicidad que éste determine, los siguientes datos
referidos a la actividad desarrollada por los Bancos de Sangre ubicados
dentro de su territorio.
• Número y tipo de donantes registrados.
• Cantidad y modalidad de sangre o componentes extraídos.
• Tipo y número de hemocomponentes producidos.
• Utilización de la sangre y sus componentes: Transfusión, envío a
otros centros, caducidad u otras análogas.
• Envío del plasma a la industria fraccionadora.
• Recursos humanos y materiales.
Tercera.- Por Orden del Ministerio de Sanidad y Consumo, en desarrollo
de lo previsto en los artículos 2.1 y 14 b) del presente Real Decreto, se fi-
jarán los requisitos técnicos y condiciones mínimas para la obtención, pre-
paración, procesamiento, conservación, almacenamiento, distribución, su-
ministro y utilización terapéutica de la sangre humana y sus componentes,
así como los que deben reunir los Bancos de Sangre en cuanto a locales,
material e instrumental y personal.
DISPOSICIONES FINALES
Primera.- No obstante lo dispuesto en el artículo 3.º y concordantes de
este Real Decreto, con carácter excepcional y con el único propósito de
garantizar la disponibilidad de plasma humano para la obtención de sus
fracciones con fines terapéuticos o profilácticos, el Ministerio de Sanidad
y Consumo podrá autorizar en la medida en que sea necesario, a determi-
nados Bancos de Sangre, para efectuar la práctica de la plasmaféresis a
personas que reciban por ello una gratificación económica, de acuerdo
con las normas que se señalen al efecto.
Segunda.- En aquellos casos en que los Bancos Comunitarios de Trans-
fu-sión y provinciales no sean de titularidad de las Comunidades Autóno-
975
mas, éstas podrán celebrar convenios para la administración y gestión de
los mismos con las Entidades públicas o privadas a la que corresponda su
titularidad.
Tercera.- Además de cumplir las funciones y programas de actuación que
se señalen en la autorización inicial y los planes anuales que se determi-
nen, los Bancos Comunitarios de Transfusión y provinciales de titularidad
pública y los privados concertados mantendrán una dependencia funcio-
nal con las Comunidades Autónomas, sin que en ningún caso esta depen-
dencia altere la relación estatutaria, funcional o laboral del personal al ser-
vicio de los Bancos de Sangre.
DISPOSICIÓN DEROGATORIA
Quedan derogados el Decreto 1574/1975, de 26 de junio, el Real Decreto
3453/1977, de 30 de diciembre, y cuantas disposiciones de igual o infe-
rior rango se opongan a lo establecido en el presente Real Decreto. Dado
en Madrid a 9 de octubre de 1985. JUAN CARLOS R. El Ministro de Sa-
nidad y Consumo. ERNEST LLUCH MARTI.
976
El presente Real Decreto establece las exigencias técnicas a cumplir
por los bancos de sangre, siguiendo las recomendaciones hechas al
respecto por la Comisión Nacional de Hemoterapia, dada la necesidad
de la permanente adaptación a las nuevas condiciones técnicas y nue-
vos conocimientos científicos que con el paso del tiempo van apare-
ciendo en el campo de la transfusión sanguínea, manteniendo la uni-
formidad de los requisitos mínimos y por tanto de calidad y seguridad
para todos los posibles receptores de estos productos terapéuticos en el
conjunto del territorio nacional, tratándose, al abordar esta regulación,
de recoger las recomendaciones y directivas de la Organización Mun-
dial de la Salud, de la Comunidad Económica Europea y del Consejo
de Europa.
Este Real Decreto, en cuanto determina aspectos esenciales y comunes
para la protección de la salud y de la seguridad de las personas, como son
las condiciones y los requisitos técnicos mínimos de la hemodonación y
de los bancos de sangre, tiene la condición de normativa básica sanitaria,
de acuerdo con lo previsto en el artículo 2.1 y en los apartados 2, 5, 7 y 8
del artículo 40 de la Ley 14/1986, de 25 de abril, General de Sanidad, y
en el artículo 149.1.16 de la Constitución.
Asimismo, en cuanto regula los derivados de la sangre y del plasma hu-
manos, la procedencia de donantes identificados, obtención en centros au-
torizados y medidas precisas para impedir la transmisión de enfermedades
infecciosas, el presente Real Decreto se encuadra en lo previsto en los ar-
tículos 2.1, 40.2 y disposiciones concordantes de la Ley 25/1990, de 20 de
diciembre, del Medicamento.
Se respetan igualmente los principios de altruismo, gratuidad, informa-
ción, consentimiento y finalidad terapéutica previstos en la legislación es-
pecial sobre extracción y trasplante de órganos, que son de aplicación con-
forme a lo establecido en la disposición adicional segunda de la Ley
30/1979, de 27 de octubre, sobre extracción y trasplante de órganos.
Así pues, a fin de adaptar la legislación vigente en esta materia a las nue-
vas condiciones técnicas y conocimientos científicos actuales, a propues-
ta de la Ministra de Sanidad y Consumo, con informe del Consejo Inter-
territorial del Sistema Nacional de Salud, de acuerdo con el Consejo de
Estado y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del
día 22 de octubre de 1993, dispongo:
977
CAPÍTULO I. DISPOSICIONES GENERALES.
Artículo 1.
Objeto.
La obtención, preparación, conservación, almacenamiento, distribución,
suministro y utilización terapéutica de la sangre humana y sus compo-
nentes, así como los locales, material e instrumental y personal de los ban-
cos de sangre, se adecuarán a los requisitos técnicos y condiciones míni-
mas que se señalan en el presente Real Decreto.
Artículo 2.
Principio de altruismo.
Se mantiene el carácter de la donación de sangre y se establece el carác-
ter de la donación de plasma, como actos voluntarios, altruistas, gratuitos
y desinteresados.
978
• Rotulación, envasado y operaciones finales, de modo que se eviten
errores.
• Almacenamiento del equipo.
• Conservación de los productos acabados hasta su distribución.
• Documentación y registro de datos sobre el donante, la sangre obteni-
da y sus componentes, así como del paciente receptor de los mismos.
2. En los casos en los que se utilicen unidades móviles para la extracción
de sangre, la instalación deberá reunir las condiciones idóneas de hi-
giene, espacio y ventilación, para la asistencia a los donantes y admi-
nistración del tratamiento, si lo necesitarán, por sufrir algún tipo de re-
acción adversa, y para evitar riesgos tanto para la sangre o los compo-
nentes extraídos, como para el equipo encargado de la extracción.
Artículo 4.
Material e instrumental.
1. El material e instrumental empleado en la extracción, preparación, con-
servación y distribución de la sangre y sus componentes, guardará perma-
nentemente condiciones de limpieza y será sometido periódicamente a las
operaciones de mantenimiento y de control de calidad que correspondan.
2. A los efectos del párrafo anterior serán de aplicación las normas con-
tenidas en el Real Decreto 908/1978, de 14 de abril, sobre control sa-
nitario y homologación de material e instrumental médico, terapéutico
y correctivo, así como los contenidos en la Orden de 13 de junio de
1983, que regula el material instrumental médico-quirúrgico estéril,
para utilizar una sola vez.
3. Si se utilizará el procedimiento de esterilización, su eficacia no será in-
ferior a la que se logra con una temperatura de 121,5 °C, mantenida du-
rante veinte minutos con vapor saturado a una presión de 103 la. (1.05
kg 1/cm) o con una temperatura en atmósfera seca de 170 °C durante
dos horas.
Artículo 5.
Personal.
1. Los centros donde se realice la extracción de sangre y de sus compo-
nentes estarán dirigidos por un médico especialista en hematología y
hemoterapia, con probada experiencia en transfusión sanguínea.
979
2. El acto de la extracción de sangre o de sus componentes estará bajo la
tutela de médicos, quienes tomarán las decisiones oportunas cuando
las circunstancias lo requieran.
980
motivos que excluyen de donar y de que estos no le afectan, así como
su conformidad para efectuar la donación.
4. A los efectos de los apartados 1 y 2, cada banco de sangre deberá con-
tar con un protocolo detallado de los criterios y condiciones de exclu-
sión siguiendo las recomendaciones establecidas al efecto por las au-
toridades sanitarias.
Artículo 8.
Análisis de las donaciones.
En cada donación se realizarán las siguientes pruebas:
1. Determinación de la concentración de hemoglobina o del hematocrito.
2. Determinación del grupo sanguíneo.
• Cada unidad de sangre se clasificará con arreglo a los grupos san-
guíneos A, B, AB y O, estudiando los antígenos y anticuerpos de este
sistema presentes sobre los hematíes y en el plasma.
• Cada unidad de sangre será clasificada según el tipo Rh determina-
do con el antisuero anti-Rho (anti-D), utilizando técnicas y reactivos
capaces de detectar las diferentes variantes del antígeno Rho (D).
3. Se practicará en cada donante, con historia de transfusión previa o em-
barazo, un escrutinio de anticuerpos irregulares antieritrocitarios emple-
ando métodos que detecten anticuerpos clínicamente importantes.
4. Pruebas para detección de agentes infecciosos.
• Serología de la sífilis.
• Detección del antígeno de superficie del virus de la hepatitis B.
• Detección de anticuerpos contra los virus de la hepatitis C.
• Detección de anticuerpos contra los virus de la inmunodeficiencia
humana (VIH-1 y VIH-2).
• Las técnicas utilizadas en estas pruebas deberán tener, en cada mo-
mento, un nivel óptimo de sensibilidad y especificidad, y los reacti-
vos empleados en ellas cumplirán la normativa sanitaria nacional.
• Se eliminará todas las unidades en las que haya resultado positiva al-
guna de esas pruebas. Se procederá, con respecto al donante, según
se indica el artículo 9.
981
Artículo 9.
Atención al donante.
En el caso de detectarse alguna anomalía en los estudios analíticos reali-
zados, deberá ser comprobada en una nueva muestra, notificándose al do-
nante la anormalidad observada para que la ponga en conocimiento de su
médico si se estima oportuno. A efectos de exclusión se reflejará esta cir-
cunstancia en el registro del banco de sangre.
Artículo 10.
Frecuencia de las donaciones.
El intervalo mínimo entre dos extracciones consecutivas de sangre total,
salvo circunstancias excepcionales, no podrá ser inferior a dos meses. El
número máximo de extracciones anuales no podrá superar el número de
cuatro para los hombres y de tres para las mujeres.
La cantidad de sangre extraída en cada ocasión deberá tener en cuenta el
peso del donante, no deberá superar el 13 % del volumen sanguíneo teó-
rico del donante.
Artículo 11.
Donaciones especiales.
1. Aféresis. En la selección de donantes de plasmaféresis y citaféresis,
además de la vigencia de los criterios señalados en el artículo 7, debe-
rá prestarse especial atención a todas aquellas situaciones en que la ad-
ministración de medicación previa o el propio procedimiento pueda
suponer un peligro para el donante.
Antes de recabar su consentimiento escrito, el donante debe ser infor-
mado del procedimiento y de los riesgos potenciales del mismo.
2. En la primera plasmaféresis se practicará un hemograma y una dosifi-
cación de las proteínas séricas. Asimismo, se comprobará que no exis-
ten anomalías en las fracciones globulínicas.
Estas determinaciones analíticas se repetirán a intervalos regulares,
que no deberán exceder de las seis donaciones consecutivas. Se sus-
penderá temporalmente el programa de plasmaféresis si la cifra de pro-
teínas séricas totales es inferior a 60 gr/L, o en el caso de una reduc-
ción en más del 10 % en la tasa de proteínas o globulinas.
982
3. En los casos de plasmaféresis, el volumen extraído no deberá sobrepasar
los 600 ml por sesión, los 1000 ml a la semana y los 15 litros anuales.
En caso de que a un donante de plasmaféresis sea imposible técnica-
mente retornarle sus hematíes, será excluido del programa de plasma-
féresis durante dos meses.
4. Además de reunir todos los requisitos exigidos para los posibles do-
nantes de sangre total, los donantes para citaféresis deben presentar el
día de la extracción, una concentración absoluta de plaquetas no infe-
rior a 150 × 109/L.
5. El intervalo entre citaféresis deberá ser, al menos, de cuarenta y ocho
horas. Cuando en un programa de citaféresis sucesivas, las pérdidas
acumuladas de hematíes superen los 200 ml, salvo circunstancias ex-
cepcionales, deberá dejarse transcurrir un plazo de, al menos, dos
meses antes de realizar otra citaféresis.
6. En cada donación mediante aféresis se realizarán las pruebas especifi-
cadas en los apartados 2 y 3 del artículo 8, excepto cuando se trate de
donantes de aféresis específicos para un paciente, en que podrán reali-
zarse antes de la primera aféresis y al menos cada diez días.
Artículo 12.
Recipientes y anticoagulantes.
Se utilizarán recipientes con anticoagulantes y conservantes adecuados
autorizados por la Dirección General de Farmacia y Productos Sanitarios,
según Orden de 13 de junio de 1983, por la que se regula el material e ins-
trumental médico-quirúrgico estéril, para utilizar una sola vez.
Artículo 13.
Identificación de las donaciones.
Cada unidad donada y todos los componentes preparados a partir de la
misma, así como los tubos con las muestras para los análisis preceptivos,
se identificarán mediante un número o símbolo único de modo que sea po-
sible localizar al donante y seguir el proceso hasta su destino final.
Artículo 14.
Conservación.
La conservación de las unidades de sangre recién extraídas destinadas a
fraccionamiento se realiza en recipientes adecuados que permitan mante-
983
ner las condiciones correctas de temperatura según tipo de componente.
Si no van a ser fraccionadas, deberán ser colocadas a la temperatura de
conservación (1-6 °C) antes de transcurridas ocho horas.
984
rio que durante las operaciones se mantenga la esterilidad, empleando
para ello técnicas asépticas y equipo estéril apirógeno.
2. Si durante el proceso se mantiene el circuito cerrado, el período de al-
macenamiento estará limitado, únicamente, por la viabilidad y estabi-
lidad del producto. Si durante el procesamiento se rompe el circuito,
los productos que se conserven entre 1-6 °C deben ser transfundidos
antes de transcurridas veinticuatro horas y los productos conservados
entre los 20-24 °C antes de transcurridas seis horas.
Los productos que vayan a ser conservados congelados deben ser co-
locados en el congelador antes de transcurridas seis horas.
3. No se considerará el circuito abierto si las conexiones se llevan a cabo
con dispositivos diseñados para que la unión se realice de forma estéril.
4. No se añadirán sustancias antisépticas o bacteriostáticas a los produc-
tos sanguíneos.
Artículo 17.
Componentes eritrocitarios.
1. Las unidades de sangre que vayan a ser destinadas a la preparación de
productos sanguíneos deberán tener un volumen de 450+/-45 ml de
sangre, más el volumen correspondiente al anticoagulante.
2. Concentrado de hematíes. Es el producto que se obtiene, después de la
extracción de la mayor parte del plasma de una unidad de sangre total.
Pueden ser preparados por centrifugación o sedimentación en cual-
quier momento durante la conservación de la sangre.
3. Concentrado pobre en leucocitos. Es un preparado eritrocitario que
contiene como mínimo el 80 % de los hematíes y menos del 20 % de
los leucocitos de la unidad original.
4. Concentrado de hematíes libre de leucocitos. Es un preparado eritroci-
tario que contiene como mínimo el 80 % de los hematíes y menos del
2 % de los leucocitos de la unidad original.
5. Concentrado de hematíes lavados. Son los hematíes que quedan des-
pués de lavar una unidad de sangre con una solución compatible usan-
do un método que elimina la mayor parte del plasma (contenido total
en proteínas de la unidad inferior a 0,5 gr) y conserva, al menos, el 80
% de los hematíes iniciales.
985
6. Concentrado de hematíes congelados. Son hematíes que han sido con-
gelados y almacenados de forma ininterrumpida a temperaturas ópti-
mas en presencia de un crioprotector que generalmente es eliminado
por lavado antes de la transfusión.
El método utilizado en su preparación debe ser uno conocido para asegu-
rar una recuperación de, al menos, el 80 % de los hematíes originales a
continuación del proceso de lavado; una viabilidad de, al menos, el 70 %
de los hematíes transfundidos veinticuatro horas después de la transfu-
sión; una adecuada eliminación de los agentes crioprotectores, cuando
esto sea preciso, y una cantidad de hemoglobina libre en la solución so-
brenadante final inferior a 200 mg por 100.
Artículo 18.
Componentes plasmáticos.
1. Plasma fresco congelado es el separado de la sangre de un donante
por centrifugación o aféresis y congelado a una temperatura inferior
a -30 °C.
El método de preparación deberá de asegurar el mantenimiento de una
actividad promedio de factor VIII:C igual o superior a 0,7 U.I./ml, una
contaminación celular inferior a 40 × 109 plaquetas/L, y una tasa de he-
moglobina no superior a 0,05 g/dl.
2. El plasma sobrenadante de crioprecipitado es el obtenido y separado
del crioprecipitado por centrifugación de un plasma fresco congelado
y descongelado en condiciones de temperatura controlada.
Debe cumplir las condiciones establecidas para el plasma fresco con-
gelado excepto en lo que se refiere al factor VIII.
3. El plasma congelado es el separado dentro de los plazos máximos de
caducidad de las unidades de sangre que cumple las condiciones del
apartado 1 anterior, menos en lo referente al factor VIII-C.
4. El plasma recuperado de unidades de sangre total caducadas es el se-
parado de las unidades de sangre caducadas, dentro de los cinco días
siguientes a su fecha de caducidad. Se destinará exclusivamente a frac-
cionamiento industrial.
5. El crioprecipitado humano es la fracción de las proteínas plasmáticas
que permanecen insolubles cuando el plasma fresco congelado es des-
congelado en condiciones apropiadas de temperatura.
986
El método utilizado en su preparación debe garantizar un contenido de,
al menos, 70 U.I. de factor VIII-C en el 75 % de los crioprecipitados pre-
parados.
Artículo 19.
Otros componentes celulares.
1. Concentrado de plaquetas es aquel preparado que contiene las plaque-
tas obtenidas por separación de una unidad de sangre total, por citafé-
resis, o por plasmacitaféresis, que están en suspensión en un volumen
suficiente de plasma autólogo para mantener el pH superior a 6, du-
rante todo el período de almacenamiento. El método utilizado para pre-
parar concentrado de plaquetas a partir de sangre total debe garantizar
que el 75 % de ellos contengan, al menos, 5,5 × 1010 plaquetas al final
del período de conservación.
Los concentrados de plaquetas obtenidos por citaféresis deben conte-
ner un mínimo de 3,5 × 1011 plaquetas en, al menos, el 75 % de los
concentrados estudiados.
Los concentrados de plaquetas obtenidos por plasmacitaféresis deben
contener un mínimo de 1,8 × 1011 plaquetas, en al menos el 75 % de
los concentrados.
2. Concentrado de leucocitos es una suspensión de granulocitos obtenidos
por citaféresis a partir de la sangre circulante de un sólo donante. La
cantidad total de granulocitos debe ser superior a 1 × 1010 granulocitos.
3. Otras modalidades de componentes celulares o plasmáticos cuya efi-
cacia terapéutica haya sido suficientemente probada.
Artículo 20.
Conservación y caducidad de la sangre y de los productos sanguíneos.
1. Los congeladores, refrigeradores e incubadores usados para el almace-
namiento de sangre o de sus componentes deben poseer un diseño y
una capacidad tales que se mantenga la temperatura deseada de forma
uniforme en su interior. Deben contar con un sistema de registro con-
tinuo de la temperatura y un sistema de alarma audiovisual que entre
en acción con tiempo suficiente para que puedan tomarse medidas ten-
dentes a asegurar, que la sangre y sus componentes se mantengan den-
tro de las temperaturas establecidas en la presente normativa.
987
2. La sangre total y todos los componentes eritrocitarios líquidos deben
ser almacenados de forma continuada a una temperatura comprendida
entre 1-6 °C.
La sangre total y los componentes eritrocitarios separados en circuito
cerrado, utilizando un método que garantice un hematocrito final infe-
rior al 80 por 100, tendrán una fecha de caducidad no superior a vein-
tiún días a contar desde la fecha de extracción si el anticoagulante em-
pleado es ACD o CPD, y de treinta y cinco días si el anticoagulante es
CPD-adenina. Cuando se utilizan soluciones aditivas la fecha de cadu-
cidad será la adecuada para esa solución.
Se entiende por fecha de caducidad el último día en que la sangre o
componente sanguíneo es útil para transfusión.
3. Los hematíes congelados a temperatura de -65 °C o inferior tendrán
una fecha de caducidad de diez años.
4. Las condiciones y el tiempo de conservación de los concentrados de
plaquetas se ajustarán a las recomendadas para el tipo de recipiente y
la temperatura utilizadas.
5. Los concentrados de granulocitos tendrían una caducidad máxima de
veinticuatro horas mantenidos a 22-24 °C.
6. El plasma fresco congelado y el crioprecipitado se mantendrán a -30 °C
o a temperaturas inferiores durante no más de 12 meses; entre -25 °C y
-30 °C durante no más de seis meses; entre -18 °C y -25 °C durante no
más de tres meses.
7. El plasma sobrenadante de crioprecipitado y el plasma congelado pue-
den mantenerse a temperaturas inferiores a -30 °C durante un tiempo
no superior a cinco años y por un período de dos años, entre -18 °C y
-30 °C.
8. El plasma recuperado se conservará a temperaturas inferiores a 10 °C,
preferiblemente en estado congelado.
Artículo 21.
Transporte.
1. Una vez procesados, la sangre total y todos los componentes eritroci-
tarios líquidos deben ser transportados de tal manera que se asegure el
mantenimiento de una temperatura de 1-10 °C. No podrán volver a re-
988
frigerar aquellas unidades que hayan superado esta temperatura o exis-
tan sospechas fundadas de ello.
2. Los productos habitualmente almacenados a 20-24 °C deben ser trans-
portados a, aproximadamente, 18-24 °C.
3. Los productos almacenados usualmente congelados deben ser trans-
portados de una forma que mantenga la congelación a una temperatu-
ra cercana a la de almacenamiento o, una vez descongelados en estado
líquido, a una temperatura de 1-10 °C.
989
2. Antes de utilizar la muestra para tipificación y pruebas de compatibi-
lidad, se comprobará que toda la información para la identificación de
la solicitud esté de acuerdo con la información en el rótulo de la mues-
tra. En caso de discrepancia o duda se tomará una nueva muestra.
Artículo 25.
Pruebas en la sangre del receptor.
1. Tipificación ABO: se realizará de forma similar a la especificada en el
artículo 8.
2. Tipificación Rh: es suficiente para el antígeno Rho (D). Es lo que de-
terminará si el receptor es Rh positivo o negativo.
3. Sólo podrán omitirse la tipificación ABO y Rh en casos de extrema ur-
gencia.
4. Se realizarán pruebas de compatibilidad antes de la administración de
cualquier componente eritrocitario homólogo, excepto en los casos de
requerimiento urgente, entendiendo por tales los que un retraso en el
suministro de la sangre pueda comprometer la vida del paciente y así
sea indicado por escrito por el médico responsable del enfermo, de-
biendo, en estos casos, proseguir las pruebas de compatibilidad nada
más sea entregada la sangre. Estas pruebas incluirán las técnicas perti-
nentes para descartar la incompatibilidad ABO y la presencia de anti-
cuerpos eritrocitarios de importancia clínica. Estos métodos deberán
incluir la prueba de antiglobulina humana (Coombs) indirecta, u otra
técnica de similar o superior sensibilidad.
5. Cuando el receptor haya recibido una transfusión en los últimos tres
meses, o refiera embarazos previos, o cuando tal información sea du-
dosa o imposible de obtener, para la realización de las pruebas de com-
patibilidad deberá usarse una muestra del paciente obtenida dentro de
las cuarenta y ocho horas previas a la transfusión.
Artículo 26.
Administración de la transfusión.
La administración de una transfusión de sangre o de alguno de sus com-
ponentes deberá ir precedida de la comprobación inequívoca, por parte de
la persona que la realiza, de los datos de identificación del paciente y de
los datos de identificación de la unidad de sangre a él destinada.
990
SECCIÓN V. AUTOTRANSFUSIÓN.
Se contempla únicamente la modalidad de autotransfusión conocida con
el nombre de autotransfusión de depósito previo.
Artículo 27.
Definición.
Se define la autotransfusión como la extracción y conservación de sangre
o componentes sanguíneos a un donante-paciente para su posterior trans-
fusión a esa misma persona.
Artículo 28.
Criterios generales.
1. La autotransfusión se realizará por prescripción médica.
2. El donante-paciente, o bien en su nombre el representante legal o tutor
si se trata de menores de edad, deberá dar su consentimiento por escri-
to una vez informado del procedimiento y de los posibles beneficios y
riesgos que conlleva.
3. Los criterios de selección de candidatos, la frecuencia y el número de
extracciones se establecerán conjuntamente por el médico prescriptor
y el médico responsable del banco de sangre de forma individualizada
para cada donante-paciente.
4. El volumen de cada extracción nunca será mayor del 13 % del volu-
men sanguíneo teórico del donante paciente, si no se repone simultá-
neamente la volemia.
5. En cada donación autóloga se practicarán las pruebas analíticas espe-
cificadas en el artículo 8. No podrán utilizarse para transfusión las do-
naciones que hayan dado un resultado positivo en las pruebas para de-
tección de agentes infecciosos.
6. La conservación se realizará en lugar independiente al destinado a la
conservación de las unidades de donación homóloga, cumpliendo los
mismos requisitos exigidos para éstas y asegurado tanto la perfecta
identificación de la unidad y del paciente, como el que no puedan con-
fundirse con donaciones destinadas a transfusión homóloga.
7. Las unidades no utilizadas para transfusión autóloga podrán ser utili-
zadas para transfusión homóloga siempre que se cumplan todos los re-
quisitos exigidos en una donación normal.
991
8. Toda unidad destinada a autotransfusión deberá ir identificada, inclu-
yendo los datos de filiación, fecha de nacimiento y sexo del donante-
paciente, fecha de extracción y caducidad, y resultados de las pruebas
analíticas especificadas en el artículo 8, precisando claramente el des-
tino autólogo de la unidad.
992
DISPOSICIÓN ADICIONAL PRIMERA.
Facultad de desarrollo.
Se faculta al Ministro de Sanidad y Consumo, en el ámbito de sus com-
petencias, para desarrollar lo previsto en este Real Decreto y para actuali-
zar los datos técnicos y sanitarios, y, entre ellos, las situaciones o enfer-
medades que excluyen la donación de sangre.
993
de 1993. - Juan Carlos R. - La Ministra de Sanidad y Consumo, María
Ángeles Amador Millán.
ANEXO
Criterios de exclusión de donantes de sangre.
El artículo 7.2. del Real Decreto 1854/1993, de 22 de octubre, establece
que los candidatos a donantes de sangre serán sometidos a un reconoci-
miento previo a cada extracción, y que se realizará un examen físico y un
interrogatorio.
994
1. Examen Físico.- Comprenderá principalmente la apreciación del esta-
do general y la medida de la presión arterial y el pulso. Se atenderá de
forma especial a las siguientes circunstancias:
1.1. Inspección del aspecto del donante.- Debe prestarse especial aten-
ción, y en su caso quedarán excluídos: A la plétora, a un estado físico
precario, al debilitamiento, a la desnutrición, anemia, ictericia, ciano-
sis, dísnea, inestabilidad mental y a la intoxicación producida por al-
cohol, drogas u otros productos.
1.2. Pulso y tensión sanguínea.- Se recomienda que se comprueben de
forma rutinaria el pulso y la tensión arterial. El pulso debe ser regular
y como norma general oscilar entre 50 y 110 pulsaciones por minuto.
Se reconoce que el registro de la tensión arterial puede estar sujeto a
muchas variables, pero a modo de guía la tensión sanguínea sistólica
no debe sobrepasar los 180 milímetros de mercurio y la diastólica 100
milímetros/Hg.
1.3. Valores de Hemoglobina (o Hematocrito) de: Mujeres donantes:
125 gramos/litro (mínimo Hto: 0,38). Hombres donantes: 135 gra-
mos/litro (mínimo Hto:0,40).
Las donaciones pueden ser aceptadas por debajo de estos niveles, bajo
la responsabilidad del médico responsable de la Unidad de Extracción.
2. El Interrogatorio.- Constará en una historia clínica y deberá comprender:
2.1. Ocupación: En profesiones o aficiones peligrosas se deberá espe-
rar un intérvalo no menor de doce horas entre donación y vuelta al tra-
bajo o práctica de la afición.
Tales ocupaciones incluyen por ejemplo, pilotos, conductores de auto-
bús o de tren, operadores de grúas, escaladores, escafandristas, patina-
dores, montañeros y buceadores.
2.2. Cuestionario de preguntas: Se formularán las necesarias preguntas
para averiguar si el candidato a donante está en buen estado de salud y
no padece o ha padecido alguna enfermedad importante. Serán crite-
rios y condiciones de exclusión a tener en cuenta en las donaciones, las
enfermedades o antecedentes de:
2.2.1. Alergia.- Los donantes potenciales con alergia al polen deberán
ser excluidos de la donación durante la época de polinización. Aque-
llos que reciban vacunas desensibilizantes no donarán hasta pasadas
995
setenta y dos horas después de la última inyección. Los donantes con
un eccema local en el sitio de venopunción serán excluidos de forma
temporal. Los individuos que padecen asma en forma leve o asintomá-
tica y que requieran únicamente el uso de aerosoles esporádicamente
pueden ser aceptados.
2.2.2. Beta-talasemia.- Los portadores heterocigóticos de la enferme-
dad pueden donar sangre siempre que tengan buena salud y niveles
aceptables de hemoglobina.
2.2.3. Bronquitis.- No deberán ser aceptados como donantes personas
con síntomas de bronquitis crónica grave.
2.2.4. Cirugía.- La cirugía mayor tiene generalmente un periodo de
cuarentena de seis meses.
2.2.5. Diabetes.- Exclusión definitiva si está en tratamiento con insulina.
2.2.6. Embarazo.- Las mujeres embarazadas no deben aceptarse como
donantes, a menos que sea en circunstancias excepcionales y a discre-
ción del médico que las trata durante su embarazo. Después del emba-
razo, el periodo de cuarentena debe durar tantos meses como haya du-
rado el embarazo, o por lo menos durante todo el tiempo que dure la
lactancia.
2.2.7. Autoinmune, enfermedad.- Son causa de rechazo siempre que
haya más de un órgano afectado.
2.2.8. Cardíaca y vascular, enfermedad.- Las personas con antecedentes
de enfermedad cardíaca, especialmente coronaria, angina de pecho, arrit-
mia cardíaca grave, historia de enfermedades cerebrovasculares, trombo-
sis arterial o trombosis venosa recurrente, deben quedar excluidas.
2.2.9. Creutzfeldt-Jakob, Enfermedad de.- Todos los individuos trata-
dos con extracto de glándula pituitaria de origen humano o con dura-
madre, o los que tengan una historia familiar de enfermedad de Creutz-
feldt-Jakob deben ser excluidos como donantes.
2.2.10. Epilepsia.- Las personas que la padezcan serán excluidas de
forma definitiva, estén o no sometidas a tratamiento.
2.2.11. Fiebre Reumática.- Una persona con antecedente de fiebre reu-
mática debe quedar excluida durante dos años y a continuación ser
examinada para descartar posibles secuelas cardíacas crónicas. Esta úl-
tima complicación es causa de exclusión definitiva.
996
2.2.12. Fiebre superior a 38 ºC, enfermedades similares al síndrome
gripal.- Las personas afectadas deberán cumplir una cuarentena míni-
ma de dos semanas tras la desaparición de los síntomas.
2.2.13. Hipertensión.- Las personas con diagnóstico confirmado de hi-
pertensión, no deben ser aceptadas como donantes. Todas la situacio-
nes que no se ajusten de forma clara a ello, serán valoradas indivi-
dualmente por el médico responsable de la Unidad de Extracción.
2.2.14. Ictericia y hepatitis.- Los donantes deben ser informados de las
actividades de riesgo que pueden estar asociadas con la transmisión de
hepatitis, de forma que tengan la posibilidad de autoexcluirse.
Los individuos con antecedentes de ictericia o hepatitis pueden ser
aceptados como donantes, a criterio del médico responsable de la Uni-
dad de Extracción.
Las personas que han tenido relación directa con un caso de hepatitis o
han recibido una transfusión de sangre o productos hemoderivados
deben someterse a un período de cuarentena de doce meses. Lo mismo
es aplicable en los casos de acupuntura (a excepción de la realizada bajo
estricto control médico), tatuajes y perforación del lóbulo de la oreja.
El personal hospitalario que esté en contacto directo con pacientes de he-
patitis será aceptado a discreción del médico responsable de la unidad de
extracción de sangre, siempre que no haya sufrido un pinchazo o inocu-
lación accidental con un paciente infectado en los últimos doce meses.
Los donantes sin marcadores demostrables de hepatitis, que hayan do-
nado sangre a dos pacientes con fuerte sospecha de haber sido inocu-
lados por una transfusión sanguínea, deben quedar excluidos. En el
caso de un único donante de sangre utilizado en una transfusión cuyo
receptor desarrolla una hepatitis, debe ser así mismo excluido.
2.2.15. Infecciosas, enfermedades.- Generalmente conviene respetar
una cuarentena mínima de dos semanas tras la desaparición de los sín-
tomas y una semana en el caso de resfriado común. Las enfermedades
y situaciones que se refieren a continuación tendrán las consecuencias
que se exponen:
a) Babesiosis: exclusión definitiva.
b) Brucelosis confirmada: Exclusión mínima de dos años tras recupe-
ración completa.
997
c) Leishmaniosis (Kala-Azar): exclusión definitiva.
d) Toxoplasmosis: Exclusión de dos años tras recuperación, siempre
que no haya anticuerpos tipo IgM.
e) Tuberculosis: Puede ser considerado apto dos años después de
haber sido declarado curado.
f) Contacto con enfermedades infecciosas: Período de cuarentena si-
milar al periodo de incubación, o en el caso de ser este último des-
conocido, el médico responsable de la Unidad de Extracción esta-
blecerá la naturaleza de la exposición y el tiempo de rechazo.
2.2.16. Inmunizaciones. Vienen expresadas en la tabla de la página si-
guiente.
2.2.17. Infección por virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) y
Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA).- Todos los donan-
tes de sangre deberán recibir información precisa y actualizada sobre
el SIDA y sobre prácticas sexuales inseguras u otros comportamientos
de riesgo que pueden exponerlos a fuentes potenciales de infección,
transmisibles por la donación. Todos los donantes que resulten positi-
vos y sean confirmados como tales, deberán ser informados de que no
deben realizar más donaciones.
2.2.18. Intoxicación por alcohol o por drogas.- Las personas que se
encuentran bajo una clara influencia del alcohol deben rechazarse
hasta que estén sobrias. En caso de que reconozca o haya sospecha de
consumo de drogas, y en particular de drogas intravenosas, debe des-
cartarse la donación.
2.2.19. Malignas, enfermedades.- Los individuos con una enfermedad
maligna, o antecedentes de la misma, son habitualmente excluídos, de
forma permanente. El médico responsable de la unidad de extracción
puede hacer excepciones a esta norma en algunos casos concretos.
998
d) Toxoides, difteria, tétanos .............................................................. 48 horas
e) Otras vacunas:
Hepatitis A ...................................................................................... 48 horas
Hepatitis B ...................................................................................... 48 horas
Rabia (un año tras exposición). ...................................................... 48 horas
f) Sueros de origen animal.................................................................. 3 meses
999
2) Las personas que han nacido en zonas de endemia palúdica y
han permanecido en ella cinco años o más.
Durante seis meses: Las personas que hayan estado en zona de en-
demia palúdica, si no han tenido en ese periodo de permanencia
episodios febriles. Si los han tenido será necesario llevar a cabo una
prueba inmunológica y que ésta sea negativa. Si no se dispone de la
prueba, exclusión por tres años.
Las pruebas inmunológicas pueden omitirse si el donante es exclu-
sivamente de plasma.
b) Con objeto de conocer los países con endemia palúdica, es conve-
niente disponer de un mapa adecuado en cada Centro de Donación.
2.2.26.2. Chagas, Enfermedad de.- exclusión de seis meses a las personas
que visiten áreas tropicales donde la enfermedad es endémica, y si no han
padecido fiebre o enfermedad no aclarada.
La permanencia en zonas endémicas recomienda la donación exclusiva-
mente de plasma.
1000
la Unión Europea al efecto, que posteriormente han sido aprobadas por la
Comisión Nacional de Hemoterapia.
La presente disposición se dicta al amparo de lo dispuesto en los artículos
149.1.16ª de la constitución y 40.5 de la Ley 14/1986, de 25 de abril, Ge-
neral de Sanidad y en uso de las facultades atribuidas en la disposición
adicional primera del Real Decreto 1854/1993, de 27 de octubre, por el
que se determinan los requisitos técnicos y condiciones mínimas de la
hemodonación y bancos de sangre.
En su virtud dispongo:
Primero.- Por la presente Orden se añaden, a los ya fijados por la Orden
de 7 de febrero de 1996, nuevos criterios y condiciones de exclusión de
donantes de sangre y se establecen los criterios de interpretación de las
pruebas para la detección de agentes infecciosos en las donaciones de san-
gre, que figuran en le anexo de esta disposición.
Segundo.- La presente Orden entrará en vigor al día siguiente al de su pu-
blicación en el “Boletín Oficial del Estado”. Madrid, 2 de julio de 1999.
ROMAY BECCARÍA.
ANEXO
1. Actualización de los criterios de exclusión de donantes:
1.1. Enfermedades infecciosas:
1.1.1. Mononucleosis infecciosa: Exclusión seis meses tras recupera-
ción total.
1.1.2. Convivencia con un enfermo de hepatitis B o C: Exclusión du-
rante un año.
1.2. Alergias:
1.2.1. Alergia a los medicamentos, en particular la penicilina: Exclu-
sión de un año después de la última exposición.
1.3. Otras condiciones:
1.3.1. Pacientes que hayan requerido examen endoscópico.
1.3.2. Pacientes que hayan requerido implantación de catéteres intra-
vasculares.
1.3.3. Perforación de piel y mucosas con material no estéril.
En estas tres condiciones, exclusión durante un año.
1001
2. Establecimiento del algoritmo básico para la interpretación de las
pruebas reactivas en el cribado de las donaciones de sangre en relación
con la utilización clínica de los componentes sanguíneos destinados a
la transfusión y de los resultados positivos de las pruebas suplementa-
rias o de confirmación para exclusión o no del donante:
La utilización de algoritmos destinados a estandarizar la interpretación
de los resultados de las pruebas biológicas utilizadas en la detección de
enfermedades transmisibles por la transfusión sanguínea es uno de los
requisitos primarios para garantizar la correcta aceptación de donantes
y donaciones. El algoritmo tiene como objetivo fundamental asegurar
la adecuada actuación en las distintas fases del proceso:
1. Que sólo se acepten aquellas donaciones y donantes con resultados
inequívocamente negativos en las pruebas realizadas sobre muestra
de sangre individuales.
2. Que se realicen repeticiones por duplicado con la misma muestra de
sangre (o procedente de la misma extracción) en aquellos casos en
los que los resultados iniciales no sean negativos.
3. Que, mediante la toma de una segunda muestra, se adopten las si-
guientes medidas:
Se realicen las pruebas básicas y de confirmación; se acepte al donan-
te, si todos los resultados son negativos; en el caso de que el resultado
sea positivo, se informe y se excluya al donante y, en le caso de que los
resultados no sean concluyentes, y por tanto, el resultado se indeter-
minado, se informe y excluya temporalmente al donante.
Para ello se establecen los siguientes criterios:
I. Primera muestra de sangre:
I.1. Cuando el resultado de la prueba de cribado sea negativo: Se acep-
tará al donante y la donación.
I.2. Cuando el resultado de la prueba de cribado se positivo o dudoso:
Se procederá a la repetición por duplicado con idéntico lote de reacti-
vos al empleado en la prueba, usando la misma muestra de sangre.
I.2.1. Si el resultado es negativo en las dos repeticiones de la prueba:
Se aceptará al donante y la donación.
I.2.2. Si el resultado es positivo en las dos repeticiones de la prueba:
Se eliminará la unidad.
1002
I.2.3. Cuando una de las repeticiones de un resultado positivo y la otra
un resultado dudoso: Se eliminará la unidad.
I.2.4. En el caso de que una de las repeticiones de un resultado positi-
vo o dudoso y la otra un resultado negativo: Se eliminará la unidad.
I.2.5. En los casos I.2.2., I.2.3. y I.2.4.: Se efectuarán las pruebas de
confirmación con técnicas de distinto principio biológico a la que se
aplicó en la prueba de cribado, utilizando la misma muestra de sangre:
I.2.5.1. Cuando todos los resultados sean negativos: Se podrán realizar
pruebas suplementarias y se aceptará al donante.
I.2.5.2. En caso de resultado positivo:
a) Se informará lo antes posible, y siempre antes de transcurridos siete
días, a los centros que hayan recibido los componentes de donacio-
nes anteriores del mismo donante, para la recuperación y retirada de
los componentes no utilizados.
b) Se informará lo antes posible, y siempre antes de transcurridos siete
días, al centro de tratamiento del plasma sobre donaciones anterio-
res del mismo donante, para la recuperación y retirada de los com-
ponentes no utilizados.
c) Se obtendrá una segunda muestra de sangre del donante, para con-
firmación.
I.2.5.3. En el caso de que el resultado sea indeterminado:
a) Se informará lo antes posible, y siempre antes de transcurridos siete
días a los centros que hayan recibido los componentes de donacio-
nes anteriores del mismo donante, para la recuperación y retirada de
los componentes no utilizados.
b) Se obtendrá una segunda muestra de sangre del donante, para con-
firmación.
II. Segunda muestra de sangre del donante: Realizar prueba de
cribado y de confirmación.
II.1. Si todos los resultados son negativos: Se aceptará al donante.
II.2. En caso de que el resultado sea positivo:
a) Se informará lo antes posible, y siempre antes de transcurridos
siete días, a los centros que hayan recibido los componentes de
donaciones anteriores del mismo donante, para la recuperación y
retirada de los componentes no utilizados.
1003
b) Se excluirá de forma permanente y se informará al donante.
c) Se procederá a la localización, notificación y al estudio de los re-
ceptores pertinentes de las donaciones anteriores.
II.3. Si el resultado es indeterminado:
a) Se excluirá temporalmente y se informará al donante.
b) Se realizarán estudios adicionales.
1004
Segundo. La presente Orden entrará en vigor a los cuatro meses del día
de su publicación en el “Boletín Oficial del Estado”. Madrid, 2 de junio
de 1998. Romay Beccaría.
ANEXO
Principios de actuación dirigidos a aumentar la seguridad del plasma
para uso transfusional.
1. El uso de plasma para transfusión se adecuará atendiendo en todo caso
a criterios de eficacia demostrada.
2. Sin menoscabo de lo expresado en el apartado anterior, el uso de plas-
ma atenderá a los criterios siguientes:
2.1. Plasma de la misma donación que los hematíes o plaquetas ya
transfundidos al paciente.
2.2. Plasma mantenido en cuarentena: Aquel plasma en que se efectúa
el control de las pruebas de detección de agentes infecciosos con una
nueva determinación en un período de tiempo, que cubra el período
ventana habitual de los marcadores de las infecciones virales estable-
cidas en las pruebas de selección de donantes.
2.3. Plasma inactivado: El que proviene de plasma sometido a técnicas
estandarizadas de reducción de carga viral: Inactivación fotodinámica
con azul de metileno o método con solvente-detergente, que habrán de
cumplir los requisitos que seguidamente se establecen:
2.3.1. Plasma tratado con inactivación fotodinámica con azul de meti-
leno: Cuando el citado procedimiento se realice fuera de un centro de
transfusión o banco de sangre: Los laboratorios tendrán experiencia en
el procesamiento de plasma. La técnica deberá aplicarse de acuerdo a
un procedimiento normalizado, que deberá quedar expreso en una me-
moria técnica en la que se describa el proceso de producción y su vali-
dación. La memoria técnica se pondrá a disposición de la Dirección Ge-
neral de Farmacia y Productos Sanitarios y de la Dirección General de
Salud Pública, que previa consulta a un Comité de Expertos emitirán in-
forme favorable mediante el documento de adecuación. Dicho docu-
mento deberá ser emitido en el plazo de dos meses desde la fecha de so-
licitud, y tendrá una validez de dos años. La renovación del documen-
to de adecuación requerirá una solicitud al efecto acompañada de una
actualización de la memoria técnica. Una vez extendido el documento
1005
de adecuación, el laboratorio no podrá modificar el proceso de produc-
ción o las instrucciones de manejo del producto. El Comité de expertos
podrá recabar información adicional y en caso de un informe no favo-
rable detallará los motivos del mismo. Cuando el tratamiento de inacti-
vación se realice en un centro de transfusión o banco de sangre: Los
materiales utilizados deberán ser autorizados por los organismos com-
petentes, y el procedimiento se realizará según las recomendaciones es-
tablecidas al efecto por los responsables de su fabricación.
2.3.2 Plasma tratado con solvente-detergente. El plasma tratado con
solvente-detergente deberá ser fabricado por un laboratorio con expe-
riencia en fraccionamiento. El laboratorio presentará ante la Dirección
General de Farmacia y Productos Sanitarios: Información resumida
correspondiente a la segunda parte del anexo II del Real Decreto
767/1993, de 21 de mayo, sobre evaluación, autorización registro y
condiciones de dispensación de las especialidades farmacéuticas y
otros medicamentos de uso humano, fabricadas industrialmente, en la
que se podrán omitir detalles del proceso de producción que se consi-
deren confidenciales. Memoria técnica ajustada a la circular 7/97 Se-
guridad viral de medicamentos de la Dirección General de Farmacia y
Productos Sanitarios. Deberá incluir el compromiso de no procesar a
la vez plasma procedente de áreas donde se produzcan casos de la
nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. Justificación
documental, en su caso, de la utilización del proceso en otros centros
de transfusión de la Unión Europea. Instrucciones para el manejo y
conservación del producto, con copia, en su caso, de dichas instruc-
ciones en el marco de la Unión Europea. Datos de la experiencia clíni-
ca con el producto. La Dirección General de Farmacia y Productos Sa-
nitarios y la Dirección General de Salud Pública emitirán informe fa-
vorable mediante Documento de Adecuación siguiendo para ello el
mismo procedimiento establecido para el método anterior.
2.3.3 La salida o entrada del plasma del territorio español para reali-
zar un tratamiento con inactivación fotodinámica con azul de metileno
o con solvente-detergente, seguirá el siguiente procedimiento de auto-
rización: la entrada y salida de plasma para tratamiento o una vez tra-
tado con inactivación fotodinámica con azul de metileno o con sol-
vente-detergente estará sometida a informe favorable por parte de la
Dirección General de Salud Pública previo a la autorización por la Di-
rección General de Farmacia y Productos Sanitarios.
1006
3. Se limitará la utilización de otros tipos de plasma a aquellas situacio-
nes de fuerza mayor o emergencia en que no se disponga de plasma
con las características citadas en el apartado anterior.
1007
En su virtud, a propuesta del Ministro de Sanidad y Consumo, oídos los
sectores interesados, previo informe de la Comisión Nacional de Hemote-
rapia, de acuerdo con el Consejo de Estado y previa deliberación del Con-
sejo de Ministros en su reunión del día 2 de abril de 1993, dispongo:
Artículo 1.
Definiciones y ámbito de aplicación.
1. A los efectos de este Real Decreto se entenderán por medicamentos
derivados de la sangre o plasma humano, en adelante hemoderiva-
dos, aquellos medicamentos, obtenidos por procedimientos indus-
triales en centros autorizados, cuya materia prima sea la sangre o el
plasma humano; dichos medicamentos incluyen, en particular, la al-
búmina, los factores de coagulación y las inmunoglobulinas de ori-
gen humano.
2. Quedan excluidos del ámbito de este Real Decreto la sangre completa,
el plasma y las células sanguíneas de origen humano.
Artículo 2.
Solicitud de autorización sanitaria.
1. La autorización y registro de un medicamento hemoderivado se ajus-
tará a la normativa general en materia de registro de medicamentos.
2. No obstante lo establecido en el apartado anterior, los expedientes de
registro que acompañen a la solicitud de autorización adecuarán su
contenido a las siguientes especificaciones:
La composición cuantitativa del medicamento y la de sus componen-
tes se expresará en peso o en unidades de actividad biológica, según
proceda; siempre que sea posible se indicará la actividad biológica por
unidad de peso o volumen.
Se indicarán los procedimientos empleados para garantizar al máximo
y asegurar la ausencia de agentes potencialmente patógenos que pue-
dan transmitirse por este tipo de medicamentos.
1008
Artículo 3.
Garantías de seguridad y pureza de las materias primas.
1. Se adoptarán las medidas necesarias para asegurarse de que todas las
materias primas empleadas cumplen con las garantías de seguridad y
purezas necesarias, y en especial las tendentes a: Evitar la transmisión
de enfermedades infecciosas. Conocer e identificar claramente los do-
nantes y centros de extracción.
2. Para este fin se describirán en los expedientes de registro:
Nombre del banco o de los bancos que suministren el plasma.
Si el plasma proviene de donantes a los que se les ha realizado las
pruebas fijadas en el Real Decreto 1945/1985, de 9 de octubre, y dis-
posiciones que lo desarrollan o complementen, definiendo las pruebas
de marcadores realizadas sobre cada unidad de plasma.
En el caso de plasma importado, se indicará, además, si procede de do-
naciones altruistas o remuneradas.
3. Además de las medidas indicadas en el apartado 1, se cumplirán las es-
pecificaciones que se establezcan en el futuro por la Comunidad Euro-
pea para estos productos, teniéndose en cuenta en cada momento los
nuevos conocimientos que permitan asegurar una mejor calidad y se-
guridad de los materiales de partida.
Artículo 4.
Garantías de identificación e información.
1. Los medicamentos hemoderivados habrán de identificarse mediante
una marca o nombre comercial, que irá siempre acompañada por la de-
nominación del principio activo.
2. La ficha técnica de los medicamentos hemoderivados ajustará su con-
tenido a las características especiales de este tipo de medicamentos, en
particular en lo referente a:
Las características cuantitativas del medicamento.
Las características cualitativas y cuantitativas de los componentes.
Los procedimientos seguidos para su inactivación viral.
Artículo 5.
Condiciones de la autorización sanitaria.
1009
1. Los fabricantes pondrán a disposición de la Dirección General de
Farmacia y Productos Sanitarios los protocolos de producción y con-
trol de los medicamentos hemoderivados cuando sean requeridos
para ello.
2. Por razones de salud pública, el Ministerio de Sanidad y Consumo,
conforme a lo previsto en el artículo 14.7 de la Ley del Medicamento,
podrá exigir, antes de su puesta en circulación, la presentación de
muestras de cada uno de los lotes del producto a granel y/o acabado
para su examen por el laboratorio estatal a que se refiere el apartado 4
de este artículo u otro laboratorio designado a tal fin.
3. El referido control implicará la revisión de los protocolos de pro-
ducción y control y, en su caso, la realización de los ensayos analí-
ticos que se consideren oportunos. Cuando el medicamento hemo-
derivado proceda de alguno de los Estados miembros de la Comuni-
dad Europea, no se someterá al control indicado, siempre que se
acredite documentalmente ante el Ministerio de Sanidad y Consumo
que el lote ha sido conformado por la autoridad competente del Es-
tado de donde proceda, en los términos establecidos por la Comuni-
dad Europea.
4. El Centro Nacional de Farmacobiología deberá, en el plazo máximo de
sesenta días naturales desde el momento de la recogida de muestra por
los servicios de inspección, informar a la Dirección General de Far-
macia y Productos Sanitarios de la conformidad o no de los lotes so-
metidos a control.
Transcurrido dicho plazo, la Dirección General de Farmacia y Produc-
tos Sanitarios comunicará al laboratorio la resolución que proceda,
contra la que éste podrá interponer el recurso pertinente.
1010
Artículo 7.
Autorización de los procesos de fabricación.
Para garantizar permanentemente la homogeneidad de los lotes y produc-
tos, los procedimientos y procesos empleados en la fabricación industrial
de los medicamentos hemoderivados deberán ajustarse a las Normas de
correcta fabricación de medicamentos y a las directrices complementarias
que se incluyen en el anexo de este Real Decreto y estarán permanente-
mente a disposición del Ministerio de Sanidad y Consumo.
Artículo 8.
Medidas de inspección.
1. Las Comunidades Autónomas con competencias de ejecución en ma-
teria de legislación de productos farmacéuticos verificarán, mediante
inspecciones periódicas, que la producción y control se realiza según
lo establecido en los protocolos de producción y control aprobados.
2. Las autoridades sanitarias competentes podrán exigir a los fabricantes
muestras de los lotes de materias primas o productos terminados para
su análisis por el Centro Nacional de Farmacobiología.
1011
DISPOSICIÓN ADICIONAL SEGUNDA.
Competencia normativa.
El presente Real Decreto se dicta al amparo de la competencia exclusiva
y plena que reconoce el artículo 149.1.16 de la Constitución al Estado
sobre la legislación de productos farmacéuticos.
1012
ANEXO.
Directrices complementarias a las normas de correcta fabricación para los
medicamentos hemoderivados.
Consideraciones generales.
Estas Directrices no sustituyen los conceptos básicos de las normas de co-
rrecta fabricación y control de calidad, sino que complementan puntos y
facilitan su cumplimiento y adaptación específica para la elaboración y
control de los medicamentos hemoderivados.
1. Definiciones.
Fraccionamiento: Es el proceso de separación de las proteínas plasmáti-
cas por métodos físico/químicos convenientemente validados.
Plasma fresco congelado: Plasma proveniente de un solo donante, conge-
lado en un período de tiempo y a una temperatura adecuada para mante-
ner en actividad los factores lábiles de coagulación. Debe asegurar un mí-
nimo del 70 % del Factor VIII originariamente existente y una cantidad si-
milar del resto de los factores de coagulación.
Plasma recuperado: Todo plasma que no cumpla los requisitos del plas-
ma fresco congelado en cuanto a los factores lábiles de coagulación.
2. Personal.
El centro en el que se realice el fraccionamiento debe estar bajo la autori-
dad de un Director técnico, conforme establece el artículo 70 de la Ley
25/1990, de 22 de diciembre, del Medicamento, que será el responsable de
todos los aspectos relativos a la efectividad de las previsiones de este anexo.
El personal responsable de las operaciones de fraccionamiento del plasma,
producción, almacenamiento y distribución de hemoderivados poseerá la ti-
tulación académica, formación y experiencia necesaria para asegurar el
cumplimiento de sus funciones y garantizar que el producto final posee las
características de seguridad, pureza, potencia, identidad, calidad y eficacia.
Se contará con personal suficiente en razón a las tareas que deben desem-
peñarse.
3. Locales.
En todo laboratorio existirán las siguientes instalaciones que deberán ser
independientes y adecuadas al contenido y carácter de la solicitud de au-
torización:
1013
• Almacenes.
• Locales de fabricación.
• Laboratorio de control.
• Los locales deben estar diseñados y construidos de forma que per-
mitan extremar la limpieza.
• Locales de almacenamiento: deben existir, perfectamente diferencia-
das, las siguientes áreas:
• Zona de almacenamiento de materias primas con perfecta separación
entre el plasma pendiente de ensayos de confirmación y el plasma ya
confirmado.
• Zona de almacenamiento de material de acondicionamiento.
• Zona de almacenamiento de producto terminado.
• Zona para la destrucción del plasma en el que se haya confirmado
una contaminación y/o defectos graves de actividad. Esta zona debe
estar aislada del resto de las áreas de almacenamiento.
4. Fabricación y control.
Material de partida.
Cada unidad de plasma ha de ser examinada visualmente antes de su uso
para verificar su integridad, coloración anormal y otras alteraciones, así
como su correcta identificación. Si existieran defectos, la unidad será re-
chazada.
Procedimientos normalizados de fabricación:
Cada fabricante validará cada uno de los procesos críticos de las áreas
de producción y control de calidad de los medicamentos hemoderiva-
dos.
Una vez validado el proceso, deberán ser controlados rutinariamente los
parámetros críticos para confirmar que corresponden a los especificados
inicialmente en la validación.
Si el proceso o alguna etapa de la fabricación se modifica en algún mo-
mento, deberán ser revalidados para comprobar que no afecta a la cali-
dad del producto y/o a la reproducibilidad del proceso. Esta revalidación
será efectuada bajo la supervisión de personal cualificado y autorizado.
1014
Los procedimientos normalizados de fabricación estarán escritos e inclui-
rán todos los pasos que hayan de seguirse en el procesamiento, almacena-
miento y distribución del plasma.
Estos procedimientos incluirán, como mínimo, las siguientes descripciones:
• Métodos de ensayo de calidad y criterios de aceptación, incluyendo
valores máximos y mínimos cuando sean factores determinantes.
• Métodos utilizados en la fabricación del producto, incluyendo los
controles en proceso y criterios de aceptación.
• Todos los ensayos realizados al plasma antes y durante el proceso,
incluyendo la determinación del Ags de la hepatitis B (VHB) y los
anticuerpos contra los virus de la inmunodeficiencia (VIH) y contra
el virus de la hepatitis C (VHC).
• Temperaturas de almacenamiento y controles.
• Fechas de caducidad y período de validez.
• Protocolos y procedimientos de mantenimiento de equipos y cali-
brado.
• Procedimientos de etiquetado, incluyendo garantías para impedir
confusiones.
Los fabricantes de medicamentos hemoderivados utilizarán métodos y
procedimientos adecuados para inactivar los posibles contaminantes in-
fecciosos que pudiera contener el material de partida (plasma), productos
intermedios y productos finales, que serán comunicados al Ministerio de
Sanidad y Consumo. Se prestará especial atención a los virus de la hepa-
titis B y C y retrovirus humanos. Se validará la efectividad de los méto-
dos utilizados en la inactivación.
La fabricación de medicamentos hemoderivados será considerada satis-
factoria, cuando se hayan seguido los procedimientos que otorguen al pro-
ducto las características de calidad y eficacia, y se haya asegurado, hasta
donde sea posible, la inactivación de los contaminantes infecciosos.
5. Documentación.
Se registrarán:
Cada una de las etapas de procesamiento, almacenamiento y distribución
de cada unidad de plasma; todas las etapas habrán de registrarse de modo
claro e inequívoco.
1015
Cada uno de los lotes de plasma utilizados, indicando:
• Nombre del banco.
• Número de autorización del banco.
• Fecha de extracción de cada bolsa o unidad.
• Tipo y denominación del plasma.
• Número o símbolo de identificación de la donación o unidad.
• Identificación de cada donante.
• Volumen de cada bolsa o unidad.
• Evidencia del resultado de cada test.
El sistema de registro de las unidades que conforman un lote de plasma
debe permitir, en cualquier caso, la posibilidad de identificar a todos los
donantes de las unidades que lo componen, así como la posibilidad de co-
nocer el lote de plasma al que pertenece la donación de un determinado
donante.
Se mantendrán registros que incluyan, como mínimo, los siguientes datos,
cuando sean aplicables:
• Procesamiento de plasma, resultados e interpretaciones de todos los
ensayos y reensayos.
• Preparación de los componentes, incluyendo todos los datos rele-
vantes y períodos de tiempo en que se realizan.
• Etiquetado, incluyendo el nombre del Director técnico.
1016
modonación y Bancos de Sangre, establece las pruebas para marcadores
infecciosos que deberán realizarse en cada donación y en su artículo 8,
punto 3, apartado e), se indica que dichas pruebas deberán tener en cada
momento un nivel óptimo de sensibilidad.
La posibilidad de detección genómica del virus de la hepatitis C (VHC)
mediante técnicas de amplificación del ácido nucleico, permite reducir de
forma significativa el período durante el cual la sangre del donante puede
ser infecciosa antes de que la infección pueda ser detectada mediante las
pruebas de detección de anticuerpos anti-VHC.
Sobre esta base el Comité de Especialidades Farmacéuticas de la Agencia
Europea del Medicamento (CPMP) en el documento CPMP/BWP/269/95
rev.2, así como la Guía de la Farmacopea Europea recomiendan la introduc-
ción, a partir de 1 de julio de 1999, de la determinación por técnicas de am-
plificación de ácidos nucleicos (NAT) del VHC en las mezclas de plasma uti-
lizados en la fabricación de hemoderivados, recomendación recogida en la
Circular 4/1999, de 11 de marzo, de la Dirección General de Farmacia y Pro-
ductos Sanitarios, en la que se dispone que a partir del 1 de julio de 1999 sólo
se podrán utilizar para la producción de hemoderivados mezclas de plasma
que hubieran resultado no reactivas para el RNA del VHC mediante méto-
dos de sensibilidad y especificidad suficientemente validados.
Por ello, dado el avance que supone la introducción de las pruebas de de-
tección genómica viral en el objetivo prioritario de la mejora continua en
la calidad de los hemoderivados, y en orden a conseguir un nivel de se-
guridad similar en los componentes sanguíneos utilizados en transfusión,
se dicta esta disposición al amparo de lo establecido en la disposición adi-
cional primera del Real Decreto 1854/1993, de 22 de octubre, por el que
se determina con carácter general los requisitos técnicos y condiciones
mínimas de la hemodonación y bancos de sangre.
La presente Orden ha sido sometida a consulta de las entidades y sectores
afectados, habiendo emitido informe la Comisión Nacional de Hemoterapia.
En su virtud, dispongo:
Primero. Todas las donaciones de sangre y de componentes sanguíneos
recogidos en el Real Decreto 1854/1993, de 22 de octubre, por el que se
determina con carácter general los requisitos técnicos y condiciones mí-
nimas de la hemodonación y bancos de sangre, serán sometidos a pruebas
de detección del virus de la Hepatitis C (VHC) por técnicas de amplifica-
ción genómica.
1017
Segundo. La sensibilidad mínima de las pruebas será la establecida según
criterios de calidad, tanto para cada donación simple como en el caso de
utilización de mezclas de donaciones en las que se utilizaron muestras
control apropiadas según el tamaño de las mezclas.
Tercero. Al objeto de incrementar la eficacia técnica del método, asegurar
los requerimientos de sensibilidad, y minimizar los períodos de cuarentena
previos al suministro de componentes, las pruebas se llevarán a cabo en
centros debidamente equipados y con personal especialmente formado.
Cuarto. Los componentes sanguíneos que resulten positivos no podrán
ser utilizados para transfusión, y los donantes de los que fueron extraídos
serán excluidos para nuevas donaciones con carácter permanente. Ante la
eventualidad de la necesidad de utilización de componentes con anteriori-
dad a la obtención de los resultados de las pruebas, se utilizarán aquellos
que hayan resultado negativos en las pruebas de detección de anticuerpos
anti-VHC.
Disposición adicional única. Las técnicas de determinación genómica del
VHC podrán ser reemplazadas por otras técnicas de detección directa del
virus de las hepatitis C con similar o superior sensibilidad debidamente
validadas.
Disposición final única. La presente Orden entrará en vigor el 1 de enero
de 2003.
Madrid, 19 de junio de 2002.
VILLALOBOS TALERO
1018
cionamiento, procesamiento, distribución y posterior administración a
los pacientes.
Toda la información suministrada por el sistema de hemovigilancia puede
tener un gran valor estratégico, desde el punto de vista sanitario, ya que
aplicaría los mecanismos de alerta necesarios para la prevención de en-
fermedades transmisibles así como de otras complicaciones derivadas del
procesamiento y manipulación de los hemoderivados.
Este tema ha sido puesto en consideración por el Consejo de Europa por
el beneficio sanitario que puede aportar a los usuarios y, además, para ga-
rantizar que el intercambio de sangre y hemoderivados entre los países
miembros se realice con las máximas garantías de seguridad.
Asimismo, la Comisión Nacional de Hemoterapia ha recomendado que
este sistema se vaya implantando en las comunidades autónomas, ade-
cuándolo a su idiosincrasia específica.
Por todo ello, a propuesta del conseller de Sanidad y previa deliberación
del Gobierno Valenciano, en la reunión del día 10 de septiembre de 2002,
DISPONGO:
Artículo 1.
Se aprueba la creación del Sistema de Hemovigilancia de la Comunidad
Valenciana, que se regirá por lo dispuesto en el presente decreto.
Artículo 2.
Se considera de declaración obligatoria por parte de los facultativos co-
rrespondientes todas las reacciones adversas imputables a todo el proceso
de la transfusión que, a corto o largo plazo, puedan tener un riesgo vital
para los pacientes.
Artículo 3.
Se crea la Comisión Técnica de Hemovigilancia cuya misión será la de
asesoramiento a las autoridades sanitarias y al coordinador autonómico.
Dicha Comisión estará compuesta por seis especialistas en hematología y
hemoterapia, con experiencia contrastada en el campo de la transfusión.
No obstante, si las necesidades de futuro lo aconsejasen, se podría ampliar la
misma incluyendo otros profesionales expertos en diferentes áreas sanitarias.
La designación de sus miembros corresponderá a la Conselleria de Sanidad.
1019
Artículo 4.
La Conselleria de Sanidad designará un coordinador autonómico del Sis-
tema de Hemovigilancia de la Comunidad Valenciana, quien desarrollará
las siguientes funciones:
a) Dinamizar el desarrollo del Sistema de Hemovigilancia de la Co-
munidad Valenciana.
b) Servir como interlocutor entre los diferentes bancos de sangre hos-
pitalarios y autoridades sanitarias.
c) Elaborar y ejecutar las conclusiones de la Comisión Técnica de He-
movigilancia.
d) Transmitir la información a las autoridades sanitarias autonómicas
y al Ministerio de Sanidad y Consumo.
e) Establecer los sistemas de comunicación necesarios con el Sistema
de Alerta Rápido Europeo, aplicando los mecanismos correctores
en caso de ser necesarios.
f) Supervisión general del Sistema de Hemovigilancia de la Comuni-
dad Valenciana.
Artículo 5.
En todos los hospitales de la Comunidad Valenciana deberá existir un res-
ponsable del Sistema de Hemovigilancia, recayendo en principio esta res-
ponsabilidad en la jefatura del Servicio de Hematología y Hemoterapia o
persona en quien delegue.
Artículo 6.
La Conselleria de Sanidad remitirá a los facultativos correspondientes los
documentos homologados para la comunicación de los diferentes efectos
adversos de la transfusión.
Asimismo, elaborará en la página web del Centro de Transfusión de la Co-
munidad Valenciana los documentos electrónicos necesarios para agilizar
la transmisión de los datos.
Artículo 7.
Como elementos complementarios para garantizar el buen funcionamien-
to del Sistema de Hemovigilancia de la Comunidad Valenciana, todos los
hospitales deberán tener un Comité de Transfusión e instaurar los meca-
1020
nismos necesarios que aseguren la trazabilidad de todos los hemoderiva-
dos transfundidos, tanto los productos lábiles como los procesados por la
industria farmacéutica.
Artículo 8.
El Centro de Transfusión de la Comunidad Valenciana deberá almacenar
en una seroteca muestras de todas las donaciones de sangre por un perío-
do mínimo de 10 años.
Artículo 9.
Toda la información del proceso de hemovigilancia será de carácter con-
fidencial y, de acuerdo a la legislación vigente, deberá reunir los requisi-
tos necesarios de protección de los datos almacenados.
DISPOSICIONES FINALES
Primera.
El conseller de Sanidad dictará cuantas disposiciones reglamentarias sean ne-
cesarias para el desarrollo y aplicación de lo dispuesto en el presente decreto.
Segunda.
El presente decreto entrará en vigor a los tres meses de su publicación en
el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana.
Valencia, 10 de septiembre de 2002.
El presidente de la Generalitat Valenciana, JOSÉ LUIS OLIVAS MARTÍNEZ.
El conseller de Sanidad, SERAFÍN CASTELLANO GÓMEZ.
1021
desde la aprobación del citado Real Decreto, exigen un nuevo plantea-
miento para conseguir una coordinación más eficaz de las actuaciones de
las Comunidades Autónomas.
El Real Decreto 840/2002, de 2 de agosto, por el que se modifica y desa-
rrolla la estructura orgánica básica del Ministerio de Sanidad y Consumo,
determina que la citada Comisión Nacional quede adscrita al Ministerio de
Sanidad y Consumo a través de la Dirección General de Salud Pública.
Por otra parte, la aprobación de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Ré-
gimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Admi-
nistrativo Común, requiere la modificación del capítulo VI del Real Decreto
1945/1985, con el fin de hacer referencia expresa a la regulación que, con ca-
rácter general, efectúa dicha Ley respecto de los órganos colegiados.
En la elaboración de esta disposición han sido consultadas las Comunida-
des Autónomas y oídos los sectores afectados.
El presente Real Decreto se dicta al amparo de lo dispuesto en el artículo
149.1.16.a de la Constitución española y de acuerdo con lo previsto en el
artículo 40.5 de la Ley 14/1986, de 25 de abril, General de Sanidad.
En su virtud, a propuesta de la Ministra de Sanidad y Consumo, con la
aprobación del Ministro de Administraciones Públicas, de acuerdo con el
Consejo de Estado y previa deliberación del Consejo de Ministros en su
reunión del día 17 de enero de 2003, DISPONGO:
Artículo único. Modificación del capítulo VI del Real Decreto
1945/1985, de 9 de octubre, por el que se regula la hemodonación y los
bancos de sangre. El capítulo VI del Real Decreto 1945/1985, de 9 de oc-
tubre, queda modificado en los siguientes términos:
1022
2. El Comité Científico estará compuesto por siete vocales nombrados
por el titular del Ministerio de Sanidad y Consumo entre expertos de
reconocido prestigio y dedicación en el ámbito de la transfusión, de
forma que se garantice el mayor nivel de seguridad en las distintas
fases que comporta la cadena transfusional. Dos de estos vocales serán
designados a propuesta de las sociedades científicas, uno de ellos por
la Sociedad Española de Transfusión Sanguínea y el otro por la Aso-
ciación Española de Hematología y Hemoterapia.
Los vocales del Comité Científico desempeñarán sus cargos por perí-
odos de tres años que se renovarán automáticamente a su cumplimien-
to, a no ser que a juicio del titular del Departamento proceda la desig-
nación de un nuevo vocal por causas justificadas.
De entre los siete vocales señalados, el titular del Ministerio de Sani-
dad y Consumo designará un Presidente, que velará por el cumpli-
miento de los objetivos encomendados al Comité.
Para el cumplimiento de sus fines, el Comité Científico contará con un
Secretario técnico, designado igualmente por el titular del Departa-
mento entre los funcionarios del Ministerio de Sanidad y Consumo con
responsabilidad en el área de hemoterapia, que contará con los medios
personales y materiales necesarios.
Con independencia de los vocales designados, se podrá solicitar la co-
laboración de cuantos expertos sean necesarios cuando la naturaleza y
especialización de la materia lo requiera. Además, a propuesta del ci-
tado Comité se podrán constituir grupos de trabajo para estudios con-
cretos, que elevarán a éste su informe y propuesta final.
Artículo 20.
Comisiones de Hemoterapia.
1. La Comisión Nacional de Hemoterapia queda configurada como un ór-
gano de coordinación adscrito al Ministerio de Sanidad y Consumo a
través de la Dirección General de Salud Pública.
2. Las funciones de la citada Comisión son las siguientes:
a) Aprobar las directrices del Comité Científico y su implantación, así
como su seguimiento y control.
b) Determinar los planes de actuación de la Red Nacional de bancos
de sangre.
1023
c) Elevar al Pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de
Salud:
1º. Informe de las actividades de la Comisión.
2º. Informe de las actuaciones realizadas por las Administraciones
autonómicas en cumplimiento de las directrices aprobadas por
la Comisión.
3º. Informes, recomendaciones y propuestas en materia de hemote-
rapia.
3. Para el cumplimiento de las funciones anteriormente descritas, la Co-
misión Nacional de Hemoterapia estará compuesta por:
a) El Director general de Salud Pública del Ministerio de Sanidad y
Consumo, que la presidirá.
b) El Director de la Agencia Española del Medicamento, que ostenta-
rá la Vicepresidencia.
c) El Director general de Farmacia y Productos Sanitarios del Minis-
terio de Sanidad y Consumo.
d) Un representante del Ministerio de Defensa (Inspección General de
Sanidad).
e) Un representante con capacidad de decisión en la materia por cada
una de las Comunidades Autónomas y Ciudades con Estatuto de
Autonomía.
f) El Presidente del Comité Científico para la Seguridad Transfu-
sional.
g) El Secretario técnico del Comité Científico, que actuará como Se-
cretario de la Comisión Nacional de Hemoterapia, con voz pero
sin voto.
La Comisión Nacional de Hemoterapia podrá solicitar al Comité Cien-
tífico cuantos estudios e informes considere pertinentes.
4. Las convocatorias de la Comisión Nacional de Hemoterapia se reali-
zarán por el Secretario y por orden del Presidente, así como la eleva-
ción al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud de los in-
formes y las propuestas formuladas. Dicha Comisión se reunirá al
menos una vez al año.
1024
5. En caso de vacante, ausencia, enfermedad u otra causa legal, el Presi-
dente será sustituido por el Vicepresidente y, en su defecto, por el Di-
rector general de Farmacia y Productos Sanitarios.
Cuando en el orden del día figuren asuntos relacionados con la pro-
moción de la donación, asistirá como miembro de pleno derecho un
representante de las asociaciones de donantes legalmente constituidas
de ámbito o implantación estatal.
Cuando los asuntos a tratar así lo aconsejen y a instancias de la Presi-
dencia, podrán ser invitados representantes de otros Departamentos u
organismos, representantes de las asociaciones de enfermos usuarios de
hemoterapia o los expertos que en cada caso se consideren necesarios.
6. Como órgano coordinador en materia de hemoterapia en cada Comu-
nidad Autónoma, podrán constituirse Comisiones Autonómicas de He-
moterapia, cuyas funciones y composición serán reguladas por sus au-
toridades sanitarias.»
Disposición adicional única.
Funcionamiento de la Comisión Nacional de Hemoterapia.
Sin perjuicio de lo previsto en el presente Real Decreto, el funcionamien-
to de la Comisión Nacional de Hemoterapia, se ajustará a lo establecido
en el capítulo II del Título II de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de
Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento
Administrativo Común.
Disposición final primera.
Título competencial.
El presente Real Decreto se dicta al amparo de lo dispuesto en el artículo
149.1.16.a de la Constitución española y de acuerdo con lo previsto en el
artículo 40.5 de la Ley 14/1986, de 25 de abril, General de Sanidad.
Disposición final segunda.
Entrada en vigor.
El presente Real Decreto entrará en vigor el día siguiente al de su publi-
cación en el «Boletín Oficial del Estado». Dado en Madrid a 17 de enero
de 2003. JUAN CARLOS R. La Ministra de Sanidad y Consumo, ANA
MARÍA PASTOR JULIÁN.
1025
DIRECTIVA 2002/98/CE DEL PARLAMENTO EUROPEO Y
DEL CONSEJO DE 27 DE ENERO DE 2003 POR LA QUE SE
ESTABLECEN NORMAS DE CALIDAD Y DE SEGURIDAD
PARA LA EXTRACCIÓN, VERIFICACIÓN, TRATAMIEN-
TO, ALMACENAMIENTO Y DISTRIBUCIÓN DE SANGRE
HUMANA Y SUS COMPONENTES Y POR LA QUE SE MO-
DIFICA LA DIRECTIVA 2001/83/CE. Diario Oficial n° L 033
de 08/02/2003 p. 0030 – 0040.
EL PARLAMENTO EUROPEO Y EL CONSEJO DE LA UNIÓN
EUROPEA,
Visto el Tratado constitutivo de la Comunidad Europea, y en particular la
letra a) del apartado 4 de su artículo 152,
Vista la propuesta de la Comisión,
Visto el dictamen del Comité Económico y Social Europeo,
Visto el dictamen del Comité de las Regiones,
De conformidad con el procedimiento establecido en el artículo 251 del
Tratado, a la vista del texto conjunto aprobado por el Comité de Concilia-
ción el 4 de noviembre de 2002,
Considerando lo siguiente:
(1) La amplitud con la que se utiliza la sangre humana en medicina exige
que deba garantizarse la calidad y seguridad de la sangre y de sus compo-
nentes a fin de evitar, en particular, la transmisión de enfermedades.
(2) La disponibilidad de sangre y de sus componentes utilizados para
fines terapéuticos depende en gran medida de la voluntad de los ciuda-
danos de la Comunidad que estén dispuestos a realizar donaciones. Con
el fin de preservar la salud pública y evitar la transmisión de enferme-
dades infecciosas, hay que tomar todas las medidas de precaución du-
rante su extracción, tratamiento, distribución y utilización, recurriendo
debidamente a los progresos científicos realizados en la identificación,
neutralización y eliminación de agentes patógenos transmisibles por
transfusión.
(3) Los requisitos de calidad, seguridad y eficacia de las especialidades
farmacéuticas derivadas de la sangre y del plasma humanos preparadas in-
dustrialmente quedaron garantizados por la Directiva 2001/83/CE del Par-
lamento Europeo y del Consejo, de 6 de noviembre de 2001, por la que se
1026
establece un código comunitario sobre medicamentos para uso humano.
Sin embargo, dado que esta última Directiva establece específicamente
que no se aplica a la sangre total, al plasma ni a las células sanguíneas de
origen humano, la calidad y la seguridad de estos componentes, en la me-
dida en que se destinen a la transfusión y no estén procesados como tales,
no quedan sujetos a ninguna legislación comunitaria vinculante. Por todo
ello es fundamental, pensando en la libre circulación de los ciudadanos
dentro del territorio de la Comunidad, que las disposiciones comunitarias
garanticen un nivel de calidad y de seguridad de la sangre y sus compo-
nentes, sea cual sea su destino, que sea homogéneo entre los Estados
miembros a lo largo de toda la cadena de transfusión sanguínea. Por ello,
el fijar normas elevadas de calidad y seguridad contribuirá a tranquilizar
a la población en cuanto a que la sangre humana y sus componentes pro-
cedentes de donaciones efectuadas en otro Estado miembro cumplen, no
obstante, los mismos requisitos que en su propio país.
(4) En lo que concierne a la utilización de sangre o de sus componentes
como materias primas para la fabricación de especialidades farmacéuti-
cas, la Directiva 2001/83/CE se refiere a las medidas que deben adoptar
los Estados miembros para prevenir la transmisión de enfermedades in-
fecciosas, incluida la aplicación de las monografías de la Farmacopea Eu-
ropea, así como las recomendaciones del Consejo de Europa y de la Or-
ganización Mundial de la Salud (OMS), en particular en lo que se refiere
a la selección y a la comprobación de los donantes de sangre y de plasma.
Además, los Estados miembros deben tomar medidas para fomentar la au-
tosuficiencia de la Comunidad en sangre humana y sus componentes, y
para alentar las donaciones voluntarias y no remuneradas de sangre y de
sus componentes.
(5) A fin de garantizar un nivel equivalente de seguridad y de calidad de
los componentes sanguíneos, sea cual sea su destino, los requisitos técni-
cos para la extracción y verificación de toda la sangre y componentes san-
guíneos, incluidas las materias primas, para los medicamentos deben es-
tablecerse por la presente Directiva. La Directiva 2001/83/CE debe modi-
ficarse en consecuencia.
(6) La Comunicación de la Comisión, de 21 de diciembre de 1994, sobre
seguridad de la sangre y autoabastecimiento en la Comunidad Europea de-
terminó la necesidad de elaborar una estrategia en materia de sangre para
aumentar la confianza en la seguridad de la cadena de transfusión sanguí-
nea y fomentar la autosuficiencia en la Comunidad.
1027
(7) El Consejo, en su Resolución de 2 de junio de 1995 sobre la seguridad
de las transfusiones y el autoabastecimiento de sangre en la Comunidad,
invitó a la Comisión a que presentara las propuestas adecuadas en el
marco de la elaboración de una estrategia en materia de sangre.
(8) El Consejo, en su Resolución de 12 de noviembre de 1996 relativa a
una estrategia en materia de seguridad de las transfusiones y autoabaste-
cimiento de sangre en la Comunidad Europea, invitó a la Comisión a pre-
sentar propuestas con carácter de urgencia para favorecer el estableci-
miento de un planteamiento coordinado en materia de seguridad de la san-
gre y de los productos sanguíneos.
(9) El Parlamento Europeo, en sus Resoluciones de 14 de septiembre de
1993, 18 de noviembre de 1993, 14 de julio de 1995 y 17 de abril de 1996
sobre la autosuficiencia y la seguridad de la sangre mediante donaciones
voluntarias y no remuneradas en la Comunidad Europea, subrayó la im-
portancia de garantizar una seguridad máxima de la sangre y reiteró su
apoyo constante al objetivo de autosuficiencia en la Comunidad.
(10) En las disposiciones de la presente Directiva se ha tenido en cuenta
el dictamen del Comité científico de medicamentos y dispositivos médi-
cos, así como la experiencia internacional en este ámbito.
(11) La naturaleza de la autotransfusión requiere una consideración parti-
cular sobre el modo y el momento de aplicar las distintas disposiciones de
la presente Directiva.
(12) Los servicios de transfusión son unidades hospitalarias que realizan una
serie limitada de actividades de almacenamiento o distribución y pruebas de
compatibilidad. A fin de garantizar que la calidad y la seguridad de la sangre
y sus componentes se preserven durante toda la cadena de transfusión, sin ol-
vidar la naturaleza y funciones específicas de los servicios de transfusión,
sólo deben aplicarse a éstos las disposiciones relativas a dichas actividades.
(13) Los Estados miembros deben velar por que exista un mecanismo ade-
cuado de designación, autorización, acreditación y concesión de licencias
que garantice que los centros de transfusión sanguínea realizan sus activi-
dades de conformidad con lo estipulado en la presente Directiva.
(14) Los Estados miembros deben organizar medidas de inspección y con-
trol, llevadas a cabo por funcionarios representantes de la autoridad com-
petente, con el fin de garantizar que los centros de transfusión sanguínea
cumplen lo dispuesto en la presente Directiva.
1028
(15) El personal directamente implicado en la extracción, la verificación,
el tratamiento, el almacenamiento y la distribución de sangre y de com-
ponentes sanguíneos debe poseer las cualificaciones apropiadas y recibir
una formación oportuna y adecuada, sin perjuicio de la normativa comu-
nitaria en vigor sobre reconocimiento de cualificaciones profesionales y
sobre protección de los trabajadores.
(16) Los centros de transfusión sanguínea deben crear y mantener siste-
mas de calidad que abarquen todas las actividades que determinan los ob-
jetivos y responsabilidades sobre política de calidad en esa materia y apli-
carlos recurriendo a medios como la planificación, el control y la garantía
de calidad, así como a su mejora dentro del sistema de calidad, teniendo
en cuenta los principios de las buenas prácticas de elaboración y el siste-
ma de evaluación de la conformidad de la CE.
(17) Debe instaurarse un sistema adecuado que permita la trazabilidad de la
sangre y sus componentes. Es preciso garantizar la trazabilidad mediante
procedimientos de identificación precisa del donante, del paciente y del la-
boratorio, así como mediante el mantenimiento de registros y un sistema
adecuado de identificación y etiquetado. Es deseable que se desarrolle un
sistema que permita la identificación única e inequívoca de las donaciones
de sangre y de los componentes sanguíneos en la Comunidad. En el caso de
la sangre y sus componentes importados de países terceros, es importante
que los centros de transfusión sanguínea garanticen un grado de trazabilidad
equivalente en las fases anteriores a la importación en la Comunidad; en las
fases posteriores, deben observarse los mismos requisitos de trazabilidad
que se aplican a la sangre y sus componentes extraídos en la Comunidad.
(18) Es importante instaurar un conjunto de procedimientos de vigilancia
organizados de recogida y evaluación de la información sobre efectos o
reacciones adversos o inesperados resultantes de la extracción de sangre y
sus componentes, con objeto de evitar que se repitan efectos o reacciones
semejantes o equivalentes, mejorando así la seguridad de la transfusión
mediante unas medidas adecuadas. Para ello debe crearse en los Estados
miembros un sistema común de notificación de reacciones y efectos ad-
versos de carácter grave relacionados con la extracción, tratamiento, veri-
ficación, almacenamiento y distribución de sangre y de componentes san-
guíneos.
(19) Es importante que cuando se informe al donante de resultados anó-
malos se le facilite también el correspondiente asesoramiento.
1029
(20) La práctica actual de transfusión de sangre se basa en los principios
de donación voluntaria, anonimato del donante y del receptor, no remu-
neración del donante y carácter no lucrativo de los centros que participan
en los servicios de transfusión.
(21) Deben tomarse todas las medidas necesarias para garantizar a los po-
sibles donantes de sangre y sus componentes la confidencialidad de toda
la información facilitada al personal autorizado relacionada con su salud
y de los resultados de los análisis de sus donaciones, así como la trazabi-
lidad futura de su donación.
(22) Con arreglo al apartado 5 del artículo 152 del Tratado, las disposi-
ciones de la presente Directiva no podrán afectar a las disposiciones na-
cionales sobre donación de sangre. La letra a) del apartado 4 del artículo
152 estipula que no se impedirá a ningún Estado miembro mantener o in-
troducir medidas de protección más estrictas en relación con los niveles
de calidad y seguridad de la sangre y de sus componentes.
(23) La donación de sangre voluntaria y no remunerada constituye un fac-
tor que puede contribuir a conseguir altos niveles de seguridad de la san-
gre y sus componentes y, por tanto, a la protección de la salud humana.
Deben apoyarse los esfuerzos del Consejo de Europa en este ámbito y
adoptarse todas las medidas necesarias para fomentar las donaciones vo-
luntarias y no remuneradas, mediante medidas e iniciativas adecuadas y
procurando que los donantes tengan un reconocimiento público mayor,
aumentando también así la autosuficiencia. Debe tomarse en considera-
ción la definición del Consejo de Europa de donaciones voluntarias y no
remuneradas.
(24) La sangre y los componentes sanguíneos utilizados con fines terapéu-
ticos o en productos sanitarios deben proceder de personas cuyo estado de
salud permita pensar que su donación no tendrá efectos negativos y que el
riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas es mínimo. Cada dona-
ción de sangre debe verificarse de acuerdo con normas que garanticen que
se han adoptado todas las medidas necesarias para proteger la salud de las
personas receptoras de sangre y de componentes sanguíneos.
(25) La Directiva 95/46/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 24
de octubre de 1995, relativa a la protección de las personas físicas en lo
que respecta al tratamiento de datos personales y a la libre circulación de
estos datos, establece requisitos especiales de protección en relación con
los datos relativos a la salud de las personas. No obstante, sólo trata de
1030
datos personales, y no de los que se han convertido en anónimos. Por ello,
la presente Directiva debe introducir cláusulas de salvaguardia adiciona-
les para impedir que se efectúen modificaciones no autorizadas en los re-
gistros de donaciones o en los expedientes de tratamiento posterior de los
datos, o que se divulgue información sin autorización.
(26) La Comisión debe estar facultada para establecer requisitos técnicos
y realizar todas las modificaciones necesarias de los mismos y de los ane-
xos, a fin de tener en cuenta los progresos científicos y técnicos.
(27) La fijación de los requisitos técnicos y la adaptación al progreso se
deben llevar a cabo teniendo en cuenta la Recomendación del Consejo de
29 de junio de 1998 sobre la idoneidad de los donantes de sangre y de
plasma y el cribado de las donaciones de sangre en la Comunidad Euro-
pea, las recomendaciones pertinentes del Consejo de Europa y de la OMS,
así como las sugerencias que se deriven de las instituciones y organiza-
ciones europeas en este ámbito, como las monografías de la Farmacopea
Europea.
(28) Es necesario que la Comunidad disponga del mejor asesoramiento
científico posible en materia de seguridad de la sangre y de los compo-
nentes sanguíneos, en particular por lo que respecta a la adaptación de las
disposiciones de la presente Directiva al progreso científico y técnico.
(29) Las pruebas deben realizarse de conformidad con los procedimientos
científicos y técnicos más recientes que reflejen las mejores prácticas
existentes, definidas sobre la base de un proceso apropiado de consulta
con expertos y revisadas y actualizadas periódicamente con arreglo a este
proceso. Dicho proceso de revisión debe tener en cuenta asimismo los
progresos científicos en materia de identificación, neutralización y elimi-
nación de agentes patógenos que sean transmisibles por transfusión.
(30) Las medidas necesarias para la ejecución de la presente Directiva
deben aprobarse con arreglo a la Decisión 1999/468/CE del Consejo, de
28 de junio de 1999, por la que se establecen los procedimientos para el
ejercicio de las competencias de ejecución atribuidas a la Comisión.
(31) A fin de aumentar la eficacia de la aplicación de las disposiciones que
se tomen de acuerdo con la presente Directiva, procede prever sanciones
que los Estados miembros deberán aplicar.
(32) Dado que los objetivos de la presente Directiva, a saber, contribuir a
la confianza general en cuanto a la calidad de las donaciones de sangre y
1031
sus componentes y a la protección de la salud de los donantes, conseguir
la autosuficiencia a nivel comunitario y reforzar la confianza en la segu-
ridad de la cadena de transfusión sanguínea entre los Estados miembros,
no pueden ser alcanzados de manera suficiente por los Estados miembros
y, por consiguiente, debido a las dimensiones y los efectos de la acción,
pueden lograrse mejor a nivel comunitario, la Comunidad puede adoptar
medidas, de acuerdo con el principio de subsidiariedad consagrado en el
artículo 5 del Tratado. De conformidad con el principio de proporcionali-
dad enunciado en dicho artículo, la presente Directiva no excede de lo ne-
cesario para alcanzar dichos objetivos.
(33) La organización de los servicios sanitarios y el suministro de asis-
tencia médica deben seguir siendo responsabilidad de los Estados miem-
bros.
CAPÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 1.
Objetivo
Por la presente Directiva se establecen normas de calidad y de seguridad
de la sangre humana y de los componentes sanguíneos, con el fin de ga-
rantizar un alto nivel de protección de la salud humana.
Artículo 2.
Ámbito de aplicación
1. La presente Directiva será aplicable a la extracción y verificación de la
sangre humana o sus componentes, sea cual sea su destino, y a su tra-
tamiento, almacenamiento y distribución cuando el destino sea la
transfusión.
2. Cuando la sangre y sus componentes se extraigan y verifiquen para uso
exclusivo en autotransfusión y queden claramente identificados en tal
sentido, los requisitos que deberán cumplirse con respecto a los mis-
mos serán conformes a los referidos en la letra g) del artículo 29.
3. La presente Directiva se aplicará sin perjuicio de las Directivas
93/42/CEE(15), 95/46/CE y 98/79/CE(16).
1032
4. La presente Directiva no será aplicable a las células progenitoras.
Artículo 3.
Definiciones
A efectos de la presente Directiva, se entenderá por:
a) Sangre: la sangre total extraída de un donante y tratada para transfu-
sión o para la elaboración de productos derivados;
b) Componente sanguíneo: cualquiera de los componentes de la sangre
(glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas, plasma) utilizados con
fines terapéuticos, que pueden prepararse mediante diversos métodos;
c) Producto sanguíneo: cualquier producto terapéutico derivado de san-
gre total o plasma humanos;
d) Autotransfusión: la transfusión en que donante y receptor son la misma
persona, y en la que se emplea sangre y componentes sanguíneos de-
positados previamente;
e) Centro de transfusión sanguínea: toda entidad u organismo que parti-
cipe en cualquier aspecto de la extracción y verificación de la sangre
humana o sus componentes, sea cual sea su destino, y de su tratamien-
to, almacenamiento y distribución cuando el destino sea la transfusión.
Los servicios de transfusión no están incluidos en esta definición;
f) Servicio de transfusión: una unidad de un hospital en la que se alma-
cena y se distribuye sangre y componentes sanguíneos y en la que pue-
den realizarse pruebas de compatibilidad de sangre y componentes
sanguíneos, para uso exclusivo en sus instalaciones, incluidas las acti-
vidades de transfusión hospitalaria;
g) Efecto adverso grave: cualquier hecho desfavorable vinculado con la
extracción, verificación, tratamiento, almacenamiento y distribución de
sangre y de sus componentes, que pueda conducir a la muerte del pa-
ciente o a estados que hagan peligrar su vida, a minusvalías o incapaci-
dades o que dé lugar a hospitalización o enfermedad, o las prolongue;
h) Reacción adversa grave: una respuesta inesperada del donante o del
paciente, en relación con la extracción o la transfusión de sangre o de
sus componentes, que resulte mortal, potencialmente mortal, discapa-
citante, que produzca invalidez o incapacidad o que dé lugar a hospi-
talización o enfermedad, o las prolongue;
1033
i) Conformidad del producto: procedimiento que permite liberar un com-
ponente sanguíneo de un estado de cuarentena mediante el uso de sis-
temas y procedimientos que garanticen que el producto acabado cum-
ple los requisitos para su distribución;
j) Exclusión: suspensión de la admisión de una persona para donar san-
gre o sus componentes, pudiendo ser dicha suspensión de carácter
temporal o permanente;
k) Distribución: acción de expedir sangre o sus componentes a otros cen-
tros de transfusión sanguínea, servicios de transfusión o productores de
productos derivados de la sangre y del plasma. Esto no incluye el envío
de sangre o sus componentes para transfusión;
l) Hemovigilancia: conjunto de procedimientos de vigilancia organiza-
dos relativos a los efectos o reacciones adversos graves o inesperados
que se manifiestan en los donantes o en los receptores, así como al se-
guimiento epidemiológico de los donantes;
m) Inspección: control oficial y objetivo, realizado de acuerdo con normas
preestablecidas, destinado a evaluar el grado de cumplimiento de la
presente Directiva y otras disposiciones legislativas en la materia y a
identificar problemas.
Artículo 4.
Aplicación
1. Los Estados miembros designarán a la autoridad o autoridades compe-
tentes para aplicar las disposiciones de la presente Directiva.
2. La presente Directiva no impedirá a ningún Estado miembro mante-
ner o introducir en su territorio medidas de protección más estrictas,
que cumplan las disposiciones del Tratado. En particular, un Estado
miembro podrá establecer requisitos para las donaciones voluntarias y
no remuneradas, que incluyan la prohibición o restricción de las im-
portaciones de sangre y sus componentes, para garantizar un elevado
nivel de protección de la salud y alcanzar el objetivo fijado en el apar-
tado 1 del artículo 20, siempre que se respeten las condiciones del
Tratado.
3. Para la realización de las actividades a que se refiere la presente Di-
rectiva, la Comisión podrá solicitar asistencia técnica o administrativa
en beneficio mutuo de la Comisión y de los beneficiarios por lo que
1034
respecta a la identificación, preparación, gestión, seguimiento, audito-
ría y control, así como para gastos de apoyo.
CAPÍTULO II
OBLIGACIONES DE LAS AUTORIDADES DE LOS ESTADOS
MIEMBROS
Artículo 5.
Designación, autorización, acreditación y concesión de licencias a cen-
tros de transfusión sanguínea.
1. Los Estados miembros velarán por que las actividades relativas a la ex-
tracción y verificación de la sangre humana y sus componentes, sea
cual sea su destino, y a su tratamiento, almacenamiento y distribución
cuando el destino sea la transfusión, sean realizadas únicamente por
los centros de transfusión sanguínea que hayan sido designados, auto-
rizados, acreditados o que hayan recibido licencia para ello de las au-
toridades competentes.
2. A efectos del apartado 1, el centro de transfusión sanguínea transmitirá
a las autoridades competentes la información enumerada en el anexo I.
3. Las autoridades competentes, previa comprobación de que el centro de
transfusión sanguínea cumple los requisitos establecidos en la presen-
te Directiva, indicarán al centro qué actividades puede realizar y bajo
qué condiciones.
4. El centro de transfusión sanguínea no podrá introducir cambio sustan-
cial alguno en sus actividades sin la aprobación previa por escrito de
las autoridades competentes.
5. Las autoridades competentes podrán suspender o anular la designa-
ción, autorización, acreditación o licencia de un centro de transfusión
sanguínea si una inspección o medidas de control pusieran de mani-
fiesto que el centro no cumple los requisitos de la presente Directiva.
Artículo 6.
Servicios de transfusión
Los artículos 7 y 10, el apartado 1 del artículo 11, el apartado 1 del artí-
culo 12, y los artículos 14, 15, 22 y 24 se aplicarán a los servicios de trans-
fusión.
1035
Artículo 7.
Disposiciones para los centros ya existentes
Los Estados miembros podrán decidir mantener las disposiciones nacio-
nales durante los nueve meses posteriores a la fecha prevista en el artícu-
lo 32, a fin de que los centros de transfusión sanguínea que trabajen so-
metidos a sus respectivas legislaciones puedan cumplir lo establecido en
la presente Directiva.
Artículo 8.
Inspección y medidas de control
1. Los Estados miembros velarán por que la autoridad competente orga-
nice inspecciones y medidas de control adecuadas de los centros de
transfusión sanguínea, a fin de comprobar el cumplimiento de los re-
quisitos de la presente Directiva.
2. Las autoridades competentes organizarán inspecciones y aplicarán me-
didas de control a intervalos regulares. El intervalo entre dos inspec-
ciones o medidas de control no superará dos años.
3. Llevarán a cabo estas medidas de inspección y control funcionarios re-
presentantes de la autoridad competente, habilitados para:
a) inspeccionar los centros de transfusión sanguínea y las instalacio-
nes de terceros en su propio territorio a los que el titular de la de-
signación, autorización, acreditación o licencia mencionada en el
artículo 5 haya confiado las tareas de evaluación y verificación de
conformidad con lo establecido en el artículo 18;
b) tomar muestras para examen y análisis;
c) examinar todos los documentos relacionados con el objeto de las
inspecciones, sin perjuicio de las disposiciones vigentes en los Es-
tados miembros en la fecha de entrada en vigor de la presente Di-
rectiva y que limiten esta facultad en lo relativo a la descripción del
método de preparación.
4. Las autoridades competentes organizarán inspecciones y otras medidas
de control apropiadas en caso de cualquier efecto o reacción adverso
grave, o de presunción en ese sentido, notificados en cumplimiento del
artículo 15.
1036
CAPÍTULO III
DISPOSICIONES APLICABLES A LOS CENTROS DE TRANSFU-
SIÓN SANGUÍNEA
Artículo 9.
Persona responsable
1. Los centros de transfusión sanguínea designarán a una persona (“per-
sona responsable”) que será responsable de:
– asegurarse de que cada lote de sangre o de componentes sanguíneos
se haya extraído y verificado, sea cual sea su destino, y se haya tra-
tado, almacenado y distribuido, cuando se destine a transfusión, de
conformidad con la legislación vigente en el Estado miembro,
– proporcionar información a las autoridades competentes en los pro-
cedimientos de designación, autorización, acreditación o licencia de
conformidad con el artículo 5,
– el cumplimiento de los requisitos establecidos en los artículos 10 a
15 en el centro de transfusión sanguínea.
2. La persona responsable deberá cumplir las siguientes condiciones mí-
nimas de cualificación:
a) ser titular de un diploma, certificado u otra prueba de cualificación
académica oficial en el ámbito de las ciencias médicas o biológi-
cas, expedida tras cursar estudios universitarios completos o estu-
dios reconocidos como equivalentes por el Estado miembro res-
pectivo;
b) poseer una experiencia práctica posterior a la titulación en las áreas
correspondientes de un mínimo de dos años, en uno o varios cen-
tros autorizados para desarrollar actividades relacionadas con la ex-
tracción o verificación de la sangre humana y sus componentes, o
con su tratamiento, almacenamiento y distribución.
3. Las funciones mencionadas en el apartado 1 podrán delegarse en otras
personas cualificadas, por su formación y su experiencia, para desem-
peñarlas.
4. Los centros de transfusión sanguínea notificarán a las autoridades
competentes el nombre de la persona responsable a que se hace refe-
rencia en el apartado 1 y de las demás personas a que se refiere el apar-
1037
tado 3, informando de las funciones específicas de las que sean res-
ponsables.
5. Cuando se sustituya temporal o definitivamente a la persona responsa-
ble o a otra de las personas mencionadas en el apartado 3, el centro de
transfusión sanguínea comunicará inmediatamente a las autoridades
competentes el nombre de la nueva persona responsable y la fecha de
su entrada en funciones.
Artículo 10.
Personal
El personal que intervenga directamente en la extracción, la verificación,
el tratamiento, el almacenamiento y la distribución de sangre humana y de
componentes sanguíneos estará cualificado para la realización de dichas
tareas y recibirá una formación oportuna, adecuada y actualizada periódi-
camente.
CAPÍTULO IV
GESTIÓN DE CALIDAD
Artículo 11.
Sistema de calidad para los centros de transfusión sanguínea
1. Los Estados miembros adoptarán todas las medidas necesarias para ga-
rantizar que cada centro de transfusión sanguínea cree y mantenga un
sistema de calidad para centros de transfusión sanguínea acorde con
los principios de las buenas prácticas.
2. La Comisión establecerá las normas y especificaciones comunitarias a
que se refiere la letra h) del artículo 29 para las actividades relativas a
un sistema de calidad que cada centro de transfusión sanguínea debe-
rá llevar a cabo.
Artículo 12.
Documentación
1. Los Estados miembros adoptarán todas las medidas necesarias para
que los centros de transfusión sanguínea conserven la documentación
sobre procedimientos operativos, directrices, manuales de formación y
de referencia y formularios de informes.
1038
2. Los Estados miembros adoptarán todas las medidas necesarias para ga-
rantizar que los funcionarios encargados de llevar a cabo las medidas
de inspección y control mencionadas en el artículo 8 tengan acceso a
dicha documentación.
Artículo 13.
Registro
1. Los Estados miembros adoptarán todas las medidas necesarias para ga-
rantizar que los centros de transfusión sanguínea lleven registros de la in-
formación requerida en los anexos II y IV y con arreglo a las letras b), c)
y d) del artículo 29. Los registros se conservarán al menos durante 15 años.
2. Las autoridades competentes llevarán un registro de los datos recibidos
de los centros de transfusión sanguínea, de acuerdo con lo dispuesto en
los artículos 5, 7, 8, 9 y 15.
CAPÍTULO V
HEMOVIGILANCIA
Artículo 14.
Trazabilidad
1. Los Estados miembros adoptarán todas las medidas necesarias para ga-
rantizar que pueda procederse al seguimiento, del donante al receptor
y viceversa, de la extracción, la verificación, el tratamiento, el alma-
cenamiento, la conformidad y la distribución de sangre y de compo-
nentes sanguíneos que tengan lugar en su territorio.
A tal fin, los Estados miembros velarán por que los centros de transfusión
sanguínea dispongan de un sistema de identificación de cada donación de
sangre y de cada unidad de sangre y componentes sanguíneos que per-
mita la plena trazabilidad hasta el donante, así como hasta la transfusión
y su receptor. El sistema deberá identificar inequívocamente cada dona-
ción y cada tipo de componente sanguíneo. Este sistema se establecerá de
conformidad con los requisitos mencionados en la letra a) del artículo 29.
En lo que se refiere a la sangre y sus componentes importados de ter-
ceros países, los Estados miembros velarán por que el sistema de iden-
tificación de donantes que deberán aplicar los centros de transfusión
sanguínea permita un nivel equivalente de trazabilidad.
1039
2. Los Estados miembros adoptarán todas las medidas necesarias para ga-
rantizar que el sistema empleado para el etiquetado de la sangre y com-
ponentes sanguíneos extraídos, verificados, tratados, almacenados,
puestos a consumo o distribuidos en su territorio se ajuste al sistema de
identificación mencionado en el apartado 1 y a los requisitos en mate-
ria de etiquetado que recoge el anexo III.
3. Se conservarán durante un mínimo de 30 años los datos requeridos
para garantizar la plena trazabilidad con arreglo al presente artículo.
Artículo 15.
Notificación de efectos y reacciones adversos graves
1. Los Estados miembros velarán por que:
– se notifique a la autoridad competente todo efecto adverso grave
(accidentes y errores) relacionado con la extracción, la verifica-
ción, el tratamiento, el almacenamiento y la distribución de sangre
y de componentes sanguíneos que pueda influir en la calidad y se-
guridad de los mismos, así como toda reacción adversa grave re-
gistrada durante la transfusión o después de ella y que pueda atri-
buirse a la calidad y la seguridad de la sangre y de los componen-
tes sanguíneos.
– los centros de transfusión sanguínea instauren un procedimiento
para retirar de la distribución de manera precisa, eficaz y verificable
la sangre y los componentes sanguíneos relacionados con la notifi-
cación arriba citada.
2. Estos efectos y reacciones adversos graves se notificarán con arreglo
al procedimiento y formato mencionados en la letra i) del artículo 29.
CAPÍTULO VI
DISPOSICIONES EN MATERIA DE CALIDAD Y SEGURIDAD
DE LA SANGRE Y SUS COMPONENTES
Artículo 16.
Suministro de información a los posibles donantes
Los Estados miembros velarán por que se facilite a todos los posibles do-
nantes de sangre o de componentes sanguíneos en la Comunidad la infor-
mación a que se refiere la letra b) del artículo 29.
1040
Artículo 17.
Información exigida a los donantes.
Los Estados miembros adoptarán todas las disposiciones necesarias para
que, una vez expresada la voluntad de comenzar la donación de sangre o
sus componentes, todos los donantes en la Comunidad faciliten al centro
de transfusión sanguínea la información a que se refiere la letra c) del ar-
tículo 29.
Artículo 18.
Selección de los donantes
1. Los centros de transfusión sanguínea garantizarán la existencia de pro-
cedimientos de evaluación de todos los donantes de sangre y de los
componentes sanguíneos, y el cumplimiento de los criterios de dona-
ción a que se refiere la letra d) del artículo 29.
2. Se documentarán los resultados de la evaluación de los donantes y de
los procedimientos de verificación, comunicándose al donante cual-
quier resultado anómalo pertinente.
Artículo 19.
Reconocimiento de donantes
Antes de la donación de sangre o de componentes sanguíneos, los donan-
tes se someterán a un reconocimiento que incluirá una entrevista. Un pro-
fesional de la salud cualificado se encargará en particular de facilitar a los
donantes y recabar de ellos la información necesaria para evaluar la acep-
tabilidad para donar y, sobre esta base, establecerá la admisibilidad de los
donantes.
Artículo 20.
Donación voluntaria y no remunerada de sangre
1. Los Estados miembros adoptarán las medidas necesarias para fomen-
tar las donaciones de sangre voluntarias y no remuneradas con vistas a
garantizar que la sangre y sus componentes procedan en la medida de
lo posible de dichas donaciones.
2. Los Estados miembros informarán de estas medidas a la Comisión dos
años después de la entrada en vigor de la presente Directiva y, con pos-
terioridad, cada tres años. Sobre la base de dichos informes, la Comi-
1041
sión informará al Parlamento Europeo y al Consejo sobre toda nueva
medida necesaria que tenga la intención de tomar a escala comunitaria.
Artículo 21.
Verificación de las donaciones
Los centros de transfusión sanguínea velarán por que cada donación de
sangre y de componentes sanguíneos se verifique según los requisitos re-
cogidos en el anexo IV.
Los Estados miembros velarán por que la sangre y los componentes san-
guíneos que hayan sido importados en la Comunidad se verifiquen de con-
formidad con los requisitos recogidos en el anexo IV.
Artículo 22.
Condiciones de almacenamiento, transporte y distribución
Los centros de transfusión sanguínea velarán por que las condiciones de
almacenamiento, transporte y distribución de la sangre y de los compo-
nentes sanguíneos cumplan los requisitos a que se refiere la letra e) del ar-
tículo 29.
Artículo 23.
Requisitos de calidad y seguridad de la sangre y de los componentes san-
guíneos
Los centros de transfusión sanguínea velarán por que los requisitos de calidad
y seguridad de la sangre y de los componentes sanguíneos tengan un nivel
elevado y cumplan los requisitos a que se refiere la letra f) del artículo 29.
CAPÍTULO VII
PROTECCIÓN DE DATOS
Artículo 24.
Protección de datos y confidencialidad
Los Estados miembros adoptarán todas las medidas necesarias para ga-
rantizar que todos los datos, incluidos los de carácter genético, recogidos
en el ámbito de aplicación de la presente Directiva a los que tengan acce-
so terceros se conviertan en anónimos, a fin de que no pueda identificar-
se al donante.
1042
A tal fin velarán por que:
a) se adopten medidas de protección de los datos y medidas de seguridad
para evitar adiciones, supresiones o modificaciones no autorizadas de
las fichas de los donantes o de los registros de donantes excluidos, y
transferencias de información no autorizada;
b) se establezcan procedimientos para solventar las divergencias en los
datos;
c) se impida la divulgación no autorizada de dicha información garanti-
zando al mismo tiempo la trazabilidad de las donaciones.
CAPÍTULO VIII
INTERCAMBIO DE INFORMACIÓN, INFORMES Y SANCIONES
Artículo 25.
Intercambio de información
La Comisión mantendrá reuniones periódicas con las autoridades compe-
tentes designadas por los Estados miembros, con delegaciones de exper-
tos de los centros de transfusión sanguínea y otras partes interesadas, para
intercambiar información sobre la experiencia adquirida en la aplicación
de las disposiciones de la presente Directiva.
Artículo 26.
Informes
1. Los Estados miembros presentarán a la Comisión, por primera vez el
31 de diciembre de 2003, y con posterioridad cada tres años, un infor-
me de las actividades efectuadas en relación con las disposiciones de
la presente Directiva, incluida una relación de las medidas que se
hayan tomado en materia de inspección y control.
2. La Comisión transmitirá al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comi-
té Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones los infor-
mes presentados por los Estados miembros sobre la experiencia adqui-
rida en la aplicación de la presente Directiva.
3. La Comisión transmitirá al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comi-
té Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones, por pri-
mera vez el 1 de julio de 2004, y con posterioridad cada tres años, un
1043
informe sobre la aplicación de los requisitos de la presente Directiva,
especialmente los relativos a la inspección y al control.
Artículo 27.
Sanciones
Los Estados miembros determinarán las sanciones aplicables a las infrac-
ciones de las disposiciones nacionales adoptadas en cumplimiento de la
presente Directiva y adoptarán todas las medidas necesarias para garanti-
zar su ejecución. Estas sanciones serán eficaces, proporcionadas y disua-
sorias. Los Estados miembros las comunicarán a la Comisión, a más tar-
dar en la fecha especificada en el artículo 32, y le comunicarán asimismo
sin demora cualesquiera modificaciones ulteriores aportadas.
CAPÍTULO IX
COMITÉS
Artículo 28.
Procedimiento de reglamentación
1. La Comisión estará asistida por un Comité.
2. En los casos en que se haga referencia al presente apartado, serán de
aplicación los artículos 5 y 7 de la Decisión 1999/468/CE, observando
lo dispuesto en su artículo 8.
El plazo contemplado en el apartado 6 del artículo 5 de la Decisión
1999/468/CE queda fijado en tres meses.
3. El Comité aprobará su reglamento interno.
Artículo 29.
Requisitos técnicos y adaptación de los mismos al progreso técnico y
científico
La adaptación al progreso científico y técnico de los requisitos técnicos fi-
jados en los anexos I a IV se decidirá con arreglo al procedimiento con-
templado en el apartado 2 del artículo 28.
Los requisitos técnicos que se enumeran a continuación y su adaptación al
progreso técnico y científico se establecerán de conformidad con el pro-
cedimiento establecido en el apartado 2 del artículo 28:
1044
a) los requisitos de trazabilidad;
b) la información que se habrá de proporcionar a los donantes;
c) la información que se habrá de recabar de los donantes, incluidos la
identidad, el historial médico y la firma del donante;
d) los requisitos relativos a la idoneidad de los donantes de sangre y de
plasma y al cribado de la sangre donada, que incluyen:
– los criterios de exclusión permanentes y las posibles excepciones a
los mismos,
– los criterios de exclusión temporal;
e) los requisitos para el almacenamiento, transporte y distribución;
f) los requisitos de calidad y seguridad de la sangre y de los componen-
tes sanguíneos;
g) los requisitos aplicables a las autotransfusiones;
h) las normas y especificaciones comunitarias relativas a un sistema de
calidad para los centros de transfusión sanguínea;
i) el procedimiento comunitario para la notificación de las reacciones y
efectos adversos graves y el formato de la notificación.
Artículo 30.
Consulta de comités científicos
A la hora de establecer los requisitos técnicos mencionados en el artículo
29 y de adaptar los requisitos técnicos establecidos en los anexos I a IV al
progreso científico y técnico, la Comisión podrá consultar con el comité
o comités científicos competentes, en particular con vistas a garantizar un
nivel equivalente de calidad y de seguridad de la sangre y de los compo-
nentes sanguíneos utilizados para la transfusión y de los utilizados como
materia prima para la fabricación de medicamentos.
CAPÍTULO X
DISPOSICIONES FINALES
Artículo 31.
Modificación de la Directiva 2001/83/CE
El artículo 109 de la Directiva 2001/83/CE se sustituye por el texto siguiente:
1045
“Artículo 109 Para la extracción y verificación de sangre humana y de
plasma humano se aplicará la Directiva 2002/98/CE del Parlamento Eu-
ropeo y del Consejo, de 27 de enero de 2003, por la que se establecen
normas de calidad y de seguridad para la extracción, verificación, trata-
miento, almacenamiento y distribución de sangre humana y sus compo-
nentes y por la que se modifica la Directiva 2001/83/CE(17).”
Artículo 32.
Incorporación al Derecho nacional
1. Los Estados miembros pondrán en vigor las disposiciones legales, re-
glamentarias y administrativas necesarias para dar cumplimiento a lo
dispuesto en la presente Directiva a más tardar el 8 de febrero de 2005.
Informarán inmediatamente de ello a la Comisión.
Cuando los Estados miembros adopten dichas disposiciones, éstas
harán referencia a la presente Directiva o irán acompañadas de dicha
referencia en su publicación oficial. Los Estados miembros establece-
rán las modalidades de la mencionada referencia.
2. Los Estados miembros comunicarán a la Comisión el texto de las dis-
posiciones de Derecho interno existentes o que adopten en el ámbito
regulado por la presente Directiva.
Artículo 33.
Entrada en vigor
La presente Directiva entrará en vigor el día de su publicación en el Dia-
rio Oficial de la Unión Europea.
Artículo 34.
Destinatarios
Los destinatarios de la presente Directiva son los Estados miembros.
Hecho en Bruselas, el 27 de enero de 2003.
Por el Parlamento Europeo El Presidente P. Cox.
Por el Consejo El Presidente G. Drys.
1046
ANEXO I
INFORMACIÓN QUE EL CENTRO DE TRANSFUSIÓN
SANGUÍNEA DEBERÁ FACILITAR A LA AUTORIDAD
COMPETENTE A LOS EFECTOS DE SU DESIGNACIÓN,
AUTORIZACIÓN, ACREDITACIÓN O LICENCIA, CON
ARREGLO AL APARTADO 2 DEL ARTÍCULO 5.
Parte A:
Información general:
• identificación del centro de transfusión sanguínea,
• nombre, titulación y datos de contacto de sus responsables,
• lista de los servicios de transfusión a los que abastece.
Parte B:
Descripción del sistema de calidad, que incluirá:
• documentación tal como un organigrama, con inclusión de las res-
ponsabilidades de las personas y su jerarquía,
• documentación tal como un expediente general de locales o un ma-
nual de calidad en el que se describa el sistema de calidad conforme
al apartado 1 del artículo 11,
• plantilla y cualificación profesional de sus miembros,
• normas de higiene,
• locales y equipo,
• lista de procedimientos operativos normalizados de trabajo en mate-
ria de captación, fidelización y selección de donantes, para el trata-
miento y verificación, distribución y retirada de sangre y componen-
tes sanguíneos y para la notificación y registro de las reacciones y
acontecimientos adversos graves.
ANEXO II
INFORME SOBRE LAS ACTIVIDADES DEL CENTRO DE
TRANSFUSIÓN SANGUÍNEA DURANTE EL AÑO ANTE-
RIOR
Este informe anual incluirá:
• el número total de donantes de sangre y de componentes sanguíneos,
• el número total de donaciones,
1047
• una lista actualizada de los servicios de transfusión a los que abastece,
• el número total de donaciones no utilizadas,
• el número de cada componente producido y distribuido,
• la incidencia y prevalencia de marcadores infecciosos transmisibles
por transfusión en los donantes de sangre y componentes,
• el número de productos retirados,
• el número de efectos y reacciones adversos graves comunicados.
ANEXO III
REQUISITOS DE ETIQUETADO
En la etiqueta del componente deberá constar la información siguiente:
• la denominación oficial del componente,
• el volumen o el peso o el número de células presentes en el compo-
nente (según proceda),
• la identificación numérica o alfanumérica exclusiva de la donación,
• el nombre y la dirección del centro de transfusión sanguínea productor,
• el grupo ABO (no requerido para el plasma destinado únicamente
para fraccionamiento),
• el grupo Rh D, sea Rh D positivo o Rh D negativo (no requerido para
el plasma destinado únicamente para fraccionamiento),
• la fecha o el plazo de caducidad (según proceda),
• la temperatura de almacenamiento,
• la denominación, composición y volumen del anticoagulante y/o de
la solución aditiva (en su caso).
ANEXO IV
REQUISITOS BÁSICOS DE VERIFICACIÓN PARA LAS
DONACIONES DE SANGRE TOTAL Y PLASMA
Para las donaciones de sangre total y las donaciones por aféresis, inclui-
das las autodonaciones de predepósito, deberán realizarse los análisis si-
guientes:
1048
• grupo ABO (no requerido para el plasma destinado únicamente para
fraccionamiento),
• grupo Rh D (no requerido para el plasma destinado únicamente para
fraccionamiento),
• detección de las siguientes infecciones en los donantes:
• Hepatitis B (HBs-Ag),
• Hepatitis C (Anti-HCV),
• VIH 1/2 (Anti-HIV 1/2).
Para determinados componentes o donantes o situaciones epidemiológi-
cas concretas pueden ser necesarias otras pruebas adicionales.
1049
dad y seguridad, la Directiva 2002/98/CE aboga por el establecimiento de
requisitos técnicos específicos.
(3) La presente Directiva establece dichos requisitos técnicos, los cua-
les tienen en cuenta la Recomendación 98/463/ CE del Consejo, de 29
de junio de 1988, sobre la idoneidad de los donantes de sangre y de
plasma y el cribado de las donaciones de sangre en la Comunidad Eu-
ropea (2), algunas recomendaciones del Consejo de Europa, el dicta-
men del Comité científico de medicamentos y dispositivos médicos, las
monografías de la Farmacopea Europea, especialmente en lo que con-
cierne a la utilización de sangre o hemoderivados como materias pri-
mas para la fabricación de medicamentos, las recomendaciones de la
Organización Mundial de la Salud (OMS), y la experiencia internacio-
nal en este ámbito.
(4) La sangre y los componentes sanguíneos importados de terceros paí-
ses, incluidos los utilizados como materia prima para la fabricación de
medicamentos derivados de sangre y plasma humanos, deben cumplir los
requisitos de calidad y seguridad fijados en la presente Directiva.
(5) Por lo que respecta a la sangre y sus componentes extraídos para el
uso único y exclusivo de la autotransfusión (denominada donación autó-
loga), deben establecerse requisitos técnicos específicos, conforme a lo
dispuesto en el apartado 2 del artículo 2 de la Directiva 2002/98/CE. Do-
naciones semejantes deben identificarse claramente y separarse de otras
donaciones a fin de garantizar que no se utilizan para transfusiones a
otros pacientes.
(6) Es necesario determinar definiciones comunes para la terminología
técnica, con el fin de garantizar la aplicación coherente de la Directiva
2002/98/CE.
(7) Las medidas contempladas en la presente Directiva se ajustan al dic-
tamen del Comité establecido por la Directiva 2002/98/CE.
1050
Artículo 2.
Suministro de información a los posibles donantes
Los Estados miembros velarán por que los centros de transfusión sanguí-
nea faciliten a los posibles donantes de sangre o de componentes sanguí-
neos la información contemplada en la parte A del anexo II.
Artículo 3.
Información exigida a los donantes
Los Estados miembros velarán por que, una vez expresada la voluntad de
comenzar la donación de sangre o sus componentes, los donantes faciliten
al centro de transfusión sanguínea la información contemplada en la parte
B del anexo II.
Artículo 4.
Selección de donantes
Los centros de transfusión sanguínea velarán por que los donantes de san-
gre total y componentes sanguíneos cumplan los criterios de selección
contemplados en el anexo III.
Artículo 5.
Condiciones de almacenamiento, transporte y distribución de la sangre y
los componentes sanguíneos
Los centros de transfusión sanguínea velarán por que las condiciones de
almacenamiento, transporte y distribución de la sangre y de los compo-
nentes sanguíneos cumplan los requisitos establecidos en el anexo IV.
Artículo 6.
Requisitos de calidad y seguridad de la sangre y los componentes san-
guíneos
Los centros de transfusión sanguínea velarán por que los requisitos de ca-
lidad y seguridad de la sangre y los componentes sanguíneos cumplan los
requisitos establecidos en el anexo V.
Artículo 7.
Donaciones autólogas
1. Los centros de transfusión sanguínea velarán por que las donaciones
autólogas cumplan los requisitos específicos establecidos en la presen-
te Directiva.
1051
2. Las donaciones autólogas serán claramente identificadas como tales y
se conservarán separadas de las donaciones homólogas para prevenir
la transfusión a otros pacientes.
Artículo 8.
Validación
Los Estados miembros garantizarán la validación de todas las pruebas y
procedimientos contemplados en los anexos II a V.
Artículo 9.
Incorporación al Derecho nacional
1. Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 7 de la Directiva
2002/98/CE, los Estados miembros adoptarán las disposiciones legales,
reglamentarias y administrativas necesarias para cumplir lo dispuesto
en la presente Directiva a más tardar el 8 de febrero de 2005. Comuni-
carán inmediatamente a la Comisión el texto de dichas disposiciones y
un cuadro de correspondencia entre ellas y las disposiciones de la pre-
sente Directiva. Cuando los Estados miembros adopten dichas disposi-
ciones, éstas harán referencia a la presente Directiva o irán acompaña-
das de dicha referencia en su publicación oficial. Los Estados miembros
establecerán las modalidades de la mencionada referencia.
2. Los Estados miembros comunicarán a la Comisión el texto de las dis-
posiciones de Derecho interno que adopten en el ámbito regulado por
la presente Directiva.
Artículo 10.
Entrada en vigor
La presente Directiva entrará en vigor el vigésimo día siguiente al de su
publicación en el Diario Oficial de la Unión Europea.
Artículo 11.
Destinatarios
Los destinatarios de la presente Directiva serán los Estados miembros.
Hecho en Bruselas, el 22 de marzo de 2004.
Por la Comisión
David BYRNE. Miembro de la Comisión
1052
ANEXO I
DEFINICIONES.
(contempladas en el artículo 1)
1. «Donación autóloga»: sangre y componentes sanguíneos extraídos de
una persona y destinados exclusivamente a su transfusión autóloga
posterior u otra aplicación terapéutica a la misma persona.
2. «Donación homóloga»: sangre y componentes sanguíneos extraídos de
una persona y destinados a la transfusión a otra persona, para su utili-
zación en productos sanitarios o como materia prima para la fabrica-
ción de medicamentos.
3. «Validación»: establecimiento de pruebas documentadas y objetivas
que acrediten que pueden cumplirse permanentemente los requisitos
particulares relativos a un uso previsto específico.
4. «Sangre total»: sangre tal como es extraída en una donación.
5. «Crioconservación»: sistema de congelación que permite el almacena-
miento prolongado de componentes sanguíneos.
6. «Plasma»: parte líquida de la sangre en la cual se encuentran suspendidos
los elementos celulares. El plasma puede separarse de la parte celular de
la sangre para su utilización terapéutica como plasma congelado, o para
su tratamiento ulterior, a fin de obtener crioprecipitado y plasma pobre en
crioprecipitado para transfusión. Puede utilizarse para la fabricación de
medicamentos derivados de la sangre y del plasma humanos, o bien para
la preparación de plaquetas unitarias o en pool, leucodeplecionadas o no.
Asimismo, puede ser utilizado para la resuspensión de componentes eri-
trocitarios para exanguinotransfusión o la transfusión perinatal.
7. «Crioprecipitado»: componente plasmático preparado a partir de plas-
ma fresco congelado mediante precipitación de las proteínas durante la
descongelación, y su posterior concentración y suspensión en un pe-
queño volumen de plasma.
8. «Lavado»: proceso para eliminar de los productos celulares el plasma
o el medio de conservación mediante centrifugación, decantación del
líquido sobrenadante y adición de un fluido de suspensión isotónico
que por lo general, es a su vez eliminado y reemplazado tras volver a
centrifugar la suspensión. El proceso de centrifugación, decantación y
resuspensión puede repetirse varias veces.
1053
9. «Hematíes»: hematíes de una única donación de sangre total de la que
se ha eliminado gran parte del plasma.
10. «Hematíes sin capa leucocitaria»: hematíes de una única donación de
sangre de la que se ha eliminado gran parte del plasma y también la
capa leucocitaria (buffy), que contiene gran parte de las plaquetas y
leucocitos de la unidad donada.
11. «Hematíes leucodeplecionados»: hematíes de una única donación de san-
gre de la que se ha eliminado gran parte del plasma y de los leucocitos.
12. «Hematíes en solución aditiva»: hematíes de una única donación de
sangre de la que se ha eliminado gran parte del plasma. A continua-
ción se añade una solución nutritiva o conservadora.
13. «Solución aditiva»: solución formulada específicamente para mante-
ner las propiedades beneficiosas de los componentes celulares duran-
te su conservación.
14. «Hematíes sin capa leucocitaria, en solución aditiva»: hematíes de una
única donación de sangre de la que se ha eliminado gran parte del
plasma y también la capa leucocitaria (buffy), que contiene gran parte
de las plaquetas y leucocitos de la unidad donada. A continuación se
añade una solución nutritiva o conservadora.
15. «Capa leucocitaria (buffy)»: componente preparado por centrifuga-
ción de una unidad de sangre total, que contiene una proporción con-
siderable de leucocitos y plaquetas.
16. «Hematíes leucodeplecionados, en solución aditiva»: hematíes de una
única donación de sangre de la que se ha eliminado gran parte de plas-
ma y leucocitos. A continuación se añade una solución nutritiva o con-
servadora.
17. «Hematíes, aféresis»: hematíes procedentes de una donación de eri-
troféresis.
18. «Aféresis»: método para obtener uno o más componentes de la sangre
mediante el procesamiento mecánico de la sangre del donante, al que
se devuelve, durante el proceso o al final del mismo, el resto de com-
ponentes.
19. «Plaquetas, aféresis»: suspensión de plaquetas obtenidas por aféresis.
20. «Plaquetas, aféresis, leucodeplecionadas»: suspensión de plaquetas
obtenidas por aféresis, de la cual se han eliminado los leucocitos.
1054
21. «Plaquetas, recuperadas, mezcla (pool)»: suspensión de plaquetas,
obtenida mediante procesamiento de varias unidades de sangre total
y su mezcla (pool) durante o después de la separación.
22. «Plaquetas, recuperadas, mezcla (pool), leucodeplecionados»: sus-
pensión de plaquetas, obtenida mediante el procesamiento de varias
unidades de sangre total y su mezcla (pool) durante o después de la
separación, y de la cual se han eliminado los leucocitos.
23. «Plaquetas, recuperadas, unidad»: suspensión de plaquetas, obtenida
mediante procesamiento de una unidad de sangre total.
24. «Plaquetas, recuperadas, unidad, leucodeplecionada»: suspensión de
plaquetas, obtenida mediante procesamiento de una unidad de sangre
total, de la cual se han eliminado los leucocitos.
25. «Plasma fresco congelado»: plasma sobrenadante de una donación de
sangre total o plasma recogido mediante aféresis, congelado y alma-
cenado.
26. «Plasma pobre en crioprecipitado, para transfusión»: componente
plasmático preparado a partir de una unidad de plasma fresco conge-
lado. Consiste en la parte residual que queda tras ser retirado el crio-
precipitado.
27. «Granulocitos, aféresis»: concentrado de granulocitos obtenidos me-
diante aféresis.
28. «Control estadístico del proceso»: método de control de calidad de un
producto o proceso, que consiste en un sistema de análisis de una
muestra de tamaño adecuado, sin necesidad de medir cada producto
del proceso.
ANEXO II
REQUISITOS RELATIVOS A LA INFORMACIÓN.
(contemplados en los artículos 2 y 3)
PARTE A
Información que se habrá de proporcionar a los posibles donantes de
sangre o componentes sanguíneos.
1. Material educativo con información precisa, pero presentada de mane-
ra comprensible para el público en general, acerca de la naturaleza
1055
fundamental de la sangre, el procedimiento de donación, los productos
derivados de la donación de sangre total y de aféresis, así como los im-
portantes beneficios para los pacientes.
2. Tanto para donaciones homólogas como para autólogas, las razones
por las que es necesario hacer exploración física, anamnesis y análi-
sis de la donación, así como la importancia del consentimiento infor-
mado. En caso de donaciones homólogas, se informará sobre el pro-
cedimiento de autoexclusión, los motivos de exclusión temporal y
permanente, y las razones por las que los individuos no deben donar
sangre o componentes sanguíneos si ello pudiera suponer un riesgo
para los receptores. En caso de donaciones autólogas, se informará
sobre la posibilidad de exclusión y las razones por las que el procedi-
miento no se llevaría a cabo si hubiera riesgo para la salud del indivi-
duo, como donante o como receptor de la sangre autóloga o sus com-
ponentes.
3. Información sobre la protección de los datos personales: no se revela-
rá sin autorización el nombre del donante, ni ningún dato concernien-
te a su salud, ni los resultados de los análisis efectuados.
4. Las razones por las que no se debe donar sangre, por ser perjudicial
para la propia salud.
5. Información específica sobre la naturaleza de los procedimientos que
se siguen en el proceso de donación, tanto homóloga como autóloga, y
sobre los riesgos respectivos asociados. Para donaciones autólogas, la
posibilidad de que la sangre autóloga y sus componentes no sean sufi-
cientes para las necesidades previstas.
6. Información sobre la posibilidad de cambiar de opinión antes de seguir
con el procedimiento, o de retirarse o autoexcluirse en cualquier mo-
mento durante el proceso de donación, sin tener que sentirse avergon-
zado o incómodo.
7. Las razones por las que es importante que los donantes informen al
centro de transfusión sobre cualquier acontecimiento posterior que
pueda hacer inadecuada para transfusión una donación previa.
8. Información sobre la responsabilidad del centro de transfusión sanguí-
nea de informar al donante, mediante el mecanismo apropiado, si los
resultados de los análisis ponen de manifiesto cualquier anomalía im-
portante para su salud.
1056
9. Información sobre los motivos por los que la sangre o los componen-
tes sanguíneos autólogos no utilizados serán descartados, y no trans-
fundidos a otros pacientes.
10. Información de que los resultados de análisis que detecten marcado-
res de virus como VIH, VHB, VHC u otros agentes microbianos
transmisibles por la sangre darán lugar a la exclusión y destrucción de
la unidad extraída.
11. Información sobre la posibilidad de hacer preguntas en cualquier mo-
mento.
PARTE B
Información que el centro de transfusiones ha de recabar de los do-
nantes en cada donación.
1. Identificación del donante.
Únicamente los datos personales que lo identifiquen de manera preci-
sa e inequívoca, así como los datos que permitan ponerse en contacto
con él.
2. Anamnesis del donante.
Anamnesis realizada mediante un cuestionario y una entrevista perso-
nal a cargo de un profesional sanitario debidamente formado, de forma
tal que permitan conocer los factores que puedan ayudar a identificar
y descartar a personas cuya donación podría presentar un riesgo para
la salud de otras, como puede ser la posibilidad de transmitir enferme-
dades, o para su propia salud.
3. Firma del donante.
El cuestionario han de firmarlo el donante y el miembro del personal
sanitario encargado de obtener los antecedentes sanitarios, confirman-
do que el donante:
a) ha leído y entendido el material educativo proporcionado;
b) ha tenido la posibilidad de hacer preguntas;
c) ha recibido respuesta satisfactoria a las preguntas planteadas;
d) ha dado su consentimiento, con pleno conocimiento de causa, para
proseguir con el proceso de donación;
1057
e) ha sido informado, en el caso de donaciones autólogas, de que la
sangre autóloga y sus componentes pudieran no ser suficientes para
las necesidades de transfusión previstas, y
f) ha confirmado que toda la información suministrada por el donan-
te es verídica a su leal saber y entender.
ANEXO III
CRITERIOS DE SELECCIÓN DE DONANTES DE SANGRE Y
COMPONENTES SANGUÍNEOS.
(contemplados en el artículo 4)
1. CRITERIOS DE SELECCIÓN DE DONANTES DE SANGRE Y
COMPONENTES SANGUÍNEOS.
En circunstancias excepcionales, el profesional sanitario debidamente
cualificado del centro de transfusión podrá autorizar donaciones de do-
nantes que no cumplan los criterios que se exponen a continuación. Estas
circunstancias excepcionales deberán documentarse claramente, ajustán-
dose a las disposiciones relativas a la gestión cualitativa prevista en los ar-
tículos 11, 12 y 13 de la Directiva 2002/98/CE.
Los criterios siguientes no se aplican a las donaciones autólogas.
1.1. Edad y peso corporal de los donantes.
Edad:
• 18 a 65 años.
• 17 a 18 años: salvo que legalmente sea un menor, o bien con un con-
sentimiento por escrito del progenitor o tutor legal de acuerdo con la
ley.
• Nuevos donantes mayores de 60 años: a discreción del médico del
centro de transfusión.
• Mayores de 65 años: con el permiso del médico del centro de trans-
fusión, concedido anualmente.
Peso corporal:
50 kg para donaciones de sangre total o aféresis.
1058
1.2. Niveles de hemoglobina en la sangre del donante Hemoglobina.
• mujeres ≥125 g/L.
• hombres ≥135 g/L.
Aplicable a donantes homólogos de sangre total y componentes celulares.
1.3. Niveles de proteína en la sangre del donante Proteína.
≥60 g/L.
El análisis de proteína para donaciones de plasmaféresis debe realizarse,
comomínimo, anualmente.
1.4. Niveles plaquetarios en la sangre del donante Plaquetas.
Número de plaquetas superior o igual a 150_109/L: Nivel requerido para
donantes de tromboféresis.
1059
Enfermedad del sistema gastrointestinal, genitourinario, hematológico,
inmunológico, metabólico, renal o respiratorio.
Posibles donantes con enfermedad grave activa, crónica o recidivante.
Diabetes.
Si está siendo tratada con insulina.
Enfermedades infecciosas.
• Hepatitis B, excepto las personas negativas al antígeno superficial de
la hepatitis B (AgHBs) cuya inmunidad haya sido demostrada.
• Hepatitis C.
• VIH-1/2.
• HTLV I/II.
• Babesiosis (*).
• Kala Azar (leishmaniasis visceral)(*).
• Tripanosomiasis americana por Trypanosoma cruzi, (enfermedad de
Chagas)(*).
Tumores malignos.
Excepto cáncer localizado con recuperación completa.
Encefalopatías espongiformes transmisibles (EET; enfermedad de
Creutzfeldt-Jacob [ECJ], variante de la ECJ).
Personas con antecedentes familiares que suponen riesgo de contraer una
EET, o personas que hayan sido sometidas a trasplante de córnea o dura-
madre, o que en el pasado hubieran recibido tratamiento con medicamen-
tos derivados de glándula pituitaria humana.
Para la variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jacob, pueden recomen-
darse otras medidas de precaución.
Consumo de drogas por vía intravenosa (IV) o intramuscular (IM).
Cualquier antecedente de consumo de drogas IV o IM no prescritas, in-
cluidas esteroides y hormonas para aumento de la musculación.
Personas sometidas a xenotransplantes.
1060
Conducta sexual.
Personas cuya conducta sexual supone un alto riesgo de contraer enfer-
medades infecciosas graves que pueden ser transmitidas por la sangre.
1061
ο personas asintomáticas que han visitado zonas endémicas: 6
meses tras abandonar la zona endémica, excepto si la prueba in-
munológica o genómica molecular es negativa.
ο con antecedentes de afección febril no diagnosticada durante una
visita a una zona endémica o en los seis meses posteriores: 3 años
tras la desaparición de los síntomas; puede reducirse a 4 meses si
una prueba inmunológica o genómica molecular resulta negativa.
• Virus del Nilo Occidental (VNO)(*): 28 días tras abandonar una zona en
la que se estén produciendo casos de transmisión de VNO a humanos.
2.2.3. Vacunación.
• Virus o bacterias atenuados: 4 semanas:
• Virus, bacterias o rickettsias inactivados o eliminados: No exclusión
de personas sanas
1062
• Toxoides: No exclusión de personas sanas
• Vacunas contra la hepatitis A o la hepatitis B: No exclusión de per-
sonas sanas no expuestas
• Rabia: No exclusión de personas sanas no expuestas. Exclusión por
1 año si la vacuna se administra tras una exposición.
• Vacuna contra la encefalitis por garrapata: No exclusión de personas
sanas no expuestas
1063
ο VIH-1/2
ο HTLV I/II
No obstante, los Estados miembros pueden establecer disposiciones
específica para las donaciones autólogas para las personas que reú-
nan estas características.
• Infección bacteriana activa.
ANEXO IV
CONDICIONES DE ALMACENAMIENTO, TRANSPORTE Y DIS-
TRIBUCIÓN DE LA SANGRE Y LOS COMPONENTES
SANGUÍNEOS
(contempladas en el artículo 5)
1. CONSERVACIÓN
1.1. Conservación en estado líquido
Componente: Preparados eritrocitarios y sangre total (cuando se utili-
za sangre total para transfusión).
Temperatura de conservación: +2 a +6° C, 28-49 días.
Tiempo máximo de conservación: dependiendo del procedimiento de
extracción, procesamiento y conservación utilizado
Componente: Preparados de plaquetas.
Temperatura de conservación: +20 a +24° C, 5 días.
Tiempo máximo de conservación: pueden conservarse hasta 7 días si se
combina con un sistema de detección o reducción de contaminación bac-
teriana.
Componente: Granulocitos.
Temperatura de conservación: +20 a +24° C.
Tiempo máximo de conservación: 24 horas.
1.2. Crioconservación
Componente: Hematíes.
Condiciones y duración de la conservación: 30 años, dependiendo
del procedimiento de extracción, procesamiento y conservación uti-
lizado.
1064
Componente: Plaquetas.
Condiciones y duración de la conservación: 24 meses, dependiendo del
procedimiento de extracción, procesamiento y conservación utilizado.
Componente: Plasma y crioprecipitado.
Condiciones y duración de la conservación: 36 meses, dependiendo del
procedimiento de extracción, procesamiento y conservación utilizado.
Los hematíes y las plaquetas crioconservados deben ser suspendidos
en un medio adecuado tras su descongelación. El período admisible de
conservación tras la descongelación dependerá del método utilizado
2. TRANSPORTE Y DISTRIBUCIÓN
El transporte y la distribución de sangre y componentes en cualquiera de
las fases de la cadena transfusional deberán realizarse en condiciones que
preserven la integridad del producto.
ANEXO V
REQUISITOS DE CALIDAD Y SEGURIDAD DE LA SANGRE Y
SUS COMPONENTES
(contemplados en el artículo 6)
1. COMPONENTES SANGUÍNEOS.
1. Hematíes. Los componentes enumerados en los puntos 1.1 a 1.8 pue-
den someterse a tratamiento ulterior en los centros de transfusión y de-
berán ser etiquetados en consecuencia.
1065
1.1 Hematíes.
1.2 Hematíes, sin capa leucocitaria (buffy).
1.3 Hematíes, leucodeplecionados.
1.4 Hematíes en solución aditiva.
1.5 Hematíes sin capa leucocitaria (buffy), en solución aditiva.
1.6 Hematíes leucodeplecionados, en solución aditiva.
1.7 Hematíes, aféresis.
1.8 Sangre total.
4. Granulocitos de aféresis
1066
2. REQUISITOS DE CALIDAD DE LA SANGRE Y LOS COMPO-
NENTES SANGUÍNEOS.
2.1. La sangre y los componentes sanguíneos deberán ser sometidos a
las mediciones de la calidad técnica que se exponen a continua-
ción, y alcanzar resultados aceptables.
2.2. Se llevará a cabo un control bacteriológico apropiado de los pro-
cesos de extracción y procesamiento.
2.3. Los Estados miembros tomarán las medidas necesarias para ga-
rantizar que las importaciones de sangre y componentes sanguí-
neos procedentes de terceros países, incluidos los utilizados
como materia prima para la fabricación de medicamentos deri-
vados de sangre y plasma humanos, cumplan las normas de ca-
lidad y seguridad equivalentes a las establecidas en la presente
Directiva.
2.4. Para donaciones autólogas, las medidas señaladas con un asteris-
co (*) constituyen únicamente recomendaciones.
RESULTADOS ADMISIBLES
MEDIDAS DE
COMPONENTE DE LAS MEDICIONES
CALIDAD EXIGIDAS
DE CALIDAD
VOLUMEN El necesario para garantizar las espe-
cificaciones relativas a hemoglobina
y hemólisis con relación a las condi-
ciones de conservación.
HEMATIES
HEMOGLOGBINA(*) No inferior a 45 g por unidad.
HEMOLISIS Inferior al 0,8 % de la masa eritrocí-
tica al finalizar el período máximo de
conservación.
VOLUMEN El necesario para garantizar las espe-
cificaciones relativas a hemoglobina
y hemólisis con relación a las condi-
HEMATÍES SIN ciones de conservación.
CAPA
HEMOGLOGBINA(*) No inferior a 43 g por unidad.
LEUCOCITARIA
HEMOLISIS Inferior al 0,8 % de la masa eritrocí-
tica al finalizar el período máximo de
conservación.
1067
VOLUMEN El necesario para garantizar las espe-
cificaciones relativas a hemoglobina
y hemólisis con relación a las condi-
ciones de conservación.
1068
VOLUMEN El necesario para garantizar las espe-
cificaciones relativas a hemoglobina
y hemólisis con relación a las condi-
ciones de conservación.
HEMOGLOBINA(*) No inferior a 40 g por unidad.
HEMATÍES HEMOLISIS Inferior al 0,8 % de la masa eritrocí-
AFERESIS tica al finalizar el período máximo de
conservación.
El necesario para garantizar las espe-
cificaciones relativas a hemoglobina y
hemólisis con relación a las condicio-
nes de conservación. 450 ml ± 50 ml.
VOLUMEN En el caso de extracciones pediátri-
cas autólogas, no superar 10,5 ml por
kg de peso corporal.
SANGRE TOTAL HEMOGLOGBINA(*) No inferior a 45 g por unidad.
HEMOLISIS Inferior al 0,8 % de la masa eritrocí-
tica al finalizar el período máximo de
conservación.
VOLUMEN El necesario para garantizar las especi-
ficaciones relativas a pH con relación
a las condiciones de conservación.
NUMERO DE Se admiten variaciones en el número
PLAQUETAS
PLAQUETAS de plaquetas por donación si se en-
AFERESIS
cuentran dentro de límites que se
ajusten a las condiciones validadas
de preparación y conservación.
pH 6,4-7,4 corregido a 22 °C, al caducar.
1069
RESULTADOS ADMISIBLES
MEDIDAS DE
COMPONENTE DE LAS MEDICIONES
CALIDAD EXIGIDAS
DE CALIDAD
VOLUMEN El necesario para garantizar las especi-
ficaciones relativas a pH con relación
a las condiciones de conservación.
NUMERO DE Se admiten variaciones en el número
PLAQUETAS PLAQUETAS de plaquetas por donación si se en-
AFERESIS LEUCO- cuentran dentro de límites que se
DEPLECCIONADAS ajusten a las condiciones validadas
de preparación y conservación.
CONTENIDO EN Inferior a 1 × 106 por unidad.
LEUCOCITOS
pH 6,4-7,4 corregido a 22° C, al caducar.
VOLUMEN El necesario para garantizar las es-
pecificaciones relativas a pH con re-
lación a las condiciones de conser-
vación.
NUMERO DE Se admiten variaciones en el número
PLAQUETAS PLAQUETAS de plaquetas por donación si se en-
RECUPERADAS, cuentran dentro de límites que se
MEZCLA (POOL) ajusten a las condiciones validadas
de preparación y conservación.
CONTENIDO EN Inferior a 0.2 × 106 por unidad (mé-
LEUCOCITOS todo prp).
Inferior a 0.05 × 106 por unidad (mé-
todo capa leucocitaria).
pH 6,4-7,4 corregido a 22° C, al caducar.
VOLUMEN El necesario para garantizar las especi-
ficaciones relativas a pH con relación
a las condiciones de conservación.
PLAQUETAS
NUMERO DE Se admiten variaciones en el número
RECUPERADAS,
PLAQUETAS de plaquetas por donación si se en-
MEZCLA (POOL),
cuentran dentro de límites que se
LEUCO-
ajusten a las condiciones validadas
DEPLECCIONADAS
de preparación y conservación.
CONTENIDO EN Inferior a 1 × 106 por mezcla.
LEUCOCITOS
pH 6,4-7,4 corregido a 22° C, al caducar.
1070
VOLUMEN El necesario para garantizar las es-
pecificaciones relativas a pH con
relación a las condiciones de con-
servación.
NUMERO DE Se admiten variaciones en el nú-
PLAQUETAS mero de plaquetas por donación si
PLAQUETAS se encuentran dentro de límites
RECUPERADAS, que se ajusten a las condiciones
UNIDAD, LEUCO- validadas de preparación y con-
DEPLECCIONADAS servación.
CONTENIDO EN Inferior a 0.2 × 106 por unidad
LEUCOCITOS (método prp).
Inferior a 0.05 × 106 por unidad
(método capa leucocitaria).
pH 6,4-7,4 corregido a 22° C, al ca-
ducar.
VOLUMEN El necesario para garantizar las
especificaciones relativas a pH
con relación a las condiciones de
conservación.
NUMERO DE Se admiten variaciones en el nú-
PLAQUETAS mero de plaquetas por donación si
PLASMA FRESCO se encuentran dentro de límites
CONGELADO (PFC) que se ajusten a las condiciones
validadas de preparación y con-
servación.
CONTENIDO EN Inferior a 1 × 106 por unidad.
LEUCOCITOS
pH 6,4-7,4 corregido a 22° C, al ca-
ducar.
VOLUMEN Indicado ±10%.
FACTOR VIIIc(*) Media (tras congelación y des-
congelación): 70% o más del
valor de la unidad de plasma ex-
PFC, POBRE EN traída.
CRIOPRECIPITADO
PROTEINA TOTAL (*) No inferior a 50 g/L.
CONTENIDO Eritrocitos: <6,0_109/L.
CELULAR RESIDUAL Leucocitos: <0,1_109/L.
(*) Plaquetas: <50_109/L.
1071
VOLUMEN Indicado ±10%.
PFC, POBRE EN CONTENIDO CELULAR Eritrocitos: <6,0_109/L.
CRIOPRECIPITADO RESIDUAL (*) Leucocitos: <0,1_109/L.
Plaquetas: <50_109/L.
CONTENIDO EN ≥ 140 mg por unidad.
CRIOPRECIPITADO FIBRINOGENO
CONTENIDO EN F. VIIIc ≥ a 70 UI por unidad.
VOLUMEN Inferior a 500 mL.
GRANULOCITOS
DE AFERESIS CONTENIDO EN > 1 × 1010 granulocitos por unidad.
GRANULOCITOS
1072