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Análisis y resolución del caso jurídico.

11 octubre 2011 Sin Comentarios

En el análisis del caso particular nos podemos encontrar con dos dificultades, la primera
en cuanto al error en la determinación de los hechos y la segunda en cuanto la dificultad
de encontrar las posibles reglas jurídicas aplicables al caso.

En cuanto a la primera dificultad; en la forma más simple, el error en la determinación


de los hechos puede surgir de la deficiente recolección de los datos o de un incorrecto
análisis de relevancia.

Sin embargo cabe otra forma de errar en la apreciación de los hechos y que no se
sustenta en la falta de información, sino en lo que Alchourrón y Bulygin (1)  llaman
“indeterminación semántica o vaguedad de los conceptos generales” y dan el siguiente
ejemplo: sabiendo que todo acto de enajenación es necesariamente gratuito u oneroso,
podemos ignorar si la enajenación que Ticio hizo de su casa a Sempronio fue a título
oneroso o gratuito, simplemente porque no sabemos si Sempronio abonó o no un precio
por la casa, pero  aun conociendo perfectamente todos los hechos del caso, la
indeterminación semántica opera cuando: podemos no saber si la enajenación fue
onerosa o gratuita porque no sabemos si la suma de dinero que Sempronio entregó a
Ticio por la casa constituía o no un precio en sentido técnico. Supóngase que la cantidad
de dinero entregada fuera notablemente inferior al valor económico de la casa. En tales
circunstancias pueden surgir dudas acerca de si se trata de una compraventa o de una
donación encubierta.

No vamos a seguir aquí las siguientes distinciones que realizan los autores en cuanto a
las lagunas del conocimiento de las lagunas del reconocimiento, bastándonos para ello
con decir que esta indeterminación semántica en el conocimiento de los hechos es una
laguna del conocimiento que se produce por nuestra incapacidad para identificar los
límites precisos que delimitan la extensión de nuestros conceptos (2).

Por último la técnica que emplearemos para sortear estas indeterminaciones y alcanzar
el conocimiento de los hechos será el análisis de los hechos desde una posición objetiva
moderada, es decir no confiando en la primera apreciación sino sometiendo la cuestión a
un segundo análisis o lo que es lo mismo “poniendo los hechos bajo sospecha” teniendo
en cuenta la relación que puede existir entre ellos, la conducta de los protagonistas –
antes, durante y posterior al evento-, buscando casos similares,  registrando los indicios
o señales que nos permita obtener presunciones para que a posteriori podamos alcanzar
la determinación semántica de los hechos que no será otra cosa que la calificación
jurídica de los hechos. –en el ejemplo para afirmar que se trata de una donación
encubierta y no de una compraventa-

Y en cuanto a nuestro segundo obstáculo: la dificultad de encontrar las posibles reglas


jurídicas aplicables al caso se puede citar a Carrió (3)  en los siguientes términos: “Es
falsa la afirmación, tan repetida, de que el derecho, es decir, un cierto orden jurídico, es
un sistema cerrado, dotado de ‘plenitud hermética’ o ‘finitud lógica’, del cual pueden
derivarse, por deducción, las soluciones para todos los casos posibles. El derecho, o sea
un orden jurídico determinado, tiene lagunas, en el sentido de que hay casos que no
pueden ser resueltos con fundamento exclusivo en sus reglas o en alguna combinación
de ellas”.

Para sortear esta dificultad recurriremos a las tradicionales soluciones que resuelven la
aplicación de la ley y las lagunas de ley,  reseñando la exposición que de ellas realiza
Goddard (4)  :

 Si un mismo caso está regulado por reglas distintas, para dilucidar cuál es la
regla realmente aplicable al caso, conviene, en esta etapa, retener ambas como
aplicables, de modo que en las siguientes etapas del juicio y la decisión se vea a
qué conclusiones lleva una y otra y podrá desecharse así la que lleve a
conclusiones absurdas o injustas.
 Si se trata de casos complejos a los que son aplicables reglas de diversas
instituciones, el jurista debe saber que esto no es raro, ni anormal y, por lo tanto,
debe tener la flexibilidad para saber aplicar normas procedentes de diversos
conjuntos normativos o instituciones, sin tener la pretensión de encuadrar el caso
exclusivamente desde la perspectiva de una sola de ellas.
 Si no se encuentra una regla directamente aplicable al caso, se puede entonces
buscar una regla que pueda aplicarse analógicamente al caso en cuestión. La
extensión de una regla por analogía requiere que el caso nuevo sea en parte igual
al original previsto en la regla y que la razón de esa regla sea aplicable al caso
nuevo.
 Si no es posible encontrar una regla propia para el caso ni otra que le pueda ser
aplicada analógicamente, el jurista tiene que remontarse a los principios
jurídicos para extraer de ellos, y con base en ellos, una nueva regla que proponga
como aplicable al caso.

Asimismo agrega Goddard  que en los casos de aplicación de una regla por analogía
(interpretación analógica) o de proposición de una nueva regla (integración de una
regla), el jurista tendrá mayor dificultad para demostrar ante el juez la aplicabilidad de
la regla elegida. En todo caso, el análisis de las reglas termina con la conclusión de
cuáles son las reglas aplicables al caso.

En definitiva para superar las dificultades en el análisis del caso particular se realizarán
las siguientes cuatro operaciones:

1. Fijar los hechos, es decir precisar qué hechos realmente acontecieron y en qué forma.

2. Interpretarlos y determinar su alcance, sentido o significación

3. Calificarlos jurídicamente asignándolos a un tipo o categoría jurídica.4. Realizar la


operación de “subsunción” del caso particular bajo las normas generales o abstractas
previstas por el legislador, es decir determinar que el caso particular queda comprendido
en el genérico o abstracto de una o más leyes.

Ahora bien:  el resultado obtenido por nuestra deliberación ¿es justo?

Hasta aquí, hemos logrado determinar y adjudicar el derecho al caso concreto, pero
veces, el conocimiento de los aspectos esenciales del caso es suficiente para descubrir
que determinadas normas –o la interpretación más habitual de las mismas- aplicadas al
caso concreto no resultan convenientes, que existe un desajuste entre la norma general y
el caso particular y es allí en donde empieza a jugar la equidad como una forma de
ajuste necesario, y así lo advierte Aristóteles:

“….Lo equitativo y lo justo son una misma cosa; y siendo buenos ambos, la única
diferencia que hay entre ellos es que lo equitativo es mejor aún. La dificultad está en
que lo equitativo siendo lo justo, no es lo justo legal, lo justo según la ley; sino que es
una dichosa rectificación de la justicia rigurosamente legal. La causa de esta diferencia
es, que la ley necesariamente es siempre general, y que hay ciertos objetos sobre los
cuales no se puede estatuir convenientemente por medio de disposiciones generales. Y
así, en todas las cuestiones respecto de las que es absolutamente inevitable decidir de
una manera puramente general, sin que sea posible hacerlo bien, la ley se limita a los
casos más ordinarios, sin que disimule los vacíos que deja….”

“….El hombre equitativo es el que prefiere por una libre elección de su razón y
practica en su conducta actos del género que acabo de indicar, que no sostiene su
derecho con extremado rigor, sino que por lo contrario cede de él, aun cuando tenga en
su favor el apoyo de la ley. Este es el hombre equitativo; y esta disposición moral, esta
virtud, es la equidad, que es una especie de justicia y no una virtud diferente de la
justicia misma... (5) ”

Notas:

(1) ALCHOURRÓN, Carlos y BULYGIN, Eduardo. Introducción a la metodología de


las ciencias jurídicas y sociales. Editorial Astrea. Buenos Aires. Año 1987

(2) NAVARRO Pablo E. .Lagunas de conocimiento y lagunas de reconocimiento.


Análisis filosófico versión On-line ISSN 1851-9636 Anal. filos. v.26 n.2 Ciudad
Autónoma de Buenos Aires mayo/nov. 2006

(3) CARRIÓ, Genaro R. Notas sobre derecho y lenguaje. Editorial: Abeledo Perrot.
Año 2006

(4) GODDARD Jorge Adame . Método para la solución de casos jurídicos.  Ars Iuris,
ISSN 0188-5782, Nº. 37, 2007 , págs. 13-40

(5)   ARISTÓTELES, Ética a Nicómaco, Libro quinto, capítulo X

Autor:  Carina Vanesa Suárez

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