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Más tarde fueron los reposteros de cocina quienes elaboraron preparaciones frías
muy ligeras inspirándose en las mousses saladas que confeccionaban los
cocineros.
En su origen no era más que una infusión de té endulzada con un almíbar al que
se le añadía yema de huevo, leche y kirsch, el conjunto se batía hasta quedar
esponjoso. Más tarde se elaboró con café, chocolate y ron.
• Clara de huevo:
• Yema de huevo:
Son muchos los semifríos en los que el chocolate está presente, ya sea blanco,
con leche o negro. Estas coberturas mezcladas con otros ingredientes que aporten
suavidad y estructuras aireadas, son los más demandados.
Al ser tan versátil y tener un sabor tan intenso, admite infinidad de combinaciones.
Se pueden elaborar semifríos de chocolates con base de crema inglesa, de frutas
en forma de purés, de una pasta bomba, etc.
• Azúcares (endulzantes):
Su función es aportar el dulzor necesario a los semifríos. Este dulzor puede ser
incorporado en forma de azúcar o bien estar presente en la fruta o en la cobertura
de chocolate. Su incorporación al natural se puede realizar en la crema base
(crema inglesa, puré de fruta+ azúcar), en la nata, en el sabayón o, en forma de
azúcar cocido, en el merengue italiano, o en la pasta bomba.
Si el semifrío llevase chocolate también tenemos que tener presente que este
ingrediente contiene azúcar, lo cual, indirectamente le está proporcionando dulzor.
Lo mismo sucede con los que se elaboran con frutas, que en líneas generales ya
son dulces por su naturaleza.
• Nata.
• Pasta bomba:
En un cazo eléctrico ponemos a cocer el azúcar con el agua hasta llegar a una
temperatura de entre 118 y 123oC, según nos indique la ficha técnica.
Mientras tanto, montamos las yemas en la batidora hasta que aumenten el triple
de su volumen.
Se incorporan a las yemas el azúcar cocido en forma de hilo sin dejar de batir
hasta que pierda el calor intenso y este frío.
En este momento se realizará la mezcla con otras elaboraciones básicas si lo
requiere la ficha técnica.
• Merengue italiano:
En un cazo eléctrico ponemos a cocer el azúcar con el agua hasta llegar a una
temperatura de entre 121 y 123oC, según nos indique la ficha técnica.
Mientras tanto, montamos las claras en la batidora con una cuarta parte del azúcar
que se indica en la ficha técnica hasta que aumenten un poco su volumen.
• Merengue suizo:
Se ponen al baño maría las claras con el azúcar y se empezará a batir lentamente
hasta que el azúcar se disuelva y la mezcla llegue a una temperatura de 65oC.
• Nata semimontada:
En todo momento nos referimos a la nata de origen animal (de vaca), aunque
se
puede utilizar nata vegetal (mix vegetal). En este caso hay que comprobar si
el
mix llevase azúcar en su composición para restarlo de la fórmula que
estemos
utilizando. La utilización de esta nata nos proporcionaría un semifrío de
inferior calidad, aunque se abaratarían los costes del producto final.
• Sabayón:
Para la elaboración de una mousse se prepara una base que puede ser de crema
inglesa, de fruta, de chocolate etc. y nata. Además de la nata necesitan de otros
preparados que les proporcione esa textura esponjosa, pueden ser:
Entibiamos una parte del puré a unos 30oC, añadimos el azúcar, la gelatina y el
resto del puré. Al final, homogeneizamos la mezcla dejándola enfriar a unos 20oC.
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Aunque una crema pastelera está elaborada a base de leche, cabe la posibilidad
de sustituirla por zumo o puré de frutas en la misma proporción, aumentando la
cantidad de huevo. El resto del proceso es similar. En este caso obtendremos un
mousse de fruta con base de crema de fruta cuajada.
El inconveniente que tiene este tipo de mousse es que, al calentar el puré o zumo
de frutas para cuajar la crema hasta unos 80ºC, los aromas se evaporan en
detrimento del producto final.
El sabor del chocolate del mousse debe predominar entre los otros componentes
de la tarta o el postre. Los mejores resultados se logran utilizando coberturas con
alto porcentaje de cacao (70%).
¿Qué chocolates son más apropiados para la preparación de mousses?
Elaborado con una base de crema a la que se le añade gelatina (si la llevase),
cobertura fundida a unos 45oC y en el último momento la nata semimontada.
Los mousses de chocolate blanco como mejor resultado nos pueden ofrecer a la
hora de consumirlo, es haciendo una ganache con la cobertura fundida y la nata o
leche caliente, a la que le añadimos una pasta bomba o un merengue italiano,
finalizamos con la nata semimontada. Este método da lugar a una mousse con
una textura suave y homogénea que se fortalece fácilmente.
Mousse con base de crema inglesa.
Este tipo de Mousse se realiza elaborando una crema base compuesta de yema
de huevo, azúcar, leche y nata, cuajada al baño maría, a la que se incorpora los
géneros encargados de dar el sabor al mousse.
Con la crema base pueden realizarse la mayor parte de mousses, por lo que es la
modalidad más extendida de trabajo. Como ejemplo tenemos: Mousse de
chocolate, de frutas, de praliné, al cava, etc.
Se puede utilizar una técnica novedosa si el mousse solo fuera de crema inglesa;
consiste en elaborar la crema sustituyendo la leche de la formula por nata, y
añadiéndole la nata restante sin montar, se deja enfriar y después se monta igual
que una nata.
Independientemente del mousse que elaboremos, son varias las técnicas que
podemos utilizar para el montaje del postre.
Montaje de un mousse para tartas redondas o individuales: Existen dos métodos para
hacer el montaje de estos postres: el método tradicional y el método invertido.
1. Método tradicional:
Alrededor del aro con las dimensiones deseadas, se coloca una lámina de acetato
de la misma altura que el aro.
A continuación, cortamos un disco de bizcocho
inferior al diámetro del aro, si no llevase bizcocho alrededor, también sería inferior,
con el fin de que cuando quitemos el aro del mousse no se aprecie el bizcocho
base.
Una vez mojado el bizcocho con el almíbar, se coloca en la base, se rellena el aro
con el mousse teniendo la precaución de no dejar huecos sin rellenar.
2. Método invertido:
Sobre una lata de horno con una lámina de plástico colocaremos un aro con las
dimensiones deseadas. Se extiende el mousse en la base del aro o marco antes
de introducir el bizcocho base y se continúa con el mismo proceso anteriormente
descrito. Se termina colocando el bizcocho que será la base da la tarta, para lo
que es importante no llenar completamente el aro entero. Para que quede todo
uniforme, se ejerce presión con una rejilla o una bandeja sobre el mousse y se
conserva congelado.
Es un método mucho más fácil ya que solo debemos disponer de copas o vasitos
originales y llenarlos con el mousse deseado. Siempre es conveniente incorporarle
algún bizcocho e inclusive alguna salsa, buscando sabores y texturas diferentes.
Ejemplo: Mousse de fresa con crumble, salsa de chocolate blanco y virutas de
chocolate negro.
Bavaroises y charlotas.
¿Qué entendemos por bavaroises y charlotas?
Las charlotas son bavaroises en las que el aro se forra o encamisa con bizcochos
de soletilla o cuchara, o parecidos, con una altura igual o superior al aro.
¿Cómo se elaboran?
Se le puede dar otros sabores a la crema inglesa, como café, chocolate, vainilla,
praliné, pistachos frutas, caramelo, etc.
Para el montaje de las charlotas, se unta levemente los aros con mantequilla, se
mojan un poco los bizcochos y se colocan alrededor. Colocamos un bizcocho en la
base y llenamos el molde, lo dejamos reposar refrigerado durante un mínimo de 6
horas.