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Dayana Rodríguez 1-17-0522

El sistema linfático es la estructura anatómica que transporta la linfa. Guarda


algunas similitudes con el aparato circulatorio, pero el líquido que se transporta no
es sangre, sino linfa. No es un sistema cerrado, se inicia en los tejidos corporales,
continúa por los vasos linfáticos que aumentan de tamaño progresivamente hasta
converger en el conducto torácico o en el conducto linfático derecho, ambos
desembocan en el sistema venoso en el punto de unión entre la vena subclavia y
la vena yugular interna, cada uno en un lado. El sistema linfático constituye la
segunda red de transporte de líquidos corporales, algunos autores lo consideran
como una parte del aparato circulatorio. La linfa es un líquido de aspecto
transparente y color blanquecino que recorre los vasos linfáticos y generalmente
carece de pigmentos, se produce a partir del exceso de líquido que sale de los
capilares sanguíneos al espacio intersticial y es recogido y transportado por
los capilares linfáticos que drenan a vasos linfáticos más gruesos.

La linfa procede del líquido intersticial o intercelular, es decir del líquido que se


encuentra en los tejidos en los pequeños espacios situados entre las células. En el
hombre, se calcula que se producen entre 2 y 3 litros al día, la mayor parte se vierte
al sistema venoso a través del conducto torácico. La concentración de proteínas del
líquido intersticial en la mayor parte de los tejidos es de alrededor de 2g/dL, muy
similar a la de la linfa. Sin embargo la linfa que parte de la pared del intestino y
el hígado tiene una concentración de proteínas más alta que puede alcanzar los 6
g/dL. El sistema linfático absorbe también gran cantidad de grasa procedente de la
digestión de los alimentos, de tal forma que tras una comida copiosa la linfa puede
contener hasta un 2% de grasa. Debido a que las bacterias y microorganismos
pueden aprovechar los conductos linfáticos para invadir el organismo, se
interponen en su recorrido los ganglios linfáticos que contienen gran cantidad de
células defensivas denominadas linfocitos, las cuales destruyen los
microorganismos invasores.  La circulación linfática es posible porque el sistema
de conductos está dotado de pequeñas válvulas que impiden el retroceso del fluido,
por otra parte los vasos más grandes cuenta con una capa de músculo liso que al
contraerse propulsa el contenido en la dirección correcta hacia la desembocadura
en el sistema venoso.
Comienza en pequeños capilares linfáticos cuya pared está formada por células
adheridas entre sí mediante uniones tipo botón que permiten al líquido
intersticial atravesarlo para entrar en la luz del vaso. Los capilares linfáticos se
unen formando una red de conductos que desembocan en vasos de mayor diámetro,
finalmente toda la linfa que produce el organismo termina en solo dos conductos,
el conducto linfático derecho que drena la mitad superior derecha del cuerpo y
el conducto torácico, de mayor tamaño, para el resto del cuerpo. Los dos desaguan
en el sistema venoso, en el punto de unión de la vena subclavia y la vena yugular
interna de cada lado. Los pequeños vasos linfáticos en su camino hacia el sistema
venoso atraviesan los ganglios linfáticos en los cuales existen gran número de
linfocitos y otras células del sistema inmune.

Cuando los vasos linfáticos no pueden cumplir su cometido por obstrucción, se


produce el fenómeno conocido como linfedema que consiste en una hinchazón que
suele ser especialmente intensa en los miembros inferiores. En el linfedema grave
las extremidades acumulan tanto líquido que pueden doblar su diámetro,
dificultando enormemente los movimientos corporales.

Tejidos y órganos linfoides:

Se denomina tejido linfoide o linfático a un tipo de tejido conjuntivo en el que las


células predominantes son los linfocitos. Los linfocitos son los responsables de la
respuesta inmune específica, se producen en los órganos linfoides primarios desde
donde migran a los órganos linfoides secundarios. Existen dos tipos principales de
linfocitos: linfocitos T y linfocitos B. El organismo produce cada día alrededor de
1000 millones de linfocitos nuevos.

Los órganos linfoides primarios son la médula ósea y el timo; en ellos las células
linfoides se generan y diferencian en linfocitos B maduros y linfocitos T maduros.
Los órganos linfoides secundarios son los ganglios linfáticos, el bazo y el tejido
linfoide asociado a las mucosas; en estos tejidos los linfocitos B y T toman
contacto con los patógenos y sus antígenos, activándose y multiplicándose.

Los distintos órganos linfoides están interconectados por vasos sanguíneos y vasos


linfáticos, de modo que se constituye un sistema unitario, entrelazado y bien
comunicado. Estos vasos transportan células del sistema inmunitario de las cuales
el tipo central es el linfocito.
Ganglios linfáticos: son glándulas que se encuentran por todos los vasos
linfáticos. Junto al bazo, en estos ganglios son donde los glóbulos blancos luchan
contra las infecciones. La médula ósea y el timo producen las células que se
encuentran en la linfa. Ambos también son parte de este sistema.

Además del aparato circulatorio que todos conocemos, existe en nuestro cuerpo
otro tipo de circulación que corresponde al sistema linfático.
Se trata de un sistema de transporte semejante al aparato circulatorio con la
diferencia de que no es un sistema cerrado sino que se inicia en los tejidos
corporales, continúa por los vasos linfáticos y desemboca en la sangre, realizando
por tanto un trayecto unidireccional.
Sus funciones son transportar el líquido de los tejidos que rodea a las células,
principalmente sustancias proteicas, a la sangre porque debido a su tamaño no
pueden atravesar la pared del vaso sanguíneo y recoger las moléculas de grasa
absorbidas en los capilares linfáticos que se encuentran en el intestino delgado.
LA LINFA
La linfa es un líquido incoloro compuesto de glóbulos blancos, proteínas, grasas y
sales. Se transporta desde los tejidos hasta la sangre a través de los vasos
linfáticos.
En el sistema linfático no existe una bomba que impulse la linfa, a diferencia de
lo que ocurre en el aparato circulatorio sino que se mueve, aprovechando las
contracciones musculares. Ello es posible porque los vasos linfáticos se sitúan
entre el tejido muscular y al realizar el cuerpo movimientos cotidianos o
comunes, es cuando se activa la circulación linfática siendo muchísimo más lenta
que la sanguínea.
LOS VASOS LINFÁTICOS
Los vasos linfáticos son los conductos por donde circula la linfa y son muy
similares a las venas ya que están formados por tejido conjuntivo y unas válvulas
en las paredes que evitan el retroceso de la linfa.
Los vasos linfáticos, según van penetrando en los tejidos corporales, se van
haciendo cada vez más pequeños y más finos hasta convertirse en capilares
linfáticos. Aquí es donde se recogen las sustancias que no pueden ir por la sangre
debido a que su tamaño les impide atravesar la pared del vaso sanguíneo siendo
transportadas a través de los vasos linfáticos que se van haciendo cada vez más
grandes según se van acercando al final del trayecto.
LOS GANGLIOS LINFÁTICOS

Los ganglios linfáticos son nódulos pequeños en forma de fríjol con un tamaño
inferior a un centímetro que en condiciones normales no se llegan a palpar.
Se encuentran formando racimos en varias zonas del cuerpo como el cuello, las
axilas, las ingles, el tórax y el abdomen.
Las funciones de los ganglios linfáticos son la de filtrar la linfa de sustancias
extrañas, como bacterias y células cancerosas, y destruirlas, así como producir
glóbulos blancos, como linfocitos, monocitos y células plasmáticas, encargados
de destruir a las sustancias extrañas.
Cuando hay una infección en el organismo, los ganglios linfáticos aumentan su
tamaño debido a la producción adicional de glóbulos blancos para hacer frente a
la misma. Al hacerse más grande es cuando se pueden llegar a palpar y es un
indicador de que nuestro cuerpo está respondiendo.
Si pasado un tiempo el ganglio no vuelve a la normalidad o, incluso aumenta más
de tamaño, habría que acudir al médico para que valorara la situación.
El linfoma es un cáncer del sistema linfático y normalmente se manifiesta por el
aumento de tamaño de los ganglios, llamándose adenopatías, de ahí la
importancia de acudir al médico con la aparición y palpación de un ganglio.
Por último, comentar que el sistema linfático constituye una parte muy
importante del sistema inmunológico, es el encargado de defendernos de las
agresiones externas, debido a la función de los órganos linfoides. Los órganos
linfoides pueden ser primarios o secundarios

 ÓRGANOS LINFOIDES PRIMARIOS


En los órganos linfoides primarios es donde maduran los linfocitos y son el timo
y la médula ósea.
El timo es una glándula formada por dos lóbulos y situada detrás del esternón. Su
función es la maduración de los linfocitos T.
La médula ósea es el tejido donde se fabrican las células de la sangre, glóbulos
rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Se encuentra en el interior de los huesos y es
donde maduran los linfocitos B.
 ÓRGANOS LINFOIDES SECUNDARIOS

En los órganos linfoides secundarios es donde se presentan las sustancias


extrañas o antígenos y se inicia la respuesta inmune específica. Son los ganglios
linfáticos, el bazo y el MALT.
Los ganglios linfáticos producen glóbulos blancos ante la presencia de un
antígeno.
El bazo está situado en el lado izquierdo de la cavidad abdominal y formada por
la pulpa blanca, correspondiente al tejido linfoide y la pulpa roja, a los vasos
sanguíneos. Su función inmunológica consiste en la producción de anticuerpos y
la destrucción de bacterias.
El MALT que es el tejido linfoide asociado a mucosas, se encuentra en el tracto
gastrointestinal, respiratorio y genitourinario.

Cuando los ganglios linfáticos se inflaman


Los niños combaten nuevos gérmenes e infecciones constantemente y sus sistemas
linfáticos responden con rapidez a estos antígenos. Cuando esto sucede, los
ganglios linfáticos suelen inflamarse. Esto se conoce como linfadenopatía. Es
común que los niños tengan los ganglios linfáticos algo agrandados en algunas
zonas del cuerpo de tanto en tanto.
Sin embargo, los cambios en los ganglios linfáticos también pueden indicar ciertos
trastornos o enfermedades que requieren tratamiento especial. En algunos casos,
los ganglios linfáticos pueden inflamarse por las siguientes causas:
 Linfangioma. Es un grupo de vasos linfáticos que forman una masa o un bulto. Un
linfangioma cavernoso tiene vasos linfáticos muy agrandados.
 Higroma quístico. Es una cavidad grande rellena de líquido linfático (quiste). Se
debe a un bloqueo en los vasos linfáticos. Un higroma quístico puede contener
varios quistes conectados entre sí por vasos linfáticos.
 Linfoma. Es el cáncer del sistema linfático. El cáncer hace que las células del
sistema linfático se reproduzcan de manera anormal. Hace que los ganglios
linfáticos se inflamen y que el cuerpo tenga menos capacidad para combatir las
infecciones.
El sistema linfático como lo conocemos hoy fue descrito por primera vez de forma
independiente por Olaus Rudbeck y Thomas Bartholin.

La sangre no entra directamente en contacto con las células del parénquima y los
tejidos corporales, sino que los componentes de la sangre salen a través de vasos
sanguíneos en un intercambio microvascular para convertirse en el líquido
intersticial, que entrará en contacto con las células del parénquima del cuerpo. La
linfa es el líquido que se forma cuando el fluido intersticial entra en los vasos
linfáticos iniciales del sistema linfático. La linfa se mueve entonces a lo largo de la
red de vasos linfáticos ya sea por las contracciones intrínsecas de los vasos
linfáticos o por la compresión extrínseca de los vasos linfáticos a través de las
fuerzas tisulares externas (por ejemplo, las contracciones del músculo esquelético).

ORGANIZACIÓN DEL SISTEMA LINFÁTICO

El sistema linfático se puede dividir ampliamente en dos partes: sistema de


conducción y tejido linfoide.

El sistema de conducción transporta la linfa y se compone de vasos tubulares que


incluyen los capilares linfáticos, los vasos linfáticos, y los conductos torácicos
izquierdo y derecho.

El tejido linfoide está principalmente involucrado en la respuesta inmune y


consiste de linfocitos y otros leucocitos enredados en el tejido conectivo a través
del cual pasa la linfa. Las regiones del tejido linfoide que están atestadas de
linfocitos se conocen como folículos linfoides. El tejido linfoide puede estar
estructuralmente bien organizado, como en los ganglios linfáticos, o puede
consistir de folículos linfoides poco organizados conocidos como tejido linfoide
asociado a la mucosa (TLAM).

Tejido linfoide

El tejido linfoide asociado con el sistema linfático se ocupa de las funciones


inmunes en la defensa del cuerpo contra las infecciones y la propagación de
tumores. Se compone de tejido conectivo con varios tipos de glóbulos blancos
atrapados en él, siendo más numerosos los linfocitos.
El tejido linfoide puede ser primario, secundario o terciario en función de la etapa
de desarrollo y maduración de los linfocitos implicados. Los órganos linfoides
primarios o centrales generan linfocitos a partir de células progenitoras inmaduras.
Los órganos linfoides periféricos o secundarios mantienen linfocitos maduros
nativos e inician una respuesta inmune adaptativa. Los órganos linfoides
periféricos son los sitios de activación de los linfocitos por el antígeno. La
activación conduce a la expansión clonar y a la maduración por afinidad. Los
linfocitos maduros recirculan entre la sangre y los órganos linfoides periféricos
hasta que encuentran su antígeno específico.

El timo y la médula ósea constituyen los principales tejidos linfoides que


participan en la producción y selección precoz de los linfocitos. El tejido linfoide
secundario proporciona el entorno para que las moléculas nativas alteradas o
extrañas (antígenos) puedan interactuar con los linfocitos. El tejido linfoide
terciario normalmente contiene bastantes menos linfocitos, y asume un papel
inmunológico sólo cuando son estimulados con antígenos que dan lugar a
inflamación (adenopatía). Esto se logra mediante la importación de linfocitos desde
la sangre y la linfa.

Bazo
Este órgano está situado debajo del diafragma, en la parte izquierda del abdomen.
Está dividido en tres zonas: una corteza protectora (en su parte externa), una pulpa
roja (en el interior y la forman una red de conductos) y una pulpa blanca (en el
interior y se compone de células inmunes).
Sus principales funciones son proteger al cuerpo contra las infecciones, fi ltrar la
sangre y guardarla hasta que sea necesario y destruir las plaquetas y glóbulos rojos
desgastados.

Fiebre
El cuerpo puede responder a las infecciones bacterianas o virales elevando su
temperatura corporal a más de 37 °C normales, para evitar que los invasores se
multipliquen. Este mecanismo se conoce como fiebre o pirexia y suele ir
acompañada de sudoración y sensación de sed.
El hipotálamo es el termostato del cuerpo, ya que es el que ordena que este genere
más calor.
La linfa
Es un líquido transparente que recorre los vasos linfáticos, gracias a las
contracciones de los músculos y arterias y al movimiento de las extremidades del
cuerpo. Es pobre en proteínas, pero rica en lípidos y contiene glóbulos blancos y
algunos microorganismos que son eliminados al pasar por el fi ltro de los ganglios.
Las tres funciones que realiza este líquido son recolectar y devolver el líquido
intersticial a la sangre, proteger al cuerpo de los antígenos y absorber los nutrientes
del sistema digestivo, transportándolos, junto al oxígeno, a la circulación
sanguínea.

Timo
Se encuentra en la zona media del cuerpo, detrás del esternón. En su interior existe
una médula llena de linfocitos T preparados para multiplicarse. Estos llegaron por
el torrente sanguíneo desde la médula ósea roja. Desde el timo son expulsados al
bazo y a los ganglios linfáticos. Aunque este órgano se atrofia a muy temprana
edad (seis años), sigue funcionando pero con menor actividad.

El sistema linfático cumple, dentro de nuestro organismo, funciones tan esenciales


como:

1. Drenar el líquido intersticial excesivo producido por los tejidos.


2. Transportar los nutrientes (proteínas, macromoléculas y lípidos) y el oxígeno
hacia los tejidos para alimentar las células.
3. En el caso de los lípidos y las vitaminas (A, D, E y K) se absorben en la
zona digestiva.
4. Recoger los desechos de las células muertas y gérmenes que se almacenan,
con el objetivo de mejorar el funcionamiento del organismo.
5. Recolectar desde la zona intestinal el Quilo (fluido con gran contenido en
grasas, formado por bilis, jugo pancreático y lípidos producidos en el
duodeno).
6. Por último, reactivar el sistema inmunológico desempeñando una función
defensiva. Los linfocitos (células linfáticas) son los encargados de reconocer
y responder a cualquier agente extraño o anormal que circule por nuestro
organismo.
Estructura y función
Es un sistema de vasos paralelo a la circulación sanguínea, que se origina en
espacios tisulares del cuerpo en los llamados capilares linfáticos. Su función es la
de actuar como sistema accesorio para que el flujo de líquidos de espacios tisulares
vuelva a ser reabsorbido y pase a la circulación sanguínea; también es el encargado
de eliminar las toxinas y la conservación de concentraciones proteínicas básicas en
el líquido intersticial. A este sistema se le denomina sistema linfático. El sistema
linfático representa una vía accesoria por la cual los líquidos de los espacios
intersticiales pueden retornar a la sangre.
Capilares linfáticos
Los capilares linfáticos tienen forma de dedos de guante y están en contacto con
las células. Sus paredes son permeables para permitir el paso de las
macromoléculas que no serían reabsorbidas por el capilar venoso; a través de ellos,
la linfa entra en el sistema linfático y no poseen válvulas. Por término medio,
alrededor de una décima parte del líquido entra en los capilares linfáticos, en lugar
de volver a la sangre a través de los capilares venosos.
Los vasos linfáticos forman una suerte de hilos de una red cuyos nudos son los
ganglios linfáticos. Por su interior circula la linfa, producto de la actividad del
sistema linfático. La circulación de la linfa, que es muy lenta si la comparamos con
la sanguínea, es unidireccional y acíclica, es decir, recoge los detritus celulares
(son residuos, generalmente sólidos, que provienen de la descomposición de
fuentes orgánicas y minerales) y las grandes moléculas 'sueltas' del espacio
intercelular por todo el organismo y las vierte en la circulación venosa a través del
llamado 'conducto torácico' en el lado izquierdo del cuerpo y en el conducto
linfático derecho en la parte superior del cuerpo. Conforme la linfa entra en un
ganglio linfático es escrutada por los glóbulos blancos que destruyen los
microorganismos extraños (si los hubiera) y contribuyen a la formación de
anticuerpos (si estuvieran presentes los antígenos correspondientes).
Tejidos y órganos linfoides
Los tejidos linfoides del sistema linfático son el bazo, el timo, los ganglios
linfáticos y médula ósea. El bazo tiene la función del filtrar la sangre y limpiarla de
formas celulares alteradas y, junto con el timo y la médula ósea, cumplen la
función de madurar a los linfocitos, que son un tipo de leucocito. Cuando la
presión sanguínea aumenta dentro de los vasos capilares, el plasma sanguíneo
tiende a difundirse a través de las paredes de los capilares, debido a la gran presión
que se ejerce sobre estas paredes. Durante este proceso se pierde gran cantidad de
nutrientes y biomoléculas que son transportados por medio de la sangre, creando
con esto una descompensación en la homeostasis; es en este instante en donde
toma una importancia radical el sistema linfático, ya que se encarga de recolectar
todo el plasma perdido durante la presión sanguínea y hacer que retorne a los vasos
sanguíneos manteniendo, de esta forma, la homeostasis corporal.

Patologías del sistema linfático


Las manifestaciones más comunes de enfermedad del sistema linfático son:
• La presencia de adenopatías (hinchazón de los ganglios)
• La linfagitis por una herida punzante en el sistema linfatico
• Edema linfodinamico: Aumento de carga linfática por trastornos circulatorios
(cardiacos, renal, premenstrual, traumatismo, quemaduras.)
• Edema linfostático o linfedema: Es el aumento de proteína y liquido intersticial;
fallo linfático.
• Lipidema: Síndrome de piernas grasosas (tobillo, piernas y cadera).
• Mixidema: Acumulación de mucopolisacaridos y proteínas especio intersticial
alteraciones glandulares tiroides (cara, nuca, dorso de las manos y de los pies).
• El cáncer del sistema linfático se llama linfoma.

Un seno linfático es un canal dentro del ganglio linfático, revestido por células
endoteliales, junto con las células reticulares fibroblásticas, y permite la fluidez de
la linfa a través de ellos. Así, el seno subcapsular es un seno inmediatamente
profundo a la cápsula, y su endotelio es contiguo con el del vaso linfático aferente.
También es contiguo con senos similares que flanquean las trabéculas y dentro de
la corteza (senos corticales). Los senos corticales, y los que flanquean las
trabéculas, drenan en los senos medulares, desde donde la linfa fluye hacia el vaso
linfático eferente. 

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