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DRAMATIZADO:

LULU Y LOS RAYOS DEL LUZ DEL SOL

Lulú es una niña muy curiosa, que se levantó temprano una mañana, con la
firme intención de atrapar para ella sola, todos los rayos de luz del sol.

Y salió de su casa muy temprano, emprendió el viaje y llevaba con ella una
malla de lana de lila

Un loro que volaba entre árbol y árbol, le gritaba desde lo alto ¿A dónde vas
Lulú?, y la niña respondió.

Voy a la alta montaña, a pescar con mi malla de lana lila todos los rayos de
luz del sol y así tenerlos para mí solita.
- No seas mala, bella Lulú - le dijo el loro- Deja algunos pocos para que me
iluminen el camino y yo pueda encontrar mi alimento. Está bien, amigo loro - le
contestó Lulú, no te preocupes. Tendrás como todos los días rayos de luz del
sol para ti.
Siguió caminando Lulú, pensando en los rayos de luz del sol, cuando un lobo le
preguntó. ¿Por qué vas tan contenta, Lulú?
- Voy a la alta montaña, a pescar con mi malla de lana lila todos los rayos de
luz del sol y así tenerlos para mí solita, y poder compartir algunos con mi
amigo el loro.
El lobo, muy triste, le dijo:
- También yo te pido que compartas conmigo un poco de sol, porque con sus
rayos seguiré creciendo, y poblando este hermoso bosque.
- Claro que sí, amigo lobo, no estés triste. También guardaré unos rayos de luz
del sol para ti.
Lulú empezó a caminar más rápido, porque llegaba la hora en la que el sol se
levantaba y ella quería estar a tiempo para atrapar los primeros rayos de luz
que lanzara. Pasaba por una madriguera cuando una liebre que estaba cerca le
saludó.
- Hola, bella Lulú ¿Dónde vas con tanta prisa?
- Voy a la alta montaña, a pescar con mi malla de lana lila todos los rayos de
luz del sol y así poder compartir algunos con mi amigo loro, para que
encuentre su alimento; y con mi amigo lobo, para que siga creciendo, poblando
este hermoso bosque.
Claro que sí, amiga liebre, no estés triste. También guardaré unos rayos de luz
del sol para ti,
- Yo también te pido algunos rayos de sol para que pueda saber en las
mañanas a qué hora debo despertar y salir de mi madriguera a pasear por los
hermosos paisajes que tiene el bosque

Luego de un rato de caminar se encontró con un hermoso gallo que le pregunto


-Hola, bella Lulú ¿Dónde vas?
Voy a la alta montaña, a pescar con mi malla de lana lila todos los rayos del
sol y así poder compartir algunos con mi amigo loro, para que encuentre su
alimento; y con mi amigo el lobo, para que siga creciendo y poblando el
bosque, con mi amiga liebre para que pueda saber en las mañanas a qué hora
debe despertar y salir de la madriguera a pasear por los hermosos paisajes
que tiene el bosque

- Yo también te pido algunos rayos de sol para que pueda saber en las
mañanas a qué hora debo cantar para que los adultos lleguen temprano al
trabajo y los niños no vayan tarde a la escuela.
- Claro que sí, amigo gallo, también a ti te daré algunos rayos de sol – le
contestó Lulú.
Lulú siguió caminando, pensando en lo importante que eran los rayos de luz
del sol para los loros y para lobos; para las liebres para las plantas y para
los hombres; para los gallos y para los niños.
Llegó a la alta montaña, dejó su malla de lana lila y se sentó a esperar al sol.
Ahí, sentadita y sin moverse, le dio los buenos días, viendo como lentamente los
árboles, los animales, las casas, los lagos y los niños se iluminaban y se
llenaban de colores gracias a los rayos de luz del sol.

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