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EL BURRO NO TAN BURRO

AMISTAD, AYUDA MUTUA, COOPERACIÓN

En la inmensa selva de animalandia, se hallaba la escuela en la que asistían todos los animales.

El profesor era el Señor Búho. Los animales que ahí asistían no querían estudiar, a excepción del Burro Curro. Todos se
burlaban de él, porque decían que los burros no aprenden. El Burro Curro tenía unas largas orejas, se sentaba en el
rincón izquierdo del aula y siempre estaba atento a las explicaciones que daba el profesor Búho.

En los recreos nadie lo invitaba a jugar y Curro solo se sentaba y observaba a sus compañeros correr.

Una mañana llegó la Mona Ramona muy agitada, saltando por entre las ramas de los árboles y les contó que habían
subido como de costumbre al bote para cruzar el río y asistir a la escuela; pero ese día el río normalmente tranquilo,
estaba caudaloso y que el bote junto con los animales, estaba siendo arrastrado hacia la cascada.

La Mona Ramona, ayudada por sus compañeros, logró saltar hasta la rama de un árbol para cruzar al otro extremo del
río e ir a la escuela a pedir ayuda.

El profesor Búho tomó una cuerda y salió volando velozmente, seguido por el Burro Curro que iba trotando a toda prisa y
sobre su lomo iba montada la Mona Ramona.

Cuando llegaron al río, vieron que faltaban pocos metros para que el bote llegase a la cascada; el profesor Búho le tiró al
Burro Curro un extremo de la cuerda y el otro lo amarró al bote; le dijo a Curro de tirase lo más fuerte que pudiese y
lograron arrastrar el bote a la orilla del río.

Una vez pasado el susto, el profesor Búho y el Burro Curro les preguntaron, si es que no habían visto el letrero que
estaba junto al bote y que decía que no crucen el río aquel día porque era peligroso.

Todos respondieron que habían visto el letrero, pero que como no sabían leer muy bien; no habían prestado atención,
miraron a Curro sorprendidos de que él supiera leer. Ese día comprendieron que a la escuela no solamente se iba a jugar
y en las horas de clase con el profesor Búho, ya no era Curro solamente el que estaba atento; y en los recreos todos
jugaban con él.

AUTOR: Gaby Higashionna


PAIS: Japón
E-MAIL: mahimi9@yahoo.com
LA CURIOSIDAD NO MATA GATOS
CURIOSIDAD
Cierto día, Álvaro escuchó en la tele que "la curiosidad mató al gato". Por eso, cuando su tía
Begoña dijo muy seria que todo el mundo debería tener "curiosidad", no supo qué pensar. Quizá a
su tía no le gustaban los gatos, y quería que hubiera muchas "curiosidades" que acabasen con
todos los mininos del mundo.

Lo primero que hizo Álvaro cuando llegó a casa, fue encerrar a su gato Micifú en una caja de
cartón. No iba a consentir que cualquiera de esas "curiosidades" encontrase a Micifú y acabara
con él.

Los padres de Álvaro, extrañados de no haber visto al gato en toda la tarde, salieron al patio y le
llamaron:

-Micifú, bisbisbisbis, Micifú, bisbisbisbis.

El gato, que oyó la voz de sus dueños, comenzó a maullar dentro de la caja de cartón. El padre de Álvaro lo sacó de allí y
preguntó:

-¿Pero quién ha metido a Micifú en esa caja de cartón?

-He sido yo, papá -contestó Álvaro.

-¡No ves que casi se ahoga! ¿Por qué lo has hecho?

Álvaro contó a sus padres todo lo que había oído acerca de la "curiosidad", y éstos, después de reírse un buen rato, le
dijeron:

-La curiosidad es sólo el deseo de ver, de conocer lo que no sabemos. Es muy importante tener curiosidad por las cosas.
Y recuerda siempre que la "curiosidad" no mata gatos.

Aunque Álvaro siempre creía lo que decían sus padres, durante muchos días no perdió de vista a su gato Micifu...

AUTORA: Jose Luis Baños Vegas


PAIS: Salamanca, España
E-MAIL: jlbanosvegas@yahoo.es
SOFÍA Y EL DELFÍN
AMISTAD
Sofía era una niña muy activa, y un día que salieron de excursión a una cala en la playa, sus
padres le dijeron que no se fuera lejos, ya que podía subir la marea y era peligroso.

Se pusieron cerca de una fisura del acantilado y así disponían de una buena sombra. El padre de
Sofía dijo que iba a echar la red con el fin de pescar algo, y Sofía le dijo:

- yo también quiero pescar-

Echaron la red una y otra vez, pero no había manera de pescar nada, al cabo de una hora el padre dijo,

- Creo que esta vez he cogido algo, porque la red pesa mucho;

En efecto tenían enganchado un pequeño delfín que estaba llorando. Sofía le preguntó:

- ¿por qué lloras?

El delfín con movimientos de la cabeza, dijo que tenía algo en la boca que no le dejaba abrirla, y en efecto, se dieron
cuenta que llevaba una anilla como una pulsera por el tamaño, de plástico, enganchada en el morrito.

El padre de Sofía con mucho cuidado se la quitó para no lastimarlo y al fin quedó liberado.

El delfín se acercó a la niña y al padre y con el morrito les dio un beso dando las gracias y desapareciendo, para ir con
sus padres.

Sofía se quedó tan contenta, que le dijo a su padre si le daba la pulsera, pues se la pondría y la llevaría siempre, ya que
quería que le diera suerte, y así no habría otro delfín al que le pudiera pasar lo mismo.

Cuando se fueron a casa, Sofía iba muy contenta con su pulsera. Por la noche al ir a acostarse su madre le dijo:

- ¡mira la pulsera está cambiando de color!-

En efecto de ser blanca se transformaba en un color fluorescente azul-grisáceo, es decir, del color del delfín. Entonces,
su madre le dijo:

- creo que el espíritu del delfín estará siempre contigo y te protegerá, por tu buena acción.-

Aquella noche Sofía se fue a dormir sintiéndose muy feliz.

AUTORA: Mercedes Huertas Giol


PAIS: España
E-MAIL:

http://mercedeshuertas.blogspot.com
UGA LA TORTUGA
PERSEVERANCIA
¡Caramba, todo me sale mal!- Se lamenta continuamente Uga ,la tortuga.

Y es que no es para menos: siempre llega tarde, acaba la última sus tareas, casi nunca consigue
premios a la rapidez y, para colmo es una dormilona.

¡Esto tiene que cambiar! - se propuso un buen día harta de que sus compañeros del bosque le
recriminaran su poco esfuerzo al realizar sus tareas; y es que, había optado por no intentar
siquiera realizar actividades tan sencillas como amontonar hojitas secas caídas de los árboles en
otoño o quitar piedrecitas del camino hacia la charca dónde chapoteaban los calurosos días de
verano.

- Para qué preocuparme de hacer un trabajo que luego acaban haciendo mis compañeros?, mejor es dedicarme a jugar y
a descansar.

- No es una gran idea". Dijo una hormiguita. Lo que verdaderamente cuenta no es hacer el trabajo en un tiempo record; lo
importante es acabarlo realizándolo lo mejor que sabes pues siempre te quedará la recompensa de haberlo conseguido.

No todos los trabajos necesitan de obreros rápidos. Hay labores que requieren tiempo y esfuerzo. Si no lo intentas nunca
sabrás de lo que eres capaz de hacer y siempre te quedarás con la duda de si lo hubieras logrado alguna vez. Por ello,
es mejor intentarlo y no conseguirlo que no probar y vivir con la duda.

La constancia y la perseverancia son buenas aliadas para conseguir lo que nos proponemos; por ello, yo te aconsejo que
lo intentes. Hasta te puede sorprender de lo que eres capaz.

¡Caramba, hormiguita, me has tocado las fibras!. Esto es lo que yo necesitaba: alguien que me ayudara a comprender el
valor del esfuerzo; te prometo que lo intentaré.

Pasaron unos días y Uga se esforzaba en sus quehaceres. Se sentía feliz consigo misma pues cada día conseguía lo
poquito que se proponía porque era consciente de que había hecho todo lo posible por lograrlo.

He encontrado mi felicidad: lo que importa no es marcarse grandes e imposibles metas sino acabar todas las pequeñas
tareas que contribuyen a lograr grandes fines.

AUTOR: Juana Rosa Naranjo Santana


PAIS: Las Palmas, España
E-MAIL: tugidaq1963@hotmail.com
EL LIBRE ALEBRIJE
LIBERTAD
¿Sabes lo que es un alebrije? Un alebrije es una figura creada con un pequeño trozo de madera de
un árbol llamado "Ocotal". El artesano que lo realiza, talla este pedazo de madera, lo pinta y lo junta
con otras piezas para hacer gatos, búhos, pájaros y ¡hasta dragones!

Conocí a un artesano que hizo uno de estos dragones, al cual, después de darle forma decidió pintarlo de rojo.

-El rojo- le dijo- ¡te dará vida!

Y así fue, por que al llenarse la madera de este color, parecía que expresaba alegría. Poco a poco, el artesano le pintó
pequeñas manchitas de colores que salpicaron su cuerpo y rayas en su larga cola ¡qué divertido fue pintarlo así!

- ¡qué me ponga alas! -Pidió el alebrije- ¡qué me ponga alas!

El artesano buscó entonces, entre más trozos de madera, dos pedazos planos como las hojas, que inmediatamente
empezó a tallar, formando en ellas, picos y relieves como las escamas de los peces. Puestas las alas, el alebrije y
artesano se miraron fijamente

-¿Y ahora?- expresó el artesano - ¡has quedado tan bello que me gustaría todos te vieran volar!, no estarás en un
aparador encerrado esperando que alguien te compre y te tenga quieto como se tiene a los adornos.mejor ¡vuela ¡ ¡vuela
amigo! Eres libre.

El alebrije preguntó

-¿Libre? ¿Qué es ser libre?

- Ser libre es volar hacia donde la luz del sol te señale, sintiendo en cada latido de tu corazón la emoción de ver siempre
lo mejor de cada cosa, en cada respiro, el aroma del amor y en cada aleteo la fuerza de lograr lo que te propongas sin
dañar a los demás.Ser libre es ser amigo de las aves y cantar con ellas, de las flores y llenarse de su belleza, del aire y
acompañarlo en su camino, ser amigo de mis manos que ahora te toman para impulsarte en tu vuelo - dijo el artesano

Fue así como el alebrije empezó a volar y volar cada vez más alto ¡imagina que bonito se veía! ¿A dónde iba? Seguro
que a posarse a un árbol buscando sus orígenes.

Tan fuerte y decidido voló que sus pequeñas manchitas de colores cayeron como lluvia, llenando de sorpresa el día.

El artesano lo vio alejarse y se puso feliz de haber pintando también el cielo con la palabra: LIBERTAD.

Te cuento el final: Un buen día.el alebrije. ¡regresó!

AUTOR: Aidé Carolina Barbosa Cruz


PAIS: Oaxaca, México
E-MAIL: a_barbosa_z@hotmail.com y aide_carolinna@yahoo.com

LA RANITA FLOP
FLEXIBILIDAD

En un campo verde había una laguna muy azul. En la laguna azul flotaban redondos camalotes. En el camalote más
lindo vivía la ranita Flop.

Ese día la ranita Flop estaba muy contenta. Era su cumpleaños y su madrina le había prometido un regalo muy especial.

De pronto se oyó un fuerte: -¡Plash!- y la laguna comenzó a balancearse para un lado y para el otro.

-¡Ay!- dijo Flop -¡casi me caigo de mi camalote!

La madrina había saltado con un paquete largo, larguísimo, que sostenía con las dos manos haciendo equilibrio para no
caerse.

-¿Qué es? ¿Qué es?- dijo Flop emocionada. Y lo comenzó a abrir.

-¡Fantástico!- dijo Flop, siempre quise tener un paraguas rojo.- ¿Lo puedo probar?

-Por supuesto- dijo la madrina. Y Flop se fue de paseo con su paraguas nuevo. Saltó de camalote en camalote y llegó a
la orilla. Empezó a caminar y como el sol estaba muy fuerte descubrió que el paraguas tenía una hermosa sombra.

A la ranita Flop, le pareció fantástico.

Después el cielo se llenó de nubes negras y comenzó a soplar un fuerte viento. A la ranita Flop le costó mucho trabajo
sostener su paraguas. Parecía que el viento se lo quería arrancar de las manos. Pero. de pronto sopló con más fuerza y
¡ooooooh sorpresa!... la ranita Flop comenzó a volar.

A la ranita Flop, le pareció fantástico.

Plic, plic, plic. Empezó a caer una gota, otra y otra. Y se largó a llover muy fuerte.

-¡Qué tormenta!- dijo Flop y descubrió que sentadita debajo del paraguas se sentía protegida y seca.

Y a la ranita Flop, le pareció fantástico.

Cuando terminó la tormenta, Flop regresó a la orilla de la laguna azul. Pero. ¿Qué había pasado?... El viento había
alejado mucho a los camalotes. Ahora ¿cómo los alcanzaría?

Entonces Flop apoyó el paraguas en el agua y comprobó que flotaba. Se subió en él y descubrió que su paraguas rojo
podía ser un buen barco.

A la ranita Flop, le pareció fantástico.

Cuando llegó a su camalote, todas las ranitas la esperaban con una torta con dos velas rosas y un chocolate caliente
para compartir. Y a la ranita Flop... esto, ¡también le pareció fantástico!

AUTOR: María Mercedes Córdoba


PAIS: Argentina
E-MAIL: mmercedescf@yahoo.com.ar

MATEO Y PISPÍN
AMISTAD
Había una vez un niño de cinco años que se llamaba Mateo, era tan bajito que las mamás de sus
compañeros de clase pensaban que tenía tres años.

A Mateo no le gustaba ir al colegio porque los niños le llamaban pitufo pequeñajo y se reían de él
haciéndole rabiar.

Mientras los otros niños crecían, Mateo seguía teniendo la misma altura, él estaba muy triste.
Quería ser tan alto como los árboles, pensaba que así nadie más se reiría de él.

Un día mientras iba caminando, desde su casa a la escuela, vio de repente a algunos de sus compañeros de clase
próximos unos a otros, formando un círculo.

Cuando se aproximó pudo observar que en el centro del círculo se encontraba un pequeño agujero que había en la
acera, no más grande que una rueda de su bicicleta.

Un poco más apartada del grupo, a un metro de distancia, una niña estaba sentada en el suelo con las piernas
flexionadas, que lloraba desconsoladamente.

_ ¿Qué te pasa? Le Preguntó Mateo a la niña con mucha curiosidad.

La niña levantando la mirada y con los ojos enrojecidos de tanto llorar. Le respondió -Lloro de pena- sus manos
apretaban con fuerza una cuerda. Al ver que Mateo observaba la cuerda sin comprender de dónde venía su pena, le
siguió explicando con mucha tristeza- Mi perro se ha caído por ese agujero- dijo mientras señalaba con un dedo al suelo-
¡Nadie puede sacarlo de allí! Y ¡ tampoco él puede salir!

La niña volvió a llorar y lamentándose dijo: ¡Pobre Pispín! ¿Estará herido? ¡Ni tan siquiera ladra.!

Mateo teniendo lástima de la niña, no quiso perder tiempo, con cuidado se acercó al agujero que estaba muy oscuro, tan
oscuro que al asomarse no podía ver al pobre Pispín. Ni tan siquiera abriendo mucho los ojos.

Mateo chilló emocionado - ¡Voy a buscar a Pispín!- Sabía que él era el único que cabía por aquel agujero tan pequeño.

Sus compañeros, sorprendidos ante la valentía, de Mateo, le dijeron- ¡Podríamos atarte una cuerda alrededor de la
cintura! Ayudándote a bajar y así poder tirar de ti, cuando quieras subir.

A Mateo le pareció una buena idea y decidido, se pasó la gruesa cuerda, se acercó al agujero del suelo, aunque sintió un
poco de miedo, se metió por él y poco a poco empezó a descender por él, hasta llegar al fondo.

-¡Ya tengo a Pispín!- Gritó muy contento Mateo- ¡Podéis subirnos!-

La niña al escucharle, se levantó del suelo y se acercó al agujero sonriendo. Sus compañeros fueron tirando poco a poco
de la cuerda, con mucho cuidado hasta subir a Mateo y a Pispín, que estaba tan asustado que no movía ni la cola.

La niña, cuando vio asomarse por el agujero a Mateo y a Pispín, se abalanzó sobre ellos repartiendo grandes besos a los
dos, y con lágrimas en los ojos, esta vez de alegría y agradecimiento, le decía a Mateo: ¡Muchas gracias! ¡De no ser por
ti, nadie hubiera podido salvar a Pispín!

El resto de los niños muy contentos, subieron a hombros a Mateo gritando campeón y llevándole así hasta la escuela,
mientras le felicitaban por haber salvado a Pispín.

Nunca más nadie en el colegio volvió a reírse de Mateo por ser bajito, ser diferente fue una gran suerte. De no haber
tenido aquel tamaño, Pispín habría muerto en aquel agujero sin que nadie hubiera podido rescatarlo.

Mateo ahora acude cada día feliz al colegio, tiene muchos amigos con los que juega y se divierte. Ya no quiere ser tan
alto como los árboles, está muy contento de ser como es.
AUTORA: Fátima Mª Fernández
PAIS: Asturias, España
E-MAIL: fatima_fernandez_mendez@hotmail.com

CASANDRA Y EL CAMINO MÁGICO


AMISTAD, AMOR A LA NATURALEZA
En una gran pradera vivía una hermosa mariposa llamada Casandra. Ella y sus amigas tenían
grandes alas coloradas porque se alimentaban de florecillas rojas como las rosas, los cardenales y
los copihues. Eran muy felices posándose en las plantas de aquel valle de lindos lagos
transparentes y ríos cristalinos. Volaban todo el tiempo de un lado a otro mostrando su colorido
cuerpo, alegrando a quien pasara por aquel lugar.

Pero un día llegó un grupo de hombres portando hachas y sierras. Todos ellos asustaron a
Casandra y a las otras mariposas porque provocaron mucho ruido con sus herramientas. Los
hombres cortaron los árboles y cada flor que hallaron a su paso y al poco tiempo no existió
vegetación en aquella pradera y las aguas ya no fueron transparentes.

-¿Qué haremos ahora? No comeremos nuestras florecillas, nuestras alas estarán débiles y no podremos volar - dijo
suspirando una de las mariposas.

- No te aflijas, yo iré a buscar una nueva tierra donde existan flores que el hombre no pueda alcanzar y aguas que no
pueda contaminar- dijo con voz fuerte y firme Casandra.

Todas las otras mariposas confiaron en las palabras de Casandra y le dieron un saquito lleno de hojas que lograron
reunir para el largo viaje que emprendía la valiente mariposa.

Casandra se fue por el borde de la pradera y vio que por todos los alrededores no había ninguna flor y que el desierto
como un feroz enemigo se acercaba a su tierra. Vio a algunos insectos y pajaritos que buscaban alimento y arrojó una a
una las hojas que llevaba en el saquito. Fue entonces que muy triste y asombrada con el paisaje café y seco observó un
camino muy largo, en el que no veía ni principio ni fin. Se acercó a él y grande fue su sorpresa cuando el camino le
habló:

- No vueles tan alto para que converses conmigo. Nadie anda por mi ruta porque me ven muy largo y sin final. ¿Por qué
me has elegido?

- Porque busco un lugar lleno de flores para mis amigas y para mí. Mi tierra la han destruido varios hombres y ya no
tenemos que comer y tampoco donde posarnos. Muchas de mis amigas morirán si no encuentro otro lugar para vivir y te
he elegido a ti porque pienso que los hombres que han dañado mi tierra no tomarán el camino más largo y así viviremos
seguras y felices por mucho tiempo- dijo Casandra.

En un segundo, el camino se hizo muy angosto y pareció ser una flecha que indicaba un lugar.

-Ahí está la tierra que buscas linda mariposa. Has elegido el camino más largo por amor a tus compañeras mariposas y
muy pocos han dejado sus huellas en mi ruta. Yo soy el camino mágico y te llevo al lugar que deseas con flores de todos
los colores, aguas cristalinas y muchos amigos con los que puedan jugar y volar todas tus amigas.

Así Casandra y sus amigas fueron muy felices y todos comprendieron que ella había logrado su objetivo gracias al amor
que tenía por sus compañeras.

AUTOR: Alejandra Planet Sepúlveda


PAIS: Chile
E-MAIL: ALEJANDRAPLANETS@HOTMAIL.COM

UN CONEJO EN LA VIA
COMPASIÓN
Daniel se reía dentro del auto por las gracias que hacia su hermano menor Carlos.

Iban de paseo con sus padres al Lago Rosado. Allí irán a nadar en sus tibias aguas y elevarán sus
nuevas cometas. Será un día de paseo inolvidable.

De pronto el carro se detiene con un brusco frenazo. Daniel oye a su padre exclamar con voz
ronca:! Oh mi Dios, lo he atropellado ¡.

¿A quien, a quien¿ , le pregunta Daniel. No se preocupen, responde su padre. No es nada..

El auto inicia su marcha de nuevo y la madre de los chicos prende la radio y se escucha una
canción de moda en los parlantes. Cantemos esta canción, dice mirando a los niños en el asiento
de atrás

La mamá comienza a tararear una tonada. Pero Daniel mira por el vidrio trasero y vé tendido sobre
la carretera el cuerpo de un conejo adulto.

Para el carro papi ¡, gritó Daniel. Por favor, detente.

¿ Para qué ¿ , responde su padre. El conejo, le dice , el conejo allí en la carretera, herido ¡

Dejémoslo, dice la madre, es solo un animal,

No, no, para, para.

Si papi, no sigas , añade Carlitos. Debemos recogerlo y llevarlo al hospital de animales. Los dos niños se ven muy
preocupados y tristes.

Bueno, esta bien. Y dando vuelta recogen al conejo herido.

Pero al reiniciar su viaje son detenidos un poco mas adelante por una radiopatrulla de la policía vial y les informan que
una gran roca ha caído sobre la carretera por donde iban, cerrando el paso.

¡ De no habernos devuelto por el conejo, seguramente esta enorme piedra hubiera caído sobre nosotros ¡ dijo el padre.
Oh Dios, dice la madre, mil gracias por habernos protegido. Y gracias a ti también amiguito, añadió mirando al blanco y
peludo acompañante que descansaba en las piernas de los niños.

En la clínica veterinaria le colocan unas inyecciones y vendajes al pobre animalito. Debes cuidarlo en tu casa unos días y
darle de comer verduras y agua pura, le dijo el medico veterinario a Daniel.

Así lo haré, responde.

Quinces días después el conejo se recupera y los padres de Daniel lo adoptan como mascota para felicidad de los dos
chicos.

AUTOR: Alvaro Jurado Nieto


PAIS: Colombia
E-MAIL: ajurado@metrotel.net.co

PIRATAS EN APUROS
AMOR A LA NATURALEZA

HABÍA UNA VEZ, NO HACE MUCHO TIEMPO ATRÁS, EN UNA HERMOSA ISLA, SALPICADA
POR OLAS DANZARINAS Y DECORADA CON FLORES MULTICOLORES Y CON ALTAS
PALMERAS LLENA DE COCOS, VIVÍAN UNOS PIRATAS BUENOS, QUE LES GUSTABA
NAVEGAR, PESCAR Y JUGAR EN LA SUAVE Y DORADA ARENA DE LA PLAYA.

UNA MAÑANA, JUAN, JOSÉ Y PEDRO, QUE ERAN LOS PIRATAS MÁS PASEANDEROS,
DECIDIERON SALIR CON SU PEQUEÑA BARCA A DISFRUTAR DE LAS AGUAS CRISTALINAS
QUE BRILLABAN EN EL SOLEADO DÍA DE VERANO.

NAVEGARON UN POQUITO PARA EL NORTE, OTRO POCO PARA EL SUR, UN RATO PARA AQUÍ Y OTRO RATO
PARA ALLÁ.

A LA TARDECITA, CUANDO EL SOL COMENZABA A ESCONDERSE, EMPRENDIERON EL REGRESO.

PERO FALTANDO POQUITO PARA LLEGAR, ALGO TERRIBLE LES SUCEDIÓ.CHOCARON CON UNA ENORME
PIEDRA QUE ESTABA SUMERGIDA.

¡QUÉ SUSTO! ¡QUÉ HORROR! LA BARQUITA EMPEZÓ A HUNDIRSE. LOS PIRATAS ATERRORIZADOS
COMENZARON A GRITAR PIDIENDO AUXILIO. ¡SOCORROOOOO! ¡SOCORROOOOO!... ¡SOCORROOOOO!

UNOS MONOS, QUE JUSTO EN ESE MOMENTO ESTABAN JUGANDO A LAS ESCONDIDAS ENTRE LAS
PALMERAS, ESCUCHARON EL PEDIDO DE AYUDA Y FUERON CORRIENDO A AVISARLES A LOS OTROS
PIRATAS DE LA ISLA.

PRONTO, BUSCARON UNA SOGA BIEN LARGA Y SE LA ARROJARON.

JUAN LA RECIBIÓ, MIENTRAS RÁPIDAMENTE, JOSÉ Y PEDRO LA ATARON AL TIMÓN.

DESDE LA COSTA, MONOS Y PIRATAS TIRARON. TIRARON.. Y TIRARON HASTA QUE LOS LLEVARON A LA
ORILLA, PONIÉNDOLOS A SALVO.

LOS TRES PIRATAS DIERON LAS GRACIAS A CADA UNO QUE LOS AYUDÓ, Y COMO ESTABAN TAN
CONTENTOS CON SUS AMIGOS, DECIDIERON HACER UNA GRAN FIESTA DE DISFRACES, POR SUPUESTO QUE
LOS MONOS FUERON LOS INVITADOS ESPECIALES.

Y COLORÍN COLORADO ESTÁN TODOS DISFRAZADOS.

AUTORA: Mabel Edith Rybecky de Pacini


PAIS: Argentina
E-MAIL: Mabel_ry@hotmail.com

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