Uga la tortuga
- ¡Caramba, todo me sale mal!, se lamenta constantemente Uga, la tortuga.
Y es que no es para menos: siempre llega tarde, es la última en acabar sus tareas, casi nunca consigue
premios a la rapidez y, para colmo es una dormilona.
- ¡Esto tiene que cambiar!, se propuso un buen día, harta de que sus compañeros del bosque le
recriminaran por su poco esfuerzo al realizar sus tareas.
Y es que había optado por no intentar siquiera realizar actividades tan sencillas como amontonar
hojitas secas caídas de los árboles en otoño, o quitar piedrecitas de camino hacia la charca donde
chapoteaban los calurosos días de verano.
- ¿Para qué preocuparme en hacer un trabajo que luego acaban haciendo mis compañeros? Mejor es
dedicarme a jugar y a descansar.
- No es una gran idea, dijo una hormiguita. Lo que verdaderamente cuenta no es hacer el trabajo en
un tiempo récord; lo importante es acabarlo realizándolo lo mejor que sabes, pues siempre te quedará
la recompensa de haberlo conseguido.
No todos los trabajos necesitan de obreros rápidos. Hay labores que requieren tiempo y esfuerzo. Si
no lo intentas nunca sabrás lo que eres capaz de hacer, y siempre te quedarás con la duda de si lo
hubieras logrados alguna vez.
Por ello, es mejor intentarlo y no conseguirlo que no probar y vivir con la duda. La constancia y
la perseverancia son buenas aliadas para conseguir lo que nos proponemos; por ello yo te aconsejo
que lo intentes. Hasta te puede sorprender de lo que eres capaz.
- ¡Caramba, hormiguita, me has tocado las fibras! Esto es lo que yo necesitaba: alguien que me
ayudara a comprender el valor del esfuerzo; te prometo que lo intentaré.
Pasaron unos días y Uga, la tortuga, se esforzaba en sus quehaceres.
Se sentía feliz consigo misma pues cada día conseguía lo poquito que se proponía porque era
consciente de que había hecho todo lo posible por lograrlo.
- He encontrado mi felicidad: lo que importa no es marcarse grandes e imposibles metas, sino acabar
todas las pequeñas tareas que contribuyen a lograr grandes fines.
FIN
FÁBULA DE LA LIEBRE Y LA TORTUGA, SOBRE EL ESFUERZO
En el mundo de los animales vivía una liebre muy orgullosa y vanidosa, que no cesaba de pregonar
que ella era la más veloz y se burlaba de ello ante la lentitud de la tortuga.
- ¡Eh, tortuga, no corras tanto que nunca vas a llegar a tu meta! Decía la liebre riéndose de la tortuga.
Un día, a la tortuga se le ocurrió hacerle una inusual apuesta a la liebre:
- Sí, sí, a ti, dijo la tortuga. Pongamos nuestras apuestas y veamos quién gana la carrera.
Así que todos los animales se reunieron para presenciar la carrera. El búho señaló los puntos de
partida y de llegada, y sin más preámbulos comenzó la carrera en medio de la incredulidad de los
asistentes.
Astuta y muy confiada en si misma, la liebre dejó coger ventaja a la tortuga y se quedó haciendo
burla de ella. Luego, empezó a correr velozmente y sobrepasó a la tortuga que caminaba despacio,
pero sin parar. Sólo se detuvo a mitad del camino ante un prado verde y frondoso, donde se dispuso a
descansar antes de concluir la carrera. Allí se quedó dormida, mientras la tortuga siguió caminando,
paso tras paso, lentamente, pero sin detenerse.
Cuando la liebre se despertó, vio con pavor que la tortuga se encontraba a una corta distancia de la
meta. En un sobresalto, salió corriendo con todas sus fuerzas, pero ya era muy tarde: ¡la tortuga había
alcanzado la meta y ganado la carrera!
Ese día la liebre aprendió, en medio de una gran humillación, que no hay que burlarse jamás de los
demás. También aprendió que el exceso de confianza es un obstáculo para alcanzar nuestros
objetivos. Y que nadie, absolutamente nadie, es mejor que nadie
Esta fábula enseña a los niños que no hay que burlarse jamás de los demás y que el exceso de
confianza puede ser un obstáculo para alcanzar nuestros objetivos.
Si conoces alguna otra fábula para niños y quieres compartirla con nosotros y los demás padres,
estaremos encantados de recibirla.
CARRERA DE ZAPATILLAS: CUENTO INFANTIL SOBRE LA
AMISTAD
Había llegado por fin el gran día. Todos los animales del bosque se levantaron temprano porque ¡era
el día de la gran carrera de zapatillas! A las nueve ya estaban todos reunidos junto al lago.
También estaba la jirafa, la más alta y hermosa del bosque. Pero era tan presumida que no quería ser
amiga de los demás animales.
La jiraba comenzó a burlarse de sus amigos:
- Ja, ja, ja, ja, se reía de la tortuga que era tan bajita y tan lenta.
- Jo, jo, jo, jo, se reía del rinoceronte que era tan gordo.
- Je, je, je, je, se reía del elefante por su trompa tan larga.
El zorro llevaba unas zapatillas a rayas amarillas y rojas. La cebra, unas rosadas con moños muy
grandes. El mono llevaba unas zapatillas verdes con lunares anaranjados.
La tortuga se puso unas zapatillas blancas como las nubes. Y cuando estaban a punto de comenzar la
carrera, la jirafa se puso a llorar desesperada.
Es que era tan alta, que ¡no podía atarse los cordones de sus zapatillas!
Y todos los animales se quedaron mirándola. Pero el zorro fue a hablar con ella y le dijo:
- Tú te reías de los demás animales porque eran diferentes. Es cierto, todos somos diferentes, pero
todos tenemos algo bueno y todos podemos ser amigos y ayudarnos cuando lo necesitamos.
Entonces la jirafa pidió perdón a todos por haberse reído de ellos. Y vinieron las hormigas, que
rápidamente treparon por sus zapatillas para atarle los cordones.
Y por fin se pusieron todos los animales en la línea de partida. En sus marcas, preparados, listos,
¡YA!
Cuando terminó la carrera, todos festejaron porque habían ganado una nueva amiga que además
había aprendido lo que significaba la amistad.
Colorín, colorón, si
quieres tener muchos
amigos, acéptalos
como son.
FIN
EL LEÓN Y EL RATÓN. FÁBULA SOBRE EL VALOR
Después de un largo día de caza, un león se echó a descansar debajo de un árbol. Cuando se estaba
quedando dormido, unos ratones se atrevieron a salir de su madriguera y se pusieron a jugar a su
alrededor. De pronto, el más travieso tuvo la ocurrencia de esconderse entre la melena del león, con
tan mala suerte que lo despertó. Muy malhumorado por ver su siesta interrumpida, el león atrapó al
ratón entre sus garras y dijo dando un rugido:
-¿Cómo te atreves a perturbar mi sueño, insignificante ratón? ¡Voy a comerte para que aprendáis la
lección!-
El ratón, que estaba tan asustado que no podía moverse, le dijo temblando:
- Por favor no me mates, león. Yo no quería molestarte. Si me dejas te estaré eternamente agradecido.
Déjame marchar, porque puede que algún día me necesites –
- ¡Ja, ja, ja! – se rió el león mirándole - Un ser tan diminuto como tú, ¿de qué forma va a ayudarme?
¡No me hagas reír!.
Pero el ratón insistió una y otra vez, hasta que el león, conmovido por su tamaño y su valentía, le dejó
marchar.
Unos días después, mientras el ratón paseaba por el bosque, oyó unos terribles rugidos que hacían
temblar las hojas de los árboles.
Rápidamente corrió hacia lugar de donde provenía el sonido, y se encontró allí al león, que había
quedado atrapado en una robusta red. El ratón, decidido a pagar su deuda, le dijo:
- No te preocupes, yo te salvaré.
Y el león, sin pensarlo le contestó:
- Pero cómo, si eres tan pequeño para tanto esfuerzo.
El ratón empezó entonces a roer la cuerda de la red donde estaba atrapado el león, y el león pudo
salvarse. El ratón le dijo:
- Días atrás, te burlaste de mí pensando que nada podría hacer por ti en agradecimiento. Ahora es
bueno que sepas que los pequeños ratones somos agradecidos y cumplidos.
El león no tuvo palabras para agradecer al pequeño ratón. Desde este día, los dos fueron amigos para
siempre.
MORALEJA:
- Ningún acto de bondad queda sin recompensa.
- No conviene desdeñar la amistad de los humildes.
LA CIGARRA Y LA HORMIGA. FÁBULA SOBRE EL ESFUERZO
La cigarra era feliz disfrutando del verano: El sol brillaba, las flores desprendían su aroma...y la
cigarra cantaba y cantaba. Mientras tanto su amiga y vecina, una pequeña hormiga, pasaba el día
entero trabajando, recogiendo alimentos.
- ¡Amiga hormiga! ¿No te cansas de tanto trabajar? Descansa un rato conmigo mientras canto algo
para ti. – Le decía la cigarra a la hormiga.
- Mejor harías en recoger provisiones para el invierno y dejarte de tanta holgazanería – le respondía
la hormiga, mientras transportaba el grano, atareada.
Hasta que un día, al despertarse, sintió el frío intenso del invierno. Los árboles se habían quedado sin
hojas y del cielo caían copos de nieve, mientras la cigarra vagaba por campo, helada y hambrienta.
Vio a lo lejos la casa de su vecina la hormiga, y se acercó a pedirle ayuda.
- Amiga hormiga, tengo frío y hambre, ¿no me darías algo de comer? Tú tienes mucha comida y una
casa caliente, mientras que yo no tengo nada.
- Dime amiga cigarra, ¿qué hacías tú mientras yo madrugaba para trabajar? ¿Qué hacías mientras yo
cargaba con granos de trigo de acá para allá?
Moraleja: Quien quiere pasar bien el invierno, mientras es joven debe aprovechar el tiempo.
FIN
CHULLA CHAQUI
El chulla chaqui es el diablo burlón de los bosques de la selva, que suele aparecerse a
la gente en forma de animal o de mismo hombre, para engañarla y llevarla al fondo
de la selva. Sin embargo, cuando se transforma en hombre es fácil reconocerle,
porque uno de sus pies es como de una criatura recién nacida o como raíz de árbol o
como pata de jaguar, aunque el condenado, procura ocultar ese pie de cualquier
modo. Además, se delata por el fuerte olor a chivo que despide, y la gente, entonces,
ya se halla en guardia: reza y hace cruces con los dedos o con ramas. Pero son a los
niños, generalmente, a los que rapta.
Cuentan así mismo los pobladores, que en Aymayarí, un bello pueblo enclavado en la
selva del Departamento de San Martín a un Km. aproximadamente de la población, se
encuentra la guarida o casa de los Chullachaquis. Relatan que un día a horas de la
tarde un muchacho llamado Nicolás, después de haber bebido una gran cantidad de
masato decidió ir a al chacra para ayudar a su padre quien se encontraba realizando
las labores agrícolas. Al pasar por el referido lugar, improvisadamente se le presentó
una persona igualita a su padre y sin dejarlo avanzar le dijo; "He venido a esperarle,
sígueme vamos a la chacra".
El muchacho un poco sorprendido obedeció al ver que era su padre y siguió
caminando junto con su inesperado acompañante por un camino bastante ancho
pero a medida que iban avanzando el camino se hacía cada vez más angosto. En ese
trayecto sorpresivamente se detuvo y le dijo: "Hasta aquí te he acompañado, tú te
quedas y yo me voy, y desapareció del lugar, riendo burlonamente. Recién el
muchacho se dio cuenta que se encontraba perdido en un enorme bosque y por más
que busco el camino para regresar a su casa no lo encontró. Al darse cuenta los
familiares que Nicolás no se encontraba ni en su casa ni en la chacra, de inmediato
salieron a buscarlo, logrando localizarlo después de cuatro días de intenso trajín. Pero
Nicolás nunca más regreso a su hogar.
LA RUNA MULA
La Runa Mula, es una mujer casada que tiene relaciones
sentimentales con el cura. Ésta, en las noches de los martes
y viernes, toma la forma de una blanca y hermosa mula, la
misma que es montada por un pequeño jinete con látigo en
la mano. Cuando éste llegaba a la casa de la mujer, ella se
revolcaba por el suelo y al instante quedaba convertida en
mula.
La gente sabía entonces que había allí una mujer que
mantenía relaciones prohibidas.
Entonces, los más valientes, perseguían al animal
encantado para ver en qué casa se metía o hacia donde se
dirigía cuando terminaba el encantamiento. La infiel
descubierta, tenía que ser llevada ante un buen curandero
para que la curara, mediante baños y sesiones de
Ayahuasca, liberándola del hechizo que sufría por mantener
amores prohibidos.
EL TUNCHI
Es el espíritu de los muertos, que regresan del
otro mundo a cumplir alguna penitencia o el alma
de los que van a morir y están recogiendo sus
pasos antes de abandonar la tierra. Estas almas
en pena, son en tes etéreos que se anuncian a los
vivos con un silbido lúgubre muy característico,
con la resonancia de sus pisadas o con ruidos de
las cosas o muebles que tocan causando temor y
espanto a los que escuchan. Algunas veces los
tunchis se materializan bajo la forma de espectros
o fantasmas de blancas vestiduras, que se
desplazan a baja altura sin tocar el suelo.
EL YACURUNA
El Yacuruna es un Dios Mitológico de las
profundidades de los ríos y lagos amazónicos.Rapta a
las bellas y sensuales nativas ahogándolas en placer,
convertido en un bello hombre las conduce a su
vivienda en las profundidades de las aguas para que
nunca más regresen.
Según la mitología amazónica El Yacuruna es
semejante al Dios Neptuno de la mitología Griega.
Sus suburbios naturales son los peces y reptiles
acuáticos, al dormir en el fondo de las aguas jamás
cierra un ojo.
EL EXPLORADOR DE LA SELVA
Con tan solo ocho años, Luis se había convertido en el niño explorador más famoso
del mundo. Era conocido por haber descubierto nuevas especies de insectos,
nuevas especies de plantas y maravillosos parajes escondidos en medio de la
inhóspitas selva. En su canal de Youtube, Luis colgaba los vídeos de sus increíbles
aventuras.
Cuando llegó el final del curso, Luis tenía muchas cosas por hacer. Entonces, se dio
cuenta de que la condición para que pudiera seguir con su programa era pasar de
curso. Y no solo era una condición de sus padres, sino que la productora del
programa también se lo exigía. Y es que Luis era un modelo para otros niños, de
modo que no podía repetir curso.
A Luis le entraron las prisas por terminar todo, pero era demasiado tarde. Y
cuando llegó el día de presentar los trabajos y hacer los exámenes, Luis se
encontró con que no podía pasar de curso.
Pero el pingüino era muy cabezota y tenía muy claro lo que quería.
- Mañana me iré -dijo-. Voy a dormir un poco para reponer fuerzas.
A la mañana siguiente, el pingüino se fue de polizón aprovechando que zarpaba un
barco de científicos que habían estado estudiando las costumbres de los pingüinos
en el Polo Norte.
Tardó mucho en llegar a la selva, pero lo consiguió. Pero cuando llegó ya estaba
medio muerto. Apenas había comido en los últimos días y estaba reseco.
En un último esfuerzo por sobrevivir, se metió en una charca a bañarse, pero el
agua estaba tan caliente que el pingüino tuvo que salir en cuanto se metió.
- Tendré que comer algo -pensó el pingüino. Pero por allí no había nada que el
pingüino pudiera comer.
Pero los pingüinos son bastante lentos caminando. Era imposible que saliera de allí
con vida. Entonces…
- ¡Despierta, despierta, pájaro bobo! Si quieres irte tendrás que hacerlo ya. Hay un
barco a punto de marcharse y podrás irte de polizón en él.
Era uno de sus amigos. No estaba de acuerdo con su decisión, pero, a pesar de
ello, la respetaba.
- ¿Sabes qué? -dijo el pingüino-. He cambiado de idea. Puede que esté harto de
pasar frío, pero aquí tengo a mi familia, a
mis amigos, tengo comida, agua y ya
conozco todos los peligros a los que me
expongo.
- Entonces, ¿te quedas? -preguntó su
amigo.
- ¡Me quedo!
Y así fue como el pingüino que quería vivir
en la selva cambió de opinión. Desde
entonces disfruta mucho más del frío, de
los baños y de los peces que come.
EL REY DE LA SELVA
Había una vez una selva en la que gobernaba un león tirano y avaricioso que tenía
sometidos a todos los animales. Ni siquiera sus consejeros y ministros leones
estaban de acuerdo con él, pero por temor a su ira obedecían y hacían cumplir las
normas y los castigos.
Las normas del rey león eran tan estrictas que a los animales ni siquiera se les
permitía abandonar la selva. El castigo por intentar fugarse era terrible. Los que
eran capturados intentando huir eran encerrados y azotados. Su familia y sus
amigos corrían la misma suerte.
El rey león cada vez era más tirano y cruel. Pero no había en la selva animal capaz
de imponerse a su poder. Su fama se había extendido a todo el mundo animal. Pero
nadie tenía valor para ir a derrocar al tirano.
Pero todo cambió el día que un nuevo animal llegó a la selva. Se trataba de un
majestuoso y elegante tigre que había huido de un zoo y que no había oído nada de
lo que pasaba en esa selva.
Cuando el tigre llegó fue a ver al rey león a presentarse y a contarle su historia
para pedirle asilo. El rey león, al verlo tan majestuoso y joven, pensó que sería un
buen aliado para seguir sometiendo a sus súbditos.
El tigre aceptó el trabajo. Pero cuando vio la tiranía y la crueldad con la que el rey
trataba a los animales decidió que no iba a seguir así.
-No me he escapado del zoo para esto -pensó el tigre-. No dejé de ser preso para
convertirme en carcelero. Tengo que ayudar a estos pobres animales.
El tigre, aprovechando su puesto de poder, reunió a algunos animales para derrocar
al rey león.
Entre todos consiguieron sacarlo del trono y meterlo en las mazmorras que había
creado para los demás.
-Ahora tú serás nuestro rey -le dijeron los animales.
El tigre se sintió muy honrado de que esos animales le concedieran ese honor, que
aceptó sin dudarlo.
Pero con el tiempo, el rey tigre empezó a
exigir cada vez más a sus súbditos y a ser
más tirano y cruel.
Los animales de la selva no estaban
dispuestos a pasar por lo mismo otra vez y
se reunieron para sacar al rey tigre del
trono.
-No cometeremos el mismo error esta vez -
dijo el orangután que había liderado el
ataque-. A partir de ahora, elegiremos a
nuestro líder una vez al año, y ninguno
podrá repetir.
El rey tigre fue el último rey tirano de esa
selva. Desde entonces no volvió a haber
ningún abusón gobernando la selva. Y si a
alguno se le ocurría pasarse de la raya había
siempre alguien valiente dispuesto a sacarlo
de allí.
EL LEÓN REFUNFUÑÓN
Liono era un león muy grande y con muy mal genio. Era tan grande y fuerte que nunca
necesitaba ayuda para ir a cazar y siempre tenía lo que quería. Le gustaba ir solo por la selva y
nunca hablaba con casi nadie. El resto de animales de la selva se quedaban muchas veces sin
comida porque Liono siempre se llevaba casi todo y nunca compartía nada. Cuando se
acercaban a hablar con él, Liono refunfuñaba y les rugía para que se alejaran. Cuando llegó el
invierno, hacía tanto frío que todos los animales tenían que refugiarse en algún sitio calentito
hasta que llegara la primavera. Liono, como era el más grande y fuerte, se había quedado con
el mejor refugio. Todos los inviernos se iba a vivir a una cueva que había en unas rocas en la
que no hacía frío y pasaba todo el invierno calentito comiéndose su comida. El resto de animales
construían refugios con madera, ramas y hojas, pero ese invierno llovió tanto que el agua
destrozó casi todos los refugios que había en la selva. Todos los animales estaban muy
preocupados ante la situación y estaban muertos de frío. ¡Sólo había una solución! Tendrían que
hablar con Liono para que les dejara vivir con él en la cueva. Entonces, un día fueron todos a la
cueva de Liono y le dijeron: - Liono, el agua y el viento ha destruido todos nuestros refugios. En
la selva no quedan más sitios donde podamos vivir. ¿Nos dejarías venir a vivir contigo?
Pero Liono, muy refunfuñón y maleducado, no permitió que los animales se quedasen en la
cueva y rugió tanto que los espantó a todos asustándolos mucho.
Los animales no sabían qué hacer. Estaba lloviendo mucho y hacía tanto frío que era imposible
vivir en mitad de la selva. Tenían que encontrar un refugio urgentemente.
Entonces, tuvieron una genial idea: - ¡Construyamos un refugio grande y resistente entre todos!
Los elefantes pueden mover las rocas más grandes, las jirafas pueden coger las ramas más
altas y fuertes y entre todos lograremos encontrar todo lo que necesitamos – dijo uno de los
tigres de la selva. Así, todos los animales se pusieron manos a la obra. Unos buscaron piedras y
madera, otros consiguieron cemento, otros encontraron grandes rocas y entre todos empezaron
a construir un refugio donde poder vivir en invierno.
Trabajaron mucho durante un montón de días, pero por fin, tanto esfuerzo mereció la pena: -
¡Hemos terminado! ¡Hemos terminado! – gritaban todos muy contentos
Todos los animales se fueron al nuevo refugio a vivir. Allí jugaban, cantaban y comían todos
juntos compartiendo todo lo que tenían. Y lo más importante, es que estaban refugiados del
frío, la lluvia, la nieve y el viento durante todo el invierno.
Un día, los animales escucharon unos ruidos muy fuertes fuera del refugio. Eran truenos de una
gran tormenta que traía tanto viento y lluvia que estaba arrasando con todo. Surgieron enormes
ríos que recorrían toda la selva llevándose a su paso todos los arbustos, árboles y todo lo que el
agua encontraba en su camino. El río tenía mucha fuerza y llegó hasta la cueva de Liono, que
aunque era un refugio fuerte, no estaba preparado para resistir a la tromba de agua de un río
tan grande. El león tuvo que salir nadando de su cueva y no sabía dónde ir. Estaba muy
asustado y nadó y nadó pidiendo auxilio. Pero entonces, un grupo de animales asomados a una
de las ventanas del refugio lo vieron y le gritaron: - ¡Liono!¡Por aquí! ¡Intenta venir al refugio y
estarás a salvo! Liono nadó con todas sus fuerza. Estuvo a punto de no conseguirlo pero los
animales hicieron una cadena entre ellos cogiéndose de las patas y de esa forma lograron llegar
hasta donde estaba Lionio para salvarlo de la terrible corriente de agua. Cuando Lionio llegó al
refugio con el resto de los
animales se sentía muy
avergonzado. - Gracias por
vuestra ayuda. No me la
merecía después de como os
traté la vez que vinisteis a mi
cueva a preguntarme si os
podíais quedar allí. Pero sin
embargo me habéis salvado.
Muchas gracias.
El león refunfuñón dejó de
serlo y se convirtió en un león
muy simpático que aprendió
que es mejor compartir y
ayudarse unos a otros.
EL LORO DE LAS AMÉRICAS
En un valle lleno de árboles y animales de todo el mundo llegó un loro desde muy
lejos arrastrado por fuertes vientos. Se posó en la rama de una secuoya gigante y
miró preocupado a su alrededor. ¡No conozco a nadie! Tendré que buscar amigos
que me ayuden a conocer los caminos y a conseguir algo de comida.
El lorito voló posándose de árbol en árbol hasta que vio a lo lejos a un grupo de
ardillas que charlaban animadamente y decidió fijarse en lo que decían a un
conejito que pasaba por allí:
- Oye tú conejo ¿A qué hora es la Asamblea de animales? Jajaja
El conejo les contestó muy serio y se fue. Al loro no le gustó que utilizaran esas
forma de hablar al conejito, no lo saludaron y no fueron educados, incluso se rieron
de él... pero recordó aquello de "allí donde estés haz lo que veas". Además él era
un loro profesional y por lo tanto le repetía todo lo que oía.
El león miró al loro primero con cara de sorpresa y después con cara de enfado.
- GRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR, ¿Cómo te atreves a hablarme así,
maleducado? Si veo que me vuelves a hablar así me comeré tus plumas.
- Perdona no te entiendo, yo solo
repito lo que oigo.
- Querido amigo si quieres ser sabio,
antes de repetir todo lo que oigas o
veas piensa si a ti mismo te gustaría
que te dijeran o te trataran como lo
que has visto.
El león, que estaba por allí paseando, se acercó a ellos y les dijo que él había
viajado desde la selva africana hasta ese bosque y que había sido una experiencia
fantástica. Los otros animales se empezaron a animar y decidieron organizar como
sería el viaje.
El señor oso contó al resto que a él le haría ilusión viajar en tren, coger su
sombrerito azul y montar en el asiento de al lado de la ventanilla para poder ver
tranquilamente todo el paisaje mientras el sol se reflejaba en su cara y se sentía
feliz porque conocería al llegar un sitio nuevo.
La señora rana escuchaba al osito y pensaba cómo haría ella el viaje y llegó a la
conclusión que lo que más le gustaría sería viajar en avión. Ella, que siempre
estaba pegando saltos entre la tierra y el agua, no se imaginaba como sería volar y
eso le hacía ilusión. Cruzar entre las nubes, flotar aunque fuera dentro de una
nave. El trayecto, además, podría ser más corto. Ella no se veía ya haciendo un
viaje muy largo en un tren.
La señora cebra, al contrario que ellos, creía que para una vez que iba a viajar
quería que el trayecto fuera toda una experiencia y supusiera un esfuerzo. Ella se
veía viajando a otro lugar en bicicleta. Además una bicicleta de color rojo como la
que veía usar al señor cartero cuando se pasaba por las casas cerca del bosque. Se
imaginaba el viento dándole en la cara, haciendo paradas para poder disfrutar de
cada pueblito no sólo conocer el nuevo lugar.
A medida que iban hablando el cielo escondía el sol y dejaba paso para que salieran
las estrellas y la luna. Nuestros amigos seguían imaginando imaginando hasta que
el señor oso miró para el resto sorprendido:
-¿Qué comida traes, Lomo? Eso es muy grasiento, una bolsa de patatas no es
comida para comer a mediodía. Es normal que estés cansado cada poco. La comida
es lo que nos da la energía para hacer las tareas del día a día si tu energía no es
buena estarás cansado y te pondrás enfermo con facilidad.
Al año siguiente ya tenía once, mis padres estaban poniéndose de acuerdo de a donde viajaríamos estas
vacaciones, les suplique que fuéramos de nuevo a África a ver al tigre de la selva, ellos aceptaron, pronto
empacamos nuestras maletas y ya estábamos en el avión. Me advirtieron que este sería un recorrido
más intenso y diferente, no entendí a qué se referían.
Al montarnos en el autobús, este tenía camuflaje, vi unas escopetas a los costados, supuse que era por
precaución. El primer animal que vimos fue al tigre, estaba muy emocionado, de pronto el instructor tomó
la escopeta y apuntó:
– ¿Qué haces? – le dije alterado – Esto es un viaje de caza, dime que esperabas ver. Observa bien el
gatillo de esta escopeta – escuché a la bala certera clavarse en la cabeza del tigre.
– ¡Me quiero ir! – les grité a mis padres, no lo podía creer le habían disparado al tigre de la selva.
No hablé en todas las vacaciones con mis padres a excepción de lo necesario, volvimos a casa en una
semana, ellos quisieron enmendar su error y me invitaron a ir al zoológico, lo acepté.
El zoológico es uno de los lugares más triste que conocí, hay pocos animales que en verdad mantienen
correctamente su forma de vida, están amontonados y sin espacio para correr y ser felices. El tigre de la
selva estaba encerrado en una jaula, no se movía y parecía sumamente triste.
Desde ese instante aprendí una valiosa lección: cada animal debe vivir en su hábitat natural, no
puedes obligar a los animales a estar encerrados en una jaula, solo porque te parecen bonitos y
debes respetar su agresividad.
EL DIABLO DE LA CATEDRAL
El diablo que existe en la catedral de Arequipa vino de Francia, de acuerdo
al legado de la señora Javiera Lizárraga de Álvarez Comparet. Dicen que
como Dios, el diablo está en todas partes, pero en bulto y con cola agárrense
feligreses, está nada menos que en la catedral de Arequipa que debe ser uno
de los lugares del mundo, tal vez el único, en que una imagen da Satanás se
luce al interior de una iglesia.
Si bien la imagen del amo del infierno no recibe veneración pública, cabeza
y cuerpo con alas y cola enroscada de serpiente, esta hermosa’ obra de
ebanistería se mandó construir por disposición testamentaria de la señora
Javiera Lizárraga de Álvarez Comparet, de los talleres de Buisine — Rigot
en Lille (Francia) el arequipeño Don Juan Mariano de Goyeneche y Gamio,
quien por los tiempos en que se fabricaba el pulpito era ministro
plenipotenciario del Perú, en Francia, fue el encargado de gestionar la feliz
culminación de la obra que fue terminada después de 15 meses de trabajo y
a un costo de 25,000 Francos (Gracias señora Javiera), lo curioso del caso
es que el pulpito estuvo apto para traerse a Arequipa el Fatídico año de
1879. y cuando ya habían llegado a Francia las noticias de la guerra que el
Perú sostenía contra Chile, no sabemos cómo «cosas del Diablo» decían mi
abuela en medio de la guerra, con los puertos peruanos asediados y
bloqueados, con las rutas marítimas súper vigiladas, etc.
LA SIRENA DEL PUENTE DE FIERRO
Este largo puente con estructura de fierro fue una obra de Eiffel, además
nuestro puente es el más largo de Sur América, cuenta la leyenda que existe
una sirena debajo de este puente, es la la hija de la sirena que vive en el
puente Bolognesi, en este puente, pegado al risco hay una piedra grande
donde vive esta sirena.
Fue así que cuando contemplaba a su pueblo desde las alturas del Marabamba, sintió
que lentamente su cuerpo se transformaba en piedra, entonces, viéndose perdido y
antes que su cabeza se petrificara, con un grito que se escuchaba a muchas leguas,
ordenó que Pillco Huayta huyera hacia la selva para librarse de la cólera de su padre.
El Amaru, volteó el rostro hacia la selva, se levantó en ligero vuelo y al encontrar a la
princesa a orillas de un caudaloso río, sentenció que se convirtiera en una enorme
montaña para que la desobediencia de mabos jóvenes quedar a manera de una leccion
para la posteriedad. Hoy, podemos apreciar a estas dos figuras en eterno reposo: a
Pillco Mozo, en Huánuco y a Pillco Huayta (Bella durmiente), en Tingo María".
EL TORO DE ORO, ENIGMA OCULTO DE JATUN UCHCU
Jatun Uchcu, es considerado hoy no solo un lugar turístico, sino un yacimiento de increíbles historias
contadas por los pobladores, y que hasta ahora no ha podido ser explorada con intensidad, debido a
su profundidad (la falta de oxígeno) y su peligrosidad que desalienta al explorador e investigador a
estudiarla. Todos los que han tratado de ingresar, aseguran haber oído hablar que en el fondo hay un
toro de oro amarra-do a un frondoso árbol de naranjo, cuyos frutos son también de oro y que está
rodeado de hombres petrificados y que es vigilado por un indio de vestidura reluciente. Se dice que
este personaje, en las noches de tranquilidad y luna llena, sale a la superficie a tocar su quena con una
delicada melancolía. Manuel Nieves Fabián, en su libro «Mitos y Leyendas de Huánuco» nos relata:
«Se cuenta que una noche, un hombre que había salido de su casa, volvió y gritando: ‘¡Encanto!,
¡Encanto!, ¡vengan todos! En el cerro hay un hombre como si fuera de plata, brilla como la luna y
hasta empaña la vista. ¡Vengan!, ahí está tocando su quena y bailando sobre una piedra. Al escuchar
los gritos salieron corriendo sus familiares y sus vecinos, pero no vieron a nadie, sólo la luna
alumbraba como si fuera de día.
El hombre no se explicaba cómo había desaparecido tan rápido e intrigado se quedó toda la noche
para ver si aparecía nuevamente. Al amanecer, se dirigió a la casa de Tayta Allico para que le
explicara sobre el hombre de Jatun Uchcu. El anciano le respondió contando la siguiente historia: El
hombre que aparece sobre la puerta de Jatun Uchcu, allá, hace muchos años atrás, había matado a su
padre. En castigo, la justicia le condenó a veinte años de cárcel. Cuando se encontraba en prisión se
le presentó el demonio y le propuso libertad con la única condición, que al morir su alma le serviría
de esclavo. El hombre ni corto ni perezoso aceptó la propuesta y en un abrir y cerrar de ojos, fue
puesto en libertad. Cuando ya se encontraba libre, nuevamente se le apareció el demonio para
recordar-le el compromiso pactado.
El hombre aprovechó este momento para desconocer al demonio y negar todo tipo de contrato...El
diablo ante la desfachatez del hombrecito, sumamente irritado lo cargó sobre sus hombros y lo
condujo a Jatun Uchcu. Allí le condenó para que eternamente cuidara los tesoros enterrados en las
entrañas, y lo sacrificó.
A partir de esa fecha, el condenado saca al campo a pastar al toro de oro en las noches de luna llena,
mientras él toca su quena...En una ocasión, una mujer sorprendió al hombrecito tocando su quena y
se enamoro de él, pero el diablo que no quería la felicidad de su esclavo, condujo a la mujer a Ichic
Uchcu y la enterró viva. Desde entonces, cada vez que se escucha el sonido de la quena, la mujer sale
a bailar y los
enamorados tratan
inútilmente de juntarse.
Teniendo como
argumento este relato
muchos han tratado de
apoderarse de los tesoros
de Jatun Uchcu, pero en
sus intentos se han
convertido en piedras. Se
dice que los hombres
petrificados están a la
espera de alguien más
fuerte que logre vencer
al vigilante esclavo y a
su patrón para
devolverles la vida.
LA BELLA DURMIENTE, Pillco Huayta
símbolo natural de Tingo María y que la leyenda la identifica como la
princesa NUNASH, transmitida de generación en generación; la leyenda se
refiere también a un joven llamado CUYNAC que atravesando la selva de
los Huánucos, se enamoró de la princesa Nunash, los dos llegaron a amarse
y Cuynac levantó un palacete en un lugar cercano a Pachas que le puso el
nombre de Cuynash en honor de su amada. Vivieron un tiempo felices,
rodeados de vasallos, pero su felicidad quedó truncada cuando fueron
atacados por el padre de la princesa: Amaru, convertido en un monstruo en
forma de culebra. Cuynac se valió de su hechicería y convirtió en mariposa
a Cuynash y él se transformó en piedra. Ella en su nuevo estado, voló hacia
la selva y retornó con ayuda para combatir al mounstro Amaru. Los
enemigos fueron vencidos, Cuynac, entonces trató de recuperar su forma
humana sin conseguirlo, pero ella si pudo retornar a su forma humana y
buscó inútilmente a Cuynac. Cansada se sentó cerca de la piedra en que
Cuynac quedó convertido y ella se quedó dormida. Mientras dormía,
escuchó en sus sueños la voz de su amado que decía: "Amada no me
busques, mi voluntad fue pedir a los dioses que me convirtiera en piedra y
mi pedido fue complacido y ahora soy sólo una piedra, destinada a
permanecer en este estado para toda la vida. Si tú en realidad me has
querido y me sigues queriendo todavía; deseo que permanezcas a mi lado
toda la vida sobre este cerro y que en las noches de luna aparezca ante la
mirada de la gente como la mujer en actitud de estar durmiendo". Nunash
siempre en sueños, aceptó la propuesta de su amado y quedó convertida en
piedra, lo que hoy es la figura de la "Bella Durmiente".
EL BUFEO COLORADO
Al delfín rosado del Amazonas la gente lo llama, simplemente, bufeo
colorado y así lo distinguen de sus otros hermanos que son de color gris. La
leyenda de que el bufeo, como ser o duende “encantado” que es, puede
transformarse en un hombre “gringo” al que le gustan las mujeres jóvenes y
bas. Así, con esa apariencia, suele presentarse a la fiesta en la que participa
la chica elegida. Como viajero de paso, baila y enamora a la muchacha,
invita a beber a todos los participantes y así se gana la simpatía general.
Pero él no come ni menos bebe licor, porque si se emborracha, se rompería
el encantamiento y se descubriría quién es.
Asustados, llorando de pena decían cómo no ser aves para poder volar
donde mamá. Y el dueño del monte tuvo pena y los convirtió en avecitas y
ellos volaron, pero cuando llegaron a su pueblo vieron que ya nadie vivía,
todos habían muerto. Desde entonces no dejan de volar y volar, y cuando se
posan en lo alto de un árbol, cansados de buscar a su madre, hacen oír su
canto lastimero ayaymamá... ayaymamá...
La leyenda del Ayaymama, narra el abandono de dos niños en la selva tras
perder a la mamá. La madrastra y el papá dejan a su suerte a los menores en
la montaña simulando un paseo. Los niños se volvieron en pajaritos y en
una noche de luna volaron hasta el techo de la casa de la madrastra y
emitieron su canto:
Por esta razón se cree que los jaguares melánicos, totalmente negros o
yanapumas son mensajeros del más allá o poderosos brujos capaces de
tomar forma humana e incluso icarar o maldecir la comida desde lejos.
Estos otorongos negros son temidos por esa razón.
FÁBULA INFANTIL: EL MÉDICO IGNORANTE
Érase un enfermo al que muchos médicos habían asegurado que,
aunque no estaba en peligro, su mal sería de larga duración; pero
había un médico ignorante que le dijo que tomara todas sus
disposiciones porque no pasaría del día siguiente.
Al cabo de algún tiempo, el enfermo se levantó y salió pálido y
caminando con dificultad. Nuestro médico le encontró y le dijo:
-¿Cómo están, amigo, los habitantes del infiemo?
- Tranquilos - contestó -, porque han bebido el agua del Lecteo.
Pero últimamente Hades y la Muerte proferían terribles amenazas
contra los médicos porque no dejan morir a los enfermos, y a todos
los apuntaban en su libro. Iban a apuntarte a tí también, pero yo me
arrojé a sus pies jurándoles que no eras un verdadero médico y
diciendo que te habían acusado sin motivo.
Moraleja: Ten cuidado con los que pretenden arreglar tus
problemas sin tener preparación para ello.
LA PALOMA Y LA HORMIGA. FÁBULA CON MORALEJA
PARA LOS NIÑOS
Obligada por la sed, una hormiga bajó a un arroyo;
arrastrada por la corriente, se encontró a punto de morir
ahogada.
Una paloma que se encontraba en una rama cercana observó
la emergencia; desprendiendo del árbol una ramita, la arrojó
a la corriente, montó encima a la hormiga y la salvó.
La hormiga, muy agradecida, aseguró a su nueva amiga que
si tenía ocasión le devolvería el favor, aunque siendo tan
pequeña no sabía cómo podría serle útil a la paloma.
Al poco tiempo, un cazador de pájaros se alistó para cazar a
la paloma. La hormiga, que se encontraba cerca, al ver la
emergencia lo picó en el talón haciéndole soltar su arma.
El instante fue aprovechado por la paloma para levantar el
vuelo, y así la hormiga pudo devolver el favor a su amiga.
FÁBULA INFANTIL: EL HERRERO Y SU PERRO
Un herrero tenía un pequeño perro, que era un gran favorito para su
amo, y su compañero constante.
Mientras él martilleaba sus metales el perro permanecía dormido;
pero cuando, por otra parte, el herrero iba a la comida y comenzaba
a comer, el perro se despertaba y meneaba su cola, como pidiendo
una parte de su comida.
Su amo un día, fingiendo estar enojado y golpeándolo suavemente
con su palo, le dijo:
-¡Usted pequeño holgazán desgraciado! ¿qué le haré? Mientras
martilleo en el yunque, usted duerme en la estera; y cuando
comienzo a comer después de mi trabajo duro, usted se despierta y
menea su cola pidiendo el alimento. ¿No sabe usted que el trabajo
es la fuente de cada bendición, y que ninguno, sólo aquellos que
trabajan tienen derecho a comer?
Moraleja: Quien no trabaja, no come.
FÁBULA INFANTIL: EL NÁUFRAGO
Navegaba un rico ateniense en una nave junto con otros pasajeros.
De pronto, a causa de una súbita y violenta tempestad, empezó
rápidamente a hacer agua el navío.
Y mientras los demás pasajeros, con su esfuerzo, trataban de
salvarse a nado, el rico ateniense, invocando a cada instante a la
diosa Atenea, le prometía efusivamente toda clase de ofrendas si
por su medio lograba salvarse.
Uno de los náufragos que lo oía a su lado le dijo:
- Pide a Atenea, pero también a tus brazos.
Moraleja: Cuando pidas ayuda en tus problemas, primero
demuestra que ya estás trabajando para solucionarlos.
EL VIENTO DEL NORTE Y EL SOL