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1. Introducción:
El trabajo desarrollado en los centros sanitarios y en los hospitales tiene características diferenciadoras de
otras actividades laborales, sobre todo en el campo de los riesgos laborales; por tanto, los trabajadores
sanitarios se exponen a multitud de factores de riesgo de muy distinta naturaleza.
La Ley de Prevención de Riesgos Laborales (Ley 31/1995, del 8 de Noviembre) es el marco de las acciones
preventivas en las empresas de España y la norma principal sobre la prevención de riesgos laborales.
2. Riesgos Laborales
Por riesgos laborales entendemos aquellas situaciones que producen alteraciones de la salud, llegando
incluso a ocasionar su pérdida como consecuencia de las condiciones en que se ejerce un trabajo.
Según los cambios que produce el trabajo, hablamos de riesgos químicos, físicos, biológicos, psíquicos y
sociales.
Debido a la evolución tecnológica, se usan cada vez mayor número de sustancias químicas de las que se
desconoce, en ocasiones, los efectos sobre la salud. Los contaminantes químicos se incorporan al ambiente
pudiendo lesionar a personas que entran en contacto con él.
Las formas de entrada de los contaminantes químicos en el cuerpo son por vía: respiratoria, dérmica, digestiva
y/o parenteral. Cuando el tóxico actúa, el organismo puede responder de distintas formas:
INTOXICACIÓN AGUDA : hay una rápida absorción del tóxico en escaso tiempo de
exposición, o la concentración del tóxico es muy elevada.
INTOXICACIÓN SUBAGUDA : los síntomas no aparecen hasta que el tóxico penetre en
el organismo tras estar varios días expuesto al mismo.
A) ÓXIDO DE ETILENO:
El óxido de etileno es un gas que se utiliza como esterilizante en el hospital por su capacidad
antimicrobiana; por tanto, lo podremos encontrar en el servicio de esterilización.
Es fácilmente inflamable ante oxígeno o aire, estando por tanto completamente prohibido fumar o
encender una llama en su proximidad, y pasa de líquido a temperatura ambiente a gas, dando una
reacción explosiva en algunas ocasiones.
Este tóxico puede producir alteraciones varias en el organismo de los profesionales sanitarios
expuestos a este gas por su trabajo, siendo algunas de las más comunes alteraciones
gastrointestinales, alteraciones respiratorias, alteraciones neurológicas, alteraciones hematológicas y
alteraciones electrocardiográficas; puede producir también alergias, cataratas, conjuntivitis y múltiples
cosas más. A dosis altas puede llegar incluso a provocar la muerte. Las medidas de protección más
adecuadas contra su toxicidad son:
B) CITOSTÁTICOS:
Los citostáticos son fármacos que se usan principalmente para el tratamiento del cáncer, por lo que es
fácil encontrarlos en el hospital. Se consideran tóxicos pues su función es matar células de
reproducción rápida, algo característico de las células cancerosas pero que también es aplicable a otro
tipo de células del cuerpo, como las células epiteliales.
Es por ello que en un trabajador expuesto a este tipo de sustancias los citostáticos pueden ocasionar
diversas alteraciones, como dermatitis, mucositis, quemaduras, alergias, náuseas, vómitos, alopecia,
cefaleas, prurito, nefrotoxicidad, hepatotoxicidad y cardiotoxicidad, además de ser teratogénicas.
Conviene recordar que no todos los citostáticos provocan estos efectos, si no que dependiendo del tipo
de fármaco así será el efecto que provoque.
Las medidas de protección básicas a adoptar contra este tipo de tóxicos han de ser:
1. Medidas Ambientales:
Manipulación del fármaco en cabina de flujo laminar vertical, con extracción de aire al
exterior. De este modo evitaremos el vernos expuestos al tóxico.
Cambios de filtro de modo frecuente.
Información de los riesgos que supone el trabajar con ese tipo de sustancias.
Los residuos en forma de excretas del paciente tratado con citostáticos, serán tratados
con las mismas medidas de protección antes mencionadas; hay que tener en cuenta
que, aunque el fármaco haya sido utilizado en el paciente, la cantidad de fármaco que
elimina su organismo aún sigue siendo lo bastante activa como para resultar tóxica.
Los residuos de citostáticos en forma de frascos o demás tipo de objetos contaminados
serán recogidos por una empresa especializada para que procedan a su eliminación de
modo correcto.
En tercer lugar , se recogerán los restos del tóxico vertido con paños absorbentes
y se procederá a lavar la zona con agua y detergente.
C) GASES ANESTÉSICOS:
Los gases anestésicos son fármacos utilizados en quirófano por el anestesista para conseguir la
inducción y en el mantenimiento de la anestesia general, lo cual consiguen gracias a su capacidad de
deprimir el SNC.
Hoy por hoy no está demostrado su poder carcinogénico, pero sí se ha comprobado que pueden
provocar alteraciones celulares, malformaciones congénitas en el feto, abortos, alteraciones de la
conducta, problemas de psicomotricidad y alteraciones hepáticas y renales.
Las medidas de protección para evitar la exposición del trabajador a este riesgo laboral irán dirigidas
hacia:
Sistemas de ventilación de los quirófanos, de manera que permitan la renovación del aire
ambiental unas 15 veces cada hora.
A dosis altas, este producto químico es tóxico, y se sospecha que incluso puede ser cancerígeno. Su
uso es mayoritariamente industrial (ej: tintes, detergentes, maquillajes...). En el hospital lo podemos
encontrar como conservante utilizado en el servicio de Anatomía Patológica y como producto
desinfectante de los aparatos hemodializadores en la unidad de Diálisis.
Por tanto, el formaldehido afecta a la salud de los trabajadores, pudiendo causar irritación de las vías
respiratorias superiores, manifestada por la presencia de tos y disnea, y puede provocar dermatopatías.
Las medidas de protección contra este producto se clasificarán según afecten a:
1. La fuente de exposición:
2. El ambiente de trabajo:
3. El personal expuesto:
A) CALOR:
B) RUIDO:
Su efecto principal es una sordera de escasa intensidad, pero con una exposición intensa y prolongada
se puede dar la muerte celular. El ruido causa además un aumento de la TA y de frecuencia
respiratoria, con una pérdida de la concentración y de la atención. Tambien ocasionará irritabilidad,
estrés, falta de concentración, e insomnio, aunque lo principal es la hipoacusia.
Se debe prevenir o reducir el origen del ruido y su transmisión para evitar los problemas enumerados
anteriormente, por lo que aquellos trabajadores expuestos a un ruido excesivo deberá usar cascos,
auriculares o tapones, para mitigar el ruido.
C) VIBRACIONES:
Es un riesgo presente en el hospital por el manejo de sillas de ruedas y traslado de camas y camillas.
Puede causar desde alucinaciones visuales hasta alteraciones neuromusculares y osteoarticulares. Es
importante una prevención técnica y médica sin olvidarnos de la protección del personal (ej: usando
guantes antivibratorios).
D) RADIACIONES IONIZANTES:
El personal que va a presentar una exposición más importante a las radiaciones ionizantes es el que
trabaja en los servicios de radioterapia, medicina nuclear, radiodiagnóstico o laboratorio.
El uso de dosímetros, para poder medir a qué cantidad de radiaciones ionizantes está
expuesto el trabajador.
El limitar las dosis radiológicas a las mínimas imprescindibles.
E) RADIACIONES NO IONIZANTES:
El riesgo que presentan las radiaciones ionizantes de producir efectos secundarios es bajo. Para una
mejor comprensión, clasificaremos las radiaciones ionizantes en los siguientes grupos:
Las medidas preventivas de los efectos provocados por las radiaciones ultravioletas se basan, como en
los demás casos, en el uso de unas instalaciones adecuadas y ventiladas, en la formación e
información de los trabajadores y en los exámenes médicos periódicos del personal expuesto.
Los riesgos biológicos son los más frecuentes en el medio laboral sanitario, en el cual la exposición a
material biológico conlleva el riesgo de adquisición de múltiples enfermedades infecciosas siendo
destacables por su importancia las Hepatitis B y C, el VIH y la Tuberculosis, y pudiendo incluir todo un
abanico de enfermedades menos perniciosas como pueden ser infecciones urinarias y enfermedades
exantemáticas (sarampión, varicela,...)
Los microorganismos patógenos pueden llegar hasta el trabajador por diversas vías de transmisión:
Vía sanguínea o por piel y mucosas: pinchazos, cortes, heridas... (VIH, Hepatitis
B y C).
Mientras el pinchazo es el accidente laboral biológico más frecuente, la sangre y sus derivados son los
materiales más implicados y más susceptibles de provocar una infección al trabajador.
Hay profilaxis (vacunas, gammaglobulina, quimioprofilaxis) para algunas enfermedades, por lo que a los
trabajadores expuestos se les suele facilitar la opción de vacunarse para evitar estos riesgos; para otro
tipo de riesgos biológicos sólo son útiles las medidas físicas o químicas y los equipos de protección.
Según el trabajo que desarrolle el personal del hospital, existe más riesgo que en otros departamentos,
y también se producen distintos tipos de accidentes:
A) SIDA (VIH):
El VIH (virus de inmunodeficiencia humana), entra en las células de defensa del organismo, siendo su
objetivo principal los linfocitos T4, y normalmente permanece latente ("dormido") durante años, hasta
que es activado, por distintos motivos aún en estudio, e inicia su multiplicación dentro de la célula (los
linfocitos T4) y la destrucción de la misma una vez multiplicado, ocasionando una brutal caída de las
defensas del organismo, lo que provoca un aumento de la aparición de enfermedades; en este
momento empezamos a hablar de SIDA (síndrome de la inmunodeficiencia adquirida).
Es conveniente diferenciar muy bien el VIH del SIDA, ya que por SIDA entendemos la presencia de una
o varias enfermedades debidas a la inmunodeficiencia producida por el VIH. Su transmisión puede
producirse en tres direcciones:
La sangre (fluido causante de un 85% de la transmisión del VIH en el medio sanitario), el semen, las
secreciones vaginales, el líquido cefalorraquídeo, el líquido pleural, el líquido sinovial, el líquido
amniótico, el líquido pericárdico, el líquido peritoneal, los órganos y los tejidos donados y leche materna
son fluidos transmisores del VIH. Las lágrimas, el sudor, la orina, las heces, el esputo, el sudor y los
vómitos sólo transmiten el VIH si contienen sangre.
Cuando se produce una exposición accidental del trabajador a sangre u otros fluidos biológicos
contaminados por el VIH, deberán seguirse toda una serie de medidas de aplicación general:
Nunca se debe apretar la zona para que aumente la salida de sangre , pues lo
único que conseguiremos será que llegue más sangre a la zona y que, por tanto, la
absorción de la sangre o líquido inoculado a través del objeto punzante sea mayor. Por
el mismo motivo, no se debe de utilizar un desinfectante no antiséptico como
la lejía , pues lo único que conseguiremos será quemar la zona y aumentar la
absorción de los tejidos dañados.
B) HEPATITIS B (VHB):
En condiciones normales, si se produce una exposición perinatal, sexual y/o percutánea, el tratamiento
es con inmunoglobulina hiperinmune y vacunación. Para el personal sanitario expuesto se aconseja, por
tanto, la vacunación como medida preventiva, dada la alta incidencia que presenta el contagio por esta
enfermedad en el ámbito hospitalario, y la administración de inmunoglobulina ANTI-HB en caso
de que existiese contacto con el virus.
C) HEPATITIS C (VHC):
A) TUBERCULOSIS (TBC):
Es primordial la prevención, el diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado de todos los casos de TBC,
siendo conveniente recordar que en la actualidad se está viviendo un nuevo brote de TBC, debido a que
las personas VIH positivas tienen mayor prevalencia de esta enfermedad, al tener bajas las defensas.
Existen una serie de medidas preventivas contra la TBC que deberán ser realizadas para evitar su
rápida propagación:
Ante paciente enfermo de TBC, las visitas estarán restringidas , debiendo ser
muy estrictos en el cumplimiento de este punto.
Cuando haya que entrar en la habitación del paciente afectado de TBC, será
obligatorio el uso de mascarilla .
B) GRIPE:
La gripe es una enfermedad viral muy frecuente en los centros hospitalarios y es causa de un gran
absentismo laboral. Para evitar todos los trastornos que ocasiona esta enfermedad, lo principal es su
prevención mediante la vacunación anual de la población de riesgo, para minimizar sus efectos y evitar
también los picos de ingresos que provoca la estación de la gripe. Por tanto, serán susceptibles de
vacunación:
Trabajadores sanitarios.
Personas de 65 años en adelante.
C) TÉTANOS:
Esta enfermedad tiene una incidencia baja y cada vez menor. Su aparición suele verse facilitada en
presencia de lesiones externas profundas, fracturas óseas abiertas, úlceras, quemaduras, inyecciones,
mordeduras y arañazos de animales tanto domésticos como en libertad, uso de material invasivo
contaminado (fómites) por el agente causal del tétanos y extracciones dentales con presencia de
infección (flemón).
Cuando hablamos de precauciones universales nos referimos a una serie de medidas que todo
trabajador tiene que tomar ante cualquier tipo de paciente. Debemos recordar que cualquier persona
puede padecer cualquier enfermedad. Los principios estándar englobados dentro de este bloque son:
3. Todas las heridas que presente el trabajador deberán de estar cubiertas con
apósitos impermeables durante la jornada laboral; si se producen en las manos, se
procederá al uso de guan tes.
4. LAVADO DE MANOS, ANTES Y DESPUÉS DE ATENDER A CADA PACIENTE,
y con una duración de 20 segundos de fricción con agua y jabón antiséptico. Si el
lavado de manos es el primero de la jornada laboral, deberá durar al menos un
minuto.
Los guantes se usarán como norma general cuando existan lesiones en las
manos del trabajador, cuando se maneje sangre, fluidos con sangre y
objetos contaminados con sangre o fluidos orgánicos.
9. Los objetos que estén en contacto con sangre, tejidos, ropas, etc, se
considerarán contaminados y serán de un solo uso; si esto no es posible, se
esterilizarán tras su uso, previa eliminación de los restos orgánicos que pueda
presentar.
Cuando hablamos de riesgos psíquicos, debemos pensar que los principales riesgos ante los que nos
podemos encontrar son la carga mental y el estrés psicosocial que puede padecer el trabajador durante
la jornada laboral.
La carga mental depende de la cantidad de información que recibe el trabajador durante su jornada
laboral, la cual deberá procesar y dar una respuesta correcta para evitar un daño sobre el paciente.
Para evitar una sobrecarga provocada por exceso de información, el ritmo de trabajo debe ser
adecuado, nunca sobresaturado, y la información recibida deberá ser clara y concisa. Una sobrecarga
ocasiona una fatiga psicológica, que interferirá en el trabajo del individuo.
El estrés psicosocial produce una tensión en el individuo que altera su equilibrio interno, causando
efectos psicológicos y fisiológicos, que pueden llegar incluso a ocasionar problemas de absentismo
laboral, a causa de bajada de defensas y facilidad para enfermar o el caso más común, una subida
excesiva de la tensión arterial.
Por todo lo que acabamos de comentar sobre los riesgos psíquicos, entendemos que estamos ante un
problema de importancia, y que por tanto será importante prevenirlo y controlarlo mediante una serie de
medidas, como las que siguen a continuación:
Llamamos riesgos sociales a aquellos que aparecen ante una situación de frustración por parte, del
paciente y sobre todo de sus familiares, que acaban por desarrollar una actividad agresiva hacia el
trabajador. Esta agresividad puede enfocarse a tres tipos diferentes:
Una respuesta agresiva de un paciente con alguna enfermedad mental es menos peligrosa que la
causada por una persona sana, ya que de ésta última no se espera una agresión, por lo que no se han
tomado las precauciones necesarias.
2.6. Resumen de los principales riesgos laborales):