Está en la página 1de 51

Confundidos por el azar (1)

Guardado en: Azar, Bolsa, Confundidos por el azar, Libros, Nassim Taleb, Probabilidad
— Babalum @ 12:02 am

Este es un excelente libro de Nassim Taleb, que aclara muchas


ideas sobre la suerte o el azar y hasta que punto solemos
confundirlo con lo que llamamos “éxito”. Hará tambalear a más
de uno. Es una pena que no exista una traducción al castellano.

Capítulo1. ¿Si eres tan rico, porque no eres más listo?

La historia comienza con la leyenda del encuentro entre Solón y


Creso. Solón, un griego muy sabio, visitó un día a Creso el rey
de Lidia y por aquél entonces considerado el hombre más rico de su tiempo. Creso
preguntó a Solón si le consideraba el hombre más feliz del mundo. Sin dejarse
impresionar por sus riquezas Solón vino a decir que eso no se podría saber hasta su
muerte ya que la vida da muchas vueltas y para poder estar seguros habría que esperar
hasta el final. Según la leyenda, Creso, a punto de ser quemado en la hoguera, se
acuerda de Solón y reconoce la sabiduría de sus palabras. Según Taleb, la sabiduría de
Solón se fundaba en tres puntos:

• Aquello que se obtiene gracias a la buena fortuna se pierde con facilidad,


mientras que lo que se obtiene con poca intervención del azar suele ser más
resistente a pérdidas repentinas.
• Los eventos que parecen muy improbables en un momento dado pueden ocurrir
y de hecho ocurren en más ocasiones de las que nos gusta creer. Taleb los llama
“eventos raros” o “cisne negro”.
• No importa la probabilidad de un evento si sus consecuencias son demasiado
costosas para afrontarlas.

La historia de Nero Tulip

Un buen día Nero Tulip presencia una escena protagonizada por un joven treintañero
que después de saltarse todas las normas de tráfico, deja su Porsche en doble fila en la
puerta del impresionante edificio de la bolsa de Chicago, siendo éste conducido
seguidamente al parking subterráneo por un elegante aparcacoches uniformado. En ese
mismo instante Nero Tulip tiene una visión que le atraviesa como un rayo y decide
cambiar su vida. Abandona lo que prometía ser una aburrida carrera en el mundo
académico por el mundo de la bolsa.

Dicho y hecho. Nero encuentra una plaza de aprendiz en la bolsa de Chicago y poco a
poco va ascendiendo por distintos escalafones desde agente de bolsa hasta operar en su
propia empresa de inversión.

Quince años después del episodio con el treintañero, Nero es capaz de tomar decisiones
que implican cientos de millones de dólares en un abrir y cerrar de ojos y está encantado
con la emoción y aventura que le proporciona su profesión.
No obstante, Nero no es ni de lejos tan rico como otros de sus colegas. Su estilo de
inversión se podría calificar como conservador. No utiliza jamás estrategias de alto
riesgo y jamás se expone a perder más de un millón de dólares por muy minúscula que
sea la probabilidad de que eso ocurra. Para él eso significaría volver al insoportable
tedio universitario al cual no quiere volver bajo ningún concepto.

En más de una ocasión durante esos años, Nero ha visto como los fondos de inversión
asignados a su cuenta eran recortados a favor de otros compañeros que obtenían
rendimientos muy superiores con estrategias de mayor riesgo.

Por otra parte, también ha presenciado muchos de esos compañeros arruinados y


expulsados de la profesión después de suceder uno de esos eventos tan improbables
como desastrosos. Nero prefiere perder un poco cada día y esperar ese momento para
llevarse lo que la gran mayoría, amparada en sus cálculos probabilísticos, ha perdido.

Otro de los motivos por los cuales Nero no es tan rico como sería de esperar es que
nunca juega con sus ahorros. Sus ahorros están invertidos en bonos del tesoro. Su
pequeña fortuna no está basada en acciones que han doblado su valor y
consecuentemente ésta tampoco está a merced de un desplome de los mercados.

Nero estaba satisfecho, su trabajo le dejaba tiempo para sus aficiones y cuando llegara
el momento tenía garantizado un retiro sin tener que sacrificar su estilo de vida. Todo
hubiese sido perfecto si no hubiese sido por su vecino John.

John vivía justo enfrente de Nero en una casa mucho más grande que la suya y poseía
varios coches de lujo. Se dedicaba a la bolsa igual que Nero pero invertía en productos
de alto riesgo.

Cada día Nero estaba expuesto a los insultantes lujos de su vecino y al mismo tiempo
iban creciendo sus sentimientos de envidia. Su mayor error fue entablar conversación
con John, ya que a partir de aquel día aumentó su sensación de ser menospreciado por
aquél vecino.

Lo que más inquietaba a Nero era que John no brillaba precisamente por su cultura ni
por su inteligencia pero sus ingresos anuales debían superar en varios múltiplos los
suyos.

Nero empezaba a sentirse atrapado en la red de la competitividad social y se daba


cuenta de ello. Empezó a estudiar el tema y dio con los curiosos estudios de Kahneman
y Tversky.

Supongamos las siguientes alternativas:

• Ganar 70.000 USD al año en un entorno donde la mayoría gana 60.000 USD.
• Ganar 80.000 USD al año en un entorno donde la mayoría gana 90.000 USD.

La mayoría de gente elige la primera opción a pesar de ser el segundo salario superior al
primero.
Para tranquilizarse, Nero solía pensar que John simplemente había tenido suerte y que
en su gran ignorancia no sabía que la mayoría de veces lo que se debe al azar suele
llevárselo el siguiente golpe de mala suerte que acecha a la vuelta de la esquina.
Pobrecito.

Mientras tanto John pensaba que su vecino era un snob intelectual y un perdedor.

Transcurrieron algunos años y un buen día al salir de casa Nero Tulip vio a su vecino
abatido en su jardín. No llevaba su habitual traje y por su postura y movimientos Nero
supo al instante que había sido despedido. John había perdido todo lo que poseía y a
ojos de Nero el destino le había devuelto al lugar al que pertenecía.

Nero no pudo evitar una leve y malsana alegría aunque ante todo sintió que sus teorías
acerca del azar eran confirmadas. Nunca más, se prometió, sentiría envidia ante
energúmenos engreídos simplemente porque no conocían la estructura de lo aleatorio y
de los ciclos del mercado.

¿Se puede juzgar a una persona sólo en base a su riqueza o resultados? Algunas veces
quizás, pero no siempre. Veremos más adelante que el éxito de una gran mayoría de
ejecutivos no es en esencia diferente que dardos lanzados al azar.

No obstante, éstos casi nunca son conscientes del papel que juega el azar en sus vidas.
Es más, el éxito hace que se comporten como si lo merecieran. Se les nota en sus
posturas, sus movimientos, en la voz, en su serenidad, autoconfianza y credibilidad.

Gracias a estos signos de éxito estas personas son percibidas como líderes y parece ser
que, según teorías evolucionistas, éste tipo de comportamiento está relacionado con las
ventajas del macho “alpha” en el apareamiento.

El ciclo se retroalimenta y continúa hasta que un día la fortuna les abandona y se inicia
el ciclo contrario.

A continuación el autor introduce el concepto de resistencia al azar. Para ello es


necesario no valorar únicamente los resultados conocidos sino la totalidad de resultados
posibles si se repitieran los sucesos un millón de veces.

La mayoría de gente piensa en la probabilidad solamente en relación al futuro, tomando


como 100% probables los hechos ya pasados. Esto es completamente erróneo y lleva a
conclusiones equivocadas.

Comparemos el caso de un dentista que se gana la vida con cierta holgura con el caso de
alguien que vive a todo lujo gracias a que le ha tocado la lotería.

Si ambos repitieran su vida un millón de veces el abanico de posibles resultados para el


primero oscilaría probablemente entre tener una consulta en un buen barrio a estar
empleado en alguna clínica dental, mientras que el segundo pasaría la mayoría de su
vidas de forma humilde y gastándose una fortuna en billetes de lotería.
Dos Historias Alternativas

Como es sabido, una alternativa, o decisión, en cualquier aspecto de la vida, no puede


juzgarse solamente por los resultados, sino por sus costes. No obstante, sólo parecen
percatarse de esto los perdedores, pues los afortunados atribuyen su éxito a la calidad de
su elección. En lo que sigue llamaremos historias alternativas a todas las diferentes
alternativas de eventos que pueden ocurrir.

La Ruleta Rusa
Pudiéramos ilustrar el concepto de historias alternativas imaginando que un excéntrico
nos ofrece $ 10 millones por jugar a la ruleta rusa. Si el revolver tiene capacidad para
seis balas, cada disparo se contará como una historia (de seis posibles con la misma
probabilidad) cinco de las cuales conducen a la riqueza y sólo una a la muerte. Ganar
significa obtener la admiración de todos, pero, a qué costo. Consecuentemente, teniendo
en cuenta las historias alternativas, $10 millones obtenidos mediante el juego no tienen
el mismo valor que $10 millones obtenidos mediante el trabajo, pues su dependencia
desigual de la aleatoriedad los distingue cualitativamente. No obstante, durante mis 15
años en Wall Street, he visto que el público observa los aspectos externos de la riqueza
sin vislumbrar la fuente (a esta fuente le llamamos el generador).

Una ruleta aún peor


La realidad es una ruleta aún peor. Al ofrecer muchas más posibles historias
alternativas, después de varias pruebas la gente se olvida del peligro gracias a un falso
sentimiento de seguridad, que nombraremos “problema del cisne negro”. Este
problema está relacionado con otro denominado denigración de la historia, según el
cual los jugadores, inversores, etc., creen que lo que sucede a otros no necesariamente
tiene que sucederle a ellos. También, a diferencia de la ruleta rusa, donde el riesgo es
claramente visible, nadie ve el cañón de la realidad, es decir, el generador es raramente
visible, ocurriendo que se pierdan de vista los riesgos.

Buenas relaciones con los compañeros


La actuación de la aleatoriedad en la vida propia es por completo inobservable, de aquí
que la resistencia a la aleatoriedad sea una idea abstracta, pues juzgar los
acontecimientos con una óptica probabilística radica en considerar qué podría
probablemente haber ocurrido. No obstante tampoco hay que exagerar y llegar al
extremo de algunos agentes de bolsa que se vuelven inesperadamente introspectivos
respecto a la aleatoriedad y llegan a ignorar completamente la que realmente ocurrió.
Por ejemplo, durante una cena con un colega, tiramos una moneda para ver quién
pagaría. Yo perdí y pagué, pero cuando iba a darme las gracias me dijo: “de acuerdo con
tu libro dirías que desde el punto de vista probabilístico yo he pagado la mitad”.En 1980
Wall Street estaba lleno de negociantes sin formación estadística, que cayeron como
moscas cuando los instrumentos financieros y los productos ganaron en complejidad, de
modo que dudo que aún se mantengan allí muchos de los cientos de MBAs que conocí
entonces.
Salvación vía AEROFLOT

La década de 1990 fue testigo de la llegada de gente más interesante y con mejor
formación. Esto amenizó considerablemente las salas de bolsa. Llegaron aviones enteros
de científicos, principalmente físicos, algunos incluso con mucho éxito en sus
respectivos campos de investigación.

Todos ellos vinieron con el objetivo de hacerse ricos y propiciaron la tendencia a


profundizar en análisis complejos. Poco a poco fue aumentando la demanda de
científicos en Wall Street. Rusos, franceses, chinos e indios, (en ese orden) comenzaron
a predominar en Nueva Cork y Londres.

Sin embargo, muchos de estos científicos, aunque capaces de solucionar ecuaciones


complejas, eran incapaces de resolver problemas vinculados a la realidad aunque en
ocasiones aparecía alguna excepción. Sea como fuera, estas personas nos amenizaban
las comidas y cenas con temas de conversación de alta calidad ya que contrariamente a
los MBAs, estos estaban interesados en variados temas intelectuales.

SOLON VISITA EL CLUB NOCTURNO REGINE’S


En Wall Street, mis opiniones sobre la aleatoriedad hicieron que las relaciones con mis
colegas no fueran siempre buenas y muy dispares con dos de mis jefes. El primero, a
quien llamaré Kenny, era el típico hombre de familia. Daba la apariencia de hombre a
quien se podía confiar el dinero- de hecho, progresó rápidamente en la institución a
pesar de su falta de competencia. No le era posible seguir mi lógica. Era de apariencia
calmada, medido en su discurso, muy presentable con su aspecto atlético, y con la rara
virtud de saber escuchar. Su encanto personal le granjeó la confianza del presidente,
pero yo no podía ocultar mi falta de respeto.

El segundo, a quien llamaré Jean-Patrice, era un malhumorado francés de temperamento


explosivo y agresivo, con fama de ser capaz de despedir a cualquiera, pero escuchaba y
entendía cada palabra mía, animándome a proseguir mis estudios sobre aleatoriedad.
Contribuyó grandemente a mi formación como operador de bolsa; es una de las escasas
personas que se preocupan por el generador, olvidándose completamente de los
resultados. Poseía la sabiduría de Solon, pero vivía una vida colorida. No era hombre de
familia.

Frecuentemente me telefoneaba desde el elegante Club Regine’s, en Nueva York, por


cuestiones de trabajo. Me Asombraba su obsesión por los riesgos y su capacidad de
valorar todas las variantes posibles, mostrando un inmenso respeto por la ciencia y los
científicos. Mientras Kenny sabía cómo ascender en la escala de una institución, Jean-
Patrice no tuvo tal feliz carrera, lo que me enseñó a ser cuidadoso con las grandes
instituciones financieras.

Claramente, mis ideas y lenguaje puede resultarle hasta ofensivo a los que se consideran
“hombres duros” en los negocios.

La historia del contraste entre Kenny y Jean-Patrice no es única. Pero, cuídense los
“hombres duros” ; el cementerio de los mercados está desproporcionadamente lleno de
“hombres duros”.
George Will No es Solon: Sobre Verdades Contra-intuitivas

El realismo puede ser punitivo, pero el escepticismo probabilístico es peor. Es


imposible un análisis histórico sin cuestionar las interferencias. Si se oye hablar de
hombres como Julio César es porque se expusieron a considerables riesgos y lograron
vencer Lo que ocurre es que muchos otros, de iguales o superiores cualidades, se
expusieron a similares riesgos pero nunca oímos hablar de ellos porque la fortuna les
fue adversa.

Una ilustración de una dañina negación a considerar historias alternativas se da en la


entrevista realizada por George Will al Profesor Robert Shiller, quien ha realizado
notables discernimientos acerca de la estructura de la aleatoriedad de los mercados
financieros. George Will, es un respetado comentarista; mientras que Shiller, un
especialista en aleatoriedad que parece menos listo ante el público porque sus opiniones
son es altamente no intuitivas. Desde hace tiempo Shiller dijo que el mercado de
acciones estaba sobrevalorado. George Will indicó que de haberlo escuchado la gente,
habría perdido dinero, pues el valor se había más que duplicado desde entonces. Por si
fuera poco, Will, escribió un artículo sobre la mala profecía de de Shiller. No obstante,
es de locos pensar, que un mercado irracional no pueda convertirse en todavía más
irracional. Que el mercado continuara subiendo no invalida en absoluto los argumentos
de Shiller. Esta tendencia a hacer y deshacer profetas basándose en la suerte de la ruleta
es síntoma de nuestra inhabilidad genética de entender las leyes estocásticas.

Humillado en Debates

Nuestro cerebro no está preparado para entender las probabilidades de forma intuitiva,
pero destaco que cada vez que he sido humillado en público por un periodista con
argumentos fáciles, yo terminaba (más tarde) teniendo la razón. Sé que los argumentos
deben ser simplificados; pero a veces se confunden las ideas complejas que no pueden
ser simplificadas por falta de preparación. Tengo anécdotas de que los MBAs acaban
fracasando en los mercados financieros porque no han sido entrenados para los
argumentos altamente probabilísticos.

La sabiduría popular favorece las sentencias directas, pero el mundo de la aleatoriedad


no funciona así. Recuerdo la afirmación de Einstein de que el sentido común no es más
que una colección de nuestros conceptos erróneos a los 18 años. La historia de la ciencia
muestra que casi todas leyes y teorías importantes, han parecido locuras al inicio. Trate
de explicarle a Kenny que aunque su mejor agente de bolsa le haya hecho ganar mucho
dinero, yo tengo argumentos suficientes para convencerlo de que este es un peligroso
idiota.

Evaluador de riesgos

Las instituciones financieras crearon recientemente la figura del evaluador de riesgos,


cuya misión es chequear el generador, la ruleta que produce las ganancias y las
pérdidas. Muchos excelentes agentes de bolsa se han sentido atraídos por este puesto,
incluyendo a mi amigo Jean-Patrice, ya que en promedio se gana más que siendo agente
de bolsa. Por otra parte, resulta bastante menos divertido y para conservar el empleo,
tienen que ingeniárselas, emitiendo memorandos “políticos” donde calculan el margen
de error entre la posibilidad de la pérdida de una oportunidad y el fracaso de la
institución.

Reflexiones matemáticas sobre la historia. El “Europlayboy”


matemáticas
El nombre Monte Carlo conjura la imagen de un apuesto hombre tostado por el sol,
entrando a un casino acompañado por la brisa del Mediterráneo; hábil en cuestiones
prácticas, como jugar cartas, hacer apuestas, etc. Sin embargo, cuando pienso en el
Método de Monte Carlo, viene a mi mente la feliz combinación de ese hombre práctico
con la intuición de un matemático despojada de la excesiva abstracción. De hecho, esta
rama de la matemática tiene un inmenso uso práctico, constituyendo más una forma de
pensar que una mera herramienta computacional.

Las herramientas
Los Métodos de Monte Carlo surgieron durante el proyecto norteamericano de creación
de la bomba atómica y se popularizaron en los círculos financieros en la década de
1980.

Estos métodos consisten en simular cientos o miles de historias alternativas a partir de


una situación inicial y unas reglas. Un ejemplo sería las ganancias después de un
número determinado de apuestas en la ruleta. Empezando con 1000$ en el bolsillo y
fijando una estrategia se simulan mediante un programa de ordenador los resultados
para cada una de las apuestas. Para cada jugada sucesiva se anotan las ganancias o
pérdidas y el dinero total que posee el jugador. Después de un número determinado de
apuestas prefijado se obtiene el resultado neto de esa noche de juego.

Este proceso se repite cientos o miles de veces y de ese modo generamos un alto
número de historias alternativas que podrían haber ocurrido. Esto nos permite estudiar
no solamente los resultados finales y su probabilidad, sino también cuál sería la
situación al cabo de 1 hora o 2 horas de juego y que influencia tienen en el resultado
final.

Estas técnicas se pueden utilizar para casi todas las situaciones donde la aleatoriedad o
las probabilidades juegan un papel relevante. Desde decisiones empresariales,
financieras, de evaluación de riesgos hasta juegos de azar o decisiones personales.

LA MATEMÁTICA DE MONTE CARLO


Los matemáticos puros piensan que los Métodos de Monte Carlo no tienen la elegancia
de las matemáticas y les llaman “fuerza bruta” porque pueden sustituir una gran parte de
este conocimiento con simulaciones. Sin embargo, estos métodos pueden dar al usuario
una mayor intuición respecto al objeto de estudio que las ecuaciones, pues el cerebro de
muchas personas y el funcionamiento de determinadas instituciones es más adaptable a
este tipo de enfoque. Por otro lado, los agentes de bolsas, estamos interesados en las
aplicaciones de las herramientas matemáticas más que en las herramientas en si, de
modo que emplearé estos métodos en el libro para los ejemplos por ser también más
pedagógicos.
Diversión en mi ático. Haciendo historia.

A principio de los 90, comencé a interesarme por los Métodos de Monte Carlo, lo que
me llevó a sentirme como Demiurgo, generando la historia. Puede ser electrizante
generar historias virtuales y observar la dispersión de los resultados. Tengo la suerte de
que mi profesión me deja casi el 95 % del tiempo libre para reflexionar en mi bien
equipado ático con la computadora, que me permite generar millones de historias
alternativas por minuto y resolver las más desconcertantes ecuaciones con un mínimo de
esfuerzo.

LOS ZORGLUBS SE AGLOMERAN EN EL ÁTICO


Mientras mis colegas estaban inmersos en pronósticos económicos, la política oficial,
etc., yo comencé a jugar con mi maquinaria en campos fronterizos a mi formación
financiera, como la biología evolutiva, simulando poblaciones de animales rápidamente
mutantes ante cambios climáticos, llamados Zorglubs y observando los más inesperados
resultados. El siguiente paso fue simular poblaciones de operadores de bolsa de los del
tipo “alcistas idiotas”, “bajistas impetuosos” y “precavidos”, ante diferentes condiciones
de mercados alcistas o bajistas y observando sus grados de supervivencia a corto y a
largo plazo. Casi siempre ocurría que los alcistas, enriquecidos durante las subidas,
usarían los beneficios para comprar más valores, haciendo subir los precios, hasta
finalmente quedar arruinados cuando las ganancias ficticias se desvanecían al terminar
la fiesta. De forma similar los bajistas, raramente acababan ganando dinero al final de la
partida.

Sin embargo resultaba que algunos de los que operaban con opciones mostraron un
notable poder de supervivencia, ya que podían comprar seguros contra la quiebra, lo que
les permitió evitar que los malos resultados de un día acabasen con sus carreras.

A fuerza de utilizar Monte Carlo durante años, ya no puedo visualizar la ocurrencia de


un resultado sin tener en cuenta los otros posibles.

DENIGRACION DE LA HISTORIA
La sabiduría que encontré en la literatura clásica, como por ejemplo en la historia de
Solon, me condujeron a dedicar muchísimo tiempo a ésta. Sin embargo, los humanos no
aprendemos de manera natural de las enseñanzas de la historia, como lo demuestra la
repetición interminable de idénticos períodos de auge y de crisis que ocurren en los
mercados actuales.

Este defecto mental está en la esencia de nuestra naturaleza, bloqueando nuestra


habilidad de aprender de los demás. En verdad tenemos dos vías para aprender de la
historia: desde el pasado, mediante la lectura de los clásicos, y desde el futuro, gracias al
Método de Monte Carlo.
La Estufa está Caliente

Numerosos hechos indican que nuestra información genética no favorece la trasmisión


de la experiencia. Así, por ejemplo, sabemos que los niños aprenden sólo de sus propios
errores; dejando de tocar una estufa encendida sólo después de quemarse con ésta; no
existiendo advertencia posible que genere un ápice de precaución, cosa que también
ocurre a los adultos.

Este punto ha sido estudiado en profundidad por Daniel Kahneman y Amos Tversky.

Esta denigración congénita de la experiencia de otros, afecta enormemente a los


inversores y a los tomadores de decisiones en los negocios, siendo la causa del fracaso
de muchos de mis colegas a pesar de los consejos de los veteranos.

Lo realmente interesante es que he encontrado muchos aspectos comunes a todos ellos,


como la argumentación de que “estos tiempos son diferentes” a manera de justificación,
siendo incapaces de aceptar que la experiencia ya estaba a su alcance en los libros y
siempre aparece la frase “¿por qué me pasa esto a mi?”, lo que se debe a la creencia de
ser diferente a los demás.

Por alguna razón todo el respeto que podamos sentir por la historia no se refleja en en el
tratamiento que le damos al presente.

Mi SOLON

Otra razón para estar obsesionado con la advertencia de Solon es que la historia de mi
familia está plagada de altibajos y de ejemplos de extrema opulencia que alternaban con
situaciones de penuria.

Existe un importante aspecto, nada trivial, del pensamiento histórico, que tal vez sea el
más aplicable a la bolsa: A diferencia de las ciencias “duras”, en la historia no es
posible la experimentación. Sin embargo, la historia es lo suficientemente rica para
brindarnos, a la corta o a la larga, la mayoría de los escenarios posibles. La historia y el
Método de Monte Carlo nos enseñan que aquellos que a pesar de su capacidades no
tuvieron suerte en algún momento de sus vidas eventualmente mejoran, mientras que los
estúpidos que sí tuvieron esa suerte, terminan siendo situados donde lo merecen.

De hecho existen estudios que concluyen que más del 80% de la gente a la que le ha
tocado algún premio importante en la lotería o en otros juegos de azar, lo han vuelto a
perder todo al cabo de un tiempo de entre 6 meses y 5 años.

Pensamiento destilado en tu ”Palm”. Noticias impactantes


Pensamiento destilado es el nombre que doy al pensamiento basado en la información
que nos llega, pero despojada de elementos sin sentido que conducen a la confusión.
Pienso que entre el periodismo y la Historia existe la misma diferencia que existe entre
el ruido y la información de verdad, que es la idea central de este libro. Un periodista
competente sería aquel cuyo comportamiento fuese semejante al de un historiador el
cual evalúa la información brindada y sabiendo distinguir hechos relevantes de sucesos
aleatorios o puro ruido (que suele ser la mayoría).

La aplicación de la advertencia de Solon en relación con la vida y el azar contrasta con


la cultura actual, que sobrevalora el martilleo constante de noticias a través de todos los
canales posibles de información y refuerza mi instinto de valorar el pensamiento
destilado frente al pensamiento que se basa en las últimas noticia de actualidad,
independientemente de su aparente sofisticación.

Las personas comunes se inclinan en favor de la información nueva y de todo cuanto es


nuevo, sin embargo, la información puede no sólo ser enajenante e inútil, sino tóxica; de
manera que tengo argumentos en favor del principio de exponerse lo menos posible a
los medios periodísticos, al menos eso es lo que aconsejo como guía a aquellos
involucrados en la toma de decisiones.

LA REDUX DE SHILLER
La mayoría de las ideas acerca del impacto negativo global de la información sobre la
sociedad fueron expuestas por Robert Shiller en su artículo publicado en 1981 sobre la
volatilidad de los mercados y que fue el primero en brindar un análisis
matemáticamente formulado sobre el tema. Shiller estableció que si el precio es el valor
estimado de “algo”, entonces los precios del mercado se hacen muy volátiles en relación
con las manifestaciones tangibles de ese “algo”, oscilando más que lo que se supone han
de reflejar. El diferencial entre las volatilidades de los precios respecto a la información
real demostraba que algo no funcionaba en la teoría de “expectativas racionales”
clásica, por lo que Shiller concluyó que los mercados no son tan eficientes como
establece la teoría financiera. La crítica principal contra Shiller provino de Robert C.
Merton, un defensor de la teoría financiera oficial de la eficiencia de los mercados.
¡Increíblemente, más tarde Merton inició un fondo dirigido a aprovechar las ventajas de
las ineficiencias del mercado!

Actualmente siguen apareciendo toda clase de “noticias impactantes” y la relación de


información no destilada respecto a la destilada continúa aumentando, no existiendo un
mecanismo que permita a la gente separar la información que proviene del buen
periodismo de la que viene de los proveedores del ruido. Mi alarma respecto al
periodismo se debe a que los de mi profesión dependemos de éste para la información
que necesitamos obtener.

GERONTOCRACIA
La preferencia por el pensamiento destilado implica, a diferencia de la práctica
comúnmente empleada en Wall Street, a favorecer a los inversores y operadores de
bolsa mayores frente a los jóvenes. El Método de Monte Carlo nos permite ver las
ventajas de seleccionar los agentes de bolsa expertos, con la condición de que ellos
hayan “sobrevivido”. Esto se debe simplemente a que los mayores han estado expuestos
un tiempo mayor a los eventos anómalos y pueden ser más resistentes a éstos.
Philostratus en MonteCarlo: Sobre la Diferencia entre ruido e
Información
Según Philostratus: Los dioses perciben el futuro, la gente ordinaria el presente, pero el
sabio percibe lo que está a punto de ocurrir.

Se podría también decir: El hombre sabio escucha el significado, el común sólo el ruido.
Pero, ¿cómo explicar, con la menor cantidad de matemática posible, la diferencia entre
ruido y significado, y mostrar por qué el intervalo de tiempo considerado es importante
al juzgar un evento?

El Simulador de MonteCarlo nos puede ayudar a distinguirlos Supongamos que


tenemos un excelente inversor, que se espera gane un retorno del 15% con una tasa de
error anual del 10% (que llamamos volatilidad).

Mediante el simulador podemos generar multitud de escenarios con la evolución día a


día del portafolio de nuestro inversor imaginado. En promedio todos los portafolios
alternativos obtienen un 15% de retorno con un margen de error del 10% y según la
distribución normal el 68% de ellos caerán dentro del rango de 15% +/- 10% y que en el
93% de los casos tendrá ganancias, por mínimas que sean.

Bien, en principio la intuición nos diría que nos gustaría estar en el papel de nuestro
inversor imaginario el cual consigue ganar seguro en un 93% de los casos.

No obstante, lo que nos ayuda a entender el simulador es que dependiendo de la


frecuencia con la que consultemos la situación de nuestro portafolio de inversiones a lo
largo del año va a cambiar completamente nuestra experiencia. Popularmente vendría a
ser aquello de que “los árboles no nos dejan ver el bosque”.

Veamos porque:

Un examen minuto a minuto de los resultados significa que cada día (asumiendo ocho
horas por día) tendremos 241 minutos placenteros contra 239 no placenteros, lo que es
emocionalmente negativo. Sobretodo si tenemos en cuenta lo que indican algunos
estudios sobre el impacto mucho mayor que tienen los momentos negativos comparado
con los positivos.

Contrariamente, si revisamos los resultados sólo una vez por mes, el 67% de ellos
mostrarán resultados favorables y sólo experimentaremos cuatro momentos
desagradables, contra ocho agradables, por año.

Visto desde otro ángulo, si tomamos la relación entre lo que podemos llamar ruido
sobre lo que no es ruido, sucede que durante un mes esta relación es solamente de 2.32,
mientras que en una hora alcanza el valor de 30. En conclusión, los períodos cortos
amplifican enormemente el efecto del ruido.

Esto explica por qué es mejor leer The Economist los sábados que el Periódico de Wall
Street cada mañana y, por qué aquellos que se obsesionan con estar constantemente
pendientes de mínimas fluctuaciones acaban fracasando o bien por reaccionar ante ellas
cambiando constantemente su estrategia inicial o porque no aguantan la constante
exposición a un número tan alto de experiencias negativas.

A menudo me critican por “ignorar” informaciones posiblemente valiosas de los diarios,


pero sucede que soy extremadamente propenso a caer en la tortura emocional, de modo
que me conviene más reflexionar apartado de la información.

Nota adicional de Babalum: He intentado buscar algún ejemplo más intuitivo y menos
matemático que el que nos ofrece Nassim Taleb en su libro. Aunque un poco rebuscado
creo que puede servir lo siguiente:

Imaginemos un tortuoso trazado de un pequeño río de montaña hasta el mar.


Imaginemos también que lanzamos al río en lo alto de la montaña una botella con un
pequeño localizador. Periódicamente vamos midiendo la distancia, en línea recta, que le
falta hasta llegar al mar.

Cuanto más tiempo dejemos transcurrir entre las mediciones más claro veremos que la
botella avanza en su camino. No obstante si empezamos a medir demasiado
frecuentemente empezaremos a tener dudas. La botella estará recorriendo cada curva del
tortuoso trazado del río y habrá etapas enteras donde casi no reducirá su distancia
respecto a la costa. Incluso puede que retroceda.

De hecho, si además pudiésemos medir la dirección en la que se mueve la botella,


veríamos que la botella casi nunca se movería en dirección recta hacia el mar.

Si además nuestros ahorros dependieran de que la botella se dirija hasta el mar, una
observación segundo a segundo seguro que nos agotaría emocionalmente!

ALEATORIEDAD, “SIN SENTIDOS” Y EL INTELECTUAL


CIENTÍFICO
En la década de 1930 el Círculo de Viena luchó por eliminar del lenguaje científico la
retórica y otras formas literarias. La forma en que introdujeron rigor en la vida
intelectual fue declarando que una afirmación válida sólo podría caer en dos categorías:
la deductiva, como “2+2 = 4″, que se deduce axiomáticamente, o la inductiva, i.e.,
verificable de alguna manera (por la experiencia, estadísticamente, etc.).

Desde entonces se ha hecho cada vez más clara la diferencia entre escritos científicos y
literarios. Estos últimos tienen la licencia de utilizar el lenguaje de forma ambigua, poco
preciso, apartarse del razonamiento lógico en aras de lograr un efecto estético o
emocionar a los lectores.

Por desgracia existe una tercera clase de escritores seudo-científicos que utilizan el
lenguaje científico de forma literaria y acaban creando obras sin sentido que parecen
fruto de procesos aleatorios. Estos emplean términos rimbombantes, como “principio de
incertidumbre”, “Universos Paralelos”, incluso fuera de contexto o, como es frecuente,
con un significado exactamente opuesto al que realmente poseen.

Por supuesto, para un científico la ciencia descansa en el rigor de las inferencias, no en


aleatorias referencias a términos científicos
EL TEST INVERSO DE TURING

Según el test de Turing, una computadora puede considerarse inteligente si ella puede
engañar a un humano, haciéndose pasar por humana. Consecuentemente el test inverso
de Turing sería el siguiente: un humano puede considerarse no inteligente si podemos
generar un discurso con una computadora, la cual sabemos que no es inteligente, y
engañar a otro humano haciendo pasar el escrito de la computadora por el del primer
humano.

¿Pudiera esto realmente ocurrir?

La respuesta es afirmativa. Existen programas que simplemente introduciendo algunas


expresiones son capaces de generar textos aleatorios gramaticalmente correctos y
prácticamente indistinguibles de folletos comerciales, discursos políticos o de algún
presidente de una multinacional importante

El padre de todos los pseudopensadores


Es difícil dejar esta discusión sin hacer un comentario sobre el padre de los
pseudopensadores, Hegel, cuya jerga sólo podía tener sentido dentro de un
departamento de humanidades completamente aislado del mundo real. He aquí un
fragmento de una de sus afirmaciones:

“El sonido es el cambio en la condición específica de segregación de las partes


materiales, y en la negación de esta condición; meramente una idealidad
abstracta o ideal, como ésta sería, de esta especificación. Pero…”

Ni siquiera un simulador de Monte Carlo podría parecer tan aleatorio como este
pensador. Sin embargo, el pensamiento Hegeliano es generalmente considerado como
una aproximación científica a la historia y hasta dio lugar al surgimiento de una
corriente denominada pensamiento neo-Hegeliano. Estos “pensadores” deberían recibir
un curso de avanzado sobre teoría del muestreo estadístico antes de ponerse a filosofar.

La Poesía de Monte Carlo


Mi alergia al sin sentido y a la verbosidad se disipa cuando se trata del arte y la poesía.
Aunque aparentemente contradictorio, yo soy al mismo tiempo un buscador hipercrítico
del rol del azar y por otra parte consiento todas las formas de superstición personal,
siendo la estética la que me permite trazar la línea entre estos comportamientos.
Algunas formas estéticas apelan a algo de carácter genético en nosotros, de manera que
algo muy profundo en nuestro interior vibra ante la falta de claridad y ambigüedad del
lenguaje; entonces, ¿por qué luchar contra esto?

Se ha experimentado con la generación de poesía aleatoria y un ejemplo es la frase:

“Los cadáveres exquisitos beberán el nuevo vino”

Suena incluso mas poetico en el francés original: “Les cadavres exquis boiront le vin
nouveau”
No importa cómo haya sido creada una frase si ella es capaz de llenar nuestras
necesidades estéticas. Independientemente de si la frase es creada por un simulador, o
cantada por un poeta, el lenguaje tiene el poder de darnos placer, y examinar su valides
intelectual, sometiéndolo a las reglas de la lógica, lo privaría en distintos grados de este
poder. Un argumento convincente del papel del lenguaje es la existencia de lenguas
sagradas que aún subsisten. Se puede probar que a partir de la traducción de los
servicios y liturgias, del latín a los idiomas vernáculos, por la Iglesia Católica,
decayeron las creencias religiosas, pues fueron sometidas a las reglas científicas e
intelectuales sin considerar la estética.

¿Qué tiene esto que ver con un libro sobre aleatoriedad? Es fácil ver que lo que nos hace
vivir no es lo racional que llevamos dentro, que no necesitamos ser racionales cuando se
trata de los detalles de nuestra vida diaria, sino sólo en aquellas cuestiones que pueden
dañarnos y amenazar nuestra existencia.

Sin embargo, la modernidad parece invitarnos a hacer lo contrario: comportarnos de


forma extremadamente realista e intelectuales ante cuestiones como la religión y el
comportamiento personal, mientras que toleramos las mayores irracionalidades en los
mercados financieros y otras cuestiones altamente aleatorias.

La supervivencia del menos capaz - ¿Puede la evolución ser


engañada por la aleatoriedad?

Carlos: El genio de los Mercados Emergentes.

Solía encontrarme con Carlos en muchas fiestas neoyorkinas, donde aprovechaba para
preguntarle sobre la compra venta de bonos de mercados emergentes. El término
mercado emergente es empleado para definir un país en desarrollo, y los bonos son
instrumentos financieros emitidos por sus gobiernos, fundamentalmente Rusia, Méjico,
etc.

Estos bonos se comercializaron por centavos cuando a estos gobiernos no les iba bien,
lo que atrajo fuertemente a los inversores, y cuando estos bonos se pusieron en boga,
pasaron del centavo al dólar, dando lugar a jugosas ganancias.

Carlos no pudo hacer un PhD. en Ciencias Económicas, a pesar de ser un buen


estudiante, pero obtuvo un Master y una carrera en Wall Street. Fue contratado para la
nueva sección de mercados emergentes del banco de New York en 1992. Su entrada
coincidió con los tiempos en que la actividad de dichos mercados emergentes y los
ingresos del banco crecían rápidamente.

Tenía los ingredientes exactos para el éxito, pues además de sus conocimientos, parecía
serio y era educado, así que se convirtió en una referencia en la comunidad de
operadores de bolsa del mercado emergente, siendo promovido una y otra vez hasta
convertirse en el jefe de su sección al tiempo que logró una ampliar su capital asignado.

LOS AÑOS BUENOS


La razón por la cual Carlos tuvo años buenos no fue justamente debido a que compró
bonos del mercado emergente y el valor de éstos subió durante el período, sino por sus
compras durante los declives. Acumuló valores al descender los precios, descargándolos
después a medida que el mercado se recuperaba. Sus éxitos le hicieron creer que la
intuición económica que tenía le permitía tomar buenas decisiones comerciales.

Una ojeada a los bonos de los mercados emergentes desde que Carlos se involucró en
ellos, hasta su último talón de paga extraordinaria en diciembre de 1997, muestra una
línea ascendente, con pequeños rizos ocasionales, como la devaluación mejicana de
1995, seguida por una reanimación extensa.

Fue el verano de 1998 el que deshizo a Carlos- esta última bajada no fue seguida de una
reanimación. Su expediente hoy incluye un sólo mal momento - pero por desgracia uno
malo de verdad. Había ganado cerca de $80 millones acumulados en sus años
anteriores, pero perdió $300 millones en sólo un verano.

¿Qué sucedió?

Cuando el mercado comenzó a declinar en junio, sus fuentes, su intuición o su método


no estaban preparados para detectar que ésta vez era diferente.

PROMEDIANDO
Cuando el Mercado comenzó a caer, Carlos acumuló más bonos rusos, a un promedio
de $52. Esta era su característica, promediar. Hacia fines de junio, sus ingresos para
1998 habían caído de cerca de $60 millones a unos $20 millones. Esto le molestaba,
pero según sus cálculos durante la recuperación, sus ingresos quedarían sobre los $100
millones. Pensaba que era imposible que estos bonos pudieran bajar de los $48.

Pero vino julio y los bonos cayeron a $43 y, aunque se hundía lentamente, continuó sus
apuestas asegurando que Rusia no bajaría más. Decía que estos bonos estaban ya cerca
de su valor por defecto, de modo que cuando Rusia pagara sus deudas, se revalorizarían
rápidamente.

NAUFRAGIO
El Mercado continuó naufragando y a mediado de agosto el precio de los bonos era $20
y Carlos comenzaba a perder su serenidad. Hacia finales de agosto los bonos rusos se
cotizaban ya a $10 y su fondos se habían reducido casi a la mitad, fue despedido y lo
mismo sucedió a su superior. Hasta el presidente del banco fue degradado a un puesto
de menor importancia.

A pesar de que el gobierno ruso engañó al FMI, los precios de los bonos no habían sido
adulterados. Lo que sucede es que esta situación requería más conocimientos que los
que Carlos tenía. Un veterano operador comentó: “Esta es la dinámica del mercado” Si
la historia hubiese acabado de forma diferente, eso tampoco hubiese probado que Carlos
fuese un buen inversor de bolsa, pues no era así.

En ocasiones los más ricos inversores son los peores inversores. A esto le llamaré el
“problema de la intersección” En cualquier momento los inversores de bolsa de mas
ricos provienen principalmente del subconjunto de todos los inversores cuyo estilo
casualmente coincide con las características necesarias para tener éxito en el ciclo más
reciente.

Esto no ocurre frecuentemente con los dentistas, gracias a la naturaleza de la


aleatoriedad y su menor exposición a ésta.

JOHN EL OPERADOR DE ALTO RENDIMIENTO


John, el vecino de Nero, había sobrevivido siete años en Wall Street como operador
altamente rentable de bonos, llegando a dirigir un equipo de operadores en un tiempo
record. Se le pagaba el 20% de sus ganancias anuales y tenía el privilegio de invertir su
propio dinero en las operaciones.

No podría considerársele inteligente, pero sí con un buen sentido del negocio. Estaba
enrolado fundamentalmente en una actividad llamada operaciones de alto rendimiento,
consistente en la adquisición de bonos baratos con un rendimiento de, digamos un 10%,
mientras su organización obtenía préstamos al 5.5%. Esto le permitía ganar unos
ingresos netos de un 4.5%.

Llegó a juntar un capital por encima de unos $3 billones de dólares. Además reducía su
riesgos a cambios en las tasas de interés vendiendo bonos del gobierno a futuro,
limitando su riesgo al diferencial entre estos dos indicadores. Esta estrategia le permitía
sentirse protegido.

EL experto en ordenadores y ecuaciones


John era asistido por Henry, un especialista en cálculos por ordenador para Finanzas,
quien le hacía las evaluaciones de riesgos. La mayoría de las ganancias que John generó
no se debieron al diferencial de la tasa de interés entre los dos instrumentos descritos
anteriormente, sino a que al seguir otros inversores la misma estrategia de John los
precios subieron. Para asegurar su estrategia, John se asesoraba de un departamento que
le informaba cuándo un bono ofrecía un alto potencial de revalorización y el diferencial
estaba cerca a su “valor justo”.

Su fortuna personal de $1 millón a los 32 años, excedía los $16 millones a los 35.
Gracias a las influencias (i.e., el uso de préstamos), mantuvo un portafolio de $50
millones involucrado en sus transacciones.

Pero sólo necesitó unos pocos días para que sus millones se volvieran nada y John, al
mismo tiempo, perdiera su empleo, durante el verano de 1998, con la caída del valor de
los bonos de alto rendimiento. John estaba enfadado con Henry por no haber deducido
esta posibilidad. ¿Cómo pudo ocurrir esto con un expediente como el suyo, con un
equipo de asesores y los beneficios de una matemática sofisticada? ¿Sería debido a que
quizás él se olvidó del azar?

Esta última es precisamente la respuesta. Probablemente John nunca se recuperará de


esta prueba, no porque haya perdido dinero, lo cual es normal para un agente de bolsa
como él, sino porque quebró en todos los sentidos. Se acabó su confianza. La razón es
que John nunca fue un operador de bolsa en primer lugar, sino una de esas personas que
estaba en el puesto adecuado en el momento adecuado.

Después de este incidente John se consideraba a sí mismo “arruinado”; aún cuando su


fortuna personal rondaba $1 millón, lo cual sería la envidia de más del 99 % de los
habitantes del planeta. Pero existe una diferencia entre el nivel de riqueza alcanzado
desde arriba y el alcanzado desde abajo. Para sus empleadores el resultado fue peor,
pues John ganó para ellos $250 millones en 7 años, haciéndoles perder más de $600
millones en unos pocos días.

Rasgos comunes
No todos los inversores en bonos de mercados emergentes o de alto rendimiento, se
comportan y hablan como si estuviesen por encima del bien y del mal como hacían
Carlos y John. Sólo los más exitosos de ellos. Ellos tienen en común los rasgos del
triunfador engañado por el azar. No obstante es todavía más preocupante cuando sus
jefes y empleadores comparten los mismos rasgos.

Una ojeada a las constantes que caracterizan a los jugadores


de bolsa engañados por el azar.
Los jugadores de bolsa engañados por el azar comparten las siguientes características:

• Sobreestimación de la exactitud de sus análisis, ya sean económicos (Carlos) o


estadísticos (John).
• Tendencia a casarse con sus posiciones.
• Tendencia a cambiar su historia. Ellos se transforman de inversores que se
juegan su propio dinero en agentes que juegan con el dinero de otros y viceversa
una y otra vez para manejar los reveses de la fortuna.
• Falta de un plan previsor ante eventuales pérdidas.
• Falta de pensamiento crítico. Consideran perfectos sus métodos de
determinación de valores .
• Negación. Ellos ignoran el mensaje proveniente de la realidad. ¿Cómo pudieron
estos operadores que cometieron un sólo error tener tanto éxito? Simplemente se
debe a la aleatoriedad.

Falsamente pensamos que los operadores hacen dinero porque son buenos, cuando lo
real es que los consideramos buenos porque hacen dinero. Tanto Carlos como John se
beneficiaron de un ciclo burátil en que sus características eran las adecuadas para el
éxito.

Ingenuas teorías Evolucionistas


Ilustremos cómo malos operadores tienen ventajas de supervivencia sobre buenos
operadores a corto -y mediano- plazo. La simplicidad del concepto de la auto selección
Darwiniana ha conducido a muchos, incluso a científicos, a la ciega creencia en la
infalibilidad de este principio en todos los campos, incluido el económico, donde se ha
considerado que, gracias a la competencia, prosperará el mejor.

En círculos empresariales o sociales se aplican las mismas creencias. Se fomenta la


competencia entre empresas, entre directivos, departamentos y empleados. El más fuerte
o mejor sobrevivirá.

Pero las ideas de Darwin no se refieren a la supervivencia, sino a la capacidad


reproductiva, lo que hace que ésta es solo observable en estudios sobre las especies que
abarcan largos períodos de tiempo. Al considerarse periodos tan prolongados también se
eliminan muchos de los efectos de la aleatoriedad. La aleatoriedad hace que lo que
parece fruto de la evolución puede ser incluso una regresión. Las mutaciones negativas
son rasgos que sobreviven a pesar de ser peores, pero no duran más de unas pocas
generaciones. Los zoólogos llaman a éste efecto “agregación temporal”

Por desgracia está arraigado en la creencia popular que la evolución significa progreso
continuo y que la naturaleza no da saltos: “natura no facit saltus”. La realidad, no
obstante, es otra y la historia está repleta de ejemplos.

¿Puede la Evolución ser engañada por la Aleatoriedad?


La evolución implica que en promedio los animales de una especie vayan siendo más
capaces, pero esto no es aplicable si consideramos a un animal específico de esa especie
o a lo largo de toda su vida. De la misma forma que un animal puede haber sobrevivido
porque su “historia alternativa” fue favorable, el “mejor” operador en un negocio dado
puede ser extraído de un subconjunto de operadores que sobrevivieron gracias a que
casualmente eran los más adecuados a unas circunstancias concretas y (quizas todavía)
no fueron expuestos a alguno de los eventos raros que suelen precisamente formar parte
de la evolución selectiva.

Una característica perversa de la aleatoriedad es que mientras más tiempo transcurra sin
encontrarse el animal con el evento raro, más vulnerable será a éste. Por algún efecto de
la estructura de la aleatoriedad, alguien que es un puro perdedor a la larga y por ende
incapaz de sobrevivir, puede presentar un alto grado de éxito a corto plazo.

Solon parece haber llegado a esta idea; pero trate de explicarle esto a un ingenuo
hombre de negocios Darwinista o a su rico vecino de enfrente.

FALTA DE SIMETRÍA Y ASIMETRÍA. LA MEDIANA NO ES EL


MENSAJE.
Cuando al escritor y científico Steven Jay Gould - [ biografía en español] le fue
diagnosticado un cáncer terminal de estómago, la primera información que encontró fue
que aproximadamente la mitad de los pacientes con esta enfermedad no vivían más
ocho meses. Es muy frecuente que los médicos den la información en estos términos.
No obstante, al continuar indagando se dio cuenta que el plazo de vida esperado era
considerablemente superior, lo que evidencia que estamos ante conceptos con
significados diferentes. El primero se refiere a la mediana y significa que el 50% de la
gente muere antes de ocho meses y el 50% vive más allá de este período. El segundo en
cambio, se refiere a la esperanza de vida promedio. Lo que ocurre es que los que
mueren lo hacen bastante rápido, mientras que los sobrevivientes lo harán por un tiempo
considerablemente mayor. Esto es asimetría. Este hallazgo del concepto de falta de
simetría condujo a Gould a escribir su artículo “La Mediana no es el Mensaje” (“The
median isn’t the message” - traducción al español).

Nota de Babalum: Steven Gould sobrevivió 20 años al momento en el que se le detectó


el cáncer y murió en el 2002

Veamos un caso relacionado con los juegos de azar. La asimetría de probabilidad


significa que las probabilidades no son del 50% para cada evento, mientras la asimetría
en los resultados significa que los retornos tampoco lo son.

Consideremos un juego que da 999 posibilidades sobre 1,000 de ganar $1 (evento A) y


una posibilidad sobre 1,000 de perder $10,000 (evento B), como se indica en la tabla
siguiente:

• Evento A; Probabilidad= 999/1000; Resultado= $1; Valor Esperado= $0,999


• Evento B; Probabilidad= 1/1000; Resultado= $-10.000; Valor Esperado=$-10,00

Total Ganancias Esperadas= $ -9,001

Lo esperado es una pérdida cercana a los $9 (obtenida de la multiplicación de la


probabilidad por el correspondiente resultado). Si nos dejamos guiar por la asimetría de
probabilidades, que ganaremos casi siempre, significa que deberíamos apostar por A,
pero esto claramente no es la mejor idea si tenemos en cuenta las ganancias, que es lo
que realmente debiéramos hacer.

Por muy trivial que parezca éste ejemplo (seguramente muchos de los lectores se lo
parecerá) los conceptos subyacentes distan de ser aplicados en muchas ocasiones
incluso por profesionales en bolsa. Parece un caso de aquellos en los que la teoría es
conocida, pero no se ha interiorizado y consecuentemente tampoco se aplica con
naturalidad. Posiblemente estamos condicionados porque los casos más cercanos que
conocemos en los que influyen probabilidades y retornos son simétricos, por ejemplo al
tirar una moneda al aire.

ALCISTA O BAJISTA

Los términos alcista y bajista son utilizados de forma muy frecuente en bolsa, pero en
realidad no son aplicables al mundo de la aleatoriedad, sobre todo si está presente la
asimetría. Cuando en una ocasión me preguntaron, en estos momentos ¿eres alcista o
bajista?, respondí que esto no era absoluto. Mi opinión era que lo más probable era que
la bolsa subiese y por lo tanto “yo sería alcista”, pero al mismo tiempo había estado
vendiendo a corto (operación que permite beneficiarse de las bajadas en bolsa) y por lo
tanto estaba actuando como “bajista”. Como puede ser esto? El motivo es que los
conceptos “alcista” o “bajista” son inapropiados.

Supongamos que efectivamente el mercado tuviese una probabilidad de un 70% de


subir la próxima semana y un 30% de bajar. Sin embargo, digamos que subiría un 1%
en promedio, al tiempo que si bajase podría bajar hasta un promedio del 10%, como se
muestra en la siguiente tabla:
• Mercado sube; Probabilidad= 70%; Resultado= sube 1%; Valor Esperado= 0,7
• Mercado baja; Probabilidad= 30%; Resultado= baja 10%; Valor Esperado= -
3,00

Total Esperado= -2,3

A los inversores y operadores de bolsa no se les paga en probabilidades sino en dólares,


de modo que lo importante no es cuán probable un evento puede ser, sino lo que resulta
una vez que este sucede.

UN ARROGANTE HIJO DE 20 AÑOS


En una ocasión un amigo de confianza de mi padre, rico y de los que les gusta subrayar
su lugar en la escala social, me llamó durante una visita suya a Nueva York. Quería
extraer de mí una valoración respecto al estado de varios mercados financieros.
Realmente yo no tenía opiniones acerca de las tendencias de los mercados a pesar de mi
condición de operador de bolsa. Tampoco hice ningún esfuerzo por formular alguna.

El caballero continuó haciéndome preguntas precisas sobre el mercado de bonos


europeos, sin duda con el interés de comparar mi opinión con la de algún otro
“experto”. En lugar de hacerle predicciones comencé a explicarle algunas de mis ideas
sobre la aleatoriedad, de modo que se llevó la impresión de que estaba eludiéndole y
casi se daña la amistad entre él y mi padre. Llegó a llamar a mi padre y decirle: “¡Todos
los especialistas que consulto me tratan con respeto, pero su engreído hijo de 20 años se
ha hecho el importante, negándose a darme un pronóstico del mercado!”

EVENTOS RAROS
Mi vida como operador ha sido la de “las apuestas asimétricas”, esto es, trato de
beneficiarme de los eventos raros, que no se repiten con frecuencia, pero que,
correspondientemente, dan lugar a un grandes ganancias cuando ocurren. Trato de hacer
dinero lo menos frecuentemente posible, pues mientras más raro es el evento, más
devaluado será su precio. ¿Por qué? Debido a una inclinación psicológica de la gente
dedicada a esta carrera a causa de centrar su atención en la lluvia de información que les
llegaba. Hasta algunos experimentados veteranos no parecen entender que la
probabilidad no importa, sino los dividendos.

Veamos un ejemplo de un inversor legendario como Jim Rogers, que llegó a ser socio
de George Soros: “Yo no compro opciones de compra. Está demostrado por estudios
que el 90% de las opciones expiran en pérdidas, por lo tanto si quiero invertir en un
mercado alcista mediante opciones sólo vendo opciones de compra (calls)”.

A pesar de su reputación, Jim, no parece tener clara la diferencia entre probabilidad y


retornos esperados. La probabilidad no es relevante. Tendría que haber evaluado los
retornos del 10% de opciones ejercidas con ganancias y compararlas con las pérdidas
del 90% de las opciones restantes.
Uno de los eventos raros a los que me refiero fue el derrumbamiento de los mercados
financieros en 1987 que además me convirtió en un operador. Nero, el personaje de los
primeros capítulos de ésta historia, trata siempre de salir sin daños evitando exponerse a
los eventos raros, que es la defensa más común, pero yo soy mucho más agresivo y he
organizado mi trabajo de tal manera que pueda obtener ganancias de estos eventos raros,
con mis apuestas asimétricas.

SIMETRÍA Y CIENCIA
En la mayoría de las ciencias, tal asimetría no importa.

Desafortunadamente, las técnicas empleadas en las finanzas son frecuentemente


importadas de otras áreas, por ser ésta una disciplina joven. En la mayoría de las
especialidades, fuera de las finanzas, no trae problemas la eliminación de valores
extremos de las muestras, pues hacerlo no altera significativamente los resultados. Así,
la gente en las finanzas importan la técnica e ignoran los eventos raros, sin darse cuenta
que este evento puede llevar una compañía a la bancarrota. Si estuviésemos tratando con
un mundo determinista – esto es, despojado de la aleatoriedad- y conociéramos con
certeza que éste era el caso, las cosas probablemente serían mucho más fáciles.

LA ECONOMETRIA Y LA HISTORIA

El patrón de una serie temporal permite predecir qué sucederá un lapso de tiempo
después. Si estuviésemos tratando con un mundo donde la aleatoriedad siguiera un
patrón o se amoldara a una distribución de probabilidades concreta, las cosas serían
fácilmente resueltas mediante la Econometría o Análisis de las Series Temporales. Un
econometrista introduce sus datos en su software y rápidamente éste entregará un
diagnóstico sobre si vale la pena hacer una inversión.

Pero en realidad no estamos seguros de la naturaleza aleatoria del mundo en que


vivimos. Los resultados derivados del software, basado en elementos del pasado,
pueden en ocasiones ser acertados o no, pudiéndose convertir los datos históricos del
mercado en una trampa, precisamente porque a veces parece que “acierta”. Por ejemplo
aquellas divisas que mostraron las mayores estabilidades históricas, como en Malasia,
Indonesia y Thailandia en 1997, fueron las más propensas a la quiebra.

Como escéptico tengo muchas dudas ante conclusiones extraídas del análisis de una
única serie temporal. Necesito muchos más datos. Mi mayor razón es el evento raro,
pero tengo muchas otras. Puede parecer que me estoy contradiciendo en este punto con
capítulos previos de éste libro donde critico a quienes no aprenden de la historia. No es
así. Lo que quiero decir es que la historia nos enseña muchísimas cosas más que una
serie temporal pobremente definida. Por ejemplo nos enseña que cosas que nunca
ocurrieron antes pueden ocurrir. Es en éste sentido que sostengo que cuanto más
ampliamente interpretemos la historia, ésta nos puede enseñar a evitar el empirismo
ingenuo que consiste en extraer conclusiones de hechos históricos aislados.
LA FALACIA DEL EVENTO RARO - LA MADRE DE TODAS LAS
DECEPCIONES
Por mi parte empecé a generalizar como eventos raros todas aquellas situaciones
impredecibles y que nunca hubieras podido prever en base tus conocimientos previos.
Un ejemplo podría ser el día que descubres la foto de aquel vecino tranquilo en el
periódico acusado de ser el peligroso asesino en serie buscado desde hace meses por la
policía. Defino como eventos raros los que se crean cuando una interpretación
demasiado limitada de las series temporales dan lugar a conclusiones equivocadas sobre
la probabilidad o riesgos de los mismos.

Estos eventos son siempre inesperados, de otra forma no se llamarían raros. En bolsa
son generalmente causados por el pánico de los inversores, quienes se apresuran a
descargar todo cuanto puedan y tan pronto como sea posible (liquidación) y no están
limitado a un solo tipo de valores, sino que pueden afectar a un portafolio completo.
Veamos un ejemplo: un portafolio puede tener ingresos estables por largos períodos,
evitando las volatilidades, hasta que, súbitamente, por accidente ( para mi no lo es), el
portafolio cae en un 40% cuando se esperaba que en el peor de los casos cayera en sólo
un 4%.

Existe una categoría de operadores que “disfrutan” de eventos raros inversos, para ellos
la volatilidad es frecuentemente portadora de buenas noticias. Estos operadores pierden
dinero frecuentemente, pero en pequeñas cantidades, y hacen dinero pocas veces, pero
en grandes cantidades. Les llamo cazadores de crisis y me siento feliz de ser uno de
ellos.

¿POR QUÉ LOS ESTADISTICOS NO DETECTAN EVENTOS


RAROS?
La estadística se basa en la noción de que mientras más información se tenga, más
confianza se tendrá en los resultados. La variable estadística “nivel de confianza” crece
proporcionalmente a la raíz cuadrada del número de observaciones N. Si sacamos bolas
de una urna que contiene cantidades similares (distribución aproximadamente simétrica)
de bolas rojas y bolas negras, nuestro conocimiento sobre la presencia de bolas de un
determinado color crecerá co la raíz de N. No obstante, si la distribución es asimétrica,
entonces la estadística se complica y nuestro acceso al conocimiento también.

Imaginemos que la urna contiene sólo un 3% de bolas rojas. Entonces nuestro


conocimiento sobre la ausencia de bolas rojas aumentará a un ritmo mucho menor. En
cambio nuestro conocimiento acerca de la existencia de bolas rojas mejorará de forma
abrupta en cuanto encontremos la primera. El darse cuenta de esto no es trivial. Es en
realidad el tema central de ésta obra.

UN NIÑO TRAVIESO REEMPLAZA LAS BOLAS NEGRAS


La situación puede empeorar. Imaginemos que en la urna está un niño travieso que
añade bolas de un color o de otro sin avisarnos. En este caso nuestras conclusiones
pierden sentido. Justamente el mismo efecto puede ocurrir en el mercado. Tomamos la
historia pasada como una muestra homogénea y creemos poder predecir el futuro.¿Pero
qué sucederá si cambia la realidad?.

La “ciencia” de la econometría consiste en la aplicación de la estadística a muestras


tomadas en diferentes períodos de tiempo. Pero ¿qué tipo de conclusiones podemos
sacar del estudio de los mercados europeos ahora que la estructura de las instituciones y
el mercado han cambiado tanto? La mera posibilidad de que una distribución no sea
estacionaria, hace que las conclusiones obtenidas bajo esa hipótesis (que sea
estacionaria) conduzcan a errores extremadamente costosos. Esto nos lleva a una
cuestión fundamental: el problema de la inducción.

EL PROBLEMA DE LA INDUCCIÓN - DE BACON A HUME


En el campo de la filosofía del conocimiento científico existe un problema de inferencia
harto conocido que es el problema de la inducción. Este problema ha preocupado a la
ciencia por mucho tiempo, pero no ha dañado a ésta tanto como al mercado financiero.
En ningún campo este concepto puede ser más importante y al mismo tiempo tan
ignorado como en el de las finanzas!

CYGNUS ATRATUS (CISNE NEGRO)

“De la observación de un sinnúmero de cisnes blancos no se podrá inferir q


todos los cisnes son blancos, sin embargo, ver un solo cisne negro s
suficiente
para refutar semejante conclusión.”

David Hume (1711-1776), filósofo inglés.

(Nota de Babalum: Nassim Taleb, el autor, llama al evento raro “black swan” o cisne
negro basandose en el texto de Hume. Para quien quiera saber más acerca de la historia
original de los cisnes negros recomiendo este post )

El evento raro, debido a su naturaleza disimulada, puede adoptar variadas formas. Fue
en Méjico donde se le identificó por primera vez (década de 1980) y se le dió el nombre
de “el problema del peso”. Todos los intentos de los econometristas de modelar el
comportamiento de las variables que influían en el comportamiento de la economía
mejicana fracasaron. Todos los indicadores macroeconómicos habituales alternaban de
forma errática entre periodos de estabilidad a otros periodos cortos y turbulentos sin
previo aviso.

En su Tratado sobre la naturaleza Humana, Hume presenta la cuestión de la siguiente


forma: Ninguna cantidad de observaciones de cisnes blancos permite inferir que todos
los cisnes son blancos, pero la observación de un solo cisne negro es suficiente para
refutar esta conclusión.
Hume lamentaba que la ciencia de su tiempo hubiese experimentado, gracias a Bacon,
un giro del escolasticismo, completamente basado en el razonamiento deductivo, hacia
un ingenuo empirismo. El problema es que, sin un método apropiado, la observación
empírica puede inducirnos fácilmente a errores. Hume nos advierte contra tal
conocimiento, subrayando la necesidad del rigor en la recolección e interpretación del
conocimiento, es decir, de la epistemología.

NIEDERHOFFER, CABALLERO VICTORIANO


Las finanzas tienen su Francis Bacon en la persona de Víctor Niederhoffer.
Niederhoffer fue el primero en oponerse al escolasticismo de las teóricos financieros en
la década de 1960. Prefería buscar las anomalías en los datos, y encontró tantas que
pudo hacer una exitosa carrera gracias al tema de la aleatoriedad y el azar, legándonos
un interesante libro “La educación del especulador”.

A pesar de nuestras divergencias intelectuales (a su empirismo le faltaba un poco de


metodología) admito que mi estilo de trabajo dio un salto cuando en 1996 me dijo que
cualquier afirmación verificable, debe ser verificada. Una afirmación verificable es
aquella que puede dividirse en partes cuantitativas estadísticamente verificables. Desde
ese día verifico todas las afirmaciones verificables gracias a mi ordenador, que
raramente utilizo para otros fines que no sean de cálculo. Sin embargo, las diferencias
entre Niederhoffer y yo son inmensas. Yo puedo usar datos para negar una proposición,
pero nunca para demostrarla.

Recordemos que el descubrimiento en Australia del cygnus atratus, una variedad de


cisne color azabache, bastó para refutar la creencia popular en aquella época (basada en
decenas de miles de observaciones) de que todos los cisnes son blancos.

Veamos otro ejemplo inductivo erróneo: “He llevado a cabo más de 16.000
observaciones de la vida de George Bush a lo largo de 55 años. En ninguna de éstas
observaciones estaba muerto. Puedo por consiguiente constatar con una alta confianza
estadística de que George Bush es inmortal.”

Siento un gran respeto por Niederhoffer, aunque operamos de formas opuestas. El vende
opciones “out of the money” para vivir y yo las compro para vivir. El trata de tener
ingresos estables, yo prefiero los eventos raros. No obstante, compartimos muchos
rasgos personales. Ambos nos codeamos con académicos y científicos, no con hombres
de negocios. Ambos tratamos de vivir como caballeros victorianos, con libros
dispersados a nuestro alrededor. Ambos evitamos los medios de difusión y las charlas
baratas.

EL PROMOTOR DEL SEÑOR KARL


Raramente he sido afectado verdaderamente y de forma permanente en mi
comportamiento por algo que haya leído. Un libro puede causarme una gran impresión,
pero ésta tiende a desvanecerse después de una nueva impresión (otro libro). Una
excepción son las ideas de Karl Popper, las cuales descubrí a través de los escritos del
inversor George Soros, quien parece que se haya propuesto como objetivo de su vida
convertirse en el promotor de la ideas de Popper.

Lo que aprendí de Soros no fue precisamente lo que él probablemente deseaba enseñar,


pues no estoy de acuerdo con sus ideas económicas y filosóficas, pero de alguna forma
sucumbí ante el encanto de un personaje húngaro quien, como yo, casi está avergonzado
de ganarse la vida en bolsa y prefiere que esa faceta represente una mínima extensión de
su vida intelectual.

Nunca me impresionó la gente con dinero, por lo que no vi a ninguno de éstos como
modelo a seguir, sino tal vez lo contrario, así que vi en Soros al único que parecía
compartir mis valores. El prefería ser tomado seriamente como un profesor de la Europa
Central, que se había enriquecido a causa de la validez de sus ideas. El conocía cómo
manejar la aleatoriedad, manteniendo una mente abierta, cambiando sus opiniones sin
mayores reparos. Se consideraba a sí mismo falible, lo que al menos le daba la ventaja
sobre otros que no eran conscientes de ello.

Aunque Popper no me era totalmente desconocido, hasta ésta fecha no había dado
importancia a sus ideas. Por otro lado, al iniciarme en la bolsa, entré en una fase anti-
intelectual, con necesidad de ingresos estables para asegurar mi futuro y lo último que
necesitaba era filosofar. Pensaba que la filosofía era una actividad reservada para los
que no entienden bien los métodos cuantitativos y otras cosas productivas. Popper no
reaparecería en mi vida hasta que aseguré mi carrera en la bolsa.

ÁQUEL LUGAR
Aún recuerdo exactamente el lugar en aquella librería de “Barnes and Noble” donde,
inspirado por Soros, leí de un tirón 50 páginas de La Lógica del Descubrimiento
Científico y febrilmente compré todos los títulos de Popper que pude. Recuerdo cómo
se apresuraron en mi cabeza sus ideas como una revelación, resultando Popper todo lo
contrario de lo que pensaba que eran los filósofos. Ya en aquel entonces algo me decía
que los modelos de los académicos de las finanzas fallaban en algún punto, pero no
sabía realmente cual. Lo que me hacía sentir incómodo no era qué sabían sino cómo lo
sabían.

LA RESPUESTA DE POPPER
Popper apareció con la respuesta principal al problema de la inducción. Ningún hombre
ha influido más en la forma en que los científicos hacen ciencia que Popper, quien
consideraba que la Ciencia no debe considerarse tan seria como aparenta. Según él,
existen dos tipos de teorías:

1. Las que se ya se sabe que son erróneas, ya que fueron examinadas y


adecuadamente rechazadas (él las llama desmentidas)
2. Las que aún no se sabe que son erróneas pero que están expuestas a ser
desmentidas en el futuro.

¿Por qué una teoría nunca es cierta?. Debido a que nunca sabremos si todos los cisnes
son blancos, esto es, el mecanismo de verificación puede ser deficiente. Sin embargo, la
afirmación de que existe un cisne negro es cierta. Si una teoría cae fuera de estas dos
categorías, o no presenta un conjunto de condiciones bajo las cuales ésta puede ser
desmentida, no es una teoría sino charlatanería. Un ejemplo citado es la astrología.
Cualquier ocurrencia que puede llevar a contradecir las predicciones se puede
reinterpretar a posteriori y preservar la infalibilidad de la teoría. Por ejemplo: “no
tuvimos en cuenta la influencia de Marte” ( Nota de Babalum: incluso la infalibilidad
misma se puede explicar con excusas como “no es una ciencia exacta”. Se me ocurren
unas cuantas teorías económicas, previsiones electorales o de bolsa.)

En relación con la estadística, Popper, refutó la noción de que el conocimiento siempre


crece con el aumento de la información, posición que entendí mejor cuando viví
personalmente el primer evento raro asolando la bolsa. Es muy importante su
planteamiento de que la esencia del conocimiento no está tanto en lo que sabemos como
en lo que no sabemos. Al rebelarse contra el desarrollo de la Ciencia, Popper, puede
considerarse el antídoto del positivismo lógico que emerge del Círculo de Viena. Para
él, la verificación no es posible. La verificación es más dañina que cualquier otra cosa.
Llevados al extremo, sus ideas parecen ingenuas y primitivas, pero funcionan. Yo soy
un Popperiano obsesivo, ya que puedo vivir gracias a ello, en realidad también para mi
la ciencia es pura especulación.

SOCIEDAD ABIERTA
Las ideas de Popper sobre la verificación de teorías están íntimamente ligadas con su
noción de sociedad abierta. Una sociedad abierta es aquella que no basa su existencia en
una verdad permanente, pues a posteriori siempre surgirían ideas contrarias. Popper
estaba de acuerdo con su amigo, el economista Van Hayek, que consideraba el
capitalismo como un estado en el cual los precios pueden diseminar la información que
el socialismo burocrático estrangularía y que cualquier sociedad que no permita que
cualquier teoría puede ser dejada abierta a la verificación es totalitarismo.

Ambas ideas, la de que cualquier teoría puede llegar a ser desmentida y la de la


sociedad abierta están, de alguna manera, relacionadas con mis métodos rigurosos para
lidiar con la aleatoriedad en mi trabajo como inversor en bolsa, donde una mente abierta
es una necesidad. Aprendí de Popper, además de la diferencia entre una sociedad abierta
y cerrada, la que existe entre una mente abierta y una cerrada.

NADIE ES PERFECTO
A pesar de sus ideas, los que conocieron a Poper lo describen como persona espiritual y
muy concentrada en su trabajo, alejado del mundo circundante. En su juventud no fue
mucho mejor, pues los Miembros del Círculo de Viena trataban de evitarlo, no por sus
ideas divergentes sino porque era un problema social. Era brillante, pero inseguro,
arrogante y autosuficiente y incapaz de adaptarse socialmente. Justo lo contrario de lo
que defendía. Nadie es perfecto. George Soros, no obstante, parece comportarse en su
vida profesional de forma más “Popperiana” que el mismo Popper.
LA APUESTA DE PASCAL

Concluyo con la exposición de mi propio método para tratar con el problema de la


inducción. El filósofo Pascal proclamó que la estrategia óptima de los humanos es creer
en la existencia de Dios, ya que si Dios existe, entonces el creyente estará protegido y si
no existe, no tiene nada que perder. Correspondientemente, necesitamos aceptar la
asimetría en nuestro conocimiento. Hay situaciones donde la estadística y econometría
pueden ser de gran ayuda, pero no dejaría que mi vida dependiesen de ellas.
Consecuentemente aplico dichas ciencias siempre que pueda obtener un beneficio pero
nunca si pueden representar una amenaza.

Utilizo métodos inductivos y la estadística para descubrir oportunidades de apuesta


agresivas, pero nunca para gestionar mi grado de exposición o para calcular riesgos.
Quiero tomar lo mejor que el pasado pueda darme sin sus peligros. La mayoría de
inversores supervivientes que conozco, utilizan éste método de una manera o otra. Ellos
operan sobre ideas basadas en observaciones que incluyen acontecimientos del pasado
pero, a semejanza de los popperianos, ellos se aseguran de que el costo de equivocarse
sea limitado. Determinan y conocen de antemano los eventos que probarían que están
equivocados antes de iniciar una estrategia concreta de inversión. Los conocen y actúan
en consecuencia, desinvirtiendo cuando esos hechos ocurren. En bolsa se le llama “stop
loss”. Estos puntos predeterminados de salida son una protección contra los cisnes
negros y encuentro sorprendente lo poco que se utiliza habitualmente.

Coincidiendo con Pascal estableceré el siguiente argumento. Si la estadística me


beneficia en algo, la uso. Si ésta representa una amenaza entonces no.
Sorprendentemente, todos los operadores que conozco que han sobrevivido hacen lo
mismo. A diferencia de Carlos y John ellos saben antes de la operación comercial,
cuáles eventos demostrarían la falsedad de sus conjeturas. Esto es situar un punto
predeterminado de salida, una protección contra el cisne negro.

Gracias Solon
La genialidad de la introspección de Solón ha producido un efecto considerable tanto en
mi forma de pensar como en mi vida privada. Me dio aún más seguridad respecto a mi
alejamiento de los medios de información y de la comunidad de negocios. Ahora estoy
perfilando como próximo paso en mi vida recrear un entorno parecido al del siglo 19con
bajo nivel de información y bases más deterministas, al mismo tiempo que
beneficiándome de los avances modernos en varios campos como mi simulador de
Montecarlo, la medicina o la justicia social. Tendría así lo mejor de cada cosa. A esto le
llamo evolución.

LOS MONOS EN LAS MÁQUINAS DE ESCRIBIR.


SUPERVIVENCIA Y OTROS SESGOS.
Si colocamos un número infinito de monos frente a una máquina de escribir, existe la
certidumbre de que uno de ellos escriba una versión exacta de la Ilíada. ¿Pero, una vez
sucedido esto, apostaría alguien a que este mono escribirá también la Odisea? No,
verdad? Entonces, ¿cuánto puede una actuación pasada ser relevante para prever el
futuro? Es correcto contratar a alguien en función de su éxito pasado? Comúnmente se
considera válido el principio de que si alguien actuó mejor que el resto en el pasado,
entonces existe una gran probabilidad de que suceda lo mismo en el futuro.

DEPENDE DEL NUMERO DE MONOS


No niego este último principio, pero tiene tantos condicionantes que esta consideración
puede ser extremadamente débil y en muchos casos totalmente errónea. En realidad, su
validez depende de dos factores: cuanto está expuesta dicha profesión a procesos
aleatorios y el número de monos (profesionales) presentes en ella (si tenemos cinco
monos sería muy impresionante que uno de ellos escribiera la Ilíada). Es más, si
hubiesen un billion elevado al billion de monos escribiendo a máquina, nos
sorprenderíamos que no hubiesen algunos que escribieran la Ilíada y otras obras
famosas.

Esta cuestión juega un papel más delicado en el mundo de los negocios que en cualquier
otro, dada su alta dependencia de la aleatoriedad. Cuanto más alto el número de
profesionales en un sector, mayor es la probabilidad de que haya algunos con un
altísimo nivel de éxito como resultado del azar. A pesar de ello casi nadie se dedica a
contar los monos.

LOS SESGOS DE LA REALIDAD


Existen otros aspectos del problema de los monos. Uno de estos aspectos no es solo que
nadie se fija en el resto de los monos, sino que muchas veces éstos no son siquiera
visibles. Están escondidos o ocultos y sólo se nos muestra el vencedor. Aunque ocultar
el fracaso constituye una respuesta natural, es lo que nos engaña y nos lleva a la percibir
únicamente a los ganadores como muestra representativa de toda la población.
Inevitablemente esto nos lleva a conclusiones erróneas acerca de las probabilidades de
ciertas estrategias, acciones o teorías. No respondemos según las probabilidades reales
sino según la percepción social de ellas. Incluso personas con conocimientos
estadísticos y de probabilidades no responden inteligentemente ante éstas situaciones.

LA SIGUIENTE PARTE DE ESTE LIBRO


Ya vimos situaciones donde la gente no parece aceptar la posible ocurrencia del evento
raro o sus horribles consecuencias, pero un libro sobre aleatoriedad estaría incompleto
sin una presentación de los posibles prejuicios y sesgos que pueden formarse por los
eventos del tipo “cisne negro”. En la siguiente parte de éste libro presentaré estos sesgos
que son: (a) el de la supervivencia (sólo vemos al vencedor), provocando una imagen
distorsionada de la probabilidad, (b) la suerte es frecuentemente la razón fundamental
para el éxito extremo, y (c) nuestra incapacidad biológica para comprender las
probabilidades.
RODEADO DE DEMASIADOS MILLONARIOS. COMO DETENER
EL DOLOR DEL FRACASO
ALGO DE FELICIDAD
Marc vive en la Avenida Park, en New York, con su esposa y sus tres niños, gana
$500,000 al año y lleva una aparentemente confortable vida como abogado. Durante la
semana trabaja largas jornadas. Mostró ser inteligente desde pequeño, asistiendo al
Harvard Collegue y más tarde a la Escuela de Derecho de Yale, con resultados bastante
aceptables. Actualmente es socio de una prestigiosa firma de abogados, pero no sin el
usual coste en su vida personal. Su primera mujer le abandonó.

DEMASIADO TRABAJO
Después se casó con Janet, tuvieron tres niños y se compraron un apartamento en la
“Park Avenue” y una casa de campo. Pero desde el punto de vista material ellos son,
quizás, los últimos en la escala social en el edificio de apartamentos donde viven, pues
éste está habitado por ejecutivos corporativos altamente exitosos, operadores de Wall
Street, y empresarios de muy alto nivel. Sus hijos van a una escuela de menor categoría.

ERES UN FRACASADO
Janet no deja de sentirse humillada por las otras señoras cuando va a recoger a sus
niños, o al encontrarse en el ascensor con alguna otra esposa con diamantes más
grandes. ¿Por qué su esposo no tiene más éxito? ¿Acaso no es inteligente y muy
trabajador?. ¿Por qué otros tienen millones y su esposo no, a pesar de su alto
coeficiente intelectual?.

Este caso ilustra muy elocuentemente el efecto emocional del prejuicio de la


supervivencia. Janet está computando mal las probabilidades. No está usando la
distribución adecuada. En comparación con la población general de los Estados Unidos,
Marc está mejor, financieramente, que al 99.5% de sus compatriotas y que el 90% de
sus compañeros de Harvard. ¿Por qué es el peor del edificio?. Porque ha decidido vivir
entre gente de más éxito y los que fracasan no están en la muestra. Esto hace parecer
como si él no fuera bueno absolutamente en nada. Janet se ha casado con un hombre de
éxito pero lo que ve a su lado es un fracasado, y esto los somete a un estrés constante.
En realidad si quisiese escapar de esa situación de percepción sesgada le recomendaría
que se mudase a un barrio menos exclusivo y donde podrían incluso llegar a ser los más
admirados. (Nota de Babalum: Claro que también podría cambiar de forma de pensar,
pero esto suele ser más complicado de lo que parece.)

EL DOBLE SESGO DE LA SUPERVIVENCIA. MAS EXPERTOS.


En el libro “El Millonario de al lado” (ver libro en castellano en Amazon), los autores
tratan de encontrar características que sean comunes a la gente rica. Del examen de un
grupo de ricos dedujeron que en general éstos no son dados al despilfarro y les llamaron
acumuladores (personas dispuestas a posponer el consumo con el objetivo de amasar
fondos). La idea fundamental es que estas personas son menos propensas a parecer muy
ricas – claramente, comportarse como rico cuesta dinero y tiempo (sobretodo se
infravalora el tiempo necesario para comprar todo tipo de productos lujosos, conocer
restaurantes caros, frecuentar clubs, cultivar relaciones con otros ricos, viajes etc.).
Contrariamente los que parecen ricos suelen acabar despilfarrando su fortuna mas tarde
o mas pronto.

Es innegable que esta estrategia puede funcionar; el dinero gastado no da frutos, pero
los las conclusiones a las que se llega en el libro son exageradas. Un análisis cuidadoso
revela que la muestra usada por los autores incluye una doble dosis del sesgo de la
supervivencia.

VENCEDORES VISIBLES
El primer sesgo consiste en que los seleccionados para la muestra son vencedores. No
incluyeron los que acumularon cosas equivocadas (divisas que luego se devaluaron, o
acciones de compañías que luego quebraron). De haber intentado extender la selección a
una muestra más realistas las conclusiones serían otras.

UN MERCADO ALCISTA
El segundo error, más serio, ya lo he discutido: el problema de la inducción. Aceptar su
tesis significa aceptar que los retornos de inversión en bolsa son permanentes (es la
misma creencia que existía antes de la gran crisis del 1929). Recordemos que los
mercados financieros han experimentado los mayores crecimientos de la historia (Nota
de Babalum: el libro fue publicado en el 2001) y que las acciones de bolsa se han
revalorizado astronómicamente durante las pasadas dos décadas. Un inversor que
siguiese la estrategia planteada en el libro durante los días menos augustos de la bolsa
habría tenido una historia muy distinta que contar. Imagínese que el libro hubiese sido
escrito en 1935, después de que muchos inversores habían perdido su interés en la
bolsa.

Resumiendo, el sesgo de la supervivencia implica que siempre serán mucho más


visibles los ganadores extremos. Porqué? Pues porque los perdedores se esconden!

LA OPINION DE UN GURÚ
El sector de gestión de fondos es uno de los más prolíficos a la hora de crear gurús. No
obstante dado la alta exposición a la aleatoriedad éstos gurús caerán inevitablemente en
la trampa, particularmente si estos no tiene un entrenamiento adecuado. En los
momentos de escribir éste libro uno de los gurús de moda defendía una estrategia de
inversión al estilo “Robin Hood”. Se trataba de retirar dinero de los fondos de gestores
de éxito e invertirlos en fondos gestionados por profesionales con peores resultados. El
susodicho gurú demostró que actuando de esta manera, su simulación dió retornos
considerablemente superiores a los logrados si se hubiese dejado el dinero en los fondos
teóricamente mejor gestionados.

Pero todo el estudio tiene un error de base que a éstas alturas, debería resultar obvio al
lector. Su muestra sólo tenía supervivientes. Ésta muestra contenía gestores que
tuvieron mucha suerte durante todo el periodo observado y otros gestores que, a pesar
de no irles tan bien en determinado momento, se recuperaron luego. Faltan los que
quebraron y no llegaron al final del periodo. Si se hubiesen incluido todos los gestores
de fondos que existían al principio del periodo los resultados hubiesen sido distintos. Al
excluirlos se obtuvo un resultado sesgado ya que en realidad todos eran supervivientes,
algunos extraordinarios y otros menos buenos. Los malos de verdad (o con menos
suerte) no se tuvieron en cuenta.

ES MÁS FÁCIL COMPRAR Y VENDER QUE FREIR UN HUEVO


¿Podría la belleza de las creaciones de un escultor, o la maestría con que es interpretada
una pieza musical ser un producto de la suerte? ¿Qué papel juega la aleatoriedad en
estos casos? Realmente es muy difícil imaginarse un pianista aprobar todos los
exámenes del conservatorio por tener suerte. Lo mismo podríamos decir de un ingeniero
o un físico. Lo cierto es que la probabilidad de que alguno de ellos haya obtenido su
titulación por suerte es tan baja que ni la consideramos. Si alguno de éstos profesionales
tiene prestigio o un buen historial, por lo general, tendremos bastantes garantías de que
realmente estemos delante de buenos profesionales.

No obstante ésto es muy distinto en cuanto nos fijamos en el mundo de los negocios. En
el caso de un gestor de fondos un buen expediente no proporciana las mismas garantías
como en el caso del músico o del ingeniero. En aquellos campos donde la aleatoriedad
juega un papel muy importante, como en la bolsa, todo lo que garantiza un buen
historial es que ese profesional ha aprendido a comprar y a vender. Pero comprar y
vender en realidad es más fácil que freír un huevo. No quiero decir con eso que el
historial de un inversor en bolsa no tenga ninguna relevancia, pero su importancia es
considerablemente inferior a la que se le suele conceder.

Engañado por los Números


INVERSORES PLACEBO
Con nuestra máquina de Monte Carlo podemos crear situaciones puramente aleatorias.
En lugar de analizar personas reales, buscando características comunes, podemos
crearlas artificialmente. Veamos un ejemplo:. Partimos de una muestra de 10,000
inversores. Consideremos que cada uno de ellos tiene un 50% de probabilidad de ganar
$10,000 al final del año, e igual probabilidad de perder $10,000. Una vez que un
administrador tenga un mal año automáticamente se le elimina. Consecuentemente en el
primer año esperamos que 5,000 administradores ganen $10,000 y 5,000 salgan del
juego. En el segundo año esperamos que 2,500 sobrevivan, en el tercero serán 1,250 y,
finalmente, para el quinto año tendremos 313 vencedores. Estos 313 tendrán un historial
de 5 años ininterrumpidos de ganancias. Un historial impresionante basado en … puro
azar!!!

Nota de Babalum: Es obvio que en la vida real también se deben dar estos casos, quizás
no todos, pero como distinguir entre unos y otros? O lo que es más importante todavía,
si los ganadores somos nosotros, como podremos estar seguros de no pertenecer a ese
grupo?
TODOS INCOMPETENTES

Llevemos el ejemplo de antes mas lejos todavía. Partamos de una muestra compuesta
sólo por inversores incompetentes. Definiremos un inversor incompetente a aquel que
se espera tenga retornos negativos. Le pedimos al generador que extraiga bolas de una
urna que tiene una cantidad fija de 45 bolas negras y 55 rojas. Al extraerse una bola
negra, el administrador gana $10,000. Si la bola es roja, él pierde $10,000. De esta
forma, se espera que gane $10,000 con un 45% de probabilidad, y pierda $10,000 con
un 55%. Al final del primer año esperamos tener 4,500 vencedores (45% de ellos), el
segundo año, el 45% de éstos, 2,025, y así sucesivamente. El quinto año esperamos
tener 184 vencedores (el 2%) que atraerán la atención, se les estudiará y se buscarán sus
características intentando relacionarlas con su éxito. Nadie se acordará del 98% de
perdedores, los cuales en realidad tenían las mismas características que los vencedores.

¿Qué podemos concluir?

La primera conclusión contraintuitiva es que de una muestra compuesta completamente


por malos inversores (o gestores/ejecutivos) surgirá siempre un grupo que mostrará
buenos resultados. Es decir, que será prácticamente imposible determinar si uno de ellos
es bueno o malo solamente basándonos en sus resultados. ¿Por qué? Porque debido a la
volatilidad (dispersión) algunos inversores malos siempre ganarán dinero.

La segunda conclusión contraintuitiva es que el número de inversores con éxito depende


más del tamaño de la muestra inicial que de su propia capacidad como profesional. Esto
también quiere decir que en el año 2002 veremos un número muy superior de
“excelentes” managers que en 1998 simplemente porque que hubo muchos más
profesionales que iniciaron su carrera en 1997 que en 1993. (Nota de Babalum: recordad
que el libro fue publicado en el 2001)

ERGODICIDAD
Entrando un poco más en lo técnico, la confusión se origina cuando se cree que las
propiedades de la distribución puede obtenerse a partir de la muestra en cuestión. Lo
cierto es que en todos los casos en los que estudiamos a los mejores inversores o los
managers más exitosos estamos definiendo una distribución distinta a la de la totalidad
de la muestra. La diferencia entre las medias de estas dos distribuciones es justamente lo
que podemos llamar el “sesgo de la supervivencia”.

En el ejemplo anterior de los inversores incompetentes el sesgo es el 3% de los


miembros de la muestra que son vencedores después de cinco años consecutivos.
Además, este ejemplo ilustra la propiedad de la ergodicidad, consistente en que el
tiempo elimina los efectos indeseados de la aleatoriedad. Sabemos que a pesar de que
resultaron vencedores durante cinco años consecutivos, a largo plazo no les irá mejor
que a los que perdieron en los primeros años de la simulación.

[ver post con más detalles sobre la ergodicidad y el papel que desempeña en nuestras
vidas]
LA VIDA ES COINCIDENCIA. LA CARTA MISTERIOSA.

A continuación veremos el impacto en nuestras vidas de nuestros sesgos a la hora de


entender la distribución de coincidencias.

Supongamos que recibes una carta anónima el 2 de enero indicando que el mercado
subirá durante ese mes y se cumple el pronóstico. Recibes otra el 1 de febrero diciendo
que el mercado bajará y de nuevo ocurre así. Si esta historia se repite por varios meses,
a la altura de julio ya crees a pies juntillas en estas predicciones y si se un gestor de
fondos te invita a invertir en algún fondo, depositaras todos sus ahorros en éste. Dos
meses más tarde viene el fracaso, pierdes todo tu dinero y cuando se lo mencionas a tu
vecino éste te cuenta que recuerda haber recibido dos de esas cartas anónimas, pero el
pronóstico de la segunda falló y no recibió más cartas.

¿Qué sucedió?.

El tramposo gestor extrajo 10,000 nombres de la guía telefónica, envió una carta alcista
a la mitad de la muestra, y una bajista a la otra mitad. Al mes siguiente, seleccionó las
personas para las cuales el pronóstico se cumplió (5,000 personas). Al próximo mes
hizo lo mismo con el resto y así sucesivamente hasta que el número se reduce a un
grupo de 500 personas, que es el que aportará las víctimas. Una inversión de unos pocos
miles de dólares en sellos se convierten en varios millones.

EL PARTIDO DE TENNIS INTERRUMPIDO


Es común que mientras vemos un juego de tenis por la televisión seamos bombardeados
por anuncios sobre fondos de inversión que se comportaron mejor que otros en algún
período. Pero, tengamos presente que sólo se anuncia el vencedor, por ello existe una
gran probabilidad de que llegue hasta ti una propuesta de inversión cuyo éxito pasado
estuvo causado completamente por el azar. A este fenómeno se lo conoce con el nombre
de selección adversa. Por ello debemos ser mas cuidadosos al juzgar una inversión que
nos llega por iniciativa de otros (p.ej. anuncios) que cuando llegamos a ellas gracias a
un proceso cuidadoso de búsqueda iniciado por nosotros mismos.

Nota de Babalum: Tengo que admitir que por si mismas las explicaciones del libro no
me han bastado para entender éste punto. Después de buscar algo más de información
acerca de la selección adversa en la wikipedia explicaría el ejemplo anterior del
siguiente modo. Entre todas las posibilidades de invertir habrá unas mejores que otras.
Supongamos que la gran mayoría de posibles inversores no sabrán distinguir a priori
entre la buenas y las mala inversiones. Por ello el coste que están dispuestos a asumir
estará a medio camino entre la inversión buen y la mala.

La consecuencia es que la buena inversión estará infravalorada y la mala inversión


sobrevalorada. Esto significará que los que ofrezcan malas inversiones (y lo sepan)
estarán mucho más incentivados a ofrecer sus inversiones, mientras que los que
ofrezcan buenas inversiones (y lo sepan) no estarán obteniendo un precio justo y
tendrán menos motivación a ofrecer su inversión al coste promedio. Entiendo que es por
ello que Nassim defiende que hay una mayor probabilidad de que una inversión sea
mala si ella es ofrecida de forma masiva y llega a nosotros por iniciativa de otros en vez
de haberla descubierto después de un proceso exhaustivo de búsqueda y selección.
LA PARADOJA DEL CUMPLEAÑOS

La conocida paradoja del cumpleaños es en realidad una peculiaridad de nuestra


percepción.
Si usted se encuentra con alguien aleatoriamente, existe una probabilidad muy pequeña
de que tenga su misma fecha de aniversario. Por tanto, compartir la misma fecha de
cumpleaños sería una coincidencia. Veamos ahora que ocurre en una situación en la que
23 personas están en una habitación. ¿Cuál es la probabilidad de que existan dos
personas con la misma fecha de cumpleaños? Cerca del 50%, ya que no estamos
especificando una persona en concreto..

Nota de Babalum: Es muy fácil reproducir éste resultado mediante una rápida
simulación en una hoja de Excel. Se copia la siguiente fórmula [
=ENTERO(ALEATORIO()*366) ] en 23 casillas de una hoja de Excel y se cuentan las
coincidencias. A continuación se generan nuevas simulaciones mediante la tecla F9. Es
sorprendente pero se comprueba que aproximadamente sale 1 coincidencia cada 2
simulaciones.

EL MUNDO ES UN PAÑUELO!
Otro ejemplo de como malinterpretamos las probabilidades son los encuentros
inesperados con gente que conocemos en algún lugar inesperado. Estos eventos siempre
los vivimos con sorpresa y se convierten en anécdotas. En realidad estamos
confundiendo la probabilidad de encontrarnos con una persona concreta en un sitio
concreto no habitual con la probabilidad de encontrarnos con cualquier persona que
hayamos conocido a lo largo de nuestra vida en cualquier sitio que vayamos a estar en el
futuro. La primera probabilidad es minúscula, mientras que la segunda es
considerablemente superior, quizás unas miles de veces mayor.

De la misma forma cuando los estadísticos buscan cualquier correlación (no una
concreta) en un conjunto de datos lo más probable es que la encuentren, incluyendo la
correlación entre el largo de las faldas de las mujeres y los movimientos de bolsa.

MINERIA DE DATOS, ESTADÍSTICA Y CHARLATANERIA


Algunas personas han llevado la minería de datos hasta la teología. Un reciente ejemplo
es “El código secreto de la Biblia” de Michael Drosnin, un antiguo periodista. En el
libro se busca mediante un procedimiento especial y ordenadores potentes coincidencias
que se puedan interpretar en términos históricos. Dado que se busca en general y no
eventos concretos finalmente se encuentran coincidencias. Un ejemplo es la predicción
del asesinato de Rabin, el cual obviamente no hizo mucho caso al aviso. Está de más
decir que el libro se vendió bien.
¡EL MEJOR LIBRO QUE HE LEIDO!

Me gusta invertir mi tiempo en las librerías pasando de un libro a otro y tratando de ver
por cual me decido. Frecuentemente me guío por pistas sugerentes pero superficiales, a
veces, sólo por la recomendación de la contraportada, que a menudo contienen elogios
de alguien.

¿Cuál es el problema? Que tiendo a tomar la reseña de un libro como una representación
de todas las reseñas posibles cuando en realidad es la mejor de las reseñas del grupo de
las buenas reseñas. Confundo la distribución del máximo de una variable con la de la
variable en sí. El editor nunca pondrá en el forro del libro otras cosas que los mejores
elogios.

El ANALIZADOR

Con la ayuda de un programador construí un analizador, un software que conectado a


una base de datos de precios históricos permite chequear el comportamiento hipotético
pasado de una regla económica. Puedo, por ejemplo, aplicar la reglas sencillas de
mercado, comprar acciones del NASDAQ si ellas cierran por encima del 1.83%
respecto al promedio de la semana anterior, e inmediatamente tener una idea de su
comportamiento en el pasado. Si el resultado no me agrada, puedo cambiar el porcentaje
y la complejidad de la regla, hasta quedar satisfecho.

¿Qué estoy haciendo? Buscando la regla superviviente dentro del conjunto de reglas que
pueden funcionar. Estoy seguro que existirá alguna acción en el mundo cuyo histórico
de precios esté correlacionado con los cambios de temperatura en Ulan Bator. Es
cuestión de buscar y seguro que lo encontraremos.

Debo desacreditar los excesos que he visto en el uso de este tipo de herramientas
durante mi carrera. Arropados por toneladas de datos y noches sin dormir ajustando sus
estrategias de inversión muchos pierden su sentido crítico y acaban fiandose ciegamente
de los resultados obtenidos con datos históricos.

[Nota de Babalum: los aficionados al análisis bursátil seguro que conocen este tipo de
software como el Metastock. Que fácil es encontrar sistemas que se ajustan
perfectamente a los datos históricos y por arte de magia dejan de funcionar en cuanto se
intentan poner en marcha. ¿Os suena a alguno?]

En cuanto a las reglas de inversión que muchos utilizan con éxito a día de hoy, hay
quien opina que no son más que reglas supervivientes por azar, y que en realidad no
encierran en si mismas ninguna capacidad de predicción real.

CONSECUENCIAS ALGO MÁS PREOCUPANTES

Históricamente la medicina se ha desarrollado por el método de prueba y error –es


decir, estadísticamente, pero muchos investigadores en medicina no conocen las
implicaciones de los sesgos estadísticos y que algunas correlaciones son fruto del azar.
Así, un reciente estudio médico relaciona el fumar con una reducción del cáncer de
mama. La lógica debería indicarle que este resultado es sospechoso.
RESULTADOS TRIMESTRALES : ENGAÑADOS POR LOS
BENEFICIOS
Los analistas de Wall Street están entrenados para detectar todo tipo de trucos contables
que las compañías utilizan a la hora de declarar sus ganancias, pero no están preparados
aún para vérselas con la aleatoriedad. Con las compañías sucede justamente lo mismo
que vimos con los gestores de fondos. De una muestra inicial de éstas habrá un grupo
que mostrará resultados excelentes en un periodo, sin trucos, sólo debido a la
aleatoriedad. A medida que algunas de estas empresas vayan repitiendo los buenos
resultados las acciones de éstas serán más y más recomendadas por los analistas, sin
darse cuenta éstos hasta que punto una proporción de las empresas exitosas no son más
que el resultado del azar.

LA CURA DEL CANCER


Frecuentemente nos topamos con publicidad de remedios milagrosos para todo tipo de
enfermedades. Muchas veces empleándose testimonios de personas que se han curado,
para aumentar la credibilidad. A pesar del desarrollo actual, las personas creen más en
un sincero testimonio de este tipo que en una evidencia científica, encontrando la
comunidad científica, grandes dificultades para convencer a la prensa de que la
medicina es sólo una y que la alternativa no lo es. Subrayo “testimonio sincero” porque
realmente creo que muchos de los testimonios que vemos dicen la verdad. Realmente se
curaron. No obstante la curación no tuvo mucho que ver con el remedio que anuncian.

Por ejemplo, en algunos casos de cáncer por algún mecanismo que aún no conocemos, a
veces los pacientes se curan espontáneamente. A esto se le llama remisión espontánea.
Los testimonios podrían haber tomado cualquier cosa y se habrían curado. El remedio
anunciado en televisión a altas horas de la noche no tendría nada que ver.

Un caso interesante ocurre con las aguas curativas de Lourdes, en Francia. Se realizó un
estudio estadístico sobre los enfermos de cáncer que después de visitar Lourdes se
curaron y se comparó con los índices de remisión espontánea de cáncer. No solo se
comprobó que la visita a Lourdes no mejoraba la probabilidad de curarse sino que
incluso estaba por debajo del índice de remisión espontánea. ¿Podría inferirse entonces
que las posibilidades de supervivencia de estos pacientes se reducen por visitar
Lourdes?

EL PROFESOR PEARSON Y MONTECARLO. ¡LA


ALEATORIEDAD NO PARECE ALEATORIA!

El conocido estadístico Karl Pearson fue el creador del primer test de no aleatoriedad.
En 1902 examinó millones de series de resultados de la ruleta y descubrió que éstas no
eran completamente aleatorias. En realidad, esto es poco significativo, pues sabemos
que pequeñas imperfecciones en la ruleta o en la bola pueden generar pequeños patrones
de no-aleatoriedad. Hoy en día los estadísticos están de acuerdo en que la aleatoriedad
pura sólo es posible conseguirla teóricamente.
De todo esto, no obstante, se deriva otro severo problema, relacionado con la
aleatoriedad. Solemos creer que cuando una serie es aleatoria no mostrará patrones pero
en realidad no es así, en la práctica siempre puede percibirse algún patrón si se es lo
suficientemente minucioso. De hecho una serie que no muestre ningún patrón después
de examinarla con suficiente detalle será altamente sospechosa de haber sido creada
artificialmente.¡Ni siquiera la aleatoriedad real parece aleatoria!

Veamos un ejemplo. Si lanzamos 16 granos de arroz sobre una hoja que tenga dibujados
16 rectángulos iguales, la probabilidad de que haya exactamente un grano de arroz en
cada uno de los rectángulos es ínfima. Lo más probable es que hayan algunos con dos,
tres y más granos y bastantes estarán vacios. Si ésta misma distribución se encontrase,
al estudiar la incidencia del cáncer en los diferentes barrios de una gran ciudad, nos
encontraríamos con toda seguridad con quien encontrará relación entre los barrios con
altos índices de cáncer y cualquier otro factor (toxicidad del agua de la zona, antenas de
telefonía, torres eléctricas, etc).

EL PERRO QUE NO LADRÓ: EL SESGO DE LA


SUPERVIVENCIA EN EL CAMPO CIENTIFICO
Los mismos sesgos de supervivencia que hemos visto en capítulos anteriores son
habituales en el ámbito científico. Al igual que en el periodismo, los estudios que no
arrojan un resultados no se publican. Sin embargo, puede estarse perdiendo información
muy valiosa. Puede haber mucha información contenida en trabajos que no llevaran a
conclusiones estadísticamente relevantes. Recordemos la afirmación de Sherlock
Holmes en el caso “La Estrella de Plata” – lo curioso era que el perro no ladrara.

NO TENGO LA RESPUESTA
Muchas veces me preguntan acerca de si tal persona o tal otra simplemente tuvieron
suerte. No me gusta emitir un juicio acerca de cuándo un suceso ha ocurrido por causa
de la suerte o no. Honestamente, creo no estar capacitado para hacerlo. Muchas veces se
me malinterpreta y se cree que defiendo que todos los ricos son incompetentes y que
todo el que fracasa simplemente no tuvo suerte. En realidad lo que digo, es que en
ausencia de mucha más información prefiero no juzgar y simplemente ser escéptico. Es
más seguro.

EL PERDEDOR SE LO LLEVA TODO. SOBRE LA NO


LINEALIDAD DE LA VIDA.

Examinaré ahora el conocido argumento de que la vida es injusta, sólo que desde un
ángulo nuevo, el de la no linealidad. Es decir, cómo una pequeña ventaja o en su defecto
una pequeña ayuda gracias a la suerte puede conducir a grandes beneficios.

EL EFECTO DE LA PILA DE ARENA


Para entender el concepto de no linealidad, imaginemos que estamos haciendo una torre
de arena en la playa. Cada vez que nuestra pila alcanza una cierta altura vemos que un
solo grano de arena añadido provoca que toda la pila de arena se desplome. Lo que
estamos viendo es, precisamente, un efecto no lineal, consistente en que una pequeña
perturbación causa un efecto totalmente desproporcionado. Las dinámicas no lineares
está en la base de la teoría del caos y del famoso efecto mariposa.

LA ALEATORIEDAD ENTRA EN ESCENA


Imaginemos un salón lleno de actores esperando para una audición. De ellos, solo unos
pocos vencerán, y podemos imaginar su suerte en, adelante, les espera la fama al
contrario al resto que probablemente seguirán sirviendo cafés en las cafeterías
circundantes. Seguramente los ganadores tendrán talento pero lo mismo ocurrirá con los
perdedores, de lo contrario no estarían esperando la audición. Aquí tenemos el efecto de
la no linealidad. La diferencia entre el estilo de vida del actor de fama está a años luz
del que no logra pasar la prueba.

Si encima en la elección influyó el estado de ánimo de uno de los miembros del jurado
ese día o de cualquier otro hecho casual, vemos como éstos factores circunstanciales
pueden crear dos vidas enormemente distintas, mucho más de lo que se podría esperar
en base a sus mucho menores diferencias de talento.

APRENDIENDO A ESCRIBIR
Frecuentemente se usa el ejemplo del QWERTY para describir la poco eficientes
dinámica del ganar y el perder en la economía. El arreglo de las letras en la máquina de
escribir es un ejemplo del éxito del método menos apropiado. Esta configuración se
hizo así para minimizar la probabilidad de que se engancharan las teclas adyacentes en
las antiguas máquinas de escribir. No obstante éste sistema no es óptimo de cara a la
velocidad de escritura y carece de todo sentido hoy en día. Con el desarrollo de los
procesadores electrónicos se intentó reiteradamente racionalizar este arreglo, pero fue
en vano, la gente ya estaba adaptada.

Igualmente sucede con los actores, algunos de ellos gustan porque le gustaron en primer
lugar a un determinado círculo de espectadores. En nuestra era de la información, que
homogeniza nuestros gustos, esta injusticia se agudiza – aquellos que ganan, atraen toda
la atención. Un ejemplo muy ilustrativo es el caso de Microsoft. La mayoría de la gente
utiliza los programas de Microsoft porque otros lo hacen. Este es un efecto de
realimentación positiva al que los economistas llaman “externalidades de red” y da
lugar a resultados dependientes de la trayectoria, lo cual no es contemplado por los
modelos económicos clásicos, donde no hay lugar para la incertidumbre.

Nota de Babalum: Sobre el tema de la homogenización de gustos y como gracias a


Internet nos estamos liberando de la esclavitud de los top ventas os recomiendo este
post que publiqué hace unos meses sobre el famoso artículo “The long tail” (La larga
estela - el fin de Pareto) de Chris Anderson.
LAS MATEMÁTICAS DENTRO Y FUERA DEL MUNDO REAL

Imaginemos una ruleta en la cual la probabilidad de ganar varía en función de las veces
que hemos ganado en las anteriores rondas. Si corriéramos unas cuantas simulaciones
nos daríamos cuenta que el modelo tenderá a dar resultados extremadamente buenos o
totalmente desastrosos. Pocas simulaciones acabaran en un término medio. Esto se
asemeja mucho a lo que observamos en la realidad. El problema es que este tipo de
procesos no son muy fáciles de modelar matemáticamente, ya que dependen de los
resultados anteriores. La casi totalidad de métodos matemáticos o estadísticos se basan
en la independencia de cada evento, lo cual no se ajusta a este tipo de comportamientos.

No obstante el desarrollo de las ciencias económicas ha sido determinado por un grupo


de pensadores que se apresuraron a introducir técnicas de modelaje matemático sin
considerar que, quizás, el tipo de matemática empleada no era apropiada para el
problema en cuestión. Quizás simplemente pensaban que al utilizar un lenguaje preciso
como las matemáticas esto les proporcionaría una mayor credibilidad. Evidentemente
esa matemática no funcionaba en el mundo real, pero se negaron a aceptar la posibilidad
de que pudiesen existir otras técnicas más apropiadas o que era preferible prescindir
completamente de los métodos clásicos antes que llegar a conclusiones equivocadas.

Actualmente existen prometedoras investigaciones provenientes del área de los métodos


cuantitativos no lineales y si, finalmente, éstos no tuviesen éxito, sería debido a que la
matemática podría servir sólo de una ayuda secundaria en el mundo real. He aquí otra
ventaja del Método de Monte Carlo, capaz de brindar resultados cuando las matemáticas
no pueden hacerlo en este mundo aleatorio.

El ASNO DE BURIDAN O EL LADO BUENO DE LA


ALEATORIEDAD
La no linearidad de la aleatoriedad es empleada algunas
veces como herramienta para salir de situaciones de
bloqueo. Imagine un asno (Asno de Buridan, en honor
al Filósofo Jean Buridan), que está igualmente
hambriento que sediento y equidistante de una fuente
de alimentos y de una de agua. En estas condiciones el
burro podría morir de sed y de hambre, ya que no le es
posible decidirse por ninguna de las dos. Si
introducimos un poco de aleatoriedad, dando un
pequeño empujón al burro, éste podría fácilmente tomar la decisión salvadora.

Nota de Babalum: ¿Quien no a tirado una moneda alguna vez para elegir entre dos
opciones aparentemente similares? Cuando nos encontramos en una situación donde
cuesta tanto decidirse entre dos alternativas, posiblemente es que ninguna será muy
superior. Pero en cualquier caso la indecisión es la peor de las opciones. En éstos casos
es mejor una decisión aleatoria que ninguna decisión …o retrasarla indefinidamente
(ver la conclusión final del artículo “Saber frente a hacer” publicado en éste Blog).
CUANDO LLUEVE, LLUEVE A CÁNTAROS

Aunque no me haga demasiada gracia, muchas más veces de lo que desearía me


encuentro con ejemplos de que en este mundo, o se es extremadamente exitoso,
atrayendo todo el dinero, o no se gana un solo centavo. Lo mismo le ocurre al escritor, o
todos quieren publicarle su obra, o nadie quiere hacerlo. Si de mi dependiese, preferiría
un término medio.

LA ALEATORIEDAD Y NUESTRO CEREBRO: SOMOS CIEGOS


A LA PROBABILIDAD. PARIS O LAS BAHAMAS?
Imagine que usted tiene dos opciones para sus vacaciones. Una de ellas es irse a París y
la otra a Las Bahamas. Al pensar en cada uno de estos dos posibles sitios vienen a la
mente dos imágenes muy agradables, pero bien distintas entre sí. Existe un 100% de
probabilidades de estar en uno de estos dos sitios, esto es, son equiprobables, pero usted
sabe que son mutuamente excluyentes, sólo podrá estar en uno a la vez. Desde el punto
de vista matemático usted tiene un 50% probabilidades de estar en un sitio y un 50% de
estar en el otro, pero, ¿puede su cerebro entender esto? ¿Es posible tener los pies en las
aguas del Caribe y la mirada posada en una escultura parisina? Evidentemente no.
Nuestro cerebro puede visualizar sólo un estado a la vez. Más difícil todavía, intentemos
imaginar estar al mismo tiempo en Paris en un 15% y en Las Bahamas en un 85%.
Imposible.

Lo mismo nos ocurre cuando apostamos, jugamos a la bolsa o nos involucramos en


actividades que tienen asociados resultados distintos con probabilidades diferentes. O
visualizamos un estado o el otro, cuando lo correcto sería visualizar la combinación
lineal de resultados y probabilidades o lo que es lo mismo el valor esperado. Esto nos
lleva a tomar decisiones no racionales constantemente.

ALGUNAS CONSIDERACIONES FUNDAMENTALES


Es hora de revelar el gran secreto de Nero, nuestro héroe de los primeros capítulos.
Nero se topó con un cisne negro a los 35 años, cuando le diagnosticaron un cáncer.
Nunca podrá olvidar el impacto que le causó la noticia. Después de vagar y vagar en la
lluvia finalmente acabó en una librería consultando libros de medicina hasta que se
encontró con la siguiente estadística: el 72% de los pacientes con su tipo de cáncer
sobreviven. En ese momento supo que lo conseguiría. Al pensar en el 72% de
probabilidad de supervivencia, se imaginaba a si mismo esquiando en los Alpes y bien
vivo. Contrariamente, pensar en el 28% de probabilidades de morir, le había hecho
evocar imagenes de su propio entierro y estar deprimido.

Para las matemáticas es exactamente lo mismo pero para la mente humana cambia
totalmente pensar en la probabilidad del 72% o del 28%. No obstante, en ningún
momento se visualizó a si mismo un 28% muerto y un 72% vivo.
DE LA PSICOLOGIA A LA NEUROBIOLOGÍA

Por las razones que hemos expuesto se dice que somos ciegos a las probabilidades. Esta
idea ha conducido al estudio del efecto que nuestros sesgos causan sobre nuestro
comportamiento irracional a la hora de tomar decisiones y ha llenado librerías. Incluso
se han creado fondos de inversión con el objetivo de explotar que los mercados siempre
sobre-reaccionan y otros que hacen justo lo contrario. Hasta algunos psiquiatras y
psicólogos clínicos se están dedicando a estudios de estrategias de inversión – después
de todo, se supone que ellos conocen mejor la mente humana que los economistas
financieros. Todo esto suena muy bien hasta que podemos ver a éstos mismos expertos
cayendo en las mismas trampas que cualquier “no experto”.

NUESTRO HABITAT NATURAL


El medio en el cual vivimos no es nuestro hábitat natural. Por hábitat natural me refiero
a aquel medio en el cual nuestra especie ha pasado el mayor número de generaciones y
para el cual estamos más adaptados en base a la evolución de nuestros genes. Según los
antropólogos hemos existido como una especie independiente desde hace unos 130,000
años.

Imaginemos, para nuestro análisis, un asentamiento humano de sólo unos 3,000 años
atrás. La información está limitada por los medios físicos para su transmisión y no se
puede viajar velozmente. El número de personas que se conocen es pequeño y sería fácil
encontrar evidencias a favor o en contra de algún hecho, en fin, la vida sería simple y
por ello habría muy poco margen para las probabilidades. En los últimos 3.000 años
nuestra sociedad ha avanzado mucho y vivimos en un mundo múltiples veces más
complejo. No obstante nuestra genética es la misma. Nuestras emociones son las
mismas. (Nota de Babalum: éste párrafo me recuerda enormemente el primer punto que
expone Paul Ekman en su artículo ¿Porque no sabemos detectar el engaño o
las mentiras? cuyo resumen publiqué hace unos meses)

Realmente hemos tenido que esperar hasta la aparición de la literatura sobre el juego
para el desarrollo de la teoría de probabilidades. Si no estamos preparados para manejar
bien las probabilidades de forma intuitiva simplemente es porque no las hemos
necesitado a lo largo de la mayor parte de la evolución de nuestra especie. Muchos de
nuestros problemas provienen del hecho de que hemos evolucionado de nuestro hábitat
natural rápidamente, más rápido que nuestros genes. Aún peor; nuestros genes no han
cambiado en absoluto.

KAFKA EN EL ESTRADO
El juicio de O. J. Simpson es un ejemplo de cómo estando nuestra sociedad regida por
las probabilidades, se toman importantes decisiones sin observar ni sus leyes más
básicas. Personas que, desde el punto de vista de probabilidades se podrían claramente
inferir como culpables andan sueltas, mientras que otras inocentes son declaradas
culpables por un mal manejo de las probabilidades. Lamentablemente aún no tenemos
tribunales que sepan evaluar probabilidades conjuntas.
En el mencionado juicio los abogados esgrimieron el argumento que habría al menos
cuatro personas en Los Ángeles que podían tener las mismas características del DNA de
O.J. Simpson lo cual implicaba que éste tenía 1/500.000 posibilidades de no ser
culpable. Se ignoró por completo que además era su marido y que había algunas
evidencias adicionales. Si se hubiesen tenido en cuenta la probabilidad conjunta de que
O.J. Simpson fuera inocente se hubiesen reducido a menos de 1 / varios trillones de
trillones.

Pero aún hay más. Uno de los abogados de Harvard argumentó que sólo el 10% de los
hombre que maltratan físicamente a las mujeres llegan a asesinarlas cuando la forma
correcta de enfocar el problema es determinar el porcentaje de casos en los que las
mujeres asesinadas, previamente habían sido maltratadas por sus esposos (esto es, el
50%), porque estamos ante un caso de probabilidad condicional y no de probabilidad
incondicional.

Nota de Babalum: Aunque el ejemplo es algo macabro pongámosle números para


entenderlo mejor. Supongamos que de 100 casos de malos tratos 10 acaban en
homicidio. Supongamos también que en el mismo periodo dado se cometen 10
lamentables asesinatos adicionales de mujeres casadas sin relación con malos tratos. Si
nos encontramos ante un acusado del asesinato de su esposa que previamente había sido
denunciado por malos tratos que probabilidad deberíamos utilizar para aventurar su
culpabilidad?

Veamos la situación al revés. Tenemos una esposa muerta. ¿Que probabilidad tenemos
de que el asesino sea su marido maltratador? Sabemos que de 20 mujeres muertas 10
habían sufrido malos tratos, consecuentemente es el 50%! El ejemplo sería todavía más
obvio si todos los asesinatos de mujeres hubiesen sido perpetuados por maridos
maltratadores. El hecho de que sólo el 10% de malos tratos acaban en asesinato es
totalmente irrelevante.

Pero donde más errores se cometen es al evaluar la probabilidad de ocurrencia de dos


eventos independientes. Los abogados no se percatan de que la probabilidad de que
coincidan dos evidencias independientes se obtiene multiplicando las probabilidades de
cada una de las evidencias por separado. El resultado siempre dará un resultado inferior
que cualquiera de ellas por separado.

Estos errores de apreciación son muy comunes. En una prueba con estudiantes
universitarios se pidió que evaluaran la probabilidad de que una chica con una
educación liberal acabara siendo una cajera de banco o una cajera de banco feminista.
La mayoría dieron una mayor probabilidad al segundo escenario. A la hora de invertir
en bolsa estoy encantado de aprovecharme de éstos sesgos por parte de otros pero a
nivel personal me asusta vivir en una sociedad así.

UN MUNDO ABSURDO
El profético libro de Kafka, El Juicio, sobre la condición de un hombre que es arrestado
por una razón inexplicable, dio en el blanco, pues éste proyectó un incierto futuro de la
humanidad, envuelta en una telaraña burocrática, donde espontáneamente se generan
reglas que obedecen a la lógica interna de la burocracia. El Juicio de Simpson me dejó
completamente asustado, pues estamos expuestos a resultados que no tienen sentido
desde el punto de vista probabilístico, pudiendo tener que enfrentarnos a abogados,
jueces y jurados analfabetos en aleatoriedad.

En el otro extemo tenemos a matemáticos que tienen un sinfín de modelos y datos pero
muchas veces les falta el sentido común para saber cual aplicar o que se toma los
resultados demasiado en serio. Afortunadamente, existe un camino intermedio, pero,
desgraciadamente es pocas veces recorrido.

KAHNEMAN Y TVERSKY
Sorprendentemente, los economistas más influyentes de ésta época gracias a sus
publicaciones y número de referencias en otros artículos no son economistas. Se trata de
los psicólogos Daniel Kahneman y Amos Tversky, pues descubrieron y estudiaron áreas
en las que los seres humanos no están preparados para un pensamiento racional y un
comportamiento económico óptimo. A partir de sus resultados floreció la disciplina
llamada Finanzas y Economía Conductual; en abierta contradicción con la Economía
Ortodoxa, basada en conceptos normativos. La distinción entre ciencias normativas y
positivas reside en que las primeras estudian cómo deben ser las cosas, mientras las
segundas estudian cuál es el comportamiento real de la gente. (ver experimento de
Kahneman y Tversky en el librobit (3) de ésta serie)

NEUROBIOLOGIA
Mediante el estudio de pacientes con determinadas zonas del cerebro dañadas, los
neurólogos han podido ir estableciendo con qué partes de nuestro cerebro están
relacionadas determinadas funciones y nos permiten percibir las cosas, y comportarnos,
de una manera dada. Somos, nos guste o no, prisioneros de nuestra biología. La
psicología evolutiva plantea que no hemos desarrollado la habilidad de entender las
probabilidades porque no tuvimos que hacerlo, pero la razón más profunda es que no
estamos diseñados para entender las cosas, sino sólo para sobrevivir y procrear. Somos
pués descendientes de aquellos que sobreestimaban las probabilidades del peligro ya
que los temerarios fueron eliminados antes de poder procrear. Consecuentemente
nuestro cerebro se ha desarrollado con sesgos que pueden estorbarnos para movernos en
un ambiente más complejo, uno que requiera una valoración más exacta de las
probabilidades.

EJEMPLOS DE SESGOS EN LA INTERPRETACION DE


PROBABILIDADES
En la literatura conductual encontré más de 40 ejemplos de estos sesgos. Veamos uno
de los tests, realizado a un grupo de médicos:

El test de una enfermedad, padecida por una de cada mil personas, presenta una tasa del
5% de falsos positivos. ¿Cuál es la probabilidad de que una persona perteneciente a una
muestra tomada al azar y que da positivo en el test tenga la enfermedad?
El cálculo sería el siguiente. En total, de una muestra de 1.000 personas tomadas al azar
tendríamos 50 falsos positivos y un enfermo real. Es decir, solo 1 de los 51 detectados
estará enfermo de verdad.

El 80% de los médicos respondió que el 95%, simplemente porque el test tiene un 95%
de exactitud. Pero la respuesta correcta es el 2%!!!

…sin comentarios.

SOMOS CIEGOS ANTE LAS OPCIONES

Como inversor en opciones (ver articulo sobre opciones financieras) puedo dar fe de
que la gente tiende a subvalorar las opciones, dada la incapacidad de evaluar
mentalmente instrumentos que dan como resultado un pago incierto. Veamos el caso de
una opción que está un 10% fuera de dinero y que cuesta 1$ (Strike de la opción 110 $
de una acción que cotiza a 100 $). Dentro de un mes lo más probable es que la acción
subyacente no haya subido más de un 10%. Digamos que hay un 90% de probabilidad
que la opción no valga nada. No obstante hay una probabilidad del 10% de que su valor
sea muy superior al coste de 1$. En el caso de que la acción hubiese subido a 120$ el
valor de la opción sería de 10$. Simplificando bastante podríamos decir que el valor
esperado de la opción es de 0$*90% + 10$*10% = 1$. Es aquí donde hasta los
profesionales confunden el valor esperado de la opción (1$) con el valor más probable
(0$) y tienden a tomar decisiones en base al último.

Hay un matiz psicológico adicional. Es mucho más cómodo vivir en un escenario donde
sabes con casi certeza que cada día vas a ganar algo, aunque sea poco (como hace el
vendedor de opciones que se embolsa el 1$) que no la situación contraria. Hace falta
mucho temple y un carácter especial para perder el 90% de las veces para verse
recompensado muy de vez en cuando aunque a la larga se gane más.

LA PROBABILIDAD Y LOS MEDIOS DE COMINICACION (OTRA


DE PERIODISTAS)
Un periodista está más entrenado en técnicas de comunicación que no en analizar los
temas en profundidad. Muchas veces se interpretan de forma errónea las probabilidades.
He observado también que la prensa médica frecuentemente confunde “la ausencia de
evidencia” con “la evidencia de ausencia”. Supongamos que en base a cierto
experimento un investigador dice que no se han encontrado evidencias de que
determinado medicamento mejora la tasa de supervivencia de cierta enfermedad.
Muchoso el periodistas no tendrán ningún problema en publicar a continuación que se
han encontrado evidencias de que ese medicamento no funciona. Nada más lejos de la
realidad. Simplemente puede ser que mediante un experimento distinto en otras
condiciones se acabe probando la efectividad del medicamento.
CNBC DURANTE EL ALMUERZO

El canal de noticias financieras CNBC representó una gran ventaja para la comunidad
financiera. Gracias a él se podían seguir las noticias minuto a minuto y constantemente
se emitían entrevistas con renombrados expertos que comentaban hasta el más ínfimo
detalle de la jornada con una seguridad y autoridad aplastante. Lástima que en realidad
se dedicasen tanto esfuerzo a comentar ruido.(Ver el librobit 12 donde se explica porque
al aumentar la frecuencia de monitorización de procesos con una componente aleatoria
importante se aumenta el ratio de ruido medido.)

Pero no solo aumentó el ruido sino que también los comentarios que violaban
fragantemente las leyes de probabilidad. Por ejemplo, la frase “el mercado real está sólo
a un 10% de su máximo, mientras que la acción promedio lo está al 40%” intentaba dar
a entender que las cosas no pintaban demasiado bien. En realidad, tal declaración
demuestra el desconocimiento de que no existe incompatibilidad entre estos datos, pues
las acciones no están 100% correlacionadas. De hecho, los máximos historicos de
diferentes acciones habrán ocurrido en tiempos distintos (en el ejemplo T1, T2 y T3)
por lo que la declaración carece de todo significado.

USTED YA DEBERÍA ESTAR MUERTO


Otra violación de las probabilidades es la siguiente afirmación de una prominente gurú
financiera de TV: “El americano medio tiene una esperanza de vida de 73 años. Por
tanto, si tienes 68 puedes vivir cinco años más y deberás planificar consecuentemente
tus inversiones”. Entonces, ¿qué sucede si tienes 80?. ¿Acaso tu esperanza de vida es
menos siete años?. Esta periodista confunde la esperanza de vida incondicional (al
nacer), con la esperanza condicional. En realidad si tienes 80 y está sano tu esperanza de
vida todavía serán unos cuantos años más. Eso es así porque a estas alturas los que
murieron a edades más tempranas han ocupado ya ese espacio en la estadística y tu
estarás en el grupo de los que tendrán probabilidades de llegar a 85, 90 o más. Es
preocupante esta falta de profesionalismo en la información.

LAS EXPLICACIONES DE BLOOMBERG

Tengo en mi escritorio una Bloomberg TM (en honor a Michael Bloomberg, su


fundador). Ella actúa como un servidor de correo seguro, herramienta de recuperación
de datos, servidor de noticias, etc. Me he vuelto tan adicto a ella que no podría trabajar
sin ella. Pero algo debo objetar a la Bloomberg y son los comentarios periodísticos. Los
periodistas, confundiendo el ruido con la señal, tratan de dar explicación a sucesos que
no la tienen en lo absoluto. Ahora mismo leo en la pantalla: el índice Dow ha subido
1.03 puntos debido a la bajada de tipos de interés.
Una variación de 1.03 en un coeficiente con el valor 11,000 constituye una variación
relativa menor del 0.01 y por ende es puro ruido. En otras palabras, esta variación no es
estadísticamente significativa. La única manera de acabar con estos comentarios es que
Bloomberg deje de pagar a alguien para que los haga.

Otro punto a tener en cuenta es la causalidad. Aún asumiendo que un suceso tenga
significación estadística, tenemos que valorar la relación causa efecto, es decir, si un
evento en el mercado puede vincularse a otro que se considera su causa. La causalidad
puede ser muy compleja, pues es muy difícil aislar una causa cuando existen muchas de
ellas actuando, siendo necesario el análisis multivariado. Razón tenía Hume al
preocuparse tanto por la causalidad.

Tengo un truco para saber si algo concreto está sucediendo en el mundo. He organizado
el monitor de mi Bloomberg de manera que muestre las cotizaciones y los cambios
porcentuales de todos los precios relevantes. A fuerza de mirar el mismo arreglo durante
años, he creado una manera instintiva de saber si algo serio está ocurriendo. El truco
consiste en observar sólo los grandes cambios porcentuales. Cualquier cambio que esté
dentro del margen de cambios habituales lo considero ruido. Además la importancia de
los cambios no es lineal. Por ejemplo: un cambio de un 2% no tiene el doble de
significado que un cambio de un 1% sino aproximadamente cuatro veces más.

METODOS DE FILTRADO
La tecnología ha desarrollado métodos para eliminar ruido de todo tipo de señales. El
método se basa en que cuando las variaciones en las amplitudes son pequeñas, éstas,
muy probablemente, provienen del ruido. Lamentablemente los humanos no
disponemos de esos filtros de ruido de forma natural. Si estamos escuchando una
emisora de radio y ésta no se sintoniza bien, oiremos el ruido. Lo mismo ocurre con el
ruido en un canal de TV mal sintonizado, el ruido de una llamada telefónica o los
cambios en las cotizaciones de bolsa. A priori nos parecerá significativo un cambio de
unos pocos puntos. No sabremos si se trata de ruido o no. Si encima los comentaristas
nos bombardean con multitud de causas para ese cambio estaremos convencidos de su
significado real.

NO ENTENDEMOS LOS NIVELES DE CONFIANZA


Imagine que usted viajará a dos localidades cuya temperatura estimada es de 30ºC, pero
en la localidad A la temperatura tiene una variabilidad de más menos 5ºC, mientras en
la localidad B es de más menos 15ºC. ¿Escogería la misma ropa? Este es un caso donde
lo que importa no es la estimación en si misma sino el nivel de confianza. Mi estrategia
de inversión está marcada por el margen de error que le asigno a los niveles de
variabilidad de una acción y no por el pronóstico de su cotización.

LO ADMITO. CERA EN MIS OIDOS


Lo admito. Me considero tan propenso a ser engañado como cualquier
otro, la diferencia está en que soy consciente de ello y estoy alerta. Odiseo,
el héroe homérico, tenía la reputación de usar la astucia para superar
oponentes más fuertes, pero el uso más espectacular de esa astucia no fue
contra un oponente más fuerte que el mismo, sino cuando al pasar por la
isla de las sirenas, llenó de cera los oídos de los marineros y se ató a sí
mismo al mástil, dando instrucciones a sus hombres que no lo liberasen
hasta haber dejado la isla atrás.

Tengo claro que yo no soy ni lo suficientemente inteligente, ni lo suficientemente


fuerte, como para luchar contra mis emociones. Por ello me pongo cera en mis propios
oidos cuando creo que mis emociones pueden llegar a nublar mi razón y hacerme
confundir ruido y señal.

EN MODO “MUTE”
El logro que más me enorgullece es mi liberación de la televisión y de la prensa. Pero
solamente lo logré gracias a algunos trucos, de lo contrario jamás habría logrado escapar
de la toxicidad de la era de la información. En la sala de negocios de mi compañía
normalmente tengo todo el día el televisor encendido con el canal CNBC de noticias
sobre las finanzas, presentando comentarista tras comentarista, así como CEO tras CEO
haciendo declaraciones sobre eventos sin la más mínima relevancia estadística. ¿Cuál es
mi truco? Pongo el volumen en cero. ¿Por qué? Porque así la persona en pantalla
aparece ridícula, lográndose el efecto contrario que cuando se está oyendo. Se ve a la
persona moviendo sus labios y contrayendo sus músculos faciales con gestos de
importancia y aspecto serio. No, obstante no sale ningún sonido. A mi me resulta
cómico. Combato mi tendencia a ser confundido por comentarios aleatorios que no son
más que ruido mediante otro rasgo innato, mi sentido de lo que es cómico.

SUPERSTICIONES
En mis primeros años de trabajo, cada mañana tomaba un taxi que me dejaba en la
esquina de Avenida Park y Calle 53 para ira trabajar. Un día tuve el infortunio (o quizás
la fortuna) de ir con un chofer incapaz de hablar algo comprensible para mi, incluyendo
el inglés de los taxistas. Traté de ayudarle a pasar entre la Calle 74 y la 53, pero él
continuó obstinadamente una manzana más, forzándome a entrar por la calle 52. Ese
día, mi cartera de inversiones obtuvo considerables ganancias, siendo el mejor día de mi
joven carrera hasta ese momento.

Al día siguiente esperé al mismo taxista para darle una gigantesca propina, pero no
apareció, así que tomé otro taxi, pero me sorprendí pidiéndole al chofer que me dejara
en el mismo lugar en que me habían dejado el día anterior. Evidentemente, algo dentro
de mi creía en un fuerte vínculo causal entre el lugar por donde entraba y el
comportamiento del mercado. Me sentí perturbado, pues acababa de ser consciente por
primera vez como a pesar de defender a capa y espada el análisis racional y calculado,
me estaba comportando como un supersticioso.
A partir de ese momento me fuí dando cuenta de muchas más manías (leves)que se
habían ido desarrollando clandestinamente en mi conducta. Estoy seguro que muchas de
esas conductas están causadas por mi educación levantina (Nota de Babalum: Nassim
Taleb es originario de el Líbano) y basadas dichos y proverbios pasados de generación
en generación durante siglos.

Pero por otro lado también me demostró en mi propia persona como el ser humano es
capaz defender y creer firmemente ciertas cosas y desarrollar (hasta cierto punto)
conductas inconsistentes con esas creencias.

¡Desde entonces soy consciente y estoy muy alerta!

LAS PALOMAS DE SKINNER


Analizando mi propias supersticiones he llegado a la conclusión que hay algo en
nosotros que no se ha desarrollado adecuadamente en los últimos milenios y que nuestra
tendencia a desarrollar supersticiones, aunque sean leves, obedecen a causas biológicas.
Quién también estudio éstas manifestaciones de asociación causal fue el famoso
psicólogo Skinner.

Skinner puso a unas palomas hambrientas en una caja unidas a un mecanismo


automático que suministraba comida a la paloma, a intervalos regulares
independientemente de lo que la paloma hiciera. A pesar de que nada de lo que hicieran
las palomas podía influir en el mecanismo que suministraba el alimento, cada una acabó
desarrollando algún ritual. Una daba vueltas a la jaula en el sentido contrario de las
agujas del reloj, otra erguía su cabeza hacia una esquina de la jaula. Otras dos
desarrollaron un movimiento pendular del cuerpo y la cabeza. Las palomas vincularon
en su cerebro un ritual específico a su alimentación.

A los humanos nos pasa igual, no estamos hechos para ver las cosas como
independientes. Al ver dos eventos A y B, inmediatamente nos inclinamos a establecer
relaciones causales entre ellos. Nos tomamos las cosas demasiado en serio. Hay muchas
más cosas que dependen del azar de lo que nos imaginamos.

PHILOSTRATUS DE NUEVO
Ahora veremos cómo obramos ante el ruido y la señal. El filósofo griego Pyrrho, quien
abogaba por una vida de ecuanimidad e indiferencia, fue criticado por no mantener su
compostura durante una circunstancia crítica. Su respuesta fue que le era difícil, a veces,
librarse de su humanidad.

En cuanto a mi, he descubierto que muchos de los resultados obtenidos mediante los
cálculos no penetran con suficiente profundidad en mi cerebro, como para influenciar
mi conducta. Mi razón y mi instinto no están en sintonía.

Como un inversor racional (todos alardeamos de serlo), creo en que el ruido debe ser
desechado, mientras que la señal debe ser tomada muy en serio. Sin embargo, he
experimentado saltos de alegría por resultados que sabía eran puro ruido, y ataques de
infelicidad ante otros que no poseían el más mínimo grado de significado estadístico.
Para evitar tomar decisiones irracionales basados en ruido, me he prohibido a mi mismo
consultar mis informes de rentabilidad, a menos que éstos excedan un umbral
predeterminado.

Una de las cosas que más me irrita es que la gente me de lecciones de cómo
comportarme, pues la mayoría sabemos lo que debe hacerse, el problema es hacerlo, no
la falta de conocimiento. Sólo hace falta echar un vistazo a los médicos y enfermeras
fumando en la calle delante del centro de cáncer Memorial-Sloan Kettering de Nueva
York mientras sus pacientes van entrando en silla de ruedas para su siguiente
tratamiento.

CARNEADES VISITA ROMA. SOBRE PROBABILIDAD Y


ESCEPTICISMO
Alrededor de 155 antes de Cristo, el filósofo griego Carneades visitó Roma con la
misión de demostrar que la multa que Roma había impuesto a su pueblo era injusta.
Representaba la Nueva Academia, que basaba su discurso en la argumentación y en el
escepticismo ante los dogmas o certezas absolutas.

En su primer día, ante la audiencia romana, Carneades hechizó a los presentes por la
solidez de sus argumentos en favor de la justicia, como la más alta de nuestras
motivaciones. Pero no era esto exactamente lo que pretendía.

Al siguiente día, estableció la doctrina de la incertidumbre del conocimiento en la forma


más convincente posible. ¿Cómo? Refutando, con argumentos igualmente sólidos, lo
que había establecido el día anterior, convenciendo a la misma audiencia, justamente de
lo contrario.

Carneades no fue el primer escéptico, ni el primero en enseñarnos la verdadera noción


de probabilidad, pero este incidente permanece como el más impactante sobre
generaciones de retóricos y pensadores. No fue meramente un escéptico, sino un
dialéctico, siempre en contra de los dogmas y creencias absolutas.

El primer uso conocido del pensamiento probabilístico en la Historia se remonta a la


Grecia del siglo sexto antes de Cristo, donde se empleaba en el marco legal. En el centro
de este pensamiento estaba la noción de suceso más probable, que es la noción que nos
enseña a ver los eventos y sus diferentes probabilidades de ocurrencia.

LA PROBABILIDAD, HIJA DEL ESCEPTICISMO

Antes de que la cuenca del mediterráneo fuese dominada por el monoteísmo, con la
creencia en una sola verdad, el escepticismo se había hecho común entre los más
grandes pensadores. Cicerón, por ejemplo, prefería las probabilidades antes que alegar
con certidumbre, pues, según algunos de sus críticos, esto le permitía contradecirse. Sin
embargo, tuvieron que transcurrir doce siglos para que Occidente volviese a alcanzar un
pensamiento crítico.

Curiosamente en la edad media, cuando el cristianismo y sus dogmas eran el


pensamiento predominante, el mundo árabe albergó un gran número de pensadores
críticos. Justamente lo contrario que en la actualidad. En nuestra historia más reciente
destaca Popper como uno de los pensadores destacados del escepticismo, el rechazo de
los dogmas absolutos y el derecho a contradecirse sin sentirse atado por declaraciones
hechas por uno mismo en el pasado.

LAS OPINIONES DE MONSIEUR NORPOIS


En su novela En Busca del Tiempo Perdido, Marcel Proust presenta a un diplomático
semi jubilado, el Marqués de Norpois, quien, como hombre prominente de la sociedad,
pasaba un tiempo considerable haciendo vida social en los salones. Proust relata
abiertamente como su personaje se contradice en varias ocasiones y a causa de ello lo
ridiculiza. Proust no considera que el diplomático podría haber cambiado de opinión. Se
supone que debemos ser fieles a nuestras opiniones, de lo contrario somos considerados
traidores.

Sin embargo, pienso que Monsieur de Norpois habría sido un excelente inversor de
bolsa, ajustando constantemente sus opiniones a los últimos eventos y no sintiéndose
obligado a actuar de forma coherente a sus declaraciones previas. Uno de los mejores
operadores que he conocido, Nigel Babbage, tiene la capacidad de sentirse
completamente libre de sus opiniones y vender sus acciones sin el menor pestañeo,
cuando solamente unas horas antes estaba defendiendo a capa y espada dicha inversión.
Lo mismo ocurre con el financiero y filántropo George Soros. Para ellos cada día es
borrón y cuenta nueva.

CREENCIAS Y DEPENDENCIAS DEL CAMINO


Se dice que las creencias dependen del camino si la secuencia de creencias es tal que la
primera de ellas domina sobre el resto. Veamos un pequeño test. Imagina que posees un
cuadro que compraste hace años por 20.000 $ y que actualmente vale 40.000 $. La
pregunta es: ¿Lo comprarías hoy por su precio actual? Si la respuesta es no pero aún
posees el cuadro, se pude concluir que tienes apego a tus decisiones iniciales. No existe
ninguna motivo racional para seguir manteniendo el cuadro si no estuvieras dispuesto a
comprarlo por el precio actual.

Existen motivos para creer que por razones evolutivas, podemos haber sido
programados para ser leales a las ideas en las que hemos invertido tiempo. Pensemos en
las consecuencias que traería que un político fuese tan racional que durante una
campaña cambiara constantemente de partido, por el hecho de que evidencias frescas así
lo aconsejasen. Así debería actuar un inversor de bolsa. No obstante existen algunas
investigaciones médicas que aseguran que un comportamiento totalmente racional no es
normal y puede estar relacionado con un malfuncionamiento de la amígdala, que por
otra parte también se relaciona con personalidades psicópatas.

CALCULAR EN LUGAR DE PENSAR


La teoría de la probabilidad fue desarrollada principalmente gracias a los juegos de azar.
Pero a diferencia del mundo real, los juegos de azar tienen reglas claras. En el mundo
real ni tan siquiera sabemos de cuantos palos se compone la baraja y mucho menos
cuantas cartas hay en juego. No obstante el académico Harry Markowitz tuvo las osadía
de crear un método para calcular riesgos futuros a partir del grado de incertidumbre
futuro, lo cual solo sería posible si el mercado tuviese reglas bien definidas – que,
claramente, no es el caso.

Uno de los resultados más inmediatos del método fue el poner al sistema financiero
cerca del colapso en 1998 gracias a dos colegas de Markowitz, Dr. Robert Merton y Dr.
Myron Scholes. Fundaron un fondo de inversión basado en dicho método. De alguna
manera realmente creyeron que mediante cálculos podrían medir el riesgo de forma
científica sin pensar en la posibilidad de que ocurriesen imprevistos de gran impacto:
los cisnes negros.

Dado que me dedico a apostar contra las predicciones de los economistas financieros,
estos colegas de Markowitz me ayudaron a ganar dinero y que yo pudiese montar mi
empresa Empírica.
Podría pensarse que cuando los científicos cometen un error, a continuación integran los
nuevos descubrimientos para adaptar sus teorías. Pero eso no ocurrió en el caso de
Merton y Scholes, al contrario, no hicieron más que quejarse de que otros inversores se
lanzaron a despedazarlos en el mercado en cuanto mostraron los primeros signos de
debilidad y que todo fue debido a un evento imprevisible. Que ironía. Un evento
imprevisto hizo que no funcionase un método para calcular el riesgo futuro en base a la
incertidumbre futura. Todo menos aceptar su fracaso, aunque por supuesto eso
invalidaría las ideas que crearon a lo largo de sus carreras. Comparémoslos con Soros,
quien afirma sin el menor rubor que no es infalible y que es capaz de replantearse
cualquier creencia previa.

DE FUNERAL EN FUNERAL
La gente confunde la ciencia con los científicos. La ciencia es grandiosa, pero los
científicos son humanos. Están casados con prejuicios, pudiendo defender a ultranza
ideas que van contra la verdad. Hay quien dice que la ciencia no avanza hasta que un
nuevo científico toma el relevo del anterior pero no sus prejuicios y resistencias a
aceptar nuevos conocimientos. La ciencia avanza de funeral en funeral.

EPILOGO. YA LO DIJO SOLON. GUARDATE DE LOS


EMBOTELLAMIENTOS DEL TRÁFICO LONDINENSE
Para acabar, volvamos a nuestro protagonista del inicio de ésta historia. Mientras que
todos los demás inversores de éxito efímero iban desapareciendo poco a poco la fortuna
de Nero se iba consolidando. De hecho hubiese podido adquirir a precio de ganga las
riquezas de las que se iban desprendiendo. No obstante, éste no era el estilo de Nero. Se
permitió muy pocas excentricidades, pero uno de ellos fue apuntarse a un curso de
piloto de helicóptero. Quería pilotar su propio helicóptero y evitar el tráfico de los
viernes por la tarde londinenses. A pesar de que podía utilizar el tren para trasladarse,
siguió con su extravagancia, hasta que un día se estrelló durante un aterrizaje, cobrando
finalmente el cisne negro su víctima.

También podría gustarte