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TEMA:

“EXAMEN IMRESCINDIBLE PARA EVITAR LA PROPAGACIÓN DEL PECADO”


LECCIÓN: TEXTO:
Levítico 13: 55 al 59 Isaías 1:16

Introducción al Tema de la Lección

(…”quemarás al fuego aquello en que estuviere la plaga…”) v.57


Llegamos al final del capítulo 13 de
Levítico con esta lección.

No podemos desconocer que esta legislación


sanitaria para Israel tiene implicancias
espirituales para nosotros hoy. Tal vez, no
en la forma ritual de aquellos días, pero sí en
su significado espiritual para la vida
cristiana.

La narración bíblica indica, en las dos


últimas lecciones, una enfermedad que afecta
a las vestiduras igual que las personas. Esto
proporciona una ilustración simbólica clara
acerca de la devastadora infección del pecado y de cuán esencial es la purificación en el ámbito
espiritual.

Lo que atacaba a la persona, también corrompía con fuerza los vestidos, tejidos y cueros con lo
que nosotros llamamos moho, hongos o musgo, y para ello también existía legislación con
propósitos sanitarios en la comunidad de la nación.

Tampoco podemos desconocer las enseñanzas sobre el valor del discernimiento, enfocado
principalmente en la delicada labor de los sacerdotes. La importancia del tiempo y la espera en
el diagnóstico y el posterior juicio en las enfermedades; lo que nos exhorta a la prudencia y la
mesura al momento de juzgar a otros. La labor de decretar lo puro y lo impuro,, lo limpio y lo
inmundo requería un nivel de vida y santidad por parte del sacerdocio por sobre el pueblo
común, lo que constituye un fuerte llamado a quienes ocupan lugares de autoridad en la iglesia.

vv. 55 al 59

La denominada “lepra” (“Tsara” en palabra hebrea) en las telas, ropas de lino y algodón y
en el cuero, probablemente consistía en el enmohecimiento que comúnmente surge por la falta
de aire, y consiste, en el caso del lino, en manchas redondas parcialmente coloridas que se
esparcían sobre la tela y gradualmente la comían, hasta que se generaban trozos como moho.

Es sabido que, la lana de las ovejas que se mueren de enfermedades infecciosas, si no han sido
esquiladas vivas, como también los cueros de ellas, si no son completamente preparados y
limpiados, están propensos a los efectos descritos en este pasaje.

Encontramos que, la tarea del sacerdote para


discernir y determinar con claridad el diagnóstico y
las prescripciones era fundamental. Debía estar
atento a las señales de cada situación que
involucraba cuidar la salubridad.

Las indicaciones en cuanto a las vestiduras son algo


semejantes a las que se utilizaban con las personas
con dolencias en la piel. Si la mancha de la tela no se
extendía durante los siete días, el sacerdote haría que
se lavara la prenda en que apareció la mancha, y
luego, la encerraría siete días más. Si la mancha no
alteraba su apariencia después de ser lavada,
aunque no se hubiera extendido, la tela era considerada inmunda y debía ser quemada porque
la corrosión penetrante había provocado un hueco.
(Moho)
Pero si la mancha se hubiere vuelto pálida al séptimo
día después de lavarla, esta mancha debía ser separada
y arrancada de la ropa. Del cuero o del hilo y luego la tela
o prenda de donde había desaparecido la mancha debía
ser lavada una segunda vez, y entonces declarada
limpia.

REFLEXIÓN
Cuando el evangelio nos invita a “vestirnos” y “cuidar las
vestiduras”, ello implica un autoexamen necesario de
manera diaria sobre nuestra condición espiritual. (1° Corintios 11:28, 2° Corintios 13:5). Es una
tarea y un trabajo que nos corresponde diariamente; no solamente previo a la Cena del Señor,
sino cada día, yendo al trono de gracia, para alcanzar oportuno socorro por algún pecado de
acción u omisión. El espejo donde mirar la condición de nuestro ropaje son las Escrituras y, el
reconocimiento de alguna mancha en estas vestiduras, lo concede el Espíritu Santo a través de
la Palabra. (Juan 16:8). El único lugar donde el orín, la polilla, el musgo y el moho no
corrompen, es el cielo (Mateo 6:19): pero, mientras estemos en esta tierra (el desierto de este
mundo), estamos expuestos a que las vestiduras se contaminen, se manchen y se deterioren .Sólo
una búsqueda continua del rostro de Dios puede renovarnos y limpiarnos.

PRIMER TÍTULO: “FUNESTAS CONSECUENCIAS POR EL AVENCE DE LA PLAGA” vv. 55 al


57 (Ver 1° Corintios 3:15) Una plaga, como la pandemia actual, es potencialmente contagiosa. De
igual modo, existen plagas morales que, si no se atajan a tiempo, producen daños que dejan huellas
imborrables, como por ejemplo, la plaga de la envidia, del egoísmo, de la murmuración, del afán de
poder y de liderazgo. Que son materiales como paja y hojarasca sobre los que se edifica la vida
espiritual, y que, más temprano que tarde serán probados por el fuego.

SEGUNDO TÍTULO: “PROFUNDA LIMPIEZA PARA UNA RESTAURACIÓN PLENA” v. 58


(Ver San Juan 3:5; Hebreos 10:22) La obra de Cristo en el creyente no solo debe lavar el corazón,
sino también la conciencia. Y la conversión de muchos se ha hecho en la cabeza, pero no en el corazón,
que es lo que Dios demanda y pide. Podemos creer muchas promesas con el intelecto y la mente, sin
embargo, si esa convicción no pasa de la cabeza al corazón no puede haber convicción profunda que
renueve y restaure.

TERCER TÍTULO: “LA PALABRA DE DIOS ESTABLECE CON CLARIDAD LA CONDICIÓN


ESPIRITUAL DEL CREYENTE” v.59 (Ver Isaías 35:8; Malaquías 3:18) La Palabra de Dios
revelada en las Escrituras es lámpara que ilumina la verdadera condición del hombre; pero también es
espejo, donde miramos quiénes somos ante los ojos de Dios. Es sencillo aparentar lo que no somos y dar
una imagen equivocada de lo que queremos que otros vean y piensen de nosotros. Pero, cuando la
Palabra de Dios golpea como martillo y penetra como espada, somos descubiertos en toda nuestra
desnudez espiritual.

PREGUNTAS DE APLICACIÓN Y REFLEXIÓN

¿Cree usted que, el tiempo y la espera, juegan un papel importante antes de


juzgar una situación emitiendo opiniones y comentarios? ¿Por qué?

¿Habitualmente, usted, toma un tiempo a solas diario, semanal o mensual


para auto examinar y evaluar su condición espiritual ante el Señor?

¿Qué importancia tiene un diagnóstico médico en el tratamiento de la salud


de las personas? ¿Qué importancia tendrá el diagnóstico que Dios haga de
nuestro caminar por medio de la iluminación de su Espíritu? ¿Qué piensa usted?

¿Cuándo usted no aprecia el estado de sus vestiduras, será importante que algún otro creyente
le haga tomar conciencia de sus manchas? ¿Cómo? ¿Por qué?

Estudio Bíblico, domingo 13 febrero 2022.Según gracia dada. Hno. Sergio Jeria

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