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LA SANTIDAD ES PARA TI

PORQUE EL PECADO NO SE

ENSENOREARA DE VOSOTROS;

PUES NO ESTÁIS BAJO LA LEY,

SINO BAJO LA GRACIA.

Romanos 6:14

Dios espera que todo creyente viva una vida santa. Pero la
santidad no es algo que se espera de nosotros simplemente;
forma parte de un derecho de nacimiento prometido a cada
creyente. La afirmación de Pablo es acertada. El pecado no se
ha de enseñorear de nosotros.

El concepto de la santidad puede resultarle un tanto antiguo a


la generación actual. En algunas personas la sola mención de
la palabra santidad evoca imágenes de un cabello armado en
rodetes, de faldas largas y de medias negras. Otras personas
asocian el concepto con una actitud chocante que expresa la
idea de que “yo soy más santo que tú”. Con todo, la santidad
es un concepto escriturario muy claro. La palabra santo
aparece más de 600 veces en la Biblia en diversas formas.
Hay un libro entero, el de Levítico, que está dedicado al tema,
y la idea de la santidad está entretejida en otras partes de las
Escrituras en toda su extensión. Y lo que es más importante
todavía, Dios nos ha mandado explícitamente que seamos
santos (véase Levítico 11:44).

La idea de cómo llegar a ser santos ha sufrido variaciones


como consecuencia de numerosos conceptos falsos. En
algunos círculos, la santidad equivale a tener en cuenta una
serie de prohibiciones — generalmente en cuestiones tales
como el cigarrillo, la bebida y el baile. La lista de
prohibiciones varía según el grupo de que se trate. Cuando
seguimos un enfoque tal para alcanzar la santidad, corremos
el peligro de volvernos como los fariseos, con su interminable
lista de trivialidades a observar o a evitar, y actitud de auto
justificación. Para otros, la santidad significa un estilo
particular de vestimenta y de modos de obrar. Para otros, en
fin, significa una perfección inalcanzable, idea ésta que
conduce, ya sea al autoengaño o bien al desaliento en cuanto
al propio pecado.

Todas estas ideas, si bien son acertadas en alguna medida,


pierden de vista el concepto central.

Ser santos significa ser moralmente intachables. Es


estar apartados del pecado y, por consiguiente, estar
consagrados a Dios.

La palabra santo significa “separado para Dios, y la


conducta que corresponde al que de este modo está
apartado”.

Tal vez el mejor modo de comprender la idea de la santidad,


consista en observar cómo usaban esta palabra los escritores
del Nuevo Testamento.

En 1 Tesalonicenses 4:3-7 Pablo usó el término en contraste


con una vida caracterizada por la inmoralidad y la inmundicia.

Pedro lo usó en contraste con la vida vivida de conformidad


con los deseos pecaminosos que teníamos cuando vivíamos
alejados de Cristo (véase 1 Pedro 1:14-16).

Juan contrastó al que es santo con el que es vil y hace lo


malo (Apocalipsis 22:11). Vivir una vida santa, por lo tanto,
es vivir una vida de conformidad con los preceptos morales de
la Biblia, y en contraste con la orientación pecaminosa del
mundo. Es vivir una vida que se caracteriza por
“(despojarnos) del viejo hombre, que está viciado conforme a
los deseos engañosos. . . y (vestirnos) del nuevo hombre,
creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”
(Efesios 4:22,24).

Por consiguiente, si la santidad es tan fundamental para la


vida cristiana,

¿Por qué no la experimentamos en mayor medida en la


vida cotidiana?

¿Por qué son tantos los creyentes que se sienten


constantemente derrotados en su lucha contra el
pecado?

¿Por qué a menudo la iglesia de Jesucristo parece


conformarse más al mundo que la rodea, que a Dios?

A riesgo de aparecer extremadamente simplistas, las


respuestas a las preguntas enunciadas pueden agruparse en
tres áreas básicas de problemas.

El primer problema es que nuestra actitud hacia el


pecado se centra en nosotros mismos más bien que en
Dios. Nos preocupa más nuestra propia “victoria” sobre el
pecado, que el hecho de que nuestros pecados entristecen el
corazón de Dios. No podemos aceptar el fracaso en nuestra
lucha con el pecado, principalmente porque nuestra vida está
orientada hacia el éxito, y no porque sepamos que el pecado
ofende a Dios.

W. S. Plumer escribió: “Jamás veremos el pecado a la luz que


corresponde, mientras no lo veamos como algo cometido
contra Dios.

Todo pecado se comete contra Dios en el siguiente sentido:


que es la ley de Dios a la que se quebranta, que es su
autoridad a la que se menosprecia, que es su dominio al que
se desecha. . . Faraón y Balaam,
Saúl y Judas, todos ellos dijeron: ‘He pecado’; pero el hijo
pródigo volvió diciendo: ‘He pecado contra el cielo y contra ti’;
y David exclamó: ‘Contra ti, contra ti solo he pecado’.”

Dios quiere que seamos obedientes — no necesariamente


victoriosos. La obediencia está orientada hacia Dios; la
victoria está orientada hacia uno mismo. Podría parecer que
estamos haciendo averiguaciones por asuntos semánticos,
pero es que en la raíz de muchos de nuestros problemas
relacionados con el pecado, hay una sutil actitud egocéntrica.
Mientras no reconozcamos la existencia de esa actitud y no la
resolvamos adecuadamente, no podremos vivir una vida de
santidad en forma consecuente.

Esto no quiere decir que Dios no quiera que conozcamos la


experiencia de la victoria; más bien lo que queremos destacar
es que la victoria es un subproducto de la obediencia. En la
medida que nos dediquemos a vivir una vida obediente y
santa, conoceremos con toda seguridad el gozo de la victoria
sobre el pecado.

El segundo problema consiste en que entendemos mal


la frase “vivir por la fe” (Gálatas 2:20), suponiendo que
significa que no se nos exige ningún esfuerzo para
alcanzar la santidad. Más todavía, algunas veces se ha
llegado a sugerir que cualquier esfuerzo hecho por nuestra
parte, es “de la carne”.

Las palabras de J. C. Ryle, obispo de Liverpool, Inglaterra —


de 1880 a 1900 — son instructivas en este contexto:
“¿Resulta sabio proclamar de modo tan directo, tan manifiesto
y tan total como lo hacen muchos, que la santidad de la
persona convertida se logra por la fe sola, y de ningún modo
mediante el esfuerzo personal? ¿Responde a la medida de la
Palabra de Dios? Lo dudo.

Que la fe en Cristo es la raíz de toda santidad. . . ningún


creyente suficientemente adoctrinado se atrevería a negar
jamás. Pero no cabe duda de que las Escrituras nos enseñan
que, al procurar la santidad, el creyente verdadero tiene que
esforzarse y afanarse personalmente, además de ejercitar su
fe.”

Tenemos que afrontar el hecho de que somos personalmente


responsables de nuestro andar en santidad. Cierto domingo el
pastor de nuestra congregación dijo en su sermón palabras
equivalentes a estas; “Podemos eliminar ese hábito que nos
ha dominado si es que realmente queremos hacerlo”.

Por cuanto él se refería a un hábito en particular que para mí


no constituía problema alguno, rápidamente asentí
mentalmente a sus palabras. Pero luego el Espíritu Santo me
dijo: “Y tú también puedes eliminar los hábitos pecaminosos
que te acosan, si estás dispuesto a aceptar tu responsabilidad
personal en cuanto a los mismos.” El hecho de reconocer que,
efectivamente, era responsabilidad mía, resultó ser un jalón
importante para mí en mi propia búsqueda de la santidad.

El tercer problema es que no tomamos en serio algunas


clases de pecados. Mentalmente hemos categorizado a
los pecados en dos grupos: los que resultan
inaceptables y los que se pueden admitir en alguna
medida. Un incidente que ocurrió cuando estaba terminando
de escribir este libro sirve de ilustración para este problema.
Nuestra oficina venía usando en forma temporaria una casa
rodante para el trabajo, mientras se terminaba una
ampliación. La propiedad que tenemos no está autorizada
para alojar casas rodantes, y en consecuencia, tuvimos que
solicitar un permiso especial para usarla en la propiedad.
Hubo que renovar el permiso varias veces. El último permiso
venció justamente cuando se estaba completando la
ampliación del edificio, pero antes de que tuviéramos tiempo
de hacer el traslado en forma ordenada. Esta circunstancia le
planteó un problema al departamento que ocupaba la casa
rodante.
En una reunión en que se consideró el problema, alguien hizo
la siguiente pregunta: “¿Qué problema habría de haber si
fuéramos a ese departamento en la casa rodante por unos
días más?”

Pues, ¿qué problema iría a haber? Después de todo, la casa


rodante estaba ubicada detrás de unas colinas donde nadie la
notaría. Y legalmente no teníamos que trasladar la casa
rodante, sino solamente desocuparla. De modo que, ¿qué
diferencia haría si nos excedíamos por unos días?

¿Acaso la insistencia en obedecer la letra de la ley no


equivale a un legalismo exagerado?

Sin embargo, las Escrituras nos dicen que las “zorras


pequeñas. . . echan a perder las viñas” (Cantares 2:15). Y es
justamente el ceder en las cuestiones pequeñas lo que
conduce a los deslices más grandes. Además, ¿quién puede
afirmar que ignorar ligeramente la ley civil no constituye un
pecado serio a la vista de Dios?

Al comentar algunas de las leyes dietéticas más minuciosas


del Antiguo Testamento, dadas por Dios a los hijos de Israel,
Andrew Donar expresó lo siguiente: “No es la importancia de
la cuestión, sino la majestad del Legislador, lo que debe
tomarse como norma para la obediencia. . . Por cierto que
alguno podría considerar que estas reglas minuciosas y
arbitrarias no tienen importancia. Pero el principio que está en
juego al obedecer o al desobedecer dichas reglas es, ni más ni
menos, el mismo principio que estaba en juego en el Edén al
pie del árbol prohibido. En realidad el principio es el siguiente:

¿Ha de ser obedecido el Señor absolutamente en todo


lo que manda?

¿Es Dios un Legislador santo?


¿Están obligadas sus criaturas a rendir asentimiento
implícito a su voluntad?”

¿Estamos dispuestos a considerar que el pecado es


“pecado”, no porque sea grande o pequeño, sino
porque lo prohíbe la ley de Dios?

No podemos categorizar al pecado si hemos de vivir una vida


de santidad. Dios no nos va a permitir que nos escapemos por
la tangente adoptando una actitud de este tipo.

Los tres problemas enumerados serán considerados más


detalladamente en capítulos subsiguientes de este libro. Pero
antes de seguir adelante, sugiero al lector que dedique el
tiempo necesario a resolver estas cuestiones en su propio
corazón, ahora mismo.

¿Está dispuesto a comenzar a considerar al pecado


como una ofensa contra un Dios santo, en lugar de
verlo como derrota personal solamente?

¿Está dispuesto a aceptar su responsabilidad personal


por sus pecados, comprendiendo que al hacerlo, tiene
que aprender a depender de la gracia de Dios?

¿Y está dispuesto a obedecer a Dios en todas las áreas


de la vida, por insignificante que sea la cuestión o la
circunstancia?

Al proseguir con el tema, nos ocuparemos primeramente de la


santidad de Dios. Aquí es donde comienza la santidad — no
con nosotros mismos, sino con Dios. Sólo en la medida en que
podamos ver la santidad de Dios, su absoluta pureza y su
aborrecimiento moral para con el pecado, podremos
comprender lo tremendo que es pecar contra un Dios santo.
Comprender este hecho es el primer paso en la búsqueda de
la santidad.
Introducción

¿Qué significa ser ‘espiritual’?  ¿En qué consiste una verdadera espiritualidad?  Esta es una
pregunta muy importante, por varias razones:

i.  Hay falsos conceptos de lo que es una verdadera espiritualidad (ciertas manifestaciones del
Espíritu, ciertas doctrinas, ciertas prácticas, etc.), y eso está distrayendo a la Iglesia...

ii. Hay malos modelos de lo que es una verdadera espiritualidad (las personas que promueven los
falsos conceptos de espiritualidad), y ellos están debilitando a la Iglesia…

iii. La Iglesia necesita hombres y mujeres realmente espirituales, para ser más fuerte e impactar
más al mundo…

iv. La Iglesia necesita saber lo que significa ser creyentes espirituales, para saber cómo discipular…

Los autores de la Biblia tratan este tema:

En el Antiguo Testamento - Is 58 (especialmente v.5-14); Oseas 6:6; Amos 5:21-24; Miqueas 6:6-
8.

En el Nuevo Testamento – Sant 1:23-27; Mat 25:34-40; Sant 2:14-17; Gal 6:3; Apo 3:15-19; 1 Cor
4:8, 19-20; 1 Juan 3:16-19.

Uno de los hombres más espirituales del A.T. fue Daniel.  Lo tomaremos como un buen modelo de
una verdadera espiritualidad.    Aprenderemos que la verdadera espiritualidad consiste en:

1.  Vivir para Dios en un Mundo de Pecado (Dan 1)


2.  Confiar en Dios en Situaciones de Crisis (Dan 2)
3.  Honrar a Dios en Momentos de Presión (Dan 5)
4.  Buscar a Dios en Todo Tiempo (Dan 9 y 10)

“VIVIR PARA DIOS EN UN MUNDO DE PECADO”

# 2…COMO VIVIR PARA DIOS EN UN MUNDO DE PECADO

TEXTO Daniel 1

Daniel Capítulo 1

INTRODUCCIÓN:

Daniel es uno de los hombres más destacados que brilla en la Biblia, arrancado de su familia


todavía adolescente, llevado cautivo a Babilonia, donde trataron de cambiarle de mentalidad,
sometiéndole a una serie de pruebas contrarias a su creencia, poniendo en riesgo su vida como su
integridad; él se mantiene fiel al Señor y logra nadar a contracorriente, no se mezcló con la
mayoría, sobresalió a la mediocridad y fue asesor de nada menos tres reinos entre ellos dos
imperios, nos demuestra que se puede servir con excelencia a la sociedad, sin dejar de ser también
un buen hijo de Dios. Daniel para salir adelante, sin comprometer su fe, tuvo que seguir las 5 D,
para lograr el éxito. Daniel tuvo que tomar una:
Intro

Hay muchas cosas que pueden negociarse hoy en día. Se puede negociar una fecha de exámenes.
Se puede negociar el precio de uncelular, se puede negociar con tus compañeros o amigos, podes
negociar con tus padres, inclusive con tu novia, pero hay principios que son fundamentales que
tienen que ver con tu vida espiritual, tienen que ver con tu diario caminar, que tiene que ver con
las decisiones que vas a tomar respecto a situaciones en tu vida en donde las 2 únicas opciones
son el bien o el mal, blanco o negro, no hay lugar para grises, y estos principios son innegociables.

Lectura: Daniel 1:3-21

I. Tu Compromiso No puede Variar frente a las Circunstancias

· Nuestro corazón debe estar preparado. (v. 8a)

· Las presiones deben quedar en segundo plano “Contaminación”

· Si resistimos, Dios nos pone en “Gracia”. (v. 9)

II. El pecado destruye el Compromiso

· Si practicamos el pecado, no habrá compromiso.

· AL pecado no se le hace frente, se huye de él. 1 Cor. 10:13

III. Tu compromiso y tu relación con Dios, determinan tu victoria

· El compromiso de Daniel con Dios primero lo bendijo a El (v.15)

· Su compromiso lo puso en gracia delante de los hombres (v. 19)

Conclusión

Tal vez hoy cuando miras hacia atrás hay cosas de la cuales te podes arrepentir. Tal vez estás
viviendo tu vida atado al pasado o solo estar sobreviviendo en el presente. El propósito de Dios es
llevarte de victoria en victoria pero necesita que estés dispuesto a comprometerte 100% con El.
Que estés dispuesto a que SUS principios rijan tu vida y que nada, ni nadie ni ninguna circunstancia
o situación te hagan alejarte de EL.

DECISIÓN:

(8)Somos producto de la decisiones que tomamos, y para decidir elegimos entre varias opciones.
Daniel tuvo que decidir entre hacer lo que hacia la mayoría y perderse entre ellos, o hacer lo que
su corazón de cristiano le decía (Jr. 15:19).

DETERMINACIÓN:

(8)Para que la decisión valga hay que tomar una determinación de mantener la decisión a pesar de
la situación, para lograr los objetivos que nos proponemos, no importando los obstáculos, aún a
costa de la vida misma, perseverar en lo que se cree aún cuando no seamos populares para el
resto, aunque nos quedamos solos y motivos de burla, "vencer o morir" no retroceder. Los
inconstantes nunca coronan sus aspiraciones, (Stgo 1:8)tampoco los que se adecuan a la situación,
nosotros tenemos que ser termostatos no termómetros. Daniel determinó en su corazón no
contaminarse, no conformarse (Ro. 12:2, Jb.22:28).

DISCIPLINA:

Daniel tuvo que hacer una serie de pasos para lograr su objetivo, tenía que decir no a cosas que
comprometían su integridad y su relación con su Dios, pero también tenía que decir si a todo lo que
le edificaba, entre ellas el idioma, las matemáticas, etc oraba tres veces al día, era estricto en
su alimentación y cuidado de su mente cuerpo y espíritu. Lo destacable es que Daniel estaba lejos
de sus padres de sus líderes religiosos y optó entonces por una AUTODISCIPLINA, que tiene mejor
resultado porque sale de adentro afuera, se hace por convicción no por conveniencia ni por temor.

DESEO:

Es el motor de los sueños, sin el se puede tener la mejor visión y no se logra, por eso hay que
tener deseo de llegar a nuestras metas, no solo deseo, sino tiene que convertirse a un deseo
ardiente en una pasión y esto moverá a la decisión, determinación y disciplina para lograr éxito en
lo que nos proponemos. Daniel tuvo un verdadero deseo de agradar a Dios y honrarlo.

DEPENDENCIA:

En todo su caminar Daniel demuestra una profunda dependencia de Dios, EL ocupaba el primer
lugar de su vida, así como José que estaba con Jehová, y Abraham que vivía delante de Jehová,
Daniel vivía con Dios, y todo lo que hacía era para agradarlo y honrarlo por eso Dios le dio
conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias, entendimiento en toda visión y sueños
(Dn 1:17), y cuando se presentó ante el rey Nabucodonosor le halló diez veces mejor que el resto
(Dn.1:20).

CONCLUSIÓN:

La vida de Daniel, es una vida inspiradora especialmente para la presente generación, él fue un
verdadero salmón nadó a contracorriente siguió los pasos que le llevó al éxito en toda las áreas, él
nos demuestra que podemos ser brillantes hombres de la sociedad, sin para ello comprometer la
integridad, y sin dejar de servir a Dios.

Introducción

Daniel 1 nos enseña TRES cosas acerca de lo que significa vivir para Dios en un mundo de pecado.

1. HAY QUE SOPORTAR LAS CONSECUENCIAS DE LOS PECADOS DE OTROS

Daniel tuvo una vida muy difícil.  Vivió su niñez en un tiempo de apostasía espiritual, y como joven
tuvo que soportar las consecuencias de los pecados de otros.

a. El Juicio de Dios Sobre Judá (v.1-3)


Dios castigó a Su pueblo por una serie de pecados:

- Orgullo (2 Rey 20:12-18)


-  Idolatría (2 Rey 21:1-7, 10-12)
-  Violencia (2 Rey 21:16; 24:1-4)
-  Rebeldía espiritual (Jer 36:21-26)

El castigo tomó la forma de la invasión de Nabucodonosor (Dan 1:1), la toma de Jerusalén (Dan
1:2a), y el saqueo del templo (Dan 1:2b).

¡Cuánto habrá sufrido Daniel en todo esto!  Lo peor fue que él mismo fue tomado prisionero, y
llevado al exilio (v.3).  ¡Nunca más vio a sus padres!  ¡Nunca más vio a Jerusalén!   ¡Nunca más vio
al templo!

Sin embargo, Daniel aprendió a confiar en Dios en medio de todo este sufrimiento.   En él se
cumplió Rom 8:28.  Eso nos lleva a notar:

b. La Misericordia de Dios Sobre Daniel (v.4-6)

Dios honró la fidelidad de Daniel, y Su misericordia se manifestó en varias maneras:

i.     Compañerismo espiritual(“muchachos…”, v.4) – Ananías, Misael y Azarías (v.6).


ii.    Dones naturales– Daniel era dotado física, mental y socialmente (v.4).
iii.   Trabajo para mantenerlo ocupado(v.4b, 5b).
iv.   Provisión para sus necesidades diarias(v.5a).

Daniel aprendió que la verdadera espiritualidad no consiste en siempre evitar el sufrimiento, sino en
triunfar sobre el sufrimiento, evitando el resentimiento y la amargura, y comprobando la
misericordia de Dios.

2. HAY QUE APRENDER A VIVIR CON TENSIONES

Al ser llevado a Babilonia, y colocado en la corte de Nabucodonosor, Daniel tuvo que enfrentar el
desafío de vivir en un contexto de pecado.  Uno de los grandes desafíos que eso presentaba era el
de vivir con tensiones.  Había muchas cosas que seguramente no le gustaba a Daniel; sin embargo,
aprendió a aceptar esas cosas, viviendo con la tensión entre sus gustos personales, y la realidad en
la que se hallaba.

Cosas como:

El Hecho de Vivir en la Corte de Nabucodonosor (v.4b)

Como judío, habrá visto cosas en la corte que no le agradaban; que iban en contra de su formación
y crianza.  El atropello de otras naciones; el culto a los dioses paganos; las manifestaciones
de inmoralidad; orgullo y vanagloria humana; etc.

El Aprendizaje del Idioma de Babilonia (v.4b)


Para los judíos, ¡el idioma hebreo era como el idioma del cielo!  Hablar otro idioma sería muy
incómodo para Daniel.  Estaría llena de términos y conceptos anti bíblicos.  Daniel se sentiría casi
‘sucio’ hablando el idioma caldeo todo el tiempo.

El Aprendizaje de la Cultura de Babilonia (v.4b)

Daniel fue educado en toda la cultura de Babilonia – tuvo que aprender sus creencias y mitologías;
sus explicaciones ‘científicas’ del mundo natural; sus normales de ética y moral; el nombre de sus
dioses, y todas las historias relacionadas con ellos.

El Cambio de Nombre (v.7)

Lo más difícil de todo fue aceptar el cambio de su nombre.  “Daniel” significa ‘Dios es mi Juez’. 
Esto fue cambiado a “Beltsasar”, que significa ‘el príncipe  de Bel’ o ‘Bel es protector’, honrando a
Bel, uno de los dioses de la babilonios.

Daniel aprendió que la verdadera espiritualidad no consiste en alejarse de los pecadores, o en


distanciarse de toda manifestación de pecado en este mundo, sino en aprender a vivir en santidad
en medio de esas cosas.

3. HAY QUE DECIDIR NO CONTAMINARSE CON EL PECADO (v.8-16)

Aunque Daniel aceptó muchos aspectos de la vida en la corte pagana, una cosa no estuvo
dispuesto a tolerar – “propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey,
ni con el vino que él bebía” (v.8a).

Hay TRES cosas que debemos notar aquí:

La Firmeza de Daniel(v.8a)

Daniel fue muy firme.  No fue que pensó que sería buen vivir en santidad, o que simplemente
deseaba vivir en santidad.  La Biblia dice que él “propuso”; esto significa que él ‘decidió’; él
‘determinó’ ser santo.  Y lo hizo “en su corazón”; es decir, no solo en su mente (pensamiento), sino
en su ‘corazón’ (voluntad).

La verdadera espiritualidad no se mide por buenas intenciones de la mente, sino por un corazón
determinado a honrar a Dios.

¿Cuál era el problema con “la comida del rey” y “el vino que él bebía”?  No tanto que incluía comida
ceremonialmente ‘inmunda’, o que podría llevar a la borrachera, sino porque había sido ofrecido
antes a los dioses de Babilonia.  Comer esa comida y beber ese vino sería participar en la idolatría;
y fue la idolatría que trajo abajo la nación de Judá.  Así que Daniel decidió no contaminarse con
esas cosas.

La Sabiduría de Daniel (v.8b, 11-12)

Habiendo determinado lo que no iba a permitir, Daniel fue sabio en cómo lo llevó a la práctica.  ¡No
se hizo un mártir, por imprudencia!
i. Pidió que no se le obligase comer (v.8b).
ii. Escuchó la respuesta del jefe de los eunucos (v.10).
iii. Hizo una sugerencia práctica (v.12-13)

¡Cuán importante es la sabiduría, en este mundo de pecado!

La Confianza de Daniel(v.13)

Daniel estaba decidido no contaminarse; así que confiaba que la prueba resultaría.  Confiaba que
Dios honraría su determinación de vivir en santidad.

Daniel aprendió que la verdadera espiritualidad no consiste en hacerse un mártir innecesariamente,


sino en ser firme frente al pecado, y sabio a la vez.

Conclusión

Cuando vivimos en un mundo de pecado, de este modo – Dios nos honra.  Lo hizo con Daniel:

i.  Recibió mayor “conocimiento e inteligencia” en cosas naturales (v.17a).


ii. Recibió revelación de cosas sobrenaturales (v.17b).
Iii. Destacó ante los hombres (v.18-20).
iv. Perseveró largos años (v.21); durante todo el cautiverio (ver Esdras 1:1).

¡Qué ejemplo para nosotros de una verdadera espiritualidad!

#3
I Pedro 1:16

Introducción

En estos últimos tiempos cuando el mundo esta lleno de violencia, lleno de corrupción de maldad,
de pecado, donde el hombre esta lleno de violencia el uno contra el otro, y hablar de santidad, es
un tema muy místico ya que hay personas que piensan que la santidad no existe, ya que como el
mundo vive es normal esta palabra solo se la atribuyen a los “Santos de palo y de yeso” y como
esta el mundo no conciben que una persona normal sea santa, o se le llame santa.

1. ¿Qué entiende usted como santo?

La realidad de este asunto es que a pesar de que el mundo este corrompido y la gente no entienda
los términos de santidad, Dios sin embargo nos esta pidiendo como requisito, vivir una vida de
santidad, una vida de consagración, y digo Dios pide porque? Dice: Sed Santo porque yo soy
Santo? (I pedro 1:16) y si Dios esta pidiendo santidad a los hombres, no les esta pidiendo nada
difícil, porque seria un acto de injusticia de parte de Dios pedirnos algo que no podamos cumplir, (I
Corintios 10:13) no solo eso Dios nos pide el también te pide que sed perfectos como soy
perfectos, sed misericordioso como yo soy misericordioso y en (Hebreos 12:14) dice: Buscad la paz
con todos y la Santidad sin la cual nadie vera al señor, Porque? Porque Dios es santo y nada que
no sea santo podrá ver a Dios, por eso sus ministro los siervos de Dios deben de ser Santos, los
Ujieres deben de ser Santos, los que cantan en el coro deben de ser Santos, los evangelistasdeben
de ser Santos, los maestros de escuela dominical deben de ser Santos, Ninguna cosa que sea santa
o consagrada para el puede ni debe de estar en su presencia, Ejemplo: (Los utensilios, el
inmobiliario, los Instrumentos Musicales, todo debe de ser santo o consagrado para Dios), Yo como
pastor no puedo traer una banda Mundana para alabar a Dios ni tampoco nuestros músicos pueden
ir a tocar con nuestros instrumentos a una fiesta pagana o mundana, porque todo lo que esta aquí
ya a sido consagrado para Dios, y solo con ese fin lo vamos a utilizar, aleluya? Ya que Dios pide
Santidad para el, en todo, Gloria a Dios? Bendito sea el señor? (Zacarías 20:21) si los caballos de
Jehová son Santos cuanto mas nosotros, Aleluya?

2. ¿Cuándo se vuelve santo algo o Alguien?

Cuando se consagra o dedica para ese fin, desde cuando usted se llama como se llama, desde que
nació, es así o no? Entonces desde cuando algo es santo, desde que se consagra para ese fin, Ver
(Efesios 4: 22-24), porque voy a despojarme? Porque Dios quiere que yo sea Santo el me ha
llamado a Santidad (I Tesalonicense 4:7) es la voluntad de Dios que yo me santifique Ver el Vr. 3 o
sea que vivimos en el mundo pero no somos del mundo, porque ya hemos sido apartados para
Dios en otras palabras consagrados, y ya no podemos vivir como antes, o como el mundo en
nuestras viejas naturalezas, hablar como ellos, vestir como ellos, caminar como ellos, sentarme
como ellos, yo debo caminar como santo, hablar como santo, vestirme como santo, la palabra dice
en el (Salmo 139: 1-3)

Definición de Santidad:

A) Santo sig. Apartado, Consagrado, Dedicado, perfecto libre de culpa, algo sagrado, persona
virtuosa, persona fiel, limpio, puro, Intachable, Irreprensible.

B) Santidad sig. Calidad de santo, justicia, Santificación

C) Santificar hacer santo algo o a alguien, dedicar a Dios alguna cosa, purificar, consagrar, separar.

En (Tesalonicenses 5: 23) Dice: y el Dios de paz os Santifique por completo y todo vuestro ser
espíritu, alma, y cuerpo sea guardadoIrreprensible Hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo,
cuando pablo llamaba a los santos que están en tal y tal Iglesia a quienes se refería, no se estaba
dirigiendo a los muertos.? se estaba dirigiendo a personas vivas como tu y como yo
(Tesalonicenses 1: 2)

3. ¿Como una persona puede Santificarse?

Una persona puede santificarse o purificarse atreves de la palabra de Dios (Juan 17:17 y Juan
15:3) También por el Espíritu Santo (I Corintios 6:9) Por la sangre de cristo (Hebreos 9:13 y 13:12)

4. La Santidad Es Progresiva:

La palabra dice en (Apocalipsis 22:11) El que es Injusto, sea Injusto todavía, y el que es Inmundo,
sea Inmundo todavía, y el que es justo, Practique la Justicia todavía, y el que es Santo,
Santifíquese Todavía, hermanos! hay personas que piensan que ya la salvación ya la tienen en la
bolsa, pero la verdad es que los que ya están seguros en el reino de Dios son los que ya murieron
en cristo, pero mientras tu yo estemos en este cuerpo, tendremos que estar lidiando cada día con
todo con nuestra carne, por eso Dios dice el que es santo santifíquese todavía, porque la santidad
es progresiva, Mire en (Colosenses 1: 21-23) Observe el Vr. 23 que dice ¿si en verdad permanecéis
fundados firmes en la fe? ¿Y si no que pasa?

5. La Santidad y la Vanidad:

¿Puede una mujer pintarse, y ponerse pantalones o cortarse el pelo y ser Santa? todas estas
prohibiciones vienen del oriente, y han salido de un corazón machista y no del corazón de Dios,
recordemos que la Biblia se escribió en un contexto Oriental, y Asiático, etc. Y hasta hoy la mujer
en los países orientales es marginada, y en algunos lugares se le prohíbe que enseñe su rostro, hay
hijos que llegan a viejo y no conocen el rostro de su madre, por estas creencias legalistas, Pablo no
era legalista, era judío pero seguía un poco algunas tradiciones judías, por eso ustedes lo ven
hablando (que la mujer calle en la congregación) porque? El dijo eso, por lo mismo, que hable en lo
anterior, pero para Jesús la mujer es importante ya que son muy buenas comunicativas (en el buen
sentido de la palabra) sino vea (Juan 4:28 en adelante) Y (Lucas 8: 1-3) El mismo Pablo Dijo en
(Galatas 3:28) Ya no hay Judío ni Griego, no hay esclavo ni libre, “No hay Varón ni Mujer” porque
todos somos uno en Cristo Jesús. Aleluya? Gloria a Dios?

El problema de muchas congregaciones es que es que son EXTREMISTAS, que la mujer no hable,
que la mujer no predique, que la mujer no levante las manos, que la mujer no salga ala calle, que
la mujer no cante, que la mujer no coma, que la mujer no se pinte, que la mujer no se arregle,
hemos llegado a los extremos que en algunas congregaciones esperan a las hermanas con una
cinta de medir en la mano para saber si se cortaron el pelo o no, Conozco de una historia en las
afueras de la capital que a una hermana la pusieron en disciplina por dos meses solo porque se
arreglo el cabello, ni siquiera se lo corto, apenas se lo emparejo, y eso es ser extremistas
Hermanos! La Santidad de guarda no Pecando contra Dios, la Santidad esta en la mente y el
corazón. (I Tesalonicenses 5:23) “La Santidad se refleja en la manera de Vivir y no en la manera de
Vestir” (I Pedro 1:15 y II Pedro 3:11)

6. ¿Cómo Guardamos la Santidad?

1. No siendo extremistas: esto refiere que todo tiene un límite que podemos permitir algunas cosas
pero todo con moderación, prudencia, y temor.

2. Siendo Irreprensible: No permitir que las personas hablen mal de nosotros, o de nuestro
ministerio.

3. Cuidando nuestro Testimonio: andar como dijo el Apóstol Pablo cuidar esta salvación con temor
y temblor.

4. Ministrando Nuestros Hogares: a nuestros hijos, Esposa, Familia.

5. Siendo Fiel a Dios y a la Iglesia.

6. Diezmando Y Ofrendando.
7. Apartándonos de toda cosa corruptible.

8. Guardándonos sin pecado para Dios.

9. Siendo Prudentes.

10. Siendo temerosos de Dios.

Dios no quiere personas santurronas, esto sig. Hipócritas personas con doble personalidad, que
aparentan ser santas y no lo son, aparentan ser buenas pero son malas, son una cosa en laIglesia,
pero en sus casas y en la calle son otras, viven una vida de apariencias, hermanos! este es un
tiempo final, tiempos últimos Dios esta llamando a su pueblo a cerrar fila a buscar mas a Dios, A
Buscar mas de su Presencia, “Sin Santidad Nadie Vera Al Señor” (Hebreos 12:14)

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