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Capítulo Iv Oro o Papel
Capítulo Iv Oro o Papel
¿ORO O PAPEL?*
“DINERO CÓMODO”
* Tomado de Historia del Dinero, Jozset Robert. Ediciones de Cultura Popular, México.
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bonos por una cuantía mayor al valor total de sus bienes? Sin
ninguna duda. Sin embargo, hay que tener en cuenta que nadie
puede obligar a otro a aceptar bonos en lugar de dinero. Pero ¿El
Estado? ¿El Rey? ¡Esto ya es otra cosa! El Rey tiene riquezas
incalculables. A él pertenecen castillos, fortalezas, palacios, tierras,
tribunales, etc. Si todas estas riquezas sirvieran para garantizar los
bonos, el Estado podría promulgar una ley sobre la obligatoriedad de
la circulación del papel moneda y la pena de muerte para los
falsificadores.
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Pudo pensarse, que tanto a los oídos del duque como a los del
banquero no había llegado ni una palabra dicha por los
circunstantes. No era para menos. La conversación giraba en torno a
cuestiones de vital importancia para el país.
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... Y hete aquí que un buen día fue presentado ante la caja del
Banco Real una inaudita cantidad de papel moneda acompañada con
la demanda de ser cambiada por su equivalente en moneda metálica.
El cajero general, con voz trémula, informó al director, que el oro
salía del banco por carretadas.
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2 ... La masa de los medios de circulación está determinada por la suma de los precios
de las mercancías que han de ser realizadas. Partiendo, además, del supuesto de
que el precio de cada clase de mercancía es un factor dado, la suma de precios de
las mercancías dependerá, evidentemente, de la masa de mercancías que se hallen
en circulación.
(...) Suponiendo que la masa de mercancías permanezca constante, la masa de
dinero en circulación aumenta y disminuye a tono con las fluctuaciones de los
precios de las mercancías.
(...) Para que suba o baje la suma de los precios de todas las mercancías en
circulación que hay que realizar, y, por tanto, para que aumente o disminuya la
masa de dinero puesta en circulación, basta con que suban o bajen, según los caos,
los precios de un cierto número de artículos importantes. El cambio experimentado
por los precios de las mercancías actúa siempre del mismo modo sobre la masa de
los medios de circulación, lo mismo cuando refleja un verdadero cambio de valor
que cuando responde a simples oscilaciones de los precios en el mercado.
Tomemos unas cuantas ventas o metamorfosis parciales sin revelación alguna entre
sí y que discurren paralelamente en el tiempo y en el espacio, las ventas v. gr. de un
quarter de trigo, 20 varas de lienzo, 1 biblia y 4 galones de aguardiente. Suponiendo
que el precio de cada uno de estos artículos sea 2 libras esterlinas, y, por tanto, la
suma de precios a realizar 8 libras esterlinas, estas transacciones lanzarán a la
circulación una masa de dinero de 8 libras. En cambio, si todas estas mercancías
representan otros tantos eslabones en la cadena de metamorfosis que ya
conocemos: 1 quarter de trigo = 2 libras esterlinas; 20 varas de lienzo = 2 libras
esterlinas; 1 biblia = 2 libras esterlinas; 4 galones de aguardiente = 2 libras
esterlinas, bastaran 2 libras esterlinas para poner en circulación sucesivamente las
distintas mercancías, realizando por turno sus precios, y por tanto la suma de
éstos, o sea, las 8 libras esterlinas, hasta hacer alto por fin en manos del destilador.
Para ello, darán cuatro vueltas. Este desplazamiento repetido de las mismas piezas
de dinero representa el doble cambio de forma de las mercancías, su movimiento a
través de dos fases contrapuestas de la circulación y el entrelazamiento de las
metamorfosis de diversas mercancías. Es evidente que las fases antagónicas que,
complementándose las unas a las otras, recorre este proceso, no pueden discurrir
paralelamente en el espacio, sino que tienen que sucederse las unas a las otras en
el tiempo. Su duración se mide, pues, por fracciones de tiempo, y el número de
rotaciones de las mismas monedas dentro de un tiempo dado indica la velocidad del
curso del dinero.
Supongamos que el proceso circulatorio de aquellas cuatro mercancías dure un día.
La suma de precios a realizar representará 8 libras esterlinas, el número de
rotaciones de estas monedas al cabo de un día será de cuatro y la masa del dinero
en circulación ascenderá a 2 libras esterlinas; es decir, que en una fracción de
tiempo determinada el proceso de circulación puede representarse así:
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(...) el total de rotaciones de todas las monedas de valor igual qué se hallan en
circulación arroja la cifra media de la rotaciones descritas por cada pieza y la
velocidad media del curso del dinero. Carlos Marx, Tomo I, Cap. III (N. del T.).
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PAPEL U ORO.
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EL DINERO ELECTRÓNICO**
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