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sesino en serie

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El líder sectario y criminal Charles Manson

La denominación asesino en serie o asesino serial designa a un individuo


que asesina a tres o más personas,12 en un lapso de 30 días o más, con un
período de "enfriamiento" entre cada asesinato, 3 y cuya motivación se basa en la
gratificación psicológica que le proporciona cometer dicho crimen. 45 Los asesinos
en serie «tienden a ser selectivos al acechar a sus víctimas y que lo hacen
impulsados por alguna necesidad interior imperiosa». 6
Los crímenes tienden a estar específicamente motivados por una multitud de
impulsos psicológicos, en particular ansias de poder y compulsión sexual. Suelen
seguir una misma metodología o modus operandi, involucrando a víctimas que a
menudo comparten alguna característica con el agresor, ya sea ocupación, raza,
apariencia, sexo o edad.7
La acuñación del término serial killer (asesino en serie) se atribuye comúnmente al
agente especial del FBI Robert Ressler en los años 1970,89 aunque ya había sido
descrito muchos años antes. Se tiene constancia de que el inspector policial
alemán Ernst Gennat utilizaba ya este concepto en 1930.10
Los asesinos en serie no deben ser confundidos con los asesinos en masa, que
asesinan a un número elevado de víctimas de manera simultánea en un período
corto de tiempo, ni con los asesinos relámpago, que cometen múltiples asesinatos
en un corto período y en lugares distintos. 3

Índice

 1Definición
 2Psicología y desarrollo

 3Auge

 4El asesinato múltiple antes de 1900

 5Tipos de asesinos en serie

o 5.1Organizados y desorganizados

 6Motivaciones

o 6.1Esquizofrenia

o 6.2Misioneros

o 6.3Hedonismo

o 6.4Lucro

o 6.5Poder / control

 7Dentro de la mente de un asesino en serie: Las fases de su proceso mental

 8Asesinos en serie en la cultura popular

 9Véase también

 10Referencias

 11Bibliografía

 12Enlaces externos

Definición[editar]
El término asesino en serie (serial killer) fue presumiblemente acuñado por el
agente Robert Ressler en los años 1970. La expresión asesino en serie entró al
lenguaje popular en gran parte debido a la publicidad que se dio a los crímenes
de Ted Bundy y David Berkowitz ("El hijo de Sam"), a mediados de esa década.
Aunque una de las primeras veces que se usó ese concepto fue con el «asesino
de los torsos» de Cleveland.
El término permite a los criminalistas y criminólogos distinguir a aquellos
delincuentes, que matan a varias personas en un largo período, de aquellos que
asesinan mucha gente en un solo evento (asesinos en masa). Un tercer tipo de
asesino múltiple es el asesino relámpago.
Seguidamente, unas breves definiciones de estos tres tipos:
 Un asesino en serie es alguien que comete tres o más asesinatos durante un
extenso período con un lapso de enfriamiento entre cada crimen. En medio de
sus delitos, ellos parecen bastante normales, una condición que Hervey
Cleckley y Robert Hare llaman "máscara de cordura". A menudo existe — pero
no siempre — un elemento sexual en este tipo de asesinos (Fred
West, asesino del Zodiaco, Luis Alfredo Garavito).
 Un asesino en masa, por otra parte, es un individuo que comete múltiples
asesinatos en una ocasión aislada y en un solo lugar. Los autores suelen
cometer suicidio después; por consiguiente, el conocimiento de su estado
mental y los motivos detrás de sus acciones se dejan muchas veces a la
especulación. Los pocos asesinos masivos que han podido ser atrapados
afirman que no recuerdan claramente el evento.
 Un asesino itinerante, también conocido como asesino excursionista o spree
killer, comete múltiples asesinatos en diferentes lugares, dentro de un período
que puede variar desde unas cuantas horas hasta varios días. A diferencia de
los asesinos en serie, ellos no vuelven a su comportamiento normal entre
asesinatos.
Todos estos tipos de crímenes mencionados son usualmente consumados por una
sola persona. Pero ha habido ejemplos en las tres categorías en los que dos o
más perpetradores han actuado en conjunto, como Los estranguladores de la
colina y Henry Lee Lucas y Ottis Toole. El escritor Michael Newton afirma que esto
sucede en aproximadamente un tercio de los casos.
Existen otros tipos de asesinatos múltiples también, aunque a menudo están
relacionados con grandes organizaciones y no con dos o tres
asesinos: genocidio y ataques terroristas. Los asesinos múltiples han sido en su
mayoría varones. Las mujeres representan la minoría en las estadísticas de
asesinos en serie. Los asesinos en serie están específicamente motivados por una
multiplicidad de impulsos psicológicos, sobre todo por ansias de poder
y compulsión sexual. Con frecuencia tienen sentimientos de inadaptabilidad e
inutilidad, algunas veces debido a humillación y abusos en la infancia y/o el
apremio de la pobreza, también bajo estatus socioeconómico en edad adulta,
compensando sus crímenes esto y otorgándoles una sensación de potencia y
frecuentemente venganza, durante y después de cometer los delitos. El
conocimiento de sus acciones aterroriza a comunidades enteras y con frecuencia
confunden a la policía, consecuencias que son incentivo de su sensación de
poder. Este aspecto motivacional los desliga de los asesinos a sueldo y otros
asesinos múltiples, quienes están motivados por el lucro. Por ejemplo,
en Escocia durante la década de 1820, William Burke y William Hare asesinaron
personas en lo que se conoció como el "Caso del ladrón de cadáveres". Ellos no
figuran como asesinos en serie en la mayoría de las definiciones de criminólogos,
porque sus motivos fueron principalmente económicos.
Los asesinos en serie frecuentemente tienen impulsos extremadamente sádicos.
Estos anulan la capacidad de sentir empatía por el sufrimiento de otros, de esta
manera, son frecuentemente llamados psicópatas o sociópatas, términos que han
sido renombrados por psicólogos como trastorno de personalidad antisocial.
Algunos asesinos en serie hacen uso de la lujuria y la tortura, para obtener placer
sexual por mutilación de la víctima y también de matarla lentamente por un
prolongado lapso de tiempo.

Psicología y desarrollo[editar]
La mayoría de los asesinos en serie tienen antecedentes enfermizos. Se sabe
que, frecuentemente, fueron víctimas de abusos durante su infancia, ya sea física,
sexual o psicológicamente, toda vez que existe una correlación entre los abusos
de su infancia y los crímenes que cometen.
El elemento de fantasía en el desarrollo de los asesinos en serie es
extremadamente importante. A menudo fantasean acerca de asesinar durante y
aún después de la adolescencia. Sueñan despiertos de manera compulsiva sobre
dominación, sometimiento y asesinato, usualmente con elementos muy
específicos de sus fantasías que después aparecen en sus crímenes reales. Otros
disfrutan leyendo historias de sadismo, llenos de violación, tortura y homicidio.
Pero en algunos casos, estos rasgos no están presentes.
Algunos asesinos en serie, presentan uno o más signos de alerta en su niñez de lo
que se conoce como el "Conjunto McDonald" o "Tríada psicopática". Estos son:

 Piromanía, comenzar incendios invariablemente solo por la emoción de


destruir cosas.
 Crueldad hacia los animales (relacionado con el "zoosadismo"). Muchos niños
pueden tener comportamientos crueles con los animales, como por ejemplo
cortarle las patas a las arañas, pero los futuros asesinos en serie con
frecuencia matan animales más grandes, como perros y gatos, y comúnmente
para su propio deleite, más aún de solo impresionar a sus amigos.
 Enuresis más allá de la edad en que los niños normalmente superan tal
comportamiento.
Cabría hacer una aclaración, esta tríada, desarrollada en 1963, ha sido
recientemente cuestionada por otros investigadores.
Muchos expertos han afirmado que una vez que el asesino en serie comienza con
sus actos delictivos no puede parar (o solo en contadas veces). Algunos sostienen
la opinión de que aquellos que no son capaces de controlar sus impulsos
homicidas son más fáciles de atrapar.

Auge[editar]
Ha habido informes contradictorios hasta cierto punto sobre el asesinato múltiple.
El FBI aseguró en los años 80, que en alguna época en particular, existieron
apenas 35 asesinos en serie en actividad en los Estados Unidos, dando a
entender que los asesinos múltiples en cuestión, habían cometido sus primeros
crímenes pero que aún no habían sido aprehendidos o detenidos por otras causas
(por ejemplo, suicidio, parálisis o muerte natural).
Esta cifra ha sido frecuentemente exagerada. En su libro Serial Killers: The
Growing Menace, Joel Norris afirma que hubo quinientos asesinos en serie en
activo en algún momento en Estados Unidos, responsables de cinco mil víctimas
al año, lo que sería aproximadamente un cuarto de la totalidad de homicidios
conocidos en el país.

El asesinato múltiple antes de 1900[editar]


Artículo principal: Listado de asesinos antes de 1900

Retrato en pintura de Elizabeth Báthory.

A pesar de que el fenómeno de los asesinos múltiples es generalmente


considerado un hecho contemporáneo, puede ser detectado en la historia, no
obstante con cierto límite de precisión.
En el siglo XV, uno de los nobles más ricos en Francia, Gilles de Rais, secuestró,
violó y asesinó al menos un centenar de niños y muchachos.
La aristócrata húngara Elizabeth Báthory, fue arrestada en 1610 y
subsecuentemente acusada de torturar y matar hasta 600 jovencitas. Ella constató
en su diario todos sus asesinatos. Aunque ambos, De Rais y Báthory fueron
supuestamente sádicos y adictos a matar, difieren de los asesinos en serie de hoy
en día, en que este par eran ricos y poderosos. Basándose sobre la falta de una
fuerza policial establecida y medios de información activos durante aquellos siglos,
puede muy bien ser que hubiese otros tantos asesinos múltiples en aquel
entonces, quienes no fueron identificados o no fue bien difundida su existencia.
Thug Behram, líder de la banda Thuggee en la India, frecuentemente ha sido
nombrado el asesino en serie más prolífico del mundo. Según numerosas fuentes,
se estima que asesinó a 931 personas por estrangulación mediante una tela
ceremonial (o rumal, que en idioma Hindi significa pañuelo), usado por su culto
entre 1790 y 1830, de esta manera, posee el registro de más asesinatos
cometidos por una sola persona en la historia. En total, los secuaces de manera
general habrían sido responsables de aproximadamente dos millones de muertes,
de acuerdo con el Libro Guinness de los Récords.
En España, Manuel Blanco Romasanta fue condenado a muerte en 1853 tras la
confesión de 9 asesinatos, aunque la pena le fue conmutada por considerarle un
caso de licantropía clínica.
En su famoso libro Psychopathia Sexualis, Richard von Krafft-Ebing registra el
caso de un asesino en serie ocurrido alrededor del año 1870,
un italiano llamado Eusebius Pieydagnelle quien tenía una obsesión sexual con la
sangre y confesó haber dado muerte a seis personas.
En Vitoria, España, Juan Díaz de Garayo fue detenido en 1880 y condenado a
muerte por 6 asesinatos tras su confesión. Aunque no asesinó solo prostitutas, y
tuvo varios intentos fallidos, intentó justificar los asesinatos alegando que las
prostitutas le querían cobrar demasiado.
En México existió un asesino en serie de mujeres en 1880 llamado Francisco
Guerrero Pérez "El Chalequero". Mató a 20 mujeres después de violarlas para
luego decapitarlas tirando sus restos en los alrededores de Río Consulado en
Ciudad de México. El caso de Guerrero, podría situarse en el apartado de asesino
misionero; ya que argumentó que mataba a las mujeres para evitar que fueran
infieles. Fue apresado en 1888, saliendo en libertad en 1904, donde volvió a matar
a una anciana. Fue sentenciado a muerte aunque murió en 1910 de tuberculosis.
El popular asesino anónimo Jack el Destripador degolló y destripó varias
prostitutas en Londres en 1888 (el número exacto de víctimas se desconoce -
como mínimo cuatro, probablemente seis). Estos crímenes brutales lograron
obtener enorme atención de la prensa debido a que Londres, en aquel momento,
era la capital y centro de la superpotencia económica más importante del mundo.
Joseph Vacher fue ejecutado en Francia en 1898 después de confesar el
asesinato y mutilación de 11 mujeres y niños, mientras que el asesino en serie
estadounidense H. H. Holmes fue ahorcado en Filadelfia en 1896 después de
confesar 27 asesinatos.

Tipos de asesinos en serie[editar]


Organizados y desorganizados[editar]
El FBI, sin demasiada precisión, ha categorizado a los asesinos en serie dentro de
dos tipos diferentes: organizados y desorganizados:

 Asesinos organizados: Usualmente son poseedores de un coeficiente


intelectual superior a la media (110 en adelante) planifican sus crímenes muy
metódicamente por lo cual pueden tardar años en realizar un asesinato. A
veces realizan sus asesinatos por despecho o debido a trastornos y, para
encubrirse, pueden intentar involucrar a otras personas en su planificación. Por
lo común, secuestran a las víctimas, después de ganar su confianza,
matándolas en un lugar y deshaciéndose de ellas en otro momento. A veces,
este tipo de persona busca entre su pasado a personas que formaron parte de
su vida y que la marcaron de alguna manera. Actúan engañando de muchas
maneras y, si hay personas extrañas en medio de su objetivo, las estudian y
llegan a crear toda una cantidad de circunstancias para volverlas en contra de
su objetivo. A veces, pueden tardar años en separar a su objetivo de su
obstáculo. Una vez realizado este propósito se acercan de forma pasiva y con
muchas mentiras y engaños a la persona de su pasado. Así, por fin, consigue
alcanzar su meta, que es hacer daño a la persona que seleccionó como
víctima, y su manera de actuar puede ser: (A) matar a su víctima o provocarle
sufrimiento, como hacerle daño físico a un ser querido o amado, a su entorno
ya sea familia directa del objetivo o ser querido actual ; (B) ensañarse con su
objetivo inicial. Por ejemplo, Ted Bundy se ponía en el brazo un molde de yeso
falso, pidiendo a las mujeres que le ayudaran a llevar unos libros hasta su
vehículo, donde las golpeaba duramente dejándolas inconscientes, y así poder
actuar. Otros tienen como objetivo específico a las prostitutas, quienes tal vez
van voluntariamente con el asesino en serie, creyendo que es un cliente
cualquiera. Estos tipos de asesinos, tienen un alto grado de control sobre la
escena del crimen, y generalmente conocen bien la ciencia forense que los
habilita para cubrir sus huellas, tal como enterrar el cuerpo o cargarlo hasta un
río para hundirlo. Además, ellos siguen escrupulosamente sus crímenes en los
medios de comunicación, y muchas veces se enorgullecen de sus acciones,
como si fuesen grandiosos proyectos. El asesino organizado es habitualmente
muy sociable y tiene amigos y amantes, muy a menudo hasta esposa e hijos.
Son el tipo de persona que cuando son capturados, son descritos por los
conocidos como "un tipo agradable" que "no sería capaz de hacer daño a una
mosca". Algunos asesinos en serie se esfuerzan por hacer que sus crímenes
resulten difíciles de descubrir, como por ejemplo falsificando notas de suicidio;
este es el caso de Harold Shipman, un médico de cabecera británico, cuya
posición social y ocupación eran tales que le permitía simular las muertes de
sus víctimas, considerando que morían por causas naturales:
entre 1971 y 1998, mató así por lo menos a 250 de sus pacientes más viejos, y
hasta muy poco antes de ser descubierto aún no se sospechaba que ninguno
de sus crímenes hubiera sido premeditados.
 Asesinos desorganizados: Con un IQ bajo/mediocre (entre 80 y 95),
cometen sus crímenes impulsivamente. Mientras que el asesino organizado
saldrá específicamente a cazar a la víctima, el desorganizado matará a alguien
cuando quiera que surja la oportunidad, y contadas veces se molestará en
deshacerse del cuerpo, dejándolo en el mismo lugar en que encontró a la
víctima. Usualmente llevan a cabo ataques "sorpresa", asaltando a sus
víctimas sin previo aviso, y típicamente ejecutarán rituales que creen
necesarios llevar a cabo, una vez que la víctima se encuentre muerta (por
ejemplo; necrofilia, mutilación, canibalismo, etc.). A menudo son personas
insociables, teniendo pocos amigos, y pueden tener un historial de problemas
mentales y ser descritos por sus conocidos como excéntricos o incluso como
"un poco extraños o raros". Tienen poca consciencia sobre sus crímenes y
puede que bloqueen los recuerdos de sus asesinatos. Uno de los casos
recientes más conocidos que encajan con este perfil es el de Francisco García
Escalero, el "Matamendigos".11
Un número significativo de asesinos en serie muestran simultáneamente ciertos
aspectos de los dos tipos mencionados, aunque las características de un tipo
dominan. El comportamiento de algunos asesinos declina de ser organizado a
desorganizado, según sus homicidios continúan. Complementan cuidadosa y
metódicamente los asesinatos al principio, pero conforme su compulsión se sale
de control, dejan de dominarse volviéndose descuidados e impulsivos.
Algunos asesinos sufren de personalidad múltiple (Trastorno de identidad
disociativo) lo que los lleva a cometer asesinatos tanto organizados como
desorganizados. Aunque varios psicólogos han citado a la personalidad múltiple
como una de las mayores causas de asesinatos, está comprobado que solo la
minoría de los asesinos en serie sufren este trauma. [cita  requerida]

Motivaciones[editar]
Los patrones organizado y desorganizado, están relacionados con los métodos de
los asesinos. En consideración a los motivos, pueden ser ubicados dentro de cinco
categorías diferentes:
Esquizofrenia[editar]
Contrariamente a la opinión popular, rara vez los asesinos en serie son
esquizofrénicos o están motivados por alucinaciones y/o voces en sus cabezas.
Muchos pretenden ser exculpados por la razón de la locura. Sin embargo, existen
unos cuantos casos genuinos de asesinos en serie, que fueron tratados según tal
concepción.
Herbert Mullin masacró a 13 personas después de oír unas voces que le dijeron
que los asesinatos eran necesarios para evitar que hubiera un terremoto
en California.
Ed Gein alegó que al comer los cadáveres de mujeres que se asemejaban a su
madre difunta podía preservar el alma de su madre en su propio cuerpo. Mató dos
mujeres que le recordaban a su madre, comiéndose a una y siendo arrestado
mientras se encontraba en proceso de preparar el segundo cuerpo para
consumirlo. También usó la carne de cadáveres exhumados para dar forma a un
"traje de mujer" para sí mismo, y de esta manera poder "convertirse" en su madre,
a la vez que no dejaba de hablar consigo mismo en una voz en falsete. Después
de su arresto fue ingresado en una institución mental por el resto de su vida.
Misioneros[editar]
Los llamados asesinos apostólicos creen que sus actos están justificados cada
vez que ellos se deshacen de cierto tipo de personas que ellos consideran
indeseables, (prostitutas o miembros de cierto grupo étnico), haciéndole un favor a
la sociedad. Robert Pickton, Gary Ridgway, Mark David Chapman, John Bodkin
Adams y Aileen Wuornos, son a menudo descritos como asesinos apostólicos.
Curiosamente, en el caso de Wuornos, las víctimas no eran prostitutas, sino los
clientes de estas. Los asesinos apostólicos difieren de otros tipos de asesinos en
serie, en que sus motivaciones no son sexuales.
Hedonismo[editar]
Este tipo asesina por el simple placer de hacerlo, aunque las características que
ellos disfrutan pueden diferir. Algunos pueden deleitarse con la "búsqueda" de
perseguir y encontrar una víctima más que cualquier otra cosa, mientras otros
pueden estar principalmente motivados por los actos de tortura y abuso de la
víctima mientras está viva. Usualmente existe un fuerte rasgo sexual en los
crímenes, aun cuando puede que no sea inmediatamente obvio, pero algunos
asesinos obtienen una oleada de excitación que no es necesariamente sexual, tal
como David Berkowitz, quien conseguía cierta emoción al disparar a parejas
jóvenes, cuando estos se encontraban en su auto, lo hacía al azar y después
escapaba sin siquiera tocar físicamente a las víctimas. Entre la categoría de
Hedonista existe tres tipos de asesino.

1. El primero es el asesino motivado por emoción: Este asesino mata por la


emoción que siente mientras que su víctima muere. La víctima tiene que
estar consciente durante el ataque para que el asesino pueda recibir el
máximo placer posible. Actos sexuales no ocurren después que la víctima
muere. El objetivo del asesino motivado por emoción es sentir el terror de
sus víctimas antes que mueren.
2. El segundo tipo es el asesino motivado por lujuria: Este asesino es el que
tortura y mutila sus víctimas. Son motivados por lujuria y placer sexual. Las
víctimas de este tipo de asesino se encuentran con evidencia de tortura y
a veces faltando partes del cuerpo. La violación de las víctimas del asesino
motivado por lujuria es común. A pesar de eso, otros pueden asesinar al
perjudicado rápidamente, casi como rutina y después gratificarse en actos
de necrofilia o canibalismo, como en el caso de Lewis Hutchinson.
3. El tercer tipo de asesino hedonista es el asesino motivado por beneficio.12
Lucro[editar]
La mayoría de los criminales que cometen asesinatos múltiples por fines
materiales (tales como los asesinos a sueldo), no son clasificados como asesinos
en serie, porque están motivados por el afán de lucro o algún tipo de ganancia
económica, en lugar de estarlo por una compulsión psicopatológica. Aun así,
existe una delgada línea que separa a ambos tipos de asesinos. Por
ejemplo, Marcel Petiot, quien operaba en la Francia ocupada por los nazis, podría
clasificarse como asesino en serie. Se hacía pasar como un miembro de
la resistencia francesa y atraía con engaños a opulentos judíos a su casa,
haciéndoles creer que él podía hacerlos salir clandestinamente del país. En lugar
de eso, los asesinaba y robaba sus pertenencias, matando a 63 personas antes
de que fuera finalmente atrapado. Aunque la principal motivación de Petiot era
material, pocos pueden negar que un hombre deseoso de matar a tanta gente,
simplemente por adquirir unas pocas docenas de maletas con ropas y joyería, fue
un asesino compulsivo y un psicópata.
Poder / control[editar]
Este es el asesino en serie más común. Su principal objetivo a la hora de matar es
obtener y ejercer poder sobre su víctima. Tales asesinos algunas veces fueron
maltratados de niños, se sienten increíblemente impotentes y a menudo se
satisfacen en prácticas que están vinculadas a las formas de abuso que sufrieron
ellos mismos. Muchos asesinos de este tipo abusan sexualmente de sus víctimas,
pero difieren de los asesinos hedonistas en que la violación no es motivada por
lujuria, sino por otra forma de dominación sobre el martirizado.
Algunos asesinos en serie puede que tengan características de más de uno de los
tipos mencionados. Por ejemplo, el asesino británico Peter Sutcliffe parece ser un
asesino demente y a la vez misionero, toda vez que afirmó que escuchaba voces
que le ordenaban que limpiara las calles de prostitutas.
Alternativamente, otra escuela de pensadores clasifica los motivos por: necesidad,
afán de lucro o poder.

Dentro de la mente de un asesino en serie: Las fases de


su proceso mental[editar]
La captura y puesta en prisión de un elevado número de asesinos en serie
psicópatas le ha permitido a los psicólogos y psiquiatras forenses analizar de
primera mano el desviado comportamiento que éstos exhiben. Aunque no
predomina una opinión uniforme acerca de cómo funciona el mecanismo psíquico
que conduce a un individuo común a transformarse en un homicida en cadena, se
han formulado, no obstante, planteos altamente fundamentados y sugerentes. Por
ejemplo, ha sido muy difundido el esquema postulado por el psicólogo e
investigador policial norteamericano Dr. Joel Norris quien, después de entrevistar
a muchos homicidas en serie, desarrolló su teoría consistente en que durante el
proceso cerebral por el cual atraviesa esta clase de delincuentes necesariamente
se presentan varias etapas o fases mentales que dirigen sus acciones hasta
desembocar en un desenlace fatal.
Al primero de estos estadios se le llama “fase de aura” y en el mismo se visualiza
un pasmoso grado de confusión en el pensamiento exteriorizado por el individuo,
el cual va dejando entrever signos delatores de una psicopatía que llegará
rápidamente a convertirse en una auténtica obsesión. El asesino psicópata
experimenta con tan virulenta lucidez sus fantasías que éstas se van mezclando
de manera crecientemente peligrosa con la realidad, alcanzando un extremo
donde el sujeto afectado no logrará diferenciar entre ambas. El individuo torna a
depender de modo progresivo de estas fantasías, hasta un punto donde aquellas
comienzan a gobernarlo por completo. Lo que inicialmente se traducía en
inofensivos juegos oníricos pasa a ocupar un tiempo y un espacio cada vez más
esencial dentro de su vida consciente.
La segunda etapa de esta funesta retahíla mereció el nombre de “fase de
búsqueda”. Aquí el maníaco toma la irrevocable decisión de perpetrar el crimen, y
comprende que para ello debe hallar una víctima adecuada a sus particulares
necesidades. Hay psicópatas que al arribar a este grado se dan por satisfechos
con reafirmar sus fantasías e imaginan que consuman el delito, pero no avanzan
más allá.
Pero si la resolución de asesinar para cumplir con su morbo deviene más
poderosa se entra de plano en la “fase de seducción”, que es aquella en la cual el
futuro asesino establece contacto con posibles objetos de agresión desplegando
su magnetismo individual y su dialéctica. Comienza a disfrutar con su “actuación” y
busca hacer bajar la guardia a su oponente preparando el camino para un ataque
de improviso. Algunos perturbados pueden contenerse al arribar a esta etapa y se
conforman con haber establecido ese contacto con eventuales víctimas, y luego
retroceden.
Empero, la mayoría ya no son capaces de reprimirse ni detenerse y ascienden al
siguiente escalón dentro de esta neurosis conocido como “fase de caza”. En la
etapa de cacería se avanza abruptamente de la cautelosa pasividad a una febril
actividad. El victimario ya ha escogido el tipo de presa humana que considera
“apropiado” y se apresta a entrar en contacto decisivo con ella.
Dependiendo de la personalidad del agresor, este empleará su encanto y atractivo
personal –si los tuviere- en pos de inducir a la víctima a caer en una trampa, o
bien llevará a cabo una sucesión de encuentros inspirados en el propósito de
ganarse su confianza previamente a acometerla. El tiempo que insume este
estadio de su proceso mental puede prolongarse durante semanas o meses, o
bien durar apenas unos instantes. Lo cierto es que esta etapa inevitablemente se
cumple siempre antes de entrar en la denominada “fase de captura”. Esta fase
comporta el quinto hito dentro de la anómala conducta psíquica del criminal. Aquí
es cuando el asesino –literalmente hablando- se despoja de su máscara, y hace
uso de la fuerza a fin de retener a su presa o para conducirla a donde quiere. Se
trata de un punto de no retorno. La sorprendida víctima cobra consciencia por
primera vez de las intenciones letales que animaban a su contraparte y, debido a
ello, ahora el matador ya no podrá echarse atrás.
Seguidamente se instala la “fase de asesinato”, propiamente dicha, la cual
cristaliza y da culminación a las precedentes imaginerías sádicas o de dominación.
Acá es cuando el ultimador pierde absolutamente cualquier atisbo de percepción
de la realidad y se embarca de lleno en la realización a cualquier precio de sus
planes y deseos. Ha desembocado en la fase que justifica la existencia de todas
las etapas anteriores. Se trata de la razón de ser de la totalidad del proceso
mental precedente, y el ejecutor –imbuido de enfermizo éxtasis- no vacila en llevar
a término el crimen soñado con todos sus tétricos añadidos.
A la última de las instancias de este patológico impulso cerebral se la designa
“fase de depresión”. A ella únicamente se ingresa una vez consumada
efectivamente la agresión física. La excitación despertada por el acto de asesinar
ha alcanzado su paroxismo. Posteriormente, el maníaco queda abrumado bajo
una intensa depresión y abulia, lo cual no quiere decir que sea capaz de reconocer
la maldad de sus actos y, mucho menos aún, que pueda sentir remordimiento.
Comprende, eso sí, que el placer esperado no fue tan deleitoso como imaginó, y
hasta puede calibrar que los riesgos son demasiado grandes en comparación con
el relativamente magro fruto cosechado. Sin embargo, en caso de que en verdad
estemos en presencia de un psicópata homicida, esta fase no dura mucho y,
tiempo más tarde, vuelve a transitar de manera sistemática por el antedicho
proceso, el que nada más se detiene si el ultimador se enferma o incapacita, o si
es capturado o muere.
El asesino, en definitiva, no hace sino llevar a cabo una fantasía de carácter ritual.
No obstante, una vez sacrificada la persona agredida, se esfuma la identidad que
la misma conservaba dentro del imaginario del criminal. La víctima ya no
representa lo que el victimario suponía al principio, a saber: la novia que lo
rechazó, la voz retumbante de la madre odiada, o la aplastante lejanía provocada
por el padre ausente. Todos estos fantasmas permanecen grabados de la forma
más vívida en la psique del ejecutor luego de perpetrado del crimen, y este no ha
logrado ahuyentarlos de su interior. Por el contrario, su intangible presencia se
torna cada vez más opresiva y ominosa y, metafóricamente, lo obliga a repetir el
enfermizo ciclo que lo empuja a volver a matar. El desastre cometido no borra ni
cambia el pasado, porque el asesino en serie termina por odiar más. De ahí el
carácter adictivo de su mecanismo mental y la imposibilidad de detenerse. El
clímax obtenido instantes atrás tan solo resulta un espejismo que no logra
compensar esos sentimientos contradictorios, y tampoco llena su hondo vacío ni le
sacia la febril ansiedad que lo agobia.131415

Asesinos en serie en la cultura popular[editar]

Grabado de la época, de José Guadalupe Posada, que ilustra uno de los asesinatos cometidos
por Francisco Guerrero Pérez.

A causa de la horripilante naturaleza de sus crímenes, sus diversas


personalidades y perfiles, y su habilidad para evadir la detección y matar a
muchas víctimas antes de ser capturados y encarcelados, los asesinos en serie se
han vuelto rápidamente figuras de culto, y han sido representados en
muchas novelas, filmes, canciones, historietas, videojuegos, etc.
La fascinación pública por los asesinos en serie, induce al éxito de
muchas novelas policíacas y filmes acerca de asesinos en serie de ficción,
incluyendo el American Psycho de Bret Easton Ellis; y especialmente The Silence
of the Lambs de Thomas Harris y su galardonada adaptación cinematográfica,
cuyo principal antagonista, el antropófago asesino en serie Hannibal Lecter, se ha
convertido en todo un icono cultural. El personaje John Doe, de la película Seven,
es otro notorio asesino en serie de ficción, e incluso la película Scream está
basada en unos casos reales de asesinatos en serie ocurridos en Florida. La serie
de historietas Family Bones cuenta la historia de los asesinatos de Copeland en
Misuri.
A finales del 2006, el canal estadounidense Showtime empezó a emitir una serie
sobre un asesino en serie (que mataba a otros asesinos) que trabajaba como
analista forense para la policía: Dexter. La serie está basada en la novela Darkly
Dreaming Dexter de Jeff Lindsay.
En la serie CSI: Crime Scene Investigation, que fue producida por la cadena CBS,
se ha destacado un conjunto de asesinos en serie con reconocimiento singular
como son Paul Millander "El asesino de la bañera" un juez corrupto y criminal que
tuvo en jaque a Gil Grissom durante múltiples episodios; Kevin Greer "El asesino
de la pintura azul". Atacaba a sus víctimas colocando pintura en un pasamanos de
la Universidad Western de Las Vegas, obligándolas a acercarse a una fuente para
removérsela, lugar donde las embestía; Natalie Davis (Jessica Collins) "La asesina
de las miniaturas" una asesina que realizaba maquetas de sus crímenes a la
perfección y las enviaba a los policías; Nate Haskell (nombre real: Warner Torpe)
un asesino en serie que drogaba secuestraba y asesinaba parejas jóvenes
en California, Nevada, Arizona y Texas y quien puso en jaque en varias ocasiones
al CSI Raymond Langston, y contaba con un grupo de cómplices, mujeres que
hacían culto a su personalidad a las cuales denominaba sus novias, a las cuales
torturaba y asesinaba después de cometer sus crímenes; los hermanos gemelos
Jared Briscop y Paul Wintroup conocidos por secuestrar y asesinar chicas
universitarias en Seattle y Las Vegas, tomando en su relación de hermanos una
dinámica a su hermandad al estilo de los gemelos Castor y Polux, y quienes
pusieron en jaque al CSI supervisor D.B Russell y al equipo.
En 2008, CBS también lanzó El mentalista, una serie en la que el protagonista,
Patrick Jane, persigue a un asesino en serie de identidad desconocida que se
hace llamar Red John conocido por asesinar principalmente mujeres
en California, Nevada, y México, y quien asesinó a la esposa y a la hija de Jane 5
años antes del inicio de la serie luego de que Jane lo insultase en un programa de
televisión. Descubrir la identidad de Red John es el principal objetivo de la serie y
de Jane. A diferencia de la mayoría de los asesinos en serie, que trabajan en
solitario o con ayuda de unos pocos cómplices, y similarmente comparado con el
asesino Nate Haskell de CSI, Red John es un genio criminal que cuenta con
decenas de cómplices variados que trabajan para él, como son civiles, otros
asesinos en serie e incluso infiltrados en la Policía de Sacramento, FBI , CBI y
posiblemente otras agencias gubernamentales, con lo que la tarea de
desenmascararlo se torna aún más complicada.

Representación de la época del hallazgo de una víctima del asesino en serie Jack el Destripador.
D-Tox, película de 2002, protagonizada por Silvester Stallone, muestra la historia
del agente del FBI Jack Malloy quien persigue a un particular asesino en serie de
policías, el cual ha asesinado a su esposa y a varios de sus compañeros de
trabajo. Aunque si bien la película no tuvo éxito comercial, se convirtió en una
película de culto para los fanáticos de asesinos en serie de ficción, por crear en su
concepto a un asesino en serie que persigue y mata policías, algo que no se ha
presentado ni siquiera en la vida real.
Monster, película del año 2003, protagonizada por la actriz sudafricana Charlize
Theron, muestra la historia de Aileen Wuornos en el tiempo de sus crímenes,
interpretación que le valió ganar un premio Óscar.
En México, el caso de Gregorio Cárdenas "El estrangulador de Tacuba", inspiró a
Víctor Hugo Rascón Banda a escribir la obra de teatro El Criminal de Tacuba,
dirigida por Raúl Quintanilla y protagonizada por Sergio Bustamante. También, el
caso de las hermanas González Valenzuela "Las Poquianchis", inspiró al escritor
mexicano Jorge Ibargüengoitia para escribir el libro Las muertas. Asimismo, la
historia fue llevada al cine bajo la dirección de Felipe Cazals bajo el título Las
Poquianchis, protagonizada por Diana Bracho, Patricia Reyes Spíndola, María
Rojo y Ana Ofelia Murguía. También en ficción los asesinos en serie es
representada en la famosa telenovela y thriller Cuna de lobos con el personaje
central de la matriarca Catalina Creel, interpretada por la actriz María Rubio, una
villana en la gran tradición dramática de la Alexis Carrington de Dinastía de Alexis
Carrington, el J.R. Ewing de Dallas , o la Abby Cunningham de Knots Landing. La
devoción antinatural de Catalina a su único hijo (interpretado por Alejandro
Camacho) la llevó a ocultar un ojo sano detrás de la mentira de la ceguera,
cometió una serie de asesinatos que comienzan con su propio marido, Carlos
(Raúl Meraz), luego con participar en el secuestro del hijo de Leonora (quien fue
interpretada por Diana Bracho). Además fue mando el incendio de un asilo de
ancianos, sobornos para ocultar sus asesinatos del Escudero/Joyero (Jorge
Fegan), de Gutiérrez (Carlos Cámara) el vicepresidente de la compañía Lar-Creel,
Lucero (Magda Karina) la representante de agencia de viajes, así como el
asesinato del Inspector Suárez (Humberto Elizondo), el investigador jefe de la
empresa Lar-Creel, y por accidente la explosión del avión de matar a su propio hijo
Alejandro y su nuera Vilma (Rebecca Jones). Cuna de lobos llegó a ser tan
popular en su país de origen que en la noche de la emisión final, las calles de la
Ciudad de México - infamemente ahogada por el tráfico - estaban desiertas ya que
los locales estaban en sus casas pegados a sus pantallas de televisión. Se ha
volvió a ver varias veces en los Estados Unidos y Australia en los últimos años.
Una nueva versión ha estado en conversaciones por varios años.
En Argentina se hizo la película "El Ángel", la cual está basada en la vida
de Carlos Eduardo Robledo Puch, también conocido como "El ángel de la muerte".
En Venezuela el escritor de telenovelas Martín Hahn escribe historias con un
asesino en serie que se disfraza de algún personaje popular inventado por ellos
mismos, y mata a las personas, pero dejando la expectativa de quien o quienes
son los asesinos que se disfrazan y matan a su conveniencia, dejando al
espectador jugar con la trama llena de misterio, suspenso y los sospechosos, que
cuando llega su capítulo final en el cual paralizan al país en este caso Venezuela y
el índice de audiencia es muy favorecedor para la cadena que la transmite para
saber las identidades del o los asesinos que cometieron los asesinatos. La primera
telenovela venezolana de este estilo de drama asesino fue Angélica Pecado del
año 2000, donde el personaje asesino era El Cuervo, La mujer de Judas de 2002
Personaje Asesino La mujer de Judas, Estrambótica Anastasia de 2004
Personaje Asesino El Monje, todas estas producidas por la cadena RCTV y luego
las 2 últimas: La viuda joven de 2011, personaje asesino La Viuda Negra" y Mi ex
me tiene ganas de 2012 Personaje Asesino El Brujo" de la
cadena Venevisión Todas gozaron una altísima audiencia, récords en sus
capítulos finales donde el misterio y la identidad quedaba develado. En ese mismo
año la telenovela El rostro de la venganza, producida por Telemundo, cuenta la
historia de un niño que cometió un crimen en su colegio, según mató 7 niños pero
lo inculparon a él, mientras la verdadera asesina quien se creía que estaba muerta
resultó ser la que mató 6 niños. Cuando el niño culpado sale de la cárcel 20 años
después, esta última reaparece y se dedica a asesinar. La telenovela es
protagonizada por David Chocarro y Marlene Favela, y antagonizada por Jonathan
Islas y Felicia Mercado, con las participaciones especiales de Maritza
Rodríguez y Elizabeth Gutiérrez y el papel estelar interpretado por Saul Lisazo.

Los Estranguladores, India.

En la serie Héroes, el personaje Sylar (Gabriel Gray) descubre su habilidad de


aptitud intuitiva, y es capaz de saber como funcionan las cosas y mecanismos, ya
sean mecánicos o biológicos como el cerebro. Pero con su habilidad viene un
hambre por tener más habilidades, más poderes y para obtenerlos se convierte en
un asesino en serie en busca de poderes para ser especial, la forma en que
comete sus asesinatos, es usando su primera habilidad adquirida, la telekinesis
para sujetar a la persona contra alguna pared y procede a abrir su cabeza como si
fuera un abrelatas, haciendo una incisión en la frente y apuntando su dedo índice
hacia la cabeza de la víctima, luego de eso se dedica a observar el cerebro
expuesto de la persona y aprende a usar su nueva habilidad. En la serie el FBI lo
busca por más de 10 asesinatos en contra de gente especial y lo que lo hace ser
tema de más controversias entre la policía es que, al usar telekinesis en sus
asesinatos, no deja huellas digitales o marcas de contacto físico, y encuentran
cadáveres sin la parte de arriba de la cabeza, sin cerebro, cuerpos en charcos de
sangre y cruelmente dejando tirada la parte de la cabeza cortada, congelados o
empalados en situaciones imposibles de realizar para una persona normal,
convirtiéndolo en un asesino en serie imparable.
Los objetos de recuerdo y la erudición sobre asesinos en serie, es una subcultura
que gira alrededor del legado de varios infames y célebres asesinos en serie.
Mientras los objetos de recuerdo están generalmente circunscritos a las pinturas,
escritos y poemas de estos personajes, un mercado ha crecido desde la última
década del siglo XX con enciclopedias, tarjetas y hasta figurillas de acción.

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