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Jack el Destripador trabajo de investigación.

Jack el destripador
Son muchas las preguntas que nos creamos a cerca de los asesinos seriales y en general
los casos de asesinatos, violencia y maltratos que vienen de este tipo de criminales. Nos
preguntamos; ¿Cómo serán sus vidas?, ¿Qué debe de pasar por sus mentes para cometer
tales asesinatos?, ¿Cómo es posible que una persona pueda llegar a esos extremos?, etc.
En algún momento más de uno hemos llegado a pensar en matar a alguien para ver lo que
sentimos o simplemente viviendo situaciones de profunda tensión hemos sentido el deseo
interior de acabar con la vida de alguien que tenemos enfrente.

¿Pero qué es lo que diferencia a un asesino serial de un ciudadano común, que en un día
estresante piensa en asesinar a su jefe o de un asesino en masa? ¿Cuáles son las
patologías existentes? ¿Cuál es el modus operandi de cada asesino? ¿Nacemos todos con
un asesino oculto o más bien es la sociedad y el mundo en el que vivimos el que va
formando a futuros asesinos?

Los asesinatos se dan con frecuencia, solo basta abrir un periódico o escuchar
las noticias para darnos cuenta de que la sociedad poco a poco se desquicia. No hay día
que no salga alguna nota roja en cualquier medio de comunicación, muchas de las
muertes son un reflejo de la enfermedad que nos envuelve cada vez más, pero ¿Qué hay
con los asesinos que planean meticulosamente sus movimientos?

. . .

Jack el destripador, es o era uno de estos asesinos seriales, el cual se me hace uno de los
mas interesante, no solo por su forma tan peculiar de marcar a sus víctimas y de cómo
trabajaba (modus operandi), sino más bien por cómo es que apareció tan repentinamente
y del mismo modo desapareció, aunado a esto la forma tan burlona e inteligente de
escribirle a los policías de ese tiempo, y firmarlo por como ahora se le conoce “Jack el
Destripador”.

Mi investigación se basará en él, puesto que como ya mencioné es mi asesino serial


favorito.

Ezequiel Fredy Díaz Díaz


Jack el Destripador trabajo de investigación.

Introducción
En este ensayo planeo abordar a los asesinos seriales, un asesino serial es una persona
que mata a dos o más personas, en lugares y tiempos diferentes, con más de un día de
diferencia entre estos crímenes; existiendo entre un asesinato y otro un período de
enfriamiento, en donde vuelve a su estado “normal”, la palabra asesino bien del árabe ,
que quiere decir adicto al hachis, esto viene porque en tiempo de cruzadas había una
secta musulmana muy temidad por los cristianos, esta secta cometia asesinatos bajo el
influjo del hachis, esta secta paso allamarse “hashsh ashln”, o sea “los que consumen
hachis”, hashsh ashln en ingles dio assassin. Otro punto interesante en esto es el modus
operandi, o lo que quiere decir el “modo en el que opera”, lo cual es el conjunto de pautas
de comportamiento y actuación de un delincuente contra su víctima en un tiempo y lugar
determinados y a lo largo de sus diferentes crímenes.

El modo en el que esta investigación se llevara a cabo se una presentación, la cuan es la


primera hoja, la introducción la cual es esta, como o siguiente punto, serán los asesinos
seriales, que se divide en dos puntos mentalidad y tipos. El punto cuatro será Jack y el
contexto. En el punto cinco se hablará de sus víctimas. Como punto núm. Seis tenemos
¿Quién es Jack?, pregunta la cual será respuesta conforme todo lo visto anteriormente, y
por último una conclusión, donde se verá lo aprendido.
Dejando todo esto en claro, voy a dar inicio a lo mencionado.

Ezequiel Fredy Díaz Díaz


Jack el Destripador trabajo de investigación.

Mentalidad de un asesino:

Los asesinos, tienen sus propias características y cada caso presenta sus propias
particularidades, y en ocasiones el perfil y el comportamiento habitual no aorta señales de
que set trate de un potencial asesino.
Su mentalidad de ver el mundo puede darse por causas biológicas o de mal desarrollo
cognitivo, o incluso de adaptación al medio social.
Su mentalidad generalmente se encuentra en un estado emociona tremendamente
deficitario (escaso) y sometido a un si fin de compulsiones y distorsiones cognitivas, como
paranoias y creencias erróneas.
En ocasiones no es tanto lo que piense. Ser asesino es un programa de la mente y de los
actos, se aprende y se insta en la personalidad. Aunque a veces tenga conflictos de
conciencia. Una vez activado, el programa trabaja solo, es como un vicio, no se puede
parar fácilmente.
Piensan como depredadores de su misma especie, buscando siempre la oportunidad para
someter a una víctima (satisfacer su vicio, sus deseos o sus fantasías), ya que esto le
produce curiosidad en algunos casos, en otros matar es la manera de cubrir fechorías y
continuar impunes. Hay una categoría que se llama “ejecutor”, este lo hace mas bien por
encargo, pero esto no quiere decir que no tenga una mentalidad propia, la suya en su caso
es “las personas no merecen vivir”.

Durante, mi investigación vi una frase, que les quiero compartir, dice así:
-papa, si matamos a todos los malos ¿solo quedamos los buenos?
-no hijo, solo quedaríamos los asesinos.
Esta frase me gusto, más bien me hizo reflexionar, todos los seres humanos tenemos esa
mentalidad asesina, sé que se oye algo crudo, pro después de todo seguimos siendo
animales, con instintos y matar es uno de ellos, matar es la mejor forma de deshacerse del
problema, porque si no vive, nunca existió.

Ezequiel Fredy Díaz Díaz


Jack el Destripador trabajo de investigación.

Los asesinos en serie están específicamente motivados por una multitud de impulsos
psicológicos, sobre todo ansia de poder y compulsión sexual. Los crímenes suelen ser
llevados a cabo de una forma similar, y las victimas, a menudo, comparten algunas
características físicas (ocupación, raza apariencia, sexo o edad), esto se debe a ciertas
necesidades que el asesino quiere de sus víctimas, para así6 poder sentir una mejor
sensación, lo cual generalmente no se llega a dar, puesto que su fantasía se ven
sustituidas por otras.

Tipos de asesinos

El termino asesino en serie (serial killer) fue acuñado por el agente especial del FBI Robert
Ressler, en la década de 1970, aunque ya había sido descrito muchos años ante. Se tiene
constancias de que el inspector policial alemán Ernst Gennat utilizaba ya este concepto en
1930.
Un asesino en serie es un sujeto que asesina a tres o mas personas en un lapso de 30 días
o más con un periodo de enfriamiento entre cada asesinato, y cuya motivación se basa en
la gravitación psicología que le proporciona dicho crimen.
Los asesinos seriales no deben de ser confundidos con los asesinos en masa, que asesinan
a un número elevado de víctimas de manera simultánea en un periodo corto de tiempo, ni
con los asesinos relámpago, que cometen múltiples asesinatos en un corto periodo y en
lugares distintos.
El FBI ha categorizado a los asesinos seriales dentro de 3 tipos diferentes de asesino.

Organizados:
Suelen tener un coeficiente intelectual superior a la media de 105 o superior. Planean sus 
crímenes tan metódicamente que pueden pasar años antes de que cometan un asesinato. 
A veces cometen sus asesinatos por malicia o confusión, y para esconderse involucran a 
otras personas en sus planes. Por lo general, secuestran a las víctimas ganándose su 
confianza, matándolas en un lugar y arrojándolas en otro. A veces, este tipo de personas 
miran hacia su pasado en busca de personas que formaron parte de su vida y le dieron 
forma de una forma u otra. Actúan engañando de muchas maneras y, si hay personas 
extrañas en medio de su objetivo(estorbos), las estudian y llegan a crear toda una 
cantidad de circunstancias para alejarlas de su objetivo. A veces, pueden tardar años en 
separar a su objetivo de su obstáculo. Una vez realizado este propósito se acercan de 
forma pasiva y con muchas mentiras y engaños a su víctima. Así, por fin, consigue su 
objetivo, que es hacerle daño de maneras que pueden ser: matar a su víctima o 
provocarle sufrimiento, como hacerle daño físico a un ser querido o amado, a su entorno 

Ezequiel Fredy Díaz Díaz


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ya sea familia directa del objetivo o ser querido actual. Finalmente, se ensaña (causarle
dolor) con su objetivo inicial.  Otros tienen como objetivo específico a las prostitutas, 
quienes tal vez van voluntariamente con el asesino serial, creyendo que es un cliente 
cualquiera. Estos tipos de asesinos, tienen un alto grado de control sobre la escena del 
crimen, y generalmente conocen bien la ciencia forense que los habilita para cubrir sus 
huellas, tal como enterrar el cuerpo o cargarlo hasta un río para hundirlo. Ellos siguen 
escrupulosamente sus crímenes en los medios de comunicación, y muchas veces se 
enorgullecen de sus acciones, como si fuesen grandiosos proyectos. El asesino organizado 
es habitualmente muy sociable y tiene amigos y amantes, muy a menudo hasta esposa 
e hijos. Estas son las personas a las que sus conocidos describen como una persona sana y
no esperaban que fuera así (que estuviesen enfermas mentalmente). Algunos asesinos en
serie hacen todo lo posible para que sus crímenes sean más difíciles de resolver, como
falsificar cartas de suicidio.

Desorganizados
Carentes de un coeficiente intelectual alto (entre 80 y 95), cometen sus crímenes
impulsivamente. Mientras que el asesino organizado saldrá específicamente a cazar a la
víctima, el desorganizado matará a alguien cuandoquiera que la oportunidad surja,
contadas veces se molestará en deshacerse del cuerpo, dejándolo en el mismo lugar en
que encontró a la víctima. Usualmente llevan a cabo ataques «sorpresa», asaltando a sus
víctimas sin previo aviso, y típicamente ejecutarán rituales que creen necesarios hacer,
una vez que la víctima esté muerta. A menudo, son personas insociables, teniendo pocos
amigos, y pueden tener un historial de problemas mentales y ser referidos por sus
conocidos como excéntricos o hasta «un poco extraño». Tienen poca consciencia sobre
sus crímenes y puede que bloqueen los recuerdos de sus asesinatos.

Mixtos
Los asesinos mixtos presentan combinaciones coherentes de rasgos del asesino serial organizado y
del desorganizado, en general son asesinos que, en cierta fase de su carrera criminal, actúan
organizadamente, mientras que en otra actúan desorganizadamente; o bien, a lo largo de su
carrera de asesinos o en cierto periodo de la misma, manifiestan un orden parcial, no total,
incluyente de ciertos rasgos del asesino desorganizado. Estos son minoría, pues en general o son
organizados o son desorganizados.

Un número significante de asesinos seriales muestran ciertos aspectos de los dos tipos
mencionados, aunque las características de un tipo dominan. El comportamiento de algunos
asesinos declina de ser organizado a desorganizado, según sus homicidios continúan.

Ezequiel Fredy Díaz Díaz


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Complementan cuidadosa y metódicamente los asesinatos al principio, pero conforme su


compulsión se sale de control, dejan de dominarse volviéndose descuidados e impulsivos.

Algunos asesinos sufren de personalidad múltiple lo que los lleva a cometer asesinatos tanto
organizados como desorganizados. Aunque varios psicólogos han citado a la personalidad múltiple
como una de las mayores causas de asesinatos, está comprobado que solo la minoría de los
asesinos seriales sufren este trauma.

Los asesinos seriales, en consideración a los motivos de sus asesinatos, pueden ser ubicados
dentro de 4 categorías diferentes.

Visionarios

En este tipo de asesino serial es donde más abundan los esquizofrénicos. Estos asesinos reciben el
nombre de “visionarios” porque su visión de la realidad está teñida por el delirio y la fantasía,
dentro de los cuales suelen colarse seres irreales surgidos en la dinámica de las alucinaciones
visuales y auditivas. Usualmente creen cosas absurdas como que son otra persona (la encarnación
de Hitler, por ejemplo), como que entidades sobrenaturales (Dios, el Diablo, ángeles, demonios,
espíritus, etc.) les hablan y les impelen a cometer asesinatos, etc. Las fantasías en torno al yo son
frecuentes en estos asesinos, así como también las teorías (“visiones”, si se quiere) delirantes y
extravagantes.

Misioneros

Los llamados asesinos apostólicos creen que sus actos están justificados cada vez que ellos se
deshacen de cierto tipo de personas indeseables, (prostitutas, homosexuales o miembros de cierto
grupo étnico), haciéndole un favor a la sociedad.

Hedonistas

Este tipo asesina por el simple placer de hacerlo, aunque las características que ellos disfrutan
pueden diferir. Algunos pueden deleitarse con la «búsqueda» de perseguir y encontrar una víctima
más que cualquier otra cosa, mientras otros pueden estar principalmente motivados por los actos
de tortura y abuso de la víctima mientras está viva. Usualmente existe un fuerte rasgo sexual en
los crímenes, aun cuando puede que no sea inmediatamente obvio, pero algunos asesinos
obtienen una oleada de excitación que no es necesariamente sexual. Entre la categoría de
Hedonista existe tres tipos de asesino. El primero es el asesino motivado por emoción. Este
asesino mata por la emoción que siente mientras que su víctima muere. La víctima tiene que estar
consciente durante el ataque para que el asesino pueda recibir el máximo placer posible. Actos
sexuales no ocurren después que la víctima muere. El objetivo del asesino motivado por emoción
es sentir el terror de sus víctimas antes que mueren. El segundo tipo es el asesino motivado por
lujuria. Este asesino es el que tortura y mutila sus víctimas. Son motivados por lujuria y placer
sexual. Las víctimas de este tipo de asesino se encuentran con evidencia de tortura y a veces
faltando partes del cuerpo. La violación de las víctimas del asesino motivado por lujuria es común.
A pesar de eso, otros pueden asesinar al perjudicado rápidamente, casi como rutina y después

Ezequiel Fredy Díaz Díaz


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gratificarse en actos de necrofilia o canibalismo. El tercer tipo de asesino hedonista es el asesino


motivado por beneficio.

Poder y Control

Este es el asesino serial más común. Su principal objetivo para matar es obtener y ejercer poder
sobre su víctima. Tales asesinos algunas veces fueron maltratados de niños, se sienten
increíblemente impotentes y a menudo se satisfacen en prácticas que están vinculadas a las
formas de abuso que sufrieron ellos mismos. Muchos asesinos de este tipo abusan sexualmente
de sus víctimas, pero difieren de los asesinos hedonistas en que la violación no es motivada por
lujuria, sino por otra forma de dominación sobre el martirizado.

Algunos asesinos en serie, pueden tener características de más de uno de los tipos mencionados.
Alternativamente, otra escuela de pensadores clasifica los motivos y los tipos de asesinos seriales
por: necesidad, afán de lucro o poder.

Contexto

Un loco de clase baja, un abogado, un zapatero judío, un complot de la Casa Real... Más de
130 años después se continúa sin saber la identidad de uno de los asesinos más famosos
de la historia del crimen. Viajamos hasta el Londres victoriano para asomarnos a los bajos
fondos de la capital de Inglaterra y saber quiénes eran las víctimas del conocido "Jack el
Destripador".
En el otoño de 1888 se sembró el terror en las calles del East End de Londres.
Durante 10 semanas este barrio fue el escenario de una serie de crímenes, lo que años
más tarde fue denominado el "otoño del terror", nombre con el que bautizó un autor de la
época a estos días sangrientos, que conmovieron hasta a la reina Victoria, quien
encomendó al ministro del Interior en un documento, que era prioridad apresar al asesino
de prostitutas.

Ezequiel Fredy Díaz Díaz


Jack el Destripador trabajo de investigación.

Es así como los crímenes perpetrados por el siniestro personaje Jack el


Destripador (nombre con el cual firmó las cartas que enviaba a Scotland Yard) se pierden
en las transitadas calles de una marginal zona de Londres y llenan de espanto y conmoción
a una sociedad victoriana que nunca supo, en definitiva, quien fue en realidad «El
Destripador».
El 31 de agosto de 1888, Charles Cross, de treinta y nueve años, conductor de profesión,
salió de su casa en Doveton Street, Londres, para ir a trabajar. Eran las tres y media de la
madrugada, y la oscuridad envolvía las callejuelas malolientes que Cross recorría cada día,
a aquella misma hora. A pesar de la escasa iluminación, al llegar a Buck’s Row, Cross
detecto un bulto que yacía junto a un portal. De lejos parecía una lona vieja que alguien
había dejado tirada.
Pensando que quizá le sería útil para el trabajo, Cross se acercó a inspeccionar el bulto.
Pero, a medida que se acercaba, empezó a reconocer una forma humana. Cross pidió
ayuda a otro hombre que caminaba al trabajo, y juntos comprobaron que se trataba del
cuerpo sin vida de una mujer. Estaba tumbada boca arriba, con las piernas estiradas, y la
falda subida hasta la cintura. Viendo que poco podían hacer ya por ella, y que iban a llegar
tarde al trabajo, le taparon las piernas con la falda y acordaron informar del hallazgo al
primer agente de policía que encontrasen. Lo que al parecer ninguno de los dos advirtió
en la penumbra de la noche era que la mujer tenia un corte en la garganta tan profundo
que su cabeza estaba casi separada de su cuerpo.
Mary Ann Nichols, de 43 años, no había tenido una vida fácil. Tras un largo matrimonio,
Nichols dejó a su marido y a sus cinco hijos, y se vio sola y sin recursos en una ciudad sin
compasión. La falta de ayuda institucional y las dificultades para mantener un trabajo la
llevaron a prostituirse en las calles del East End para poder pagarse una habitación, algo
de comida, y el alcohol que necesitaba para soportar su propia vida. En ocho años, Nichols
cayó en una espiral de alcoholismo e indigencia que la atrapó por completo. La noche en
la que Charles Cross encontró su cuerpo en una de las calles inmundas que frecuentaba,
Nichols se había tropezado con un final tan trágico como lo habían sido sus últimos años.
Porque, aquella noche, ella se convirtió en la primera víctima del asesino más famoso de
la historia, Jack el Destripador.
De acuerdo con el perfil psicológico que hizo el PBI, Jack sentía un profundo odio hacia las
mujeres, porque habría sido criado por una madre alcohólica y violenta, que se habría
dedicado a la prostitución en la calle y que, incluso, habría abusado o permitido abusar
sexualmente de él.
Ante este cuadro es fácil deducir el odio que el asesino debía de sentir hacia las
prostitutas borrachas y de mediana edad, en las que podría reconocer la figura de su
madre.
La extirpación del útero, el órgano de la maternidad, se interpretaría entonces como la
voluntad del asesino de negar a sus víctimas

Ezequiel Fredy Díaz Díaz


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Su afán de reconocimiento y el hecho que resaltase con las cartas enviadas a la prensa su
inteligencia, demuestra que también era una persona insegura y llena de complejos.

LONDRES: LAS DOS CARAS DE LA MONEDA


A finales del siglo XIX, Gran Bretaña era la superpotencia más influyente del mundo. El
imperio británico, que llenaba sus arcas desde todos los rincones del planeta, era el más
grande nunca visto. Su capital, Londres, era una ciudad poderosa, próspera y cosmopolita,
donde la aristocracia vivía rodeada de lujo y pasatiempos, y la sociedad se regía por un
estricto código moral. Pero, detrás de las cortinas de terciopelo e hilo de oro, se ocultaba
el otro Londres, el de los pobres y los desafortunados, como Mary Ann Nichols.
En el Londres victoriano, la vida era implacablemente dura para las clases desfavorecidas.
El trabajo bien pagado escaseaba y el exceso de población obligaba a la gente a vivir
hacinada; la prostitución y la pobreza estaban muy extendidas, y el crimen era el pan de
cada día. Este era el Londres sucio y decadente que las clases acomodadas no veían, y que
los crímenes de Jack el destripador colocaron en las portadas de los diarios de toda
Inglaterra.
El barrio de Whitechapel, en la zona este de la ciudad, era un laberinto de callejones
bañado por los efluvios pútridos del Támesis donde malvivían 80.000 personas. Fue aquí
donde el Destripador cometió sus atrocidades. Sus crímenes obligaron a la sociedad bien
estante británica a volver la mirada a lo más oscuro de los bajos fondos de la capital
imperial, para descubrir la existencia de una Gran Bretaña distinta, humillada y pobre.
El funeral de Mary Ann Nichols tuvo lugar en secreto. El motivo: evitar la presencia de
mirones y periodistas en busca de detalles morbosos. La prensa había publicado los
detalles de la autopsia de Nichols. En ella, se reveló que había sufrido un nivel de sadismo
difícil de asimilar. Lo mismo les pasó a las otras cuatro víctimas canónicas de Jack el
Destripador: Annie Chapman, Elizabeth Stride, Catherine Eddowes y Mary Jane Kelly.
Algunas de ellas, prostitutas ocasionales. Todas ellas, alcohólicas, desamparadas, y mucho
menos recordadas que su asesino.

EL ENIGMA
Jack el Destripador no fue el criminal más mortífero de la historia, pero fue, sin duda, uno
de los más crueles. Más de un siglo después, su nombre nos evoca el miedo que
despiertan unos pasos en la oscuridad, o el resplandor de un cuchillo en una calle solitaria.
A día de hoy, se siguen escribiendo libros sobre el Destripador, y hay revistas
especializadas que analizan su perfil. Existe, incluso, una disciplina dedicada a la
investigación sobre Jack el Destripador: la ripperología, un híbrido a medio camino entre
la ciencia y la especulación.
El porqué de esta fascinación por la figura del asesino de Whitechapel hay que buscarlo en
el misterio que lo rodea. Y es que, a día de hoy, seguimos sin saber quién fue Jack el

Ezequiel Fredy Díaz Díaz


Jack el Destripador trabajo de investigación.

Destripador, y por qué hizo lo que hizo. Hay algunas hipótesis, pero ninguna certeza. El
elenco de sospechosos es muy amplio e inclusivo. En él encontramos desde miembros de
la Casa Real británica y personajes ilustres (como Lewis Carroll, autor de Alicia en el País
de las Maravillas), hasta ciudadanos humildes, como un zapatero cuyo único crimen fue el
de caminar por las calles del East End cargando con las herramientas propias de su oficio.
Hasta hay quien llegó a sugerir que Jack el Destripador fue un gorila homicida que había
escapado del zoo; un gorila muy habilidoso con el cuchillo, se supone…
Lo único que se sabe con certeza es que el Destripador cometió al menos cinco asesinatos
entre agosto y mediados de noviembre de 1888. Como afirmó el detective Reid, uno de
los investigadores que trabajaron en el caso, «Estos son los únicos hechos comprobados:
todos los crímenes se cometieron tras el cierre de los bares; todas las víctimas eran de la
misma clase –la más baja entre las bajas– y vivían no más lejos de un cuarto de milla unas
de otras. Todas, además, fueron asesinadas del mismo modo».

EL MÉTODO DE JACK EL DESTRIPADOR


Ese modo es precisamente uno de los pocos detalles que sí conocemos de la historia,
porque la manera de matar a sus víctimas era uno de los rasgos más distintivos y
espeluznantes de Jack el Destripador. De hecho, su crueldad sin precedentes y la manera
en que la prensa la hizo pública fue en buena parte responsable del pánico levantado tras
sus asesinatos. No solo mataba, sino que parecía recrearse haciendo daño gratuito al
cadáver. En líneas generales, su método asesino era el siguiente: comenzaba por cortar de
un lado a otro la garganta de la víctima de una cuchillada. Acto seguido, abría su cavidad
abdominal. Entonces, en la mayor parte de los casos, pasaba a extirpar sus órganos. El
informe del examen post-mortem de Annie Chapman, la segunda víctima de Jack el
Destripador, decía lo siguiente: “El abdomen había sido completamente abierto: los
intestinos se habían sacado del cuerpo y colocado sobre el hombro del cadáver; el útero,
la parte superior de la vagina y dos tercios de la vejiga no estaban. No había rastro de
estas partes, y las incisiones eran cuidadosas, evitando el recto. La manera en que se
había utilizado el cuchillo parece indicar grandes conocimientos de anatomía”.
Pero el asesinato no era suficiente para Jack el Destripador. También parecía tener una
extraña filia con las vísceras. En una ocasión, el asesino envió a las autoridades una carta
acompañada de un macabro regalo: medio riñón. Aunque fue imposible determinar si
pertenecía a una de sus víctimas, sí se verificó que era un riñón humano. La carta, que iba
dirigida a George Lusk, presidente de un comité de vigilancia callejera formado por
voluntarios, decía así:
“Le envío medio riñón que tomé de una mujer. Lo he conservado para usted. La otra
mitad la freí y me la comí. Estaba muy bueno. Si espera un poco más, quizá le envíe el
cuchillo ensangrentado con el que lo saqué.
Firmado: Atrápeme si puede”
El autor de la carta la había escrito, según su puño y letra, “Desde el infierno”.

Ezequiel Fredy Díaz Díaz


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Esta no fue la única comunicación entre el supuesto asesino y las autoridades. Existen por
lo menos tres cartas firmadas por “Jack el Destripador ”. En ellas, el autor reclamaba la
autoría de los crímenes, se burlaba de la policía y amenazaba con derramar más sangre.
Esto añadió más presión sobre la policía, que, a pesar de sus esfuerzos por encontrarlo, no
conseguía ni siquiera identificar al asesino. A medida que pasaban las semanas, más
víctimas caían, pero esto no parecía dejar rastros claros que seguir. La indignación por el
fracaso de las autoridades causó una ola de indignación, y las protestas causaron la
dimisión del comisario de policía de Londres.

Estudio de sus victimas:

Pese a que se le atribuye una docena de asesinatos entre 1888 y 1892, cinco de ellos se
consideran canónicos: Mary Ann Nichols (encontrada el 31 de agosto), Annie Chapman
(encontrada el 8 de septiembre),
Elizabeth Stride y Catherine Eddowes (ambas encontradsa el 30 de septiembre) y Mary
Jane Kelly (encontrada el 9 de noviembre). Todas ellas, excepto una, fueron asesinadas
mientras buscaban clientes en la calle.
Pero lo más espeluznante de los crímenes de Jack el Destripador fue la brutalidad de sus
procedimientos: en todos los casos, la garganta de la víctima fue cortada y, en todos los
casos el cuerpo fue mutilado de distintas formas. Estas precisas disecciones hicieron
pensar a la policía que el asesino debía tener algún conocimiento de anatomía humana.
No solo la brutalidad de los asesinatos, sino también los misteriosos detalles que rodearon
a los casos, así como los tintes de morbo vertidos por la prensa y recibidos por la
población londinense contribuyeron a escribir una de las más negras páginas de la historia
de la criminología. Fueron célebres las cartas que recibieron las autoridades por el
supuesto asesino: notas burlonas, jactándose de los fallidos esfuerzos de la policía.
Algunas de estas notas, firmadas con el pseudónimo que le hizo pasar a la historia, 'Jack el
Destripador', estaban firmadas con sangre; una de ellas iba acompañada de la mitad de un
riñón humano, que pudo ser extraído de una de las víctimas. La más famosa de las cartas,
encabezada con el título From hell, incluso inspiró al artista Alan Moore en la creación de
una serie de obras del cómic en los años noventa.
Las limitaciones de la policía científica, que no poseía las herramientas actuales de
identificación por ADN, el alboroto público por la no resolución de los casos y, en general,
el morbo de aquellos brutales asesinatos crearon un clima de presión que se levantó
contra el secretario del hogar y el comisionado de policía de Londres, que acabó por
renunciar.

Ezequiel Fredy Díaz Díaz


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Hacemos ahora un repaso por los cinco crímenes canónicos de Jack el Destripador, el
asesino en serie más famoso de la historia. 

Primera víctima: 31 de agosto de 1888


Mary Ann, apodada Polly, nació el 26 de agosto de 1845. Había estado casada y tuvo cinco
hijos, pero se separó de su marido William Nichols en 1881. Después de la separación, se
mantuvo realizando trabajos domésticos en varios hogares.  En 1882, William descubrió
que su esposa vivía como prostituta y suspendió los pagos de manutención. En aquel
entonces, ella estaría viviendo con otro hombre, probablemente Thomas Dew. Las
autoridades parroquiales aceptaron la retirada de la manutención tras alegar
su marido que se dedicaba a la prostitución y que, supuestamente, le había abandonado a
él y a sus cinco hijos. Pero, según el padre de Mary Ann, la separación se produjo por un
romance que su marido mantuvo con la enfermera que la cuidaba. Cuando murió, llevaba
sin ver a su familia tres años. Tenía 42 años. La noche de su muerte, Mary Ann vivía en el
número 18 de Thrawl Street, donde compartía habitación con cuatro mujeres, incluida
Emily Holland, la última persona que la vio con vida, hacia las 2:30 de la madrugada del 31
de agosto de 1888. Holland la describió entonces como "muy borracha y tambaleándose
contra la pared".

El cuerpo de Polly Nichols fue descubierto hacia las 3:45 de la madrugada en Buck's Row
por el chófer Charles Cross, de camino a su trabajo. El lugar del cadáver está a diez
minutos a pie de Osborn Street, donde fue vista por última vez.El cuerpo, además, se
situaba bajo la ventana de la vivienda de Emma Green y su hija, quienes afirmaron
acostarse pronto y no haber sido perturbadas por ningún ruido hasta que fueron avisadas
por la policía.
Los detalles sobre el estado del cadáver fueron aportados al diario The Times así: “Su cara
estaba magullada y su garganta había sido cortada dos veces. Su estómago había sido
abierto y cortado varias veces”.

Segunda víctima: 8 de septiembre de 1888


Annie Chapman tenía 47 años en el momento de su muerte. Era consumidora habitual
de alcohol y se ganaba la vida combinando trabajos de costura, de fabricación y venta de
ramos de flores, y en el ejercicio de la prostitución. Tenía dos clientes habituales con los
que compartía cama: Harry the Hawker y Ted Stanley, este último, un
supuesto soldado retirado conocido por sus compañeros de alojamiento como ‘el

Ezequiel Fredy Díaz Díaz


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pensionista’. Según las investigaciones de la policía, durante los últimos días de su vida,
Chapman sufrió una fuerte discusión con uno o ambos de estos dos hombres y fue
brutalmente maltratada. Annie Chapman vivió durante los cuatro últimos meses de su
vida en una casa de huéspedes en el número 35 de Dorset Street.

El cadáver de Chapman fue hallado por John Davis, un anciano residente de la calle
Hanbury 29, a las 6 de la mañana del 8 de septiembre de 1888.  El anciano Davis avisó a
dos trabajadores que se encontraban en la zona. Estos hombres fueron quienes ataron su
pañuelo alrededor de su cabeza, al parecer, para que esta no se desprendiera del cuerpo,
y así se mantuvo hasta que llegó la policía.

Su cabeza estaba vuelta hacia la casa y su ropa había sido levantada por encima de su
cintura. Su cara estaba cubierta de sangre, y sus manos estaban levantadas y dobladas con
las palmas hacia la parte superior de su cuerpo, dando la impresión a los investigadores de
que "luchó por su vida".

Tercera víctima: 30 de septiembre de 1888


Elizabeth Stride, de 44 años de edad, pasó la última tarde de su vida limpiando
habitaciones en la casa de hospedaje del número 32 de Flower and Dean Street, su lugar
de residencia habitual los últimos seis años. Fue vista por última vez la noche del 29 de
septiembre de 1888. Tres testigos la sitúan a diferentes horas acompañada por
tres hombres distintos.

El cuerpo de Elizabeth Stride fue descubierto pasada la medianoche del día 29 de


septiembre en Dutfield's Yard. Quien la descubrió fue Louis Diemschutz, el encargado de
un local adyacente al lugar. Un ciudadano húngaro llamado Israel Schwartz dijo que, poco
antes de ser descubierto el cadáver, había visto a Stride viva hablando con un hombre en
ese mismo lugar. Según Schwartz, la pareja mantenía una discusión, cuando se alejó para
evitar involucrarse. Mientras abandonaba el lugar, vio a un segundo hombre de pie
observando la escena, encendiendo su pipa. La presencia de este segundo hombre
despistó a la policía, e incluso estimaron que el asesino pudo tener un cómplice. En un
informe, fechado el 19 de octubre de 1888, el inspector jefe Swanson escribió lo siguiente:
“Que dos ataques violentos hayan tenido lugar contra la misma mujer en la misma puerta
de enlace en un espacio de 15 minutos es demasiada coincidencia, por lo que existe una
alta probabilidad de que el primer hombre que vio Israel Schwartz fuera el hombre que
asesinó a Elizabeth Stride”. De hecho, cuando el propio Diemschutz descubrió su cuerpo,
es probable que el asesino siguiese escondido en el patio.

Ezequiel Fredy Díaz Díaz


Jack el Destripador trabajo de investigación.

Elizabeth Stride sufrió un corte limpio en el cuello, similar al del resto de las víctimas. Pero,
esta vez, no sufrió mayores mutilaciones.
Cuarta víctima: 30 de septiembre de 1888

Más o menos en el mismo momento en que se descubrió el cuerpo de Elizabeth Stride en


Dutfield’s Yard, otra prostituta llamada Catherine Eddowes, de 46 años, era liberada de la
comisaría de policía de Bishopsgate. Ocho años antes de su muerte, Eddowes habría
sufrido problemas con la bebida, abandonando a su familia: Thomas Conway, y una hija y
dos hijos que tuvo con él. En el momento de su muerte, se mantenía viviendo con una
nueva pareja, John Kelly, en el albergue de Cooney, situado en el número 55 de Flower
and Dean Street, en Spitalfields, donde además ejerció la prostitución de manera
ocasional para poder pagar el alquiler.
A las 8:30 de la tarde del 29 de septiembre, Eddowes había sido arrestada por escándalo
público, pero fue liberada pocas horas después. Salió de la comisaría a las 0:55 de la
madrugada, a ocho minutos a pie de Mitre Square, donde sería hallada muerta. A la 1:30
de la madrugada, Eddowes fue vista por tres ciudadanos en el cruce de las calles Duke
Street y Church Passage. Estaba acompañada de un hombre. Uno de estos tres
ciudadanos, llamado Joseph Lawende, un poco más observador, pudo proporcionar más
tarde a la policía una descripción de este acompañante: poseía la apariencia de un
marinero y tenía unos 30 años. Tenía piel blanca y un pequeño bigote rubio. Llevaba un
pañuelo rojizo, una chaqueta holgada y una gorra puntiaguda de tela gris. Quince minutos
después de ser vista por última vez, Eddowes fue encontrada muerta en Mitre Square. La
policía estima que el hombre descrito por Lawende era, con altísima probabilidad, Jack el
Destripador. El asesino actuaba por segunda vez en una misma noche, con apenas una
hora de diferencia. A la 1:45 de la madrugada el oficial Edward Watkins descubrió el
cadáver mutilado de Catherine.
Como las anteriores víctimas, su garganta había sido cortada. Además, le habían mutilado
los dos párpados, parte de la nariz y la oreja derecha. Se le retiraron también el útero y el
riñón izquierdo y sus entrañas habían sido depositadas sobre su hombro derecho. Esta
demostración terrorífica del conocimiento anatómico de Jack ‘the Ripper’ hizo sospechar a
la policía que, tal vez, se trataba de un profesional de la medicina, o, tal vez, de un
carnicero.

Quinta y última víctima: 9 de noviembre de 1888


Mary Jane Kelly tenía aproximadamente 25 años en el momento de su muerte.
Notablemente más joven, era la víctima que más se diferenciaba de las anteriores. Nació
en Limerick, Irlanda; había vivido con su familia en Gales y llegó a Londres en 1884. Se

Ezequiel Fredy Díaz Díaz


Jack el Destripador trabajo de investigación.

casó, aparentemente, muy joven, a los 16 años; y se quedaría viuda poco después. La
mayoría de los datos que se conocen sobre ella provienen de Joseph Barnett, un amigo
que vivió con Mary Jane durante algunos meses. Los meses previos a su muerte estaba
viviendo en varios alojamientos de Dorset Street, y trabajaba como limpiadora y
ejerciendo la prostitución. Se dice que solía cantar canciones irlandesas a sus clientes.
La última persona que vio con vida a Kelly fue Mary Ann Cox, una prostituta viuda de 31
años, a las 11:45 de la noche del 8 de noviembre. Vio a Mary caminando junto a un
hombre de unos 35 o 36 años, vestido con un abrigo largo y un sombrero; tenía la cara
manchada y pequeños bigotes laterales y color zanahoria. Cox vio a Mary Jane entrar en
su habitación con el hombre misterioso. Ambas se saludaron y Cox escuchó cantar a Kelly
desde el interior de su habitación. Una hora después, a eso de la 1:00 de la madrugada del
9 de noviembre, Cox volvió a pasar por delante de la habitación de Kelly, escuchándola
cantar. Media hora más tarde, Cox ocupó junto a un hombre la habitación
inmediatamente superior a la de Mary Jane, y ya no pudo escuchar nada, y tampoco vio a
nadie entrar o salir.  El propietario de los apartamentos, John McCarthy, envía a Thomas
Bowyer a cobrar el dinero de la renta de Mary Kelly a eso de las 10:45 de la mañana. Al
llamar a la puerta y no recibir respuesta, corrió las cortinas desde el exterior,
descubriendo el cuerpo de la mujer brutalmente mutilado.
La brutal mutilación de la joven supone el crimen más desagradable y terrorífico de este
listado. Toda la superficie del abdomen y los muslos había sido extraída, y la cavidad
abdominal vaciada de sus vísceras. Los pechos fueron cortados, los brazos mutilados y la
cara, hecha trizas. Lo tejidos del cuello fueron cortados hasta el hueso. Las vísceras fueron
encontradas en varias partes de la habitación. El corazón estaba ausente. Esta carnicería,
un poco más descuidada que las anteriores, hizo dudar a los expertos sobre que la
persona que asesinó a esta mujer fuese un experto en anatomía. La ropa de Mary Jane
Kelly estaba cuidadosamente doblada en una silla y sus botas se encontraban frente a la
chimenea. El fuego, al parecer, había sido avivado por el asesino por algunas prendas de la
víctima.

Ezequiel Fredy Díaz Díaz


Jack el Destripador trabajo de investigación.

Ezequiel Fredy Díaz Díaz

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