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LA BIBLIA Y EL PUEBLO

INTRODUCCIÓN

Es fácil ver que a menudo se abusa del concepto de participación ciudadana. Esto es cierto,
porque en democracia esta idea es políticamente correcta. Sin embargo, se suele mencionar
cuando no hay consenso sobre su significado o sus consecuencias. En los últimos 50 años,
la participación ciudadana se ha asociado al proceso de innovación de la gestión de
políticas públicas y la mejor prestación de servicios públicos en un entorno cada vez más
complejo y exigente. Durante este período, se ha institucionalizado la participación
ciudadana en diferentes momentos del proceso de formulación de políticas públicas, y el
gobierno se ve obligado a brindar a la ciudadanía planes, procedimientos y políticas que
contengan elementos participativos.

Aunque la Biblia no enumera los derechos humanos, es obvio del Antiguo Testamento que
Dios favorece particularmente a las personas más pobres, a los desamparados, a los
huérfanos, a las viudas y a los extranjeros (desplazados). Personas. La legislación de Levi
es clara a este respecto; los profetas hablan de la justicia de Dios para los necesitados. De
manera similar, en el Nuevo Testamento, Jesús actuó por los pobres que fueron bendecidos
porque Dios es rey (Mateo 5, 3). Lo más importante es que mostró en su vida que no hay
razón para discriminar a nadie por su condición de mujer. No por su raza, no por su trabajo,
no porque sea una pecadora o una prostituta. No hay normas abstractas en el texto bíblico,
sino el plan de Dios en su relación con su pueblo y en la relación de esa persona con Dios y
otras personas.
A manudo la participación ciudadana ha venido evolucionado conforme como han
avanzando los siglos y esto se ve notorio en la historia de la biblia, lo cual respondiendo a
la primera pregunta planteada y como cualquier concepto con fuerte contenido normativo,
la participación ciudadana también es difícil de operar. Idealmente, incorporarlos en la
formulación de políticas públicas ayudará a que sean más legales, justas y efectivas (Fung,
2006). Estos objetivos se logran porque la participación ciudadana puede promover un
mejor desempeño organizacional (Kweit y Kweit, 1981; Yang y Pandey, 2011), mayores
niveles de cooperación y compromiso y una mayor eficiencia en la toma de decisiones
(King et al., 1998; Yang y Callahan , 2005). Sin embargo, aunque existe un relativo
consenso sobre el hecho de que la participación ciudadana es una práctica necesaria,
deseable e inevitable, aún existe un desacuerdo ineludible sobre cómo hacerla funcionar en
la práctica. Los problemas que surgen al traducir valores abstractos en prácticas y procesos
concretos no siempre se resuelven por completo.

Como advirtió Arnstein cuando desarrolló su ahora clásico modelo de "escalera" en 1969,
no es raro que la participación se integre en el proceso de toma de decisiones a diferentes
niveles de profundidad y se convierta fácilmente en una simulación. A su vez, estos niveles
están asociados a diferentes objetivos para su integración.

Por otro lado, los tipos de relaciones que hay entre los poderes constituidos y el pueblo se
basan en el sistema político se han establecido las normas que definen la relación entre
poderes básicos, es decir, los roles de legislación y administración (bilaterales y mayores) y
judicial-judicial, dando como resultado clasificaciones específicas de sistemas políticos que
se desarrollarán a continuación. Según el tipo de "forma de gobierno": sistema
parlamentario, si hay cooperación y "equilibrio de poder" entre el legislativo y el ejecutivo;
sistema presidencial, si hay liderazgo ejecutivo y "descentralización", así como
semipresidencial y semipresidencial -sistemas parlamentarios.

Por ultimo el papel del derecho en el contexto de las democracias constitucionales. En


primer lugar, debe recordarse que, en lo que respecta al desarrollo de la cultura occidental,
las instituciones, la democracia y los derechos humanos tienen raíces que se superponen
temporalmente con la gloria de la civilización griega e involucran el mismo fundamento.
De hecho, la democracia griega aspira a ser un sistema de gobierno que permita plena y
legalmente las decisiones de todos los ciudadanos, y los temas centrales de la doctrina de
los derechos humanos, como la equidad-Aristóteles-e igualdad-estoicos-, son lo que ha
evolucionado a partir del debate. se relaciona con la justicia como valor. Cuando se trata de
justicia social, el encuentro entre estos dos temas es evidente.

Por lo tanto, insistimos en que los derechos humanos no solo incluyen las disposiciones
básicas para la existencia de la democracia, sino que la democracia es un excelente sistema
que puede ejercer los derechos humanos y que se pueden encontrar estándares para medir la
salud y la calidad de la democracia. Dar plena consideración dentro del marco
proporcionado por los derechos humanos.

Se acabó la era del debate democrático en el que el socialismo o el populismo pretenden ser
iguales a Occidente o la democracia representativa. Sin embargo, esto no significa que no
exista un tipo de democracia, y la gente no pueda elegir entre ellas: de una monarquía
republicana a un sistema presidencial estadounidense; lo que determina las características
del sistema de gobierno es el poder efectivo de cada comunidad, y enriqueciendo cada vez
más a la comunidad. democrático La exploración de la solución.

Discusiones recientes en las Américas en torno al contenido y significado de la democracia


muestran que para hablar sobre las características que debe tener una verdadera
democracia, aún existe controversia. Estas discusiones enfrentan las características de
representatividad y "participación" en un momento particular, como si una debiera o
pudiera separarse de la otra.

Además, dada la realidad reciente en América Latina, parece que la mera representación no
es suficiente para asegurar la democracia. La búsqueda de formas de participación
ciudadana directa suaviza la distancia entre los representantes, que muchas veces deciden
como delegados, de modo que el carácter participativo contribuye significativamente a una
democracia real, pero de ninguna manera impide la representación.

REFERENCIAS
 Fung, Archon (2006), “Varieties of Participation in Complex Governance”, Public
Administration Review, 66(1), pp. 66-75.

 Kweit, Mary G. y Robert W. Kweit (1981), Implementing Citizen Participation in a


Bureaucratic Society: A Contingency Approach, Nueva York, Praeger.

 Yang, Kaifeng y Sanjay K. Pandey (2011), “Further Dissecting the Black Box of
Citizen: When Does Citizen Involvement Lead to Good Outcomes?”, Public
Administration Review, 71(6), pp. 880-892.

 King, Cheryl S., Kathryn M. Feltey y Bridget Susel (1998), “The Question of
Participation: Toward Authentic Public Participation in Public Administration”,
Public Administration Review, 58(4), pp. 317-326.

 Yang, Kaifeng y Kathe Callahan (2005), “Assessing Citizen Involvement Efforts by


Local Governments”, Public Performance & Management Review, 29(2), pp. 191-
216.

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