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UNA DOXOLOGIA PARA LA REALIDAD

1 Pedro 5:10 - 11

10Más el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis
padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. 11A él sea
la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.
1 Pedro 5:10-11

Muchos de los detractores de la Biblia dicen de ella que es un libro de fantasía y que por lo tanto
no debe ser tomada mas en serio que cualquier libro mitológico antiguo. Si bien es cierto que en
las Escrituras se nos relatan eventos sobrenaturales estos van relacionados perfectamente con la
realidad humana, no obvia los fracasos humanos y más aún podemos con seguridad que la Biblia
es un libro absolutamente realista, porque que nunca evade el sufrimiento. No ofrece una vida
fantástica llena de placeres a los seguidores de Cristo, sino que constantemente les recuerda su
vulnerabilidad y la oposición que enfrentarán en este mundo. Hoy seguiremos revisando los
consejos de las Escrituras para el inicio de un nuevo año.

Consideremos las palabras finales del apóstol Pedro en esta epístola que el construyó para una
iglesia que está ad-portas de experimentar la brutal persecución de Nerón que se desatará a
contar del año 64 al 68 D.C. y que segará la vida de muchos de estos hermanos a los cuales está
dirigida esta carta. En estas palabras finales podemos hallar una oración llena de verdad, llena de
doctrina y llena de realidad para que nuestra oración para con cada uno de los que Dios puso a
nuestro lado sea una oración con fundamento y anclada en la verdad.

Debemos alentarnos unos a otros constantemente y no solo a través de palabras de buena


crianza, sino que a través de la fe que nos ha sido dada, pue está allí un tesoro enorme de gloriosa
provisión de Dios para cada uno de sus hijos.

El anciano apóstol Pedro está terminando esta epístola destinada como él dice al iniciarla a:

1Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia,


Asia y Bitinia, 2elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para
obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.

1 Pedro 1:1-2

En esta carta hay dos grandes elementos que conducen la idea de Pedro al escribirla: primero La
formidable base doctrinal del llamamiento soberano de Dios con el cual conforma a su iglesia y
como el sufrimiento en la vida puede ser sobrellevado con la mirada puesta en esa realidad y
coherente con esa idea es que Pedro construye su despedida, pues en las circunstancias dolorosas
es donde la fe verdadera alcanzará mayor brillo, así cual diamante resalta más sobre un paño
negro, y aquí el diamante es la gloriosa Gracia de Dios, quién escogió un pueblo para sí, y el paño
negro es la realidad del padecimiento, el que hará resaltar aún más las bendiciones recibidas de
Dios.

La fe que nos ha sido dada es el fundamento que nos sostiene como iglesia y es algo infinitamente
que hagamos de esta fe, la fuente de nuestros deseos, sentimientos y expresiones de aliento a
nuestros hermanos abrazándonos a esta doxología que Pedro redacta para una iglesia que
enfrenta la realidad de una vida dura y dolorosa.

UNA DOXOLOGÍA CERCANA A LA REALIDAD.

Pedro eleva una oración por la iglesia que es precedido por una breve doxología: este término es
una palabra griega compuesta por dos palabras: doxa: gloria / logo: palabra, que significa una
expresión de alabanza a Dios que contiene verdades teológicas fundamentales. El inicia su
despedida elevando su mirada a Dios “más el Dios de toda gracia” la partícula “mas” contrasta
inmediatamente con las afirmaciones que preceden esta oración y que señalan el constante
acecho y oposición del Diablo en contra de la iglesia, la iglesia debe resistir, debe ser sobria, debe
velar pues su enemigo no dejar de acecharla y el único refugio y descanso para la iglesia es el DIOS
de toda GRACIA que estará obrando permanentemente en la vida de sus elegidos.

Esta es una verdad gloriosa que sustenta nuestra fe única de este texto Bíblico. Dios es la fuente
Dios de toda Gracia, la expresión “toda” implica la idea de la absoluta perfección de la obra de
Dios en favor nuestro. Pues todo favor que hemos recibido, misericordia, perdón, salvación,
seguridad, sustento, disciplina, restauración etc. en nuestra vida cristiana emana de la Gracia
divina, es Dios y su voluntad de ser compasivo con nosotros, que obró perfecta y soberanamente
al llamarnos a su gloria eterna en Jesucristo.

Si bien es cierto que Pedro menciona constantemente la gracia de Dios en su epístola, el enfatiza
que el es en su llamamiento donde está su mayor gloria, el no ha hecho solo una invitación que se
puede aceptar o rechazar, el a su iglesia la “llamó” es una obra consumada que implica una
convocatoria irresistible

Dios ya ha hecho todo por nosotros, nos convocó, nos llamó a una nueva posición, su gloria
eterna, pues antes estábamos muertos en pecado y ahora estamos en Jesucristo, Dios nos ha
escogido en Cristo antes de la creación del mundo” (Ef. 1:4) y los ha llamado en él en el tiempo
presente (Ro. 8:30). Y las buenas noticias son que definitivamente tendremos su parte en la gloria
eterna de Dios

Esta es una hermosa doxología, que se hace mas rica dada la realidad que la sigue: después que
hayáis padecido un poco de tiempo. El padecimiento no es una verdad ajena al cristiano, es algo
real, pero a la vez momentáneo, lo que Pedro está diciendo con esto es que los tiempos de
padecimientos no se comparan con la eternidad de gloria que Dios nos tiene asegurada por Cristo.

La gloria no precede al sufrimiento, para alcanzar la corona primero hay que cargar la cruz, el
creyente fiel debe tener presente que el evangelio no garantiza una vida exitosa, pero si garantiza
que el sufrimiento no es eterno, sino que pasajero, y además tenemos la certeza que todo lo que
el cristiano pueda sufrir no deshará lo que Dios ha hecho ni frustrará lo que Él está haciendo, pues
a pesar del sufrimiento hay una gran certeza y es que las obras del Dios de toda gracia no se
detienen.

Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. Juan 1:16


LAS OBRAS DEL DIOS DE TODA GRACIA.

El apóstol, así como asegura con certeza absoluta que Dios llamó a los que son su iglesia, el
también no descarta, sino que asegura, que el padecimiento será el medio a través del cual esa
gracia se hará más palpable en la vida de los hijos de Dios.

18Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria
venidera que en nosotros ha de manifestarse. Romanos 8.18

Y usando el fondo del padecimiento empieza a enumerar cuatro obras de Dios con las que
construye su petición al Señor por su iglesia.

1.- Perfeccione: En el griego, esta palabra tiene el sentido de reparar algo que se ha deteriorado,
para que pueda servir, este mismo vocablo aparece en este relato:

Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la
barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. Mateo 4.21

El Dios de toda gracia, trabajará en la vida de sus hijos remendando sus vidas para que ellos
puedan seguir sirviendo en su causa, por eso no es extraño que quienes ha sufrido fuertes
pruebas, queden capacitados por el dolor para poder ayudar a otros que están viviendo
situaciones dolorosas.

2.- Afirme: en el griego sugiere la idea de consolidar en la posición correcta la convicción de fe que
un cristiano debe tener, es lo que el Señor le encomienda hacer a Pedro con sus hermanos cuando
le anuncia su negación, y una vez que sea restaurado de su gran traición,

32pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.
Lucas 22.32

eso es afirmar, es ayudar a que la fe siempre esté presente, es lo que hace el Señor al confirmar
con la palabra la vida de sus hijos para sobrellevar las luchas de la vida con las convicciones firmes
en la verdad de Dios.

3.- Fortalezca: Dios debe robustecer a sus hijos para que estos puedan ser mejor capacitados para
la obra que se les ordenó. A través del padecimiento podemos ejercitar nuestro servicio, para que
deje de ser solo un juego y se convierta en algo real, al manifestarse allí una respuesta de
obediencia a Dios aun en ausencia de la risa, y el disfrute. Es como lo que ocurrió con Abraham
cuando se le pidió obedecer sacrificando a su hijo, y el obedeció a Dios pesar de la agonía que
había en su corazón. Un cristiano fuerte es aquel que a pesar de estar sufriendo es capaz de estar
obedeciendo. Si veces es difícil poder obedecer en momentos tranquilos aún más difícil en
tribulaciones, pero todo lo podemos en Cristo porque él nos fortalece

4.- Establezca: esto da la certeza de que Dios cimentará a sus hijos sobre un fundamento
inamovible, donde es imposible que la tormenta o la inundación puedan desarraigarle. Pedro ora
para que Dios de raíces profundas a su iglesia, que nos plante junto a corrientes de agua para que
nuestras hojas nunca caigan, sino que estemos fuertemente arraigados en su verdad, en
Jesucristo.
17para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados
en amor, 18seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura,
la longitud, la profundidad y la altura, 19y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo
conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. Efesios 3:17-19

Pedro ora por conocimiento de Dios, por plenitud de Dios, en fin, por madurez espiritual para la
iglesia Para que la meta de la iglesia sea cumplida totalmente, terminando su oración con una
doxología hermosa: A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

Dios no abandona lo que empieza, sino que su poder va obrando constantemente en la vida de la
iglesia, es el Dios de toda Gracia que desde que llamó a su pueblo nunca le ha abandonado. Dios
perfecciona su obra en su iglesia constantemente. Él es más para nosotros de lo que podemos
entender, Él está haciendo tantas cosas en nuestras vidas, más de las que podemos percibir, el
añade cada día a su amor más amor, a su misericordia más misericordia, para que su obra sea
plena en nosotros. Es Gracia sobre gracia manifestada a cada segundo de nuestro peregrinaje.
Cuan incierto es el futuro, para nosotros, pero gracias a la fe que se nos dio sabremos que en
ningún momento Dios dejará de trabajar en nosotros, El siempre estará obrando poderosamente
en nuestras vidas.

Si miramos a quienes en esta mañana nos rodean, si pensamos acerca de quien está en la banca
vecina, que mejor expresión de amor podríamos decirle que “hermano, que en todo Dios
perfeccione su obra en ti”, podemos estar seguros de que sea con risas o con lágrimas nuestro
Dios que nos llamó a su gloria eterna manifestará gracia sobre gracia a nuestras vidas, si Dios nos
concede vida, que podamos con humildad ver la huella de su mano experta en nuestro carácter,
servicio y fe. Dios me conceda este año verte más firme en Cristo hermano.

A este Dios de toda gracia sea gloria e imperio, por los siglos. Amén.

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