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Actividad 3–Desarrollo Social

Mónica Patricia Mateus Pinilla

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Corporación Universitaria Iberoamericana

Ciencias Empresariales

Contaduría pública

Luz Castillo

Bogotá

2021

MONICA PATRICIA MATEUS PINILLA


Introducción

El desarrollo social se basa en las necesidades la cual promueva la inclusión social de las
poblaciones menos favorecidas como las poblaciones vulnerables y en estado de pobreza, para
empoderar y así crear sociedades cohesivas y resilientes, para que las distintas instituciones
rindan cuentas a los ciudadanos, involucrando a los gobiernos, comunidades, sector privado,
sociedad civil, grupos marginados así desarrollando una transformación entre la sociedad y los
estado de acción.

Década 70s: se dio inicio con un grupo de países no alineados para que les permitieran entrar
a mercados internacionales donde se reconocieron las necesidades básicas de las personas
para afirmar que se avanza en el desarrollo.

Década 80s: se da un retroceso ya que vuelve como prioridad el equilibrio macroeconómico


como principal estrategia de desarrollo.

Década 90s: se crea un punto de inflexión donde el banco mundial que las perspectivas del
desarrollo social han cambiado y que las vistas en los 80 se acercan más a la realidad.

En nuestro país debemos tener en cuenta el fortalecimiento de los recaudos tributarios con el
fin de proteger el gasto social y lograr un mejor desarrollo de la economía de nuestra sociedad.

La educación es una de las bases de un desarrollo social sostenible, cuando tenemos mentes
educadas son capaces de llevar a nuestro país a un mejor desarrollo sostenible. Las políticas de
desarrollo social deben ser de carácter universal con el fin de erradicar todas las dificultades
que estamos afrontando.

Lo primero que debemos identificar en nuestro país son los puntos de desigualdad con el fin
de lograr un mejor desarrollo enfocado en todos los aspectos de trabajo primordial, como lo
son la educación, la pobreza, la desigualdad, respeto etc.

MONICA PATRICIA MATEUS PINILLA


El empleo en Colombia

Para octubre del 2021, la tasa de desempleo nacional en Colombia fue de 11,8 %, 2,9 puntos
porcentuales menos que en octubre de 2020 (14,7 %).

El mercado laboral en Colombia no funciona de manera correcta, esto se da como resultado de


que la mayoría de trabajadores recibe una protección social deficiente y que la mayor parte
tiene empleos precarios y con pocas posibilidades de mejora durante su carrera laboral,
podemos ver que en Colombia con el nuevo aumento al mínimo no logran suplir todas las
necesidades de los empleados ya que con el aumento de la canasta familiar y demás productos
para el sustento diario, nos damos cuenta que en la actualidad estamos en retroceso respecto
a décadas anteriores y que como podemos ver el valor del dólar aumento y nos ha ido dejando
devaluado nuestra moneda.

La directora del DNP indicó también que tenemos como desafío las brechas de género, e
igualmente, tenemos el reto de mejorar la inclusión de los jóvenes al mercado laboral formal,
incluso podemos ver que la mayoría de los profesionales en nuestro país salen de estudiar
profesionalmente y no encuentran competencias laborales Y que otro reto muy importante
está relacionado con el flujo de migración venezolana presentado en los últimos años, es clave
insertar a esa población en el mercado laboral ya que los salarios que esta población demanda
son demasiados bajos a comparación con los de nuestra población.

Los Colombianos más allá de recibir un sueldo por sus actividades, que es importante, todas las
personas esperan ser valorada en su empresa, en la comunidad, sentir que es un ciudadano
que contribuye a la sociedad, y eso todavía no lo hemos entendido. No se trata de cubrir
vacantes laborales, sino darle valor y dignidad a ese espacio creado, forjar un compromiso
recíproco de buena voluntad, un gana-gana de rentabilidad económica, bienestar social y
tranquilidad personal.

Muchos trabajadores con preparación básica, sea por su oficio o estrato social, se sienten
ajenos, aislados, no solo porque sienten que su presencia tiene apenas algún valor dentro de la
cadena productiva y ninguna como ser humano, sino porque consideran que se desprecia su
trabajo, se ignora su presencia, sus ideas y sus necesidades.

Poco podemos hacer hoy para transformar la ecuación enquistada en las sociedades del
mundo occidental, en la que el éxito y el reconocimiento dependen del mérito, sin tener en
cuenta las condiciones de vida, y que este se define por la ascensión social y por todo aquello
que hace la vida más confortable.

Lo que sí podemos es dar unos pasos, como reconocer la dignidad de cualquier actividad,
enaltecer todos los esfuerzos en las actividades humanas, ojalá primero las de los más
humildes que trabajan en aquellas labores necesarias para todos, pero que ganan menos y
sufren más.

Nos parece apenas obvio que la sofisticación personal prime sobre el trabajo duro, como el del
recolector de basuras o el servicio doméstico, sin valorar siquiera la dignidad de su ser, ni su

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importancia para la armonía social. Y eso va a ser difícil de cambiar, al menos por ahora,
aunque sí creo que es hora de valorar mejor cualquier oficio y reinventar los códigos sobre el
respeto y la dignidad.

Valdría la pena, como menciona Sandel, imprimirle más humildad al género humano, apreciar
con similar simpatía todos los oficios que contribuyen al equilibrio social, procurar mayor
equidad que, como lo intenta demostrar el autor, no es simplemente tener los mismos
derechos, sino que todos podamos tener acceso a similares oportunidades y se valoren las
opciones de cada quien.

La felicidad individual no requiere únicamente que los hombres tengan la libertad de ascender
al confort, también exige que sean capaces de llevar una vida de dignidad y cultura, tanto si
ascienden como si no.

Salud en Colombia

Con la llegada del coronavirus a nuestro país desde el 2020 y en todo el mundo generó grandes
retos para los sistemas de salud del mundo. Es claro que ninguna nación estaba preparada
para una crisis como esta, sin embargo, en Colombia la pandemia reveló fallas estructurales
que presentaba el sistema desde mucho antes del virus.

El doctor Andrés Aguirre, director general del Hospital Pablo Tobón Uribe de Medellín, aseguró
que la pandemia exige una enorme cooperación y coordinación desde todos los sectores. No
obstante, el país ha mostrado una gran heterogeneidad no sólo en los territorios sino en los
roles de aseguramiento, en nuestro país podemos ver que la cobertura en salud se ha
convertido en un negocio y con la llegada de la pandemia muchas personas quedaron
desamparadas respecto a la salud, ya que con el aumento de los casos en todo el país, la
dificultad es para las familias de más bajos recursos que no tienen la forma de llegar a
conseguir las atenciones necesarias.

La pandemia dejó al descubierto que el país perdió lo que se ha denominado la autonomía


sanitaria, y que la insolvencia y la debilidad financiera de hospitales han sido un común
denominador. “Muchos de los medicamentos y gran parte de los insumos se producen fuera
del país. Los hospitales no tenían capacidad de inversión y los aseguradores no vieron que esta
era su responsabilidad”, durante estos años de pandemia nos hemos dado cuenta que nuestro
país necesita un cambio total en cuanto a la salud respecto a medicamentos y atención
inmediata.

MONICA PATRICIA MATEUS PINILLA


Educación en Colombia

Colombia empezó un confinamiento nacional preventivo en marzo del 2020. Desde entonces,
de acuerdo con los datos del Ministerio de Educación Nacional, MEN, se cerraron 53.717 sedes
educativas; 82% (43.853) del sector oficial y 18% (9.866) del sector privado.

Esta decisión perjudicó a 9.928.865 estudiantes de la educación básica y media, matriculado


en marzo del 2020. Si no hacemos algo para que las niñas y niños tengan clases presenciales,
se les truncará su futuro y sufrirán un deterioro duradero en calidad de vida. El sistema
educativo se trasladó a la casa desde el principio de la pandemia con pequeñas excepciones en
octubre y noviembre de 2020, cuando se abrieron cerca de 240 colegios privados en Bogotá.

La tragedia consiste en que ni el gobierno ni la sociedad hayan llevado a cabo ninguna acción
de fondo para que los estudiantes tengan clases presenciales, cuando saben muy bien que:

La encuesta de calidad de vida de DANE en 2019 encontró que apenas el 51,9% de los hogares
tenía acceso a Internet ya sea por conexión fija o por conexión móvil; el 61,6% de los hogares
en áreas urbanas y el 20,7% en la zona rural, y además se puede ver que los robos en el
gobiernos con los proyectos de conectividad que interrumpieron a miles de estudiantes sus
proyectos educativos.

A esto se suman diferencias notables: el 97% de las familias en estrato 5 y 6 tenía conexión a
Internet, mientras que apenas el 17% de las familias que pertenecen al estrato 1 tenía este
servicio.

Nuestro País no se encuentra en la capacidad de dar una educación completamente virtual a


nuestros jóvenes ya que como podemos ver si de manera presencial no se logra la cobertura
necesaria, por la falta de compromiso tanto de padres como de los jóvenes es aún más
complejo de manera virtual.

MONICA PATRICIA MATEUS PINILLA


Referencia

Presa, E. (2010). Desarrollo Social. Revista humanismo y trabajo social. 9. Pp. 71-104.

Recuperado de https://aulavirtual.ibero.edu.co/repositorio/Cursos-Matriz/Pregrados/Ciencias-
empresariales/Contaduria-
publica/CIDesarrolloSocial/MD/Presa%2C%20E%20Desarrollo%20Social.pdf

Naciones unidas (2015). Transformar nuestro mundo: La agenda 2030 para el desarrollo
sostenible. pp. 6 -31.

Recuperado de http://www.un.org/es/comun/docs/?symbol=A/RES/70/1

CEPAL. (2016). La matriz de la desigualdad social en América latina. Capítulo I. Pp. 15-20.

Recuperado de https://aulavirtual.ibero.edu.co/repositorio/Cursos-Matriz/Pregrados/Ciencias-
empresariales/Contaduria-
publica/CIDesarrolloSocial/MD/Cepal.%202016%20La%20matriz%20de%20la%20desigualdad%
20social%20en%20america%20latina.pdf

MONICA PATRICIA MATEUS PINILLA

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