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1. Realice un ensayo sobre la situación política y económica actual de nuestro país. Tenga en
cuenta:
∙ Las normas mínimas de presentación de un ensayo.
∙ Mínimo 2 cuartillas
∙ La información trabajada en el periodo. (Vale 8.0)
2. Escriba su respectiva nota de autoevaluación. Sea coherente con esta nota, teniendo en
cuenta su desempeño en clase (Trabajo Virtual). Escriba los argqumentos de la nota
autoevaluación. (Vale 2.0)
Solución
1. Realice un ensayo sobre la situación política y económica actual de nuestro país. Tenga en
cuenta
R// Ensayo:
los gobiernos nos han roto contratos en muchas ocasiones
anteriores, y, después de todo, ¿con quién celebraron el contrato
los acreedores? No deseo sugerir que los argumentos a favor del
repudio de las deudas nacionales llegaran a ser dominantes en lo
político. Lo que sugiero en cambio es que el incumplimiento se
volverá cada vez más discutido a medida que continúe el patrón
de gasto financiado por endeudamiento. El incumplimiento, claro
está, implicaría un alto a nuevos préstamos, al menos por un
tiempo, puesto que los prestamistas devendrían bastante
escasos. No obstante, obsérvese que el repudio de la deuda
eliminaría el enorme componente que significan los intereses en
el presupuesto. Así pues, una vez que rebasemos el umbral
donde los cargos anuales por intereses excedan el déficit anual
(lo cual no está lejos), realmente será el interés de los
contribuyentes y beneficiarios de los impuestos repudiar la
deuda. CONCLUSIONES Tanto nuestras estructuras fiscales
como las monetarias se encuentran actualmente en desorden.
Como miembros del cuerpo político, todos nos estamos
comportando irresponsablemente en nuestro poco deseo por
observar, analizar y por último apoyar reformas estructurales que
ofrezcan las únicas perspectivas de una mejoría permanente.
Hemos permitido que, accidentalmente, unas autoridades
monetarias casi independientes se hicieran de un monopolio
sobre los asuntos que atañen al dinero fiduciario sin control
efectivo de mercado o político. ¿Quién puede predecir un camino
aleatorio, que es la mejor
forma de caracterizar la clase de sistema monetario que hoy
padecemos? Al lado de esta autoridad monetaria de camino
aleatorio, tenemos una estructura fiscal de la que ha sido
prácticamente eliminada toda pretensión por balancear los costos
de los impuestos contra los beneficios de los gastos. Sin
embargo, el problema no es la irresponsabilidad de los dirigentes
políticos, tanto en las ramas ejecutiva o legislativa del gobierno.
El problema es que las reglas del juego son tales que la
prudencia y responsabilidad fiscales se encuentran más allá de
los límites de lo políticamente realizable. Los contribuyentes
disfrutan los beneficios del gasto público; no disfrutan con el
pago de impuestos. La política del déficit es tan sencilla como
esto. La tragedia es que tantos de nosotros nos demos cuenta
con claridad de lo que está sucediendo y sigamos siendo
impotentes para hacer algo al respecto. Con frecuencia he
hablado a favor de una genuina “revolución constitucional”, pero
¿cómo podemos avanzar hacia su realización? A pesar de todo,
permítaseme terminar con una nota más bien optimista. A lo
largo de una década se ha discutido seriamente acerca de la
propuesta de enmienda constitucional para un balance
presupuestario, y ello en niveles políticos importantes. Gramma-
Rudman expresa por lo menos un reconocimiento de la
necesidad de varios tipos de pre-compromisos fiscales. Por
último, los economistas están a punto de darse cuenta de la
necesidad de examinar cambios estructurales básicos en
nuestras instituciones económicas y políticas, y sobre todo en
nuestra estructura monetaria y fiscal. Todos estos probablemente
sean precursores necesarios de una reforma a las
reglas fiscales y monetarias. Si, y se trata de un si muy grande,
tan sólo pudiéramos iniciar esta reforma antes de que sea
demasiado tarda.