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ELEMENTOS EXIMENTES:
Hay que establecer si el delincuente está en estado de enajenación en el momento del delito.
Tiene que demostrarse que lo esté EN ESE MOMENTO.
El diagnóstico nosológico solo no da la eximente. ES EL NIVEL PSICÓTICO el que da esa
categoría.
Lo más importante es la ausencia de crítica para sí y su realidad exterior aunque hay otros
elementos de carácter psicótico.
SE DEBE ESTABLECER SIEMPRE LA RELACIÓN ENTRE LA PATOLOGÍA DE BASE Y EL
DELITO COMETIDO, ESTUDIAR CADA CASO CASUÍSTICAMENTE.
Hay patologías que tienen etapas lucidas: esquizofrenia, PMD, epilepsia, etc. Se debe precisar en
qué fase de la enfermedad el paciente cometió el delito.
Hay patologías que se consideran ATENUANTES: como la neurosis fóbica (el sujeto tira un
cuchillo que tenía en la mano al asustarlo otro con una lagartija); los cleptómanos o exhibicionistas
que saben lo que hacen y no pueden controlar sus impulsos reducen la responsabilidad penal a la
media.
ASPECTOS MÉDICOS LEGALES EN LAS NEUROSIS:
Los paciente con neurosis leves son aptos FAR, y en estos casos son imputables para la ley penal
militar.
Las neurosis graves no son aptos FAR y esto los exime de la ley penal militar en tiempo de paz.
La neurosis fóbica puede dar origen a uno de los atenuantes del código, planteando como miendo
insuperable.
Las neurosis depresivas y asténicas pueden facilitar actitudes negligentes que pueden ocasionar
delito.
Ejemplo 1: paciente con neurosis histérica que, al cursar el SMG en una posta, sufre una crisis
disociativa y realiza disparos.
Ejemplo 3: paciente femenina con neurosis fóbica a los insectos que provoca escándalo público al
huir de su casa.
Los sujetos con trastornos de personalidad son responsables de sus actos, pues como hemos
explicado, sus actuaciones son conscientes y no pierden el vínculo con la realidad objetiva.
Desde el punto de vista médico legal las personalidades psicopáticas que tienen más importancia
son aquellas en que predominan los rasgos de irritabilidad explosiva, de suspicacia y desconfianza,
que en condiciones habituales de vida pueden presentar conflictos jurídicos.
El trastorno de personalidad puede sufrir descompensaciones a nivel psicótico. En este caso son
inimputables puesto que el individuo en este estado, rompe el vínculo con la realidad, por lo que
puede aplicarse el concepto de eximente de la responsabilidad penal.
En el caso de las descompensaciones a nivel neurótico se produce un grado tal de angustia en el
individuo que puede reaccionar de forma negativa en un momento determinado e incluso puede
incurrir en un delito. Por muy elevado que se el grado de angustia que se produzca en el sujeto, no
rompe con la realidad, por tanto, sí es responsable pero puede tener atenuantes en este caso de
cometer un delito.
Los trastornos de personalidad no son responsables de delitos militares pues en la tabla aptitud
FAR no se consideran aptos en tiempo de paz.
Ejemplo 1: Sujeto con trastornos de personalidad histérico no apto FAR, que durante el SMG,
estando de posta efectúa disparos y mata a otro recluta.
Ejemplo 2: Psicópata esquizoide con conflictos militares con una tía. En una discusión la agrede,
la mata y después la descuartiza. Se valoró posible esquizofrenia pero no había síntomas
psicóticos. Por tanto el tribunal lo declaró imputable jurídicamente.
En el caso del fetichista desde el punto de vista del derecho penal, apenas tiene relevancia a no
ser por el hurto de la ropa. No se castiga por el placer que haya tenido con la prenda robada sino
por el hurto.
De acuerdo con lo planteado al principio lógicamente el sadista en también juzgado por la ley ya
que puede ocasionar graves daños a su pareja, tanto física como psíquicamente, incluso la muerte.
Los perversos sexuales sólo son considerados por los tribunales cuando su conducta ha sido
producida por otro trastorno psiquiátrico distinto a la desviación como son: la esquizofrenia, la
demencia, la epilepsia, etc.
Ejemplo: -sujeto de reconocido prestigio social que fue acusado por la madre de un niño vecino. El
menor, de cuatro años de edad, dijo que el ciudadano lo inducía a practicarle el “fellatio”. Al
peritarlo, resultó ser un pedófilo.
Anciano que exhibía a su nieta adolescente, fue traído por el hijo para realizar peritaje.
Resultó ser una demencia senil.
La intoxicación por drogas o por alcohol puede considerarse como una agravante si el sujeto lo ha
hecho con el propósito de cometer el acto delictivo. Ahora bien, para considerarla como atenuante
o como eximente es imprescindible para el perito poder valorar el grado de afectación de la
conciencia del comisor. En este caso, son determinantes la prontitud y la previsión de los que
intervengan en el esclarecimiento de los hechos; se debe solicitar con la mayor brevedad un
dictamen médico particularmente minucioso.
Por otra parte, siempre es importante recoger la mayor cantidad posible de elementos a partir de
aquellos testigos que hubieran tenido oportunidad de observar al comisor antes, durante o después
de los hechos, a fin de facilitar el dictamen psiquiátrico forense en el caso de que se solicitara.
La responsabilidad penal estará en dependencia de que el cuadro clínico sea psicótico o no en el
momento de la comisión del delito.
Ejemplo: Sujeto con historia revolucionaria antes y posteriormente al triunfo, con gran integración,
cuando ingiere bebidas alcohólicas hace crisis agresivas en las que golpean a las demás, las
insulta y en una ocasión hizo disparo con armas de fuego. Es llevado a juicio en varias ocasiones
por las mismas causas descritas. Se va deteriorando hasta que pierde su cargo y es sancionado.
Se ingresa en varias ocasiones y vuelve a caer en lo mismo. Actualmente trabaja solamente de
chofer de alquiler y no sigue tratamiento alguno contra el alcoholismo.
Se le consideró responsable de sus actos, por lo que fue sancionado.
En él articulo 20, inciso 1, dice: “está exento de responsabilidad penal el que cometa un hecho
delictivo en estado de enajenación mental, trastorno mental transitorio o desarrollo mental
retardado, si por algunas de esas causas no posee la facultad de comprender el alcance de su
acción o de dirigir su conducta”.
Por lo tanto la mayoría de los casos que hemos estudiados en estas patologías imputables, por las
alteraciones de la conciencia, los cuadros psicóticos y los demenciales que dificultan o impide el
comprender el alcance de su conducta.
Hay otro punto que aparece en el código que dicen: ”las disposiciones de los apartados
precedentes no se aplicaran si el agente sé a colocado voluntariamente en estado mental
transitorio por la ingestión de bebidas alcohólicas, ni en ningún otro caso en que pudiera haber
previsto las consecuencias de su acción”.
Se prevé por tanto la imputabilidad de la ingestión voluntaria de drogas o alcohol, que puede ser
factor agravante.
Implicaciones médico – legales Psicosis funcionales:
Los delitos que cometen estos enfermos son absurdos, inexplicables; en ocasiones responden a
una idea delirante. Matan o agreden por defenderse de sus supuestos envenenadores, atacantes,
perseguidores, etc. También pueden hacerlo por “un mandato divino”, “por salvar a la humanidad”,
“porque los va a encarcelar el enemigo”. No son tan frecuentes los delitos en estos pacientes como
ha planteado el cine y la literatura. Por lo general, aunque tengan los delirios referidos, sus propios
trastornos de conducta los llevan a no ser consecuentes con sus pensamientos.
El individuo afecto de esta enfermedad no es responsable de sus actos en el período psicótico. En
las fases en que está no delirante se debe valorar profundamente el caso.