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CONTENIDO
Preguntas de Repaso - Deuteronomio
LECCIÓN No. 1. INTRODUCCIÓN AL LIBRO DE DEUTERONOMIO
LECCIÓN No. 2. LA TRAGEDIA DE LA INCREDULIDAD
LECCIÓN No. 3. SABER ESPERAR
LECCIÓN No. 4. VALORANDO NUESTROS PRIVILEGIOS
LECCIÓN No. 5. PROCLAMACIÓN Y PRÁCTICA DE LA LEY
LECCIÓN No. 6. PUEBLO ESCOGIDO
LECCIÓN No. 7. REBELDÍA Y AMOR, PERDÓN Y DEMANDAS
LECCIÓN No. 8. INSTRUCCIONES PARA LA VIDA PRÁCTICA
(ADORACIÓN)
LECCIÓN No. 9. INSTRUCCIONES PARA LA VIDA PRÁCTICA, RELACIONES
HUMANAS
LECCIÓN No. 10. INSTRUCCIONES PARA LA VIDA PRÁCTICA: RELACIONES
DOMÉSTICAS Y SOCIALES
LECCIÓN No. 11. DIOS RENUEVA SU PACTO (PRIMERA PARTE)
LECCIÓN No. 12. DIOS RENUEVA SU PACTO (SEGUNDA PARTE)
LECCIÓN No. 13 CONTINUACIÓN DEL PACTO
I. INTRODUCCIÓN
El Doctor George L. Robinson dijo en una ocasión: “El mayor enemigo del Antiguo
Testamento es la ignorancia que se tiene de él. Por más de dos milenios, el Antiguo
Testamento ha circulado entre los hombres revelando el corazón del hombre mismo,
poniendo delante de los ojos humanos la ley de Dios, despertando la conciencia,
relatando la historia del perdón del Padre en Cristo, y formando por su elevada
enseñanza el carácter de los santos”.
El libro que vamos a estudiar este trimestre forma parte del Canon del Antiguo
Testamento y tiene carácter muy propio como cualquiera de los anteriores escritos de
Moisés; ciertamente, al juzgar por su título podríamos suponer que es una simple
repetición de los cuatro primeros, pero podemos estar seguros que no es así. Y sería un
grave error creerlo de esta manera. Este libro tiene su sitio propio y especial. Su
alcance y objeto son distintos al resto del Pentateuco. ¡Dios nos guíe e ilumine en
nuestro estudio!
B. TÍTULO
Moisés fue el escritor, no así el autor. Más de 500 veces encontramos en los
primeros cinco libros de la Biblia expresiones como esta: “Dijo Dios...”; “Habló
Jehová...”, etc. II Pedro 1:21 nos dice que Dios es el autor divino de la Biblia
(Véase el capítulo 2 de Deuteronomio).
E. LOS CINCO LIBROS DE MOISÉS
Deuteronomio es el último de los cinco libros de Moisés a los que
frecuentemente se les da el nombre de Pentateuco, lo que significa “cinco
libros”. Cada uno de ellos tiene su propio enfoque. Podríamos resumirlo así:
Génesis: Habla de los comienzos del pueblo escogido por Dios.
Éxodo: Relata la organización del pueblo en nación y la promulgación de
la ley.
Levítico: Informa al pueblo sobre la forma en que debía adorar a Dios.
Números: Presenta la historia de las peregrinaciones de este pueblo
escogido.
Deuteronomio: Narra la preparación final para entrar a la Tierra
Prometida.
En los primeros cuatro libros del Pentateuco, Dios elige a Israel. En el quinto
libro, Deuteronomio, Dios les permite que lo elijan a Él.
F. CONDICIONES EN QUE VEMOS AL HOMBRE EN CADA LIBRO
En Génesis vemos al hombre arruinado.
En Éxodo vemos al hombre redimido.
En Levítico vemos al hombre adorando.
En Números vemos al hombre sirviendo.
En Deuteronomio vemos al hombre preparándose.
G. DIVISIÓN DEL LIBRO DE DEUTERONOMIO
Diferentes estudiosos le dan distinta cantidad de divisiones, que van desde el
capítulo 3 hasta el capítulo 5. Nosotros consideraremos las siguientes cuatro
divisiones mayores.
Más de treinta veces Moisés manda al pueblo a “poseer la tierra que Dios os ha
dado”. Ellos debían cumplir este cometido, pero al mismo tiempo reconocer que el
Todopoderoso se las daba para que fueran dueños de ella. La provisión de Dios por su
gracia y la empresa a ejecutar por el hombre son ambas esenciales para el bienestar
humano aquí en la tierra hoy.
El paralelo del cristiano moderno con el israelita del tiempo de Moisés y los
discípulos de Cristo, ofrecen un estudio enriquecedor para una vida más efectiva en
términos de lo que Dios espera.
Luego de haber cumplido su misión, Moisés sabía que el tiempo de su partida estaba
cerca. Al estar en las fronteras de la Tierra Prometida, dirige a la nueva generación una
serie de discursos que forman parte de su sermón. Les exhorta:
Pearlman dice que este sermón exhortatorio puede llevar el tema de “recuerda”,
“obedece”, “presta atención”.
II. RESUMEN
A. CAPÍTULO 1 AL 4.
Al final del libro vemos que la obra que Dios inicia con Moisés la continúa
con Josué. Dios no deja nada a medias, su labor siempre es completa. De tal
manera que en Moisés se manifiesta la expectativa; mientras que en Josué se
manifiesta la realización.
LA TRAGEDIA DE LA INCREDULIDAD
PROPÓSITO
I. INTRODUCCIÓN
Los versículos en mención nos llevan a considerar por lo menos tres cuestiones
importantes:
1. Moisés es quien habla. De él se vale Dios para transmitir su mensaje, de la
misma manera en que se valió de él en el pasado para obrar hechos portentosos:
La liberación de Egipto, la entrega de las tablas con los términos del pacto, la
conducción del pueblo por el desierto y otros milagros.
Dios se sigue valiendo hoy de sus siervos fieles y comprometidos con su causa,
especialmente de aquellos que creen y marchan hacia delante.
3. “Todas las cosas”. Esto quiere decir todos los consejos que Dios les había
dado. Se refiere a todos los temas principales de su fe y sus deberes como
pueblo escogido.
El momento era glorioso. El líder escogido por Dios estaba trasladando a sus
dirigidos todo el mensaje, sin ocultar ningún detalle que pudiera perturbar la
vida del pueblo en la nueva morada. Este es un fiel reflejo de lo que debe ser la
labor pastoral a la iglesia joven de hoy.
2. Muchos del pueblo del Señor andan durante años dudando y temiendo, sin
conocer la verdadera libertad con que Cristo nos hizo libres.
1. Tenían las promesas maravillosas de Dios, “Jehová peleará por vosotros” (vs.
30).
2. Tenían experiencias pasadas y presentes (vss. 31, 33).
3. Tenían la aprobación del Señor, “Yo os he entregado la tierra”
(vs. 8).
B. LA NEGATIVA DE ENTRAR Y POSEER LA TIERRA (Dt. 1:26-33)
Esta actitud negligente se describe con los siguientes pasos que tomaron:
PRIMERO: No quisieron subir (vs. 26).
SEGUNDO: Murmuraron en sus tiendas (vs. 27).
TERCERO: Se quedaron en sus casas, no se formaron para continuar la
marcha.
CUARTO: Culparon a Dios de aborrecerlos.
Se ve una gran disposición a desobedecer, basado en informes reales, pero vistos
sin los ojos de la fe. Por no tener fe vieron:
Sólo Josué y Caleb quedaron excluidos del juicio debido a las siguientes
razones:
III. CONCLUSIÓN
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SABER ESPERAR
PROPÓSITO
I. INTRODUCCIÓN
En las últimas líneas del capítulo 1, se nos presenta al pueblo llorando delante
de Jehová (Dt. 1:45); pero ni la confesión, ni las lágrimas de Israel en Cades
eran sinceras; y por lo tanto el Señor no las aceptó. El gemir indecible de un
corazón sincero asciende al trono de Dios, e inmediatamente es contestada por el
bálsamo sanador y calmante de su perdón; pero cuando las lágrimas se hacen
acompañar de la voluntad propia y la rebeldía, no sólo son sin valor, sino que
son un verdadero insulto a la divina Majestad.
Así, pues, el pueblo tuvo que retroceder al desierto, y peregrinar allí durante
cuarenta años. No quedaba otro recurso. Como no quisieron subir a aquella
tierra con fe sencilla, en compañía de Dios, así que Él no quiso acompañarlos
cuando subieron ellos por su propia voluntad y confianza. Como no tenían la
compañía ni la ayuda de Dios, sufrieron las consecuencias. Ya que no quisieron
entrar a la Tierra Prometida, tenían que caer en el desierto.
A. DIOS PROVEERÁ, PERO ES NECESARIO OBEDECER
“Luego volvimos y partimos al desierto... como Jehová me había dicho” (Dt.
2:1). Hay una belleza moral en esa asociación con que Moisés se identifica por
completo con el pueblo. Él, así como Josué y Caleb tuvieron que volver atrás,
camino del desierto, en compañía de la incrédula congregación. De ese “volver”
podemos sacar para nosotros algunas lecciones. Muy fácil hubiera sido iniciar
una serie de protestas contra las opiniones adversas entre el pueblo y los líderes;
pero VUELVEN a pesar de que era humanamente duro volver a adentrarse en el
árido desierto. Aunque ahora, por supuesto, sabemos que era bueno y
provechoso para el pueblo. VUELVEN porque entiende que hay grande
bendición en inclinarse ante la voluntad de Dios, aunque no siempre podamos
comprender el por qué de las cosas. VUELVEN sin pronunciar palabra alguna
de murmuración al verse obligados a permanecer por 40 años rodeado de
inhóspitos parajes. VUELVEN porque de alguna manera comprenden que no
era el tiempo y que, si el mismo Jehová volvió también atrás, ¿quiénes eran ellos
para resistirse?
REFLEXIÓN
Ver el texto para memorizar. Esta actitud nos muestra dónde radica el secreto
del descanso del corazón, en oposición a la intranquilidad; y no es más que la
simple posibilidad de dar gracias a Dios por todo, por más contrario que sea a
nuestra voluntad y por más que altere nuestros planes. No es sólo un
sentimiento superficial de que, “ a los que aman a Dios todas las cosas les
ayudan a bien”, sino el sentimiento positivo de que las cosas que Dios
determina, son las mejores para nosotros, aunque haya que esperar mucho
tiempo. Hermano Carlos Vore decía: muy frecuentemente, refiriéndose a este
acto de esperar: “Los molinos de Dios muelen despacio, pero muelen bien”.
B. DIOS PROVEERÁ PARA TODOS (Dt. 2:1-23)
Luego de permanecer mucho tiempo en Cades-Barnea (Dt. 1:46), los israelitas
marcharon con dirección al suroeste a lo largo de la frontera de Edom hacia el
Mar Rojo (Golfo de Akaba). En esta región fue donde transcurrieron
principalmente los 40 años, realizando algunas visitas a Cades-Barnea (Dt.
2:14). Según nos relata Números 20:14-21, tal parece que en uno de esos viajes,
Israel solicitó permiso para pasar por el territorio de Edom. Cuando les fue
negada, acompañada de amenazas de guerra, ellos evitaron la frontera de Edom
y tomaron con dirección al sur hacia el mar Rojo (Golfo de Akaba, -Números
21:4). De aquí, Dios les mandó “volveos al Norte” (Dt. 2:3).
EDOM. “No os metáis con ellos (Dt. 2:5). Aunque es necesario anotar
que el versículo 4 aclara, los hijos de Esaú que habitan en Seir, no la otra
rama. Los amalecitas debían ser destruidos (Génesis 36:12; Éxodo
17:14; Deuteronomio 25:17).
MOAB. “No molestes a Moab, no te empeñes con ellos en guerra” (Dt.
2:9).
AMÓN. “No los molestes, ni contiendas con ellos” (Dt. 2:19). Dios en
su soberanía entrega todo según le parece, cada cual tiene lo que tiene
porque Él se lo ha concedido. El Señor tiene parte importante en los
límites nacionales y posesiones territoriales; la heredad ajena debe
respetarse.
Las razones que Dios da para no involucrarse en problemas son muy válidas:
“Jehová te ha bendecido en toda obra de tus manos; Él sabe que andas por este
gran desierto; estos 40 años Jehová tu Dios fue contigo y ninguna cosa te ha
faltado” (Dt. 2:7).
En cada detalle del recorrido se puede notar la guianza del Señor para con su
pueblo. Él tiene el mapa, el instructivo del viaje, según Dt. 2:
Dt. 2:24. En la fecha de la migración israelita al este del Jordán, todo este
territorio hermoso entre el Arnón y el Jaboc, inclusive la parte montañosa de
Galaad, había sido tomado por los amorreos, quienes siendo una de las naciones
condenadas (7:2, 20:16) fueron completamente exterminadas, y su país cayó por
derecho de conquista. Moisés quien entendía que esta condena se refería
solamente a las posesiones amorreas al oeste del Jordán, envió mensajeros
pacíficos a Sehón pidiendo permiso para pasar, lo cual era una costumbre para
preparar el camino. El rechazo a la petición atrajo sobre él y sobre sus súbditos
la ruina total (Números 21:23).
La victoria fue total. “Tomamos todas sus ciudades, destruimos todas sus
ciudades” (Dt. 2:34) “No hubo ciudad que escapase de nosotros” (Dt. 2:26).
Hasta acabar con todos (Dt. 3:3). No quedó ciudad que no tomásemos(Dt. 3:4);
Las destruimos (Dt. 3:6).
Estaban haciendo historia, aunque no eran las primeras victorias que Dios le
había dado a su pueblo (Éxodo 17:8-13; Números 21:1-3). Este era el principio
de la posesión de la tierra. Resaltemos como se le atribuye la victoria a “Jehová
nuestro Dios (2:33, 36). Es muy importante también que aprendamos que esto
no fue hecho por codicia de sangre, ni por destrucción desenfrenada, sino para
evitar que enseñaran a los israelitas “a hacer según todas las abominaciones que
ellos habían hecho adorando a sus dioses falsos” (Deuteronomio 20:18).
Nos preocupamos, muchas veces, con los relatos del Antiguo Testamento
sobre guerras de exterminación. Pulkiser y Taylor, citando a Hugh J. Blair, nos
presentan dos sugerencias:
II. CONCLUSIÓN
¿Alguna vez ha escuchado la historia de un hermano que oraba así: Señor, dame
paciencia; pero dámela ya! La Biblia dice que los que esperan en Jehová son
como el Monte de Sión, que no se nueve sino que permanece para siempre.
Aprender a esperar en Dios no es un don, sino una disciplina cristiana que uno
adquiere. Así como el ejercicio o entrenamiento físico vale la pena para
condicionar al cuerpo, cada experiencia de esperar vale la pena. Esto es porque
nos prepara mejor para el próximo paso en la vida. La mejor preparación para
esperar en Dios es conocer su Palabra y saber aplicarla a nuestras vidas. ¡VALE
LA PENA ESPERAR!
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PROPÓSITO
Valor de nuestros privilegios delante de Dios y evitar caer en los peligros que destruyen
la vida cristiana.
I. INTRODUCCIÓN
La tragedia es que, aquel que más deseaba entrar en la tierra, la halló cerrada
para sí, por una incredulidad que no le era propia y un acto de insensatez que no
deseó.
B. PELIGROS
1. EL PELIGRO DE OLVIDARSE DE DIOS (VS. 9).
“Guárdate y guarda tu alma para que no te olvides de las cosas que tus ojos han
visto” (Vs. 9).
En Horeb, Israel había establecido un pacto con Dios. Este pacto (4:13)
aparece mencionado veintisiete veces en los pasajes siguientes de
Deuteronomio. Dios extendió su gracia a Israel al establecer esta relación vital
con ellos, y los israelitas ratificaron este acuerdo (Éxodo 24:1-8).
Sin embargo, en tiempos posteriores, mientras más fueron los llamados que
los profetas les hicieron, ellos tanto más se alejaban (Oseas 11:2). Primero
Israel, luego Judá fueron llevados a un exilio como el último gran castigo, dado
que ellos fueron tras dioses ajenos (II Reyes 22:17). Se necesitó de este terrible
juicio para apartarlos de la idolatría, y al fin dio resultado. Después de volver de
la cautividad a su tierra bajo la dirección de Zorobabel, nunca más volvieron a
adorar ídolos como nación.
Esa constante inclinación hacia los ídolos por parte de los israelitas, bien
podemos preguntarnos: ¿Por qué motivo querían ir tras esos ídolos de sus
vecinos, cuando en medio de ellos tenían al Dios verdadero? Podemos encontrar
siete razones:
CONCLUSIÓN
La lección física que Israel había de aprender en Oreb, era tener reverencia a
Dios. Habían oído la voz de Dios, pero no habían visto forma ni semejanza de
Dios, solamente una apariencia de fuego (4, 11, 15, 24). Por lo tanto, no podían
de ninguna manera hacer nada semejante al Dios vivo y verdadero.
Lo que habían visto de Dios por medio de la manifestación del fuego y lo que
habían oído era lo que debían enseñar a sus hijos. Debían comunicar a las
próximas generaciones esta reverencia y este respecto hacia Dios, que es un
fuego consumidor.
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PROPÓSITO
I. INTRODUCCIÓN
Las implicaciones que el Decálogo tiene para el cristiano son necesarias que
se consideren. Jesús enfatizó estos mandamientos como obligatorios para la
conducta de los creyentes cuando indicó al joven rico que los cumpliera para
heredar u obtener la vida eterna (Mateo 19:16-22; Marcos 10:17-22). De tal
manera que una persona que profese creer en Jesucristo, difícilmente podrá
ignorar el Decálogo. Pablo también al referirse a la relación interpersonal de
amor entre los creyentes los repite (Romanos 13:8-10).
El pueblo que había visto y oído la manifestación de Dios pidió a Moisés que
fuera su representante, asegurándole que serían totalmente obediente (5:27). En
esto, Moisés es tipo de “aquel que es mediador entre Dios y los hombres,
Jesucristo hombre” (I Timoteo 2:5).
Vss. 1-3. Moisés fue puesto como mediador entre Dios e Israel con la
responsabilidad de enseñarles los mandamientos. Dios tenía interés en que las
siguientes generaciones sean sensibles a las condiciones que aseguran larga vida
y prosperidad.
Vss. 16-19. Esta devoción exclusiva e incondicional les aseguraba ocupar con
éxito la tierra. No debían poner a prueba o tentar a Dios dudando de Su
presencia en medio de ellos (Éxodo 17:7).
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PUEBLO ESCOGIDO
PROPÓSITO
Enumerar algunas características que nos identifican como pueblo escogido de Dios.
INTRODUCCIÓN
1. ESCOGIDOS
En el pacto que hizo Dios con Israel, prometió concederles una gran variedad
de bendiciones, mientras ellos permanecieran fieles. Por consiguiente, aquel
pueblo era realmente feliz como nación. La promesa sería cumplida, sólo si
ellos permanecían obedeciendo a su Dios.
a. Las avispas les ayudarían (vs. 20). Algunos creen que estas
avispas se refieren a las invasiones egipcias debilitando la
resistencia de los cananeos. Sea lo que fuere, se ve manifestado
el poder de Dios.
b. Las fieras serán limitadas (vs. 22).
D. ACUÉRDATE (8:18)
Alguien dijo que recordar es volver a vivir. Sin embargo, hay cosas que
debemos olvidar. El apóstol Pablo dijo: “Olvidando ciertamente lo que queda
atrás” (Filipenses 3:13). Ahora bien, ¿cuáles serán esas cosas que el apóstol dice
que se debe olvidar? ¿Olvidará acaso el trato de Dios para con su alma?
Imposible. Tenemos la más clara evidencia que el apóstol Pablo siempre
testificó de lo que Dios hizo por él. ¿A qué se refiere entonces? Sin duda se
refiere a todas aquellas cosas que no tenían relación con Cristo, las cuales
también debemos olvidar nosotros. Muchas veces se escuchan testimonios que
dan pena y vergüenza; más bien deberían ser olvidados; incluso, parece que
quien los cuenta, todavía disfruta y se siente orgulloso por las cosas malas que
antes hizo.
1. Que somos pueblo santo. No sólo una idea mental, sino un actuar
como tales.
2. Que somos real sacerdocio. Y por lo tanto, debemos ejercer ese
oficio de interceder por otros.
3. Que somos linaje escogido. Debemos hacer manifiesto esa
relación de selección hecha por Dios.
4. Somos pueblo adquirido por Dios. Debemos valorar el precio
que Cristo pagó por nosotros.
CONCLUSIÓN
A cada persona Dios le otorga la habilidad para prosperar, ya sea un israelita
de los tiempos del Antiguo Testamento, o un cristiano del Nuevo Testamento.
Ninguno debe olvidar que es Dios el que provee la capacidad para prosperar.
Jesús nos enseñó una hermosa actitud de dependencia diaria, cuando nos
instruyó para que oráramos diciendo: “Danos hoy nuestro pan cotidiano”. Como
cristianos no podemos darnos el lujo de olvidar a Dios, de la misma forma que
tampoco podía hacerlo el israelita en la vida diaria. Esta actitud viene a
identificarnos que pueblo suyo somos y ovejas de su parado.
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PROPÓSITO
INTRODUCCIÓN
El dolor que esta actitud apóstata y rebelde causó a Dios se refleja en las
siguientes expresiones: “He observado a ese pueblo” (7:13). “Tu pueblo que
(tú) sacaste” (Éxodo 32:7).
El regateo que Moisés inicia refleja el amor que le tenía a su pueblo. Dios
dice: “He observado a ese tú pueblo que sacaste”. Pero Moisés responde: “No
se encienda tu furor contra tu pueblo que tú sacaste” (Éxodo 32:11). “No
destruyas a tu pueblo, tu heredad, que (tú) has redimido con tu grandeza, que
(tú) sacaste de Egipto con mano poderosa” (Deuteronomio 9:26).
Jesús oró al Padre por nosotros. Rogó por nuestra seguridad y firmeza (Juan
17):
Pero las peticiones de los que se encuentran alejados de Dios también debieran
alentarnos en nuestra intercesión. Esto, por lo menos, nos da la oportunidad
para exhortarles a buscar a Dios. Algunas expresiones de los caídos son: “oren
por mí”, “les ruego sus oraciones”, “vine a pedir oración”. Cabe mencionar que
la letra de este bello himno, también son expresiones de petición: “Orad por mí
los que me amáis, la vida es dura para mí, será más suave si me dais, la vieja fe
que yo perdí; al cielo orad en mi favor, que pueda yo vencer el mal, y ser en
Dios un triunfador y de su luz ser un fanal”.
En Éxodo 32:19, vemos que Moisés rompió las dos tablas que contenían las
dos copias del pacto. Cada una grabada en el adverso y reverso. Con esto “no
muestra exasperación, sino una interpretación simbólica del rompimiento del
pacto entre soberano y vasallos” (Kline). Sin embargo, luego, Moisés va e
intercede delante del Dios que perdona, pero que también demanda obediencia.
iv. Se establecen las promesas para el futuro, pero si aman a Dios y le obedecen.
CONCLUSIÓN
El hombre se ha rebelado contra Dios. Cada cual se apartó por su camino,
pero el Señor en su infinita misericordia ha provisto salvación porque nos ama:
Ese amor se ha traducido en el perdón de nuestros pecados y en una disposición
del hombre de cumplir las demandas de Dios.
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PROPÓSITO
Reconocer que Dios demanda lealtad en todas las áreas de nuestra vida.
INTRODUCCIÓN
Cuando los israelitas han cruzado el Río Jordán para ocupar la tierra de
Canaán, se ven en la necesidad de hacer varios cambios y ajustes. Podríamos
aseverar que hasta cierto punto, cuando las tribus acamparon bajo la dirección de
Moisés, situándose alrededor del tabernáculo, hicieron “lo que bien les pareció”
(12:8).
A. SANTIDAD EN LA ADORACIÓN
1. Era preciso derribar los templos de los ídolos (12:1-3) que se identifican
en el término hebreo “megómot” que significa “lugares altos”.
Eran los lugares de culto favoritos entre los cananeos, eran los lugares altos.
Probablemente eran elegidos por que al estar más elevados se les creía más
accesibles a los dioses celestiales. El árbol, que además de proporcionar
sombra, era considerado sagrado. Posteriormente, estos sitios fueron una trampa
para los israelitas, pues llegaron a constituirse en lugares de adoración. Así, en
tiempos posteriores los israelitas cayeron en idolatría. Tales prácticas fueron
condenadas vigorosamente por los profetas (Jeremías 2:20; Ezequiel 18:6; Oseas
4:13).
A los israelitas se les prohibió hacer cualquier ídolo así como lo hacían los
paganos. Tenían que destruir los ídolos paganos. Pero por otro lado estaban
obligados a obedecer y honrar al Señor todopoderoso.
De ningún modo tenían que tolerar los ritos y ceremonias paganas. Las
religiones paganas debían desaparecer. En el altiplano de nuestro país esta
práctica se ha generalizado. La gente tiene prácticas que es una mezcla de
sacrificios de animales con matiz cristiano, que solamente representa un culto
satánico, oscuro y sucio que Dios odia. Esto es sólo para poner un ejemplo
clásico que está sucediendo en nuestro medio.
Tenemos que examinar nuestro corazón, porque podría ser que existan
vestigios de templetes paganos y lugares altos, así como una falsa adoración que
amerita ser erradicada por el fuego purificador del Espíritu Santo.
3. Según nos dice la Biblia, los israelitas debían adorar “en el lugar que
Jehová vuestro Dios escogiere” (Dt. 12:5, 10, 18, 21).
5. Los que servían debían recibir la atención apropiada, pues ellos vivían de
los diezmos y los tributos (12:17-19).
Debían adoptar medidas severas contra cualquier idólatra o algún israelita que
intentara promover la idolatría (Dt. 13:1-18). Se muestran algunos casos de
quienes estuvieron a favor de la adoración a otros dioses: Los falsos maestros,
los miembros de una familia y los residentes de la ciudad.
7. Las normas de higiene eran importantes si tenían que vivir como pueblo
santo de Dios (14:1-21).
Les estaba prohibido mutilarse a sí mismos como era práctica común de los
herejes en sus ritos de duelo, degradando la imagen de Dios (Levítico 19:28;
21:5; I Corintios 3:17). El Nuevo Testamento, paralelamente, nos presenta
nuestro cuerpo como templo del Espíritu Santo (Romanos 12:1-2; I Corintios
6:9-20).
Los israelitas debían diezmar cada año el producto del grano que rindieran los
campos; apartar la décima parte con un fin especial. También las primicias de
las manadas y de los ganados debían llevarse al santuario central para ser
comidas en una festividad religiosa delante de Jehová. Si el Santuario quedaba
muy retirado podían vender el producto del diezmo y primicias y comprar con
ese dinero lo que desearan para la fiesta del santuario. El séptimo año no habían
de dar diezmos, puesto que cada siete, la tierra tenía descanso (Levítico 25:1-7).
Unos pocos comentaristas opinan que el perdón era temporal, sólo permanecía
el trabajo de la tierra. La mayoría de eruditos están de acuerdo en que el perdón
significaba una liquidación literal y completa de la deuda, quedando el deudor
en libertad de saldar la cuenta si su situación mejoraba. Sin embargo, el
acreedor quedaba privado del derecho de cobro.
Esta figura nos hace pensar en la deuda que teníamos por pagar y en la
maravillosa provisión de Dios en Jesucristo, saldándola una vez y para siempre.
CONCLUSIÓN
La adoración no es cuestión de emociones sin sentido. Lleva un enfoque
racional. Se basa en hechos concretos. Es producto de la experiencia real con
Aquél que es nuestra vida, nuestro hacedor, nuestro maestro y libertador. No es
cuestión de no sé, pero siento, sino de no siento, pero sé quién es Dios. Es un
saber claro que Él es nuestro sustentador, quien levanta nuestra cabeza, quien
sostiene nuestro brazo, quien esfuerza nuestros pies, y que por eso le adoramos.
No es asunto de hablar, sino hacerlo en la realidad.
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PROPÓSITO
INTRODUCCIÓN
1. DEMANDAS POSITIVAS
2. DEMANDAS NEGATIVAS
3. BENDICIONES O BENEFICIOS
El punto clave para Israel es que Jehová conduciría al pueblo mediante sus
siervos los profetas, de la misma manera que Moisés sirvió de intermediario en
Horeb. En el pueblo se había establecido la verdadera adoración y siervos
auténticos de Jehová que continuarían enseñando el camino correcto. Pero
también, adicional a la verdadera adoración y a los verdaderos siervos de
Jehová, también surgiría la adoración falsa y profetas falsos que enseñarían
cosas diferentes. La forma de identificarlos era sencilla: Si no se cumplía lo que
dijeran, y acontecía, tal profeta era falso (vs. 22).
2. Con respecto a la propiedad privada tenía vital importancia el hecho que era
una sociedad que su bienestar se cimentaba en la posesión de la tierra. Habría
una protección especial para el pobre (Dt. 19:14): “No reducirás los límites de la
propiedad de tu prójimo”.
El propósito de la guerra era evitar que los israelitas se dejaran engañar por
las costumbres pecaminosas de las naciones paganas (Dt. 7:22-26). La orden
extrema de exterminarlos completamente, era una medida de prevención, tal
como vemos en Dt. 20:20. Compárese con Apocalipsis 21:27.
2. Vss. 10-14. Acerca de las cautivas (No cautivas cananeas, sino de países
lejanos.
3. Vss. 15-17. Injusticia con los herederos. La poligamia que aquí se tolera,
como el divorcio que se mencionó en los versículos anteriores, sigue siendo
producto de contiendas. Lo que nos interesa acá es la legislación que se hace
para proteger al hijo que al ser aborrecida su madre, podrían ser transferidos sus
derechos de primogénitos. El hijo primogénito, aunque sea la de la aborrecida
tenía que recibir herencia al doble.
“La justicia y la equidad parten de Dios y el cuerpo del delincuente era una
proclamación pública de que la justicia había quedado satisfecha y de que la
maldición de Dios se había patentizado en su muerte. Por esto el cuerpo del
delincuente, que llevaba la maldición de Dios, tenía que ser enterrado antes de
que se pusiese el sol para evitar mancillar la tierra de Israel (21:22, 23). Pablo
refleja el contenido de esta maldición al hacer referencia a la muerte de Cristo
(Gálatas 3:13). Estos versículos constituyen el fondo del traslado del cuerpo de
Cristo de la cruz antes de que se pusiese el sol (Juan 19:31)” (Schultz).
CONCLUSIÓN
Compare Dt. 21:18-21 con Lucas 15:11-32, y no dejará de notar gran
contraste entre la solemne y polémica acción de la ley y del gobierno en el caso
del hijo rebelde, con la hermosa y conocida parábola del hijo pródigo. Es
maravilloso pensar que el mismo Dios habla en Dt. 21, lo hace en Lucas 15,
pero la acción y el estilo son diferentes. Veamos por qué:
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PROPÓSITO
INTRODUCCIÓN
El amor hacía Dios era de primera importancia para los israelitas. Debía
traducirse en una expresión práctica hacia sus semejantes. En los capítulos que
nos ocupan encontramos algunas de las maneras en las cuales este amor era
evidente hacia los semejantes en la vida diaria, incluyendo normas para la
familia y el hogar, además, para el cuidado de los animales y los campos.
Moisés cuando traslada estas instrucciones les recuerda a los israelitas que la
prosperidad, la justicia y las bendiciones son para quienes ponen por obra sus
mandatos y manifiestan el respeto debido hacia sus semejantes. No así para
quienes se ponían en contra de Dios y de su pueblo. Éste acarreaba sobre sí el
juicio de Dios.
3. Dt. 22:22. Si un hombre cohabitaba con una mujer casada, ambos debían ser
ejecutados por lapidación. Si una muchacha prometida en matrimonio era
deshonrada, el culpable debía ser apedreado. La muchacha era castigada
solamente que el ataque ocurría en la ciudad, y ella no pedía auxilio; no así
cuando sucedía en un lugar donde no había muchos habitantes, es decir, donde
no podía pedir auxilio.
Deuteronomio 24:1 dice: “Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella,
si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá
carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá de su casa”.
La evidencia comprueba que las cartas de repudio se daban sin que hubiera
ningún pecado de adulterio; ante un pecado de adulterio, el hombre no tenía
necesidad de dar carta de repudio a la mujer; ella debía ser entregada al juez para
ser condenada. Levítico 20:20 dice: “Si un hombre cometiere adulterio con la
mujer de su prójimo, el adúltero y la adúltera indefectiblemente serán muertos”
(Éxodo 20:14; Levítico 18:20; Deuteronomio 5:18).
¿Entonces por qué permitió Dios dar carta de repudio? Realmente fue por la
misericordia de Dios hacia las mujeres. Los hombres, al repudiar a sus esposas
las trataban mal. Dios, al ver el sufrimiento de estas mujeres, decidió que, en
lugar de que estuvieran sufriendo, era mejor que quedaran en libertad.
Los que poseían más bienes materiales no tenían derecho a explotar a los
pobre y a los necesitados; y además, no podían cobrar interés por préstamos
hechos a otros israelitas (Dt. 23:19-20).
Con relación al trato de los animales, no se debía arar con el buey y el asno
juntamente (22:10). Esta norma obedecía a motivos humanitarios ya que el paso
y la forma de tirar de estos son muy desiguales. Cuando se utilizaba el buey
para trillar el grano, no se le debía poner bozal para que pudiera comer
libremente mientras prestaba el servicio (25:4).
Se prometía gozo de la vida al que cumpliese las leyes respecto al trato a los
pájaros (Dt. 22:6-7).
La persona traía su ofrenda, que consistía en una cesta con las primicias al
sacerdote, y reconocía verbalmente que vivía, entonces, en la tierra que Dios
había prometido a sus padres (26:3). Seguidamente el sacerdote tomaba la
canasta y la colocaba delante del altar de Jehová.
La segunda confesión tenía relación con el diezmo (Dt. 26:12-15). Entre los
hebreos había dos diezmos. El primero era para los levitas (Números 18:21). El
segundo, que era la décima parte de lo que quedaba, era traído a Jerusalén en
especie, o era convertido en dinero, y el dueño llegaba a la capital. Compraba
ovejas pan y aceite (Dt. 14:22-24). Esto se hacía por dos años juntos. Pero este
segundo diezmo era comido en casa, y el tercer año repartido entre los pobres
del lugar a discreción (14:28-29).
Confesaba que había obedecido a la voz de Dios, pedía en oración que Dios
bendijera a su pueblo y a la tierra que Él les había dado como cumplimiento del
juramento que había hecho a sus padres.
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LECCIÓN No. 11 (regresar al índice)
PROPÓSITO
INTRODUCCIÓN
En el mundo Antiguo era muy común este tipo de escritura sobre piedra. Por
ejemplo, del siglo XIII a. C., data el famoso código de Hamurabi rey de
Babilonia que constaba de 8,000 palabras escritas sobre roca. También se ve en
Egipto y la península del Sinaí piedras y rocas con inscripciones de hace 3,000
años que llevan el proceso que se les pide: “Las revocarás con cal” (vs. 29).
El propósito que llevaban para Israel era de testimonio constante para las
naciones acerca de su relación con Dios. Veamos que no serían escritas en
simplemente piedra, sino “Piedras grandes” (vs. 2).
Al pie del Monte Ebal, cerca de las rocas del testimonio, se levantaría el altar.
Un altar con piedras en estado natural para conservar la pureza, así como en
Éxodo 20:25).
En la cultura de aquellos tiempos los altares paganos se hacían en las rocas o
se cortaban piedras adecuadas para hacer y adorar a sus ídolos. Israel debía
hacer la diferencia: “De piedras enteras edificarás el altar a Jehová tu Dios” (vs.
6).
Los doce delitos que aquí se nombran pueden clasificarse de esta manera:
No tenemos ningún detalle más amplio sobre este acto, pero no es razonable
creer que las tribus que estaban Ebal fueran maldecidas y que las de Gerizim
fueran bendecidas. El “amén” indica que las condiciones están dadas, ya sea
para recibir bendición, o para recibir maldiciones si se quebrantaba un
mandamiento divino. Las maldiciones, como bien notamos, se dan en forma
declarativa y no en forma de un deseo, dice: “maldito el que...”. Note que no
dice: “maldito sea”.
RESUMEN
B. EL PRÓJIMO
PROMESA CONTRASTE
Vs. 13b Se les promete estar encina, no
Vs. 43 Esta vez el extranjero estaría muy alto
debajo
Vs. 12b Tendrán mucho que prestar a Vs. 44 Aquí no podrán prestar, más bien
otros naciones pedirán prestado
Vs. 44 Sus enemigos estarán por cabeza, y
Vs. 13a Estarán por cabeza, y no por cola
ellos por cola.
Todo esto les pasaría por no atender la voz de Dios (vs. 45) y por no servirle con
goza y alegría (vs. 47).
OTRAS CONSIDERACIONES
1. Vs. 47-57. Según las bendiciones de Dios, Israel debía servirle con alegría, de
corazón y con gozo; pero al no apreciar, los israelitas, la misericordia divina y
confiar en sus muros fortificados, serían sitiados con éxito. Luego serían
sometidos a crueldades extremas, tanto que el hambre sería tal que se comerían a
sus propios hijos.
Lamentablemente, los israelitas no hicieron caso. “A partir del fin del Reino del
Norte, en el 722 a. C., los israelitas hicieron todas las cosas que Moisés les había
dicho que no hicieran. El juicio más terrible de los tiempos del Antiguo
Testamento, en la historia de Israel, aconteció en el 586 a. C. cuando el glorioso
templo de Salomón y la ciudad de Jerusalén, capital de fama davídica, quedaron
reducidas a cenizas y abandono. Aunque los judíos regresaron de la cautividad
babilónica para reconstruir Jerusalén, se vieron sometidos a un peor y más
trágico exilio en el año 70 de nuestra era. Según la detallada descripción de
Josefo, los judíos fueron asesinados por miles cuando el ejército romano de Tito
suprimió, sin misericordia, la rebelión judía y destruyó Jerusalén. Lo que es
irónico es que los judíos fueron llevados como esclavos a Egipto y a otras parte
del mundo y no fue hasta 1948 cuando los judíos establecieron una vez más su
propio estado, reviviendo el hebreo como lengua hablada. Todavía existe la
gran mezquita dorada, construida por los musulmanes erigida durante el siglo
séptimo de la era cristiana, en el lugar que ocupaba el templo. HORRENDA
COSA ES CAER EN MANOS DEL DIOS VIVO (Hebreos 10:31).
2. Vs. 58-68. Encontramos un resumen de las condiciones que se viven a causa
del incumplimiento del pacto que se suscribe: plagas (vs. 59-60), enfermedad
(vs. 61), destrucción (vs. 62), dispersión (vs. 64), remordimiento y temor
culpable (vs. 65), inseguridad y terror (vs. 66), aflicción y desasosiego (vs. 67),
servidumbre y cautividad (vs. 68).
CONCLUSIÓN
Las condiciones están dadas, y el pacto suscrito. Lo que queda por venir está
condicionado por la obediencia o la desobediencia.
Casi siempre tratamos de considerar este punto así: Fallamos al Señor, y nos
sobreviene una crisis. Luego decimos: “El Señor me está enseñando algo”.
Pero luego no lo vemos como una consecuencia natural de nuestro desvío. De
esta forma minimizamos la cuestión, cuando en realidad deberíamos sentarnos y
pensar que es necesario retornar pronto al camino recto. ¡Qué Dios nos guíe!
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PROPÓSITO
Demostrar que cuando el pueblo de Dios peca, puede ser restaurado si se arrepiente de
sus pecados.
INTRODUCCIÓN
RESUMEN RESPONDE A
Deuteronomio 29:1-9 Prólogo 1:6 – 4:1-49
Deuteronomio 29:16-29 Sanciones 28:1-68
Deuteronomio 30:8, 10-14 Estipulaciones del pacto 5:1 – 26:1-19
Deuteronomio 30:15-20 Lo que resta del libro 31 – 34
A. “DE LA MANERA QUE EL TE HA DICHO” EL CAMINO RECTO (Dt.
29:10-15).
Dios quiere, y siempre ha querido que andemos por el camino recto. A este
efecto ha establecido parámetros por medio de pactos y acuerdos que nos deben
servir de guía en nuestra vida terrenal.
Moisés les recuerda, mientras les habla, que se encuentran ante la presencia de
Dios y la solemnidad del pacto que queda muy profundamente grabada en ellos.
Toda la comunidad, hombres, mujeres, niños, los que no eran israelitas y los
siervos, se encontraban presentes en esta ratificación pública. La relación
establecida por este pacto no representaba la conquista de un poder superior ni el
sometimiento humillante de un pueblo, como acontecía con los tratados de aquel
tiempo entre el conquistador y los conquistados. Era, más bien, una
manifestación de la gracia redentora de Dios, según las promesas que les había
hecho anteriormente a los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob.
Los versículos 14 y 15 dice: “Y no solamente con vosotros..., sino con los que
no están aquí hoy”. Esta relación del pacto no se aplicaba solamente a los que
establecieron el pacto en el tiempo de Moisés, sino a las generaciones sucesivas.
En su oración sacerdotal Jesús incluyó a las generaciones venideras (Juan 17:20-
21).
4. Vss. 24-28. PARA QUE EL MUNDO SEPA. En un sentido positivo ésta fue
la oración de Jesús en Juan 17, pero acá es todo lo contrario. Cuando los
extranjeros vieran la tierra de los israelitas tan desierta como la llanura de
Sodoma y Gomorra, se les diría que fue debido a la desobediencia de Israel por
infringir el tratado y volver a la idolatría. De la misma manera que la tierra
desértica que rodeaba al mar Muerto servía para recordar la ira de Dios que
había caído sobre las ciudades de Sodoma y Gomorra, la desolación de Canaán
sería evidencia de la ira de Dios sobre los israelitas que se habían vuelto a los
ídolos.
5. Dt. 29:29. Las palabras de este verso son una conclusión apropiada de los
términos del tratado dado por medio de Moisés. El ser humano se encuentra
limitado en su conocimiento y es menester que reconozca que hay más que
desconoce y que Dios sí conoce. Lo que Dios reveló fue suficiente para aquella
generación y para quienes les siguieron. El hombre tiene la responsabilidad de
responder con amor y obediencia a Dios, según lo que É ha revelado. Este era el
propósito y el designio de su revelación a ellos.
El Doctor Scofiel analiza de esta forma las cláusulas que el pacto que
acabamos de mencionar toman en cuenta:
En este punto donde muchos fracasan, vuelven atrás y pierden, por una
decisión hecha equivocadamente, la oportunidad de disfrutar la vida verdadera.
Están por otro lado, los que siguen a Dios por un tiempo, ignorando que el
ejercicio de amar a Dios es continuo.
CONCLUSIÓN
Pablo en el Nuevo Testamento refiere este llamamiento que Dios hace a los
israelitas, y al igual que Moisés expresa: 1. El mensaje es claro y comprensible.
2. El hombre debe responder a Dios con su corazón y su mente. 3. La fe y la
devoción a Dios son esenciales para permanecer en el camino. (Compare
Deuteronomio 30:1-10 con Romanos 10:1-21).
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PROPÓSITO
Demostrar que la obra de Dios continua adelante, no por el esfuerzo humano, sino por la
acción poderosa de Dios.
INTRODUCCIÓN
Moisés sirvió sin desmayar durante los últimos cuarenta años de su vida,
habiendo alcanzado la edad de 120 años. Su vida y ministerio ya estaban
completos y Dios le ordena que no cruce el río Jordán para llegar a la Tierra
Prometida. Esto no afecta ni al plan, ni a la promesa que Dios hizo con relación
a los israelitas. Moisés no era indispensable para que el propósito de Dios se
cumpliera. Su presencia no era de importancia crucial para la adquisición de la
tierra de Canaán. Pero la presencia de Dios era vital para la victoria y posesión
final de la tierra. A este respecto, Moisés le asegura al pueblo que la presencia y
el poder de Dios se manifestará por medio de Josué, el cual llega a la posición de
dirigente por mandamiento divino. Les asegura que Dios hará su parte; a ellos
sólo les resta ser valientes y esforzados.
Habiendo dirigido su atención a la presencia de Dios entre ellos (vs. 6), les
presenta a Josué como su nuevo dirigente y públicamente encarga a éste que
vaya con los israelitas a poseer la tierra que Dios había prometido a los
patriarcas. En su empeño debía dar el ejemplo siendo valiente y audaz. Le
promete que Dios irá con él: “Y Jehová va delante de ti; Él estará contigo, no te
dejará, ni te desamparará; no temas ni de intimides” (31:8).
Josué tenía necesidad de una palabra para sí mismo, como uno que era
llamado a ocupar un lugar prominente y distinguido en la congregación. Mas la
palabra que se le dirige, es la misma grande y preciosa verdad dirigida a toda la
asamblea. Se le asegura que estarán con él la presencia y poder divino. Esto es
lo suficiente para cada cual y para todos, tanto para Josué como para el más
pequeño de la congregación.
ILUSTRACIÓN
Vs. 1-6. Los cielos y la tierra son llamados como testigos del pacto que
existían entre Dios y los israelitas. Dios es descrito como “la Roca” o refugio de
los israelitas (15, 18, 30). Aún con este proceder del pueblo, Dios se revela
como justo y fiel a su promesa, cumpliendo su Palabra.
Moisés como padre espiritual de las doce tribus pronuncia sus últimas
palabras de bendición, las cuales son consideradas como el testamento de
Moisés. La revelación de Dios por su medio constituyó la manifestación más
importante del Ser Supremo en el Antiguo Testamento. Esta revelación tenía
como propósito el que tuvieran un conocimiento suficiente de la voluntad de
Dios para poder vivir como nación justa y como pueblo santo, identificado con
el Rey de reyes (Éxodo 19:4-6).
Moisés dirigió su mirada hacia el norte. Desde este punto, pudo ver el valle
del Jordán que se extendía más allá del mar de Galilea hasta el pico, cubierto de
nieve, del monte Hermón a 193 Kilómetros al norte, donde formaba el término
sur la cordillera frente al Líbano, 2,814 piez sobre el nivel del mar. Notemos
que el versículo 7 nos indica que “sus ojos nunca se oscurecieron”. Aunque
muy probablemente Moisés no pudiera ver el mar Mediterráneo, vio la tierra
directamente al oeste, especialmente el oasis fresco que rodeaba a Jericó, que los
israelitas habían anticipado como posesión suya, al cruzar el río Jordán. De este
modo Moisés pudo contemplar la tierra que Dios había prometido a Abraham,
Isaac y Jacob.
Moisés, este gran siervo del Señor, murió en el monte Nebo como se le había
ordenado en Dt. 32:50, “muere en el monte al cual sube” y fue enterrado en el
valle moabita. Se desconoce el lugar exacto. Judas 9 se refiere a este suceso,
pero también omite este dato.
También por mandato divino, Moisés había ordenado a Josué como sucesor
suyo, mediante la imposición de manos. El pueblo obediente al mandato de su
dirigente reconoce la sucesión de Josué (Dt. 31:1-8). Como recordarán en la
lección introductoria, referimos este momento, haciendo referencia a Moisés
como “la expectativa” y a Josué como la “realización. Moisés pasa el Mar Rojo,
Josué, el Jordán. Moisés los libra de la esclavitud; Josué los introduce a las
bendiciones; Moisés les proporciona una visión de fe; Josué introduce a una vida
de fe; Moisés les habla de una herencia: Josué los introduce a la posesión.
Aunque éste último era sucesor del gran líder, no fue igual. En efecto, de todos
los profetas que aparecieron desde entonces. Jamás se levantó uno como Moisés
(Dt. 18:15; Números 12:6-8). Moisés fue único entre los profetas de Israel y en
esta relación divino-humano, Dios conoció a Moisés “cara a cara”. En
revelación divina, tanto de palabras como por los hechos poderosos de Dios,
manifestados en su ministerio, Moisés no tuvo nunca igual en ningún profeta
posterior, hasta la venida de Jesucristo.
NOTA
CONCLUSIÓN
Es importante que aprendamos que los dirigentes pueden cambiar, pero la
obra de Dios sigue adelante (Josué 1:1). El pueblo no depende solamente de la
capacidad humana ya que tenemos la promesa, tanto para el líder como para la
congregación en general: “Jehová es el que va delante de ti; Él será contigo, no
te dejará, ni te desamparará”.
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http://www.institutoalma.org/CorazonYVida/Dt-idx.html
2/1/2007 14:07:47
cuáqueros