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emprendedurismo, es una forma de vida que incita a las personas a buscar siempre una
superación en sus actividades diarias, es una actitud de transformación y cambio que muchas
veces está relacionada a la creación de una empresa o a un tipo de crecimiento económico; los
individuos que adquieren esta filosofía de vida son llamados emprendedores.
Este se podría definir, como el proceso en el que una persona lleva su idea a convertirse en un
proyecto concreto, sea esta con fines de lucro y/o beneficencia social generando innovación y
empleo.
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Planeación es el proceso administrativo que inicia con la creación de un plan, lleva a cabo el
seguimiento de los resultados, evalúa y revisa los resultados.
Los planes son el documento donde se establece lo que se supone que va a pasar, lo que va a
costar lograr los objetivos (presupuesto), quién estará a cargo de ejecutar las actividades, los
objetivos, las estrategias, las tácticas, en ocasiones un pronóstico, etc.
La estrategias se clasifican:
II. Estrategia de diferenciación. La empresa detenta un poder de mercado por las cualidades
distintivas del producto o la empresa, importantes para el consumidor y que le diferencian de
los competidores.
Por el contrario una estrategia de diversificación pura implica la entrada en actividades nuevas
sin relación con las actividades actuales de la empresa.
Este análisis es la base sobre la que se diseñará la estrategia, para ello debemos conocer o
intuir lo antes posible:
La naturaleza y el éxito de los cambios probables que pueda adoptar el competidor.
La probable respuesta del competidor a los posibles movimientos estratégicos que
otras empresas puedan iniciar.
La reacción y adaptación a los posibles cambios del entorno que puedan ocurrir de los
diversos competidores.
La competencia está integrada por las empresas que actúan en el mismo mercado y realizan la
misma función dentro de un mismo grupo de clientes con independencia de la tecnología
empleada para ello. Para dar una idea exacta de la importancia del análisis competitivo,
debemos referirnos al proceso de planificación de la estrategia comercial, el cual responde a
tres preguntas clave:
¿Dónde estamos? Respondiendo a esta pregunta nos vemos abocados a hacer un análisis de la
situación que nos responde la posición que ocupamos.
¿Adónde queremos ir? Supone una definición de los objetivos que queramos alcanzar y a los
que necesitamos desplazarnos.
¿Cómo llegaremos allí? En este punto es donde debemos señalar el desarrollo de acciones o
estrategias que llevaremos a cabo para alcanzar los objetivos y si podremos aguantar el ritmo.
Con respecto al análisis de la situación, del cual partimos para la realización del proceso de
planificación estratégica, y del que podremos determinar las oportunidades y amenazas,
debilidades y fortalezas de la organización, debemos centrarnos, a su vez, en dos tipos de
análisis:
Análisis externo. Supone el análisis del entorno, de la competencia, del mercado, de los
intermediarios y de los suministradores.
Barreras de entrada
Barreras de salida
Las barreras de salida son factores económicos estratégicos y emocionales que hacen que las
empresas sigan en un determinado sector industrial, aun obteniendo bajos beneficios e incluso
dando pérdidas.
Productos sustitutivos
Según adoptemos una postura u otra frente a la competencia, podemos diferenciar cuatro
tipos distintos de estrategias:
Estrategia de líder. El líder es aquel que ocupa una posición dominante en el mercado
reconocida por el resto de las empresas. Un líder se enfrenta a tres retos: el desarrollo
de la demanda genérica, desarrollando la totalidad del mercado captando nuevos
consumidores o usuarios del producto, desarrollando nuevos usos del mismo o
incrementando su consumo; proteger la participación del mercado, con respecto a la
cual puede adoptar diversas estrategias como la innovación, la distribución intensiva,
la confrontación abierta con respecto a los precios...; y ampliar la participación del
mercado, aumentando la rentabilidad de sus operaciones sin incurrir en posiciones
monopolísticas.
Estrategia de retador. Consistente en querer sustituir al líder, ya que no se domina el
mercado. Con ello trata de incrementar su participación de mercado mediante
estrategias agresivas.
La crisis económica que al inicio de la segunda década del siglo XXI mantuvo en tensión
principalmente a los países de la Unión Europea aportó tres posibles enfoques o soluciones
para intentar contrarrestar la situación competitiva de las empresas:
Resistir. Las empresas que no están gestionadas bajo una óptica de marketing del siglo XXI
suelen adoptar esta solución para intentar competir en el mercado. Su objetivo es intentar
competir «como sea» hasta que la crisis pase. Esta actitud tiene un importante desgaste
anímico, económico y profesional y no siempre sale.
Reinventarse. Bajo la filosofía de que «el fracaso es parte del camino del éxito» las empresas
que se encuentren en una etapa de crisis deben establecer una política de cambios e
innovación. Innovar en sus estrategias, en sus productos o servicios, en sus canales de
distribución, etc.
Una empresa próspera se habrá de caracterizar por tener un buen ambiente para que surjan
El procedimiento más normal podrá ser que la alta gerencia se encargue de las decisiones más
importantes, particularmente el de las inversiones fuertes que requieran de grandes
desembolsos u otros compromisos importantes.
¿sobre qué criterio se habrá de escoger la mejor solución? La meta fijada pudo haber sido la de
maximizar las riqueza de los accionistas. Esto es fácil de afirmar, pero dado las diversas formas
de ingresar a la industria de energía, ¿Cuál método deberá escogerse? Podrá decidirse escoger
aquel camino que proporcione el valor presente neto más elevado.
Pero también será necesario tomar en consideración dentro del análisis lo concerniente al
riesgo. El poder escoger la mejor solución, inclusive teniendo metas bien definidas, constituye
una tarea muy difícil.
5.- Poseer algunos procedimientos de control para comprobar qué resultados se obtuvieron
con la mejor solución.
La manera de cómo esta función de control se haya de llevar a cabo habrá de depender de las
preferencias y del estilo de administración.
Los cinco elementos antes mencionados respecto a la planeación estratégica no revelan nada
acerca del estilo en que estos hayan de ser implementados. Son lo suficientemente amplios
como para abarcar un amplio rango de decisiones financieras.
Para ello es necesario elaborar un plan de marketing donde se analice la situación del mercado
y la empresa, los objetivos de la misma y definir estrategias y acciones para lograr dichos
objetivos.
ANÁLISIS
El primer paso para confeccionar un plan de marketing es analizar la situación actual en la que
se encuentra la empresa. El análisis debe ser tanto externo como interno.
Análisis externo: Al estudiar el entorno de la empresa nos debemos fijar en la situación del
mercado (tendencias, segmentos, precios, etc.), en nuestros principales competidores, en la
sociedad actual, la cultura; en resumen, todo aquello que influya en nuestro negocio y no
tengamos control sobre ello. Esto nos sirve para descubrir las amenazas y las oportunidades
que nos presenta el mercado.
Análisis interno: En este caso, debemos detallar información sobre nuestra empresa
(producción, finanzas, clientes, recursos humanos, valor) y detectar las fortalezas y las
debilidades que tenemos.
OBJETIVOS
Una vez identificada la situación en la que nos encontramos debemos fijar los objetivos del
plan de marketing y deben ser reales y coherentes. A la hora de definirlos hay que dejarlos
muy claros, para ello es sugerible hacerlo en una frase corta y específica.
Los objetivos pueden ser cuantitativos (ej: aumentar un 10% las ventas respecto el año
anterior) o cualitativos (ej: aumentar la notoriedad de marca).
ESTRATEGIAS
Cuando tenemos claros los objetivos, debemos definir las estrategias que utilizaremos para
conseguirlos.
Podemos seguir una estrategia de diferenciación ofreciendo un valor distinto al de la
competencia, buscar un nuevo segmento de mercado o ofrecer mejor relación calidad-precio
de nuestro servicio o producto.
No existen estrategias concretas, se deberá crear una distinta según la empresa y los objetivos
que se tengan marcados.
PLAN DE ACCIÓN
Una vez definidas las estrategias que se van a seguir, se debe elaborar un plan de acción
concretando todas aquellas operaciones que se van a realizar durante la estrategia y cuando.
Para ello es muy recomendable tener un calendario para hacer un buen seguimiento y cumplir
con las tareas a tiempo.
SUPERVISIÓN
Finalmente, un seguimiento de todo el proceso y una evaluación de los resultados que se están
obteniendo nos ayuda a conocer la utilidad del plan de marketing y corregir los imprevistos
que surjan durante el proceso.