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Di Bártolo, I. (2016). El apego : cómo nuestros vínculos nos hacen quienes somos.
Clínica, investigación y teoría. Págs 95-105. Buenos Aires : Lugar, 2018.1
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La autora agradece a sus editores Lugar Editorial la autorización para reproducir el
presente fragmento de su libro El apego : cómo nuestros vínculos nos hacen quienes
somos. Clínica, investigación y teoría.Lugar, 2018.
Di Bártolo, I. (2016). El apego : cómo nuestros vínculos nos hacen quienes somos.
Clínica, investigación y teoría. Págs 95-105. Buenos Aires : Lugar, 2018.
(a) Trastorno reactivo del apego con retracción emocional e inhibición: En este
cuadro están marcadamente restringidas la búsqueda de consuelo, la demostración
de afecto, la confianza para buscar ayuda. No hay comportamiento de apego ni
aun en las circunstancias en que este debería activarse. Los niños con este
trastorno no buscan consuelo, aun cuando estén visiblemente perturbados, y
resulta muy difícil calmarlos. El interés y el relacionamiento social está reducido
en general. Los niños afectados no sólo carecen de una figura de apego preferida,
sino que además presentan un embotamiento afectivo, evitan responder a los
intercambios sociales y muestran serios problemas en la regulación emocional.
Tienen estallidos de ira, miedos incomprensibles y están continuamente en estado
de alerta. Han sido descriptos como un volcán que está todo el tiempo a punto de
explotar. Este cuadro dificulta mucho el acercamiento emocional: son niños que
están emocionalmente replegados, y que al mismo tiempo, por su falta de
regulación, reaccionan intensamente. No aceptan consuelo y se resisten al
contacto cuando más lo necesitan. Cuando son adoptados en años posteriores, los
síntomas tienden a disiparse (O´Connor, et al 2003), aunque algunas veces las
dificultades persisten, y aun cuando cuenten con figuras disponibles y confiables,
puede resultarles difícil abrirse emocionalmente y alcanzar una adecuada
regulación emocional.
(b) Trastorno reactivo del apego con sociabilidad indiscriminada: Lo esencial de esta
forma del TRA es la ausencia de la reticencia con extraños evolutivamente
esperable, y un comportamiento relacional indiscriminado. Estos niños se acercan
socialmente a personas relativamente extrañas, sin discriminación. Establecen
rápidamente relaciones superficiales, que parecen profundas. Buscan fuertemente
la atención, pero no es de alguien en especial. No tienen la selectividad que
correspondería evolutivamente. Inmediatamente entablan relación con adultos
desconocidos, incluso corren a sus brazos o están dispuestas a irse con ellas
después de un breve contacto. En esta forma del TRA los niños tampoco tienen de
una figura de apego preferida a la cual volverse. Pero en lugar de cerrarse
emocionalmente, estos niños buscan consuelo en forma indiscriminada. Este
comportamiento cumple una clara función adaptativa en condiciones de
Di Bártolo, I. (2016). El apego : cómo nuestros vínculos nos hacen quienes somos.
Clínica, investigación y teoría. Págs 95-105. Buenos Aires : Lugar, 2018.
con amor y cuidado en forma continua, se pudieran revertir los efectos de las
experiencia negativas. Aunque los niños hicieron excelentes progresos, los
resultados fueron mixtos. Los niños que habían sido adoptados antes de los seis
meses se recuperaron totalmente y se desarrollaron normalmente (Gunnar, Bruce,
& Grotevant, 2000). En los niños que habían estado más tiempo
institucionalizados se observaron resultados diversos. Algunas áreas presentaban
una recuperación más rápida. En términos generales, las funciones cognitivas
tuvieron una mejor recuperación, mientras que el funcionamiento emocional fue
lo más afectado (Clarke & Clarke, 1999). La edad en la cual el niño había sido
adoptado, el tiempo total que habían pasado en la institución y la calidad del
cuidado en ésta, fueron todos factores cruciales para entender los efectos de la
institucionalización en niños que fueron posteriormente adoptados (Groze &
Ileana, 1996). En lo que respecta al apego, muchos niños presentaban alguno de
los dos tipos de trastorno reactivo del apego, especialmente el asociado con la
sociabilidad indiscriminada. Si habían sido adoptados antes de los 6 meses la
recuperación era total. El pronóstico empeoraba en las adopciones a partir de los
dos años. Estos niños después de ser adoptados desarrollaban un vínculo de apego
con un sus padres, que conformaba un patrón reconocible. Pero en muchos casos
la sociabilidad indiscriminada, aunque se suavizaba, persistía varios años.
Eventualmente, a lo largo de los años, este trastorno podía desaparecer (Rutter et
al., 2007). Esta situación sugiere que existe para este trastorno un período
sensible. El trastorno por falta de apego con sociabilidad indiscriminada ha sido
estudiado en otras muestras de niños institucionalizados (Hodges & Tizard, 1989;
Hodges, 2003). Aquellos niños con este trastorno que habían pasado al menos
varios meses con sus padres o alguna figura en particular antes de ser entregados a
la institución tenían un pronóstico más favorable aun cuando fueran adoptados
más tardíamente.
de las funciones básicas de la figura de apego: refugio al cual volver en los momentos
de estrés, base desde la cual explorar en los momentos tranquilos. Las disfunciones
son suficientemente importantes como para dar lugar a un trastorno. Aquí los
trastornos hacen referencia a la perturbación que existe entre el niño la figura de
apego y el niño; entre individuos y no dentro de individuos. En este sentido es que son
trastornos relacionales.
En los trastornos relacionales del apego se distinguen cuatro subcategorías: (a)
con tendencia a ponerse en peligro; (b) con aferramiento ansioso; (c) con
complacencia y control, y (d) con reversión de roles.
a) Trastorno relacional del apego con tendencia a ponerse en peligro: En este
trastorno los niños no parecen tener la necesidad de mantener la proximidad con
el cuidador. Son capaces de explorar y
alejarse, pero no reaccionan volviendo cuando Trastorno relacional del
apego con tendencia a
están demasiado lejos o cuando están en ponerse en peligro:
peligro. Las conductas de apego no se activan
• Alejamiento sin búsqueda
para mantener la proximidad. El sistema de de proximidad
apego no balancea al sistema de exploración, • Conductas peligrosas, a
veces también agresivas
y los niños parecen capaces de alejarse • Los síntomas se
indefinidamente, ignorando el peligro. Muy acrecientan en presencia
de figura de apego.
por el contrario, muestran conductas
peligrosas y provocativas en presencia de su Contexto: Insensibilidad del
cuidador para con el niño.
figura de apego, como soltarse de la mano y
escaparse en lugares públicos, correr hacia la
calle o treparse a lugares peligrosos. Este trastorno también puede incluir
comportamientos agresivos del niño, dirigidos al cuidador o a sí mismo. Un
criterio para este trastorno es que estas conductas impulsivas y/o agresivas se
manifiesten especialmente en presencia de la figura de apego, y sean menos
marcadas o incluso adecuadas en otras circunstancias. En forma completamente
opuesta a la conducta, el niño parece buscar la protección y la atención de su
cuidador provocando su enojo y alejándose de él. De hecho, este trastorno se
observa asociado a dificultades en la conexión emocional, comunicación y
sensibilidad del cuidador para con el niño.
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b) Trastorno relacional del apego con aferramiento ansioso: Este trastorno ocupa en
el espectro clínico el polo opuesto al trastorno de apego con tendencia a ponerse
en peligro. El equilibrio entre exploración y conducta de apego está también aquí
perturbado, pero el área perturbada es la de exploración. La figura de apego no es
utilizada como base. lo que está limitado es la
exploración. Estos niños no se alejan de ella Trastorno relacional del
apego con aferramiento
de la forma evolutivamente esperable. En ansioso:
cambio permanecen ansiosamente cerca.
• Exploración limitada
Curiosamente, el mismo niño puede ser menos
• Aferramiento y ansiedad
temeroso cuando está solo y separado de su • Menos temor cuando no
está con la figura de apego
figura de apego que cuando están con ella. La
inhibición y el aumento del nivel de ansiedad Contexto: Excesiva
preocupación o cuidado
no es generalizado sino más bien específico a
errático
la relación. En el contexto de este a veces se
observa en la relación un exceso de preocupación y ansiedad por parte de la madre
con respecto al niño, que la impulsa a involucrarse excesivamente con él y a
interferir en sus exploraciones. Pueden ser factores de riesgo para este trastorno
antecedentes de problemas en el niño como haber sido prematuro o enfermedades
físicas del niño, que podrían dar lugar a un patrón de cuidado más ansioso e
inseguro por parte de la figura de apego. En otros casos la madre puede estar poco
disponible para el niño, o presentar un problema como la depresión o el duelo que
la lleva a estar disponible a veces y retraída otras veces, temas que la vuelven
poco predecible y confiable para el niño.
c) Trastorno relacional del apego con complacencia y control: En este trastorno
también presenta el niño una fuerte inhibición de las actividades vinculadas con la
exploración, como el juego y el interés
general. Sin embargo, no está aferrado al Trastorno relacional del apego
con complacencia y control:
cuidador. En cambio está muy atento a él y
parece temer disgustarlo. Lo vigila y trata de • Inhibición de la exploración
• Actitud vigilante hacia el
complacerlo. El niño está emocionalmente cuidador, a quien se trata de
contenido, y se controla mucho, perdiendo complacer.
• Contención, control y falta
espontaneidad. Esta actitud del niño es
de espontaneidad.
específica a la interacción con la figura de
Contexto frecuente:
Violencia familiar
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apego, pero no necesariamente está presente siempre en la relación con ella. Este
comportamiento se observa muy especialmente en las situaciones que podrían
llevar al cuidador a enojarse o a frustrarse. En ese momento el niño comienza a
esforzarse por complacer al cuidador, por cumplir con lo que piensa que se espera
de él y se mantiene atento y controlado. Su conducta parece dirigida a aplacar a la
figura de apego para evitar las reacciones duras o explosivas. Este trastorno se da
generalmente con figuras de apego punitivas, o en situaciones de violencia
familiar; ya sea abuso físico o violencia conyugal.
d) Trastorno del apego por distorsión de la base segura con reversión de roles: En
este trastorno la relación de apego está
Trastorno relacional del
invertida. El niño es solícito y empático con el apego con reversión de roles
cuidador, se preocupa por su bienestar. Asume
• Niño solícito y empático
la carga emocional de la relación. En lugar de o
ser el cuidador quien provee apoyo emocional • Niño controlador que
maneja la relación.
y la protección al niño, el bienestar emocional
del cuidador es una preocupación y aún una Contexto: Depresión o falta de
recursos de la figura de apego
responsabilidad del niño. Otra forma que
puede tomar la reversión de roles es el control:
es el niño el que controla y maneja al cuidador. En el contexto de este trastorno es
frecuente la depresión, el duelo, la alta ansiedad o la falta de recursos en la figura
de apego, que llevan al niño a estar preocupado por el bienestar emocional de ella
y a cuidarla en lugar de dejarse cuidar.