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El niño abandonado: el apego desorganizado reactivo (TRA)

Cuando se crece en un contexto de cuidados insuficientes o negligencia, lo más común


es que se responda con conductas sociales poco adaptativas en el marco de la
sociedad general. El apego desorganizado reactivo o trastorno reactivo de apego (TRA)
se desarrolla debido a estas condiciones de desarrollo.
El apego es el principal componente del desarrollo social y emocional en la primera
infancia. Se refiere al vínculo que el bebé establece con sus progenitores o cuidadores
primarios. Este vínculo constituirá una referencia poderosa para el resto de relaciones
que establezca el niño en la infancia y en muchos casos también lo será para las que
establezca más allá de las fronteras de esta etapa vital.
La teoría del apego nos propone una nueva mirada sobre el proceso del desarrollo
humano. Así, formulamos y responderemos a algunas preguntas puede ayudarnos a
entender mejor su calado: ¿Qué es el vínculo de apego y para qué le sirve al ser
humano? ¿Cuáles son los efectos patológicos si el vínculo de apego no se organiza
adecuadamente? ¿Qué es el apego desorganizado reactivo o trastorno reactivo de
apego (TRA)?
La esencia del apego desorganizado reactivo o trastorno reactivo de apego (TRA)
reside en la infancia, cuando los niños pequeños crecen con oportunidades limitadas
para vincularse de manera selectiva, finalmente se muestran retraídos e inhibidos, y
no se vinculan con ninguna persona. El abandono social, cambios frecuentes en los
cuidadores o privación (por ejemplo, en entornos institucionales) son algunas de las
condiciones de riesgo que dan lugar a un apego desorganizado reactivo o trastorno
reactivo de apego (TRA). Estos niños se muestran fríos, y raramente buscan
proximidad hacia adultos específicos, aún en caso de necesidad emocional. También
pueden mostrarse irritables sin ninguna explicación, o tristes o temerosos ante el
contacto o la proximidad de sus cuidadores/familiares.
“Se considera esencial para la salud mental, que un lactante o un niño pequeño
experimente una cálida, íntima y continua relación con su madre (o madre sustituta o
una persona que le cuide en forma estable) relación en la cual ambos encuentren
satisfacción y deleite”. -John Bowlby-
El apego y su impacto en el desarrollo infantil. Dentro del campo de la infancia,
una de las teorizaciones más interesantes actualmente es la teoría del apego, que nos
permite entender mejor la complejidad del proceso por el cual sobrevivimos y nos
integramos en la sociedad. Desde la etología y el psicoanálisis sabemos que cuando un
bebé nace, necesita de adultos dispuestos a cubrir sus necesidades vitales (afecto,
cuidado, alimento, higiene, movimiento…). Lo que nos diferencia de otras especies es
que de manera innata aprendemos por imitación, por lo que este proceso implica
relación y aprendizaje, también llamado humanización. En otras palabras, llamamos
vínculo del apego a la necesidad de los seres humanos para crear lazos de convivencia
y amor, estableciendo vínculos fuertes, selectivos y duraderos con sus cuidadores.
¿Qué efectos tiene la incompetencia parental? Cuando las figuras de apego no
sintonizan con el infante, hablamos de incompetencia parental. La presencia de
incompetencias parentales severas en un adulto puede manifestarse en alguno o varios
de los siguientes rasgos:
 Dificultad para mostrarse disponibles (psíquicamente y/o físicamente), para
establecer relaciones afectivas, sintonizar o entender las necesidades de sus
hijos/as.
 Las relaciones o cuidados que ofrecen son caóticas, inestables, cambiantes.
 No saben calmar al niño ni darle cariño, responder a sus demandas de
comunicación…
 No pueden reconocer, identificar, regular, favorecer el desarrollo de la
capacidad de simbolización o de adaptación a la realidad social del infante.
 Suelen ofrecer respuestas incoherentes y contradictorias. Por ejemplo, no
coincidiendo las palabras con los hechos, gestos, sucesos…
 Actuaciones negligentes (ausencia de cuidados básicos, maltrato psíquico y
físico, abuso sexual, manipulación psicológica).
 Suele ser reactivo a enfermedades mentales graves (depresión, toxicomanías,
dificultades sociales, acontecimientos vitales graves e incapacitantes…).

Como consecuencia de un desarrollo bajo el “paraguas” de capacidades parentales


incompetentes, se crea un vínculo de apego no adecuado. Aunque las consecuencias
dependerán de variables entre las que podemos incluir:
 La edad del niño en el momento de la desorganización del vínculo.
 La existencia de un sustituto del vínculo ya conocido y estable si se da una
separación o ruptura. La adaptación al sustituto depende de la calidad de las
relaciones de vínculo antes del episodio de ruptura y de cómo se haya
mantenido este vínculo.
 El momento psíquico en que se produce, ya que los momentos críticos son el
primer año de vida, los 3-4 años, y la adolescencia.
 La capacidad de resiliencia (reparación subjetiva de cada sujeto).
 El motivo de la ruptura del apego (historia y acontecimientos vitales).
 La duración de la situación de ruptura o desorganización.

Es comprensible que las personas que crecen bajo estas condiciones presenten
comportamientos abruptos, impredecibles o impulsivos, ya que sienten las relaciones
con gran inseguridad, poca fiabilidad, ansiedad, y desconfianza. En algunos casos se
generan patologías, como el trastorno de apego reactivo (TRA), también conocido
como apego desorganizado reactivo, ante la gran incoherencia y paradoja: “La persona
de quién dependo destroza mi propio ser”.

Referencias bibliográficas
Zeanah, C. H., Chesher, T., & Boris, N. W. (2016). Medidas prácticas para la
evaluación y tratamiento de niños y adolescentes con trastorno reactivo de apego
(TRA) y trastorno de compromiso social desinhibido (TCSD). J Am Acad Child Adolesc
Psychiatry, 55(11), 990-1003.
Comín, M. A. (2014). El vínculo de apego y sus consecuencias para el psiquismo
humano. Logos, 1-15.

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