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Vicente Huidobro
Preceptiva poética
León Felipe
Poesía...,
tristeza honda y ambición del alma...
¡cuándo te darás a todos... a todos,
al príncipe y al paria,
a todos...
sin ritmo y sin palabras!...
II
Deshaced ese verso.
Quitadle los caireles de la rima,
el metro, la cadencia
y hasta la idea misma.
Aventad las palabras,
y si después queda algo todavía,
eso
será la poesía.
III
Más bajo, poetas, más bajo...
hablad más bajo
no gritéis tanto
no lloréis tan alto
si para quejaros
acercáis la bocina a vuestros labios,
parecerá vuestro llanto
como el de plañideras, mercenario.
IV
Y si el verso
poetas cortesanos
si el verso como el hombre
no fuese de cristal
sino de barro.
V
Poeta
ni de tu corazón,
ni de tu pensamiento,
ni del horno divino de Vulcano
han salido tus alas.
Entre todos los hombres las labraron
y entre todos los hombres en los huesos
de tus costillas las hincaron.
La mano más humilde
te ha clavado
un ensueño...
una pluma de amor en el costado.
Decir, hacer
Octavio Paz
Entre poetas
Roberto López Moreno
Inicio
Marco Antonio Campos
A algunos,
es decir, no a todos.
Ni siquiera a los más, sino a los menos.
Sin contar las escuelas, donde es obligatoria,
y a los mismos poetas,
serán dos de cada mil personas.
Les gusta,
como también les gusta la sopa de fideos,
como les gustan los cumplidos y el color azul,
como les gusta la vieja bufanda,
como les gusta salirse con la suya,
como les gusta acariciar al perro.
La poesía,
pero qué es la poesía.
Más de una insegura respuesta
se ha dado a esta pregunta.
y yo no sé, y sigo sin saber, y a esto me aferro
como a un oportuno pasamanos.
Teoría del verso
Eugenio de Andrade
Arte poética
Juan Gelman
VII
De la poesía
En cuanto a los que se entregan o se han entregado con éxito a la poesía, yo les aconsejo que
no la abandonen jamás. La poesía es una de las artes que más reportan; pero es una especie
de colocación cuyos intereses sólo se cobran tarde; en compensación, muy crecidos.
Desafío a los envidiosos a que me citen buenos versos que hayan arruinado a un editor.
¿Por lo demás, qué tiene de sorprendente, puesto que todo hombre sano puede pasarse dos
días sin comer, pero nunca sin poesía?
El arte que satisface la necesidad más imperiosa será siempre el más honrado.
Poética
Federico García Lorca
Pero ¿qué voy a decir yo de la Poesía? ¿Qué voy a decir de esas nubes, de ese cielo? Mirar,
mirar, mirarlas, mirarle, y nada más. Comprenderás que un poeta no puede decir nada de la
Poesía. Eso déjaselo a los críticos y profesores. Pero ni tú ni yo ni ningún poeta sabemos lo
que es la Poesía. Aquí está; mira. Yo tengo el fuego en mis manos. Yo lo entiendo y trabajo
con él perfectamente, pero no puedo hablar de él sin literatura. Yo comprendo todas las
poéticas; podría hablar de ellas si no cambiara de opinión cada cinco minutos. No sé. Puede
que algún día me guste la poesía mala muchísimo, como me gusta (nos gusta) hoy la música
mala con locura. Quemaré el Partenón por la noche, para empezar a levantarlo por la mañana
y no terminarlo nunca. En mis conferencias he hablado a veces de la Poesía, pero de lo único
que no puedo hablar es de mi poesía. Y no porque sea un inconsciente de lo que hago. Al
contrario, si es verdad que soy poeta por la gracia de Dios —o del demonio—, también lo es
que lo soy por la gracia de la técnica y del esfuerzo, y de darme cuenta en absoluto de lo que
es un poema.
Manifiesto del creacionismo
Vicente Huidobro
Más tarde, hacia 1913 ó 1914, yo repetía casi igual cosa en una pequeña entrevista
aparecida en la revista Ideales, entrevista que encabezaba mis poemas. También en mi libro
Pasando y pasando, aparecido en diciembre de 1913, digo, en la página 270, que lo único que
debe interesar a los poetas es el “acto de la creación”, y oponía a cada instante este acto de
creación a los comentarios y a la poesía alrededor de la cosa creada contra la cosa cantada.
En mi poema “Adán”, que escribí durante las vacaciones de 1914 y que fue publicado en
1916, encontraréis estas frases de Emerson en el Prefacio, donde se habla de la constitución
del poema:
Pero fue en el Ateneo de Buenos Aires, en una conferencia que di en junio de 1916, donde
expuse plenamente la teoría. Fue allí donde se me bautizó como creacionista por haber dicho
en mi conferencia que la primera condición del poeta es crear; la segunda, crear, y la tercera,
crear.
Cuando escribo: “El pájaro anida en el arco iris”, os presento un hecho nuevo, algo que
jamás habéis visto, que jamás veréis, y que sin embargo os gustaría mucho ver. Un poeta
debe decir aquellas cosas que nunca se dirían sin él.
Los poemas creados adquieren proporciones cosmogónicas; os dan a cada instante el
verdadero sublime, este sublime del que los textos nos presentan ejemplos tan poco
convincentes. Y no se trata del sublime excitante y grandioso, sino de un sublime sin
pretensión, sin terror, que no desea agobiar ni aplastar al lector: un sublime de bolsillo.
El poema creacionista se compone de imágenes creadas, de situaciones creadas, de
conceptos creados; no escatima ningún elemento de la poesía tradicional, salvo que en él
dichos elementos son íntegramente inventados, sin preocuparse en absoluto de la realidad ni
de la veracidad anteriores al acto de realización.
Procura de la poesía
Carlos Drummond de Andrade
No recompongas
tu sepultada y melancólica infancia.
No osciles entre el espejo y la
memoria en disipación.
Lo que se disipó, no era poesía.
Lo que se partió, cristal no era.
Repara:
yermas de melodía y de concepto,
ellas se refugian en la noche, las palabras.
Aún húmedas e impregnadas de sueño
rolan en un río difícil y se transforman en desprecio.
Reflexión
Eduardo Langagne
¿Ars poética?
Czeslaw Milosz
Recursos fiados
Ramón Méndez Estrada
Puedes hacer
poco menos que cualquier cosa
con las palabras.
Es una lástima
que todo eso no sea
más que representaciones de los objetos,
señas de los atributos,
mención de los actos,
ausencia de las presencias,
el no ser
por el que el ser
se revela.
Ya suena el cascabel;
el peligro se aproxima,
la víbora se acerca:
tengo miedo de que me aplique su ponzoña,
temor a esos colmillos que me impidan respirar.