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Elizabeth Santa Cruz de Oviedo Santos

Desde su llegada a América el hombre español percibió el abismo cultural que


lo separaba de los nativos. Se hacía inminente la necesidad educarlos en su
idioma, costumbres y su fe para adquirir el control sobre estas nuevas tierras.
Fue entonces cuando se aprobó el envío de órdenes monásticas, cuya tarea
radicaba en encontrar una manera eficiente de trasmitir a los indígenas su
religión y modos de vida.

En un inicio las instituciones eclesiásticas eran efímeras y rústicas pero luego


se definen como construcciones usuales en las nuevas ciudades
hispanoamericanas. Aparece el convento misional como tipología más común y
dentro de estas otras instalaciones de las cuales se hace más significativa la
arquitectura de evangelización.

Su nombre ya nos anuncia su papel como instrumento de adoctrinamiento y


dominación colonial. Se compone principalmente de un atrio articulado con
capilla abierta que permitía la asistencia masiva de sus seguidores a la vez que
tributaban a las antiguas costumbres precolombinas de realizar mítines a la
interperie. Otros dos elementos que caracterizan este tipo de arquitectura son
las capillas posas y la cruz de piedra que son los que mejor representan la
hibridación cultural. Las capillas estaban adornadas con suntuosos murales con
carácter litúrgico y didáctico y la cruz sin dejar de ser un símbolo del
cristianismo, traído por los españoles, presentaba en muchos casos motivos
antropomorfos aludiendo a la religión indígena como en el caso del convento
de San Mateo en Huichapan.

La arquitectura de evangelización tuvo muchas funciones: educativa –en varios


sentidos- ceremonial e incluso comunitaria. Esta arquitectura se extendió de tal
manera por América que hoy en día muchos autores la consideran un aporte al
proceso histórico-cultural no solo de esta región sino del mundo entero.
Ciertamente estas construcciones nos cuentan una historia, la historia del
mestizaje, del arte tequitqui, de la conversión de los indígenas al cristianismo,
del colonialismo y el sometimiento. Es la representación de la fusión de dos
culturas que van conformar el nuevo mundo y como consecuencia surgirá un
hombre nuevo con una visión y concepción diferentes a las del indígena y el
hombre español, influyendo en el desarrollo posterior del arte y la cultura de la
región.
Elizabeth Santa Cruz de Oviedo Santos

Bibliografía
Buschiazzo, Mario J. «El primer choque con las culturas indígenas.» En
Historia de la Arquitectura Colonial en Iberoamérica, 25-48. La Habana, 1987.

«Capitulo III: La arquitectura de la conversión.» En Historia del arte en


Iberoamérica y las Filipinas. Materiales didacticos II: arquitectura y urbanismo,
77-92. Granada: Editorial Universidad de Granada, 2003.

León-Portilla, Miguel. Iberoamérica mestiza, un proceso de resonancias


universales.

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