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Gabriel Páez
A lo largo de toda la historiografía que estudia el período colonial, nos hemos encontrado
con una extensa variedad de estudios que tratan temas tales como los económicos, políticos,
religiosos, etc. Este último, sin embargo, ha sido el menos propenso a tratarse en
profundidad. Esto no quiere decir que sea una delación contra los historiadores, de hecho es
mas astuto en el sentido de que se tiene mayor evidencia de la época respecto de los dos
primeros puntos, y comprende una mayor incidencia en la base para lo que posteriormente
será Chile en el siglo XVIII y XIX. No obstante, no podemos dejar de lado el aspecto
cultural, social y religioso, que se lo debemos principalmente a las diversas órdenes
religiosas que arribaron en Chile durante el siglo XVI, el cual sin duda jugaron un papel
fundamental.
En este sentido, el foco de atención de nuestra investigación irá por lo tanto dirigido a la
incidencia religiosa durante la colonia y sus efectos en la construcción de la sociedad y la
cultura que se irán formando en la conjunción de españoles y naturales, específicamente de
aquellos que habitaban la zona centro sur del territorio. Cuando decimos incidencia
religiosa, debemos dejar establecido que no nos centraremos en las diversas órdenes
religiosas que llegaron, tales como los dominicos, franciscanos, mercedarios, entre otros;
más bien se hablará de una orden que fue de las más cruciales, por no decir la que más
crucial, en la identidad y cultura que se iba a empezar formar: los jesuitas.
3
Dussel, Enrique, “La cristiandad de las indias occidentales (1492-1808). Esquila misional. Historia de la
iglesia en América Latina: medio milenio de coloniaje y liberación (1492-1992). Madrid. Mundo negro. 1992.
79-134.
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Luna, Mario y Pérez, Leandro, “Identidad nacional y el aporte jesuita por medio del lenguaje en los siglos
XVI-XVIII”. Contextos: estudios de humanidades y ciencias sociales. N°25. Ñuñoa. 2011. 75-90.
5
Murillo, Idelfonso, “La religión antes y después de las independencias. ¿Fuente de unidad o de conflicto?.
Escritos vol.19, N°42. 2011, p 53-77.
En un comienzo, era necesario la ayuda de traductores venidos de España para hacer
entender todo lo que querían comunicarles, pero luego de un tiempo, fueron ellos mismos
los que empezaron a aprender del idioma y lograr dialogar de mejor forma con los
indígenas. Pero la traducción y aprender el idioma no fue lo único que sirvió para lograr su
objetivo. El mismo mestizaje, entendido como el proceso en que los españoles fueron
congeniando con mujeres indígenas (debido a violaciones, secuestros, maldad, etc.) lo que
da como resultado que empiecen a surgir personas con sangre tanto indígena como
española, fue de mucha ayuda para ser de traductores. “El mestizaje, como los niños
traductores, fueron los dos mecanismos más eficientes y rápidos con que contó la orden
para llevar a cabo la evangelización y el adoctrinamiento 6”. (pág.85, Luna y Pérez).
Asimismo, tenemos técnicas más didácticas como lo es el “uso de sistemas nemotécnicos”
del cual “solo encontramos la mención, por parte del P. Alonso de Ovalle, de uno
implantado por los jesuitas: el recurso a palillos y piedrecillas para enseñar a rezar a los
niños indígenas7”. (pág.31, Guarda). Esta es una de las razones también de por qué la
Compañía de Jesús predominó por sobre el resto de las órdenes religiosas, porque tuvo mas
cercanía con los indígenas a través de formas mas inusuales pero que lograban captar la
atención del indígena. Muchas veces la misma música, o las pinturas fueron la manera de
instruir y predicar. Desafortunadamente no quedó resto de ninguna pintura para la
posteridad, sin embargo el “canto a lo divino” es un canto de la iglesia Católica que la gran
mayoría conoce y proviene de esta época, manteniéndose en el tiempo y llegando hasta
nosotros. Así nos lo hace saber también Fidel Araneda: “La Compañía de Jesús se dedicó a
fomentar la verdadera piedad mediante la vida litúrgica, el canto y la música sacra,
desconocida aquí entonces8”. (Pág. 65).
Otra manera de evangelizar era estudiar a los indígenas, analizar sus ritos y formas de
alabar a sus dioses, para posteriormente implementarlos en sus misiones, lo que lleva a que
los naturales pongan atención en las predicaciones. “Adoptaron, con frecuencia, sus
procedimientos al expresar y transmitir sus creencias religiosas” 9 (Pág.62, Murillo). Cosas
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Luna, Mario y Pérez, Leandro, “Identidad nacional y el aporte jesuita por medio del lenguaje en los siglos
XVI-XVIII”. Contextos: estudios de humanidades y ciencias sociales. N°25. Ñuñoa. 2011. 75-90.
7
Guarda, Gabriel, “La edad media de Chile: Historia de la iglesia desde la fundación de Santiago a la
incorporación de Chiloé, 1541-1826”. Santiago, Ediciones UC. 2011. 20-608.
8
Araneda, Fidel, “Breve historia de la iglesia en Chile”. Santiago, Ediciones Paulinas, 1968. 9-197.
9
Murillo, Idelfonso, “La religión antes y después de las independencias. ¿Fuente de unidad o de conflicto?.
Escritos vol.19, N°42. 2011, p 53-77.
como esta, los llevan a ser vistos de mala manera por el resto de las órdenes, ya que no
seguían el prototipo religioso de España. “El P. Lozano señala que los acusaron de predicar
«doctrinas erradas”10. (Pág. 215, Guarda).
Por lo tanto, son estas y otras maneras que en esta ocasión no tratamos, como la extensa
arquitectura jesuita (iglesias), o la escultura en menor medida, etc. las que más usaban los
jesuitas en la divulgación de su religión. Debemos dejar claro además que los jesuitas,
como ya mencionamos, se liberaban de todas sus pertenencias materiales, por lo que
llevaban una vida nómada en el proceso de evangelización, en donde su “recorrido” era
siempre en círculos: “en Chile se distingue claramente el término misión de las reducciones
y los pueblos de indios, restringiéndose la primera a dos modalidades: la llamada misión
circular, desarrollada por la Compañía de Jesús en determinados radios geográficos,
teniendo como centro recintos estables o casas de la orden, colegios, misiones o
residencias, y sedes misionales propiamente tales, que son las establecidas en los territorios
de la Araucanía, Valdivia y Chiloé. Cada una de estas últimas, mientras pertenecieron a los
jesuitas, contaron a su vez con misión circular puesto que fue un método constante de la
orden11”. (Pág. 51, Guarda). Pero es a partir de las grandes familias y clase social mas
acomodada, junto con la corona española quienes deciden donarle tierras, y por lo tanto un
lugar definido para poder establecerse en una ciudad determinada, y a partir de allí,
evangelizar. Es en su instalación, donde también poseen un papel económico, ya que se
hacen cargo de los sistemas de encomienda, de manera que así regulaban el trato dado a los
indígenas defendiéndolos de todo el sufrimiento y explotación laboral que tenían; pero para
profundizar en esto debemos hacer otra investigación.
Hemos hablado hasta aquí de la manera en que los misioneros jesuitas fueron adecuándose
al contexto del territorio centro-sur del país para ir sermoneando la palabra de Cristo a los
indígenas, y que para eso han utilizado diversas maneras. Ellos, siempre buscaron y
lucharon por hacer de todo el proceso de conquista uno mas pacífico, en que no existiesen
tantos conflictos bélicos y esclavización, protegiendo como podían a los naturales. “Los
misioneros se preocuparon desde el primer momento por el trato dispensado por los
10
Guarda, Gabriel, “La edad media de Chile: Historia de la iglesia desde la fundación de Santiago a la
incorporación de Chiloé, 1541-1826”. Santiago, Ediciones UC. 2011. 20-608.
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Guarda, Gabriel, “La edad media de Chile: Historia de la iglesia desde la fundación de Santiago a la
incorporación de Chiloé, 1541-1826”. Santiago, Ediciones UC. 2011. 20-608
españoles a los indios12” (Pág. 60, Murillo), así también nos lo hace saber Guillermo Bravo:
“combatían la crueldad y excesos de los españoles que, gracias a autorización real, podían
tomar a los indios que se resistiesen, luego herrarlos y, finalmente, venderlos como
esclavos”13. (Pág. 152). Sin embargo, el que llegaran a colonizar (capitanes españoles) hizo
pensar a los indígenas que todo aquel que viniera de fuera era malo, por lo que los
misioneros y su labor no pudieron llevarlas a cabo en todo el período estudiado, ya que los
indígenas los veían como amenaza y se verían obligados a perder su cultura y etnogénesis
por lo que se defendían. Araneda nos comenta sobre lo dificultoso que fue para los jesuitas:
“La tarea apostólica fue dura y difícil, ella les acarreo sufrimientos y hasta el martirio. No
siempre vieron el fruto14” (Pág. 65).
Además de esta resistencia, a los jesuitas se les sumaba otro problema. Pasa que ellos eran
muy devotos con el catolicismo y la iglesia católica. Pero a principios del siglo XVI
empezó a regir el Patronato, este entendido en simples palabras como el traspaso de poder y
facultades que tenía la iglesia católica a los reyes de España, por lo que podían participar y
opinar de las diversos debates y concilios que se daban. Esto molesto a los jesuitas, ya que
la institución y los principios en que creían se podían ver modificados por una institución
ajena. “Se ejerce un control sobre la iglesia-institución, por parte de la propia institución
monárquica, control que afecta a la propia iglesia en sí misma y a la proyección de ésta
sobre los fieles15”. (Pág.142, López). Todo esto desemboca en que “La lucha entre el
Patronato y los jesuitas era, si se nos permite, sin tregua16”. (Pág. 111, Dussel).
Solo para dejar enunciado, porque esto ocurre fuera de nuestro territorio de estudio, está la
guerra de Arauco, que, en medio de este gran infortunio que significaba para los jesuitas,
está la “guerra defensiva” impuesta por Luis de Valdivia, reconocido jesuita el cual trata de
establecer un limite (el Río Bío-Bío) entre mapuches y españoles, para que estos últimos
12
Murillo, Idelfonso, “La religión antes y después de las independencias. ¿Fuente de unidad o de conflicto?.
Escritos vol.19, N°42. 2011, p 53-77.
13
Bravo, Guillermo, “La compañía de Jesús y su aporte a la modernidad en la sociedad de Chile colonial
(1593-1767). Jorge Cristian Troisi Melean y Marcia Amantino. Jesuitas en las Américas: Presencia en el
tiempo. Buenos Aires. Teseopress. 2019. pp 127-177.
14
Araneda, Fidel, “Breve historia de la iglesia en Chile”. Santiago, Ediciones Paulinas, 1968. 9-197.
15
López, Jesús, “Real Patronato Eclesiástico: la iglesia de Almería, como iglesia de estado, en época de los
reyes católicos”. Instituto de estudios almerienses. Real Patronato Eclesiástico: la iglesia de Almería, como
iglesia de estado, en época de los reyes católicos. Madrid. 1995. pp 141-156.
16
Dussel, Enrique, “La cristiandad de las indias occidentales (1492-1808). Esquila misional. Historia de la
iglesia en América Latina: medio milenio de coloniaje y liberación (1492-1992). Madrid. Mundo negro. 1992.
79-134.
dejasen de invadir y colonizar ese territorio. Desafortunadamente, hicieron caso omiso, y
esto lo hace ver el mismo Valdivia en la carta enviada al rey Felipe III: “el gobernador ha
hecho seis o siete entradas el año pasado y este hasta el mes de abril, el enemigo estuvo
quieto seis meses, sin asomar un ladrón tan sólo, lo cual debiera mover al gobernador a no
hacerles malocas. Pero en este mismo tiempo por los meses de julio y agosto hizo dos
entradas en que le cautivó 120 piezas 17”. El intento de guerra defensiva culmina en 1626
con Valdivia fuera del territorio. Son estos elementos lo que hacen de la misión de los
jesuitas no funcionara del todo como ellos esperaban.
La otra forma en que destacaron los jesuitas fue la educación. Ellos tenían especial interés
en educar a los mestizos e indígenas como otra manera de evangelizar y así aprovechaban
al mismo tiempo el hecho de que los españoles conquistadores no podían esclavizarlos,
entonces era una forma de protegerlos. Desde el momento en que la Compañía de Jesús
llegó, fueron bien recibidos por la sociedad aristocrática de la época, lo que se vió reflejado
en la donación de dinero y casas para su estadía en las Indias. Así, los jesuitas usaron estas
construcciones para poder educar y con el paso del tiempo comenzaron a construir sus
propias escuelas, como lo es el colegio de San Miguel en Santiago, que se dividían según el
rango etario y su origen: “la educación de primeras letras, la educación secundaria, que
incluía enseñanza para niños y jóvenes jesuitas, españoles e indígenas. La educación
universitaria […] y por último, la escolarización superior de indígenas18” (Pág.82, Luna y
Pérez). Esto tuvo una buena repercusión en la sociedad, y su sistema educativo a partir del
siglo XVII en adelante progresó en demasía enfocándose en enseñar temas como la
filosofía, teología, el idioma, el humanismo, música, entre otros.
Lo interesante de todo esto y la novedad que suponen los jesuitas en el plano educacional,
es que ellos crearon su propio sistema para educar, por lo que ellos eran los que ordenaban
que se enseñaba y que no, que pronto se expandió en todos sus colegios. Este sistema se
llamaba Ratio Studiorum, Conteras nos explica que “es un plan de estudios para los
colegios y universidades de la Compañía de Jesús que consiste en un conjunto de reglas
para la aplicación de la enseñanza 19” (Pág. 41). Tanto en la manera y los temas que
17
Valdivia, Luis de, 1561-1642. [Carta] 1615 Sep. 7, Concep[ci]ón a su Mag[esta]d [manuscrito]. Memoria
Chilena, Biblioteca Nacional de Chile.
18
Luna, Mario y Pérez, Leandro, “Identidad nacional y el aporte jesuita por medio del lenguaje en los siglos
XVI-XVIII”. Contextos: estudios de humanidades y ciencias sociales. N°25. Ñuñoa. 2011. 75-90.
enseñaban muchas veces no fue de agrado para la corona española, un ejemplo de ello es la
filosofía.
Vamos dilucidando, entonces, que la iglesia católica y específicamente, la orden jesuita fue
una importante base para el ámbito educacional en los naturales y mestizos para cumplir su
misión evangelizadora. En este sentido, debemos suponer que quienes impartían las clases
debían tener gran conocimiento, ser una especie de eruditos. Araneda nos dice que “los
hombres mas cultos de los siglos XVI-XVII eran los sacerdotes y religiosos y varios salían
de lo común en aquel tiempo20” (pág. 68).
Y otro tema interesante que solemos pasar por alto, es que es la iglesia, en general, la
encargada de tener la potestad para enseñar, y no otros poderes como el estado mismo, de
modo que vamos observando la relevancia de los jesuitas en el territorio y todo lo que
aportaron desde su conocimiento y protección hacia el otro. Siguiendo con lo anterior “el
fin de la pedagogía ignaciana es apostólica y teologal, puesto que su intención es ayudar a
las almas para alcanzar su perfección y encaminar al hombre hacia conocimiento de la
gloria divina” (Pág.45, Contreras), para Bravo, en su visión más modernista de la época,
dice que “los pilares de la educación jesuita estaban centrados en la formación de
ciudadanos disciplinados y católicos, con una concepción humanista y moderna del
mundo21” (Pág. 134). El efecto que tiene la escuela de la Compañía de Jesús supera todo lo
hecho hasta ese momento: previo a la Ratio Studiorum, era casi inexistente la enseñanza a
los indígenas, lo que, según los españoles, los hacía ver como incivilizados e incultos (cosa
que no era cierta debido a que los indígenas anterior a la llegada de los españoles tenían sus
métodos de enseñanza y sí eran muy sabios), pero eso cambia afortunadamente en 1593 con
la llegada de los jesuitas y su forma y lugar para enseñar, el colegio, que se expandirá al
resto de las órdenes religiosas y perdurará en el tiempo, por lo menos todo el siglo XVII y
gran parte del XVIII.
Al igual que con la cuestión de las misiones, podemos dejar enunciado, ya para otro trabajo
investigativo, la labor de Luis de Valdivia en la guerra defensiva a partir de su escrito “El
19
Contreras, Alejandra, “La enseñanza jesuita en Chile colonial: sus colegios, universidades y una
aproximación a sus métodos y contenidos”. Revista Historia de la educación latinoamericana. Bogotá. Vol.16
N°22. 2014. pp 35-50.
20
Araneda, Fidel, “Breve historia de la iglesia en Chile”. Santiago, Ediciones Paulinas, 1968. 9-197.
21
Bravo, Guillermo, “La compañía de Jesús y su aporte a la modernidad en la sociedad de Chile colonial
(1593-1767). Jorge Cristian Troisi Melean y Marcia Amantino. Jesuitas en las Américas: Presencia en el
tiempo. Buenos Aires. Teseopress. 2019. pp 127-177.
sermón en lengua de Chile” en defensa de los mapuches que “parte de la dignidad de la
persona creada a imagen de Dios y libre, lo cual es buena para los que viven aplastados por
otros. Luego noticia presenta el pecado y la injusticia, que Dios no quiere, para presentar
luego a Jesucristo encarnado entre los pobres y compasivo con los pecadores. Entonces
llama a la fe y a una conversión que adquieren sentido para el pobre22” (Pág. 25, García).
Con todo esto, analizamos el proceso llevado a cabo por los jesuitas y podemos dejar en
claro que la Compañía de Jesús no iba con la mentalidad de imponerse sobre los naturales.
Los jesuitas desde 1593 hasta 1767, año de su expulsión en Chile, siempre estuvieron en la
postura de enseñar y cuidar a partir de la educación y la misión para lograr su propósito de
evangelizar. En este sentido, podemos establecer que ellos, por su lado cumplieron sus
objetivos, a pesar de todos los problemas externos que tuvieron (capitanes españoles,
corona española, indígenas) y su porcentaje de peligro. Sin embargo, nuestra hipótesis no se
cumplió en todos sus ámbitos. Decíamos en ella que los jesuitas venían con buenas
intenciones, de modo que no se produjera una aculturación, o por lo menos no tan fuerte.
Esto no se da con las misiones por ejemplo, ya que bien mencionábamos que los jesuitas
hicieron un esfuerzo en aprender de la cultura y las formas de vida de los indígenas para
que el proceso fuera mas ameno y la evangelización arraigara más y de mejor manera en los
naturales. A pesar de ello, es en la enseñanza donde hay una escasa o nula participación
cultural de los nativos, por lo que todo lo que se enseñaba y los modos de enseñar eran
nuevos para estos últimos, sin un grado de participación.
No podemos negar que los jesuitas influyeron en la sociedad que se estaba formando, y no
como algo sin mucho valor, al contrario, estuvieron presentes no sólo en aspectos culturales
y religiosos, ya decíamos el tema económico y social, y lo que representa su gran
incidencia en la época estudiada. No obstante, a pesar de que hubo una correlación entre el
mundo español católico y el indígena, este no fue tan fuerte. Hay elementos que perduran
hasta la actualidad de nuestros antepasados indígenas, pero es muy escaso. La mayoría de la
cultura chilena, y latinoamericana en general, proviene de los españoles (a excepción de
Brasil). Ahora bien, no por esto debemos olvidar nuestras raíces nativas, al contrario, con
más fuerza debemos mantenerlas vigentes para que perduraren en el tiempo.
22
García, Enrique, “Utopía cristiana en las casa, Acosta y Luis de Valdivia”. Cristian Parker y Ricardo Salas.
Cristianismo y culturas latinoamericanas. Santiago. Ediciones Paulinas. 1992. pp 7-26.
Indudable es el aporte de la Compañía de Jesús en el área geográfica del centro sur de lo
que en unos siglos después será Chile, más eso no significa que la cultura indígena haya
penetrado del todo en la colonia. Damos cuenta, por lo tanto, que a pesar de todo el
esfuerzo puesto, nunca se logró crear una mezcla de culturas y así entrelazarse para formar
otra nueva con características de ambas. El resultado es que una cultura hegemónica
predomine por sobre otra.
Fuente N.°1: Carta de Luis de Valdivia al rey Felipe III.
Bibliografía:
-Araneda, Fidel, “Breve historia de la iglesia en Chile”. Santiago, Ediciones Paulinas, 1968.
pp 9-197.
-Bravo, Guillermo, “La compañía de Jesús y su aporte a la modernidad en la sociedad de
Chile colonial (1593-1767). Jorge Cristian Troisi Melean y Marcia Amantino. Jesuitas en
las Américas: Presencia en el tiempo. Buenos Aires. Teseopress. 2019. pp 127-177.
-Contreras, Alejandra, “La enseñanza jesuita en Chile colonial: sus colegios, universidades
y una aproximación a sus métodos y contenidos”. Revista Historia de la educación
latinoamericana. Bogotá. Vol.16 N°22. 2014. pp 35-50.
-Dussel, Enrique, “La cristiandad de las indias occidentales (1492-1808). Esquila misional.
Historia de la iglesia en América Latina: medio milenio de coloniaje y liberación (1492-
1992). Madrid. Mundo negro. 1992. 79-134.
-García, Enrique, “Utopía cristiana en las casa, Acosta y Luis de Valdivia”. Cristian Parker
y Ricardo.
-López, Jesús, “Real Patronato Eclesiástico: la iglesia de Almería, como iglesia de estado,
en época de los reyes católicos”. Instituto de estudios almerienses. Real Patronato
Eclesiástico: la iglesia de Almería, como iglesia de estado, en época de los reyes católicos.
Madrid. 1995. pp 141-156.
-Luna, Mario y Pérez, Leandro, “Identidad nacional y el aporte jesuita por medio del
lenguaje en los siglos XVI-XVIII”. Contextos: estudios de humanidades y ciencias sociales.
N°25. Ñuñoa. 2011. pp 75-90.
-Murillo, Idelfonso, “La religión antes y después de las independencias. ¿Fuente de unidad
o de conflicto?. Escritos vol.19, N°42. 2011. pp 53-77.
-Salas. Cristianismo y culturas latinoamericanas. Santiago. Ediciones Paulinas. 1992. pp 7-
26.
-Sanhueza, Jorge, “Los orígenes de la compañía de Jesús en Chile”. Escuela de historia y
geografía. 1999. pp 1-30.