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SUDOKU

Camila Poblete

Colección Vientofresco
Colección Vientofresco
Poblete, Camila.
Sudoku
1° edición. Julio de 2017.
Fisque Menuco / Roca - Río Negro - Argentina.

Colección Vientofresco
una aventura de “Sinestesia, poesía al tacto”
poesiaaltacto@gmail.com

Diseño de cubierta e interiores:


silvia butvilofsky / silviabut@yahoo.com.ar

Impresión:
Kuruf Ediciones / dyekuruf@yahoo.com.ar
www.editorialkurufwordpress.com

Para leer más poesía de Camila:


https://s-u-d-o-k-u-s.blogspot.com.ar/

Para leer más sobre Sinestesia, poesía al tacto:


https://issuu.com/sinestesia-poesia/docs
SUDOKU
Camila Poblete
prólogo
Es julio y hace frío. Preparo el mate, miro
por la ventana, doy vueltas porque no sé bien por
dónde empezar. Voy en busca de ayuda y encuen-
tro estas palabras que alguna vez escribió Juan
L. Ortiz: “Pienso que apenas si somos agentes de
una voluntad de expresión y de ritmo que está en
la vida, en la vida de todos, en la vida del mundo
y de las cosas y que, si conforme a ello, aumenta
nuestra responsabilidad, no cuenta en cambio, no
debe contar, todo lo que atañe a nuestros éxitos,
bien pequeños, por cierto, con respecto a las posi-
bilidades infinitas y de varia índole que existen. La
poesía no pertenece a nadie o es de todos. De aquí
que debamos hacer todo lo posible para crear las
condiciones necesarias para que todos la sientan,
o mejor, para que todos puedan vivirla en todos los
momentos, como que todos los momentos tienen
su ritmo. Lo que significa colaborar en la transfor-
mación del mundo, en el cambio de la vida”. (1)
Creo que por ahí vamos quienes partici-
pamos de Sinestesia, poesía al tacto. Primero una
revista, que publicamos mensualmente y que nos

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permite encontrarnos, conocernos; luego un espa-
cio de lectura en rueda, para ampliar los horizon-
tes y las miradas de cada unx; y ahora la aventura
editorial de lanzar una colección de poemarios.
Inaugurar la colección Vientofresco con el
libro de Camila Poblete es para el grupo, y para mí
personalmente, una gran alegría, porque ella re-
presenta esa responsabilidad de la que nos habla
Juan L. La niña/mujer que escribe cuadernos que
quema en el patio de atrás, la que ve lo invisible y
llora y grita, la que sabe que escribir limpia el caos
del alma y que la hoja no juzga, en Sudoku juega a
ordenar sus poemas y darles un sentido. Es el re-
sultado de una primera jugada que además es el
primer libro de la colección Vientofresco.
Brindamos por que todxs podamos escri-
bir/leer por muchas razones, pero fundamental-
mente para que nos permita transformar el mun-
do, brindamos por que trabajemos no por el éxito
individual sino para que la poesía esté al alcance
de todos.

Silvia Butvilofsky
19 de julio de 2017

(1) Ortiz, Juan L. Obra completa (2015) Segunda edición. Edi-


ciones Universidad Nacional del Litoral.

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POESÍA
Estoy un poco cansada
de encontrar dispersas mis partes
de haberme roto al escribirme
de no poder clasificar las secciones.

Tendré ahora que abstenerme


por un tiempo
de hacer la poesía?
o dejar que la poesía
me haga a mí?

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Ocho minutos

Sublime
el momento
en que con mi taza de té
o de café,
o mi vaso de birra
o de vino,
armo un cigarro
con los dedos,
lo fumo
y escribo unas líneas
contemplando la nada,
utilizando
la oportunidad de paz
respectiva
de cada madrugada.

Para limpiar un poco más


el caos
del alma
son exactamente
ocho minutos.

12
Gracias a la hoja,
que no juzga ni le importa
lo que sea que le ponga encima,
que  no me pide más,
que lo único que quiere es estar
frente a los ojos del tiempo.
Gracias a la hoja,
que se queda en la mesa
cuando todo lo demás
se va al carajo.

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VIENTO
y marea
Absorvés
ese instante
mientras yo
camino
te
ob
ser
vo
borrar tus pasos.
Por qué no hablás
de vos mismo
?
Por qué no sos
vos mismo
ante mí?
Soy yo?
que no paseo
ante tu vos propio
o interior
o real?
Soy yo?
que no llego
al puerto?
Sí, soy yo,
que no termino
de entenderte
para entrar,
para poder
sacrificar

17
lo poco que tengo
por un capítulo
de tu inútil
vos
propio.

18
Desaparecés
entre lágrimas
tan invisibles como tu piel,
lágrimas
que dicen
qué más da
y cargan
con toda una vida de propio engaño.
 
En silencio
con tu rostro neutro
que refleja el olvido
y la nostalgia,
presenciás el tiempo
en esa silla
con esas manos
manchadas de edad.

Cosas como
los caminos
que ya no podés caminar
o los libros
que no alcanzaste a leer,
o el simple humor roto,
son solo marcas
de toda una vida gastada.

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Te vas,
de a poco
se alarga el camino
de huellas
a lo lejos,
y veo delante mío
el espacio
que queda vacío.

Corrés
detrás de otro alguien
que te de
otra cosa,
consciente
de que acá
conservo curitas,
en las tardes.

Dejás
recuerdos de risas,
secretos
guardados bajo llave
en esto que te abraza,
a distancias
tan grandes
como el cariño.

Yo me quedo
reviviendo tu adiós

20
y digo que la vida
es un hilo que se entrecruza
con otros hilos
de otros colores
y sigue camino
formando bellos bordados.

21
Siento la vena enrojecida
puedo sentir el nogal caer
de la nuez a la raíz, todo hecho trizas.
Estoy contemplando el crudo arder de la madera
estoy en el espacio buscando la voz de Dios,
le pregunto por la llama y me habla de la chispa,
entonces comprendo
la gravedad,
la levedad del ser.

22
Aquí dentro
garras rompen pieles,
sedosas pieles que esconden sangre
y emanan las gotas rojas
desde las grietas del corte.
Aquí dentro
un pobre hombre cava,
mete pala, rasguña
el suelo,
se ensucia los dedos
y llora sobre el hueco.
Aquí dentro
no hay gravedad,
las flores de este mundo
se golpean con las paredes sedosas,
se estropean los pétalos
que caen al hueco.
Aquí dentro,
en mi erebo interno,
brotan palabras de fuego
que quiebran la resistencia del silencio.
Aquí dentro,
palestra de amor y odio,
nacen y mueren todos los días
pobres hombres con palas,
y flores que se mantienen flotando
o nadando
en la sangre roja.

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Dentro de las rejas viven cientos
de pájaros embalsamados,
debajo de todo el agua del mundo
se esconden secretos
tan grandes como la libertad.
Las telarañas están hechas de
algo que vivió alguna vez,
deteriorado,
muerto ya,
que vuelve a ser en forma de recuerdo.
Pero
aunque esos encierros,
esos cuerpos ocultos
y ese polvo encima de libros
se disfracen de
rejas,
secretos
y telarañas
(cosas del otro barrio),
yo estoy convencida
de que es todo una mera prohibición de tu núcleo,
una mentira un vil engaño
de lo que se dice cabeza
a lo que se dice corazón.

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Estoy dejando toda mi sangre en la batalla,
arrastrándome en el barro,
intentando subir una escalera
que me lleve al hueco en tu bolsillo
y no hago más que pisar aire,
no hago más que caminar un camino que no existe
o que fue borrado.

Estoy hablándote,
ablandándome en medidas extremas
para poder hablarte
de algo
que nunca llega,
que esquivas con tu agilidad poética,
con tu elocuencia.

Estoy quedándome sin ideas


en la delgada y filosa línea
entre arriesgar o morir,
aprieto botones que no funcionan,
toco las notas equivocadas,
me pierdo en dos dimensiones que no conozco,
sólo sé que estoy en lo más bajo y a la izquierda.

Estoy abriendo cuadernos que no tienen nada,


y los cierro y los abro de nuevo
y siguen sin tener nada,
a veces creo ver unas partículas de vida,
pero al final siempre me doy cuenta
de que no dijiste nada.
25
Aprieto
todas las teclas de mi cabeza
y nada,
me muevo
en todas las direcciones
y nada,
nunca nada.

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SANGRE
Ras

Te identifico,
pasas tan cerca
rozás la mesa,
me hago blanca
me pongo seda
y vos me rescatás
de ese abismo
con tu voz.

¿
Cuánto frío hace
debajo de esa piel?

31
Hay un secreto
en la complicidad
de esa risa,
hay un secreto
que yo me animo
a adivinar.

32
Me quedo
hasta el último minuto
viendo
el reflejo de tus dientes.
Me quedo
hecha algo
que conocí
algunos
capítulos
atrás,
pero que parece fresco
y radiante
como un girasol
y me golpea fuerte
como el invierno
cuando apenas comienza.

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Poesía obesa

La poesía
es el deporte de los gordos,
es el deporte de los que no les gustan
/ los otros deportes,
de los que no les gusta la natación
porque a los nueve tenés panza
y porque a los quince tenés pelos,
de los que no les gusta la gimnasia
porque las otras nenas no tienen panza
y porque vos tenés vértigo.
La poesía
es el deporte de los gordos,
de los que los sábados se quedan viendo la serie
o los slams de otros poetas gordos.
La poesía es el deporte de a ver quién se termina
/ la tinta más rápido,
de a ver quien se anima antes a mostrarle al que
/ le gusta el poema que le escribió.
Enter.
El mensaje ha sido enviado.
La poesía es a ver qué me contestás,
a ver si esta vez
con este poema gordo
te entran las balas,
a ver si esta vez te entran todas las birras a las
/ que te invité.
Esta poesía

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la escribió una poetisa gorda a la que no le
/ gustan los otros deportes
que se queda en la casa el sábado
escribiendo poesía deportiva sobre tu risa y
/ tus ojos,
rogando poder terminar de hablar de ellos
antes de que se termine la tinta.

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Quiero que sea invierno
para que todo esto pase,
para poder usar esa campera tuya
y los guantes
y esos zapatos
gruesos.
Quiero que sea invierno
y que todo esto termine
para volcar el café
en tu remera
y que nunca
más
salga,
para encerrarme
conmigo misma
tres días,
salir sin mí
otros tres
y estar con vos
el domingo,
como una tenencia compartida
de mí misma,
compartida
entre vos
yo
y el viento.

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Ella le ve,
      le observa el chorro caer.
Ella le aplasta,
       le olvida la tierra al cielo,
como le acerca el cielo a la tierra.
Ella le ablanda los dedos
para que toque otra canción,
se los aspera para que escriba otro poema.
Ella le espera con la leche caliente,
       le acaricia la espalda con la esponja.
Ella le disuelve los grumos de dolor,
       le deja pasar a su fulgor.

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Música de piano triste de amor
para llorar y recordar 2015

Ahora me confundo la lluvia fría


con el agua caliente de la ducha
y con las lágrimas saladas de mi alma,
que esta vez no son sangre
sino lágrimas
de verdad.
Por la tarde me confundo el engrudo espeso
con el verte llegar sobre el calzado seco,
con el mutante que tengo en el pecho
que esta vez no me da miedo
sino una porción de dudas.
Al despertar tenía ese poco de florcitas
que se fueron empapando a lo largo del día
y ahora culmina en un instrumental de piano
llamado música de piano triste de amor para
/ llorar y recordar 2015,
aunque yo lo que busco no es llorar ni recordar
y lo que tengo no es tristeza ni amor,
lo que tengo es un mutante de ojos oscuros,
y lo que busco es saber su nombre
para poder escribirle un poema triste de amor.

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Estoy tan enferma de tu sangre,
tan enferma por tu herida,
por tu mezcla de sudor y lágrimas,
lagrimas de amor y odio.
Ahora ya no tengo luna,
me pregunto dónde está el sol,
estoy tan hundida en la tragedia
pero me encuentro con mi mejor amigo,
quien mejor me comprende y me perdona,
yo misma, mi voz interior,
cuando me invita a amarme y respetarme no me
/ tengo que perder.
No cedas ante el bosque,
no pierdas tu alma en el Caribe.

39
Humo

Capaz,
sólo digo que capaz
hubiera sido más fácil
si me hubieses hecho caso
el día que te dije que no,
que no estaba mal juntarme con los pibes,
que no había nada de malo
en ser la única mujer entre todos ellos,
ser como la lesbiana del grupo,
aunque yo no era lesbiana
y tenía novio,
y ese novio eras vos.
Nada más digo que por ahí
podría estar todo bien entre nosotros
si solamente no me hubieras arrastrado a ese
/ infierno de celos
del que vos eras parte y yo no,
si no me hubieses absorbido de a poco
sacándome de a capítulos
todo lo que tranquilamente
construía mi vida.
Y sí,
podrías habernos evitado el problema
el día que dijiste que mi poema era una mierda
nada más porque no lo habías entendido
con tu conocimiento poético de papafrita.
Estoy casi casi segura de que estaría todo piola

40
si te hubieras dado cuenta de que yo te quería
/ posta
cuando te escribía esas cartas de amor de mierda,
las que ahora se están quemando
convirtiéndose en humo,
puro humo
como vos.

41
ANTORCHAS
Escuchaste hablar sobre la teta?
esas dos esferas con circulitos
como las tuyas, papá,
como hacer un asado en cuero,
como meterte al río
en cuero.
Yo niña, yo mujer
nací tan en cuero como vos, papá
voy a vivir muy en cuero
me voy a morir en cuero como vos, papá.

45
Peligro

Es peligroso andar sola


dice,
hasta cuando no voy sola.

Peligroso que voy con la navaja en la mano,


peligroso que voy igual intentando
/ invisibilizarme,
peligroso que es de día,
que es de noche,
que es mi barrio,
mi cuerpo
o lo que va quedando de él,
mi única y propia integridad
desgastada con sus palabras
peligrosas,
mi única y propia integridad
profanada.

Peligroso intentar ser


ante la mirada del transgresor
en el afán de volver sana y salva
portando un cuerpo propio.

Ya ni parte física
se puede tener
tendremos entonces que mutar
en un grito de lucha.
46
Plato

Todo es igual
todos los días.
Despertarme,
ordenar,
arruinar las comidas familiares
con mis discursos feministas
después de apagar el tele
para no ver como cosifican
los cuerpos de chicas de mi edad,
y papá ve esos programas a esa hora
pone ese canal,
le gusta
ver los programas.
Lavar los platos
que él nunca lavó,
y mamá me dice
no me gustan esas reacciones,
lavá los platos,
yo los lavo.
La verdad es que
no sé cuánto sobreviviré
en este lugar,
no sé cuántos platos más
aguantaré,
supongo que hasta que consiga otro trabajo
y pueda huir
de esta fosa de almas.
47
Me sé y me aprendo/ en condición de esa
/ flecha blanca
azul
y amarilla
que le da forma
a mi parte de mundo
la que me es asignada.
Y no
yo no acepto
lo que me muestra la tele,
he intentado comprender
pero no,
no me entrego
a la levedad
de simplemente creer
y seguir muriendo.

48
Me niego
a llorar con hambre
a abrazar almohadas mojadas
a guardar imágenes
verbos
y adioses.
Para qué?
Para tener qué poner sobre los muebles?
Para hacer manchas de algo que no existe?
Me niego
y busco cajas
y escribo cuadernos
que quemo en el patio de atrás.

49
Que no se te caiga la tiza,
que la luna crezca
crezca,
que llegues al fondo
al centro de la estrella,
que enciendas fuegos
que acaben con todo el hambre del mundo,
que la lucha es aquí
y es ahora.

50
Qué mirás?
le dije
cuando me miraba como si nunca se hubiese
/ imaginado ver a una piba comprando un evatest
y no contestó
la señora,
simplemente miró hacia otro lado.

Ahí está ahora


parado
el palito,
como cuando me siento en la esquina de la pileta
con los pies en el agua
en verano,
con sus indicaciones ahí está
y yo lo veo y digo mierda
mierda
mierda,
tengo mucho miedo por mi anemia
porque una vez Clari me contó que si tenés
/ anemia te podés morir.
No me conozco
volví a perder mi esquema corporal,
esto no es mío
me repito
mirándome en el espejo,
esto no es mío
y lo tengo que devolver.
Tengo miedo y no me conozco y tengo una cosa

51
/ ajena,
espero que pasen rápido estos días
aunque después los vaya a borrar del calendario.

52
veo
esos cuerpos redondeados,
hasta los ombligos veo
atrás de las remeras
que pareciera que se les fueran a descocer
los costados.
veo
desde mi más adentro
la náusea,
el mareo,
la mirada indignada de las vecinas
como de vergüenza ajena o poderío.
veo como caminan
de acá para allá
haciendo como si no llevasen
esa bolsa de piedras,
como si fuera eso lo que siempre hubiesen
/ deseado,
como si el síndrome se hubiera vuelto milagro y
/ privilegio.
veo
aunque sea invisible
todo lo que sienten
en sus pechos,
el dolor
de todas las vidas ultrajadas.
veo
y lloro
y grito

53
por todas las caras grises
que quisieron ser libres
alguna vez
antes de parir
o morir.

54
ÍNDICE

Poesía ............................................................... (7)


Viento y marea ............................................ (13)
Sangre ............................................................. (27)
Antorchas ...................................................... (41)

57
este libro se imprimió
en julio de 2017
en fisque menuco / roca
río negro
argentina
En Sudoku, Camila Poblete
juega a ordenar sus poemas
y darles un sentido. Es el
resultado de una primera
jugada que, además, es el
primer libro de la colección
Vientofresco, la aventura
editorial de la revista
“Sinestesia, poesía al tacto”.

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