Está en la página 1de 10

Roberto Bolaño, Poesía Reunida

Amanecer

Créeme, estoy en el centro de mi habitación


esperando que llueva. Estoy solo. No me importa
terminar o no mi poema. Espero la lluvia,
tomando café y mirando por la ventana un bello paisaje
de patios interiores, con ropas coladas y quietas,
silenciosas ropas de mármol en la ciudad, donde no existe
el viento y a lo lejos sólo se escucha el zumbido
de una televisión en colores, observada por una familia
que también, a esta hora, toma café reunida alrededor
de una mesa: créeme: las mesas de plástico amarillo
se desdoblan hasta la línea del horizonte y más allá:
hacia los suburbios done construyen edificios
de departamentos, y un muchacho de 16 sentado sobre
ladrillos rojos contempla el movimiento de las máquinas.
El cielo en la hora del muchacho es un enorme
tomillo hueco con el que la brisa juega. Y el muchacho
juega con ideas. Con ideas y con escenas detenidas.
La inmovilidad es una neblina transparente y dura
que sale de sus ojos.
Créeme: no es el amor el que va a venir,
sino la belleza con su estola de albas muertas.
Para Efraín Huerta

Quisiera escribir cosas divertidas para ti.


De catástrofes y pequeñas tristezas
estamos hasta el cuello. Nada de imágenes,
tal vez labios, pelos, y una niña que juega
con el maletín de un médico. No sé, Efraín,
qué paisajes decir ahora que estoy pensando
en ti. No sólo tu bondad me ayudó; también
esa suerte de honradez hierática, tu sencillez
al apoyarte en la ventana de tu departamento
para contemplar, en camiseta, el crepúsculo
mexicano, mientras a tus espaldas los poetas
bebían tequila y hablaban en voz baja.
Una lectura de Conrad Aiken

Tal vez no ame a nadie en particular, dijo


mientras miraba a través de los cristales
(La poesía ya no me emociona) -¿Qué?
Su amiga levantó las cejas Mi poesía
(Caca) Ese vacío que siento después de un
orgasmo (Maldita sea, si sigo escribiéndolo
llegaré a sentirlo de verdad) La verga enhiesta
mientras se desarrolla el Dolor (Ella se vistió
aprisa: Medias de seda roja) Un aire
jazzeado, una manera de hablar (Improviso,
luego existo, ¿cómo se llamaba ese tipo?)
Descartes Caca (Qué nublado, dijo ella
mirando hacia arriba) Si pudieras contemplar
tu propia sonrisa Santos anónimos
Nombres carentes de significado
La soledad

¿Te divierte que escriba en tercera persona?


¿Te divierte que a veces diga que dentro de 100 años
estaremos completamente solos?
Nada sé de ti salvo que eres mi hermana
En los fríos departamentos junto al barrio gótico
A veces escuchando la lluvia
O besándonos
O haciendo muecas delante del espejo
Te alejarás

Te alejarás de ese coño sangrante


que primero se ríe y después plagia
tus poemas tratarás de olvidar
la sombra la espalda que cocina
el bulto que ronca mientras tú
en la otra habitación escribes
Te dirás cómo ha sido posible
Ese maldito olor que sale de entre
sus piernas Su manía de lavarse
los dientes a cada rato Es cierto
ya nunca más te contará la misma
historia de violaciones y psicoanalistas
Ni saldrá de su relato el automóvil
paterno para estacionarse en tu
memoria (Ese mirador excepcional
desde el que veías que el coche
siempre estuvo vacío) No más
largas películas heladas Sus gestos
de desolación El miedo que apenas
pudiste tocar con las yemas de los dedos
Habrá un día feliz en que te preguntes
cómo eran sus brazos sus codos
ásperos La luna rielando
sobre el pelo que cubre su cara
Sus labios que articulan en silencio
que todo está bien Y todo
estará bien sin duda cuando aceptes
el orden de las tumbas Y te alejes
de sus largas piernas pecosas y del dolor

Ahora tu cuerpo es sacudido por


pesadillas. Ya no eres
el mismo: el que amó,
que se arriesgó.
Ya no eres el mismo, aunque
tal vez mañana todo se desvanezca
como un mal sueño y empieces
de nuevo. Tal vez
mañana empieces de nuevo.
Y el sudor, el frío,
los detectives erráticos,
sean como un sueño.
Note desanimes.
Ahora tiemblas, pero tal vez
mañana todo empiece de nuevo.
Dos poemas para Sara

Bruno y la Inma en Tallers 45 después Orlando


y su mujer después yo Antoni y su mujer y
su hijo en Av. Aragón cerca de Los Encantes
después en Sant Andreu en la calle Rubén Darío
Jaume en Horta en la calle Viento Daniel
en Argenter Álvaro y Mónica en Junta de
Comercio con Ramoncín y el coche Lola en
Menorca y en Barcelona en la calle Arco del
Teatro cerca del puerto Sara en Porvenir
Me invita hamburguesas y patatas fritas en
un bar de Tuset a medianoche Y hablamos de
cubistas flores caniches pobreza Paga ella
En las imágenes siguientes lloverá ¡Guau!
Está lloviendo

II
Hoy he jugado ping-pong en el subterráneo de
Sara Gibert En horas en que debí llorar o
meditar o tomar pastillas Jugué ping-pong
(Y gané todos los partidos menos uno) Después
subimos y me lavé las manos y el cuello y la
cara y las axilas (Alumbrado por una triste
bombilla de 60 vatios) Mientras Sara hacía té
y ponía polvorones sobre la mesa Eran las 9
de la noche La televisión estaba apagada
Ningún ruido llegaba de la calle
El dinero

Trabajé 16 horas en el camping y a las 8


de la mañana tenía 2.200 pesetas pese a ganar
2.400 no sé qué hice con las otras 200
supongo que comí y bebí cervezas y café con
leche en el bar de Pepe García dentro del
camping y llovió la noche del domingo y toda
la mañana del lunes y a las 10 fui donde
Javier Lentini y cobré 2.500 pesetas por una
antología de poesía joven mexicana que
aparecerá en su revista y ya tenía más de
4.000 pesetas y decidí comprar un par de
cintas vírgenes para grabar a Cecil Taylor
Azimuth Dizzy Gillespie Charlie Mingus
y comerme un buen bistec de cerdo
con tomate y cebolla y huevos fritos y escribir
este poema o esta nota que es como un pulmón
o una boca transitoria que dice que estoy
feliz porque hace mucho que no tenía
tanto dinero en los bolsillos
Para Antoni García Porta

Me han conmovido tus regalos


Son útiles y contienen vitaminas
(Sobres para mandar cartas,
papel para escribir,
la agenda del vino que Ana
envió para mí,
ocasionalmente queso,
yogurt, pan dulce,
aquellas mañanas de primavera
en que llegabas a despertarme
y yo estaba tan mal,
manzanas, naranjas,
a veces una cajetilla de
Gauloises, qué lujo, bolígrafos BIC,
buenas noticias.)
Escribo esto para
darte las gracias.
Hija de Perra, Malu Urriola

Cuando no estás me faltas como si me faltara un brazo, daría un brazo por no sentir esta falta…
daría un brazo, pero no el brazo con el que escribo. El brazo con el que escribo no se lo doy a
nadie, si me deshiciera de este brazo moriría atragantada. Este brazo es el que aprieta mi
vientre, el que hunde su mano en mi garganta para que las palabras salgan, porque mi brazo
sabe que las palabras son como trozos de carne que me atoran, si no tuviera este brazo
tampoco podría hablar, porque este brazo es mi lengua, con este brazo puedo decir lo que la
lengua se calla, podrían cortarme la lengua pero no el brazo, por eso no siento ningún miedo
cuando tengo la lengua dentro de tu boca, porque aunque la arrancaras me quedaría este
brazo. Con este brazo me sostengo, con este brazo lucho cada día. Cuando me pierdo es este
brazo quien me encuentra, cuando me desespero es este brazo quien me calma, este brazo es
mi memoria, este brazo es quien me saca a flote, quien jala de mí, quien me aturde para
arrastrarme hasta la orilla, este brazo se compadece de mí más que nadie, me saca el agua que
he tragado, me golpea el corazón para que ande, si no fuera por este brazo no sé qué sería de
mí, por eso sigo a mi brazo, porque este brazo es capaz de encontrar lo que yo no hallo, por eso
es él quien escribe, porque si escribiera yo, no encontraría las palabras necesarias, en cambio
mi brazo es exacto, porque mi brazo sabe que si no soy capaz de resistir, que si me agoto de ver
todo el tiempo lo mismo, que si me canso de escuchar las mismas palabras idiotas, que si me
harto de ver a la misma gente como en un cinematógrafo de barrio, que si me aburre ver con
mis ojos sus ojos pajes desesperados de fama, de una fama gris de estrella de cinematógrafo de
barrio, porque mis ojos se cansan de ver tanto, todo igual, repetido, mi ojos se hartan tanto que
se harían sal si vieran que algo nuevo pasara, porque esta ciudad se detuvo antes que
llegáramos yo y mi brazo, esta ciudad sombría ya no se desempaña, esta ciudad es inalterable,
esta ciudad quisiese ser rubia, esta ciudad quisiese beber whisky cuando se muere de hambre y
si este brazo no fuera fuerte nos habrían arrancado medio pedazo, pero a mi brazo nada de
esto lo derrumba porque mi brazo es ciego, mi brazo es sordo, mi brazo sólo escucha la sangre
de él. Sabe que cuando no dé más deberá tomar la empuñadura y rajar la muñeca de mi otro
brazo, sabe que aunque son pares sólo él puede hacerlo, sabe que él será el último en
abandonar, lo sabe, como sabe también que será capaz de dejar de escribir porque escribir me
daña a veces, mi brazo sabe que escribir daña porque es él quien escribe, cuando mi brazo
escribe sabe que está doliendo, quemando, sabe que me revuelvo toda, por eso mi brazo
dejaría cualquier cosa para calmarme. Es este brazo quien te olvida, no yo, porque mi brazo
sabe que estando juntos somos capaces de resistir tu falta, que podemos trazar tu recuerdo, en
cambio si me faltara este brazo yo me quedaría muda, me quedaría postrada, no podría resistir,
no podría, por eso no te doy este brazo ni se lo daría a nadie, porque este brazo es el único
capaz de librarme de mí.

También podría gustarte