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Capítulo I

MEDICINA LEGAL

1. GENERALIDADES

1. Nadie puede negar la importancia que tiene la Medicina


Legal, no solo en el presente, sino la que ha tenido desde épocas
pasadas. La aplicación de los conocimientos médicos y de la biología
a la investigación y solución de asuntos judiciales y legales, es una
realidad indiscutible y desde siempre lo que cobra mayor relevan-
cia día a día, por los adelantos que experimenta la medicina y los
continuos descubrimientos de la misma y las cuestiones legales y
judiciales que se plantean.
Se da en la Medicina Legal una amplia conexión entre la Medi-
cina o Ciencias Médicas con el Derecho o Ciencia Jurídica, especial-
mente en la investigación de los delitos, en los informes periciales
que se realizan día a día y en otras cuestiones relacionadas con el
Derecho.
2. Por otra parte, no debe pensarse que la Medicina Legal tiene
vigencia cuando se está frente a un hecho de muerte, o actos delic-
tivos o ilícitos, como homicidios, lesiones, abortos, enfermedades,
intoxicaciones, etc. En efecto, opera ampliamente en los problemas
que traen aparejados, entre otras materias, la fecundación natural, la
artificial, el parto, el nacimiento, la existencia natural de la persona,
el embarazo, la descripción de los órganos sexuales, el estudio de los
grupos sanguíneos, las leyes de la herencia, el ADN, enfermedades
mentales, informes periciales en distintas materias, etc.
3. También se refiere a los trasplantes de órganos, la legislación
respectiva, la compleja determinación de la muerte cerebral, su
constatación, los diversos exámenes para ello, a la identificación de
las personas, investigación de la paternidad por medios científicos,

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PRIMERA PARTE. PRELIMINARES

filiación, problemas relativos al instinto sexual, los atentados sexua-


les, la impotencia y sus diversas clases, se estudian las enfermedades
mentales, su clasificación, la imputabilidad, su etiología y efectos en la
conducta del sujeto y los delitos que se pueden cometer según el tipo
de patología mental , para determinar ya sea una causal de exención
de responsabilidad penal o una imputabilidad disminuida, etc.
4. Tienen trascendencia los diversos informes periciales que se
deben evacuar por especialistas, entre ellos el de ADN, el psiquiátrico,
la alcoholemia, el médico legal sexual, sobre lesiones, sus tipos y agen-
tes que las causaron en especial las producidas por armas de fuego,
cortantes, sus consecuencias, la autopsia, los informes toxicológicos
en casos de uso de venenos, drogas, etc. Hay pericias médico-legales
para la identificación de personas, de cabellos, de pelo, huesos, en
materia de accidentes de transito, aéreos, en explosiones, etc.

2. DEFINICIONES

Existen una serie de definiciones de medicina legal, las que


ponen el acento en el aspecto médico y las otras desde un punto de
vista estrictamente jurídico o legal.
1. Basile y Waisman: “La medicina legal es la disciplina que
efectúa el estudio teórico y práctico de los conocimientos médicos
y biológicos, necesarios para la resolución de problemas jurídicos,
administrativos, canónicos, militares o provisionales, con utilitaria
aplicación propedéutica de esas cuestiones”.1
2. Gisbert Calabuig, profesor de la Escuela de Medicina de Valen-
cia: “Es el conjunto de conocimientos médicos y biológicos necesarios
para la resolución de los problemas que plantea el Derecho, tanto
en la aplicación practica de las leyes como en su perfeccionamiento
y evolución”.2
3. Nerio Rojas: “La medicina legal es la aplicación de los cono-
cimientos médicos a los problemas judiciales”.3

1
ALEJANDRO A. BASILE y DAVID WAISMAN, Medicina Legal y Deontología, t. I, Editorial
Ábaco de Rodolfo Desalma, Buenos Aires, Argentina, 1986, pág. 42.
2
JUAN A. GISBERT CALABUIG, Medicina Legal y Toxicología, 3a edición, Fundación
García Muñoz-Sección Saber, Valencia, España, 1985, pág. 3.
3
NERIO ROJAS, Medicina Legal, 12a edición, Librería El Ateneo, Editorial, Buenos
Aires, Lima, Río de Janeiro, Caracas, México, Barcelona, Madrid, Bogotá, 1984,
pág. 9.

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CAPÍTULO 1. MEDICINA LEGAL

4. Bonnet: “La medicina legal es una disciplina que utiliza la


totalidad de las ciencias médicas, para dar respuesta a cuestiones
jurídicas”.4
5. Helio Gomes: “Para fines didácticos podemos definir la medi-
cina legal como un conjunto de conocimientos médicos o paramé-
dicos destinados a servir al Derecho, cooperando en su elaboración,
auxiliando e interpretando y colaborando en la ejecución de las
disposiciones legales atinentes a su campo de acción de la medicina
aplicada”.5
6. Vargas: “La rama de la medicina que reúne todos los cono-
cimientos médicos que pueden ayudar a la administración de la
justicia”.6
7. Balthazard, quien en su época fue profesor de la Facultad de
Medicina de París, citando a Marc, expresa: “La medicina legal es la
aplicación de los conocimientos médicos a los casos de procedimiento
civil y criminal que pueden ser aclarados por ellos”.7
8. Tourdes, citado por Lacassagne y Martín, enseña que la me-
dicina legal es: “La aplicación de los conocimientos médicos a las
gestiones que conciernen los derechos y los deberes de los hombres
reunidos en sociedad”.8
9. Para nosotros, la medicina legal es aquella parte de la me-
dicina que se ocupa de la solución de los problemas judiciales o
jurídicos para los cuales son necesarios los conocimientos médicos
o de la medicina.

3. DENOMINACIONES

1. No todos los autores están de acuerdo con la denominación


de medicina legal que se ha dado a esta ciencia o disciplina, aunque
es la más conocida y señalada en la mayoría de los textos, tratados

4
E.F.P. BONNET, Medicina Legal, 2ª edición, López Libreros Editores, Buenos
Aires, Argentina, 1980, pág. 3.
5
HÉLIO GOMES, Medicina Legal, 23ª edición, Livraria Freitas Bastos S.A., Río de
Janeiro, Brasil, 1984, pág. 7.
6
EDUARDO VARGAS ALVARADO, Medicina Legal, 2ª edición, Lehmann Editores,
San José, Costa Rica, 1980, pág. 1.
7
V. BALTHAZARD, Médecine Légale, Bibliothèque du Doctorat en Mèdecine. A. GIL-
BERT y L. FOURNIER, Librairie J. B. Bailliere et Fils, París, Francia, 1906, pág. 1.
8
A. LACASSAGNE ET ETIENNE MARTIN, Médecine Légale, Masson et Ce Editeurs,
Libraires de L’Acadèmie de Médecine, París, Francia, 1921, pág. 13.

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PRIMERA PARTE. PRELIMINARES

sobre la materia y en las cátedras universitarias, tanto en la carrera


de Derecho como de Medicina..
2. Para C. Simonín, el nombre apropiado es medicina legal
judicial, y así lo señala en su obra Ambrosio Pare, medicina legal y
forense. Para el profesor ingles Keith Simpson, el término es medicina
forense. Otros la han llamado antropología criminal, jurisprudencia
medica, antropología jurídica, medicina política, cirugía forense,
antropología forense, biología forense, etc.
3. La designación más empleada y conocida, en todo caso, es
la de Medicina Legal, como lo expresan los profesores extranjeros:
Bonnet, Achaval, Uribe, Gomes, Gisbert Calabuig, Vargas, Vasconce-
los, Lacassagne, Balthazard, Thoinot. Entre los nacionales: Cousiño,
Gajardo Hamilton, y la que también hacemos nuestra.
4. En varios países europeos y sudamericanos y otros se imparte
el ramo de Medicina Legal con tal nombre, sea en las Facultades de
Derecho o de Medicina, y así aparece en los programas de estudio
de las diversas universidades.
5. Sobre este punto, Alfonso Quiroz Cuarón, catedrático de
Criminología y Medicina Forense de la Universidad Nacional de
México, expresa: “Para terminar con los términos sinónimos, digamos
algunas designaciones que se han usado, y que, a nuestro juicio, son
francamente impropias: medicina judicial o criminológica, medicina
de los tribunales, medicina de la ley, medicina política, medicina
criminal, medicina pericial y biología legal. En 1975 el Consejo Téc-
nico de la Facultad de Derecho de la UNAM acordó la designación
de la materia como ‘medicina forense’”.9

4. CONCEPTOS

1. Creemos que después de esta breve exposición estamos en


condiciones de dar un concepto propio de medicina legal, “como
una rama, sea considerada del Derecho o de la Medicina, que con-
siste en la aplicación de conocimientos y principios médicos o de la
biología en general, para la sustanciación, investigación y solución
de los casos o cuestiones judiciales y legales”.

9
ALFONSO QUIROZ CUARÓN, Medicina Forense, 5ª edición, Editorial Porrúa S.A.,
México, 1986, pág. 137.

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CAPÍTULO 1. MEDICINA LEGAL

2. Desde el punto de vista judicial, la ayuda y auxilio de la medicina


legal al juez que debe conocer y resolver una cuestión sometida a su
conocimiento relacionada con problemas médicos o de la Medicina,
es evidente y ahorra cualquier comentario. Por ejemplo: la capacidad
en materia civil, la determinación de la edad, del sexo, etcétera. En el
campo penal: en las muertes violentas, los distintos delitos sexuales,
lesiones, el aborto, infanticidio, etc.; frente a los enfermos mentales,
para la determinación de su imputabilidad, absoluta, la atenuada o la
exención de responsabilidad penal. Todas estas materias requieren
de conocimientos especiales y son aportados al tribunal mediante
el informe de peritos. Este es un medio probatorio legal de suma
importancia y el que abordaremos posteriormente, en especial con
la reforma procesal penal, en los exámenes corporales, como son
la alcoholemia, el ADN, etc.
3. Alfonso Quiroz: “La medicina forense tiene por objeto auxi-
liar al Derecho en dos aspectos fundamentales; el primero toca a
las manifestaciones teóricas y doctrinales básicas cuando el jurista
necesita de los conocimientos médicos y biológicos, si se enfrenta
a la formulación de alguna norma que se relaciona con estos cono-
cimientos; el segundo es aplicativo a la labor cotidiana del médico
forense, y se comprende fácilmente en sus aplicaciones al derecho
penal a través de algunas cifras”.10

5. PARTES DE LA MEDICINA LEGAL

1. Sobre los títulos o secciones en que se divide la medicina le-


gal no hay criterio unánime entre los autores, como tampoco para
precisar su contenido exacto, eso sí que hay acuerdo en el sentido
de que admite una serie de clasificaciones, las que no solo se hacen
para fines didácticos, sino para considerar las materias que contiene
cada una de ellas.
2. Los capítulos más importantes de la medicina legal son: la
Obstetricia forense, la Traumatología forense, la Tanatología, la Psi-
quiatría forense, la Sexología forense, la Agonología, la Asfixiología,
la Jurisprudencia médica, la Oftalmología forense, la Odontología,
Toxicología, Hematología forense, Medicina legal del trabajo, Cri-
minalística médico-legal, la Criminología.

10
QUIROZ, ob. cit., pág. 138.

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PRIMERA PARTE. PRELIMINARES

3. Veremos someramente lo que comprenden algunas de estas


clasificaciones más importantes, sin perjuicio de tratarlas varias de
ellas in extenso en los capítulos siguientes de esta obra.

5.1. OBSTETRICIA FORENSE

Algunos autores la denominan Tocoginecología médico-legal


u Obstetricia médico-forense, y trata de la fecundación natural,
artificial, la descripción o morfología de los órganos genitales mas-
culinos y femeninos, el embarazo, nacimiento, parto, medicina legal
del recién nacido, el feticidio, el infanticidio, los distintos tipos de
abortos, naturales, provocados, abortos ilícitos, del aborto terapéutico
o médico, métodos y maniobras, sustancias abortivas, , la viabilidad
y la vitalidad, la muerte del recién nacido, las docimasias, etc.

5.2. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

Conocida igualmente como Lesionología o Traumatología médi-


co-legal, contempla las lesiones, sus distintos tipos o clasificaciones
según los agentes y factores que la provocan; sea producida por
agentes mecánicos, por ejemplo, instrumentos contundentes, armas
de fuego, etc.; por agentes físicos, como el calor, frío, electricidad,
rayos X; por agentes químicos, por tóxicos, por venenos, vapores,
gases, etc.; por agentes virulentos, por armas blancas. Se refiere a
los delitos de homicidio en sus diversas formas de comisión, suicidio,
etc., las diferentes clases de muerte violenta, su comprobación, a las
causadas por distintos tipos de accidentes, por ejemplo, del tránsito,
trafico aéreo, terrestre, etc., y a las asfixias. También se estudian la
gravedad de las lesiones, el efecto que producen, su posible recupe-
ración, incapacidades que pueden ocasionar, etc.

5.3. TANATOLOGÍA

Llámase asimismo medicina legal tanatológica, tanatología fo-


rense. Esta rama de la medicina legal engloba todos los aspectos
relacionados con la muerte, con la agonía, los signos de la muerte,
los fenómenos cadavéricos, los tipos de muerte, su comisión y com-

14
CAPÍTULO 1. MEDICINA LEGAL

probación. En particular, la muerte cardiaca, la cerebral, la aparente,


etc., la autopsia médico-legal, su formulismo, forma de ejecutarla,
el protocolo de autopsia. La flora y fauna cadavérica, la data y causa
de la muerte, la inhumación, la exhumación, etc.

5.4. PSIQUIATRÍA FORENSE

Se designa igualmente como Psicopatología forense o médico-


legal, psiquiatría judicial, medicina legal psiquiátrica, psiquiatría
médico-forense. Se estudian las enfermedades, su etiología, sus
clasificaciones, las psicopatías y sus tipos, las neurosis, la impu-
tabilidad, la inimputabilidad, las enfermedades mentales típicas,
como la epilepsia, la paranoia, la demencia, la psicosis maniaco-
depresiva, la esquizofrenia, las oligofrenias denominadas desde
hace tiempo como retardos mentales, etc. Se comprenden en la
psiquiatría forense los trastornos de la personalidad, particular-
mente los psicópatas, trastornos de la voluntad, de la inteligencia,
de la afectividad, de la percepción, de la memoria, del lenguaje,
del pensamiento, la simulación de enfermedades mentales, etc.,
el informe psiquiátrico, su valor probatorio, la internación de
los enfermos mentales, etc. Asimismo los tipos de delitos que
pueden cometer las personas que sufren de tales enfermedades
o patologías mentales.

5.5. SEXOLOGÍA FORENSE

Se titula además medicina legal sexual o sexología y se refiere


a las cuestiones atinentes al instinto sexual normal, el anormal, sus
desviaciones, aberraciones sexuales, los atentados sexuales, violación,
estupro, rapto, abusos sexuales, los medios de comprobación, los
exámenes médicos especiales, etc. Se incorpora en ella la homo-
sexualidad, la impotencia, sus diferentes clases, la prostitución,
corrupción de menores, etc. Las enfermedades de transmisión
sexual, el delito de contagio venéreo, el sida, etc. Algunos autores
agrupan también en la sexología forense, los delitos de aborto,
que nosotros los apuntamos en obstetricia forense al igual que la
fecundación artificial.

15
PRIMERA PARTE. PRELIMINARES

5.6. A SFIXIOLOGÍA

Se analizan las distintas formas de asfixia que produce la muer-


te, los medios para cometerla, a saber, sofocación, estrangulación,
ahorcamiento, sumersión, etc.; como los medios empleados para
producirla: gases, líquidos, lazos, enterramiento, confinamiento,
se señala la anoxia y la hipoxia, y las distintas clases y agente que la
causan, etc. Ciertos tratadistas expresan que la asfixiología es sólo
una parte de la tanatología, y es una muerte específica producida
por falta de oxígeno.

5.7. DEONTOLOGÍA MÉDICA

Conocida igualmente como derecho médico y jurisprudencia


médica, incluye la ética médica, la responsabilidad médica, sea civil,
penal, administrativa, el tratamiento médico, la culpa médica; el
ejercicio ilegal de la profesión; el consentimiento del paciente en
ciertos casos; el secreto médico y sus excepciones; la intervención
del médico en la fecundación artificial, la in vitro, la FIVET, en
materia de trasplante y en diversas operaciones; los honorarios y
su cobro; el otorgamiento de los certificados médicos, etc. Desde
hace varios años se ha producido lo que se ha denominada la
judicialización de la medicina, esto es, que los casos de responsa-
bilidad de los actos médicos de mala praxis, se derivan a la justicia
para determinar la culpabilidad profesional civil o penal y cobrar
las indemnizaciones pertinentes. En una serie de obras se trata
del acto médico, el error médico y la responsabilidad que de ellos
emanan para los médicos.

5.8. OFTALMOLOGÍA FORENSE

Se refiere a los órganos o el aparato visual. Contribuye el pro-


fesional especialista, el oftalmólogo, al diagnóstico de la muerte,
intoxicaciones v envenenamientos, identificación de personas, etc.
Las lesiones oculares, sean provocadas por actos de terceros o por
accidentes, su verificación y tipos de lesiones que produce, en espe-
cial en los accidentes del trabajo, las enfermedades profesionales y
sus incapacidades.

16
CAPÍTULO 1. MEDICINA LEGAL

5.9. ODONTOLOGÍA FORENSE

Analiza la cavidad bucal y los dientes, sus características, formas,


etc.; para la identificación de personas vivas o muertas; para des-
cubrir la identidad de una persona o para descartarla; las lesiones
producidas en el y por el aparato bucal y dientes, su duración, recu-
peración, secuelas, etc.; el ejercicio de la profesión de odontólogo,
en su concepto ético y penal; el informe pericial que ellos pueden
evacuar y su responsabilidad profesional, etc.

5.10. TOXICOLOGÍA FORENSE

Esta parte está vinculada a los agentes tóxicos, los venenos, las
drogas, su identificación, sus efectos, etc.; las lesiones que produce en
una persona viva. Los distintos tóxicos, sus consecuencias en el organis-
mo humano, el uso terapéutico de las drogas, medicamentos, etc.; las
implicancias médico-legales, su fisiopatología, su tratamiento, etc.; la
investigación que se practica en el cadáver, la autopsia judicial en caso
de intoxicaciones, los informes periciales, etc.; el control sanitario de los
fármacos, los delitos cometidos bajo la influencia de drogas, los venenos,
drogas en general, el alcohol, la legislación sobre drogas, etc.

5.11. HEMATOLOGÍA FORENSE

Este capítulo de la medicina legal revisa todo lo vinculado a la


sangre, su estructura, los grupos, tipos, subtipos, si se trata de sangre
humana o proviene esta de animales. Se utiliza para la investigación
de la paternidad, los problemas médico-legales entre los grupos san-
guíneos y la herencia, etc. Las manchas de sangre y su constatación
tienen importancia en los delitos de violación y en los atentados
sexuales en general. Se aplica a los métodos de investigación de las
manchas de sangre, sus técnicas, procedimientos químicos, etc.

5.12. MEDICINA LEGAL DEL TRABAJO

Comprende los accidentes del trabajo, las cuestiones médico-


legales laborales, enfermedades profesionales, las incapacidades,

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PRIMERA PARTE. PRELIMINARES

su indemnización, órganos afectados, su diagnóstico, la previsión,


seguros, etc.

5.13. CRIMINALÍSTICA MÉDICO -LEGAL

Se refiere a los medios de identificación, manchas, huellas dac-


tiloscópicas, sistema de identificación, tales como la policial, médi-
co-legal, etc.

5.14. CRIMINOLOGÍA

Examina los tipos de delincuentes, los agrupa, señala sus carac-


terísticas comunes y sus diferencias; las causas de la criminalidad,
métodos terapéuticos; la delincuencia de los adultos, de los menores
y de la mujer; las penas, las medidas de seguridad, para la rehabili-
tación del delincuente; formas de suspensión y cumplimiento de las
penas; la resocialización del criminal; sistemas penitenciarios, etc.

5.15. OTRAS CLASIFICACIONES

También existen otras clasificaciones de la medicina legal, como


la radiología forense, bacteriología forense, la dermatología forense,
psicología forense, psicopatología forense, himenología, pero puede
sostenerse que las ya vistas ut supra son las más relevantes y conocidas.
Otras se incorporan, la balística forense, que puede incluirse en la
traumatología forense, y la agonología, que se ocupa de la agonía y
que se incluye en la Tanatología.

6. RELACIONES DE LA MEDICINA LEGAL CON LA


MEDICINA Y EL DERECHO

De la exposición precedente se desprende la íntima conexión


que la medicina legal tiene con la Medicina propiamente tal y con
el Derecho, pues en las cuestiones que conoce la medicina legal hay
materias de una y otra ciencia. Recordemos que la medicina legal
está compuesta de principios y conocimientos médicos y jurídicos.

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CAPÍTULO 1. MEDICINA LEGAL

6.1. R ELACIÓN DE LA MEDICINA LEGAL CON LA MEDICINA


EN GENERAL

1. Está conectada la medicina legal con la anatomía macro y


microscópica, en lo relacionado con los órganos, tejidos, músculos,
huesos. Sea anatomía normal o patológica. Todo esto es de suma
utilidad para los informes periciales.
2. Está unida la medicina legal con la fisiología, que se refiere
a los fenómenos pertinentes a las funciones de los seres humanos
vivos y las leyes que las rigen, sean normales o anormales.
3. Se relaciona con la histología, que a su vez trata la estructura
microscópica del organismo, y que tiene aplicación de acuerdo con
las investigaciones realizadas en el diagnóstico histológico de las
lesiones causadas en vida o post mórtem, diagnóstico histológico
para el embarazo o para ciertos tipos de muerte.
4. Está vinculada la medicina legal con la bacteriología, que es-
tudia las bacterias y que es una parte de la microbiología. En ciertas
reacciones y para averiguar, por ejemplo, la clase de enfermedad
venérea o microbiana se debe recurrir a ella.
5. Hay lazos con la embriología, en lo que se refiere, por ejem-
plo, a la fecundación y a las etapas de desarrollo del feto hasta su
madurez.
6. Con la obstetricia y la ginecología, en todo lo que se relaciona
con el parto, embarazo, nacimiento, periodo posnatal, puerperio;
diagnóstico y reacciones para comprobar el embarazo, clases de
embarazos, para investigación médico-legal en los casos de aborto,
sea criminal o terapéutico, delito de infanticidio, etc.
7. Con la toxicología, para la investigación y pesquisa de los
envenenamientos e intoxicaciones, sean de actos propios o de ter-
ceros, o por accidente.
8. La traumatología tiene estrecha unión con la medicina legal,
con las lesiones, sus distintas clasificaciones y sus efectos en el orga-
nismo, fracturas, incapacidad, enfermedades, etc.
9. Con la psiquiatría, las enfermedades mentales, la normali-
dad o anormalidad de la persona, la imputabilidad, los juicios de
interdicción, etc.
10. Con la odontología, para los informes periciales, identifi-
caciones de personas o cadáveres, lesiones producidas por morde-
duras, etc.
11. Con la hematología, para el examen de los grupos sanguí-
neos, en la investigación de la paternidad, etc.

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PRIMERA PARTE. PRELIMINARES

6.2. R ELACIÓN DE LA MEDICINA LEGAL CON EL DERECHO

1. Con el Derecho Civil, en lo concerniente a la existencia


natural de la persona humana, la fecundación, parto, nacimiento,
etc. Para establecer la existencia legal de la persona propiamen-
te tal. La determinación de los estados de demencia o locura y
los intervalos lúcidos. Capacidad o incapacidad civil, en materias
ligadas con el ejercicio de los cargos de tutor y curador y en los
testamentos. Para los impedimentos matrimoniales, en particular
en lo que se refiere al establecimiento de la impotencia, tanto del
hombre como de la mujer. Para la comprobación del término de la
existencia legal de la persona con su muerte, para la determinación
de la edad y el sexo de una persona, etc. En los juicios referidos
a la investigación de la paternidad, y su estrecha vinculación con
la prueba del ADN.
2. Con el Derecho Procesal Civil y Penal, hay una serie de
nexos, por ejemplo, en el informe de peritos, que es uno de los
medios probatorios contemplados en la ley y más empleados en
la medicina legal. El Código de Procedimiento Civil, el Penal y
Procesal Penal prescriben los requisitos o cualidades que debe
tener el perito, forma de evacuar la pericia, parte de que consta,
su valor probatorio, etc. Además de otras materias atinentes a la
prueba de testigos. Con el Derecho Procesal Penal, con los exá-
menes corporales, la alcoholemia, ADN para la comprobación de
ciertos delitos, por vía de ejemplo, muertes violentas, homicidio,
suicidio, aborto, infanticidio, violación, etc., y normas sobre la
autopsia judicial.
3. En materia de Derecho Penal la relación con la medicina
legal es muy importante, especialmente para resolver sobre la im-
putabilidad o inimputabilidad del autor de un delito que sufre de
una enfermedad o alteraciones mental; las distintas clasificaciones
de ellas, los delitos que pueden cometer, los estados emocionales,
la internación de los enfermos mentales, etc.
4. Con el Derecho del Trabajo, en lo referido a los accidentes
del trabajo, enfermedades profesionales; incapacidades, para el
otorgamiento de licencias, para el pago del seguro y las indemni-
zaciones legales.

20
CAPÍTULO 1. MEDICINA LEGAL

7. SINOPSIS HISTÓRICA DE LA MEDICINA LEGAL

7.1. GENERALIDADES

1. Los autores en general distinguen varios periodos en la evo-


lución que ha tenido la medicina legal en el curso del tiempo, hasta
constituir una verdadera ciencia. No hay consenso en el nombre de
cada una de sus etapas ni el tiempo que abarcan. No cabe, eso sí, la
menor duda que los ciclos de la medicina legal están estrechamente
entrelazados con la evolución de la ciencia médica y de la Medicina
propiamente tal.
2. Algunos tratadistas señalan: Periodo Antiguo Ficticio, desde
los primeros tiempos de la humanidad hasta el Imperio Romano;
Periodo Abstracto, desde las obras de los juristas romanos o del
Derecho Romano hasta fines del siglo XVII, y, por último, Periodo
Positivo, desde el siglo XVIII hasta la fecha.
3. Basile y Waisman, en una sucinta reseña histórica de la me-
dicina legal universal, la dividen en un Periodo Prehistórico, Edad
Media, Edad Antigua, Edad Moderna y Edad Contemporánea.11

7.2. ETAPAS DE LA MEDICINA LEGAL

1. Periodo Antiguo o Ficticio es cuando la medicina legal es-


taba en sus inicios unida al igual que la Medicina a los principios
religiosos imperantes. Dejaremos establecido desde ya de acuerdo
con lo contemplado en una serie de textos modernos de medicina
legal, que solo puede estimarse que existe como ciencia desde el
Renacimiento y a contar precisamente del siglo XVI. En esta fase
primitiva de la medicina legal, se conocía la legislación de Moisés,
la Biblia, el Código de Hammurabi, el Código de Manú, el Código
de Solón, etc.12
2. En Babilonia se aplicaba el Código de Hammurabi (1900 a. de
C.), que se refería a los delitos de aborto, homicidio y preceptos sobre
la responsabilidad médica. Aplícanse sanciones semejantes a la ley
del talión a los médicos por los daños que causaren a terceros.13
11
BASILE Y OTRO, ob. cit., t. I, pág. 47.
12
Ver sobre esta materia BONNET, ob. cit., t. I, págs. 49 y ss., y VARGAS, ob. cit.,
págs. 402 y ss.
13
Ver sobre esta materia BASILE Y OTRO, ob. cit., t. I, pág. 47.

21
PRIMERA PARTE. PRELIMINARES

3. En la India estaba vigente el Código de Manú (1300 a. de C.),


en que se indican principios de medicina legal.
4. Entre los hebreos regían las leyes mosaicas. En la Biblia apa-
rece la ley del talión en los Libros del Génesis, Éxodo y Levítico. Se
conocían normas sobre la virginidad de las mujeres, delitos tales
como la sodomía, estupro, ciertas impurezas o enfermedades vené-
reas, sobre filiación, etc.
5. En el pueblo egipcio existieron fundamentos notables de
medicina legal en cierto tipo de lesiones y fracturas; la práctica para
la conservación de los cadáveres, mediante la técnica del embalsa-
mamiento y momificación. Se tenían conocimientos sobre anatomía
y respiración.
6. En Grecia también encontramos bases de la medicina legal.
Platón señaló materias sustanciales sobre medicina legal, como la
deformidad de los artesanos por los trabajos que realizaban. Inapre-
ciables son los trabajos de Hipócrates (370 a. de C.), sobre la fecun-
dación y el plazo del embarazo, en su obra El Libro Médico. Famoso
es el juramento hipocrático de los médicos, el que se conserva hasta
nuestros días. Más adelante, Galeno, ya después de Cristo, trató de
la simulación de las enfermedades.14
7. En Roma empleaban los principios de medicina legal de los
griegos, a los que nos hemos referido, y particularmente los hipo-
cráticos. En la obra legal de Roma bajo el reinado de Justiniano I se
promulgaron el Corpus Juris Civilis, el Digesto y el Código de Justiniano.
En este último se encontraban normas sobre medicina legal, tales
como el papel de los médicos en la justicia, normas sobre pericias,
sobre el matrimonio, obstetricia forense y la inimputabilidad de los
alienados y los menores de siete años. También se conocieron leyes
importantes sobre la materia en desarrollo, como lo fueron la ley
de Numa Pompilio, sobre la operación cesárea a las mujeres que
habían fallecido antes o durante el parto, para salvar al hijo. Esta
intervención era de tipo obligatorio y se designaba con el título de
histerotomía. Las leyes Cornelia y Aquilia prescribían la obligatoriedad
del reconocimiento médico de los cadáveres y exámenes médicos
en las lesiones y en los casos de envenenamiento.15
8. El Período Abstracto corresponde a la Edad Media. En esta
época, se sostiene por ciertos autores, se aplicaba el Código de Jus-

14
Ver sobre esta materia BONNET, ob. cit., t. I, págs. 51 y ss.
15
Ibíd.

22
CAPÍTULO 1. MEDICINA LEGAL

tiniano, que nosotros hemos incorporado al periodo anterior, al


igual que el Digesto. Se dictaron en esta etapa los Capitulares de
Carlomagno, que contenían materias sobre el nacimiento, el parto
y la intervención de las matronas; lo que debía contener el informe
de los médicos para los tribunales y ciertas pruebas para la compro-
bación de la impotencia, etc.
9. Tuvieron vigencia una serie de leyes que tenían fundamentos
y principios esenciales de medicina legal. Por la naturaleza de este
libro solo los enunciaremos, tales como: el Edicto de Godofredo
de Bouillón, sobre peritaje obligatorio, cuando existen lesiones,
homicidio, etc.; el Fuero Juzgo y las Siete Partidas. El primero se
refería a las lesiones y su calificación, entre otros aspectos. Las Siete
Partidas incluía preceptos sobre la impotencia, embarazos, sus plazos
de duración, sobre las enfermedades mentales, lo que se entiende
por locura, exámenes para determinar la virginidad, etc. Igualmente
regían las cartas patentes de Felipe el Audaz, sobre el juramento de
los cirujanos ante el rey.
10. Más adelante, sin perjuicio de reconocer que se conocían
otros cuerpos legales relativos a la medicina legal en el año 1532, se
promulga una obra de importancia especialmente para el Derecho
Penal, como lo fue la Constitución Criminalis Carolina o Código
Carolino. Los criminalistas estiman que constituye un verdadero
Código Penal, con normas atinentes a la medicina legal. Trataba
del peritaje médico que se hacia obligatorio, en los casos de ho-
micidio, infanticidio, aborto, lesiones, envenenamientos y ciertos
atentados sexuales, y para los delitos cometidos en estado de demen-
cia, e informe para determinar la causa de la muerte. Es el primer
documento propiamente tal sobre medicina legal y sus principios
fundamentales.
11. Se conoce en la China, en el año 1248, la primera obra de
medicina legal, el Si-Yuan Lu.
12. Posteriormente aparece una serie de textos y tratados de
medicina legal, como los del francés Ambrosio Paré, que es consi-
derado el padre de la medicina legal; de Giovanni Filippo Ingrassia,
de Juan Fragoso, y otros.
13. El Periodo Científico o Positivo se caracteriza por la apari-
ción de las grandes obras y tratados de medicina legal, de médicos
y especialistas en medicina legal, sin desconocer el gran merito de
la legislación ya apuntada y de los autores indicados. Se conocen en
esta etapa libros sobre antropología y psiquiatría de importancia.

23
PRIMERA PARTE. PRELIMINARES

14. Existen trabajos relevantes, entre otros, de Pinal sobre psi-


quiatría; Lombroso sobre medicina legal; Charcot acerca de la neu-
rología y estudio de las enfermedades mentales, etc.
15. Una serie de textos hasta la fecha son consultados, como los
de Pedro Mata, con su tratado de medicina legal; Antonio Lecha-
Marzo, el tratado de autopsia y embalsamamiento; de Lacassagne,
Thoinot, Tardieu, Chavigny, Balthazard, Orfila con sus nombrados
estudios sobre toxicología forense, Vibert, y otros.

24
Capítulo II
EL PERITAJE O INFORME MÉDICO-LEGAL

1. INTRODUCCIÓN

1. En nuestro concepto, esta materia es una de las más importan-


tes en el campo de la medicina legal. La pericia o informe médico-
legal sirve para la ilustración y esclarecimiento al tribunal de ciertos
hechos, para los cuales se requieren conocimientos especiales de
la ciencia médica. Para resolver una serie de problemas de índole
legal se necesita de esta peritación médico-legal y establecer la ver-
dad científica que servirá de base indudablemente para un fallo o
resolución acertada, sea absolutoria o condenatoria.
2. Aunque la pericia médico-legal puede estimarse que compete
más al terreno del Derecho Procesal, Civil y Penal, consideraremos
específicamente, y por las razones antes dichas, examinar sumariamen-
te los siguientes aspectos fundamentales de este medio probatorio,
que es realizado por facultativos, médicos legistas, psiquiatras, o por
expertos en ciertas materias: una breve reseña histórica, definición y
concepto de perito, del informe pericial, del informe médico-legal,
su procedencia en materia civil y penal, requisitos para ser perito,
etc.; en otros párrafos nos detendremos a exponer la forma como se
evacua la pericia, partes de que consta, su valor probatorio, etc.
3. En una serie de materias que presentaremos en los siguientes
capítulos, señalaremos que para resolver ciertas cuestiones legales y
judiciales relacionadas con la Medicina, se requiere el auxilio de un
perito médico. Por ejemplo, en la investigación del delito de lesio-
nes, en el aborto, infanticidio, homicidio, suicidio, en los atentados
sexuales, en los delitos de violación, estupro, abusos sexuales y en
otros aspectos de la sexología forense. En los casos de patología men-
tal y de enfermedades mentales, es esencial la pericia psiquiátrica.

25
PRIMERA PARTE. PRELIMINARES

En las muertes violentas, sospechosas y en accidentes, la autopsia es


fundamental y la que es un informe médico-legal.
4. Ester Valencia Durán lo fundamenta como: “La razón de ser
de este medio de prueba radica en los especiales conocimientos
científicos, artísticos o prácticos que se requieren para apreciar los
hechos o circunstancias de que se trata, conocimientos que el juez no
puede poseer en grado tal que le permita prescindir de las personas
que están en posesión de ellos en razón de su profesión u oficio.16

2. RESEÑA HISTÓRICA DE LA PERICIA MÉDICO-LEGAL

1. Parte del aspecto histórico de la pericia médico-legal fue vista


cuando nos detuvimos en las etapas y la evolución de la medicina
legal. No obstante ello, recordemos que en sus albores se conocía y
se empleaba este medio probatorio para la investigación de ciertas
cuestiones complejas médicas, pertinentes a la actividad judicial.
2. Los antiguos textos griegos y romanos hacían mención a las peri-
cias y particularmente a las de los médicos, en cuestiones, por ejemplo,
sobre el embarazo, su duración, en problemas vinculados con la muerte
y ciertos delitos, tales como homicidio, aborto, lesiones, etc.
3. En síntesis, en la historia de la medicina legal se dejó cons-
tancia de que el primer perito médico-legal del que se tiene noticia
fue el egipcio Imhotep, 3000 a. de C. Otros textos describen que
los médicos podían comparecer ante los tribunales de justicia como
testigos, cuando existían lesiones u homicidios para colaborar con
la labor de la justicia.
4. Como ya lo expresamos en otros pasajes, ciertas leyes roma-
nas ordenaban los exámenes médicos de las mujeres embarazadas
y cuando estas fallecían. Asimismo, se exigían las pericias para otras
materias, pero que son ajenas a la medicina legal, razón por la cual
no las señalaremos. También hay que tener presentes los principios,
hipocráticos, de Galeno, etc.
5. Durante la Edad Media, todo lo atinente a las pericias médi-
cas y a la intervención de los médicos en los tribunales, se mantiene
sin novedad. Los comentaristas de la época han dicho que en este

16
ESTER VALENCIA DURÁN, El Peritaje Médico-Legal y su Valoración Jurídica, Memo-
ria de Prueba para optar al grado de Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales,
Universidad de Concepción, Concepción, Chile, 1957, pág. 9.

26
CAPÍTULO II. EL PERITAJE O INFORME MÉDICO-LEGAL

período los médicos no fueron consultados en las materias de la


Medicina por los juzgadores. Durante el Renacimiento, la Medicina
experimenta adelantos de importancia y auxilia a la justicia.
Una fecha importante es el año 1532, en la que se promulga la
Constitución Criminalis Carolina, que es un Código Penal con sólidos
fundamentos de medicina legal, y se indica expresamente la pericia
médica para los delitos de homicidio, lesiones, aborto, infanticidio,
materias de embarazo, parto y otras materias afines.
6. Más adelante viene el periodo científico de la medicina legal,
donde efectivamente ésta aparece como disciplina propiamente
tal y obras de importancia ya descritas en la sinopsis histórica de la
medicina legal, remitiéndonos por lo tanto a ese capítulo.

3. DEFINICIÓN Y CONCEPTO DE PERITO,


DE INFORME PERICIAL E INFORME MÉDICO-LEGAL

1. Desde el punto de vista del Derecho probatorio, y del procedi-


miento propiamente tal, el perito no es parte en el juicio, ni testigo,
sino que es un tercero extraño que presta colaboración o auxilio al
tribunal, sobre materias específicas para las cuales se requiere tener
conocimientos especiales de alguna ciencia, arte u oficio.
2. Para Mario Casarino perito es “toda persona que tiene co-
nocimientos especiales sobre una materia determinada y apta, en
consecuencia, para dar su opinión autorizada sobre un hecho o
circunstancia contenido en el dominio de su competencia”.17
3. Rafael Fontecilla señala: “Perito es la persona provista de los
conocimientos de alguna ciencia o arte, o comúnmente de determi-
nadas facultades, técnicas o prácticas, llamada a prestar su dictamen
sobre el estado, condición o capacidad de alguna persona o cosa”.18
4. Darío Benavente dice: “Peritos son terceros ajenos al pleito,
que informan al tribunal acerca de ciertos hechos para cuya debida
apreciación se requiere tener conocimientos sobre alguna ciencia o
arte”.19

17
MARIO CASARINO VITERBO, Derecho Procesal Civil, t. IV, Editorial Jurídica de
Chile, Santiago de Chile, 1954, pág. 247.
18
RAFAEL FONTECILLA R., Derecho Procesal Penal, t. II, 2a edición, Editorial Jurídica
de Chile, Santiago de Chile, 1978, pág. 278.
19
DARÍO BENAVENTE, Derecho Procesal, Juicio Ordinario y Recursos Procesales,
Colección Apuntes, Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 1950, pág. 143.

27
PRIMERA PARTE. PRELIMINARES

4. INFORME PERICIAL

1. El informe pericial es el examen que emite el perito sobre los


asuntos sometidos a su conocimiento por las partes o por el tribunal
y para la solución de los mismos. La pericia es un informe u opinión
autorizada que sirve al juez para resolver en definitiva. Más adelante
volveremos sobre este punto al tocar el valor probatorio del informe
pericial al revisar las diversas partes de que consta la medicina legal, por
ejemplo, en la pericia médica, en la de lesiones, toxicológica, etc.
2. Para Fernando Alessandri es “un medio de prueba que consiste
en oír el dictamen de personas que tienen versación sobre ciertas
materias determinadas”.20
3. El informe de perito es un medio probatorio que se reutiliza
cuando el tribunal o las partes requieren la opinión sobre una cuestión
médica o de la Medicina, que requiere de conocimientos específicos,
para la oportuna y eficaz resolución de casos jurídicos y judiciales.

5. INFORME MÉDICO-LEGAL

1. El informe médico-legal es una especie de informe de perito


relativo a asuntos concernientes a la medicina legal y el que es ge-
neralmente emitido por un médico, sea designado por el juez o por
las partes, o a petición de algunos de los intervinientes.
2. Thoinot apunta: “la pericia médica es el arte de aplicar los
conocimientos y preceptos de los diversos ramos principales y acce-
sorios de la Medicina a la comprensión de las leyes y a las diversas
cuestiones de Derecho para iluminarles e interpretarles convenien-
temente”.21
3. Samuel Gajardo señala que “el peritaje médico-legal consiste
en la opinión científica que un médico u otro especialista propor-
ciona al juez sobre un hecho de carácter médico-legal, a fin de que
puedan aplicar con acierto el Derecho”.22
4. Gisbert Calabuig dice: “Con este nombre se entienden todas
aquellas actuaciones periciales médicas, mediante las cuales se ase-

20
FERNANDO ALESSANDRI R., Curso de Procedimiento Civil, 2ª edición, t. I, Editorial
Nascimento, Santiago de Chile, 1938, pág. 73.
21
THOINOT, Medicina Legal, t. I, 2ª edición, Salvat Editores S.A., 1928, pág. 1.
22
SAMUEL GAJARDO, Medicina Legal, 2ª edición, Editorial Nascimento, Santiago
de Chile, 1952, pág. 13.

28
CAPÍTULO II. EL PERITAJE O INFORME MÉDICO-LEGAL

sora a la administración de justicia sobre algún punto de naturaleza


biológica o médica”.23

6. PROCEDENCIA DEL INFORME MÉDICO-LEGAL

El informe pericial médico-legal procede tanto en materia civil


como criminal, y el nombramiento del perito puede ser obligatorio
o facultativo.

6.1. INFORME PERICIAL EN MATERIA CIVIL

a) El artículo 409 del Código de Procedimiento Civil preceptúa:


“Se oirá informe de peritos en todos aquellos casos en que la ley así
lo disponga, ya sea que se valga de estas expresiones o de otras que
indiquen la necesidad de consultar opiniones periciales”.
b) Por su parte, el artículo 411, del mismo ordenamiento legal,
agrega: “Podrá también oírse el informe de peritos:
1º. Sobre puntos de hecho para cuya apreciación se necesiten
conocimientos especiales de alguna ciencia o arte; y
2º. Sobre puntos de derecho referentes a alguna legislación
extranjera”.
c) Por último, el artículo 412 del Código de Procedimiento Civil,
reza: “El reconocimiento de peritos podrá decretarse de oficio en
cualquier estado del juicio, pero las partes solo podrán solicitarlo
dentro del termino probatorio.
Decretado el informe de peritos, no se suspenderá por ello el
procedimiento”.

6.2. C ASOS DE APLICACIÓN DEL INFORME PERICIAL Y MÉDICO -LEGAL


CIVIL

a) En la determinación de la edad de un individuo, a falta de


otros medios, el artículo 304 del Código Civil anota: “el estado civil es
la calidad de un individuo, en cuanto le habilita para ejercer ciertos
derechos o contraer ciertas obligaciones civiles”.

23
GISBERT CALABUIG, Medicina Legal y Toxicología, ob. cit., pág. 44.

29
PRIMERA PARTE. PRELIMINARES

b) Se complementa este precepto con el artículo 314: “Cuando


fuere necesario calificar la edad de un individuo, para la ejecución
de actos o ejercicio de cargos que requieran cierta edad, y no fuere
posible hacerlo por documentos o declaraciones que fijen la época
de su nacimiento, se le atribuirá una edad media entre la mayor y
la menor que parecieren compatibles con el desarrollo y aspecto
físico del individuo.
El juez para establecer la edad oirá el dictamen, de facultativos,
o de otras personas idóneas”.
c) Para los efectos de fijar el principio de existencia legal de las
personas, de acuerdo con el artículo 74 del Código Civil, que señala:
“La existencia legal de toda persona principia al nacer, esto es, al
separarse completamente de su madre.
La criatura que muere en el vientre materno, o que perece an-
tes de estar completamente separada de su madre, o que no haya
sobrevivido a la separación un momento siquiera, se repuntará no
haber existido jamás”.
d) Se requiere informe pericial médico-legal para establecer
la demencia del tutor o curador, según el artículo 510 del Código
Civil, que anota: “La demencia del tutor o curador viciará de nulidad
todos los actos que durante ella hubiere ejecutado, aunque no haya
sido puesto en interdicción”.
e) En relación con el artículo 465 del Código Civil, que señala:
“Los actos y contratos del demente, posteriores al decreto de inter-
dicción, serán nulos; aunque se alegue haberse ejecutado o celebrado
en un intervalo lúcido”.
f) También sería necesario el informe pericial médico-legal en
los casos que determina la Ley Nº 19.947 que Establece Nueva Ley
de Matrimonio Civil y que sustitúyese la Ley de Matrimonio Civil, de
10 de enero de 1884, que en su artículo 5º preceptúa: “No podrán
contraer matrimonio:
(…)
3º. Los que se hallaren privados del uso de razón; y los que por
un trastorno o anomalía psíquica, fehacientemente diagnosticada,
sean incapaces de modo absoluto para formar la comunidad de vida
que implica el matrimonio;
4º. Los que carecieren de suficiente juicio o discernimiento para
comprender y comprometerse con los derechos y deberes esenciales
del matrimonio, y
5º. Los que no pudieren expresar claramente su voluntad por
cualquier medio, ya sea en forma oral, escrita o por medio de len-
guaje de señas”.

30
CAPÍTULO II. EL PERITAJE O INFORME MÉDICO-LEGAL

En cuanto a lo referido en el artículo 16 de la misma ley en ma-


teria de testigos: “No podrán ser testigos en las diligencias previas
ni en la celebración del matrimonio:
(…)
2º. Los que se hallaren en interdicción por causa de demencia;
3º. Los que se hallaren actualmente privados de razón;
4º. Los que hubieren sido condenados por delito que merezca
pena aflictiva y los que por sentencia ejecutoriada estuvieren inha-
bilitados para ser testigos y
5º. Los que no entendieren el idioma castellano o aquellos que
estuvieren incapacitados para darse a entender claramente”.
En los casos de ciertas causales de divorcio que sean pertinentes,
según lo prescrito en el artículo 54: “El divorcio podrá ser demandado
por uno de los cónyuges, por falta imputable al otro, siempre que
constituya una violación grave de los deberes y obligaciones que les
impone el matrimonio, o de los deberes y obligaciones para con los
hijos, que torne intolerable la vida en común.
Se incurre en dicha causal, entre otros casos, cuando ocurre
cualquiera de los siguientes hechos:
1º. Atentado contra la vida o malos tratamientos graves contra la
integridad física o psíquica del cónyuge o de alguno de los hijos;
2º. Trasgresión grave y reiterada de los deberes de convivencia,
socorro y fidelidad propios del matrimonio. El abandono continuo
o reiterado del hogar común, es una forma de trasgresión grave de
los deberes del matrimonio;
3º. Condena ejecutoriada por la comisión de alguno de los crí-
menes o simples delitos contra el orden de las familias y contra la
moralidad pública, o contra las personas, previstos en el Libro II,
Títulos VII y VIII, del Código Penal, que involucre una grave ruptura
de la armonía conyugal;
4º. Conducta homosexual;
5º. Alcoholismo o drogadicción que constituya un impedimento
grave para la convivencia armoniosa entre los cónyuges o entre éstos
y los hijos, y
6º. Tentativa para prostituir al otro cónyuge o a los hijos.”

6.3. INFORME PERICIAL EN MATERIA PROCESAL PENAL

Nos referiremos en este párrafo al informe de peritos según el


Código Procesal Penal.

31
PRIMERA PARTE. PRELIMINARES

a) Procedencia del informe pericial


El artículo 314, inciso 2º, prescribe:
“Procederá el informe de peritos en los casos determinados por
la ley y siempre que para apreciar algún hecho o circunstancia rele-
vante para la causa fueren necesarios o convenientes conocimientos
especiales de una ciencia, arte u oficio.
Los informes deberán emitirse con imparcialidad, ateniéndose
a los principios de la ciencia o reglas del arte u oficio que profesare
el perito”.
El ministerio público y los demás intervinientes podrán presen-
tar informes elaborados por peritos de su confianza y solicitar en la
audiencia de preparación del juicio oral que éstos fueren citados a
declarar a dicha idoneidad profesional del perito.

b) Contenido del informe de peritos


El artículo 315 anota:
“…Sin perjuicio del deber de los peritos de concurrir a declarar
ante el tribunal acerca de su informe, éste deberá entregarse por
escrito y contener:
a) La descripción de la persona o cosa que fuere objeto de él,
del estado y modo en que se hallare;
b) La relación circunstanciada de todas las operaciones practi-
cadas y su resultado, y
c) Las conclusiones que, en vista de tales datos, formularen los
peritos conforme a los principios de su ciencia o reglas de su arte
u oficio.
No obstante, de manera excepcional, las pericias consistentes en
análisis de alcoholemia, de ADN y aquellas que recayeren sobre sustancias
estupefacientes o psicotrópicas, podrán ser incorporadas al juicio oral
mediante la sola presentación del informe respectivo. Sin embargo, si
alguna de las partes lo solicitare fundadamente, la comparecencia del
perito no podrá ser substituida por la presentación del informe”.
Referido al punto b), comprende la relación o exposición, un
relato circunstanciado y motivado de todos los procedimientos y
exámenes que el perito haya empleado para llevar a cabo su dili-
gencia, de todos los resultados que se hubieren obtenido en tales
procedimientos, en forma minuciosa y exacta. La exposición debe
ser clara y lógicamente ordenada; el lenguaje empleado tiene que
ser correcto, sencillo y comprensible. Se sostiene que esta relación

32
CAPÍTULO II. EL PERITAJE O INFORME MÉDICO-LEGAL

de la pericia es muy importante, pues se consignan todas las opera-


ciones, trabajos, actuaciones e investigaciones que realizó el perito
y sus fundamentos.
Vinculado al punto c), contiene, como su nombre lo indica,
las conclusiones, los resultados, decisiones y resoluciones que en
vista de tales datos formulen los peritos, conforme a los principios
o reglas de su ciencia, arte u oficio. Se señalan las consecuencias de
lo efectuado y lo que se establece en definitiva, y corresponde a lo
que el juez solicita. Hay un informe pericial médico-legal especial,
que se conoce con el nombre de informe o protocolo de autopsia,
que se verá en el capítulo de la tanatología forense comprende la
relación o exposición, un relato circunstanciado y motivado de todos
los procedimientos y exámenes que el perito haya empleado para
llevar a cabo su diligencia, de todos los resultados que se hubieren
obtenido en tales procedimientos, en forma minuciosa y exacta.
La exposición debe ser clara y lógicamente ordenada; el lenguaje
empleado tiene que ser correcto, sencillo y comprensible.

c) Admisibilidad del informe y remuneración de los peritos


El artículo 316 apunta que “El juez de garantía admitirá los infor-
mes y citará a los peritos cuando, además de los requisitos generales
para la admisibilidad de las solicitudes de prueba, considerare que
los peritos y sus informes otorgan suficientes garantías de seriedad
y profesionalismo. Con todo, el juez de garantía podrá limitar el
número de informes o de peritos, cuando unos u otros resultaren
excesivos o pudieren entorpecer la realización del juicio.
Los honorarios y demás gastos derivados de la intervención de
los peritos mencionados en este artículo corresponderán a la parte
que los presentare.
Excepcionalmente, el juez de garantía podrá relevar a la par-
te, total o parcialmente, del pago de la remuneración del perito,
cuando considerare que ella no cuenta con medios suficientes para
solventarlo o cuando, tratándose del imputado, la no realización
de la diligencia pudiere importar un notorio desequilibrio en sus
posibilidades de defensa. En este último caso, el juez de garantía
regulará prudencialmente la remuneración del perito, teniendo
presente los honorarios habituales en la plaza y el total o la parte
de la remuneración que no fuere asumida por el solicitante será de
cargo fiscal.

33
PRIMERA PARTE. PRELIMINARES

Artículo 317. Incapacidad para ser perito. No podrán desempeñar


las funciones de peritos las personas a quienes la ley reconociere la
facultad de abstenerse de prestar declaración testimonial.
Artículo 318. Improcedencia de inhabilitación de los peritos. Los peritos
no podrán ser inhabilitados. No obstante, durante la audiencia del
juicio oral podrán dirigírseles preguntas orientadas a determinar su
imparcialidad e idoneidad, así como el rigor técnico o científico de
sus conclusiones. Las partes o el tribunal podrán requerir al perito
información acerca de su remuneración y la adecuación de ésta a
los montos usuales para el tipo de trabajo realizado.
Artículo 319. Declaración de peritos. La declaración de los peritos en
la audiencia del juicio oral se regirá por las normas previstas en el ar-
tículo 329 y, supletoriamente, por las establecidas para los testigos.
Si el perito se negare a prestar declaración, se le aplicará lo dis-
puesto para los testigos en el artículo 299 inciso segundo.
Artículo 320. Instrucciones necesarias para el trabajo de los peritos.
Durante la etapa de investigación o en la audiencia de preparación
del juicio oral, los intervinientes podrán solicitar del juez de garantía
que dicte las instrucciones necesarias para que sus peritos puedan
acceder a examinar los objetos, documentos o lugares a que se
refiriere su pericia o para cualquier otro fin pertinente. El juez de
garantía accederá a la solicitud, a menos que, presentada durante
la etapa de investigación, considerare necesario postergarla para
proteger el éxito de ésta.
Artículo 321. Auxiliares del ministerio público como peritos. El ministerio
público podrá presentar como peritos a los miembros de los organis-
mos técnicos que le prestaren auxilio en su función investigadora,
ya sea que pertenecieren a la policía, al propio ministerio público o
a otros organismos estatales especializados en tales funciones.
Artículo 322. Terceros involucrados en el procedimiento. En caso ne-
cesario, los peritos y otros terceros que debieren intervenir en el
procedimiento para efectos probatorios podrán pedir al ministerio
público que adopte medidas tendientes a que se les brinde la pro-
tección prevista para los testigos.”

7. CASOS DE APLICACIÓN DEL INFORME PERICIAL Y


MÉDICO-LEGAL PENAL EN EL CÓDIGO PROCESAL PENAL

El Código Procesal Penal señala una serie de casos en los cua-


les es necesario el informe de peritos además de los que puedan

34
CAPÍTULO II. EL PERITAJE O INFORME MÉDICO-LEGAL

solicitar los intervinientes, como por ejemplo en la extracción de


sangre, sea para el ADN, alcoholemia, en los delitos sexuales, lesio-
nes, autopsia, etc.
Las disposiciones respectivas las indicamos a continuación:
“Artículo 197. Exámenes corporales. Si fuere necesario para constatar
circunstancias relevantes para la investigación, podrán efectuarse
exámenes corporales del imputado o del ofendido por el hecho
punible, tales como pruebas de carácter biológico, extracciones de
sangre u otros análogos, siempre que no fuere de temer menoscabo
para la salud o dignidad del interesado.
Si la persona que ha de ser objeto del examen, apercibida de
sus derechos, consintiere en hacerlo, el fiscal o la policía ordenará
que se practique sin más trámite. En caso de negarse, se solicitará
la correspondiente autorización judicial, exponiéndose al juez las
razones del rechazo.
El juez de garantía autorizará la práctica de la diligencia siempre
que se cumplieren las condiciones señaladas en el inciso primero.
Artículo 198. Exámenes médicos y pruebas relacionadas con los delitos
previstos en los artículos 361 a 367 bis y en el artículo 375 del Código Penal.
Tratándose de los delitos previstos en los artículos 361 a 367 y en
el artículo 375 del Código Penal, los hospitales, clínicas y estable-
cimientos de salud semejantes, sean públicos o privados, deberán
practicar los reconocimientos, exámenes médicos y pruebas bioló-
gicas conducentes a acreditar el hecho punible y a identificar a los
partícipes en su comisión, debiendo conservar los antecedentes y
muestras correspondientes.
Se levantará acta, en duplicado, del reconocimiento y de los exá-
menes realizados, la que será suscrita por el jefe del establecimiento
o de la respectiva sección y por los profesionales que los hubieren
practicado. Una copia será entregada a la persona que hubiere sido
sometida al reconocimiento, o a quien la tuviere bajo su cuidado; la
otra, así como las muestras obtenidas y los resultados de los análisis
y exámenes practicados, se mantendrán en custodia y bajo estricta
reserva en la dirección del hospital, clínica o establecimiento de
salud, por un período no inferior a un año, para ser remitidos al
ministerio público.
Si los mencionados establecimientos no se encontraren acredita-
dos ante el Servicio Médico Legal para determinar huellas genéticas,
tomarán las muestras biólogicas y obtendrán las evidencias necesarias,
y procederán a remitirlas a la institución que corresponda para ese

35
PRIMERA PARTE. PRELIMINARES

efecto de acuerdo a la ley que crea el Sistema Nacional de Registros


de ADN y su Reglamento.
Artículo 199. Exámenes médicos y autopsias. En los delitos en que
fuere necesaria la realización de exámenes médicos para la deter-
minación del hecho punible, el fiscal podrá ordenar que éstos sean
llevados a efecto por el Servicio Médico Legal o por cualquier otro
servicio médico.
Las autopsias que el fiscal dispusiere realizar como parte de la
investigación de un hecho punible serán practicadas en las depen-
dencias del Servicio Médico Legal, por el legista correspondiente;
donde no lo hubiere, el fiscal designará el médico encargado y el
lugar en que la autopsia debiere ser llevada a cabo.
Para los efectos de su investigación, el fiscal podrá utilizar los
exámenes practicados con anterioridad a su intervención, si le pa-
recieren confiables.
Artículo 199 bis. Exámenes y pruebas de ADN. Los exámenes y
pruebas biológicas destinados a la determinación de huellas gene-
ricas sólo podrán ser efectuados por profesionales y técnicos que se
desempeñen en el Servicio Médico Legal, o en aquellas instituciones
públicas o privadas que se encontraren acreditadas para tal efecto
ante dicho Servicio.
Las instituciones acreditadas constarán en una nómina que, en
conformidad a lo dispuesto en el Reglamento, publicará el Servicio
Médico Legal en el Diario Oficial.
Artículo 200. Lesiones corporales. Toda persona a cuyo cargo se en-
contrare un hospital u otro establecimiento de salud semejante, fuere
público o privado, dará en el acto cuenta al fiscal de la entrada de
cualquier individuo que tuviere lesiones corporales de significación,
indicando brevemente el estado del paciente y la exposición que hicie-
ren la o las personas que lo hubieren conducido acerca del origen de
dichas lesiones y del lugar y estado en que se le hubiere encontrado.
La denuncia deberá consignar el estado del paciente, describir los
signos externos de las lesiones e incluir las exposiciones que hicieren
el afectado o las personas que lo hubieren conducido.
En ausencia del jefe del establecimiento, dará cuenta el que lo
subrogare en el momento del ingreso del lesionado.
El incumplimiento de la obligación prevista en este artículo se
castigará con la pena que prevé el artículo 494 del Código Penal.
Artículo 201. Hallazgo de un cadáver. Cuando hubiere motivo
para sospechar que la muerte de una persona fuere el resultado

36
CAPÍTULO II. EL PERITAJE O INFORME MÉDICO-LEGAL

de un hecho punible, el fiscal procederá, antes de la inhumación


del cadáver o inmediatamente después de su exhumación, a prac-
ticar el reconocimiento e identificación del difunto y a ordenar la
autopsia.
El cadáver podrá entregarse a los parientes del difunto o a quienes
invocaren título o motivo suficiente, previa autorización del fiscal,
tan pronto la autopsia se hubiere practicado.
Artículo 202. Exhumación. En casos calificados y cuando conside-
rare que la exhumación de un cadáver pudiere resultar de utilidad
en la investigación de un hecho punible, el fiscal podrá solicitar
autorización judicial para la práctica de dicha diligencia.
El tribunal resolverá según lo estimare pertinente, previa citación
del cónyuge o de los parientes más cercanos del difunto.
En todo caso, practicados el examen o la autopsia correspon-
dientes se procederá a la inmediata sepultura del cadáver.

8. VALOR PROBATORIO DEL INFORME MÉDICO-LEGAL


PROPIAMENTE TAL

Distinguiremos la fuerza probatoria del informe pericial y, por


ende, del médico-legal, que es una especie del primero, tanto en
materia civil como penal.

8.1. VALOR PROBATORIO EN MATERIA CIVIL

a) En materia civil, el juez tiene la plena libertad para fijar la


fuerza probatoria de la pericia, según las reglas de la sana crítica.
El artículo 425 del Código de Procedimiento Civil dispone: “Los
tribunales apreciarán la fuerza probatoria del dictamen de peritos
en conformidad a las reglas de la sana crítica”.
b) Corrobora este postulado el artículo 422 del Código de Proce-
dimiento Civil, que indica: “Si no resulta acuerdo del nuevo perito con
los anteriores, el tribunal apreciará libremente las opiniones de todos
ellos, tomando en cuenta los demás antecedentes del juicio”.
c) En resumen, de acuerdo con la sana crítica, significa que el
juez lo pondera según los principios de la lógica, de la experiencia
en su profesión, considerando los elementos de juicio, otras pruebas
rendidas, su criterio, etc., y no en forma libre o arbitraria.

37
PRIMERA PARTE. PRELIMINARES

8.2. VALOR PROBATORIO EN MATERIA PENAL SEGÚN EL CÓDIGO


DE PROCEDIMIENTO PENAL

Rafael Fontecilla señala: “En nuestra legislación, el mérito pro-


batorio queda entregado al criterio del juez, quien deberá ponderar
el informe, a fin de cerciorarse si concurren o no los requisitos que
exige el art. 472 del C.P.P., y que son:
1º. existencia de dos informes acordes;
2º. que éstos afirmen con seguridad la existencia del hecho;
3º. que este hecho lo hayan observado o deducido con arreglo
a los principios de la ciencia, arte u oficio que profesan;
4º. que estos informes no estén contradichos por otros”.24
El artículo 473 del Código de Procedimiento Penal contie-
ne reglas sobre su apreciación: “Fuera del caso expresado en el
artículo anterior, la fuerza probatoria del dictamen pericial será
estimada por el juez como una presunción más o menos funda-
da, según sean la competencia de los peritos, la uniformidad o
disconformidad de sus opiniones, los principios científicos en
que se apoyen, la concordancia de su aplicación con las leyes de
la sana lógica y las demás pruebas y elementos de convicción que
ofrezca el proceso”.
Conforme a lo anterior, repetimos, el valor probatorio queda
entregado al criterio y a la lógica del sentenciador, no siendo obli-
gatorio, sino por el contrario, facultativo. En ciertos casos, el juez
puede estimarlo como prueba suficiente de la existencia del hecho
cuando concurren los requisitos copulativos del artículo 472 del
Código de Procedimiento Penal. En otros casos y de acuerdo con el
mecanismo del artículo 473 del mismo Código, será estimado por
el juez como una presunción más o menos fundada.

9. JURISPRUDENCIA EN RELACIÓN CON LA NORMATIVA


DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL

Sin perjuicio de que en los capítulos venideros nos referiremos a


los peritajes en particular, en el infanticidio, aborto, lesiones, muer-
te, en sexología, en psiquiatría, etc., nos detendremos por ahora a
observar como los tribunales de justicia han apreciado en concreto

24
FONTECILLA, ob. cit., pág. 297.

38
CAPÍTULO II. EL PERITAJE O INFORME MÉDICO-LEGAL

el valor probatorio del informe pericial y que determinados fallos


dan pleno valor probatorio al informe de peritos.
Varias sentencias hacen prevalecer el dictamen pericial sobre otras
pruebas del juicio. Ciertas resoluciones se refieren a la insuficiencia
del peritaje, su deficiencia y a las pericias que son contradictorias.
En esta parte seguiremos a la memorista doña Ester Valencia, la
que resume los puntos citados en cuanto a la normativa del Código
de Procedimiento Penal, que consagra el principio inquisitivo y que
se sigue aplicando a los procesos judiciales en tramitación antes de
la reforma procesal, con el nuevo Código Procesal Penal según la
Ley Nº 19.636 del año 2000.

9.1. PLENO VALOR PROBATORIO

“‘Si cuatro peritos psiquiatras opinan, conforme a la ciencia que


practican, que el reo en el instante de la comisión del hecho delictual
se hallaba, según dos peritos, con sus facultades mentales inhibidas y
sin control volitivo; y según los otros dos, sin participación de la con-
ciencia, o total y transitoriamente privado de ella; o en otras palabras
y empleando conceptos que tienen el mismo significado de acuerdo
con nuestra ley penal, el reo ha actuado en ese momento totalmente
privado de razón, puede establecer, de conformidad con la regla
procesal contemplada en el art. 472 del Código de Procedimiento
Penal, una prueba suficiente de la existencia de la circunstancia de
exención de responsabilidad prescrita en el Nº 1 del art. 10 del Código
del ramo’” (Gaceta de 1949, 2º sem., sent. Nº 83, pág. 437).

9.2. PREVALENCIA DEL PERITAJE SOBRE OTRAS PRUEBAS

“‘Si bien es efectivo que la inspección personal del tribunal consti-


tuye plena prueba en cuanto a las circunstancias o hechos materiales
que el tribunal establezca en el acta como resultado de su propia
observación, no lo es menos que la eficacia de este medio probatorio
queda circunscrita a la materialidad de tales hechos o circunstancias,
de modo que fuera de esa órbita, la inspección no constituye pro-
banza plena. El hecho de que en el acta se dejara establecido que la
persona inspeccionada –en el juicio de interdicción– se hallaba en
estado de demencia, no importa un hecho de la naturaleza de los

39
PRIMERA PARTE. PRELIMINARES

que trata el art. 408 del Código de Procedimiento Civil, porque no


toca o pertenece a lo material o físico, sino que significa conclusiones
que no pueden ni deben valorarse como un medio de convicción
eficaz para concluir que la demandada se encontraba demente, ya
que para ello se requieren conocimientos científicos de que están
en posesión los especialistas de esta rama de la medicina’” (Revista
de Derecho y Jurisp., tomo 51, 2ª parte, sec. 1ª, pág. 184).

9.3. INSUFICIENCIA DEL PERITAJE

“No puede darse por comprobado el cuerpo del delito de infanti-


cidio, porque el informe médico no es lo suficientemente claro para
dejar establecido el momento preciso en que falleció la guagua ni
que la asfixia durante el parto, que fue la causa precisa y necesaria
de la muerte, se debiera a maniobras delictuosas’” (Gaceta de 1940,
2º sem., sent. Nº 158, pág. 648).

9.4. DEFICIENCIA DEL PERITAJE

“Procede calificar el delito como de homicidio y no de lesiones,


aunque en el informe de autopsia se expresa que la lesión inferida al
ofendido, si bien de carácter grave, no era necesariamente mortal,
puesto que con una intervención oportuna habría podido salvarse
la vida de este, si esta conclusión no aparece confirmada por la rea-
lidad de los hechos y demostrada, como lo exige la ley, por razones
de orden técnico relativas a la ciencia que profesa el informante’”
(Gaceta de 1947, 1er sem., sent. Nº 51, pág. 346).

9.5. PERICIAS CONTRADICTORIAS

“‘Si los facultativos están disconformes acerca de si un individuo


estaba o no demente al cometer un acto criminal, debe conside-
rársele como en el uso de sus facultades’” (Gaceta de 1907, 2º sem.,
pág. 473).25

25
ESTER VALENCIA, ob. cit., págs. 165, 166, 167.

40
CAPÍTULO II. EL PERITAJE O INFORME MÉDICO-LEGAL

10. VALOR PROBATORIO EN MATERIA PENAL SEGÚN


EL CÓDIGO PROCESAL PENAL

Como sabemos, el Código Procesal Penal con el sistema acusato-


rio que se implementa, en materia de la valoración de los medios de
prueba, les da una amplia facultad a los tribunales que se crean en
virtud de tal reforma para su apreciación. En efecto, el tribunal de
juicio oral en lo penal y el de garantía, como los tribunales superio-
res de justicia, que conocen tales procesos por la vía de recursos de
apelación, de nulidad y de queja, la valoran en forma libre dentro
de ciertos parámetros que le son obligatorios.
El artículo 297 del referido ordenamiento consigna: Valoración
de la prueba. Los tribunales apreciarán la prueba con libertad, pero
no podrán contradecir los principios de la lógica, las máximas de la
experiencia y los conocimientos científicamente afianzados.
El tribunal deberá hacerse cargo en su fundamentación de toda
la prueba producida, incluso de aquélla que hubiere desestimado,
indicando en tal caso las razones que hubiere tenido en cuenta
para hacerlo.
La valoración de la prueba en la sentencia requerirá el señala-
miento del o de los medios de prueba mediante los cuales se dieren
por acreditados cada uno de los hechos y circunstancias que se dieren
por probados. Esta fundamentación deberá permitir la reproducción
del razonamiento utilizado para alcanzar las conclusiones a que
llegare la sentencia.”

11. JURISPRUDENCIA EN RELACIÓN CON LA NORMATIVA


DEL CÓDIGO PROCESAL PENAL

Rol 4905-2008
Realización obligatoria de examen de alcoholemia vulnera libertad
individual y derecho a no autoincriminarse.
Rol 3756-2007
Fuerza probatoria del informe de peritos evacuado por unidad técnica
de investigaciones de accidentes de tránsito de Carabineros de Chile.
Corte Suprema Segunda Sala (Penal)
29 de enero de 2008
La fuerza probatoria del informe de peritos se encuentra entregada al
juez de la instancia, quien en el presente caso adquirió la convicción

41
PRIMERA PARTE. PRELIMINARES

sobre las causas del accidente investigado por otros medios probatorios,
que se encuentran reseñados en el fallo de segunda instancia. Por su
parte, si bien el inciso 2º del artículo 188 de la Ley de Tránsito dispone
que los informes evacuados por la unidad técnica de investigaciones
de accidentes de tránsito de Carabineros, serán estimados como una
presunción fundada respecto de los hechos que afirmen y de las
conclusiones técnicas que establezcan, por lo que para que el juez
pueda atribuirles el carácter de plena prueba, deben encontrarse en
concordancia con los demás hechos establecidos en el proceso o con
otras pruebas de convicción que él ofrezca, apreciadas de conformidad
con las reglas de la sana crítica. De lo anterior se desprende que esta
norma no tiene el carácter de reguladora de la prueba, por cuanto,
en definitiva, queda entregado a la facultad privativa de los jueces
del mérito el apreciar la fuerza probatoria de las llamados informes
periciales y así determinar la dinámica de un accidente, de confor-
midad con la generalidad de los medios probatorios que se hayan
reunido en el proceso. Por los fundamentos anotados cabe concluir
que los sentenciadores al fijar los hechos, ponderarlos y calificar sus
circunstancias en la forma en que lo hicieron, en el ejercicio de sus
facultades privativas, no han cometido ningún error de derecho y
han dado una correcta y cabal aplicación a las disposiciones que se
dice quebrantadas, por lo cual el recurso promovido por la asistencia
letrada del condenado carece de asidero, porque se asienta en pre-
supuestos que no son válidos para el evento a que éste se refiere y no
contraviene la normativa por él referida en su libelo.
Rol 2662-2003
Valoración de la prueba. Precisiones acerca de la declaración e
informe de peritos en el nuevo proceso penal.
Corte Suprema
11 de agosto de 2003
– La declaración de un perito durante el curso de un juicio oral, así
como su interrogatorio y contra interrogatorio, sirviéndose de una
videoconferencia, ha de considerarse equivalente a la que se realiza con-
tando con su presencia física en el lugar en que se desarrolla el proceso
y, por lo tanto, idónea para interrogarlo personalmente, en el sentido
del inciso primero del artículo 329 del Código Procesal Penal.
– Es lícita la valoración de la declaración de un médico como perito aun
cuando éste ha debido intervenir con anterioridad para prestarle auxilio
médico al procesado sin adquirir la calidad de médico tratante.

42
CAPÍTULO II. EL PERITAJE O INFORME MÉDICO-LEGAL

– No hay falta de valoración de la prueba al aceptarse las pericias


indicadas si el fallo se refiere en forma sintética pero exhaustiva a
las razones que tiene para acogerla y, a partir de su exposición es
posible la reproducción del razonamiento utilizado para alcanzar las
conclusiones a que ha llegado la sentencia. Es lícito que el tribunal
haya desestimado las pericias si los facultativos no estuvieron en con-
diciones de emitir un pronunciamiento sobre el estado mental del
procesado que permitiera a los jueces resolver sobre una reducción
o exclusión de su imputabilidad.
– La omisión de las razones por las cuales se estimó que la circuns-
tancia agravante a que se refiere el artículo 12 Nº 12 del Código
Penal no forma parte integrante del tipo de la violación impropia
es una alegación ajena a la valoración de la prueba y no constituye
la causal de nulidad que se invoca.
Rol 18-2008
Filiación. Pericia biológica por sí sola permite acreditar paternidad.
Corte de Apelaciones de Coihaique
17 de abril de 2008
De los antecedentes existentes consta que en esta causa se acompañó
por la demandante informe que fuera practicado por el Servicio Médi-
co Legal, el cual concluyó que se encontraba acreditada la paternidad
biológica. Con posterioridad esta Corte de Apelaciones, en uso de sus
atribuciones y como medida para mejor resolver, ordenó practicar a
las partes y a las menores de autos un nuevo examen de ADN por el
Servicio Médico Legal respectivo, mediante el cual se estableció una
probabilidad de paternidad de 99,90%, correspondiendo el valor legal
de dicho resultado a una paternidad biológica acreditada y, en conse-
cuencia, el examen a que se hizo referencia, que constituye una pericia
de carácter científico, permite dar por establecido en forma suficiente,
fehaciente y concluyente que el demandado de autos es efectivamente
el padre biológico de las menores y así debe ser declarado.
Rol 159-2007
Libertad en valoración de prueba penal limita con deber de juez de
fundamentar su decisión.
Corte de Apelaciones de Copiapó
12 de noviembre de 2007
De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 297 del Código Procesal
Penal, los tribunales deben apreciar la prueba con entera libertad,
pero no pueden contradecir los principios de la lógica, las máximas

43
PRIMERA PARTE. PRELIMINARES

de la experiencia y los conocimientos científicamente afianzados.


Sin embargo, las facultades de apreciación de la prueba no son
absolutas, como resulta en los sistemas de íntima o libre convicción
propios de los órganos autorizados para resolver el conflicto de
acuerdo con su exclusivo criterio y dispensados de informar los
motivos de su decisión, como los jurados y los tribunales de honor,
pues, por una parte, la ley prohíbe que el tribunal en su proceso
de valoración contradiga los principios de la lógica, las máximas
de la experiencia y los conocimientos científicamente afianzados,
mientras que, por otro, contempla una alta carga en la obligación
de fundamentar la decisión.
Rol 101-2007
Libertad en valoración de prueba penal no implica arbitrariedad,
ya que el juez debe fundamentar su convicción.
Corte de Apelaciones de Chillán
12 de octubre de 2007
Es de la esencia para la validez de una sentencia definitiva el que ésta
contenga la exposición de los hechos que se dieron por probados,
conforme a una libremente apreciada por el tribunal, pero sin con-
tradecir aquellos principios que explica el inciso 1º del artículo 297
del Código Procesal Penal, incluyéndose toda la prueba producida,
pero a su vez dicha valoración deberá requerir el señalamiento del
o de los medios de convicción que acrediten dichos hechos o cir-
cunstancias que se dieren por probados y que reproduzca de manera
válida el razonamiento utilizado para alcanzar las conclusiones del
fallo. La última exigencia no puede ser entendida en el sentido de
que, si bien la valoración de la prueba es libre, ella no puede ser
arbitraria. No es suficiente con que el juez alcance la convicción y así
lo señale en su sentencia, sino que además deberá convencer a los
demás acerca de su propia convicción, mediante la fundamentación
de la misma. Hacer un análisis lógico significa obtener conclusiones
de un hecho, porque ello es simplemente factible.
Rol 277-2007
Nuevo proceso penal. Concepto de reglas de la lógica y máximas
de la experiencia.
Corte de Apelaciones de Concepción
13 de julio de 2007
Las reglas de la lógica significan que se respeten las normas del silo-
gismo, esto es, el argumento que, establecidas ciertas cosas, resulta

44
CAPÍTULO II. EL PERITAJE O INFORME MÉDICO-LEGAL

necesariamente de ellas, por ser lo que son, otra cosa distinta de las
antes establecidas, a través del razonamiento deductivo. Por otra
parte, las máximas de la experiencia son “aquellos juicios hipotéticos
de contenido general, desligados de los hechos concretos que se
juzgan, procedentes de la experiencia, pero independientes de los
casos particulares de cuya observación se han inducido y que por
encima de estos casos pretenden tener validez para otros nuevos”.
Rol 196-2006
Valoración de la prueba pericial. Informe de lesiones.
Corte de Apelaciones de Valparaíso
3 de marzo de 2006
FALLO EXCLUSIÓN DE PRUEBA DE PERITAJE. NO SE DAN REQUISITOS DEL
ARTÍCULO 276 DEL CÓDIGO PROCESAL PENAL.
Doctrina: La pericia siquiátrica no deriva lógicamente de exámenes
de sangre, orina o hepáticos.
Debe tenerse presente que la información obtenida de manera ilícita,
esto es, sin previa autorización del juez de garantía, razonablemente
no ha influido en el resultado de la pericia siquiátrica, toda vez que
los exámenes físicos de sangre, orina o hepáticos no son necesarios
ni indispensables para éste, por lo que no existe un nexo razonable
entre un examen o evaluación siquiátrica y los exámenes físicos efec-
tuados al imputado, por lo que, a juicio de estos sentenciadores al no
existir una relación de causalidad concreta y determinada entre uno
y otros, no procede excluir el informe psiquiátrico, ya que no basta
la inobservancia de garantías fundamentales para la obtención de
la prueba, sino que es necesario que la infracción pueda vincularse
con aquellas que se presentan.
Puerto Montt, veintidós de septiembre de dos mil cuatro.
VISTOS
Consta de los antecedentes remitidos por el Juzgado de Letras y
Garantía de Castro, que el fiscal adjunto del Ministerio Público de
la Fiscalía de Puerto Montt, Luis Berríos Tapia, deduce recurso de
apelación contra el auto de apertura del juicio oral dictado por la
juez de garantía de Castro, doña Verónica Patricia Herrera Ocares, en
la audiencia de preparación del juicio oral de fecha 16 de agosto de
dos mil cuatro, en virtud de la cual resolvió excluir diversas pruebas
ofrecidas por el Ministerio Público en su escrito de acusación. Que
la juez de garantía excluyó dos pruebas: a) la pericia número siete
correspondiente al peritaje psiquiátrico realizado al imputado Juan

45
PRIMERA PARTE. PRELIMINARES

Carlos Hernández Nahuelquín en el Departamento de Psiquiatría


Forense del Instituto Psiquiátrico José Horwitz Barac, de fecha nueve
de julio de dos mil cuatro, por considerar que se vulneró las garan-
tías y derechos fundamentales del imputado, ya que el juez dio su
autorización para el examen psiquiátrico y no autorizó pruebas de
carácter biológico, ni extracciones de sangre ni orina. Que en dicha
diligencia se habría efectuado además tratamiento y evaluación,
operaciones tampoco autorizadas por el Tribunal de Garantía.
Que habiendo verificado el Tribunal que la prueba psiquiátrica se
realizó y fue obtenida en contravención a las formalidades legales,
léase autorización previa judicial, de conformidad al artículo 276
de Código Procesal Penal, esta prueba fue excluida. b) La segunda
prueba excluida se refiere a los informes periciales respecto de la
víctima Ojeda Bahamondes; que ellos manifiestan similares conclu-
siones y estimando que basta para acreditar las lesiones ocasionadas,
la declaración de un solo perito y que resultaría sobreabundante
la presentación de otro perito que declarase en iguales términos
en cuanto a la entidad y gravedad de las lesiones, se procede a la
exclusión de la prueba pericial realizada por el médico Quappe de
la Maza. En la audiencia respectiva, luego de la intervención del
Ministerio Público y de la Defensoría Penal Pública, la causa quedó
en acuerdo y se dispuso la citación para la lectura del fallo, para el
día 22 del presente mes a las 12:30 horas.
Con lo expuesto y considerando:
Primero: Que respecto a la exclusión del peritaje psiquiátrico el
Ministerio Público estima que ello menoscaba su función de ejercer
la acción penal pública, toda vez que no se dan los presupuestos de
forma y fondo que establece el artículo 276 del Código Procesal Pe-
nal para excluir prueba. Que la defensa al solicitar la exclusión del
informe psiquiátrico lo hizo por considerarlo sobreabundante, sin
hacer mención alguna a que dicha diligencia se habría obtenido con
inobservancia de garantías constitucionales, por lo que su derecho
a realizar tal alegación precluyó. Que respecto al fondo, la solicitud
para realizar un examen psiquiátrico al imputado fue solicitada y
otorgada, así como también para el traslado y permanencia del im-
putado en el Instituto José Horwitz Barac por diez días. Que todo
examen psiquiátrico se realiza mediante la entrevista clínica o test
que hace el perito respecto al paciente. Que es erróneo considerar
que los exámenes clínicos y screeting de orina pertenecen a la me-
todología utilizada para un examen psiquiátrico, toda vez que ellos

46
CAPÍTULO II. EL PERITAJE O INFORME MÉDICO-LEGAL

obedecen a un fin diverso a una pericia psiquiátrica. En efecto, si


dichos exámenes forman parte de un examen psiquiátrico, enton-
ces no habría afectación de garantía constitucional, ya que sería un
solo todo y su realización estaba autorizada en todas sus partes. En
cambio si consideramos que dichos exámenes no forman parte del
informe psiquiátrico, sino que ellos son exámenes diversos que no
tienen por objetivo el examen psiquiátrico, no se puede pretender
presentarlo como prueba en este proceso, lo que no ha sucedido
en este juicio, en el que solo se ofrece como prueba el examen psi-
quiátrico. Que por lo demás del análisis del artículo 276 del Código
Procesal Penal se desprende que lo fundamental de esta prueba es
que la obtención de la prueba solo haya podido ser lograda en base
a la violación de derechos fundamentales, lo que no ha sucedido en
la especie. A mayor abundamiento la resolución recurrida no indica
cómo es que los exámenes cuestionados constituyen una perturba-
ción o amenaza a la integridad personal e individual del imputado,
lo que vulnera la obligación de fundamentar las resoluciones judi-
ciales contemplada en los artículos 36 y 276 del Código Procesal
Penal, más aún considerando la gravedad de esta decisión que priva
al Ministerio Público de un medio probatorio importantísimo en
su teoría del caso y tomando, especialmente, en consideración que
la Defensoría se valdrá de dos exámenes psiquiátricos encargados
en forma particular, con los que pretende probar que el acusado
Juan Carlos Hernández Nahuelquín padece de locura o demencia
o privación temporal de razón.
Segundo: Que en lo que se refiere a la segunda pericia excluida,
esto es, informe de lesiones elaborado por el médico Quappe de la
Maza, legista del Servicio Médico Legal de Puerto Montt respecto a
las lesiones encontradas en la víctima Juan Aníbal Ojeda Bahamon-
des, esta prueba también fue excluida erróneamente, ya que él fue
realizado con posterioridad al primer informe de lesiones. Que al
permitir a la defensa que presente dos exámenes psiquiátricos y sin
embargo considerar sobreabundante dos informes de lesiones, se
vulnera el principio de igualdad de derechos de los intervinientes.
Finalmente, el Ministerio Público solicita se enmiende con arreglo
a derecho la resolución impugnada, se la revoque y se declare en su
lugar que se incorporan las pruebas excluidas en el auto de apertura
del juicio oral, para el efecto de ser rendidas en el juicio oral.
Tercero: Que el inciso tercero del artículo 276 del Código Procesal
Penal dispone: Del mismo modo, el juez excluirá las pruebas que

47
PRIMERA PARTE. PRELIMINARES

provinieren de actuaciones o diligencias que hubieren sido declara-


das nulas y aquellas que hubieren sido obtenidas con inobservancia
de garantías fundamentales. De la redacción dada a este artículo
se observa que se exige que la prueba provenga de actuaciones o
diligencias que hubieren sido declaradas nulas y aquellas que hubie-
ren sido obtenidas con inobservancia de garantías fundamentales,
lo que no ocurre en la especie, ya que consta del acta de fecha 11
de mayo de dos mil cuatro, que el Tribunal autorizó la práctica del
examen psiquiátrico al imputado y su traslado al Hospital Horwitz
Barac en Santiago.
Cuarto: Que la pericia siquiátrica no deriva lógicamente de exámenes
de sangre, orina o hepáticos. Debe tenerse presente que la informa-
ción obtenida de manera ilícita, esto es, sin previa autorización del
juez de garantía, razonablemente no ha influido en el resultado de
la pericia siquiátrica, toda vez que los exámenes físicos de sangre,
orina o hepáticos no son necesarios ni indispensables para éste, por
lo que no existe un nexo razonable entre un examen o evaluación
siquiátrica y los exámenes físicos efectuados al imputado, por lo
que a juicio de estos sentenciadores al no existir una relación de
causalidad concreta y determinada entre uno y otros, no procede
excluir el informe psiquiátrico, ya que no basta la inobservancia de
garantías fundamentales para la obtención de la prueba sino que
es necesario que la infracción pueda vincularse con aquellas que se
presentan.
Quinto: Que por lo demás no se observa en las actas examinadas que
los exámenes físicos hayan sido introducidos como prueba.
Sexto: Que, respecto a la exclusión del informe de lesiones encon-
tradas en la víctima Juan Aníbal Ojeda Bahamondes, elaborado por
el médico Quappe de la Maza por sobreabundante, se observa que
dicho informe fue realizado con posterioridad al primer informe
de lesiones realizado en el Hospital de Puerto Montt, este Tribu-
nal estima que dos peritajes de lesiones sobre una misma persona
realizados en distintas fechas no constituyen una sobreabundancia.
Séptimo: Que, así las cosas, no existiendo en la resolución apelada
una vulneración a una garantía fundamental como la sería el dere-
cho de guardar silencio, no autoincriminarse, estos sentenciadores
revocarán la resolución apelada.
Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 276, 366, 367, 368,
370 y 371 del Código Procesal Penal se resuelve: Que SE REVOCA la
resolución apelada de fecha dieciséis de agosto de dos mil cuatro

48
CAPÍTULO II. EL PERITAJE O INFORME MÉDICO-LEGAL

dictada en la audiencia de preparación del juicio oral y, en su lugar,


se declara que se incorporan las pruebas excluidas en el auto de
apertura del juicio oral, para el efecto de ser rendidas en el juicio
oral. Se notifica personalmente a los intervinientes sin perjuicio de
la notificación por el estado diario que corresponde.
Regístrese y devuélvase. Rol Nº 226-2004. Pronunciada por los ministros
doña Teresa Mora Torres, doña Sylvia Aguayo Vicencio y el abogado
integrante don Emilio Pérez Hischfeld. Redacción de la ministro
doña Sylvia Aguayo Vicencio. Rol Nro. 226-2004. Jurisprudencia de
Chile en materia penal. Sentencias de los Tribunales Superiores de
Justicia de Chile, desde 2003. Preparado por Águila, Ulloa & Cía.,
abogados en Puerto Montt, Chile.

49
Capítulo I
DESCRIPCIÓN GENERAL DE LOS ÓRGANOS
SEXUALES MASCULINOS Y FEMENINOS

En esta parte nos referiremos a la descripción de los aparatos


u órganos sexuales, sistema reproductor masculino y femenino, la
fisiología de los mismos, lo que tiene relevancia en los temas de
sexología forense en el capítulo de los delitos sexuales, y en la obs-
tetricia Forense, que abordaremos.

1. ÓRGANOS SEXUALES MASCULINOS

El aparato genital masculino está compuesto de una serie de partes


o de órganos que lo conforman, como son: las glándulas o testículos,
los conductos deferentes y eyaculadores, las vesículas seminales, el
pene, la próstata y las bolsas o cubiertas testiculares.
1.a) Marcela Martínez anota que “Vistos exteriormente, los tes-
tículos constituyen una bolsa de piel cubierta de vello, fláccida y
dividida en dos partes por tejidos y músculos, ya que en cada una
de estas dos partes se encuentra un testículo”.1
1.b) Los testículos o glándulas seminales son las encargadas de
producir el espermio o espermatozoides. Los testículos son dos y a
cada uno de ellos va unido un apéndice denominado epidídimo. Son
cuerpos ovoides y oblicuos que varían de tamaño y se ubican en la
parte anterior de la región perineal. Las medidas en la persona adulta
es de 4 a 5 cm. de longitud, de 2 a 3 cm. de anchura y de 2,5 a 3 cm.
de diámetro y con un peso de más o menos 20 a 21 gr. El testículo
izquierdo es más voluminoso que el derecho y desciende más que

1
MARCELA MARTÍNEZ ROARO, Delitos Sexuales. Sexualidad y Derecho, 3ª edición,
Editorial Porrúa S.A., México, 1985, pág. 6.

53
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

este. Los testículos están alojados en el escroto. Cada testículo tiene


aproximadamente dentro de él unos 250 lóbulos o compartimientos
que a su vez tienen tres tubos seminíferos.2
1.c) En la sección sobre sexología forense, en lo tocante a la
impotencia, veremos las anormalidades de los testículos y las defi-
ciencias de su funcionamiento, y no en este párrafo.
2. El conducto deferente forma junto con los vasos que lo ro-
dean el cordón espermático y va desde el epidídimo hasta la vesícula
seminal. Estos conductos son uno para cada testículo. Al unirse el
conducto deferente con el conducto excretor de la vesícula se da
origen al conducto eyaculatorio. Gérard J. Tortora y Nicholas Peter
Anagnostakos explican que “Ambos conductos eyaculadores vierten
los espermatozoides en la uretra. La uretra es el conducto terminal
del sistema que sirve como vía de paso común para los espermato-
zoides y la orina”.3
3. Las vesículas seminales son dos y en ellas están almacenados
los espermios. Se ubican delante del recto, por detrás de la vejiga
y por encima de la próstata. Son dos cuerpos aplanados, con una
longitud entre 4 y 6 cm. y segregan un líquido especial que se agrega
al esperma.
4.a) El pene, también conocido como miembro viril, es el órgano
fundamental para la cópula y para la fecundación. Su papel prin-
cipal es el de transportar los espermios hasta los órganos sexuales
internos de la mujer. Se ubica debajo de las glándulas de Cowper y es
un cuerpo cilíndrico y eréctil. Las medidas del pene varían según el
estado, ya sea en reposo, erección y de hombre a hombre, y también
considerando su estado de pubertad o impubertad. Sin perjuicio de
esto, se dan ciertas medidas para los adultos, más o menos comunes.
El pene en estado de reposo de flaccidez tiene una longitud de 6,4
a 11 cm., de 2,5 cm. de diámetro y de a 8 a 9 cm. de circunferencia.
En estado de erección, de 14 a 16,5 cm. de longitud, diámetro de 4
cm. y de 10 a 12 cm. de circunferencia.
4.b) El pene está formado por tres cuerpos cavernosos y la uretra,
y rodeado por varias capas de tejido conjuntivo y envoltura cutánea.
Gérard J. Tortora y Nicholas Peter Anagnostakos señalan: “Bajo la
influencia de la excitación sexual, las arterias que llegan al pene se
2
Ver sobre esta materia, GÉRARD J. TORTORA Y NICHOLAS PETER ANAGNOSTAKOS,
Principios de Anatomía y Fisiología, Harla S.A. de C.V. Harper & Row Latinoamericana,
México, Buenos Aires, Bogotá, Sao Paulo, 1977, pág. 553.
3
TORTORA Y OTRO, ob. cit., pág. 556.

54
CAPÍTULO I. DESCRIPCIÓN GENERAL DE LOS ÓRGANOS SEXUALES MASCULINOS…

dilatan y grandes cantidades de sangre entrar a los senos venosos.


La expansión de estos espacios comprime las venas que drenan el
pene, de manera que la mayor parte de la sangre que entra se retiene.
Estos cambios vasculares producen la erección. El pene regresa a su
estado fláccido cuando las arterias se contraen y se libera la presión
sobre las venas. La erección evita la micción durante la excitación
sexual y la eyaculación”.4
4.c) El miembro viril, además de ser el órgano fundamental
para la cópula, sirve para la micción, por la cual se evacua la vejiga,
y se encuentra unido al esqueleto por los cuerpos cavernosos y el
ligamento suspensorio del pene.
4.d) En el pene se distinguen anatómicamente varias partes.
El glande, que es donde termina el miembro, de estructura o abul-
tamiento conoide, formado por el cuerpo esponjoso. El glande es
conocido igualmente como la cabeza del pene o balano y es una
de las partes más sensibles, rico en terminaciones nerviosas; en su
extremo tiene una abertura que da salida al canal de la uretra y que
se llama meato urinario y está cubierto por un repliegue de la piel,
en forma de capuchón denominado prepucio, el que está unido al
pene por el frenillo.
4.e) En ciertos casos patológicos el prepucio cubre el glande o se
dan uniones anormales entre el prepucio y el glande, produciendo
por lo tanto una estrechez en la abertura del prepucio, no quedan-
do descubierto el glande, originando la fimosis, lo que da lugar a
infecciones e inflamaciones por las materias que allí se acumulan.
Por razones higiénicas o religiosas, se extirpa parte del prepucio
mediante la operación denominada circuncisión.
5. Encontramos la próstata, que es una glándula que queda
detrás de la uretra, con forma de una castaña, rodeando el cue-
llo de la vejiga. Está compuesta por un conjunto de glándulas, su
consistencia es dura, creciendo rápidamente durante la pubertad
y con una hipertrofia en las personas de 60 a 70 años y mayores.
Tiene un peso aproximado entre 20 y 25 g. La próstata segrega un
líquido alcalino lechoso, el cual sirve para conducir y movilizar los
espermios durante el acto eyaculatorio y forma parte integrante del
semen, con olor característico debido a la espermina.
6. También tenemos las bolsas o cubiertas testiculares que, como
su nombre lo indica, llevan en su interior los testículos y están divi-

4
TORTORA Y OTRO, ob. cit., pág. 558.

55
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

didas por un rafe medio que se continúa por el perineo. El aspecto,


a primera vista, es de una eminencia voluminosa impar y media de
forma ovoide en los adultos. En la envoltura de los testículos se en-
cuentra el escroto o piel que sirve para cubrir los testículos, además
de otras cubiertas, tales como el dartos, la túnica fibrosa, la celular,
el cremáster y la vaginal-serosa.

2. FUNCIONAMIENTO DEL APARATO SEXUAL


MASCULINO

Se acostumbra apuntar como funciones normales de los órganos


sexuales masculinos o del aparato reproductor: la espermatogénesis,
las secreciones hormonales, la erección y la eyaculación.
1.a) La espermatogénesis es el proceso de producción de los
espermios y que tiene lugar en los tubos seminíferos que forman
parte de los testículos, que son las glándulas masculinas por excelen-
cia. El espermatozoide es un elemento microscópico y es la célula
reproductora móvil que mide de 10 a 60 micras y forma parte del
líquido seminal o semen. El espermatozoide consta de cabeza o
núcleo, segmento intermediario, cola y segmento terminal.
1.b) Marcela Martínez nos señala, en relación con esta función:
“El número de espermatozoides contenidos en cada testículo es in-
calculable. Cada eyaculación contiene de 400 a 700 millones de ellos.
A distinción de la mujer, que nace ya con un número determinado
en óvulos, el hombre no tiene límites en su constante producir de
espermatozoides”.5
2. La secreción hormónica es una de las funciones de los testículos.
Los testículos, como ya lo expusimos, son glándulas endocrinas o de
secreción interna y producen las hormonas, entre ellas la testosterona
y en menor proporción la hormona androstaneidona. Estas hormonas
masculinas están relacionadas con el buen funcionamiento de los
órganos sexuales, la libido o apetito sexual, los caracteres sexuales
secundarios, la vitalidad de los espermios, etc.
3. La erección del pene es un fenómeno muy importante para
la realización del acto sexual y por ende para la fecundación. Di-
cho órgano adquiere mayor volumen, rigidez y dureza. La erección
se debe a la acumulación de sangre en los tejidos que forman el

5
M ARCELA M ARTÍNEZ , ob. cit., pág. 7.

56
CAPÍTULO I. DESCRIPCIÓN GENERAL DE LOS ÓRGANOS SEXUALES MASCULINOS…

pene y se dilatan los vasos sanguíneos de los cuerpos cavernosos y


las arterias correspondientes. La erección es necesaria para que el
pene se introduzca en la vagina de la mujer y posteriormente, con
la eyaculación, depositar los espermios.
4. La eyaculación es el acto de la expulsión del líquido seminal
que contiene los espermios hacia el exterior y responde a una serie
de estímulos.

3. ÓRGANOS SEXUALES FEMENINOS

a) Gérard J. Tortora y Nicholas Peter Anagnostakos, al analizar el


sistema reproductor femenino, especifican: “Los órganos femeninos
de la reproducción son los ovarios, que producen los óvulos; las tu-
bas uterinas, que transportan los óvulos al útero; la vagina y algunos
órganos exteriores que constituyen la vulva. Algunos consideran a
las mamas como parte del sistema reproductor femenino, otros las
catalogan como anexos de la piel”.6
b) Los órganos sexuales femeninos o el sistema sexual femenino,
tanto en su morfología como en su fisiología, son más complejos que el
aparato reproductor masculino. Desde el punto anatómico se clasifican
en órganos genitales o sistema sexual externo, medio e interno.
1.a) Órganos sexuales externos. Esta parte del aparato genital
femenino es conocida como vulva y es una eminencia ovoidea ubi-
cada en el extremo externo de la vagina y en la parte inferior del
abdomen. La vulva a su vez consta de una serie de partes; el pubis
o monte de Venus, que es una región pilosa redondeada y más o
menos prominente. Los labios mayores, que son pliegues cutáneos
situados detrás del monte de Venus; tienen 7 a 8 cm. de largo por 2
a 3 cm. de ancho y rodean la hendidura vulvar. Tenemos los labios
menores o pequeños labios, que se conocen también como ninfas,
que son dos pliegues de piel aplanados y ubicados dentro de los
labios mayores. Encontramos el clítoris, que es un órgano de tipo
eréctil, encima del vestíbulo y en la parte superior y anterior de la
vulva, con una longitud de 2,5 cm. Se dice que el clítoris equivale al
pene en el hombre. Este órgano no es visible a simple vista, pues se
ubica en los pliegues de los labios menores; tiene mucha importancia
desde el ángulo erótico en el acto sexual.

6
TORTORA Y OTRO, ob. cit., pág. 558.

57
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

1.b) También se sitúa entre los órganos externos el meato uri-


nario, que es el extremo de la uretra femenina y evacua hacia el
exterior la orina de la vejiga. Está la región conocida como vestíbulo,
de forma triangular y rodeada por los labios menores o pequeños
labios. Ubicamos, además, el orificio inferior de la vagina, que es
el orificio por el que se abre la vagina o vulva. Se notan marcadas
diferencias al examen de una mujer virgen, la que ha tenido expe-
riencias sexuales y un parto.
1.c) Otra parte de los genitales externos que estamos revisando
es el himen, que tiene relevancia médico-legal, como por ejemplo,
en los atentados sexuales. Podemos decir que el himen es una mem-
brana que tiene formas diversas y se sitúa en la entrada de la vagina.
En las vírgenes esta delgada tela o membrana obstruye parcialmente
la entrada a la vagina y se rompe al primer coito, por regla general.
Se conocen hímenes de diversas formas; por ejemplo, semianular,
anular, labiado, bilabiado, franjeado, etc. En algunos casos el himen
es elástico y en otros sumamente resistente, lo que ha originado
operaciones para poder ejecutar la cópula. Marcela Martínez nos
agrega que “El himen obstruye parcialmente la entrada del pene a
la vagina en las mujeres que no han realizado el coito, sin embargo
esta afirmación no implica una verdad absoluta, ya que puede darse
el caso de mujeres que habiendo sufrido la introducción del miem-
bro masculino, continúen conservando la membrana himeneal en
el mismo estado de obstrucción. O, por el contrario, que sin haber
realizado la cópula, la membrana no presenta tal obstáculo”.7
2. Órganos sexuales medios. Los órganos genitales medios están
formados por la vagina, que es un conducto que va desde la vulva hasta
el cuello del útero. Este órgano hueco, tubular y musculoso comunica
la matriz con los órganos sexuales externos. Tiene una longitud de
6 a 10 cm y paredes musculosas, y se ubica entre la vejiga y el recto.
Entre sus funciones sirve para recibir el pene en el momento de la
cópula y para evacuar los productos de la menstruación.
3. Órganos sexuales internos. Aquí encontramos al útero, las
trompas de Falopio y los ovarios.
a) El útero o matriz es el órgano en el cual se deposita el óvulo
fecundado o huevo. Es un órgano hueco, musculoso, de gruesas
paredes y con forma de pera invertida de unos 7,5 cm. de longitud
aproximadamente. En él se desarrolla el huevo, hasta cuando el feto

7
MARCELA MARTÍNEZ, ob. cit., págs. 12 y 13.

58
CAPÍTULO I. DESCRIPCIÓN GENERAL DE LOS ÓRGANOS SEXUALES MASCULINOS…

está maduro y se produzca el parto y el nacimiento. Se ubica en la


cavidad pelviana, entre la vejiga y el intestino recto, y cuyas medidas
varían de una mujer a otra y si ha existido parto o no. La parte más
angosta del útero o cuello uterino se conecta con la vagina.
b) Las trompas de Falopio son dos tubos musculosos de un gro-
sor más o menos de un lápiz y de 10 a 12 cm. de longitud y que van
desde la parte superior de la matriz o útero a los ovarios, pero sin
unirse. Las trompas u oviductos es donde se produce la fecundación
del óvulo y además conducen el huevo fecundado hasta el útero.
c) Por ultimo, tenemos los ovarios, que prácticamente son las
glándulas sexuales de la mujer, localizadas a ambos lados del útero,
en la parte alta de la cavidad pelviana. Son dos y del tamaño de
una almendra, con un peso de 7 a 8 gr. Dentro de los ovarios se
encuentra una serie de vesículas llamadas folículos. Los ovarios
o gónadas femeninas producen los óvulos, esto es, la ovogénesis,
que analizaremos cuando estudiemos la fisiología de los órganos
sexuales de la mujer.

4. FUNCIONAMIENTO DEL APARATO SEXUAL FEMENINO

Las funciones fundamentales del sistema reproductor de los


órganos sexuales femeninos son: la ovogénesis, la ovulación, la
menstruación y las secreciones hormonales.
1. La ovogénesis es el procedimiento de desarrollo y elaboración
de los óvulos. Es un fenómeno esencialmente biológico y equivale
a la función de la espermatogénesis en el hombre.
2. La ovulación consiste en el desprendimiento y en la expulsión
de un óvulo maduro desde el folículo de Graaf. Se produce perió-
dicamente, en forma mensual, o cada 28 días aproximadamente.
Cuando el óvulo está maduro se considera apto para la fecundación.
Este óvulo maduro y que puede ser fecundado por el espermio, llega
a las trompas de Falopio. Si el óvulo es fecundado se produce el em-
barazo y baja de las trompas de Falopio al útero. En caso contrario,
el óvulo es eliminado.
3. La menstruación o regla es un proceso biológico y que corres-
ponde al flujo sanguíneo y vinculado a la ovulación. No obstante, hay
reglas sin que se haya producido la ovulación. La menstruación es
cíclica durante todos los meses, mientras la mujer tenga la facultad
para procrear o actividad genital. Se inicia en la pubertad y dura

59
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

hasta la menopausia, que se produce aproximadamente entre los 45


y 50 años y se suspende durante el embarazo, pero esto no ocurre
en algunos casos. Está compuesta principalmente por sangre, agua,
células y restos de la mucosa interna.
4. La secreción hormónica es producida por los ovarios. Se co-
nocen la foliculina y la luteína, que son hormonas de tipo sexual, las
que están relacionadas con la actividad sexual y con la fecundación
de la mujer.
5. La luteína es una hormona que también se denomina pro-
gesterona, y esta íntimamente relacionada con el ciclo menstrual,
que comentamos. Se produce en el ovario por el cuerpo lúteo, tiene
importancia en los posibles casos de embarazo. Al tratar esta hor-
mona, el Diccionario Enciclopédico de la Vida Sexual señala: “Hormona
esteroide elaborada por el cuerpo amarillo del ovario en la llamada
fase segunda del ciclo menstrual. En caso de embarazo funciona inten-
samente para que se produzca la implantación del óvulo fecundado,
pasando la mucosa uterina del estado de proliferación producida
por la foliculina, que actúa en la primera fase del ciclo menstrual, a
la secreción. Si el embarazo continúa, el cuerpo amarillo conserva
sus funciones segregando progesterona en cantidades suficientes
para favorecer el embarazo”.8
6. La foliculina, al igual que la luteína, es otra de las hormonas
sexuales producidas por el ovario. El mismo diccionario citado en
el párrafo anterior dice: “Principio activo del folículo del ovario.
En la mujer la secreción foliculínica es de 200 a 400 unidades una
semana antes de la menstruación. Su exceso o defecto puede acarrear
trastornos orgánicos y psíquicos”.9

8
Diccionario Enciclopédico de la Vida Sexual, Ediciones Nauta S.A., t. I a V, 2ª edi-
ción, Barcelona, España, 1975, t. II, pág. 572.
9
Dicc. Vida Sexual, ob. cit., t. II, pág. 283.

60
Capítulo II
FECUNDACIÓN ARTIFICIAL.
PROBLEMAS MÉDICO-LEGALES Y PENALES

1. GENERALIDADES

1.1. INTRODUCCIÓN

1.1.1. Antes de tratar el tema de la fecundación artificial, en


adelante FA, el que desde ya dejamos establecido, no podrá ser
examinado en toda su amplitud y complejidad, dada la naturaleza
sumaria y esquemática de esta obra, ni podremos abarcar todos los
aspectos que pueden tener relación con el mismo, no solo jurídicos,
sino también sociales, morales, religiosos, médicos, biológicos, etc.;
señalaremos ciertas definiciones importantes sobre FA y conceptos
fundamentales sobre la “fecundación natural”.
1.1.2. Son innegables, ahora y en el futuro, las proyecciones
científicas y cuestiones jurídicas de la inseminación artificial, en
adelante IA, como por ejemplo, el establecimiento de los “bancos de
semen”, que entre otros países existen en Japón, Estados Unidos de
Norteamérica, Francia, Colombia, Israel y la Unión Soviética; el con-
gelamiento de los embriones in vitro; los llamados “bebes de probeta
o laboratorio”, la destrucción o descarte de los óvulos fecundados;
la implantación de óvulos fecundados en mujeres distintas a las
que proveen el óvulo, que ha dado lugar al llamado arrendamiento
o alquiler de vientres o úteros; la posible compraventa del semen
a un tercero para producir la FA; el comercio u ofrecimiento de
óvulos fecundados, bancos de óvulos, clínicas para la fecundación
extrauterina, etc.
1.1.3. Se cree que con el uso generalizado de la FA en el matri-
monio, sea con semen del marido o de un tercero, en los casos que
ello proceda, se estaría transformando el acto de la fecundación en

61
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

algo mecánico y físico, desprovisto de todo sentimiento y del amor


que debe reinar en el acto sexual procreativo matrimonial.
1.1.4. Ana María Córdoba Ruiz consigna: “La inseminación
provocada por medios artificiales es uno de los procedimientos
creados por las ciencias médicas y biológicas para lograr el fin
natural de la fecundación cuando existen impedimentos como
son la esterilidad, los factores herenciales y las perturbaciones
síquicas”.1
1.1.5. Estos y otros problemas trataremos de dilucidar en el cur-
so de esta exposición, o al menos dejar lanzada la inquietud como
un asunto de relevancia general y que el Derecho, como conjunto
de normas reguladoras de la conducta, tendrá que solucionar en
breve.

1.2. GENERALIDADES SOBRE LA FECUNDACIÓN NATURAL

1.2.1. El Diccionario de Ciencias Médicas Dorland anota que la fe-


cundación es: “Acción y efecto de unirse el espermatozoide con el
óvulo maduro, para dar origen a un nuevo ser”.2
1.2.2. Para Keymer la fecundación es “La penetración de la
extremidad cefálica del espermatozoide en el interior del óvulo.
La fertilización es la conjugación del pronúcleo macho con el
pronúcleo hembra”.3
1.2.3. Cárdenas, en su volumen Terminología Médica, señala: “Fe-
cundación. Impregnación del óvulo maduro por el espermatozoo
y fusión de los pronúcleos masculino y femenino”.4

1
ANA MARÍA CÓRDOBA RUIZ, Inseminación provocada por medios artificiales, fecun-
dación extrauterina y transferencia embrionaria: ubicación general y situación jurídica,
República de Colombia, Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Ciencias
Jurídicas y Socioeconómicas, Bogotá, Colombia, 1985, pág. 4.
2
Diccionario de Ciencias Médicas Dorland, 3ª edición, Librería El Ateneo, Buenos
Aires, Argentina, 1974, pág. 542.
3
EDUARDO KEYMER FRESNO, Profesor Titular de Clínica Obstétrica Universidad
de Chile, Manual de Obstetricia, Editorial Andrés Bello, Santiago de Chile, 1969,
pág. 35.
4
ENRIQUE CÁRDENAS DE LA PEÑA, Terminología Médica, 2ª edición, Nueva Editorial
Interamericana S.A. de C.V., México, España, Brasil, Colombia, Ecuador, Uruguay,
Venezuela, México, D.F., 1984, pág. 175.

62
CAPÍTULO II. FECUNDACIÓN ARTIFICIAL. PROBLEMAS MÉDICO-LEGALES Y PENALES

1.2.4. Mommsen la describe como un “proceso de la unión del


óvulo materno con la célula espermática paterna. Esta unión es el
punto de partida del desarrollo de un nuevo ser”.5
1.2.5. Desde el punto de vista de la fisiología, es el acto de impreg-
nación del elemento femenino “óvulo” por el elemento masculino
“espermio o espermatozoide”.
1.2.6. En la especie humana se produce la fecundación natural
por la cópula sexual, esto es, la introducción del miembro viril en
la vagina de la mujer, seguida de la eyaculación.
1.2.7. Para que se esté frente a una fecundación debe existir de
parte del hombre y de la mujer capacidad sexual. No deben ser los
agentes impotentes ni estériles o infecundos y tanto la célula mas-
culina –el espermio– como la femenina –el óvulo– deben reunir las
condiciones fisiológicas para la fusión y originar un nuevo ser.
1.2.8. Deben ser ambas personas, hombre y mujer, aptas para la
procreación; en especial en lo que se refiere al aspecto y madurez
sexual, es decir, tener capacidad para realizar el acto sexual y para
engendrar.
1.2.9. La fusión de la célula germinal masculina con la femenina
produce el huevo o cigoto, el que se implanta por regla general en
el útero, y se da comienzo a la existencia de un nuevo ser, llamada
existencia natural de la persona.
1.2.10. Se inicia en esta etapa, desde el punto de vista médico-legal,
la vida intrauterina. Una vez producida la fecundación, se da comien-
zo al embarazo, proceso que termina con la expulsión del producto
maduro de la fecundación mediante el parto y nacimiento.
1.2.11. Incluso se estima que desde el momento de la fusión de
los gametos, pronúcleos masculino y femenino, se produce la vida
propiamente tal. Desde ese instante hay vida humana.

1.3. DEFINICIONES

1.3.1. Transcribiremos las más importantes definiciones sobre


la Inseminación Artificial (IA), que han formulado los diversos
autores y tratadistas, para el mejor desarrollo del tema.

5
Dr. H. MOMMSEN, Diccionario Médico Labor para la Familia, Editorial Labor S.A.,
Barcelona, Madrid, Buenos Aires, Bogota., Caracas, Lisboa, Quito, Río de Janeiro,
México, Montevideo, 1972, pág. 313.

63
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

1.3.2. Según René Martínez Miranda, “es la unión íntima de las


dos células sexuales germinativas, obtenidas mediante la introducción
del semen en el aparato genital femenino, por artificio humano o
medios mecánicos”.6
1.3.3. Para J. A. Gisbert Calabuig: “se conoce con este nombre la
introducción del semen en el interior del canal genital femenino,
de un modo voluntario, por procedimientos mecánicos y sin que
haya habido aproximación sexual”.7
1.3.4. Para otros: “se considera la Inseminación Artificial un
procedimiento médico capaz de llevar a la intimidad uterina de la
receptora el espermatozoide de un dador sin la intervención de la
conjunción carnal”.8
1.3.5. “En un sentido genérico, puede considerarse que Fecun-
dación Artificial (FA) es todo método artificioso o procedimiento
distinto de los métodos dados por la naturaleza para lograr la fe-
cundación.”
En sentido estricto, se llama FA aquella en la cual la substan-
cia genital se obtiene por procedimientos de polución, prácticas
onanísticas, o por cualquier otro medio distinto del acto conyugal,
natural y normal, para introducir posteriormente y por medio de
instrumentos especiales dicha substancia, así obtenida, en los res-
pectivos órganos femeninos, para provocar la fecundación”.9
1.3.6. Se dice también que la FA “consiste en la fecundación
por medio de esperma humano fresco, recogido in vitro, y luego
colocado en la vagina”.10
1.3.7. “La IA es el proceso por el cual el esperma del esposo es
introducido en forma mecánica en la vagina o útero de su esposa, al
mismo tiempo que se calcula la concepción como la posibilidad mas
viable que pudiese ocurrir, o el esperma de un donante es insertado
en vez del esperma del esposo”.11

6
RENÉ MARTÍNEZ MIRANDA, La Fecundación Artificial, Memoria de Prueba, Uni-
versidad Católica de Chile, Escuela de Derecho, Santiago de Chile, 1966, pág. 26.
7
J. A. GISBERT CALABUIG, Medicina Legal y Práctica Forense, Editorial Saber, Va-
lencia, España, 1957, pág. 524.
8
WANDERBY LACERDA PANASCO, La Responsabilidad Civil, Penal y Ética de los Médicos,
Edición Compañía Editora Forense, Río de Janeiro, Brasil, 1984, pág. 305.
9
ALEJANDRO KARMY KARMY, La Inseminación Artificial en los Seres Humanos, Memoria
de Prueba, Universidad Católica de Valparaíso, Chile, 1957, pág. 7.
10
VARGAS, ob. cit., pág. 242.
11
JAMES LESLIE MCCARY, STEPHEN P. McCARY, Sexualidad Humana de McCary, 4ª
edición, Editorial El Manual Moderno S.A., de C.D., México, D.F., 1983, pág. 72.

64
CAPÍTULO II. FECUNDACIÓN ARTIFICIAL. PROBLEMAS MÉDICO-LEGALES Y PENALES

1.3.8. La FA de la mujer: “Se entiende que se realiza sin cópula:


los espermatozoides son artificialmente llevados al interior de los
órganos genitales de la mujer. Mejor se diría tal vez: fecundación
por medios artificiales”.12
1.3.9. Para Bonnet es “el procedimiento científico en virtud
del cual una cantidad determinada de esperma humano fresco se
deposita en un fondo de saco vaginal de la mujer, a los efectos de
obtener su fecundación”.13
1.3.10. “Por ‘procreación artificial’ o fecundación artificial’ se
entienden aquí los diversos procedimientos técnicos encaminados
a lograr la concepción de un ser humano por una vía diversa de la
unión sexual del varón con la mujer”.14
1.3.11. El doctor en Teología y en Derecho don Tarsicio Herrero
del Collado le da a la fecundación artificial el siguiente significado:
“Toda operación que tiende a hacer germinar el óvulo con los esperma-
tozoides masculinos mediante procedimientos no naturales. El modo
más expresivo de estas manipulaciones es el realizado in vitro”.15
1.3.12. Herrero en su texto define términos de importancia y so-
bre la fecundación apunta: “Así, pues, entendemos por inseminación
natural los medios que tiene la naturaleza para poner en contacto los
dos elementos ontogénicos. La inseminación artificial es el hecho mé-
dico mediante el cual se introduce en el aparato genital femenino el
semen previamente recolectado. Y la fecundación artificial es la unión
y fusión de dichos elementos, de los que se obtiene el huevo, principio
del nuevo ser, con procedimientos fuera de los naturales”.16
1.3.13. Robert Clarke, en su volumen Los Hijos de la Ciencia,
conceptualiza así la inseminación artificial: “El medio más simple de
imitar la naturaleza cuando se plantea un problema de esterilidad, es
colocar artificialmente los espermatozoides en los órganos genitales
femeninos, allí donde se encontrará con el óvulo”.17

12
GÓMEZ, ob. cit., pág. 330.
13
BONNET, ob. cit., t. II, pág. 1119.
14
Instrucción sobre el Respeto de la Vida Humana Naciente y la Dignidad de la Pro-
creación, Congregación para la Doctrina de la Fe, Ediciones Paulinas, impreso en
Chile, 1987, pág. 21.
15
TARSICIO HERRERO DEL COLLADO, La Inseminación Artificial Humana ante el
Derecho Penal. Prólogo de José María Stampa Braun, Catedrático de la Facultad
de Derecho de la Universidad de Granada. Universidad de Granada, Facultad de
Derecho, Departamento de Derecho Penal, 1969, pág. 6.
16
HERRERO, ob. cit., pág 7.
17
ROBERT CLARKE, Los Hijos de la Ciencia, Emecé Editores, Buenos Aires, Ar-
gentina, 1986, pág. 56.

65
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

1.3.14. Córdoba Ruiz dice: “La inseminación provocada por


medios artificiales es un procedimiento médico que consiste en
depositar el semen en el útero o en la vagina de la mujer, para así
facilitar su encuentro con el óvulo y su eventual fecundación, cuando
existe algún obstáculo para que todo el mecanismo se lleve a cabo
de manera natural”.18
1.3.15. Esta misma autora define la FIVET (fecundación ex-
trauterina y transferencia embrionaria) de la siguiente forma: “Es
un procedimiento médico que consiste en facilitar la fusión del
espermatozoide con el óvulo fuera del organismo femenino y su
transferencia al útero con el fin de buscar su implantación y desa-
rrollo fetal hasta el nacimiento”.19

1.4. DENOMINACIONES

Los autores, tanto médicos legistas como médicos en general,


juristas y penalistas, que se han preocupado de la FA, emplean una
serie de denominaciones, que estimamos de interés consignar, pero
que técnicamente tienen un significado distinto, tales como:
1.4.1. Fecundación instrumental: Por el uso de instrumentos,
jeringas, probetas, tubos de ensayo, que son medios distintos de los
naturales del ser humano.
1.4.2. Inseminación instrumental: Similar a lo anterior, se insemina
a la mujer por procedimientos en los que no concurre el coito.
1.4.3. Fecundación externa o extracorpórea: Se realiza la fecun-
dación fuera del cuerpo de la mujer, no en el útero.
1.4.4. Fecundación extrauterina: Idéntico al caso precedente,
fuera del útero.
1.4.5. Fecundación in vitro: Se practica la fecundación en un
laboratorio, en probeta, tubo, etc.
1.4.6. Fecundación sin cópula sexual: Fecundación efectuada
sin el acceso carnal del hombre en la mujer.
1.4.7. Fertilización terapéutica: La que se hace cuando la fecun-
dación natural no opera.
1.4.8. Fertilización matrimonial: La ejecutada dentro del matri-
monio por los cónyuges.

18
CÓRDOBA, ob. cit., pág. 18.
19
CÓRDOBA, ob. cit., pág. 149.

66
CAPÍTULO II. FECUNDACIÓN ARTIFICIAL. PROBLEMAS MÉDICO-LEGALES Y PENALES

1.4.9. Inseminación artificial humana: Fecundación no producida


por medios naturales.
1.4.10. Embarazo posfertilización in vitro: Embarazo obtenido
después de la fecundación in vitro.
1.4.11. Fecundación ovular extracorpórea: Fecundación fuera
del vientre o seno materno.
1.4.12. Fecundación ovular extracorpórea e implantación se-
cundaria en la mucosa uterina del huevo. Fecundación fuera de
los órganos genitales de la mujer y anidación del huevo en el
útero.
1.4.13. Fecundación in vitro y transferencia del embrión: Fecun-
dación practicada in vitro y la transferencia del embrión al útero.

1.5. BREVES ANTECEDENTES HISTÓRICOS SOBRE LA FECUNDACIÓN


ARTIFICIAL

1.5.1. Se cree que por primera vez fue usado el procedimiento


de la FA en el siglo XIV por los árabes, para mejoramiento de la raza
equina, fecundándose en forma artificial a una yegua.
1.5.2. En 1680, Swammerdam realiza los primeros ensayos de
FA en peces, los cuales han llevado desde entonces al fomento de
la piscicultura artificia1.20
1.5.3. Para otros, el primer científico que comenzó su práctica
experimental fue Marcelo Malpighi (1628-1694), quien llegó a fe-
cundar artificialmente huevos del gusano de seda.
1.5.4. En 1776, el biólogo italiano Abate Lazaro Spallanzoni
demostró que los óvulos pueden ser fecundados artificialmente,
al emplear con éxito este método en insectos, ranas, perros y otros
mamíferos.
1.5.5. Posteriormente fue practicada con éxito en diversos ani-
males, principalmente por P. Rossi (1872) y por E. Ivanov (1889-
1930).
1.5.6. En la especie humana, la IA propiamente tal fue practi-
cada una que otra vez durante mucho tiempo, de tal manera que
hasta 1927 sólo se habían registrado 88 casos con 33 aciertos.
20
MARÍA ROJAS DE PELÁEZ, La Inseminación Artificial (fertilización terapéutica) frente
al Derecho, Tesis de grado para optar al título de Abogado, República de Colombia,
Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Ciencias Jurídicas, Bogotá, 1981,
pág. 47.

67
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

1.5.7. La primera experiencia positiva realizada en una mujer fue


la de John Hunter, aproximadamente en 1799. Años más tarde, el gi-
necólogo J. M. Sims repetiría y perfeccionaría dicha experiencia.
1.5.8. Después de 1930, el uso de la IA se difundió rápidamente,
particularmente en los países anglosajones; tanto es así que solo en
Estados Unidos, antes de 1940, se habían practicado alrededor de
10.000 inseminaciones artificiales seguidas de embarazo, empleán-
dose en 3.649 casos esperma de un extraño.21
1.5.9. Tratándose de la fecundación extrauterina, los antecedentes
que se poseen sobre ella son mucho más recientes que la IA.
1.5.10. Hacia fines de 1930 el zoólogo británico Gregory Pincus
logró la activación artificial de un óvulo no fecundado de una coneja,
y el primer parto de un conejo vivo sin padre.
A partir de 1940 las experiencias e investigaciones se extendieron
a los seres humanos. Así tenemos las de los científicos Rock y Menkin
(1944), Landium y Shettles (1953), Petrov (1958) y Moricard (1959).
Todos ellos lograron fecundaciones in vitro, aunque no pudieron
prolongar la vida del embrión por más de 5 ó 6 días.22
1.5.11. Entre 1960 y 1961 el biólogo italiano Daniele Petrucci logró
el desarrollo de embriones in vitro, uno de los cuales logró mantenerse
vivo por seis días e incluso llegó a filmarse. Tal experimento marcó
un verdadero hito en la materia, y a Petrucci, un notable avance en
el estudio del desarrollo embrional desde la fecundación.23
1.5.12. Rodríguez Devesa, en su obra Derecho Penal Español, nos
dice: “Los ingleses Edwards, Bevister y Steptoe han conseguido en
1969 realizar un doble experimento: la maduración de óvulos inma-
duros y su fecundación con espermatozoides in vitro”.24
1.5.13. En 1978, el ginecólogo Patrick Steptoe y el fisiólogo Robert
Edwards, ambos ingleses, investigadores en genética, perfeccionaron
el sistema de fertilización artificial, y con posterioridad en varios
países, entre ellos Chile, se han dedicado a repetir la experiencia
del caso Brown.
1.5.14. Sobre el bebé Brown se ha escrito bastante, ya que se
trata del primero con éxito de la llamada FA in vitro. En el mes de

21
RENÉ MARTÍNEZ, ob. cit., pág. 27.
22
EDUARDO ZANNONI, Inseminación Artificial y Fecundación Extrauterina. Proyecciones
Jurídicas, Editorial Astrea, Buenos Aires, Argentina, 1978, pág. 21.
23
ZANNONI, ob. cit., pág. 22.
24
JOSÉ MARÍA RODRÍGUEZ DEVESA, Derecho Penal Español, Parte Especial, 8ª edi-
ción, Madrid, España, 1980, pág. 85.

68
CAPÍTULO II. FECUNDACIÓN ARTIFICIAL. PROBLEMAS MÉDICO-LEGALES Y PENALES

julio de 1978 nació en Inglaterra, en el Oldham Hospital, ubicado


en Oldham Mumps, cerca de Manchester, Luisa Brown, de 3,300
kg. Su madre, doña Lesley Brown, de 32 años, tenia problemas de
impotencia generandi, al no poder quedar embarazada o impregnada,
ni ser fecundada en forma natural por su marido.
1.5.15. La señora Brown tenía obstruidas las trompas de Falopio.
Para ser fecundada artificialmente, se le extrajo previamente un
óvulo, el que fue unido al espermio de su marido en un laboratorio,
produciéndose con repercusiones mundiales la “fecundación in vitro
o gestación en tubo de ensayo”, para posteriormente ser implantado
el óvulo ya fecundado en el útero de la madre.
1.5.16. El Dr. Barnard declaró: “Con este nacimiento se demostró
que el bloqueo de las trompas de Falopio que impedía concebir a las
mujeres ya no constituye un impedimento para la maternidad.
Un óvulo de la señora Brown se colocó en una placa de Petri junto
a espermatozoides de su marido, manteniendo el cultivo durante
dos días y medio. Después el embrión fue implantado en el útero
de la señora Brown, donde se desarrolló normalmente”.25
1.5.17. Clarke, en su texto referente a los embriones conge-
lados e inseminados, dice: “Un equipo australiano, dirigido por
el doctor Wood, consiguió hacer nacer en marzo de 1984 una
niña, Zoe, de un embrión que había estado congelado y después
se descongeló. Sobre los seis óvulos extraídos de su madre, tres
habían sido implantados sin éxito, después de su fertilización en
probeta. Los otros tres, almacenados en frío, fueron implantados
dos meses después y uno de ellos dio nacimiento a Zoe, en forma
prematura, pero en buen estado de salud, en el Queen Victoria
Hospital de Melbourne”.26
1.5.18. También en el año 1978 nace en la India, Calcuta, un
varón con procedimiento similar al ya citado de Brown, pero el óvulo
se había sometido a enfriamiento por un lapso de dos meses. Igual
sucedió posteriormente en otros casos en Escocia.
1.5.19. En Chile, entre los meses de mayo y junio de 1984, un
equipo de médicos chilenos, entre ellos el Dr. Alberto Costoya A.,
jefe del Proyecto In Vitro, realizó FA en laboratorio, y después se ha
sabido de otros nacimientos.
25
Dr. CHRISTIAN BARNARD, La Máquina del Cuerpo, Ediciones Generales Anaya,
S.A., versión española: Dr. Alberto Oriol Bosch, Decano de la Facultad de Medicina
Universidad Complutense de Madrid, España, 1981, pág. 230.
26
CLARKE, ob. cit., pág. 211.

69
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

1.5.20. En julio de 1985, falleció en Chile, en un accidente


aéreo, el matrimonio Ríos, radicado en Australia, dejando dos
embriones congelados en el Hospital Reina Victoria de Melbourne
de ese país.
1.5.21. Se han conocido ciertos casos precedentes de fecundación
artificial ampliamente por la publicidad de que han sido objeto, y
estos nuevos seres se han denominado “bebés de probeta” o “niños
de probeta o tubo” o “bebé o niño tubo de ensayo”.
1.5.22. Se critica la denominación de “guagua de probeta”, “bebé
de probeta”, pues la gestación no se lleva dentro de una probeta, un
frasco, retorta o un tubo de ensayo. Lo que en la practica sucede es
que el óvulo extraído se deposita en un aparato o cápsula fabricada
de vidrio; de ahí proviene el termino in vitro. En esta cápsula se
reproduce el ambiente materno y se hace la fecundación con los
espermios; pero el embarazo sigue después en el seno de la mujer.
Por esto no se trata de un ser gestado en una probeta.
1.5.23. Según Bonnet, el término “bebé de probeta” es anti-
científico, y no solo se presta para sensacionalismos, sino también
a un “exhibicionismo” profesional reñido a la conducta ética de la
Medicina.27
1.5.24. Steptoe, ginecólogo inglés, y Edwards, fisiólogo, ya aludidos,
que intervinieron en la fecundación del óvulo extraído del ovario,
para ser fecundado con espermios, mediante un procedimiento
científico, lo denominan “inseminación artificial humana in vitro”
(1978). Por su parte, los doctores Hilso, Bruce y Sims denominan
estas situaciones como “embarazo posfertilización in vitro”.28
1.5.25. Robert Clarke señala: “Más de mil niños ya han nacido
en el mundo de esta aventura que no hace mucho se consideraba
privativa de las novelas de ciencia ficción y que consiste en reemplazar
el vientre de la madre por un tubo de vidrio y hacer que se encuen-
tren en una probeta los espermatozoides y el óvulo. A los biólogos
no les agrada el término bebés de probeta y prefieren denominar
a esta técnica fecundación in vitro, lo que significa exactamente lo
mismo”.29
1.5.26. R. Clarke, en su obra citada, agrega: “En Inglaterra, Robert
C. Edwards, pionero del método, estima que mil doscientas mujeres

27
BONNET, ob. cit., t. II, pág. 1122.
28
Ibíd.
29
CLARKE, ob. cit., pág. 173.

70
CAPÍTULO II. FECUNDACIÓN ARTIFICIAL. PROBLEMAS MÉDICO-LEGALES Y PENALES

ya han obtenido el beneficio de la fecundación in vitro, pasando el


índice de embarazos del dieciséis por ciento en 1980 al treinta por
ciento en 1983. En la Universidad de Cambridge, donde él trabaja,
trescientos veinte embarazos verificados resultaron en el nacimiento
de ciento treinta y nueve niños, entre estos, trece parejas de gemelos;
la proporción de abortos tiende a aumentar a medida que se utiliza
el método con mujeres de más edad, lo que antes no se hacía. Ac-
tualmente se acepta fecundar de esta manera a pacientes de más de
cuarenta años. Por supuesto que la vigilancia de las anomalías del
feto, que se realiza sistemáticamente en todas las pacientes hacia los
cuatro meses de embarazo, es aún más severa en el caso de las que
tienen más de treinta y cinco años”.30
1.5.27. Los autores Rodríguez y López, en su libro La Fecun-
dación “In Vitro”, agregan: “Desde 1981 la fertilización in vitro se
ha ido estableciendo como procedimiento clínico, y embarazos y
nacimientos se han sucedido en los diversos centros especializados
del mundo. En los Estados Unidos, el primer éxito tiene lugar en
diciembre de 1981. En Italia, en enero de 1983. En España, hasta
enero de 1985, cinco niños y cuatro niñas deben su nacimiento al
programa FIVET”.31
1.5.28. Para Barnard: “La Inseminación Artificial, con semen
del marido o de otro donante, permite tener hijos a muchas parejas
estériles. El semen se almacena para ser introducido en la mujer en
el momento óptimo para la fertilización”.32
1.5.29. Hemos tenido noticias de otros nacimientos mediante el
procedimiento de la fecundación in vitro, ocurridos en Los Ángeles
(Estados Unidos), en Melbourne (Australia), durante el año 1984;
en España, en el ano 1985, y a la fecha se aplica en otros países con
resultados positives en ciertos casos.

1.6. CONCLUSIONES

1.6.1. Puede concluirse de las definiciones anotadas que lo esen-


cial en la fecundación artificial humana es la introducción del semen
con espermios aptos para fecundar en los órganos sexuales de la
30
CLARKE, ob. cit., pág. 185.
31
RODRÍGUEZ LUÑO y R. LÓPEZ MONDEJAR, La Fecundación “In Vitro”, 2ª edición,
Ediciones Palabra, Madrid, España, 1986, pág. 24.
32
BARNARD, ob. cit., pág. 24.

71
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

mujer, sin que exista cópula o acto sexual normal, por métodos o
procedimientos artificiales.
1.6.2. Todos los autores ponen el acento en la falta de cópula
sexual, y que la finalidad conlleva el producir la fecundación por
regla general.
1.6.3. En todo caso, la fecundación siempre va a ser natural, pues
se impregna el gameto femenino –óvulo– con el masculino –esper-
mio–, y lo que es artificial es el método, forma o medio de que se
vale la ciencia médica para realizarla. No se ha descubierto hasta la
fecha, o inventado por la ciencia médica, otro procedimiento para
producir la fecundación humana que el natural, esto es, la fusión
del óvulo con el espermio.
1.6.4. El método científico, y el que será examinado más adelante,
es el artificial, pues no se usa el conducto normal y natural, que es el
acto sexual, sino que se efectúa la FA en un laboratorio, en probeta
o in vitro, o haciendo llegar el espermatozoide a las vías genitales
femeninas sin la realización de la cópula sexual.
1.6.5. La FA se realiza fuera del cuerpo de la mujer, no en las
trompas de Falopio, que es el lugar natural, y una vez que el óvulo se
ha fecundado, se lleva al seno materno, al útero, donde se desarrolla
la etapa del embarazo, que culmina con la expulsión del producto
o nacimiento.
1.6.6. Desde el mismo momento que se produce esta unión de
las células germinativas masculina y femenina, se forma una nueva
vida, una célula humana distinta de sus progenitores, huevo o cigoto.
Se comienza una vida, se está en presencia de la existencia natural
de la persona. Hay un nuevo ser humano en gestación.
1.6.7. De las definiciones señaladas anteriormente, para los au-
tores, se desprende que es sinónima la terminología fecundación
artificial con inseminación artificial, y consisten, ambas, en llevar el
semen a los órganos sexuales de la mujer sin la intervención de la
cópula sexual.
1.6.8. Uribe, sobre los términos o conceptos que se emplean en
fecundación artificial, dice: “Evidentemente no existe fecundación
artificial o inseminación artificial propiamente dicha, que solo podría
darse cuando la fecundación se hiciere por medios artificiales en sí,
como algunas excitaciones físicas o químicas sobre el óvulo, para
producir su multiplicación sin participación de su natural elemento
fecundante: el espermatozoide. La inseminación artificial sería la
impregnación artificial de la mujer por el semen, pero la expresión

72
CAPÍTULO II. FECUNDACIÓN ARTIFICIAL. PROBLEMAS MÉDICO-LEGALES Y PENALES

encaja mejor en los dominios de la ganadería y no muy bien para


referirla a la especie humana”.33
1.6.9. El memorista Morelli añade: “Al referirnos a fecundar arti-
ficialmente no estamos indicando medio determinado alguno para
efectuarla, cualquiera bastaría. En cambio, si se trata de inseminar
artificialmente se está indicando el medio a emplearse, que es el
semen y no uno de naturaleza diversa, como podría ser el calor u
otros de índole físico-química. Dentro de estos medios físico-químicos
podríamos citar, además, la electricidad, y, tal vez, la exposición de
los óvulos a la radiactividad”.34
1.6.10. R. Martínez señala: “De todos los conceptos expuestos
más arriba, se desprende que la fecundación artificial no es una
nueva clase de fecundación, sino que tan solo es un procedimiento
o método destinado a introducir el semen en los órganos genitales
internos femeninos a fin de realizar la consecuente fecundación, la
cual, indudablemente, siempre será natural, puesto que esta solo
tiene lugar cuando la célula espermática se une con la célula ovular,
fenómeno que no podemos realizar artificialmente en la especie
humana.
De todos modos, aunque el término de fecundación artificial es
incorrecto, se tiene que emplear, puesto que ha sido usado durante
mucho tiempo”.35
1.6.11. Luís Martínez-Calcerrada explica: “Las palabras ‘insemi-
nación’ y ‘fecundación’ se utilizan, a veces, sin excesiva propiedad
y casi confundiéndolas, cuando cabría decir que la primera alude a
un proceso que será la causa o desembocará en la segunda; o sea, se
insemina para fecundar, de ahí que sean los modos de inseminar o, in-
cluso, los de fecundar, el tema adquiere un alcance amplísimo”.36
1.6.12. Más adelante, aclara: “O sea, conviene puntualizar que
la IA, en rigor o propiamente dicha, de primer grado, en lenguaje
de comprensibilidad y como su literalidad indica, solo tiene de ‘ar-

33
GUILLERMO URIBE CUALLA y CAMILO URIBE GONZÁLEZ, Medicina Legal, Toxico-
logía y Psiquiatría Forense, 11ª edición, Editorial Temis Librería, Bogota, Colombia,
1981, pág. 691.
34
PATRICIO MORELLI RUIZ, La Fecundación Artificial Frente al Derecho Civil y Penal,
Memoria de Prueba para optar al grado de Licenciado en Ciencias Jurídicas y So-
ciales de la Universidad de Chile, Editorial Universitaria S.A., Santiago de Chile,
1959, pág. 8.
35
RENÉ, MARTÍNEZ, ob. cit., pág. 26.
36
LUÍS MARTÍNEZ-CALCERRADA, Derecho Médico, vol. I, Derecho Médico General y
Especial, Tecnos, Madrid, España, 1986, pág. 475.

73
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

tificial’ o de no natural el medio de conexión del espermatozoide


con el óvulo, ya que el resto de las funciones orgánicas o de génesis,
es decir, la fecundación y posterior gestación o embarazo, perma-
necen bajo las leyes de la naturaleza o con un soporte intrauterino.
Así pues, en la IA la fecundación es natural, con lo que, de suyo,
se diferencia de antemano este procedimiento técnico o de artifi-
cio con los restantes que también se ciernen sobre el problema de
alumbramiento de seres vivos, descomponiendo o sustrayendo algún
elemento a la naturaleza”.37

2. LA FECUNDACIÓN ARTIFICIAL PROPIAMENTE TAL

2.1. CLASES DE FECUNDACIÓN ARTIFICIAL

2.1.1. Los autores indican varios tipos de IA, pero la más cono-
cida se refiere a que si el esperma o espermio que se va a usar o a
inocular es del marido o de un tercero, o sea, a su origen. Otros,
conforme al medio, nos señalan la FA extrauterina y la fecundación
in vitro (FIV).
2.1.2. Cuando el espermio es del marido de la mujer a la cual se
le practicará la FA, se conoce como fecundación artificial homóloga,
matrimonial, conyugal, consorcial o autoinseminación. Cuando la célula
germinal masculina no es del cónyuge, sino de un tercero –dador o
donante–, se denomina fecundación artificial heteróloga, extramatri-
monial, extraconyugal, por tercería o heteroinseminación.
2.1.3. Para Hans Luttger, “y desde el punto de vista de la proble-
mática jurídico-penal, se distinguen dos especies de IA:
2.1.3.1. La inseminación homóloga o matrimonial, en que el
semen del marido es aplicado a la esposa.
2.1.3.2. La inseminación heteróloga o extramatrimonial, que
designa la inseminación de una mujer no casada (incluyendo las
divorciadas o viudas), o el caso de una mujer casada inseminada
con el semen de un hombre que no es su marido”.38
2.1.4. Otros, y sobre este mismo punto, estiman que podría
darse nuevo tipo o nomenclatura cuando se usa una mezcla de

MARTÍNEZ-CALCERRADA, ob. cit., págs. 476 y 477.


37

HANS LUTTGER, Medicina y Derecho Penal, Publicaciones del Instituto de Cri-


38

minología de la Universidad Complutense de Madrid, Editoriales de Derecho


Reunidas (EDERSA), Madrid, España, 1984, pág. 14.

74
CAPÍTULO II. FECUNDACIÓN ARTIFICIAL. PROBLEMAS MÉDICO-LEGALES Y PENALES

los espermios del marido con los de un tercero o terceros, y se


originaria la “inseminación artificial mixta”, y tendría aplicación
cuando existan dudas sobre la capacidad para fertilizar de los es-
permios del marido.
2.1.5. También se conoce la llamada “inseminación artificial pós-
tuma o post mortem”, cuando se emplean espermios que han quedado
almacenados y congelados en un banco de semen y el dador fallece
con posterioridad, y es inseminada su viuda u otra mujer.
2.1.6. Luís Martínez-Calcerrada distingue dos clases de insemi-
nación post mortem:
–“Inseminación propiamente dicha, si es el semen del marido
premuerto el congelado y el que, por tanto, tras su descongelación
se hace penetrar en la vagina para su encuentro fecundante con el
óvulo.
– Fecundación in vitro con transferencia del embrión: cuando el
semen también congelado del marido se descongela y en el laboratorio
se le conexiona con un óvulo de la esposa, surgiendo así el embrión,
que a su vez puede en seguida inyectarse intrauterinamente, o bien
permanecer congelado para su posterior trasplante”.39
2.1.7. Se distingue además entre la FA instrumental o que es
cuando se hace llegar la célula germinal masculina a los órganos
genitales internos de la mujer por medio de procedimientos médicos,
físicos o mecánicos, y la llamada FIV, en la cual se extrae el óvulo
de la mujer y se fecunda con el espermio, en una probeta, o en
una placa en un laboratorio, para después de fecundado llevarlo al
útero de la mujer, donde se implanta para que prosiga el desarrollo
normal del embarazo.
2.1.8. El memorista señor René Martínez nos señala que la FA,
según los autores y atendiendo al acto sexual, se divide en:
2.1.8.1. Fecundación artificial propiamente dicha, en donde la
técnica interviene en todos los tipos de la misma, desde la procura-
ción del semen hasta su introducción en las partes más profundas
del aparato femenino, quedando excluida toda unión directa entre
las dos partes.
2.1.8.2. Fecundación artificial impropiamente dicha, en la cual,
una vez realizada la cópula, interviene el arte del médico, ayudando
a la naturaleza.40

39
LUÍS MARTÍNEZ-CALCERRADA, ob. cit., págs. 511 y 512.
40
RENÉ MARTÍNEZ, ob. cit., pág. 28.

75
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

2.1.9. En su tesis de grado, doña María Rojas de Peláez escri-


be:
“Hay dos tipos principales de inseminación artificial:
Uno homólogo: En el cual solo se utiliza semen del marido. Otro
heterólogo: Que lo emplea de un donante.
Un tercer tipo se vale del método mixto, el cual aprovecha una
pequeña cantidad del semen del cónyuge que se agrega a la de un
donante. Este último sistema se practica cuando el esposo tiene una
severa oligospermia, pero no carece por completo de semen.
Realmente, la inseminación mixta ofrece solo una posibilidad
remota de que el semen del esposo fecunde el huevo, ya que el es-
pécimen del donante tiene un número mayor de espermatozoides
activos; pero el procedimiento puede ser de gran ayuda psicológica
para la pareja, anotan los médicos”.41
2.1.10. La doctora en Derecho Esperanza Vaello Esquerdo, en
su obra al tratar los tipos de inseminación artificial, expone: “Pres-
cindiendo de la inseminación artificial de mujer soltera o viuda, ya
sea con su voluntad o sin la misma, señalemos que la que afecta a
la mujer casada puede darse también mediando su consentimiento
o sin él. Cuando la casada consienta tal acto, habrá que distinguir
a su vez si se ha realizado con semen de su marido (inseminación
homóloga), o bien con semen de un tercero (inseminación hete-
róloga), en cuyo caso tendrá gran importancia determinar si se
ha llevado a cabo con conocimiento del esposo o ignorando este
tal hecho”.42
2.1.11. Los alumnos Carlos Darío Martínez Acosta y Andrés
Uprimny Yepes, en su tesis de grado, analizan las siguientes cla-
ses de inseminación artificial, dejando en claro que ellos estiman
equivalentes los términos de fecundación artificial e inseminación
artificial:
“En primer lugar, tenemos la inseminación homóloga: con se-
men del esposo.
En segundo lugar, tenemos la inseminación heteróloga: con
semen de un donante. Pueden presentarse dos situaciones:
a) Con aceptación del esposo: ello reviste carácter de paterni-
dad.
41
MARÍA ROJAS, ob. cit., pág. 46.
42
ESPERANZA VAELLO ESQUERDO, Los Delitos de Adulterio y Amancebamiento, Prólo-
go del Prof. A. Sainz Cantero, Bosch, Casa Editorial S.A., Urgel, 51 bis, Barcelona,
1976, pág. 141.

76
CAPÍTULO II. FECUNDACIÓN ARTIFICIAL. PROBLEMAS MÉDICO-LEGALES Y PENALES

b) Sin consentimiento del esposo: al nacer el niño, no tendrá


calidad de padre”.43
2.1.12. Patricio Morelli menciona: “La inseminación artificial
en seres humanos puede ser homóloga o heteróloga. Es homóloga
cuando el semen usado pertenece al marido de la paciente, y hete-
róloga, cuando pertenece a un tercero”.44
2.1.13. Martínez-Calcerrada indica otra forma de inseminación, que
denomina de inseminación con tercería maternal: “Cuando el semen
marital causa la concepción/gestación, interviniendo en el proceso,
al principio –concepción– o durante/final –gestación y alumbramien-
to– otra mujer distinta a la esposa. En rigor, como se verá, todos estos
procedimientos lo son de fecundación y no de inseminación strictu
sensu, porque en ninguno es admisible esta, o clásica eutelegenesia o
IA de primer grado, que equivaldría a depositar el semen del marido,
por un artificio, en la vagina de mujer extraña a la esposa, y por tanto
sin que en el proceso total concepción/gestación intervenga en abso-
luto la esposa, lo que casi se podría confundir –en lenguaje coloquial
o paternalista– con un ‘pseudoadulterio’. Son variantes:
– Fecundación in vitro con óvulo de tercera. Cuando la esposa
no puede ovular o sus óvulos son estériles, se recurre al ‘préstamo’
de un óvulo de otra mujer, el cual es fecundado in vitro con semen
del marido, y luego depositado –TE– el embrión resultante en el
útero de la esposa para su gestación.
–FIV y TE en útero de tercera. Cuando el embrión resultante de
la yuxtaposición semen marido y óvulo esposa, y por la tara intrau-
terina de esta o, incluso, cuando por fallecimiento de la esposa se
congelaron sus óvulos, se transfiere al útero de la tercera o mujer
extraña, quien en su seno lo gesta o alumbra”.45

2.2. GENERALIDADES SOBRE LA IMPOTENCIA Y EMPLEO DE LA


FECUNDACIÓN ARTIFICIAL

2.2.1. Desde el punto de vista médico, existen ciertos casos o


situaciones en que puede practicarse la IA, en especial cuando hay

43
CARLOS DARÍO MARTÍNEZ ACOSTA Y ANDRÉS UPRIMNY YEPES, El Feto Humano, Tesis
de grado para optar al título de Abogado, Pontificia Universidad Javeriana, Facultad
de Ciencias Jurídicas y Socioeconómicas, Bogotá, D.E., abril de 1984, pág. 78.
44
MORELLI, ob. cit., pág. 11.
45
LUÍS MARTÍNEZ-CALCERRADA, ob. cit., págs. 513 y 514.

77
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

incapacidad, enfermedades e impotencia, de tipo coeundi o generandi,


tanto en el hombre como en la mujer.
2.2.2. No entraremos a analizar el tema muy discutido y que está
en actualidad, en el sentido de si es posible la práctica libre de la FA
en las mujeres solteras, sino que nos referiremos estrictamente a la
IA homóloga, heteróloga y mixta, o aplicando otras terminologías
a la IA, conyugal y extraconyugal.
2.2.3. Por vía de ejemplo, estaría indicada en la FA por causas
vinculadas al hombre, y en general, cuando concurren incapacida-
des para efectuar el acto sexual, sean estos impedimentos físicos
o psíquicos, o también cuando hay impotencia propiamente tal o
vicios en la eyaculación o en los espermios.
2.2.4. Se acostumbra definir la impotencia, ya sea en el hombre
como en la mujer, como la falta de capacidad para realizar el acto
sexual o para la fecundación.
2.2.5. Cuando la impotencia se relaciona con impedimentos para
realizar el acto sexual, en el hombre y en la mujer se denomina im-
potencia coeundi, y cuando el hombre o la mujer no puede fecundar
o ser fecundada respectivamente, se denomina impotencia generandi
o esterilidad. Otros estiman, con respecto a la última clasificación,
que el término más apropiado es de infertilidad.
2.2.6. Recordemos que en nuestra legislación civil la Ley de Matri-
monio Civil modificada no establece como lo hacía el ordenamiento
anterior en el Nº 3º del artículo 4º el impedimento dirimente para
contraer matrimonio, la impotencia perpetua e incurable.
2.2.7. Sobre estos puntos los autores exponen varios casos en
que puede aplicarse este tipo de FA. Cuando el hombre está frente
a enfermedades o defectos peneanos; cuando hay una impotencia
genital o alteraciones en la eyaculación; patologías relacionadas con
la malformación del pene que impiden realizar la cópula sexual
en la forma de atrofia o hipertrofia; ciertas deformaciones adqui-
ridas, ya sean traumáticas, infecciosas o virulentas; la consecuencia
de enfermedades venéreas e intoxicaciones. Estas serían causas de
impotencia coeundi, y no es posible realizar el coito fecundante por
parte del hombre.
2.2.8. Entre los defectos eyaculatorios relacionados con el
hombre, y que traen aparejada la ineptitud para procrear, tenemos
la llamada eyaculación precoz, la oligoespermia (concentración
anormal y deficiente de espermios en el semen), azooespermia
(ausencia de espermios), necroespermia (alto porcentaje en el

78
CAPÍTULO II. FECUNDACIÓN ARTIFICIAL. PROBLEMAS MÉDICO-LEGALES Y PENALES

semen de espermatozoides muertos o sin motividad), aspermatis-


mo (falta de eyaculación), dispermatismo (hay eyaculación pero
el espermio no llega a su destino normal). Existencia de tumores
en los testículos, infecciones, lesiones, etc. Estos problemas ori-
ginan impotencia generandi, y el hombre es incapaz de fecundar
o procrear.
2.2.9. Ahora, con respecto a la mujer, procedería el empleo de
la FA, en sentido amplio, que engloba la fecundación extrauterina
y la in vitro, cuando esta padece de ciertas anomalías que le impiden
realizar el coito o es inepta para ser fertilizada.
2.2.10. Puede, por lo tanto, reiteramos, la mujer estar afecta a
una impotencia coeundi, que es la incapacidad para ejecutar el coito,
o a una generandi, que es la incapacidad para ser impregnada, lo que
se conoce por la medicina como la esterilidad femenina.
2.2.11. Como causas fundamentales de la impotencia en la mujer,
y que aconsejan el uso de la FA, se señalan ciertos casos o patologías
relacionados con la vulva o con la vagina, que impiden la introduc-
ción del miembro viril. Cuando existe atresia o cierre de la entrada
de la vagina, soldadura de los labios, problemas relacionados con el
himen, falta o estrechez de la vagina. También hay anormalidades
relacionadas con el útero, como tumores, lesiones; ausencia de los
ovarios, atrofia de los mismos. Problemas y lesiones de las trompas
de Falopio, su obstrucción, infecciones, bloqueo, etc.
2.2.12. Para el uso de la fecundación artificial in vitro y la trans-
ferencia del embrión, los autores Rodríguez y López exponen:
“Hoy día se citan como indicaciones médicas para la FIVET: a) en-
dometriosis y esterilidad idiopática; b) la presencia de anticuerpos
antiespermatozoides en el moco cervical y la prevención de enfer-
medades genéticas o ligadas al sexo y, por otra parte, los defectos
en el semen del marido: casos todos estos para los que se ofrece la
posibilidad de recurrir al empleo de semen de donador (fertiliza-
ción in vitro heteróloga); c) inaccesibilidad o grave hipoplasia del
ovario: se ofrece a los pacientes la posibilidad de recurrir al empleo
de óvulos de donadora; d) falta de útero y contraindicaciones gra-
ves al embarazo: en estos casos se recurre a las ‘madres sustitutivas’
(surrogate mothers); e) por último, aunque sea sorprendente, también
se considera la esterilización voluntaria anterior como indicación
medica para la FIVET”.46

46
RODRÍGUEZ LUÑO Y OTRO, ob. cit., pág. 26.

79
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

2.3. C ASOS EN QUE NO SE RECOMIENDA LA FECUNDACIÓN ARTIFICIAL

2.3.1. Desde el punto de vista de la ciencia médica hay casos


en que está contraindicada o no es posible la fertilización artificial
terapéutica, y que se denominan de origen mixto. Cuando se está
en presencia, tanto en el hombre como en la mujer, de infecciones
crónicas, enfermedades venéreas, virulentas, o también cuando la
persona sufre de enfermedades mentales graves, alcoholismo, droga-
dicción, toxicomanías, etc. También cuando el hombre tiene una edad
que sobrepasa los 50 años, y en la mujer superior a los 35 años.
2.3.2. Además, se conocen como causas que impiden la FA, ano-
malías en el tejido sanguíneo, ya sea en el hombre o en la mujer,
como la hemofilia, y en la mujer factor Rh negativo; enfermedades
de importancia que afecten a ambos sexos, como la tuberculosis,
la diabetes, etc.
2.3.3. Tarsicio Herrero, sobre la inseminación homóloga, dice: “La
eutelegenesia homóloga propia o AIH, para usar las siglas norteame-
ricanas –Artificial Insemination of Husband (inseminación artificial
con semen del marido)–, se realiza con el esperma procedente del
esposo, cuando siendo los dos cónyuges aptos biológicamente para
reproducirse, exista imposibilidad para la inseminación intravagi-
nal, bien por anomalías somáticas del marido, v. gr., hipospadia o
epispadia, trastornos en la erección, o de la mujer, por deformidad
estenosis de la vulva o vagina o estrechez del hocico de tenca; o bien
por trastornos funcionales (eyaculación prematura) o de ella (v. gr.,
secreciones vaginales con gran acidez) “.47
2.3.4. Referente a la fecundación impropia, el mismo actor relata:
“La impropia tiene lugar cuando existiendo la posibilidad de realizar
el acto conyugal con la perfección que reclama la naturaleza, hay
imposibilidad para la ascensión de los espermatozoides al útero, bien
después de fracasar los tratamientos ginecológicos de la endocervitis,
o de la estenosis cervical o sin haberlo intentado”.48
2.3.5. Con respecto a la inseminación heteróloga termina expli-
cando Tarsicio Herrero: “La heteróloga AID –Artificial Insemination
with Donor– de los ingleses, inseminación artificial con dador. Tiene
esto ordinariamente lugar en los casos de esterilidad del marido por
ausencia de espermatozoides (azoospermia), oligospermia, artenos-

47
HERRERO, ob. cit., pág. 21.
48
Ibíd.

80
CAPÍTULO II. FECUNDACIÓN ARTIFICIAL. PROBLEMAS MÉDICO-LEGALES Y PENALES

permia, necrospermia, etc.; o por causas contraindicadoras para la


procreación, vicios de conformación, psicosis de naturaleza morbosa
y con facilidad de transmisión”.49

2.4. MÉTODOS USADOS PARA LA FECUNDACIÓN ARTIFICIAL

2.4.1. Existe una serie de métodos, técnicas o procedimientos


médicos y científicos para producir la FA, y veremos los más usados
en la actualidad.
2.4.2. Bonnet, al referirse a la FIV, anota textualmente: “La fe-
cundación de un óvulo extraído del ovario de una mujer viva, por
vía laparoscópica, en un medio artificial, y luego de breves días, la
implantación del producto de esa fecundación ovular, es decir, del
huevo humano, en la mucosa uterina de aquella misma mujer, la
cual a partir de ese momento llevó adelante y hasta buen término
el proceso gestacional”.50
2.4.3. Gisbert Calabuig señala:
“En cuanto a la técnica, comprende dos partes: toma del semen
del esposo (no necesitamos aludir a los donantes) e inoculación en
la mujer. Para la toma se siguen diversos medios:
1) Iniciada la cópula, el varón se retrae y verificada la eyaculación
extra vasum fernineum, es recogida con pipeta o jeringa estéril.
2) Sin necesidad de coito el varón verifica la seminación en un
vaso estéril.
Para la fecundación propiamente dicha se carga una jeringuilla
con el semen y se introduce suavemente en la cavidad uterina una
cánula estéril, inyectándose lentamente dos o tres gotas de semen.
Se va retirando la cánula y se inyectan otras gotas en el canal cervical
y, por último, el resto se deposita en la cavidad de la vagina. A veces
basta con la sola inoculación en la vagina”.51
2.4.4. Langman, al tratar la FIV, expone: “Se estimula primero
el crecimiento folicular en el ovario mediante la administración
de gonadotrofinas (mamogonadotrofina humana para estimular
el crecimiento y gonadotrofina coriónica humana para inducir los
cambios preovulatorios). Se extraen por aspiración los ovocitos

49
Ibíd.
50
BONNET, ob. cit., t. II, pág. 1122.
51
GISBERT, Medicina Legal y Práctica Forense, ob. cit., pág. 525.

81
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

del folículo ovárico, justamente antes de la ovulación, cuando el


ovocito se encuentra en las últimas etapas de la primera división
meiótica. Se le coloca en un medio de cultivo simple y se añade
inmediatamente el espermatozoide. Se efectúa el control del óvulo
fecundado hasta que llega al periodo de 8 células, momento en que
se lo reimplantan en el útero, donde cumple su desarrollo hasta el
término del embarazo”.52
2.4.5. En cuanto al procedimiento de la IA, mucho se le ha
criticado, pues no todos los óvulos fecundados o los embriones
implantados siguen su curso normal. Un gran porcentaje no so-
brevive; habría una especie de microaborto. En otros casos se pro-
duce la muerte del embrión humano antes de su anidamiento en
el útero materno.
2.4.6. Hay consenso, eso sí, que la FA y en especial la FIV, es el
método más eficaz para solucionar problemas de impotencia y de
infertilidad, pero esto no da derecho para la manipulación genética,
ni menos alterar los cromosomas. No puede pensarse que es lícito y
moral la selección de embriones, solo sirven los mejores embriones
humanos, los otros se descartan, pues en este último caso existiría,
si así puede llamarse, un aborto eugenésico, destinado a mejorar
la raza humana, lo que no se acepta en general, por el Derecho, la
religión y la moral.
2.4.7. Langman, sobre los inconvenientes que trae aparejada la
FIV, comenta: “Una de las principales desventajas de esta técnica es
el reducido índice de éxitos, dado que únicamente se consigue que
un 20% de los óvulos fecundados se implanten y lleguen a término.
Por lo tanto, para aumentar las posibilidades de éxito se extraen 4 o
5 óvulos y después de fecundados se colocan en el útero de la madre.
Este método conduce a la posibilidad de que se produzcan partos
múltiples, hecho observado en algunas ocasiones”.53
2.4.8. Clarke anota sobre los promedios de éxito del método:
“La supervivencia de los huevos implantados solo llega a un 10%
por tentativa, lo que equivale prácticamente a una posibilidad sobre
diez de éxito. Por lo tanto, requiere mucha paciencia de las mujeres
que intentan esta inseminación in vitro, así como del equipo que la
practica. En consecuencia, este porcentaje es actualmente más bajo

52
LANGMAN SADLER, Embriología Médica, 5ª edición, Editorial Médica, Paname-
ricana S.A., Buenos Aires, Argentina, 1986, pág. 38.
53
LANGMAN, ob. cit., pág. 39.

82
CAPÍTULO II. FECUNDACIÓN ARTIFICIAL. PROBLEMAS MÉDICO-LEGALES Y PENALES

que la posibilidad natural de procrear, que es de 25% por intento.


Pero los especialistas son optimistas: cada nacimiento les aporta
elementos nuevos y no desesperan de poder llegar, en día no lejano,
a resultados que aventajarán a los de la naturaleza, alcanzando, por
ejemplo, el 30%. De golpe las mujeres estériles se convertirán en
privilegiadas de la inseminación”.54

2.5. PROYECCIONES MÉDICO -LEGALES DE LA FECUNDACIÓN


ARTIFICIAL

2.5.1. Al emplearse este procedimiento de la FA como una de las


formas comunes para la reproducción humana, se puede dar lugar a
una serie de situaciones en cuanto al origen del semen, de los óvulos
y a la persona en que se va a implantar a futuro, con implicancias
legales y proyecciones médico-legales de importancia.
2.5.2. Es así, y tal como ya lo anotamos en otros capítulos, que
pueden usarse para la FA, el óvulo y el espermio que provienen de
ambos cónyuges, denominada homóloga, matrimonial o endogá-
mica, y que pueden emplearse el óvulo de la cónyuge y el espermio
de un donante anónimo, y se estaría produciendo FA heteróloga,
extramatrimonial o exogámica.
2.5.3. Se da la hipótesis que se fecunde el óvulo por el espermio
de terceras personas dadoras, la que sería FA heteróloga. Óvulo
de una donante y el espermio del marido, la que tendría el mismo
carácter.
2.5.4. De la misma manera es posible utilizar el óvulo y espermio
de terceras personas donantes, conocidas o anónimas, e implantarlos
posteriormente en el útero de una mujer casada, o de una soltera.
Esta circunstancia ha sido muy criticada, pues se estaría dando pase
o vía libre para la procreación fuera del matrimonio. O, igualmente,
el óvulo y espermio de los cónyuges; anidado el óvulo, después de
fecundado, en el útero de otra mujer, ocasiona el llamado arrenda-
miento de útero, maternidad delegada o alquiler de vientres.
2.5.5. Se han conocido de FA con semen congelado del marido
fallecido, conservado en los bancos de esperma, efectuado en la
viuda, y otros de implantación de embriones congelados en el seno
materno, como asimismo la modalidad de la mezcla de semen de

54
CLARKE, ob. cit., pág. 180.

83
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

varios dadores o de dos dadores anónimos o desconocidos, lo que


señalamos en párrafos anteriores.
2.5.6. Las modalidades de fecundación, de acuerdo con Ana
María Córdoba Ruiz, son:
“Se pueden emplear varias combinaciones, siendo la constante la
fecundación y división celular por fuera del organismo humano:
– Fecundación extrauterina del óvulo de la esposa por el esper-
matozoide del marido, seguida de la transferencia del útero de la
esposa.
– Fecundación del óvulo de la esposa por el espermatozoide del
marido, seguida de la transferencia del embrión al útero de otra
mujer que lo llevaría durante el embarazo para luego devolverlo a
sus padres genéticos”.55
2.5.7. Zannoni, al examinar los problemas conexos y la fecundación
extrauterina selectiva eugenésica, se refiere en uno de sus pasajes,
en los siguientes términos: “Ello podría conducir, como también lo
anticipábamos, a la posibilidad de paternidad múltiple e incluso de
maternidad también múltiple en el caso de fertilizarse dos o más
embriones y luego entremezclarlos como lo hizo la doctora Beatrice
Mintz. Ni hablar de la posibilidad –también ensayada– de incidir en
el acido desoxirribonucleico mediante la penetración virósica que
puede modificar las características de las células germinales, que se
proyecten de la descendencia”.56
2.5.8. Otros de los aspectos de interés médico-legal en la IA son
la creación o la autorización de los “bancos de semen y óvulos” y
ciertas condiciones que deben concurrir en los donantes de líquido
espermático y la congelación de los embriones fecundados, los que
tocaremos en el último capítulo, en el párrafo de las conclusiones.
2.5.9. Sobre las técnicas de congelación, la Instrucción sobre el
Respeto de la Vida Humana Naciente y la Dignidad de la Procreación nos
dice: “La misma congelación de embriones, aunque se realice para
mantener en vida al embrión –crioconservación–, constituye una
ofensa al respeto debido a los seres humanos, por cuanto les ex-
pone a graves riesgos de muerte o de daño a la integridad física,
les priva al menos temporalmente de la acogida y de la gestación
materna y les pone en una situación susceptible de nuevas lesiones
y manipulaciones”.57

55
CÓRDOBA, ob. cit., pág. 153.
56
ZANNONI, ob. cit., pág. 98.
57
Instrucción..., ob. cit., pág. 19.

84
CAPÍTULO II. FECUNDACIÓN ARTIFICIAL. PROBLEMAS MÉDICO-LEGALES Y PENALES

2.5.10. Siguiendo a Barnard: “El semen humano puede ser con-


gelado y almacenado en bancos de esperma y ser utilizado para
la inseminación artificial. Congelado rápidamente en nitrógeno
líquido, después de un tratamiento químico, puede ser almacenado
durante muchos años sin que dicho esperma pierda su capacidad
de fertilización”.58
2.5.11. Uribe, al tratar la fecundación artificial, en el párrafo “La
cuestión ante la moral”, deja constancia: “Como conclusiones de
la exposición, surgen las siguientes: a) siempre que no se empleen
métodos antinaturales, la fecundación artificial es indiscutiblemente
recurso terapéutico, lícitamente usado por el especialista, dentro
de precisas indicaciones, para resolver la situación de matrimonio
estéril; b) la homóloga solo podrá practicarla un especialista, con
procedimientos naturales; c) esa clase de fecundación requiere
el pleno consentimiento de los cónyuges; d) el hijo será entonces
legítimo; e) la fecundación heteróloga es contraria a la esencia del
matrimonio (destruye su armonía y su unidad), a los intereses de la
sociedad (puede conducir a delitos y a graves conflictos emociona-
les) y en sí misma es contraria a la dignidad de la persona humana;
f) esa fecundación es contraria a la moral religiosa y a los sentimien-
tos cristianos, y por eso ha sido condenada por la Iglesia Católica;
g) puede ser incestuosa y, jurídicamente, constituir injuria grave para
el cónyuge, haya consentido el procedimiento o no lo haya aceptado;
h) al matrimonio irremediablemente estéril ha de aconsejársele la
adopción, acto loable y altruista dentro de la sociedad, en vez del
recurso a fecundación heteróloga, inmoral e ilícita, fuera de que, por
sí sola, no constituye la esterilidad motivo de infelicidad conyugal,
puesto que los cónyuges pueden tener actividades de orden social,
dentro de cristiana conformidad”.59
2.5.12. Carlos Martínez dice: “Algunos defensores de la insemi-
nación artificial esgrimen su valor eugenésico (sirve para ‘mejorar’
la raza). Añaden que si se efectúa con el consentimiento del marido
puede tener el carácter de adopción, puesto que él ha cedido un
derecho exclusivo e inalienable”.60
2.5.13. En su tesis, María Rojas comenta: “Esto podría llegar a ser
cierto en un futuro tal vez no lejano, y es por ello por lo que hemos

58
BARNARD, ob. cit., pág. 25.
59
URIBE Y OTRO, ob. cit., pág. 694.
60
C. MARTÍNEZ Y OTRO, ob. cit., pág. 79.

85
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

considerado la inseminación artificial como un modificador de la


estructura familiar; modificante en el sentido de ofrecer nuevas po-
sibilidades de preproducción humana y dar origen a nuevas formas
de relación hombre-mujer y de parentesco”.61
2.5.14. Agrega: “Pero evidentemente esto sería en condiciones
extremas, por cuanto el alcance que le hemos dado a la inseminación
artificial es el de ser un recurso terapéutico para el caso de matri-
monios estériles que desean lograr un hijo. En este sentido, pues,
hemos hablado de fertilización terapéutica matrimonial”.62

3. LA FECUNDACIÓN ARTIFICIAL Y EL DERECHO

3.1. GENERALIDADES SOBRE LOS PROBLEMAS JURÍDICOS QUE


PLANTEA LA FECUNDACIÓN ARTIFICIAL(FA) O LA INSEMINACIÓN
ARTIFICIAL (IA)

3.1.1. Como enunciamos precedentemente en otros capítulos,


surge una serie de interrogantes y problemas frente a este proce-
dimiento de la IA para producir la fecundación humana, y no solo
científicos, religiosos, éticos, morales y sociales, sino también cues-
tiones de tipo legal, en especial en el campo del Derecho Civil y del
Derecho Penal.
3.1.2. En efecto, en la IA homóloga, cuando operan espermios
del marido, los hijos concebidos en esa forma tienen para todos los
efectos legales los beneficios que trae aparejada la filiación, como
son las obligaciones de los padres para con los hijos, derecho de
alimentos, a la sucesión hereditaria, etc.
3.1.3. Esta sería en términos muy generales la tendencia civilista,
e interpretando las normas vigentes, pues los principios básicos del
matrimonio y de la filiación se refieren a la procreación matrimonial
por los medios de la naturaleza o acto sexual normal, y no por medios
ajenos a la conjunción carnal, como lo son los artificiales.
3.1.4. María Rojas, sobre este aspecto: “De otra parte, los pro-
cedimientos de inseminación artificial han obligado a ampliar de
modo extraordinario el antiguo concepto de cohabitación o relación
sexual, abandonando la idea de que la concepción solo era posible

61
MARÍA ROJAS, ob. cit., pág. 59.
62
Ibíd.

86
CAPÍTULO II. FECUNDACIÓN ARTIFICIAL. PROBLEMAS MÉDICO-LEGALES Y PENALES

por el contacto directo y personal entre hombre y mujer. En la in-


seminación artificial no se requiere:
– Contacto sexual: o sea, relación sexual o coito entre hombre
y mujer. Aun cuando es con el elemento del hombre (semen) con
el que se logra la procreación, su órgano transmisor ya no es indis-
pensable.
– La procreación no es ya consecuencia obligada y necesaria de
la cohabitación”.63
3.1.5. Desde el ángulo del Derecho Penal, hay inquietud en la
doctrina y en los autores sobre la existencia de posibles figuras de-
lictivas que pueden originarse cuando se está en presencia de una
IA heteróloga, si este acto es lícito o puede caer en el campo de lo
ilícito penal. ¿Qué sucede cuando se insemina a una mujer sin su
consentimiento o contra su voluntad, o si esta es engañada y se la
somete a este método con fines destinados a la fecundación? ¿Qué
pasa cuando es inseminada artificialmente con semen de un terce-
ro, sin la voluntad del marido, o sin su consentimiento, o si esta se
autoinsemina sin consentimiento del cónyuge, o contra su voluntad
o mediante artificio?
3.1.6. Estas acciones señaladas ¿serían constitutivas de delitos
o tipos penales que atentan contra la honestidad, contra la moral
sexual, contra el orden de la familia y la moralidad pública, contra
la integridad sexual, contra el honor, o serían figuras penales o
acciones atípicas no consideradas por la ley penal, y, por lo tanto,
impunes? ¿Se configuraría o no el delito de violación cuando la mujer
no ha consentido o ha sido fecundada contra su voluntad mediante
fuerza o intimidación, cuando se insemina a una mujer casada con
espermio de un tercero? ¿Habría abusos deshonestos en ciertos casos
especiales, o delito de escándalo público, como lo estimaban algunos
penalistas españoles? Si se insemina a una mujer con semen de ciertos
parientes unidos entre sí por vínculos de parentesco consanguíneo
o de afinidad, ¿existiría incesto? Si es engañada la mujer para ser
inseminada y se persiguen fines económicos, ¿podría darse la figura
especial de estafa? Si la mujer es obligada a la IA, ¿podría estimarse
que hay un delito de lesiones, puede haber daño o atentado contra
su salud, o habría delito de coacción, como otros piensan?
3.1.7. ¿Qué sucede en el campo del Derecho Penal cuando se
produce la destrucción del producto de la FIV, o de la FA en sentido

63
MARÍA ROJAS, ob. cit., pág. 59.

87
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

amplio? Cuando se destruye el embrión o huevo fecundado por la


acción de terceros, sean médicos o no, ¿habría un homicidio, un
delito de aborto, o una figura impune?
3.1.8. ¿Es posible la experimentación en los óvulos y espermios
por parte de la medicina; es lícita la llamada manipulación genética,
o serían acciones criminales? ¿Puede permitirse el alquiler de úteros?
¿Es lícito el almacenamiento de óvulos fecundados, de fetos?, etc.
3.1.9. Toda esta problemática tiene o puede tener, a nuestro
parecer, matices o aspectos penales que habría que considerar, y
estudiar a la brevedad.
3.1.10. Vale la pena mencionar, y aunque sea al pasar, que una
de las bases fundamentales del Derecho Penal es el de la tipicidad,
también conocido coma de la legalidad o reserva legal. Solo pue-
den ser castigadas las acciones humanas descritas por la ley y que lo
están antes que se comete el hecho. En el Derecho punitivo no se
acepta el principio de la analogía legal; esto es, la aplicación de la
ley penal a casos no legislados, pero que tienen similitud y no hay
fuentes mediatas en Derecho Penal, solo lo es la ley penal.
3.1.11. Que este principio de la tipicidad es recogido en prácti-
camente todos los Códigos Penales del mundo, y en muchos países
tiene su origen en la Constitución Política del Estado, como sucede
en el nuestro. La única fuente del Derecho Penal es la ley. No hay
delito, ni pena, sin la existencia de la ley previa.
3.1.12. La Constitución Política de la República Chile, del año
1980 en el artículo 19 Nº 3, consagra expresamente el principio de la
tipicidad o de la legalidad en materia penal al prescribir: “Ninguna
ley podrá establecer penas sin que la conducta que se sancione esté
expresamente descrita en ella”.
3.1.13. Reiteramos que los problemas mayores nacen con la IA
heteróloga y no con la conyugal u homóloga, aunque también se
presenta el hecho, al menos en teoría, que la mujer casada sea fe-
cundada con semen de su marido contra su voluntad. ¿Habría o no
delito de violación u otro, o solo se estaría exigiendo el cumplimiento
de una de las finalidades del matrimonio, como lo es procrear?
3.1.14. Nuestro Código Penal, que data del año 1874, mal podría
haberse pronunciado sobre los problemas citados, ya que, si bien
es cierto, como lo expresamos en los antecedentes históricos, la IA
humana se conocía solo en las etapas de experimentación y de inves-
tigación. Par otra parte, la FIV es prácticamente de fecha reciente, o
los resultados son conocidos, desde los años 70 en adelante.

88
CAPÍTULO II. FECUNDACIÓN ARTIFICIAL. PROBLEMAS MÉDICO-LEGALES Y PENALES

3.1.15. También hay que tener presente que el Derecho Penal


castiga las conductas o acciones humanas cuando estas tienen cierta
gravedad, o atentan contra bienes jurídicos de importancia y lesionan
a la sociedad en general. Si las acciones ejecutadas para producir la
FA afectan bienes tutelados por el legislador, pueden castigarse en
los tipos penales existentes o si no crearse nuevas figuras penales
especiales.
3.1.16. De consiguiente, y de acuerdo con las deducciones
finales de este estudio sobre la FA que señalamos más adelante,
es necesario que se proceda a legislar en forma amplia sobre las
posibles implicancias legales, no únicamente en el Derecho Penal,
sino además en el Derecho Civil; pues es innegable su repercusión
dentro de los principios clásicos de este último, en el que la fecun-
dación debe ser siempre natural, mediante la cópula sexual y la
filiación legítima, pues tiene la base fundamental del matrimonio,
como ya expusimos.
3.1.17. Por lo demás, se ha partido de un principio biológico
clásico: que la fecundación, además de ser natural, se realiza en el
seno materno o en los órganos sexuales internos de la mujer; pero
no sin cópula o conjunción sexual. La fecundación que tradicional-
mente se ha conocido, en particular para los efectos legales, es la
que requiere del acto sexual natural y se verifica in útero.

3.2. L A FECUNDACIÓN ARTIFICIAL PROPIAMENTE TAL Y EL DERECHO


PENAL E ILÍCITOS QUE SE PUEDEN COMETER

3.2.1. Examinaremos brevemente las posibles implicancias pe-


nales que puede originar la FA en relación con los delitos del Libro
II, Título VII del Código Penal, entre los crímenes y simples delitos
contra el orden de las familias, contra la moralidad pública o la
integridad sexual.
3.2.2. Recordemos que en este Título se ha tratado por el Código
Penal una serie de delitos, incluso totalmente desligados entre sí, y
aun algunos mal ubicados, como el aborto, pues el bien tutelado por
la ley en este delito no es el orden de las familias, ni la moralidad
pública, sino que es la vida del feto o su desarrollo.
3.2.3. También se han mezclado infracciones penales que atentan
contra los intereses individuales, con los intereses que lesionan a la
sociedad y hay varios intereses o bienes jurídicos distintos.

89
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

3.2.4. Con respecto al orden de las familias, la doctrina está de


acuerdo en que se refiere a la “constitución jurídica de la familia y
a las relaciones de este carácter que de ella nacen y el recto uso de
la función sexual”.64
3.2.5. La moralidad pública se relaciona con la moral sexual.
Etcheberry nos dice sobre este punto: “El principio general en esta
materia, desde el punto de vista exclusivamente jurídico, es el de
la libertad sexual: cada persona es libre para ejercitar su activa vida
sexual como desee”.65
3.2.6. En cuanto a la integridad sexual, se relaciona con la liber-
tad sexual y el respeto a la sexualidad de una persona, a su honor
sexual, etc.

3.3. DELITO DE VIOLACIÓN

3.3.2. Si se insemina a una mujer contra su voluntad, o sin su


consentimiento, sea mediante la aplicación del semen del marido
o del tercero, ¿podría estimarse que hay violación? Si se insemina
artificialmente, contra la voluntad, a una mujer con semen de ter-
cero o dador, y frente a los requisitos que señalan los artículos 361 y
362 del Código Penal, no constituiría el delito de violación, pues no
existe acceso carnal, aunque fuese mediante fuerza. La descripción
y análisis de los tipos de violación se revisarán en el capítulo de la
Sexología Forense.
3.3.3. Nuestra ley penal emplea la terminología de acceso carnal,
al igual que otras legislaciones extranjeras, al tipificar las variantes
de la violación, tanto propia como impropia ( antes era yacer).
3.3.4. Luego, si en la FA no existe el acceso carnal, o acto sexual,
o el yacimiento carnal, sino que precisamente es una fecundación sin
cópula, o sin la intervención del acto sexual, no podría la acción de
inseminar quedar encuadrada en los tipos penales de la violación,
tanto propia como impropia. En efecto, ya sea que se implante en
el seno materno el óvulo fecundado o se aplique el semen median-
te jeringa o por otro método, no habría yacimiento o acto sexual
normal.

64
ALFREDO ETCHEBERRY, Derecho Penal, t. IV, Editora Nacional Gabriela Mistral
Impresores, Chile, 1976, pág. 10.
65
ETCHEBERRY, ob. cit., pág. 9.

90
CAPÍTULO II. FECUNDACIÓN ARTIFICIAL. PROBLEMAS MÉDICO-LEGALES Y PENALES

3.3.5. Creemos que si se insemina a una mujer contra su volun-


tad, sin su consentimiento, mediante fuerza o cuando esta se halla
privada de razón o de sentido por cualquier causa, se estaría abier-
tamente atentando contra su libertad sexual, pero en todo caso hay
que considerar que la finalidad que persigue la FA es totalmente
distinta que la de la violación como figura penal, y, por lo tanto, no
hay violación, como se pasa a explicar.
3.3.6. En efecto, cuando se comete el delito de violación me-
diante el acceso carnal violento, el agente solo persigue satisfacer
su apetito sexual, en forma ilícita; en cambio, es otra la causa final
que se persigue por la FA, es precisamente fecundar a la mujer y no
fines carnales o sexuales.
3.3.7. No puede, asimismo, estimarse que habría una especie
de violación especial o de tipo meramente ginecológico, cuando se
fecunda artificialmente, pues no hay cópula sexual, elemento que
es el que tipifica el delito de violación.
3.3.8. Sobre el particular Cuello Calón anota: “Es por ello por
lo que, asegurando que la inseminación artificial tiene el carácter
antisexual y solo fin biológico, desprovisto de lubricidad y sensua-
lidad, por su modus operandi no encaja en ninguno de los delitos
contra la honestidad”.66
3.3.9. Tarsicio Herrero: “Según estas configuraciones típicas
expresas, no cabe incluir la inseminación artificial en el delito de
violación. Falta a la conducta el elemento objetivo esencial: el yaci-
miento, acceso carnal, ayuntamiento, acto carnal, la cópula. Nada
empece que se haya realizado la inseminación artificial contra la
voluntad de la mujer. Podrá dar lugar a otro delito, v. gr., de coaccio-
nes. Pero no a la violación. Porque si en este caso hay coincidencia
en un elemento esencial, la fuerza o intimidación, se halla ausente
el otro, también constitutivo: la proximidad sexual”.67

3.4. DELITO DE INCESTO

3.4.1 Artículo 375. “El que, conociendo las relaciones que lo


ligan, cometiere incesto con un ascendiente o descendiente por

66
MANUEL SERRANO RODRÍGUEZ, Estudios Penales (Recopilación), t. I, Talleres
de Gráficas Cervantes S.A., Salamanca, España, 1967, pág. 152.
67
HERRERO, ob. cit., pág. 78.

91
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

consanguinidad o con un hermano consanguíneo, será castigado


con reclusión menor en sus grados mínimo a medio”.
3.4.2. El incesto es la relación sexual, el acceso carnal voluntario
entre ciertas personas que se encuentran ligadas por un vínculo de
parentesco que señala la ley penal.
3.4.3. Del artículo 375 del Código Penal se desprende que los
elementos esenciales del delito de incesto son la existencia de un
acto sexual normal y el conocimiento del vínculo de parentesco en
los grados que señala la ley, de parte del actor.
3.4.4. Se preguntan los estudiosos si se podrá dar la situación
penal del incesto en la FA, esto es, cuando la mujer es inseminada
artificialmente por un tercero que esta ligado a ella con un vínculo
de parentesco que señala la ley.
3.4.5. En primer lugar, sostenemos que, por mucho que se quiera
extender el efecto de la ley penal, lo que no es posible, no podrá
tipificarse el incesto, pues al igual que en el caso anterior, no hay
comercio carnal ni fines sexuales, no hay cópula sexual normal.
Solo se ha llevado por medios científicos el semen del hombre a los
órganos internos de la mujer.
3.4.6. Si se efectúa la IA con semen de un tercero, no se sabe
quién es, y todos están de acuerdo que el dador debe mantener su
anonimato. O sea, no debe ser conocido de las personas que van a
emplear sus espermios y, por lo tanto, no se sabría a ciencia cierta
si se configura o no el incesto.

3.5. DELITO DE ABUSOS SEXUALES

3.5.1. El artículo 366 del Código Penal contempla el delito de


abusos sexuales, el que se analizará en detalle en el apartado de la
Sexología Forense, y para evitar repeticiones:
3.5.2. El legislador penal no ha definido en todo caso este delito
y solo da un concepto de lo que se debe entender por acción sexual
en el artículo 366 ter. Para los efectos de los tres artículos anteriores,
se entenderá por acción sexual cualquier acto de significación sexual
y de relevancia realizado mediante contacto corporal con la víctima,
o que haya afectado los genitales, el ano o la boca de la víctima, aun
cuando no hubiere contacto corporal con ella.
La doctrina y la jurisprudencia estiman que tienen tal carácter todas
aquellas acciones realizadas sobre otra persona que excluyan el acceso
carnal, acto sexual, con fines impúdicos, lúbricos y libidinosos.

92
CAPÍTULO II. FECUNDACIÓN ARTIFICIAL. PROBLEMAS MÉDICO-LEGALES Y PENALES

3.5.3. Creemos que tampoco podría caer dentro de este delito


la fecundación artificial, pues no tiene fines sexuales, o de otro tipo
de actos similares; ya que es un procedimiento médico destinado a
suprimir ciertas deficiencias en los seres humanos que no pueden
procrear o engendrar por medios naturales.

3.6. DELITO DE ESTUPRO

3.6.1. El artículo 363 preceptúa: “Será castigado con presidio


menor en su grado máximo a presidio mayor en su grado mínimo,
el que accediere carnalmente, por vía vaginal, anal o bucal, a una
persona menor de edad pero mayor de catorce años, concurriendo
cualquiera de las circunstancias siguientes:
1º. Cuando se abusa de una anomalía o perturbación mental,
aun transitoria, de la víctima, que por su menor entidad no sea
constitutiva de enajenación o trastorno.
2º. Cuando se abusa de una relación de dependencia de la víctima,
como en los casos en que el agresor está encargado de su custodia,
educación o cuidado, o tiene con ella una relación laboral.
3º. Cuando se abusa del grave desamparo en que se encuentra
la víctima.
4º. Cuando se engaña a la víctima abusando de su inexperiencia
o ignorancia sexual”.
3.6.2. Si una mujer fuera inseminada artificialmente, en algunas
de las hipótesis señaladas incluso en el estupro y aun mediante en-
gaño, no sería su acción punible a título de tal delito, pues no hay
trato o comercio sexual, no hay cópula sexual, y es muy dudoso que
pueda darse un caso, aunque no imposible. Hay que recordar que
todos los tipos de IA son efectuados por médicos; debe prepararse
previamente a la mujer que va a fecundar, con variados exámenes;
debe esperarse la oportunidad dentro del ciclo para la ovulación,
practicarse la inseminación, etc., todo esto dentro de una clínica o
en un hospital.

3.7. F ECUNDACIÓN ARTIFICIAL Y EL DELITO DE ABORTO

3.7.1. Este nuevo aspecto de la fecundación artificial merece un


párrafo separado por su importancia y por las implicancias jurídico-

93
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

penales que puede traer aparejada la destrucción del producto de


esta inseminación o fecundación, que adquiere mayor notoriedad
día a día, por su uso y fin terapéutico, pues se considera como una
de las formas esenciales que permite resolver las consecuencias de
la impotencia e infertilidad con mayor éxito.
3.7.2. Nos hemos preguntado en el curso de esta exposición si
podría penarse como aborto la destrucción del embrión que se ha
formado por la IA, resultado de la fusión o impregnación del óvulo
con el espermio. Si este huevo tiene vida, aunque sea incipiente, po-
dría ser objeto de procedimientos o maniobras abortivas. La muerte
del embrión in vitro, ¿constituiría delito de aborto?, o ¿sería figura
impune?
3.7.3. La manipulación por parte de los médicos de los embriones
obtenidos por IA que puede importar su muerte, ¿estaría penada
por la ley?, y si no fuese a título de aborto, ¿sería homicidio?
3.7.4. Podría considerarse la existencia de un inicio de emba-
razo fuera del seno de la mujer, pues hay que recordar que en la
IA, especialmente en la FIV y en la FIVET, se lleva al útero el huevo
formado y con vida. ¿Es preciso, para que opere el aborto, que se
produzca la muerte o destrucción del producto de la concepción
en el útero? Solo se reputaría que el aborto es la interrupción del
embarazo y la muerte del feto cuando es practicada en los órganos
internos de la mujer y no en otra parte, como por ejemplo cuando
se destruye el cigoto o embrión in vitro, dentro de un tubo de ensayo,
en una placa de laboratorio, por cualquier procedimiento médico,
o cuando los óvulos fecundados no son implantados en el útero y
son descartados.
3.7.5. Antes de entrar a despejar, si es posible, estas interesantes
dudas, hay que tener presente que las tendencias modernas señalan
que el bien tutelado por la ley en el delito de aborto es la vida del
feto, nuevo ser que está en vías de desarrollo o gestación.
3.7.6. Que la mayoría de los autores y la jurisprudencia nacional
está de acuerdo en que lo que tipifica el aborto, y por no estar definido
por la ley, es la interrupción ilícita del embarazo en cualquiera de sus
etapas, y la muerte del producto de la fecundación, por regla general,
no siendo necesario que sea expulsado del vientre materno.
3.7.7. Tampoco estuvieron siquiera en la mente de los redactores
del Código Penal chileno, al referirse al aborto, los posibles problemas
de la IA en este delito, pues si bien es cierto ella se conocía, estaba
en las etapas primeras, y más que todo, de experimentación, y no

94
CAPÍTULO II. FECUNDACIÓN ARTIFICIAL. PROBLEMAS MÉDICO-LEGALES Y PENALES

existía la “fecundación artificial humana in vitro”, como lo apuntamos


en párrafos anteriores.
3.7.8. Bonnet: “La interrupción de la vida del ser viviente mientras
se encuentra en el caldo del cultivo no es aborto, porque no puede
hablarse de embarazo (preñez de la mujer), inexistente en ese mo-
mento. Solo podría haber aborto cuando el embrión huevo, o feto,
se halle situado en el útero y ocurra su muerte como consecuencia
de un acto accidental o delictuoso”.68
3.7.9. Para Bonnet, solo habría aborto cuando se interrumpe
la vida del feto en el útero o vientre materno, y no en otra parte o
lugar, pues es allí donde se verifica el embarazo.
3.7.10. Zannoni, que se ha preocupado de este asunto, y aunque
está de acuerdo en estimar que el aborto presupone que el huevo se
encuentre en el seno materno, y que es la interrupción del embarazo,
señala: “En primer lugar, que no definido normativamente el aborto,
su concepto se ha perfilado doctrinaria y jurisprudencialmente no solo
en nuestro país, sino en todo el mundo, aprehendiendo los elemen-
tos materiales que la observación de la naturaleza ha brindado hasta
el presente. Pero hoy existe una nueva posibilidad de aborto que no
supone la muerte del embrión en el seno materno y, por ende, la inte-
rrupción del embarazo. Se trata de la destrucción del embrión viable
mediante implantación en el útero, en la etapa en que aun se encuentra
fuera del seno materno y sujeto a la manipulación de laboratorio. Si
biológicamente la fecundación extrauterina implica la fusión genética
del espermatozoide y del óvulo y si esa fusión de células germinales
masculina y femenina constituye la primera célula del nuevo ser, es
indudable que la protección jurídica debe alcanzarle del mismo modo
que si esa fusión hubiese ocurrido en el seno materno”.69
3.7.11. Otros autores, y partiendo de la premisa que el delito de
aborto tiene como elemento esencial la existencia del embarazo y que
este se verifica dentro de la madre y la acción típica es dar muerte
al feto o su destrucción en el seno de ella, quedaría excluida la des-
trucción de óvulos fecundados mediante la inseminación in vitro.
3.7.12. Así se explica Rodríguez Devesa, al anotar: “El aborto consiste
en la muerte del feto mediante su destrucción en el seno materno o
por su expulsión prematuramente provocada. La consecuencia más

68
Citado por ROBERTO A. TERÁN LOMAS en Derecho Penal, Parte Especial, t. III,
Editorial Astrea, Buenos Aires, República Argentina, 1983, pág. 387.
69
ZANNONI, ob. cit., pág. 93.

95
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

importante de la noción que acabamos de dar es el reconocimiento


de que el aborto es un delito de lesión y no de mero peligro. Sus re-
percusiones en la teoría de la culpabilidad y en el grado de ejecución
se examinarán más adelante. La noción a la que responde el Código
excluye del concepto de aborto la llamada FIV, pues presupone que
la acción ha de recaer siempre sobre una mujer”.70
3.7.13. Francisco Muñoz C., al examinar en su obra Derecho Penal
los delitos contra la vida humana dependiente y el delito de aborto,
señala: “Bien jurídico protegido es la vida no independizada en todos
sus estados de desarrollo: desde el momento de la concepción hasta
el de su separación del claustro materno. Por concepción debe en-
tenderse no la mera fecundación del óvulo por el espermatozoide,
sino la nidación del óvulo ya fecundado en el útero materno. Que-
dando excluidas del ámbito del Derecho Penal las fecundaciones
in vitro; es decir, aquellas que no tienen lugar en el seno materno
sino en tubos de ensayo”.71
3.7.14. Carlos Creus dice: “El producto de una concepción lo-
grada fuera del seno materno, que no ha sido implantado todavía
en el, que se sostiene artificialmente fuera del mismo (vida in vitro),
aunque biológicamente pueda catalogarse como vida humana, no
es la que la ley protege bajo este título, aun cuando su destrucción
puede afectar otros intereses y constituir otros delitos; pero si ese
producto ha sido implantado ya en el seno materno, la protección
legal por medio del delito de aborto se da hasta el momento en que
se produce el alumbramiento, cualesquiera que sean las posibilidades
de viabilidad de él: basta que funcione como complejo vital”.72
3.7.15. Grisolía, Bustos y Politoff opinan: “Recientes experiencias
científicas, sobre cuyas perspectivas los especialistas se muestran cau-
telosos, para una eventual fecundación artificial (fuera del cuerpo
de una mujer), seguida de la implantación del huevo ya fecundado
mediante una intervención quirúrgica, podrían tal vez obligar a que
el entero asunto sea replanteado”.73

70
RODRÍGUEZ DEVESA, ob. cit., pág. 85.
71
FRANCISCO MUÑOZ CONDE, Derecho Penal, Parte Especial, 31ª edición, Publica-
ciones de la Universidad de Sevilla, Sevilla, España, 1979, pág. 61.
72
CARLOS CREUS, Derecho Penal, Parte Especial, t. I, Editorial Astrea, de Alfredo y
Ricardo Depalma, Buenos Aires, Argentina, 1983, pág. 6.
73
GRISOLÍA-BUSTOS, POLITOFF, Derecho Penal Chileno, Parte Especial, Delitos contra
el individuo en sus condiciones físicas, Editorial Jurídica de Chile, Santiago de Chile,
1971, pág. 193.

96
CAPÍTULO II. FECUNDACIÓN ARTIFICIAL. PROBLEMAS MÉDICO-LEGALES Y PENALES

3.7.16. Hans Luttger nos dice: “Sin embargo, ahora resulta claro
que la anidación constituye el comienzo de la punibilidad de la in-
terrupción del embarazo; los embriones extrauterinos y los óvulos
fecundados in vitro hasta su posterior implantación quedan fuera
de esta prohibición”.74
3.7.17. Resumiendo y según lo expuesto, los óvulos fecundados
en forma extrauterina, in vitro o de cualquier forma, y mientras
no se aniden en el útero, no está amparada su destrucción, por el
aborto, o su aniquilamiento. La eliminación del producto de la FA,
sea que se estime huevo, óvulo fecundado, embrión in vitro, no tiene
protección legal en el delito de aborto.
3.7.18. Todos estos aspectos predichos en forma muy breve, y
aunque sea injusto, hay que concluir que la eliminación de los óvu-
los fecundados en cualquier forma, y mientras no se lleven al útero,
para que se siga el proceso normal del embarazo, no tiene por ahora
sanción legal, y habría aborto únicamente cuando su destrucción sea
en el seno materno. Cabe preguntar qué diferencia existe entre el
óvulo fecundado en forma artificial o in vitro y el que lo ha sido en
forma natural, si en ambos el resultado es el mismo y se han conju-
gado los elementos masculino y femenino, espermio y óvulo, se ha
creado un nuevo ser, un nuevo individuo, un ser con vida propia o,
si se quiere, se ha dado inicio a una nueva vida.
3.7.19. Puede este embrión estar desprovisto de protección legal
por el hecho de no estar en el seno materno, y, si es implantado
posteriormente y aniquilado, hay tutela legal. Naturalmente esto es
ilógico, y como lo propondremos al término de este trabajo, debe
crearse una figura legal que castigue este tipo de acciones o que
se sancione como aborto la eliminación de óvulos fecundados en
forma artificial.
3.7.20. La destrucción del embrión, u óvulo fecundado, pone
término a una vida humana aun cuando no esté implantado en la
mujer. Tampoco creemos que deba manipularse el producto de la
fecundación con fines científicos. La vida humana no puede ser ma-
teria de experimentación, ni menos se pueden aceptar fecundaciones
selectivas con fines eugenésicos, ni alterar los cromosomas.
3.7.21. Córdoba Ruiz señala: “Pero ante la nueva modalidad de
formación de la vida humana, el concepto de destrucción de la misma
debe ser ampliado. No se debe pensar que solo se destruye la vida

74
LUTTGER, ob. cit., pág. 61.

97
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

humana después de los 14 o 15 días de fecundación, como opinó la


comisión que elaboró el informe Warnock, sino que se debe pensar
que se puede destruir antes, puesto que aunque se considere que el
embrión no es aún un ser humano, desde el punto de vista moral
y científico tiene la posibilidad de serlo y generalmente lo es, salvo
que se presenten circunstancias que lo impidan.
Por consiguiente: estamos ante una nueva forma de destrucción
de la vida humana, cuya causa es precisamente la nueva forma de
producción de esa vida, sea que se considere ya formada o se considere
en una etapa anterior, muy cercana a la de su hominización”.75
3.7.22. En el Código Penal español encontramos una figura
penal en el artículo 108, que se refiere a la muerte de hijo fruto
de acceso carnal violento, abusivo, o de inseminación artificial o
transferencia de óvulo fecundado no consentidas. La madre que
durante el nacimiento o dentro de los ocho (8) días siguientes
matare a su hijo, fruto de acceso carnal o acto sexual sin consenti-
miento, o abusivo, o de inseminación artificial o transferencia de
óvulo fecundado no consentidas, incurrirá en prisión de cuatro
(4) a seis (6) años.
3.7.23. Por su parte, el artículo 225 A del Código Penal de Guate-
mala consigna: “Inseminación forzosa. Será sancionado con prisión
de dos a cinco años e inhabilitación especial de hasta diez años el que,
sin consentimiento de la mujer, procurare su embarazo utilizando
técnicas médicas o químicas de inseminación artificial.
Si resultare el embarazo, se aplicará prisión de dos a seis años e
inhabilitación especial de hasta quince años.
Si la mujer sufriere lesiones gravísimas o la muerte, se aplicará
prisión de tres a diez años e inhabilitación especial de diez a veinte
años”.
Art. 225 B. “Inseminación fraudulenta. Se impondrá prisión de
uno a tres años e inhabilitación especial de hasta diez años al que
alterare fraudulentamente las condiciones pactadas para realizar
una inseminación artificial o lograre el consentimiento mediante
engaño o promesas faltas”.
3,7.24. El art. 161 del CP de Perú prescribe: “1º. Quien prac-
ticare reproducción asistida en una mujer, sin su consentimiento,
será castigado con la pena de prisión de 2 a 6 años e inhabilitación
especial por tiempo de 1 a 4 años” y en su apartado 2º: “Para pro-

75
CÓRDOBA, ob. cit., págs. 171 y 172.

98
CAPÍTULO II. FECUNDACIÓN ARTIFICIAL. PROBLEMAS MÉDICO-LEGALES Y PENALES

ceder por este delito será precisa denuncia de la persona agraviada


o de su representante legal. Cuando aquella sea menor de edad,
incapaz o una persona desvalida también podrá denunciar el Mi-
nisterio Fiscal”.

3.8. CONCLUSIONES Y SUGERENCIAS PARA LA CREACIÓN DE FIGURAS


PENALES

3.8.1. En esta parte señalaremos ciertas conclusiones y ponencias


sobre el tema de la FA, aunque sea en términos generales, en sus múl-
tiples aspectos, en especial lo atinente al Derecho Civil y Penal.
3.8.2. Un creciente número de entendidos en la materia re-
comiendan que hay que proseguir con la investigación y con la
experimentación de la FA, tratando en lo posible de no descartar
un número considerable de embriones fecundados. Hay que te-
ner presente, agregan, que en la fecundación natural, en la que
interviene el acto sexual de la pareja, también hay un importante
número de óvulos fecundados que son eliminados, o se produce su
pérdida, o abortos espontáneos, una gran cantidad de huevos, fetos
y embriones, fecundados en forma natural, que no se implantan, o
no llegan a su término de desarrollo normal.
3.8.3. No se aprueba la manipulación genética, ni la eugenesia
selectiva por medio de la fecundación extracorpórea, en especial en la
in vitro, donde se puede manipular en mejor forma el óvulo fecundado.
No puede alterarse el curso de la naturaleza ni los cromosomas, no es
posible crear razas seleccionadas, pues ello no es ético ni moral.
3.8.4. Un aspecto en el cual no hay discusión es que debe legislarse
específicamente sobre la IA, tanto la homóloga como la heteróloga,
en el campo del Derecho Civil, en lo tocante al Derecho de Familia,
Derecho Sucesorio y, en especial, en el Derecho Penal.
3.8.5. Solo se aplicará, reflexionan ciertos autores, el procedi-
miento de la FA en aquellos casos en que no se pueda producir la
fecundación mediante la cópula sexual. Hay que agotar, eso si, los
métodos naturales, por los médicos, antes de usarse el procedimiento
artificial, el que solo podrá ser efectuado por médicos especialistas
en el ramo, de la obstetricia, ginecología, genética, etc.
3.8.6. Es fundamental, añaden, el proceso natural; solo puede
emplearse la IA en casos muy contados, y que esta sea homóloga o
con semen del marido, y que sea la única solución a la esterilidad.

99
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

3.8.7. Estimamos, por nuestra parte, que la fecundación extra-


conyugal trastoca todo el sistema legal vigente en el Derecho de
Familia, que se basa en la procreación biológica, con relación sexual
o cópula sexual, y el producto de la fecundación es la unión de las
células sexuales, espermio y óvulo, entre personas unidas por el
matrimonio, que más que contrato tiene el carácter de institución
por sus efectos permanentes.
3.8.8. Creemos que de tolerarse la fecundación heteróloga, lo
que en la actualidad no es unánime en todas las legislaciones –in-
cluso se ha determinado que los hijos son ilegítimos y que podría
configurarse adulterio civil y penal–, solo se haría en casos muy
calificados por médicos idóneos en la materia. Además, deben estar
cautelados la situación y el bienestar a futuro del producto de esta
fecundación.
3.8.9. Hay que conservar, en todo caso, el anonimato del dador
del semen y el que previamente debe ser calificado por médicos
que determinen que no tenga enfermedades u otros problemas de
tipo patológico. Siempre tiene que existir el consentimiento escrito
de la mujer y del marido para esta fertilización artificial, y todo el
procedimiento de la “inseminación terapéutica”, reiteramos, solo
se efectuará por médicos especialistas, en obstetricia, ginecología,
en biología y en genética.
3.8.10. Debe legislarse sobre si esta donación de espermios puede
ser a título gratuito u oneroso, o, si se quiere, si es lícito el pago de
una suma de dinero al donante del semen. Puede ser ello discutido,
pues en el fondo habría un acto de disposición o venta de parte
del cuerpo humano o de una secreción glandular. ¿Será lícita la
compraventa de espermios para la fecundación no natural, o debe
tratarse de una donación a título gratuito? Este problema requiere
de pronunciamiento legal, expreso y urgente.
3.8.11. En la “inseminación artificial heteróloga”, el centro mé-
dico o los médicos que emplean este método tienen que custodiar
el secreto absoluto de esta, de la identidad del donante y de la re-
ceptora. Estas obligaciones caerían en la reserva del secreto médico
profesional.
3.8.12. Por lo demás, la donación del semen debe hacerse en tér-
minos claros y que el donante sepa que su tejido germinal será usado
para fines de IA. Otros autores están de acuerdo con que además debe
renunciar el dador a cualquier tipo de acción legal relacionado con su
paternidad y otros derechos que pueda tener sobre el futuro hijo.

100
CAPÍTULO II. FECUNDACIÓN ARTIFICIAL. PROBLEMAS MÉDICO-LEGALES Y PENALES

3.8.13. Se sostiene que no tiene que existir ninguna relación o


vinculación de filiación entre el donante y el hijo concebido por la
FA, en cualquiera de sus modalidades. Debe mantenerse incógnita
la individualidad del donante y no saber este, por su parte, quién es
el hijo procreado con sus espermios, o qué mujer fue inseminada
con ellos.
3.8.14. Cuando el marido ha prestado su voluntad o consen-
timiento para la FA con semen de un tercero, se opina que no
podría, una vez nacido el hijo, impugnar la paternidad, toda vez
que fue concebido dentro del matrimonio y está protegido por las
presunciones legales. Por concurrir su consentimiento no podría
el marido a posteriori hacer uso de las acciones de impugnación de
la paternidad, alegando la imposibilidad de tener acceso carnal a
su mujer u otra causa.
3.8.15. La Iglesia Católica frente a la FA, no la acepta, y menos
la heteróloga. Hay que concluir también, desde el punto de vista
estrictamente legal, que se estaría incorporando a la familia un hijo
que no es del marido, habría un aporte de un fruto biológico de un
tercero. Es necesario, por lo tanto, modificar los conceptos clásicos
civilistas de la filiación, para admitirse la fecundación artificial, lo
que puede originar un nuevo tipo de filiación.
3.8.16. Esto tiene importancia no solo teórica sino práctica. En
efecto, sabido es que en Europa, en China, Japón, los Estados Uni-
dos de Norteamérica y en Israel, principalmente, se está usando
esta fecundación día a día, e incluso en forma masiva después de la
Segunda Guerra Mundial. Así, por ejemplo, señalan los textos que
en el Estado de Nueva York, en el año 1948, el juez del Tribunal
Supremo declaró legítimos a 20.000 niños fecundados por IA, co-
nocidos como niños de laboratorio o test babies. Se han dado casos
en la República Federal Alemana, en Grecia, en Italia, etc., pero
con cifras más bajas.
3.8.17. Sobre los nacimientos por IA, Luttger expone: “Parece
seguro que la Inseminación Artificial alcanza en Estados Unidos el
carácter de un fenómeno masivo. Este desarrollo comenzó en la
Segunda Guerra Mundial con las ya mencionadas ‘acciones de envío
de espermatozoides’, en las que tomaron parte entre 10.000 y 20.000
soldados norteamericanos. Según la mayoría de las estimaciones, en
Estados Unidos vivieron en los años 50 aproximadamente cien niños
nacidos de inseminación artificial. Las cuotas de crecimiento anual
parecen haberse detenido desde entonces entre 7.000 y 15.000. El

101
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

número tal actual podrá alcanzar un máximo de 400.000; sin em-


bargo, hay evaluaciones que no llegan a tanto”.76
3.8.18. Acerca de si el discutido tema de la FA crea la posibili-
dad de vida fuera del útero de la madre, estimamos que es parte
del proceso mismo de la fecundación. En efecto, solo se hace en
forma externa, en especial en la in vitro, la fusión del espermio con
el óvulo, y posteriormente se lleva al interior de la mujer para su
implantación. No hay conocimiento en el presente de una gesta-
ción completa en probeta, en el laboratorio o por vía extrauterina,
aunque algunos médicos, a su juicio, podrían omitir esto a futuro.
Hay una vida incipiente, el comienzo de la vida, pero su desarrollo
y término se hace en el vientre materno. No se ha creado tampoco
otra forma de producir la vida humana o su reproducción. En la
FA hay un fin natural del óvulo y del espermio, el medio usado es
el distinto.
No hay un medio artificial que origine la vida, lo que es artifi-
cial es el procedimiento, pues no hay contacto sexual. Insistimos
en que el término “fecundación artificial” no es la denominación
más correcta, ya que el procedimiento adecuado no es el propio
ni habitual; la “inseminación” es la “artificial”, la fecundación en sí
misma es siempre natural.
3.8.19. La fecundación propiamente tal puede ser intrauterina
y también extrauterina, según los adelantos de la ciencia, y la ley
debe tutelar esta nueva vida, como lo expresamos en el párrafo de
la FA y el delito de aborto. El embrión humano, el nuevo resultante
de la FA, tiene vida propia, es un ser distinto de sus padres e incluso
hay un nuevo producto genético. Se ha formado un ser humano
en desarrollo; si bien es cierto no es persona, tampoco es una cosa,
o un coágulo de sangre, como absurdamente lo estiman algunos
estudios del Derecho.
3.8.20. La vida humana se genera o existe no únicamente por la
fecundación natural, sino también por la FA. Desde el momento de
la fecundación, se origina un nuevo ser, y con un código genético
propio, y requiere de protección penal, en caso que sea destruido
o eliminado en forma ilícita. La fecundación debe ser tutelada, sea
cual fuere el lugar donde ella se realice, e incluso fuera del vientre
materno, o cuando lo es, por ejemplo, en un laboratorio, tubo de
ensayo, etc.

76
LUTTGER, ob. cit., pág. 17.

102
CAPÍTULO II. FECUNDACIÓN ARTIFICIAL. PROBLEMAS MÉDICO-LEGALES Y PENALES

3.8.21. No compartimos la opinión en el sentido de que el


bien jurídico protegido conforme a la doctrina penal, por el tipo
penal del aborto, es la vida no independiente o no independizada
del nuevo ser, en todas sus etapas de desarrollo desde el instante
mismo de la concepción, pero que la vida queda perfeccionada no
cuando se produce la fusión del óvulo con el espermio, en forma
externa, extracorpórea, extrauterina, o in vitro, sino cuando se
realiza la implantación o anidación del óvulo ya fecundado en los
órganos sexuales de la mujer y en su útero. Por lo tanto, según
este principio penal, la muerte de los óvulos impregnados no
anidados o embriones humanos in vitro queda fuera del Derecho
Penal, y no es castigada. Estrictamente sería una figura atípica y
no sancionada por la ley penal, lo que es inaceptable desde todo
punto de vista.
3.8.22. Lo fundamental, como ya lo expusimos en otros parágra-
fos, no es el lugar en que se produce la supresión de la vida del ser
humano en gestación, sea fuera o dentro del vientre de la mujer. Se
puede eliminar el embrión humano, ya sea que se encuentre anidado
o in vitro, o fuera del cuerpo de la madre; lo esencial es que se pone
término a la vida, lo que vale es el fondo y no la forma y existiría, al
menos en doctrina, un delito.
3.8.23. Si no es posible aplicar el tipo penal aborto a estas ac-
ciones, debe crearse una nueva figura penal, como lo sustentan
varios penalistas, y sancionarse tales hechos, que repugnan la ética,
la moral y el Derecho.
3.8.24. Terán Lomas anota: “... a más de la tipificación expresa
de la destrucción del embrión in vitro, forma similar a la destrucción
del producto de la concepción en el seno materno o su expulsión
prematura”.77
3.8.25. Zannoni propone la creación de nuevas figuras penales
relacionadas con la FA y formula lo siguiente:
“Deben tipificarse como delitos que llevan consigo la pena acce-
soria de inhabilitación para el médico, biólogo u otros profesionales
intervinientes, las siguientes conductas:
a) La experimentación con embriones humanos, que, respon-
diendo a fines eugenésicos o de otra índole, alteren o modifiquen
los componentes genéticos originales que los formaron o impliquen
una selección de caracteres genéticos.

77
TERÁN, ob. cit., pág. 388.

103
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

b) La inseminación artificial o fecundación extrauterina he-


teróloga practicada a una mujer casada sin consentimiento escrito
del marido.
c) El ofrecimiento público, bajo cualquier forma, de esperma
fértil para la inseminación, de óvulos para su fecundación o de em-
briones para su implantación.
d) En los casos de inseminación artificial y fecundación extraute-
rina heteróloga, toda conducta que implique quebrar el anonimato
del dador del semen o de la dadora del óvulo y, a su respecto, el
anonimato de la receptora”.78
3.8.26. Vale la pena recordar sobre este punto que las Cartas
Fundamentales de una serie de países resguardan en sus preceptos
y como garantía individual la vida humana intrauterina y la de los
seres que aún no nacen. El artículo 15 de la Constitución española
al tratar los derechos fundamentales proclama que “todos tienen
derecho a la vida”.
3.8.27. La Constitución Política de la República de Chile, del año
1980, en el capítulo “De los Derechos y Deberes Constitucionales”,
en su artículo 19: “Asegura a todas las personas: 1º. El derecho a la
vida y a la integridad física y psíquica de la persona”. Más adelante
agrega: “La ley protege la vida del que está por nacer”.
3.8.28. Se trata de una garantía fundamental; la Constitución,
esta “superley”, tutela la vida del que está por nacer. Si concluimos
que hay vida desde el momento mismo de la FA, fusión del óvulo
con el espermio, sin importar el lugar donde se produce una nue-
va vida, un embrión de un ser humano, está tutelado por la Carta
Fundamental, y la ley penal debe crear una figura delictiva, por no
ser posible entender la supresión y muerte de este huevo al tipo
del aborto. La vida humana en todo el tiempo que dure, desde la
fecundación, sea natural o artificial, y hasta la muerte de la persona,
debe cautelarse especialmente por la ley penal.
3.8.29. En nuestro país, el Ministerio de Salud emitió, con fecha
28 de junio de 1985, una Directiva Ministerial Exenta Nº 1072, que
contiene Normas Aplicables a la Fertilizacion In Vitro y la Trans-
ferencia Embrionaria. Dicho documento, entre otras materias,
indica cuánto procedería la FIV y TE, los requisitos que deben
cumplirse, la reglamentación de las instituciones que efectúan el
procedimiento, etc.

78
ZANNONI, ob. cit., págs. 123 y 124.

104
CAPÍTULO II. FECUNDACIÓN ARTIFICIAL. PROBLEMAS MÉDICO-LEGALES Y PENALES

3.8.30. También en el preámbulo de la Declaración Internacional


de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, del año 1959, se
especifica “que el niño tiene derecho a una protección jurídica ade-
cuada, antes como después de su nacimiento”. Esta misma Declaración
reconoce al niño el derecho a cuidados prenatales adecuados.
3.8.31. La Declaración Universal de los Derechos Humanos, en
su artículo 39, estipula expresamente: “Todo individuo tiene derecho
a la vida”. Por su parte, la Declaración de los Médicos de Francia
sobre Respeto a la Vida Humana, hecha en Paris el 5 de junio de
1973, establece: “En todo momento de su desarrollo, el fruto de la
concepción es un ser viviente, esencialmente distinto del organismo
que lo acoge y lo nutre”.

105
Capítulo III
NUEVOS MÉTODOS DE FECUNDACIÓN
ARTIFICIAL

1. Los avances científicos y de la medicina tratan de perfeccionar


día a día los procedimientos de fecundación artificial, originándo-
se nuevos métodos o mejorando los ya existentes. Estos progresos
tratan en lo posible que la fecundación artificial sea más parecida
o se aproxime a la fecundación natural, aunque no hay contacto
sexual entre la pareja.
2. Se conocen variaciones de los métodos de la FIVET; la fe-
cundación en algunos casos es extracorpórea, en otros se asemeja
a la natural y se realiza dentro de los órganos de reproducción de la
mujer, obteniendo el semen en forma inmediata a la eyaculación.
3. Textos de reciente publicación indican el método denominado
GIFT, el TOT, la fecundación asistida mediante el proceso del Salmon
Like Effect, como técnicas actuales de la fecundación in vitro.
4. Fernando Monge describe el GIFT (Gametes intra Falloppian
transfer) como: “Método de fecundación, inventado por el médico
argentino Ricardo Asch, que consta de las siguientes fases: 1) absor-
ción del óvulo en el momento de la ovulación mediante ecografía y
aspiración con una aguja-cánula; 2) obtención del semen mediante
una técnica poscoital; 3) introducción del óvulo y del semen, separa-
dos, con una burbuja de aire, inyectándolos en una de las trompas
de Falopio en el momento y en las condiciones mejores para que
se produzca la fecundación. Este método es menos artificial que
la fecundación in vitro, aunque supone diversos pasos difíciles de
conciliar con todas las exigencias éticas de una procreación verda-
deramente humana y personal. Para aplicar esta técnica es necesario
que al menos una de las trompas de Falopio no esté obturada”.1

1
FERNANDO MONGE, Persona Humana y Procreación Artificial, Libros MC, Madrid,
España, 1988, pág. 164.

107
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

5. Este mismo autor, sobre el TOT dice: “(Tubal ovum transfer).


Es una variante del GIFT (Gametes intra Fallopian transfer). Técnica
utilizada por vez primera en Estados Unidos. El doctor McLaughlin,
del St. Elizabeth Medical Center (Dayton), considera que los dos
criterios principales del TOT son: 1) la fertilización tiene lugar in
vivo (dentro del cuerpo materno); 2) el esperma es recogido en el
acto marital, dentro de un preservativo perforado, para asegurar que
el acto conyugal esté abierto a la transmisión de la vida”.2
6. Relacionado al Salmon Like Effect, por último, expone: “Ac-
tualmente están naciendo otros métodos similares en fase de expe-
rimentación con nombres distintos. Una de las últimas novedades
pertenece a un equipo médico italiano, que está experimentando un
nuevo sistema de fecundación ‘asistida’ llamado Salmon Like Effect.
El apelativo resulta de la analogía con la conocida característica del
salmón de ir contra la corriente para depositar los huevos. Del mismo
modo, los espermatozoides pueden llegar a las trompas de Falopio
si encuentran el fluido adecuado en el aparato genital femenino.
Este nuevo sistema se asemeja a la simple inseminación artificial y
presenta ulteriores ventajas respecto al GIFT, pues no hace necesario
extraer el óvulo y ‘capacitar’ los espermatozoides, pues el momento
de la fecundación tiene lugar en el seno materno”.3

2
MONGE, ob. cit., pág. 170.
3
MONGE, ob. cit., pág. 87.

108
Capítulo IV
DETERMINACIÓN DEL MOMENTO DE LA
FECUNDACIÓN Y DEL EMBARAZO

1. GENERALIDADES

1. Una materia que es de suma importancia en el Derecho y


en medicina legal es determinar el momento o el instante de la
fecundación. Cuándo se produce la impregnación del óvulo con el
espermio, fenómeno biológico ya abordado en extenso, y qué ocurre
en las trompas de Falopio.
2. En obstetricia forense y en la medicina legal del recién nacido
existe un hecho cierto, real y de fácil establecimiento, como lo es el
parto, termino médico, o el nacimiento, concepto jurídico.
3. Luego, para verificar la fecundación que nuestro Código
Civil denomina concepción, hay que partir de hechos conocidos,
como lo es el parto, y en forma retrospectiva fijar la fecha de la
fecundación.
4. Se sostiene que como antecedente de la fecundación es también
la cópula fecundante y el último periodo menstrual. Sin embargo,
la ciencia médica no está conteste si la fecundación se produce en
forma inmediata después del acto sexual o con posterioridad a él.
Algunos aceptan el primer criterio y los demás, que la fecundación
opera aproximadamente ocho días con posterioridad al coito. En
relación con la última regla, también se ha discutido. El embarazo
pudo haberse producido en una fecha próxima a ella. En otros casos
hay mujeres que no tienen menstruación, otras irregulares, etc., por
lo que no es confiable. Sobre este punto se hace una distinción entre
los periodos genésicos y agenésicos de la mujer, de acuerdo con la
famosa teoría de Ogino y Knaus.
5. Para evitar todos estos problemas médicos, aunque también esté
afecto a crítica, el Código Civil determinó, en virtud de una presunción

109
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

de derecho, la fecha o el momento de la fecundación, y quedó por lo


tanto, desde un ángulo legal, terminada la problemática.
6. El artículo 76 del Código Civil señala:
“De la época del nacimiento se colige la de la concepción, según
la regla siguiente:
Se presume de derecho que la concepción ha precedido al na-
cimiento no menos que ciento ochenta días cabales, y no más que
trescientos, contados hacia atrás, desde la medianoche en que prin-
cipie el día del nacimiento”.
7. De la disposición legal transcrita se desprende que estamos
en presencia de una presunción de derecho, en el sentido de que
lo que se consigna no admite prueba en contrario, es una norma de
carácter absoluto, que para algunos tiene la fuerza de un axioma y
de dogma indiscutible. Esta norma tiene su origen en los principios
del Derecho Romano. Para el cómputo de los plazos de fecundación,
se parte de la medianoche en que principia el día del nacimiento
y se cuenta hacia atrás, no más de 300 días y no menos de 180 días
cabales y completos.
8. Se presume de derecho un periodo mínimo y otro máximo
de desarrollo o gestación del nuevo ser. El mínimo de 180 días y el
máximo de 300 días.
9. Otra derivación del postulado del artículo 76 del Código Civil
es que la fecundación tiene que haberse producido en el lapso de
120 días, que es la diferencia entre los plazos de embarazo mínimo
y máximo legales, ya referido. Es un plazo no fijo, sino variable entre
los 120 días.
10. Todos estos puntos tienen significación en filiación para la
investigación de la paternidad, en Derecho Sucesorio, etc. En materia
penal, particularmente en el delito de aborto.
11. Se ha criticado el artículo 76 del Código Civil por el hecho
de fijar para una cuestión médica o biológica una presunción que
no admite prueba en contrario, ya que en la práctica hay embarazos
de menos de 180 días y de más de 300 días, como podrá demostrarse
por informes periciales y pruebas científicas, las que no tendrían
fuerza alguna frente a la presunción de derecho.
12. Por la razón anterior, se ha planteado que la presunción de
derecho debiera ser modificada o establecer una presunción sim-
plemente legal, y la que puede ser desvirtuada por otras probanzas,
naturalmente investidas de seriedad, como las serían las pericias
médicas, como ocurre en el Código Civil alemán.

110
CAPÍTULO IV. DETERMINACIÓN DEL MOMENTO DE LA FECUNDACIÓN Y DEL EMBARAZO

2. EXISTENCIA NATURAL DE LA PERSONA

1. La existencia natural de las personas, que se denomina también


personalidad natural, se inicia con la fecundación, que el Código
Civil señala como la “concepción”, como ya lo precisamos.
2. No se trata de una persona en el sentido que estima el Derecho
en general, es una etapa de su desarrollo o en gestación, es su estado
de huevo, embrión o feto de acuerdo con el tiempo del embarazo.
3. Con la fusión de los gametos sexuales, masculino con el
femenino, espermio con el óvulo, se da comienzo a una nueva
vida, habiéndose efectuado previamente la cópula fecundante y
procreativa.
4. Fecundado el óvulo por el espermio, fenómeno biológico
que se produce en el tercio externo de las trompas de Falopio,
empieza a bajar el huevo para su anidación o implantación en el
útero materno.
5. Implantado el nuevo en el endometrio del útero, sigue el
proceso de la gravidez, pasando por la etapa de embrión hasta
el tercer mes, y posteriormente la calidad de feto, el que cuando
está apto o maduro es expulsado, dando lugar al parto y al naci-
miento.
6. El recorrido del óvulo fecundado hasta la matriz demora de
2 a 3 días, lugar donde se anida hasta su madurez completa.
7. El periodo normal del embarazo es de 280 días aproximada-
mente, contados desde la fecundación, hecho de difícil precisión
biológica.
8. La legislación civil y la penal protegen la vida del que está
por nacer, y desde la fecundación misma.

3. EL EMBARAZO, CONCEPCIÓN Y DEFINICIÓN

1. Es el estado de la mujer que va desde la fecundación hasta


el parto o nacimiento. En el fondo, es el periodo del desarrollo
del huevo en el vientre materno y termina con la expulsión del
producto. Se sostiene que si el feto es viable, estaríamos frente
a un parto, y la expulsión de un feto no viable, se trataría de un
aborto.
2. Melloni lo define: “Periodo de tiempo comprendido entre
la concepción y el nacimiento del niño; la duración normal es de

111
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

unos 280 días o nueve meses naturales; también denominado ges-


tación”.1
3. El Diccionario Terminológico de Ciencias Médicas Salvat lo con-
ceptualiza de la siguiente manera: “Gestación, preñez; estado de
una mujer encinta; periodo comprendido desde la fecundación
del óvulo hasta el parto. Dicho estado se caracteriza por signos de
probabilidad y certeza. Los primeros son: la supresión de las reglas,
los trastornos digestivos, el abultamiento progresivo del abdomen,
las modificaciones de las mamas, coloraciones pigmentarias en el
soplo uterino. Los segundos son: los movimientos activos y pasivos
(peloteo) del feto, el choque fetal, los ruidos cardiacos fetales y la
detección del feto por ecografía”.2

4. CLASES DE EMBARAZOS

Se conoce una serie de tipos de embarazos, considerando varios


aspectos, como si el desarrollo es normal o anormal, si el útero con-
tiene uno o varios fetos, el lugar de su implantación, etc.
1. Embarazo uterino o normal. Se da cuando el desarrollo del
huevo fecundado se realiza en la cavidad uterina. También es llamado
embarazo no patológico.
2. El embarazo extrauterino es cuando el óvulo no se fija o de-
sarrolla en el útero, sino fuera de él; por ejemplo, en las trompas,
en el ovario, etc.
Se denomina también anormal o patológico y toma un nombre
diferente según el lugar donde el huevo se implanta.
3. El embarazo simple se produce cuando el útero tiene en su
interior un solo huevo, que es la regla general.
4. Tenemos el embarazo múltiple cuando en la cavidad uterina
se desarrollan internamente más de dos huevos o fetos. El embarazo
múltiple puede ser: gemelos, triples, cuádruples, quíntuples, etc.
5. El embarazo gemelar puede a su vez ser univitelino o bivite-
lino. El univitelino se da cuando es fecundado un solo huevo y lo

1
DOX MELLONI EISNER, Diccionario Médico Ilustrado de Melloni, Editorial Rever-
te S.A., Barcelona, Bogotá, Buenos Aires, Caracas, México, Río de Janeiro, 1983,
pág. 167.
2
Diccionario Terminológico de Ciencias Médicas, 121ª edición, Salvat Editores S.A.,
Barcelona, Madrid, Buenos Aires, Caracas, Lima, México, Quito, Río de Janeiro,
San Juan de Puerto Rico, Santiago de Chile, 1984, pág. 353.

112
CAPÍTULO IV. DETERMINACIÓN DEL MOMENTO DE LA FECUNDACIÓN Y DEL EMBARAZO

forman dos embriones, los fetos son del mismo sexo y hay una sola
placenta. El bivitelino es la fecundación de dos huevos diferentes
del mismo ovario o del otro, producida por el mismo coito o por
cópulas diferentes. Existen dos placentas, los fetos pueden ser del
mismo sexo o sexo diferente.
6. Embarazo ectópico o anormal, cuando el huevo fecundado
se implanta en un lugar diferente al útero.
7. Embarazo tubárico, el embarazo es en una de las trompas
de Falopio.
8. Embarazo ovárico, se implanta el huevo en el ovario.
9. Embarazo abdominal, el huevo se desarrolla en la cavidad
abdominal.
10. Embarazo verdadero es cuando efectivamente hay un huevo
fecundado en proceso de gestación.
11. Embarazo falso o fantasma es cuando no hay gravidez y apa-
recen signos o síntomas de embarazo. También puede tratarse de
un embarazo falso cuando se simula este estado y no hay tal.

5. SIGNOS DEL EMBARAZO

Los signos del embarazo se refieren a ciertas reacciones, alte-


raciones y modificaciones que experimenta la mujer embarazada
en su persona u organismo, de corte físico y psíquico. Igualmente
hay manifestaciones del producto del feto, como señalaremos en
esta parte. Hay sintomatología que da constancia de la certeza del
embarazo y otros síntomas de probabilidad.

6. SIGNOS DE PROBABILIDAD DEL EMBARAZO

Estos signos, también conocidos como dudosos y presuntivos,


no indican con certeza la existencia del embarazo. Pueden ellos
concurrir en una mujer y no estar embarazada, pero se presentan
en general en casos de embarazo.
Entre los signos dudosos tenemos los siguientes:
a) Ausencia o supresión de la menstruación (amenorrea). Es
una indicación no segura, pues hay mujeres que no tienen regla y
no están embarazadas y mujeres embarazadas que registran mens-
truación. También se conocen embarazos de mujeres que nunca han
tenido regla y de gestaciones después de la menopausia.

113
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

b) Modificaciones en las mamas. Otro signo, pero un tanto vago,


son las modificaciones que se producen en los senos de la mujer em-
barazada, consistentes en el aumento de su volumen, pigmentación
oscura del área del pezón, apareciendo los tubérculos de Montgomery.
Los senos siguen creciendo hasta el término del embarazo.
c) Aumento del volumen del útero, medidas que siguen el desa-
rrollo del feto, crece la matriz mes a mes. Es signo de probabilidad,
pues el aumento se podría deber también a la existencia de enfer-
medades, tumores, infecciones, etc.
d) Secreción de calostro. Al comprimir los senos se segrega un
líquido blanquecino, lechoso, llamado calostro. Al final del emba-
razo, cuando el feto está maduro, se produce la leche materna. Es
signo vago de embarazo, pues se ha producido esta secreción en
mujeres no embarazadas.
e) La línea blanca del abdomen toma una coloración pardusca,
aumenta asimismo su volumen, pero esto puede ser también el efecto
de tumores o enfermedades.
f) Aparición de vómitos, náuseas, mareos, fatigas, estado de
somnolencia, carácter irritable, deseos de comer ciertos alimentos,
asco por otros, etc. Dificultades para andar, deseo frecuente de ori-
nar, nerviosismo, palpitaciones, etc. Muestras de gravidez con ciertas
manchas especiales en la cara y el cuello de la mujer fecundada, el
borramiento del ombligo, etc.
g) Alteraciones en los órganos genitales, especialmente en la
vulva y en la vagina, conocidas como signos genitales. Coloración
violácea en la vagina, etc.

7. SIGNOS DE CERTEZA DEL EMBARAZO

Los signos de certeza o positivos del embarazo son aquellos que


no dejan duda del estado de embarazo, y no son vagos ni impreci-
sos. Estos signos del embarazo se aprecian tardíamente, y una vez
que el feto adquiere un desarrollo avanzado. Se detectan entre el
4º y 5º mes de la fecundación y se refieren al feto, sus movimientos,
latidos cardiacos.
Se distinguen entre los signos de certeza:
1. Los movimientos activos del feto. Se manifiestan desde el 4º
mes de embarazo aproximadamente y obedecen al desplazamiento
del feto en el útero.

114
CAPÍTULO IV. DETERMINACIÓN DEL MOMENTO DE LA FECUNDACIÓN Y DEL EMBARAZO

2. Los movimientos pasivos del feto. Aparecen aproximadamen-


te en el 5º mes de embarazo. Se practica un examen por el cual se
provocan los movimientos del feto.
3. Los latidos cardiacos del feto. Son detectables al 5º mes de
embarazo y van desde 110 a 160 por minuto, se perciben en la región
abdominal y umbilical de la mujer. Estos ruidos cardíacos, que se
asemejan al ruido de un reloj, se examinan directamente aplicando
el oído en la región o mediante el estetoscopio.
4. El soplo interno. Se aprecia del 4º mes en adelante. Para
determinarlo se ausculta el útero o sus bordes y se encuentra este
soplo uterino o materno.

8. EXÁMENES COMPLEMENTARIOS PARA DIAGNOSTICAR


EL EMBARAZO

1. Además de la sintomatología descrita, se puede practicar una serie


de reconocimientos, exploraciones y análisis, para la determinación
cierta del embarazo y del desarrollo del feto en el vientre materno.
2. Se trata a veces de diagnósticos cardiológicos del útero, de
tejidos de la mujer embarazada, de procedimientos de laboratorio
y el empleo de reacciones de productos químicos, ciertos exámenes
hormonales, ultrasónicos, ecogramas, rayos X, etc.
3. Revisaremos los exámenes más importantes:
a) Radiografía a la región del útero. Sirve para observar las
partes óseas del feto, cráneo, huesos, columna vertebral. Pueden
también establecerse las anomalías del esqueleto o del desarrollo
fetal. Esta investigación es posible desde el 4º mes en adelante, pero
su práctica por la radiación de los rayos X puede traer al feto algunas
complicaciones.
b) Examen o test inmunológico. Es una prueba inmunológica
con hormonas en una suspensión de partículas de látex o con el
anticuerpo del látex. Se conoce el Gravindex, el Pregnosticón, etc.
c) El examen ultrasónico, de gran aplicación y eficacia. Se em-
plean los principios del ultrasonido y del radar. Aparece en una
pantalla, en la que se fija el feto, se observan sus movimientos y se
aprecian los latidos cardiacos. Se determina el tamaño del feto, su
posición y las anormalidades posibles.
d) También se hace el electrocardiograma al feto. Se auscul-
tan los latidos cardiacos, se practica aproximadamente a los cuatro

115
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

meses de gestación, puede establecerse el número de fetos por los


latidos cardiacos.
e) Hay métodos de laboratorio o de biología, elite se basan en
las hormonas de la mujer embarazada y aplicando sangre u orina de
ella en animales, tales como ratas, ranas, sapos, cobayo, etcétera.3
Las más relevantes son:
a) Prueba o reacción de Aschheim-Zondek;
b) Reacción de Galli-Mainini;
c) Reacción de Friedman;
d) Prueba de Abderhalden.

9. DIAGNÓSTICO DEL EMBARAZO PROPIAMENTE TAL

1. Hemos revisado los signos presuntivos del embarazo, como


igualmente los llamados signos de certeza. Producida la fecunda-
ción, con la posterior anidación del óvulo fecundado en el útero,
la mujer embarazada sufre diversas transformaciones, sean físicas,
fisiológicas, anatómicas, psíquicas, etc.
2. Además de los exámenes radiográficos, citológicos, biópsicos,
se utilizan reacciones biológicas y de laboratorio para el diagnóstico
del embarazo, las que se consideran más efectivas y ciertas. Como
ya lo expusimos, se conocen, y como reacciones biológicas, las de
Aschheim-Zondek, de Friedman, de Galli-Mainini, de Hofmann, y
otras que explicaremos sumariamente.
3. Reacción de Friedman. Basile y Waisman puntualizan que “se
basa en la maduración folicular producida en conejas impúberes,
por las gonadotrofinas coriónicas contenidas en la orina de la mu-
jer embarazada, inyectada –según técnica– en la vena marginal de
la oreja del animal reactivo. Tiene un 98% de certeza, a contar del
décimo día de embarazo”.4 Para Eduardo Vargas, esta reacción de
Friedman “es positiva en un 100%”.5
4. Reacción de Aschheim-Zondek. Según Guillermo Uribe, este
examen “consiste en inyectar orina de la mujer que se sospecha
embarazada a ratas jóvenes impúberes, machos o hembras; cuando
existe embarazo, la orina cargada de hormonas de la hipófisis, que

3
Ver sobre esta materia, BONNET, ob. cit., t. II, pág. 1109.
4
BASILE Y OTRO, ob. cit., t. I, pág. 513.
5
VARGAS, ob. cit., pág. 242.

116
CAPÍTULO IV. DETERMINACIÓN DEL MOMENTO DE LA FECUNDACIÓN Y DEL EMBARAZO

se eliminan en gran cantidad, produce madurez e hipertrofia en


los ovarios de la rata, según la cantidad de hormona hipofisiaria
contenida en la orina de la embarazada, cuyos cambios en el ovario
son más o menos intensos:
1º. Maduración de los folículos, ovulación y estros.
2º. Congestión de los folículos hipertrofiados.
3º. Formación de cuerpos amarillos atrépsicos, perfectamente
apreciables con microscopio. En la rata macho se observará hiper-
trofia enorme de los testículos y del epidídimo, con modificaciones
histológicas apreciables en el epitelio de las vesículas seminales y de
los canales eferentes”.6
5. Reacción de Galli-Mainini. Los autores Basile y Waisman ano-
tan que “se funda en la puesta en celo del sapo (Buffo arenarum) con
aparición de espermatozoides en la orina, tras la inyección en el
saco linfático dorsal, de orina de mujer embarazada, obteniéndose
tres horas después numerosos espermatozoides móviles en la orina
del animal reactivo, obtenida con pipeta de la cavidad cloacal y
observada al microscopio”.7
6. Reacción de Hofmann. Según Basile y Waisman: “Se usa el
suero sanguíneo de la mujer presuntamente embarazada, con igual
técnica que la de Friedman, pero la reacción es mas precoz, pudién-
dose diagnosticar el embarazo desde el primer día en adelante”.8
7. Reacción de Le Breton. Considerando la exposición de Bonnet,
tenemos que se apoya “en el estudio del poder antiproteolítico o
antifermentativo del suero sanguíneo de la mujer frente a un sistema
fermentativo constituido por fermento tripsínico y fibrina de cerdo.
El poder antiproteolítico del suero es el porcentaje de fibrina no
descompuesta como consecuencia de la acción inhibidora de un
centímetro cúbico de suero en condiciones rigurosas de experimen-
tación. El valor del poder antiproteolítico del suero sanguíneo de
la mujer no grávida es de 20. En el cadáver, la reacción puede ser
positiva en caso de embarazo mientras no se instale la putrefacción.
Si esta aparece, invalida los resultados”.9
8. Prueba o reacción de Wide y Gemzell, también denominada
Orthotest, Orthopregnancy test o prueba del látex. Basile y Waisman precisan
que este examen “determina la existencia de gonadotrofinas corióni-
6
URIBE Y OTRO, ob. cit., pág. 612.
7
BASILE Y OTRO, ob. cit., t. I, págs. 513 y 514.
8
BASILE Y OTRO, ob. cit., t. I, pág. 513.
9
BONNET, ob. cit., t. II, pág. 1111.

117
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

cas en la orina de mujer embarazada, teniendo en cuenta la posible


aglutinación o precipitación de las partículas de látex del reactivo”.10
Desde el punto de vista farmacéutico, se comercializa el producto con
el nombre de Gravindex y de Orthopregnancy test. La certeza de esta
prueba no es absoluta y su diagnóstico es rápido, evitando los exámenes
del laboratorio en animales u otros procedimientos lentos.
9. Reacción de Abderhalden. Esta prueba la describe Guillermo
Uribe en el sentido de que “el suero de la embarazada o que ha
dado a luz muy recientemente tiene la propiedad de solubilizar, de
pectonizar la placenta, cuya reacción puede aplicarse al diagnóstico
del embarazo: se toma suero de una mujer y se le pone en contacto
con placenta de otra mujer. Si aquella no está embarazada, la pla-
centa queda intacta; pero si existe embarazo, el suero produce en
la placenta modificaciones de su albumina, que se manifiestan por
reacciones químicas apropiadas o por el examen con polarímetro.
Esta reacción puede manifestarse aun en las primeras semanas del
embarazo y persiste hasta los primeros días que siguen al parto. No
es perfectamente específica, puesto que puede ser positiva en casos
de carcinomas uterinos y en ciertas enfermedades de los órganos
genitales internos y hasta en mujeres sanas”.11
10. Anteriormente indicamos que además de las reacciones,
exámenes clínicos, biológicos y de laboratorio, se emplean el examen
de ultrasonido y el ecograma, y es posible observar el desarrollo del
embarazo, el crecimiento del feto, la duración del embarazo y el
probable término del mismo. Estos exámenes son de gran aplicación
práctica en la actualidad y dan signos de evidente certeza.
11. Todo lo anterior es sin perjuicio de los cambios y modifica-
ciones que va experimentando periódicamente la mujer embarazada,
en su sistema nervioso, digestivo, genital y anatómico. Para el diag-
nóstico, y entre otros medios, tiene relevancia la inspección de los
senos, los que aumentan de volumen, aparece pigmentación, una
serie de signos biológicos y secreciones. Igualmente es importante
el llamado tacto vaginal y del útero, el cual, como sabemos, presenta
una serie de características especiales, de acuerdo al período del
embarazo, en su volumen, forma, etc.
12. Asimismo, y en la primera mitad del embarazo, ya se pueden
practicar radiografías al feto y electrocardiogramas. El ultrasonido

10
BASILE Y OTRO, ob. cit., t. I, pág. 514.
11
URIBE Y OTRO, ob. cit., págs. 611 y 612.

118
CAPÍTULO IV. DETERMINACIÓN DEL MOMENTO DE LA FECUNDACIÓN Y DEL EMBARAZO

puede apreciar los latidos cardiacos del feto. Se estima que en el


diagnóstico del embarazo, en la llamada primera etapa, son signos
serios y efectivos el electrocardiograma y el ultrasonido y alguna de
las pruebas o reacciones ya analizadas.
13. A medida que prosigue el proceso del embarazo, el diagnóstico
es más fácil y más certero. Para ello basta el examen físico externo
de la mujer, particularmente la inspección a los senos, al abdomen
y a sus órganos sexuales. Se auscultan los ruidos fetales tratados an-
teriormente, tales como los movimientos, latidos cardiacos, etc., y
también los ruidos maternos. Al tacto se observan fenómenos en el
útero y se detecta el peloteo fetal. Además, se practican nuevamente
las ecografías, radiografías fetales, ultrasonido, etc.
14. Por último, y siguiendo al catedrático don Eduardo Vargas, este
contempla un examen bioquímico que se “basa en la determinación cuali
o cuantitativa en el plasma o en la orina de embarazadas de hormonas
del ovario (estrógenos, progesterona), de la placenta (gonadotrofinas
coriónicas), de la corteza suprarrenal (17-cetosteroides neutros y 11-oxi-
esteroides), de la hipófisis (gonadotrofinas hipofisiarias). Oya, Yoshino
y Mizutani, del Japón, han demostrado un nuevo método en manchas
de sangre de menos de dos semanas. Consiste en determinar la cistina
aminopeptidasa, originada en la placenta”.12

10. DURACIÓN DEL EMBARAZO

1. Desde el punto de vista de la obstetricia forense no hay un


acuerdo entre los ginecólogos y médicos en general para fijar un
plazo preciso de duración del periodo de desarrollo del feto.
2. Para algunos es de 260 días y para otros de 280 días y hasta
300 días. Se sostiene que el término corre desde 260 a 300 días, sin
desconocer que no hay una regla fija.
3. Como lo hemos anotado en otros pasajes, hay casos de nacidos
a los 4, 5 y 6 meses de gestación y también después de 300 días, que
se cuentan desde la fecha de fecundación.
4. Para resolver la data de la gravidez, cuando empezó la ges-
tación, hay varios métodos, como son la fecha de la cópula, de la
última menstruación, el crecimiento del útero, movimientos del
feto, radiografía, ecografía, etc.

12
VARGAS, ob. cit., pág. 242.

119
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

11. MEDIDAS DE PROTECCIÓN LEGAL DE LA VIDA


INTRAUTERINA

Desde el punto de vista jurídico, existen medidas para proteger


la vida del que está por nacer y también la de la madre, de carácter
civil y de tipo penal.
1. El artículo 75 del Código Civil preceptúa: “La ley protege la
vida del que está por nacer. El juez, en consecuencia, tomará, a pe-
tición de cualquiera persona o de oficio, todas las providencias que
le parezcan convenientes para proteger la existencia del no nacido,
siempre que crea que de algún modo peligra.
Todo castigo de la madre, por el cual pudiera peligrar la vida o
la salud de la criatura que tiene en su seno, deberá diferirse hasta
después del nacimiento”.
2. Por otra parte, el artículo 128 del Código Civil dispone:
“Cuando un matrimonio haya sido disuelto o declarado nulo, la
mujer que está embarazada no podrá pasar a otras nupcias antes
del parto, o (no habiendo señales de preñez) antes de cumplirse
los doscientos setenta días subsiguientes a la disolución o decla-
ración de nulidad.
Pero se podrán rebajar de este plazo todos los días que hayan
precedido inmediatamente a dicha disolución o declaración, y en
los cuales haya sido absolutamente imposible el acceso del marido
a la mujer”.
3. Los artículos 342 al 345 del Código Penal castigan el aborto
en sus distintos tipos y las personas que lo puedan causar, materia
que trataremos al estudiar el delito de aborto.
4. También hay normas laborales de protección para la mujer
embarazada, licencias, atención médica, etc.

12. PROBLEMAS MÉDICO-LEGALES Y PENALES


RELACIONADOS CON EL EMBARAZO

1. Con motivo del embarazo, pueden presentarse problemas


médico-legales, tales como su simulación y la disimulación, errores
de diagnóstico y ciertas infracciones penales contra el estado civil
de las personas, en las que tiene importancia el embarazo, tales
como la suposición de parto y la substitución de un niño por otro,
usurpación de estado civil, supresión de estado civil, etc.

120
CAPÍTULO IV. DETERMINACIÓN DEL MOMENTO DE LA FECUNDACIÓN Y DEL EMBARAZO

2. Puede suceder que un diagnóstico de embarazo adolezca


de error y los informes indiquen que efectivamente la mujer se
encuentra en tal estado, cuando en la práctica no existe emba-
razo, ni embrión, huevo o feto. En efecto, este falso diagnóstico
puede basarse en algunos signos de probabilidad. Por ejemplo,
cuando existen tumores o algunas enfermedades, puede creer-
se que existe un embarazo. También se conocen los embarazos
nerviosos, que incluso en ciertas pruebas pueden concluir la exis-
tencia de un embarazo, cuando en la práctica ello no es efectivo.
Estos embarazos nerviosos o seudoembarazos tienen una causa de
tipo psíquico, en especial cuando la mujer desea fervientemente
tener un hijo.
3. Los embarazos fantasmas, imaginarios o ilusorios, son dis-
tintos de la simulación de embarazo. En los primeros casos no
hay el fraude que supone la simulación, la mujer piensa que está
embarazada y tiene signos de un embarazo. En cambio, en la simu-
lación la mujer que no está embarazada y lo sabe positivamente,
mediante maquinaciones y actuaciones dolosas se fabrica un em-
barazo y así lo hace creer o lo transmite a sus familiares, médico
o terceras personas.
4. Bonnet explica el seudoembarazo, o embarazo fantasma,
como aquel que es “capaz de aparentar los síntomas más notables
del embarazo: amenorrea, trastornos digestivos, modificaciones
de las mamas, aumento del volumen del abdomen resultante de la
aerofagia que determina una ‘timpanitis histérica’. La aerogastria
es, a su vez, creada por la sialofagia y la aerofagia. Frente a esto
no existen vergetures, ni líneas oscuras medianas, ni movimientos,
ni latidos fetales. El examen radioscópico y radiográfico señala la
ausencia de detalles anatómicos susceptibles de corresponder a
un feto”.13
5. Este mismo autor se refiere a la simulación de embarazo a
continuación del seudoembarazo, y a la letra apunta: “Aquí, a di-
ferencia de lo anterior, existe voluntad consciente de la mujer de
hacer creer que se halla grávida. Puede ser el resultado consciente
de la mujer de poder creer que se halla grávida. Puede ser el resul-
tado de una mitomanía debido a una conducta ajustada a un plan
preestablecido, que puede ser el de un chantaje o el de un ‘robo’ o
‘compra’ de un recién nacido”.

13
BONNET, ob. cit., t. II, pág. 1117.

121
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

6. Eduardo Vargas añade: “Simulaciones interesadas: suelen


tener como propósito simular un estado de gravidez, y que puede
fácilmente descubrirse con adecuada exploración clínica y pruebas
biológicas o inmunológicas; alterar la verdadera edad de la gesta-
ción para atribuirlo al ex marido o a otro individuo en juicios de
paternidad”.
7. En todas estas materias tienen suma importancia la pericia
médico-legal y la práctica de las reacciones de laboratorio que hemos
relatado, para detectar cualquier diagnóstico errado, embarazos
falsos, simulados y disimulados.

122
Capítulo V
EL PARTO

1. GENERALIDADES

1. Cuando el feto ha alcanzado un desarrollo completo, su madurez,


al término del embarazo es expulsado del vientre materno mediante
el proceso del parto, al igual que sus anexos embrionarios
2. Se trata de un fenómeno natural biológico complejo que
consta de varias partes o etapas hasta que es expulsado al exterior
del útero y que tiene trascendencia en el campo del derecho en
materia civil y penal.
3. El parto ocurre normalmente al 9º mes de la gestación, pre-
sentándose casos de partos antes de tal período, que se denominan
prematuros, y los posteriores a este plazo, tardíos.

2. DEFINICIONES Y TIPOS DE PARTO

1. Expulsión o salida del claustro materno del feto viable y sus


anexos. Para comprender bien el proceso del parto debe tenerse
presente que se trata de un trayecto a realizar por el producto de
la concepción, en el que tres factores deben estudiarse: el objeto,
que es el feto; el camino, que es lo que podemos llamar canal del
parto, que va desde el útero al exterior, o sea: cuello, vagina y vulva,
influido profundamente por el cinturón óseo de la pelvis; y el mo-
tor, que impulsa en el trayecto y que puede apreciarse mediante la
exploración. Casi siempre se ofrece la llamada presentación cefálica
con la cabeza algo flexionada, que se conoce corrientemente con
el nombre de presentación de vértice. Cuando se presenta con la
cabeza sin flexionar, entonces puede ocurrir la llamada presentación

123
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

de cara o la presentación de frente. Puede también tener lugar la


llamada presentación de nalgas o la presentación transversa. Los
periodos del parto normal suelen ser tres: período de dilatación,
período de expulsión y período de alumbramiento.1
2. Es el fenómeno en virtud del cual los productos maduros de
la fecundación (feto viable y sus anexos) se expulsan del útero.2
3. Conjunto de fenómenos fisiológicos que conducen a la salida
del claustro materno de un feto viable y sus anexos.3

2.1. TIPOS DE PARTO

1. Parto artificial. Parto inducido o facilitado por maniobras


manuales o instrumentales.4
2. Para Dorland, el parto espontáneo es “aquel que se produce
sin ninguna ayuda: d.t. parto eutócico, parto natural”.5
3. Para este mismo autor, el parto falso es “el parto iniciado,
pero en el que luego de un lapso variable cesan las contracciones
uterinas”.6
4. Parto cesáreo. Para Dorland es: “Parto mediante operación
cesárea”.7
5. Parto con fórceps. Para Dorland: “Extracción del feto con
fórceps aplicado en la cabeza fetal, sin daño para este ni para la
madre”.8
6. El Diccionario Terminológico de Ciencias Médicas Salvat lo define
como: “Parto que es vigilado e influido terapéuticamente por el
médico”.9
7. Según el Diccionario ya citado, el parto monitorizado es el
“Parto que es sometido a un control especial mediante instrumentos
electrónicos de registro (monitores) de la dinámica uterina y de la
frecuencia cardiaca fetal”.10

1
Dicc. Vida Sexual, ob. cit., t. IV, pág. 527.
2
QUIROZ, ob. cit., pág. 675.
3
Dicc. T. de Cs. Ms. Salvat, ob. cit., pág. 859.
4
DORLAND, ob. cit., pág. 1066.
5
Ibíd.
6
Ibíd.
7
Ibíd.
8
Ibíd.
9
Dicc. T. de Cs. Ms. Salvat, ob. cit., pág. 859.
10
Ibíd.

124
CAPÍTULO V. EL PARTO

8. Parto múltiple, el Diccionario Terminológico de Ciencias Médicas


Salvat señala: “Parto de más de dos fetos”.11
9. Para Bonnet, parto por sorpresa: “Es un parto imprevisto en
su aparición, breve en su desarrollo y violento en la expulsión, que
le impide a la madre adoptar actitudes o medidas que protejan al
recién nacido de lesiones o traumatismos”.12
10. Parto post mortem, según Bonnet: “Es la expulsión del pro-
ducto de la concepción fuera de las vías genitomaternales después
de haber tenido lugar la muerte de la madre”.13
11. El Diccionario Enciclopédico de la Vida Sexual anota que parto
prematuro es “el que tiene lugar en el séptimo y octavo mes del
embarazo, o cuando el peso del feto no llega ni a los 2,500 kg”.14
12. El Manual Merck, sobre este tipo de parto, indica: “Comienzo
del parto con borramiento y dilatación del cérvix antes de las 37
semanas de gestación”.15
13. El Diccionario Terminológico de Ciencias Médicas Salvat anota
que el parto prematuro es el “Parto de un feto viable antes de los
260 días del embarazo”.16
14. El Diccionario Salvat define el parto provocado: “Parto indu-
cido por medios artificiales con objeto de salvar la vida de la madre,
la del feto o las de ambos, que estarían seguramente comprometidas
si se dejara llegar el embarazo a término”.17
15. Parto prolongado. Para el Diccionario Terminológico de Ciencias
Médicas Salvat es el “Parto que dura más de lo normal (más de 12
horas en las multíparas y de 24 horas en las primíparas).18
16. Parto tardío. Para el Diccionario Terminológico de Ciencias Médicas
Salvat es: “Parto después de los 280 días de embarazo”.19
17. El parto múltiple, en la Enciclopedia Familiar de la Medicina y
la Salud, es el “Nacimiento de dos o más vástagos al mismo tiempo

11
Ibíd.
12
BONNET, ob. cit., t. II, pág. 1204.
13
BONNET, ob. cit., t. II, pág. 1206.
14
Dicc. Vida Sexual, ob. cit., t. IV, pág. 528.
15
El Manual Merck de Diagnóstico y Terapéutica (en adelante Manual Merck, ob.
cit.), 6ª edición en español, editado por Merck Sharp & Dohme Research Labo-
ratories, División de Merck & Co., Inc., Rahway, N.J., Estados Unidos de América,
1978, pág. 1038.
16
Dicc. T. de Cs. Ms. Salvat, ob. cit., pág. 859.
17
Ibíd.
18
Ibíd.
19
Ibíd.

125
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

o casi al mismo tiempo, concebidos todos ellos en el mismo mo-


mento”.20
18. Eduardo Keymer, considerando la duración del embarazo,
distingue: “Parto prematuro: del 6º al 9º mes; y parto de término:
cumplidos los 9 meses (270-280 días)”.21
19. Para Mommsen, parto de feto muerto es “Alumbramiento
de un niño muerto durante el embarazo (muerte fetal) o durante
el parto”.22
20. Este mismo autor sobre el parto precipitado precisa: “A di-
ferencia del parto rápido, que se observa, sobre todo, en multíparas
y que cursa con pocos dolores. El parto precipitado es aquel en el
que la madre es sorprendida por la salida brusca del feto, que cae
al suelo. Es muy poco frecuente”.23
21. Parto prematuro artificial, según Mommsen, es el “Producido
de intento por el médico con determinados fines; se ha sustituido
actualmente por la cesárea”.24
22. Para Dorland, parto postergado es el “Parto que se produce
después de los 280 días de embarazo”.25
23. Este autor, definiendo el parto seco, acota: “Parto en el que
el líquido amniótico se ha eliminado en gran parte antes de iniciarse
las contracciones uterinas”.26
24. Para Simonín, el parto precipitado es: “…por sorpresa, es un
accidente posible, más frecuente en las multíparas que en las primípa-
ras, se observaría una vez en 200 partos. Sorprende a la mujer de pie,
sentada o en cuclillas, y se realiza muy rápidamente (ausencia de bolsa
serosanguínea), representando, solamente en ciertos casos, la última
fase del parto; el desgarro perineal es casi constante. Puede sobrevenir
en el retrete, creyendo la madre satisfacer una necesidad imperiosa. Su
rapidez ocasiona a veces la caída del recién nacido al suelo, la rotura del
cordón en un punto cualquiera, más a menudo hacia su extremidad
placentaria o umbilical, o el arrastre de la placenta”.27

20
Enciclopedia Familiar de la Medicina y la Salud, t. II, dirigida por Morris Fishbein,
M.D., edición exclusiva para la Enciclopedia Barsa. H. S. Stuttrnan Co., Inc., Editores,
New York 16, N.Y., 1964, pág. 572.
21
KEYMER, ob. cit., pág. 268.
22
MOMMSEN, ob. cit., pág. 598.
23
Ibíd.
24
MOMMSEN, ob. cit., pág. 598.
25
DORLAND, ob. cit., pág. 1066.
26
Ibíd.
27
C. SIMONÍN, Medicina Legal Judicial, 3ª edición, Editorial JIMS, Barcelona,
España, reimpresión, 1980, págs. 253 y 254.

126
CAPÍTULO V. EL PARTO

3. ETAPAS DEL PARTO

Como dejamos constancia precedentemente, el parto consta


de varias etapas o periodos, no es un acto único, se distinguen fases
en él; nos referiremos al parto normal, no a los partos especiales o
causados bajo ciertas circunstancias.
Los periodos del parto son: dilatación, expulsión y el alumbra-
miento.
1. Dilatación es el primer periodo del parto y se inicia con las
contracciones del útero y se va dilatando el cuello del útero, formán-
dose un anillo de tipo elástico, u orificio de 9,5 cm. de diámetro. La
dilatación en la primera fase dura más o menos 12 horas y menos
en las multíparas, de 5 a 8 horas. Se producen secreciones sangui-
nolentas y mucosas.
2.a) Expulsión es el segundo periodo del parto. Comienza una
vez que está totalmente dilatado el cuello del útero o su borramien-
to. En esta fase la mujer sufre de fuertes dolores y contracciones
de los músculos abdominales (prensa abdominal). Se rompen las
membranas ovulares y la bolsa de las aguas, que es parte del líquido
amniótico. El feto que está de cabeza (el feto puede presentarse de
cara, de nalgas, de hombro, etc.) empieza a avanzar hacia el exterior
de los órganos sexuales de la madre, llegando al orificio de la vulva
y apareciendo su cabeza luego los hombros y el resto del cuerpo,
debido a las contracciones.
Esta etapa es más larga en las primíparas, más o menos entre 50
a 60 minutos, y de 20 a 25 minutos más o menos en las multíparas.
2.b) El doctor Ramón Fernández Pérez, en el capítulo “La Obs-
tetricia Médico-Forense” de la obra de Medicina Forense de Alfonso
Quiroz, apunta que el periodo de la expulsión consta de los siguientes
movimientos:
“1. Encajamiento (el feto introduce la cabeza en el estrecho
superior de la pelvis).
2. Descenso, que es constante en el curso de todo el mecanis-
mo.
3. Flexión (en el momento que la cabeza fetal encuentra una
resistencia, se mueve hasta poner en contacto el mentón con el
esternón).
4. Rotación interna (cuando el occipucio llega al suelo pélvico,
gira 45º a la derecha y hacia adelante y se coloca por abajo de la
sínfisis púbica).

127
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

5. Extensión (después que el occipucio ha salido de la pelvis, la


nuca se detiene debajo del arco púbico y actúa a manera de pivote,
lo que da por resultado que salga la cabeza del feto).
6. Rotación externa (el occipucio gira 45º a la izquierda).
7. Expulsión (salida de las estructuras restantes del producto”.28
3. Alumbramiento; esta fase viene después que el feto ha salido
del vientre materno hacia el exterior. En este periodo se efectúa la
expulsión de los anexos, tales como las membranas, la placenta y el
resto del cordón umbilical. Dura más o menos 30 minutos, y a veces
de 10 a 20 minutos.

4. DIAGNÓSTICO DEL PARTO

Por el diagnóstico del parto se investigan el tipo de parto de que


se trata, los signos de los partos recientes y de los antiguos. Los tribu-
nales de justicia solicitan informes sobre el parto y sus características,
fecha en la cual se realizó, los signos que han quedado en la mujer
que ha parido, frente a los delitos de infanticidio y en la investigación
del delito de aborto, y para ciertas infracciones vinculadas al estado
civil, como son la supresión, simulación o suposición de parto.
Se acostumbra señalar los signos de parto reciente y de parto
antiguo.

4.1. SIGNOS DE PARTO RECIENTE

Las demostraciones de parto reciente o recientísimo quedan


en los órganos sexuales externos, medios o internos de la mujer y
particularmente restos de tejidos, de sangre, coágulos, traumatismos,
ciertas lesiones y contusiones por la salida del feto, o de instrumentos
como fórceps, etc.29
Hay signos de tipo genital y de carácter extragenital.
a) Signos extragenitales. Estado general de la mujer, demuestra can-
sancio, somnolencia y delgadez. Se mantienen los signos del embarazo,
pigmentación de la piel, senos hipertrofiados y secreción láctea.

28
QUIROZ, ob. cit., pág. 676.
29
Ver sobre esta materia, BONNET, ob. cit., págs. 1203 y ss., y AVILÉS, ob. cit.,
págs. 60 y ss.

128
CAPÍTULO V. EL PARTO

b) Signos genitales. Los métodos e instrumentos empleados en


el parto se aprecian a simple vista en los órganos sexuales externos,
erosiones, contusiones, magulladuras, especialmente en la vulva,
vagina dilatada y ensanchada. El útero también dilatado, blanco y
con secreciones. Restos ovulares. A medida que transcurre el tiem-
po, los órganos sexuales vuelven a su normalidad, lo que demora
aproximadamente 45 días.
c) La reacción más importante después del parto es la aparición
de los “loquios”, que es un derrame sanguíneo que emana del útero
y de la vagina, y después sigue el derrame serosanguíneo y seroso,
según sea la presencia de sangre o de suero. Este flujo característico
de parto reciente dura más o menos de 15 a 20 días. Este líquido
tiene un olor fuerte, desagradable, característico y sui géneris.
d) Otra secreción de importancia médico-legal y en los partos
recientes o cercanos es el calostro o leche materna, producida por
las glándulas mamarias en los primeros días del nacimiento. También
aparece este líquido antes del parto y es un signo de diagnóstico de
embarazo.

4.2. SIGNOS DE PARTO ANTIGUO

En los partos antiguos, varios de los signos descritos en el párrafo


anterior han desaparecido por el tiempo. Los órganos sexuales se
han recuperado o vuelto a su normalidad, las lesiones internas y
externas ya no existen, pero pueden quedar señales e impresiones.
No obstante, por las huellas que ha dejado el parto se puede hacer
su diagnóstico, al igual que en el parto reciente, hay signos de tipo
genital y extragenital.
1. Entre los signos genitales, los más importantes son los que
aparecen en el útero y en el cuello del útero, el que tiene dimensiones
distintas en las multíparas y en las primíparas, y presenta cicatrices
por el paso o descenso del feto al exterior.
2. Con respecto al himen, este prácticamente ha desaparecido
a raíz del parto, quedando algunos restos de membrana o tejido en
las paredes de la vagina, denominados carúnculas mistiformes. Hay
situaciones de mujeres que han tenido partos y el himen se conserva
intacto; son los llamados hímenes elásticos o complacientes.
3. Entre el diagnóstico de parto antiguo en los órganos sexuales
se observan huellas en la horquilla vulvar, en el periné, en el himen,
borramiento de los pliegues de la vagina, etc.

129
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

4. Signos de carácter extragenital se aprecian en la mujer en la región


abdominal, tejido blando, con cicatrices en forma de estrías, etc.
Los exámenes e investigación para constatar los signos ya anotados
se pueden practicar en una mujer viva, y en la muerta, mediante la
autopsia. A veces, a consecuencia del parto se produce la muerte de
la madre, como en el parto por cesárea. En el parto post mortem que
se hace después de la muerte de la madre, se realiza la autopsia, al
igual que el parto comatoso. Se practican exámenes a los ovarios,
útero, y análisis histológico para determinar si ha ocurrido un parto
reciente o antiguo.

5. ESTADO MENTAL DE LA MUJER DURANTE


EL PUERPERIO

1. La mujer embarazada durante el tiempo que dura su estado de


preñez experimenta una serie de alteraciones nerviosas y psíquicas,
las que continúan o aumentan durante el puerperio.
2. El puerperio o periodo posparto es el lapso que corre desde el
parto y hasta la regularización de las funciones sexuales de la mujer,
o, si se quiere, hasta la menstruación. Recordemos que durante la
gravidez no hay reglas o estas se interrumpen; producido el parto,
y después de cierto tiempo, nuevamente el proceso menstrual se
reanuda.
3. Este estado de la mujer dura entre un mes a 40 días aproxima-
damente. No solo se manifiesta con las reglas, sino que los órganos
sexuales internos vuelven a su estado de normalidad, especialmente
el útero, el que recupera su peso y tamaño anterior.
4. Durante este período la mujer parturienta puede experimen-
tar estados de depresión, apatía, amnesia, ansiedad, inestabilidad,
delirios, confusión mental, alucinaciones, etc., y a veces se origina
una verdadera psicosis.
5. Víctor Avilés, al revisar los trastornos psíquicos del parto y del
puerperio, los describe como sigue:
“El tipo clínico más frecuente de las psicosis puerperales es la
confusión mental en sus diferentes formas: a) sin delirio, caracte-
rizada por una torpeza psíquica con abolición de la personalidad,
comenzando por desconcertarse, para llegar a veces a extinguirse
y con la actividad personal aniquilada; b) con delirio alucinatorio,
como si se tratara de un sonambulismo en que la enfermedad do-

130
CAPÍTULO V. EL PARTO

mina a la paciente hasta el extremo de hacerla vivir una vida sub-


consciente, para luego despertar bruscamente, quedando en un
estado de amnesia y desorientación, y c) con desequilibrio agudo,
que se observa de preferencia en concomitancia con las infecciones
puerperales. La agitación se presenta violentamente, coincidiendo
a veces con un alza térmica; hay ataques convulsivos semejantes a
los histeriformes, que se atribuyen a un meningismo séptico. Las
enfermas parecen aterrorizadas, tienen agitación motora, lanzan
gritos incesantemente, tienen horror a los alimentos, llegando a
veces hasta la hidrofobia; segregan continuamente saliva, las pupi-
las son desiguales, la respiración es acelerada, la menor excitación
determina contracciones o espasmos, llegando al coma precursor
de la muerte. En los casos favorables el delirio comienza a ceder a
los cuatro o cinco días, coincidiendo con la regresión de la sepsis,
seguida de una convalecencia muy larga con vuelta a la normalidad
después de varios meses”.30
6. El resultado del puerperio o estado puerperal se debe no
solo al parto, sino a infecciones o enfermedades de la mujer a raíz
del mismo. Como consecuencia del puerperio, la mujer puede co-
meter actos de violencia contra terceras personas y en contra de
su hijo. Al referirnos al delito del infanticidio, retomaremos esta
materia, y la responsabilidad penal de la mujer en relación con la
imputabilidad.

6. NACIMIENTO Y LA EXISTENCIA LEGAL

1. Otro hecho con trascendencia en medicina legal y en el De-


recho en general y en especial, entre otros, en el Derecho Penal y
el Derecho Civil, y ligado estrechamente al parto, es el nacimiento,
concepto jurídico y biológico que está, a su vez, muy unido con el
de “persona” y el de “existencia”. Nuestro Código Civil no define
lo que es el nacimiento, solo lo menciona, al igual que el parto, en
varias de sus disposiciones.
2. El Código Civil, en el artículo 74, prescribe:
“La existencia legal de toda persona principia al nacer, esto es,
al separarse completamente de su madre.

30
VÍCTOR MANUEL AVILÉS MEJÍAS, Obstetricia Forense, Ediciones de Derecho
Moderno, Santiago de Chile, 1968, págs. 63 y 64.

131
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

La criatura que muere en el vientre materno, o que perece an-


tes de estar completamente separada de su madre, o que no haya
sobrevivido a la separación un momento siquiera, se reputará no
haber existido jamás”.
3. El establecer cuándo se está frente a una persona, que tiene
la calidad de tal desde el aspecto jurídico, es relevante, por ejemplo,
en materia penal, en los crímenes y simples delitos contra las per-
sonas, Libro II, Título VIII del Código Penal. Para que un atentado
sea tipificado de homicidio en cualquiera de sus figuras, de infan-
ticidio o de aborto, hay que tener totalmente esclarecido lo que es
la persona humana, o mejor, desde cuándo se es persona para los
efectos jurídicos y legales.
4. El artículo 55 del Código Civil declara: “Son personas todos los
individuos de la especie humana, cualquiera que sea su edad, sexo,
estirpe o condición. Divídense en chilenos y extranjeros”.
Según el precepto citado, que define lo que es persona y el instan-
te desde el cual se inicia la existencia legal, los requisitos esenciales
para concluir lo que es persona, según el criterio jurídico, son:
a) Pertenecer a la especie humana. Esto quiere decir que sea
el producto o el fruto de la unión de un hombre con una mujer.
Otros estiman que es persona el nacido de mujer. Es necesario,
por lo tanto, la existencia previa de un embarazo y del parto con-
siguiente.31
b) Haber nacido. Que se produzca el nacimiento. Como lo ano-
tamos en el punto precedente, es preciso que se haya producido el
parto, esto es, la expulsión del feto maduro, o su extracción del seno
materno. Tiene importancia el nacimiento, pues desde esa etapa en
adelante empieza la existencia legal de toda persona; este mismo
artículo se complementa aclarando lo que había manifestado ante-
riormente: “esto es, al separarse completamente de su madre”.
Se han formulado varias teorías para interpretar lo que el legisla-
dor quiso decir, o lo que se entiende por “separarse completamente
de su madre”. Algunas de ellas de corte civilista y otras penalistas. Sin
perjuicio de que al pasar el delito de infanticidio volveremos sobre
estas interpretaciones, mencionaremos las corrientes doctrinarias
más imputadas sobre esta cuestión.
31
Ver sobre esta materia ANTONIO VODANOVIC H., Curso de Derecho Civil, basa-
do en las clases de Arturo Alessandri Rodríguez y Manuel Somarriva Undurraga,
2ª parte, Parte General, y los Sujetos del Derecho, 4ª edición, Editorial Nascimento,
Santiago de Chile, 1971, págs. 157 y 158.

132
CAPÍTULO V. EL PARTO

Una ponencia señala que la separación completa es aquella


cuando no existe unión alguna entre el hijo y la madre y que el
cordón umbilical esté cortado o seccionado.
Otra indica que hay separación completa cuando el feto ha sido
expulsado del claustro materno, esté o no seccionado el cordón
umbilical. Se basa en que el cordón umbilical es solo un anexo y
no pertenece ni es parte del cuerpo de la madre ni del feto. Agrega
que de estimarse lo contrario, el parto o nacimiento sería, en vez
de un fenómeno biológico y natural, un proceso artificial, como lo
es el corte del cordón umbilical.
c) Que haya sobrevivido a la separación un momento siquiera.
Este requisito significa que el recién nacido sobrevive o vive, después
de la separación completa de su madre, “un momento siquiera”; vale
decir, que además de nacer tiene que haber vivido una fracción de
tiempo, sin importar su duración, basta un momento.
Si la criatura no sobrevive a la separación un instante siquiera,
se reputa no haber existido jamás.
5. El artículo 74 inciso 2º del Código Civil prescribe: “La criatura
que muere en el vientre materno, o que perece antes de estar completa-
mente separada de su madre, o que no haya sobrevivido a la separación
un momento siquiera, se reputará no haber existido jamás”.
Del tenor literal y claro de esta norma legal se infiere que en la
legislación nacional impera el principio de la vitalidad. Que nazca
y viva un momento siquiera es la única condición.
El principio de la existencia legal en Chile es el de la “vitalidad”,
reiteramos, el nacimiento unido a la sobrevivencia. Este criterio es
igualmente aceptado por las Naciones Unidas en sus documentos.
Como lo anotaba don Luis Claro Solar, “basta un lapso insigni-
ficante de vida extrauterina, aunque su muerte se produzca inme-
diatamente”.32

7. PRUEBAS DE LA VITALIDAD

Para demostrar que la criatura ha sobrevivido, lo que tiene im-


portancia en Derecho Sucesorio o en el delito de infanticidio, entre

32
LUIS CLARO SOLAR, Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado, De las
Personas, t. I, 2ª edición, puesta al corriente de la legislación, Editorial Jurídica de
Chile, Santiago de Chile, 1978, pág. 217.

133
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

otros, existen varios signos y pruebas, algunas de ellas conocidas


desde el Derecho Romano, o antes, y las que están relacionadas,
principalmente, con la respiración de la criatura.
a) El grito. Es de fácil constatación, no solo por el médico sino
por cualquier persona. Iniciada la respiración de la criatura, in-
dependientemente de la placenta, cuando ha salido del claustro
materno da un grito, producido por el aire que es expulsado por
los pulmones haciendo vibrar las cuerdas vocales. Es una prueba
socorrida, pero no irrefutable, pues se dan en los recién nacidos
ciertos ruidos similares a los gritos, que corresponden a movimientos
de inspiración de aire incompleta y única. Por otra parte, se habla
de que la criatura puede gritar antes del nacimiento y de la separa-
ción completa falleciendo después. También puede haber vivido y
no gritado, por contener la boca o las vías respiratorias líquido, o
gritar que no se escuchara, etc.
b) Movimientos. Por regla general, cuando nace y el feto es
desprendido de la madre y separado de ella, mueve brazos, piernas,
manos, cabeza, etc. Pero a veces estos se deben a los cambios de
temperatura, el salir del claustro materno al exterior, los músculos
se tensan y las contracciones se confunden con los movimientos
del cuerpo.
c) Respiración. Otro signo de importancia es la respiración. La
entrada de aire a los pulmones también produce fenómenos circu-
latorios. Esta respiración se comprueba con la docimasia pulmonar,
como se observará cuando analicemos el delito de infanticidio, la
que puede investir varias formas.
d) Otras pruebas. Existen otras pruebas para la demostración
de la sobrevivencia a la separación, como lo son la abolición de la
circulación placentaria y además de otras circunstancias accesorias
u ocasionales para resolver que la criatura ha vivido, como son la
acumulación de materias alimenticias en el tubo digestivo, y las
materias encontradas en el aparato respiratorio, ajenas al aire, las
que pudieron ser aspiradas con posterioridad al parto.
En el Derecho se da otra teoría para determinar que no basta la
vitalidad, haber nacido y vivido un momento siquiera, sino la conse-
cuencia de otras circunstancias. Esta ponencia o escuela se titula de
la viabilidad, la que señala que se requiere el nacimiento con vida y la
capacidad o aptitud para seguir viviendo fuera del claustro materno,
para otros madurez suficiente, que la vida pueda prolongarse, con
un grado de desarrollo compatible con la vida externa. Agregan

134
CAPÍTULO V. EL PARTO

otros autores que se requiere la buena conformación de los órganos


principales, su estado de sano, que el recién nacido sea fuerte.

8. REQUISITOS DE LA TEORÍA DE LA VIABILIDAD

1. Estado de madurez suficiente del feto. Se necesita de un de-


sarrollo anatómico. Que el feto tenga una vida intrauterina de 210
días después de la fecundación. Hay situaciones especiales en el
sentido de que la ciencia médica ha logrado que sigan viviendo
criaturas de menos de 180 días, con auxilio de máquinas e instru-
mentos. Esta madurez fetal también se conoce con el nombre de
viabilidad propia.
2. Buena conformación orgánica. Además de la madurez del
feto en el seno materno, ha de tener órganos indispensables para
la vida y con buena conformación. No deben faltar los órganos o
sistemas necesarios, pues no hay posibilidad de vida, como falta de
corazón, hígado, pulmones, etc. No nos referiremos a la viabilidad
por motivos orgánicos o patologías especiales; algunos de ellos dan
lugar a determinados monstruos y corresponde su investigación y
estudio a la teratología. De consiguiente, no podrían ser viables, de
acuerdo con el predicamento con que se esté, los fetos anormales
o con desarrollo vicioso.
3. Estado sano de los órganos al momento del nacimiento. Otro
grupo de los sostenedores de la teoría de la viabilidad estiman que
los requisitos predichos son insuficientes. Además, debe darse el
estado sano de los órganos, no estar afectos a enfermedades, sea en
la vida intrauterina o en la extrauterina.

9. MÉTODOS PARA DETERMINAR LA VIABILIDAD

Así como señalamos varias formas o pruebas para la teoría de


la viabilidad, hay probanzas para la viabilidad de la persona o cria-
tura:
1. Los signos más importantes y demostrativos de la viabilidad en
un feto vivo son la respiración, el llanto, la ejecución de movimientos
varios, como para mamar, chuparse el dedo, expeler los excrementos,
etc. Los huesos son sólidos, existencia de pelo y uñas. Desarrollo del
sistema muscular, pulso, medidas del feto, etc.

135
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

2. Las demostraciones de viabilidad en el feto muerto, esto es,


para saber si ha vivido o no, son pruebas científicas llamadas doci-
masias, que constituyen puntos de estudio del delito de infanticidio.
Sin perjuicio de estas docimasias, se pueden examinar las partes,
externas del cuerpo y otras, en virtud de la autopsia. De todo lo
anterior puede concluirse si el feto que ahora está muerto tenía la
calidad de viable o no viable.

10. DERECHO COMPARADO

En la actualidad la tendencia mayoritaria legislativa es aceptar


el principio de la vitalidad, por ejemplo, el Código Civil alemán,
el argentino, el italiano, el de Dinamarca, los de Austria, Holanda,
México, Portugal, Venezuela, Colombia y Suiza. Otros cuerpos legales
mantienen el postulado de la viabilidad en forma excepcional, como
los de España, Bolivia, Uruguay, Ecuador y Francia.
Así, por ejemplo, en el Derecho francés, el ser humano es con-
siderado persona desde su nacimiento, e incluso antes, desde la
concepción, pero debe haber nacido vivo y viable. En el Derecho
Civil español se requiere que la persona haya vivido 24 horas para
que el nacimiento tenga efectos civiles.33

33
Ver sobre esta materia VODANOVIC, ob. cit., págs. 160 y 161, y CLARO, ob. cit.,
pág. 217.

136
Capítulo VI
EL ABORTO

1. GENERALIDADES

1. El término aborto proviene del latín ab, que significa privativo,


y de ortus, nacimiento. Luego, el aborto es privar del nacimiento o
no nacer. Otros dicen que es malparir o nacer antes de tiempo. Sea
cual fuere el origen etimológico, el aborto es la destrucción y muerte
del producto de la fecundación.
2. Manifiesta Mommsen, citado en la Enciclopedia Jurídica Omeba,
que el aborto entre los romanos era una grave inmoralidad y solo
le estaba permitido al marido respecto de su mujer. En el caso de
haberse originado la muerte de la mujer, se aplicaba la pena capital.
También la mujer podía disponer de su integridad física y, por lo
tanto, el aborto por ella cometido era impune, salvo si lo era contra
la voluntad del marido.1
3. Cuello Calón señala: “Durante mucho tiempo el aborto no
constituyó en Roma delito alguno, pues considerándose el feto como
portio viscerum matriz, esta, si abortaba, no hacía más que disponer
libremente de su cuerpo, pero el uso de sustancias abortivas (pocula
abortionis) en ciertos casos se castigó con las penas señaladas para el
uso de venenos. En tiempos de Severo y de Antonio el aborto fue
penado extraordinariamente, fundándose la penalidad en la ofensa
inferida al marido”.2

1
Enciclopedia Jurídica Omeba, t. I, letra A, Trabajo del Dr. MANUEL LÓPEZ REY y
ARROJO, Editorial Bibliográfica Argentina, Argentina, 1954, pág. 81.
2
EUGENIO CUELLO CALÓN, Derecho Penal, revisado y puesto al día por César Ca-
margo Hernández, t. II (Parte Especial), vol. II, 14ª edición, Bosch, Casa Editorial
S.A., Barcelona, 1980, pág. 528.

137
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

4. También se penaba el aborto en el antiguo Derecho Penal


azteca, en el incaico y en el indiano.
5. El doctor Ramón Fernández Pérez, estudiando el aspecto
histórico del aborto, dice: “La noticia más antigua que se tiene es la
que se refiere al emperador chino Sheng Chung (2737-2696 a. de
C.), quien escribió un tratado en el que se mencionan el instrumental
y técnica del aborto”.3
6. Prácticamente todas las legislaciones lo contemplan y lo penan
de una u otra manera. Algunos lo estiman un delito contra las personas;
por ejemplo, Argentina, Bolivia, Costa Rica, Ecuador, Venezuela. Otros
lo tipifican en el título de los delitos contra la vida, como sucede en
Colombia, Cuba, Guatemala, México y Perú. En Chile se ubica entre los
delitos contra el orden de las familias y la moralidad pública, al igual
que en el Código de Nicaragua. El Código uruguayo lo trata dentro
de los delitos contra la personalidad física y moral del hombre.
7. En algunos periodos de la legislación rusa, el aborto no era
punible.
8. El problema del aborto es un problema de conjunto, tanto
en el plano moral, religioso, jurídico, económico, médico, médico-
legal, ético o de cualquier otra índole, pero en nuestro tiempo es
un problema de tipo social y con enormes proyecciones.

2. TEORÍAS SOBRE LA PUNIBILIDAD DEL ABORTO

En la actualidad se conocen dos corrientes totalmente demar-


cadas frente a la incriminación del aborto. La primera, considera
el aborto delito y debe castigarse, y la segunda, considera que no es
delito y no debe ser punible.

2.1. PUNIBILIDAD (PENALIZACIÓN DEL ABORTO)

a) Se castiga el aborto como una manera de protección de la


vida humana, ya sea la del feto o la de la madre. Para Cuello Calón,
castigar el aborto protege combinadamente la vida y la salud de la
madre. No puede disponerse del feto, ya que hay un interés incluso
del Estado en tal protección.4

3
QUIROZ, ob. cit., pág. 676.
4
CUELLO, ob. cit., t. II, pág. 529.

138
CAPÍTULO VI. EL ABORTO

b) Si no se castigase el aborto, se resquebrajaría la moralidad


sexual. Se produciría un aumento de las enfermedades venéreas y
existiría una libertad de abortar, o expresado en términos similares,
“aborto libre”.
c) El feto no es persona, estrictamente desde el punto de vista
legal y penal, pero se protege la vida incipiente, la esperanza de la
vida, el derecho a nacer y no se protege a la persona. El feto debe
estar vivo, ya que de otro modo no habría delito.
d) El feto es vivo y es humano, con vida aunque sea en estado
embrionario. Tiene autonomía biológica y jurídica. El Derecho tu-
tela la vida del que está por nacer, en especial en las Constituciones
Políticas. La vida intrauterina está ampliamente protegida por la ley
desde el momento de la fecundación.
e) La madre no es libre para disponer de la vida de su hijo, que
se encuentra en la etapa de su existencia natural intrauterina.
f) El Estado y la ley protegen la vida del ser que está por nacer
y en proceso de gestación.
g) Debe mantenerse la punibilidad como expresión de censura
social al aborto, que es un crimen contra la vida de un ser indefenso
y que tiene derecho a su pleno desarrollo.
h) El factor económico no justifica el aborto. Lo que se necesita
es una paternidad y maternidad conscientes. Debe impulsarse la
educación sexual a todo nivel.

2.2. TESIS EN FAVOR DE LA IMPUNIDAD


(NO PENALIZACIÓN DEL ABORTO)

a) Se basa en el derecho que tiene la mujer de disponer libre-


mente del fruto materno, el derecho para rehusar la maternidad
no deseada.
b) No hay peligro contra la vida o salud de la madre cuando
es practicado conforme al arte médico, y se autoriza el aborto libre
en forma amplia.
c) Se acepta en casos de enfermedades hereditarias u originadas
en la concepción; por enfermedad de la madre, el feto puede tener
anomalías o malformaciones irreversibles.
d) El feto humano no es vivo. Carece de toda libertad y con-
ciencia, es imposible probar que es animado.
e) Libertad individual de la madre para disponer de la vida del
feto. La mujer es la única jueza para decidir si aborta o no.

139
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

f) Ineficacia de la pena para el aborto. No previene ni reprime.


Se trata además de un delito de difícil prueba.
g) La represión vuelve más peligroso el aborto, y da lugar al
aborto clandestino.
h) Es justo el aborto producido por atentado sexual, como por
ejemplo, en el caso de violación, estupro, incesto, etc.

3. DEL ABORTO PROPIAMENTE TAL

El aborto se estudia en el Derecho Penal como un delito, sea


que se considere contra la vida, contra las personas, contra la salud
de la madre, etc., y en el capítulo de la obstetricia forense en me-
dicina legal. En el campo del Derecho Penal, los tipos penales del
aborto, los sujetos que lo cometen y su punibilidad. En medicina
legal, las diferentes clases de abortos, según el criterio médico, los
medios o instrumentos para cometerlo, las causas que lo pueden
producir, la investigación del delito de aborto, la pericia médico-
legal, etc.
Teniendo presente la importancia del delito de aborto y para
la mejor comprensión del mismo, se hará un enfoque bipartito en
forma simultánea, pero resumida.

3.1. EL ABORTO

a) Está tratado en el Código Penal, artículo 342, párrafo 1º del


Título VII, Libro II, que tipifica los delitos contra el orden de las
familias y la moralidad pública y la integridad sexual. Nuestro Có-
digo Penal se apartó en esta parte de su modelo, el Código Penal
español, que lo contempla entre los delitos contra las personas; se
siguió al Código belga en el aborto.
b) Nosotros estimamos que el aborto es un delito contra la vida
del feto, contra la vida del que está por nacer, no teniendo relevan-
cia si se trata de una vida en formación, incipiente, dependiente o
independiente de la madre.

140
CAPÍTULO VI. EL ABORTO

3.2. CONCEPTO DEL ABORTO

a) El Código Penal no define el aborto, al igual que las demás


legislaciones. Hay una serie de discrepancias al respecto, ya que
existe un concepto médico, otro penal y otro vulgar.
b) La ciencia médica distingue entre parto prematuro y aborto,
y este último operaría antes que el producto de la fecundación tenga
6 meses; después de este plazo habría parto prematuro.
c) En otras palabras, desde el punto de vista médico, el aborto
es la interrupción del embarazo en los primeros 6 meses del mismo,
es la expulsión del producto de la concepción provocada prematu-
ramente. Es la interrupción del proceso fisiológico del embarazo,
producido por causas naturales o provocadas. Si se termina el pro-
ceso del desarrollo del feto o el embarazo después de los 6 meses,
hay parto prematuro.

3.3. EL CONCEPTO JURÍDICO DEL ABORTO

Sería la expulsión del feto en cualquier momento después de la


fecundación, sean cuales fueren la etapa del embarazo y el desarrollo
del feto, en cuanto a edad, peso, porte, etc. Para otros es la muerte
del feto, la que puede producirse con o sin expulsión. Una tercera
posición: el aborto sería la interrupción del embarazo en que tiene
cabida la muerte sin expulsión, como la expulsión sin muerte. No hay
acuerdo ni en la doctrina ni en la jurisprudencia; en esta última se
sostiene que es la muerte dolosa o intencional del feto en cualquiera
de las etapas de la fecundación, como se analizará seguidamente.

3.4. DOCTRINA NACIONAL Y JURISPRUDENCIA

a) En Chile, Del Río sostiene que el aborto es la extracción o


expulsión del producto antes que la naturaleza lo realice, o sea, el
atentado contra su desarrollo intrauterino y no su muerte, aunque
prácticamente en la mayor parte de los casos uno y otra coinciden.5
Según esta tesis, se castiga la expulsión, que sería el aborto, y no el

5
RAIMUNDO DEL RÍO C., Explicación de Derecho Penal, t. III, Editorial Nascimento,
Santiago de Chile, 1945, pág. 281.

141
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

feticidio, que es dar muerte al feto. Un fallo de la Corte Suprema del


año 1963 resolvía “que para que exista aborto consumado, es indis-
pensable la expulsión prematura del producto de la concepción”.
b) Para Labatut, el aborto sería la interrupción maliciosa del
embarazo con el propósito de destruir una futura vida humana.6
La muerte no es requerida objetivamente, el tipo se satisface en el
plano objetivo con la interrupción, pero no es bastante, en la esfera
subjetiva, el puro dolo referido a la interrupción; se precisa, además,
la muerte como mira por alcanzar.
c) La opinión dominante, sin embargo, es que lo que tipifica el
aborto es dar muerte al feto.
d) La jurisprudencia se inclina por esta tesis y hay una serie
de fallos de la Corte Suprema, en que se ha resuelto que el aborto
debe entenderse por el hecho de la interrupción del proceso na-
tural del embarazo que produce la muerte del feto o producto de
la concepción.

e) Otros fallos:
Rol 759-2007 PUNTO LEX
Aborto ilícito sólo se perfecciona con la expulsión prematura del
feto, ocasionando su muerte.
Corte de Apelaciones de San Miguel
29 de junio de 2007
En la especie los actos materia de la acusación no permiten configurar
el centro del tipo penal que en el caso en comento (aborto) no se
encuentra definido por la ley, pero, según la doctrina, consiste en
la expulsión prematura del feto, ocasionando su muerte; sino que,
dichos actos, instalación en el dormitorio de un domicilio de una
camilla ginecológica y especies de uso médico, con la presencia de
un profesional médico-cirujano, una auxiliar de éste, y una mujer
con 8 semanas de embarazo, sin que hubiese ejecutado en su cuerpo
ningún tipo de maniobras abortivas, constituyen actos preparatorios
que no alcanzan a integrar el núcleo del tipo penal señalado. Por
estas razones estos sentenciadores comparten la opinión del juez de
la causa respecto a estimar que no se encuentra establecido el princi-

6
GUSTAVO LABATUT GLENA, Derecho Penal, t. II, Parte Especial, actualizado por
el profesor Julio Zenteno Vargas, 7ª edición, Editorial Jurídica de Chile, Santiago
de Chile, 1983, págs. 126 y 127.

142
CAPÍTULO VI. EL ABORTO

pio de ejecución del delito de aborto pesquisado, por cuya razón no


aparece que se haya incurrido en el error de derecho invocado.
Rol 13602-2006 PUNTO LEX
Aborto. Inculpada es autora del ilícito si procedió a deshacerse de
fetos mediante la muerte o su destrucción.
Corte de Apelaciones de Santiago
21 de enero de 2008
En cuanto a la participación de la encartada, los elementos de juicio
constituyen un conjunto de probanzas que permiten tener legalmente
establecido en los antecedentes que los procesados por largo tiempo
mantuvieron relaciones sexuales clandestinas por ser el inculpado el
conviviente de la madre de la imputada. Durante esa relación la mujer
se embarazó reiteradamente, no se preocupó de preservar la vida en
formación con los cuidados indispensables para ello, por el contrario,
ocultó su estado de gravidez, procediendo en definitiva a deshacerse
de cada uno de los fetos, mediante la muerte o su destrucción. En
declaración indagatoria de la encartada reconoce su participación
en los delitos de abortos reiterados, pero atribuyendo la ejecución
material de los actos criminales a su pareja sentimental, y que los
embarazos fueron producto de violaciones reiteradas en el tiempo,
estando ella siempre bajo amenaza de hacerle daño a ella, a su hijo
o a su madre. Tales exculpaciones fueron rechazadas, en considera-
ción al modo racional como ocurrieron los hechos, lo que permite
concluir que establecida la relación carnal clandestina existente entre
los procesados por un largo espacio de tiempo, así como la gravedad,
complejidad y número de acciones criminales llevadas a cabo, le cabe
a ésta participación directa e inmediata, en la calidad de coautora.
En razón de los elementos de juicio precedentemente señalados, esta
Corte concuerda con la decisión del juez a quo, en cuanto a la partici-
pación de la encartada en calidad de autora de los delitos de aborto
contemplados en el artículo 342 Nº 3 del Código Penal.

3.5. DEFINICIONES DE ABORTO, DESDE EL PUNTO DE VISTA PENAL7

a) Maggiore: “Interrupción violenta e ilegítima de la preñez mediante


la muerte de un feto inmaduro, dentro o fuera del útero materno”.

7
Definiciones tomadas de los apuntes de clases de Derecho Penal y Medicina
Legal, de HERNÁN SILVA SILVA, 1987 a 2010.

143
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

b) Irureta Goyena: “Interrupción maliciosa del proceso fisioló-


gico de la preñez”.
c) Francesco Carrara: “La muerte dolosa del feto dentro del
útero, o su violenta expulsión del vientre materno, de la que se sigue
la muerte del feto”.
d) Manzini: “Aborto provocado es cualquier hecho con el cual
se determina la muerte del feto antes del parto fisiológico, con o
sin expulsión del útero”.
e) Von Beling: “La muerte de una vida en germinación”.
f) Mezger: “Comete un aborto el que da muerte a un feto”.
g) Welzel: “La muerte dolosa del feto”.
h) Fontan Balestra: “El aborto consiste en la muerte del feto”.
i) Antón y Rodríguez: “La muerte del feto mediante la destruc-
ción en el seno de la madre o por su expulsión prematura provocada
por cualquier medio”.
j) Soler: “La muerte inferida a un feto”.
k) Etcheberry: “La muerte inferida al producto de la concepción
que aún no es persona”.

3.6. DEFINICIONES DE ABORTO, DESDE EL PUNTO DE VISTA


MÉDICO -LEGAL

a) El Nuevo Diccionario Médico Larousse apunta: “Expulsión del


producto de la concepción antes de ser viable. El aborto es embrio-
nario antes de los noventa días, fetal hasta el séptimo mes; a partir
de esa fecha ya no se trata de aborto, sino de parto prematuro, con-
siderándose entonces al niño viable desde el punto de vista legal;
en realidad, desde el uso de las incubadoras, la viabilidad es posible
desde los seis meses. El aborto puede ser espontáneo o provocado
(terapéutico y criminal)”.8
b) Dorland: El aborto es la “Expulsión prematura (antes del sex-
to mes) del producto de la concepción (embrión o feto no viable).
Los síntomas clásicos generalmente presentes en cualquier tipo de
aborto son: dolor y hemorragias uterinas, reblandecimiento y dilata-
ción del cuello y presentación o expulsión de todo el huevo o parte
del mismo. Producto de la concepción expulsado prematuramente.
Detención prematura de un proceso normal o morboso”.9

8
SILVA, Apuntes cit., LAROUSSE, ob. cit., t. I, pág. 3.
9
DORLAND, ob. cit., pág. 3.

144
CAPÍTULO VI. EL ABORTO

c) Duranteau: El aborto es la “Interrupción del embarazo an-


tes del sexto mes, es decir, antes de que el feto sea viable. Pérdidas
de sangre y dolores son los signos que advierten acerca del aborto
espontáneo que, con suma frecuencia, debe completarse con un
legrado. Convendrá investigar la causa de los abortos espontáneos
de repetición: malformación uterina, desequilibrio de las acciones
estrógeno-progesterónicas, isoinmunización al factor Rhesus, enfer-
medad infecciosa, etc. El aborto provocado clandestino, en vías de
desaparición, criminal en razón de la frecuente incompetencia de
quienes lo practican utilizando los instrumentos más variados, com-
porta riesgos considerables: muerte por embolia gaseosa (inyección
de agua jabonosa), perforación uterina con peritonitis, infección
local, hemorragia cataclísmica, septicemias particularmente graves,
tétanos, ulteriormente anexitis, esterilidad. Si bien la ley autoriza en
ocasiones, bajo determinadas condiciones, la interrupción voluntaria
del embarazo, ello constituye en realidad una protección. Pero es
preciso saber que incluso practicado en las mejores condiciones,
en un medio médico especializado, se trata de un acto quirúrgico
que conlleva cierto número de riesgos (riesgo anestésico, lesiones
uterinas, perforación, hemorragia)”.10
d) Goldstein: “Del latín abortus; de ab, privación y ortus, nacimiento.
Mal parto, parto anticipado, nacimiento antes de tiempo. Expulsión
del feto antes de que sea viable. Puede ser ovular, embrionario o
fetal, según la época en que ocurra”.11
e) McCary: Consiste en la “Expulsión prematura del producto
de la concepción del útero: un huevo fecundado, embrión o feto
no viable. El aborto puede ser terapéutico, lo cual indica que existe
un riesgo para la vida de la madre o una posible anomalía fetal; o
electivo, el cual indica que se practica a petición de los futuros pa-
dres. Cualquiera de los dos tipos de aborto se denomina criminal
cuando se lleva a cabo en contra de las leyes existentes”.12

10
ANDRÉ DURANTEAU, Diccionario de Medicina, Ediciones Grijalbo S.A., Barce-
lona, 1987, pág. 9.
11
RAÚL GOLDSTEIN, Diccionario de Derecho Penal y Criminología, edición actuali-
zada y ampliada, Editorial Astrea, de Alfredo y Ricardo Depalma, Buenos Aires,
Argentina, 1978, pág. 9.
12
MCCARY Y OTRO, ob. cit., pág. 354.

145
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

3.7. CLASIFICACIÓN DEL DELITO DE ABORTO

El aborto es un delito llamado de resultado, esto es, para que se


encuentre consumado y perfeccionado se requiere un cambio en
el mundo exterior. El resultado en este delito sería “la muerte del
feto” y es indiferente que lo sea dentro o fuera del vientre materno
(puede discutirse); tampoco interesa el medio empleado ni el tiempo
de gestación del feto. Solo debe tratarse de un feto vivo, pues de
otro modo no habría sujeto pasivo.

3.8. ELEMENTOS ESTRUCTURALES O TÍPICOS DEL ABORTO

Objeto jurídico protegido (bien jurídico protegido o bien tute-


lado por la ley).
Se ha discutido mucho en doctrina cuál sería el objeto jurídico
protegido. Veremos someramente las doctrinas y sus soluciones.
a) El Código Penal chileno sitúa el delito de aborto en el Título
VII, que se ocupa de los crímenes y simples delitos contra el orden
de las familias y contra la moralidad pública y la integridad sexual.
Sería el objeto jurídico protegido, el orden de la familia y la mora-
lidad pública. El Código Penal español lo contempla en los delitos
contra las personas.
Para Etcheberry, “el aborto no ofende necesariamente el orden
de las familias, desde el momento en que es igualmente punible el
aborto de una mujer casada que el de una mujer soltera; el de una
menor de edad que el de una adulta”.13
Según Cury, “tampoco atenta contra la moralidad pública, por
muy inmoral que sea el acto, desde el momento en que se realiza
tan secretamente que la mayor parte de las veces ni se sospecha que
se haya cometido”.14
b) Para Jiménez de Asúa este delito tiene como objeto jurídico
el interés demográfico. No sería un atentado en contra del feto, ya
que este no es persona. Siguiendo esta tesis, el Código Penal italiano
sanciona el aborto en los delitos denominados contra la integridad
y sanidad de la estirpe.

13
ETCHEBERRY, ob. cit., pág. 64.
14
ENRIQUE CURY, “Interpretación del artículo 343 del Código Penal Chileno”,
en Revista de Ciencias Penales, t. XVII, 1958, pág. 88.

146
CAPÍTULO VI. EL ABORTO

c) Se sostiene que el interés jurídico protegido sería la integridad


física de la madre y su salud.
d) Opinan ciertos autores: objeto jurídico es el derecho de los
padres a tener descendencia.
e) Un grupo estima que se viola la moralidad pública.
f) Para otros, lo es el normal desarrollo intrauterino. Para Del
Río, el aborto es la expulsión del feto aunque no se produzca su muer-
te. El bien tutelado sería en este caso la normalidad del desarrollo
intrauterino de la criatura y no la vida humana propiamente tal.
g) Se piensa que el aborto atenta contra las buenas costumbres,
lesiona la moral de la sociedad.
h) La vida del feto sería el bien jurídico protegido. Esta es la
doctrina con mayor aceptación entre los autores y la legislación
mundial al penalizar el aborto. España lo contempla entre delitos
contra las personas. Holanda, delitos contra la vida. Francia, contra
las personas. Argentina, contra las personas, tipificándolo contra la
vida. En igual sentido Brasil, Holanda, Suiza, Costa Rica, Perú.
i) Interés de la sociedad. Aborto atenta contra la sociedad y la
propagación de la especie.
Como conclusión, podemos anotar que la mayoría de los auto-
res opinan que el objeto jurídico protegido es la vida del feto, esto
es, el producto de la concepción antes que llegue a ser persona. La
jurisprudencia también así lo ha aceptado, al decir que se protege
la vida del feto, del que está por nacer. Creemos que en teoría el
bien jurídico que lesiona el aborto es complejo, la vida del feto, su
desarrollo y el orden de la familia.

3.9. SUJETO PASIVO

También hay discusión sobre quién es el sujeto pasivo y depen-


derá de la tesis que se adopte frente a la discutida cuestión del ob-
jeto jurídico. Luego, podría serlo la madre, el feto, etc. La doctrina
mayoritaria estima que el aborto es un atentado en contra de la vida
del feto, siendo este el sujeto pasivo.

3.10. SUJETO ACTIVO

Puede serlo cualquier persona –madre, padre, tercero–, solo


se requiere que sea imputable. Salvo el facultativo que abusa del

147
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

oficio, sea como autor o cuando coopera. La madre en ciertos ca-


sos, cuando ella lo provoca (autoaborto), o cuando consiente que
otro lo cause.

4. FIGURAS O TIPOS PENALES DEL ABORTO

1. Se acostumbra distinguir, como ya se puntualizo, el aborto


causado por extraños, esto es, por terceros, que no sea la propia
mujer embarazada, y se excluye al facultativo.
2. Este aborto puede revestir tres tipos diferentes:
a) Aborto causado con violencia;
b) Aborto sin consentimiento, y
c) Aborto con consentimiento.
3. La figura está tratada en los artículos 342 y 343 del Código
Penal. También existe la del autoaborto causado por la propia mu-
jer embarazada. El artículo 344 se refiere a la mujer que causa su
aborto. El artículo 344, en su inciso 2º, contempla una atenuante
especial, cuando una mujer se causa su propio aborto o consiente
que otro se lo cause, para ocultar su deshonra. Este es el “aborto
honoris causa”.
4. Se considera el aborto abusivo del profesional, siendo el su-
jeto activo calificado el contemplado en el artículo 345 del Código
Penal.
5. Igualmente en doctrina tenemos el aborto seguido de la muerte
de la mujer y el aborto preterintencional, que no se tipifican en nues-
tro Código Penal. El aborto terapéutico o médico se trata en párrafo
aparte, y en el presente está dentro de los abortos ilícitos o criminales,
conforme a las modificaciones legales del art. 119 del Código Sanitario,
cuerpo legal que lo contemplaba, hoy está prohibido.

5. ANÁLISIS DE LAS FIGURAS DEL ABORTO

5.1. A BORTO CAUSADO POR EXTRAÑOS

a) Se excluye a la mujer embarazada y al facultativo.


b) Artículos 342 y 343 del Código Penal. Se distingue si se ejer-
ciere violencia en la mujer embarazada, con consentimiento de la
mujer o sin consentimiento.

148
CAPÍTULO VI. EL ABORTO

5.2. A BORTO CAUSADO MEDIANTE VIOLENCIA POR TERCEROS


EXTRAÑOS

a) Artículo 342, Nº 1º del Código Penal, “...si ejerciere violencia


en la persona de la mujer embarazada”, y el artículo 343, “...el que
con violencias ocasionare un aborto”.
b) La expresión violencia comprende cualquier acometimiento
físico, tales como traumáticos, malos tratos, fuerza, y también se
acepta la fuerza moral, la intimidación o la amenaza.
c) Se ha dicho que frente a la figura del artículo 342, Nº 1º,
debe existir dolo directo, lo que se desprende del análisis del ar-
tículo 343.
El art. 343 para algunos sería un delito preterintencional (Labatut
y Novoa). El hechor no se propuso el aborto, pero ejerció violencia
sobre la mujer embarazada, dolosa, y pudo prever el resultado; el
aborto sería la consecuencia de su ataque. Cury dice que no habría
preterintención, ya que se requiere una acción dolosa y un resultado
culposo que excede lo previsto y lo querido.
d) El artículo 343 se refiere a la violencia y esta no es delito.
No hay delito de violencia, faltaría el delito base doloso, ya que
sólo se señala “la violencia”, la que no es constitutiva de delito de
lesiones.
e) Ciertos autores resuelven que se trata de una especial previsión
de cuasidelito y otros se refieren al cuasidelito de aborto como el
aborto violento con dolo eventual. Otros niegan la posibilidad del
aborto culposo, pues el feto no es persona, y la ley castiga únicamente
los cuasidelitos contra las personas.
f) Podría tratarse de un delito de resultado.

5.3. A BORTO SIN CONSENTIMIENTO

Artículo 342, Nº 2º. No hay violencia pero falta la anuencia o el


consentimiento de la mujer. El consentimiento puede faltar por estar
privada de sentido, o el consentimiento viciado, engaño o amenaza
moral, no se obra contra la voluntad de la mujer, sino que no hay
consentimiento. No habría consentimiento si la mujer carece de
comprensión sobre la índole de las maniobras. En este tipo delictivo
hay un dolo directo en cuanto a la muerte del feto.

149
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

5.4. A BORTO CON CONSENTIMIENTO

Artículo 342, Nº 3º. En este caso la mujer está de acuerdo en


que se practique el aborto, conoce la naturaleza y consecuencia del
acto. El consentimiento debe ser libre y válido, el sujeto tiene que
estar en su sano juicio, con edad suficiente y sin coacción.

6. MEDIOS

La ley no hace mención a los medios, al igual que en el homi-


cidio, por lo que no existe limitación alguna; pueden serlo, por
ejemplo, golpes, lesiones, sustancias químicas, punción, masajes, etc.
Pueden darse medios morales o psíquicos. Esta materia se analiza
más adelante, cuando indiquemos los procedimientos y métodos
abortivos en particular.

7. CLASIFICACIONES DEL ABORTO

7.1. NATURAL O ESPONTÁNEO Y PROVOCADO

a) El primero es el que acontece sin intervención voluntaria de


persona alguna, sea por mala conformación de los órganos genitales
de la madre, o estados patológicos de los padres o del fruto de la
fecundación. Es provocado cuando la interrupción es voluntaria;
también se llama intencional. Es producido por golpes o violencia
al feto o sobre el útero.
b) El natural, que también se denomina patológico, ocurre del
2º al 4º mes, pero puede producirse después. Puede provocarlo el
ejercicio, por causas naturales que escapan a la voluntad del hom-
bre, anomalías de la placenta, enfermedades venéreas de la madre u
otras enfermedades de ella, problemas del útero, etc. El feto puede
ser expulsado o retenido.
c) Basile y Waisman, en el párrafo del aborto patológico o es-
pontáneo, expresan que “reconoce diversas causas, atribuibles al
producto de la concepción, a los anexos ovulares o a la madre.
– Al producto de la concepción (huevo, embrión o feto): infec-
ciones, malformaciones.

150
CAPÍTULO VI. EL ABORTO

– A los anexos ovulares (amnios, corion o placenta): poli u oli-


gohidramnios, mola hidatiforme, corioepitelioma, desprendimiento
normo placentario, placenta previa, etc.
– A la madre (causas clínicas o causas tocoginecológicas):
Causas clínicas: Infecciones (especialmente virales durante el
primer trimestre); cardiopatías; anemias; disendocrinias, etc. Causas
obstétricas: Prolapsos, flexiones a torsiones, uterinas, endometritis,
fibromas, atrofias o deformaciones uterinas, neoplasias genitales,
desgarros o dehiscencias del cuello uterino, embarazos ectópicos, etc.
Causas tóxicas: Medicamentos contraindicados, tóxicos diversos”.15

7.2. ACCIDENTAL U OCASIONAL

Se produce por causas imprevistas; por ejemplo, ejercicios vio-


lentos, emociones, etc.

7.3. EL PROVOCADO PUEDE SER LÍCITO O ILÍCITO

Es lícito el médico o terapéutico, aquel que se practica para salvar


la vida de la madre o evitarle un daño grave a su salud. El aborto
terapéutico estaba descrito en el artículo 119 del Código Sanitario
en Chile, hoy se encuentra prohibido. Es ilícito o criminal el que
constituye un delito sancionado por la ley.

7.4. COMPLETO O INCOMPLETO

En el completo el huevo sale íntegro del interior de la mujer;


en el incompleto quedan restos o partes del feto.

7.5. H ABITUAL

Tres o más abortos espontáneos consecutivos (enfermedad, sífilis,


alteraciones hormonales, incompatibilidad de sangre madre feto,
enfermedades mentales, problemas al útero y hemorragias).

15
BASILE Y OTRO, ob. cit., t. I, pág. 491.

151
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

7.6. A BORTO EUGENÉSICO

Es la destrucción del feto para mejoramiento de la raza. Se opone


la Iglesia, pues la vida debe respetarse; las personas son todas iguales,
y la vida humana es un don de Dios.

7.7. A BORTO HONORIS CAUSA

Es atenuante de responsabilidad criminal cuando el aborto se ha


hecho para salvar el honor, por existir atentados sexuales, y para ocultar
la deshonra. Se lo puede causar la persona misma o un tercero.

7.8. A BORTO SENTIMENTAL O ÉTICO

También se le conoce como criminológico o humanitario. Ocu-


rre cuando se han cometido hechos contra la libertad sexual, como
violación, incesto.

7.9. A BORTO SOCIAL

Aborto miserable. Para evitar el aumento de la población por


problemas económicos. Se acepta en Australia, Bulgaria, Finlandia,
Japón, por angustia económica.

7.10. A BORTO TERAPÉUTICO -LÍCITO

También llamado ginecológico o necesario, se practica cuando


hay peligro de la vida de la madre o de su salud.

7.11. A BORTO OVULAR EMBRIONAL Y FETAL

Según sea la época en que ocurre durante el desarrollo del


embarazo, puede ser:
a) Ovular. Primeros días, se trata de un aborto precoz. Pasa
desapercibido.

152
CAPÍTULO VI. EL ABORTO

b) Embrional o embrionario. Hasta el tercer mes.


c) Fetal. Hasta el séptimo mes.

7.12. A BORTO AMPOLLAR

Variedad del aborto tubárico que se produce en la ampolla del


oviducto.

7.13. A BORTO FRUSTRADO

Retención del huevo muerto en el útero por más de dos meses.

7.14. A BORTO INEVITABLE

Aquel en el cual hay ruptura de las membranas o muerte del


embrión.

7.15. A BORTO SÉPTICO

Se desarrolla cuando el contenido del útero ha quedado infec-


tando antes, durante o después del aborto.

7.16. L A FIGURA TÍPICA EN EL ABORTO

Es la muerte del germen, embrión o feto humano. La acción


también consiste en matar, esto es, poner término a la vida del que
está por nacer. Recordemos que lo esencial es que se produzca la
muerte del feto en el vientre materno, no teniendo importancia,
para calificar el delito, si se expulsa o no el producto de la concep-
ción (aborto retenido).

7.17. ELEMENTOS INTEGRANTES DEL ABORTO

Son elementos esenciales o constitutivos de este delito los si-


guientes:

153
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

7.17.1. Existencia de un embarazo. Debe existir el estado de preñez.


Si no hay embarazo, habría delito imposible por falta del sujeto pasivo
u objeto. Caso de los embarazos nerviosos. Tampoco habría delito
cuando se extrae un feto muerto o mola, feto imperfecto incapaz de
vida. Ya se indicaron los signos presuntos y los ciertos del embarazo,
y los procedimientos para su diagnóstico.

7.17.2. Interrupción provocada. El embarazo puede ser interrumpido


en cualquier época de la vida intrauterina. No se castigan los abor-
tos espontáneos ni los accidentales; lo que se pena es la muerte del
feto, ya que el bien jurídico protegido es la vida de este. En materia
penal no importa el periodo de desarrollo del feto para los abortos
provocados y criminales. En medicina legal la interrupción antes de
los seis meses es aborto, después parto prematuro.

7.17.3. Voluntad de producir el aborto. Dolo de producir la interrup-


ción de la vida y el conocimiento del estado de gravidez y también
la eficacia del medio. Si el medio es inidóneo, también habría delito
imposible. En este delito se supone el dolo. Si hay culpa, no habría
cuasidelito, ya que el embrión no es persona y el Código Penal no
lo sanciona expresamente.

7.18. A BORTO ACCIDENTAL

“Es el determinado por un factor independiente de la voluntad


de la madre o de la influencia directa del producto de la concepción,
como asimismo fuera de toda motivación dolosa o culposa”.16

7.19. A BORTO POR NECESIDAD

“Por lo general, tiene su origen en una indicación terapéutica


respecto de la madre, pero eso no significa que exista una estrecha
sinonimia entre ‘aborto por necesidad’ y ‘aborto terapéutico’”.17

16
BONNET, ob. cit., t. II, pág. 1140.
17
BONNET, ob. cit., t. II, pág. 1147.

154
CAPÍTULO VI. EL ABORTO

7.20. A BORTO CRIMINAL

“Es la muerte dolosa del producto de la concepción en cualquier


momento del embarazo”.18

7.21. EL AUTOABORTO, O ABORTO CAUSADO POR LA PROPIA MUJER


EMBARAZADA (ARTÍCULO 344 DEL CÓDIGO PENAL)

a) Este tipo de aborto contempla dos hipótesis:


1º. la mujer que causa su propio aborto, y
2º. la que consiente en que otro se lo cause.
b) En este último caso el tercero se castiga por el artículo 342,
Nº 3º, y la mujer por el artículo 344, con la atenuación de si se hizo
para ocultar la deshonra. Es el aborto honoris causa, o por motivos
de honor.
c) El tipo que describe el artículo 344 es con pluralidad de hi-
pótesis. Causar el propio aborto o consentir que otro se lo cause.
El autoaborto presupone la existencia de la mujer, y en la segunda
figura, el concurso necesario de otra persona.

7.22. A BORTO ABUSIVO DEL PROFESIONAL, O CAUSADO FOR


FACULTATIVO

a) Artículo 345 del Código Penal.


b) Se sanciona al facultativo que abusando de su oficio causare
el aborto o cooperare en él.
c) Se le aplica la misma pena cuando causa el aborto como
autor o cuando coopera.
d) Las penas son las del artículo 342 aumentadas en un gra-
do.
e) El sujeto activo de esta figura es un tercero calificado con la
calidad de facultativo, médico u otra persona que ejerza el arte de
curar.
f) Nuestro Código no señala cuáles serían estas personas, pero
se ha entendido que además de los médicos, quedan comprendidos
las matronas, las enfermeras, los cirujanos y los practicantes.

18
BONNET, ob. cit., t. II, pág. 1151.

155
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

g) Se entiende “abusando de su oficio” cuando la conducta del


facultativo no es justificada, ajena a los principios terapéuticos y de
la ciencia médica. Mal uso de los principios médicos.
h) La referencia que hace el artículo 345 al 342 indica que estos
tres casos pueden existir en el aborto abusivo del médico.
i) Como causal de justificación, ejercicio legítimo de un derecho
o profesión, se justificaba el aborto terapéutico, que estaba tipifica-
do en el artículo 119 del Código Sanitario, hoy prohibido. En este
caso la conducta era lícita y sería para algunos un caso de estado
de necesidad particularísimo, lo que no es aceptado en nuestro
Derecho Penal.

7.23. A BORTO SEGUIDO DE MUERTE DE LA MUJER

a) El aborto seguido de muerte de la mujer no está tratado en


el Código Penal chileno.
b) Lo contemplaba el Código Penal belga, pero la Comisión
Redactora lo suprimió, ya que se estimó que estaría dentro de la
regla general para el caso de que un mismo hecho constituya dos o
más delitos. El artículo 75 del Código Penal se refiere al concurso
ideal de delitos.
c) Algunos autores dicen que serían dos hechos distintos e in-
dependientes.
d) Existirían dos delitos distintos en concurso material y am-
bos dolosos, el aborto con dolo directo y el homicidio con dolo
eventual.
e) Para otros, este delito sería un caso de preterintención. Dolo
de abortar y culpa en la muerte u homicidio. Se castiga el aborto
como delito y la muerte sería un cuasidelito de homicidio.
f) Otros opinan que la muerte de la madre y el aborto no constitu-
yen dos delitos ni el uno es medio necesario para cometer el otro.

8. DEL ABORTO LÍCITO O TERAPÉUTICO

1. Denominación. Este tipo especial de aborto, que cumplien-


do con las prescripciones legales no es punible, denomínase por
la doctrina aborto médico, lícito, necesario, ginecológico o no
punible.

156
CAPÍTULO VI. EL ABORTO

2. Como concepto general del aborto terapéutico se sostiene


que es la interrupción del embarazo, efectuada con el fin de salvar
la vida de la madre, o cuando está en peligro su salud y cuando estas
circunstancias se deban al proceso de la gestación.
3. Para Cuello Calón, el aborto terapéutico consiste en la inte-
rrupción artificial del embarazo con el fin de proteger o salvar la
vida de la mujer embarazada.19
4. Lo fundamental en el aborto terapéutico es que está en inmi-
nente peligro la vida o la salud de la madre y se causa por medio del
aborto la interrupción del embarazo como único medio posible y
factible para evitar daños a la madre, sea en su vida, sea en su salud.
Este aborto terapéutico es solo practicado por un médico.
5. Otros autores exponen que este aborto requiere el consenti-
miento de la madre y que sea el único medio para salvar a la madre
de la muerte.
6. Entre los elementos del aborto terapéutico se señalan:
a) Enfermedad existente en la mujer, producida o agravada
por el embarazo;
b) Que esta enfermedad cause daño o peligro grave a la vida o
salud de la mujer embarazada;
c) Que la interrupción del embarazo sea necesaria;
d) Que la interrupción se haga con el exclusivo fin de evitar el
peligro de muerte o de daño grave a la salud de la madre.
7. En el Derecho comparado, esta figura es reconocida en forma
más o menos similar. En Argentina, artículo 86 del Código Penal;
Ecuador, artículo 477; Perú, artículo 163; Venezuela, artículo 435.
También esta reglamentado en Turquía, Cuba, China, Israel, Bélgica,
Grecia, Hungría, Japón, Holanda, etc.
8. En Chile, el aborto terapéutico no estaba tratado en el Código
Penal como lo hemos venido reiterando, sino en el Código Sanitario,
en su artículo 119. Sostienen algunos que indirectamente estaría
incluido el aborto terapéutico en el artículo 345 del Código Penal,
que pena el aborto malicioso o abusivo del profesional, cuando es
autor o coopera y el terapéutico no tiene tal carácter.
9. El artículo 119 del Código Sanitario prescribía: “Solo con
fines terapéuticos se podrá interrumpir un embarazo. Para proceder
a esta intervención se requerirá la opinión documentada de dos
médicos cirujanos”.

19
Ver sobre esta materia CUELLO, ob. cit., t. II, pág. 539.

157
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

9. INDICACIONES MÉDICAS PARA EL ABORTO


TERAPÉUTICO

1. Los distintos Códigos Penales o leyes especiales que declaran


lícito el aborto terapéutico no indican los casos en que procede. Se
limitan a declarar que este aborto sea necesario para evitar un grave
peligro para la vida, la salud física y psíquica de la mujer embara-
zada. Otros Códigos anotan peligro de muerte de la embarazada,
o para evitar peligro para la vida o salud de la madre, no evitable
por otros medios.
2. Luego, corresponde a la medicina establecer la procedencia
de este aborto lícito, los casos, situaciones, enfermedades, patología,
infecciones, las causas que lo justifican. Dejaremos en claro que
en última instancia y si se está en presencia de un juicio que se ha
iniciado para resolver si este aborto terapéutico era o no necesario,
será el juez quien lo determine, asesorado por peritos médicos téc-
nicos en la materia.
3. Basile y Waisman apuntan algunas de las afecciones que au-
torizan el aborto terapéutico, tales como: “Las cardiopatías severas,
las neumopatías descompensadas, ciertos aneurismas o cuadros de
labilidad vascular proclives a producir derrames, nefropatías graves,
neoplasias complicadas, diseminadas o de localización genital, en-
fermedades del sistema nervioso con hipertensión endocraneana,
disendocrinias muy graves, etcétera”.20
4. Gisbert Calabuig, cuando se refiere al peligro para la vida o
salud de la mujer embarazada, concreta que “debe prestarse especial
atención a las enfermedades renales, a la eclampsia, a algunas enfer-
medades infecciosas, a la diabetes, a las cardiopatías, etcétera”.21
5. Ramón Fernández Pérez indica: “Entre las causas de nece-
sidad que aún mantienen vigencia desde el punto de vista médico
podríamos citar, en ocasiones, las siguientes: toxicosis, o hiperhemesis
gravídica, hemopatías gravídicas (leucemias o anemias perniciosas),
nefropatías gravídicas (albuminúricas o anémicas)”.22

20
BASILE Y OTRO, ob. cit., t. I, pág. 492.
21
GISBERT CALABUIG, Medicina Legal y Toxicología, ob. cit., pág. 405.
22
QUIROZ, ob. cit., pág. 683.

158
CAPÍTULO VI. EL ABORTO

10. FORMAS, TÉCNICAS O MEDIOS PARA PRODUCIR


EL ABORTO

10.1. GENERALIDADES

a) Se conoce una serie de métodos y sustancias para provocar


el aborto criminal para obtener la muerte del feto, su destrucción
y su expulsión.
b) Existen sustancias con poder abortivo, procedimientos mé-
dicos, los que llegan a la intervención quirúrgica para aniquilar el
huevo, embrión o feto, según su periodo de desarrollo. Hay sustan-
cias abortivas, como drogas, vegetales. Hay medios mecánicos, como
sondas, jeringas, instrumentos, etc.
c) Estos métodos o algunos de ellos desprenden el huevo y
otros matan el producto de la concepción o causan su expulsión. La
mente humana ha creado una serie de procedimientos y un arsenal
de instrumentos para producir el aborto.
d) Los métodos abortivos se clasifican de diversas formas; por
ejemplo, en sustancias abortivas, procedimientos o maniobras abor-
tivas, medios extragenitales, abortos indirectos, con medios físicos,
medios químicos, drogas, intervenciones médicas, etcétera.
e) Como medio físico tenemos el calor, producido por duchas
vaginales repetidas calientes, lavados internos, aplicación de elec-
tricidad en los órganos internos, rayos X. También el empleo de
ciertos medicamentos.

10.2. SUSTANCIAS ABORTIVAS

a) Estas sustancias abortivas actúan en la madre y el feto.


Causan, por ejemplo, contracciones uterinas violentas, intoxi-
caciones graves, hemorragias, y se administran por vía oral por
regla general.
b) Se conocen como sustancias abortivas vegetales, que son
verdaderos tóxicos, tales como la ruda, el apio, esencia de perejil,
sabina, cantárida, azafrán, nuez moscada, enebro, cornezuelo de
centeno, etc.
c) Entre las sustancias tóxicas químicas minerales abortivas se
encuentran las sales de plomo, de quinina, de fósforo, de mercurio,
arsénico, de hierro, de cobre, alcaloides, etc.

159
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

d) Achaval agrupa los procedimientos abortivos como sigue:


“a) Sustancias ecbólicas: 1) tóxicos (dosis tóxicas): fósforo, arséni-
co, plomo, mercurio, estricnina, enebro, cantárida, ruda, sabina, tuya,
enejo, áloes, jalapa, perejil, apiolina, cornezuelo de centeno, etc.; 2)
fármacos: purgantes, ergotina, quinina, estrógenos, hipofisina, etc.;
b) Maniobras: 1) maniobras sobre vagina y superficie del cuello
uterino, como los lavajes vaginales durante varias horas (lavajes
de Kiwish), las cauterizaciones de cuello, etc.; 2) maniobras sobre
la cavidad cervical, como las laminarias que producen el aborto
entre 1 y 3 días; 3) maniobras sobre el huevo, como punción de
membranas con o sin inyección de alguna sustancia, con lo que
se produce el aborto en 2 a 4 días, o si no, mediando el despren-
dimiento parcial de las membranas se logra el aborto en 12 ó 14
horas. Finalmente, también sobre el huevo, realizar el curetaje
de la cavidad uterina, facilitado en los tres primeros meses, entre
otras cosas, porque los restos son blandos y las paredes del útero
tienen cierta consistencia; 4) maniobras de aspiración; 5) maniobras
sobre el abdomen, como presiones hipogástricas, sean manuales
o mediante cinturón”.23

10.3. PROCEDIMIENTOS, MÉTODOS Y MANIOBRAS ABORTIVOS

Se hace una división en esta parte de procesos abortivos directos,


que tienen por objeto destruir el feto, y los indirectos, que producen
el aborto como consecuencia de actos practicados sobre la mujer,
por ella misma o por terceros. En este último caso, puede producirse
la muerte de la mujer, y como efecto, la del feto.
a) Los métodos directos provocan la dilatación o el desprendi-
miento del huevo, entre otras consecuencias.
b) La dilatación del cuello se causa por la introducción de ob-
jetos por vía vaginal hasta el útero; por ejemplo, laminarias, bujías
(tallos metálicos), esponjas, gasas, etc.
c) El desprendimiento del huevo, su extracción, su destrucción
pueden hacerse por medio de sondas, gomas, medicamentos, raspa-
do, pinzas, intervención quirúrgica, inyección, punción, vaciamiento
uterino, etc.

23
ALFREDO ACHAVAL, Manual de Medicina Legal, Práctica Forense, 2ª edición
actualizada, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, Argentina, 1978, pág. 367.

160
CAPÍTULO VI. EL ABORTO

d) Vargas Alvarado anota una serie de métodos para inducir el


aborto y cómo actuar, y distingue:
“a) Físicos: baños calientes, ejercicio severo o prolongado, equi-
tación, violencia sobre la pelvis, cérvix o cuerpo del útero.
b) Químicos: pueden ser de acción sistémica (purgantes, irri-
tantes digestivos y genitourinarios, quinina o alcaloides de la ergota,
estrógenos, plomo, fósforo, mercurio, etc.); o de acción local (in-
yección de jabón, permanganato de potasio, bicloruro de mercurio,
arsenicales, formol, fenol, etc.).
c) Operatorios, por dilatación del cérvix (con laminarias, bujías
y dilatadores, esponjas y gasa intracervical). Por dilatación y curetaje
(raspando la cavidad uterina con cucharillas especiales llamadas
curetas, o con el dedo o pinzas).
Por ruptura de membranas fetales a través del cuello dilatado
mediante objetos punzantes. La expulsión puede ocurrir a las horas
o días. Frecuentemente se complica con infección o perforación del
útero, intestinos o vejiga”.24

10.4. M ANIOBRAS ABORTIVAS EXTRAGENITALES

Hay distintos procedimientos que provocan el aborto de tipo


extragenital, tales como golpes y traumatismos en la región abdomi-
nal, masajes, compresión abdominal, uso de fajas apretadas, masaje
uterino por la vía abdominal.

10.5. OTROS PROCEDIMIENTOS

a) Además de los ya señalados, hay una serie de métodos, algunos


antiguos y populares, como la introducción en la región interna de
alambres, tijeras, horquillas, alfileres, tallos, y cualquier instrumento
punzante para destruir el huevo.
b) También se aplica la aspiración en el vacío en fetos de menos
de tres meses: se introduce un tubo de plástico que, unido a una
botella y con presión producida por una bomba de succión, aspira
el huevo, desprendiéndolo del útero. Ramón Fernández, explicando
este procedimiento por el vaccum o legrado romo con aspiración,

24
VARGAS, ob. cit., pág. 245.

161
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

dice: “Es un extractor de vacío que, aplicado a través de una cánula,


previa dilatación del cérvix, en el interior de la cavidad uterina y por
presión negativa, extrae el huevo en el curso de segundos. Esto evita
traumatismos mayores y asegura el vaciamiento de la matriz”.25
c) Como método de tipo médico han producido aborto al in-
yectar en mujeres embarazadas hormonas, tales como estrógeno y
similares, lo que origina el aborto hormonal.
d) Otra forma de abortar es mediante histerotomía o cesárea,
que puede ser vaginal o abdominal y se extrae el feto. Es operación
de cirugía mayor, se rompe o abre el útero y se retira el feto.
e) Tenemos la embriotomía, por la cual se destruye el feto en
partes o se divide y se extrae. Esta operación se realiza naturalmente
en una clínica y por médicos o personal especializado.

10.6. INVESTIGACIÓN MÉDICO -LEGAL DEL ABORTO

a) Nos corresponde tratar la investigación del aborto desde el


punto de vista médico-legal. Esta averiguación servirá para esclarecer
si se está en presencia de un aborto por causas naturales, espontáneo
o accidental, o un aborto provocado criminal, lo que se aprecia por las
huellas, lesiones, heridas, hemorragias, infecciones en la mujer emba-
razada, abscesos uterinos, etc. En el aborto seguido de la muerte de
la mujer embarazada, estos exámenes también se realizan, y si existen
restos fetales en el útero, también se someten a la autopsia.
b) Se dan distintos diagnósticos según sea el tipo de aborto, como
anotamos, sea natural o espontáneo, provocado, si se ha hecho por
la propia mujer o por terceras personas, medicamentos empleados,
maniobras ejecutadas, etc.
c) Lo que debe establecerse en la investigación médico-legal
del aborto es el estado del embarazo, su duración, la práctica de las
maniobras abortivas y los signos que de él se registren en la mujer
embarazada.
d) El artículo 134 del Código de Procedimiento Penal, sobre
este punto, indica: “En el caso de aborto, se hará constar la presen-
cia de la preñez, la época del embarazo, los signos demostrativos
de la expulsión del feto, las causas que la hubieren determinado,
y la circunstancia de haber sido provocado por la madre, o por un

25
QUIROZ, ob. cit., pág. 685.

162
CAPÍTULO VI. EL ABORTO

extraño que hubiere procedido, ya sea con su consentimiento, ya


sea ejecutando en ella actos de violencia, ya, por fin, abusando de
su oficio de facultativo”. Esta investigación igualmente se hace con
posterioridad a la reforma procesal penal.
e) Escribe Gisbert Calabuig: “El diagnóstico del aborto criminal
presenta grandes dificultades en la práctica médico-legal. El perito
debe determinar que la mujer estaba embarazada, y que ha tenido
lugar un aborto; pero, una vez esto establecido, debe demostrarse
que han sido puestos en práctica medios artificiales y violentos di-
rigidos intencionalmente a interrumpir el embarazo y producir la
muerte del feto”.26
f) Ramón Fernández determina: “Primero deberemos diagnosticar
la preexistencia de la preñez, para poder hablar de aborto; asimismo
la ausencia del embarazo al producirse el aborto; a continuación,
las evidencias demostrativas de la expulsión del feto o del embrión,
es decir, las huellas concurrentes con el aborto, diferenciando las
de carácter terapéutico de aquellas maniobras que, al contrario, se
realizan para producirlo, o sea, hay que determinar la coexistencia
de lesiones, estableciendo la posibilidad de que sean las que causaron
el aborto, o bien, que se trate de secuelas de un tratamiento; hay que
atender a la complicación o consecuencia, estableciendo inclusive la
relación de causa a efecto entre ella y la muerte de la embarazada,
cuando sea el caso, ya que en este aspecto el perito médico legista,
a diferencia de los ginecólogos, se ve obligado a hacer este tipo de
diagnóstico y no solamente en persona viva, sino también en el cadáver.
También deberá estar pendiente de la simulación y disimulación del
aborto. Para el perito que desempeña la labor por mandato judicial
y que tiene obligación de comunicar precisamente al juzgador todo
lo que en su función llegue a investigar, prácticamente no existe el
secreto profesional”.27

10.7. A NTEPROYECTO DE LA COMISIÓN DEL FORO PENAL

Art. 92. El que comete un aborto será castigado:


1º. Con la pena de reclusión mayor en su grado mínimo, si ejerce
violencia o intimidación en la persona de la mujer embarazada;

26
GISBERT CALABUIG, Medicina Legal y Toxicología, ob. cit., pág. 401.
27
QUIROZ, ob. cit., pág. 686.

163
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

2º. Con la de reclusión menor en su grado máximo, si, no ejer-


ciéndola, obra sin consentimiento de la mujer o lo obtiene mediante
engaño;
3º. Con la de reclusión menor en su grado medio, si la mujer
consiente; y
4º. Con la de reclusión menor en sus grados mínimo a medio,
si con violencias ocasiona un aborto, siempre que no haya tenido
propósito de causarlo, con tal que el estado de embarazo de la mujer
sea notorio o le conste.
Art. 93. La mujer embarazada que comete su aborto o consiente
que otra persona se lo cometa, será castigada con reclusión menor
en su grado mínimo a medio.
Art. 94. Al facultativo que, abusando de su oficio, cometa un
aborto o coopere a él, se le impondrán, respectivamente, las penas
señaladas en el artículo 92, y la de inhabilitación especial para el
ejercicio de su profesión en su grado máximo.
Art. 95. La tentativa y la frustración de los simples delitos com-
prendidos en los artículos anteriores de este párrafo son punibles,
a menos que constituyan un delito más grave, caso en el cual sólo
se aplicará la pena de este último.

164
Capítulo VII
INFANTICIDIO

1. GENERALIDADES

1. El delito de infanticidio, que desde ya podemos señalar


que consiste en la muerte de una persona “recién nacida”, está
estrictamente ligado a la figura del aborto, pero existen diferen-
cias sustanciales. En efecto, el infanticidio es la muerte a una
persona, a un ser recién nacido, matar al neonato. En cambio, en
el aborto se destruye o elimina el huevo, embrión o feto, estados
de desarrollo del embarazo que no tienen la calidad de persona
para los efectos legales, ni para constituir elemento tipificante del
infanticidio. En todo caso, la opinión dominante en la doctrina
concluye que el infanticidio atenta contra la vida y la integridad
física del feto.
2. En el Derecho extranjero, definiendo el infanticidio, se anota
que es la muerte de una persona ocurrida “durante el nacimiento”,
del “recién nacido” “siguientes a su nacimiento”, de un “recién
nacido inmediatamente después del parto”, de un feto “durante el
parto”, “bajo influencia del estado puerperal”, etc.
3. Estrictamente, lo indicado en el párrafo anterior está ligado
a la medicina legal y específicamente a la obstetricia forense, pues
debemos precisar lo que es el nacimiento, el parto, el estado fetal.
La investigación del infanticidio es una materia netamente médico-
legal. Debe establecerse, en forma fundamental, si el ser “nació vivo”
y los medios que hay para ello, particularmente “las docimasias”, y lo
que se entiende por “puerpuerio”, que puede ser una de las causas
determinantes del delito de infanticidio, etc.

165
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

2. EL DELITO DE INFANTICIDIO EN EL CÓDIGO


PENAL CHILENO

1. El delito de infanticidio está ubicado en el párrafo 2, Título


VIII del Libro II del Código Penal, entre los crímenes y simples
delitos contra las personas.
2. Se encuentra definido en el artículo 394 del Código Penal,
que dispone: “Cometen infanticidio el padre, la madre o los demás
ascendientes legítimos o ilegítimos que dentro de las cuarenta y
ocho horas después del parto, matan al hijo o descendiente, y serán
penados con presidio mayor en sus grados mínimo a medio”.
3. Se trata en el fondo de una figura penal similar al delito de
homicidio, y que tiene como sujeto pasivo al recién nacido, y siempre
que la acción de matar se ejecute dentro de las 48 horas después del
parto y solo por las personas señaladas taxativamente en la ley penal.
Si el delito es cometido por los padres después de transcurridas las
48 horas, el delito de infanticidio se transforma en uno de parrici-
dio. Si terceras personas o extraños dan muerte al recién nacido,
antes, durante o después del término de 48 horas después del parto,
cometerán, según los casos, un homicidio simple o calificado.
4. De acuerdo con la definición, los elementos del infanticidio
son la acción de matar al hijo o descendiente, la existencia de un
vínculo de parentesco indicado en la ley, entre los autores del hecho
y la víctima, y que la muerte sea perpetrada dentro del plazo de 48
horas contadas después del parto.
5. El bien tutelado por la ley es la vida del feto, o la vida humana.
Esto no se desprende directamente del artículo 394 del Código Penal,
pues el Título en el cual se ubica el infanticidio es el de crímenes y
simples delitos contra las personas, pero naturalmente el derecho
protegido es la vida humana y el beneficiado es la persona.
6. La acción típica, y por ser una figura derivada del tipo ho-
micidio, es matar a otro. En este caso, al sujeto pasivo que es el hijo
o descendiente, y además que esto ocurra dentro del plazo de 48
horas después del parto.
7. Los sujetos activos, como hemos venido repitiendo, son ex-
clusivamente el padre, la madre, o los demás ascendientes o descen-
dientes legítimos o ilegítimos, y no otras personas.
8. Como puede observarse, la construcción de este delito de
infanticidio es bastante compleja, en especial porque la acción de
matar o quitar la vida recae sobre un recién nacido, cuya existencia

166
CAPÍTULO VII. INFANTICIDIO

legal para esta infracción penal empieza con el parto y hasta 48 horas
después del mismo. Para aclarar estas materias se han formulado
una serie de teorías, tanto de corte penal como civil, atendiendo a
que el Código Penal no ha definido lo que se entiende por persona,
y desde cuándo, se considera la existencia legal de la persona y que
se estima por separación completa del cuerpo de la madre.

3. PROBLEMÁTICA DEL DELITO DE INFANTICIDIO

1. Como adelantamos, este delito ofrece una serie de dificultades


o cuestiones que se desprenden de la propia definición que de él
hace el artículo 394 del Código Penal, atinentes a la Medicina Legal
y al Derecho Penal. Esta problemática está vinculada principalmente
al sujeto pasivo, que, como señala la ley, “es el hijo o descendiente”.
En otras palabras, la víctima, que es el sujeto pasivo y a su vez el
objeto material sobre el cual recae la acción de matar, debe ser una
persona y el hecho de la muerte dolosa debe acaecer dentro de las
48 horas después del parto.
2. Primeramente, y como sabemos, el Código Penal no ha defi-
nido lo que es persona para los efectos de dicho ordenamiento legal.
Para ello debemos recurrir a las normas generales del Derecho Civil,
y en el artículo 55 el Código Civil indica que “son personas todos
los individuos de la especie humana, cualquiera que sea su edad,
sexo, estirpe o condición”.
3. El problema fundamental radica en lo que debe entenderse
por persona para los efectos penales, y en especial para el delito de
homicidio, en sus diversos tipos, y para el infanticidio, y si hacemos
aplicables los principios civilistas del artículo 74 del Código Civil,
como lo expusimos al tratar el delito de aborto.
4. Recordemos que dicho precepto legal consigna que la exis-
tencia legal de toda persona comienza al nacer, esto es, al separarse
completamente de su madre. De consiguiente, se trata en este caso de
una vida independiente y separada del hijo con respecto a la madre.
También se producen controversias en esta parte, para dilucidar lo
que significa “separado completamente de su madre”. El delito de
infanticidio tiene por objeto una persona que debe reunir ciertas
condiciones especiales y se califica como un atentado contra la vida
independiente, figura punible distinta del aborto, que es un delito
contra la vida humana dependiente o no independiente.

167
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

5. El artículo 394 del Código Penal apunta que la muerte del


recién nacido, y ejecutada por los sujetos activos que señala expre-
samente la ley, debe verificarse dentro de las 48 horas después del
parto. El término parto tampoco está conceptualizado por la ley.
Como también lo anotamos, el parto es un proceso que consta de
varias etapas, que terminan con el alumbramiento. El precepto que
comentamos no se refiere al nacimiento, según los comentaristas,
en la forma que señala el artículo 74 del Código Civil, y no se re-
quiere, por lo tanto, la llamada separación completa, como se verá
más adelante.
6. La determinación de lo que es persona tiene relevancia para el
delito de infanticidio, que tutela la vida efectiva o cuando existe legal-
mente la persona. En cambio, el aborto protege la vida del que está
por nacer, la vida intrauterina, cuando el feto no es aún persona.
7. Dejaremos constancia de que nuestra legislación, frente al
principio de la existencia de las personas, está con la teoría de la
vitalidad, vale decir, que la criatura haya sobrevivido a la separación
un momento siquiera, como lo estipula el inciso final del artículo
74 del Código Civil.
8. Las teorías que se han formulado frente a los puntos en dis-
cusión tienen como finalidad dilucidar lo que significa precisamente
“separación completa de la madre”, que a su vez es el complemento
o la aclaración del término “nacer”, y por el cual se da comienzo
a la existencia legal de la persona humana, según las normas del
Código Civil.
9. Una teoría de corte eminentemente civilista argumenta que
“separación completa de su madre” significa el seccionamiento o
corte del cordón umbilical, o cuando el cordón ha sido expulsado
del vientre materno, conjuntamente con la placenta y otros anexos.
Por lo tanto, se es persona, para todos los efectos legales, desde que
la criatura no está ligada materialmente a su madre, sino separada
totalmente de ella y nacida.1
10. Algunos autores, y ante el silencio del Derecho Penal, pre-
tenden hacer extensiva esta doctrina a los delitos de homicidio y
al de infanticidio, pues, como hemos venido repitiendo, el acto de
privar la vida se hace efectivo sobre una persona, y debe estarse para
ello a su existencia legal.

1
Ver sobre esta materia ETCHEBERRY, ob. cit., t. III, págs. 22 y ss.; GRISOLÍA Y
OTROS, ob. cit., págs. 52 y ss. y 142 y ss.

168
CAPÍTULO VII. INFANTICIDIO

11. La teoría que estamos examinando hace una marcada di-


ferencia entre el parto y el nacimiento. En efecto, el parto sería,
en términos generales, la expulsión del feto del vientre materno,
y por su parte, el nacimiento se produciría por el corte del cordón
umbilical. Como derivación de esta aseveración, se presenta el caso
que la criatura podría estar parida y no nacida. Expulsada del vientre
materno, pero unida por el cordón umbilical o no haberse expulsado
los anexos embrionarios, entre estos naturalmente, la placenta.2
12. Esta discusión tiene importancia, pues el delito de infanti-
cidio agrega curiosamente, lo que no ocurre en otros delitos, una
circunstancia de plazo o temporal. La muerte del sujeto pasivo tiene
que ocurrir dentro de las 48 horas después del parto, y la ley no
anota desde el nacimiento.
13. Otro principio que se ha formulado en relación con el ar-
tículo 74 del Código Civil, señala que no es necesario, para hablar
de separación completa, que se haya producido el corte del cordón
umbilical. Bastaría, para estimar la separación completa, que la cria-
tura o el feto hubiese sido expulsado del vientre materno.
14. Etcheberry expone: “Por lo tanto, en ausencia de una de-
finición legal explícita de lo que se debe entender por ‘separación
completa’ de la madre, para los efectos del art. 74 del Código Civil,
debe interpretarse tal disposición ilustrando su sentido con la defi-
nición misma de persona contenida en el art. 55 del citado Código.
Según ello, la ‘completa separación’ no significa tanto el concepto
material de ‘distancia espacial’ entre los cuerpos de la madre y del
hijo como el concepto fisiológico de ‘vidas separadas’, ‘indepen-
dencia biológica’ de ambos, esencialmente referida a las funciones
circulatoria y respiratoria. Del mismo modo, no existiendo en materia
penal una definición expresa de lo que debe entenderse por ‘parto’,
que el art. 394 nos señala como comienzo de la calidad penal de
‘persona’, debe complementarse el sentido natural y obvio de esta
expresión con la definición general de ‘persona’ ya mencionada, y
de esta manera, para los efectos jurídico-penales, el ‘parto’ es una
expresión indicativa del comienzo de la vida autónoma de la cria-
tura, con lo cual el concepto civil y el penal vienen en definitiva a
coincidir”.3

2
Ver sobre esta materia DEL RÍO, ob. cit., t. III, pág. 371; ETCHEBERRY, ob. cit.,
t. III, pág. 23.
3
ETCHEBERRY, ob. cit., págs. 24 y 25.

169
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

15. No podemos seguir extendiéndonos sobre este interesante


punto, pero no cabe la menor duda que el criterio civilista no puede
aplicarse al Derecho Penal para determinar jurídicamente la calidad
de persona, e incluso creemos que hay aspectos contradictorios. Para
los efectos civiles la persona empieza a existir con el nacimiento, sea
cual fuere la interpretación de la separación completa. En cambio,
para el Derecho Penal la persona sería considerada como tal, y para
el infanticidio, desde el momento del parto, toda vez que el delito
se comete en el lapso de 48 horas después del parto, y no del naci-
miento, que es la posición doctrinaria civilista.

4. SISTEMAS REFERENTES A LA ATENUACIÓN DE LA PENA


EN EL DELITO DE INFANTICIDIO

En esta parte nos referiremos a los sistemas que justifican la apli-


cación de una pena disminuida al delito de infanticidio, en especial
con respecto a la sanción que corresponde al delito de parricidio.
Otros sostienen, y de acuerdo con su naturaleza jurídica, que sería
un homicidio disminuido, lo que no compartimos, pues la penali-
dad es la misma. También puede sostenerse que el infanticidio es
un delito autónomo o sui géneris.
Se han formulado varias teorías o sistemas en orden a una pena
menor. Como lo esbozamos, el sistema latino o de la motivación se
basa en principios de honor y el sistema helvético o de los trastornos
fisiopsicológicos o de anormalidades psíquicas, en las alteraciones
que sufre la mujer parturienta.
1. Sistema latino o de la motivación: Los que sustentan esta corriente
aceptan el tratamiento atenuado del infanticidio, ya que se da muerte al
infante o recién nacido para salvar el honor de la madre o de parientes
próximos, cuando el hijo es el resultado de un acto sexual ilegítimo
o violento. Se pretende salvar el honor de la madre, para ocultar su
deshonra. En otras palabras, se da muerte a la criatura recién nacida
para ocultar la deshonra de la madre, o su honor sexual.
En la actualidad se está revisando este sistema, pues lo anterior
no justifica la muerte del infante, y constituye un crimen horroroso,
al igual que el aborto sobre un ser indefenso y que no puede repeler
la agresión de que es objeto.
Levene anota: “La ley, al tratar el infanticidio, sea en forma au-
tónoma o mitigada, reconoce que el nacimiento de un nuevo ser, si

170
CAPÍTULO VII. INFANTICIDIO

este es el resultado de acciones ilegítimas o irregulares de la madre,


puede implicar su deshonor y exponerla a ella y a su amante a terri-
bles venganzas. El temor a tales consecuencias puede perturbar la
conciencia de la mujer o la de sus parientes más cercanos y llevar-
los, con el propósito de hacer desaparecer la prueba de su culpa, a
procurar el aborto, el abandono o la muerte del fruto inocente de
sus amores, debiéndose tener presente que, en general, el honor
referente al hombre es el patrimonial, y el de la mujer, el sexual, o
sea, el recato, la honestidad, el pudor femenino”.4
2. Sistema helvético o de la alteración fisiopsicológica: Los que
siguen este principio y que se aplique una pena atenuada a los au-
tores del infanticidio sostienen que la mujer con motivo del parto
sufre una serie de alteraciones no únicamente de tipo biológico
o fisiológico, sino también de tipo psíquico. Este sistema se apoya
en principios médicos, biológicos y psicológicos. También se le da
importancia al periodo siguiente del parto, esto es, el puerperio y el
estado puerperal. Estos estados producen alteraciones en la mujer
y pueden ocasionar en ella el deseo o el impulso de matar al hijo,
incluso llegando a constituir estados de delirio, psicosis o impulsos
irresistibles.
En todo caso, la mujer que sufre estos trastornos que afectan su
mente no puede calificarse de enajenada mental, y es totalmente
imputable, solo que frente al infanticidio merece una penalidad
inferior.
Basile y otro explican: “Concepto de ‘estado puerperal’: Es el que
se extiende desde que comienza el nacimiento hasta que termina el
puerperio, apreciado en forma continua.
Puerperio o periodo puerperal: Es el lapso en que se produce
la involución completa o casi completa y persistente de todos los
órganos modificados por la gestación, con excepción de las mamas.
La duración del ‘periodo puerperal’ puede extenderse entre 40 y 50
días posteriores al parto, concluyendo con la aparición del primer
ciclo menstrual”.5
Bonnet dice: “Obstétricamente considerado el puerperio re-
presenta ‘el periodo de tiempo que transcurre entre el momento
del parto y el de reinicio del ciclo menstrual’. El término medio de

4
RICARDO LEVENE (h.), El Delito de Homicidio, 3ª edición, Ediciones Depalma,
Buenos Aires, Argentina, 1977, págs. 347 y 348.
5
BASILE Y OTRO, ob. cit., t. I, pág. 519.

171
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

la duración de este periodo es aproximadamente de cuarenta días,


según lo manifiestan la casi totalidad de los obstetras”.6
Este mismo autor agrega: “Para nosotros, el estado puerperal
representa un ‘estado’ psicopatológico, y no un ‘periodo’ obstétri-
co”.7 Sobre esta misma materia, añade: “El estado puerperal es un
trastorno mental transitorio incompleto, porque es de corta duración
y porque no alcanza a constituir un estado de alienación mental,
sino solamente un ‘estado crepuscular’”.8
3. Dentro de este mismo orden de ideas, también existen cri-
terios o sistemas mixtos para sancionar con pena disminuida a los
que participan directamente en el infanticidio. Algunas legislaciones
contemplan en una misma disposición los motivos de honor del
sistema latino v las alteraciones fisiopsicológicas o anormalidades
psíquicas transitorias del sistema helvético.
Grisolía, Bustos y Politoff sostienen: “En el artículo 113 del CP
de la RDA aparece claramente implícita la razón de la alteración
psicofisiológica de la madre, si bien no podría descartarse el motivo
de honor; a la inversa, en el artículo 217 del CP de la RFA lo que
ostensiblemente se tuvo en vista es el motivo de honor, aunque
tampoco habría motivo para excluir la perturbación derivada del
estado psicofisiológico”.9
Podría estimarse que algo similar a lo señalado en la legislación
penal alemana se presentaría en el Nº 2 del artículo 81 del Código
Penal argentino, donde se señala el hecho de ocultar la deshonra...
o mientras se encuentra bajo la influencia del estado puerperal,
pero en este caso el móvil esencial es el honoris causa, para ocultar
la deshonra.

5. CLASIFICACIÓN MÉDICO-LEGAL DEL INFANTICIDIO

Bonnet clasifica desde el punto de vista médico-legal el infanti-


cidio de dos maneras diferentes, según que se tengan en cuenta las
circunstancias o bien el mecanismo de producción:
“Según las circunstancias:
1) Durante el nacimiento.
6
BONNET, ob. cit., t. II, pág. 1212.
7
BONNET, ob. cit., t. II, pág. 1216.
8
BONNET, ob. cit., t. II, pág. 1216.
9
GRISOLÍA Y OTROS, ob. cit., pág. 137.

172
CAPÍTULO VII. INFANTICIDIO

2) Bajo la influencia del estado puerperal.


Según el mecanismo de producción:
1) Traumático.
a) Mecánico.
b) Físico.
c) Químico.
2) Asfíctico.
3) Tóxico.
4) Abandono de persona”.10

6. CAUSAS DE MUERTE DEL RECIÉN NACIDO

1. Las causas de muerte del infante o criatura recién nacida


pueden deberse a una serie de factores o motivos, pero para que
se tipifique el delito de infanticidio, el factor debe ser la intención
de matar del agente. El infanticidio es la muerte que se da volun-
tariamente al hijo o descendiente por las personas expresamente
anotadas en el artículo 394 del Código Penal y dentro de las 48
horas después de producido el parto. Fuera de esta causa de tipo
criminal, existen otras naturales que producen la muerte del infante,
durante el proceso del parto, o después de terminado el mismo, y
sin intervención del hombre.
2. Existe una serie de causas o cuadros patológicos que pueden
ocasionar la muerte de la criatura, atinentes a la madre o a este nuevo
ser, ciertas enfermedades de la madre gestante, como infecciones,
hemorragias, el trabajo del fórceps, problemas del cordón umbilical,
respiratorias, circulatorias, etc.
3. Otros factores similares a los anteriores pueden provocar en
la criatura lesiones, las que no tienen un significado importante para
el estudio del infanticidio, salvo cuando estas puedan producir su
fallecimiento, para verificar si la criatura nació viva, si tenía madu-
rez, o también cuando, por ejemplo, la asfixia u otras causas de la
muerte sean dolosas, lo que se tratará en el próximo capítulo, de la
investigación médico-legal del infanticidio.
4. Entre las causas naturales de muerte o accidentales, varias
de ellas, como enunciamos, se producen durante el parto, asfixias,
hemorragias cerebrales, insuficiencia cardiaca, hemorragias me-

10
BONNET, ob. cit., t. II, pág. 1227.

173
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

níngeas, fracturas craneales, traumatismos encefalocraneales,


fracturas, hemorragia del cordón umbilical, aspiración del líqui-
do amniótico, neumonías, malformaciones congénitas, parto por
sorpresa, parto precipitado, muertes accidentales y otras de causas
desconocidas.11

7. INVESTIGACIÓN MÉDICO-LEGAL DEL DELITO


DE INFANTICIDIO

1. Bajo este título explicaremos las llamadas muertes criminales


o violentas, que constituyen el delito de infanticidio. Estas son las
denominadas muertes dolosas de la criatura recién nacida, en las que
cobra importancia la medicina legal. En esta parte debe establecerse si
el recién nacido vivió efectivamente o nació vivo, o si, por el contrario,
no sobrevivió un instante siquiera. Para este diagnóstico hay una serie
de pruebas y exámenes, en especial la autopsia y las docimasias.
2. Entre las causas de las muertes violentas o criminales del
recién nacido tenemos los distintos tipos de asfixias, tales como las
mecánicas, por estrangulación, sea por lazo o manual, la sofocación
por obstrucción de nariz y boca, confinamiento en caja, baúl, maleta,
etc., enterramiento, sumersión, contusiones, carbonización, enve-
nenamiento, descuartizamiento, ahorcadura, degüello, fracturas,
quemaduras, etc.
3. El artículo 133 del Código de Procedimiento Penal, ubicado
en el párrafo de la comprobación del delito en casos especiales, reza:
“Si se pesquisa el delito de infanticidio, el juez tratará de acreditar,
por los medios legales y especialmente por informe de facultativos,
si la presunta madre estuvo embarazada, cuál fue la época probable
del parto, si la criatura nació viva y en estado de poder vivir fuera
del seno materno, las causas que probablemente han producido la
muerte, las horas que permaneció viva, y si en el cadáver se notan
lesiones”. Esta disposición de corte procesal se complementa con
la definición ya transcrita del infanticidio, contenida en el artículo
394 del Código Penal. (En el nuevo Código Procesal Penal no se
contempla esta disposición, pero el procedimiento que se practica
es el mismo).

11
Ver sobre esta materia, BONNET, ob. cit., t. II, págs. 1230 y ss.; BASILE Y OTRO,
ob. cit., t. I, págs. 535 y ss.; VARGAS, ob. cit., págs. 253 y ss.

174
CAPÍTULO VII. INFANTICIDIO

4. Por lo tanto, la investigación médico-legal del delito de in-


fanticidio y a la cual se aboca el juez instructor del proceso, con el
auxilio de los peritos médicos, deberá enderezarse a establecer los
puntos esenciales sobre el estado de embarazo de la madre, la época
o fecha del parto, los signos del mismo, si la criatura nació viva y
con condiciones de viabilidad, las causas de la muerte, si el cadáver
presenta lesiones y también se agrega el estado mental y psíquico
de la madre.
5. Aunque, la autopsia médico-legal de la criatura tiene impor-
tancia para la investigación del delito o para concluir si la muerte fue
natural o accidental, no siempre es posible practicarla, pues el cadáver
de la criatura ha desaparecido, o por el tiempo transcurrido desde
que ocurrió la muerte se encuentra en proceso de descomposición,
u otras veces totalmente mutilado, quemado, descuartizado, etc.
6. Sin perjuicio de lo expuesto, la investigación médico-legal en
el infanticidio puede referirse tanto al examen del infante muerto
como al de la propia madre que lo dio a luz. Además del examen
mismo que significa la autopsia, que es una pericia médica que com-
prende el examen interno y del cadáver, asimismo deben estudiarse
los órganos, el estado de la piel, el contenido, del estómago y de los
intestinos, el estado del cordón umbilical, si se encuentra seco o no,
la presencia del meconio, etc.
7. Todas las pruebas reseñadas servirán para establecer si la cria-
tura tuvo efectivamente una vida extrauterina, separada de su madre,
el tiempo que sobrevivió, la fecha de la muerte, lo que es bastante
difícil de comprobar, y la causa. Este último elemento –la causa de la
muerte– está relacionado con los medios o formas con que el autor
cometió el delito de infanticidio. En la práctica el cadáver presenta
los efectos de la causa de la muerte; si fue por asfixia, el tipo de
asfixia; si fue mediante mutilación, envenenamiento, quemaduras,
fracturas, el lanzamiento o precipitación en letrinas, etc.
8. También debe hacerse un completo examen a la madre del
infante, desde el punto de vista físico y psíquico. El primero se mate-
rializa en el análisis de las huellas del parto, de los órganos genitales
internos y externos, la presencia de lesiones o desgarros. El examen
psíquico de la mujer tendrá por objeto establecer su estado mental
y la influencia del parto y las alteraciones de tipo psiquiátrico que
puede sufrir particularmente en el llamado período puerperal.
9. Igualmente debe hacerse un estudio completo del lugar
donde ocurrió el parto, el examen, por ejemplo, de la cama, col-

175
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

chones, sábanas, vestuario de la madre, las manchas de sangre y


cualquiera otra investigación relacionada con el parto, el nacimien-
to y, reiteramos, cualquier signo que pruebe la vida extrauterina
propiamente tal.
10. Brevemente y frente a las muertes por asfixias, la autopsia
del cadáver señalará la clase de asfixia, como lo hemos dicho, sea por
sofocación, por compresión, por sepultamiento, por sumersión, por
uso de lazo, de las manos, de objetos tales como pañuelos, paños,
tapones, etc.
11. Si la causa de la muerte de la criatura recién nacida ha sido
resultado de lesiones, en las conclusiones de la autopsia se expre-
sará la clase de lesión, comúnmente fractura craneana o lesiones
graves, el agente o medio que la causó, por ejemplo, arma blanca,
el tipo de arma, tijeras, otros objetos, etc. En los casos de lesiones es
frecuente la mutilación grave y prácticamente el descuartizamiento,
también el degollamiento. En las mutilaciones y descuartizamien-
tos se ocultan las piezas anatómicas o se destruyen. En otros casos
también se incineran.
12. Entre las muertes violentas o criminales se conocen las que-
maduras y la incineración del recién nacido. Esta última para ocultar
el hecho delictuoso y para hacer desaparecer el cadáver, que es una
prueba evidente del delito. En ciertas oportunidades la incineración
no es completa. Se ha sostenido que más que un medio de ejecu-
ción del infanticidio, es la forma para eliminar y destruir el cadáver.
Tiene importancia en este tipo de muerte criminal el análisis de
las cenizas encontradas, en hornos, chimeneas, estufas, etc., pues
la composición química de ellas va a determinar la presencia de
elementos óseos, aumento de los porcentajes de fósforo, de calcio,
de fosfatos y otros.
13. En las muertes por envenenamiento, las cuales no son comu-
nes, se emplea, por ejemplo, ácido sulfúrico, alcohol puro, arsénico,
quinina, cianuro de potasio. Es relevante el examen toxicológico del
cadáver y el veneno que se ha empleado, pues restos de él quedan
fijados principalmente en los riñones y en el hígado del niño.
14. También se conocen los infanticidios por omisión, por fal-
ta de socorro y abandono, en algunos casos la causa de la muerte
es por el frío, por la falta de alimentos o por hemorragias. Ciertas
muertes de esta clase son el resultado de actos voluntarios, cuando
por ejemplo la madre no amamanta al hijo, lo deja expuesto al
frío desnudo, no impide las hemorragias causadas por la falta de

176
CAPÍTULO VII. INFANTICIDIO

ligamientos adecuados del cordón umbilical, por no despejar las


vías respiratorias, etc. En otras oportunidades, este tipo de muerte
se produce por ignorancia de la mujer, por su estado de debilidad,
por negligencia.
15. Reiteramos en esta parte que la investigación médico-legal
es esencial de acuerdo con los términos ya conocidos del artículo
394 del Código Penal, pues para que un atentado sea tipificado de
infanticidio es preciso que la muerte del hijo o descendiente se pro-
duzca dentro de las 48 horas después del parto. En la práctica y no
obstante lo expuesto es bastante difícil precisar el período de vida
extrauterina de la criatura, y también si la muerte fue el resultado de
hechos voluntarios o casuales, salvo el caso de las muertes criminales,
y determinar en forma exacta la fecha de la muerte.
16. Recordemos la llamada circunstancia temporal, que la muerte
del recién nacido deba verificarse dentro de las 48 horas después
del parto es fundamental, pues si ocurre pasado este periodo, la
figura delictual cambia y se convierte, según sean los agentes que
participan, en homicidio simple o parricidio.
17. Una de las pruebas importantes en el infanticidio, pero
que no es privativa de este delito, puesto que mediante ella pueden
llegar a precisarse los signos de vida, son las docimasias, en general,
no solo de los recién nacidos, sino también de los adultos, materia
que trataremos más adelante.

8. LAS DOCIMASIAS

1. En materia de infanticidio, y aparte de la autopsia y de los


demás exámenes y análisis referidos, para la demostración de la vida
autónoma del feto, y de pruebas microscópicas de tejidos o partes el
recién nacido, las docimasias son otras de las pruebas básicas a que
recurre la medicina legal. Estas se denominan docimasias fetales.
2. Desde el inicio de la vida independiente y autónoma del
recién nacido en relación con su madre, se produce una serie de
fenómenos vitales, en especial la respiración, la circulación, fenó-
menos de la nutrición.
3. Bonnet puntualiza: “De gran importancia práctica son las
llamadas pruebas de vida autónoma. Se fundan todas ellas en la
comprobación y demostración de las modificaciones que ocurren
en el cuerpo fetal desde el momento en que es separado del cuerpo

177
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

materno, en relación con las nuevas necesidades impuestas por el


cambio de condiciones de vida”.12
Mas adelante agrega: “Las distintas pruebas de vida o docimasias,
como se llaman, para emplear un término derivado del griego docimos
= examinar, pueden dividirse en dos grupos: 1) pruebas en relación
con la respiración, o más simplemente docimasias respiratorias, y
2) pruebas que no tienen que ver con la función respiratoria, y son
llamadas docimasias no respiratorias”.13
4. En el infanticidio, y como hemos venido diciendo, la inves-
tigación médico-legal, para establecer el nacimiento de la criatura
con vida, si nació viva, es una cuestión de radical importancia. El
infanticidio o la acción de matar recae sobre la criatura que nació
viva, si no ha nacido viva, no ha existido legalmente; si está muerta,
no puede cometerse el delito, y sería un caso de delito imposible o
de tentativa inidónea.
5. Gisbert Calabuig expone:
“Cuando empieza a vivir el recién nacido como tal, es decir, cuan-
do se inicia la vida extrauterina, se establecen diferencias esenciales
que la distinguen de la vida intrauterina y que, citadas por el orden
de su interés médico-legal, son:
1) Aparición de la respiración pulmonar.
2) Comienzo de la nutrición por vía gastrointestinal.
3) Cesación de la circulación feto-placentaria.
El estudio de estas diferencias ha servido para establecer ciertas
pruebas, cuyo examen permite, de ordinario, el diagnóstico de si
el feto estudiado llegó, o no, a vivir. Estas pruebas de vida extrau-
terina han recibido el nombre, ya anticuado en otras ciencias, de
docimasias fetales”.14
6. Ramón Fernández, en el capítulo sobre la vida autónoma y
extrauterina en el infanticidio, manifiesta: “Como consecuencia del
nacimiento y, más concretamente, cuando queda interrumpida la cir-
culación feto-placentaria, se producen cambios bruscos a nivel de los
pulmones del producto; cambios consistentes en intercambio gaseoso,
así como también en que la función circulatoria tiene amplias repercu-
siones en el organismo, hasta que queda estabilizado a las condiciones
que definitivamente corresponden a la vida extrauterina”.15
12
BONNET, ob. cit., t. II, pág. 1274.
13
Ibíd.
14
GISBERT CALABUIG, Medicina Legal y Toxicología, ob. cit., págs. 415 y 416.
15
Ver sobre esta materia QUIROZ, ob. cit., pág. 702.

178
CAPÍTULO VII. INFANTICIDIO

7. Por su parte, Eduardo Vargas, al tratar los signos de vida ex-


trauterina, relata: “Se demuestra por los cambios que experimenta
el cuerpo al adquirir vida autónoma. Para esto se utilizan pruebas
llamadas docimasias (del griego docimos = examinar).
Las docimasias se dividen en respiratorias y no respiratorias”.16
8. Simonín, en el párrafo de su obra para demostrar que el niño ha
vivido, nos dice: “Solo puede haber existido infanticidio cuando el acto
criminal ha tenido lugar en un recién nacido vivo. La mejor prueba de la
vida extrauterina del niño la tenemos en el hecho de que ha respirado.
Tal demostración está ligada a las modificaciones importantes duraderas
y persistentes después de la muerte que sufren los pulmones al nacer.
Las pruebas macroscópicas, hidrostáticas e histológicas a las que son
sometidos con este fin se llaman docimasias pulmonares”.17
9. Relacionado a las docimasias propiamente tales, Basile y Wais-
man indican: “Este término proviene del griego dokimaso = ensayar,
probar, experimentar. Tiene el carácter de ‘prueba oficial’ en un
sentido figurado; para L. Braier es la prueba a la que se somete a un
órgano para saber si ha funcionado, o en qué estado de función se
encontraba en el momento de la suspensión de la vida (Diccionario
Enciclopédico de Medicina)”.18
10. Goldstein las define así: “(Del griego dokimasía, exploración)
Conjunto de pruebas propuestas para la comprobación de signos de
vida en los cadáveres, particularmente en la investigación de la exis-
tencia de vida extrauterina en los casos de infanticidio. Estos signos
se revelan particularmente en las funciones respiratorias, digestivas
y circulatorias, dando así lugar a la clasificación de las docimasias
en pulmonares, digestivas y circulatorias”.19

9. TIPOS Y EXÁMENES DE DOCIMASIA

1. Los autores señalan diferentes tipos de docimasias, conside-


rando la parte del organismo o del cadáver sobre la que se realiza la
prueba. Se conocen docimasias pulmonares, digestivas, circulatorias,
gastrointestinales, neurológicas, algunas con apertura del cadáver
y otras sin ella.
16
VARGAS, ob. cit., pág. 250.
17
SIMONÍN, ob. cit., pág. 244.
18
BASILE Y OTRO, ob. cit., t. I, pág. 525.
19
GOLDSTEIN, ob. cit., pág. 265.

179
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

2. Basile y Waisman exponen, sobre las clases de docimasias, que


“Sobre docimasias, podría efectuarse una prolongada descripción,
pero los fines que nos hemos propuesto tienden a valorar aquellas
que han sido consideradas en la práctica como más confiables cien-
tíficamente y aplicables con los medios auxiliares disponibles. Así,
entonces, son signos de supervivencia posibles de observar durante
la autopsia del pequeño cadáver: 1) signos pulmonares, 2) signos
circulatorios, 3) signos del aparato digestivo, 4) signos óseos, 5) sig-
nos neurológicos y oftálmicos, 6) signos dermatológicos, 7) signos
urológicos, 8) signos ponderales, 9) signos umbilicales, 10) signos
otológicos, 11) signos radiológicos”.20
3. Como ya lo enunciamos, el profesor Eduardo Vargas divide las
docimasias en dos grandes grupos, las respiratorias y no respiratorias.
Entre las principales docimasias respiratorias, indica:
“a) Radiográfica de Bordas.
b) Diafragmática de Casper.
c) Pulmonar óptica de Bouchut.
d) Pulmonar hidrostática de Galeno.
e) Pulmonar histológica de Bouchut-Tamassia.
f) Gastrointestinal de Breslau.
g) Auricular de Wendt-Wredden”.
Posteriormente, nos menciona las principales docimasias no
respiratorias:
“a) Siálica de Dinitz-Souza.
b) Alimentaria de Beothy.
c) Vascular de Puccinotti.
d) Urica de Budin-Ziegler.
e) Del nervio óptico de Mirto”.21

10. DE CIERTAS DOCIMASIAS EN PARTICULAR

Considerando las características de este texto, no podemos re-


visar la completa clasificación de las docimasias. En tal virtud, solo
nos remitiremos al detalle y explicaciones de las más conocidas en
medicina legal, tales como las hidrostáticas pulmonares, pulmonares,
las gastrointestinales, las circulatorias.

20
BASILE Y OTRO, ob. cit., pág. 526.
21
VARGAS, ob. cit., págs. 250 y 251.

180
CAPÍTULO VII. INFANTICIDIO

1. La docimasia pulmonar en general, cualquiera sea su clase,


tiene por objeto averiguar si la criatura ha respirado después del
hecho del nacimiento o del parto. Se ha sostenido desde antiguo y
por la medicina que uno de los signos fundamentales de vida es la
respiración pulmonar.
1.1. Esta docimasia se practica previa apertura o autopsia del
cadáver del infante. Se conocen varios tipos de docimasias fetales
pulmonares, como la docimasia pulmonar óptica y la docimasia
pulmonar hidrostática, esta última como una de las pruebas irre-
futables o confiables, aunque también es discutida y puede llevar
a errores.
1.2. La docimasia pulmonar óptica es descriptiva, se examinan
el color, volumen y consistencia de los pulmones. Bonnet, al definir
la docimasia pulmonar óptica de Bouchut, indica: “Al abrir el tórax,
el pulmón que ha respirado se presenta expandido, dilatado, en
forma tal que sus bordes romos se reúnen casi en la línea media
y el área cardiaca se encuentra más o menos cubierta. El color de
la superficie es rosado claro, perfectamente análogo al pulmón
de los animales jóvenes sacrificados. El aspecto de la superficie es
vesicular, constituido por otras tantas pequeñísimas dilataciones
perláceas, de tamaño uniforme, dispuestas las unas al lado de las
otras en todo el lóbulo, en forma tal de constituir una superficie
regularmente reticulada como ‘pavimento de baldosas’, y en cuyos
contornos una malla de capilares inyectados de sangre abrazan las
vesículas que representan, cada una de ellas, un alveolo distendido
por el aire respirado.
El pulmón que no ha respirado se presenta retraído, en el fondo
de los ángulos costovertebrales, de manera que deja ampliamente
descubierta el área cardiaca. Los bordes son finos, la superficie pul-
monar es lisa y el color oscila desde el rojo pálido, el más frecuente,
al blanco rosado. El aspecto es el de una masa homogénea y en
ningún momento se distingue el aspecto vesicular, perlado, descrito
en el caso anterior”.22
1.3. Tenemos otro tipo de docimasia, que es la pulmonar hi-
drostática o de Galeno, ya que este fue uno de los primeros que
emplearon este sistema para demostrar la respiración pulmonar.
Comúnmente se señala que consta de 4 tiempos, pero también
aparece el 5º tiempo agregado por Icard.

22
BONNET, ob. cit., t. II, pág. 1275.

181
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

1.4. Basile y Waisman la describen: “Consta de cuatro tiempos.


Primer tiempo: efectuar abertura torácica y extracción en bloque,
previa ligadura de tráquea y grandes vasos sanguíneos del comple-
jo corazón-pulmones, colocación en un recipiente de amplitud y
profundidad suficientes, conteniendo agua, preferentemente de
vidrio transparente; observar si ‘flota como una boya’, si permane-
ce en el fondo o si tiene sumersión intermedia; en el primer caso
se presume que el feto ha respirado. Segundo tiempo: se extrae el
complejo corazón-pulmones y se cortan trozos de pulmón de dis-
tintos lados (derecho e izquierdo), de distintos lóbulos y de diversas
profundidades (de corteza pleural a centro) –el tamaño puede ser
el de dados de un cubilete o algo más grandes–, depositándolos en
el recipiente con agua y observando si espontáneamente flotan o se
sumergen, de igual forma que en el tiempo anterior. Tercer tiempo:
se comprimen con energía los trozos de pulmón entre los dedos o
contra la pared del recipiente, si es transparente, observándose si
desprende burbujas o no; si las burbujas son iguales, regulares y
continuas, se presume que el pulmón ha respirado; si las burbu-
jas son desiguales, irregulares, escasas e intermitentes, pueden ser
debidas a la putrefacción del órgano; si no se producen burbujas,
puede presumirse que el pulmón no ha respirado. Cuarto tiempo:
se dejan librados a su suerte los trozos de pulmón comprimidos y
se observa si flotan o no, recogiéndose conclusiones conforme a lo
expuesto en los tiempos primero y segundo”.23
1.5. En relación con el 5º tiempo o de Icard, que se vincula con
el 4º tiempo anterior, se agregó a la docimasia de Galeno un nuevo
tiempo con el objeto de eliminar totalmente los gases putrefactivos.
Gisbert Calabuig apunta: “Quinto tiempo o de Icard: Se ponen los
trozos de pulmón, que se hunden espontáneamente, o que se ha
conseguido que vayan al fondo del agua por la compresión, en un
frasco de 150 cc, lleno de agua y tapado con un tapón de caucho
perforado en su centro, a cuyo orificio se adapta una jeringuilla de
20 cc. Tirando del émbolo se consigue hacer el vacío y se dilata con
ello el aire residual intraalveolar, lo que es suficiente para que floten
los trocitos de pulmón que haya respirado, por pequeña que sea su
cantidad. El procedimiento, como se ve, se funda en la conocida ley
física de Boyle-Mariotte”.24

23
BASILE Y OTRO, ob. cit., t. I, pág. 526.
24
GISBERT CALABUIG, Medicina Legal y Toxicología, ob. cit., pág. 418.

182
CAPÍTULO VII. INFANTICIDIO

1.6. Sobre la interpretación de la docimasia, Vargas Alvarado


explica: “El pulmón puede flotar por aire o por gases de putrefac-
ción. El aire, a su vez, puede proceder de respiración espontánea
o de insuflación.
En las etapas 1 y 2 el pulmón flotará si tiene aire o gases.
La etapa 3 nos permite establecer si es aire, porque las burbujas
son pequeñas e iguales, o si hay gases de putrefacción, porque las
burbujas son grandes y desiguales.
La etapa 4 aclara la procedencia del aire. Si a pesar de la com-
presión enérgica hay flotación, ello indica que hay aire en el tejido
intersticial del pulmón, introducido por insuflación. En cambio, en
la respiración espontánea el aire está en los alvéolos y es expulsable
por la compresión de esta etapa, con lo que deja de flotar”.25
1.7. Esta prueba de Galeno, como hemos manifestado, tiene
bastante aplicación para demostrar la respiración autónoma del
feto o de la criatura, con gran porcentaje de eficiencia. No obstante
esto, existe margen de error frente al fenómeno de putrefacción,
pues también el aire se puede introducir en los pulmones por me-
dios artificiales, sin que exista respiración natural, como lo es, por
ejemplo, de boca a boca, mediante una jeringa, la insuflación, etc.
Se refuta este argumento, toda vez que cuando se ha presentado
una respiración natural, no solo permite que los pulmones floten,
sino que también adquieran estas otras características, como lo son
el color, la afluencia de sangre, entre otros fenómenos. Frente al
fenómeno cadavérico de la putrefacción, los pulmones flotan debido
a los gases de descomposición y no del aire.
1.8. Por último, también se dan otras causas de error en la doci-
masia pulmonar hidrostática y en su interpretación cuando los pul-
mones han permanecido congelados o en alcohol y en los periodos
finales del proceso de putrefacción.
2. La docimasia gastrointestinal de Breslau o prueba de Breslau.
Esta docimasia se basa en el aire que se encuentra en el tubo gástrico
y en ciertas porciones del intestino de la criatura que respiraba. Otros
autores se refieren en iguales términos al aire deglutido en el tubo
gastroentérico. Vargas especifica: “En el feto que no ha respirado
no se encuentra en ningún segmento del tubo gastrointestinal. En
el feto que respiró, hay aire en los diferentes segmentos, que serán
más conforme mayor ha sido el tiempo de vida.

25
VARGAS, ob. cit., pág. 251.

183
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

Para su determinación se ligan los diferentes segmentos, y se


coloca el conjunto en un recipiente con agua. Los que tienen aire
flotan”.26
2.1. Gisbert Calabuig anota: “Esta docimasia ha merecido gran
predicamento entre los autores que la han estudiado, aunque deben
citarse dos grandes causas de error: la insuflación, como maniobra
de respiración artificial, y la putrefacción. Respecto a la primera, di-
remos que es una posibilidad teórica, pero inaceptable en la práctica;
en cuanto a la putrefacción, hace perder todo su valor a la prueba,
como ocurría para la docimasia hidrostática”.27
2.2. Keith Simpson expresa: “El aire en el estómago se ve con
frecuencia tanto en niños nacidos muertos que tragan aire en un
intento de liberar sus vías respiratorias de obstrucciones líquidas como
en los nacidos vivos que consiguen alcanzar satisfactoriamente una
existencia separada, y no tiene ningún valor práctico para confirmar
la respiración. La creencia de Breslau de que la distancia hasta la cual
el aire haya penetrado en el intestino podría indicar la duración de
una vida extrauterina es completamente infundada”.28
3. Docimasia circulatoria cardiovascular de Puccinotti. Este exa-
men se basa en la circulación del infante independiente de la madre
o feto-placentaria. En otras palabras, se utiliza para comprobar la
circulación autónoma de la vida extrauterina.
3.1. Vargas Alvarado explica: “Consiste en determinar la presen-
cia de cambios anatómicos en el sistema circulatorio: 1) estado del
foramen de Botal, foramen oval o foramen interauricular; 2) válvula
de Eustaquio, situada entre la cava inferior y la aurícula derecha;
3) agujero de Panizza, entre ambos ventrículos; 4) conducto arterioso
de Botal, entre la arteria pulmonar y la aorta. Es más bien prueba
de duración de vida autónoma”.29
3.2. Para Bonnet, esta docimasia “se apoya en la comprobación
de los cambios que ocurren en el sistema vascular sanguíneo, cuando
el infante, desprendiéndose de la madre, inicia la función respira-
toria”.30 Este mismo autor más adelante acota: “Si bien es cierto que
estos órganos presentan variaciones anatómicas, según la respiración
haya o no dejado de ser fetal, dado que sus modificaciones no se

26
VARGAS, ob. cit., pág. 251.
27
GISBERT CALABUIG, Medicina Legal y Toxicología, ob. cit., pág. 422.
28
SIMPSON, ob. cit., pág. 216.
29
VARGAS, ob. cit., pág. 252.
30
BONNET, ob. cit., t. II, pág. 1282.

184
CAPÍTULO VII. INFANTICIDIO

hacen instantáneamente, no es posible extraer deducciones decisi-


vas. Es esta una prueba más bien de duración del tiempo de la vida
extrauterina que de demostración de la misma”.31

11. ANEXOS EMBRIONARIOS

11.1. GENERALIDADES

En una serie de capítulos, cuando tratamos la existencia natural


y legal de las personas, el embarazo, el parto, el nacimiento, los fe-
nómenos vitales, igualmente al tratar la investigación médico-legal
de los delitos de aborto e infanticidio, indicamos que en la mujer
embarazada se desarrollan en su cuerpo, además del feto, otros ór-
ganos o anexos estrechamente ligados al proceso de la gestación.
Estos anexos persisten durante el periodo del embarazo y me-
diante el parto y nacimiento son expulsados del vientre materno,
sea en forma inmediata con el producto de la concepción o en
periodos posteriores.
Al examinar la existencia legal de la persona, expusimos las
teorías sobre la separación completa de la criatura con respecto a
su madre. Específicamente nos remitimos a la placenta, al cordón
umbilical y a la presencia del líquido amniótico.
Si bien es cierto que tanto la placenta como el cordón umbilical
se forman en el interior de la mujer, la obstetricia forense determina
que ellos no forman parte de su cuerpo, sino que, como su nom-
bre lo indica, son anexos embrionarios o membranas ovulares de
carácter independiente.

11.2. DE LA PLACENTA

Este anexo se forma al final del 2º mes del embarazo y es uno


de los órganos más importantes durante toda la vida del feto y hasta
su alumbramiento. La placenta se estima que es el lazo de unión
fundamental entre la madre y el feto y sirve para realizar las fun-
ciones metabólicas, circulatorias, respiratorias, excretoras, para la
alimentación del feto, etc.

31
BONNET, ob. cit., t. II, pág. 1282.

185
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

El Diccionario Terminológico de Ciencias Médicas Salvat entrega un


concepto de placenta: “Órgano redondeado plano, semejante a un
pastel o torta, blando y esponjoso, de grosor y tamaño variables,
situado en el interior del útero durante la gestación y por el que
se establece el intercambio nutritivo entre la madre y el feto. Se
desarrolla a los tres meses de gestación, del corion del embrión
y de la decidua basal del útero. Consta de una porción interna o
fetal, tapizada por el corion y por el amnios, en la que se ramifican
los vasos del cordón, y una porción externa o materna, cuya cara
adherente al útero es roja y está dividida por surcos profundos en
lóbulos de tamaño desigual o cotiledones. En la circunferencia del
órgano existe un seno o vena circular que comunica con las venas
de la mucosa uterina”.32
Keymer, por su parte, analiza las funciones y la fisiología de la
placenta, distinguiendo la circulación placentaria y función respira-
toria, la función nutritiva, la función excretora, la función hormo-
nal de la placenta, materias que examinaremos en el mismo orden
brevemente:
a) “Circulación placentaria y función respiratoria. Estas dos
funciones son inseparables, ya que el feto recibe el oxígeno de la
sangre materna y en ella vierte su CO2. La vena umbilical lleva la
sangre oxigenada de la placenta al feto, las arterias umbilicales llevan
la sangre venosa cargada de CO2 del feto a la placenta, a la sangre
materna de los lagos sanguíneos, y es eliminado por los pulmones
de la madre”.33
b) “Función nutritiva. La placenta es el órgano que provee a la
nutrición del feto, sea permitiendo a diversos elementos nutritivos
disueltos en la sangre materna que pasen como por un filtro a la
sangre fetal; sea que por intermedio de enzimas descomponga los
materiales nutritivos que le entrega la sangre materna y los trans-
forme en elementos útiles para el feto”.34
c) “Función excretora. Esta función es poco conocida; se sabe
que el CO2 pasa del feto a la madre al igual que otros productos de
desecho del feto”.35
d) “Función hormonal. La placenta produce hormonas y las
metaboliza para ser distribuidas tanto a la madre como al feto; hay
32
Dicc. T. de Cs. Ms. Salvat, ob. cit., pág. 891.
33
KEYMER, ob. cit., pág. 67.
34
KEYMER, ob. cit., pág. 69.
35
KEYMER, ob. cit., pág. 70.

186
CAPÍTULO VII. INFANTICIDIO

ciertas hormonas que ciertamente son producidas por la placenta y


otras cuyo origen placentario no está del todo demostrado”.36
Sobre la forma y estructura normal de la placenta y que en los
embarazos únicos existe solo una placenta, Netter apunta: “La pla-
centa a término es una estructura plana, redondeada u oval, de 15 a
20 cm. de diámetro y de 2 a 3 cm de grosor en su punto más ancho.
Su peso es de 500 a 600 g, es decir, aproximadamente una sexta parte
del peso del feto. En casos de eritroblastosis, sífilis y también en al-
gunos casos en que no existe ninguna etiología detectable, aparecen
placentas de tamaño superior al normal (placentomegalia). Existen
numerosas variaciones placentarias que afectan a su forma, y que
no tienen ninguna importancia clínica a pesar de que pueden ser
debidas a alteraciones del tipo de la hemorragia retroplacentaria,
a la existencia de puntos anormales de nidación y a una irrigación
anormal de la decidua”.37

11.3. DEL CORDÓN UMBILICAL Y DEL


LÍQUIDO AMNIÓTICO

Netter lo describe como: “La longitud media del cordón umbi-


lical es de 55 cm. Generalmente es de color blanquecino, húmedo
y presenta cierto grado de torsión. El cordón umbilical contiene
dos arterias y una vena, que se enrollan unas a otras en el interior
de la matriz formada por estroma mucinosa que recibe el nombre
de gelatina de Wharton. Desde el punto de vista microscópico, el
cordón umbilical se halla recubierto por una capa de epitelio cúbico,
que se continúa en uno de sus extremos con la piel del feto, y, en el
otro, con el saco amniótico”.38
Se dan casos de cordones umbilicales que miden únicamente
25 cm, existiendo brevedad natural, pudiendo producirse sufri-
miento fetal en el parto y posiciones anormales del feto. Cuando
el cordón es más largo que el normal, puede enrollarse varias veces
al cuello del feto, 2 o 3 veces, pudiendo producirse la muerte del
mismo por asfixia.

36
KEYMER, ob. cit., pág. 71.
37
FRANK H. NETTER, M.D., Sistema Reproductor, Colección Ciba de Ilustraciones
Médicas, t. II, Salvat Editores S.A., Impresión: Cayfosa-Sta. Perpetua de Mogoda,
Barcelona, España, 1984, pág. 220.
38
NETTER, ob. cit., pág. 221.

187
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

Keymer expresa: “El cordón umbilical es un órgano de sostén y


de conexión entre la circulación materna y fetal, ya que por inter-
medio de él se efectúan todos los intercambios metabólicos entre
madre y feto. Es probable que entre la sangre que circula por el
cordón umbilical y el líquido amniótico se efectúen intercambios
metabólicos de importancia no bien conocidos por ahora”.39
El líquido amniótico, el Diccionario Terminológico de Ciencias Médi-
cas Salvat lo define como “líquido claro o amarillento que rodea al
embrión o feto, contenido en el amnios y que con este es empujado
en el acto del parto, formando la bolsa de agua”.40
En este líquido amniótico flota el feto durante el embarazo y le
sirve de protección e impide que se lesione, ante las posibles caídas,
golpes y traumas de la madre, haciendo las veces de un verdadero
colchón o amortiguador. A su vez, este mismo líquido protege el
útero de la madre de los movimientos del feto.
Sobre la época de su aparición, Keymer manifiesta: “El líquido
amniótico aparece en los primeros días del desarrollo embrionario;
en efecto, pocos días después de la anidación del huevo aparece en
la cavidad amniótica. El origen del líquido amniótico parece ser
triple: a) fetal, b) ovular y c) materno”.41

11.4. EL DELITO DE INFANTICIDIO EN EL DERECHO COMPARADO

Desde hace varios años se ha ido eliminando en el Derecho


Comparado la figura del infanticidio como un delito específico o
diferente del homicidio, como ha ocurrido en la legislación española,
alemana, colombiana, y otras lo mantienen.
a) El Código Penal peruano en el artículo 110 apunta sobre
el infanticidio: La madre que mata a su hijo durante el parto o
bajo la influencia del estado puerperal, será reprimida con pena
privativa de libertad no menor de uno ni mayor de cuatro años, o
con prestación de servicio comunitario de cincuentidós a ciento
cuatro jornadas.
b) El Código Penal ecuatoriano preceptúa en el artículo 313
(infanticidio honoris causa): Si el delito previsto en el artículo 310

39
KEYMER, ob. cit., pág. 88.
40
Dicc. T. de Cs. Ms. Salvat, ob. cit., pág. 655.
41
KEYMER, ob. cit., pág. 83.

188
CAPÍTULO VII. INFANTICIDIO

se cometiera sobre la persona de un niño menor de tres días, para


salvar el propio honor o el honor del cónyuge, o de un pariente
próximo, será castigado con seis meses de prisión a cuatro años de
penitenciaría.
Se entiende por parientes próximos los padres y los hijos legíti-
mos o naturales, reconocidos o declarados tales, los adoptivos, los
abuelos y nietos y también los hermanos legítimos.

189
Capítulo VIII
EUGENESIA

1. DEFINICIÓN Y CONCEPTO

1. Para Helio Gomes: “La eugenesia es un conjunto de principios


científicos destinados a orientar una procreación sana”.1
2. Para Francisco Galton: “Eugenesia es el estudio de los factores
que, bajo control social, pueden mejorar, o perjudicar, las cualidades
raciales de las generaciones futuras, ya física, ya mentalmente”.2
3. Goldstein la defina así: “Sustantivo verbal del verbo griego
eugennein, que significa engendrar bien. Eugénica y eugenética es
el estudio de los factores que, bajo el control social, pueden mejo-
rar las cualidades raciales de las generaciones futuras, ya física, ya
mentalmente. Por contraste, estudia también las condiciones en que
dichas cualidades podrían también empeorarse.3
4. Para Javier Gafo la eugenesia es: “Estudio de las acciones bajo
control social que pueden mejorar las cualidades hereditarias de
las generaciones humanas futuras, tanto en el aspecto físico como
en el mental. En otras palabras, trata de mejorar genéticamente las
poblaciones humanas”.4
5. Carlos Bernaldo de Quirós, en relación con el Derecho Eu-
genésico argentino, expresa: “Es el cuerpo de leyes o conjunto de
preceptos, declaraciones y principios jurídicos positivos, destinados
a prevenir, proteger, conservar y defender la vida y los derechos hu-

1
GOMES, ob. cit., pág. 266.
2
Encicl. Jur. Omeba, ob. cit., t. XI, pág. 332.
3
GOLDSTEIN, ob. cit., pág. 322.
4
JAVIER GAFO, Nuevas Técnicas de Reproducción Humana. Biomedicina, Ética y De-
recho, Publicaciones de la Universidad Pontificia Comillas, Madrid, España, 1986,
pág. 197.

191
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

manos esenciales. En tal concepto, vela por el desarrollo armónico


integral del individuo, cultivando sus calidades específicas, en pro
del perfeccionamiento, de la superación biosocial”.5
6. Eduardo Benzo anota: “En términos generales, la eugenesia
es la aplicación de las leyes biológicas al perfeccionamiento de la
especie humana”.6
7. El Diccionario de Biología nos da la siguiente acepción: “La
teoría de que la raza humana puede (o debe) mejorarse mediante
reproducción selectiva controlada de los individuos con las carac-
terísticas ‘deseables’: salud, aspecto físico, inteligencia, etc. Se trata
de un tema controvertido, en parte a causa de las dificultades para
juzgar la importancia relativa de los factores genéticos y ambienta-
les. Pero principalmente porque se considera un asunto en el cual
está implicada la libertad de los individuos, y por el peligro de ser
utilizada con siniestros fines políticos”.7
8. Jiménez de Asúa expresa: “En estrecha conexión con la euge-
nesia, que solo se preocupa del perfeccionamiento de las generacio-
nes venideras, se ha creado en los últimos tiempos la eutécnica, que
es la ciencia del mejoramiento del medio o ambiente en que viven
y se desarrollan las actuales generaciones, esto es, de los factores
exógenos que obran sobre el individuo”.8
9. Se estima a la eugenesia como ciencia o conjunto de principios.
Hay que señalar que su objetivo fundamental es el mejoramiento
de la raza humana, teniendo como base la herencia, el buen naci-
miento y otros fundamentos biológicos, y mediante el empleo de
métodos preventivos o represivos. Ciertos métodos eugenésicos,
como se estudiará seguidamente, impiden en casos calificados el
engendramiento de nuevos seres, otros se usan para mejorar la
raza y otros destruyen a los seres nacidos con imperfecciones, sean
físicas o mentales.

5
CARLOS BERNALDO DE QUIRÓS, Eugenesia Jurídica y Social (Derecho Eugenésico
argentino), t. I, Editorial Ideas, Buenos Aires, Argentina, 1943, pág. 55.
6
EDUARDO BENZO CANO, La Responsabilidad Profesional del Médico, Prólogo del Dr.
Gregorio Marañón, Escelicer S.L., Madrid, Buenos Aires, Cádiz, 1944, pág. 406.
7
Diccionario de Biología, Colección Llave de la Ciencia, Director de la colección
John Daintith, B.Sc., Ph.D.; Directora Elizabeth Tootill, M. Sc., Editorial Normal,
Bogotá, Colombia, 1983, págs. 135 y 136.
8
LUIS JIMÉNEZ DE ASÚA, Libertad de Amar y Derecho a Morir. Ensayos de un Crimi-
nalista sobre Eugenesia y Eutanasia, 7ª edición, Ediciones Depalma, Buenos Aires,
Argentina, 1984, pág. 5.

192
CAPÍTULO VIII. EUGENESIA

2. MÉTODOS EUGENÉSICOS. GENERALIDADES

1. Los métodos o planes eugenésicos, como anotamos, persiguen


un buen nacimiento, mejoramiento de la población, o la eliminación
de personas con taras de tipo físico o psíquico, o que padezcan de
enfermedades calificadas de peligrosas o contagiosas.
2. Así, algunos autores hacen distinción de métodos positivos, ne-
gativos, directos e indirectos, de tipo profiláctico, eliminatorios, etc.
3. Sobre la clasificación de la eugenesia, según el fin de la fun-
ción, Bernaldo de Quirós expone: “La clasificación más aceptada y
universal es en positiva y negativa, para lo biológico, jurídico y social.
También puede ser preventiva y defensiva del individuo o del cuerpo
social, referidas ambas, especialmente, al derecho escrito, es decir,
a la eugenesia jurídica y social”.9
4. Javier Gafo, sobre las clases de eugenesia, dice: “Puede ser
de dos tipos:
a) Positiva: Trata de aumentar la proporción de genes y genotipos
deseables, por ejemplo, con la inseminación artificial, seleccionando
los donantes.
b) Negativa: Trata de disminuir la proporción de genes y geno-
tipos defectuosos. Se pueden aplicar varios procedimientos:
– Evitando la descendencia defectuosa: bien sea evitando los ma-
trimonios con riesgo genético (consejo genético), bien sea evitando
el embarazo (control de la natalidad: anticonceptivos, interceptivos,
esterilización).
– Eliminando la descendencia defectuosa: ya sea practicando el
aborto, ya sea matando al recién nacido”.10
5. Consideraremos los métodos eugenésicos a continuación:
a) Eugenesia positiva: “en función selectiva, descubridora, cons-
tructiva, fomentadora, asistencial, o preventiva (en materia civil)
y represiva (en materia penal, punitiva), logra elaborar, prevenir,
estimular, defender los caracteres fundamentales y asegurar el me-
joramiento hereditario y la descendencia normotipo, la evolución
y conservación del sujeto”.11
b) Eugenesia negativa: “por aplicación de los principios de defensa
social, de prevención sanitaria, de higiene racial, o de humanidad

9
BERNALDO DE QUIRÓS, ob. cit., pág. 42.
10
GAFO, ob. cit., pág. 197.
11
BERNALDO DE QUIRÓS, ob. cit., pág. 42.

193
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

misma, pues la asisten razones de orden público, de moralidad social


y de consolidación hogareña e institucional para impedir, evitar,
hacer imposible –en los casos más graves, de las enfermedades lla-
madas hereditarias– que los elementos disgenéticos, cuya libertad
ambulatoria es un peligro público, obren inconscientemente, o
criminalmente sobre la generación y puedan transmitir sus taras
degenerativas a su descendencia”.12
Entre los medios más conocidos de eugenesia positiva tenemos todos
aquellos cuyo fin es mejorar las condiciones de vida de la población,
tales como alimentación, educación, salud, vivienda, etc. Selección de
parejas para el matrimonio, enfermedades, vicios, etc. El certificado
prenupcial es una medida importante que existe, por ejemplo, en
Argentina. La lucha antivenérea, antialcohólica, contra la herencia
morbosa y criminal, son métodos directos de eugenesia positiva. Un
método que se estima de eugenesia positiva podría serlo la fecunda-
ción artificial. Entre los métodos negativos se conoce la separación de
sexos de enfermos mentales y condenados, mientras están recluidos y
enfermos, para que no puedan tener relaciones sexuales, para evitar
descendencia con taras. También tenemos la castración, la esterilización
de enfermos mentales, de anormales, de delincuentes peligrosos, los
dispositivos o medios anticonceptivos. Se encuentran además el llamado
aborto eugenésico y la discutida eutanasia eugénica.
Mommsen agrega: “La eugenesia intenta formular proyectos
para mejorar los pueblos. Se recomienda: la justa distribución de
las cargas familiares por reformas fiscales, subsidios familiares, etc.;
fomentar económica e ideológicamente el aumento de hijos en
las familias de bien dotados; disminución de solteros (y de falta
de hijos en matrimonios) entre las personas bien dotadas, etc. Es
misión capital de la eugenesia dar a conocer, en amplios sectores,
la existencia de una degeneración que amenaza a la mayor parte
de los pueblos civilizados. Así influirá sobre la pública opinión en
el sentido de subordinar los deseos individuales a la mejora vital del
pueblo. Para trasladar a la práctica los postulados eugenéticos, con
sus fundamentos teóricos buenos, se requiere proceder con toda
premeditación, precaución y tacto”.13
Se dice que la finalidad propiamente tal de la eugenesia no ha
tenido el éxito esperado; incluso más, habría un deterioro alarmante

12
BERNALDO DE QUIRÓS, ob. cit., pág. 44.
13
MOMMSEN, ob. cit., pág. 305.

194
CAPÍTULO VIII. EUGENESIA

de la raza en general. Se da por ejemplo un aumento en la descen-


dencia con taras hereditarias, enfermedades mentales, venéreas, etc.
Algunas corrientes han indicado el fracaso de las antiguas técnicas
eugenésicas y en la actualidad habría nacido un nuevo movimiento
eugenésico moderno, aplicando los métodos ya conocidos y los ati-
nentes a los adelantos de la genética, fecundación artificial, in vitro,
esterilizaciones, campañas antivenéreas, etc.
Tony Mifsud, S.J., expone: “Aunque el ‘viejo’ movimiento euge-
nésico fracasó, entre los años cincuenta y setenta surgió un nuevo
interés en la genética, y nace un ‘nuevo’ movimiento eugenésico.
El nuevo movimiento rechaza los prejuicios de clases sociales y el
racismo, admitiendo la no validez de los reclamos biológicos del
movimiento anterior. En el presente se dan dos tendencias en este
nuevo movimiento eugenésico: el consejo genético para asesorar
a los futuros padres sobre la condición genética de sus hijos, y la
ingeniería genética en el sentido amplio de superar las condicio-
nes genéticas hereditarias mediante intervenciones especiales (por
ejemplo, fecundación in vitro, inseminación artificial, etc.)”.14
Estimamos de interés detenernos, entre los métodos de la eu-
genesia, en el certificado prenupcial o de salud prematrimonial
que deben tener los futuros contrayentes. En la actualidad, con la
aparición del SIDA, enfermedad que ha sido denominada como
“la peste que ha venido a quedarse”, cobra mayor importancia este
documento por las posibilidades de contagio entre los cónyuges y
también de la madre al hijo, lo que traería graves consecuencias a
la descendencia y a la raza en general.
El certificado de salud prenupcial o de bodas no solo tiene re-
levancia para detectar el retrovirus del SIDA, sino además una serie
de enfermedades, entre ellas de transmisión sexual, tales como la
sífilis, gonorrea, etc.; enfermedades mentales, por ejemplo epilep-
sia, esquizofrenia, oligofrenias, etc., u otro tipo de dolencias, como
enfermedades infecciosas, alcoholismo, etc.
El examen previo al otorgamiento del certificado de bodas debe
hacerse por médicos especializados, en lo posible dependientes de
organismos públicos, Ministerio de Salud o reparticiones facultadas
para ello, y debe ser completo. Tiene que comprender análisis de
sangre, exámenes físicos, psíquicos y todos los que sean necesarios

14
TONY MIFSUD, S.J., El Respeto por la Vida Humana (Bioética), Moral de Discernimiento
(tomo II), Ediciones Paulinas-CIDE, Santiago, Chile, 1987, pág. 261.

195
SEGUNDA PARTE. OBSTETRICIA FORENSE

para verificar cualquier enfermedad. Este documento no solo debe


exigirse a la mujer, como lo hacen algunos países. Debe ser obliga-
torio para ambos cónyuges y ojalá gratuito.
Una serie de países reconocen en su legislación el certificado
de salud prematrimonial como un requisito esencial para contraer
matrimonio, y solo expondremos por vía de ejemplo los siguientes:
Alemania, Suecia, Noruega, Finlandia, Dinamarca, Francia, Rusia,
Rumania, Bulgaria, Yugoslavia, en la mayoría de los estados de los Es-
tados Unidos de Norteamérica, Canadá, México, Panamá, Guatemala,
Perú y Argentina, como ya lo hicimos presente anteriormente.
En nuestro país, este certificado no es requisito para contraer
matrimonio, pero existen proyectos de ley que así lo indican, me-
dida que estimamos del todo aconsejable por las razones expuestas
precedentemente.

196
Capítulo I
TRAUMATOLOGÍA FORENSE

1. INTRODUCCIÓN

1. Las lesiones, desde el punto de vista médico-legal, se es-


tudian en el capítulo de la traumatología forense; otros la de-
signan como medicina legal traumatológica, y un grupo, como
lesionología. La primera denominación la emplea Nerio Rojas;
la segunda, el profesor Simonín, Gisbert Calabuig, y la última,
Basile y Waisman.
2. Para Nerio Rojas, la traumatología médico-legal “es el estu-
dio de los estados patológicos inmediatos o mediatos, causados por
violencias ejercidas sobre el cuerpo”.1
3. Vargas Alvarado la define como “la parte de la medicina legal
que estudia el efecto de los traumatismos en las personas.2
4. Para Basile y Waisman: “la lesionología o traumatología fo-
rense es el estudio médico-legal de las lesiones o traumatismos
en todas sus formas de producción y consecuencias, conforme al
derecho legislado”.3
5. El estudio médico-legal de las lesiones comprende sus causas
u origen, los tipos de lesiones, su importancia, los medios o agen-
tes que las producen, los resultados que ocasionan, sus efectos, las
complicaciones, duración, etc. La relación de causa-efecto entre las
lesiones y su resultado. Las violencias ligeras, los golpes y heridas, su
gravedad, tiempo de curación del ofendido, la pericia médico-legal
de las lesiones, etc.

1
ROJAS, ob. cit., pág. 33.
2
VARGAS, ob. cit., pág. 93.
3
BASILE Y OTRO, ob. cit., t. I, pág. 138.

199
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

6. Se acostumbra englobar, desde el punto de vista penal y mé-


dico-legal, con el término lesiones, de acuerdo a Nerio Rojas, “el
resultado de una violencia externa que comporta un daño anatómico
o fisiológico, es decir, una perturbación en la integridad física o en
el equilibrio funcional”.4
7. Las lesiones pueden tener diversas causas u orígenes: choques,
aplastamientos, accidentes de tránsito y laborales, lesiones produ-
cidas por armas de fuego, por agentes químicos, físicos, por virus,
gases, por explosiones, por la electricidad, por agentes biológicos,
por compresión o descompresión atmosférica, por instrumentos cor-
tantes, armas blancas, agentes físicos, químicos. También se estiman
como lesiones las producidas por choques emocionales intensos, y
por causas psíquicas y morales.
8. Toda lesión produce un daño en el cuerpo o en la salud de
una persona, dependiendo de su gravedad y las conclusiones del
informe pericial, el que es apreciado por el juez, de acuerdo con
las normas legales.
9. Desde el ángulo estrictamente médico-legal, se observa si la
lesión corresponde a un acto de terceros, o también a un acto propio
de la persona, el medio en que fue causado, el tipo de lesiones y las
consecuencias y resultados de ellas. Además, si han sido causadas
en vida o son post mortem.
10. El diagnóstico médico-legal, que se traduce en el informe
médico-legal, determina la naturaleza de las lesiones, herida simple,
contusiones, erosión, equimosis, etc. Si existen fracturas y luxacio-
nes, desgarro y ruptura de órganos, la fecha en que se produjo la
lesión, etc.
11. Con menos ocurrencia, las lesiones pueden ser causadas
por animales, por ejemplo, mordedura de perros, gatos, arañas, ra-
tones, coz de caballo, etc., las que dejan en la persona que las sufre
características o huellas especiales.
12. Tienen mucha importancia médico-legal los accidentes del
tránsito, los ferroviarios, del trabajo, aéreos, y, a veces, estos también
ocultan una acción delictiva.
13. Otra materia relevante son las lesiones producidas por armas
de fuego, y el informe médico-legal establece la clase del arma, su
individualización, las características del proyectil encontrado, su

4
ROJAS, ob. cit., pág. 34.

200
CAPÍTULO I. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

trayectoria, los orificios de entrada, salida, sus signos, etc.; lo que


será estudiado en otros capítulos.
14. Las lesiones pueden tratarse desde el punto de vista del
Derecho Penal y de la Traumatología Forense propiamente tales.

2. DEL DELITO DE LESIONES

1. Este delito, que es de ordinaria ocurrencia, en Chile se en-


cuentra tratado en el Título VIII del Libro II del Código Penal, con
el epígrafe de “Lesiones corporales”, y entre los crímenes y simples
delitos contra las personas, en los artículos 395 al 403 bis.
2. Las lesiones, en general, son atentados contra la integridad
corporal de las personas. Dañan o perjudican el cuerpo humano,
tanto en la salud física como psíquica. En efecto, la lesión causada a
la persona, por ejemplo, puede producirle una herida en su anato-
mía y también en su psiquis. Hay lesiones que producen alteraciones
mentales, llegando a la demencia, o a incapacidades de tipo mental,
como el retardo mental, epilepsia, etc.
3. En la escala de valores, o si se quiere de bienes jurídicos que tutela
la ley penal, después de la vida, se ubica en importancia la integridad
de la persona en forma amplia, salud, su aspecto físico y psíquico.
4. El delito de lesiones puede ejecutarse mediante dolo o culpa.
En este último caso se origina el cuasidelito de lesiones o las lesiones
culposas. Las lesiones dolosas se clasifican en el Código Penal, y las
culposas se tipifican entre los cuasidelitos contra las personas.
5. La mayoría de las legislaciones encuadran el delito de lesiones
en el Título de los delitos contra las personas, conjuntamente, pero
en párrafos distintos, al delito de homicidio en sus diversas formas.
El Código Penal de Alemania y el de Austria, entre otros, tienen un
Título separado para las lesiones.
6. Este delito de lesiones tiene una serie de problemas que no
han sido del todo esclarecidos por la legislación vigente, pero sí se
aprecia preocupación dinámica de la jurisprudencia, como por ejem-
plo las resultantes de una operación quirúrgica, de un tratamiento
médico, de un trasplante de órganos, etc. Las llamadas lesiones de-
portivas. El problema del consentimiento en las lesiones por parte
del sujeto pasivo. En cierto tipo de lesiones se atiende al número de
días que la persona queda incapacitada, o enferma, como ocurre en
nuestro antiguo ordenamiento penal sustantivo, lo que no está de

201
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

acuerdo con los adelantos de la medicina y la recuperación efectiva


del paciente, pues algunos plazos son excesivos, pudiendo curarse
en un menor tiempo.
7. El delito de lesiones se perfecciona en el momento que se realiza
la agresión por parte del sujeto activo. Es un delito de resultado, en
él se dan las fases o periodos del iter criminis, en especial la tentativa
y la frustración. Puede cometerse por medios materiales y morales,
en esta última hipótesis, abusando de la credulidad o flaqueza de
espíritu de la víctima y por acción u omisión.

3. DEFINICIONES DE LESIONES

Señalaremos una serie de definiciones de lesiones, de acuerdo


con el criterio penal y de la traumatología forense.
1. “Daño o alteración morbosa, orgánica o funcional de los
tejidos”.5
2. “Daño, detrimento corporal, alteración morbosa orgánica o
desequilibrio en la integridad, funcionamiento, estructura y vitalidad
de los tejidos, causado por cualquier hecho o proceso violento”.6
3. “Se entiende todo daño causado en la integridad corporal o
en la salud orgánica o psíquica de una persona”.7
4. “Todo daño o perjuicio causado a la integridad corporal o a
la salud de las personas por medios mecánicos, químicos, virulentos
o de cualquier orden material”.8
5. “Las definimos como alteración de la integridad física o per-
turbación funcional provocada por un traumatismo, de cualquier
origen. Para el estudio de las lesiones debe tenerse en cuenta la ab-
soluta independencia del tipo de daño con el sexo, la edad, el tipo
de trabajo, la condición económica, condición social”.9
6. “Lesión es el término genérico que indica la resultante de
toda acción debida a una causa exterior sobre el organismo, ya sea
que exista un traumatismo propiamente dicho, ya que haya obrado
un tóxico o un cáustico”.10

5
Dicc. T. de Cs. Ms. Salvat, ob. cit., pág. 635.
6
GOLDSTEIN, ob. cit., pág. 463.
7
LABATUT, ob. cit., t. II, pág. 275.
8
DEL RÍO, ob. cit., t. III, pág. 372.
9
ACHAVAL, ob. cit., pág. 55.
10
ESTER VALENCIA, ob. cit., pág. 92.

202
CAPÍTULO I. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

7. “Cambio morboso en la estructura o función de los tejidos


producido por daño o enfermedad. Herida o daño corporal espe-
cífico; también llamada traumatismo”.11
8. “Desde el punto de vista médico hemos de entender por le-
sión toda alteración anatómica o funcional ocasionada por agentes
externos o internos”.12
9. “Traumatismo o trauma: es el daño anatómico o funcional del cuer-
po humano producido por cualquier forma de fuerza exterior”.13

4. EL DELITO DE LESIONES EN EL CÓDIGO PENAL

1. Los artículos 395 al 403 bis del Código Penal describen el


delito de lesiones en sus diversos tipos penales. El cuasidelito de
lesiones o lesiones culposas se contempla en el artículo 492 de di-
cho Código.
2. Se dice que el delito de lesiones es un delito contra la integri-
dad corporal y la salud de las personas. El bien jurídico protegido
sería la integridad corporal y la salud, esta última tanto del punto
de vista fisiológico como psíquico, según lo expresamos.
3. El Código Penal trata las lesiones corporales porque afectan al
individuo en su persona física, aunque posteriormente se produzcan
consecuencias de índole moral. El Código Penal italiano titula el
párrafo “Lesiones personales”.
4. Como concepto reiterado tenemos que “lesión es todo daño
o detrimento que sufra una persona en su integridad corporal,
psíquica, o en su salud”.
5. El sujeto pasivo puede ser cualquier persona, otra persona,
la víctima; según el artículo 395, “a otro”.
6. Sujeto activo puede ser cualquier persona. Salvo los casos de
autores calificados.
7. La lesión causada por la misma persona se llama autolesión
y es impune. El artículo 295 del Código de Justicia Militar castiga la
autolesión cuando se provocare voluntariamente y para sustraerse
de sus obligaciones militares, una mutilación o enfermedad que le
inhabilite para el servicio.

11
MELLONI, ob. cit., pág. 295.
12
GISBERT CALABUIG, Medicina Legal y Toxicología, ob. cit., pág. 435.
13
VARGAS, ob. cit., pág. 93.

203
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

8. El sujeto pasivo debe ser una persona viva. Si es a un muerto,


podría constituir un delito de profanación de cadáveres, pero de
ningún modo lesiones. Delito imposible.
9. Elementos comunes al delito de lesión:
a) Daño. Esto es, todo perjuicio o menoscabo que sufra la
víctima y que le produzca una alteración permanente o temporal
en su integridad física, psíquica o en su salud. El daño puede ser
moral o material y este último recaer en el cuerpo o en la salud. El
daño material es el que sufre la persona en su integridad anatómica
o funciones fisiológicas o psíquicas. El moral es un quebranta-
miento espiritual que produce en la persona trastornos psíquicos
y fisiológicos.
b) Debe también concurrir la intención criminal. Este es el ele-
mento subjetivo o moral. Debe haber dolo de lesionar que se traduce
en el propósito deliberado de causar daño. No debe existir animus
necandi, que es, según algunos, el de “matar” que se presenta en el
delito de homicidio y sus tipos penales, el daño de “lesionar” es el
animus laendi. Si con motivo de las lesiones se produce la muerte,
se presenta el caso del delito preterintencional. Si hay culpa, habría
cuasidelito de lesiones.
10. Verbo rector. El verbo rector es distinto según la clase de
lesiones, pero en algunos casos el núcleo del tipo delictivo será he-
rir, golpear o maltratar de obra a otro, también podrá ser mutilar,
castrar, etc.

5. CLASIFICACIONES DEL DELITO DE LESIONES


CORPORALES

1. Se clasifica este delito como material o de resultado.


2. Medios para cometer el delito de lesiones. Se acostumbra
distinguir entre medios materiales y morales.
a) Los materiales se agrupan en mecánicos (armas u objetos
semejantes), artículo 132 del Código Penal, medios químicos, físicos
y virulentos. Los medios físicos son los más usados. Dicha disposición
preceptúa: ”Cuando en las sublevaciones de que trata este Título se
supone uso de armas, se comprenderá bajo esta palabra toda máquina,
instrumento, utensilio u objeto cortante, punzante o contundente
que se haya tomado para matar, herir o golpear, aun cuando no se
haya hecho uso de él”.

204
CAPÍTULO I. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

b) Los medios morales: por ejemplo, causar una impresión fuerte,


amenazas, miedo, asustar a una persona. Son de difícil ocurrencia,
ya que existirían problemas probatorios, hay autores que están de
acuerdo con estos medios y otros no.
3. También en la práctica no es tan fácil distinguir la figura del
delito de lesiones de la del homicidio frustrado. En las lesiones no
hay intención de matar, solo de dañar. En el homicidio debe haber
dolo de matar.
4. Clasificaciones del delito de lesiones. Se acostumbra distinguir
dos grandes grupos:
a) Las mutilaciones, que están descritas en los artículos 395 y
396 del Código Penal, y
b) Las lesiones propiamente tales, que se tipifican en los artículos
397, 399 y 494, Nº 5º, del Código Penal. Estas lesiones se clasifican
en graves, y dentro de estas las lesiones gravísimas y simplemente
graves, y también en lesiones leves. En el art. 403 bis existe una figura
especial de lesiones causadas por el envío de cartas explosivas, que
pueden producir tal delito o la muerte.
5. Mutilaciones:14
a) La acción consiste en mutilar, cortar o cercenar una parte
del cuerpo; el artículo 396 del Código Penal emplea el término
“miembro”.
b) Se protege la integridad anatómica de la persona.
c) El artículo 395 del Código Penal se refiere a la castración, y el
artículo 396 del mismo cuerpo legal, a cualquiera otra mutilación.
d) En ambos casos debe haber “malicia” (malicia quiere decir
dolosamente, con dolo directo), se excluye la culpa en cualquiera
de sus modalidades o formas, tales como negligencia, imprudencia,
e impericia.
6. Castración, se define en el Nuevo Diccionario Médico Larousse
como: “Ablación quirúrgica, traumática, o alteración patológica de
las glándulas que segregan las hormonas genitales, masculinas y
femeninas, el testículo y el ovario”.15
Es una especie de mutilación, y consiste en la amputación, cer-
cenamiento, extirpación, total o parcial o inutilización maliciosa,
de los órganos destinados a la reproducción, y puede recaer tanto

14
Ver sobre esta materia ETCHEBERRY, ob. cit., t. III, pág. 85; GRISOLÍA Y OTROS,
ob. cit., pág. 269.
15
LAROUSSE, ob. cit., t. I, pág. 171.

205
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

en el hombre como en la mujer (órganos sexuales). El artículo 395


del Código Penal preceptúa: “El que maliciosamente castrare a otro
será castigado…”.
7. Se sostiene que en la castración, además del dolo genérico
de causar daño o de lesionar, debe existir un dolo específico de
castrar, de amputar órganos sexuales. No sería castración la que,
por ejemplo, se causa en una riña o pelea, pues no concurrió la
malicia, que es esencial.
8. En este delito tiene importancia sustancial el informe médi-
co-legal para establecer la forma como se causó, el medio usado, las
consecuencias que produce, etcétera.
9. Una interpretación absurda y antojadiza se refiere a que el
delito de castración se aplicaría solamente al hombre, al emplear la
ley la expresión “a otro”, la que ha sido desestimada. En el homicidio,
matar a otro puede ser hombre o mujer, y no exclusivamente a un
hombre. No cabe duda, eso sí, que para que se esté en presencia de
la castración del artículo 395 del Código Penal, debe ser causada
por un tercero y no tratarse de una autocastración. Si esta existiese,
no sería penada por la ley.
10. No es castración el ligamiento de las trompas o de los con-
ductos deferentes, que produce la esterilidad. Este atentando podría
quedar encasillado en las lesiones graves. Si se somete voluntaria-
mente una persona a estas operaciones, no hay delito.
11. En las mutilaciones se distinguen a su vez:
a) La mutilación de un miembro importante (que no sea cas-
tración), y
b) Un miembro menos importante.
12. El artículo 396 del Código Penal trata de cualquiera otra
mutilación de un miembro importante, excluyendo la castración.
La ley no define lo que es miembro. Mutilar es cortar o cercenar un
miembro y no otra parte del cuerpo. El miembro sería aquella parte
del cuerpo de que el individuo se sirva para sus actividades físicas en
general, partes del organismo y no solo las piernas, brazos, etcétera.
Para Basile y Waisman, miembro: “Del latín membrum = miem-
bro. Es todo apéndice articulado al tronco mediante una cintura
(escapular o pelviana); con ello se excluyen de la consideración la
cabeza y el pene. Los miembros en número de cuatro constituyen
las extremidades del cuerpo (superiores e inferiores)”.16

16
BASILE Y OTRO, ob. cit., t. I, pág. 144.

206
CAPÍTULO I. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

13. Esta mutilación deja al paciente en la imposibilidad de


valerse por sí mismo o de ejecutar las funciones naturales que
antes ejecutaba o realizaba, artículo 396, inciso 1º, Código Penal.
La imposibilidad de valerse por sí mismo se refiere a que sufre la
víctima daños y menoscabo en su integridad y que no puede sin la
ayuda de terceros o de elementos extraños ejercer su normal sub-
sistencia. Por ejemplo, para trasladarse de un lugar a otro, puede
ser con la ayuda de otra persona o por medio de bastón, muletas,
prótesis, etcétera. En relación con la imposibilidad de realizar las
funciones que antes ejecutaba, significa que no puede realizar las
funciones comunes y corrientes que todo ser normal hace; por
ejemplo, caminar, pararse, correr, etcétera.
14. El legislador no ha definido lo que es un miembro im-
portante y solo ha señalado ejemplos, que estimamos se prestan
a confusión, de lo que es un miembro menos importante, en la
parte final del artículo 396 del Código Penal, como un dedo o
una oreja.
15. La mutilación de un miembro menos importante tiene
una pena menor, pero los casos dados por el legislador deben
analizarse con respecto a la persona que la sufre o soporta. El
corte de un dedo a un pianista no es lo mismo que a una persona
corriente, o el corte de una oreja a un artista o actriz que a una
persona común.
16. El artículo 400 del Código Penal señala agravantes aplicables
al caso de las mutilaciones, se denominan lesiones calificadas, y son:
“Si los hechos a que se refieren los anteriores artículos de este
párrafo se ejecutan en contra de alguna de las personas que menciona
el artículo 5º de la Ley sobre Violencia Intrafamiliar, o con cualquiera
de las circunstancias segunda, tercera y cuarta del número 1º del ar-
tículo 391 de este Código, las penas se aumentarán en un grado”.
17. Las lesiones propiamente tales tienen como núcleo general o
rector el artículo 397 del Código Penal, el herir, golpear o maltratar,
y que no se trate de una mutilación.
Etcheberry nos da los siguientes conceptos sobre esta termino-
logía:
a) “Herir significa romper la carne o los huesos con un instru-
mento cortante, punzante o contundente (que incluso pueden ser
las uñas o los dientes)”.
b) “Golpear significa encontrarse dos cuerpos en el espacio en
forma repentina y violenta”.

207
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

c) “Maltratar de obra significa realizar cualquier acción material


que produzca daño en el cuerpo o la salud, o sufrimiento físico a
otra persona”.17
La acción típica o los verbos rectores serían: herir, golpear y
maltratar de obra a otro.
18. Estas lesiones, según el Código y la mayoría de los autores,
se clasifican a su vez en:
a) Lesiones graves;
b) Lesiones menos graves, y
c) Lesiones leves.
Las lesiones graves se subclasifican o se agrupan en:
1) Lesiones gravísimas, artículo 397, Nº 1º, del Código Penal, y
2) Lesiones simplemente graves, artículo 397, Nº 2º, del mismo
Código.
19. Las lesiones graves consisten en herir, golpear o maltratar
de obra a otro, si de ello resultan ciertas consecuencias que la ley
enumera. Es un delito con pluralidad de hipótesis, artículo 397, Nº 1º
y Nº 2º. Por su parte, el artículo 398 del Código Penal se refiere a
una modalidad especial aplicable a ambos grupos de lesiones en
cuanto al medio de causarlas.
20. Las lesiones gravísimas, que otros autores denominan gra-
ves-gravísimas, repetimos, se indican en el Nº 1º del artículo 397
del Código Penal, y son aquellas lesiones que como consecuencia
dejan al ofendido:
a) Demente;
b) Inútil para el trabajo;
c) Impotente;
d) Impedido de algún miembro importante, o
e) Notablemente deforme.
a) Demente: La palabra o concepto demencia la emplea el Códi-
go Penal en el artículo 10, Nº 1º, como comprensiva de enajenación
mental, como una de las causales de exención de responsabilidad
penal. Aquí se refiere al caso en que con motivo de las lesiones la
persona quede privada de razón, o con sus facultades mentales
perturbadas, o que se detenga el desarrollo mental. Debe darse
una permanencia o duración en la alteración y patología mental,
lo que no quiere decir perpetuidad. Se engloban en el concepto
de enajenación mental la demencia, la oligofrenia, la paranoia, la

17
ETCHEBERRY, ob. cit., t. III, pág. 83.

208
CAPÍTULO I. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

esquizofrenia, etcétera. Tiene importancia para estas lesiones el in-


forme médico-legal.18 La psiquiatría para las enfermedades mentales
graves emplea el término psicosis.
b) Que el ofendido queda inútil para el trabajo. La ley no es-
pecífica a qué trabajo se refiere, esto es, a cualquier trabajo, o al
que desempeñaba antes la víctima. Del Río y Labatut, citados por
Etcheberry, sostienen que el término inútil para el trabajo se rela-
ciona “a cualquier actividad futura razonablemente posible”.19 Otras
legislaciones se refieren en forma específica en los textos legales al
trabajo que realizaba habitualmente el ofendido.
Se señala que la expresión inútil para el trabajo es amplia e
imprecisa y le corresponderá al juez en definitiva calificarla en la
sentencia.
c) Que el ofendido quede impotente. Se refiere tanto al hombre
como a la mujer. Se incluyen ambos tipos o clases de impotencia,
pues la ley no hace distinción.20
1. Coeundi (incapacidad para efectuar el acto sexual), y
2. Generandi (incapacidad o inhabilidad para engendrar o con-
cebir).
Se excluye la castración maliciosa, y se comprende la no maliciosa.
Para la determinación precisa de esta lesión gravísima se requiere
de pericia médica.
d) Que el ofendido quede impedido de algún miembro impor-
tante. Al igual que en el caso de las mutilaciones, no se ha definido
lo que se entiende por miembro importante; es una cuestión de
hecho que queda entregada al criterio del tribunal, considerando
los aspectos legales ya citados. Teniendo presente el artículo 396
del Código Penal, podemos decir que son miembros importantes
aquellos que dejan al paciente impedido de ejecutar las funciones
naturales o impedido de valerse por sí mismo. Esta expresión es
mucho más amplia que la mutilación de un miembro importante.
La jurisprudencia, aunque la ley no la contempla, sostiene que la
pérdida completa de un sentido se asimila a miembro menos impor-
tante; por ejemplo, pérdida de la vista, de un ojo o de los dos.
e) Que el ofendido queda notablemente deforme. Se sostiene
que esta lesión está relacionada con la estética y debe ser notoria

18
Ver sobre esta materia ETCHEBERRY, ob. cit., t. III, pág. 93.
19
ETCHEBERRY, ob. cit., t. III , pág. 94.
20
Ver sobre esta materia GRISOLÍA Y OTROS, ob. cit., pág. 299.

209
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

o notable y permanente, y que son términos imprecisos. Deforme


significa desfigurado, feo e imperfecto; para algunos la expresión
notable no quiere decir notorio, concepto muy elástico. Debe existir
una deformación o desfiguración grave. Es el juez, en última instancia,
quien determina esta calificante. Si a futuro el ofendido recurre a
la cirugía estética y se elimina la deformidad, no tiene importancia
para este tipo de lesiones, pues debe estarse al momento en que se
cometió el delito, aunque posteriormente se sane la lesión.21
21. Otro tipo de lesiones graves, o simplemente graves, tratadas en
el artículo 397, Nº 2º, del Código Penal, son aquellas que, excluidas
las anteriores (las del Nº 1º), producen incapacidad para el trabajo
por más de 30 días o enfermedades por igual lapso. Si la demencia
dura más de 30 días, se castiga por el Nº 1º, ya que supera el plazo de
30 días. La enfermedad es todo proceso patológico y no una simple
debilitación, son alteraciones morbosas del organismo. Por incapaci-
dad para el trabajo debe entenderse la imposibilidad temporal para
desempeñar sus labores habituales –aquí se refiere solo al trabajo que
realizaba antes–, pero debe durar más de 30 días.
22. La enfermedad o incapacidad no es copulativa, sino alter-
nativa, esto es, puede ocurrir una o la otra, pero en ambas el plazo
es común de 30 días. Este plazo ha sido muy criticado considerando
los adelantos de la ciencia médica, en el sentido de que una enfer-
medad grave puede sanar antes de este plazo.
23. El artículo 398 del Código Penal contempla una nueva figura
de lesiones graves, “administrándole (al ofendido) a sabiendas sus-
tancias o bebidas nocivas o abusando de su credulidad o flaqueza de
espíritu”. Son modalidades distintas, alternativas y el núcleo rector
no es ya herir, golpear o maltratar.
24. El artículo 398 del Código Penal comprende un tipo de
lesiones graves calificadas distintas del artículo 397, pero con la
misma penalidad. Estas lesiones graves tienen dos modalidades en
su perpetración: la primera con medios materiales, cuando se ad-
ministran a sabiendas sustancias o bebidas nocivas, y la segunda con
medios morales o de tipo psicológico, abusando de su credulidad
o flaqueza de espíritu. En este caso también se le administran sus-
tancias o bebidas nocivas. Como dicen los autores, el delito es uno
solo, pero existen alternativas, o dos formas de ejecución; entre

21
Ver sobre esta materia ETCHEBERRY, ob. cit., t. III, pág. 95; GRISOLÍA Y OTROS,
ob. cit., pág. 303.

210
CAPÍTULO I. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

ellos Etcheberry.22 Lo que es importante, que se requiere eso sí de


dolo, “a sabiendas”.
25. Todas las lesiones graves referidas tienen una agravante,
la del artículo 400 y que se refiere a vinculaciones de parentesco y
consanguíneas, o por la concurrencia de determinadas agravantes,
por ejemplo, premio o promesa remuneratoria, veneno o ensaña-
miento.
26. Lesiones menos graves. Se tipifican y como figura residual
en el artículo 399 del Código Penal, al consignar que las lesiones
no comprendidas en los artículos precedentes se reputan menos
graves. Entre las lesiones menos graves están todas aquellas que le
producen una enfermedad o incapacidad al sujeto, por no más de
30 días, y las que no dejan al ofendido con los resultados del artículo
397 del Código Penal.
27. Lesiones leves. Esta materia esta tratada en el artículo 494,
Nº 5º, del Código Penal y son aquellas que no están incluidas en el
artículo 399 del mismo Código, atendidas la calidad de las personas
y las circunstancias del hecho. De acuerdo con la ley, el tribunal las
califica. “El que causare lesiones leves”, entendiéndose por tales las
que, en concepto del tribunal, no se hallaren comprendidas en el
artículo 399, atendidas la calidad de las personas y circunstancias
del hecho. En ningún caso el tribunal podrá calificar como leves
las lesiones cometidas en contra de las personas mencionadas en el
artículo 5º de la Ley sobre Violencia Intrafamiliar.
28. Lesiones en riña o pelea. Por último, el Código Penal en los
artículos 402 y 403 trata las lesiones causadas en riña o pelea, figura
muy similar a la contemplada en el artículo 392, que se refiere al
homicidio causado en iguales circunstancias, y más que tipos de
lesiones, son presunciones de responsabilidad penal.

6. LAS LESIONES SEGÚN LA MEDICINA LEGAL

6.1. GENERALIDADES

En medicina legal, las lesiones se clasifican atendiendo, entre


otros factores, a la naturaleza del medio y mecanismo emplea-
do para causarlas. Así tenemos: 1) lesiones causadas por agentes

22
Ver sobre esta materia ETCHEBERRY, ob. cit., t. III, pág. 97.

211
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

mecánicos; 2) lesiones causadas por agentes físicos; 3) lesiones


causadas por agentes químicos, y 4) lesiones causadas por agentes
virulentos. Otros agregan lesiones causadas por agentes psíquicos,
por artefactos explosivos, por bomba atómica, por vehículos, por
radiactividad, en accidentes de tránsito, del trabajo, aéreos, o de
aviación, ferroviarios, etc.
a) Los autores no tienen un criterio común para clasificar las
lesiones; algunos atienden a la gravedad de las mismas, otros al tipo
de instrumento empleado, a los agentes vulnerantes, a la naturaleza
de los traumatismos, etcétera. Así, por ejemplo, Nerio Rojas, en el
párrafo de traumatología forense, trata, entre otros aspectos, la
forma de las lesiones y distingue las contusiones, heridas por armas
blancas, por armas de fuego, por explosiones, por la electricidad.
En las cuestiones médico-legales, se refiere a las lesiones vitales y
post mortem, la identificación del arma, supervivencia y movimientos
posibles, posición de víctima y herido, número de agresores, etc.23
b) Eduardo Vargas agrupa las lesiones en: contusiones, accidentes
de tránsito, de aviación, asfixias mecánicas, heridas por arma blanca,
por arma de fuego, trauma térmico, trauma eléctrico, explosiones,
quemaduras por rayos X, rádium y radiactividad.24
c) Simonín trata las equimosis, y hace un estudio médico-legal
de las lesiones, deteniéndose en la jerarquía penal de golpes, heri-
das y violencias, diagnóstico médico-legal, contusiones, fracturas y
luxaciones, desgarros y ruptura de órganos, explosiones, explosión
atómica, origen vital o post mortem, identificación del agente vul-
nerante, clasificándolas en lesiones por instrumentos punzantes,
cortantes, punzantes y cortantes, por acción contundente, lesiones
por armas de fuego, accidentes de automóvil, heridas por arma de
fuego. Prosigue con los estudios médico-legal de las fracturas, de las
quemaduras comunes por cáusticos o corrosivos, eléctricos, asfixias
mecánicas, sofocación, ahorcamiento, estrangulación, sumersión. Más
adelante analiza el infanticidio, las sevicias a los niños, la importancia
social de la traumatología, el informe de perjuicio físico, accidentes
del trabajo, afecciones de origen traumático, etc.25
d) Basile y Waisman, en el apartado de la lesionología, tocan
específicamente, en materia de lesiones, la doctrina médico-legal,

23
ROJAS, ob. cit., pág. 33.
24
VARGAS, ob. cit., pág. 93.
25
SIMONÍN, ob. cit., pág. 67.

212
CAPÍTULO I. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

la patología médico-legal de las contusiones, y clínica médica de


las contusiones. Lesiones por instrumentos cortantes, punzantes,
punzo-cortantes y contuso-cortantes. Lesiones por armas de fuego,
por agentes físicos y lesiones mortales.26
e) Guillermo Uribe Cualla las cataloga: heridas, repercusiones
cerebrales, heridas con arma de fuego, con arma blanca, por agentes
explosivos, quemaduras y combustibilidad del cuerpo, la cicatrización.
Sigue con el pronóstico de las heridas según la región interesada, y
termina con las lesiones personales.27
f) Nosotros, por nuestra parte, nos detendremos en forma par-
ticular a considerar el medio, instrumento o agente que causa las
lesiones, por estimar que es más resumido y claro, atendiendo a la
finalidad de este texto.

6.2. TIPOS DE LESIONES SEGÚN EL MEDIO EMPLEADO

Veremos separadamente las distintas clases de lesiones:


1. Lesiones causadas por agentes mecánicos: Esta clase de lesio-
nes son las causadas por “armas”. El artículo 132 del Código Penal
define, como lo apuntamos, arma como “toda máquina, instrumento,
utensilio u objeto cortante, punzante o contundente que se haya
tomado para matar, herir o golpear, aun cuando no se haya hecho
uso de él”. Este precepto es de carácter general.
Estas lesiones se subclasifican según si el arma utilizada es ins-
trumento cortante, punzante o contundente. Las armas cortantes y
punzantes son las llamadas generalmente “armas blancas”, en tanto
que las contundentes pueden ser “armas contundentes” en su sentido
estricto, o “armas de fuego”.
a) Lesiones causadas por armas contundentes o heridas contusas:
Son aquellas que causan una lesión contusa, o sea, que se producen
por choque o aplastamiento de los tejidos anatómicos contra un
cuerpo duro no cortante, o bien que los tejidos sean golpeados por
el objeto vulnerante o viceversa.28
Bonnet expresa: “Para nosotros son aquellas que resultan del
choque de un cuerpo de superficie regular o irregular contra el

26
BASILE Y OTRO, ob. cit., t. I, pág. 137.
27
URIBE Y OTRO, ob. cit., pág. 129.
28
Ver sobre esta materia ROJAS, ob. cit., pág. 43.

213
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

cuerpo humano, determinando aplastamientos, rupturas o estallidos


tegumentarios o esqueléticos”.29
De lo dicho anteriormente se desprende que una contusión
puede ser causada tanto por un arma contundente, no cortante, o,
por ejemplo, por ciertos hechos como: una caída desde cierta altura,
el atropellamiento por un automóvil, un bus, la compresión de una
muralla en un derrumbe, por medio de palos, piedras, puños, pies,
botellas, etcétera.
Vargas Alvarado anota: “Estos agentes pueden ser específicos de
defensa y ataque, como los guantes de boxeo; órganos naturales,
como las manos, pies, dientes y uñas, e instrumentos ocasionales de
defensa y ataque, como martillos y culatas de armas de fuego”.30
Las lesiones contusas se clasifican o dividen, atendiendo a su
mayor o menor gravedad, en: 1) erosiones; 2) equimosis; 3) tumo-
res y bolsas sanguíneas y serosas (serosanguíneas); 4) fracturas; 5)
destrucción de miembros y órganos.
1. Erosiones son las lesiones contusas simples o leves, que se
manifiestan en una simple desolladura superficial de la piel, causada
por el roce o fricción con un objeto o instrumento.
Hay una ulceración en la dermis. Existe una diferencia entre
estas lesiones y la excoriación. Esta última es, también, una lesión
superficial de la piel con desprendimiento, de origen traumático;
la erosión es el “resultado de una enfermedad cutánea, es decir, de
una dermopatía”.31
2. Las equimosis se llaman, en el lenguaje vulgar, “moretones”
o “cardenales”. Se producen como consecuencia de la rotura de
los vasos sanguíneos cercanos a la piel, con infiltración de la sangre
en los tejidos superficiales, cuando un instrumento choca violenta-
mente con el cuerpo o este es proyectado contra el objeto. La piel
reproduce el objeto que causó la lesión contusa; por ejemplo, el
puño, la mano, mordedura, latigazo, etcétera. Se lesionan, al igual
que en la erosión, la dermis y también los tejidos internos; se da una
extravasación de la sangre en el interior de los tejidos. Su primera
manifestación es una mancha púrpura, la que cambia de color según
transcurre el tiempo. Se presenta en la equimosis sangre coagulada
y magulladura en la piel. Son lesiones de carácter leve, que se apre-

29
BONNET, ob. cit., t. I, pág. 444.
30
VARGAS, ob. cit., pág. 101.
31
BONNET, ob. cit., t. I, pág. 447.

214
CAPÍTULO I. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

cian externamente por la aparición de manchas de mayor o menor


extensión, según el tamaño del arma vulnerante.32
En un comienzo presentan un color rojo o azul oscuro, que se
torna violáceo, azul, verde, amarillo, hasta desaparecer del todo a
los 20 ó 25 días; otros, entre los 10 y 15 días. Estos colores se deben
a los cambios que experimenta la hemoglobina de la sangre.
Las equimosis tienen un gran interés médico-legal, especial-
mente en los delitos de lesiones y para precisar las causas de la
muerte. Estas lesiones pueden ser externas, internas, superficiales,
profundas, etcétera.
Las características fundamentales de las lesiones son:
a) Son lesiones llamadas vitales, esto es, demuestran que fueron
causadas estando la víctima con vida; no pueden causarse equimo-
sis en un cadáver; a veces, sin embargo, pueden ser confundidas
con las livideces cadavéricas, o con algunos golpes post mortem; el
diagnóstico diferencial debe hacerse estudiando si la sangre extra-
vasada se encuentra o no coagulada; solo en el último caso se trata
de verdaderas equimosis.
b) Permiten la identificación del instrumento que las causó,
porque toman su forma aproximada, aunque siempre son algo
menores en tamaño, debido a la elasticidad de los tejidos, espe-
cialmente si se encuentran en una parte del cuerpo en que no hay
un sostén óseo.
c) Las equimosis se producen en cualquier parte del cuerpo,
dependiendo donde se ocasionó la violencia o choque. No siempre
aparecen exactamente en el lugar donde se causaron, sino en su
proximidad, pero generalmente se hallan estas manchas en el sitio
donde operó la lesión. Por ejemplo, alrededor del cuello, lo que
puede demostrar inicio de estrangulación. En los muslos, órganos
sexuales, que pueden servir de base para verificar un atentado sexual,
como la violación, por la cual se pretende realizar, mediante la fuer-
za, la relación sexual con una mujer. También se constatan marcas
de martillazos, pedradas, puntapiés en la piel, cuero cabelludo,
cráneo, etcétera.
Bonnet, trayendo a colación la opinión de Romanese, deja cons-
tancia que “La equimosis es una contusión caracterizada por la
solución de continuidad de los vasos sanguíneos en el espesor de

32
Ver sobre esta materia, ROJAS, ob. cit., pág. 44; BONNET, ob. cit., t. I,
pág. 447.

215
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

los tejidos, con hemorragia e infiltración, en la zona circundante


a la zona lesionada, de plasma y elementos celulares sanguíneos”.
Agrega Bonnet: “Es decir, que se necesita, para la producción de este
tipo de contusión: 1) Ruptura de vasos sanguíneos; 2) Circulación
sanguínea; 3) Presión arterial o venosa adecuada; 4) Coagulación
sanguínea, y 5) Extravasación de elementos rojos y blandos en la
vecindad”.33
Teniendo presente el cambio cromático de las equimosis, los
autores han formado tablas cronológicas para establecer la fecha
en la que se causaron y la evolución que han experimentado. En
consideración a lo dicho, Simonín nos indica: “Una equimosis roja
lívida es reciente; negra, data de dos a tres días; azul, de tres a seis
días; verde, de siete a doce días; amarilla, de doce a diecisiete días;
desaparición, en veinticinco días”.34
El profesor Bonnet, en su obra, presenta un cuadro demostra-
tivo de la diferenciación entre livideces, hipostasias y equimosis, y
explica:35

Livideces e hipostasias Equimosis

1. Sangre no coagulada. 1. Sangre coagulada.


2. Ausencia de malla de fibrina. 2. Presencia de malla de fibrina.
3. Ausencia de infiltración hemorrági- 3. Presencia de infiltración hemorrági-
ca. ca.
4. Presencia en las zonas de decúbito. 4. Presencia en cualquier zona del orga-
5. La sangre está dentro de los vasos. nismo.
6. Los vasos y capilares están intactos. 5. La sangre está fuera de los vasos.
7. La zona no es prominente. 6. Los vasos y particularmente los capilares
8. No hay signos de transformación he- ostentan rupturas.
moglobínica. 7. La zona es prominente en mayor o
9. Espectroscópicamente hay metahemo- menor grado.
globina neutra y sulfhídrica. 8. Hay signos de transformación hemo-
globínica.
9. No hay metahemoglobina.

33
BONNET, ob. cit., t. I, pág. 447.
34
SIMONÍN, ob. cit., pág. 70.
35
BONNET, ob. cit., t. I, pág. 449.

216
CAPÍTULO I. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

Con respecto a la variación de color, y a su duración, Vargas


Alvarado expone: “En términos generales, desaparece en tres se-
manas, no causa incapacidad temporal ni deja secuelas. El color es:
negro en los primeros tres días (desprendimiento de hemoglobina);
azul del cuarto al sexto día (hemosiderina); verde del séptimo al
duodécimo (hematoidina); amarillo del decimotercero al vigésimo
primero (hematina)”.36
3. Los tumores o bolsas serosanguíneas se conocen en el lenguaje
vulgar como “chichones” y se deben a la ruptura de una vena o arte-
ria o de un vaso linfático, formando una verdadera bolsa hemática,
y si es de mayor volumen, da origen al tumor serosanguíneo. Son
heridas contusas con derrame y tendrán un colorido oscuro o claro.
Lo mismo que en el caso anterior de las equimosis, son lesiones vi-
tales, permiten identificar, a grandes rasgos, el arma usada y hacen
posible realizar la cronología, según sea la etapa de reabsorción. En
algunas lesiones de esta clase se producen enquistamientos duros
y se infectan.
4. Las fracturas importan destrucción o ruptura del tejido óseo o
de los huesos; son ya lesiones contusas de mayor gravedad. Las frac-
turas pueden afectar una parte del hueso o su integridad, producir
quebraduras o no, desplazamiento en algunos casos de fragmentos
de huesos. Las más graves son las craneanas; también se presentan
en los miembros, en la columna vertebral, clavícula, costillas, en el
esternón, etcétera.
El informe médico-legal de las fracturas señala el tipo de fractura,
el agente que las causó, si fueron en vida o post mortem, si obedecen
a un hecho delictuoso o accidental.
Las fracturas se clasifican en varios tipos. Las fracturas directas,
cuando la lesión aparece en el mismo lugar en el cual se causó, o en
el punto exacto. Las indirectas, cuando se produce no en el mismo
lugar en el cual se ejercitó la violencia, sino en lugares cercanos o
alejados. Las fracturas son completas si hay rupturas de huesos y si
hay separación. Son incompletas cuando no se produce la separa-
ción sino que el hueso queda unido al tejido óseo; se forman las
llamadas fisuras o grietas. Una denominación de uso corriente y
también en el campo médico-legal, es la de fractura abierta, cuando
hay rompimiento de huesos y tejidos, los que quedan expuestos al
exterior. La fractura es cerrada, cuando no hay comunicación con

36
VARGAS, ob. cit., pág. 103.

217
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

el exterior. Por último, la fractura conminuta es aquella en que el


hueso se divide, destroza o se fragmenta.
En general, como ya expresamos, casi todas las fracturas tienen el
carácter de lesiones graves y producen incapacidad al que las sufre.
Las fracturas craneanas son en muchos casos de carácter mortal, pues
lesionan el cerebro, comprimiéndolo y también se revienta.
5. La destrucción de órganos y miembros es una lesión grave. La
destrucción de miembros en su totalidad es una lesión contusa, con
gran violencia del golpe; la naturaleza del arma vulnerante trae como
consecuencia la pérdida de un órgano cualquiera, de una pierna,
brazo o el hígado. Son de fácil comprobación médico-legal.
b) Lesiones causadas por armas blancas: Las lesiones o heridas
ocasionadas por armas blancas o cortantes tienen también importancia
en el informe médico-legal; se establecerá el tipo de arma blanca,
si la lesión se produjo por el propio lesionado o por terceros. Las
características que ofrecen, su forma, profundidad y las incapacidades
que producen. Algunas de estas heridas son mortales.
Basile y Waisman: “Armas blancas son aquellas que poseen una
empuñadura y una hoja metálica –de allí su nombre teniendo en
cuenta el brillo acerado de su estructura– adosada, capaz de lesio-
nar por acción de su punta (punción) o de su/s filo/s (incisión o
corte)”.37
Bonnet nos entrega una definición genérica de arma blanca, que
la cátedra hace suya: “Son armas blancas todas aquellas constituidas
por instrumentos de variada hechura y estructura que poseen formas
diversas –aunque predominan las laminadas y las cilíndricas dotadas
de uno o más bordes cortantes y de una extremidad terminada, por
lo general, en punta, y más raramente de manera roma. Asimismo,
fueron designadas de este modo para diferenciarlas de las armas
de fuego”.38
Las heridas producidas por armas blancas tienen diversas carac-
terísticas, según el tipo de arma empleado:
1) Para Bonnet: “Las heridas punzantes o perforantes son las
producidas por elementos que actúan en profundidad más que en
superficie, atravesando uno o varios pianos de tejidos”.39
2) Las armas punzantes o perforantes son aquellas que por su

37
BASILE Y OTRO, ob. cit., t. I, pág. 189.
38
BONNET, ob. cit., t. I, pág. 599.
39
BONNET, ob. cit., t. I, pág. 616.

218
CAPÍTULO I. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

forma producen una herida estrecha y profunda que, a veces, es casi


invisible superficialmente, pero atraviesa los tejidos; su mecanismo
de acción es la penetración. Como armas punzantes tenemos los
clavos, los punzones, las agujas, los estiletes, los floretes, las flechas,
las lanzas, tijeras, compás, limas, bayoneta, etcétera.
3) Las armas cortantes, o terminadas en hoja, producen heridas
conocidas como tajos, en las cuales los tejidos aparecen finamente
seccionados, al desplazarse sobre los pianos de los mismos, y tienen
cierta longitud, en relación con el ancho del arma y la forma de
utilizarla. Como armas típicas cortantes se señalan: los cuchillos,
navajas, hojas de afeitar, bisturí. Otras participan de característi-
cas de punzantes, como son las cortopunzantes, tales como sable,
bayoneta, puñal, etcétera, y las cortocontundentes, como hachas,
machetes, palas, etcétera.
Las lesiones por armas o instrumentos cortantes, según Bonnet,
“son las producidas por elementos de bordes finos y uniformes, que
actúan en superficie, seccionando los tejidos al desplazarse sobre
uno o varios pianos de los mismos”.40
4) Las armas incisopunzantes son aquellas que participan de los
caracteres antes descritos, esto es, terminan en punta y tienen una
hoja cortante, como son los puñales, las espadas, las bayonetas, las
hojas de una tijera.
5) Las armas cortantes-contundentes o contusocortantes, son
las que tienen una cara cortante, pero que obran al mismo tiempo
aplastando los tejidos, y, por ser contundentes, dejan una herida
y una contusión. Se encuentran, entre ellas, las hachas, los sables,
etcétera.

7. LESIONES PRODUCIDAS POR AGENTES FÍSICOS

7.1. ESPECIFICACIONES GENERALES

En esta parte se examinan los traumas o lesiones producidas


por los agentes físicos, que son de diversa índole, pero ocasionan
un resultado común, que son las quemaduras. Como medios de esta
naturaleza para provocar quemaduras, tenemos la acción del calor,
del frío, el rádium, la electricidad, rayos X, etcétera. Nos abocare-

40
BONNET, ob. cit., t. I, pág. 599.

219
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

mos solo a los que tienen importancia médico-legal, como el calor,


el frío y la electricidad.

7.2. LESIONES PRODUCIDAS POR EL CALOR

a) Estas quemaduras las produce el calor en el que se desprenden


llamas, fuego, vapores, agua hirviendo o caliente, u otros líquidos,
vapores calientes, materias o líquidos inflamables, o elementos sóli-
dos calientes, fierros, instrumentos, la pólvora, bombas, la atómica,
de hidrógeno, etcétera.
b) Estas lesiones son de tipo accidental u ocasional; no obstante,
algunas de ellas dan origen a lesiones dolosas, a un homicidio, o
suicidio, que se investigan por el médico legista, y cuyas conclusiones
se vierten en su informe.
c) Estos traumas térmicos o calóricos se clasifican según la mag-
nitud del daño que causan o comprometen al organismo. La división
tradicional y más conocida es la que los agrupa en cuatro grados: 1)
eritemas; 2) flictenas; 3) escaras, y 4) carbonización. Veremos estos
tipos de lesiones en el mismo orden:
1) Eritemas: Son quemaduras de primer grado. Son lesiones le-
ves, con enrojecimiento de la piel y dolorosas, “y es el resultado de
una vasodilatación capilar”.41 El Nuevo Diccionario Médico Larousse las
define así: “(del gr. erithema, rubicundez) Enrojecimiento congestivo
de la piel, circunscrito o difuso, transitorio”.42
Son lesiones que solo se producen en el cuerpo de la persona
viva. Su duración es breve, de 2 a 3 días, dependiendo de la inten-
sidad del calor.
2) Flictenas: Son quemaduras de segundo grado. Estas lesiones
se exteriorizan por las vesículas o ampollas que forman, con un
líquido albuminoso y seroso. Estas lesiones al sanar dejan cicatrices
y en algunos casos se infectan, produciendo mayor deterioro. Son
lesiones vitales y causan dolor. No hay que confundir las flictenas
con las ampollas que se notan en la putrefacción cadavérica. En
relación a este punto, Basile y Waisman exponen: “Las vesículas o
flictenas de quemadura no deberán confundirse con las ampollas
de putrefacción, ya que estas poseen un aspecto oscuro, voluminoso,

41
GISBERT, Medicina Legal y Toxicología, ob. cit., pág. 531.
42
LAROUSSE, ob. cit., t. I, pág. 360.

220
CAPÍTULO I. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

con tendencia a la intercomunicación de grupos vesiculares y au-


sencia de elementos proteicos y leucocitarios, predominando en su
interior gases de putrefacción en lugar de líquidos y, por supuesto,
el lecho carecerá de arborizaciones vasculares”.43
3) Escaras: Son quemaduras de tercer grado. Vargas Alvarado
apunta: “Quemaduras de tercer grado o escara, que interesa toda
la piel (epidermis y dermis). Son indoloras porque hay destrucción
de terminaciones nerviosas. Curan a partir de los bordes, dejando
cicatriz. Por lo general requieren injertos de piel”.44
Para Simonín: “Las escaras forman manchas de tinte castaño o
gris amarillento que indican la mortificación de la dermis, del tejido
celular subcutáneo y de los tejidos subyacentes. Dejan cicatrices pro-
minentes, radiadas, retráctiles. En el cadáver se apergaminan”.45
Hay mayor deterioro y destrucción parcial de la piel, se produce
destrucción del tejido o “escara”. Se presenta un tejido muerto que
se desprende, dejando huellas o cicatrices y desfiguración. No son
tan dolorosas y algunas tienen el carácter de ser anestésicas, como
los eritemas y las flictenas, pues hay en las escaras destrucción de
tejidos nerviosos.
4) Carbonización: Son quemaduras de cuarto grado. En esta
etapa ya hay destrucción total o parcial del organismo, tanto de
la piel, huesos, músculos, órganos, nervios, etcétera. Pueden pro-
ducir hasta la muerte. En la carbonización hay una temperatura
alta y cuando se llega a la destrucción del cadáver, este adopta una
postura muy particular, denominada del boxeador o luchador y
la del esgrimista.
En el proceso de la carbonización se destruye la piel, se pone negra
y reseca; los huesos también se queman o parte de ellos; se puede
abrir el tórax y el abdomen y se origina un estallido del cráneo.
Simonín nos señala las características de este grado de quema-
dura: “Hay que tener en cuenta tres caracteres generales: reducción
de volumen y de peso que da a un cadáver de adulto el aspecto de
adolescente; retracciones de los tejidos que descubren los dientes
y provocan, por la flexión de los miembros, actitudes de lucha, de
combate; desgarros y fracturas espontáneas, abertura de las cavidades
craneana o toracoabdominal: desgarro de la región genital”.46
43
BASILE Y OTRO, ob. cit., t. I, pág. 228.
44
VARGAS, ob. cit., pág. 174.
45
SIMONÍN, ob. cit., pág. 168.
46
SIMONÍN, ob. cit., pág. 168.

221
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

La carbonización se produce en los casos de incendio y en los


suicidios “a lo bonzo”, también para destruir un cadáver en caso de
homicidio, a fin de lograr su impunidad.
En el informe médico-legal de las quemaduras, en particular las
de cuarto grado, se puede establecer si se han causado en vida de
la víctima o en el cadáver.
Se conoce otra clasificación de las quemaduras más reciente,
que es la americana, la que distingue: Primer grado, en la que se
presenta un eritema de la parte quemada. Segundo grado, despren-
dimiento de la epidermis con formación de flictenas. Tercer grado,
desorganización de la piel, con formación de escaras. Cuarto grado,
desorganización de la piel y tejidos adyacentes, incluido el hueso.

7.3. LESIONES PRODUCIDAS POR EL FRÍO

a) Este es otro agente físico, el frío, y es el polo opuesto al calor.


Se generan bajas temperaturas, las que producen quemaduras, la
congelación de parte o de todo el cuerpo, pudiendo llegar a tener
el carácter de mortales. Curiosamente, algunas de estas lesiones
presentan aspectos similares a las causadas por el calor.
b) La gravedad de las lesiones depende del grado y del tiempo
de la exposición del cuerpo al frío. La muerte por el frío puede
deberse a accidentes, como ocurre a los alpinistas y montañistas,
que recorren superficies heladas o nevadas, y son sorprendidos por
fuertes heladas o tormentas de nieve; a veces, accidentes acaecidos
en regiones cordilleranas, o los que les ocurren a los niños, ancianos
y vagabundos que permanecen durante un largo tiempo sometidos
al frío.
c) Las lesiones leves o congelación de primer grado, que origina
el frío, son en la cara, dedos, pies, formando verdaderos eritemas,
conocidos como sabañones, de color rojo azulado debido a la falta
de circulación.
d) Se producen quemaduras por el frío más intensas o quema-
duras de segundo grado, formando vesículas o flictenas. Estas al
curarse dejan pequeñas cicatrices que después desaparecen, pues
no comprometen seriamente la piel, lo que después se regenera.
e) Las lesiones más graves causadas por el frío son la congelación
parcial y la total del cuerpo. La congelación parcial trae aparejadas
las escaras y trastornos serios de la circulación, afectando a miembros

222
CAPÍTULO I. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

u órganos que en muchos casos deben ser eliminados, para evitar


la gangrena del cuerpo. Si la persona está expuesta durante mucho
tiempo a bajas temperaturas, se congela totalmente, en forma externa
e interna, el problema fundamental es la ausencia de circulación
a raíz del frío, lo que trae consigo la muerte y el cadáver adquiere
una consistencia de piedra dura.
f) En ciertas oportunidades, la madre al dejar abandonado a su
hijo recién nacido, al exponerlo al frío intenso o a la intemperie,
le causa la muerte, y podría estimarse como una de las formas de
cometer infanticidio, cuanto ejecuta tal conducta dentro de 48 horas
después del parto, si es fuera de este plazo constituye parricidio.

7.4. LESIONES PRODUCIDAS POR LA ELECTRICIDAD

a) Bonnet: “Con la denominación de electricidad atmosférica,


fulguración, etcétera, se designan los accidentes que sufre el indi-
viduo humano y, por extensión, los animales, las plantas, las aguas
y los minerales, por la acción de corrientes o descargas eléctricas
naturales, muy especialmente el rayo.
Asimismo, de este modo se establece el distingo entre las lesiones
provenientes de esta fuente productora de electricidad, de aquellas
otras ocasionadas por aparatos o instrumentos eléctricos debidos al
ingenio del hombre, y que se denominan lesiones por electricidad
industrial, por electrocución o por descargas eléctricas”.47
b) La acción de la corriente eléctrica en el cuerpo humano
puede ir desde una lesión leve, como quemadura, hasta su muerte y
destrucción. Estos efectos pueden en ciertas oportunidades deberse
a los actos de la naturaleza, como el rayo, relámpagos, etcétera, o
por accidentes del trabajo en los que se emplea corriente eléctrica,
como en máquinas, alambres con electricidad, denominados gené-
ricamente “electrocución”, etcétera.
c) La caída de un rayo produce la muerte de la persona, la que
es llamada “fulguración”, donde existe una descarga eléctrica atmos-
férica de alto poder. La fulguración está catalogada como muerte
violenta y ocurre en lugares despoblados y en campos, a consecuencia
de tempestad, y no siempre el cuerpo quedará carbonizado, como
pudiera sostenerse.

47
BONNET, ob. cit., t. I, pág. 583.

223
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

d) También la corriente eléctrica puede operar en accidentes


caseros o domésticos, como en las lesiones por planchas, hornos,
microondas, cocinas, aparatos con fallas, tales como radios, televi-
sores, cables, enchufes, etcétera.
e) La electricidad puede causar lesiones externas en la piel, e
internas en los órganos, tejidos, vísceras, y afectar el sistema nervioso,
respiratorio, produciendo asfixia, etc. Puede producirse la muerte
en forma inmediata, cuanto se ejecutan trabajos en líneas de alta
tensión, en otros casos pérdida del conocimiento, graves quemaduras
en brazos piernas, tronco, etcétera.
f) Las lesiones específicas de la corriente eléctrica correspon-
den a la marca eléctrica. Jellinek, citado por Gisbert Calabuig, las
describe:
“1) Reproduce el objeto conductor causante de la marca.
2) Su color es blanco amarillo, su consistencia firme. Aparece
como incrustada (a modo de la huella que dejaría un sacabocados),
por lo que los bordes sobresalen y el centro está deprimido.
3) Ausencia de rubicundez e inflamación. Es indolora.
4) La placa se elimina con escasa secreción, de una vez o por
fragmentos.
5) La cicatrización es fácil, favorable. El tejido cicatrizal neofor-
mado no tiene tendencia retráctil.
6) Los pelos de la región están indemnes y retorcidos en forma
de sacacorchos.
7) La profundidad de la lesión es variable: en los casos extre-
mos, se producen enormes destrucciones que sobrepasan incluso
el plano óseo y llegan a hacer desaparecer porciones completas de
una extremidad”.48
Las muertes producidas por la electricidad son generalmente
accidentales o fortuitas, descartando la acción dolosa del hombre.

8. LESIONES PRODUCIDAS POR AGENTES QUÍMICOS

1. Los agentes químicos son de índole variada, entre los que se


cuentan sustancias corrosivas, ácidos, ácidos cáusticos, sales, álcalis,
vapores, gases, etc. Algunos de ellos lesionan la piel y producen que-
maduras similares a las del calor, y corroen los tejidos, que pueden
ser destruidos total o parcialmente, e, incluso, causan la muerte.

48
GISBERT CALABUIG, Medicina Legal y Toxicología, ob. cit., pág. 542.

224
CAPÍTULO I. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

2. Se incluyen en este tipo de lesiones los derivados por tóxicos


y venenos, como sales de cobre, de arsénico, de fósforo, estricnina,
sales de plomo y la soda, potasa. Varias de estas lesiones son de do-
minio de la Toxicología Forense.
3. Las lesiones que son efectos de los tóxicos o venenos pueden
ser generadas por vía accidental, o corresponder a un hecho delic-
tuoso. Entre los llamados accidentes caseros están las intoxicaciones
de los niños o de adultos con pesticidas, cloro, bencina, etcétera.
4. Como acciones dolosas tenemos el vitriolaje, que consiste en
arrojar ácido sulfúrico al rostro, para desfigurarlo, o a los genitales de
una persona, llamado vitriolaje sexual, resultando graves quemaduras
y pérdida de tejidos. Los envenenamientos pueden corresponder a
un homicidio o suicidio, lo que precisará el informe médico-legal.
5. De acuerdo al tipo de sustancia o agente químico empleado,
varía el aspecto de la lesión. Así, Achaval apunta: “Según la subs-
tancia, variará el aspecto de la lesión y aun con la misma substancia
habrá variación, de acuerdo a la mayor o menor concentración del
cáustico. Las quemaduras por cáusticos afectan por igual la periferia
que el centro de la lesión; la forma guarda relación con el contacto
del líquido, posición del cuerpo, etcétera, y su extensión depende
de la cantidad de líquido o substancia actuante”.49
6. De los ácidos que producen las lesiones en estudio, entre otros,
se conocen el ácido sulfúrico, el nítrico, el clorhídrico, y, además, se
emplean la potasa o soda cáustica, etc. Según sea el agente químico
que se emplea, este deja en la herida ciertas características o color,
pueden ser machas negras, que produce el ácido sulfúrico, otras
pueden ser blancas o amarillas.

9. LESIONES CAUSADAS POR VIRUS

1. Estas lesiones se provocan por la introducción en el organis-


mo de microbios o bacterias, los que de ordinario producen serias
enfermedades, alteraciones en el funcionamiento del organismo,
infecciones, y en ciertas circunstancias la muerte.
2. Los gérmenes, microbios, bacterias, etcétera, pueden penetrar
al cuerpo por las vías naturales, por heridas, por contagio con una
persona enferma, por infecciones, etcétera.

49
ACHAVAL, ob. cit., págs. 133 y 134.

225
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

3. Algunos autores acostumbran en esta parte analizar el delito


de contagio venéreo y nutricio, que se trataría de una acción ilícita
originada por virus o microbios. Nosotros lo consideramos en ca-
pítulo separado.

10. LESIONES CAUSADAS POR ARMA DE FUEGO

10.1. INTRODUCCIÓN Y NOCIONES SOBRE BALÍSTICA

10.1.1. Antes de entrar a esta materia propiamente tal, es nece-


sario señalar ciertos principios básicos sobre balística forense, la que
se preocupa de las armas de fuego, su clasificación, los proyectiles y
sus tipos, lesiones que producen, el mecanismo del disparo, caracte-
rísticas de las heridas por armas de fuego, los orificios, la trayectoria
del proyectil, la pericia balística, etcétera.

10.1.2. La balística pura se define como la “ciencia que tiene por


objeto el cálculo del alcance y dirección de los proyectiles”. “Estudia
el cálculo del movimiento a través del espacio de todos los cuerpos
pesados en general y de los proyectiles lanzados por las armas de
fuego en particular”.50
Para Roberto Albarracín, la balística “es la ciencia y arte que
estudia integralmente las armas de fuego, el alcance y dirección de
los proyectiles que disparan y los efectos que producen”.51

10.1.3. Etcheberry distingue tres puntos o ramas de la balís-


tica forense, que son balística interior, exterior y de efectos, y
expone:
a) “Balística interior: Estudia los fenómenos desarrollados desde
que el percutor incide sobre el fulminante hasta que el proyectil
abandona la boca del arma”.
b) “Balística exterior: Estudia los fenómenos que afectan el
proyectil y su trayectoria desde que sale de la boca del arma hasta
que incide en el blanco o hace explosión en el aire”.

50
PEDRO THELMO ETCHEBERRY GÓMEZ, Balística Forense, 3ª edición, Editorial
Temis Librería, Bogotá, Colombia, 1980, pág. 29.
51
ROBERTO ALBARRACÍN, Manual de Criminalística, 2ª edición, Policía Federal
Argentina, Editorial Policial, Argentina, 1971, pág. 181.

226
CAPÍTULO I. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

c) “Balística de efectos: Estudia lo referente a las fragmentacio-


nes o efectos explosivos desarrollados por el proyectil al terminar
su recorrido”.52

10.1.4. Sobre esta materia el doctor L. Rafael Moreno González


dice:
a) “Balística interior: La balística interior se ocupa del estudio de
todos los fenómenos que ocurren en el arma a partir del momento
en que la aguja percutora golpea el fulminante del cartucho, hasta
que el proyectil sale por la boca de fuego del cañón. También se
ocupa de todo lo relativo a la estructura, mecanismo y funciona-
miento del arma de fuego.
Sucintamente describiremos los fenómenos a que hemos hecho
referencia en el párrafo anterior: al ser percutido el fulminante del
cartucho, su carga explosiona, incendiando de inmediato la carga
propulsora, generalmente pólvora. Ahora bien, en virtud de encon-
trarse esta comprimida, al quemarse produce una gran elevación
de temperatura y una gran cantidad de gases, los que empujan el
proyectil al ánima del cañón”.
b) “Balística exterior: La balística exterior estudia los fenómenos
que ocurren al proyectil desde el momento en que sale del arma
hasta que da en el blanco”.
c) “Balística de efectos: La balística de efectos, como su nom-
bre lo indica, estudia los daños producidos por el proyectil sobre el
objeto apuntado u otro que el azar determine”.53

10.1.5. Etcheberry anota: “La balística forense comprende el


estudio de las heridas causadas por el proyectil de arma de fuego,
la determinación de los orificios de entrada y salida, el sedal, la
presencia de tatuaje, el examen de las armas, la confrontación de
proyectiles y vainillas, la determinación de las trayectorias, etc., y
sus problemas deben ser estudiados conjuntamente por médicos
legistas y peritos en balística”.54

10.1.6. Nos corresponde precisar lo que se entiende por arma


de fuego, que es la que produce las lesiones en estudio, al lanzar el
proyectil que en ella se aloja.

52
ETCHEBERRY, ob. cit., págs. 28 y 29.
53
Doctor L. RAFAEL MORENO GONZÁLEZ, Balística Forense, 4ª edición, corregida
y aumentada, Editorial Porrúa S.A., México, 1987, págs. 19 y 20.
54
ETCHEBERRY, ob. cit., pág. 30.

227
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

10.1.7. Para Achaval, arma de fuego es: “un instrumento desti-


nado a lanzar un proyectil mediante la explosión de una carga apta
para tal fin”.55

10.1.8. Basile y Waisman en sentido amplio, expresan: “Arma de


fuego es un instrumento diseñado para lanzar un proyectil en base a
la propulsión expansiva que genera la combustión de un granulado
especial denominado pólvora”.56

10.1.9. Para Gisbert Calabuig: “Son instrumentos de dimen-


siones y formas variadas destinados a lanzar violentamente ciertos
proyectiles, aprovechando la fuerza expansiva de los gases que se
desprenden al inflamarse rápidamente sustancias explosivas en un
espacio confinado. Conservan el nombre genérico de armas de fuego
porque en los modelos primitivos los disparos iban acompañados
de la salida de una llamarada por la boca del arma”.57

10.1.10. Para Moreno: “Las armas de fuego son instrumentos de


dimensiones y formas diversas, destinados a lanzar violentamente
ciertos proyectiles aprovechando la fuerza expansiva de los gases que
se desprenden en el momento de la deflagración de la pólvora. Al
respecto, es conveniente apuntar que el hecho de que sea el fuego
el que origina el proceso que termina con la expulsión violenta del
proyectil al espacio, ha dado lugar a que estos aparatos mecánicos
–inventados para el mejor aprovechamiento de la fuerza de expansión
de los gases de la pólvora– sean llamados ‘armas de fuego’”.58

10.2. CLASIFICACIÓN DE LAS ARMAS DE FUEGO

a) Existe una serie de clasificaciones de armas de fuego; solo


nos referiremos a las más conocidas y además considerando sus
características.
b) Según la longitud del cañón, se distinguen armas cortas y
armas largas. Entre las cortas o de puño, tenemos el revólver y la
pistola. Entre las armas largas o de hombro, están las escopetas,
55
ACHAVAL, ob. cit., pág. 69.
56
BASILE Y OTRO, ob. cit., t. I, pág. 202.
57
GISBERT CALABUIG, Medicina Legal y Toxicología, ob. cit., pág. 519.
58
MORENO, ob. cit., pág. 20.

228
CAPÍTULO I. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

fusiles, carabinas, fusiles ametralladoras, rifles, etcétera. Los fusiles,


las ametralladoras y similares se clasifican como armas de guerra.
c) Según la carga que disparan, se distinguen de proyectil único,
denominado “bala”, tales como el revólver, fusil, carabina, etcétera.
De proyectil múltiple, tales como perdigones, metralla; entre estas
se encuentran la escopeta y, en general, las armas de guerra.
d) Conforme a su calibre, están las armas de pequeño calibre,
como el revólver y la pistola. Las armas de grueso calibre, fusil y ca-
rabina. En cuanto al calibre, según Etcheberry: “El diámetro interior
del cañón de un arma de fuego, en Estados Unidos y en Inglaterra,
se mide en pulgadas; en los países donde se usa el sistema métrico,
se mide en milímetros”.59
e) También se clasifican en armas de corto y largo alcance,
lo que se ajusta a la balística y depende de la distancia a la cual se
efectúa el disparo.
f) Considerando la constitución de las armas, se habla de armas
típicas y de armas atípicas. Las típicas son las armas propiamente tales,
que son las fabricadas usualmente por industrias o establecimientos
autorizados y tienen características propias. Las armas atípicas son
de construcción casera, o arregladas como armas.

10.3. DESCRIPCIÓN DE LAS ARMAS DE FUEGO

Las armas cortas más usadas para cometer hechos delictuosos


son, entre otras, el revólver y la pistola.
a) El revólver consta de un cilindro giratorio o tambor, dentro
del cual se depositan los proyectiles o balas, y de la culata, que sirve
para tomar el arma, y del cañón, por el cual se dispara o sale el pro-
yectil, el que termina en un orificio anterior conocido como boca de
fuego y sobre ella está el punto de mira. El otro orificio del cañón,
o posterior, llamado boca de carga, comunica el cilindro por donde
pasa el proyectil al disparar. En el interior del cañón se encuentra
el “ánima”, que son estrías helicoidales, las que le dan al proyectil
un movimiento de rotación. También se compone el revólver del
gatillo, el que puesto en movimiento por el dedo índice, al golpear
con el martillo la parte superior del proyectil, este es expedido por
los gases de la pólvora.

59
ETCHEBERRY, ob. cit., pág. 152.

229
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

b) La pistola no tiene tambor o cilindro giratorio, sino que es


aplanada. Los proyectiles van en un depósito, cargador o magazine,
que va, a su vez, en la culata de la pistola. Las pistolas semiautomáticas
se van recargando a medida que se disparan los proyectiles por la
fuerza de los gases de la pólvora y se elimina la cápsula usada.

10.4. LESIONES POR ARMAS DE FUEGO PROPIAMENTE TALES

a) Las heridas o lesiones producidas por armas de fuego son,


al decir unánime de los autores, lesiones contusas, pues el proyectil
al penetrar en el cuerpo humano, actúa mediante choque, golpe
o aplastamiento de los tejidos y causa contusión. Confirman Basile
y Waisman: “Las lesiones que provocan los proyectiles de arma de
fuego son contusas, a las que se agrega un elemento perforante de
distinta gravedad, de acuerdo con la región anatómica en que hace
impacto”.60
Nerio Rojas dice: “El arma de fuego utiliza una cápsula que
encierra la carga de pólvora y una bala o municiones. La herida es
producida por la penetración del proyectil disparado violentamente
por la explosión de la pólvora por la percusión”.61
b) Las características de estas lesiones sufren alteraciones según
sea el tipo de arma empleada; el proyectil, si es bala o perdigones;
la distancia del disparo, la clase de pólvora, de qué está fabricada
la pólvora, etcétera.
c) La cátedra es de opinión que las heridas ocasionadas por los
proyectiles disparados por un arma de fuego no pueden ser califica-
das como simplemente contusas sin otro agregado. En efecto, estas
lesiones que sufre el cuerpo tienen signos totalmente distintos a los
que se producen por un arma contundente propiamente tal, y no es
suficiente el manifestar que así se califican o como una especie de
heridas contusas, por la actuación del agente mecánico, bala, pro-
yectil, perdigón, etcétera, en virtud del choque o aplastamiento.
d) De consiguiente, creemos que las lesiones producidas por
armas de fuego deben catalogarse como heridas contusas sui gé-
neris, pues no solo se observan en ellas las demostraciones de las
contusiones, sino que hay manifestaciones de perforación de los

60
BASILE Y OTRO, ob. cit., t. I, pág. 203.
61
ROJAS, ob. cit., pág. 51.

230
CAPÍTULO I. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

tejidos, destrucción de los mismos y de los huesos. Se presentan


rasgos inconfundibles, como el orificio de entrada, el tatuaje, anillo
de contusión, ahumamiento, trayectoria y orificio de salida, que no
concurren en otro tipo de lesiones.
e) En definitiva, se resuelva que estas heridas a bala son contusas
o contusas sui géneris, para su estudio hay que hacer algunos alcances
y analizar ciertas materias, como son: la distancia del disparo, el arma
usada, su identificación, huellas, si está cargada con bala o perdi-
gón o con pólvora y su clase, calibre del arma, disparos efectuados,
gravedad de las lesiones, los disparos que ocasionan estas heridas,
etcétera, las que se verán a continuación. Varios de estos temas se
analizan en los informes médico-legales balísticos.

10.5. LESIONES PRODUCIDAS POR ARMAS DE FUEGO


DE PROYECTIL ÚNICO

En las lesiones producidas por las armas de proyectil único –ta-


les como revólver, en la mayoría de los casos; en menor escala por
pistolas– se aprecian el orificio de entrada, la trayectoria y el orificio
de salida. Queremos dejar constancia desde ya, en esta parte, que
los autores y tratadistas designan con nombres distintos las mismas
características, zonas y contornos del orificio de entrada.

10.5.1. Orificio de entrada

a) También se le denomina herida u orificio natural, por el cual


ingresa y penetra la punta del proyectil. Esta entrada se aprecia en
la piel a simple vista y corresponde al paso del proyectil hacia el
interior del cuerpo. Nerio Rojas expresa: “Es la herida producida
en la piel por la penetración de la bala”.62
b) Por regla general, este orificio es circular u ovalado, pero va-
riando según el calibre del arma, la distancia y velocidad del disparo
y la forma del proyectil. En otras oportunidades el orificio de entrada
ofrece desgarros, quemaduras, erosiones o forma estrellada.
c) El orificio de entrada no se observa en ciertos casos, cuando el
proyectil penetra al cuerpo por orificios naturales del mismo, boca,

62
ROJAS, ob. cit., pág. 52.

231
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

fosas nasales, etcétera. En otras circunstancias, por no tener mucha


fuerza o velocidad, no hay demostraciones del orificio de entrada,
sólo una erosión o contusión, o sólo pudo haber rebotado.
d) Este orificio o herida de entrada es generalmente uno solo o
único por cada disparo. A veces, y aunque se trate de dos o más disparos,
puede existir un solo orificio, ya que todos los proyectiles penetran por
el mismo lugar. Por el contrario, en ciertas ocasiones un disparo puede
provocar más de un orificio de entrada, cuando atraviesa la mano o
antebrazo, antes de llegar al tórax u otra parte del cuerpo.
Referente al número de orificios de entrada, Bonnet afirma: “El
orificio de entrada es por lo general único y corresponde al proyectil
que ha sido disparado, siendo la regla teórica que existan tantos
orificios como proyectiles disparados”.63
e) Las dimensiones del orificio de entrada varían según la dis-
tancia y el tipo de proyectil empleado. Sin embargo, en balística se
sostiene que en los disparos a corta distancia, hasta 45 ó 50 cm, el
orificio de entrada es más grande que el de salida. En los de larga
distancia, el de entrada es más pequeño que el de salida.
f) Se nota en el orificio de entrada lo que se denomina “fogona-
zo” en los disparos a corta distancia, a boca de jarro y a quemarropa,
por la acción del humo que se origina por la pólvora, produciéndose
quemaduras y ennegrecimiento de la piel.
g) Tenemos el “anillo o cinta de contusión”, que es el hundi-
miento de la piel al pasar el proyectil hacia el interior. Es una faja
estrecha alrededor del orificio, erosiva y contusa. Vargas anota: “se
forma por la mayor retractilidad de la epidermis, con relación a la
dermis”.64 Se dice que este signo es constante, que da cuenta de la
existencia de un disparo y solo se comprueba en los disparos reali-
zados cuando la persona está viva.
h) Observamos también el “anillo de enjugamiento” o collarete
de limpiado, que aparece muy cercano al orificio de entrada. Sobre
el particular, Achaval agrega: “La piel le forma un anillo que limpia
al proyectil de las impurezas que porta en su superficie, entre otras
cosas de los metales, cobre o níquel de la camisa del proyectil o de
plomo si este es sin camisa, también hierro del material del arma y
que pueden reconocerse mediante espectrografía”.65

63
BONNET, ob. cit., t. I, pág. 642.
64
VARGAS, ob. cit., pág. 160.
65
ACHAVAL, ob. cit., pág. 84.

232
CAPÍTULO I. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

El anillo o collarete de erosión y el de enjugamiento se conocen


como zona de Fish, anillo o collarete de Fish.
i) El “tatuaje” es otro de los signos de importancia médico-legal
en el orificio de entrada, especialmente en los disparos a corta dis-
tancia. No se detecta en los disparos a quemarropa, de contacto, ni
a boca de jarro, pues los granos o residuos de la pólvora penetran
con el proyectil, y en los de larga distancia la pólvora se quema.
Etcheberry explica: “Se designa con el nombre de tatuaje en
general al conjunto de los estigmas que deja en la piel la acción de
la pólvora, a saber: el cono de la llama, la incrustación de granos
de pólvora y el negro de humo. Sin embargo, se reserva el nombre
exclusivo de tatuaje a la incrustación de granos de pólvora no com-
bustionados, que es la parte más importante, desde luego que es de
carácter indeleble”.66
El tatuaje se vincula con el efecto de la pólvora, tanto la que se
quema como los granos sin combustión que se encuentran en la piel.
Nerio Rojas explica: “La explosión de la pólvora expele violentamente
el proyectil y tras él salen los gases, los granos de pólvora sin quemar
y el humo. Los granos en combustión incompleta se incrustan en la
piel y forman el ‘tatuaje’ verdadero; el humo se adhiere superficial-
mente y constituye el falso tatuaje o ahumamiento.
El tatuaje propiamente dicho se compone de puntos oscuros
en la piel, en una zona vecina al orificio, concéntrica o no, más
compacta con los disparos de pocos centímetros y más franca con
las pólvoras negras”.67
Gisbert Calabuig dice: “Dentro del tatuaje hemos de distinguir
una parte deleble, es decir, susceptible de desaparecer por el lavado,
constituida por el depósito de negro de humo y los granos de pólvora
situados sobre la superficie de la piel o solo ligeramente incrustados
en la epidermis. A su vez, el tatuaje indeleble está formado por los
granos de pólvora firmemente incrustados en la dermis y la quema-
dura producida por la llama, que resisten a la acción mecánica del
lavado”.68
j) Según Bonnet: “El tatuaje puede, en términos generales, dividirse
en: 1) verdadero, y 2) falso o seudotatuaje. El primero no desaparece
por la acción del lavado y se halla representado por: a) la quemadura

66
ETCHEBERRY, ob. cit., pág. 57.
67
ROJAS, ob. cit., pág. 53.
68
GISBERT CALABUIG, Medicina Legal y Toxicología, ob. cit., pág. 522.

233
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

o chamuscamiento o fogonazo, y b) por los granos de pólvora que, al


no entrar en combustión, se han depositado en la piel. El segundo, que
desaparece por la acción del lavado, está formado por el ahumamiento
o stompage de los franceses, es decir, por el negro de humo”.69

10.5.2. Trayectoria de la bala

a) El trayecto o trayectoria del proyectil es el camino que recorre


dentro del cuerpo de la persona, pudiendo ser uno solo o varios,
cuando el proyectil se despedaza o fragmenta. En este tránsito atra-
viesa tejidos, órganos, cavidades, y se estrella, perfora o destruye
huesos, órganos, piel, arterias, etcétera.
b) Guillermo Uribe apunta: “Es el camino recorrido una vez que
el proyectil ha penetrado en el cuerpo. Esta trayectoria es a veces
rectilínea, de acuerdo con la dirección del disparo; mas cuando se
trata de proyectiles no blindados, es posible que la bala se divida en
múltiples fragmentos, haciendo el papel de varios proyectiles, que
siguen otros tantos recorridos distintos. También cuando se rompe
en fragmentos un hueso, las esquirlas óseas pueden obrar a la ma-
nera de pequeños e irregulares proyectiles”.70
c) La demostración de la trayectoria de la bala puede hacerse
mediante el examen de rayos X, y si la persona ha fallecido, en la
autopsia médico-legal.
d) Rafael Moreno González, en la balística forense reconstruc-
tiva, explica: “El trayecto del proyectil señala el camino recorrido
por este a través del cuerpo. Único en la mayoría de los casos, se
torna doble o múltiple cuando el proyectil se fragmenta al chocar
contra partes óseas.
El trayecto no es un canal uniforme, siendo más reducido al atra-
vesar las aponeurosis y ensanchándose al pasar por los músculos.
Su interior está generalmente ocupado por sangre coagulada,
restos de tejidos dilacerados y cuerpos extraños, ya provengan del
exterior, ya del propio organismo”.71
e) La importancia de la trayectoria de la bala la destaca Nerio
Rojas al decir: “El estudio del trayecto es útil para determinar la

69
BONNET, ob. cit., t. I, pág. 670.
70
URIBE Y OTRO, ob. cit., págs. 184 y 185.
71
MORENO, ob. cit., pág. 51.

234
CAPÍTULO I. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

dirección del disparo y, por consiguiente, la posición del agresor


con relación a su víctima. Las marcas de pólvora en la primera parte
del trayecto tienen valor para determinar el orificio de entrada. A
falta de otros datos, por la putrefacción, por ejemplo, la dirección
del arrastre de esquirlas óseas indica la marcha del proyectil. En los
huesos planos (cráneo, costillas, etcétera) hay datos ciertos: la tabla
primera perforada tiene orificio regular, como con sacabocados,
mientras la segunda, aquella por donde la bala salió de ese hueso,
tiene esquirlas u orificio en bisel”.72

10.5.3. Orificio de salida

a) Varias de las características del orificio de salida se determinan


en consideración al orificio de entrada, pero en forma negativa. Este
orificio de salida no siempre se observa en las heridas por armas de
fuego, pues el proyectil puede quedar o alojarse dentro del organis-
mo, órganos, huesos o tejidos, y no salir.
b) Nerio Rojas, agrega que “es la lesión provocada por la bala
después de atravesar el cuerpo. Este orificio es, por lo general, irre-
gular, a veces desgarrado, igual o más grande que el de entrada,
todo lo cual es debido a la desviación de salida de la bala o a su
deformación, o a la acción de esquirlas óseas”.73
c) El orificio de salida en los disparos a corta distancia es menor
que el orificio de entrada. En los de larga distancia, el de salida es
muy superior o más grande que la herida de entrada.
d) No tiene la herida de salida el tatuaje, el anillo de contusión
ni el de enjugamiento, fogonazo o ahumamiento.
e) Dejaremos constancia sobre los caracteres generales del orificio
de salida que precisa Etcheberry, de la siguiente forma:
“En la piel el orificio se presenta con aspecto lacerado, estrellado
o fisurado, irregular, especialmente cuando el proyectil ha sufrido
deformaciones en su trayecto intracorporal.
En los huesos pianos el orificio de salida constituye una pérdida
de sustancias de forma tronco-cónica, con base mayor correspon-
diente a la tabla externa.

72
ROJAS, ob. cit., pág. 57.
73
ROJAS, ob. cit., págs. 57 y 58.

235
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

El perito no debe olvidar que en casos excepcionales puede


producirse a nivel del orificio de salida un ‘halo contuso’ similar al
de entrada”.74

10.6. LESIONES PRODUCIDAS POR ARMAS DE FUEGO CARGADAS


CON PERDIGONES

a) En esta parte trataremos las heridas provocadas por armas de


fuego de proyectil múltiple, en especial las causadas por escopetas
que se recargan con cartuchos, los que contienen perdigones.
b) Basile y Waisman puntualizan: “Las lesiones por escopeta
dependen de la distancia existente entre la ubicación del arma y
el lesionado.
En general, antes del metro de distancia, el contenido del cartu-
cho actúa en conjunto como si fuera un solo proyectil; se dice que
‘hace bala’ penetrando en el organismo no solo las municiones, sino
también el resto de los componentes, como los diversos tacos que
separan los compartimientos del cartucho, conformando un solo
orificio de entrada; pero, por encima de esa distancia, los perdigones
comienzan a dispersarse provocando cada uno de ellos un nuevo
orificio de entrada y una trayectoria interna diferente. La resistencia
que opone el aire hace que los tacos pierdan fuerza contusiva”.75
c) De consiguiente, en los disparos que pueden calificarse de
corta distancia hechos por escopetas, que es el arma que causa una
serie de lesiones, algunas mortales, lo que es atinente al aspecto
médico-legal, los perdigones o municiones que integran el proyectil
actúan como si se tratase de “uno solo”, de proyectil único. Cuando
el disparo es a larga distancia, los perdigones tienen menor fuerza
y se dispersan y desparraman en forma de parábola o abanico, for-
mando la “rosa de dispersión”.
d) Luego, en los disparos a corta distancia o de contacto, se
forma un solo orificio de entrada, pero casi siempre es mayor o más
grande que cuando es proyectil único propiamente tal. Los de larga
distancia provocan en el cuerpo varias heridas, por los perdigones,
o varios pequeños orificios que son característicos para el médico
legista. Estos orificios están separados unos de los otros, dando lugar

74
ETCHEBERRY, ob. cit., pág. 66.
75
BASILE Y OTRO, ob. cit., t. I, pág. 222.

236
CAPÍTULO I. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

a lesiones múltiples, no tan graves como en la situación anterior,


que pueden ser mortales.
Antes de terminar este capítulo, es menester señalar que existen
otras lesiones causadas por armas de fuego de gran poder destructivo,
como son las producidas por armas de grueso calibre, de guerra y
una serie de armas modernas, entre las que se encuentran las me-
tralletas, fusiles de repetición, pistolas automáticas, los proyectiles
son blindados con punta de metal, y de alta velocidad.

11. INVESTIGACIÓN MÉDICO-LEGAL DE LAS LESIONES

Sin perjuicio de lo que hemos señalado en cada párrafo, al pre-


ocuparnos de los tipos de lesiones y el daño que producen en el ser
humano, el informe o la investigación médico-legal debe concretarse
fundamentalmente a los siguientes puntos:
1. Tipo de arma o instrumento que causó la lesión. Esto se infiere
al examinar la lesión de que se trata, pues, como ya lo establecimos,
cada instrumento o agente deja marcas, huellas o características
peculiares que lo distinguen de los demás. Así se consignará si es un
arma de fuego, un instrumento punzante, cortante, contundente,
un agente físico, químico, virulento, etcétera.
2. Características de las heridas. Los signos que la exteriorizan
según la clase de herida. Si admite grados, como en las quemaduras,
indicarlo. Si es herida por arma de fuego, si es a corta distancia, larga
distancia, proyectil único, múltiple, orificio de entrada, su zona, tra-
yectoria, etcétera. Si son lesiones por armas cortantes, instrumento
empleado, aspecto de la herida, su forma y dirección, posición en
que se encontraba la víctima al momento de la lesión, etcétera.
3. Si la lesión es producto de un hecho delictuoso o casual.
Cometida por la misma persona que la sufre o por terceros. En el
caso de lesiones mortales, si es obra de homicidio o suicidio. Nos
remitimos a lo estudiado en los diversos tipos de lesiones y a sus
rasgos esenciales.
4. Fecha en la que se causó el trauma. Como se demostró en
capítulos aparte, las lesiones tienen un período evolutivo y el perito
puede declarar la fecha en que se efectuaron. Las equimosis tienen
una verdadera cronología y van cambiando de color continuamente
hasta que desaparecen, igualmente las quemaduras de primero y
segundo grado, las causadas por instrumentos cortantes, etcétera.

237
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

5. Si las lesiones fueron vitales o post mortem. El informe debe


registrar si son traumas motivados en vida o después de muerto.
Asimismo, se indicó que hay rasgos en las lesiones que son incon-
fundibles para concluir si se originaron en vida o en el cadáver.
6. Si en el lesionado han intervenido concausas. Las concausas
son ciertos factores individuales que pueden producir en la persona
que las tiene consecuencias que de ordinario no se producirían si
no existiesen tales factores. Por ejemplo, una lesión leve, como lo
es una erosión o una equimosis, provoca en un hemofílico grandes
hemorragias y la posible muerte. Si estos factores concurren, deben
asentarse en la pericia.
7. También es materia de investigación médico-legal de las he-
ridas, si han sido, por ejemplo, causadas por una o varias personas,
y si se trata de heridas simuladas, disimuladas o reales.
8. Para el establecimiento de las características de las heridas,
se puede también recurrir a exámenes y equipos de laboratorio,
microscopio, pruebas, reacciones químicas, técnicas especiales, etc.,
según la herida que se hubiese causado.

12. DISPOSICIONES DEL CÓDIGO PROCESAL PENAL


REFERENTES A LAS LESIONES CORPORALES

Artículo 200. Lesiones corporales. Toda persona a cuyo cargo


se encontrare un hospital u otro establecimiento de salud seme-
jante, fuere público o privado, dará en el acto cuenta al fiscal de la
entrada de cualquier individuo que tuviere lesiones corporales de
significación, indicando brevemente el estado del paciente y la ex-
posición que hicieren la o las personas que lo hubieren conducido
acerca del origen de dichas lesiones y del lugar y estado en que se
le hubiere encontrado. La denuncia deberá consignar el estado del
paciente, describir los signos externos de las lesiones e incluir las
exposiciones que hicieren el afectado o las personas que lo hubieren
conducido.
En ausencia del jefe del establecimiento, dará cuenta el que lo
subrogare en el momento del ingreso del lesionado.
El incumplimiento de la obligación prevista en este artículo se
castigará con la pena que prevé el artículo 494 del Código Penal.

238
Capítulo II
EL DELITO DE CONTAGIO VENÉREO

1. GENERALIDADES

1. El delito de contagio venéreo, también denominado contami-


nación venérea sexual, o contagio intersexual, se ejecuta mediante
“suministro de virus”; en otras palabras, la infracción punible se comete
cuando se infecta a una persona sana una enfermedad de tipo sexual,
o bastando que la persona infectada tenga acceso carnal, sabiendo
de su enfermedad, y ponga en peligro la salud del tercero.
2. Una serie de países, como lo veremos más adelante, castigan
como figura penal independiente el delito de contagio venéreo. Otras
lo asimilan o lo castigan conforme a las normas aplicables para el
delito de lesiones, considerando la enfermedad o incapacidad que
provocan al ofendido. Por último, en otros países no se contempla
este delito. Nosotros estimamos que se debiera legislar en forma
amplia, y tipificar el delito de transmisión de enfermedades conta-
giosas en general, incluyendo el sida y las venéreas, hoy denominadas
Enfermedades de Transmisión Sexual, cuya sigla es ETS.
3. Ciertos autores señalan que el contagio de una enfermedad,
por muy grave que ella sea y aunque se infecte a una persona sana,
no tendría la calidad de delito. Otros, cuando la transmisión de la
dolencia es solo dolosa, con la intención de provocarla.
4. Conjuntamente con la figura del delito de contagio vené-
reo, se trata el llamado contagio nutricio, que consiste en que una
nodriza que alimenta al lactante le transmite cierta enfermedad
venérea. También puede darse el caso, aunque no a menudo, de
que el lactante enfermo contamine a su nodriza.
5. En la actualidad este delito tiene mucha importancia, espe-
cialmente por haberse detectado el sida, hace varios años, que no es

239
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

una enfermedad sexual, sino que es de transmisión sexual. Por no


existir tipos penales específicos para castigar la inoculación del virus
del sida, podría pensarse que se extiende al contagio venéreo.
6. Una de las maneras, o si se quiere la más común, para gene-
rar el delito de contagio venéreo, es mediante el acto sexual, pero
este no es el único medio o vía, pues existen los factores indirectos
o extragenitales, como por ejemplo el uso de ropa o utensilios de
un enfermo, la acción de las manos, besos, mordeduras, caricias,
etcétera.

2. DEFINICIONES

1. Bonnet apunta: “Entendemos por contagio o contaminación


sexual, el pasaje genital o paragenital de enfermedades infecciosas,
contagiosas y peligrosas, venéreas o paravenéreas, llevado a cabo
directa o indirectamente”.1
2. Goldstein expresa: “Incurre en este delito quien, sabiéndose
afectado de una enfermedad venérea transmisible, la contagia a
otra persona”.2

3. FORMAS DE COMISIÓN DEL DELITO DE CONTAGIO


VENÉREO

1. La Enciclopedia Jurídica Omeba indica: “Contagiar es comunicar


o pegar una enfermedad contagiosa. Contagio (del latín contagio,
de contingo; de cum, con, y targo, tocar) es la transmisión por con-
tacto inmediato o mediato de una enfermedad específica, desde el
individuo enfermo al sano”.3
2. Desde el punto de vista del Derecho Penal, la transmisión
de la enfermedad venérea puede ser a título de dolo o culpa. Se
estaría en presencia de un dolo de tipo directo cuando el agente
infectado tiene la intención de contaminar a una persona sana y lo
consigue. Podría operar incluso el dolo eventual, no tuvo la intención
de provocar la enfermedad, pero se representó tal probabilidad y

1
BONNET, ob. cit., t. II, pág. 1019.
2
GOLDSTEIN, ob. cit., pág. 151.
3
Encicl. Jur. Omeba, ob. cit., t. X, pág. 307.

240
CAPÍTULO II. EL DELITO DE CONTAGIO VENÉREO

aceptó el posible daño a la salud del tercero. Sería cometido por


medio de la culpa cuando estando enfermo y sabiéndolo, contagia
a otra persona sana, sin intención, debiendo prever el resultado de
la enfermedad.
3. Waldo Cea Quiroz apunta: “a) En relación sexual; b) sin
relación sexual; c) contagio nutricio”. Agrega más adelante que en
relación sexual puede ser entre cónyuges y entre extraños.4
4. Bonnet señala: “Hay pasaje genital de una enfermedad cuando
se produce con motivo del coito y durante el mismo, cualquiera que
sea la forma de este, o bien por contacto genito-sexual, sin llegar al
coito, como es el caso del abuso deshonesto. Hay pasaje extragenital
cuando se efectúa por un mecanismo diferente al sexual”.5
Este autor acota: “La vía de propagación es directa cuando no
existen intermediarios entre el contaminado y el contaminador
(coito, mordisco, succiones, lactancia, manipuleos, besos, etc.); y es
indirecta cuando aquellos se hallan constituidos por ropas, boquillas,
bombillas, etcétera”.6
5. Achaval explica: “El contagio de enfermedades venéreas pue-
de ser conyugal o extraconyugal, sexual y extrasexual. El contagio
de enfermedades venéreas sexual puede ser de localización genital
o extragenital, puede ser homosexual o heterosexual. Las ‘zonas
venéreas’ son las de roce y de microtraumatismos durante la cópula,
horquilla vulvar, clítoris, labios, tanto mayores como menores, glande,
surco balano prepucial, frenillo, zona anal y perianal. El treponema
fuera de su óptimo en temperatura y humedad es lábil y, por ello, en
ropa interior, de cama, toallas contaminadas, no sobrevive más de 15
minutos. En utensilios de bebida o mesa, bombillas, instrumental qui-
rúrgico o sanitario, se destruye antes de cumplirse hora y media.
También el contagio de enfermedades venéreas extrasexual in-
cluye el contagio nutricio de niño a nodriza o de nodriza a niño, el
transfusional por perfusión de sangre o plasma”.7
6. René González de la Vega, en sus comentarios al Código
Penal mexicano, al tratar “del peligro de contagio”, expone: “La
relación sexual, que constituye el acto consumativo del ilícito penal
en estudio, no reviste los caracteres de la cópula, en cuanto a los

4
Revista de Derecho Nº 79, enero-marzo de 1952, año XX, Escuela Tipográfica
Salesiana, Concepción, Chile, pág. 39.
5
BONNET, ob. cit., t. II, pág. 1019.
6
Ibíd.
7
ACHAVAL, ob. cit., pág. 428.

241
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

elementos requeridos (introducción viril), pues bastaría cualquier


acto erótico-sexual, capaz de producir el contagio”.8
7. Basile y Waisman apuntan: “El delito de enfermedades venéreas
es comprendido tanto para las relaciones sexuales simples, violentas
(violación, abuso deshonesto) o bien en los casos que, configurando
delito, no implican violencia sexual (estupro, adulterio)”.9

4. SANCIÓN PENAL LEGISLATIVA DEL DELITO


DE CONTAGIO VENÉREO

1. El enfoque y trato legislativo que se le ha dado al delito de


contagio venéreo no es uniforme. En algunos países se ha configu-
rado como un delito específico, en otros como un tipo especial del
delito de lesiones o contra la salud pública y ciertas legislaciones no
lo consideran. Bonnet expone: “Fuera del delito especial de conta-
minación (dolosa o culposa), se plantea como forma de lesiones en
los códigos que no prevén concretamente el contagio como delito,
como causa agravante en casos de corrupción, ultrajes al pudor,
violación o estupro, como motivo de responsabilidad médica al
propagar la infección o al no impedirla, y como delito de violación
de secreto, ya en privado, ya ante la justicia”.10
2. El Código Penal mexicano artículo 199 bis, dispone: “El que
sabiendo que está enfermo de sífilis o de un mal venéreo en periodo
infectante, ponga en peligro de contagio la salud de otro por medio
de relaciones sexuales, será sancionado..., sin perjuicio de la pena
que corresponda si se causa el contagio”.
3. Por su parte, el artículo 348 bis del Código Penal español, ubi-
cado en el capítulo de los delitos de riesgo general, y en la sección
segunda de los delitos contra la salud pública –aunque no se refiere
derechamente al delito de contagio venéreo, se estima que puede
englobarse en ella–, anota: “El que maliciosamente propagare una
enfermedad transmisible a las personas será castigado con la pena

8
RENÉ GONZÁLEZ DE LA VEGA, Comentarios al Código Penal. Concordancias, Apén-
dice de Jurisprudencia, Índice Analítico General, Bibliografía, Selección de Circulares de la
P.G.J.D.F. y Reflexiones Penitenciarias. Prólogo a la primera edición del doctor Sergio
García Remires. Segunda edición, corregida y aumentada, Cárdenas Editor y Dis-
tribuidor, México, 1981, pág. 307.
9
BASILE Y OTRO, ob. cit., t. I, pág. 475.
10
BONNET, ob. cit., t. II, pág. 1020.

242
CAPÍTULO II. EL DELITO DE CONTAGIO VENÉREO

de prisión menor. No obstante, los tribunales, teniendo en cuenta


el grado de perversidad del delincuente, la finalidad perseguida o
el peligro que la enfermedad entrañare, podrán imponer la pena
superior inmediata, sin perjuicio de castigar el hecho como corres-
ponda, si constituyere delito más grave”.
4. El artículo 202 del Código Penal argentino, en el título de
los delitos contra la salud pública, preceptúa: “Será reprimido con
reclusión, o prisión de tres a quince años, el que propagare una en-
fermedad peligrosa y contagiosa para las personas”. Esta disposición
legal debe tomarse en relación con el artículo 18 de la Ley Nº 12.331,
del 30 de diciembre de 1936, la que en su texto reza: “Será reprimido
con la pena establecida en el artículo 202 del Código Penal, quien,
sabiéndose afectado de una enfermedad venérea transmisible, la
contagie a otra persona”.
5. El Código Penal de Brasil trata el delito específico de peligro
de contagio venéreo en su artículo 130, en el capítulo del peligro de
la vida y de la salud, y manifiesta: “Exponer a alguien por medio de
actos sexuales o cualquier otro acto lascivo, a contagio de enfermedad
venérea, de que sabe o debe saber que está contaminado…”.
6. El artículo 151 del Código Penal de Guatemala se refiere al
contagio venéreo con las figuras de las lesiones, e indica: “Quien
conociendo que padece de enfermedad venérea, expusiere a otro
al contagio, será sancionado con multa de cincuenta a trescientos
quetzales.
Si el contagio ocurriere, además, se le impondrá prisión de dos
meses a un año.
Este delito sólo es perseguible a instancia de parte”.
7. Igualmente se encuentra en el Título de las lesiones el con-
tagio venéreo, en el artículo 130 del Código Penal de Costa Rica,
que dice: “El que sabiendo que padece una enfermedad venérea,
contagiare a otro, será sancionado con prisión de uno a tres años.
Este hecho solo es perseguible a instancia privada”.
8. El artículo 306 del Código Penal colombiano, que se encuen-
tra en el párrafo correspondiente a las disposiciones comunes a los
capítulos anteriores, sobre los delitos contra la libertad y el pudor
sexuales, tales como la violación, el estupro y los actos sexuales
abusivos, en su Nº 4 apunta: “La pena para los delitos descritos
en los capítulos anteriores, se aumentará de una tercera parte a
la mitad en los casos siguientes: Si se produjere contaminación
venérea…”.

243
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

9. El Código Penal ruso en la versión que se conoce a la fecha se


refiere al contagio de enfermedad venérea en el acápite pertinente,
de los delitos contra la vida, la salud, la libertad y la dignidad de la
persona, exponiendo en su artículo 115: “El contagio de enfermedad
venérea, causado por una persona que sabe que se encuentra afectada
por esta enfermedad, se sancionará con privación de libertad hasta
por tres años o con trabajos correccionales, hasta por un año”.
10. El artículo 277 del Código Penal de Bolivia, en el capítulo de
los delitos contra la integridad corporal y la salud, describe el delito de
contagio venéreo de la siguiente manera: “El que a sabiendas de hallarse
atacado de una enfermedad venérea, pusiere en peligro de contagio a
otra persona mediante relaciones sexuales, extrasexuales o nutricias,
será sancionado con privación de libertad de un mes a un año”.
11. El artículo 454 del Código Penal de Cuba, en la sección de
los delitos de propagación de epidemias y de contagio venéreo, reza:
“A) El que a sabiendas de que se encuentra atacado de una enferme-
dad sexual en su periodo contagioso, infectare a otra persona, sin su
conocimiento, por vía intersexual o de otra manera, será sancionado
con privación de libertad de un mes y un día a seis meses o multa
de treinta y una a ciento ochenta cuotas, o ambas. B) Si el contagio
tuviere lugar entre cónyuges, solo podrá ser perseguido a instancia
de la parte ofendida”.
12. El artículo 432 del Código Penal de Ecuador dispone: “Será
reprimido con prisión de uno a cinco años y multa de cincuenta a
mil sucres, el que propague, a sabiendas, una enfermedad peligrosa
o contagiosa para las personas”.
13. El artículo 289 del Código Penal peruano consigna: “Propa-
gación de enfermedad peligrosa o contagiosa
El que, a sabiendas, propaga una enfermedad peligrosa o conta-
giosa para la salud de las personas, será reprimido con pena privativa
de libertad no menor de tres ni mayor de diez años”.

5. EL DELITO DE CONTAGIO VENÉREO EN CHILE

1. En nuestro país podemos afirmar categóricamente que no


existe disposición legal que tipifique expresamente el delito de
contagio venéreo y nutricio.
2. Waldo Cea Q., refiriéndose al Reglamento de Enfermedades
Venéreas, vigente al año 1950 consigna: “Delito de contagio: Este

244
CAPÍTULO II. EL DELITO DE CONTAGIO VENÉREO

principio no se encuentra establecido en nuestra legislación, aun-


que encontramos un asomo de él en el art. 12, que dice: ‘Si alguna
persona afectada de sífilis, gonorrea u otro mal venéreo, delibera-
damente o por negligencia, imprudencia o descuido, contribuyera
a la propagación de su enfermedad, podrá ser hospitalizada por la
autoridad sanitaria o recluida mientras dura la posibilidad del con-
tagio, sin perjuicio de las sanciones que procedan’”.11
3. Grisolía, Bustos y Politoff expresan: “Del Río calificó estas hi-
pótesis como ‘daños causados a la salud de las personas por medios
virulentos’ que ‘significan maltrato de obra’. Hay aquí una evidente
confusión entre el efecto lesivo de la acción microbiana y la forma
de penetración en el organismo, que no puede ser asimilada, sin
violentar el texto, a ninguno de los verbos del artículo 397”.12
4. Labatut señala: “El Código Penal no contempló en forma
expresa el delito de contagio venéreo ni el de contagio nutricio,
como lo hacen actualmente la generalidad de las legislaciones y, de
acuerdo con ellas, los proyectos chilenos”.13
5. Este autor acota: “Sin embargo, aplicando las disposiciones
del párrafo en estudio, se llega a la conclusión de que estas enfer-
medades constituirán lesiones graves o menos graves, según sean
las consecuencias, porque representan daños causados a la salud
de las personas por medios virulentos, significan maltrato de obra
y se traducen en enfermedades o incapacidades para el trabajo que
pueden durar más o menos treinta días’”.14
6. De consiguiente, en Chile no está descrita la conducta del
contagio o propagación de enfermedad sexual y se ha estimado para
su punibilidad una asimilación, un tanto discutida, al daño que causa
a la salud individual el delito de lesiones corporales.

6. GENERALIDADES SOBRE LAS ENFERMEDADES


DE TRANSMISIÓN SEXUAL

1. Entre las enfermedades de transmisión sexual más importan-


tes se conocen la blenorragia, la sífilis, el chancro blando, la linfo-
granulomatosis o linfogranuloma venéreo, las herpes genitales, las
11
Revista de Derecho, Universidad de Concepción, ob. cit., pág. 69.
12
GRISOLÍA Y OTROS, ob. cit., pág. 312.
13
LABATUT, ob. cit., pág. 178.
14
Ibíd.

245
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

tricomoniasis, candidiasis genital, chancroide, granuloma inguinal,


etcétera.
2. Dentro de esta materia damos un vistazo al Síndrome de In-
munodeficiencia Adquirida (SIDA), por la importancia que tiene
en el campo médico y médico-legal, repitiendo que no es una enfer-
medad de corte sexual, sino que puede contagiarse a una persona
por el contacto sexual.
3. Derek Llewellyn-Jones indica que son enfermedades de transmisión
sexual “aquellas que se transmiten, de manera exclusiva o primordial,
cuando dos personas tienen relaciones sexuales íntimas”.15
4. Bonnet anota: “Afecciones venéreas o sexuales son la sífilis,
la blenorragia y el chancro blando. Hay autores que encuadran con
esta designación la poradenitis inguinal subaguda, el granuloma
venéreo y el herpes genital. Otros, en cambio, las hacen depender
de las enfermedades paravenéreas que pueden adquirirse o no por
el coito, pero que son infecciosas, contagiosas, y capaces de crear
situaciones jurídicas, de las cuales son ejemplo, además de aquellas,
el eritrasma, la pitiriasis versicolor, la moniliasis, etcétera”.16
5. McCary apunta: “Estas enfermedades atacan a hombres, mu-
jeres y niños de manera similar en todo el mundo, y se consideran
entre los males más graves de la humanidad. El descubrimiento
de la penicilina y otros antibióticos hizo nacer la esperanza de que
sería posible el control o hasta la erradicación de las enfermedades
venéreas. Sin embargo, en la actualidad ya no se considera como una
meta realista su erradicación completa, por lo menos hasta que se
desarrollen nuevas técnicas de tratamiento y control de los contac-
tos sexuales del paciente. No obstante, por fortuna, los científicos
continúan desplegando grandes esfuerzos para encontrar soluciones
al problema de las enfermedades venéreas”.17
6. Sin lugar a dudas, esta materia de las enfermedades venéreas
y su propagación y el delito de contagio sexual son importantes y
tienen relevancia en el campo no solo de la medicina, del Derecho,
sino también médico-legal, en especial para su establecimiento,
investigación, exámenes que se practican, medidas sanitarias y de
prevención que se deben adoptar, etcétera.

15
DEREK LLEWELLYN-JONES, Enfermedades de Transmisión Sexual. Cómo identificar-
las, prevenirlas y curarlas. Prólogo del doctor Luis Olmos, Ediciones Grijalbo S.A.,
Barcelona, España, 1987, pág. 17.
16
BONNET, ob. cit., t. II, pág. 1019.
17
MCCARY Y OTRO, ob. cit., pág. 324.

246
CAPÍTULO II. EL DELITO DE CONTAGIO VENÉREO

7. ANÁLISIS ESQUEMÁTICO DE LAS ENFERMEDADES DE


TRANSMISIÓN SEXUAL

Como ya se adelantó, solo nos referiremos a ciertas enfermedades


de transmisión sexual, en forma esquemática, tales como la sífilis,
gonorrea, chancro blando, la linfogranulomatosis, para terminar
con un resumen sobre el sida.

7.1. L A GONORREA O GONOCOCIA

a) Para Cecil-Loeb: “La gonorrea es una inflamación de la mucosa


de la uretra y vías genitales por Neisseria gonorrhoeae. La infección
casi siempre resulta de contacto sexual. Después de invasión de las
vías genitourinarias, los gonococos pueden difundir hacia lugares
extragenitales y causar infecciones como artritis, tenosinovitis, pe-
rihepatitis, endocarditis y meningitis. Desde que apareció el trata-
miento antimicrobiano, las infecciones gonocócicas extragenitales
se han hecho raras”.18
b) Esta es una enfermedad producida comúnmente por medio
de la cópula sexual y originada por un microorganismo denominado
gonococo de Neisser, que lleva este nombre en honor a su descu-
bridor, que lo identificó en el año 1879 (Neisseria gonorrhoeae). Este
gonococo ataca principalmente el conducto urinario, los órganos
sexuales femeninos y masculinos, la vejiga, los riñones, la piel, la san-
gre, etcétera, y por infección indirecta no sexual, como por ejemplo
ropas con el microbio Neisser, utensilios, etcétera; puede atacar los
ojos, la boca, la nariz, etcétera.
c) La persona que ha sido contaminada, transcurridos de 2 a 10
días o de 3 a 5 días de incubación, siente una picazón o comezón en
el canal de la uretra y aparece una secreción licuosa y purulenta y
más tarde con color verde amarillento y espesa. Este derrame aparece
en la mujer en la región vaginal, y la enfermedad puede propagar-
se hasta los órganos de la reproducción. El enfermo experimenta
dolores al orinar, semejantes a una quemadura, e inflamación en
los órganos genitales.
18
Tratado de Medicina Interna, de CECIL-LOEB (en adelante Cecil-Loeb). PAUL B.
BEESON y WALSH MCDERMOTT, t. I, 13ª edición, traducido al español por el doctor
Alberto Folch y Pi, Nueva Editorial Interamericana S.A. de C.V., México, Argentina,
España, Brasil, Colombia, Chile, Perú, Uruguay, Venezuela, 1972, pág. 560.

247
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

d) En algunos casos la mujer embarazada puede transmitir la


gonorrea al feto y producirle una oftalmia blenorrágica de tipo
purulento y probablemente desencadenar ceguera.
e) Duranteau describe los efectos de la blenorragia como la
“infección de las glándulas uretrales, prostatitis, orquitis, epididi-
mitis, en el hombre; bartholinitis, metritis, salpingitis, en la mujer.
También puede haber infección sanguínea, o gonococemia, con
lesiones secundarias variadas, reumatismo gonocócico y lesiones
cardiovasculares en particular”.19

7.2. SÍFILIS (LÚES)

a) Para Cecil-Loeb: “La sífilis es una enfermedad infecciosa cró-


nica causada por Treponema pallidum. Desde la puerta de entrada
–generalmente los genitales– hay una infección linfática y se produce
difusión hematógena (treponemia); la infección desde el comienzo es
generalizada; más tarde la enfermedad se localiza en diversos lugares.
Las primeras lesiones son benignas; las últimas manifestaciones son
de carácter destructivo. Pueden estar afectados varios órganos de la
economía, pero es raro que haya treponemia tardía y aparezcan le-
siones ulteriores en la enfermedad adquirida; esto refleja la relativa
estabilidad de la inmunidad que se desarrolla. La respuesta del hués-
ped incluye inmunidad específica humoral y mediada por células.
Las respuestas inmunes pueden descubrirse por pruebas serológicas
y otras. A pesar de su evolución lenta y de sus notables características
inmunológicas, si no se trata la sífilis acaba incapacitando la tercera
parte de los pacientes y mata la décima parte de los infectados”.20
b) Esta enfermedad es producida por la espiroqueta Treponema
pallidum, que es un microorganismo en forma de sacacorchos, de
espiral dotado de gran movilidad, se propaga por contacto sexual,
y puede ser transmitida de la madre al feto, por la placenta, a partir
del 4º o 5º mes de embarazo.
c) En el presente esta enfermedad no tiene, al igual que otras de
tipo contagio sexual, el efecto de peste y catástrofe que antes tenía
en Europa, en el periodo de la Edad Media, especialmente debido
al descubrimiento de los antibióticos y de la penicilina.

19
DURANTEAU, ob. cit., págs. 176 y 177.
20
CECIL-LOEB, ob. cit., t. I, págs. 685 y 686.

248
CAPÍTULO II. EL DELITO DE CONTAGIO VENÉREO

d) De acuerdo a los estudios practicados en medicina, se ob-


serva una serie de clases de sífilis, tales como primaria, secundaria,
congénita, adquirida, precoz, tardía, etcétera.
e) La sífilis, cuando ingresa al cuerpo, se localiza en los ganglios
linfáticos y pasa al organismo en general, tejidos y a la sangre. En
las etapas primarias y producida la inoculación de la espiroqueta,
como a las 3 ó 4 semanas se presenta “el chancro”. En otros enfer-
mos aparece en forma más tardía, a veces a los 90 días del contagio.
Este chancro en el hombre aparece a nivel del pene o en otra parte
de los genitales. En la mujer en la vulva, en la vagina, en el útero,
etcétera. Asimismo se encuentra en otra parte de los genitales, y
en el cuerpo, como por ejemplo en la boca, labios, lengua, manos,
piernas, etcétera; puede afectar más adelante órganos tales como el
corazón, el hígado, riñones e incluso el sistema nervioso y los huesos,
según sea la fase de su desarrollo.
f) La sífilis es una enfermedad calificada como crónica y altamente
infecciosa. La lesión denominada chancro sifilítico es sumamente
contagiosa, particularmente en la etapa inicial, o también conocido
como chancro primario o etapa inicial de la sífilis.
g) En el periodo llamado secundario y cuando no se trata la
sífilis oportunamente, sucede que esta sigue adelante y se presen-
tan lesiones en la piel y en las mucosas. Esta fase es también de tipo
altamente contagioso.
h) La etapa más avanzada o terciaria se presenta entre 2 y 20 años
o más después de la aparición del chancro sifilítico. No hay grave
peligro de contagio, pero su tratamiento y recuperación son difíciles
y largos. El organismo en general está atacado por la espiroqueta.
Problemas y trastornos nerviosos, cardiacos, afecciones al hígado,
riñones, huesos, afecciones a la médula espinal, al cerebro.
i) Como una medida de eugenesia, debe prohibirse el matrimo-
nio entre personas aquejadas de sífilis o que padezca de ella una
sola. Sería necesario implantar la exigencia por ley del certificado
prenupcial.

7.3. LINFOGRANULOMA VENÉREO

a) Esta es otra de las enfermedades de transmisión sexual, pro-


vocada por un virus que ataca los ganglios y atraviesa los filtros,
inminentemente contagiosa y su vehículo de infección es el coito.

249
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

b) Cecil-Loeb apunta: “El linfogranuloma venéreo es una en-


fermedad infecciosa general causada por un virus y trasmitida por
contacto sexual. Se caracteriza por la aparición de una pequeña úlcera
genital seguida de supuración de los ganglios linfáticos regionales,
síntomas generales ligeros y a veces lesiones inflamatorias de diver-
sos tejidos corporales. Las manifestaciones tardías incluyen lesiones
ulcerosas crónicas y cambios fibróticos en genitales y recto”.21
c) Sobre su etiología se señala: “El linfogranuloma venéreo es
causado por un miembro del grupo de microorganismos Chlamydia,
relacionado con los agentes que causan el tracoma, psitacosis, la
conjuntivitis de inclusión y la inflamación genital. La enfermedad
se encuentra sobre todo en las áreas tropicales y subtropicales”.22
d) El periodo de incubación va entre los 5 y 28 días, y se pro-
duce una hinchazón de las glándulas linfáticas inguinales, tanto en
el hombre como en la mujer. Aparece, eso sí, más en los hombres
que en las mujeres. Se forman unas vesículas o úlceras que se curan
fácilmente. Posteriormente se produce una infección y la úlcera
crece.
e) Las vesículas aparecen en los órganos sexuales, los que aumen-
tan de tamaño, pudiendo llegarse a una elefantiasis genital.

7.4. CHANCRO BLANDO

a) Esta enfermedad sexual de tipo contagioso es generada por


una bacteria que produce ulceración en el aparato genital, dolorosa
y con supuración, y su medio común de propagación es el coito.
b) Duranteau expresa: “Enfermedad venérea que llegó a ser rara
en los países avanzados, pero que tiende a reaparecer. Es endémica en
las regiones tropicales y se debe a un bacilo descubierto por Ducrey
(bacilo de Ducrey), parásito estricto del hombre; la infección perma-
nece localizada en forma de una ulceración del pene, dolorosa, no
indurada, aparecida tres días después del contacto, y acompañada
a veces de adenopatía que muestra tendencia a supurar”.23
c) Esta dolencia puede ser adquirida conjuntamente con otras
enfermedades, como la sífilis y la gonorrea.

21
CECIL-LOEB, ob. cit., t. I, págs. 397 y 398.
22
MANUAL MERCK, ob. cit., pág. 1909.
23
DURANTEAU, ob. cit., pág. 97.

250
CAPÍTULO II. EL DELITO DE CONTAGIO VENÉREO

8. INVESTIGACIÓN MÉDICO-LEGAL DEL DELITO


DE CONTAGIO VENÉREO

1. El determinar la existencia de una enfermedad de las ya des-


critas y definidas como de tipo sexual o venéreo, en la actualidad no
es difícil, pues se realizan exámenes, pruebas en general, reacciones
en laboratorios, pruebas serológicas practicadas en muestras, secre-
ciones, pus, orina, etcétera. Además, se cuenta con el apoyo de una
serie de instrumentos, entre ellos el microscopio.
2. Desde el punto de vista del Derecho Penal, es difícil estable-
cer quien fue el sujeto que contaminó a la persona sana, o verificar
cuándo se produjo el contagio de la enfermedad.
3. Simonín, refiriéndose a las leyes que castigan el contagio
venéreo como delito, menciona:
“El obstáculo más serio para la aplicación de esta ley se encuen-
tra en la dificultad de proporcionar la prueba de la contaminación,
cuya carga incumbe al demandante o la demandante. Este o esta
deberían en efecto demostrar:
– Que él o ella ha tenido relaciones sexuales con el inculpado;
o que ha habido contaminación extravenérea;
– Que él o ella ha sido contaminado por el inculpado y solo ha
podido ser por él;
– Que este último no ignoraba la enfermedad venérea contagiosa
de la que estaba afecto”.24
4. Más adelante este mismo autor, y complementando lo ex-
puesto, acota:
“La investigación médico-legal, indispensable en este caso, se
presta a grandes dificultades.
En nuestros días, el diagnóstico de los accidentes venéreos es
facilitado por las investigaciones de laboratorio. Por el contrario,
la determinación cronológica de estos accidentes, su antigüedad
relativa y su encadenamiento etiológico, en una palabra, la rela-
ción de causa a efecto, no puede ser establecida con toda certeza
mas que excepcionalmente: casi siempre, las conclusiones son
dudosas”.25
Igualmente, tendrá importancia el informe médico-legal que
se practique en estos casos por médicos especialistas y calificados,

24
SIMONÍN, ob. cit., pág. 506.
25
SIMONÍN, ob. cit., pág. 507.

251
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

particularmente cuando se sospeche que la contaminación de la


enfermedad sexual ha sido la consecuencia de un coito violento o
de atentados sexuales.
En estos casos, además de las pruebas de laboratorio, y si está
identificado el autor, debe examinarse a este y a la persona agredida,
si padece de enfermedad venérea, fecha de su contagio, naturaleza de
la enfermedad, su etiología, el diagnóstico, duración, consecuencias
e incapacidades que puede ocasionar a la víctima, sus características.
La pericia médico-legal puede constatar la culpabilidad o la inocencia
del presunto autor, lo que el juez apreciará en su sentencia.

252
Capítulo III
SIDA

1. EXPLICACIONES GENERALES

1. Estimamos que el sida merece, sin lugar a dudas, un capítulo


aparte y lo trataremos no como enfermedad venérea, pues no lo
es, como se ha explicado, pero sí es de contagio sexual. Una de
las formas de transmitir el virus de la inmunodeficiencia humana
(VIH) es el contacto sexual, que es el medio directo, existiendo
otros, como se indicará.
2. En nuestro país existe una normativa especial en materia
de sida. El 8 de mayo de 2007, se publicó en el Diario Oficial el
Decreto Supremo Nº 206 de 2005, de Salud, que aprueba el nuevo
Reglamento sobre Infecciones de Transmisión Sexual, derogando
el anterior (Decreto Supremo Nº 362 de 1983). Tenemos la Ley
Nº 19.779. Fecha de publicación: 14.12.2001. Fecha de promulgación:
4.12.2001; Ministerio de Salud, última modificación: Ley Nº 20.077,
24.11.2005, Establece normas relativas al virus de inmunodeficiencia
humana y crea bonificación fiscal para enfermedades catastróficas. La
Resolución Nº 371 exenta. Fecha de publicación: 9.2.2001. Fecha de
promulgación: 2.2.2001, Ministerio de Salud, regula procedimiento de
examen para la detección del virus de la inmunodeficiencia humana
(VIH). Está el Decreto Nº 182, fecha de publicación: 9.1.2007. Fecha
de promulgación: 10.8.2005, Ministerio de Salud, Subsecretaría de
Salud Pública, Reglamento del examen para la detección del virus de
la inmunodeficiencia humana. Aprueba reglamento sobre notificación
de enfermedades transmisibles de declaración obligatoria. Decre-
to 466. Fecha de publicación: 14.11.1987. Fecha de promulgación:
12.6.1987, Ministerio de Salud, imparte normas para la aplicación
de un programa de vigilancia epidemiológica del sida.

253
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

3. Una de las enfermedades infecciosas de tipo viral que han aca-


parado la atención mundial, no solo en el campo de la medicina, sino
de toda la población, es el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida,
cuya sigla es SIDA, producido por el virus del sida, que desde el año
1986 se denomina por la Organización Mundial de la Salud “Virus
de Inmunodeficiencia Humana”, empleándose comúnmente la sigla
VIH. Se sostiene que es la epidemia del siglo, el mal o el desafío del
siglo, la enfermedad mundial o internacional, la nueva peste. También
lo estiman como una pandemia mundial sin antecedentes históricos.
Otros lo asimilan a la antigua “peste negra”, la que tiene el carácter
de mortal, y no se ha descubierto la droga, vacuna o el método eficaz
de curación. A la fecha, todos los enfermos de sida han fallecido, es-
timándose que es una enfermedad incurable, lo que ha provocado
alarma en la salud pública mundial, y proyecciones insospechadas,
en la actualidad y a futuro1. Los doctores Masters, Johnson y Co-
lodny, en el prólogo de su obra establecen: “El sida es una enfermedad
que asusta. Los miedos engendrados por la epidemia del sida tocan
las raíces mismas de la condición humana: miedo a lo desconocido,
miedo a la sangre, miedo al sexo, miedo a la enfermedad, miedo a
la impotencia, miedo al abandono y la soledad, miedo a la muerte.
Esos temores no son, por supuesto, totalmente irracionales. El sida
es un asesino y nuestra incertidumbre sobre la magnitud exacta de
la epidemia de sida magnifica nuestras angustias”.2
4. El sida, que, reiteramos, es una epidemia de carácter mundial
de deficiencia inmunológica, tiene como antecedentes una infec-
ción producida por un virus complejo, el que afortunadamente
se ha logrado aislar por la medicina, de la sangre, semen, médula
ósea, orina, leche materna, etcétera. Este retrovirus o lentovirus
humano llamado HTLV III, sigla de las palabras inglesas Human
T-Lymphotropic Virus Type III, Virus Humano de la Leucemia de
las Células T tipo III, o denominado LAV, esto es, Virus Asociado
a la Linfoadenopatía, ataca a cualquier tipo de personas, predomi-
nando eso sí en los hombres, aunque, como lo observaremos más
adelante, existen los grupos llamados de alto riesgo y los casos de
sida femeninos y en los niños.

1
Ver sobre esta materia, doctor IVO SAPUNAR, SIDA; MARÍA DOLORES HEVIA,
Ediciones Científicas, 2a edición, Viña del Mar, Chile, 1988, pág. 13.
2
W.H. MASTERS, V.E. JOHNSON y R.C. COLODNY, Crisis. La Conducta Heterosexual
en la era del SIDA, Grupo Editorial Planeta Argentina S.A.I.C., Argentina, 1988,
pág. 9.

254
CAPÍTULO III. SIDA

En relación con las diversas denominaciones del retrovirus del


sida, esto es, LAV en Francia; HTLV-3 en los Estados Unidos de Nor-
teamérica, reiteramos que desde 1986 en adelante y por resolución
del Comité Ejecutivo Internacional de Taxonomía de Virus, se le
designó al virus causante del sida, como Virus de Inmunodeficiencia
Humana (Human Inmuno Deficiency Virus).
5. Para poder comprender en mejor forma el sida, señalaremos
a grandes rasgos lo que se entiende por inmunidad, por linfocito,
cuáles son los linfocitos “T”, y otras materias afines.
a) En términos médicos, la inmunidad es un estado de defensa
que tiene el organismo humano frente a los efectos nocivos, microbios,
virus, enfermedades, etcétera. Es una resistencia del cuerpo humano
a las infecciones. Para el doctor André Duranteau, la inmunidad es
“propiedad de un organismo de resistir y estar exento de enfermedad en
caso de agresión por un microorganismo patógeno determinado”.3
b) Dorland define la inmunidad como la “capacidad de ciertos
individuos, congénita o adquirida, para resistir o permanecer exentos
de las manifestaciones morbosas que provocan ciertos microbios,
venenos o toxinas”.4
c) De consiguiente, la inmunidad es un estado fisiológico por el
cual el cuerpo rechaza el ingreso o el ataque de factores microbia-
nos; es una resistencia a los virus y a las enfermedades. La inmuno-
deficiencia es la falta de respuesta, el no rechazo a esta invasión de
gérmenes, virus o bacterias del organismo, por no tener la condición
de inmunidad.
d) Duranteau explica que hay tres tipos de inmunidad:
“1. La inmunidad natural es la resultante de todas las acciones
de defensa del organismo a raíz de un primer contacto: reacción de
inflamación, fagocitos y acción de anticuerpos naturales.
2. La inmunidad adquirida se establece después de un primer
contacto con un antígeno: se basa en la formación, por los linfocitos,
de células inmunológicamente competentes, de anticuerpos espe-
cíficos, capaces de neutralizar este antígeno: es así como un primer
ataque de coqueluche, de sarampión, de rubéola, etcétera, confiere
la inmunidad. La vacunación provoca una inmunidad adquirida,
por la inyección de microbios atenuados o muertos que permite a

3
DURANTEAU, ob. cit., pág. 209.
4
DORLAND, ob. cit., pág. 729.

255
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

las células inmunocompetentes formar anticuerpos específicos, sin


daños para el individuo.
3. La inmunidad pasiva es la que procura a un individuo no
inmunizado la inyección de anticuerpos específicos: por ejemplo,
la inyección de suero antitetánico a un herido que no ha sido vacu-
nado: la inmunidad es inmediata, permite prevenir la enfermedad,
pero desaparece con la destrucción de los anticuerpos inyectados y
debe ser consolidada mediante vacunación ulterior”.5
e) Este virus del sida ataca el sistema de inmunidad o inmuno-
lógico, y en especial los linfocitos “T”, que integran la defensa del
organismo y que son derivados de la glándula timo, e igualmente
elimina a los linfocitos “B”, que se encuentran en la médula ósea.
El linfocito es un tipo de leucocito o glóbulo blanco, y tiene su ori-
gen en los tejidos linfáticos. Forman sustancias que destruyen las
bacterias o las fagocitan.
f) Cuando un microorganismo, virus, bacteria, etcétera, ataca
al ser humano, empieza inmediatamente a trabajar el sistema de
inmunidad, creándose defensas y anticuerpos. Como el organismo
está con inmunodeficiencia por el virus del sida, no opera la defensa
y las bacterias o microbios de la enfermedad respectiva encuentran
un campo propicio para su desarrollo. Estas enfermedades son las
que causan la muerte propiamente tal, y entre ellas se conoce el
sarcoma de Kaposi, la neumonía por Pneumocystis carinii.
6. Duranteau reseña: “Enfermedad debida al ‘virus de inmunode-
ficiencia humana’, que produce una falla en el sistema inmunológico
celular: disminución de los linfocitos ‘T colaboradores’ y aumento
de las gammaglobulinas. Se manifiesta por el desarrollo de diversas
infecciones oportunistas y por neoplasias muy agresivas, como el
sarcoma de Kaposi. Se transmite exclusivamente mediante contacto
sanguíneo y, por tanto, parece posible controlar su propagación. Se
detecta en particular entre grupos social o económicamente mar-
ginados (no es exclusiva entre homosexuales y drogadictos), entre
hemofílicos y enfermos sometidos a transfusiones”.6
7. Gustavo Kaltwasser, Soledad Quero y Francisco Montiel, en
su trabajo “Métodos diagnósticos en infecciones por virus de inmu-
nodeficiencia humana. Generalidades sobre el virus de inmunode-
ficiencia humana tipo 2”, incorporado al texto Lecciones. Síndrome de

5
DURANTEAU, ob. cit., pág. 209.
6
DURANTEAU, ob. cit., págs. 341 y 342.

256
CAPÍTULO III. SIDA

Inmunodeficiencia Adquirida. Fundamentos Básicos y Clínica, expresan:


“El virus VIH-1 tiene la capacidad de infectar selectivamente e inca-
pacitar el sistema inmune, de preferencia los linfocitos CD4 (células
T-helper), originando un daño inmunológico severo al huésped,
sobreviniendo infecciones oportunistas y propensión al cáncer. La
infección de macrófagos y células en el SNC puede llevar a cuadros
sicóticos”.7

2. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL SIDA

1. Se señala que los primeros casos que se conocieron de sida


habrían tenido su origen en Zaire, África, en el año 1979, poste-
riormente en Haití y en los Estados Unidos, y después en Europa y
América. Así, en un comienzo se hablaba incluso de un sida africano
y otro haitiano.
El doctor Ivo Sapunar, estudiando la historia del sida, comenta:
“El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida habría aparecido
a comienzos de la década del 50, en la parte central del continente
africano.
Al comenzar la década de 1980, aparecen en forma inexplicable
en Estados Unidos algunas enfermedades extrañas que aumentan
rápidamente en número. No eran enfermedades nuevas, pero eran
de frecuencia escasa en la población humana. Estas enfermedades
son el sarcoma de Kaposi y una neumonía producida por un proto-
zoo llamado Pneumocystis carinii.
El sarcoma de Kaposi es un cáncer de los vasos sanguíneos que se
presenta en la piel y en los órganos internos. Ocurre casi exclusiva-
mente en judíos e italianos de avanzada edad, y con mayor frecuencia
en África. De manera que ver aparecer esta enfermedad en jóvenes
blancos norteamericanos fue toda una sorpresa; y más aún cuando
la mayoría de estos jóvenes eran homosexuales. Coincidía el hecho
de que estos individuos presentaban un déficit inmunitario, por lo
cual se pensó, en un comienzo, que la inmunodepresión se debía
a la homosexualidad. Esta relación sería descartada más adelante.
Simultáneamente, la neumonía antes mencionada hizo su aparición
en el mismo ambiente.

7
Lecciones. Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida. Fundamentos Básicos y Clínica (en
adelante Lecciones de SIDA), MANUEL ÁLVAREZ Z., IVAN GODOY J. y FRANCISCO MON-
TIEL A., Ediciones Universidad Católica de Chile, Santiago de Chile, 1988, pág. 55.

257
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

Tres años después (1983) se descubre su agente causal: el VIH


(Virus de la Inmunodeficiencia Humana). Dos años más tarde se
desarrolla un examen de sangre para descubrir los sujetos infecta-
dos. Y hoy ya se cuenta con algún tratamiento y la esperanza de una
vacuna. Este desarrollo tan vertiginoso del conocimiento de esta
enfermedad, gracias a la tecnología actual, ha sido providencial que
se presente ahora. Si lo hubiera hecho hace 20 años, la enfermedad
habría sido más desastrosa, porque no se contaba con los conoci-
mientos y medios actuales”.8
2. Otros antecedentes históricos indican que en algunos países
de Europa se tenía conocimiento del sida, en los años 1970, o a fines
de esa década. En Alemania Federal existió un caso en el año 1976,
otros en Dinamarca y Francia, y eran personas que habían trabajado
en países africanos. En Estados Unidos se detectaron enfermos de
sida, en el año 1978, especialmente en jóvenes homosexuales, y en
los años 1981 y en 1982 en varios países de Europa.
3. Los países donde el sida se ha desarrollado en forma alarmante
son Estados Unidos, África Central, Brasil, Haití. En Europa el índice
mayor es en Bélgica, Dinamarca, Suiza y Francia.
4. Los estudios médicos y científicos precisan que el HTVL, LAV
o AIDS, proviene sin lugar a dudas de África Central. En varios paí-
ses africanos se ha declarado el sida, tales como: Uganda, Zambia,
Tanzania, etcétera. Los enfermos con el virus de sida presentan el
sarcoma de Kaposi y una serie de infecciones mayores u oportunistas
y cáncer.
5. El virus del sida fue descubierto en mayo de 1983, por Luc
Montaiger y colaboradores, en el Institute Pasteur de París. En 1984,
Roberto Gallo y colaboradores describen uno similar en Estados
Unidos, en el National Cancer Institute.

3. FORMAS DE TRANSMISIÓN O CONTAGIO DEL SIDA


Y LOS GRUPOS DE RIESGO

1. Como ya apuntamos, el sida afecta a todo tipo de personas


de uno u otro sexo e incluso a los niños. En todo caso, la mayor
incidencia es en el sexo masculino. El sida está catalogado como
enfermedad de tipo contagioso, y existe una serie de formas de

8
SAPUNAR, ob. cit., págs. 13 y 14.

258
CAPÍTULO III. SIDA

contagio o propagación, siendo uno de los medios más comunes el


contacto sexual, no excluyendo otras vías. Como observaremos más
adelante, el sida producido por el retrovirus VIH es de incubación
lenta y puede aparecer años después que se ha contraído.
2. El estudio de los medios o factores de contagio nos lleva a
detenernos en los grupos o personas de alto riesgo, pero esto no
excluye otras formas de contraer la epidemia. Entre los grupos de
alto riesgo tenemos en primer lugar a los homosexuales, los haitia-
nos residentes en los Estados Unidos y en Haití; los drogadictos,
los hemofílicos, los lactantes, etcétera. Hay que tener presente que
cualquier persona puede ser contagiada o estar expuesta al virus del
sida. El porcentaje más alto se encuentra en el área urbana.
3. Como vehículos idóneos para transmisión de esta enferme-
dad, o al menos en los que hay predicamento unánime, pero que
no excluyen otros, tenemos: el acto o contacto sexual, sea entre ho-
mosexuales o bisexuales; por transfusión de sangre, por el empleo
de agujas infectadas y por la lactancia.
4. Es importante recalcar que el sida no es una enfermedad
sexual, sino que puede transmitirse por la cópula entre homosexuales
o bisexuales. En Chile, el sida está calificado como una enfermedad
de transmisión sexual. Según estadísticas y frente al factor de alto
riesgo, se registra que el 71% son hombres homosexuales o bisexua-
les, un 17% son drogadictos, un 5% haitianos, un 1% hemofílicos
y un 6% otros. En estos últimos tenemos los compañeros sexuales
de enfermos con sida, personas sometidas a transfusión de sangre,
hijos de mujeres con sida, etcétera.
5. Los informes sobre el sida tratan de los “nuevos grupos de
riesgo”, y los que se registraron por ejemplo en la inseminación artifi-
cial y en los trasplantes de piel, corazón, hígado y riñón. También se
habla del riesgo de ciertos profesionales que trabajan con pacientes
con sida, tales como odontólogos, médicos, ginecólogos, cirujanos,
urólogos, enfermeras, etcétera, y que manipulan especialmente
sangre de tales enfermos.
6. El medio de contagio del virus se encuentra principalmente
en el semen, en la saliva, en mucosas y en secreciones. La pregunta
es si todos estos factores o medios son capaces de transmitir el VIH,
o solo algunos de ellos, o si también existen otros.
7. Sobre los mecanismos de contagio del sida, los académicos
Gonzalo Valdivia, Héctor Serrat, Liliana Jadué, Beatriz Guzmán, Sara
Herbage y Ximena Berrios, en su trabajo “Epidemiología del sida”,

259
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

incluido en la obra Lecciones. Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida.


Fundamentos Básicos y Clínica, señalan:
“Los mecanismos de transmisión eficientes identificados hasta
ahora son:
1) Las relaciones sexuales vaginales o anales.
2) La inoculación de sangre, plasma o hemoderivados, ya sea
por:
– Transfusiones terapéuticas.
– Inyecciones con agujas o material contaminado.
– Inoculación casual con motivo de intervenciones quirúrgicas
o microbiológicas por manipulación de material de laboratorio
contaminado.
– Uso de material de punción.
3) La transmisión trasplacentaria, directamente de la madre al
feto (vertical) o bien durante el parto.
4) Trasplante de órganos y tejidos.
5) Inseminación artificial”.9
8. La literatura sobre los medios de propagación del sida es
abundante y mucho se ha especulado; incluso ha llegado a sostenerse
que el apretón de manos puede ser medio de contagio, el uso de
baños a los que tienen acceso los sidosos, una mordedura, un beso,
etcétera. Otros han sostenido que se encuentra incluso en las lágri-
mas. Se plantean dudas si puede transmitirse el sida por picadura
de mosquitos, zancudos y otros insectos.
9. En todo caso, las mayores concentraciones de VIH se han
encontrado en la sangre, semen, líquido cerebroespinal, saliva, leche
materna, calostro, orina y en otras secreciones cervicales y vaginales.
En menor escala, en el tejido cerebral, los nódulos linfáticos, las
células de la medula ósea, y en la epidermis.
10. Los métodos de propagación más conocidos son el coito anal
y el vaginal, por transfusiones de sangre, también por inyecciones con
agujas infectadas o no esterilizadas. Hay dudas en orden a si pueden
ser vía idónea las relaciones oral-genitales, los besos. No hay duda
que en el semen y en la sangre, los volúmenes de VIH son mayores
que en otros medios aptos para transmitir la enfermedad.
11. Una serie de estudios ampliamente difundidos se refieren al
contagio de la madre sidosa, ya sea al feto durante el embarazo o el
parto. También se da la situación de madre con sida que transmite

9
Lecciones de SIDA, ob. cit., pág. 19.

260
CAPÍTULO III. SIDA

el virus a su hijo por la lactancia. El VIH además se encuentra en la


leche materna y en el calostro.
12. Lo que está descartado, según la profusa literatura, es la
transmisión o infección del virus del sida por “contacto casual”. Para
que se esté en presencia de una verdadera contaminación viral, debe
el virus ingresar a los tejidos o a la sangre de una persona. Incluso
el vivir con un enfermo de sida, compartir habitaciones, baño, etcé-
tera, no es suficiente para contraer la enfermedad. Se requiere de
un contacto más directo y no accidental.
13. Masters, Johnson y Colodny puntualizan:
“A principios de la década de 1980 había mucha incertidumbre
sobre cómo se transmitía el sida. Hoy día, si bien las autoridades
médicas no están de acuerdo en ciertos aspectos de la transmisión,
existe casi unanimidad respecto de un número de puntos clave.
Pueden resumirse como sigue:
1) Este virus se difunde principalmente por contacto sexual.
2) Las transfusiones de sangre infectada o de productos sanguí-
neos también difunden el virus del sida.
3) Compartir o volver a usar jeringas o agujas contaminadas en
el caso de los drogadictos EV es otro sector significativo de transmi-
sión del virus del sida.
4) El virus del sida se transmite fácilmente de madre a hijo du-
rante el embarazo y el parto, y también puede transmitirse cuando
se amamanta.
5) El contacto de la piel o de las membranas mucosas con san-
gre infectada (y probablemente otros fluidos biológicos) también
transmite el virus del sida”.10
14. Los autores Valdivia, Serrat, Jadué, Guzmán, Herbage y Berrios
exponen los grupos de alto riesgo en los siguientes tipos:
“– Homosexuales: Especialmente aquellos que participan en
coitos anales receptivos, con contacto sexual en áreas de riesgo y
promiscuos.
– Heterosexuales: Especialmente aquellos con contactos sexuales
en áreas geográficas de alto riesgo y los promiscuos.
– Drogadictos: Provenientes de áreas de mayor riesgo de infec-
ción, mas aún si se asocia con promiscuidad y prostitución.
– Hemofílicos: Aquellos que usan concentrados de factor VIII
contaminados (hoy en desaparición).

10
MASTERS Y OTROS, ob. cit., págs. 28 y 29.

261
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

– Transfundidos: Mayor riesgo mientras más alto sea el número


de unidades transfundidas.
– Hijo de madre seropositiva.
– Bisexuales: Nexo entre población masculina afectada y mujeres
heterosexuales.
En síntesis, dado el actual estado del conocimiento, debe con-
siderarse susceptible a toda la población. Con todo, existen ciertos
elementos que confieren a determinados grupos un carácter de
mayor riesgo.
Estos son:
a) Región geográfica (África y América).
b) Hábito sexual (homosexual, heterosexual promiscuo o bi-
sexual).
c) Frecuencia de contactos sexuales y promiscuidad.
d) Drogadicción.
e) Calidad de receptor de sangre o hemoderivados.
f) Hijos de padres infectados”.11

4. SÍNTOMAS GENERALES DEL SIDA

1. Los autores indican que verificado el contagio del virus en


estudio, transcurre un tiempo relativamente largo antes que apa-
rezcan en ciertas personas las primeras manifestaciones y síntomas
de esta enfermedad. Este es el llamado periodo de incubación del
virus, en el que está presente la infección. Según las estadísticas, este
periodo va desde algunos meses hasta varios años, por ejemplo, 3, 5
y 8 años desde el contagio, y la enfermedad se presenta más tarde.
En otros casos, hasta 12 años, lo que es excepcional.
2. Recordemos en esta parte que las formas de contagio que
han sido reconocidas en una serie de textos e informes especiales
son el acto sexual, jeringas contaminadas, entre los drogadictos, en
las transfusiones de sangre, en los trasplantes de órganos, de piel.
También hay forma de contagio e infección a través de mucosas y
heridas abiertas. En ciertos casos no se ha podido detectar la forma
de transmisión del virus.
3. Ingresado el virus del sida al organismo humano, se observa
inflamación en los ganglios, principalmente del cuello, las axilas y

11
Lecciones de SIDA, ob. cit., pág. 21.

262
CAPÍTULO III. SIDA

la ingle. Igualmente inflamaciones en los ganglios linfáticos. Tam-


bién aparecen llagas en la boca, que son en el fondo ulceraciones
purulentas producidas por hongos. Manchas blanquecinas y llagas
en la lengua, con fiebre y cansancio.
4. Otros síntomas típicos del sida son: manchas en la piel, dolor
en el tórax, abundante tos, diarrea, dificultades para respirar, abun-
dante expectoración, fiebre alta y abundantes sudores nocturnos.
Se dice, eso sí, que a veces estos signos no son concluyentes de sida
y pueden deberse a otra enfermedad, y se aconseja someterse pron-
tamente a un examen de sida.
5. Se presenta una serie de infecciones, enfermedades neurológi-
cas, cánceres secundarios. También aparecen las llamadas infecciones
oportunistas, como neumonía (Pneumocystis carinii), toxoplasmosis,
herpes simples, sarcoma de Kaposi, síndrome bronquial, pérdida
de peso (inicialmente del 10% del peso basal), lesiones cutáneas,
infecciones virales en general, herpes, hongos, tumores al cerebro,
a la médula. Diversas patologías digestivas, ulceraciones, esofagitis,
tumores, traumatismos. Patología al hígado. Trastornos al aparato
respiratorio, a los pulmones, tuberculosis, enfermedades neuroló-
gicas, etcétera.
6. El sida en el presente es una enfermedad de alta mortalidad,
debido a la deficiencia del sistema de inmunidad, no pudiendo
hacer frente a la invasión del virus, precisamente por la falta de
inmunidad, sin desconocer que se están realizando investigaciones
médicas y de laboratorio en forma preferente, para encontrar una
vacuna o medicamento en su contra.

5. MEDIOS PARA EL DIAGNÓSTICO DEL SIDA

1. Se conocen diversos análisis o pruebas para lograr establecer


si el organismo humano registra el virus del sida, recomendándose
que se practiquen varios exámenes de cultivo y otros, de virus VIH,
o de la presencia de anticuerpos.
2. Algunas de estas pruebas se utilizan fundamentalmente en
los dadores de sangre y otras para el otorgamiento del certificado
prenupcial.
3. Uno de los sistemas más conocidos es el llamado examen Elisa,
el que se practica en muestras de sangre. En algunas oportunidades
puede dar datos positivos de sida, que resultan, en definitiva, fal-

263
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

sos y se recomienda, por lo tanto, que sean confirmados por otros


exámenes.
4. La técnica Elisa es muy sensible y de bajo costo y su nombre
es el de ensayo inmunoabsorbente ligado a la enzima, se practica
mezclando suero con trozos de proteína de VIH y con reactivos
químicos. Un aparato electrónico especial mide las alteraciones y
cambios de color en el suero cuando hay presencia de VIH.
5. Este examen es relativamente rápido. Su duración es de 90
minutos, pero el plazo completo de desarrollo se estima de 2 a 4 ó
5 horas.
6. Otra técnica para los anticuerpos del sida es la Western Blot,
pero se sostiene que es menos sensible que la prueba Elisa. Se piensa
que si se da un resultado positivo con la prueba de Western Blot,
después de un resultado positivo de Elisa, existiría sida. Los informes
negativos en todo caso no descartan el sida.
7. Existen otras técnicas y ensayos, según sean los métodos o
reactivos empleados. Tenemos, por vía de ejemplo, la técnica de
Karpas, de neutralización, de inmunofluorescencia, de radioinmu-
noensayo, etcétera.

6. TERAPIAS Y PROFILAXIS DEL SIDA

1. Hoy en día no existen tratamientos, cura efectiva, medicamentos


o vacuna contra el sida, pues incluso esta enfermedad está todavía
en la etapa de investigación. Se piensa que en corto tiempo podrá
descubrirse una vacuna contra el sida, que restablezca la inmunidad
o impida la devastadora función del virus productor del sida.
2. Hay una serie de medidas profilácticas y de terapia, además
de los planes de educación sexual y de información sobre el sida,
mediante folletos, charlas, libros, conferencias, videos, etc. Puede
decirse que no hay remedio o terapia contra el sida. Es una enfer-
medad de alta mortalidad.
3. Entre las medidas aconsejables de prevención del sida, se ha
indicado el uso de preservativos, no emplear utensilios tales como
máquinas de afeitar, hojas de afeitar, cepillos de dientes, jeringas
usadas por individuos contagiados. No usar elementos contamina-
dos y empleados por los drogadictos, como jeringas o agujas. Para
la extracción de sangre utilizar solo jeringas desechables e instru-
mentales de laboratorio y para operación previamente esterilizados.

264
CAPÍTULO III. SIDA

Deben desinfectarse los instrumentos con soluciones de hipoclorito


de sodio, con agua oxigenada o alcohol.
4. Se imparten recomendaciones esenciales para desinfectar,
para el cuidado de los enfermos, precauciones de los médicos, de
las enfermeras, de los odontólogos, de los grupos de alto riesgo, y
otras, en los hospitales, en especial, en la sala de operaciones, ma-
ternidad, lavaderos, etcétera.
5. Como tratamiento propiamente tal se han ensayado dife-
rentes drogas, para detener la invasión del virus del sida, o impedir
sus efectos perniciosos. Algunas de ellas son antivirales, tales como
la Suramina, Foscarnet, la Azidotimidina (AZT), AL 721, Tilerona,
Ribavinina, CS 85. Otras drogas son inmunomoduladores, tales
como el Interferón, Inmunomodulador Leucocitario, Ciclosporina
A, etcétera. Ciertas drogas de las señaladas son totalmente atóxicas,
retardan la progresión del sida, con prolongación de la sobrevida.
6. El fármaco más usado es la AZT y se receta para su uso clínico,
habiéndose demostrado fehacientemente que prolonga la vida de
ciertos pacientes de sida. Este remedio representa probablemente
un primer paso fundamental en el desarrollo de una línea terapéu-
tica antirretroviral.
7. La investigación, como ya anotamos, y los experimentos están
encaminados a la obtención de una vacuna contra el VIH.

7. ASPECTOS JURÍDICOS PENALES DEL SIDA

1. Dada la aparición del sida, las legislaciones vigentes no con-


templan normas jurídicas especiales sobre esta enfermedad, y en
el campo del Derecho Penal no hay figuras penales, tanto en Chile
como en el extranjero, en caso de contagio.
2. Creemos que en esta parte son válidos todos los fundamentos
que expusimos al referirnos al delito de contagio venéreo desde una
perspectiva del Derecho Criminal. No puede quedar, por lo tanto,
impune una acción ilícita de tal magnitud y trascendencia, más
aún cuando se ha procedido sabiendo que se está contaminado y
se contagia a una persona sana.
3. Hay opinión generalizada de que debe tipificarse la figura
del delito de contagio venéreo o sexual, como un tipo de delito
distinto de las lesiones, aunque produzca daño y detrimento a la
salud, lo que puede ser extensivo a la infección por medio del sida,

265
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

y teniendo presente que el virus VIH causa generalmente la muerte


del enfermo.
4. El Estado, como deber esencial y primario, debe velar por
la seguridad y por la salud de los habitantes; es necesario que se
dicten leyes drásticas sobre el particular, pues el virus del sida pro-
duce infecciones masivas y letales, y reacciones insospechadas en la
población.
5. No cabe duda, reiteramos, frente a un contagio doloso. Cuando
el agente enfermo actúa voluntariamente, sabe que padece del sida
y en forma consciente lo propaga a un tercero, tal conducta debe ser
sancionada penalmente. Discutible sería el caso cuando el portador
por ignorancia de su enfermedad, por negligencia, por imprudencia
u otro grado de culpa, propague el virus a un tercero sano, aunque
pudiera estimarse que se trataría de un delito culposo.
6. La infección dolosa tiene que castigarse y el virus de inmuno-
deficiencia adquirida sería el “arma” con la que se cometió el hecho
punible. Con respecto a la contaminación culposa, habría que ser
más cuidadoso para no incurrir en excesos o arbitrariedades.
7. No solo hay que pensar en el aspecto de lo ilícito penal. En
efecto, podría estudiarse la responsabilidad civil, extracontractual,
que pudiere afectar al autor del contagio del sida por los daños y
perjuicios que ocasionare. También hay implicancias en Derecho
Laboral, en materia de seguros, secreto profesional del médico,
etcétera.

7.1. PROYECTO MODIFICA LOS ARTÍCULOS 397 Y 398 DEL CÓDIGO


PENAL EN RELACIÓN CON EL CONTAGIO DE ENFERMEDADES.
BOLETÍN Nº 4.364-07

A continuación nos permitimos transcribir el proyecto aludido


que se refiere a la problemática del sida en nuestro país, cómo se
puede contagiar, sobre el bien jurídico protegido, etc., y se hace,
por los diputados que lo presentaron, un detallado análisis jurídico
del contagio de enfermedades y la modificación que se propone del
Código Penal, el que compartimos.
“A los múltiples problemas de orden ético, médico y social, que
ha planteado el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA),
que tantas polémicas provoca y que, antes que entregar soluciones,
se agotan sólo con el planteamiento de los mismos, deben conside-

266
CAPÍTULO III. SIDA

rarse algunas situaciones para las cuales el derecho está obligado a


entregar una respuesta.
Lo anterior cobra importancia al estimarse que el sida, más que
un problema de salud individual, representa un problema político
que interesa a la sociedad toda, si consideramos el aumento alar-
mante de los contagiados por este mal, que se encuentran en todos
los sectores de la población, ya no sólo en el de aquellos seres mar-
ginales como homosexuales, prostitutas, drogaditos, sino también,
puesto que se conocen de muchos casos de contagio, entre personas
heterosexuales y no adictas a drogas.
Por otra parte, el hecho de que tal enfermedad sea necesa-
riamente mortal y que hasta el momento la ciencia médica nada
puede hacer ante los efectos últimos del mal en el enfermo y por
evitar su propagación, es necesario asumir actitudes reguladoras,
ya que habrán de pasar varios años antes del descubrimiento de
un remedio eficaz o de una vacuna, que son los grandes desafíos
médicos del siglo.
De acuerdo con las informaciones que hasta el momento se ma-
nejan, esta verdadera pandemia presenta como formas de contagio,
las siguientes:
a) Contacto sexual íntimo con un infectado que permite que el
semen penetre a través de vías microscópicas al torrente sanguíneo
del receptor, en especial por la vía rectal.
b) Contacto con sangre o derivados de sangre contaminada.
c) Embarazo, parto o lactancia de una madre infectada.
d) Donación de órganos infectados, otros tejidos y semen.
e) Transfusión de sangre y componentes infectados.
f) No utilización de material descartable en hemoterapia y ci-
rugía.
g) Endoscopias con instrumental contaminado.
La sola mención de tales vías de contagio lleva a concluir que
los problemas a que puede verse enfrentado un ordenamiento legal
son múltiples y hacen necesaria que la legislación se vaya adecuando
a esta nueva realidad. Sin duda habrá algunos que requieren de
planteamientos amplios y de soluciones a un plazo relativamente
largo, como es el de la prevención del mal, pero otros, en cambio,
necesitan de una respuesta única e inmediata, ya que se han plan-
teado en el ámbito judicial y que por ello requieren del pronun-
ciamiento respectivo, lo que trae consigo la cuestión relativa a una
posible solución legal.

267
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

En concreto, si se acepta que el sida es necesariamente un pro-


ducto del contagio y que provoca un daño orgánico que irreme-
diablemente lleva a la muerte, ¿cuál es el trato legal para quien,
sabiéndose portador del mal, acepta una relación que inevitable-
mente traerá el contagio, sin advertir de ello a la futura víctima? La
situación particular se ha planteado en los tribunales de nuestro
país al recibirse denuncias tales como la interpuesta contra un ho-
mosexual contagiado que, con plena conciencia de su mal, mantuvo
relaciones homosexuales con varias personas, a quienes no advirtió
de su enfermedad, porque según expresara “no le interesaba”, con
las consecuencias que tal conducta provocara; la magnitud del mal
causado, que incluso alcanzó a una mujer y su criatura, hizo necesario
plantearse la interrogante en cuanto a que tal conducta no tendría
sanción legal alguna y sólo habría que adoptar una actitud pasiva
ante semejante atentado.
Similares interrogantes se plantean si se consideran los proble-
mas que pueden darse con las otras formas de contagio que se han
señalado, en las que es posible encontrar una conducta dolosa o
culposa, frente a la cual es preciso que haya una respuesta del De-
recho. No se trata de un mero afán de “penalización” frente a una
situación social problemática, actitud muy generalizada y de la cual
reclaman, con razón, los penalistas, sino de la manifestación de una
inquietud que comienza a preocupar a muchos y que a nadie puede
dejar indiferente.
El juez, enfrentado al problema antes reseñado, deberá pregun-
tarse si existe una respuesta en el ámbito de nuestro ordenamiento
legal y para ello habrá de abocarse al estudio de las normas atinentes
al tema, en particular aquellas contempladas en nuestro Código
Penal.
Para entender la solución que podría entregar el Código Penal
chileno, es necesario considerar el bien jurídico protegido.
Dentro de los delitos cuyo bien jurídico tutelado es la salud,
encontramos aquellos que se refieren a la salud del individuo y a
la salud pública. Entre los primeros debemos incluir el delito de
lesiones, entendidas éstas como “todo menoscabo de la salud y de
la integridad corporal”, en el decir del tratadista Rodríguez Devesa,
quien abundando sobre el particular manifiesta que “lo contrario
de la salud sería la enfermedad, lo opuesto a la integridad personal
sería la falta de algún miembro u órgano corporal. Una enferme-
dad puede curar sin residuo o dejar defectos en el sujeto que la ha

268
CAPÍTULO III. SIDA

padecido, por consiguiente, por lesión hay que entender tanto las
enfermedades físicas como las síquicas, los defectos que provengan
de ella y la pérdida de una parte de la sustancia corporal. Los bienes
jurídicos protegidos son, pues, la salud y la integridad personal”
(José María Rodríguez Devesa Derecho Penal español, parte especial,
novena edición 1983).
Frente a las acciones u omisiones por cuya consecuencia los indi-
viduos se vieran afectados por un contagio de sida, el Código Penal
chileno no establece una hipótesis destinada a hacer punibles tales
conductas, no sólo porque a la época de su gestación no existía el
problema específico, sino porque el artículo 397 estableció en forma
precisa el castigo para aquellos que causen lesiones a través de heri-
das, golpes o maltrato de obra, excluyendo así aquellas acciones u
omisiones que afectan a la salud o a la integridad corporal, a través
de otro medio que no sea alguno de los ya mencionados. Hay que
concluir entonces que las lesiones ocasionadas por contagio, dolosa
o culposamente, se encuentran impunes.
Siguiendo en la consideración de esta normativa penal, es ne-
cesario referirse al artículo 398, que hace aplicables las penas del
artículo 397 a los que causaren alguna lesión grave ya sea admi-
nistrándole a sabiendas sustancias o bebidas nocivas o abusando
de su credulidad o flaqueza de espíritu; “el tipo gira en torno a
dos conductas, una es la de administrar a sabiendas sustancias o
bebidas nocivas causando a otro una lesión grave, y la otra, abusar
de la credulidad o flaqueza de espíritu causando a otro una lesión
grave”, según se expresa en la obra Derecho Penal chileno, parte especial,
de los profesores Bustos, Grisolía y Politoff, quienes agregan “en
lo que concierne al contagio sexual, en su primera parte exige el
dolo directo cuando ocupa la frase “a sabiendas”, lo que significa
eliminar la incriminación del contagio culposo, pero en la segunda
hipótesis se ha pensado por la doctrina minoritaria, que el artí-
culo 398 es enteramente abierto en lo que respecta a los medios
(principalmente morales, pero en caso alguno sólo estos), por lo
que bastaría la causalidad y su presupuesto síquico: el abuso de la
credulidad y flaqueza de espíritu. En tal evento sí es admisible el
dolo eventual y hasta la culpa”.
El planteamiento anterior implicaría acudir a una interpretación
progresiva que no es bien mirada por la doctrina, porque por dicha
vía se atenta contra el principio de la legalidad, pilar fundamental del

269
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

Derecho Penal, que garantiza a los ciudadanos el no ser castigados


por un delito que se haya establecido con posterioridad.
Tampoco resultaría aplicable en la especie el artículo 399 del
Código que se refiere a las lesiones menos graves, toda vez que
parten del supuesto antes indicado, esto es, lesiones causadas por
acciones de herir, golpear o maltratar de obra, solución que no se
lograría ni aun considerando las dos hipótesis del artículo 398 del
mismo Código, para el caso que fueran aplicables a esta figura de
las lesiones menos graves.
En consecuencia, debe concluirse que los delitos establecidos en
la legislación chilena, para proteger la salud individual o la integri-
dad corporal, no incluyen en sus verbos rectores la posibilidad que
las lesiones que atenten en contra de la salud, sea física o mental, se
causen por otros medios que no sean los señalados, descartándose
así el contagio doloso (directo o eventual) y con mayor razón, el
contagio culposo del sida.
En directa relación con la cuestión planteada, debe recordarse
que problemas semejantes se suscitaron con motivo de los conta-
gios venéreos, llegándose a concluir que debía configurarse una
figura delictual que sancionara semejantes conductas, estimándose
por parte del profesor Luis Cousiño MacIver, que tal delito debía
referirse al contagio de una enfermedad en general y no sólo al
contagio venéreo.
El tratadista Rodríguez Devesa, antes citado, comentando el
contagio venéreo en relación con los delitos de lesiones, manifestó
que “la jurisprudencia ha declarado que constituyen lesiones los me-
noscabos de la salud ocasionados en estos delitos por la transmisión
de una enfermedad venérea al cometerla. De esta manera se abrió
paso en la práctica española el delito de contagio venéreo, no reco-
nocido en la legislación y que no puede fundamentarse sino en una
interpretación analógica en contra del reo y, por tanto, prohibida,
ya que los medios en las lesiones están legalmente predeterminados,
y lo son, herir, golpear o maltratar de obra a otro, administrarle,
a sabiendas, sustancias o bebidas nocivas a la salud y abusar de su
credulidad o flaqueza de espíritu.
Es necersario recordar las reflexiones hechas por el profesor
Luis Jiménez de Asúa en su libro Libertad de amar y derecho a morir,
donde señala que a veces un contagio venéreo sexual puede ser
más grave que una lesión ocasionada por un revólver o puñal,
pues el herido podrá recobrar su salud al cabo de unas semanas

270
CAPÍTULO III. SIDA

o de unos meses, podrá contraer matrimonio, fundar una fami-


lia que perpetúe su estirpe y el trágico episodio se irá borrando
poco a poco de su memoria, pero el que fue afectado de lúes,
acaso ve amargada su vida, deshecha las posibilidades de una
familia, destruida la generación futura. El doloroso trance deja,
a menudo, una huella que nunca se olvidará. Agrega que tales
circunstancias lo llevaron a recomendar en el Primer Congreso
Latinoamericano de Criminología, celebrado en Buenos Aires
en 1938, la necesidad de incluir en las legislaciones de los países
que no lo contengan, el delito de contagio venéreo, sexual y ex-
trasexual, doloso o culposo, estimando que debía configurarse un
delito de peligro, cuando por dolo o culpa se haya transmitido
realmente a una persona el mal que padecía el que yació con ella.
Agregaba que si todos los tipos de infracción fueran creados de
nuevo “convendría configurar la transmisión de males contagiosos
como delito de peligro y dar a las lesiones, dolosas o culposas, la
estructura conceptual necesaria para que configurara en ella el
contagio de esas dolencias”.
Las consideraciones anteriores cobran plena validez en la actualidad
ante el problema del sida y son muchos los que se inquietan frente
al drama de su expansión, por lo que una solución legislativa es más
que urgente ante este caso puntual, que no considerara el problema
de las lesiones en general, por las muchas complicaciones que el
mismo presenta, pero que a lo menos diera una salida legal, para
lo cual, siguiéndose el Derecho Penal español, resulta pertinente la
modificación de los artículos 397 y 398 de nuestro Código Penal, que
en la práctica se han tornado inaplicables y han carecido de eficacia
para la protección del bien jurídico, lo que queda en evidencia si se
considera que la casuística sobre el mismo es escasa.
La modificación del artículo 397 que proponemos aparece con-
veniente porque permite castigar el contagio venéreo como delito
culposo (cuasidelito), de manera perfectamente delimitada. Sobre
el inciso final del artículo 397, que se sugiere agregar, es del caso
reconocer en cuanto al contagio venéreo se refiere, la conveniencia
de que el consentimiento de la víctima constituya una eficaz eximen-
te, en resguardo de la libertad individual en orden al ejercicio de la
actividad sexual y la intimidad de la pareja humana. Y, por otra parte,
basándose en los mismos principios, se establece el ejercicio de la
acción en el sentido de que el delito sólo puede ser perseguido por
querella de la víctima, salvo en los casos de tratarse de un menor o

271
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

un incapacitado, para lo cual debe hacerse aplicable el artículo 19


del Código de Procedimiento Penal.
Por último, con esta redacción, no sólo queda resuelto el proble-
ma penal que suscitan los contagios venéreos u otros, sino también
el de las formas y medios de ejecución del delito en general, com-
prendiendo sin lugar a dudas la comisión por omisión y los llamados
medios morales, esto es, los de acción psíquica.
En relación al artículo 398, se propone un delito de peligro
concreto (sólo doloso y no puede ser culposo), con el objeto de
corregir la actitud de la ciudadanía en el sentido de contener sus
deseos si padece de alguna enfermedad transmisible, obligándola
a ponerla en conocimiento de su pareja y esperar su anuencia. Esta
modificación recoge un anhelado deseo de los juristas en orden
a acoger el peligro del contagio del sida, que no constituye una
enfermedad venérea, pero sin lugar a dudas es una enfermedad
transmisible mediante relación genital o trato carnal y por lo mismo
puede producir lesiones por contagio venéreo en el sentido de la
aceptación latina de la palabra que admite el concepto de deleite
sexual (yacer está tomado como trato carnal, según acepción del
Diccionario de la Lengua Española) por lo tanto, incluye todas las for-
mas posibles de relaciones.
Creemos que son muchos los problemas, que requieren especial
regulación, creados por la aparición del sida en nuestra sociedad,
uno de ellos es que el diagnóstico de portador del Virus VIH, aun
en etapas asintomáticas, conduce a una situación de inestabilidad
laboral que frecuentemente termina en despido. Esta situación
necesita un expreso pronunciamiento legislativo en el sentido de
prohibir, por regla general, que el test ELISA/VIH sea requisito
pare el ingreso a una actividad laboral, establecer su reserva o se-
creto y fijar además un fuero laboral para quienes padecen de la
enfermedad. Otras iniciativas que es posible implementar dicen
relación con la modificación de la legislación que regula la jubi-
lación por invalidez y con el establecimiento de procedimientos
especiales que normen la relación del sidoso con las instituciones
de salud. Por último, es imprescindible decir algo al personal de
salud que participa en la atención directa y frecuente de pacien-
tes sidosos, dictando normas que incentiven y protejan a estos
trabajadores. Nuestra pretensión en esta moción es promover la
discusión sobre una de las aristas del tema que necesita un urgente
pronunciamiento.

272
CAPÍTULO III. SIDA

Por todo lo expuesto venimos en presentar el siguiente


PROYECTO DE LEY:

Artículo primero.– Reemplácese el artículo 397 del Código Pe-


nal, por el siguiente:
Artículo 397.– El que de cualquier forma o por cualquier medio
produjere a otro un daño en su integridad corporal o en su salud
física o mental, será castigado por el delito de lesiones graves:
1º. Con la pena de presidio mayor en su grado mínimo, si de
resultas de las lesiones queda el ofendido demente, inútil para el
trabajo, impotente, impedido de algún miembro importante o to-
talmente deforme.
2º. Con la de presidio menor en su grado medio, si las lesiones
produjeren al ofendido enfermedad o incapacidad para el trabajo
por más de treinta días.
Cuando las lesiones se produjeren por contagio venéreo, el delito,
sólo podrá ser perseguido por querella del perjudicado y quien haya
contagiado a otro, quedará exento de responsabilidad criminal si
hubiere obrado con conocimiento y anuencia de éste.
Artículo segundo.– Reemplácese el artículo 398 del Código Pe-
nal, por el siguiente:
Artículo 398.– El que, sabiendo que padece de una enferme-
dad transmisible mediante relación genital y que se encuentra en
período en el que pueda efectivamente transmitirla, yaciere con
otro, poniendo en peligro su vida o su salud, y sin el conocimiento
o anuencia de éste, será castigado con una pena de presidio menor
en su grado mínimo.
DENISE PASCAL ALLENDE, Diputada. LAURA SOTO GONZÁLEZ, Diputada

7.2. ESTADÍSTICA DE CASOS DE SIDA PROPORCIONADA POR


EL MINISTERIO DE SALUD DE CHILE, DEPARTAMENTO DE
EPIDEMIOLOGÍA

Entre 1984 y diciembre de 2004 se registraron en el territorio nacional


14.611 casos. Del total de casos registrados, 4.530 fueron clasificados con
sida y 9.200 personas VIH+ asintomáticas, desconociendo la clasificación
en 881 casos. La tasa de incidencia de casos notificados VIH/sida para
el período 1984-2004, es de 103 casos por 100.000 hab.
En el período 1984-2004, han ocurrido 5.043 fallecimientos.

273
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

7.3 C ASOS DE SIDA A NIVEL MUNDIAL OBTENIDOS DE INTERNET

Cálculos de VIH/sida mundial


Las últimas estadísticas de la epidemia mundial de sida y VIH
fueron publicadas por ONUSIDA/OMS en 2009, y se refieren al
final de 2008.
Cálculo estimativo Rango

Personas que viven con VIH/sida en 2008 33,4 millones 31,1-35,8 millones

Adultos que viven con VIH/sida en 2008 31,3 millones 29,2-33,7 millones

Mujeres que viven con VIH/sida en 2008 15,7 millones 14,2-17,2 millones

Niños que viven con VIH/sida en 2008 2,1 millones 1,2-2,9 millones

Personas recientemente infectadas con VIH


en 2008 2,7 millones 2,4-3,0 millones

Niños recientemente infectados con VIH


en 2008 0,43 millones 0,24-0,61 millones

Muertes por sida en 2008 2,0 millones 1,7-2,4 millones

Muertes de niños por sida en 2008 0,28 millones 0,15-0,41 millones

Más de 25 millones de personas murieron de sida desde 1981.


África tiene 14 millones de huérfanos a causa del sida.
A fines de 2008, las mujeres representaban el 50% de todos los
adultos que viven con VIH en todo el mundo.

8. OTROS ASPECTOS DEL SIDA

1. Varios países hacen obligatorios los exámenes para los do-


nantes de sangre y plasma, a los recién nacidos, a los donantes de
órganos para trasplante, a los hemofílicos, a los toxicómanos, a los
homosexuales, a los bisexuales y a los que reciben transfusiones de
sangre o hemoderivados. Los países que así lo han reglamentado y
además de los indicados en el párrafo ut supra, tenemos Costa Rica,
Perú, Paraguay, Venezuela, etcétera.

274
CAPÍTULO III. SIDA

2. Se han promulgado normas legales en casi todos los países


para la notificación obligatoria del diagnóstico del VIH a las auto-
ridades de la salud, pero manteniendo el aspecto confidencial y el
secreto de la identidad del enfermo y se ha decretado que es una
enfermedad de tipo contagiosa y de denuncia obligatoria. Se ha
clasificado el sida en determinados países como enfermedad de
transmisión sexual o venérea.
3. Existen cuerpos legales que reglamentan que los hospitales
públicos deben recibir y atender a los enfermos de sida y se prohíbe
su discriminación, que los médicos tienen que respetar el secreto
médico y se señala que son responsables civilmente si se viola o se
comunica a terceros.
4. Se han promulgado leyes, ordenanzas, circulares, resoluciones,
órdenes y recomendaciones, acerca de los bancos de sangre, para
las pruebas del VIH, relativas a las donaciones de espermios, para
inseminación artificial, para el uso de la leche materna, en particu-
lar, en las madres seropositivas, sobre tratamiento odontológico de
enfermos de sida, la obligatoriedad de denunciar las muertes por
sida o sospechosos.
5. Además, en el campo internacional hay una variedad de instruc-
ciones y regulaciones administrativas de los Ministerios de Salud de
cada país, de las Comisiones de Salud sobre el sida, de las Secretarías
de Sanidad, de la Dirección General de Farmacia, y otras entidades
referidas al uso del instrumental en los hospitales, en las interven-
ciones quirúrgicas, a los infectados del VIH, de las agujas, guantes,
uniformes, etcétera, relacionadas con medidas preventivas, equipos
que deben usar los médicos, el personal de la salud, paramédicos, en
los hospitales, clínicas, centros de salud, consultorios y laboratorios.
Hay instrucciones para la importación y exportación de productos
sanguíneos y derivados. Se recomiendan exámenes periódicos a médi-
cos, enfermeras y personal en general, que trabajen en los hospitales,
en lo posible mensualmente. Existen circulares para el cuidado de los
enfermos, su tratamiento, los medicamentos que deben emplearse, el
aislamiento de los infectados, el empleo de preservativos, de vacunas,
sobre la publicidad a ciertos medicamentos, etcétera.
6. Como lo hemos venido manifestando, uno de los problemas
esenciales de la enfermedad del sida, por ser una enfermedad alta-
mente contagiosa, es su propagación o contagio al que ha debido
abocarse el Derecho Penal frente a las infecciones intencionales o
dolosas. Parte de esto se trata en el delito de contagio venéreo o de

275
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

enfermedades de transmisión sexual y en otros apartados del sida.


En este parágrafo indicaremos que es preocupación mundial tipificar
el delito de contagio de esta enfermedad y condenar los contagios
dolosos, esto es, que una persona que sabe en forma positiva que
tiene la enfermedad o virus del VIH se lo transmite a una persona
sana. Otros preconizan que debieran castigarse los contagios por
negligencia y culpa, pues se está atentando contra la salud de la
colectividad.
7. Como textos positivos, en Checoslovaquia se castiga la transmi-
sión intencional del virus y también en Bolivia. Varios países tienen
proyectos de ley y en el intertanto están aplicando las normas del
delito de lesiones y según sea el resultado que se cause al enfermo,
es la pena que en definitiva se aplica. En ciertos países el contagio
del sida puede ser considerado como agravante en los atentados
sexuales, por violación y estupro. En Australia se han conocido ca-
sos de juicios por personas infectadas en virtud de transfusiones de
sangre contaminada con el virus, los que han deducido querellas
criminales y demandas por indemnización.
8. Se sabe de procesos en Francia, contra algunas compañías de
seguros que han revelado a terceros la enfermedad de la persona
y que por tal motivo se han negado al otorgamiento de seguros de
vida otro tipo de seguros.
9. En Nuremberg, una Corte Alemana condenó a una persona
por practicar el sexo sin protección, por haber contagiado a una
persona sana.

9. LA TERCERA EPIDEMIA DEL SIDA

Además de la infección del VIH y del sida Terminal como en-


fermedad propiamente tales, se conoce “La Tercera Epidemia del
sida”. Esto es, el riesgo del contagio o de la enfermedad que pueden
contraer terceras personas. Se habla de un pánico colectivo o temor,
lo que ha traído abusos incalificables en todo el mundo, tales como
los que se pasan a señalar, sólo por vía de ejemplo:
1. Se les han negado a los enfermos del sida las posibilidades
para postular a viviendas o ser arrendatarios.
2. Discriminación en la enseñanza, no se han aceptado enfermos
de sida en los colegios y establecimientos educacionales, y otros son
expulsados de los colegios.

276
CAPÍTULO III. SIDA

3. Discriminación en los empleos. Otros enfermos han sido despe-


didos de sus trabajos, o no han sido admitidos, o se les ha prohibido
postular a cargos o empleos.
4. Familiares se niegan a vivir con enfermos con sida
5. Incendiada casa de hemofílicos y sidosos, pues temen los
vecinos ser infectados por el virus del sida.
6. Desalojados de inmuebles arrendatarios con sida, y sus fami-
liares.
7. Compañías de Seguros no emiten pólizas de seguro de vida,
de enfermedad y otras a los enfermos de sida, o a portadores del
VIH.
8. Empresas se han negado a embalsamar a muertos de sida, por
él riesgo que ello significa para el personal.
9. Pacientes sidosos son expulsados de sus hogares por sus fa-
miliares.
10. Han disminuido los donantes de sangre por temor al contagio
del sida, al efectuarse la extracción de sangre, pues creen que las
agujas o el instrumental puede estar infectado.
11. Terceros no aceptan transfusiones de sangre por temor a las
infecciones del virus del sida.
12. Los médicos y otros profesionales afines al área de la salud,
se niegan a atender enfermos con sida por temor al contagio de esta
enfermedad y de hepatitis B.
13. Anestesistas vacilan en anestesiar pacientes con sida.
14. Cirujanos tratan de no practicar biopsias de enfermos con
sida y especialmente las biopsias pulmonares a los infectados de
Pneumocystis carinii.
15. Patólogos evitan hacer autopsias a muertos sidosos.
16. Gastroenterólogos se niegan a efectuar endoscopias a pa-
cientes con sida, con sangramiento gastrointestinal.
17. Enfermeras no atienden a pacientes con sida por temor al
contagio.
18. Enfermos rechazan inyecciones por temor a que las jeringas
estén contaminadas con virus del sida.
19. Mujeres evitan quedar embarazadas por temor a contagio
del virus del sida en el hijo.
20. Rechazo de mujeres a mantener relaciones sexuales por
miedo a la infección.
21. Enfermos se niegan a recibir tratamiento con plasma sanguí-
neo o hemoderivados por posible contagio del sida.

277
TERCERA PARTE. TRAUMATOLOGÍA FORENSE

22. Barrenderos exigen se les proporcionen mascarillas para


asear los barrios de homosexuales.
23. En USA los enfermos de sida no son aceptados como miem-
bros del Jurado.
24. En el Congreso de California se propuso la clausura de los
baños públicos para evitar la contaminación del sida.
25. Personas que creen estar enfermas de sida no se hacen los
exámenes por temor a conocer la verdad, a la discriminación, que
se conozca su estado por terceros, etcétera.
26. Médicos han revelado el secreto profesional de los contagiados
con sida y lo han comunicado a otras personas por iniciativa propia
o por presión de colegas o de funcionarios de salud.
27. El paciente contaminado no ha comunicado a su pareja su
padecimiento y le ha inoculado el virus VIH.
28. Enfermos de sida no confían su dolencia a familiares por
temor al rechazo.

10. CONCLUSIONES

1. Como hemos observado de esta compendiada revisión de las


normas legales vigentes en Chile, en ellas se han ordenado y sistema-
tizado una serie de aspectos esenciales que han estado en el tapete
y lo están prácticamente en todos los países del mundo. Entre ellos,
como hemos venido diciendo, se ha legislado sobre la notificación
diaria y obligatoria del sida a los organismos de salud, las pruebas
y diagnósticos del sida, el aspecto confidencial y reservado, sobre
tratamiento, la no discriminación por esta enfermedad, etcétera.
2. No cabe la menor duda de que el sida es la enfermedad que pro-
bablemente ha traído aparejados varios problemas que son totalmente
desconocidos en las otras enfermedades con características de epidemia,
y de los cuales ha tenido que hacerse cargo la norma jurídica.
3. Entre la reglamentación rápidamente vista en los párrafos
precedentes, notamos una carencia de preceptos atinentes al contagio
doloso de la enfermedad, lo que ha ocurrido en otros países, tales
como Honduras, Bolivia, Perú, y en Europa. Estimamos que debe
tipificarse expresamente la figura delictiva del delito de contagio
de enfermedades de transmisión sexual y del sida como atentados
contra la salud pública, teniendo presente que desde el punto de
vista médico el sida es una enfermedad contagiosa.

278
CAPÍTULO III. SIDA

11. SIDA Y LEGISLACIÓN COMPARADA

1. Como se ha escrito por distintos tratadistas, el sida no es


sólo un problema de salud pública de algunos países, regiones,
continentes, sino que es de tipo internacional, preocupando prin-
cipalmente y, entre otros, a la Organización Mundial de la Salud.
En efecto, relacionadas con el sida se han realizado una serie de
asambleas, reuniones y conferencias para tratar fundamentalmente
el aspecto médico, epidemiológico y las implicancias legales de esta
enfermedad.
2. En general, la legislación mundial ha tenido que reglamentar
una serie de cuestiones atinentes con el sida y prácticamente desde
que se descubrió la enfermedad y se logró aislar el virus del VIH.
Desde los años 1982 y 1983 en adelante, se conocen normas jurídicas
dictadas, por ejemplo, por Italia, Nueva Zelanda, Turquía, Israel,
Austria, Francia, Noruega y Grecia, entre otros, varias de ellas para
calificar esta enfermedad como infecciosa, de notificación obligatoria
y preceptos ligados a las transfusiones de sangre, a la prohibición de
extraer sangre a personas calificadas de alto. riesgo, etcétera.
3. Con respecto a la detección del virus del sida algunos países,
como lo hemos expuesto, lo contemplan como una norma imperativa
y obligatoria y que se practique a toda la población o a los grupos de
conductas de riesgo, o a los que ejerzan ciertas actividades, como la
prostitución. También que se practique a los extranjeros, a los viajeros
internacionales, a las mujeres embrazadas, a los que detentan cargos
públicos, a los que van a reclutarse para el servicio militar, a los que
trabajan en los hospitales o establecimientos de salud, a los presos,
a los enfermos hospitalizados, a los que van a contraer matrimonio
y a los que trabajan en baños, saunas, cafés, boites y cabaret. Por vía
de ejemplo, se exige esta detección precoz en Cuba, Rusia, Suecia,
Australia, Brasil, Guatemala, Panamá, República Dominicana, algu-
nos estados de los Estados Unidos de Norteamérica, México, ciertos
países africanos, Checoslovaquia, España, etcétera.

279
Capítulo I
TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

1. GENERALIDADES

1. La Tanatología Médico-Legal es un capítulo importantí-


simo de la Medicina Legal. Comprende el estudio de la muerte,
su data, las causas, distintas clases, los signos de la muerte, los
fenómenos cadavéricos, los procesos de destrucción y conservación
del cadáver, la flora y fauna microbiana del cadáver, la inhuma-
ción y exhumación, la autopsia. También se estudia el periodo
anterior de la muerte, llamado de la agonía, sus fenómenos y
características.
2. El criterio estrictamente médico-legal sostenía que la muerte
es la extinción de las grandes funciones vitales, es la desaparición o
término de las funciones circulatorias y respiratorias, hoy se agrega
de las funciones cerebrales. No obstante lo anterior, se han presen-
tado casos de personas que han fallecido conservando el corazón sus
latidos o movimientos cardiacos. Se ha producido una interesante
cuestión médica y jurídica sobre esta materia con motivo u ocasión
de los trasplantes de órganos, la determinación de la muerte cerebral
y los criterios al respecto.
3. Para determinar y diagnosticar la muerte de una persona,
se está, desde el punto de vista médico, a los llamados signos de la
muerte y a los fenómenos cadavéricos que se analizarán en detalle,
dejando en claro que existe una serie de clasificaciones, de acuerdo
al criterio de los diferentes autores. Algunos de ellos engloban todas
las alteraciones del cadáver como fenómenos cadavéricos, otros los
dividen en fenómenos avitales, inmediatos, consecutivos, transfor-

283
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

mativos, signos previos, de fallecimiento, signos cadavéricos, signos


de muerte, mediatos, inmediatos, etcétera.1
4. Las exteriorizaciones más perceptibles de la muerte son: la
inmovilidad, la facies cadavérica, la relajación de los esfínteres, et-
cétera. Otros signos son denominados fenómenos cadavéricos, ta-
les como: el enfriamiento, deshidratación, coagulación sanguínea,
las livideces cadavéricas y las hipóstasis viscerales (acumulación de
sangre de determinadas vísceras, debido a la gravedad, en vísceras
o alrededor de ellas), etcétera.
5. En medicina en general y en la Medicina-Legal se distinguen
varios tipos, clases o clasificaciones de muerte. Se habla de muerte
natural, la que resulta del debilitamiento progresivo de todas las
funciones vitales, o también de aquella que no resulta de una vio-
lencia exterior en cualquiera de sus formas, por ejemplo, homicidio,
traumatismo, envenenamiento, accidentes.
6. Muerte aparente. Es un estado de la persona, similar a la
muerte natural, o a cualquier tipo de muerte, pero esta en la práctica
no se ha producido. Existe un estado de inmovilidad e insensibilidad
absoluta y se presenta después de enfermedades, y trae confusión
con la muerte real o natural. Por ejemplo, ciertos estados produci-
dos por drogas, ataques, catalepsia, hipnotismo, etcétera. Basile y
Waisman acotan: “Muerte aparente es un estado de transición en
que las funciones vitales disminuyen hasta un grado tal que resulta
difícil determinar por medios comunes la persistencia de la vida
–la circulación, respiración y actividad nerviosa no se perciben clí-
nicamente–, pudiendo evolucionar hacia la muerte real o hacia la
recuperación vital del paciente”.2
7. Muerte accidental. Se contrapone con la muerte natural. Es
aquella que llega antes del término natural de la vida por causas
de enfermedad o violencia exterior: homicidio, acto de terceros,
etcétera.
8. Muerte molecular. Destrucción y último término de un proceso
catabólico. Catabolismo, desde el punto de vista de la biología, es
un conjunto de reacciones bioquímicas que transforman la materia
viva en desecho.

1
Ver sobre esta materia, GISBERT, Medicina Legal y Toxicología, ob. cit., pág. 276;
ACHAVAL, ob. cit., pág. 145; QUIROZ, ob. cit., pág. 490; BASILE Y OTRO, ob. cit., t. I,
pág. 278; BONNET, ob. cit., t. I, pág. 285.
2
BASILE Y OTRO, ob. cit., t. I, pág. 271.

284
CAPÍTULO I. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

9. Muerte repentina. Es aquella en que la muerte sobreviene o


llega de un modo inesperado en un sujeto que, al parecer, gozaba
de buena salud.
10. Algunos autores distinguen esta muerte repentina de la
muerte súbita, que ocurre de improviso o de repente, en especial
en los infantes, niños recién nacidos o de corta edad, pero no solo
en ellos, como erróneamente se cree. Causas de la muerte súbita
o repentina pueden ser: frío, esfuerzos, emociones, embriaguez, y
también por trastornos digestivos.
11. Muerte violenta. Es la muerte por violencia exterior, espe-
cialmente por hechos de terceros, hechos delictuosos.
12. La muerte real es la muerte propiamente tal, que trae apare-
jado el término de la vida, con signos y fenómenos cadavéricos total-
mente claros e inconfundibles. Alfonso Quiroz nos da un concepto
importante sobre este tipo de muerte, comentando: “Muerte, en
medicina forense, es la abolición definitiva, irreversible o permanente
de las funciones vitales del organismo. Una suspensión temporal o
transitoria de alguna de las importantes funciones vitales, dará un
estado de muerte aparente, compatible con la supervivencia del or-
ganismo, como suele acontecer en los casos del síncope respiratorio,
en el cual las funciones respiratorias cesan transitoriamente. Cuando
la abolición es definitiva, irreversible y permanente, se establece el
verdadero estado de muerte real.3
13. En la muerte aparente existen fenómenos y signos similares
a la muerte real, pero esta no ha ocurrido. Por ejemplo, casos de
síncope, asfixia, congelación, anestesia y traumatismos cerebrales.
Estimamos que la muerte propiamente tal es la real; en la aparente
no se ha producido la cesación de las grandes funciones vitales, en
forma definitiva e irreversible.
14. Para el Derecho, la muerte es el cese o extinción de la capa-
cidad jurídica de una persona. Se da término a su existencia natural.
El artículo 78 del Código Civil chileno no define la muerte, sino que
anota: “La persona termina en la muerte natural”.
15. El artículo 45 de la Ley de Registro Civil también se refiere
a la muerte con ocasión de la inscripción de la defunción y estipula:
“Al requerirse la inscripción de un fallecimiento deberá presentarse
un certificado expedido por el médico encargado de comprobar
las defunciones o por el que haya asistido al difunto en su última
enfermedad”.

3
QUIROZ, ob. cit., pág. 487.

285
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

16. Por su parte, el Código Sanitario, en su artículo 141, nos


señala: “Prohíbese inscribir en el Registro Civil las defunciones e
inhumaciones de cadáveres si no se justifican previamente las causas
del fallecimiento mediante un certificado del médico que lo asistió
en la última enfermedad. A falta de este, corresponderá extender
dicho certificado al Servicio Nacional de Salud en las condiciones
que determine el reglamento”.
17. En el Derecho Civil tiene suma importancia el hecho de la
muerte; por ejemplo, en materia de donación, paternidad, sucesión
por causa de muerte. En ciertos contratos, por ejemplo, renta vitali-
cia, testamento; y en el matrimonio, “artículo mortis”.
18. En Derecho Penal tiene relevancia la muerte, en especial en
ciertos delitos, cuando el fallecimiento de una persona se ha producido
por actos violentos, homicidio, simple, calificado, parricidio, infanti-
cidio, en el caso del aborto, la muerte o destrucción del feto, como
causal de extinción de la responsabilidad penal del procesado.
19. Para la medicina, la muerte es un hecho natural que pone
término a la vida y a las llamadas grandes funciones, nerviosas, cir-
culatorias y respiratorias, metabólicas, cerebrales, etcétera.
20. La muerte se estima que no es un instante en el tiempo,
sino que es un proceso o fenómeno más o menos lento, complejo y
progresivo, que termina con la destrucción completa del cadáver.
21. Se distingue, por otra parte, una etapa previa a la muerte,
que es la agonía, estimada como la lucha o el combate de la persona
por aferrarse a la vida. Es un periodo, en algunos casos, más o menos
largo y que tiene el carácter de reversible, esto es, que al terminar el
periodo agónico, la persona recobra su salud. En cambio, la muerte
es un proceso irreversible.
22. Desde hace varios años se ha dejado de lado el concepto
muerte tradicional, como lo expusimos al inicio, como la cesación
de las grandes funciones, vitales, como lo son la circulación y la res-
piración, y que otros denominan la muerte cardiorrespiratoria, y se
agrega el término de muerte clínica o muerte cerebral, o también
muerte encefálica. Continúan las funciones circulatorias y respirato-
rias, pero no las funciones cerebrales. Se analizará esto más adelante,
en especial al tratar los trasplantes de órganos.
23. La muerte, y hay que recordarlo, es un fenómeno natural.
Nos referimos a la muerte en general, no a las que son consecuen-
cia de actos ilícitos o a ciertos tipos de muerte. Para evitar dudas o
confusiones, es mejor limitar el término a muerte natural.

286
CAPÍTULO I. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

24. Hemos mencionado anteriormente que la muerte es el tér-


mino de la vida, o la extinción de esta, pero así como es difícil definir
lo que es la muerte, también es materia ardua señalar lo que es la
vida. La vida, en forma simple, es el estado de actividad de los seres
orgánicos. Es un conjunto de complejos fenómenos de la persona,
que se conocen como vitales, a saber: los de nutrición, metabólicos,
de relación y evolución. Ciertos fenómenos vitales continúan un
tiempo después de la muerte, como son la contractilidad muscular,
los movimientos del intestino, fenómenos digestivos, sobrevivencia
de los espermios, etcétera.

2. DEFINICIONES

1. Para el Nuevo Diccionario Médico Larousse, la muerte es: “El


resultado de una detención de la nutrición celular, porque la sus-
tancia que constituye la célula (protoplasma) se vuelve incapaz de
mantener el doble movimiento de asimilación necesario para la vida
o porque el medio que envuelve las células sufre modificaciones
tales que hacen imposible los cambios. Por la muerte se produce la
autointoxicación del organismo”.4
2. La Enciclopedia Jurídica Omeba apunta: “Es la cesación o extin-
ción de las funciones vitales, es el fin natural del proceso evolutivo
de toda materia viva”.5
3. Para Vibert: “La muerte consiste en la cesación de las más
grandes y visibles funciones de la economía, tales como la respira-
ción, la circulación, la sensibilidad cutánea y de los sentidos, y el
movimiento”.6
4. Bonnet cita varias definiciones de muerte: “Decía Lacassagne
(1906) que es ‘el cese de las funciones nerviosa, circulatoria, respira-
toria y termorreguladora’. Thoinot (1928), por su parte, de manera
más terminante expresaba que ‘la vida se acaba (lo que en cierto
modo puede trocarse en ‘la muerte comienza’) con la extinción de
las funciones respiratoria y circulatoria, sobreviviendo, en general,
la acción cardiaca a la pulmonar’. Más tarde, Piedelièvre y Fournier
(1963) cautelosamente dijeron que ‘aparentemente, la muerte está
4
LAROUSSE, ob. cit., t. II, pág. 706.
5
Encicl. Jur. Omeba, ob. cit., t. XIX, pág. 932.
6
VIBERT, Manual de Medicina Legal y Toxicología, 9ª edición, Editorial Espasa-Calpe
S.A., Madrid, Barcelona, España, pág. 44.

287
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

caracterizada por la detención del corazón, de la respiración y de la


motilidad’. Más recientemente, Gerin y Merli (1971) expresaron que
‘la muerte puede ser definida como la detención total y definitiva
de toda actividad cerebral, constatada directa o indirectamente’;
pero, si bien formularon la definición, como se verá más adelante,
no participaron de ella. Queremos destacar asimismo, como una
particular concepción, la vertida por Veiga de Carvalho (1968),
porque se aleja de todas las anteriores, ya que para él la muerte
no es una cuestión de cesación de funciones, sino de cesación de
‘personalidad’. En efecto, para él ‘la muerte se halla caracterizada
por la pérdida de la condición de persona, siendo precisamente a
partir de este hecho cuando es preciso buscar un concepto, ya que
no se debe o puede establecer que la muerte es la detención de un
determinado tejido u órgano por más jerarquizado que sea, o por
más indispensable que se presente. De ahí, pues, que la muerte
sea la desintegración irreversible de la personalidad en sus efectos
fundamentales, morfofisiopsicológicos y éticos, con el consiguiente
cese funcional y orgánico de la unidad biopsicológica definidora de
aquella personalidad’”.7
5. Para Alfonso Quiroz, es “La desintegración irreversible de la
personalidad en sus aspectos fundamentales morfofisicopsicológi-
cos, de tal manera que cesa la unidad biopsicológica como un todo
funcional y orgánico, definidor de aquella personalidad que así se
extinguió”.8
6. Para nosotros, más que una definición de muerte, y a mane-
ra de concepto, podemos decir que se caracteriza por la cesación
definitiva e irreversible de las funciones circulatorias, respiratorias,
nerviosas y cerebrales. No se trata del término de ciertas actividades
del organismo, sino que del conjunto de ellas, debiendo diagnosti-
carse por los procedimientos científicos y clínicos, y no aisladamente
cada función del organismo.

7
BONNET, ob. cit., t. I, págs. 279 y 280.
8
QUIROZ, ob. cit., pág. 540.

288
Capítulo II
DIAGNÓSTICO DE LA MUERTE

Mediante el diagnóstico de la muerte, se precisan los signos de


la muerte y los fenómenos cadavéricos, para verificar si ella se ha
producido, cuáles son sus causas, la forma en que ocurrió, la data
o fecha de la muerte. Si la muerte ha sido natural o por acto de
terceros, el tipo de muerte, etcétera.
Para el diagnóstico se recurre a dos tipos de comprobaciones
o exámenes:
1. Signos negativos de la vida o signos de la muerte, y
2. Signos positivos de la muerte o fenómenos cadavéricos.

1. SIGNOS NEGATIVOS DE LA VIDA

1.1. GENERALIDADES

a) Son aquellos signos que tienden a comprobar la supresión


de las grandes funciones vitales, también conocidos como signos
de la muerte.
b) Sirven para determinar la muerte y se manifiestan por la
paralización de las grandes funciones vitales. Ellos son la función
respiratoria, muscular y circulatoria, lo más importante es comprobar
científicamente la ausencia de la circulación, el paro cardíaco o la
ausencia de latidos.
c) Estos signos se detectan inmediatamente después de producida
la muerte y son de un valor relativo, porque, en general, no excluyen
los casos de muerte aparente, y no constituyen plena prueba.
d) Se sostiene, considerando un criterio médico, que un solo
signo de la muerte no es determinante para su constatación efectiva;
se deben apreciar varios signos y pruebas conjuntamente.

289
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

1.2. SIGNOS DE CESACIÓN DE LOS FENÓMENOS VITALES

1.2.1. Signos de cesación de las funciones respiratorias

Estos signos son de gran importancia práctica, puesto que no


permiten en particular descartar la existencia de muerte aparente,
en que justamente esta función puede estar reducida al mínimo.
Hay ausencia de movimientos respiratorios y del tórax. Sin embargo,
vamos a referirnos a dos de las pruebas más conocidas en orden a
detectar la cesación de las funciones respiratorias.
a) Prueba del espejo, signo o maniobra de Winslow: Implica
colocar un espejo o un objeto brillante ante la boca y nariz del suje-
to; si este respira aún, el aire espirado, que contiene vapor de agua,
choca contra el espejo y lo empaña. Es una prueba muy antigua y
fácil de realizar. Los autores están de acuerdo en señalar que este
método no es muy seguro, puesto que en el estado de muerte apa-
rente la respiración puede quedar prácticamente abolida. Además,
el espejo puede quedar empañado por otras causas, como ser gases
del cuerpo.
b) Prueba o signo de Icart o de la reacción sulfhídrica: Consiste
en colocar delante de los orificios de la nariz del sujeto respecto del
cual se plantea la duda, un papel blanco de filtro con acetato neutro
de plomo, el que si se ennegrece, demostraría que se trata de un
cadáver, puesto que el ácido sulfúrico cadavérico, que proviene de la
putrefacción, producirá el ennegrecimiento del papel. Si la persona
está viva, no se desprende gas sulfurado.
c) Prueba de la llama: Se pone una vela o bujía encendida a la
altura de la nariz y boca del sujeto, y si esta se mueve u oscila, signi-
fica que está respirando.

1.2.2. Signos de cesación nerviosa o muscular

Estos signos sirven para establecer la ausencia de vida muscular.


Ocurrida la muerte, se producen en el cadáver una relajación mus-
cular completa y el término de las funciones nerviosas.
a) Fisonomía del cadáver: Se afirma que los cadáveres presentan
una fisonomía especial, llamada, desde antiguo, facies cadavérica o
hipocrática. Sin embargo, algunas de estas características se presen-
tan en los agónicos y moribundos, y en enfermedades largas. Los

290
CAPÍTULO II. DIAGNÓSTICO DE LA MUERTE

rasgos que la caracterizarían son, entre otros: frente arrugada, ojos


hundidos, nariz afilada, sienes deprimidas, orejas retraídas hacia
arriba, pómulos hundidos, labios colgantes, los pelos de la nariz y
cejas cubiertos de un polvillo blanquecino, piel seca y pálida.1 Estas
exteriorizaciones no aparecen en las muertes súbitas, repentinas y
violentas.
b) La inmovilidad: Los cadáveres permanecen inmóviles, a veces
es un signo de extinción de la vida. En los cadáveres se producen
algunos movimientos a causa de los cambios de temperatura y de
la rigidez cadavérica, por contracción muscular, o por la fuerza de
gravedad. Por lo cual estos signos tienen poco valor. También debe
tenerse presente la llamada actitud cadavérica, la cual tendría una
postura típica y la posición decúbito dorsal con la cabeza inclinada,
las extremidades superiores semiflectadas y la punta de los pies hacia
afuera. En verdad, aquí no es tanto una actitud cadavérica, sino la
mantención de la posición de relajación muscular que el sujeto tuvo
en el último instante de su vida.
c) Pérdida de la sensibilidad: Este signo tampoco supone una
prueba inequívoca, porque permite demostrar la existencia de muerte
aparente en que la sensibilidad puede temporalmente ser abolida.
d) La relajación de los esfínteres: Esta relajación se produce
inmediatamente después de la muerte, y es una consecuencia de
la relajación muscular. Como ya dijimos, se produce después de la
muerte una relajación muscular generalizada; a esta se deben algu-
nos signos de muerte de importancia, como son la dilatación de las
pupilas, la abertura de los ojos, caída o descenso de la mandíbula
inferior, relajación del esfínter anal, etcétera.

1.2.3. Signos de cesación de las funciones circulatorias

La supresión de la actividad circulatoria, como la ausencia de pulso,


silencio auscultatorio, falta de movimiento del corazón, paralización
cardiaca, y los signos que la demuestran, son los más importantes y
los que dan una mayor certeza en el diagnóstico de la muerte.
La forma más común para su establecimiento es mediante la
auscultación cardiaca y el pulso; en ciertos casos se recurre a prue-

1
Ver sobre esta materia, ACHAVAL ob. cit., pág. 151; QUIROZ, ob. cit.,
pág. 491.

291
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

bas médicas o de laboratorio. En los casos de síncope, los latidos


desaparecen temporalmente y después de un rato vuelven a la nor-
malidad.
a) Prueba de la auscultación cardiaca o signo de Bouchut: Se
funda esta prueba en la comprobación de la falta o ausencia de latidos
cardiacos. Para aumentar la seguridad de este método se recomienda
que se haga durante 5 minutos, sin interrupción y sin instrumental,
en cada uno de los cuatro focos cardiacos sin que se escuche ni un
solo latido o tono. En esa ausencia de latidos estaríamos frente a
un muerto. Luego, esta falta de latidos por 20 minutos indicaría el
hecho de la muerte.2
Sin embargo, esto ha sido objeto de muchas críticas, puesto
que depende de la función del oído de quien hace el examen, la
presencia de ruidos dudosos y porque además, cuando el corazón
se contrae con poca energía, puede producir ondas sanguíneas
imperceptibles.
b) Cardiopuntura o método akidopeirástico de Middeldorf:
Consiste en introducir una aguja en el corazón, cuyas contracciones
en el caso en que haya vida se transmiten a la punta de la aguja. En
este caso, la aguja también se moverá u oscilará y emanará sangre.
Es una prueba peligrosa al practicarse en seres vivos, pues pueden
producirse lesiones de importancia, con daño a las coronarias.
Sobre la cardiopuntura, Achaval consigna: “Este método trau-
matizante y peligroso por esa razón y probable sepsis ha sido acon-
sejado previamente a los entierros en masa; además, introduciendo
la aguja hasta la cavidad ventricular, permite inyectar substancias
intracardiacas”.3
c) Signos o maniobras de Magnus: Este método consiste en ligar
fuertemente con un hilo o cinta la base de uno de los dedos de la
mano; si el dedo permanece del mismo color, quiere decir que no
hay circulación. En cambio, si toma coloración rojiza, significa que
hay circulación y vida. Igual procedimiento puede practicarse en un
miembro, como un brazo o pierna.
d) La arteriotomía o sección arterial: Sirve para demostrar si
hay circulación y consiste en seccionar la arteria radial o temporal,
y si no sale sangre, se diagnostica muerte.

2
Ver sobre esta materia, GISBERT, Medicina Legal y Toxicología, ob. cit.,
pág. 281.
3
ACHAVAL, ob. cit., pág. 147.

292
CAPÍTULO II. DIAGNÓSTICO DE LA MUERTE

e) Prueba de la fluorescencia de Icart: Es muy categórica y sen-


cilla. Consiste en la inyección endovenosa o subcutánea de una
solución de fluoresceína, carbonato de sodio y agua destilada; si
existe circulación en la piel, se torna amarilla y los ojos se vuelven
verde esmeralda. Si no se producen estos cambios, la persona ha
fallecido, pues no hay circulación.
Esta prueba es uno de los mejores medios para el diagnóstico
precoz de la muerte; es seguro y certero, porque no hay supervivencia
posible, en virtud de tales resultados.
f) También se conoce el signo del electrocardiograma negativo:
La ausencia de descarga eléctrica en la función cardiaca, detectada
por electrocardiograma, es una manifestación de muerte, con valor
absoluto, y diagnostica una muerte real.
g) Tenemos el signo de Monteverdi: Se inyecta amoníaco; en la
persona que está viva se produce una coloración roja y en el cadáver
un tinte negruzco.
h) Igualmente hay otros métodos, como la radiografía cardiaca,
la ecocardiografía, y el empleo de isótopos radiactivos.

2. SIGNOS POSITIVOS DE LA MUERTE O FENÓMENOS


CADAVÉRICOS

2.1. GENERALIDADES

a) Se conocen con este nombre aquellos fenómenos o altera-


ciones característicos de orden físico, químico y microbiológico que
aparecen en el cadáver, transcurrido un cierto tiempo desde la muerte
y que sirven para demostrarla en forma inequívoca, presentándose
algunos de ellos simultáneamente con la muerte y otros a medida
que transcurre el tiempo, y de su examen puede fijarse la fecha de la
muerte, su cronología. A diferencia de los signos negativos de la vida
o signos de la muerte, los signos positivos de la muerte o fenómenos
cadavéricos permiten un diagnóstico seguro del fallecimiento y son
irreversibles. Se trata de procesos tardíos o mediatos que aparecen
en el cadáver, de destrucción, conservación y de transformación.
b) Son fenómenos cadavéricos, entre otros:
– Enfriamiento cadavérico;
– Coagulación sanguínea;
– Deshidratación;

293
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

– Rigidez cadavérica y las hipóstasis viscerales;


– Livideces e hipostasias cadavéricas;
– Acidificación de humores y vísceras;
– Rigidez y espasmos cadavéricos;
– Putrefacción;
– Momificación;
– Pulverización;
– Maceración;
– Saponificación;
– Corificación.

2.2. CLASIFICACIÓN DE LOS FENÓMENOS CADAVÉRICOS

Los fenómenos cadavéricos se clasifican atendiendo a la forma


como se deteriora el cuerpo y las transformaciones que este sufre.
Se distinguen los siguientes fenómenos cadavéricos: de orden físico,
de orden químico y de orden microbiológico.

2.2.1. Fenómenos cadavéricos de orden físico

a) El enfriamiento cadavérico o simplemente enfriamiento


Es un fenómeno constante de orden físico y progresivo. Acaecida
la muerte, no se produce calor en el cuerpo, el cadáver se empieza
a enfriar gradualmente hasta que su temperatura se iguala con la
del medio ambiente, pudiendo incluso descender algo más todavía
a causa de la evaporización que se verifica en la superficie de los
tejidos. Esto explica la sensación de frío que se produce al contacto
con un cadáver. Sin embargo, puede ocurrir que la temperatura se
eleve con posterioridad a la muerte, haciéndose más lento el proceso
de enfriamiento; ello ocurre en los casos de muerte causada por
enfermedades infecciosas o del sistema nervioso.
a.1) Marcha del enfriamiento
El enfriamiento es un fenómeno constante, pero su marcha es
muy variable y está influida por diversos factores. Con Nerio Rojas,
tomando en consideración datos promedios, se puede afirmar que
en las primeras horas la marcha del enfriamiento es lenta, medio
grado por hora, para aumentar luego hasta la octava hora, en que

294
CAPÍTULO II. DIAGNÓSTICO DE LA MUERTE

vuelve a hacerse lenta.4 En todo caso, el equilibrio con la temperatura


ambiente se alcanza alrededor de las 22 horas (otros sostienen que
entre las 22 y 30 horas).
También se ha podido comprobar que, generalmente, después
de una o dos horas de producido el fallecimiento, los pies, la cara
y las manos se encuentran fríos, en tanto que las regiones que más
tardan en enfriarse son el peroné, el epigastrio y las axilas. En ciertas
enfermedades la temperatura, en vez de descender, se eleva después
del fallecimiento (tétanos, fiebre tifoidea, enfermedad microbiana,
insolación, meningitis, epilepsia, etcétera).
a.2) Factores que pueden influir en la marcha del enfriamiento
Son diversos los factores que pueden influir, retardándolo o
acelerándolo.5
– Retardan el enfriamiento:
a) La buena salud anterior al fallecimiento;
b) La temperatura alta del medio ambiente en que se encuentra
el cadáver. Calor ambiente;
c) La clase de ropa que cubre el cadáver;
d) El hecho de haber muerto por una enfermedad febril (muerte
repentina);
e) Las condiciones individuales del sujeto; así, se dice que las
personas obesas tardan más en enfriarse; los niños y ancianos
se enfrían más pronto que las personas de mediana edad.
Es más rápido en las personas delgadas que en las gruesas
o adiposas.
– Aceleran la marcha del enfriamiento:
a) El frío del medio ambiente, intemperie;
b) El estado de debilidad anterior a la muerte, hemorragia,
anemia;
c) Agonía prolongada, caquexia, tuberculosis, esteritis, etcé-
tera;
d) Estados patológicos, tales como infecciones, cólera, menin-
gitis, etcétera.

b) Deshidratación
Este es el fenómeno de deshidratación que sigue a la muerte y,
en virtud de él, se produce la pérdida de peso, por la evaporización
4
ROJAS, ob. cit., pág. 130.
5
Ver sobre esta materia, BASILE Y OTRO, ob. cit., t. I, pág. 280; ROJAS, ob. cit.,
pág. 130; ACHAVAL, ob. cit., pág. 152.

295
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

del agua y líquidos que hay en el cuerpo, y se producen alteraciones


en la piel, mucosas, ojos, etcétera.
La deshidratación explica también los fenómenos oculares ca-
davéricos, tales como el hundimiento del globo ocular, la formación
de la telilla glerosa en la córnea, la mancha negra esclerotical en
el ángulo externo del ojo, el aplastamiento del globo ocular. Otros
signos son la sequedad en los labios, cavidad bucal, el glande, la
vulva, etcétera.
Vargas Alvarado acota: “los principales signos de deshidrata-
ción están en los ojos y constituyen los signos de Stenon-Louis y de
Sommer. El signo de Stenon-Louis consiste en: 1) hundimiento del
globo ocular; 2) pérdida de la transparencia de la córnea, que se
vuelve opaca; 3) formación de arrugas en la córnea; 4) depósito de
polvo que le da aspecto arenoso (‘telilla glerosa’). En el ojo abierto
aparecen a los 45 minutos y en el cerrado a las 24 horas. El signo de
Sommer o de la mancha esclerótica, consiste en un triángulo negro
con la base en la córnea en la parte externa del ojo, y más tarde en
la interna. Se debe al pigmento de la coroides que queda visible al
volverse transparente la esclerótica por deshidratación. Aparece en
las partes no cubiertas por los párpados, entre las 3 y 5 horas”.6

c) Coagulación de la sangre
Después de la muerte se produce la coagulación de la sangre den-
tro y fuera de los vasos sanguíneos, en el corazón, venas y arterias.
La coagulación es habitual e intensa tras enfermedades prolon-
gadas y consuntivas (es decir, que consumen, como el cáncer); en
cambio, tratándose de muertes rápidas o por asfixia, la sangre tiende
a permanecer líquida, siendo los coágulos escasos y blandos. En la
muerte lenta la sangre se coagula más.
En general, se sostiene que la sangre tiende a permanecer líqui-
da hasta media hora después de ocurrida la muerte, coagulándose
con mayor o menor lentitud, según sea la cantidad de oxígeno en
la sangre; si es pobre, no coagula o coagula lentamente.
Achaval, relativo a los signos sanguíneos, apunta: “La sangre
conserva su propiedad de transportar oxígeno aun 6 a 8 horas post
mortem y los leucocitos mantienen sus propiedades fagocitarias du-
rante 10 horas, todo ello con fibrinolisis que hace incoagulable la

6
VARGAS, ob. cit., pág. 59.

296
CAPÍTULO II. DIAGNÓSTICO DE LA MUERTE

sangre aproximadamente a la hora o más. Esta incoagulabilidad es


conocida como signo de Donne”.7

d) Livideces cadavéricas e hipostasis viscerales8


Para Vibert, son manchas de color rojo violado de oscuridad
y extensión variables, de anchura dominante y a menudo con-
fluente.
Para Achaval: “Son los cambios de coloración producidos en la
piel de las zonas declives por la acumulación de sangre en ellas. Es
un fenómeno de satisfacción de la ley de gravedad y, como tal, pasivo,
debiendo entenderse como zonas declives aquellas en las cuales los
vasos de un segmento corporal o del cuerpo todo están más bajos.
El plano de comparación debe ser horizontal”.9
Ocurrida la muerte, la sangre que contiene el cadáver, atraída
por la fuerza de gravedad, falta de actividad cardiaca, baja y se ubica
en las partes o regiones declives del cadáver, formando manchas en
la superficie de la piel, de color rojo viscoso, y también se acumula
en las regiones bajas de las vísceras.
Esta acumulación en las regiones bajas de las vísceras se llama
hipostasis visceral, y en las regiones superficiales declives de la piel
se llama livideces cadavéricas, livor mortis, o manchas hipostáticas
cutáneas, y aparecen después de los 30 minutos y entre las 3 y 6
horas del fallecimiento.
Las livideces cadavéricas son más visibles y numerosas cuanto
más cantidad de sangre contenga el cadáver y cuanto más antigua
sea la muerte.
Las livideces cadavéricas e hipostasis viscerales constituyen fenó-
menos cadavéricos constantes y tempranos, aunque de intensidad
variable. Pueden faltar en los casos de grandes hemorragias.
d.1) Ubicación de las livideces cadavéricas
En forma natural y por atracción de la fuerza de gravedad, se
ubican en las partes declives del cadáver, las que difieren según la
posición que haya tenido el sujeto al morir o la que posteriormente
se le haya dado.

7
ACHAVAL, ob. cit., págs. 151 y 152.
8
En esta materia hemos seguido a ROJAS, ob. cit., pág. 132; ACHAVAL, ob. cit.,
pág. 155; GISBERT, Medicina Legal y Toxicología, ob. cit., pág. 290; URIBE Y OTRO, ob.
cit., pág. 292; QUIROZ, ob. cit., pág. 493.
9
ACHAVAL, ob. cit., pág. 155.

297
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

En los cadáveres decúbito dorsal, posición que es la más frecuente,


las livideces cadavéricas aparecen en la parte posterior de la cabeza,
caras laterales del tórax, en las nalgas y en la parte posterior de las
extremidades. En los cadáveres colocados de costado ocupan la parte
lateral mitad más baja de la cabeza y del cuerpo. En los cadáveres
decúbito supino (de vientre) aparecen en la cara, pecho, abdomen
y en la parte anterior de las extremidades.
En los ahorcados mantenidos en suspensión y en los que mue-
ren y permanecen en posición vertical, las livideces cadavéricas se
presentan en la parte inferior del cuerpo, especialmente en los
pies, piernas, manos y abdomen. Lo mismo ocurre respecto de
los que mueren sentados, presentándose también en los glúteos
y piernas.
Las livideces cadavéricas no se presentan en las partes declives
que están sujetas a compresión, que resulta de la posición del cadáver
o de otra causa; por ejemplo, un cinturón que oprime la cintura,
ropas, vestidos, etcétera.
d.2) Forma y color de las livideces cadavéricas
Aparecen primero en forma de manchas redondeadas o estria-
das que se reúnen posteriormente generando placas, a veces muy
extensas, que pueden cubrir una gran parte del cadáver, o en forma
de puntillado, que son pequeñas y redondeadas.
El color es muy variable, desde el rojo claro hasta el azul oscuro,
e incluso el negro; está sujeto a las horas que han transcurrido, de la
cantidad y calidad de la sangre, lo que a su vez depende de la causa o
tipo de la muerte y de las condiciones del individuo antes de morir.
Así, por ejemplo, tanto la sangre como las livideces son rojo claro o
cereza en los envenenamientos e intoxicaciones por óxido de car-
bono, o ácido cianhídrico; en cambio, son de color rojo negro en
las asfixias. En los ahogados son de color rojo o rosado claro, por la
oxigenación proveniente del contacto con el agua. Lo mismo ocu-
rre con los cadáveres expuestos a la nieve o al frío. Son más oscuras
en los sujetos que mueren con su cantidad normal de sangre, por
ejemplo en los casos de muerte repentina, y son más tenues o claras
en quienes han perdido abundante sangre antes de morir.
Son más claras en los recién nacidos, niños y jóvenes, que en los
adultos y ancianos.
Las livideces cadavéricas no adquieren desde el primer momento
toda su intensidad, la que alcanza su máximo a las 12 o 15 horas

298
CAPÍTULO II. DIAGNÓSTICO DE LA MUERTE

de su aparición, a causa del progresivo o paulatino descenso de la


sangre a las partes más bajas del cadáver.
d.3) Momento en que aparecen las livideces cadavéricas
El momento es muy variable, los autores no están en absoluto
de acuerdo, existiendo numerosas causas que aceleran a retardan
su aparición.
En términos generales, se puede afirmar que aparecen entre 3
y 4 horas después de producida la muerte.
Gisbert Calabuig, sobre la evolución de este fenómeno, asevera:
“Las livideces se inician bajo la forma de pequeñas manchitas aisladas,
que van confluyendo paulatinamente hasta abarcar grandes áreas.
Las manchas comienzan a presentarse poco después de la muerte.
Cuando el cadáver yace en posición de decúbito supino, hacen su
primera aparición en la región posterior del cuello, que, por su
pequeño espesor, permite su formación rápida. Las primeras man-
chas aisladas en esta región pueden verse ya entre 20 y 45 minutos
después de la muerte y empiezan a confluir después de 1 hora y 45
minutos. En el resto del cadáver aparecen de 3 a 5 horas después
de la muerte. Ocupan todo el plano inferior del cadáver a las 10 o
12 horas del fallecimiento”.10
d.4) Diagnóstico diferencial entre livideces cadavéricas y equimosis
a) El medio para distinguir entre equimosis, que son lesiones
causadas en vida, y livideces cadavéricas, que son fenómenos cada-
véricos, es practicar una incisión de la parte del cuerpo respecto de
la cual se presenta la duda. En las equimosis, la incisión descubre
un foco de sangre extravasada y coagulada; en cambio, si se trata
de una lividez cadavérica, no hay extravasación a infiltración de
sangre y brotan pequeñas gotas de sangre provenientes de los vasos
seccionados.11
b) Además, la coloración es diferente: las equimosis, según el
tiempo desde que se causaron, varían desde violeta, azul, verde, ama-
rillo, etcétera; en cambio, las livideces cadavéricas son constantes,
no evolucionan en su coloración.

10
GISBERT, Medicina Legal y Toxicología, ob. cit., pág. 291.
11
Ver sobre esta materia, GISBERT, Medicina Legal y Toxicología, ob. cit.,
pág. 292.

299
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

d.5) Importancia médico-legal de las livideces cadavéricas


Estas sirven para determinar la data o fecha de la muerte y de-
terminar la posición del cadáver.
1) Determinación de la data de muerte: Los autores no están de
acuerdo en cuanto al momento en que aparecen las livideces cada-
véricas; pero, en todo caso, son útiles para determinar una muerte,
si todavía no han aparecido. Sirven también para demostrar, al me-
nos aproximadamente, el momento de la muerte, atendiendo a la
coloración que tienen en relación con la causa de la muerte, y con
las particularidades del caso concreto.
2) Determinación de la posición del cadáver: Normalmente un cadáver
mantiene la misma posición que tenía el sujeto al momento de morir
y las livideces cadavéricas se ubican en las partes declives del mismo;
pero ¿si se cambia de posición un cadáver? ¿Cambia también la po-
sición de las livideces cadavéricas? En principio, sí pueden cambiar
de posición, pero sólo dentro de las primeras horas de su aparición;
4 ó 5 horas desde su aparición, según Achaval. Después de estas 4
ó 5 horas, puede haber un cambio, pero sin que desaparezcan las
primitivas livideces, y no puede haber ningún tipo de cambio de
posición de las livideces, pasadas 23 horas de aparecidas, es decir,
ya no se provocan nuevas manchas en la otra y nueva posición que
se dé al cadáver.12

e) Hipostasis viscerales
Están constituidas por la acumulación de sangre en ciertas vís-
ceras u órganos, o partes de ellos, a causa de la fuerza de gravedad,
que hace que la sangre se acumule en las partes declives.
Es necesario el conocimiento de las hipostasis viscerales, desde
el punto de vista médico-legal, para no confundirlas con las lesiones
vitales causadas en vida del sujeto.
Los órganos donde se producen estas hipostasis viscerales, desde
el punto de vista médico, son principalmente los siguientes: encé-
falo, médula, tubo digestivo, pulmones, riñones, hígado, cerebro,
corazón.
Guillermo Uribe dice: “Teniendo como fundamento el mismo
mecanismo que produce las livideces cadavéricas en la superficie
del cuerpo, sucede que la sangre líquida, que queda en las distintas

12
ACHAVAL, ob. cit., pág. 156.

300
CAPÍTULO II. DIAGNÓSTICO DE LA MUERTE

vísceras, después de la muerte, tiende a ocupar un nivel más inferior,


formando ciertas manchas congestivas en los órganos internos, que
son las denominadas hipostasis. Así, en los pulmones se ven placas
congestivas en la cara posterior e inferior, que no se deben confundir
con las congestiones pulmonares hechas en vida. También la sangre
de las vísceras, por un fenómeno de trasudación, pasa a las cavidades,
y así post mortem siempre se encuentra líquido teñido de sangre en
las cavidades pleuríticas y dentro del pericardio, en pequeña can-
tidad, que no debe confundirse con el derrame producido en una
hemorragia proveniente de estos órganos”.13

2.2.2. Fenómenos cadavéricos de orden químico

Son fundamentalmente dos: la acidificación de humores y vís-


ceras, y la rigidez y espasmo cadavéricos.

a) Acidificación de humores y vísceras


Después de la muerte se produce la acidificación general en el
cadáver de los humores y vísceras. El pH es alcalino en la persona
viva. En España, para su comprobación, se ha hecho obligatoria la
prueba o técnica de Lecha-Marzo. Esta se realiza colocando bajo los
párpados del sujeto y hasta el fondo del saco conjuntival, un papel
tornasol, el que adquirirá un color rojo si el sujeto está muerto, a
causa de la acción de los líquidos ácidos del cadáver. Si la persona
está viva, cambia el papel neutro a azul. Si el color es rojo, este
fenómeno se produce por la acidificación orgánica y del lagrimal.
También se conoce el signo o técnica de De Dominicis, que se prac-
tica en el tejido subcutáneo, llamada de cutinatatorreacción, que
consiste en levantar previa una incisión de tipo superficial con un
bisturí la epidermis, evitando la salida de sangre y se introduce el
papel tornasol.

b) Rigidez y espasmo cadavéricos


La rigidez cadavérica, también denominada rigor mortis, es uno
de los fenómenos más característicos y constantes de la muerte; se
da en todos los tipos de muerte, y consiste, según Nerio Rojas, en

13
URIBE Y OTRO, ob. cit., pág. 293.

301
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

un proceso fisicoquímico de endurecimiento y fijación muscular.14


Esta rigidez cadavérica o retracción no afecta a otros tejidos que
no sean los musculares; es por ello que se dice que es de origen
esencialmente muscular. Como antecedente previo a ella está la
relajación muscular.
Se manifiesta porque se tornan rígidos y duros los miembros e
inflexibles las articulaciones, mientras que el cuerpo entero se en-
vara de tal forma que pueda levantarse de una sola vez por una de
sus extremidades, a la manera de una tabla. La mandíbula inferior,
relajada inmediatamente después de la muerte, se contrae y se junta
con la superior.
Basile y Waisman expresan: “La falta de oxígeno y de intercambios
metabólicos de las células musculares, junto a la acumulación de
ácido láctico, provocados por la muerte, desencadenan un proceso
de endurecimiento, fijación y retracción muscular que se acentúa
con el transcurso de las horas”.15
b.1) Marcha de la rigidez cadavérica
La rigidez aparece en una época cercana a la muerte, pero va-
riable, en torno a la cual los autores tampoco están de acuerdo,
señalando distintos plazos para su aparición.
Ordinariamente se inicia entre las 2 y 4 horas posteriores a la
muerte, es total hacia las 13 y 15 horas y desaparece entre las 70 y
las 75 horas, después de su aparición, y en el mismo orden en que
se presentó. Esto es discutible, y ciertos autores señalan un plazo
menor, que va desde las 24 a las 36 horas.
Estos plazos son muy variables, pues existen diversas causas que
aceleran o retardan su aparición, duración e intensidad. Por ejem-
plo, retardan su aparición y la hacen más duradera: la buena salud
anterior al fallecimiento, la muerte súbita, las asfixias.16 En cambio,
la rigidez cadavérica aparece precozmente, es de poca intensidad y
menor duración en los casos de muerte provocada por enfermedades
largas y consuntivas, o por hemorragias e intoxicaciones.17
La rigidez cadavérica no invade todos los músculos simultánea-
mente, sino que se inicia como una mancha descendente en el

14
ROJAS, ob. cit., pág. 131.
15
BASILE Y OTRO, ob. cit., t. I, pág. 282.
16
Ver sobre esta materia, ROJAS, ob. cit., pág. 131.
17
Ver sobre esta materia, BONNET, ob. cit., t. I, pág. 296; GISBERT, Medicina Legal
y Toxicología, ob. cit., pág. 293.

302
CAPÍTULO II. DIAGNÓSTICO DE LA MUERTE

cuerpo; en la cara, particularmente en la mandíbula inferior; cuello;


extendiéndose después en forma progresiva y descendente a otras
partes del cuerpo, tórax, abdomen, especialmente las extremidades
superiores y las inferiores después. Alcanza a la musculatura del
corazón, vesículas seminales, útero, etcétera.
La duración de la rigidez cadavérica es muy variable, de 70 a 75
horas; según otros autores, de 70, 80 ó 90 horas.18
La rigidez cadavérica depende de una serie de factores, como
grado de conservación de los órganos musculares al momento de
la muerte, edad del difunto, causa de la muerte, temperatura, et-
cétera.
b.2) Espasmo cadavérico
Se conoce con este nombre una rigidez cadavérica particular y
especial, que sucede sin transición alguna a la postrera contracción
muscular vital, fijando esta última de un modo permanente sin mo-
dificaciones en el organismo. “Es decir, la persistencia en el cadáver
de actitud o postura que tenga el cuerpo en el mismo momento de
la muerte”.19
Gisbert Calabuig expone que el espasmo cadavérico, “constituye
un tipo especial de rigidez cadavérica que se manifiesta de forma
instantánea, es decir, sin que tenga lugar la fase de relajación mus-
cular previa que sigue a la muerte, y precede a la instauración de
la rigidez ordinaria. Este carácter es lo que diferencia el espasmo
cadavérico de los casos de rigidez precoz, en los cuales, por muy
prematuramente que se establezca, siempre hay un período transi-
torio de flaccidez muscular. Contrariamente, el espasmo sigue a la
última contracción vital, fijando la actitud o postura que tenga el
cuerpo en el momento de la muerte”.20
El espasmo cadavérico tiene mucha importancia en los casos de
suicidio, muertes súbitas, bruscas y violentas, para diferenciarlos del
homicidio, y viceversa.
El espasmo cadavérico puede ser parcial o localizado, por ejemplo,
afectando el brazo y la mano que empuña el arma suicida, conocido
como signo de Keassu; puede ser general, afectando a todo el cuerpo,
como se ha visto con cierta frecuencia en actos de guerra.21 Cousiño

18
Ver sobre esta materia, ACHAVAL, ob. cit., pág. 154.
19
VARGAS, ob. cit., pág. 62.
20
GISBERT, Medicina Legal y Toxicología, ob. cit., pág. 296.
21
Ver sobre esta materia, ACHAVAL, ob. cit., pág. 154.

303
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

cita el caso de un oficial inglés, al cual un obús le voló la cabeza; sin


embargo, continuó montado y regresó en la misma posición a su
campamento. Lo mismo ocurre a los soldados en las trincheras, los
sorprendidos en terremotos, que mantienen su última posición; en
las intoxicaciones y en las muertes violentas y bruscas.
El espasmo cadavérico no es un fenómeno constante, es decir,
no siempre ocurre, y se da con mayor frecuencia en enfermedades
que se acompañan de convulsiones, como son el tétanos o ciertas
intoxicaciones, y se presenta también en las muertes violentas pro-
ducidas por armas de fuego.
El espasmo cadavérico difiere fundamentalmente de la rigidez
cadavérica por el momento en que aparece, inmediatamente después
de la muerte y sin transición ni relajación muscular. Tiene mucha
importancia médico-legal, para establecer el tipo de muerte y la
manera cómo ocurrió, pues fija el último acto en vida.

2.2.3. Fenómenos cadavéricos de orden microbiológico o microbiano,


a fenómenos de destrucción del cadáver

Se distingue por los autores el proceso de putrefacción, de des-


trucción grosera del cadáver y algunos agregan la saponificación y
la momificación.
Según Achaval: “La putrefacción es un proceso microbiano de
destrucción de la sustancia orgánica. Esta destrucción puede realizarse
por autolisis, necrosis, reacciones de oxidación, etcétera”.22
Para Gisbert Calabuig: “La putrefacción consiste en un proceso
de fermentación pútrida de origen bacteriano. Los gérmenes respon-
sables se desarrollan en la materia orgánica cadavérica, produciendo
enzimas que actúan selectivamente sobre los principios orgánicos,
prótidos, grasas, glúcidos, dando lugar a modificaciones profundas
y nauseabundas del cadáver, que conducen a su destrucción. Sólo
persisten las partes esqueléticas de naturaleza calcárea, los dientes,
las uñas y los pelos, mientras que las partes blandas se reintegran al
ciclo bioesférico”.23
Es un proceso eminentemente activo, de destrucción y fermen-
tativo, distinto de los anteriores, que son pasivos. Se han descrito

22
ACHAVAL, ob. cit., pág. 156.
23
GISBERT, Medicina Legal y Toxicología, ob. cit., pág. 299.

304
CAPÍTULO II. DIAGNÓSTICO DE LA MUERTE

periodos o etapas de la putrefacción, los que corren desde la primera


semana hasta que el cadáver quede reducido al estado óseo, de un
año y medio a tres años. Solo indicaremos los periodos, que son el
cromático, el colicuativo y el de la reducción ósea.
El avance de la putrefacción depende de una serie de factores:
constitución física, la edad, lugar en que se encuentra, temperatura,
heridas, enfermedades que ha sufrido previamente, infecciones,
tratamiento médico, época del año, etcétera. Así, por ejemplo, en
las personas que han muerto por procesos infecciosos, la descompo-
sición es más rápida. Es más lenta si se ha sometido a tratamientos
con antibióticos. La putrefacción es lenta en el agua y más rápida
cuando el cadáver está expuesto al aire.
“La putrefacción es la descomposición de las materias albuminoi-
deas, con producción de gases pútridos”, según Balthazard.24 Es un
fenómeno que no comienza inmediatamente después de la muerte
y tarda un plazo variable en manifestarse, según diversos factores:
edad, temperatura, el medio ambiente, la región del cuerpo de que
se trate, la causa de la muerte, etcétera, y trae marcados periodos
de evolución.
La putrefacción, en todo caso, es un proceso esencialmente
bacteriano, con gérmenes externos y del mismo organismo, que se
inicia algún tiempo después que desaparecen las funciones vitales,
o a veces empieza durante el período de la agonía, a causa de que
las células del organismo pierden su resistencia frente a los micro-
bios. Los primeros que intervienen son los microbios aerobios, que
agotan el oxígeno del cadáver. Después intervienen los microbios
anaerobios (que no requieren de oxígeno para vivir), que son los
agentes de la putrefacción gaseosa.
El punto de partida de la invasión microbiana y de los bacilos es
el intestino grueso, en la región del ciego, y de donde la putrefac-
ción se propaga al resto del organismo, e invade vasos sanguíneos
y linfáticos.
Una de las primeras manifestaciones de la putrefacción es la
mancha verde del abdomen, localizada en la fosa iliaca derecha, la
que después compromete todo el cuerpo. También aquí hay plazos
variables, pero más o menos aparece a las 24 horas después de pro-
ducida la muerte en el verano y en el doble de tiempo en el invierno.
Es producida por la acción del ácido sulfúrico sobre la hemoglobina,

24
Citado por NERIO ROJAS, ob. cit., pág. 183.

305
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

ácido que se forma por la acción de los microbios anaerobios sobre


las albúminas. Al mismo tiempo, la formación de gases produce bolsas
dentro de los órganos y en la piel. El cadáver se hincha y se desfigura
la cabeza, especialmente la cara y el escroto; bajo la acción de los
líquidos y gases pútridos en los tejidos blandos, se van destruyendo
y la piel se rompe. El pelo y las uñas se caen, pero no son afectados
por la putrefacción, al igual que los huesos.25
La putrefacción es un fenómeno en que intervienen múltiples
factores, así lo señala Lecha-Marzo al decir lo siguiente: “En dos
cadáveres no se produce jamás de la misma manera, aun cuando la
putrefacción tenga lugar en el mismo medio. Dicha putrefacción
es un proceso muy complejo, en el que intervienen multitud de
influencias difíciles de precisar o conocer en muchos casos”.26
La putrefacción comienza, como lo expusimos, con la apari-
ción de la mancha verde en el abdomen y sigue sucesivamente con
la formación de gases, hasta terminar con el cadáver reducido a
esqueleto.
Entre estas etapas no existen límites precisos; hay, sin embargo,
dos formas de alteración cadavérica que hacen variar esta mancha,
y son: 1) la adipocira o saponificación, y 2) la momificación.
Para otros autores, son fenómenos cadavéricos de conservación
o transformación del cadáver y no de destrucción, y los examinamos
someramente en este apartado.
1) La adipocira o saponificación es un proceso cadavérico muy
particular, que se produce en el agua o en un medio bastante húme-
do, por ejemplo letrinas, lagos, ríos, arroyos, estanques, etcétera, y se
requiere que el cadáver permanezca por largo tiempo en ese medio.
Es por ello que se trata de un proceso de conservación cadavérica,
no obstante que finalmente se producirá la destrucción del cadáver.
Más adelante ampliaremos esta nota.
2) La momificación consiste en la desecación del cadáver, que
conserva de un modo indefinido sus formas exteriores. En verdad,
más que alterar la marcha de la putrefacción, no la deja aparecer o
la detiene. Esta momificación ocurre preferentemente tratándose de
cadáveres enterrados en lugares secos y con calor, arenosos y escasa
humedad. Nos referiremos a este proceso próximamente.
25
Ver sobre esta materia, NERIO ROJAS, ob. cit., pág. 134; GISBERT, Medicina
Legal y Toxicología, ob. cit., pág. 303; BONNET, ob. cit., t. I, pág. 300; QUIROZ, ob.
cit., pág. 497.
26
Citado por NERIO ROJAS, ob. cit., pág. 134.

306
CAPÍTULO II. DIAGNÓSTICO DE LA MUERTE

Para Alfonso Quiroz: “El estudio de la putrefacción cadavérica


permite:
a) Establecer datos sobre la cronología de la muerte.
b) Inferir datos sobre la rapidez de la muerte y tipo de agonía,
ya que los insectos no ponen huevos en el vivo.
c) Orientar sobre la estación del año en que acaeció el deceso:
en invierno no viven algunos insectos.
d) Si la muerte fue en la ciudad o en el campo.
e) Si se transportó el cadáver”.27
Destrucción grosera del cadáver: Es una etapa de descomposi-
ción y de terminación del cadáver. Colaboran a este fenómeno los
trabajadores de la muerte, que son una serie de insectos de diferentes
clases que forman la fauna cadavérica. Esta fauna cadavérica aparece
en forma paulatina y en grupos, unos primeros y otros después, por
lo que se pueden determinar, según su constatación, la fecha y la
cronología de la muerte. Realizada la labor de estos escuadrones
auxiliares de la muerte u obreros de la muerte, el cadáver queda
reducido a esqueleto.
El francés Jean-Pierre Mengin, que se ha preocupado del estudio
de esta fauna, formuló por los años 1874-1878 y 1894, verdaderas
leyes sobre su aparición en el cadáver.28 Así, en el cadáver que se
encuentra al aire libre, se suceden siete grupos o escuadras de in-
sectos, que forman la entomología tanatológica:
Primera escuadra.
De uno a seis meses: Dípteros y moscas de los géneros curtone-
vra estabulares, calliphora, sarcophago y lucilia. Todos estos dípteros
depositan sus huevos en el cadáver, en los orificios naturales de las
fosas nasales, labios y ángulo interno de los ojos, y se encuentran
en cantidad considerable durante la estación calurosa en estado de
insecto adulto, de larva o de ninfa.
Segunda escuadra.
De seis a nueve meses: Cuando a expensas de los albuminoides,
la putrefacción ha dado origen a la adipocira o grasa de cadáver,
acuden insectos cuyas larvas apetecen las materias grasas. Con la
segunda escuadra de la muerte están los coleópteros y la mariposilla
o polilla de la grasa.

27
QUIROZ, ob. cit., pág. 499.
28
Ver sobre esta materia, BONNET, ob. cit., t. I, pág. 210; GISBERT, Medicina Legal
y Toxicología, ob. cit., pág. 324; URIBE Y OTRO, ob. cit., pág. 305.

307
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

Tercera escuadra.
Diez meses mínimo: Más adelante, en el momento de la casei-
ficación de los tegumentos, otros insectos, dípteros y coleópteros,
invaden el cadáver.
Cuarta escuadra.
De uno a dos años: Cuando los tejidos del cadáver, no consu-
midos por los insectos precedentes, se transforman en un líquido
negruzco, las emanaciones y fermentaciones amoniacales atraen a
otros dípteros llamados alcalépteros, que son moscas muy pequeñas,
de cinco a seis milímetros.
Quinta escuadra.
De dos a tres años: Los trabajadores de este grupo son los acári-
dos, que aparecen con frecuencia antes que los insectos precedentes
hayan terminado su obra. Estos se alimentan de todos los humores
que aún existen y producen la desecación completa del cadáver,
transformándolo en una momia.
Sexta escuadra.
Después de tres años: Desde que ciertas partes del cadáver están
desecadas, momificadas y mucho antes que los acáridos hayan ter-
minado su trabajo, sobrevienen insectos de los tipos lepidópteros
y coleópteros que roen y hacen desaparecer los tendones, las apo-
neurosis, los pelos y los cabellos. Provistos de sólidas mandíbulas,
estos insectos son los mismos que atacan los géneros de lana y las
pieles. Cuando los trabajadores de este grupo han terminado su
obra, no queda más que un polvo fino, formado por sus propios
excrementos, puesto que han devorado todo, no quedando intactos
más que los huesos.
Séptima escuadra.
De tres a cuatro años: En esta época intervienen insectos que
consumen todos los restos dejados por sus predecesores, haciendo
imposible la apreciación de la época de la muerte, ya que todo
intento de determinación de las especies que han sucedido resulta
infructuoso. Sin embargo, puede decirse que la muerte data de a lo
menos tres años, cuando se encuentran en el cadáver trabajadores
de este grupo o huellas de su paso. Estos insectos son los coleóp-
teros, lepidópteros, dípteros y tisauros. La fauna de los cadáveres
inhumados es mucho menos abundante en especies que la de los
cadáveres abandonados al aire libre.

308
CAPÍTULO II. DIAGNÓSTICO DE LA MUERTE

a) Procesos de transformación en el cadáver


La putrefacción es la forma habitual de destrucción del cadáver.
Pero existen casos en que se producen ciertos fenómenos de trans-
formación del cadáver, pero más que de destrucción propiamente
tal, conservan el cadáver, como lo expresamos ut supra. Ellos son:
a.1. Saponificación o adipocira
Consiste en la transformación del cadáver en una sustancia gra-
sosa y jabonosa, viscosa, untuosa, denominada adipocira o grasa de
cadáver. Se produce cuando el cadáver ha permanecido en el agua,
corriente o estancada, o enterrado en un medio húmedo, como el
suelo arcilloso y el pantanoso, con carencia de aire. Aparece esta
grasa serosa entre los 3, 4 y 6 meses que permanece el cadáver en
el medio líquido o húmedo, y se completa en un periodo de 1 a
2 años o más. Este proceso tiene importancia porque produce la
conservación del cadáver durante cierto tiempo, después del cual
se destruye.
Sobre el proceso de saponificación, Achaval precisa: “La saponifi-
cación o adipocira es una transformación cadavérica con proteolisis
que la hace tomar color blanco amarillento, consistencia, grasa y
friable como queso, cuyo color también adopta. Las grasas se des-
doblan y la glicerina es arrastrada por las aguas del ambiente; en
cambio, los ácidos grasos se combinan con las bases, forman jabones
amoniacales, térreos o alcalino-térreos”.29
a.2) Momificación:
Consiste en un proceso de transformación, de desecación o con-
servación del cadáver, que impide la putrefacción, pues no se generan
microbios. Es más rápida en las personas delgadas, ancianas, fetos, y en
las fallecidas por anemia y hemorragias. Se produce cuando el cadáver
ha permanecido en un medio seco y sin humedad, bajo la acción del
calor, clima seco, caluroso, tropical, y en terrenos arenosos, como en
el desierto, o cuando el cuerpo se ha deshidratado en ciertos lugares,
como grutas o subterráneos. Se trata de una momificación natural o
espontánea, sin participación de la mano del hombre.
Basile y Waisman nos dicen: “La momificación espontánea puede
concebirse como un proceso inverso a la putrefacción; por encima

29
ACHAVAL, ob. cit., pág. 158. Ver sobre esta materia, BONNET, ob. cit., t. I,
pág. 301.

309
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

o por debajo de determinadas temperaturas –más de 38º C y menos


de 10º C–, la putrefacción se puede interrumpir para dar paso a la
momificación, favoreciéndose aún más si hay gran deshidratación
del cadáver, por ausencia del agua requerida para la prosecución
del proceso putrefactivo”.30
Ella puede producirse también artificialmente, mediante ciertos
procedimientos adecuados, como los que usaban los egipcios para
preparar sus momias, denominado embalsamamiento.
En este estado el cadáver mantiene sus formas y aun la fisonomía,
adquiriendo la piel un color negruzco y un aspecto apergaminado,
disminuye considerablemente de volumen y de peso. Achaval describe
el aspecto del cadáver y dice: “La momificación es un proceso en el
cual se ha detenido la putrefacción y se produce una desecación por
la sequedad y calor ambiental, dos condiciones fundamentales del
ambiente, alta temperatura y grado higrométrico escaso”.31
Por la momificación puede conservarse el cadáver durante mu-
chos años.

b) Otros fenómenos cadavéricos


Introducción
Además de los fenómenos cadavéricos ya descritos, y que son los
de conocimiento general, también en Medicina Legal se dan otros
signos inequívocos y tardíos del hecho de la muerte, y que no son
desarrollados por todos los autores, que tienen valor en el ramo, sea
para verificar la causa de la muerte, la época, identificar el cadáver, el
tipo de muerte, etcétera. Así tenemos como fenómenos postmortales:
la colicuación, la corificación, la petrificación, la descalcificación, la
maceración, la pulverización, los que trataremos seguidamente:
b.1. Colicuación
Es un período o forma avanzada que reviste la putrefacción. Se
transforman las partes blandas del cuerpo en un líquido negruzco.
Bonnet apunta: “Se llama así la transformación líquida de las partes
blandas del cadáver. Ha sido bien descrita por Romanesse (1939).
Se observa cuando el cadáver ha sido inhumado en tierra y en un
ataúd frágil. Al ser descubierto este, se advierte que solo quedan
segmentos esqueléticos en medio de tierra barrosa. En cambio, si

30
BASILE Y OTRO, ob. cit., t. I, págs. 289 y 290.
31
ACHAVAL, ob. cit., pág. 159.

310
CAPÍTULO II. DIAGNÓSTICO DE LA MUERTE

el cadáver se encontraba dentro de una caja de zinc o de metal,


se puede comprobar que en el fondo del mismo existe un líquido
negruzco con cúmulos de grasa en su superficie, y en él se hallan
las distintas piezas óseas”.32
b.2) Corificación
Consiste en la transformación de la piel del cadáver, que adquiere
el aspecto y la consistencia de un cuero, por la deshidratación y dese-
cación de los tejidos. Se observa en los cadáveres que se mantienen
en cajas metálicas o de zinc, y en nichos o bóvedas. Es un proceso por
el cual se conserva el cadáver y del cual se desprende un olor similar
al éter. Vargas Alvarado expone que este proceso “consiste en una
coagulación irreversible de la piel de cadáveres inhumados en cajas
metálicas herméticamente cerradas, como lo observó Dalla Volta”.
Sin embargo, para Bonnet es una forma incompleta de adipocira.
“Las características: cadáver con olor a éteres compuestos or-
gánicos, desecación de todos los tejidos, depósito de trasudación
en el fondo del féretro y conservación de la morfología macro y
microscópica.
Cronología: aparece al final del primer año y comienzo del
segundo de la muerte”.33
b.3) Petrificación o calcificación
Por este fenómeno el cadáver, o parte de él, adquiere un aspecto
de piedra. Puede darse en fetos, porque quedan retenidos en el útero,
en menores y en adultos. Se observa también en casos de erupción
volcánica, como ocurrió antiguamente en Pompeya. Este signo, más
que de destrucción del cuerpo, es de conservación. Bonnet se refiere
a este fenómeno de la petrificación: “Llamada también calcificación,
puede ser primitiva o secundaria. La primera ocurre en fetos de
corta edad, muertos en la cavidad uterina y retenidos, y que dan
lugar a la constitución de los llamados litopedios (de litos, piedra y
de pedos, niño); o bien en cadáveres de menores o de adultos cuyas
partes blandas han desaparecido por efecto de una putrefacción muy
rápida. El cuerpo, en su totalidad en el primer caso, y los huesos en
el segundo, se infiltran o cargan de sales calcáreas, dando al todo
un aspecto pétreo”.34

32
BONNET, ob. cit., t. I, pág. 304.
33
VARGAS, ob. cit., pág. 66.
34
BONNET, ob. cit., t. I, pág. 305.

311
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

b.4) Descalcificación
Es un paso previo a la pulverización, los huesos pierden las sa-
les de calcio y se tornan frágiles y rompibles. Bonnet describe así
este proceso: “Es el proemio de la pulverización. Ocurre cuando
los huesos, al quedar al descubierto, siguen sometidos a la acción
de los líquidos orgánicos provenientes de la putrefacción, o bien
a la humedad del suelo. Los huesos van perdiendo lentamente los
elementos minerales que los componen, particularmente las sales
de calcio, y se tornan frágiles y papiráceos. Si se rompen, lo hacen
en pequeños fragmentos”.35
b.5) Maceración
Fenómeno cadavérico conocido igualmente como putrefacción
aséptica. Los tejidos adquieren una consistencia gelatinosa. Los huesos
se desarticulan. Puede producirse en fetos y en cadáveres de adultos
que se encuentran sumergidos en el agua o líquidos acuosos. No hay
en la maceración acción de las bacterias que producen la putrefacción
cadavérica. En el caso del feto que muere en el seno materno y no es
expulsado, queda retenido y se produce su maceración. Lo mismo se
verifica en los cadáveres de adultos que están en el agua o en medio
húmedos. Alfonso Quiroz comenta: “La maceración es un proceso
transformativo del cadáver fetal, muerto en el seno materno del sexto
al noveno mes de vida intrauterina. Es la forma aséptica de maceración
de los fetos retenidos en el útero, post mortem: la epidermis se desprende
fácilmente y tiene una coloración roja; la maceración puede seguirse
de momificación o de calcificación: litopedion. La maceración séptica
se da cuando el cadáver está en un medio líquido o semilíquido con-
taminado; es lo que sucede con algunos ahogados, en los que pueden
observarse mezcladas la putrefacción y la maceración”.36
b.6) Pulverización
Es el producto final de destrucción del cadáver, después del
trabajo de la flora y fauna microbianas, el que se convierte sencilla-
mente en polvo. Este proceso se observa en los cadáveres enterrados
en tierra principalmente. Lo que queda como polvo del cadáver es
la destrucción del esqueleto o aparato óseo, la que demora muchos
años, que van desde 10, 15, 20 y hasta 50 años.

35
Ibíd.
36
QUIROZ, ob. cit., pág. 500.

312
Capítulo III
LA MUERTE Y LOS TRASPLANTES DE ÓRGANOS

1. GENERALIDADES

1. Una de las materias más importantes o fenómenos íntimamente


relacionados con los trasplantes de órganos es indiscutiblemente la
muerte, o, si se quiere, la muerte está vinculada a las operaciones
de trasplante. Este hecho y proceso complejo de la muerte natural
y futura tiene importancia cuando se hace trasplante de órganos
de personas fallecidas, y se extraen partes o piezas del cadáver, para
ser implantadas en un tercero que está vivo, pero con enfermedad
o afecciones que hacen necesaria la intervención para salvarle la
vida o prolongársela y debe verificarse previamente la muerte del
sujeto del cual se retiran las piezas anatómicas, y que se ha llamado
donante.
2. Aún más, para cierto tipo de trasplante de órganos los equipos
médicos emplean el término de “recién muerto”, para proceder al
aprovechamiento de partes del organismo del fallecido, como el
corazón, riñón, pulmón, etcétera. El caso más común y corriente es
que para el trasplante de corazón se requiere que este órgano esté
vivo, “palpitando y funcionando en forma espontánea”.
3. Por lo tanto, hay que revisar los conceptos y tipos de muerte
frente al tema en estudio, y determinar específicamente lo que se
entiende por la llamada “muerte cerebral”, el silencio cerebral,
sobre electroencefalograma plano o en blanco, y las modernas de-
finiciones o conceptos de muerte, y establecer cuál es el momento
de la muerte.
4. Esto que a simple vista puede parecer sencillo, diagnosticar
la muerte, fijar el momento de la misma, es un punto de discusión
latente en la medicina, sin desconocer que hay puntos de aproxi-

313
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

mación. En anexo documentos al final de esta obra se encontrará


una serie de declaraciones; por ejemplo, la de Sydney, derivada de
un Congreso de médicos celebrado en Australia el 9 de agosto de
1968; la Resolución de la Conferencia de los Colegios y Facultades
Reales del Reino Unido del año 1976, que se refiere al diagnóstico
de la muerte, en especial sobre la muerte cerebral, entre otros an-
tecedentes de importancia.
El establecer la muerte, su diagnóstico, es preocupación interna-
cional de los médicos, existiendo para ello una serie de congresos,
conferencias y simposios.
5. Hay casos, en la medicina en general y en Medicina Legal, en
que es difícil precisar si la persona está viva o muerta. Por ejemplo,
en algunos accidentes del tránsito y tipos de ataques hay cesación
de ciertas funciones vitales y la persona puede que esté viva. ¿Qué
sucede en los casos en que hay muerte cerebral y la persona tiene
funciones vitales producidas por máquinas o por medios extracor-
póreos? ¿Es una persona viva o estamos frente a un cadáver? ¿Cuál
es la opinión de los juristas frente al particular?
6. Creo que con esta breve exposición preliminar se visualiza la
importancia que revisten el diagnóstico y la verificación de la muerte
en los trasplantes de órganos. Puede incluso pensarse que si los médi-
cos que participan en la operación de trasplante de órganos extraen
partes del cuerpo de una persona que se estima muerta y no lo está, se
podría perfectamente cometer delito de homicidio culposo, si hubo
negligencia o culpa en el informe de la muerte, o también un caso
de homicidio doloso en una escala mayor si el médico ha actuado
con dolo o a sabiendas que la persona estaba viva y se ha procedido al
trasplante de órganos. Todo esto además de la responsabilidad ética
que le puede corresponder al profesional, y la posible indemnización
de perjuicios que trae aparejada esta acción.
7. El estudio de la muerte corresponde a la Tanatología, como
lo expusimos; bajo este título se comprenden varias materias, tales
como las causas de la muerte, los tipos de muerte, el análisis de
los fenómenos cadavéricos, de los signos de la muerte, cuándo se
produce la muerte, etcétera. Nos preguntamos si bastará para cer-
tificar la muerte, a manera de ejemplo, la muerte cerebral, que esté
acreditado el silencio cerebral mediante el electroencefalograma,
cuántos son suficientes y cuánto tiempo debe mediar entre uno y
otro; o será también necesario que no existan o hayan cesado las
funciones vitales mayores de la respiración y la circulación.

314
CAPÍTULO III. LA MUERTE Y LOS TRASPLANTES DE ÓRGANOS

8. La importancia del momento de la muerte no debe solo


mirarse en los trasplantes de órganos, sino que tiene una relevan-
cia en el campo del Derecho en general, pues no olvidemos que
los conceptos civilistas son claros en determinar que la existencia
natural de toda persona termina con la muerte, pero no nos es-
pecifica ni define lo que se entiende por ella y cuál es el instante
que fija este estado.

2. DEFINICIÓN DE MUERTE

1. Recordemos que existe un sinnúmero de definiciones y con-


ceptos sobre lo que se entiende por “muerte”. Para algunos es la
cesación de los fenómenos vitales, o de las grandes funciones de la
vida. Otros estiman que es el término de la vida, o la extinción de los
fenómenos de la circulación, respiración y de la nutrición. Ciertas
definiciones más modernas, la estiman como la detención total y
definitiva de toda la actividad cerebral (encefálica).
2. Todo esto gira alrededor del mantenimiento de la vida por
medios artificiales. Puede estimarse que está viva una persona que
tiene E.E.G. plano, sin actividad cerebral, constatada por equipo de
médicos, pero las funciones de la respiración y las de la circulación
se realizan no por medios naturales, sino por aparatos mecánicos o
instrumentos a los que está conectada la persona. ¿Existiría una muerte
real, un cese total de las actividades de la vida en este caso?
Una serie de declaraciones médicas sobre el diagnóstico de la
muerte se relacionan con los trasplantes de órganos, ya que para
proceder a ello debe previamente certificarse la muerte del dador o
donante de órganos, como ya lo insinuamos precedentemente.

3. RESUMEN DE LOS TIPOS O CLASES DE MUERTE

a) Muerte aparente o muerte real


Hay que recordar que ciertos estados del ser humano determinan
la llamada muerte aparente en oposición a la real. En la primera
no existe la muerte propiamente tal y en la segunda esta concurre.
En la muerte aparente las funciones vitales no se han extinguido o
terminado, se suspenden las funciones vitales, hay una apariencia
de muerte; en la muerte real, por su parte, hay un término efectivo

315
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

de las funciones vitales, hay cesación de las funciones circulatorias,


respiratorias y del sistema nervioso.
Como casos típicos de muerte aparente se señalan los de ciertos
traumatismos cerebrales, asfixias, ciertos estados de coma, conge-
lamiento, etcétera.

b) Muerte natural y muerte delictual


También se habla de muerte natural, que es la producida por
consecuencias naturales, desgaste natural de las células, por ejem-
plo vejez, y muerte delictual, cuando esta se ha producido o es la
consecuencia de un delito o un hecho punible, por ejemplo delito
de homicidio, infanticidio o parricidio, etc., o un cuasidelito de
homicidio producido por un accidente del tránsito. En la muerte
natural hay un debilitamiento o deterioro de las funciones vitales y
están ausentes en ella los delitos o la violencia.

c) Muerte patológica y muerte natural


Esta última, definida en sus generalidades. La patológica, por
su parte, es la provocada por enfermedades, que pone término a
los procesos vitales.

d) Muerte cerebral
Otro tipo de muerte que tiene mucha importancia en la actua-
lidad, especialmente en la trasplantación de órganos, es la muerte
cerebral o encefálica, a la que dedicaremos un capítulo aparte. En esta
hay una paralización total, definitiva e irreversible de las funciones y
actividades del cerebro, no obstante que continúan en el ser humano
los procesos vitales, tales como la respiración y la circulación. La
muerte cerebral se considera desde el ángulo médico legal desde los
años 1950 a 1960 aproximadamente y con una marcada relevancia
para los trasplantes de órganos, de cadáver a persona viva.

e) Muerte repentina
La muerte repentina es la que se produce de un modo imprevisto,
y el individuo no se encontraba en buenas condiciones de salud, o
al menos era aparentemente sano.

f) Muerte súbita
Algunos estiman que la muerte súbita es aquella similar a la
repentina, pero no es igual, se produce de una manera imprevista y

316
CAPÍTULO III. LA MUERTE Y LOS TRASPLANTES DE ÓRGANOS

sin conocerse su causa. En la muerte súbita, las causas o motivos son


desconocidos. Esta muerte se produce en los niños, especialmente
menores de un año, y por causas que no se precisan.
Creo que está de más seguir insistiendo en la importancia de la
muerte en materia de trasplante de órganos, en su comprobación,
y la determinación precisa del momento de la muerte. Podemos
inferir que el concepto clásico de la muerte como cesación de las
funciones vitales, o la muerte cardiaca, o término de las funciones del
corazón, no puede seguirse manteniendo, especialmente en el caso
de la muerte cerebral, como lo hemos explicado. Ahora las técnicas
para la reanimación son efectivas, y se han producido situaciones
de personas que se pensaba que estaban muertas, y a las cuales se
les iban a extraer órganos, se había diagnosticado su muerte, y esta
no era tal, pues la persona estaba viva.
Por las razones someramente descritas, la legislación, en general,
no solo la nacional sino también la extranjera, ha sido muy cuidado-
sa, especialmente en la dictación de normas para los trasplantes de
órganos y en cuanto al aprovechamiento de partes de cadáveres, y
asimismo en los trasplantes de órganos entre seres humanos vivos.
En ambos casos se ha adoptado una serie de precauciones, requi-
riéndose la indicación, para llevarlo a efecto, de un equipo médico
competente, y en ciertas circunstancias especialísimas y previo cum-
plimiento de estrictos requisitos legales.
No olvidemos que la ley penal protege la vida desde su etapa más
incipiente, efectuada la fecundación, sea natural o artificial, hasta que
se produce su término o la muerte de la persona, y cualquier acción,
aunque sea de tipo terapéutico y médico, que se realice, manteniendo
los principios de la medicina, puede originar responsabilidad de los
que intervienen en la operación de trasplante, y no solo, reiteramos,
en los trasplantes de órganos de cadáveres a seres vivos, también los
que se practiquen entre personas que se encuentran vivas.

4. PROBLEMAS LEGALES GENERALES EN RELACIÓN


CON EL TRASPLANTE DE ÓRGANOS

1. Una de las cuestiones más controvertidas en el Derecho en


general es si existe o no un derecho sobre la propia persona, sobre
su propio cuerpo, y, por otra parte, qué es el cuerpo desde el punto
de vista legal, cuál es su naturaleza jurídica. Esta problemática, que

317
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

abordaremos a grandes rasgos, está íntimamente ligada con los


trasplantes.
2. Para algunos autores, el cuerpo humano es una cosa y, por
lo tanto, puede ser objeto de actos jurídicos de cualquier índole en
forma amplia, e incluso disponer de partes, órganos o piezas del
mismo, para terceras personas. Es una especie de objeto de derecho,
pero mientras el ser humano se encuentre con vida.1
3. Otros estiman que sobre el cuerpo humano vivo existe un
derecho de propiedad, y puede utilizarse el cuerpo, tanto en vida
como cuando es cadáver o se encuentra sin vida. Puede disponerse
de su propia vida y de partes de su cuerpo sin limitación alguna.
4. Conforme a estos predicamentos o tesis, el cuerpo humano
sería comerciable, y los actos de disposición, como lo es incluso la
donación de una parte del cuerpo vivo, órganos, tejidos, huesos,
serían perfectamente lícitos y no constituirían objeto ilícito. Luego,
los trasplantes, como concluiremos en otros pasajes de este texto, se
ajustan a derecho y son plenamente válidos y lícitos. También sería
posible efectuar actos jurídicos sobre el cadáver, previo cumplimiento
de requisitos legales.
5. Otra parte de la doctrina opina que el cuerpo humano no
es objeto ni cosa y, por lo tanto, no es susceptible de ser materia de
contratos de cesión o donación. Sería el cuerpo con vida incomer-
ciable. Producida la muerte, se transforma el cuerpo humano en
una cosa, pero de índole muy especial.
6. Se sostiene por ciertos autores que no es posible realizarse
sobre el cuerpo humano contratos de tipo económico u oneroso, en
general de carácter patrimonial. No puede ser el cuerpo humano
una cosa mercantil. Solo se podrían hacer cesiones gratuitas para
fines científicos. Si se ejecutasen actos mercantiles, serían ilícitos,
nulos, pues irían contra la moral, el orden público y las buenas
costumbres.
7. Corrientes especiales consideran que no se puede disponer
del cuerpo humano en su totalidad, no es cosa, pero sí realizarse
actos sobre partes del mismo, siempre que no sean perjudiciales a la
integridad física o a la salud; por vía de ejemplo, los dientes, pelos,
sangre, semen, leche, etcétera.

1
Ver sobre esta materia, AVELINO LEÓN HURTADO, El objeto en los actos jurídi-
cos, 2ª edición, actualizada, Editorial Jurídica de Chile, Santiago de Chile, 1983,
págs. 133 y 134.

318
CAPÍTULO III. LA MUERTE Y LOS TRASPLANTES DE ÓRGANOS

8. También se piensa que el cuerpo humano es una parte del


derecho a la personalidad y no es objeto o materia de actos jurídicos,
como venta de órganos o partes del cuerpo vivo.
9. Otra tendencia señala, de acuerdo a los fundamentos de la
religión católica y con el reconocimiento del respeto a la persona
humana, que el cuerpo humano está excluido del comercio.
10. Estos principios, que también en el presente se reconocen,
no son absolutos, y están mitigados y reglamentados por la legislación
vigente en materia de trasplantes e injertos, tanto entre seres vivos
como de muerto a vivo. Aceptan exclusivamente los contratos de
cesión gratuita de partes del cuerpo o del cadáver en su caso, para
fines científicos, curativos, terapéuticos, o para el mejoramiento
de la salud. Como ocurre, por ejemplo, en Chile, España, Estados
Unidos, aspectos que serán tratados en otros capítulos.
11. La Ley Nº 19.451, publicada el 10 de abril de 1996, ESTABLE-
CE NORMAS SOBRE TRASPLANTE Y DONACIÓN DE ÓRGANOS, se refiere
específicamente al aprovechamiento de órganos, tejidos o partes del
cuerpo de un donante vivo y de la utilización de cadáveres o parte de
ellos con fines científicos o terapéuticos. Sólo faculta en su articula-
do las donaciones de partes del cuerpo humano cuando sea a título
gratuito y con fines terapéuticos, exigiendo para ello una serie de
formalidades de carácter esencial que deben acatarse. Don Avelino
León, al tratar la validez de la donación de órganos por acto de vivos,
conforme a la normativa anterior, lo que es válido para la actual, ya
que se mantiene el mismo principio, esto es la Ley Nº 18.173, de 15
de noviembre de 1982, expone: “Y llegamos al caso específico de
los trasplantes de órganos de una persona viva a otra. Doctrinaria-
mente todo contrato a título oneroso en esta materia será nulo, por
ilicitud del objeto y de la causa, e incluso por falta de objeto, pues
el cuerpo humano no puede, como norma, ser objeto de derecho.
Si el contrato se celebra para cumplirse a la muerte del dador, el
convenio será nulo absolutamente por inmoral: el estipulante estará
deseando la muerte del dador y puede sentir el deseo de provocarla,
incluso mediante omisiones intencionales en el cuidado del enfer-
mo promitente. Por esta razón hasta en el derecho patrimonial se
prohíbe el pacto sobre sucesión futura (art. 1463 Código Civil). Es el
votun corvinun, el pacto de ave de rapiña. El artículo 152 del Código
Sanitario, disposición que fue creada por la Ley Nº 18.173, consagra
expresamente estos principios y dispone: ‘Será nulo y sin ningún
valor el acto o contrato que, a título oneroso, contenga la promesa

319
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

o entrega de un órgano o parte del cuerpo humano para efectuar


un trasplante’. Si el contrato es gratuito, si hay una donación entre
vivos de órganos que no ocasionen la muerte del donante –un riñón
por ejemplo–, sería valido, según algunos, por el fin de humanidad
que se persigue”.2
12. Trata más adelante este cuerpo legal sobre quiénes pueden
disponer del cadáver o de partes de él, pero con el objetivo de que
sea utilizado con fines de investigación científica, para la docencia
universitaria, para la elaboración de productos terapéuticos o en
la realización de injertos, y que también podrá destinarse para el
trasplante de órganos con fines terapéuticos.
13. Resumiendo, según nuestro criterio, el cuerpo humano y el
cadáver son cosas incomerciables, están fuera del comercio humano
y los actos, pactos o convenciones sobre ellos o partes de los mismos
adolecen de objeto y causa ilícitos y son nulos absolutamente, de
acuerdo al Derecho Civil, sin perjuicio de la posible responsabili-
dad penal que pudiese corresponder en tales acciones. Las leyes en
general, reiteramos, autorizan tales actos para fines científicos con
una estricta reglamentación para trasplantes de órganos con fines de
docencia, a título gratuito, no siendo posible pago o retribución.
14. La Ley Nº 18.173, en su artículo 154, excluye de sus precep-
tos legales las donaciones de sangre y de otros tejidos que señala
su reglamento en el artículo 17, como la donación de espermios,
óvulos, médula ósea, huesos, piel, etcétera.

CONCLUSIONES

1. Como conclusión de la breve exposición del párrafo anterior,


se infiere que es posible realizar ciertos tipos de contratos o con-
venciones sobre partes del cuerpo humano para fines estrictamente
científicos o médicos y no para otros, como igualmente sobre el
cadáver.
2. Asimismo, indicaremos que el cuerpo humano no es cosa o
bien en el sentido civilista que nos enseña el Derecho privado gene-
ral; es un bien especialísimo, que no puede ser materia de negocios
mercantiles o que persigan fines lucrativos. Solo ciertos actos y a
título gratuito y con finalidad médica o terapéutica.

2
LEÓN, ob. cit., págs. 136 y 137.

320
CAPÍTULO III. LA MUERTE Y LOS TRASPLANTES DE ÓRGANOS

3. Con respecto al cadáver, el cuerpo está privado de la vida, no


tiene funciones vitales, pero siempre merece el respeto y la protección
legal. Los autores no son estrictos sobre las operaciones y contratos
que es dable ejecutar sobre el cadáver, en el cuerpo humano privado
de vida; parten del principio de que es factible estimarlo como una
cosa. La persona natural ya no tiene vida y puede disponerse de su
cadáver, pero solo para fines lícitos y que no repugnen a la moral
ni a las buenas costumbres.
4. El ser humano puede en vida celebrar actos jurídicos sobre
su cadáver, tales como donación de ojos, corazón, partes del cuerpo,
etcétera.
5. Discutible es si a los herederos, o al cónyuge sobreviviente,
según sea, les es lícito o facultativo realizar contratos sobre el cadáver
de su pariente o esposo. El cadáver no pasa a los herederos como
un bien integrante de la herencia. Volveremos sobre esta faceta al
analizar el consentimiento de los parientes y de otras personas para
que se autorice la extracción de partes del cadáver o su aprovecha-
miento para la trasplantación de órganos, a la luz de la doctrina y
de los textos legales.
6. También se plantea, desde el punto de vista del Derecho Penal,
si en caso que la persona viva autorice que le extraigan partes de su
organismo para trasplantes, injertos u otros fines similares, habría
una especie de automutilación, lesiones o daño al cuerpo.

5. ÓRGANOS Y TEJIDOS TRASPLANTABLES

1. Entre los trasplantes de órganos, tejidos, partes, piezas, etcé-


tera, los más frecuentes son: de corazón, riñón, piel, córnea y otras
partes del ojo, hígado, médula ósea, hipófisis, pulmón, tendones,
dientes, válvula cardiaca, huesos, nervios, vasos sanguíneos, articu-
laciones, etcétera.
2. Se han realizado además trasplantes de páncreas, de partes
del intestino delgado, del bazo; en menor número, de laringe; igual-
mente de glándulas sexuales, tanto de ovarios como de testículos. En
el campo del ensayo está el de cerebro y el muy discutido trasplante
completo de cabeza humana.
3. Adelantaremos, por ahora, que todo trasplante de órganos o
de glándulas requiere que sea ordenado y dispuesto por un médico
y llevado a cabo por equipos de médicos técnicos y especializados en

321
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

cada caso. Incluso la ley ha indicado en ciertos países la composición


de grupos de profesionales que deben intervenir y que éstos deben
cumplir ciertos requisitos en atención al tipo de trasplantes y para la
extracción de órganos, como sucede en las leyes sobre trasplantes de
Argentina, España, Colombia, Alemania, etcétera, y su reglamento,
además de las condiciones de los centros médicos y hospitalarios
para realizarlos, autorizados expresamente.
4. En general, puede decirse que los implantes de órganos vitales
son una realidad y que han pasado la mayoría de ellos, a la fecha, la
etapa de experimentación y que los problemas de rechazo han sido
superados en casi la totalidad de los casos.

6. GENERALIDADES SOBRE LOS TIPOS DE TRASPLANTES

En este capítulo pasaremos revista en forma global a las clases


o especies de trasplantes más conocidos, la fecha aproximada en
que se realizaron por primera vez, su porcentaje de éxito, sus pro-
blemas, etcétera. Basile y Waisman dicen: “En principio, debemos
distinguir entre trasplantes que permiten la continuación de la vida
del donante luego de efectuados, especialmente cuando se trata
de órganos dobles (el riñón, cuya función puede continuar con el
restante, aunque con cierta insuficiencia que se compensa en forma
vicariante por el resto de la economía), de los que implican que la
extracción del órgano suprime la función vital, con la muerte real
del donante como consecuencia inmediata, como ocurre en los
trasplantes cardiacos”.3

6.1. TRASPLANTE DE CORAZÓN

a) Sin lugar a dudas, el más publicitado o notorio, y que es sim-


plemente espectacular por su índole, por el número de especialistas
que participan, personal auxiliar, instrumental empleado, su duración,
etcétera, es el trasplante de corazón, o “cardioinjerto”. El primer caso
que se conoce data del 3 de diciembre de 1967 y fue practicado por
un equipo médico encabezado por el doctor Barnard, en la Ciudad
del Cabo en Sudáfrica, en el Hospital Grotte Schuur.

3
BASILE Y OTRO, ob. cit., t. II, pág. 995.

322
CAPÍTULO III. LA MUERTE Y LOS TRASPLANTES DE ÓRGANOS

b) Esta operación consistió en implantar el corazón de Denise


Ann Darvall, que había fallecido pocas horas antes, a raíz de un ac-
cidente de tránsito, a consecuencia del cual resultó con su cráneo
destrozado y lesiones cerebrales graves, a don Luís Washkansky,
de 54 años, que tenía problemas cardiacos de importancia, como
insuficiencia cardiaca, edema, etcétera.4
c) Puede sostenerse que este es el primer trasplante de corazón
con éxito entre seres humanos. Anteriormente se había hecho una
serie de pruebas de trasplante de corazón entre animales. Así, se
sabe de una operación de este tipo del año 1959, a cargo del doctor
Lower, practicada en un perro.5
d) La operación del comerciante Washkansky dio origen a la
técnica Barnard para los trasplantes. Su éxito fue relativo, pues
el paciente vivió 18 días, con apoyo de medicamentos y costosos
equipos.
e) Uno de los problemas que trae aparejados el trasplante de
corazón, al igual que otros tipos de trasplantes, es el del posible
rechazo, hoy prácticamente superado.
f) Por otra parte, ciertos grupos de médicos están empleando
para el trasplante de corazón válvulas o corazones artificiales,
para evitar en parte las dificultades del trasplante de corazón
natural.

6.2. TRASPLANTE DE RIÑÓN

a) Un trasplante con gran aplicación terapéutica y exitosa es


el renal o de riñón, y registra un bajo índice de mortalidad. Esta
operación puede realizarse con el riñón de un donante vivo o de
un dador muerto. El programa del trasplante renal tiene resultados
positivos considerables, y puede estimarse que es una operación
usual, con grandes logros para los enfermos con insuficiencia renal,
y que están sometidos a los largos, molestos y costosos tratamien-
tos de diálisis. Lo que es un tanto difícil encontrar son donantes,
y la mayoría de los casos se dan entre familiares y parientes, o de
personas fallecidas.
4
Ver sobre esta materia, EDUARDO NOVOA MONREAL, El trasplante de corazón,
aspectos médico-legales, éticos y jurídicos, Editorial Universitaria S.A., 1969, pág. 10;
BARNARD, ob. cit., pág. 232.
5
MARTÍNEZ-CALCERRADA, ob. cit., pág. 459.

323
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

b) El primer trasplante de riñón fue practicado en Boston, en


el año 1954, en un ser humano. Antes de esa fecha y después se ha
experimentado en animales. Los trasplantes entre humanos fueron
practicados inicialmente en gemelos univitelinos, para evitar el pro-
blema de órganos de terceras personas que resultaban incompatibles
o rechazados por el organismo del receptor. En el presente, el do-
nante puede ser un familiar cualquiera o un extraño, subsistiendo el
problema del rechazo, el que debe ser superado con medicamentos
o drogas específicas.6

6.3. TRASPLANTE DE HÍGADO

a) El trasplante de hígado es otra de las operaciones que merece


líneas sobresalientes. Lamentablemente no es una operación que
se practique con frecuencia, por la escasez de dadores, y, por otra
parte, el promedio de supervivencia no es alentador.
b) Está indicado el trasplante de hígado a los enfermos de cirrosis
y cáncer hepático, entre otras enfermedades. Se conocen personas
que han vivido cinco años después del trasplante de hígado y el de
un menor que vivió nueve años después del injerto.

6.4. TRASPLANTE DE CÓRNEA

a) Tenemos el trasplante de córnea, que algunos denominan


equivocadamente como de ojos. No existe el trasplante de ojos en
su integridad, solo de partes de ellos, como lo es el de córnea o
porciones de la misma.
b) Esta operación es una de las más antiguas; las primeras datan
de fines del siglo XIX, y es una indicación médica de aplicación
común y con felices resultados.
c) Se han realizado operaciones, además de trasplante de córnea,
de cristalino del globo ocular. Este procedimiento ha dado origen
al banco de ojos o de córneas en varios países, como por ejemplo
España, Estados Unidos, etcétera.
6
Ver sobre esta materia, MARTÍNEZ-CALCERRADA, ob. cit., pág. 458; BARNARD, ob.
cit., pág. 236; CARLOS MARÍA ROMEO CASABONA, Los Trasplantes de Órganos, Informe
y Documentación para la Reforma de la Legislación Española sobre Trasplantes de Órganos,
Bosch, Casa Editorial S.A., Barcelona, España, 1978, pág. 8.

324
CAPÍTULO III. LA MUERTE Y LOS TRASPLANTES DE ÓRGANOS

d) Este trasplante tiene la particularidad de que no existe el


rechazo por el receptor.
e) Luna indica varias clases de trasplante ocular:
“I) Queratoplastia penetrante: cuando el trepano del cirujano
perfora totalmente el espesor de la córnea; es siempre central o
aspiral, por cuanto solo se practica sobre la córnea;
II) Queratoplastia laminar: puede ser central, cuando no hay per-
foración total de la córnea, de la cual solo se extrae una lámina, y
III) Queratoplastia marginal: cuando la extracción de la lámina
se practica en la esclerótica en punto diverso de su parte anterior
o córnea”.
En la queratoplastia penetrante la recuperación es mas rápida,
pero hay mayor posibilidad de traumatismos posteriores, e inclu-
sive la presencia de un rechazo mecánico, no inmunológico, por
dificultad de acoplamiento de las capas posteriores de la córnea;
en la queratoplastia laminar la recuperación es más lenta, pero más
segura, y, por ello, su admisibilidad es de mayor aceptación para una
legislación sobre la materia”.7

6.5. TRASPLANTE DE PÁNCREAS

Otro tipo importante de trasplante es el de páncreas. El páncreas


es una glándula de secreción endocrina. Este trasplante se hace en
personas que sufren particularmente de diabetes, y la supervivencia
del enfermo no es del todo alentadora, se mantienen los pacientes
vivos en los primeros años y después fallecen.

6.6. TRASPLANTE CARDIOPULMONAR

También se conoce el trasplante cardiaco y pulmonar en forma


simultánea, que da origen al trasplante cardiopulmonar. El problema
radica en la falta de donantes. Es una operación de gran riesgo, y
con bajo índice de sobrevivencia.

7
MAURICIO LUNA BISBAL, Trasplantes. Bases para una legislación, Editorial Temis,
Bogotá, Colombia, 1974, págs. 14 y 15. Ver sobre esta materia, ROMEO, ob. cit.,
págs. 89 y 114; MARTÍNEZ-CALCERRADA, ob. cit., pág. 458.

325
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

6.7. TRASPLANTE DE MÉDULA ÓSEA

Otro tipo importante de trasplante es el de la médula ósea (Bone


Marrow Trasplantation), el que se conoce desde 1959 y en él se pre-
sentan graves problemas de rechazo.
Está indicado en caso de anemia, leucemia, linfomas, tumores, y
problemas atinentes con la inmunodeficiencia congénita, cánceres,
etcétera.

6.8. TRASPLANTE DE BAZO

El trasplante de bazo se ha realizado en personas afectadas de


hemofilia. El bazo es un órgano linfático vascular, especializado
en la filtración y purificación de la sangre, desechando las células
gastadas o viejas.

6.9. TRASPLANTE DE TIMO

El trasplante de timo se efectúa en los casos de organismos que


sufren de inmunodeficiencia. La secreción del timo tiene importancia
para el desarrollo de la persona, crecimiento y nutrición.

6.10. TRASPLANTE DE PIEL

Uno de los trasplantes más conocidos es el de piel y puede ser


de la misma persona o de donante. Tiene gran aplicación en el caso
de quemaduras graves, lesiones producidas por explosiones o en las
que hay pérdida considerable de tejidos o heridas por armas.

6.11. TRASPLANTE DE CEREBRO

El más reciente trasplante es el de cerebro, que algunos denomi-


nan de cabeza. Está, como ya anotamos, en fase de experimentación
y en animales. No se sabe de trasplantes de cabeza a la fecha, o que
sean exitosos.

326
CAPÍTULO III. LA MUERTE Y LOS TRASPLANTES DE ÓRGANOS

6.12. TRASPLANTE DE SANGRE

a) Por último, tenemos el trasplante de sangre, también deno-


minado transfusión de sangre; puede hacerse con sangre fresca, de
un donante directamente al receptor, o con sangre conservada o
envasada.
b) Algunos señalan que la sangre es un órgano; para otros,
un tejido. Este trasplante es uno de los más antiguos; el primero
fue efectuado en Francia en el año 1668, aunque se indican fechas
anteriores.
c) Solo requiere de un donante que posea el mismo grupo san-
guíneo y otras características con el receptor, para evitar problemas
de shock u otros.8

8
Ver sobre esta materia, MARTÍNEZ-CALCERRADA, ob. cit., pág. 457.

327
Capítulo IV
TRASPLANTE DE ÓRGANOS PROPIAMENTE TAL

1. GENERALIDADES

1. Desde hace bastante tiempo se ha venido escribiendo una


serie de textos, ensayos, trabajos, monografías, tesis y otras obras
relacionadas con el trasplante, que son reconocidos como un gran
avance de la ciencia. Se trata del trasplante de órganos, que es
un verdadero progreso de la cirugía reparadora, terapéutica o
sustitutiva.
2. Al enunciar este tema, inmediatamente se piensa en el tras-
plante de corazón o cardiaco, pero este es un criterio restringido,
pues existen varias clases de trasplantes de órganos y con una serie
de problemas médicos y jurídicos. En efecto, al estudiar el trasplante
o implante de órganos se plantean los llamados actos o contratos
de disposición de órganos humanos o de partes del cuerpo huma-
no o piezas anatómicas. Sobre la extracción o ablación de órganos
en seres vivos y en muertos: ¿Cuándo una persona está realmente
muerta? ¿Basta la cesación de las funciones vitales? ¿Cómo se acredita
este hecho de la muerte?, etcétera. Parte de estos puntos los hemos
desarrollado anteriormente.
3. Algunos de los temas más discutidos en la actualidad, desde
el punto de vista médico y jurídico, son el trasplante de órganos, la
fecundación artificial y la muerte. No siempre hay coincidencia en
los fundamentos y conclusiones. Es lícita y ética la experimentación
en seres humanos cuando se trata de prolongar la vida de enfermos,
o para fines científicos y terapéuticos. Eso sí que el legislador para
referirse a la fecundación artificial y a la in vitro, debe naturalmente
auxiliarse de la medicina, como lo expusimos en el capítulo de la
Obstetricia Forense. Igualmente, esto es necesario para certificar y

329
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

comprobar la muerte y lo que es previo para cierto tipo de trasplante


de órganos y vísceras.
4. Examinaremos más adelante los problemas legales de corte
civil, penal y médico-legal que plantea el trasplante de órganos en la
actualidad, en Chile y en el extranjero, y las tendencias jurídicas en
boga, la reglamentación de los trasplantes y la creación y normativa
de los bancos de órganos. Cubriremos, además, la responsabilidad
legal y ética de los médicos en el trasplante de órganos y posibles
implicancias en lo criminal por actos cometidos en el ejercicio de
su profesión.

2. DEFINICIONES

Indicaremos algunas definiciones de trasplante de órganos, que


servirán para aclarar ciertos conceptos ya tratados y otras materias
futuras.
1. El Diccionario de Ciencias Médicas Dorland apunta: “Acción y
efecto de trasplantar. Porción de tejido corporal, que se extrae de una
parte, para injertar en otra parte del mismo o de otro individuo”.1
2. Luna acota: “Entiéndase por trasplante el cambio de ubicación
espacial de un órgano, hacia otro ser distinto del originario, con la
finalidad de mantener las funciones del órgano desplazado, en el
organismo receptor”.2
3. Para el Diccionario Terminológico de Ciencias Mádicas Salvat es
la “Implantación de un órgano en un organismo receptor, con res-
tablecimiento de las conexiones vasculares, arteriales y venosas.
Aplicación de una parte de tejidos tomados de otra parte del mismo
cuerpo o de otro. Injerto”.3
4. Romeo Casabona apunta: “Esta modalidad quirúrgica está
constituida principalmente por la inserción en el organismo enfermo
o disminuido de determinados cuerpos extraños a él, que pueden
ser artificiales (válvulas, siliconas, marcapasos, etcétera) o naturales
(órganos, tejidos y glándulas), de origen normalmente humano. Esta
técnica se conoce generalmente por la denominación de injertos
o trasplantes”.4
1
DORLAND, ob. cit., pág. 1465.
2
LUNA, ob. cit., pág. 1.
3
Dicc. T. de Cs. Ms. Salvat, ob. cit., pág. 1130.
4
ROMEO, ob. cit., pág. 7.

330
CAPÍTULO IV. TRASPLANTE DE ÓRGANOS PROPIAMENTE TAL

5. Martínez-Calcerrada, sobre la precisión terminológica en su


trabajo monográfico, señala: “Sobre Problemática Médico-Legal de
los Trasplantes de Órganos, de los doctores Arroyo, García del Val
y González Rodríguez, se puede hablar, desde el punto de vista mé-
dico, de estas tres operaciones, ‘injertar’, ‘implantar’ y ‘trasplantar’
(usadas por algunos autores como equivalentes, no obstante con
las siguientes diferencias). ‘Trasplante: Operación considerada en
su conjunto, o sea, la extirpación, o toma de un tejido u órgano y
la acción de introducirlo y fijarlo en otra parte del mismo cuerpo
o en otro cuerpo’; ‘Injerto: Es la acción de injertar una parte en
un cuerpo humano sin contener la idea referida a otro momento
del complejo acto quirúrgico y significa también la parte orgánica
ya introducida en su nuevo sitio’; ‘Implantación: Alude al tipo de
introducciones en el cuerpo humano de materiales inertes: clavos,
plásticos, etcétera’. En estas definiciones y respectivas diferencias,
aparte de la impropiedad que supone en la relativa al ‘injerto’, que
se califica como ‘acción de injertar’ –es sabido su significado de ado-
samiento o conjunción biológica de dos cuerpos–, destaca, además
de la precisión en torno a la ‘implantación’, la descripción de toda la
compleja actividad que requiere la acción del ‘trasplante’: en primer
lugar, la extirpación del órgano, o sea, la secesión del cuerpo de su
pertenencia; en segundo lugar, su extracción al exterior, y en tercer
lugar, la introducción o fijación en el cuerpo receptor”.5

3. TIPOS DE TRASPLANTES

Existe una serie de clases de trasplantes, los que han dado origen
a un glosario de conceptos y términos especiales que estimamos de
interés consignar en esta parte.
1. Novoa apunta: “Desde un punto de vista amplio, cuando se
trata de trasplantar a un organismo humano una parte de otro, se
acostumbra distinguir entre trasplantes homovitales, que correspon-
den a tejidos con mucha actividad orgánica y que por ello necesitan
nutrirse constantemente de sangre, y los trasplantes homoplásticos,
que corresponden a tejidos sin vasos sanguíneos, como es el caso
de la córnea”.6

5
MARTÍNEZ-CALCERRADA, ob. cit., pág. 457.
6
NOVOA, ob. cit., pág. 19.

331
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

2. Según el Diccionario Terminológico de Ciencias Médicas Salvat, el


trasplante autoplástico consiste en: “Reimplantación de un tejido u
órgano tomado del mismo individuo. Autotrasplante”.7
3. Este mismo Diccionario, sobre el trasplante heteroplás-
tico, anota: “Trasplante de tejido u órgano procedente de otra
especie, generalmente muy afín al sujeto receptor. Sin.: hetero-
trasplante”.8
4. Dorland dice que el trasplante heterotópico es: “Trasplante
en el que se emplea un tejido de un lugar distinto de aquel en el
que se practica”.9
5. Para Dorland, el trasplante homoplástico consiste en: “Tras-
plante de una porción de tejido extraída de un dador para ser
aplicada a un receptor de la misma especie. En el hombre este
injerto sobrevive un corto periodo de tiempo, excepto en los casos
de los injertos de córnea, arterias, huesos, cartílagos y, con menos
frecuencia, de tejidos endocrinos; d.t. homoinjerto, homoplastia;
homotrasplante, injerto isoplástico, isoinjerto, isoplastia, trasplante
isoplástico”.10
6. Sobre el trasplante homotópico, el Diccionario Terminológico
de Ciencias Médicas Salvat expresa: “Trasplante en el que se utiliza un
tejido tomado del mismo lugar en el que se aplica”.11
7. El Diccionario Terminológico de Ciencias Médicas Salvat señala
que el trasplante isoplástico es: “Trasplante entre organismos con
estructura antigénica genéticamente idéntica, como es el caso entre
gemelos verdaderos. Sin.: Isotrasplante”.12
8. El trasplante sigenesioplástico es descrito por el Diccionario
Terminológico de Ciencias Médicas Salvat, el que explica: “Trasplante
entre individuos de la misma familia, de padre a hijo, de hermano
a hermano”.13
9. Con respecto al trasplante tendinoso, el Diccionario Termino-
lógico de Ciencias Médicas Salvat indica: “Inserción del tendón de un
músculo sano en el tendón de un músculo paralizado”.14

7
Dicc. T. de Cs. Ms. Salvat, ob. cit., pág. 1130.
8
Dicc. T. de Cs. Ms. Salvat, ob. cit., pág. 1130.
9
DORLAND, ob. cit., pág. 1466.
10
Ibíd.
11
Dicc. T. de Cs. Ms. Salvat, ob. cit., pág. 1130.
12
Ibíd.
13
Ibíd.
14
Ibíd.

332
CAPÍTULO IV. TRASPLANTE DE ÓRGANOS PROPIAMENTE TAL

10. Melloni, el trasplante alógeno es el “trasplante de tejidos


entre miembros genéticamente diferentes de la misma especie”.15
11. Este mismo autor define el trasplante ortotópico de la si-
guiente manera: “Transferencia de tejido de una región del cuerpo
del donante a un lugar receptor idéntico”.16
12. Referente al singénico, Melloni apunta: “trasplante de tejidos
entre animales genéticamente idénticos o casi idénticos, como los
gemelos univitelinos”.17
13. Melloni, sobre el xenógeno, nos dice: “trasplante de tejido
entre dos especies diferentes, como el trasplante de un riñón de
chimpancé en un ser humano”.18
14. Para Lender: “Según el emplazamiento del trasplante, se
distinguen los trasplantes isotópicos, si son conformes con la posi-
ción anatómica normal del órgano, y heterotópicos, si no lo son. El
trasplante de un órgano embrionario sobre un organismo adulto
se denomina trasplante befoplástico”.19

15
MELLONI, ob. cit., pág. 549.
16
Ibíd.
17
Ibíd.
18
MELLONI, ob. cit., pág. 549.
19
T. LENDER, R. DELAVAULT, A. LE MOIGNE, Diccionario de Biología, Ediciones
Grijalbo, S.A., Barcelona, Buenos Aires, México, D.F., 1985, pág. 191.

333
Capítulo V
MUERTE CEREBRAL. GENERALIDADES EN
RELACIÓN CON EL TRASPLANTE DE ÓRGANOS

1. INTRODUCCIÓN

1. Dentro de los temas que han concitado la opinión de juristas,


de médicos, de médicos legistas, de organizaciones internacionales,
en las universidades, congresos, simposios, etcétera, es la llamada
muerte cerebral, que desde ya, y a manera de enunciado, la concep-
tualizamos como la ausencia absoluta e irreversible de la función
del cerebro, otros agregan de la función encefálica.
2. No estamos en presencia de un nuevo tipo de muerte, como
lo precisamos anteriormente. Efectivamente, se ha conocido desde
hace muchos años la muerte cerebral, la falta de actividad cerebral,
pero el concepto de muerte que se tenía era exclusivamente el de
la muerte cardiaca y la cesación de los fenómenos vitales, como lo
hemos venido reiterando.
3. Esta materia está relacionada con la Tanatología Forense, con
la muerte misma, y en el trasplante de órganos adquiere una impor-
tancia extraordinaria, particularmente en la extracción y ablación
de órganos o piezas de un cadáver. Para el trasplante, son previas a
él, entre otros presupuestos legales y médicos, la constatación y la
certificación de la “muerte cerebral”. Este requisito es exigido por
la medicina y por la legislación imperante, en una serie de países,
las que no resuelven este problema del todo.
4. Las implicancias que la muerte tiene en el Derecho en ge-
neral, son ampliamente conocidas y siempre se tuvo como axioma
que la muerte natural era el cese definitivo de las grandes funcio-
nes vitales, tales como la respiración, la circulación y los sistemas
nerviosos. Este concepto es ahora arcaico y estos principios están
reemplazados, se quiera o no, y aunque sea discutible, por el de

335
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

“muerte cerebral”, la que tiene una significación muy importante


en la actualidad.
5. Toda esta cuestión de la muerte está vinculada con los progresos
de la ciencia, la creación o fabricación de máquinas y aparatos que
permiten que una persona pueda seguir viviendo, ya no en forma
natural, sino con el apoyo de instrumentos, como lo es el caso de
personas que han sufrido daños cerebrales irreparables, pérdida de
masa encefálica, en estado de coma, etcétera.
6. Creemos que no hay una muerte cerebral desconocida, como
lo dijimos ut supra, sino que han variado los conceptos y definiciones
debido a los grandes avances de la medicina, los métodos de reanima-
ción, la conservación de personas graves o agónicas en complicados
aparatos que sustituyen las funciones vitales del cuerpo humano, y
que tienen por finalidad continuar la vida.
7. De consiguiente, en los trasplantes de órganos ya no es válido
el concepto de muerte clásica: detención de las funciones respirato-
rias y circulatorias; debe agregarse también la cesación o detención
definitiva de las funciones del cerebro y en forma irreversible.
8. La falta de función cerebral, que algunos denominan silencio
cerebral, o falta de actividad isoeléctrica, debe ser acreditada por
exámenes médicos, siendo muy valioso el electroencefalograma,
pero no da un dictamen irrefutable.
9. Hans Lüttger afirma: “El reconocimiento de la muerte cerebral
como un suceso decisivo para establecer la muerte de la persona
puede justificarse mediante razones puramente médico-jurídicas.
Ya la vieja definición jurídica de la muerte del corazón y la respi-
ración seleccionó aquellos momentos del proceso del fallecimiento,
que simbolizan la muerte de una persona; de acuerdo con el estado
de las posibilidades médicas de entonces, ellos eran el cese de la
circulación y de la respiración. Sin embargo, actualmente este cese
se convirtió luego en ampliamente reversible; el corazón –como
lo muestran los trasplantes– es cambiable. Asimismo, en muchos
enfermos la respiración debe reemplazarse durante largo tiempo
con la utilización de aparatos. Actualmente sería arbitrario ver en
el cese de la respiración y los latidos del corazón el criterio decisivo
para caracterizar la muerte. Diversa es la cuestión respecto del cese
del cerebro; la extinción de la función cerebral es irreversible; el
cerebro no puede reemplazarse con aparatos; después de la muerte
cerebral la reanimación solo puede prolongar el momento de la
desintegración total, pero no puede impedirla. En función de estos

336
CAPÍTULO V. MUERTE CEREBRAL. GENERALIDADES EN RELACIÓN CON EL TRASPLANTE…

conocimientos, el rol que se asignó al cese de la respiración y la cir-


culación se atribuye ahora a la extinción de la función cerebral; esta
simboliza ahora la muerte del hombre. Vincular a ella los conceptos
jurídicos es legítimo. En efecto, por una parte, el Derecho necesita
–lo mismo que la medicina– un concepto de muerte que se entienda
como límite y no como un proceso. Por otra parte, no hay ninguna
modificación metodológica en lo referente a la determinación de la
muerte; se trata siempre de localizar y de fijar el punto en un suceso
individual irreversible y decisivo –el único de estas características
del que en la actualidad se dispone es el cese total de la actividad
cerebral–. Si se guarda fidelidad a tal método de determinación de
la muerte, el Derecho deberá reconocer en lo sucesivo la muerte
cerebral, pues el concepto jurídico de muerte solo puede señalar
un punto final de la vida absolutamente irreversible”.1

2. DEFINICIONES Y DIAGNÓSTICO DE LA MUERTE


CEREBRAL

1. Para poder comprender lo que es la muerte cerebral, transcri-


biremos algunas definiciones contenidas en la legislación sobre los
trasplantes y otras de connotados tratadistas, recalcando que varias
de ellas se vinculan exclusivamente a los trasplantes de órganos, que
no hay acuerdo unánime en los exámenes que deben practicarse
y que hay discrepancia sobre los signos y fenómenos de la muerte
cerebral.
2. Existe una serie de definiciones de este tipo de muerte, pero
entre los autores no hay unanimidad de parecer para su determi-
nación cierta, en especial frente al número que se debe tomar de
electroencefalogramas (EEG), y la distancia u horas que deben
existir entre uno y otro, o el tiempo que media entre un examen y el
siguiente. Otros simplemente no lo aceptan, pues se puede incurrir
en errores en este examen.
3. Gerin y Merli, en el año 1971, citados por Bonnet, expre-
saron: “La muerte cerebral puede ser definida como la detención
total y definitiva de toda actividad cerebral, constatada directa o
indirectamente”.2

1
LÜTTGER, ob. cit., págs. 100 y 101.
2
BONNET, ob. cit., t. I, pág. 280.

337
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

4. El doctor Gilsanz, en un estudio sobre Ley de Trasplantes.


Criterios Neurológicos de Muerte Cerebral, la define como “la si-
tuación clínica en que el cerebro está extensa e irreversiblemente
dañado, no pudiendo mantener homeostasis externa e interna, no
siendo posible la recuperación. La actividad cardiaca y respiratoria
es mantenida con ventilación mecánica y apoyo circulatorio, por lo
que el diagnóstico de muerte cerebral solo se podrá realizar en uni-
dades de reanimación. La identificación de muerte cerebral significa
que el paciente está muerto, aunque algunos órganos... siguieran
funcionando. La muerte cerebral es el punto de la no recuperación,
entendiendo la muerte como un proceso. Los individuos con muerte
cerebral no muestran signos de función neuronal por encima del
foramen magnum. Una vez diagnosticada la muerte cerebral, el
corazón va a dejar de latir en horas, días.
El cese irreversible de toda actividad nerviosa en la cavidad cra-
neal es la muerte cerebral, cadáver con el corazón latiendo, que es
sinónimo de muerte”.3
5. Un concepto amplio de muerte cerebral lo encontramos en
el Manual Merck: “Los métodos modernos de reanimación y de apo-
yo de la presión sanguínea y de la respiración, han creado nuevos
problemas para definir la muerte. Si durante 12 horas no ha habido
respiración espontánea ni ningún otro movimiento voluntario, ni
reflejos craneales (sacudida de la mandíbula, reflejos pupilares, reflejo
córneal, reflejo nauseoso), ni respuesta a los estímulos nocivos, y un
trazado EEG piano después de una mejora máxima, el coma puede
considerarse irreversible. Estos criterios son aplicables solo cuando
se puede excluir la intoxicación medicamentosa”.4
6. La muerte cerebral, según la Conferencia de las Organizaciones
Internacionales de Ciencias Médicas de Ginebra, en el año 1968:
La función cerebral del donante debe haber cesado completa
e irreversiblemente.
Los criterios para determinar la cesación de la función cerebral
son los siguientes:
a) Pérdida de toda respuesta a los estímulos externos;
b) Desaparición completa de los reflejos y del tono muscular;
c) Ausencia de movimientos respiratorios espontáneos;
3
De la Donación al Trasplante. Aspectos Legales, Médicos y Logísticos. Ministerio de
Sanidad y Consumo. Dirección General de Planificación Sanitaria, Madrid, España,
1987, pág. 29.
4
MANUAL MERCK, ob. cit., pág. 1504.

338
CAPÍTULO V. MUERTE CEREBRAL. GENERALIDADES EN RELACIÓN CON EL TRASPLANTE…

d) Caída masiva de la presión arterial si no se mantiene artifi-


cialmente, y
e) Trazado electroencefalográfico absolutamente lineal obtenido
bajo las mejores condiciones técnicas, aun con estímulo cerebral.
Estos criterios no son válidos en niños de corta edad o en personas
en estado hipotérmico o de intoxicación aguda.
7. La Resolución de la Conferencia y Facultades Reales del Rei-
no Unido, de 1976, describe las condiciones bajo las que debería
ser considerada la diagnosis de la muerte cerebral, de la siguiente
manera:
1) El paciente se halla en coma profundo:
a) No debe haber ninguna sospecha de que este estado sea
debido a drogas depresoras;
b) Deben ser excluidas como causa de coma las hipotermias
primarias;
c) Deben excluirse los trastornos metabólicos y endocrinos que
puedan ser responsables o contribuir al coma.
2) El paciente está mantenido con un ventilador, porque la res-
piración espontánea se presentó insuficiente o cesó por completo:
a) Deben desecharse los relajantes (agentes bloqueadores neu-
romusculares) y otras drogas como causa de una insuficiencia
o fallo respiratorio.
3) No puede existir duda de que el estado del paciente es debido
a lesiones irreparables de la estructura cerebral. Deberá determinarse
completamente la diagnosis de una perturbación que pueda derivar
en la muerte cerebral.
Esta misma resolución indica las pruebas diagnósticas para la
confirmación de la muerte cerebral, y agrega:
Está ausente toda actividad refleja del tronco cerebral:
i. Las pupilas tienen un diámetro fijo y no responden a los
cambios bruscos de la intensidad de una luz incidente;
ii. No hay reflejo córneo;
iii. Están ausentes los reflejos vestíbulo-oculares;
iv. No puede obtenerse ninguna respuesta en la distribución
de los nervios craneales ante una estimulación adecuada de
cualquier área somática;
v. No hay reflejo nauseoso o respuesta refleja a una estimulación
bronquial mediante un catéter de succión introducido en la
tráquea;

339
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

vi. No se producen movimientos respiratorios al ser desconec-


tado el paciente del ventilador mecánico durante el tiempo
suficiente para asegurar que la tensión del dióxido de car-
bono arterial alcance el umbral para la estimulación de la
respiración.
8. Achaval, sobre los signos de la muerte cerebral, explica amplia-
mente: “El proceso de cese de circulación y anoxia va hacia la muerte
cerebral. De una presión normal parcial de oxígeno en sangre capilar
de 80 mm de mercurio aproximadamente, las lesiones irreversibles
comienzan al reducirse a 10 mm de Hg y lo son en totalidad al man-
tenerse por un lapso de 5 minutos, que es aproximado y depende
de variaciones individuales. El diagnóstico de la muerte cerebral es
casi siempre instrumental, pero tiene signos clínicos:
– Diagnóstico instrumental:
– Electroencefalograma isoeléctrico durante lapsos mínimos
de 10 hasta 24 horas, según los especialistas, haciendo registros a
intervalos de 2 horas.
– Arteriografía cerebral en carótidas (ambas): ausencia de cir-
culación cerebral.
– Isótopos radiactivos desde vena de pliegues de codo: muestra
un registro de ausencia de circulación cerebral.
– Ecoencefalografía: trazado nulo de las pulsaciones, es más
precoz que el electroencefalograma para indicar la desaparición
de la circulación.
– Angiografía fluoresceínica de vasos de retina.
– Electrorretinograma.
– Diagnóstico clínico.
– Coma profundo o sobrepasado.
– Arreflexia salvo idiomuscular.
– Oftalmoplejia espontánea o a estímulos laberínticos.
– Midriasis bilateral.
– La respiración y la circulación se mantienen asistidas gene-
ralmente.
– Trastornos metabólicos con caída de temperatura, acidosis
respiratoria, etcétera.
Debe tenerse presente en esta etapa que los signos de muerte
buscados no deben interferir los procedimientos de reanimación,
mientras ellos sean posibles”.5

5
ACHAVAL, ob. cit., pág. 149.

340
CAPÍTULO V. MUERTE CEREBRAL. GENERALIDADES EN RELACIÓN CON EL TRASPLANTE…

9. Vargas Alvarado señala:


“En los últimos años, se ha agregado a la tradicional definición
de muerte cardiorrespiratoria, el nuevo criterio de muerte cerebral.
Esto es, un cese irreversible de la función cerebral comprobado por
normas aceptadas de la práctica médica.
Últimamente, la definición de muerte cerebral ha sufrido al-
gunas modificaciones. Las condiciones originales requeridas para
establecerla eran:
a) Ausencia de respiración espontánea.
b) Ausencia de circulación.
c) Ausencia de reflejos profundos.
d) Falta de respuesta a estímulos dolorosos.
e) Trazado electroencefalográfico plano.
f) Todo esto observado de 24 a 72 horas, en ausencia de hipo-
termia, sedantes o intoxicación por barbitúricos.
Sin embargo, en años recientes se ha demostrado que el trauma
cerebral puede acompañarse temporalmente de un trazado plano
o casi plano y más tarde retornar a la normalidad completa. Por tal
razón, se han recomendado procedimientos adicionales, como el
consumo de oxígeno y la angiografía de núcleos, para confirmar en
forma incuestionable la ausencia de circulación en el cerebro como
un indicador absoluto de muerte cerebral”.6
10. Como puede observarse en las definiciones y pruebas para
acreditar la muerte cerebral, se indica que debe presentarse el EEG
plano, la ausencia de actividad eléctrica, y otros términos similares,
que es conveniente aclarar. Por otra parte, el EEG no sólo es una
prueba de diagnóstico para la certificación de la muerte cerebral,
para los trasplantes, sino que también constata la muerte real, los
estados de coma, y constituye una prueba para precisar el momento
de la muerte.
11. Se estima, desde el punto de vista médico, que se está en
presencia de un electroencefalograma plano o lineal, cuando no
hay respuestas eléctricas, no hay trazado, hay un silencio cerebral.
También se le denomina electroencefalograma en blanco o chato;
esta última acepción no es aceptable, y otros lo denominan EEG
nulo.
12. En relación con el electroencefalograma lineal, Bonnet es-
pecifica:

6
VARGAS, ob. cit., págs. 57 y 58.

341
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

“A) Es lineal de modo absoluto. Lineal es sinónimo de ‘silencio


eléctrico’; ‘electroencefalograma isoeléctrico’; ‘inactividad eléctrica
completa’; ‘ausencia total de actividad bioeléctrica’; ‘trazado nulo’.
Debe rechazarse la denominación de ‘trazado plano’, o de ‘trazado
chato’, porque induce a confusión.
B) El trazado isoeléctrico, además de serlo, es irreactivo a los
estímulos. Muy a menudo se ve ‘parasitado’ por el electrocardiograma
(lo que no debe inducir a diagnósticos erróneos por apresuramiento)
y así permanecer hasta que ocurra el deceso.
C) El trazado isoeléctrico, por sí solo, no permite formular el
diagnóstico de ‘coma sobrepasado’. Solo podrá serlo cuando las
funciones respiratorias y circulatorias se mantengan por las exclusivas
técnicas de reanimación.
D) El diagnóstico de trazado isoeléctrico solo podrá ser efectuado
cuando se hayan cumplido requisitos técnicos y metodológicos para
su obtención específicamente establecidos”.7
13. El doctor Gilsanz indica que una serie de países se han
preocupado de la muerte cerebral y que “los criterios de muerte
cerebral son aceptados médicamente y legalmente en España, Aus-
tria, Australia, Francia, Finlandia, en varios estados de los Estados
Unidos, Puerto Rico, Noruega, Italia, Grecia, Checoslovaquia, Ca-
nadá, Argentina; la muerte cerebral solo es aceptada médicamente,
no es ley, en Bélgica, Alemania, Irlanda, Reino Unido, Suiza, India,
Holanda, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Corea del Sur, Tailandia y en
algunos estados de los Estados Unidos. En Polonia y Suecia no se
reconoce la muerte cerebral como sinónimo de muerte. En Dina-
marca, Japón, Israel no se reconoce la muerte cerebral. En ningún
país islámico la muerte cerebral es reconocida legalmente ni con
criterios médicos”.8
14. Añade el doctor Gilsanz: “Para terminar este capítulo reseña-
mos el informe emitido en 1981 por la President’s Commission for the
Study of Ethical Problems in Medicine and Biomedical and Behavioral
Research”, “está muerto un ser humano al que ha sobrevenido bien una
interrupción irreversible de las funciones circulatorias y respiratorias,
bien una interrupción irreversible de todas las funciones cerebrales
incluyendo las del tronco cerebral. La determinación de la muerte
ha de realizarse conforme a los estándares médicos aceptados”. Tanto

7
BONNET, ob. cit., t. I, pág. 290.
8
GILSANZ, ob. cit., pág. 34.

342
CAPÍTULO V. MUERTE CEREBRAL. GENERALIDADES EN RELACIÓN CON EL TRASPLANTE…

los criterios de diagnóstico neurológico de muerte como los clásicos


(cardiorrespiratorios) tienen el mismo grado de certeza.9
15. En Perú la Ley Nº 28.189, llamada Ley general de donación y
trasplante de órganos y/o tejidos humanos, expedida el 16 de marzo
del 2004 y su Reglamento, contenido en el Decreto Supremo Nº 014-
2005-SA publicado en mayo del 2005 en su TÍTULO II se refiere
al DIAGNÓSTICO DE MUERTE en su artículo 3º. Diagnóstico de
muerte. Prescribe:
Se considera muerte para efectos del presente Reglamento al
cese irreversible de la función encefálica o la función cardiorres-
piratoria, de acuerdo con los protocolos que se establecen en el
presente Reglamento. El diagnóstico de la muerte de una persona
es de responsabilidad del médico que la certifica.
16. Criterios Harvard de Muerte Cerebral:
1. Falta de receptividad y respuesta.
2. Ausencia de movimientos (observado por una hora).
3. Apnea (tres minutos sin el respirador).
4. Ausencia de reflejos (tronco encefálicos y espinales).
5. EEG isoeléctrico (gran valor confirmatorio).
6. Excluir hipotermia (menos de 32,2º C) y depresores del
SNC.
7. Todos los tests deben ser repetidos veinticuatro horas des-
pués.

9
GILSANZ, ob. cit., págs. 35 y 36.

343
Capítulo VI
LOS TRASPLANTES DE ÓRGANOS

1. LOS TRASPLANTES DE ÓRGANOS EN LA LEGISLACIÓN


NACIONAL

Teniendo en consideración que los trasplantes de órganos son


una materia sumamente compleja y que tanto la legislación especial
al respecto como el Código Sanitario se refieren en forma detallada
a la misma y sin perjuicio de lo ya expuesto transcribiremos sólo la
normativa legal vigente.

Materia Nº de la norma Publicación

Establece normas sobre trasplante Ley Nº 19.451 10 de abril de


y donación de órganos. 1996

Reglamento de la Ley Nº 19.451, Decreto Nº 656 17 de diciembre


que establece normas sobre tras- de 1997
plante y donación de órganos.

Aprueba formato de acta de dona- Resolución exenta 19 de abril de


ción de órganos entre vivos. Nº 602 1999

Normas relacionadas:
Delega atribuciones y facultades de Resolución exenta 17 de marzo de
otorgar autorización para extrac- Nº 192 2004
ción de órganos y tejidos con fines
terapéuticos de cadáveres ingresa-
dos al Servicio Médico Legal.

Aprueba formato de acta de dona- Resolución exenta 19 de abril de


ción de órganos formulada por el Nº 599 1999
cónyuge, representante legal o los
parientes, en su caso.

345
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

1. LEY Nº 19.451
ESTABLECE NORMAS SOBRE TRASPLANTE Y DONACIÓN DE ÓRGANOS
(Publicada en el Diario Oficial de 10 de abril de 1996)

Teniendo presente que el H. Congreso Nacional ha dado su


aprobación al siguiente

Proyecto de Ley:
TÍTULO I
NORMAS GENERALES
Artículo 1º.– Los trasplantes de órganos sólo podrán realizarse
con fines terapéuticos.
Artículo 2º.– Las extracciones y trasplantes de órganos sólo po-
drán realizarse en hospitales y clínicas que acrediten cumplir con las
condiciones y requisitos establecidos por las normas vigentes.
Dichos establecimientos deberán llevar un registro de las activi-
dades a que se refiere el inciso anterior.
Artículo 2º bis.– Las personas cuyo estado de salud lo requiera
tendrán derecho a ser receptoras de órganos.
Toda persona mayor de dieciocho años será considerada, por el
solo ministerio de la ley, donante de sus órganos una vez fallecida,
a menos que en vida haya manifestado su voluntad de no serlo en
alguna de las formas establecidas en esta ley.
Artículo 3º.– La donación de órganos sólo podrá realizarse a título
gratuito. Se prohíbe, será nulo y sin ningún valor el acto o contrato
que, a título oneroso, contenga la promesa o entrega de un órgano
para efectuar un trasplante.
Los gastos en que se incurra con motivo de la extracción del ór-
gano que se dona, forman parte de los gastos propios del trasplante
y serán imputables al sistema de salud del receptor de acuerdo a las
normas legales, reglamentarias y contractuales que correspondan.
Artículo 3º bis.– No podrán facilitarse ni divulgarse informaciones
que permitan identificar al donante.
Asimismo, los familiares del donante no podrán conocer la iden-
tidad del receptor, ni el receptor o sus familiares la del donante y,
en general, queda prohibida cualquier difusión de información que
pueda relacionar directamente la extracción con el ulterior injerto
o implantación.

346
CAPÍTULO VI. LOS TRASPLANTES DE ÓRGANOS

Esta prohibición no afectará a los directamente interesados en


una donación entre personas vivas.
La información relativa a donantes y receptores de órganos hu-
manos será recogida, tratada y custodiada en la más estricta confiden-
cialidad y se considerará un dato sensible, conforme a lo dispuesto
en la ley Nº 19.628, sobre protección de la vida privada.

TÍTULO II
DE LA EXTRACCIÓN DE ÓRGANOS A DONANTES VIVOS
Artículo 4º.– Sólo se permitirá la extracción de órganos en vida
con fines de trasplante entre personas relacionadas, conforme a lo
dispuesto en el artículo siguiente, y siempre que se estime que ra-
zonablemente no causará un grave perjuicio a la salud del donante
y existan perspectivas de éxito para conservar la vida o mejorar la
salud del receptor. Esta extracción siempre deberá practicarse previo
informe positivo de aptitud física.
El reglamento establecerá los órganos que podrán ser objeto de
extracción en estos casos.
Artículo 4º bis.– La extracción de órganos en vida con fines de
trasplante sólo se permitirá en personas capaces mayores de diecio-
cho años y cuando el receptor sea su pariente consanguíneo o por
adopción hasta el cuarto grado, o su cónyuge, o una persona que,
sin ser su cónyuge, conviva con el donante.
El consentimiento del donante no puede ser sustituido ni comple-
mentado, pudiendo siempre ser revocado, hasta el instante mismo de
la intervención quirúrgica, mientras conserve capacidad para expresar
su voluntad, caso en el cual la extracción no será practicada.
Artículo 5º.– La aptitud física de una persona, a que se refiere
el artículo 4º, deberá ser certificada, a lo menos, por dos médicos
distintos de los que vayan a efectuar la extracción o el trasplante.
Artículo 6º.– El donante deberá manifestar el consentimiento
requerido, señalando el o los órganos que está dispuesto a donar,
de modo libre, expreso e informado.
Del consentimiento se dejará constancia en un acta ante el di-
rector del establecimiento donde haya de efectuarse la extracción,
quien para estos efectos tendrá el carácter de ministro de fe. La ca-
lidad de ministro de fe se hará extensiva a quien el referido director
delegue tal cometido.

347
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

El acta, que deberá ser firmada por el donante, quien además


estampará en ella su huella dígito pulgar, contendrá la información
relativa a los riesgos de la operación y a las eventuales consecuencias
físicas y sicológicas que la extracción le pueda ocasionar a aquél,
como asimismo la individualización del receptor. El acta deberá ser
suscrita por los médicos que hayan emitido el informe de aptitud física
del donante y por el médico que le haya proporcionado la referida
información, cuyo contenido se especificará en el reglamento y en
ella el ministro de fe deberá dejar constancia que, en su criterio, el
donante se encuentra en pleno uso de sus facultades mentales.
El consentimiento podrá ser revocado en cualquier momento
antes de la extracción, sin sujeción a formalidad alguna. Sin perjuicio
de lo anterior, deberá dejarse constancia de ello en la misma acta de
consentimiento a que se refiere el inciso segundo. La revocación no
generará responsabilidades de ninguna especie. Las donaciones de
órganos no estarán sujetas a las normas establecidas en los artículos
1137 a 1146 del Código Civil.
TÍTULO III

DE LA EXTRACCIÓN DE ÓRGANOS A PERSONAS


EN ESTADO DE MUERTE
Artículo 7º.– Suprimido.
Artículo 8º.– Suprimido.
Artículo 9º.– Las personas mayores de dieciocho años podrán, en
forma expresa, renunciar a su condición de donantes de sus órganos
para trasplantes con fines terapéuticos.
La renuncia podrá manifestarse en cualquier momento ante
el Servicio de Registro Civil e Identificación. Asimismo, al obtener
o renovar la cédula de identidad o la licencia de conducir vehícu-
los motorizados. De lo anterior se dejará constancia en dichos
documentos.
Las municipalidades informarán de inmediato al referido Ser-
vicio la individualización de aquellos que hayan renunciado a ser
donantes.
En caso de duda fundada sobre la renuncia de su condición de
donante o la vigencia de ésta, deberá requerirse a las siguientes per-
sonas, en el orden preferente que a continuación se indica, siempre
que estén presentes al momento de tomar la decisión, para que den
testimonio sobre la última voluntad del causante:

348
CAPÍTULO VI. LOS TRASPLANTES DE ÓRGANOS

a) El cónyuge que vivía con el fallecido o la persona que convivía


con él en relación de tipo conyugal;
b) Cualquiera de los hijos mayores de 18 años;
c) Cualquiera de los padres;
d) El representante legal, el tutor o el curador;
e) Cualquiera de los hermanos mayores de 18 años;
f) Cualquiera de los nietos mayores de 18 años;
g) Cualquiera de los abuelos;
h) Cualquier pariente consanguíneo hasta el cuarto grado in-
clusive;
i) Cualquier pariente por afinidad hasta el segundo grado in-
clusive.
En caso que existan contradicciones en los testimonios de las
personas que se encuentren en el mismo orden o no sea posible
requerir este testimonio a ninguna de ellas dentro de un plazo ra-
zonable para realizar el trasplante, atendidas las circunstancias, se
estará a lo establecido en el inciso segundo del artículo 2º bis.
La relación con el donante y el testimonio de su última voluntad
serán acreditados, a falta de otra prueba, mediante declaración jurada
que deberá prestarse ante el director del establecimiento asistencial
o ante quien éste delegue dicha función, en los términos señalados
en el inciso segundo del artículo 6º.
En todo caso, la renuncia a ser donante podrá expresarse en
cualquier momento antes de la extracción de los órganos, sin sujeción
a formalidad alguna, ante el director del establecimiento asistencial
en que estuviere internado o ante quien éste delegue dicha función
o ante alguno de los facultativos que lo estuvieren atendiendo.
Artículo 10.– En caso de fallecimiento de menores de dieciocho
años, sólo sus padres o su representante legal podrán autorizar, de
manera expresa, la donación de sus órganos. El vínculo familiar o la
representación que se invoque se acreditará, a falta de otra prueba,
mediante declaración jurada que deberá extenderse en el acto mismo
de la interrogación ante el director del establecimiento asistencial
o ante quien éste delegue dicha función, en los términos señalados
en el inciso segundo del artículo 6º.
Artículo 11.– Para los efectos previstos en esta ley, la muerte se
acreditará mediante certificación unánime e inequívoca, otorgada por
un equipo de médicos, uno de cuyos integrantes, al menos, deberá
desempeñarse en el campo de la neurología o neurocirugía.

349
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

Los médicos que otorguen la certificación no podrán formar


parte del equipo que vaya a efectuar el trasplante.
La certificación se otorgará cuando se haya comprobado la abo-
lición total e irreversible de todas las funciones encefálicas, lo que
se acreditará con la certeza diagnóstica de la causa del mal, según
parámetros clínicos corroborados por las pruebas o exámenes ca-
lificados. El reglamento deberá considerar, como mínimo, que la
persona cuya muerte encefálica se declara, presente las siguientes
condiciones:
1.– Ningún movimiento voluntario observado durante una
hora;
2.– Apnea luego de tres minutos de desconexión de ventilador, y
3.– Ausencia de reflejos troncoencefálicos.
En estos casos, al certificado de defunción expedido por un
médico, se agregará un documento en que se dejará constancia de
los antecedentes que permitieron acreditar la muerte.
Artículo 12.– Tratándose de los casos previstos en los artículos
199 y 201 del Código Procesal Penal, o cuando la muerte hubiese
dado lugar a una investigación penal, será necesaria la autoriza-
ción del Fiscal para destinar el cadáver a las finalidades previstas
en esta ley.
Para adoptar su decisión, el Fiscal deberá consultar al médico
del Servicio Médico Legal o al facultativo que éste designe. Dicho
profesional deberá constituirse en el establecimiento donde se en-
cuentra el eventual donante e informará al Fiscal si la extracción
de los órganos pudiere afectar la realización de exámenes médicos
necesarios para el éxito de la investigación.
La autorización podrá ser solicitada por el medio de comuni-
cación que resulte más expedito. Deberá dejarse constancia escrita
de la autorización otorgada, la que se comunicará al facultativo que
la solicita de la forma que resulte más adecuada a la premura del
procedimiento médico.

TÍTULO IV
DE LAS SANCIONES
Artículo 13.– El que facilitare o proporcionare a otro, con ánimo
de lucro, algún órgano propio para ser usado con fines de trasplante,
será penado con presidio menor en su grado mínimo. En la misma
pena incurrirá el que ofreciere o proporcionare dinero o cuales-

350
CAPÍTULO VI. LOS TRASPLANTES DE ÓRGANOS

quiera otras prestaciones materiales o económicas con el objeto de


obtener para sí mismo algún órgano o el consentimiento necesario
para su extracción.
Si las conductas señaladas en el inciso anterior fueren realizadas
por cuenta de terceros, la pena se aumentará en dos grados.
Artículo 13 bis.– El que extraiga órganos de un cadáver con fines
de trasplante sin cumplir con las disposiciones de esta ley será penado
con presidio menor en su grado mínimo. En igual sanción incurrirá
quien destine dichos órganos a un uso distinto al permitido por la
presente ley o el Código Sanitario.
La infracción a las normas contenidas en el artículo 3º bis se
sancionará con una multa de veinte a cincuenta unidades tributarias
mensuales.

TÍTULO V
DISPOSICIONES VARIAS
Artículo 14.– La importación y la exportación de órganos con
fines de trasplante podrán efectuarse solamente a título gratuito, por
los hospitales y clínicas a que se refiere el artículo 2º y por aquellas
entidades que, dada su vinculación con las materias reguladas por
esta ley, sean autorizadas para ello por el Ministerio de Salud.
Artículo 14 bis.– El Ministerio de Salud, por intermedio de la
Subsecretaría de Redes Asistenciales, deberá garantizar la existen-
cia de una coordinación nacional de trasplantes, que tendrá por
misión la implementación de una política nacional en el marco de
las normas, objetivos y principios establecidos en esta ley y que será
aplicable tanto a la Red Asistencial del Sistema Nacional de Servicios
de Salud, como a los prestadores institucionales de salud privados
y públicos que no pertenezcan a dicha Red.
Artículo 15.– En el reglamento se establecerán las normas para
la organización y funcionamiento de un registro de potenciales
receptores de órganos y se determinarán las prioridades para su re-
cepción, cuando éstos provienen de personas fallecidas. Al Instituto
de Salud Pública le corresponderá llevar este registro.
El Servicio de Registro Civil e Identificación deberá llevar un re-
gistro nacional de no donantes, que será público y estará disponible
para su consulta expedita, especialmente por los establecimientos
de salud públicos y privados.

351
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

Artículo 15 bis.– Corresponderá al Ministerio de Salud establecer


las normas de certificación necesarias para los profesionales que reali-
zan actos de procuramiento de órganos y tejidos; así como establecer
requisitos adicionales para la acreditación de los establecimientos
que se señalan en el artículo 2º.
Igualmente le corresponderá establecer, de acuerdo a los prin-
cipios de cooperación, eficacia y solidaridad, las regulaciones, co-
ordinaciones y los mecanismos técnicos, humanos y operativos que
sean necesarios para fomentar y ejecutar las actividades de donación,
extracción, preservación, distribución, intercambio y trasplante de
órganos y tejidos en todo el país.
Artículo 16.– Créase una Comisión Asesora del Ministerio de
Salud, denominada “Comisión Nacional de Trasplante de Órganos”,
con el objeto de estudiar y proponer a la aludida Secretaría de Es-
tado, planes, programas y normas relacionados con los trasplantes
de órganos.
La Comisión estará integrada por las siguientes personas:
a) El Ministro de Salud o la persona que éste designe en su re-
presentación, quien la presidirá;
b) El Presidente del Departamento de Ética del Colegio Médico de
Chile A.G. o la persona a quien éste designe en su representación;
c) Un académico designado por los Decanos de las Facultades
de Medicina de las universidades reconocidas oficialmente por el
Estado;
d) Un académico designado por los Decanos de las Facultades
de Economía de las universidades reconocidas oficialmente por el
Estado;
e) Un representante de las Sociedades o Corporaciones Cientí-
ficas relacionadas con trasplantes de órganos;
f) Un representante de las organizaciones que agrupan a pacien-
tes que requieren de trasplante de órganos o han sido sometidos a
dicha intervención, y
g) Un director o directivo de Servicios de Salud, y un abogado
del Ministerio de Salud, designados por el Ministro del ramo.
El reglamento determinará los mecanismos necesarios para formali-
zar estas designaciones, las que serán servidas ad honórem y el período
durante el cual las personas designadas integrarán la Comisión.
Artículo 17.– Modifícase el Libro Noveno del Código Sanitario
en la forma que a continuación se indica:

352
CAPÍTULO VI. LOS TRASPLANTES DE ÓRGANOS

a) Elimínase de su título la expresión “Órganos,”.


b) Sustitúyense los siguientes artículos, en la forma que a con-
tinuación se indica:
“Artículo 145.– El aprovechamiento de tejidos o partes del
cuerpo de un donante vivo, para su injerto en otra persona, sólo
se permitirá cuando fuere a título gratuito y con fines terapéu-
ticos.
Artículo 146.– Toda persona plenamente capaz podrá disponer
de su cadáver, o de partes de él, con el objeto de que sea utilizado
en fines de investigación científica, para la docencia universitaria,
para la elaboración de productos terapéuticos o en la realización
de injertos.
El donante manifestará su voluntad por escrito, pudiendo revocarla
en la misma forma, todo ello de conformidad con las formalidades
que señale el reglamento.”.
c) Modifícanse los artículos 148, 151 y 152 en los términos que
a continuación se señalan:
1.– Reemplázanse, en el artículo 148, las expresiones “trasplantes”
y “órganos” por “injertos” y “tejidos”, respectivamente.
2.– Agrégase, en el artículo 151, un inciso segundo del siguiente
tenor:
“En aquellos casos en que el Servicio Médico Legal no tenga la
infraestructura material o de personal para otorgar la autorización,
o ésta sea necesaria y requerida fuera de su horario normal de fun-
cionamiento, la delegación recaerá en el director de un hospital del
Servicio de Salud en cuyo territorio jurisdiccional se produjere la
muerte del potencial donante.”.
3.– Sustitúyense, en el artículo 152, los vocablos “órgano” y “tras-
plante”, por “tejido” e “injerto”, respectivamente.
d) Derógase el artículo 149.
Artículo 18.– Esta ley comenzará a regir noventa días después de
la fecha de su publicación.
Artículo transitorio.– El procedimiento establecido en los incisos
segundo, tercero, quinto, sexto y séptimo del artículo 9º entrará en
vigencia ciento ochenta días después de la publicación de la presente
ley. Durante ese período el Ministerio de Salud realizará campañas
de divulgación masiva de sus contenidos.

353
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

Y por cuanto el H. Congreso Nacional ha aprobado las observa-


ciones formuladas por el Ejecutivo, por tanto promúlguese y llévese
a efecto como Ley de la República.
Santiago, 29 de marzo de 1996.– EDUARDO FREI RUIZ-TAGLE, Presidente
de la República.– Carlos Massad Abud, Ministro de Salud.
Lo que transcribo para su conocimiento.– Saluda a Ud., Dr. Fernando Muñoz
Porras, Subsecretario de Salud.

2. RESPONSABILIDAD MÉDICA EN LOS TRASPLANTES


DE ÓRGANOS

1. El trasplante de órganos es una operación quirúrgica compleja,


con fines terapéuticos, que tiende a mejorar la salud de una persona
o prolongar, en otros casos, la vida de un ser humano, sustituyendo
un órgano o pieza en mal estado por otro que esté funcionando,
sea “nuevo” o en “mejores condiciones”, o un “órgano idóneo”, que
provenga de una persona viva o de una fallecida.
2. Esta cirugía sustitutiva sólo puede aplicarse cuando no existe
otra terapia o procedimiento para ello y después de haberse ago-
tado, por los facultativos, todos los medios que están al alcance de
la medicina, toda vez que es una operación de alto riesgo que no
siempre tiene resultados positivos o no es posible la supervivencia
del receptor.
3. En los trasplantes de órganos entre vivos, el facultativo y la
unidad que interviene, además de ser especialistas, según sea el tipo
de trasplante, deben haber hecho presentes, tanto al dador como al
receptor y a sus familiares, las posibles contingencias e inseguridad del
implante de órganos o de partes del cuerpo humano de una persona
a otra. Debe existir, en forma previa, el consentimiento o autorización
formal para la operación, la que es solemne y por escrito.
4. Cuando se extrae una parte del organismo de una persona que
está viva, para ser trasladada o transferida a otra en iguales condiciones,
hay que manifestarles que la extirpación de un órgano, nos referimos
a los órganos dobles, riñones en especial, tiene un riesgo para el do-
nante y un posible rechazo de parte del organismo receptor, o que el
trasplante no resulte en definitiva y se acelere su fallecimiento.
5. Ahora, cuando se hace un trasplante de órganos de una per-
sona fallecida a una viva, caso típico el trasplante de corazón, pue-
de ser también el de riñón, pulmón, etcétera, existe un peligro o

354
CAPÍTULO VI. LOS TRASPLANTES DE ÓRGANOS

inseguridad en la intervención médica. Además, la extracción de


los tejidos, órganos o piezas del fallecido debe estar autorizada en
forma legal, y certificada su muerte.
6. Se ha dicho, además, que para llevar a efecto el trasplante de
órganos entre vivos se requiere una preparación psicológica del dador
y del receptor. También para el receptor, en los trasplantes de órganos
de una persona muerta a viva, es necesario este procedimiento.
7. Por otra parte, el paciente receptor debe haber prestado en
forma válida su consentimiento, como anotamos anteriormente, sea
él mismo, si es capaz, o sus representantes legales, en caso contrario,
para que se efectúe el tratamiento del trasplante, el que no puede
hacerse contra su voluntad. El enfermo debe estar preparado para el
trasplante; son operaciones que requieren una disposición previa del
mismo, ser sometido a una serie de exámenes médicos, por ejemplo, de
inmunidad, de tejidos, etcétera, hacer estudios sobre posibles rechazos,
o las complicaciones funcionales y postoperatorias que el trasplante
puede traer aparejadas, y que el resultado puede ser negativo.
8. En el caso de trasplantes de órganos de personas vivas, el ce-
dente o donador debe prestar su consentimiento en forma libre para
ello, y debe estar plenamente instruido e informado de la materia
que se trata, debiendo quedar constancia escrita de su voluntad.
9. El médico o el equipo de profesionales que participan en el
trasplante, tienen que mantener todos los principios de la lex artis y
pueden tener responsabilidad legal en su intervención, la que pue-
de ser delictual o cuasidelictual, si ha concurrido en su conducta
el dolo o la culpa. En el aprovechamiento de materiales u órganos
de personas vivas, se pueden causar lesiones e incluso la muerte del
dador o menoscabo a la salud, o daños en su integridad física.
10. Puede tener igualmente responsabilidad administrativa, ser
sometido a un sumario por haber practicado un tratamiento cuando
no era necesario, o había otro medio de no tanto riesgo, o se hizo
solo por vía de ensayo, o sin el consentimiento del interesado, o
respondió la intervención a una decisión o diagnóstico equivocado.
También puede tener responsabilidad ética y ser sancionado de
acuerdo a las normas del Código de Ética del Colegio Médico.
11. El equipo de profesionales debe, además, ser cuidadoso
en el cobro de los honorarios por este tipo de operaciones, las que
son muy costosas y conllevan una serie de gastos en medicamentos,
hospitalarios, y en el tratamiento posterior.

355
Capítulo VII
LA AUTOPSIA

1. GENERALIDADES

1. La autopsia, necropsia o tanatopsia es un examen eminen-


temente médico que se practica en el cadáver, para determinar
en forma fundamental “la causa precisa de la muerte”; también
sirve para identificar el cadáver, la clase de muerte y la fecha de
ella. Etimológicamente proviene del griego auto, que significa por
sí mismo, y de opis, que es vista. Es la observación que se hace por
uno mismo.
2. Para que no queden vacíos, aclararemos que también se
practica la autopsia en animales, materia que es ajena al ramo de
Medicina Legal.
3. Igualmente se deja constancia de que todos los autores y sus
obras de Medicina Legal exponen que la autopsia se hace cuando
está comprobada científicamente la “muerte real” de la persona,
cuando han cesado definitiva e irreversiblemente los fenómenos
vitales y la actividad cerebral, como se estableció en el capítulo de
la muerte.
4. Existen varias clases de autopsia, pero nosotros nos preocu-
paremos de la autopsia judicial, o médico-legal, que se denomina
además forense, que interesa a la Medicina Legal.
5. La autopsia judicial es un medio probatorio señalado en la ley;
es un informe de peritos que en Chile, de acuerdo a la legislación
vigente, se practica, por regla general, por un “médico legista”.
6. Esta autopsia estaba minuciosamente reglamentada en el
Código de Procedimiento Penal, en los artículos 121 a 137, y su
valor probatorio está referido a los artículos 472 y 473 del referido
Código. Hoy día debemos remitirnos a la normativa del Código

357
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

Procesal Penal. El artículo 201 preceptúa: “Hallazgo de un cadáver.


Cuando hubiere motivo para sospechar que la muerte de una per-
sona fuere el resultado de un hecho punible, el fiscal procederá,
antes de la inhumación del cadáver o inmediatamente después de
su exhumación, a practicar el reconocimiento e identificación del
difunto y a ordenar la autopsia.
El cadáver podrá entregarse a los parientes del difunto o a quienes
invocaren título o motivo suficiente, previa autorización del fiscal,
tan pronto la autopsia se hubiere practicado”.
Por su parte el artículo 202 reza: “Exhumación. En casos ca-
lificados y cuando considerare que la exhumación de un cadáver
pudiere resultar de utilidad en la investigación de un hecho puni-
ble, el fiscal podrá solicitar autorización judicial para la práctica de
dicha diligencia.
El tribunal resolverá según lo estimare pertinente, previa citación
del cónyuge o de los parientes más cercanos del difunto.
En todo caso, practicados el examen o la autopsia correspon-
dientes se procederá a la inmediata sepultura del cadáver”.
7. La autopsia es el examen externo e interno del cadáver, y
que no solo establece la causa única y fundamental de la muerte,
sino que asimismo sirve para la identificación del cadáver, el tipo
de muerte, cómo ocurrió, la fecha, los medios o agentes empleados
para cometerla, si fue muerte natural o violenta, actos de la propia
persona o de terceros, lesiones que presenta. Estos puntos, que son
objeto de esta parte de la Tanatología Médico-Legal, pasamos a
abordarlos de inmediato.

2. DEFINICIONES

Definiciones de autopsia.
1. Según Cousiño Mac-Iver, es “el examen del cadáver para in-
dagar o comprobar la causa de la muerte”.1
2. Para Melloni, la autopsia es el “examen de un cuerpo muer-
to, generalmente para determinar las causas de la muerte, también
llamada necropsia y diagnóstico o examen post mortem”.2

1
LUÍS COUSIÑO MAC-IVER, Manual de Medicina Legal, 4ª edición, Editorial Jurídica
de Chile, Santiago de Chile, 1974, pág. 464.
2
MELLONI, ob. cit., pág. 72.

358
CAPÍTULO VII. LA AUTOPSIA

3. Achaval dice que “es el método de comprobación personal,


a cargo del perito o funcionario médico-legal, sobre el cadáver de
la víctima para el estudio de las causas o concausas de la muerte, así
como otras lesiones que pudieran informar sobre el estado prede-
lictual o premortal de su salud”.3
4. Según el Diccionario de Ciencias Médicas Dorland, es “examen
de un cadáver con el objeto de reconocer las alteraciones de sus
tejidos y establecer así las causas de la muerte. Consta de dos partes:
el reconocimiento externo y el estudio del contenido craneotora-
coabdominal; necropsia, necroscopia, tanatopsia, tomatopsia”.4
5. Para Basile y Waisman, “la autopsia es el procedimiento médi-
co-quirúrgico, técnico y científico, destinado a determinar las causas
de la muerte o las condiciones en que ésta se produjo mediante la
apertura sistemática, ordenada, prolija y completa del cadáver”.5
6. En un trabajo del doctor Arturo Baledón Gil, en la obra de
Alfonso Quiroz, anota: “La autopsia, término cuya etimología no
corresponde al concepto médico que por tradición aún conserva,
es la operación que se practica en el cadáver, con el objeto de deter-
minar la causa de la muerte, y en algunos casos, las circunstancias
concurrentes en el momento de la muerte. Hay que tener presente
que la autopsia solamente se realiza en el cadáver; y decir cadáver
es decir muerte real”.6
7. Bonnet nos da un concepto amplio de ella:
“Deriva del griego: autos, que significa uno mismo, y opsis: obser-
var, mirar. Semánticamente equivale a examen del cadáver, aunque
las dos raíces no lo expresen o signifiquen específicamente.
Este particular quehacer ha sido definido como un conjunto sis-
temático de operaciones realizadas sobre un cadáver, las que tienen
por finalidad establecer las alteraciones congénitas o adquiridas y,
en este último caso, mórbidas o traumáticas, que han obrado sobre
los tejidos y órganos, conduciendo de este modo al establecimiento
de las causas inmediatas o alejadas de la muerte”.7
8. Gisbert Calabuig: “Etimológicamente, la palabra autopsia (del
griego, autos, yo mismo, y ophis, vista) significa examen con los propios
ojos, comprobación personal; con ella se expresa la serie de investiga-

3
ACHAVAL, ob. cit., pág. 169.
4
DORLAND, ob. cit., pág. 165.
5
BASILE Y OTRO, ob. cit., t. I, pág. 298.
6
QUIROZ, ob. cit., pág. 575.
7
BONNET, ob. cit., t. I, pág. 341.

359
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

ciones que se realizan sobre el cadáver del hombre y de los animales,


encaminadas al estudio de las causas de la muerte, tanto directas como
indirectas. Es sinónima de necropsia (necros, cadáver)”.8
9. Para nosotros, como lo dijimos, la autopsia es un examen
completo, interno y externo de un muerto, sin vida, de un cadáver,
para determinar esencialmente las causas de la muerte y la fecha
de la misma. Es el reconocimiento interno y externo del cadáver y
constatar lo que en él se observa, en un documento escrito, como
lo es el informe o protocolo de autopsia.

3. CLASIFICACIÓN

Los autores señalan las siguientes clasificaciones o tipos de au-


topsias y su contenido:
1. Autopsias generales y especiales.
a) En la autopsia general se examina todo el cadáver. Se analiza
íntegramente el cuerpo del fallecido, externa e internamente.
b) Por su parte, la autopsia especial examina una parte del
cadáver, un órgano, una sección, etcétera.
2. Autopsia judicial y clínica.
a) La autopsia judicial, médico-legal o forense, es aquella por
la cual se investiga y precisa la causa de la muerte y se practica por
orden de los tribunales de justicia, cuando se está en presencia de
un hecho delictuoso, como lo es la muerte sospechosa. Se realiza
cuando se cree que la muerte puede ser la resultante de un delito.
La autopsia judicial es general.
b) La autopsia clínica, médica o anatomopatológica diagnostica
enfermedades, las alteraciones de los órganos, sus causas y conse-
cuencias.
3. Sobre los tipos de autopsias, Bonnet los agrupa como sigue:
“Puede ser: a) científica, b) clínica, c) anatomopatológica, y d) médi-
co-legal. La científica es aquella que realiza el estudio sistemático de
sujetos fallecidos a raíz de una determinada afección, con el objeto
de progresar en el conocimiento médico de esa entidad mórbida.
La clínica constituye la base misma del método anatomoclínico; es
la que conociendo la evolución del cuadro médico o quirúrgico que
determinó la muerte del enfermo, trata de comprobar en el cadáver

8
GISBERT, ob. cit., pág. 329.

360
CAPÍTULO VII. LA AUTOPSIA

el grado de paralelismo existente entre los síntomas registrados y


las alteraciones orgánicas observadas, ratificando o rectificando el
diagnóstico, anotando los errores y omisiones; y adquiriendo nueva
experiencia para el futuro. La anatomopatológica es la que estudia
el cadáver, observando las modificaciones mórbidas esqueleticote-
gumentarias, viscerales y texturales existentes (prescindiendo de los
antecedentes clínicos que pudieran existir) y sobre cuya base llega
al diagnóstico de causa de muerte”.9

4. OBJETIVOS DE LA AUTOPSIA

1. Como ya lo mencionamos, la finalidad esencial de la autopsia


es el establecer en forma científica por el perito médico, en lo po-
sible, las causas precisas de la muerte. Pero este no es el único obje-
tivo; se persigue, además, la fecha de la muerte, cómo ella acaeció,
el estado de los órganos, sus anomalías, fenómenos que constatan
enfermedades, etcétera.
2. Vargas, sobre los fines fundamentales de la autopsia médico-
legal, nos dice:
“a) Establecer la causa de la muerte.
b) Ayudar a establecer la manera de la muerte.
c) Establecer la hora de la muerte.
d) Ayudar a establecer la identidad del fallecido”.10
3. Simonín, por su parte, anota:
“La autopsia judicial es una operación compleja que debe permi-
tir, ante todo (haciendo ‘hablar’ al cadáver), la reconstitución de los
sucesos y de las circunstancias que han ocasionado el fallecimiento.
Más concretamente, tiene por objeto:
1º. La búsqueda de la causa médica de la muerte y de los estados
patológicos preexistentes;
2º. La determinación de la forma médico-legal del hecho judi-
cial (suicidio, accidente, muerte natural, homicidio) y de las fases
del drama;
3º. Determinación de la fecha de la muerte;
4º. Identificación del cadáver”.11

9
BONNET, ob. cit., t. 1, pág. 341.
10
VARGAS, ob. cit., pág. 69.
11
SIMONÍN, ob. cit., pág. 784.

361
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

5. CASOS EN LOS CUALES PROCEDE LA AUTOPSIA


MÉDICO-LEGAL

1. De los artículos 121 y 125 del Código de Procedimiento


Penal se infiere que la regla precisa para decretarse la autopsia
judicial es cuando se tenga la sospecha de que la muerte de una
persona es el resultado de un delito. En otras palabras, procede
la autopsia cuando se está frente a una “muerte sospechosa” o
“muerte delictual”.
2. El artículo 121 del Código de Procedimiento Penal reza:
“Cuando se sospeche que la muerte de una persona es el resultado
de un delito, se procederá, antes de la inhumación del cadáver o
inmediatamente después de exhumado, a efectuar la descripción
ordenada por el artículo 112, a practicar el reconocimiento y autopsia
del cadáver y a identificar la persona del difunto.
La descripción expresará circunstanciadamente el lugar y pos-
tura en que fue hallado el cadáver, el número de heridas o señales
exteriores de violencia y partes del cuerpo en que las tenía, el vestido
y efectos que le hallaren, los instrumentos o armas encontrados y
de que se haya podido hacer uso, y la conformidad de su forma y
dimensiones con las heridas y señales de violencia.
En los casos de muerte causada por vehículos en la vía pública, y
sin perjuicio de las facultades que corresponden al juez competente,
efectuará la descripción a que se refiere el inciso anterior y ordenará
el levantamiento del cadáver un oficial de Carabineros, asistido por
un funcionario del mismo servicio, quien actuará como testigo. Se
levantará un acta de lo obrado, que firmarán ambos funcionarios,
la que se agregará al proceso”.
3. El artículo 125 del mismo Código agrega: “Aun cuando por
la inspección externa del cadáver pueda colegirse cuál haya sido la
causa de la muerte, el juez mandará que se proceda por facultativos
a la autopsia judicial.
Esta autopsia consiste en la apertura del cadáver en las regiones
en que sea necesario para el efecto de descubrir la verdadera causa
de la muerte.
Puede ser llamado para presenciar la operación el médico que
asistió al difunto en su última enfermedad, cuando convenga obtener
de él datos sobre el curso de dicha enfermedad”.
4. Ambos preceptos legales son generales y se complementan
con una serie de artículos del mismo párrafo, que contemplan otras

362
CAPÍTULO VII. LA AUTOPSIA

situaciones; por ejemplo, el artículo 130, que trata “del presunto


envenenamiento”; el artículo 131, “cuando se extraiga del agua
un cadáver”; el artículo 132, “en el caso de presunción de muerte
causada por atropellamiento de algún vehículo”; el artículo 134,
“en el caso de aborto”; el artículo 135, “si se encontrare ahorcado
a un individuo”; el artículo 136, “si se presumiere que ha habido
suicidio”, etcétera.
5. Es importante consignar que, aun en los casos en que puede
deducirse la causa de la muerte por el examen externo del cadáver,
siempre se efectúa la autopsia, pues puede suceder que esa no sea la
causa exclusiva y puede estar encubriendo la real o verdadera. Puede,
por ejemplo, estimarse que se trata, por la observación externa del
cadáver, de un suicidio, cuando por la autopsia, examen interno, se
infiere que es homicidio, o viceversa.

6. PERSONAS QUE REALIZAN LA AUTOPSIA

1. Solo ciertas personas señaladas taxativamente en la ley pue-


den realizar la autopsia judicial –operación que, hemos señalado,
consiste en el examen interno y externo del cadáver–, las que tienen
la calidad de facultativos, y que, por regla general, son los médicos
legistas, salvo las contadas excepciones legales.
2. El artículo 128 del Código de Procedimiento Penal, según tenor
modificado por la Ley Nº 18.857, anota: “Corresponderá practicar
las autopsias a los médicos que se indican en el artículo 221 bis.
En los lugares en que no haya facultativos que practiquen la
autopsia judicial reconocerán el cadáver el juez y dos testigos, y
estos extenderán sus certificaciones con los pormenores indicados
en el artículo 126, en cuanto les sea posible. El juez preferirá como
testigos a dentistas, veterinarios, profesores, matronas, enfermeras
u otras personas que tengan alguna idoneidad para el caso”.
3. Por su parte, el artículo 224 del mismo Código, analizado
en otros pasajes, que se refiere al informe de peritos, nos dice: “En
los juicios en que se ejercite la acción pública, el nombramiento de
perito corresponde al juez, quien habrá de designar como tal, en los
casos de autopsia o examen médico, al facultativo que lo sea de la
ciudad o, a falta de éste, al de la Municipalidad respectiva, a menos
de existir razones especiales que aconsejen la designación de otro
y que se expondrán en auto motivado…”.

363
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

4. Sobre esta materia, el artículo 8º del Decreto con Fuerza de


Ley Nº 196, que fijó el texto de la Ley Orgánica del Servicio Médico
Legal, preceptúa: “Los Médicos Legistas serán considerados como
médicos de ciudades para los efectos de lo dispuesto en el artícu-
lo 224 del Código de Procedimiento Penal y demás disposiciones
legales”.
5. Cuando no haya facultativo para realizar la autopsia judicial
de los cadáveres, el artículo 128 del Código de Procedimiento Penal
prescribe que los reconocerán el juez y dos testigos y estos extende-
rán sus certificados con los pormenores indicados en el artículo 126,
en cuanto les sea posible. Creemos que este examen es insuficiente;
no puede quedar entregado al examen del juez, el cual no tiene
la preparación ni los conocimientos médicos necesarios para ello,
debiendo realizarse la autopsia, en todo caso, cuando se pueda, o
se nombre un médico ad hoc, por la importancia que reviste la au-
topsia. El artículo 126 del Código de Procedimiento Penal, al cual
hace referencia el artículo 128, se relaciona con el contenido del
protocolo de autopsia que se verá en otro capítulo.

7. LUGAR DONDE SE REALIZA LA AUTOPSIA

Sobre este particular, el artículo 127 del Código de Procedi-


miento Penal, en su nuevo texto, anota: “Las autopsias se harán en
un local dependiente del Servicio Médico Legal del Estado; donde
no lo hubiere, se practicarán en las dependencias que para este fin
existan en los Hospitales o Cementerios respectivos y, a falta de los
anteriores, en el lugar donde ordene el juez.
Cuando haya necesidad de practicar un reconocimiento a cadáveres
en estado de descomposición, éste se hará en los cementerios de las
correspondientes ciudades, y si no existe un depósito apropiado para
tal intervención médico-legal, en el sitio que determine el juez”.

8. EL PROTOCOLO DE AUTOPSIA

1. Recordemos que la autopsia judicial es un informe de peritos


reglamentado minuciosamente en el Código de Procedimiento Penal.
Ejecutada la autopsia, el médico legista debe evacuar su informe al
tribunal.

364
CAPÍTULO VII. LA AUTOPSIA

2. Este informe escrito médico-legal de la autopsia se conoce


como protocolo de autopsia, o protocolo de autopsia médico-legal,
y en el cual se deja constancia del examen externo e interno del
cadáver, las operaciones que realiza, su relación y las conclusiones
a las cuales arriba.
3. El artículo 126 del Código de Procedimiento Penal describe
el contenido del informe de autopsia y reza:
“Los médicos deben expresar en su informe las causas inmediatas
que hubieren producido la muerte, las que le hubieren dado origen
y, con la mayor aproximación posible, la data de ella.
Si existen lesiones, deben manifestar su número, longitud y pro-
fundidad, la región en que se encuentran, los órganos ofendidos y
el instrumento con que han sido hechas, especificando:
1º. Si son resultado de algún acto de tercero;
2º. Si, en tal caso, la muerte ha sido la consecuencia necesaria de
tal acto, o si han contribuido a ella alguna particularidad inherente
a la persona, o un estado especial de la misma, o circunstancias ac-
cidentales, o en general cualquiera otra causa ayudada eficazmente
por el acto del tercero; y
3º. Si habría podido impedirse la muerte con socorros oportu-
nos y eficaces.
Los informes deben redactarse, en cuanto sea posible, en len-
guaje vulgar, y responder a las cuestiones precedentes y a las que el
juez propusiere sobre todas las circunstancias que interesen para
formar juicio cabal de los hechos”.
4. Aparte de la reglamentación procesal que se desprende del
artículo 126 y que debe observarse en el informe médico-legal de
la autopsia, se ha sostenido por cierto sector de los profesores de
Derecho Penal, que también debe contemplarse una norma de tipo
sustantivo, como lo sería el referirse a la relación de causalidad, y
específicamente aceptaría la teoría de la causa necesaria.
5. En efecto, dicho artículo preceptúa que deben los facultativos
expresar en su informe las causas inmediatas que hayan producido
la muerte y las que hayan dado origen a ésta. Más adelante agrega
dicho precepto: “Si, en tal caso, la muerte ha sido la consecuencia
necesaria de tal acto…”.
6. Los impugnadores de la teoría de la causa necesaria, que son
mayoritarios en nuestro país, sostienen que el artículo 126 del Código
de Procedimiento Penal se refiere exclusivamente a la autopsia y a
la investigación del delito de homicidio, siendo un ordenamiento

365
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

eminentemente procesal y no sustantivo, que debe respetarse al


hacerse el informe de autopsia, expresando las causas necesarias
de la muerte.
7. En términos similares a lo anterior, ha dictaminado la Corte
Suprema en fallo publicado en la Revista de Derecho y Jurisprudencia,
que nos dice: “El artículo 126 del Código de Procedimiento Penal
determina la forma en que deben redactarse los informes periciales
cuando se trata del delito de homicidio, de modo que es una dispo-
sición ordenatoria litis, y, por otra parte, de la historia fidedigna de
su institución se desprende que en ella no se acepta la teoría de la
causalidad necesaria. Así aparece de las notas puestas por don José
Bernardo Lira al artículo 84 de su Proyecto del Código de Proce-
dimiento Penal y don Manuel Egidio Ballesteros al artículo 138 de
su proyecto sobre la misma materia, las cuales sirvieron de base al
actual Código del ramo”.12
8. Volviendo al tema mismo, el protocolo de autopsia tiene que
consignar el examen interno y externo del cadáver. Ser redactado
en forma clara y sencilla. Los métodos científicos empleados en la
autopsia, la forma cómo se realizó, los signos que encontró en el
cadáver y en sus distintos sistemas, respiratorio, circulatorio, ner-
vioso, etcétera. El tipo de muerte, si se ha originado por la propia
mano del ahora fallecido, o por hecho de terceros. Si la causa de la
muerte ha sido natural o ilícita. Si ciertas concausas o condiciones
existentes en el cuerpo de la persona han contribuido o acelerado
la muerte.
9. Debe registrarse el tipo de muerte en particular, por ejem-
plo, violenta, repentina, súbita; el medio empleado, por asfixia,
envenenamiento. Producida por heridas, su clase y arma utilizada,
contundente, punzante, cortante, arma de fuego, etcétera.
10. En el examen externo del cadáver se apunta el lugar en el
que estaba el cadáver, sus vestiduras, estado en que se encontraba,
apreciación del cadáver, las huellas de sangre, lesiones, su tipo, si
fueron causadas en vida o son post mortem, estado cadavérico, datos
personales, etcétera.
11. Después viene el examen interno, que consiste en la aper-
tura del cadáver en sus cavidades principales, como son la craneal,
la torácica y la abdominal. También se abre, extrae y examina cada
uno de los órganos, tejidos, hígado, pulmones, arterias, corazón,

12
Revista de Derecho y Jurisprudencia, t, LVIII, 2ª parte, sec. 4ª, 1961, pág. 244.

366
CAPÍTULO VII. LA AUTOPSIA

cerebro, cavidad nasal, ojos. Se explora también el canal vertebral,


se examina la médula, región abdominal, intestino, estómago, pán-
creas, órganos sexuales, etcétera, empleando las diversas técnicas,
etapas, cortes e incisiones en el cadáver.
12. Prácticamente se extraen los órganos y se aprecian su color,
olor, peso y medida. Se hace un completo reconocimiento de las
partes del cuerpo y se señala lo que el médico ha constatado, sea de
tipo normal o patológico.
13. En ciertos casos se hace una verdadera necropsia de los hue-
sos, se cortan y se observan las posibles fracturas que estos presentan
a raíz de lesiones causadas por diversos medios, y se practican, por
ejemplo, en el cráneo, costillas, pelvis, fémur.
14. El informe de la autopsia propiamente tal consta de la intro-
ducción, protocolo de autopsia y las conclusiones. En la introducción
se consignan generalidades, como lugar en el cual se practicó la au-
topsia, fecha, orden judicial, identificación del cadáver, edad, sexo,
etcétera. En el protocolo de autopsia se deja constancia de todas
las operaciones y exámenes que hizo el facultativo, la descripción
externa e interna del cadáver, lo que observa en el cadáver, lesiones,
enfermedades, infecciones, intoxicación, etcétera. Por último, las
conclusiones, qué es el resultado de los exámenes realizados en el
cadáver y cuál ha sido la causa precisa y necesaria de la muerte, la
forma como se produjo, y si con socorros oportunos y eficaces se
habría podido impedir la muerte.

9. INSTRUMENTAL PARA PRACTICAR LA AUTOPSIA

1. Brevemente expondremos que existen para la práctica de la


necropsia una serie de elementos, instrumentos y reacciones quími-
cas para hacer exámenes de laboratorio. También para la práctica
de la autopsia hay mesas fijas y otras giratorias. En la necropsia es
esencial una buena iluminación para el éxito de ella.
2. Entre el instrumental que se emplea están los distintos tipos
de sierras, serruchos; un juego de cuchillos de diversas formas y tama-
ños; bisturí, tijeras de varios portes y formas; agujas, pinzas, martillos,
escoplo, cucharones, cucharas, bandejas, palanganas, frascos, hilos
de sutura, balanzas de precisión, lupas, etcétera.
3. También se utilizan máquinas fotográficas, rayos X, reactivos
químicos. Igualmente una serie de aparatos especiales para las au-

367
CUARTA PARTE. TANATOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

topsias, y objetos como sondas, espejos, cordeles, escalpelo, guantes,


balanzas automáticas, envases, frascos, tubos de ensayo, portaobjetos,
reglas, etcétera.
4. Tanto el instrumental propiamente tal como los procedimien-
tos que se usan deben ser los adecuados de acuerdo a la sección
del cuerpo que se va a examinar. La necropsia en sí misma debe
ejecutarse con el máximo de diligencia y cuidado, e ir consignando
inmediatamente en un documento todas las operaciones u obser-
vaciones que sean de rigor. No hay que olvidar el aforismo médico
que una necropsia mal hecha no puede rehacerse.

10. ANTECEDENTES QUE PROPORCIONA LA NECROPSIA

Baledón, en el párrafo de la Tanatología Forense, citado por


Alfonso Quiroz, manifiesta:
“La práctica de la autopsia médico-legal nos va a suministrar
información que nos permita dictaminar en términos generales
acerca de las cuestiones siguientes:
1º. Causa médico-legal del hecho judicial, es decir, establecer
la causa de la muerte.
2º. Forma médico-legal del hecho judicial, o sea orientar el
diagnóstico entre homicidio, suicidio, accidente o muerte natural.
3º. Determinar la sucesión cronológica de las lesiones.
4º. Establecer el crono-tanato-diagnóstico, es decir, estimar la
época de la muerte.
5º. Informar sobre el trayecto de las lesiones, naturalmente en el
interior del cuerpo, en caso de existir un agente vulnerante específico,
lo que ayuda a determinar la posición de la víctima al recibir la o las
lesiones, o bien, en su caso, la posición de víctima y victimario.
6º. Aportar datos que nos permitan estimar probabilidades de
supervivencia después de que el sujeto recibió las lesiones que le
ocasionaron la muerte.
7º. Identificar, dentro de lo posible, el tipo de lesión, y tratar de
establecer el carácter objetivo del agente vulnerante que la produjo,
con objeto de colaborar más ampliamente en la identificación del
autor del hecho judicial”.13

13
QUIROZ, ob. cit., págs. 589 y 590.

368
CAPÍTULO VII. LA AUTOPSIA

11. VALOR PROBATORIO DE LA AUTOPSIA

1. La autopsia es un informe pericial que tiene mérito proba-


torio, que está señalado categóricamente en los artículos 472 y 473
del Código de Procedimiento Penal.
2. Como lo expusimos, en el informe pericial la ley procesal
acepta el principio de que el mérito probatorio es facultativo para el
juez en su ponderación. Él lo aprecia en forma soberana. Puede darle
pleno valor o considerarlo como una presunción, o no considerarlo
en absoluto, según las demás piezas y pruebas del proceso.
3. En el informe pericial de autopsia se plantea, al igual que en
otras pericias científicas, que como emanan de terceras personas
con estudios especiales en cierta ciencia o arte, debiera ser obliga-
torio para el tribunal y no facultativo. La autopsia es una peritación
que es hecha por un médico legista, el que tiene los conocimientos
científicos que le da la medicina en general y la especialización en
anatomopatología, toxicología, obstetricia, entre otras ramas.
4. Recordemos lo apuntado en el capítulo del valor probatorio
del informe de peritos, que emana de los artículos 472 y 473 del Có-
digo de Procedimiento Penal. De la aplicación de ambos preceptos
se desprende:
a) Que el informe de dos peritos perfectamente acordes, que
afirman con seguridad la existencia de un hecho, y no contradicho
por el de otro u otros peritos, podrá ser considerado como prueba
suficiente.
b) Si hay desacuerdo en los informes periciales, o si hay un solo
informe pericial, sería estimado por el juez como una presunción
más o menos fundada.

369
Capítulo VIII
eUtanaSia

1. eXPlicacioneS geneRaleS

1. dentro de los temas más apasionantes de la medicina legal


y el derecho Penal está, sin objeción, el de la eutanasia, a la cual
se le ha dado una serie de nombres y designaciones, tales como
la buena muerte, la muerte dulce, muerte feliz, el bien morir, la
muerte piadosa o misericordiosa, muerte digna, muerte sin dolor,
agonía dulce, homicidio eutanásico, homicidio por misericordia,
homicidio pietista, etcétera, y que a grandes rasgos y ensayando
un concepto, consiste “en privar de la vida o dar muerte a una
persona que sufre de dolores muy fuertes, producidos por una
enfermedad grave, o que padece de una enfermedad incurable,
sea o no a petición de ella”.
Sporken anota: “conforme con el sentido originario de la pa-
labra griega eu-thanasia, ésta hace simplemente referencia a una
muerte serena y tranquila. Una cierta evolución del concepto lo
convirtió después, en primera instancia, en un ‘morir una bue-
na muerte’ y en ‘ayuda al buen morir’. Finalmente, el concepto
asumió claramente el signiicado siguiente: ayudar a morir una
muerte serena o tranquila mediante la abreviación intencionada
del proceso del morir.
Partiendo del signiicado de la palabra, el concepto de eutanasia
sólo puede, por lo tanto, emplearse cuando se trata de un proceso de
fallecimiento, es decir, cuando existe una enfermedad que conduce a
la muerte irremisiblemente y en un espacio de tiempo previsible.
independientemente del signiicado originario de la palabra griega,
la relexión arriba apuntada aboga en pro de una no identiicación
de los conceptos de ayuda al morir y eutanasia. Sólo determinadas

371
cUaRta PaRte. tanatologÍa mÉdico-legal

formas de eutanasia pueden, en determinadas circunstancias, ser


denominadas ayuda al morir; otras formas de eutanasia constituyen
todo lo contrario de esa ayuda al morir”.1
2. el tema, que revisaremos en sus líneas generales, tiene im-
plicancias no solo en el campo del derecho, sino también en el as-
pecto ilosóico, ético, religioso, moral, sociológico, como asimismo
en la posible responsabilidad del médico cuando ejecuta la acción
eutanásica.
algunas corrientes doctrinarias están de acuerdo en la legitimi-
dad de la eutanasia o derecho a matar, en casos caliicados, y otras la
rechazan por su ilicitud y por considerarla un verdadero homicidio,
airmando que nadie tiene el derecho de disponer de la vida de otra
persona, ni aun tratándose de enfermedades incurables. la materia
es del todo polémica, incluso se ha llegado a formular una especie
de derecho que tendría el enfermo terminal e incurable, o el mori-
bundo, de morir con dignidad y en paz, no quedando a merced de
sufrimientos y dolores atroces casi insostenibles. Se piensa que así
como existe un derecho a la vida, también existe el derecho a morir,
o ser muerta una persona en ciertas situaciones puntuales, como lo
son los enfermos terminales y desahuciados por la medicina.
3. la cuestión no es nueva, se acota que desde Platón el asunto
fue discutido. la eutanasia se conocía en la antigüedad, en los pueblos
griegos y romanos; se hace ya mención a ella en la Biblia. grandes
autores, tales como tomás moro y Francisco Bacon, la trataron. a
este último se le consideró como el primero que empleó el término
eutanasia. célebres homicidios por piedad y procesos judiciales han
tocado esta materia. Por ejemplo, el de Stanislawa Umins K., que
en 1920 dio muerte a su novio, a pedido de éste. en 1950, el del
médico Sanders, que quitó la vida a una moribunda en los estados
Unidos. entre otros, el de Karen Quinland, la que fue desconecta-
da del respirador, en el año 1976, previa resolución judicial de la
corte Suprema de nueva Jersey: se encontraba en estado de coma
irreversible, y siguió viviendo en tal estado separada de la máquina,
falleciendo en 1984. a la fecha cobra vigencia la eutanasia con el
publicitado caso de eluana englaro en italia, de 37 años, la que fue
desconectada en febrero de 2009, falleciendo a los 4 días de retira-
da la sonda, por resolución judicial a petición de su padre. ella se

1
PaUl SPoRKen, Ayudando a Morir. Aspectos médicos, asistenciales, pastorales y éticos.
colección Pastoral 3, editorial Sal terrae, españa, 1978, págs. 126 y 127.

372
caPÍtUlo Viii. eUtanaSia

encontraba en estado vegetativo a raíz de un accidente de tránsito


y alimentada con sonda desde hacía más de 16 años.
Se revive la problemática de si una persona tiene la facultad
de quitar la vida de otra, sea a pedido de esta o de sus familiares,
cuando está en presencia de enfermos terminales, en coma, que
sufren dolores intensos e intolerables, que se encuentran en estado
vegetativo, tetrapléjicos, etc., no solo desde un ángulo legal, sino
que asimismo religioso, ético, ilosóico, etc. Hace un tiempo se
discutió esta materia en relación con terri Schiavo, en los estados
Unidos, la que fue desconectada en marzo de 2005, de las máquinas
que le permitían vivir en estado vegetal persistente, a solicitud de
su marido y con la oposición de los padres, falleciendo en un par
de semanas.
4. en el ámbito del derecho Penal, la eutanasia, como breve-
mente lo expondremos, en algunas legislaciones se considera como
una atenuante de responsabilidad penal, y otras la tratan como un
homicidio común y corriente.
5. en la medicina también se plantean cuestiones de interés en
lo que se reiere a la caliicación de enfermedad incurable, pues con
el progreso de la ciencia médica y el descubrimiento de nuevas dro-
gas contra este tipo de enfermedades, es un concepto muy variable.
lo que hoy es incurable, mañana puede sanarse. la enfermedad
irreversible puede alterarse y el enfermo curarse.
6. igualmente se ha tratado en la deontología médica y Jurídica
la culpabilidad del médico que participa en el acto eutanásico, la
responsabilidad que tendría, no sólo legal sino ética, pues su labor
es salvar vidas y no producir la muerte, alegando que ha acortado
y suprimido la vida para aliviarlo de dolores de una enfermedad
incurable.
7. Sporken, reiriéndose al aspecto médico y asistencial de la
eutanasia, en el párrafo de los fenómenos y achaques en la fase
terminal, comenta: “los fenómenos que se perciben en un moribun-
do y las molestias por él manifestadas son diferentes de paciente a
paciente. Vienen determinados en primer lugar por la enfermedad
que sufre. así, las molestias de un paciente en el estadio inal de
un cáncer de pulmón serán muy diversas de las de uno que muere
por falla del riñón.
además del tipo de enfermedad, hay todavía muchos otros factores
que juegan un papel. la personalidad del paciente, las tendencias
psíquicas bajo las que experimenta su estar enfermo, la edad y sexo

373
cUaRta PaRte. tanatologÍa mÉdico-legal

del paciente, raza y ascendencia, la hora del día, el haber o no haber


reposado, todos ellos son factores que pueden determinar el tipo de
achaques. Sobre todo, en el momento de interpretar los lamentos
del paciente, lo cual es necesario para una buena asistencia, habrá
que tener en cuenta estos factores”.2
8. también hay una relación entre la eutanasia y el trasplante
de órganos, pues se extraen órganos de personas moribundas, o
en estado grave, a las cuales se les ha quitado la vida previamente
por la eutanasia, para injertarlos en otras personas que necesitan
estas piezas de recambio para poder seguir viviendo. en este caso,
los facultativos que extraen el órgano o tejidos de este cadáver
pueden tener sanciones penales por los delitos que cometen al
practicar una eutanasia que no procedía, o para ines de trasplante.
don alfonso Quiroz hace mención a que “el 30 de mayo de 1969
se acusa de practicar la eutanasia a dos médicos británicos, pues
trasplantaron un corazón paralizado deliberadamente. los ciru-
janos del Hospital guy informaron que la enferma Sinbury estaba
muerta clínicamente antes de que la máquina fuera desconectada.
Pero el doctor geoffrey Spencer, del Hospital St. thomas, opinó
que no son adecuadas las garantías que por ahora se dan al públi-
co; y por su parte, el doctor W. J. dempster, instructor de cirugía
experimental del Hospital Hammersmith, exteriorizó la opinión
de que los cirujanos del Hospital guy habían cometido un acto
de eutanasia”.3

2. deFinicioneS

etimológicamente eutanasia signiica buena muerte. del griego


eu, bien o bueno, y thanatos, muerte.
Se ha dado una serie de deiniciones sobre lo que debe enten-
derse por eutanasia o esta muerte dulce, que tiene aplicación, como
lo anotamos, en los casos de enfermedades graves e incurables, sea
por propia resolución, de una tercera persona, o a solicitud o con-
sentimiento del enfermo.
1. gorriti, citado por Bonnet, anota: “...la facultad de dar muerte
sin sufrimientos a los enfermos que sean incurables, de evolución

2
SPoRKen, ob. cit., pág. 38.
3
QUiRoz, ob. cit., pág. 558.

374
caPÍtUlo Viii. eUtanaSia

fatal, y torturados por dolores físicos intolerables y persistentes, ni


siquiera atenuables por procedimientos médicos”.4
2. el memorista colombiano guillermo Romero ocampo al de-
inir la eutanasia nos dice: “la conducta humana positiva o negativa,
inspirada en móviles pietísticos y compasivos, que tiene por in inme-
diato y exclusivo poner in a la vida de una persona –paciente– que,
padeciendo los intensos sufrimientos derivados de una lesión corpo-
ral o enfermedad grave e incurable, diagnosticadas previamente, su
muerte se presenta como un hecho inevitable y cercano”.5
3. Bonnet, y frente al homicidio eutanásico, expresa: “signiica
una muerte liberadora de sufrimientos físicos y aceleradora del
sueño eterno”.6
4. Para el médico legista español doctor Royo-Villanova y mora-
les, citado por cuello calón, la “simple etimología de la palabra es
ya toda una deinición clara y precisa. eutanasia sería, pues, dice, la
muerte dulce y tranquila, sin dolores, torturas ni sufrimientos. Pero
en el concepto actual, añade, esta deinición es demasiado genérica,
pues no precisa sus modernos y distintos signiicados”.7
5. morselli, citado por cuello calón, anota: “la eutanasia propia-
mente dicha y que él llamaría ‘muerte misericordiosa’ o ‘piadosa’, es
la que otro da a una persona que sufre una enfermedad incurable o
muy penosa, para suprimir la agonía demasiado larga o dolorosa”.8
6. Según goldstein, la eutanasia consiste, “en sentido restrictivo,
en la muerte provocada por un sentimiento de piedad para acortar
el sufrimiento del agonizante”.9
7. cuello calón explica: “la palabra ‘eutanasia’, es bien sabido,
deriva de dos voces griegas: eu, que literalmente signiica ‘bien’, y
thanatos, ‘muerte’; equivale, pues, a buena muerte, muerte tranquila,
sin dolor ni sufrimiento”.10
8. Para Javier gafo, es la “provocación directa y deliberada de
la muerte del enfermo por piedad o compasión, para evitarle sufri-

4
Bonnet, ob. cit., t. ii, pág. 1480.
5
gUilleRmo RomeRo ocamPo, La Eutanasia. trabajo de grado, presentado
como requisito para optar al título de abogado. director doctor Jorge enrique
gutiérrez anzola. Pontiicia Universidad Javeriana. Facultad de ciencias Jurídicas
y Socioeconómicas, Bogotá, colombia, 1986, pág. 15.
6
Bonnet, ob. cit., t. i, pág. 410.
7
cUello, ob. cit., pág. 129.
8
cUello, ob. cit., pág. 129.
9
goldStein, ob. cit., pág. 322.
10
cUello, ob. cit., pág. 129.

375
cUaRta PaRte. tanatologÍa mÉdico-legal

mientos o, en otros casos, para acabar con una vida por tratarse de
un anciano o persona anormal física o psíquicamente disminuida.
Puede ser voluntaria (pedida por el mismo sujeto) o impuesta (cuan-
do la decisión es tomada por otras personas)”.11
9. el autor martín diego Farrel la deine así: “entiendo por
‘eutanasia’ el privar de su vida sin sufrimiento físico a otra persona,
a su requerimiento y en su interés”.12
10. Jiménez de asúa, en una magníica obra que constituye un
ensayo sobre el particular, al referirse a los conceptos de eutana-
sia, concluye: “no dudo que en la breve expresión ‘buena muerte’
(eutanasia) quepan todas esas acepciones; pero para mí, jurista, el
término es más limitado y consiste tan sólo en la muerte tranquila
y sin dolor, con ines libertadores de padecimientos intolerables
y sin remedio, a petición del sujeto, o con objetivo eliminador de
seres desprovistos de valor vital, que importa a la vez un resultado
económico, previo diagnóstico y ejecución oiciales”.13
11. la declaración sobre la eutanasia, de la Sagrada congregación
para la doctrina de la Fe puntualiza: “Por eutanasia se entiende una
acción o una omisión que por su naturaleza, o en la intención, causa
la muerte, con el in de eliminar cualquier dolor. la eutanasia se sitúa
pues en el nivel de las intenciones o de los métodos usados”.14
12. como conclusión, la eutanasia no es sólo la buena muerte
o la muerte digna en general, sino que debe circunscribirse a las
situaciones de enfermedades graves e incurables, y para acelerar
la muerte, evitando, por lo tanto, los graves sufrimientos. otras
consideraciones que complementarán este párrafo son tratadas a
continuación, en las clasiicaciones o tipos de eutanasias.

3. claSiFicacioneS de la eUtanaSia

Se conoce una serie de clasiicaciones o tipos de muerte pia-


dosa. algunas de ellas en atención a la actividad o inactividad del
agente que provoca la eutanasia. Si tiene por in acortar la vida, o

11
gaFo, ob. cit., págs. 197 y 198.
12
maRtÍn diego FaRRel, La Ética del Aborto y la Eutanasia, editorial abeledo-
Perrot, Buenos aires, argentina, 1985, pág. 104.
13
JimÉnez de aSúa, ob. cit., pág. 339.
14
Declaración sobre la Eutanasia, Sagrada congregación para la doctrina de la
Fe, ciudad del Vaticano, 1980, pág. 7.

376
caPÍtUlo Viii. eUtanaSia

prolongarla con menos sufrimiento, si es a petición o no del en-


fermo, etcétera. Se conocen la eutanasia voluntaria, involuntaria,
pasiva, indirecta, eutanasia eugénica, etcétera, como seguidamente
desarrollaremos:
1. Salgado martins, citado por don Jesús Bernal Pinzón, airma que
“es necesario distinguir varias especies de eutanasia, así: a) eutanasia
eugénica, que practica el estado para la eliminación de los débiles, los
tarados y los dementes; b) eutanasia terapéutica, la que practican los
médicos en los enfermos incurables, con el in de proporcionarles una
muerte que los libere del sufrimiento; y c) eutanasia piadosa, que se
ejerce por cualquiera que, movido por la piedad, ante el sufrimiento
ajeno y para eliminarlo, proporciona la muerte”.15
2. el memorista guillermo Romero anota en su obra diferen-
tes tipos, entre ellos el de F. Bacon, y expone, citando la obra de
Jiménez de asúa: “el autor que primero se reirió a la eutanasia la
clasiicó en:
1) interna o natural, es decir, la agonía tranquila.
2) externa o provocada por el médico mediante inyecciones
de opio”.16
3. marciano Vidal, citado por Romero, distingue:
“1) eutanasia propiamente dicha: consiste en abreviar una vida
para evitar grandes dolores y molestias al paciente a petición del
mismo, de sus familiares o sencillamente por iniciativa de tercera
persona que presencia, conoce e interviene en el caso concreto del
moribundo. dentro de esta clasiicación, la subdivide en Positiva y
negativa, según se trate de hacer morir o dejar morir.
2) distanasia, la cual, más que una forma de acción eutanásica,
responde a un criterio de prolongación artiicial de la vida de un
desahuciado, sin posibilidades de recuperación.
Ya nos ocuparemos de este punto, al analizar ‘el derecho a morir
dignamente’”.17
4. castilla Rentería, nombrado igualmente por guillermo Ro-
mero, la clasiica en:
“1) activa: aquella en que la muerte es causada en forma di-
recta y por un agente exterior que obra por la acción de un móvil
pietístico.
15
JeSúS BeRnal Pinzón, El Homicidio, Comentarios al Código Penal Colombiano,
editorial temis limitada, Bogotá, colombia, 1978, pág. 252.
16
RomeRo, ob. cit., pág. 16.
17
RomeRo, ob. cit., pág. 18.

377
cUaRta PaRte. tanatologÍa mÉdico-legal

2) Pasiva: la muerte se produce como consecuencia de un pro-


ceso interno, acelerado por la suspensión de medios extraordina-
rios que lo único que persiguen es prolongar una vida puramente
vegetativa”.18
5. Freidenberg, indicado por terán lomas, explica: “es preciso
distinguir la eutanasia occisa, el suministro de medicamentos para
acelerar la muerte, de la eutanasia lenitiva, tendiente a la supresión de
dolores y a la privación de sensibilidad, para que la muerte, cuando
sobrevenga, no se haga sentir”.19
6. Siguiendo a Basile y Waisman: “el concepto de eutanasia,
comprendido técnicamente como forma de muerte provocada o
acelerada por piedad, ha sido revisado en tiempos recientes, al in-
corporarse algunos conceptos nuevos, como el de eutanasia pasiva,
que sería una forma de muerte, adelantada por omisión voluntaria
de tratamientos destinados a prolongar la vida”.20
7. Sobre la eutanasia impropia o eugénica, Quintano Ripollés
aclara: “entre tanto que el homicidio eutanásico o el simplemente
consentido hemos visto que merecen de la doctrina, y aun de gran
parte de las legislaciones, privilegios que a veces llegan a la impunidad,
la impropiamente llamada eutanasia eugénica, en que los móviles no
son de piedad y en la que ningún papel desempeña la voluntad de la
víctima, merece general repulsa, y las teorías que excepcionalmente
osan sustentarla no han hallado relejo alguno en las leyes, a no ser
de modo vergonzante y subrepticio. consiste la eutanasia eugénica
en procurar la muerte de seres que en el léxico de sus propugnado-
res se consideran ‘privados de valor vital’, constituyendo por ende
una carga para la sociedad y a veces un peligro, por contagio de sus
enfermedades o simplemente por presunto riesgo de degeneración
de la raza, y de ahí su nombre”.21
8. gafo acota: “el concepto clásico de eutanasia es el de privar
al ser humano enfermo de la vida por consideraciones ‘humanita-
rias’ para el individuo o para la sociedad (seres deformes, ancianos,
enfermos incurables). Se ha distinguido entre eutanasia activa o

18
RomeRo, ob. cit., pág. 19.
19
teRán, ob. cit., t. 3, págs. 341 y 342.
20
BaSile Y otRo, ob. cit., t. 2, pág. 983.
21
antonio QUintano RiPollÉS, Tratado de la Parte Especial del Derecho Penal, t. i,
Primera parte, “infracciones contra la persona en su realidad física”, 2ª edición,
puesta al día por enrique gimbernat ordeig, editorial Revista de derecho Privado,
madrid, españa, 1972, págs. 405 y 406.

378
caPÍtUlo Viii. eUtanaSia

positiva, por una parte, y pasiva o negativa. en el primer caso se trata


de la acción médica por la que se pone in a la vida de una persona
enferma, sea que ésta lo solicite o bien que se realice al margen o
en contra de la voluntad del paciente. el ejemplo típico sería el de
administración de una sobredosis de morina con la intencionalidad
de poner término a la vida de un enfermo.
Por el contrario, la eutanasia negativa o pasiva no consiste en
una acción médica, sino en una omisión, es decir, la no aplicación
de una terapia médica con la que se podría prolongar la vida de la
persona enferma. el ejemplo típico sería el de la no aplicación o
desconexión del respirador a un paciente terminal sobre el que no
existen esperanzas de vida”.22
9. antonio Quintano escribe: “trátase, en consecuencia, del no
empleo de los procedimientos clínicos que en medicina moderna se
denominan distanásicos, cuyo objeto es alargar por cuidados extraor-
dinarios el momento de una muerte, por lo demás inevitable en plazo
más o menos largo. en oposición a esta técnica de artiiciosa dilatación
de la vida, de la agonía más bien, propúgnase la aludida variedad de
la ortotanasia, que etimológicamente signiica ‘muerte normal’”.23

4. FineS de la eUtanaSia

las inalidades de la eutanasia están prácticamente referidas


en su propia deinición o en el concepto ya anotado. esta muerte
digna o sin sufrimiento tiene como meta el provocar y acelerar la
muerte de una persona que padece de enfermedades incurables,
crónicas, con dolores insoportables. Se acorta la vida, y se evita una
larga agonía, sufrimientos y padecimientos.
este homicidio eutanásico pone término a la vida humana, en
casos muy especiales, como por ejemplo cuando el enfermo padece
de cáncer, de enfermedades que producen fuertes dolores que la
ciencia médica ni con el uso de medicinas o de calmantes puede
aliviar, cuando una persona se encuentra en estado agónico durante
largo tiempo, cuando se está en presencia de lesiones graves e incu-
rables, en estado de coma, enfermo de sida, etcétera.
22
J. gaFo-m. Vidal-e. gil-S. URRaca-g. HigUeRa-J.m. Fdez. maRtoS-J.m. Pilón-g.
RUiz-a. toRnoS, La Eutanasia y el Derecho a Morir con Dignidad, ediciones Paulinas,
Universidad Pontiicia comillas, madrid, españa, 1984, pág. 126.
23
QUintano, ob. cit., t. i, pág. 412.

379
cUaRta PaRte. tanatologÍa mÉdico-legal

5. tRatamiento Penal de la eUtanaSia

1. aunque no nos corresponde abocarnos al tratamiento penal


de la eutanasia, dejaremos en claro que es un punto importante
establecer su licitud o ilicitud, o, si se quiere y en otras palabras,
si el homicidio por móvil de piedad o eutanásico es o no punible
penalmente. Se ha discutido, por otra parte, si sólo un médico o
una junta de médicos pueden aplicar y decidir sobre su empleo, o
si se puede dar esta muerte sin dolor por cualquiera persona, como
familiares, amigos, el cónyuge o terceros extraños.
2. ciertos autores nos indican que sin desconocer que todo
depende de las circunstancias del caso, la opinión más importante
es que sólo el médico que atiende al paciente puede quitarle la vida.
otros, opinan que para evitar errores médicos o falsas conclusiones,
se requiere el dictamen de varios médicos. también se piensa que
cualquiera persona, familiar, amigo e incluso el amante, pueden
emplear la eutanasia en casos caliicados.
3. Jiménez de asúa, aludido en un trabajo del señor José ma-
nuel muñoz, que aparece en la Enciclopedia Jurídica Omeba, expone:
“conviene detenerse en un ligero esbozo de los diversos criterios
doctrinarios con que en el campo jurídico se ha encarado el tra-
tamiento de la eutanasia y que Jiménez de asúa clasiica en la
siguiente forma:
1º) cuando el hecho asume carácter delictivo se lo ha conside-
rado: a) como una simple circunstancia atenuante que inluye sólo,
dentro del marco penal del simple homicidio, como atenuante de la
pena, o b) como una igura del homicidio atenuada por el móvil.
2º) cuando se lo ha considerado como hecho impune, se ha
tenido en cuenta para así valorarlo: a) el consentimiento del intere-
sado, b) el cumplimiento de un in reconocido por el estado, o c)
la naturaleza del móvil generador de la conducta homicida”.24
4. achaval, sobre las razones para la no punibilidad del hecho
eutanásico que Jiménez de asúa presenta para conigurar el per-
dón por el juez, y que refuta, expresa: “no aceptamos la opinión
de Jiménez de asúa del perdón por el juez, por cuanto él mismo
dice que el consentimiento no es válido y se debe tomar en cuenta
el móvil altruista, a lo cual objetamos que si el consentimiento no
es válido, se debe agravar la pena por matar sin consentimiento y

24
Encicl. Jur. Omeba, ob. cit., t. Xi, pág. 336.

380
caPÍtUlo Viii. eUtanaSia

el pretendido altruismo deja de serlo por tal razón, por la peligrosa


conluencia omnipotente y vanidosa del médico en posición, como
sostiene ogilvie, de ‘juez, jurado y verdugo, todo reunido en una sola
persona’ y sostiene además que ‘en el extremo de la vida, estar vivos
aunque más no fuera por sentarse al sol y disfrutar de los amables
recuerdos que vuelvan a la mente, es una felicidad’”.25
5. algunos países, como el caso de chile, argentina, etcétera, no
se pronuncian derechamente sobre la eutanasia, y para la caliicación
jurídica habría que recurrir a las disposiciones generales sobre el
delito de homicidio, y, por lo tanto, es castigado por la ley penal. et-
cheberry tiene presente: “la ley chilena no considera expresamente a
la eutanasia en las reglas relativas al homicidio. Por otra parte, tanto
la falta de referencias en el texto legal como la consideración de los
principios generales nos indican que el consentimiento del interesado
no es relevante en esta materia. tratándose de los delitos contra la
vida, el bien jurídico protegido es considerado ‘no disponible’, por
el interés social comprometido en su conservación. en principio,
por lo tanto, la eutanasia a pedido de la víctima no constituye causal
de justiicación, ni tampoco una causal de atenuación de responsa-
bilidad, contemplada en el texto legal, salvo que excepcionalmente
las circunstancias del caso pudieran hacer posible la aplicación de
la atenuante de ‘haber obrado por estímulos tan poderosos que
naturalmente hayan producido arrebato y obcecación’. no deja de
ser paradojal el considerar en general como circunstancia atenuante
el obrar por ira o por venganza y no dar igual tratamiento al actuar
por móviles piadosos”.26
6. levene, sobre la situación en argentina, puntualiza: “nosotros
en realidad no tenemos en el código Penal ninguna disposición
que se reiera al homicidio eutanásico, ni aun después de la reforma
de 1967. algunos han querido encontrarla en el art. 83, pero éste
no se ajusta al hecho. el art. 83, como hemos visto, establece: ‘Será
reprimido con prisión de uno a cuatro años, el que instigare a otro
al suicidio o le ayudare a cometerlo, si el suicidio se hubiese tenta-
do o consumado’. acá la ley se reiere al que ha ayudado a otro a
cometer suicidio, mientras que en la eutanasia es el tercero quien
debe matar a la víctima, la que acepta su muerte”.27
25
acHaVal, ob. cit., pág. 570.
26
etcHeBeRRY, ob. cit., t. iii, pág. 28. Ver sobre esta materia, JimÉnez de aSúa,
ob. cit., págs. 366 y ss.
27
leVene, ob. cit., pág. 150.

381
cUaRta PaRte. tanatologÍa mÉdico-legal

7. en ciertos países es atenuante de responsabilidad penal, como


ocurre en colombia; el artículo 326 del código Penal tipiica el
homicidio eutanásico con una pena menor que la del homicidio y
preceptúa: “Homicidio por piedad. el que matare a otro por piedad,
para poner in a intensos sufrimientos provenientes de lesión cor-
poral o enfermedad grave e incurable, incurrirá en prisión de seis
meses a tres años”. en términos similares lo hace el código Penal de
costa Rica, en el artículo 116, que a la letra apunta: “Se impondrá
prisión de seis meses a tres años al que, movido por un sentimiento
de piedad, matare a un enfermo grave o incurable, ante el pedido
serio e insistente de éste aun cuando medie vínculo de parentesco”.
en otros, como en Uruguay, es causal de impunidad o de exclusión
de la pena, y el código Penal en su artículo 37 reza: “ (del homicidio
piadoso). los jueces tienen la facultad de exonerar de castigo al sujeto
de antecedentes honorables, autor de un homicidio, efectuado por
móviles de piedad, mediante súplicas reiteradas de la víctima”.
8. en relación al código Penal del Perú, en materia de eutana-
sia, Jiménez de asúa expone: “el código del Perú fue el primero de
Hispanoamérica que indica fórmula indirecta –muy frecuente en su
articulado–, textualmente copiada, en cuanto a este concepto, del
Proyecto de código Penal suizo de 1918, puso en manos del juez el
más amplio arbitrio para que la instigación o ayuda altruista y pia-
dosa del suicidio de otro quedase impune. dice así el art. 157: ‘el
que por un móvil egoísta instigare a otro al suicidio o le ayudare a
cometerlo será reprimido, si el suicidio se ha consumado o intentado,
con penitenciaria o con prisión no mayor de cinco años’. Por tanto,
cuando el móvil que ha guiado al auxiliador es un motivo altruista o
de compasión, parece indudable que la penalidad no puede recaer
sobre él. He ahí, por vez primera, autorizada en Sudamérica la co-
operación piadosa al suicidio del enfermo incurable”.28
9. el código Penal holandés prescribe: artículo 293. “el que
quitare la vida a otro, según el deseo expreso y serio de la misma,
será castigado con pena de prisión de hasta doce años o con una
pena de multa de la categoría quinta”.
el supuesto al que se reiere el párrafo 1 no será punible en el
caso de que haya sido cometido por médico que haya cumplido con
los requisitos de cuidados recogidos en el artículo dos de la ley sobre
comprobación de la terminación de la Vida a Petición Propia y del

28
JimÉnez de aSúa, ob. cit., pág. 376.

382
caPÍtUlo Viii. eUtanaSia

auxilio al Suicidio, y se lo haya comunicado al forense conforme al


artículo 7 párrafo segundo de la ley Reguladora de los funerales.
artículo 294. “el que en forma intencionada prestare auxilio a
otro para que se suicide o le facilitare los medios necesarios para
ese in, será, en caso de que se produzca el suicidio, castigado con
una pena de prisión de hasta tres años o con una pena de multa de
la categoría cuarta se aplicará por analogía el artículo 293, párrafo
segundo”.
10. Por su parte el art. 143, nº 4 del código Penal español precep-
túa: “el que causare o cooperare activamente con actos necesarios y
directos a la muerte de otro, por la petición expresa, seria e inequívoca
de éste, en el caso de que la víctima sufriera una enfermedad grave
que conduciría necesariamente a su muerte, o que produjera graves
padecimientos permanentes y difíciles de soportar, será castigado
con la pena inferior en uno o dos grados a las señaladas en los nos 2
y 3 de este artículo”.

6. tendenciaS actUaleS de la eUtanaSia

1. a la fecha y de acuerdo a estudios serios, se concluye que la


eutanasia se aplica, no masivamente, pero sí en un número impor-
tante de casos de pacientes terminales, y moribundos, inconscientes,
en estado comatoso, vegetativo, agónico, etcétera. además, existe
tendencia y hay movimientos importantes a nivel mundial para le-
galizar la eutanasia, pero no con resultados positivos.
2. Se han creado instituciones proclives a la eutanasia voluntaria.
otras corrientes sostienen que debe extenderse la eutanasia, que
sólo, como hemos relatado, se emplea en enfermos terminales, a
otras situaciones especiales, como lo serían personas afectadas de
graves anomalías y enfermedades mentales, con defectos físicos de
envergadura o con deformidades graves, o con taras genéticas, re-
cién nacidos con problemas mentales o con defectos físicos, o con
lesiones cerebrales irreversibles, etcétera.
3. también se plantean problemas con la eutanasia coactiva,
Javier gafo apunta: “en la valoración moral de la eutanasia hay
que distinguir claramente dos situaciones distintas. Por una parte,
estaría el caso de eutanasia impuesta a un enfermo en contra de su
voluntad. también habría que incluir aquí la provocación activa de la
muerte de un paciente inconsciente, cuya voluntad es desconocida.

383
cUaRta PaRte. tanatologÍa mÉdico-legal

en ambos casos estamos convencidos de que es inaceptable el dispo-


ner de la vida de un enfermo en contra o al margen de su voluntad.
Sobre este punto existe un importante y masivo consenso. aunque
puedan aparecer como absurdas las razones de una persona para
continuar viviendo, cada ser humano tiene un derecho inalienable
a decidir sobre su propia vida, que no puede ser suplantado por
consideraciones económicas o ‘humanitarias’ desde el punto de
vista de las personas que le rodean. en el rechazo existencial hacia
la pena de muerte, presente en un número importante de personas,
existe como argumento fundamental la repugnancia a disponer de
la vida de un ser humano en contra de su voluntad”.29
4. al inal de su exposición, Javier gafo airma: “eutanasia signiica
–ya lo indicamos– ‘buena muerte’. el problema de la eutanasia es hoy
en primer lugar el que está incluido en su signiicado etimológico:
el de saber prestar una atención médica integral y una cercanía y
un calor humano al enfermo que vive la angustia y el desamparo
del proceso de pérdida de su vida. en una palabra, el de considerar
como uno de los más importantes objetivos humanos y sociales del
mundo de hoy el aprender a ayudar a morir: el hombre, al que tan-
tos esfuerzos dedicamos para que tenga una vida satisfactoria, debe
también encontrar la ayuda necesaria para que tenga una ‘buena
muerte’”. 30
5. martín diego Farrel explica las conclusiones de la eutana-
sia:
“1) la eutanasia, entendida como el privar de la vida sin sufri-
miento físico a otra persona, a su requerimiento o con su consenti-
miento y en su interés, es moralmente aceptable.
2) Se supone que el médico debe coincidir con el enfermo
respecto de cuál es el interés de éste. Si el médico sabe que es cura-
ble la enfermedad que el paciente cree incurable, obviamente este
requisito no se cumple.
3) no hay diferencia moral entre la eutanasia activa y la pasiva,
entre matar y dejar morir. al contrario, muchas veces el dejar morir
tiene menos fundamento moral que el matar.
4) Si se cumplen los recaudos que indican que estamos en pre-
sencia de un caso de eutanasia, el médico tiene la obligación moral
de acceder al requerimiento de su paciente.

29
gaFo Y otRoS, ob. cit., pág. 132.
30
gaFo Y otRoS, ob. cit., pág. 141.

384
caPÍtUlo Viii. eUtanaSia

5) Jurídicamente, el médico no debería estar obligado, sino me-


ramente facultado, para acceder al requerimiento del paciente.
6) en los casos en que el consentimiento no puede ser prestado
sea por falta de edad o estado de inconsciencia, la eutanasia (invo-
luntaria) se justiica si quien tiene a su cargo los intereses del sujeto
pasivo, efectuando un cálculo utilitarista restringido, encuentra
aconsejable practicarla. dos médicos deben coincidir con él.
7) en una primera etapa, sólo se debería desincriminar los casos
de eutanasia en que mediaran requerimiento o consentimiento. la
desincriminación del segundo tipo de casos debería dejársela para
una etapa legislativa posterior”.31
6. tony mifsud, en su obra, en el apartado de la “¿despenaliza-
ción de la eutanasia?”, indica:
“en estos últimos años se han dado los primeros pasos para
una legislación sobre la eutanasia. Se podrían señalar los siguientes
intentos:
– la moción en favor del principio de la eutanasia voluntaria y
presentada en la cámara de los lores en 1950.
– el Voluntary euthanasia Bill presentado al Parlamento inglés
en 1969.
– la carta de los derechos del enfermo, aprobada en 1973 y en
la que igura el derecho a morir con dignidad.
– el proyecto de ley presentado a la cámara de los lores en
1975.
– el maniiesto en favor de la eutanasia, publicado en 1975 por la
revista The Humanist y suscrito por tres premios nobel (J. monod, l.
Pauling y g. thompson) y otras treinta y cuatro personalidades.
– el reconocimiento por parte de la comisión de asuntos Sociales
y de la Salud del consejo de europa (1976) del derecho que tienen
los enfermos a que se les evite cualquier sufrimiento.
– la ley del estado de california en virtud de la cual todo adulto
tiene derecho a rechazar toda cura ‘que no tenga otro resultado que
retrasar una muerte inminente e inevitable’.
– el Referéndum del cantón de zurich (25 de septiembre de
1977).
– el proyecto de ley presentado el 13 de abril de 1978 por Henri
caillavet al Senado francés”.32

31
FaRRel, ob. cit., pág. 120.
32
miFSUd, ob. cit., págs. 337 y 338.

385
cUaRta PaRte. tanatologÍa mÉdico-legal

7. el presbítero don Raúl Williams B. señala: “en los países


europeos permanece el debate relativo a la legislación de la eu-
tanasia. la nueva normativa jurídica, como ocurre en españa, se
fundamentaría en dos pilares esenciales: por un lado, el recono-
cimiento del llamado ‘testamento vital’, por el cual el enfermo
podría exigir oportunamente su muerte cuando así lo haya hecho
constar en un acto notarial irmado ante dos testigos; y por otro, se
establecería la despenalización de la ayuda prestada a quien quiera
poner in a su vida para no prolongarla en condiciones indignas.
la supuesta ley solo exigiría que se cumplan, en ambos casos, los
debidos requisitos”.33
8. más adelante agrega: “cuando se admite públicamente la
legitimidad de juzgar sobre la supuesta falta de calidad o dignidad
de determinadas vidas humanas, se abre la puerta para que las aberra-
ciones contra el hombre se multipliquen. Podría así este principio ser
fácilmente invocado por los familiares del enfermo terminal privado
de conciencia, para que sea eliminado; por los médicos del hospital
sobrecargado de enfermos, para desembarazarse de los incurables;
por los padres del niño con graves taras físicas o psicológicas, para
poner in a sus sufrimientos; por las autoridades competentes del
estado, para suprimir gastos no rentables en la asignación de recursos
humanos y materiales a la sanidad pública, favorecer las medidas de
eugenesia social o contener la expansión del costo de las pensiones
provocadas por el envejecimiento de la población”.34

7. conclUSioneS

1. Por nuestra parte, y sin entrar al campo ilosóico, religioso


ni ético de la eutanasia, creemos que desde el punto de vista estric-
tamente legal, ella debe ser rechazada. la muerte que se provoca a
un enfermo terminal, en estado grave, o aquejado de males incura-
bles, no es lícita. la persona que causa la muerte de este enfermo,
sea médico o no, estaría afecta a responsabilidad penal. no puede
sostenerse que en estas situaciones especiales concurriría una causal
de exención de culpa o de pena. tampoco operararía una causal

33
Raúl WilliamS BenaVente, Cristianismo y Desafíos Actuales. Fe y Doctrina. edi-
ciones Universidad católica de chile, Santiago de chile, 1989, pág. 44.
34
WilliamS, ob. cit., págs. 44 y 45.

386
caPÍtUlo Viii. eUtanaSia

de justiicación, que convirtiera este hecho de homicidio, igura


delictiva, en una acción impune.
2. ni en los casos particulares que los familiares solicitasen la
aplicación de la eutanasia, o sea, a pedido o con la aquiescencia
del propio paciente, el hecho de la muerte sería lícito. en especial
cuando la eutanasia se practica a ruego o con el consentimiento del
enfermo, no tendría el efecto de eximir de responsabilidad. más aún,
es bastante dudoso si estamos en presencia de un consentimiento
válido y que la persona que lo preste tenga conciencia y realidad de
lo que está solicitando. no hay que olvidar que el llamado pacien-
te terminal está en un estado agónico, a las puertas de la muerte,
desahuciado por los médicos, o por no existir tratamiento para tal
o cual enfermedad y no se daría su voluntad plena para el acto. Se
ha sostenido que este tipo de enfermos cae en estado de confusión
mental y graves alteraciones de la conciencia, y, en tal virtud, no
podría hablarse de anuencia.
3. Si se estimase incluso que la petición sea libre, voluntaria y
relexiva, no eliminaría la responsabilidad penal del denominado
acto eutanásico y se habría cometido simplemente un delito de
homicidio.
4. no compartimos la teoría de corte absolutista que caliica a la
eutanasia como un homicidio, esto es, la muerte injusta e ilegítima
que causa un hombre a otro hombre, como ocurre en los homici-
dios simples, caliicados, etcétera. en efecto, la persona que quita
la vida al enfermo terminal, no importando su calidad de médico,
pariente, extraño, amante, cónyuge, no comete un homicidio en el
sentido jurídico penal. no se da muerte en forma deliberada, no es
una acción libremente elegida por el actor, sino que es el resultado
de circunstancias ajenas a él. no está en su voluntad el querer causar
la muerte, ésta obedece a un móvil de piedad o de compasión por el
estado del enfermo, el que sufre de graves dolores o está aquejado
de enfermedades incurables.
5. el móvil de piedad, de compasión y otros sentimientos altruis-
tas caliicarían al homicidio con circunstancias que disminuyen la
responsabilidad penal del agente, y tendrían el valor de atenuantes,
correspondiéndole en deinitiva al juez la pena a aplicarse, rebajada
según los casos.
6. también conviene dejar establecido en esta parte que ha exis-
tido un cambio fundamental en el concepto de eutanasia. en efecto,
ya no es únicamente la “buena muerte”, la “muerte dulce”, sino que

387
cUaRta PaRte. tanatologÍa mÉdico-legal

estamos en presencia de la denominada “muerte sin sufrimiento”, o


el “derecho a morir con dignidad y humanamente”, aclarando que
el acto eutanásico operaría en los casos de enfermedades incurables
y en los enfermos aquejados de dolores intensos e intolerables y que
no exista terapia para ello. en el presente no hay una deinición
uniforme de eutanasia, como igualmente de su contenido.
7. como tuvimos ocasión de manifestarlo al tratar en los apar-
tados precedentes, la eutanasia tiene implicancias no únicamente
de tipo legal, sino que toca aspectos médico-legales, éticos, morales,
religiosos, sociales. como sabemos, existen corrientes de opinión
y una serie de proyectos legislativos para legitimar la eutanasia. en
todo caso, la corriente mayoritaria es rechazar en forma absoluta la
denominada eutanasia libertadora, que acepta su aplicación a los
enfermos en casos caliicados y no únicamente cuando la practica un
médico, sino que por terceras personas por razones de compasión
y de misericordia.
8. Un aspecto importante de la eutanasia se reiere al rol que
desempeña el médico en ella, materia que es sumamente compleja y
que será examinada en el segundo tomo de esta obra, en el capítulo
de la deontología médica y en particular al tratar la Responsabilidad
Penal de los médicos, o los médicos frente al derecho Penal. esto
tiene relevancia, pues este abreviamiento o acortamiento artiicial de
la vida de un paciente moribundo es efectuado generalmente por un
médico, sea a requerimiento del paciente o sin él o con el consenti-
miento de sus familiares o parientes más cercanos. adelantándonos
en esta parte, las opiniones mayoritarias sostienen que el médico, y de
acuerdo a su profesión, debe tratar por todos los medios de conser-
var, salvar y prolongar la vida y salud del enfermo, buscar la mejoría
del paciente, sea en forma total o parcial, pero que en ningún caso
estaría facultado para atentar o poner término a su vida.
9. en este mismo orden de ideas los códigos de Ética médica,
tanto nacional como extranjeros, no la aceptan, basados funda-
mentalmente en los principios expuestos brevemente en párrafos
anteriores e incluso aunque sea a petición del paciente.
10. otra cuestión esencial en la eutanasia es lo que debe enten-
derse por enfermo terminal, moribundo, agónico o desahuciado y
a quién le correspondería en deinitiva su caliicación. este aspecto
está íntimamente ligado con los avances y adelantos que se producen
día a día en la medicina y en los procedimientos cientíicos, tanto
curativos como para la reanimación de los pacientes. Se sostiene

388
caPÍtUlo Viii. eUtanaSia

que lo que hoy puede ser considerado una enfermedad grave e


incurable, mañana, por el descubrimiento de nuevas drogas o téc-
nicas médicas, se puede obtener la mejoría y la salud del enfermo.
incluso frente al cáncer que hoy en día es una de las enfermedades
mortales e incurables, se piensa que en un futuro cercano no tendrá
este carácter.
11. Retomando algunas ideas en el campo del derecho Penal se
postula por algunos la licitud a impunidad del homicidio eutanásico,
lo que en el fondo importa crear una exención de responsabilidad
criminal apoyada en sentimientos de piedad o de compasión, lo que
podría llegar a constituir abusos incaliicados. otra ponencia, que
es la que recibe mayor adhesión, dice relación con que el autor del
acto eutanásico, sea médico o no, tendría a su favor una atenuante
de responsabilidad también por el móvil de su acción, sean actos de
misericordia, altruistas, de compasión, etcétera.
12. creemos que sería importante el precisar frente a la euta-
nasia lo que debe entenderse por enfermo o paciente terminal o
desahuciado, y cómo es posible crear una casuística, que sería muy
extensa, a menos que los juristas en conjunto con los médicos diesen
lineamientos generales para precisar su campo de aplicación. entre
los casos graves de enfermos desahuciados, moribundos o agónicos,
se considera, según el criterio médico, a las personas aquejadas de
graves sufrimientos, enfermedades mortales e incurables a la fecha,
entre otras, el cáncer, casos de agonía atroz, personas con lesiones
corporales graves e irrecuperables, pacientes con dolores intolerables,
personas en estado de coma, inconscientes, diagnosticada muerte
cerebral y estados vegetativos.
13. lo que no aceptamos desde ningún punto de vista es la lla-
mada eutanasia eugénica, que se hace extensiva a una serie de seres
ya no aquejados de enfermedades incurables o moribundos, sino
que se desea provocar la muerte de los que padecen de alteraciones
mentales graves, taras psíquicas, anomalías congénitas con lesiones
cerebrales graves, enfermos mentales, los que sufren de enferme-
dad de tipo sexual, etcétera. en estos casos se estaría cometiendo
directamente un homicidio en el amplio sentido de la palabra, como
lo considera el derecho Penal, y no teniendo ninguna causal de
exención ni de atenuación de pena.
14. en chile el médico es responsable de homicidio simple, ya
que no existe una normativa al respecto, salvo varios proyectos de ley,
a la fecha archivados, o de homicidio atenuado por el móvil, o por

389
cUaRta PaRte. tanatologÍa mÉdico-legal

la inexigibilidad de otra conducta, vale decir se aplica la inyección


letal, se desconecta o no se le proporcionan los fármacos. connotados
penalistas señalan que estas conductas podrían ser lícitas; sostienen
que la ausencia del injusto se entronca en la expresa causal de jus-
tiicación del código Penal en el artículo 10, nº 10, en referencia a
quien obra en cumplimiento de un deber o en el ejercicio legítimo
de un derecho, autoridad, oicio o cargo. no existe jurisprudencia
al respecto.

8. PRoYecto de leY en cHile SoBRe eUtanaSia

en nuestro país se han presentado varios proyectos de ley referidos


a la eutanasia, permitiéndola en casos caliicados y previo cumpli-
miento de requisitos esenciales. copiaremos la parte pertinente de
uno de los últimos intentos legislativos al respecto.

Artículo 1º. agréguese en el libro i del código Sanitario, el


siguiente título Vi con sus párrafos y artículos (54 bis a 54 bis Ñ)
respectivos.

tÍtUlo Vi
de la eutanasia
Art. 54 bis.– Para los efectos de esta ley se entenderá como eu-
tanasia la terminación de la vida que lleva a cabo un médico a
petición del paciente, cumpliendo los requisitos y manifestando
su consentimiento en los términos que se señala en los siguientes
artículos.

Párrafo 1º
De la eutanasia pasiva
Art. 54 bis A.– De la eutanasia pasiva. es derecho de todo paciente
terminal otorgar o denegar su consentimiento a cualquier procedimiento
médico que estime invasivo, complejo o innecesario cuando:
1. Se trate de un paciente en estado terminal, esto es, que pa-
dezca un precario estado de salud, debido a una lesión corporal o
una enfermedad grave e incurable, que haga prever que le queda
muy poca expectativa de vida.

390
caPÍtUlo Viii. eUtanaSia

2. Que los cuidados que se le puedan brindar al paciente sean


innecesarios, en cuanto éstos solo persigan prolongar su agonía.
Para ejercer este derecho, los profesionales tratantes están
obligados a proporcionar, previamente y en lenguaje comprensible
para el paciente, información completa respecto de la enfermedad,
sus implicancias y posibles tratamientos. esto se hará en forma oral
y también por escrito, en un acta que deberá irmar la persona o
su representante legal.
en caso de pacientes cuyo estado impida obtener su consen-
timiento, pero se presume que prontamente podrá prestarlo de
forma libre y espontánea, se entenderá que acepta el tratamiento
hasta que su voluntad pueda ser conocida.
Art. 54 bis B.– no obstante lo señalado en el artículo anterior, la
voluntad del paciente no tiene efecto alguno cuando:
1. la no aplicación de los procedimientos o intervenciones se-
ñaladas precedentemente suponen un riesgo para la salud pública,
debiendo dejar el médico tratante expresa constancia de conigurarse
esta causal en la respectiva icha clínica.
2. Se trate de atenciones médicas de emergencia o urgencia,
esto es, cuando la condición de salud o cuadro clínico del pacien-
te implique riesgo vital y/o secuela funcional grave de no mediar
atención médica inmediata e impostergable.
Art. 54 bis C.– la voluntad del paciente podrá manifestarse ver-
balmente pero de ésta deberá quedar siempre constancia por escrito.
el consentimiento deberá prestarse a lo menos ante dos testigos,
siendo uno de éstos el cónyuge, ascendiente o descendiente mayor
de edad del paciente. en caso de encontrarse el paciente internado
en un recinto hospitalario oiciará de ministro de fe el director del
establecimiento o quien le subrogue. el consentimiento siempre
podrá prestarse ante notario Público. en caso de no existir el cón-
yuge, ascendientes o descendientes mayores de edad, o bien ante
negativa de éstos, el consentimiento deberá prestarse a lo menos
ante cinco testigos.
Art. 54 bis D.– en caso de menores de edad la decisión de so-
meter o no al paciente a los tratamientos indicados en el numeral
2º del artículo 3º será adoptada por los padres de común acuerdo
si existiesen ambos. a falta de uno de los padres, la decisión será
tomada por el que existiese. a falta de ambos, la decisión será
adoptada por la mayoría de los parientes consanguíneos presentes

391
cUaRta PaRte. tanatologÍa mÉdico-legal

de grado más próximo en la línea colateral, hasta el tercer grado


inclusive.
Art. 54 bis E.– en caso de los legalmente incapaces la decisión de
someter o no al paciente a los tratamientos indicados en el numeral
2º del artículo 54º bis B será adoptada por el representante legal.
Art. 54 bis F.– en caso de muerte cerebral, entendiendo por tal
la deinida en la ley 19.541, la decisión de someter o no al paciente
a los tratamientos indicados en el numeral 2º del artículo 54 bis B
será adoptada por el cónyuge siguiendo, cuando corresponda el
orden que establece el art. 983 del código civil, con la exclusión
del Fisco.
Art. 54 bis G.– el médico tratante deberá consultar siempre la
opinión de una comisión Ética de comprobación que se establece
en el párrafo 3º de este título.

Párrafo 2º
De la eutanasia activa
Art. 54 bis H.– De la eutanasia activa. todo paciente que sufra una
enfermedad incurable o progresivamente letal que le cause un pade-
cer insufrible en lo físico y que se le representa como imposible de
soportar podrá solicitar por razones humanitarias, y de conformidad
a las normas que esta ley establece, que la muerte le sea provocada
deliberadamente por un médico cirujano.
Para ejercer este derecho, los profesionales tratantes están obli-
gados a proporcionar, previamente y en lenguaje comprensible para
el paciente, información completa respecto de la enfermedad, sus
implicancias y posibles tratamientos. esto se hará en forma oral y
también por escrito, en un acta que deberá irmar la persona o su
representante legal.
Art. 54 bis I.– la voluntad del paciente podrá manifestarse verbal-
mente pero de ésta deberá quedar siempre constancia por escrito.
el consentimiento deberá prestarse a lo menos ante dos testigos,
siendo uno de éstos el cónyuge, ascendiente o descendiente mayor
de edad del paciente. en caso de encontrarse el paciente internado
en un recinto hospitalario oiciará de ministro de fe el director del
establecimiento o quien le subrogue. el consentimiento siempre
podrá prestarse ante notario. en caso de no existir el cónyuge, as-

392
caPÍtUlo Viii. eUtanaSia

cendientes o descendientes mayores de edad, o bien ante negativa


de éstos, el consentimiento deberá prestarse a lo menos ante cuatro
testigos.
Artículo 54 bis J.– en caso de menores de edad la decisión será
adoptada por los padres de común acuerdo si existiesen ambos. a
falta de uno de los padres, la decisión será tomada por el que exis-
tiese. a falta de ambos, la decisión será adoptada por la mayoría de
los parientes consanguíneos presentes de grado más próximo en la
línea colateral, hasta el tercer grado inclusive.
Art. 54 bis K.– en caso de los legalmente incapaces será adoptada
por el representante legal.

Párrafo 3º
De la Comisión Ética de comprobación
Art. 54 bis L.– en cada región del país existirá una comisión Ética
de comprobación cuya integración, subrogación, funcionamiento y
atribuciones estarán especiicadas en un reglamento que, para estos
efectos, dictará la autoridad competente.
Artículo 54 bis LL.– la comisión, de a lo menos cinco miembros,
estará necesariamente integrada por:
a) Un médico cirujano designado, de entre sus ailiados, por la
directiva del colegio médico procurando que éste ejerza la profesión
en la región respectiva.
b) Un médico psiquiatra designado, de entre sus ailiados, por
la directiva del colegio médico procurando que éste ejerza la pro-
fesión en la región respectiva.
c) Un abogado designado, de entre sus ailiados, por la directiva
del colegio de abogados, procurando que éste ejerza la profesión
en la región respectiva
d) Un profesor de derecho Penal, con el grado de doctor, que ejerza
la docencia en una Universidad ailiada al consejo de Rectores.
Art. 54 bis M.– corresponderá a la comisión Ética velar por el
adecuado cumplimiento de los requisitos que hacen procedente la
eutanasia y, veriicados fehacientemente éstos, autorizarla.
Art. 54 bis N.– la comisión sesionará, a requerimiento de in-
teresado, en un plazo no mayor a cinco días desde que se hubiese

393
cUaRta PaRte. tanatologÍa mÉdico-legal

presentado ante ésta una solicitud de eutanasia que cumpla con


todos los requisitos formales.
Art. 54 bis Ñ.– Para sesionar, la comisión requerirá la presencia
de todos sus miembros o quienes subroguen a éstos y sus acuerdos se
adoptarán por mayoría absoluta.
la comisión Ética, dentro del plazo de cinco días hábiles, otorgará
la correspondiente autorización cuando la solicitud cumpla con todos
los requisitos. la aprobación o rechazo de la solicitud deberá siempre
fundarse por escrito y no será susceptible de recurso alguno.
la solicitud rechazada no podrá interponerse nuevamente sino en el
plazo de tres meses y siempre que contemple nuevos antecedentes.
otorgada la autorización correspondiente esta le será comunicada
al Juzgado de garantía y a la Fiscalía local, correspondiente al lugar
donde se practicará la eutanasia.

Artículo 2º. Sustitúyese el art. 393 del código Penal en el si-


guiente sentido:

Art. 393. el que quitare la vida a otra, según el deseo expreso y


serio de la misma será castigado con pena de presidio mayor en su
grado mínimo.
el que induzca a otro a suicidarse sufrirá la pena de presidio
menor en su grado máximo.
el que con conocimiento de causa preste auxilio a otro para
que se suicide será castigado con la pena de presidio menor en su
grado medio.
las penas previstas en este artículo sólo se impondrán si se efec-
túa la muerte del suicida.
el supuesto al que se reieren los incisos anteriores no será punible
en el caso de que haya sido cometido por médico que haya cumplido con
los requisitos de cuidados recogidos en el título Vi del código Sanitario
y se lo haya comunicado a la comisión ética de comprobación.

9. declaRación de la aSamBlea mÉdica mUndial


SoBRe la eUtanaSia

adoptada por la 39ª asamblea médica mundial, madrid, españa,


octubre 1987 y reairmada por la 170ª Sesión del consejo divonne-
les-Bains, Francia, mayo 2005.

394
caPÍtUlo Viii. eUtanaSia

la eutanasia, es decir, el acto deliberado de poner in a la vida


de un paciente aunque sea por voluntad propia o a petición de sus
familiares, es contraria a la ética. ello no impide al médico respetar
el deseo del paciente de dejar que el proceso natural de la muerte
siga su curso en la fase terminal de su enfermedad.

10. declaRación de la aSamBlea mÉdica mUndial


SoBRe el SUicidio con aYUda mÉdica

adoptada por la 44ª asamblea médica mundial, marbella, españa,


septiembre de 1992 y revisada en su redacción por la 170ª Sesión
del consejo divonne-les-Bains, Francia, mayo 2005.
el suicidio con ayuda médica, como la eutanasia, es contrario a
la ética y debe ser condenado por la profesión médica. cuando el
médico ayuda intencional y deliberadamente a la persona a poner
in a su vida, entonces el médico actúa contra la ética. Sin embargo,
el derecho de rechazar tratamiento médico es un derecho básico
del paciente y el médico actúa éticamente, incluso si al respetar ese
deseo el paciente muere.

11. código Penal de BoliVia

Artículo 257
Se impondrá la pena de reclusión de uno a tres años, si para
el homicidio fueren determinantes los móviles piadosos y apre-
miantes las instancias del interesado, con el in de acelerar una
muerte inminente o de poner in a graves padecimientos o lesio-
nes corporales probablemente incurables, pudiendo aplicarse
la regla del artículo 39 y aun concederse excepcionalmente el
perdón judicial.

12. código Penal de colomBia

Artículo 106
el que matare a otro por piedad, para poner in a intensos su-
frimientos provenientes de lesión corporal o enfermedad grave e
incurable, incurrirá en prisión de uno (1) a tres (3) años.

395
cUaRta PaRte. tanatologÍa mÉdico-legal

Artículo 107
el que eicazmente induzca a otro al suicidio, o le preste una
ayuda efectiva para su realización, incurrirá en prisión de dos (2)
a seis (6) años.
cuando la inducción o ayuda esté dirigida a poner in a intensos
sufrimientos provenientes de lesión corporal o enfermedad grave e
incurable, se incurrirá en prisión de uno (1) a dos (2) años.

13. código Penal de coSta Rica

Artículo 116
Se impondrá prisión de seis meses a tres años al que, movido por
un sentimiento de piedad, matare a un enfermo grave o incurable,
ante el pedido serio e insistente de éste aun cuando medie vínculo
de parentesco.

14. código Penal del PeRú

Artículo 112
el que, por piedad, mata a un enfermo incurable que le solicita
de manera expresa y consciente para poner in a sus intolerables
dolores, será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de
tres años.

15. Holanda

la ley de comprobación de la terminación de la Vida a Petición


Propia y del auxilio al Suicidio, en vigor desde abril de 2001 cuenta con
24 artículos en los que se estipulan las condiciones y el procedimiento
que debe seguirse para que pueda llevarse a cabo la eutanasia.
desde el nombre de la ley sobre eutanasia en Holanda se da cuenta
de la deinición del término y una de las características esenciales para
que se dé la eutanasia de acuerdo con dicha ley, la petición propia
es el elemento central de todo el proceso, y la base que fundamenta
tanto la acción como la necesidad de legislarla. de esta manera en
Holanda se entiende por eutanasia: “la terminación por parte del
médico de la vida del paciente a petición de este último”.

396
caPÍtUlo Viii. eUtanaSia

en el artículo 2º de esta ley, cuando un paciente solicita a un


médico que le practique la eutanasia, el médico tiene que cumplir
los siguientes requisitos de diligencia:
• Haber llegado al convencimiento de que la solicitud del pa-
ciente es voluntaria y ha sido bien pensada;
• Haber llegado al convencimiento de que el sufrimiento del
paciente es insoportable y que no tiene perspectivas de mejora;
• Haber informado al paciente sobre la situación en que se en-
cuentra y sus perspectivas de futuro;
• Haber llegado al convencimiento junto con el paciente que en la
situación en que se encuentra no existe otra solución razonable;
• Haber consultado al menos con otro médico independiente
que también haya visto al paciente y haya emitido un dictamen sobre
los requisitos mencionados en los cuatro primeros puntos;
• Haber terminado la vida del paciente o haber ayudado a su
suicidio, con la máxima diligencia médica.
la ley permite la eutanasia en menores de edad a partir de los
12 y hasta los 16 años, siempre y cuando “se le pueda considerar
en condiciones de realizar una valoración razonable de sus inte-
reses en este asunto, el médico podrá atender una petición del
paciente de terminación de su vida o a una petición de auxilio al
suicidio, en el caso de que los padres o el padre o la madre que
ejerza(n) la patria potestad o la persona que tenga la tutela sobre
el menor esté(n) de acuerdo con la terminación de la vida del
paciente o con el auxilio al suicidio”. Para los casos en los que el
paciente en cuestión cuente con 16 y hasta 18 años “el médico
podrá atender una petición del paciente de terminación de su
vida o una petición de auxilio al suicidio, después de que los pa-
dres o el padre o la madre que ejerza(n) la patria potestad o la
persona que tenga la tutela sobre el menor, haya(n) participado
en la toma de la decisión”.
en los casos de un paciente que estuvo en posibilidad de exter-
nar su deseo de llevar a cabo una eutanasia, pero que su condición
actual ya no le permite refrendar dicho deseo: “el médico podrá
atender la petición de un paciente, que cuente al menos con die-
ciséis años de edad, que ya no esté en condiciones de expresar su
voluntad pero que estuvo en condiciones de realizar una valoración
razonable de sus intereses al respecto antes de pasar a encontrarse
en el citado estado de incapacidad y que redactó una declaración
por escrito que contenga una petición de terminación de su vida. Se

397
cUaRta PaRte. tanatologÍa mÉdico-legal

aplicarán por analogía los requisitos de cuidado a los que se reiere


el párrafo primero”.
Para eximir de responsabilidad a un médico que ha practicado
la eutanasia, este debe enviar un informe a la comisión regional de
comprobación de la terminación de la vida por petición propia, la
cual está conformada por un jurista quien será el presidente, un
médico y un especialista en ética, así como sus respectivos suplentes
quienes deberán velar por el cumplimiento de los criterios señalados
por la ley para practicar la eutanasia. en caso contrario, la comisión
entregará sus conclusiones a la justicia, que puede iniciar un proce-
dimiento judicial contra el médico.

16. código Penal de Holanda

Artículo 293. el que quitare la vida a otra, según el deseo expreso


y serio de la misma será castigado con pena de prisión de hasta doce
años o con una pena de multa de la categoría quinta.
ei supuesto al que se reiere el párrafo 1º no será punible en
el caso de que haya sido cometido por médico que haya cumplido
con los requisitos de cuidados recogidos en el artículo dos de la
ley sobre comprobación de la terminación de la Vida a Petición
Propia y del auxilio al Suicidio, y se lo haya comunicado al forense
conforme al artículo 7º, párrafo segundo de la ley Reguladora de
los Funerales.

Artículo 294. el que de forma intencionada prestare auxilio a


otro para que se suicide o le facilitare los medios necesarios para
ese in, será en caso de que se produzca el suicidio, castigado con
una pena de prisión de hasta tres años o con una pena de multa de
la categoría cuarta se aplicará por analogía el artículo 293, párrafo
segundo.

17. BÉlgica

en septiembre de 2003, Bélgica se convirtió en el segundo país


en legalizar la eutanasia, al entrar en vigor la ley relativa a la euta-
nasia (Loi relative à l’euthanasie), la cual cuenta con 16 artículos y a
diferencia de la ley holandesa, amplía el espectro de las personas a

398
caPÍtUlo Viii. eUtanaSia

quienes es aplicable la eutanasia, ya que dentro de los requisitos para


que el médico pueda llevarla a cabo: el paciente debe encontrarse en
una “situación médica sin salida y en un estado de sufrimiento físico
o psicológico constante e insoportable que no puede ser aliviado y
que sea resultado de una afección accidental o patológica grave e
incurable; y que el médico respete las condiciones y procedimientos
prescritos por la ley”. Sin mencionar que deba estar el paciente en
estado terminal, siendo suiciente el sufrimiento físico o psicológico
insoportable causado por una enfermedad incurable.
los requisitos de la ley belga son los siguientes:
• el paciente debe ser mayor de 18 años y estar mentalmente
saludable.
• el paciente debe solicitar la eutanasia de forma voluntaria,
bien considerada y repetidamente.
• el sufrimiento debe ser insoportable.
• el paciente debe estar bien informado de su situación y de
otras alternativas.
• Un segundo médico debe conirmar que la enfermedad sea
incurable y que el sufrimiento sea insoportable.
• el paciente siempre debe hacer su petición de eutanasia por
escrito.
• la eutanasia debe ser asistida por un médico.

18. eStadoS UnidoS (oregón)

oregón es el único estado de estados Unidos, en donde es le-


gal la eutanasia activa, desde 1997 está en vigor la ley de muerte
con dignidad (Death with Dignity Act), la ley cuenta con 6 secciones,
siendo en la segunda donde se establecen los requisitos para la pe-
tición de medicación para terminar una vida en una forma humana
y digna.

399

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