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Atribuciones de la o el fiscal

La o el fiscal es el funcionario, integrante del Ministerio Público, que lleva materialmente la


dirección de la investigación criminal y el ejercicio de acción penal pública; es decir, es a quien
corresponde desempeñar directa y concretamente, en un proceso penal.

Las facultades de la o el fiscal se encuentran establecidas en el artículo 444 del Código


Orgánico Integral Penal que menciona:
“Son atribuciones de la o el fiscal, las siguientes:
1. Recibir denuncias escritas o verbales en los delitos en los que procede el ejercicio
público de la acción.
2. Reconocer los lugares, huellas, señales, armas, objetos e instrumentos con la
intervención del personal del Sistema especializado integral de investigación, medicina
legal y ciencias forenses o personal competente en materia de tránsito, conforme con lo
dispuesto en este Código.
3. Formular cargos, impulsar y sustentar la acusación de haber mérito o abstenerse del
ejercicio público de la acción.
4. Disponer al personal del Sistema especializado integral de investigación, medicina legal
y ciencias forenses o al personal competente en materia de tránsito, la práctica de
diligencias tendientes al esclarecimiento del hecho, salvo la recepción de la versión del
sospechoso.
5. Supervisar las disposiciones impartidas al personal del Sistema especializado integral de
investigación, medicina legal y ciencias forenses o a la autoridad competente en materia de
tránsito.
vemos que es el Fiscal quien tiene a su cargo al personal del Sistema Especializado de
Investigación, Medicina Legal, Policía Nacional, y Ciencias Forenses, y que depende de él, y la
dirección que le dé a la misma, para lograr el esclarecimiento del hecho sometido a su
investigación.
6. Recibir las versiones de la víctima y de las personas que presenciaron los hechos o de
aquellas a quienes les conste algún dato sobre el hecho o sus autores.
7. Solicitar a la o al juzgador, en los casos y con las solemnidades y formalidades del
Código, la recepción de los testimonios anticipados aplicando los principios de inmediación
y contradicción, así como de las víctimas de delitos contra la integridad sexual y
reproductiva, trata de personas y violencia contra la mujer o miembros del núcleo familiar.
8. Impedir, por un tiempo no mayor de ocho horas, que las personas cuya información sea
necesaria, se ausenten del lugar,
9. Disponer que la persona aprehendida en delito flagrante sea puesta a órdenes del órgano
judicial correspondiente, a fin de que resuelva su situación jurídica dentro de las
veinticuatro horas desde que ocurrió la aprehensión.
10. Disponer al personal del Sistema especializado integral de investigación, medicina
legal y ciencias forenses o autoridad competente en materia de tránsito, la identificación del
sospechoso o de la persona procesada cuando la víctima o los declarantes no conozcan su
nombre y apellido, pero aseguren que la identificarían si vuelven a verla, de acuerdo con las
disposiciones previstas en este Código.
11. Solicitar a la o el juzgador que dicte las medidas cautelares y de protección que
considere oportunas para la defensa de las víctimas y el restablecimiento del derecho.
Igualmente podrá pedir la revocatoria o cesación de dichas medidas cuando estime que la
investigación practicada ha permitido desvanecer los indicios que las motivaron.
12. así mismo Ordenar el peritaje integral de todos los indicios que hayan sido levantados
en la escena del hecho, garantizando la preservación y correcto manejo de las evidencias.
13. Aplicar el principio de oportunidad.
14. Disponer la prácticas investigativas que considere necesarias.
Siempre que se limiten los derechos de alguna persona se requerirá autorización de la o el
juzgador.
La o el denunciante o cualquier persona que, a criterio de la o el fiscal, deba cooperar para
el esclarecimiento de la verdad, tendrá que comparecer ante la Fiscalía para la práctica del
acto procesal respectivo. En caso de incumplimiento la o el fiscal podrá solicitar la
comparecencia con el uso de la fuerza pública”.
Entonces, es preciso decir que todas y cada una de las atribuciones de la o el fiscal guardan
exigencias del debido proceso, las mismas que se extienden temporalmente incluso desde la
fase preprocesal hasta el fin del proceso, que incluye por supuesto todas las actuaciones
investigativas dispuestas al personal del Sistema especializado integral de investigación,
medicina legal y ciencias forenses o personal competente en materia de tránsito y que no se
limitan a las acciones mismas ante el juez o jueza sino en todas y cada una de las tareas que
en la investigación se realicen.
El inicio de la investigación criminal se produce con la recepción de la noticia criminis que,
según lo dispuesto en el Código Orgánico Integral Penal, puede llegar al o a la fiscal, en
forma directa o por remisión de la Policía Nacional, del Sistema especializado integral de
investigación, medicina legal o ciencias forenses o del organismo competente en materia de
tránsito, mediante:
- Denuncia, que puede ser verbal o por escrito.
- Informes de supervisión de los órganos de control
- Providencias judiciales, esto es, autos y sentencias emitidos por los jueces o tribunales.
También se considera como una forma de denuncia los escritos anónimos que suministren
evidencias o datos concretos. La recepción de esta noticia criminis determina como
obligación para el fiscal que la conoce, de abrir la fase de investigación previa, con el
objetivo de reunir los elementos de convicción, de cargo o de descargo, que permitan a la o
al fiscal decidir si formula o no la imputación. En esta fase de investigación previa el
Fiscal practicará con la cooperación del personal del Sistema especializado integral de
investigación, de medicina legal y ciencias forenses o del personal competente en materia
de tránsito, las diligencias investigativas necesarias para determinar si la conducta
investigada es delictuosa, las circunstancias o móviles de la perpetración, la identidad del
autor o participe y de la víctima, la existencia del daño causado, o a su vez, desestimar estos
aspectos .La investigación previa constituye la fase de mayor trascendencia en el proceso
penal porque precisamente de ella depende si puede decidirse o no el inicio de la acción
penal, y supone la oportunidad también para que se investiguen no solo las circunstancias
de tiempo, modo y lugar en que se produjeron los hechos materia de la investigación, la
identificación de los responsables y de la víctima, sino también la determinación de los
daños que le fueron causados a la víctima y la protección que requiere le sea proporcionada,
de igual manera a los familiares y testigos.
Durante la investigación previa, por tanto, se debe contar estrictamente con una
conciliación entre las garantías básicas del debido proceso, la necesidad de confidencialidad
y la eficacia de la investigación fiscal. Esto posibilita que la Fiscalía, como titular de la
acción penal, ejerza de manera legítima y eficaz su facultad acusatoria y consecuentemente
los tribunales de justicia puedan llevar a cabo el proceso penal.
Agotada la investigación previa o concluida la misma por decisión de el fiscal cuando
considera que el hecho investigado constituye delito y cuenta con los elementos de
convicción suficientes para formular cargos y deducir una imputación, se da inició a la
primera etapa del procedimiento ordinario que es la Instrucción, la misma que tiene como
finalidad determinar elementos de convicción, de cargo y descargo, que permita formular o
no una acusación fiscal en contra de la persona procesada.
En el marco de la investigación previa e instrucción fiscal, el fiscal planteará las líneas de
investigación que puede seguirse de acuerdo con la modalidad del delito y su grado de
complejidad. El fiscal es el titular de la investigación, quien la dirige y por tanto el
responsable de articular eficientemente la labor de los integrantes del Sistema especializado
integral de investigación, medicina legal y ciencias forenses, o a la autoridad competente en
materia de tránsito.
Entre sus funciones se encuentran la de controlar todos los pasos de la investigación,
realizar una aproximación a la escena del crimen, esto es, reconocer los lugares, huellas,
señales, armas, objetos e instrumentos, tomando las medidas de seguridad en el
procesamiento respectivo. Disponer al personal del Sistema especializado integral de
investigación, medicina legal y ciencias forenses, o a la autoridad competente en materia de
tránsito la práctica de diligencias tendientes al esclarecimiento del hecho, tales como la
recepción de versiones, la identificación del sospechoso o de la persona procesada. Ordenar
la práctica de pericias con enfoque integral de todos los indicios que hayan sido levantados
en la escena del hecho; y, la coordinación con los diferentes actores del sistema judicial
penal de las actuaciones que se van a acometer y que por mandato legal están sujetas al
control del juez competente quien ejerce la dirección judicial del proceso, por ejemplo en el
caso de la recepción de testimonios anticipados, la solicitud de medidas cautelares y de
protección que considere oportunas para la defensa de las víctimas, la formulación de
cargos, la aplicación del principio de oportunidad.

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