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1. A MANERA DE INTROITO
Nos mueve, en este recorrido, colocar pistas para pensar y sentir el maestro
como escenario problemático, como lugar para interrogarnos, interpelarnos, des-
identificarnos, como pro-vocacion, no como lugar resuelto donde se cree saber
todo lo dicho. Entendamos que lo dicho ya no es, si ocupamos otro espacio para
pensarlo y sentirlo, lo no dicho nos convoca a pensarlo y sentirlo aun sin saber
que lo podamos pensar y sentir. Para adelantar este camino, construyendo los
senderos en el acto mismo del caminar, intentaremos puntualizar algunas notas
sobre la concepción nietzscheana de educación aristocrática y sus elementos
distintivos, en orden al pensar, al leer, al escribir, pasando luego, por sus tesis en
torno a lo que comprende como educador o maestro, autentico o seudo maestro,
sus relaciones en términos del poder con el Otro ( el alumno, discípulo, etc),
llegando finalmente_ sin finalizar_ a construir unas conclusiones parciales de todo
el recorrido caminado.
2. LA EDUCACION ARISTOCRATICA, SEGÚN NIETZSCHE
El aprender a ver, según este pensador, “es acostumbrar los ojos a mirar con
calma y con paciencia, a dejar que las cosas se acerquen a nosotros; aprender a
no formular juicios precipitadamente, a dar vueltas en torno a cada caso concreto
hasta llegar a abarcarlo (...). Aprender a ver, tal y como yo lo entiendo, equivale
prácticamente a lo que el lenguaje no filosófico llama voluntad firme, cuyo aspecto
esencial es poder negarse a “querer”, poder aplazar la decisión. 2 Una virtud del
aprender a ver, es la lentitud, la calma, la rumia, el andar parsimonioso,
desacelerar lo acelerado, imponer pausas, suspender y suspender-se en el
tiempo, en la velocidad y en la toma de decisiones, construir otros caminos,
indagar profundamente sobre la cosa, es mirar la cosa desde distintas y variadas
perspectivas, comprensiones, interpretaciones; al mismo tiempo disciplinar el
cuerpo en el ver, es decir ser obdeinte sensible a los dictámenes . El elogio a la
lentitud, como virtud del aprender a ver es reiterado en Nietzsche cuando afirma:
El libre pensador es el filósofo del futuro, es decir, “los hombres que mandan y que
legislan. Son los que dicen: Deben ser así !; los que determinan “hacia donde
debe ser el ser humano y “porque” ha de hacerlo; y para ello disponen de la labor
que previamente han realizado todos los obreros de la filosofía, todos los que han
dominado el pasado. Ellos son los que extienden sus manos creadoras hacia el
futuro; y todo lo que ha existido y existe les sirve de medio, de instrumento, de
martillo. Para ellos, “conocer” es crear, y crear es legislar: su voluntad de verdad
es... voluntad de poder ...”10. de tal manera que cuando se ha aprendido a pensar
_ semilla y fruto de una educación aristocrática que el mismo individuo se impone,
luego de negar-se así mismo y negar a su maestro_ se está en la capacidad de
trazar los destinos de los muchos y de aprovechar, crecientemente, la historia del
pensamiento para instaurar otro, más allá del tiempo de su instauración. Siendo
3. EL EDUCADOR O MAESTRO.
11
NIETZSCHE. El caminante y la sombra. pág. 72.
Qué entiende Nietzsche por educador o maestro? Cuáles son sus reflexiones en
relación con esta categoría y/o concepción pedagógica-?
12
Ibídem. pág. 163.
13
NIETZSCHE. Más allá del bien y del mal. pág. 135.
conduce a entender que la categoría de maestro, cuando se es auténtico, no es
más que la concreción de la categoría de filósofo, pero, no de cualquier filósofo,
sino de aquel que pensando el pensamiento precedente, en general y educativo
en particular, rompe con el pensamiento inaugurando otro pensamiento, es decir,
otro lenguaje cuyos códigos de significación des-atrapen, o mejor trapeen, los de
la tradición uniformadora y domesticante. ¡Nietzsche ,el paradigma del ser del
maestro¡.
Podemos colegir que, Nietzsche, distingue, los maestros auténticos de los seudo-
maestros, al considerar que “los verdaderos maestros se conocen en que saben,
así en lo grande como en lo pequeño, dar con el fin de una manera perfecta, lo
mismo tratándose del final de una melodía o de un pensamiento, que del quinto
acto de una tragedia o de un acto de gobierno. Los de segundo orden (el
subrayado es mío) se fatigan persiguiendo el fin y no se inclinan hacia el mar con
un ritmo sencillo y sereno”17. Dar con el fin significa construir una interpretación,
es decir, un sentido a lo escuchado, leído, sentido, actuado y pensado desde una
perspectiva que rompa la manera tradicional de experimentar estos actos; no es,
entonces, llegar a un fin, a un resultado, es generar un movimiento de ruptura,
auto-subversivo, en la totalidad del ser que se forma.
17
NIETZSCHE.. La gaya ciencia. pág. 136.
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21
NIETZSCHE. Consideraciones Intempestivas. pág. 103. "Me indagué a mi mismo", dice Heráclito en el
aforismo 15.
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Ibídem. pág. 105.
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NIETZSCHE. Sobre el porvenir de nuestras escuelas. pág. 69.
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“El poder del No” se entiende como encierro, control abierto, represivo y prohibición; “El poder del Si" se
comprende como el poder que sutiliza la dominación, es decir, implícita el poder del No.
Para darle continuidad a tal dominio, el poder del sí del maestro genera
modificaciones en el alumno, a partir de un juego de lenguaje, que expresa un
saber que se hace dominio y un placer que viabiliza el poder del saber y del
lenguaje. No podríamos determinar una modificación, sino se produce una
usurpación de un poder por parte de otro poder. El poder del logo, en este caso
del seudo maestro _ logo que deviene las más de las veces i-logo_ usurpa el
poder del alumno expresado en un saber y un discurso, des-conocido por el otro;
desconocimiento que al escolarizarse, es decir, institucionalizarse por la
normalización invisible de la cotidianidad que hace ser “consciente” la legitimidad
del poder, es aceptado como la existencia normalizada del individuo que se hace
sujeto. En este caso la utilización de la fijeza del lenguaje fija la pasividad en la
conciencia del otro (el alumno), convirtiéndose en un ser que “toma conciencia“
de su existencia sin reconocer el poder, que a través del discurso, se ejerce sobre
su conciencia.
La normalización que produce “el saber”, el discurso, como “poder del sí” del
maestro, en otras palabras, la igualación, y la concomitante perdida de las
diferencias en la satisfacción de las necesidades, la homogeneización de los
hábitos de sentir y pensar, tendrán como efecto un entumecimiento ético, moral y
afectivo en el alumno. He allí el rol del “maestro”. El carácter co-extensivo del
poder del maestro y de la escuela, hace que abrigue a todo aquel que
institucionalice su relación ya que el mismo poder es una imbricación de
relaciones. Cuando llegas a la escuela no se te “impone”, fundamentalmente, un
poder, se te hace sentir poder porque ese otro sentir _ sentir que no sentías por
fuera de la escuela _ ya es un dispositivo, una estrategia de poder, que fortalece
la relación dominación-subordinación.
¿Ahora que es lo que puede ser enseñado?. Puede ser, para la mayoría, el fruto;
para la minoría, es decir, para Nietzsche, la semilla. Pero, la semilla existe en ti, de
tal manera, que sólo siendo tú podrás establecer lo que puede ser enseñado. El
“buen maestro”, define, externamente, el conocimiento que debe ser enseñado y,
por tanto, aprendido por el alumno; el “mal maestro” te coloca en el espacio de la
dificultad para que desde, tú propia búsqueda, instituyas lo que se puede enseñar
y aprender.
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. Pierre Bordiue, al referirse a los sociólogos afirma: si los sociólogos tienen un papel, este consiste mas
bien en dar armas y no en dar clases. Lo que hice fue reemplazar sociólogo por maestro, en tanto considero
desde las ideas de Nietzsche y si fuese posible, en este caso, contra el que el maestro como el sociólogo
juegan el rol de armar armándose no el de dar lecciones.
BIBLIOGRAFIA
AVANZINI, Guy. La Pedagogía desde el Siglo XVII hasta nuestros días. Fondo
de Cultura Económica, 1990.