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Trastornos de ansiedad en niños

RESUMEN

El presente trabajo enfoca la consulta de fuentes relacionadas con los trastornos de ansiedad en
los niños, para ello se ha remitido a información técnica como al análisis conceptual y relacional
con experiencias significativas de nuestro quehacer diario.

Se ha analizado información y se ha contribuido con aspectos que dentro de la psicoeducación


puedan ser considerados para nuestro rol tanto como padres o como docentes, destacando la
especial función del facultativo profesional que debe ser el indicado para un tratamiento muy
específico.

INTRODUCCIÓN

Los trastornos de ansiedad no se los puede catalogar como exclusivos de grupos especiales ya que,
son comunes en todas las regiones del planeta en diferentes contextos y sociedades, es decir, se
puede tipificar como un común que en cualquier sociedad siempre se manifestarán en un estrato
poblacional uno o más trastornos en el trascurso de su vida. Para efectos de este estudio,
entraremos en el análisis y crítica de los trastornos que se presentan en la edad infantil.

Son trastornos que producen emociones, sentimientos de angustia, ansiedad, miedo e


intranquilidad. Las causas pueden ser congénitas o adquiridas con base en irreales formas de
pensamiento y que traen consecuencias como la baja autoestima, bajo rendimiento escolar,
insuficientes relaciones interpersonales y lo más importante, la dificultad para adaptarse a los
entornos familiares y sociales.

El resultado del presente ensayo es sentar bases sobre este tipo de problemas de atención que
debe conocer el docente que se forma en educación Infantil para en el ejercicio de su profesión
saber identificar y de alguna manera intervenir en este tipo de casos.

DESARROLLO

Los trastornos de ansiedad en una clasificación psicopatológica según refiere Gold (2006) en sus
respuestas como experto, los tipifica por ser un pensamiento dramático, absurdo, perjudicial,
difícil de controlar, que se lo podría asociar a una figura parasitaria, nociva. Al referirnos a
pensamientos irracionales, es por cuanto son carentes de realidad, ya que no dependen de los
acontecimientos, sino de la forma de cómo el individuo los genera al evaluar el entorno de los
acontecimientos. Podríamos decir entonces, que estos pensamientos irracionales son sujetos de
tratamiento siempre y cuando la persona que los genera, esté convencida de que el pensamiento
que lo atormenta carece de sustento real.

Esta forma de pensamiento según refiere Gold (2006) “podrá dar lugar a cierto tipo de
sentimientos básicos, a saber: excesivo miedo, excesiva vergüenza, excesiva preocupación (p.34).
De lo expuesto se puede anotar que se genera una cierta confusión entre los efectos de los
sentimientos básicos, ya que se encuentra una sinonimia entre la angustia, la ansiedad, el estrés,
situación que confunde incluso a los expertos (Sierra et al, 2003).
Para el autor del artículo base que se analiza, los trastornos de ansiedad comunes en los niños
tienen relación con el estado del desarrollo de la niñez, destacando trastornos clasificados como:
específicos, de separación, de ansiedad social, de ansiedad generalizada, trastorno compulsivo,
por estrés postraumático y trastorno por pánico Gold (2006). Los trastornos específicos para un
mejor entendimiento los clasifica dentro de las fobias y nos pone un claro ejemplo que se presenta
en la niñez, que es la fobia a ir a la escuela. Creo importante en este punto anotar que el rechazo
a ir a la escuela se debe también a la forma como se preparó al niño o niña para esa experiencia,
pero también puede suceder que el entorno escolar no cumpla las expectativas del niño o niña; se
genera entonces un temor a la separación de los padres, o del mismo clima cálido del hogar
porque se encontrará en ocasiones con ambientes fríos, carentes de emotividad. En este punto,
hemos visto como docentes con experiencia encuentran los mecanismos de afectividad para
incorporar a los niños o niñas a la escuela, desarrollando un vínculo afectivo particular, pero
también hemos visto casos de docentes que poco o nada hacen al respecto.

Los trastornos de separación también son miedos irracionales a no volver a ver a sus seres
queridos, al abandono, incremento repentino de aflicción. En el ejemplo que hemos esbozado se
puede anotar que es tan importante que los padres o familiares acompañen a sus hijos para que
logre vencer este temor, e incluso en caso de un tratamiento con un profesional, ser muy cauto en
un diagnóstico superficial.

El trastorno por ansiedad social según el autor del artículo implica una vergüenza excesiva
relacionada por los miedos a la interacción diaria, para mi criterio estos síntomas se han
acrecentado mayormente en la actualidad con los cambios tecnológicos en los que están inmersos
los niños y niñas, es decir están más interesados en las pantallas que en el diálogo directo con las
personas, luego estos temores se acrecientan con la vergüenza a expresarse mal, a que los
criterios no sean los correctos. Los profesionales recomiendan tratamientos que pueden llegar
incluso a la medicación, sin embargo, como se ha manifestado, que son fundamentos irreales,
realmente se pueden incluso llegar a curar con la práctica de una buena interacción entre las
personas.

Es importante también analizar otra variante de la ansiedad relacionada con un aspecto


generalizado, según el autor, se presenta en niños cuyo nivel de responsabilidad es muy alto, por
lo que desarrolla un excesivo sentido de control tanto de disciplina, limpieza, realización de tareas,
y puedo sostener que los mismos padres o representantes pueden llegar a ser responsables de
este estado, sometiendo al niño , niña a metas de rendimiento muy alto, llegando a causar un nivel
de estrés incontrolable. Al respecto Schaefer A., Hardy, & G., Patricia Rubí (2015)., en el estudio
Abordaje narrativo y estratégico en el trastorno por ansiedad social. Expresan que esta ansiedad
es tan grave que incluso puede llegar a una condición psiquiátrica crónica e incapacitante, por lo
que es necesario una detección temprana y un tratamiento eficaz.

También analizaremos los trastornos de ansiedad obsesivos compulsivos que obligan al individuo a
realizar acciones repetitivas que aparentemente no tienen sentido y que provienen de temores a
la crítica en especial. Debemos tener en cuenta que son muy comunes y que de no tener control
se pueden volver inquietantes por lo que quienes lo padecen incluso tratan de ocultarlos para no
ser tipificados de locos. Resulta importante aclarar que este tipo de trastorno puede llevar al
perfeccionismo, por cuanto el niño/niña considera que su acción no está bien realizada por ello
esa actitud a la repetición.

Difieren estos estados del estrés por ansiedad postraumático, cuando provienen de experiencias
muy negativas como abusos físicos o sexuales cuyos recuerdos se perennizan en fatales acciones.
También es el caso de la ansiedad por pánico, dado que el individuo desarrolla una especie de pre
munición creyendo o pensando que algo malo va a ocurrir de pronto.

Finalmente, debemos tener plena consciencia que nos enfrentamos a casos donde el punto es
cuidar la salud mental y es una tarea compleja de la que no se puede prescindir del diagnóstico y
tratamiento a través de especialistas. La ciencia nos señala que son etapas donde el empirismo no
cuenta.

CONCLUSIONES

Como se ha podido analizar de las fuentes consultadas, los trastornos de ansiedad en los niños
tienen una base psiquiátrica a la que se puede asociar problemas de orden genético y no son de
exclusividad de grupos sociales o colectivos específicos.

Son trastornos que pueden estar presentes en cualquier estado de desarrollo, sin embargo,
adquieren especial atención en la infancia, ya que pueden ser la base sino se aplica un tratamiento
específico, de fuertes problemas en etapas superiores.

Las detecciones de los trastornos de ansiedad corresponden a los especialistas, pero no se debe
minimizar el rol familiar y el de los docentes en esta etapa, desde luego siguiendo protocolos para
un tratamiento eficaz.

Finalmente, se destaca el rol de la psicoeducación en la decodificación de conceptos que puedan


ayudar al desarrollo del niño, teniendo en cuenta como se ha manifestado, el rol específico tanto
de la familia como de los docentes en estos complejos casos.

FUENTES DE REFERENCIA

GOLD, ARIEL. (2006). Trastornos de ansiedad en niños. Archivos de Pediatría del Uruguay, 77(1),
34-38. http://www.scielo.edu.uy/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1688-
12492006000100008&lng=es&tlng=es.

Sierra, Juan Carlos, Ortega, Virgilio, & Zubeidat, Ihab. (2003). Ansiedad, angustia y estrés: tres
conceptos a diferenciar. Revista Mal Estar e Subjetividade, 3(1), 10-59
http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1518-
61482003000100002&lng=pt&tlng=es.

Schaefer A., Hardy, & G., Patricia Rubí (2015). Abordaje narrativo y estratégico en el trastorno por
ansiedad social. Revista Chilena de Neuropsiquiatría, 53(1),35-
43https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=331538548005

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