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El Vestido Azul (parte 4)

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Ver todas las entradas de milasanmarino 12 de julio de 2016

Terminamos de ducharnos y recuerdo que solo tengo el vestido azul para ponerme, entonces
tomo la bata y me voy hasta la habitación, José sale del baño con la toalla en la cintura de su
armario saca un par de jeans desteñidos y una polera gris, aún descalzo vuelve al armario
armario y saca una caja que pone sobre la cama, me dice espero que te guste lo compre para
ti, con curiosidad abro la caja y saco un vestido blanco con flores, unos sandalias doradas y
un conjunto de ropa interior blanco de encaje, estoy muy sorprendida y entusiasmada como
una niña, me pruebo todo ambos me queda a la perfección toda la ropa y las sandalias, le
pregunto a José como sabía que talla comprar y responde: te dije que había averiguado
algunas cosas de ti, con una serenidad y naturalidad sorprendente, como si averiguar cosas
de mi fuera parte de sus deberes cotidianos.

Salimos a caminamos por la orilla de la playa un rato, conversamos acerca de su infancia, nos
sentamos en la arena a observar las olas y unos niños jugando, disfrutando del sol en nuestra
espalda y el aroma salado de la brisa marina que llega en nuestro rostro, nos quedamos un
rato en silencio disfrutando del día y el momento, después volvemos a la casa y nos vamos en
el auto a un restaurant cercano que vende mariscos, platos de lo más exquisitos, pedimos
unas ricas ostras a la parmesana y un pastel de jaiba para llevar.

Nos devolvemos a la casa qu esta a 5 minutos en auto y preparamos la mesa, José trae un
Sauvignon Blanc helado que acaba de sacar de la nevera y dos copas, nos sentamos frente a
frente y comenzamos a comer las ostras, están deliciosas pero me provocan una sensación de
calor, necesito tomar un poco de vino, al dejar la copa sobre la mesa José toma mi mano y la
acaricia, con mi otra mano acaricio su mejilla, me encanta la sensación de tocar su cara y su
barba del día. Continuamos con el pastel de Jaiba, hace tiempo que no lo comía, me recuerda
días de playa en Chile con mis padres, sin embargo la sensación de calor en mi cuerpo es aún
más intensa y me trae al presente, tomo mi copa de vino y la bebo completa, intentando
apagar este calor que incrementa.

José se levanta se pone a mi espalda y masajea mi cuello suavemente, sus manos queman o
tal vez es mi piel, deseo sentir sus dedos recorriendo mi piel y sus labios besar cada
centímetro de mi cuerpo, me levanto de la silla, abrazo a José y nos besamos, sus manos
sujetan mi cabeza y sus dedos se entrelazan en mi pelo, sus labios están pegados a los míos,
su lengua recorre mi boca. Sus manos bajan por mis hombros hasta mi espalda y
desabotonan mi vestido, sus labios bajan por mi cuello hasta besar mis hombros, sus manos
bajan hasta mi cintura y me levantan para dejarme sentada sobre la mesa, abro las piernas,
se acerca y lo abrazo con ellas.

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Sus manos recorren mis muslos y levantan mi vestido hasta mostrar mi calzón, uno de sus
brazos me sujeta firmemente por la cintura y con su otro brazo mueve los platos hacia un
lado de la mesa, las copas caen y hacen un sonido fuerte al golpear la mesa, me recuesto
sobre la mesa y José acaricia nuevamente mis muslos y besa mi regazo, Toma mi calzón y lo
baja lentamente hasta quitarlo por completo, luego se reclina sobre mi y sube mi vestido
hasta quitarlo por encima de cabeza, estoy desnuda acostada en la mesa y el calor en mi
cuerpo aumenta, siento que me quemo por dentro y por fuera

José se desabotona la camisa, luego se desabrocha el cinturón y baja el cierre del pantalón,
baja su pantalón junto con su ropa interior, está casi desnudo parado entre mis piernas,
siento el roce de su pene en mi clítoris, con sus dedos masajea mi clítoris y su pene se
introduce suave y lentamente en mí, se mueve suavemente y su rostro me deja ver como
disfruta cada centímetro que me penetra. Su cuerpo al igual que el mío quema, tal vez por
efecto de los mariscos, el vino, la pasión que nos invade o tal vez una fusión de todos ellos

Mientras me penetra acaricio mis senos con mis manos, eso excita más a José y me
sorprende con una petición: quiero penetrar tu culo ahora, por favor di que sí. La verdad es
que me siento un poco incomoda pero deseo complacerlo y mi cuerpo quiere cada vez más
ser tocado por él, el deseo me invade por completo y asiento con la cabeza.

Sus manos me ayudan a voltear, mis pechos están sobre la mesa, mis piernas apoyadas en el
suelo y mi culo expuesto hacia él, siento sus dedos entrar en mi vagina y salir, sus dedos
ahora mojados con mi jugo entran suavemente en mi culo, su otra mano está apoyada en mi
espalda, saca sus dedos y toma su pene, introduce lentamente su pene, una sensación de
incomodidad y placer me invade, escucho su respiración agitada, sus manos sostienen mis
nalgas y las aprietan, su pene entra y sale suavemente, con su mano derecha masajea mi
clítoris y el placer en mi aumenta, se mueve más rápido golpeando mis nalgas con sus bolas.
Cada vez me penetra con mayor rapidez y fuerza, su pene está muy duro y yo estoy muy
excitada y mojada a punto de acabar, continua masajeando mi clítoris hasta hacerme gemir
de placer y logro el éxtasis, entonces su pene suelta todo su jugo dentro de mí, siento sus
espasmos, su respiración agitada y sus ultimas penetraciones mas suaves y esporádicas, se
inclina hacia adelante besando mi espalda y un escalofrío recorre mi cuerpo, se incorpora y
sale lentamente, me ayuda a levantarme y me abraza mientras estoy de espalda a él, acerca su
boca a mi odio y me pregunta si estoy bien, si me gusto, aún con la respiración agitada le
contesto que estoy bien y me encanto como lo hizo.

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