Está en la página 1de 6

Y luego me pasa esto…me pasó esto, de la nada, una locura que me tenía que pasar, un ratico de

amor, un escape, una muestra de algo sumamente importante: YO, después de haber estado rota,
hecha mil pedazos, YO, que cientos de veces he renunciado a esta fantasía, YO, que me he dicho
que esperaría con paciencia el momento y la persona indicadas…YO vuelvo a sentir, vuelvo a ser
capaz de sentir todo aquello, y hasta más, vuelvo a estar con mi cabeza y mi cuerpo en un solo
momento, sin dudas, sin hacerme reclamos silenciosos, sin mirarme al espejo con una mirada de
reproche. Y sí, ya veo que es posible, que tal vez nada se rompió, o que, sólo estaba un poco
chueca, y necesitaba una segunda oportunidad. Creo que esos son los mensajes que me envía la
vida, esos pequeños regalos que me muestran que no tengo porque desesperarme, que no tengo
porque estar triste, que siempre, siempre, siempre, sin importar lo que suceda, tengo que verme
con amor todos los días de mi vida, aún con las ojeras, aun con el sueño atrasado de varios días,
con la piel no tan bonita, con el cabello desarreglado, aun cuando me sienta rota, cuando esté
confundida, cuando me sienta decepcionada de mí y que la he cagado.

Como si todo fuera un mensaje planeado por el universo, tal y como a mí me gusta que sucedan
las cosas, de forma linda, de forma espontánea, sin planearlo mucho, sin que yo lo haya
manipulado…busque en google, y básicamente me lo encontré. Feliz por poder ir a entrenar, por
poder hacer lo que más amo en esa ciudad, llegué con una sonrisa enorme, con la misma emoción
de niña que me embargaba cuando iba a hacer algo que deseaba mucho. Un lugar grande,
perfecto para mí…y estaba él…con su aspecto joven, alto, con su cabello castaño claro, sus ojos
café, su cuerpo atlético y lindo. Me saludó, y recuerdo haber pensado en lo lindo que era, de
repente algo latió en mi cerebro, de repente la pulsión empezó a desatarse, a tomar forma. En mi
cabeza pensé “uy, cosita rica deliciosa”, me gustaba cada vez más conforme me volvía a preguntar
mi nombre, y lo escuchaba regañar dando su clase. Yo estaba feliz de entrenar. Ahora recuerdo
cada cosa y sonrió, porque veo detalles de los cuales no me había percatado, o a los que no les
había querido dar mucho significado…como cuando me pidió que ubicara mi colchoneta más
cerca, justo en frente de él, como cuando volvió a preguntar mi nombre después de que me había
presentado. Como cuando me hacía correcciones…yo sólo quería dar lo mejor de mí, aprender, si
era posible. Y verlo a él jajajajaja.

Recuerdo cuando empezó el WOD, y yo con esas de sacarme la mierda…de olvidarme que me
dolía una pierna, del cansancio del viaje, de no estar en mi box. Me pregunta si sé hacer pull ups, y
le explico, cómo las hago, me deja una caja para que me pueda parar ahí, sin que yo me hubiese
dado cuenta. Me ponía mucha atención, pero pensé que era normal por ser nueva allí, porque
tiene que cuidar que no me lesione. Recuerdo haber bailado en medio del entrenamiento, porque
me sentía cansada y feliz, recuerdo que me grito desde lejos dándome ánimos, que me miraba
constantemente, que me decía que era lo que debía hacer. Y terminó el entrenamiento, yo no me
quería ir de allí, era feliz, hice roña, me quedé por ahí, y me lo encontré muchas veces, se me
acercó tantas veces a hablarme, que de repente pensé en decirle que fuera conmigo a comer, y
luego me imagine que me lo podía llevar a mi hotel, ya lo sabía, “me lo quería coger, si él me daba
la oportunidad, me lo iba a coger”. Claro, no sabía si tenía novia, esposa, hijos, si sólo era amable.
Luego vi como insistía en saber más de mí, en que no me fuera tan rápido de ahí, que me pidió
que volviera. Y…como un plan del universo todo se acomodó. Iba de salida yo, y él también tenía
su maleta, fui a despedirme y me arriesgué…le pregunté si ya había terminado de trabajar y en su
miraba bailaban los nervios. Me dijo que sí, que ya salía, y yo le dije, que si tenía algo que hacer
que si estaba ocupado, más nervioso, como aguantando las ganas de sonreír me dijo que no.
¿Quieres ir conmigo, vamos a comer? No me quiero devolver sola para el hotel. Él feliz respondió
que sí. Lo esperé intentando no parecer muy nerviosa, él se demoró un poco intentando no verse
tan ansioso. Y así, salimos a caminar, yo sudaba a más no poder, pero sonriente porque se
anunciaba una nueva aventura. Fuimos a una pizzería muy bonita, un buen lugar para una primera
cita, le dije que lo invitaba jajajajaja sintiéndome muy poderosa. Entiendo a Mapu y lo satisfactorio
que es no depender económicamente del otro. Se sentó a mi lado, no enfrente de mí, lo cual me
encantó, de alguna forma era como si hablara el mismo lenguaje que yo. Hablamos de cosas, del
Crossfit, de dolores, algo de relaciones, de la comida, y nos fuimos acercando…de repente él ya no
era tan tímido, y me dijo que no tenía ganas de irse, que estaba muy cómodo conmigo que cada
vez le caía mejor, yo sonreía.

Me dijo, esa chiquita, pero bien linda la peladita jajajaja. Le dije que nos fuéramos a mi hotel, no
sé en cuál momento decidí que me lo iba a subir a la habitación, tal vez cuando pregunté en la
recepción si podía hacerlo. Tal vez desde el inicio eso era lo único que quería. Yo sé, que muy
rápido, que en otras circunstancias, todo hubiera terminado en una charla y besos largos y
deliciosos. Pero tiempo, tiempo era algo que no teníamos, y yo me quería llevar eso, todo el
tiempo que pudiera aprovechar con él, para hacer todo lo que deseaba. Subimos a mi habitación,
y las cosas estaban más que cantadas, sin embargo, él fue lindo y paciente…y creo, sinceramente,
que esa no fue nunca su intención cuando empezó a hablar conmigo, por esa razón me gustó más,
me encantó, me enloqueció, me fascinó…y hoy siento un poco de nostalgia porque tiempo fue lo
que me faltó…

Mientras yo hablaba por celular él se acostó cerca de mí, yo empecé a acariciarle la cara, porque
me gustaba tenerlo ahí, él recostó su cara sobre mis piernas…y empecé a sentir. Ansiedad, ganas,
expectativa…me recosté a su lado y charlábamos, nos abrazamos, como si ya lleváramos un buen
tiempo de conocernos. Me daba besitos en mi mejilla, en la cabeza, yo sabía que quería comerme
a besos, y aun así, no lo intentó, no quiso imponerse de esa forma, pero me consentía la cara y el
cabello, y yo me derretía. ¿Hace cuánto no sentía eso? ¿Hace cuánto tiempo alguien fue así
conmigo? Te quiero besar, me acerqué a él y le di un par de besitos y le dije ¿Quieres que te dé
besitos? Y él sonreía feliz. Nos besamos, rápidamente, su boca ya era una conocida para mí,
rápidamente nos acoplamos y todo era nuestros labios y nuestras lenguas. Me hice encima de él y
nos besábamos. Tal vez, las cosas no hubieran tenido que terminar en sexo…con solo besarnos de
esa forma, todo hubiese sido perfecto, pero no tenía tiempo, y me quemaba por dentro. Bésame,
pensaba, tócame pensaba, quédate a mi lado, pensaba. Y así fue que todo ardió. Encima de él, lo
besaba, le cogía la cara, le metía la lengua, profundo en la boca, sentía la suya, sentía sus manos
bailando por mi espalda, en mi cola y en mis piernas, empecé a restregarme, quería sentirlo, sentir
su pene que ya estaba duro. Dios. Necesitaba eso, necesitaba arder de nuevo, cansada de que
todo fuese la mitad de lo que debía de ser, de que todo me había parecido insípido, una vil copia a
lo que una vez fue amar…me lo encontré a él, para mostrarme que nada había muerto, que tal vez
volvería a vivir de nuevo, entera, sin rastro de que una vez el amor que pasó por ahí me había
dejado arrasada. Quería gritar del desespero, de la felicidad, de la maldita excitación, cuando
sentía sus manos en mis piernas y que se acercaban al huequito de mi pantaloneta, quería que me
tocara ahí, que me comiera entera.
Hazte en cima mío, bésame, restriega tu pene duro, y por favor, por favor, quitémonos muy rápido
la ropa, que ya no la soporto. Te beso, te aprieto el trasero, grande redondo duro, ese mismo que
te vi cuando te conocí y que me había fascinado tanto. Creo que en ese mismo instante me
imagine agarrándote así. Cosita rica, pensaba. Hpta, QUE RICO, me decía, intentaba no subir
mucho el volumen de mi voz por miedo a que me escuchara la gente por ahí. Me quite la blusa,
porque ya no quería ropa, le quite la camiseta, y vi su torso. Sus brazos mucho más grandes de lo
que me imagine, sus hombros redondos, su abdomen plano. Una delicia, y más de lo que me había
imaginado. Y así, nos fuimos desnudando, me empezó a coger las tetas con el top puesto, y luego
me quedé sin él, empecé a sentir sus besos en mis senos, y me volvía loca. Hpta, creo que nunca
en la vida había sentido que alguien me besara tan rico en las tetas, con tanto placer. Luego, como
era de esperarse salió la pantalonetica, con mis medias y mis tangas enredadas. ESTOY DESNUDA
PARA TI, CÓMEME POR FAVOR, FÓLLAME HASTA QUE SE ME OLVIDÉ MI NOMBRE, HASTA QUE
SÓLO PIENSE EN TI.

Te quedaste desnudo también, y entré en éxtasis al ver tu hermoso cuerpo, tus piernas grandes
aun siendo delgado, todo tú duro como una piedra. Tu pene delicioso, perfecto, tu verga grande
que prometía hacerme voltear los ojos hacia atrás, tu verga que ya me quería comer, que me
quería meter hasta el fondo de la garganta hasta que no pudiera respirar.

Bajaste a mi vagina, unos besitos cerca a mis piernas, y ya te quería ahí adentro, ahí para siempre,
chupándome como loco, ojalá de forma violenta. Me volviste loca con tu lengua, con tu forma de
darme placer. Me volví loca con tu verga chupándote duro, metiéndomela hasta el fondo,
aguantando aun cuando no podía respirar. Te escuchaba respirar fuerte, te veía ido, y me sentía
tan feliz de hacerte sentir así. Métemelo, por favor. Buscaste un condón en tu maleta y estando
encima de mí me lo metiste, estaba tan mojada que entró de inmediato, sin dolor, sólo esa
maldita sensación que me quema. TU pene perfecto, me entraba hasta al fondo, tan grande para
llenarme todita, para hacerme venir, para hacerme sentir placer, para enloquecerme tanto que
ahora te pagaría el vuelo para que vinieras otra vez para estar conmigo una y mil veces más.

GANAS DE QUE NO TE SALGAS DE ADENTRO DE MÍ, qué ganas de poder hacer eso mismo todas las
noches, no te imaginas que ya sentía nostalgia, a pesar de que apenas empezaba. El condón me
incomodaba y a ti también, te dije que planificaba y tú, te lo quitaste para mí. Te quería sentir así,
a ti, que nunca se bajara esa erección que me lo metieras en todas las posiciones, que me hicieras
sentir esas ganas de querer orinarme y de reír, ese roce de locos, tus bolas contra mi vagina, tu
pelvis restregándome el clítoris, tu arriba, yo moviendo mi cadera. HPTA, no sentía ni una gota de
cansancio, todos mis músculos estaban ahí para complacerte, yo sólo quería volverme loca
contigo. Yo arriba y moviéndote el culo, haciendo sentadillas, besando tu rostro, recibiendo tus
besos que nunca se te agotaban. Que delicia, que delicia de hombre, que delicia sentir así, que
delicia verte a la cara y sonreír, pensar en tu nombre, y que me encante tenerte a ti ahí, que
delicia no pensar en el otro…no sentir ese pesar, sino al contrario…

QUE RICO vernos en el espejo, ver mi cara, ver tu cuerpo y cómo encajamos cuando me hago en
cuatro y me lo metes, ver tu cara, tus nalgas perfectas, tu piel súper blanca y tus piernas fuertes.
TODO, TODO. FUERON tantas cosas que se me hace difícil escribir cada detalle, así como cuando
me hice en cuatro y te deje mi culo de vista mientras te lo movía y me decías ufff esto se siente y
se ve delicioso, que cogías el culo y el espejo podía ver cómo se me movían las nalgas, se sentía
delicioso. Así como cuando te empecé a chupar la verga y me subiste para hacerme sexo oral, para
hacerme casi venir en el momento. Así como cuando con mis piernas de lado me diste y me diste a
hacerme venir, hasta hacerme casi orinar porque nunca había sentido una penetración así. Y no
creas, que he podido tener buen sexo en mi vida, sólo que tú me volaste la cabeza, sólo que
contigo todo era nuevo, sólo siendo dos desconocidos y supiste leer mi cuerpo de forma perfecta.

DOS horas dándole y dándole de diferentes formas, tranquilos, sin nervios, haciendo, inventando,
dándonos placer con verdaderas ganas. Me tienes loca te decía, porque estaba loca, porque me
encantaba, porque tu verga es maravillosa y quisiera tenerla en este instante en el fondo de mi
garganta…

Recuerdo la segunda noche, yo tan ansiosa que casi ni pude comer. Luego te esperé en mi
habitación, te demoraste más de lo que esperaba y ya me sentía irritable porque te quería
puntual, ¿Qué acaso no entendías que tiempo era lo que nos faltaba? ¿Por qué eres tan tonto y te
demoras, si me muero por tenerte otra vez? Golpearon a mi puerta, yo intentaba no parecer
demasiado nerviosa, como si ni siquiera te estuviera esperando, también porque tenía rabia
porque eras impuntual. Creo que siempre extrañaré eso de Camilo, es inevitable, extrañaré sus
ganas locas de verme, tan locas que podía llegar varios minutos antes, creo que siempre extrañaré
que alguien sea capaz de amarme de esa forma, aunque todo hubiese sido pasajero, aunque su
amor por mí al final no le duró lo suficiente como para luchar hasta el final.

Abrí la puerta, y te saludé con un hola seco, tenía rabia, no te lo niego. Seguiste, esperando un
poco más de mí, quizás algún beso, o lo que sea, pero no, yo tenía rabia, todavía no quería
mostrarte la maldita ansiedad que tenía por ti, por estar en tus brazos. Seguí en el computador,
luego, me puse a guardar las cosas que tenía regadas por la habitación, no te había besado, no te
había prestado atención, tú sólo te sentaste a mirar el celular. Ahora, no te puedo creer que no te
guste mirar tu teléfono porque siempre lo hacías cuando estabas ahí conmigo. ¡Qué tonto eres!
¿Sabes? Recuerdo que ya no eres tan perfecto.

Pero, querías estar conmigo, fuiste tierno y paciente, me dijiste que me ibas a consentir, que te
querías dedicar a mí, a darme un masaje, que me quitara la ropa. Y de repente, ya me había
quedado sin mi pantalón, ya no había estorbos por ahí, me acerqué a ti que mirabas alguna cosa
en tu celular, me recosté en tu hombro, y esa escena se me hacía familiar…a veces, no sé hasta
qué punto fue tan único lo que viví contigo, o si sólo se trató de la reescenificación de aquellos
gestos que tanto amaba de él…ver juntos el celular, los masajes, el sexo…Luego recuerdo tu voz
dulce, y cómo nos conocimos, y bueno, al final de cuentas qué son los besos, los abrazos, las
caricias, el sexo, qué tan diferente es que me lo metas tú o me lo meta otro. Todo se reduce a la
experiencia, a la forma en la cual nuestra cabeza, nuestro cuerpo, nuestro corazón se encuentra
en un mismo momento, el presente que fue. Esa fue la gran diferencia contigo y el resto de los
hombres, es por eso que dos meses después no lo logro olvidarte y reescribo los detalles de esas
noches, porque no quiero seguir perdiéndolos. Esa fue la gran diferencia contigo y con Camilo.
Cuando estaba con él, todo se sentía correcto, todo se sentía como el derecho de las cosas, como
que no quería pensar en nadie más, ni en nada más que no fuera él y su cuerpo, él y su ternura, él
ahí conmigo, en nuestro pequeño mundo hecho de besos, sexo sin parar, siestas abrazados,
películas, gomitas, arroz con leche, un helado en el centro comercial.
Contigo…fui feliz, porque ya no sentía dolor, porque dejé de pensar en esos recuerdos que tan
dolorosamente me han taladrado la cabeza una y otra vez, hasta que un día dejaron de arder en
mi corazón, hasta que un día el vacío en mi estómago desapareció, hasta que un día tomé la
decisión de dejarlo ir, porque él ya lo había hecho conmigo hacía mucho tiempo; y fue en ese
momento en el que dejé de soñar con encontrármelo de nuevo, con que nuestros destinos se
volvieran a cruzar para regalarnos la segunda parte de nuestra historia de amor, una segunda
parte que terminara en un “para siempre”.

De repente me encontré a ese hombre, y eso se fue, no tenía que cerrar los ojos, no sentía culpa,
no sentía que estaba llenando mi vacío con una verga, no, sólo sentía placer, ganas. Sólo te quería
a ti, no quería a nadie más. Y eso es lo que más amo de esta historia, que me mostraste que el
amor podría aparecer de nuevo en mi vida, que sólo tenía que vivir en el presente.

Querías seguir viendo videos, y entre risas te dije que ese no era el objetivo. Te usaba, en cierta
forma, sólo quería sexo, que siguieras recorriendo mi cuerpo con pasión y con ternura, quería
hacer yo lo mismo contigo. Te dio risa, y dejaste el teléfono a un lado, no recuerdo si me besaste,
no lo sé. Sólo sé que use esa misma frase que le había dicho a otro par, contigo. Me quitaste la
ropa, me pediste crema y me diste cariño, masajeaste mi cuerpo y yo era feliz. Hace tanto que no
sentía esa plenitud, que todo era correcto, que seguro te gustaba a ti, tanto como tú a mí. No
recuerdo en qué momento te quitaste la ropa y empezamos a comernos. Esos detalles se han ido
borrando de mi cabeza.

Sí recuerdo que te dije que sí querías que te consintiera y que me dijiste que sí, me dediqué a
besar cada parte de tu cuerpo, a adorarte, porque eso quería, porque me encantaba tu cuerpo por
donde lo viera, sin tatuajes, tu piel blanca, tus nalgas súper paradas. Tan diferente a Camilo, y tan
perfecto también. Sentía lo mismo, o no sé, esa plenitud, esa alegría, esas ganas de hacer eso con
el corazón caliente. ¿Sabes cuántas veces lo intenté? ¿A cuántos besé y lo único que conseguí fue
un corazón más roto? Con el resto, sólo era una habilidad más que les podía mostrar, un plus en
medio del sexo que yo les podía brindar. Con Camilo, era por amor, era la primera vez de muchas
cosas, era la adoración. Contigo, eran ganas, sinceras y absolutas ganas por ti, por eso me quedé
ahí contigo, por eso no quería parar, por eso veía derretida su sonrisa, y quería más noches así
junto a ti, quiero más noches así.

Recuerdo que estabas cansado, y yo tenía tantas ganas de dormir a tu lado como de tener sexo
contigo, eras tú a quién deseaba, de todas las formas posibles. Te quiero ahora, te adueñaste de
mi cabeza de una forma que no pensé que sucedería, y ahora, casi todas mis fantasías te
pertenecen, con la esperanza de que de tanto llamarte, un día pueda volver a tenerte.

Te invité a ducharnos, y otra vez nos bañamos. Nunca me había gustado tanto bañarme con
alguien, ni siquiera con Camilo. Te concedo eso, era única cada ducha, los besos, los besos
interminables, largos y profundos, tus ganas de buscarme siempre la boca. Nos duchamos, te
bañaba, tú me bañabas.

Recuerdo, luego, cuando estabas tomando tu proteína haberme acercado a tu abdomen y haberte
besado. No tienes idea de lo mucho que quería comerte, creo que es la hora que no te puedes
imaginar eso, y que si lo supieras dirías que estoy totalmente loca, demente.
Recuerdo esa noche cuando íbamos a dormir que me dijiste que me hiciera al otro lado de la cama
para que no me molestara el aire acondicionado, me pareció dulce, amé tu dulzura. Me pasé por
encima de ti, con ganas de jugar, y ahí me cogiste tú y me besaste con ganas, en medio de la
oscuridad, y me hiciste excitar, ¿Cómo podía volverme así de loca contigo? ¿Eran las ganas y el
hambre atrasadas que explotaron ahí? O en serio, ¿Eres muy buen jugador y yo sigo perdida en
ese juego?

Me restregué y te pusiste duro, me acomodé para que me lo metieras y ahí hicimos el amor otra
vez, yo quería gritar de la felicidad, del placer, de ser sólo mi cuerpo. Que rico tu calor, tenerte
adentro, tus besos en la oscuridad, tu forma de abrazarme, cómo me lo metías, cómo me movía
encima de ti, cómo me apretabas a tu cuerpo, cómo me tomabas, cómo me arropabas el cuerpo,
feliz de sentirme ahí, hasta venirnos. Te DESEO, con locura, y me siento loca, y ansiosa.

Quiero coincidir otra vez contigo en esta vida, pero temó terminar con el corazón roto, o
decepcionada… no quiero volver a sentirme así de nuevo.

Recuerdo que terminamos, que me hice a tu lado, y que estabas tan cansado, te abracé, puse tu
cara en mi pecho con toda la ternura, con todas las ganas que sentía por ti…con el amor que ya no
le puedo dar a él. Te abracé, porque esa noche eras mío también, y te dormiste al momento,
saltaste, me dio risa, ya sé que cuando te duermes haces eso. Y así nos quedamos, dormí cómoda
a tu lado, con tu calor, dándote besos, buscando siempre estar pegada a ti, porque sabía que iba a
seguir el resto de mis noches yo sola.

También podría gustarte