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SEGUNDO EJE TEMÁTICO: LA VALORACIÓN DE LOS CONTENIDOS DEL DERECHO: FUNDAMENTOS


Y FINES (UNIDAD 4)

El problema de la valoración del Derecho. Planteo de la cuestión. Iusnaturalismo y Iuspositivismo: su


caracterización y formulación. Su relación lógica: una contradicción en la historia.

(PADRE MÉNDEZ comenzó hablando y da una introducción al tema) Hasta el semestre pasado nos
encontrábamos buscando la validez de lo jurídico. Y habíamos dicho que hay dos grandes proposiciones la
tesis naturalista y la tesis positivista, que son mutuamente contradictorias de manera que si una es verdadera,
otra es falsa. Habíamos dicho que a través de la historia de la filosofía, se han ido presentando estas dos tesis
y que íbamos a hacer un recorrido a través de la historia de la filosofía. Esto es lo que comenzamos hoy.

(DR. CASABELLA inicia la unidad) Como decía el padre Méndez, el lugar en que nos vamos a ubicar ahora es
histórico. Y por varias clases vamos a revisar que es lo que se ha dicho en el pasado respecto de esta
problemática del derecho.

Nosotros, en la filosofía del derecho, estamos haciendo el intento de preguntarnos el porqué de las normas
jurídicas, porque estamos obligados a cumplirlas, cual es el sentido que estas tienen y preguntarnos hasta
donde nos alcance las fuerzas de la razón. A su vez este intento ya hemos visto plantea dos principales
posturas respecto de que el fundamento de la razón es la fuerza del hombre para imponerla o bien hay algo
más allá que la justifica o la fundamenta a la normativa jurídica.

De ahí estas dos tesis, se sostenía todo el derecho proviene del hombre, de su inteligencia, su voluntad y su
facultad para imponerlo O hay algún derecho o esencia normativa jurídica que le da fundamento y que no
viene del hombre, hay alguna parte de lo jurídico que no está dispuesto o presentado por el ser humano, sino
que el ser humano a través de su razón, la reconoce y la respeta en su disposición normativa jurídica

Para intentar no relatar como si fuera un cuento de hadas lo que pasaba en los distintos periodos de la
historia, no debemos perder de vista lo que opinaba aquellas personas de esa época respecto de si el
derecho tenía otro fundamento además de la inteligencia y la voluntad humana, si había algún reconocimiento
respecto de ese fundamento o no, porque al final del programa y la evaluación histórica vamos a intentar
hacer una síntesis, y justamente el sentido de esta revisión histórica apunta a una revisión de que se sostuvo
a lo largo de la historia sobre el fundamento de lo jurídico.

(RESUMEN) ¿Cuál es el test de valides de lo jurídico?

1) Una tesis dice que es cuando ha actuado la voluntad de los legisladores. Lo jurídico es solamente aquello
que decidió la voluntad del legislador (IUSPOSITIVISMO). El proceso mental previo no es jurídico, solo puede
ser una apreciación moral, política. Se expresa con la fórmula: todo lo jurídico proviene de voluntad humana.
El iuspositivismo tiene prioridad lo debido que lo determina el legislador y es será justo. Es justo porque es
debido. La validez da la valoración. EL TEST ULTIMO ES LA VOLUNTAD DEL LEGISLADOR. Excluye todo el
derecho natural. Universal afirmativa (proposición universal porque entra todo lo jurídico).

2) Antes de la sanción, hay inteligencia del legislador. Este legislador descubre y razona dentro del campo de
lo jurídico. No genera lo jurídica desde cero. El legislador no genera algo todo desde cero, porque hay una
actividad racional previa y se mueve dentro de lo jurídico. La sanción no le otorga validez jurídico, porque lo
jurídico viene desde antes (IUS NATURALISMO). Lo jurídico está en la razón humana, ya hay algo justo por si
mismo y por eso es debido. El legislador debe poner la razón dentro de lo natural. Prioridad de los justo sobre
lo debido. Es debido porque es justo. Hay algo jurídico que no viene de la voluntad humana y hay otra parte
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que sí. Particular negativa (algún derecho no es proveniente de la voluntad humana, es particular, calidad
negativa).

Las dos proposiciones son mutuamente contradictorias. Si una es verdadera, la otra es falsa. Porque si yo
digo todo, no queda espacio para algo contrario.

LAS DOS POSICIONES NOS HACEN CONOCER LA HISTORIA SOBRE LAS IDEAS RELATIVAS AL
FUNDAMENTO DE LO JDCO

Antiguo Oriente.

(MONTEJANO) Desde la más remota antigüedad los seres humanos se plantearon la cuestión de la
existencia, mas allá de las normas positivas, ”puestas” por la autoridad o por la comunidad, de algunos
preceptos necesarios, imperativos que responden a las exigencias de la naturaleza humana.

Egipto

Cuando Egipto era imperio debemos hacer referencia a dos etapas:

 Imperio Menfita se remonta al 2800 a. C. hasta 2500 a. C. Se caracterizaba por ser una monarquía
absoluta, donde el faraón o emperador recibía el nombre por ser considerado la puerta al cielo. En sus
manos estaba el destino del país ya que era la unión del pueblo con el orden divino del universo.

La dinastía era absoluta porque además de pagar los impuestos en especie, debían prestar el servicio del
trabajo obligatorio en las pirámides y en las obras de irrigación.

A partir de la VI dinastía empieza el Faraón a ceder sus poderes a funcionarios que habían sido leales:
reciben tierras en premio a sus trabajos, se convierten en terratenientes y se independizan. Sus cargos se
hacen hereditarios y adviene el periodo feudal. Esta época es conocida como la “Gran Revolución” ya que se
produce una transformación radical de las instituciones y de las ideas. Es necesario encontrar fórmulas
nuevas para expresarse.

 Imperio Tebano: Imperio Medio (año 2200 a 1600 a. c.) e Imperio Nuevo (1580 a 1100 a. C.) donde se
ve mucho más acentuado el sistema feudal. Hay una concepción monárquica absoluta ya conviviendo
con una asociación activa de los súbditos (más participativas), de aquellos súbditos que en el anterior
imperio habían sido los señores feudales (los que se habían beneficiado con las tierras). La monarquía
absoluta, entonces, se hace más participativa/ más extendida.

Egipto se caracterizó por aparecer alrededor de los beneficios del Rio Nilo. El Río Nilo para los egipcios es lo
mismo que la concepción de la Pachamama para los Incas de acá, es decir, hay una adoración y especial
vivencia de connaturalidad (“comunidad de naturaleza) con el rio que es el proveedor de los distintos suelos
que posibilitaba a los cultivos. Esto obligaba a que sea observado constantemente y por ende, la necesidad
de que sea trabajado de forma constante; reinaba la realización de obras hidráulicas. Le da un sentido
asociativo a la cultura egipcia que fue notable. Es decir el desarrollo y vida en comunidad exigía
necesariamente esos trabajos comunitarios, y por lo tanto una asociación o la situación de asociación era
mucho más exigida por el medio, esto fue un estímulo para la organización social (nace la tendencia a la
formación de comunidades humanas y la idea del Estado).

El conductor del orden social era el Faraón, aun cuando tenía fuerza suficiente para imponer su voluntad
como fundamento de la normativa jurídica, vemos que hay una invocación al orden divino (necesita
respaldarse en un sentido divino, algo trascendente a los hombres, y se presenta como puerta de los cielos
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PESE al absolutismo de su poder). Su autoridad toma un tinte en el sentido de conductor del pueblo a las
puertas de los cielos; es decir, que si prestamos atención a semejante detalle advertimos que cuanto menos el
monarca absoluto hace una referencia a un orden superior (por lo menos en lo escrito). Esa situación vamos a
ver se profundiza con el avenimiento del imperio Tebano. En donde se genera una síntesis en esta
concepción antigua del derecho divino y la participación activa de súbditos por lo menos de los más
encumbrados (significa ennoblecidos). Se genera una conciencia (que se manifiesta en alguno de los
documentos que han quedado de esa época) más acabada y perfeccionada del propósito del bien común y el
orden social, a cuyo servicio tiene que estar el poder, o el poder que quien gobierna se justifique.

(PADRE MÉNDEZ) Ya veremos seguidamente que, en el mismo Medio Oriente, otros pueblos como el hindú,
entienden la salvación como un aniquilamiento de la existencia individual, lo cual no sucede en el egipcio, el
cual la concibe como prolongación de la existencia individual y precisamente en condiciones idénticas a las de
la vida presente. De ahí el llamativo antropomorfismo de las ideas egipcias acerca de la vida ultraterrena
(recordemos que antropomorfismo es atribución de cualidades humanas a aquello que no es humano, como
las divinidades, en este caso) y esto también las diferencia de otras culturas como la China, cuyos pensadores
no conciben la divinidad con forma o cualidades humanas, sino que tienen una visión panteísta.

(DR. CASABELLA) En este punto son notables los documentos de “Las Instrucciones del Faraón al Visir” y
“Las Quejas del Felah”. Yo les voy a dar una leída para que encontremos el sentido y veamos la acaba
conciencia que había hace 2000 o 3000 años a. C. sobre la justificación de quien impone una norma jurídica.

En las instrucciones del faraón al Visir (instrumento que responde a la época de la dinastía Tebana) estaba
grabada en la tumba del Visir Rekmara y allí se expresaba: (Puse números para que vayan a las acotaciones
que daba el profesor)

“Cuando venga un demandante del Alto o del Bajo Egipto..., mira que todo se haga conforme a la ley 1 que
todo se haga conforme a las disposiciones que le atañen, dando a cada uno su derecho (...) Atiende al que
conoces como al que no conoces; al que llega personalmente a ti como al que está lejos de tu casa (...) No
descartes a ningún demandante sin haber acogido su palabra 2 Cuando un demandante se halle ante ti,
quejándose, no rechaces con una palabra lo que te diga; más, si has de desatender su súplica, haz que vea
por qué la desatiendes” 3

Comentarios del Dr. Casabella al texto transcripto:

 1 tanto para los del alto como los del bajo Egipto, es decir, plantea ya la asociación de lo jurídico a un
orden de igualdad.
 2 consagra por así decirlo la garantía del debido proceso
 3 lo subrayado es lo importante de este documento. Ese sentido “haz que vea por qué”, le está
indicando que hay alguna razón atrás que hay que exhibirla, que hay que mostrarla, y que justifica el
acto de poder jurídico.

Otro documento muy trascendente, pintoresco en alguna medida, son las conocidas “Quejas del Felah” que se
encuentran en cuatro manuscritos del Imperio Medio y que fueron descubiertos en el año 1863.

El felah es un campesino que en el tránsito de la ciudad a la cual iba en busca de alimento para su familia es
robado y azotado por el ciervo del intendente.

“el campesino sabe quién es el señor de este pueblo, es el que impide que haya ladrones en ese país, se
dirige al intendente en demanda de justicia y hace 9 alegatos. En el primer alegato le dice “intendente señor
mío, eres el padre del huérfano, el esposo de la viuda, el hermano de la divorciada, el vestido del hijo sin
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madre 1. (Acá se cortó el video así que lo transcribí del libro) ¡Ojala pueda proclamar tu nombre por el país de
manera que valga más que la bella ley! ¡Guía que haz aniquilado la injusticia y creado el derecho! Aparta el
mal. Hazme justicia… Júzgame, pues tengo gran necesidad.”

1 está reconociendo la autoridad, lo señala como autoridad, tiene una preeminencia sobre el resto de la
población. Por eso le dice “señor mío”. Una vez que lo señala como autoridad vamos a ver que empieza a
desentrañar por medio de la razón que esa autoridad tiene un sentido de bien común, y que necesariamente
es de eso lo que se tiene que ocupar la autoridad.

En el segundo alegato da las pautas del sentido que tiene se ver con “ser” autoridad:

“No hay nada peor que una balanza desequilibrad, una lengua que yerra, un hombre justo que vacila. Mal le
va a la justicia contigo, porque tú la has apartado de ti. Tus consejeros cometen injusticias. Roban los
encargados del interrogatorio. El que debe dar aire nos quita respiración, el que tiene que distribuir, roba; el
encargado de combatir los pecados, obra mal. El encargado de medir el grano, se guarda una parte ¿Quién
va a combatir la injusticia si vacila el que debe aniquilar el mal?

Él está señalando que hay una autoridad que es encargada de distribuir y no puede ser esa la que roba.

En el tercer alegato le dice “tú atiendes las necesidades de todos, pues eres como la corriente del Nilo,
merced a la cual verdean los campos y se pueblan los lugares desiertos ¡Reprime a los ladrones! ¡Ampara al
miserable!1 Se justo, teniendo en cuenta que la justicia para el país es hacer el bien 2. No mientas, pues eres
la grandeza. No seas ligero, pues eres la gravedad. No mientas, pues eres la balanza.

 1 Le señala otra de las cargas de ser autoridad


 2 Acá se marca el sentido con precisión de que la autoridad se ejerce a los efectos del bien común, es
decir, primero se lo reconoce como el padre, el señor, el que dirige, el que tiene la facultad pero esas
facultades de dirección están dadas para distribuir no para robar, para reprimir a los ladrones y para
ser justos porque la justicia del país es hacer el bien.

Directamente hay una concepción muy precisa en este pasaje que a veces podemos leer rápido y perder el
sentido, muy precisa de la justificación de la autoridad jurídica: quien puede dirigir lo hace con el sentido de la
procura del bien común “tú te identificas con la balanza pues eres quien lleva el timón”. Es más en algún
pasaje del alegato el felah se despacha muy en contra de la autoridad, yo diría (Dr. Casabella) con poca
prudencia y así le va.

En un pasaje el Felah dice “tú eres el barquero que solo pasa al que tiene dinero para pagarle; el justiciero en
quien esta aniquilada toda justicia. Tú eres el jefe del granero quien no socorre a quien acude con las manos
vacías. Eres un ave de rapiña que vive de los pájaros mas desgraciados; eres un pastor que no cuida el
rebaño. Eres el que pudiendo oír no oye ¿Por qué no escuchas? Que sea encontrada la verdad y que la
mentira sea abatida a tierra.”

En este estado del juicio el intendente ordena la flagelación del campesino: esto es lo que les va a ocurrir
cuando sean abogados y a veces vayan a un juez y vean que no les lee los alegatos, y entonces a ustedes no
se les salga la cadena hablando en términos de la autoridad, con el juez (que es el equivalente de esta
situación); van a terminar no creo que azotados pero con algún maleficio encima con quien ejerce el poder.
Hay que ser más cauto en las peleas, en mostrar las razones porque este termina azotado ahí, pero insiste.

Así en el cuarto alegato dice “no seas el timonel que deja embarrancar su barco. No dejes morir a aquel cuya
vida debes conservar… no permitas mi ruina. No seas sombra que oscurece el sol.” Insiste entre las razones
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“estas encargado de los interrogatorios para juzgar entre dos equitativamente. Y para castigar al ladrón, haz
que nazca el bien y aniquila el mal. Este es el sentido de tu autoridad”.

Con todos estos alegatos el felah lo termina convenciendo y en el documento queda claro que gana el juicio.
Hay un reconocimiento del intendente ya que manda a devolver lo que le había sido robado.

En definitiva lo que vemos en Egipto merece esta especial valoración de una referencia, aunque desordenada,
a ciertos deberes naturales que son imperativos y que están más allá de la voluntad de quien tiene el poder;
es decir, hay un reconocimiento a un orden natural especialmente relativo a la familia, al patrimonio, a la
igualdad, a la equidad y al reparto justo detrás de una norma, de un orden o de un mandato jurídico.

(PADRE MÉNDEZ agrega otro documento mas) Veamos unos fragmentos del Libro de los muertos:

"He abierto los caminos que están en el cielo y en la tierra, porque soy el bienamado de mi padre Osiris. Soy
noble, soy un espíritu, estoy bien pertrechado. ¡Oh, vosotros, todos los dioses y todos los espíritus, preparad
un camino para mí! Pasa, pues eres puro. ¡Yo os conozco, Señores de Verdad y Justicia! Yo os traigo lo Justo
y he acabado con el mal. Yo no he hecho daño a los hombres. Yo no he oprimido a mis consanguíneos. Yo
no he sido mentiroso en lugar de ser verídico. Yo no me he enterado de traiciones. Yo no he sido malvado.
Como Jefe de hombres, yo no he hecho trabajar a ninguno cada día más de lo requerido… Yo no he causado
hambres; no he hecho llorar; no he ordenado el asesinato… Yo no he robado las provisiones ni los vendajes
de los muertos… Yo no he alterado las medidas de los granos… ¡Soy puro, soy puro, soy puro! Aunque yazgo
en la tierra, yo no estoy muerto… porque soy un Espíritu glorificado para toda la eternidad”.

Dejando de lado los rituales y las ofrendas con las que se acompañaba a los difuntos, los egipcios entendían
que, con estas fórmulas, las personas fallecidas podían alcanzar el Más Allá. Si bien el sacerdote era quien
recitaba las primeras fórmulas del libro durante la ceremonia funeraria, se lee en el primer texto un tinte de
esperanza, se espera llegar al camino que los dioses y espíritus preparan para el difunto.

El camino que debía atravesar quien había llegado a la muerte se trataba de un laberinto, el cual estaba
protegido por una serie de puertas, en cada una de se encontraba la segunda inscripción arriba transcripta.

Luego de atravesado el laberinto, un grupo de jueces, presididos por Osiris, evaluaba la vida de quien se
presentaba ante ellos. Allí recitaba el tercer párrafo precedentemente transcripto y del cual se observa la
vigencia de determinadas normas, de cuyo cumplimiento hay que dar cuenta y cuyo incumplimiento implicaba
la sanción ultraterrena. Quien no hubiera sido justo o quien hubiere ordenado el asesinato, por ejemplo, sufría
una sanción perpetua. Como claramente se lee, estas normas consagran el deber de veracidad, prohíben el
homicidio y la explotación, como también el robo y el fraude. En este pasaje, conocido como “la fórmula 127”
se encuentran comprendidos los preceptos morales egipcios. Nótese que existe una referencia a ciertos
imperativos morales y jurídicos, como deberes naturales, es decir no originados en una fuente humana.

Luego de ello, se colocaba en una balanza una pluma y un corazón en el que los dioses proclamaban su
veredicto. Los puros, podían proclamar la última transcripción, mientras que los condenados, sufrían los
castigos pertinentes.

Babilonia

(PADRE MÉNDEZ) Previamente, veamos un poco de historia para poder comprender el surgimiento de esta
civilización.

Tanto la historia política de la Mesopotamia, como su trayectoria cultural, son más complejas y confusas que
la de Egipto. En sus orígenes ésta fue determinada por la fusión entre los sumerios y los acadios, llegados
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posteriormente. Del predominio de unos y otros, respectivamente, recibieron su nombre el sur (Sumeria) y el
norte (Acad) de Caldea. El tercer milenio a.C., se caracteriza por el paso de la hegemonía de las dinastías
sumerias (de Lagasch y Umma) a las acadias (de Kísch y Agadé). Al finalizar el tercer milenio, irrumpen los
amorreos (nueva oleada semita) quienes, instalados en Babilonia (Bab-el, es decir, «la Puerta de Dios»),
arrollan a los sumerios y consiguen la unificación política y cultural, que ya en tiempos de Hammurabí, sexto
rey de la nueva dinastía (siglo XXI a. C), es un hecho. Desde entonces Babilonia será la metrópoli del Próximo
Oriente.

La religión desempeñó en Babilonia y Asiria un papel menos importante que en Egipto, sobre todo en el
aspecto individual. Ambos pueblos participan de la creencia en espíritus buenos (dioses) y malos (demonios),
siendo éstos de inferior jerarquía.

La religión se reducía al temor y al servicio externo de la divinidad, encaminado a conseguir y conservar sus
favores, que, al igual que su ira, se traducen exclusivamente en premios y castigos terrenales (no de una
retribución en el más allá), y especialmente en una vida más o menos larga y próspera. La idea de la
inexorabilidad de la muerte, con la angustia de un más allá sombrío y triste, que hallan dramática expresión en
la Epopeya de Gilgamesch y el Poema del Viaje de Ischtár a los infiernos, contrastan con la esperanza egipcia
en una inmortalidad radiante, conquistada mediante la práctica del bien. Este rasgo peculiar de la mentalidad
semítica revela un utilitarismo y un hedonismo radicales, un apego a la tierra, que fueron los estímulos
fundamentales del arte y la ciencia asirio-babilónicos.

Babilonia: La concepción más antigua del poder político es teocrática en el sentido de que cada ciudad está
gobernada por su dios protector, su Baal o señor. El dios tutelar se vale de un rey, llamado ischakku o patesi,
que actúa como vicario suyo. Pero a partir del siglo XXVII a.C. durante el siglo XXVI, el rey se divinizó a sí
mismo, a la usanza egipcia, dejando de ser un mero vicario.

En este proceso se consolida un imperio: un monarca conquistador reúne pueblos diversos bajo un cetro,
imponiéndose el culto del común soberano como unidad, es decir, asegurando la unidad política de esos
pueblos. Este principio constituirá un común denominador en la Antigüedad pagana: Ciro, Alejandro Magno,
Augusto, serán -por idéntica razón- “dioses imperiales”. Sólo el cristianismo, con su dualismo entre lo temporal
y lo espiritual y su monoteísmo universalista, superará esta concepción.

Pero si en la guerra el rey babilónico es ante todo un rayo implacable que fulmina, en la relación con su
pueblo es un guía solícito, que se llama a sí mismo “pastor” y “padre” de sus súbditos. Esta concepción se
refleja en el llamado código de Hammurabí (circa 1750 a. C.).

(DR. CASABELLA) En Babilonia vamos a encontrar alguna situación semejante a la que acabamos de ver en
Egipto. Es un pueblo, una civilización, que anuncia un ideal de rey perfecto. Ese ideal de rey perfecto debiera
ser el consagrado del bien del pueblo, es decir, ya tiene una concepción muy precisa.

Vamos a ver acá el monarca más famoso de Babilonia que es Hammurabi, quien dejo el código, fue un tirano
en muchas situaciones. En realidad hubo un reconocimiento racional a que la autoridad debe ejercerse a
procurar el orden o bien de la comunidad, por eso el rey perfecto es el consagrado al bien del pueblo: es el
que imparte justicia para que el fuerte no dañe al débil (se habla ya una especificidad de la equidad, mucho
tiempo antes de los filósofos griegos) para corregir las imperfecciones de la ley.

(PADRE MÉNDEZ) Hammurabí explica que el soberano no sólo busca reglamentar las instituciones, sino que
intenta que el reino de la justicia impere, por su intermedio, ya que es un hombre querido por los dioses para
expresarlo. En sus deseos figura la preocupación porque el acusado entienda y comprenda la sentencia que
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se le dicta. Nótese que al hablar de “los días venideros”, el rey que lo suceda, debe guardar la equidad, pero
ésta, ¿dónde se encuentra? Grabada en su estela. Es decir, escrita.

Finalmente, observamos atisbos de atemporalidad. Hammurabí pretende una especie de legislación escrita
que perdure para siempre. Inmutable, pues allí está contenida “la equidad”.

(DR. CASABELLA) Y lo trascendente, que igualmente vamos a pasar rápido, es el Código de Hammurabi. Es
el código que se consagra en la época del Rey Hammurabi, que vivió en Babilonia entre el 1728 y el 1686 a.
C. tiene un preámbulo el código de Hammurabi que esta tallado en una piedra gigante y se encuentra en el
Museo Louvre, París – Francia. En general los grandes tesoros de las civilizaciones antiguas están en tres
lugares usualmente: en este museo, en el vaticano o en el museo de Inglaterra/ británico. En estos tres
lugares se encuentran las cosas más increíbles de la antigüedad, inclusive se encuentran pirámides enteras
armadas dentro de galpones en esos museos.

En este código ya estaba transcripto un preámbulo. En ese preámbulo se habla ya de la perfección del rey,
que está llamado en procura del bienestar de la sociedad, de los hombres que integran la sociedad. Y se pone
especial énfasis en que hay que impedir que el poderoso se aproveche o dañe al débil.

Entre sus normas jurídicas específicas (porque tiene normas éticas, religiosas, etc.) principales se consagra la
protección a la vida, integridad física, el buen nombre, la propiedad y en general tiene mucha protección la
familia. Al final consagra que el rey debe ser el pastor y protector, sus sucesores deben seguir el Código y la
justicia sobre la base de la razón y la prudencia. En materia de derecho natural, viene a ser (según
Montejano) el equivalente a la Convención de Derechos Humanos del Hombre y del Ciudadano. Del Código
de Hammurabi reconocemos en materia penal la ley del talión, que si bien hoy puede parecernos de un
contenido bastante bárbaro fue un avance tecnológico importante en materia de derecho penal en la medida
que le puso coto o medida propiamente dicha a la reacción de las víctimas. Cuando decimos “diente por
diente y ojo por ojo” que hoy nos parece una barbaridad, en realidad fue establecer una medida a la venganza
y fue un gran progreso en materia del derecho penal.

(PADRE MÉNDEZ) Veamos ahora algunas disposiciones concretas de la legislación de Hammurabí:

1) Si un hombre acusa a otro hombre y le imputa un asesinato, pero no puede probarlo, su acusador será
ejecutado.
2) Si un hombre compra o recibe en depósito plata u oro o un esclavo o esclava o un buey, o una oveja,
o un asno, o lo que sea, de manos de un hijo de un hombre o del esclavo de un hombre sin testigos ni
contrato, ese hombre es un ladrón; será ejecutado.
3) Si un hombre rapta un hijo menor de edad de otro hombre, será ejecutado.
4) Si un mercader da a un agente cebada, lana, aceite o cualquier mercancía para su venta, que el
agente vaya apuntando el dinero que devuelve al mercader; el agente se procurará un recibo sellado
por el dinero que le haya ido entregando al mercader.
5) Si un hombre se lleva un niño para adoptarlo y lo cría, pero no lo trata como a hijo, ese niño podrá
volver a casa de su padre.
6) Si un hijo golpea a su padre, que le corten la mano.
7) Si un hombre deja tuerto a otro, lo dejarán tuerto.
8) Si el pastor es negligente y permite que haya infección de modorra en el corral, será el pastor quien
compense todas las pérdidas por la modorra, en reses u ovejas, que haya provocado, y se las pagará
a su dueño.
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Señalemos algunos de los principios directivos de la legislación de Hammurabí, que podrían constituir una
filosofía de las instituciones.

Vemos cómo la administración de justicia se encomienda, no sólo a tribunales sacerdotales, como en épocas
anteriores, sino también, y casi en su integridad, a jueces civiles de profesión, que actúan en tribunales
colegiados, reconociéndose a las partes el derecho de apelación al rey.

A pesar de la dureza y del rigor de muchas penas, se desprende del código un innegable sentido de
moderación social y una sensibilidad jurídica en los que se manifiesta la tendencia al “endulzamiento de las
injusticias sociales recurriendo a la equidad de un jefe paternal que temple los rigores del código mediante la
consideración de leyes no escritas”. Se llega así, a la noción de lo que hoy llamamos “equidad”, como factor
dinámico de la aplicación del derecho en función de la individualidad del caso.

Por último, resta decir que además del famoso código de Hammurabí, también existen dos textos legales
anteriores: uno, llamado las Tablas del Rey babilonio Lipit-Isthar y otro, las Leyes de Eshnuna, los cuales le
suman importancia al texto del Código Hammurabi, sobre todo en cuanto a los principios. Las Tablas, por un
lado, contienen normas sobre derecho marítimo, obligaciones, sucesiones, matrimonio, esclavitud; y las Leyes
de Eshnuna contienen 61 normas no sistematizadas de distintas ramas del derecho.

Asiria:

Llama la atención desde un principio cierta rudeza y tosquedad en el espíritu asirlo, comparado con el
babilónico. Ello se advierte en un código del siglo XIV a. C, cuya mitad aproximadamente se ha conservado.
La legislación en él recogida representa un grado menor de evolución que el alcanzado por el de Hammurabí,
anterior en el tiempo. Las penas son más duras, y la ley del tallón no experimenta atenuaciones por la distinta
calidad social de las personas.

La concepción del poder político es la misma que en Babilonia. El verdadero señor del país es el dios Asur,
cuyo nombre lleva la primera de las capitales de Asiria. El rey es su vicario, y nada emprende sin orden suya
debidamente inquirida, ni sin rendirle cuentas después.

Al absolutismo se une el imperialismo, y ambos encuentran un fundamento religioso: Asur es un dios guerrero,
que aspira a que todos los hombres se sometan a él, pues Marduk le confirió una supremacía sobre los dioses
“de las cuatro regiones”. De ahí que el Rey Asirio tenga además de una función sacerdotal, dos cometidos
fundamentales: por una parte, realizar la justicia y promover el derecho para que el fuerte no oprima al débil;
por otra, someter al dios Asur a los pueblos que aún no le veneran y castigar a los que, habiéndose sometido
a él, quebrantaron la fidelidad.

China.

(DR. MÉNDEZ) En los siglos VIII — VI a.C. se perfilaron en China dos tendencias opuestas frente a las cuales
cobraron creciente propagación ideas materialistas concernientes a la existencia de cinco elementos
primigenios de las cosas (el metal, la madera, el agua, el fuego y la tierra), a dos principios alternativos (el
ying y el yang), al camino natural (el Tao), entre otros. Ahora bien, la formación de las corrientes filosóficas en
este pueblo data de los siglos VI y V a.C.

Como rasgo esencial del antiguo pensamiento chino hay que subrayar su sentido práctico y terreno (en
contraste con el de la India), en el sentido de interesarle directamente los fines y problemas de la vida
presente.
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El texto primitivo de la filosofía china es el Yi-King o Libro de las Metamorfosis (o I-Ching, libro de las
mutaciones), que consiste en una colección de oráculos y máximas y en el que también se advierte un
sistema de numeración binario, a la vez geométrico y aritmético (recordemos que se entiende por “oráculo” un
mensaje, que se da en nombre de las divinidades –por alguien con autoridad-, como respuesta a las consultas
que un peticionante les hacía).

(DR. CASABELLA) China tal como la conocemos hoy, en realidad se origina en muchos principados que se
unifican en la dinastía (se corta el video 34:55 a 37:00) en aproximadamente el siglo X a.C. (1000 años a. C.)
y se prolonga esta dinastía hasta el siglo III a. C. Tuvo un periodo de decadencia, dentro de este lapso que
acabamos de mencionar, de guerra y mucho desorden, con caracteres estos principados de un feudalismo. Es
en donde, a finales de esta época, florecieron muchas escuelas filosóficas y entre las más conocidas (son las
que vamos a mencionar el día de hoy) la de confusionismo (Confucio en el norte) y el taoísmo (Lao-Tsé en el
sur).

Confucio vivió en China entre los años 551 a 479 a.C., y él es desarrollador de la corriente filosófica muy
conocida no solo en china sino a nivel mundial.

(ESTO AGREGA EL PADRE MÉNDEZ) Es un funcionario del gobierno, pero conocido entre todos por su
sabiduría, a quien muchas personas acudían para solicitarle consejo. La dedicación a sus discípulos y a la
música y su intriga acaban por apartarlo del Gobierno y en el retiro, se dedica a ordenar y comentar textos
ajenos y sus propias ideas, figurando en su obra:

a) El Libro de los documentos, la cual es una compilación de discursos de figuras importantes y registros
de acontecimientos en la antigua China y fue conocido en una redacción posterior muy mixtificada.
b) El Libro de las Canciones,
c) Los Comentarios al Yi-King, de cuyas diez partes parece probada la autenticidad de los cuatro
primeros libros.
d) Primavera y Otoño (o anales de la primavera y el otoño). En el que trata el florecimiento y la
decadencia del reino, ordenado en estaciones. En esta obra inserta juicios críticos y máximas morales.

Se basa su filosofía en marcar con mucho ahínco en marcar el sentido cultural chino de lo real y lo concreto.
China es un pueblo de agricultores que se veían obligados por sus funciones agrícolas a contemplar la
naturaleza física y seguir los ritmos cíclicos de esa naturaleza meteorológica. Había una sabiduría consistente
en observar las cosas y a partir de sus comportamientos interpretarlas, es decir, hay una especial ponderación
del objeto, respeto y fidelidad al objeto en materia de conocimiento y observación. Ese conocimiento, al
conocer el comportamiento de las cosas de acuerdo a su propia naturaleza, permite obra bien y conducirnos
bien frente a ellas en cualquier circunstancia. El Padre Méndez agrega que Confucio tiene más fe que Lao-
Tsé en la cultura, y espera más de los hombres. Su vocación de reformador es positiva y optimista. Sin
embargo, coincide con Lao-Tsé en la introspección profunda que nos revele los secretos de la armonía del
mundo moral y convierte nuestra vida con el orden supremo de las cosas, dado que el universo constituye un
todo orgánico, cuyos elementos son interdependientes. Es decir, propone un conocimiento de Dios, de uno
mismo y de los demás, por la vía introspectiva e intuitiva.

Continua el Dr. Casabella, entonces, para el confucionismo hay que conocer la ley suprema que rige el
comportamiento de todas las cosas; todas las cosas tienen un orden natural que hay que tratar de conocer y
ese es el que nos va a permitir movernos bien con ella. Ese comportamiento de todas las cosas, lo hacen en
una práctica especial respecto de los astros en el universo, el comportamiento de las estaciones y de los
ciclos anuales para la conducción de la agricultura y el comportamiento de los animales y vegetales según sus
distintas circunstancias y del propio ser humano (o del hombre).
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En definitiva un reconocimiento a una situación no aportada o circunstancia no aportada por el hombre sino
que hay un reconocimiento a un orden universal que gobierna el comportamiento de todas las cosas, incluidos
los hombres, y la observación de ese orden natural es el que nos va a permitir conducirnos con corrección.
Esto a grandes rasgos, como justificativo del orden, es decir una noción que podemos ir señalando en el
confucionismo acerca de un fundamento extrahumano: el orden.

Finaliza el Padre Méndez, que en términos de eficacia de las normas, Confucio entiende que un buen
gobernante, con su ejemplo, genera mayor obediencia y aceptabilidad de sus leyes, que la propia amenaza
que éstas pudieran incluir. Confucio se concentra en formar un rey sabio, y para ello, recurre
permanentemente a la antigua sabiduría. Traza su programa social con una visión patriarcal de la política y de
la economía y traspone los lindes de la utopía comunista. Resta decir que encontramos en Confucio la regla
de oro o principio de reciprocidad, aunque en sentido negativo: “no hagas a los demás lo que no quieras que
te hagan a ti”.

En el taoísmo, que es la corriente inaugurada por el filósofo Laozi, que vivió en china entre los años 395 y 333
a.C. Se acuña el concepto mono religioso – moral del tao.

El Padre Méndez agrega que Lao-Tsé compone la famosa obra conocida como Taoteking o Tao Te Ching,
cuyas explicaciones usan como recursos paradojas, analogías, apropiación de citas antiguas, simetría, rima y
ritmo y está compuesto por aforismos. El tema de la obra es doble: El Tao (1) (identificado como “el camino”),
se trata del principio superior a todo fenómeno y a toda realidad, inmutable a través de su ciclo, que se
encuentra más allá del ser y del no ser y es anterior al mismo Dios y el Te (2), que es la vida procedente del
Tao, las fuerzas primigenias, la participación del individuo y de la criatura en el mismo Tao.

Rechaza decididamente el antropomorfismo y declara que el Tao es incognoscible por vía especulativa.
Entonces ¿cómo se lo puede conocer o llegar a él? A través de la intuición y la contemplación, asomándose
cada cual al fondo de su propia conciencia. Así lo expresa, por ejemplo, en un fragmento de la obra: “Sin salir
de la puerta, se conoce el mundo. Sin mirar por la ventana, se ve el camino del cielo”.

(Esto explica el Dr. Casabella) El tao significa o implica un orden, principio, camino, norma suprema y en
definitiva primer ordenamiento: origen de todas las cosas. Es decir en el taoísmo lo que se cree en un
principio ordenador de todas cosas las cosas, origen de todas las cosas. La comunidad humana, como existe
un principio ordenador de todas las cosas, debe ser reflejo de ese orden del universo y el punto de contacto
del pueblo, como ocurría en Egipto, con ese orden primero y universal es el emperador. Habíamos visto que
faraón significaba puerta del cielo, acá se da una situación similar. Es lo que el Padre Méndez explica como
un camino introspectivo, cuyo recorrido exige pureza de espíritu y en el que el hombre llegará a un punto en el
que su persona se conjugue con el Tao, adquiriendo allí nuestra vida su pleno valor.

Vemos que la autoridad, la del emperador, también un absolutismo monárquico, necesita justificarse en un
principio de orden universal, que está más allá de su mera voluntad, es un orden universal). El emperador es
concebido en este caso, no como puerta del cielo como en los egipcios sino, como hijo del cielo, pero una
noción bastante semejante. Y es punto de contacto, esta es su misión, entre el orden universal y terrenal. De
manera que hay una referencia de quien ejerce la autoridad a un orden que supera lo que es puramente
humano. Acá vamos a ver que justamente por esa referencia del principio universal que es el tao, el
emperador debe ajustar su acción a la legalidad de esa concordia del tao o a ese orden del tao, y debe
consagrarse al bien del pueblo: el orden universal del tao va a transferirse al orden terrenal en procura de su
perfección o de su bienestar, a través del emperador pese absolutismo monárquico encontramos que atrás del
ejercicio de la fuerza o de la imposición de la voluntad del emperador, cuanto menos en lo teórico, se
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encuentra en el taoísmo una referencia a un orden superior, es decir que no está puesto por el hombre sino
que hay una referencia de lo humano a ese principio que es el principio de todas las cosas, que es el tao.

Explica el Padre Méndez que consecuentemente, la norma reguladora de conducta (exterior al sujeto), en
realidad implica una especie de fracaso de las auténticas e invencibles fuerzas humanas, de los vínculos y
sentimientos naturales del hombre. En otras palabras, los deberes y los frenos exteriores surgen cuando se
desvirtúan los estados naturales del hombre, cuando éste corrompió sus caminos. Por ejemplo, sólo cuando
un vínculo natural como la relación entre padres e hijos se desvirtúa, surge el deber de obediencia, como un
remiendo artificioso de algo que en realidad tenía un valor más hondo y espontáneo. Veamos otro ejemplo:
para Lao-Tsé, la vida y la naturaleza nos mueven de suyo al bien y al amor del prójimo y nuestras tragedias
provienen de desoír sus dictados o de oírlo demasiado tarde y las leyes generadas consecuentemente, sólo
exponen o explican el fracaso de esa tendencia natural.

La política de Lao-Tsé concuerda con esta actitud ética. Insiste en la inutilidad de querer imponer el orden por
la fuerza o multiplicando las leyes. Por el contrario, la autoridad debe dar curso a las relaciones e inclinaciones
naturales de los hombres, presionando lo menos posible, y la obligación principal del Rey es consagrarse al
bien de su pueblo sin hacer que disminuya su propia riqueza.

Continua el Dr. Casabella que, en definitiva, en la concepción del taoísmo, el orden (vamos a ver en las
culturas orientales) siempre implica un cierto rigor de jerarquía en las organizaciones sociales y esas
jerarquías se logran a través del cultivo de las virtudes y de la templanza de los sentimientos. Es decir que
hay, sobre todo a través de la virtud de la templanza, uno de alguna manera vive en paz en el orden jerárquico
que le corresponde: el tao es este principio de orden universal, se traslada a través del emperador al orden
social a través de los ritos que son el desarrollo del orden del tao y en definitiva se plasma ese orden universal
en el derecho positivo que son las normas del emperador. En definitiva la concepción del taoísmo
encontramos un orden jurídico positivo que se fundamenta o tiene su asiento en el tao “principio ordenador
universal”. Es decir la norma jurídica no se funda solo en la voluntad del emperador sino en la referencia de
este principio universal de orden, a su vez debe orientarse también al bien de la comunidad al que está
referido. Esto sin perjuicio de que no haya sido cumplido en la práctica y muchas situaciones aberrantes que
se conocen en la actualidad de aquella época en el orden jurídico.

Sin embargo lo que encontramos en estas averiguaciones históricas es que aun en las concepciones y en los
lugares donde imperó un absolutismo monárquico, la concepción teórica de lo jurídico hizo siempre referencia
a un orden superior. Es decir, que no se justificaba por sí mismo porque en el orden normativo jurídico
tenemos una situación de un tipo de norma que no es como las normas de la naturaleza, que no nos queda
otro remedio que aceptarlas, reconocerlas para no padecerlas. Por ejemplo a la ley de la gravedad que no nos
permite largarnos a un precipicio o de un edificio porque sabemos que las consecuencias no las podemos
manejar; se trata de conocer la ley de la gravedad e intentar respetarla y de vivirlas, pero no nos preguntamos
respecto de este tipo de normas el por qué sino que nos preguntamos únicamente para conocerlas,
respetarlas y simplemente vivir con ellas.

En cambio en las normas del tipo autónomas, es decir cuando el hombre se impone las normas a sí mismo,
nace la necesaria pregunta del por qué. Y esa pregunta es muy difícil de acallar: cuando recibimos un
mandato en el ámbito de lo jurídico basta ver hoy la televisión, 5 minutos nada más porque si no uno queda
aturdido, la cantidad de órdenes y cuestionamientos que hay a esas órdenes permanentemente; porque en el
ámbito de lo jurídico es el hombre el que se está regulando su propia conducta no es la ley de la gravedad
que sabemos viene impuesta en nuestra forma de ser, es una ley que nos imponemos a notros mismos. Y es
esa ley la que siempre exige la pregunta al fundamento, y ese fundamento hacía que aun los tiranos más
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grandes desde la antigüedad hicieran una referencia a algún otro orden que justificara su autoridad. En este
caso, al taoísmo el tao u otros principios universales de orden que justificaban la imposición normativa.

India (ambos profesores encaran distinto el tema por eso puse los dos, yo recomiendo ambas lecturas)

(PADRE MÉNDEZ) El estudio de la filosofía del derecho en India, lo vamos a realizar distinguiendo dos fases:

1) Anterior a Budha
2) Posterior a Budha

En la primera fase (1), (antes de Budha), nos atenemos a los siguientes textos: los Vedas, los sutras y los
sastras. Dentro de éste último se encuentran las conocidas Leyes de Manú. También revisten importancia en
este período dos grandes poemas, el Mahbarata (o Mahabhárata) y el Ramayana.

En los Vedas se contiene una colección de himnos, de fragmentos de fondo teológico-moral, de poemas
metafísicos, de compendios breves de los textos antedichos y de algunas narraciones poéticas sobre la
teogonía india, que explica el origen de los dioses y sus relaciones entre sí.

El pensamiento aparece aquí traspasado por la preocupación religiosa y apoyado en tradiciones. Asistimos a
una especie de diálogo sosegado entre lo humano y lo sobrehumano, entre un espíritu universal y la intimidad
recóndita del hombre.

Este diálogo y comunión entre lo humano y lo sobrehumano determinan toda la trayectoria del panteísmo indio
y la tendencia a diluir la personalidad individual en el seno de la unidad del todo, que incluye todas las cosas
de manera indiferenciada.

Los puntos fundamentales de la doctrina védica son:

 Existencia de un Dios eterno, pero impersonal, que es el Ser absoluto, fuente originaria de todo cuanto
existe. El universo es emanación suya (no creación de la nada); de allí deriva que esa divinidad no sea
puro espíritu, sino que encierre algún modo de materia. No existe entonces diferencia sustancial entre
Dios y el mundo, dado que éste es -finalmente- una transformación y evolución de aquella Sustancia
única.
 La unión del alma y el cuerpo en el hombre es accidental. El alma, según su conducta, se reencarnará
en seres superiores o inferiores, hasta llegar por esta vía de purificación a su último destino: la unión
plena con Brahma.
 Los hombres son por naturaleza desiguales y su nobleza o vileza depende de su procedencia respecto
de Brahma, lo cual da origen a la división de castas: sacerdotal, militar, comercial y servil, que se
corresponden con los brahamanes, chatriyas, vasiyas y sudras respectivamente y por debajo de todos
ellos, los parias. Las castas, además de representar la división del trabajo (los chatriyas eran guerreros
y los vasiyas comerciantes y artesanos, por ejemplo), implicaba diversificación en todos los órdenes de
la vida, dado que, según la casta, existían las respectivas prescripciones (mandatos) sobre el
matrimonio, la comida, entre otros aspectos de la vida del hombre.
 El hombre se acerca a la Divinidad en tanto se adentra en el secreto de su conciencia y entra en
contacto con el Gran Espíritu hasta lograr la absorción definitiva en el seno del Todo. Ello se logra
mediante la negación de uno mismo hasta lograr una perfecta apatía.

Respecto a Las Leyes de Manú, éstas son un compendio de ideas teogónicas y cosmogónicas, preceptos
religiosos y ceremoniales, máximas éticas, principios de política y de justicia procesal y penal e incluso
nociones de arte y del arte bélico. El texto se divide en doce libros, el libro III trata del matrimonio y la familia,
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el VII, del rey y de la casta militar; el VIII y el IX, de los jueces, leyes civiles y penales y deberes de cada una
de las castas y el XI acerca de las penas y expiaciones. En una escueta síntesis, cabe apuntar las siguientes
ideas acerca de este compendio:

1) Noción de la Ley natural: Se incluye el orden jurídico en el ético y en el teológico. La conciencia es el


ojo de los dioses y el testigo de nuestra conducta. La justicia es una virtud, una justificación del hombre
y el vínculo profundo con la Divinidad.
2) La realeza tiene origen divino, dado que fue instituida por el Señor para mantener la sociedad. El Rey
es superior a todos los súbditos, pero su misión es difundir y fomentar el bienestar de su pueblo y
castigar a los malos. Para un ejercicio correcto de esta autoridad dada por la Divinidad, debe
abstenerse de los placeres de la carne, atender a sus consejeros, ser equitativo y preferir la muerte al
vicio.
3) El nervio y centro de todo régimen político social es el temor al castigo. Se entiende que el hombre
obra por temor y no por virtud, pero al momento de aplicar al castigo, éste requiere equidad y una
gradación de la pena, la cual puede ir desde una reprensión hasta el tormento, según la falta cometida.
4) La mujer es concebida como una tentación constante, piedra de escándalo, de vicios, que por lo tanto
debe mantenerse vigilada permanentemente y razón por la cual se encuentra supeditada al varón.
Ello, hasta el matrimonio, institución en la cual aparece ampliamente dignificada la mujer; se dan
minuciosos consejos sobre la sucesión en caso de muerte de alguno de los cónyuges.

Algunas leyes de Manú:

 Piensa bien antes de actuar, habla de acuerdo con la verdad, mira por dónde caminas y filtra el agua
que has de beber
 Uno debe saber que son puros las moscas, las gotas de agua, las sombras, una vaca, un caballo, los
rayos del sol, el polvo, la tierra, el aire y el fuego

La segunda etapa (2), se da cuando surge Budha, el “Iluminado”. Si bien su personalidad y vida se encuentran
rodeadas de leyendas, puede afirmarse que nació en una familia aristocrática recibiendo la educación de un
príncipe y rodeado de abundancia material hasta que un día, próximo a los treinta años, conmovido por la
impresión que le produce la presencia de un anciano, un enfermo y un muerto, siente una invencible
repugnancia hacia cuanto le rodea y decide marchar por el mundo como un mendigo, operándose en él lo que
algunos autores denominaron “una auténtica conversión”. Inicia entonces su camino de predicación, cuyo
contenido culmina en el sermón de Benarés y el de la Montaña, hasta su muerte.

La doctrina budista se halla principalmente en el Tripitaka. “Tri” significa tres, mientras que “pitaka” significa
cesta, conjunto o colección. El Tripitaka significa, por consiguiente, “las tres cestas” o las "tres colecciones" de
textos sagrados budistas. Estas tres colecciones se denominan Vinayapitaka, Sutrapitaka (o Sutta) y
Abhidharmapitaka (o Abhidhamma). La primera trata aspectos disciplinarios y de ascética; la segunda, los
sermones del propio Budha, recopilados por su discípulo predilecto y la tercera, consiste en una parte más
especulativa.

Los dos temas capitales de la prédica de Budha son:

a) el dolor humano, la imperfección y la fugacidad de los bienes terrenos y


b) el predominio de la voluntad sobre el entendimiento.

Lo importante es liberarnos de cuanto signifique y reporte dolor, refrenando los apetitos y las pasiones hasta
extirparlos. El resultado de este proceso ascético es ya en vida el Nirvana (estado de liberación interior en que
el hombre ya no sufre ni se deslumbra o afana por nada del mundo), pero el Nirvana perfecto se ofrece al
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hombre cuando sale de aquí, cuando ya no está expuesto a ulteriores reencarnaciones y queda anegado (o
sumergido) en la Divinidad.

Budha mitiga la división de castas, especialmente porque la salvación puede ser alcanzada por el paria como
el brahmán, dado que son los actos y no el nacimiento los que hacen noble o innoble al hombre.

Establece varios preceptos positivos y negativos: no robar, no mentir, no matar (negativos), dar limosna,
guardar la ley, contemplar, tener recta creencia, recta palabra, recta acción, recta vida, recto afán, recto
pensamiento, recta meditación (positivos), e incluidos éstos en el Sermón de Benarés como etapas o trances
del camino que conduce al Nirvana.

Concluyendo, se puede hablar de cierto pesimismo budista que abomina toda pasión, cierta apatía para lograr
alegría y paz perfecta y cierta actitud monástica de evasión del mundo para alcanzar el Nirvana.

(DR. CABELLA) Veamos las nociones generales respecto de lo jurídico en la antigüedad de la India.

La India es, en primer lugar, tal como la conocemos hoy geográficamente: una composición de muchas
civilizaciones muy dispares y muy difíciles de agrupar en una caracterización única. Sin embargo como
antecedentes históricos comunes podemos señalar que se nuclea la India en función de un grupo de
principados aristocráticos, en donde hay una especial concepción religiosa donde se va a verificar una puja
de corrientes míticas y de explicaciones de toda la vida muy profundas. Hay una característica general de
todos estos principados aristocráticos: un anhelo en la redención después de la muerte y en el problema de la
superación del dolor que significa la vida. Hay paralelamente a esta situación, como otra nota muy
característica o general, un escaso sentido social y político; hay una especie de determinismo que lo vamos a
ver quizás fundado en ese sentido aristocrático de esos originarios principados, una cierta resignación social
que la vamos a ver marcada en una concepción casi única de la división en castas pero que no son divisiones
de clases sociales como podríamos creer en occidente sino una profunda convicción de pertenencia casi a
una especie de seres humanos diferenciadas.

Dentro de este contexto, las corrientes de la Antigüedad India más trascendentes, siguiendo con el Curso de
Derecho Natural de Bernardino Montejano (hijo), son dos: el Brahmanismo y el Budismo, que coinciden no
solo con concepciones filosóficas sino principalmente religiosa pero el pensamiento filosófico no está
escindido ni de la sociología ni de la religión propiamente, están entremezcladas en estas culturas y hay en la
actualidad una muy sintética y sincrética religión hindú que no vamos a tratar específicamente.

Vamos a ver que el Brahmanismo es la consecuencia una corriente religiosa que se desarrolla en la India a
partir del siglo VI a. C. donde se entiende que empieza a decaer la religión bélica y tiene especial desarrollo
hasta el siglo III d. C. y vigencia prácticamente hasta la actualidad. En el siglo III d. C. empieza a acaparar la
atención la religión hinduista propiamente. Pero el Brahmanismo es una interpretación, en términos generales,
de tradiciones religiosas que rompen con la religión bélica. La religión bélica, más antigua, anterior al siglo VI
a. C. se basaba en sacrificios cruentos de animales y en otros tipos de culto contra el cual el Brahmanismo
reacciona e intenta imponer, frente a esa cultura de sacrificio, la cultura de la meditación. Y esta meditación
torna en rededor de las vedas o himnos (que son documentos históricos hindúes de tinte religioso) o sastra
(que son los tratados) o el Código de Manu, que quizás es el más conocido.

Se cree en la existencia de un principio universal que es el brahmán, vamos a ver que hay algunas ideas que
se repiten, si no son iguales, de manera muy similar a las otras civilizaciones que hemos analizado ayer. Hay
un principio universal de toda la creación que es el brahmán, que es la causa de todo lo que existe y está en
toda conciencia como un soplo vital que se denomina “atma”, es un soplo vital pero viene a ser una
participación, un soplo infundido, y de alguna manera es la participación de la existencia de Dios en todas las
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cosas. De manera que vamos a ver un tinte panteísta, es decir todas las cosas participan de alguna manera
de Dios en el brahmanismo a través del soplo vital.

El objetivo, de toda la postura moral que adopta el brahmanismo, es encontrar el camino para que el atma se
reencuentre o identifique con el braman, pues es su origen y eso se logra en el estado del nirvana. Es decir, la
búsqueda del estado de nirvana es la búsqueda del reencuentro, como es propio de la religión el volver es
religar, es volver al principio. Aquí se marca claramente la intención de intentar que el atma soplo vital de
todas las cosas se reencuentre con el brahmán y se logre el estado de nirvana que es el estado de paz: una
vez que se ha dado el soplo es como si se generara una inquietud muy profunda por la vuelta a ese principio y
solo se encuentre o solo se logre en un estado de paz (que es el nirvana).

El obstáculo principal que tiene el nirvana o el acceder a ese nivel de paz de reencuentro con el principio se
da por la reencarnación: el brahmanismo cree en las reencarnaciones y eso entorpece la vuelta al principio, es
decir es una nueva recaída cada reencarnación; aunque hay una aspiración a reencarnarse de mejor manera
que en el estadio anterior.

Habíamos adelantado, que se cree en una división tajante de la sociedad. Para ellos no es casi una división
social sino que es casi una distinción de especie de seres humanos que son las castas. Y que son de origen
divino y son hereditarias, por eso no hay posibilidad de movilidad social. Por esto su poco sentido social y
político: no hay intención de participar porque no hay intención de moverse de donde se está, se entiende que
por derecho natural esa casta en donde uno ha nacido es donde le corresponde y no hay ninguna aspiración a
cambiarla, por lo menos no está legitimada en esta concepción.

Las castas en general no son una división social sino una división de todos los órdenes de la vida humana,
con sus propias normativas para cada casta. Las principales son: sacerdotes y guerreros, que son los
preeminentes; en tercer lugar están los labradores y artesanos; en cuarto lugar los oficios; hay una quinta
casta que son los de los parias, es decir los intocables, son los impuros, y por ello no los quieren ni tocar. Por
lo general a quien le ha tocado nacer en una casta paria lo tienen asumido y lo que busca la paz a través de la
meditación y de ese reencuentro con el principio pero solo a traes de la meditación, fíjense que no hay un
sentido de participación de lo social en un bien común. Por eso el especial sentido que tiene lo aristocrático en
la concepción del brahmanismo.

En el Código de Manu, que es uno de los documentos en los que se basa el brahmanismo, se encuentran
compilaciones morales muy antiguas del siglo II a. C. hasta el siglo II d. C.; prevé principios o pautas
normativas todas mezcladas de orden moral, social, religiosas y políticas con división para cada casta (cada
casta tiene una regulación separada y diferenciada).

El Budismo es un movimiento religioso que si tiene un impulsor fundacional que es Gaut Ama que es el buda,
que vivió en la India entre el 560 y el 480 a.C. Del Buda toma el nombre el Budismo y el Buda es la
denominación que significa “el iluminado”. Dentro del budismo, vamos a ver también como en el
Brahmanismo, que es una reacción a la religión bélica de la antigüedad y es un intento de sobrellevar la vida a
través de la meditación.

El iluminado, el Buda, sostiene que el dolor que nos carga la vida no puede superarse ni siquiera con la
muerte por causa de la transmigración de las almas, que son las reencarnaciones de las que hablábamos y
que comparten esta postura con el Brahmanismo. Pero el ser humano puede superarse (mejorar su vida) a
través de sus méritos en ejercicio de las virtudes, y los hombres pueden llegar al nirvana, coincide con esto el
brahmanismo. El hombre por el ejercicio de las virtudes (del autocontrol, del autodominio) puede lograr el
estado de nirvana.
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El estado de nirvana viene a ser un estado sin deseos ni necesidades. Cualquier hombre de cualquier casta
(por más que sea de las castas inferiores) puede alcanzar a través del ejercicio de las virtudes y del
autodominio y del autocontrol esa paz interior y el nirvana. Por eso vemos acá una actitud de cierta
resignación generalizada, no hay una concepción social o de progreso social y en el medio social, sino una
aceptación de la condición en que se ha vivido y la búsqueda de una paz por esa aceptación en general.

Por eso vemos acá en la India si bien algunas nociones de normas entremezcladas entre lo ético, religioso y
lo jurídico, en general sin mayores aspiraciones a un progreso o a un bien común general, sino al bien de la
situación de cada individuo en la condición que le ha tocado nacer.

Estos son las características muy generales de la concepción del perfeccionamiento social en la India.

Lo que le agrega y distingue el Budismo es el ejercicio meritorio en las virtudes, en el Brahmanismo también
hay normas generales pero es una merituación (no entiendo en el video si es merituación o meditación) en
general y no hay una posición más marcada en el ejercicio de las virtudes.

Israel

En la cultura Israelí vamos a ver con singularidad un racimo religioso y como una especie de complejo de
superioridad. Y por eso, especialmente en la cultura antigua israelí, el intento de mantener la pureza racial y
especialmente a través de los vientres maternos porque, para estas concepciones, son las madres las que
transmiten la cultura y la pertenencia a esa cultura y a ese pueblo.

En particular, hay un autor inglés que en este momento no me acuerdo (palabra textual Dr. Casabella), que
decía que han tenido esta especie de complejo de superioridad muy marcado a través de la historia los
griegos clásicos de la antigua Grecia, por la concepción de los barbaros. Es decir todo el que no pertenecía a
la cultura griega era un bárbaro. Y el bárbaro es el término que deviene o deriva de la forma de hablar
incomprensible; el que habla otra lengua habla “bla bla bla” (literal dijo eso) y es incomprensible. Dicen
algunos autores que es el origen del término bárbaro (que habla distinto y es incomprensible). Pero no era una
diferenciación para los griegos ese sentido de superioridad, que no era un sentido de superioridad racial sino
que les llamaba poderosamente la atención y hacia que se distinguieran del resto del pueblo, no era la lengua
sino la relación que mantenían con el poder: Grecia estaba organizada, en las Ciudades – Estados, de
manera que el ciudadano griego era parte del poder estatal, formaba parte de la Ciudad – Estado; y las
decisiones grandes, profundas y trascendentes se tomaban con la participación del ciudadano griego en
asamblea. El ciudadano griego se consideraba integrante del mismo poder y no un súbdito como veía en otras
culturas, pese a que tenían reyes y autoridades, los griegos las decisiones importantes las tomaban en las
asambleas de las Ciudades – Estados, ellos eran parte del poder. Lo que más les llamaba la atención de los
otros pueblos, de los barbaros, era el estado de sumisión de los ciudadanos respecto del poder político. Esa
situación le daba a los griegos, muy probablemente, la capacidad de pensar de la manera en que han
pensado tan libremente, sin sentirse influenciado por ningún dominio.

Y la otra cultura que tiene una especial característica, casi como un complejo de superioridad, es la Israelí
justamente, ya no por el sentido griego sino por el sentido religioso de ser considerado el pueblo elegido por
Dios. Es decir al ser considerado el pueblo elegido por Dios les ha dado un sentimiento en sus orígenes de
pueblo especial (“pueblo elegido por Dios”).

El pueblo elegido por Dios es el depositario de la ley antigua revelada por los profetas y en que se anuncia la
venida de Dios. Tiene como característica el pueblo de Israel un teocentrismo marcado; a diferencia de lo que
vemos en la india que en general es politeísta, si bien hay un principio generador universal, hay una
concepción más bien politeísta en la India.
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En Israel la concepción es teocéntrica, de un solo Dios al que se debe una entrega completa. Dios es rey,
legislador y juez (está gobernando la vida directamente). Es decir, que vamos a ver que en la concepción
religiosa de Israel vemos como característica en primer lugar esta conciencia de una cierta superioridad al ser
el pueblo elegido por Dios. Es padre y creador a su imagen y semejanza; es el que determino la expulsión del
paraíso y es el que promete la redención al pueblo judío, incluso la conducción para su liberación.

En el Antiguo Testamento se encuentran textos de avanzadas nociones jurídicas y muy pulidas. Vamos a ver
que se habla de un pueblo manejado por Dios, en Isaías 1,3; Éxodo 22,1 – 17, están inscriptos ya los diez
mandamientos y estos son un decálogo religioso, político y social. Es decir que vemos un Dios presente
dominando la escena socio jurídica, es decir, que domina desde lo religioso y moral como padre, como
legislador y como juez porque sus normas principales están centradas, vuelvo a insistir, ya en una revelación
del propio Dios a la conducción de cómo debe llevarse la vida en la sociedad humana. Y es el caso especial,
muy difícil de verificar en otra religión, el de los Diez Mandamientos

Allí vemos, notas jurídicas básicas, digamos mandadas por la concepción Israelí que vienen mandadas por
Dios. Vienen impuestas, son principios básicos impuestos ya por Dios el creador. Allí se encuentra la
protección a la vida humana con la prohibición de matar; la protección a la familia y a su estructura, el honrar a
padre y madre y la prohibición del adulterio, están mandadas y designadas directamente por Dios a esta
concepción. La propiedad, también es consagrada con protección, con un mandato jurídico que es el de no
robar y también el de no codiciar los bienes ajenos; y el de vivir conforme a la verdad del mandamiento no
levantar falsos testimonios ni mentir. Es decir que vemos mandatos jurídicos con la característica especial que
no hay que perder de vista que en esta cultura se entiende provienen directamente de Dios. Dios nos ha
revelado, Dios nos ha mandado, eligiéndose legislador de nuestra vida terrena.

La protección a la vida se refuerza, además en otros textos del Antiguo Testamento como en el Éxodo 22 –
23, 7 y con una noción refinadamente jurídica: “no quitaras la vida al inocente ni al justo”. Es decir que vamos
a ver se habilita la legitima defensa y a veces matar si ello fuera justo, la posibilidad de que ello fuera justo.
Así también se sostiene en el Éxodo en el libro 22,1 “si fuere hallado un ladrón forzado una casa y si muere
siendo herido no será culpable el que la haya vertido”. No encontramos nociones en la revelación de Dios
porque en el Antiguo Testamento, aunque hablan los profetas, lo hablan en revelación divina y encontramos
normas refinadamente jurídicas, como la de la protección a la vida y la de la prohibición del homicidio pero la
posición de la posibilidad de la legítima defensa, justificando a veces situaciones de muerte.

La propiedad, también tienen normas refinadas que vienen de una revelación de Dios, que equivalen a la
concepción iusnaturalista a lo que no está puesto por el hombre, viene dispuesto por el primer principio
creador, por la naturaleza o por la manera de ser de los seres humanos y de la realidad en general. La
propiedad, sostienen el Antiguo Testamento en el Levíticos libro 25, 23. Fíjense un sentido muy particular del
sentido social de la propiedad: “las tierras no se venderán a perpetuidad, porque la tierra es mía (el dueño de
la tierra es Dios) y vosotros sois a los míos peregrinos y extranjeros”. Es decir la propiedad es para una
utilización pasajera y en la medida que se necesita para la vida terrena, pero es pasajera. Entonces vamos a
ver un marcado principio de sentido social de la propiedad en estas regulaciones de orden divino para el
pueblo Israel.

“Hay de los que añaden casas a casas; de los que juntan campos y campos hasta acabar el termino, siendo
los únicos propietarios en medio de la tierra”, esta es digamos una advertencia en contra de la acumulación de
la riqueza y sin distribución razonable en la sociedad, y esto se encuentra en Isaías libro 5, apartados 8 y 9; y
otros mandatos de un sentido social de la propiedad: “no exijas a tus hermanos interés alguno ni por los
víveres ni por nada que por usura suele prestarse”, este mandato esta en Deuteronomio libro 23, 19 – 20; en
el Levíticos encontramos también otra norma, que vendría a ser de orden divino o revelación divina, en el
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Libro 19, apartado 13: “no retendrás el jornal de tu jornalero hasta la mañana siguiente” “Ay del que edifica su
casa con injusticia, sus salones con la inequidad, haciendo trabajar a sus prójimos sin pagarle, sin darle el
pago por su trabajo”.

Vemos entonces que hay en la concepción Israelí pautas de orden jurídico muy refinadas que se conciben
como mandato directo de Dios; es decir, hay situaciones de lo jurídico que se entiende no puestas por el
hombre sino directamente impartidas desde la creación por el creador.

Respecto concepción de la justicia hay una particularidad en la posición social, es decir, se comprende o se
marca con claridad que la justicia es una problemática de los social. Es por eso que en la biblia, la justicia,
tiene dos significados muy particulares que los vamos a ver en la justicia incluso del antiguo testamento, que
van a tener alguna coincidencia con la concepción aristotélica de la justicia.

La justicia en el Antiguo Testamento tiene dos significados particulares:

1) observación integral de los mandamientos: es justo el que observa integralmente los mandamientos,
es decir, hay que cumplir la ley. El primero de los sentidos de la justicia es el cumplimiento de esta ley.
Por supuesto es una ley revelada por Dios de modo que esta infundida por la naturaleza misma.
2) la retribución a cada uno según sus obras. Tiene un cierto paralelismo con o que Aristóteles después
va a señalar como un sentido de la justicia que es la “general” o “legal”. Es decir, dice que es lo
primero para vivir en sociedad “hay que cumplir la ley”. Es como el dicho “a donde fueres haz lo que
vieres”, bueno en “donde convivieres hay que someterse a la ley”.

Es el primer mandato para vivir en sociedad. Y muy semejante al sentido dela justicia distributiva
aristotélica cuando uno vive en sociedad y cumple la ley para sostener la cohesión social, para
sostener esa sociedad. De hecho hay autores que dicen que esta sociedad es contributiva en virtud de
la cual lo que se debe por los particulares es cumplir la ley y sostener la sociedad misma, no porque
quien la comande sea un tirano sino porque esa sociedad nos habilita los medios necesarios para vivir
como seres humanos; quien vive perdido en una isla como Robinson Crusoe no vive en su propia
mente como un ser humano porque la característica de lo humano es la sociabilidad, de hecho
nacemos de la unión de hombre y la mujer y no podemos desarrollarnos plenamente como hombres si
no es a través de la sociabilidad.

Paralelamente a ese mandato de contribución a la sociedad cumpliendo la ley, la sociedad tiene el


débito para los individuos que la sostienen y la componen de distribuir los bienes. De ahí la justicia
distributiva de la que habla Aristóteles y vemos acá la concepción de la justicia como la retribución de
Dios a cada uno según sus obras o sus méritos.

Esta la concepción de lo justo en la Biblia, particularmente en el Antiguo Testamento:

 Observación integral de la ley


 Retribución de quien comanda, que en este caso es Dios, en orden a los méritos de cada uno.

El Padre Méndez destaca que el término justicia tiene –por lo menos- tres significaciones: 1) virtud moral:
observancia de los mandamientos, ser justo como lo fueron Job y Tobías. 2) justicia humana: juzgar según las
diferencias, comprendiendo a los extranjeros como naturales, o no fortalecer al poderoso. 3) justicia divina:
referente al castigo de Dios contra los enemigos de su pueblo y pecadores, y la concesión de bienes a su
pueblo y los justos.
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El derecho natural y el derecho positivo los vemos acá confundidos, entremezclados: Dios quiere el bien del
pueblo y nos manda los 10 mandamientos, que son la ley divina. Esa ley divina es una protección contra la
arbitrariedad de los que gobiernan. No solo es un mandato para los integrantes de la sociedad sino también
un límite para quien la gobierna.

El poder y el mandato positivo solo se justifica y se fundamenta en esos designios de Dios, es decir quién va a
controlar el cumplimiento de la ley (la ley mandada por Dios) plasmada de manera especial en los diez
mandamientos, lo hace cumplir la voluntad de Dios. Es decir que el sentido de toda aplicación de norma
jurídica debe respetar el sentido de esa voluntad primera. Y no se da, ni puede darse, una dicotomía entre la
ley divina y positiva porque justamente la ley divina está directamente revelada, es una ley positiva: los diez
mandamientos, dados por las tablas de Moisés, están también, además, impresos en las conciencias de los
hombres, de manera que esto está expresamente plasmado en el libro de Jeremías 31, 33 “yo pondré mi ley
en ellos y la escribiré en sus corazones”. Es decir que además de la revelación positiva de los diez
mandamientos a Moisés, esta también plasmada, según la revelación divina, en la inteligencia y en el corazón
de todos los hombres.

Hay que advertir que los mandamientos entonces son una ley divina positiva, no son propiamente lo que
concebiríamos como derecho natural, porque están legislados positivamente. No puede hablarse, entonces,
de contradicción de ese mandato natural (que sería ese mandato de Dios) pues son dos modos de
manifestación del mismo autor, es decir, es Dios el que hace, también, de legislador positivo. Por eso, dentro
de todas estas nociones, si bien yo les he citado algunas particularidades del refinamiento de la legislación en
algunas pautas jurídicas, es un refinamiento que viene de este orden natural o de la ley directamente divina,
de la voluntad de Dios impuesto como legislador y conductor de la vida humana.

Lo que notamos en Israel que la concepción jurídica no puede tener una:

En primer lugar la norma positiva responde a los designios del primer principio del creador y hay tal amalgama
en esa realidad que no puede haber contradicción en el orden jurídico de las concepciones israelí,
contradicciones entre la norma positiva y la norma de orden natural o divino, porque el Dios se ha hecho
directamente legislador y nos ha transmitido directamente estos principios sobre los cuales se va a desarrollar
la vida en sociedad.

La cultura grecolatina. Los poetas.

(PADRE MÉNDEZ – Introducción) Siguiendo el eje cronológico comenzaremos abordando los denominados
poetas, cosmólogos y eleatas.

Se conocen como poetas griegos a Calino de Efeso, Tirteo, Mimnermo de Colofón, Arquíloco de Paros,
Teognis de Megara, Alceo, Solón, Anárjasis y Fosílides. Asimismo, han recibido ese nombre algunos poetas
posteriores en el tiempo, como Anacreonte, Apolonio de Rodas, Esquilo, Eurípides, Hesíodo, Homero, Ovidio,
Píndaro, Safo, Sófocles, Teócrito. De todos ellos, en virtud de la materia en la que nos encontramos (FD),
vamos a ver –por ahora- sólo a: Homero, Hesíodo y Solón y vamos a dejar para el final de este documento a
Sófocles.

En segundo lugar, vamos a ver a los denominados cosmólogos, entre los que se encuentran tres
representantes de la escuela jónica o escuela de Mileto, a saber: Tales de Mileto (624-545 a. C.),
Anaximandro de Mileto (611-546 a. C. ) y Anaxímenes de Mileto (588-524 a. C. ) y también Heráclito de Éfeso
(535-475 a. C.).
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Finalmente abordaremos algunos pensadores o representantes de la escuela eleática, de la cual deriva el


nombre de “eleatas” de quienes pertenecieron a ella. Esta escuela surgió entre los siglos VI a V a. C. y entre
dichos representantes se conocen a Parménides, Zenón y Meliso. Veremos a Parménides.

Los pensadores que se tratarán en este documento fueron seleccionados en virtud de que fueron quienes
efectuaron consideraciones respecto de los temas que nos competen en esta materia: la justicia, la ley y el
derecho, entre otros

Es comúnmente aceptado que la reflexión filosófica tuvo su origen en Grecia. Esto no quiere decir que lo que
hemos visto respecto al Oriente antiguo haya sido inútil; tampoco quiere decir que –por ejemplo- el Código de
Hammurabí no haya existido o que dichas civilizaciones no hayan contado con grandes sistemas legislativos.
Lo que vamos a ver es cómo el derecho fue para la civilización griega objeto de reflexión filosófica, lo que
claramente no ocurrió en los otros contextos. En otras palabras, van a ser los griegos los primeros en procurar
dar a la pregunta fundamental de la experiencia de la vida jurídica, una respuesta crítica, consciente; no
fantástica o mitológica.

(DR. CASABELLA) Vamos a empezar hoy con la cultura GRIEGA. Muy especial porque es el antecedente de
la cultura en la cual estamos inmersos, que nos toca estar inmersos, dentro de lo que nos toca a la cultura
latinoamericana y la influencia marcada de la cultura europea, especialmente que tiene la Argentina, que
comulga, muy profundamente con esa orientación grecorromana o romano – cristiana; pese a que la
Argentina y Latinoamérica con más especificidad tienen muchas otras variantes que le dan su particularidad.
Sin embargo estamos inmersos en esta cultura grecorromana – cristiana y en virtud de la cual vamos a
prestarle especial atención a la concepción de lo jurídico de la cultura griega el día de hoy.

Las especulaciones de la justicia y el derecho en la cultura griega se remonta ya a LOS POETAS


prácticamente IX siglos a. C.

Los primeros en este camino fueron los poetas. Ellos, en rigor, ayudaron a reconstruir el clima espiritual en el
que va a discurrir la filosofía presocrática, y lo hicieron a través de textos fragmentarios (poesías). Aquí es
donde destacan Solón, Teognis, Calino, Tirteo, entre otros (aunque veremos una particularidad en Sólon, que
es la base para la reforma democrática en Grecia). En estos poetas, podemos percibir una situación lastimosa
del hombre a merced de los dioses que se traduce en resignación fatalista. Pero ciertos poetas expresan de
lleno su humanidad y exaltan el sentimiento de la justicia o el de la patria o intercalan frecuentes reflexiones
morales en sus poemas (Calino, Tirteo, Mimnermo y Arquíloco, por ejemplo). Tirteo asimismo, expresa que el
gobernante debe no solo pronunciar palabras dignas, sino obrar siempre con justicia y no dañar con sus
decisiones torcidas a la ciudad; en otros términos: justicia y gobierno están compenetrados.

Párrafo aparte merecen Homero, Hesíodo y Solón.

(DR. CASABELLA) La literatura, a través de una serie de concepciones de la mitología en donde con mucha
precisión se ubican en distintos personajes divinos muchas realidades humanas que se personifican en
dioses, y lo hacen con extraordinaria precisión a la ubicación de los problemas humanos, por supuesto
encarnándolos en dioses.

Homero es uno de los más conocidos por ser a él al que se le atribuye las conocidas obras de “La Ilíada” y de
“La Odisea. Lo que tienen de trascendente estas obras es como se van marcando pautas, características
humanas, con mucha precisión en los distintos personajes: se marcan virtudes y defectos muy profundos, que
también se describen en los personajes que dan vida a estas obras de los poetas.
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Homero vivió, se calcula, en el siglo VIII a. C. y hay quienes incluso sostienen que no existió sino que las
obras de “La Ilíada” y “La Odisea” son compilaciones de obras. Sin embargo la gran mayoría continúan
sosteniendo que son de este autor y que realmente habría existido, de hecho es mencionado (su existencia),
es casi una biografía, de Herodoto del siglo V a. C. y también en él se pone en tela de juicio su existencia, así
que es complejo remontarse hasta esa época y sostener con precisión su existencia. Sin embargo, hay
muchas precisiones novelescas de su vida como que era ciego y por eso hay incluso una imagen en una
escultura de la época de los griegos, en donde se lo personifica a Homero.

El Padre Méndez resalta que es precisamente en Homero donde encontramos la primitiva concepción de la
ley en los griegos: la de la ley como Themis, decreto de carácter sagrado revelado a los reyes por los dioses a
través de sueños y oráculos, que se transmite de padres a hijos como norma sagrada del grupo gentilicio y
patrimonio de la clase dominante.

En el mismo se observa el convencimiento de que la ira de Zeus se desencadena cuando los hombres
decretan leyes injustas (dan sentencias inicuas) y echan fuera a la justicia (o no observan la justicia).

Vemos cómo la justicia (o ley, en este caso) es tenida como un signo de civilización, que se elabora en el
ágora, lugar de encuentro y debate público; en cambio, los “salvajes cíclopes” no tienen leyes ni objetivos de
bien común (sino solamente individual).

Más tarde, sin embargo, se transforma la sociedad (de pastoral y guerrera, en sociedad pacífica de economía
y con base agrícola) y con ello cambia también la concepción de la ley en el mundo griego. Sucede entonces
que a la legislación de inspiración divina se le añade primero, y después se la sustituye, por una legislación
auténticamente humana: a Themis la sustituye Dike. Ambas suelen traducirse a nuestra lengua como
“justicia”, pero lo cierto es que la concepción de la justicia, el contenido que cada una de ellas expresa, es
totalmente distinto: con Themis se alude a una manifestación de la voluntad superior al hombre; con Dike nos
referimos al producto de la razón y la experiencia humana.

(DR. CASABELLA) Hesíodo, también es de los más importantes a los efectos que nos ocupa. Vivió a
continuación de Homero, en la última parte del siglo VIII a.C. y que a los efectos que a nosotros nos interesa
tiene una obra de mucha trascendencia que es la obra de la “Teogonía” en la que se hace una genealogía
completa de los dioses de Grecia, y allí vamos a ver se personifican muchos dioses que tienen que ver con la
vida jurídica y que encarnan problemáticas de la vida jurídica. Van ya marcando ciertas pautas o lineamientos
aunque si bien las explicaciones están dadas en mitos, personificaciones divinas, los conflictos jurídicos son
extremadamente precisos o llamativamente precisos.

Sófocles es un poeta trágico que vivió ya en el siglo de oro de Pericles en el siglo V a. C. también es un poeta
clásico de lo que se conoce como la tragedia griega, es decir, esas obras que terminan drásticamente siempre
muriendo el personaje principal. Es autor de muchas obras de trascendencia que se conocen en nuestros
días como “Edipo Rey”, en donde ya personifica problemas de la vida muy particulares como el Rey Edipo
enamorado de la madre.

Dentro de ese contexto de la escritura de los poetas, vamos a rescatar la concepción de la cultura griega del
aspecto jurídico (que es la que a nosotros nos importa) la existencia de una diosa Themis es la esposa de
Zeus (una de las esposas porque tenía varias), pero que es la consejera jurídica de Zeus. Es quien define el
orden del olimpo en las asambleas, hasta la que organiza digamos las asambleas de los dioses del olimpo. Es
decir que vemos que se personifica en una diosa el problema de lo jurídico, aparece vinculado a la divinidad y
en una de la esposas del dueño principal del poder que es Zeus.
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De la diosa Themis, asesora jurídica, con la unión con Zeus nace Diké que es la que personifica propiamente
el derecho (que significa “derecho”) y es la diosa de la justicia. Es decir aparece la problemática de lo jurídico
en una divinidad específica que es Diké, que es propiamente la diosa de la justicia. La diosa de la justicia es la
que define y defiende el derecho entre los hombres enfrentados, es decir, vamos a ver que aparece, como la
encargada de los repartos entre los hombres en disputa. Y es la encargada (miren ustedes como es que la
mitología personifica a los problemas de lo jurídico) de contener a otras diosas que son:

 Bia que es la diosa de la fuerza, es la que da fuerza a los seres humanos. Es la diosa de la pendencia
que los hombres sean pendencieros.
 Híbris es la incontinencia, es decir que esta personificada también en una divinidad una pasión
humana.

Las pasiones humanas la fortaleza por una parte pero referidas a la fuerza (fuerza física) o la pendencia (el
ánimo de disputa o de pelea) e Híbris la incontinencia. Estos problemas o características humanas
personificadas en dioses son los que atentan contra la convivencia en la sociedad y la justicia, la diosa Diké,
es la encargada de contenerlos.

Esta ayudada Diké por dos diosas emparentadas que son: Heudomia que es la diosa de la seguridad e Irene
que es la diosa de la paz, es decir que Diké procura el justo reparto (“justicia en el reparto de los hombres en
disputa”) conteniendo la fuerza física, la pendencia y la incontinencia de los hombres para procurar ese
reparto equilibrado logrando la paz con ayuda o auxilio de la diosa Irene y Heudomia logrando la seguridad,
sabiendo más o menos a qué atenerse en la convivencia social.

Es decir que vamos a ver que acá lo jurídico, lo justo, está representado con la existencia divina o con un
mandato o directivas divinas. Y en Sófocles vamos a ver a Antígenas como le clama a Creón, que es un rey
tirano, la posibilidad de enterrar el cadáver de su hermano según leyes que no están escritas sino que son de
los Dioses, superiores a las leyes divinas (dijo divina pero me parece que se equivocó y debería haber dicho
terrenales) y a los mandatos de los reyes positivos. Entonces vemos acá una concepción, en primer lugar, de
lo jurídico directamente emparentado con un criterio divino. Vemos que si nos atenemos a estas concepciones
de los poetas griegos de la antigüedad, vamos a ver que no todo el derecho proviene de la voluntad o
inteligencia humana, no todo lo jurídico es creación del hombre, sino que hay algo de lo jurídico que tiene que
ver con lo divino, que está más allá de los mandatos positivos de los reyes que están gobernando en cada
momento.

Esto como una noción general de lo que es el primer sentido o sentimiento griego o aproximación de los
griegos al orden jurídico. Es un orden que reconoce lo positivo (el mandato del rey vigente) pero hace
referencia a algo que no está puesto por el hombre sino que viene de la divinidad o de los creadores del orden
humano. Lo vemos claramente en la obra de Sófocles referida a Antígenas. Sintetizando lo que puede llegar a
ser cualquier evolución de la mitología y en especial de ese árbol genealógico de la divinidad de lo que habla
Hesíodo y nos deja ese cuadro completo de las representaciones divinas.

(PADRE MENDEZ) Solón: Por lo demás, y aún en forma poética, nos hablará Solón -personaje en el que los
atenienses verán al fundador de la democracia- acerca de la justicia. Si bien lo hará en versos, mostrará con
su obra legislativa reformadora tener bien clara la idea de una justicia como orden social a realizar con las
leyes humanas. Solón no deja sólo a la venganza final de los dioses la situación de injusticia de la ciudad; en
sus medidas, encaminadas a «corregir» ese gobierno injusto, se contempla, como forma de control de la
aplicación arbitraria de la justicia por parte de los aristoi (los mejores), la implicación activa del demos (el
pueblo), no sólo en corear las sentencias justas o injustas en la asamblea, sino en decidir soberanamente por
primera vez en la historia de Atenas las mismas. Por ello, para acercarse al concepto de justicia y al «modelo
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político» de Solón no puede hacerse únicamente a partir de sus poemas, sino con la complementación de lo
que se puede llegar a concluir de sus medidas en este sentido a partir de otras fuentes.

Este último autor no es desarrollado por el Dr. Casabella

Los cosmólogos. Escuela Eleática. Heráclito.

A partir de los poetas, ya en el siglo VI aproximadamente a. C., se desarrolla una tendencia muy particular que
también vamos a ver en Grecia que es la que se conoce como el periodo cosmogónico o cosmológico y se
habla de los filósofos cosmológicos. Agrega el Padre Mendez Se trata de “filósofos naturalistas” (por su
observación de la naturaleza), que expresan conciencia de los problemas éticos y en concreto de la justicia;
concretamente, desde el mundo del hombre al mundo de la naturaleza, llevaron a cabo un concepto de orden
jurídico. En efecto, se apoyaron en la misma idea de díke, de la armonía como orden racional que vimos
precedentemente.

Estos pensadores presocráticos, quizás los puedan ver citados por otros autores como filósofos
exclusivamente guiados y preocupados por problemas de la naturaleza. Concretamente hablamos de los
representantes de la escuela jónica de Mileto (Tales, Anaxímenes y Anaximandro) y a Heráclito, entre muchos
otros. Y ello, pues suele acotarse la mirada de estos a la búsqueda –y encuentro- del arjé –o su inexistencia-,
esto es, sustancia y principio de toda realidad (principio de todas las cosas) a la que el hombre accede gracias
a la filosofía, representado por algunos de los elementos de la naturaleza (agua, fuego, aire, etc.).

Continua el Dr. Casabella diciendo que la cosmología es una especulación de los griegos que ya empieza a
dar origen a esos pensamientos muy particulares desarrollados en Grecia, muy profundos, que se
caracterizan por ser observadores del orden del universo. Hay una observación muy profunda y ya empieza a
despegarse de lo mítico, empieza a hacerse más objetiva, precisa, en la concepción u observación del
universo.

Se reconoce como iniciador de esta búsqueda del arjé, como principio y sustancia de todas las cosas a Tales
de Mileto, quien, partiendo de la experiencia y observando la realidad, considera como materia originaria el
agua, pues “donde hay agua, hay vida”. A su vez, Anaxímenes considera como sustancia primordial el aire,
denotando un gran avance en el espiritualismo, dado que del aire “han nacido todas las cosas, las que son,
las que fueron y las que serán, los dioses y las cosas divinas”.

Entre ellos, aunque ya es uno de los primeros filósofos importantes es Tales de Mileto, que sostenía la
explicación de cómo la (y se dice que es uno de los primeros conocimientos de carácter científico por la
explicación de causa y efecto) que es la explicación de porqué hace calor de día y hace frio de noche; y la
explicación era por la observación, por supuesto de un lugar prácticamente como una isla rodeado de mar,
cuando el sol salía a la mañana hacia fría y empezaba a tomar temperatura cuando el sol empezaba a
alejarse de las aguas (que eran las transmisoras del frio), cuando el sol estaba lejos de las aguas entonces
generaba calor pero cuando al anochecer vuelve a arrimarse al agua volvía a hacer frio. La explicación deja
de ser mítica, aunque extravagante por supuesto para los conocimientos actuales, la concepción explicaba
una causa y efecto en la observación de la naturaleza, aunque errada “el sol enfriado por las aguas del mar,
no podía transmitirnos su calor”, aunque errada, vuelvo a insistir la explicación era causal y por lo tanto era
científica.

Por su parte, Anaximandro dice que “de aquello de donde los seres provienen, necesariamente procede
también su disolución, porque así se abonan recíprocamente la reparación (dike) y la satisfacción de la
injusticia (adikía), según el orden y el tiempo”. Vemos que la transposición de los conceptos ético-jurídicos
(injusticia, reparación) desde el mundo humano al de la naturaleza es clara: el universo es interpretado en
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conformidad con un modelo de orden de justicia. Por lo demás, Anaximandro fue quien afirmó una sustancia
primordial, infinita, denominada ápeiron, que no es reductible a ninguno de los elementos cósmicos (agua,
fuego o aire), sino que potencialmente los comprende a todos ellos, que es principio unitario de todo lo
existente, ilimitado e inagotable. El ápeiron significa un gran paso hacia el concepto puro de sustancia.

En los filósofos de la cosmología vemos entonces esta observación muy profunda del universo.

Una búsqueda especial vamos a encontrar de la sustancia primigenia, se habla de la “physis” que implica la
naturaleza. Vamos a ver que desde aquella época la naturaleza o la physis era lo más profundo, era ese
elemento primigenio compuesto de todas las cosas y lo vamos a ver después que va evolucionando en la
búsqueda del “arge” en los filósofos de la antigüedad.

Y también la distinción, en la observación del universo, en la physis como principio de todas las cosas y el
“nomo” que les llama especialmente la atención, la normativa que regula conductas de la vida humana.va a
haber un especial interés y observación y especulación sobre la problemática jurídica. Así vamos a ver en
Anaximandro de Mileto que vivió, aproximadamente, hacia el año 600 a. C. que en Mileto (una de las ciudades
griegas) el universo es presentado como un polis gigante y que esta ordenada por Diké (diosa de la justicia)
que está en la esencia de toda generación y disolución de las cosas. Entonces vemos que la problemática
jurídica esta ya, entonces, inmiscuida en el orden natural también. Directamente el universo es una polis
gigante, es una Ciudad – Estado, una organización jurídica, obviamente con orden jurídico y ese orden
jurídico venia impuesto por la diosa Diké, todavía está presente la mitología por supuesto, y es la diosa Diké,
la diosa de la justicia, la encargada de gobernar el universo.

Hasta Parménides todos los filósofos cosmológicos ubicaban el principio de todas las cosas en un elemento
material. Había una escuela atomista que decía que todas las cosas estaban elaboradas con átomos, significa
átomo (y a ellos se les debe el nombre que se mantiene en la actualidad) “partícula más pequeña”. Sin
embargo hoy se ha descubierto que el átomo no es la partícula más pequeña sino que tiene otros
componentes más minúsculos todavía que lo integran, como los neutrones y los electrones. Pero en esa
época se consideraba de los átomos, lejos de lo que hoy se considera que son los átomos, son esas
pequeñas partículas que se ven suspendidas a tras luz (si ustedes en alguna mañana soleada observan al
tras luz de esa ventana algunas pelusas y partículas que están flotando en esa ventana en el aire), eso decían
los atomistas que era lo que conformaba todas las cosas y en función de grandes torbellinos se unían o se
desunían y daban origen a las cosas. Ese era el “arge” o “principio” o “physis” para todas las cosas. Para
Tales de Mileto era el “arge” de todas las cosas el agua.

Un primer paso de abandono de componentes físicos lo da Pitágoras. Pitágoras hace una primera abstracción
de lo que viene a ser la esencia de las cosas. Pitágoras dice que las cosas en esencia no son átomos, no son
agua ni ningún componente material sino que era una cantidad. Pitágoras sostiene que el universo está
gobernado por los números y la cantidad ya no es una realidad que se encuentre en cosas en concreto sino
que son una abstracción de la mente humana que pueden descubrir que pueden descubrir que un grupo de
gente, una repetición de individuos, conforman una cantidad y que la puede cuantificar y cualificar; y esa
cantidad ya no se identifica con un elemento material de las cosas sino con una abstracción humana.

Me parece que el Padre Méndez lo explica mejor: Los pitagóricos (s. VI a. C.) cultivaron la matemática y la
música y elaboraron toda una teoría de los números en la que éstos adquieren sustantividad, pasando de
símbolo a principio esencial (arjé). De hecho, para ellos, la misma alma humana es un número que se mueve
a sí mismo y en ella se distingue una porción superior (donde residen la inteligencia y la voluntad) y otra
inferior (en la que se agitan los sentidos, apetitos y pasiones). Para esta escuela, la Justicia corresponde a la
igualdad matemática perfecta: aquí la permuta, la prestación y la contraprestación y la culpa y la sanción son
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modalidades de justicia por existir en ellas esta igualdad matemática que tiene su base en la consideración del
número como esencia. Pitágoras introduce su concepción de la justicia en su concepción general del universo,
el que es para él, aún de un modo más radical que los otros presocráticos, una concepción de orden y de
armonía racional. En esta visión matemática de la realidad, Pitágoras introduce también la virtud y, en
concreto, la justicia. Para él, la virtud también tiene una esencia numérica y en ella veía representada la
justicia por el número cuadrado, esto es, por el número que es producto de dos factores iguales. La justicia,
significaba, para los pitagóricos, una perfecta correspondencia entre la acción humana y su retribución.

Un paso más lo da Parménides y Heráclito. Parménides da un paso más dice que es verdad que todas las
cosas tienen algo en común y no es el agua ni los átomos, no es ni siquiera la cantidad ni los números como
decía Pitágoras sino que es el ser, “el hecho de que están siendo”, y el acto de ser es lo que es común a
todos, existen justamente porque están siendo.

Fíjense que la abstracción ya es notable, que se despega casi por completo de la existencia concreta, de lo
que veníamos viendo o analizando de los elementos materiales o incluso del gran paso importante que da
Pitágoras de los números. Este ya sostiene la existencia del “ser”.

En Parménides de Elea vamos a ver en el siglo V a. C. (vivió hacia el año 470 aproximadamente a. C.) la
existencia de una ley universal eterna. Él va a sostener que el mundo o el universo esta sostenido por una ley
universal, eterna y permanente; tal es así, que en función de su muy conocido principio de que el ser es.
Parménides es muy conocido por su especulación acerca del ser, quizás uno de los primero filósofos en
formular que todas las cosas tienen una composición del ser y de lograr una abstracción en su pensamiento
sumamente profunda inaugurando lo que es la ontología. El sostiene que todas las cosas tienen un
compuesto del ser, lo que desvela y nunca puede resolver es que el “ser” era el problema del movimiento.

Tiene un gran problema Parménides que no puede resolver nunca que es quien formula el principio de
identidad del “ser”. El primero de los principios lógicos es el que dice que el ser es y en su aspecto positivo
toda cosa es idéntica a sí mismo y en su aspecto negativo una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo.
Esa formulación que hace Parménides, a partir de la abstracción de que todas las cosas tienen “ser” y el “ser”
no puede ser y no ser al mismo tiempo y ser una cosa distinta. Sin mayores explicaciones lo conducen a
precipitarse a decir “el movimiento no existe” pero cómo las cosas cambian y dejan de ser lo que eran antes
para pasar a ser una cosa nueva. Eso no puede ser porque la lógica indica que el “ser” no puede ser y no ser
al mismo tiempo: para que una cosa cambie, tiene que dejar de ser lo que era antes y pasar a ser algo distinto
y eso sostenía Parménides era imposible.

Concomitante o coetáneo a Parménides, Heráclito de Éfeso (de otra ciudad) disputaba con él y decía: no
justamente, todas las cosas están compuestas de “ser” pero el “ser” es y no es al mismo tiempo, porque está
en permanente devenir. Ahí Heráclito era el que sostenía “nadie puede bañarse dos veces en las aguas del
mismo rio” porque tal era el devenir que cuando uno volvía a entrar ya se trataba de otro rio. Y justamente
sostiene sin resolver el problema de la mutación y de la permanencia del ser a pesar del cambio y sostiene
que el “ser” es puro devenir. Por eso lo identificaba con el fuego porque era como la flama de una llama que
está en permanente mutación.

Si advertimos en Parménides la existencia de una ley universal y eterna por ser, y por eso no puede dejar de
ser eterna; y hay algo que es lo permanente incluso en todo el orden normativo aunque haya modificaciones.
Él, por supuesto y por su particular posición lógica, no había posibilidad de cambio: hay en las leyes algo que
es lo esencial que es el “ser”, lo que hace que las leyes sean eso, lo que no puede cambiar. Entonces vamos
a encontrar un primer principio en Parménides de algo inmutable, aun en el ámbito de lo jurídico.
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Concluye el Padre Méndez que luego de este breve recorrido por los antiguos filósofos naturalistas griegos,
podemos decir que no presentan una actitud insensible frente al tema de la justicia y el derecho. Por el
contrario, es precisamente en la idea de justicia y en la de orden jurídico en la que se inspiran cuando
presentan el mundo físico como un todo armónico y ordenado (Cosmos), aunque resulte cierto que no se
ocuparon expresamente de dichos problemas.

(Este último lo agrega el Padre Méndez, el Dr. Casabella no lo menciona en sus clases) El último de los
filósofos que nos ocupan en este documento es Demócrito de Abdera (s. V-IV a. C.). Sus esfuerzos están
encaminados preferentemente a los problemas del mundo físico, pero él les da una respuesta muy distinta de
la de los físicos precedentes, concibiendo el universo como el resultado accidental de la unión debida a
causas puramente materiales y mecánicas, de partículas de materia, es decir átomos. Pero, como los demás
filósofos que venimos viendo hasta ahora, Demócrito no se limitó a ocuparse del mundo físico. Corts Grau
sostiene que su concepción de la naturaleza es materialista, pero su ética va mucho más allá de la visión
mecanicista, encontrándonos con una ética que supera cualquier materialismo sensualista, pero muy
adscripta a lo que brinde de suyo la vida. El fin del hombre reside en la serenidad de ánimo (euthymia) y en el
bienestar espiritual (euesto), lo que sucede cuando se ha observado la justicia y las leyes.

Algunas veces Demócrito parece entender la ley como un valor moral y una obra de la sabiduría; otras veces
le atribuye una función puramente técnica de instrumento de convivencia social pacífica: “si alguien no
intentara hacer daño a los demás, no serían necesarias las leyes que impiden a los particulares vivir a su
arbitrio”. En esta afirmación se advierte que para Demócrito la ley jurídica no es otra cosa que una tentativa de
limitar las consecuencias exteriores de la conducta del que no observa espontáneamente la ley moral; no
siendo menester este apremio en que consiste el Derecho, si el hombre obedeciera a su propia conciencia.

De este modo, estamos con Demócrito ante uno de los primeros atisbos en la historia del pensamiento, que
tratan de distinguir entre una conducta libremente seguida en obediencia (1) a un mandato de la conciencia
(2), quedando afirmado en Demócrito el principio de la interioridad de la ley moral, que más adelante veremos
cómo se asemeja a lo que Kant llamará “imperativo categórico”.

Los sofistas.

En este documento vamos a ver, por un lado, a un grupo de filósofos, llamados sofistas, a quienes se suele
anteponer a la segunda figura que estudiaremos, Sócrates.

Tanto los sofistas como Sócrates tienen el mérito de haber situado al hombre en el centro de la especulación
filosófica y no al mundo físico, como habían hecho los presocráticos. Por ello se denomina “período
antropológico de la filosofía griega”, en contraste con el período cosmológico de los pensadores presocráticos.
Asimismo, tanto sofistas como Sócrates adoptan una actitud racionalista, humanística y crítica, que era vista
así ante la opinión vulgar y particularmente por los poetas cómicos.

De igual modo, corresponde efectuar algunas precisiones respecto a “los sofistas”:

 se conocen sólo textos fragmentarios y éstos por citas de otros autores de la antigüedad, por lo que
resulta un tanto aventurado fijar el verdadero pensamiento de cada uno de ellos, especialmente de
aquellos que nos llegan a través de los diálogos platónicos.
 la sofística no forma un cuerpo de pensamiento único, no se trata de una corriente filosófica
homogénea y por eso resultan bastante genéricas las constantes observables cuando se alude a “los
sofistas” en conjunto, atribuyéndoles tal o cual tesis, que más que precisión, cabe entender como
generalización a los fines expositivos.
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Los sofistas aparecen en un particular clima moral, político y cultural, que es el clima en el que florece la
democracia en Atenas. Así, en los comienzos de la doctrina filosófica y política griega, democracia vino a
significar isonomía, es decir, igualdad de las leyes para todos (isos, igual, y nomos, ley), y por consiguiente,
igualdad de derecho entre los ciudadanos, que particularmente en Atenas significaba igual posibilidad de ser
llamado a los cargos públicos y libertad de palabra. Por consiguiente, en una ciudad en la que la opinión de
todos es susceptible de ser expresada, el método o el camino para lograr que prevalezca una opinión por
sobre la otra, adquiere relevancia. En cierto sentido, quien mejor pueda exponer su argumento, será más
tenido en cuenta. Aquí radica –quizás- la primera distinción entre sofistas y Sócrates: a los primeros les
interesa el perfeccionamiento del método para hacer prevalecer una opinión haciéndola aparecer como
verdadera; mientras que la enseñanza de Sócrates –como veremos-, se encaminaba a la desinteresada
búsqueda de la verdad.

En este sentido, el Dr. Casabella dice al respecto que la clase burguesa afianzada se encontraba deseosa de
adquirir los saberes para brillar en las discusiones públicas (esto deriva de la participación popular). Surgen un
grupo de sabios para enseñar a estas clases acomodas para su participación en la asamblea. Se deja de lado
el cosmos y se empiezan a fijar en los problemas del hombre sobre todo lo político y social; deja de primar la
verdad sino que ahora prima el triunfo en la oratoria (se empieza a prestar mucha atención a la elocuencia
que era el modo más claro de exposición y conducción).

Estos nuevos sabios empiezan a cuestionar el valor del conocimiento (cada persona opina de manera diversa
lo que hace que el conocimiento sea relativo, “cada cual es dueño de tener una propia opinión aunque sea
diversa de las otras personas”). ¿Cuáles son los motivos por los que los hombres discrepamos? Surge la
necesidad de la discusión y la persuasión (discurso elocuente) prima sobre la razon (lo concebido como lo
científico). Surge así la Sofistica.

Una idea que aparece con cierta frecuencia en los sofistas es la distinción entre lo que es 1) justo por
naturaleza o justo natural y lo que es 2) justo por ley o justo legal.

Por justo, entendieron lo conforme, lo ajustado i) a la naturaleza y ii) a la legalidad vigente o establecida en y
por la comunidad política. Es decir, la justicia era el orden conforme a una y otra cosa, i) conforme a las
tendencias naturales del hombre y ii) conforme a la voluntad o autoridad del estado, según corresponda.
Asimismo, ambos términos (justo por naturaleza y justo por ley), suelen aparecer contrapuestos, habiendo
sido utilizados sobre todo para poner de relieve casos en que el orden establecido por las leyes de la ciudad
(lo justo por ley) no se ajustaba al orden establecido por la naturaleza (lo justo por naturaleza); idea ésta que
frecuentemente iba unida a la de que el hombre debía actuar conforme a la naturaleza, y que el nomos
(artificial), la ley, debe ceder ante aquella.

Ahora bien, ¿qué entendían por natural o naturaleza la mayoría de los sofistas, en términos generales? Pues
estos términos no se toman en sentido de deber-ser, de naturaleza en cuanto esencia como principio de
operación, sino como realidad empírica, es decir, la constitución sensible del hombre. Lo que interesa para los
sofistas es lo que percibimos por los sentidos, la mera realidad físico-biológica del hombre, no la esencia que
podemos captar racionalmente y luego obrar en consecuencia. El adjetivo natural se toma en otro significado
al que tendrá en el llamado “derecho natural”, pues lo justo natural es aquí lo adecuado a lo físico natural,
subordinando la razón a la fuerza. Lo natural es lo que la causalidad eficiente logra en las relaciones
humanas. Esta concepción así entendida de lo “justo por naturaleza”, es la del instinto natural, como mera
realidad físico-biológica, una mera realidad empírica e identificada con la fuerza. No se atiende al ámbito de la
razón donde se instala la teleología de la esencia como principio de operación.
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¿Cuál es el modo en que los seres humanos conocemos? Esto se preguntan los sofistas: inauguran una serie
de especulaciones muy importantes por la cual van a transitar las mayorías de las corrientes (más variadas).
Dentro este grupo desarrolla el Dr. Casabella:

 Aipias de Elis: sostenia que el derecho positivo es una especie de tirano que nada tiene que ver con el
derecho natural. No hay complementos entre ambas.
 Calicles: el nomos (normatividad positiva) es la herramienta de los débiles para impedir la supremacía
de los fuertes. Un día la libertad natural iba a sobreponerse y los más fuertes iban a imponer su
supremacía (porque es lo natural).
 Protágoras: imponía el relativismo total de la verdad. El hombre es la medida de todas las cosas, la
verdad depende de cada hombre que la considera. Deja de lado el mundo para pasar a los hombres,
cual es el modo en que los hombres conocen. Este relativismo se ocupa de nuestro conocimiento y
como cada conocimiento es distinto deberemos evaluar la voluntad de cada sujeto. Aparece el
convencionalismo que implica que las normas deben ser acordadas las medidas del derecho. Dos
características: relativismo de la verdad y convencionalismo de legalidad. El derecho al ser convención
varia de lugar en lugar dependiendo de los conflictos que se intentan resolver. Al ser convención se
evita la imposición.
 Gorgias: decía que nada es, si fuera habría comenzado o seria eterno y es imposible (esto contestaba
a Parménides, el cual sostenía que existir es estar siendo, componente de todas las cosas. Este ser es
y no puede no ser. Gorgias en cambio sostenía que nada es propiamente. Es segundo lugar sostiene
que en caso de que algo sea, sería absolutamente incognoscible, no hay homogeneidad entre el ser y
la mente humana. Si algo existiera, la mente humana no lo podría conocer. También sostiene Gorgias
que si algo pudiera ser y lográramos conocerlo, en ese caso sería incomunicable porque no hay
relación entre la palabra y el pensamiento. Gorgias plantea un escepticismo total porque los hombres
en realidad somos las medidas de las cosas.

Luego comienza una segunda época de los sofistas: hablan de una ley natural que complementa a la
convención de legalidad. Fueron más atenuados en las teorías relativistas.

 Hipias de Élide sostenía que la ley natural era el principio de la igualdad.


 Trasímaco: la ley natural se basa en el principio del más fuerte.

Sócrates.

En el auge de esta corriente quien da el corte o la nota disonante, con autoridad fuera de serie, con un
ejemplaridad hasta nuestros días es Sócrates. Nos da una lección a lo opuesto al subjetivismo político. Es un
ateniense, hijo de partera y agricultor.

Hay quienes lo pintan como humilde otros como soberbio, “solo sé que no se nada”, muestra humildad:
alguien que conoció mucho pero que advierte que todo eso es tan poco. No es una frase que la exprese
cualquiera solo alguien que haya conocido tanto como él.

Sócrates que fue profesor de Platón, Platón que fue profesor de Aristóteles y Aristóteles. Después casa uno,
obviamente, siguieron siendo maestros y enseñando sus respectivas escuelas. Sócrates tiene la gran virtud
de en el aspecto filosófico de marcar a la filosofía como ciencia. La filosofía se dice que es el padre de la
formulación del conocimiento científico porque da un método para el conocimiento. Sócrates no dejo obras
escritas, su obra se conoce por las escrituras de sus alumnos especialmente de los diálogos de Platón, pero
hay varias fuentes donde se transcriben los diálogos socráticos. En Platón encontramos la dificultad de
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discernir hasta dónde llega el pensamiento socrático y dónde comienza el platónico, aunque quepa reconocer
en algunos de sus diálogos una clara autenticidad socrática.

Critico la especulación de los sofistas defendiendo una realidad moral ajeno al hombre, no busca el éxito sino
la verdad, intenta transformar la opinión en concepto, la discusión en dialogo y la retórica en la ética. Para el
la virtud primera es el saber, a través de el podemos descubrir lo que debemos ser, nos capacita a ser
mejores. Sistemáticamente, observaremos dos claras diferencias de este pensador con los sofistas: en primer
lugar, Sócrates buscaba una verdad que captara la esencia de las cosas, la esencia que permitiera formular
la definición, el qué de cada cosa; los sofistas, por otro lado, hablaban de una verdad relativa a las
circunstancias contingentes.

Sócrates enseñaba oralmente a través de disputas en dialogo y porque el método científico para Sócrates era
el de parir las ideas. Su método es el de la mayéutica: alumbramiento de la verdad. Consideraba que la
mente humana tiene habitantes y estos son las ideas, no se explica en los diálogos desde donde surgen esas
ideas, pareciera que las ideas son innatas (no está explicito así que no es muy claro). Esas ideas están en la
cabeza y por lo tanto se necesita sacarlas a la luz. Como dentro de una mujer hay un niño que necesita ser
alumbrado, a las ideas también se necesita sacarlas por medio de un método (el diálogo). Tiene dos etapas:

1) ironía: dialogo hábil en virtud del cual se iba en la conversación dirigiendo al interlocutor al punto de
reconocer que la idea de alguna caso en estudio estaba poco clara, incluso si era posible hacer que
se dé por vencido y hacer que acepte que sobre esto sabia poco. Ponía al descubierto las
inexactitudes de las personas que está aprendiendo, reconocer la ignorancia;
2) la mayéutica: alumbramiento en la mente de lo que la cosa “es”, se trataba de perfilar con exactitud el
concepto para exteriorizarlo con un concepto (es propiamente la idea, pero perfectamente perfilada en
sus contornos, para no incluir como elementos que son ajenos o que falten elemento que le son
propios, es la manifestación o exteriorización ). Establece la doctrina de los conceptos que son
representaciones estables de las ideas en la mente. A través de la ideas de las mentes humanas, el
método tendría a precisar los contornos de las ideas de las cosas y permite emitirlo de forma precisa a
través de las definiciones. Entonces se puede conceptualizar a la “definición” como la representación
de los elementos estables y esenciales de las cosas, teniendo cuidado de no tergiversarlos y
cambiarlos por otros que son ajenos.

Todo indica, o pareciera por lo menos, que las ideas están innatas en los seres humanos en el ideario de
Sócrates, aunque no se puede afirmar eso con precisión. Sócrates no explica como aparecen las ideas en los
seres humanos. Sin embargo, el sostiene que la mente humana está habitada de ideas y el método científico
debe ser que esas ideas salgan a la luz, y ¿cómo salen a la luz? A través del dialogo y a su vez las preguntas
- las criticas van generando que la idea que aparece un poco en la nebulosa en un principio se vaya
clarificando y se vaya precisando, hasta que se pueda lograr una definición. Entonces ¿Cómo se dan a luz las
ideas? A través de la definición. Por eso cuando le preguntamos en los exámenes “definición de tal cosa” es
para dar la idea del objeto que estamos estudiando.

Esto es un método socrático a través de los diálogos y que es lo que marca también la filosofía socrática, la
existencia o el problema del conocimiento. Es decir, el ser humano aparece con ideas que vienen a ser
representaciones de la realidad que es necesaria describirla con precisión a través de las definiciones.
Entonces, esas ideas que son representaciones de la realidad son las que nos permiten, si son bien
aproximadas, movernos en el mundo de la realidad con acierto y casi en el ideario socrático “el que conoce,
obra bien por antonomasia”; es decir que casi se identifica la sabiduría con la ética en Sócrates.
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Esto devuelve a los griegos la confianza en la verdad. Se trata de observar las cosas y ser respetuosos con
las cosas. No agregar cosas ni quitar cosas.

Otra profunda diferencia radica en el hecho de que Sócrates demuestra la universalidad 1) del conocimiento y
2) de los valores morales; el fundamento de dicha universalidad Sócrates lo sitúa en el mismo hombre, en el
intelecto y en la conciencia humana; los sofistas entendían por “hombre” –en términos generales-, al individuo
empírico, a cada uno de ellos, concluyendo luego que conocimiento y moral (1 y 2) no son universales, sino
relativos a los individuos singulares.

Sócrates advierte que el hombre debe ajustar su conducta a un orden universal, captado por su inteligencia.
El hombre debe inquirir la esencia del bien supremo y desdeñar los falsos bienes, dado que no es el vivir lo
que importa, sino el vivir virtuosamente, sabiamente, conforme a nuestra dignidad de seres racionales.
Apunta un principio que culminará en Platón y que se ha dado en llamar “intelectualismo moral” o
“intelectualismo socrático”: el cual identifica la sabiduría con la virtud, ambos son inseparables. Para
Sócrates, nadie hace el mal por deseo del mal, sino por ignorancia y confusión, que le lleva a considerarlo
como un bien o a ver tan solo el aspecto de bien que le ofrece. Es decir que en toda inmoralidad hay una
previa deformación del juicio, frente a lo cual tenemos que ver claro (o hacer que quien está en error o
ignorancia vea claro), pues de la sabiduría teórica derivará una sabiduría práctica, un ejercicio de la virtud, un
actuar.

Adentrándonos ahora en la pregunta acerca de cuál es en el pensamiento de Sócrates la relación entre ley y
justicia, entre derecho positivo y valor moral, diremos que Sócrates reclama el respeto a la ley en virtud de
una exigencia moral, propia de la conciencia del hombre. El respeto a la ley no está dado por su valor
intrínseco, objetivo, propia de la misma; por lo que la justicia, consiste para él, en obrar conforme a la ley,
pero no porque la ley sea por si misma buena, sino más bien porque, aunque sea molesta no se debe violar.

Por consiguiente, Sócrates sostendrá

1) que no se debe devolver injusticia con injusticia, es siempre malo, puesto que violar la ley es en sí una
injusticia y no es conveniente rebelarse contra la ley a través de la inmoralidad de un comportamiento
semejante.
2) las leyes son como nuestros progenitores dado que nos han nutrido y educado
3) los ciudadanos acuerdan o consienten someterse a la ley, por lo que rebelarse contra la ley o violarla,
implicaría una injusticia no sólo por no obedecer “a los progenitores”, sino también por no haber
cumplido con lo que se habían obligado tácitamente. La razón última de la necesidad de obediencia a
la ley radica en la conciencia del hombre, en no contradecirse a sí mismo violando una norma que
había observado hasta el momento libremente.

Al respecto el Dr. Casabella explica que en cuanto a lo justo, entonces, hay dos tipos de leyes:

1) positiva que es la de los gobernantes y por lo tanto puede escaparse / engañarse

2) ley no escrita o ley de los dioses que es la que no se puede burlar: aunque se incumpla va a haber una
sanción de orden divino. Algunos ejemplos: honrar a los padres y a los dioses, corresponder a las buenas
acciones (principio de reciprocidad), prohibición del incesto.

Puede considerarse que el legado más profundo de Sócrates, además, del técnico y filosófico es el ético y
moral. En él vamos a advertir la entrega de la propia vida por sostener su propio ideario en el respeto a la ley.
Se acuerdan que habíamos visto en el pueblo de Israel la concepción de la justicia como que el primer
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mandato es que “hay que cumplir las leyes”, bueno en Sócrates esto se ve hasta el momento de su muerte.
Sócrates es enjuiciado, castigado en un juicio (que vamos a darle en alguna clase, el juicio de Sócrates) y,
aunque es injusta la forma de su condenación, él acepta porque dice que pese a ser él (y como eran los
griegos en general, parte del poder y el ciudadano griego tenia forma de escapar a la muerte), sostenía que
era peor la injusticia de no cumplir la ley, aunque sea injusta, y se somete a beber la cicuta que era la
condena a muerte que tenía.

Finalmente en cuanto al hombre en sociedad, hay una integración natural. El hombre está inserto de manera
natural. Hay una especie de convenio tácito, la sociedad protege al ciudadano y este respalda sus leyes. El
hombre no puede subsistir solo, solo puede vivir en la sociedad (esta también tiene necesidad, que se
cumple cuando el hombre respeta sus leyes). El da el ejemplo “a las leyes hay que cumplirlas cueste lo que
cueste”, es la obligación primaria por eso cuando se lo condena no se escapa.

Platón: la idea de Justicia.

Sócrates enseña el problema de las ideas a Platón y Platón convierte a las ideas en la realidad misma. Él va a
sostener, y de acá habrán escuchado decir que Platón es el fundador del “Idealismo”, él era idealista, porque
le da existencia real a las ideas de las que había dicho Sócrates eran los habitantes de las mentes. Entonces,
busca una realidad fija e inmutable y necesaria, y la encuentra en las ideas. En la marcha hacia esas
nociones necesarias e inmutables, él va a decir que hay tres posibilidades: la de la ciencia, la de las prácticas
acéticas (que eran muy común en esos tiempos) y la del amor. En su despliegue por la vía de la ciencia, los
conceptos o ideas que habitaban en la mente humana (según Sócrates) son llevados a la realidad y esta se
las advierte en el mundo de las ideas que él no logra explicar. Lo que descubre Platón con mucha profundidad
y con mucha excelencia es que las ideas representan las nociones de lo esencial, de lo permanente, en todas
las cosas y la mente humana es capaz de captar eso, lo permanente en todas las cosas, y común y universal
en todas las cosas. Pero cuesta y se complica en explicar cómo es que esas ideas llegan a la idea de lo
permanente y absoluto a la mente humana. Y entonces su explicación de conocimiento es mítica, es decir,
tiene que recurrir a un mito de que los hombres antes de ser las almas humanas.

¿Cuál es el sentido de alma para los griegos y para Platón obviamente? El alma era la forma, lo opuesto a lo
material, y ellos a la forma le llamaban alma. Entonces no tiene el mismo sentido que tienen para el
cristianismo actual.

Él sostenía las formas universales y permanentes que están en la mente gracia a que antes de la forma
humana encarnada en el cuerpo (en la materia) había dado una vuelta al mundo de las ideas (que era el
mundo de las realidades permanentes) y ahí las había observado y conocido. Y una vez encarnado en la
realidad corpórea, el ser humano lo que podía hacer para lograr ese conocimiento más pleno de lo universal y
permanente era recordar lo que había visto. Por eso el nombre de la metodología platónica era la
“reminiscencia”, es el esfuerzo del ser humano por recordar aquellas realidades que observó en el mundo de
las ideas. El mito del mundo de las ideas es más un relato fantástico: un carro tirado por dos caballos, hacen
un giro a la vuelta al mundo de las ideas, ahí se observan, los que más se han observado, cuáles son los que
más conocen y que luego tienen aptitudes de filosóficas reencarnan en la vida corpórea.

Y los sentidos, al igual que Parménides, decía ojo con los sentidos, los sentidos nos engañan. Simplemente
nos transmiten una idea vaga, una sombra. Es muy conocida la alegoría platónica de las cavernas, en las que
él explica el conocimiento como el hecho de estar en una caverna mirando hacia el fondo de la caverna; a
través de los sentidos lo que podemos hacer es ver los reflejos de la luz que entran desde la puerta de la
caverna hacia el fondo y a través de los sentidos lo que percibimos son reflejos del mundo de las ideas.
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Entonces, ojo, dice Platón, con los sentidos porque nos engañan, nos muestran apenas reflejos del mundo de
las ideas. Necesitamos meritar en la reminiscencia de lo que vimos alguna vez, para precisar las ideas.

El orden en materia de lo justo, entrando en materia de lo jurídico, lo va a identificar como una problemática
social. Acá recuerden la concepción del griego así es marcadamente social. Hay autores incluso que han
sostenido que eran de un sentido comunista de pertenencia de lo social tan arraigada que hablan de un
sentido comunista de los griegos en su participación de lo social. Acá se ve tan claramente que para Platón
(también Aristóteles lo va a tratar con otra precisión que, yo creo es difícil de superar) ya lo plantea al
problema jurídico como un problema social, a tal punto que lo identifica al orden jurídico con el orden social.

El hombre es naturalmente sociable e integrado en la polis, a través de la polis es que puede hacerse virtuoso
y completo el hombre; por lo tanto el hombre muestra supremacía por su razón y debe dominar a través de la
razón con la voluntad. Pero para él, la personificación del Estado nacido de la naturaleza humana, es
identificado como el cuerpo de un hombre grande y la justicia se cumple cuando cada integrante de la
sociedad cumple su función en lo social. La justicia es, entonces, el cumplimiento de los individuos de su
cometido social. El cuerpo social es identificado con el cuerpo de un hombre y la división del trabajo por la
naturaleza, observamos en Platón.

1) Los magistrados son los que deben, con la sabiduría, ejercer la conducción de lo social.
2) Los guerreros, con el ejercicio de la virtud de la fortaleza, son los que deben sostener y proteger a la
sociedad.
3) Los productores son los que deben trabajar para alimentar la sociedad.

Todos están armonizados o determinados en su función por la justicia y la justicia se logra cuando los
integrantes de la sociedad cumplen el sentido que le corresponden. Esto le ha valido una o varias críticas por
autores que dicen que Platón proponía una sociedad estancada, sin posibilidad de alternancia social; proponía
que cada uno cumpla su alternancia social sin posibilidad de progreso o modificación.

Más allá de eso vemos lo que vemos en Platón es una marcada sentido social en lo jurídico y en un sentido
de cumplimiento o funcional: lo jurídico se cumple en medida que cada uno cumple su función.

Los individuos sirven a la polis y de ahí al bien común, de ahí esa integración tan profunda a lo social que se
advierte en los hombres. En platón ya se ve que el hombre es social por naturaleza y el hombre si bien vive
solo no puede superar la necesidad de vivir en sociedad, porque si no es un Dios o una bestia. Una polis bien
organizada no necesitaría la ley, pero es indispensable las leyes positivas en que contribuyan al bien común:
porque el hombre no siempre ejerce la virtud de la justicia, no siempre asumen el rol que corresponden y
estas leyes ayudan a que si lo hagan, se orientan al bien de la comunidad, hace que cumplen sus funciones
sus roles de cada clase social.

En su obra “La Republica”, una polis bien organizada llega a sostener que no requeriría leyes, si el ejercicio
de las virtudes fuera pleno. Sin embargo, en su obra “La Política y las Leyes”, estima que son necesarias para
reforzar y ajustar la conducta hacia el bien común. De manera tal, que observamos en platón, un compromiso
de lo jurídico en orden al bien común, otra nota que es necesitamos resaltar en lo que respecta a lo jurídico.
Es decir, que si bien no encontramos acá tanta vinculación con la divinidad si una subalternarían de lo jurídico
al bien común.

Entonces hay 3 notas esenciales en platón:

1) Lo jurídico como sentido social


2) Lo jurídico como cumplimiento de la función
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3) Lo jurídico como subalternado al bien común

Es decir que lo jurídico no es la norma jurídica, no responde solo a la voluntad del que manda sino que debe
estar orientado, debe haber un sentido al bien común.

Aristóteles: derecho y teleología.

Cuando pide la “Teleología” hace referencia al sentido trascendente que le da Aristóteles a la forma o causa
formal.

Aristóteles nació en Estagira (de allí la denominación de “el Estagirita”), en la península Calcídica (Grecia) en
el año 384 a. C. y falleció en Calcide, en Eubea, en el año 322 a. C. Como todos sabemos, fue discípulo de
Platón, de cuya filosofía se apartará en los aspectos que veremos seguidamente.

Tenemos que recordar que los escritos que se conocen de Aristóteles son aquellos apuntes que le servían de
base para impartir sus lecciones en el Liceo, y cuya forma literaria –por ese motivo- no es demasiado cuidada,
ofreciendo en algunas ocasiones dificultades interpretativas. Entre las obras que aquí nos interesan podemos
mencionar la Ética a Nicómaco, la Gran Moral o Gran Ética, la Ética a Eudemo, la Política y la Retórica.
Asimismo, para una mejor comprensión de este filósofo, se debe tener en cuenta lo hasta ahora desarrollado
respecto de los filósofos griegos que le precedieron.

Vamos a dividir la exposición de este filósofo en los siguientes temas:

1) Metafísica
2) Justicia
3) Principios de la ética
4) El derecho Natural
5) La ley natural
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METAFISICA: esta constituye quizás el aporte central de Aristóteles, dado que estableció las bases para
comprender la existencia de un verdadero deber-ser, intrínseco al ser, sin caer en la falacia naturalista y
confundir “derecho natural” con los presupuestos, requisitos y condicionamientos del derecho positivo, es
decir, sin caer en objetivismo jurídico formal, lógico o material; errores estos en los que habían caído los
sofistas especialmente.

El conocimiento se explica partiendo de los sentidos, pero se agota en ellos. Más allá de lo que podemos
percibir con nuestros sentidos, más allá de lo aparente, de lo físico, de lo meramente biológico, los seres
tienen una estructura y una entidad radicales y fundamentales que son inteligibles. Nótese bien: no sólo
son perceptibles o sensibles, sino inteligibles, es decir que pueden ser comprendidos, entendidos. En este
orden de ideas, los sentidos nos permiten justamente percibir, mientras que la razón nos permite –
además- comprender aquello que percibimos. La estructura de las cosas es captada por nuestra
inteligencia a través de los sentidos, pero sobrepasándolos, pues estos sentidos son limitados y no nos
permiten arribar a los aspectos más profundos del ser.

Veamos un ejemplo: cuando observamos una mesa y luego observamos una serie de ellas y
comprendemos qué es una mesa, aunque ese conocimiento sea todavía poco profundo, podemos detectar
que una mesa cuadrada que solo cuente con tres patas, presenta un defecto. Ahora bien, al calificar ese
hecho de defecto, estamos en un ámbito que sobrepasa los sentidos, pues los sentidos sólo nos pueden
decir y sólo nos dicen que tal mesa tiene cuatro patas y tal mesa tiene tres patas; pero cuando lo
calificamos (defecto), lo hicimos porque entendimos que el tener tres patas no es lo propio de la estructura
de la mesa cuadrada, no es lo que la estructura de la mesa nos exige para ser tal, ni es lo normal ni lo que
debe ser. Hemos pasado así de lo singular y general a lo universal, hemos captado lo real más allá de lo
sensible, hemos efectuado una intuición o deducción que los sentidos son incapaces de hacer, pues ellos
sienten pero no intuyen ni deducen. En conclusión, hemos captado lo metafísico (aquello que está más
allá de lo físico), por medio de la inteligencia.

Avanzando un poco más, en realidad, para saber que el hecho de faltarle una pata a la mesa es para la
misma un defecto, hemos tenido que –previamente- comprender la finalidad de las patas de la mesa en el
contexto de la finalidad total de la mesa y la insuficiencia de sólo tres patas para alcanzar esa finalidad. En
efecto, una mesa cuadrada de solo tres patas impedirá apoyar determinados elementos puesto que ellos y
toda la mesa se derrumbarán. Vemos cómo entender la finalidad, que exige el conocimiento de lo
universal, es un acto de inteligencia y no de los sentidos; es conocimiento meta-físico.

Recordemos que para Platón el mundo empírico estaba separado del mundo de las ideas, con lo que la
realidad metafísica era entendida como un ejemplar fuera de las cosas, pues las cosas se encuentran en
este “mundo sensible” y la otra realidad se encuentra en el “mundo de las ideas” o arquetipos. Aristóteles,
en cambio, comprendió que tal mundo aparte no existe. La entidad y los componentes metafísicos del ser
están en nuestro entendimiento como algo que éste capta; pero primeramente en el ente, luego los
comprendemos y podemos formar el concepto universal pero ese concepto no es un arquetipo ideal que
nuestro entendimiento forja a priori.

Aquí nos detenemos para dejar sentada la distinta actitud frente a la realidad que ejercieron Platón en
primer lugar y Aristóteles en segundo lugar, como así también del distinto método entre uno y otro.

PLATON ARISTOTELES
la verdadera realidad, el absoluto, es lo esencial universal y fundante es inmanente al mundo
trascendente, constituido por las Ideas
de las que las cosas de nuestro mundo
son solamente limitaciones
al verdadero conocimiento no se llega Al conocimiento verdadero se llega por la vía de la experiencia,
por la vía de la experiencia sensible, la mediante la elaboración que el intelecto realiza de aquellos
cual sólo avivaba el recuerdo de aquello datos suministrados por los sentidos.
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que en el alma humana era innato (Dr. Casabella) Se conoce por una percepción sensible y
(reminiscencias) concreta: los seres humanos traemos esa abstracción y
sabemos que son ese género y no otro, esto no ocupa lugar y
la mente humana es la única capaz de conocer de manera
abstracta. El conocimiento empieza por lo sensible pero
termina siendo intelegible en la abstracción de las normas
esenciales

De igual modo que para Aristóteles el hombre o la mesa –en el ejemplo que veníamos dando- no es una
idea o arquetipo al que se accede a priorísticamente, la justicia y el derecho natural no son ideales o
modelos a los que accedemos prescindiendo de la experiencia. El concepto de derecho es un universal al
que podemos llegar con nuestro entendimiento como producto de la captación de una esencia que está en
todo derecho, sea positivo o natural. Así como habíamos podido captar el universal de “mesa” a través de
las mesas que observamos y entender que se encuentra realmente y existe en esa mesa; el derecho
natural es una parte del derecho real existente, así como la justicia es una proporción real que también se
encuentra en las cosas.

El DR. CASABELLA TIENE UNA FORMA DISTINTO DE EXPLICAR:

Las ideas vuelven a las cosas y vuelven como la esencia formal de las cosas materiales. No hay en
realidad materia separada de una cosa esencial.

El problema del ser y no ser lo resuelve con la teoría file mórfica, sostiene que las cosas tienen
composición de materia y de forma. Materia es pura disponibilidad (se lo identifica con la madera por ser la
materia prima de prácticamente de todos los utensilios de la vida) y se le agregaba la forma (lo que quería
darle el autor: silla, mesa, arma, vivienda).

Hay que tener en cuenta que existen 4 causas de todas las cosas: todas las cosas tienen dos causas
intrínsecas, causa formal y material y dos causas intrínsecas que influyen en ellas pero que no están
dentro del ser mismo: causa eficiente y la causa final.

 Material: de lo que están hechas todas las cosas, el mismo material. Inclusive existe la tabla donde
están todas los materiales que existen en la naturaleza, por lo menos lo conocido.
 Formal: El ser de todas las cosas es eso que hace que sea eso y no otra cosa. La forma le da el
modo de ser, por eso se llama “forma sustancial”. La forma le da la existencia, por eso también se
llama sustancia. Subyace de tal manera que es permanente.

El Dr. Casabella da el siguiente ejemplo: desde que nacemos tenemos peso (algunos más otros menos
pero es el promedio), adulto sube igualmente (hay una modificación corporal en todo aspecto) pese a esa
modificación hay algo que subyace y hace que sigamos siendo lo mismo y es esa sustancia que se
modificó externamente (lo accidental o material) pero en esencia seguimos siendo los mismos (hace que la
cosa siga siendo lo que era al principio). Ejemplo: ahora somos estudiantes pero tenemos la potencialidad
en los accidentes de ser abogados (pese a eso seguimos siendo nosotros),el acto la forma el ser es lo
mismo, lo que cambia es lo material lo accidental.

El ser tiene una composición filemórfica de materia (pura disponibilidad para el cambio) y forma. Los
cambios dependen de la forma o el ser, esto determina las potencialidades (ejemplo: no se le puede pedir
peras al olmo; no se nos ocurre salir volando como pájaros porque no tenemos la forma para volar – no
está dentro de nuestra potencialidad). Así se resuelve el problema del movimiento.

Define el problema ético muy profundo: el bien de las cosas es el lograr cumplir todas nuestras
potencialidades y eso está determinado por nuestro modo de ser. El ser humano tiene la potencialidad de
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vivir en sociedad, adquirir capacidades en ese contexto, y mientras más planificamos en potencia más nos
acercamos a la plenitud, al llegar a la plenitud logramos el bien.

 Eficiente: es la que mueve o genera el movimiento para la consecución del ser (por ejemplo los
padres que hicieron lo necesario para que estemos acá, son los que nos trajeron al mundo)
 Final: es aquello para lo cual estamos hecho según nuestro propio modo de ser. No viene impuesto
por otra circunstancia que no sea nuestra forma de ser. Nuestras características nos hace que no
seamos leones, perros, gatos.

A partir de la ontología se descubre el sentido de perfección y la posibilidad de la ética queda lanzada en


Aristoteles ahí. Nos tenemos que mover (la ética) hacia la búsqueda de la felicidad que es a donde
encontramos esa perfección. Por ejemplo, si el árbol de pera tiene luz suficiente y agua el árbol va a llevar
a la potencia de su modo de ser es decir va a dar pera, cuando el agricultor cultiva atiende a las potencias
de esa planta que está cultivando, las limpia de maleza, las poda, etc. para que logre su plenitud. Lo
mismo los seres humanos si, por ejemplo, nos esforzamos en nuestro estudio (cuesta un trabajo ético)
planificamos nuestra posibilidad de ser abogado, lo llevamos a la plenitud y a su perfección.

En este ejemplo:

 Causa material: pura disponibilidad o potencia porque es lo que tiene posibilidad de ser actualizado
o mejorado, tenemos la posibilidad de ser abogados (esto es la definición de potencia).
 Causa formal: (lo que se cumple en acto) hoy es que somos estudiantes. Tenemos la noción de
acto es lo que está en plenitud

Forma sustancial porque es lo que subyace frente a los cambios de la materia que es lo que hace que
pese a todos los cambios la cosa sigue siendo lo mismo. Se llama también esencia porque es lo que
determina que sea lo somos y no otra cosa. Aquí es donde está inscripto los fines o vocaciones de las
cosas que pueden llevarse a la perfección en las potencialidades, ahí es donde van a operar los cambios.
De tal manera que este sentido teleológico va a determinar la ética o la moral que es la búsqueda del bien,
vamos a ver que es necesario intentar llevar a la plenitud nuestras potencialidades, vocaciones.

Según Aristóteles ¿Cómo conocemos esto? Basta que tenga las notas esenciales de una silla, por ejemplo
una silla tiene que tener 4 patas y por eso podemos reconocer las cosas y saber a qué genero pertenece.
Por eso el conocimiento que es inmaterial y no ocupa lugar: la verdad es conocimiento. La mente humana
no se queda solo en lo concreto de la percepción sensible y es capaz de denotar las notas esenciales.

Vemos como las nociones de Sócrates se van transmitiendo en estos pensadores pero con un
perfeccionamiento de sus especulaciones:

los habitantes  ideas  algo permanente  tenemos que tratar de perfilarlas con precisión  hay que
comunicarlas con la misma precisión  estas definiciones son el objeto de la ciencia.

Esto me parece una nota de color pero la pongo por si les preguntan en el final: Aristóteles tiene uno de
los pocos sistemas integrales de la filosofía, incluso uno de los más completos. Parte de lo que hoy se
denomina metafísica llamándola filosofía primera (ontología) que es ciencia o estudio del ser y en parte de
este análisis lo llama como filosofía primera porque tiene que ser el primer conocimiento. Con el correr del
tiempo 2 a C (muerto hacía rato Aristóteles) un bibliotecario Alejandrino acomoda las obras de Aristóteles y
los organiza en un solo bibliorato después de la física. El los titulo como metafísica (lo que le sigue a los
libros de física), pero en realidad es ontología (solo se llama metafísica por esta tradición de ordenarlos
así, A nunca hablo de ellos).

Aristóteles a partir de la ontología sella un conjunto de problemas físicos que no tenían solución como son
el de movimiento y el de conocimiento. Parte de la ontología para resolver problemas de la física, de ahí
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hay una proyección a la biología y después a los distintos seres vivientes (observa la vida intelectiva que
son los seres humanos que tienen la capacidad de la abstracción).

LA JUSTICIA: su teoría y clasificación. Según lo expuesto por el Dr. Casabella el hombre es, en cuanto a
su relación con la sociedad, un ser social por naturaleza. Solo puede vivir como hombre en sociedad. Su
aporte en cuanto al problema jurídico: el problema de la justicia es un problema que solo puede existir en
el ámbito social, si viviera solo no habría problema de justicia porque esta es la medida de resolver la
situación de la convivencia (necesitamos de la vida en sociedad para que exista problema jurídico). la
justicia es siempre un problema de la vida en sociedad. Se da siempre en los medios de alteridad

Continuando con el Padre Méndez Aristóteles dedica el libro V de la Ética a Nicómaco enteramente al
tema de la justicia. Allí pareciera que Aristóteles no se aparta de la concepción tradicional de la justicia
como virtud ética por excelencia, comprensiva –además- de las demás virtudes y maestra de ellas. Sin
embargo, junto a esta justicia entendida como virtud completa, general o absoluta, Aristóteles distingue
una justicia como virtud particular. Y acaso se había llegado a esta distinción en virtud de la función
reguladora de las relaciones intersubjetivas: la justicia como orden jurídico e incluso como orden social.
Aristóteles había observado la perfección de la justicia como virtud total en su capacidad de hacer
referencia no sólo al sujeto en sí mismo sino también a las relaciones intersubjetivas.

Recordemos –para comprender mejor- que Sócrates y Platón habían excluido de su concepción ética de la
justicia este concepto de justicia como orden jurídico u orden social. Ello por cuanto la justicia era
entendida como obediencia a las leyes y era virtud en tanto se les atribuía un valor en sí mismas
puramente ético, sin prestar atención a esta función reguladora de las relaciones entre sujetos. Para
Aristóteles, en cambio, la justicia es una virtud esencialmente social que se realiza en la comunidad.

En el tratamiento que Aristóteles efectúa de la justicia, se refiere a la justicia propiamente dicha, a esta
justicia como virtud ad alterum, es decir, en acciones referidas al otro, virtud social. Sin embargo, su
carácter de virtud le viene de ser por sí misma mitad, porque es su rango distintivo el justo medio. En otras
palabras, la justicia es virtud en cuanto es igualdad, sea con referencia a las personas, a los sujetos, a las
cosas o a los objetos.

Es así que en relación con el concepto de justicia, Aristóteles introduce una distinción entre los dos modos
en que se puede entender la justicia en cuanto se refiere a igualdad, y que responde a la clasificación que
ha trascendido hasta nuestros días:

1) Igualdad geométrica o distributiva,


2) Igualdad aritmética o conmutativa, dividiéndose ésta a su vez en a) voluntaria y b) involuntaria.

Aristóteles cree, en efecto, poder representar la justicia que da a cada uno según sus méritos con la
proporción geométrica y la justicia que da a todos en una medida igual, con la proporción aritmética. En
otras palabras, existe un tipo de justicia que da a cada uno según sus méritos y otro que da en igual
medida, y está dado por aquellos bienes o cosas que pueden ser o no distribuidas.

Finalmente, advertimos una agudeza aristotélica: aún en el capítulo V de la Ética nicomaquea, Aristóteles
señala que, siendo la ley general, hay veces en las que no es posible formular rectamente mandatos de
carácter general en relación con los casos particulares, resultando la justicia legal previamente descripta
insuficiente y necesitando un correctivo, no porque la ley sea necesariamente perjudicial, sino por la
naturaleza intrínseca de cualquier ley, la cual no puede prever siempre todos los casos singulares a los
que ha de aplicarse.

Es este pues el problema ínsito en la generalidad y abstracción del derecho a la que Aristóteles ofrece
como “correctivo”, aquella forma de justicia que él llama epieikeia y que se corresponde con lo que hoy
denominamos o conocemos como “equidad” y que es superadora de la otra clase de justicia dado que
“corrige a ésta allí donde es insuficiente, a causa de estar expresada en forma general”.
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PRINCIPIOS DE LA ETICA: Aristóteles señala las bases para la inteligencia de la ética. Habíamos dicho
que lo que las cosas son reside en su esencia y que ésta puede ser captada por nuestro entendimiento.
Según esto, el bien del ser, será la realización plena de esa esencia o naturaleza de la cosa, por lo que la
suprema ley ética del hombre es la realización de su propia esencia o naturaleza, y serán buenas las
acciones conformes a la naturaleza humana y malas aquellas que la contradigan. Esta conformidad o
disconformidad del obrar humano con la naturaleza humana, se mide justamente por su racionalidad.
Gráficamente, podríamos ponerlo como sigue:

Seres  principio determinativo  forma  hombre  razón

El bien supremo de la vida conforme a la recta razón es un justo medio entre un exceso y un defecto y se
encuentra en la finalidad de la cosa. Aristóteles pone como ejemplo la inclinación a comer, la cual tiene por
fin alimentarse, conservando la salud. Vicioso será tanto comer de más como comer de menos, pues uno
perjudica a la salud por exceso, mientras que el otro lo hace por defecto. Por el contrario, si el hombre
adquiere el hábito de vivir según el justo medio, vivirá virtuosamente.

(DR. CASABELLA) El hombre virtuoso es el que cumple sus virtudes, despliegue de todos los hábitos
operativos buenos. Las virtudes que adquirimos por las repeticiones. A partir de las virtudes son los
cimientos de la política y de la ética (constante y perpetua voluntad de dar a cada uno su derecho) única
que tiene como objeto el otro y es la única que no nos permite planificar nuestra disposición social, esa
queda enclavada como cimiento de la sociología y la política en la ética, ahí se plantea el problema de lo
jurídico (por la alteridad).

DERECHO NATURAL Y LA LEY NATURAL. No es abundante lo escrito en este sentido, pero se


encuentran estas referencias en los libros que mencionamos, esto es, Ética a Nicómaco, Política y
Retórica.

Lo primero que debe resaltarse es que Aristóteles hace una filosofía sobre lo justo como objeto de la virtud
de la justicia, no una filosofía de la ley. Lo justo es la cosa justa, aquella o aquellas cosas que por
corresponder a un sujeto, le son debidas. Ello, pues Aristóteles está contemplando el orden de la polis, en
la sociedad y se está refiriendo al orden social del que hablamos anteriormente, orden que implanta la
virtud de la justicia y que se refiere al reparto de bienes que existe en la sociedad y al intercambio de
estos. Por ejemplo, lo justo es pues el precio que se paga en un contrato de compraventa, la parte
proporcional de bienes con que cada uno contribuye al estado, la cosa que uno debe dar o recibir en
justicia.

Aristóteles marca en este libro la distinción dentro del derecho válido de un estado, entre aquella parte que
lo es por naturaleza y aquella otra parte que lo es por declaración de la ley.

Y en este contexto, ¿qué es el derecho natural? Aquella cosa que, en relación entre dos sujetos distintos
(alteridad) es debida por uno al otro en razón de igualdad o proporción, que es medido por la naturaleza de
las cosas y no por convención de los hombres.

Así las cosas, puede advertirse que lo justo natural no es lo mismo que ley natural, pero que sin embargo
existe una evidente relación entre el derecho y la ley, pues la ley es criterio, norma o medida de la justicia,
por lo que hablar de lo justo natural en el sentido de Aristóteles, supone admitir una ley natural. No se trata
ya de justicia como orden cósmico, sino que cada quien esté en su derecho; lo se trata de lo justo como
orden social armónico conforme la ética y política de la sociedad sino como orden social; no se trata de lo
justo natural conforme una armonía natural entre poderes o entre poderes y ciudadanos, sino lo justo
natural que corresponden a las personas según su medida natural.

(DR. CASABELLA) En Aristóteles la ley positiva como principio general siendo que es dictada por el
conductor de la Polis en sociedad, es justa porque quien tiene la misión de conducir a la sociedad conduce
al bien común y, por lo tanto, es lo único que legitima a alguien para hacer de conductor (guía). Este
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trabajo implica que debe hacerlo a la perfección (orientado al bien común). De tal manera que en esta
concepción tan marcada y ajusta al bien común queda abierta la desobediencia a las leyes que no
conducen al bien común. Justifica el mandato jurídico su conducción al bien común, esto es lo que le da
forma sustancial y le da forma de verdadera leyes, sin el bien común no hay esencia de leyes y por lo tanto
(de manera pasiva) sostiene el incumplimiento de la ley. Esto vemos como base de lo que se conoce la
objeción de conciencia.

DEFINICIONES DE ARISTOTELES MUY TECNICAS E IMPORTANTES – las resaltó el Dr. Casabella:

 Planteo de la alteridad

El derecho está integrado por la ley positiva como ordenación al bien común (causa formal), esto hace que
sea derecho y no cualquier cosa. La conducción al bien común le da la forma de ley. Sino tiene esa forma
esencial no es verdaderamente una ley. Se abre la posibilidad de una desobediencia pasiva (esto es una
gran diferencia con Sócrates)

 Diferencia de la trascendencia  justo por naturaleza y justo por determinación humana

Hay cosas que son por su propia naturaleza justas, y esto se nota en los valores más importantes de la
humanidad por ejemplo la vida y su protección, entonces advierte que esos valores son muchos más
fáciles de reconocer por el hombre en cualquier circunstancia y en cualquier civilización. Porque por
naturaleza si no hay vida no hay posibilidad de discusión de lo social y menos de lo jurídico.

Pero hay otras cosas que son de alguna forma diferente en su manera de ser o su composición no tienen
la trascendencia del ejemplo de la vida. Por ejemplo circular por una mano o por otra, sin embargo cuando
por una norma positiva el ser humano lo determina se crea una situación de justicia por determinación
humana. Hay algunas situaciones que se vuelven justas porque el hombre determina que sean así
(circular por la izquierda o por la derecha) naturalmente no son justas. El fundamento es de orden natural o
humano (este lo determina el legislador y tienen la esencia de justicia porque en el fondo responden a un
modo de convivir que participa del orden o bien común).

 Noción de la equidad.

Pitágoras decía que era una ecuación de la igualdad. Sócrates y platón sostenían que lo justo es lo
adecuado a lo social, cada uno tiene que cumplir el rol que le toca. Mientras que Aristóteles tiene una
precisión técnica poco usual para ese tiempo.

Las normas jurídicas son mandatos generales, son previsiones hipotéticas y generales y en la generalidad
es posible que esa previsión por su carácter general frente a una situación concreta resulte distorsionada:
ciertas situaciones particulares al contrastarse con las normas generales. Por ejemplo la prohibición de
matar a otro: fue necesario plantear situaciones de excepción como la norma de legítima defensa (habilitar
esa prohibición). Existen situaciones más particulares: principio general no matar pero en determinadas
situaciones permiten defenderse aunque si llegamos a un punto de matar se genera un exceso, trae
condena pero no es la misma del homicidio. Mientras más particular es la situación es probable que la
norma genere injusticia porque no se pudo prever una situación tan particular. Aristóteles previo un ajuste
de las normas para orientarlas al bien común, ese ajuste se lo hace con la equidad.

La equidad viene a ser la justicia en el caso concreto, es la adaptación técnica a la previsión general al
caso concreto. Las leyes justas en su generalidad pueden fallar en la singularidad entonces la equidad es
una virtud complementaria de la justicia que la adecua en la situación especial.

El estoicismo. Cicerón. Los juristas.


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Las nociones generales de la cultura griega con el aditamento de Aristóteles (la ideas en general) les llega
a los juristas que eran la mayoría romanos. Después de Aristóteles, no hubo en Grecia filósofos de la
trascendencia de él. Una escuela fue la de los Estoicos, fundada por Zenon de Citio, que abre los caminos
para el derecho internacional; hay una polis encima de la polis, denominada Cosmopolis. Hay una
hermandad en el mundo, propia de una sociedad humana universal. Esto se sostiene a partir de la doctrina
de OIKEIOSIS (doctrina de lo consustancial).

Cicerón sostiene que hay una afinidad natural en lo que es de la misma sustancia (afinidad natural para la
supervivencia en procuración de la humanidad a través del hombre y la mujer; también tendencia natural a
los amigos; reconocimiento de a todo ser que participa del género humano). Esto está en toda disposición
a un trato igualitario en el género humano (hay una disposición de reconocimiento a todos los que
participan en el trato humano). Esta cosmópolis responde a una ley natural reguladora que es universal
(ley eterna del Dios). Los seres humanos participamos por consubstancialidad y por ello la conocemos. En
alguna medida habla como si fuéramos participes de esa divinidad. Abre las puertas a las interpretaciones
panteístas (a los Cristianismos), que piensan que dios participa de todas las cosas. Dios participa de todas
las cosas y nosotros participamos de alguna forma de esa divinidad.

El estoicismo propugna un racionalismo determinista: la razón (piensa como Aristóteles) es la potencia


más excelsa del ser humano y es la que debe gobernar. El hombre vive conforme a su naturaleza (la ley
natural), el medio para concebirnos libres el ejercicio de la virtud: los seres humanos participamos de la
naturaleza sensible con el resto de los animales pero tenemos una nota distintiva la razón que nos permite
percibir desentrañar las notas características de las cosas y comunicarlas (es descripta por el lenguaje
humano con mucha precisión), es la capacidad intelectiva. Esto es lo que permite reconocer nuestro
destino, sentido, proyecciones y posibilidades, la mente puede conocerlos conscientemente y esa
capacidad consiente es lo que genera el desarrollo ético (los animales no pueden ser enjuiciados, porque
no domina su destino conscientemente), es razonable por la conciencia de sus fines y de sus actos. El
hombre debe vivir conforme la razón no su voluntad o efectividad.

Esto mismo sostienen los estoicos pero acá dan una nota exagerada a Aristóteles: la razón no solo debe
dominar las pasiones sino hasta suprimirlas (el hombre debe ser una roca). El estoico es aquel capaz de
soportar cualquier tempestad y no inmutarse ante la adversidad, se mantiene frio (es imperturbable).
Frente a esta posición ética o moral podemos decir hay una deshumanización, el hombre está sujeto a las
pasiones como el resto de los animales (compartimos los instintos), al hacernos consientes nos hace
responsables de nuestros actos: cuando somos apasionados podemos imponernos nuestros propósitos y
lograrlos, siempre que estén guiados a la plenitud.

El fin del hombre será vivir conforme a la ley natural (aristotélico), el medio es el ejercicio de la virtud
(aristotélico). La razón es la que debe gobernar.

El estoicismo es la corriente que con más fuerza llegan a Roma, a través de Panecio de Rodas y
Posidonio de Apamea, fueron dos juristas o autores que transmiten por las obras Lucio Seneca. Este
último maestro del emperador Marco Aurelio Antonio, y por quien se da una nuea corriente en roma. Esta
época coincide con los primeros tiempos del cristianismo, cuyos impulsores participan de las ideas
estoicas.

Los primeros padres de la iglesia participan de las ideas estoicas, pero con una posición rígida. El
cristianismo y el estoicismo tienen grandes similitudes, pero dos diferencias: dios no es parte de todas las
cosas, y el hombre tiene pasiones (son naturales o connaturales al hombre) y no se pueden suprimir sin
deshumanizar al hombre.

Cuando el programa se refiere a juristas son las principales corrientes griegas que impactan en la cultura
romana es decir Cicerón maestro de Pompeyo durante la República y el advenimiento del imperio, su
cultura y sus doctrinas fueron muy arraigados en el mundo romano.
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Dentro del estoicismo romano tenemos a Marcos Tulio Cicerón que vivió entre el año 6 a c y 43 d c,
Seneca y Cicerón trasladaron este pensamiento griego, especialmente el estoico, a la sabiduría practica y
jurídica de los romanos. Una de las obras más importantes de cicerón es el Tratado de la República en ella
nos deja una serie de definiciones del orden natural de lo jurídico.

1) Nos trae una definición de ley natural contraria a la democracia, sin límites o al consensualismos o
pactismo: no responde a un pacto de seres humano responde a un orden natural pre establecido,
esto pone limite a los gobernantes
2) Sostiene una igualdad necesaria entre los hombres fundadas en la dignidad de la humanidad. Esta
igualdad no es absoluta pero hay el principio de igualdad de dignidad humana. Ese orden natural
es el que determina lo esencial de lo bueno y lo mano, estos no dependen de la decisión de los
gobernantes y ni siquiera de todos los que integramos este pacto de sociedad sino que viene de un
orden natural, que responde a los designios de dios y está inscripta en los corazones humanos y
por eso tienen características de universal inmutable e inderogable.

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