Los preteristas cristianos en nuestros días afirman que el
anticristo apareció ya hace mucho tiempo. Otros ( los futuristas ) dicen que todavía no ha aparecido. Y otros ( los historicistas ) dicen que el anticristo actuando a lo largo de la historia de la Iglesia se ha manifestado de forma muy especial hasta ahora, en la Iglesia Cristiana Medieval.1 S. Juan 2:18 afirma que hubo muchos antricristos en el primer siglo de la era cristiana. Muchos autores cristianos han visto al Anticristo en el Impío u Hombre Impío de 2 Tesalonicenses 2:7,8 a quien, según las Escrituras el Señor Destruirá con la manifestación de su venida. He aquí un anticristo del futuro. Muchos han afirmado que los papas en su totalidad son el Anticristo.
Cuando hablamos de Roma, la visión de Daniel nos presenta a
propósito sólo un aspecto del Imperio. Este Imperio fue responsable de muchas cosas buenas. Como su red de caminos pavimentados, su avanzado sistema de leyes y su famosa paz romana ( pax romana ). San Pablo se sentía orgulloso de su ciudadanía romana y aprovechó los privilegios que le ofrecía. En romanos 13 enseñó que las autoridades romanas eran siervos de Dios, autorizados por el cielo para castigar a los malhechores. Paralelamente a las declaraciones de San Pablo con respecto a Roma, Apocalipsis 12 y Daniel 7 nos presentan a esta potencia como un monstruo horroroso. Aunque con respecto a las persecuciones hubo sólo dos períodos de persecución propiamente dichos: uno durante el corto gobierno del emperador Decio en el año 250, y otro con el emperador Dioclesiano que duró aproximadamente una década, del año 303 al año 313 DC. En Daniel 7 Dios presenta a propósito la potencia romana como indescriptiblemente horrible para enseñarnos cuanto le disgustan los perseguidores.
El Nuevo Testamento también predijo que habría persecución.
Las profecías del Antiguo Testamento acerca de una bestia y un cuerno perseguidores encuentran respaldo en las profecías del Nuevo Testamento relativas a la persecución de la Iglesia.
El Nuevo Testamento también profetizó la apostasía. Una de las
más claras profecías del Nuevo Testamento y una de las más tristes con respecto al curso de la historia de la Iglesia, tiene que ver con la apostasía. San Pablo dijo: “Yo sé que después de mi partida, se introducirán entre vosotros lobos crueles que no perdonarán al rebaño; y también que entre vosotros mismos se levantarán hombres que hablarán cosas perversas, para arrastrar a los discípulos detrás de sí”. ( Hechos 20:29,30 ). Las ocho marcas identificatorias
1. Sale de la cuarta bestia.
2. Sale después de los otros diez cuernos. 3. Era pequeño cuando se lo vió por primera vez, pero con el tiempo llegó a ser mayor que los otros. 4. Derribará a tres reyes de manera al surgir él tres de los primeros cuernos fueron arrancados. 5. Tenía ojos como los de un hombre, y una boca que decía grandes cosas, y pronunció palabras contra el Altísimo. 6. Debía poner a prueba a los santos del Altísimo. 7. Tratará de cambiar los tiempos y la ley. 8. Se le concederán poderes especiales por un tiempo y por tiempos y por medio tiempo.
En el año 1733 se publicó un libro de Sir Isaac Newton, el célebre
hombre de ciencia que descubrió la ley de la gravitación universal, en el que había escrito unos años antes lo siguiente acerca de Daniel 9 y Antíoco Epífanes:
Algunos consideraron que el último cuerno es Antíoco Epífanes,
pero no con buen juicio. Un cuerno de una bestia nunca representa a una sola persona: siempre representa un nuevo reino, y el de Antíoco ya era antiguo. Antíoco fue un rey de uno de los cuatro cuernos, y el cuerno pequeño era un quinto, que tenía sus propios reyes. Este cuerno al principio era pequeño, pero creció mucho, lo que no ocurrió con Antíoco. Se lo presenta como mayor que todos los cuernos anteriores, pero eso no pasó con Antíoco. Su reino por el contrario era débil, tributario de los romanos, y él no le añadió territorios. El cuerno era un rey de fiero rostro, que destruía maravillosamente y que prosperaba y actuaba; es decir, prosperaba en sus actividades en contra del pueblo de los santos: en cambio Antíoco salió asustado de Egipto por un mero mensaje de los romanos, y después atropelló y matrató a los judíos. El cuerno pequeño era poderoso gracias a un poder ajeno; Antioco actuaba por cuenta propia. El cuerno se levantó contra el Príncipe de las Huestes del cielo; el Príncipe de los príncipes; y esta es una característica no de Antíoco, sino del Anticristo. El cuerno derribó el Santuario, lo que no hizo Antíoco, puesto que lo dejó en pie. El Santuario y la Hueste fueron pisoteados por 2300 días; y los días de las profecías de Daniel son años; en cambio, la profanación del Templo durante el reinado de Antíoco no duró tantos días normales. Debían durar hasta el tiempo del fin, hasta el fin mismo de la indignación contra los judíos; y esa indignación todavía no ha concluído. Debía durar hasta que el Santuario derribado fuera purificado, y el Santuario todavía no ha sido purificado.