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Trilogía

¡Holitas! Esta historia forma parte de una trilogía, no hay un orden establecido
para leerla y no es necesario leer las tres obras para entender algo, las
obras fueron creadas para íntegramente de comienzo a fin por lo que fungen
como una novela cada una y a la vez, siendo leídas juntas se fusionan en una
trilogía conectada.

Sin embargo, si deseas leer la trilogía completa, se recomienda hacerlo por


orden cronológico:

1.TAEHYUNG, EL CHICO MURO. [Te encuentras aquí].

Taehyung es frío e inaccesible como un muro, nunca nadie le ha visto sonreír


ni le ha visto molestarse, nunca nadie jamás ha visto o ha provocado una sola
expresión en su rostro. Los rumores dicen que sus relaciones solo duran
semanas porque aseguran que él no tiene sentimientos, solo un atractivo
rostro y una expresión neutral.

Y a Jungkook le gusta el reto que significa Taehyung, el chico muro

2.JUNGKOOK, EL CHICO TONTO.

Jungkook es un chico tonto que vive enamorado de Taehyung.

Taehyung es el chico más rico y popular de la universidad, que odia a los


tontos.

—Escucha Jungsook o como te llames, jamás vas a llegar a gustarme,


¡piérdete!

3.JUNGKOOK, EL CHICO FLOR.

Taehyung no pudo evitar que Jungkook floreciera, aunque quiso protegerlo y


ocultarlo de los demás, todos se habían dado cuenta de cuán hermoso se
había puesto.
Jungkook se convirtió en una hermosa flor y ya no necesitaba que su mejor
amigo, el cactus en su vida, le cubriera del sol y ocultara su belleza. ¡Ya no
necesitaba a Taehyung!
Introducción

Taehyung es amable, jodidamente elegante, no acostumbra correr y sus


pasos siguen el ritmo perfecto de todos sus movimientos.

No sonríe, no, no hace muecas, no muestra ni la más mínima expresión,


nunca nadie le ha visto hacerlo y conserva su gran atractivo. Su perfil
pareciera haber sido esculpido por un ente divino y su piel, tan tersa y
perfecta a la vista, que sin duda, ha enamorado a varias y varios de sus
compañeros.

Es casi imposible creer que tiene amigos pues parece algo incómodo tener
una conversación con alguien que... no demuestra emociones y es más
imposible creer que ha tenido varias parejas, todas ellas en relaciones cortas
justificadas con el típico: "Taehyung no tiene no tiene sentimientos".

La gente dice que es un robot, otros dicen que es un ángel, otros que es un
engreído y demás, pero nadie se ha preguntado sobre la historia de fondo,
nadie conoce a Taehyung más allá de lo que se ha dicho y aunque la gente lo
ha intentado, él es como un muro inaccesible, un muro que nadie ha podido
tocar.

Y Luego está Jungkook, con las hormonas jugando con su razón y con el
enamoramiento prematuro que sintió al saber de Taehyung. Porque Jungkook
con sus 19 años de edad jura que nunca había sentido tanta curiosidad y
necesidad de hablar con alguien. Está dispuesto traspasar ese muro porque
quiere ver qué hay tras de él, quiere saber si hay una sonrisa detrás de
Taehyung, el chico muro.
1

Bien, él está ahí con sus amigos, vierte una que otra palabra y no sonríe, de
nuevo con esa expresión neutral tan estúpida que le hace ver jodidamente
atractivo.

Mi corazón late con fuerza, pues todos sus amigos se han ido, seguramente a
sus clases y él se ha quedado ahí, tiene la mirada perdida y toma agua desde
la botella. Tomé el último suspiro, me aseguré de que mi chaqueta estuviera
muy bien puesta y me puse algunas gotas de colonia.

Avancé hacia él y no supe qué decir, sus ojos se posaron en mí y yo sólo


atiné a sentarme en su mesa.

—Jin me dijo que... t-te entregara esto.

Imploré a los cielos para que mis manos no temblaran pero así lo hicieron y
mis mejillas comenzaron a encenderse. Su mirada se posaba en mí, y tuve
miedo.

—Gracias.

Él tomó el libro y se levantó.

Cualquiera hubiera preguntado la razón del por qué yo traje la libreta y no Jin,
siendo yo un estudiante de primer año y ellos de cuarto.

—¡E-espera!

Él volteó a verme y mi corazón se paró.

—...

—Mi nombre es Jungkook y quería saber si, quería saber si podíamos salir
juntos mañana.

Estaba sudando y solté un suspiro, lo había dicho, él podía rechazarme, pero


lo había dicho por fin y después de mucho tiempo.
Observé su rostro y vi que asintió.

¿Eso es un sí?
—Adiós.

—Adiós...

¿Eso era un sí?

Taehyung había desaparecido por el pasillo y yo me dejé caer sobre la silla.

Mañana esperaría todo el día, para salir con él.

Mierda, ¡sí!
2

—Estás bromeando.

—No, es en serio, él aceptó salir conmigo.

—Eso no lo dudo, lo que no creo es que tú quieras salir con él.

—¿Qué tiene? Taehyung es...

—Raro.

—No, es atractivo y muy lindo.

—Es como si salieras con un muñeco inflable.

—Lo que pasa es que tienes envidia, Yoongi.

—¿Envidia? Prefiero salir con un robot, tendría más sentimientos que


Taehyung.

Yoongi se mataba de risa y yo tomaba aire. Estábamos esperando a que la


clase de Jin termine. Jin y Taehyung son compañeros y le pedí información
acerca de su última clase y aunque mi amigo me haya sugerido que eligiera a
otra persona, al final terminó apoyándome con esto de salir con Taehyung.

La puerta de salón se abrió y varios estudiantes comenzaron a salir, entre


ellos Jin. Él se despidió de mí y se fue rumbo a casa junto a Yoongi. Y divisé
a Taehyung, él salió a pasos tranquilos y posó sus ojos en mí y no dijo nada,
es como si... siempre esperara a que yo dijera las cosas primero.

—Hola...

Aquella chaqueta de cuero le quedaba jodidamente bien.

—Hola.
Esa jodida expresión neutral me ponía nervioso, es que joder, no creía esos
rumores de que él nunca mostraba ninguna expresión, pero ahora que lo
admiro, es verdad.

—Hay una cafetería muy cerca de aquí y...


—Claro.

Todo el camino fue silencioso, él no me miró, ni siquiera respondió a mis


pequeñas historias y entendí el porqué del rompimiento con sus demás
parejas. Aún así, mi corazón latía agitado y gritaba por probar sus labios.

Tonto, tonto, tonto.

Pedí un poco té en una cafetería, pero daba igual.

Entonces me miró, atentamente, sin expresión. Agradecería al cielo que él me


mirara con molestia o desagrado para saber si le agrado o no, pero me es
imposible saberlo, porque él no tiene ni una jodida expresión.

—¿Y cómo te fue hoy?

—Bien.

Su voz es muy profunda y masculina, es una lástima que sólo escuché menos
de 10 palabras suyas.

—¿Hay alguna materia que te guste?

—Lógica Deóntica.

Oh, ¿qué?

—Oh, bueno, suena muy...

—¿Tienes alguna razón en especial por la cual me has traído aquí?

Me quedé quieto.

—Sólo quiero conocerte...

—...

Amaría que deje de mirarme de esa manera, joder.

—Tal vez tú... tal vez tú me gustes.

Comencé a toser luego de haber dicho esa estupidez. ¿Por qué lo dije? Él no
dijo nada y mis mejillas se incendiaban.
—Ya veo.

—N-no es como que quisiera casarme contigo...

Reacciona, qué estoy diciendo.

—Ah.

—Casarse es mucho, tal vez ser novios.

Mierda.

Cualquier persona normal se hubiera asustado o hubiera mostrado asombro,


pero él nada, ni se inmutaba, ¿por qué?

—¿Entonces quieres ser mi novio?

¿Es una pregunta inocente o me lo está proponiendo? ¿Qué está diciendo?


¿Qué? ¿Por qué? ¿Le gusto? ¿Qué pregunta es esa?

¡Sí! ¿Qué?

—Sí, quiero.

—¿Quieres?

Él tomó un poco de su té y yo ya no podía respirar. Él no me lo había


propuesto, oh mierda.

—Sí, quiero.

Bajé la cabeza, realmente estaba muy avergonzado, realmente avergonzado,


quería salir corriendo, pero mis pies no respondían.

—Pues vale, seamos novios.

Él se levantó y salio del lugar sin decir nada más.

Y yo me quedé ahí, procesándolo todo. Esta

noche no podría dormir.

Soy novio de Taehyung, el chico muro.


¡Sí!

¿Sí?
3

—¿QUÉ? HAHAHAHAHA.

—No te rías, te estoy diciendo la verdad.

—Hace un día me dijiste que te gustaba Taehyung, ayer me dijiste que ibas a
salir con él y hoy me dices que ya son novios, mañana me dirás que se
casaron y pasado mañana que tendrán hijos, seguro.

—Haha, suena raro Yoongi, pero las cosas se dieron así.

—A ver, ¿tú le dijiste que querías ser su novio?

—Algo así.

—¿Algo así?

Yoongi y yo nos encontrábamos en la cafetería de la universidad y vi a


Taehyung desde lo lejos, tomó asiento en una mesa y comenzó a leer un
libro. Mis mejillas se calentaron y me levanté, tenía que saludar a mi novio.

—Me voy.

—No te hagas ilusiones, es un robot.

Le saqué la lengua a Yoongi y me encaminé rumbo a su mesa. Mientras más


me acercaba, mi pulso se aceleraba.

—Taehyung.

Levantó su cabeza para verme, más bien, examinarme.

—Hola.

—¿C-cómo te va?
Tomé lugar a su lado y observé con curiosidad su libro, supe por Jin que
Taehyung realmente ama la filosofía.

—Bien.

—Se ve interesante.

—Supongo.

Los nervios me invadían. Me sentía algo tonto, pero ayer, con la revolución de
pensamientos que tuve me juré a mí mismo descubrir cada centímetro de
Taehyung, me juré hacer que él me ame y sólo puedo lograrlo dándole amor,
porque creo que lo que a él le falta, es un poco muy mucho de amor.

—Ayer pensé en ti...

Taehyung dejó de leer su libro y luego me observó. Segundos después asintió


y volvió a prestarle atención a su libro.

Y eso hizo que luciera mucho más atractivo de lo que ya es.

—Taehyung, ¿ayer pensaste en mí?

—¿Tendría alguna razón para haberlo hecho?

—Bueno sí... somos novios.

—Tal vez pasaste algunos segundos por mi mente, no recuerdo más.

—Uh, fui afortunado por algunos segundos.

Sonreí como un tonto, porque la verdad lo estaba siendo.

Mis manos sudaban así que decidí secarlas en mi pantalón y me percaté de


su mirada, su atención ahora se centraba en mí.

—...

—¿Dije algo malo?


—En lo absoluto.

—Tae...

—...

—Tengo que ir al baño y supongo que tú tienes que ir a clases así que debo
irme, pero no sin antes hacer algo que he querido hace tiempo...

Me levanté de mi lugar y me acerqué a él hasta que mis labios tocaron su


mejilla. Me hizo sentir infantil pero tan feliz.

—...

Y es que él no tenía expresión, él no demuestra nada.

—Te esperaré en la puerta de ingreso a las 15:30. Sería lindo que nos
fuéramos juntos, así que... a-adiós.

Me fui con velocidad hacia los baños, no sin antes prestarle una última
mirada. Notando que Taehyung se veía perdido, tan perdido como cuando no
entiende algo.

Taehyung, mi chico muro, ¿en qué estás pensando?


4

—Y bueno, me gusta más el estilo indie aunque la música popular también


suena bien, Blackpink se ha puesto de moda y aprendí algunas partes de sus
coreografías. Amo con todas mis fuerzas a Stephen King y aunque la gente
piense que es algo cliché, creo que Misery es una obra maestra. ¡E
inteligencia artificial, la vi mas de 5 veces! ¿A ti?

—No, yo no.

El parque lucía un poco solitario y creo que está bien porque así él y yo
podíamos tener algo de privacidad.

—¿Tú no?

—Prefiero lo clásico y el metal.

—Tae... ¡es genial! También me gusta mucho, conozco muchas bandas de


ese estilo, así que podemos escuchar juntos algunos álbumes.

—Claro.

—Tae.

—¿Mh?

Tomé de su suéter color crema ñoño que en él lucía muy bien y me aproximé
a su rostro para alcanzar sus labios y por primera vez poder probarlos. Su
sabor a menta me encantó y la suavidad de su textura me impulsaba a probar
un poco más.

Sin embargo él no seguía mi ritmo, a penas y movía los labios y decidí abrir
los ojos para afrontarlo y me encontré con los suyos.

¿Los habrá tenido abiertos desde que inició?


Me sentí algo tonto y me alejé. El silencio reinó el lugar y me levanté, tenía
que escapar de ahí lo más pronto posible.

Pero él sujetó mi brazo, no de manera brusca pero muy firme.

—¿Quieres venir a mi departamento?

Su expresión no me decía nada pero sus palabras sí, vaya que sí.

Asentí con calma y él aflojó el agarre. Su departamento no quedaba lejos de


ahí y qué se supone que yo iba a hacer.

El hogar de Taehyung, el chico muro, lucía bien.


5

—Entonces es Megadeth...

—Sí.

—Suena bien.

No iba a negar que es totalmente diferente de lo que escucho, pero realmente


me gustó.

—Vale, es eso.

Entonces me trajo para que escucháramos un álbum de música y ya. No


quise pensar que haríamos algo más, pero realmente esperaba a que algo
como eso sucediera.

—Realmente me gustó... creo que tienes muy buenos gustos.

Su departamento es como él, no tiene sentido y tiene un color blanco muy de


hospital.

—Sí.

—Creo que ya tengo que irme.

Él asintió y se fue hacia su habitación. ¿Qué significaba eso? ¿Qué debería


irme?

Esperé algunos segundos más y luego decidí marcharme. Me sentía muy...


extraño, ¿los días siguientes también serán así?
6

Taehyung y yo llevamos más de dos semanas saliendo juntos, es decir,


siendo novios, sin embargo siento como si no fuéramos nada, ni amigos ni
novios ni nada...

—Puedes huir ahora. Todas sus parejas terminaron con él justo después de
dos semanas.

Yoongi y Jin me miraban con algo de preocupación.

—Pero yo no quiero terminar con él, me gusta demasiado...

—Jungkook no seas estúpido y...

Jin tapó la boca de Yoongi, mientras éste intentaba zafarse.

—Te entiendo cariño. ¿Y si intentar llegar a segundo nivel?

—¿Segundo... nivel?

—Dijiste que te llevó a su departamento.

—Sí...

—Tal vez podrían tener algo de intimidad, no llegar al límite, sólo iniciar algo...
ya sabes.

Oh sí.

Qué vergüenza.

—Pero él... él casi no responde a mis besos.

—Tal vez sus labios no, pero su cuerpo lo hará.

Yoongi se zafó de las manos de Jin y se quedó boquiabierto.


Igual que yo.

¿Es en serio?

Todos fuimos a nuestras respectivas clases en cuando ya fue hora. Y sólo


pensé en cómo podría llegar a segundo nivel con Taehyung si él ni siquiera
responde mis besos.

El tiempo pasó veloz y fui hacia la puerta de ingreso. Como habíamos


acordado hace días, sería nuestro lugar de encuentro para irnos juntos.

Él muy puntual estaba ahí, tan perfecto y sin expresión alguna, esperando por
mí. Una sonrisa tonta apareció en mí rostro cuando lo vi.

—Tae.

—Hola.

—¿Nos vamos?

Él asintió.

Tomé su mano y como siempre, él no hacia presión, ni siquiera enlazaba sus


dedos con los míos. Es como si solo yo sosteniera su mano y ya.

—Tae.

—Mh.

—¿Vamos a tu departamento?

Él me miró con demasiada atención y asintió.

Entonces me sonrojé a más no poder.

Ahí vamos.
7

Estamos viendo una película, "the beauty and the beast" a insistencia mía y
que parece que no le causa ningún interés. Y qué digo, a mí me gusta, pero
no puedo prestarle nada de atención.

Segundo nivel.

¿Qué se supone que debo hacer?

—Tae.

—Mh.

—Está haciendo algo de calor...

—¿Vale?

—Y bueno...

—Yo no controlo el clima.

Oh claro.

—Yo creo que sí, porque me tienes muy caliente.

Mis mejillas comenzaron a arder y su mirada se posó sobre mí, su expresión


como siempre neutral y sin nada nuevo. ¿Qué estará pensando?

—Ah.

Él volvió a dirigir su "atención" a la película y yo iba a lanzar mi última carta.

Tomé un poco de aire y me levanté de aquel sofá de color negro de sonido


chillón para sentarme sobre su regazo, su cuerpo se tensó un poco, mas su
rostro seguía teniendo la misma estúpida expresión.
Tiene un pequeño lunar justo en la punta de la nariz y oh, lo hace tan
perfecto.

—Jungkook.

—Oh, te sabes mi nombre.

Una confianza evidentemente fingida hizo que una sonrisa apareciera en mi


rostro y que mis manos se posaran sobre su pecho. Él no se movió, sus
manos tampoco, sólo sus ojos, que se negaban a separarse de los míos.

—Sería tonto preguntarte qué haces porque lo sé perfectamente, por ello


preguntaré por qué lo haces.

Qué palabritas, eh.

—Porque eres mi novio.

Mis caderas comenzaron a moverse sin ritmo aparente, rozando su


entrepierna con total descaro, sintiendo al tacto la extensión y forma de su
pene que se colaba por mi trasero.

Él desvió la mirada y elevó su cabeza.

Vaya que su cuerpo sí estaba respondiendo, es decir, su entrepierna.

Comencé a soltar algunos gemidos en cuanto el calor fue incrementando con


él roce. Deseaba tanto que sus manos se posaran sobre mi cuerpo, pero
aquello nunca llegó.

Y un gemido salió de sus labios y juraba que iba a correrme tan sólo con eso.

Quería ver su rostro pero él no me lo permitía, entonces tomó mis hombros y


me detuvo.

—Vete.

—T-Tae...
—Vete por favor.

Aquel día me fui de su hogar con una sonrisa tonta en el rostro. ¡Taehyung no
es un jodido robot y se la paró... conmigo!
8

Descubrí que a Taehyung le gustan mucho los parques de diversiones,


aunque sea algo extraño pues él no muestra ni la más mínima emoción, es
mas no muestra expresión alguna, pero hoy ha hablado un poco más y es
una gran bendición.

—Cuando era niño solía colarme en la fila y fingir ser hijo de alguna pareja
que estaba formada.

—¿En verdad?

No me imagino a Taehyung haciendo ese tipo de cosas.

—Sí, y me ponía al frente de ellos e ingresaba lo más rápido posible.

—¿Y no te decían nada los de seguridad?

—Claro, pero yo les aseguraba que mis padres estaban pagando las
entradas, así que yo simplemente subía y me divertía.

¿Taehyung divirtiéndose? ¿En serio?

—¿Y al salir nadie se daba cuenta?

—Lo hacían, pero yo corría muy rápido y nadie pudo alcanzarme.

Subimos a la montaña rusa y mientras la vida se me iba de las manos,


Taehyung al parecer no sentía nada.

Luego decidimos tomar un par de helados, mientras el atardecer mostraba su


esplendor.

—No sabía que mi chico era rebelde.

—Gajes del oficio.


Yo me mate de risa y bueno, él estaba siendo él con esa expresión neutral.

—Tae...

—Mh.

—Me gustas muchísimo y te quiero.

Él me miró con esos tan bonitos y de pronto desvió su mirada hacia los juegos
mecánicos. De ahí hasta que nos despedimos no dijo nada, creí que había
quitado un ladrillo de su estúpido muro, pero en realidad sólo me choqué en
contra de ese caparazón que se niega a dejar libre a Taehyung.

Y tomé valentía, le enviaría algunos mensajes. Jin había conseguido el


número de Taehyung gracias al grupo que habían formado para hacer un
trabajo.

Mis manos temblaban un poco.

Jungkook:
Hola Tae, soy Jungkook. Quiero agradecerte por esta tarde, la pasé muy bien
junto a ti y me divertí como nunca. Es muy valioso para mí saber algo más de
ti... así que no estaría mal que contáramos algo más acerca de nuestras
vidas, yo creo que de mí ya sabes mucho pues hablo de más, pero no sé
mucho acerca de ti, así que si quieres contarme algo, yo sería muy feliz.

Jungkook:
Y lo del "te quiero" es verdad, te quiero muchísimo, puedes pensar que es
algo apresurado pero lo que siento solo se puede describir de esa manera.
Tenias que saberlo, solo es eso. Descansa bien y no olvides contar bien las
ovejitas antes de dormir.

Taehyung había leído los mensajes, mas no respondió ninguno y de alguna


manera me dolió.

Mi Taehyung, el chico muro.


9

—¿Entonces llegaron a segundo nivel?

—Sí y no.

—¿Sí y no?

—Sí porque tuvimos intimidad e incluso se le emocionó ya sabes... no porque


él no quería y al final me echó de su departamento.

—Entonces está molesto.

—No, es por eso que hoy me arreglé un poco para él.

Jin me despeinó los cabellos y se fue sin despedirse. Entonces sentí una
mano sobre mi hombro.

Era Jackson.

Ha intentado durante varios meses salir conmigo.

—Hola Kook.

—Hola...

—¿Tienes algo qué hacer hoy de la tarde?

Ya casi sería hora de que la última clase de Taehyung terminara y venga


hacia la puerta de ingreso para irnos juntos.

—Pues sí, lo lamento.

—¿Qué tal mañana? Vendré por ti.

—Mira, tampoco puedo.


—Jungkook, no te hagas el difícil, sabes que me gustas así que dame una
oportunidad.

Jackson tomó mi cintura y con fuerza me acercó hacia su cuerpo. Era


evidente que yo empecé a luchar en contra de su fuerza para qué me alejara.

—Jackson, tengo novio...

—¿Novio? ¿Quién?

Jackson lucía algo enfadado y entonces Taehyung apareció de pronto y nos


observó con atención. Necesitaba su ayuda para que Jackson alejara sus
manos.

—Es él, Taehyung.

Jackson se volteó a observar a Taehyung y entonces comenzó a carcajearse.

—Estar con Taehyung es como tener un muñeco inflable, lo sabes, ¿no?

Taehyung posó su mirada en mí y luego salió por la puerta de ingreso a pasos


tranquilos y entonces comencé a luchar en contra los brazos de Jackson
hasta que logré zafarme de ellos.

—Él es mucho más hombre que tú y yo lo quiero. No me molestes más.

Salí corriendo y fui en busca de mi novio, él estaba a una cuadra de la


institución, caminando con el mismo ritmo habitual de sus pasos.

—T-Tae...

Él me miró sin parar de caminar.

—Escucha él... él siempre me molesta, lo lamento yo...

—...

—Jackson quería salir conmigo y le dije que no, es un tonto, y-yo soy tu
novio...
—¿Cuál es tu punto?

—¿Mi punto?

—El punto para que me expliques esto.

—Bueno, soy tu novio... y creí que, creí que...

Creí que por lo menos le interesaba un poquito.

—¿Mh?

—Creí que te molestaría verme junto a otro chico.

—Bueno, todos creemos en cosas y no está mal equivocarse acerca de su


veracidad.

—Taehyung...

—...

—Taehyung, escucha.

Tomé de su mano y detuve su paso. Estaba algo herido, pero mi enojo podía
más.

—...

—Soy tu novio y quiero que sientas celos, quiero que te molestes conmigo
porque otro chico me invitó a salir y me tuvo cerca. Quiero que me defiendas
de ese tipo de chicos y les hagas saber que te pertenezco. Quiero que me
quieras... sólo quiero ser importante para ti, ¿es mucho?

Taehyung se quedó en silencio, más que siempre y no me miró.

Entonces yo besé sus labios, fue algo corto, pero necesitaba sentirlos.

—Jungkook.
Observé su rostro y él me miró, por fin.

—Dime.

—No soy un muñeco inflable, no existe comparación, ese chico es realmente


tonto.

¿Qué le podía decir? ¿Por qué mierda me habla de eso ahora?

—Bien...

—¿Te gustaría ir a mi departamento?

Claro que sí me gustaría, pero el nudo en mi garganta me hará flaquear en


cualquier momento y mis lagrimas inevitablemente van a caer.

—No.

—Vale.

Entonces él me dio la espalda y se fue caminando.

Yo también lo hice, fui rumbo a casa...


¿Es tan difícil hacer que él chico muro me quiera? ¿Por qué está siendo tan
duro? Maldita sea.
10

Decidí tragarme las lágrimas y lucir una sonrisa. Por una parte, estar a su lado
me hace feliz, pero por otra parte estar a su lado es sentirse en soledad todo
el tiempo.

Había pasado dos días desde lo sucedido, las cosas siguen igual, Taehyung
es el mismo y creo que pondré en marcha el plan B.

—Tae, Tae.

—Mh.

Hoy lucía realmente guapo.

—Mi mamá no estará en casa y pensaba que podríamos pasar una tarde
juntos en casa después de las clases.

—Bien.

—Pues vale...

Dejé un pequeño beso sobre la punta de su nariz y todavía no sé qué es lo


que me quieren decir sus ojos.

—...

—Taehyung yo...

—No quiero tener una conversación ahora.

—¿Por... qué?

—Mh.

—Lo lamento...
—¿Te gusta Jackson?

—¿Qué? No, no, ¡no! Claro que no...

¿A qué venía eso de pronto?

—Pues debería, hacen una agradable pareja juntos.

—Tae...

—...

Taehyung se levantó de su lugar y se fue, seguramente a su segunda clase


del día.

¿Qué estupidez acaba de decir?


11

El camino a mi casa fue muy silencioso, más que siempre, pues aunque
hablaba con Taehyung él simplemente no respondía, no sé si tomar eso como
enojo.

Tomé un suspiro y con las manos algo temblorosas abrí la puerta y dejé que
el ingresara. Mamá tiene el día de turno extra de este mes, así que llegará
muy tarde y Taehyung y yo estaremos solitos mucho tiempo.

Dios me ayude y no me castigue, uh.

Taehyung se sentó sobre los sofás de la sala y no se movió, ni siquiera


indagó por la casa. Yo tomé lugar a su lado y apoyé mi pecho sobre uno de
sus brazos, ¡empecemos!

—Tae...

—Mh.

—Lo siento...

—¿Por qué?

—Porque tal vez verme hablando con Jackson te molestó.

—En realidad...

Mi zurda de pego sobre su entrepierna con toques delicados y mis ojos no se


apartaban de los suyos, esa mirada continuaba neutral, pero su cuerpo
estaba respondiendo, vaya que sí.

—¿En realidad?

—Jungkook.
—Dime...

Mis dedos sentaron lugar sobre su miembro que poco a poco comenzaba a
endurecerse y a pedir más espacio entre la tela de ese pantalón jean que le
quedaba jodidamente sexy. Con pequeños apretones encontré el cierre de
ese pantalón y cuando me decidía a abrirlo, su mano se posó sobre la mía.

—No.

Empujé su mano y volví a mi trabajo. Esta vez fui un poco más rápido y
deslicé el cierre. Su boxer negro relució ante mi vista y afirmé que su miembro
había despertado... Taehyung no es un robot, y está muy bien dotado.

Sus labios se movieron haciendo el ademán de hablar, mas yo lo interrumpí


con un beso algo torpe, pues aunque mis manos tengan toda la seguridad del
mundo al acariciar su pene, yo me siento muy nervioso, pero mi boca lo está
disfrutando porque Taehyung me está correspondiendo, con el mismo ritmo
en que yo lo hago, y es la primera vez que lo hace.

Tomé valor para separarme de sus labios y sentarme sobre su regazo, mis
huesos tiemblan pero no me detengo, el calor está subiendo poco a poco y
puedo escuchar con claridad la música del vecino a todo volumen.

Mi trasero se pegó a su entrepierna empezando un vaivén, lento al comienzo


pero rudo al final, algunos jadeos no se hacen esperar y es que no podría
contenerme, no cuando Taehyung ha tomado mi trasero y lo está estrujando
de manera despiadada, como si necesitara de ello más que otra cosa...

Mis movimientos no se detienen y puedo sentir con claridad la extensión de


pene gracias a la delgada tela del boxer que probablemente ahora está algo
húmeda, al igual que yo.

Mis ojos se posaron sobre su rostro y mi corazón empezó a latir cuando vi


una jodida expresión en su rostro... no es la gran cosa, pero sus cejas están
algo fruncidas y junto a sus ojos cerrados hacen que en cualquier momento
pueda llegar a correrme...

—Tae, c-cógeme ahora...

—Mh...
Mordí sus labios con delicadeza y gemí su nombre cuando su pelvis se elevó
y golpeó mi trasero con rudeza.

Taehyung es todo un hombre... joder.

—P-por favor...

—No, no...

—¡Tae, ah!

—Jungkook.

Taehyung apartó sus manos de mi cuerpo y me empujó un poco. Aquella


expresión neutral y estúpida había aparecido de nuevo.

—Tae...

—Vete.

—Pero esta es mi casa.

—Ah sí, bien, me iré yo.

Todo había terminado mal esa noche, pero Taehyung se fue de mi casa
besando mis labios. Me sonrojé a más no poder y me miró en silencio por 5
segundos... exactamente y contando, creo que vamos por buen camino.
12

No suelo dejar cosas en mi casillero, porque realmente no tengo la necesidad,


lo único que he dejado es un libro de Kelsen y que creo que ahora me es
necesario. Vaya necesidad.

Mi casillero luce igual pero tiene algo dentro, algo que nunca había visto, es
una pequeña nota. La tomé y la revisé con calma.

"Eres magia, para la gente que ignora los trucos, eres rosa, para la gente que
ignora las espinas, eres milagro, para la gente que no ha perdido la fe, eres
perfección para todo el mundo. Sin embargo yo, soy escéptico, no creo en la
magia, las espinas no me permiten admirar a la rosa y he perdido la fe, pero
creo que existe la perfección, tal vez está en ti, pero no la merezco. Y somos
opuestos, mas nada nos atrae. No pierdas tu luz en el abismo que lleva mi
nombre... "

Taehyung.

¿Qué significa todo esto?


13

Taehyung está de buen humor y no lo digo porque esté sonriendo o algo así,
imposible, lo digo porque está hablando un poco más, habló de cosas que no
entendí, pero me hace feliz verlo con un poco más de confianza.

Aunque su estúpida expresión neutral caga todo.

—Y aunque haya buscado con toda rapidez el lugar del libro donde estaba
escrito lo opuesto a mi pensamiento, no pudo encontrarlo y me dio la razón.

—¿En serio, Tae? Vaya...

¿Será posible que Taehyung quiere terminar conmigo? Hoy se te van bien y
cómodo conmigo... ¿debería preguntárselo?

—Sí. Creo que necesita prepararse, aunque no creo que se haya encontrado
un doctorado por ahí, supongo que él estudiaba.

—¿Tu profesor?

—Claro, él.

Mejor no. Tal vez fue algo erróneo, y si no lo fuera, da igual, él no ha tocado el
tema y yo no quiero hacerlo, no quiero terminar no él.

—Supongo...

—Mh.

—Taehyung... ¿te gustó que tuviéramos un poco de intimidad?

Él parecía pensarlo, su mirada se posaba sobre mí.

—Sinceramente... no.
—¿No?

—Pero es parte de una relación y puedo estar bien con ello.

No sé cómo tomarlo.

Lo tomaré de manera positiva.

—¿Qué tal si intentamos llegar un poco más allá?

—Jungkook...

—Vale.

—Escucha.

Una espina se había clavado en mí corazón, y se convertiría en una herida


constante, pero tenía que seguir sonriendo y siendo positivo para no perder a
Taehyung. Me prometí a mí mismo luchar por él.

—Pero que te conste, hay muchos que se mueren por estar en tu lugar ahora
mismo, así que valórame chico rudo. Te veré después, cariño, ¡besitos!

Me fui con pasos rápidos mientras podía sentir su mirada posaba sobre mi
espalda.

¿Taehyung, en qué piensas?


14

—No hyung, me daría vergüenza.

—Jungkook, me dijiste que él reaccionó muy bien la vez anterior.

—Lo hizo, pero esto es diferente...

—Yo te lo aseguro, esto no puede fallar.

—Hyung...

—Ahí está Taehyung, ahora que se irán juntos, pídele que vayan a su
departamento y comienza el plan. Ve ahora.

Jin me empujó hacia la salida y caminé hacia Taehyung, no sé si voy a poder


llevar a cabo el plan, espero que sí.

—Tae.

—Hola.

—¿Nos vamos?

Él asintió.

El camino fue algo silencioso.

—Tae, ¿vamos a tu departamento?

Él volvió a asentir y después no agregó más hasta llegar a su departamento.

Inhala.

—Tae.
—Mh.

—Tengo ganas de preparar un poco de... pasta.

—Mh. Vale, creo que tengo los ingredientes.

—Quise decir, estofado, sí, eso.

—Pero no tengo los ingredientes.

—¿Sí? Pues ve a comprarlos por favor, yo buscaré todo lo demás aquí.

Él lucía poco convencido pero al final fue a buscar los ingredientes y en


cuanto escuché el sonido de la puerta cerrándose, corrí de inmediato hacia su
habitación. A diferencia de toda la casa, su habitación es más interesante,
empezando por sus pósters de hard rock y terminando por sus pantuflas con
rostro de mono.

Mis manos sudaban y tomé aire antes de revisar en su closet. Lo había


encontrado, tomé una camisa suya y la dejé reposando sobre su cama,
mientras comenzaba a desnudarme.

¿Realmente esto iba a funcionar? Jin hyung estaba seguro de que sí, pero en
realidad... lo dudo.

En cuanto me quedé sólo con el bóxer, bastante ajustado por cierto, me puse
la camisa de Taehyung y sonreí como un idiota porque olía a él.

Ordené mi ropa y la dejé en un pequeño rincón y corrí hacia la cocina para


preparar todo, Taehyung llegaría en cualquier momento.

La cerradura sonó.

No pensé que sería tan rápido.

Mi corazón comenzó a acelerarse.

—Jungkook...
Volteé para mirarlo y él estaba estático, admirando mis piernas y el resto.
—Amor.

—...

Él parecía esperar una respuesta, sin haber hecho una pregunta.

—Oh, sentí mucho calor y me puse algo más fresco, no te molesta que haya
usado tu camisa, ¿verdad?

Él no dijo nada, dejó las cosas sobre el comedor y dirigió sus pasos hacia la
sala, mas yo fui más rápido y le detuve.

—...

—¿Me ayudas a preparar la cena?

Él asintió.

Le puse a lavar los platos, mientras yo picaba las verduras para la sopa.

Pude sentir su intensa mirada, realmente no sabe cómo disimular.

—¿Te gusta lo que ves?

De inmediato él desvió su mirada y como si no me hubiera escuchado,


continuó lavando los platos. Es entonces que me acerqué hacia él y acaricié
sus brazos con mi dedo índice.

—...

—Tae, estás muy callado.

—No me di cuenta.

—Amor, quítate esos guantes.


Jalé con cuidado de los guantes plásticos que cubrían sus manos y él soltó un
suspiro, tal vez de frustración.
—Jungkook, creo que deberíamos terminar la cena pronto.

—No quiero.

Tomé su diestra y dejé que ésta se deslizara por mi cintura, pero como si de
fuego se tratara él la alejó de inmediato.

—Jungkook, espera.

—Tae... no estamos haciendo nada malo, sólo estamos conociéndonos un


poco más.

—...

Volví a tomar su mano y esta vez dejé que se posara sobre mis muslos. Él
desvió su vista sobre mí piel desnuda y creo que estaba batallando consigo
mismo.

—Amor.

—Jungkook...

Una sonrisa se dibujó en mis labios y apoyé mis codos sobre el lavaplatos,
haciendo a un lado los guantes que le había quitado un poco antes y dejando
que mi trasero se luciera ante él.

Por dentro gritaba miles de cosas y me moría de miedo, pero por fuera, una
increíble confianza florecia.

Mi diestra deslizó aquel estúpido bóxer ajustado y dejó que mi entrada fuera
expuesta ante su vista... Taehyung no se había movido ni un centímetro,
probablemente me está mirando con total atención.

—Tae, soy todo tuyo...


—...

Tomé su mano y la dirigí hacia la piel expuesta de mí trasero, forzageó al


comienzo pero al final cedió.
Poco después sus manos se habían posado sobre el lugar y dejaron algunos
pellizcos y apretones.

—Tae... hazme tuyo, fóllame.

—No.

—Tú también lo quieres...

—No, no, no...

Parecía decírselo a sí mismo.

—Tae... cariño, por favor.

El lugar quedó en silencio por varios segundos y estaba dispuesto a encararlo


cuando escuché el sonido del cierre de su pantalón siendo abierto; mi
corazón quería salirse de mi pecho.

Y pronto su glánde había rozado mi entrada y gemí de placer, sin vergüenza.

—Tae... mh.

El movimiento se repitió por varios minutos, y cada uno de ellos me


confirmaba lo duro que Taehyung se había puesto. Vaya que Jin tenía razón.

Sus manos tomaron mi cintura y lo oí jadear, con esa voz a profunda y sexy
se carga.

—Fóllame...

—Cierra las piernas.


—¿Qué?

—Hazlo.

No entendía su punto, pero había obedecido y sentí de inmediato la


intromisión de su pene entre mis muslos. Me sentí algo confundido, pero en el
momento en que comenzó a penetrar la zona con tanta firmeza, grité su
nombre.

Era una tortura porque la extensión de su pene rozaba mi entrada, mientras


embestia con fuerza la abertura entre mis muslos.

No lo iba a negar, era jodidamente excitante y mi miembro empezaba a soltar


gotitas de semen.

—Penétrame... T-Tae...

Él parecía no escuchar.

Estuvimos en la misma posición durante veinte minutos más, hasta que se


corrió... haciéndolo sobre mi entrada.

No quería mirarlo, me sentía muy avergonzado, pero triunfante.

—Lo siento...

—¿Qué? No... ambos lo disfrutamos.

—Jungkook, no debí.

—Sí debiste, soy tu novio y yo me moría por sentirte más cerca.

Él soltó un suspiro.

—Quédate a dormir esta noche...

—Lo haré mi amor, claro que lo haré.

Claro que sí.


15

Verlo dormir es lo más hermoso del mundo. sus labios están entreabiertos y
su respiración es calmada, creo que es el único momento en donde se deja
ser... y no tiene esa expresión neutral que he empezado a odiar, aunque
luzca jodidamente guapo de esa manera.

Se está removiendo un poco mientras yo sonrío como un tonto al verlo así. Su


mano recorrió recorrió mi brazo, como intentando adivinar qué es lo que está
a su lado.

—Despierta dormilón.

—...

—¡Tae!

Él abrió sus ojos y me observó con atención. ¿Es que acaso no recuerda que
ayer me pidió que me quedara?

—Jungkook.

Su vista se posó sobre mis hombros desnudos. Ayer me quité su camisa


cuando él se quedó profundamente dormido y es divertido, porque lo siento
algo tímido.

—¿Descansaste bien?

—Deberías vestirte...

—No quiero.

Jalé un poco de las sabanas y cubrí mi cintura con ellas, para luego
levantarme.

—Jungkook, estás muy infantil.


—Jinkiik, istís miy infintil.

Yo moría de risa y él solo negaba con la cabeza.

—Deja de jugar.

—Diji di jigir.

Corrí hacia la cocina para preparar un poco de café. Sé a la perfección que a


él le encanta el café, sin azúcar y muy espeso.

Supuse que Taehyung estaría tomando un baño y me arrepentí mentalmente


porque debí haberlo hecho primero, así no estaría sufriendo como un tonto
sosteniendo a las sabanas sobre mi cintura e intentando que el café quede a
la perfección.

Pero todo era aceptable pues Day6 está sonando en la radio.

Me dispuse a ir en busca de Taehyung, pero lo encontré en la puerta de la


cocina, mirándome con atención.

—Taehyung...

—Deberías vestirte.

Taehyung desvió la mirada hacia el café y decidió probarlo sin agregar nada
más.

—Tae... ¿acaso vives solo?

—Es una pregunta muy obvia.

—Entonces lo haces...

—Antes vivía con mi padre, pero él consiguió novia y se fue con ella, desde
entonces no sé nada de él.

—¿Y tu mamá?
—Pues... a ella le va muy bien con su nueva familia, me envía dinero cada
que puede hacerlo, le debe ir bien porque el monto no es broma.

Me sentí tonto por haberlo preguntado, y yo quejándome por las cosas que
hace mi madre.

—Lo siento, en verdad.

—No eres tú quien tiene que sentirlo.

—Tae...

—¿Y tu madre sabe que estás aquí?

Le había dicho que me quedaría con Jin hyung para terminar de hacer un
trabajo, probablemente cuando llegue estaré castigado, pero todo valió la
pena.

—Claro, cariño, claro.


16

Sus ojos se posan en mi cintura mientras toma sorbo a sorbo su café, lo sé


porque le he estado observando de reojo. Es tonto fingir que ordeno los
platos, pues con un solo brazo libre no se puede hacer nada. ¿Y si dejo que
mi diestra suelte las sabanas que cubren mi desnudez?

—¿Tae?

—Deberías ir a vestirte.

—¿En serio quieres eso?

—Sí.

Me acerqué hacia su lugar y él intentó no mirarme, pero le era imposible,


porque me había sentado sobre su regazo y dejé que las sabanas cayeran al
piso.

Me sentí algo confiado cuando él desvió su mirada hacia otro lugar menos
interesante, pero tomé de su mentón para dirigirlo hacia al frente. Sus ojos
hicieron conexión con los míos y entonces lo besé, se sintió igual que antes,
él no respondió, pero sus manos se posaron sobre mi cintura y las yemas de
sus dedos acariciaron mi piel.

Tomé las sabanas y decidí ir a vestirme. Ya era hora de irme a casa. Tengo el
corazón algo triste, pero todo necesita su tiempo.

Taehyung necesita su tiempo.

—Jungkook.

—¿Qué?

—¿Puedes irte a casa solo? Tengo clases y no puedo faltar.

Oh.
—Claro.

—Bueno, cierra bien antes de irte.

Él se fue y yo me quedé algunos minutos más.

Algo se ha roto, pero también algo ha mejorado.

Mañana cumplimos oficialmente 4 semanas juntos. Es lo máximo que alguien


llegó siendo pareja de Taehyung, ¿he roto un record?
17

Taehyung está sentado junto a sus amigos. Sólo conozco a Namjoon porque
Jin hyung me digo que traen algo de onda, pero a los demás, realmente no los
conozco.

Entonces me acerco hacia su mesa, todos están comiendo hamburguesas y


Taehyung se ve algo algo más animado, aunque no tenga ni una jodida
expresión.

—Tae.

Creo que lo dije muy fuerte porque todos se quedaron callados y posaron su
mirada en mí.

Taehyung me observó con atención.

—Hola.

—¿Puedo... sentarme?

Él no dijo nada, pero un muchacho de sonrisa tierna me jaló de la mano y me


permitió que me sentara junto a ellos.

—Claro, siéntate. ¿Cuál es tu nombre?

Me sentí algo extraño porque... Taehyung y yo llevamos casi un mes juntos y


es casi tonto que sus amigos no sepan de mi existencia.

Namjoon observaba interrogante a mi novio.

—Soy... Jungkook.

El muchacho me miró con cara de: "?"

—Ah, yo soy Jimin.


—Mucho gusto.

—Yo te conozco, Jin no para de hablar de ti.

Namjoon se veía muy amable, supongo que por algo le gusta a Jin.

—Oh sí...

—¿Y qué buscas de nosotros? —Preguntó Jimin y me quedé estupefacto.

Namjoon tenía una expresión de face palm increíble.

—Jimin, Jungkook es el novio de Taehyung.

Taehyung estaba quieto, mirando a Jimin con atención, incluso parecía no


parpadear.

—¿En serio? Taehyung nunca nos ha hablado de ti.

Jimin esbozó una sonrisa y Namjoon dejó caer su cajita de papafritas sobre la
mesa.

Más tarde, me levanté de la mesa agregando que tenía una clase.

Tal vez Taehyung se avergüenza de mí y es por eso que no le ha contado a


sus amigos acerca de mi existencia.
18

Hice una cita con Taehyung.

No hemos hablado mucho durante varios días, así que organicé una cita para
poder salir juntos, la verdad, y a pesar de todo, es que yo lo necesito en mi
vida.

Y bueno, estamos aquí. Taehyung luce muy guapo con una chaqueta de
cuero. Tomé su mano con cuidado, como siempre él no sujetó la mía.

—Entonces Jin hyung se compró unos audífonos de un sonido asombroso.

—Oh.

—Pero Namjoon le regaló el mismo día en que lo compró, los mismos


audífonos, la diferencia está en que los que le regaló Namjoon eran de color
rosa.

—Ajá.

—Y el que Jin quería era el rosa, y le dijeron en la tienda que poco antes una
persona ya se lo había y que solo los tenían en blanco, así que Jin hyung se
tuvo que comprarse esos, ¿y adivina qué?

—Namjoon le regaló los de color rosa, ya lo dijiste.

—Pues sí, pero no es eso. Jin adora el regalo de Namjoon así que decidió
darme los blancos a mí, qué suerte, ¿no?

—Ajá.

Después de eso nadie dijo más. Nos quedamos en silencio mientras


cruzábamos el parque que está cerca de su departamento.

Y vi problemas, porque para mí, un problema es el grupo de muchachos con


aire de delincuentes que posaron su vista sobre nosotros. Decidimos no
prestarles atención y continuar con nuestro recorrido, pero nos dimos cuenta
que uno de ellos nos estaba siguiendo. Se notada perfectamente que estaba
ebrio porque sus pasos no eran firmes.

—Oye, ricura, ¿acaso eres chica?

Le oí decir y yo me asusté un poco.

Era un estúpido total.

Taehyung miraba al frente sin siquiera voltear.

—Ese culo sí que lo cogería.

Y yo ya estaba molesto. ¿Es que acaso Taehyung no pensaba decir nada?

—Aléjate, estúpido.

—El estúpido es el monigote que traes al lado.

No, en definitiva, Taehyung no pensaba decir nada.

—Taehyung.

Él me miró y luego dirigió su mirada otra vez al frente.

Decidí no decir nada más y apresurar un poco el paso, entonces me di cuenta


que el ebrio se había ido del lado de Taehyung y empezó a molestarlo.

—¿Y tú qué? ¿No hablas?

—...

No, Taehyung no habla.

—Mamón, me voy a coger a tu novio.

¿Cómo se atrevía ese idiota a decir eso y cómo se atrevía ese idiota de
Taehyung a no decir nada?
El asqueroso estúpido ebrio delincuente se vino hacia mi lado y en verdad,
quería encontrar a un policía. Esto ya me estaba asustando.

—Ricura.

El ebrio apretó mi trasero con una mano y yo solté un gritito nada masculino.
Estaba aterrado.

Quería aferrarme a Taehyung, mientras observaba la sonrisa de satisfacción


de ese infeliz. Entonces sólo pude ver a Taehyung acercándose al ebrio para
proporcionarle un puñetazo que... lo juro, sonó muy fuerte y que muy
probablemente le dejó bastante aturdido porque no se levantaba del piso.

Taehyung se acercó hacia mí, tomó mi mano y siguió el camino hacia su


departamento.

Y yo estaba asombrado, realmente asombrado.

No pude decir nada.

Está mal decirlo, pero Taehyung me defendió como todo un hombre al final,
¡qué emoción!
19

—No me duele.

—Claro que sí amor, tus nudillos están muy rojos.

—No.

—Que sí.

Puse una bolsa de hielo sobre su diestra. Sus nudillos estaban bastante rojos,
yo creo que se está haciendo al valiente con esa actitud. Sé que le está
doliendo, aunque su cara no muestre ninguna expresión.

—...

—Tae, gracias...

—...

—Realmente estaba muy asustado cuando hizo eso.

—Querías que te defienda, ¿verdad?

—Tae. En un comienzo sí por las cosas tontas que dijo, pero si eso te pone
en riesgo ni pensarlo. Mira cómo está tu mano.

—Mi mano no tiene nada.

Quité el hielo de su mano, sus nudillos habían perdido el hinchazón que se


estaba mostrando y dejé un pequeño beso por la zona.

—Eres mi héroe.

Taehyung no dijo más nada después, sólo me miró.

Me pregunto qué tanto pasa por su cabeza.


Y había pasado media hora, decidimos poner la tele, no había nada
interesante, pero Bob esponja está bien.

—Tae.

¿Qué pasaría si...?

—Mh.

—Me excitó mucho que golpearas a ese tipo.

Taehyung me miró con atención.

—...

—Es decir, fue algo muy masculino y me encantó. Sabes que sólo tú puedes
tocarme...

—...

Me está molestando un poco que no diga nada en este tipo de situaciones.

—Tae... ¿hacemos cositas traviesas esta noche?

Jamás, nunca, me comportaría de la manera en la que lo hago con Taehyung


con otro novio, nunca lo he hecho, y creo que nunca más lo haré. Taehyung
es especial para mí... supongo que después de todo esto, me he enamorado.

—Tengo que estudiar para un examen, así que te rogaría que vuelvas a casa
a descansar.

Oh.

Rayos.

—Bien...
Me dirigí hacia la puerta y antes de salir eché una última vista a Taehyung.
Él parecía pensar en algo.

Está claro que yo no le gusto, pero creo que él necesita más tiempo.

Más tiempo...

Y me fui.

Estúpido día.
20

Hoy es mi cumpleaños, oficialmente cumplo 19 y qué mejor manera de


celebrarlo que con Taehyung.

Es por eso que compré todos los ingredientes para hacer un pastel que
pudiéramos disfrutar los dos, y debido a que mi mamá saldrá de viaje tengo
prohibido utilizar el horno de la casa tendré que hacerlo en el departamento
de Taehyung, lo que no sabe es que Jin hyung me ha enseñado todo sobre
pasteles y que incluso me salen mejor que a ella.

—No sabía que era tu cumpleaños.

—Ahora ya lo sabes.

Dejé todos los ingredientes sobre su comedor y comencé a buscar los


utensilios necesarios.

—¿Tienes que preparar tu pastel aquí?

—Claro. Amor, tienes que ayudarme y sé que no tienes regalo, así no tienes
salida.

—No tengo esas cosas que sirven para hacer pasteles.

—Yo las traje.

—...

Taehyung no podía oponerse así que pusimos manos a la obra.

—Bien, quiero que dividas los huevos.

Taehyung se quedó estático, mirándome.

—...
—Los huevos de la gallina.
Yo estaba muriendo de risa y él comenzó a romper los huevos. Dios, él no
tiene idea de lo que está haciendo y ya echó a perder un huevo.

—Es imposible.

—No, solo partes la mitad no hasta el extremo de partir el huevo, luego...

Taehyung ya echó a perder otro huevo. Su piso lamenta su torpeza.

Al final yo dividí los huevos. Por alguna tonta razón nos llevó más tiempo de lo
esperado, pero fue una tarde divertida para mí, solo porque él estaba
conmigo, su compañía es el mejor regalo del mundo.

—Ahora bate los huevos.

—...

—¿Tienes una batidora?

—Sí, pero no sirve.

—¿Tienes una manual?

—Y... no.

—Creo que yo la traje.

Extrañamente tenía una conmigo así que se la extendí.

—...

—Sirven para batir, tienes que hacerlo en círculos.

—...

—Yo sé que entiendes, Tae.


Taehyung soltó un suspiro y comenzó a batir, pero realmente no servía para
eso.

—No pasa nada.

—Es que te tardaste mucho, y además creo que miraste la crema.

—¿Qué?

—Mi abuela decía que si mirabas a la crema, ella no crecería.

—Eso no tiene sentido, es tonto.

—¿Y por qué no veo la crema ahí?

Volvimos a empezar con el asunto de los huevos.

Su camisa se manchó con la clara.

—Tendré que taparte los ojos.

—Jungkook, no.

—Taehyung, sí.

Tapé sus ojos con una bufanda y él comenzó a batir. Estaba haciendo hasta
lo imposible para no reír, pero esto es lo más tonto que hemos echo, después
de conocernos.

Estuvo ahí como 15 minutos batiendo. Me dio muchísima ternura.

Y no aguanté más, reí a carcajadas.

—...

—El señor filósofo no le encuentra el sentido a los huevos.


—Me has mentido.

—Un poco.
Mi abuela sí decía que no había que observar a la crema directamente, pero
no decía que debíamos cubrirnos los ojos.

Decidí quitarle la bufanda de los ojos y observé el batido, extrañamente había


funcionado, la crema tenía picos firmes y estaba en su punto.

Estábamos asombrados.

—La crema levantó... ha de ser porque estás tan bueno que ni ella pudo
resistirse.

Todo el asunto era muy gracioso.

Hasta que escuché algo maravilloso, Taehyung había reído, creo que por dos
segundos, pero vaya dos magníficos segundos, alcancé a ver su rostro, sus
labios formaron una sonrisa preciosa, rectangular y brillante.

El corazón se me quería salir del pecho.

Taehyung avanzó hacia la preparación e integró la crema con lo demás dando


por finalizada la preparación.

No pude contenerme, ataqué sus labios con un beso salvaje. Amo a


Taehyung con todas mis fuerzas, hoy lo he confirmado.

Nos miramos sin decir nada. Pero sus ojos me dijeron algo, no entendí qué
pero lo hicieron y me dieron una esperanza.

Esa noche compartimos el pastel, nos había salido muy bien a pesar de todo.

—Jungkook.

—¿Cariño?

—Dentro de dos días tengo la presentación de una investigación realizada


con mis amigos, ¿gustas venir?
Y cuando pensaba que mi corazón no podía ir más rápido, él viene y me
pregunta eso.

—Tenlo por seguro.

Él asintió.

Es la mejor fiesta de cumpleaños de mi vida.


21

Extraño a Taehyung y nos vimos a penas ayer.

Jeon Jungkook:
Los pasteles de chocolate son mis favoritos, el de ayer nos salió super
delicioso, tenemos que volver a hacerlo.

Jeon Jungkook:
Adoro pasar tiempo contigo, pero esta mañana solo te vi un ratito. Sé que
estás ocupado con todo eso de tu presentación, sin embargo quiero verte.

Jeon Jungkook:
Te extraño, me haces falta.

Taehyung se conectó y leyó los mensajes pero no los respondió. Realmente


debe estar ocupado.

Jeon Jungkook:
Taehyung, llevamos como cinco semanas juntos pero se siente como si fuera
toda la vida. Tal vez eras tú esa persona que he esperado toda la vida, es por
eso que hoy me atrevo a decir con toda la seguridad del mundo que... te amo.

Mis mejillas se pintaron de rosa y él había leído ese mensaje, mas nunca
respondió, aunque esperé toda la tarde y él se conectaba a veces, nunca lo
hizo.

¿Fue adecuado decírselo así?

Jeon Jungkook:
No tienes que responder nada, cariño, es lo que siento y pensé que tenías
que saberlo. Debes estar muy ocupado preparando todo...

Mi corazón dolía, pero tenía que ser valiente.

Mi móvil vibró.
Tae:
La presentación de mañana se suspendió, lo siento.

Fue todo.

Y lloré el resto de la tarde, como un niño tonto, inocente e iluso.


22

No vi a Taehyung en toda la mañana, me sentí muy mal porque realmente me


hace falta. Ya ha pasado más de media hora y él no aparece en el lugar
donde siempre nos encontramos para irnos juntos.

¿Confesarle mi amor fue tan malo?

Decidí irme, es probable que él quiera estar tranquilo hoy.

—Kookie.

Oh.

—Hyung.

—¿Ya te ibas?

—Sí, hyung.

—Quédate un poco, Namjoon tiene una presentación hoy, luego de que


termine podemos irnos juntos, ¿qué te parece?

La sonrisa en el rostro de Jin era inigualable, así que no pude negarme.

—Claro.

Nos encaminamos hacia la sala de conferencias. Ayer mi hyung me contó que


Namjoon le había propuesto que fuera su novio, él nunca se había sentido tan
feliz al aceptar la proposición. Me siento alegre por hyung, pero yo... mi
situación es totalmente diferente.

Tomamos lugar en el centro. Hablarían sobre temas de filosofía, y pensé en


Taehyung.

¿Qué estaría haciendo?


La proyección comenzó y todos los expositores comenzaron a salir, vi a
Namjoon y entre ellos a Taehyung... Mi corazón comenzó a latir agitado.

Así que ésta era su presentación, no se había suspendido. Entonces en


realidad él no quería verme...

Sus ojos se encontraron con los míos, esa estúpida expresión neutral
continuaba inundando su rostro. Entonces me levanté y decidí irme, Jin me
llamó e intentó detenerme, pero yo ya había salido.

Y comencé a correr...

¿Qué puedo hacer para el chico muro me quiera? ¿Qué?


23

Ha pasado una semana desde que Taehyung y yo no hablamos, nos vimos


varias veces por algunos pasillos pero él simplemente no se detiene, ni
siquiera me mira...

Decidí varias veces enviarle un mensaje dando por terminada la relación, pero
al final del día he descartado la idea. Si le he dicho que le amo, es porque lo
hago, más que a nadie y por ese motivo voy a seguir intentando.

—Ahora que estás soltero, sal conmigo.

Solté un suspiro, no tenía ganas para discutir hoy.

—No estoy soltero...

—Es como si siempre lo hubieras estado.

—Tengo novio...

Jackson soltó un carcajada y observé desde lo lejos a Taehyung, junto a sus


amigos, estarían hablando de lo bien que se ve Taehyung sin mí, seguro.

—Sí, porque ahora lo seré yo.

—Cállate, Jack.

—Me dueles.

—Como sea.

—Bien, futuro novio, te veo después.

Jackson se fue, supongo que a alguna clase. Yo ya no tenía nada más qué
hacer y no pensaba quedarme ahí, en el mismo lugar que Taehyung, así que
decidí irme también sin embargo y para mi mala suerte me encontré con
Jimin.
—¡Jungmook!

Ni sabe mi nombre, oh.

—Hola...

—¿Qué haces ahí? Ven.

Quise negarme, pero Jimin ya me tenía del brazo y me había llevado junto a
sus amigos. Taehyung me observaba con atención, como siempre.

Tomé un poco de aire y saludé a todos.

Fue algo incomodo, pero después de algunos minutos, todos sus amigos nos
dejaron solos. Tal vez ya saben todo lo que pasó. Mi corazón late muy fuerte
y creo que estoy sudando.

—Hola...

Mi voz sonó extraña.

—Hola.

—Creo que...

—Lo siento.

Es todo lo que dijo y comenzó a caminar hacia la puerta principal. Yo lo seguí.

Una sonrisa tonta se dibujó en mis labios, era todo lo que necesitaba para
sentirme mejor.

—Deberíamos ir a casa.
Él asintió.

Nuestros dedos se entrelazaron y nos fuimos caminando. He caído en ese


abismo, llamado Taehyung.
24

—Comí un poquito.

—¿Qué?

—Un sándwich.

—Voy a pedir una pizza.

—Amor...

—Lo haré.

Taehyung tomó el teléfono y realizó el pedido, en tanto yo dejaba un caminito


de besos sobre su cuello.

Estábamos acurrucados en su sofá, mis brazos se negaban a soltar su torso.


Él luce algo incómodo, pero no ha dicho nada, tal vez porque ésta es su
manera de disculparse y su calorcito... me hace sentir como en casa.

—Sabes que no me gusta la piña...

—No la tendrá.

—Vale, gracias.

Taehyung está viendo un documental del sentido de las cosas y lo teóricos no


se ponen de acuerdo en nada.

Mordí la zona con algo de fuerza y se estremeció.

—¿No me vas a echar?

—¿Por qué tendría que hacerlo?


—Bueno... siempre que tengo algo más de intimidad contigo, me echas.
—...

—Quiero chupártela.

Taehyung de inmediato giró su cabeza en dirección mía, su rostro no tiene


expresión pero sé que está sorprendido.

—...

—Quiero probar tu sabor... papi.

Él no decía nada y no pestañaba. Comencé a reír y besé su nariz.

—Estoy jugando.

Taehyung dirigió su atención a la televisión y soltó un suspiro, creo que de


alivio.

La verdad es que realmente quiero hacérselo, pero aún es muy pronto,


bueno, tal vez no tanto.
25

—¡Te juro que lo vi!

—Es imposible, esta casa es impecable.

—Sí, pero pudo entrar de cualquier lado, Taehyung.

—Pero yo no lo veo, estás confundido.

—¡No! Debe estar oculto.

Vi un ratón.

Es estúpido, lo sé, pero me dio mucho miedo, así que es por eso que estoy
sobre una silla, rogando por mi vida, junto a un Taehyung cansado, sujetando
una escoba y buscando inútilmente a un ratón que desapareció.

—Pues no está, ahora bájate de ahí.

—No quiero, sé que está esperando a que yo baje para comerme.

—Jungkook, bájate o tendré que bajarte.

Uy.

—Bájame.

Taehyung abrazó mis cintura y me bajó de la silla. Hasta ese momento ya


había olvidado totalmente a ese hermoso ratón que hizo que Taehyung me
tomara en brazos.

—Jungkook.

—Taehyung, te amo.
Lo dije sin pensar, creo que lo sentí. Él se alejó un poco y vi aquel muro otra
vez...
—Tengo que estudiar, vete por favor.

—Claro.

Claro...
26

Hoy me puse el pantalón más apretado que encontré, seguramente dos tallas
menor a la usual y un combinado blanco, que dejaba expuestas mis
clavículas. Era claro que varios chicos comenzaron a molestarme, incluyendo
a Jackson, sin embargo todo esto es para Taehyung.

—Hola amor.

Taehyung levantó la vista para mirarme y me detalló de arriba para abajo, era
justo lo que quería conseguir, bueno, algo así.

—Hola.

—¿Qué lees?

—Pues... Misery.

—Veo que te animaste a hacerlo.

—Me animaste a hacerlo.

Él continuó leyendo su libro y su aclaré mi garganta.

—Tae, ¿me acompañas al baño?

Taehyung me miró.

Lo sé, sonaba extraño.

—¿No puedes ir solo?

—No es eso, es que quiero decirte algo muy privado.

Él parecía pensarlo y al final me acompañó.


Hoy usé más pasta dental de lo usual...
Llegamos al baño, me aseguré de que no hubiera nadie y cerré la puerta.

—Si fuera chica, debería estar gritando y pidiendo auxilio como loca.

Solté algunas risitas y abracé su cuello.

—No es para tanto.

Repartí besos en varios lugares de su rostro, esperando por una sonrisa, pero
jamás llegó.

—¿Qué querías decirme?

—Bueno que... mi mamá viajará una semana y estaré solito, duerme conmigo.

—No.

—¿No quieres o no puedes?

—Ambos.

Taehyung se alejó de mí y empezó a abrir la cerradura.

—¿Sabes por lo menos qué fecha es hoy?

—...

—Hoy cumplimos 6 semanas juntos.

Aunque es como si nunca estuviéramos juntos.

—Te felicito.

Taehyung salió del lugar y yo comencé a llorar de rabia y tristeza.

¿Por qué maldita sea tuve que elegirlo a él? ¿Por qué?
27
Lo odio, tengo unas ganas inmensas de jalarle los cabellos y alejarlo de
Taehyung.

—Si las miradas mataran...

—Yoongi, ¿ya viste cómo ese estúpido mira a Taehyung? Está muy cerca de
él.

—Estás celoso.

—Lo estoy.

Mis uñas se clavaron sobre la mesa.

Minwoo es un chico nuevo de intercambio, en poco tiempo se volvió uno de


los chicos más populares porque es bastante apuesto y además tiene dinero.
Sé que le gusta mucho Taehyung y que le gusta tenerlo todo... y eso no se lo
voy a permitir.

Las cosas entre mi novio y yo no están bien, pero tengo que continuar
luchando. Taehyung parece disfrutar de su compañía, lo sé porque se le ve
un poco más hablador y eso solo lo hace cuando algo le agrada.

—Ya deja de mirarlo, nos estás asustando Jungkook.

Yoongi estaba divertido con la situación mientras Jin se veía preocupado.

El estúpido de Minwoo acaba de levantarse y se despidió muy cariñosamente


de Tae y me sacó la lengua. Me quedé con la boca abierta, ¡ese estúpido me
quería quitar a mi hombre!

—Pelea de gatas.

Yoongi estaba matándose de risa y Jin golpeó su frente.


Me levanté de golpe y me dirigí hacia la mesa de Taehyung.
—Así que ya estás buscando nueva pareja

—¿Qué?

—Ese estúpido niño quiere alejarte de mi lado, cuando él se despidió de ti se


burló de mí.

—¿Nos estabas espiando?

¿Es eso lo que le importa?

—Toda la universidad lo vio.

—Jungkook escucha, Minwoo es amigo mío por favor deja de ser tan
paranoico.

—Yo soy tu novio, y no soy paranoico. Tienes que creerme.

—No lo haré.

—Ah, ¿no? Entonces cuéntame de qué hablaban.

—Gayo.

—¿Acaso...

—Él es un chico muy culto, Jungkook.

¿Y los cultos son su tipo?

—Y yo soy el ignorante.

—Eres mi novio.

Really?
28

Siempre es Jin quien me acompaña a comprar ropa, porque tiene buenos


gustos y me compra helado, pero tenia una cita con Namjoon así que no pudo
venir. Es por eso que tuve que venir con Taehyung que ha estado callado
todo el camino.

—¿Qué opinas de este pantalón?

El centro comercial lucía vacío.

—No lo sé.

Tomé un conjunto de pantalones que me parecieron lindos, un par de


camisetas y una que otra ropa interior, es que es Jin quien siempre la elige y
acerta a mi talla.

No me culpen.

Nos dirigimos hacia los vestidores.

—Espérame aquí por favor, no tardaré mucho.

Ingresé al vestidor y vaya que era pequeño, sólo cabía una persona. Decidí
no usar el seguro que se veía muy oxidado porque Taehyung me protegería
desde afuera.

Seguro.

Y comencé a desvestirme, el clima estaba agradable así que no tuve


problemas. Solo deseaba que Taehyung pudiera estar ahí, a mí lado.

Entonces escuché un chillido extraño y me perdí en cuanto observé a


Taehyung entrar al vestidor. Algunos ladridos se pudieron escuchar desde
afuera.
Taehyung cerró la puerta con el seguro y gritaba frases para que aquel perro
se fuera.
Mis mejillas comenzaron a arder. Taehyung y yo estábamos jodidamente
apretados en aquel lugar, yo totalmente desnudo y empotrado en la pared, él
clavando su entrepierna en mi trasero mientras inútilmente le gritaba al perro,
¿es que acaso no se daba cuenta de la situación?

—Jodida criatura.

—T-Tae...

El silencio se apoderó del lugar, y mi corazón latía alocado. Sus manos


tocaron mis nalgas, detallándolas con gentiles toques y sus labios se posaron
en mi cuello.

Yo estaba derritiendome, literal, porque mi pene comenzaba a gotear.

Sus dientes se internaron en mi piel, no fue nada doloroso, por lo contrario,


fue placentero, su diestra plantó una nalgada sobre mi piel mientras que la
contraria pellizcaba la zona.

—Mh.

—Sí, Tae...

Uno de sus dedos se deslizó hacia mi entrada y yo ya estaba jadeando. Rozó


la zona varias veces, tantas que sentí el bulto duro entre sus pantalones.

—Kookie.

—¡Ah, sí!

El perro volvió a ladrar. No se había ido.

Y Taehyung se alejó de pronto, escuché su respiración irregular y me di la


vuelta para mirarlo. Me moría de vergüenza.
—Vístete.

—Yo... necesito que salgas, amor.


—¿Qué? No.

No es posible que Taehyung le tenga miedo a un perro. Me dio la espalda y


se apegó a un rincón. Aún así continuabamos rozandonos debido al pequeño
espacio.

Yo disfrutaba hacerlo porque sé perfectamente que hay una erección entre


sus pantalones, que necesita atención.

Finalmente cuando me probé todo, decidí llevarme la mitad. Fui yo el que


salió primero, acaricié al pequeño cachorro que tanto había atemorizado a
Tae y realmente era lindo. Taehyung salió del vestidor y de inmediato el perro
comenzó a ladrar.

—Mejor ve a pagar, yo voy a detener a la bestia.

La situación era divertida. Taehyung fue a pagar y mis mejillas se volvieron a


encender recordando lo que había pasado hace algunos momentos entre
Taehyung y yo en el vestidor.
29

—Este será su último día juntos.

¿Y ese estúpido qué se creía?

—No sé si estás loco o muy estúpido, pero Taehyung y yo nos amamos,


nunca nos vas a separar.

Quiero creer.

—Ah, ¿sí? ¿Y por qué no actúa como tú novio?

—Él actúa como mi novio, ya dejame en paz Minwoo.

—Lo dijiste bien, "actúa"

Minwoo se fue por el pasillo y mi corazón comenzó a romperse. ¿Por qué


tenía que ser así? Taehyung tampoco ayuda en nada.

Caminé despacio mientras los demás corrían a sus clases. No habían pasado
ni cinco minutos y me encontré a Taehyung junto a Minwoo. Ambos estaban
muy cerca y yo ya no soporte más.

—Minwoo.

El nombrado se giró a mirarme y esbozó una sonrisa fingida.

—Hola, querido.

—Ya hablamos de esto, aléjate de Taehyung.

Minwoo se hizo al ofendido.

—Jungkook ya detente.

Taehyung había salido a defenderlo.


—Bien, elige, ¿él o yo?

—Jungkook no estás actuando de...

—¿Él o yo?

Taehyung me miró, no tenía una expresión en la cara, pero sé que estaba


molesto. Se fue sin decir más y Minwoo corrió a su encuentro.

Vale, él había decidido.


30

Ahí estaba Minwoo junto a uno de sus amigos, parecían reírse de algo
divertido y me acerqué con cautela. Ellos charlaban tranquilamente sobre las
graderías y yo me oculte debajo de ellas, el espacio era reducido pero podía
escuchar todo a la perfección.

—Es lo que le dije la primera vez y le encantó.

—Taehyung es un chico inteligente dudo que no se haya dado cuenta,


Minwoo.

¿De qué?

—Es que no le estaba mintiendo, es fácil, tomé un libro de generalidades


sobre filosofía, le lancé uno que otro tema y puse mi punto de vista según el
libro, y él pensó que soy culto.

Ya me lo imaginaba, alguien así no podía tener cerebro.

—¿Y leíste todo ese aburrido libro?

—Algunas partes, pero más hablamos de historia, no es tan difícil.

—¿Han tenido un avance?

—Sí, logré que me invitara a su departamento hoy.

—¿Irás al departamento del chico muro? No me digas que van a joder porque
ese chico no tiene sangre que le llegue al pene.

La rabia comenzaba a inundarme lentamente. ¿De qué estaban hablando?

—La tiene, Taehyung es ardiente y esta tarde vamos a follar.

—¿Te lo propuso? ¿No que tenía novio?


—Lo tiene, pero en realidad es como si no lo tuviera. Y pues... no me lo
propuso pero es un hombre y ninguno se ha resistido a mí.

Yo estaba comenzando a salir del escondite para darles una paliza pero ellos
se fueron antes, para su fortuna. Tenía muchas cosas en la cabeza que aún
estaba procesando.

Ese día busqué a Taehyung y no lo encontré. Le esperé por más de una hora
en el lugar habitual y nunca llegó. Fue Namjoon quien me dijo que lo vio irse
junto a Minwoo hace hora y media. Tomé mis cosas y me dirigí hacia su
departamento.

Si Minwoo cumpliría con lo que se propuso, les cortaría los huevos a ambos.

Esta tarde correrá sangre.


31

Toqué el timbre varias veces y nadie abría. Estaba dispuesto a irme pero la
cerradura sonó.

Un Taehyung un totalmente despeinado, con la camisa abierta y húmeda me


recibió. Él no dijo nada cuando me vio, sino cuando observé el lugar y divisé a
Minwoo sobre el sofá, sin nada encima.

Mi corazón es agitó y comenzó a doler. Ellos lo estaban haciendo...

—No es lo que tú crees.

Yo no creo nada, lo estoy confirmando.

Ingresé a su departamento para encarar a esa zorra.

—Esto es lo que planeabas, cabrón. Yo siempre supe de tus planes, zorra.

Minwoo actuaba muy bien, su rostro mostraba confusión. Taehyung se


aproximó a nosotros. No puedo creer que sean tan cínicos. Y como siempre
mi "novio" salió en su defensa.

—Estás malinterpretando las cosas, él y yo no...

Minwoo me había sacado el dedo del medio mientras se reía a espaldas de


Taehyung.

—¡Maldita zorra!

Iba a golpear a Minwoo, pero Taehyung me sostuvo.

—No te atrevas a hacerlo.

—Y lo defiendes, Taehyung, él tenía planeado todo esto, ¿o qué? ¿Tú


querías cogertelo? Era eso...
—¡No!

Minwoo estaba divertido mirando la escena.

Una de mis manos se liberó del agarre y decidí atacar a Minwoo, ya estaba
muy enfadado como para soportarlo. Pero Taehyung tomó mi mano con más
fuerza, tanta que me lastimó realmente.

Perdí el equilibrió y caí de rodillas sobre el suelo, ambos me miraban en


silencio; nunca me había sentido tan humillado.

Me levanté como pude, y salí corriendo.

—¡Jungkook!

No quería escuchar nada más.

Sé que mamá no comprendería, así que iría a la casa de Jin.

Esto se terminó.
32

—Muy bien, hoy le dirás que todo terminó.

Ha pasado una semana desde lo ocurrido. He faltado a las clases, no me


sentía preparado para afrontarlo.

No me llamó, no me buscó, no preguntó por mí, no me envió ningún mensaje.


Pero lo pensé, no iba a rendirme con él, no todavía.

—Jin hyung...

—Es mejor para ti, si quieres yo estaré contigo mientras se lo dices.

—No quiero terminar con él.

—Kookie...

—Por favor hyung, déjame luchar un poco más, no será mucho, por favor...

Jin despeinó mis cabellos.

—No tienes que pedirmelo, bebé. Pero Taehyung te está lastimando.

—No lo hará más.

Jin soltó un suspiro. Tanto él y como yo sabíamos que las cosas no iban a
cambiar, pero no dijimos nada, porque teníamos una esperanza.

—No puedo perder más clases.

Jin y yo nos hicimos compañía por la mañana, pero debido a que él tenía
algunas clases extracurriculares yo me quedé solo en la cafetería.

Y Taehyung apareció. Se sentó a cuatro metros de mi mesa, sus ojos se


posaron sobre los míos, y yo decidí enfocarme en mi teléfono. Pero lo sentía,
su mirada estaba posada sobre mí.
Entonces se levantó y se sentó en mí mesa. No dijo nada, seguro esperaba a
que yo dijera algo, pero no fue así...

Él sacó uno de sus libros y se puso a leer. Mis mejillas estaban rojas y
empecé a ponerme nervioso.

Sus dedos empujaron una hoja pequeña hacia mi lado. Tomé un poco de aire
y la leí.

"Tus ojos son muy bonitos, me recuerdan al atardecer. A mí me gusta


admirarlos, a él y a ti... tal vez tú no quieras hablarme, pero tus ojos me han
dicho que quieren admirar el atardecer hoy. No les niegues hacerlo, ¿vale?

-KTH"

Taehyung se había marchado y yo sonreí por primera vez en la semana. Hoy


Taehyung y yo tenemos una cita para ver el atardecer.
33

Faltaba como media hora para el atardecer, aunque el cielo tenía algunos
tintes naranjas. Taehyung y yo estábamos acostados sobre el pasto del patio
trasero de una escuela abandonada, un árbol amable nos protegía de los
últimos rayos del sol.

El lugar se sentía tranquilo.

—Entonces lo hizo...

—Sí, tenías razón.

Minwoo siempre fue una zorra.

—Te lo dije.

—Debí escucharte, pero ya era muy tarde, él apareció desnudo sobre mi


cama.

—De cualquier manera no es nada nuevo entre ustedes...

—No, eso no. Nunca pasó nada entre nosotros.

—¿Y qué es lo que vi en tu departamento? ¿Estaban lavando la ropa? No


nací ayer.

Un tono rosa comenzó a unirse con los tintes naranjas del cielo. El atardecer
está cerca.

—Jungkook. Estábamos tomando café y él derramó la taza sobre su camisa,


intenté ayudarle pero él mojó mi chaqueta con el resto de la taza. No sabía
cuál era su intención. Él se quitó la ropa y yo tuve que quitarme la chaqueta y
bueno... por mi estúpida amabilidad puse su ropa en la lavadora. No es nada
que no pueda pasar de pronto...

Debí suponerlo, escuché a Minwoo ideando el plan para seducir a Taehyung.


—¿Él te gusta?

—Hazme una pregunta que tenga sentido.

—¿Yo te gusto?

—Pregunta algo que se pueda explicar.

¿Qué significa?

El atardecer apareció ante nuestro ojos y nos quedamos en silencio hasta que
el sol desapareció.

—Jungkook...

—¿Mh?

Taehyung luce muy guapo esta noche, como siempre pero hoy... sus ojos
brillan, él se siente diferente.

—¿Eres virgen?

Mi corazón se agitó. ¿Qué acaba de preguntar?

—Sí.

—¿Por qué quieres perderla conmigo?

—Porque te amo.

El silencio volvió a apoderarse del lugar, parecía que él pensaba mucho en


algo y yo sólo podía pensar en él.

Entonces se aproximó hacia mí y comenzó a besarme, fue un beso lento que


terminó siendo salvaje. Nunca me había sentido tan enamorado, tan... tonto
por alguien.

Nos separamos sólo para conectar nuestras miradas. Sus cabellos cubrían su
frente, nunca he tenido a Taehyung tan de cerca.
—Minwoo es tonto, siempre lo supe, nadie en su sano juicio podría creer que
Kant es un pianista.

Y sonrió, por algunos segundos, esa brillante y rectangular sonrisa había


vuelto a salir. Mi corazón gritó su nombre.
34

—Mh sí, ¡Tae! ¡A-así!

Sus dedos rozaron mi entrada con cautela, y yo con pequeñas caricias ya me


sentía duro y húmedo.

—Calma.

La luna brillaba, el clima había descendido en aquel rincón del colegio, pero
para nosotros no.

—Tae...

—Te estoy faltando el respeto.

—No, claro que no.

Taehyung me había pedido tener un poco de intimidad. Me pidió muy tímida y


educadamente dejarle que me acariciara y no me negué.

Nadie podría vernos, o eso esperaba.

Sus manos se deslizaron por mis muslos, mientras sus labios se posaban
sobre mi cuello. Mi respiración se mostraba irregular al igual que la suya.

—Jungkook, nos pueden ver.

Qué importa.

—¿Deberíamos volver?

—Sí... tu madre debe estar preocupada.

Seguro.

—Vale, vamos.
Nos levantamos del lugar y salimos de ese colegio. Fue algo escalofriante
recorrer esos pasillos, pero Taehyung me daba seguridad, sabía que él me
protegería de todo.

¿Taehyung me quiere? ¿Siente algo por mí?


35

Toqué su puerta. Mis botas sonaban con el menor movimiento y mi gran


sombrero no dejaba de chocarse contra todo lo que tuviera en frente.
Taehyung abrió, lucía algo dormido y en cuanto me vio se quedó en silencio.

—Son las diez de la mañana y no estás listo.

—¿Listo para qué?

—Hoy es domingo de visita al hogar de niños.

—¿Qué?

—Saca la ropa nueva que no usas. ¿La tienes?

—Pues sí, algunas.

—Perfecto, reúnelas, se nos hace tarde.

—Jungkook...

—Calla y reúnelas.

Taehyung se tardó como media hora en tener todo listo. Mis botas sonaban
exageradamente y mi novio cargó todas las bolsas que traíamos, no sé cómo
lo hizo, pero lo hizo.

La señora Cho nos recibió con una gran sonrisa en el rostro y cuando los
niños me vieron llegar corrieron a darme un abrazo. Se pusieron muy felices
cuando supieron que no sólo había traído ropa, sino también juguetes.

Taehyung y yo repartimos todo con calma. Él no dijo nada en toda la mañana,


como siempre.
Era la hora del almuerzo y todos los niños se fueron. Eso quiere decir que es
hora de que nos vayamos.

La pequeña Hyo se acercó a darme un abrazo y luego se acercó a Taehyung


y besó su mejilla. La señora Cho y yo nos quedamos impactados.

—Gracias por venir Jungkook.

—Déjeme volver al otro mes.

—No puedo, es demasiado para un chico de tu edad, pero estamos muy


agradecidos.

—Señora Cho...

—Los niños te adoran pero es demasiado para ti, reunir todo esto. Así que te
esperaremos en seis meses.

Me sentí un tanto triste, porque yo amaba a esos niños y ellos a mí. Aún así,
volvería, dentro de mucho tiempo, pero lo haría.

Taehyung y yo salimos del hogar para niños y caminamos en silencio rumbo a


casa.

—Taehyung, ¿qué le dijiste a Hyo?

—Nada.

—¿Y por qué te besó la mejilla?

—No lo sé, tal vez porque así son los niños.

—Hyo nunca se acerca a extraños, mucho menos tiene contacto con ellos,
pero contigo fue diferente.

—No lo sabía.

—No importa y ah... gracias por venir.


—No fue nada. En realidad fue algo interesante y muy noble de tu parte.

Mis mejillas se incendiaron.

—¿Tú lo crees?

—Sí. Jungkook, ¿tenias que traer esas botas?

Mis botas seguían sonando gracias a los cascabeles que se movían. Vaya día
divertido y vergonzoso.
36

Es difícil comenzar el lunes con una sonrisa, porque todo es cansador y


aburrido.

Vi a Taehyung, estaba junto a Jimin, quise hablarles pero la expresión de


Jimin no mostraba algo bueno, parecía que estuviera realmente molesto con
algo y mi novio no se defendía, parecía como si aceptara la culpa de algo.

¿Qué?

Esperé paciente a que terminaran de "hablar". Jimin se fue gritando algunas


cosas que no pude entender ni escuchar con claridad. Taehyung soltó un
suspiro y se dirigió hacia mí, el tonto ni se había dado cuenta que yo estaba
ahí, esperando por él.

—¡Amor!

Taehyung levantó su cabeza para verme. Yo le di un abrazo y besé sus


labios.

—Taehyung yo...

—Vayámonos.

En el camino no dijimos nada, él estaba hundido en sus pensamientos como


siempre, pero se sentía... triste. Yo lo seguí hasta llegar a su departamento

Ingresamos con calma y él se tiró sobre el sofá.

—¿Pasa algo?

—No.

—A ti pasa algo y no quieres decirme.


—No.

Tomé de su brazo y jalé de él, hasta que Taehyung tomara asiento y me


mirara.

—¿No vas a decirme?

—No pasa nada.

Me senté sobre su regazo y besé sus labios. Tenía la impresión de no ser el


momento adecuado, pero yo no lo sé, ni lo entiendo.

Sus ojos me examinaban y mis manos no se detuvieron al recorrer su camisa,


solo cuando deshicieron la unión de sus botones. Siempre he querido ver su
cuerpo, siempre. Él no se opuso, por lo contrario, atrapó mi cintura entre sus
brazos y respondió a mi ansioso beso.

Terminé con su camisa y la arrojé lejos. Nuevos ojos se conectaron por última
vez, y mis labios se separaron de los suyos para poder recorrer su bien
formado torso, el espacio era reducido así que tuve que levantarme de su
regazo para posicionarme sobre mis rodillas el piso. Sus ojos continuaban
posamos en mí, y su silencio me animaba a continuar y lo hice. Mis dedos
deslizaron el cierre de su pantalón y tras de aquel boxer azul que terminé
bajando, hallé una prominente erección.

Mi lengua exploró la extensión con calma, mis manos temblaban al sostener


la base y algunos jadeos de su parte se hicieron audibles. Tomé una
bocanada de aire y metí su miembro en mi boca, la punta de su glande
golpeó mi garganta y mi lengua sentía el palpitar de su venas cada vez más
acelerado. Moví mi cabeza hacia atrás y adelante, dejando ingresar a aquel
extraño en ella y Taehyung tomó mis cabellos con algo de rudeza.

Su cintura de movió hacia adelante y comenzó a penetrar mi cavidad sin


compasión, me resultaba excitante dejar que él tuviera el control a pesar de
que me sentía ahogado. Chillé un par de veces antes de que él gimiera.

—Joder...

Mis uñas se clavaron en sus muslos y absorbí la punta cuando me dejó tomar
un respiro. Nuestros labios se encontraron de nuevo y sus dedos volvieron a
jalar mis cabellos.
—Tae.

—Vete. —Susurró y yo quise morir.

—Por favor no...

—¡Vete!

Me levanté con los pies temblorosos y salí corriendo de su departamento, con


las mejillas empapadas de lagrimas.
37

Taehyung ha faltado una semana a clases, le he llamado pero él no da signos


de vida.

—¿Cuándo me lo pensabas decir?

—Cuando tuvieras tiempo...

—Soy tu madre, siempre voy a tener tiempo para ti.

—Lo siento...

—No importa. Mira, las parejas siempre tienen problemas, a veces terminan o
continúan, todo es parte de la vida.

Mamá me dejó el desayuno y se despidió de mí dejando un beso en mi


mejilla.

Solté un suspiro, ¿qué hice mal? ¿Qué estás mal conmigo?

Escuché el sonido del timbre. ¿Será posible que mamá se olvidó algo? Me
levanté con calma y abrí la puerta, me sorprendí al observar a Jimin justo ahí,
su mirada no mostraba felicidad.

—Tenemos que hablar.

—¿De qué?

—De Taehyung.

—¿Qué pasa con él?

—Tienes que dejarlo ir, mira, cuando supe que ustedes estaban juntos creí
que sería como sus demás relaciones de dos semanas, no quiero creer que
es algo serio pero la relación que tienen ustedes me está dando miedo...
Mi corazón se aceleró. ¿Qué acaba de decir?

—¿Miedo...?

—Termina con él.

—¡No!

Algunas lagrimas querían escapar.

—Jungkook, te lo digo por tu bien, Taehyung nunca podría llegar a amarte.

—Tú no eres nadie para venir a decirme esto, no te importa lo que tenemos,
yo sé que él... siente algo por mí.

—¿Eso crees? ¿No tienes suficiente con su desprecio?

Él había dado en el clavo.

—C-cállate...

—Jungkook, me agradas y Taehyung es como mi hermano, quiero lo mejor


para ambos es por eso que... es mejor que terminen ahora.

—No...

—Jungkook, tienes que escucharme.

Algunas lagrimas ya corrían por mis mejillas, me sentía humillado, herido.

—¿Qué? ¿Es que acaso tú estás enamorado de él?

—No, él es como mi hermano. ¿Quieres saber la verdad?

—...

—Taehyung sólo ha amado a una persona en su vida, después de esa


persona nadie nunca podrá ocupar su corazón. Él puede ser feliz ahora junto
a esa persona, volverá muy pronto a su lado... lo que te digo es para que lo
que él tenga que decirte no suene tan duro.

—M-mientes...

Su mirada estaba llena de lástima. No, Jimin no es malo, pero su sinceridad


terminó hiriéndome. ¿Taehyung ama a otra persona?

—Todos tenemos una historia, ellos la tienen, no los juzgues, tú obligaste a


Taehyung a estar a tu lado, ahora déjalo ser libre y encárgate de ser feliz.

Jimin me dio la espalda y se fue caminando hasta que desapareció de mi


vista.

¿Por qué, Taehyung? ¿Por qué?


38

Cuando abrí los ojos, algunos rayos del sol cegaron mi vista. Mis ojos estaban
hinchados y mis labios muy resecos.

Solté un suspiro de tristeza pero esbocé una sonrisa, no importaba lo que


había sucedido ayer, yo continuaría luchando por Taehyung.

La puerta sonó. Mi madre parecía lo oír nada así que bajé y abrí la puerta.

—¿Es usted Jeon Jungkook?

—Sí, lo soy.

—Oh, al fin. Esto es para usted.

El señor me dejó aquel sobre extraño y se fue. Abrí el contenido con lentitud y
comencé a leer:

"Querido Jungkook.

Creo que has tenido mala suerte conmigo, he sido consiente de todos tus
intentos pero somos como dos piezas que no encajan, será porque encontré
mi otra parte y tú aún no.

Eres una gran persona y no mereces que te marchite de esta manera, así que
me permito ser sincero. Estoy enamorado de alguien, su nombre es Hoseok,
le he amado toda la vida, desde la primera vez que aprendí lo que era el
amor. Él se fue pero estoy esperando su regreso.

Espero que comprendas y sepas perdonar mi cobardía de enviarte una carta.


Por favor se feliz.

Att. Kim Taehyung"

Rompí la carta y salí corriendo en rumbo hacia el departamento de Taehyung.


Él no podía haber escrito eso, tal vez fue Jimin, no sé, o Minwoo, pero él no.
Algunos coches frenaron cuando pasé corriendo por las calles, nada me
importaba. Mis pies estaban agotados pero aún así llegaron hasta su edificio.
No tomé el ascensor, subí corriendo las escaleras, su piso estaba cerca y me
detuve...

Mi corazón se detuvo.

Taehyung estaba en su puerta, besándose con un chico, ambos estaban


perdidos en su mundo y yo me quedé ahí como un tonto, mirándolos.

Seguramente él es Hoseok, la persona que tanto ama.

Ellos entraron al departamento sin separar aquel beso y olvidando cerrar la


puerta. Yo caí en cuenta del momento y bajé las escaleras muy lentamente...
minutos después ya estaba corriendo hacia la casa de mi hyung, con lágrimas
en los ojos y con el corazón totalmente partido.
39

-Dame tu teléfono.

-H-hyung...

Las lágrimas no dejaban de brotar todavía.

-Esta vez sí se terminó.

Asentí.

-Se terminó...

Jin tomó mi teléfono, envió un mensaje a Taehyung diciendo que habíamos


terminado y luego sacó el chip y lo destruyó.

Namjoon me ofreció una taza de chocolate caliente y yo agradecí su


comprensión.

-Voy a partirle la cara a Taehyung.

-Hazlo, cariño, por favor.

No iba a permitir que Namjoon y Taehyung se pelearan, eran amigos.

-No, Nam. U-ustedes son amigos...

-Ese chico no es mi amigo, el Taehyung que yo conocí nunca haría algo como
eso.

-Nam...

-Voy a golpearlo.

-Por favor no...


-No lo haré, pero si cambias de opinión mi propuesta de darle su merecido
está en pie.

Me quedaría esa noche con mis hyungs, luego iría a descansar a casa.

Nunca nadie me había lastimado como él lo había hecho, nadie.


40

Es difícil asistir a clases con esta depresión. El miedo de encontrarme a


Taehyung por los pasillos me abruma, Jin y Nam lo saben es por eso que no
me han dejado solo ni un sólo segundo.

—Jungkook de mi vida, ¿dónde estabas?

Jackson apareció de la nada y me interrogaba como madre preocupada.


Estábamos reunimos en el jardín.

—Descansando...

Jin le hizo una señal de "no le molestes o te golpearé" con la mirada.

—¿Por qué luces así? ¿Estás enfermo?

—No...

—¿Otra pelea con Taehyung?

Jin lo iba a matar.

—No... él y yo terminamos.

Jackson se veía totalmente sorprendido y se dio cuenta de la incómoda


situación.

—Las cosas salen como yo quiero, mañana serás mi novio y luego nos
casaremos, no lo niegues.

Jackson se fue corriendo y yo solté un suspiro.

Era hora de clases así que nos dirigimos hacia mi salón.

Y apareció la persona que menos quería ver en ese momento. Taehyung


estaba junto a Jimin y en cuanto nos vieron, nos prestaron atención, yo bajé
la mirada y me negué a mirarlo. Nam hizo lo mismo y continuamos con
nuestro camino.

Pero sentí su intensa mirada.

Amo a Taehyung, tanto que duele.

Ingresé al aula después de despedirme de mis hyungs y limpié las lágrimas


que se habían escapado.

¿Por qué sigo amando al chico muro? ¿Por qué a pesar de que ha destruido
mi vida?
41

Ha pasado un mes desde lo sucedido.

Yo sigo sin superarlo. Taehyung se ve tranquilo, él no me ha vuelto a dirigir la


palabra desde aquel día y pienso que está bien, me hice a la idea que lo que
él y yo tuvimos, en realidad nunca fue nada, sólo un error mío.

Tres meses a su lado, no se pueden superar tan pronto.

Pero ya no sería una molestia para él.

Si supiera cuánto lo extraño, cuánto deseo poder estar junto a él aunque él no


quisiera tenerme cerca. Ruego por un día más, pero es imposible.

—Sigues siendo tan hermoso como la última vez que te vi.

Yugyeom fue mi primer novio. Lo quería muchísimo, incluso planeamos


nuestra boda, no era nada serio pero queríamos que lo fuera. Empero se le
presentó una beca para estudiar un par de años en Alemania, nadie se negó,
tanto él y yo sabíamos que sería lo mejor para su futuro.

No rompimos porque hiciera falta el amor, sino porque no podríamos


mantener una relación así. Yo tenía que prepararme para poder ingresar a la
universidad y él para mantener su beca. Estuve muy triste cuando se fue,
pero lo acepté. Había esperado por él... sin embargo mis sentimientos se
habían esfumado, y yo quería hallarlos de nuevo, realmente quería.

—Tú sigues siendo muy guapo, Yugyeom.

Él regresó hace pocos días y vino a casa con un gran ramo de rosas. Lo
primero que me dijo fueron las palabras que había mencionado al despedirse
hace dos años: "Cuando vuelva, estaremos juntos de nuevo y no voy a
dejarte ir, serás mi esposo".

Él me invitó a salir y Jin me obligó a aceptar. Arregló mi cabello y se encargó


de elegir mi ropa para la cita.
Él había madurado, pero seguía siendo tan dulce como siempre.

—¿Cómo te fue en estos años?

—Bien...

No quiero recordarlo.

—¿Cómo te fue a ti?

—Excelente, aprender alemán fue algo complicado, pero el inglés me salvó.

—Es genial. Me alegra saberlo.

—Kookie...

Sus manos se posaron sobre las mías, su mirada tenía un brillo especial.
Yugyeom me gustaba muchísimo, incluso me derretia al oír su voz.

Ahora solo... solo le guardo cariño. ¿Dónde se fueron mis sentimientos?

—Yugyeom.

—No hubo un día en el que no pensara en ti. Pensé en regresar antes, pero
decidí no dejar cuentas, para quedarme aquí para siempre.

—Yugyeom, también pensé en ti, estaba preocupado acerca de tu bienestar.

¿Por qué tuvo que irse? Si él no se hubiera ido nunca hubiera conocido a
Taehyung. Nunca debí dejarle ir...

—Fueron las ganas de verte que me mantuvieron con ganas de continuar.

—Gracias...

—Sal conmigo de nuevo.

No puedo. No quiero. Me niego. Lo siento. Pero lo necesito, tengo que


comenzar de nuevo... tengo que hacerlo.
—Sí.

—¿Sí?

—Sí...

Él esbozó una sonrisa y yo comencé a repetir "tengo que olvidar a


Taehyung" unas diez veces.

Mis sentimientos por Yugyeom no estaban muertos, no podía dejarlos morir.


42

—Mira quién vino por ti.

Jin estaba totalmente emocionado. Yo me levanté de mi lugar y me dirigí


hacia la ventana, en la puerta principal se encontraba Yugyeom sobre su
motocicleta, esperando por mí.

Me sentí agobiado de pronto.

—Yugyeom...

—Sí, toma tus cosas y ve a su encuentro ahora.

Jin me empujó fuera del aula y yo comencé a caminar en rumbo a la salida.


Prefería estar en casa, descansado un poco.

El aire se me fue cuando vi a Taehyung parado en el lugar donde siempre


solíamos encontrarnos para ir a casa. Algo en mí comenzó a doler, quizás mi
corazón. Tomé con fuerza mi mochila y pasé por su lado, intentado no
mirarlo, pero él es como un imán que me mantiene corriendo a su alrededor.
Luché con todas mis fuerzas para no lanzarme a sus brazos.

Yugyeom esbozó una sonrisa al verme.

—Hola, bonito.

Yo quería irme de ahí lo más pronto posible. Él acarició mis mejillas con
delicadeza, ¿por qué antes eso me derretía y ahora simplemente no me
causa nada?

—Yugyeom...

—¿Cómo te fue?

—Bien... ¿nos vamos?


—Oh, claro, toma.

Él me entregó el casco y subí a su motocicleta. Me sujeté con fuerza de su


cintura y él arrancó.

Me di la vuelta para observar a Taehyung y él continuaba ahí. Nos mirada con


atención, con esa expresión neutral y vacía. Nuestros ojos se conectaron por
última vez antes de que yo los cerrara.

Iría a donde Yugyeom quisiera llevarme, con tal de que se encuentre lejos de
Taehyung, muy lejos.
43

—Jin me dijo que ya no usabas tu número, pero me juró que hoy iba a darte
otro nuevo.

Este hyung.

—Es verdad, oh... Jin es muy considerado.

Tenía que intentarlo; recuperaría mis sentimientos por Yugyeom, ellos no


podían estar muertos.

—Traje algo para ti.

—¿En serio?

—Sí.

Yugyeom me entregó una pequeña caja de terciopelo rojo, la abrí con cuidado
y encontré una pulsera brillante. Era hermosa, en serio.

—¡Yugyeom! No debiste, es hermosa.

—¿Te gustó?

Él tomó la pulsera y la puso en mi muñeca. Me sentí extraño, porque... no


podía dejar de pensar en Taehyung, entonces me di cuenta, Taehyung se
sentía así cuando yo estaba con él, él pensaba en Hoseok, lo extrañaba.

—Me encantó...

Yugyeom se fue acercando lentamente y mi corazón se agitó. Él quería


besarme pero yo sentía miedo, él lo supo cuando retrocedí. Soltó un suspiro y
dirigió su mirada hacia el frente. Algunas personas paseaban con sus
mascotas y le silencio incómodo se instaló.

Taehyung se sentía así cuando yo intentaba tener intimidad con él. Lo entendí
perfectamente.
No podía hacerle daño a Yugyeom, no cuando él ha sido tan bueno conmigo,
siempre.

—Yugyeom.

—¿Mh?

Deposité un corto beso sobre sus labios y él volvió a sonreír. Imité su acción,
aunque me sentía algo triste.

—Debo irme...

—Te llevaré a casa.

—Vale, gracias.

Él tomó mi mano y nos dirigimos hacia su motocicleta.

Olvidaré a Taehyung, quiero creer y espero.


44

Yugyeom me invitó a visitar el parque de diversiones que se instaló recién en


la ciudad. Jin estaba muy emocionado de ir, lo teníamos planeado, pero en
cuanto supo que Yugyeom me había invitado, se negó a ir.

—¿Te estás divirtiendo?

—Claro. Me fascina.

Yugyeom me compró algodón de azúcar con colores galácticos, no podía


estar más feliz.

—¿Me invitas?

—Claro.— Tomé un poco de algodón y se lo ofrecí, él soltó algunas risas.

—Yo quiero probar el algodón que está sobre tus labios.

¿Tenía algodón sobre los labios? Cubrí mis labios de inmediato, mis mejillas
se sonrojaron y Yugyeom se acercaba un poco más.

Espera, ¿qué había dicho?

—Oh, ¡Jungkook! ¿Qué haces aquí?

Aquella voz. Nos volteamos a observar quién me saludaba y era Jimin... junto
a Taehyung, Namjoon y seguramente Hoseok... con una gran sonrisa en la
cara.

Namjoon, traidor, voy a encargarme de que Jin le regañe.

—...

—Oh, vienes con alguien, no sabíamos, perdón.

—Está bien...
Taehyung se ve muy guapo, la armonía entre él y Hoseok se siente. Namjoon
está mirando alrededor, como intentando desaparecer lo más pronto posible.

He empezado a odiar a Jimin.

—Bueno, ¿no nos piensas presentar a tu acompañante?

Tragué duro. Quería hacerme polvo y desaparecer.

—Él es Yugyeom...

—Hola, mucho gusto.

Yugyeom estrechó su mano con todos con una amable sonrisa, incluyendo a
Taehyung.

—Y dinos Yugyeom, ¿qué estás...?

—Oh, lo siento, pero ya están disponibles las apuestas para la carrera y no


nos la podemos perder. Jungkook, ¿nos vamos?

—Oh sí.

Yugyeom tomó mi mano y me alejó del grupo. ¿Cuáles carrera? Bueno, no


importaba, no podía soportar ni un segundo más estar ahí.

—Lo lamento, pero es que tú lucías muy incomodo, ¿no son tus amigos?

Lo eran.

—No.

—Con razón. Aunque todos se veían algo agradables, excepto el serio... el de


cabellos claros.

¿Taehyung?

—Mh...
—Sentí que quería matarme con la mirada, ¿siempre es así?

—Sí, siempre.

Revisé las notificaciones de móvil y entre ella estaba un mensaje de Jin que
decía lo siguiente: "Cariño, Namjoon se reunió con los chicos para hacer las
pases, seguramente irán a parque de diversiones, intenta no encontrarlos,
¿no prefieren ir otro lugar?"

Era muy tarde hyung, demasiado tarde.


45

Cada año la universidad tiene el tradicional viaje educativo para los de primer
año. Es por eso que traen guías del último año para qué puedan ayudar a los
demás. Rogaba con todas mis fuerzas que elegieran a Jin o Namjoon, ellos
eran buenos estudiantes y tendríamos una oportunidad.

Todos llegamos al lugar e intentamos mantener el orden, antes de subir a la


colina para visitar el lugar.

—Bueno, quiero presentarles a sus guías. Taehyung y Jimin. Ya conocen a


Taehyung, él siempre nos acompaña cada año. Así que obedezcan todo lo
que les digan, pueden partir, por favor tomen apuntes y regresen lo más
pronto posible para la cena.

Quería morir.

Más porque Yoongi se quedó dormido en el bus y no pude dejarle mis cosas.

Nos dividimos en dos grupos, Taehyung se fue con una mitad y Jimin con la
otra. Afortunadamente tuve que ir con Jimin.
Él quiso hablar conmigo, pero realmente yo no quería hacerlo, así que me
separé del grupo en cuanto pude.

El lugar se veía tranquilo, es un lugar magnífico. Y vi un conejito, él llevaba


consigo algunas hojas y lo seguí.

El rol comenzó a esconderse. Probablemente caería un poco de lluvia.

No dejó que lo atrapara, pero al final lo logré. No quería hacerle daño, solo
quería acariciarlo un poco. Las risas de mis compañeros fueron
desapareciendo así que decidí continuar, pero ellos no aparecieron. Comencé
a creer que iba en la dirección contraria, mas nunca llegué a la cima ni al
campamento. ¿Dónde estoy?

Corrí por miedo. Ellos tendrían que estar en algún lugar. La lluvia comenzaba
a caer.
Lloré como un niño. Estaba muy asustado, porque escuché algunos sonidos
extraños, como gruñidos.

No supe cuántas horas habían pasado. El sol se había ido, y la lluvia bajaba
con más fuerza. Un perro apareció entonces, me mostró sus dientes con una
gran rabia y molestia. La sangre se me congeló.

Ese perro iba a destrozarme.


46
Sentí que la vida se me iba de las manos cuando el perro corrió hacia mí con
la intención de atacarme, pero alguien vino en mi rescate. Aquella persona se
abalanzó sobre el perro y le empujó hacia la izquierda, en el proceso de
aquello, el perro rasguñó su brazo. El impacto que tuvo al caer hizo que el
perro se fuera corriendo.

La lluvia no me permitía ver con claridad. Aún así corrí al encuentro de


aquella persona.

—¡¿Estás bien?! —Esa voz.

Me quedé quieto al saber de quién se trataba. Él tomó mi mano y comenzó a


correr. No sé a dónde, pero llegamos a algo parecido a una cueva. El lugar se
veía espeluznante, aunque nos ayudaría a cubrirnos de la lluvia, la misma
que cada vez iba creciendo más y más.

—¿Qué tienes en la mochila?

No sabía qué decirle, así que solo saqué el contenido de mi mochila.

—...

—Eso servirá.

Tomó el encendedor y reunió algunos trozos de las ramas secas de algunas


plantas para encenderlas. Mi corazón iba a salirse del pecho.

Su brazo estaba herido, pero tenía un mini botiquín dentro la mochila.


Agradecí la histeria de mi madre y Jin al mandarme cosas que ni siquiera
pensé que servirían.

El fuego apareció minutos después. Prefería estar afuera mojandome, que


adentro, con Taehyung y una cueva que me aterraba. Una enorme roca nos
cubría del frío, pero aún así, quería salir.

—La lluvia pasará, no es necesario el fuego.


—Eso es lluvia de tormenta, no pasará hasta mañana, así que... usaremos tus
sábanas.

Saqué mi material para dormir y lo expandí sobre el suelo. No traje muchas


sábanas, pues pensé que no era necesario. Justo ahora las necesito.

—Tu herida...

No quería mirarlo a los ojos.

—Estará bien. Pero tú no, debes secar tu ropa o vas a resfriarte.

No. Que me maten, no voy a desnudarme.

—No.

—Bien, pero vas a enfermarte.

Levanté los hombros y abracé mis piernas. Mi ropa mojada se enfrió y


empecé a temblar. Taehyung se quitó la camisa y yo volteé de inmediato. Él
dejó la prenda sobre una piedra, cerca del fuego.

Yo estaba muriendo de frío.

Me rendí.

—Q-quiero desvestirme... Voltéate por favor.

Taehyung lo hizo y yo admiré su espalda, brillaba junto a la luz de la fogata y


yo sentí muchas ganas de abrazarlo.

Me desvestí lentamente, podía admirar mi figura reflejada en los tabiques de


aquella cueva, sabía que Taehyung también la veía. Cuando terminé me
envolví entre las sábanas, dejando mi cabeza a la vista.

Amablemente Taehyung dejó mi ropa junto al fuego. Entonces me miró.

—¿Estabas asustado?
Sí, me moría de miedo.

—No...

—Es un alivio saber que estás bien.

—Gracias por ayudarme, creo que hubiera muerto si no hubieras aparecido.

El silencio inundó el lugar.

—Lo lamento.

—¿Por qué?

—Por todo. Escúchame, debo ser sincero, si no lo digo hoy, nunca voy a
poder hacerlo.

En sus ojos veo sinceridad. Escucharía todo lo que él tuviera qué decirme.

—Supe que la carta te llegó. Sí, la hice yo... pero la escribí el primer mes de
nuestra relación. Después de enviarla me arrepentí, pero en el correo me
dijeron que esa carta se extravió y nunca llegó a su destino. Estuve tranquilo
porque pensé que nunca la verías, sin embargo, mucho después te llegó.

—Pero esa carta decía toda la verdad, ¿cierto?

—Gran parte.

—Tú amas a alguien más, fui muy testarudo con nuestra relación, eso no fue
justo para ti así que quiero que seas feliz junto la persona que ames, con
Hoseok.

—Creí que amaba a Hoseok, pero...

—¿Pero?

—... cuando Hoseok regresó, intentamos algo, cuando nos besamos después
de tantos años no sentí nada. Tal vez el amor que creí tenerle no era más que
costumbre.
—...

—Él estuvo molesto algunos días, sin embargo terminamos siendo amigos,
como siempre. Lo que quiero decir es que... descubrí que en realidad a quien
amo es a ti.

Mi corazón iba a salirse, ahora sí.

—T-Tae...

—Estaba encerrado en mí mismo, tras ese muro que yo mismo había


construido y llegaste tú, derrumbandolo todo...

Él despeinó sus cabellos y su rostro mostró una expresión de preocupación.

Él tenía una expresión.

—Taehyung...

—Dame una oportunidad, solo una y voy a... mostrarte cuánto te amo.

Mis mejillas ardían, aun más cuando sus labios se rozaron con los míos.

—Sí... sí...

Nos besamos. Había extrañado todo de él, todo.

—¿Yugyeom es tu novio?

—No.

—Me alegra, joder. Iba a golpearlo si lo veía otra vez junto a ti.

Y esbozó una sonrisa que me derritió.

—Tae...
Él jaló las sábanas que cubrían mi cuerpo desnudo y volvió a atrapar mis
labios en un beso.

—Te amo.

—Te amo más.


47

Las manos de Taehyung se perdieron entre mis muslos y yo le di espacio


entre mis piernas para que pudiera tomarme como quisiera. Sus labios
dejaron un recorrido de besos sobre la extensión de mi cuello y yo clavaba
mis uñas en sus brazos, es sus fuertes brazos.

—Me contuve por tanto tiempo.

—¿Lo hiciste?

No pude pensar con claridad, no cuando Taehyung ha llegado a mis pezones


y los está humedeciendo con su lengua. Un escalofrío recorre mi cuerpo y el
primer gemido no tarda en escapar.

—Sí, no hubo día en que no quisiera cogerte.

—¡Tae! —Mi miembro comenzaba a endurecerse y él lo sabe. Por eso sus


dedos han decidido tomarlo y comenzar a masturbarlo con ímpetu. Los dedos
de mis pies se retuercen y mis pezones se han endurecido a causa de una
sola mordida.

El calor del fuego hace que podamos continuar y puedo observar nuestro
reflejo en los tabiques gracias a él, es excitante vernos en esta situación. Yo
admiro la perfección de su cuerpo cuando se despoja de aquel jean húmedo
gracias a la lluvia y a la situación, qué sé yo.

—Chúpamela.

Su voz es profunda, al igual que su mirada y yo no me niego. Me he levantado


con cuidado, mis pies tiemblan y mi boca ha tomado su miembro entre sus
paredes. Mi lengua no se detiene de probar y es raspada cada vez su pene
penetra mi cavidad. No sé si mis rodillas podrán mantenerse firmes, porque
sus manos han encontrado una nueva diversión con mi trasero. Algunas
nalgadas no se hacen esperar y yo me contoneo de placer.

Levantó la mirada solo para encontrarme con sus ojos. Él está mordiendo sus
labios y luchando con los gemidos que yo me muero por escuchar. Su diestra
se ha separado de mí trasero y ha ascendido hacia mi cabeza para tomar mi
cabello.

Me empiezo a correr y siento que puede llegar a ser vergonzoso, porque a


pesar de todo es mi primera vez. Y él toma de mi cabello para jalarlo e
impulsarme a hacerlo más rápido.

El sonido de mi boca húmeda impactando con su miembro es sucio y él lo


está disfrutando. Entonces separo mis piernas solo para darle una mejor vista
de mi culo y penetra mi boca sin remordimientos. Me siento ahogado como
aquella vez, pero ahora me encanta.

Taehyung me separa de su entrepierna e hilos de saliva se escurren por mis


labios. Yo quería continuar chupandosela...

—Tae...

—Ponte boca abajo.

Obedecí. Él no protesta cuando tomo todo mi tiempo para acostarme sobre


las sábanas, porque sé perfectamente que lo está disfrutando.

—¿A-así está bien... papi?

Le escucho gruñir e inmediatamente sube sobre mi cuerpo. Sus manos han


vuelto a tomar mis nalgas y sus labios están recorriendo mi espalda entre
besos y mordidas.

Con él me siento seguro, solo con él.

—Jungkook, estás muy rico, mierda.

—¡Amor!

Su pene está rozando la partidura de mis nalgas con ayuda de sus manos y
sus gemidos me suenan a gloria.

—Me tienes como un perro con ganas de joderte.

—Mh T-Tae... p-por favor...


El Taehyung que conozco nunca diría una grosería, pero el Taehyung que
amo ha perdido la cuenta de cuántas ya ha dicho y me tiene a mil con esa
actitud.

Mis caderas se levantan para ser entregadas a él y el glánde ha rozado mi


entrada. Mi pecho asciende y desciende con velocidad y como perra en celo,
arrimó mi trasero en su entrepierna, rogando en silencio que él entrara de una
buena vez.

—Jungkook, te amo, estoy jodidamente enamorado de ti.

—Te amo, te amo...

Mis ideas no están en orden y mi corazón se ha dejado llevar. No importa más


nada, sólo él.

Las paredes de mi interior comienzan a expandirse cuando él ingresa. Gimo


su nombre y él pellizca mis muslos.

Taehyung es todo un hombre.


48

Corrientes de dolor recorren mi espalda en cuanto su miembro se cuela por


las paredes de mi interior. Él sabe que algo anda mal cuando mis manos se
forman en puños sobre las sabanas, así que decide salir con cuidado.

—Lo lamento... no pude esperar, pero no voy a detenerme. Voy a cogerte


aunque no quieras...

Un jadeo se escapó de mis labios al sentirme vacío de nuevo.

—E-está bien... yo quiero... claro que lo quiero.

Sus manos se posaron sobre mi trasero y con ayuda de ligeros apretones


logró separar los mismos para poder contemplar mi entrada. Su lentitud me
está matando.

Es entonces que sus labios dejan algunos besos sobre la superficie


redondeada y su lengua con curiosidad ingresa en mi interior. Otro jadeo se
me escapa y mi pene está volviendo a levantarse.

Una de sus manos se desliza hasta tomar mis testículos y los amoldea a sus
palmas con suaves apretujones. Comienzo a temblar y no puedo
concentrarme en evitar correrme prematuramente, porque el sonido sucio y
erótico que tiene su saliva al impactar en contra de mi trasero me está
quitando la razón.

—T-tae no...

Su nariz roza la partidura de mi trasero y debido a las ligeras nalgadas que


chocan sobre mi piel, mis brazos flaquean y mi rostro cae sobre las sábanas.
Sus labios se alejan de la zona y con fuerza, él toma mis caderas y las
levanta.

Tengo el deseo de que me tome de una buena vez y su miembro roza mi


entrada ya bastante húmeda y llena de su saliva. Parece leer mis
pensamientos porque su glánde está ingresando con cuidado. Gimo su
nombre sin pensar en que estoy siendo demasiado ruidoso y mis pies se
separan para darle más espacio.

Mi interior lo recibe esta vez con más aceptación y poco a poco va


absorbiendo toda la extensión. Un gemido de su parte se hace audible y su
voz profunda está endureciendome.

—Estás tan estrecho, mierda, de lo que me perdí tanto tiempo.

Me siento totalmente lleno pero él continua entrando y mi diestra se desliza


hacia mis pezones para pellizcar la zona, hasta ese entonces el pudor se ha
ido a la mierda.

—Estoy lleno y caliente, papi.

Mis codos vuelven al juego y con más fuerza se apoyan sobre ellos para
poder sostenerme.

Taehyung gruñe o suelta un gemido, no estoy seguro, sin embargo él


comienza a moverse con fuerza. Sus uñas se clavan sobre mi piel y me
penetra con rudeza. Yo no quiero que se detenga así que le doy ánimos con
gemidos que gritan su nombre.

Se menea para poder alcanzar zonas más profundas y yo no puedo evitarlo,


mi diestra toma mi miembro y descargo mis sensaciones mientras bombeo de
él. Hasta entonces él había tomado de mis cabellos, jalando y sosteniéndose
de ellos para penetrarme con más ganas.

Nunca me sentí tan suyo con esa noche.

—Bebé... mh.

Él pierde el ritmo y sólo me embiste con brutal fuerza, tanta que mis brazos
vuelven a desplomarse y me corro al instante.

—¡Ah, a-ah más!

Me siento avergonzado, pero él ni lo ha notado. Entonces sale de mi interior y


me da la vuelta, mi cuerpo tiembla y yo dejo que él haga lo que quiera
conmigo. Mis piernas se abren para él y nuestros ojos se encuentran, mi
corazón late con más velocidad y me besa.

Chorros de saliva se escurren por mis mejillas y su miembro vuelve a


llenarme con embestidas poco amables, me toma, una y otra y varias veces.
Hasta que sale de mi interior y se corre en mis labios.

Yo tomo hasta la última gota de su esencia.

Lo amo, lo amo con toda mi alma.


49

Cuando abrí los ojos lo primero que vi fue aquella fogata que hizo Taehyung,
hecha cenizas. Mi corazón late con fuerza al recordar lo que hicimos ayer y
mis mejillas arden cuando me doy cuenta de que estamos abrazados en una
posición de cucharita.

Él se remueve un poco y sus ojos se abren.

—Hola. —Susurra.

—Hola.

Nos unimos en un beso y caigo en cuenta de la situación. ¡Nos deben estar


buscando!

—¡Taehyung tenemos que irnos!

—No quiero.

Sus brazos rodean mi cintura y no deja que me mueva. Tampoco quiero


alejarme de su lado, pero estoy algo preocupado.

Más tarde recogimos todo. El dolor en mi espalda es evidente así que antes
de que Taehyung carge la mochila, me pidió disculpas.

Nuestras manos estaban entrelazadas mientras caminábamos colina abajo.

—¿Cómo me encontraste?

—Jimin me dijo que seguramente tomaste el otro camino y debido a que


conozco bien este lugar, logré encontrarte.

—Gracias.

Cuando llegamos al campamento, los maestros nos recibieron con mucha


preocupación. Taehyung quedó como un héroe y Yoongi ni se enteró que yo
estaba perdido.
No tuve otra opción que compartir tienda con él.

—Tengo que compartir tienda con los maestros, no es justo, Jimin tiene una
para él solo.

—Solo será esta noche, mañana nos iremos.

Cenamos y no separamos. Yo quería estar junto a él. He notado algo,


Taehyung se muestra más confiado cuando está conmigo, pero sigue
actuando igual con los demás.

Yoongi está dormido cuando ingreso a la tienda. No puedo creer que duerma
tanto.

Una sombra aparece tras la tienda y escucho la voz de Taehyung, de


inmediato le dejo pasar y comienza a besarme.

—Tae, Yoongi está aquí.

—Está como muerto, no nos va a escuchar.

—Pero Tae...

Él no se detiene y continúa profanando mi boca.

—Si quieren coger, vayan detrás de un árbol y no conmigo presente, iugh.

Empujo a Taehyung cuando escucho a Yoongi.

—¿Por qué no vas con Jimin?

¿Qué tiene que ver él en todo esto?

—¿Por qué debería ir con Jimin?

—Bueno, porque a él le gustas mucho.

—¿En serio le gusto?


—Sí, tanto que tiene sueños húmedos contigo.

Él parecía pensarlo. ¿En serio lo estaba pensando?

—Me voy, no por Jimin, solo porque no quiero verlos hacer sus cosas, aunque
no entienda por qué están juntos de nuevo.

Él salió de la tienda y nos quedamos juntos.

Esa noche descansamos abrazados, olvidándonos de los demás.

Jin va a matarme, Yugyeom también.


50

—Vamos, solo un poquito.

—No, nos van a escuchar.

—Aún deben estar dormidos, solo un poquito.

—No Tae... nos van a escuchar.

—¿No quieres hacerlo?

—Sí quiero pero pueden oírnos...

—Bien, entonces no lo haremos.

—Uh, está bien, lo haremos.

—No, ya no quiero.

—Vamos cariño, quiero hacerlo.

—No Jungkook, nos van a oír.

Ambos cruzamos los brazos y nos quedamos en silencio. ¿Por qué se


comporta así?

—Tae.

—¿Mh?

—Te amo.

—Yo también, más que a mi vida.


Nos fuimos por la tarde. Taehyung y yo no nos alejamos para nada y aunque
Jackson me estaba molestando con preguntas acerca de este asunto, yo no
le tomé tanta importancia.

El problema comenzó cuando mi madre, Jin y Namjoon vinieron a recogerme


de la parada del bus.

Nunca había visto a Jin tan molesto, le tuve más miedo a él que a mi propia
madre. Uh, uh.
Fin de la primera perspectiva.

—¿Para qué aceptaste salir conmigo si luego te irías con otro?

La verdad es que Jin arregló nuestras citas y al final acepté salir con él porque
pensé que Taehyung no me amaba.

—Lo siento.

—Escucha Jungkook. Yo te lo puedo dar todo, todo lo que quieras.

—Yugyeom lo siento pero yo...

—¡Te amo! ¿Acaso no lo entiendes?

Me sentía muy mal con toda la situación, lo que menos quería en esta vida es
hacerle daño.

Él miraba por la ventana de su departamento intentando calmarse y yo tomé


un poco del café que me había preparado.

—Jungkook, cásate conmigo.

Yugyeom está loco.

—Por favor comprende mis sentimientos.

—Una vez dijiste que querías casarte conmigo.

Ha pasado mucho desde esa vez.

Mi cabeza comenzó a dar vueltas, no entendía por qué me sentía tan


mareado.

—Yugyeom...

—Yo sé que algo de amor por mí, queda en ti.


Todo comenzó a dar vueltas y a moverse, sentía que iba a desplomarme.

Sin embargo Yugyeom solo me miraba con atención.

—Uh...

—Tú eres mío Jungkook, solo mío.

Fue lo último que escuché antes de caer inconsciente.


1

Jimin sigue haciendo sus bromas sin sentido y Namjoon se está riendo para
practicar, porque según escuché, Jin también hace ese tipo de bromas
pésimas.

Los chicos me dejan solo después de algunos minutos.

Suelto un suspiro y tomo un poco de agua para poder relajarme. No he tenido


una noche agradable, y siento la presencia de alguien más posado frente a
mí.

Levanto la cabeza para poder admirar unos ojos cafés demasiado brillantes.
Es un chico de blanca piel y labios muy rojos que toma asiento en mi mesa y
sin mi permiso.

—Jin me dijo que... t-te entregara esto.

Sus mejillas comenzaron a cobrar color y sus manos temblaron cuando me


entregó la libreta. Es probable que le guste.

—Gracias.

Tenía que irme lo más pronto posible de ahí o tendría que conversar con otro
que quiere salir conmigo.

—¡E-espera!

No me queda mas remedio que voltear.

—...

—Mi nombre es Jungkook y quería saber si, quería saber si podíamos salir
juntos mañana.

El pobre muchacho comenzó a temblar y algo en él hacia que sintiera ternura


o quizá compasión. Sus manos estaban hechas puño y esperaba ahí
valientemente a que respondiera.
Yo sólo asentí porque tampoco estaba tan seguro sobre eso, pero no quería
lastimar sus sentimientos.

—Adiós.

—Adiós...

No sé si eso es un sí, porque realmente no quiero salir con él pero he


aceptado.

Camino por los pasillos para alejarme de él y me pregunto cuánto durará su


enamoramiento, ¿una semana? ¿Dos? Yo voto por dos.
2

—Estás bromeando.

—No, es en serio, él me invitó a salir.

—Eso no lo dudo, lo que no creo es que él realmente quiera salir contigo.

—Supongo que tuvo curiosidad.

—¿De qué? ¿Del chico muro?

—Ya cállate, Nam.

—Escucha, no quiero que le hagas daño, es el mejor amigo de Jin.

—Eso no depende de mí, al final del día él terminará conmigo.

—Eso espero, eh.

Tengo la última clase. Tras de la ventana aparecían unos cabellitos cafés,


muy familiares, supuse que era ese tal Jungkook esperando por mí. He salido
con muchas personas, sí, pero he llegado a aquel momento de mi vida en
donde ya no quiero seguir probando más besos que me recuerden cuán
desdichado soy. Ya no quiero.

Salí del aula y me dirigí con calma hacia él, mis pulmones estaban reteniendo
un suspiro, realmente no quiero salir con él... pero terminará pronto, lo sé.
Sus ojos brillantes se posaban en mí con admiración, sus mejillas se
sonrojaron al verme.

—Hola...

Su voz sonaba temblorosa. Creo que es demasiado bonito como para


desperdiciarse con alguien como yo.

—Hola.
Su lentitud me estaba desesperando un poco.

—Hay una cafetería muy cerca de aquí y...

—Claro. —Le interrumpí.

Todo el camino fue silencioso, él posaba su mirada sobre mí y yo solo quería


estar en casa descansando. Él me contó historias sin sentido y yo intenté
prestar atención, lo juro.

Se cansará, desistirá muy pronto.

Él pidió un té en una cafetería, bueno, ya daba igual.

Analicé sus rasgos, su piel aparenta suavidad y sus labios van en contraste a
ella. Me pregunto por qué está aquí y no haciendo del rogar a una bola de
estúpidos que querrían salir con él.

—¿Y cómo te fue hoy?

Hay sinceridad en sus ojos. Aún es muy inocente.

—Bien.

—¿Hay alguna materia que te guste?

—Lógica Deóntica.

—Oh, bueno, suena muy...

—¿Tienes alguna razón en especial por la cual me has traído aquí?

Bien, no podía seguir con este rollo. A él le gusto, si quiere decírmelo que lo
haga ahora para que así podamos irnos a casa.

—Sólo quiero conocerte...

—...
Vaya mentiroso.

—Tal vez tú... tal vez tú me gustes.

Bien, me gusta su sinceridad. Él se atoró con sus palabras y sus mejillas


cobraron un color carmesí muy intenso. Esto es muy difícil para él...

—Ya veo.

—N-no es como que quisiera casarme contigo...

Reacciona Jungkook, qué estás diciendo.

—Ah.

—Casarse es mucho, tal vez ser novios.

Vale, quiero irme a casa.

He escuchado muchas declaraciones, pero ninguna como esa.

—¿Entonces quieres ser mi novio?

Yo quería irme a casa y él estaba dando muchas vueltas.

—Sí, quiero.

Qué valiente.

—¿Quieres?

Tomé un poco del té que él había pedido y me entraron unas ganas tontas de
reírme, no para burlarme, si no porque realmente Jungkook es tierno.

—Sí, quiero.

Él estaba avergonzado, su cabeza se mantuvo gacha. Yo estaba preparado


para darle un rotundo "no" pero él fue muy valiente para llegar aquí, además
podría lastimarle. Dejaría que él fuera quien se diera cuenta de que no quiere
estar conmigo.

—Pues vale, seamos novios.

Salí del lugar no sin antes observar su carita de asombro.

¿Qué has hecho, Taehyung? ¿Qué mierda has hecho?


3

—¿QUÉ? HAHAHAHAHA.

—No te rías, te estoy diciendo la verdad.

—Hace un día me dijiste que Jungkook se rendiría al final del día y ahora me
dices que ya son novio, mañana que dirás que se casaron.

—Ya cállate Nam, es lo que pasó.

—A ver, ¿cómo te lo propuso?

—Ya no lo molestes. —Intervino Jimin.

—Tienes clases, váyanse.

Jimin y Nam se fueron. Éste último me sacó la lengua y se fue feliz, a ese
paso Jin nunca se fijará en él.

Comencé a leer el libro que me habían dejado la tarea y yo estaba pensando


en Marx. Las cosas no salen como esperabamos. Si pensáramos como Adam
Smith no seguiríamos en la incertidumbre.

—Taehyung.

De pronto una voz me sacó de mis pensamientos. Levanté la cabeza y supe


que era Jungkook.

Hoy se veía muy bien, creo que todo le queda muy bien a pesar de todo.

—Hola.

—¿C-cómo te va?
Es parecía muy nervioso y tomó asiento a mi lado. Sus ojos se desviaron a mi
libro y los míos hacia sus piernas. ¿Hace cuánto que no folló? Quizás medio
año.

—Bien.

—Se ve interesante.

—Supongo.

Sus dedos temblaron y esperaba que ni silencio lo apartara, pero por lo


contrario, él seguía luchando. Con toda la valentía del mundo se quedó ahí
esperando, dándome una oportunidad de hablar.

—Ayer pensé en ti...

Su confesión me tomó de sorpresa, yo solo asentí. ¿Por qué tendría que estar
pensando en mí? Es decir, hay cosas más importantes que el estúpido chico
muro de Berlín, México, Pink Floyd, lo que sea.

Su mirada estaba centrada en mí, de alguna manera me incomodaba.

—Taehyung, ¿ayer pensaste en mí?

—¿Tendría alguna razón para haberlo hecho?

La pregunta es más para mí que para él.

—Bueno sí... somos novios.

Oh cierto, lo somos.

—Tal vez pasaste algunos segundos por mi mente, no recuerdo más.

Tal vez fueron una par de segundos más.

—Uh, fui afortunado por algunos segundos.


Me quedé observando a Jungkook como un tonto luego de su confesión. Él
sonreía y secaba sus palmas en su pantalón.

Quise despeinar sus cabellos. La ternura que provoca Jungkook no es de este


mundo.

—...

—¿Dije algo malo?

—En lo absoluto.

Quizás sí. ¿Quién es Jungkook realmente?

—Tae...

—...

—Tengo que ir al baño y supongo que tú tienes que ir a clases así que debo
irme, pero no sin antes hacer algo que he querido hace tiempo...

Sus labios rozaron mi mejilla y logré sentir su dulce aroma a vainilla. Algo se
descongeló en mí, tal vez mi helado.

—...

Wow Marx. ¿Qué opina el proletariado de esto?

—Te esperaré en la puerta de ingreso a las 15:30. Sería lindo que nos
fuéramos juntos, así que... a-adiós.

Hay algo diferente que tiene Jungkook. Tiene pureza, no sé si soy la persona
correcta para recibirla.

Bueno, al fin y al cabo no llegaría lejos, apuesto a que serán dos semanas.
4

—Y bueno, me gusta más el estilo indie aunque la música popular también


suena bien, Blackpink se ha puesto de moda y aprendí algunas partes de sus
coreografías. Amo con todas mis fuerzas a Stephen King y aunque la gente
piense que es algo cliché, creo que Misery es una obra maestra. ¡E
inteligencia artificial, la vi mas de 5 veces! ¿A ti?

Jungkook habla mucho.

Me gusta su voz.

—No, yo no.

—¿Tú no?

—Prefiero lo clásico y el metal.

—Tae... ¡es genial! También me gusta mucho, conozco muchas bandas de


ese estilo, así que podemos escuchar juntos algunos álbumes.

—Claro.

—Tae.

—¿Mh?

Él tomó el cuello de mi suéter y se acercó hacia mí para besarme. Me sentí


muy avergonzado de la situación, más por él, porque mis labios no
respondían. No entendía por qué.

Él abrió los ojos y se encontró con los míos. Su carita mostró desilusión y
sentí ganas de besar sus labios.

De inmediato deseché la idea.


Él se levantó con la intención de irse, no podía lastimarlo, tampoco quería que
se fuera de esa manera.

Entonces sujeté su brazo. Él se volteó a verme con una expresión


asombrada.

—¿Quieres venir a mi departamento?

Asintió y yo me di cuenta de que sostenía su brazo, de inmediato lo solté. Más


tarde nos dirigimos hacia mi departamento. Nadie lo ha visitado, al menos no
mis parejas.

Recordé que en el reino animal, algunos machos llevaban a las hembras a


sus cuevas, para que los demás machos supieran que esa hembra iba a ser
marcada.

La situación era graciosa.

¿Qué es lo que Jungkook tiene en la cabeza?


5

Cuando conocí a Hoseok, tenía 12 años, hasta ese entonces solo había
besado a una niña en primaria solo porque mis compañeros me obligaron a
hacerlo. Él se convirtió en mi mejor amigo, íbamos juntos a todo lugar,
hacíamos todo juntos y de alguna manera, él hizo de la vida un mejor lugar.

Jimin se unió a nosotros y crecimos creyendo que éramos hermanos aunque


todo comenzó con una linda amistad, pero el corazón quiere lo que quiere y
mis sentimientos por Hoseok ya no se pudieron definir por "amistad",
encontraron una definición correcta en "amor".

Fue la madrugada de un sábado, después de una pijamada y varios juegos de


mesa que no pudimos ocultarlo más y confesamos el amor que sentíamos
uno por el otro. Fue la primera vez que alguien me había besado con tanto
amor. Fue mi primer amor. Jimin estuvo encantado con nuestra relación.
Hoseok me dijo que si no hubiera sido por él, nunca se hubiera animado a
declararse.

Pero vamos, las cosas cambian, él tenía sus sueños y yo los míos, la
diferencia estaba en que en mis sueños siempre estaba él, él junto a mí,
viviendo una vida juntos. Al parecer en sus sueños, yo no estaba y se marchó
luego de tres meses, sin decirme adiós.

Desde entonces juré que no dejaría que el amor ingresara a mi corazón, no


otra vez. Hay gente estúpida y luego estoy yo, que salía con quien fuera solo
para pasar el tiempo. Las cosas coincidían. La mitad de mis parejas, dejaban
de hablarme después de la primera cita, y la otra mitad terminaba la relación
después de dos semanas, luego de una escena dramática llena de insultos.
Años de vacío.

Yo estoy seco, no puedo forzarme a dar algo que no tengo y ellos suelen
buscar amor.

Esas personas fueron las que me llamaron "Taehyung, el chico muro" porque
dijeron que era impenetrable, así como un muro. Vaya tontería.

—Entonces es Megadeth...
—Sí.

—Suena bien.

Y estoy aquí, con mi futura ex pareja, mostrándole algo de mi colección de


música.

—Vale, es eso.

Vi algo de desilusión en su rostro, ¿es que acaso no le gustaba el buen thrash


metal?

—Realmente me gustó... creo que tienes muy buenos gustos.

Él recorrió el departamento con la vista. Espero que no lo juzgue, así como lo


hace Jimin.

—Sí.

—Creo que ya tengo que irme.

Sí, realmente no estaba a gusto. Me sentí algo tonto, porque a Hoseok le


fascinaba todo lo que le mostraba y Jungkook simplemente... agh, es difícil de
comprender.

Asentí con la cabeza y me dirigí hacia mi habitación. Cerré la puerta con


calma, a pesar de que quería cerrarla con un portazo, entonces me recosté
sobre la cama pensando en qué estaba mal con mi música, ¿mi
departamento es el problema?

No, yo soy el problema.

Esa noche soñé con cabellos cafés y labios rojos, dulces y suaves labios
rojos.
6

—A Jin le agradas, si le haces algo malo a Jungkook nos va a matar, aunque


yo no tenga nada qué ver.

—Nam, no me hables de eso.

Jungkook y yo llevamos dos semanas juntos, no puedo creer que a pesar de


que haya sido jodidamente indiferente, él todavía siga buscándome con una
gran sonrisa en los labios.

—Jungkook te gusta, ¿verdad?

—No.

—¿Y ese rosa para quién es?

Mierda, olvidé la rosa en mi mochila. ¿Cómo es que la vio?

—Para nadie, me la dieron.

—No, yo estuve contigo toda la mañana y nadie de la dio. Admítelo, te gusta.


¿Jungkook es el elegido?

—Nam, cállate.

—¿Qué tiene de especial? ¿Le gusta la filosofía?

—No me gusta.

—¿Entonces por qué estás tan elegante justo hoy que acordaron verse al
terminar las clases para irse juntos?

—Siempre me visto bien.

—Bueno, como sea, trátalo bien, de ti depende que Jin sea mi novio.
Nam es un jodido.

Las horas pasaron rápido y ya era hora de irme. Tomé mi mochila y me dirigí
hacia aquel lugar en donde Jungkook dijo que nos encontraríamos. A mí no
me gusta volver a casa acompañado, pero él insistió.

Llegué muy puntual pues él no aparecía.

Más tarde él llegó con pasos presurosos. Su sonrisa apareció al verme y yo


sentí algo de nervios. ¿Qué me pasa?

—Tae.

—Hola.

—¿Nos vamos?

Asentí.

Él tomó mi mano y yo creí que eso era demasiado. Su piel se sentía muy
suave y pensé que si presionaba un poco, le iba a hacer daño.

Comenzamos a caminar y él parecía pensar mucho en algo.

—Tae.

—Mh.

—¿Vamos a tu departamento?

Es muy sorpresivo, pero asentí, ¿por qué quería volver a mi departamento si


no le gustó?

Sus mejillas se sonrojaron y yo quería salir corriendo. Mierda, Taehyung, eres


un hombre, no una niña.

Presioné mi mochila con fuerza. La rosa podía esperar...


7

Estamos viendo una película, "the beauty and the beast" a insistencia de
Jungkook y que parece que es lo más hermoso que ha visto en la vida. Sus
ojos brillan y quiero correr, no sé por qué, quiero correr hasta quitarme estás
ansias que siento cuando estoy con él.

¿Qué se supone que debo hacer?

—Tae.

—Mh.

—Está haciendo algo de calor...

Pues sí.

—¿Vale?

—Y bueno...

—Yo no controlo el clima.

Aunque me gustaría hacerlo.

—Yo creo que sí, porque me tienes muy caliente.

Mi corazón latió de una manera extraña. Su frase era muy sugerente y él es


demasiado inocente como para saberlo. Asumiré que él no escuchó sus
propias palabras.

No pienses nada depravado, no pienses nada depravado, no pienses nada


depravado.

—Ah.
Volví a dirigir mi mirada hacia la película, pero no pude concentrarme. Lo
admito, Jungkook está muy bueno, tienes unas piernas y nalgas fenomenales,
además de que es muy, muy lindo.

Ugh, mierda.

El sofá rechinó y no supe exactamente en qué momento había sucedido, pero


Jungkook ya estaba sentado sobre mi regazo. Mi cuerpo se tensó al tenerlo
tan cerca y su agradable aroma a vainilla se internó por mis fosas nasales.
Quiero tomarlo con calma, pero algo está mal.

Él me mira con atención y pude apreciar esos labios de cerca otra vez. Si él
hubiera querido, le hubiera bajado la luna solo por un beso.

Pero no, prometí no enamorarme nunca más. No, no, no. Tenía que
detenerlo.

—Jungkook.

—Oh, te sabes mi nombre.

Una sonrisa apareció en su rostro y no era una inocente, sus manos


recorrieron mi pecho y yo estaba perdiendo el control al reflejarme en sus
ojos. Quería cogermelo, pero hay algo en Jungkook que no me permite actuar
con libertad. Jungkook me da miedo porque... mi alma se lleva tan bien con
él.

¿Por qué conmigo si he sido tan indiferente con él?

—Sería tonto preguntarte qué haces porque lo sé perfectamente, por ello


preguntaré por qué lo haces.

—Porque eres mi novio.

Tenía razón.

Sus caderas comenzaron a moverse sobre mi entrepierna y mi pene comenzó


a levantarse en cuando esas suaves nalgas rebotaron sobre él. No podía con
tanto, se sentía jodidamente bien e imaginar penetrar ese buen culo solo me
desesperaba.
No podía mirarlo así que desvíe la mirada y elevé mi cabeza, sabía
exactamente lo quería hacer pero no podía.

El comenzó a dar pequeños saltos y algunos gemidos se le escaparon; oírle


gemir es el paraíso y mi deseo era oírle gemir mi nombre. Mis manos se
aferraron a mi bolsillo, aunque ellas deseaban tanto estrechar su cintura.

Un gemido se me escapó y estaba en mi límite.

No puedo, Jungkook no se merece a alguien tan estúpido como yo. No podía


darle nada y él quiere amor, cosa que ya no tengo.

Tomé sus hombros y lo detuve.

—Vete.

Cuánto me arrepentí, cuánto.

—T-Tae...

—Vete por favor.

No te vayas, joder.

Jungkook salió de mí departamento con las piernas temblorosas. Yo me


recosté sobre el sillón totalmente frustrado, su perfume se había quedado
impregnado en mi camisa y deslicé el cierre de mi pantalón.

Por primera vez me masturbaría pensando en alguien que no sería Hoseok.

Jungkook, ¿qué estás haciendo conmigo?


8

Me gustan mucho los parques de diversiones, cuando era niño venía aquí
para divertirme, en ese entonces solo me preocupaba por no dejar que mis
padres me castigaran.

Jungkook sugirió venir de paseo al parque y yo acepté encantado. Aunque las


cosas están algo incómodas después de lo sucedido entre él y yo.

—Cuando era niño solía colarme en la fila y fingir ser hijo de alguna pareja
que estaba formada.

—¿En verdad?

Sí, debido a que era pequeño nadie se daba cuenta.

—Sí, y me ponía al frente de ellos e ingresaba lo más rápido posible.

—¿Y no te decían nada los de seguridad?

—Claro, pero yo les aseguraba que mis padres estaban pagando las
entradas, así que yo simplemente subía y me divertía.

Era divertida la sensación de peligro y adrenalina mezcladas, qué tiempos.

—¿Y al salir nadie se daba cuenta?

—Lo hacían, pero yo corría muy rápido y nadie pudo alcanzarme.

Subimos a la montaña rusa y mientras yo me sentía el rey del mundo con


aquella vista, Jungkook parecía entrar en pánico.

Luego decidimos tomar un par de helados, mientras el atardecer mostraba su


esplendor. Él observaba el paisaje y yo miraba de reojo su linda carita.

—No sabía que mi chico era rebelde.


—Gajes del oficio.

Él comenzó a reír y sentí muchas ganas de abrazarlo. ¿Qué me está


pasando? ¿Qué?

—Tae...

—Mh.

—Me gustas muchísimo y te quiero.

Mi corazón se alarmó y desvíe la mirada hacia los juegos mecánicos y debati


mentalmente sobre lo que sentía por Jungkook. ¿Jungkook me gusta?
¿Realmente me gusta?

Horas más tarde nos despedimos y yo regresé a casa. En el camino me


encontré con Jimin, su rostro no expresaba nada bueno así que le invité a
pasar. Tomé una ducha al llegar y más tarde ya estábamos comiendo una
pizza, mientras él jugaba con mi móvil.

—Taehyung.

—¿Mh?

—¿Estás enamorado de Hoseok?

—Sí, claro que sí.

Con él podía ser sincero.

—¿Entonces por qué sigues con Jungkook?

No lo sé.

—Todavía no ha terminado conmigo.

—Entonces tú termina con él.

—No puedo, le haría daño.


—Traidor, no amas a Hoseok.

—Lo amo, lo juro.

Lo amo en serio, yo no soy un traidor, lo... juro.

Jimin se quedó en silencio por algunos segundos, y luego comenzó a leer en


voz alta algo que encontró en mi móvil. Eran mensajes de Jungkook.

Jungkook:

Hola Tae, soy Jungkook. Quiero agradecerte por esta tarde, la pasé muy bien
junto a ti y me divertí como nunca. Es muy valioso para mí saber algo más de
ti... así que no estaría mal que contáramos algo más acerca de nuestras vidas,
yo creo que de mí ya sabes mucho pues hablo de más, pero no sé mucho
acerca de ti, así que si quieres contarme algo, yo sería muy feliz.

Jungkook:

Y lo del "te quiero" es verdad, te quiero muchísimo, puedes pensar que es


algo apresurado pero lo que siento solo se puede describir de esa manera.
Tenias que saberlo, solo es eso. Descansa bien y no olvides contar bien las
ovejitas antes de dormir.

Me sentía confundido con todo esto, porque sus palabras calentaban mi


corazón. No podía, simplemente no podía.

—Escríbele una nota ahora, diciéndole que no pueden seguir juntos y yo la


pondré en su casillero.

—Está bien...

Le escribiría una nota a Jungkook, dándole a entender que yo no soy para él y


lo diría de manera delicada, aunque Jimin no quisiera.
9

—Entonces te hizo escribir la nota...

—Sí Nam, en realidad, también quería hacerlo.

—Tae, te daré un consejo. Jimin no debe elegir cuál será tu felicidad, es un


buen chico y se preocupa, pero tú decides a quién amar, tú decides por ti.

—Yo decidí...

—Bueno, espero que no te arrepientas.

Tomé mi mochila y caminé por el pasillo hacia la salida, no quería hablar con
Jimin y seguramente Jungkook me estaría esperando.

Pero cuando llegué lo encontré junto a Jackson, un tonto chico que era amigo.
Él sujetaba su cintura y parecían muy a gusto. Y yo dudando, Jungkook es
igual que todas las parejas que tuve. Solté un suspiro quise pasar de largo,
pero sus ojos de posaron en mí.

—Jackson, tengo novio... —Dijo. Estoy seguro de que fue solo porque yo
estaba cerca.

—¿Novio? ¿Quién?

—Es él, Taehyung.

Jackson se volteó a verme y entonces comenzó a carcajearse.

Es probable de que se riera de mí, por cornudo hijo de puta.

—Estar con Taehyung es como tener un muñeco inflable, lo sabes, ¿no?


¿Muñeco inflable? ¿Qué tipo de apodo era ese? Observé a Jungkook y luego
salí de ese lugar, ya no podía seguir soportando las estupideces de ese chico.

Espero que Jimin haya enviado la estúpida nota.


Caminé con calma hasta cruzar la esquina, metí las manos dentro de mis
bolsillos y maldecí mil veces haber olvidado los audífonos en casa. Algunos
pasos se escucharon, supe de inmediato que era Jungkook.

—T-Tae...

Lo miré, estaba muy agitado.

—Escucha él... él siempre me molesta, lo lamento yo...

No me interesa.

—...

—Jackson quería salir conmigo y le dije que no, es un tonto, y-yo soy tu
novio...

Vale, creo que por fin lo recuerda.

—¿Cuál es tu punto?

—¿Mi punto?

—El punto para que me expliques esto.

—Bueno, soy tu novio... y creí que, creí que...

¿Creyó que soy un tonto?

—¿Mh?

—Creí que te molestaría verme junto a otro chico.

La verdad es que me molesta, me calienta las pelotas verlo junto a otros


hombre, no solo eso, me jode porque nunca me había sentido así y es
frustrante no tener el control de mis sentimientos. Pero no le daría el gusto de
hacérselo saber.
—Bueno, todos creemos en cosas y no está mal equivocarse acerca de su
veracidad.

—Taehyung...

—...

—Taehyung, escucha.

Tomó mi mano y sentí que algunos escalofríos recorrían mis hombros. Sus
ojos lucían tristes y entendí que estaba siendo sincero, ¿acaso Jackson solo
le estaba molestando?

—...

—Soy tu novio y quiero que sientas celos, quiero que te molestes conmigo
porque otro chico me invitó a salir y me tuvo cerca. Quiero que me defiendas
de ese tipo de chicos y les hagas saber que te pertenezco. Quiero que me
quieras... sólo quiero ser importante para ti, ¿es mucho?

¿Eso es lo que quería? Porque lo hago, maldita sea sí que lo hago, solo me
falta hacerles saber a todos que me pertenece... pero, ¿en realidad Jungkook
me pertenece?

Y me besó, sus labios se sentían tan suaves y los míos tan fríos, hermosa
combinación.

—Jungkook.

Espero que no le haya llegado esa nota, me arrepiento de haberla hecho.

—Dime.

—No soy un muñeco inflable, no existe comparación, ese chico es realmente


tonto.

Porque de verdad me había enfadado ese comentario.

—Bien...
—¿Te gustaría ir a mi departamento?

Quería llevarlo y quizá llegar a segundo nivel, qué sé yo, solo quería tenerlo
cerca, solo para mí. Pero aún seguía luciendo triste, ¿qué debería decirle si ni
sé qué sucede conmigo?

—No.

—Vale.

Le di la espalda y me fui caminando

Habían pasados dos minutos y voltee para verlo, él se había ido. No pude
contenerme así que le di una patada al buzón de uno de los vecinos. ¿Por
qué Jungkook es tan incomprensible? Mierda.
10

No he dormido bien, pensé mucho en Hoseok, sobre qué hubiera sido de


nosotros si él no se hubiera ido. También pensé en Jungkook, sobre qué será
de nosotros si no detenemos esto.

También pensé en Jackson. Hablaría con él.

—Tae, Tae.

—Mh.

Jungkook está muy bonito, mucho más, hoy.

—Mi mamá no estará en casa y pensaba que podríamos pasar una tarde
juntos en casa después de las clases.

¿En su casa?

—Bien.

—Pues vale...

Dejó un pequeño beso sobre la punta de mi nariz y solté un suspiro. Me


sentía cansado.

—...

—Taehyung yo...

—No quiero tener una conversación ahora.

Estoy pensando sobre qué le voy a decir a Jackson cuando le tenga de frente.

—¿Por... qué?

—Mh.
Espera un poco.

—Lo lamento...

—¿Te gusta Jackson?

—¿Qué? No, no, ¡no! Claro que no...

Bueno, pues ayer estaba de los más feliz entre sus brazos. Joder, yo no
siento celos, no son celos.

—Pues debería, hacen una agradable pareja juntos.

—Tae...

—...

Me levanté de la mesa y me fui hacia mis clases. Le pediría un consejo a


Nam, antes de hacer cualquier cosa.
11

Jungkook hablaba sin parar y no podía concentrarme. Las palabras de


Namjoon seguían rondando por mi mente "más vale amigos falsos que
enemigos". No entendía o no quería entender, porque esa cosa de la
hipocresía no iba conmigo, aunque Nam me haya dicho que no era hipocresía
en lo absoluto.

Llegamos a su casa, es una casa mediana y muy agradable. Jungkook abrió


la puerta con las manos algo temblorosas y me invitó a pasar. Me senté sobre
el sofá y dejé la mochila a un costado.

—Tae...

—Mh.

—Lo siento...

—¿Por qué?

—Porque tal vez verme hablando con Jackson te molestó.

La verdad es que sí. Bueno, ya que pedía disculpas podíamos quizás, llegar a
un acuerdo.

—En realidad...

Su zurda de pegó sobre mi entrepierna con toques delicados y sus ojos no se


apartaban de los míos. Vaya que me encantaba que hiciera eso, y esa carita
inocente no hacia más que confundirme porque sus actos no eran
necesariamente inocentes.

—¿En realidad?

—Jungkook.

—Dime...
Sus dedos se deslizaban sobre mi entrepierna e inevitablemente mi pene
comenzaba a responder. Con ligeros apretones encontró el cierre del
pantalón y supe de su intención, no podía dejarlo continuar, así tomé su
mano.

—No.

Empujó mi mano y continuó tocando la zona. Con gran velocidad bajó el


cierre de mi pantalón, dejando que mi erección no se sintiera tan oprimida.

Quería decirle algo, no sé, que esto iba a terminar más, pero él calló todo
intento de dialogo cuando me besó, sus labios se movían torpemente sobre
los míos y entendí que estaba asustado. Así que me dejé llevar, bajé la
guardia por algunos minutos y disfruté de aquellos labios dulces y carnosos
que están volviendo loco.

Minutos después se sentó sobre mi regazo, su cuerpo está temblando y yo


tuve muchas ganas de decirle que estaba bien, que tomara su tiempo. Su
vecino subió el volumen y creí que era perfecto para que nadie nos
escuchara.

Su trasero se pegó a mi entrepierna y empezamos un vaivén de ritmo lento


que terminó en uno rudo. Comenzó a soltar gemidos y me sentí en el cielo, no
pude resistirme y tomé su trasero entre mis palmas, apreté su redondez con
fuerza, como desfogandome porque Jungkook es un calientapollas fenomenal
y la cosa más hermosa que he visto en mi vida.

Mi pene quiere salir y penetrar ese culo que está rebotando sobre él pero
Jungkook no está listo para esto, así que cuento los minutos que restan para
detenernos.

Estaba disfrutando de la fricción con los ojos cerrados, pero su aliento caliente
me impulsó a observarlo y lo descubrí mirándome. Entonces nos miramos con
atención, sus ojos mostraban amor y yo me sentí tan bien, tan libre.

—Tae, c-cógeme ahora...

—Mh...

Oh cariño, claro que quiero cogerte.


Él mordió la comisura de mis labios y gimió mi nombre cuando mi entrepierna
se levantó para golpear su trasero con rudeza. Quería partirle ese culito que
ahora me está ofreciendo en bandeja de plata.

Jungkook es la tentación en persona.

—P-por favor...

Pero Hoseok apareció en mi mente y recordé la discusión que tuvimos Jimin y


yo. Recordé a Jackson y a Jungkook, las palabras que Namjoon.

Mierda.

—No, no...

—¡Tae, ah!

—Jungkook.

Aparté las manos de su cuerpo y empujé sus hombros con cuidado. Su rostro
mostraba desilusión.

—Tae...

No, joder, quiero pensar.

—Vete.

—Pero esta es mi casa.

Ah caray.

—Ah sí, bien, me iré yo.

La incomodidad se sentía en el aire y yo me insulté mentalmente por no ser


un hombre y continuar. Tomé su barbilla con cuidado y besé sus labios,
necesitaba de ellos. Después admiré su carita, no era tiempo, no era el
momento para esto, me gustaría que lo comprendiera.
Salí de su casa y me fui caminando hacia mi departamento, esperando que la
fría noche bajara mi erección. Cosa que nunca sucedió.
12

—Vale, qué quieres cabrón.

Sí, en definitiva. Es un salvaje.

—Mira, vamos a hablar como gente civilizada.

—¿Y qué quiere el chico inflable?

Solté un suspiro y le pedí a Jackson que me acompañará hacia un bar


cercano. Cuando llegamos ahí pedimos un par de copas y nos pusimos a
conversar.

—No puedo creer que le gustes a Jungkook.

—¿Por qué no?

—Bueno, eres el chico muro y él es un amor de persona.

—Soy el chico muro de pink floyd.

Estallamos en risas y fuimos por la segunda copa.

—Jackson, ¿te gusta Jungkook?

—Bueno, me gusta un poco, más me gusta molestarle que otra cosa, es mi


amigo y no quiero verlo contigo.

—¿Por qué no?

—Porque le lastimas y ni siquiera te gusta, seamos sinceros.

—Me gusta, Jungkook me encanta por eso te traje aquí para platicar.

—Bien, dime.
—Si no te gusta tanto te pediría que por favor no andes... coqueteandole,
¿vale?

—¿Por qué? ¿Te pone celoso? Entonces te gusta...

—Jackson.

—Llámame Jack.

Fuimos por la tercera ronda.

—Jack, él es realmente importante para mí... me está volviendo loco.

Él se quedó en silencio. Parecía que estaba tomando en serio nuestra


conversación

—Cuando le lastimas soy yo quien tiene que ir a hacerle bromas para que se
ría.

—No pasará otra vez, voy a cuidarlo.

—Vale, entonces dejaré de molestarlo de esa manera, me comportaré como


un amigo con él... además, estoy enamorado de otra persona.

—¿Quién es el desafortunado?

—Mark, pasa contigo algunas materias. Y bueno, le gustas, cabrón hijo de


puta.

Jackson se terminó otras dos cosas de golpe y yo me puse a pensar. ¿Mark?


Ni siquiera me mira, cómo podría gustarle.

—No le gusto.

—Que sí, él me lo ha dicho.

—Vale, entonces tengamos un trato, quiero que cuides a Jungkook de los


demás idiotas que quieren acercarse a él y yo te ayudaré a conquistar a Mark.
No tengo idea de cómo, pero lo haré.

—Hecho, Tae.

Estrechamos nuestras manos y salimos del bar más tranquilos. No somos


amigos y creo que ninguno quería serlo pero seríamos aliados, que suena
mejor.

Jack se fue a su casa y yo iba en rumbo a la mía, pero decidí pasar por la de
Jungkook primero.

Me quedé al frente de su casa por dos horas, solo esperando a que él


mostrara su carita por la ventana.

Espero que no haya leído la nota, él no suele usar tanto el casillero.


13

Jungkook no ha mencionado nada sobre la nota, supongo que no le ha


llegado o tal vez Jimin nunca la envío. Me sentí muy tranquilo al saber
aquello.

—Y aunque haya buscado con toda rapidez el lugar del libro donde estaba
escrito lo opuesto a mi pensamiento, no pudo encontrarlo y me dio la razón.

—¿En serio, Tae? Vaya...

Jungkook está un tanto distraído, me pregunto qué es lo que le tiene tan


pensativo.

—Sí. Creo que necesita prepararse, aunque no creo que se haya encontrado
un doctorado por ahí, supongo que él estudiaba.

—¿Tu profesor?

—Claro, él.

No vi a Jackson por ningún lado y hoy descubrí a Mark mirándome.

—Supongo...

—Mh.

—Taehyung... ¿te gustó que tuviéramos un poco de intimidad?

Bien, eso había sido muy directo.

Pues sí...

—Sinceramente... no.

—¿No?
—Pero es parte de una relación y puedo estar bien con ello.

Podría estar muy bien con ello, realmente bien.

—¿Qué tal si intentamos llegar un poco más allá?

—Jungkook...

Creo que no es el momento, entiendo que Jungkook aún se siente algo


vulnerable, pero si me da un poco de tiempo, podría intentarlo... por él.

—Vale.

—Escucha...

Quería pedirle un poco de calma, necesito tiempo para empezar a borrar


heridas y todo eso. Sólo necesito tiempo.

—Pero que te conste, hay muchos que se mueren por estar en tu lugar ahora
mismo, así que valórame chico rudo. Te veré después, cariño, ¡besitos!

Jungkook se levantó con velocidad y se fue.

¿Por qué tiene que ser tan difícil?


14

—Jimin está enfadado.

—Eso no es culpa tuya.

—Creo que a Jungkook le llegó la nota pero él no dijo nada.

—¿Y qué piensas acerca de ello?

—Me hace feliz, Nam.

—Tae, ya deja de hacerle caso a Jimin y que se joda. Con todo cariño, eh.

—No, Jimin es como mi hermano, lo único que hace es preocuparse.

—Vale, pero...

—Aún estoy enamorado de Hoseok.

—Bien, pero ahora él no está y tu novio es Jungkook.

Namjoon me empujó hacia la salida y caminé hacia Jungkook.

Hoy se ve muy bonito.

—Tae.

—Hola.

—¿Nos vamos?

Asentí.
¿Por qué le había dicho a Nam que estaba enamorado de Hoseok? Tal vez
porque mi corazón necesitaba decirlo.

—Tae, ¿vamos a tu departamento?

Daba igual, yo quería tenerlo en mi casa, aunque no dijéramos nada, yo


quería saber que Jungkook estaba a mi lado.

—Tae.

—Mh.

—Tengo ganas de preparar un poco de... pasta.

Siempre tengo la voluntad de comprar ingredientes para cocinar y así comer


algo decente, pero termino comprando comida instantánea, así que si
Jungkook quería cocinar algo estaría feliz.

—Mh. Vale, creo que tengo los ingredientes.

—Quise decir, estofado, sí, eso.

¿Estofado? Vale, no me importa. Con tal de que sea comestible. Aunque no


compro esas cosas...

—Pero no tengo los ingredientes.

—¿Sí? Pues ve a comprarlos por favor, yo buscaré todo lo demás aquí.

¿Irlos a comprar? Bueno, tenía hambre así que tomé las llaves y salí del
departamento en busca del dichoso estofado.

En el camino saludé a mi vecina, su nombre era Rosy y odiaba que le


llamaran señora, aunque ya tenía más de sesenta años. Ella adoraba que yo
fuera a su casa a leerle algunos poemas de Bukowski y yo con gusto lo hacia,
su manera de pensar se amoldaba tanto a mí, tanto que podría arrojarle
cualquier mierda con un título de poema y ella lo amaría. Rosy era como la
madre que nunca tuve.
Compré lo que creí que era indispensable para la cena y regresé a casa,
intenté apresurarme, no entendía por qué. Abrí la puerta y me dirigí hacia la
cocina en donde seguramente él estaría.

—Jungkook...

Jungkook estaba junto a la alacena. Usaba una de mis camisas y sus piernas
estaban al descubierto. Contuve el aire, ¿estaba alucinando?

—Amor.

—...

No supe qué hacer.

—Oh, sentí mucho calor y me puse algo más fresco, no te molesta que haya
usado tu camisa, ¿verdad?

Bien, no podía caer en la tentación. Pensé que sería bueno salir a tomar aire,
pero él me detuvo.

—...

—¿Me ayudas a preparar la cena?

Asentí. No podía negarle nada, no a él.

Me pidió que yo lavara los platos y temía que alguno de ellos se me resbalara
por andar admirando sus piernas. Lucen tan blancas y suaves que tengo la
necesidad de tocarlas.

—¿Te gusta lo que ves?

Desvié la mirada e intenté controlarme, mierda, me encanta lo que veo. Sentí


su presencia, sus dedos bailaron sobre mi brazo.

Si no se detenía ahora...

—...
—Tae, estás muy callado.

—No me di cuenta.

—Amor, quítate esos guantes.

Mi pene dolió cuando le escuché llamarme de esa manera. Él me quitó los


guantes plásticos y solté un suspiro, de cerca es tan... perfecto.

—Jungkook, creo que deberíamos terminar la cena pronto.

—No quiero.

Tomó mi diestra y la condujo hacia su cintura, si no se detenía iba a tomarlo


de manera poco amable, así que la aparte su mano de inmediato.

—Jungkook, espera.

—Tae... no estamos haciendo nada malo, sólo estamos conociéndonos un


poco más.

Su tono mostraba frustración, ¿qué debo hacer? Maldita sea

—...

Él volvió a tomar mi mano y esta vez la posó sobre sus muslos.


Efectivamente, su piel se siente muy suave y firme, sentí la necesidad de
morder y marcar esa piel con brutalidad.

—Amor.

—Jungkook...

Su sonrisa me hacia saber que él tenía el control. Apoyó sus codos sobre el
lavaplatos y con calma deslizó su boxer hacia abajo, observé a detalle cómo
la prenda rozaba aquella redondez y fue cayendo entre sus rodillas hasta
colisionar con el suelo.
Mierda, mi entrepierna se sentía oprimida y no pensé en nada más que no
fuera en ese culo y las maneras en las cuales podría jodercelo.

—Tae, soy todo tuyo...

—...

Leyó mis pensamiento y tomó mi mano para dirigirla sobre su trasero. Más
tarde que temprano, mis manos no se contuvieron y acariciaron la zona,
dejando algunos pellizcos y apretones. La manera en cómo sus nalgas se
amoldaban a ellas, me hacían creer que fueron creadas para estar pegadas
ahí.

—Tae... hazme tuyo, fóllame.

—No.

Pero seguía pensando en Hoseok, ¿y si regresaba por mí?

Quería dejar de pensar en ello, pero tengo admitir que soy un estúpido de
primera.

—Tú también lo quieres...

—No, no, no...

No, no lo creo.

—Tae... cariño, por favor.

A la mierda con Hoseok ese hijo de perra.

Deslicé el cierre de mi pantalón y mi pene agradeció salir de aquel apretado


lugar. Dirigí el glande hacia esa pequeña entrada y comencé a rozarme con
ella. mis zurda tomaba su cadera con fuerza y pensé que podría romperlo si
entro de una sola estocada.

Sus gemidos me impulsaron a continuar.


—Tae... mh.

¿Y si Jungkook no está seguro que de quiere hacerlo conmigo? Es decir, tal


vez solo quiere comprobarse a sí mismo que puede tener lo que quiera y más
adelante puede arrepentirse de haberlo hecho, solo por un reto.

—Fóllame...

—Cierra las piernas.

Pero no podía dejarme duro y solo, otra vez.

—¿Qué?

—Hazlo.

Sus muslos se juntaron y deslicé mi pene entre ellos para comenzar a


penetrar la zona con fuerza, como desfogándome por todo lo que ha hecho,
conmigo. Él gimió mi nombre y cerraba sus piernas apretándome más. En el
proceso rocé su entrada y caí rendido ante su cuerpo.

Seguramente tendría otras imágenes para masturbarme pesando en él.

—Penétrame... T-Tae...

No, hasta que me demuestre que esto es lo que desea.

Estuvimos en la misma posición durante veinte minutos más, hasta que me


corrí, haciéndolo sobre su pequeña y rosada entrada.

No quería mirarme, seguramente estaba muy avergonzado con la situación.


¡Lo sabía!

—Lo siento...

—¿Qué? No... ambos lo disfrutamos.

—Jungkook, no debí.
Tal vez sí.

—Sí debiste, soy tu novio y yo me moría por sentirte más cerca.

Solté un suspiro. Cómo contenerme cuando dice eso.

—Quédate a dormir esta noche...

—Lo haré mi amor, claro que lo haré.

Agradecí mentalmente, no podía dejarlo ir, al menos no esta noche.


15

La luz golpeó mi rostro con fuerza. No sabía exactamente qué hora era, pero
sentí la presencia de alguien mas junto a mí. A tientas toqué un brazo, su piel
se sentía tibia, humana.

Recordé que Jungkook se había quedado a dormir conmigo. Vaya bendición.

—Despierta dormilón.

Su voz suena bien.

—...

—¡Tae!

Abrí los ojos al oírlo alzar la voz y los rayos del sol se colaban tras de sus
cabellos, como si fuera un ser de luz.

—Jungkook.

Sus hombros estaban desnudos y pude predecir que su cuerpo también lo


estaría. No sé si es saludable despertar con una erección.

—¿Descansaste bien?

—Deberías vestirte...

Por favor.

—No quiero.

Jungkook jaló las sábanas y cubrió con ellas su cintura. Era hora de
levantarse y tener a Jungkook conmigo, me quitaba todo el sueño.

—Jungkook, estás muy infantil.


—Jinkiik, istís miy infintil.

Negué con la cabeza mientras sentía unas ganas inmensas de matarme de


risa.

—Deja de jugar.

—Diji di jigir.

Él corrió a la cocina, sus pasos resonaron por el pasillo y lucía como un niño.
El mismo niño que ayer me volvió loco y me incitó a cogerlo.

Me levanté con pocas ganas y tomé un baño. La música desde la cocina me


era extraña, en casa comúnmente solo hay silencio.

Me dirigí hacia la cocina y lo encontré ahí, sosteniendo las sábanas en su


cintura con esfuerzo y tarareando aquella extraña canción. Su piel brillaba y
me hacia saber que disfrutaba de su juventud.

Creo que me estoy enamorando...

Un agradable olor de café recién hecho inundó mis fosas nasales y quise
apresar sus cintura entre mis brazos. Pero eso sería demasiado y podría
asustarse.

—Taehyung...

Él volteó a verme y dije lo primero que me pareció sensato.

—Deberías vestirte.

Desvíe la mirada hacia la taza de café y la probé. Café sin azúcar y muy
espeso, casi amargo, como mi alma. Jungkook me conocía tan bien.

—Tae... ¿acaso vives solo?

—Es una pregunta muy obvia.


—Entonces lo haces...
—Antes vivía con mi padre, pero él consiguió novia y se fue con ella, desde
entonces no sé nada de él.

Idiota infeliz.

—¿Y tu mamá?

—Pues... a ella le va muy bien con su nueva familia, me envía dinero cada
que puede hacerlo, le debe ir bien porque el monto no es broma.

Vaya zorra.

Mi madre solo es Rosy.

—Lo siento, en verdad.

—No eres tú quien tiene que sentirlo.

—Tae...

—¿Y tu madre sabe que estás aquí?

Bueno, el caso de mis madres era otra cosa y el de Jungkook otra. Supongo
que la suya sí estaría preocupado por él.

—Claro, cariño, claro.

Es un alivio.
16

Su cintura es curvilínea. La manera en la que sus hombros combinan con su


cintura, tan asimétricos, me hacen saber que eso puede llegar a asemejarse a
la perfección. ¿Y si deja caer esas sábanas para saber si sus piernas también
combinan con lo demás? Seguro que sí.

—¿Tae?

—Deberías ir a vestirte.

—¿En serio quieres eso?

—Sí.

No.

Él se acercó, me sentí en peligro. Desvíe la mirada para no mirarlo y no ser


presa fácil cuando él montó mis piernas, pero cuando aquellas sábanas
cayeron, dejándome ver esas deliciosas y firmes piernas, fue casi imposible
luchar contra eso.

Él tomó mi mentón y me obligó a mirarlo. Sus labios rojos me gritaron que los
besara y sus ojos intentaron convencerme. Me besó, pero mi razón me decía
que no podía correspoderle.

A mis manos les valió una mierda y tomaron su cintura.

Nos miramos una vez más antes de que él tomara las sábanas y se cubriera.
Sus rostro mostraba nostalgia. Es mi culpa, lo sé.

Necesito tiempo.

—Jungkook.

—¿Qué?
—¿Puedes irte a casa solo? Tengo clases y no puedo faltar.
Si no se iba ahora, no iba a dejarlo ir o eso creía.

—Claro.

—Bueno, cierra bien antes de irte.

Me levanté y me encerré en el baño. Mojé mi rostro con agua helada.

Cumplimos cuatro semanas con hoy. No sé qué hacer.


17

Hablar con los chicos es reconfortante, aún más con Nam, siento que sus
palabras siempre me traen alivio. Ciertas veces pensé que podría llamarlo
"padre" pero probablemente se reiría y me pediría que me tranquilice.

Jungkook y yo estamos algo distanciados, no he querido decírselo a nadie,


pero ellos lo han notado.

Las hamburguesas no saben tan bien y de pronto Jungkook apareció en


nuestra mesa. Quería correr de ahí y tener un poco de tranquilidad pero era
imposible.

Vaya disfunción.

—Tae.

Oh, joder. Creo que es tiempo de hablar.

—Hola.

—¿Puedo... sentarme?

No sé si debería. A Jimin no le agrada y seguramente se pondría incomodo.


Por ahora es mejor que se marche.

—Claro, siéntate. ¿Cuál es tu nombre?

Mierda. Jimin había hablado y había hecho una pregunta estúpida, si él más
que nadie sabe quién es Jungkook.

Namjoon me observaba interrogante, qué le podía decir si yo tampoco


entendía lo que estaba pasando.

—Soy... Jungkook.
¡Todos lo saben! Pero Jimin actúa como si no lo supiera.
—Ah, yo soy Jimin.

—Mucho gusto.

Le di una mirada a Nam. Viejo, ayúdame.

—Yo te conozco, Jin no para de hablar de ti.

Namjoon habló con amabilidad. Jungkook probablemente piensa que no les


dije nada sobre él a los chicos.

—Oh sí...

—¿Y qué buscas de nosotros? —Preguntó Jimin y me quedé estupefacto.


¿Qué.mierda.está.pasando?

Namjoon y yo estábamos en shock. Sin embargo él era más expresivo que


yo.

—Jimin, Jungkook es el novio de Taehyung.

Nam, te lo agradezco.

—¿En serio? Taehyung nunca nos ha hablado de ti.

Me quedé quieto. No podía ni parpadear. ¿Qué es lo que acaba de decir?

Jimin esbozó una sonrisa y Namjoon dejó caer su cajita de papafritas sobre la
mesa.

Más tarde, Jungkook se levantó agregando que tenía una clase y yo tuve la
intención de alcanzarlo, pero Jimin sostuvo mi mano.

—¿Por qué hiciste eso? —Pregunté con rabia.

—Porque él único novio que te conozco es Hoseok y nadie más.

Jimin se fue caminando con tranquilidad, como si no supiera de la gravedad


de lo que acababa de hacer.
—Nam...

—Vendré a tu departamento después de mi cita con Jin, ¿podrás esperar un


poco?

Él palmeó mi hombro y me sentí abrumado.

—Claro. Gracias.

Jungkook, por favor, no pienses cosas que no son.


18

Jungkook me invitó a salir. Las cosas siguieron más incómodas entre


nosotros, casi ni nos dirigimos la palabra y creo que verlo después de todo,
me trae consuelo.

Él tomó mi mano y yo tuve mucho miedo de sujetar la suya, sabía que la iba a
romper.

—Entonces Jin hyung se compró unos audífonos de un sonido asombroso.

Ayer Namjoon y yo hablamos de muchas cosas, él me dijo que sería bueno


que yo comience a hacer una tregua con los sentimientos que tengo por
Hoseok y luego abandonarlos. Como si fuera tan fácil.

—Oh.

—Pero Namjoon le regaló el mismo día en que lo compró, los mismos


audífonos, la diferencia está en que los que le regaló Namjoon eran de color
rosa.

—Ajá.

No puedo concentrarme.

—Y el que Jin quería era el rosa, y le dijeron en la tienda que poco antes una
persona ya se lo había llevado y que solo los tenían en blanco, así que Jin
hyung tuvo que comprarse esos, ¿y adivina qué?

—Namjoon le regaló los de color rosa, ya lo dijiste.

—Pues sí, pero no es eso. Jin adora el regalo de Namjoon así que decidió
darme los blancos a mí, qué suerte, ¿no?

—Ajá.

Después de eso nadie dijo más. Nos quedamos en silencio mientras


cruzábamos el parque que estaba cerca de mi departamento.
—Oye, ricura, ¿acaso eres chica?

Uno de esos chicos ebrios se nos acercó y comenzó a molestar a Jungkook.


Es mejor no buscar problemas y continuar caminando.

—Ese culo sí que lo cogería.

Bueno yo también y soy el único que puede.

—Aléjate, estúpido.

—El estúpido es el monigote que traes al lado.

Vaya creí que él no tendría uso de razón ahora, de cualquier manera, hay que
dejarle con su mierda.

—Taehyung.

Observé a Jungkook y su rostro reflejaba molestia. ¿Acaso quiere que tenga


una pelea con ese chico?

No dijimos más y apresuramos el paso. Pero aquel ebrio no se detuvo y


caminó a mi lado. No importaba, con tal de que no estuviera cerca de mi
novio.

—¿Y tú qué? ¿No hablas?

No con ineptos como tú.

—...

—Mamón, me voy a coger a tu novio.

Ajá, seguro. Sigue soñando.

Él estúpido se fue algo lado de Jungkook y mi paciencia se estaba acabando.

—Ricura.
El ebrio atacó a Jungkook y apretó su trasero, era obvio que gritó por miedo y
ese hijo de puta había terminado con mi paciencia.

Nadie toca lo que es mío.

Formé un puño con mi mano y le propiné un golpe tan fuerte en la mejilla que
tuvo sonido. Él cayó fatalmente sobre el suelo y no aparecían intenciones de
levantarse.

Me acerqué a Jungkook y tomé su mano para dirigirlo rumbo a mi


departamento. Aún estaba enfadado, conmigo también, por ser un idiota.
19

—No me duele.

—Claro que sí amor, tus nudillos están muy rojos.

—No.

Que no.

—Que sí.

Puso una bolsa de hielo sobre mi diestra. Mis nudillos estaban rojos y así que
me opuse. Bueno, duele un poco, ese cabrón tenía piedras en lugar de
cerebro.

—...

—Tae, gracias...

—...

—Realmente estaba muy asustado cuando hizo eso.

—Querías que te defienda, ¿verdad?

—Tae. En un comienzo sí por las cosas tontas que dijo, pero si eso te pone
en riesgo ni pensarlo. Mira cómo está tu mano.

—Mi mano no tiene nada.

Él quitó los hielos de mi mano y quise protestar, pero dejó un beso sobre la
zona y mi pene sintió un pequeña punzada.

—Eres mi héroe.

Ay mamá. ¿Por qué tengo tener pensamientos impuros?


Decidí dejar de pensar en ello o por lo menos intentarlo. Había pasado media
hora y prendimos la tv, no había nada interesante, a excepción de bob
esponja. Tampoco estaba mal.

—Tae.

—Mh.

—Me excitó mucho que golpearas a ese tipo.

Oh no. Oh no. Oh no.

—...

—Es decir, fue algo muy masculino y me encantó. Sabes que sólo tú puedes
tocarme...

No puedo, mi erección es evidente y no quiero hacerle saber que él es el que


tiene el control y puede manejarme cuando guste.

—...

—Tae... ¿hacemos cositas traviesas esta noche?

Me encantaría, le llevaría a mi cama ahora y le haría el amor como tres veces,


hasta que quedemos sin fuerzas. Pero si lo hago y mañana decido que a
quien amo de verdad es a Hoseok, jamás me lo perdonaría. Quiero decidirlo
pero cada vez es más imposible.

—Tengo que estudiar para un examen, así que te rogaría que vuelvas a casa
a descansar.

Su carita mostraba desilusión.

—Bien...
Se dirigió hacia la puerta y se fue. Solté un suspiro y me hice bolita sobre el
sofá.
Joder, joder, joder.
20

Hoy es el cumpleaños de Jungkook, realmente no lo sabía y me siento


culpable porque él ha traído los ingredientes para preparar su pastel de
cumpleaños.

—No sabía que era tu cumpleaños.

—Ahora ya lo sabes.

Dejó todos los ingredientes sobre la mesa. Preparar esas cosas en el horno
me da pánico, no quiero morir joven.

—¿Tienes que preparar tu pastel aquí?

—Claro. Amor, tienes que ayudarme y sé que no tienes regalo, así no tienes
salida.

Tiene razón. ¿Y si le regalo esta?


No, dios no, haha.

—No tengo esas cosas que sirven para hacer pasteles.

Ni las tendría.

—Yo las traje.

—...

Bueno, solo espero que no quememos nada.

—Bien, quiero que dividas los huevos.

¿Que divida qué?

—...
—Los huevos de la gallina.
Solté un suspiro de alivio. Jungkook comenzó a reírse y yo rompí un huevo,
no supe exactamente qué hacer con él y se estrelló en el piso.

—Es imposible.

—No, solo partes la mitad no hasta el extremo de partir el huevo, luego...

Otro huevo se me resbaló. Soy yo quien va a tener que limpiar todo después.

Al final él dividió los huevos, la manera en la que lo hacia era asombrosa. No


sé cómo lo hace.

—Ahora bate los huevos.

¿Qué?

—...

—¿Tienes una batidora?

—Sí, pero no sirve.

—¿Tienes una manual?

—Y... no.

—Creo que yo la traje.

Él la trajo y me la extendió, no sé cómo usarla.

—...

—Sirven para batir, tienes que hacerlo en círculos.

Vale.

—...
—Yo sé que entiendes, Tae.

Comencé a batir y no sucedía nada, bueno, se volvía espumoso pero nada


más.

—No pasa nada.

—Es que te tardaste mucho, y además creo que miraste la crema.

—¿Qué?

—Mi abuela decía que si mirabas a la crema, ella no crecería.

Es una locura.

—Eso no tiene sentido, es tonto.

—¿Y por qué no veo la crema ahí?

Continúe batiendo y mi camisa se manchó con algunas gotas. Estos huevos


ya me tienen hasta los huevos.

—Tendré que taparte los ojos.

—Jungkook, no.

—Taehyung, sí.

Él tapó mis ojos con una bufanda y seguí con mi trabajo. ¿Sería cierto eso de
que no hay que ver directamente a la crema? Bueno, eso no tiene lógica.

Estuve ahí como un tonto, batiendo. Y escuché a Jungkook carcajearse, ah, y


yo creyendo que podía llegar a tener razón.

—...
—El señor filósofo no le encuentra el sentido a los huevos.

—Me has mentido.


—Un poco.

Cuando él me quitó la bufanda, nos quedamos asombrados, la crema se


había levantado, fue asombroso.

—La crema levantó... ha de ser porque estás tan bueno que ni ella pudo
resistirse.

Me maté de risa, Jungkook decía tonterías a veces. Él se quedó estupefacto


al observarme, y dejé de reír porque creo que no es el momento adecuado.

Lo único que faltaba era integrar la crema con lo demás, así que lo hice con
cuidado. Pude sentir la intensidad de su mirada en mi espalda y segundos
después Jungkook atacó mi boca con un beso desesperado, que yo aprecié
tanto, tanto.

Esa noche compartimos el pastel, nos había salido muy bien a pesar de todo.

—Jungkook.

—¿Cariño?

—Dentro de dos días tengo la presentación de una investigación realizada


con mis amigos, ¿gustas venir?

No me gusta mostrar mi trabajo pero Jungkook era un caso diferente.

—Tenlo por seguro.

Asentí.

Vaya día.
21

Jimin me invitó a pasear por ahí. Al final terminamos yendo a un bar, entre
risas y bromas nos terminamos algunas botellas de cerveza.

—Jimin, tengo una presentación mañana y Jungkook vendrá a verme...

—¿Vas a dejar a tu hermano tomando solo?

—No.

Olvidé la importancia que tenía esa presentación para mí así que seguimos
con algunos shots intensos. El lugar daba vueltas y las luces giraban.

—Tae... ¿te acuerdas de... día de la amistad cuando Hoseok nos compró
chocolates?

—Sí... terminamos con dolor estomacal.

Ambos nos reímos al recordar lo sucedido. Los chocolates sabían muy bien,
pero más sus labios.

—Tae... ¿Te acuerdas cuando Hoseok te trajo un gato blanco?

—Sí, su nombre era Min...

Aunque el gato se fue días después y me abandonó así como Hoseok lo hizo.

—Hoseok te compró un gran ramo de rosas para que dejaras de estar triste.

—Sí...

Tal vez era la combinación entre mi embriaguez y mi tristeza la que hizo que
algunas lágrimas se me escurrieran.

Continúe bebiendo y Jimin que quedó mirándome. Me veía patético.


—Si pudieras verlo otra vez...
—Daría mi vida por verlo otra vez.

—Haré todo para que lo veas.

—¿Me lo juras...?

Sentí náuseas. Él asintió.

—Termina con Jungkook.

Y esbocé una sonrisa. Recordé los bonitos labios de Jungkook...

—¿Jungkook?

—Sí, escríbele una carta...

—¿Kook?

No entendía mucho.

Jimin sacó un papel de su bolsillo y comenzó a escribir.

—Yo lo escribiré, se sincero porque recuerda que Hoseok puede volver...

Hoseok puede volver. Mi corazón se llenó, o tal vez mi estómago, con tanta
bebida.

Y le dicté a tientas y titubeos el contenido de carta, juraba que nada de lo que


decía tenía sentido pero Jimin no dejaba de escribir.

"Querido Jungkook.
Creo que has tenido mala suerte conmigo, he sido consiente de todos tus
intentos pero somos como dos piezas que no encajan, será porque encontré
mi otra parte y tú aún no.

Eres una gran persona y no mereces que te marchite de esta manera, así que
me permito ser sincero. Estoy enamorado de alguien, su nombre es Hoseok,
le he amado toda la vida..."

Toda una mierda que mandé o que Jimin mandó por correo.

Ambos estábamos abrazados y caminábamos. Bueno, yo me arrastraba.

—Ahora dejemos de m-mentir...

—Yo no miento, Taehyung.

—Mientes, Taehyung ese hijo de puta está enamorado de Jungkook.

—¿Qué dices?

—Sí, pero sht, nadie tiene que saberlo, menos Jimin...

Estaba tan ebrio que ni recordaba que estaba junto a Jimin. Solo estaba
siendo sincero.

—Taehyung...

—Cállate Nam.

Ebrio y estúpido.

Fue al día siguiente debido a que el timbre de mi departamento iba a explotar


junto a mi cabeza, que logré despertarme. No sabía cómo había llegado ahí y
en serio quería morir, pero ese sonido infernal no se detenía así que tuve que
abrir la puerta.

—¡TAEHYUNG! ¿QUÉ HORA CREES QUE ES?


—Hyung...
—¿Estás con jaqueca? Idiota, hoy es el día de la exposición.

Mierda.

Corrí como pude a tomar un baño y salir junto a Namjoon rumbo a la


presentación. ¿Por qué no me detuve? De esto vale mi carrera.

Las pastillas para el dolor de cabeza no bajaban y rogaba al señor para qué
no vomitara el desayuno.

Fue entonces que revisé mi móvil y vi algunos mensajes ya leídos y con


respuesta. Se me hizo extraño porque yo no recuerdo nada de ello.

Eran de Jungkook.

Jeon Jungkook:
Los pasteles de chocolate son mis favoritos, el de ayer nos salió super
delicioso, tenemos que volver a hacerlo.

Jeon Jungkook:
Adoro pasar tiempo contigo, pero esta mañana solo te vi un ratito. Sé que
estás ocupado con todo eso de tu presentación, sin embargo quiero verte.

Jeon Jungkook:
Te extraño, me haces falta.

Jeon Jungkook:
Taehyung, llevamos como cinco semanas juntos pero se siente como si fuera
toda la vida. Tal vez eras tú esa persona que he esperado toda la vida, es por
eso que hoy me atrevo a decir con toda la seguridad del mundo que... te amo.

Mi corazón latió con locura.

Jeon Jungkook:
No tienes que responder nada, cariño, es lo que siento y pensé que tenías
que saberlo. Debes estar muy ocupado preparando todo…
Tae:
La presentación de mañana se suspendió, lo siento.

Mi cabeza sintió una punzada, juraba que Jimin había escrito aquello. Era
mi hermano, pero quería romperle la cara.

¿Qué más sucedió ayer?


22

La presentación iba a comenzar, yo dominaba el tema pero no dominaba


todos mis sentidos, me sentía mareado.

—Ayer Jin aceptó ser mi novio.

—Me alegro por ti hyung...

—Escucha mocoso, de tanto jugar con los dos vasos vas a terminar
rompiéndolos.

—¿Qué?

—Tu cabeza se fundió.

—Nam, no te entiendo...

—Eso no importa, lo que importa ahora es que no digas ninguna


incoherencia o vas a seguir encerrado en esta universidad para toda la vida.

—Bien.

Ya estaba todo listo y yo era el que tenía que iniciar con la explicación. Los
maestros no tendrían piedad conmigo, como les he estado jodiendo con sus
errores, ellos seguro joderán con los míos.

Salimos con calma e hice todo lo posible para lucir sereno. Golpearía a Jimin,
eso sí.

La mitad de mis maestros eran excelentes así que sabrían apreciar el


proyecto, la otra mitad son el relleno y bueno la gente estaba ahí. Logré
localizar a Jin, seguramente Nam estará de lo más contento y al lado estaba
Jungkook, mi corazón se detuvo.

Es una larga historia de contar, pero si lo hago él sabrá que hice una carta
para él, la misma que pienso destruir en cuanto termine la exposición y le
parta la cara al administrador de correos.
Sus ojos se inundaron de lágrimas y salió corriendo, yo estaba dispuesto a
alcanzarlo pero Nam tomó mi brazo y recordé que de esto dependía mi
carrera. Tomé aire, más tarde buscaría la manera de remediarlo todo.

—Buenas días tengas ustedes, señores del jurado, la exposición a


presentarse llevó mucho tiempo de investigación y carece de...
23

Es probable que la carta le haya llegado a Jungkook, él no me habla y esta


mañana quise golpear al administrador de correos, me dijo que las cartas ya
fueron entregadas, pero la que había enviado a mi nombre no había llegado a
su destino, aún así Jungkook está molesto y yo creo que le llegó de alguna
manera. Joder.

—Me dijiste que no le lastimarías.

—Es una larga historia, fue en parte mi culpa pero la otra parte...

—Oye, Taehyung, confío en ti, sé que si le hiciste daño no fue con intención,
pero si tan solo escucho que le hiciste daño adrede te golpearé.

—Entiendo.

—¿Y cómo va mi asunto con lo de Mark?

—No muy bien, Jackson.

—Te diré algo, hay un chico... su nombre es Minwoo, lo odio, como sea, él es
muy amigo de Mark y no entiendo por qué, porque ese desgraciado es de lo
peor y Mark es un amor...

—Al punto.

—Bueno, a Minwoo también le gustas, cabrón, y usando eso de nuestro lado


le puedes sacar información sobre Mark y así conquistarlo.

—Eso es muy dramático...

Jackson debe ver muchas novelas.

—Que no, los amigos se cuentan todo, ¿verdad?

—Sí pero...
—Entonces podrás tener información siendo su amigo, así que intenta.

No, por favor.

—Vale...

Jackson golpeó mi brazo y se fue rumbo a la cafetería, supongo que a


molestar a Jungkook que últimamente le está gustando mucho hacer y que si
no creyera en la palabra de hombre que me dio Jackson, me daría celos.

Fui tras de él y tomé lugar un poco lejos de ellos, de inmediato apareció


Namjoon y Jimin, iba a hablar seriamente con éste último. Pero Jungkook se
levantó con la intención de salir, y Jimin también lo hizo.

—¡Jungkook!

Mierda.

—Hola...

—¿Qué haces ahí? Ven.

Bien, Jimin era un jodido, le regañaría.

Jungkook nos saludó a todos, su cara mostraba incomodidad, pero yo... era
tan feliz de tenerlo cerca. Nam jaló a Jimin y se lo llevó lejos, como siempre,
mi hyung ayudándome.

—Hola...

Su voz sonaba nostaligica.

—Hola.

—Creo que...

Quería decirle todo, explicarle todo pero a la vez no sabía cómo empezar, así
que dije lo que mi corazón gritaba.
—Lo siento.

Salí con pasos lentos y esperé a que él me siguiera. Así lo hizo y de reojo
observé una sonrisa en sus labios.

No, no le llegó la carta.

—Deberíamos ir a casa.

Asentí.

Tomé su mano con cuidado y nos fuimos rumbo a casa.


24

—Comí un poquito.

—¿Qué?

—Un sándwich.

—Voy a pedir una pizza.

—Amor...

—Lo haré.

Tomé el teléfono para hacer el pedido, pero no podía concentrarme cuando


esa boquita húmeda está dejando besos sobre mi cuello, un punto seriamente
débil.

Tenerlo entre mis brazos me trae paz, es algo extraño pero podría
acostumbrarme. Su brazo rodea mi torso y su aroma me está poniendo
inquieto, podría perder el control y llevarlo a la cama en cualquier momento.

—Sabes que no me gusta la piña...

—No la tendrá.

Su calorcito me gusta.

—Vale, gracias.

Están transmitiendo un documental acerca del sentido de las cosas y es tan


relajante ver a los teóricos tan confundidos y seguros de su posición. A mí no
me estresa, me encanta.

Sus dientes dejaron una mordida en mi cuello y sentí un escalofrío. Joder. —


¿No me vas a echar?
—¿Por qué tendría que hacerlo?

—Bueno... siempre que tengo algo más de intimidad contigo, me echas.

No lo había pensado.

—...

—Quiero chupártela.

Mi corazón se detuvo otra vez. ¿Qué dijo?


¿Cómo le digo amablemente que sí quiero que me la chupe sin que se
asuste?

—...

—Quiero probar tu sabor... papi.

Mi pene reaccionó más rápido que yo. Entonces Jungkook comenzó a reír y
besó mi nariz.

—Estoy jugando.

Solté un suspiro. ¿Por qué lo dice si no lo va a hacer?

Bueno, daba igual. Ya estaría buscando aquella carta para destruirla en mil
pedazos.
25.

—¡Te juro que lo vi!

—Es imposible, esta casa es impecable.

En mi casa no hay ratones, es un lugar impecable.

—Sí, pero pudo entrar de cualquier lado, Taehyung.

—Pero yo no lo veo, estás confundido.

—¡No! Debe estar oculto.

Jungkook vio un ratón.

No es que crea que miente, pero aquí no hay ratones. Él se subió sobre la
silla y me obligó a revisar, ni mi escoba ni yo encontramos nada, pero para
que Jungkook se sintiera seguro me aseguré de que no viera ningún ratón.

—Pues no está, ahora bájate de ahí.

—No quiero, sé que está esperando a que yo baje para comerme.


Quise reír, pero él se veía serio. Vamos, solo es un ratóncito.

—Jungkook, bájate o tendré que bajarte.

—Bájame.

A este niño le gusta desafiarme.

Tomé su cintura entre mis brazos y lo bajé de la silla. Tenía el riesgo de caer
de ahí y ahí sí buscaría a ese ratón para matarlo.

—Jungkook.

—Taehyung, te amo.

No supe qué decir, eso es demasiado. Jungkook me gusta, muchísimo, pero


amarlo…

—Tengo que estudiar, vete por favor.

—Claro.

¿Qué debería hacer?


26

Hoy Minwoo me habló y creo que es un alivio porque así podré ahorrarme el
show de ser yo quien haga el papelón. Su manera de hablar me inquieta, su
conversación es tan vacía que me puso de mal humor. Hablamos algo de
Mark, pero no lo suficiente y Jackson está impaciente.

Jimin se ha burlado de mí está mañana y mi cabeza quiere explotar, sin


agregar que tenía un examen en algunas horas. A este paso envejeceré más
rápido.

—Hola amor.

Jungkook apareció. Hoy se veía... increíble, ese pantalón hacia lucir muy bien
su trasero y esas piernas deliciosas. Y el estrés comenzó a comerme poco a
poco, porque le tengo ganas a Jungkook pero al final del día siempre termino
conteniendome.

—Hola.

—¿Qué lees?

—Pues... Misery.

—Veo que te animaste a hacerlo.


—Me animaste a hacerlo.
Quería estar tranquilo un momento, olvidarme de todo y perderme en la
lectura, pero Jungkook no me deja. Él fue quien inició todo el conflicto en mi
mente y en mi corazón desde que lo conocí.

—Tae, ¿me acompañas al baño?

No ahora, cariño.

—¿No puedes ir solo?

—No es eso, es que quiero decirte algo muy privado.

¿Algo muy privado? ¿Acaso quiere terminar conmigo? A este paso la migraña
entraría en mi vida.

Cuando llegamos él se aseguró de que no hubiera nadie y cerró la puerta. Ya


sabía por dónde iba esto, mejillas sonrojadas, pantalones ajustados y
bálsamo labial. Jungkook quería coger.

—Si fuera chica, debería estar gritando y pidiendo auxilio como loca.

Él sonrió y abrazó mi cuello.

Esta que me revienta la cabeza con tantas cosas.

—No es para tanto.


Él repartió algunos besos en mi rostro y yo quería descansar pronto.

—¿Qué querías decirme?

—Bueno que... mi mamá viajará una semana y estaré solito, duerme conmigo.

No puedo.

—No.

—¿No quieres o no puedes?

—Ambos.

Ni debo.

Antes de que me arrepientiera de mis palabras, decidí salir del lugar. —


¿Sabes por lo menos saber qué fecha es hoy?

—…

—Hoy cumplimos 6 semanas juntos.


¿Tanto?

Mi cabeza tuvo una punzada, era mi límite.

—Te felicito.

Lo dije sin pensar, maldita sea.


27

Sus rodillas chocaron con las mías, me ponía incomodo.

—Y bueno, él y yo somos amigos hace algunos años.

—¿Qué cosas le gustan?

—Emh, Taehyung, ¿vamos a hablar de Mark?

—Claro que no, es solo que... me gusta escucharte.

Ah, las estupideces que digo.

Minwoo esbozó una gran sonrisa al oírme y continuó hablando.

Me estaba coqueteando.

—Bueno, a Mark le gustan las rosas blancas y los bizcochos de naranja.

Bien, lo tendré apuntado.

—Oh genial.
—¿Qué hiciste en clases?

—Mh, bueno hablamos de Gayo.

Minwoo se carcajeó y mis dedos chocaron con la mesa, esperando a que


dejara de salpicar su bebida. Tengo que admitirlo, Minwoo es guapo pero
realmente no es mi tipo.

—Gayo, qué gracioso.

—Sí, ya sabes, cosas, personas y…

—¿Muebles?

Quise reírme, pero no podía. La situación se puso algo tensa ante mi silencio
y él agregó que tenía clases. Se fue de inmediato no sin antes acariciar mi
rostro y cuando tenía la intención de llamar a Jackson, apareció Jungkook y
lucía realmente molesto.

—Así que ya estás buscando nueva pareja

—¿Qué?

—Ese estúpido niño quiere alejarte de mi lado, cuando él se despidió de ti se


burló de mí.
¿Jungkook vio todo lo que pasó? Ah, joder.

—¿Nos estabas espiando?

—Toda la universidad lo vio.

—Jungkook escucha, Minwoo es amigo mío por favor deja de ser tan
paranoico.

—Yo soy tu novio, y no soy paranoico. Tienes que creerme.

—No lo haré.

Te creo, pero necesito sacarle información a Minwoo.

—Ah, ¿no? Entonces cuéntame de qué hablaban.

—Gayo.

—¿Acaso…

—Él es un chico muy culto, Jungkook.


Su rostro se deformó en una mueca molesta. Jungkook estando celoso es
realmente una maravilla tierna.

Decir que Minwoo es culto es como decir que Jungkook no es lindo.

—Y yo soy el ignorante.

—Eres mi novio.

El novio más bonito del mundo.


28

Jackson me dijo que le compraría una ramo de rosas blancas a Mark y


Namjoon me dijo que tendría una cita con Jin. Y bueno, yo les dije que
pasaría la tarde con Jungkook... en el centro comercial, ah.

—¿Qué opinas de este pantalón?

El centro comercial lucía vacío.

—No lo sé.

Él tomó muchos conjuntos, de diferentes colores y diseños. Quiere ver cómo


le quedan y yo creo que todo le queda fantástico.

Nos dirigimos hacia los vestidores, no sé cómo pudo cargar todo, pero lo hizo.

-Espérame aquí por favor, no tardaré mucho.

Él ingresó al vestidor y yo me quedé en la puerta. Rosy me había dicho que


es muy común que hombres anden de fisgones por los vestidores y que
incluso algunos abren las puertas por "error" y mi deber es cuidar a Jungkook
de esos idiotas.

Entonces escuché un gruñido desde lo lejos, había un cachorro acercándose a


mí, se veía muy tierno pero me mostró los colmillos y corría con la intención
de morderme. Iba a morir.
Mi corazón se aceleró y lo único que pensé en ese momento fue en salvar mi
vida así que entré en aquel vestidor que Jungkook había elegido y cerré la
puerta con el seguro. Le grité muchas cosas para que se fuera, pero sólo
ladraba.

El lugar era muy angosto y yo me sentía ahogado.

—Jodida criatura.

—T-Tae...

Caí en la situación, Jungkook estaba totalmente desnudo y su pecho se


encontraba pegado a la pared, estábamos tan cerca que mi entrepierna
rozaba su trasero.

Ese redondo y firme trasero que comencé a tocar con calma, ignoré el
llamado de mi razón y aspiré el delicioso aroma de su cabello. Mis labios se
apoderaron de su cuello con besos y una erección se formó entre mis piernas.

Jungkook me ponía a mil y recordar las pajas que he tenido por su culpa, me
impulsaba a castigarlo un poco.

Los besos se convirtieron en mordidas y los toques en nalgadas rudas que


resonaban. Sus nalgas vibraban con mis palmas y se sacudían con cada
pellizco que dejaba por la zona.

—Mh.
Jungkook está bueno, muy bueno.

—Sí, Tae...

No pude contenerme y mi dedo del medio se deslizó hacia su entrada para


rozar la zona con velocidad. Quería penetrar ese culo y correrme en él tantas
veces como fuera posible.

—Kookie.

¿Y si me lo tiro aquí?

—¡Ah, sí!

El perro volvió a ladrar y activó mi razón. No, no, no. Qué estoy haciendo.

Me alejé un poco de él y él se volteó, yo no sabía para dónde mirar. Jungkook


es como un pequeño dios griego sonrojado y mirándome con vergüenza.

—Vístete.

—Yo... necesito que salgas, amor.

—¿Qué? No.
No. ¿Acaso quiere que me muera? El cachorro es pequeño pero no significa
que no muerda.

Tomé un suspiro y me di la vuelta, hice un gran esfuerzo para pegarme en un


rincón y no molestarle. Pero el lugar es tan jodidamente pequeño que aún
continuabamos rozandonos y mi pene era el que sufría las punzadas. Mierda.

Cuando terminó, salió primero y quería volverme loco porque ese animal
podía hacerle daño. Sin embargo el cachorro ni siquiera le ladró e incluso se
dejó acariciar.

En cuanto me vio comenzó a ladrar y yo estaba sosteniendo toda la ropa, no


podría defenderme.

—Mejor ve a pagar, yo voy a detener a la bestia.

Solté un suspiro y me fui resignado a pagar todo. ¿Qué tenían esos dos en
contra de mí? Uno quería morderme y el otro quería que lo follara. Parece
que se hubieran puesto de acuerdo.

Qué vergüenza quedar así ante Jungkook.


29

Jackson me dijo que Mark estuvo muy feliz con los presentes que le dio y me
dijo que a ese paso lograría conquistarlo más rápido. No podía dejar el plan
ahora, justo cuando habíamos avanzado, estúpidamente, pero algo es algo.

Minwoo apareció por el pasillo, su sonrisa era enorme.

—Tae.

—Hola...

—¿Podríamos vernos hoy?

—Claro, ¿en dónde?

—En mi departamento.

No, no, no. Primero muerto.

—Que sea en el mío.

Lo lamentaré, pero si muero que sea en el mío.


—Perfecto, chico guapo

Hehehe.

Entonces Jungkook se acercó a nosotros. Su cabecita café era inconfundible.

—Minwoo.

El nombrado se giró a mirarlo y esbozó una sonrisa.

—Hola, querido.

—Ya hablamos de esto, aléjate de Taehyung.

¿Hablaron de eso? Oh no, si llega a haber problemas todo se irá por la borda.
Tengo unas inmensas ganas de decirle a Jungkook toda la verdad, pero
Jackson me mataría y Jungkook también.

—Jungkook ya detente.

Tuve que defenderlo.

—Bien, elige, ¿él o yo?


¿Qué pregunta es esa?

—Jungkook no estás actuando de...

—¿Él o yo?

Joder. Jungkook es demasiado, sabe que detesto las escenas dramáticas.


Esperaría a que todo se calme, empezando por su actitud. Salí sin decir nada
y más tarde Minwoo me dio alcance.

—Jungkook no te merece como novio.

Cállate Minwoo.
30

Hoy no podría irme junto a Jungkook. Espero que Jin no nos mate a hyung y a
mí.

Todo el camino Minwoo habló y habló, yo hice todo lo posible por no mandarlo
a la mierda. Sé que está molestando a Jungkook y me jode con tan sólo
imaginarlo.

Le mencioné que chopin no me está ayudando a dormir y él comentó que a él


sí. Bueno, solo por para probarlo le pregunté si había escuchado a Kant y él
me dijo que sí, ¡que sí! que creía que era una gran pianista... vaya, y él
intentando parecer buen estudiante. Está en la luna.

—¿Y qué tipo de personas te gustan?

Serenidad.

—Así como tú.

Serenidad. Serenidad.

—¿Y a tus amigos?


—No lo sé...

—¿Qué tipo le gusta a Mark? Creí que tenían gustos similares.


—Un poco, a los dos nos gustan los chicos inteligentes y atractivos, pero él va
por chicos más divertidos y caballerosos.

Lo tengo apuntado.

Llegamos al departamento preparé algo de café, me ayudaría a lidiar con el


estrés.

—¿Cómo debería un chico, conquistarte?

—Deben ser tú y ya está.

Él se carcajeo y yo tomé un poco de café.

—Deben gustarte más chicos...

—Pues sí, pero...

—¿Mark y tú piensan diferente en ese aspecto?

Su mirada me mostraba que estaba al límite con eso de Mark, pero yo había
hecho una pregunta y él no podía negarme la respuesta.
—Sí, a él le gusta que lo sorprendan y a mí no, a él le gusta que sean
demasiado cursis y a mí no.

—Vaya.

Nos quedamos en silencio algunos minutos. Si con eso Jackson no


conquistaba a Mark, iba a empujarlo de un puente.

—¡Oh dios!

Minwoo derramó el café sobre su camisa, se vio intencional, pero el café está
caliente. De inmediato se la quitó y derramó café sobre mi chaqueta.

No voy a matarlo. No voy a matarlo. No voy a...

—Mierda.

El café quemaba y tuve que quitarme la chaqueta. Era mi favorita.

—Oh, lo lamento tanto Tae, soy muy torpe.


—Mh.

—No puedo salir semidesnudo a la calle, tendré que pasar la noc...

—Yo te la lavo.
Tomé la camisa y la puse en la lavadora. En tanto, limpié algunas gotas que
habían resbalado por mi cuello y cabello.

Esa camisa tiene que secar. No voy a prestarle mi ropa ni voy a dejar que se
quede, Jungkook terminaría conmigo y peor, Jin me haría picadillo.

El timbre sonó y sonó, creí que Minwoo abriría, pero sólo me llamó para
avisarme que teníamos visitas. Por favor que sea Nam hyung, por favor.

Minwoo estaba de lo más feliz en la sala, la verdad, es que tan bueno no está.

Abrí la puerta y me encontré con esos ojitos lindos que se carga mi novio. Su
expresión pasó de molesta a sorprendida. Oh no.

—No es lo que tú crees.

Lo juro.
31

Jungkook ingresó al departamento con furia y se dirigió hacia Minwoo.

—Esto es lo que planeabas, cabrón. Yo siempre supe de tus planes, zorra.

Minwoo se mostraba confundido y yo creo que sabe perfectamente todo lo


que está pasando. Pero eso sí, Jungkook estaba furioso por una cosa sin
sentido y si me diera un poco de tiempo, podría explicarle lo que realmente
sucedió.

—Estás malinterpretando las cosas, él y yo no...

—¡Maldita zorra!

Jungkook quería golpear a Minwoo y yo no podía permitirlo. Jungkook está


enfadado, pero sé que después lamentará haberlo hecho, además Minwoo
podría lastimarle.

—No te atrevas a hacerlo.

—Y lo defiendes, Taehyung, él tenía planeado todo esto, ¿o qué? ¿Tú


querías cogertelo? Era eso...
—¡No!
Dios mío, claro que no, si ese chico ni me agrada. ¿Cómo puede pensar eso
de mí?

Jungkook se liberó del agarre atacó a Minwoo, antes de que eso terminara
mal, tomé de su mano para detenerlo. Entonces perdió el equilibrio y se cayó,
me quedé en shock... había lastimado a Jungkook, le había lastimado...

Él se levantó y salió corriendo, pude escuchar sus sollozos antes de que


desapareciera por el pasillo. Reaccioné y comencé a correr detrás de él, no
sabía hacia dónde había ido... no había rastros de él.

—¡Jungkook!

¿Qué he hecho? Joder.


32

Esta mañana le dije a Jackson que desistiría con el plan, que con todo lo que
le dije esperaba que se cogiera a Mark y me dejara en paz. Estaba molesto y
él lo sabía, así que solo me lo agradeció y se fue feliz.

No he podido dormir, pensé y pensé sobre qué podía hacer para pedirle
disculpas a Jungkook. Explicarle lo sucedido no serviría, primero debíamos
tener una reconciliación, no podía simplemente besarlo y esperar que las
cosas se solucionen. No, este tipo de peleas se resuelven con cautela, hasta
que ambos bajemos las manos y nos rindamos.

Decidí escribir una pequeña nota e invitarlo a salir por ahí. Esperaba que
funcionara porque no tenía más ideas.

Y lo encontré, me senté a cuatro metros de su mesa, hoy se veía hermoso,


como siempre, pero su expresión me hace saber que tampoco ha tenido una
buena noche. Agh, es su culpa, sus manos son tan delicadas que... no pude
medir mi fuerza y le hice daño, bueno no.

Tomé un poco de aire y me senté junto a él en aquella mesa pequeña. Él


desvió su mirada hacia su teléfono, sí, definitivamente estaba enfadado, lo
sabía, esto se toma con cautela. Como a los gatitos, si quieres que se ganen
tu confianza, dale pequeñas migajas de comida y aléjate lo suficiente hasta
que ellos decidan venir a ti.

La situación era incomoda, así que saque un libro y me dispuse a leer. El


libro estaba del revés y yo lucía como un tonto. Era ahora o nunca.
Deslicé aquella hoja en la que había escrito algunas lineas hacia su lado:

"Tus ojos son muy bonitos, me recuerdan al atardecer. A mí me gusta


admirarlos, a él y a ti... tal vez tú no quieras hablarme, pero tus ojos me han
dicho que quieren admirar el atardecer hoy. No les niegues hacerlo, ¿vale?

-KTH"

Me levanté y me fui por el pasillo. De inmediato me oculté en un costado de la


puerta, para que no me viera y lo contemplé.

Cuando él terminó de leer el contenido, esbozó una sonrisa. Me felicité.

¡Bien hecho cabrón!

El plan ha funcionado.
33

Faltaba como media hora para el atardecer, aunque el cielo tenía algunos
tintes naranjas. Jungkook y yo estábamos acostados sobre el pasto del patio
trasero de una escuela abandonada, un árbol amable nos protegía de los
últimos rayos del sol.

No entiendo por qué aceptó ir ahí conmigo, pero lo hizo.

El lugar se sentía tranquilo.

—Entonces lo hizo...

—Sí, tenías razón.

—Te lo dije.

Sí, me lo dijo, pero también lo esperaba.

—Debí escucharte, pero ya era muy tarde, él apareció desnudo sobre mi


cama.

Su rostro se mostró sorprendido. Minwoo nunca llegó hasta ese extremo, pero
quería verlo celoso. Lo sé, es tonto.
—De cualquier manera no es nada nuevo entre ustedes...

—No, eso no. Nunca pasó nada entre nosotros.

—¿Y qué es lo que vi en tu departamento? ¿Estaban lavando la ropa? No


nací ayer.

La verdad es que sí estábamos lavando ropa...

—Jungkook. Estábamos tomando café y él derramó la taza sobre su camisa,


intenté ayudarle pero él mojó mi chaqueta con el resto de la taza. No sabía
cuál era su intención. Él se quitó la ropa y yo tuve que quitarme la chaqueta y
bueno... por mi estúpida amabilidad puse su ropa en la lavadora. No es nada
que no pueda pasar de pronto...

Ese día la pasé muy mal, en verdad, detesto los malentendidos.

—¿Él te gusta?

—Hazme una pregunta que tenga sentido.

—¿Yo te gusto?

Ah, y sí...

—Pregunta algo que se pueda explicar.


No sé si me gusta, es decir, no creo que sea un simple gusto, creo que es
algo más fuerte que poco a poco me está tomando preso.

El atardecer apareció ante nuestro ojos y nos quedamos en silencio hasta que
el sol desapareció.

—Jungkook...

—¿Mh?

Hay algo que también ha estado en mi cabeza desde hace mucho tiempo.
Jungkook me está ofreciendo algo que considero muy valioso en él.

—¿Eres virgen?

—Sí.

—¿Por qué quieres perderla conmigo?

—Porque te amo.

Mi corazón latió y esta vez no me sentí tenso. Esa sensación de libertad me


inundó y no temo admitir que me encanta sentirla. ¿Será posible que también
lo ame? Creo que... no estoy seguro de ello.
Nam me dijo que me decidiera por lo que me hace feliz, Jungkook me hace
feliz.

Tomé su rostro con cuidado y lo besé, todo comenzó con un ritmo lento pero
acabó en uno salvaje. Tal vez estoy enamorado, mis sospechas eran
acertadas.

Nos separamos sólo para conectar nuestras miradas. Sus labios estaban
húmedos y sus ojos brillaban más bajo la luz de la luna.

—Minwoo es tonto, siempre lo supe, nadie en su sano juicio podría creer que
Kant es un pianista.

Con tan solo recordarlo me causó gracia. Esbocé una sonrisa, después de
tanto tiempo de tristeza... estas semanas que he estado con Jungkook, me
han hecho sonreír a seguido.
34

—Mh sí, ¡Tae! ¡A-así!

Las cosas se pusieron algo intensas después de aquel beso. Él no se opuso


cuando mis dedos se internaron en su pantalón y rozaron su entrada con
cuidado. Jungkook confía en mí, lo sé cuando sus dedos se aferran a mis
brazos y me permite continuar.

—Calma.

La luna brillaba, el clima había descendido en aquel rincón del colegio, pero
no para nosotros.

—Tae...

—Te estoy faltando el respeto.

Sí, porque vamos, le traje a un lugar inmundo y en un rincón del jardín le hago
toques indebidos.

—No, claro que no.

Aunque se lo pedí le manera educada, creo que esta no es la manera ni el


momento.
Aún así, mis manos se deslizaron por sus muslos y mis labios no se
separaron de su cuello, no podía negarme aquello. Esto se nos podía ir de las
manos muy pronto...

—Jungkook, nos pueden ver.

Y yo no quiero que nadie le vea así, solo yo.

—¿Deberíamos volver?

—Sí... tu madre debe estar preocupada.

—Vale, vamos.

Nos levantamos del lugar y salimos de ese colegio. Él se veía algo asustado
cuando recorrimos los pasillos oscuros, por ello nunca solté su mano.

¿Jungkook va a amarme por siempre?


35

Fue el sonido molesto del timbre quien me levantó un domingo por la mañana,
mi único día preciado para descansar. Tuve que abrir o de otra manera no se
iba a detener. Creí que sería Jimin y ya tenía planeado cómo iba a cerrarle la
puerta en la cara, sin embargo no era él, sino Jungkook, con un enorme
sombrero que su cabeza apenas podía sostener y con unas botas que
sonaban con cada paso.

—Son las diez de la mañana y no estás listo.

—¿Listo para qué?

¿Qué hice ahora?

—Hoy es domingo de visita al hogar de niños.

—¿Qué?

—Saca la ropa nueva que no usas. ¿La tienes?

—Pues sí, algunas.

No entendía nada...
—Perfecto, reúnelas, se nos hace tarde.
—Jungkook...

—Calla y reúnelas.

Me rendí. Hice lo que pidió y reuní algunas ropas que no eran de mi talla y
que por lo tanto estaban nuevas. Fui yo quien tuvo que cargar todo,
incluyendo las bolsas que él había traído, era demasiado pero... daba igual,
Jungkook podía ordenarme cualquier estupidez y yo la estaría cumpliendo,
así de tonto estaba por él.

Fuimos a un centro infantil, una señora de edad avanzada nos recibió, ella
saludó con gran alegría a Jungkook y nos dejó pasar. En cuanto ingresamos
varios niños se abalanzaron hacia mi novio para darle un abrazo.

Repartimos todo con calma. Jungkook no paraba de sonreír y comprendí


porqué Jungkook es diferente de los demás. Él es inocente y bondadoso, su
alma es tan pura que le hace único. Él era un niño más entre la multitud...
tuvo tanta paciencia y amor conmigo que creí que no lo merecía. No lo
merezco, simplemente, por las cosas que he hecho, la vida no puede
premiarme con alguien tan maravilloso como él.

Sigue conmigo aunque le haya lastimado tantas veces.

Era la hora del almuerzo y todos los niños se fueron, creo que es hora de
irnos.
Una pequeña niña se acercó, abrazó a Jungkook y luego a mí. Ella besó mi
mejilla y se me hizo demasiado tierno.

—Gracias por venir Jungkook.


—Déjeme volver al otro mes.

—No puedo, es demasiado para un chico de tu edad, pero estamos muy


agradecidos.

—Señora Cho…

—Los niños te adoran pero es demasiado para ti, reunir todo esto. Así que te
esperaremos en seis meses.

¿Seis meses? Vamos, Jungkook amaba a esos niños, no podía volver dentro
de tanto tiempo.

Jungkook y yo salimos del hogar para niños y caminamos en silencio rumbo a


casa.

—Taehyung, ¿qué le dijiste a Hyo?

—Nada.
—¿Y por qué te besó la mejilla?

—No lo sé, tal vez porque así son los niños.

—Hyo nunca se acerca a extraños, mucho menos tiene contacto con ellos,
pero contigo fue diferente.
Oh. Supongo que algo en común tenemos.

—No lo sabía.

—No importa y ah... gracias por venir.

—No fue nada. En realidad fue algo interesante y muy noble de tu parte.

Sus mejillas se sonrojaron. Dios mío, que deje de ser tan adorable, gracias.

—¿Tú lo crees?

—Sí. Jungkook, ¿tenías que traer esas botas?

Sus botas sonaban con cada paso que daba. Quería morder sus mejillas y su
nariz. Cosita tierna.
36

—Tenemos que hablar.

—Pues bien, dímelo ahora Jimin, estoy algo ocupado.

—¡Soy como tu hermano y me tratas así!

Jimin estaba muy molesto.

—...

Bien, en eso tenía razón.

—Escúchame bien, recibí una llamada desde Japón.

Me quedé quieto, eso solo significaba una cosa.

—Jimin...

—Te lo prometí.
—...
Hoseok siempre tuvo el sueño de ser bailarín, él bailaba genial pero para él
no era suficiente. Entonces se fue a Japón para estudiar danza.

—Hoseok va a regresar y lo hará por ti.

—Jimin.

—¡Es lo que has querido toda la vida, idiota!

Jimin gritó aquello y se fue. Yo me quedé ahí, procesando todo, recordando


todo, intentando ordenar todos mis pensamientos, pero todos ellos estaban
dispersos. Siempre creí que jamás volvería a ver a Hoseok y ya sabía cómo
vivir con ello, sin embargo ahora que sé que puedo verlo otra vez... me siento
mareado, confuso.

—¡Amor!

Levanté la cabeza para observar a Jungkook. Él me dio un abrazo y besó mis


labios. Lo necesitaba, pero sabía que por ahora no podía tenerlo cerca, no
hasta que sepa exactamente lo que siento.

—Taehyung yo...

—Vayámonos.

¿Qué haré cuando tenga de frente a Hoseok? Es evidente que mis


sentimientos por él siguen ahí y no cambiaron en nada, siguen intactos,
protegidos por ese muro que yo mismo había construido a base de sus
recuerdos.

Llegamos a mi departamento y me tiré sobre el sofá.

—¿Pasa algo?

—No.

—A ti pasa algo y no quieres decirme.

—No.

Él jaló mi brazo y me obligó a tomar asiento. Me sentía muy mal en ese


momento, prefería estar solo.

—¿No vas a decirme?

—No pasa nada.

Él se sentó sobre mi regazo y comenzó a besarme, no sabe que lo está


haciendo más difícil.

Jungkook se ha convertido en mi todo estos meses. Examiné su rostro, sus


ojos solo me miraban a mí y no me opuse cuando me despojó de la camisa,
mis manos se movieron hacia su cintura y volvimos a unirnos en un beso
ansioso.

Nuestros ojos se conectaron por última vez antes de que dejara una fila de
besos húmedos sobre mi torso. Tuvo que levantarse y dejar las rodillas sobre
el suelo para poder lograr su cometido. Sus dedos deslizaron el cierre de mi
pantalón y bajó el resto con cuidado, hasta toparse con aquella erección, la
misma que se formaba cada vez que lo veía dejando la inocencia de lado.

Su lengua comenzó a explorar la extensión de mi pene con calma, sus


nervios salieron a flote, aún más cuando sujetó la base con algo de fuerza, se
sentía jodidamente bien y no pude evitar jadear ante aquel acto. Metió toda la
extensión en su boca y agradecí mentalmente, su boca ardía y la humedad de
su saliva solo hacia que mi paciencia se doblegara, entonces tomé sus
cabellos y los jalé un poco, lo suficiente como para no dejar que Jungkook se
alejara.

Fue un impulso y mis caderas se movieron hacia adelante para penetrar


aquella gloriosa cavidad. Algunos chillidos salieron de su boca y supe que
había perdido el control, no podía hacerle eso a Jungkook, no cuando estoy
esperando el regreso de Hoseok.

—Joder...

Sus uñas se clavaron en mis muslos, dándome a entender que necesitaba un


respiro. Cuando le dejé libre, nuestras bocas colisionaron la una con la otra
otra vez en un beso, no podía, jalé sus cabellos y lo aparté.

—Tae.

—Vete. —Susurré. Es lo mejor para los dos.


—Por favor no...

—¡Vete!

Él se levantó, sus pies estaban temblorosos y aún así salió corriendo, dando
un portazo al cerrar la puerta. Él estaba llorando y yo lo hice después de que
el departamento quedó en un completo silencio arrollador.

¿Por qué?
37

No asistí a clases estos últimos días. He estado postrado en esa cama viendo
cómo las cortinas se iluminaban y oscurecían, pensando en qué hacer de mi
vida. Buscando una felicidad subjetiva, dependiente y absurda.

Decidí tomar un poco de aire, y salí en busca de repuestas a la calle y fue lo


más tonto, porque la respuesta está en mí, tal vez no la entiendo.

Estuve vagando por ahí hasta que la noche cubrió el cielo. No había
conseguido respuestas, pero sí un resfriado.

Caminé de vuelta y observé desde lo lejos a un taxi que descargaba algunas


maletas, y salió de él un joven, pensaba pasar sin prestarle más importancia,
pero él se volteó y me quedé sin movimiento. Sus ojos se encontraron con los
míos, era inconfundible...

La sonrisa que mostraba su rostro desaparecio. Tomó su tiempo para decirle


algunas cosas al taxista y luego se acercó a mí. Temblé, porque había
soñado tanto por este momento.

—He regresado.

Su sonrisa volvió a aparecer, siempre tan sincera y brillante. Pensé muchas


veces en cómo reaccionaria ante este momento, podría reclamarle su partida,
la sacaría el dedo y me iría o le partiría la boca con un beso, le diría que le
perdonaba y que podíamos volver a empezar.
Pero ya no soy el mismo. Él también ha cambiado.
—¿Y en cuánto te vas?

—No voy a irme, Taehyung.

—Hoseok...

—Tomemos un café, puedo deshacerme de estas maletas.

—No es necesario, yo...

—Ven.

Él jaló aquellas enormes maletas y las dejó en la recepción del hotel en el que
seguramente se alojaría. Vino a Seoul cuando su madre está en Busan.

Él lucía brillante... es como si todo le hubiera salido a la perfección. Está muy


atractivo, sin duda los años le han sentado bien. Supe por Jimin que Hoseok
logró ingresar a una de las empresas más importantes de entretenimiento y
pidió su traslado a Corea, porque tiene un futuro grandioso.

Me siento feliz por él


—El hotel tiene una cafetería, podemos platicar ahí. —Agregó.

Asentí.
En el recorrido nadie dijo nada. Mi corazón no dejaba de sonar y yo estaba
algo mareado, inundado de los sentimientos por él y recuerdos que siempre
he guardado.

Él pidió dos cafés con leche y con azúcar. Cosa que detesto, pero no pude
decir nada. Cuando encontramos una mesa, él tomó lugar en frente de mí.
Mirarlo a los ojos me vuelve cobarde.

Él debería ser el avergonzado.

—Taehyung, realmente te has puesto muy guapo, no puedo negarlo.

Mis manos sudaron. ¿Qué me pasa?

—Tú también.

El silencio era incomodo. Él lucía nervioso.

—Gracias. No supe cómo llamarte, hablé con Jimin y me dijo que... ya sabias
sobre mi regreso.
—Oh sí, Jimin me lo dijo.

—Regresé por ti.


El mesero llegó con nuestros pedidos, y él no dejaba de mirarme. No me
tomaría ese café aunque me constara la vida...

—Taehyung.

—Creo que ya es tarde y tengo que...

—No lo puedes negar, nuestros sentimientos siguen ahí, nuestra historia no


se ha terminado, sé que no debí irme de esa manera pero confiaba en que
nuestro amor podía soportarlo todo, incluso eso.

—Éramos muy jóvenes...

—Lo sé, pero me vas a decir que no sentiste lo mismo al verme. ¿No sentiste
nada?

Lo sentí, claro que sí, pero no fue lo que yo esperaba, fue algo confuso...

—Lo sentí.
—Entonces, en nombre de nuestros sentimientos, intentemos algo.

No supe qué responder, pero él lo entendió a su favor.

Me fui veinte minutos después, quedamos en salir mañana y ponernos al día


en todo.
Hay algo extraño en eso porque pensé que me sentiría libre cuando él
estuviera a mi lado. Ahora solo me siento tan estresado...

Jungkook, ¿qué estás haciendo ahora?


38

—Entonces me lastimé y perdí la oportunidad de pertenecer a esa empresa,


pero meses después la empresa se vio involucrada en un caso de estafa y
quebró al perder. Si no hubiera sido gracias a esa lesión probablemente sería
un fracaso.

—No lo serías, eres muy bueno, aún así hubieras llegado lejos.

—¿Lo crees?

—Claro.

Las calles están vacías. Hoseok me pidió que le llevara a conocer lugares
interesantes, pero a esta hora aún no hay nada qué ver, así que decidimos
pasar por mi departamento para pasar el tiempo.

—Taehyung.

—Dime.

—Todo este tiempo... umh, no hubo día en el que no pensara en regresar, no


podría mentirte con algo así.

—Comprendo más ahora, sé que tus sueños no podían estropearse.


El silencio que se instaló era incómodo, tal vez porque ambos queríamos
reclamar cosas pero queríamos lucir maduros ante la situación.

—¿Ha habido alguien mientras yo...

—Han habido muchos.

—Oh.

—Pero nada fue serio.

—Taehyung...

—Sin embargo, ahora tengo novio.

Él asintió.

Cuando llegamos al departamento, me tomé el tiempo de buscar las llaves y


abrir la puerta con calma. Hoy me siento vacío, es como si estuviera en un
punto neutral, sin dudas, sin pensamientos, sin sentimientos, sin nada.

—¿Y lo que sientes por tu novio es amor?


—No lo sé.
—Si lo dudas es porque tal vez no es amor.

Eso me dejó... confundido.

—Yo no...

—Y hace años me juraste que lo que sentías por mí era amor.

Hoseok no me dejó continuar y besó mis labios. Había pasado mucho tiempo
desde ello y sabía perfectamente que era lo que necesitaba para obtener mi
respuesta. Sus labios se movieron al compás de los míos, nada sucedió, no
surgió la chispa que antes revoloteaba entre nosotros.

Ingresamos al departamento con pasos torpes y nos deslizamos por el pasillo.


Usamos la pared para sostenernos y continuamos con aquel beso que me
sabía a nada.

Una de sus manos se deslizó por debajo de mi camiseta y me separé de él.

Lo había entendido perfectamente.

—Hoseok, amo a mi novio.


Él se quedó estupefacto y yo bajé la cabeza, me sentía apenado por él.

Nos sentamos sobre el suelo, estuvimos una hora en silencio, él mirando el


techo y yo mirando el suelo. Pensamos en todo... yo en Jungkook.
—Él... —Su voz me sobresaltó.

—...

Aclaró su garganta y continuó. Su voz sonaba melancólica pero con un tinte


dulce y sincero.

—Él debe ser realmente especial...

—Lo es.

Hoseok despeinó mis cabellos y esbozó una gran sonrisa. Se levantó del
suelo y se dirigió hacia la puerta que hasta ese momento, había olvidado que
estaba abierta.

—Entonces no lo dejes ir nunca.

Después de decir aquello, se fue.


Se siente tan bien la libertad, se siente tan bien amar.
39

Me acosté sobre el suelo, la noche había llegado y yo no encendí las luces.


Pensé en todo lo que había ocurrido.

¿Cómo le diría a Jungkook que me di cuenta que lo amo besando a otra


persona? Daba igual, tal vez él comprendería.

Mi móvil sonó, esperé algunos minutos antes de abrir la notificación. Era un


mensaje de Jungkook, de inmediato me levanté. El mensaje mostraba un
seco y frío "Esto se terminó, no me busques más" que no pude creer. Aunque
venía de su número.

¿Me vio con Hoseok? Imposible, nos besamos en el departamento, nadie más
entró. Tal vez... debido a mi ausencia entendió que no quería nada más con
él.

Tomé las llaves y salí corriendo en dirección a su casa. Mis piernas


temblaban pero poco importó cuando comencé a tocar la puerta como un
loco.

Nadie abría y yo estuve ahí veinte minutos más, tocando sin parar. Lo sé,
Jungkook está ahí pero no quiere verme...

¿Esto realmente terminó?


40

Pienso hablar seriamente con Jungkook, tal vez tuve la culpa en todo y es por
eso que decidió tomar ese camino, pero no hay nada que no se pueda
cambiar intentando una vez más.

—¡Ahí estás, cabrón!

—¿Qué quieres Jackson?

—Jungkook está muy triste y me dijo que ustedes terminaron.

¿Él se lo dijo?

—Yo...

—Te dije que no lo lastimaras, idiota. ¿Qué dices en tu defensa?

—La verdad no... yo no...

—Si te veo dirigiéndole la palabra te golpearé.

Jackson se fue y en el camino empujó a varias personas, entre ellas a Jimin


quien se acercaba a mí.
—Qué torpe.

Iba a decirle que se lo merecía, pero en realidad, quien se merecía todo lo


malo era yo por ser un indeciso hijo de puta.

—Tenemos clases, Jim.

—Oh sí, además tienes que contarme todo lo que sucedió con Hoseok.

Y no pude responderle porque apareció la persona que necesitaba ver en ese


momento. Jungkook estaba junto a Namjoon y Jin, lucían muy serios.
Esperé... sólo esperé a que Jungkook me mirara, pero no fue así, ellos
siguieron de largo. Incluyendo Nam...

Me dolió como nunca había dolido, porque sabía que tenía la culpa. Jungkook
nunca fue feliz a mi lado, y Nam siempre me dijo que luchara por lo que me
hacía feliz, que luchara por lo que teníamos. Si es que ahora he perdido el
amor de Jungkook y la lealtad de Nam es por mi estupidez. Jungkook no se
merecía a alguien tan frío y malo como yo.

¿Voy a dejarlo ir así de fácil?


41

Ha pasado un mes desde lo sucedido, un mes desde que dejé ir a Jungkook.

Yo sigo sin superarlo. Jungkook se ve tranquilo, él no me ha vuelto a dirigir la


palabra desde aquel día y pienso que está bien, él merece ser feliz, creo que
lo está siendo porque no veo que yo le haga falta, al menos no como a mí.

Antes estaba bien estando solo, teniendo ligues de una noche y descansando
todo un domingo después de una par de tragos, pero las cosas han cambiado
desde que lo conocí. Ya no me entusiasma salir por ahí, ya no disfruto tanto
de los viernes de leer poesía con los vagos de la cafetería, ya no me animan
los tragos. Solo pienso en él y cómo sería de mi vida con él en ella.

Es domingo por la mañana y mi móvil suena, no me interesa saber quién está


tras la línea pero el sonido es desagradable y parece que no piensa parar
hasta que conteste.

—¿Mh?

—Taehyung.

Me incorporé.

—¿Hyung?
—Sí... quería saber cómo estabas.

—E-estoy bien.

Había extrañado tanto a Nam, necesitaba de sus consejos. Jimin está molesto
porque las cosas entre Hoseok y yo no resultaron bien, aún así viene a casa a
hacerme compañía, pero nunca es lo mismo.

—Oh...

—¿Tú?

—Bien. Te he visto algo demacrado y me preocupé.

¿Era tan obvio?

—Estoy bien.

—Estaba muy molesto contigo por lo que le hiciste a Jungkook, Jin quería
matarte.

—Bueno... son cosas que pasan en una relación.

—Taehyung, no siempre se termina una relación por infidelidad.


—¿Infidelidad?

—Sí.

—¿Qué? Explícate hyung.

—Jungkook te vio besándote con otro chico, me lo vas a negar.

—Oh hyung... oh dios, hyung, eso es verdad pero, pero... tiene una
explicación.

—La quiero escuchar.

—¿Puedes venir a mi departamento o quieres que yo vaya al tuyo?

—Yo iré al tuyo, Jin me prohibió hablar contigo pero eres mi hermano así que
guardaremos el secreto, ¿vale?

—Claro. Yo, te espero.

Cuando la llamada finalizó, me volví a tumbar sobre la cama.

Entonces... ¿Jungkook nos vio?


¡Mierda!

Esa noche le había contado a Nam todo lo que había ocurrido y a diferencia
de otras personas, él me entendió y como siempre, me dio un gran consejo.
"Lucha por él, lucha hasta tenerlo de vuelta contigo".

Y así lo haría, traería a Jungkook de vuelta a mi lado.


42

Le haría caso a Nam y lucharía por el amor de Jungkook, así como él luchó
por mí. Sé que a Jin nunca le agradé, pero no necesito agradarle a él... sino a
ese mocoso de labios rojos y cabellos castaños que me tiene loco.

Había comprado un pequeño chocolate que guardé en mi bolsillo, sabía que


le encantaba de esa marca y tamaño.

Tomé un suspiro y me dirigí hacia la puerta de ingreso, en donde solía ser


nuestro lugar de encuentro. Sé de memoria que él saldrá a esa hora y vendrá
hasta ahí para volver a casa.

No pasó más de diez minutos y él apareció. No sabía qué decir, creí que sería
bueno mencionar su nombre, pero pasó de largo, con tanta rapidez que no
alcancé ni a abrir la boca. Salí detrás de él pero me detuve al observar a
dónde se dirigía.

Un chico esperaba con él, nunca lo había visto en mi vida. El tipo acarició su
carita y parecían platicar...

Después él le entregó el casco y Jungkook no dudó en subirse a su


motocicleta. Nuestros ojos se encontraron antes de que partiera a toda
velocidad, alejándolo de mi vida.

Me quedé como un estúpido ahí pasado. Tomé el chocolate y lo tiré al


basurero, el mismo que comencé a patear con toda mi fuerza.
¿Quién era ese pendejo de mierda? ¿Cómo se atrevía a quitarme lo que es
mío?
43

Mi puerta sonaba sin detenerse, salí corriendo a abrir.

—¡Hyung!

Jin apareció en mi puerta y detrás de él estaba un Namjoon bastante callado.

—Sé lo que le hiciste a Jungkook, pero Namjoon insiste en hablar contigo así
que... yo no soy nadie para ustedes dejen de hablar, eso sí, no permitiré que
estés cerca de Jungkook, ¿entendido?

Me quedé en silencio.

Jin le dio un beso a Namjoon y se fue.

Mi hyung entró al departamento y en cuanto cerramos la puerta comenzamos


a saltar de felicidad, como dos niños a los cuales su madres les permitieron
jugar juntos.

—Hyung... Jin te trata como una esposa mandona.

—Es porque es una esposa mandona.

Ambos reímos, era bueno contar con un amigo en estos momentos.


—Cambiando de tema...

—Su nombre es Yugyeom, era el primer novio de Jungkook pero se fue a


estudiar al extranjero y terminaron la relación, ahora que volvió piensa
reconquistarlo. Jin ha estado tratando de juntarlos de nuevo, pero sé que
Jungkook está incomodo.

—¿Qué debería hacer para que él vuelva conmigo?

—Se sincero con él, dile lo que sientes y pídele disculpas por todo lo malo
que hiciste.

—¿Si no acepta?

—Pues iniciaremos un plan para conquistarlo de nuevo.

Estaba realmente agradecido con mi hyung, es por ello que decidimos visitar
un parque de diversiones mañana. Creo que ambos necesitábamos un
descanso, al menos yo lo necesitaba, antes de iniciar el plan para traer a
Jungkook de vuelta.
44

Cuando partimos esa mañana, Jimin y Hoseok se nos unieron al paseo.


Hicimos bromas todo el camino y por algunas horas olvidé todos los
problemas que se me estaban amontonando en mi cabeza.

Las cosas entre Hoseok y yo están regularmente bien, él no tiene mucho


tiempo para visitarme porque tiene mucho trabajo y yo no puedo visitarlo
debido a los exámenes. Aún así, no somos los de antes, pero creo que
podríamos llegar a ser buenos amigos... tal vez no, pero podríamos llevarnos
bien.

Llegamos y el lugar estaba repleto de gente, algunas personas nos


empujaban pero daba igual.

—Yo sugiero la montaña rusa.

—No Taehyung, moriremos.

Como siempre, Hoseok muy histérico.

—¿Y si vamos a los autos chocadores?

—¡Sí, sí, sí!

Nos dirigíamos hacia la zona de juegos, pero Jimin se distrajo con algo.
—Oh, ¡Jungkook! ¿Qué haces aquí?

Jungkook estaba junto a ese tipo, Yugyeom.

Como siempre lucía muy hermoso... creo que estar sin mí le ha sentado muy
bien y me lastima.

—...

—Oh, vienes con alguien, no sabíamos, perdón.

—Está bien...

Jungkook observaba a Namjoon con interés y yo buscaba la manera de


controlarme y no cagar a Yugyeom a trompadas, con esa sonrisa en la cara.

—Bueno, ¿no nos piensas presentar a tu acompañante?

Inhala. Exhala. Inhala. Exhala.

—Él es Yugyeom...

—Hola, mucho gusto.


Yugyeom estrechó la manos de todos y finalizó con la mía. La oprimí con
fuerza, porque no pude contenerme. Hay algo que siempre he odiado desde
que era un niño... que me quiten lo que es mío.

—Y dinos Yugyeom, ¿qué estás...?

Mejor cállate Jimin, no quiero gritarte.

—Oh, lo siento, pero ya están disponibles las apuestas para la carrera y no


nos la podemos perder. Jungkook, ¿nos vamos?

—Oh sí.

El estúpido se atrevió a tomar su mano y llevárselo. Entonces decidí darles


alcance, pero Namjoon y Jimin me contuvieron.

—No te atrevas.

—Tiene cara de marica, estoy seguro de que no va a vencerme.

—¡Taehyung, cálmate! ¡No es la manera! Vas a hacer que Jungkook solo te


odie más. —Namjoon tenía razón.

Hoseok se veía sorprendido y Jimin golpeó mi frente con su dedo.

Ellos no debían enterarse del plan, pero creo que Jimin se ha dado cuenta.
Bueno, a la mierda Jimin. Jungkook me pertenece.
45

Cada año la universidad tiene el tradicional viaje educativo para los de primer
año. Es por eso que traen guías del último año para que puedan ayudar a los
demás. Los maestros siempre me elegían porque yo era uno de los mejores
estudiantes y bueno, yo traía a Jimin porque no quería estar solo junto a
tantos mocosos. Pero este año es algo diferente, es la primera vez que
Jungkook asiste y bueno, esta seria mi gran oportunidad para arreglar las
cosas.

Amaba el lugar, era un lugar tranquilo, iba ahí incluso cuando no era
necesario para las clases. Conozco este lugar como la palma de mi mano.

Todos llegamos e intentamos mantener el orden, antes de subir a la colina y


hacer el recorrido.

—Bueno, quiero presentarles a sus guías. Taehyung y Jimin. Ya conocen a


Taehyung, él siempre nos acompaña cada año. Así que obedezcan todo lo
que les digan, pueden partir, por favor tomen apuntes y regresen lo más
pronto posible para la cena.

Nos dividimos en dos grupos, me fui con una mitad y Jimin con la otra.
Desafortunadamente no me tocó llevar a Jungkook. Pensé todo el camino en
cómo podría decirle que lo siento sin que me insulte primero.

Los chicos venían muy entretenidos, pero las chicas tomaban un descanso
cada 10 minutos.
—Y bueno, es todo, aquí yace la sangre de los próceres de nuestra historia.
La tarde transcurrió con velocidad, además comenzaban a caer gotitas del
cielo. Esas gotas son de tormenta si la sabré yo. Por eso bajamos con calma
hasta llegar al campamento, todos comenzaron a tomar un lugar y armar su
tienda.

El grupo de Jimin llegó y yo comencé a sentirme nervioso, busqué entre la


multitud a Jungkook y no apareció.

—Jimin.

—¿Sí?

—¿Dónde está Jungkook?

—Oh, desapareció, ya le informé a los maestros.

—¿QUÉ?

—Lo que oíste.

—Jimin... sabes que los maestros no conocen este lugar, no como tú y yo. —
Pero sabrán qué hacer.

Tomé a Jimin del brazo.


—¡¿Dónde lo viste por última vez?!

—Taehyung... no es asunto tuyo, ¿entiendes?

—Voy a matarte.

—No serías capaz.

—Jungkook es el amor de mi vida, lo más importante que tengo en esta vida,


mataría a quien sea por él.

Jimin se quedó perplejo.

—¿Lo amas en... verdad?

—Dios mío, sí.

—Se fue por el cruce, cerca del río, seguramente se perdió y está cerca de...
¡Ya sé dónde está!

Solté a Jimin y salí corriendo en busca de Jungkook y aunque Jimin gritó para
que me detuviera, eso ya no me importaba ahora.
46

La lluvia caía y me impedía ver con claridad, había llegado a lugar en donde
creí que estaría Jungkook pero estaba vacío.

Comencé a buscar a los alrededores y reconocí su cabecita castaña. Sin


embargo noté algo extraño, en cuanto me fui acercando pude verlo con
claridad. Un enorme perro se le acercaba con la intención de saltar, la fiera
gruñía, no es un animal peligroso, pero es muy territorial y no permite que
nadie ocupe su lugar.

El perro saltó y la adrenalina comenzó a correr en mi sangre, me abalancé


sobre el perro, sus garras se clavaron sobre mis brazos. Caímos sobre el
suelo y el perro se fue corriendo, estaba aterrado de que pudiera haberle
hecho daño a Jungkook.

—¡¿Estás bien?!

Él estaba sorprendido, pero totalmente a salvo. La lluvia caía con intensidad,


así que sujeté su mano y comencé a correr rumbo al desvío, cerca de ahí
había una cueva, no estaba marcada por ningún animal puesto que estaba
muy cerca del camino y no sería seguro para sus crías. Ingresamos al lugar,
Jungkook sujetaba su mochila con fuerza.

—¿Qué tienes en la mochila?

Todo servía ahora. Él no dijo nada y comenzó a sacar sus cosas.


—...

—Eso servirá.

Encontré un encendedor entre sus cosas. Algunas ramas secas salían de los
costados, así que podríamos tener una fogata.

Nos quedamos en silencio mientras yo intentaba encender el fuego. Sentí


algo de nervios, tomando en cuenta que ya había pasado el peligro y nosotros
estábamos solos.

Logré encender el fuego cerca de una piedra enorme que impedía que el
viento lo apagara y que seguramente nos permitiría dormir tranquilos.

Dormir, sí, porque este tipo de clima no pasará hasta mañana.

—La lluvia pasará, no es necesario el fuego.

—Eso es lluvia de tormenta, no pasará hasta mañana, así que... usaremos tus
sábanas.

Jungkook sacó algunas sábanas y las expandió sobre el suelo. Me pregunto


cómo pudo cargar todo eso durante el día.

—Tu herida...
No me miró a los ojos, pero aún así se preocupó por mí.
—Estará bien. Pero tú no, debes secar tu ropa o vas a resfriarte.

—No.

Vale.

—Bien, pero vas a enfermarte.

Mi camisa estaba mojada y era incómodo sostenerla, así que me la quité para
dejar que ésta se secara en el transcurso de la noche.

Jungkook estaba en silencio. Niño berrinchudo.

—Q-quiero desvestirme... Voltéate por favor.

Su voz sonaba nerviosa, así que me di la vuelta tal y como me lo había


pedido. Su silueta se mostraba en el tabique de la cueva, gracias al fuego,
observé a detalle cómo esas prendas fueron desvaneciéndose de su cuerpo.

Cuando él terminó, se envolvió en las sabanas y yo dejé su ropa cerca del


fuego, junto a la mía.
Le observé. Hay algo de miedo en sus ojos...

—¿Estabas asustado?
—No...

Yo sí. Asustado de perderlo.

—Es un alivio saber que estás bien.

—Gracias por ayudarme, creo que hubiera muerto si no hubieras aparecido.

El silencio inundó el lugar.

—Lo lamento.

Vamos, es ahora, es el momento.

—¿Por qué?

—Por todo. Escúchame, debo ser sincero, si no lo digo hoy, nunca voy a
poder hacerlo.
Rogaba para que él me permitiera continuar.

Así lo hizo.
—Supe que la carta te llegó. Sí, la hice yo... pero la escribí el primer mes de
nuestra relación. Después de enviarla me arrepentí, pero en el correo me
dijeron que esa carta se extravió y nunca llegó a su destino. Estuve tranquilo
porque pensé que nunca la verías, sin embargo, mucho después te llegó.

—Pero esa carta decía toda la verdad, ¿cierto?

—Gran parte.

Vamos, estaba borracho y herido, no todo era cierto.

—Tú amas a alguien más, fui muy testarudo con nuestra relación, eso no fue
justo para ti así que quiero que seas feliz junto la persona que ames, con
Hoseok.

—Creí que amaba a Hoseok, pero...

—¿Pero?

—... cuando Hoseok regresó, intentamos algo, cuando nos besamos después
de tantos años no sentí nada. Tal vez el amor que creí tenerle no era más que
costumbre.

—...

—Él estuvo molesto algunos días, sin embargo terminamos siendo amigos,
como siempre. Lo que quiero decir es que... descubrí que en realidad a quien
amo es a ti.
Él lucía sorprendido.

—T-Tae...

—Estaba encerrado en mí mismo, tras ese muro que yo mismo había


construido y llegaste tú, derrumbandolo todo...

Despeiné mis cabellos, me negaba a dejar ir a Jungkook. No imagino una vida


sin él, no.

—Taehyung...

—Dame una oportunidad, solo una y voy a... mostrarte cuánto te amo.

Tomé valor e invadí su espacio. Nuestros labios se rozaron por algunos


segundos.

—Sí... sí...

Era todo lo que necesitaba escuchar y lo que le devolvió la vida a mi alma.

Nos besamos. Había extrañado todo de él, todo.

—¿Yugyeom es tu novio?
—No.

—Me alegra, joder. Iba a golpearlo si lo veía otra vez junto a ti.

Esbocé una sonrisa al observar su carita. Esos hermosos ojos brillaban solo
cuando yo me reflejaba en ellos y esos labios que me llamaban a invadirlos
de todas las maneras posibles.

Jungkook es la mejor parte mi vida, si la pierdo, no seré nadie.

—Tae...

Jalé las sábanas que cubrían su cuerpo y volví a besarlo. Lo haría mío así
como todas las noches en las que soñé hacerlo.

—Te amo.

—Te amo más.


47 (JIMIN)

Taehyung se está tardando, los maestros decidieron no seguir buscando


porque confían profundamente en él.

Ellos volverán a estar juntos, yo lo sé, lo vi en los ojos de ese tonto,


seguramente le va a decir todo lo que siente y volverán... eso no es bueno
para nadie, tampoco es algo justo.

Busqué entre mis contactos aquel número que había conseguido hace poco.
La línea sonó y con rapidez alguien respondió del otro lado.

—¿Hola?

—Yugyeom.

—Sí, soy yo, ¿quién habla?

—Alguien que te dirá algo importante. Escucha, Taehyung quiere volver con
Jungkook, justo ahora deben estar juntos.

—No... ¿qué?

—Taehyung era el ex de Jungkook, justo ahora volverán a estar juntos.


—No puede ser...

—Aún podemos detenerlo. Necesito que alejes a Jungkook de Taehyung,


ellos volverán dentro de dos días, tenemos que iniciar un plan...

—¿Cuál?

—Te llevarás a Jungkook lejos, hasta que Taehyung decida olvidarlo...

—Yo...

—Sólo hazlo.

—Bien, lo haré.

—Si no lo haces, te vas a arrepentir toda la vida.

Colgué. Me sentí algo nervioso, yo... no sé cómo pude decir eso.

—Si sigues tan nervioso te puede dar un ataque.

Un chico extraño estaba mirándome con atención, no sabía desde hace


cuánto estaba ahí parado. Lucía muy pálido y tenía un loco tinte celeste en el
pelo, era bastante guapo, pero no lo quise admitir.
—Deja de molestar.

—Un niño tan bonito como tú no puede ser tan gruñón.

—Deja de molestar...

—Yoongi, mi nombre es Min Yoongi.

—Bien, como sea que te llames, no molestes.

Él soltó una risa.

—¿Cuál es tu nombre?

—No te importa.

Yoongi soltó un suspiro y se fue caminando. Antes de que desapareciera


respondí.

—Mi nombre es Jimin, Park Jimin.

—Sal conmigo cuando dejes de estar tan enfadado, bonito.

Él levantó su mano en manera de despedida y se fue.


Me sentí tan... extraño y nervioso.
48

Un calorcito agradable me despertó. Sé perfectamente que es Jungkook


quien está entre mis brazos, la persona que amo toda el alma y que siempre
me tiene a mil con ese esculpido y perfecto cuerpo.

Sus ojos son los primeros que encuentro.

—Hola. —Susurré.

—Hola.

Nos unimos en un beso. No quería moverme de ahí, quería quedarme todo el


día así.

—¡Taehyung tenemos que irnos!

—No quiero.

Mis brazos rodearon su cintura y detuve cualquier movimiento. Su piel se


sentía tibia y suave, quería hacérselo de nuevo. Sin embargo, tenía que
llevarlo al campamento.

Más tarde recogimos todo. Jungkook sentía un poco de dolor así que decidí
sostener la mochila. Le pedí disculpas, pero yo no estaba arrepentido en lo
absoluto.
Nuestras manos estaban entrelazadas mientras caminábamos colina abajo.

—¿Cómo me encontraste?

—Jimin me dijo que seguramente tomaste el otro camino y debido a que


conozco bien este lugar, logré encontrarte.

—Gracias.

Cuando llegamos al campamento, los maestros nos recibieron con mucha


preocupación. Todos ya se habían establecido y a mí me tocó dormir con los
maestros. ¡No es justo!

—Tengo que compartir tienda con los maestros, no es justo, Jimin tiene una
para él solo.

—Solo será esta noche, mañana nos iremos.

Yo quería dormir con Jungkook.

Cenamos y no separamos. Yo quería estar junto a él.

He notado algo, hay algo diferente en Jungkook en la manera en la que me


mira, es como si aún no creyera en mis palabras... yo le demostraré que mi
amor es verdadero.
Los maestros se quedaron dormidos muy pronto, así que sacaría a Yoongi de
la tienda de Jungkook, para quedarme a dormir a su lado.

Caminé a pasos lentos y llamé a Jungkook desde fuera. De inmediato él abrió


y yo ingresé para atacar sus labios en un beso necesitado.

—Tae, Yoongi está aquí.

—Está como muerto, no nos va a escuchar.

—Pero Tae...

Continué besándolo. Yoongi de verdad parecía muerto.

—Si quieren coger, vayan detrás de un árbol y no conmigo presente, iugh.

Jungkook me empujó cuando Yoongi se levantó.

—¿Por qué no vas con Jimin?

—¿Por qué debería ir con Jimin?

Bueno, porque sé que él ha estado mirando a Jimin de manera indecente y


enamorada estas semanas.
—Bueno, porque a él le gustas mucho.

—¿En serio le gusto?

—Sí, tanto que tiene sueños húmedos contigo.

Él parecía pensarlo.

—Me voy, no por Jimin, solo porque no quiero verlos hacer sus cosas, aunque
no entienda por qué están juntos de nuevo.

Él salió de la tienda y nos quedamos juntos.

Esa noche descansamos abrazados, olvidándonos de los demás.

Namjoon va a felicitarme, espero que Hoseok también.


49

Esa mañana nos despertamos más de lo usual. Yo quería tener un poco de


intimidad con Jungkook, solo un poquito, pero él no se sentía seguro.

—Vamos, solo un poquito.

—No, nos van a escuchar.

—Aún deben estar dormidos, solo un poquito.

—No Tae... nos van a escuchar.

—¿No quieres hacerlo?

—Sí quiero pero pueden oírnos...

—Bien, entonces no lo haremos.

—Uh, está bien, lo haremos.

—No, ya no quiero.
—Vamos cariño, quiero hacerlo.

—No Jungkook, nos van a oír.

Ambos cruzamos los brazos y nos quedamos en silencio.

—Tae.

—¿Mh?

—Te amo.

—Yo también, más que a mi vida.

Nos fuimos por la tarde. Él y yo tuvimos que separarnos, Jackson me miraba


confundido. Más tarde le explicaría todo lo que pasó.

Encontré a Namjoon por el camino. Él me felicitó cuando supo la noticia.

Probablemente Jungkook ahora está con su madre, tendría que esperar un


poco estos días antes de tomar aquella decisión que ha estado rondando por
mi cabeza.
50

Han pasado tres días desde que no sé nada de Jungkook, quise visitar su
casa pero creí que todavía no era el momento. La verdad es que me hace
jodida falta... ¿cómo es que me he vuelto tan dependiente de él?

La puerta comenzó a sonar con desesperación, antes vivía una vida tranquila,
pero últimamente todos se empeñan en venir y destruir mi puerta. Caminé
con calma hacia la puerta y en cuanto la abrí, un Jin preocupado ingresó.
Comenzó a gritar y a buscar por todo lugar.

—¡¿Dónde está Jungkook?! ¡¿Dónde lo tienes?!

¿Por qué buscaba a Jungkook? Namjoon y Yoongi me miraron con pena,


mientras Jin se internaba por mi habitación y buscaba.

—Hyung, ¿qué pasa?

—La madre de Jungkook llamó esta mañana explicando que no había


regresado hace tres días, Jin le dijo que estaba junto a él haciendo un
proyecto. Ella intentó hablar con su hijo pero Jin le dijo que estaba dormido...
creímos que estaba aquí, contigo.

Negué con la cabeza.

—¿Me estás diciendo que Jungkook desapareció hace... tres días?


Él asintió y yo me quedé pasmado. ¿No era una broma de mal gusto?

Jin salió de la habitación histérico.

—¡¿DÓNDE ESTÁ?!

No sabía qué decirle, mi mente estaba en blanco.

—Cariño, Taehyung no sabía nada...

—¡¿Cómo que no?! DÍMELO AHORA.

—Jin, te juro que no lo sé...

Yoongi tomó mi brazo, su mirada lucía seria.

—¿Dónde está?

—No lo sé.

Nos miramos por algunos segundos. Y finalmente Yoongi expresó. —


Taehyung, sé que Jimin es tu amigo, pero hace días en el campamento lo
escuché hablar... habló de Jungkook y un plan, no entendí, pero creo que tal
vez él...
No le permití continuar y salí corriendo rumbo a la casa de Jimin. Sabía, muy
dentro sabía que ese día sus ojos no fueron sinceros. Él siempre ha odiado a
Jungkook, no hizo aquellas cosas solo por lealtad a Hoseok, él realmente lo
odiaba, pero no entendía la razón. Algo en mi pecho comenzó a doler, había
razonado. Justo en este momento, lo más importante que tengo en mi vida
está peligro y yo no estoy ahí para defenderlo.

Quería morir.

Llegué a su hogar. Subí las gradas con rapidez, tropecé justo al llegar al final,
pero nada me detuvo. Toqué tan fuerte que seguramente podía tumbar la
puerta. Un adormilado Jimin me recibió, tomé de su cuello con brutalidad,
estaba desesperado y no pensaba en otra cosa que no fuera encontrar a
Jungkook.

—¡¿Dónde está?!

—T-tae...

—Dónde mierda está.

—N-no...

—Tú lo sabes, ya sé que tú hiciste planes para que Jungkook desapareciera.

Jimin se quedó sorprendido. Le di una pequeña sacudida y él reaccionó


soltando un pequeño chillido.
Nunca en la vida habría pensado en lastimar a Jimin, mi hermano, pero la
persona que tengo en frente no es quien solía ser, ahora es un desconocido.

—Taehyung...

—¡¿DÓNDE?!

—No lo sé. No, no...

—¡¿Cómo que no lo sabes?!

—Yugyeom se lo llevó.

—¿A dónde...?

—No lo sé, nunca me lo dijo.

—Si no me dices dónde está, voy a mat...

—¡Estoy arrepentido! Nunca quise hacer eso, pero ya había sucedido,


Yugyeom no me dijo dónde se lo llevó, tampoco quise saberlo. Si lo supiera te
lo diría, créeme.

—¿Por qué?
Jimin bajó la mirada y yo sacudí sus hombros.

Comenzó a llorar, me dolía, pero... no, me ha traicionado.

—...

—¿POR QUÉ?

—¡PORQUE TE AMO!

Sus ojos estaban empañados en lagrimas y yo estaba ahí, con la boca abierta
sin poder creer lo que acababa de decir.

—Te he amado desde siempre... toda la vida, pero tú nunca te fijaste en mí.

—Jimin...

—No sabes lo doloroso que fue llevar esto conmigo, viéndote junto a otras
personas. Te odio.

Tomé algunos minutos antes de responder.

—¿Por qué decidiste dañar a Jungkook? ¿Qué te hizo él? Debiste desfogarte
conmigo, no con él...
—Jungkook...

—¿Si me amabas por qué te empeñaste en que estuviera junto a Hoseok


sabiendo que estábamos enamorados?

No entendía nada. Jimin había hecho muchas cosas, cosas para amarrarme a
otra persona y no a él.

Entonces soltó una risa amarga.

—¿Enamorados? Tú nunca amaste a Hoseok en realidad.

—No, eso...

—Fui yo quien te hizo creer eso, te lo repetí tantas veces que tú lo creíste. Te
conozco, sé perfectamente cuando tu amas y odias. Lo que sentías por
Hoseok no era más que un amor pasajero...

—No te entiendo.

En parte, tenía razón, él me lo había repetido tantas veces que creí que era
verdad.

—¿Por qué me empeñé en unirte a él? ¿Por qué odio a Jungkook? Bueno, te
diré, tú nunca amaste a Hoseok y te mantuviste bien todos esos años, sin
enamorarte. Hasta que llegó él, llegó Jungkook y tú volviste a ser... el de
antes, tuve miedo, creí que lo dejarías en cualquier momento, pero no pasó.
Tú amabas a Jungkook y nunca lo supiste. Taehyung, sabía que nunca
podríamos ser algo más, así que pensé que... si yo no era feliz contigo, tú
tampoco lo serías. Lo siento...

No dije más. Solté a Jimin y retrocedí algunos pasos. Este no es Jimin, el


alguien que no conozco.

—...

—Perdóname por favor.

Jin, Namjoon y Yoongi aparecieron, estaban muy agitados. Todos se


quedaron en silencio al ver la escena, todo apuntaba que Jimin había formado
parte del plan.

—Está con Yugyeom.

Salí corriendo del departamento de Jimin, Jin y Nam me siguieron. Sin


embargo Yoongi se quedó, escuché desde lo lejos que empezaron a discutir,
pero no me importó en lo absoluto.

Jin conocía el lugar en donde se estaba quedando Yugyeom así que


tomamos un taxi. Todo el camino pensé y pensé... ¿cómo es que nunca me
había dado cuenta de los sentimientos de Jimin?

Cuando llegamos, ingresamos al lugar. El dueño del hotel nos impidió el paso,
Nam como siempre, explicó que si se negaba a ayudar en el caso de
desaparición podría interponer una demanda en su contra. El señor con algo
de miedo nos dejó pasar y abrió la puerta en donde Yugyeom se encontraba
alojado.

Revisamos todo, pero no había rastro de nadie. Tampoco estaban sus cosas,
no había nada.

—El señor Yugyeom se fue hace tres días.

Nos quedamos como tontos parados ahí.

Jin comenzó a llorar y se culpaba de haber incentivado a que Jungkook


saliera con ese loco. Namjoon le consolaba y le decía palabras de aliento.

Me sentí perdido...

Podría morir mañana y no me importaría, por lo contrario, sería favorable.


Tomé una de las mesas de su sala y la rompí a patadas, el dueño se asustó
pero no dijo nada, seguramente porque en ese momento yo causaba terror.

Entonces mi móvil sonó. Era Jackson.

—¡¿Qué?!

—Jungkook está conmigo, ven ahora.


51

Jackson nos envió la dirección de una cafetería cerca del centro, nunca había
visitado ese lugar en mi vida, pero Nam sí, así que no tuvo problemas en
llevarnos hasta ahí. Estaba ansioso, no entendía nada, ¿cómo es que
Jungkook estaba con Jackson? ¿Entonces Jimin mintió y en realidad nunca
estuvo con Yugyeom? ¿Será que Jackson rescató a mi novio? Estaba
realmente confundido pero eso no importaba ahora, muy pronto él estaría a
mi lado.

Llegamos y yo fui corriendo para ingresar al lugar. Entré de manera tan


brusca que todos voltearon a mirarme, entonces lo encontré, Jungkook se
levantó en cuanto me vio y yo corrí a abrazarlo. Su carita no se separó de mi
pecho y mis brazos no dejaron de sostenerlo. Jackson se levantó a
saludarme, Mark estaba junto a él.

—Jack. ¿Cómo lo encontraste?

—Bueno, Mark y yo teníamos planes de salir de la ciudad para pasear,


cuando llegamos... divisé a Jungkook, creí que él estaba de paso pero se veía
perdido y algo asustado, así que lo encontré. Regresamos acá en el instante
en que me comentó que no sabía dónde estaba, después no quiso irse a
ningún lado, no hasta que tú llegaras.

Estaba asustado. ¿Ese tipo se había atrevido a hacerle daño a Jungkook? La


ira comenzó a crecer dentro de mí, lo mataría, claro que lo haría.

—Gracias.

Jin ingresó histérico al lugar y Jungkook sujetó su mano. En ningún momento


se separó de mí.
Aparté con delicadeza a Jin y a los chicos, y sin importar lo que los demás
dijeran, salimos abrazados del lugar. El taxi que nos había traído seguía ahí,
así que sin dudarlo nos internamos en él.

—Nam, ¿pueden venir más tarde? Jungkook va a querer verlos.

Él asintió y cerró la puerta. El transcurso fue veloz, Jungkook estaba


acurrucado en mi pecho, su cabecita caía de pronto dejándose vencer por el
sueño.

Cuando llegamos, permití que el chófer se quedara con el cambio, había


hecho un buen trabajo. Jungkook no soltó mi mano ni un segundo, aún
cuando luché con la cerradura algunos minutos.

—¿Quieres tomar un baño?

Jungkook lucía más tranquilo.

—Sí.

—Vale, ve, voy a seleccionar un poco de ropa para ti.

—Báñate conmigo.

Asentí. Nuestras manos continuaron juntas, hasta que tuve que abrir el cierre
de su chaqueta. Él me miraba con una sonrisa en los labios, yo estaba
muriéndome de la preocupación, pero él todavía no quería platicar de lo
sucedido.

Nos desnudamos con calma, mientras repartía besos sobre sus labios y la
extensión de su cuello. Sus toques se resbalaron por mis brazos y nos
internamos en el agua tibia de la bañera. Su espalda sobre mi pecho y mis
labios sobre su cuello, tal y como debería ser siempre.

—¿Él te hizo algo?

Negó con la cabeza.

—¿Cómo sabias que yo...?

—Lo averiguamos mientras estábamos como locos buscándote. Por favor


cuéntame lo que sucedió, por favor...

Jungkook soltó un suspiro.

—Yugyeom me dio un sedante y cuando desperté estaba en un lugar


desconocido.

Mis manos estaban hechas puño.

—Jungkook...
—Él apareció después. El lugar era un motel clandestino, lo supe al observar
por la ventana. Hablamos acerca de todo lo que pasó... me dijo que estaba
dolido y arrepentido. Traía muchas maletas con él, me dijo que volvería a
retomar su trabajo en el extranjero y que no volvería jamás.

—¿Me estás diciendo que él ahora está en otro país?

—Sí, pero...

—No importa, voy a buscarlo hasta encontrarlo y pienso...

—Tae. Yugyeom no fue malo, sintió celos cuando supo de lo nuestro, pero no
estaba en todos sus sentidos cuando me llevó con él. Admito que tuve miedo,
él me dijo que no me haría daño que estaba seguro a su lado, pero... no pude
confiar, así que esos dos días no comí nada de lo que trajo por miedo a que
pueda sedarme de nuevo y no dormí nada, aún cuando me encerraba en la
habitación.

Cuánto tuvo que sufrir mi pequeño, cuánto.

—Entonces lograste escapar.

—No, en realidad, me dijo que podía llevarme a casa mucho antes pero me
negué. Él día en que su vuelo salía, se puso de rodillas y me pidió perdón,
entonces se fue, esperé hasta estar completamente solo y salí corriendo, no
conocía ninguna de las calles, creí que iba a morir, pero Jackson apareció y
me trajo de vuelta hasta ti.

—Es un alivio saberlo, si te pasaba algo no sé qué hubiera sido de mí.


—Esos días solo pensé en ti... quería tenerte conmigo.

Nuestros labios volvieron a unirse. Hay una extraña conexión entre nosotros
cuando nos besamos y nos miramos directamente a los ojos. El amor se
siente de esa manera...

—Voy a demandar a Yugyeom.

—No, amor. Él me pidió perdón y me cuidó, es un buen chico, solo se dejó


llevar por el momento. Ya tiene la cabeza fría después de esto.

—Pero...

—Pero nada, lo importante es que ahora estamos juntos y nada nos va a


separar.

Tomamos las toallas y comenzamos a vestirnos. No fue mala idea prestarle


una camiseta large a Jungkook, pues la tela resbalaba por sus hombros,
dejando a la vista su apetecible piel.

Su pancita comenzó a sonar en medio de nuestras caricias sobre la cama.

—Necesitas comer.

—Sí, en serio tengo hambre...


Un puchero se instaló en su rostro y no me resistí, aplasté sus mejillas.

Pensaba pedir pizza, pero un Jin en modo madre apareció con un Nam
cargando una gran bolsa de comida recién preparada.

El encuentro fue emotivo, Jin y Jungkook lloraron, pero de felicidad. Mi novio


contó a detalle todo lo que sucedió mientras devoraba todo su plato. Jin le
daba un poco más de arroz, mientras expresaba su alivio al saber que
Jungkook no sufrió ningún daño.

La noche transcurrió tranquila, hasta que la pareja se fue y nos dejó solos.
Antes de ello, Jin me pidió disculpas por todo... él no tenía que disculparse
conmigo.

—Amor.

—¿Sí, bebé?

Jungkook se quedó en silencio. Terminé de ordenar las almohadas para


dormir más cómodos y me volteé a mirarlo, sus ojitos contenían lágrimas. —
¿Por qué lloras? No, no llores.

—Me llamaste bebé...

Tal vez le ofendí.


—Oh, lo siento, yo no lo repetiré.

—No, es que me encantó.

Despeimé sus cabellos y nos acostamos en la cama. Jungkook no durmió en


tres días, era importante que descansara bien.

—Jungkook.

—¿Mh?

—Eres lo más importante de mi vida. Por favor, disculpame.

—¿Por qué?

—Porque no te protegi cuando más lo necesitabas.

—Hiciste eso y mucho más, créeme. Te amo, gracias.

—Te amo, gracias a ti.

Después de apagar las luces sus ojos se encendieron con un brillo especial.

—Hagamos el amor.
—Bebé, quiero hacerlo pero creo que estás muy cansado.

—...

—Podemos hacerlo, yo quiero. ¿No estás cansado?

Jungkook estaba en silencio.

Se había dormido, esbocé una sonrisa y mis brazos rodearon su cintura.


Jungkook estaría seguro conmigo, para toda la vida.

—Dulces sueños, ángel.


52

Mis piernas temblaban sobre el suelo y mis manos no dejaban de sudar. No


sé dónde quedó mi valor.

La madre de Jungkook es una mujer hermosa, sus cabellos y ojos son


idénticos a los de Jungkook, pero su mirada fría y retadora me pone nervioso.

—¿Entonces qué estudias, Taehyung?

Jungkook me miraba con preocupación.

—Estoy en mi último año de Economía.

En realidad, estoy en mi último año de filosofía, amo mi carrera pero no podría


encontrar un buen trabajo. Aunque no era del todo una mentira, pensaba
estudiar economía para darle una mejor vida a mi novio.

—Excelente, ¿y cómo te mantienes o vives con tus padres?

—Trabajo de medio tiempo en una oficina del gobierno.

Mentira, soy un mantenido. Mis padres desligan su culpa enviándome dinero.


—¿Vives solo?
—Sí, mantengo un departamento.

—¿Amas a mi hijo?

Solté un suspiro.

—Lo amo con todo mi corazón. Antes de conocerlo mi vida no tenía ningún
sentido, ahora él es la razón por la que me supero día tras día.

—Mamá, yo lo amo. Tú sabes cuánto lo hago... —Intervino Jungkook.

Ella desvió su mirada hacia Jungkook.

—Ve a preparar la mesa.

Mi novio no se negó y se fue rumbo a la cocina.

Es probable que no le agrade a su madre. Rosy me dijo que para ganar a una
suegra, primero se debe ser educado y mostrar seguridad, segundo tener un
buen futuro y demostrarle que su hijo está en buenas manos, tercero y más
importante, halagar solo cuando sea necesario y no demasiado.

—Taehyung. Mi hijo sufrió mucho cuando ustedes terminaron.


Oh.

—Tuvimos algunos problemas, pero supimos superarlos juntos.

—Jungkook es mi único hijo, ¿piensas arrebatarmelo?

Pues sí.

—De ninguna manera, es sólo que él y yo queremos establecernos y formar


una familia, es evidente que usted forma parte de ella.

Jungkook sacó su cabecita y anunció que la comida ya estaba lista.

Ella se levantó y yo fui tras de ella. ¿Qué iba a hacer si se negaba a dejarme
vivir con su hijo?

Nos sentamos en la mesa, ella me dijo que disfrutara de la comida. Era sopa
de algas, y le di una probada, ¡era magnífica!

—Oh. Es realmente delicioso...

—¿Lo crees?

—Sí. Este sabor... Debido a que no crecí junto a una madre, hay alguien a
quien considero como una, su nombre es Rosy y es mi vecina, cuando estoy
enfermo ella me prepara sopa de algas y para mí es lo más delicioso de este
mundo. Hoy volví a probar ese sabor, me hace feliz.

La señora Jeon me observó en silencio.

—Gracias, eres un buen chico.

Terminamos de comer. Sostuve la mano de Jungkook, viviríamos juntos, no


importaba cuánto tendría que esperar.

Ya era tarde, era hora de irme. Mi novio estaba algo triste.

—Señora Jeon.

—Taehyung, creo que ya es tarde.

—Oh sí, bueno ha sido un placer platicar con usted, volveré otro día.

—Vuelve mañana.

—¿Mañana?

—Sí, Jungkook no va a poder cargar sus cosas solo hasta tu departamento,


¿no crees?
Jungkook y yo nos quedamos en shock. Ella relajó su expresión y nos mostró
una sonrisa.

Yo hice una gran reverencia y Jungkook fue a abrazar a su madre, mientras


daba pequeños brincos de alegría.

Y mi interior estaba revolucionando de alegría también.

—Muchas gracias señora Jeon.

—Llámame madre.

Ay dios, qué emoción.

—Gracias... madre.

—Bueno, vete rápido y descansa bien que tienes que regresar mañana
temprano.

Por respeto a su madre, Jungkook y yo nos despedimos con un abrazo.

Me fui caminando con tranquilidad y cuando escuché que su puerta se cerró,


comencé a saltar y a gritar frases como "maldito afortunado" e "idiota, lo
lograste".
53

—Quiero jugar.

—No, aún tengo mucho qué ordenar, las maletas no se ordenarán solas.

—Por favoor, bebé.

—Está bien...

Tomé la mano de Jungkook y lo llevé hacia la puerta. Las escaleras se


mostraron ante nosotros.

—Apostemos.

—Tae.

—Vamos, será divertido.

—Vale.

—¿Qué quieres que haga si pierdo?


—Mh, quiero que por un día entero hagas todo lo que te pida, entre esas
cosas acompañarme a ir de compras.

—Jungkook...

—Es lo que quiero.

—Vale, entonces si tú pierdes cumplirás una de mis fantasías sexuales.

Mi novio me miró con sorpresa.

—Primero dime cuántas posibilidades hay de ganar el juego.

—Una de diez.

Para él, porque yo sabía perfectamente cómo jugar.

—Bien, ¿de qué trata tu fantasía?

—Pues consiste en que te pongas solo una minifaldita y continúes haciendo


todo lo que haces en el día.

—¿Minifalda?

—Sí, y además que me permitas cogerte en el momento y lugar que quiera.


Jungkook tapó su rostro con ambas manos.

—¡NO!

Yo tomé su cintura entre mis brazos y besé sus dedos.

—Vamos, bebé, di que sí.

—No... qué vergüenza.

—¿Acaso no te gusta que lo hagamos?

—Sí, pero...

—Además puedes terminar ganando.

Jungkook me mostró su rostro y se quedó pensando un buen rato, mientras


yo besaba su nariz.

—Está bien.

—¿Sí?
—Sí.

—Vale, él juego consiste en lanzar una piedra, si la piedra rebota deberás


iniciar de nuevo, de lo contrario si no rebota continúas desde el lugar a donde
llegaste. Ganas si llegas al final de las escaleras.

Le ofrecí una piedra. Sin forma y casi redonda. La mía era plana y segura, iba
a ganar sin remedio.

—Comencemos.

Comencé a tirar, fallé una par de veces para qué él no sospeche. Jungkook
no paraba de fallar y yo ya estaba cerca del final.

Él se veía desesperado.

Le compraría una minifalda rosada.

Al final gané.

—¿Cómo...?

—Solo fue suerte, bebé.

—No, no...
—Sí y sí, mañana serás totalmente mío con una hermosa minifalda.

—¿Solo una minifalda?

—Solo una minifalda.


54

Me levanté muy temprano. Era el primero en la fila esperando a que el centro


comercial abriera, tomé mi tiempo para elegir qué prenda utilizaría Jungkook.
Luego de ello corrí hacia el supermercado a comprar cosas para la semana.

Eran las 8:30 cuando llegué casa. La sonrisa en mi rostro no se borraba por
nada del mundo y comencé a cerrar todas las cortinas de la casa,
asegurándome de que ningún vecino pudiera alcanzar a ver nada de lo que
sucediera dentro. Tapé con una tela la pequeña ventana de la cocina y con
ello, todo estaba preparado.

Me fui con pequeños saltos hacia la habitación y abrí la puerta con cuidado.
Jungkook aún estaba profundamente dormido.

—Cariño.

Moví su brazo con cuidado, mientras dejaba un pequeño beso en su frente.

—¿Mh?

—Es hora de despertarse.

—No... es muy temprano...

Jalé las sábanas de su cuerpo y jalé su brazo.


—¡Ya es tarde!

Jungkook se sentó sobre el borde de la cama, mientras tallaba sus ojitos.

—Tae...

—Tengo un regalo para ti.

Él me miró con atención y luego mostró una expresión de sorpresa.

Salí de la habitación y traje aquella bolsa con lo más importante dentro. Luego
regresé y se la entregué. ¡Estaba emocionado!

—Amor...

—¿Sí?

Seguramente mi enorme sonrisa le impidió negarse, y eso es lo que quería


conseguir, porque sabía perfectamente que él podía echar de cabeza la
apuesta y no, eso jamás.

—Tomaré un baño, ¿podrás esperar un poco?

—Claro.
Él ingreso al baño y yo me quedé sentado en la cama. Tal vez tardó algo más
de media hora, pero yo no me moví de ahí ni un momento. Era ridículo, pero
realmente estaba ansioso de ver cómo transcurrían las cosas.

La puerta sonó.

Un Jungkook sonrojado salió con calma. La minifalda rosa que le había


comprado le quedó a la perfección, se ajustaba muy bien a su cintura y no
tenía ni la menor intención de cubrir su trasero. Al igual que esa "tanga de hilo
dental" que la señora de la tienda me dijo que estaba de moda y que a mi
"novia" le encantaría. El pedazo de hilo se perdía entre sus nalgas y su
miembro era inútilmente sostenido por la corta tela delantera. Ya me sentía
duro.

Estaba embobado y él tuvo la intención de salir, sin embargo tomé su cintura.

—Te ves hermoso.

—T-tae...

—Antes de que esto inicie quiero decirte que... esto de alguna manera puede
ser ofensivo. Voy a mostrarte qué tan guarro puedo llegar a ser y no sé si es
algo bueno, sin embargo ten presente cada segundo que te amo, jamás en la
vida haría algo para herirte, todo lo que hago es por y con amor. ¿Entendido?
Él me regaló un hermosa sonrisa.

—Lo entiendo mi amor. Ten presente también que todo lo que hago por ti, por
nosotros es por amor. Confió en ti y sé que no me harías daño, siempre me lo
has demostrado... te amo.
Unimos nuestros labios en el primer beso del día.

—Te amo, joder.

Jungkook salió de la habitación con rumbo hacia la cocina. Yo caminé detrás


de él, admirando como ese culito se meneaba con cada paso. Él intentó bajar
la minifalda, pero la idea no resultaba, era tan corta que no cubría nada, en
realidad sólo adornaba su cintura.

—T-tae.

—¿Qué?

—Me pones nervioso, qué vergüenza.

—Déjame, es mi fantasía y hago lo quiero.

Él empezó a preparar el desayuno, sus dedos temblaron al cortar la fruta. Mis


manos se posaron sobre su cadera y comencé a rozar mi entrepierna con su
apetecible culito.

—No...

—No te cortes, continúa preparando el desayuno.


Su aroma se internó por mis sentidos. Sonreí al pensar en la enferma idea de
interpretar a Jungkook como una hembra en celo que huele de maravilla y a
mí como un perro que anda restregándole la pija en cualquier lugar.

Su cuerpo comenzó a temblar un poco y yo decidí alejarme para seguir


observádo su rostro.

—¿Por qué eres tan perfecto?

—Taehyung...

—Dímelo.

—No soy perfecto.

—Todas las cosas que he considerado hermosas han quedado desplazadas


cuando te vi.

—Aw, basta.

Cuando el desayuno estuvo listo, me senté en una de las sillas del comedor.
Jungkook quiso hacer lo mismo, pero le llamé.

—¿Qué?

—Ven aquí.
Señalé mi regazo y él entendió de inmediato. Sin decir nada él tomó lugar
sobre mí, besé su boquita y mis manos recorrieron sus muslos, la suavidad
de su piel hizo contraste con mis manos calientes, y llegaron hasta su
entrepierna, él vibró ante el primer toque. Mis dedos tomaron preso su
miembro, mas la tela impidió que lo disfrutara directamente, aún así continúe
acariciando la zona, dejando uno que otro apretón que generó un jadeo de
sus labios.

Moví mi entrepierna hacia adelante con un movimiento brusco y esas nalgas


rebotaron sobre mi regazo. No sé si podría follármelo tan temprano.

Nos separamos para tomar algo de aire y nos miramos por algunos segundos,
nos miramos con amor.

—Cariño.

—Probemos lo que preparaste, bebé.

—Café espeso sin azúcar

—Me encanta.

Jungkook reía un poco nervioso. Tenía que admitirlo, la posición era


incómoda, pero yo estaba sumamente feliz de tenerlo sobre mi regazo.

Probé el café y tenía azúcar. ¡Aun así me pareció delicioso! ¿Qué me pasa?
—Tiene azúcar...

—Oh, ¿en serio? Lo lamento, no sé en qué momento lo puse. Puedo


prepararte otro.

—No, me parece delicioso.

—Pero nunca te gustó.

—A mí me gusta todo lo que haces.

—¡Taehyung!

Él cubrió sus mejillas con sus palmas.

Hoy estaba más embobado por él como ningún otro día.

Más tarde terminamos el desayuno y él se dirigió hacia el cuarto de lavado,


había una gran pila de ropa qué lavar, mi deber era ayudarle en eso, pero hoy
dejaría que él hiciera todo.

Admiré el bulto formado entre sus piernas y mi pene ya no soportaba estar en


cautiverio. Él continuaba ordenando y lavando la ropa, separándola por
colores y material.

Deslicé el cierre de mi pantalón y por fin logré sentirme libre, mi mano tomó la
base de mi pene y se deslizó hasta la punta, el movimiento se repitió varias
veces hasta que comencé a jadear. No podía dejar de mirar a Jungkook y
recorrerlo de pies a cabeza, él siempre me ha puesto a mil.

Él se volteó a verme y de inmediato desvió la vista. Sus mejillas tomaron un


color rojizo muy vivo.

—¿Q-qué haces? Dios...

—¿No lo ves? Es tu culpa.

Él hacia lo posible por no mirarme y continuar con su labor, no obstante su


erección me decía que quería algo de acción.

Le apresé entre mis brazos, él se sorprendió al sentirme.

Tomé una de sus piernas y la levanté, dejé que su rodilla reposara sobre la
lavadora, mientras ésta se movía al lavar.

—Esto va a doler un poco...

Él solo asintió y dirigí el glánde hacia su entrada, no sin antes apartar aquel
hilo que en ese momento estorbaba. Entonces ingresé con cuidado, sus
dedos se aferraron a la máquina y los míos a sus nalgas.

No me detuve hasta llenarlo por completo, su cuerpo tiritaba y su respiración


se mostraba irregular. Sin embargo yo no podía esperar, su interior ardía y mi
pene latía al contraste del mismo, así que inicié con embestidas lentas que
después cambiaron a salvajes y torpes.
Una de mis manos recorrió su entrepierna y la humedad se filtraba por la tela,
no supe en qué momento se había venido, pero seguí acariciando la zona.

Arremeti contra sus caderas, impulsádome hacia adelante y dejando que su


estómago colisionara sobre la superficie de la lavadora. Disfruté de ver cómo
mi pene salía e ingresaba de su interior, mostrándome sin penas como esa
entrada se abría y me recibía, y cómo me apretaba cuando clavaba muy
dentro.

Solo bastaron algunas embestidas más para que me corriera en su interior. —


Bebé...

Él dejó caer su cabeza sobre mi hombro.

—Tae.

Salí de su interior con cuidado y mi semen corrió por sus piernas.

—Mi esencia luce bien sobre tu piel.

—Ay... uh.

—No puedes limpiarlo.


55

—¡Sí, ah!

No fue una mala idea usar aquella pequeña tanga para atar sus manos tras
su espalda, evitando que se moviera de más. Él no se negó en ningún
momento.

—¿Te gusta?

—Mh sí...

Mis dedos se internaban por su interior, jugando con el borde y luego


introduciéndose hasta el fondo. Cuando terminamos de almorzar, decidí subir
a Jungkook sobre el comedor, no podía esperar a llevarlo a la cama.

Él intentaba mantener el equilibrio sobre la mesa, mientras una de sus piernas


se posaba sobre mis hombros y mi mano libre sostenía su cintura con fuerza.
Aquellas mejillas sonrojadas solo me hacían saber que lo estaba disfrutando
tanto como yo.

—Saca la lengua, bebé...

—T-tae.

—Sácala.
Abrió los ojos al escuchar mi orden y sacó la lengua, más tarde la mía fue en
su encuentro y comenzó a chuparla, algunas gotas de saliva se escurrían por
su mentón y él tomó distancia.

—Dios... n-no...

—Te di una orden.

No tuvo otra opción que sacarla de nuevo y continué en el trabajo de


saborearla con calma. Después de algunos minutos terminamos en un beso
hambriento que permitió que su saliva resbalara por su cuello, hasta llegar a
sus pezones, los mismos que después comencé a morder. Mis dedos
aumentaron el ritmo al internarse en su ano y él ronroneó como un gatito.

Sus desesperación se hizo notoria al mover sus brazos intentando liberarse,


pero no le dejaría, no hasta que yo lo ordene.

Empujé sus hombros con cuidado para que su espalda chocara con el resto
de la superficie y tomé sus piernas para abrirlas y sostenerlas en mi cintura.

—A-amor...

—¿Sí?

Mi glande rozó su entrada un par de veces, mientras resbalaba con restos de


mi semen que yacían ahí hace algunas horas. Su pene se pegaba sobre su
estómago, estaba bastante duro y el ápice derramaba un poco de esencia
sobre la faldita, aumenté los roces al observarlo a detalle.
Sus piernas se abrazaron a mi cintura sin la intención de soltarse e intentó
arrimarme más a él para que de una vez se la metiera, pero vamos, yo quería
escuchar de esos labios rojos e hinchados que él desea que lo haga. Muero
por oírlo.

—Amor...

—¿Qué quieres?

—Y-ya sabes.

—No lo sé.

Se desesperó al oír mi respuesta y se quedó en silencio. ¿No lo pensaba


decir?

Jalé sus piernas y con torpeza bajé su cuerpo de la mesa.

—¡Uh!

Tomé sus brazos y le di la vuelta, entonces empujé su espalda y su pecho


tocó la mesa. Sus piernas temblaban, sosteniéndose a duras penas sobre el
suelo; mis manos apretaban su trasero y la vez sostenía su peso, pues creía
que en cualquier momento se iba a resbalar.

—Dímelo, bebé.
Recorrí sus muslos sin dejar un espacio de piel sin tocar y le di una nalgada
que resonó con gran volumen, su trasero vibró al instante y él gimió. Otra
nalgada se estrelló en la zona haciéndome disfrutar de la hermosa vista de
esa entrada que me pedía que ingresara pronto. Sus dedos luchaban para
liberarse, pero le era imposible.

—Métemela... t-te lo pido...

Yo estaba más que feliz al oírlo. Solo cuando tomé la base de mi pene para
dirigirla a su interior me di cuenta de que mi pantalón estaba mojado,
seguramente por los residuos de saliva y semen de la aventura de este gran
día, era mi pantalón de la suerte, ahora lo sería más. Dejé algunos besos
sobre sus codos y espalda antes de ingresar en aquel agujero húmedo y
caliente.

Él me recibió muy bien, sentí cómo su interior se iba expandiendo según iba
entrando, y aún así me apretaba de manera deliciosa, como luchando para
cerrarse al tener a un intruso dentro. Sin embargo llegué hasta el final y él se
deshizo en jadeos que posteriormente pasaron a gritos, pues decidí moverme
hacia adelante y luego hacia atrás con estocadas poco amables que hacían
temblar a la mesa y a sus nalgas. Manteniendo el ritmo varios minutos más.

Salí de pronto y esa entrada formada un círculo algo rojo y brilloso, era una
delicia. Volví a entrar esta vez con más fuerza, tomando su cadera y clavando
mis uñas en su delicada piel. Sin detenerme ni un momento, no cuando el
sucio sonido de mi pene colisionando en su interior resobaba en mis oídos.

Palmeando sus muslos mi diestra llegó hasta su entrepierna y con suavidad


tomó su pene para comenzar a masturbarlo con el mismo ritmo de las
embestidas, que nos permitieron sin críticas dejarnos liberarnos con gemidos
de placer.
—T-tae...

Su cuerpo estaba temblando y mi pecho descansó sobre su espalda, sus


dedos jalaron mi camisa. Él no me iba a soltar, lo sabía.

Bastaron algunas embestidas más, éstas más lentas, para que me corriera
otra vez en su interior. Jungkook terminó segundos después sobre mi mano y
su preciado y reluciente piso.

Su cabeza cayó sin poder sostenerse más. Yo estaba muerto, tal vez por la
edad. Idea tonta.

—Estuvo rico y todo, pero tengo que irme, mi novio me está esperando.

—¡Taehyung!

—¿Qué? Volveré mañana.

Solté algunas risitas, ese tipo de bromas no le gustan a Jungkook.

—Uh...

—¿Estás celoso de mi novio?

—Sí.
—Es hermoso, precioso y...

—¿Y yo qué soy?

—Pues también eres hermoso, precioso y perfecto.

Él esbozó una sonrisa y luego soltó un suspiro.

—Desátame.

—Lo haré.

—¡Ahora!

—Quiero dormir.

—Pero son las cuatro de la tarde...

—Igual, quiero dormir.

—Bien, pero desátame.

—¡Vale!
Sin duda, hoy es un excelente día.
56

—¿De qué sirve que haya ganado la apuesta si de igual manera me ibas a
traer de compras?

—No te quejes.

—¡Quiero quejarme!

—No tardaremos mucho.

Jungkook compró un par de pantalones y no iba a detenerse hasta tener todo


lo que quería.

—Oh, amor, ¡mira!

—¿Qué?

Jungkook señaló la propaganda de unos audífonos que funcionaban 24 horas


sin detenerse y que podían usarse bajo el agua. Estaba de moda, según oí.

—Esos audífonos.

—¿Los quieres? Te los compro...


—Uh amor, son edición limitada y ya no hay existencias.

Su carita mostró desilusión y comenzó a observar otras cosas alrededor.

Yo ingresé a la tienda por curiosidad. Habían muchos móviles realmente


interesantes, tal vez podría comprarle uno a mi suegra.

La propaganda de los audífonos relucía sobre su estante vacío. Pero noté


algo diferente, ahí, casi oculto había una unidad, me dirigí hacia los audífonos
con la intención de tomarlos y así lo hice, sin embargo otra mano también
tomó la caja.

—Disculpa, esto es mío.

—No, es mío.

Un grandulón me miraba con desprecio mientras apretaba la caja.

—Es mío, yo lo tomé primero.

—No, yo lo tomé primero.

Nuestros ojos se cruzaron y de inmediato surgió la rabia.


—Esto es mío, mejor vete a hacer algo de provecho.

—Niña, suéltalo.

—¿Me llamaste niña?

—Sí, niña.

—Hijo de puta.

Jalé la caja para intentar arrebatársela, pero él me empujó y al observar su


sonrisa cuando por fin tuvo los audífonos, la ira nació dentro de mí. Me
levanté y golpeé su mejilla con el puño. Él no se detuvo y saltó hacia mí como
un animal salvaje, con patadas intenté que se levantara.

El dueño de la tienda gritaba para que paremos, pero no quisimos oír.

Le di una patada en la rodilla y por fin se levantó. La caja estaba ahí, me


arrastré para tomarla, sin embargo sentí cómo su mano sujetaba mi tobillo
impidiendome avanzar. Mi pierna libre golpeó su hombro y regresó a mí con
rabia, su mano se estrelló sobre mis labios y la mía sobre su cara.

Él quedaría peor que yo.

Seguridad llegó y nos sujetaron. El dueño de la tienda gritaba que no


podríamos volver nunca en la vida, el chico salió arrastrado no sin antes
mirarme con una cara de molestia. Iban a hacer lo mismo conmigo pero yo
me resistí.
—¡Quiero los audífonos!

—Joven... usted está loco...

—Sí, pero los quiero.

Él dueño me los vendió y casi me arrojó la caja en la cara. Tenía prohibido el


ingreso durante cinco años o lo que me reste de vida, el señor no fue claro.

Salí de la tienda, mi labio estaba sangrando, pero al menos no tenía la cara


como un globo como ese muchacho. Jungkook me regañaría al verme en ese
estado, así que no diría nada...

Encontré a Jungkook, estaba bastante distraído.

—Bebé.

—Tae, ¿dónde estáb...

Se cubrió la boca con una mano al verme, y la otra recorrió mi rostro con
preocupación.

—Jungkook...
—¡¿Qué te paso?!

—Nada.

—¿Cómo que nada? ¡Mira tu labio! Dios mío, ¿qué pasó?

—No pasó nada, de hecho traigo buenas noticias.

Le extendí la caja para que la tomara.

Él abrió el contenido con una confusión enorme y al ver los audífonos abrió la
boca sin poder creérselo.

—Tae...

—Era el último de la tienda, qué suerte, ¿no?

Su expresión de sorpresa cambió a una de enojo.

—¡¿Cómo conseguiste esto?!

—Bueno, yo...

—¡¿Cómo?!
Me sentí algo nervioso, sentí que me iba regañar en cualquier momento.

—Tuve una pelea con un chico...

—¿QUÉ?

—Tú querías esos audífonos.

—¿Te peleaste para comprarme estos audífonos?

—Sí.

Jungkook comenzó a llorar y yo entré en pánico, ¿qué hice?

—¿Cómo te atreves? Mírate...

—Él quedó peor. No llores, bebé.

Jungkook comenzó a golpear mi pecho y yo le abracé.

—Es que te amo tanto y tú me preocupas y a la vez eres muy lindo y a la vez
tan tonto y...
—Y nada, tú querías esos audífonos.

—Sí, pero no a cambio de que tengas una pelea.

Callé sus labios con un pequeño beso.

—¿Te gustó?

—Claro... umh, vámonos a casa.

—Pero tenías ganas de comprarte otras cosas.

Sequé sus lágrimas con la manga de mi chaqueta.

—Ya no quiero nada, sólo quiero curarte esa herida y preparar café. Tonto...

Sonaba perfecto y no me negué.

Me siento feliz.
57

Ahí estábamos después de un mes juntos, donde no hacia otra cosa más que
llegar temprano a casa o ir a recoger a Jungkook.

—¿Uso la azul o la blanca?

—Las dos te quedan geniales, bebé.

Estaba estudiando para el examen de admisión a Economía, mis maestros


estaban totalmente impactados al enterarse, aún así me mostraron su apoyo.

—No, quiero que me digas cuál me queda mejor.

—Bien, la azul.

—Usaré la blanca.

—De cualquier manera siempre usas la blanca.

Jungkook empezó a jugar con mi cabello. Lo hace siempre para molestarme.

—Cariño, mamá vendrá de visita.


¿Otra vez?
La señora Jeon es agradable y nos llevamos de maravilla, pero se queda
mucho tiempo y yo quiero tener tiempo a solas con mi novio.

—Genial.

—¿Estás feliz?

—Ajá.

Jungkook me miró con atención y yo desvié el tema.

—Hoseok me dijo que vendría a visitarnos también.

—Genial.

—¿Jungkook, estás feliz?

—Ajá.

Ambos nos miramos y estallamos en risas. Él cerró mi libro para empezar a


besarme con calma.
Jungkook es lo más preciado que tengo, por el lo doy todo, por él es que
quiero superarme y ser el mejor. Todos dicen que eso no está bien, que mi
vida solo gira en torno a él, pero es lo que necesito y es lo que tengo, no
puedo cambiarlo ni quiero hacerlo.
—Lo primero que compraré cuando sea dueño de una gran empresa, será un
auto.

—¿Un auto?

—Sí, así podré llevarte a cualquier lugar y ya no tendré que correr para no
llegar tarde.

—¿Y si mejor compras una nueva lavadora? La nuestra mueve el planeta


cuando se enciende.

—Haha. La compraremos cuando mis viejos me depositen.

—Nunca he conocido a tus...

—No lo harás. Eres demasiado importante para mí como para ganarte una
angustia y momento incómodo con ellos.

Jungkook se levantó y me ofreció una bandeja con manzanas recién picadas.


Sabe que me gustan sin cáscara y sin corazón.
—Jungkook.

—¿Mh?

—Te amo.
—Te mucho, mucho, mucho más.

—Cásate conmigo cuando pueda darte una vida buena...

—Me casaría contigo aún cuando viviéramos bajo de un puente.

—Jungkook...

—Bien, me casaré contigo cuando seas el gran Kim Taehyung director de la


mejor empresa de toda Corea. ¿Mejor?

—Mejor. Eso me anima a seguir estudiando.

El metió algunas manzanas en mi boca y yo besé su labios, aún con algunos


restos de fruta en las comisuras. Me siento la persona más feliz del mundo.

Al igual que esos cinco años más en donde nos convertimos en uno. Él y yo,
solo los dos.
Segunda parte

❝ Te voy a esperar hasta el último baile, hasta la última copa,

justo hasta la última de las últimas despedidas.

Te voy a esperar hasta que no tenga más


excusas para quedarme.
Hasta la última puesta de sol,
justo hasta el último minuto
de la última noche sin dormir.

Te voy a esperar,

pero una vez que me haya ido,


te prometo
que será para siempre. ❞

—Carlos Kaballero.
58

Las luces se deformaban un poco cuando movía mi cabeza con


brusquedad, ya no escuchaba aquellas tontas risas de los demás,
seguramente porque la mayoría ya se fue y yo no me he detenido en toda la
noche. Es sorprendente el aguante que tengo a pesar de la gran cantidad
de alcohol que he tomado en el transcurso de la fiesta.

Algunos están sobre la pista, meneando sus cuerpos como si no tuvieran


huesos y ella me observa, contornea sus caderas mientras camina hacia mí.
No tardó mucho en sentarse sobre mi regazo y tomar un poco del contenido
de mi vaso.

—Cariño, vamos a un cuarto.

—No, hoy no.

—Vamos, nunca me niegas algo así.

—Que no.

—Pero si me buscas como siempre, te rechazaré.

Ella. Sunheo. Se fue a ofrecer sus servicios a otro cliente. Ya no me gusta,


creo que está muy usada.

Comienzo a reír mientras derramo un poco de alcohol en aquel "lujoso"


sofá. EMG Model había sido un perjuicio desde el comienzo, pero yo era el
gran Kim Taehyung director de la empresa de modelaje más importante de
Corea y el mundo, e hice caer de rodillas a esa empresa tonta que al final
no tuvo otra opción que subordinarse a mí, a mi imperio.

—Jefe. Señor Kim.

—¿Mh?

No recuerdo el nombre de la chica, ella era nueva en el trabajo y se quedó


hasta tarde solo para quedar bien. Todos estaban acostumbrados a que el
jefe se fuera primero en una fiesta, pero yo soy otra cosa.
—Debo irme ya es muy tarde.

—Puedes irte.

—¿No quiere que le consiga un taxi? No creo que usted pueda conducir en
ese es...

—Puedes irte, dije.

Ella sujetó su bolso con fuerza, hizo una reverencia y se fue.

Rosy falleció hace seis meses. Me dijo que me fuera a descansar y que
mañana podía venir a verla. No quiso que me quedara esa noche, no quiso
porque sabía lo que le esperaba. Murió estando dormida, tal vez soñando
con aquel futuro que tanto esperaba y que al final nunca llegó. Me dijo antes
de morir que estaba orgullosa de mí... muy orgullosa de mí, como nadie en
el mundo.

Y las risas se convirtieron en jadeos de dolor, confundí el sudor con las


lágrimas, tal vez eran lágrimas o el alcohol que derramaba con mi torpeza.
Pero cómo dolía.

Jungkook se marchó hace dos años, justo con hoy se cumple el segundo
aniversario de su abandono. Echó por la borda cinco maravillosos años en
donde creí que él me amaba, oh joder, juraba por lo más sagrado que él me
amaba, cuán equivocado estaba.

Debí adivinarlo cuando se mostró distante, cuando no me permitía tocarlo,


cuando pasaba horas fuera de casa...

Dijo que quería terminar con todo y yo me arrodillé, supliqué por una
oportunidad, solo una. Pero de sus labios salió un frío y desgarrador "ya no
te amo más" que me destruyó la vida. Yo era un joven tonto que iba a
terminar su carrera en Economía, entusiasmado de darle una vida estable,
una vida buena.

Se fue al día siguiente sin decir nada más. Cuando desperté él no estaba,
se llevó todo lo que le pertenecía, pero olvidó llevarme a mí y yo le
pertenecía.
Tomé otro trago de golpe. Jin se quedó muy sorprendido y no podía creerlo.
Ni yo... porque su madre también se había marchado junto a él sin
explicación. ¡Familia de embusteros! ¡Malditos embusteros!

Busqué noche y día. Busqué pero jamás encontré nada. Solo me aferré a
ser el gran hombre que alguna vez soñé ser...

Me golpeo el pecho cada vez que lo extraño, pero me he dado por vencido,
siempre lo extraño. Es complicado vivir teniendo sus recuerdos en mí,
porque no puedo escapar de ellos y me llamo cobarde, porque no he sido
capaz de dejarlos ir.

¿Cómo podría? Él era mi vida entera, quería casarme con él, quería
morirme junto a él. Todo, con él.

Dejé caer el vaso y no hubo sonido. La música estaba al máximo volumen,


pero mis pensamientos eran aún más ruidosos. Sentí que flotaba, pero sólo
fui levantado, unos brazos amables rodearon mi cintura y me sacaron del
lugar.

—¿Qué te dijimos, Taehyung? No debes beber más.

Su voz.

—Nam hyung.

Me sentí feliz de verlo.

—Mírate. Estás hecho un desastre y mañana tienes una reunión.

Nam es mi mano derecha, mi amigo, mi padre, mi hermano, mi asesor,


todo.
Ah, y su esposa Jin es agradable...

—Hyung te quiero muuuucho.

—Cállate y sube.

Me dormí en el auto de Nam. Sabía a la perfección que el alcohol no


ayudaba a borrar recuerdos, pero sí sabía que dormiría mucho después de
beber y estando dormido me siento en paz, aunque a veces a Jungkook le
gusta aparecer en mis sueños, con sus "te amo" falsos y dulces.

Falsos y dulces, como él.


59

No fue nada grato soportar una jaqueta de mierda durante toda la mañana,
que empeoró cuando llegué a la empresa por la tarde con la noticia de mi
editor y escritor estrella, Yoongi, decidió renunciar.

—No puede ser, lo necesitamos para la edición de esta semana, maldita


sea.

—Él anunció su renuncia hace una semana, señor.

—¿Por qué no me dijeron nada?

—Dejé la carta de renuncia en su escritorio.

Observé la gran pila de documentos sobre mi escritorio, aún no los había


revisado. ¿Qué está pasando conmigo? Tenía que dejar de beber pronto.

—Demonios...

—No se preocupe señor, nosotros ya hicimos una selección y tenemos un


nuevo editor y escritor, vendrá a verlo cuando...

—Yo no quiero a otro editor.

—Señor Kim, es lo que tenemos, además es muy bueno, usted no quedará


decepcionado.

Solté un suspiro y mi secretaria salió de mi despacho. Caminé con calma


hacia la ventana, las calles lucían tranquilas hoy, era algo raro. Tomé mi
celular y busqué el número de Yoongi. Escuché su voz adormilada más
tarde.

—¿Me puedes decir qué pasa contigo?

—Taehyung, estoy descansando...

—¡Tenemos una nueva edición esta semana!


—Lo sé, pero yo dejé mi renuncia hace tiempo.

—¿Por qué quieres renunciar?

La relación entre Jimin y yo mejoró mucho, después de que me confesó que


estaba enamorado de Yoongi. Me pidió que le diera trabajo a su novio, yo
se lo di solo para que las cosas sigan mejorando entre Jimin y yo, al final
Yoongi resultó ser un gran profesional, lo mejor era que ya estaba hecho a
mi molde, sabía escribir todo lo que yo pensaba en tan solo horas. No podía
confiar en nadie que no fuera él y su trabajo.

—Jimin y yo queremos más tiempo juntos.

—Bien, tómate vacaciones, serán dos meses.

—No, en verdad quiero renunciar.

—Yoongi, ¿qué es lo que no te gusta? Trabajarás solo tres días, doblaré tu


sueldo...

—Quiero dedicarme a otra cosa. Jimin está celoso porque dice que ando
con otros modelos.

—¿Quieres que hable con él?

—No. Renuncio, bro.

—Vale, pero si vuelves no te daré trabajo nunca más.

La puerta sonó, alguien entró con pasos resonantes a mi despacho, sea


quien fuera estaba siendo maleducado. El nuevo editor tendrá un descuento
con eso.

—Eso dile a Jimin, te matará si no quieres darme el empleo.

—Joder...

—Tengo que irme, te quiero bro.


—Agh, yo también bro.

Escuché la risa de Jimin al otro lado de la linea y luego cortó. Solté un


suspiro de resignación. Soy un perfeccionista de mierda y me preocupa que
otro editor escriba los artículos de la nueva edición, nada podía fallar.

Caminé con pasos lentos hasta mi escritorio y tomé un suspiro. Levanté la


vista para observar al intruso que había tenido la osadía de entrar a mi
despacho y tomar asiento sin permiso.

—Taehyung.

Me quedé en silencio, sin darme cuenta los latidos de mi corazón se


desbordaron. Mi cuerpo quiso temblar, pero me puse firme, ya no era aquel
chico tonto que lo amaba con toda su alma. Quise reclamarle por todo,
reclamarle por su abandono. Muchos recuerdos se amontonaron en mi
cabeza, nuestra feliz vida juntos, nuestra separación, sus frías palabras, mi
vida siendo una mierda, mi triunfo, todo...

—Su curriculum.

—Aquí está.

Me tragué los nervios y el dolor. Él cambió, luce radiante, está algo más
delgado y su cabello castaño tiene un tono más claro. Sus labios aún
continúan siendo tan rojos y apetecibles como siempre. No quería mostrarle
que su partida me había destruido, no cuando él está tan feliz, Jungkook
quiere restregarme en la cara que ha estado muy bien sin mí y ahora se
presentó aquí solo para burlarse, pero no se lo permitiría, ya no soy el de
antes, he cambiado.

—¿Conoce la estructura de nuestras revistas?

—Sí, las he estudiado y he leído el 90% de todas.

—Debió leerla al 100% señor Jeon.

Él esbozó una sonrisa que lucía sincera. Bien sabía yo que estaba fingiendo
o tal vez riéndose de mí.

—Creí que el 10% restante ya no está acorde con la actualidad.


—Buen punto.

—Hice un artículo para Vogue Italia, varios de Canada and Toronto news.

Impresionante. Así que es lo que hizo mientras no estaba conmigo. Yoongi


en sueños haría una edición para Vogue Italia.

—Bueno, le necesitamos, tendrá que hacerlo a la perfección.

—Lo haré.

Le entregué sus papeles y me apoyé en el respaldo de mi lugar, me sentía


mareado.

—Ahora vete.

—Vaya, todos me hablaron de tu carácter pero no creí que sería tan


intenso, Taehyung.

Sentí nauseas, los nervios me estaban matando. Sus mejillas se sonrojaron


de inmediato cuando mi mirada se posó en él.

—Bueno, si no tengo ese carácter no podría manejar esta empresa.

Él asintió y se levantó.

—Iré a trabajar, Taehyung.

—Llámame Señor Kim.

Él abrió la puerta y volteó a verme.

—Iré a trabajar, Tae.

Y salió. Cuando la puerta sonó dejé caer mi cabeza sobre el escritorio y


comencé a llorar como un niño. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿POR QUÉ?
60

Había mucho trabajo para esta semana así que no tendría descanso estos
días. No podía dejar de pensar en Jungkook, justo ahora debe estar en el
piso de abajo, intentando realizar el artículo principal de la revista.

Entonces mi puerta sonó pero no de manera normal, sino como si estuviera


siendo pateada...

Me levanté y abrí la puerta. Me encontré con los ojos de Jungkook, él


cargaba a duras penas su mochila sin cerrar, llena de papeles, una
computadora portátil enorme y más papeles colgando de sus brazos.
Estaba agitado y me observaba con la misma sonrisa de hace algunas
horas.

—No puedo concentrarme abajo y como sé que eres muy perfeccionista,


pensé que sería mejor que estuviera junto a ti para que sepas el proceso de
todo lo que hago.

Yo aún estaba ahí parado sin poder entenderlo por completo. Sus brazos
temblaban, parecía estar sufriendo sosteniendo todas esas cosas.

—Puede hacerlo solo señor Jeon, no necesita mi aprobación en todo


momento.

—Sí la necesito y además ahí abajo alguien me invitó a salir, no puedo


trabajar así.

Solté un suspiro y pasé de largo hasta la recepción de mi secretaria. Ella


usaba dos escritorios unidos, tenía mucho espacio para ella sola, así que le
pedí que hiciera un poco de espacio, lucía confundida pero no se negó.

—Quédese ahí.

—¡Sí, señor!

Jungkook dejó caer sus cosas sobre el escritorio, parecía exhausto. ¿Quién
será el estúpido que se atrevió a invitarle a salir y estorbar su trabajo? Le
despediría.
Ingresé a mi despacho sin agregar nada más y me fundí con el trabajo por
varias horas, no supe qué hora era hasta que Namjoon ingresó como si
acabara de ver un fantasma.

—T-tahyung.

—¿Sí, hyung?

—Vi a Jungkook ahí afuera, te lo juro, es idéntico, incluso tuvo la misma voz
cuando me saludó, tienes que verlo.

Namjoon me tomó por los hombros.

—Ya lo sé hyung...

Él se me miró con una expresión sorprendida.

—¡¿Lo sabes?! ¡¿Es Jungkook de verdad?!

—Sí...

—¿Y qué le pasó? ¿Dónde se fue tan repentinamente?

—No lo sé, ni quiero saberlo...

Él me soltó y luego soltó un suspiro, me miraba con algo de pena.

—¿Estás bien?

—Lo estoy.

—Ya son las once, ¿comiste por lo menos?

—No tengo hambre.

—Taehyung...
—No te preocupes hyung, en serio, estos días son así, cuando pase esta
temporada descansaré bien.

—Vale, iré a casa a contarle a Jin que Jungkook regresó, estará muy feliz.
Ah y traje tu auto.

—Gracias.

Namjoon se fue. Es la única persona en la empresa que viene un par de


veces a trabajar y gana más que todos, hay algo en su defensa, sin él la
empresa caería en bancarrota en cualquier momento, todo se lo debemos a
él.

Me sentí cansado y la cabeza no había dejado de dolerme. Así que tomé mi


abrigo y salí, los pasillos estaban apagados, realmente era muy tarde.

En la recepción estaba Jungkook, tecleaba con rapidez y cuando me vio


pasar se levantó.

—Buenas noches señor Jeon, no le pagaré horas extra.

No me detuve, continué caminando hacia el ascensor. Escuché unos


pasitos ruidosos detrás de mí, Jungkook estaba corriendo para alcanzarme.

—Taehyung, espera.

Esperé a que el ascensor subiera y las puertas se abrieron, ingresé y él lo


hizo a mi lado.

No quería decir nada, pero él parecía tener energías para continuar.

—Taehyung, no me permitieron ingresar a tu despacho, la secretaria es


muy amable pero creo que es demasiado...

—Es una orden mía, nadie que no esté en la lista puede entrar sin
autorización.

—¿Puedo estar en esa lista?

—No.
—¿Y cómo quieres que te muestre mi trabajo si no me dejan ingresar?

Jungkook estaba abrazando su maletín con fuerza.

Es tan hermoso... maldita sea, no tengo que caer de nuevo.

—Vale, lo pensaré.

Llegamos a la planta baja, yo caminé sin detenerme hasta la salida. El de


seguridad se despidió de mí y le di instrucciones para que cerrara todo bien
y activara las alarmas.

Mi automóvil estaba afuera, tal vez podía llevar a Jungkook a su casa o


donde fuera que ahora esté viviendo.

—Entonces llegaré temprano mañana, no tienes que preocuparte traeré un


poco de comida, sé que hoy no has comido nada.

Iba a decirle que no era necesario, que no quería nada de él, hasta que un
muchacho bastante alto le hizo una señal de saludo, no sabía que estaba
ahí esperando por Jungkook.

—¿Quién es él?

—Él es mi novio.

Era un extranjero hippie, de esos que se fuman hasta las camisas coloridas
que les encanta usar como si no existiera el frío.

Me dolió, joder, sí que había dolido. ¿Me había cambiado por ESO?

—Hasta mañana.

No dije nada más y me dirigí hacia mi auto. Él hizo una reverencia y se fue
corriendo hacia su novio, él esbozó una sonrisa al verlo y sostuvo su
maletín. Se abrazaron y luego se fueron caminando calle abajo,
desapareciendo entre la multitud.
Yo esperé un poco y luego me dirigí hacia mi lugar favorito, un bar bastante
costoso cerca de mi nuevo departamento. Me emborracharía otra vez con el
estómago vacío, mañana despertaría hecho mierda sin duda, pero tendría
compañía, todas las mujeres del bar amaban tenerme ahí y ninguna me
cambiaba por un gringo fuma hierba.
61

No tuve fuerzas para levantarme. Llamé a Nam a duras penas y él con un


tono asustado vino en camino. Jin preparó un poco de comida y me la trajo,
mientras comía con calma ambos me regañaban, incluso completaban la
fase del otro.

No sé cómo aparecí en casa. Seguramente gracias a Nam, le he estado


dando muchos problemas últimamente...

—Tengo que ir a trabajar.

—¿Qué estás haciendo de tu vida?

A Nam podía responderle y excusarme, pero con Jin era diferente, me daba
miedo.

—Lo siento...

—Nam tuvo que traerte ayer, porque sino estarías solo en la calle y esta
mañana tuvo que venir porque ya creímos que ibas a morir.

—Lo siento.

—Cariño, eres muy importante para nosotros, no queremos que nada malo
te pase.

—Entiendo, gracias.

Cuando se marcharon ya eran las cuatro de la tarde. El dolor de cabeza ya


era costumbre en mí. Llegué a la empresa media hora después, Jungkook
me saludó al ingresar, pero no tenia ganas de responder.

Me pregunto si está tan feliz gracias a su noviecito.

Hoy tendría mucho trabajo.


Jungkook entró detrás de mí antes de que cerrara la puerta. No me
importaba mucho ahora, yo solo me senté y descansé un poco.

—¿Estás bien?

—Sí.

—Tengo el borrador del artículo...

—Qué bien.

—¿No vas a leerlo?

—Claro.

Tomé el borrador y comencé a leerlo con calma mientras él esperaba con


paciencia. Hay muchas partes que no me gustan, hace énfasis en la carrera
de un diseñador y no en su trabajo para esta temporada, por lo demás está
perfecto, realmente magnífico. Era una preocupación menos.

—¿Y bien?

—Me gusta, pero sintetiza la carrera del diseñador.

—Lo haré.

Empecé a revisar los documentos pendientes. Los gerentes estaban


presionando un poco, más que siempre.

—Tae.

—¿Mh?

—¿Cómo es que llegaste tan alto?

Me detuve a mirarlo.

—Me acosté con el anterior director y me dejó todo antes de morir.


El rostro de Jungkook era genuino, quería morir de risa.

—Tae...

—Esto me costó sufrimiento y dolor, ¿entiendes? Yo lo di todo por esta


empresa y ella me lo dio todo, yo no necesité de nadie para llegar aquí, solo
a mí.

Jungkook soltó un suspiro, que seguramente estaba reteniendo.

—Sabía que lo lograrías, estoy muy orgulloso de ti.

Él sabía dónde tocar para hacerme llorar. Él me conoce perfectamente.

Jungkook caminó hacia la salida, y antes de marcharse agregó:

—Prometiste casarte conmigo cuando estuvieras en ese lugar.

Me mostró una sonrisa, ésta muy melancólica e incluso forzada.

Se marchó y yo me quedé estupefacto.

¿Qué dijo?
62

Le prometí a Nam no beber, al menos no hasta que termine esta temporada.


Me presenté en la empresa más temprano de lo normal, y me quedé
sorprendido al ver que Jungkook ya estaba ahí. Realmente estaba
esforzándose y yo no planeaba pagarle como a Yoongi.

No podía concentrarme pues a él le dio por revisar todos los estantes con
documentos e información de nuestra trayectoria. El silencio era incomodo.
Creo que compraré un gran conjunto de parlantes donde canten los strokes,
monkeys o lo que fuera.

—¡Taehyung!

Jungkook chilló. Una fila de enorme de libros iba a caerse sobre él, sus
brazos no podían sostener el peso. De inmediato me levanté y sostuve los
libros, esperando un poco de ayuda de su parte, sin embargo solo sentí
pequeños piquetes en mi torso y brazos, que se transformaron en
cosquillas.

—¿Qué haces? Joder, ayúdame.

—Estás muy amargado, ríete.

Me retorcia mientras luchaba contra la risa, tenía los nervios de punta. Mis
brazos temblaban, los libros se iban a caer sobre nosotros.

—Déjame, ¡ya!

—Ríe, ríe, ríe.

No me contuve, comencé a reír y él también lo hizo. Los libros se cayeron


más tarde y nosotros con velocidad nos alejamos. El sonido era estrepitoso,
mis libros...

Observamos la escena en silencio y nos miramos. La risa estalló entre


nosotros, de pronto me sentí como en aquellos días en donde
disfrutábamos de nuestra compañía.
Las risas fueron apagándose. Sus ojos me decían algo pero no supe qué y
su diestra jaló mi corbata. Mi corazón latía y latía sin parar.

De pronto sus labios se estrellaron con los míos, nos besamos como nunca
lo habíamos hecho, teníamos sed de probarnos un poco más, de fundirnos
el uno con el otro. Mis brazos apresaron su cintura y sus dedos recorrieron
mis brazos.

Y la puerta se abrió, Jungkook me apartó un poco.

—Señor Kim, ¿cómo se atrevió?

Yo me quedé ahí parado, como un estúpido.

Jungkook salió de mi despacho echándome la culpa de algo que yo no


había iniciado. Fue muy bajo de su parte... pero ese beso me devolvió algo,
no sé, tal vez un poco de vida. Sus labios estaban dulces y tan suaves
como siempre lo fueron.

Pero él tiene novio y cómo pudo besarme y...

—Así que ahora acosas a los nuevos.

Reaccioné cuando escuché la voz de Lely, mi fotógrafa estrella.

—No lo acoso.

—Lo que vi hace minutos fue algo interesante.

Tomé asiento, intentando recuperar el aliento.

—¿Qué pasa?

—Que queremos tu cara para la nueva edición.


—Les dije mil veces que no.

—Vamos. Todos quieren tener más de ti, eres un chico muy apuesto y
además un empresario, tienes que salir por lo menos en una de las
portadas de tu revista.
—No.

—Da igual, nuestro rostro de la edición murió de una sobredosis.

—¿Qué?

—Sí y ya teníamos planeado tenerte de imagen.

—Busca otros modelos.

—Nuestra revista se caracteriza por tener los rostros más hermosos del
mundo, conseguir un nuevo modelo tardará meses.

—No. Además yo no...

—Sí, tienes un rostro hermoso y punto. Solo te aviso que pronto tendrás dos
sesiones, una conmigo y para la otra tendrás que buscar a otro fotógrafo, yo
tomaré vacaciones, querido.

Lely salió del despacho. A mí no me gustan esas mierdas de tomarse


fotos... joder.
63

Hoy Jungkook llegó tarde, supe por Namjoon que él tuvo un encuentro
emotivo con Jin. Le contó algunas cosas que había hecho en Estados
Unidos, entre esas cosas conseguir buenos trabajos. Así que no le dije
nada.

Alguien tocó la puerta y yo no tenía ganas de ir a abrir, así que grité un


"pase" que se me hizo extraño.

—Señor director Kim Taehyung.

Junhwa ingresó con una sonrisa en la cara, realmente es un placer verlo.

—Miren a quién tenemos aquí, niño bonito.

—Basta, me sonrojas.

—¿Cómo estás, Junnie?

Junhwa era el primer modelo que tuvo mi empresa después de que la


empresa bajo el anterior director quedó en quiebra. Todos habían
renunciado y yo era un simple trabajador que si renunciaba se quedaría sin
comer.

Mis padres ya no me mandaban dinero y no quería pedirle dinero a Nam, ya


tenía muchos gastos cuando él y Jin se mudaron juntos. Entonces me
quedé en esa empresa que se estaba cayendo a pedazos, donde todos los
modelos habían renunciado.

Junhwa llegó más tarde con temor, era una hermosura, realmente no creí
que estaba buscando trabajo aquí, pero llegó y confío su futuro en mí. Eso
me dio más fortaleza para convertir a la empresa en lo que hoy es. Él confió
en la empresa y en mi capacidad, desde entonces le considero como un
hijo.

Es notoriamente bajito a comparación de mí y sus cabellos castaños le


quedan mejor que los rubios.
—Estoy muy bien, chico guapo. ¿Cómo estás tú?
Él tomó asiento sobre mi escritorio mientras curioseaba algunos
documentos.

—Estoy cansado, tengo mucho trabajo, Junnie.

—Lely me dijo que serás la portada de esta temporada.

—Ugh sí... ¿por qué no lo haces tú? Eres precioso, venderíamos más.

—No puedo, me toca la siguiente. Esta temporada le tocaba a Hyo, pero las
drogas terminaron matándolo. Además... tú eres más guapísimo que nosotros,
Tae.

—No, no, no.

—Sí, mírate.

—No, sht.

—Sí, y sí.

Junhwa se levantó y comenzó a picar mis mejillas.

—Basta, estoy trabajando.

—Uy. No olvides que al posar tienes que tener intensidad, a la gente no le


gusta la gente sin expresión.

—Entendido.

—Tengo que irme, hyung.

—Te acompaño, cariño.

Salimos con calma de mi despacho. Abrí la puerta y me encontré con un


Jungkook muy pegado a la puerta, que en cuanto nos vio tomó su distancia
e hizo una reverencia.
Como siempre Jun muy educado se despidió de él y de mi secretaria.
Caminamos juntos por el pasillo hasta llegar al ascensor.

—Tae, tenemos que salir a comer juntos.

—Está bien, cuando termine esta temporada comeremos algo delicioso.

—¡Sí!

Las puertas del ascensor se abrieron y antes de irse, Jun me dio un abrazo.
Él creció tan rápido, realmente estoy muy orgulloso de todo lo que ha
logrado. Mi hijo pequeño. El pensamiento me hizo reír y a la vez me llenó de
ternura.

Me dirigí hacia el despacho. Recordé que Jungkook y yo una vez habíamos


hablando de lo bonito que sería adoptar a un niño.

Qué estupidez.

Cuando ingresé, Jungkook ya estaba dejando papeles sobre mi escritorio.

Su voz sonaba fría y algo molesta.

—Gracias por añadir mi nombre en la lista de los que pueden ingresar a tu


despacho, Taehyung.

—Tengo que saber cómo va su trabajo.

Tomé asiento y me negué a mirarlo. El ambiente estaba tenso.

—Oh.

Revisé los apuntes que había hecho, estaban bien, pero resaltaban algunos
errores que no tienen nada de especial.
Sentí su mirada penetrante.

—El artículo central está listo, lo demás tiene que ser mejorado.
Él asintió y tomó asiento en uno de los sofás, comenzó a tomar apuntes en
su libreta.

Ah, él es mi vida entera, es lo que más quiero en este mundo, pero él decidió
alejarse de mí. No puedo olvidar los momentos que vivimos. Su indiferencia y
frialdad.

Se negaba a tenerme cerca hace dos años y ahora de pronto regresa, me


besa como si nada hubiera pasado, como si nunca hubiera pasado nada
malo entre nosotros. Sigue lastimandome a pesar de todo...

—Señor Jeon.

—¿Sí?

—Lo que sucedió ayer... no puede volver a repetirse, le puede costar el


trabajo, ¿entendido?

Él estaba un poco asombrado y bajó su cabeza.

—Sí.

No me gustaba verlo así. Quería abrazarlo pero me contuve.

—Yo... tengo que transcribir esto...

—Puede irse.

Se levantó y salió sin mirarme.

Joder.
64

Estoy un poco preocupado, estamos dándolo todo en esta temporada y


estoy seguro de que todo saldrá bien, pero arriesgarnos tanto siempre
asusta.

Es un poco tarde así que terminé los pendientes, tomé mi abrigo y salí.
Todos los pasillos están apagados y Jungkook continúa trabajando duro.

—Es tarde, váyase a casa señor Jeon.

—Oh, no supe qué hora era.

Él tomó sus cosas y caminamos por el pasillo hasta el ascensor. El recorrido


fue muy silencioso, ambos estábamos muy cansados. Debido a que se
viene el fin de semana, tendremos más tiempo para pensar.

—¿Su novio vendrá por usted?

—No... Tae, ya deja de hablarme así, me hablas como si fuera un extraño y


es lo menos que soy.

Tomé un poco de aire fresco al salir de las instalaciones del edificio.

—Vale.

—Gracias...

—Las calles son muy peligrosas, puedo llevarte.

Nos miramos por algunos instantes.

—Te lo agradecería.

Él admiró a detalle mi automóvil, estaba muy asombrado con toda su


tecnología. Yo conduje con cuidado y lento, como apreciando cada
momento que él estaba a mi lado.
Él continuaba viviendo en su vieja casa y cuando llegamos me sentí tan
ajeno a todo, ajeno a su vida.

—Tae, gracias por traerme...

—No agradezcas.

Salí del auto para abrirle la puerta. Jungkook hizo una pequeña reverencia y
caminó hasta su casa para tocar el timbre. Yo me quedé ahí, asegurándome
de que llegara a salvo.

La señora Jeon abrió y en cuanto me vio esbozó una enorme sonrisa.

—¡Taehyung! Dios mío, ven aquí.

—Señora, yo... tengo que irme.

—Pasa un momento por favor, hijo.

No pude negarme, ingresé a su hogar. Aquel lugar en donde antes no tenía


que pedir invitación para ser recibido.

Jungkook estaba un poco incómodo y desapareció después.

—Déjame servirte algo.

—Señora...

Ella me miró con algo de pena, aún cuando su sonrisa se veía forzada. Yo
solía llamarle madre y ella me llamaba hijo.

—Sé que te gusta la sopa de algas, hoy las preparé.

Ella me sirvió un poco y el sabor me trajo muchos recuerdos de Rosy.


Quería llorar, pero no podía romperme ahí.

—Está deliciosa.
Y apareció de pronto el novio de Jungkook. Se sentó en nuestra mesa y le
preguntó a la señora Jeon quién era yo, con un coreano mal pronunciado.

—Taehyung, te presento a George.

—George, he's Kim Taehyung, Kookie's boss...

El gringo presionó mi mano. El tipo realmente no me agradaba.

—Nice to meet you.

Ajá.

—Bueno, señora Jeon, tengo que marcharme es muy tarde, muchas gracias
por la sopa estuvo estupenda.

—No es nada, querido. Espero que podamos conversar un día, para que me
cuentes todo lo que lograste.

—Claro.

George me acompañó hasta la puerta y en cuanto salí, la cerró de un


portazo.

Solté un suspiro y me dirigí hacia mi amigo de cuatro ruedas, el único que


no me cierra la puerta en la cara.

—¡Taehyung!

Escuché la voz de Jungkook y me di la vuelta para verlo. Usaba un pijama


con varios ositos sobre la tela, me miraba con tristeza, como intentando
decirme algo que no lograba entender.

—Entra, hace frío.

—Lo haré.

—Bien, buenas noches.


Abrí la puerta y le observé una vez más antes de entrar.

—¡Taehyung!

—¿Qué?

—Lamento haberme ido de esa manera, realmente lo lamento.

Mi corazón comenzó a doler, esa sensación de que el aire no suficiente


para llenar tus pulmones se hizo presente.

—Descansa...

Ingresé y encendí el auto. No me detuve a mirarlo otra vez, porque sabía


que si lo hacia ya no podría irme.

Es mejor así. Tal vez las disculpas ya no son suficientes después de todo.

Lo he decidido, voy a dejar ir a Jungkook.


65

Supe que era un gran error haber venido cuando Jungkook llegó más tarde.
La situación estre nosotros está muy difícil y esto no lo está mejorando.

Nam me llamó un sábado por la mañana pidiéndome visitar su casa, pues


habían organizado una reunión de amigos. Yo quería descansar, pero sé
que a Jin le preocupa que pueda ocupar mis tiempos libres en ir a bares o
follar con desconocidos.

Cuando llegué estaban en la sala Jackson y Mark, Yoongi y Jimin, Jin y


Namjoon, Hoseok y por último Jungkook. Yoongi trajo cerveza y Jackson se
bebió algunas botellas, porque nadie quería probarla aun, no mientras Jin
estaba preparando un platillo especial.

Me sentí realmente tenso con varios ojos mirándome.

—Mi viejo amigo Taehyung... hip.

Jackson está realmente borracho, yo le vi tomar muy poco, ¿habrá estado


bebiendo antes?

—¿Cuántas te bebiste?

—¿Y tú cuántos te cogiste? Eres... eres un genio...

Namjoon estaba ayudando a Jin. ¡Necesito a mi hyung, ahora!

Intenté desviar el tema y funcionó. Hoseok era toda una estrella, se volvió
muy popular este año y nos contó que fue muy difícil llegar aquí sin que lo
descubran los fans.

Jimin y Yoongi estaban muy pegados. Yoongi es cursi, aunque no parece.

Jackson hasta ese momento aparentaba estar dormido sobre el sillón, sin
embargo se levantó y tomó mi brazo. Reía sin parar.

—Campeón...
—Jackson, deberías descansar.

—Mira, m-mira alrededor.

Él estaba alucinando.

—Jack...

—Alrededor están varios chicos que se morían por... por estar contigo, m-mi
novio Mark, Hoseok, Jimin... qué locura. ¿Cómo lo haces? L-le gustas a
todos...

Jackson soltó mi brazo y se dejó caer en el respaldo del sofá. Jungkook


tomó una botella de cerveza y se la bebió. Él nunca bebe, joder.

Esto tenía que parar. Nadie veía con malos ojos a Jackson, sino a mí, eso
era cosa del pasado y es muy delicado hablar de eso.

—Bueno, creo que el almuerzo ya debe...

Jackson volvió a interrumpir.

—Pero Tae me da pena... pena. La única persona que amó, l-le abandonó.
¡Jungkook!

Mark intentó cubrir los labios de su novio. La situación se ha ido de las


manos.

Eso había sido duro, me sentí... mal, yo, el chico muro, el director frío y
calculador, estaba herido.

—Jackson.

—Jungkook fue ingrato con Tae... ¡niño, yo no te crié así!

Todos estaban estupefactos. Jackson se derrumbó de nuevo sobre el sofá.

Jungkook se levantó y se fue corriendo al baño, vi algunas lágrimas en sus


ojos poco antes. Salí corriendo detrás de él.
La puerta estaba entreabierta, así que entré sin tocar. Él sollozaba, mientras
tallaba sus ojos con su manga.

—Disculpalo, está borracho, no sabe lo que dice.

—Q-quiero estar solo.

—Jungkook, por favor no llores.

Mi corazón dolía más al verlo así, tan frágil. Abracé su espalda esperando
que su llanto cesara, pero incrementó más.

—Jungkook...

—Todos creen que yo... que yo soy malo, y comienzo a creer que lo soy...

—Ellos no saben lo que pasó entre nosotros.

—¿Qué fue lo que pasó entre nosotros, Taehyung?

—...

"Me abandonaste".

Pero no quise decirlo.

—Me fui... y soy el malo ante todos.

—¿Tú crees que no lo eres?

Lo sé, estuvo mal decirlo, pero tenía que sacarlo. Él se volteó a verme, sus
mejillas estaban húmedas y sus ojos bastante brillosos.

Parecía estar ofendido con mi pregunta.

—¡No lo soy!

—Entonces explícame por qué te fuiste.


—¿Si te lo explico volverías conmigo?

Él esperaba por mi respuesta y yo no había pensado en eso claramente


hasta ayer. Ayer donde tomé una decisión.

—No.

—Entonces no tiene sentido decirlo.

Él se separó de mí y salió corriendo. Solo escuché la voz de Jin intentando


detener a Jungkook, sin éxito. Él se había ido.

Quise reclamarle, pero no dije nada. ¿Cómo puede actuar así conmigo
teniendo novio y hablándome cínicamente en la oficina, como si no hubiera
pasado nada?

Salí hacia la sala, Mark pidió disculpas porque Jackson es pésimo para
beber y se emborracha rápidamente. La reunión terminó mal, llevé a Jimin,
Yoongi y Hoseok a sus hogares, antes de volver a la casa de Nam.

Quería estar lejos de mi soledad por lo menos hoy, porque no deja de


recordarme a Jungkook.
66

El fin de semana estuvo caótico, me mantuve muy ocupado controlando el


trabajo de los diseñadores. Son excelentes pero les encanta platicar entre
ellos y luego con los modelos y al final no terminan nada.

Estaba esperando a que Lely llegara para tomar la primera sesión de fotos.

Ella llegó como siempre, puntual, sin embargo traía a Jungkook con ella. Él
se veía cansado, pero se mantuvo sonriendo y con una actitud positiva.

—Bien, Taehyung, traje un ayudante, él es excelente.

—Soy tu jefe, respétame.

—Cállate mocoso que soy mayor que tú, ahora posa para nosotros.

No sabía cómo posar. Las luces me ponían nervioso. Lely le daba


instrucciones a Jungkook y él tomaba apuntes con velocidad.

Yo estaba ahí parado sin saber exactamente qué es posar.

—Taehyung, dame material.

Intenté moverme mientras la cámara no paraba de tomar fotos.

—Lely, esto es imposible.

—¡Quiero que poses!

—Es lo que estoy haciendo.

Lo intenté una vez más.

—Quiero una mirada seductora.

—Esto es para la portada de una revista de moda, no de porno.


Estuvimos como media hora trabajando. Sé que no di lo mejor de mí, pero
Lely es la mejor, todo lo que hace lo convierte en arte.

—Taehyung, justo ahora debo arreglar algunas cosas en el estudio, volveré


más tarde.

—¿Más tarde?

—Sí, por lo tanto Jungkook hará la segunda parte de la sesión, no te


preocupes, lo hará bien.

Lely se fue tarareando una canción y nos dejó solos. Su rostro mostró una
sonrisa y señaló mi lugar para poder comenzar.

—¿Sabes algo de fotografía?

—Sí, claro. Prometo que haré mi mayor esfuerzo.

Realmente no era bueno en eso, y Jungkook estaba muy centrado tomando


fotos, tanto que no se dio cuenta de que una silla estaba detrás de él, perdió
el equilibrió y cayó sentadito sobre ella. Ambos comenzamos a reír.

—¿Estás bien?

—Sí, lo lamento estaba muy concentrado.

—Creo que...

Lely volvió a buscar algunas herramientas.

—Lely

—¿Sí?

—Ya me cansé, elige una foto de las que se tomaron y ya.

Ella soltó un suspiro y revisamos las fotos con cuidado.


—Taehyung, todas las fotos parecen ser copias, no tienes ni una sola
expresión.

Continuamos revisando las imágenes, las imágenes que tomó Jungkook


eran iguales a las que tomó Lely. Sin embargo la última foto era diferente de
las demás, ella estaba sorprendida cuando la vio.

—Dios mío Jungkook, ¿cómo hiciste que Kim Taehyung sonríera así?

—Pero él...

No recuerdo en qué momento pasó, yo nunca sonreí de esa manera


mientras posaba.

Oh, tal vez la tomó cuando se cayó sobre la silla.

—Mira esos ojos llenos de emoción, de amor. Taehyung, deberías


contratarte como modelo.

—Lely...

—Bien, me callo. Ahora iré a editar la foto, señor modelo.

Lely se fue feliz y de nuevo nos dejó solos. Ya era hora de volver a trabajar.

—Taehyung.

—¿Mh?

—Mi nombre es Jeon Jungkook, soy escritor y columnista, me gustan los


libros de misterio, escucho pop cuando estoy de buen humor, me gustan las
canciones de blackpink y adoro los helados de chocolate. ¿A ti?

No entendía nada de lo que decía, pero su mirada me pedía que


respondiera. Es mejor olvidar nuestra historia, es mejor olvidar que alguna
vez fuimos algo. Solo de esa manera el dolor podrá borrarse.

—Mi nombre es Kim Taehyung, soy director de esta empresa, me gustan


las bandas de rock y prefiero el helado de vainilla, mucho gusto Jungkook.
—El gusto es mío, Taehyung.

Era lo mejor para los dos.


67

Lely organizó una fiesta formal para hoy, según ella es necesario celebrar el
gran triunfo que tuvo nuestra edición anterior. Lo hace muy a seguido y
comienzo a creer que lo hace sólo para ligar.

Todos me saludaron e hicieron un brindis en mi nombre, después las luces


bajaron y todos se dejaron llevar por el sonido de la música. Como siempre
yo me quedé sentado, mirando alrededor y pensando un poco. No me
gustan las fiestas formales.

Nam y Jin están bailando animadamente sobre la pista. Son lindos porque
ninguno es bueno bailando, aún así lo disfrutan.

Jungkook llegó después, se veía jodidamente hermoso con ese traje negro,
marcando las partes perfectas que debía marcar. Detrás apareció George.

Solté un suspiro. Junhwa se sentó junto a mí.

—¿No saldrás a bailar?

—No.

—Anda, podemos bailar juntos.

—No, no, no.

—No quiero quedarme sentado.

—¿Nadie te invitó a bailar?

—Lo hicieron, pero ninguno fue el que yo quería que lo hiciera.

—¿Y quién es?

Junhwa señaló con su dedo a un muchacho que bailaba feliz por la pista
con dos chicas. Era apuesto, pero no le veía lo suficientemente bueno para
él.
—Él.

—No quiero que te le acerques.

—Sí claro, papá.

—No se ve bueno para ti.

—Pero a mí me gusta.

Sentí la presencia de alguien más. Era Jungkook quien nos saludó y tomó
asiento junto a mí. La situación era incómoda para ambos.

—Jun yo creo que...

—Hyung, tengo que irme, nos veremos después.

Junhwa se fue repentinamente. Yo quería que se quedara y me salvara de


este momento incómodo.

—¿Llegaste temprano, Taehyung?

—Algo así.

—Creo que interrumpí algo importante.

—No lo creo.

—¿No piensas bailar?

—No, no soy bueno en ello.

La música estaba alta, así que Jungkook hablaba muy cerca de mi oído. Me
estremecí cuando su aliento caliente se pego sobre mi piel.
—Yo tampoco soy bueno en ello, pero me gustaría bailar.

Cómo podía negarme si era él quien quería bailar. Esbocé una sonrisa y él
tomó mi mano.
Nos dirigimos a la pista, nos comenzamos a mover lentamente pues la
música se volvió más lenta, tanta hasta el punto en el que el ambiente pasó
a ser romántico.

Él abrazó mi cuello y mis manos se posaron sobre su cintura, por


costumbre. Estábamos tan cerca que nuestras narices se rozaban a
seguido. No sé si él sintió lo mismo, pero por mi parte... eso fue mágico.

Su aroma se internó por mis sentidos, era el mismo aroma que abrigó mi
corazón por tantos años.

—Jungkook...

—Kim Taehyung.

Mi vista se desvió hacia los asientos. Ahí estaba George coqueteando


abiertamente con una chica.

—Tu novio está coqueteando con alguien.

Jungkook volteó a ver y luego levantó los hombros.

—No importa.

Me quedé absorto, ¿que no importaba?

—Si quieres puedo ir a enseñarle que debe respetarte.

—No, tonto.

Él me miró, sus ojos brillaban junto con las luces del lugar. Sentí muchas
ganas de besar su boca, pero no lo hice.
Cuando la canción terminó nos alejamos de la pista. Tuve la intención de
tomar asiento, pero él jaló de mi mano y me llevó hacia el pasillo colindante
a la puerta trasera. Yo dejé que hiciera conmigo lo que quisiera... ya daba
igual.

—Tae.
—¿Mh?

—¿Te gusta la filosofía?

—La amo.

—¿Te gustan los libros?

—Sí, son mi vida.

Nuestra posición era muy intimida. Mis brazos le apresaban contra la pared
fría del pasillo y sus dedos jugaban con mi corbata. La música sonaba
desde lo lejos, estábamos solos en el lugar.

—¿Y yo... te gusto?

—No.

—Taehyung yo no...

—Tú eres mi todo, no me gustas porque es poco en comparación a lo que


siento.

Sus ojos comenzaron a humedecerse y no supe en qué momento, pero


nuestros labios ya estaban tocándose y devorandose entre sí, como si se
hubieran necesitado toda la vida.

Mis brazos bajaron hasta su cintura en donde mis uñas se clavaron. Un


jadeo salió de esa boquita y nos separamos para comprobar que lo
sucedido era real.
—Siempre has sido mi todo, Taehyung.

Mi corazón grabó todo aquello con fuego.

¿Para qué quedarnos más tiempo en esa estúpida fiesta?

—Vamos a mi departamento.
Él no se negó y nos montamos en mi automóvil. Es difícil intentar olvidar
que compré ese auto solo para llevarlo a donde él quisiera.
68

—¿Y si palmeo dos veces?

—Se enciende y apaga a la vez.

Jungkook se quedó alucinado con mi departamento, comenzando con la


llave suplantada por una tarjeta y terminando con las luces que se
encienden y apagan con palmadas.

—¿Si lo hago rápido?

Jungkook palmeaba sus manitas con rapidez, intentando hacer colapsar las
luces que parecían se más inteligentes que él.

—Nunca lo he intentado.

—¡Ajá! le gané.

Jungkook había palmeado tan rápido que las luces solo se apagaron. Se veía
como un niño jugando y yo le observaba atentamente, es realmente hermoso.

—Wow, tecnología 0, Jungkook 1.

Soltó varias risitas y luego acarició mis dedos.

—Tae.

—¿Mh?

—Yo...

—Solo ven aquí.

Le atrapé entre mis brazos y nos fundimos en un abrazo. Su cabeza se


recargó en mi pecho y estuvimos así un par de minutos, mientras
observábamos la pared blanca de mi habitación.
Estamos jodidos.
69

Cuando observé su rostro esa mañana gris, me levanté e hice una


reverencia.

—Director Kim.

—Señor Cho, no sabía de su visita, por favor tome asiento.

El señor Cho es el dueño de la empresa y accionista de una gran parte, no


es común que venga y si lo hace es porque es algo realmente serio.

—Taehyung, he tomado una decisión, pienso salir del país y no volveré


más.

—Oh señor, ¿no volverá más?

—No, por lo tanto pondré en venta la empresa y mis acciones.

El aire se me escapó de los pulmones. ¿Qué dijo?

—Señor...

—Tengo una gran propuesta de HSD y quiere convertir esto en un hotel. No


te preocupes, financiaré la liquidación de todos tus empleados.

—No, el edificio, esto es nuestra sede, sin embargo podría sostenerse...

—Taehyung, ¿qué es lo que te preocupa?

Todo, absolutamente todo, este es un lugar estratégico, somos conocidos


mundialmente con esta ubicación, pero sus acciones, es lo más preocupante,
los empresarios nos odian por el imperio que hemos formado y no
descansarán hasta destruirnos, o destruirme, porque siempre se han salido
con la suya, eso hasta que yo llegara. Su porcentaje en las acciones es...
enorme.
—Señor, sus acciones...

—Son mías y puedo hacer lo que quiera.

Me dolió, no por favor. Se lo ruego, es todo lo que tengo.

—Lo sé señor y respetamos su decisión, sin embargo...

—Soy un hombre viejo, quiero vender todo para darme una buena vida
antes de que muera, lo demás será para mis hijos, por quienes y para
quienes he trabajado.

—Señor, lo comprendo, pero esta empresa puede comenzar a


desmoronarse, HSD siempre tuvo competencia con nosotros y no se detendrá
hasta que lo logre.

—Eres un hombre inteligente, Taehyung. Así como sacaste adelante esta


empresa, podrás continuarlo haciendo.

No estoy seguro de ello.

—Podemos incrementar su mensualidad si usted quiere, señor, le


pagaremos el doble.

Los nervios me invadieron, rogaba para que él cambiara de opinión.

—Tomé la decisión. Si tú quieres comprarla puedes unirte a la venta, la


página ya fue habilitada para esta noche, de otro modo, ha sido un placer
ser tu socio.

Él estrechó mi mano y salió con calma. Yo quise golpearlo, pero me


contuve. Mis dedos temblaban así que llamé a Namjoon, esperando que
tuviera una solución para esto, como siempre.

¿Comprarla? No sé el monto, pero sé que está fuera de mi alcance, invertí


muchísimo en la producción de esta temporada, así como nunca había
invertido.

¿Qué haré si me quitan lo único que tengo? Es mi empresa, tiene mi alma,


mi vida, todo.
Salí con furia por los pasillos. Jungkook se levantó y sujetó mi mano.

—Taehyung, ¿podemos hablar?

—No ahora.

Deshice el agarre con brusquedad y corrí hacia el sector de finanzas. Esto


no podía sucederme a mí.

Mi empresa estuvo ahí cuando todos se fueron, ni Jungkook sabe cuán


importante es para mí. Ahora no importa lo que él tenga para decirme, nada
es más importante que esto.
70

Eran las once de la noche, los trabajadores al enterarse de la noticia se


aglomeraron en la sala de finanzas. Todos estaban serios y tristes,
Jungkook no se había alejado de mi ni un solo segundo, a pesar de que no
le dirigía la palabra.

Mi contador de confianza controlaba las ofertas de las demás empresas y la


de HSD seguía siendo la mayor. Revisé todas mis tarjetas, todo mi dinero y
no era ni la mitad de lo que costaba.

Mis amigos llegaron más tarde a darme palabras de aliento, pero yo estaba
derrotado. Nunca había mostrado esa parte de mí, pero ya no me importaba
si los demás la estarían viendo.

—Taehyung, todo estará bien.

Nam intentaba darme fuerza, lo apreciaba bastante pero nada podía


arreglarse dentro de mí.

—Cuando tengan las acciones, lo primero que harán es una sesión... mi


cabeza rodará primero, luego la de Nam y Yoongi, lo sé...

Lely se acercó y tomó mis mejillas con cuidado.

—Querido, iniciaremos de nuevo, tenemos un prestigio que nos ayudará a


crecer...

—Una vez ya pasó, todos renunciaron, Lely.

—Ten fe.

Jimin, Yoongi y Jin ordenaban el lugar, intentando mantener en calma a los


demás y evitando que ellos se acercaran a mí, pues sabían que en estos
momentos no me sentía muy bien como para poder responder a sus
preguntas. Estaba preocupado por ellos, porque si empezábamos de nuevo,
tendríamos que hacer un recorte de presupuesto, por lo menos la mitad de
los trabajadores se quedarían sin trabajo. Ellos tenían familia y habían
confiado en mí, ¿qué sería de sus hijos? Dios mío...
Mis dedos temblaban y Jungkook acariciaba mi brazo.

—Señor Kim, HSD subió su oferta para que las demás empresas se queden
atrás.

Me quedé en silencio, todos esos ojos se posaban sobre mí, esperando una
respuesta, una solución, pero yo no sabía qué hacer.

Salí hacia el baño, mojé mi rostro con un poco de agua. ¿Qué iba a hacer?
¿Qué iba hacer? ¿Qué debo hacer?

—Tae...

Jungkook apareció de pronto, su rostro mostraba preocupación.

—...

—Se puede volver a comenzar, trabajaremos duro.

Sequé mi rostro con una toalla. Nada iba a mejorar.

—Taehyung, sé que es importante para ti pero...

—¿Realmente sabes qué tan importante es para mí? ¿Realmente lo sabes?

—Yo...

—¡¿LO SABES O NO?!

—No.

Sus ojos se cristalizaron.

—Esa empresa es mi todo, cuando te marchaste y me dejaste como a un


estúpido, es todo lo que me impulsó a seguir adelante. Ella me dio todo lo
que quise de ti, ella me acogió cuando me sentí solo. ¿Y qué hay de ti? Me
trataste como basura y me dejaste, no contento con eso regresaste después
de dos años esperando a que fuera el mismo tonto de antes, me pediste
trabajo y fuiste un tormento para mis días, regresaste para burlarte de mí y
restregarme tu nuevo novio en la cara. Debes estar contento con esto...
Taehyung ya no solo es un tonto, ahora será un fracasado.

Salí del baño y volví a ingresar al salón.

—¿Cómo va todo?

—La mitad de las empresas han retirado su oferta, dentro de poco lo harán
las demás y HSD se quedará con todo.

—¿Fijó un precio?

Jungkook ingresó a pasos lentos y volvió a tomar su lugar a mi lado. Sus


mejillas estaban empapadas de lagrimas y al verlo de esa manera, solo hizo
que también rompiera en llanto junto a él.

Sus brazos rodearon mi cuello y no me soltó.

—Sí señor, lo hizo, es su límite.

Namjoon acarició mi cabeza y luego comenzó a hablar con nuestro segundo


contador. Ambos comenzaron a revisar los costos y demás cosas.

¿Qué podíamos hacer?

Hoseok llegó de inmediato, estaba agitado y en cuanto me vio corrió a


darme un abrazo. Jungkook no me había soltado, aún cuando él también
me abrazaba.

—Estoy contigo.

—Gracias.

Hoseok se fue a saludar a los demás.

—Señor Kim.

—¿Sí?
—Todas las empresas se retiraron, dentro de diez minutos venderán la
empresa.

Y todo mi mundo se derrumbó con ello. Escuchaba los sollozos de


Jungkook, quería decirle que todo estaría bien que él no tenía porqué llorar,
quería pedirle disculpas por haberle gritado, pero nada salia de mi boca.

—Yo la compraré.

Levanté la cabeza. Era Namjoon hyung quien había dicho aquello. Todos
nos quedamos estupefactos.

Namjoon se acercó al nuestro contador y le explicó el procedimiento que


tomarían. No entendí lo qué estaba pasando, nadie lo entendía.

Sabía que Namjoon tenía mucho dinero ahorrado pero no tanto como para
alcanzar el precio. Pero tal vez...

Su padre le dejó la herencia que trabajó con su abuelo, ahorrándolo durante


toda su vida. Nam me contó que iba a donar el dinero a las personas que lo
necesitaban. Es probable que el dinero que ahora está usando, sea ese.

—N-namjoon...

—Espera, Taehyung.

Continuaron el proceso, tardaron unos cinco minutos en aquello. Eran


momento de gran tensión.

Entonces el contador y Nam chocaron sus manos y se abrazaron. —


¡Compramos la empresa y las acciones!

Todos aplaudieron y yo lo sentí irreal hasta que Namjoon se acercó a mí


para despeinar mis cabellos.

—Señor director, la empresa sigue siendo nuestra.

Caí de rodillas e hice una reverencia. Namjoon jalaba mi brazo para que me
levantara, pero no lo hice. Sentí como si me hubiera devuelto la vida.
—N-nam... gracias, gracias, gracias, ¡gracias!

—No tienes que agradecer.

Mi cabeza tocó el suelo varias veces. Namjoon es como un padre para mí,
esto sin duda solo me hace afirma que él es un regalo que me dio la vida.

—Gracias, te pagaré hasta el último centavo... lo juro.

—Lo sé, ahora levántate, un director no puede estar en el suelo.

Me levanté y de inmediato le abracé con todas mis fuerzas.

—Gracias, gracias, gracias...

—No tienes que agradecer, pero escúchame... no le des más importancia a


las cosas que en realidad no la tienen tanto. Voltea. —Así lo hice, Jungkook
se encontraba detrás de mí, no había parado de llorar.— El chico que está
detrás de ti no ha parado llorar en todo el día y no se ha alejado de tu lado
ni un momento, te ama más que a su vida y sé que tú lo amas más que a
esta empresa, ¿verdad?

Jungkook intentó secar sus lágrimas con su manga.

—Sí.

—Entonces luchen por lo que sienten y ya dejen de luchar en contra de sus


sentimientos, sean felices de una buena vez.

Me acerqué un poco a Jungkook, sus ojos se posaron en mí, lucía un poco


asustado de cualquier movimiento que pudiera hacer, sin embargo tomé su
cintura y besé sus labios. Sus brazos me abrazaron y probé su sabor
salado, debido a las lágrimas.

Fue un beso lento que acarició nuestras almas y las volvió a unir.

—Te amo.

—Te amo...
Los aplausos se hicieron escuchar y nos separamos.

Una sonrisa se pintó en sus labios y también en los míos. Entonces me


dirigí hacia la aglomeración de gente.

—Les presento al nuevo dueño de Prego Models, por favor saluden.

Todos, incluyéndome, hicieron una reverencia a Namjoon, quien ahora


estaba siendo abrazado por su novio, que también se había puesto a llorar
al observar la escena.

Tomé la mano de Jungkook. Esta vez las cosas cambiarían, lucharíamos


una vez más.

Una vez más.


71

Ya estaba a las seis de la mañana en punto en la empresa, trabajando sin


parar y viendo los últimos detalles para la nueva edición. Traje a Jungkook
conmigo, pues su ayuda es necesaria ahora.

—Ya están los artículos y la portada, solo faltan algunos complementos y


termina.

—Muy bien, ya tenemos todo listo para la presentación en Milán.

—Es muy lejos...

—Sí, pero vamos por lo seguro, esta temporada tiene que ser un éxito.

Jungkook hizo un pequeño puchero mientras reunía todos los papeles de la


mesa.

—Comprendo.

—Irás conmigo.

—¿Qué? ¿En serio?

Jungkook dio varios saltitos sobre su sitio.

—Sí. Bueno, solo si tu novio no tiene problema con eso.

—Ni siquiera es mi novio.

Él me lanzó un beso y salió de mi despacho una carita de felicidad.

¿Qué dijo?

Levanté el teléfono y marqué el número de mí hyung. Seguramente estaría


descansando a esta hora pero no perdía nada con intentar.
—¿Hola?

Namjoon sonaba adormilado.

—Hola Namjoon, desde ayer no dejo de pensar en ti.

—¿En serio?

—Sí, fuiste maravilloso y creo que me he enamorado de ti.

Solté varias risas junto a Nam.

—Fue una noche inolvidable, Taehyung.

—Quiero volverte a ver.

—Veámonos hoy, mi novio no sabrá nada.

—Está bien guapo, comamos juntos hoy.

—Sí querido, te veré hoy.

—Adiós bombón.

—Adiós papasito.

Ambos estallamos en risas, escuché la risa de Jin desde el fondo,


seguramente porque ya está acostumbrado a nuestras estúpidas bromas.

—Hyung, te esperaré.

—Haha, dale Tae.

Colgué y continué trabajando. Las cosas están mejorando y me agrada.


72

Dentro del avión estaban algunos generentes y organizadores. Éramos muy


pocos como para llenar todo el espacio y fue más cómodo así. Jungkook y
yo nos encontrábamos en la parte posterior, platicabamos de cualquier
tontería.

—Entonces creí que era mi abrigo y me lo puse, pero era de otro señor. Se
hizo el lío cuando el señor quiso quitarme el abrigo de manera brusca.

—Qué dramático.

—Lo sé...

—Tae.

—¿Sí?

—Bueno yo...

Él secaba sus palmas sobre su pantalón.

—¿Tú?

—¿Dormiremos juntos cuando lleguemos?

—Depende de cómo te portes.

Palmee mis piernas dándole a entender que se sentara sobre ellas.

—Taehyung, no estamos solos.

—Todos están dormidos, ven aquí.

—Pero las...

—Será rápido.
Él soltó un suspiro y se quitó el cinturón de seguridad. Se deslizó hacia mi
lugar con cuidado y tomó asiento sobre mi regazo. Mis manos apresaron su
cadera, mientras mi entrepierna agradecía delicioso contacto.

—T-tae nos van a ver...

—No, confía en mí.

Mis dedos comenzaron a recorrer sus muslos y él comenzó a brincar sobre


mis piernas.

—Taehyung...

—Te follaré a penas toquemos suelo milanés.


73

La vista es maravillosa, Milán tiene su encanto seductor. Afortunadamente


teníamos mucho espacio para disfrutar Jungkook y yo. Él estaba tomando
un baño y yo admirando la espléndida luna que se mostró esta noche.

Aún tengo mis preguntas, aún quiero una explicación de su parte.

—Cariño.

Jungkook salió con una sonrisa en el rostro. Un pequeña bata blanca cubría
su cuerpo.

—Jungkook, quería preguntarte algo.

—Dime.

—¿Por qué me dijiste que George era tu novio cuando en realidad no lo


era?

—Bueno, porque quería saber si te seguía importando.

—Claro que me importabas, me importas.

—Me di cuenta...

Él se recostó sobre la cama y me llamó con un movimiento de su dedo


índice. Yo me acosté junto a él.

—¿Entonces qué es él para ti? ¿Está viviendo en tu casa?

—Bueno él... está viviendo en casa.

—¿Es algún familiar tuyo? ¿Tu primo?

Sus dedos acariciaron mi pecho.


—No.

—¿Entonces qué es?

—¿Quieres hablar de esto? No es el momento.

—Es el momento.

—Tenemos mucho trabajo mañana, contarte esto puede estresarte.

—Con más razón, cuéntamelo, Jungkook.

Él soltó un suspiro y se sentó sobre la cama. Antes de comenzar él se


mantuvo en silencio, como para ordenar sus pensamientos.

—George es mi doctor.

¿Qué acababa de decir?

—...

—Taehyung, yo no me marché porque quise, sino porque debía.

—¿Debías...?

—Sentía que me faltaba el aire al caminar, incluso cuando dormía, tú


estabas terminando la carrera y no podía preocuparte con eso, así que fui
solo al hospital. Me hicieron una gran cantidad de estudios en donde
aseveraron que mi corazón no marchaba bien, que necesitaba una
operación si es que quería mejorar.

Me sentí vacío, no creí que eso pudiera ser cierto, no.

—Jungkook...

—Yo fui a varios hospitales, no quería aceptarlo. Pero los últimos meses los
estudios ya no me decían que debía operarme para mejorar, sino que debía
operarme para vivir un poco más.
—Por favor dime que no es verdad.

Comencé a temblar, ¿qué me está diciendo? Dios mío. ¿Qué me está


diciendo?

—Es verdad... Yo estuve muy mal y tú llegabas tan feliz contándome que
tenías la posibilidad de trabajar de una gran empresa. ¿Cómo podía ser tan
egoísta para arrastrarte conmigo en ese sufrimiento? Preferí dejar que me
odies toda la vida a dejar que me entierres. Creí que la mejor manera de
lograrlo era decirte que no te amaba más, aunque dolía como nunca había
dolido... y cuando vi tu dolor, cuando te lastimé, imaginé que mi muerte
podría ponerte en ese estado toda la vida. Entones me fui, mi madre sufrió
mucho, ella rogaba que te dijera la verdad pero al final entendió todo lo que
sentía...

Abracé su cuerpo que ahora temblaba junto al mío. No pude contener las
lágrimas.
Yo había sido el estúpido que creyó lo peor de él, cuando todo lo que ha
hecho es demostrarme cuánto me amaba, cuánto me ama.

Él luchó solo, él, qué mierda hice yo por él. ¡Nada!

—...

—Tenías un gran futuro y yo quería que no se destruyera por mi culpa.


Entonces nos fuimos al extranjero, pensé que pasaría mis últimos días allá,
hasta que me encontré con Yugyeom en una cafetería, me preguntó por ti y
yo le dije que estabas trabajando... Mi estado de salud no estaba bien y él
se dio cuenta, le dije que mi corazón no estaba bien pero que no era nada
preocupante. Aún así él se preocupó y me dio la dirección de un amigo
caridiólogo especializado en cirugía, el doctor George Lawrence. Creí que
no valdría la pena ir, pero al final lo hice, fue el único doctor que me dio un
resultado diferente.

—Dios mío...

Mis brazos apretaban con fuerza a Jungkook y sus dedos acariciaban mis
mejillas.

—Acepté tomar la cirugía que él programó. No podíamos pagarle tanto


dinero, aún nos faltaba la mitad, y él dijo que si le enseñaba nuestro idioma
y cultura quedaría pagada la cirugía. Fue tan, tan bueno conmigo que estaré
agradecido con él toda la vida. Entonces me operó, estuve en revisión
durante varios meses y decidí luchar por mi corazón, porque tú vives en él,
no podía dejar que se apagara.

—Perdóname...

Las palabras estaban atoradas en mi garganta, ese nudo no me dejó


continuar.

—Supe de Prego models, supe de ti, el gran director Kim Taehyung que
estaba tomando el mundo de la moda en sus bolsillos. Compré cada una las
revistas de la empresa, todas y cada una, me sentí muy orgulloso de todo lo
que habías logrado... después de más de dos años supe que estaba listo
para volver, con una visión nueva, amando la vida y valorando a los seres
que amo. Creí que sería difícil volver a tu vida, no tuve la intención de volver
contigo porque sabía que habías cambiado, pero me bastaba con verte.
Además Yoongi se unió a mi plan cuando le dije que quería ocupar su cargo
en tu empresa...

—¿Hiciste eso solo para... verme?

—Sí.

Mis brazos recorrieron sus brazos hasta llegar a sus mejillas, de las cuales
sequé las lágrimas que resbalaban.

—Perdóname por favor, viví creyendo que tú ya no me amabas, quise morir


sin ti...

—Tú no lo sabías.

—Debí saberlo, entiende que si quería superarme es por ti, sin ti ya nada
tenía sentido, yo debí estar junto a ti para luchar juntos. Estuviste solo...
sufriste solo... yo...

—Yo sé, yo sé amor, pero la vida nos dio una segunda oportunidad.

—Pero Jungkook yo...

—No, ya no hablemos de eso, hablemos de lo que tenemos ahora.


—Te amo, jamás vuelvas a negarme al...

Jungkook calló mis labios con un beso.

Iba a perder lo que más amabas en la vida y no lo hubiera visto jamás. La


vida realmente ha sido muy bondadosa conmigo.
74

La presentación iba a dar inicio, todo nuestro trabajo pronto iba a ser expuesto
sobre esa pasarela. Yoongi decidió integrarse a nosotros arreglando los
últimos detalles, seguramente quiere volver al trabajo y yo no se lo negaría,
después de todo, gracias a él Jungkook y yo estamos juntos de nuevo.

Lely me dijo que la imagen de esta edición tiene que desfilar sí o sí y pues...
yo soy la imagen de la portada, estuvo pidiéndome que lo hiciera hace más
de una hora y terminé aceptando.

—Aún me pregunto cómo es que lograste conquistar a Taehyung.

Lely interrogaba a Jungkook, mientras yo sostenía su cintura, apegando mi


pecho a su espalda. Estuvimos en esa posición durante toda la mañana y
ya no me importaba lo que los demás pudieran hablar, nadie conoce
nuestra historia.

—Yo responderé por él. Verás, cuando tuvimos la entrevista de trabajo usó
lencería para mí, eso bastó para que le contratara y le pagara más que a
Yoongi.

Jungkook me dio un suave codazo.

—Jungkook no es de ese tipo.

—Conmigo cambia.

Lely comenzó a reír y se fue caminando hacia el escenario, ya todo iba a


comenzar.

Repartí un par de besos sobre su cuello y sus labios soltaron un suspiro.

—Tae.

—Bebé sé que no es el lugar pero...


—Vamos al baño.

Él jaló de mi mano con fuerza y yo estaba más que feliz siguiendo todos sus
pasos, disfrutando de la vista que me daba su trasero balanceándose de
lado a lado. Ya me sentía duro de tan solo imaginar que podríamos hacerlo
en el baño.

Me aseguré de que los baños estuvieran vacíos y Jungkook cerró la puerta


con el seguro.

Mordió sus labios mientras me miraba con intensidad, y avancé despacio


hacia su lado, como temiendo de que se escapara si sería muy brusco.

—Tae...

—¿Qué fue lo que te excitó, mh?

Mis dientes atraparon el lóbulo de su oreja con una mordida delicada.

—Solo tú.

Jungkook tomó distancia y me empujó hacia uno de los lavabos. Una


sonrisa se pintó en sus bonitos labios y fue descendiendo hacia el piso,
hasta que sus rodillas tocaron el suelo. En el transcurso sus dedos
recorrieron mi entrepierna y abrieron mi pantalón con torpeza.

Mi diestra acarició sus cabellos y él ya sostenía mi erección entre sus


manitas. No esperó más y recorrió la extensión con su lengua. Sus ojos me
miraron desde abajo, aún cuando lucía inocente con esa expresión.

—Bebé...

Él jadeó al tragar mi pene por completo y yo embestí su cavidad sin poder


esperar. La caliente humedad de su boca tocó cada fibra de mi ser, mis
piernas flaquearon un poco pero mi espalda se sostenía sobre el lavabo.
Entonces jalé un par de veces aquellos cabellos para que él no perdiera el
ritmo.

Su saliva sonaba con cada impacto hacia adelante y buscando algo de aire,
él se separó de mí mientras sus uñas se clavaban sobre mis muslos.
Y la puerta sonó.

—¿Taehyung está aquí?

No me dejaban follar tranquilo. ¡Joder!

—¡Sí!

Maldita sea.

—Te toca ingresar, ¡ven aquí ahora!

Lely sonaba molesta y recordé que esta temporada debería ser todo un
éxito.

—Bebé, ¿podrás ir a hotel y esperarme ahí?

Jungkook asintió y yo arreglé mi pantalón. Era la ropa de la exposición que


seguramente tendría restos de la saliva de mi bebé.
75

Mi mente divagó. Hace días habíamos tenido gran éxito en la presentación


de nuestra temporada, si las ventas seguían así sin duda le pagaría todo a
Namjoon. También Jungkook y yo tuvimos una noche espectacular en el
hotel, juro por dios que nunca se me había parado tan rápido después de
correrme, lo juro.

Namjoon me golpeó el hombro al verme perdido. Ambos nos levantamos y


luego volvimos al piso para hacer una reverencia.

Jungkook, Jin y la señora Jeon nos veían con atención.

Mis manos comenzaron a sudar. Mi hyung también se veía nervioso pero él


debía iniciar la conversación para que yo pueda continuar.

-Señora Jeon, usted sabe que soy Namjoon, me conoce por ser el novio de
Jin, a quien considera como un hijo. Sin embargo hoy vengo a presentarme
ante usted como hermano de Taehyung, más que eso, él me considera su
padre y me hace sentir muy orgulloso. Por tal motivo yo... en representación
de su padre, sintiéndome yo como tal. Vinimos a pedir su bendición y
autorización para que Jungkook y Taehyung puedan casarse y formar una
familia.

Jungkook y yo ya lo habíamos planeado, pero nos era imposible formalizar


sin la autorización de su madre. Ella me adora, pero puede no querer que
su único hijo se casara.

-Namjoon, agradezco que te hayas presentado de esta manera.


Escucharemos atentamente todo lo que tengan para decirnos.

Ya se lo dijimos, ¡quiero casarme con su hijo!

Todos posaron su vista en mí, era tiempo de explicar lo que he memorizado


por meses, sin embargo no recuerdo nada.

-Señora Jeon... y Jin. Yo hice que Jungkook me prometiera algo, fue que
solo aceptara casarse conmigo cuando sea un gran empresario de Corea y
el mundo, en ese tiempo éramos muy jóvenes y quizás pudo sonar
soñandor, pero fue lo que me impulsó para lograr llegar hasta ahora. Soy el
director de una gran empresa, puedo darle a Jungkook todo lo que necesita
y puedo darle la vida que se merece. No consiste en el dinero, por favor no
me malentienda, mis padres se divorciaron por problemas económicos y yo
no quería eso para nosotros, mis padres estando junto a otras personas
lograron conseguir dinero, solo después de que su matrimonio se derrumbó,
y yo no quería eso para nosotros. Quería asegurarme que él fuera feliz junto
conmigo y que no tuviera que preocuparse por nada más. Señora Jeon lo
que intento decirle es que amo a su hijo con todo mi ser, todo lo que hago y
he hecho ha sido por él.

Quien empezó a llorar fue Jin, seguido de la señora Jeon. Al parecer


lograron comprender mis palabras y se conmovieron.

No sabía qué hacer.

Namjoon afortunadamente acompañó mis palabras.

-He visto crecer a Taehyung, él siempre luchó por lo que quiso, al comienzo
tuvo muchas dudas acerca de su futuro pero logró encontrar el rumbo de su
vida, eso al lado de Jungkook. Pasó noches sin dormir solo para estar listo
para este momento, si usted aprueba su matrimonio, sin duda, ellos serán
las personas más felices del mundo, si es que no lo son ya, debido a su
amor.

Saqué la pequeña caja aterciopelada de mi bolsillo y la puse sobre la mesa.


Jungkook se cubrió los labios.

-Señora Jeon si me permite yo quisiera...

-Sigue hijo, sigue.

Me levanté del suelo y me acerqué a Jungkook. Una de mis rodillas volvió a


tocar su piso y abrí la cajita, un anillo brillante relució ante todos.

Los ojos de Jungkook se pusieron brillosos.

-Quiero pasar el resto de mi vida a tu lado, quiero poder ver tu carita cada
mañana al despertar y que tus ojos sean lo último que vea antes de dormir,
y aún en sueños quiero sostener tu mano. Si tú te sientes de la misma
manera que yo... en realidad lo que quiero saber es si... Jeon Jungkook,
¿aceptarías ser mi esposo?

Jungkook, Jin y la señora Jeon comenzaron a llorar. ¿Qué estaba pasando?


Realmente no sé qué hacer en este tipo de situaciones. Mis dedos
temblaban, pero mi corazón cobró vida cuando Jungkook movió su cabeza
mostrándome que aceptaba.

-S-sí.

Tomé el anillo y lo deslicé por su dedo. Le quedaba a la perfección así como


lo idealicé. Ambos nos levantamos y nos fundimos en un beso cargado de
sentimientos, que al final terminó con una mirada perdida en nosotros.

-Yo les doy mi bendición, por favor sean muy felices.- Habló mi suegra.

-Yo también, p-por favor cuida bien a Jungkook.- Agregó Jin, intentando
secar sus lágrimas.

Namjoon esbozó una sonrisa al ver la reacción de su novio y le dio un


abrazo.

Posteriormente nos felicitaron. Yo era el hombre más feliz del universo, el


más feliz.
Final

Algunas punzadas se sintieron en mi cabeza, el ruido de voces chillonas


gritando se hizo presente en mis oídos. Me removí sobre el lugar y abrí los
ojos con calma, ¿dónde estaba? El color gris de una mesa me hizo saber
que estaba descansando sobre ella.

Mi visión poco a poco se fue aclarando, revisé alrededor, estaba en la


universidad. Era la cafetería de mi facultad de filosofía, mi vieja mochila
estaba junto a mí. ¿Qué había pasado?

La realidad me abraza lentamente y puedo recordar que ayer planeaba la


presentación de un trabajo que organicé con Namjoon hasta tarde y que
estaba tan cansado que terminé dormido aquí. ¿Acaso todo fue un sueño?
La melancolía inundó mi corazón. ¿Jungkook?

¿Dónde está él? ¿Acaso solo fue un sueño? ¿Acaso él no existe?

Mi cabeza comienza a doler y me gustaría creer que es una broma, porque


todo se sintió tan real, tan real...

Namjoon y Jimin se acercan con una gran sonrisa en el rostro.

—Tae, por fin me animé a hablarle a Jin, nos llevamos muy bien y fue muy
divertido, es el primer paso para conquistarlo.

Namjoon esperaba una repuesta de mi parte. Recordé que a hyung le


gustaba mucho Jin, pero en mis sueños ellos... ¿En serio sucedió aquello?
¿Por qué todavía me niego a aceptar que fue una fantasía? Un tonto juego
de mi mente.

—Me alegro por ti...

Jimin se despidió de mí y después Namjoon. Ambos se fueron muy


animados por los pasillos
Me siento vacío.
Suelto un suspiro y tomo un poco de agua para poder relajarme. No he
tenido una noche agradable, y siento la presencia de alguien más posado
frente a mí.

Levanto la cabeza para poder admirar unos ojos cafés demasiado brillantes.
Es un chico de blanca piel y labios muy rojos, los mismos que jamás podría
olvidar, toma asiento en mi mesa. Es Jungkook... mi Jungkook.

—Jin me dijo que... t-te entregara esto.

Sus mejillas cobraron color y sus manos temblaron cuando me entregó la


libreta. Reconozco este momento, fue así como todo comenzó.

—Gracias.

Me levanté para comprobar que era real, pero él pensó que quería
marcharme. En mi sueño tenía la intención de hacerlo, pero eso deberá
cambiar.

—¡E-espera!

Sé de memoria lo que viene a continuación.

—...

—Mi nombre es Jungkook y quería saber si, quería saber si podíamos salir
juntos mañana.

Mi corazón latió sin parar, se estaba repitiendo. Muchas emociones flotaron


en mi interior, él era real así como todo el amor que le tengo, a pesar de que
tal vez ahora él no sepa mucho de mí.

Sus manos estaban hechas puño y esperaba ahí valientemente a que


respondiera.

—Sería un placer salir contigo mañana, Jungkook.

Él mostró una expresión de sorpresa que guardé muy dentro, entre los
recuerdos que jamás borraré.
—B-bueno, podemos vernos en la puerta... principal, ¿bien?

—Me parece bien.

Sus mejillas se sonrojaron cuando tomé su mano con cuidado y jugué con
sus dedos.

—A mí también...

Tal vez la vida me estaba dando una oportunidad para hacerlo bien esta
vez.

—Estaré pensando en eso hasta verte mañana de nuevo.

—Yo...

Esbocé una sonrisa a par de la suya. Nunca he sido paciente, pero


esperaría y lucharía por un futuro juntos, uno mucho mejor que el que
teníamos.

Yoongi apareció de pronto, le hizo una señal a Jungkook indicándole que


debían ir a clases.

—Tengo que irme.

—Vale.

Jungkook se fue con pasos lentos por el pasillo.

—Adiós...

—Adiós.

De vez en cuando volteaba para mirarme y yo seguía ahí parado,


admirando sus cabellos castaños y relucientes. Desapareció al doblar el
pasillo.
Los sueños podrían hacerse realidad...
Me pregunto qué reacción tendrá Jimin cuando le diga que terminará
jodidamente enamorado de Min Yoongi, el chico muro.
Capítulo especial

—Bueno, estuvo riquísimo y todo, pero tengo que irme porque mi novio
seguro me corta los huevos. —Jungkook me dio un codazo, mientras yo
estallaba en risas.

—¡Basta, Taehyung!

Siempre decía esa frase estúpida después de hacer el amor, luego él se


hacía al enfadado y terminaba riendo conmigo. A mí solo me gustaba
molestarle un poquito.

Hubiese dado todo por continuar junto a él, abrazados y sobre la cama
susurrando cursilerías, pero teníamos un plan que debíamos llevar a cabo.

—¿Por qué? ¿Estás celoso de mi novio acaso?

—Pues sí, es más, elige, él o yo.

—Bueno, mi novio y yo cogemos rico, pero tú y yo también… mh. Si me


dejas hacerte la del tigre, me quedo contigo.

—Pues que te la haga tu noviecito.

—Seguro él sí me la hace.

Jungkook me dio otro codazo esta vez menos fuerte.


Terminé de ajustar su bufanda y tapé su cabeza con un pequeño gorro de
lana, dejando simplemente sus ojos al descubierto, Jungkook es la cosa
más tierna de este mundo.

La temporada de invierno está muy intensa, realmente te congela hasta los


huesos y yo me empeñaba en vestir a mi chico como un pingüino, porque a
él le encantaba andar enfermándose cada vez que podía y levantarme en la
madrugada solo para calentar la sopa, no me gustaba del todo.
—Bebé, ¿y si no funciona?

—Va a funcionar, cariño.


—Tae… no lo sé, son totalmente diferentes, de verdad.

—Confía en mí, esos dos van a amarse como los peces al mar.

—Eso espero.

Tomé la mano de Jungkook y salimos de mi departamento con paso veloz.


Mi novio apenas podía avanzar pues la pila de ropa que traía encima no
ayudaba en mucho y yo tuve que jalar de su manita para llegar temprano.

Él y yo decidimos vivir juntos, a diferencia de aquel sueño, la madre de


Jungkook no me quiere del todo, pero me permitió llevarme a su hijo aun
sabiendo que era un vago que estudiaba filosofía. Era evidente que la idea
de estudiar economía estaba dentro de mis planes. Fue curioso, porque
Prego Models existe, aunque ahora tiene mucho éxito, sé que pronto caerá,
y llegará mi momento para sacarla del lodo. Todo lo que soñé se repite,
pero hay cosas que han cambiado de gran manera, es como si… pudiera
manejar el destino y a veces no. Se lo conté a Jungkook, pero se mató de
risa y me dijo que deje de ver tantas películas.

Llegamos a la cafetería en donde Yoongi y Jimin se reunirían. Jungkook le


pidió a Yoongi que se vieran en una cafetería del centro, le dio el número de
la mesa y la hora exacta de la reunión, yo hice lo mismo con Jimin. Ellos no
sabían que todo era parte de un plan macabro para enamorarlos. Daba
igual, tarde o temprano tendrían que hacerlo.

—¡Ocúltate! —Jimin apareció tan puntual como siempre.


Nos ocultamos detrás de los mostradores, todas las personas del personal
pasaban y nos veían raro, pero daba igual.

Yoongi entro detrás de él y fue muy graciosa la cara de confusión que


pusieron al sentarse en la misma mesa.

—Bebé, no lo creo, mira sus caras, sé que a Yoongi no le agrada. Es el


chico muro, no se va a enamorar de nadie, de verdad.

—Cariño, ellos van a amarse, dales tiempo, caray.


Ahora ellos tratan de entender todo, sus rostros se ven molestos pero
comienzan a platicar. Seguramente diciéndose que esperaban a otras
personas y que debió haber una confusión.

Yoongi tomó el móvil y Jimin hizo lo mismo. Comenzamos a alterarnos y yo


jalé la mano de Jungkook para llevarlo hacia el baño. Ingresamos como dos
locos y cerramos la puerta, nuestros móviles comenzaron a sonar.

—Jungkook, contesta primero.

Así lo hizo y le dijo a Yoongi que tardaría en llegar y que por favor le
esperaba. Yo le quité el sonido a mis llamadas, para no levantar sospechas.
Más tarde yo contesté y le di la misma respuesta a Jimin. Hasta ese punto
podrían adivinar que era una especie de broma, pero rogábamos para que
ambos siguieran su conversación.

Mi novio y yo respirábamos agitadamente, con una gran sonrisa en el rostro.

—Iof cref que sef poudraf. —¿Qué? No podía entender lo que Jungkook
decía, pues su bufanda que había vuelto a subir. Así que con cuidado
destapé su boquita y le permití tomar un poco de aire. Era jodidamente
tierno.

—¿Qué?

—Que yo creo que se podrá.

—¿Verdad? No sonaban tan molestos del todo, tal vez y hoy terminan
follando.

—Tae, tú solo piensas en eso, tonto.

—Es tu culpa. Mira, cariño. Me dejaste en abstinencia por un mes debido a


que rompí tu estampita de ironman y el siguiente mes no pudimos hacer
nada porque estábamos en exámenes, ¿entiendes lo loco me que volví sin
hacerte mío?

—Pero lo hicimos esta mañana. —Sus mejillas se tornaron rojitas, preciosas


y apretables.

—¿Crees que eso es suficiente?


Mis manos levantaron su suéter y se internaron dentro del mismo para
acariciar su abdomen. Su piel ardía debajo de toda esa lana y debajo de mis
manos frías. Caminamos poco a poco cerca del lavabo que nos prestó el
respaldo para continuar con lo que deseaba, ataqué sus labios en un intento
desesperado de sentirlo más cerca. Sus pequeñas manos tomaron mis
cabellos y se enredaron con ellos, mientras nuestras lenguas se acariciaban
y humedecían resonando con un sonido sucio y excitante.

Oímos las voces del personal fuera del baño, pero ninguno tenía la
intención de entrar. El peligro era algo interesante.

—T-tae…

—Lo haremos rápido.

Me separé de su boquita, para tomar sus hombros con cuidado y darle la


vuelta. Sus manos que acariciaban mi cabello, tomaron las orillas del lavabo
y como el complaciente novio que es, curvó su cuerpo, dejándome al
alcance su delicioso culito. Las prendas estorbaban, pero no podía darme el
lujo de quitárselas ahora, así que solo bajé de un jalón su pantalón elástico
y abrigador, junto al bóxer de animalitos que tanto le gustaba.

—Amor…

Mis palmas se posicionaron sobre ambas nalgas y las apretó con toda la
fuerza que éstas portaban, mis marcas continuaban ahí y su entrada aún
lucía roja, había sido un jodido animal esta mañana, pero todo era su culpa,
por ser tan irresistible y sexy.

—Sigues rosadito, mh.

—Tae…

Unas seis nalgadas aterrizaron sobre la suavidad de su piel, era


hipnotizante observar cómo ese culo vibraba y movía con cada toque, solo
para mí. Mi dedo índice se deslizó curioso hacia su entrada y fue tocando la
zona, solo para desesperar a mi chico y la otra se encargaba de deslizar el
cierre de mi pantalón y dejar libre a la erección que se contenía ahí, incluso
después de haberme corrido en él hace alguna horas.
—¿Qué?

—¡Tae!

Mi dedo índice había sido suplantado por el del centro, quien se internó por
el orificio, disfrutando de su calidez y deliciosa estrechez. Embestí la zona
un par de veces, mientras ensanchaba y examinaba la zona, divirtiéndome
de ver cómo los labios de Jungkook eran mordidos con fuerza, gracias al
reflejo del espejo. Sus ojos estaban cerrados y apretados.

—¿Qué? Dilo.

—Ugh, métemela.

Besé su cabeza antes de meter mi pene de una estocada, el grito que


contenía salió de manera poco delicada y mezclada con un gemido cargado
de placer. Mis manos apresaron su cadera y se impulsaron de la misma
para arremeter en contra de su pequeña entradita, que se expandía al
sentirme dentro y latía de manera lenta, como suplicando sentirme dentro,
cuando salía.

—Abre los ojos, bebé.

Jungkook abrió los ojos y se contempló a través del espejo. Sus labios
hinchados, su rostro sudado y perfecto, su posición comprometedora e
íntima y a mí, el animal pegado a él, haciéndolo suyo como jamás nadie lo
hizo y lo hará. El hombre de su vida también, como siempre me ha dicho.

—Uh. —Cerró los ojos mientras luchaba con su vergüenza.

—¡Ábrelos! —Era una orden y él obedeció muy a su pesar.— No te


avergüences. Eres el ser más hermoso y perfecto que habrá en este
mundo.
Un pequeño dios griego que me vuelve loco y el que amo con toda mi alma.

Sus gemidos continuaron sin detenerse, al igual que mis embestidas que
comenzaban a perder el ritmo y se tornaban despiadadas, siempre
clavándose en ese punto dulce que hacía temblar sus piernas.

—T-te amo…
—Te amo más, joder.

Tardamos algo más de quince minutos, hasta que sin previo aviso me corrí
en su interior, tomándome el tiempo para ver cómo él llegaba al orgasmo,
manchando sus bonitos pantalones elásticos.

Aún teníamos toda la noche para hacerlo mejor.

La puerta sonó.

—¿Hay alguien?

—Sí.

—Disculpe señor, lleva mucho tiempo ahí, hay varios clientes que quieren
usar el baño, le pido que por favor se apresure.

—En seguida salgo, buen hombre, que Dios le bendiga. — Jungkook


pellizcó mi brazo y me miró con reproche. Era obvio que no podía tomar la
situación tan fácil, pero la vida es un riesgo y qué más da. Lo hecho, hecho
y metido en un culito estrecho.

Nos vestimos y arreglamos lo más rápido que pudimos y salimos del baño,
asegurándonos que nadie estuviera en el pasillo. Buscamos la mesa de
Jimin y Yoongi, pero estaba vacía, de alguna manera nos sentimos
defraudados, hasta que los vimos pasando por nuestro lado, muy ocupados
en comerse la boca y tanteando hasta llegar al baño, el cual cerraron con
seguro al ingresar.

—Te lo dije.

—Dios mío. —Jungkook cubrió su boca y luego comenzó a reír.

—Vaya, quién iba a creer que el chico muro sentía.

Jungkook y yo salimos del lugar, balanceando el agarre de nuestras manos


y hablando cosas sin sentido. Siempre repitiendo cuánto nos amábamos.

Nunca había sido tan feliz en la vida, y todo gracias a un sueño que me
marcó el camino correcto. Junto al amor de mi vida.
—Jungkook, cásate conmigo debajo de un puente.

—Bueno.

—Déjame follarte en un avión.

—Bueno.

—Jamás me dejes por un gringo.

—¿Qué?

—¡Jamás me dejes por un maldito gringo!

—Bueno, bueno.
Mini extra

—Amor, ¿sabes algo acerca de la teoría de los multiversos?

—No.

—¿Acerca de los portales?

—No.

—¿Brujería?

—No.

—¿Cogidita?

—¡Taehyung!

—Bueno, debe haber algo que sepas muy bien.

—Lo único que sé es que te has obsesionado mucho con ese libro.

Era cierto, Nam me regaló un libro muy interesante acerca de algunas


teorías relativamente contemporáneas del universo y se ha convertido en
una obsesión.

—Es que está interesante, bebé.

—Deja eso y dame un besito.

Dejé de lado aquel libro y besé los labios de mi novio con mucha lentitud,
disfrutando de tenerlo a mi lado. Tomamos este día para dejarnos escapar a
un parque cercano, en donde abrazados sobre el césped, nos divertimos
besándonos y jugando.

—Bebé...
—Te tengo una sorpresa en el departamento.

—Umh sí, quiero verla.

Nos levantamos del césped, sacudiendo cualquier resto de pasto en nuestros


pantalones. Admirando el radiante sol del mediodía y el perfecto día como para
tener un almuerzo afuera.

—Oh, una llamada. —Jungkook se alejó un poco para contestar su móvil,


mientras tanto yo levanté mi libro y la mantita de mi novio.

Avancé un poco más, asegurándome de no olvidar nada de nuestras


pertenecías y algo llamó mi atención. Un chico se encontraba terminando de
cavar un pequeño agujero cerca de las flores del parque, se me hizo raro
porque usualmente esas cosas son prohibidas en este lugar. Él depositó
dentro una caja rectangular, roja y aterciopelada, que luego enterró con la
tierra que había sacado, ese chico lucía desesperado, incluso sus uñas se
hundían en la tierra, sin usar su pequeña pala.

Se levantó de golpe, ambos intercambiamos miradas, esos ojos los había


visto en otro lugar, esos ojos eran jodidamente familiares y vi dolor en ellos,
aquel pobre chico estaba sufriendo. Levantó el cuello de su abrigo y cubrió
su cabeza como si fuera a cubrirse de la lluvia, sin embargo hoy era un día
radiante, era muy raro. Él tomó su pala y se fue corriendo, rumbo a la salida
del parque, yo me quedé un momento más, tratando de quitar esa mala
sensación de tristeza que me transmitieron sus ojos. ¿Había visto aquel
chico antes? ¿De quién se trataba?

Él desapareció y yo no puse aguantar la curiosidad, me acerqué al lugar y


empecé a quitar el promontorio de tierra mal puesta y húmeda (¿húmeda?),
saqué aquella caja y sin dudarlo la abrí, sorpresivamente, dentro no había
nada, absolutamente nada. ¿Aquel chico enterró solo la caja?

Me levanté con una sonrisa en la cara, porque había tanta gente loca en
este mundo, no debería sorprenderme. Puse la caja en su lugar y la enterré
con un poco de tierra, en caso de que aquel sujeto regresara y me echara la
culpa por haber destruido su esfuerzo.

—Vas a lavarte esas manos de inmediato, Kim Taehyung. —Jungkook


apareció con sus manitos sobre su cintura, formando una jarrita y
mostrándome su enfado al verme jugando con esas cosas.
—Sí, bebé.

Jungkook tomó las cosas y caminó lentamente hacia la salida, yo abracé su


cintura, aun con las manos sucias y aunque intentó alejarme, al final cedió
ante el beso que le robé.

Llegamos al departamento alrededor de quince minutos, Jungkook me pidió


que lavara mis manos y que esperara pacientemente en la sala, porque
traería el regalo de su habitación. Sé perfectamente que él regalo es él, ¿tal
vez con un nuevo conjunto de lencería para mí?

Me quité los pantalones para no perder tiempo cuando llegara el momento y


me recosté sobre el sofá, viendo cómo lentamente una erección se formaba
entre mis piernas. Estaba tan orgulloso de no necesitar tanta estimulación
cuando se trataba de mi novio, él me ponía caliente.

—Alguien quiere conocer a papi. —Susurró Jungkook, mientras caminaba


por el pasillo.

—Papi también quiere conocerlo, bebé. —Si se refería a su culo, esto iba a
ponerse muy, muy caliente.

—Él es papi Ta-

Me di la vuelta para observar a mi novio que no llevaba la lencería que


había esperado, es más seguía portando ropa y llevaba en sus brazos un
pequeño cachorro negro que estaba tan impactado como él al verme.

—Jungkook...

—Taehyung. —Jungkook cubrió los ojos del cachorro y me miró con una
expresión molesta.— Te dije que tenía una sorpresa, no siempre será... la
palabra con S.

Dejé escapar una risa, Jungkook estaba tratando al cachorro como a un


bebé, y claro que lo era, pero entendía menos que un humano.

—Amor, usualmente me regalas una buena follada, pero este regalo es


nuevo.
—¡Tae! Es el bebé que tanto quería, Jin me ayudó a adoptarlo.

—¿Es nuestro bebé?

—Sí, tonto.

—Es hermoso. —Me levanté para abrazarlo y él intentó esquivarme, sin


embargo le atrapé y le abracé con cuidado de no aplastar a nuestro
pequeño hijo peludo.

—Tae...

—Ahora vamos a hacer cochinadas.

—¡Taehyung!

—Era una broma, tonto. Te amo...

—Te amo más.

Ajá, broma.
What you

George es un entrometido, ¿cómo se atreve a jugar con las reglas del


destino?

No se trata del tiempo, eso es relativo, se trata de la dimensión, de la


inmensa, desconocida y misteriosa dimensión que a veces atrapa y cega.
No es un bucle, solo un "qué hubiera pasado si..." puesto a prueba.

Multiverse theory?

Una maldición que huele a ciencia, una teoría que más parece embrujo y
que no terminará porque se repite, una y dos y hasta tres veces, hasta que
se cumpla el predicamento.

¿Min Yoongi? Qué va, Kim Taehyung.

¡Qué tonto el chico muro que aún no ha florecido!

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