Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
TaeTae Chico Mu
TaeTae Chico Mu
¡Holitas! Esta historia forma parte de una trilogía, no hay un orden establecido
para leerla y no es necesario leer las tres obras para entender algo, las
obras fueron creadas para íntegramente de comienzo a fin por lo que fungen
como una novela cada una y a la vez, siendo leídas juntas se fusionan en una
trilogía conectada.
Es casi imposible creer que tiene amigos pues parece algo incómodo tener
una conversación con alguien que... no demuestra emociones y es más
imposible creer que ha tenido varias parejas, todas ellas en relaciones cortas
justificadas con el típico: "Taehyung no tiene no tiene sentimientos".
La gente dice que es un robot, otros dicen que es un ángel, otros que es un
engreído y demás, pero nadie se ha preguntado sobre la historia de fondo,
nadie conoce a Taehyung más allá de lo que se ha dicho y aunque la gente lo
ha intentado, él es como un muro inaccesible, un muro que nadie ha podido
tocar.
Y Luego está Jungkook, con las hormonas jugando con su razón y con el
enamoramiento prematuro que sintió al saber de Taehyung. Porque Jungkook
con sus 19 años de edad jura que nunca había sentido tanta curiosidad y
necesidad de hablar con alguien. Está dispuesto traspasar ese muro porque
quiere ver qué hay tras de él, quiere saber si hay una sonrisa detrás de
Taehyung, el chico muro.
1
Bien, él está ahí con sus amigos, vierte una que otra palabra y no sonríe, de
nuevo con esa expresión neutral tan estúpida que le hace ver jodidamente
atractivo.
Mi corazón late con fuerza, pues todos sus amigos se han ido, seguramente a
sus clases y él se ha quedado ahí, tiene la mirada perdida y toma agua desde
la botella. Tomé el último suspiro, me aseguré de que mi chaqueta estuviera
muy bien puesta y me puse algunas gotas de colonia.
Imploré a los cielos para que mis manos no temblaran pero así lo hicieron y
mis mejillas comenzaron a encenderse. Su mirada se posaba en mí, y tuve
miedo.
—Gracias.
Cualquiera hubiera preguntado la razón del por qué yo traje la libreta y no Jin,
siendo yo un estudiante de primer año y ellos de cuarto.
—¡E-espera!
—...
—Mi nombre es Jungkook y quería saber si, quería saber si podíamos salir
juntos mañana.
¿Eso es un sí?
—Adiós.
—Adiós...
Mierda, ¡sí!
2
—Estás bromeando.
—Raro.
—Hola...
—Hola.
Esa jodida expresión neutral me ponía nervioso, es que joder, no creía esos
rumores de que él nunca mostraba ninguna expresión, pero ahora que lo
admiro, es verdad.
—Bien.
Su voz es muy profunda y masculina, es una lástima que sólo escuché menos
de 10 palabras suyas.
—Lógica Deóntica.
Oh, ¿qué?
Me quedé quieto.
—...
Comencé a toser luego de haber dicho esa estupidez. ¿Por qué lo dije? Él no
dijo nada y mis mejillas se incendiaban.
—Ya veo.
—Ah.
Mierda.
¡Sí! ¿Qué?
—Sí, quiero.
—¿Quieres?
—Sí, quiero.
¿Sí?
3
—¿QUÉ? HAHAHAHAHA.
—Hace un día me dijiste que te gustaba Taehyung, ayer me dijiste que ibas a
salir con él y hoy me dices que ya son novios, mañana me dirás que se
casaron y pasado mañana que tendrán hijos, seguro.
—Algo así.
—¿Algo así?
—Me voy.
—Taehyung.
—Hola.
—¿C-cómo te va?
Tomé lugar a su lado y observé con curiosidad su libro, supe por Jin que
Taehyung realmente ama la filosofía.
—Bien.
—Se ve interesante.
—Supongo.
Los nervios me invadían. Me sentía algo tonto, pero ayer, con la revolución de
pensamientos que tuve me juré a mí mismo descubrir cada centímetro de
Taehyung, me juré hacer que él me ame y sólo puedo lograrlo dándole amor,
porque creo que lo que a él le falta, es un poco muy mucho de amor.
—...
—Tae...
—...
—Tengo que ir al baño y supongo que tú tienes que ir a clases así que debo
irme, pero no sin antes hacer algo que he querido hace tiempo...
—...
—Te esperaré en la puerta de ingreso a las 15:30. Sería lindo que nos
fuéramos juntos, así que... a-adiós.
Me fui con velocidad hacia los baños, no sin antes prestarle una última
mirada. Notando que Taehyung se veía perdido, tan perdido como cuando no
entiende algo.
—No, yo no.
El parque lucía un poco solitario y creo que está bien porque así él y yo
podíamos tener algo de privacidad.
—¿Tú no?
—Claro.
—Tae.
—¿Mh?
Tomé de su suéter color crema ñoño que en él lucía muy bien y me aproximé
a su rostro para alcanzar sus labios y por primera vez poder probarlos. Su
sabor a menta me encantó y la suavidad de su textura me impulsaba a probar
un poco más.
Sin embargo él no seguía mi ritmo, a penas y movía los labios y decidí abrir
los ojos para afrontarlo y me encontré con los suyos.
Su expresión no me decía nada pero sus palabras sí, vaya que sí.
—Entonces es Megadeth...
—Sí.
—Suena bien.
—Vale, es eso.
—Sí.
—Puedes huir ahora. Todas sus parejas terminaron con él justo después de
dos semanas.
—¿Segundo... nivel?
—Sí...
—Tal vez podrían tener algo de intimidad, no llegar al límite, sólo iniciar algo...
ya sabes.
Oh sí.
Qué vergüenza.
¿Es en serio?
Él muy puntual estaba ahí, tan perfecto y sin expresión alguna, esperando por
mí. Una sonrisa tonta apareció en mí rostro cuando lo vi.
—Tae.
—Hola.
—¿Nos vamos?
Él asintió.
—Tae.
—Mh.
—¿Vamos a tu departamento?
Ahí vamos.
7
Estamos viendo una película, "the beauty and the beast" a insistencia mía y
que parece que no le causa ningún interés. Y qué digo, a mí me gusta, pero
no puedo prestarle nada de atención.
Segundo nivel.
—Tae.
—Mh.
—¿Vale?
—Y bueno...
Oh claro.
—Ah.
—Jungkook.
Y un gemido salió de sus labios y juraba que iba a correrme tan sólo con eso.
—Vete.
—T-Tae...
—Vete por favor.
Aquel día me fui de su hogar con una sonrisa tonta en el rostro. ¡Taehyung no
es un jodido robot y se la paró... conmigo!
8
—Cuando era niño solía colarme en la fila y fingir ser hijo de alguna pareja
que estaba formada.
—¿En verdad?
—Claro, pero yo les aseguraba que mis padres estaban pagando las
entradas, así que yo simplemente subía y me divertía.
—Tae...
—Mh.
Él me miró con esos tan bonitos y de pronto desvió su mirada hacia los juegos
mecánicos. De ahí hasta que nos despedimos no dijo nada, creí que había
quitado un ladrillo de su estúpido muro, pero en realidad sólo me choqué en
contra de ese caparazón que se niega a dejar libre a Taehyung.
Jungkook:
Hola Tae, soy Jungkook. Quiero agradecerte por esta tarde, la pasé muy bien
junto a ti y me divertí como nunca. Es muy valioso para mí saber algo más de
ti... así que no estaría mal que contáramos algo más acerca de nuestras
vidas, yo creo que de mí ya sabes mucho pues hablo de más, pero no sé
mucho acerca de ti, así que si quieres contarme algo, yo sería muy feliz.
Jungkook:
Y lo del "te quiero" es verdad, te quiero muchísimo, puedes pensar que es
algo apresurado pero lo que siento solo se puede describir de esa manera.
Tenias que saberlo, solo es eso. Descansa bien y no olvides contar bien las
ovejitas antes de dormir.
—Sí y no.
—¿Sí y no?
Jin me despeinó los cabellos y se fue sin despedirse. Entonces sentí una
mano sobre mi hombro.
Era Jackson.
—Hola Kook.
—Hola...
—¿Novio? ¿Quién?
—T-Tae...
—...
—Jackson quería salir conmigo y le dije que no, es un tonto, y-yo soy tu
novio...
—¿Cuál es tu punto?
—¿Mi punto?
—¿Mh?
—Taehyung...
—...
—Taehyung, escucha.
Tomé de su mano y detuve su paso. Estaba algo herido, pero mi enojo podía
más.
—...
—Soy tu novio y quiero que sientas celos, quiero que te molestes conmigo
porque otro chico me invitó a salir y me tuvo cerca. Quiero que me defiendas
de ese tipo de chicos y les hagas saber que te pertenezco. Quiero que me
quieras... sólo quiero ser importante para ti, ¿es mucho?
Entonces yo besé sus labios, fue algo corto, pero necesitaba sentirlos.
—Jungkook.
Observé su rostro y él me miró, por fin.
—Dime.
—Bien...
—No.
—Vale.
Decidí tragarme las lágrimas y lucir una sonrisa. Por una parte, estar a su lado
me hace feliz, pero por otra parte estar a su lado es sentirse en soledad todo
el tiempo.
Había pasado dos días desde lo sucedido, las cosas siguen igual, Taehyung
es el mismo y creo que pondré en marcha el plan B.
—Tae, Tae.
—Mh.
—Mi mamá no estará en casa y pensaba que podríamos pasar una tarde
juntos en casa después de las clases.
—Bien.
—Pues vale...
—...
—Taehyung yo...
—¿Por... qué?
—Mh.
—Lo lamento...
—¿Te gusta Jackson?
—Tae...
—...
El camino a mi casa fue muy silencioso, más que siempre, pues aunque
hablaba con Taehyung él simplemente no respondía, no sé si tomar eso como
enojo.
Tomé un suspiro y con las manos algo temblorosas abrí la puerta y dejé que
el ingresara. Mamá tiene el día de turno extra de este mes, así que llegará
muy tarde y Taehyung y yo estaremos solitos mucho tiempo.
—Tae...
—Mh.
—Lo siento...
—¿Por qué?
—En realidad...
—¿En realidad?
—Jungkook.
—Dime...
Mis dedos sentaron lugar sobre su miembro que poco a poco comenzaba a
endurecerse y a pedir más espacio entre la tela de ese pantalón jean que le
quedaba jodidamente sexy. Con pequeños apretones encontré el cierre de
ese pantalón y cuando me decidía a abrirlo, su mano se posó sobre la mía.
—No.
Empujé su mano y volví a mi trabajo. Esta vez fui un poco más rápido y
deslicé el cierre. Su boxer negro relució ante mi vista y afirmé que su miembro
había despertado... Taehyung no es un robot, y está muy bien dotado.
Tomé valor para separarme de sus labios y sentarme sobre su regazo, mis
huesos tiemblan pero no me detengo, el calor está subiendo poco a poco y
puedo escuchar con claridad la música del vecino a todo volumen.
—Mh...
Mordí sus labios con delicadeza y gemí su nombre cuando su pelvis se elevó
y golpeó mi trasero con rudeza.
—P-por favor...
—No, no...
—¡Tae, ah!
—Jungkook.
—Tae...
—Vete.
Todo había terminado mal esa noche, pero Taehyung se fue de mi casa
besando mis labios. Me sonrojé a más no poder y me miró en silencio por 5
segundos... exactamente y contando, creo que vamos por buen camino.
12
Mi casillero luce igual pero tiene algo dentro, algo que nunca había visto, es
una pequeña nota. La tomé y la revisé con calma.
"Eres magia, para la gente que ignora los trucos, eres rosa, para la gente que
ignora las espinas, eres milagro, para la gente que no ha perdido la fe, eres
perfección para todo el mundo. Sin embargo yo, soy escéptico, no creo en la
magia, las espinas no me permiten admirar a la rosa y he perdido la fe, pero
creo que existe la perfección, tal vez está en ti, pero no la merezco. Y somos
opuestos, mas nada nos atrae. No pierdas tu luz en el abismo que lleva mi
nombre... "
Taehyung.
Taehyung está de buen humor y no lo digo porque esté sonriendo o algo así,
imposible, lo digo porque está hablando un poco más, habló de cosas que no
entendí, pero me hace feliz verlo con un poco más de confianza.
—Y aunque haya buscado con toda rapidez el lugar del libro donde estaba
escrito lo opuesto a mi pensamiento, no pudo encontrarlo y me dio la razón.
¿Será posible que Taehyung quiere terminar conmigo? Hoy se te van bien y
cómodo conmigo... ¿debería preguntárselo?
—Sí. Creo que necesita prepararse, aunque no creo que se haya encontrado
un doctorado por ahí, supongo que él estudiaba.
—¿Tu profesor?
—Claro, él.
Mejor no. Tal vez fue algo erróneo, y si no lo fuera, da igual, él no ha tocado el
tema y yo no quiero hacerlo, no quiero terminar no él.
—Supongo...
—Mh.
—Sinceramente... no.
—¿No?
No sé cómo tomarlo.
—Jungkook...
—Vale.
—Escucha.
—Pero que te conste, hay muchos que se mueren por estar en tu lugar ahora
mismo, así que valórame chico rudo. Te veré después, cariño, ¡besitos!
Me fui con pasos rápidos mientras podía sentir su mirada posaba sobre mi
espalda.
—Hyung...
—Ahí está Taehyung, ahora que se irán juntos, pídele que vayan a su
departamento y comienza el plan. Ve ahora.
—Tae.
—Hola.
—¿Nos vamos?
Él asintió.
Inhala.
—Tae.
—Mh.
¿Realmente esto iba a funcionar? Jin hyung estaba seguro de que sí, pero en
realidad... lo dudo.
En cuanto me quedé sólo con el bóxer, bastante ajustado por cierto, me puse
la camisa de Taehyung y sonreí como un idiota porque olía a él.
La cerradura sonó.
—Jungkook...
Volteé para mirarlo y él estaba estático, admirando mis piernas y el resto.
—Amor.
—...
—Oh, sentí mucho calor y me puse algo más fresco, no te molesta que haya
usado tu camisa, ¿verdad?
Él no dijo nada, dejó las cosas sobre el comedor y dirigió sus pasos hacia la
sala, mas yo fui más rápido y le detuve.
—...
Él asintió.
Le puse a lavar los platos, mientras yo picaba las verduras para la sopa.
—...
—No me di cuenta.
—No quiero.
Tomé su diestra y dejé que ésta se deslizara por mi cintura, pero como si de
fuego se tratara él la alejó de inmediato.
—Jungkook, espera.
—...
Volví a tomar su mano y esta vez dejé que se posara sobre mis muslos. Él
desvió su vista sobre mí piel desnuda y creo que estaba batallando consigo
mismo.
—Amor.
—Jungkook...
Una sonrisa se dibujó en mis labios y apoyé mis codos sobre el lavaplatos,
haciendo a un lado los guantes que le había quitado un poco antes y dejando
que mi trasero se luciera ante él.
Por dentro gritaba miles de cosas y me moría de miedo, pero por fuera, una
increíble confianza florecia.
Mi diestra deslizó aquel estúpido bóxer ajustado y dejó que mi entrada fuera
expuesta ante su vista... Taehyung no se había movido ni un centímetro,
probablemente me está mirando con total atención.
—No.
—Tae... mh.
Sus manos tomaron mi cintura y lo oí jadear, con esa voz a profunda y sexy
se carga.
—Fóllame...
—Hazlo.
—Penétrame... T-Tae...
Él parecía no escuchar.
—Lo siento...
—Jungkook, no debí.
Él soltó un suspiro.
Verlo dormir es lo más hermoso del mundo. sus labios están entreabiertos y
su respiración es calmada, creo que es el único momento en donde se deja
ser... y no tiene esa expresión neutral que he empezado a odiar, aunque
luzca jodidamente guapo de esa manera.
—Despierta dormilón.
—...
—¡Tae!
Él abrió sus ojos y me observó con atención. ¿Es que acaso no recuerda que
ayer me pidió que me quedara?
—Jungkook.
—¿Descansaste bien?
—Deberías vestirte...
—No quiero.
Jalé un poco de las sabanas y cubrí mi cintura con ellas, para luego
levantarme.
—Deja de jugar.
—Diji di jigir.
—Taehyung...
—Deberías vestirte.
Taehyung desvió la mirada hacia el café y decidió probarlo sin agregar nada
más.
—Entonces lo haces...
—Antes vivía con mi padre, pero él consiguió novia y se fue con ella, desde
entonces no sé nada de él.
—¿Y tu mamá?
—Pues... a ella le va muy bien con su nueva familia, me envía dinero cada
que puede hacerlo, le debe ir bien porque el monto no es broma.
Me sentí tonto por haberlo preguntado, y yo quejándome por las cosas que
hace mi madre.
—Tae...
Le había dicho que me quedaría con Jin hyung para terminar de hacer un
trabajo, probablemente cuando llegue estaré castigado, pero todo valió la
pena.
—¿Tae?
—Deberías ir a vestirte.
—Sí.
Me sentí algo confiado cuando él desvió su mirada hacia otro lugar menos
interesante, pero tomé de su mentón para dirigirlo hacia al frente. Sus ojos
hicieron conexión con los míos y entonces lo besé, se sintió igual que antes,
él no respondió, pero sus manos se posaron sobre mi cintura y las yemas de
sus dedos acariciaron mi piel.
Tomé las sabanas y decidí ir a vestirme. Ya era hora de irme a casa. Tengo el
corazón algo triste, pero todo necesita su tiempo.
—Jungkook.
—¿Qué?
Oh.
—Claro.
Taehyung está sentado junto a sus amigos. Sólo conozco a Namjoon porque
Jin hyung me digo que traen algo de onda, pero a los demás, realmente no los
conozco.
—Tae.
Creo que lo dije muy fuerte porque todos se quedaron callados y posaron su
mirada en mí.
—Hola.
—¿Puedo... sentarme?
—Soy... Jungkook.
Namjoon se veía muy amable, supongo que por algo le gusta a Jin.
—Oh sí...
Jimin esbozó una sonrisa y Namjoon dejó caer su cajita de papafritas sobre la
mesa.
No hemos hablado mucho durante varios días, así que organicé una cita para
poder salir juntos, la verdad, y a pesar de todo, es que yo lo necesito en mi
vida.
Y bueno, estamos aquí. Taehyung luce muy guapo con una chaqueta de
cuero. Tomé su mano con cuidado, como siempre él no sujetó la mía.
—Oh.
—Ajá.
—Y el que Jin quería era el rosa, y le dijeron en la tienda que poco antes una
persona ya se lo había y que solo los tenían en blanco, así que Jin hyung se
tuvo que comprarse esos, ¿y adivina qué?
—Pues sí, pero no es eso. Jin adora el regalo de Namjoon así que decidió
darme los blancos a mí, qué suerte, ¿no?
—Ajá.
—Aléjate, estúpido.
—Taehyung.
—...
¿Cómo se atrevía ese idiota a decir eso y cómo se atrevía ese idiota de
Taehyung a no decir nada?
El asqueroso estúpido ebrio delincuente se vino hacia mi lado y en verdad,
quería encontrar a un policía. Esto ya me estaba asustando.
—Ricura.
El ebrio apretó mi trasero con una mano y yo solté un gritito nada masculino.
Estaba aterrado.
Está mal decirlo, pero Taehyung me defendió como todo un hombre al final,
¡qué emoción!
19
—No me duele.
—No.
—Que sí.
Puse una bolsa de hielo sobre su diestra. Sus nudillos estaban bastante rojos,
yo creo que se está haciendo al valiente con esa actitud. Sé que le está
doliendo, aunque su cara no muestre ninguna expresión.
—...
—Tae, gracias...
—...
—Tae. En un comienzo sí por las cosas tontas que dijo, pero si eso te pone
en riesgo ni pensarlo. Mira cómo está tu mano.
—Eres mi héroe.
—Tae.
—Mh.
—...
—Es decir, fue algo muy masculino y me encantó. Sabes que sólo tú puedes
tocarme...
—...
—Tengo que estudiar para un examen, así que te rogaría que vuelvas a casa
a descansar.
Oh.
Rayos.
—Bien...
Me dirigí hacia la puerta y antes de salir eché una última vista a Taehyung.
Él parecía pensar en algo.
Está claro que yo no le gusto, pero creo que él necesita más tiempo.
Más tiempo...
Y me fui.
Estúpido día.
20
Es por eso que compré todos los ingredientes para hacer un pastel que
pudiéramos disfrutar los dos, y debido a que mi mamá saldrá de viaje tengo
prohibido utilizar el horno de la casa tendré que hacerlo en el departamento
de Taehyung, lo que no sabe es que Jin hyung me ha enseñado todo sobre
pasteles y que incluso me salen mejor que a ella.
—Ahora ya lo sabes.
—Claro. Amor, tienes que ayudarme y sé que no tienes regalo, así no tienes
salida.
—...
—...
—Los huevos de la gallina.
Yo estaba muriendo de risa y él comenzó a romper los huevos. Dios, él no
tiene idea de lo que está haciendo y ya echó a perder un huevo.
—Es imposible.
Al final yo dividí los huevos. Por alguna tonta razón nos llevó más tiempo de lo
esperado, pero fue una tarde divertida para mí, solo porque él estaba
conmigo, su compañía es el mejor regalo del mundo.
—...
—Y... no.
—...
—...
—¿Qué?
—Jungkook, no.
—Taehyung, sí.
Tapé sus ojos con una bufanda y él comenzó a batir. Estaba haciendo hasta
lo imposible para no reír, pero esto es lo más tonto que hemos echo, después
de conocernos.
—...
—Un poco.
Mi abuela sí decía que no había que observar a la crema directamente, pero
no decía que debíamos cubrirnos los ojos.
Estábamos asombrados.
—La crema levantó... ha de ser porque estás tan bueno que ni ella pudo
resistirse.
Hasta que escuché algo maravilloso, Taehyung había reído, creo que por dos
segundos, pero vaya dos magníficos segundos, alcancé a ver su rostro, sus
labios formaron una sonrisa preciosa, rectangular y brillante.
Nos miramos sin decir nada. Pero sus ojos me dijeron algo, no entendí qué
pero lo hicieron y me dieron una esperanza.
Esa noche compartimos el pastel, nos había salido muy bien a pesar de todo.
—Jungkook.
—¿Cariño?
Él asintió.
Jeon Jungkook:
Los pasteles de chocolate son mis favoritos, el de ayer nos salió super
delicioso, tenemos que volver a hacerlo.
Jeon Jungkook:
Adoro pasar tiempo contigo, pero esta mañana solo te vi un ratito. Sé que
estás ocupado con todo eso de tu presentación, sin embargo quiero verte.
Jeon Jungkook:
Te extraño, me haces falta.
Jeon Jungkook:
Taehyung, llevamos como cinco semanas juntos pero se siente como si fuera
toda la vida. Tal vez eras tú esa persona que he esperado toda la vida, es por
eso que hoy me atrevo a decir con toda la seguridad del mundo que... te amo.
Mis mejillas se pintaron de rosa y él había leído ese mensaje, mas nunca
respondió, aunque esperé toda la tarde y él se conectaba a veces, nunca lo
hizo.
Jeon Jungkook:
No tienes que responder nada, cariño, es lo que siento y pensé que tenías
que saberlo. Debes estar muy ocupado preparando todo...
Mi móvil vibró.
Tae:
La presentación de mañana se suspendió, lo siento.
Fue todo.
—Kookie.
Oh.
—Hyung.
—¿Ya te ibas?
—Sí, hyung.
—Claro.
Sus ojos se encontraron con los míos, esa estúpida expresión neutral
continuaba inundando su rostro. Entonces me levanté y decidí irme, Jin me
llamó e intentó detenerme, pero yo ya había salido.
Y comencé a correr...
Decidí varias veces enviarle un mensaje dando por terminada la relación, pero
al final del día he descartado la idea. Si le he dicho que le amo, es porque lo
hago, más que a nadie y por ese motivo voy a seguir intentando.
—Tengo novio...
—Cállate, Jack.
—Me dueles.
—Como sea.
Jackson se fue, supongo que a alguna clase. Yo ya no tenía nada más qué
hacer y no pensaba quedarme ahí, en el mismo lugar que Taehyung, así que
decidí irme también sin embargo y para mi mala suerte me encontré con
Jimin.
—¡Jungmook!
—Hola...
Quise negarme, pero Jimin ya me tenía del brazo y me había llevado junto a
sus amigos. Taehyung me observaba con atención, como siempre.
Fue algo incomodo, pero después de algunos minutos, todos sus amigos nos
dejaron solos. Tal vez ya saben todo lo que pasó. Mi corazón late muy fuerte
y creo que estoy sudando.
—Hola...
—Hola.
—Creo que...
—Lo siento.
Una sonrisa tonta se dibujó en mis labios, era todo lo que necesitaba para
sentirme mejor.
—Deberíamos ir a casa.
Él asintió.
—Comí un poquito.
—¿Qué?
—Un sándwich.
—Amor...
—Lo haré.
—No la tendrá.
—Vale, gracias.
—Quiero chupártela.
—...
—Estoy jugando.
Vi un ratón.
Es estúpido, lo sé, pero me dio mucho miedo, así que es por eso que estoy
sobre una silla, rogando por mi vida, junto a un Taehyung cansado, sujetando
una escoba y buscando inútilmente a un ratón que desapareció.
Uy.
—Bájame.
—Jungkook.
—Taehyung, te amo.
Lo dije sin pensar, creo que lo sentí. Él se alejó un poco y vi aquel muro otra
vez...
—Tengo que estudiar, vete por favor.
—Claro.
Claro...
26
Hoy me puse el pantalón más apretado que encontré, seguramente dos tallas
menor a la usual y un combinado blanco, que dejaba expuestas mis
clavículas. Era claro que varios chicos comenzaron a molestarme, incluyendo
a Jackson, sin embargo todo esto es para Taehyung.
—Hola amor.
Taehyung levantó la vista para mirarme y me detalló de arriba para abajo, era
justo lo que quería conseguir, bueno, algo así.
—Hola.
—¿Qué lees?
—Pues... Misery.
Taehyung me miró.
—Si fuera chica, debería estar gritando y pidiendo auxilio como loca.
Repartí besos en varios lugares de su rostro, esperando por una sonrisa, pero
jamás llegó.
—Bueno que... mi mamá viajará una semana y estaré solito, duerme conmigo.
—No.
—Ambos.
—...
—Te felicito.
¿Por qué maldita sea tuve que elegirlo a él? ¿Por qué?
27
Lo odio, tengo unas ganas inmensas de jalarle los cabellos y alejarlo de
Taehyung.
—Yoongi, ¿ya viste cómo ese estúpido mira a Taehyung? Está muy cerca de
él.
—Estás celoso.
—Lo estoy.
Las cosas entre mi novio y yo no están bien, pero tengo que continuar
luchando. Taehyung parece disfrutar de su compañía, lo sé porque se le ve
un poco más hablador y eso solo lo hace cuando algo le agrada.
—Pelea de gatas.
—¿Qué?
—Jungkook escucha, Minwoo es amigo mío por favor deja de ser tan
paranoico.
—No lo haré.
—Gayo.
—¿Acaso...
—Y yo soy el ignorante.
—Eres mi novio.
Really?
28
—No lo sé.
No me culpen.
Ingresé al vestidor y vaya que era pequeño, sólo cabía una persona. Decidí
no usar el seguro que se veía muy oxidado porque Taehyung me protegería
desde afuera.
Seguro.
—Jodida criatura.
—T-Tae...
—Mh.
—Sí, Tae...
—Kookie.
—¡Ah, sí!
Quiero creer.
Caminé despacio mientras los demás corrían a sus clases. No habían pasado
ni cinco minutos y me encontré a Taehyung junto a Minwoo. Ambos estaban
muy cerca y yo ya no soporte más.
—Minwoo.
—Hola, querido.
—Jungkook ya detente.
—¿Él o yo?
Ahí estaba Minwoo junto a uno de sus amigos, parecían reírse de algo
divertido y me acerqué con cautela. Ellos charlaban tranquilamente sobre las
graderías y yo me oculte debajo de ellas, el espacio era reducido pero podía
escuchar todo a la perfección.
¿De qué?
—¿Irás al departamento del chico muro? No me digas que van a joder porque
ese chico no tiene sangre que le llegue al pene.
Yo estaba comenzando a salir del escondite para darles una paliza pero ellos
se fueron antes, para su fortuna. Tenía muchas cosas en la cabeza que aún
estaba procesando.
Ese día busqué a Taehyung y no lo encontré. Le esperé por más de una hora
en el lugar habitual y nunca llegó. Fue Namjoon quien me dijo que lo vio irse
junto a Minwoo hace hora y media. Tomé mis cosas y me dirigí hacia su
departamento.
Si Minwoo cumpliría con lo que se propuso, les cortaría los huevos a ambos.
Toqué el timbre varias veces y nadie abría. Estaba dispuesto a irme pero la
cerradura sonó.
—¡Maldita zorra!
Una de mis manos se liberó del agarre y decidí atacar a Minwoo, ya estaba
muy enfadado como para soportarlo. Pero Taehyung tomó mi mano con más
fuerza, tanta que me lastimó realmente.
—¡Jungkook!
Esto se terminó.
32
—Jin hyung...
—Kookie...
—Por favor hyung, déjame luchar un poco más, no será mucho, por favor...
Jin soltó un suspiro. Tanto él y como yo sabíamos que las cosas no iban a
cambiar, pero no dijimos nada, porque teníamos una esperanza.
Jin y yo nos hicimos compañía por la mañana, pero debido a que él tenía
algunas clases extracurriculares yo me quedé solo en la cafetería.
Él sacó uno de sus libros y se puso a leer. Mis mejillas estaban rojas y
empecé a ponerme nervioso.
Sus dedos empujaron una hoja pequeña hacia mi lado. Tomé un poco de aire
y la leí.
-KTH"
Faltaba como media hora para el atardecer, aunque el cielo tenía algunos
tintes naranjas. Taehyung y yo estábamos acostados sobre el pasto del patio
trasero de una escuela abandonada, un árbol amable nos protegía de los
últimos rayos del sol.
—Entonces lo hizo...
—Te lo dije.
Un tono rosa comenzó a unirse con los tintes naranjas del cielo. El atardecer
está cerca.
—¿Yo te gusto?
¿Qué significa?
El atardecer apareció ante nuestro ojos y nos quedamos en silencio hasta que
el sol desapareció.
—Jungkook...
—¿Mh?
Taehyung luce muy guapo esta noche, como siempre pero hoy... sus ojos
brillan, él se siente diferente.
—¿Eres virgen?
—Sí.
—Porque te amo.
Nos separamos sólo para conectar nuestras miradas. Sus cabellos cubrían su
frente, nunca he tenido a Taehyung tan de cerca.
—Minwoo es tonto, siempre lo supe, nadie en su sano juicio podría creer que
Kant es un pianista.
—Calma.
La luna brillaba, el clima había descendido en aquel rincón del colegio, pero
para nosotros no.
—Tae...
Sus manos se deslizaron por mis muslos, mientras sus labios se posaban
sobre mi cuello. Mi respiración se mostraba irregular al igual que la suya.
Qué importa.
—¿Deberíamos volver?
Seguro.
—Vale, vamos.
Nos levantamos del lugar y salimos de ese colegio. Fue algo escalofriante
recorrer esos pasillos, pero Taehyung me daba seguridad, sabía que él me
protegería de todo.
—¿Qué?
—Jungkook...
—Calla y reúnelas.
Taehyung se tardó como media hora en tener todo listo. Mis botas sonaban
exageradamente y mi novio cargó todas las bolsas que traíamos, no sé cómo
lo hizo, pero lo hizo.
La señora Cho nos recibió con una gran sonrisa en el rostro y cuando los
niños me vieron llegar corrieron a darme un abrazo. Se pusieron muy felices
cuando supieron que no sólo había traído ropa, sino también juguetes.
—Señora Cho...
—Los niños te adoran pero es demasiado para ti, reunir todo esto. Así que te
esperaremos en seis meses.
Me sentí un tanto triste, porque yo amaba a esos niños y ellos a mí. Aún así,
volvería, dentro de mucho tiempo, pero lo haría.
—Nada.
—Hyo nunca se acerca a extraños, mucho menos tiene contacto con ellos,
pero contigo fue diferente.
—No lo sabía.
—¿Tú lo crees?
Mis botas seguían sonando gracias a los cascabeles que se movían. Vaya día
divertido y vergonzoso.
36
¿Qué?
—¡Amor!
—Taehyung yo...
—Vayámonos.
—¿Pasa algo?
—No.
Terminé con su camisa y la arrojé lejos. Nuevos ojos se conectaron por última
vez, y mis labios se separaron de los suyos para poder recorrer su bien
formado torso, el espacio era reducido así que tuve que levantarme de su
regazo para posicionarme sobre mis rodillas el piso. Sus ojos continuaban
posamos en mí, y su silencio me animaba a continuar y lo hice. Mis dedos
deslizaron el cierre de su pantalón y tras de aquel boxer azul que terminé
bajando, hallé una prominente erección.
—Joder...
Mis uñas se clavaron en sus muslos y absorbí la punta cuando me dejó tomar
un respiro. Nuestros labios se encontraron de nuevo y sus dedos volvieron a
jalar mis cabellos.
—Tae.
—¡Vete!
—Lo siento...
—No importa. Mira, las parejas siempre tienen problemas, a veces terminan o
continúan, todo es parte de la vida.
Escuché el sonido del timbre. ¿Será posible que mamá se olvidó algo? Me
levanté con calma y abrí la puerta, me sorprendí al observar a Jimin justo ahí,
su mirada no mostraba felicidad.
—¿De qué?
—De Taehyung.
—Tienes que dejarlo ir, mira, cuando supe que ustedes estaban juntos creí
que sería como sus demás relaciones de dos semanas, no quiero creer que
es algo serio pero la relación que tienen ustedes me está dando miedo...
Mi corazón se aceleró. ¿Qué acaba de decir?
—¿Miedo...?
—¡No!
—Tú no eres nadie para venir a decirme esto, no te importa lo que tenemos,
yo sé que él... siente algo por mí.
—C-cállate...
—No...
—...
—M-mientes...
Cuando abrí los ojos, algunos rayos del sol cegaron mi vista. Mis ojos estaban
hinchados y mis labios muy resecos.
La puerta sonó. Mi madre parecía lo oír nada así que bajé y abrí la puerta.
—Sí, lo soy.
El señor me dejó aquel sobre extraño y se fue. Abrí el contenido con lentitud y
comencé a leer:
"Querido Jungkook.
Creo que has tenido mala suerte conmigo, he sido consiente de todos tus
intentos pero somos como dos piezas que no encajan, será porque encontré
mi otra parte y tú aún no.
Eres una gran persona y no mereces que te marchite de esta manera, así que
me permito ser sincero. Estoy enamorado de alguien, su nombre es Hoseok,
le he amado toda la vida, desde la primera vez que aprendí lo que era el
amor. Él se fue pero estoy esperando su regreso.
Mi corazón se detuvo.
-Dame tu teléfono.
-H-hyung...
Asentí.
-Se terminó...
-Ese chico no es mi amigo, el Taehyung que yo conocí nunca haría algo como
eso.
-Nam...
-Voy a golpearlo.
Me quedaría esa noche con mis hyungs, luego iría a descansar a casa.
—Descansando...
—No...
—No... él y yo terminamos.
—Las cosas salen como yo quiero, mañana serás mi novio y luego nos
casaremos, no lo niegues.
¿Por qué sigo amando al chico muro? ¿Por qué a pesar de que ha destruido
mi vida?
41
Él regresó hace pocos días y vino a casa con un gran ramo de rosas. Lo
primero que me dijo fueron las palabras que había mencionado al despedirse
hace dos años: "Cuando vuelva, estaremos juntos de nuevo y no voy a
dejarte ir, serás mi esposo".
—Bien...
No quiero recordarlo.
—Kookie...
Sus manos se posaron sobre las mías, su mirada tenía un brillo especial.
Yugyeom me gustaba muchísimo, incluso me derretia al oír su voz.
—Yugyeom.
—No hubo un día en el que no pensara en ti. Pensé en regresar antes, pero
decidí no dejar cuentas, para quedarme aquí para siempre.
¿Por qué tuvo que irse? Si él no se hubiera ido nunca hubiera conocido a
Taehyung. Nunca debí dejarle ir...
—Gracias...
—¿Sí?
—Sí...
—Yugyeom...
—Hola, bonito.
Yo quería irme de ahí lo más pronto posible. Él acarició mis mejillas con
delicadeza, ¿por qué antes eso me derretía y ahora simplemente no me
causa nada?
—Yugyeom...
—¿Cómo te fue?
Iría a donde Yugyeom quisiera llevarme, con tal de que se encuentre lejos de
Taehyung, muy lejos.
43
—Jin me dijo que ya no usabas tu número, pero me juró que hoy iba a darte
otro nuevo.
Este hyung.
—¿En serio?
—Sí.
Yugyeom me entregó una pequeña caja de terciopelo rojo, la abrí con cuidado
y encontré una pulsera brillante. Era hermosa, en serio.
—¿Te gustó?
—Me encantó...
Taehyung se sentía así cuando yo intentaba tener intimidad con él. Lo entendí
perfectamente.
No podía hacerle daño a Yugyeom, no cuando él ha sido tan bueno conmigo,
siempre.
—Yugyeom.
—¿Mh?
Deposité un corto beso sobre sus labios y él volvió a sonreír. Imité su acción,
aunque me sentía algo triste.
—Debo irme...
—Vale, gracias.
—Claro. Me fascina.
—¿Me invitas?
¿Tenía algodón sobre los labios? Cubrí mis labios de inmediato, mis mejillas
se sonrojaron y Yugyeom se acercaba un poco más.
Aquella voz. Nos volteamos a observar quién me saludaba y era Jimin... junto
a Taehyung, Namjoon y seguramente Hoseok... con una gran sonrisa en la
cara.
—...
—Está bien...
Taehyung se ve muy guapo, la armonía entre él y Hoseok se siente. Namjoon
está mirando alrededor, como intentando desaparecer lo más pronto posible.
—Él es Yugyeom...
Yugyeom estrechó su mano con todos con una amable sonrisa, incluyendo a
Taehyung.
—Oh sí.
—Lo lamento, pero es que tú lucías muy incomodo, ¿no son tus amigos?
Lo eran.
—No.
¿Taehyung?
—Mh...
—Sentí que quería matarme con la mirada, ¿siempre es así?
—Sí, siempre.
Revisé las notificaciones de móvil y entre ella estaba un mensaje de Jin que
decía lo siguiente: "Cariño, Namjoon se reunió con los chicos para hacer las
pases, seguramente irán a parque de diversiones, intenta no encontrarlos,
¿no prefieren ir otro lugar?"
Cada año la universidad tiene el tradicional viaje educativo para los de primer
año. Es por eso que traen guías del último año para qué puedan ayudar a los
demás. Rogaba con todas mis fuerzas que elegieran a Jin o Namjoon, ellos
eran buenos estudiantes y tendríamos una oportunidad.
Quería morir.
Más porque Yoongi se quedó dormido en el bus y no pude dejarle mis cosas.
Nos dividimos en dos grupos, Taehyung se fue con una mitad y Jimin con la
otra. Afortunadamente tuve que ir con Jimin.
Él quiso hablar conmigo, pero realmente yo no quería hacerlo, así que me
separé del grupo en cuanto pude.
No dejó que lo atrapara, pero al final lo logré. No quería hacerle daño, solo
quería acariciarlo un poco. Las risas de mis compañeros fueron
desapareciendo así que decidí continuar, pero ellos no aparecieron. Comencé
a creer que iba en la dirección contraria, mas nunca llegué a la cima ni al
campamento. ¿Dónde estoy?
Corrí por miedo. Ellos tendrían que estar en algún lugar. La lluvia comenzaba
a caer.
Lloré como un niño. Estaba muy asustado, porque escuché algunos sonidos
extraños, como gruñidos.
No supe cuántas horas habían pasado. El sol se había ido, y la lluvia bajaba
con más fuerza. Un perro apareció entonces, me mostró sus dientes con una
gran rabia y molestia. La sangre se me congeló.
—...
—Eso servirá.
—Tu herida...
—No.
Me rendí.
—¿Estabas asustado?
Sí, me moría de miedo.
—No...
—Lo lamento.
—¿Por qué?
—Por todo. Escúchame, debo ser sincero, si no lo digo hoy, nunca voy a
poder hacerlo.
En sus ojos veo sinceridad. Escucharía todo lo que él tuviera qué decirme.
—Supe que la carta te llegó. Sí, la hice yo... pero la escribí el primer mes de
nuestra relación. Después de enviarla me arrepentí, pero en el correo me
dijeron que esa carta se extravió y nunca llegó a su destino. Estuve tranquilo
porque pensé que nunca la verías, sin embargo, mucho después te llegó.
—Gran parte.
—Tú amas a alguien más, fui muy testarudo con nuestra relación, eso no fue
justo para ti así que quiero que seas feliz junto la persona que ames, con
Hoseok.
—¿Pero?
—... cuando Hoseok regresó, intentamos algo, cuando nos besamos después
de tantos años no sentí nada. Tal vez el amor que creí tenerle no era más que
costumbre.
—...
—Él estuvo molesto algunos días, sin embargo terminamos siendo amigos,
como siempre. Lo que quiero decir es que... descubrí que en realidad a quien
amo es a ti.
—T-Tae...
—Taehyung...
—Dame una oportunidad, solo una y voy a... mostrarte cuánto te amo.
Mis mejillas ardían, aun más cuando sus labios se rozaron con los míos.
—Sí... sí...
—¿Yugyeom es tu novio?
—No.
—Me alegra, joder. Iba a golpearlo si lo veía otra vez junto a ti.
—Tae...
Él jaló las sábanas que cubrían mi cuerpo desnudo y volvió a atrapar mis
labios en un beso.
—Te amo.
—¿Lo hiciste?
El calor del fuego hace que podamos continuar y puedo observar nuestro
reflejo en los tabiques gracias a él, es excitante vernos en esta situación. Yo
admiro la perfección de su cuerpo cuando se despoja de aquel jean húmedo
gracias a la lluvia y a la situación, qué sé yo.
—Chúpamela.
Levantó la mirada solo para encontrarme con sus ojos. Él está mordiendo sus
labios y luchando con los gemidos que yo me muero por escuchar. Su diestra
se ha separado de mí trasero y ha ascendido hacia mi cabeza para tomar mi
cabello.
—Tae...
—¡Amor!
Su pene está rozando la partidura de mis nalgas con ayuda de sus manos y
sus gemidos me suenan a gloria.
Una de sus manos se desliza hasta tomar mis testículos y los amoldea a sus
palmas con suaves apretujones. Comienzo a temblar y no puedo
concentrarme en evitar correrme prematuramente, porque el sonido sucio y
erótico que tiene su saliva al impactar en contra de mi trasero me está
quitando la razón.
—T-tae no...
Mis codos vuelven al juego y con más fuerza se apoyan sobre ellos para
poder sostenerme.
—Bebé... mh.
Él pierde el ritmo y sólo me embiste con brutal fuerza, tanta que mis brazos
vuelven a desplomarse y me corro al instante.
Cuando abrí los ojos lo primero que vi fue aquella fogata que hizo Taehyung,
hecha cenizas. Mi corazón late con fuerza al recordar lo que hicimos ayer y
mis mejillas arden cuando me doy cuenta de que estamos abrazados en una
posición de cucharita.
—Hola. —Susurra.
—Hola.
—No quiero.
Más tarde recogimos todo. El dolor en mi espalda es evidente así que antes
de que Taehyung carge la mochila, me pidió disculpas.
—¿Cómo me encontraste?
—Gracias.
—Tengo que compartir tienda con los maestros, no es justo, Jimin tiene una
para él solo.
Yoongi está dormido cuando ingreso a la tienda. No puedo creer que duerma
tanto.
—Pero Tae...
—Me voy, no por Jimin, solo porque no quiero verlos hacer sus cosas, aunque
no entienda por qué están juntos de nuevo.
—No, ya no quiero.
—Tae.
—¿Mh?
—Te amo.
Nunca había visto a Jin tan molesto, le tuve más miedo a él que a mi propia
madre. Uh, uh.
Fin de la primera perspectiva.
La verdad es que Jin arregló nuestras citas y al final acepté salir con él porque
pensé que Taehyung no me amaba.
—Lo siento.
Me sentía muy mal con toda la situación, lo que menos quería en esta vida es
hacerle daño.
—Yugyeom...
—Uh...
Jimin sigue haciendo sus bromas sin sentido y Namjoon se está riendo para
practicar, porque según escuché, Jin también hace ese tipo de bromas
pésimas.
Levanto la cabeza para poder admirar unos ojos cafés demasiado brillantes.
Es un chico de blanca piel y labios muy rojos que toma asiento en mi mesa y
sin mi permiso.
—Gracias.
Tenía que irme lo más pronto posible de ahí o tendría que conversar con otro
que quiere salir conmigo.
—¡E-espera!
—...
—Mi nombre es Jungkook y quería saber si, quería saber si podíamos salir
juntos mañana.
—Adiós.
—Adiós...
—Estás bromeando.
Salí del aula y me dirigí con calma hacia él, mis pulmones estaban reteniendo
un suspiro, realmente no quiero salir con él... pero terminará pronto, lo sé.
Sus ojos brillantes se posaban en mí con admiración, sus mejillas se
sonrojaron al verme.
—Hola...
—Hola.
Su lentitud me estaba desesperando un poco.
Analicé sus rasgos, su piel aparenta suavidad y sus labios van en contraste a
ella. Me pregunto por qué está aquí y no haciendo del rogar a una bola de
estúpidos que querrían salir con él.
—Bien.
—Lógica Deóntica.
Bien, no podía seguir con este rollo. A él le gusto, si quiere decírmelo que lo
haga ahora para que así podamos irnos a casa.
—...
Vaya mentiroso.
—Ya veo.
—Ah.
—Sí, quiero.
Qué valiente.
—¿Quieres?
Tomé un poco del té que él había pedido y me entraron unas ganas tontas de
reírme, no para burlarme, si no porque realmente Jungkook es tierno.
—Sí, quiero.
—¿QUÉ? HAHAHAHAHA.
—Hace un día me dijiste que Jungkook se rendiría al final del día y ahora me
dices que ya son novio, mañana que dirás que se casaron.
Jimin y Nam se fueron. Éste último me sacó la lengua y se fue feliz, a ese
paso Jin nunca se fijará en él.
—Taehyung.
Hoy se veía muy bien, creo que todo le queda muy bien a pesar de todo.
—Hola.
—¿C-cómo te va?
Es parecía muy nervioso y tomó asiento a mi lado. Sus ojos se desviaron a mi
libro y los míos hacia sus piernas. ¿Hace cuánto que no folló? Quizás medio
año.
—Bien.
—Se ve interesante.
—Supongo.
Su confesión me tomó de sorpresa, yo solo asentí. ¿Por qué tendría que estar
pensando en mí? Es decir, hay cosas más importantes que el estúpido chico
muro de Berlín, México, Pink Floyd, lo que sea.
Oh cierto, lo somos.
—...
—En lo absoluto.
—Tae...
—...
—Tengo que ir al baño y supongo que tú tienes que ir a clases así que debo
irme, pero no sin antes hacer algo que he querido hace tiempo...
Sus labios rozaron mi mejilla y logré sentir su dulce aroma a vainilla. Algo se
descongeló en mí, tal vez mi helado.
—...
—Te esperaré en la puerta de ingreso a las 15:30. Sería lindo que nos
fuéramos juntos, así que... a-adiós.
Hay algo diferente que tiene Jungkook. Tiene pureza, no sé si soy la persona
correcta para recibirla.
Bueno, al fin y al cabo no llegaría lejos, apuesto a que serán dos semanas.
4
Me gusta su voz.
—No, yo no.
—¿Tú no?
—Claro.
—Tae.
—¿Mh?
Él abrió los ojos y se encontró con los míos. Su carita mostró desilusión y
sentí ganas de besar sus labios.
Cuando conocí a Hoseok, tenía 12 años, hasta ese entonces solo había
besado a una niña en primaria solo porque mis compañeros me obligaron a
hacerlo. Él se convirtió en mi mejor amigo, íbamos juntos a todo lugar,
hacíamos todo juntos y de alguna manera, él hizo de la vida un mejor lugar.
Pero vamos, las cosas cambian, él tenía sus sueños y yo los míos, la
diferencia estaba en que en mis sueños siempre estaba él, él junto a mí,
viviendo una vida juntos. Al parecer en sus sueños, yo no estaba y se marchó
luego de tres meses, sin decirme adiós.
Yo estoy seco, no puedo forzarme a dar algo que no tengo y ellos suelen
buscar amor.
Esas personas fueron las que me llamaron "Taehyung, el chico muro" porque
dijeron que era impenetrable, así como un muro. Vaya tontería.
—Entonces es Megadeth...
—Sí.
—Suena bien.
—Vale, es eso.
—Sí.
Esa noche soñé con cabellos cafés y labios rojos, dulces y suaves labios
rojos.
6
—No.
—Nam, cállate.
—No me gusta.
—¿Entonces por qué estás tan elegante justo hoy que acordaron verse al
terminar las clases para irse juntos?
—Bueno, como sea, trátalo bien, de ti depende que Jin sea mi novio.
Nam es un jodido.
Las horas pasaron rápido y ya era hora de irme. Tomé mi mochila y me dirigí
hacia aquel lugar en donde Jungkook dijo que nos encontraríamos. A mí no
me gusta volver a casa acompañado, pero él insistió.
—Tae.
—Hola.
—¿Nos vamos?
Asentí.
Él tomó mi mano y yo creí que eso era demasiado. Su piel se sentía muy
suave y pensé que si presionaba un poco, le iba a hacer daño.
—Tae.
—Mh.
—¿Vamos a tu departamento?
Estamos viendo una película, "the beauty and the beast" a insistencia de
Jungkook y que parece que es lo más hermoso que ha visto en la vida. Sus
ojos brillan y quiero correr, no sé por qué, quiero correr hasta quitarme estás
ansias que siento cuando estoy con él.
—Tae.
—Mh.
Pues sí.
—¿Vale?
—Y bueno...
—Ah.
Volví a dirigir mi mirada hacia la película, pero no pude concentrarme. Lo
admito, Jungkook está muy bueno, tienes unas piernas y nalgas fenomenales,
además de que es muy, muy lindo.
Ugh, mierda.
Él me mira con atención y pude apreciar esos labios de cerca otra vez. Si él
hubiera querido, le hubiera bajado la luna solo por un beso.
Pero no, prometí no enamorarme nunca más. No, no, no. Tenía que
detenerlo.
—Jungkook.
Tenía razón.
—Vete.
—T-Tae...
No te vayas, joder.
Me gustan mucho los parques de diversiones, cuando era niño venía aquí
para divertirme, en ese entonces solo me preocupaba por no dejar que mis
padres me castigaran.
—Cuando era niño solía colarme en la fila y fingir ser hijo de alguna pareja
que estaba formada.
—¿En verdad?
—Claro, pero yo les aseguraba que mis padres estaban pagando las
entradas, así que yo simplemente subía y me divertía.
—Tae...
—Mh.
—Taehyung.
—¿Mh?
No lo sé.
Jungkook:
Hola Tae, soy Jungkook. Quiero agradecerte por esta tarde, la pasé muy bien
junto a ti y me divertí como nunca. Es muy valioso para mí saber algo más de
ti... así que no estaría mal que contáramos algo más acerca de nuestras vidas,
yo creo que de mí ya sabes mucho pues hablo de más, pero no sé mucho
acerca de ti, así que si quieres contarme algo, yo sería muy feliz.
Jungkook:
—Está bien...
—Yo decidí...
Tomé mi mochila y caminé por el pasillo hacia la salida, no quería hablar con
Jimin y seguramente Jungkook me estaría esperando.
Pero cuando llegué lo encontré junto a Jackson, un tonto chico que era amigo.
Él sujetaba su cintura y parecían muy a gusto. Y yo dudando, Jungkook es
igual que todas las parejas que tuve. Solté un suspiro quise pasar de largo,
pero sus ojos de posaron en mí.
—Jackson, tengo novio... —Dijo. Estoy seguro de que fue solo porque yo
estaba cerca.
—¿Novio? ¿Quién?
—T-Tae...
No me interesa.
—...
—Jackson quería salir conmigo y le dije que no, es un tonto, y-yo soy tu
novio...
—¿Cuál es tu punto?
—¿Mi punto?
—¿Mh?
—Taehyung...
—...
—Taehyung, escucha.
Tomó mi mano y sentí que algunos escalofríos recorrían mis hombros. Sus
ojos lucían tristes y entendí que estaba siendo sincero, ¿acaso Jackson solo
le estaba molestando?
—...
—Soy tu novio y quiero que sientas celos, quiero que te molestes conmigo
porque otro chico me invitó a salir y me tuvo cerca. Quiero que me defiendas
de ese tipo de chicos y les hagas saber que te pertenezco. Quiero que me
quieras... sólo quiero ser importante para ti, ¿es mucho?
¿Eso es lo que quería? Porque lo hago, maldita sea sí que lo hago, solo me
falta hacerles saber a todos que me pertenece... pero, ¿en realidad Jungkook
me pertenece?
Y me besó, sus labios se sentían tan suaves y los míos tan fríos, hermosa
combinación.
—Jungkook.
—Dime.
—Bien...
—¿Te gustaría ir a mi departamento?
Quería llevarlo y quizá llegar a segundo nivel, qué sé yo, solo quería tenerlo
cerca, solo para mí. Pero aún seguía luciendo triste, ¿qué debería decirle si ni
sé qué sucede conmigo?
—No.
—Vale.
Habían pasados dos minutos y voltee para verlo, él se había ido. No pude
contenerme así que le di una patada al buzón de uno de los vecinos. ¿Por
qué Jungkook es tan incomprensible? Mierda.
10
—Tae, Tae.
—Mh.
—Mi mamá no estará en casa y pensaba que podríamos pasar una tarde
juntos en casa después de las clases.
¿En su casa?
—Bien.
—Pues vale...
—...
—Taehyung yo...
Estoy pensando sobre qué le voy a decir a Jackson cuando le tenga de frente.
—¿Por... qué?
—Mh.
Espera un poco.
—Lo lamento...
Bueno, pues ayer estaba de los más feliz entre sus brazos. Joder, yo no
siento celos, no son celos.
—Tae...
—...
—Tae...
—Mh.
—Lo siento...
—¿Por qué?
La verdad es que sí. Bueno, ya que pedía disculpas podíamos quizás, llegar a
un acuerdo.
—En realidad...
—¿En realidad?
—Jungkook.
—Dime...
Sus dedos se deslizaban sobre mi entrepierna e inevitablemente mi pene
comenzaba a responder. Con ligeros apretones encontró el cierre del
pantalón y supe de su intención, no podía dejarlo continuar, así tomé su
mano.
—No.
Quería decirle algo, no sé, que esto iba a terminar más, pero él calló todo
intento de dialogo cuando me besó, sus labios se movían torpemente sobre
los míos y entendí que estaba asustado. Así que me dejé llevar, bajé la
guardia por algunos minutos y disfruté de aquellos labios dulces y carnosos
que están volviendo loco.
Mi pene quiere salir y penetrar ese culo que está rebotando sobre él pero
Jungkook no está listo para esto, así que cuento los minutos que restan para
detenernos.
Estaba disfrutando de la fricción con los ojos cerrados, pero su aliento caliente
me impulsó a observarlo y lo descubrí mirándome. Entonces nos miramos con
atención, sus ojos mostraban amor y yo me sentí tan bien, tan libre.
—Mh...
—P-por favor...
Mierda.
—No, no...
—¡Tae, ah!
—Jungkook.
Aparté las manos de su cuerpo y empujé sus hombros con cuidado. Su rostro
mostraba desilusión.
—Tae...
—Vete.
Ah caray.
—Me gusta, Jungkook me encanta por eso te traje aquí para platicar.
—Bien, dime.
—Si no te gusta tanto te pediría que por favor no andes... coqueteandole,
¿vale?
—Jackson.
—Llámame Jack.
—Cuando le lastimas soy yo quien tiene que ir a hacerle bromas para que se
ría.
—¿Quién es el desafortunado?
—No le gusto.
—Hecho, Tae.
Jack se fue a su casa y yo iba en rumbo a la mía, pero decidí pasar por la de
Jungkook primero.
—Y aunque haya buscado con toda rapidez el lugar del libro donde estaba
escrito lo opuesto a mi pensamiento, no pudo encontrarlo y me dio la razón.
—Sí. Creo que necesita prepararse, aunque no creo que se haya encontrado
un doctorado por ahí, supongo que él estudiaba.
—¿Tu profesor?
—Claro, él.
—Supongo...
—Mh.
Pues sí...
—Sinceramente... no.
—¿No?
—Pero es parte de una relación y puedo estar bien con ello.
—Jungkook...
—Vale.
—Escucha...
—Pero que te conste, hay muchos que se mueren por estar en tu lugar ahora
mismo, así que valórame chico rudo. Te veré después, cariño, ¡besitos!
—Tae, ya deja de hacerle caso a Jimin y que se joda. Con todo cariño, eh.
—Vale, pero...
—Tae.
—Hola.
—¿Nos vamos?
Asentí.
¿Por qué le había dicho a Nam que estaba enamorado de Hoseok? Tal vez
porque mi corazón necesitaba decirlo.
—Tae.
—Mh.
¿Irlos a comprar? Bueno, tenía hambre así que tomé las llaves y salí del
departamento en busca del dichoso estofado.
—Jungkook...
Jungkook estaba junto a la alacena. Usaba una de mis camisas y sus piernas
estaban al descubierto. Contuve el aire, ¿estaba alucinando?
—Amor.
—...
—Oh, sentí mucho calor y me puse algo más fresco, no te molesta que haya
usado tu camisa, ¿verdad?
Bien, no podía caer en la tentación. Pensé que sería bueno salir a tomar aire,
pero él me detuvo.
—...
Me pidió que yo lavara los platos y temía que alguno de ellos se me resbalara
por andar admirando sus piernas. Lucen tan blancas y suaves que tengo la
necesidad de tocarlas.
Si no se detenía ahora...
—...
—Tae, estás muy callado.
—No me di cuenta.
—No quiero.
—Jungkook, espera.
—...
—Amor.
—Jungkook...
Su sonrisa me hacia saber que él tenía el control. Apoyó sus codos sobre el
lavaplatos y con calma deslizó su boxer hacia abajo, observé a detalle cómo
la prenda rozaba aquella redondez y fue cayendo entre sus rodillas hasta
colisionar con el suelo.
Mierda, mi entrepierna se sentía oprimida y no pensé en nada más que no
fuera en ese culo y las maneras en las cuales podría jodercelo.
—...
Leyó mis pensamiento y tomó mi mano para dirigirla sobre su trasero. Más
tarde que temprano, mis manos no se contuvieron y acariciaron la zona,
dejando algunos pellizcos y apretones. La manera en cómo sus nalgas se
amoldaban a ellas, me hacían creer que fueron creadas para estar pegadas
ahí.
—No.
Quería dejar de pensar en ello, pero tengo admitir que soy un estúpido de
primera.
No, no lo creo.
—Fóllame...
—¿Qué?
—Hazlo.
—Penétrame... T-Tae...
—Lo siento...
—Jungkook, no debí.
Tal vez sí.
La luz golpeó mi rostro con fuerza. No sabía exactamente qué hora era, pero
sentí la presencia de alguien mas junto a mí. A tientas toqué un brazo, su piel
se sentía tibia, humana.
—Despierta dormilón.
—...
—¡Tae!
Abrí los ojos al oírlo alzar la voz y los rayos del sol se colaban tras de sus
cabellos, como si fuera un ser de luz.
—Jungkook.
—¿Descansaste bien?
—Deberías vestirte...
Por favor.
—No quiero.
Jungkook jaló las sábanas y cubrió con ellas su cintura. Era hora de
levantarse y tener a Jungkook conmigo, me quitaba todo el sueño.
—Deja de jugar.
—Diji di jigir.
Él corrió a la cocina, sus pasos resonaron por el pasillo y lucía como un niño.
El mismo niño que ayer me volvió loco y me incitó a cogerlo.
Un agradable olor de café recién hecho inundó mis fosas nasales y quise
apresar sus cintura entre mis brazos. Pero eso sería demasiado y podría
asustarse.
—Taehyung...
—Deberías vestirte.
Desvíe la mirada hacia la taza de café y la probé. Café sin azúcar y muy
espeso, casi amargo, como mi alma. Jungkook me conocía tan bien.
Idiota infeliz.
—¿Y tu mamá?
—Pues... a ella le va muy bien con su nueva familia, me envía dinero cada
que puede hacerlo, le debe ir bien porque el monto no es broma.
Vaya zorra.
—Tae...
Bueno, el caso de mis madres era otra cosa y el de Jungkook otra. Supongo
que la suya sí estaría preocupado por él.
Es un alivio.
16
—¿Tae?
—Deberías ir a vestirte.
—Sí.
No.
Él tomó mi mentón y me obligó a mirarlo. Sus labios rojos me gritaron que los
besara y sus ojos intentaron convencerme. Me besó, pero mi razón me decía
que no podía correspoderle.
Nos miramos una vez más antes de que él tomara las sábanas y se cubriera.
Sus rostro mostraba nostalgia. Es mi culpa, lo sé.
Necesito tiempo.
—Jungkook.
—¿Qué?
—¿Puedes irte a casa solo? Tengo clases y no puedo faltar.
Si no se iba ahora, no iba a dejarlo ir o eso creía.
—Claro.
Hablar con los chicos es reconfortante, aún más con Nam, siento que sus
palabras siempre me traen alivio. Ciertas veces pensé que podría llamarlo
"padre" pero probablemente se reiría y me pediría que me tranquilice.
Vaya disfunción.
—Tae.
—Hola.
—¿Puedo... sentarme?
Mierda. Jimin había hablado y había hecho una pregunta estúpida, si él más
que nadie sabe quién es Jungkook.
—Soy... Jungkook.
¡Todos lo saben! Pero Jimin actúa como si no lo supiera.
—Ah, yo soy Jimin.
—Mucho gusto.
—Oh sí...
Nam, te lo agradezco.
Jimin esbozó una sonrisa y Namjoon dejó caer su cajita de papafritas sobre la
mesa.
Más tarde, Jungkook se levantó agregando que tenía una clase y yo tuve la
intención de alcanzarlo, pero Jimin sostuvo mi mano.
—Claro. Gracias.
Él tomó mi mano y yo tuve mucho miedo de sujetar la suya, sabía que la iba a
romper.
—Oh.
—Ajá.
No puedo concentrarme.
—Y el que Jin quería era el rosa, y le dijeron en la tienda que poco antes una
persona ya se lo había llevado y que solo los tenían en blanco, así que Jin
hyung tuvo que comprarse esos, ¿y adivina qué?
—Pues sí, pero no es eso. Jin adora el regalo de Namjoon así que decidió
darme los blancos a mí, qué suerte, ¿no?
—Ajá.
—Aléjate, estúpido.
Vaya creí que él no tendría uso de razón ahora, de cualquier manera, hay que
dejarle con su mierda.
—Taehyung.
—...
—Ricura.
El ebrio atacó a Jungkook y apretó su trasero, era obvio que gritó por miedo y
ese hijo de puta había terminado con mi paciencia.
Formé un puño con mi mano y le propiné un golpe tan fuerte en la mejilla que
tuvo sonido. Él cayó fatalmente sobre el suelo y no aparecían intenciones de
levantarse.
—No me duele.
—No.
Que no.
—Que sí.
Puso una bolsa de hielo sobre mi diestra. Mis nudillos estaban rojos y así que
me opuse. Bueno, duele un poco, ese cabrón tenía piedras en lugar de
cerebro.
—...
—Tae, gracias...
—...
—Tae. En un comienzo sí por las cosas tontas que dijo, pero si eso te pone
en riesgo ni pensarlo. Mira cómo está tu mano.
Él quitó los hielos de mi mano y quise protestar, pero dejó un beso sobre la
zona y mi pene sintió un pequeña punzada.
—Eres mi héroe.
—Tae.
—Mh.
—...
—Es decir, fue algo muy masculino y me encantó. Sabes que sólo tú puedes
tocarme...
—...
—Tengo que estudiar para un examen, así que te rogaría que vuelvas a casa
a descansar.
—Bien...
Se dirigió hacia la puerta y se fue. Solté un suspiro y me hice bolita sobre el
sofá.
Joder, joder, joder.
20
—Ahora ya lo sabes.
Dejó todos los ingredientes sobre la mesa. Preparar esas cosas en el horno
me da pánico, no quiero morir joven.
—Claro. Amor, tienes que ayudarme y sé que no tienes regalo, así no tienes
salida.
Ni las tendría.
—...
—...
—Los huevos de la gallina.
Solté un suspiro de alivio. Jungkook comenzó a reírse y yo rompí un huevo,
no supe exactamente qué hacer con él y se estrelló en el piso.
—Es imposible.
Otro huevo se me resbaló. Soy yo quien va a tener que limpiar todo después.
¿Qué?
—...
—Y... no.
—...
Vale.
—...
—Yo sé que entiendes, Tae.
—¿Qué?
Es una locura.
—Jungkook, no.
—Taehyung, sí.
Él tapó mis ojos con una bufanda y seguí con mi trabajo. ¿Sería cierto eso de
que no hay que ver directamente a la crema? Bueno, eso no tiene lógica.
—...
—El señor filósofo no le encuentra el sentido a los huevos.
—La crema levantó... ha de ser porque estás tan bueno que ni ella pudo
resistirse.
Lo único que faltaba era integrar la crema con lo demás, así que lo hice con
cuidado. Pude sentir la intensidad de su mirada en mi espalda y segundos
después Jungkook atacó mi boca con un beso desesperado, que yo aprecié
tanto, tanto.
Esa noche compartimos el pastel, nos había salido muy bien a pesar de todo.
—Jungkook.
—¿Cariño?
Asentí.
Vaya día.
21
Jimin me invitó a pasear por ahí. Al final terminamos yendo a un bar, entre
risas y bromas nos terminamos algunas botellas de cerveza.
—No.
Olvidé la importancia que tenía esa presentación para mí así que seguimos
con algunos shots intensos. El lugar daba vueltas y las luces giraban.
—Tae... ¿te acuerdas de... día de la amistad cuando Hoseok nos compró
chocolates?
Ambos nos reímos al recordar lo sucedido. Los chocolates sabían muy bien,
pero más sus labios.
Aunque el gato se fue días después y me abandonó así como Hoseok lo hizo.
—Hoseok te compró un gran ramo de rosas para que dejaras de estar triste.
—Sí...
Tal vez era la combinación entre mi embriaguez y mi tristeza la que hizo que
algunas lágrimas se me escurrieran.
—¿Me lo juras...?
—¿Jungkook?
—¿Kook?
No entendía mucho.
Hoseok puede volver. Mi corazón se llenó, o tal vez mi estómago, con tanta
bebida.
"Querido Jungkook.
Creo que has tenido mala suerte conmigo, he sido consiente de todos tus
intentos pero somos como dos piezas que no encajan, será porque encontré
mi otra parte y tú aún no.
Eres una gran persona y no mereces que te marchite de esta manera, así que
me permito ser sincero. Estoy enamorado de alguien, su nombre es Hoseok,
le he amado toda la vida..."
Toda una mierda que mandé o que Jimin mandó por correo.
—¿Qué dices?
Estaba tan ebrio que ni recordaba que estaba junto a Jimin. Solo estaba
siendo sincero.
—Taehyung...
—Cállate Nam.
Ebrio y estúpido.
Mierda.
Las pastillas para el dolor de cabeza no bajaban y rogaba al señor para qué
no vomitara el desayuno.
Eran de Jungkook.
Jeon Jungkook:
Los pasteles de chocolate son mis favoritos, el de ayer nos salió super
delicioso, tenemos que volver a hacerlo.
Jeon Jungkook:
Adoro pasar tiempo contigo, pero esta mañana solo te vi un ratito. Sé que
estás ocupado con todo eso de tu presentación, sin embargo quiero verte.
Jeon Jungkook:
Te extraño, me haces falta.
Jeon Jungkook:
Taehyung, llevamos como cinco semanas juntos pero se siente como si fuera
toda la vida. Tal vez eras tú esa persona que he esperado toda la vida, es por
eso que hoy me atrevo a decir con toda la seguridad del mundo que... te amo.
Jeon Jungkook:
No tienes que responder nada, cariño, es lo que siento y pensé que tenías
que saberlo. Debes estar muy ocupado preparando todo…
Tae:
La presentación de mañana se suspendió, lo siento.
Mi cabeza sintió una punzada, juraba que Jimin había escrito aquello. Era
mi hermano, pero quería romperle la cara.
—Escucha mocoso, de tanto jugar con los dos vasos vas a terminar
rompiéndolos.
—¿Qué?
—Nam, no te entiendo...
—Bien.
Ya estaba todo listo y yo era el que tenía que iniciar con la explicación. Los
maestros no tendrían piedad conmigo, como les he estado jodiendo con sus
errores, ellos seguro joderán con los míos.
Salimos con calma e hice todo lo posible para lucir sereno. Golpearía a Jimin,
eso sí.
Es una larga historia de contar, pero si lo hago él sabrá que hice una carta
para él, la misma que pienso destruir en cuanto termine la exposición y le
parta la cara al administrador de correos.
Sus ojos se inundaron de lágrimas y salió corriendo, yo estaba dispuesto a
alcanzarlo pero Nam tomó mi brazo y recordé que de esto dependía mi
carrera. Tomé aire, más tarde buscaría la manera de remediarlo todo.
—Es una larga historia, fue en parte mi culpa pero la otra parte...
—Oye, Taehyung, confío en ti, sé que si le hiciste daño no fue con intención,
pero si tan solo escucho que le hiciste daño adrede te golpearé.
—Entiendo.
—Te diré algo, hay un chico... su nombre es Minwoo, lo odio, como sea, él es
muy amigo de Mark y no entiendo por qué, porque ese desgraciado es de lo
peor y Mark es un amor...
—Al punto.
—Sí pero...
—Entonces podrás tener información siendo su amigo, así que intenta.
—Vale...
—¡Jungkook!
Mierda.
—Hola...
Jungkook nos saludó a todos, su cara mostraba incomodidad, pero yo... era
tan feliz de tenerlo cerca. Nam jaló a Jimin y se lo llevó lejos, como siempre,
mi hyung ayudándome.
—Hola...
—Hola.
—Creo que...
Quería decirle todo, explicarle todo pero a la vez no sabía cómo empezar, así
que dije lo que mi corazón gritaba.
—Lo siento.
Salí con pasos lentos y esperé a que él me siguiera. Así lo hizo y de reojo
observé una sonrisa en sus labios.
—Deberíamos ir a casa.
Asentí.
—Comí un poquito.
—¿Qué?
—Un sándwich.
—Amor...
—Lo haré.
Tenerlo entre mis brazos me trae paz, es algo extraño pero podría
acostumbrarme. Su brazo rodea mi torso y su aroma me está poniendo
inquieto, podría perder el control y llevarlo a la cama en cualquier momento.
—No la tendrá.
Su calorcito me gusta.
—Vale, gracias.
No lo había pensado.
—...
—Quiero chupártela.
—...
Mi pene reaccionó más rápido que yo. Entonces Jungkook comenzó a reír y
besó mi nariz.
—Estoy jugando.
Bueno, daba igual. Ya estaría buscando aquella carta para destruirla en mil
pedazos.
25.
No es que crea que miente, pero aquí no hay ratones. Él se subió sobre la
silla y me obligó a revisar, ni mi escoba ni yo encontramos nada, pero para
que Jungkook se sintiera seguro me aseguré de que no viera ningún ratón.
—Bájame.
Tomé su cintura entre mis brazos y lo bajé de la silla. Tenía el riesgo de caer
de ahí y ahí sí buscaría a ese ratón para matarlo.
—Jungkook.
—Taehyung, te amo.
—Claro.
Hoy Minwoo me habló y creo que es un alivio porque así podré ahorrarme el
show de ser yo quien haga el papelón. Su manera de hablar me inquieta, su
conversación es tan vacía que me puso de mal humor. Hablamos algo de
Mark, pero no lo suficiente y Jackson está impaciente.
—Hola amor.
Jungkook apareció. Hoy se veía... increíble, ese pantalón hacia lucir muy bien
su trasero y esas piernas deliciosas. Y el estrés comenzó a comerme poco a
poco, porque le tengo ganas a Jungkook pero al final del día siempre termino
conteniendome.
—Hola.
—¿Qué lees?
—Pues... Misery.
No ahora, cariño.
¿Algo muy privado? ¿Acaso quiere terminar conmigo? A este paso la migraña
entraría en mi vida.
—Si fuera chica, debería estar gritando y pidiendo auxilio como loca.
—Bueno que... mi mamá viajará una semana y estaré solito, duerme conmigo.
No puedo.
—No.
—Ambos.
Ni debo.
—…
—Te felicito.
Me estaba coqueteando.
—Oh genial.
—¿Qué hiciste en clases?
—¿Muebles?
Quise reírme, pero no podía. La situación se puso algo tensa ante mi silencio
y él agregó que tenía clases. Se fue de inmediato no sin antes acariciar mi
rostro y cuando tenía la intención de llamar a Jackson, apareció Jungkook y
lucía realmente molesto.
—¿Qué?
—Jungkook escucha, Minwoo es amigo mío por favor deja de ser tan
paranoico.
—No lo haré.
—Gayo.
—¿Acaso…
—Y yo soy el ignorante.
—Eres mi novio.
—No lo sé.
Nos dirigimos hacia los vestidores, no sé cómo pudo cargar todo, pero lo hizo.
—Jodida criatura.
—T-Tae...
Ese redondo y firme trasero que comencé a tocar con calma, ignoré el
llamado de mi razón y aspiré el delicioso aroma de su cabello. Mis labios se
apoderaron de su cuello con besos y una erección se formó entre mis piernas.
Jungkook me ponía a mil y recordar las pajas que he tenido por su culpa, me
impulsaba a castigarlo un poco.
—Mh.
Jungkook está bueno, muy bueno.
—Sí, Tae...
—Kookie.
¿Y si me lo tiro aquí?
—¡Ah, sí!
El perro volvió a ladrar y activó mi razón. No, no, no. Qué estoy haciendo.
—Vístete.
—¿Qué? No.
No. ¿Acaso quiere que me muera? El cachorro es pequeño pero no significa
que no muerda.
Cuando terminó, salió primero y quería volverme loco porque ese animal
podía hacerle daño. Sin embargo el cachorro ni siquiera le ladró e incluso se
dejó acariciar.
Solté un suspiro y me fui resignado a pagar todo. ¿Qué tenían esos dos en
contra de mí? Uno quería morderme y el otro quería que lo follara. Parece
que se hubieran puesto de acuerdo.
Jackson me dijo que Mark estuvo muy feliz con los presentes que le dio y me
dijo que a ese paso lograría conquistarlo más rápido. No podía dejar el plan
ahora, justo cuando habíamos avanzado, estúpidamente, pero algo es algo.
—Tae.
—Hola...
—En mi departamento.
Hehehe.
—Minwoo.
—Hola, querido.
¿Hablaron de eso? Oh no, si llega a haber problemas todo se irá por la borda.
Tengo unas inmensas ganas de decirle a Jungkook toda la verdad, pero
Jackson me mataría y Jungkook también.
—Jungkook ya detente.
—¿Él o yo?
Cállate Minwoo.
30
Hoy no podría irme junto a Jungkook. Espero que Jin no nos mate a hyung y a
mí.
Todo el camino Minwoo habló y habló, yo hice todo lo posible por no mandarlo
a la mierda. Sé que está molestando a Jungkook y me jode con tan sólo
imaginarlo.
Serenidad.
Serenidad. Serenidad.
Lo tengo apuntado.
Su mirada me mostraba que estaba al límite con eso de Mark, pero yo había
hecho una pregunta y él no podía negarme la respuesta.
—Sí, a él le gusta que lo sorprendan y a mí no, a él le gusta que sean
demasiado cursis y a mí no.
—Vaya.
—¡Oh dios!
Minwoo derramó el café sobre su camisa, se vio intencional, pero el café está
caliente. De inmediato se la quitó y derramó café sobre mi chaqueta.
—Mierda.
—Yo te la lavo.
Tomé la camisa y la puse en la lavadora. En tanto, limpié algunas gotas que
habían resbalado por mi cuello y cabello.
Esa camisa tiene que secar. No voy a prestarle mi ropa ni voy a dejar que se
quede, Jungkook terminaría conmigo y peor, Jin me haría picadillo.
El timbre sonó y sonó, creí que Minwoo abriría, pero sólo me llamó para
avisarme que teníamos visitas. Por favor que sea Nam hyung, por favor.
Minwoo estaba de lo más feliz en la sala, la verdad, es que tan bueno no está.
Abrí la puerta y me encontré con esos ojitos lindos que se carga mi novio. Su
expresión pasó de molesta a sorprendida. Oh no.
Lo juro.
31
—¡Maldita zorra!
Jungkook se liberó del agarre atacó a Minwoo, antes de que eso terminara
mal, tomé de su mano para detenerlo. Entonces perdió el equilibrio y se cayó,
me quedé en shock... había lastimado a Jungkook, le había lastimado...
—¡Jungkook!
Esta mañana le dije a Jackson que desistiría con el plan, que con todo lo que
le dije esperaba que se cogiera a Mark y me dejara en paz. Estaba molesto y
él lo sabía, así que solo me lo agradeció y se fue feliz.
No he podido dormir, pensé y pensé sobre qué podía hacer para pedirle
disculpas a Jungkook. Explicarle lo sucedido no serviría, primero debíamos
tener una reconciliación, no podía simplemente besarlo y esperar que las
cosas se solucionen. No, este tipo de peleas se resuelven con cautela, hasta
que ambos bajemos las manos y nos rindamos.
Decidí escribir una pequeña nota e invitarlo a salir por ahí. Esperaba que
funcionara porque no tenía más ideas.
-KTH"
El plan ha funcionado.
33
Faltaba como media hora para el atardecer, aunque el cielo tenía algunos
tintes naranjas. Jungkook y yo estábamos acostados sobre el pasto del patio
trasero de una escuela abandonada, un árbol amable nos protegía de los
últimos rayos del sol.
—Entonces lo hizo...
—Te lo dije.
Su rostro se mostró sorprendido. Minwoo nunca llegó hasta ese extremo, pero
quería verlo celoso. Lo sé, es tonto.
—De cualquier manera no es nada nuevo entre ustedes...
—¿Él te gusta?
—¿Yo te gusto?
Ah, y sí...
El atardecer apareció ante nuestro ojos y nos quedamos en silencio hasta que
el sol desapareció.
—Jungkook...
—¿Mh?
Hay algo que también ha estado en mi cabeza desde hace mucho tiempo.
Jungkook me está ofreciendo algo que considero muy valioso en él.
—¿Eres virgen?
—Sí.
—Porque te amo.
Tomé su rostro con cuidado y lo besé, todo comenzó con un ritmo lento pero
acabó en uno salvaje. Tal vez estoy enamorado, mis sospechas eran
acertadas.
Nos separamos sólo para conectar nuestras miradas. Sus labios estaban
húmedos y sus ojos brillaban más bajo la luz de la luna.
—Minwoo es tonto, siempre lo supe, nadie en su sano juicio podría creer que
Kant es un pianista.
Con tan solo recordarlo me causó gracia. Esbocé una sonrisa, después de
tanto tiempo de tristeza... estas semanas que he estado con Jungkook, me
han hecho sonreír a seguido.
34
—Calma.
La luna brillaba, el clima había descendido en aquel rincón del colegio, pero
no para nosotros.
—Tae...
Sí, porque vamos, le traje a un lugar inmundo y en un rincón del jardín le hago
toques indebidos.
—¿Deberíamos volver?
—Vale, vamos.
Nos levantamos del lugar y salimos de ese colegio. Él se veía algo asustado
cuando recorrimos los pasillos oscuros, por ello nunca solté su mano.
Fue el sonido molesto del timbre quien me levantó un domingo por la mañana,
mi único día preciado para descansar. Tuve que abrir o de otra manera no se
iba a detener. Creí que sería Jimin y ya tenía planeado cómo iba a cerrarle la
puerta en la cara, sin embargo no era él, sino Jungkook, con un enorme
sombrero que su cabeza apenas podía sostener y con unas botas que
sonaban con cada paso.
—¿Qué?
No entendía nada...
—Perfecto, reúnelas, se nos hace tarde.
—Jungkook...
—Calla y reúnelas.
Me rendí. Hice lo que pidió y reuní algunas ropas que no eran de mi talla y
que por lo tanto estaban nuevas. Fui yo quien tuvo que cargar todo,
incluyendo las bolsas que él había traído, era demasiado pero... daba igual,
Jungkook podía ordenarme cualquier estupidez y yo la estaría cumpliendo,
así de tonto estaba por él.
Fuimos a un centro infantil, una señora de edad avanzada nos recibió, ella
saludó con gran alegría a Jungkook y nos dejó pasar. En cuanto ingresamos
varios niños se abalanzaron hacia mi novio para darle un abrazo.
Era la hora del almuerzo y todos los niños se fueron, creo que es hora de
irnos.
Una pequeña niña se acercó, abrazó a Jungkook y luego a mí. Ella besó mi
mejilla y se me hizo demasiado tierno.
—Señora Cho…
—Los niños te adoran pero es demasiado para ti, reunir todo esto. Así que te
esperaremos en seis meses.
¿Seis meses? Vamos, Jungkook amaba a esos niños, no podía volver dentro
de tanto tiempo.
—Nada.
—¿Y por qué te besó la mejilla?
—Hyo nunca se acerca a extraños, mucho menos tiene contacto con ellos,
pero contigo fue diferente.
Oh. Supongo que algo en común tenemos.
—No lo sabía.
—No fue nada. En realidad fue algo interesante y muy noble de tu parte.
Sus mejillas se sonrojaron. Dios mío, que deje de ser tan adorable, gracias.
—¿Tú lo crees?
Sus botas sonaban con cada paso que daba. Quería morder sus mejillas y su
nariz. Cosita tierna.
36
—...
—Jimin...
—Te lo prometí.
—...
Hoseok siempre tuvo el sueño de ser bailarín, él bailaba genial pero para él
no era suficiente. Entonces se fue a Japón para estudiar danza.
—Jimin.
—¡Amor!
—Taehyung yo...
—Vayámonos.
—¿Pasa algo?
—No.
—No.
Nuestros ojos se conectaron por última vez antes de que dejara una fila de
besos húmedos sobre mi torso. Tuvo que levantarse y dejar las rodillas sobre
el suelo para poder lograr su cometido. Sus dedos deslizaron el cierre de mi
pantalón y bajó el resto con cuidado, hasta toparse con aquella erección, la
misma que se formaba cada vez que lo veía dejando la inocencia de lado.
—Joder...
—Tae.
—¡Vete!
Él se levantó, sus pies estaban temblorosos y aún así salió corriendo, dando
un portazo al cerrar la puerta. Él estaba llorando y yo lo hice después de que
el departamento quedó en un completo silencio arrollador.
¿Por qué?
37
No asistí a clases estos últimos días. He estado postrado en esa cama viendo
cómo las cortinas se iluminaban y oscurecían, pensando en qué hacer de mi
vida. Buscando una felicidad subjetiva, dependiente y absurda.
Estuve vagando por ahí hasta que la noche cubrió el cielo. No había
conseguido respuestas, pero sí un resfriado.
—He regresado.
—Hoseok...
—Ven.
Él jaló aquellas enormes maletas y las dejó en la recepción del hotel en el que
seguramente se alojaría. Vino a Seoul cuando su madre está en Busan.
Asentí.
En el recorrido nadie dijo nada. Mi corazón no dejaba de sonar y yo estaba
algo mareado, inundado de los sentimientos por él y recuerdos que siempre
he guardado.
Él pidió dos cafés con leche y con azúcar. Cosa que detesto, pero no pude
decir nada. Cuando encontramos una mesa, él tomó lugar en frente de mí.
Mirarlo a los ojos me vuelve cobarde.
—Tú también.
—Gracias. No supe cómo llamarte, hablé con Jimin y me dijo que... ya sabias
sobre mi regreso.
—Oh sí, Jimin me lo dijo.
—Taehyung.
—Lo sé, pero me vas a decir que no sentiste lo mismo al verme. ¿No sentiste
nada?
Lo sentí, claro que sí, pero no fue lo que yo esperaba, fue algo confuso...
—Lo sentí.
—Entonces, en nombre de nuestros sentimientos, intentemos algo.
—No lo serías, eres muy bueno, aún así hubieras llegado lejos.
—¿Lo crees?
—Claro.
Las calles están vacías. Hoseok me pidió que le llevara a conocer lugares
interesantes, pero a esta hora aún no hay nada qué ver, así que decidimos
pasar por mi departamento para pasar el tiempo.
—Taehyung.
—Dime.
—Oh.
—Taehyung...
Él asintió.
—Yo no...
Hoseok no me dejó continuar y besó mis labios. Había pasado mucho tiempo
desde ello y sabía perfectamente que era lo que necesitaba para obtener mi
respuesta. Sus labios se movieron al compás de los míos, nada sucedió, no
surgió la chispa que antes revoloteaba entre nosotros.
—...
—Lo es.
Hoseok despeinó mis cabellos y esbozó una gran sonrisa. Se levantó del
suelo y se dirigió hacia la puerta que hasta ese momento, había olvidado que
estaba abierta.
¿Me vio con Hoseok? Imposible, nos besamos en el departamento, nadie más
entró. Tal vez... debido a mi ausencia entendió que no quería nada más con
él.
Nadie abría y yo estuve ahí veinte minutos más, tocando sin parar. Lo sé,
Jungkook está ahí pero no quiere verme...
Pienso hablar seriamente con Jungkook, tal vez tuve la culpa en todo y es por
eso que decidió tomar ese camino, pero no hay nada que no se pueda
cambiar intentando una vez más.
¿Él se lo dijo?
—Yo...
—Oh sí, además tienes que contarme todo lo que sucedió con Hoseok.
Me dolió como nunca había dolido, porque sabía que tenía la culpa. Jungkook
nunca fue feliz a mi lado, y Nam siempre me dijo que luchara por lo que me
hacía feliz, que luchara por lo que teníamos. Si es que ahora he perdido el
amor de Jungkook y la lealtad de Nam es por mi estupidez. Jungkook no se
merecía a alguien tan frío y malo como yo.
Antes estaba bien estando solo, teniendo ligues de una noche y descansando
todo un domingo después de una par de tragos, pero las cosas han cambiado
desde que lo conocí. Ya no me entusiasma salir por ahí, ya no disfruto tanto
de los viernes de leer poesía con los vagos de la cafetería, ya no me animan
los tragos. Solo pienso en él y cómo sería de mi vida con él en ella.
—¿Mh?
—Taehyung.
Me incorporé.
—¿Hyung?
—Sí... quería saber cómo estabas.
—E-estoy bien.
Había extrañado tanto a Nam, necesitaba de sus consejos. Jimin está molesto
porque las cosas entre Hoseok y yo no resultaron bien, aún así viene a casa a
hacerme compañía, pero nunca es lo mismo.
—Oh...
—¿Tú?
—Estoy bien.
—Estaba muy molesto contigo por lo que le hiciste a Jungkook, Jin quería
matarte.
—Sí.
—Oh hyung... oh dios, hyung, eso es verdad pero, pero... tiene una
explicación.
—Yo iré al tuyo, Jin me prohibió hablar contigo pero eres mi hermano así que
guardaremos el secreto, ¿vale?
Esa noche le había contado a Nam todo lo que había ocurrido y a diferencia
de otras personas, él me entendió y como siempre, me dio un gran consejo.
"Lucha por él, lucha hasta tenerlo de vuelta contigo".
Le haría caso a Nam y lucharía por el amor de Jungkook, así como él luchó
por mí. Sé que a Jin nunca le agradé, pero no necesito agradarle a él... sino a
ese mocoso de labios rojos y cabellos castaños que me tiene loco.
No pasó más de diez minutos y él apareció. No sabía qué decir, creí que sería
bueno mencionar su nombre, pero pasó de largo, con tanta rapidez que no
alcancé ni a abrir la boca. Salí detrás de él pero me detuve al observar a
dónde se dirigía.
Un chico esperaba con él, nunca lo había visto en mi vida. El tipo acarició su
carita y parecían platicar...
—¡Hyung!
—Sé lo que le hiciste a Jungkook, pero Namjoon insiste en hablar contigo así
que... yo no soy nadie para ustedes dejen de hablar, eso sí, no permitiré que
estés cerca de Jungkook, ¿entendido?
Me quedé en silencio.
—Se sincero con él, dile lo que sientes y pídele disculpas por todo lo malo
que hiciste.
—¿Si no acepta?
Estaba realmente agradecido con mi hyung, es por ello que decidimos visitar
un parque de diversiones mañana. Creo que ambos necesitábamos un
descanso, al menos yo lo necesitaba, antes de iniciar el plan para traer a
Jungkook de vuelta.
44
Nos dirigíamos hacia la zona de juegos, pero Jimin se distrajo con algo.
—Oh, ¡Jungkook! ¿Qué haces aquí?
Como siempre lucía muy hermoso... creo que estar sin mí le ha sentado muy
bien y me lastima.
—...
—Está bien...
—Él es Yugyeom...
—Oh sí.
—No te atrevas.
Ellos no debían enterarse del plan, pero creo que Jimin se ha dado cuenta.
Bueno, a la mierda Jimin. Jungkook me pertenece.
45
Cada año la universidad tiene el tradicional viaje educativo para los de primer
año. Es por eso que traen guías del último año para que puedan ayudar a los
demás. Los maestros siempre me elegían porque yo era uno de los mejores
estudiantes y bueno, yo traía a Jimin porque no quería estar solo junto a
tantos mocosos. Pero este año es algo diferente, es la primera vez que
Jungkook asiste y bueno, esta seria mi gran oportunidad para arreglar las
cosas.
Amaba el lugar, era un lugar tranquilo, iba ahí incluso cuando no era
necesario para las clases. Conozco este lugar como la palma de mi mano.
Nos dividimos en dos grupos, me fui con una mitad y Jimin con la otra.
Desafortunadamente no me tocó llevar a Jungkook. Pensé todo el camino en
cómo podría decirle que lo siento sin que me insulte primero.
Los chicos venían muy entretenidos, pero las chicas tomaban un descanso
cada 10 minutos.
—Y bueno, es todo, aquí yace la sangre de los próceres de nuestra historia.
La tarde transcurrió con velocidad, además comenzaban a caer gotitas del
cielo. Esas gotas son de tormenta si la sabré yo. Por eso bajamos con calma
hasta llegar al campamento, todos comenzaron a tomar un lugar y armar su
tienda.
—Jimin.
—¿Sí?
—¿QUÉ?
—Jimin... sabes que los maestros no conocen este lugar, no como tú y yo. —
Pero sabrán qué hacer.
—Voy a matarte.
—Se fue por el cruce, cerca del río, seguramente se perdió y está cerca de...
¡Ya sé dónde está!
Solté a Jimin y salí corriendo en busca de Jungkook y aunque Jimin gritó para
que me detuviera, eso ya no me importaba ahora.
46
La lluvia caía y me impedía ver con claridad, había llegado a lugar en donde
creí que estaría Jungkook pero estaba vacío.
—¡¿Estás bien?!
—Eso servirá.
Encontré un encendedor entre sus cosas. Algunas ramas secas salían de los
costados, así que podríamos tener una fogata.
Logré encender el fuego cerca de una piedra enorme que impedía que el
viento lo apagara y que seguramente nos permitiría dormir tranquilos.
—Eso es lluvia de tormenta, no pasará hasta mañana, así que... usaremos tus
sábanas.
—Tu herida...
No me miró a los ojos, pero aún así se preocupó por mí.
—Estará bien. Pero tú no, debes secar tu ropa o vas a resfriarte.
—No.
Vale.
Mi camisa estaba mojada y era incómodo sostenerla, así que me la quité para
dejar que ésta se secara en el transcurso de la noche.
—¿Estabas asustado?
—No...
—Lo lamento.
—¿Por qué?
—Por todo. Escúchame, debo ser sincero, si no lo digo hoy, nunca voy a
poder hacerlo.
Rogaba para que él me permitiera continuar.
Así lo hizo.
—Supe que la carta te llegó. Sí, la hice yo... pero la escribí el primer mes de
nuestra relación. Después de enviarla me arrepentí, pero en el correo me
dijeron que esa carta se extravió y nunca llegó a su destino. Estuve tranquilo
porque pensé que nunca la verías, sin embargo, mucho después te llegó.
—Gran parte.
—Tú amas a alguien más, fui muy testarudo con nuestra relación, eso no fue
justo para ti así que quiero que seas feliz junto la persona que ames, con
Hoseok.
—¿Pero?
—... cuando Hoseok regresó, intentamos algo, cuando nos besamos después
de tantos años no sentí nada. Tal vez el amor que creí tenerle no era más que
costumbre.
—...
—Él estuvo molesto algunos días, sin embargo terminamos siendo amigos,
como siempre. Lo que quiero decir es que... descubrí que en realidad a quien
amo es a ti.
Él lucía sorprendido.
—T-Tae...
—Taehyung...
—Dame una oportunidad, solo una y voy a... mostrarte cuánto te amo.
—Sí... sí...
—¿Yugyeom es tu novio?
—No.
—Me alegra, joder. Iba a golpearlo si lo veía otra vez junto a ti.
Esbocé una sonrisa al observar su carita. Esos hermosos ojos brillaban solo
cuando yo me reflejaba en ellos y esos labios que me llamaban a invadirlos
de todas las maneras posibles.
—Tae...
Jalé las sábanas que cubrían su cuerpo y volví a besarlo. Lo haría mío así
como todas las noches en las que soñé hacerlo.
—Te amo.
Busqué entre mis contactos aquel número que había conseguido hace poco.
La línea sonó y con rapidez alguien respondió del otro lado.
—¿Hola?
—Yugyeom.
—Alguien que te dirá algo importante. Escucha, Taehyung quiere volver con
Jungkook, justo ahora deben estar juntos.
—No... ¿qué?
—¿Cuál?
—Yo...
—Sólo hazlo.
—Bien, lo haré.
—Deja de molestar...
—¿Cuál es tu nombre?
—No te importa.
—Hola. —Susurré.
—Hola.
—No quiero.
Más tarde recogimos todo. Jungkook sentía un poco de dolor así que decidí
sostener la mochila. Le pedí disculpas, pero yo no estaba arrepentido en lo
absoluto.
Nuestras manos estaban entrelazadas mientras caminábamos colina abajo.
—¿Cómo me encontraste?
—Gracias.
—Tengo que compartir tienda con los maestros, no es justo, Jimin tiene una
para él solo.
—Pero Tae...
Él parecía pensarlo.
—Me voy, no por Jimin, solo porque no quiero verlos hacer sus cosas, aunque
no entienda por qué están juntos de nuevo.
—No, ya no quiero.
—Vamos cariño, quiero hacerlo.
—Tae.
—¿Mh?
—Te amo.
Han pasado tres días desde que no sé nada de Jungkook, quise visitar su
casa pero creí que todavía no era el momento. La verdad es que me hace
jodida falta... ¿cómo es que me he vuelto tan dependiente de él?
La puerta comenzó a sonar con desesperación, antes vivía una vida tranquila,
pero últimamente todos se empeñan en venir y destruir mi puerta. Caminé
con calma hacia la puerta y en cuanto la abrí, un Jin preocupado ingresó.
Comenzó a gritar y a buscar por todo lugar.
—¡¿DÓNDE ESTÁ?!
—¿Dónde está?
—No lo sé.
Quería morir.
Llegué a su hogar. Subí las gradas con rapidez, tropecé justo al llegar al final,
pero nada me detuvo. Toqué tan fuerte que seguramente podía tumbar la
puerta. Un adormilado Jimin me recibió, tomé de su cuello con brutalidad,
estaba desesperado y no pensaba en otra cosa que no fuera encontrar a
Jungkook.
—¡¿Dónde está?!
—T-tae...
—N-no...
—Taehyung...
—¡¿DÓNDE?!
—Yugyeom se lo llevó.
—¿A dónde...?
—¿Por qué?
Jimin bajó la mirada y yo sacudí sus hombros.
—...
—¿POR QUÉ?
—¡PORQUE TE AMO!
Sus ojos estaban empañados en lagrimas y yo estaba ahí, con la boca abierta
sin poder creer lo que acababa de decir.
—Te he amado desde siempre... toda la vida, pero tú nunca te fijaste en mí.
—Jimin...
—No sabes lo doloroso que fue llevar esto conmigo, viéndote junto a otras
personas. Te odio.
—¿Por qué decidiste dañar a Jungkook? ¿Qué te hizo él? Debiste desfogarte
conmigo, no con él...
—Jungkook...
No entendía nada. Jimin había hecho muchas cosas, cosas para amarrarme a
otra persona y no a él.
—No, eso...
—Fui yo quien te hizo creer eso, te lo repetí tantas veces que tú lo creíste. Te
conozco, sé perfectamente cuando tu amas y odias. Lo que sentías por
Hoseok no era más que un amor pasajero...
—No te entiendo.
En parte, tenía razón, él me lo había repetido tantas veces que creí que era
verdad.
—¿Por qué me empeñé en unirte a él? ¿Por qué odio a Jungkook? Bueno, te
diré, tú nunca amaste a Hoseok y te mantuviste bien todos esos años, sin
enamorarte. Hasta que llegó él, llegó Jungkook y tú volviste a ser... el de
antes, tuve miedo, creí que lo dejarías en cualquier momento, pero no pasó.
Tú amabas a Jungkook y nunca lo supiste. Taehyung, sabía que nunca
podríamos ser algo más, así que pensé que... si yo no era feliz contigo, tú
tampoco lo serías. Lo siento...
—...
Cuando llegamos, ingresamos al lugar. El dueño del hotel nos impidió el paso,
Nam como siempre, explicó que si se negaba a ayudar en el caso de
desaparición podría interponer una demanda en su contra. El señor con algo
de miedo nos dejó pasar y abrió la puerta en donde Yugyeom se encontraba
alojado.
Revisamos todo, pero no había rastro de nadie. Tampoco estaban sus cosas,
no había nada.
Me sentí perdido...
—¡¿Qué?!
Jackson nos envió la dirección de una cafetería cerca del centro, nunca había
visitado ese lugar en mi vida, pero Nam sí, así que no tuvo problemas en
llevarnos hasta ahí. Estaba ansioso, no entendía nada, ¿cómo es que
Jungkook estaba con Jackson? ¿Entonces Jimin mintió y en realidad nunca
estuvo con Yugyeom? ¿Será que Jackson rescató a mi novio? Estaba
realmente confundido pero eso no importaba ahora, muy pronto él estaría a
mi lado.
—Gracias.
—Sí.
—Báñate conmigo.
Asentí. Nuestras manos continuaron juntas, hasta que tuve que abrir el cierre
de su chaqueta. Él me miraba con una sonrisa en los labios, yo estaba
muriéndome de la preocupación, pero él todavía no quería platicar de lo
sucedido.
Nos desnudamos con calma, mientras repartía besos sobre sus labios y la
extensión de su cuello. Sus toques se resbalaron por mis brazos y nos
internamos en el agua tibia de la bañera. Su espalda sobre mi pecho y mis
labios sobre su cuello, tal y como debería ser siempre.
—Jungkook...
—Él apareció después. El lugar era un motel clandestino, lo supe al observar
por la ventana. Hablamos acerca de todo lo que pasó... me dijo que estaba
dolido y arrepentido. Traía muchas maletas con él, me dijo que volvería a
retomar su trabajo en el extranjero y que no volvería jamás.
—Sí, pero...
—Tae. Yugyeom no fue malo, sintió celos cuando supo de lo nuestro, pero no
estaba en todos sus sentidos cuando me llevó con él. Admito que tuve miedo,
él me dijo que no me haría daño que estaba seguro a su lado, pero... no pude
confiar, así que esos dos días no comí nada de lo que trajo por miedo a que
pueda sedarme de nuevo y no dormí nada, aún cuando me encerraba en la
habitación.
—No, en realidad, me dijo que podía llevarme a casa mucho antes pero me
negué. Él día en que su vuelo salía, se puso de rodillas y me pidió perdón,
entonces se fue, esperé hasta estar completamente solo y salí corriendo, no
conocía ninguna de las calles, creí que iba a morir, pero Jackson apareció y
me trajo de vuelta hasta ti.
Nuestros labios volvieron a unirse. Hay una extraña conexión entre nosotros
cuando nos besamos y nos miramos directamente a los ojos. El amor se
siente de esa manera...
—Pero...
—Necesitas comer.
Pensaba pedir pizza, pero un Jin en modo madre apareció con un Nam
cargando una gran bolsa de comida recién preparada.
La noche transcurrió tranquila, hasta que la pareja se fue y nos dejó solos.
Antes de ello, Jin me pidió disculpas por todo... él no tenía que disculparse
conmigo.
—Amor.
—¿Sí, bebé?
—Jungkook.
—¿Mh?
—¿Por qué?
Después de apagar las luces sus ojos se encendieron con un brillo especial.
—Hagamos el amor.
—Bebé, quiero hacerlo pero creo que estás muy cansado.
—...
—¿Amas a mi hijo?
Solté un suspiro.
—Lo amo con todo mi corazón. Antes de conocerlo mi vida no tenía ningún
sentido, ahora él es la razón por la que me supero día tras día.
Es probable que no le agrade a su madre. Rosy me dijo que para ganar a una
suegra, primero se debe ser educado y mostrar seguridad, segundo tener un
buen futuro y demostrarle que su hijo está en buenas manos, tercero y más
importante, halagar solo cuando sea necesario y no demasiado.
Pues sí.
Ella se levantó y yo fui tras de ella. ¿Qué iba a hacer si se negaba a dejarme
vivir con su hijo?
Nos sentamos en la mesa, ella me dijo que disfrutara de la comida. Era sopa
de algas, y le di una probada, ¡era magnífica!
—¿Lo crees?
—Sí. Este sabor... Debido a que no crecí junto a una madre, hay alguien a
quien considero como una, su nombre es Rosy y es mi vecina, cuando estoy
enfermo ella me prepara sopa de algas y para mí es lo más delicioso de este
mundo. Hoy volví a probar ese sabor, me hace feliz.
—Señora Jeon.
—Oh sí, bueno ha sido un placer platicar con usted, volveré otro día.
—Vuelve mañana.
—¿Mañana?
—Llámame madre.
—Gracias... madre.
—Bueno, vete rápido y descansa bien que tienes que regresar mañana
temprano.
—Quiero jugar.
—No, aún tengo mucho qué ordenar, las maletas no se ordenarán solas.
—Está bien...
—Apostemos.
—Tae.
—Vale.
—Jungkook...
—Una de diez.
—¿Minifalda?
—¡NO!
—Sí, pero...
—Está bien.
—¿Sí?
—Sí.
Le ofrecí una piedra. Sin forma y casi redonda. La mía era plana y segura, iba
a ganar sin remedio.
—Comencemos.
Comencé a tirar, fallé una par de veces para qué él no sospeche. Jungkook
no paraba de fallar y yo ya estaba cerca del final.
Él se veía desesperado.
Al final gané.
—¿Cómo...?
—No, no...
—Sí y sí, mañana serás totalmente mío con una hermosa minifalda.
Eran las 8:30 cuando llegué casa. La sonrisa en mi rostro no se borraba por
nada del mundo y comencé a cerrar todas las cortinas de la casa,
asegurándome de que ningún vecino pudiera alcanzar a ver nada de lo que
sucediera dentro. Tapé con una tela la pequeña ventana de la cocina y con
ello, todo estaba preparado.
Me fui con pequeños saltos hacia la habitación y abrí la puerta con cuidado.
Jungkook aún estaba profundamente dormido.
—Cariño.
—¿Mh?
—Tae...
Salí de la habitación y traje aquella bolsa con lo más importante dentro. Luego
regresé y se la entregué. ¡Estaba emocionado!
—Amor...
—¿Sí?
—Claro.
Él ingreso al baño y yo me quedé sentado en la cama. Tal vez tardó algo más
de media hora, pero yo no me moví de ahí ni un momento. Era ridículo, pero
realmente estaba ansioso de ver cómo transcurrían las cosas.
La puerta sonó.
—T-tae...
—Antes de que esto inicie quiero decirte que... esto de alguna manera puede
ser ofensivo. Voy a mostrarte qué tan guarro puedo llegar a ser y no sé si es
algo bueno, sin embargo ten presente cada segundo que te amo, jamás en la
vida haría algo para herirte, todo lo que hago es por y con amor. ¿Entendido?
Él me regaló un hermosa sonrisa.
—Lo entiendo mi amor. Ten presente también que todo lo que hago por ti, por
nosotros es por amor. Confió en ti y sé que no me harías daño, siempre me lo
has demostrado... te amo.
Unimos nuestros labios en el primer beso del día.
—T-tae.
—¿Qué?
—No...
—Taehyung...
—Dímelo.
—Aw, basta.
Cuando el desayuno estuvo listo, me senté en una de las sillas del comedor.
Jungkook quiso hacer lo mismo, pero le llamé.
—¿Qué?
—Ven aquí.
Señalé mi regazo y él entendió de inmediato. Sin decir nada él tomó lugar
sobre mí, besé su boquita y mis manos recorrieron sus muslos, la suavidad
de su piel hizo contraste con mis manos calientes, y llegaron hasta su
entrepierna, él vibró ante el primer toque. Mis dedos tomaron preso su
miembro, mas la tela impidió que lo disfrutara directamente, aún así continúe
acariciando la zona, dejando uno que otro apretón que generó un jadeo de
sus labios.
Nos separamos para tomar algo de aire y nos miramos por algunos segundos,
nos miramos con amor.
—Cariño.
—Me encanta.
Probé el café y tenía azúcar. ¡Aun así me pareció delicioso! ¿Qué me pasa?
—Tiene azúcar...
—¡Taehyung!
Deslicé el cierre de mi pantalón y por fin logré sentirme libre, mi mano tomó la
base de mi pene y se deslizó hasta la punta, el movimiento se repitió varias
veces hasta que comencé a jadear. No podía dejar de mirar a Jungkook y
recorrerlo de pies a cabeza, él siempre me ha puesto a mil.
Tomé una de sus piernas y la levanté, dejé que su rodilla reposara sobre la
lavadora, mientras ésta se movía al lavar.
Él solo asintió y dirigí el glánde hacia su entrada, no sin antes apartar aquel
hilo que en ese momento estorbaba. Entonces ingresé con cuidado, sus
dedos se aferraron a la máquina y los míos a sus nalgas.
—Tae.
—Ay... uh.
—¡Sí, ah!
No fue una mala idea usar aquella pequeña tanga para atar sus manos tras
su espalda, evitando que se moviera de más. Él no se negó en ningún
momento.
—¿Te gusta?
—Mh sí...
—T-tae.
—Sácala.
Abrió los ojos al escuchar mi orden y sacó la lengua, más tarde la mía fue en
su encuentro y comenzó a chuparla, algunas gotas de saliva se escurrían por
su mentón y él tomó distancia.
—Dios... n-no...
Empujé sus hombros con cuidado para que su espalda chocara con el resto
de la superficie y tomé sus piernas para abrirlas y sostenerlas en mi cintura.
—A-amor...
—¿Sí?
—Amor...
—¿Qué quieres?
—Y-ya sabes.
—No lo sé.
—¡Uh!
—Dímelo, bebé.
Recorrí sus muslos sin dejar un espacio de piel sin tocar y le di una nalgada
que resonó con gran volumen, su trasero vibró al instante y él gimió. Otra
nalgada se estrelló en la zona haciéndome disfrutar de la hermosa vista de
esa entrada que me pedía que ingresara pronto. Sus dedos luchaban para
liberarse, pero le era imposible.
Yo estaba más que feliz al oírlo. Solo cuando tomé la base de mi pene para
dirigirla a su interior me di cuenta de que mi pantalón estaba mojado,
seguramente por los residuos de saliva y semen de la aventura de este gran
día, era mi pantalón de la suerte, ahora lo sería más. Dejé algunos besos
sobre sus codos y espalda antes de ingresar en aquel agujero húmedo y
caliente.
Él me recibió muy bien, sentí cómo su interior se iba expandiendo según iba
entrando, y aún así me apretaba de manera deliciosa, como luchando para
cerrarse al tener a un intruso dentro. Sin embargo llegué hasta el final y él se
deshizo en jadeos que posteriormente pasaron a gritos, pues decidí moverme
hacia adelante y luego hacia atrás con estocadas poco amables que hacían
temblar a la mesa y a sus nalgas. Manteniendo el ritmo varios minutos más.
Salí de pronto y esa entrada formada un círculo algo rojo y brilloso, era una
delicia. Volví a entrar esta vez con más fuerza, tomando su cadera y clavando
mis uñas en su delicada piel. Sin detenerme ni un momento, no cuando el
sucio sonido de mi pene colisionando en su interior resobaba en mis oídos.
Bastaron algunas embestidas más, éstas más lentas, para que me corriera
otra vez en su interior. Jungkook terminó segundos después sobre mi mano y
su preciado y reluciente piso.
Su cabeza cayó sin poder sostenerse más. Yo estaba muerto, tal vez por la
edad. Idea tonta.
—Estuvo rico y todo, pero tengo que irme, mi novio me está esperando.
—¡Taehyung!
—Uh...
—Sí.
—Es hermoso, precioso y...
—Desátame.
—Lo haré.
—¡Ahora!
—Quiero dormir.
—¡Vale!
Sin duda, hoy es un excelente día.
56
—¿De qué sirve que haya ganado la apuesta si de igual manera me ibas a
traer de compras?
—No te quejes.
—¡Quiero quejarme!
—¿Qué?
—Esos audífonos.
—No, es mío.
—Niña, suéltalo.
—Sí, niña.
—Hijo de puta.
—Bebé.
Se cubrió la boca con una mano al verme, y la otra recorrió mi rostro con
preocupación.
—Jungkook...
—¡¿Qué te paso?!
—Nada.
Él abrió el contenido con una confusión enorme y al ver los audífonos abrió la
boca sin poder creérselo.
—Tae...
—Bueno, yo...
—¡¿Cómo?!
Me sentí algo nervioso, sentí que me iba regañar en cualquier momento.
—¿QUÉ?
—Sí.
—Es que te amo tanto y tú me preocupas y a la vez eres muy lindo y a la vez
tan tonto y...
—Y nada, tú querías esos audífonos.
—¿Te gustó?
—Ya no quiero nada, sólo quiero curarte esa herida y preparar café. Tonto...
Me siento feliz.
57
Ahí estábamos después de un mes juntos, donde no hacia otra cosa más que
llegar temprano a casa o ir a recoger a Jungkook.
—Bien, la azul.
—Usaré la blanca.
—Genial.
—¿Estás feliz?
—Ajá.
—Genial.
—Ajá.
—¿Un auto?
—Sí, así podré llevarte a cualquier lugar y ya no tendré que correr para no
llegar tarde.
—No lo harás. Eres demasiado importante para mí como para ganarte una
angustia y momento incómodo con ellos.
—¿Mh?
—Te amo.
—Te mucho, mucho, mucho más.
—Jungkook...
Al igual que esos cinco años más en donde nos convertimos en uno. Él y yo,
solo los dos.
Segunda parte
Te voy a esperar,
—Carlos Kaballero.
58
—Que no.
—¿Mh?
—Puedes irte.
—¿No quiere que le consiga un taxi? No creo que usted pueda conducir en
ese es...
Rosy falleció hace seis meses. Me dijo que me fuera a descansar y que
mañana podía venir a verla. No quiso que me quedara esa noche, no quiso
porque sabía lo que le esperaba. Murió estando dormida, tal vez soñando
con aquel futuro que tanto esperaba y que al final nunca llegó. Me dijo antes
de morir que estaba orgullosa de mí... muy orgullosa de mí, como nadie en
el mundo.
Jungkook se marchó hace dos años, justo con hoy se cumple el segundo
aniversario de su abandono. Echó por la borda cinco maravillosos años en
donde creí que él me amaba, oh joder, juraba por lo más sagrado que él me
amaba, cuán equivocado estaba.
Dijo que quería terminar con todo y yo me arrodillé, supliqué por una
oportunidad, solo una. Pero de sus labios salió un frío y desgarrador "ya no
te amo más" que me destruyó la vida. Yo era un joven tonto que iba a
terminar su carrera en Economía, entusiasmado de darle una vida estable,
una vida buena.
Se fue al día siguiente sin decir nada más. Cuando desperté él no estaba,
se llevó todo lo que le pertenecía, pero olvidó llevarme a mí y yo le
pertenecía.
Tomé otro trago de golpe. Jin se quedó muy sorprendido y no podía creerlo.
Ni yo... porque su madre también se había marchado junto a él sin
explicación. ¡Familia de embusteros! ¡Malditos embusteros!
Busqué noche y día. Busqué pero jamás encontré nada. Solo me aferré a
ser el gran hombre que alguna vez soñé ser...
Me golpeo el pecho cada vez que lo extraño, pero me he dado por vencido,
siempre lo extraño. Es complicado vivir teniendo sus recuerdos en mí,
porque no puedo escapar de ellos y me llamo cobarde, porque no he sido
capaz de dejarlos ir.
¿Cómo podría? Él era mi vida entera, quería casarme con él, quería
morirme junto a él. Todo, con él.
Su voz.
—Nam hyung.
—Cállate y sube.
No fue nada grato soportar una jaqueta de mierda durante toda la mañana,
que empeoró cuando llegué a la empresa por la tarde con la noticia de mi
editor y escritor estrella, Yoongi, decidió renunciar.
—Demonios...
—Quiero dedicarme a otra cosa. Jimin está celoso porque dice que ando
con otros modelos.
—Joder...
—Taehyung.
—Su curriculum.
—Aquí está.
Me tragué los nervios y el dolor. Él cambió, luce radiante, está algo más
delgado y su cabello castaño tiene un tono más claro. Sus labios aún
continúan siendo tan rojos y apetecibles como siempre. No quería mostrarle
que su partida me había destruido, no cuando él está tan feliz, Jungkook
quiere restregarme en la cara que ha estado muy bien sin mí y ahora se
presentó aquí solo para burlarse, pero no se lo permitiría, ya no soy el de
antes, he cambiado.
Él esbozó una sonrisa que lucía sincera. Bien sabía yo que estaba fingiendo
o tal vez riéndose de mí.
—Hice un artículo para Vogue Italia, varios de Canada and Toronto news.
—Lo haré.
—Ahora vete.
Él asintió y se levantó.
Había mucho trabajo para esta semana así que no tendría descanso estos
días. No podía dejar de pensar en Jungkook, justo ahora debe estar en el
piso de abajo, intentando realizar el artículo principal de la revista.
Yo aún estaba ahí parado sin poder entenderlo por completo. Sus brazos
temblaban, parecía estar sufriendo sosteniendo todas esas cosas.
—Quédese ahí.
—¡Sí, señor!
Jungkook dejó caer sus cosas sobre el escritorio, parecía exhausto. ¿Quién
será el estúpido que se atrevió a invitarle a salir y estorbar su trabajo? Le
despediría.
Ingresé a mi despacho sin agregar nada más y me fundí con el trabajo por
varias horas, no supe qué hora era hasta que Namjoon ingresó como si
acabara de ver un fantasma.
—T-tahyung.
—¿Sí, hyung?
—Vi a Jungkook ahí afuera, te lo juro, es idéntico, incluso tuvo la misma voz
cuando me saludó, tienes que verlo.
—Ya lo sé hyung...
—Sí...
—¿Estás bien?
—Lo estoy.
—Taehyung...
—No te preocupes hyung, en serio, estos días son así, cuando pase esta
temporada descansaré bien.
—Vale, iré a casa a contarle a Jin que Jungkook regresó, estará muy feliz.
Ah y traje tu auto.
—Gracias.
—Taehyung, espera.
—Es una orden mía, nadie que no esté en la lista puede entrar sin
autorización.
—No.
—¿Y cómo quieres que te muestre mi trabajo si no me dejan ingresar?
—Vale, lo pensaré.
Iba a decirle que no era necesario, que no quería nada de él, hasta que un
muchacho bastante alto le hizo una señal de saludo, no sabía que estaba
ahí esperando por Jungkook.
—¿Quién es él?
—Él es mi novio.
Era un extranjero hippie, de esos que se fuman hasta las camisas coloridas
que les encanta usar como si no existiera el frío.
Me dolió, joder, sí que había dolido. ¿Me había cambiado por ESO?
—Hasta mañana.
No dije nada más y me dirigí hacia mi auto. Él hizo una reverencia y se fue
corriendo hacia su novio, él esbozó una sonrisa al verlo y sostuvo su
maletín. Se abrazaron y luego se fueron caminando calle abajo,
desapareciendo entre la multitud.
Yo esperé un poco y luego me dirigí hacia mi lugar favorito, un bar bastante
costoso cerca de mi nuevo departamento. Me emborracharía otra vez con el
estómago vacío, mañana despertaría hecho mierda sin duda, pero tendría
compañía, todas las mujeres del bar amaban tenerme ahí y ninguna me
cambiaba por un gringo fuma hierba.
61
A Nam podía responderle y excusarme, pero con Jin era diferente, me daba
miedo.
—Lo siento...
—Nam tuvo que traerte ayer, porque sino estarías solo en la calle y esta
mañana tuvo que venir porque ya creímos que ibas a morir.
—Lo siento.
—Cariño, eres muy importante para nosotros, no queremos que nada malo
te pase.
—Entiendo, gracias.
—¿Estás bien?
—Sí.
—Qué bien.
—Claro.
—¿Y bien?
—Lo haré.
—Tae.
—¿Mh?
Me detuve a mirarlo.
—Tae...
¿Qué dijo?
62
No podía concentrarme pues a él le dio por revisar todos los estantes con
documentos e información de nuestra trayectoria. El silencio era incomodo.
Creo que compraré un gran conjunto de parlantes donde canten los strokes,
monkeys o lo que fuera.
—¡Taehyung!
Jungkook chilló. Una fila de enorme de libros iba a caerse sobre él, sus
brazos no podían sostener el peso. De inmediato me levanté y sostuve los
libros, esperando un poco de ayuda de su parte, sin embargo solo sentí
pequeños piquetes en mi torso y brazos, que se transformaron en
cosquillas.
Me retorcia mientras luchaba contra la risa, tenía los nervios de punta. Mis
brazos temblaban, los libros se iban a caer sobre nosotros.
—Déjame, ¡ya!
De pronto sus labios se estrellaron con los míos, nos besamos como nunca
lo habíamos hecho, teníamos sed de probarnos un poco más, de fundirnos
el uno con el otro. Mis brazos apresaron su cintura y sus dedos recorrieron
mis brazos.
—No lo acoso.
—¿Qué pasa?
—Vamos. Todos quieren tener más de ti, eres un chico muy apuesto y
además un empresario, tienes que salir por lo menos en una de las
portadas de tu revista.
—No.
—¿Qué?
—Nuestra revista se caracteriza por tener los rostros más hermosos del
mundo, conseguir un nuevo modelo tardará meses.
—Sí, tienes un rostro hermoso y punto. Solo te aviso que pronto tendrás dos
sesiones, una conmigo y para la otra tendrás que buscar a otro fotógrafo, yo
tomaré vacaciones, querido.
Hoy Jungkook llegó tarde, supe por Namjoon que él tuvo un encuentro
emotivo con Jin. Le contó algunas cosas que había hecho en Estados
Unidos, entre esas cosas conseguir buenos trabajos. Así que no le dije
nada.
—Basta, me sonrojas.
Junhwa llegó más tarde con temor, era una hermosura, realmente no creí
que estaba buscando trabajo aquí, pero llegó y confío su futuro en mí. Eso
me dio más fortaleza para convertir a la empresa en lo que hoy es. Él confió
en la empresa y en mi capacidad, desde entonces le considero como un
hijo.
—Ugh sí... ¿por qué no lo haces tú? Eres precioso, venderíamos más.
—No puedo, me toca la siguiente. Esta temporada le tocaba a Hyo, pero las
drogas terminaron matándolo. Además... tú eres más guapísimo que nosotros,
Tae.
—Sí, mírate.
—No, sht.
—Sí, y sí.
—Entendido.
—¡Sí!
Las puertas del ascensor se abrieron y antes de irse, Jun me dio un abrazo.
Él creció tan rápido, realmente estoy muy orgulloso de todo lo que ha
logrado. Mi hijo pequeño. El pensamiento me hizo reír y a la vez me llenó de
ternura.
Qué estupidez.
—Oh.
Revisé los apuntes que había hecho, estaban bien, pero resaltaban algunos
errores que no tienen nada de especial.
Sentí su mirada penetrante.
—El artículo central está listo, lo demás tiene que ser mejorado.
Él asintió y tomó asiento en uno de los sofás, comenzó a tomar apuntes en
su libreta.
Ah, él es mi vida entera, es lo que más quiero en este mundo, pero él decidió
alejarse de mí. No puedo olvidar los momentos que vivimos. Su indiferencia y
frialdad.
—Señor Jeon.
—¿Sí?
—Sí.
—Puede irse.
Joder.
64
Es un poco tarde así que terminé los pendientes, tomé mi abrigo y salí.
Todos los pasillos están apagados y Jungkook continúa trabajando duro.
—Vale.
—Gracias...
—Te lo agradecería.
—No agradezcas.
Salí del auto para abrirle la puerta. Jungkook hizo una pequeña reverencia y
caminó hasta su casa para tocar el timbre. Yo me quedé ahí, asegurándome
de que llegara a salvo.
—Señora...
Ella me miró con algo de pena, aún cuando su sonrisa se veía forzada. Yo
solía llamarle madre y ella me llamaba hijo.
—Está deliciosa.
Y apareció de pronto el novio de Jungkook. Se sentó en nuestra mesa y le
preguntó a la señora Jeon quién era yo, con un coreano mal pronunciado.
Ajá.
—Bueno, señora Jeon, tengo que marcharme es muy tarde, muchas gracias
por la sopa estuvo estupenda.
—No es nada, querido. Espero que podamos conversar un día, para que me
cuentes todo lo que lograste.
—Claro.
—¡Taehyung!
—Lo haré.
—¡Taehyung!
—¿Qué?
—Descansa...
Es mejor así. Tal vez las disculpas ya no son suficientes después de todo.
Supe que era un gran error haber venido cuando Jungkook llegó más tarde.
La situación estre nosotros está muy difícil y esto no lo está mejorando.
—¿Cuántas te bebiste?
Intenté desviar el tema y funcionó. Hoseok era toda una estrella, se volvió
muy popular este año y nos contó que fue muy difícil llegar aquí sin que lo
descubran los fans.
Jackson hasta ese momento aparentaba estar dormido sobre el sillón, sin
embargo se levantó y tomó mi brazo. Reía sin parar.
—Campeón...
—Jackson, deberías descansar.
Él estaba alucinando.
—Jack...
—Alrededor están varios chicos que se morían por... por estar contigo, m-mi
novio Mark, Hoseok, Jimin... qué locura. ¿Cómo lo haces? L-le gustas a
todos...
Esto tenía que parar. Nadie veía con malos ojos a Jackson, sino a mí, eso
era cosa del pasado y es muy delicado hablar de eso.
—Pero Tae me da pena... pena. La única persona que amó, l-le abandonó.
¡Jungkook!
Eso había sido duro, me sentí... mal, yo, el chico muro, el director frío y
calculador, estaba herido.
—Jackson.
Mi corazón dolía más al verlo así, tan frágil. Abracé su espalda esperando
que su llanto cesara, pero incrementó más.
—Jungkook...
—Todos creen que yo... que yo soy malo, y comienzo a creer que lo soy...
—...
"Me abandonaste".
Lo sé, estuvo mal decirlo, pero tenía que sacarlo. Él se volteó a verme, sus
mejillas estaban húmedas y sus ojos bastante brillosos.
—¡No lo soy!
—No.
Quise reclamarle, pero no dije nada. ¿Cómo puede actuar así conmigo
teniendo novio y hablándome cínicamente en la oficina, como si no hubiera
pasado nada?
Salí hacia la sala, Mark pidió disculpas porque Jackson es pésimo para
beber y se emborracha rápidamente. La reunión terminó mal, llevé a Jimin,
Yoongi y Hoseok a sus hogares, antes de volver a la casa de Nam.
Estaba esperando a que Lely llegara para tomar la primera sesión de fotos.
Ella llegó como siempre, puntual, sin embargo traía a Jungkook con ella. Él
se veía cansado, pero se mantuvo sonriendo y con una actitud positiva.
—Cállate mocoso que soy mayor que tú, ahora posa para nosotros.
—¿Más tarde?
Lely se fue tarareando una canción y nos dejó solos. Su rostro mostró una
sonrisa y señaló mi lugar para poder comenzar.
—¿Estás bien?
—Creo que...
—Lely
—¿Sí?
—Dios mío Jungkook, ¿cómo hiciste que Kim Taehyung sonríera así?
—Pero él...
—Lely...
Lely se fue feliz y de nuevo nos dejó solos. Ya era hora de volver a trabajar.
—Taehyung.
—¿Mh?
Lely organizó una fiesta formal para hoy, según ella es necesario celebrar el
gran triunfo que tuvo nuestra edición anterior. Lo hace muy a seguido y
comienzo a creer que lo hace sólo para ligar.
Nam y Jin están bailando animadamente sobre la pista. Son lindos porque
ninguno es bueno bailando, aún así lo disfrutan.
Jungkook llegó después, se veía jodidamente hermoso con ese traje negro,
marcando las partes perfectas que debía marcar. Detrás apareció George.
—No.
Junhwa señaló con su dedo a un muchacho que bailaba feliz por la pista
con dos chicas. Era apuesto, pero no le veía lo suficientemente bueno para
él.
—Él.
—Pero a mí me gusta.
Sentí la presencia de alguien más. Era Jungkook quien nos saludó y tomó
asiento junto a mí. La situación era incómoda para ambos.
—Algo así.
—No lo creo.
La música estaba alta, así que Jungkook hablaba muy cerca de mi oído. Me
estremecí cuando su aliento caliente se pego sobre mi piel.
—Yo tampoco soy bueno en ello, pero me gustaría bailar.
Cómo podía negarme si era él quien quería bailar. Esbocé una sonrisa y él
tomó mi mano.
Nos dirigimos a la pista, nos comenzamos a mover lentamente pues la
música se volvió más lenta, tanta hasta el punto en el que el ambiente pasó
a ser romántico.
Su aroma se internó por mis sentidos, era el mismo aroma que abrigó mi
corazón por tantos años.
—Jungkook...
—Kim Taehyung.
—No importa.
—No, tonto.
Él me miró, sus ojos brillaban junto con las luces del lugar. Sentí muchas
ganas de besar su boca, pero no lo hice.
Cuando la canción terminó nos alejamos de la pista. Tuve la intención de
tomar asiento, pero él jaló de mi mano y me llevó hacia el pasillo colindante
a la puerta trasera. Yo dejé que hiciera conmigo lo que quisiera... ya daba
igual.
—Tae.
—¿Mh?
—La amo.
Nuestra posición era muy intimida. Mis brazos le apresaban contra la pared
fría del pasillo y sus dedos jugaban con mi corbata. La música sonaba
desde lo lejos, estábamos solos en el lugar.
—No.
—Taehyung yo no...
—Vamos a mi departamento.
Él no se negó y nos montamos en mi automóvil. Es difícil intentar olvidar
que compré ese auto solo para llevarlo a donde él quisiera.
68
Jungkook palmeaba sus manitas con rapidez, intentando hacer colapsar las
luces que parecían se más inteligentes que él.
—Nunca lo he intentado.
—¡Ajá! le gané.
Jungkook había palmeado tan rápido que las luces solo se apagaron. Se veía
como un niño jugando y yo le observaba atentamente, es realmente hermoso.
—Tae.
—¿Mh?
—Yo...
—Director Kim.
—Señor...
—Soy un hombre viejo, quiero vender todo para darme una buena vida
antes de que muera, lo demás será para mis hijos, por quienes y para
quienes he trabajado.
—No ahora.
Mis amigos llegaron más tarde a darme palabras de aliento, pero yo estaba
derrotado. Nunca había mostrado esa parte de mí, pero ya no me importaba
si los demás la estarían viendo.
—Ten fe.
—Señor Kim, HSD subió su oferta para que las demás empresas se queden
atrás.
Me quedé en silencio, todos esos ojos se posaban sobre mí, esperando una
respuesta, una solución, pero yo no sabía qué hacer.
Salí hacia el baño, mojé mi rostro con un poco de agua. ¿Qué iba a hacer?
¿Qué iba hacer? ¿Qué debo hacer?
—Tae...
—...
—Yo...
—No.
—¿Cómo va todo?
—La mitad de las empresas han retirado su oferta, dentro de poco lo harán
las demás y HSD se quedará con todo.
—¿Fijó un precio?
—Estoy contigo.
—Gracias.
—Señor Kim.
—¿Sí?
—Todas las empresas se retiraron, dentro de diez minutos venderán la
empresa.
—Yo la compraré.
Levanté la cabeza. Era Namjoon hyung quien había dicho aquello. Todos
nos quedamos estupefactos.
Sabía que Namjoon tenía mucho dinero ahorrado pero no tanto como para
alcanzar el precio. Pero tal vez...
—N-namjoon...
—Espera, Taehyung.
Caí de rodillas e hice una reverencia. Namjoon jalaba mi brazo para que me
levantara, pero no lo hice. Sentí como si me hubiera devuelto la vida.
—N-nam... gracias, gracias, gracias, ¡gracias!
Mi cabeza tocó el suelo varias veces. Namjoon es como un padre para mí,
esto sin duda solo me hace afirma que él es un regalo que me dio la vida.
—Sí.
Fue un beso lento que acarició nuestras almas y las volvió a unir.
—Te amo.
—Te amo...
Los aplausos se hicieron escuchar y nos separamos.
—Sí, pero vamos por lo seguro, esta temporada tiene que ser un éxito.
—Comprendo.
—Irás conmigo.
¿Qué dijo?
—¿En serio?
—Adiós bombón.
—Adiós papasito.
—Hyung, te esperaré.
—Entonces creí que era mi abrigo y me lo puse, pero era de otro señor. Se
hizo el lío cuando el señor quiso quitarme el abrigo de manera brusca.
—Qué dramático.
—Lo sé...
—Tae.
—¿Sí?
—Bueno yo...
—¿Tú?
—Pero las...
—Será rápido.
Él soltó un suspiro y se quitó el cinturón de seguridad. Se deslizó hacia mi
lugar con cuidado y tomó asiento sobre mi regazo. Mis manos apresaron su
cadera, mientras mi entrepierna agradecía delicioso contacto.
—Taehyung...
—Cariño.
Jungkook salió con una sonrisa en el rostro. Un pequeña bata blanca cubría
su cuerpo.
—Dime.
—Me di cuenta...
—Es el momento.
—George es mi doctor.
—...
—¿Debías...?
—Jungkook...
—Yo fui a varios hospitales, no quería aceptarlo. Pero los últimos meses los
estudios ya no me decían que debía operarme para mejorar, sino que debía
operarme para vivir un poco más.
—Por favor dime que no es verdad.
—Es verdad... Yo estuve muy mal y tú llegabas tan feliz contándome que
tenías la posibilidad de trabajar de una gran empresa. ¿Cómo podía ser tan
egoísta para arrastrarte conmigo en ese sufrimiento? Preferí dejar que me
odies toda la vida a dejar que me entierres. Creí que la mejor manera de
lograrlo era decirte que no te amaba más, aunque dolía como nunca había
dolido... y cuando vi tu dolor, cuando te lastimé, imaginé que mi muerte
podría ponerte en ese estado toda la vida. Entones me fui, mi madre sufrió
mucho, ella rogaba que te dijera la verdad pero al final entendió todo lo que
sentía...
Abracé su cuerpo que ahora temblaba junto al mío. No pude contener las
lágrimas.
Yo había sido el estúpido que creyó lo peor de él, cuando todo lo que ha
hecho es demostrarme cuánto me amaba, cuánto me ama.
—...
—Dios mío...
Mis brazos apretaban con fuerza a Jungkook y sus dedos acariciaban mis
mejillas.
—Perdóname...
—Supe de Prego models, supe de ti, el gran director Kim Taehyung que
estaba tomando el mundo de la moda en sus bolsillos. Compré cada una las
revistas de la empresa, todas y cada una, me sentí muy orgulloso de todo lo
que habías logrado... después de más de dos años supe que estaba listo
para volver, con una visión nueva, amando la vida y valorando a los seres
que amo. Creí que sería difícil volver a tu vida, no tuve la intención de volver
contigo porque sabía que habías cambiado, pero me bastaba con verte.
Además Yoongi se unió a mi plan cuando le dije que quería ocupar su cargo
en tu empresa...
—Sí.
Mis brazos recorrieron sus brazos hasta llegar a sus mejillas, de las cuales
sequé las lágrimas que resbalaban.
—Tú no lo sabías.
—Debí saberlo, entiende que si quería superarme es por ti, sin ti ya nada
tenía sentido, yo debí estar junto a ti para luchar juntos. Estuviste solo...
sufriste solo... yo...
—Yo sé, yo sé amor, pero la vida nos dio una segunda oportunidad.
La presentación iba a dar inicio, todo nuestro trabajo pronto iba a ser expuesto
sobre esa pasarela. Yoongi decidió integrarse a nosotros arreglando los
últimos detalles, seguramente quiere volver al trabajo y yo no se lo negaría,
después de todo, gracias a él Jungkook y yo estamos juntos de nuevo.
Lely me dijo que la imagen de esta edición tiene que desfilar sí o sí y pues...
yo soy la imagen de la portada, estuvo pidiéndome que lo hiciera hace más
de una hora y terminé aceptando.
—Yo responderé por él. Verás, cuando tuvimos la entrevista de trabajo usó
lencería para mí, eso bastó para que le contratara y le pagara más que a
Yoongi.
—Conmigo cambia.
—Tae.
Él jaló de mi mano con fuerza y yo estaba más que feliz siguiendo todos sus
pasos, disfrutando de la vista que me daba su trasero balanceándose de
lado a lado. Ya me sentía duro de tan solo imaginar que podríamos hacerlo
en el baño.
—Tae...
—Solo tú.
—Bebé...
Su saliva sonaba con cada impacto hacia adelante y buscando algo de aire,
él se separó de mí mientras sus uñas se clavaban sobre mis muslos.
Y la puerta sonó.
—¡Sí!
Maldita sea.
Lely sonaba molesta y recordé que esta temporada debería ser todo un
éxito.
-Señora Jeon, usted sabe que soy Namjoon, me conoce por ser el novio de
Jin, a quien considera como un hijo. Sin embargo hoy vengo a presentarme
ante usted como hermano de Taehyung, más que eso, él me considera su
padre y me hace sentir muy orgulloso. Por tal motivo yo... en representación
de su padre, sintiéndome yo como tal. Vinimos a pedir su bendición y
autorización para que Jungkook y Taehyung puedan casarse y formar una
familia.
-Señora Jeon... y Jin. Yo hice que Jungkook me prometiera algo, fue que
solo aceptara casarse conmigo cuando sea un gran empresario de Corea y
el mundo, en ese tiempo éramos muy jóvenes y quizás pudo sonar
soñandor, pero fue lo que me impulsó para lograr llegar hasta ahora. Soy el
director de una gran empresa, puedo darle a Jungkook todo lo que necesita
y puedo darle la vida que se merece. No consiste en el dinero, por favor no
me malentienda, mis padres se divorciaron por problemas económicos y yo
no quería eso para nosotros, mis padres estando junto a otras personas
lograron conseguir dinero, solo después de que su matrimonio se derrumbó,
y yo no quería eso para nosotros. Quería asegurarme que él fuera feliz junto
conmigo y que no tuviera que preocuparse por nada más. Señora Jeon lo
que intento decirle es que amo a su hijo con todo mi ser, todo lo que hago y
he hecho ha sido por él.
-He visto crecer a Taehyung, él siempre luchó por lo que quiso, al comienzo
tuvo muchas dudas acerca de su futuro pero logró encontrar el rumbo de su
vida, eso al lado de Jungkook. Pasó noches sin dormir solo para estar listo
para este momento, si usted aprueba su matrimonio, sin duda, ellos serán
las personas más felices del mundo, si es que no lo son ya, debido a su
amor.
-Quiero pasar el resto de mi vida a tu lado, quiero poder ver tu carita cada
mañana al despertar y que tus ojos sean lo último que vea antes de dormir,
y aún en sueños quiero sostener tu mano. Si tú te sientes de la misma
manera que yo... en realidad lo que quiero saber es si... Jeon Jungkook,
¿aceptarías ser mi esposo?
-S-sí.
-Yo les doy mi bendición, por favor sean muy felices.- Habló mi suegra.
-Yo también, p-por favor cuida bien a Jungkook.- Agregó Jin, intentando
secar sus lágrimas.
—Tae, por fin me animé a hablarle a Jin, nos llevamos muy bien y fue muy
divertido, es el primer paso para conquistarlo.
Levanto la cabeza para poder admirar unos ojos cafés demasiado brillantes.
Es un chico de blanca piel y labios muy rojos, los mismos que jamás podría
olvidar, toma asiento en mi mesa. Es Jungkook... mi Jungkook.
—Gracias.
Me levanté para comprobar que era real, pero él pensó que quería
marcharme. En mi sueño tenía la intención de hacerlo, pero eso deberá
cambiar.
—¡E-espera!
—...
—Mi nombre es Jungkook y quería saber si, quería saber si podíamos salir
juntos mañana.
Él mostró una expresión de sorpresa que guardé muy dentro, entre los
recuerdos que jamás borraré.
—B-bueno, podemos vernos en la puerta... principal, ¿bien?
Sus mejillas se sonrojaron cuando tomé su mano con cuidado y jugué con
sus dedos.
—A mí también...
Tal vez la vida me estaba dando una oportunidad para hacerlo bien esta
vez.
—Yo...
—Vale.
—Adiós...
—Adiós.
—Bueno, estuvo riquísimo y todo, pero tengo que irme porque mi novio
seguro me corta los huevos. —Jungkook me dio un codazo, mientras yo
estallaba en risas.
—¡Basta, Taehyung!
Hubiese dado todo por continuar junto a él, abrazados y sobre la cama
susurrando cursilerías, pero teníamos un plan que debíamos llevar a cabo.
—Seguro él sí me la hace.
—Confía en mí, esos dos van a amarse como los peces al mar.
—Eso espero.
Así lo hizo y le dijo a Yoongi que tardaría en llegar y que por favor le
esperaba. Yo le quité el sonido a mis llamadas, para no levantar sospechas.
Más tarde yo contesté y le di la misma respuesta a Jimin. Hasta ese punto
podrían adivinar que era una especie de broma, pero rogábamos para que
ambos siguieran su conversación.
—Iof cref que sef poudraf. —¿Qué? No podía entender lo que Jungkook
decía, pues su bufanda que había vuelto a subir. Así que con cuidado
destapé su boquita y le permití tomar un poco de aire. Era jodidamente
tierno.
—¿Qué?
—¿Verdad? No sonaban tan molestos del todo, tal vez y hoy terminan
follando.
Oímos las voces del personal fuera del baño, pero ninguno tenía la
intención de entrar. El peligro era algo interesante.
—T-tae…
—Amor…
Mis palmas se posicionaron sobre ambas nalgas y las apretó con toda la
fuerza que éstas portaban, mis marcas continuaban ahí y su entrada aún
lucía roja, había sido un jodido animal esta mañana, pero todo era su culpa,
por ser tan irresistible y sexy.
—Tae…
—¡Tae!
Mi dedo índice había sido suplantado por el del centro, quien se internó por
el orificio, disfrutando de su calidez y deliciosa estrechez. Embestí la zona
un par de veces, mientras ensanchaba y examinaba la zona, divirtiéndome
de ver cómo los labios de Jungkook eran mordidos con fuerza, gracias al
reflejo del espejo. Sus ojos estaban cerrados y apretados.
—¿Qué? Dilo.
—Ugh, métemela.
Jungkook abrió los ojos y se contempló a través del espejo. Sus labios
hinchados, su rostro sudado y perfecto, su posición comprometedora e
íntima y a mí, el animal pegado a él, haciéndolo suyo como jamás nadie lo
hizo y lo hará. El hombre de su vida también, como siempre me ha dicho.
Sus gemidos continuaron sin detenerse, al igual que mis embestidas que
comenzaban a perder el ritmo y se tornaban despiadadas, siempre
clavándose en ese punto dulce que hacía temblar sus piernas.
—T-te amo…
—Te amo más, joder.
Tardamos algo más de quince minutos, hasta que sin previo aviso me corrí
en su interior, tomándome el tiempo para ver cómo él llegaba al orgasmo,
manchando sus bonitos pantalones elásticos.
La puerta sonó.
—¿Hay alguien?
—Sí.
—Disculpe señor, lleva mucho tiempo ahí, hay varios clientes que quieren
usar el baño, le pido que por favor se apresure.
Nos vestimos y arreglamos lo más rápido que pudimos y salimos del baño,
asegurándonos que nadie estuviera en el pasillo. Buscamos la mesa de
Jimin y Yoongi, pero estaba vacía, de alguna manera nos sentimos
defraudados, hasta que los vimos pasando por nuestro lado, muy ocupados
en comerse la boca y tanteando hasta llegar al baño, el cual cerraron con
seguro al ingresar.
—Te lo dije.
Nunca había sido tan feliz en la vida, y todo gracias a un sueño que me
marcó el camino correcto. Junto al amor de mi vida.
—Jungkook, cásate conmigo debajo de un puente.
—Bueno.
—Bueno.
—¿Qué?
—Bueno, bueno.
Mini extra
—No.
—No.
—¿Brujería?
—No.
—¿Cogidita?
—¡Taehyung!
—Lo único que sé es que te has obsesionado mucho con ese libro.
Dejé de lado aquel libro y besé los labios de mi novio con mucha lentitud,
disfrutando de tenerlo a mi lado. Tomamos este día para dejarnos escapar a
un parque cercano, en donde abrazados sobre el césped, nos divertimos
besándonos y jugando.
—Bebé...
—Te tengo una sorpresa en el departamento.
Me levanté con una sonrisa en la cara, porque había tanta gente loca en
este mundo, no debería sorprenderme. Puse la caja en su lugar y la enterré
con un poco de tierra, en caso de que aquel sujeto regresara y me echara la
culpa por haber destruido su esfuerzo.
—Papi también quiere conocerlo, bebé. —Si se refería a su culo, esto iba a
ponerse muy, muy caliente.
—Jungkook...
—Taehyung. —Jungkook cubrió los ojos del cachorro y me miró con una
expresión molesta.— Te dije que tenía una sorpresa, no siempre será... la
palabra con S.
—Sí, tonto.
—Tae...
—¡Taehyung!
Ajá, broma.
What you
Multiverse theory?
Una maldición que huele a ciencia, una teoría que más parece embrujo y
que no terminará porque se repite, una y dos y hasta tres veces, hasta que
se cumpla el predicamento.