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La encuesta intercensal 2015 del INEGI (2015), identificó que únicamente el 15.12% de
la población que vive en el estado de Chiapas tiene acceso a un servicio médico que
incluye las Terapias de Reemplazo Renal dentro de la protección que ofrece a sus
derechohabientes; el resto son personas afiliadas al Seguro Popular o sin la
cobertura de algún servicio médico. Este sector de la población representa el 84.88%
de habitantes de la entidad y carece, en estos momentos, de la posibilidad de recibir
un tratamiento adecuado para la ERC. La situación es muy grave si consideramos
que en Chiapas, para el 2015, vivían aproximadamente 8,067 personas con
Enfermedad Renal Crónica. Considerando que los costos mensuales del tratamiento
de la Enfermedad Renal Crónica para un hogar pueden ir desde los 6,397.75 pesos y
elevarse hasta los 31,701.08 pesos, las probabilidades de que una familia pueda
asumir el pago de la hemodiálisis y los costos asociados al tratamiento están en
función del esquema de seguridad social al que tienen acceso, así como del capital
físico y financiero del que dispongan, pues con los ingresos corrientes de un hogar
difícilmente se puede afrontar en el largo plazo un gasto tan alto sin poner en riesgo
la estabilidad económica de la familia
Según cifras del informe anual del Centro Nacional de Trasplantes (CENATRA), para
2017 en México se tenía un total de 13,634 pacientes receptores en espera de un riñón
y, durante ese mismo año, se realizaron un total de 3,150 trasplantes renales.
En tanto que para el primer semestre de 2018 (corte al 03 de julio de 2018), se tenía en
espera de un Trasplante renal a 14,258 receptores y se habían realizado un total de
1,523 trasplantes renales.
Con base en estos resultados y con la situación actual de nuestro sistema de salud,
los retos de la salud pública actual podemos enfocarlos en los siguientes aspectos
que no pueden dejarse de lado: las necesidades infinitas de la población, la escasez
de recursos financieros y que la donación cadavérica de órganos no es suficiente
para satisfacer la demanda actual; es decir, la demanda de órganos renales excede la
oferta de los grupos quirúrgicos y recursos generales destinados al trasplante.
Artículo 1 El Rol Global del Trasplante Renal
El Día Mundial del Riñón, el 8 de Marzo, brinda la oportunidad de mostrar el éxito del
trasplante renal como terapéutica de la insuficiencia renal crónica (IRC) terminal,
tratamiento que supera al dialítico por la calidad y cantidad de vida que brinda. Las barreras
para el trasplante universal como terapia de la IRC terminal incluyen las limitaciones
económicas que, en algunos países, ubican apropiadamente al trasplante renal como una
prioridad menor que otras necesidades fundamentales de la salud pública.
El primer trasplante de órganos exitoso fue el de riñón, realizado entre gemelos idénticos en
la ciudad de Boston (EE.UU.), el 23 de diciembre de 1954. El trasplante de riñón es
reconocido como el mayor avance de la medicina moderna en brindar años con alta calidad
de vida a pacientes con falla renal irreversible (insuficiencia renal crónica terminal) en todo
el mundo. Persisten grandes desafíos para proveer un tratamiento óptimo para la IRC
terminal en el mundo, y una necesidad, particularmente en los países con economías de
bajo ingreso, de focalizar sobre la detección y la implementación de simples medidas
destinadas a minimizar la progresión de la enfermedad renal crónica. La detección precoz y
los programas de
prevención no van nunca a prevenir la IRC terminal en todo aquel con enfermedad renal
crónica, y el trasplante renal es una terapéutica esencial, viable, costo efectiva y que salva
vidas, que debería estar igualmente disponible para todo aquel que la necesite.
Hay soluciones disponibles; éstas incluyen modelos exitosos demostrados de programas de
trasplante en varios países en desarrollo, la creciente disponibilidad de agentes
inmunosupresores genéricos más económicos, la mejora en entrenamiento clínico, el
desarrollo de guías gubernamentales y profesionales
prohibiendo la comercialización de órganos y definiendo estándares profesionales para una
práctica ética.
● García, G., y Harden, P. (2012). El Rol Global del Trasplante Renal. Nefrología,
diálisis y trasplante, Vol. 32(N° 1), pg 51–58.
La encuesta intercensal 2015 del INEGI (2015), identificó que únicamente el 15.12% de la
población que vive en el estado de Chiapas tiene acceso a un servicio médico que incluye
las TRR dentro de la protección que ofrece a sus derechohabientes; el resto son personas
afiliadas al SP o sin la cobertura de algún servicio médico. Este sector de la población
representa el 84.88% de habitantes de la entidad y carece, en estos momentos, de la
posibilidad de recibir un tratamiento adecuado para la ERC. La situación es muy grave si
consideramos que en Chiapas, para el 2015, vivían aproximadamente 8,067 personas con
ERC. Los costos del tratamiento de la ERC estimados en este estudio permiten identificar
que las familias que tienen la capacidad financiera para afrontar los costos del tratamiento
con sus ingresos corrientes son muy pocas en el contexto de Chiapas, ya que, solamente el
21.2% de la población vive en hogares con ingresos por encima de la línea de bienestar.
Considerando que los costos mensuales del tratamiento de la ERC para un hogar pueden ir
desde los 6397.75 pesos y elevarse hasta los 31,701.08 pesos, las probabilidades de que
una familia pueda asumir el pago de la hemodiálisis y los costos asociados al tratamiento
están en función del esquema de seguridad social al que tienen acceso, así como del
capital físico y financiero del que dispongan, pues con los ingresos corrientes de un hogar
difícilmente se puede afrontar en el largo plazo un gasto tan alto sin poner en riesgo la
estabilidad económica de la familia.
● Arce, F. (2018). Gasto familiar del tratamiento con hemodiálisis en Tuxtla Gutiérrez,
Chiapas, para población abierta y afiliada a los servicios de salud. Población y Salud
en Mesoamérica., Vol. 16(N° 1). https://doi.org/10.15517/psm.v1i1.30937
Los resultados del presente estudio muestran que muy pocos estudiantes han recibido
información sobre donación de órganos al llegar a la universidad. Pese a ello, la gran
mayoría mostró una actitud favorable y estarían dispuestos a donar un órgano propio, tanto
en vida como después de fallecer. La comprensión de la muerte encefálica fue aceptable.
Ello contrasta con la baja tasa de donación en el país. Los encuestados consideraron la
donación como un acto altruista y voluntario que no debería ser resultado de una obligación.
La difusión de estos temas en la población desde edades tempranas, haciendo énfasis
durante la etapa formativa del personal de la salud, debe constituir un factor clave para
poder incrementar en el futuro la donación en México. El médico desempeñará un papel
fundamental en este proceso de reciclaje de vida.
Los problemas más serios con la justicia distributiva se dan cuando los recursos son
escasos y tiene lugar una competencia por ellos. Como los órganos de donadores fallecidos
son tan escasos, el dilema se presenta cuando no se pueden satisfacer las necesidades
fundamentales de todos los pacientes que están en una lista de espera. Los informes
estadísticos de salud indican que no hay oportunidades iguales para la atención médica en
México. Esto reduce la equidad en la asignación de recursos a tratamientos médicos
costosos cuando hay muchas otras necesidades médicas, por ejemplo tratamientos
preventivos para evitar enfermedades renales. Además, también hay un proceso de
auto-exclusión debido a la ignorancia y la falta de recursos sociales iguales que lleva a una
incapacidad de exigir la mejor atención médica. Así mismo, hay reportes que muestran que
no todos los pacientes que llegan finalmente a un hospital de tercer nivel debido a una falla
renal serán incluidos en la lista de espera.
Este estudio se llevó a cabo con el fin de determinar cuáles son las creencias que las
personas tienen acerca de la donación de órganos.
Al parecer, las personas que cuentan con más información parecen estar más dispuestas a
donar sus órganos La decisión para donar un órgano depende en muchos casos de la
cercanía o familiaridad con el receptor, pero en la mayoría de los casos se cree que la
donación es únicamente cadavérica. Hay que tener en cuenta que no es únicamente la falta
de información ni la falta de empatía lo que impide la donación, sino también los temores al
tráfico de órganos y los mitos sobre la vida después la muerte.