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LA FAMILIA SEDE DE LA IGLESIA

Reflexión en el modo de retiro para la Pastoral Familiar – Domingo 9 de Enero 2022

ACCIÓN DE GRACIAS POR LA VIDA

GRACIAS SEÑOR
Gracias Señor por la vida que me das; Tú vives en mí,
Gracias Señor por el amor que me das; eres toda mi vida.
gracias, Señor por el hermano que está aquí, en tu nombre tantos encontraré,
cerca de mí. en tu nombre los abrazare,
Gracias Señor por la paz que me das; tu nombre los bendeciré, señor.
Gracias, señor por la fuerza que me das tu palabra siempre anunciaré,
gracias, señor por el curso que me das y a mis manos pobres abriré,
estar contigo, gracias, señor. y a quien crea en ti señor, se salvará.

Tú vives conmigo, Gracias, señor por las fatigas que tú sabes,


tú el centro de la vida gracias, señor por las heridas que tú sabes
contra todo yo te seguiré gracias, señor por los gozos que tú sabes,
Sólo tu voz yo llevaré, llevan a ti.
sólo tus brazos tomaré, señor gracias, señor por la esperanza que me das,
sólo tu palabra yo diré, gracias, señor por la fe que me das,
solo tu sonrisa donare, gracias, señor por el amor que me das,
sólo tu ternura llevaré, conmigo. viviré en ti, gracias, señor.

Gracias, señor por el cielo que me das; Tú eres gozo para mí,
gracias, señor por el sol que me das; eres fuerza para mí,
gracias, señor por las estrellas que me das; entre mis hermanos, último seré.
brillando en mí. mi vida siempre pobre yo daré,
al servicio de ellos quedaré,
Gracias, señor por las flores quedas; señor.
gracias, señor por los colores que me das; estoy seguro que recibiré,
gracias, señor por la puesta del Sol; mucho más que eso donaré
hablan de ti, gracias, señor. y es que en sus ojos ¡Oh Señor, te veré!

LA FAMILIA DE HOY: LUCES Y SOMBRAS


Dinámica de la flor

La familia y la persona se están transformando a un ritmo que no alcanzamos a asimilar. La familia


está tomando una dirección que debemos urgentemente reconocer para iluminarla. Es necesario
conocer a la familia de hoy para comprenderla, valorarla y luchar por ella.
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La familia es muy compleja y muy diversa. Cada país, cultura, región, realidad social y económica,
situación geográfica y política genera un modelo y estilo de familia. Y cada familia tiene su propio rostro,
su propio carácter, su propia forma de ser. Hablar de familia es generalizar algo tan rico y tan complejo.
Y si tomamos en cuenta la diversidad de historias –lo que ha vivido cada una- dificultades y situaciones
que viven es muy difícil hablar de la familia como si fuera una realidad fácil de entender. En la ciudad,
en el campo, el desierto, en las islas, en lugares muy fríos, en el hacinamiento o lejanía, en la pobreza y
en la riqueza, pequeñas, grandes, en la violencia, en la paz de tener una religión, en la guerra y
delincuencia, obreras, comerciantes, artistas, artesanos, campesinos, etc. Cuanta diversidad en la
familia. ¿Cómo comprenderla, amarla y vivirla desde nuestra fe cristiana?
LUCES

 Más espacio de libertad y acción, sobre todo de la mujer e hijas.


 Más reparto equitativo de funciones y cargos, tareas, responsabilidades.
 Se valora más la comunicación entre los esposos.
 Hay muchas más herramientas y espacios de ayuda a las familias y matrimonios.
 Hay más posibilidades y caminos de construcción y desarrollo familiar.
 Los problemas y dificultades son mucho más visibles y detectables.
 Los esquemas o estructuras con las que vive la familia son más fuertemente cuestionados,
especialmente el machismo, la violencia y la sumisión de la mujer.
SOMBRAS

 Un exagerado INDIVIDUALISMO que desvirtúa o destruye los lazos familiares y donde cada
miembro de la familia y crea su propio mundo como una isla que nadie puede penetrar ni
cuestionar. Ahí cada uno crea su mundo con sus propios deseos y pensamientos con un carácter
absoluto, es decir, que nadie puede cuestionar o mover.
 Se genera así una INTOLERANCIA y una AGRESIVIDAD, pues ya no se acepta al otro como es.
Los demás tienen que ser y responder a los propios intereses individuales.
 Un RITMO DE VIDA TAN ACELERADO que atenta gravemente contra la profundidad de vida y
los valores y opciones permanentes. Nada dura, todo tiene que usarse, desecharse. Esto atenta
contra la vida con hábitos y virtudes sanas y permanentes, se huye del compromiso.
 La familia así se convierte en un lugar “de paso” a dónde se acude qué conveniencia o para
reclamar derechos.
 Muchas IDEOLOGÍAS están desvalorizando y atacando el matrimonio y la familia.
 No querer exponerse al fracaso que ven en muchas parejas.
 Miedo hacia algo que consideran muy grande, inaccesible y sagrado.
 La CONVENIENCIA puramente económica de vivir juntos, conviviendo sin casarse en una
concepción emocional del amor.
 MIEDO a perder la libertad y la propia independencia.

¿Cómo valorar, alimentar nuestra propia familia y matrimonio?

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¿Cómo motivar a nuestros hijos y jóvenes para vivir el matrimonio y formar una
familia?

EL EVANGELIO DE LA FAMILIA - LA FAMILIA ES EVANGELIO


Desde siempre en la sagrada escritura Dios se ha revelado como un Dios que es la familia, que crea en
la FECUNDIDAD y que quiere para todos la profunda experiencia de la familia. Dios es un Dios fecundo
su mismo modo de crear es en la fecundación. Dios crea que es amor y eso transmite te quiero para
todos.
El amor y la fecundidad de la pareja es la extensión del misterio de Dios. La pareja, el matrimonio es
expresión de Dios. Dios nos crea por amor, en el amor y para el amor. Dios es un misterio más íntimo
de una familia. En Él se manifiesta:
- El AMOR que es el Espíritu Santo.
- La PATERNIDAD y MATERNIDAD que es Dios, padre y madre.
- La FILIACIÓN que es el Jesucristo.
Y si Dios es así es porque quiere que vivamos para el amor. Toda la escritura sagrada, de principio a fin
habla y expresa la importancia de la familia. Desde Adán y Eva hasta las bodas de la esposa y el Cordero,
en el Apocalipsis, la figura de la familia está presente.
La familia es la cuna, el campo donde se crea la vida, donde reside la formación de toda persona.
Nosotros los cristianos creemos y sabemos que para Dios la familia tiene un valor Supremo puesto que
él es familia y la vida humana nace, crece y se desarrolla en el seno de una familia. En el corazón de
Dios está la familia.
Por eso bien podemos decir que la familia habla, revela, da a conocer lo que es Dios y lo que quiere
para sus hijos e hijas. En el amor y fecundidad de cada familia se lee el proyecto que Dios tiene para
cada ser humano. Y así como la familia de Nazaret vivió todas las realidades humanas buenas y malas
así toda familia con sus luces y sombras es reflejo de lo que Dios quiere para cada uno en la búsqueda
de la plenitud. Por eso la familia es un verdadero Evangelio, es decir, una buena noticia para lo que la
ven y la conocen.

CANTO DE LA FAMILIA
Que el amor y la fe
de papá y mamá sean grandes. Santifica Señor la familia
Que se entiendan y hablen y que no falte nada al hogar
si el tiempo se pone difícil.
Y si llega el tropiezo, el frío
En papá un amor y una fe o la enfermedad… Tú ahí estás
que consagre el trabajo. dando fuerza, perdón y tu luz.
En mamá un amor y una fe
que consagre la vida. Y si llega la duda, el miedo

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o la intromisión… Tú estarás, Santifica Señor la familia
en consejo ayuda y protección. y que no falte nada al hogar
Santifica Señor los hogares
hazlos fuertes Señor en tu Y que lleguen juntitos los dos a orar
y te digan… aquí estamos,
Ese amor y esa fe tú lo das, tú lo quitas en tu amor.
los coronan los hijos y nietos,
pues son ellos destino y sueño Y que unidos a otras familias
de todo su esfuerzo. encuentren caminos… y compartan
toda lucha, experiencia y su fe.
Que recuerden promesas y gestos
con qué iniciaron. Santifica Señor los hogares,
Los mantengan, renueven, aviven hazlos fuertes Señor en tu amor.
y den a sus hijos. A… a… mén - A… a… mén.

El amor y el papel del padre y la madre reflejan la paternidad y maternidad de Dios. Y ese amor que
viven los hijos en la familia le hacen comprensible y posible conocer a Dios y vivir una vida de fe. Cómo
podrían tener fe y vivir el amor de Dios si no la han recibido de sus padres. Del mismo modo las
relaciones familiares son reflejo de la fraternidad, la donación que después se vive fuera de casa en la
sociedad y el mundo. Dios crea y le apuesta a la familia. Envió a su Hijo a vivir la realidad familiar y Jesús
mismo fundamentó y luchó por la familia.

LA IGLESIA EMPIEZA EN EL HOGAR – LA IGLESIA ES LA FAMILIA DE


FAMILIAS
La Iglesia comienza en el hogar, por eso a la familia se le llama con toda razón IGLESIA DOMESTICA. La
experiencia de vida y de fe que se vive en casa es la que hace posible vivir la fe en la Iglesia. La Iglesia
dio comienzo al reunirse las familias a compartir y celebrar la fe unos con otros. El Concilio Vaticano II,
recalcó la importancia que es transmitir la fe en el hogar…“los padres han de ser para con sus hijos los
primeros predicadores de la fe, tanto con su palabra como con su ejemplo” (Lumen Gentium, #11).
¿Qué hace al hogar una iglesia doméstica?
1. La vida familiar es sagrada— Los miembros de cada familia deben creer que cada vez que entran
por la puerta de su hogar entran a una Iglesia. ¿Sería más sagrado el tiempo que compartirían
juntos como familia? ¿Cómo resolverían los conflictos o las diferencias? ¿Cómo compartirían y
celebrarían los eventos del diario vivir? ¿Qué tan rápido buscarían reconciliarse y enmendar sus
errores?
2. Las acciones de las familias son bendiciones—Si la vida familiar es sagrada entonces las acciones
que salen de la familia son bendiciones. Esto no significa que nunca tengan conflictos familiares
especialmente cuando se convive e interactúa como familia pero tenemos que recordar que

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Dios siempre está presente. Cada gesto, cada actividad, cada cosa que se realiza y vive en familia
son obra de Dios.
3. La familia como comunidad evangelizadora— La fe que se desarrolla y cultiva en el hogar se
supone que no se debe de quedar entre las paredes del hogar. Debe ser trasmitida con la
comunidad parroquial y por todo el mundo, tanto por medio de palabras como de acciones.
Esto se conoce como evangelización, es la principal responsabilidad de la iglesia doméstica.
4. La familia es un ministerio—Cada persona está llamada a descubrir los dones y los regalos que
Dios le ha dado para servir en el mundo. Así es que cada familia está llamada a descubrir su
ministerio. Cada familia crea propia forma de participar y servir en la Iglesia. Tiene su propio
rostro y eso la distingue. Eso construye la Iglesia.
No se puede entender la Iglesia si no es a partir de la familia. La Iglesia es familia de familias. Se
enriquece de cada Iglesia doméstica (Amoris Laetitia 87). La Iglesia está formada por cada familia
creyente que participa, sirve y vive su fe en la comunidad parroquial. La parroquia es la comunidad de
familias. Es el espacio y tiempo suficiente (no una gran multitud de creyentes ni tampoco un grupo tan
pequeño) para conocerse, desarrollarse, compartir y aprender a ser humano y creyente. El amor vivido
en las familias es una fuerza constante para la vida de la Iglesia. Entonces es importante la participación
de la familia toda en la comunidad parroquial.
¿Qué pensamos cuando es solo la mujer la que participa en la Iglesia? ¿O cuando es solo el papá y nadie
más participa o hasta rechaza participar en la vida parroquial? ¿Y cuándo son los hijos? ¿Qué pasa
cuando la familia, dispersa acude a la Iglesia?

ES EL AMOR En el papá toma fuerza.


Una fuerza que hace dar. En la mamá se hace rostro. Es el amor
No tiene espacio ni tiempo En el dolor da esperanza. del que te hablo ya ves.
Si lo retienes se acaba. Y en lo incierto es luz. Es la familia su fuente (2)
Y si lo donas desborda, Sostiene y da gozo al proyecto.
No tiene precio ni se ahorra. ¿Por qué el amor falta a muchos
Quien lo recibe es fuerte. Señor?
Es el amor Transforma y construye la vida.
del que te hablo ya ves. Dichosos los hijos su fruto.
Es la familia su fuente (2) Es su tesoro eterno.
No puede faltarle a ninguno.

Para compartir y reflexionar:


¿Cómo es la participación familiar en nuestra Iglesia? ¿Qué dificultades atraviesa? ¿Qué beneficios o
valores tiene? ¿Cómo podemos fortalecer la participación plena de la familia en la Iglesia? ¿De qué
manera cada miembro de la Iglesia puede encontrar su espacio para servir, formarse y donarse en la
vida comunitaria?

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