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Una mirada integrada del conocimiento y sus disciplinas 

“La función inherente al quehacer científico consiste en estudiar de manera sistemática y profunda
la naturaleza y la sociedad''. UNESCO.

Por: Angela Lizeth Rojas


Danna Briyith Bonilla 
Paulina Andrea Sarmiento 
Ximena Maria Diaz
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Por mucho tiempo los términos ciencia y sociedad han estado espaciados por una línea

casi imperceptible que se refuerza gracias a la concepción errónea que se tiene de cada una

de ellas; frecuentemente se contempla la idea de que las ciencias naturales y las ciencias

sociales no tienen relación entre sí. Aun cuando existen un sinnúmero de planteamientos

teóricos que pretenden orientar los fenómenos sociales a través de la visión global que

aporta el carácter científico, existe una percepción sesgada que interpreta la ciencia como

un mecanismo que indica un nivel de conocimiento, dicho enfoque no cuenta con una

justificación sólida ya que asegura que los elementos de la naturaleza no tienen correlación

y omite el origen social de la investigación científica; la falta de solidez en dichos

argumentos se basan en la necesidad de justificar las necesidades de un sector de la

sociedad que “acapara el desarrollo científico y lo coloca al servicio de sus privilegios que

consolidan su poder orbital desconociendo los intereses del conjunto de la sociedad”.

(Arias, 2021, pág. 2).

Contrario a lo anterior autores como  M.B. Kedrov y A. Spirkin, Máx. Planck, Emilio

Yunis entre otros, justifican la relación existente entre la ciencia y la sociedad no solo por

su innegable interacción ya que “el objeto de estudio de la ciencia es el mundo; es decir el


estudio de todos los fenómenos de la naturaleza física y de la naturaleza social concebidos

en forma global” (Arias, 2021, pág. 1) sino, que resaltan la dependencia que existe entre

ellas, ya sea por la razón ética y social de la ciencia o porque ésta además de hallarse

orientada a la solución de problemas y al mejoramiento de la calidad de vida del ser

humano se convierte en un complemento que permite el entendimiento de los fenómenos,

los individuos y la realidad social.

Una visión más amplia de la ciencia como mecanismo de investigación respalda la

articulación inherente entre las ciencias naturales y el estudio social y humano, esto se da

ya que las ciencias naturales no solo se basan en descubrir y describir los hechos aún

desconocidos, su importancia como componente esencial del saber humano radica en

describir la esencia de los fenómenos de la naturaleza, conocer sus leyes y prever sobre su

base los nuevos fenómenos, mientras que las ciencias sociales o ciencias humanas por su

parte se ocupan del hombre y la sociedad, sus estudios van más allá de determinar los

valores: morales, estéticos o  religiosos y busca analizar “la existencia y la conciencia

social” (Arias, 2021, pág. 3)

Lo anterior ratifica que las ciencias naturales y las sociales o humanas son fenómenos

que están estrechamente relacionadas, se encargan de estudiar el comportamiento humano

en todas sus áreas lo que en la actualidad incluye el avance tecnológico, son estas ciencias

humanas las que cuestionan  la necesidad de nuevas tendencias en la era tecnológica sin

que tengan un perjuicio en la humanidad, se debe tener en cuenta los efectos negativos que

genera el desarrollo de la ciencia principalmente cuando éstas se guían por las leyes del

mercado ya que generalmente lo que buscan es el beneficio individual.

Un claro ejemplo del desarrollo de la ciencia de forma negativa para la sociedad es

cuando la mano de obra es reemplazada por una máquina., lo que origina desempleo, ya
que el uso de ella disminuye a más de 50% de los obreros utilizados en una industria, sin

embargo la ciencia puede llegar a ser aún más perjudicial como cuando se utiliza en la

creación de armas y bombas nucleares o atómicas lo que se traduce en la destrucción

masiva de la raza humana, generando enfermedades y pobreza, hecho que afectó a

Hiroshima  y Nagasaki., a causa de la guerra contra los E.E,U.U, por sus propios intereses

ante estas provincias. 

 Al respecto es importante resaltar a Salvador Luria, premio Nobel de medicina,

precursor de la investigación genética en bacterias y virus, quien afirma que bajo cualquier

proceso científico tecnológico de interés particular o del Estado, debe primar “la Empresa

Humana” (Arias, 2021, pág. 5).

Finalmente es importante entender el mundo como un sistema único donde el

conocimiento, la naturaleza y la sociedad son coherentes y coexisten de forma general; aun

cuando cada una de estas ciencias adquiere autonomía en su propio campo, sus acciones

generan efectos positivos o negativos en los demás, tal como lo afirma, Marx y Engels,

citado en (Arias, 2021); quienes advierte que:

Mientras existan los hombres, la historia de la naturaleza y la historia de los hombres se


condensan mutuamente, o sea que con el tiempo las ciencias naturales han de        
comprender la ciencia del hombre, en igual medida que la ciencia del hombre engloban
las ciencias naturales.  Así que, las ciencias naturales no están desligadas del contexto
social sino, que por el contrario, éstas existen y se desarrollan dentro de las ciencias, en
concordancia con ciertos objetivos políticos, programas sociales, y pueden ser buenas o
nefastas tanto para el presente como para el futuro de la humanidad.
Referencias

Arias, G. R. (2021). Una mirada integrada del conocimiento y sus disciplinas. Neiva, Huila:

Universidad Surcolombiana.

UNESCO. (1999). Declaración sobre la ciencia y el uso del saber científico. Budapest,

Hungría. Recuperado el 14 de 08 de 2021, de

http://www.unesco.org/science/wcs/esp/declaracion_s.htm

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