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ORACIONES PARA LA

SOLEMNIDAD DE
PENTECOSTÉS
CONSAGRACIÓN Y PETICIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Espíritu Santo, Divino Consolador y Huésped de mi alma, te
adoro, te alabo y te bendigo.
Me consagro hoy de nuevo a Ti, para que me invadas con tu
gracia, ordenes mis facultades y sentidos, me ilumines,
fortalezcas, serenes y bendigas.
Inunda mi inteligencia con tu luz para conocer:
Tu Divina Voluntad
Lo que puedo y debo hacer
Lo que debo y puedo modificar
Lo que no depende de mí cambiar
Cómo debo conducirme en los acontecimientos de la vida
Robustece mi voluntad con el don de la fortaleza:
Para cumplir constantemente con mi deber
Observar fielmente mis promesas
Conformarme con tu voluntad
Afrontar los problemas y dificultades
Luchar eficazmente contra el mal
Soportar las molestias y enfermedades
Para ser bondadoso, tolerante y paciente
Gracias te doy:
Por haberme hecho cristiano
Por posibilitarme conocerte y amarte
Por haberme infundido devoción hacia Ti
Por haberme colmado de gracias y favores
Te ruego me ayudes:
A perseverar en tu amor
Vivir y obrar en comunión contigo
Hacer fructificar en mí tus dones
Permanecer fiel a tus inspiraciones
Secundar generosamente tus deseos
Evitar lo que te contrita y ofende
Extender tu reinado en mis prójimos
Contemplarte eternamente en el cielo.

CONSAGRACIÓN DE LA FAMILIA AL ESPÍRITU


SANTO
¡Oh Dios Espíritu Santo! Postrados ante tu divina majestad,
venimos a consagrarnos a Ti con todo lo que somos y tenemos.
Por un acto de la omnipotencia del Padre hemos sido creados, por
gracia del Hijo hemos sido redimidos, y por tu inefable amor has
venido a nuestras almas para santificarnos, comunicándonos tu
misma vida divina.
Desde el día de nuestro bautismo has tomado posesión de cada
uno de nosotros, transformándonos en templos vivos donde Tú
moras juntamente con el Padre y el Hijo; y el día de la
Confirmación fue la Pentecostés en que descendiste a nuestros
corazones con la plenitud de tus dones, pera que viviéramos una
vida íntegramente cristiana.
Permanece entre nosotros para presidir nuestras reuniones;
santifica nuestras alegrías y endulza nuestros pesares; ilumina
nuestras mentes con los dones de la sabiduría, del entendimiento
y de la ciencia; en horas de confusión y de dudas asístenos con el
don del consejo; para no desmayar en la lucha y el trabajo
concédenos Tu fortaleza; que toda nuestra vida religiosa y
familiar esté impregnada de Tu espíritu de piedad; y que a todos
nos mueva un temor santo y filial para no ofenderte a Ti que eres
la santidad misma.
Asistidos en todo momento por tus dones y gracias, queremos
llevar una vida santa en tu presencia.
Por eso hoy te hacemos entrega de nuestra familia y de cada uno
de nosotros por el tiempo y la eternidad. Te consagramos nuestras
almas y nuestros cuerpos, nuestros bienes materiales y
espirituales, para que Tú sólo dispongas de nosotros y de lo
nuestro según tu beneplácito. Sólo te pedimos la gracia de que
después de haberte glorificado en la tierra pueda toda nuestra
familia alabarte en el cielo, donde con el Padre y el Hijo vives y
reinas por los siglos de los siglos.
Así sea.

ESPOSO/ESPOSA POR SU FAMILIA


Espíritu Santo, concédeme para mí, para mi esposo(a) y para mis
hijos, aquellos dones divinos con que fortaleciste a los Apóstoles;
aquella gracia poderosa que ilumina el entendimiento, mueve
dulcemente la voluntad, y vence gloriosamente la concupiscencia.
Concédenos el don de una clara inteligencia, el conocimiento del
bien y buena voluntad de ejercitarlo. Toma bajo tu divina
protección a mis hijos; presérvalos de toda pasión vergonzosa;
protégelos, líbralos de caer en los lazos de la seducción con que el
demonio intenta hacerlos caer en el pecado. Hazlos humildes,
obedientes, honrados y temerosos de Dios; amantes de la verdad y
de la religión. Dales gracia para vencer los vicios y pasiones.
Y a mí concédeme la gracia y el acierto necesario para educarlos
y dirigirlos y hacerme obedecer de ellos.
Así sea.

VISITA EL HOGAR DE TUS FIELES


Ven, Espíritu Dios Creador, y visita el hogar de tus fieles, haz un
templo de gracia su pecho con el don de tu santa presencia.
Tú, el amor que consuela a los hijos como eterno regalo del
Padre, Caridad, Fuente viva de gracia, llama eterna de amor
verdadero, ilumine tu luz nuestros ojos, y tu amor se derrame en
el alma, tu poder nos sostenga en la lucha y renueve las fuerzas
cansadas.
Ilumine tu luz nuestros ojos y tu amor se derrame en el alma, sé la
mano que venza en sus luchas, el sendero que guíe sus pasos.
Haz que triunfen sus hijos al mal y que reine la paz en sus almas,
fortalece la fe del creyente que ha nacido a la vida divina.
Demos gloria por siempre a Dios Padre y a Jesús triunfador de la
muerte y al Espíritu, vida del alma, alabanza y honor para
siempre. Amén.
Por intercesión de María, envía al Espíritu Santo, Divino Padre
Eterno, en nombre de Jesucristo y por la intercesión de la Siempre
Virgen María; envía a mi corazón al Espíritu Santo.
Espíritu Santo, Dios de infinita caridad, dame Tu Santo Amor.
Espíritu Santo, Dios de las virtudes; conviérteme.
Espíritu Santo, Fuente de luces celestes, disipa mi ignorancia.
Espíritu Santo, Dios de infinita pureza; santifica mi alma.
Espíritu Santo, que habitas en mi alma, transfórmala y hazla toda
tuya.
Espíritu Santo, Amor sustancial del padre y del Hijo, permanece
siempre en mi corazón.
Gloria al Padre
Gloria al Padre
Gloria al Padre

SALUTACIONES AL ESPÍRITU SANTO


Salve, divino Espíritu, que, al descender sobre los apóstoles, les
infundiste una fe tan firme y tan ardiente, que las verdades
reveladas por el divino Verbo quedaron profundamente grabadas
en sus almas y dirigieron todos los actos de sus vidas.
Ven, Espíritu divino, y esa fe que imprimiste también en mi alma
en el bautismo sea desde hoy la luz de mi existencia y el móvil de
mis acciones, palabras y pensamientos.

Padrenuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre,


venga a nosotros tu Reino, hágase tu Voluntad en la tierra como
en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos
dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,


bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre, Jesús.
Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora
y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el


principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salve, divino Espíritu, que comunicaste a los apóstoles tal vigor al


penetrar en sus almas, que, en presencia de las cárceles, los
suplicios y la muerte, no desmintieron jamás la fe y el amor a su
celestial Maestro; con fuerza sobrehumana desafiaron la
persecución tremenda levantada contra ellos y ofrecieron gustosos
su sangre y su vida por la gloria de Jesús crucificado.
Ven, Espíritu divino, y el vigor sobrenatural que en mí infundiste
en el sacramento de la confirmación, permanezca en mi alma y
me sostenga para vencer el respeto humano y confesar, donde
quiera, a despecho del mundo, la fe y el amor de Jesucristo en
quien se fundan todas mis esperanzas.

Padrenuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre,


venga a nosotros tu Reino, hágase tu Voluntad en la tierra como
en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos
dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,


bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre, Jesús.
Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora
y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el


principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salve, divino Espíritu, que de tal manera santificaste a los
apóstoles, que de sus pechos hiciste otros tantos templos, en que
moraste con delicia; tantas virtudes practicaron que donde quiera
derramaban celestial perfume de caridad heroica.
Ven, Espíritu divino, y con tu presencia empiece yo la vida de
santidad con que dé paz a mi alma y sea para mis prójimos
ejemplo de todas las virtudes.

Padrenuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre,


venga a nosotros tu Reino, hágase tu Voluntad en la tierra como
en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos
dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo,


bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre, Jesús.
Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora
y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el


principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
¡Oh Espíritu Santo!, fuente eterna de luz, disipa las tinieblas que
me ocultan la fealdad y malicia del pecado. Haz, ¡oh mi Dios! que
yo conciba tan grande horror hacia él que le aborrezca, si se
puede, tanto como Tú mismo lo haces, y que nada tema tanto
como el cometerle en adelante. Así sea.

PARA PEDIR LOS SIETE DONES


¡Oh Espíritu Santo!, llena de nuevo mi alma con la abundancia de
tus dones y frutos.
Haz que yo sepa, con el don de Sabiduría, tener este gusto por las
cosas de Dios que me haga apartar de las terrenas.
Que sepa, con el don del Entendimiento, ver con fe viva la
importancia y la belleza de la verdad cristiana.
Que, con el don del Consejo, ponga los medios más conducentes
para santificarme, perseverar y salvarme.
Que el don de Fortaleza me haga vencer todos los obstáculos en la
confesión de la fe y en el camino de la salvación.
Que sepa con el don de Ciencia, discernir claramente entre el bien
y el mal, lo falso de lo verdadero, descubriendo los engaños del
demonio, del mundo y del pecado.
Que, con el don de Piedad, ame a Dios como Padre, le sirva con
fervorosa devoción y sea misericordioso con el prójimo.
Finalmente, que, con el don de Temor de Dios, tenga el mayor
respeto y veneración por los mandamientos de Dios, cuidando de
no ofenderle jamás con el pecado.
Lléname, sobre todo, de tu amor divino; que sea el móvil de toda
mi vida espiritual; que, lleno de unción, sepa enseñar y hacer
entender, al menos con mi ejemplo, la belleza de tu doctrina, la
bondad de tus preceptos y la dulzura de tu amor. Amén.

II

Ven Espíritu Santo, inflama mi corazón y enciéndelo en el fuego


de tu Amor. Dígnate escuchar mis súplicas, y envía sobre mí tus
dones, como los enviaste sobre los Apóstoles el día de
Pentecostés.
Espíritu de Verdad, te ruego me llenes del don de Entendimiento,
para penetrar las verdades reveladas, y así aumentar mi fe;
distinguiendo con su luz lo que es del buen, o del mal espíritu.
Espíritu Sempiterno, te ruego me llenes del don de Ciencia, para
sentir con la Iglesia en la estima de las cosas terrenas, y así
aumentar mi esperanza; viviendo para los valores eternos.
Espíritu de Amor, te ruego me llenes del don de Sabiduría, para
que saboree cada día más con qué infinito Amor soy amado, y así
aumente mi caridad a Dios y al prójimo; actuando siempre
movido por ella.
Espíritu Santificador, te ruego me llenes del don de Consejo, para
obrar de continuo con prudencia; eligiendo las palabras y acciones
más adecuadas a la santificación mía y de los demás.
Espíritu de Bondad, te ruego me llenes del don de Piedad, para
practicar con todos la justicia; dando a cada uno lo suyo: a Dios,
con gratitud y obediencia, y a los hombres, con generosidad y
amabilidad.
Espíritu Omnipotente, te ruego me llenes del don de Fortaleza,
para perseverar, con constancia y confianza, en el camino de la
perfección cristiana; resistiendo con paciencia las adversidades.
Espíritu de Majestad, te ruego me llenes del don de Temor de
Dios, para no dejarme llevar de las tentaciones de los sentidos, y
proceder con templanza en el uso de las criaturas.
Divino Espíritu, por los méritos de Jesucristo y la intercesión de
tu Esposa, María Santísima, te suplico que vengas a mi corazón y
me comuniques la plenitud de tus dones, para que, iluminado y
confortado por ellos, viva según tu voluntad, muera entregado a tu
Amor y así merezca cantar eternamente tus infinitas
misericordias. Amén.

III

Amor infinito y Espíritu Santificador:


Contra la necedad, concédeme el Don de Sabiduría, que me libre
del tedio y de la insensatez.
Contra la rudeza, dame el Don de Entendimiento, que ahuyente
tibiezas, dudas, nieblas, desconfianzas.
Contra la precipitación, el Don de Consejo, que me libere de las
indiscreciones e imprudencias.
Contra la ignorancia, el Don de Ciencia, que me libre de los
engaños del mundo, del demonio y de la carne, reduciendo las
cosas a su verdadero valor.
Contra la pusilanimidad, el Don de Fortaleza, que me libre de la
debilidad y de la cobardía en todo caso de conflicto.
Contra la dureza, el Don de Piedad, que me libre de la ira, del
rencor, de la injusticia, de la crueldad y de la venganza.
Contra la soberbia, el Don de Temor de Dios, que me libre del
orgullo, de la vanidad, de la ambición y de la presunción.

LETANÍAS AL ESPÍRITU SANTO

Señor, ten piedad de nosotros


Señor, ten piedad de nosotros
Cristo ten piedad de nosotros
Cristo ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros

Cristo, óyenos
Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos
Cristo, escúchanos

Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros


Dios hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros

Espíritu Santo, que procedes del Padre y del Hijo, te alabamos y


te bendecimos
Espíritu del Señor, Dios de Israel, te alabamos y te bendecimos
Espíritu que posees todo poder, te alabamos y te bendecimos
Espíritu, fuente de todo bien, te alabamos y te bendecimos
Espíritu que embelleces los cielos, te alabamos y te bendecimos
Espíritu de sabiduría e inteligencia, te alabamos y te bendecimos
Espíritu de consejo, te alabamos y te bendecimos
Espíritu de fortaleza, te alabamos y te bendecimos
Espíritu de ciencia, te alabamos y te bendecimos
Espíritu de piedad, te alabamos y te bendecimos
Espíritu de temor del Señor, te alabamos y te bendecimos
Espíritu, inspirador de los santos, te alabamos y te bendecimos
Espíritu prometido y donado por el Padre, te alabamos y te
bendecimos
Espíritu de gracia y de misericordia, te alabamos y te bendecimos
Espíritu suave y benigno, te alabamos y te bendecimos
Espíritu de salud y de gozo, te alabamos y te bendecimos
Espíritu de fe y de fervor, te alabamos y te bendecimos
Espíritu de paz, te alabamos y te bendecimos
Espíritu de consolación, te alabamos y te bendecimos
Espíritu de santificación, te alabamos y te bendecimos
Espíritu de bondad y benignidad, te alabamos y te bendecimos
Espíritu, suma de todas las gracias, te alabamos y te bendecimos

Espíritu de verdad y de sabiduría, ten piedad de nosotros


Espíritu de santidad y de justicia, ten piedad de nosotros
Espíritu de entendimiento y de consejo, ten piedad de nosotros
Espíritu de caridad y de gozo, ten piedad de nosotros
Espíritu de paz y de paciencia, ten piedad de nosotros
Espíritu de longanimidad y mansedumbre, ten piedad de nosotros
Espíritu de benignidad y de bondad, ten piedad de nosotros
Amor sustancial del Padre y del Hijo, ten piedad de nosotros
Amor y vida de las almas santas, ten piedad de nosotros
Fuego siempre ardiendo, ten piedad de nosotros
Agua viva que apagas la sed de los corazones, ten piedad de
nosotros

De todo mal, líbranos Espíritu Santo


De toda impureza de alma y cuerpo, líbranos Espíritu Santo
De toda gula y sensualidad, líbranos Espíritu Santo
De todo afecto a los bienes terrenos, líbranos Espíritu Santo
De todo afecto a cosas y a criaturas, líbranos Espíritu Santo
De toda hipocresía y fingimiento, líbranos Espíritu Santo
De toda imperfección y faltas deliberadas, líbranos Espíritu Santo
Del amor propio y juicio propio, líbranos Espíritu Santo
De la propia voluntad, líbranos Espíritu Santo
De la murmuración, líbranos Espíritu Santo
De la doblez a nuestros prójimos, líbranos Espíritu Santo
De nuestras pasiones y apetitos desordenados, líbranos Espíritu
Santo
De no estar atentos a tu inspiración Santa, líbranos Espíritu Santo
Del desprecio a las cosas pequeñas, líbranos Espíritu Santo
De la glotonería y malicia, líbranos Espíritu Santo
De todo regalo y comodidad, líbranos Espíritu Santo
De querer buscar o desear algo que no seas Tú, líbranos Espíritu
Santo
De todo lo que te desagrade, líbranos Espíritu Santo
De todo pecado e imperfección y de todo mal, líbranos Espíritu
Santo

Padre amantísimo, perdónanos


Divino Verbo, ten misericordia de nosotros
Santo y Divino Espíritu, no nos dejes hasta ponernos en la
posesión de la Divina Esencia, Cielo de los cielos

Cordero de Dios, que borras los pecados del mundo, envíanos al


divino Consolador
Cordero de Dios, que borras los pecados del mundo, llénanos de
los dones de tu Espíritu
Cordero de Dios, que borras los pecados del mundo, haz que
crezcan en nosotros los frutos del Espíritu Santo

Ven, ¡oh Santo Espíritu!, llena los corazones de tus fieles y


enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía tu Espíritu y serán creados y renovarás la faz de la tierra.
Oremos: Oh Dios, que has instruido los corazones de los fieles
con la luz del Espíritu Santo, concédenos, según el mismo
Espíritu, conocer las cosas rectas y gozar siempre de sus divinos
consuelos. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

VENI CREATOR
Ven Espíritu creador, visita las almas de tus fieles.
Llena de la divina gracia los corazones que Tú mismo has creado.
Tú eres nuestro consuelo, don de Dios altísimo, fuente viva,
fuego, caridad y espiritual unción.
Tú derramas sobre nosotros los siete dones; Tú el dedo de la
mano de Dios, Tú el prometido del Padre, pones en nuestros
labios los tesoros de tu palabra.
Enciende con tu luz nuestros sentidos, infunde tu amor en
nuestros corazones y con tu perpetuo auxilio, fortalece nuestra
frágil carne.
Aleja de nosotros al enemigo, danos pronto tu paz, siendo Tú
mismo nuestro guía evitaremos todo lo que es nocivo.
Por Ti conozcamos al Padre y también al Hijo y que en Ti, que
eres el Espíritu de ambos, creamos en todo tiempo.
Gloria a Dios Padre y al Hijo que resucitó de entre los muertos, y
al Espíritu Consolador, por los siglos de los siglos.
Amén.

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