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SANTOS CRESPO ORTIZ DE ZARATE


, ,
ANGELES ALONSO AVILA
[Coordinadores & Editores]

SCRIPTA ANTIQVA

INHONOREM

ÁNGEL MONTENEGRO DUQUE

ET

JOSÉ MARÍA BLÁZQUEZ MARTÍNEZ

VALLADOLID
2002
ITÁLICA, PATRIA Y CIUDAD NATAL DE ADRIANO
[31 TEXTOS lllSTÓRICOS Y ARGUMENTOS CONTRA VITA HADR. 1, 3]

Alicia M. Canto 1
Universidad Autónoma de Madrid

«También nos ponen a pleito a Adriano, sobrino de Trajano y sucesor en el


Imperio ...» Rodrigo Caro,16342•

RESUMEN: Casi 400 años después, todavía hay que suscribir la frase del docto humanista
hispalense. Una mayoría de los historiadores actuales -también de los españoles- sigue
repitiendo, ahora en la estela de R. Syme y otros venerables, que Adriano «nació en Roma», o
«más posiblemente en Roma», aunque se apoyan en una sola frase, SHA, Vita Hadr. l, 3, que es
contradicha por la propia HA en cinco ocasiones, una de ellas -no señalada hasta ahora-
definitiva. Reúno en este estudio 25 fuentes antiguas y medievales que aseguran que Adriano ·
nació en la antigua y prestigiosa Itálica bética, como Trajano, Licinio Sura el protector de ambos,
P. Acil_io Atiano (tutor y luego prefecto del pretorio) y otros varios personajes de la <<Roma
hispanizada» del siglo 11. Entre estas fuentes resultan inapelables, por su carácter matemático, las
coordenadas astronómicas del horóscopo de Adriano (estudiado por Kroll, Ruelle, Farnsworth,
Cramer, Neugebauer) van Hoesen y Piniree), que sitúan sin duda su sedes nata/is en el sur de
·Hispania. Además, se comentan aquí seis argumentos indirectos, algunos nuevos. Todo ello junto
prueba que Adriano (Sergia tribu) era italicense, como su familia desde tres ·siglos atrás (una
supuesta «patria legal» no existe)._ Cabe preguntarse por qu~ tantos historiadores ignoran
obstinadamente las evidencias, sin aportar ellos nunca una sola prueba nueva.

ABSTRACT: «They even question Hadrian, Trajan 's nephew and successor of the Empire».
Almost four centuries later, we must still agree with this sentence of the knowledgeable Spanish
humanist. Like R. Syme and other venerables, most of modero historians -including Spanish
ones- continue to say that Hadrian "was born in Rome'', or "most probably in Rome''. However,
they refer only to one source, SHA, Vita Hadr. I, 3, beside the fact that she contradicts itself in
five different occasions, one of them definitive. In this paper 1 have collected 25 ancient and
middle-age sources which indicate that Hadrian was bom in Italica. This ancient and prestigious
municipium has also been the mother town for Trajan, Licinius Sura (sponsor of both) and Acilius

1
Corno es éste un asunto de los emperadores italicenses y de la importancia para el Imperio de las provincias
hispanas, temas ambos tan queridos sobre todo al fallecido Prof. Montenegro Duque, me ha parecido oportuno
ofrecerlo en este homenaje conjunto que tributa la Universidad de Valladolid a él y a nú mentor en el remoto
pasado, J. M. Blázquez. Quedo reconocida por su estimulante paciencia a S. Crespo y Ortiz de Zárate.
2
R. Caro, Antigüedad y principado de la ilustrísima ciudad de Sevilla, y Chorographia de su convento
j urídico, o antigua chancillería, Sevilla, 1634, fol. 108 v. La frase trae su fundamento del folio anterior, en el
que acaba de lamentar cómo Justo Lipsio venia de poner en duda el nacinúento de Trajano en la núsma ciudad
(he actualizado las grafias): « .. .Pero la gloria de España es tan emulada de los extranjeros, que aún los que
tienen la obligación de amar nuestras cosas, nos la ponen a pleito ...». Tanto tiempo después de las palabras
del gran humanista andaluz, la núsma cuestión de fondo, en lo que respecta a Adriano corno a otros asuntos,
sigue necesitando ser defendida.
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Attianus (Hadrian' s former guardian and later praefectus praetorio), as well as other remarkable
individuals of the "hispanized Rome" during the 2ºd. cent. AD. Among the sources that I take in
account is Hadrian's horoscope (studied by Kroll, Ruelle, Farnsworth, Cramer, Neugebauer, van
Hoesen and Pingree), which provides unappealable ernpirical data (astronomic coordinates) and
refers to his sedes nata/is in the south of Spain. Furthermore, I expose here six other indirect
arguments, sorne of which invoked to for the first time. Ali together, they prove that the ernperor
Hadrian (Sergia tribu) was an Italicensis, like his family for three centuries (a claimed «legal
patria» doesn't exist). Maybe we can answer us why so many historians obstinately ignore such
number of evidence, though they never produce any new one.

l.EL MARCO AMPLIO DEL DEBATE. «LA DINASTÍA ULPIO-AELIA» Y LA «ll!SPANJZACJÓN DE ROMA»:
DOS CONCEPTOS DE DIFÍCIL ASIMILACIÓN

Tras la figura del efímero M Cocceius Nerva (96-98) como auctor necessarius3, Marcus Ulpius
Traianus (98-117 d. C.) y su sobrino-nieto Publius Aelius Hadrianus (117-138) fueron los
verdaderos conditores de la primera dinastía foránea (96-192) que tuvo Roma, a mi juicio muy
señaladamente bética y, según Aurelio Víctor, mucho mejor que la julio-claudia y la flavia que la
precedieron4 . Una verdadera dinastía que, con mayor exactitud que la de la inmensa mayoría de
los historiadores modernos, era definida todavía por Claudio Claudiano, el poeta oficial de la
corte de Honorio, como la series Aelia5• A Claudiano le interesaba, y podía, mantener frescos los
precedentes, ya que el soberano en cuya corte sirvió, Flavio Honorio -el hijo menor de Teodosio
el Grande, y augusto de Occidente desde el 393- fue, a caballo entre los siglos IV y V, el tercer
emperador de una segunda dinastía hispana, muy posiblemente también bética y familiarmente
enlazada con el también gran Trajano, lejos de 9ualquier· falsedad y «genealogische
Rekonstruktion»6 . Adriano fue, pues, el segundo representante de los que, con éste y con otros
argumentos, propuse hace poco llamar respt:ctivamente «dinastía Aelia» y «siglo hispano»-. Estas
dos definiciones, cómo también la alternativa de «Ulpio-Aelia» -que al día de hoy creo incluso
más precisa-, son a mis ojos históricamente más justas y ajustadas que las tres más extendidas en
la Historiografía de Roma desde el siglo XVIII (quizá no por casualidad en un sig!o en el que
España era la más odiada potencia europea): «The Good Emperors», <<Die Adoptivkaisen> y, sobre

l A. Mª Canto, «CIL VI, I0229: ¿el testamento de Licinio Sura?», Chiron 21, 1991 , 277-324, para el punto de
vista de la abdicación fonada de Nerva, que para mí fue utilizado como mera correa de transmisión de la
legitimidad imperial, dentro de una cuidada e inteligente maniobra política del «clan hispano» en Roma.
4
Aur. Vict., lib. de Caes. 11, 12, párrafo que explayo un poco más adelante; es un precioso testimonio de este
culto cónsul del siglo IV, al que saco el oportuno partido en el art. cit. de la nota 8.
5
Claud., laus Serenae (carm.min. XX.X), v. 55-56: ... Tibi (Hispaniae) saecula debent Traianum, series his
fontibus Aelia jluxit ... No se suele dar el debido valor a este texto, ni reparar en el uso del plural: «de estas
fuentes», esto es, de Trajano y de Adriano. Vid. para ello los trabajos de las notas siguientes.
6
A. Mª Canto, «Sobre el origen bético de Teodosio 1 el Grande. Reflexiones desde Claudio Claudiano,
Estrabón, y otras fuentes», en terminación para Latomus. En él trato sobre el más probable nacimiento de
Teodosio 1 y de su hijo mayor, Arcadio, en o cerca de Itálica, rechazando con diversos textos su moderna
ubicación en la vaccea Cauca (Coca, en Segovia), y apoyando asimismo la veracidad de su descendencia
familiar de Trajano (sobre ello in extenso en la obra cit. en nota 81 ). (*)
7
A. M'ª Canto, <<Saeculum Aelium, saeculum Hispanum: Promoción y poder de los hispanos en Roma>>, en:
Hispania. El legado de Roma. En el año de Trajano (Catálogo de la exposición del mismo título, Zaragoza-
Mérida, 1998-1999), Madrid-Zaragoza, 1998, 209-224 (en la 2ª edición de Mérida, 1999, pp. 233-251), del
que rescato algunas reflexiones para esta primera parte del trabajo (y véase la nota siguiente). Mi posición
teórica, como también en el presente artículo, tiene más de reivindicativa de la verdad que de ofuscadamente
patriótica, y sé bien que no se podrá abrir paso sin el concurso de muchos colegas, especialmente de los
españoles y sus generaciones más jóvenes.

(*)Véase Canto 2006, con el título ligeramente distinto, en: http://www.acade mia.ec;tu/1075565/Sobre_el_origen_ b
%C3%A9tico_de_ Teodosio_I_ el_ Grande _y_ su_improbable_ nacimiento_ en_ C auca_de_ Gall aecia
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todo, «la dinastía Antonina», «el periodo antoniniano» o, directamente, <<Los Antoninos» 8. Esta
última, la que en _términos globales cuenta con más adeptos, es la favorita; y lo es también, para
mí de forma más extraña, en la propia patria de ambos emperadores, aunque de igual manera
fuera Hispania el tronco de la gens Annia, propincua y patrocinadora de Antonino Pío y de Lucio
Vero, y de la que nacieron por sangre Marco Aurelio y Cómodo, terminando así aquel excelente
siglo, y con ellos «la Edad de Oro» del Imperio romano. El debate de los origines imperiales del
siglo 11 se inserta, pues, historiogtáficamente, en un marco más amplio, que es el de la aceptación
o no de la existencia en él de una verdadera dinastía familiar, que la inmensa mayoría de los
historiadores, de hecho hoy cerca de la totalidad, ni siquiera considera (de ahí los dilemas para
definir y adscribir que en mi opinión subyacen en todos los sistemas al uso para la denominación
y clasificación del siglo 11). Y se inserta también, dentro de él, en el problema de la admisión,
asimismo espinosa, del origen y continuidad hispanos de tal verdadera dinastía, gue en algunos
importantes autores, y hace bien poco tiempo, todavía encontramos asociados a una idea de
desprecio. minusvaloración o simple silencio, tanto de la idea en sí misma como de los autores
antiguos gue la apoyan, como Dión Casio, Aurelio Víctor, Claudiano o Zósimo. Y (lo gue es
peor), sin ser ello cierto. Recordaré a este propósito sólo dos ejemplos, uno más sutil y otro
menos. En uno de sus influyentes artículos, «Hadrian and Italica>>9, sir Ronald Syme -en buena
parte responsable del afianzamiento, en la segunda mitad del siglo XX, de la idea de Roma como
lugar de nacimiento de Adriano- ~firmó: «In what ways was origin and extraction a determinant
factor? Like the Ulpii, the Aelii belong to the old emigration frorn ltaly, 'Hispanienses' not
' Hispani' ... The young Hadrian owed his education to Ro me of the Flavian emperors, highly
hellenized and continous with the Neronian epoch. Hadrian did not become a ' Graeculus ' at
Italica. . . Many of these ties (it will not need to be said) were contracted at Rome, not in
º.
Spain .. .» 1 El ejemplo menos sutil se debe a M. Griffin, en su reciente síntesis «Trajan», nada
menos que en la segunda y renovada edición de la Cambridge Ancient History, obra que será,
corno su antecesora de 1936, de longeva y frecuente consulta por miles de actuales. y futuros
estudiantes, y por innurneraples investigadores y escritores de guías y rnanuales 11 : «Trajan carne
from Italica ... the Ulpii were themselves of Italian origin ... Tuder. . . Dio preserves the
contemporary sneer [i.e. «mirada de desprecio, mofa, escarnio»] that Trajan was a Spa.niard... in
fact he was 'hispaniensis', not 'hispanus' 12 . •. ». Pero ocurre que en el análisis de Dión Casio no
está el desprecio que asegura Griffin (¡Casio mismo era un provincial!), sino la admiración
política,ya que Nerva no tuvo inconveniente ~n hacer una elección sin precedentes: «porque

8
Explayo la argumentación crítica frente a cada Wla de esas definiciones del siglo 11, así como a las mixtas
que combinan dos de ellas, en mi trabajo en terminación «La dinastía Ulpio-Aelia (96- 192 d. C.): >-;i tan
"Buenos", ni tan "Adoptivos", ni tan "Antoninos"», para Gerión 21 ,1,2003, en prensa. (1)
9
Publicado en JRS LI.Y, 1964, 142-149 (= Roman Papers II, ed. E. Badian, Oxford, 1979, nº 46, 6 17-628).
Curiosamente, este artículo tiene el mismo título que el capítulo I.2 de la biografía adrianea de B. W.
Henderson (ut infra).
10
V. la vieja idea, ya en J. Lipsio y, cuarenta años antes que él, en A. de Guevara (cf aquí notas 21 y 27). Sin
embargo, en el trabajo ~ que citaré en nota 19 creo haber podido demostrar que los ascendientes paternos
de ambos Trajanos no fueron los Ulpii, sino los Trahii!Traii, y que la gens Traia no era de inmigración itálica,
sino propiamente Hispana, posibles descendientes de aquellos <ivopE<; E7tÍAEJC"tOl que, como en Córdoba
(«desde el principio», según Estrabón III, 2, 1, a mi juicio hacia 200 a.C.) y otros lugares, los romanos
invitaron al sinoicismo en sus nuevas comunidades (cf «Sinoicismo y sto/ati en Emerita, Caesaraugusta y
Pax: Una relectura de Estrabón 111, 2, 15», Gerión 19, 2001, 424-476).
11
Cambridge Ancient History, t. XI 2: The High Empire. A.D. 70-192, eds. A. K. Bowman, P. Garnsey y D.
Rathbone, Cambridge, 2000; el capítulo global de M. Griffm, el 2º («Nerva to Hadrian>>), pp. 84-131, el
parcial sobre «Trajan», el II, 96-13 1. Y las frases concretas que cito, en la 1Ol.
12
Vid. lo dicho en las notas 10 y 19, según lo cual no procede la rectificación de Griffm a Dión Casio.

(1) Véase a hora en Academia.edu: http://www.academia.edu/1075530/ La_ dinast%C3%


ADa_Ul pio-Aelia_98-192_ dC_ Ni_tan_Buenos_ ni_tan_Adoptivos_ni_tan_Antoninos_
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ningún extranjero había ostentado antes la soberanía de Roma... y, para la salvación de la


república, «sefzjó más en los valores del hombre que en su patria (ti¡v 1tCX'tpíócx)» 13.

Conviene preguntarse algunas cosas, y preguntarlas a quienes así se definen: ¿Por qué sería
«despreciable», u objeto de general sneer, el proceder de la región más opulenta del Imperio, sólo
tras la propia Italia según Plinio el Mayor? ¿De una provincia como la Bética, antiquísima y muy
romanizada, con alguna ciudad (Gades) ya desde César mejor provista de equites que casi todas
las italianas? ¿Considerarse un escarnio haber nacido cerca de donde César y Pompeyo se jugaron
ya el principatus que luego materializó Octavio? ¿Ser de la península que Augusto terminó de
dominar en persona y fue la causa del Ara Pacis? ¿Vergüenza venir de la misma Hispania que,
treinta años antes de Trajano, ya había rozado el trono, proclamando primero a Galba, luego a
Vitelio, y la que facilitó la fortuna de los Flavios con su apoyo final a Vespasiano? ¿De una
provincia que por ello (y no por otra cosa) fue recompensada por éste, en el propio año 69 d. C. 14,
con un privilegio general -el Latium universae Hispaniae-que a ninguna otra se había concedido
nunca, ni se volvería a otorgar? ¿Un «escarnio» pertenecer a las élites hispanas que en esas tres
décadas fueron pacientemente, de la mano de los Flavios, llenando Roma, el Senado y sus Fasti, y
seguramente ya Tibur 15, de sus nombres y sus influencias, sus literatos y sus filósofos estoicos,
hasta que estuvo por fin preparada, en el año 96, para imperium arripere? 16

No, no se puede compartir en modo alguno la visión de M. Griffin, ni una similar de quienes la
precedieron, ni la de los (muchos) que sin duda en el futuro la seguirán. Ya que si Dión Casio
insiste en lo excepcional del ascenso de Trajano no es porque proceder de Hispania fuera
«despreciable», sino sólo porque hasta entonces todos los emperadores los había producido Italia.
Lo que admira a Dión Casio es lo mismo que comentó a mediados del siglo IV un senador como
Aurelio Víctor: Que con Trajano habíari llegado al poder los advenae que, curiosamente, iban a
ser los meliores: Hactenus Romae seu per ltaliam orti imperium rexere, hinc advenae quoque;

13
Dión. Cas., LXVIII, 4. Exactament~ Ja misma idea está en Aur. Vict. Íib. de Caes. 13, 1: Natnque Ulpium
Traianum Italicam urbe Hispaniae ortum. amplissimi ordinis tamen atque etiam consulari loco, arrogatum
accepit dedit.. ., donde no se aprecia mofa o «disquiet... by the [Trajan's] spanish origins» (así también en B.O.
Shaw, CAH2 cit., cap. XI: «Rebels and outsiders», 382), sino só lo excepcionalidad.
14
Sobre este excepcional concesión, que atribuyo al año 69 y no al 73-74 como Ja mayoria, he tratado hace
poco en «Oppida stipendiaria: Los mwúcipios flavios en la descripción de Hispania de Plinio», Cuadernos de
Prehistoria y Arqueología de la r..:niversidad Autónoma de .\fadrid 23, l 996, 212-243; para el año 69 v. espec.
pp. 239-242. (2)
5
: No es posible olvidar en este punto los magistrales libro y artículo de R. Syrne, Tacitus, Oxford, 1958 y
«Spaniards at Tivoli», Ancienr Society 13-14, 1982-1983, 241-263, en los que, con su envidiable dominio de
la prosopografia, el añorado autor reflejó un bastante completo panorama de este verdadero clan hispano, que
dejó en la bella ciudad de recreo tantas huellas de su estancia allí. También facilita sobre ellos concisos e
instructivos datos C . Castillo, «El emperador Trajano: Familia y entorno social», en VV.AA., Imp. Caes.
Nerva Traianus Aug ., ed. J. González, Sevilla, 1993, 36-47, esp. 42-44 (Senadores de origen bético en Tibur).
Me imagino que estos senadores y sus hijos trasladaron alfanum Herculis Victoris de Tibur (del que varios
aparecen como curatores) su ancestral veneración gaditana, lo que sugiere que no por vivir en Italia
olvidaban, sino que adaptaban, sus propias tradiciones (.y cf nota 74).
16
Descrito como así en Epit. de Caes. 13, 6. Supongo que nadie esperará seriamente leer «las verdades del
régimen» en el discurso consular panegírico de Plinio el Joven en loor de Trajano, o en alguno de los
historiadores y poetas (Tácito, Suetonio, Plutarco, Frontino, Juvenal, Marcial...) que prosperaron bajo Trajano
y Adriano y optaron por no memorar su propia época... He analizado con más detalle todos estos curiosos y de
la erudición poco frecuentados aspectos y puntos de vista heterodoxos en mis trabajos ya citados de 1991 y
1998 (notas 3 y 7, éste con un nuevo mapa del reparto de los senadores hispanos según sus ciudades y
provincias de origen), así como en el inminente citado en la nota 8.

(2) Véase ahora en Academia.edu: h ttps://\;i.l\vw.academia.edu/1075554/


Oppida _ stipendiaria_lo s_ municip io s_ flav ios _en_ la_descripci% C3%B3n _de_ Hispania _de_Plinio
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nescio an, ut in Prisco Tarquinio, longe meliores. Ac mihi, qui audienti multa legentique, plane
compertum urbem Romam extemorum virtute atque insitivis artibus praecipue crevisse 17 • Paulo
Orosio conserva también la misma idea que Dión Casio, al recordar la decisión de Nerva, a
propósito de la elección de Teodosio por Graciano en el 379: «Al ver que la situación del Estado
era ruinosa y casi moribunda, eligió también él, con la misma buena visión con que en otro
tiempo Nerva había elegido a un hispano, Trajano -gracias al cual el Estado se recuperó-, a un
hombre igualmente hispano, Teodosio ... » 18 • Como ya avancé, Trajano no era un Hispaniensis,
como dice M. Griffin y dijeron R. Syme y tantos otros, sino, como claramente lo escribió Dión
Casio, un al/oethnés, esto es, exactamente un Hispanus 19 • Lo que dejo introducido aquí a modo de
preámbulo no es el propósito inmediato de las presentes reflexiones; pero se comprenderá
fácilmente que la discusión de las gentes, origines, patriae y modos de ascenso al trono de estos
siete emperadores tiene bastante que ver con los planteamientos nuevos, y necesariamente
críticos, que con un objetivo más amplio voy hace años proponiendo. Y en ese debate el caso más
injustamente <<puesto a pleito», en palabras de Rodrigo Caro, es sin duda el de P. Aelio Adriano.

11. DOS POSICIONES HISTORIOGRÁFICAS ENFRENTADAS: LA HISTORIA AUGUSTA


CONTRA TODOS

Uno de los diversos argumentos que solemos leer, y que comienzan ab ovo a desvanecer el peso
hispano en todos estos emperadores, es decir que, a diferencia de Trajano, Adriano no nació en
Itálica. El fin no es necesariamente deliberado, ya que la afirmación concurre de verdad en buena
parte de la b.ibliografia20 desde hace varios siglos (alguna vez incluso con respecto al propio
Trajano21 ). Varias veces se añade a ello el argumento de que, poco más o menos, procediendo
17
Lib. de Caes. 11, 12. Es· llamativo lo ·poco que se recuerda y se comenta en la bibliografia de la Historia
Antigua de Roma esta descripción y un tan claro veredicto.
18
Oros., Hist. VII, 34, 2, trad. de E. Sáncbez Salor, Madrid (Gredos Clásica 54.2). 1982, 248 y cfr. supra n.6.
19
Véase lo dicho supra, y ·mi trabajo en prensa «Los Traii béticos. Novedades sobre la familia y l~s origenes
de Trajano», XIX Centenario del emperador Trajano (Actas del Curso de Verano de la U.C.M. dirigido por J.
Mª Blázquez Martínez, julio 1998, eds. id. y J. Alvar), con el análisis detenido del famoso párrafo del Epit. de
Caes. 13, 1-2, y otros diversos argumentos literarios, arqueológicos y epigráficos. Ahora como libro (Sevilla,
2003). (3)
20
Para los más actuales resúmenes sobre Adriano pueden consultarse, entre otras, algwlas de las más recientes
colecciones biográficas, un género de completa moda. Recuerdo, sólo entre las más recientes, las de Ch.
Scarre, Die romischen Kaiser. Herrscher von Augustus bis Konstantin. Econ 1996 ( 1998); M. Grant, The
Roman Emperors. A biographical Guide to the Rulers of Imperial Rome. 3! B.C.-A.D. 476, Londres, 1996
(ed. alemana: Die romischen Kaiser. Von Augustus bis zum Ende des /mperiums. Eine Chronik, 1997); M.
Clauss ed., Die romischen Kaiser. 55 historische Portraits von Caesar bis lustinian, Munich, 1997 (200 l ); O.
Veh, lexikon der romischen Kaiser. Von Augustus bis Justinianus J. 1 7 v. Chr. bis 565 n. Chr., 1998 (3ª ed.
ampliada), etc.
21
I. Lipsius, lusti Lipsi dissertatiuncula apud príncipes, itero C. Plini panegyricus liber Traiano dictus, cum
eiusdem Lipsi perpetuo commentario, Amberes, 1600 (vid. ahora en : Lipsius en Leuven catalog van de
Tentoonstelling, edd. G. Tournoy, J. Papy y J. de Landtsheer, Supplementa Humanística Lovaniensia n. 13,
Lovaina, 1997): A propósito de las palabras patrio more patria virtute en Paneg. XIII, 5, el célebre humanista
flamenco lanzó la idea de que tampoco Trajano era hispano de origen, como hasta entonces se creía, sino
itálico, en virtud del famoso (y para mi erróneo) complemento de Aur. Víctor ex urbe Tudertina (en Epit. 13,
1-2). Ello molestó grandemente a Rodrigo Caro, y fue objeto de su detenida y «hwnilde» respuesta (op.cit.
supra en nota 2, ff. 107 v. a 108 v.). No sé si su excesiva humildad al oponerse «a varón tan .g rande» terminó
por dejar la razón a Lipsio, cuya errónea tesis, apoyada en una inscripción - ¡además!- inexistente, fue la que
triunfó al fin en Europa, otorgando a Trajano unos origenes itálicos, «tudertinos» que en realidad no tenía (ni
siquiera se llamaban así los umbros de Tuder, h. Todi), pero que todavía, y univ·ersalmente, se le atribuyen;
sobre ello v. mi trabajo ya citado supra en nota 19.
(3) Véanse ahora en: https://www.academia.edu/1082682/Las_ ra%C3%ADces_ b%C3%
A9ticas_de_Trajano_los_Traii_de_la_It%C3%Allica_turdetana_ y_ otras_ novedades_sobre_su_familia_texto_ (2003) y
https://www.academia.edu/3033584/l_Traii_betici._Novit%C3%AO_sulla_famiglia_e_le_origini_di_Traiano (2010)
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además los Ae/ii de una familia noritálica, asentada en la ciudad desde los tiempos de la conquista
(218-205 a. C.)22 , ~<muy poco seria lo que de realmente bético podría conservar el culto y
helenizado emperador, ni en su formación ni en su ideología». La desaparición de tantos y tan
valiosos escritos de la Antigüedad ha impedido un mejor conocimiento de su biografia como
privatus. Tenemos noticia de la existencia de varios encomia dedicados a Adriano en griego, que
contendrían tantos datos para nosotros desconocidos y sorprendentes. Entre aquéllos parece
particularmente lamentable la pérdida completa del Geneth/iacos o discurso del aniversario de
Adriano, compuesto (y quizá recitado ante él) por su coetáneo Zenobio23 , que incluiría referencias
preciosas sobre el origen y linaje del emperador. Otros muchos elogia debieron de existir, de la
pluma de autores latinos. Pero, a pesar de estas significativas pérdidas, es todavía de mucho valor
lo que queda para contrastar, y cabe decir que, al lado de lo que nos ha llegado acerca del lugar de
nacimiento de muchos emperadores, el caso de Adriano es precisamente de los más privilegiados,
por el número relativamente amplio de fuentes acopiables. Cuando se las reúne y se analiza su
autoría y contenido, uno piensa que nadie hubiera podido o debido nunca dudar de su lugar de
nacimiento; pero la realidad es completamente la contraria. Relevantes creadores de opinión
científica de todas nacionalidades, al tiempo que iban poniendo los cimientos de la moderna
ciencia de la Historia Antigua de Roma, sostuvieron que Adriano había nacido o en Roma oen
Itálica, moviéndose, casi siempre de forma limitada, entre sólo dos testimonios contradictorios
entre sí: el de los Scriptores Hisioriae Augustae: Hadrianus ... Natus est Romae VIIII. kl.
Feb(ruarias) ... (Vita Hadr. 1, 3)24 , y el de Eutropio: Hadrianus... Natus et ipse [i.e., igual que
Trajano] ltalicae in Hispania (Brev. VIII, 6, 1). Esta situación es bastante anómala. Primero,
porque no es cierto que fuera Eutropio la única, ni la más antigua, ni la más importante, de las
fuentes contrarias y, sobre todo, porque es muy rara la fe ciega que tantos autores conceden en
este punto concreto a la Historia Augusta, tan desacreditada para otros dátos; hasta tal punto que
algunos de aquéllos se han esforzado por tratar de explicar las estridentes contradicciones que la
misma Historia Augusta contiene al respeeto de su propia frase, y que son nada menos que cinco,
como veremos en las partes III y IV de este trabajo25 .

22
La HA atribuye este dato, sin duda auténtico, a la autobiografia perdida de Adriano (Hadr. 1, l ), aunque he
encontrado un autor (creo el único) que lo pone en duda, A. Caballos Rufino: «Pero esta aseveración dista
mucho de ser incontrovertible, pudiendo ser otro resultado más de la mitificación de Itálica» (Itálica y los
italicenses, Sevilla, 1994, 103). Para la fundación de la ciudad desde puntos de vista distintos de los
tradicionales «lazareto, propugnaculum, vicus», pueden verse mis dos estudios «Die Vetus Urbs von Italica.
Probleme ihrer Griindung und ihrer Anlage», Madrider Mittei/ungen 26, 1985, 137-148 y ahora «La Vetus
Urbs de Itálica, quince años después. La planta hipodárnica de D. Demetrio de los Ríos, con otras novedades»,
Cuadernos de Prehistoria y Arqueología de la U.A.M. 25.2 , 1999, 145-191 , espec. 172-182 para el posible
estatuto de Itálica como colonia de Latium vetus, que ya sugerí en 1985 pero ahora creo encuentra mejor
apoyo, al rectificar el pavimento de M Trahius C.f pr(aetor), que elevo hasta 90-70 a.c. (y cf ya en HEp 3,
1993, 350).
23
J. Radicke, Felix Jacoby 's Fragmente der griechischen Historiker continued, part. 4, Biography and
Antiquarian Literature, fase. 7, Imperial and undated authors, Leiden-Boston-Koln 1999, núms. 1086,
Aspasio de Biblos y 1087, Aelio Sarapión, con sendos Encomia on Hadrian y 1088, Zenobio (Genethliakos
on Hadrian); aún otro panegírico puede ser atribuído a un Orión (¿de Alejandría?: nº 1093), si el nombre
citado en dos lugares por Suda fuera de distintos autores (el segundo es de IV-V d.C.), como conjetura
Radicke (pp. 350-351) en razón del tema de la obra (queda abierta la cuestión).
24
A pesar de mi interés, me ha sido imposible consultar el breve trabajo de V. Righini, La Vita Hadriani e la
vita Aeli nell'Historia Augusta, Bolonia, 1972. La util monografía de H. W. Benario dedicada a la biografia
adrianea en esta obra, A commentary on the Vita Hadriani in the Historia Augusta (American Classical
Studies 7), Chico, 1980, va a ser próximamente reemplazada por la del joven docente de Bonn J. Fündling,
«Ein Kommentar zur Vita lfadriani: l)as Projekt und sein Stand», Historiae Augustae Co/loquium Genevense
(Historiae Augustae Colloquia nova series VII), ed. F. Paschoud, Bari, l 999, 145 ss.
25
Una de ellas, que encontré en la Vita Severi, no ha sido hasta ahora evocada, que yo sepa.
IN HONOREM A. MONTENEGRO ET J. Mª BLÁZQUEZ 369

Un humanista nuestro tan notable como Nicolás Antonio (hispalense, pero destinado en Roma
muchos años como agente general de España y de Felipe IV), padre de la moderna historia
bibliográfica española y autor de una de las más importantes compilaciones europeas de su época,
ya se mostró indeciso, poniendo en evidencia, en fecha tan temprana como 169626, que las fuentes
a favor del nacimiento en Itálica, siendo muchas más, no prevalecían del todo sobre esas únicas
dos palabras de la HA: in Roma. De hecho, el capítulo correspondiente de Antonio se titulaba así:
De Hadriano imperatore. ltalicae is ortus ex magis vulgari fama: sive natus Romae ex patre
lta/icensi, matre Gaditana ... , y su conclusión: Asserto genti nostrae Hadriano (sive ortus is
ltalicae, sive ltalicensi patre Gaditana matre fuerit natus) ... Esto es, consideró desde luego a
Adriano dentro de la gens Hispana (como, acertadamente, también a M_arco Aurelio), pero no se
decidió acerca del lugar de su nacimiento, debido al supuesto peso de la HA. Desde el siglo XVI,
en cambio, son pléyade los autores que se decantaron sin dudar por la Historia Augusta. Por dar
sólo a algún venerable por siglo, nombres como Guevara27 , Le Nain de Tillemont28 , Bayle29 ,
Henzen 30 , Duruy31, Gregorovius32 o Hertzberg33 • Hacia España, la opinión de algunos eruditos

26
N. Antonio, Bibliotheca Hispana Vetus sive Hispani scriptores qui ab Octaviani Augusti aevo ad annum
Christi MD jloruerunt, t. 1 (póst.), Roma, 1696, reed. de F. Pérez Bayer (bajo el patrocinio de Carlos III),
Madrid 1788 (reimpresiones: La Bottega di Erasmo, Turín, 1963 y Ed. Visor, Madrid, 1996, que utilizo:
Biblioteca Filológica Hispana 22, prohemio [sic!] de V. Infantes], lib. I, cap. XV, 97 ss. Con razón decía G.
Mayans (ibid., s.p.) que la biblioteca de 30.000 volúmenes que Antonio consiguió reunir en poco menos de
veinte años era la segunda de Roma después de la Vaticana.
27
A. de Guevara, Una década de Césares, Madrid, 1539 (1994], Adriano, cap. I: «Del linage de do descendió,
y del lugar y tierra a do se crió Adriano: [ ...] Nasció Adriano en ·Roma a nueve días de febrero, siendo
cónsules Vespasiano Séptimo y Titho Quinto...». Como puede verse, 60 años antes de J. Lipsio y alguien tan
relevante como este ilustre cronista de Felipe II ya daba más crédito a la HA.
2
s L.-S. Le Nain de Tillemont, Histoire des empereurs et des autres princes qui ont regné durant les six
premieres siecles de l'Église.. .-justifié~ par les citations des auteurs originaux, tt. I-VI, París, 1690-1738 (2ª
Bruselas 1732-1740); aquí nos interesa el t. 11(1691),219: cree, como Casaubon, que «Eutropio'Se equivoca>>.
29
P. Bayle con su muy influyente y reeditado Dictionnaire historique et critique, Am.sterdam, 1697 (11ª ed.
a
completa y anotada: París, 1820), t. II, 666-670, afinna «Hadrien né Rome le 24 Janv. 76 ...», indicando, en
su nota B, que cree (como Tillemont) que es Eutropio el que se equívoca al decir que Adriano nació en Itálica;
los detalles que da Esparciano sobre los ancestros del emperador indican, dice Bayle, que los leyó en la
autobiografía de Adriano, al mismo tiempo que el lugar del nacimiento. Como puede verse, el argumento no
es sólido, y Bayle ignora todas las demás fuentes que afirman lo contrario que la HA. En cambio en su
articulo sobre Itálica (t. II, 867), citando sólo a Apiano, dice que fue la patria de Trajano y Adriano. Esta
destacada obra puede consultarse ahora en la Red, ·gracias a un proyecto de la Universidad de Chicago:
http: ·duras. uchicaeo.edu•cgi-bin/BA YLE .sh~PAGE1DENT=2:666). (4)
~; W. Henzen, «lscrizione onoraria di Adriano», Annali dell'lstituto, 1862, 139 ss.: «nato a Roma il 24
Gennaio dell'anno 76 dell'era nostra».
31
V. Duruy, Histoire des Romains ... , París. 1879-1885 (reed. Graz, 1970), tomo V, 1 n. 1: «P. Aelius
Hadrianus. La famille, originaire du pays des Picentini, c'était d'Italica, en Espagne; mais il était né a
Rome... ».
32
F. Gregorovius, Der Kaiser Hadrian. Gemiilde der romisch-hellenischen Welt zu seiner Zeit, Stuttgart,
1884, 9: «Am 24. Januar 75 [sic], als Vespasian das Reich regierte, wurde Hadrian in Rom geboren».
Gregorovius es considerado el primer biógrafo moderno de Adriano; su influencia fue grande en Alemania, y
también en el resto del mundo cuando fue traducido al inglés (The Emperor Hadrian: A Picture of the Greco-
Roman World in his Time, Londres, 1898).
33
G.F. Hertzberg, Storia del/ 'Impero romano (Monografia della Storia Universale illustrata curata da G.
Oncken), Milán, 1895, 478 : «[Adriano] apparteneva ad una familia di ispano-romani [... ]aquesto [scil. Aelio
Adriano Afer, su padre], mentre dimorava in Roma nella sua qua/ita di senatore e uomo pretorio, nacque [ ... ]
ilflglio P. Elio Adriano ...».

(4) Su url actual (19jul2015)es: http://artfl sn-02.uchicago.edu/cgi-bin/di cos/bavlepublic.pl?


370 SCRIPTA ANTIQV A

conocidos y apreciados entre nosotros, como G. Bonsor34, también fue pesando para, ya en el
siglo XX, ir modificando la opinión favorable a Itálica de los propios autores españoles, que
desde el Humanismo (salvo casos aislados como el citado de A. de Guevara) había venido siendo
la mayoritaria en nuestro país. La postura contraria tuvo también valedores, aunque siempre
menos. Varios prestigiosos historiadores alemanes, sobre todo, defendieron el nacimiento de
Adriano en Itálica: los de más peso a fines del XIX, Plew3 5 y Klebs, éste en su importante artículo
para la Pauly-Wissowa RE36 , pero también otros grandes, como Komemann37 , y Weber38• Éste la
virtió además en inglés, en la edición de 1936 de la tan consultada Cambridge Ancíent History),
añadiendo una apasionada defensa de la hispanidad de los príncipes «importantes» del siglo 1139
(todos, excepto los Aelii Veri padre e hijo, que él creía aún de «etruscan house»4°), y algunos
otros comentarios (éstos sólo quizá un poco generosos de vena poética) acerca de la influencia
sobre Adriano de su patria chica, que fueron rápida y severamente «neutralizados» por R Syme
(ut infra) como «extravagant claims... Those fancies are firmly to be repulsed...».

El propio A. Stein, en el imprescindible repertorio prosopográfico del Alto Imperio, parece de la


opinión del nacimiento italicense41 • Hacia España lo hizo también A. Schulten, vía R Grosse, en
los FHA VIII42 • Todavía D. Kienast se mantiene fiel a la idea más tradicional alemana en otra
notable obra, si bien haciéndose eco de la obvia contradicción de la Historia Augusta43 • Hay que
sumar también algunos franceses e Italianos, como A. Garzetti44 o, entre los menos citados de
todos, G. Tropea, quien publicó un breve pero interesante artículo donde resume así el problema,
en 1903: «E perche finalmente non ammettere tra le cose possibili questo come uno dei tanti
errori, delle tante inesatezze, nelle quali cadono gli scrittori della Storia Augusta? E dire che, non
ostante tanti argomenti che militano per Italica come p~tria di Adriano; quanti hanno scrito la
storia dell'Impero, pochissimi eccetuatti, hanno affennato che l'imperatore nacque in Roma,

34
G. Bonsor, «Le Musée Archéologique de Séville et les ruines d'Italica», Revue Archéologique 1898, I, 1-15,
esp. 10: «De nombreux auteurs ont prétendu qu'Italica était le berceau des einpereurs Trajan, Hadrien,
Théodose et du poete Silius Italicus. Mais, en réalité, Trajan seul y setait né ... Hadrien est né a Ron;ie ... ».
35
J. Plew, Quellenuntersuchungen zur Geschichte des Kaisers Hadrian , Estrasburgo, 1890,passim.
36
RE, s. v. Aelius nº 64, cols. 493 ss., esp. 496-497.
37
E. Komemann, Kaiser Haárian und der letzte grof3e Historiker von Rom, 1905, 7 ss. y 72 ss.
38
W. Weber, Untersuchungen zur Geschichte der Kaisers Hadrianus, 1907, 14.
39
CAH (edd. S. A. Cook, F. E. Adcock, M. P. Charlesworth) t. XI, 1936 ( 1954. 1965, reimpr. 1969), 297 ss.,
con frases como éstas: «Trajan and Hadrian, Marcus Aurelius (from the family of the Aruúi) and his son
Commodus, were not merely Romans ... these 'Romans' of the provinces were other than the rulers of the
Julian or even the Flavian dinasty, who had grown up in the Italic homelands of the Empire ... ». En realidad,
él no hacía más que decir lo mismo que Aurelio Víctor (al que desafortunadamente no llamó en su apoyo).
Para la acerba crítica de R. Syme, art.cit., 144 y nota 20.
4
°
Faltaban trece años para que J. Carcopino publicara su revolucionaria y muy convincente hipótesis acerca
de la bastardía de L. Aelius Caesar. «L'hérédité dynastique chez les Antonins», REA Ll, 1949, pp. 262-321
(reimpr. en id., Passion et politique chez les Césars, Paris 1958, pp. 143-222).
41
PIR 2, sub A 184: Aunque, dado el tipo de repertorio, se limita a dar los textos (12), sus expresiones
(ceterum , intellegunt, convenir... ) así lo sugieren.
42
Fontes Hispaniae Antiquae, edd. A. Schulten et al., fase. VIII, ed. R. Grosse, Barcelona, 1959: para las de
Adriano, pp. 38-40, con 7 textos para Itálica; a ellos debo la referencia de Próspero Tirón (infra fuente nº 17),
que no conocía.
43
D. Kienast, Romische Kaisertabelle. Grundzüge einer romischen Kaiserchronologie, Dannstadt, 1990, 128:
«geboren: 24. Jan. 76 in Italica (Spanien)». En la reedición corregida y aumentada ( 1999) no da variación.
44
A. Oarzetti, From Tiberius to the Antonines. A History of the Roman Empire AD 14-1 92, Londres, 1974 (ed.
italiana: Roma, 1960), 378: «P. Aelius Hadrianus was born... at ltalica».
IN HONOREM A. MONTENEGRO ET J. Mª BLÁZQUEZ 371

poggiandosi unicamente, come ho gia detto, su! Romae natus est di Sparziano»45 . Más expeditivo
fue el autor de la hasta hace poco más completa biografia sobre Adriano, B. W. Henderson en
1923 46 , quien consideró «un cuento dudoso» lo del nacimiento en Roma, en estos términos:
«... Roman Spain, which became to Hadrian veritably bis 'fatherland' and his 'patria'. One
untrustworthy tale calls Rome his birthplace. If this... was dueto flattery, there was small need for
such an effort ... That Hadrian himself was ofpure Italian blood is quite unlikely ... To these two
[scil. Afer y Paulina] was born at ltalica ... a son ... himselfthe future Emperor». Aunque tampoco
su mayor firmeza produjo los esperados efectos sobre la erudiciór/./Como puede verse tras este
necesariamente escueto panorama, puede decirse que, durante casi quinientos años, las opiniones
siempre han estado divididas en tomo a este asunto, pero mucho más inclinadas en general hacia
la opción del nacimiento de Adriano en Roma. Sin embargo, en la segunda mitad del XX el
desequilibrio se ha acentuado y, en los últimos cincuenta años, se ha acabado imponiendo en la
erudición histórica (e, inevitablemente, en la información divulgativa, muy impactante47) la idea
de que Adriano nació en Roma, como se afirma en el citado único pasaje de la Historia Augusta.
Aunque acto seguido se suelan conceder algunas frases del tipo: « ... aunque su padre sí que era
italicense», o «... aunque la ciudad bética sí era la patria legal [?] de su famililm48 . De estas dos
concesiones, la primera precisamente está sin probar (¿por qué no podría Hadrianus Afer haber
nacido ya en Roma, si su padre a su vez también era ya senador?) e incluso tiene un texto en
contra, según el cual el padre de Adriano, Afer, habría nacido en Hadria49• La segunda no tiene
respaldo jurídico y es casi forzadá, porque, de no ser así, no se explicaría CIL III, 55050, donde el
45
G. Tropea, «lntomo alla patria di Adriano imperatore», Rivista di Storia Antica e Scienze affini (serie
efímera -de 1895 a 191<>- pero de valor, fundada y dirigida por él en Messina), nº 7, 1903, 147-155, sobre
siete textos; para su principal novedad, que comparto plenamente; vid. infra bajo el argumento nº 26 y la nota
130: Las frases que cito, en su p. 152.
46
The lije and Principate of the Emperor Hadrian A.D. 76-138, Londres, 1923 (reed. anast. Roma, 1968:
Studia Historica 56), 10 y nota l. A ella ha venido a sustituir, tres cuartos de siglo después (según sus propias
palabras en el prefaci9) la de A. R. Birley, a la que me referiré passim más adelante.
~ 7 Pongo como muestra la información cib.e mética del British Museum: «Hadrian, Roman emperor (AD 117-
38). Born in Rome but of Spantsh descent, Hadrian was adopted by the emperor Trajan as his successor... ». (5)
Pero las cosas aún podrían agravarse. En obra publicada hace tres años he leído esta frase de un colega
(sevillano por más señas): «Marco Ulpio Trajano [... ]aun cuando resulta indudable que su patria era Itálica,
no sabemos si nació precisamente allí ... o ya en la núsma Roma... » [!). Esta idea extrema es tan carente de
base real que hasta el momento ni los más recalcitrantes autores extranjeros, incluido Lipsio (que sólo propuso
como italiana su origo vetustior, v. nota 21), habían osado sugerirla. la hallo ahora en W. Eck, 2002, 10.
48
Un ejemplo reciente, francés, de esta solución de compromiso: R. Chevallier-R. Poignault, L 'empereur
Hadrien , París, 1998, 7: «Qu'il (Hadrianus) ait vu le jour a Italica en Bétique, comme le prétendent plusieurs
sources antiques, ou, plus vraisemblable ment, a Rorne, selon les indications de l'Histoire Auguste, ne change
rien a la patria, a! 'origine légale de la famille qui est Italica» (donde llama la atención de inmediato la sutil
diferencia de redacción entre lo que unas fuentes antiguas (aunque varías), <<pretenden», y lo que, «más
verosímilmente indica» (aunque sea en solitario), la HA. Sobre la inexistencia en el Derecho Romano de este
concepto del «origen legal», ej. infra en la parte IV.
9
' Se trata del Epit. de Caes. 14, l : Adrianus ... Aelio Adriano, Traiani principis consobrino, Adriae orto,
genitus. Este texto, no considerado por Birley y los demás autores que hacen a Afer italicense, seguramente
yerra al personalizar indebidamente en Hadrianus Afer lo que la HA da como origo vetustior de Adriano en
Hadria, pero la verdad es que es el único texto antiguo que tenemos sobre el lugar de nacimiento del padre de
Adriano, y no se suele tener en cuenta por cuantos le suponen de Itálica.
so CIL III, 550 = ILS 308 (pedestal de la estatua de los atenienses a Adriano, año 112): P(ublio) Aelio P(ublii)
f(ilio) Serg(ia) Hadriano / co(n)s(uli) Vllviro epulonum sodali Augustali leg(ato) p ro pr(aetore) lmp(eratoris)
Nervae Traiani t° Caesaris Aug(usti) Germanici Dacici Pannoniae lnferioris praetori eodemque 1 tempore
leg(ato) leg(ionis) 1 Minerviae P(iae) F(idelis) bello Datico item trib(uno) p leb(is) quaestori lmperatoris I
Traiani et comiti expeditionis Dacicae donis militaribus ab eo donato bis trib(uno) leg(ionis) ll /' Adiutricis
P(iae) F(idelis) item legionis V Macedonicae ítem legionis XXII Primigeniae P(iae) F(idelis) seviro I turmae
eq(uitum) R(omanorum) praef(ecto) feriarum Latinarum Xviro s(tlitibus) i(udicandis).I i¡ E~ 'Apeíou náyou
(5) Al cabo de años y esfuer zos podría decirse que, a unque s in ningún reconocim ien1o expreso, mis propues tas van ca la ndo, pues ahora (19jtH 5)
el British Museum en s u secció n " Explore I Leaders and rulers: Hadrian" ( http://www.brit is hmuseum .orglexpl or e/ themeylea ders a nd rulers/
hadrian.a spx ) dice esto otro: " Tire fil mili es o( botlr nll!n were (ro m Jtali ca in Ronrin Spain. Tlris city lrad been fo unded in 209 BC [error: es 206-205
B.C.] by tire Ro man general Scipio Africanus ... Witlr tlris great wealt/1 canll!politim l injluence in R onll! itself, and tlresefa nili es lradformed a clo se-
k11it, n ew elite. Ha drian 's family was parl of tlris new eli te ..." Para va lorar mejor este cam bio ha de recordarse que "po pes" britá nicos de la Historia
de Ro ma co mo R. Syme o, a ctualmente, A. Birley, son fi r mes partidari os del na cimiento de Adriano en Rom a (cf infra, pp. 3 72 ss. y 392 ss.).
372 SCRIPTA ANTIQV A

sobrino y sucesor in pectore de Trajano aparece en la poco frecuente tribus Sergia, que es la de
Itálica51 •

Pero debo ejemplificar ahora con sólo un par de casos, y qué mejor que con el de dos potentes
autores del siglo :XX52 . El veredicto que a mi juicio mayor peso ha tenido en la actual communis
opinio internacional es el de sir Ronald Syme, quien no consideró más valiosa ninguna otra
evidencia que contradijera el aserto de la Historia Augusta, con estas pocas palabras: « ...Hadrian.
on the showing of the HA, was bom at Rome. No other evidence is good enough to impugn it ... »,
desacreditando el testimonio contrario de Eutropio en esta categórica fonna: «Again, if an
epitomator like Eutropius has 'natus et ipse Italicae in Hispania ', he mere/y exhibits an
inadvertence common enough among the unscholarly»53 • No creo que «unscholar» e
«inadvertent>> sean los adjetivos más adecuados para definir a Eutropio, vir clarissimus y magíster
memoriae del emperador V al ente (364-3 78), por encargo del cual compuso su justamente famoso
Breviarum (v. infra), que no por ser un resumen se debe condenar como carente de verdades y
buenas fuentes. Pero sir Ronald debió de encontrar tan general y vaga descalificación (« ...no other
evidence is good enough ... ») más que suficiente, así que no pasó siquiera a mencionar, excepto
Gelio, a ninguno de los demás autores que, casualmente, no secundan a la Historia Au~ta, sino
justamente a Eutropio, y varios de ellos con un peso específico reconocido, entre los cuales
Apiano, Dión Casio o Aurelio Víctor (cf parte 111), que tampoco fueron precisamente ni
«epitomadores» ni «unscholars» (en el caso, insisto, de que este adjetivo fuera el más adecuado
para describir a Eutropio mismo). A pesar de estas evidentes deficiencias metodológicas -
ciertamente. infrecuentes en el líder más reconocido de la Historia de Roma en el siglo XX- la
impactante y decisiva formulación de Syme (que, desde mediados de la centilria, supuso la
sustitución de éste y de otros muchos puntos de vista alemanés por los ingles~) dio un vuelco a la

¡3ot>A.ij KCXl ft 'tOOV É~CXKOCJl(l)V KCXt Ó oi\µoc; Ó 'A0t'IVO.lCOV 'tOV ClPXOV'tCX ÉO.t>'tOO\' ! 'AoptCXVÓV, en ocasión de
haber ejercido su arcontado en dicho año . Cf también Phleg., Peri Thaum. 25, en: Phlegon of Tralles · Book of
Marvels, ed. W. Hansen, Exeter, 1996, 47. En el comentario del CIL (p. 102), se daba por cierto su origen
italicense, precisamente a causa de su tribu Sergia (vid. la nota siguiente). '
51
Es un caso parecido al del célebre arco de Bará, cerca de Tarraco. En su friso ( C/L 11, 4282) se menciona a
l. Licinius L. f Serg(ia tribu) Sura, lo que sugiere la origo italicense del poderoso «Kaisermacher» (como le
llamó Pflaum). Sin embargo, casi mmca se ha tenido ello en cuenta, haciéndole tarraconense, y últimamente
con potentes refuerzos, sobre todo el de G. Alfóldy que, aunque en el pasado defendió el origen bético de Sura
(Die Legionslegaten der romischen Rheinarmeen, Colonia-Graz, 1967, 16 y nr. 26), ahora cree el arco
augusteo, y a Sura tarraconense [« Der romische Bogen über der Via Augusta bei Tarraco (Are de Bera) und
seine lnschrift», Klio 78, 1996, 158-170], a pesar 4e que no hay constancia de la adscripción de ninguna
ciudad del NE de Hispania a la tribu Sergia, y de los fuertes lazos políticos, humanos y quizá familiares que
existían entre Trajano, Adriano y Sura (Aur. Vict., Lib. de Caes. 13, 8: ...atque (Traianus) in amicos
peifidelis, quippe qui Surae familiari opus sacraverit, quae Suranae sunt... V. la defensa argumentada de todo
ello, y de la gens Dasumia italicense como la materna de Sura, en mi art. cit. supra en la nota 3, pp. 303-310:
Itálica es el mayor núcleo de Dasumii del imperio, con cinco miembros en ella o su territorio, entre ellos una
jlaminica y otra dama, posiblemente senatorial (CIL 11, 1089), Dasumia Lf Turpilia, según Syme posible
hermana o tía de L. Dasumius Hadrianus, cos. 93 y procos. Asiae en 106 o 107, aún en vida del riquísimo
protector de ambos emperadores (aunque Syme consideró a la familia natural de Corduba, por atribuirse a un
Dasumius el famoso testamento). ·
52
Para este último trayecto del XIX-XX, desde el punto de vista de la historiografía de Adriano, me parece
muy recomendable el actualizado trabajo electrónico de A. Hill, «Historians and their Craft: The Evolution of
the Historical Hadrian», 2000, consultable en el sitio norteamericano De imperatoribus Romanis
(http://www.roman-emperors.orgihillhad.ri.htm). Quizá no se le pueda reprochar que no tenga en cuenta en su
revisión a ningún historiador español, ya que (aparte de que no se conozca nuestra lengua), si bien existen
algunos artículos, hasta donde sé no hay una sola biografía española moderna de Adriano.
53
R. Syme, art. cit. supra en nota 9, p. 142 y también: « ...the place of a man's birth is not always the same as
the legal ' origo' ofhis family . .. » (sobre ambos aspectos vid. infra, parte IV).
IN HONOREM A. MONTENEGRO ET J. Mª BLÁZQUEZ 373

situación compartida hasta entonces54 y acabó, en éste como en .otros temas de la Historia romana,
venciendo casi todas las resistencias: Desde Syme, y sólo con muy pocas excepciones, la
erudición internacional (y, tras ella, las versiones destinadas a, y generadas por, la vu/garis
opinio) sostiene lo contrario que los muchos autores antiguos y medievales que veremos. En su
estela, pues, en las últimas décadas, como antes dije, lo mayoritario es ya afirmar, en el
extranjero55 lo mismo que en España56, que Adriano vino al mundo en Roma. El segundo autor de
peso al que me referiré como prototipo es A. R Birley, ya que le debemos la más reciente y
completa biografía de Adriano, de 199757 , cuya constatada influencia (en 1998 se imprimió ya
una segunda edición), es previsible que se amplíe si, como parece esperable, se traduce a otras
lenguas. Este sabio británico, hijo y discípulo de eminentes historiadpres (entre ellos el propio
Syme), se pronuncia así: «. ..(Hadrian) was born... at Rome, rather than at Jta/ica in southern
Spain, the home of his father. For senators their officia/ domici/e was Rome ... There is no need to
doubt that Rome was his birthp/ace ... »58 , y, un trienio después59 , en la citada Cambridge Ancient

s4 Syme, art. cit., menciona en sus notas 10 y 20 los trabajos de Weber y Komemann, indicando en su texto
que para su defensa «various motives are in play», pero no los aclara. El punto de vista germano más oficial,
como dije, en RE, s. v. Aelius nº 64, cols. 493 ss., donde ya se señala (col. 496) que «. ..die Vita [...]
widerspricht sich selbst... », en 2.1 y 19. l. R. Hanslik, en la misma línea, en su articulo para Der kleine Pauly
(Munich, 1979), mantiene todavía que nació en Itálica, aun citando la HA 1,3 y el ya referido trabajo de Syme
de 1954 (cuyo efecto, sin embargo, ya babia sido demoledor).
ss Casi escogidos al azar entre decenas, cf H. W. Ben.ario, op.cit. supra en nota 24 y, más recientemente, el
mismo autor en http://www.roman-emperors.org/hadrian.htm (2000): «Where he (sci/., Adriano) saw the light
of day was, even in antiquity, rnatter for debate. Italica, in Hispania Baetica, was the birthplace of Trajan and
was also considered that of Hadrian. But the HA reports that he. was bom in Rome, and that seems the more
likely choice, since it is the more unex~ted [?). The actual place of one's birth was, however, unimportant,
since it was one's patria which was crucial ...» [?]. En realidad," no hay constancia de ningún «debate» en la
propia Antigüedad, como dice este autor. T~bién P. Le Roux, Le Haut-Empire romain en Occident,
d'Auguste aux Séver_es, Nouvelle Histoire de l'Antiquité n. 8, París, 1998, 104 («Hadrien, né a Rome, mais
issu d'une famille originaire d'Italica... » ).
s6 A. Caballos Rufino y J. M. Rodríguez Hidalgo, «Hadrien et sa patne d'ltalica>>, en: Hadrien: Trésors d'une
ville impériale, eds. J. Charles-Gaffiot y H. Lavagne (catálogo francés de la exposición de Tivoli y París,
1998), Milán, 1999, 17-26, esp. 1i: «(Hadrien) ... naquit a
Rome, ou son pere exeryait les fonctions
publiques ...» (lo segundo carece de comprobación). Más reciente aún, pero en similar sentido, es la opinión de
G. Bravo, Hispania y el Imperio, Madrid, 2001, 126 (« ...Trajano nació en Itálica y Adriano, en cambio, en
Roma ... ». Las de los estudiosos españoles (que demasiadas veces siguen fielmente a los extranjeros), son en
buena parte del núsmo tenor. Una excepción citable fue precisamente A. Montenegro Duque, siempre un
firme defensor del nacimiento bético de Adriano, y del peso de Hispania en Roma, veáse sobre todo
<<Hispania en el Alto Imperio. XI. Evolución política durante las dinastías Julio-Claudia y Flavia.
Emperadores hispanos, Antoninos y Severos», en J. Mª Blázquez et al., Historia de España Antigua. Tomo /J.
Hispania Romana, Madrid (Cátedra), 1978, pp. 290-344.
7
s Hadrian : the restless emperor, Londres-Nueva York, 1997 (2ª ed. 1998). Es un libro muy bien construido
y documentado, cuyo título conserva aún los ecos de E. Gibbon (Decline, cap. 1 «...the restless activity of
Hadrian ... » ), y parece también ser respuesta a la necesidad advertida por M. A. Levi en 1993 (Adriano
Augusto. Studi e ricerche, Roma, 1993, 127-128): «In sostanza, si debe ammettere che oggi manca un'opera
dalla quale risulti una valutazione complessiva dell'opera política, amministrativa e culturale (de Adriano) ... ».
Aunque, según la costumbre todavía habitual en tantos estudiosos anglosajones, el autor inglés apenas ha
consultado bibliografía española.
58
A. R. Birley, op.cit., 10, 14 y 19, más la nota 1 dela p. 315.
s9 Sus meritorios trabajos valieron a Birley, discípulo de Syme y actual ordinario en Düsselforf, el encargo del
capítulo «Hadrian to the Antonines11 en el ya citado nuevo vol. XI de la CAH, 132-194, que comienza
justamente por estas frases que he citado en segundo lugar (el autor, en el prefacio de la antes citada biografía,
indica que el manuscrito de la CAH fue entregado en 1988, y que entre tanto algunas de sus opiniones habían
variado, pero ésta parece que no). Cf también A. R.Birley, «Hadrian» en OCp3, 1996, 662-3, donde no
comenta nada sobre el lugar de nacimiento.
374 SCRIPTA ANTIQVA

History: <<fladrian wasforty-one at his accession, having been born (at Rome) in January 76 [ ...}
at fourteen he went to his 'home town ' (patria) for the first and evidently the only time in his
life»60 . Más tarde me referiré también a algunos de los argumentos destinados a superar
contradicciones que manejan ambos autores61 •
Llegados, casi cuatrocientos años después de Rodrigo Caro, a este punto de aparente no-retomo,
pienso, por el contrario, que, más allá de toda duda razonable, Adriano, lo mismo que su tío-
abuelo y padre adoptivo Trajano; nació en la antigua y prestigiosa Itálica, la primera fundación
romana fuera de Italia y la primera también en Hispania . Creo que es un hecho no sólo posible,
sino incluso obligado de sostener, a pesar de tan respetables opiniones .desde el siglo XVI, sólo
con atender al número y crédito de los textos que así lo aseguran, generalmente de escritores
próximos a excelentes fuentes de información y a las bibliotecas imperiales, y que no son los seis
u ocho manejados de siempre, sino se elevan a veinticinco. Así como, y con nada desdeñable
valor, a otros seis argumentos secundarios que expondré, que no suelen ser tenidos en cuenta pero
que vienen a robustecer el peso de los textos antiguos mismos.

III. FUENTES ANTIGUAS Y ARGUMENTOS SOBRE EL NACrMIENTO DE ADRIANO EN ITÁLICA

Voy, pues, a tratar aquí de demostrar de forma suficiente (un caso dificil requiere exhaustividad
en la prueba) que la sedes nata/is de Adriano fue Itálica y no Roma, reuniendo cada una de las
fuentes antiguas y medievales útiles a la cuestión, que, como he avanzado, triplican o
cuadruplican las hasta ahora tradicionalmente manejadas62• A efectos metodológicos he dividido
las fuentes en a) Antiguas (l-15) y b) Medievales (16-22) . .Siguen con espacio propio, c), la nº 23,
para la que considero más definitiva, aunque usualmente desconocida.o marginada ex professo
por. los historiadores del tema: el horóscopo de Ádriano, y en d) dos antiguas con problemas de
edición (24-25 ,. de Temistio y el Epitomador de Aurelio Víctor, que dependen de una corrección
textual), acabando con los argumentos suplementarios, e), núms. 26 a 31 . Tras el comentario de la
única fuente contraria (parte IV, nº I) y de sus contradicciones, complementado con otros siete
textos legales (a-g, sobre la inexistencia de una «patria legal»), unas ya breves conclusiones.
Ordeno cada apartado de fotina cronológica, con numeración correlativa63. Para que los autores y
textos antiguos destaquen mejor ante el lector, mis propios comentarios a cada uno irán sólo en
las notas al pie, aunque más prolijamente, a cuya .lectura - para este caso y excepcionalmente- me

60
Cp . con Vita Hadr. 2, l: ...quinto decimo anno ad patriam rediit, sobre lo que volveré (parte IV).
61
La obra de Birley ha encontrado un excelente complemento en la monografia de Yl. T. Boatwright Hadrian
and the Cities ofthe Roman Empire, Princeton, 2000, que resulta un completo análisis de la exquisita atención
de Adriano hacia las ciudades de todo el Imperio, en lo que sólo seria, según ella, parangonable a Augusto .
Boatwright dedica un parágrafo del cap. 7 a los beneficios urbanísticos (pero casi exclusivamente al llamado
Traianeum) dedicados por Adriano a Itálica (162-167), que ella considera «the patria (ancestral city) of
Hadrian and his relative Trajan» y (al traducir la cita de Dión Casio) «his native city» , siendo así un caso
infrecuente en la literatura en inglés . A mi juicio, el medio urbano provincial, como nos deja ver tan bien
Aelio Aristides y nos prueban la Arqueología y la Epigrafía, fue un auténtico soporte de esta dinastía hispana,
posiblemente porque ellos mismos procedían de él.
62
A título indicativo, el artículo de la RE (Aelius nº 64), cita como fuentes para su nacimiento (col. 496) a
Apiano, Gelio, Eutropio (Jerónimo) y Dión Casio (en éste sólo LXIX, 10, 1), aparte, desde luego, de la HA, en
la que señala sólo dos de sus contradicciones (2, l y 19, l ). Por su lado la PIR (A elius nº 184) evoca al mismo
respecto a Eutropio (Jerónimo), Apiano, Dión (dos pasos), Gelio y Aurelio Víctor, más la HA , esto es, solo
entre seis y ocho textos.
63
Los textos griegos los doy traducidos, pero reflejando en su lengua los términos que interesan. Las palabras
claves en cada texto las subrayo. Para los datos biográficos indispensables que doy sobre los distintos autores
me he servido sobr.e todo del muy útil repertorio de W . Buchwald, A. Hohlweg y O. Prinz, Tusculum Lexikon ,
Münich 1982 3, s. w . y del Kleine Pau/y Lexikon der Antike, Munich 1975 ( 1979).
IN HONOREM A. MONTENEGRO ET J. Mª BLÁZQUEZ 375

permito invitar, debido a que allí justificaré en cada caso la auctoritas de cada fuente y, con ella,
su respectiva credibilidad, además de tratar en ellas, lateralmente, algunos otros problemas
conectados con la biografia de Adriano.

a) FUENTES HISTÓRICAS ANTIGUAS

1] APIANo64 , Hist. Rom., lber. XXXVIII, 153 G65 : «Escrión ... en una ciudad a la cual dio el
nombre de Itálica. Ésta es la patria (K<Ú mnpí~ €an) 6 de Trajano y Adriano, que más tarde
ejercieron en Roma el poder imperial».

* [Para el horóscqpo de Adriano, compilado por primera vez entre 150 y 250 d.C. (más
posiblemente dentro del siglo 11 y anterior a Dión Casio, según Cramer), pero que por su fecha se
ubicarla cronológicamente aquí, véase, por su comentario más detallado, infra, bajo el nº 23.]

2] AULO GELI0 67 , Noct. Attic. XVI, 13, 4: Divus Hadrianus in oratione, quam de ltalicensibus,
unde ipse ortusfait, in senatu habuit... 68 •

3] DIÓN CASI069, Hist. Rom. LXIX, l: <<En realidad Adriano no fae adoptado por Trajano, sino
que ciertamente era su conciudadano (1tOAí 't11<; a:frtou)...»70 .

64
En ausencia de los numerosos encomia y ..elogia que en ambas lenguas debieron de dedicarse a Adriano en
su tiempo, a los que antes ya me referí, así como de la autobiografia del emperador y otras, de sus libertos o
no, que circularan en su época, resulta ser la primera fuente en el tiempo, y contemporánea, este abogado
alejandrino, ciudadano, advocátus fisci y eques en Roma bajo Adriano, amigo y protegido de Frontón y más
tarde procurador imperial ecuestre en Egipto. Fúe el autor de wia conocida y conservada Historia Romana
hasta el 165. Debió de poder recopilar mucho material en la propia Roma, por tanto de muy buena calidad
(como además muestra su obra), aparte de sus conocimientos directos.
65
Appien.. Histoire romaine, tome 11, livre VI: l'lbériqúe, ed. y trad. P. Goukowsky, Paris (Budé), 1997, 34.
66
El concepto de «patria>>, en griego (como tampoco en latín, ut infra), no da lugar a discusión, es el «lugar de
nacimiento»; aquí creo se refuerza por la igualdad que Apiano marca entre ambos emperadores: tan patria era
Itálica para el wio como para el otro. Sobre el uso injustificado de patria corno «la legal>> véase la nota 60 e
infra, en la parte IV.
67
El famoso escritor arcaizante, conocido durante la Edad · Media y Moderna corno Agellius, nació, más
posiblemente en Roma, durante el reinado de Adriano, en tomo al 130 y tuvo entre sus maestros a hombres
muy vinculados a la corte, como Favorino y Fronto. Se educó en Grecia en uno o varios viajes, y en Roma
ejerció como iudex extra ordinem. La calidad y precisión de su obra le acredita, y diversos autores, Macrobio
por ejemplo, le explotaron mucho sin citarle (KP, s.v.). Su refinado vocabulario cuenta con finos matices,
entre los cuales posiblemente los que sugiero en el párrafo aquí citado (cf la nota siguiente).
68
El principal significado de orior es «nacer, salir de» (orta luce), que conlleva los vocablos derivados origo y
oriundus. Cf OLD, s. v. orior, acep. 7 (de personas), ex gr. M Cato, ortus municipio Tusculo, o hactenus
Romae seu per ltaliam orti imperium rexere, etc. Aunque origo puede significar también «estirpe», la idea de
la procedencia italicense como primaria y no secundaria la remarca A. Gelio gracias al uso de unde, y también
porque no nombra a la ciudad (como una patria más «abstracta>>, según algwios han defendido, cf infra) sino
a sus habitantes, lo que en mi opinión transmite mucho más el sentido literal: «discurso sobre los Italicenses,
entre los cuales el mismo Adriano había nacido».
69
Casi es ocioso presentar a Cassius Dio Cocceianus, bitinio y senador y cónsul (229) de la época de
Alejandro Severo, que le protegió. Es conocido el estado intermitente y fragmentario en el que nos han
llegado los 80 libros de su Historia Romana. Entre. los perdidos está precisamente el LXIX con la biografía de
Adriano, que conocemos sólo gracias al resumen efectuado por el monje Xifilino en el siglo XI. Aunque su
376 SCRIPTA ANTIQVA

4] DIÓN CASIO, ibid.: «Cuando Trajano murió sin hijos, Atiano, conciudadano de Adriano
(1tOAÍ't11; cx'Ü'tOi>) y su antiguo tutor... »11 •

5] DIÓN CASIO, Hist. Rom. LXIX, 10, 1: «Y aunque concedió a su ciudad natal ('ti\V OE
72
1tCX'tpíocx) grandes honores, y tan reiterados 73 como magníficos regalos, sin embargo no la
visitó 74».

elevada posición (con acceso a las actas oficiales) y su vida en Roma aseguran un buen conocimiento de las
fuentes anteriores, pueden mantenerse ciertas precauciones con él en algunos detalles, por su clara hostilidad
hacia Adriano y porque en estos párrafos no estamos ante el libro original. No obstante, es claro que la patria
de Adriano no estaba para él entre los asuntos políticamente atacables.
70
Todavía más claro, pues la palabra noA.i.'tl\c; no deja lugar a dudas sobre la proveniencia de la misma ciudad;
cuando más adelante Casio dé cuenta de las magnificencias a favor de su patria, no quedará duda de que para
él ambas referencias son a Itálica y no a Roma. En contraste, véase cómo liquida el tema E. Cary, el editor y
traductor de Casio cuyo texto griego para Loeb sigo (1968, p. 425, en nota 1): <<Dio here follows the
erroneous tradition that Hadrian was bom at ltalica in Spain» ... (a la que reenvía también para LXIX, 10:
nota 1, p. 442), en vr:z de plantear al menos, ya que va a traducir dos veces más la misma idea, si no será la
errónea la tradición del nacimiento en Roma. Véanse ahora, en efecto, los textos 4° y 5°.
71
Sobre Dión como fuente de Adriano, cf aún F. Millar, A Study of Cassius Dio, Oxford, 1964.
72
Ya que, como vimos, 1tettpíc; en griego no tiene más interpretación que la natalicia, es obvio que no se
refiere a Roma con estos honores y regalos, como bien observó, entre otros, G. Tropea (art.cit. en nota 45,
153).
73 Mi traducción difiere de la habitual, pues a 1toA.A.<l, por estar separado entre dos Kat, le doy el valor
predicativo de la frecuencia, esto es, que fos honores y regalos hacia Itálica fueron reiterados o repetido.s a lo
largo de su reinado. Cary opta, en cambio, por la cantidad: « ...he bestowed many splendid gifts ... », como en
general todos cuantos utilizan este texto en relación con Itálica (que son muchos y a veces lo traducen sólo del
inglés). Hace muy poco, A. Caballos Rufino y J. M. Rodrígur:z Hidalgo (art.cit. en nota 56: p. 20) han
considerado que esto -son exageraciones de Casio. Estos autores afinnan, a pesar de que en Itálica existe toda
una nova urbs, el mayor conjuntO de mosaicos urbanos de España (colaboración aristocrática al proyecto
imperial), una suntuosa estatuaria (mucha del primer tercio del siglo II) o el gigantesco anfiteatro, tercero del
mundo por su capacidad, que «On ne peut en déduire de fa9on certaine que l'empereur ait traité de fa9on
particuliere sa patrie de maniere comparativement exceptionnelle» (sic).
74
Interesa aquí sobre todo la consideración de Casio Dión acerca de Itálica como patria de Adriano, porque
confirma de lleno sus dos menciones anteriores de Trajano y Atiano como sus conciudadanos. Por otro lado,
siempre he dudado de este aserto suyo (recuérdese que es fuente hostil a Adriano); o quizá el problema esté en
la forma en que se entienda ese final oµroc; oÜK Eifü:. La idea de que no volvió a visitar su ciudad natal siendo
ya emperador, aunque es universalmente aceptada, posiblemente no se corresponda con la realidad, debido a
su falta de lógica. Adriano estuvo en Hispania, y ciertamente en África, entre el 122 y el 123. Tanto por su
curiositas como por su afición a la Arquitectura, por fuerza tenía que interesarle supervisar in situ las grandes
obras que él mismo estaba financiando en su ciudad natal. Me parece además inexcusable una visita a Gades,
antigua y noble, vinculada a su madre y a su propia infancia, donde además tendría también familiares, y se
hallaba la sede de «SU» (y el de Trajano) Hércules (v. supra nota 15). De hecho, sus áureos de reverso
Herc(ules) Gadit(anus), de entre 119-122 (R/C II, p. 321, núms. 231 y 236), pueden ser buena prueba de esta
visita. Sin embargo, muchos autores, yendo más lejos que Dión Casio, niegan incluso la posibilidad de su
desplazamiento al sur (Syme, Halfmann ... ), añadiendo el argumento de unas supuestas malas relaciones con su
ciudad natal (así Syme también, y otros tras él). A. R. Birley (op.cit., 24) especula sobre que «studiously
avoided retunúng there when he was emperor» y su <<negativ verdict>> [?] sobre Itálica, aunque sí admite (p.
149), un viaje de Tarraco hasta legio [muy dificil en pleno invierno; y se contradice al decir que Adriano
habría estado allí de niño] y (p. 150) el viaje a Mauretania. Por su lado, M.T. Boatwright (op. cit. 68)
considera el evitar su visita como una «snub» o regañina de Adriano a Itálica (no sabemos por qué motivo).
Pero tal supuesta aversión hacia la ciudad carece de pruebas, y más bien la desmienten tantos honores y
regalos literaria y arqueológicamente comprobados, así como la aceptación del emperador de ser duovir
quinquenal in patria sua (Vita Hadr. 19, 1). De este tema trataré próximamente, por un hace 40 años muy
IN HONOREM A. MONTENEGRO ET J. Mª BLÁZQUEZ 377

6] EUSEBIO DE CESAREA 75 , Chron. lib. 11, a. 117: Hic Adr~anus Italicae in Hispania natus
consobrinae Traiani filius fuit76 •

7] SEX. AURELIO VíCTOR77 , Lib. de Caes. 13, 12: [Trajano] morbo periit ... ascito prius ad
imperium Hadrianum civi propinquoque78 .

8] EtrrROPI0 79 , Brev. VIII, 6, 1 (¿de Eusebio?): Defuncto Traiano Aelius Hadrianus creatus est
prínceps... Natus et ipse Ita/icae in Hispania.. . consobrinae suae filium. .. (PAIANIOS: <<Era
descendiente de Ita/os nacidos y criados en Hispania» ).

9] JERÓNIMO, Chron. (de Eusebio: PL 27), 2132, 01. 224, p. 197 H: Adrianus lta/icae in Hispania
natus, consobrinae Traianifilius.

10] LATINIO PACATo80 , Paneg. Theod. dict. IV, 5: Nam primum tibi mater Hispania est ... haec
principum est. Haec [Hispania} Traianum il/um, haec deinceps Hadrianum misit imperio, huic te
[Theodosium} debet imperium... deum dedit Hispania quem videmus.

controvertido pasaje de la Vita Hadr: 12, 4 a propósito de los «ltalici retractantes», que a veces se evoca (así
el propio Syme, art.cit., 145 ss.) para reforzar la idea de esas malas relaciones de Adriano con Itálica, para mí
no probadas (incluso aunque se diera crédito al aserto de D. Casio) e improbables.
75
Este temprano padre de la iglesia (260-339), panegirista y próximo a Constantino, escribió, antes de
Eutropio, tmas Crónicas en griego, que conocemos sólo por traducciones, como las de Jerónimo y Rufino para
Occidente (PG Migne, Eusebii Pamphilií t. 1, París, 1857, col. 556).
Como pue<;ie observarse, ~n estos ~tos la fuente de Eutropio pudo ser Eusebio, aunque sea a Eutropio al
76

que. se tome como o_rigen (v. infra); también. pudieron copiarlo ambos independientemente, de otra fuente
común que no conocemos. Por otro lado, el dato de que Adriano «era hijo de una prima (consobrina) de
Trajano», que apareqe en·Eusebio, Eutropio, Jerónimo, Orosio (Hist. VII, 13, 1, emendado en la Patr. Lat.) y
otros posteriores, se despacha siempre como erróneo, porque Epit. de Caes. 14, 1 y Vita Hadr., l, 2 afirman
que era su padre, Afer, el consobrinus de Trajano. Sin embargo, es más antigua la versión consobrinae filius, y
también la única que perduró. Por ello creo quizá ambas fuentes pudieran decir la verdad y ser de distinta
procedencia: El parentesco entre Trajano y Adriano pudo ser doble, si Domitia Paulina 1 era asimismo
consobrina de Trajano, por una vía masculina, aún no muy clara, pero perfectamente posible. Por otro lado, el
padre de Hadrianus Afer pudo casarse una Traia, como propuse en el nuevo stemma de Trajano del art. cit.
supra en nota 7, y desarrollo en el art. y libro en prensa citados en nota 19. [N.B.- Téngase en cuenta que
opero desde mis hipótesis -de 1998, y en prensa- de que los dos Trajanos, padre e hijo, eran por nacimiento
Traii, y que pasaron a la gens U/pía por adrogatio hecha sobre Traianus pater: la verdadera U/pia
(¿Marciana?) sería la madre de Trajano.]
77
Sexto Aurelio Victor fue un alto funcionario de origen norteafricano, consular según Amiano Marcelino y al
final de su vidapraefectus Urbis bajo Teodosio I; compuso, hacia el año 360 d. C., un muy utilizado libro de
cortas biografias imperiales, el Líber de Caesaribus. Recuerdo estos datos, quizá innecesariamente, para
resaltar que pudo utilizar, en razón de sus cargos, buenas fuentes primarias y bibliotecas, además de las suyas
propias.
78
Civis: aquí tiene el único sentido de «natural de la misma ciudad>>.
79
Me resulta incomprensible que sir Ronald Syme descalificara a Eutropio como «unscholam (ut supra),
cuando precisamente era senador y magíster memoriae del emperador Valente (364-378), para el cual redactó
su Breviarum ab Urbe condita en diez libros, traducido al griego ya hacia 380 por Paianios [en Monumenta
Germaniae Historica (cit. en adelante MGH), t. VI.1, p. 138, se dan ambos textos paralelos; recojo aquí la
versión griega porque es interesante y no está en Eutropio]. Para la época que tratamos Eutropio se sirvió de
las mismas crónicas imperiales perdidas que Víctor (M. Fulumann, KP. s. v., col. 469), aparte de datos propios
del ambiente cancilleresco en el que se movía. Fue utilizado, entre otros, por Jerónimo, Orosio e Isidoro de
Sevilla, pero hemos de suponer que no sólo por su claro y conciso estilo, sino también por su credibilidad:
378 SCRIPTA ANTIQVA

11] CLAUDIO CLAUDIAN081 , Laus Serenae (c.m. 30), vv. 55-57 y 63-64: [Hispania} pretiosa
meta/lis, principibus fecunda piis. Tibi saecu/a debent Traianum, series his {ontibus Aelia
17.,.,,.;, 82
~···

12) SCRIPTORES HISTORIAE AUGUSTAE83 (AELIUS SPARTIANUS), Vita Hadr. 2, 1: ...quinto decimo
anno ad patriam rediit...84

13) SCRIPTORES HISTORIAE AUGUSTAE, Vita Hadr. 2, 2: ...quare a Traiano abductus (Hadrianus)
a patria et pro filio habitus...85

14] SCRIPTORES HISTORIAE AUGUSTAE, Vita Hadr. 19, 1: ... in patria sua quinquenna/is et item
Hadriae quinquenna/is, quasi in alía patria... fuit86

80
Este rétor burdigalés, amigo de hombres cultos de su época, como Sírnaco y Ausonio, llegó a ser proconsul
de África y comes rei privatae en los años finales del reinado de Teodosio. En este conocido párrafo de su
discurso del año 389 equipara exactamente en su origo hispana a Trajano, Adriano y Teodosio. Dado que los
otros dos nacieron con seguridad en Hispania (Teodosio también en la Bética, según dejé apwitado al
comienzo de este trabajo, cfr. nota 6), se deduce que a Pacato (también con acceso a información imperial de
primera calidad) le constaba que igualmente Adriano. Ya que, si se hablara sólo de origines familiares, y no
de nacimiento (como alegarían los partidarios de la opción de Roma), es evidente que aquí estarla M. Aurelio,
que en definitiva era W1 Annius hispano, hijo, nieto y bisnieto de Annii hispanos, aunque él mismo hubiera
nacido en Lanuvium. Luego en esta cita de Adriano se halla implícito su nacimiento provincial, en la medida
en que también Hispania era su mater y en que él fue «missuS>> desde allí al Imperio, esto es, a Roma (cf infra
bajo nP 26: las sones Vergilianae).
81
Griego oriental, el considerado como último gran poeta clásico latino estuvo siempre estrechamente
vinculado a la corte teodosiana occidental, al servicio de Honorio y su tutor, Estilicón, brazo derecho de
Teodosio y su sobrino por su matrimonio con Flavia Serena. De Claudiano se conservan múltiples obras
poéticas, muchas loando los honores, victorias y cons~~dos imperiales, y a veces compuestas, como ésta, para
la propia Serena. Si bien es natural que Claudiano fuera el artífice del imaginario simbólico de la corte, ello no
exige que faltara a la verdad en sus frecuentes alusiones al origen hispano de la familia (bético, awique esto,
prejuiciosamente, se venga también despreciando), y menos en medio de una corte llena de hispanos. Motivos
por lo que creo puede concedérsele, a los efectos que aquí busco, credibilidad y una información de primera
mano. Sobre Claudiano y su obra me extiendo en varios capítulos de mi monografia (aún inédita) El clípeo de
Teodosio el Grande de la Real Academia de la Historia de Madrid (Madrid, noviembre de 2000).
82
Se trata en este caso de un testimonio más relativamente directo. Me baso para tomarlo corno indicio del
origen italicense de A<lriano la expresión series Aelia en relación con fontibus jluere, lo que refuerza las
nociones de «nacimiento, manantial, origen>>, que no puede referirse a la gens Aelia de una forma general o
difusa desde la época de Escipión, sino al iniciador de la series o dinastía de tal nomen, que sólo puede ser,
obviamente, el propio Adriano y, por tanto, lo mismo que en Gelio (nº 2), atañe a su origo (y en este sentido
uso este texto en el trabajo citado supra en nota 7). Recuérdese además que la primera esposa y única augusta
de Teodosio 1, Flaccil/a, era también hispana, posiblemente bética como él, y todavía una Aelia (cf mi
artículo y libro citados en notas 6 y 80).
83
Utilizo la edición de E. Hohl para Teubner, ampliada, Zwickau, 1965-1971. Prescindo aquí de la polémica
sobre si el autor de esta Vita, compilada con las demás a fines del siglo IV, fue Aelius Spartianus o algún
lgnotus, llamándole en todo caso como la tradición manuscrita de la HA lo hace: Esparciano. Buen resumen
del problema en A. R. Birley, art.cit CAH1 (en nota 59), 132 y nota l.
84
Sobre el significado único de patria como lugar de nacimiento, véase más abajo en la parte IV. Redire
signiñca «volver a un lugar o situación» en los que necesariamente se ha tenido que antes.
85
Véase la nota anterior, e infra.
IN HONOREM A. MONTENEGRO ET J. Mª BLÁZQUEZ 379

15] SCRIPTORES HISTORIAE AUGUSTAE (AELrus SPARTIANUS)~ Vita Sev. 21, 3: (según Septimio
Severo) " ... fa/sus est etiam ipse Traianus in suo municipe ac nepote diligendo ..."81

b) MEDIEVALES

16] CASIODOR088 , Chronic., ad an. 766: Huic (Traiano) successit Hadrianus ... Italicae natus ex
consobrina Traiani. ..

17] PRÓSPERO Tm.óN89 , Epit. Chron., p. 422, n. 582: Hadrianus Italicae in Hispania natus
consobrinae Traiani filius fait.

18] JORDANES90 (post 551): Rom., 269 (de Jerónimo): Adrianus Italicae Spania natus consubrinae
[sic} Traianifilius ... 91

19] MUHAMMAD AL-RAzí92 , Ajbár mulúk al-Andalus, cap. LXXIV: Adrian [sic] ... e dizen que fue
natural de Ytalia, Sevilla (scil., de Itálica de Sevilla).

86
Véase la nota 84, e infra. Es evidente que si Adriano ve Hadria como una «segunda patria» es porque,
como aquí claramente se nos dice, «la primera» era Itálica, y no Roma. Porque se reconocerá que la afectuosa
deferencia hacia Hadria, por ser el lugar remoto de sus ancestros tres siglos atrás (y de su padre, según Aur.
Víctor, nota 49, e infra), sería anómala si sólo se pensara en Itálica como una mera «patria legal» (que es el
erróneo· punto de vista de Syme, Birley y otros, v. infra, parte IV).
87
«Se equivocó también el propio Trajano, al preferir (como hijo) a un sobrino y conmunícipe suyo ...». Para
mis propósitos, considero esta frase, atribuida a Septimio Severo en su biografía, pero no evocada en esta
polémica, tan definitiva casi como el propio horóscopo de Adriano (infra n°23): No sólo ¡¡os dice que un
emperador posterior sabía que Adriario y Trajano eran munícipes, de la misma ciudad, sino que el relato lo
escribe el mismo autor de la biografía de Ad.riano: Aelius Spartianus. De donde se deriva que el natus in
Roma de Vita Hadr. l , 3 tiene que ser necesariamente una manipulación o interpolación del texto original de
Esparciano.
88
Flavius Magnus Aurelius Cassiodorus, el más célebre escritor de su tiempo, senador y cónsul en el 514 d.C.
Utiliza, entre otros, a Eutropio y Jerónimo, cf MQH, saec. IV-VII, vol. II, Berlín, 1894, ed. Th. Mommsen.
141.
89
Este autor eclesiástico, originario de Aquitania, escribió a mediados del siglo V wios Epitoma Chronicon
hasta Genserico (a. 455), recogidos por Th. Momrnsen (cf nota anterior, vol. 1). Es mejor fuente a partir del
41 2, como dice el TL; para el tiempo anterior debió de servirse de diversos autores, sobre todo, según Grosse
(ut supra), de Eutropio (Mommsen de Jerónimo, quizá también de Eusebio).
90
De origen godo o alano, obispo de Crotón, más tarde se trasladó a Constantinopla. Su Historia de Roma,
que termina post 55 l d .C., como copiada de Jerónimo y otros autores, se considera de poco valor (Tusc. /ex.
cit., s. v.), pero nos conserva la mejor tradición, la de consobrinae jilius.
91
lordanis Romana et Getica, recens. Th. Mom.msen (Monumenta Germaniae Historica, t. V.l), Berlín, 1882,
35.
92
D. Catalán y S. de Andrés, Crónica del moro Rasís, Madrid, 1974, 176 (el origen de Adriano figura en la
versión primitiva en castellano de la catedral de Toledo, msc. Ca). Muhammad al-Razi, cordobés, del siglo X,
es el más prestigioso historiador hispano-árabe. No conservamos su obra original sino a través de las
traducciones al romance de las cortes crisúanas, donde se le leía con devoción y se le llamaba «el moro
Rasís». Además de ser andalusí él núsmo, b ebía en las mejores bibliotecas de Córdoba, como han puesto de
relieve J. Fontaine, M.C. Díaz y Díaz, D. C atalán y otros autores. Sobre él y sils interesantes aportaciones he
tratado en algunos lugares desde 1987 y, últimamente, en «Fuentes árabes para Ja M érida romana>>, La (6)
380 SCRIPTA ANTIQVA

20] AL-'UDRI93 , Tarsí' al-ajbar: «Se dice que el césar Adriyán [sic] era natural de Itálica,
perteneciente a Sevilla ...

21] ALFONSO X EL SABI094, Estoria de Espanna (Primera Crónica General de España: imperio
de Adriano), cap. 196: Después de la muerte de Traiano el/ emperador, finco en su logar
Adriano, fzjo de su sobrina ... E sabet que est emperador Adriano fue natural dEspanna, bien
cuerno Traiano su tio ...

22] AL-HIMYARI95 : On dit que le César Hadrien était de /'ltalica de Séville ...

c) lJNA FUENTE ANTIGUA DEFINITIVA: EL HORÓSCOPO DE ADRIANO (Fig. l)

23] ANTIGONO DE NICEA, en el libro tercero de Hefestión: (Este horóscopo) es de un hombre


nacido ... [siguen correlaciones astronómicas que arrojan exactamente el día que bien conocemos:
24 de enero de 76; el lugar preciso lo sitúan O. Neugebauer y A. Famsworth en el paralelo del sur
de Hispania]. .. Fue adoptado a la edad aproximada de 42 años por un emperador que era su
pariente. Era inteligente y de muy buena educación, y recibió culto en templos y santuarios
rurales. Se casó una sola vez, con una virgen, pero no tuvo hijos. Tuvo una sola hermana. Fue
honrado y recibió la proskynesis de muchos hombres... Fue benefactor para muchos... Gobernó
sobre muchas naciones... Se convirtió en receloso y se volvió contra sus parientes. En el
sexagésimo tercer año de su vida murió de una hidropesía, sucumbiendo en medio de una
apnea96 •

islamización de la Extremadura romana (Joma4as. del Museo Nacional de Arte Romano, Mérida, 30-31 de
enero de 1999), Cuadernos Emeritenses nº 17, edd. F. Valdés y A. Jiménez, Mérida, 2001, 11-86. nº I, 21 ss.
Me interesa mucho aquí señalar, a efectos de la prevención; e incluso desprecio, que a veces he oído en
quienes tratan por primera vez con este tipo de fuentes históricas, que al-Razí escribió su obra original antes
del año 955, esto es, más de un siglo antes de que, en la segunda mitad del siglo XI, el monje Xifilino (que sin
duda no usaba mejores fuentes que este gran historiador árabe) incluyera en sus Eklogaí los epítomes de los
libros perdidos de Dión Casio 61 a 80, entre ellos el de Adriano. A pesar de su época, todos damos buen
crédito a Xifilino; además, frente al monje constantinopolitano, al-Razí ofrece la indudable garantía de que
nació. vivió y trabajó en la vieja capital de la Bética, utilizando diversas y bien surtidas bibliotecas, que en los
temas hispanos serían mejores.
~; Abu-1-Abbas al-'Udrí al-Dala-i, almeriense, vivió y escribió en el siglo XL Precisamente en el capítulo
dedicado a Itálica inserta una breve historia de España hasta los visigodos, a la que pertenece esta mención.
'i' La editio princeps de la gran obra histórica de este rey ( 1221-1284), como Adriano más dedicado a la
cultura que a la guerra, fue editada por R. Menéndez Pidal. He manejado la reedición con estudio actualizador
de D. Catalán (en la serie Fuentes cronísticas de España, 1), Madrid, 1977. En esta primera Historia de España
cuajó la gran labor intercultural del siglo anterior; fuentes importantes suyas son Suetonio, Orosio y Eutropio,
entre otros autores.
95
Abu 'Abd Allah al-Himyari, Kitab ar-Rawd al-Mi 'tar, trad. E. Lévi-Proven9al, La péninsule ibérique au
Mayen Age, d'apres le ... , Leiden, 1938, reed. 1963. Las fuentes históricas de este autor norteafricano
occidental del XV son al-Razí (s. X) y al-Balai (s. XI), en la línea de Casiodoro y Jordanes, esto es, de
Eutropio. Por su fecha, casi cede ya el testigo a los autores del humanismo europeo. [Sigue su lento curso mi
estudio en larga preparación Fuentes árabes para la Hispania romana, con múltiples e interesantes datos; he
hecho un avance del mismo, con los textos relativos a Augusta Emerita, en el artículo ya citado en la nota 92.
~ He seguido la versión de F. H. Cramer, Astrology. in· Roman Law and Politics , Philadelphia, 1954 (reimp.
Chicago, 1996), 162 ss. : «Hadrían: another astrologer in the throne (117-138»), 165 ss .. que es la de
Neugebauer, seleccionando las frases que no son detalles astronómico-astrológicos.
IN HONOREM A. MONTENEGRO ET J. Mª BLÁZQUEZ 381

Fig. 1.- El horóscopo de Adriano de Antígono de Nicea (siglo II), en el cod. gr. Vindob. nº 108,
ff. 301-303 (tomado de F. H. Cramer, Astrology in Roman Law and Politics, Philadelphia 1954,
19962, 165, fig. 15).

Incluso más que las fuentes ya citadas y que se citarán, este documento casi contemporáneo
debe ser considerado técnicamente contundente e inapelable, ya que ofrece las coordenadas
astronómicas precisas del lugar de nacimiento de Adriano. Sin embargo, hasta donde alcanzo, la
totalidad de los historiadores del siglo XX que han defendido el nacimiento de Adriano en Roma
97
han desconocido o silenciado dicha fuente antigua, aunque su compilación es poco posterior a la
muerte de Adriano y se basa en datos exactos que han sido calculados por otros colegas
científicos; y también a pesar de que su primera publicación, por W. Kroll, data de 1903, y de que
ha sido frecuentemente estudiado, por ser el horóscopo imperial más antiguo y más extenso
conservado de la rica ciencia astrológica de la Antigüedad. Según F. H. Cramer, el de Adriano «is
the only imperial horoscope which has come down to us from an almost contemporarv source, the
second-century physician-astrologer, Antigonus of .\:icaea, being the author... he had to adhere
strictly to the general/y knownfacts. For many readers would remember them still ... This makes
Hadrian 's horoscope.. . a use{Ul historica/ source, especial/y in view of the dearth of
contemporary records ofHadrian 's reigns»98 .

Las coordenadas del nacimiento de Adriano se han establecido con precisión en una serie de
tres horóscopos que, muy sintomáticamente, se habían conservado unidos en la colección de
Antígono de Nicea, datable en la segunda mitad del siglo II d.C. (por tanto, todavía muy

97
Cuando se desconoce una fuente antigua importante es porque no se encuentra citada en ninguno de los
autores manejados. La onúsión deliberada, en cambio, no se puede \'er de forma tan benévola.
98
F. H. Cramer, op.cit., 164-165.
382 SCRIPTA ANTIQV A

inmediata a la existencia real de sus protagonistas), que a su vez fue compilada en el siglo IV en
la Apotelesmatica. de Hefestión de Tebas, junto con otras como las de Vettius Valens y Manetho.
Fueron editados y estudiados eruditamente en distintos momentos por W. Kroll99 , E. Ruelle 100, A.
º
Famsworth 1 1, F. H. Cramer102, O. Neugebauer con H. B. van Hoesen 103 y D. Pingree 104• El
primero y el tercero (según la clasificación de E. Ruelle) son con seguridad los de Adriano y
Pedanio Fusco el nieto, mientras la atribución del segundo se ha debatido más. Cramer lo creyó
del padre de Adriano, P. Aelius Hadrianus Afer, pero ello no parece posible105, y autores como T.
D. Barnes y G. di Vita-Evrard lo atribuyeron a L. Licinius Sura 10ó; sin embargo, encajan mejor
casi todos los datos si perteneció al frustrado capax imperii y cuñado de Adriano L. lulius Ursus
Servianus 101• En este segundo horóscopo se conservan de forma completa los mismos puntos
astronómicos gue en el de Adriano, y esto permitió a A. Farnsworth y O. Neugebauer calcular el
clima... «whose g eog raphica/ latitude agrees with southern Spain, as wel/ with Rhodes. Hadrian
(7) - whose horoscope is absolute/)1_ certain- sure/y was born in southern Spain ami not on Rhodes.
Hence O. Neugebauér suggests very p/ausibly that a/Íthree extant oroscopes cast by A ntigonos
apply to the Aelian {amilv>>108• El primero de ellos, atribuíble con seguridad a Adriano, ubica por
tanto, y sin lugar a dudas, el punto preciso de su nacimiento en el sur de la Península Ibérica y no
en Roma. Coherentemente con ello, los autores que han estudiado o comentado este horóscopo
aceptan el nacimiento bético del emperador, excepto en un caso 109 • Pero, curiosamente, un

99
W . Kroll, Catalogus Codicum Astrologorum Graecorum, Bruselas, 1903, t. VI, 67: horóscopo 1, de
Adriano.
100
E. Ruelle, ibid. t. VIII.2, Bruselas, 1911: horóscopos 2 y 3, de L. Licinius Sura, y de C. Pedanius Fuscus
Salinator iunior. El atribuído a Sura es el único discutido.
101
Es citado por F. H. Cramer (op.cit., nota 140) agradeciéndole su ayuda al calculado para él los datos; llega
a la núsrna computación que O. Neugebauer (op.cit. en la nota 103, 94), .aunque antes e independientemente
de éste.
102
Op.cit. en nota 96.
103
O. Neugebauer y H.B. van Hoeseil, Greek Horoscopes, Philadelphia, 1959, 79, 90, 109, nWI1ls. L 40, L 76 y
L 113.
104
D. Pingree, Hephaestio . Apotelesmatica, Leipzig, 1974, t. Il.
105
Por un dato que Crarner no consideró: que sabemos que Afer debió de nacer en el 46, ya que contaba unos
40 años en el momento de morir, según el papiro Fayum nº 19 (P. Grenfell et al., Fayum Towns and their
Papyri, Londres, 1900, 112-115 = Smallwood nº 123), que se encontró fuera de contexto y contiene copias de
una carta de Adriano al futuro Antonino Pío, poco ·antes de su muerte, en la que le comenta dicho dato (cf M.
Bardon, Les empereurs et les lettres latines, Paris, 1940, 410-411 , con bibliografía).
106
T. D. Bames, The horoscope of Licinius Sura?, Phoenix 30, 1976, 76 ss. y G. di Vita-Evrard, «Des
Calvisii-Rusones a Licinius Sura», MEFRA 1987 .1, 281 ss., espec. 321. Lo más curioso es que ambos
rechacen el nacinúento de Sura en el sur de Hispania , insistiendo en el NE (Tarraco y Barcino), cuando el
propio horóscopo, que ellos adjudican a Sura para hacerle cónsul del 86, afirma que era bético, sin margen de
error (según G. di Vita-Evrard seria en Hispania «dans un sens large ... » [sic!]). Y cf la nota 51.
101
Cf Alicia M. Canto, art.cit. 1991ennota3, 296-299, con los argumentos.
108
F. H. Cramer, op.cit., nota 12lb de la pág. 163.
109
A. Caballos Rufino trató de estos tres documentos en: «Los horóscopos de la Apotelesmática de Hefestión
de Tebas y los senadores hispanorromanos», Memorias de Historia Antigua 7, 1986, 121-128. Aquí demuestra
que conoce y acepta el documento, p. 121 : «[la inicial intuición de Kroll de que se trataba del de Adriano] ...
además de por el análisis histórico se ve apoyada por la coincidencia exacta entre la fecha de nacimiento de
este emperador... y los datos astrológicos del texto ... ». Pero ello no le impide continuar afirmando en otros
trabajos que Adriano nació en Roma, cf en nota 56 o, por ejemplo, en Itálica y los italicenses, Sevilla, 1994,
103: « ... Adriano nació en Roma ... », onútiendo entonces la referencia al horóscopo que él núsmo había
evocado WlOS años atrás (pero véase infra en la nota 112 el núsmo desliz en A. R. Birley). Como ya dije en
199 1 (a propósito entonces de G. di Vita-Evrard), cuando se aceptan los datos de un documento, se deben de
(7) Véase al final una addenda (24jull 5) sobre opiniones contrarias recientes de dos autores, Jorg Fündling (2007)
y Stephan Heilen (2005 y 2015), que no sólo persisten en que Adriano nació en Roma, sino que aseguran, al
unísono y asombrosamente, que "y o entendí mal a Neug ebauer" (sic!). Como puede verse con las citas literales que
en su día -y deliberadamente- transcribí ( cf aquí arriba y pass im ), y ahora mostraré con sus p áginas exactas, las
conclusiones de aquellos expertos no podían expresarse con más claridad : en el horóscopo L 76 de Antígono el
paralelo astronómico del nacimiento de Adriano, lo mismo que el de (para mí) Urso Serviano, L 40, ubica a ambos
en la Bética. A sombroso parece, teniendo semejantes pruebas en contra, seguir defend iendo el solitario te>.t o de la
Historia August,a .
IN HONOREM A. MONTENEGRO ET J. Mª BLÁZQUEZ 383

testimonio tan categórico como lo es éste no suele ser citado 110 _en las biografías usuales 111 , ni se
observan referencias a él cuando se trata de la cuestión, quizá por no conocerlo, por falta de
confianza en el mismo, por desdén hacia tal tipo de datos, o (seguro que minoritariamente) porque
no les conviene 112. Los horóscopos, muy al contrario, fueron de gran importancia, incluso de
Estado, en el mundo antiguo, y determinantes en gran número de hechos históricos y decisiones
personales y políticas, como óptimamente analizó, con mucho detalle, Frederick Cramer en su ya
citada monografía, e incluso el propio R. Syme reconoció: «The rank and [unction o(astrology is
often misconceived. Nowadays a base and popular superstition, the art of Chaldaeans became for
the ancient one of the natural sciences. It won over the weighty authority of the Stoics, it enlisted
as firm believers persons of uncommon intellectual power, such as Tiberius Caesan> 113 • Es aún
más extraño que, pensando así, Syme no tomara en consideración el horóscopo de Adriano, que
claramente hacía de él un italicense nativo.

d) DOS FUENTES ANTIGUAS PROBLEMÁTICAS

24] TEMISTI0 114, Orat. ad Theodos. XIX, 228 d: rú.),.'ou Tpcúcxvóv ye ouo€ M<ipKov ou8€
'Avtrov\vov, touc; croU<; noA.itac; JCcxl. CtpX'l'YÉtcxc;... <<La cual, sin embargo (scil. Ct.peTI\), no faltó a
Trajano, ni a <Adriano> ni a (Marco) Antoninow, compatriotas v antepasados tuyos 116 ».

aceptar todos lo que dé, siempre que no haya alguna contradicción flagrante (como no la hay aquí, según ya
hemos visto), y aunque vaya en contra de alguna de las hipótesis que se quieren sostener (y supra nota 97).
110
El horóscopo de Adriano no aparece recogido entre las fuentes sobre Adriano en los sucesivos artículos de
la Pauly-Wissowa-Kroll RE, ni en sus ediciones posteriores: la abreviada y la renovada.
111
Véanse casi todos los diccionarios y manuales al uso, y las obras más recientes que cité supra en la.nota 20.
Lo que omiten es una fuente que decide una larga controversia histórica.
112
Sorprende comprobar que A. R. Birley defienda tan firmemente el nacimiento de Adriano en Roma cuando
·conoce el horóscopo de éste y la bibliografía sobre él, ya que has~ lo cita entre las fuentes generales sobre el
emperador (op.cit. en nota 57 p. 5 y nota 7 en p. 314); y, de hecho, usa el tercero de Hephaestio para fijar la
edad del sobrino nieto de Adriano, el joven Pedanius Fuscus (op.cit., 309: « ... died aged about 25, according
to the horoscope in Hephaestio Tebanus 2.18.62-6... »). No es, pues, una ignorancia de la fuente lo que lleva a
Birley a silenciar los datos del de Adriano al definirse sobre una crux histórica tan debatida como la de su
lugar de nacimiento.
113
En «Fictional History Old and New. Hadrian>>. A James Bryce Memorial Lecture delivered in the Wolfson
Hall, Somerville College on 1O May 1984, p. 19. Lo dice en el contexto de una interesante conferencia, que
tuvo como fondo un comentario erudito de las Mémoires d'Hadrien de M. Yourcenar (c/ también en Roman
Papers VI, Oxford, 1991 , 157-81).
114
Rétor paflagonio, pagano, desde el año 335 senador muy influyente. En el año 383 llegó a ser praefectus
Urbis de Constantinopla, y fue tutor del joven augusto Arcadio. Dirigió a Teodosio 19 de sus 33 discursos. No
es preciso destacar que, con las circunstancias descritas, Temistio disfrutaba de una inmejorable infonnación,
tanto archivística como libraria y directa. He consultado la edición para Teubner de W. Dindorf, Themistii
orationes, Hildesheim, 1961, p. 279.
11 5
Creo que ésta es también la primera vez que modernamente se evoca a Temistio para este propósito.
Nicolás Antonio en 1696 (BHV, su nota 2 de p. 98), al observar que ningún otro texto antiguo autorizaba la
idea de que A. Pío fuera italicense, propuso la corrección de 'AvtQ>vhvov en <Hadrianum>, pensando que el
error estaba ahí. Yo sugiero, en cambio, que Antoninum está correctamente por Marco Aurelio Antonino (que
sí era bético de origen), y que es <<Marcum» la palabra a corregir en Hadrianum, o bien a suplir, si es ella la
que falta. El texto no tiene otras variantes (ed. cit., p. 279), pero obsérvese, en el texto comúnmente aceptado,
que las palabras «ni a Marco ni a Antonino» contienen de todas formas algún error, bien onomástico, bien
cronológico, ya que se habla de tres emperadores, de los cuales A. Pío reinó antes que Marco, no se llamó
Marco y no fue hispano. Este locus de Temistio es uno de los varios que utilizo para probar Ja origo bética de
Teodosio (en el art.cit. supra en nota 6).
384 SCRIPTA ANTIQVA

25] ANÓNIM0 117 , Epit. de Caes., 14, l (cf. PAULO DIÁCONO Y"L. SAGAX): Aelius Adrianus, stirpis
<ltalicae?> 118 {Ita/ae}, Aelio Adriano, Traiani principis consobrino, Adriae orto genitus, quod
oppidum agri Piceni etiam mari Adriatico nomen dedit, imperavit annis viginti duobus.

e) SEIS TEXTOS Y ARGUMENTOS INDIRECTOS: DE LA SORS VERGILIANA AL


LEXICON DE SUDA

Me resta sólo agregar algunos textos y argumentos que no afirman .expresamente, como hemos
visto en los anteriores, que Ad.riano naciera en Itálica, o que no naciera en Roma, pero sí añaden
aún más que sugestivos indicios en favor de la hipótesis que aquí estoy defendiendo. Algunos de
ellos no se han alegado nunca o casi nunca en la polémica, y comenzaremos por el episodio de la
sors Vergiliana.

26] SCRlPTORES HISTORIAE AUGUSTAE, Vita Hadr. 2, 8: Quo quidem tempore, cum.
sollicitus de imperatoris erga se iudicio (Adriano) Vergi/ianas sortes consuleret:
"Quis procul ille autem ramis insignis olivae
sacra ferens? Nosco crines inca naque menta
regis Romani, primam cui legibus Urbem
fundabit, Curibus parvis et paupere terra
missus in imperium magnum, cui deinde subibit"
sors excidit, quam a/ii ex Siby llinis versibus ei provenisse dixerunt 119 •

116
La «genealogisehe Rekonstruktion» que A. Lippold supuso fabricada para vincular a Teodosio con
Trajano, aparte de no resultar verosímil, no necesitaba en todo caso incluir a Adriano, que sin embargo aquí
aparece mencionado como nacido en la misma ciudad. ·
117
Esta obra., al igual que el De viris illustribus y la Origo gentis Romanae, que suelen ser reunidas con el
Líber de Caesaribus de Aurelio Víctor (sobre él véase supra, texto nº 7), como en la edición de Fr. Pichlmayr-
R. Gründel para Teubner (Zwickow, 1970) que sigo, se debe a un autor anónimo, ligeramente posterior a él,
puesto que llega hasta el año 395, cuando Víctor se detenía en el 360. Resulta evidente que el Anónimo se
basa mucho en Víctor, pero no exclusivamente, ya que muchas veces da informaciones que no aparecen en su
predecesor.
118
Fr. Pichlrnayr, en el aparato crítico de esta página (149 ad !in. 24), indica que los mejores mss (son A B t)
traen <<italiae», pero también que en otros dos de ellos, aunque no de la mejor tradición (l. y µ ) se lee
<<italicae» (lectura que conserva F. Eyssenhardt en su Historia miscella, Berlín, 1869). Dejo esta fuente como
dudosa sólo porque la palabra stirpis me parece más adecuada para un origen étnico, aunque Aurelio Víctor sí
mencionaba a Itálica expresamente en relación con Trajano (13, 1), b) y llamaba a Adriano civis de aquél (1 3,
12, cfr. supra texto nº 7). También tiene a favor un texto de Paulo Diácono (autor del siglo VIII que usa el
Epitome) que trae: Elius Adrianus stirpis Ita/ice Hispania .. ., donde Hispania es glosa de Paulo: cf L. Sagax
(s. XI), Historia miscella, en: MGH, Auct.ant. 11, 1879 (1913), 311. Para el padre de Adriano, Hadrianus Afer,
como Adriae ortus, véase lo dicho más atrás, en la nota 49, y la noticia sobre él, poco o nada conocida, que
mencionaré más adelante (bajo el argumento nº 28).
119
«Por aquella núsma época [scil., h. 97-99 d.C.], preocupado (Adriano) por sus esperanzas de llegar a ser
emperador, como consultara las profecías Virgilianas le tocó ésta en suerte: "¿Quién es aquél que, a lo lejos,
porta los sagrados objetos, coronado él en cambio con ramos de olivo? Reconozco la cabellera y la canosa
barba del rey de Roma que consolidará con leyes a la joven Urbs; enviado, desde la pequeña Cures y una
tierra modesta, hacia un gran imperio, al que después ascenderá". Otros afinnaron que la profecía le había
llegado a Adriano de los versos Sibilinos». (Para primam Urbem opto por «joven Urbs», en vez de por «la
primera Roma» o «la principal de las ciudades», que tampoco carecerían de algún sentido, debido a las citas
posteriores de esta profecía, q. vid. infra).
IN HONOREM A. MONTENEGRO ET J. Mª BLÁZQUEZ 385

El recurso a este popular método de vat1cm10 romano se produce en un momento muy


significativo: Aunque el joven Adriano gozaba, en este comienzo del reinado de Trajano, del
afecto de su tío segundo y tutor, sentía al mismo tiempo el odium de su cuñado, Ursus Servianus,
que tenía sus propios descendientes y aspiraciones, y que sin duda era sólo el más poderoso entre
los muchos enemigos que le rechazaban como el más posible heredero del nuevo emperador120•
La sors le ofrece entonces este párrafo, aplicable a su propio futuro. En principio, creo que estos
versos de la Aeneida (VI, 809· ss.) no pueden ser traducidos tal como, ni en el momento para el
cual, los escribió Virgilio, sino, aunque siempre respetando las palabras, pensando más en por qué
Adriano y otros «comprendieron», desde un punto de vista profético, que este pasaje donde se
hablaba de Numa Pompilio se podía referir también a él. Sin duda la más clara es la referencia al
«rey que viene de lejos, coronado con ramos de olivo», porque incluye, además de la dístancia, el
árbol simbólico de la provincia Baetica y el icono de una de las más tradicionales riquezas de
Hispama. En cambio, no creo que a los 21 o 22 años Adriano llevara ya su característica y
pionera barba (que quizá se dejara crecer, no por ningún defecto, ni por su pasión helénica, como·
se dice, sino emulando al regio modelo que la profecía le marcaba). También me parece seguro
que a su joven edad nadie, ni Ad.riano mismo, podría imaginar que con el tiempo sería
peritissimus sacrorum, y otro gran reformista y legislador como lo fue Numa: Un rey pacífico y .
dado a las leyes que reinó tras otro fundador y guerrero, Rómulo; dos afortunados precedentes, en
efecto, para Trajano y para él ~ismo. Pero en el año 98, como digo, todo eso aún no era previsible
para Adriano. Por lo tanto, la otra u otras referencias en las que el preocupado consultante sí
podría «reconocerse» tienen que hallarse en los dos últimos versos.
La clave es, pues, la ciudad de origen desde la que el rey coronado de olivo viene hacia Roma,
missus in imperium magnum, definida como parvae Cures, y cuya «~ducción oracular» desde el
punto de vista en el que me sitúo no es ya tan evidente. En mi opinión no sería con su sentido .
directo, esto es, en el de la época exacta en que lo escribió Virgilfo: «la humilde Cures», que es
exacto con respecto a Numa Pompilio 12 1, pero no tan transparente para Adriano, ya· que a priori
no nos consta ninguna relación particular de éste con los Sabini (excepto, se me ocurre, Vibia
Sabina , su aún futura aspera et morosa ·mulier) 122 • Aunque la palabra Cures podría tener otra
variante, a efectos de la «doble lectura» del vaticinio 123 , junto a ella, y manteniendo tal palabra
una evidente relación con los sabinos como antiguos fundadores de Roma, me parece mucho más
sugestivo recordar ahora que Cures no perteneció a la tribu Quirina, como casi todas las demás

120
Vita Hadr. 2, 6 (dando como causa sus derroches y deudas). Lo mismo se puede percibir en el panegírico
pliniano, declamado en pleno Senado (XCIV): Deinde, ut quandoque successorem ei tribuas, quem genueric,
quem f ormaverit, similemque f ecerit adopraco; aut, si hoc f ato negatur, in consilio sis eligenti, monstresque
aliquem, quem adoptari in Capitolio deceat. Finalizando ya, Plinio pide a Júpiter que otorgue un hijo propio a
Trajano (lo que, por cierto, se contradice con Paneg. VII) y que, si ello no es posible, le inspire para que elija
para adoptar aliquem, quem ... deceat. Veo ahí un clarísimo menosprecio de Adriano (confumado por Vita
Hadr. 3, 10·1 l), actitud que sólo cambió en el 108, tras la muerte de L. Sura (cf mi trabajo en nota 3, donde
asocio tales cambios al llamado testamentum Dasumii).
121
Así, por ejemplo, E. Cruy, en la edición de Loeb: «desde su humilde tierra de Cures», y muchos otros
filólogos e historiadores.
m Creo que sería ya exagerar las capacidades adivinatorias de las famosas sortes Vergilianae el suponer que
con los Sabini él reconoció su (con certeza ya por entonces muy previsto) matrimonio con su prima, con la
que se casaría poco después, en el 100. Aunque este matrimonio fue también otro factor fundamental, como
sabemos, de su ascenso al imperio, y sin descartarlo completamente, daré una segunda y creo que más
racional explicación.
123
Los vates pudieron también «traducirle» la frase a Adriano como «enviado desde una tierra humilde y de
modestos ciudadanos...», ya que encuentro la variante curis, ·is , de quiris, ·is, como equivalente a quiritis,
atestiguada, especialmente en poesía (OLD, 475 , reenviando a p. 1559, ac. l ).
386 SCRIPTA ANTIQVA

ciudades sabinas 124, sino a la muy antigua y poco frecuente Sergia: Y ésta era también,
casualmente, la tribu de Ita/ica, en estos años todavía (probablemente desde César en el 45
a.C. 125 ) un municipium civium Romanorum, y el más «romano» de toda Hispania a juzgar por sus
reversos monetales: Por tanto, el emperador que sucedería a Trajano vendría de una ciudad
inscrita, como Cures, en la tribu Sergia. De forma que a través de estos versos de Virgilio
(supuestamente elegidos al azar), que el poeta puso un siglo atrás en boca de Anquises
precisamente cuando describé a su hijo Eneas a sus futuros descendientes, los soberanos de
Roma, sí que podría tranquilizar a Adriano sobre sus futuras esperanzas de llegar a ser él uno de
ellos, como único pariente varón consanguíneo del poderoso Trajano, recién ascendido al trono.
Ya que él procedía, en efecto, de una provincia lejana, cuyo signum era el olivo126 , y de una
ciudad de cives Romani, esto es, de quirites, modesta o humilde con respecto a Roma y el
magnum imperium hacia el cual él sería missus, como en efecto era el caso de Itálica, que, sobre
todo, al igual que Cures, pertenecía a la prestigiosa tribus Sergia. El resto de las predicciones se
cumplirían pocos o bastantes más años después.

Esta profecía sobre Adriano debió de ser sonada en la Antigüedad, y no un invento posterior de
la Historia Augusta, como a veces se ha sugerido 127• Ya que he encontrado rastros de su tenor y
texto concretos en al menos cuatro pasajes anteriores al año 400, fecha aproximada de la
composición de la HA. El primero demuestra que los senadores la conocían perfectamente:
cuando Claudio Tácito, siglo y medio después de Adriano, en el 275 d.C., alega ante el Senado
que no quiere ser emperador porque es ya viejo, los senadores le repiten que Nerva, Adriano y Pío
también llegaron muy maduros (senes) al Imperio, y «... et tu /egisti: incanaque menta regis
Romani..., dixerunt decies» (Tac. 5, l). El segundo en Eutropio (Brev. VIII, 8, 1) cuando compara
a Trajano con Rómulo (pero aplica a Antonino Pío la semejanza con Numa). Los otros dos están
124
Para Cures y la Sergia, aparte del clásico W. Kubitschek., lmperium Romañum tributim discriptum, Viena,
1889, 55, véase L. R. Taylor, The Voting Districts of the Roman Republic. The T!zirty-five Urban and Rural
Tribes, Roma, 1960, 60 ss.: Los Sabini por antonomasia eran los de Cures, según se creía patria de Tito Tacio
y Numa, origen del dios Quirinus y del término quirites para definir a los Romanos, que veían en ella la vieja
metrópolis sabina. Estos veteres Sabini de Ovidio, severissimi homines en Cicerón, recibieron los derechos
parciales de ciudadanía en el 290, y la civitas plena en el 268. Pero la mayoría de las ciudades sabinas no
estaban, como ellos, en la tribu Sergia, una de las rurales más antiguas, sino en la Quirina (pp. 274-275).
Buen número de senadores militaban en esta tribu (p. 278). Para la tribu Sergia en Hispania, poco frecuente,
cf. R. Wiegels, Die Tribusinschriften des romischen Hispanien. Ein Katalog (Madr. Forsch. 13 ), Berlín, 1985,
167 y passim.
125
Ya hace un tiempo sugerí, tras traducir de nuevo el famoso paso de Dión Casio XLIII, 39, 5, que debió ser
Julio César, después de la batalla de Munda en el 45 a.c.. el que reorganizara la Hispania Ulterior conforme a
la nueva situación resultante, concediendo el privilegiado status de municipium c. R. como premio a las pocas
ciudades que le habían sido fieles (como !talica y C/ia Fidentia), y - al revés de la imagen habitual de
«privilegio» con que se las suele ver- castigando con la recepción de una colonia c. R. a las que lo habían sido
a Pompeyo (los casos de Urso, Corduba, Hispa/is, Hasta ... ): cf A. M. Canto, «Algo más sobre Marcelo,
Corduba y las colonias Romanas del año 45 a.C. ». Gerión 15, 1997, 253-281, espec. 274 ss., y ya antes en
Latomus 50, 1991, 846-857). [Cf la incorporación de esta y otras ideas sobre la Córdoba romana por P. León,
en Colonia Patricia Corduba (Córdoba, 1993), texto de la nota 33, y en AEspA 72, 1999, 42-44 (aunque se
haya olvidado una vez más de citar su fuente); y por A. Ventura, en AEspA cit. , p. 58 dextra supra y nota 7,
donde sí la reconoce (pero no en su nota 36... )]
126
El olivo aparece sistemáticamente asociado a Hispania en las representaciones monetales.
127
Autores que no toman en cuenta los textos posteriores que citaré ahora, como su biógrafo B. W. Henderson
(op.cit., 22), consideran la anécdota una «in after days invented story», a la que dio crédito «the credulous
biographem. Pero por qué no iba a ser cierta, en un hombre como Adriano, tan aficionado y experto en
astrología y al que, por otro lado, su tío abuelo de igual nombre ya había pronosticado lo mismo en su infancia
(Hadr. 2,- 4 ). Cuando se analiza la Antigüedad, induce por igual al error el ser muy crédulo, como el ser
completamente incrédulo.
IN HONOREM A. MONTENEGRO ET J. Mª BLÁZQUEZ 387

en el Panegírico a Teodosio I de Latinio Pacato (389 d.C.), uno en IV, 5: Haec (scil., Hispania)
Traianum illum, haec deinceps Hadrianum misit imperio ..., en el que reaparecen los vocablos
mittere, deinceps e imperium (además de Hispania) pero sobre todo misit imperio, igual que en la
sors. El cuarto en XI, 6: evocando la ciudad de Roma sus tiempos más felices, añora aquella
época en la que «legibus Hadrianus imbueret me [scil., a la Urbs]» 128 , donde vemos también
juntos el trinomio Hadrianus, Urbs y leges. Todo ello, pues, rememora los versos de la sors
Vergiliana referida luego por la Historia Augusta y no sólo confirma, pienso, la veracidad del
episodio, sino que era una d·e las anécdotas que la posteridad conservó en relación con los
destinos imperiales. De hecho, creo que se conservan en el retor y anticuario del siglo VI
Johannes Lydos otros ecos de esta asociación entre Adriano y Numa129• Terminado el presente
primer argumento130, casi será superfluo preguntar a los múltiples defensores del nacimiento de
Adriano en Roma esto: ¿De qué forma estos versos virgilianos, que Adriano y otros príncipes,
senadores y escritores, coetáneos y posteriores a él, entendieron más o menos así, podrían haberle
sido aplicables si Adriano hubiera nacido y crecido ya en la propia Roma? Parece evidente que de
ninguna Aparte de que Numa en su época fue realmente considerado un advena, Roma no puede
ser definida como parvae Cures ni como pauper terra, cuando además se menciona
simultáneamente la prima Urbs a la que el nuevo rey llegará, o sea, la propia Roma

27] P. AELIUS HADRIANUS-1FER, UN GENERAL EXPERIMENTADO SEGÚN SUDA: «A


CHILDHOOD IN FLAVIAN ITALICA?»

Tienen bastante .que ver con todo ello otros dos detalles, que suelen pasar más desapercibidos y
que sugieren, si no demuestran, que. el pequeño Adriano debió pasar en Hispania, y quizá en la
propia Itálica, bastante más tiempo del que se dice. En primer lugar, el officium de su padre.
Cuando éste murió, después de enero del año 86, Adriano, nacido en enero de 76 d.C., tenía diez
años (Hadr., 1, 4: decimo aetatis anno) 131 , y su padre apenas los 40 132 • La HA no menciona el

128
Ambos según la· ed. de R. Galletier en la col. Budé, Panegyriques Latines, t. III (núms. XI-XII), París,
1955, XII, pp. 78-79.
129
No he tenido tiempo aún de revisarlos bien, pero es curioso que el párrafo que Lydos asigna a Adriano
(tampoco citado por RE, PIR, ni los demás biógrafos modernos: « ...nacido de la noble familia de los Aelios...
por lo cual ordenó a sus sucesores que se inscribieran en este nomen ...»}, se halle entre dos dedicados a
Numa sobre cuestiones religiosas: loannis Lydi Liber de mensibus, ed. R. Wünsch (reed. Stuttgart, 1967), l. 1,
parágr. 17, 18 y 21. Parece claro que Lydos consulta otra fuente, no identificable entre las usuales. Dejo para
otro momento el profundizar en esta relación.
130
Para el que encontré Wl solo predecesor, como ya dije, en el casi inencontrable artículo citado de G.
Tropea. de 1903 (supra nota 45). Aunque él no llega a establecer la posible relación entre Cures , su tribu
Sergia e Itálica, sí pone sagazmente de manifiesto (p. 153) que «se Adriano fosse nato in Roma, avrebbero
P.Otuto dire le sortes che i1 destinato ad essere signore del grande impero nasceva dalla piccola Cure e da
povero paese? Non sarebbe stata una stolida e pericolosa falsita, anzi un'offesa al principe?».
131
Contra Syrne, art.cit., 142, que cree que sólo tenía 9, y por tanto que Afer murió en el año 85: «Which was
the year, is the reckoning cardinal or ordinal? .. . It can be supposed that Trajan was at Rome when Haclrian 's
father died. And let 85 be assumed the year... ». Pero nadie cuenta su propia edad por referencia al próximo
cumpleaños, sino cuando cada año ha sido realmente cumplido, lo que es aún más fácil en el caso de Adriano, por
cuanto los hacía en enero. Durante todo el año 85, pues, se habría dicho que tenía 9, hasta el 24 de enero del 86 en
que cumpliera los l O (esto es, como lo hacemos todo el mundo). Por la misma razón, el quinto decimo anno ad
patriam redit de Hadr. 2, 1 debe fijarse en el año 91, y no en el 90 (pace, lógicamente, Syme, ibid., 143: <<. .•
Haclrian saw his ' patria' for the first time in the year 90, 'quinto decimo anno' ... »).Siguiendo estrechamente a
Syme, Birley también opta, respectivamente, por los años 85 y 90 (op .cit., 16: «·... In the course of the year 85 or
at latest in January 86 carne the death of Haclrian 's father»; y 19: «sorne time .after his next birthday, 24 JantlaI)'
90, Hadrian 'went back to Italica'».
388 SCRIPTA ANTIQVA

status senatorial de Afer, pero sí Dión CasiQ (LXIX, 3, 1) 133 , quien dice (vía Xifilino) que al morir
era praetorius. A. R. Birley sugiere que en los años anteriores a su muerte Hadrianus Afer pudo
ser legatus de su tío el procónsul de Asia, esto es, de Trajano padre, en 79-80, o bien ser él mismo
procónsul, o legado del procónsul, en la Bética (explicando así el ad patriam rediit, en el año 90
para él, aunque debió de ser en el 91: quinto decimo anno). Desde el punto de vista de las
suposiciones en el que Birley se coloca, si tomáramos en cuenta el único y conocido testimonio de
Dión Casio, que define a Afer cómo sólo praetorius, expretor, ello más bien querría decir que no
desempeñó ninguna función pretoriana. Ya que era más normal haber desempeñado ésta antes de
los 33 (Trajano, ad ex., fue praetor en el 84, con 31 de edad), y un lapso de siete años sin ejercer
un nuevo cargo ni optar por el consulado podria indicar quizá alguna enfermedad prolongada, que
retirara a Hadrianus Afer prematuramente de su cursus honorum. Habiendo o no desempeñado ya
alguna función postpretoria, tal retiro pudo ser ya en Itálica, desvaneciéndose así todas las
hipótesis-viajeras, helenizantes o romanas. Pero existe, afortunadamen~e, una segunda referencia
sobre el posible último cargo de Afer, que encontré en el lexicógrafo bizantino Suda o Suida, y
que, por lo que sé, también viene siendo hasta ahora desaprovechada. Creo que su padre, en su
función de vir praetorius, habría ejercido un comando legionario:

SUIDAE Lexicon, EV 52?1 34 : 'Aopmvóc;· JkxcnA.e'\><; 'Proµcxí<.OV.. . yévoc; ~O'\>AEU'tOU 1tCX'tpÓ<;


ecrtpCX't'flYTllCÓ'tOS "Aq>pou· oütro yap mvoµá.t;eto· («Adriano: emperador Romano... hijo de un
padre senador, Afer, experimentado general 135 , cuyos nombres (sci/. Aelius Hadrianus) él
llevó ... »).

Cabe, pues, suponer que, al igual que Trajano, que a los dos años de ejercer lapraetura (en 84
d.C.) fue nombrado comandante de la.Legio VII Gemina (en 86) también su primo, Hadrianus
Afer, púdo ejercer una misión semejante, entre los años 79-80 (si, nacido h. 46, fue pretor h. 77).
Según dónde ella se desarrollara, y el tiempo que la desempeñara, ya no resulta tan matemático
que se llevara consigo a su familia. Si el cognomen Afer, redundante sobre el suyo propio
(Hadrianus), se debiera a este mando militar, éste se habría desarrollado en A/rica. Pero no lo
sabemos. A su vez, un tiempo medio de tres años pondría su terminación hacia el 82-83, faltando
aún tres años para su muerte, por lo que son años que también pudo pasar en Itálica. Con esto no
quiero entrar en el juego de las múltiples «guesS'es», para las que realmente no hay apenas datos,
sino solamente explicar cómo también es posible que el niño Adriano pudiera pasar casi toda su
«childhood in Flavian Italica», a partir de este dato inédito sobre Afer.

28] ¿UNA TUTELA A LARGA DISTANCIA? TRAJA>IO Y SU MANDO DE LA LEGIO VII


GEMINA FELIXE~ HISPAN/A, ENTRE 86 y 89 o.e., y LA VEXILLATIO DE ITÁLICA

132
P. Grenfell et al., Fayum Towns and their Papyri, Londres, 1900, 112-115: se trata del papiro Fayum n" 19,
encontrado fuera de contexto y que contiene copia de una carta de Adriano al futuro Antonino Pío poco antes
de su muerte en el 138, donde le comenta esta circunstancia. Vid. asimismo. M. Bardon, Les empereurs et les
lettres latines, París, 1940, 410411, con bibl.
133
PIR 2 Aelius 185: praetorius según Cas. Dio LXIX, 3, l (añade Groag, p. 31, que de él también Zonaras:
pero este autor del siglo XII sólo dice que A. fue hijo de Hadrianus Afer, sin mencionar su rango: PG Migne,
Zon. Annales, París, 1864, t. I, p. 991 ).
134
Suidae Lekicon, Lexicographi Graeci vol. I, ed. A. Adler (reed. Stuttgart 1971 ). 54 (sin variantes).
135
El vocablo no es propio del léxico griego clásico, sino del bizantino. También sería posible traducir como
«pretor militar, gobernador militar>>. *Corrijo [2015] este pequeño detalle: E<J"TPU'TllYllh.-Ó"To<; se usa ya en griego clásico.
Y, para algún colega que me ha discutido esta interpretación, recuerdo a hora:
a"Tpa" "T11Y- Éro [ ... ] : A
to be genera~ Hct .5.28, E.Heracl.391; esp. at Athens (v." m:pcnriyóc;" 11), Ar.Eq. 288,
Nu.5 86, Th.1.57, etc.; "1q:nyóV(J)v dmi Tu'>v ro"tpa"T1\"(1lm"Trov" Aeschin.1.27, cf. D.34 .50 (H.G. Liddell -R. Scott,
A Greek-English Lexicon, Oxford, 1940, en
http ://www.perseus.tufts.edu/h opper/text?doc=Perseus%3Atext %3Al 999.04 .O 05 7%3Aent¡y%3Dstrathge%2Fw
IN HONOREM A. MONTENEGRO ET J. Mª BLÁZQUEZ 389

Abriendo más las posibilidades de una infancia italicense de Adriano, otro argumento que no se
suele tener en cuenta es que P. Ae/ius Hadrianus Afer dejó designados en su testamento a dos
tutores legales para sus dos hijos, aún menores (Adriano y su hermana Paulina): su primo camal
M Ulpius Traianus y el eques, asimismo civis suyo (según Dión Casio, texto nº 4) y quizá
conmilitón (Suda, sub nº 27). Acilius Attianus 136 . Y que estas custodias legales suelen ser
ejercidas en la mayor proximidad. Syme supuso que, al morir Afer, Trajano estaba en Roma, pero
sin basarse en nada en particular, quizá porque tomaba el 85 como año de la muerte en vez del 86
(como dice realmente la HA: ut supra). Pero veamos la situación de esta otra manera:
Precisamente en este año 86 Trajano, por entonces a su vez expretor, fue designado legatus
legionis VII Geminae, y ello quizá durante el periodo reglamentario de descanso en su patria. No
necesitaba volver a Roma para tomar posesión del nuevo cargo, y posiblemente desde la propia
Itálica se dirigiría a Legio o a Tarraco para incorporarse a su nuevo destino. En el mando de la
única legión en Hispania se mantuvo casi tres años, hasta su precipitada salida hacia Germania en
el 89 137 para ayudar a reprimir la revuelta de Saturnino, como es bien sabido. Con él, formando
parte de su concilium, seguramente se hallaba también su conciudadano y compañero de armas
Acilius Attianus. Suponen los autores que comento y otros muchos que durante todo ese tiempo,
86-89, el ahora pupilo de ambos militares, el pequeño Adriano, "continuaría" viviendo en Roma.
Pero esa idea carece de lógica: Trajano permaneció esos tres años justamente en Hispania,
dedicado como mucho a recorrer la península y las distintas vexillationes de la legión. Y se suele
olvidar que una de éstas tenía su sede precisamente en Itálica138 • Así que no seria normal que

136
Hadr. l, 4: El segundo era el posiblemente también italicense eques P. Acilius Attianus, años después
prefecto del pretorio, con Trajano y con él mismo (cf Hadr. 4.2, 5.5, 8.7, 9.3 bis y 15.2). ESta designación de
Afer es uno de los ·ocho o diez argumentos que militan en contra· dda hipótesis de G. di Vita-Evrard cuando
supone que Cn. Domitius Tullus era el abuelo de Adriano [primero en «Le testament dit de Dasummius:
testateur ·et bénéficiaires», Novedades de Epigrafía jurídica en el último decenio, (Actas congreso AIEGL),
Pamplona (1987) 1989, 159 ss.). Aparte de las vcµlas objeciones detalladas que ya le hice en mi art.cit. en nota
3 [entre ellas que la ·madre de Adriano no se llamó Domitia lucil/a, sino Domitia Paulina, pues la colega
francesa no comprobó este fundamen~l texto de la Vita Hadriani, como también se lo seña)a A. R. Birley
(op.cit., p. 309) al desechar sus hipótesis por «conflict \\Íth the evidence»], añado ahora que resultaria también
poco creíble que Hadrianus Afer nombrara como tutores para sus hijos huérfanos a Trajano y Acilio Atiano si
fuera cierto, como pretende la autora francesa, que los niños tenían aún vivo a un abuelo adoptivo (y además
riquísimo), ya que tal (supuesto por de Vita-Evrard) socer, Tullus, sobreviriria a Afer al menos 20 años. La
autora francesa ha vuelto hace poco sobre sus ideas (en: «La famille de l'empereur: pour de nouveaü'X
"Mémoires d'Hadrien"», en el catálogo de Tivoli ya citado en la nota 56, 27 ss.), donde modifica varios de sus
argumentos a la vista de mis objeciones (aungue. naturalmente, no lo reconoce), corno la inverosímil
longevidad de sus personajes (cf Ja pág. 287 de mi art.cit. de 1991, con su actual nota 45, donde la madre, la
tía y la nutri.x de un ya muy anciano testador son opommamente reconvertidas en su hermana, y en tía y nutri.x
de su hija («pour ne pas multiplier les records de longevité ... je pré(úe [!] considerer Dasumia Polla...», y
luego compárese con su nota 22). Se puede, en fin, comprender bien Ja falta de acierto en un colega - todos
estamos sujetos a ello-, pero este tipo de infracciones éticas resultan imperdonables. En breve espero poder
publicar algunas ya necesarias puntualizaciones sobre este tema, donde se hallarán muy expresivas citas
literales.
137
D. K.ienast, op.cit., 122.
138
i
lateres y tegulae estampillados con el nombre de la legión, l VII G F (CIL II, 1125, 6252, y Alicia M.
Canto, la Epigrafía Romana de Itálica, Madrid [1983), 1985, nos. 68 y 69, láms. XL a y b, éste hallado en
1963 por A. García y Bellido cerca del anfiteatro), posteriores al año 73-74 por el epíteto de F(elix), y
anteriores a S. Severo; a su vuelta en el 75, se asentó en Hispania definitivamente. Hübner dice que vio en el
Museo varias tegulae más del mismo tipo y procedencia, hoy perdidas y Bellido habla de otro ladrillo similar,
sin la L inicial, también luego perdido. En mi tesis doctoral supuse (ibid. pp. 324-325) que esta vexillatio de
Itálica pudo ser permanente, y colaborar en las grandes obras de la ciudad, especialmente en las hidráulicas (p.
326, y la lápida de un miles , CIL II, 11 26 = ERIT nº 70, sin el epíteto de Feli.x pero del siglo II, cf. también
MM 20, 1979). M. T. Boatwright desconoce estos detalles, que afectan al urbanismo de la ciudad, porque las
obras ortodoxas que ella maneja omiten una parte, y no pequeña, de la bibliografia existente sobre Itálica.
390 SCRIPTA ANTIQVA

durante todo ese tiempo Trajano tuviera tan lejos de sí a sus dos jóvenes pupilos, huérfanos
precisamente desde el 86, sino todo lo contrario, dónde estarían es en la propia Hispania; si no
junto con él, en sus castra, sí lo más cerca posible, incluso en la propia Itálica, al cuidado de su
madre (y prima), Domitia Paulina, y cerca también del resto de su familia y de sus posesiones
gaditanas. Ya que no es habitual ni prudente el ejercer la tutoría de unos sobrinos huérfanos
manteniéndolos tan lejos, y los casos conocidos indican lo contrario (corno el del propio Lucio
Vero 11 junto a Adriano: Ael. 7, 2). En cambio, sí sería lógico que en el año 89, marchando
Trajano al frente de la legión con urgencia hacia Germanía, para una situación de grave peligro,
decidiera enviar a su familia a Roma, para que esperaran allí su regreso. Adriano tenía 13 años, y
veríamos entonces encajar muy bien que desde la Urbs, quinto decimo anno aetatis suae,
Adriano, pupillus del ya consul ordinarius del año 91, ad patriam rediit (cf infra).

29] SCRIPTORES HISTORIAE AUGUSTA: Vita Hadr. 3, 1: Quaesturam gessit ... in qua, cum
orationem imperatoris in senatu agrestius pronuntians risus esset...

En el año 1O1, cuando, corno quaestor candidatus de Trajano, Adriano declama, en nombre del
emperador, su primera oratio (redactada, suponemos, por el refinado clasicista Licinio Sura)
contaba ya con 25 años de edad. Según los eruditos que insisten en que nació en Roma, habría
pasado casi toda su «childhood in Flavian Rome» 139 , o quizá algunos años incluso en la propia
Grecia, adquiriendo ya entonces (según ellos) las bases de su posterior helenismo 140. Por el
contrario, Hadr. 1, 5 sugiere que la inmoderada pasión juvenil de Adriano por lo griego, y su
apodo de «el Grieguito», suceden sólo una vez hu~ano, en el año 86, y que tales estudios
dependen directamente de sus dos tutores italicenses, Trajano y Acilio Atiano: .. .Ac decimo
aetatis anno patre orbatus... tutores habuit. lmbutusque inpensius Graecis studiis, ingenio eius sic
ad ea declinante, ut a Tionnullis Graeculus diceretur... ». Donde se comprueba que sus estudios
griegos no le fueron inculcados en su primera infancia, sino tras su orfandad, cuando además,
como hemos visto, precisamente no debió ·d e estar en Roma, y menos aún en Grecia (ut supra noS
27 y 28). Resulta .c urioso recordar ahora que Plinio jr. también llama en un momento dado
Graeculus a Trajano, aunque éf magíster (Paneg. XIII). Parece claro, pues, que los autores que
defienden tan temprana «helenización» de Adriano no la han ubicado correctamente en el tiempo,
y seguramente tampoco en el espacio: Aseguran que el niño habría pasado en Roma o en Grecia
casi todos los años de su infancia y adolescencia, hasta que llega a Hispania, «for the first time»,
ya con su toga viril, pero sólo para una <<Short season ... brief stay» (Syme), «brief stay... short
stay» (Birley). Las preguntas entonces son obvias: ¿Se pueden conciliar todas esas guesses con el
hecho de gue, cuando Adriano se dirige al Senado, contando ya 25 años, su todavía «rústico
acento» provocara en su primera intervención oficial ante el Senado tan general hilaridad? ¿Cómo
es posible que un hombre de ilustre y senatorial familia, que ha pasado toda su «childhood in
Flavian Rome», pueda llegar a los veinticinco años conservando un acento o «provincial» o

139
Es precisamente el título de A. R. Birley a su cap. 1, 10 ss., y en 13-14: «Whether Hadrian's parents took
him back to the old family home in his early childhood is rather doubtful. .. senators were expected to live at
Rome ... », de donde saqué el título para mi argumento nº 27.
140
Syme, art.cit. 144: «The young Hadrian owed bis education to Rome of the Flavian emperors, highly
hellenized and continous with the Neronian epocb. Hadrian did not become a 'Graeculus' at Italica ... ».Por su
lado Birley (ibid., 14-15), en una de sus varias hipótesis sobre los cargos que pudo desempeñar el ya pretor
Hadrianus Afer, le imagina («no more than a guess») como el tercer legado de su tío, Traianus pater,
procónsul de Asia en 79-80 ... «that the child Hadrian could have accompanied bis parents to Ephesus, Smyrna
and other ancient and opulent cities ... cbildhood impressions are important... Afer could easily have been
proconsul of Achaia in the early 80s, when Hadrian would have been a hoy of four or five. Still, there is no
need to invoke such speculation to explain bow sorne who grew up in Flavian Rome would be so attracted to
ali thing hellenic. Rome was by then ... the largest Greek city in the world .. .». Pace cfr. ahora el texto nº 27.
IN HONOREM A. MONTENEGRO ET J. Mª BLÁZQUEZ 391

«provinciano»? Sabemos que fue esta pública vergüenza, según la propia Historia Augusta (3, 1)
la que le movió ad summam peritiam et facundiam Latinis. Y no se trataba de que hablara mal el
latín, sino de que su acento (pronuntians) era agrestis, esto es, el de un hombre que no ha pasado
el suficiente tiempo en un ambiente urbano y cultivado como el de Roma. Una vez más, la propia
Vita Hadriani contradice a sus defensores.

30] CLAUDIO CLAUDIANO, Laus Serenae, cit. (sub nº 11), w. 63-64: Sola novum Latiis
vectigal Hiberia rebus I contulit Augustos.

En la relación de los augustos nacidos en Hispania, como ya vimos, Claudiano contaba a


Adriano. Estos otros versos suyos son otro testimonio indirecto, pues sólo se puede entender si se
admite que tan regio vectigal lo entregaba Hiberia al Latium, o, lo que es lo mismo, que Hispania
envió a Adriano, nacido en ella, al imperio. La frase carecería de sentido para ser aplicada a
Adriano si éste hubiera nacido ya en Roma.

31] CIL III, 550 = ILS 308: P(ublio) Aelio P(ublii) f(ilio) Serg(ia tribu) Hadriano...

Como antes comenté, la pertenencia de Adriano a la tribu electoral propia de Itálica no es un


obstáculo menor para los defensores del natus in Roma, y lo que motiva que todos ellos tengan
que admitir que, incluso teniendo su familia un domicilium oficial en la capital, por ser senadores,
la origo oficial de todos ellos siguiera siendo Itálica. Adriano debía de encontrarse tan cómodo en
esta .v enerable tribus (la de la ciudad de Numa y del viejo vaticinio, recuérdese) que, a pesar de
haber sido adoptado por Trajano (en este caso seguramente por vía del testamentum militare), no
pasó a la Papiria 1 lo que sí había aceptado Trajano (también originalmente en la Sergia) al ser
adrogatus por Nerva.

IV. EL ÚNICO TESTIMO~IO A FAVOR DE FAVOR :'.JEL NACIMIENTO DE ADRIANO EN


ROMA: VITA HADR. 1, 3. COMENTARIO SOBRE SUS CONTRADICCIONES

141
1) Vita Hadr. 1, 3: Na tus est Romae ...

Frente al repertorio de 25 textos, procedentes de autores casi siempre o senadores o vinculados


al poder, con acceso muchos de ellos a actas oficiales, a buenas bibliotecas y a fuentes directas. Y
frente a seis argumentos indirectos pero muy significativos como los que acabo de exponer, la
única y solitaria fuente antigua que dice que Adriano vino al mundo en Roma es esta frase de la
Vita Hadriani de los Scriptores Historiae Augustae. Parece asombroso que, tan breve y
contradictoria como se muestra, haya tenido tanta fuerza para inducir al error a tantos buenos
historiadores desde el siglo XVI. Sólo la constatación de su soledad deja ya la sospecha de que en
ese texto la palabra Romae tiene que ser una manipulación o una interpolación posterior. Acabo
de aportar un nuevo texto (Vita Severi 21, 3, supra nº 15) que parece probar que, en efecto, esto
no lo pudo escribir ni suscribir el autor de la Vita Hadriani (sea el oficial, Aelius Spartianus, u
otro), ya que, según hemos leído, en la biografia de Septimio Severo, firmada también por
Spartianus, el emperador Septimio Severo, tan amante y conocedor de los ulpio-aelios, llama a
Adriano municeps de Trajano; y , como mínimo, el biógrafo no pudo despreciar datos bien

141
En la edición de Hohl, p. 3, se comenta en el appar. crit. a esta línea: «12 Rornae] sed Italica Hadriani
patria esse videtur; cf. Hieronym. chron . 197 b) Helm» .
392 SCRIPTA ANTIQVA

conocidos para otro emperador. Pero, incluso sin necesidad de este nuevo apoyo, es obvia la
debilidad del aserto, por sus inmediatas y múltiples contradicciones. Compárese ese natus est
Romae... con las otras cuatro frases que le siguen: ... quinto decimo anno ad patriam rediit (no ya
por patria, sino por redire), y abducto a patria... (ambos en 2.1 ), y con 19.1: in patria sua
quinquennalisfait... in Hadria quasi in afia patria .... (cf supra textos núms. 12-14).

Naturalmente, estas cuatro contradicciones (todas ellas o algunas) no pasaron. ni pasan,


inadvertidas a los partidarios de defender que Adriano nació en Roma. y al primero al propio y
agudo Syme. Por ello las han querido contrarrestar con el casi único ~gumento de que, en las
citadas frases de la biografia adrianea, «patria» no significaría «el lugar de nacimiento», sino sólo
«el lugar del origen familiar», o bien «la origo "legal"» 141 . Ello les lleva, ve/is no/is, a equiparar
fatalmente patria y origo , ~es lo que se repite, desde Syme 143, hasta, en su misma línea, el propio
A.R. Birley recientemente .

Debo entonces llamar aquí la atención sobre el hecho, no señalado todavía, de gue tal
argumento lo refuta también la propia Vita Hadriani: Sólo una decena de líneas más atrás, al
inicio mismo de la biografia ( l, 1), las dos zonas geográficas de «origen» de la familia de Adriano
son caracterizadas precisamente (y, según se afirma, con las palabras del propio Adriano: in libris
vitae suae ipse Hadrianus commemoret), como origo vetustior (a Picentibus) y origo posterior
(ab Hispaniensibus).

Por esta principal razón, además de por otros muchos ejemplos en latín que podrían citarse
-pero ninguno más categórico que un texto del propio Adriano-, sostengo que,. en las cuatro
frases que cité, patria es intencionadamente dif~ente de _origo, al revés de lo que mantuvieron
Syme y tras él otros autores. Ya que origo tiene, en efecto, más que ver con «linaje, estirpe, raza,
ascendencia». De forma que Adriano mismo sí marcó muy bien las diferencias en su biografia: El
origen más remoto de su linaje era itálico, picentino, y el más reciente, hispaniense. Pero, aparte
de estos origines, patria suya propia era la ·de su nacimiento. Y, así, patriam redire sólo puede
significar «volver al lugar de nacimiento, a la sedes nata/is».

Pero vayamos a los conceptos «patria» y <<patria legal»: Patria es la tierra o ciudad en las que se
nace. Ya lo indica claramente su raíz, la misma de pater. Según el OLD145 es «one 's native land,
city, etc.», donde no aparecen contempladas acepciones como <<patria legal» y «domicilium»,
utilizadas por Syme, Birley, Chevallier y otros autores (infra). Añado a ello, a efectos de
comparación de raíces léxicas, que en latín se llamaba también patricus y patrius al casus
genetivus, que parte de la misma raíz que gigno y gignor: «engendrar, dar a luz, nacen> y, por

142
Esto es, lo que en España llamamos «el solar de nuestra estirpe». o «de nuestros mayores», pero que para la
Ley de ningún país funciona como la «patria legal» de nadie.
143
Art.cit. 1954, 142: «Gellius means the ' patria' and 'origo' ...», o, en 143-144: «lt was appropriate that a
senator's son should then [i.e., after assuming the 'toga virilis'] pay a visit to the place of her fathers .. . »,
quien fechaba esta visita juvenil también en el año 90 («for the first time»), aunque la asociaba a_la peste en
Roma del 89, y a la inspección de sus hipotéticas plantaciones de olivos («big oil-men of the West>>), a su
supuesta inscripción en un collegium iuvenum local (por militiam iniit), etc.
144
Op.cit., su nota 1 (p. 315): «There is no need to doubt that Rome was his birthplace [... ] Italica was his
origo or patria and he was registered in the tribe, Sergia, of that place .. .». O en p. 19: «Sorne time after bis
next birthday, 24 January 90, Hadrian "went back to ltalica" [ ... ] but rediit probably simply conveys the sense
that "he went back to the old plantation"». Repite, más o menos , los mismos argumentos de su (por otro lado,
indiscutible y genial) maestro.
145
OLD, s.v., 1310, acepción a, de personas. (1\o me ha sido posible consultar aún el muy reciente fascículo
del Thesaurus Linguae Latinae correspondiente a esta palabra).
Su texto va aqul

IN HONOREM A. MONTENEGRO ET J. Mª BLÁZQUEZ 393

ende, «de nacimiento». Aunque he buscado con interés (pues sé que, aunque respetuosamente,
todo esto se opone a la doctrina de docti homines, y maiores para mí), no he encontrado nada en
los preceptos legales romanos que justifique este tan utilizado argumento de que existe una patria
legal que no es la de nacimiento. Legalmente, patria se opone, en todo caso, a domicilium, como
era el caso de los senadores, cuyo domicilium oficial era, en efecto, Roma, pero sin que ésta
llegara a ser patria sua, pues siempre mantenían como tal la de la ciudad o territorio en los que se
había nacido. Y para algunos ejemplos doy aquí la palabra a los juristas:

a) Dig. 50.l.30. Ulpianus 61 ad ed. : Qui ex vico ortus est, eam patriam intellegitur
habere, cui rei publicae vicus il/e responder.
b) Id., 1.1a.6. Senator ordine motus ad originalem patriam, nisi hoc specialiter
impetraverit, non restituitur.
c) Dig. 50.5.9 pr. Paulus 1 resp. Eos, qui Romae profitentur, proinde in patria sua
excusan muneribus oportere, ac si in patria sua profiterentur.
d) Dig. 50.1.27 pr. Ulpianus 2 ad ed.: Eius, qui manumisit, municeps est manumissus,
non domicilium eius, sed patriam secutus.
e) Sent. recep. Paul. trib. l. la26: Si quis in munere /egationis, antequam ad patriam
reverteretur, decessit, sumptus qui proficiscenti sunt dati non restituuntur.

Como comprobamos, solamente existía una patria, que era la propia ciudad de nacimiento
(incluso cuando se hubiera nacido en uno de sus vici), y una patria communis, Roma, que lo era,
en el plano teórico-espiritual, de todos los cives Romani, como dejan claro también otros textos:

f) Dig. 50.1.33 (Modest.l. S. de manumiss.): Roma communis n_ostra patria est,


g) Dig. 48.22.18 ... relegatus morari non potest Romae, quia communis patria est,

lo que, obviamente, no es aquí procedente. Faltan también las pruebas de tal duplicidad de patriae
en la copiosa documentación epigráfica disponible146• Por lo tanto! no se podría llamar patria a
una diferente de la sedes nata/is, y cuando la Vita Hadriani afirma que Adríano ad patriam
rediit, o que, debido a su inmoderada afición a la caza y las diversiones, Trajano le hizo regresar,
abducto a patria, o que, para honrar aún más sus origines vetustior y posterior, aceptó ser
magistrado honorario quinquenal in patria sua y en Hadria, quasi in afia f atrial no es posible que
se esté refiriendo a Roma ni a ninguna otra (inexistente) «patria Iegal» 14 , sino a la pequeña pero
1

ilustre ciudad bética en la que él, como absolutamente todas las demás fuentes recuerdan, y en
especial su horóscopo, había nacido.
Resumiendo: el "N atus est Romae'' de SHA, Vita Hadriaui 1.3 es sin duda ninguna una interpolación, y
la fuente principal para probarlo es la misma Historill Augusta. Ya es hora de admitirlo ...

146
Me ha facilitado mucho esta pesquisa el útil sitio del Prof. J. Malitz, de la U. C. de Eichstiitt
(http://www.gnomon.ku-eichstaett.de·Gnomon/ILS.html). En casi cien ejemplos localizados en muy
diferentes lugares, incluyendo senadores, siempre in patria sua se refiere a la nativa, y nunca se mencionan
dos patrias, ni Roma y otra patria, cuando, si esto fuera como se dice, habria frecuentes ejemplos, de
senadores y otros personajes nacidos en Roma pero que favorecen a sus supuestas «patrias legales». Parece,
pues, que no hay pruebas para esta hipótesis que repiten tantos estudiosos (que a lo largo de este artículo
singularicé, a efectos ejemplarizantes de auctoritas y actualidad, en R. Syme y A.R. Birley).
147
¿Y no seria también una reductio ad absurdum considerar a in Hadria quasi in afia patria , como «casi otra
patria legal»?
394 SCRIPTA ANTIQVA

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Fig. 2.- Procedencia de los senadores altoimperiales según sus provincias y ciudades (en recuadro,
las capitales respecri\·as). Totales: Bética 108, Citerior Tarraconense 57, Lusitania 30, e hispanos
de provincia indeterminada 14. (Mapa de la autora: Legado, 1998, cit. en nota 7, p. 214).

V. CONCLUSIONES

El lector me sabrá perdonar la acumulación de textos probatorios, y la indispensable longitud de


la documentación a pie de página. Para disculpanne por ello me amparo en los quinientos años
que se alarga ya esta controversia histórica, y en el gran peso específico de los eruditos gue han
sostenido y sostienen aún con tanta seguridad que Adriano nació en Roma. El aumento de las seis
u ocho fuentes clásicamente utilizadas hasta 23 (o 25 si se admiten las núms. 24 y 25), así como
los seis argumentos suplementarios aportados, creo gue deberian zanjar ya lo gue parece un
permanente error (otra cosa es que ello de verdad ocurra, si se escribe en español...). Como
acabamos de verificar, la totalidad de las fuentes directas más antiguas: Apiano, Antígono de
Nicea, Aulo Gelio, Dión Casio, Eusebio de Cesarea, Aurelio Víctor, Eutropio, Latinio Pacato y
Claudio Claudiano, todos ellos de alto nivel cultural, o senadores, o próximos a la corte, o todo
ello junto, y con fácil acceso a la información y bibliotecas, todos repito, tienen a Adriano por
nacido en Itálica. Hay que esperar hasta cerca del año 400 d. C. para encontrar la única fuente
contraria, ella sola y en una obra del no mejor crédito, como es la Historia Augusta, cuyas vitae
maiores también resultan afectadas en ocasiones por interpolaciones, errores y fantasías. Pero es
IN HONOREM A. MONTENEGRO ET J. Mª BLÁZQUEZ 395

que hemos comprobado que incluso en las propias biografias que firma Esparciano, la de Adriano
y la de Severo, la palabra Romae en Hadr. l, 3 no las pudo escribir el autor, ni las pudo tomar
de otro (fuera Adriano, Flegón, Mario Máximo o cualquier otro biógrafo): son una simple
manipulación, muy temprana, del arquetipo. Y a que se muestran en ellas las contradicciones ya
señaladas, esto es, ambas vitae también se refieren a Itálica, y de forma inequívoca, como la
patria del emperador (patria, retfire, municeps ... ). Hemos verificado que tampoco el vocabulario
latino, ni el legal, ni las fuentes epigráficas, ofrecen una sola prueba en contra de que patria es
sólo y exclusivamente el lugar de nacimiento. Por último, he hecho una inclusión -deliberada- de
fuentes textuales de aparente menor valor, debido a que copiaban o resumían cronicas y
resúmenes anteriores. Pero esto también ha tenido un objetivo: Demostrar gue, l~ mismo que
antes de Vita Hadriani l, 3, ningún autor se hizo eco de tal supuesto nacimiento de Adriano en
Roma, tampoco hubo ningun autor posterior a ella, hasta llegar al siglo XII, donde tal noticia se
repitiera, se copiara, o se hubiera de ninguna forma conservado. Desde el punto de vista de los
métodos y técnicas del historiador, por tanto, carece de base seguir yendo contra tal número de
testimonios antiguos. Ninguno que conozca y examine por sí mismo estos 31 fuentes y
argumentos, por primera v~ aquí reunidos y alegados, debería seguir manteniendo en adelante ni
el nacimiento romano, ni la posibilidad de una imaginaria «patria legal» para el segundo
emperador hispano de Roma Publio Aelio Adriano, como Trajano, era italicense, y su familia era
de Hispanienses, pero desde tres siglos atrás (no así los Traii, que eran auténticos Hispani
romanizados). En Itálica debió de pasar buena parte de su niñ~ y otro periodo, sin duda
extremadamente divertido y relajante, de su adolescencia. A. R. Birley, en otra de sus muchas
«guesses», la del «verdict some>.i.•hat negativ» de Adriano hacia Itálica, ve a la prestigiosa ciudad
como «boring and petty», un <<provincial desert>> ... «it was. difficult to /µ!ep one 's spin.ts up every
day in a sma/l place without theatres, libraries, dinner parties... », que disponía de un solo «one
cultural item» capaz de captar la atención de un quinceañero Adriano 148 • Cabe, entonces
preguntarse: ¿Cómo pudieron salir de este «desierto cultural», de esta ciudad «aburrida e
insignificante», todo un clan de senadores .(fig. 2) y dos emperadores sucesivos, ambos cultos y
helenizados g raecti/i? Algunos atractivos más -aparte .de la caza- tendría Itálica que Syme, Birley
· y otros no han visto, para que Trajano tuviera que abducere a patria («llevarse por la fuerza>> de
ella) a su joven sobrino (Vita Hadr. 2, 2). Por lo menos, Itálica tenía ya entonces más senadores
que ninguna otra hispana, que algo harían por la calidad de la vida urbana, aunque tuvieran una
segunda residencia en Roma o una villa en 'ifívoli, que imagino debieron convertir en una
"pequeña Bética". Y es una evidencia que, cuando se acometió la construcción de la Nova Urbs,
no había menos de 60 potentiores que colaboraron con el proyecto imperial levantando enormes
domus de entre 400 y 500 m2, lujosamente pavimentadas. El propio emperador, a lo largo de su
reinado, demostró, con su espléndida magnificencia (tan espléndida que Dión Casio tuvo que
dejar constancia de ella, y la Arqueología la va comprobando), con la concesión del estatuto
colonial (tras intentar convencerles de que no era lo más beneficioso para ellos), y de su propio
nomen , o su aceptación de la máxima magistratura italicense, la importancia que para él tenía su

148
Op.cit., 24. Es asombroso que describa de este modo una ciudad de cuya vetus urbs se sabe tan poco. Pero
al menos sí sabemos que hacia 100 a. C tenía una curia, una aedes Apo//inis y un foro, y al menos desde
época de César justamente un buen teatro de estructura y materiales republicanos. Los datos arqueológicos
están publicados hace mucho. Y ¿cómo sabe el autor inglés que no había bibliotecas ... o «dinner parties»? En
eruditos de un determinado nivel, una no espera ya encontrarse este tipo de fallos bibliográficos y de
«fascinating notions» (por usar sus palabras hacia di Vita-Evrard: p. 309). El «cultural item» resultan ser los
spo/ia griegos, regalados por el querido L. Aemi/ius Paulus (no por el odiado L. Mummius, ni de Corinto, ni al
vicus), según parece demostrado por el dibujo del excavador, que Mommsen y Hübner menospreciaron. [Yo
me limité a estudiarlos y publicarlos: «Cn nuevo documento de Paulo Emilio en la Hispania Ulterior: CIL 11,
111 9 = CIL I, 546» , Epigraphica XLVII. 1985, 9-19; y en breve volveré sobre ello, con «nuevos» viejos
datos. Pero cf. A. R. Birley, op.cit. en nota 8, p. 317: «alterna ti ve, but not necessarily proven, restoration by
A. M. Canto»: tampoco ha necesitado ver el dibujo, aunque publicado en una de las· más célebres y accesibles
revistas europeas] . .- ..
396 SCRIPTA ANTIQVA

vieja ciudad natal, aquella parvae Cures desde la que él había sido, como predijeron las sortes,
missus in magnum imperium.

Adriano debió a sus tutores y paisanos béticos los sólidos cimientos de su formación
helenizante (Hadr. 1, 4-5). De todos modos, ello sería también tradicional en su familia, senatorial
desde al menos la época de César, quien debió recompensar así al atavus Aelius Marullinus
(Hadr. 1, 2) el apoyo a su causa en los dificiles años de las guerras civiles. Había nacido en la
provincia donde se había gestado, muchos años atrás, buena parte del espíritu culto y refinado del
quinquennium aureum de Nerón, muy cerca de la Corduba de los Sénecas y de tantos otros
hombres de letras y buenos estoicos; nada se opone, pues, a una buena formación en Itálica, ni
hace falta forjarle imaginarios viajes de niño a Grecia, con infantiles «schocks», para poder
explicar en él una cultura helenizante. Pero para los (al parecer muchos) estudiosos que parecen
aferrarse a lo contrario, dejo aquí un último y esclarecedor texto de época: Cuenta el sirio
HERODIANO que Marco Aurelio, deseoso de dar a su ya único hijo varón, Cómodo, la mejor
formación posible, «le hizo educar con el mayor esmero, haciend~ venir de todas las provincias a
los más famosos hombres de letras, a los que prometía salarios nada desdeñables para que
supervisaran continuamente la educación de su hijo...» 149 • Frente a la despectiva imagen que
diversos e ilustres investigadores de todos los países mantienen, y llevan a otros a formar, se diría
que hacía mucho tiempo que Roma no era ya el foco único de la cultura, sino que ésta se hallaba
muy repartida por las provincias. ¡Y parece que, al revés, había que pagar muy bien a los sabios
provinciales para que accedieran a irse a Roma y vivir en la corte! O eso al menos es lo que tenía
que hacer, buscando la mejor educación, el auténtico sucesor y favorito de Adriano. Otro
emperador de estirpe bética, y de una «Cures» aún más «parva» que Itálica, la Ucubi de los Annii,
cerca de Corduba: M Annius Verus, el·meJor y el más culto emperador que tuvo Roma, según el
inteligente parecer de Juliano el Apóstata15 .

Nota impo11ante sobre el horóscopo de Adriano (22-7-2015). Tratando de ser exhaustiva, como es mi costumbre (y no
lo parece en otros colegas), constato que en junio de 2015 acaba de aparecer por fin (estaba anunciada para 2011) la obra de
Stephan Heilen Hadriani genitura. Die astrologischen Fragmente des Antigonos von Nikaia: Edition, Übersetzung und
Kommentar, Berlín, De Gruyter, 2015. Naturalmente no he podido consultarla aún, pero me interesa porque, según avanzó el
autor hace unos años, aunque sin dar ningún argumento (en 'The Emperor Hadrian in the Horoscopes of Antigonus ofNicaea'',
Horoscopes and Public Spheres: Essays on the History of Astrology, edd. G. Oestmann eta!. , Berlin-New York, De Gruyter,
2005 , 49-68), tras su estudio de los horóscopos de Antígono "sorne biographical details... could be definitive ly ascertained, like
Hadrian's birthplace (Ro me not ltalica)... " (pág. 65 y nota 86), para lo que se apoyaba sobre todo en R. Syme.

S. Heilen desconocía por completo por entonces los diversos trabajos en los que me he venido ocupando de estos tres
horóscopos concreto y en especial del de Adriano. Tal ignorancia resulta más sorprendente porque el primero se publicó en la
revista alemana C/liron, y en 1991 : http ://www.acaclemia.edu/1075564/CIL VI 10229 El testamento de Licinio Sura (sobre
estos horóscopos v. espec. pp. 296-300). P ero, aun sin haberlo leído, de momento no puedo creer a este autor porque, incluso
dejando aparte los otros 30 te:;....ios y argumentos a favor de Itálica que en este estudio reúno y analizo, los estudios puramente
astronómicos previos (que cito también aquí), hechos por competentes especialistas (Kroll, Cramer, Neugebauer, van
149
Herod., Hisl., 1, 2, 1. Sigo la traducción de D. Roques en: Hérodien. Histoire des empereurs romains de
Marc-Aurele a Gordien fil (180 ap. J.-C. - 238 ap. J.-C.), París, 1990, 18.
150
Julian., Caes. 17, 29 y 37 (ed. Chr. Lacombrade, París, Budé, 1964).

H oesen... ) "basándose en los datos del «punto horoscopab>y del «Mesuranema», obteniendo el «clima », que resulta ser el
paralelo del S de Hispa11ia y de Rodas" (Canto, 1991, espec. p. 297 y nota 104), y éste no puede a la vez ser el de Roma.
Quedando, por tanto, pendiente de consultar H eilen 2015 , no se le puede dar a priori mucha credibilidad.

Tampoco concuerdo con él en que el tercer y más debatido horóscopo de Antígono vía Hephaestio Thebanus sea de P. Acilio
Atiano (Heilen 2005 , sig uiendo a Eck y Caballos). Desde 1991 (op.cit.) para mí ha de ser el de Iulius Ursus Servianus,
familiar de Adriano y capax imperii como su nieto Pedanio Fusco, titular del segundo de los horóscopos, con lo que los de los
tres familiares juntos tienen mayor coherencia, un detalle ya antes señalado por a lgunos autores.
Addenda (3 de septiembre de 2015)

Algunas reflexiones actuales de la autora sobre A. Birley, G. di Vita-


Evrard, F. des Boscs-Plateaux, J. Fündling, S. Heilen,
et de aliis rebus subtilibus

1) Vista la actitud despectiva, o como mínimo de ignorancia –a veces


muy deliberada–, de todo aquello que en Historia Antigua no se escribe y se
publica en inglés, francés o alemán (tal como en varias repercusiones de este
trabajo mío sobre Adriano he podido leer desde 2002), creo que, en lo que
subrayé al final de mi artículo, donde escribí “Roma” podría haber escrito
“Reino Unido”, “Estados Unidos”, “Francia” o “Alemania”...

Países en los que muchas veces se ignora de verdad 1 –o se pretende


ignorar– que en “las provincias” también leemos (a veces más, porque algunos
lo suyo sí nos lo leemos), reflexionamos, escribimos, y podemos dar alguna
novedad de interés. Lo cual no impide que algunos autores usen –sin citarlas–
ideas o novedades que a ellos no se les habían ocurrido, como es el caso
clarísimo de G. di Vita-Evrard que detallaba arriba en la nota 136, o el de F.
des Boscs-Plateaux, cuyo libro entero (Un parti hispanique à Rome? etc.,
2006, passim) parece el desarrollo en toda regla de mis propuestas de 1991
(https://www.academia.edu/1075564/CIL_VI_10229_El_testamento_de_Licinio
_Sura), sobre todo 1998 (“Saeculum Aelium, Saeculum Hispanum: Poder y
promoción de los hispanos en Roma”, en
https://www.academia.edu/1133505/Saeculum_Aelium_Saeculum_Hispanum_
Poder_y_promoci%C3%B3n_de_los_hispanos_en_Roma), 2003
(https://www.academia.edu/1075530/La_dinast%C3%ADa_Ulpio-Aelia_98-
192_dC_Ni_tan_Buenos_ni_tan_Adoptivos_ni_tan_Antoninos_) y otros.

En sus recensiones al libro de Mme. Des Boscs ya observaron algo


sobre su falta de originalidad y de seguridad, por ejemplo, M. Th. Raepsaet-
Charlier (http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/article/antiq_0770-
2817_2007_num_76_1_2635_t2_0557_0000_2) (“...l'auteur se montre très
accueillante à toutes les hypothèses, même fragiles, gonflant ainsi de
nombreux incerti la documentation espagnole et le volume du groupe de
pression...», AC 2007, p. 558) o, especialmente, Sabine Panzram, que conoce
bastante mejor que su colega la bibliografía española (Gnomon 2009
http://chbeck.metapress.com/content/m0j2648x04v1g541/fulltext.pdf?page=1 y

1
Es asombroso que se pueda impartir un seminario muy completo sobre Adriano sin
necesidad de citar absolutamente nada que no esté escrito en inglés. Un solo ejemplo
reciente: “Hadrian: The Enigmatic Emperor” del Prof. Robert Gurval en la UCLA (Spring 2009,
cf. http://www.classics.ucla.edu/index.php/emperor). Por fuerza eso transmite a los alumnos
norteamericanos la idea de que no hay nada en otra lengua –y por tanto probablemente con
otros enfoques– que valga la pena conocer, y menos ser leído (así no es raro que él mismo cite
a Yourcenar como “Marquerite”, sic!). Tan importante y autolimitador defecto científico se
transmite también en grandes obras muy influyentes, como la Cambridge Ancient History, en
la que (con pocas excepciones) se observa el mismo fenómeno, al menos en los volúmenes de
Historia de Roma. Pero sobre todo ello ya me he quejado en otras ocasiones.

1
desgrana a todos aquellos predecesores, aunque escépticos, que Mme. des
Boscs “olvida” : R. Étienne, R. Syme, H.-G. Pflaum, A. Piganiol, o yo misma,
mencionando Panzram muy gentilmente mis trabajos previos. Y así podría citar
otros muchos casos.

Sin embargo, son el Tiempo, las reflexiones de otros muchos y –


con suerte– los nuevos hallazgos, los que finalmente dirimen las
polémicas, y no nuestros gustos personales. Sin ir más lejos, ya hay
algunos sitios en Internet, y autores, en inglés, leídos y respetados, que dan
por seguro que Adriano nació en Itálica, ad ex.:

- “However, the emperors Trajan (ruled 98-117) and his distant relative
Hadrian (117-138) were certainly born in this town” (scil., Italica).
(http://www.livius.org/articles/place/italica/)

- “Hadrian… Early career... 76 Born in Italica”


(http://www.livius.org/articles/person/hadrian/).

- Lives of the Caesars, ed. Anthony Barrett, Wiley & Sons, 2009: VII
“Hadrian”, por Mary T. Boatwright, p. 159.

- “HADRIAN. Born: January 24, 76; Italica, Spain... Hadrian was born in
Italica, Spain, a Roman settlement, of Publius Aelius...”
Frank N. Magill, The Ancient World: Dictionary of World Biography,
2003 (https://books.google.es/books?isbn=1135457395)

- Publius Aelius Hadrianus, called Hadrian, was Roman emperor from 117
until ... Hadrian was born in Italica, Spain (near modern Seville),
onJanuary 24, 76, to a ...
M. Anderson, Ancient Rome, Britannica Educational Publishing, 2011
(https://books.google.es/books?isbn=1615305718)

Etc. etc.

Y es que otros también leen, y evalúan. Hasta ya dudan en el British


Museum: en unas páginas dan a Adriano como italicense, y en otras de Roma...

2. Otro método es citar a un autor/a y su hipótesis, pero dándola mal, o


generando sospechas sobre ésta, dando a entender que es poco importante,
que carece de base, o haciéndole alguna descalificación del tipo “es
entusiásticamente patriótica” (“euphorically patriotic”), pasando a basarse en
mencionar a alguna auctoritas (como R. Syme o A. Birley), lo cual ya parece
suficiente excusa para no entrar en el detalle de los argumentos más fuertes
que en realidad la apoyan. Y como si en realidad las auctoritates no pudieran
equivocarse de vez en cuando, como aquí es sin duda el caso:

Véase en el artículo por ejemplo lo que dije a propósito de Birley en la


pág. 395 y su nota 48. ¡Cómo puede Birley saber que en el último cuarto del
siglo I d.C. Itálica era “boring and petty”, o decir que “no tenía teatros” ni se
hacían en ella “dinner parties”! Es algo realmente asombroso en tan reputado

2
autor, máxime cuando se conoce su maravilloso teatro, que, a pesar de lo que
dice el autor británico, ya existía al final de la República… 2

Entre los autores académicos de este segundo método (el de citar, pero
más bien ligera y despectivamente) que por lo menos sí se han hecho algún
eco en contra y siguen defendiendo que Adriano nació en Roma recomiendo
sin duda leer, por ejemplo, a J. Fündling, “Kommentar zur Vita Hadriani der
Historia Augusta” (Antiquitas 4.3.4), Bonn 2006, 1, 89–159; ID., “Sternstunden
der Jurisprudenz? Personen in Hadrians consilium und die Zwänge der
Chronologie”, en G. Bonamente/ H. Brandt (Hgg.), Historiae Augustae
Colloquium Bambergense 2005 (Historiae Augustae Colloquia, n.s. X = Munera
27), Bari 2007; a Anthony R. Birley, Hadrian (trad. alemana), 2007
(http://www.sehepunkte.de/2007/04/druckfassung/12106.html ), o a su
discípulo (detalle éste más importante de lo que parece a la hora de valorar
críticas y apoyos…) S. Heilen, “The Emperor Hadrian in the Horoscopes of
Antigonus of Nicaea”, Horoscopes and Public Spheres: Essays on the History
of Astrology, edd. G. Oestmann et al., Berlin-New York, De Gruyter, 2005, 49-
68; ID., "Italica o Roma? Nota alla riaccesa disputa sul luogo di nascita
dell'imperatore Adriano", in: Athenaeum 94 (2006), 679-680 y, por último (éste

2
Aunque ahora está muy desfigurado por sus desgraciadas restauraciones modernas:
https://es.wikipedia.org/wiki/Teatro_romano_de_It%C3%A1lica ; en inglés
https://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Ancient_Roman_theatre_in_It%C3%A1lica . La
foto que elegí aquí es de https://epebergo.wordpress.com/2011/11/14/arqueologia-romana-en-
espana/teatro-romano-italica-aerea-2/ , pero en Internet hay muchísimas más.

3
no lo he podido leer) ID., Hadriani genitura. Die astrologischen Fragmente des
Antigonos von Nikaia. Edition, Übersetzung und Kommentar, Berlín, De Gruyter,
2015.

Otro detalle que he observado es que, a la hora de rebatir mis 31 textos


y argumentos, se ignoran, o ni se mencionan, los más difíciles de explicar de
otra forma en que lo hice, como la Sors Vergiliana (que introduje por primera
vez en este debate), el horóscopo de Adriano, las cinco autocontradicciones de
la Historia Augusta en Vita Hadr., la “agrestis pronuntiatio” del joven Adriano, o
la fuerte evidencia de que el supuesto nacimiento real de Adriano en Roma no
tuvo el menor eco en la Antigüedad, ni fue repetido por ningún autor, ni original
ni compilador.

Los silencios de los autores críticos me consolidan más que sus


objeciones, que son bastante genéricas e imprecisas, sin ir apenas al detalle, o
incluso falsas, asegurando que “no entendí a Neugebauer” (sic!). Para
desmentir lo cual cf. supra pág. 382, y mi nueva nota final en la pág. 406, pero
basta sobre todo leer a los propios Neugebauer-van Hoesen, Greek
Horoscopes, 1987, pág. 80, en
https://books.google.es/books?hl=es&id=kEgnLpm06zQC&q=%22southern+Sp
ain%22#v=snippet&q=%22southern%20Spain%22&f=false, analizando L40, el
horóscopo (para Cramer y para mí) de Iulius Ursus Servianus:

4
Más claro no pueden decir que la latitud de los tres horóscopos es
“southern Spain”… “the place of origin of Hadrian and his family”. Así que
¿qué fue lo que ellos dicen que yo “no entendí”? (y citándose el uno del otro,
por cierto).

Ambos se basan, más que en pruebas contrarias, en los argumentos ex


auctoritate, casualmente siempre de R. Syme y de A. Birley, esto es, en el caso
de Heilen, continuando una misma cadena (pues su maestro, A. Birley, fue a
su vez discípulo de Syme, a través de su padre Eric, gran amigo de sir Ronald).
Pero, ¿es que eso debe bastar?

Descalificar a muchos autores tardíos o medievales, como hace J.


Fündling (sus págs. 227-228, por ejemplo) sólo contribuye a que nos demos
más cuenta de que… son demasiadas fuentes, algunas muy bien informadas, y
todas dicen lo mismo: que Adriano nació en Itálica.

Sugerir que yo “soy eufóricamente patriótica” (ibid., Anm. 54) es lo que


(por usar sus propias palabras) “herzlich wenig Sinn ergibt”. Lo que él (u otros)
tendrían que hacer es demoler mis 31 argumentos uno por uno, presentando
otros mejores (aunque sólo tendrán siempre SHA, Hadr. 1.3…). Y luego pasar
a explicar algunos inexplicables, como:

a) Que ningún autor, cronista o compilador, ni en la Antigüedad ni en la


Edad Media, repitió que Adriano era de Roma, o que vivió siempre en ella, o

b) Que todavía a los 25 años de edad Adriano “risus fuit” en el Senado


de Roma, porque “hablaba como un provincial”... Y que fue sólo entonces,
abochornado (continúa la HA), cuando se decidió a mejorar su latín. Extraña
decisión en un joven aristócrata supuestamente educado en la Roma flavia…

“That’s the question”. Y este tipo de hechos probados es lo que, ni


Syme, ni Birley, ni Heilen, ni Fündling, ni otros, han conseguido todavía explicar,
por mucho que se les cite más, ahora o en el futuro.

Así que mejor será “wait and see…”

Alicia M. Canto (UAM)


3 de septiembre de 2015.

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