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I lrr¡r'¡r¡,l,r,lr..

|ohn Blacking

¿Hay música en
el hombre?

Edición española al cuidado de


Francisco Cruces
Prólogo de laume Ayats

El libro de bolsillo
Música
Alianza Editorial

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I'tt.^lrttr Iolt: l;r¡llt isto ( .rut < ,
Prólogo

l)iseño de ct¡bicrta: Ange'l Uriarte


Irotograf ía: Iil autor
A principios de los años setenta, John Blacking fue invitado
por Ia Universidad de Washington (Seattle) a pronunciar
una serie de conferencias sobre la música centradas espe-
Reservados todos krs derechos. El contenido tle esta obra cstá protegido por la cialmente en su labor de investigador durante dos décadas'.
Ley, que establece penas cle prisitin y/o nlultas, además de las correspondientes Era una ocasión magnífica para ofrecer un balance de los
indemnizaciones por daños v perjuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren,
distribuyeren o comunicaren públicamente, en todo o cn parte, una obra litera-
años de trabajo de campo sobre diversas músicas de África
ria, artística o cientílica, o su transfornración, interpretación o ejecución artística meridional. Pero Blacking lo aprovechó, también, para ex-
fijada cn cualquier tipo tie soporte o comunicada a través de cualquier meclio, sin presar las convicciones más básicas que tenía del hecho mu-
la preccptiva autorización.
sical y proponer los caminos de investigación que, a su
modo de entender, podían revolucionar los estudios y la en-
A 1973 by the University of Washington Press señanza de la música. Y eso tanto en lo relativo a las músicas
O del prólogo: faume Ayats,2006 europeas u occidentales como en lo relativo alas músicas ca-
o de la traducciór.r: Francisco Cruces Villalobos, 2006 lificadas de <exóticas>r. Con sus palabras Blacking pretendía
O Alianza Editorial, S. A., Madrid, 2006 provocar una cierta perplejidad en Ios oyentes, transformar
Calle Juan Ignacio Luca de Tena, I 5;
algunas de las ideas más comunes que se tienen sobre la mú-
2tt027 Madrid; teléfbno 9l 393 ti8 88
www.alianzaeditorial.es
ISBN: U4-206-(r039-6 L Fueinvitadoen el marco de Ias |essie and John Danz Lectures.I.are-
I)epósito legal: M. 9. 195-2006 dacción revisada de estas conferencias apareció publicada en el año
Fotocornposición: r.r,cl, s. e. 1973 con el título How Musical is Man? Agradecemos a Eumo Editorial
Plrquc Irrdustriul .. Las Mt'njas,, su autorización para utilizar el prólogo de la edición catalana de este
28850'l'orrejón clc Artloz (N,tadrid) Iibro.
Printed in Spain
7
O
I \L II r\\',AtS pR( rl ()(,(,

sica y cucstiollar ur)¿l scric tlt'¡tslx.( l()\ lullrl.u¡lt,lll.rlcs de la lainvestigación musical contemPoráneos; un texto que' ade-
práctica musical y la corn¡rrcnsi<irr r¡rrt. lrrr<'slt..t so1 i¡11¿d ¡ls- más, tiene las virtudes de estar escrito en un estilo de lectura
ne de ellos. Deseaba, en definitiva, rplc l()s usistt'ntcs a las fácil y amena, nada complicada para los <no-especialistas>;
conferencias se sintieran empujados a tonlar nrrt.vls posi- con ejemplos que a menudo Pertenecen a nuestra experien-
ciones frente a la actividad musical y la ensenanza c investi- cia musical más inmediata; y que Propone cuestiones que no
gación de la música. sólo afectan a los profesionales de la música (sean intérpre-
Para conseguirlo, articuló toda su exposición a partir de tes, profesores o teóricos), sino también a un público general'
una sola pregunta -¿Cuán músico es el hombre?-, que iba lse priblico que en nuestra sociedad ha sido considerado tra-
contestando parcialmente a partir de las teorías antropológi- dicionalmente usólo de aficionadosn (o de supuestos (consu-
cas y lingüísticas que le ofrecían diversas investigaciones de rnidores pasivos) de unos productos sonoros elaborados por
aquellos años ¡ sobre todo, a partir de sus propias experien- una élite áe técnicos) y que Blacking reivindica como creado-
cias y reflexiones. Evidentemente, no podía pretender dar res Dotenciales en el hecho musical, como actores necesarios'
una respuesta completa a la pregunta, sino más bien indicar Pre-cisarnente una de las argumentaciones básicas de Blacking
las vías de investigación que podían ayrrdarnos a ir respon- es presentar la práctica musical como una actividad inevita-
diéndola y, de este modo, sugerir los caminos que deberían blehente social y demostrar que el desarrollo completo de la
seguir los futuros estudios sobre la musicalidad humana. Los creatividad musical humana, de la cornpleta experiencia hu-
ejemplos con los que argumentaba el discurso iban alternan- mana de la música, sólo puede entenderse dentro de un con-
do y contraponiendo el trabajo de campo en África con di- texto sociai, de participación colectiva'
versas situaciones de la vida musical occidental, bien conoci- Pero, ¿quién era fohn Blacking? ¿Cómo llegó a tbrmular
das y probablemente experimentadas por el público que lo sus concepciones sobre la actividad musical?
escuchaba. La frescura y el lenguaje directo y claro que usa-
ba, la variedad y riqueza de los J¡eáptos y la agudera con qrre
abordó gran parte de los temas hicieron que la publicación
John Blacking nació en Guildford (Surre¡ lnglaterra)
en el
de estas conferencias se transformara inmedi¿rtamente en un y formó en las escuelas de la catedral de Salis-
año 1928 se
clásico que se iría traduciendo a diversas lenguas (francés, ja- bury y de Sherbone, donde recibió las primeras clases de
ponés, alemán, italiano, griego ycatalán, entre otros). música. Quería ser sacerdote anglicano ¡ alavez, se dedica-
Al cabo de treinta años, y a pesar de los cambios teóricos y ba al estudio del piano. Su contacto con la realidad social de
las Iógicas discrepancias que la investigación ha ido formu- los barrios marginales londinenses a mediados de la década
lando a algunas de las propuestas del libr o, ¿Hay música en el de los cuarenta lo llevó del conservadurismo al socialismo'
hombre? continúa siendo un texto de referencia inevitable y Pasó los años I 948- 1949 en Malasia' durante el período del
un motivo constante de retlexión: no ha perdido nada de la servicio militar. Allí conoció otras religiones' Estas expe-
fuerzaylacapacidad de interpelación que, hace ya una gene- riencias -junto con diversos colltactos con malasios, chinos
ración, incitaba a la investigación y Ia teorización sobre la e indios- cambiaron la dirección de sus estudios y lo impul-
música. Por eso su traducción al castellano ofrece la posibili- saron a emprender una reevaluación gradual de su propia
dad de acercarse a una obra fundamental del pensamiento y cultura y sus valores.
I0 j \l I{l,r\\',\lS 1'R()1.(X;o ll

Estudió antropología bajo Ia tlirccci<irr tlr.Mcycr liortes, a Durante los años 1956-1958 emprendió un trabajo de
quien dedica ¿Hay música en el hontbra? lrortcs sc tlio cuenta, campo intensivo entre los venda del norte del Transvaal
con su habitual perspicacia y amplitucl de cs¡rírittr, r¡uc ningún (Sudáfrica). Más que una erudita <observaciónD de la músi-
antropólogo hasta entonces había atribuido imrrortancia su_ ca de los venda, el trabajo fue transformándose en un inter-
ficiente a la música y por eso envió a Blacking ,,,,.,, cambio y un diálogo. Hablaba de música con los venda' les
-.r", u
París con André Schaeffner para que se iniciase en el estudio tocaba el piano y aprendía a cantar sus canciones y tocar sus
de la, en aquellos años, incipiente etnomusicología. En el instrumentos. En cierto modo, con las ideas de diálogo, de
año 1953 obtuvo la licenciatura de antropología social en transformación mutua, y la construcción de una explicación
el King's College de Cambridge. pocos ,iá, tarde fue del porqué de la música venda que fuera válida para los mis-
-.i".
nornbrado consejero adjunto del Gobierno para los asuntos mos venda, ya anticipaba al8unas de las actitudes que años
re li'rcr.rtcs a los aborígenes de Malasia, pero sólo estuvo más tarde desarrollaríalallamada antropología postmoder-
seis
tlí:rs t'n cl cargo. Fue cles¡reclido porque expresó su desacuer_ na. Blacking explicaba con estas palabras cómo inició Ia in-
rlo t'n sirc¡r a los aborígcnes de la selva, como pretendía el vestigación:
gcrrt.ral sir ( icraltl 'li:ln¡rlcr. Las autoridades procedieron al
clcs¡rlaz.irrnicnto tlc la poblacitin y el resultadoi,r. ur elevado Existía una idea bastante precisa del modo de dar forma a una co-
núrncro clc rntrcrtos. lección de documentos etnomusicoló¡1icos. Maud Karpeies, Percy
Seguidamente se dcdicó a actividades de investigación an_ Grainger, Béla tsartók, Constantin Brailoiu y muchos otros habían
tropológica, enseñó en un instituto de secundaria en Singa_ hecho trabajos soberbios. Pero, realmente, yo no quería imitarles.
pur, trabajó de locutor en Radio Malasia y acompañó a Mauri- Sus trabajos evocaban la antigua escuela de la antropología dirigi-
ce Clare en una gira de conciertos, hasta que en iunio de 1954 da a recoger datos sobre las costumbres y el parentesco, elaborada
volvió a París para recibir clases de piano. quedandose sin a partir de entrevistas con los inibrmantes. Por lo que a mí respec-

sostén económico, se incorporó en Sudáfrica como musicólo_ ta, yo quería sumergirme verdaderamente en la vida de una socie-

go en el proyecto <International Library of African Music>. dad y participar en sus actividades musicales durante largo tiempo
(Howard, 1990: l9l).
donde transcribió, analizó y comentó lai grabaciones hechas
por Hugh Tiacey. Años más tarde recordaba así aquel período:

Estaba frustrado por el tipo de turismo de invcstigacion en que es_ Traditionnelles, j. Musique et pouvoirs. Ginebra, Ateliers d'Ethnomu-
tábamos enfrascados, que no favorecia para nada-un cs(udio musi_ sicologie (AIMP), 1990, pp. 187-201. Al final de este texto figura la re-
cal profundo. Tenía la convicción de que ex¡rsji6iones tan breves ferencia completa de las publicaciones de Blacking (escritos y graba-
ciones).
eran insuficientes y que sólo un contacto prolongado, en el estilo
Por otro lado, puede encontrarse una excelente exposición sinté-
propiamente antropológico, permitía conocer la lengua, la estruc-
tica de los modelos teórico y analítico de Blacking en Pelinski, Ra-
tura social y el contexto cultural que sostiene la ntúsica grabadaz.
món, uRelaciones entre teoría y método en etnomusicología: los
modelos de John Blacking y Simha Aromu en lnvitación a la etnomu-
2. De la entrevista realizada por Keith Howard a
John Blackine <Un sicología. Quince fragrnentos y un tango. Madrid' Ediciones Akal, 2000'
hcrmnre musical. Entretien avec fohn Blacking>, enCahiers de Muiiques pp. r27-r42.

1
12
tit;Nlll AYAl S 1i

En el año 1959, mientras preparaba


cl rloctor¡do e n antro_ ;;; música en et hombre?lohn Blackins expone el con-
pología de la música, inició contactos junto de su concepción de la actividad musical y de los mo-
c.n Alan p.
Merriam. Aquel mismo año fue no*b.jJ,r "pi.t.,1,,.",
rr.,rll,sor asistente delos de investigación que cree adecuados Para acercarnos
de antropología social en la Universi¿"J
ái wi,*atersrand, más a la comprensión del uhombre musical>' Su pensamien-
en /ohannesburgo. En 1964 apareció
.t tiU.o a. frl. rriam T'he to sobre la actividad musical se apoya en una doble concep-
Anll:r?pologl of Music, que inauguraUu
iu p".rp..riva antro- ción biológica y social.
pológica en los estudios etnomusicológicos,
y aunque Blac_ Por una parte, busca fundamentos biológicos a la música,
king estaba de acuerdo en curi todu ta
uigul.irtu.lon y.o-- convencido de que la expresión musical es una constante de
partía con Merriam gran parte de la especie humana y que, entendiéndola así, tiene que haber
los planteamientos
sociales de la música, opinaba que
Merriani *no presta de- algunos elementos de comportamiento universal en la acti-
masiada atención a la dimensión
musical, a la música en tan_ vidad musical. En definitiva, aplica a la música las nociones
to que sistemasimbólico> (Howard,
1990: l9l). innatistas de la lingüística generativa o chomskiana que en
Obtuvo el doctorado en el año 1965 aquellos años estaba revolucionando la concepción del len-
y fue .rf*U.uao pro-
tit.ldayi:{:
Ve^n
del deparramento.
Childreni Songs:
Dos aRás más tarde publicó guaje humano. Incluso especula sobre qué regiones especí-
A Study in Ethno*uri*io giroi,l.raty _ ficas del cerebro intervienen en la actividad musical'
srs, uno de sus principales trabajos
de investigación. Mien_ Por otra parte -y aquí coincide con la línea de Merriam-,
tras, desarrollaba una intensa actividad
bia, uganda y sudáfrica, has.u q"".n
d".ápo enZam_ defiende que una determinada música sólo puede enten-
.i uno iiis f.r. a"tenido, derse en un contexto social, dentro de una interrelación de
procesado y condenado por hÁerse
opuesto públicamente a individuos que le confiere un valor y genera un abanico
es de| apariherd. A n""r;:;;;iáiu..*pul,uao de emociones inseparables de las vinculaciones sociales' Es
:.::::'1" y' posteriormente,
|u: Sucla,trlca
qe
nombrado para una nue- una posición de partida que Propone el estudio de la músi-
va cátedra en el departamento de
antropoloiía sociar de la ca en la cultura y no acepta que Pueda estudiarse como una
Queen's University de Belfast, d."d. ;;;;li,r.unt. .uri materia desligada del todo social: las relaciones extramusi-
veinte años. En este tiempo participó
rrrr_..oros proyec- cales pueden ser primordiales a la hora de comprender un
tos, fue miembro fundador áel S.Ái""¡" "rr
E"..peo di Etno, hecho musical. En esta línea, sostiene que ningún estilo
musicología (ESEM) y enseñó como profeso.'i.rrritudo
.n musical posee categorías propias en exclusiva: <Sus térmi-
dlversas universidades (Western
Michigan, Berkele¡ Was- nos son los de su sociedad y su cultura, así como los de los
l:lgJ.j:-nt,,:b,"Fh,
Western AustralialEdi_b,r.go y Lon- cuerpos de los seres humanos que lo escuchan, crean e in-
qresJ' ,.r papel del cuerpo
en la producción sonora terPretan).
tura, los movimientos y la sensación -la estruc-
del cuerpo_ fue una de De este modo, encontraremos en la música una síntesis de
sus Preocupa.i?n:r^f en esta etapa de invesriga_ los procesos cognoscitivos propios de una cultura y, tam-
cron. r,n enero. de 1990lii:ipales
fohn Blacking murió al final de una bién, del resultado de sus interacciones sociales. Por eso' en
targa entermedad.
primera línea de importancia de la investigación musical
tiene que figurar la función de la música dentro de la vida
social del grupo: ¿quién escucha, quién toca' quién canta y
14
J \tri\t1_ AYATS I'RoI,oCo I J

por qué? ¿Qué significa aquella mtisica cn ar¡uella cultura?


a una única explicación que armonice los elementos musica-
¿Por qué es rechazada por unos, mientras alr.lc ¿r otrosl Los les y extramusicales: esta explicación tendrá que ser, claro
valores sociales que asume una música y el ef'ecto que pro_
está, aceptada yvalidada por los propios miembros del gru-
duce dependen sobre todo del <contexto>: por esta razón el
oo social.
motivo que hace posible una actividad musical es siremPre
Actualmente muchos de los investigadores no comparti-
<extramusical>.
ríamos algunas de la ideas de Blacking: los elementos inna-
.. Establecido este punto de partida, Blacking pretende ana_ tistas y generativistas serían probablemente cuestionados,
lizarla música desde un postulado diáfano: áebe de haber y la relación directa entre las estructuras sociales y las es-
una relación forzosa entre las estructuras de la organización
tructuras musicales sería matizada a partir de otras cir-
humana de una sociedad concreta y las estructuras sonoras
cunstancias que intervienen en la actividad musical. O al
que resulten de su interacción social (es decir, la música).
menos así nos Io han hecho comprender numerosas inves-
Aunque nunca se manifiesta tan determinista como para de_
tigaciones realizadas durante estos treinta años (investiga-
fender un vínculo de causalidad entre los dos conjuntos de
ciones que, por otra parte, no habrían sido posibles sin las
estructuras, sí cree que la función social puede explicar gran
reflexiones de Blacking). Aun así, las propuestas de Blacking
parte de las estructuras musicales. Oe todos
-oáor, yJq"" continúan teniendo una presencia incuestionable en los
este vínculo no siempre se revela de forma evidente, Blac_
planteamientos de la disciplina, ya que desde que él partici-
king propone un modelo de estructura superficial (laestruc-
pó en la difusión del punto de vista social en los estudios de
tura musical que percibimos con el oídoj que sería la elabo_
Ia música, la investigación musicológica no ha podido con-
ración en una situación concreta de.rna supue sta estructura
tinuar aceptando ningún análisis de un <objeto musical>
profunda. Esfa estructura profunda,,ro tu., fá.il de indagar,
como si se tratase de una realidad independiente de las per-
sería la que nos indicaría las bases cognoscitivas y compósi_
sonas y el contexto social que la hacen posible. Continúa
tivas que aquella sociedad lleva a la práctica en el momento
siendo completamente válida su afirmación de que <a no
de expresarse musicalmente. Encontramos, de nuevo, varias
ser que el análisis formal comience con un análisis de la si-
nociones básicas de la gramática chomskiana aprovechadas
tuación social que genera la música, carecerá de sentido>'
para construir un modelo de comunicación muiical, hasta el
Y la conciencia de esta realidad ha transformado y orienta-
q"1t9 d: que Blacking también llega a proponer la necesi_ do gran parte de las investigaciones musicológicas y etno-
dad de formular reglas simples que describán la creatividad
musicológicas. También en la dirección que él sostenía, la
desde la conjunción de procesos sociales, musicales y cog_
tradicional división entre musicología (destinada a la inves-
noscitivos.
tigación de la música occidental) y etnomusicología (reser-
Desde esta perspectiva, propone una definición de la mú-
vada a las músicas calificadas de exóticas) se ha revelado
sica como sonido humanamente organizadq etiqueta que
cadavez menos pertinente, y las investigaciones en estas
-aunque un tanto ambigua- se ha convertido en un clásico disciplinas tienen una necesidad creciente de un diálogo
constantemente citado.
entre los dos campos. Las palabras de Blacking sobre esta
Yendo más lejos, cree que un análisis que tenga completa_
cuestión todavía son de estricta actualidad: <La comparti-
mente en cuenta el contexto de la sociedad estudiada lligará
mentación de la musicología me parece una tragedia> y
t6 JAUML AYA T S 17

<Una aproximación etnomusicológica es necesaria


incluso música en sí misma fuera un valor suficiente. Y cómo esta
en el estudio de la música europea,,.
concepción del aprendizaje ha llevado a grandes fracasos en
Otro elemento de reflexión de Blacking que continúa con-
la educación musical de los niños. Blacking defiende que, si la
servando una gran fuerza de transformaci-ón de nuestra ac_
persona <nace musical>, la experiencia y la práctica musi-
tividad musical es su convencimiento en torno a la capaci_ cales deberían estar en el centro de la educación escolar.
dad,de.cualquier persona para desarrollar importintes
Cuando esto se hace en total consonancia con el desarrollo
niveles de creatividad musical. En consonancia con sus ideas
social y corporal del niño, la actividad musical redunda po-
socialistas -y con un cierto grado de idealismo_, defiende
sitivamente en el desarrollo orgánico de todas las capacida-
las aptitudes musicales del ser humano condicionadas por
la cles infantiles, desde las lógicas y Ias afectivas hasta las más
situación social que las estimula o las impide. En este punto
claramente sociales.
destaca el enorme contraste entre la sociedad venda,
áonde Por lo que se refiere al apartado de críticas, conserva tam-
prácticamente todos los miembros son considerados intér_
bién completa validez el análisis que hace de las teorías evo-
pretes aptos, yla sociedad occidental, donde la tarea
musical lucionistas de la música. Por una parte, muestra la futilidad
está reservada a una élite técnica. por lo que concierne
a que representa el ejercicio de buscar los <orígenes> de la mú-
n:r.es_tra cultura, expone una paradoja bastante
elocuente: sica ¡ por otra, revela cómo una supuesta <historia univer-
<El dogma capitalista le dice
lal productor de cine] que la sal de la música>, fundamentada en el argumento de una
música es sólo para unos pocos escogidos, pero la exp..i".r_
complejidad creciente y bajo los criterios de valor más es-
cia capitalistale recuerda que Sonrisás y
lá[rimas fueuno de trictos de la música europea, no es más que un discurso
los mayores éxitos de taquilla de todás lás tiemposr.
O la etnocéntrico que pretende justificar una <superioridad mu-
-ITu argumentación en clave de explotación de clase:
sical> de la élite dominante en nuestra sociedad. Ni la com-
<¿Debe la mayoría tornarse
',amusical" pu.u qu. unos pocos plejidad de una (obra> musical indica ningún tipo de supe-
se vuelvan "musicales"?>
rioridad artística, ni tampoco puede igualarse simplicidad a
Las potencialidades musicales del ser humano le condu_
arcaísmo. Especular sobre una historia conjetural no contri-
cen a tratar otro gran tema: la preocupación por el
aprendi_ buye a una mejor comprensión de un sistema musical ni al
zaje musical. La contraposición de Iaiociedad venda
con la desarrollo de Ia musicalidad humana.
occidental pone inmediatamente de manifiesto la importan_
En todo caso, su pensamiento sobre la música lo conduce
cia decisiva que para cualquier tipo de aprendizaje musical
a una definición bastante explícita del carácter social de esta
tiene la actividad social donde se realiza. y revela, al mismo
actividad: <La función de la música es reforzar ciertas expe-
tiempo, cómo es el aprecio e interés que los diferentes acto_
riencias que han resultado significativas para la vida social,
res muestran hacia la actividad, lo que hace posible
que la vinculando más estrechamente a la gente con ellas>.
música se transforme en un aprendizajemás ó menos rápi_
Y es desde esta visión participativa y social como ¿Hay
do por parte de los niños. En L otra cara de la moneda.
nos música en el hombre? nos propone un amplio campo de re-
1ec191da que la pedagogía occidental de la música ha pre- flexión, lleno de sugerencias y puertas abiertas, en nuestra
tendido con demasiada frecuencia poner en práctica una
condición de personas que destinamos a la actividad musi-
enseñanza desligada de las necesidades socialés, como
si la cal (como intérpretes o como oyentes) gran parte de nuestra
I ll
IAL'!ft. AYATS

energía comunicativa. lin dclirritivrr,


r.rr rrrrcstra condición
de <hombres musicales), tilackinl¡.r""
ü como
u¡aexpresión que.permik, conrpait ir y ",.r -.isica ¿Hay música en el hombre?
tr;rnsmitir experien_
ctas y emociones de los individuos
y lós grupos hacia un de_
sarrollo armonioso del cuerpo,
relaciones
sociales. "t'.rpiritu'yiu,

Jaul.lr Avers
l)refacio

liste no es tanto un estudio académico sobre la musicali-


rl¿cl humana como un intento de reconciliar mis expe-
riencias con la música en diferentes culturas. Presento
ac¡uí nueva información resultante de mi investigación
sobre música africana, así como algunos hechos familia-
res a cualquiera que se haya educado en la tradición de la
rlrúsica <culta> europea. Pero mis conclusiones y suge-
rencias son exploratorias. Expresan el dilema de un mú-
sico convertido en antropólogo profesional, y es por esa
razónpor lo que dedico el libro a Meyer Fortes. F,n 1952,
cuando yo aún dedicaba más tiempo a Ia música que a
mis cursos de antropología, me envió a París durante
unas vacaciones de verano a estudiar etnomusicología
bajo la dirección de André Schaffner. Todavía tendrían
que pasar otros cinco años para que comenzara a vislum-
brar las posibilidades de una antropología de la música.
Tras un año completo detrabajo de campo intensivo, aún
tendía a contemplar la música africana como algo <aje-
no>, actitud que se veíareforzada cada vez que escucha-
ba en mi tienda una cinta de Wozzeck o una obra de We-

z-)
24 ¿HAY Múslc 25

bern, o siempre que había un piano disponible y podía l.os venda me enseñaron que la música nunca puede
sumergirme en Bach, Chopin o Mozart. cntt'nderse como una cosa en sí misma, y que toda musi-
Fueron los venda de Sudáfrica los primeros que echa- , ,r t's música popular, en la medida en que, sin asociacio-
ron abajo algunos de mis prejuicios. Ellos me introdu- ncs cntre las personas, no se puede transmitir ni dotar de
jeron en un nuevo mundo de experiencia musical y una st'nt iclo. Las distinciones al uso entre diferentes técnicas
comprensión más profunda de <mi propia> música. Yo , t'sl ikrs musicales según su complejidad aparente no nos
me había formado para comprender la música como un .lit t'n nada útil sobre los propósitos expresivos y el poder
sistema de ordenación del sonido en el cual algunos eu- ,l.' lir rnúsica, ni sobre la organización intelectual implica-
ropeos dotados de excepcional talento musical habían .lrr e ll su creación. La música no se somete a reglas arbi-
ido inventando y desarrollando un conjunto acumulati- I r'rr rias como las de los juegos: tiene demasiado que ver

vo de reglas y una variedad cada vez mayor de patrones . orr sentimientos humanos y experiencias en sociedad,
aceptables de sonido. Asociando diferentes <objetos so- tlt'nlasiado a menudo sus patrones son generados por
noros>> con diversas experiencias personales, escuchan- sorprendentes explosiones de actividad mental incons-
do y tocando repetidamente la música de una serie de t ic¡lte. Muchos de los procesos musicales esenciales, si no
compositores reconocidos, y por un refuerzo selectivo Iodos, se hallan en la constitución del cuerpo humano y
que se suponía objetivamente estético pero que no care- t'rr patrones de interacción entre cuerpos humanos en so-
cía de relación con intereses de clase, adquirí un reperto- t icdad. En consecuencia, toda música es, estructural y
rio de técnicas y valores musicales para interpretar y Itrncionalmente, música popular. Los creadores de músi-
componer. Dicho repertorio era consecuencia de mi en- ca <clásica> no son de manera innata más sensibles o in-
torno social y cultural en la misma medida que las apti- tcligentes que los músicos <popularesr. Sencillamente,
tudes y el gusto musical de un venda son una convención las estructuras de su música expresan, por procesos simi-
de su propia sociedad. Los principales resultados de los lares a los de la música venda, los sistemas de interacción
cerca de dos años de trabajo de campo que estuve entre cntre las personas que viven en sus sociedades, numéri-
los venda y de mis intentos de analizar esos datos duran- camente más amplios, así como las consecuencias de una
te un período de doce años son que creo que estoy co- mayor división del trabajo y una tradición tecnológica
menzando a entender el sistema venda; que he dejado de acumulativa.
entender la historia y las estructuras de la música <clási- Claramente, la lectoescritura y la invención de la nota-
ca> europea con la claridad que solía; y que ya no en- ción son factores importantes en Ia generación de estruc-
cuentro utilidad alguna en distinguir entre términos turas musicales de gran envergadura, pero sólo expresan
como música <popular> y música uculta>1, excepto en diferencias de grado y no la diferencia de naturaleza im-
calidad de etiquetas comerciales. plícita en la distinción entre música uculta, y <popularo.
He limitado mis ejemplos a la música de los venda por-
L FoIk y art mu.slc en el original. I N. del T. ] que tengo de ella una experiencia personal y datos empí-

.-.qqt|lF
26 ¿HAY MÚSICA t-tN I.tL HOMBRI-,?

ricos para sostener mis afirmaciones. Pero mi argumento l...rr rllnra¡r que sugiriera esta invitación, así como a Wi-
se podría aplicar a otros sistemas musicales estudiados llr,rrrr llcrgsma, Robert Garfias y tantos otros que me hi-
por los etnomusicólogos y particularmente a las músicas , rr'¡ ( )n l)asar un mes dichoso y estimulante en Seattle. En
<cultas> árabe, india, china, japonesa e indonesia. Estoy
l'.r lit ul¡r, quiero agradecer a Naomi Pascal su entusias-
convencido de que una aproximación antropológica al
' \' sus consejos para preparar la publicación de estas
r r r(

estudio de rodos los sistemas musicales les hace más justi- , ¡'rll('r'cncias y a CyrilEhrlich por leer el manuscrito rea-
cia que cualquier análisis de sus patrones de sonido to- lrz.rnrlo muchos comentarios útiles, si bien asumo toda
mados en sí mismos. r r'.'¡rons:rbilidad sobre cualquier deficiencia en el resul-

Si mi conjetura sobre los orígenes biológicos y sociales t.rtlo l'inal. Estoy convencido de que cualquier esfuerzo
de la música es al menos en parte correcta, podría modi- , r r'.rtivo es la síntesis de las respuestas de un individuo a
ficar las valoraciones de la musicalidad y las pautas de l, rr l¡rs l¿rs cosas buenas que otros le han dado, de modo
educación musical. Sobre todo, podría generar algunas (
lu(' ('stos breves agradecimientos no son sino una míni-
ideas nuevas sobre el papel de la música en Ia educación y nr.r l)arte de la gratitud que debo a cuantos me han ayu-
su importancia general en sociedades que, según aumen- ,l,rtlo a apreciar y entender la música.
te la automatización, van a disponer de más tiempo de
ocio (como es el caso de los venda en el contexto de su
economía tradicional). En el colegio a veces me pregun-
taba cómo era posible que la mayoría de las becas las ga-
naran los coristas, que representaban solamente un tercio
del alumnado y se perdían la tercera parte de las clases
asistiendo a los ensayos y servicios religiosos. Viviendo
entre los venda comencé a entender hasta qué punto la
música constituye una parte indisociable del desarrollo
de la mente, del cuerpo y de unas relaciones sociales ar-
moniosas. Ciertamente estas ideas son más antiguas que
los escritos sobre música de Boecio y Platón, mas espero
que mis experiencias añadan una nueva perspectiva a un
problema perenne.
Estoy profundamente agradecido al Board of Regents
of the University of Washington, cuya invitación para im-
partir las lohn Danz Lectures me ha brindado la opor-
tunidad para pensar en voz alta y sintetizar algunos de
mis hallazgos sobre música africana. Agradezco a Robert

=-q|tI|FF
l. Sonido humanamente organizado

l,t rrornusicología es una palabra relativamente nueva,


.rnr¡rliamente usada para referirse al estudio de los dife-
r t'ntes sistemas musicales del mundo. Sus ocho sílabas no

.rnaclen ventaja estética alguna a las seis de <musicolo-


¡',ia>, pero al menos nos sirven de recordatorio de que los
nricmbros de muchas de las asíllamadas <culturas primi-
I ivas> usaban escalas de siete notas y armonía mucho an-

tcs de haber oído jamás la música de Europa occidental.


Quizá necesitemos una palabra así de engorrosa para
equilibrar un poco un mundo musical que amenaza con
dcsvanecerse flotando entre nubes de elitismo. Necesita-
rnos recordar que en la mayoría de los conservatorios se
cnseña sólo una clase concreta de música étnica, y que la
rnusicología es, en realidad, una musicología étnica. Una
fácultad de música como la de la Universidad de Washing-
ton, con la creación de un subdepartamento de etnomu-
sicología, música étnica o música negra, ha dado el pri-
mer paso hacia el reconocimiento de su papel en el
mundo musical del mañana. Implícitamente, ha redefini-
do su música de manera más modesta. como un sistema
¿ilA\' ]!f L;SICA UN Et. HOMBRE?

de teoría y priictica nlt¡sieal t¡uc e rrrcrgiri y se desarrolló ;;"' ;:arrotte como un -u,"0' i:
durante un período cleternlinaclo cle la historia europea. t'studio, y no sólo como un campo. Pienso que la etno-
Más importantes que cualcluier clivisión arbitraria, et- rrrusicología debería ser algo más que una rama de la mu-
nocéntrica, entre música y música citnica, o entre música sicología ortodoxa que trate sobre música <exótica> o
culta y música popular, son las distinciones que estable- i(l)()pular>: podría encabezar nuevas formas de analizar
cen diferentes culturas y grupos sociales entre música y lrr rnúsica ysu historia. Las divisiones al uso entre música
no música. En último término, más que los logros musi- ( ulta y música popular son inadecuadas y engañosas
cales particulares del hombre occidental, son las activi- . orno herramientas conceptuales. Carecen de sentido y
dades del Hombre Hacedor de Música las que revisten ¡rrccisión como indicadores de diferencias musicales. A
mayor interés y consecuencias para Ia humanidad. Si, por Io rnás, definen los intereses y actividades de distintos
ejemplo, todos los miembros de una sociedad africana llnlpos sociales. Expresan una perspectiva similar a la del
son capaces de ejecutar y escuchar de manera inteligente tlicho que conjuga: <Yo toco música, tú eres cantante po-
su propia música nativa, y si esa música no escrita, una ¡rular, él hace un ruido horrible>. Lo que precisamos sa-
vezanalízada en su propio contexto sociocultural, mues- bcr es qué sonidos y qué tipos de comportamiento han
tra una variedad de efectos similar sobre las personas y rlccidido las diferentes sociedades llamar <musicales>. Y
tiene su fundamento en Ios mismos procesos intelectua- lrasta que no sepamos algo más sobre esto, no podremos
les y musicales que hallamos en la llamada música <cul- e()rnenzar a dar respuesta a la pregunta: <¿Cuán músico
ta) europea, debemos preguntarnos por qué aptitudes t's el hombre?>.
musicales aparentemente generales deberían verse res- Si los estudios en psicología de Ia música y los tests de
tringidas a unos pocos elegidos, precisamente en socie- nrusicalidad han fracasado a la hora de llegar a un acuer-
dades que se tienen por culturalmente más avanzadas. tkr sobre la naturaleza de esta última, probablemente se
¿Representa el desarrollo cultural un verdadero avance tlcba a su carácter exclusivamente etnocéntrico. Así, las
en sensibilidad humana y capacidad técnica, o es más que contradicciones existentes entre las diferentes escuelas de
nada una diversión para las élites y un arma de explota- [)ensamiento podrían ser resultado de su propio etnocen-
ción de clase? ¿Debe la mayoría tornarse <amusical> para t rismo. Cuando la escuela de la Gestalt insiste en que el

que unos pocos se vuelvan más <musicales>? talento musical es algo más que un conjunto de atributos
La investigación etnomusicológica ha ampliado nues- específicos dependiente de capacidades sensoriales, está
tro conocimiento de los diferentes sistemas musicales del cn lo cierto; pero sólo en parte, puesto que no extiende su
mundo, pero aún no ha traído consigo Ia reevaluación de noción del conjunto holista a la cultura misma, a la cual
la musicalidad humana que demanda este nuevo cono- pertenece la música. Cuando los oponentes a dicha es-
cimiento. La etnomusicología tiene el poder de revolu- cuela conceden una importancia fundamental a las capa-
cionar el mundo de la música y la educación musical cidades sensoriales, también tienen razón, pues sin cier-
siempre que se deje guiar por las implicaciones de sus tas capacidades específicas no es posible ejecutar ni
32 ¿HAY MtJstCA ¡:N lf. Htll't¡ttE? . ilr' lll l\l\\\\flNf I ()R(,\\t,/AlU 33

percibir la música. Pero sus tests, como las teorías en que Icrrrir nrusical. De modo similar, personas que usan sólo
se basan, son también de un valor muy limitado y ape- ( urlro o cinco términos básicos de color pueden ser
nas más objetivos que otros de apariencia menos cientí- ( .rl)irccs de distinguir entre gradaciones más sutiles de

fica. Paradójicamente, esa loable intención de establecer , olor, ¡ror más que ignoren términos especiales de co-
- pruebas objetivas y libres de contexto las hace fracasar, l,r onlo los que inventan los fabricantes de ropa de cara
t
pues minimizan la importancia de la experiencia cultural ,r l:r vcnta de Ia moda de temporada. Yo viví cerca de dos
en la selección y desarrollo de las capacidades sensoria- .ur()s en una sociedad rural africana, estudiando el desa-
Ies. Por ejemplo, un test de alturas musicales basado en r r , rlkr y expresión de la aptitud musical de sus miembros

los sonidos de un oscilador de frecuencias puede parecer ( n ('l contexto de su experiencia social y cultural. La mú-
más científico que otro basado en timbres culturalmente ',r( il cs una parte muy irnportante en la vida de los venda
familiares, puesto que con él podemos controlar de ma- ,lt'l nrlrte de Transvaal, en Sudáfrica. Hasta los colonos
nera precisa la intensidad y la duración de los sonidos. l'lrr rrcos, con su demencial lógica del apartheid, admi-
Pero los resultados de dicho test representan, en realidad, It'n cnseguida que los venda son un pueblo muy mu-
una distorsión de la verdad, dado que la percepción de las sit al. Sin embargo, frente a los tests de talento musical de
personas se verá totalmente perturbada por el uso de un s('.rshore, un brillante músico venda parecería un autén-
medio no familiar. l it o inepto, carente de oído. Puesto que su percepción del

Un ejemplo del etnocentrismo de todos los tests musi- soniclo es básicamente armónica, podría declarar, por
cales que he conocido hasta la fecha servirá de crítica ge- ,'icrnplo, que dos intervalos de cuarta y de quinta son el
neral, y también ilustrará por qué debemos ampliar rrrismo. O que no existe diferencia entre dos perfiles me,
nuestro campo de investigación si queremos descubrir Iticlicos visiblemente diferentes (váase el Ejemplo 2). Fuera
qué capacidades se hallan involucradas en la musicali- tlcl contexto social del sonido, los tests de timbre e inten-
dad. El libro Measures of Musical Talents (Medida de los sitlad resultarían irrelevantes para é1. En todo caso, pro-
talentos musicales) de Carl Seashore, publicado en el año birblemente el sonido del oscilador lo desconcertaría al
1919, constituyó el primer test estandarizado de aptitud instante: puesto que no es un sonido de origen humano,
musical, y aunque posteriormente ha sido criticado, refi- rro es música.
nado y elaborado tanto por el propio Seashore como por Está claro que los tests de aptitud musical sólo son re-
otros investigadores, los procedimientos de valoración lc'vantes en aquellas culturas con un sistema musical si-
no han variado radicalmente. La base de los tests de Seas- rnilar al del examinador. Y poclemos seguir planteando
hore es la discriminación de algún tipo. Puesto que la dis- rnás preguntas. ¿Qué utilidad tienen dichos tests, incluso
criminación sensorial se desarrolla en el seno de la cultu- dentro de la tradición cultural de la que proceden? ¿Qué
ra, las personas pueden ser incapaces de expresar una es lo que miden realmente? ¿En qué medida se relacionan
distinción entre intervalos musicales que pueden oír, corr la aptitud musical? ¿Cuán rnusical es esa aptitud que
pero que acaso carezcan de significado en su propio sis- encuentra su expresión en la composición yla interpreta-
ffiWi'¡*'-
¿il,\Y NltlslcA FIN Iil HONIBRFI?

. .', ;;;;prueba de que ros,..", n"-::


ción, y en qué concliciotlcs ptrccle strrgir? No podremos
responder a la cuestión cle ctr¿itl nlúsico es el hombre has-
rros scln criaturas más capaces yextraordinarias de lo que
ta que no sepamos qué rasgos del comportamiento hu-
l.r rrrayoría de las sociedades les han permitido ser. No hay
mano son peculiares de la música -si es que hay alguno-'
(
lu('culpar por ello a la cultura en sí misma, sino al hom-
l)r'(', que toma equivocadamente la cultura como fin y no
Podemos hablar libremente del genio musical, pero igno-
( ()nro medio. Así, vive parala cultura en lugar de vivir
ramos qué cualidades de ese genio se restringen a la mú-
sica, y si pueden o no encontrar expresión en otro medio'
ttt,ís ttllá de ella.
(bnsideremos las contradicciones entre teoría y prác-
Tampoco sabemos en qué medida esas cualidades se ha-
llan latentes en todo ser humano. Pudiera muy bien ocu- titir €n materia de musicalidad en el tipo de ambiente
lrrrrgués en el que yo crecí y en el que adquirí al parecer
rrir que las inhibiciones sociales y culturales que impiden
r¡n cierto grado de competencia musical. (Digo <al pare-
el florecimiento del talento musical tengan mayor impor-
( ('r')) porque un punto esencial de mi argumentación
tancia que cualquier aptitud individual que parezca faci-
('s (lue no sabemos con exactitud en qué consiste la com-
litarlo.
<¿Cuán músico es el hombre?> La pregunta se encuen- Pt'tcncia musical, ni cómo se adquiere.) Suena música
rrricntras comemos y tratamos de conversar; suena tam-
tra relacionada con otras más generales, como <¿Cuál es
lririn en el cine y el teatro; mientras estamos sentados en
1a naturaleza del hombre?> y <¿Qué límites existen a stt
desarrollo cultural?>' Es parte de una serie obligada de ,rcropuertos repletos de gente, y de manera detestable
nricntras esperamos a que el avión aterrice; suena todo el
preguntas sobre el pasado y el presente de la humanidad,
ía en la radio; hasta en la iglesia pocos organistas conce-
si es que queremos hacer algo más que avanzar ciega- .|

mente a tropezones hacia el futuro. Aunque carezco de rlcn un minuto de silencio entre los diferentes momentos
una respuesta definitiva a la pregunta que da título a este tlcl ritual. <Mi> sociedad pretende que sólo un número li-
rnit¿rdo de personas son musicales, y sin embargo se com-
libro, espero ser capaz de mostrar en los tres primeros ca-
pítulos cómo la investigación etnomusicológica puede l)()rta como si todas poseyeran esa capacidad básica sin la
t ual ninguna tradición musical resulta posible: Ia capaci-
iesolver la mayor parte de estos problemas y' en la cuar-
ta, por qué este tema restllta importante para el futuro de
tlad de escuchar y distinguir entre patrones de sonido.
[.os creadores de películas y series de televisión esperan
la humanidad. Hay tanta música en el mundo que es ra-
zonable suponer que la música' como el lenguaje y posi- conectar con una audiencia amplia yvariada ¡ en conse-
blemente Ia religión, es un rasgo específico de nuestra cuencia, cuando ponen música de fbndo a la acción y los
especie. Es posible incluso que procesos fisiológicos y diálogos, están asumiendo implícitamente que las au-
cognitivos esenciales para la ejecución y la composición diencias pueden discrinlinar entre estos patrones y res-
musical se hereden genéticamente y estén presentes' por ¡roncler a su llamada emocional, y que los escucharán y
tanto, en todo ser humano. Una mejor comprensión de cntenderán de la manera que pretende el compositor.
éstos y otros procesos implicados en la producción de mú-
Asumen que la música es una forma de comunicación y
¿HAY tllljsl{lA FN lL H(lM}lRil?

que, en un contexto cllltural comPartido' determinadas ,,;,: ;;;;;".,." de signos a" p,oa".,',',l
,l.rtl y beneficio inmediatos, así como de presunta utilidad
secuencias musicales pueden evocar sentimientos de
r lt'rrt ro del marco de un sistema dado. La aptitud latente
miedo, tensión, pasión, patriotismo, religiosidad, miste-
r ,r liurrente se reconoce ni se alimenta, a menos que su por-
rio, etc.
t.rrf rrr pertenezcaala clase social adecuada o que muestre
Los productores de cine tal vez no sean conscientes del
funclamento de sus suposiciones, pero podemos dar por ¡r,r' casualidad alguna evidencia de lo que la gente ha
sentado que, si la experiencia las hubiera contradicho, .rl'r't'nclido a considerar como talento. Así, se juzga que los
r r rr os están dotados de buen o mal oído sobre la base de
habrían prescindido por superflua de toda música am- r

',rr t ir¡racidad para tocar música. Y, sin embargo, la exis-


biental y de fbndo. Al contrario' Parece que su confianza
en la musicalidad de las audiencias va en aumento, pues t,'nt'ia misma de un músico profesional, así como su ne-
{ ( siu'io sostén económico, depende de oyentes que en un
han ido abandonando la música de fondo continua en
favor de una intensificación selectiva del drama. Esto .r:;l)('cto importante tienen que ser no menos capaces mu-
podría no ser más que una respuesta a las presiones de ',rt:rlrnente que é1. Deben ser capaces de distinguir e in-
ios sindicatos de músicos, pero aun así el hecho es que los It'r'r'clacionar diferentes patrones de sonido.
productores de cine siguen encargando bandas sonoras a Soy consciente de que -antes y después de la compo-
compositores, con un coste considerable. Es interesante "it
irin de Ia Sinfonía <Sorpresa> de Haydn- siempre ha
el hecho de que quienes parten de estas suposiciones sean
lr:rbiclo públicos que escuchan la música con escasa aten-
hombres y mujeres cuyas actitudes hacia el arte y el bene- , rtin, y de que, en una sociedad que ha inventado la no-
ficio comercial a menudo las contradicen. La formación t,rr irin, la música puede transmitirse dentro de una élite

de un productor en la cultura occidental debería haberle lrt'rcditaria sin necesidad de oyente alguno. Pero si adop-
t.r nros una visión de la música a nivel mundial y conside-
enseñado que no todas las personas son musicales' y que
algunas son más nusicales que otras. Pero su conoci- lilr¡ros las tradiciones musicales carentes de notación. re-
miento y experiencia de la vida le llevan a rechazar in- sulta claro que la creación y Ia ejecución de la mayor parte
conscientemente esta teoría. El dogma capitalista Ie dice tlc la música obedece fundamentalmente a la capacidad
que la música es sólo para unos pocos escogidos, pero la lrrrrnana para descubrir patrones de sonido e identificar-
experiencia capitalista le recuerda qlue The Sound of Mu- Ios en ocasiones posteriores. Sin procesos biológicos de
r pcrcepción auditiva y sin consenso cultural sobre lo per-
sic (El sonido de la música) fue uno de los mayores éxi-
tos de taquilla de todos los tiempos. cibido entre por lo menos algunos oyentes, no pueden
Enseguida viene a la cabezauna explicación de esta pa- cxistir ni música ni comunicación musical.
radoja. En muchas sociedades industriales el mérito se En las discusiones sobre la aptitud musical se pasa por
alto con demasiada frecuencia la importancia de la escu-
cha creativa, cuando es tan fundamental para la música
2. En Iispaña esta película se presentó en cartelcra como Sonrisas y Ia-
srimas. IN. delT.] como lo es para el lenguaje. Lo interesante de los niños
¿lL\Y Nltisl(lA i'lN hl. tlOlvlljRE? \r7^rx) 39

prodigio no tanto que algunos niños nazcan con dotes


es (
lu(' ('s posible salir del paso con una ejecución mediocre
aparentemente excepcionales cuanto el hecho de que un ,, rntl)r-ecisa, siempre que haya una audiencia que mira
niño pueda responder a los sonidos organizados de la l'( r() no escucha; e incluso audiencias que sí escuchan
música antes de que se le haya enseñado a reconocerlos. I'r r.'tlcu estar educadas para aceptar en partituras familia-
Sabemos también que niños que no son prodigio pueden r, rle Ohopin o Beethoven flagrantes desviaciones que en
'
ser igualmente receptivos a la música, aunque luego pue- rrrr¡rrincipio respondían a modas y terminaron volvién-
dan no relacionarse con ella de una forma positiva ni ,l,sc ¡rarte de una tradición pianística. La continuidad de
busquen reproducir su experiencia. l.r rutrsica depende tanto de las exigencias de audiencias
En sociedades donde la música no se escribe, la escu- , icirs como de la provisión de intérpretes.
r rt

cha informada y precisa es tan importante y reveladora t lrrando digo que la música no puede existir sin una
de la aptitud musical como la ejecución misma, puesto ¡', r'ecpción de orden en el ámbito del sonido, no estoy de-
que supone el único medio de asegurar Ia continuidad de It nrliendo que toda ejecución o composición musical
la tradición. La música es un producto del comporta- lr.¡ya cle verse precedida por algún tipo de teoría de la mú-
miento de los grupos humanos, ya sea fbrmal o infbrmal: rit ir. Esto sería obviamente falso, tanto para la mayor par-
es sonido humanamente organizado. Y aunque diferentes tt' tle las grandes composiciones clásicas como para el
sociedades tienden a tener ideas diferentes sobre lo que trirbajo de los así llamados músicos <populares>. Lo que
puede considerarse música, todas las definiciones se ba- t'stoy sugiriendo es que, antes de emerger en forma de
san en algún consenso de opinión en torno a los princi- rrrusica, en la mente ha de haber alguna percepción de or-
pios sobre los cuales deben organizarse los sonidos. Di- rlcn sonoro, sea innata o aprendida, o ambas.
cho consenso es imposible sin un terreno de experiencia Estoy usando de manera deliberada el término <orden
común, y sin que distintas personas sean capaces de oír y sonoro)), subrayando experiencias de escucha de estí-
reconocer patrones en los sonidos que llegan a sus oídos. ¡nulos externos, porque quiero enfatizar que cualquier
En la medida en que la música es una tradición cultu- valoración de la musicalidad humana debe basarse en
ral susceptible de compartirse y transmitirse, no puede tlescripciones de un campo distintivo y acotado del
existir a no ser que al menos algunos seres humanos ha- comportamiento humano que denominaremos provi-
yan desarrollado una capacidad para la escucha estructu- sionalmente <musical>. El orden sonoro puede ser crea-
rada. La ejecución musical, como algo diferenciado de la cio de forma incidental como resultado de principios de
mera producción de ruido, es inconcebible sin urta Per- organización no musicales o extramusicales, como por
cepción de orden en el sonid<1. ejemplo la selección de agujeros sobre una flauta o de
Si mi énfasis en la primacía de la escucha puede parecer trastes sobre un instrumento de cuerda guardando espa-
exagerada, considérese lo que le ocurriría incluso a una cios equidistantes. De manera similar, una carencia apa-
tradición de música escrita si la mera ejecución se tomara rente de orden sonoro puede expresar disposiciones or-
como criterio de la aptitud musical. Los músicos saben denadas de números, personas, fórmulas matemáticas o
,, rNl I x ) tll iMANAMgN-fl OR(;ANIZAIX)
¿t IAY 1\'lLlSI(lA tlN IIL HoI{t}RFl?

t r.rrrsr r ipcirrnes de tres melodías nsengaparakalimbu


cualquier otro elemento susceptible de ser transformado
en sonido, como la aplicación de una curva sinusoidal en
una máquina electrónica.
Si un compositor me dice que no debo esPerar escu-
char ningún orden <en las notas>, Pero que puedo obser-
varlo en los modelos de círculos y conos que se le dan a
los ejecutantes, o en los números que se le proporcionan
a una máquina, prefiero llamar al ruido resultante magia
reaccionaria antes que música de vanguardia; pero no
podré excluirlo de cualquier estimación de la musicali-
dad humana. Si bien probablernente no pertenece al ám-
bito de conducta que incluye Ia música de los bosquima-
nos, los bemba, los balineses, Bach, Beethoven o Bartók,
es sonido humanamente organizado, destinado a otros
oídos humanos y posiblemente disfrutado por los ami-
gos del compositor. Por tanto, tiene que ver con la comu- Prrlgar iz<luierdo

nicación y con las relaciones entre Personas. rot2l¡!


Este proceso de producción de sonido musical no es tan
moderno ni sofisticado como sus creadores pretenden'
Sencillamente, es una extensión del principio general de
que la música debe expresar aspectos de organización hu- {¡i )
Do \{i l¡'Sol 5ol'l¡ t¡'
¡ 2 0 ¡ Á 6 t a e roil ¡2t0la
Si D0'Re'lli'S0l'h'Si''

mana o percepciones humanamente condicionadas de or- B


ganización <natural>. Yo observé un proceso similar en
Zambiaen 1961. Entre los nsenga del distrito de Petauke,
Ios muchachos tocan pequeñas mbiras kalimb a para diver - ulgariz<¡uierdo Pulgarderecho
tirse, mientras pasean o se sientan a solas. Un análisis de las
I )isposicitin tle las <teclasu de una tclirrúd de I 4 notas (A) y de una ndinüa de I 4 notas ( B).
melodías que tocan muestra las relaciones existentes entre (i): Altura aproxinrada de las escalas utilizadas más habitualmente (transportadas).

los patrones de movimiento de los pulgares izquierdo y


(ii): Nurneracirin de las <teclas> de izcluierda a derecha del uteclado,.
(iii): u'l eclas> nunterad¡s si métricalnente de acuerdo con su uso en movimiento con-
derecho, los modelos rítmicos al pulsar las <teclas> y Ia dis- t rario por los pul¡iares derecho e izquierdo. [,as u teclasr e n somb ra y los nti meros subra

vados por encima o debajo del pentagrama indican las alturas en la parte superior del
posición del propio <teclado> (véasela Figura I ). Las me- (teclaClO).

lodías no se parecen al resto de la música nsenga' pero am-


F-r cun¡ l. Comparación de melodías y nteclados> de las nú ir as kaliar
bos pulgares tocan polirritmias típicamente nsenga que en
bay ndimba, tocadas por los nsenga de Petauke, Zambia, ilustrando los
otros contextos serían ejecutadas por más de un músico. orígenes culturales v físicos del sonido musical.
¿HAY iULr\t(,\ LN t-t tir)t\iltP!?
43

Bases rítmic¿rs de las melodtas para kalinl¡¡, tal y conro reveiiu los análisis de las partes
que tocan los pulgares izt¡uierdo v derecho

I4 c 3 b Z a 1D1 I 2 b 3 c 4

j.= | 7ó M.M,

Base r"r I j. ).
ritrnica rÍ{llf

'i*l_, J, Jl' )1.¡


I r ).,a
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IV

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? 42 a z a

P,"ur..o t. Continuación Ftr,ux,r l. Cotttittudciótt


¿1{AY NrÚSICTA l,N l-il. HOTUBRE?

I rn instrumento similar llamado ndimba tiene un <tecla-


,1,',, tlitérente, nlás apropiado para el ¿rcompañamiento
¡r¡,'l,rdico que para Ia ejecución despreocupada aunque
'.,'rrrt'ticla a modelos. Quienes suelen tocar este instru-
rr( nl() son animadores públicos que cantan con o para
.rr ¡t lie ncias numerosas. Aunque su música suene a menu-

,l. ruiÍs sencilla que la que hacen los chicos, posee de he-
, lro rulA arquitectura más propiamente musical, puesto
, r,' la relación pautada entre el movimiento del pulgar y
¡r
, l ,, teclado> se subordina a los requerimientos de una can-
r ron cofl letra, de manera tal que permita a otros cantar
ei-+
t*¡-l! F- ¡u-*4, ma-maeya. , on e I instrumento. Algunas de las melodías de los mu-
, lr,rt'lros podrán ser más experimentales y vanguardistas,

l'('r () no llegan a mucha gente por carecer de una cualidad


, rt' los nsenga parecen desear para su música: el poder de
¡r
r, rrnir a la gente en hermandad.
lis ¡rosible proporcionar más de un análisis de cualquier
l)r('z¿ musical, y cle hecho se dedica gran cantidad de tinta
.r hlcer precisamente eso. Pero debería ser posible realizar
.rrriílisis exactos que indiquen dónde se han empleado
l)r()cesos musicales y dónde extramusicales, así como
r:-jF..Fr_,: -:: r :
( uriles fueron ex¿lctamente y por qué se recurrió a ellos.
t.- -É:+: r\ cierto nivel de análisis, todo con'rportamiento musical
sc halla estructurado, ya sea por procesos biológicos, psi-
, ológicos, sociológicos, culturales o puramente musica-
lcs. Es tarea del etnomusicólogo identificar todos los pro-
ecscls relevantes para una explicación del sonido musical.
La Figura 2 muestra un pasaje musical susceptible de
irrterpretarse de al menos dos maneras. Pertenece a un
FrcuRA ]. Cotúinuación
conjunto de figuras cortas, repetidas, que se dan en una
.serie de melodías que toca un flautista nande (o konjo) de
lluternbo, enZaire. A partir del contexto, resulta claro
que procura placer al ejecutante y expresa principios fun-
16 ¿t IAY r.fLlSIcA EN lt. H()NlllRbl?

Frase musical utilizada en nrúsica parir flauta de Ilutembtr , ,rl (lLreexpresa relajación-tensión-relajación. El músico
rr,rrrtlc también podría concebir el pasaje como un movi-
rrricnto de alejamiento y de regreso a un centro tonal,
I'u('sto que una gran parte de la música africana se halla
, ',tructurada de esa fbrma (aunque probablemente él no
t)igitacirin de la flauta de Buternbo y sortidos que ptoduce l'('r)s¿lría específicamente en términos de relaciones de
,l,rninante ytónica). Pero si consideramos su ejecución
il rc¡resenta agujero tapado
lt representa agujer0 abierto l r r lclación con la experiencia física de tapar agujeros con

l)
f l. .led,'........... O aa o l,,r dedos, las relaciones tonales adquieren un sentido
l\l
l ¡. d..t'............ a aa a) ,lrst into. La relajación física al retirar los dedos de la flau-
( 1."t1edo........... a a L-) I.r p¡1¡dugs un sonido armónicamente tenso, mientras
ñr f I
()
I t 'd'¿" l-r a) ,
¡rrc la tensión física de tapar ciertos agujeros produce un
'ILc" Nfi" " Sol"
Ira
','niclo que es armónicamente relajado.
I ranslbrnración ul.enguaje, N1()l)ll.() u[,cnguaje" 'l ransft¡rnracititl No sé cuál de estas interpretaciones es la correcta en el
r ,ntcxto de la sociedad nande y de la musicalidad de este
Tonalitl¿rci |isr(rJ lirnalidatl
en la
^RMóNl(l) (agujcrostap¿rcios en la rntr'rprete particular, Katsuba Mwongolo, o si existe otra
trase en flauta:
l¿r tr¿se
nlusrcill digitacirin) Inusicll lrplicación alternativa. Pero estoy seguro de que en última
rr rstancia hay una sola y podría ser descubierta por un aná-
l-¡ l)oninante l lrN"Sl()N I Sol
Sol I (rnica Rtil AjA(ll()\ 0 l.a lrsis de la música en la cultura que sea sensible al contexto.
L¡ l)otr)in¡nte 'I llN5l()\ I Sol
Sol l ónic¿ RUI.AJA(ll()N 0 l-¿ ,'\l ¡¡ralizar estas rnelodías de flauta en 1955, yo trabajé con
rilirbaciones anotadas y un instrumento de muestra que ha-
IrrcuR,\ 2. l)os interpretaciones posibles del misnlo pasaje nrusical, uti- I'rir aprendidcl a tocar. Pero no tenía experiencia de Primera
lizando un modelo de tensión/relajación y los nlenguajes" irrtntinico y | rll no de la cultura del ejecutante ni evidencia de su sistema
r

físico, respectivamente. rrrrrsical, pues había muy pocas grabaciones disponibles.


l)uedo presentar con mayor confianza mis análisis del
damentales de estructura nusical' Lo que ya no resulta ..'t¡uilibrio entre factores físicos y musicales en la produc-
tan claro a partir de la música por sí sola es la naturaleza . irin de las melodías que tocan los nsenga en l¿rs rnl¡iras
k t t I imb a y ndimb a, porque trabaj é en Zambia en I 96 I con
de talesprincipios. Un oyente adiestrado en la música ét-
nica europea oiría aquí un movimiento de alejamiento y Ios intérpretes y aprenclí a tocar las melodías (aunque
de regreso a un centro tonal, que aquél describiría en for- lrirstante mal), observé los diferentes contextos de ejecu-
ma de secuencia tónica-dominante-tónica. Esto puede . irin y escuché y grabé otras piezas del repertorio nsenga.

describirse de forma más general, en términos que han Stílo haciendo acopio de información musicalyextramu-
utilizado Hindemith y otros, como una secuencia musi- sical fue posible descubrir lo que estaba <en las notas).
Mtisl(lA IIN El. HoNfIlRu? 49
¿HAY
48

el te-
Resulta posible improvisar tests musicales sobre
proporcionar el único medio
.r.r-ro, Ios cuales p.,éd"n
pu* á"t."Utir o ctnflrmai los principios que generan la
to-
iomposición musical. Por ejemplo, los jóv.enes venda
áúo. en ocarinas llamadas zwipo ¡ oliyo que hacen
.ur,
(aproximada-
con pequeños frutos de varios diámetros
en los
mente entre cuatro y medio y siete centímetros)'
que cortan url agujero grande para soplar y dos pequeños
pu." ,upo..nn in, dedos. Las notas obtenidas varían se-
pudiendo modificar la altu-
irin "l ü-uno de las esf-eras, díros selec-
ia,rt"diant" el soplido del ejecutante' Paralos
modo
cionan pa.es de ocarinas que (suenen bien>' de
indica qué principios musicales esperan
que su elección
&p..rur. Yo desarrollé un test en el clue dos jóvenes
de entre
selecciorrabun la combinación más satisfactoria
afinación; el sonido de los due-
seis ocarinas de diferente
tos obtenido en estos instrtrmentos revelaba' por tanto'
importantes para la mú-
principios tonales y armónicos
,ica ¿é ocarina en particular y para la música venda en
estos modelos junto
general. La Figura J muestra tres de
fon t;.,, progresiones fundamentales y su secuencia ar-
mónica.
en el
Estos tres ejemplos ilustran problemas existentes
y de cual-
análisis de la música de cualquier compositor
cuier cultura. También subrayan los peligros de compa-
su soni- Avll (,
r r músicas diferentes solamente sobre la base de __o -_ .. :
clo. Aun cuando el significado de la música
descanse en
último ténnino uen las notas)) que percibe el oído huma-
,,'":i :si,';il.ll:i 6# ;_- -
==_
J_-it-¿=.
de la es-
no, puede haber varias interpretaciones posibles
un
tructura de un determinado patrón sonoro' asÍ como 5ecuenclas

número casi infinito de respuestas individuales a dicha


estructura, depencliendo del entorno cultu-ral y el estado
I r(,LIRA 3. Principicts tonal y armónico en la músic¿ venda para oc.trina.
emocional de sus oyentes en un momento daoo'
¿HA\ Nlusl(:A
lN F'l HollBIlLl " lll ! ) l l( \ir\NANl1:\l F. Ol{(i'ANIZ:\D(l 51
50
(A: cre srnrc/¡ l, l ,r ¡rilisis musical y del lingüístico puedan ser similares.
r)iagrrma a escala,d" o"'llll:::.1:lrL'.,|;ff,1il;;r; il,t;]huecos
'
¡¡(rs¡l¡/l¡'r(r I ¡¡ttI , lJ tl¿ralllf,5llvc\Il I'J,, 1,1'1¡ razón para asumir que la música sea un tipo de

l, rrr',rrirje, ni que tenga una relación estructural especial


, ,
',
,'l le nguaje, ni que los procesos lingüísticos sean nece-
'
',.u r:rnrente más fundamentales que cualesquiera otros
, r|||('las actividades humanas. No obstante, ciertos análi-
', lt'l comportamiento lingúístico por parte de Eric Len-
r,, r

¡¡, lrt'r'!j y Noam Chomsky y sus colaboradores apuntan


r.r.,ri()s que tienen su correlato en la música. No me refiero
r.urt() il hechos obvios como a que el sonido si posea un
,rrinil'icado estructural y semántico diferente en idiomas
, lr.,l irrtos, o a que en inglés las palabras s¿a (mar), see (ver)
r ' ( secle) sean diferentes :', cuanto a la variedad de es-
',
',
3. LotttÚtuLtctolt tt ttt tttros que pueden hallarse ocultas bajo las estructuras
Flr;r,'n¡
,r r¡'1'¡ljsi¿lsc del lenguaje, esto es, en los patrones de pala-

I'r .rs t¡ue podemos oíry a los cuales respondemos.


de interpretacio.nes estruc- Los angloparlantes generalmente comprenden las cade-
De todos modos, el número
nred,ida cuando tlc palabras de acuerdo con el contexto en que son es-
,"iJ*'p.tilrles puede reducirse en gran clltura singu-
".r,
, r r, lraclas. Así, como señala Lenneberg, la cadena they-are'
Jril;" musical de un compositor o u.natotal' Aun cuan- 1,,'ri ttg-studenfs (son estudiantes aburridos), posee dos
cultural
lares se examina en su contexlo
articulado' una explicación ¡', rsitrlesinterpretaciones sintácticas directamente relacio-
do un sistema está claramente
cle dicho sistelna puecle ser in- r¡.rtl¡s con dos posibles interpretaciones semánticas. La
estructural en términos la teoría y lr .rsc ¡-ruede ser bien un comentario de los profesores sobre
.;-il;;. i'"r ejemplo' sabemos mucho sobre cstudiante s -llllffhey)l Í(sre)((boring) (students)))Il-,
la armonía en la
*"*-'----; rnúsic1^..::::?:;:t::ii l, ,s
la PrdLrrLq de
rir práctica
, rr cl cual bttrínges un adjetivo; o puede ser un comenta-
la múrsica cle Hector
siglo xtr, Pero crlanoo analizamos procedi- r r. r rle los estudiantes sobre sus profbsore s -|\(They)) lkre
elaboraba.los
;:;";;;;ril saber qt'" o nt"nodo estructura l',, r i ng) (st udent s)l lll-, ( [ los profesores ] están aburrien-
;;;t sobre una g'uitarra'I lue
;ónicos 1a
una gran influencia en sus se- ,lr r alos estudiantes), donde boring es una forma verbal
de este instrumento tuvo ( )rrjugada. En muchos casos no hay una relación de uno
(
cuencias de acordes'
problema analítico me- .r uno entre interpretaciones sintácticas y semánticas.
Permítanme ilustrar mejor este
diante una analogía con lJ
lingtlistica estructural' AI ha- t )homsky ha mostrado que, a nivel superficial, Ia estruc-

la etnomusicología deba
cerlo no estoy sugiriendo qu" !. pronuncian /si: /. lN. del'l'.1
;til;il;étodás de ta ti.,griística, atrnque los objetivos
l'al¿rbras horn<ifonas en inglés, que se
¿HAY NlÚslcA
llN hl. HoN'fBRF,?
53
52

thehunters (el l.,rs cstructuras musicales, como las cadenas de pala-


tura de la frase con gerun dio the shootingof
una transformación' I'r ,rs, pueden contemplarse como el resultado de rellenar
¿irouro de los cazaáores) puede ser
;i;;;;;;t".ión activa iuntersshoor (los cazadores dis-
(los cazadores son
, r,n n()tas ciertas casillas de acuerdo con las reglas de una
1,r .r rr riit ica musical. Pero ignorar las estructuras profun-
;;;;;t o ¿" tu pasiva hunters are shot
,l.r',,orrcluce a confusión. En su libro The Language of
disparados).
estructura su- \ f rnir (El lenguaje de Ia música), Deryck Cooke (1959)
É, u .u.rru de este tipo de relación entre
perficial y estructura profunda por lo que no podemos
, r | .r rI n¿t conclusión humorística de un tipo de aproxima-
consistente en re- , r.n análisis musical. Un amigo suyo <afirmaba con
.rsí al
consi.ie.á. el lenguaje como un asunto
de acuer- ',, r,u l'idad> que (una canción cómica tan popular en su
it"nur.o., pulabrás ciertas casillas gramaticales
aprendidos' al margen de los procesos
, lr.r, )i'.s, we have no bananas (we have no bananas today)>
do con patrones
;;Ñ;.t q.," .r.,byut"n a tales patrones' Existe una l"r, n() tenemos plátanos (hoy no tenemos plátanos)] se
eager to lr.rlrrr creado de la siguiente manera:
áif?r",t.iu aüismal entre la frase activa. Iohy 1s
de agradar) lohn is easy
;i;r;, (John está deseoso
t;';:;t;;6thn Y
fácil de agradarl, aunque en la superfi-
es
palabra',De Todo t:,
cie tan sólo se haya cambiado una
término shooting enla ll¿l- le-lu-jahl (ba-na-na6), Oh,bringbackmy
Oh,bringbackmybon-nie
milar, no podemos sustituir el
bon-nie !o
io me!

fr-ut" un,"¡or por cualquier otro verbo


similat ti"
lo que
l:1:1
a su
l l ,l to I

.rr"ntu las implicacünes semánticas'


"n En algu
*ouititu diferenies principios estructuraler
of the hun I Jrrailustración más seria de la importancia que tienen
;;;i;;t, puedo hablar-de The eating modo que The ('structuras profundas en el análisis de la música lo
¿e los cazadores) del mismo
1.r,,
iiu.o,lli¿u
ilootirg of the hunters (El dispatg.d" P: t?'."9:,1T1:o' 'porcionan dos versiones diferentes de una canción in-
,
I'r
los contextos conocidos The drinking
l.rrrtilvenda, Funguvhu Ianzwamulomo! (véase el Ejem-
o".o
'rh, hunrur, (El beber de los cazadores) sólo po:ee ull
"n"rodos ¡'1,, J). Ambas melodías son descritas por los informantes
En todr ((la misma>, porque constituyen transformaciones
int".pretación estructural y semántica'
(
,ini.u 'nlo
p"tibilidades lógicas siempr",h"" q".t::-t:ldl
r¡r.'lridicas de la misma estructura profunda, que es una
."t., f
"t esencialmente (armónica) a la cual la secuencia
'.('( ue ncia
;;;;.;á, pues en alg"ia' culturas Ia ambigüedad
(El canto ,l(' palabras de la letra imprime su ímpetu rítmico y su
iru."t tuf"t . omo The-singing of the hunters (El bail
ior-.uruaot" s) o 'fhe dincing of the hunters ¡'t'rlil melódico. Las notas de una melodía son equivalen-
ser en un Prlncrpl t('s itrmónicos de la otra.
de los cazadores), que parecerían
activas' q""-ttu resueh lil primer problema de cara a una evaluación de la mu-
i*rrrfor-u.iones <le oüciones (ser ca .r,. alidad humana es, también, el problema central en la
idea de que un hombre pueda
o.t -"ai" de Ia
r rrrsicología y la etnomusicología. Se trata de la cuestión
r
iado, o <ser bailado>'
|| x I I ILIiUANAMFIN IH OR(iANlZr\l)o
¿HAY N{ÚslcA
lx ¡:t. ttarlt¡tn? ,

I'r,'t isa y exhaustiva del sistema cognitivo de un compo-


'.rr' )r'l)roporcionará, por tanto, la explicación más funda-
n r'ntirl y poderosa de los patrones que adopta su música.
I )(' nlodo similar, los estilos musicales vigentes en una
'.,,, icdad dada serán plenamente entendidos como ex-
l,r,'sitin de procesos cognitivos que pueden observarse,
t.r rrrbie<n, en la formación de otras estructuras. Cuando
,, 1"-"*amú- tó-mó' dr no- iiü rl lanr Iá
'.i'lliulros de qué manera intervienen tales procesos en la
t, t\
J'
N +e
l,r, 'tltrcción de los patrones de sonido que las diferentes
'.,,, it'tlades llaman (música), estaremos en una mejor
¡', 'sicir'ln para valorar cuán músico es el hombre.
l,rr su importante libro The Anthropology of Music (La
.r rr t r ogrología de la música), Alan Merriam (1964) abogó

é- udl PÍ? l', '¡ t'l cstudio de la música en la cultura. Pero los etnomu-

'logss todavía tienen que producir análisis culturales


'.r,
Et¡.tl¡pt.tl2 ',r,,lt'rrráticos de la música que expliquen cómo un sistema
rr rrrsical dado se integra en otros sistemas de relaciones.

l'.lo lrasta con identificar un estilo musical característico


de <lescribir qué sucede en una
piezamusical dada'
, r r srrs propios términos y examinarlo en relación con su
poá"-otaúnexplicarloqued-"1*:.:"T"t-t-T::
', it'tlad (por parafrasear la definición de uno de los obje-
'.,
experlenc
resultado de nuestra.
-un".u intuitiva como diferencias esenciales entre Irvos tle la etnomusicología según Mantle Hood, quien ha
lu .r',ltrrru, es decir, las lr, , lro más por este tema que casi ningún otro etnomusi-
"n
Áriri.u ¿" Haydn y Mozart' o entre la de los indios flathea¡
'krgo vivo). Debemos reconocer que ningún estilo mu-
, ,

;i;;'-". Ño r,'n'i""" :"":',,":l?:j:::T i:tTl ',r, rrl tiene <sus


propios términos>; sus términos son los de
"J
i;il;;;;nciertos para piano de Mozart' o de la o
.rr sociedad y su cultura, así como los de los cuerpos de los
qu"rtu.iOn en Beethoven: queremos-:*"1^":1t":":i; ',, ¡ t's humanos que lo escuchan, crean e interpretan.
es ¡r'Io
;;;t y por qué Beethoven es Beethoven' Mozart
,".i v hiyil s Havdn' cada co mpo u:: I tli:.:
No podemos seguir estudiando la música como una
e
: :,':::
su sello en-sus prrncl en sí misma cuando la investigación etnomusicoló-
' )sir
(

-u ágniiirro básico quedeimprime


las agrup":tt^1"^t^p^i::,:1;t:
l
rir, deja claro que las cosas musicales no son siempre es-
fJ", Ju.ur, al margensistema incluve toda actividad ce
tr it tarnente musicales, y que la expresión de relaciones
ffiñ;;;i ;;. ;i.'h"
motora' sus senti Ir)nilles en patrones de sonido puede resultar secundaria
."Ur"f involucrada en su coordinación r('sl)ecto a las relaciones extramusicales que representan
;i;;;"t y culturales' así como sus activid¿
""periencias descripció l.rs notas. Podemos estar de acuerdo en que la música es
á"r ro.iul"r, intelectuales y musicales' Una
Wffi$?e¡1"'"'--'

,
' \ll ! ) IIUI4ANAl\fFlN fl ()it(lANlTAl)(l

, )tr ir persona una pieza de música, pero tal vez podamos


ron€s ut"l'ud?.-.t^:cialmente;
sonido organizado en pat una ll,'riirr a comprender los factores estructurales que gene-
musical puede contemplar'se como
a""'ü ".,itrdad que los estilos musicales r ,r r r lales sentimientos. La atención a la función de la mú-
fbrma aprendida de tondlt'u'
y
han decidido '.r( .r e n la sociedad es necesaria únicamente en la medi-
se basan en aquello
q""iot t"t"titt-u"ot
, l,r t'rr que nos pueda ayudar a explicar sus estructuras.
parte.de su exYr::r,ó^l::i1-
tomar cle la naturaleza como ha im- \rrrrt¡ue yo voy a examinar los usos y eféctos de la músi-
la propia nlturaleza les
ral, más que.n uqu"tto que extrae sus , .r, nrc interesa fundamentalmente qué es la música, no
de la que el hombre
;;;,;. ü;- tu nátt"ut"'a a él'.Incluye sT"t::i:::: l',f r;r (lué se utiliza. Unavez que sepamos Io que es, quizá
iiii". Áttt.ales no es externa sicofísicas y las maneras ,r'.rnr()S capaces de usarlaydesarrollarla en formas ni si-
;;;i;;t cap acidades p
sido estructuradas por s ,lnr('r'¿r imaginadas hasta la fecha, pero que puedan serle
ilffiJ,*Jupáauatt han y cosas' las cuales forman
pí ilrlr('lelltes.
experiencias con personas la cultu l.l sonido es el objeto, pero el hombre es el sujeto. Y la
en
;;ffi;;;;;;o uaáptuti"o de la maduración
capacidades p:::1i11 , l,¡r't'crr la comprensión de la música son las relaciones
No sabemos cuáles de tales música , \ r,,t('ntes entre sujeto y objeto, los principios activos de
;;;" d"i;iáo- ,.roltu., esenciales gara
específicaT:"t"
f1,cer Parecl
musjcal' , r ri.r rr iz.ación. Stravinsky expresó esto con su caracterís-
r i;ü;" de ellas es
zo
'

tr, .r pt'rspis¿cia, al escribir a propósito de su propia mú-


se hallan asociadas con
0"" f"i""f"idades musicales no coinciden con los cen .r( .r (:tnica: <La música nos es dada con el único objeto
i"t "to".in.as del cerebro quesabremos , l, , stirlrlecer un orden en las cosas, incluyendo de modo
tros dellenguaje' Pero """tu 11:T it":T::; rrr ¡ r' lra rticular la coordinación entre elhombrey el tiem-
esos procesos creatlvo r

itaugu, halta'qrl" estudiemos de músicr ( I936: 83). Cadaculturaposeesupropioritmo,enel


que se hallan presentes en una ejecución
/'¡,
aprendidc rrtitlo de que la experiencia consciente se ordena en ci-
.,
lrr""itá", igrrut q"" to t'tan en un lenguale
"";;;;;*"íio,t a" la etnomusicología de constituir u: , 1,," 1l¡ cambio estacional, crecimiento físico, actividad
música y su historia deb , , ( 'n(ir¡1ica, profundidad y amplitud genealógica, vida y
nuevo método para un"li'u'la rrllá, sucesión política, y cualesquiera otros rasgos
que no es aún ¿" lt'"nii* ",.rs
descansar en,tt'u
"'pu'itión música es so¡ido huma r r'( ulrcntes a los que se dote de significación. Podemos
;;;;i, ;t; ",, q"t dudo quelaexistir una relación entr rl., rr rlu€ la ex¡reriencia de la vida ordinaria tiene lugar
il;;;;";;;uíi'u¿o"Jebería , ,, rrrr rnundo en tiempcl real. La cualidad esencial de la
il' i 1. ;; ": i *-: :q::'í is,?liJ.l: tl lH.?i
sonido que se Proouce ffi: nru\icit es su poder para crear otro mundo de tiempo
r r l r¡ltl,
particularmente el
humana. A mí me lnteresa T^al:t:: |' n cl sistema musical de los venda, es el ritmo el que di-
el primer
i"1"1"".,".as musicales porque sup:n:
p

I.r('lfcia la canción (u imba)delhabla (u amba),de modo


;;;
;;;;;ü*
;;ñ';nder lo s .qi"1":"' ll::i:',I::::ii
Ia musicaiidad' Probablemente
nunca ser , ¡rrt los patrones de palabras recitadas con una métrica
t;;.;;; con exactitud cómo sien
', rIr¡|ar son denominados
<canciones>. Thnto Stravinsky
J" lo*pt"nder
' II r¡ ¡ I Itri\lAN-r\NlLiNlI.l OR(iANlZ,\i)o
r'fÚsl(lA F.N l'll Iloi\lBRE?
¿HAY

r'¡ ttt I'¿rlando


la pre-
en que la música implica
como los venda insisten una máquina \\\bh,J
,]*il; h;-b'"; "l t'ul"ti"o regular
uffiug"u
|e
n"11::i1:::f::?; ,,
)t I-¿---JL--+--¿L h
+,__+_!_#_-_1__H-
o de una u.'r'u@
unabomba -
Para -ll" venda los consideraría
Ir¡hr - 4u
Vl'r' - ko
- le
- ma
tsha
vha
Mu- 8i -
tshi yt
nga -
Dza -
dil
9,
""^
u".t":TL:llo.ionurre
golp:t "i"grin con ellos, porque su or-
música ni esperana em
.J:ffi por seres r,.,i.r..r..
humanos' F,l
l, I LN} J-1¿-[-.L$ff¡*
;; ;;5á*iá" ¿i'"ctamente
rlrrrcrrLv!s electró- n it: : 1" t t^t::""t"t
ssonldo
nstrumento
de ilnstr
onido Oe :';-', :-l-:a^ de
- - ámbito T
/lp pexpertencri * vh.r fhi-ri-Ea mu - {i - n - {" pha- n - {a.
ü."?". quedaría excluido de su
en la
muslcar' crr
muskal, medida -'t'"qu"
ro rrrv.-l** "lt-1TT:t:1l;l,ll
"n qu"¿u "t,t.ol"
fuera del controlhurr
todo de ordenación lo c
venda to butu "n t"
*,"]*11 \f.¡.\ñ[\A\|.
.t i" lltr.a " el cuerpo' de la cual la canct "iTi::: l' l¿;--.!-ft F!LiL-J+-
;;;.ó" ;ítmica de todo
Mr' {i - n - Qa rdi Ra- mu - dzu - li,
io ,r,porr" más que ll" ":"T1:i^lll'1"1T;'"Ti
tir""ti" entre dos solpes de tambc
::ilH':ilj-,"l""
;;"-" t ;"-p'"nd"' que ara "t :j ":l:i:t:::': :t:
P
Parte de un
movimien
::TruñH:ó;;;^ñüe'es i" o la baqueta golpea
;*";i;;"i "" "1q;;
-u"o ,
'
.,
' .r nrucha gente en una poderosa experiencia com-
membrana del tambor' l:l tlentro del marco de su experiencia cultural ¡ en
Estos principios se aplican'p:i:i::*: il"":il:'; ¡
,,r r I rr

, , )n .( ( trcncia, hacerles más conscientes de sí mismos y


(Ejempto 3)' que p
hi;;i iii¡iít" tsha MusingaSi
ni p""ili..^^^..^-^
,l, ,rrs rcsponsabilidades recíprocas. Muthu ndi muthu
ttr:H:;üi*t*
im"""¿" "t -ú,itu, no habla fuerte recavera enlaso- rrs síl
s
,\'.t t'lt(titwe, dicen los venda: <El hombre es hombre a
lt"" tuparte , .,r' .,r tlc sus asociaciones con otros hombres>. La músi-
nt'i"l-U:::::
y - n ga'qt'"'"' ut"
b as - 8u' t sh a 1""?: : ffi: , ,r \ ( n(lil nunca es una huida de la realidad, es una aven-
con p"lTi:
3::;tljffi'"iiJ, ;il;;.an l."nción'
f'l'i''ta' -ti y., dil1ti."r1lq"ti:,
r r rr .r ,r I interior de l¿r realidad: la realidad del mundo del

hacen sobre las sílabas , .l'rr itu. Es una experiencia de alumbramiento, en la


modelo slof
lit,- ffit; ;;t" l;;";'ta parte'
Jot t'l *t
'ino "n , ,r,r I ll conciencia individual se alimenta de la conciencia
de cuat o r p a r te s p
" ;ise Preten<le " :"Tjse":::1
i: I"-,t: ::que :l
conside partir de ahí se torna fuen-
, ,
'1,
, I iv¿r de la comunidad y a
ffi::Tiffd;r..;;
y no como <hablat'
, ,lt' lirrmas culturales
más ricas. Por ejemplo, si dos
como <canción> ,^ ^,r.r-^ an sent ', r, usionistas tocan cxactamente el mismo ritmo apa-
el qeñ
política' en el
'"f"";Tj;;;""h" nt(, manteniendo una diferencia individual, in-
do de que ,"
t"1i"a"1q::"t::::""'.H:: ' rrrir, l)cro
"r "ul"rtamente
(le tempo o de pulso, producen algo más que la
::':%;ilü;; p'"po'19' políticos e specíric ',rrn,r tlc sus esfuerzos individuales. Así. la combinación
"¡"tt'tu "'l-ti""
invo
el ientido á" qtt" puede
politica
;;ú;;"t "n
60 ,HAY r'1Ú\l(lA hlN El. HoMill{lll lANi/Ar)r)
61

de un pulso sencillo tocado por dos personas en tiempos I rr.scribir estos patrones
de sonido organizados de for_
diferentes produce: rr!.r., liur distintas como los mismos nJb;"to,
sonoros)
rrrr¡rl¡¡¡1s¡{s porque suenqn igual
sería terriblemente
).J.).).) , ¡ | r \/( )c(). Aun reconocer

ittrrttt '
l, .,.niclos, describiéndolos
,,

,,',.r, r.esultaría inadecuado en


la forma en que se pro<iucen ta_
como ejÉmplos de polirrit_
el contexto de la música
EJ¡rrrpr o 4
, , r r¡ l.r. Antes deben
ser descritos en términos de los
pro_
,.,'.os tognrrivos yconductuales
Una combinación de ritmos yámbicos con la par que pertenecen al pairón
, 1,. ,lrt llir cultura.
fuerte en distinta posición puede producir:
I r r ,r nálisis cultural de los ritmos de
la Figura 4 no
.IlJ .[iR?
q,VIR?
.lt;
llf "rrr.u rir l señalar que se utilizan de tal y taimodo en una
se li_

VI VI ' r r.tlrrtl de ocasiones. No consistiría en unas breves no-


t r . .r | ¡rr1rg¡¿¡¡a esbozando
EJllttrlo 5 el contexto de la música, sino
, ,' ,rrr tlispositivo analítico
que describa su estructura en
En la Figura 4 se ilustran otras combinaciones {' rr, | (lrrc expresión de patrones
culturales. Así, ejecucio_
muestran cómo la misma estructura superficral ,,, ¡ )n combinaciones de dos o
(
tres intérpretes de rit-
ser resultado de procesos diferentes, involucrando e , | ¡' , , (
l{r(' lrodrían de hecho ser ejecutado, por.lrrn solo
no
cada caso a uno, dos o tres intérpretes. ' r r I r I r(.r'()s ardides mrrsicales: expres¿tn
conceptos cle in_
,l,' r,lr¡:rlid¿ld en comunidact,
I)r,\l'.rtf('r(\(l< ;Tl t''' ¡Tl ,.) n) lJlr ,rl )
ri
y <te equilibrio social, tem
¡ ,,r,rl l c.spacial que se hallan también en
otros tipos cle
'orid,,¡rodrtcido'''
por u!r solo elecuta!1tc
b.r
ait VV
?
I '
,,
¡'r 'r\ .r ve'da y en otros elementos
cle su cultura.
'rrr, t'stos no podrían interpretarse correctarnente
Ritmos
\)l l\t \; I J IJ ) ) a
I.or 2 citr ut¡ntr. ¡

i'r I al fr' ''


r lr' r'
"" )\ r¡ue los intérpretes actúen
'rr como clirectores de sí
"'r.nr()s y, al mismo tiempo, se sornetan al ritmo de un

fi ). ,. )j J IJ )
,l r, , lor. invisible. Es ése el tipo
de experierrcia comparti-

I'P I tl l¡
e2.
P l-fl t? aa-
vl
' | | ' lr,( los l,enda buscan y expresan
e¡l su manera de ha_
', | ililrstL¡, yun análisis de sunrúsica que ignoretaleshe_
) lr,, , ¡,1'¡'i¿ tan incompleto
p(,r -l rjc(ut¡nlrs
J. 1

¿.
J. I

II tr
rr'
como ur., unáli.i., cle las Ve-spro
,t' lltt li.t'ttÍo Vergine de Mo-ntever<ji
1,,i,' r'l rlrarco litúrgico, las primeras
<le l6l0 que dejara cle
li' t' clbras sacras del
"nrl)()\itor, sus años de servicio para los duques de
Frcut¡ 4. Distintas tbrmas en las que las mismas estructura's s ' .' './.rt:r v sus prirncr's experimentos en
el terreno de la
ciaies cle rnírsica pueden ser prodrtcidas por uno, dos o tres ejecutan "f '( r,1.
musical no
l,os análisis funcionales de la estructura
or.á"n separarse de los análisis estructurales
de su fun- l. l.a música en la sociedad y la cultura
t".i"i. La función de las notas en sus interrelacio-
i-" parte de
n"t n. puecle explicarse adecuadamente como
referencia a las estructuras
.rr-, ,irta*u."rrudo, sin hacer
á"1 ,irt"r1lu sociocultural del cual
forma parte el sistema
trl que pertenecen
musical, así como al sistema biológico
etnornusicología no es
i.á", r* creadores de mírsica. La
la música exóti-
,¿io u,t área de estudio que se ocupa de
.u, musicología dá Io étnico: es una disciplina que
"i ""o
;;;;" á. una comPre'sión más P'ofulqi 1:
l;"tp".u,.tro
todamúsica.Siciertasmúsicas¡.ruedenserentendidasy
de la experiencia
analizadas como expresiones tonales
I l. tlc.scrito la mirsica
como sonido humanamente orga_
hunranaenelcontextodedit.ererrtestiposdeorganiza-
el que ,'rz.rrk). He def-endido que deberíamos
.i* ,o.lut y cultural, no veo ningún motivo por
modo' , r r I r't' f os patrones de organización
buscar relacione.s
po.tut .o, analizar toda la música del mismo humana y los patro_
rr, ., 1l¡ s6¡¡'do producidos como
resultado de la interac_
¡ r('n organizada.
Refbrce esta aflrmación general me_
,lr,urte una ref'erencia.a. los conceptos
d" Lúricu qre
, ,,rrrprrrten los venda del norte
de tansvaal. Los venda
t,rnlrién comparten la experiencia de
hacer música, ex_
l,, r it'ncia sin la cual habría muy poca música. La prclcluc_
, r' (lc los patrones de
'n sonidcr'qire los vencla llaman mú_
,,r, ,.r depende, en primer
lugar, áe la continuidacl misma
,l{ i(.)s grupos sociales que la ejecutan
rr r, g'¡ que los miembros ¡ en segunclo, del
'111¡ cle estos g.úpos se relacionan
, nltc sí.
l'ru'it averiguar lo que es la música
,
Ir( )rill)re, necesitalnos
y cuán músico es el

,
¡ it:, roca o canra.. r,1"':j;:::TffJH:ñ:::i:,1
, ', ( r na
pregunta sociológica, y las situacionés
dif-"."rr_
t, ., sociedades pueden compararse "n
sin referencia alguna
r l.rs formas superficiales áe
la música. Aquí nos esta_
¿ll A\ IlLr\l( A lN L-l llt 'N1FRh?
61 65

mos ocupando únic¿rmente de su función


en la vida so- ' lr.s, avionesymuchas otras máquinas está relacionada
signifi- ,,rr ru cfi-cacia como medios de comunicación,
,
cial. En este aspecto puede no haber diferencias a menu,
negra' el country & western' el ,l. st..irsuln€ que el desarrollo técnico en la música y el
cativas entre la música
Ñsica sinfónica o el canto lla- ,r tt tlc[re, de ]a misma manera, ser signo de
rocky el pop' la ópera, la una expre_
.r.rr ¡¡¡gj6¡ o más profunda. S<lspecho que la popuüri_
no. l-o q.t" a urlo' a otro lo repele; 1:,i^ti:,t:
"nguttitlaabsoluta presente-en la música mis- ,l.r, I tk'cierta música de la India
en Europa y América no
.i" ufg"ttu.uuii.to¿ ,lr'¡,r tlt,estar relacionada con el hecho
ha venido a significar para
ntu, tino por lo que la rnúsica de que parece téc_
de una cultura o gru ,u, ,uu('nte brillante, al tiempo que agradable
esa persona el1 tanto que miembro al oído, y
po concreto. También debemos recordar 9""..1111-11
,
lrr( \'ir ¿compañada de un filosofar profundo. yo ntismo,
' r,rrrtlo trato de interesar a mis estudiantes en los soni_
pudu-o, tener nuestras propias preferencias persona ,l,'.,
rnúsica o los sen tlt. la música africana, sé que tiendo a atraer su
i"r, ,-,u debemos juzgar la eficacia de la aten_
las meras aparlencras' , r,,n llacio rasgos técnicos de la ejecr.rción, porque son
timientos de los mÚrsicos Por
y ciego' escucr rl'r( ( iirdos de manera inrrrediata. y, sin embargo,
un maestro de iniciación vencla' viejo la
la canción de iniciacii , ,,rrrplcjidad o simplicidad de la música es
,if.".i" una grabación de
r r\ ,rr)cnte irrelevante: la
also ¿ánni_
"n
in*t,n, no pode'Áo. itzgar que es,a música sea más r,,,, rnejor>, ecuacitin no debería ser (rne_
que una grabación de la banda de flautin ni <más = mejor>, sino <menos o más
menos eficaz =
que lr ' lll( r ('lrte>. Es el conteni do humano del sonido humana_
."iiu. ¿" Spc,kes Mashiyatre de Johannesburgo'
podemos soste rr( nl(,organizado lo que (atrapa> a la gente. Incluso si
aburre a él pero encancliia a su nieto' No , ..t( ('nterge
;;;." los krvakiutl son más emocionales cltre los ht , ,, ( ( )nro un como <objeto
un exquisitcl giro melódico o armóni_
parezca -át sonoro> si se quiere, seguirá siendo
po.ql'r" su estilo de danza "il1T".ii.:' '
, I I','rrsamiento de un ser humano
como en ciertos tipcls d sensible, y es dicha
t.o, o¡r.r.. En algunas culturas, , rnibilidacl la que puede despertar
de una cultttra' las. emocione o no los sentimien_
-,ltiiu y baile <lentro interiorizadas' l t, ,., r le otro ser humano, de un modo
parecido a como los
;;;;; !nc,,ntrarse deliberaclamente
'.uul ,-,o significa necesariametrte que nt:t"t ilT: rrrr¡,rrls1¡5 magnéticos transnliten una conversación tele_
::1n
de un h | , , r i1'¿ ¿" un aparato
al otro.
sas. Las eiperiencias místicas o psicodélicas
r

bre pueden no ser vistas ni sentida's qor:us


ve:in::' I :r cuestión de la complejidad musical sólo se torna
han desecharse como irrelevantes para rnrl)()rtante al tratar de evaluar [a musicalidad humana.
n., iu. ello cle
'ulx)ngamos que argumento que, puesto que hay algunas
vida en sociedad.
aplicarse a ,,, icclades cuyos miembros son musicalmenre
Los mismos criterios de juicio debieran comDe_
de'complejidad.de la música a n { nlcs en la misma medida que toda persona lo
aparentes cliferencias es en ma_
qtte tendemos a considerar desde el mi ( r rir de lenguaje, la música puede ser también un ele_
vel superficial,
,r'ro p.,nto .le vistu con que miramt¡s
otros. product n('nto específico de la especie humana. Seguramente
de c lrirrien objetará que la evidencia de una <tñtribución
culturales. Debiclo a que lir creciente complejidad
it

ill^\ Nll,lr \ |ri IL llo\lltltH? I LA l\ll'\1,:A l:\-lA \i)i lFl)\l' \ iALLLILR-\

amplia de la aptitud para escuchar y cjccrrlirr nrrisica en- pleja que nada que hayan producido culturas o indivi-
tre los venda y otras sociedades aparcntcnlcrrtc bicn do- duos concretos. Sobre todo, a los oyentes parece impor-
tadas para la música no debería cornprr ra rsc t on lir clistri- tarles más la eficacia funcional de la música que su com-
bución limitada de la aptitucl nrusical cn, l)()ngarnos, plejidad o simplicidad superficiales. ¿De qué sirve ser el
Inglaterra, debido a que la complejiclarl dc lir ¡nrisic¿r in- mejor pianista del mundo, o escribir las composiciones
glesa es tal que sólo unos pocos poclrían rlonrirr¿u'la. En más brillantes, si nadie quiere escucharlas? ¿Cuál es la uti-
otras palabras, si la música inglesa fucr¡ t¡n clcnlcntal lidad humana de inventar o usar nuevos sonidos por los
como lavenda, entonces, por supuesto, ¡los inglcscs pare- puros sonidos? ¿Significan algo los nuevos sonidos en la
cerían unos músicos tan universales cornr¡ los ve rrda! La cultura venda, por ejemplo, en términos de nuevos gru-
conclusión implícita en este argumento cs t¡trc cl rlcs¿trro- pos y de cambio social? ¿Por qué, entonces, cantar, bailar
llo tecnológico trae consigo un cierto grado rlc cxclusión o tocar? ¿Para qué molestarse en mejorar latécníca musi-
social: volverse audiencia pasiva es el ¡rrccio t¡trc algunos cal, si eI objetivo de la interpretación es compartir una
tienen que pagar por pertenecer a un¿r socicrlrrtl srr¡rerior, experiencia social?
cuya superioridad se apoya en la aptitucl cxccpciona[ de Las funciones de la música en sociedad pueden ser fac-
unos pocos escogidos. Así, al elevar el nivcl tricrrico cle lo tores decisivos en la promoción o inhibición de la aptitud
que se entiende por musicalidad, algurtas ¡'rcrsonirs ha- musical latente, así como en Ia elección de materiales y
brán de quedar relegadas por su carencia rlc oítlo. Es so- conceptos culturales a partir de los cuales componer. No
bre Ia base de tales suposiciones como la aptitrrd nrusical seremos capaces de explicar Ios principios de la compo-
se alimenta o se anestesia en muchas socictlarlcs indus- sición y los efectos de la música hasta que no comprenda-
triales modernas. Táles suposiciones son dianlct r¡lnrente mos mejor la relación entre experiencia musical y expe-
opuestas a la idea venda de que todos los scrcs hunlanos riencia humana. Si describo algunas de las funciones de
normales son capaces de hacer música. la música en la sociedad venda, quizá ese nuevo conoci-
La cuestión de Ia complejidad musical es irre lcvante en miento pueda estimular una mejor comprensión de pro-
cualquier consideración de la competencia nrusical uni- cesos similares en otras sociedades. Realmente, ésa ha
versal. Primero, dentro de un sistema musical tlaclo, una sido mi propia experiencia. A partir de mi estancia inicial
mayor complejidad superficial puede ser corrrparable a de dos años en el distrito Sibasa, en 1956 y 1958, y como
una mera extensión de vocabulario. la cual no altcra los resultado de posteriores trabajos de campo en otras par-
principios básicos de una gramática y resulta calcnte de tes de África, he llegado a comprender mi sociedad con
sentido al margen de ella. Segundo, al comparar sistemas más claridad y he aprendido a apreciar mejor mi propia
diferentes, no podemos asumir que Ia complejicli'rl super- música. No sé si estos análisis de la música venda son o
ficialimplique una complejidad mayor desde un punto no correctos. Me he beneficiado mucho de las críticas de
de vista musical ni cognitivo. En cualquier cas(), la rnen- algunos venda que fueron tan amables como para dis-
te de cualquier ser hurnano es infinitamente nliis com- cutir conmigo mis pruebas y mis conclusiones; pero po-
2. I,A MLSt(]A I]N I,A S(XJILI)AI) Y I,A (]L]I,I tJR]\

drían darse otras interpretaci<lncs (¡re se n()s hayan esca- desde el sur por gentes de color que huían del avance de
pado. Sea cual fuere el juicio flnal sobrc nris análisis de la los blancos, los venda prefirieron retirarse a la seguridad
música venda, espero que mis clcsctrbrinlicntos puedan de sus montañas y esperar a que pasaran. Son poco pro-
servir en alguna medida para dcvolvcr l¡s concliciones de clives a aceptar innovaciones culturales o incorporar ex-
dignidad y libertad en las cuales sc dcsarroll<i original- traños en su sistema político en términos que puedan
mente su tradición musical. disminuir, más que incrementar, la cooperación y la
Existen cerca de treinta mil venda, la nrayoría de los <humanidad > (vhuthu) en su sociedad. Por otra parte,
cuales vive en la zona rural subdesarrollacla quc les que- durante la última mitad del siglo xx, los yenda adopta-
dó cuando colonos blancos ocuparon cl rcst<l de sus tie- ron y aceptaron como ucanciones del pueblo venda> va-
rras para dedicarlas a actividades agrícolirs y rnineras. rias canciones y estilos musicales foráneos, procedentes
Comparada con los cerca de doce nrilklncs de surafrica- de sus vecinos del norte y el sur.
nos negros repartidos casi a partes igualcs entre los gm- Puede parecer sorprendente que un pueblo con tal
pos lingüísticos zulú, xhosa y sotho-tswana, la población disposición musical haya mostrado tan poco interés, y
venda puede parecer insignificante. Aun así, el Gobierno comparativamente tan poca aptitud, por los sonidos
blanco surafricano ha mostrado gran interés por ellos, ytécnicas de la música europea. Las razones son en parte
realizando maniobras militares de importancia en el que técnicas, percl principalmente políticas. En cuanto a lo
se considera su territorio, pues los venda viven en torno a primero, el tipo de música difundido desde misiones y
las montañas Zoutpansberg, justo al sur del río Limpopo, escuelas ha sido a menudo el más aburrido de la música
la frontera norte de la República blanca de Suráfrica. institucional europea. E incluso la mejor de las músicas
Desde que llegué allí en 1958, un número creciente de ha sido invariablemente distorsionada por la forma de
blancos se ha ido asentando en ese territorio antaño re- enseñanza de los blancos. No ha existido un contacto
servado para la población negra. real con las fuentes originales de ese lenguaje, para ellos
En 1899 los venda fueron los últimos surafricanos en tan poco f'amiliar. Ninguno de los europeos que han
someterse al dominio bóer. Y se encuentran bien situa- transrnitido aquí esa tradición cra un músico consuma-
dos para ser los primeros en obtener su total libertad. do, con lo que muchas veces tanto ellos como los afri-
Los antepasados de algunos clanes venda vivían en esta canos a los que habían formado se sentían tan ilrsegu-
tierra mucho antes de que los blancos desembarcaran en ros sobre la lectura correcta de las partituras como sus
El Cabo, y fueron capaces de mantener su identidad in- alumnos. Los <expertos> blancos les han asegurado que
cluso tras haber aceptado el dominio de invasores ne- el sentimiento y la expresión (que con frecuencia equiva-
gros del norte, hace cerca de doscientos años. Los venda len a llevar brillantes uniformes en los concursos interes-
son pacifistas convencidos y tienen un refrán que dice: colares cle canto) son más importantes que la precisión.
Mufli wa gozwi a u na malila (En casa del cobarde, no Esta es una noción completamente ajena a la rnúsica tra-
existe llanto). Cuando su país fue más tarde invadido dicional venda, en la cual la precisión siempre se cspera y
2. I.A NIUSI(tA t.N S(Xttf-tr)At) y I A ctir.t
1.,1 LtR,'\ 7t

el sentimiento se da por supuesto. Es, no tltrstante, una ción especial, en Ia cual agitan el labio inferior con el
noción lo suficientemente fuerte como para haber teni- dedo índice.
do efectos desastrosos en el proceso de asimilación de Ia La siguiente canción, con su inusual preludio, indica
música europea. De modo que no es sorprenclente que que están sacando a una novicia de su casa para la inicia-
los venda, aparentemente tan bien dotados para la músi- ción. La melodía puede ser reconocida a distancia hasta
ca, hayan sido en general incapaces de excelencia alguna por aquellas personas que no puedan oír la letra con cla-
en la ejecución de la música europea incluso cuando lo ridad.
han intentado.
Probablemente, los factores políticos hayan tenido
mayor importancia que las barreras técnicas que aca-
bo de describir. Aunque el gospel y la educación traídos
por los misioneros fueron en principio bien recibidos por
los venda, la administración blanca y la explotación co-
mercial subsiguientes no lo fueron. Desde 1900 los ven- Ee -,i-wee - u-wee, u-wee.
da no han podido retirarse a slls refugios de montaña,
como solían hacer ante inv¿.siones precedentes. Han
sido reducidos por una fuerza física superior a soportar
un sistema autoritario que contradice la democracia tra-
clicional africana. ¿Hay que sorprenderse, pues, de que
la indiferencia e incluso la hostilidad hacia la música R
- ee_
europea acompañaran su resistencia a la dominación
blanca? La reacción general a la música europea está en E¡r.rr lr.o 6
consonancia con la función de la música en su sociedad
y debe verse como un fenómeno tanto sociológico como
musical. Durante las varias fáses de que constan las escuelas de
Gran parte cle la música venda es ocasional y su inter- adolescentes, se les proporciona instrr.rcción tanto di-
l¿rs
pretación es un signo de la activiclacl cle grupos sociales. recta como indirecta por medio de clanzas de contenido
La mayoría de los aclultos venda sabe qué está pasando simbólico que a menudo suponen un extenuante ejerci-
en un momento dado con sirlo escuchar sus sonidos. cio físico, interprctadas con una variedacl de complejos
Durante la iniciación de las aclolescentes, cu¿rndo se lle- ritmos. Una canción les dice a las muchachas que no sean
va a una chica al río o se Ia trae cle vuelta de su inicia- chismosas.
ción, las mujeres y muchachas que la acompañan van Los venda aprenden a comprender los sonidos de la
avisanclo a la gente de su proximidad mediante una can- música cle la misma manera que entienden el habla. Se
r I It()NttsRfl? 2. t.A NIUSI(i^ itN I A SOCIUDAD Y l.A cl.if I tlRÁ

Foot Xa- M- ecl

Llica mediante la direccitin tle las plicas de las notas.

Eltlr,rpr-o 8

l. Nyímbo dza u sevhetha (canciones para bailar en


corro). Las cantan las muchachas mientras bailan en un
círculo en dirección contraria a las agujas del reloj alrede-
dor de los tambores. El tempo de las canciones es rápido y
se cantan en la escuela con más frecuencia que ningún otro
tipo de canción. Junto con ellas se incluyen otras dos can-
Ri rb-di mü-tá-f,
Ri tb-de nü ciones con ritmos especiales: una <canción de retirada>
L=FF=- (luimbo lwa u edela,literalmente <canción para dormir>)
que cierra siempre cada sesión; y una canción de recluta-
miento (luimbo lwa u wedza, literalmente <canción para
Flrripr.o 7
ay,rdar a una persona a crvzar un ríor), que se canta cuan-
do los miembros de mayor rango salen a reclutar.
distinguen no menos de dieciséis estilos dif-erentes, con 2. Nyimbo dza vhahwira (canciones de los danzantes
diferentes ritmos y combinaciones de cantantes e instru- enmascarados). Se cantan cuando los danzantes enmas-
mentos, y dentro de éstos existen ulteriores subdivisiones carados bailan frente a las muchachas. El tempo es varia-
de estilo, así como clit-erentes canciones dentro de cada di- ble, con episodios rápidos y lentos para acompañar dife-
visión. Por ejernplo, en la escuela de iniciación sungwí de rentes fases del baile y ritmos distintivos para marcar los
muchachas existen cuatro tipos principales de canción: diversos pasos.
71

3. Nyimbo dza dzingoma (canciones para ritos especia- son propias de la lunción y aquellas que han ,ia"
les). Acompañan ciertas duras pruebas clue cleben supe-
"a"pr"-
das y adaptadas. Como creo que es un fenómeno común
rar las novicias durante la segunda fase de su iniciación. en la música del África central y del sur que precisa una
Cada una posee un modelo rítmico característico. cuidadosa investigación de campo, mencionaré un ejem-
4. Nyimbo dza milayo (canciones de las leyes de la es- plo particularmente bueno que encontré trabajando con
cuela). Las cantan las novicias, así como cualquier inicia- los gwembe tonga de Zambia. Grabé lo que me había sido
do que se halle presente. Se arrodillan en el suelo junto a descrito como una <canción de molienda)), y el contex-
los tambores mientras muluvhe,la muchacha nombrada to dejaba pocas dudas sobre su función. En un contexto
para estar a cargo de las novicias, encabeza el canto. muy diferente se me describió la misma cancitin como un
La Figura 5 resume los difbrentes tipos de música co- baile mankuntu de jóvenes, y el nuevo contexto tampoco
munitaria reconocidos por los venda, e indica las épocas dejaba lugar a dudas. Las únicas diferencias entre ambas
del año en que pueden o no ejecutarse. ejecuciones estaban en su ritmo, su temPo y su contexto
Aunque los venda generalmente clasifican la música de social. De hecho, la canción no era una canción de mo-
acuerdo con su función social y a menudo el nombre de lienda, sino una canción cantacla al moler. Resultó ser
la función coincide con el de la música, los criterios dis- una canción de danza mankuntu popular en aquel mo-
criminativos son formales y musicales. Es por su sonido, mento, y el uso que de ella hacían las mujeres al moler se-
y en particular por su ritmo y por el arreglo de partes vo- ría comparable a alguien que cantara Campana sobre
cales e instrumentales, por lo que se reconoce la función campana mientras friega los platos de la comida de Na-
de la múrsica. No hay contextos exclusivos para las can- vidada.
ciones, si bien generalmente la manera de interpretarlas La clasificación de las canciones por parte de los nati-
viene determinada por el contexto. Así, una canción de la vos según su forma y su función puede proporcionar im-
cerveza puede ser adaptada como canciírn de juego para portantes evidencias de los procesos de transformación
la iniciación femenina domba, en cuyo caso se añadirá musical y extramusical aceptables en esa cultura. Tam-
acompañamiento de tambores y la forma de llamada-res- bién puede resultar relevante en la valoración de los efec-
puesta será reelaborada como una secuencia de frases tos de la música. Por ejemplo, hay una canción venda so-
melódicas intercaladas. De modo similar, ciertas trans- bre soledad y muerte que en una ocasión escuché cantar
formaciones de la danza nacional, la tshikona, pueden in- durante una fiesta con gran gusto y sin asomo alguno de
terpretarse instrumentaln.rente. Suenan de un modo dife- pesadumbre. Otra vez, hablando con un viejo y ciego
rente, pero se les sigue llamando tshikono y se conciben maestro de iniciación, repentinamente comenzó a cantar
como variaciones de un tema en el <lenguaje> de los dis-
tintos instrumentos. 4. tin el original, Blacking rnenciona Hark, the Herold Angels Sfugl una
Cuando los venda discuten o clasifican diferentes tipos de las canciones naviclcñas más ¡ro¡xtlares en los ¡raíses anglosajones'
de canción, generalmente distinguen entre canciones que IN. delr.l
MUSICA COMUNITARIA DE LOS VENDA \
Octubre Noviembre Diciembre Enero Febrero l\¡1arzo Abr¡l Mayo Junro Julio Agosto Septiembre
Tshimedzr fare Nye¡devhlsiku Phando Luhuhwi Tharañlhwe Lambemer Shlnduithu¡e Fulw Fulwa¡a lhangu e Khlbvumedzi

TMBAJO
EXÁMENESESCOUR€S VACACIONESESCOSRES

PRIMAVERA VERANO
tshl¡mo
oToÑo rNVl ERNO PRIMAVERA
ts h¡fhefho yhuriha o mar|ha
ÉPocA DE ARADA lulavufa mavhuya-haya madzula-haya
EPOCA DE VOL!ER A CASA EPOCA DE OUEDARSE EN CASA
LLUVIAS LLUVIAS TORRENCIALES NO PASTOREO
LOS AN MALES PASTAN
SIEMBRA LIMPIA DE HIERBAS PRIMEROS
MAICES VERDES s IEGA
L BREMENf E EN LOS
cAMPos DE MA z
zwikoli RECOGIDA DE FRUTOS SILVESTRES
PANL,ABAE PARA DESHERBAR
cANooNES DE TRABAJo ny¡mbo dza davha
ca[a]oNEsDE MoLJENDA _ _ JnaJhu.]ve_ _ - _ _ _ _ _ _
-- BECALOS-AE-CERVEZ?- _ _ - mirula- -
- - __
CANCIONES DE CERVEZA MAIENdE DE DoNANTES DE ESPoSA who-makhulu
A TOI\¡ADoRES DE ESPoSA VhaKwasha
2 _c¿rryg¡o¡gg¡rEl¡llto_s_¡yi@q_qza_v¡ata_{lgr_oBIAS_y_gAUcjQNES_lgaIrg
DANZAS DE JUEGO, dzombo, nzekenzeke, tsh¡nzerere, tshifhase
AL AIRE LIBRE EN NOCHES DE LUNA

pANZAS pE CHTCAS CON TAMBORES _ !s!jqo.¡'1b_e_lq _


=
a

DANZAS DE CHICOS CON FLAUTAS DE CAÑA (rentatóni€s) Y TAMBORES


tshik , qivha, v¡sa z
I
m a be p h a EXPEDICIONES I\¡USICALES tsh¡kona tsh¡gombela tshigombela
Retorno de la crudad
t: =
"-rs.¡g"r"_"lt,_ _ _ ls!¡!ri9T919t9 1.if 9l9r ! 9l s_"I q1"1"_

ESCUELA DE CLRCUNC S ON DE C¡LCOS


murunou
EScUELA DE CIRCUNcISIÓN D-E-qtlgAS- -s-u!qwr-o- JrLu-ser¡g¡o---!Eg9!ES.-eE-9!99lBEgr4SgEg{Lp lAtG-o-DtL3to-
CON PERIODOS DE DESCANSO
3
a
DAJ\ZAS DE POSESION tShCIE II¡t MAECA P4lEñAI SE DANA OENÍRO DE ú
LA CASA CUANDO ngoma dza midz¡mu, na dza ma¡ombo
ESUFru - - - ldbpÉLde loúpút!Fi@6@Eit t
--- -luFru@&¡UBrzut8€ S ffi rc 16 6gRgUS¡ÚW E!¡ÚUE8PO TOCAN AIRE LIBRE DE 4 A 6 DIAS
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z
ES-C-UCIA lNJqlAgLÓ|i-D-E-C-HIQAS- y[u-s]q 9e-cqLg.a3.¡r¡4¡rqN.QrAR¡L-!qFgL4 au.EqSIAD-DJ gN¡ qHlcA grAg¡lsEs!Ó[ ¿uB4-6gi&s-
-
-D-E

10 ESCUELADE INICIACIÓN DECHICAS tS h iKA N d A E


SÓLO ANTES DEL COMIENZO DE U DOMBA EN UN DISTR TO' DUfu UN MES
3
11 FSCI.IFLA DF INICIACIÓN PREMARITAI NF CHICOS Y CHICAS d O M b A
DIR G]DA POR D]RIGENTES Y JEFES EN INTERVALOS DE UNOS CINCO AÑOS EN CADA DISfRITO Y TMS EL ACCESO AL PODER DE UN NUEVO DIRIGENTE
a
!
j Ko n-a
12 DANZANAQIOXALCON-F-LAI¿rAS-DECAÑAoeprarp¡¡cas)-YTAMBOBES- - J-s-b
pAM u tNSTALACtóN DE uN DtRtcENTE o ú coNMEMoMctóN DE su MUERTE. PAM Los R Tos sAcR FlclALEs THEVHULA EN s ÍUMBA
7
oE Los ANcESTRos oE DtR GENTES EN cuALoulER ocASlÓN DE IMPoRTANCIA
12, i/t'tcl^^ ñF | r^r Fqraq ctrpaPATlqTAS nvimhn dza zion
^a

14 ¡¡úslc¡ DE LAS tcLEStAS DtRtctDAS PoR EURoPEoS nyimbo dza vhatendi

15 MúsrcADlE ESCUELA nyimbo

16 VúStCnT|CERASECULARMODERNA, JMZ,etc. nyimbodzatshikhuwadzadzhaivi etc.


DISCOS.ETC'
PARTqBODAS CUMPLETqÑOS.FIESfASSOCIALES EIC SEAPRENDEN'EDIANTECONTACTOSURSANOS

Nota: Las líneas continuas indican ejecuciones diarias o, al menos, regulares durante el periodo marcado.
Las lineas discontinuas indican ejecuciones intermitentes

FlcuRA 5. Diagrama que muestra los diferentes tipos de música comunitaria reconocidos por los venda, \
con indicación de las épocas del año en que pueden o no ser interpretados.
78 iHAr MLtsl()\ ItN F:. HoMllRu? L I-A i\ttJSJcA lN l,A so(llul)Al) Y l.A (iul. fuRA 79

esa misma canción. Estaba a punto de ponerse en pie malgastados en los campos de rugbyy los rings de boxeo.
para bailarla cuando su hijo lo detuvo, diciendo: <¡No No fui criado para cooperar, sino para competir' Hasta la
bailes, anciano!>. Puesto que su padre estaba cantando misma música se me ofreció como una experiencia más
una canción triste debía sentirse embargado de tristeza, y competitiva que compartida.
en consecuencia no tenía objeto intensificar la emoción Aunque la estructura de la mayor parte de la música
por medio del baile, especialmente ante el riesgo de que venda exige un alto grado de cooperación en la interpre-
se cayera y se hiciera daño. El hijo estaba profundamente tación, sería erróneo sugerir que todas las experiencias
conmovido, pero cuando le pregunté sobre la canción se musicales y sociales son igualmente compartidas' Por
limitó a responder que se trataba sencillamente de una ejemplo, en el último día de la iniciación femenina fshi-
canción para beber cerveza. Podría haberla descrito kanda,las maneras sombrías y reservadas de las novicias
como una <canción de lamento>, pero prefirió dar su cla- contrastan vivamente con el entusiasmo en el canto y la
sificación formal. danza por parte de las mujeres adultas que lo dirigen y de
El valor de la música en sociedad y sus efectos diferen- los demás iniciados presentes. Aun aceptando que las
ciales sobre las personas pueden ser factores esenciales en chicas han de poner en escena una representación de de-
el crecimiento o la atrofia de las aptitudes musicales, y el sapego y humildad, es difícil creer que sencillamente es-
interés de los individuos puede radicar menos en la músi- tén simulando resignación e indiferencia ante la música
ca en sí misma que en las actividades sociales que la que se les pide que interpreten. Cuando les pregunté so-
acompañan. Por otro lado, sin cierta motivación extra- bre sus reacciones, detecté una diferencia significativa
musical la aptitud musical tal vez nunca se desarrolle. Por entre la respuesta de las chicas, uEs la costumbre>, y la de
cada niño prodigio cuyo interés y aptitud acabaron ex- los adultos, <Es la costumbre. ¡Es bonito!>.
tinguiéndose porque no le era posible relacionar su mú- De modo similar, los excitantes ritmos de la danza de
sica con la vida junto a sus compañeros, debe de haber posesión ven da (ngoma dza midzumi) no ponen en tran-
miles de personas que aman de adultos la música como ce a cualquier venda. Sólo caen en trance miembros del
parte de su experiencia vital y se arrepienten profun- culto, y eso sólo cuando están bailando en su propio ho-
damente de haber abandonado la práctica de un instru- gar, que resulta familiar a los ancestros que les poseen. La
mento, o de que nunca les enseñaran a tocarlo. Aunque eficacia de la música depende del contexto en que se eje-
algunos programas de educación musical han comenza- cute y escuche. Pero en último término depende de la
do a subsanar considerablemente este conflicto, la com- música, como descubrí en una ocasión en que yo mismo
binación de actividad social, física y musical aún no es en estaba tocando uno de los tambores. Los danzantes van
ellos tan total como en la sociedad venda. Cuando con- ocupando por turnos el centro de <la escena>, y al princi-
templé a los jóvenes venda desarrollar al mismo tiempo pio no hubo quejas sobre mis esfuerzos. Sin embargo,
sus cuerpos, su amistad y su sensibilidad en la danza co- pronto comenzó a bailar una señora mayor de quien se
munitaria no pude deiar de lamentar los cientos de tardes esperaba que cayera en trance, dado que la música estaba
¿ll \\' \lr,sl( .\ tiN til lt()NtBt{}:3
8.t

tocándose para su Éirupo de culto. pasados unos minutos más que conducta aprendida me hacen confiar en que
se detuvo e insistió en que lne sustituyeran. Se quejaba de sean las inhibiciones sociales las poderosas, y no la músi-
que yo estaba arruinando el efecto de la música al <acele- ca la que es irnpotente.
rar> el tempo: lo justo, supongo, como para inhibir la lle- Volvamos a la cuestión del parentesco en el desarrollo
gada del trance. de Ia aptitud musical. Lc¡s vencla no consideran la posibi-
La forma en que la música de la danza de posesión se lidad de que existan seres humanos no musicales, aunque
vuelve eficaz sugiere que el parentesco es un factor tan reconocen el hecho de que ciertas Lrersonas interpreten
importante como el ritmo musical en los efectos sobre mejor que otras. El juicio se basa en la exhibición por
las personas. Pero los factores decisivos no son tanto el parte del ejecutante de brillantez técnica y originalidad,
vínculo de sangre como sus implicaciones sociales, y no así como en el vigor y confianza de su interpretación. Se
tanto la mírsica como su entorno social y las actitudes de- considera que cualquiera que se tome el trabajo de per-
sarrolladas hacia ella. Después de todo, si la música de la feccionar su técnica lo hace por un compromiso profun-
danzade posesi(rn tiene el poder de hacer que una deter- clo con la música como medio para compartir experien-
minada mujer <caiga> en trance, ¿por qué no habría de cia con sus semejantes. Un deseo sincero de expresar
tener ese mismo efecto sobre otra? ¿Es la situación la que sentimiento, empero, no se acepta como excusa para la
inhibe los, por lo demás, poderosos efectos de la músi- interpretación intprecisa o incompetente, cotno ocurre
ca? ¿O resulta la música impotente sin el refuerzo de un tan a menudo en el confuso mundo del pop moderno y
conjunto especial de circunstancias sociales? Son eviden- de la así llamada rnúsica popular. Si alguien quiere hacer
cias de este tipo las que me vuelven escéptico sobre los lo suyo, se espera que lo haga bien. La capacidad de maes-
tests de asociación musical que se plantean a los sujetos tro en la ejecución del tambor (matsige) en una danza de
en contextos artificiales, asociales, que nunca imagina- posesión es valorada por el sonido que produce, no por la
ron los creadores de la música. En tales condiciones, ésta intensidad con que agite el cuerpo o gire los ojos.
no puede dejar de carecer de sentido, o por lo menos re- Los venda pueclen sugerir que la aptitud musical ex-
vestirse de sentidos irreductiblernente dispares. Esto sus- cepcional se hereda biológicamente, pero en la práctica
cita además otro problema: dado que la música no puede reconocen que ciertos factores sociales desempeñan el
expresar nada extramusical, a no ser que la experiencia a papel más importante a la hora de desplegarla o supri-
la cual se refiere ya exista en Ia mente del oyente, rnirla. Por ejemplo, un chico de noble cuna puede mos-
¿puede
comunicar algo en absoluto a mentes no preparadas o no trar un gran talento, pero según vaya creciendo se espe-
receptivas? ¿Podría el ritmo más poderoso af-ectar a una rará que abandone la cledicación habitual a la música en
persona no preparada? ¿O se quedan las mujeres venda távor de los (para él) asuntos más serios clel gobierno. Lo
indiferentes sencillamente porque no están disponibles cual no significa que tenga que dejar de escuchar música
para el trance? No puedo contestar a esto, pero mi propio crítica e inteligentemente, pues de hecho a través de las
amor a la música y mi convicción de que se trata de algo canciones le llegarán consejos importantes sobre el buen
¿rfA\ Nltj\t(tA t,N il. ti()MBRE? 2. I A MUSI(IA IiN l.A SO(ilEDAt) Y l.A (itJI.] tiR^

gobierno. De manera inversa, a una chica de origen no- una escuela de iniciación domba o una escuela de niñas
ble se la anima al máximo para que desarrolle sus ca- sungwi se desintegrarían sin música. Sólo unos pocos de
pacidades musicales, de modci que cuando sea mujer entre aquellos nacidos en el grupo apropiado se revelan
pueda desempeñar un papel activo en las escuelas de ini- realmente como músicos excepcionales. Lo que parece
ciación femenina que tienen lugar en las casas de los je- distinguirlos es que tocan o cantan mejor por haber dedi-
fes y en las cuales la música es un acompañamiento in- cado a ello más tiempo y energía. Al aplaudir la maestrí¿r
dispensable de todas las funciones didácticas y rituales. de músicos excepcionales, los venda aplauden el esfuerzo
A lo largo de los dos meses que duraron los ensayos dia- humano. Y al ser capaces de reconocer los signos de la
rios de latshigornbela,unadanza de iniciación de chicas, maestría en el medio musical, los oyentes manifiestan una
pude observar cómo las jóvenes parientes de un jefe iban competencia musical general no menor que la de aquellos
destacando como intérpretes sobresalientes, aunque en músicos a quienes aplauden. De la misma forma que los
un primer momento no hubieran parecido mejor dota- ancestros venda no pueden retornar a sus hogares si no es
das que las de su misma edad. Estoy seguro de que la cla- por los buenos oficios de sus descendientes, deberíamos
ve de su evolución como bailarinas estuvo en la alaban- recordar que la existencia de Bach o Beethoven depende
za e interés mostrados por las mujeres del público, que tanto de intérpretes como de públicos educados.
procedían principalmente de la familia del jefe y que, de- Aunque la música comunitaria domina la escena musi-
bido a estas relaciones de parentesco, las conocían por su cal venda y los factores sociales intluyen en el desarrollo
nombre. Más que unas capacidades especiales genética- de la aptitud musical, existe tarr-rbién una actividad musi-
mente heredadas, probablemente fueron las consecuen- cal individual, y pueden emerger buenos solistas sin nin-
cias sociales de las relaciones de sangre las que influye- guno de los incentivos que acabo de describir' Lasjóvenes
ron en el crecimiento de su musicalidad. Es más, no es adolescentes se confían a los sonidos apacibles e íntimos
sorprendente que los maestros de iniciación tienclan a de un arco musical lugube o su equivalente moderno, la
uheredar> el oficio de sus padres. Un maestro puede sa- guimbarda. Los jóvenes cantan las dichas y penas del
ber muchas canciones y rituales, por lo que, al ayudar a amor acompañánclose con una mbira u otro tipo de arco
su padre en su trabajo, su hijo se encuentra en una posi- llamado tshihwana. Un tercer tipo de arco (dende) lo to-
ción privilegiada. can con más frecuencia mítsicos semiprofesionales de no-
En la sociedad venda, por tanto, la aptitud musical ex- torio éxito entre las mujeres.
cepcional se espera de personas nacidas dentro de ciertas El nombre dado a tales trovadores -tshilombe- está re-
famili¿rs o grupos sociales en que la ejecución musical es lacionado con palabras que denotan la posesión espiri-
esencial para el mantenimiento de la solidaridad. Así tual, tales como tshilornboy malombo. Los venda recono-
como la actividad central que justifica la existencia conti- cen que las manif'estaciones de aptitud musical pueden
nuada de una orquesta como grupo social es la ejecución surgir en lugares inesperados y entre sujetos improba-
musical, también un grupo de culto de posesión venda, bles, aunque insisten en que sean uormalizadas por me-
84 ilrr\\ rlr sr( \ t:N lI HoñlltRIi? I i\ MtlstcA I N L^ SOcttl)Al) y t.A cLtlI tit{;\

dio de explicaciones lógicas. El término tshilombe debe clría aplicarse a otros contextos: no consideraría exagera-
considerarse no tanto una aclamación de genic'r o talento do decir que Beethoven obtenía su extraordinario poder
excepcional como una mera descripción ocupacional. musical siendo anfimusical y escandalizando la compla-
Un músico sobresaliente es alguien que entra en contac- cencia de la sociedad de su tiempo. Puede que sus con-
to con fuerzas espirituales, como un doctor o el iniciado temporáneos fueran más musicales, por ejemplo, en el
de un culto de posesión, y de ese modo es capaz de expre- tratamiento de la melodía, pero ese tipo de convenciona-
sar un abanico más amplio de experiencias que la mayo- lismo musical resultaba menos pertinente de cara a los
ría de la gente. Puede parecer paradójico que sea en la ori- problemas contemporáneos, aunque fuera una conse-
ginalidad y cabalidad de las letras que compone, más que cuencia lógica de los procesos cognitivos de la época.
en su música, donde se espera que se manifiesten sus ca- Analizar la composición y la apreciación musical en
pacidades creativas. Existe una razónparaesto, y se halla términos de su función social y de procesos cognitivos
en el equilibrio entre dos principios básicos de la música que pueden aplicarse en otros campos de Ia actividad hu-
venda. mana, no rebaja de ninguna manera la importancia de la
Thl y como subrayé en el capítulo primero, la música música en sí misma, y está en línea con la costumbre co-
venda se distingue de lo que no es música por la creación mún de interrel¿rcionar toda una serie de actividades hu-
de un mundo especial de tiempo. La principal función de manas al denominarlas Las Artes. Sea colno sea, en este
la música consiste en implicar a la gente en experiencias estadio primerizo de la investigación deberíamos tener la
compartidas dentro del marco de su experiencia cultural. precaución de no asumir que la música se crea siempre
La forma que adopta la música debe servir a esa función mediante lcls mismos procesos, o que éstos se encuentran
y, así, en el curso normal de los acontecimientos, la músi- especialmente relacionados con l<ls ernpleados en otras
ca venda va tornándose cada vez más musical, en lo posi- artes. Los procesos que en una cultura se aplican al len-
ble cada vez menos atada a la cultura, a medida que las guaje o la música pueden en otra aplicarse al parentesco
restricciones impuestas por la letra van abandonándose o la organización económica.
en favor de una expresión musical más libre de los indivi- Será úrtil distinguir distintos tipos de comunicación
duos en comunidad. Para asegurarse de que la forma no musical que podrían, de forma genérica, ser descritos
pierda su función esencial, en las composiciones de cier- como los usos utilitarios y artísticos de la ntúsica en la so-
tos individuos el proceso se invierte. La función de tales ciedad venda. A juzgar por el modo en que los venda ha-
composiciones es agitar y expandir la conciencia de las blan sobre el tema, resulta claro que no toda música po-
audiencias venda, reflejando y contradiciendo a un tiem- see el mismo valor. Toda su rnúsica surge de experiencias
po el espíritu del momento. Reflejan el interés político de humanas y tiene una función directa en la vida social,
la mayor cantidad de gente por la vía de contradecir las pero sólo una parte es considerada lo que John Deweyde-
tendencias musicales a las cuales ésta se halla acostum- nominó <un instrumento indispensable para la transfor-
brada. El mismo tipo de análisis de eficacia musical po- mación del hombre y su mundor.
¿l{A\ Nll \1, \ | N }l HoIIlJltt? 2. LA Nft:Sl(lA hN l.A SO(lilll)r\l) Y l.A (lt;l.l Ull^

Como han mostrado mis ejemplos, buena parte de la


música venda es meramente una señal o un signo de
acontecimientos sociales, no menos utilitaria que losjin-
g/escomerciales, las sintonías de radio, cierta música am-
biental o los himnos y canciones que sirven de <distinti-
vo> a diferentes grupos. Muchas canciones de iniciación
son más importantes como marcadores de las fases del ri-
tual o como refuerzos mnemónicos de lecciones que
como experiencias musicales en sí mismas; las canciones
de trabajo coordinan y facilitan las labores; y un grupo
especial de canciones de la cerveza puede utilizarse para
airear quejas y reclamaciones, cuando por ejemplo parti- t".. "..-,.-.-,-r 2,54 cm

das de mujeres llevan regalos de cerveza a casa de sus pa-


rientes políticos. Como sucede en las canciones de mo- Mbira kalimba de catorce notas de los nsenga de Zambia.
lienda de las mujeres, ciertas canciones infantiles y
canciones de protesta, un marco musical sirve para ritua-
lízarla comunicación de tal manera que resulte posible su creación. Existe una diferencia entre aquella música
enviar mensajes sin suscitar reacciones en contra. Si se que es ocasional y aquella otra que incrementa la con-
dice con música no se (va a la cárcel> y es posible que la ciencia humana, una música sencillamente para tener y
queja reciba la debida atención, pues advierte sobre un otra para ser. Admito que la primera puede ser resultado
sentimiento público creciente. del buen oficio; pero sólo la segunda es arte, no importa
Es tentador definir las funciones utilitarias de la músi- cuán simple o compleja suene, ni bajo qué circunstancias
ca venda como aquellas en que los ef-ectos de la música se haya producido.
son incidentales respecto al impacto de la situación so- La música de la tshikona expresa el valor del grupo so-
cial, y como artísticas aquellas en las cuales la música en cial más amplio al cual puede sentir realmente que per-
sí misma es el factor crucial de la experiencia. El testimo- tenece un venda. Su ejecución involucra al mayor núme-
nio del alto valor atribuido ala tshikona' su danza nacio- ro de gente y su música incorpora el mayor número de
nal, y la interpretación aparentcmente antimusical que de tonos en una misma pieza de música venda' A partir
ella hacen expertos reconocidos, no contradicen este ar- de lo que ya he dicho sobre experiencias compartidas en
gumento. Lo que sucede es que ellos valoran el proceso la música venda, está claro que la tshikons resulta valiosa
mismo de hacer música, tanto como -y a veces más que- y hermosa a sus ojos no sólo debido a la cantidad de gen-
el producto acabado. Pienso que el valor de la música se te y de tonos involucrados, sino a la calidad de las rela-
encuentra en las experiencias humanas involucradas en ciones que pueden establecerse entre personas y sonidos
88 ¿l l,\\' Ilt :sl(l IIN i:1. HoA,lilRti? 89

ll.lritl.r tlt'ccrlc/il cr) lil ( irs:l dc un icl¡.

:i¡:
&i'

Dos r¡ruchachas venda tocan tambores contraltr> (nirurnba)


durante una iniciación doniltu. Ilal¿ncean el cuerno c1e lado El pueblo cle un jef-e venda en 'l hengwe. Las casas están ocupadas por
a lado, manteniendo un ritnto constantc.l.. nlancr¡.rue los
sus mujeres, sus parientes y los miembros del consejo. El árbol que apa-
golpes de tarnbor formen partc de un movinliento toial del rece ligeramente a la izquiercla cle la parte central cl¿r sombra al khoro,
cuerDo. lugar de reunión del consejo v escenario de mírsica y baile.
90
¿lrAY IttistcA llN Et. Il()LlURl]? L,\ IItIslcA LN I A SO{rrtat)Al) Y Lr\ cllt.fUlt,\ 91

Ll na novicia venda eje-


cuta Lrn movimiento
rrrlrrlo especial durante
su iniciación tshikan-
r/¡1. Nótese el contraste
cntre la respuesta cle
sus dos compañeras y
la de las mujeres ca-
sadas que organizan la
ccrcmonia.

Danzante enmascarado (muhwira) en la iniciación fernenina


sttrrpwi.

Ngono dzo tnidzinu, danza vencla cie posesión de espíritus. La mucha-


cha inclinacla en el círculo no será poseícla, pues no pertenece a este
gnrpo cle culto. Quienes han sido poseídos visten un uniforme especial
y agitan maracas cle mano.
¿H{\ \lt\li \ t\ I I HilIltsRt? 2. l.^ IftistcA It\ IA s()(jul)At) y 1.A ( tL,t t.URA

Muchachas venda practican la primera parte tle l¿r danza tsttiyotttbela.

LJn trío con las grandes rn&i ra-s (mbilu dza madcza).

"::.:i:
r&

Muchachas vencla bai-


4 lan el <solo> (u gayu)
durante la segunda par-

i'fu te de la danza tshigom-


bels.
Un niño toca la pequeña núirn (núi-
la tshipai).
94 ¿flAY NlllSI(;r\ llN lll HOi\fBRtli 2. l.A lvtústcA EN t-A soctf,t)AL) Y LA cULl uRA 95

Arco musical d¿nde.

'l'río de flautas traveseras de tres agujeros (zwitiringo,


en singular rsft j tiringo).

Flauta de niños q/i/i¡ili, hecha con un


tubo abierto o una c¿ña de río con un¡
embocadura biselada que se tapa con el
dedo índice por el extremo distal.

Un dúo con dos arcos de boca El cuerno de llamada phala-


(zwihwand, en singular tsfilfi- phala, hecho con los cuernos
wona). de un antílope sablc o hudu.
;lrl\ \ilist(t,\ l:N lil HoltBRli? L l.,\ N{ústcA ltN I A s(xjBt)r\t) \ t.,\ ct:t.ttrRA 97

Un conjunto vencia de danzantes tlc la l-sfiilr-oira, cle f ohannesburgo, vi-


Dos hombres tocan el xilófbno / nbila mtondo: tn tercer() rncorDora no- sita una zona rural durante las vacaciones de Semana Santa.
tas adicionales.

Un trovador vertda (tshilonbe) canta y entrcticne al púrblico con marro-


netas durantc u¡ra reunitin ¡rara bcbei eerv.z,r,,rtariiz¿.la por un¿r.rso-
[,a danza clc la escuela cle iniciacitin Lltnnbu. ciaciórr de crérlito rotatorio (tshitokolelo) etr una zt¡na rural.
98 ¿l{,\Y l\rt sl( \ r N l.l. H(l\'IBRF? 99

Danzante solista vencla, dando un cada vez que se ejecuta. La música dela tshikona sólo
salto durante la interpretación de puede producirse cuando veinte o más hombres tocan
música de flautas de caña pentatóni- flautas de caña de variadas afinaciones con una preci-
cas (tshikanganga o visa). Este estilo
de baile se denomina u gaya, como
sión que depende tanto de saber llevar su propia parte
en la segunda parte de la tshigombe- como de combinarla con Ia de los demás, mientras al
/a, y se dif'erencia del baile comunita- rnenos cuatro mujeres tocan diferentes tambores en ar-
rio (u tshina) en su primera parte. monía polirrítmica. Además, latshikonano está comple-
ta a menos que los hombres realicen al unísono los dife-
rentes pasos que el maestro de danza dirige de cuando
en cuando.
La eficacia dela tshikond no es un caso de ues = MEJ()R:
es un ejemplo de la producción del máximo de energía
humana disponible en una situación que genera el grado
nrás alto de individualidad dentro de la comunidad de i¡r-
clividuos más amplia posible. La tshikona proporciona
una experiencia del mejor de los mundos posibles, y los
venda son plenamente conscientes de su valor. Tshikona,
dicen, es lw a-ha- mas ia-khali- i - t shi- vhila, <el momento
en que la gente se precipita al baile olvidando los cacha-
rros dejados al fuego>. La tshikona <hace que los enfer-
mos mejoren y que los viejos arrojen a un lado sus mule-
tas para bailar>. La tshikona (trae paz al campo>. l)e
entre todas las experiencias compartidas en la sociedad
venda, una ejecución de Ia tshikona es la más valorada.
Conecta con el culto a los ancestros y las grandes ocasio-
nes ceremoniales, incorpora a los vivos y los mlrertos yes
la más universal de las músicas venda.
Es por esta capacidad de la rnúsica para crear un mun-
do de tiempo virtual por lo que Gustav Mahler dijo que
Novicias en una iniciación domba, con el pelo recién rapado, son dirigi- puede llevar al <"otro rnundo", un mundo en que las cosas
das en el canto nor el maestro de iniciación mientras el asistente las con- dejan de estar sujetas al tiempo y el espacio>. Los baline-
duce hacia la viga de la cabaña del consejo, de la cual habrán de colgar ses hablan de <la otra rnente), un estado del ser que se al-
cabeza abajo como murciélagos como parte de una lección sobre el alum-
bramiento. Nótese el bebé a esrraldas de la madre cue toca el bombo.
canza afravés de la música y el baile. Se refieren con ello a
t00 ¿ftAY Mrisr.,\ liN l,l ll()NfllRfl? 2, I,A ilIUSI(]A EN I,A S(X]II]DAT)Y I,A (]I]]ITiRA
101

estados en que las personas se vuelven agudamente cons- sico. Pero en ambos casos el disfrute dependerá de un en-
cientes de la verdadera naturaleza de su ser -del <otro yo> torno de experiencia humana.
que existe dentro de sí mismos y de los demás seres hu- Incluso cuando alguien describe experiencias musica-
manos-, así como de su relación con el mundo circun- les en el lenguaje técnico de la música, lo que de hecho
dante. Vejez, muerte, sufrimiento, sed, hambre )'otras está describiendo son experiencias emocionales que ha
aflicciones de este mundo se ven como acontecimientos aprendido a asociar con patrones particulares de sonido.
transitorios. Hay libertad respecto a las restricciones del Si otra persona describe su experiencia dentro de la mis-
tiempo real y una absorción com¡rleta en el <Presente ma tradición musical, puede estar presentando una expe-
Eterno del Espíritu Divino>, el abandono del yo en el ser. riencia emocional similar, si es que no idéntica. La termi-
A menudo experimentamos la vida en su mayor intensi- nología musical proporciona entonces un lenguaje con
dad cuando nuestros valores normales cle tiempo quecian el que describir la experiencia emocional humana, igual
en suspenso. Entonces apreciamos la cualidad del tiem- que la pertenencia a un culto de posesión venda facilita
po dedicacio a algo, más qr.re su duración. El tiempo vir- tanto un tipo de experiencia como un modo de hablar so-
tual de la música a¡rda a generar dichas experiencias. bre ella. Así, en ciertas condiciones, el sonido de la músi-
Hay excitación en el ritmo y en la progresión del sonido ca permite recuperar un estado de conciencia adquirido
organizado, en la tensión y relajaciones de la armonía y la mediante procesos de experiencia social. Si el agente efi-
melodía, en la evolución acumulativa de una fuga o en las caz es la situación social apropiada, como en el culto de
infinitas variaciones sobre el tema del movimiento que se posesión venda, o la situación musical apropiada, como
aleja y retorna a un centro tonal. Por sí mismo, el movi- en las respuestas de dos músicos con una formación si-
miento de la música parece despertar en nLrestro cuerpo milar, es eficaz debido únicamente a las asociaciones en-
todo tipo de respuestas. Y, aun así, las respuestas de la gen- tre determinadas experiencias individuales y culturales.
te a la música no pueden explicarse plenamente sin hacer Estoy seguro de que muchas de las funciones de la mú-
algún tipo de ref-erencia a sus experiencias en la cultura de sica en la sociedad venda que he descrito les recordarán
la cual las notas son signos y símbolos. Si una pieza musi- situaciones similares en otras sociedades. Mi argumento
cal emociona a una variedad de oyentes, probablemente general ha sido que, si hemos de apreciar el valor de la
no sea por su forma externa, sino a causa de lo que ésta música en la sociedad y la cultura, hemos de hacerlo en
significa para cada uno en términos de ex¡reriencia huma- términos de las actitudes y procesos cognitivos implica-
na. La misma pieza musical puede emocionar de modo dos en su creación yde las funciones yefectos del produc-
distinto a diferentes personas, en la misma medida pero to musical en la sociedad. Se sigue que deberían existir
por diferentes razones. Te puede gustar el canto llano por- estrechas relaciones estructurales entre función, conteni-
que eres católico o porque te gusta el sonido de la música. do yforma de la música. Robert Kauffman ha llamaclo mi
No necesitas tener <buen oído> para disfrutarlo como ca- atención hacia un pasaje de Blues people (Gentes del
tólico, ni precisas ser creyente para disfrutarlo colno mú- blues) de LeRoi ]ohns (1963: 153) en el cual dice que la hi-
102 ¿rlAY NILJSICr\ itN II- ilOllBRE?

pótesis básica de su libro pasa por comprender que <la


música puede considerarse el resultado de ciertas actitu-
des, ciertos modos específicos de pensar sobre el mundo, 3. La cultura y la sociedad en la música
y sólo en último término sobre las posibles "maneras" de
hacer música>. Ya es un paso que esto se acepte y se diga.
Mas pienso que sería útil reforzar el argumento con de-
mostraciones de cómo funciona en la práctica. Eso es
algo que los etnomusicólogos podemos hacer, y la mayor
parte de mi trabajo en los últimos quince años se ha en-
caminado al descubrimiento de relaciones estructurales
entre la música y la vida social.

La música puede expresar actitudes sociales y procesos


cognitivos, pero es útil y eficaz sólo cuando es escuchada
por oídos preparados y receptivos de personas que han
compartido, o pueden compartir de alguna manera, las
experiencias culturales e individuales de sus creadores.
La música, pues, confirma lo que ya está presente en la
sociedad y la cultura, sin añadir nada nuevo excepto pa_
trones de sonido. Pero no es un lujo, una actividad de
tiempo libre para que la empareden entre las secciones
deportivas y artísticas del boletín escolar. Aunque yo cre_
yera que la música fuera, o debiera ser, meramente un
medio decorativo de los eventos sociales, aún tendría que
explicar cómo es posible que me impacte la obra de mu_
chos compositores cuando los aspavientos de sus patro_
cinadores me aburren tanto. Cuando E. M. Forstér diio
<La historia se desarrolla, el arte permanece), estaba re_
firiéndose a su objeto de estudio, al hecho de que la histo_
ria trata de acontecimientos mientras que el arte trata de
sentimientos. Es esa la razón por la que podemos decir
que, aunque el arte sea refleio de la historia, la historia

t03
104 ¿rtr\v tvlust(.,\ lt¡- Fr. Hoi\llRF?

muere pero el arte vive. Comparto el punto de vista venda **'" #;.;; ":J;.. ."
sal de la música en la cual el hombre""u
n,,,,,,"
comenzó por usar ""_:::
de que la música es esencial para la supervivencia mis-
ma de la humanidad del hombre y encuentro significa- una o dos notas, descubriendo gradualmente cada vez
tivo que, en general, los venda conversaban sobre música más y más notas y patrones de sonido. Conduce a afirma-
con más entusiasmo y erudición que sobre historia (aun- ciones del tipo: <En el nacimiento de las grandes civili-
que no más que sobre política actual). En parte, talvez zaciones, la música es la primera de las artes en emerger
esto haya sido una respuesta a mi propia tendencia, pero y la última en desarrollarse>. Táles afirmaciones ignoran
creo que también reflejaba la preocupación venda con la el hecho de que nuestro conocimiento de la música del
vida como un proceso de devenir, más que como un esta- pasado suele limitarse a lo que las clases instruidas esco-
dio dentro de un progreso evolutivo. gieron registrar de tales actividades. Algunos misioneros
Haremos bien en contemplar la música de esa manera. blancos del distrito de Sibasa, por ejemplo, se asombra-
Y así, antes de que vuelva sobre los patrones superficiales ban de que pudiera llevar más de seis meses aprender
de la música desde los procesos sociales y culturales a los todo lo que hay que saber sobre la música venda, ya que
que los he reducido, antes de examinar los orígenes de la sus oídos estaban cerrados a la variedad y complejidad de
música en la cultura y la sociedad, quiero empezar dese- estos sonidos.
chando dos tipos de enfoque evolucionista de la historia La ausencia de información sobre música en los regis-
de la música que resultan inútiles a Ia hora de buscar res- tros de la élite no significa que no hubiera buena música
puesta a la pregunta <¿Cuán músico es el hombre?>. Son en la vida de la gente ordinaria; ni la aparente simplicidad
inútiles principalmente porque no pueden ponerse a
de algunos estilos contemporáneos implica que su músi-
prueba. La primera aproximación trata de comprender el ca sea una supervivencia de estadios anteriores en la his-
significado y formas de la música por la vía de especular toria de la música universal. En 1885 Alexander |ohn
sobre sus orígenes históricos, buscándolos en el canto de Ellis, considerado generalmente como el padre de Ia et-
los pájaros, las llamadas de apareamiento y toda una se- nomusicología, demostró que las escalas musicales no
rie de otras reacciones de una suerte de mítico <hombre son naturales sino considerablemente artificiales y que
primitivo> respecto a su entorno. Puesto que las princi- las leyes de la acústica pueden ser irrelevantes en la orga-
pales fuentes de información para este trabajo especula- nizaciónhumana del sonido. A pesar de su oportuna ad-
tivo han sido -y sólo pueden ser- las prácticas musicales vertencia, aún hay etnomusicólogos que escriben como
de pueblos vivos; y puesto que un conocimiento de los si su tarea fuera rellenar los huecos de la historia musical
orígenes de Ia música solamente sería útil para compren- con descripciones de los estilos musicales de culturas
der mejor dichas prácticas, de ello se sigue que el ejerci- exóticas. Sin decirlo claramente, sus técnicas de análisis
cio es claramente fútil. delatan apego a una visión evolucionista de la música.
El segundo tipo de enfoque evolucionista considera el Los estilos musicales no pueden oírse como si se tratara
desarrollo de los estilos musicales como cosas en sí mis- de estadios evolutivos, juzgándolos en términos de los
ryry
106 ¿lrAy Mrlsl(.A ltN I]r. HoMtsRr?
'
conceptos musicales de una civilización concreta. Cada
estilo tiene su propia historia y su estado actual tan sólo
;;;'; ;'l,iu,'u.,,.o n,,,"'.,"d",:::
peculativo los venda en su historia universal de la músi-
a
representa un momento de su propio desarrollo. Éste
ca? Existen mbiras con escalas de cinco, seis y siete notas,
puede haber seguido un curso único y distintivo, aunque
y conjuntos de flautas de caña que hacen uso de escalas
sus patrones superficiales sugieran contactos con otros
tanto de cinco como de siete notas; la melodía de las can-
estilos. Es más, aun cuando las personas son a menudo
ciones puede tener entre una y siete, seleccionadas de en-
más conservadoras en materia de música que en otros as-
tre varios modos heptatónicos. Las canciones de cinco
pectos, resulta difícil creer que en algunas partes del
notas pueden estar basadas en una escala pentatónica o
mundo no haya existido ninguna innovación musical du-
en selecciones de cinco notas tomadas de un modo hep-
rante miles de años.
tatónico (¡como la uOda a la alegría> de la Novena Sinfo-
Las historias especulativas de la música universal son
nía de Beethoven!). Si nuestro historiador de la música
un absoluto dispendio de energía. Incluso si supiéramos
concede a los venda el mérito de haber sido capaces de
cómo fueron cambiando los estilos en las culturas que se
obtener la escala heptatónica por sí mismos y no asume
citan como evidencia de la existencia de estadios en el de-
que la hayan tomado p'rrestada de alguna cultura (supe-
sarrollo de la música, dicho conocimiento tendría un in-
rior>, sospecho que podría describir su música como una
terés meramente enciclopédico. Ayudaría poco o nada a
especie de transición entre la música penta y heptatónica:
comprender la creatividad musical humana, a no ser que
¡un ejemplo fascinante de evolución musical en acción! El
además tuviéramos una evidencia correlativa sobre el
írnico problema con una descripción así es que contradi-
medio cultural y social en el cual se produjeron tales de-
ce la evidencia social y cultural. Por ejemplo, los venda
sarrollos musicales. Por otro lado, cuando la historia so-
usaron flautas y un xilófbno heptatónicos mucho antes
cial y cultural se halla bien documentada, los estudios
de adoptar las flautas pentatónicas de sus vecinos del sur,
sobre historia musical son posibles y útiles. Tiabajos como
los pedi, quienes a su vez dicen haber adoptado y adapta-
los de Paul Henry Lang ( I 941 ) Music in Western Civiliza-
do la música heptatónica de flautas de caña de los venda.
tion (La música en la civilización occidental), Hugo
I)e acuerdo con las teorías evolucionistas de la historia de
Leichtentritt (1946) Music, History and ldeas (Música,
la música, los venda han de estar evolucionando hacia
historia e ideas), y Alec Harman y Wilfrid Mellers (1957)
atrás: como los chinos, que escogieroll Para su música
Mqn and His Music (El hombre y su música) buscan los
una escala pentatónica ¡a pesar de que corlocían y habían
orígenes de ciertos aspectos del estilo musical en los mo-
utilizado escalas <mayores y nrejores>!
vimientos sociales y las convenciones filosóficas de la
Podría argüirse que yo mismo vengo ttsando un tipo
época. Existe un abismo entre esta clase de estudios y los
de historia especulativo con objeto de rechazar otro, y
que trazan el desarrollo musical en términos de añadir
que los mencionados orígenes culturales de las músicas
más tonos a la octava, más terceras al acorde y más ins-
venda y pedi, en tanto que racionalizaciones de un siste-
trumentos a la orquesta.
ma, pueden ser no menos etnocéntricos e inexactos que
r. IA(jlIflrRl\ 1.^\()(lllrl),\l)f\IAllrr\l('\ 109
108 ¿HAv l!rtisr(t,\ EN rir. H()r\rBRIr?

un concepto de evolución musical que explique esos pa- mos sentimientos, y que el uso de este tipt-l de código es
trones de sonido de otra forma. A esa objeción contestaría un rasgo esencial cle la comunicación musical' Su argu-
que, al estudiar sistemas musicales, me preocupa funda- mento tiene que dar muchas vueltas para tender un
mentalmente la relevancia histórica. Aun cuando pudié- puente entre los análisis formales y expresivos de la rnú-
ramos llegar a conocer con exactitud cómo consiguieron .sica, aspirandcl a mostrar con exactittrd cólno puede des-
los venda la tshikona,la domba o la escala heptatónica (y cribirse la música en tanto que expresión de ciertas acti-
dudo que jamás lo sepamos), e incluso si fuera cierto que tudes. Por ejemplo, describe la progresión descendente
la música heptatónica se desarrolló a partir de la pentató- V-(lV)-III-(lI)-I (nuNon) como una figura <que ha sido
nica, eso no contribuiría demasiado a nuestra compren- muy utilizad¿r para expresar la "llegada" de una ernoción
sión del sistema musical venda o del desarrollo de la mu- dolorosa en un contexto de inevitabilidad: aceptación clel
sicalidad en la sociedad venda. Estoy interesado en la dcllor o abandono ante él; desánirno y depresión; sufri-
música venda en tanto que producto de la mente humana miento pasivo; y la desesperación que acompaña a Ia
en esa cultura y sociedad, más que corno un estadio en la muerte,, (p. I 33). Así, compara una frase del madrigal de
historia de la música del mundo. Gibbons What Is Our Life? (¿Qué es nuestra vida?) con el
Al preguntar cuán músico es el hombre, me ocupo ob- comienzo del finale de la Sirlbn ía patétictt de Tch¿ri-
viamente de todos los aspectos de los orígenes de la músi- kovsky:
ca, pero no de los especulativos ni de aquellos que un his-
toriador extranjero piensa que puede detectar pero que tsroú) Gibbo¡c, 1612

no son reconocidos como tales por los propios creadores.


Los orígenes de la música que me preocupan son los que A- C¡Y oÍ I¡3 - 8ron
--
residen en la propia psicología y el entorno sociocultural
Fll¡.r'r,r.rt 9
de sus creadores, en el conjunto de procesos que generan
los patrones de sonido. Si la música expresa actitudes, de-
beríamos esperar encontrar correlaciones entre las dife- En un priucipio me impresionó la tesis de Cooke, por-
rentes actitudes y los patrones de sonido en los cuales se que parecía tener sentidtl en términos de mi propia ex-
exPresan, periencia. Por ejemplo, yo había percibido la similitud
¿En qué medida es la música un <lenguaje de emocio- musical y expresiva entre la melodía suplicante clel
nes, semejante a la palabra hablada>, como Deryck Cooke <Recordare Jesu Pie> del War Requicm de Benjarnin Brit-
( I 959) ha sostenido en The language of musi c ( El lengua- ten (véase el Ejemplo l0) y la figura con la que Mahler
je de la música)? La tesis debe examinarse en el contex- acompaña las palabras nostálgicas lch sehne mich,
to en que se propuso: la música tonal europea entre 1400 O Freind, am deiner Seite die Schi)nheit dieses Abends zu
y 1953. Cooke ha mostrado que ciertas figuras musica- geniessen (Anhelo, oh amigo, disfrutar a tu lado de la be-
les parecen usarse una y otra vezparatransmitir los mis- lleza de este ¿rtardecer) en <Der Abscheid> (La clespedi-
l. 1.A cul.lURA Y l.A S(Xllhll)At) li\ L'\ Nlllsl( A
I 10 ¿r{Ay lrisr(;A l,N F.r. tJ()N,tlRl:?

:. n
da), la úrltima canción de Das Lied von der Erde (La can- -:++--É--
f--J-_, LJl. 1!=*4=.
) I
ción de la tierra) (Universal Edition, secciones 23,30 1t ,á- 0," , eáe. k.d, N-o -bod-y kmws the t¡ou-ble f ¡eil
del 63 al final) (véase el Ejemplo I l). La figura I-III-IV-
V (vENoH) abre también elespiritual ElEN,rPr.() l2
"Nobody K¡rows
the Trouble I See> (véase el Ejemplo 12) . La misma figu-
ra, el mismo tipo de sentimiento. Deryck Cooke cita Por otra parte, aunque deliberadanente no he leído
otros ejemplos de esta figura y la describe como (un¿l análisis de la Novena y la Décima Sinfonías de Mahler
afirmación de tristeza, una queja, una protesta contra el porque primero quiero descubrir lo que la música me
infortunio> (p. 122). dice a mí, yo reacciono de manera muy concret¿ a dos se-
cuencias de intervalos de sus últirnos movimientos (en el
caso de la Décima me remito a la versión interpretable de
Deryck Cooke). En ¡rrimer lugar, en el compás veintitrés
del último movimiento de la Novena, los primeros violi-
nes tocan las notas de una escala ¿lescsn dente, pero en pa-
rejas ascendentes de notas que caen.
Ef F i\{t{.o l0

Fl ¡edcnd

EIEMPT.o 13

Más tarde, en la Décima hay urra escala ascendeilte que


se toc¿r en grupos ¿lescendentes de not¿rs que suben (com-
pás327 del último tnovimiento).
No haré ningún intento de expresar con palabras lo
que siento al oír esta música, pues el propio Mahler decla-
ró explícitamente que tenía la necesidad de expresarse
EJF.r\rPl.o I I
por medio de la nlúsica sólo cuando <se dejan sentir
¿HAY IIUSI|A tN ¡t. HONl13Rf.? -r. l A cur.l uRA y L.A so(lllll)At) llN IA rlúsl(l'\

cífico? ¿Podría la música soul llegar a los norteamerrcanos


negros si sus formas no se hallaran asociadas a un conjun-
to de experiencias extramusicales que todos comparten? A
pesar del mensaje contrario a la guerra, tan hermosamente
presentado enelWar Requiem deBritten, ¿pueden cuantos
comparten sus sentimientos compartir por igual el inten-
'-'--l so mensaje de su música? Para los solistas rusos, ingleses y
alemanes que grabaron la obra por prim eravez, ¿significa-
ba realmente lo mismo? Para quienes compartan aspectos
del bagaje musical, social y cultural de Britten, la música
tal vez intensifique la piedad de la poesía de Wilfred Owen'
suscitando un horror ante la guerra todavía mayor que el
que ésta crea por sí sola. Para otros, sin embargo, la poesía
lllr,.nlr.o l4 puede resultar conmovedora y la música un aburrimiento.
No podemos decir que compartan más la experiencia de la
emociones indescriptibles>. Y ¡si hubieran podiclo expre- poesía que la de la música, Porque ellos, como Britten y
sarse por medio del lenguaje, lo habría hecho! Sólo diré la mayor parte de sus oyentes, no compartieron la expe-
que para mí expresan algo relacionado con la vida y la riencia de la guerra de trincheras, que resultaría fatal para
muerte, y con la lucha del ser humano por alcanzar pleni- Owen. Lo único que podemos decir es que comparten la
tud y paz espiritual. Los acordes finales de la Décima experiencia de la convención de la poesía más fácilmente
-¡hayan sido escritos por Mahler o por Deryck Cooke!- que Ia convención de la música.
parecen expresar una resignación definitiva. Aunque <la música puede revelar la naturaleza de los
Entonces, ¿habré captado de verdad las actitudes que sentimientos con un detalle y una veracidad de las que ca-
llevaron a Mahler a escribir estas notas o simplemente las rece el lenguaje> (por citar a Susanne Lange¡ 1948: 141 ), se
estoy reinterpretando a partir de mi propia experiencia? halla también atada a la cultura de una forma que no afecta
¿Las siente alguien más de la misrna manera? ¿Estaré en un en la misma medida a las capacidades descriptivas del len-
limbo, como las novicias de la iniciación femenina fsfti- guaje. Consideremos los elementos de la cultura británica
kanda, escuchando a Mahler sin oírlo? ¿Puede alguien oír y europea presentes en la música delWar Requiem deBrit-
estas notas tal y como las oigo yo, o como lo hizo Mahler? ten. De nuevo, en esta descripción, hablaré de la obra tal y
¿El propósito de la experiencia musical es encontrarse solo como me impacta a mí: no he leído ningún comentario so-
pero en compañía? ¿No hay esperanza de establecer rela- bre ella. Los dos primeros compases establecen un escena-
ciones comunes por medio de la música excepto allídonde rio de muerte, con el toque de campana y la entonación de
ya exista un programa extramusical suficientemente espe- las palabras iniciales de la misa de réquiem.
¿HA\ IlL \t( .{ tN El H(,1\1f(Rh?
y LA so(itLI)r\l) liN LA NiústcA
-r. LA cut.l LrRA

Slou ord solcmn ) - a2 4(,


(l.eñto e solerne ) Quicl ) - t6o
( Alle gra)
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l*-o"ai" ae-t€r-nam'

l:t¡.ltt,t-o 17

uonS v

EJn\rPr.o l-5 El texto de Owen que cantan los soldados felices, Our
there we've walked quite friendly up to Death (Ahí fuera
caminamos amablemente hacia la muerte), se acompa-
Más tarde, los sonidos de un órgano yvoces infantiles ña de imitaciones musicales del sonido de la metralla.
evocan la esperanza e inocencia de la infancia, y los mo- Es ésta la que ahora destaca, cuando poco antes, en el
tivos de los metales, entre ellos una corneta, evocan la llex tremendae, majestatis, se estaba en el paraíso. Las
guerra: ascrciaciones militares de los tambores se ven reforza-
cias cuando se utilizan para imitar el tiroteo de la arti-
Qricl crotchcts J. rcr llería.

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\9ui¿¿ly a! 6?lot¿)

IlfLulr.o l8
Sr.,
Pero tambores y trompetas también nos pueden llevar
al cielo y el juicio divino en el Dies lrae, y Britten establece
un poderoso contraste entre Tuba tnirum spargens sonum
y Bugles sang, saddening the evening air (Las cornetas
cantaron, entristeciendo el aire de la tarde)
¡Las trompe_
tas gloriosas de Dios ¡ a continuación, las sangrientas
cornetas del hombre!
¿. t6o

lilt,tvtpt.r¡ 20

=Y:rr=.t
'f=l
hD6
ial
\Z
I Para alguien inmerso en l¿r cultura del compositor, los
sonidos que utiliza Britten y los contrastes que establece
entre ellos pueden resultar conmovedores y angustiosos.
Para alguien cuyos amigr¡s de infancia hayan muerto en
combate, habrán de tener el mismo efecto que las fotogra_
fías contrastantes de campos de cricket, niños coristas, co_
hetes y guerra con las que Peter Brook comenzó su pelícu_
Ia Lord of the Flies (El señor de las moscas). En este caso,
Elf.Mlr.o 1!l
mis reacciones ante la música pueden encontrarse más
;;;
I 18 ¿t{AY rlusl(iA F-N tt, H(,MBRF?

cercanas a los sentimientos que tenía Britten cuando Ia es-


:" ;;i*,,,,,o,,,u, o"'"n'", i i;
nrarcha de la Escena 3 del Acto I de Wozzeck, de Berg,
cribió que en el caso de la Novenayla Décima Sinfonías de
Mahler. Pero, ¿utilizaron realmente Britten y Mahler un cuando María está admirando al sargento mayor, no tie-
lenguaje semejante en algún aspecto a la palabra hablada? ncn nada que ver con sentimientos relacionados con Ia
Los compositores adquieren rasgos de estilo escuchando
guerra. Sus contextos musicales y dramáticos sugieren
s i gnificados enteramente distintos.
música del pasado y el presente. Britten reconoce su deuda
con Mahler, y tanto uno como otro pasaron una tempora-
Ninguno de estos significados musicales es absoluto, ni
siquiera dentro de la tradición musical europea, en la que
da en los Estados Unidos. Pero ¿existe un factor común en
sc han establecido reglas claras y cuyo sistema de apren-
su uso de la misma figura en elWar Rec¡uiemy en Das Lied
von der Erde? Y, ¿existe alguna probabilidad de que los crea-
dizaje ha sido similar durante siglos. No sólo dependen
del contexto de la obra, sino también de las convenciones
dores de <Nobody Knows> hubieran utilizado el mismo
nrusicales de la época. Se ha escrito mucho sobre el uso de
Ienguaje musical que Britten y Mahle¡ cuando está claro
f iguras musicales para ilustrar ideas, especialmente en la
(para mí, al menos) que los espirituales son un desarrollo
rnúsica de J. S. Bach. Pero la música de Bach y Haendel no
de formas africanas de hacer música, más que una imita-
puede entenderse cabalmente sin referencia a la visión
ción de las europeas? (Por ejemplo, la métrica básica de
clel mundo del siglo xvtit, en la que las teorías estéticas in-
<Nobody Knows> es 3+3+2 y la melodía, de apariencia
poco africana, puede haberse iniciado como la voz más cluían <una compleja doctrina de la expresión emocional
que se remite a ciertas correlaciones entre, por un lado, el
grave de una melodía <descendente> característicamente
africana que recibió el tratamiento armónico típicamen- ritmo y la línea melódica y, por otro, diversas emociones>
(Leichtentritf , 1946l. 142). Por ejemplo, Fa mayor era Ia
te africano y no necesariamente tomado de Europa.)
Igual que Britten asigna distintos significados al mis- tonalidad del idilio pastoril, y Fa sostenido mayor una to-
mo timbre en el contexto de una sola obra, el mismo pa- nalidad trascendental: <Todo el sistema armónico y el es-
trón de melodía puede poseer también una variedad de tilo de modulación de Haendel se basa en el significado
subyacente de las diversas tonalidades> (ibíd., p. 154). De
significados expresivos. De hecho, es esta variedad en el
contexto de la unidad a la que pertenece la que contribu- modo similar, si la música del norte de la India se consi-
ye al poder expresivo de la música. En Las cuatro estacio-
dera capaz de producir <un matiz de tristeza, o de amor
Íes de Vivaldi (op. 8), escalas y arpegios similares descri- [...] mediante un uso cuidadoso y pasajero de los interva-
los que se corresponden con estas emociones> (Danielou,
ben temas tan diferentes como los campesinos borrachos
1954:9) es porque la música se escucha e interpreta en el
tarnbaleantes del <Otoño> y los vientos gélidos del <ln-
vierno>. Aun sin conocer los sonetos que inspiraron esta contexto de la cultura hindú y el de un sistema musical
música, los significados de figuras musicales semejantes
íntimamente relacionado con ella.
Las convenciones musicales del siglo xvtu se sitúan a
resultan claramente distintos cuando se escuchan en el
contexto de la obra. Asimismo, las melodías semejantes a
medio camino entre el madrigal de Gibbons y la sinfonía
120 ¿HAY IftrSlCA FIN F.l. HO\'lrlRI-l? \( 1 L tL t{^ \' LAS(X lllll,\l) }iN IA r{{'sl(ll

de Tchaikovsky a los que me he ref-erido anteriormente;


por eso encuentro difícil de aceptar que haya existido una
tradición musical continua entre la Inglaterra de 1612yIa 6
k, - leMó-né
Rusia de 1893, en la cual ciertas figuras musicales hayan
conservado las mismas connotaciones emocionales. La r6
única justificación para tal argumento sería que la rele- lc- lel Ndí6hf tá- mbá zwa-ngá, 4. Ms e - le - l€! Ná nú-qá-vhu wi-nsá,
vancia emocional de ciertos intervalos surge de rasgos
fundamentales de la fisiología yla psicología humanas. Si
á i-J-----r'--
- te- le! Ngé- í bl-nbb-ló- nl,
eso fuera así, algunas relaciones entre intervalos musica-
les y sentimientos humanos deberían ser universales. Un
ejemplo procedente de África bastará para cuestionar
esta teoría, aunque no para descartarla por completo, ya 2. ifi ni liwá - ñd

que es posible que convenciones musicales venda hayan


suprimido un deseo innato en el pueblo venda de expre-
sar sus emociones de una manera universal y específica.
La Figura 6a presenta una canción infantil venda en ii - entonación vcrbal aguda a - enton¿citin medianamente alta
la que los cambios en el tono del habla generan peque- ¡- alta descentlentc a - b¡j¡
| - puntos en los que alguien ¡ruede clar palm¿s al tienrpo que la me-lodÍa
ñas variaciones en la melodía s. Cuando aprendí a can-
tarla por primera vez, los venda me dijeron que no lo lrrtrL;ur\ 6. Voces cle dos cauciones inlantile s venda que ilustran alSu-
hacía mal, pero que cantaba como un tsonga (sus veci- nos et-ectos de los cambios cle entonación del habla sobre patrclnes tne-

nos del sur). Cantaba toda Ia letra repitiendo siempre la kidicos.

melodía de la primera frase. Al principio pensé que el


fallo estaba en mi entonación de los intervalos, pero valos se considera más importante que su entonación
acabé por llegar a la conclusión de que lo que ocurría es precisa, porque en ciertas partes de una melodía se es-
que la melodía debía variar. Ahora sí aceptaban mi eje- pera que se vean reflejados los cambios en el tono del
cución como auténticamente venda, aun cuando desen- habla. I-a Figura 6b muestra una canciírn infantil en la
tonara deliberadamente. Por tanto, el patrón de inter- que los patrones tonales del habla de Ia primera frase
generan la base melódica, mientras que ulteriores va-
5. La lengua venda, como otras del continente africano, y a dif'erencia
riaciones en la letra provocan variaciones tanto rítmi-
de la nuestra, cs tonal: posec sonidos cuya variación fonética en altura cr
cas como melódicas. En el análisis musical ortodoxo, a
¡rerfil sonoro altera el significado de las ¡ralabras. En esla y otras obras
suyas, Blacking analizó el impacto de dichas variaciones, contenidas veces se denomina a estos cambios rítmicos (acentos
en la letra de las canciones, sobre la forma de las melodías venda. agógicos>. Así, las variaciones de melodía y ritmo pue-
lN. delT.l den no ser indicativas de preferencias musicales, sincl
r
123
122 ¿HAy Nlusr( A r.rN rrr. HoMuRL?

consecuencias incidentales de cambios en el tono del ,'lccto sobre los individuos. En el desarrollo de una can-
habla, que son generados a su vez por el uso de palabras , ión tshigombela, durante una ejecución que puede durar
diferentes cuya secuencia se ve generada por la <histo- tlt'stle diez hasta más de treinta minutos, va pasándose
ria> de la canción. rir.rrtlualmente de un patrón estricto de llamada y res-
Factores generativos esenciales en la música de estas y l)ucsta a una secuencia casi contrapuntística en la que la
otras canciones venda son, por tanto, de naturaleza ex- It'tra se abandona. En el curso de esta expresión musical
tramusical. Partes de las melodías son una representa- nxis libre, una variedad de melodías alcanza su máxima
ción formal de patrones lingüísticos, los cuales son tam- It'situra, pues con la emoción de la danza las voces de las
bién puramente formales y no están necesariamente rrrrrchachas van elevándose hasta el punto de que, cuan-
t lr r yir no pueden alcanzar una nota, la transportan des-
relacionados con el significado o propósito expresivo de
( ('ndentemente a la quinta o Ia octava. Así, los intervalos
la letra. No cabe descartar que se produzcan relaciones
entre el contenido emocional específico de una letra y la rlcscendentes a veces expresan el sentimiento: <¡No pue-
forma de su melodía asociada, pero serían casuales. ..kralcanzar la siguiente nota!>.
Esto no significa que los venda no sientan emoción con lr.xisten también relaciones entre las variaciones en el
la música o que la consideren una mera extensión del len- r'orrtenido social y emocional de una danza tshigombela
guaje. El tratamiento de una canción de la danza femeni- y la fbrma de la música, de modo que un análisis formal
na tshigombela lo ilustra claramente. Esta música tiende rle distintas ejecuciones es también un análisis expresi-
a volverse más musical según avanza la interpretación. vo. Pero a no ser que el análisis formal comience con un
Incluso en la música vocal a solo, como es el iaso de las análisis de la situación social que genera la música, care-
canciones infantiles, la forma de las melodías es divisible cerá de sentido. Basta escuchar las ejecuciones de una
en secciones de llamada y respuesta, reflejando una situa- tarde en que las chicas son pocas y están aburridas, com-
ción social en la cual alguien <siembra, (-síma) una can- parándola con otra en la que haya una buena asistencia
ción -una metáfbra derivada de la horticultura*, y otros de gente, con una audiencia apreciativa y un ambiente de
(truenan en respuesta> (-bvumela). Las melodías siguen expectación y entusiasmo, para darse cuenta de cómo
los patrones tonales del habla solamente en la sección de dos interpretaciones de la misma canción pueden resul-
llamada. Además, sólo en esa sección se cumple la regla tar diferentes por completo en cuanto a forma y poder
general de que cada sílaba de una palabra vaya acompa- expresivo. La cantidad y calidad de las variaciones rítmi-
ñada por una única nota. Si los ejecutantes sustituyen las cas, por ejemplo, dependen de la habilidad de los bailari-
palabras de la letra por combinaciones de fonemas como nes y percusionistas, pero no se reducen al simple repaso
ee, ahee, huwelele wee, yowee, etcétera, se conceden una de un muestrario de estándares ya conocidos. Lo que
mayor libertad de expresión musical. Esto es importante, otorga su poder expresivo a la música es cuándo y cómo
pues es la parte de la experiencia compartida en la activi- se introducen estas variaciones, lo cual depende de la
dad musical la que puede resultar trascendental en su implicación de los presentes y la calidad de la experien-
124 ¿ilAy \tusl(;A EN ltr. Hol\luRu? 125

cia compartida que surge entre ejecutantes, y entre éstos nr('ntt: distintas antes y después de la Revolución fran-
y el público. ( ('Sil.
He aludido a la teoría del lenguaje musical de Deryck l)cscle la distancia, las formas, técnicas y materiales
Cooke porque, aunque no puedo aceptarla, resulta inne- ( )nstructivos de la música parecen acumulativos, al esti-
(

gablemente sugerente. Y he concluido mis críticas con lo tlc trna tradición tecnológica. Pero la música no es una
ejernplos tomados de la música vencla para mostrar por r iuna cle la tecnología, aunque los desarrollos tecnológi-

qué es necesario un enfbque etnomusicológico incluso en r¡rs la afecten. Se parece más a la filosofía, que puede
el estudio de la música europea entre 1400 y 1953. No tmnsmitir también una impresión superficial de evolu-
puede reprochársele a Cooke haberse circunscrito a un , irjn. Cada idea aparentemente nueva en música, como
área cultural concreta; pero si su teoría no es suficiente- ,'rr f ilosofía, no surge realmente de las ideas expresadas
mente general como para aplicarla a cualquier cultura o l)r'('viamente, aunque muy bien pueda hallarse limitada
sociedad, entonces es automáticamente inadecuada tam- ¡'r'r cllas. Es un nuevo énfasis surgido de la experiencia de
bién para la música europea. No es suficientemente sen- \u cntorno por parte de un compositor, una concreción
sible al contexto. La música tonal entre 1400 y 1953 no r le ciertos aspectos de las experiencias comunes a todos

puede aislarse como una entidad en sí misma, especial- Ios scres hurnanos que a él le parecen particularmente re-
mente si el objetivo es relacionarla con las emociones hu- lcvarrtes alaluz de sus experiencias personales y de los
manas. Las convenciones estéticas del siglo xvlrr no pue- .rr orrtcci mientos contemporáneos.
den separarse de la experiencia de los grupos sociales l.o más importante acerca de una tradición cultural
involucrados o no en ellas. Si la música sirve como signo cn cualquier época de su historia es el modo en que sus
o símbolo de diferentes tipos de experiencia humana, su componentes humanos se relacionan entre sí. Es en el
interpretación puede ayudar a canalizar los sentimientos contexto de esas relaciones donde se viven y comparten
de los oyentes en ciertas direcciones. Un compositor que cxperiencias emocionales. El disfrute artístico se <basa
aspire a comunicar algo más que hermosos sonidos ha de esencialmente en la reacción de nuestras mentes a la for-
ser consciente de las asociaciones que éstos suscitan en la rna> (Boas, 1955:349). Pero las formas son producidas
mente de los miembros de diferentes grupos sociales. No por mentes humanas cuyos hábitos de funcionamiento
se trata simplemente de expresar sentimiento relacionan- son, pienso, una síntesis de sistemas de operación dados,
do sonidos entre sí en el contexto de una pieza musical universales, y patrones culturales, adquiridos, de expre-
determinada, como en el War Requiem de Britten. Los sión. Puesto que tales patrones se adquieren siemp¡s ¿
principios de organización musical han de ponerse en re- través de -y en el contexto de- relaciones sociales y las
lación con experiencias sociales, de las cuales escuchar emociones que se les asocian, el factor formador del esti-
e interpretar música no constituyen sino un aspecto. El lo decisivo en cualquier intento de expresar sentimientos
minueto no es sólo una forma musical tomada de la dan- a través de la música ha de ser su contenido sociai. Si que-
za: posee asociaciones sociales y emocionales completa- remos descubrir los principios básicos de organización
-I

126 ¿ttr\Y tiN iil ilor'tllllu?


^ttjst(ir\

que afectan la fbrma de los patrones musicales, debemos


, "::;-";;;;'-,, 0". su ritmo 0"" 0".,::
mirar más allá de las convenciones culturales de determi- rclrrciones tonales.
nado siglo o determinada sociedad, para buscarlos en las
l.a polifonía de la música antigua europea no difiere
situaciones sociales en las cuales se aplican y a las cuales
rrrtrcho, en principio, de la polirritmia de bastantes mú-
se refieren. sicas africanas; en ambos casos, la ejecución depende
La selección y uso de escalas puede ser el producto de
tlt' tlue varios intérpretes ejecuten voces diferentes en
procesos sociales y culturales no necesariamente relacio-
t'l rrrirrco de una unidad métrica, si bien en la polifonía el
nados con las propiedades acústicas del sonido. Entre los
¡rrirrcipio se aplica <verticalmente> a la melodía mientras
venda, el uso de escalas penta-, hexa- y heptatónicas re- (luc cn la polirritmia se aplica <horizontalmente> a las
fleja un proceso de cambio social, en el que diferentes li{rrras rítmicas. La fuente de ambas técnicas se halla pro-
grupos, con diferentes estilos musicales, han venido in- lrirblcmente en conceptos culturales y actividades sociales
corporándose a una sociedad más amplia. Es extraño que
, o¡no la danza. El cambio en la técnica musical europea de
hasta un sociólogo pueda ignorar procesos sociales simi-
lir nronodia del canto llano a la polifonía dependió de la
lares en el desarrollo del sistema tonal europeo. En su es-
rrrcnsuración, de la organización estricta del ritmo, de
tudio The Ratíonal and Social Foundations of Music (Los rrrodo que encajaran las diferentes voces que cantaban.
fundamentos racionales y sociales de la música), Max Y la medida es también el rasgo principal de la música de
Weber (1958) sostuvo que el sistema musical europeo fue
tlauza, que era una actividad vital del campesinado. La
el resultado de una racionalización desde dentro del pro-
lglesia medieval sólo había permitido el canto llano, que
pio sistema tonal: éste no se ocupaba de las distancias pretendía expresar la unidad de la sociedad en el marco de
reales en los instrumentos, como la distancia entre tras-
trna Iglesia devota de Dios; su estilo se hallaba completa-
tes en un mástil o entre los agujeros de una flauta, sino de
mente divorciado de los ritmos regulares de la danza se-
distancias armónicas. <La aparición de teorías que tratan
cular, así como de las relaciones poco sofisticadas de <tó-
las disonancias marca el comienzo del desarrollo especial
nica-dominante> que se producen en piezas ligeras como
de Occidente> (p. 75), porque ula disonancia es el ele-
Sumer is icumen in. No es sorprendente que los primeros
mento básico en la música acórdica, que motiva la pro-
maestros de la polifonía procedieran de Holanda e Ingla-
gresión de un acorde a otro> (p. 6). Weber atribuye este
terra, donde los campesinos se habían ernancipado du-
desarrollo a Ia actitud científica surgida en el Renaci- rante los siglos xnl yxIV, respectivamente. Según creció su
miento. Aunque reconoce que la teoría sigue a la prácti-
importancia política, su música de danza fue incorporán-
ca, y que <la armonía acórdica moderna perteneció a la
dose a la música escrita para la Iglesia por compositores
música práctica mucho antes de que Rameau y los enci-
profesionales.
clopedistas le proporcionaran una base teórica> (p. 103),
Es posible que el predominio de las terceras y sextas en
no va más allá para mostrar cómo la música armónica
la música de John Dunstable, así como el de las cuartas
surgió de la polifonía, la cual fue inicialmente modal y se
en la música de los compositores flamencos, pueda expli-
128 ¿llAY ,\ tiSI(lA rN ll Il()IltJl(L?
129

carse como un legado de la música popular de sus resPec- , l tono )'acento clel lenguaje del propio compositor y es-
tivas sociedades. (Hoy día en África, las sociedades que
l', t i¡r lnrcrrte las meloclías de la música upopular> han de-
cantan en movimiento paralelo muestran preferencias .,r'rrrpcrlaclo un papel tan vital en el proceso de asimila-
por determinados intervalos.) En esta misma línea, el no- , rrrr y creación como el de las convenciones del estilo
table desarrolio de la música polifónica en Inglaterra du- rnr¡sic¡1. Ha llarnado la atención acerca del predominio
rante el siglo xvt puede haberse visto estimulado tanto '.rt t'sir,o cle fbrmas vocales e instnrmentales en el desa-
por la inrrención musical de compositores individuales en r rolkr cle las técnic¿rs de la música <clásica> europea, vin-
la primera mitad del siglo xv como por el advenimiento , r¡lrulclo tales desarrollos con cambios en el orden social
de la monarquía galesa y sus seguidores. Cuando el rey {\lt'llcrs, 1950; ttl, 132). De modo similar, Curt Sachs ha
Tudor Enrique VII llegó al trono en 148-5, restableció la ,list rrliclo la influencia de los estilos de danza de distintas
influencia galesa en Inglaterra; y la música popular galesa ',,,, it'tlrrdes en la tbrma de sus melodías (1937: l8l-203).
había destacado por su técnica polifónica desde al menos l.n seneral, los cambios de estilo musical han sidcl re-
el siglo xtr. llt'io de cambios en la socieclad. Por ejemplo, en Europa
El estilo de un compositor es <dictado por el tipo de se- ,lt's¡r¡¡[¡; de ca. 1200, la nobleza y otros poderes seculares
res humanos y emociones humanas> que él <trata de con-
'lvieron cacla vez más su mirada hacia el pueblo, <cuvo
r',
vocar en su arte, usando para ello los elementos de len- t stilo popular de canto irdaptaron a su gusto más refina-
guaje de su tiempo>, afirma Sidney Finkelstein (1947: 29) ,lo, (Leichtentritt, 1946:60). Al distanciarse del dominio
en Art and Society (Arte y sociedad). La influencia de la
culttrra popular es fuerte en la obra de muchos grandes 'ocial clc'la Iglesia, rechazaron también su mírsica. [)e
nroclo similar, los distintos estilos de música venda refle-
compositores que han tratado de expresarse, y en conse- iirn la varieclad de grupos soci¿rles v su grado de asimila-
cuencia expresar su sociedad, en los términos más am- t itin en el cuerpo político. Las interpretaciones n.rusicales
plios posibles. Los corales de Lutero nacieron de manera son un signo audible y visible del agrupamiento social y
deliberada de <canciones populares> y Bach organizó político dentro cle la sclcieclird venda, y la Figura 7 mues,
buena parte de su música en torno a ellos. En particular, tra su patrón dentro de la estructura social. La múlsica de
Haydn, Mozart y Schubert organizaron su música en tor- e'stilo tradicional aparcce en círculos c<tncéntricos, en
no al lenguaje npopulao austríaco. Bartók, Kodál¡ Ja- alusión tanto a la fbrm¿r de las casas conto a la de los pa-
náóek, Copland y muchos otros compositores de escue- trones de danza venda. De l.noclo similar, he representa*
las nacionalistas han encontrado su mayor estímulo en clo la música no tradicional dentro de rectángulos, como
los sonidos de sus propias sociedades. En los volúmenes los de las casas de tipo europeo que ha adoptado mucha
tercero y cuarto de Man and His Music (El hombre y su gente edr.rcada. Las escuelas de iniciacicin vhusha, tshi-
música), especialmente en The St¡nato Principle (from kanda y dombo son directamente controladas por los
c. 1750) (EI principio sonata desde ca. 1750), Wilfrid murundu y sungtvi están en manos
jef-es, mientras que
Mellers ( 1957) ha mostrado cómo las formas de la danza, privadas, pero orientaclas tradicionalmente baio los aus-
I
\lltltt,\Ytr\\0( 131
130 ¿t lAy N{llst()\ ltN I- 1. Hor,ll}l{L?

picios de los jefes. funto con las danzas de posesión (ngo- l

ma dza mídzimu), sostenidas por Srupos familiares de


14. TcLFSTAS
culto con el permiso de los jefes, cada una de estas insti- EU+oPEAS
tuciones se toma muy en serio y se denomina ngoma (li-
s vúsrcd escomn
teralmente, <tambor>). Otros tipos de música pueden r

te vúslca lrelnnuournrun
considerarse entretenimientos (mitambo),lo cual no sig- s IIJBL
uLl ÁaP^
nifica que no sean importantes en la vida social y política .-..-..---
venda. Las iglesias controladas por europeos llegaron y se
..-\ r--------i
,t 13. tcLÉStAS \
establecieron en oposición total a Ia vida social venda, ,4
SEPARATISTAS
\
pero las escuelas e iglesias separatistas han desarrollado /-\
/\
/ dza
8. ngoma \,
una música que refleja el sincretismo de su vida social. i midzim'ü"t' \
La variedad y vigor de los estilos musicales venda son 1 6 murundqr-l-\.7. sunowi \
l/d24.\l
l/ñlsuflunu\rl
el producto de una situación política semejante a la que 5 /lz.tdnitona\ 5
I ml a I e n d e | | mafhúwe
había en Austria a finales del siglo xvlll, donde familias \rr*"rn" ph.arapha¿ ll. {Omba NGoMA
,\"'.¡, vütb*o'o z I
I
y príncipes prominentes <rivalizaban por la excelencia MBrúDzA
MAoEzA
\ 10 tsh kanda ^ó/ /
de sus orquestas privadas >, (ibíd, p.173). La diversidad de DENDE\9VhUS¡A/
sl4vB\ q / ,
.\ts,D7-o.
/ LUGUBF 4
los estilos musicales refleja una diversidad subyacente a \4. tstikangangd ,,/
"':irno,
^,., ^ .¿rc"ü;r,Én, 3. tsh,gombe,a
;;.lyti//
la aparente homogeneiclad de la cultura y sociedad ven-
da; de ahí tanto el proceso histórico que los ha generado
lshihohó \
lshirrinso
\- L _
,/' _/'

Ntrpolol ro 2. ozhonOo-'
o""" 2 ryrnbddzavhana
como su significación en la vida contemporánea. Hay H6MBRF
TSNIHWANA
¡,4UJLR

sólo dos tipos de música comunitaria regulada política-


I \I'LICAC
mente que pueden agrupar realmente a los venda de ON DE LOSCARACTERES
rnúsica con tambores mirumba, thungwa y ngoma
T POCRAFICOS

orientación tradicional. Se trata dela tshíkona, la danza ilrus ca con mrrumba y thungwa
nrúsica sin tambores
nacional, y la domba,la danza de iniciación premarital. ]NSTRUMENTOS DE CUERDA Y OTROS INSTRUI\,4ENTOS
Ésta solían ejecutarla tanto los chicos como las chicas, rsrrume¡Ios 0e vrenlo
I os ciRcuLos coNTtENEN Los ESTtLos ÍRADTcToNALES y Los RECTÁNGULos Los No rRAD c|ONALES
pero actualmente lo hacen casi exclusivamente ellas a 1. La música más importante, controlada por los dirigentes lngoma khulwane].
causa de la migración de la mano de obra y el incremento 2. Música seria, patrocinada o permitida por los dirigentes lngoma].
3. Diversiones [mitamba] patrocinadas por ios dirigentes.
de la escolarización, que han modificado el patrón de 4. _ N.4úsica instrumental lzwilidzoj, diversiones, etc., no sujetas a control.

vida rural. C-C. Marca 1a división entre grupos de música compietamente ododoxos y los que no
lo son, en d¡versos grados. Los grupos dentro de rectángulo participan oficial-
La música yla danza de la escuela de iniciación dombo mente en la músrca ortodoxa en la medida en que los rectángulos penetran los
círculos: de hecho, no hay muchos que penetren los círculos 1 y 2.
proporcionan una llamativa ilustración de cómo pueden
combinarse elementos formales y expresivos para retra- Ilt<;un,,r 7. Diagrama que muestr¿r l¿rs relaciones entre la estructura nru-
sical y la social en la sociedad vencla. Compárese con la Figura 5.
tar en la música, de forma simbólica, los temas esenciales
'F:W-T
132 ¿1i,\r\1t\11 {l\ll ll\r,\lliirl?

de una cultura. Lo que las hace especiahnente ncltables es ;,.;;.*,"":;:;: retra. ba'e v,.,0,,:":
"",,"
y haber aprendido el simbolismo esotérico de la escuela.
que, aunque el procesc'l de creación es c¿rsi por c<lmpleto
'fuve que sumergirme en la cultura y la sociedad venda
inconsciente, sus formas se encuentran sistenláticamente
relacionadas con su propósito expresivo. Los venda expli- ¡rara llegar a entender este producto de sus mentes.
can que la domba tiene siglos de antigüedad, v tiellen mu- El análisis de la dombn que aquí presento deriva de una
cho que decir sobre las funciones cle esta escuela de ini- combinación de distintos tipos de información etnográ-
ciación y sobre la belleza y valor de su principal dattza llca. No pretendo que sea la última palabra en la materia,
ritual. No hacen comentarios sobre la fbrma de Ia danza y pero por lo menos resulta congruente y sLrrge de la etno-
su música, salvo para decir que udomba es domba; es un grafía. Cuando comencé este análisis no tenía ni idea de
rito importa nte (rrg<tma),,. Y, siu enlbargo, la música y Ia dtinde acabaría y nunca sospeché que los elementos for-
danza dibujan un rasgo esenci¿rl de la vida adulta, simbo- rnales y expresivos se hallaran tan imbricados. Las con-
lizando periódicamente medi¿rnte su interpretación la clusiones rne vinieron impuestas por las regularidades y
importancia del matrimonio, el nacimiento 1'la nt¿rterni- currespondencias que emergían del material recogido
dacl institucionalizada. sobre el terreno.
En apariencia,la dontlto suena como una pieza habi- La domba es la írltima de una serie de escuelas de ini-
tual de rnúsica venda, con su forma de ll¿unacla y resPues* ciacicin que prcpar¿rn a las much¿rchas para el matrimo-
ta, acompañamiento polirrítmico y desarrollo musical de nio. Aunque en ellas se pone mucho énfasis en el sexo y
la sección de respuesta. La forma circtrlar de la danza es la reproducción, las escuelas no tratan sólo de asuntos
característicamente r,'enda ¡ dado que un gran nítmero cie fertilidad. Su propósito es preparar a las mujeres
de chicas baila en un recinto reducido, no es extraño que para una maternidad institucionalizada,junto con los
tengan que agarrarse unas a otras. En revistas ilustradas rlerechos y obligaciones que comporta. Hay evidencia
y folletos turísticos, el rnovimiento ha sido erróneamente cle que el contenido y la forma de este tipo cle escuela
denominado ula danza de la pitón>, y en ellos se presenta han cambiado con los años, es¡recialmente tras su (na-
como una de las ¿rtracciones itrteresantes de los venda (es cion¿rlización) por prarte de los clanes clirigentes. En el
de suponer que el motivo es que la ejecuta un grupo de ¡rasado, cuando la domba era un ritual de los clanes más
vírgenes semidesnudas). Con todo, tanto el movimiento norntales, el énfasis en el creci¡niento físico ha debido
de danza como el tipo de desarrollo musical que se da ir la ser mayor. Los clanes dirigentes han ampliado el signi-
sección de respuesta y la señalización del conricrrzo y fi- flcado político de las escuelas de iniciaci<in, pero la mú-
nal de los movi¡nientos de baile so¡r generados por las sica y el baile aún conservan su orientación b¿ísicarnente
funciones expresivas de la rnúsica. Es más, ncl podría ha- física.
ber descubierto eso sin haber asistido a ejecuciones de Cada ejecución de la danza simboliza la relación se-
esta danza en dif'erentes zonas del territorio venda, ha- xual, y ejecuciones sucesiv¿rs simboliz-an el desarrollo del
ber grabado cientos de las letras que canta el solista' feto, para el cual se considera necesaria la relación
¿1
I^Y NjU\fcA IIN ll. HoNflll{ti?
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3 coRc)
MJ-du.na-M, ta-vhamu-ko - si ! ya, ya, ya,

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>__ ___ t+
Q.-' :___..:-d: t>_ ::::t::d:

!i u 6wa la do-go- de - lal

u (IORO

i percusión (sorda) el) J percusión con bagueta ert el borclc


'y' el centro clel parchc = de maclera del tambor
con la mano izquierda

t-_ I indica notas canta(las


I percusión <clirra" en en yodel
el borcle tlel parche
con la mano derccha

ElEr\rPLo 2l Fi;r:l.ri,t.o 2 1. Cotttirtuuc iótt


I | \, I ll li\\ lr\\{)(llil)r\l)l,NL\Nll:\l{i
¿HA\' \iti\l(l{ }\ I I ll()\llll(F?

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',{)t{)

Y¡ .l F-du yo 11-th vhu-le, Ys, yr,


| \ \llrol|,\

\ ,r , ,| )l l) \NZA DII I.AS NOVI(ll;\S


I

,6
l \',( )\ I)li LOS MIDABE(iniciados)
r
Atlela¡te... Adel ante

lrll.Nll,l.o 21. Contittuaciórt

se xual. La música y el baile no quieren ser sexy; simboli-


zan el acto místico de la unión sexual, la concepción, la
nraduración del feto y el nacimiento. Tras varios avisos
cle tambor, la voz del solista, el maestro de iniciación,
(penetra el aire como una flechar, como un falo, y las
chicas responden murmurand o. La voz del hombre co-
mienza en lo que en la tonalidad venda equivaldría fun-
cionalmente a una dominante, mientras que las voces de
Ias chicas responden sobre la <tónica>, el punto de rela-
jación. Entran de manera polirrítmica tres tambores afi-
¿,s
>i>-1
,"¿
>-
E- ú-: nados en alturas diversas, dos frente a tres, y el canto
prosigue su curso.
h,lr,Nn,r.o 21. Ct¡ttt ittuttcitjn
NttjsIcr\ t,N Fll. tlollfBRti? 139
r38 ¿HAY

.,r¡ nurrlrc hasta el patio del jef'e, donde bailan la domba


En este punto las muchachas son excitadas simbólica-
( ( )nr() n()vicias por última vez. A partir de ahí estarán lis-
mente. Tras algunas repeticiones de la melodía básica, el
maestro canta <La caña del río se desenrolla>, y las chicas, t,rs ¡r¡¡¡¡ el rnatrimonio y una participación plena en la
agarradas en fila india, comienzan a caminar alrededor
.,r it'tl¿rcl venda. Una función de la música y la danza ha
',
de los tambores. Tánto la caña como la fila de chicas son '. l( ) ( r'c¿lr simbólicamente un bebé
r(
¡ como para rcforzar
símbolos fálicos y el movimiento de comienzo de la dan- r'slo, p¡¡¿1 los ritos finales el bombo se retira de la viga.
za simboliza la entrada del falo. Acto seguido las mucha- l',xistc una relación importante entre la música de la
chas emprenden una forma cuasiorgiástica de canto que ,1,'tttlttt y la de la tshíkona que refleja la función de los dos
denominan khulo. Como enlatshikona, se emplea una lrrros tf c rnúsicaen la sociedadvenda. Se denominamutav-
técnica de hoquetus. Algunos minutos más tarde, al can- /r,r rr rrrl conjunto completo de flautas de caira. El término
.,, rt'llcre al conjunto instrumental, no al número de notas
tar el maestro la frase <<Gudu os ha removido las entra-
r lr' il na octava. La misma palabra se usa para referirse al te-
ñas>, las muchachas dejan de moverse y se inclinan hacia
el centro del círculo de danza, simbolizando la detumes- , l,rtf o de :una mbira o un xilófono. Sin embargo, se pone
¡ rorrrtlre a las notas de tal modo que su relación con la oc-
cencia del falo.
En el centro hay un fuego que debe mantenerse encen- t,rvl y sus funciones musicales sean reconocibles. Se deno-
dido mientras dure la escuela' Las cenizas <blancas' sim- ntinir phala a la nota principal de un conjunto de flautas de
( iura heptatónicas,y phalana o <pequeñ o phala> a la que se
bolizan el semen, considerado necesario para el creci-
miento del feto. Según el simbolismo esotérico de la sitria una octava por encima. La nota que sigue por encima
escuela, se llama ula cabeza del niño> a un bombo mante- tlt' phala se llama thakhula, <la transportadora>, porque
( ( )nduce la melodía de vuelta al tono principal. (Funciona,
nido en suspensión. Al comienzo dela domba, yace en el
suelo. Después de tres o cuatro meses (aunque a veces l)ucs, como una sensible en la música europea.) Cada nota
menos, según parece) tiene lugar una ceremonia en la ticne una acompañante situada una quinta por debajo.
que dicho tambor se <cocina> y cuelga de la viga' Es Iiste no es un mecanismo limitado alatshikona: se encuen-
I ra implícito en toda melodía venda sobre modos heptató-
como el movimiento del niño en el útero, simbolizado
también por el círculo de baile. El simbolismo no es con- nicos. En una escala pentatónica la nota acompañante di-
clusivo en cuanto al significado de los tambores' pero pa- licre a causa del espaciamiento entre intervalos, pero sigue
rece que sus diferentes golpes expresan los latidos del pa- aplicándose el principio básicamente social de que cada
dre, la madre y el feto. nota debe tener una acompañante. Por ejemplo, se aplica
En la última noche de la escuela, las muchachas bailan de forma implícita en las armonías improvisadas por el
con las manos por encima de la cabeza, simbolizando con resto de krs ejecutantes.
ello los dolores del nacimiento y de una noche de parto. A En la música instrumental, se permite el intervalo de
la mañana siguiente las desvisten, las asean y les ponen tritono, peroen la vocal se evita dentro del acorde. Existe
ropas de iniciadas. Son llevadas como bebés a espaldas de un contraste interesante entre la tshikonay elkhulo dela
110 ¿tlAY \ltrsl(l^ tN Fl llt 'xlHHF?

domba, en el cual las muchachas cantan casi el mismo pa- l,('r'nliti(lo no se halla en la misma posición (Do"/Fa#"
( r I liil ) que la que
trón tocado por los hombres en sus flautas de cana (véa- tendría, si no se evitara, en Ia estructura
se la Figura 8). En la estructllra dela tshikona, el tritono ,lcl I'ltttl<t (segundo acorde de 8b). Esto evidencia que el
l,ltttlo no es una simple transposición de la tshikona; si
,rsi lire ra, el tritono evitado aparecería en el penúltimo
(b) KIfULo .l ( ( )r'(f c, como aparece en la tshikonq, en lugar de en el se-
Iihulo es más bien una transformación generada
rirr rrrlrr.
l', 'r' rlistinta
lir función de la rnúsica. Así, las notas acom-
l).llriurtes enlatshikona de los hombres (ts en 8a,8cy8e)
',, st'lcccionan como el modo principal del khulo canta-
,l,r ¡rr¡¡ las muchachas, para el cual se selecciona otrc)
, on jrrr.rto de notas acompañantes (C en 8b, 8d y 8e). Es
r nn() Si la tshikona incorporara en sv mutavha un modo
r

rrrrrsculino y otro femenino, y como si el primero hubiera

'itlo escogido para la música de los hombres y el segun-


,l, ¡r¿¡¡¿ la de las muchachas. Ambos se hallan unidos por
.rr relación comírn con una misma progresión armónica
.lr' [rase (8f). Nótese que en la progresión armónica hay
Progrcsitin arnr<inica r rrr clesplazamiento de fuerza tonal desde la nota phala

( l{c" en 8c, 8e y 8f ) a la thokhula (Mi" en 8c, 8e y 8f ), que


Iru;ure 8. llustraci(rn del proceso de transfbrmacitiu por el que el kftultr
tlc nuevo vuelve ala phala. La relación entre acordes vie-
se relaci<rna con I¡ tshikontt, y resumen cle los modos y de la secuencia
básica de acordes. nc determinada por el hecho de que en la estructura de
(a) Las notas más agudas de la t shikona, transportad¿rs un scmitono l.t tshikona cada nota posee dos notas acompañantes: Ia
desce¡rdente.
(b) Patr<1n básico del /thulo para voces f-emeninas. ¡rrimera situada a la quinta inferior, la segunda a la quin-
(c)'f ras¡rosició n de la t shiko na a la m isma ¿rltur a <1el k h ukt Repárcse ta superior. Así, Re"/Sol' y Mi"/La' son acclrdes funcio-
en el Fa natural y la posición del tritono. fralmente (lnás fllertes> que Re"/La' y Mi"/Si' (véasela
(d) 't'ransfbrmación de la tshikona, transcribiendo como pftala el l.igura 9).
Re" en lugar cle La". Repárese en cómo la posición del tritono difiere de
A pesar de sus diferenci¿rs en timbre y tempi,la afini-
la rsl¡lko¡ra en 8c, pero coincide con la del ftllulo en 8b.
(e) Los tres modos utilizaclos enla tshikttna y el khulo, transcritos sill clad musical entre la tshikona y el khulo debería resultar
alteraciones accidentales. manifiesta incluso a alguien que desconozca la cultura
(t] La base arrnónica del khulo. La secuencia de acordes también se venda. En cierta medida, la música habla pror sí misma.
ajusta al patrón ¡s/¡ikor¡a con independencia de los modos que se utilicen.
Pero aunque la naturaleza general de esa relación musical
Nota: Las cifras indican el número de semitonos en los intewalos tle
los modcls. sea clararnente audible, el mecanismo preciso mediante
¿ilAY Nt[]SIc^ ]iN tit. I{O\ft}Rf.?

#F 4. Humanidad sonoramente organizada

rfogreslon ¡rntontca

Fl(;LrR.{9. Diagrama de las progresiones armónica y tonal de la ¡.sftiko-


nay el kltulo, mostrando cómo la firerza tonal cle phalu (lle") y thakhu-
/¿; (Mi") se altera según cambian sus notas acompañantes. Los rectán-
gulos sirnbolizan cambios dc tonalidad, y el grosor variable cie las
l.rr e I capítulo primero propuse que, si queremos saber
figuras ilustra el aumento o clisminución de firerza tonal de phala y , u:in músico es el hombre, debemos ser capaces de des-
t lnkhula, respectivamente. , ¡ ibir de modo preciso lo que sucede en cualquier pieza
, lt' nlúrsica. En los capítulos segundo y tercero he tratado de

nr()strar las razones por las que no podremos conseguir


el cual se ha obtenido posiblemente no puede descubrirse
t so hasta que no comprendamos qué les pasa a los seres
a partir de un análisis de las notas por sí solas. El análisis
Irrrnlanos que crean la música. La música es una síntesis
ha de comen zaÍ cen el papel de la música en la sociedad y
, le procesos cognitivos presentes en la cultura y el cuerpo
la cultura ven da (véanselas Figuras 6 y 7) , de manera que
Ir r r nrano: las formas que adopta y los efectos que produce
podamos apreciar cómo los patrones de la cultura y la so-
cn ltr gente son generados por las experiencias sociales de
ciedad emergen en forrna de sonido hulnanamente orga-
( ucrpos humanos en diferentes medios culturales. Dado
nizado.
t¡uc la música es sonido humanamente organizado, ex-
l)rcsa aspectos de la experiencia de los individuos en so-
ciedad.
Se sigue de ello que cualquier valoración de la musica-
lidad humana habrá de tener en cuenta procesos extra-
nrusicales y que éstos deberían incluirse en los análisis de
la n-rúsica. Las respuestas a muchas preguntas importan-
tes sobre la estructura musical pueden no ser estricta-
lnente musicales. ¿Por qué se prefieren ciertas escalas,

143
W
t44 ¿HA\ NlL \t' A I N Ft HilIlBRt.i l. ilLtllANIl)At) s()NoRAtrlFNl h Ol{(;ANilAt)r\ 145

modos e intervalos? La explicación puede ser histórica, nh f,


política, filosófica o racional en términos de leyes acústi-
cas. ¿Qué viene después de que se haya ejecutaclo cierto
4F@.=#-#=*-j
l. Po - ti - lo, 2, Ha- nga_ la, 3. Ha_ nga _ ta,
patrón musical? ¿Viene la nota siguiente determinada
por la lógica del patrón melódico o por una regla más ge-
neral que relaciona esa melodía con patrones tonales del 4. Nda te - ma, 5, Te- mi - so: 6. Tsbt - ¡o
habla, como ocurre en la música venda? ¿Por qué debe
repetirse en cierto punto un patrón dado? ¿Por qué ha-
bría de repetirse en absoluto? La musicología debe ser ca-
paz de atender a preguntas similares si pretende explicar 9. Ma-ndu-le. 10.Gu-ni- wee!

lo que acontece en música; pero creo que no logrará res-


ponder las cuestiones generales sobre música hasta que
reconozca las peculiaridades de distintos sistemas musi-
cales. Es posible que hasta los descubrimientos de la mu- l)()r su contexto cultural. Es una canción de niños (luimbo
sicología sistemática sólo se apliquen a las tradiciones lwrr vlrana), en la subcategoría de canciones para contar
musicales de los musicólogos sistemáticos y a las faculta- ( tt.\,imbo dza u vhala): a cada compás de blanca, se levanta
des de percepción que se han desarrollado en sus propias v sc cuenta un dedo, comenzando por el meñique iz-
culturas. .¡rrierdo hasta el pulgar, y después desde el pulgar dere-
Reforzaré este punto haciendo referencia a cuatro de t lro hasta el anular, terminando con una palmada al lle-
las canciones infantiles incluidas en mi libro Venda Chil- g,irr al décimo pulso de blanca.
dren's Songs (Canciones de los niños venda) (Blacking, l.a segunda canción, Nde' ndi ngei thavhani, utlliza
1967). Permitirán mostrar en qué medida un análisis del t i nco notas y se basa en repeticiones de cuatro negras con
sonido sin más es inadecuado y erróneo. Primero exami- Puntillo. En este caso no consideraremos la métrica, sino
naremos las canciones (Ejemplos 22-25) corno (pura>) Ios cambios en la melodía. De nuevo vemos que no pue-
música, y a continuación como sonido organizado en un tlc hacerse un análisis (puramente> musical, debido al
contexto sociocultural determinado. sistema venda de relaciones entre el tono de habla y la
Po[ilo parece estar basada en diez compases de blanca r¡lclodía. La secuencia tonal con que empieza cada frase
divididos por la melodía en 4+2+2, incorporando trein- varía de Sol-Mi-Re a Do-Mi-Re y Do-Re, y aún se dan dis-
ta sílabas agrupadas de tres en tres con duraciones de t intos patrones en ulteriores repeticiones de la melodía
l+l+2 corcheas. Pueden imaginarse diversas explicacio- biísica. Esto podría entenderse como una variación meló-
nes ingeniosas de la estructura métrica de la canción, que rlica equilibrada y grata al oído, pero en realidad no ha sido
podrán ser o no correctas; pero los venda que la cantan cc¡ncebida musicalmente. Aparece de resultas de cambios
son conscientes de una sola explicación, proporcionada cn el tono del habla al pronunciar distintas palabras de la
¿u¡.Y N{tJSIC^ }lN fll. tloj\,lBRF?

rhí- ngl .lzi swá,Ndé'dzí ñ

f nioi pfó mú - k3 - sT ú tstri ri - li' ni vhó-Má- rA

3. Ndi !d-nCil-¡n yi. shó-ndó - ni;

EtruPl.o 23 | | \lt't.()24

letra, que a su vez se generan por <la historia> que narra lrirbl¿r. Los mismos principios se aplican a la cuarta can-
la canción (véase también la Figura 6). Por otra parte' la , irin, que utiliza seis notas, también según el motivo de
sección de llamada varía, mientras que la respuesta se ,, I irnfarria> Do-Mi-La-Do.
mantiene invariable. De ese modo, la forma de la canción l\lclría argumentarse queestas cuatro canciones repre-
deriva de un modelo social, reflejando una situación en la \r'llt¿ln estadios de una evolución musical a partir de un
que el solista trabaja con un coro. Los cambios en el tono rrricleo de cuatro notas Mi-Re-Do-La. Es posible anali-
del habla se reflejan, por tanto, en la primera sección de ¿irrf ¿rs como meros patrones musicales, desde el punto de
cada frase, pero no en la segunda, de forma que en la eje- vist¿r de la repetición de notas y su convergencia en cen-
cución a solo por parte del niño se produce una conden- tros tonales, el refuerzo rítmico de las notas, la tonalidad
sación de una situación social que encontrarán los niños trjnica-dominante, los modelos de tensión y relajación
cuando crezcany participen en grupos sociales más am- llrelódica, etc. Tratando estas melodías como <objetos so-
plios. lloros)), es decir, como cosas en sí mismas -que es el tipo
La tercera canción utiliza también cinco notas, pero en de tratamiento que estoy criticando-, podemos obtener
un arreglo diferente. Repárese en el patrón Mi-Sol-l)o-Mi, varios análisis dil'erentes. Este es rrn procedimiento muy
semejante al de Potilo, Do-Mi-La-Do. Esto podría lla- habitual en el análisis de la música europea y tal vez sea
marse un motivo de fanfarria; pero cornetas y fanf-arrias e sa una de las razones por las que las publicaciones musi-

resultan irrelevantes en el contexto de la cultura venda cales están plagadas de explicaciones contradictorias de
tradicional. De nuevo, la primera parte de la melodía es una misma múrsica. Todos discrepan acaloradamente,
como una sección de llamada, donde variaciones me- fundando su reputación acaclémica en lo que Mozart qui-
nores de la melodía dependen de los cambios tonales del so realmente decir en tal o cual compás de sus sinfonías,
¿t{AY riustc,\ lt\ tit. II()11llltl,? t19

.l- ¡oo -lt¡ coR() ltva na thsidongo (Ejempbs 22y 25). Eran las canciones de
SOI,O
niños más populares, pertenecían a tipos de canciones
que cantan tanto las niñas como los niños y generalmente
se aprendían antes que otras de dos o tres notas que acom-

¡rañan a juegos infantiles de más edad. La edad a la que


krs niños venda aprenden las canciones tiende a estar re-
sulada por factores sociales; el hecho de que unas tengan
cuatro y otras cinco, seis o siete notas tiene poco que ver
eorr el proceso cle aprendizaje.Lo significativo no es el
ntimero de notas de una canción sino el patrón global de
lir n.rúsica y las situaciones asociadas a ella. Los niños las
irprenclen como aprenden el lenguaje: como ideas com-
Pletas, no gradualmente por progresión musical.
La primera música que aprenden los niños venda, en el
scntido de su interpretación activa, son las canciones in-
l¿ntiles. Pero no es la primera que oyen, que es más pro-
lrable que sea el sonido de la danza nacional (tshikonet), el
EIFr]\rPr.o 25 rfc la danza de iniciaci<jn premaritirl (domba) o el de las
numerosas canciones de cerveza que asaltarán sus oídos
lnientras sus madres los lleven amarrados a la espalda.
conciertos o cuartetos. Si supiéramos con exactitud lo Otra música que los niños venda escuchan y tocan es la
que pasaba en Ia cabeza de Mozart cuando los escribió, rnúrsica de la danza de niños (tshikanganga) y una serie de
habría una única explicación posible. bailes asociados para las flautas de caña pentatónicas
Si analizarnos las cuatro canciones como música en el (t¡onga dza lu ¡ anga).
seno de la cultura, parece que pociemos explicarlas sin re- La tshikona, la danza nacional, se toca con diferentes
currir a argumentos sobre evolución musical o sobre los conjuntos cle flautas heptatónicas. Como señalé en los ca-
méritos de análisis alternativos. Es rnás. no es necesario pítulos segundo y tercero, es la música venda más impor-
recurrir a la teoría de que las canciones son parte de un tante y existe una estrecha relación entre su forma musi-
gradus musical por el cual los niños se preparan para la cirl y sus propósitos expresivos. La música dela tshikona
música adulta, conro es el caso de Music J'or Children es tal que, si pides a un venda que la cante, dará una ver-
(Música para r-riños) de Carl Orfl. Dos de las primeras sión de entre varias posibles (véase la Figura 10). Puede
canciones que los niños pequeños cantaban en 1956- 1958 incluso que trate de proporcionar una representación
eran la canción de cuatro notas Pofllo y la de seis Ndo más vívida, acompañando fragmentos de frases con una
150 ¿llAY IIUSICA t,N l-.1, HoilltlRr? | lIL]i\L\Nil)Al) SONORAl,il.tNt L ORCANtZAI)¡ t5l

r- lr-- -- -l

T-l cf tr-
Patrón de Potilo (Fijenrylo 22 )

Patrón de 'I hlthoths (Ejemplo 24)

zlEi
Á==LaJ
í7
=
i i-t JLI:- ; E
Patrón cle N¡/o bya ru ts/ridorgo ( Fijerrpkr 25 )

FrcuRA 10. Diferentes moclos <rue tienen los venda de cantar la lsfiiko-
la, su danza nacional para flutitur tlc cirñl I'tambores. Las cifras indi- | ( , r rrA I I . Relación entre las
nelodías de tres canciones de niños ven-
can el núrmero de semitonos cle cada intervalcl. f) y E son los equivalen- ,l.r r' la mÍrsica dela tshikona, de la cual tan srjlo se proporciona una par-
tes más cercanos de la escala oue cantan los venda: los cantantes no l ( , l r¡nspuesta una tercera menor descenclente.
completan la octava, sino que se detienen en la septinra nota o repiten
de nuevo el patrón. Se proporcionan los nombres de una octava de
flatrtas clc caña. La tshikona se halla acluí trarrsportada una tercera me-
I)e modo simila¿ la canción Nde' ndi ngei thavhani
nor descendente.
( lricmplo 23) se halla relacionada con el patrón de Muts-
Irtrini (véasela Figura l2a), una de las melodías para flau-
imitación vocal del sonido de las flautas. Todas estas va- las de caña pentatónicas. La relación de la canción de cua-
riaciones, y muchas otras, se derivan de una misma es- l11) notas I,trandi Munzhedzi (véase Ia Figura l2c) con otra
tructura (véase la Figura l la). Todas son transformacio- ¡nclodía para flautas de caña, Mangovho (véase la Figura
nes aceptadas por los venda como tshikona. La Figura l l 2b), muestra cómo dicha canción no está relacionada con
I

muestra también cómo tres de las canciones de niños l¡ tshikona, como sí lo está Po[ilo (véase la Figura llb),
(Ejemplos 22,24 y 25) pueden derivarse del mismo pa- iu.lnque ambas utilicen las mismas notas. Lo que revela su
trón tshikortd. La recurrencia del motivo de ufanfarria, rclación es el patrón de las melodías respectivas. Así, una
sugiere con claridad que dicha relación no es una crea- r'irr.rción de cuatro notas deriva de un modelo pentatónico,
ción imaginaria por parte del analista. Además, en cierta nlientras que otra deriva de un modelo heptatónico. Los
ocasión un grupo de niños venda convirtió de hecho la principios de transformación son los mismos y los resulta-
canción Thathatha (Ejemplo 24) enlatshikona, sustitu- tlos musicales pueden ser similares a un nivel superficial,
yendo la letra por Jhe, Jhe,fhe, sílabas con que suele re- li pcro sus modelos conceptuales básicos son distintos. Ésta
presentarse verbalmente el sonido de las flautas de caña. cs la razón por la que mantuve más arriba que el patrón to-

¡
ffi
llN lll. HoNfllRL? I. IITIN{ANIt)AI) S0NORAN1EN'l F] OR(IANIZAI)A
152 ¿HAY Nl|lSlcA

tal de una melodía puede ser más significativo que el nú- Los procesos de creación fueron probablemente in-
mero de notas utilizado. Un producto de apariencia ele- conscientes. Incluso es posible que las canciones fueran
mental puede esconder un proceso complejo, yviceversa. c()mpuestas originalmente por niños. Pero si no fue así, y
si ahora las aprenden por imitación consciente más que
(b) PatróndeMorgovfto
1r) Patr(rn de,t!lursftai¿¡i
¡ror rismosis, hubo un tiempo en que fueron compuestas,
v cl ¡r¡1¡cc¡i,¡ cle trarrsfilrmacitin utilizado fue en principio
sinrilar rrl t¡rrc rclacioua cl patrtin clela tshikona con el del
P.r I ron , le I,¡¡r,.// .!'l arr:i rr, lzi i rrbujrr)
l,ltulo dc lit tlotttltu,lal y corrr<l sc cliscutiri en el capítulo
l('r'(cr() (vírtst'la []igura tt). L,l punto irlportante aquí es
.¡rrt'los principios del proceso creativo no siempre se ha-
t
--7
-:(.' *.+ +-j
ll,rrr t'rr lus cstructuras superficiales de la música y mu-
2.To-'DÁ_ Eb¿ - b!
, lr, r lt' los llctorcs generativos no son, de hecho, musica-
'r
t--rcuRA 12. Relación entre dos canciones cle niños venda y dos melo- lcr. l', rr t'it'rrrplo, Iarnbién hemostrado cómo unamelodía
días de flautas de caña pentatónicas de las que tocan losjóvenes y niños ,lr' lr,r,,t' l,ut'tlt'st'r rccstructurada para ajustarse a cam-
(núm.4 en hs F'iguras 5 y 7). I'r,'., r'r r los I r:rl r oncs tonales del habla presentes en la letra
f lr'rr\t' l,r l:rr',rrrir (r). tlasta los niños venda son capaces de

Hay otras muchas canciones que están relacionadas con lr,r( ('t ( n( iriiu nuev¿ls cadenas de palabras en una melo-

la tshikonay con las danzas infantiles para flautas de caña, r lr:r


¡rr'1'1'¡ i¡;1('lrlc de una forma que se reconoce como típi-
, .r tlt' krs vcndil, aunque para ello no reciban instrucción
como he demostrado en mi libro. Mi argumento es que un
análisis musicológico formal puede resultar inadecuado' o lonn¡rl algur.ra y las reglas del sistema sólo puedan ex-
incluso irrelevante, tan pronto como las canciones se anali- Itir('r'sc a partir de un análisis comparativo de muchas
( ir nciones diferentes. En la música venda, la creatividad
zan en relación con otros elementos de la música venda y en
términos de su sistema musical, así como en relación con ,lc¡rcnde del uso y transformación de los modelos con-
t t'¡rtuales básicos que generan sus estructuras superficia-
los <orígenes> sociales de dicho sistema. Las canciones de
niños son transformaciones de la música que los niños de- lcs. Y, dado que tales modelos se adquieren inconsciente-
rue nte como parte del proceso de maduración, no creo
ben de haber oído y que, con toda seguridad, tendrán que
r¡r.re puedan utilizarse de una forma realmente creativa
ejecutar más adelante en su vida. Han sido condensadas
mediante un proceso de elipsis no muy distinto del que p<lr nadie que no se halle profundamente inmerso en Ia
acontece en el habla temprana. En lugar de imitar un movi- sociedad venda.
miento descendente siguiendo un patrón de melodía a me- En otras palabras, las reglas de la música venda no son
nudo heptatónico, exhiben un nuevo tipo de patrón que arbitrarias como las reglas de un juego. Para crear música
parece ajustarse mejor al ámbito más limitado de las voces venda hay que ser un venda, haber compartido la vida so-
infantiles. cial y cultural venda desde la primera infancia. Los recur-
W -Y

1511 ¿HAY ¡!tÚSr(iA !.N F]. HOMBRts? r. HUNIANII)At) SOñ-ORAI\'lF.N'Ifl ()R(;AN1ZÁl)¡ 155

sos técnicos de la música venda pueden parecer poca organización de nuevas relaciones entre sonidos o bien en
cosa a alguien acostumbrado a la música clásica europea nuevas formas de producirlos. El interés por el sonido
y las reglas básicas de composición probablemente po- como fin en sí mismo o por los medios sociales para la
drían aprenderse a partir del estudio de grabaciones y de consecución de dicho fin son dos aspectos inseparables, y
mis propios análisis. Pero estoy convencido de que un irrnbos parecen estar presentes en muchas sociedades. Bien
músico formado no podría componer una música que se ponga el énfasis en el sonido humanamente organizado,
resultara absolutamente nueva y específicamente venda, bicn cn la humanidad organizada por medio del sonido
y por tanto aceptable como tal a audiencias venda, a me- t's rlccir, cll r.tr)a cxperiencia tonal relacionada con perso-
nos que se hubiera criado en su sociedad. Puesto que la nits () ('n unit cxPcrit'rtciu cornPerrtida relacionada con no-
composición de música venda depende tanto de ser ven- t:rs , l¡r Iunt itirr tlt' llr nlrisic¡ cs rcf<rrzar ciertas experien-
da y su estructura se halla tan íntimamente relacionada . i.rs r¡rrt' lr;r¡r lcsultrrtlo significativas para la vida social,
con dicha condición, se sigue que un análisis del sonido \'ltl( ul,ut(l() ll,ts ('sllt't'lltunente tr las personas con ellas.
no puede concebirse al margen de su contexto social y | ,r t rr',rtivr,l;rrl rrrusicirl pr"rede describirse en términos
cultural. La música de las cuatro canciones podría haber- rl,' ¡'¡1¡, ('\()s ()( irrlt's, rnusicalesycognitivos. En otrosdos
se analizado sólo en términos de sus notas, pero estos .r rr,r lr.,r.,
Ir rlrlit ir<lr ¡s soIlre. un centenar Iargo de canciones
análisis no hubieran revelado las estructuras profundas r','rrrl.¡, lrt' t'slroz.arlo seis conjuntos de reglas que dan
de la música, los procesos mediante los cuales fue creada ( u('nl;r tlt' srrs
[)atrones sonoros. EI primero de ellos,
en el contexto de la sociedad venda. Un análisis sensible ,, lr;¡r lolcs sociales y culturales,>, comienza con la regla

al contexto resulta ser más general, porque explica Ia mú- | .o.0.: < l.a llrúsica se ejecuta como parte de una situación
sica de las canciones de niños de acuerdo con un sistema ,,, r, irr lr. lrsto puede parecer una
obviedad, pero es un pre-
que rige también para otros aspectos de la música venda lutlio nccesario a reglas más complejas que explican los
y lo hace en términos de sus respectivas funciones socia- p:rlr'orres musicales como producto de sus antecedentes
les. Es decir, las relaciones sociales y expresivas entre la sot iales. Los siguientes cuatro conjuntos de reglas son
función de las canciones de niños y las distintas danzas lr:isicamente musicales: <Tempo, métrica y ritmo>, <Tono
con flautas de caña se reflejan en sus relaciones formales y tlt'l habla ymelodía>, <Armoníaytonalidad>, <Desarrollo
musicales. nrusical>. El último es cognitivo: <Procesos de transfor-
Los análisis de música son esencialmente descripciones rrración>. Estas reglas son vagas y provisionales, y resul-
de secuencias de distintos tipos de acto creativo: deberían tan inadecuadas en la medida en que asumen un conoci-
explicar los acontecimientos sociales, culturales, psicoló- rniento aún en ciernes de la cultura y sociedad vendas. No
gicos y musicales en la vida de grupos e individuos que las discutiré en profundidad, pero quiero sugerir cómo y
conducen a la producción de sonido organizado. A un ni- ¡ror qué dichas reglas podrían generalizarse y refinarse en
vel superficial, la creatividad se expresa en música princi- c'l marco de una teoría unificada de la cognición, la cul-
palmente a través de la composición y Ia ejecución, en la tura, la sociedad vla creatividad.
rJo ,I. IlLJXIANII)AD SONOI{,\TIENl'1. ()R(iANIZADA 157
¿HAY NrÚSlCA r,rN El. H0N1BRI-r?

En primer lugat permítanme explicar a grandes líneas rnusical puede reflejar grados variables de conciencia de
ciertos presupuestos teóricos. Emile Durkheim (1968: 447), las f uerzas sociales, y la estructura y función de la música
en The Elementary Forms of the Religious Life (Las for- pueden estar relacionadas con impulsos humanos bási-
mas elementales de la vida religiosa), argumenta que la cos, así como con la necesidad biológica de mantener un
sociedad no es (un ser nominal creado por la razón, sino cr¡rrilibrio er.rtre ellos. Si los venda ejecutan música comu-
un sistema de fuerzas activas>. Yo creo que el comporta- rritaria ¡rrinci¡raln-rente cuando tienen el estómago lleno,
miento es parte integral de la constitución de un animal; no cs sirrrple nle ntc por tlatar el tiempo. Cuando, en la
que los seres humanos no son infinitamente plásticos l)('r's('( u( ¡(in tlc lir irtrtoprcscrvaci<itr, se dejan de lado los
y que aprenderemos más sobre la música y Ia musicalidad r rr r¡tr rlsos .1.' . t,r,¡r.'r itt io rt, t t'Prorltrcci<irl y exploración, la

humanas si buscamos ciertas reglas básicas de comporta- ,n nr()nr,r tlt l,r ¡r,rlr¡rirl('./.il s('vc irlr'ct¡da. Al hombre no le
miento musical que se hallan condicionadas tanto bioló- lr.r.,l.r , on l('n('r: tlt'lrt'l;rntbicilt scr, y llegrrr ¿r scr. Pero no
gica como culturalmente yque son específicas de nuestra ,,r'r ,,!lr l( r('r. (.uitntkr los vcltcla sienten h¿rrnbre, o
Irrr'rlr'
especie. Me parece que lo que en último término es más (,,t.ur i,, r¡l,,r,los ,'r,ilirrrtlola, Ilo ettcuentran tiempo ni
importante en música no puede aprenderse, al igual que ( r..rl,,r,r l',r¡,r lr,¡tt'r nrrisic¡. Ni tampocoimaginanqueIa

otras aptitudes culturales. Está ahí, en el cuerpo, esperan- r I u,, r{,r }r rr I rt'r ¡r, tlc rr rra filrnra mágica, aliviar su hambre,
t |

do a que lo despierten y desarrollen, igual que sucede con ,l,'l r r r rrr r ro r r'tk r t¡tre krs magos que provocan la lluvia no
r

los principios básicos de la formación del lenguaje. A im- ('\l)( r.ur ,¡rrt'lit lltrvia caiga si no han visto primero el mo-
provisar, realmente, no se aprende, lo cual no significa vrrur'nlo tlc inscct<ls que la anuncia. La música está en
que la improvisación sea fruto delazar. El hombre que Ia ,'ll, rs, Ircro para surgir requiere unas condiciones especia-
realiza no ha sido improvisado: todos los aspectos de su It's. Srrgicro que los venda hacen música cuando tienen el
conducta están sujetos a una serie de sistemas interrela- r'\t( )r)lrll() llcno porque, conscientemente o no, sienten las
cionados, estructurados, y cuando improvisa está expre- Iur'r'zirs de la separación inherentes a la satisfacción de la
sando tales sistemas en respuesta a las reacciones que reci- .rut()l)rcservación y se sienten impulsados a restaurar el
be de su audiencia. De modo similar, las mujeres casadas t'r ¡ tr i I illrio mediante una conducta excepcionalmente co-
venda no tienen que reaprender la música de la domba ope rativa y exploratoria. Así, las fuerzas de la cultura y la
cada cuatro o cinco años al inaugurarse una nueva escue- sociedad se expresan en sonido humanamente organiz-a-
la. Reviven una situación social y la música adecuada sur- rlo porque la principal función de la música es promover
girá cadavez que esa experiencia sea compartida cuando runa humanidad sonoramente organizada agudizando la
se den determinadas condiciones de individualidad en conciencia humana.
comunidad. En el tercer capítulo sugerí que muchos cambios fbrma-
Las reglas del comportamiento musical no son conven- les en la música europea surgieron como resultado del in-
ciones culturales arbitrarias, y las técnicas de la música tento de los compositores de que las personas se hicieran
no son como los desarrollos tecnológicos. La conducta más conscientes de la disarmonía y desigualdad sociales.
"-"*%rFl
158 ¿HAY ivtÚSICA ItN tii. HOMBRU? 4. HL]IlANIDÁI) S()NORAN'1tsN I']] ()R( iANIZAI)A 159

La creatividad musical fue así una función de las actitudes Resulta tentador contemplar la forma musical básica de
de los compositores ante la separación entre personas en tema y variación como una expresión de situaciones y
sociedades que deberían haber sido plenamente coopera- f uerzas sociales, transformada de acuerdo con los patro-

tivas. De modo muy similar, podemos decir que las rela- ¡res de cultura y el estado de la división social del trabajo
ciones temáticas dela tshikonaylas canciones infantiles cn una sociedad dada. Así, las diferencias esenciales entre
venda expresan las relaciones sociales correspondientes. l¡ ¡rrúsica de rlna sociedad y otra serían sociales, no musi-
La tshikona simboliza la sociedad más amplia conocida e rrles. Si la rnrisica inglesa parece más compleja que la ven-

por los venda en el pasado; y como la opresión del apart' tlir y cs plrrt't ic¡tl¿r l)or ull ¡rclrcentaje menor de personas,
heidlos restringe en Ia sociedad más amplia de Ia que son t'l k r st' rlt'l rt' i¡ lir tl iv isi<irr social tlel trabajo, no a que los in-
dolorosamente conscientes, esta sociedad tradicional ¡',lt'st's t'sl t'r r I l r('r l( )s r lo| ;¡tlos ¡rit ra la rnútsica o a que su mú-
,,r( ,r \(',r , o¡',rrrIir',rrrrt.rrlt' rrrris corrrplcja. Los individuos
continúa siendo la esfera más amplia en que pueden mo- de
verse con relativa libertad. Latshikona es universal tanto rlrlcrt ntt,,, rrllur.rs no ltiul rlc aprcrrclcr ni rnás nimenos
en su contenido como en su forma: todo el mundo asiste o , ...,1.. \, r'rr r'l t orrtt'xlo tle carla ctrltura, éstas no son bási-
participa en ella; sintetiza el principio de individualidad (,rn( ut( nr nrirs rri llrcn<ls difíciles. Lo que sí existe son
en cclmunidad (como un coral de Bach, es interesante rr.r', | | nr( n()s ( iu'lll)()s cliferentes en los cuales aprender.
para todos los intérpretes, en contraste con el acompaña- N() (':, ||r.rs |;rt iI rri nl¿ís clifícil ser bosquimutto q.r" ameri-
miento habitual de los himnos, que reduce a contraltos y ( ,ur(). lrs rlistilrto.

tenores a la condición de esclavos de sopranos y bajos); ( lorrro rcsultaclo de la división del trabajo en la socie-

y su estructura musical incorpora los rasgos más impor- ,l,rtl, rulrs pcrsonas han de hacer cosas para otras. Si yo
tantes de la música venda. Tánto social como musical- I r rt'r'a bosquirnano, me habría hecho mi propia ropa y ca-

mente, es una experiencia compartida. z,u íir nli propia comida: sería individuo hasta un punto
Las canciones de los niños venda son también univer- (lu(' nillgún americano podrá jamás llegar a ser. (Los
sales, y no limitadas, en cuanto que se espera que todo .r nrcricanos que optan por vivir una vida utópica o sepa-

niño venda cante algunas de ellas y su ejecución no queda ¡rrtla del mundo, realmente no están escapando a la divi-
limitada a un grupo de culto o un sector social. Así, no sirirr social del trabajo. Debido a la protección de la socie-
es sorprendente encontrar relaciones musicales entre la tlrrd rnás amplia, disfrutan de una vida fácil que no tiene
tshikona y las canciones infantiles, que discurren parale- t ¡si nada en común con Ia vida de los campesinos y los
las a sus relaciones sociales. En el contexto de la vida mu- nriembros de sociedades tribales, que no pueden permi-
sical y social venda, las canciones de niños pueden consi- t irse los lujos que aquéllos dan por sentado mientras tra-

derarse (contrastantes en la superficie, pero idénticas en tan de eludir los problemas de resposabilidad colectiva
sustancia>, como Rudolph Reti (1961: 5) ha descrito algu- tlue les presenta una división del trabajo más extensiva.)
nas de las grandes obras musicales en su libro The Thema- En cualquier sociedad, el comportamiento cultural es
tic Process in Music (El proceso temático en la música). aprendido. Aunque la introducción de nuevas habilida-
Ess.wF
160 ¿llAY N.lllsl(lA FN ill Hrr\lBl(L?
161

des pueda representar un avance intelectual, el aprendi- bussy. Dada una persona educada en una cierta clase so-
zaje de las habilidades acumuladas no plantea tareas r'ial, con las oportunidades emocionales adecuadas, es-
esencialmente diferentes o de distinto grado de dificultad t ribir rnúsica en el estilo de Tchaikovsky es algo que pue-
a los miembros de culturas diferentes. Si existe algún pa- rlc aprcnderse sin gran esfuerzo y que, como muchas
trón diferencial, consiste en que los americanos tienen otrls hirbiliclades culturales, puede transmitirse de una a
que aprender más sobre menos. Esto significa que tie- ( )l lir
llcncrircirin. Aunque un compositor pueda sentir el
nen que aprender menos de lo que sabe un bosquimano nril\/()t r'('sl)e [() Por la rnúsica de Tchaikovsk¡ si fuera
acerca de algunos asuntos. Los problemas en las socieda- t ollst it'nlt' y lt' lrrt'.re uPirra la tarea contemporánea de ser
des humanas comienzan en el punto en que las personas llurrr,nro 1' r¡rrisit'rr tlctil irlgo sobre ello en su música, no
aprenden menos de lo necesario sobre el amor, pues el ¡ror lr t.t t t'¡t¡ 1¡11¡ ¡. il t'st' I i¡ro rlc ltttisica cll una sociedad cu-
amor es la base de nuestra existencia como seres huma- r'.r., t.rr('.r\ \()r rlislirrlrrs tle las clc la sociedad de Tchai-
nos. Kierkegaard lo expresri en los siguientes términos: l.r rr'.,1. r'. ( / r' /lr'rr'r tlr Itt l:t;c dc Stravinsky puede haber co-
nr('n/,r(l() (onr() urr rcrnctlo de Tchaikovsk¡ pero acaba
Una generación puede aprender mucho de otra, pero lo que es
r t'r,t'lrirrtlost' ( ()nt()
propiamente humano, ninguna generirción ¡rr.rede aprenderlct l)rlr() Stravinsky, una obra esencial-
nrt'ntc nrrcvA.) Así, si ur.r compositor quiere producir una
de la precedente. En este aspecto, cada generación comienza de
nuevo desde el principio, no tiene otra tarea que la de las gene-
nrrisic¡ rclcvante para sus contemporáneos, su principal
r¿rciones que la precedieron, a no scr que la generacitin anterior ¡rloblcrna nc¡ es realmente de naturaleza musical, aunque
se haya traicionado y engañado a sí tnisma [...] Ninguna gene- ¡rtrcda parecerle que es así: es un problema de actitud ha-
ración l-ra aprencliclo clc otra cómo ¿rnlar, ninguna comienza en . ia la sociedad y la cultura contemporáneas en relación
otro punto que no sea el principio y ninguna tiene ante sí una con el problema humano básico de aprender a ser huma-
tarea menor que la generación precedente ( 1 939: 1 83- I 84). no. La música no es un lenguaje que describa cómo es en
apariencia la sociedad, sino una expresión metafórica de
Amar es la dura tarea, y la música una destreza que sentimientos asociados con el modo en que realmente es.
prepara al hombre para su tarea más difícil. Corno en Es un reflejo de -y una respuesta a- fuerzas sociales, par-
este punto cada generación ha de comenzar de nuevo des- ticularmente a las consecuencias de la división social del
de el principio, muchos compositores sienten que su tarea trabajo.
consiste en escribir nueva música; no como si estuvieran Algunas músicas expresan la solidaridad concreta de
diseñando un nuevo modelo de automóvil, sino como si grupos en situaciones en que la gente se reúne y produce
estuvieran evaluando la situación humana dentro de la patrones de sonido que funcionan como signos de sus
cual se hacen y usan nuevos automóviles. La tarea de di- lealtades de grupo. Otras músicas expresan una solidari-
señar nuevos automóviles es un problema básicamente dad teórica, cuando el compositor agrupa patrones de
técnico y comercial, comparable con la escritura de mú- sonido que expresan aspectos de la experiencia social.
sica incidental en el estilo de Tchaikovsky, Mahler o De- Del mismo modo que grupos sociales diversos -por ejem-
162 ¿ll\\ xrtrstr {tNFt HrrltBtrF? 4. HUi\lANIl)Al) SONOIIAMEN'lli OR(iANiZr\l)^ t63

plo, en la sociedad venda- pueden unirse por medio de de este logro básicamente humano sean apreciadas de
una ejecución de su danza nacional, en una sociedad in- lnanera intuitiva por los oyentes legos, aunque sean tan
dustrial patrones contrastantes de sonido pueden ser pobremente entendidas por las mentes cerradas de algu-
agrupados por un compositor mediante la idea indivi- llos expertos musicales.
dual de una sinfonía, con su correspondiente unidad te- Las teorías de Rudolph Reti y sus seguidores encajan
mática. Como me dijo un jefe venda: <Vas a oír la inter- bicn con investigaciones recientes que muestran que la
pretación más brillante imaginable de nuestra danza t apacidad de pensar creativamente y construir formas
nacional: llamaré a todos los músicos disponibles en el nucvils es una función de la personalidad. La creatividad
distrito para que acudan aquí>. Mahler, de un modo muy rct¡rricre arnplitud de miras o lo que Milton Rokeach de-
parecido, afirmó: <Para mí, escribir una sinfonía signifi- rrrrrrinil una <mente abierta>. La capacidad de sintetizar
ca construir un universo con todas las herramientas de la ,',, l:urbicín un factor de una importancia crítica. Perso-
técnica disponible>. ¡r,r, rlt' rrrente abierta, bajas en etnocentrismo, revelan
Pueden establecerse relaciones entre los análisis forma- urr,r t onrpleta organización cognitiva, potencialmente
les y expresivos de la música incluso en materias como el r
., ( l ('il l iva que la que caract eríza a personas de mente
¡ r ,1

carácter de la creatividad, un tema que ocupa constante- ( ( r r.r(1,r, rniis estrecha. (Debería añadir que un etnocen-
mente a musicólogos y críticos. En años recientes se ha va- tr r',nr() srrpcrficial no siempre ha de ser tomado como
lorado la capacidad creativa en función de la capacidad l'r rrr'lr,r tk'auténtico etnocentrismo. Por ejemplo, el apa-
del compositor para producir unidad temática con con- ¡ r'r¡tr' t'lnt¡r'cntrismo de los negros que ven en una forma

traste expresivo, y los notables estudios de Heinrich ,lr' l'r ¡t lr'r' Ncgro el único medio para recuperar su tierra y
Schenker, Rudolph Reti, Hans Keller, Alan Walker y otros ',r ¡ lrlr.'r trrtl cs nruy diferente del tipo de etnocentrismo de
han tendido a subrayar el carácter inconsciente de ese l, lrl.r nt ( )s ([lc se leS OpOnen.)
'.,
proceso. Por ejemplo, Alan Walker ha mostrado que los I l.r1' ¡'r rrt'brrs c¡ue sugieren que, aunque la creatividad
temas de la Cuarta Sinfonía de Tchaikovsky surgen del Irrrrrr,r¡r,r ,rl)¡rr'('zcA como el resultado delesfuerzo indivi-
<tema del destino> que abre la obra, reconocido infuitiva- ,lrr,rl., .,,lr' lrt't Iro un resultado del esfuerzo colectivo que
.,, , \
mente por el propio compositor como germen de toda la lrr{'.,,r ('n ('l (()rnportamiento de los individuos. La
sinfonía (1962: 116-126). Muchos críticos la han descali- ,,r r¡,,rrr,rlr,l.rrl l)rrt'rlc ser una expresión de conducta ex-
ficado como pobremente construida sobre la base de que l,l,,r,tt,r¡ r.r rnrr.rl;r.on lt)s materiales acumulados de una
su material temático no fue tratado de acuerdo con las re- tr ,rr lrr r, ¡ , ¡ rltr r',r1. Y la capacidad de sintetizar, que a me-
'r
glas convencionales de la construcción sinfónica. En reali- |¡| ¡r lo .,r' I r.r rr 1'¡ 1'¡ ¡,1 i,kl que distingue el genio del talento,
¡
dad, esta obra podría describirse como un salto intelec- l'r r.r l.
.r,u l:r olganización cognitiva global que es
r'r l'r
tual hacia delante en el que Tchaikovsky fue conducido ll( ilr'r,r(l,r l',,r l.r ,.'xPcricncia de las relaciones existentes
hacia una manera innovadora de elaborar la forma sinfó- , rt |(' l{',, l',I rrl,r)s soei¿rlcs que usan ydesarrollan las téc-
nica; y resulta interesante que las consecuencias musicales n r{ ,r\ ( l(' l,r tr ,rtlit irirr. Si e so es así -y estoy convencido de

I
I
W 165
t61 I IIII\IANII)AD SONORA]IIEN'II] OII(JANIZA])A
¿ftAY MÚSICA f.N Ft. H()NlUItti?

ello-, las diferencias entre culturas y el desarrollo de sus srrltará cadavez más difícil adaptarse a los cambios que
tecnologías son el resultado de diferencias no de intelec- tlcrivan inevitablemente del nacimiento, vida y muerte
to, sino de organización humana. Si los blancos de Sudá- tlc sus individuos. En ocasiones sucede que logros cul-
frica parecen rendir mejor que los negros, o los ricos y la trrrales extraordinarios pueden tener lugar en socieda-
élite de un país parecen rendir mejor que los pobres o las tles en las que la hunranidad del hombre ha sido progre-
masas, no es porque ellos o sus progenitores sean más sivirmente ultrajacla, restringitla e ignorada. Eso se debe
listos o posean una herencia cultural más rica. Es porque :r t¡tre cl clcsarrollo cr.rlttrral puctlc alcanzar un estadio en
su sociedad está organizada de tal modo que tienen me- t'l t¡rrc se aut()genera de forma ¡rrácticamente mecánica,
jores oportunidades para desarrollar su potencial huma- si bit'n s<ilo en ciertos ámbitos de actividad y durante un
no, y en consecuencia su organizactón cognitiva. Si lit'rn¡ro liuritado. La historia de muchas civilizaciones ha
los tests de inteligencia desarrollados por miembros de nrostlrr<lo (luc una sociedad y su cultura pueclen acabar
cierta clase social muestran el pobre rendimiento por , r,l,r¡,s:irrrlosc rr causa de Ia alienación humana' La má-
parte de los miembros de otra clase en una sociedad teó- (tililr,r (l('¡ir tlc lirncionar cuando falta el único poder que
de la auto-
ricamente <abierta>, lo que en primer lugar deberíamos l,u,'.1,' ¡uovcrla: la fuerza creativa que surge
cuestionarnos es cuán <abierta> es realmente dicha so- (()lf( i('n(iir humana. Ésaesla razónpor laquelosvenda
ciedad, y en qué medida sus divisiones de clase inhiben rnsrst('n cn que <El hombre es hombre debido a sus aso-
el desarrollo cognitivo de sus miembros menos afortu- , iirt iones con otros hombresn, reforzando su creencia
nados. , on rrrúsica. Cada vez que, tocando tambores, cantando y
Los cambios y desarrollos en Ia cultura y la sociedad tocando sus flautas, comparten Ia experiencia de un di-
son una función del crecimiento de la población y de las lcctor invisible entre ellos, se hacen más conscientes del
relaciones y actitudes entre las personas dentro de pobla- sistema de fuerzas activas que constituye su sociedad, y
ciones dadas. Los grupos más amplios de personas impli- srr propia conciencia se agudiza.
cadas en empresas conjuntas se ha traducido en una ma- La música no puede cambiar las sociedades como pue-
yor productividad. En tales casos, un incremento en la tlen hacerlo los cambios en la tecnología o la organiza-
división del trabajo resulta productivamente dinámico, ción política. No puede llevar a la gente a actuar' a menos
pero sólo siempre y cuando a la larga no constituya una que esté social y culturalmente predispuesta a hacerlo.
división entre la gente. La interacción entre mentes que se No puede infundir hermandad, como esperaba Tolstoi,
han desarrollado en condiciones diversas es un estímulo ni ningún otro estado o valor social. Lo más que puede
para la invención en una situación nueva, compartida, en hacer en las personas es confirmar situaciones que ya
el supuesto de que la situación sea realmente compartida. existen. Por sí misma no puede generar pensamientos
Cuando una situación compartida pasa a ser estática o que beneficien o dañen a la humanidad, como algunos
formalizada, o se desintegra por completo, la creatividad escritores han querido' Pero puede hacer a las personas
tenderá a secarse y para los miembros de esa sociedad re- más conscientes de sentimientos que han experimenta-
t66 ¿HAY MUSICA EN UL HOMBIT¡]? I I{TiMANIDAI) SONORANIi']N'Ib OII(JANIZAL)A 167

do, o que han experimentado en parte, al reforza¡ estre- latocan (yya he venido indicando que incluso los miem-
char o expandir su conciencia de distintas formas. puesto bros de una misma cultura no reciben su música de igual
que la música se aprende en contextos diversos, también lnanera), pero nuestra propia experiencia sugiere que
lleva a componer en el espíritu correspondiente. Alguien cxisten algunas posibilidades de comunicación transcul-
puede crear música para ganar dinero, para su placer pri- tural. Estoy convencido de que la explicación ha de en-
vado, para entretenerse o para acompañar una amplia contrarse en el hecho de que, al nivel de Ia estructura pro-
gama de eventos sociales, y no precisa expresar una preo- lirncia de la música, hay elementos que son comunes a la
cupación abierta por la condición humana. pero su mú- humana, aunque puedan no aparecer en las es-
¡rsiclue
sica no escapa al sello de la sociedad que hizo humano a Ir ucturas superficiales.
su creador y el tipo de música que compone estará siem- ( lonsidérese la cuestión del <sentimiento en música>,
pre relacionado con su conciencia de -y su preocupación lrrn rr rnenudo invocado para distinguir dos interpreta-
por- el resto de sus semejantes. Su organizacióncogniti- t ioncs teícnicamente correctas de una misma pieza. Esta
va será una función de su personalidad. rk rt t rirra tlel sentimiento se basa en realidad en el recono-
En este punto quienes se interesen por la musicología y r inlicnto de la existencia e importancia de estructuras
la etnomusicología pueden sentirse desilusionados en la pr'ol rr ncl¿rs en la música. Afirma que la música funciona o
medida en que parece que estoy sugiriendo que no exis- I rircirsa en virtud de lo que se oye' y de cómo la gente res-
ten bases para comparar los diferentes sistemas musica- (en las notas>, pero asume que las re-
l)()n(lc a lo clue oye
les; no hay posibilidad de una teoría universal del com- l;rt ioncs superficiales entre notas que pueden percibirse
portamiento musical, ni esperanza de comunicación t onro <olrictos s()ttoros)) s<ln s<lltl una parte de otros sis-
transcultural. Pero si consideramos nuestras propias ex- It'rrrrrs tlc rcl¿tcitttrcs. l)aclo c¡ue estas suposiciones no se
periencias debemos reconocer que, de hecho, no es así. t'sl¡rlrlt'r('rr (()rt t'llritlird, y st'llo se entienden débilmente,
La músicapu ede trascender el tiempo y Ia cultura. Músi- t'strrs ¡rlintritt iotlt's rcsttltall de lo más dogmático y a me-
ca que entusiasmaba a los contemporáneos de Mozarty nu(lo \(' ¡rlt'sr'tllittt cllvttcltas en el lenguaje de una secta
Beethoven nos entusiasma todavía, aunque no compar- t'litist.r. lil t'lt'e to tle tlicha confusión sobre personas mu-
tamos su cultura y su sociedad. Las primeras canciones sit llnlcrttc cotttprttrltetidas puede ser traumático y el in-
de los Beatles son aún emocionantes, aunque desgracia- tlividuo coll r.trr¿l inclinación musical puede sentirse total-
damente los Beatles se separaran. De modo similar, algu- nlcute desanimado.
nas canciones venda que debieron de componerse hace Cuando de niño llegaba a dominar una pieza de piano
siglos todavía entusiasman a los venda, y también a mí. técnicamente difícil, a veces me decían que la tocaba sin
Muchos de nosotros nos maravillamos con la música sentimiento. De resultas de ello tendía a tocar más fuerte
para koto de fapón, la música para sitar de la lndia, la o agresivamente, o sencillamente renunciaba. Parecía un
música chopi para xilófonos, etc. No digo que recibamos asalto a mi integridad como persona, más que una crítica
la música exactamente de la misma manera que quienes a mi habilidad técnica. De hecho, mi interpretación <sin
16u ¿HAY MústcA ftN t.L HoMBRE? I Irlil\IANII)At) S()NORAlvflNlE Ol{(;ANIZADA 169

sentimiento) era el resultado de técnicas de enseñanza ir scr <sentida>. Una vez que conocemos el paso de baile
inadecuadas, erráticas, en una sociedad cuya teoría edu- ;rsociado, podemos saber si J] Jl t t-] debe entenderse
cativa se fundaba en una confusa doctrina que relaciona , o¡no l-2-3- 123, l23l-2-3-, l-2-3-4, o lo que sea. Puede
el logro con una combinación de herencia superior, tra- rt'sultar necesario contener la respiración para (sentir))
bajo duro e integridad moral. Una aversión esnob al domi- rrrra pieza de música coreana, cuya elegancia y refina-
nio técnico, la tecnología yla <mera> destreza desaproba- rrricnto únicos son difíciles de apreciar para un europeo'
ba la atención a problemas mecánicos básicos, a menos I ln ct¡ntrol similar del cuerpo hace que resulte más fácil
que vinieran envueltos en un halo de moralidad, como t .r¡rt¡¡¡ s| innigster Empfindung(sentimiento muy íntimo)
sucedía con la práctica diligente de escalas y arpegios. La ,lt'l r'rlt inlo movimiento de la Sonata para piano op. 109 de
actitud venda hacia tocar bien es esencialmente técnica y llt't'thoven. Basta respirar despacio, relajar completa-
no desacreditadora del yo. Cuando el ritmo de un tambor r¡rt'nte cl cuerpo y tocar: la Empfindungllega por el cuer-
y mis-
contralto enla domba no es correcto, pueden decir a Ia ¡,,,, <lt' jando de ser un elemento teutónico, esquivo
ejecutante que se mueva de tal forma que su percusión se l('l l()li().
vttelva parte de un movimiento corporal total: toca con ( )lrviirnlente, la interpretación más profundamente
sentimiento precisamente porque se le muestra cómo ex- ',r'rrl rrlir de cualquier pieza de música será aquella que se
perimentar el sentimiento físico de estar moviéndose con ,rl,r t,xirnc tle forma más fiel a los sentimientos de su crea-
su instrumento y en armonía con el resto de los intérpre- rlol t'n e I nromento en que éste comenzó a captar con la
tes y danzantes. Con ello no se sugiere que sea una perso- lolnrir rnusical la fuerza de su experiencia individual.
na insensible o inadecuada. Lo que es un lugar común en I'ut'sto tlue a menudo esta experiencia puede comenzar
la instrucción musical venda parece una rareza en <mi> (.rr() una agitación rítmica del cuerpo, es posible para
sociedad. rrrr irrltirprete volver a captar el sentimiento adecuado por
Muchas veces, el propósito expresivo de una pieza mu- l.¡ vr.r rlt'c¡rctlrttrar el movimiento adecuado. ¿Hay que
sical ha de encontrarse mediante una identificación con s,r ¡r¡ t'¡¡111'¡'5e ctltonces de que tantas personas abando-
los movimientos corporales que la generaron, los cuales r¡t'n l.r rrrrisitit porque no pueden tocarlo que sienten, o
a su vez pueden tener origen tanto en la cultura como en l)( )r (¡¡(' rro ¡r1¡c1ls¡ sentir lo que tocan?
Al crear una falsa
las peculiaridades individuales. Existen tantos tempi di- tlit olorur;r t'ttt t'c las estructuras superficiales y profundas
f-erentes en el mundo de Ia naturaleza y del cuerpo huma- tlt' lu r¡¡risit;t, ntuchas sociedades industriales han priva-
no que la música tiene posibilidades inagotables de coor- tkr ¡ l¡r gt'rrle tlc brtena parte de la práctica y el placer de
dinación física con cualquiera de ellos, o con varios de hace r rnrisica. ¿l)c qué sirve enseñar a un pianista a tocar
ellos al mismo tiempo. Sin este tipo de coordinación, que escalas y ar¡rcgios de ircuerdo con determinado sistema
sólo puede aprenderse mediante una experimentación didáctico, ¡rara lrre¡1o esperar de él que sienta la música de
constante, o más rápidamente por transmisión oral di- piano de Mozart, Beethoven, Chopin, Debussy y Ravel
recta, existen pocas posibilidades de que la música llegue por un esfuerzo autónomo de la voluntad, o mediante el
170 ¿HAY MÚSrCA EN rir. HOMBRF? 4, FIUMANIDAD SONoRAMF]N'fI] 0I{(;AN17AI)^

empleo de cierto misterioso atributo espiritual? Una cosa Me gustaría retomar el ejemplo de la tshikotut y lirs cirrr
es ejercitar los músculos del dedo y otra que las escalas y ciones infantiles venda. Ya no me satisface el aniilisis t¡trt'
arpegios de la música de un compositor quizá se sientan hiciera enVenda Children\ Songs,donde intenté explicar
más profundamente cuando se tocan de acuerdo con s¡r los fenómenos musicales como expresión de situaciones
sistema. Es decir, si descubres por medio del sentimiento sociales. Ya no lo considero suficientemente general. Por
Ia manera en que Debussy debía de colocar las manos y el cjemplo, el uso de los términos <llamada y respuesta> im-
cuerpo cuando tocaba el piano, talvez puedas conseguir plicaba una forma musical derivada socialmente, enyez
un mejor sentimiento para su música. Puedes descubrir tlc buscar una estructura básica de la cual puedan derivar-
que tocas la música con sentimiento sin necesidad de te- sc tanto la forma responsorial como las situaciones socia-
ner que ser inmensamente <profundo>. lcs de solo-coro/líder-seguidor. Supongamos que contem-
Serás, de hecho, hondamente profundo, porque esta- plarnos los subsistemas social, musical, económico, Iegal,
rás compartiendo lo más importante que hayen la músi- ctc., de una cultura como transformaciones de estructuras
ca: lo que se halla en el cuerpo humano y es universal a to- biisicas que se hallan en el cuerpo, innatas en el hombre,
dos los hombres. Y será misterioso sólo en cuanto que no ¡rarte de su equipamiento biológico. Entonces tendríamos
entendemos lo que sucede en el extraordinario cuerpo tlilc'rentes explicaciones para un montón de cosas que
que todos poseemos; pero no será misterioso en el senti- lrasta aquí hemos dado por supuestas y seríamos capaces
do de ser algo reservado para unos pocos. dc cncontrar correspondencias entre elementos aparente-
Después de todo, quizáhaya esperanza de una com- nrcrlte dispares de la vida social. Por ejemplo, es posible
prensión transcultural. No digo que podamos experi- r¡ue las siguientes relaciones sean todas transformaciones
mentar exactamente Ios mismos pensamientos asociados rlc una misma estructura: llamada/respuesta, nota/nota
con la experiencia corporal; pero, probablemente, lo más aco rn pa ña nte, trinica/contratónica, individuo/comuni-
cerca que podemos llegar a estar de Io que significa reso- tlatl, clc/sri[rclitos, tema/variación, varón/hembra, y así
f

nar junto con otro, sea sintiendo a través del cuerpo. No sr¡t t'sivarrrcnlc.
intentaré discutir aquí la cuestión de la comunicación l,ir ct rrorlrusicokrgía es, en algunos aspectos, una rama
musical como fenómeno fisiológico. Pero si la música co- rlc la antr<lpología cognitiva. Parecen existir principios
mienza, como he sugerido, como una agitación del cuer- estructurales universales en música. tales como el uso de
po, podemos evocar el estado en el que fue concebida por fbrmas en espejo (véase elEjemplo l6), tema yvariación,
la vía de seguir el movimiento corporal de la música, y así repetición y forma binaria. Siempre será posible que és-
sentirla de manera muy cercana a como el compositor la tas surjan de la experiencia de relaciones sociales o del
sintió. Algunos pueden ser lo bastante afortunados para mundo natural: un interés inconsciente por las formas en
poder hacerlo de forma intuitiva; pero para la mayoría de espejo puede surgir de la experiencia ordinaria con for-
la gente será más fácil si las notas musicales se consideran mas especulares de la naturaleza, como, por ejemplo, la
el producto de procesos cognitivos, físicos y sociales. observación de las dos <mitades> del cuerpo. Si diferen-
¿HAY NlÚsl(lA FIN El'
lloNlBltlil
172

tes aspectos y dominios de la conducta humana se


anali- , ,:-;;";::""o",".,"', co,,,o ,,''
",o"JLl
obtendríamos una nueva visión de .1,.'|¡ conciencia individual. Existe una dift'rerlciit irtl¡ror-
zarande esta manera,
humano y -lo que es más im- tiurle crttre la conciencia <natural> que un incliviclutl tic¡le
las sociedades y el progreso
| ('sl)cclo a cualquier otro cercano, en tanto que su se lne-
portante- un nuevo concepto del futuro del hombre'
j,rntc lrtunano, y su conciencia <cultural> de los vecinos
La evolución tecnológica y el incremento en el tamaño
( ()nt() [)crsonas que hablan ciertas lenguas o pertenecen
de las sociedades no pueden tomarse como signos de la
.r . ir'rlas razas, clases o credos. Puesto que los seres hu-
evolución de la cultura en general, ni del potencial inte-
lectual humano' Una canción opopulan africana no es nriln()s son fisiológicamente parte del mundo natural,
necesariamente menos intelectual que una sinfonía: la ,lrrtLr t¡rrc puedan crear algo cuyos principios no sean ya
nrlrt'r cnlcs al sistema de complejidad automática al cual
aparente simplicidad del sonido puede esconder comple-
l,(.r t(.n('(cn. [,os ordenadores, Ias radios,
Ios rayos Xyla
jós procesos en su generación; puede haber sido estimu-
iudá por un saltolntelectual hacia delante, en el cual tt'lt'r,isi<in no son en cierto modo más que extensiones
quien la compuso vio más allá de los límites de su cultura \' rtt'sis tle los poderes congénitos del hombre para el
Ir
y fue capaz dé inventar una forma nueva y poderosa para ,,rlt ultr, lrr lclepatía, la diagnosis sensorial yla clarividen-
r r.r. St' ptrcden describir los inventos como descubri-
sonidos su visión de las posibilidades ilimita-
"*p."rui "t
dai de desarrollo humano' Como logro humano' sería nu('n[(]s irrtencionados de situaciones que ya eran posi-
más significativa que la complejidad superficial de una lrlt's por otros medios. Modificaría la hipótesis de que nel
lrr ¡nrbrc se hace a sí mismo>, sugiriendo que, a lo largo de
sinfonia de escuela producida en el contexto de una so-
silikrs tle logros culturales, el hombre se ha extendido a sí
ciedad tecnológicamente avanzada,y por tanto compara-
ble a una obra maestra original. Y' como una obra maes- rrrisnlo e n el mundo y ha desarrollado la expresión de su
( ()n( icncia clel mundo. Ha desplegado experimentos de
tra sinfónica, es capaz de sobrevivir por su calidad
v irlu t¡rrt' lc ayuden a ser lo que de hecho ya es. No preten-
musical, pero también por lo que significa para oyentes
críticos. rLr t¡trr' las ct¡ltlrras en sí mismas sean algo genéticamente
Mediante las operaciones del cerebro, en el cuerpo de Ircrctlrttkr, sitro t¡ue son generadas mediante procesos que
adr¡uiercn [rioltigicamente y se desarrollan por medio
una persona se dan en funcionamiento simultáneo tres se

órdenes de conciencia: la complejidad universal y auto- tle interacci<in social.


l¿r

mática del mundo naturah la conciencia de grupo, que se Un análisis de los procesos más profundos del com-
ha aprendido a través de la experiencia compartida de la portamiento musical venda sugiere que algunas capaci-
vida cultural; y la conciencia individual, que puede tras- clades innatas son tan necesarias como las experiencias
cender la conciencia de grupo cuando un individuo utili- de aprendizaje para conseguir hasta la más elemental ap-

za o desarrolla áreas de complejidad básica autornática titud musical, no digamos ya una aptitud musical excep-
no exploradas por su sociedad' Utilizo el término <con- cional. La prueba más convincente de las capacidades
cie.,cia de grupo, deliberadamente, porque considero la creativas innatas puede encontrarse en el modo en que
174 ¿HAY MÚSfaA EN Lr. HOMBRL? ¡ | t. \l \Nll'Al, \('N(\RA-\llrNl F,\llr ;.\\l/ \l' \

los venda se entregan a nuevas experiencias de orden so- ('slructuras de la interacción l-rultlatra ctt gt'ltt't itl l)()t ttt('
noro, así como en los procesos que han generado distin- ,lio tle las estructuras implicadas en la crcitt'itilt tlt' ttttl¡t
tos rasgos de su tradición musical y que constantemente r.r, y irsí aprender más sobre Ia naturalcza ílttit¡tit tlt'l¡t
dan lugar a variaciones dentro de dicha tradición. La nrt'rrte humana. Una de las ventajas de estucliar la lltt'tsit ¿r

adopción y adaptación venda de la música europea dan fe ('\ (luc sc tr¿rta de un proceso relativamente espontiincrl e
de la aplicación inconsciente y creativa de procesos mu- rnr orrst'ie nlc. Puede representar la mente humana traba-
sicales. Los mal llamados (errores> al cantar música eu- ¡.rn.lo sin irrterf-erencia ¡ así, la observación de estruc-
ropea pueden deberse en ocasiones a un aprendizaieina- Iur,rs nrusit'llcs puede revelar algunos de los principios
decuado, pero en muchas otras son intencionados. Los r'.,1 r ur tu lir lt's t'rt los que se basa toda vida humana. Si pu-

venda son capaces de imitar intervalos cromáticos, notas ,lr, r,rrrr,,., nr()sllirl (()n cx¡ctitud cómoelcomportamiento
de atracción o encadenamientos de acordes a Ia europea; nur.,rr ,rl (1' r¡rrrz;r lotlos los dcrnás aspectos del comporta-
pero generalmente prefieren crear más que imitar, por lo lr I r.rrlr, lrr r n.r¡ r, r .'rr l,r . ull ur:t ) cs gcr-rerado por conjuntos

que escogen ignorar esos rasgos de la música europea o l il r rlil',, 1, r,'¡il.r" ( lu(' \(',tl)l¡( illl il t¡ll trúnlero infinito deva-

mejorarlos, no porque se encuentren atados a patrones r r.rl,l,',., lr'rlr.rrr¡r', r,tl,r't rro srilo t¡ttti ilsPcctos del com-

aprendidos de conducta, sino porque hay procesos más l*rr l,rnrr'nlo ¡r¡rr',r,.rl\on ('sl)('( tlit¡ttttcltlc tttttsicales,sino
profundos en juego en su actividad musical que les inspi- l.rnrlrrr'rr ( onr. \'( u,rn(l() l.tlt's rt'lilits y vrtliirllles son apli-
ran una adaptación creativa de los sonidos nuevos' No ,,rlrlt.r.t oII(),, It¡r()srlr' t ()til¡t0t l.tllll('llt().
estoydefendiendo que sistemas musicales concretos sean r\1rr r'n.lit'n.lo nt;rs solrt t'l;r t oltr¡rlt' jitllttl atrlttrllhtica del
innatos, sino que algunos de los procesos que los generan ( il('t l)() lrilrttitno, s('t'('rll()s cill)rte('\ tlc Pr<lllar de filrma
pueden ser innatos en todos los hombres ¡ por tanto, es- ( ()il( luy('nlc t¡rrt' t0tlrls krs Itrltrlbrcs tlaccn con intelectos

pecíficos de nuestra especie. Similar prueba de creativi- ¡r,lt'rrt iirltttcntc [lrillarltes, o al tnetros con un nivel muy
dad se aprecia en las canciones infantiles venda, muchas ,'k'vrrtlo dc cornpetencia c<lgnitiva, y que la fuente de la
de las cuales han sido comPuestas por niños. Sus estruc- , r';¡lividatl cultural es la conciencia que surge de la coo-
turas sugieren un uso creativo de rasgos del sistema mu- l,t itin social y la interacción amorosa. Al descubrir
lrre
sical que van más allá de las técnicas aprendidas en su t orr prccisión cómo se crea y aprecia la música en dife-
sociedad. No veo cómo los procesos más profundos' apa- r.('nte s contextos sociales y culturales, y al establecer qui-
rentemente inconscientes, de generación podrían ense- zri rlue la musicalidad es una característica universal, es-
ñarse o aprenderse en sociedad, excepto a través de un pccítica de la especie, podremos mostrar que los seres
proceso holista y complejo de relación entre las potencia- humanos son más extraordinarios, incluso, de lo que ac-
lidades innatas y su realización cultural a través de la in- lualmente creemos -y no sólo unos pocos, sino todos-, y
teracción social. que la mayoría de nosotros vive muy por debajo de su po-
Si estudiamos la música del modo que he venido sugi- tencial debido a Ia naturaleza opresiva de buena parte de
riendo, deberíamos ser capaces de aprender algo sobre las las sociedades. Armados con esta información vital sobre

-.-:1.16his@rffif
176 ¿HAY MÚSICA EN EL HOMBRE?

la mente, podremos comenzar a desacreditar de una vez


por todas los mitos sobre la <estupidez> de la mayoría y l{eferencias biblio gráfi cas
sobre el egoísmo y agresividad supuestamente <innatos>
del ser humano, con los cuales nos bombardean sin cesar
quienes buscan justificar la coerción de sus semejantes en
sistemas sociales antidemocráticos.
En un mundo donde el poder autoritario se mantiene
por medio de una superior tecnologíaydonde se supone
que una tecnología superior indica un monopolio del
intelecto, es necesario mostrar que las fuentes reales de
la tecnología y de toda cultura se hallan en el cuerpo hu-
mano y en la interacción cooperativa entre cuerpos huma-
nos. Hasta el hecho de enamorarse puede resultar más
lf l r, ¡. rr.rr,,
f rrlrrr
( l()67), \1'tttltt ()ltillrctis,Sorrgs. Johannes-
significativo al contemplarlo como una actividad cogni-
lrrrr 11r,Wilrvrrtt'r'slrrntl Llrtivcrsity l)rcss. ['liacl. esp. de su
tiva en Ia que se realinean categorías aprendidas, que no
r,rIrttrlo 1r, "lrl ¡niilisis cultttraldc la nlúrsica>, en Fran-
como un ejercicio de los órganos sexuales o una reacción r isr o (.r(rt t's y ()tr()s (ccls.) /.¿r.s culturus musit'ales. [,ectu-
hormonal. En un mundo de crueldad y explotación como ttts tl( (l;tontusicolouía. Maclrid,'ltotta, 200 I, pp. l8l-
el nuestro, en el que en aras del beneficio económico pro- .)f).1. I

liferan la mediocridad y el fraude, es necesario entender li, r 1',, f ;¡ rrnz ( | 955)l 19271, Prirnitive Art. Nueva York, Dover.
por qué un madrigal de Gesualdo o una Pasión de Bach, l l r ,rtf . csp. I:l urte primitivo. México, Fondo de Cultura
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odos los seres humanos somos capaces de


hacer música y a¡rreciarla. ¿Por qué, entonces, tan a me-
nudo la considerarnos una actividad restringida a unos
pocos? IOHN BLACKING aborda esta cuestitirr al rnodo
antropológico: ilustrando minuciosamente las relaciones
que entreteje la rnúsica con otros aspectos del comporta-
miento social. Con detallados análisis de ejemplos sono-
ros de los Venda del Transvaal y otras poblaciones afiica-
nas, ¿HAY MUSICA EN EL HOMBRE? fbrmula una críti-
ca contundente del etnocentrismo inherente a las visiones
elitistas y evolucionistas del hecho music¿rl. El estudio en
profundidad de todas las culturas musicales ilevará a una
reevaluación de nuestras ideas sobre [a musicalidad hu-
mana, pues (una canción popular africana no es necesa-
riamente menos intelectual que una sinfonía... c¡uien la
compuso vio rnás allá de los límites de su cültura y fue ca-
paz de inventar una forma nueva y poderosa para expr(:.
sar en sonido su visión de las oosibilidades ilimitadas d':r
desarrollo humanor.

ISBN 84-206-6039-6 El libro de bolsillc,


Hqmanidades
"'.*- Música
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