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Las capacidades sociales son un grupo de conductas que nos permiten desenvolvernos
eficazmente frente a situaciones sociales, logrando entablar colaboraciones idóneas con
los demás y solucionar conflictos.
El valor de las capacidades sociales recae en la habituacion del infante a los diferentes
ámbitos en los cuales se desenvuelve: escuela, familia, conjunto de iguales… Haciendo
más fácil esa habituación o dificultándola, incidiendo en su autoestima y confianza en sí
mismo. Por esto, si los primeros años de vida son los cimientos sobre los que se hace la
personalidad del infante y no tiene las habilidades correctas para una idónea habituación
a sus espacios sociales, ocasionando un inadecuado autoconcepto y baja autoestima,
estamos con una gigantesca complejidad que continuará más allá de la niñez, en especial
atractiva en la juventud.
Cada una de estas habilidades son relevantes durante nuestra vida, no obstante, 2 de ellas
adquieren matices en especial relevantes mientras el infante crece y atraviesa la pubertad
y juventud: empatía y asertividad.
Empatía y asertividad van unidas y descubrir la igualdad entre las dos capacidades es
elemental para solucionar exitosamente los conflictos sociales que durante la vida se nos
plantearán.
Los humanos vivimos en sociedad, es parte de nuestra naturaleza, es por esto por lo que
la comprensión de las colaboraciones y de las otras personas es algo indispensable para
una vida emocionalmente sana. Y esto tiene consecuencia en los otros espacios de la vida,
estudiantil, gremial, sentimental, personal, etcétera.
Tenemos 7 habilidades sociales básicas son necesarias para el desarrollo integral de cada
persona para aprender a interactuar con otros.
HABILIDADES SOCIALES BASICAS
Este desarrollo se crea básicamente en la niñez, los primeros años de vida son
primordiales para el aprendizaje de estas capacidades. Se aprenden y desarrollan por
medio de los próximos procesos: Experiencia directa, imitación y refuezo.
Los infantes imitaran esas conductas sociales que observan en los adultos más cercanos,
sin embargo, no solo las conductas, además aprenderán de dichos la forma de interpretar
las situaciones y hasta de sentirse en ciertos instantes.
Los refuerzos sociales que tengan sus conductas, así sea de los adultos y/o equivalentes
van a hacer que los infantes desarrollen determinadas conductas y otras.
Transmitir valores a los chicos y chicas. Frente a determinadas situaciones sociales que
les ocurran a ti y/o a ellos explícales el caso, ayúdales a comprender. Si ejemplificando
alguien nos contesta mal, debemos describir a los chicos(as) que dicha respuesta
posiblemente no tenga que ver con nosotros mismos, sencillamente los individuos poseen
sus vidas y posiblemente se encuentren enfadados por algo.
Reforzar socialmente esas conductas correctas, como oír al otro o contestar con
enseñanza, en aquellos casos interactuamos socialmente con los pequeños y reforzar de
forma negativa las conductas inadecuadas, los gritos, la carencia de escucha, etc.
Es fundamental que los chicos y chicas aprendan a desempeñarse solos, sin la custodia de
las figuras de los adultos.
• Una vez que los pequeños pasen por alguna situación social de rechazo o negativa
de alguna forma, debemos dejar que pasen por ellas, sin embargo, explicarles el caso.